Conflicto Armado Interno
Conflicto Armado Interno
Conflicto Armado Interno
Interno
La construcción del enemigo interno fue una justificación para llevar a cabo
las acciones represivas que se desarrollaron después de la invasión
liberacionista de 1954 en Guatemala. La idea de no tolerar ninguna
oposición llevó a construir un enemigo imaginario que terminó en la
sospecha de todas las personas como posibles amenazas o enemigos. De
esta manera, para el Estado guatemalteco el enemigo fue toda la sociedad y
se persiguió no sólo a los que estaban involucrados en los hechos armados
sino a todo tipo de opositores o descontentos, incluso a aquellos que no
favorecían las acciones armadas.
En esa manera de ver a la sociedad se cometieron muchas violaciones a los
derechos humanos y se exterminaron a muchos inocentes. El movimiento
social fue el actor principal, ya que muchas organizaciones sociales
participaban en demandar mejores condiciones de vida, respeto de los
derechos laborales, libertad de acción y rechazo a la represión. Este fue un
actor muy perseguido y diezmado a través de asesinatos y desapariciones
forzadas.
La participación política de la población indígena se manifestó en los muchos
sectores indígenas que mantenían una resistencia a las condiciones que se
les había impuesto desde la Colonia y habían sido agudizadas en la época
liberal. Los indígenas resistían de muchas maneras, especialmente
fortaleciendo demandas comunitarias y planteando la necesidad de que
respetaran sus derechos. Fueron las guerrillas las que asumieron la lucha
armada como principal vía para tomar el poder. Éstas se formaron de la
convergencia de diversos sectores: militares, políticos de izquierda, juventud
rebelde y población indígena. Las guerrillas las formaban varias
agrupaciones con diferentes formas de organizarse y de pensar sobre cómo
alcanzar el poder. Éstas planteaban una revolución que cambiaría
radicalmente la situación socioeconómica y política del país.
La represión desde el Estado fue la respuesta más generalizada de las
fuerzas gubernamentales, las cuales aplicaron todo tipo de acciones para
callar a los opositores. Con la acción represiva se rompieron las bases legales
del “Estado de derecho” y las fuerzas gubernamentales actuaron siempre
fuera de la ley, pues en Guatemala no funcionó la persecución legal de los
opositores. La represión se manifestó desde formas de vigilancia a la
población y control hasta políticas de exterminio de los opositores.
(Tomado de: IIARS, “El Conflicto Armado Interno y la transformación de
conflictos en Guatemala. Una caja de herramientas para su abordaje en el
aula” F&G Editores, Guatemala, 2015. Págs.: 40, 41.)
Las causas de esta lucha son la cruda pobreza, la injusticia social, la carencia
de educación y los sueños frustrados de una generación que vivió ante la
intromisión de Estados Unidos en la primavera democrática de este país;
aunque está claro que las causas no se limitaron a éstas. Internacionalmente
podemos ubicar este conflicto en la Guerra Fría, proceso en el cual se
enfrenta EUA y la URSS dividiéndo el mundo en dos bloques: países
capitalistas y países comunistas y/o socialistas.
Como jóvenes debemos hacer algo por cambiar estas condiciones en que
nos heredan a Guatemala. No somos culpables de lo que ocurrió, pero somos
responsables de lo que ocurrirá. ¿Nos conocerán como aquellos que
iniciaron una transformación, o como indiferentes que no hicieron nada para
heredar una mejor Guatemala?