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Modelos Contables. Ed. Errepar

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JAIME D.

ALBA
LUIS F. ALBA

MODELOS CONTABLES

Los autores desarrollan los elementos constitutivos de los modelos contables que se integran con el
concepto de capital, criterio de medición y unidad de medida. Luego, describen los modelos conocidos
como "costo histórico sin ajustar", "costo histórico ajustado", "valores corrientes", "capital físico" y el
propio "modelo argentino", describiendo, en todos los casos, las características del capital financiero, el
costo y la unidad de medida.

I - CONCEPTO
El Diccionario de la Lengua Española, entre otras definiciones de "modelo", señala que es un esquema teórico,
generalmente en forma matemática, de un sistema o de una realidad compleja que se elabora para facilitar su comprensión y
el estudio de su comportamiento.(1)
Según el Diccionario Enciclopédico Salvat, "modelo" es el ejemplar, o la forma que uno se propone, siguiendo en la
ejecución de una obra artística, o en otra cosa. (2)
Por lo tanto, para comprender y estudiar el comportamiento de la realidad compleja (3), que es la cuantificación contable
del patrimonio y su evolución, con la consecuente determinación de los resultados de un período, es necesario proponer y
seguir un esquema teórico. Este esquema (estructura) es el modelo contable.
Modelo contable es un conjunto de normas contables coordinadas, que tiene como objetivo brindar información útil, con
el mayor acercamiento posible a la realidad económica. (4)
El 12 de junio de 1992, la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) aprobó la
resolución técnica (RT) 10/1992 sobre normas contables profesionales, basada en la última de las versiones revisadas del
informe 13. Esta resolución técnica, en el punto A.2.4, señala que el modelo contable es la estructura básica que concentra,
conceptualmente, los alcances generales de los criterios y normas de valuación y medición del patrimonio, y sus resultados.
Un modelo contable consta de tres definiciones básicas:
a) El concepto de capital a mantener.
b) Los criterios de valuación a aplicar.
c) La unidad de medida a emplear.(5) (6)

II - ELEMENTOS CONSTITUTIVOS
Cualquier modelo contable consta de tres definiciones básicas:
a) El concepto de capital, que debería mantenerse a los efectos de determinar los resultados de cada período respecto
del cual podría considerarse:
1. un concepto de capital físico, tal como capacidad operativa; el capital es considerado como la capacidad
productiva de la empresa, basada en las unidades de producción por día; bajo el concepto de capital físico a
mantener, los resultados se generan en un período sólo si la capacidad física productiva, al final del período, es
distinta de la capacidad física productiva al principio del mismo después de excluir cualquier distribución y
contribución de los dueños durante el período, o
2. un concepto de capital financiero, tal como dinero invertido (o comprometido a aportar), o el poder de compra
invertido; el capital es sinónimo de activos netos, o capital invertido de la empresa; bajo el concepto de capital
financiero a mantener (tal como dinero invertido), los resultados se generan sólo si el importe financiero de los
activos netos al final del período es distinto del importe financiero existente al principio del mismo, una vez excluida
cualquier distribución y contribución de los dueños durante el período; el mantenimiento del capital financiero puede
medirse ya sea en unidades monetarias nominales, o en unidades de poder de compra constante.
b) Los criterios de medición a emplear. Podrían considerarse las siguientes alternativas para la medición contable de
activos (en cualquier caso, sin excederse de su valor límite) y pasivos (en tanto no estén por debajo de su costo de
cancelación):
1. valores históricos (costos incurridos);
2. valores corrientes (valores del presente);
3. combinaciones de los dos anteriores, con participación variable de cada concepto.
c) La unidad de medida a emplear. Existen dos enfoques extremos:
1. sin ajuste monetario; conservar todas las medidas en la moneda de poder adquisitivo y de origen; o sea, efectuar
las mediciones en moneda nominal (en épocas de inflación o deflación, la moneda nominal es heterogénea, de
distinto poder adquisitivo y de diferente poder de compra, entre otras cosas);
2. practicar el ajuste integral por inflación para homogeneizar todas las mediciones contables a una fecha
determinada (moneda homogénea, o moneda constante, de igual poder adquisitivo y de igual poder de compra).
El Marco de Conceptos para la Preparación y Presentación de Estados Financieros de las Normas Internacionales de
Contabilidad (NIC), del International Accounting Standards Committee (IASC) -párrafos 102 a 110- es consistente con lo
antes expresado. Las NIC no proponen un modelo en particular, a menos que se trate de circunstancias excepcionales, tales
como las de aquellas empresas que informan en una divisa de economía hiperinflacionaria (NIC 29). (7)
Considerando las alternativas principales enunciadas, se pueden formular modelos contables distintos combinando las
posibilidades que brindan las tres definiciones. O sea, no existe un único conjunto de criterios irrefutables y unánimemente
aceptados para elaborar los estados contables. Por el contrario, se sostienen distintas posturas tanto con respecto a temas
esenciales como en relación a cuestiones específicas. Esto determina que existan diferentes modelos contables. Pero,
además, hay otros aspectos importantes que señalar. No hay ningún modelo que pueda aplicarse a ultranza -al 100%- en las
prácticas contables de los distintos países (8). Cuando se define un modelo contable en función del concepto de capital físico a
mantener, se deben usar como criterios de medición el costo actual (valores presentes o corrientes). Sin embargo, el
concepto de mantenimiento del capital financiero no requiere el uso de una base especial de medición.
En la República Argentina, las normas contables profesionales vigentes [RT (FACPCE) 16/2000] (9) postulan un modelo
contable que define:
1. el concepto de capital a mantener: financiero (el invertido en moneda);
2. la unidad de medida a emplear: moneda homogénea, de poder adquisitivo de la fecha a la cual corresponden los
estados contables; en un contexto de estabilidad monetaria, como moneda homogénea se utilizará la moneda nominal, y
3. los criterios de medición a aplicar: valores corrientes y/o valores históricos, según el tipo de bien; está vigente en la
Provincia de Mendoza el modelo contable propuesto por las resoluciones técnicas (FACPCE) 16/2000 y 17/2000, con
aplicación para los ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2003.
En los apartados siguientes, nos centraremos en aquellos modelos contables cuyos lineamientos tienen un valor teórico
que justifica su estudio.

III - MODELO CONTABLE "A". CAPITAL A MANTENER: CAPITAL FINANCIERO.


