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GUIA NOVENO Teorias Origen de La Vida

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COLEGIO FLORIDABLANCA

GUIA II. BIOLOGÍA NOVENO


DOCENTE: GLADYS MORENO
REALIZAR LA ACTIVIDAD EN EL CUADERNO

1. CONSULTAR Y EXPLICAR CADA UNA DE LAS TEORIAS ACERCA DEL


ORIGEN DE LA VIDA. (Realizar gráficos)
TEORIAS ACECA DEL ORIGEN DE LA VIDA

Durante siglos, la incógnita de cómo han podido ir surgiendo las distintas formas de
vida ha sido una pregunta que ha fascinado a la humanidad. Alrededor de esta
cuestión se han creado mitos y leyendas, pero también se han desarrollado teorías
más completas y sistemáticas.
La teoría de Lamarck es uno de los intentos más famosos de proponer una idea de la
evolución de las especies en la que no hay una inteligencia divina que dirija el
proceso.
¿Quién fue Lamarck?
La persona que propuso lo que hoy conocemos como teoría de Lamarck fue Jean-
Baptiste de Lamarck, fue un naturalista francés nacido en el año 1744. En su época, el
estudio de los seres vivos era una disciplina totalmente distinta a lo que es hoy en día
la biología, y es por eso que en ella se sostenían ideas relativas al funcionamiento de
los procesos naturales en las que intervenía lo divino, algo que resultaría escandaloso
para los estándares científicos actuales.
Lamarck hizo que la biología se independizase en gran parte de la religión
proponiendo una teoría de la evolución en la que las inteligencias del más allá no
tenían ningún papel.
¿En qué consistía el lamarckismo? Antes de que el naturalista inglés Charles Darwin
propusiera la teoría de la evolución que cambiaría para siempre el mundo de la
biología, la teoría de Lamarck ya proponía una explicación acerca de cómo habían
podido ir apareciendo las diferentes formas de vida sin necesidad de recurrir a uno o
varios dioses. Su idea era que si bien el origen de todas las formas de vida podía ser
creado espontáneamente (presumiblemente por obra directa de Dios) pero que,
después de esto, la evolución se iba produciendo como producto de un proceso
mecánico fruto de las propiedades físicas y químicas de la materia con la que están
formados los organismos y de su entorno. La idea básica de la teoría de Lamarck era
la siguiente: el entorno cambia, las formas de vida luchan por adaptarse
continuamente a las nuevas exigencias de su hábitat, estos esfuerzos modifican sus
cuerpos físicamente, y estos cambios físicos son heredados por la descendencia. Es
decir, que la evolución que proponía la teoría de Lamarck era un proceso que se
sostiene en un concepto llamado herencia de las características adquiridas: los padres
transmiten a los hijos los rasgos que adquieren a partir de cómo se relacionan con el
entorno. Veamos cómo funcionaba este proceso hipotético utilizando el ejemplo más
famoso sobre la teoría de Lamarck: el caso de las jirafas que estiran el cuello. El
ejemplo de las jirafas y Lamarck En un primer momento, un animal similar a un
antílope ve cómo su entorno se vuelve cada vez más seco, de modo que la hierba y
los arbustos empiezan a escasear cada vez más y necesita recurrir a alimentarse de
las hojas de los árboles con mayor frecuencia. Esto hace que estirar el cuello se
transforme en uno de los hábitos definitorios del día a día de la vida de algunos de los
miembros de su especie. Así, según la teoría de Lamarck, los pseudo-antílopes que no
luchan por acceder a las hojas de los árboles estirando el cuello tienden a morirse
dejando poca o ninguna descendencia, mientras que los que estiran el cuello no solo
sobreviven ya que al tener el cuello estirado este se prolonga, sino que esta
característica física (el cuello más largo) es transmitida a su herencia. De este modo,
con el paso del tiempo y de las generaciones, aparece una forma de vida que antes no
existía: la jirafa.
Creacionismo.
Atribuye la existencia de la vida a una “fuerza creadora” desconocida. Esta idea surgió
quizá del hombre primitivo y se reforzó en las primeras culturas, como la egipcia o la
mesopotámica. La teoría creacionista considera que la vida, al igual que todo el
Cosmos, se originó por la voluntad creadora de un “ser divino”.
Teoría de la panspermia.
A principios del siglo XX el científico llamado Svante Arrhenius propuso que la vida
había llegado a la Tierra en forma de bacterias, procedente del espacio exterior, de un
planeta en el que ya existían. Estos organismos llegaron a la Tierra transportados por
el polvo cósmico y los meteoritos, los cuales fueron atraídos por la gravedad terrestre.
Aunque a esta teoría se le pueden poner dos objeciones:
         No explica cómo se originó la vida en el planeta de donde provienen las “bacterias”.
         Sería imposibles que cualquier forma de vida puede atravesar la atmósfera de la
Tierra sin quemarse debido a que se ha comprobado que cuando penetran el planeta
se alcanzan elevadas temperaturas.

