Polifonías Geo-Ético-Poéticas Del Habitar-Sur PDF
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Editora académica
Facultad de Administración
Sede Manizales
Manizales, 2020
© Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales
Facultad de Administración
© Editorial Universidad Nacional de Colombia
© Ana Patricia Noguera de Echeverri - Editora académica
© Adrian Monjeau, Ana Patricia Noguera de Echeverri, Carlos Yáñez Canal, Eduardo Rincón Higuera,
Giovannie Soto-Torres, Juan Camilo Cajigas Rotundo, Juan Pablo Alzate, Rubiel Ramírez Restrepo,
Sandra Milena Páramo Posada, Sergio Manuel Echeverri Noguera, Uriel Bustamante Lozano - Autores
Edición
Matiz Taller Editorial
matiz.tallereditorial@gmail.com
Coordinadora editorial:
Janeth Usma Vásquez
Corrector de estilo:
Jorge Echeverri González
Diseño y diagramación:
Melissa Zuluaga Hernández
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos
patrimoniales
Contenido: Preludio/ Ana Patricia Noguera de Echeverri -- La filosofía y la ética ambiental / Rubiel Ramírez Restrepo
-- Ética ambiental: principio de responsabilidad / Uriel Bustamante Lozano, Carlos Yáñez Canal -- ¿Es posible una ética
ambiental en la escisión ser humano/naturaleza? / Giovannie Soto-Torres -- Caminos de tránsito amplios y justos con
los animales humanos y no humanos para hacer frente a la crisis socioecológica de nuestro tiempo / Eduardo Rincón
Higuera -- Enredos telúricos Geo-ontologías y geo-poéticas de la tierra / Juan Camilo Cajigas-Rotundo -- Investigar
entre - cuerpos la investigación desde la piel en el habitar intercultural postcolonial sur andino / Juan Pablo Alzate
Quintero -- El entre-cuerpos ambiental. Un acercamiento estético-ambiental a las relaciones ethos-cuerpo-ciudad /
Ana Patricia Noguera de Echeverri, Juan Pablo Alzate Quintero -- Ethos – cuerpo – tierra diseños-otros en tiempos
de transición civilizatoria / Ana Patricia Noguera de Echeverri, Sergio Manuel Echeverri Noguera – Seaflower :
Una potencia narrativa para el giro ético ambiental / Sandra Milena Páramo Posada -- Relato de un tránsito hacia el
principio del mundo: el Sur / Adrián Monjeau
1. Ética del medio ambiente – Filosofía – 2. Responsabilidad por el medio ambiente - Filosofía – I. Noguera
de Echeverri, Patricia, II. Ramírez Restrepo, Rubiel – III. Bustamante Lozano, Uriel, IV. Yáñez Canal, Carlos –
Soto-Torres, Giovannie – V. Rincón Higuera, Eduardo – VI. Cajigas-Rotundo, Juan Camilo – VII. Alzate Quintero,
Juan Pablo – VIII. Echeverri Noguera, Sergio Manuel – IX. Páramo Posada, Sandra Milena – X. Monjeau, Adrián
CDD-23 179.1
Agradecimientos
11
Ana Patricia Noguera de Echeverri, editora académica
Directora de la Investigación
Grupo de Pensamiento Ambiental
Universidad Nacional de Colombia - Sede Manizales
R ubie l R a m ír e z Restrep o
Martin Heidegger retoma una que es, a su juicio, “la palabra sencilla”
del filósofo Nietzsche: “El desierto está creciendo”. La interpretación
heideggeriana de este breve pasaje es de inusitada amplitud pues
con ella quiere decir que “la devastación se va extendiendo”. Lo cual
aparece como algo muy grave en la medida en que “devastación es más
13
que destrucción. Devastación es más inquietante que aniquilamiento.”
Pues mientras la destrucción solamente elimina lo que ha crecido
y ha sido construido hasta un momento dado, “la devastación (…)
obstruye el futuro crecimiento e impide toda construcción.” Y es más
inquietante la devastación que “el mero aniquilamiento”, porque
“la devastación cultiva precisamente y propaga lo obstructor y lo
impedidor.” (Heidegger, 1964, p. 33) Este sugestivo pasaje se inscribe
en un contexto en el cual la discusión se quiere abrir (entre varios
tópicos), alrededor de una preocupación muy propia de la época
como es la decadencia y la amenaza misma de destrucción del mundo.
Aunque esta amenaza de destrucción tiene para el filósofo alemán
una dimensión muy grande -pues el Sahara, por ejemplo, es apenas
“una determinada especie de desierto”- es casi inevitable pensar en
ciertas realidades acuciantes de nuestro tiempo que, en la medida
en que se han vuelto cotidianas, han terminado convirtiéndose en
parte habitual de nuestro paisaje, a causa de la inercia connatural
Ahora, ese ser que se oculta, y oculta, la realidad no es otro que el ser
humano. Y, asunto aún más grave: es el mismo ser, o sea, el hombre,
justo en el momento en que “se apresta a asumir el poder sobre la tierra
en su totalidad.” (Heidegger, 1964, p. 59) Bien es cierto que Heidegger
Es sin duda problemática una jerarquía que coloca por encima de todo
lo demás los seres humanos y sus obras; en lo cual este filósofo da
cuenta simplemente de una vieja y consagrada tradición, de raíces tanto
filosóficas como religiosas, y que ha encontrado expresión tanto en la
filosofía antigua como en algunos filósofos contemporáneos. Es el caso
de Max Scheler, influyente filósofo alemán de las primeras décadas del
siglo xx, quien en su preocupación por el hombre, ser especialmente
problemático para sí mismo en esta “época de la historia”, se propone
dilucidar su “singular puesto metafísico”; de ahí el título de su libro:
El puesto del hombre en el cosmos (Scheler, 1976, p. 24). Puesto
singular, en efecto, que es posible precisar cuando “dirigimos nuestra
atención a la estructura total del mundo biopsíquico.” (Scheler, 1976,
p. 27) En esta jerarquía “El grado ínfimo de lo psíquico, o sea, de lo que se
presenta objetivamente (o por fuera) como ‘ser vivo’ y subjetivamente
20
(o por dentro) como ‘alma’ (…) es el impulso afectivo sin conciencia,
ni sensación, ni representación.” Justamente se trata del grado que
corresponde a las plantas (Scheler, 1976, pp. 28 y 29). En un grado más
elevado se encuentra el instinto animal que siempre está al servicio
de la especie y es por eso innato y hereditario (Scheler, 1976, pp. 34-36).
Un grado de conducta superior lo presenta la memoria asociativa,
que tiene por base el reflejo condicionado de Pavlov y “actúa hasta
cierto grado en todos los animales”, a pesar de las enormes diferencias
que hay entre ellos (Scheler, 1976, pp. 40-43). Ascendiendo en esta
escala se encuentra la inteligencia práctica que es propia de los
animales superiores, y siempre va pareja de la facultad de elegir y
de preferir compañeros de especie en el proceso de reproducción;
ellos se conducen inteligentemente en la medida en que su conducta
tiene sentido, no se deriva de ensayos previos y responde a nuevas
situaciones (Scheler, 1976, p. 47). Pero lo realmente importante para
Scheler es lo denominado por él “la cuestión decisiva”: Si la diferencia
1
Una exposición de las ideas de Max Scheler, si bien en un sentido diferente, aunque se puede tomar de
manera complementaria, se encuentra en mi libro: Ramírez R., Rubiel (1998) (v. Bibliografía), ps. 114-120.
“Los montes duran con más pertinacia que los bosques de sus
flancos, pero también se desmoronan y perecen; la tierra y
el mar parecen más permanentes que las criaturas terrestres,
pero tampoco tienen la fuerza infinita de mantenerse en el
ser; los seres vivientes son fugitivos pero ‘lo más fugitivo’ es
el hombre, más fugitivo que las moscas de un día, pues él ya
sabe, en tanto todavía existe, sobre su futura desaparición.
Todo lo que dura en el tiempo, sean astros o flores de verano,
tiene sólo una aparición limitada y no puede aparecer
eternamente; para todo esto hay un todavía-no y un no-más,
hay una nada temporal de la que vienen y a la que vuelven”.
(Fink, 1964, p. 33).
2
Con relación a un tratamiento in extenso del antropocentrismo.
Ahora bien, no obstante las diferencias que se dan entre las épocas
históricas y las culturas, en lo fundamental los términos de la
interrelación no se han modificado. El ser humano apareció sobre el
planeta hace aproximadamente 100.000 años. Más allá de la dificultad
de fijar fechas precisas, del arduo proceso que lo haya podido llevar
a la “posesión del programa de competencia lingüística humana”
propiamente dicho, y del hecho muy probable de que haya convivido
con la especie de los neandertales, cuando “los sapiens modernos”
llegaron a Europa ya estaban en posesión de formas culturales y de
capacidad técnica básicamente humanas3. Por eso se puede afirmar
con propiedad que, desde su aparición, el hogar que habita el ser
humano es la tierra, el planeta tierra con unas condiciones de vida
completamente consolidadas; pero con la salvedad de las precisas
situaciones y connotaciones problemáticas que hemos visto aparecer,
31
de la mano de Heidegger, como características de nuestra particular
época histórica: un momento en el cual el ser humano se dispone a
consolidar su poder sobre la tierra en su totalidad, cuando el alcance
de ese designio de dominación es planetario y excluyente, –puesto que
no quiere dejar por fuera nada que sea útil y manipulable–, cuando
dispone de medios y poderes que el desarrollo de la técnica ha puesto
a su alcance, que por su potencialidad, tanto constructiva como
destructiva, carece de antecedentes. De ahí que si en todo tiempo y lugar
se ha dado una relación del ser humano social y cultural con el entorno
3
Cfr. Harris, 2000, pp. 87-90. “Cuando los sapiens modernos irrumpieron en Europa, su tecnología había
dado un salto cuántico respecto de la de los neandertales. La base de la industria lítica ya no la constituían
núcleos y lascas, sino hojas largas, finas y afiladas como cuchillas, que se obtenían con gran precisión y
economía a partir de nódulos de pedernal cuidadosamente seleccionados. Al mismo tiempo, los sapiens
se habían convertido en maestros del corte, talla y perforación de materiales como hueso, marfil y astas.