CRITERIO DE VALUACIÓN (MEDICIÓN): COSTO HISTÓRICO. UNIDAD DE MEDIDA:
MONEDA NO AJUSTADA POR INFLACIÓN (MONEDA NOMINAL)
El concepto de capital financiero es la suma dineraria del aporte (o comprometido a aportar). Bajo el concepto de capital
financiero a mantener (tal como dinero invertido), los resultados se generan sólo si el importe financiero de los activos netos
(patrimonio neto), al final del período, es distinto del importe financiero de los activos netos existentes al principio del mismo,
una vez excluida cualquier distribución y contribución de los dueños durante el período, todo debiéndose en unidades
monetarias. El concepto de capital financiero es el que se ha aplicado en la práctica contable y ha sido sostenido por la
doctrina en forma casi unánime hasta el presente. La magnitud del capital resulta independiente del valor de los bienes en los
que se ha invertido el aporte.
Los activos deben ser medidos a sus costos históricos, sin excederse de una medición límite. Éste es el pensamiento de
la doctrina, compartido por Enrique Fowler Newton(10). Pero no hay igual consenso en cuanto a cuál es el valor límite por
encima del que se considera que las diversas partidas están sobrevaluadas. A lo largo del tiempo se han desarrollado, en
relación con este tema, dos concepciones:
- Tomar como valor límite el "valor de mercado". Dicho valor se asocia con el costo de reposición; es decir que se trata
de un valor corriente de entrada en el patrimonio, vigente a la fecha a la cual se refieren los estados contables.
- Fijar el tope en el denominado "valor recuperable" (VR). Dicho valor es el mayor entre el valor neto de realización y el
valor de uso (valor de utilización económica). El "valor neto de realización" (VNR) es la diferencia entre el precio de venta
de contado de un bien, o conjunto de bienes o servicios (incluidos ingresos adicionales, no atribuibles a la financiación,
que la venta generare de por sí: por ejemplo, un reembolso de exportación), y los costos adicionales directos, que se
generarán hasta su comercialización: incluso, por ejemplo, comisiones, impuesto a los ingresos brutos y similares. El
valor de uso, según la naturaleza de los bienes, puede estimarse de maneras distintas. El general es el de significado
económico que el o los activos en cuestión tienen para la entidad en función de su actividad y de la utilización que de
ellos se haga, y esto puede medirse generalmente en función del valor actual esperado de los flujos netos de fondos, que
deberían surgir del uso de los bienes y de su disposición al final de su vida útil (o de su venta anticipada, si ella hubiera
sido resuelta). Este concepto es consistente con las NIC y con las resoluciones técnicas emanadas de la FACPCE.
Sea cual fuere el tope aplicable, llegado el cierre del ejercicio, y como paso previo a la determinación de la cifra por la
que se medirá cada activo, deberá efectuarse una comparación entre el importe contabilizado y el valor límite
correspondiente. Este valor límite no podrá ser sobrepasado, por lo que si el importe contabilizado hasta ese momento es
mayor, deberá reducírselo. En el modelo contable que estamos estudiando, la comparación se efectuará entre el "costo
histórico" de adquisición, o producción en moneda nominal (de origen), y el valor límite vigente a la fecha que corresponden
los estados contables (estados financieros).
Los criterios de medición de los pasivos deben ser coherentes con los empleados para los activos. No se pueden medir
por debajo de su costo de cancelación (límite inferior).
Como concepto de costo de incorporación al patrimonio se admite, en general, el sacrificio económico que debe
afrontarse para adquirir o producir un bien. Por lo tanto, el costo de adquisición no es sinónimo de precio de compra. El costo
es más abarcador: incluye otras partidas, tales como gastos de compra y recepción, y control de calidad, entre otras, hasta
que el bien esté en condiciones de ser vendido o utilizado, según corresponda en función de su destino. Se entiende que los
gastos de financiación ocasionados por la compra financiada de un activo no forman parte del costo del bien: éstos deberían
imputarse a resultados, a medida que transcurra el tiempo. O sea, el precio de compra a computar es el precio de contado, al
igual que los gastos que deben activarse. Durante la tenencia de los bienes, se los mantiene a su costo, a pesar de que, en
el ínterin, puedan haber variado su valor (por influencia del mercado). La regla enunciada tiene la siguiente excepción: en
oportunidad del cierre del ejercicio, debe compararse el costo original de los activos existentes con el valor límite y elegi r el
menor de ambos. En consecuencia, si el valor límite fuese menor, habría que reducir el valor del costo original de los bienes a
su valor límite. La diferencia se incluirá negativamente en el estado de resultados. Es decir que, en este modelo contable, se
puede reconocer contablemente un "resultado por tenencia" (R x T) negativo (pérdida), pero nunca un resultado por tenencia
positivo (ganancia), que se daría en el caso de que el valor corriente (por ejemplo, precio de reposición de bienes de cambio)
sea superior al costo contable medido a costo de adquisición. Es importante notar que el resultado por tenencia no aparece
causado por el criterio de valuación (medición), sino por comparar el criterio de valuación primario con el límite.