Teoría de la generación espontánea o abiogénesis.

“Esta hipótesis plantea la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí
misma”. La generación espontánea señala que se puede producir vida a partir de
materia inerte. Por ejemplo, los ratones surgen del papel de periódicos, las moscas
surgen del estiércol y de la basura, los patos se originan a partir de los frutos de
algunas plantas, entre otros.
Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un "principio activo" y
que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este
principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una
capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el
cual dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el huevo de la
gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía
en pez, y así sucesivamente. También se creyó que la basura o elementos en
descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que
los gusanos que se desarrollan en la basura son larvas de insectos.
Esta teoría confundía atracción con generación. Evidentemente, el estiércol atrae moscas
que ponen huevos generando nuevas moscas, pero esto no quiere decir que estos
insectos hayan sido creados por el estiércol.
En el siglo XVII, comenzó la oposición a esta teoría. Uno de los primeros trabajos en
contra de la generación espontánea fue realizado por Francisco Redi, en el año 1665.
El trabajo de Redi se basó en la premisa de que la carne putrefacta genera moscas.
Para el desarrollo de su investigación, Redi planteó dos hipótesis: (a) que las moscas
surgen de la carne por generación espontánea y (b) que las moscas nacen de los
huevos que otras moscas han dejado en la carne putrefacta.
Realizó un experimento con dos envases con carne putrefacta en su interior. Uno de los
envases estaba descubierto, mientras que el otro estaba tapado.
Pasados los días, Redi observó que en la carne al descubierto había larvas y moscas,
mientras que la carne del frasco tapado no presentaba ninguno de los dos.
De este modo, Redi comprobó que las moscas no surgían de la carne putrefacta. A pesar
de los descubrimientos de Redi, muchos científicos continuaron creyendo en la
generación espontánea.
Fueron los trabajos de Luis Pasteur los que le dieron el golpe definitivo a esta teoría. Este
científico realizó experimentos con caldos calentados.

Concluyó que los microorganismos no surgían del caldo, sino que se encontraban en el
aire y encontraban el caldo propicio para reproducirse. De este modo, quedó
desacreditada la teoría de la generación espontánea.

Esta hipótesis fue aceptada durante muchos años y se hicieron investigaciones alrededor
de esta teoría con el fin de comprobarla. Uno de los científicos que realizó
experimentos para comprobar esta hipótesis fue Jean Baptiste Van Helmont, quien
vivió en el siglo XVII quien realizó un experimento con el cual se podían,
supuestamente, obtener ratones y consistía en colocar una camisa sucia y granos de
trigo por veintiún días, lo que daba como resultado algunos roedores. El error de este
experimento fue que Van Helmont sólo consideró su resultado y no tomo en cuenta los
agentes externos que pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este
científico hubiese realizado un experimento controlado en donde hubiese colocado la
camisa y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado podría haber sido
diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron espontáneamente,
sino que provenían del exterior.