Habían inventado la aguja de coser y, probablemente, cosían prendas que se adaptaban a las formas de
su cuerpo. Utilizaban propulsores de madera que multiplicaban el alcance de las lanzas y los dardos, y
sus proyectiles podían equipararse con una variedad impresionante de ingeniosas puntas dotadas de
lengüetas y espigas.”
Por lo demás, un ser humano que se encuentra por debajo de los dioses
y de los demonios, y que se eleva por encima del reino animal, de las
plantas y de lo inanimado, no corresponde solamente a la concepción
metafísica antigua. De hecho, es el viejo antropocentrismo que hunde
sus remotas raíces, como es bien conocido, en el libro del Génesis,
que atraviesa sin duda toda nuestra tradición, “cambia de ropaje”
–como adecuadamente se podría decir– con la modernidad, y que lejos
de desaparecer, da cuenta de una profunda convicción del común de
los seres humanos, y se encuentra en la base del modo como ellos se
relacionan normalmente con sus propios congéneres, con su entorno y,
por supuesto, con todo lo vivo, vegetal y animal.
De ahí que no baste una ética que se concentre en los solos problemas
de las relaciones interhumanas, pues de hecho resulta limitativa de
cara a los nuevos problemas derivados precisamente de esa “presión”;
lo cual lleva a pensar que se justifica que, junto a otras formas y tipos
de ética, exista una que estos autores denominan ecológica, que nos
orienta hacia la necesidad de “ocuparnos moralmente hablando
del medio ambiente.” En otros términos, que obliga a pensar en una
justificación de la exigencia de que se haga del medio ambiente un
tema u objeto de preocupación moral:
37
4
Entiéndase, grosso modo, por reino vegetal aquel que comprende todos aquellos organismos dotados de
pared celular y cloroplastos, es decir en los cuales interviene necesariamente la fotosíntesis (precisión
hecha por la bióloga investigadora de la Universidad del Quindío, profesora María del Pilar Sepúlveda).
Bibliografía
Ur ie l B us ta m a nte Lo zano
C a r l os Yá ñ e z Canal
54
La relación entre el sujeto y el conjunto de reglas y valores determinan
modos de gobierno, pero ¿de qué manera la inclusión del término
cuidado de sí, conduce al replanteamiento de una propuesta ética
en lo ambiental, desde las relaciones entre producción de saber y
relaciones de poder? ¿De qué modo los aspectos básicos del cuidado
de sí son útiles para pensar algunos problemas éticos de lo ambiental
en la actualidad? Las preguntas refieren esencialmente al sujeto
ético que supera los dominios en los cuales el saber se produce y el
poder se ejerce, no se hace énfasis sobre el sujeto constituido como
objeto a partir de estos órdenes, como es el caso del sujeto moderno,1
subjetivado desde las condiciones de producción de conocimiento
1
Foucault en su texto ¿Qué es la ilustración? Caracteriza la modernidad desde una de las conciencias
más agudas: Baudelaire. Ruptura de la tradición, la actitud del flanerie, un modo de relacionarse consigo
mismo, la elaboración ascética de sí. Ver Foucault, 1999, Vol.III, pp. 336-345. En Kant la ilustración refiere
la salida del hombre de la minoría de edad, desde el texto de Foucault ¿Qué es la ilustración?, éste refiere
las condiciones fundamentales para superarla que a la vez son espirituales, e institucionales, éticas y
políticas. Ver Foucault, 1999, Vol.III, p. 338.
2
Denota una obligación absoluta e incondicional, su carácter operativo radica en la modificación del
comportamiento, pues a partir del imperativo se establecen principios éticos que posibilitan la libertad.
3
Mientras el hombre amplía extraordinariamente su poder, no siempre consigue someterlo a su servicio.
Tal como lo plantea Hans Jonas (1995), “los nuevos tipos y dimensiones
de la acción requieren una previsión y una responsabilidad éticas
adecuadas, que son tan nuevas como las eventualidades que éstas
64
pueden encontrar” (Micham, 1989, p. 115), la problemática ambiental
compleja ya no es una cuestión de momento, sino que amplía su
dimensión hacia el futuro y para todo el planeta, haciendo urgente
la cuestión de los principios que fundamentan una ética de la
responsabilidad,
4
“Existe todavía un concepto de responsabilidad del todo diferente, que no concierne a la cuenta a pagar ex-post-
facto por lo hecho, sino a la determinación de lo que se ha de hacer; según este concepto, yo me siento responsable
primariamente no por mi comportamiento y sus consecuencias, sino por la cosa que exige mi acción”.
(Jonas, 1995, p. 163).
69
“ayudar a definir las sensibilidades comunes como sobre las
cuestiones medioambientales a largo plazo, y a realizar los
esfuerzos para resolver con éxito los problemas relacionados
con la protección y mejora del medio ambiente, así como
ayudar a elaborar un programa de acción a largo plazo para
los próximos decenios y establecer los objetivos a los que
aspira la comunidad mundial” (Comisión Mundial de Medio
Ambiente y Desarrollo, 1988),
71
En la reunión de Villa de Leyva (1985), se proponen 10 tesis, las cuales
constituyen la más acabada expresión del pensamiento ambiental
latinoamericano: 5, “la problemática ambiental hace que ésta deba
concebirse como la articulación de un conjunto de procesos naturales
y sociales. Se requiere por lo siguiente, de un diagnóstico estructural
de sus causas que permita identificar soluciones alternativas”; 6,
derecho soberano para que los países aprovechen los recursos según
sus propias políticas ambientales y de desarrollo (nacionalismo), pero
es obstruido por la voracidad tradicional de los países ricos y la falta
de mecanismos internacionales que permitan la distribución de la
riqueza, es un conjunto de buenas intenciones, un código de buena
voluntad, pues las declaraciones no comprometen, sin embargo, se
evidencia una diplomacia internacional que de una manera u otra
tiene preocupaciones respecto a la crisis ambiental, pero ninguna de
las medidas adoptadas están en el corazón de la crisis, pues ninguna
pretende un cambio de postura frente a su bienestar. Tal vez la solución
se encuentre en una nueva sociedad organizada desde la base de los
movimientos sociales, y es deber del pensamiento ambiental generar
propuestas que permitan construirla.
74
5
“La cultura también son los instrumentos físicos que acompañan y sostienen la aventura del hombre
al mismo tiempo que las complejas formas de organización social que le permiten manejar más
eficientemente o más peligrosamente el medio” (Tréllez, 1993, p. 34).
78
“no es otra cosa que la apertura a la exigencia siempre
grandiosa, y que incita a la humanidad, planteada a su
siempre deficiente portador. Mantenerla incólume a través de
los peligros de los tiempos, más aún, frente al propio obrar del
hombre, no es una meta utópica, pero tampoco es en absoluto
una meta modesta de la responsabilidad por el futuro de los
hombres”. (Jonas, 1995, p. 359).
El mismo Jonas plantea que sólo los seres humanos pueden escoger
consciente y deliberadamente entre alternativas de acción y esa
elección tiene consecuencias. La responsabilidad emana de la libertad,
o, en sus propias palabras: la responsabilidad es la carga de la libertad.
La responsabilidad es un deber, una exigencia moral que recorre todo el
pensamiento occidental, pero hoy se ha vuelto más acuciante todavía
79
porque en las condiciones de la sociedad tecnológica ha de estar a la
altura del poder que tiene el hombre. Puesto que es el ser vivo inventor
de fines y valores por excelencia, el hombre puede y debe ejercer su
libertad y su creatividad finalistas, pero con respeto a la naturaleza y a
su propia naturaleza. Así, no puede intervenir en el orden natural, que
se revela sagrado; el hombre sólo puede ejercer su libertad creadora
en el plano simbólico, antes de ser creador, es criatura (de Dios o de la
naturaleza) y no puede, sin provocar una catástrofe, perturbar el orden
del que forma parte. (Godina, 2008, pp. 34 y 43.)
Bibliografia
1
Esta tesis sobre el nacimiento prematuro de algunos simios como transición hacia el humano es
compartida por otros investigadores como Lynn Magulis y Dorion Sagan (1995), y a su vez por Humberto
Maturana y Francisco Varela (2003).
2
Para una discusión más completa sobre el origen de bipedismo ver: Lemonick y Dorfman, 2001, No. 29.
3
Para conocer sobre los distintos homínidos ya extintos que dieron origen al humano moderno, ver
Tattersall y Schwartz, 2000.
A medida que las relaciones sociales se fueron tornando cada vez más
diversas en paralelo al lenguaje, las expresiones culturales se fueron
complejizando cada vez más y más. Entonces, la cultura se convierte en
agente catalítico transformador del humano y su entorno, ya que ésta,
a diferencia de la evolución biológica, no necesita de siglos o milenios
para hacerse patente. Lo anterior gatilló en la especie el pensamiento
abstracto, o la brecha definitiva entre humanos y simios.