Con respecto al pasivo, se acepta generalmente que su medición no puede ser inferior al costo de cancelación vigente a
la fecha a la que se refieren los estados contables; si lo fuese, se tendría que ajustar la valuación del pasivo a su costo de
cancelación, utilizando una cuenta denominada "resultados por tenencia" (R x T), en forma negativa (pérdida).
El modelo contable no reconoce el efecto de la inflación.
El modelo contable que se acaba de describir fue el que se usó en nuestro país, casi al pie de la letra, hasta principios de
la década del '70, en el que, como valor límite, se tomaba el valor de mercado. En la actualidad, es el modelo contable más
usado, con algunas variaciones. Se usa en Estados Unidos y en algunos países de Europa occidental, entre otros.
Este modelo contable cumple con los requisitos de la información contable en épocas en las que la inflación o deflación es
inexistente. Entendiendo por inflación la pérdida persistente del poder adquisitivo de la moneda, esto significa que el dinero,
en vez de ser un patrón estable de valor y de mantener, a lo largo del tiempo, el mismo poder de compra, lo va
disminuyendo. La inflación o deflación produce efectos sobre los estados contables confeccionados, sin tener en cuenta la
inflación o deflación. Estos efectos, entre otros, son:
- Distorsiones en los saldos de las cuentas: las cuentas van acumulando importes heterogéneos; las distintas partidas
tienen distinto poder adquisitivo según la época en la que fueron debitadas o acreditadas; obviamente, los saldos totales
informados en los estados contables informarían erróneamente la realidad del ente.
- Distorsión en los totales de los estados contables: si se preparan estados contables como si no hubiera inflación,
aunque exista de hecho, carecerían de significado lógico diversos totales de los mismos.
- Distorsión en los resultados de venta: en una empresa comercial, el resultado bruto de ventas surgiría de comparar el
ingreso por ventas, contabilizando al precio corriente del momento en el que se efectúa la transacción; o sea, la moneda
de poder adquisitivo del momento de la venta, con el costo de adquisición de la mercadería vendida, que puede estar en
moneda de poder adquisitivo distinto -de varios meses antes-; es decir, se distorsiona el resultado en términos de
intercambio; se comparan monedas heterogéneas (distinto poder adquisitivo).
- Distorsión en los cargos por amortización: los bienes de uso permanecen un tiempo prolongado en el patrimonio de la
empresa; si se los mantiene a su costo histórico sin ajustar por inflación, y hay inflación significativa, las amortizaciones
contables se seguirán calculando sobre los valores originales de incorporación al patrimonio y serán insuficientes para
informar la pérdida de valor de los bienes de uso, distribuyéndose dividendos en exceso; por lo tanto, no se retendrán
los fondos necesarios a fin de reponer los bienes de uso cuando expire su vida útil.
- Distorsión en las comparaciones: carece de toda lógica comparar dos estados contables a fechas sucesivas, si
previamente no se reexpresan por inflación.
- Resultado por Exposición al Cambio en el Poder Adquisitivo de la Moneda (RECPAM): al no realizarse el ajuste por
inflación, se omite la determinación del "Resultado por Exposición al Cambio en el Poder Adquisitivo de la Moneda
(RECPAM)", que lo causa la tenencia de saldos en rubros monetarios (Caja, entre otros) durante un período de
inestabilidad monetaria; por ejemplo: si durante el ejercicio se mantuvo una cierta cantidad de dinero de curso legal en
Caja, éste se habrá desvalorizado (perdió poder adquisitivo), pues, debido a la inflación, al cierre del ejercicio se podrán
comprar con esa cantidad de dinero menos bienes que al inicio.
De acuerdo con las distorsiones expresadas y otras más, se justificaría, en un contexto de inestabilidad monetaria, un
modelo contable que utilice como unidad de medida la "moneda homogénea", es decir, la moneda ajustada por inflación.
Cabe consignar, por último, que el modelo que acabamos de describir es calificado como "contabilidad tradicional" por
Enrique Fowler Newton(11) y como "corriente de opinión ortodoxa pura" por Mario Biondi. (12)
En términos generales, puede decirse, respecto de este modelo, que:
1. los componentes del patrimonio quedan medidos por sus valores originales de ingreso al patrimonio, excepto que los
valores límites sean menores -en el caso de activos- o mayores -en el caso de pasivos- que los valores originales de
ingreso al patrimonio;
2. los componentes son medidos en moneda homogénea en períodos de estabilidad monetaria;
3. en un contexto inflacionario o deflacionario, este modelo no reconoce los RECPAM, como consecuencia de la unidad de
medida;
4. no reconoce resultados de tenencia positivos (ganancia, en la situación de que el valor corriente sea superior al costo
contable -en el caso de activos- o inferior al valor contable -en el caso de pasivos-), pero sí reconoce resultados de
tenencia negativos (pérdidas) en la situación de que los valores límite sean menores -en el caso de activos- o mayores -
en el caso de pasivos- que los valores originales de ingreso al patrimonio (consecuencia del límite del criterio de
valuación);
5. los saldos de las cuentas presentan distorsiones, en caso de inestabilidad monetaria (consecuencia de la moneda
heterogénea).