Platón o Aristóteles creyeron en la generación espontánea, y aceptaron la aparición de


formas inferiores de vida a partir de “materia no viva”. Se basaban en la observación
natural de la carne en descomposición, de la que, al cabo de unos días, surgían
gusanos e insectos.
Francesco Redí (1626-1698) fue un médico italiano que se opuso a la teoría de la
generación espontánea y demostró que en realidad esos gusanos que aparecían, eran
las larvas de moscas que habían depositado sus huevos previamente. Para demostrar
su teoría, en 1668 diseñó unos sencillos experimentos, que consistieron en colocar
pequeños trozos de carne dentro de recipientes cubiertos con gasa y otros trozos en
recipientes descubiertos, para que sirvieran como “testigo”. Unos días después, la
carne que quedó al descubierto tenía gusanos, mientras que la carne protegida no los
tenía. Además, sobre la gasa que cubría los frascos se encontraron los huevecillos de
las moscas, que no pudieron atravesarla.
En la misma época, Anton Van Leeuwenhoek (1632-1723), un comerciante holandés con
una gran afición por pulir lentes, estaba construyendo los mejores microscopios de su
época, y realizó las primeras observaciones reconocidas de microorganismos, a los
que él denominaba “animáculos”.
Lázaro Spallanzani (1726-1799), un naturalista italiano, no aceptó las conclusiones de
Needham. En 1765 preparó” caldos” en distintas vasijas de cristal con boca alargada
(similar a un matraz aforado) y los sometió a ebullición prolongada. Unas vasijas las
dejó abiertas, mientras que otras las tapó herméticamente. Cuando calentaba un caldo
en un frasco abierto, se observaba que al cabo de un tiempo aparecían
microorganismos, mientras que cuando lo hacía en frascos cerrados, éstos no
aparecían.
Los resultados de Spallanzani no convencieron a Needham y sus partidarios, quienes
alegaron que el calor excesivo destruía la vida y que los resultados de Spallanzani,
únicamente demostraban que la vida se encontraba en el aire y que sin él no podía
surgir (en los experimentos de Needham, los matraces estaban abiertos). Spallanzani
repitió el experimento, hirviendo durante dos horas sus caldos, pero cometió el error
de dejarlos semi-tapados como Needham acostumbraba a hacer, por lo que al
observarlos después de unos días encontró que todos los caldos se habían
contaminado con microorganismos que procedían del aire. Al considerarse que las
pruebas no eran concluyentes, el problema quedo sin decidirse otros 100 años, en los
que la controversia continuó, hasta que, en 1859, la “Academia francesa de Ciencias”
ofreció un premio a quien pudiera demostrar, con suficientes pruebas, si existía o no la
generación espontánea.
El premio lo ganó Louis Pasteur (1822-1895) quien, a pesar de su juventud, en aquella
época ya era un reconocido químico-biólogo. Mediante una serie de serie de sencillos,
pero ingeniosos experimentos, obtuvo unos resultados irrefutables, que derrumbaron
una idea (la “generación espontánea") que había durado casi 2.500 años. A partir de
entonces se considera indiscutible que todo ser vivo procede de otro (Omne vivum ex
vivo), un principio científico que sentó las bases de la teoría germinal de las
enfermedades y que significó un cambio conceptual sobre los seres vivos y el inicio de
la Bacteriología moderna.

Teoría de Oparin (abiótica o quimiosintética).

El soviético A. I. Oparin y el inglés J. B. S. Haldane publicaron (en 1924 y 1929,


respectivamente) trabajos independientes acerca del origen de la vida con un enfoque
materialista. Sin embargo, la obra realizada por Oparin es más conocida y extensa,
este autor concibió una atmósfera primitiva de naturaleza química reductora, formada
por metano, amoniaco, vapor de agua e hidrógeno que gracias a la acción de los rayos
ultravioleta y otras formas de energía, las sustancias nombradas anteriormente dieron
lugar a diversos compuestos orgánicos. Tales rayos consiguieron penetrar hasta la
superficie de la Tierra porque, con la ausencia de oxígeno en la atmósfera, resultaba
imposible la existencia la existencia de una capa de ozono como la que,
afortunadamente, protege al planeta desde hace muchos millones de años. Es
importante anotar que, en 1952, el estadounidense S. L. Miller demostró
experimentalmente que esta de la teoría de Oparin pudo corresponder con lo ocurrido.
Para ello, construyó un aparato donde introdujo una mezcla de metano, amónico,
vapor de agua e hidrógeno y, después de someterla a descargas eléctricas durante
una semana, obtuvo, según lo demostraron los análisis químicos, entre ellos algunos
aminoácidos.