El enigma de Parménides4
Para Augusto Ángel Maya (2004), la escisión ser humano naturaleza que
él denominó como la esquizofrenia cultural de occidente, emerge desde
Parménides se solidifica con Platón y se concreta con el pensamiento
cristiano y la filosofía Kantiana. Según Ángel, para Parménides hay dos
mundos inconexos y separados: el mundo cambiante, escurridizo y
engañoso de lo sensible; y el mundo irrefutable, concreto e inamovible
del ser. De esta forma, Parménides identifica el devenir con la opinión
4
Con esta afirmación que bien podría ser pregunta, Augusto Ángel-Maya nombra uno de los libros más
importantes de la filosofía ambiental colombiana. Publicado en el año 2004 por el Grupo de Pensamiento
Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, en este libro Augusto Ángel advierte
que la civilización occidental opta por la metafísica como el lugar donde está la realidad, la verdad, la
bondad y la belleza, opción que determina los despliegues culturales que caracterizarán las maneras de
Ser, Conocer y Hacer por fuera de la naturaleza. (Cf. Augusto Ángel, 2004).
5
Estas nociones le son reveladas a Parménides, según éste, en boca de una diosa, por lo tanto no forman
parte de la investigación filosófica generada por el propio Parménides.
“La ética, como es bien sabido, es la reflexión sobre cómo hemos de vivir,
sobre cuál es la vida buena, y la manera como hemos de comportarnos
con el medio ambiente, no ha escapado al escrutinio de los filósofos
morales” (Valdés, 2004, p. 7). La discusión filosófica de nuestras
acciones sobre la naturaleza a nivel axiológico se han fundamentado
en dos grandes vertientes: los valores antropocéntricos y los no
antropocéntricos. Según Callicott (en: Valdés, 2004, p. 100) “una teoría
del valor (o axiología) antropocéntrica, de acuerdo con el consenso
común, confiere un valor intrínseco a los seres humanos y considera a
todas las otras cosas, incluyendo otras formas de vida, como valiosas
solo en la medida en que sean medios o instrumentos que puedan servir
a los seres humanos”. Como valores no antropocéntricos podemos
mencionar el Biocentrismo y el Ecocentrismo. Los valores Biocéntricos
“se enfocan en la protección de toda forma de vida por el bien de la
vida misma. Para los biocéntricos, la protección de la vida humana
y no humana es el centro de acción ambiental” (Abaidoo y Dickinson.
2002, p. 117). A su vez: “La perspectiva Ecocéntrica concibe al hombre
[humano] como un integrante más de la naturaleza y cuestiona la
desmesurada violencia que éste ejerce sobre otros seres en nombre
de una presunta superioridad autodeclarada” (Speranza, 2006, p. 24).
La pregunta que nos concierne es si es necesaria una nueva ética o si con
la ética humanista podemos abordar la problemática relacional de la
“dominación” del humano sobre la naturaleza. Estas formas de percibir
93
el mundo nos acercan a las distintas maneras de ser, conocer y hacer en
la compleja relación humano-naturaleza. De igual forma, nos develan la
crisis ambiental como consecuencia del modelo civilizatorio en marcha.
6
.Para una crítica de la ecología profunda ver: Luc Ferry, (1995). A su vez, para Callicott
(2006, pp. 101–105), los ecólogos profundos han perdido contacto con la ecología científica en favor de
posturas metafísicas. A su vez, su crítica sobre el ecofeminismo recae en su negativa a generar teorías de
corte universal centrándose en experiencias e historias particulares (Callicot, 2006, pp. 105-107).
7
Para una crítica de la postura ético ambiental universalista de Callicot, ver: Norton, B. G. (1995).
Why I am not a non-anthropocentrist: Callicott and the failure of monistic inherentism. Existe traducción:
Por qué no soy no-antropocentrista: Callicott y el fracaso del inherentismo monista, en: Kwiatkoska e Issa
(comp.) 2003, pp. 117-136. Y Rozzi, en: Kwiatkoska e Issa (comp). 2006, pp. 79-84.
8
Desde los años 70, la demanda anual de la humanidad sobre el mundo natural ha superado lo que la
Tierra puede renovar en un año. Esta “translimitación ecológica” [“ecological overshoot”] ha seguido
creciendo con los años, alcanzando un déficit del 50 por ciento en 2008. Esto significa que la Tierra tarda
1,5 años en regenerar los recursos renovables que utiliza la gente y en absorber el CO2 que producen ese
mismo año”. (WWF. 2012, p. 40).
9
1984, pp. 299-309; 1993, pp. 41-51; 1994; 1989; 1999; y 2006, En: Kwiatkoska e Issa (comp.). 2006,
pp. 85-159.
Desenlace-Enlace
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Valor: Una aproximación a la ética ambiental. Distrito Federal: Fondo de Cultura
Económica.
duchas cortas está haciendo más que suficiente para hacer frente a la
crisis, y que hacer más supone un radicalismo inaceptable.
1
Expresión anglosajona para referirse a la paradoja de un problema tan enorme que, por su tamaño, no
se ve y logra pasar desapercibido, bien sea de manera voluntaria o involuntaria.
La configuración de esas éticas tendría que estar muy atenta a los datos
y diagnósticos que muchas disciplinas arrojan de manera incesante y
que dan cuenta de la fragilidad del mundo como habitación, hogar
de los seres sintientes humanos y no humanos que devienen sujetos
de atención y preocupación moral y que se muestran como víctimas
(y en el caso de los humanos, perpetradores también) del colapso
mundial. También tendrían que mostrarse críticas de las estructuras
económicas y políticas que sustentan y justifican las diversas
2
Entendiendo el especismo como una forma de discriminación arbitraria que prioriza y valora la vida y
los intereses de una especie por encima de la otra. En este caso, la idea moral de que la especie humana
es más valiosa que las demás especies animales y que ello justifica que maltratemos y explotemos
a estos últimos.
Uno de los elementos clave es que la crisis exige una respuesta ética
y, desde nuestra perspectiva, también una respuesta política y una
capacidad de análisis crítico, de esfuerzo de coherencia y de suficiencia
y de la apertura de la sensibilidad y la intuición. De esas respuestas
dependerán los nuevos senderos que construyamos para transitar, las
nuevas ‘hojas de ruta sin mapa’ que den cuenta de una nueva aventura
de la cultura, de un nuevo tipo de ‘atención moral’ que le otorgue
importancia capital al modo en que habitamos la habitación y al
modo en que nos relacionamos con los co-habitantes, en las múltiples
formas de relacionamiento cuya complejidad y diversidad nos permite
entender la multidimensionalidad de la crisis a la que nos enfrentamos:
1 17
¿En dónde estamos?, ¿a dónde y cómo hemos llegado hasta acá? El punto
de partida es la finitud del mundo, su vulnerabilidad, su fragilidad, los
límites biofísicos del planeta y la cohabitación con otros seres sintientes
que pueden tener mejores o peores vidas y que riñe con la actividad
1 18
humana desbordante de crecimiento, acumulación, supremacismo y
progreso. Se trata del choque metabólico y el desajuste estructural
entre las esferas de la acción humana y los límites de la habitación, así
como de las posibilidades de desarrollo de los cohabitantes animales.
1 19
Las características de dicho capitalismo, cuyo mantra ineludible es
el del crecimiento, nos enfrenta al padecimiento de una doble crisis
energética, con dos caras igualmente dramáticas. Por un lado, una crisis
de los sumideros y la excedencia de la capacidad de carga de la tierra.
A esto contribuye de manera descomunal la ganadería extensiva a través
de la deforestación de la selva para pastizales y crianza de ganado, y
a través de la erradicación de la pluralidad agrícola y el incremento
de los monocultivos de soja, maíz y trigo para la alimentación de los
animales explotados en la ganadería intensiva. Por otro lado, la crisis
de las fuentes, cuyo panorama es la inminencia del peak-oil y el final
de la era del petróleo barato. Esa doble cara nos pone en el escenario
de un cambio de sistema energético que requiere una transformación
socioeconómica enorme.
Ese rostro verde del capitalismo, que mal orientado puede devenir
ecofascista, también utiliza como estrategia mostrar a la economía
de mercado como un horizonte infranqueable, un ‘no hay más que
esto’ que despoja a las luchas de horizontes alternativos, nos ahoga
en dinámicas condenadas al fracaso y normaliza la explotación a
través de estrategias para disminuir la carga moral de lo que sucede:
“Así, la ‘economía verde’ que preconizan los sectores ‘ilustrados’ del
gran capital es una estrategia para introducir la mercantilización y la
financiarización en lo más íntimo del tejido de la vida. No se trata tanto
de una ruptura con el neoliberalismo como de continuación por otros
medios.” (Riechmann et alter, 2014, p. 49).
1 22
Más allá de esas estrategias de ocultamiento no podemos perder
de vista que “no se puede hablar de crisis socioecológica sin
hablar de capitalismo, así como no podemos aspirar a resolver las
contradicciones en las que estamos sin aproximarnos a una ecología
de saberes” (Riechmann et alter, 2014, p. 15) que nos permita identificar
con precisión que las nociones de límite e igualdad deberían ser los
conceptos fundantes de la nueva cultura que podría propiciar de
manera simultánea una transición hacia otro sistema socioeconómico,
uno que no concentre su fuerza motora en la mercantilización de la
naturaleza, los animales y los humanos para la acumulación de capital.
Y para ello, tres son las cosas que podríamos empezar a hacer:
3
Los nueve límites planetarios planteados por el Stockholm Resilience Centre: El cambio climático, la
acidificación de los océanos, el agotamiento del ozono estratosférico, el ciclo de nitrógeno y fósforo que
definen el flujo biogeoquímico, el uso global de agua dulce, los cambios en los usos de la tierra, la pérdida
de la biodiversidad, la carga atmosférica de aerosoles y la contaminación química.
4
El concepto ‘Antropoceno’ da cuenta de una nueva época geológica cuyo rasgo clave es el protagonismo
de la humanidad, convertida ahora en agente de cambio medioambiental a escala planetaria, caracterizada
por la producción y el consumo a gran escala y su capacidad destructiva. Con ello se alerta de manera
contundente la forma en que la humanidad se ha convertido en una fuerza geológica destructiva global.