IV - MODELO CONTABLE "B". CAPITAL A MANTENER: CAPITAL FINANCIERO.


CRITERIO DE VALUACIÓN (MEDICIÓN): COSTO HISTÓRICO. UNIDAD DE MEDIDA:
MONEDA AJUSTADA POR INFLACIÓN
Así como el concepto de capital financiero es tal como dinero invertido (o comprometido a aportar), o el poder de compra
invertido, el capital (patrimonio neto) es sinónimo de activos netos, o capital invertido de la empresa. El mantenimiento del
capital financiero debe medirse, en este modelo, en unidades de poder de compra constante. Bajo el concepto de capital
financiero a mantener, los resultados se generan sólo si el importe financiero de los activos netos en moneda constante (en
general, expresados en moneda de poder adquisitivo de la fecha a la cual se refieren los estados contables), existentes al
final del período, es distinto del importe financiero existente al principio del mismo, una vez excluida cualquier distribución y
contribución de los dueños durante el período expresado en moneda constante (en general, expresados en moneda de poder
adquisitivo de la fecha a la cual se refieren los estados contables).
El concepto de capital financiero es el que se ha aplicado en la práctica contable, y ha sido sostenido por la doctrina en
forma casi unánime hasta el presente. La magnitud del capital resulta independiente del valor de los bienes en el que se ha
invertido el aporte.
Unidad de medida. Moneda ajustada por inflación
De acuerdo con las distorsiones expresadas, válidas para modelos contables que utilicen moneda de poder adquisitivo de
origen en un contexto económico de inflación o deflación, y otras más, se justificaría, en un contexto de inestabilidad
monetaria, un modelo contable que utilice como unidad de medida la "moneda homogénea", es decir, la moneda ajustada por
inflación o deflación.
La importancia del estudio del tema que nos ocupa deriva de que la información contable, particularmente los estados
contables, sirven de base para la toma de ciertas decisiones de naturaleza fundamentalmente económica por parte de
inversores y acreedores actuales y potenciales, entre otros, además de los administradores del ente. Si, a su vez, los estados
contables están distorsionados, es decir, no muestran razonablemente la situación del ente al que se refieren, existe una alta
probabilidad de que las decisiones que se adopten no sean las apropiadas. Como ejemplo de este tipo de decisiones, basta
pensar que los estados contables sirven de base para la distribución de resultados (honorarios, gratificaciones, dividendos) y
el pago de impuestos, entre otros, y pueden ser también utilizados para la determinación de precios, la asignación de
préstamos, las decisiones de inversión, el control de gestión.
Habida cuenta de estos efectos básicos que genera la variación en el poder adquisitivo de la moneda sobre los estados
contables, el método de indexación -o también llamado "ajuste integral de los estados contables", para reflejar las
variaciones en el poder adquisitivo de la moneda- se propone los siguientes objetivos(13):
1. Homogeneizar todos los valores expuestos en los estados contables, generalmente en moneda de poder adquisitivo de
la fecha a la cual se refieren los estados contables.
2. Medir el RECPAM. La resolución técnica (FACPCE) 6/1984 instituye que el resultado por exposición al cambio en el
poder adquisitivo de la moneda comprenderá el efecto de ese cambio sobre las partidas monetarias (o expuestas al
cambio en el poder adquisitivo de la moneda).(14)
Se deben distinguir conceptualmente los rubros monetarios -que son los generadores del RECPAM- de los rubros no
monetarios:
- Rubros monetarios: son los activos y pasivos que representan una cantidad cierta de moneda legal, por ejemplo,
Dinero en Caja y en Bancos, Cuentas a Cobrar y a Pagar en esa moneda, sin cláusula de ajuste por inflación. Los rubros
monetarios, también llamados "actualizados" o "no ajustables" -dice el CECYT-, son aquellos expuestos a la inflación, y
están constituidos por la existencia de moneda de curso legal y por derechos y obligaciones expresados en dicha
moneda; sus valores son corrientes: están expresados en moneda de poder adquisitivo de la fecha a la cual se refieren
los estados contables.
- Rubros no monetarios: son todos los no comprendidos en la definición de "rubros monetarios", por ejemplo, Bienes de
Uso, Bienes de Cambio, Capital, Reservas, Resultados del Ejercicio, Resultados Acumulados, entre otros; también se los
denomina "no actualizados" o "ajustables"; en general, los rubros no monetarios están expresados en una moneda de
distinto poder adquisitivo a la de la fecha a la cual se refieren los estados contables; digo en general porque podrían
haber sido adquiridos en el mes que corresponde al cierre y en ese caso estarían expresados en moneda de poder
adquisitivo de la fecha a la cual se refieren dichos estados contables.
El Activo y el Pasivo pueden estar compuestos por rubros monetarios y no monetarios.
Veamos de qué manera el método de ajuste integral se propone lograr los dos objetivos. Supongamos la siguiente
situación patrimonial: costos históricos y moneda nominal de origen de un ente en un momento cero (M0) y en un momento
uno (M1), y cierre del ejercicio anual. No han existido movimientos económicos durante el ejercicio anual.
M0 M1

ACTIVO ACTIVO

Caja 100 Caja 100

TOTAL 100 TOTAL 100

PASIVO PASIVO

Deuda 60 Deuda 60

PATRIMONIO NETO PATRIMONIO NETO

Capital 40 Capital 40

TOTAL 100 TOTAL 100

En esta empresa, existen simultáneamente Activos y Pasivos monetarios (es decir, expuestos a los cambios en el poder
adquisitivo de la moneda). Es posible medir el RECPAM generado por estos rubros aplicando a los mismos la tasa de inflación
operada en el lapso de su tenencia. Así, por ejemplo, en este período en el que la inflación fue del diez por ciento, se tuvieron
cien pesos de dinero en efectivo y una deuda de sesenta pesos, podríamos medir el RECPAM del siguiente modo:
Pérdida por tenencia de dinero
Para no ganar ni perder, se deberían poseer $ 100 x 1,10 $ 110
Pero sólo se poseen $ 100
Pérdida (igual al 10% sobre el dinero: $ 100) $ 10

Ganancia por la tenencia de una deuda cancelable en una suma fija de moneda de curso legal
Para no ganar ni perder, se deberían devolver $ 60 x 1,10 $ 66
Pero sólo se devuelven $ 60

Ganancia (igual al 10% sobre la deuda de $ 60) $ 6

El resultado neto de estos rubros monetarios es igual a seis pesos menos diez pesos [= - $ 4 (pérdida)], que también
podemos medir aplicando la tasa de inflación a la diferencia entre los Activos monetarios y los Pasivos monetarios (patrimonio
neto monetario). En nuestro ejemplo, serían cien pesos menos sesenta pesos (= $ 40). El diez por ciento del patrimonio neto
monetario de cuarenta pesos es igual a cuatro pesos de pérdida (método directo), dado que los Activos monetarios son
superiores a los Pasivos monetarios.
Pero si procedemos de este modo (método directo para determinar el RECPAM), sólo logramos el segundo de los
objetivos buscados con el ajuste integral de los estados contables, puesto que "capital" -rubro no monetario- queda
expresado en moneda de poder adquisitivo de origen.
Se pueden lograr los objetivos primero y segundo a través del ajuste de los rubros no monetarios (método indirecto para
determinar el RECPAM):
Reexpresión del capital: $ 40 x (1 + 0,10) $ 44
Valor de origen $ 40

Ajuste $ 4

Se debe confeccionar el siguiente asiento contable:


.................................................................................

AJUSTE DE RUBROS NO MONETARIOS (CUENTA DE MOVIMIENTO) 4


A Capital (patrimonio neto) o Ajuste de Capital 4

.................................................................................

RECPAM 4

A Ajuste de Rubros No Monetarios 4

..................................................................................

Luego de la contabilización del ajuste, quedaría la siguiente situación patrimonial:


M0 M1

ACTIVO ACTIVO

Caja 100 Caja 100

TOTAL 100 TOTAL 100

PASIVO PASIVO

Deuda 60 Deuda 60

PATRIMONIO NETO PATRIMONIO NETO

Capital 40 Capital 44

TOTAL 100 Resultado del ejercicio (RECPAM) -4

TOTAL 100

Se debe tener en cuenta que, por razones matemáticas, el monto del ajuste neto de los rubros no monetarios es igual al
monto del RECPAM.
Además, en el caso de existir componentes financieros, intereses (explícitos o implícitos), actualizaciones monetarias,
diferencias de cambio, premios por seguros de cambio, o similares derivados de la utilización del capital ajeno, se deben
determinar netos, en su caso, de los correspondientes resultados por exposición al cambio del poder adquisitivo de la
moneda, es decir, en términos reales.
Por el método indirecto se logran los dos objetivos planteados:
1. homogeneizar todos los valores expuestos en los estados contables, generalmente en moneda de poder adquisitivo de
cierre, y
2. medir el RECPAM.
Este modelo contable se utilizaría, generalmente, en períodos con inestabilidad monetaria (inflación o deflación
generalizada).
Como una primera aproximación, podemos decir que, excepto en la corrección de la unidad de medida, el esquema de
funcionamiento es exactamente igual al del modelo contable anterior.
El ajuste integral por inflación persigue como objetivo básico que todas las cifras de los estados contables queden
expresadas en una unidad de medida homogénea. La moneda que se utiliza a tal fin, en general, es aquella cuyo poder
adquisitivo corresponde al momento al cual se refieren los estados contables.
Es importante señalar que el ajuste integral por inflación no debe confundirse con una cuestión de medición. Al momento
de cierre del ejercicio, el costo de incorporación de un Activo constituye un valor histórico, o del pasado. Si se corrige por
inflación ese costo de incorporación, el importe reexpresado igual continúa siendo un valor del pasado: simplemente se lo ha
llevado a una unidad de medida homogénea. Pero el valor real del Activo puede ser distinto del costo original reexpresado.
Por lo tanto, al corregir un importe original por la inflación producida, no se pretende llegar al valor real del bien. El precio
real de los bienes puede variar por desarrollo tecnológico, estacionalidad, cambios en los hábitos de los consumidores,
urbanización en el caso de inmuebles, entre otros.
Cabe aclarar que es un error confundir un aumento en el precio nominal de un bien con un aumento de su precio real. En
un período de intensa inflación, tiende a subir el precio nominal de todos los bienes, fenómeno que no implica que el precio
real varíe. Supongamos, por ejemplo, un país que vive una aguda inflación, en el cual un bien, cuando se compró, costaba
cien pesos al comienzo del ejercicio, y ahora, al final de ejercicio, vale ciento veinte pesos: ¿aumentó o disminuyó su valor
real? Para poder responder, hay que conocer previamente la tasa de inflación del período bajo análisis. Si la tasa de inflaci ón
fue del treinta por ciento y si el bien vale en el mercado ciento veinte pesos, el valor real del bien bajó diez pesos, porque los
cien pesos originales equivaldrían a ciento treinta pesos actuales.
El mecanismo general de reexpresión de los estados contables consta de dos pasos: determinación de la fecha de origen
de las partidas (anticuación) y reexpresión de los importes originales (importe original de las partidas que no estén
expresadas en moneda de poder adquisitivo de la fecha de cierre, multiplicado por el coeficiente corrector). El coeficiente
corrector es el que mide la inflación producida entre la fecha de origen de cada partida y la fecha de cierre del ejercicio. El
coeficiente corrector se determina a través de un cociente entre el "índice de precios de cierre de ejercicio" y el "índice de
precios de la fecha de origen". En la República Argentina, y bajo el imperio de la resolución técnica (FACPCE) 6/1984, se
relacionan los índices de precios internos al por mayor (IPIM) para determinar el coeficiente corrector.
Comparación con el modelo contable anterior
Cuando se liquida una empresa, el único Activo que queda como remanente es dinero en efectivo, que se valúa igual en
ambos modelos contables (valor nominal). Pero el capital reexpresado hasta la fecha de liquidación será mayor (en épocas de
inflación) que el capital sin reajustar, por lo que, dado un determinado importe de patrimonio neto como contrapartida del
dinero, el resultado será tanto menor cuanto mayor sea el capital. Veamos un ejemplo: se liquida una empresa, y el
producido de la realización de todos sus Activos y el pago de los Pasivos determina un saldo en Caja de cinco mil pesos; su
capital original es de mil pesos, y ajustado por inflación, de siete mil pesos; si no se ajusta por inflación, quedará una
ganancia para distribuir a los socios de cuatro mil pesos, pero si se han ajustado los estados contables por inflación, los cinco
mil pesos no alcanzarán ni siquiera para reembolsar el capital aportado, pues quedará una pérdida acumulada de dos mil
pesos.
Un segundo aspecto importante consiste en que, en este modelo, se explicita el RECPAM, que siempre existe en períodos
de inestabilidad monetaria, pero que no es revelado en los estados contables confeccionados en moneda heterogénea.
En cuanto a los criterios de medición, son los mismos que en el modelo anterior, con la salvedad de que las cifras se
reexpresan cuando corresponda. Los Activos no monetarios se incorporan a su costo y, al cierre del ejercicio, se los mide a
costo histórico reexpresado. Por supuesto, esta cifra no puede ser mayor que su límite, entendiéndose por tal el valor de
mercado, o el valor recuperable (VR), conceptualizado como el mayor entre el valor neto de realización y el valor de uso
(valor de utilización económica).
El presente modelo contable no genera la mayoría de las distorsiones comentadas en el modelo anterior.
En términos generales, puede decirse de este modelo contable que:
1. los componentes del patrimonio quedan medidos por sus costos incurridos expresados en moneda de poder adquisitivo
de cierre del ejercicio, excepto que el valor límite sea menor en el caso de los Activos, o mayor en el caso de los Pasivos,
en cuyo caso se toma el valor límite;
2. el resto de los componentes de los estados contables quedan medidos en moneda de cierre (consecuencia de la unidad
de medida);
3. en un contexto inflacionario, este modelo reconoce los RECPAM (consecuencia de la unidad de medida);
4. no reconoce resultados por tenencia positivos; sí los negativos (consecuencia del límite al criterio de medición).

V - MODELO CONTABLE "C". CAPITAL A MANTENER: CAPITAL FINANCIERO.


