Eclesiología Histórica
Eclesiología Histórica
Eclesiología Histórica
PRIMER ENTREGA
Considero que la palabra comunión es la que abarca todo cuanto yo quisiera de nuestra Iglesia. Es
muy importante resaltar el carácter comunitario de una Iglesia donde cada uno de sus miembros
luchen por ejercer una acción renovadora dentro de la misma comunidad. La jerarquía eclesial
como servicio y no como poder es el punto clave que puede permitir que la comunión realmente
se pueda vivir en las diferentes comunidades.
La iglesia que quiero, que sueño, está enmarcada en un interés participativo por querer anunciar y
compartir el misterio salvífico de Cristo, tomar conciencia de que Cristo nos pide que seamos
anunciadores del Reino, que podamos liberarnos de tantos prejuicios que existen entre los
diferentes credos y nos sintamos hijos de un mismo Padre, sin querer destruir nuestras propias
tradiciones o creencias, sino al contrario, tenerlas como fundamento para poder realizar un
trabajo conjunto que permita que realmente ese Reino que anunciamos se haga vida en medio de
nosotros. Así pues, sueño con una Iglesia participativa, donde sacerdotes y laicos puedan hablar de
la palabra de Dios instruyéndose mutuamente, donde el ecumenismo y el diálogo interreligioso
sea primordial y no solo una opción para construir juntos una sociedad más humana y realmente
libre, quiero una Iglesia en acción, que no se mimetice como un camaleón en la sociedad, sino al
contrario, que sea sobresaliente por ir contracorriente en su estilo de vida evangélico, que
recuerde que Cristo es la base y que recuerde a Cristo en cada movimiento y actuar, como camino
seguro hacia una verdadera comunión eclesial.
Por esta palabra me viene a la cabeza todo el quehacer histórico, vivencial y teológico que la
Iglesia misma ha desarrollado en su caminar, sobretodo, cuando ha vuelto sobre sí para entender
su verdadera misión en el mundo y su actuar en el transcurrir de los tiempos. La eclesiología en mi
concepto, busca crear una reflexión de la Iglesia misma en campos espirituales, teológicos,
sociales, filosóficos, culturales y sobretodo históricos, para poder a partir de allí, auto conocerse y
poder afianzar su misión evangelizadora en el mundo buscando consolidar la imagen de Cristo
como fuente principal del quehacer eclesial.
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INFORME DE LECTURA: ECLESIOLOGÍA HISTÓRICA
Este mundo postmoderno o globalizado, exige nuevas formas y propuestas teológicas, pues aun la
modernidad de jo a su paso un uso exaltado de la razón eliminando como dice Adolfo Galeano el
“misterio de lo sobrenatural” por medio de factores como el comunismo y el liberalismo
racionalista. Los efectos de la modernidad son palpables y es por esto que plantea el autor un
punto realmente interesante, “Es difícil llamar iglesia a un movimiento sin estructura, sin
organización, sin disciplina, sometido a la moda, a la sociedad del mercado y al
consumismo”[CITATION Gal17 \p 401 \l 9226 ].
La lucha con la modernidad ha sido ardua, y casi quiso acabar con la Iglesia, pero en respuesta la
Iglesia realizó dos concilios, el Vaticano I y II, exaltando el misterio sobrenatural como fundamento
de la Iglesia (esto lo hace con Lumen Gentium). Con Gaudium et Spes y Dignitatis Humanae, la
Iglesia asume lo valioso de la modernidad y establece claridad en su relación con ella, con
pensamientos como el pluralismo religioso, libertad religiosa, secularidad del Estado, libertad de la
Iglesia.
Es importante resaltar las tres grandes orientaciones de la teología católica actual que propone el
documento: el paso del paradigma griego de pensamiento al bíblico, paso del eterno presente al
histórico-escatológico, y por ultimo pasar de una fundamentación cosmológica estática y pre
científica a una caracterizada por el dinamismo evolutivo -paradigma científico actual-[CITATION
Gal17 \p 403 \l 9226 ]. La iglesia ha debido adaptarse desde sus inicios a cada cambio de época y
estructura, que le permiten comprender las diversas y complejas realidades que se presentan,
esto permite que evolucione con el ambiente, aun por encima de una compleja lucha con el
Estado y la misma cultura.
La cultura es vista por el autor desde una perfectiva que podemos llamar en nuestras palabras
mundana (de la modernidad a la postmodernidad), y otra eclesial (del logos griego y la ratio
moderna al esjaton bíblico cristiano). El dinamismo de la Iglesia nunca ha sido por medio de la
asimilación de las culturas sino en que se encarna en ellas, integra algunas cosas que le son útiles
en su misión apostólica para poder sobrevivir en el cambiar de los tiempos, pero también el mismo
cristianismo ha permeado las culturas donde se instala, asume algunos valores, pero lucha
también contra algunos antivalores.
Al referirnos al mundo actual, vemos como la tecnología se ha vuelto casi indispensable en cada
campo de acción del hombre, llevando a este a generar grandes necesidades de consumo, y
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normas sociales y políticas que le llevan cada vez más a la utilización del mismo hombre como
instrumento de trabajo, mercancía y consumo. Una idea de que el universo mismo es propiedad
del hombre y no una idea de que el hombre es parte del universo, dejando así de lado todo tipo de
trascendencia especialmente en la religión. Nuestra Iglesia no se deja derrumbar por estos
pensamientos, pues, aunque se busquen alternativas para estar a la vanguardia de la razón y la
ciencia, la base sobre la que está cimentada sigue siendo la misma, pues la fe no descansa en un
sistema doctrinal sino en la misma persona de Cristo. [CITATION Gal17 \p 407 \l 9226 ].
La modernidad no solo puede ser vista de forma negativa, también se ha visto como posibilidad
para la Iglesia, de igual forma la postmodernidad se ve como un desafío actual y una propuesta de
renovación. Adolfo Galeano muestra cómo está actuando la postmodernidad actualmente en las
personas, cada influjo que se encuentra, tanto en factores positivos como otros que no lo son. La
misma filosofía ha quedado corta en algunos aspectos frente al humano de hoy, y conceptos que
anteriormente se veían tan esperanzadores han quedado en el vacío, y se busca regresar en los
conceptos para buscar un eslabón que ayude a encontrar respuestas a la sociedad actual, pues se
ha hallado que los hechos de la historia no están dominados por la razón, ya que esta misma ha
ocasionado en algunas situaciones más caos que soluciones. Y es aquí donde el cristianismo entra
como respuesta, respecto a las realidades humanas, y la necesidad de un hombre libre a imagen
de su Dios.
Esta eclesiología se ha visto de diferentes formas a través de la historia, el autor plantea tres
específicamente, la primera versa sobre la discusión del poder sacerdotal y papal, otro es ver la
Iglesia como misterio y sacramento y por último plantea el enfoque de la Iglesia como comunidad
de fieles, pueblo de Dios. La Iglesia, dice Gustavo, tiene su nacimiento en Pentecostés por medio
del Espíritu Santo (no un nacimiento cronológico, pues este nacimiento se da por medio de un
conjunto de acontecimientos eclesiológicos a través del tiempo), y tal como en todo nacimiento e
historia también tiene caídas y levantadas, pues como hemos dicho, su material es histórico y
humano.
Bibliografía
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Galeano Atehortúa, A. (2017). Una eclesiología histórica-escatológica para la postmodernidad. El
cambio de paradigma dentro de la orientación postmoderna hacia la historia y la
hermenéutica. Revista Cuestiones Teológicas, 44(102), 397-421.