El concepto fue acuñado en el 2000 por el Nobel de Química Paul Crutzen. Entre otras, algunas de las
características del Antropoceno son: la influencia de la actividad humana sobre los sistemas terrestres;
el acoplamiento irreversible de los sistemas sociales y naturales; el cambio climático antropogénico; la
disminución de la naturaleza virgen; la urbanización e infraestructura global de transporte; la alteración
de la biodiversidad: extinción de especies, homogeneización agrícola, cría intensiva de animales no
humanos y suplantación de la biota por la introducción humana de especies invasoras; la modificación
genética de organismos; la acidificación de los océanos (cambios biogeoquímicos del agua, del nitrógeno
y del fósforo); la huella significativa en los estratos geológicos recientes (nuevos materiales como
aluminio, plástico, plaguicida, isótopos radioactivos y partículas carbonáceas); las alteraciones en los
procesos de creación de sedimientos (erosión y deforestación).
Una de las grandes preguntas es cómo lograr que un análisis serio del
capitalismo y el reconocimiento de la cuestión de los límites logren
ser aceptados ampliamente en los movimientos políticos y sociales
contemporáneos con gran capacidad de incidencia y transformación.
Las transformaciones culturales que lográsemos no podrían ignorar
1 32
el hecho de que las transiciones poscapitalistas son plurales y están
atentas a las condiciones económicas y culturales de cada contexto.
Generalizar un modelo social hermético y cerrado resulta impensable:
Bajo esa lógica, hay que fortalecer los movimientos sociales con sus
principios y objetivos fundacionales, radicales, innegociables en
principio, e insistir al mismo tiempo en la “acumulación de fuerzas y
i. Mirar para otro lado. Que resulta una de las formas más cómodas de
vivir en la habitación. El elefante, Capitalismo, ignorado por completo
y por el contrario permanecemos bastante atentos a elementos de
distorsión, formas de autoengaño y, en general, dispositivos, situaciones
e instrumentos que nos hagan sentir cómodos en medio del colapso.
escenarios que vayan más allá del capitalismo y, por ello, más allá del
crecimiento y la dominación no es meramente técnico, es ante todo un
asunto cultural, ético y político.
1 39
Sin duda, de lo que estamos hablando en últimas es de alcanzar un
gran cambio cultural pues:
1 41
Debemos lograr entonces una gran sacudida desde abajo, pues es
innegable la “constatación profunda y dolorosa de que nuestros
dirigentes no cuidan de nosotros (…) no se preocupan por nosotros
ni siquiera en lo relativo a nuestra misma supervivencia. (…) Es así,
estamos solos, y cualquier fuente de esperanza creíble tendrá que
venir desde abajo.” (Klein, 2015, p. 26). Estamos en crisis y no podemos
salir de ella hasta que no quitemos el velo que oculta algunas de sus
causas fundamentales: a la base está el capitalismo desregulado, una
ideología hegemónica que beneficia a una minoría que usará todos su
recursos para evitar su desmantelamiento: “Estamos atascados porque
las acciones que nos ofrecerían las mejores posibilidades de eludir la
catástrofe –y que beneficiarían a la inmensa mayoría de la población
humana– son sumamente amenazadoras para una élite minoritaria
que mantiene un particular dominio sobre nuestra economía, nuestro
proceso político y la mayoría de nuestros principales medios de
comunicación.” (Klein, 2015, p. 33).
Ello ha llevado a que hayamos perdido mucho tiempo con éticas del
encubrimiento y distractores producidos por el sistema hegemónico
para contener fuerzas revolucionarias que estaban empoderándose:
“Buena parte de la movilización contra el cambio climático perdió
unas décadas preciosas tratando de cuadrar el círculo de la crisis del
clima para que encajara en el molde que le marcaba el capitalismo
desregulado, buscando una y otra vez vías que le permitieran que el
mercado mismo resolviera el problema.” (Klein, 2015, p. 35). Muchos
movimientos fueron coptados por el sistema y era inevitable ver cómo
organizaciones sociales terminaban pactando con maltratadores y
explotadores. Muchos ecologistas lo vivieron estructuralmente, y ahora
muchos colectivos animalistas parecen no percatarse de que van por
el mismo camino.
1 42
Que nos sacudamos desde abajo es un ejercicio de toma de conciencia
de que no nos enfrentamos a problemas particulares, que afectan
solamente a comunidades específicas y cuyas soluciones deben
limitarse al aislamiento concreto; de que no nos enfrentamos a una
especie de checklist de problemas organizados por importancia y
urgencia, sino de que nos enfrentamos a un problema sistémico que
deja tras de sí millones de víctimas que merecen igual atención y
consideración moral: el capitalismo ha llevado a nuestra civilización
a chocar con los límites biofísicos del planeta, sobre la base de una
cultura del crecimiento, la acumulación y la industrialización, dejando
tras de sí a decenas de millones de víctimas humanas y no humanas.
Estamos en guerra con el planeta, estamos en guerra con los animales,
estamos en guerra con los humanos:
1 45
“Creo que estos ideólogos de línea dura entienden mejor la
significación real del cambio climático que la mayoría de los
warmist ubicados en el centro político, esos que aún insisten
en que la respuesta puede ser gradual e indolora y que no
tenemos por qué declararle la guerra a nadie, ni siquiera a
las compañías productoras y distribuidoras de combustibles
fósiles.” (Klein, 2015, p. 64).
En suma,
Para ello, una de las lógicas que hemos de desestructurar es que aquella
que indica que los conflictos entre la lógica de mercado y los límites
ecológicos son mínimos y que hemos de darle más apertura al mercado
para potenciar la tecnología y así solucionar las “externalidades”
y “daños colaterales” producidos de manera aislada. Precisamente,
el dolor, el daño y el sufrimiento de los animales es considerada
como una de esas ‘externalidades’, de allí que el capitalismo ‘verde’
se esfuerce en promover medidas bienestaristas que reduzcan ciertos
umbrales de dolor de los animales y generen así mayor rentabilidad.
Es una estrategia para desvincular de manera sistemática las formas
de explotación y contribuir al aislacionismo de las reivindicaciones,
Una apuesta radical por la agroecología podría dar el paso hacia una
1 51
soberanía alimentaria basada en vegetales y erigido como un ejercicio
de transición y resistencia frente al cambio climático sin voltear la
mirada y pasar por encima de la explotación animal: “los proyectos
agroecológicos han evidenciado un incremento del rendimiento medio
de los cultivos de un 80% en 57 países en vía de desarrollo, con un
aumento medio de un 116% para el conjunto de proyectos en África.”
(Klein, 2015, p. 175).
Esos grandes relatos de los que nos hemos apropiado van configurando
nuestra hybris5:
5
Expresión griega para hacer alusión a la desmesura y el descontrol.
1 55
Necesitamos huir del mesianismo tecnológico desprovisto de potencias
éticas y políticas radicales y transformadoras pues el capitalismo verde
no hace
Una ética animal antiespecista crítica tiene todos los elementos para
sumarse y enriquecer los movimientos de liberación y reivindicación
que se han gestado como resistencia al capitalismo tal como lo
hemos descrito: “la conflictividad de raíces socioecológicas adquiere
diferentes expresiones y configuraciones dependiendo de los distintos
contextos, aunque presentan rasgos comunes que permiten englobarlos
en un solo fenómeno: todos ellos muestran tensiones entre el sistema
económico y la degradación ecológica y social que se vincula a un
determinado modo de entender la relación ser humano-naturaleza”
(TWI, 2015, p. 214).
Bibliografía
Ju a n C a m il o C a jigas- Ro tund o
1
El término antropoceno fue acuñado en el año 2000 por el premio nobel de química Paul Crutzen. Si bien,
el término ha sido ampliamente empleado en la discusión sobre la degradación ambiental y el cambio
climático de origen antrópico (emisiones de dioxido de carbono, deforestación, quema de combustibles
fósiles) aún no ha sido adoptado oficialmente por la Comisión Internacional de Estratigrafía. Para algunos
el antropoceno comienza con la Revolución Industrial hacia el siglo XVIII.
2
En esta reflexión haré uso extensivo del aparato conceptual de diferentes autores que pueden ser
asociados a la crítica vitalista contemporánea, principalmente Deleuze Gilles, Guattari Felix, Botero
Uribe Darío, Vine Deloria Jr, Stengers Isabelle, Bennette, Jane, entre otros. En términos generales, esta
perspectiva atiende a 1. La dimensión ontológica de lo inmanente en la que se comprende la realidad
sin necesidad de apelar a una instancia trascendente. 2. Los constreñimientos y límites propuestos por
las prácticas y diferentes quehaceres humanos 3. La presencia de lo a-significante en el complejo de la
interacción linguística 4. La temporalidad del acontecimiento y de la singularidad como corriente alterna
a la duración del tiempo cronológico.
3
Huelga aclarar que la expresión ‘geo-ontología’ fue acuñada recientemente por Elizabeth Povinelli con
el objeto de dar cuenta de los múltiples ensamblajes que garantizan la existencia de un grupo de personas
en ciertos lugares. De esta manera, se “enredan” las historias biográficas y geológicas. En otro nivel de
análisis, las geo-ontologías también remiten a la emergencia de la dimensión geológica en el escenario
biopolítico contemporáneo, lo cual complica la ya difícil relación entre los sistemas de producción de la
vida y las formas de control político. Además del bios y el zoe, la crisis ambiental y el cambio climático nos
fuerzan a pensar desde el geos (Povinelli 2012 y Yusoff, 2013). Con todo, en este artículo me concentraré en
lo que se podría denominar una metafísica de las fuerzas de la tierra que identifica sus modos isomórficos
de articulación con el objeto de deshacer la dicotomía entre lo inorgánico y lo orgánico.