Experimento de Miller
Pero la teoría de Oparin no se detiene en la formación de compuestos orgánicos, sino
que propone que posteriormente se formaron amontonamientos o agregados
moleculares de constitución química diversa (llamados coacervados), visualizados
como una especie de puente entre los compuestos orgánicos y las células.
Para Oparin, entre los coacervados más estables se produciría una selección natural
que permitiría seguir evolucionando hacia niveles superiores de organización. Para
Oparin, entre los coacervados más estables se produciría una selección natural que
permitiría seguir evolucionando hacia niveles superiores de organización.
Teoría celular
La primera aportación a esta teoría se atribuye al inglés Robert Hooke (1635-1703).
Fue en el año 1665 cuando este científico realizó cortes muy delgados de tejido de
corcho y, mediante observación microscópica se percató de que estaban formados por
una gran cantidad de pequeños espacios a los que llamó celdillas o células. De igual
manera la idea de la célula como unidad biológica nació en el siglo XVII gracias a las
aportaciones de varios científicos, entre ellos el holandés Anton van Leeuwenhoek
(1632-1723) autodidacta y constructor de sus propios microscopios, que lograban
amplificar las imágenes unas 300 veces, lo cual contribuyó ampliamente a que pudiera
observar células que poseían movimiento en agua, ya fuera en el sarro de sus dietes o
en semen.
Teoría de las fuentes hidrotérmicas
La atmósfera primitiva de la Tierra era hostil, con poco oxígeno en estado gaseoso. No
existía una capa de ozono que protegiera el planeta.
Esto significa que los rayos ultravioletas del Sol podían llegar fácilmente a la superficie
terrestre. Por lo tanto, la vida en la Tierra no era posible.
Esto ha hecho que muchos científicos conjeturen que los primeros seres surgieron en
las aguas profundas, donde no alcanzaban los rayos ultravioletas.
Más concretamente, se considera que la vida se originó cerca de las fuentes
hidrotérmicas. A pesar de que estas fuentes de agua son sorprendentemente
calientes, incluso hoy en día muestran formas de vida primitiva que pudieron haber
surgido en el Precámbrico. Por este motivo, es muy plausible pensar que los primeros
organismos surgieron bajo el agua. De allí, evolucionaron hasta formar las distintas
especies que conocemos hoy en día.
EL BIG BANG.

Es el momento más importante, de la nada se forma el universo, se origina la materia,


generando todo lo que reconocemos; lo que nos han enseñado desde niños, lo que
vemos día a día, el mundo, nuestro universo. “La explosión “es el momento en que
inicia todo, cada partícula de materia comenzó a formar toda nuestra superficie. Los
investigadores han logrado reconstruir la historia del big bang, todo lo que este
“estallido” lanzo fueron partículas elementales conocidas y nombradas hoy en día. En
el año 1498 el físico ruso nacionalizado Estadounidense George Gamow cambió la
teoría Lemaître del núcleo primordial, él manifestaba que el universo se creó en una
explosión gigantesca, minutos después del big bang se originaron los diversos
elementos que hoy vemos, con la temperatura en su punto más alto, haciendo una
fusión de partículas subatómicas con elementos químicos.

En la actualidad señalan que el hidrogeno y el helio fueron los productos primarios del
big bang, el resto se formó dentro de las estrellas, pero la teoría de Gamow indica una
evolución, gracias a la alta densidad de ese momento, esto se expandió por el
universo formando estrellas y galaxias.

Muchos problemas sin resolver han quedado de la historia del universo, interrogantes
que nos llenan de duda, una de ellas es si el universo se expandirá indefinidamente o
se volverá a contraer, la cosmología teórica trata de desarrollar una mejor
comprensión del proceso del big bang, muchas teorías han producido especulaciones.

Se torna interesante la historia del universo, con cada historia, cada teoría, con cada
investigador que nos alimenta con información, lo interesante es que día a día
aprendemos algo nuevo del origen del universo.

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