CRITERIO DE VALUACIÓN (MEDICIÓN): VALORES CORRIENTES. UNIDAD DE
MEDIDA: MONEDA HOMOGÉNEA
Así como el concepto de capital financiero es tal como dinero invertido (o comprometido a aportar), o el poder de compra
invertido, el capital (patrimonio neto) es sinónimo de Activos netos, o capital invertido de la empresa. El mantenimiento del
capital financiero debe medirse, en este modelo, en unidades de poder de compra constante. Bajo el concepto de capital
financiero a mantener, los resultados se generan sólo si el importe financiero de los Activos netos en moneda constante (en
general, expresados en moneda de poder adquisitivo de la fecha a la cual se refieren los estados contables) existente al final
del período es distinto del importe financiero existente al principio del mismo, una vez excluida cualquier distribución y
contribución de los dueños durante el período, todo en moneda constante (en general, expresados en moneda de poder
adquisitivo de la fecha a la cual se refieren los estados contables). El concepto de capital financiero es el que se ha aplicado
en la práctica contable y ha sido sostenido por la doctrina en forma casi unánime hasta el presente. La magnitud del capital
resulta independiente del valor de los bienes en el que se ha invertido el aporte. Este modelo reconoce dos tipos de
resultados dentro del concepto general referido:
1. Resultado proveniente de las operaciones de intercambio, que es la diferencia entre el ingreso que obtiene el ente por
la venta de su producto (bien o servicio) y el costo (corriente) de los insumos empleados en su producción o
comercialización. Según este concepto, el costo es un valor del momento a que se refiere su medición, y no de un
momento anterior o posterior.
2. Resultado de los acontecimientos internos o externos a la empresa, o circunstancias del mercado que originen
acrecentamientos, revalorizaciones y desvalorizaciones en términos reales, o sea, netos de los efectos que produce la
inflación o la deflación sobre las partidas. Estos resultados son denominados "Resultados por Tenencia" (R x T).
Unidad de medida. Moneda homogénea
Se debe practicar el ajuste integral por inflación para homogeneizar todas las medidas contables a una fecha
determinada: o sea, moneda homogénea, o moneda constante, de igual poder adquisitivo y de igual poder de compra. Todo
lo dicho en el modelo contable anterior, en cuanto a unidad de medida, es válido para el presente modelo.
Criterios de medición: valores corrientes
Con la finalidad de mejorar la valuación del patrimonio al momento de cierre del ejercicio, se ha postulado la aplicación
de valores corrientes a las distintas partidas. La selección del valor corriente adecuado se hace fundamentalmente sobre la
base del grado de avance del proceso de generación de resultado en cada caso, procurando que el valor corriente aplicado
sea verdaderamente representativo de la riqueza poseída.
No hay un único valor corriente para todos los elementos componentes del patrimonio, sino que hay que tomar en cuenta
las características de cada uno de ellos. Así, podemos distinguir, entre otros, lo siguiente:
1. El valor corriente de salida (valor neto de realización, o valor actual de flujo de fondos esperados) se aplica cuando,
para convertir un Activo en líquido, sólo resta cobrar en moneda, o cuando la comercialización no demanda esfuerzos
significativos. En el caso de Pasivos en moneda, el valor corriente aplicable es el de salida, o sea, el importe necesario
para su cancelación a la fecha de los estados contables.
2. Para los restantes Activos, se utiliza mayormente en valor corriente de entrada, o costo de reposición, en general a
precios de contado.
3. Cuando se trate de obligaciones en especie (de hacer o de dar cosas), se toma como valor corriente el mayor entre su
costo de reposición y las sumas recibidas por el ente ajustadas por inflación, salvo que las deudas sean cancelables con
Activos existentes, o se refieran a especie adquirible de obtención asegurada, en cuyo caso las deudas se valúan a su
costo de reposición de los bienes.
Este criterio de medición -valores corrientes, en algunos casos- anticipa el reconocimiento de resultados: por ejemplo, en
el caso de bienes de cambio en general, su costo de incorporación al patrimonio, previa reexpresión, se debe medir, al cierre
del ejercicio, a su valor corriente (valor de reposición, o valor neto de realización) y luego, cuando se venda, se debe
establecer el resultado en términos de intercambio por diferencia entre el precio de venta al contado y el valor corriente del
costo. O sea, el costo es un valor del momento al que se refiere su medición, y no de un momento posterior o anterior. Esto
da lugar a reconocer un resultado por la tenencia (ganancia o pérdida), y otro en términos de intercambio, en su caso.
El resultado por tenencia puede dar lugar al reconocimiento de un resultado positivo (cuando el valor corriente del Activo
es superior al costo de adquisición reexpresado), o negativo en caso contrario.
Como concepto de costo de incorporación al patrimonio, se admite, en general, el sacrificio económico que debe
afrontarse para adquirir o producir un bien.
El valor límite de los Activos es su valor recuperable: el mayor entre el valor neto de realización y el valor de utilización
económica.
En términos generales, puede decirse de este modelo lo siguiente:
1. Los componentes del patrimonio quedan medidos por sus valores corrientes de cierre del ejercicio (consecuencia del
criterio de medición).
2. El resto de los componentes contables quedan expresados en moneda de poder adquisitivo del cierre (consecuencia de
la unidad de medida).
3. En un contexto inflacionario, este modelo reconoce el RECPAM ocasionado por los Activos o Pasivos monetarios
(consecuencia de la unidad de medida).
4. Reconoce resultados por tenencia tanto negativos como positivos (consecuencia del criterio de medición y de los
límites).

VI - MODELO CONTABLE ARGENTINO "D"