4
Dario Botero Uribe propuso a lo largo de la década de los 90 y principios del siglo XXI en la Universidad
Nacional de Colombia una aproximación filosófica que denominó “vitalismo cósmico”. Esta propuesta
busca tomar como centro articulador de las sociedades humanas, la noción de vida. De esta manera,
las instituciones sociales, formaciones subjetivas y prácticas económicas son evaluadas de acuerdo a
este principio inmanente. Bebiendo de diferentes fuentes como Nietzsche, Habermas, Lovelock, Margulis,
entre otras. El profesor Botero apela a superar la dicotomía naturaleza y cultura, empleando la expresión
“naturaleza y tansnaturaleza” para dar cuenta del continuum al que pertenece la acción cultural humana.
En este escrito, emplearé tangencialmente las resonancias teóricas de la propuesta del vitalismo cósmico;
particularmente, lo que pueda significar la idea de equilibrar la naturaleza y la transnaturaleza. Espero
evitar cualquier connotación trascendentalista que vuelva a reinscribir el dualismo naturaleza–cultura en
el intento por reconfigurar lo que asumimos como naturaleza.
5
En lo que sigue emplearé la expresión “enredo” como sinónimo de “agenciamiento” o “ensamblaje”,
tal como las emplean Deleuze y Guattari (2000). Estas expresiones apuntan a la relación no lineal entre
elementos heterogéneos. El encuentro entre elementos heterogéneos produce síntesis disyuntivas, es
decir, encuentros entre elementos diferentes, los cuales han promovido la evolución creativa de la vida
en el planeta.
6
El hilemorfismo de herencia aristotélica establece que la creación de la forma se produce desde una
instancia abstracta y externa a la materia, la cual repite diferencialmente el proceso de adaptación a un
‘molde’ pre-establecido. Deleuze y Guattari enfatizan en cambio los procesos de modulación de la fuerzas
intensivas que garantizan la recurrencia de la forma. Al respecto ver (Sauvagnargues, 2004, pp. 28-29).
7
Los solitones son fenómenos físicos observables como ‘ondas caóticas’ que mantienen su forma por
un periodo considerable, a pesar de interactuar con otras ondas. Los solitones están en la fase inicial de
configuración de los tsunamis, de las ondas electromagnéticas y también se encuentran presentes, en la
actividad neuronal y hormonal del cuerpo humano.
8
Vine Deloria Jr. (1933-2005) fue un filósofo y teólogo de la nación indígena Dakota, profesor en la
Universidad de Arizona. Como activista, Deloria fue uno de los principales líderes del Movimiento Indígena
Norteamericano, el cual promovía la soberanía política y cultural en los territorios indígenas. El trabajo
académico de Deloria representa un esfuerzo por desmitologizar las representaciones estereotipadas del
mundo indígena en Norteamérica, además de cuestionar el carácter racista de la producción científica,
la cual silencia el conocimiento indígena. De esta manera, Deloria, entre otras cosas, critica la idea de
la migración humana por el estrecho de Bering, y enfatiza cómo los relatos mitológicos de las naciones
indígenas establecen un origen endógeno de las poblaciones humanas en América. Estas ideas tendrán
repercusiones en la concepción de soberanía de los territorios indígenas.
9
Dentro de la ciencia geológica tanto el gradualismo como el catastrofismo son dos tendencias teóricas
que intentan dar cuenta de la morfología del planeta. Si bien a principios del siglo XX estas posturas
se consideraban irreconciliables, en tiempos recientes se considera que en el planeta tierra acontecen
catástrofes periódicas seguidos de periodos de relativa estabilidad. (Alvares, 2004; Frodeman, 2003).
10
Actualmente comienzan a tejerse redes conceptuales entre la ciencia contemporánea y cosmologías/
religiosidades no-occidentales, las cuales a partir de los procesos históricos que produjeron la negación
de la diferencia epistemológica y ontológica habían sido tratadas bajo la categoría de “creencia”,
negándosele sus posibilidades explicativas en relación al cosmos. Pues bien, Deloria propone incluir en la
explicación de la historia del universo los insumos de diferentes mundos geo-culturales.
11
Es posible nombrar diversos campos de fuerza activos en la tierra: los sistemas de la energía solar, la
actividad volcánica, los terremotos, los movimientos de las placas tectónicas, los sistemas hidrológicos,
los cambios atmosféricos, los cambios climáticos, los sistemas evolutivos en las especies, los sistemas
de regeneración del suelo; de igual manera, los sistemas económicos, políticos y culturales presentes
en la tierra. Debido a los efectos que generan en la realidad y a las características particulares de cada
uno de estos campos de fuerza y sistemas es posible identificar la agencia singular de estos modos
de individuación.
Geo-poéticas, geo-poiesis
1 92
Conclusión: un caos prometedor
Bibliografía
Jua n Pa bl o A l z a te Quintero
Introducción
1
No solo del conocer en cuanto que el investigador reencuentra maneras de participación política
que lo reinscriben no solo como un observador a distancia. Son lugares de encuentro trasformativo
que lo abren a decisiones culturales, sociales, económicos, trayectos que incorporan al investigador
en la trama de relaciones desplazando desde ellas sobre lugares que abren gestualidades críticas
en compañía de los “otros” que impactan sobre las investigaciones y allí sus maneras decir y hacer.
2
Cabe pensar y seguir en resonancia con las investigaciones de José Luis Grosso, 2005, 2014, la entrada
civilizatoria de occidente en América para el siglo XVI; para transitar por las huellas y metáforas de
“hospitalidad mercantil, comercial”, como de los criterios mediante los cuales se abriría la expansión
Europa sobre América, allí recorrer los criterios y distinciones realizadas desde los mundos Hebreo y
Griego, en las herencias a través de los cuales iniciarían la implementación de políticas coloniales que
regularían la socialidad y estadía entrante del mundo europeo al sur americano.
3
Uywaña tiene lugar como sistema de comprensión que acontece en los límites entre lenguas y sus
historias, historias que remarcan los acallamientos, censuras, rupturas y prohibiciones acontecidas por el
estado y la iglesia sobre las lenguas locales, acciones que contribuirían a la hegemonía cultural europea
en tono de expansión y universalización escolar.
4
Co(herencias) entraña la crítica entre maneras y formas de mundo. Coherencias como herencias que
han sobrevenido con la colonialidad sobre los pueblos gentes y seres de un mundo local. Herencias sobre
las maneras de investigar; todas ellas creando, imponiendo sentidos pero también coherencias que se
abren críticamente sobre las herencias hegemónicas creando desplazando a otros sentidos y coherencias
de realidad. Co(herencias) que se enclavan entre lo colonial y decolonial, labran y expresan la textura
intercultural postcolonial.
Una recuperación del “animismo” como plataforma teórica enclava una crítica a la antropología, y en ella
los binarismos, oposiciones y escisiones estructurantes de la modernidad. Desde el animismo se despeja
la existencia de realidades que comportan una amplia conectividad entre seres. Entrada de comprensión
de aspectos no materiales de las cosas/seres/mundos.
temor y crianza. Respeto que rescribe la vida en los cerros que son
divinizados, en los manantiales que se presentan sagrados; en estos
valores se hace explícito el cuidado por la crianza y el rebaño que no
solo pertenece a los hombres sino también a la Pachamama.
Así el encuentro con los “focos” desliza entre cuerpos a una red que
conduce a silencios y ejercicios de poder que han sobrevenido a la
comunidad de seres locales (Grosso, 2012) desde políticas globales
y nacionales. “Focos” se convierten en canales de deslizamiento que
conducen a un tránsito por redes de comunicaciones amplias y en ellas
discontinuidades y desconocimientos de la praxis del habitar como
gestores y participantes activos de mundo.
2 10
Lo anterior acontece tal como nos recuerda Spivak desde Foucault en
cuanto que un relato imperialista ejerce como violencia epistémica,
exponiendo “todo un conjunto de conocimientos que han sido
descalificados a causa de la inadecuación para cumplir con su tarea
o su elaboración insuficiente: conocimientos ingenuos, colocados bien
abajo en la jerarquía, por debajo del nivel requerido para adquirir
dignidad cognoscitiva o cientificidad” (Spivak, 2011, p. 33).
5
Un con(trato) que hace del investigador otro en la conversación, y no un depositario de (El) conocimiento,
un trato que hace de lo investigado partícipe de planteamientos, (trato) entre seres que desjerarquizan al
investigador como lugar de predicciones, de anticipaciones y control de las relaciones bajo la forma del
“es” o el “deberían ser”.
Semiopraxis
operan sentido desde los sentidos y hacen realidad. Sentidos que son
resemantizados desde lo sentido y trabajan desplazando coherencias,
desplazamientos semio-práxicos que tocan la vida del investigar lo
investigado y la investigación, gestualidades que irrumpen la violencia
de una lengua entrante como lugar único de sentido del ser; movimientos
que comunican, intersectan sentidos y redistribuyen la experiencia en
consonancia de aprendizajes colectivos. Trama de sentidos en pugna
(Grosso, 2008), pugna de co(herencias) biótico-simbólicas (Noguera,
2004) que rescriben lo aprendido, vinculan y conducen a otras formas, el
habitar. Maneras de conocer interculturales que tocan al investigador
en una envolvencia relacional que hace del investigador un hilo del
amplio tejido que entraman pluriversas maneras de habitar.
