Tema 19 PDF
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FENÓMENOS MIGRATORIOS.
1. FUENTES DEMOGRÁFICAS
En los años 40 del siglo XX encontramos estudios de médicos y sociólogos en los que
predominaba la temática natural (nacimientos y defunciones). Son muy representativos los
estudios sobre la mortalidad infantil, aunque sin componente espacial, y los estudios de
natalidad de Ros Gimeno con tendencia pronatalista, que se convirtió en uno de los precursores
del estudio de la geografía de la población en la España. También destaca Perpiñá con estudios
sobre la distribución de la población. En los años 50 aparecen estudios regionales derivados
de la geografía regional —con carácter descriptivo y explicativo— de autores como José
Manuel Casas Torres y Manuel de Terán. En los años 60 destacaron otras temáticas, como la
geografía histórica, con estudios como los de Livi Bacci y Nadex que analizaban la población
española desde el s. XVI al XX. Los estudios de Cartelux y García Barbancho se concentraron
en las corrientes espaciales de moda, dado que España iniciaba su ciclo demográfico
migratorio a Europa y también del campo a la ciudad. En los años 70 predominaron los
estudios conjuntos de la población, siendo la fecundidad su principal temática. En los años 80
se consolidó la investigación de geografía de la población, tratando temas muy diversos.
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TEMA 19: LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. COMPORTAMIENTO DEMOGRÁFICO.
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de las características personales y familiares (las personales hacen referencia al sexo, estado
civil, fecha de nacimiento y nacionalidad); el tercer bloque son las características culturales, de
las que la variable que más destaca es el nivel de instrucción; el cuarto bloque son las
características económicas, en las que prima el elemento de la población activa y otras variables
como la población ocupada y en paro, etc.
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN
En opinión de Gil Olcina, en su obra Geografía de España (2001), nuestro país ha vivido
un modelo de transición demográfica semejante al del resto de los países de Europa
Occidental, pero con retraso, que se ha basado en el paso de una población con altos índices
de natalidad y fecundidad a otra con tasas muy bajas. Este modelo presenta las siguientes
etapas: etapa primitiva, que muestra altas tasas de natalidad y mortalidad con débil
crecimiento vegetativo; etapa de transición, la cual se subdivide en una primera fase donde
empiezan a desaparecer las sobremortalidades debidas a la mortalidad ordinaria con una
natalidad todavía alta, y una segunda fase donde la mortalidad continúa en descenso y la
natalidad empieza a recortarse; etapa evolucionada con bajas tasas de natalidad y mortalidad
y crecimiento moderado.
Etapa primitiva demográfica. Duración: alcanza hasta mediados del siglo XVIII,
aunque todavía a finales del XIX padezcamos grandes epidemias. En los diecisiete primeros
siglos de nuestra era España pasó de 5,3 millones de habitantes a 7,5 millones, un crecimiento
menor al de muchos países europeos. Causas: altas tasas de natalidad y mortalidad con débil
crecimiento vegetativo, el largo período de la Reconquista, la colonización americana y la
política de hegemonía europea con la consecuente sobremortalidad bélica. Siglo XVI:
superadas las guerras interiores y a pesar de las pérdidas de población de la primera
colonización, es un siglo expansivo demográficamente gracias a las grandes posibilidades
económicas brindadas por la conquista de América y la expansión en Europa. Sin embargo, a
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finales de siglo la crisis económica y social era ya patente. Siglo XVII: nuestra población pasó
de 8 a 7,5 millones por causas como las tres epidemias de peste, la emigración a América, la
expulsión de los moriscos, la sobremortalidad bélica, y las malas cosechas con sus hambrunas.
Siglo XVIII: la población española experimentó una expansión importante, de 7,5 a 11 millones
de habitantes, por lo que se habla de un crecimiento "hacia adentro" debido a la mejora de la
economía y de la dieta del español.
Etapa evolucionada demográfica. El aspecto quizás más relevante de esta fase es que
en ella se inicia el control de la natalidad. El tipo de vida, que imponen la ciudad y las nuevas
condiciones de trabajo de la industria, obliga a replantear el concepto tradicional de familia
numerosa. Ahora, un menor número de hijos es más apropiado para la vida urbana, pues las
casas son pequeñas, las necesidades de formación y de manutención de los niños son mayores,
y los trabajos en la industria, limitados. En consecuencia, la población se mentaliza y controla
su natalidad. Cuando la industria química aporte los anticonceptivos, este control se hará más
efectivo. Ante el descenso de la natalidad, la población frena su espectacular subida y entra en
una situación de equilibrio. Duración: fue en los años 60 cuando se produjo la modernización
de la sociedad española, siendo a lo largo de esta década cuando finalizó la etapa de transición
demográfica. Causas: bajas tasas de natalidad y mortalidad y crecimiento moderado. 1970-80:
la crisis del petróleo de 1973 provoca un colapso en la economía industrial, frena el bienestar
recortó la natalidad y todavía la mortalidad. Regresaron los emigrantes entre 1970-75. En 1975,
la muerte de Franco hace cambiar los comportamientos natalistas ante los nuevos
planteamientos ideológicos de la transición demográfica (secularización de la sociedad, nueva
legislación sobre métodos anticonceptivos, etc.). En 1980 éramos cerca de 38 millones de
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LA DINÁMICA ACTUAL
3. LA ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN
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se equilibran y en los tramos altos el número de mujeres supera tres veces al de los hombres.