La República Argentina se encuentra inmersa dentro del proceso de globalización económica. Por lo tanto, la profesión
contable argentina no podía quedar ajena, por lo cual se hizo necesario elaborar un juego de normas contables profesionales
armonizadas con las normas internacionales de contabilidad propuestas por el International Accounting Standard Comitee
(IASC), Comité de Normas Contables Internacionales.
Sobre la base de los trabajos de Tua Pereda(15), podemos concluir que, en el nuevo contexto de globalización y cambio, el
porvenir de nuestro país depende de:
- su acceso a las corrientes financieras internacionales;
- su penetración en los mercados mundiales;
- su participación en el proceso global de industrialización;
- su presencia en la nueva división internacional del trabajo.
En este contexto, la información económica juega un importante papel. En particular, la contabilidad tiene un rol
fundamental por ser uno de los principales proveedores de información para la toma de decisiones económicas.
La mejor contribución que puede realizar la contabilidad al proceso de globalización es cumplir adecuadamente su papel
de suministradores o verificadores de información para la toma de decisiones económicas.
Es por ello que debemos potenciar al máximo:
a) las características y los requisitos que exigimos normalmente de la información financiera;
b) la adaptabilidad y flexibilidad de nuestros sistemas contables, orientándolos a constituir bases de datos
multipropósito;
c) los requerimientos éticos en los que se basa la confianza pública de nuestra profesión;
d) la búsqueda de normas comunes que favorezcan la globalización, pero que dejen cabida a las peculiaridades de cada
país.
La República Argentina podía seguir distintas vías de acción:
- Actitud pasiva: manteniendo las normas actuales, sin importar lo que ocurra en el ámbito mundial o, en el otro
extremo, dejando de lado lo que se ha hecho y tomando las NIC como normas argentinas en su totalidad.
- Actitud activa: analizar las NIC, compararlas con las normas argentinas y elaborar un marco de normas propias que
tengan como marco de referencia las NIC, pero considerando la realidad local.
La actitud que tomó la FACPCE fue la activa.
Ese juego de normas argentinas se encuentra plasmado en las resoluciones técnicas aprobadas por la FACPCE. Mediante
la resolución (CPCE Mendoza) 1366/2001, de fecha 30 de julio de 2001, se aprueban las resoluciones técnicas (FACPCE)
16/2000, 17/2000, 18/2000 y 19/2000 para los ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2003. Estas nuevas normas
contables establecen un modelo contable. El mismo postula lo siguiente:
a) Capital a mantener: se considera capital a mantener el financiero (el invertido en moneda).
b) Unidad de medida:
- Primer párrafo del apartado 3.1 de la segunda parte de la resolución técnica (FACPCE) 17/2000: en un contexto de
inflación o deflación, los estados contables deben expresarse en moneda homogénea, de poder adquisitivo de la
fecha a la cual corresponden; a tal efecto, deben aplicarse las normas contenidas en la resolución técnica (FACPCE)
6/1984 (estados contables en moneda homogénea).
En un contexto de estabilidad monetaria, como moneda homogénea se utilizará la moneda nominal. La FACPCE
evaluará, en forma permanente, la existencia o no de un contexto de inflación o deflación en el país. Ante el caso de
una interrupción y posterior reanudación de los ajustes, se sigue el siguiente método: cuando el ajuste para reflejar
el efecto del cambio en el poder adquisitivo de la moneda se reanude después de un período de estabilidad
monetaria, tanto las mediciones contables reexpresadas por el cambio en el poder adquisitivo de la moneda hasta el
momento de la interrupción de los ajustes, como las que tengan fechas de origen incluidas en el período de
estabilidad, se consideran expresadas en moneda del último mes del período de estabilidad. (16)
- Artículo 62, último párrafo, de la ley 19550 (modificada por la L. 22903): los estados contables deben
confeccionarse en moneda constante.
- Decreto nacional 1269/2002 (BO: 17/7/2002): establece, entre otros aspectos, la derogación del decreto nacional
316/1995 ("...los entes de control no pueden recibir estados contables en moneda homogénea") y explícitamente
indica la vigencia del artículo 62 de la ley de sociedades comerciales.
- Decreto nacional 664/2003, del 26 de marzo de 2003 ("...los entes de control no pueden recibir estados contables
en moneda homogénea...").
- Resolución (FACPCE) 287/2003: establece que, con efecto a partir del 1 de octubre de 2003, se considera que no
existe un contexto de inflación o deflación en el país; por lo tanto, se debe descontinuar el ajuste para reflejar las
variaciones en el poder adquisitivo de la moneda a partir del 1 de octubre de 2003, declarando como último día del
período con contexto de inflación, o deflación, el 30 de setiembre de 2003; en consecuencia, corresponde reexpresar
hasta esa fecha la información contable.
c) Criterios de medición: las mediciones contables periódicas de los elementos que cumplen las condiciones establecidas
en la resolución técnica (FACPCE) 16/2000, para reconocerse en los estados contables, podrían basarse en los siguientes
atributos(17):
1. De los activos:
a) su costo histórico;
b) su costo de reposición;
c) su valor neto de realización;
d) su valor de utilización económica;
e) en el caso de cuentas por cobrar, su valor actual (el importe descontado del flujo neto de fondos a percibir);
f) en los casos de participaciones sobre bienes, o en el patrimonio de otro ente, el porcentaje de ellas sobre las
mediciones contables totales de dichos bienes, o patrimonio.
2. De los pasivos:
a) su importe original;
b) su costo de cancelación;
c) su valor actual (el importe descontado del flujo neto de fondos a desembolsar);
d) en los casos de participaciones en otros Pasivos, el porcentaje de ellas sobre las mediciones totales de dichos
Pasivos.
Los criterios de medición contable a utilizar deben basarse en los atributos que, en cada caso, resulten más adecuados
para alcanzar los requisitos de la información contable, y teniendo en cuenta:
- el destino más probable de los Activos, y
- la intención y posibilidad de cancelación inmediata de los Pasivos.
Consecuencias. La unidad de medida
En el caso de que exista inflación, o deflación, y la FACPCE determine un período de estabilidad monetaria, se producirían
efectos sobre los estados contables. Es este caso, o sea en un contexto de estabilidad monetaria (existiendo inflación), como
moneda homogénea se utilizará la moneda nominal. Estos efectos, entre otros, son:
- Distorsiones en los saldos de las cuentas: las cuentas van acumulando importes heterogéneos; las distintas partidas
tienen distinto poder adquisitivo según la época en la que fueron debitadas o acreditadas; obviamente, los saldos totales
informados en los estados contables informarían erróneamente la realidad del ente.
- Distorsión en los cargos por amortización: los bienes de uso permanecen un tiempo prolongado en el patrimonio de la
empresa; si se los mantiene a su costo histórico (o costo de origen reexpresado hasta el momento de expirar el período
de inestabilidad monetaria) sin ajustar por inflación, y hay inflación, las amortizaciones contables se seguirán calculando
sobre los valores originales de incorporación al patrimonio y serán insuficientes para informar la pérdida de valor de los
bienes de uso, distribuyéndose dividendos en exceso; por lo tanto, no se retendrán los fondos necesarios, a fin de
reponer los bienes de uso cuando expire su vida útil.
- Distorsión en las comparaciones: carece de toda lógica comparar dos estados contables a fechas sucesivas si,
previamente, no se los expresa en moneda homogénea.
- RECPAM: al no realizarse el ajuste por inflación, se omite la cuantificación del "Resultado por Exposición al Cambio en el
Poder Adquisitivo de la Moneda (RECPAM)", que lo causa la tenencia de saldos en rubros monetarios (Caja, entre otros)
durante un período de inflación. Por ejemplo, si durante el ejercicio se mantuvo una cierta cantidad de di nero de curso
legal en Caja, éste se habrá desvalorizado (perdió poder adquisitivo), pues, debido a la inflación, al cierre del ejercicio se
podrán comprar con esa cantidad de dinero menos bienes que al inicio.