2 27
A manera de entre-cierre
Bibliografía
A n a Pa tr ic ia N og u e ra d e Ech everri
Ju a n Pa bl o A l z a te Quintero
Obertura
Las sociedades, las culturas y las comunidades, han vivido no solo una
2 35
hibridación, como lo expresara Néstor García Canclini (1990), sino y
sobre todo, movimientos de ocultación, des-ocultación, velación y
de-velación, en-cubrimiento, des-cubrimiento; no en el sentido que
le diera España cuando se encuentra con esta plétora de alteridades
radicales en 1492, y que los Cunas nombraban Abya Yala: tierra fértial,
tierra en florecimiento, Bien Vivir, sino como florecimientos en medio
del asfalto.
1
Sentidos, hablamos de sentidos en el gesto doble de significación que admite el plural de la palabra, se
hace referencia a los sentidos corporales y a los sentidos como significación
2
Ethos-cuerpo es desplegado por el investigador del Grupo de Pensamiento Ambiental del Departamento
de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, y profesor de la
Universidad del Quindío, Carlos Alberto Chacón Ramírez, en su tesis doctoral y recogido en el artículo
“Pensamiento ambiental del maestro: Ethos-Cuerpo en clave de Bio-Geo-Poéticas del Habitar”. En: Revista
de Investigación de la Universidad del Quindío, No. 22, pp. 22-29, 2012. Para el Pensamiento Ambiental
Sur, el cuerpo es siempre ethos. Es el habitar-hábitat, conexión fundacional del estar. La coligación
pletórica de hábitos, configura a la vez habitante-habitación. Imposible pensar-sentir el cuerpo en el
mundo de la metafísica occidental. Pensar-sentir cuerpo-ciudad, comporta pensar-sentir cuerpo como
ethos originario: coligación cuerpo-tierra (Noguera, 2012).
2 39
Lo urbano implicaría un juego de relaciones inestables plagado
de continuos cambios y contactos ligeros de relaciones siempre
intercambiables y móviles “donde las informaciones más determinantes
pueden ser obtenidas por casualidad y el grueso de las relaciones
sociales se produce entre desconocidos o conocidos de “vista”
(Delgado, 1999, p. 24).
2 44
La posibilidad de comprender ambientalmente la ciudad y lo urbano
en la relación ecosistema-cultura, deviene como expresión misma de
la vida, considerando que ecosistema-cultura son dos matices de una
misma textura, “sistemas altamente complejos y relacionados entre
sí, formas de ser de la naturaleza en su diversidad” (Noguera, 2004)
órdenes de realidad que tejen y hacen la vida en toda su expresión.
Ritmos simultáneos, en los que se teje la variedad, lo diverso, lo opuesto,
la diferencia, la sigularidad, la irrepetibilidad óntica de lo vivo.
Ethos-Cuerpo
2 46
No obstante, lo aquí revelado poéticamente redescubre la entrada
del cuerpo en las relaciones vitales y constitutivas del mundo de
la vida (Noguera, 1998) ese océano de inmersión, es la vida, dada
como una amalgama circundante donde los cuerpos se cruzan, se
traspasan, se transportan, se pintan y se inscriben, siendo el sentir una
aventura comunicativa entre los espacios y los cuerpos, los cuerpos
como espacios fundando en intercambio ad intra ad extra como
experiencia de mundo, en la sensibilidad; para decirlo con Noguera
(2004, pp. 42 y 43).
para permitirme construir las cosas como ellas son. Y ellas son
lo otro, a lo cual yo no tengo otro acceso que el constituido
de sentido para mí. Mi sensibilidad me permite dar sentido a
las cosas. Pero mi sensibilidad solo es posible en el horizonte
del mundo de la vida. Esta constitución se da en grados, de
acuerdo al movimiento entre ego y cosa.
2 51
3
Juan Pablo Alzate, coautor de este capítulo, recorre la ciudad de Manizales, (Caldas-Colombia),
acompañado de su cámara fotográfica en la cual quedan registradas todas las fotografías presentes en esta
escritura. Conversando con personas que habitan la calle, con caminantes que se detienen a contemplar los
espacios de la ciudad, Juan Pablo Alzate logra que los lectores comprendan la diferencia entre la ciudad y
lo urbano, desde la perspectiva del Pensamiento Ambiental. Reiteramos entonces, que todas las fotografías
de este capítulo son de su autoría, y fueron tomadas en el año 2012, durante sus caminatas por la ciudad.
2 52
Figura 2. Alzate, J.P (2012). Doña Rosita en el Centro de Manizales. Detalle. Fotografía
Etho-poéticas de la seducción
4
John Locke en su ensayo sobre el Entendimiento Humano, Libro Segundo, De las Ideas, (Locke, 1994) nos
advierte sobre las vías de conocimiento, a saber sensación y reflexión, esta tesis de Locke nos permite
explorar el mundo de las mezclas y las combinaciones en las sensaciones y en la reflexión, como horizonte
mismo de reflexión actual entorno al conocimiento y a las experiencias entre el cuerpo y la ciudad.
2 54
Etho-poéticas de la ensoñación y el recubrimiento
2 55
Figura 3. Alzate, J.P (2012). Avenida Santander; Escenografía: vitrina local: Ensoñación. Fotografía
2 56
Figura 4. Alzate, J.P (2012). Avenida Santander; Escenografía:
vitrina local. Pop Art en vitrina. Fotografía
Recubrimiento
2 57
El cuerpo expone lo que puede tejer, resemantiza las cosas, tiene lugar
en y como corpo-grafía, deja que las cosas le digan, pone, quita, corre,
añade, crea y recrea relaciones, establece realidades, afecta y se deja
afectar. Siente y sintiendo teje mundo, trasvolara. Un ethos-cuerpo
emerge de esta maraña de coligaciones y tejidos. Un ethos-cuerpo
que rompe las fronteras reduccionistas de las estética eurocentrista;
un ethos-cuerpo, que expresa la diversidad inconmensurable del
habitar humano en la ciudad.
Figura 6. Alzate, J.P (2012). Avenida Kevin Ángel; Pared con Graffitis. Fotografía. Fotografía
2 60
Figura 7. Alzate, J.P (2012). Avenida Kevin Ángel; Pared con Graffitis. Fotografía. Fotografía
Figura 8. Alzate, J.P (2012). Collage de imágenes de graffitis de distintos lugares de Manizales. Fotografía
Entre-tactos: el ethos-cuerpo.
Figura 9. Alzate, J.P (2012). Edificio de la antigua estación de tren, hoy: edificio
administrativo de la Universidad Autónoma de Manizales. Fotografía
2 63
Figura 10. Alzate, J.P (2012). Carrera 23 con Calle 20: Palacio
Arzobispal y Almacén Mil Telas, de Manizales. Fotografía
Figura 11. Alzate, J.P (2012). Tanque de Agua. Barrio Chipre de Manizales. Fotografía
2 67
Bibliografía
2 69
A n a Pa tr ic ia N og u e ra d e Ech everri
Se r g io Ma n u e l E c heverri No guera
1
En su tesis doctoral “Política-Estética: Existir joven en los tiempos de la jovialidad: la bienal de Venecia
como narración en obra” dirigida por Ana Patricia Noguera de Echeverri, la filósofa y esteta María Cristina
Sánchez León, realiza una hermosa investigación sobre la Jovialidad en sentido nietscheano, que sin
duda nos ha inspirado en cuanto que esta palabra, esta manera de existir es la manera del florecimiento;
así mismo, la serenidad en la perspectiva heideggeriana, es la manera como obra la naturaleza. Ella ni se
apura ni se detiene. Su ritmo es, como la música de Mozart o los tambores de comunidades originarias
pertenecientes a muchos lugares de la tierra, sereno y jovial.
2
Según José Luis Pardo Torío (1999, Geopoética es la manera como el humano escribe, huellea, marca,
tatúa y se inscribe en la tierra. Hace parte de las geografías pardianas. La primera es la geografía como
la conocemos: escritura de la tierra. La segunda es la escritura en y sobre la tierra: la geopoética. Así,
el tejer-habitar-entre ha sido una geopoética originaria, ancestral, comunal. También son geopoéticas,
la arquitectura, las obras de ingeniería, las maneras de cultivar y/o explotar la tierra, así como pensar,
pintar, musicar, esculpir. Nuestra manera de habitar la tierra, de pintar, construir pensar sobre ella, en
ella, son geopoéticas. Toda geopoética deja huella tanto en los humanos como en la tierra, ya que se
pertenecen óntica, epistémica, estética, ética y políticamente.
Lo que está entre, une y/o separa. Los nudos, amarres, entrecruzamientos,
nodos, coligaciones, intertactalidades, pieles umbrálicas, hacen (o no),
elásticos los tejidos, las texturas, las tesituras, las redes, y los plexos.
Los territorios permanecen en movimiento, en cambio continuo, si los
nudos son a la vez, fuertes y sutiles, joviales y serenos, de carne y de
2 82
piedra, de tierra y de cielo, de mar y de montaña.
3
Saludo Lakota, que reconoce la conexión del ser con la totalidad que lo configura con una
jovialidad telúrica.
2 87
El habitar poético sólo era posible como epifanía. El dios inmanente
de Heidegger, era el dios-naturaleza de Hölderlin. No porque los dos
fueran panteístas, sino porque la poesía de Hördelin como esencia
de la poesía (Heidegger, 2006), develaba la presencia de lo divino en
la naturaleza. La falta de la falta de dios, era la falta de la falta de
la tierra como lugar de nacimiento, como casa, como Oikos. Y lo más
grave de este tiempo, no solo era la pérdida de Dios, es decir, la pérdida
de la naturaleza como cielo, sino la ausencia del sentimiento de falta
de esa falta.
¿Cómo se han tejido pieles tan hermosas como las de las serpientes
o los plumajes de aves como el pavo real, que producen tal placer
estético y tan profunda fascinación?
La Mujer Araña, la que teje la vida, Gran Madre de los indios Hopi
nativos de la zona sudoeste de Norte América. Es la diosa abuela, sabia,
que teje mundos.
2 94
El Sur, no como punto cardinal, sino como geo-tejido-poético, como
maneras de ser y habitar-otras, se propone como lugar del cual
emerge un geo-pensamiento diverso, singular, metamórfico, que está
diseñando otros mundos posibles. Ante la globalización que implica la
homogenización de la vida, la hermosa afirmación de Augusto Ángel
(en: Pineda y Noguera, 2009): “La vida, si no florece en poesía, no vale
la pena”, nos recuerda a Maurice Maeterlinck, ese maravilloso escritor
romántico, que comprendió la inteligencia de las flores (2011). En su
obra, el abogado que deviene poeta de la naturaleza, propone asumir
un compromiso ético frente a la tierra-casa-ethos al cual los humanos
pertenecemos. Este libro fue publicado por primera vez, en inglés, con
el titulo Life and Flowers, lo que expresa la importancia fundamental
y originaria de las flores en la diáspora de la infinita diversidad de
diseños de la tierra.
Los pueblos Kunas llaman esta tierra Abya Yala. Dos connotaciones
tiene este vocablo: una que nombra la tierra en su permanente
transformación metamórfica: Tierra en Florecimiento. Otra que
nombra la manera de habitarla: Buen Vivir. Las dos significaciones; los
dos acontecimientos configuran el nombre de la tierra —que somos—.
Sólo es posible habitar la tierra si ella florece. Su florecimiento es
nuestro florecimiento: Su devastación es nuestro fin.
Sin embargo, el reto de la vida hoy, exige una ética ambiental que inspire
y potencia la transformación de los diseños de mundo elaborados por
la ciencia, la tecnología, la política y la estética., en clave del amor, el
respeto y el cuidado de la tierra-madre.
Bibliografía
3 01
Rafael Alberti
1
Las Reservas de la Biósfera son áreas geográficas representativas de los diferentes hábitats del planeta.
Abarcan ecosistemas tanto terrestres como marítimos, pero, una reserva de la biósfera no es un área.
protegida dedicada 100% a la conservación http://www.entelchile.net/familia/naturaleza/reserva_
biosfera/reserva.htm
3 03
“Una transformación profunda de los símbolos de la cultura
moderna, que abarca una transformación radical de la
economía, de las maneras como se construye el conocimiento,
de la escuela como continuadora y sostenedora de un
concepto mecanicista de la vida, de la educación, de las
prácticas industriales, de la vida cotidiana, del lenguaje, de
los mitos e imaginarios”? (Noguera, 2009, p. 4).2
2
http://www.cep.unt.edu/papers/noguera2-sp.pdf
3
San Andrés, es producto de la actividad constructora de los corales que formaron un arrecife alrededor
de un cono volcánico, que posteriormente se hundió dejando un anillo coralino (CORALINA, 2002). Según el
plan único a largo plazo de la reserva de Biosfera, San Andrés es uno de los más antiguos atolones, este se
elevó e inclinó hacia el este en el período Plio-pleistocénico (hace 3 millones de años aproximadamente),
levantándose 100 m. hasta eventualmente quedar hoy sobre el nivel del mar. Providencia también se
originó como un atolón durante el terciario (hace 30 millones de años aproximadamente); pero por la
activación del vulcanismo en el terciario medio a tardío (hace 15 millones de años aproximadamente)
formándose una isla montañosa en la parte sur del atolón original. Las terrazas sub-aéreas y submarinas
en ambas islas son el resultado de las oscilaciones del nivel del mar en el Cuaternario a causa de las
glaciaciones, donde se observa que las rocas calizas de la costa fueron talladas por el mar (Geister & Díaz,
1997). (cfr. Plan de gestión del riesgo).
4
Este articulo forma parte de la biblioteca virtual del Banco de la República.
http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-36 recuperado en 12 de
Octubre 2015.
5
Plan de desarrollo 2012-2015. Para tejer un mundo más humano más seguro. http://cdim.esap.edu.co/
BancoMedios/Documentos%20PDF/sanandresyprovidenciapd2012-2015.pdf
Recuperado en Agosto 24 de 2015.
Hasta 1930 la economía base del archipiélago era agrícola, pero con
la recesión de los años 30, la captación de inversión y divisas por esta
actividad se redujo significativamente hasta que en los años 50 fuera
declarado “puerto libre”, la exención de impuestos resultaría muy
3 06
atractiva para el flujo de comerciantes y compradores que comenzaron
a viajar a la isla provenientes de Antioquia y de la Costa Atlántica,
creando un problema de densidad poblacional concentrándose
ésta en la parte Norte y por supuesto afectando con sus prácticas el
ecosistema. Rápidamente la población aumentó de 3.650 habitantes
en 1951 a 38000 para finales de los años 706. Se afirma en el plan de
manejo 2012- 2015 que el efecto más negativo del boom turístico del
período del puerto libre, 1953-1991, fue la expansión inequitativa de
la actividad económica e incremento indiscriminado de la población,
trayendo como consecuencia la marginalización de la población raizal,
de las principales actividades económicas relacionadas con el comercio
y el turismo. En cuanto al incremento indiscriminado poblacional, se
ha evidenciado consecuencias negativas en el uso y explotación de
los recursos como la pesquería en la zona arrecifal y mar abierto del
6
Atlas de la Reserva Biosfera Seaflower. Archipiélago san Andrés, Providencia y Santa Catalina.
7
Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina
8
“En cuanto a la biodiversidad marina se han identificado 57 especies de coral y 273 especies de peces
correspondientes a 54 familias. En los cayos lejanos y áreas pantanosas de los manglares habitan aves,
de las cuales se han identificado 76 migratorias y 16 especies residentes, detectándose dos especies
endémicas en peligro de extinción: el vireo de San Andrés (Vireo caribeaus) y el sinsonte de manglar
(Mimus magnirostris). Entre las especies de peces y moluscos comerciales más importantes y en peligro
por sobreexplotación se encuentran los peces para alimento, como meros, pargos y los moluscos como el
caracol pala (Strombus gigas), algunas especies de langosta (Panulirus argus, P. guttatus) y una especie
de cangrejo terrestre (Gecarcinus ruricola). Otras especies importantes que encuentran alimento y áreas
de anidación en el archipiélago son: las tortugas marinas como la cabezona (Caretta caretta), verde
(Chelonia mydas), carey (Eretmochelys imbricada) y cuero (Dermochelys coriácea).” (Díaz, 2010:, p. 22).
En los cantos de los marinos y los sonidos del mar vibran los afectos
y afectaciones (Yáñez, 2014), resonancias, silencios, pausas, notas
ocultas, tonos y timbres que solo son percibidos por los contactos,
enigmas que no son contados en historias, fantasías que atraviesan
las memorias, allí sin ostentaciones ni dominaciones reposa la manera
de contemplar la vida, en los relatos de las culturas, sus propuestas e
3 13
intercambios, la misma que realiza cruces, transversaliza ideas, hace
costuras de distintas telas (…). No será una teoría. Será una invitación a
la poesía, al silencio del sujeto cartesiano, a la entrada en la trama de
la vida (Noguera, 2004, p. 20).
9
La Estrategia de Sevilla constituye la nueva versión del Plan de Acción elaborado a raiz de la conferencia
de Minsk, en 1984. Define las directrices a adoptar para una acción futura en los territorios designados
como Reservas de la Biosfera (R.B.) http://www.lanzarotebiosfera.org/biosfera/moratoria/estrat.htm
Visitada el 19 de Julio de 2015.
Se han dejado escuchar los chapoteos del agua, los jadeos del mar;
se ha narrado una historia, diferentes momentos que han dejado
ecos en la construcción de la cultura raizal y en sus relaciones
ecosistémicas, consonancias con la naturaleza de la vida que emanan
de la administración local, disonancias que mantienen las tensiones de
una fragilidad ambiental, puesta en escena por el mismo ejercicio de
la administración y gestión local. Un ciclo de mareas que de pleamar a
bajamar son la ruta que implica revoluciones en la comprensión de la
dimensión ambiental como hasta ahora se ha venido asumiendo en las
prácticas de instrumentalización.
sin embargo, éstos tienen que ver con la historia y el sentido, umbral
de las imaginaciones de nuestras vidas, las repetidas y las prospectivas,
el hábito que revela el ser-ahí, el ethos vinculando las imágenes de la
vida a través de la capacidad para representar, es decir, la forma en
la cual el hombre está construyendo los símbolos de su cultura, las
huellas del habitar.
conecte la vida del que habita con su hábitat, ecosistema marino que
tiene su propia lengua.
3 21
“Comprendemos la mercantilización del espacio como el
proceso mediante el cual se sustraen las relaciones sociales
del lugar en términos de experiencia histórica y social (de
pertenencia, identidad, cotidianidad, vida material, o sentido
sagrado, por ejemplo), para que un lugar y algunos de sus
contenidos, pasen a convertirse primordialmente en producto
para ser incorporado como mercancía al circuito del mercado
cultural. En este sentido, existen dos dimensiones del cambio
social que están directamente relacionadas con el turismo y su
influencia en el espacio social: 1) por una parte, la industria se
apropia de los sentidos culturales, adapta, inventa y produce
muchos otros (asunto que tiene que ver con la capacidad de
producción simbólica para dirigir la mirada sobre pueblos,
ciudades, barrios, paisajes, etcétera); y 2) al mismo tiempo,
10
Hurtado Rassi, J. (2014). El Fallo de La Haya y sus efectos en la Reserva de Biosfera Seaflower.