VII - MODELO CONTABLE "E". CAPITAL A MANTENER: CAPITAL FÍSICO. CRITERIO


DE VALUACIÓN (MEDICIÓN): VALORES CORRIENTES. UNIDAD DE MEDIDA:
MONEDA HOMOGÉNEA
Capital físico
En esta concepción, se trata de mantener el valor de los bienes que determinan la capacidad operativa o productiva de la
empresa. Es decir que el capital se identifica no con el dinero aportado, sino con el valor de los bienes físicos necesarios para
mantener la capacidad operativa. El capital físico ha sido definido, en su caso, como la capacidad productiva de la empresa
referida, por ejemplo, a unidades de producción por día. Bajo el concepto de capital físico a mantener, los resultados se
generan en un período sólo si la capacidad física productiva al final del período es distinta de la del principio del mismo,
después de excluir cualquier distribución y contribución de los dueños durante el período. (18)
Esta idea general admite, entre otras, las siguientes posibilidades: un capital dado debería mantenerse por el valor de:
a) los mismos Activos que lo definieron originalmente;
b) los Activos que, respondiendo a una tecnología más avanzada, permitan producir el mismo volumen de bienes y
servicios que el capital aportado originalmente, o
c) los Activos que, respondiendo a la tecnología más avanzada, permitan producir el mismo valor de idénticos bienes y
servicios.
El capital físico expuesto en los apartados precedentes permite formular una observación importante: aun cuando el
capital se expresa en moneda, para su determinación no se utiliza el dinero como unidad de medida, sino que se lo retrotrae
a los propios bienes con los que opera la empresa. Por ejemplo, puede decirse que la tejeduría los mide en piezas de
determinada tela y la bodega los hace en litros de determinado vino, entre otros. Por lo tanto, y de acuerdo con este
concepto, existirá ganancia solamente si la capacidad productiva física, o la capacidad operativa de la empresa, excede, al
final de un período, la capacidad productiva, u operativa física, que existía al comienzo del mismo. Esta comparación debe
efectuarse después de excluir los aportes o retiros de los propietarios durante el período.
Unidad de medida
* Moneda homogénea.
Criterios de medición
Debe basarse en valores corrientes.
El concepto de capital físico, durante mucho tiempo, fue sostenido casi exclusivamente por la llamada "Escuela
Holandesa de Contabilidad", cuyo fundador, el profesor Teodoro Limperg, fue uno de los pioneros. No obstante, no llegó a
lograr mayor aceptación, dada la complejidad del modelo.

BIBLIOGRAFÍA
* Fowler Newton, Enrique: "Nuevas normas contables 1984-1992" - Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina - marzo/1993.
* Senderovich, Pablo D.: "Resolución técnica 10. Normativa, fundamentos y aplicación del modelo de valuación" - 2a. ed. -
Ed. Reisa - Bs. As. - Argentina - noviembre/1992.
Notas:
[1:] Ver Real Academia Española: "Diccionario de la lengua española" - 21a. ed. - Madrid - España - pág. 981
[2:] Ver Diccionario Enciclopédico Salvat - 2a. ed. - T. IX - pág. 438
[3:] Ver Schestakow, Daniel y otros: "Seminario de modelos contables" - FCE-UNC - año de presentación 1991 - Mendoza - Argentina
y Fowler Newton, Enrique: "Cuestiones contables fundamentales" - Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina - junio/2001
[4:] Ver Priotto, Hugo C.: "Sistema de información contable" - Ed. Eudecor - Bs. As. - Argentina - junio/1997
[5:] Ver Suplementos Universitarios La Ley: "Resoluciones técnicas (FACPCE) 4 a 19" - Ed. La Ley - Bs. As. - Argentina - julio/2001
[6:] Ver Fowler Newton, Enrique: "Diccionario de contabilidad y auditoría" - 2a. ed. - Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina - julio/1994
[7:] Ver NIC 2001 - International Accounting Standards Board - Ed. Amalevi - Rosario - Prov. de Santa Fe - Argentina -
noviembre/2001
[8:] Ver Pahlen Acuña, Ricardo J. M.; Chaves, Oscaldo A.; Fronti de García, Luisa y Viegas, Juan C.: "Contabilidad: presente y futuro"
- Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina
[9:] Ver FACPCE: "CECYT. Resoluciones técnicas emitidas por la FACPCE (t.o. abril/2004)" - Talleres GAMA Producción Gráfica SRL -
Bs. As. - Argentina - abril/2004
[10:] Ver Fowler Newton, Enrique: "Cuestiones contables fundamentales" - Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina - junio/2001
[11:] Ver Fowler Newton, Enrique: "Cuestiones contables fundamentales" - Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina - 1991 - pág. 284
[12:] Ver Biondi, Mario: "Tratado de contabilidad intermedia y superior" - 4a. ed. actualizada - Ed. Macchi - Bs. As. - Argentina
[13:] Ver Bacha, Oscar A.: "Ajuste de estados contables por inflación. Objetivos y fundamentación" - Revista de la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo - Año XXXI - Nº 8 - julio-diciembre/1979 - Mendoza - Argentina
[14:] Ver FACPCE: "CECYT. Resoluciones técnicas emitidas por la FACPCE (t.o. abril/2004)" - Talleres GAMA Producción Gráfica SRL -
Bs. As. - Argentina - abril/2004
[15:] Ver Tua Pereda, Jorge: "Globalización y regulación contable. Algunos retos para nuestra profesión en América latina" - Trabajo
aportado en el Seminario de Actualización que dictó en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo -
Mendoza - Argentina
[16:] Ver FACPCE: "CECYT. Resoluciones técnicas emitidas por la FACPCE (t.o. abril/2004)" - Talleres GAMA Producción Gráfica SRL -
Bs. As. - Argentina - abril/2004
[17:] Ver FACPCE: "CECYT. Resoluciones técnicas emitidas por la FACPCE (t.o. abril/2004)" - Talleres GAMA Producción Gráfica SRL -
Bs. As. - Argentina - abril/2004
[18:] Ver NIC 2001 - International Accounting Standards Board - Ed. Amalevi - Rosario - Prov. de Santa Fe - Argentina -
noviembre/2001

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