11
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-39292010000300008&script=sci_arttext
3 24
“Creo, por tanto, que en vez de soñar con un desarrollo eterno
en expansión, deberíamos preparar a las comunidades para
el cambio cultural. Para ello es necesario señalar. con mucha
claridad, los sitios por donde se está resquebrajando el
edificio, pero más allá, es necesario educar para la creatividad
cultural. ¿Qué significa, desde la perspectiva ambiental este
tipo de educación? Por una parte, un regreso al estudio
detenido de las circunstancias geográficas y ecológicas en las
que se construye la cultura. Sin este fundamento «ecológico»,
es imposible construir culturas adaptativas. Pero no basta
esta visión, porque el conocimiento de los sistemas ecológicos
no indica cómo debe construirse la cultura. Es necesario
fortalecer la imaginación cultural”. (Ángel-Maya, 2003,
pp. 25 y 26).
12
Se usa el término afectividad para designar la susceptibilidad que los seres experimentan ante
determinadas alteraciones que se producen en el contacto permanente con otros en y con la alteridad
radical que es la tierra (océanos, mares, ríos, lagunas, vientos, montañas, valles, llanuras, desiertos,
animales, plantas… seres vivos y muertos, orgánicos e inorgánicos).
13
Pineda, Jaime, 2009. Geopoéticas del Habitar Humano. Tesis de Maestría en Filosofía. Manizales:
Universidad de Caldas. Inédita.
14
“Término griego que significa ‘creación’ o ‘producción’, derivado de ποιέω, ‘hacer’ o ‘crear’. Platón define
en El banquete el término poiesis como «la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no-
ser a ser». Se entiende por poiesis todo proceso creativo” En: es.wikipedia.org Visitada 6 de noviembre
de 2019.
15
“La solidaridad consiste en aceptar que los otros seres vivos, humanos y no-humanos, tienen el mismo
derecho a la vida que yo, por lo que malgastar, despilfarrar o subutilizar el patrimonio de la tierra, expresa
una ingratitud frente a la naturaleza y una arrogancia sin límites del humano racionalista y ególatra”.
Noguera (2007a).
los relatos del contexto y que expresa en las prácticas los esfuerzos por
construir experiencias que entren en diálogo con la vida, una ética que
otorga sentidos, que extiende potencias participativas de acción de las
comunidades con propósito y comprensión, un compromiso afectivo
con la vida que permee cualquier tipo de compromiso afectivo con los
sistemas devoradores de producción.
16
Augusto Ángel-Maya, escribe en el año de 1995, el libro: “La Fragilidad Ambiental de la Cultura”. Allí
se abre una puerta incalculablemente inmensa y compleja, para interpretar y comprender las tensiones
entre una cultura capitalista que sólo ha buscado bajar la velocidad del desarrollo a partir del concepto
de sostenibilidad, y una cultura decididamente ambiental, que hace resistencia y re-existe a los embates
del Desarrollo Sostenible. El Pensamiento Ambiental, propuesto por Ángel-Maya en su extensa obra y
desplegado por el Grupo de Investigación en Pensamiento Ambiental, asume una posición geopoética: el
Sur. Desde allí: desde este lugar de enunciación-otro, emerge este capítulo, que a su vez recoge aspectos
importantes de mi tesis de maestría en administración realizada en la Universidad Nacional de Colombia,
sede Manizales con la valiosa compañía de Ana Patricia Noguera de Echeverri, directora actual del Grupo
de Investigación.
17
Que en la mitología griega es la personificación de la memoria.
3 32
Girar en lo ético amplía el horizonte de pensarnos y hacernos en
historias que propongan alternativas culturales frente al discurso
moderno cuidadosamente elaborado hace cientos de años. Rehacernos
con el propósito de suturar las fisuras de la objetivación como fuerza
dominante, sin perder de vista la deshumanización del hombre, que
hoy ha trastornado todo el sistema de valores de naciones enteras,
confundiendo y restringiendo el derecho a la verdad, a la pertinencia,
a los sentidos y sentires, a la vida, a la construcción genuina del ser, con
el fin de cercenar maneras de habitar-otras, que muestran respeto por
la vida desde el principio de cuidado y autoconservación.
3 33
Bibliografía
3 37
A dr iá n Mo njeau
por dentro, tabaco para pipa, té en hebras. Pero hay otra filosofía,
la inquieta, de borceguíes y mochila, de vino caliente en refugios
de montaña. No sale de las ciudades sino del humus del bosque.
Me encuentro en el último caso, el de la reflexión en movimiento,
outdoor philosophy. Las cosas se ven diferentes desde la espalda de la
realidad, desde la periferia arbolada y salvaje.
Nos salimos de la vaina por meternos hasta el fondo del valle del río
Turbio. Mientras espero y participo en el final de los preparativos, mis
reflexiones me llevan de vuelta al asunto de las capas de cebolla de
la realidad: ¿qué es lo que nos atrae tanto de un sitio poco explorado?
Las memorias de aventureros están llenas de excusas: oro, ciudades
mitológicas: El Dorado, Los Césares, el Santo Grial, pasos al otro
lado, nuevas rutas, hallazgos para la ciencia, vida en otros planetas.
3 42
Dicen que el buscador de oro que lo encontró murió de tristeza,
asesinado por un anhelado futuro que lo alcanzó, consumido por el
alcohol, acribillado por un enjambre de monedas, (eso me han contado
en las tabernas de Bolivia y Perú) ¿Qué buscamos cuando buscamos?
¿Hay una motivación generalizada, un pattern del explorador
compulsivo? ¿De dónde proviene esa fuerza que nos hace olvidar
del frío, del hambre, del cansancio, de la sed, y de buena parte de
las cosas materiales de este mundo, en aras de sumergirnos en algo
que desconocemos?
3 43
Interrumpe mi relato un impaciente llamado a bordo. Ni bien puse
los dos pies en la lancha, el marinero arranca con todo, misterioso
o vengativo. Las costumbres de la civilización se van diluyendo
naturalmente en el tiempo y en el espacio de nuestro viaje. La última
señal inalámbrica se pierde cerca del muelle del Turbio, donde varios
aprovechan para obtener la última bendición del mundo moderno que
un celular apuntado al hueco del cielo prodiga con misericordia.
del fuego (pero que después terminan siendo calles de loteos del lobby
inmobiliario) en fin, una tremenda actividad económica. Tal vez habría
que lograr que el poblador le saque provecho a nuestro gusto por el
bosque y nos cobre el mantenimiento de la postal.
problema, es entre él y yo. O en todo caso será entre ellos y yo, lo mismo
da. Una vez desplegados los calibres respectivos, le ofrezco mi mano,
mirándolo con los ojos finitos como tajo en el queso, con el bigote
recto y el esfínter firme. “Quédese tranquilo hombre”, le propongo.
Acepta mi pipa de la paz y tritura mi mano en un instante infinito.
Ahora el trato es cordial y respetuoso y le ofrezco mis disculpas por
el mal rato. Suspiro disimuladamente. Se alejan saludando. Corro a la
mata íntima más cercana.
Adrian Monjeau
3 53
3 55
Giovannie Soto-Torres
Investigador portorriqueño. Agente Agrícola y Profesor, Colegio de
Ciencias Agrícolas, Recinto Universitario de Mayagüez, Universidad
de Puerto Rico. Sus áreas de interés giran en torno al mundo agrario; en
especial, hacia la filosofía ecología y biodiversidad asociada a sistemas
agrícolas. Obtuvo su licenciatura en Ciencias en Biología Marina
(UPR-Humacao); maestría en Ciencias en Transferencia de Tecnología
en Acuicultura (UPR-Mayagüez) y doctorado en Ciencias Agrarias
en Investigación para Acciones en Desarrollo Rural Sustentable
(UAChapingo-México). Realizó su pasantía doctoral en el Grupo de
Investigación en Pensamiento Ambiental de la Universidad Nacional
de Colombia sede Manizales. Lo puede contactar a través del correo
electrónico: giovannie.soto1@upr.edu o a través de correo regular a:
78 Ave. Muñoz Rivera, Este Ofic. 1 Camuy, Puerto Rico 00627-2631.
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Sergio Manuel Echeverri Noguera
Manizales - Colombia
De las profundidades telúricas de nuestra América-Abya Yala, surgen voces que habían estado
acalladas por un ambientalismo reduccido a sostener el desarrollo y no los complejos
entramados de la vida. Polifonías disonantes, atonales, polirrítmicas, policromáticas, de
texturas y sabores exuberantes están presentes en esta obra escritural, sin director coral, y en
la exterioridad radical de mundos de vida-otra. En igualdad fraterna, como hijos de la tierra,
hermanos del río, el pez, la montaña, la mariposa, el árbol, el viento o la noche, cada voz se
expresa en su tonalidad y tesitura. Están presentes el saber que no ha buscado imponerse
como racionalidad única, sensibilidad, o verdad universal; la búsqueda de todos, de construir
maneras éticas en las que quepamos todos, humanos y no; los pensamientos y las propuestas
éticas que han procurado introducir la tierra, la naturaleza y la vida más allá o más acá, pero
en todo caso por fuera del gran imaginario moderno de que el sujeto, a través de la razón
lógico matemática e instrumental, debe dominar la naturaleza y el universo a partir del
desarrollo tecnológico y científico.
El ethos (casa),y la ética (maneras de habitar la casa), van desplegando su palabra en las
voces de los autores de este libro; el grito, el llanto, las tonalidades clásicas, las dodecafónicas,
así como la atonalidad absoluta, hacen de esta composición una-otra diversidad de
propuestas; tanto las emergentes de la modernidad filosófica, hasta las abyayalenses,
se reunen en este libro para mostrar la diversidad moral de un morar diverso, para diseñar
otros mundos y hacer posible lo que parece hoy imposible para la ultramodernidad industrial:
habitar poéticamente esta tierra.