Los estratos de edades más jóvenes decrecen de forma progresiva hasta estancarse, aunque en
los últimos años se ha registrado un ligero aumento debido a la mayor natalidad de la
población inmigrante; los menores de 15 años oscilan en torno al 15% de la población. Es
patente un crecimiento de los estratos de edades adultas y viejas como consecuencia del
aumento de la esperanza de vida, alcanzando el 22% del total. En la pirámide se detecta un
ensanchamiento importante producido por el crecimiento demográfico de los años de 1950-70,
pero todavía se perciben huellas del conflicto civil y del déficit natalista de postguerra.
ESTRUCTURA PROFESIONAL
Se entiende por población activa aquella que está en edad (igual o más de 16 años) y
en disposición de trabajar. La población activa se subdivide en población ocupada (la que tiene
un empleo retribuido) y población parada (la que no trabaja, aunque desearía hacerlo —busca
empleo y no lo encuentra—). La población inactiva es la que ni tiene ni busca trabajo
remunerado; incluye a los jubilados, los estudiantes, las amas de casa, los incapacitados,
rentistas, retirados, etc. En los momentos actuales se pueden señalar dos rasgos significativos
en relación con la población activa: uno es el crecimiento de la misma desde los años 70 y el
otro es el considerable y acelerado incremento que las cifras de paro están viviendo en la
actualidad. La tasa de actividad en España se sitúa en el 60%, aunque es todavía inferior a la
de los países europeos (65%). Este crecimiento es debido en buena parte a la incorporación
creciente de la mujer al mercado laboral y a los recientes aportes de la inmigración. Por sexos,
existe un predominio de la tasa de actividad masculina (58,5% frente a un 41,5% de las
mujeres). La tasa de paro relaciona la población en paro y la población activa. El paro
evoluciona según los ciclos económicos, ya que depende preferentemente de la marcha de la
economía. Hasta 1975, la tasa de paro en España era muy baja, en torno al 3%, debido a la
emigración a Europa y a la débil incorporación de la mujer al mercado laboral. Esta tasa se
dispara desde la segunda mitad de los setenta, alcanzando el 20% en 1985 debido a la
disminución de los puestos de trabajo durante la crisis económica y posterior reconversión
industrial. La fase de recuperación económica posterior (1986-1990) hizo disminuir el paro,
pero no de forma substancial, pues no desciende del 15% en 1990. El paro vuelve a repuntar
con la recesión económica reiniciada en 1991, elevándose de nuevo las cifras de paro a cotas
más altas en 1994 (25%). A partir de 1995, la conjunción de desarrollo económico y descenso de
la población que accede por primera vez al mercado laboral lleva la tasa de paro a sus mínimos
de los últimos treinta años, siendo del 8% a comienzos de 2007. Desde mediados del 2007 se
produjo un gran deterioro del mercado laboral como consecuencia de la crisis económica, la
cual colocó a España al frente de la UE con una tasa de paro superior al 26% en 2013. Según la
EPA, 2015 ha sido el primer año en reducir ligeramente la tasa de desempleo (por debajo del
24%), queriéndolo considerar un síntoma de recuperación económica.
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DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN
España está habitada por más de 46,5 millones de habitantes, según el Instituto Nacional
de Estadística (INE) en 2016. La densidad de población es de 92 hab/𝑘𝑚2, inferior a la de la
media de la Unión Europea de 114 hab/𝑘𝑚2. Esta población se encuentra repartida de forma
desigual por el territorio nacional encontrando grandes vacíos y grandes concentraciones
humanas. Vacíos: son áreas correspondientes a climas fríos, duros y secos, propios de la
Meseta, parte del Valle del Ebro y zonas de montaña como el Sistema Ibérico y los Pirineos.
Además de estos factores físicos indeseables, coinciden con ser áreas de escasas posibilidades
económicas. Concentraciones: tanto en nuestro país como a nivel mundial existe una
tendencia a la concentración de población en el litoral, siendo las provincias con proximidad al
mar las más habitadas tanto en el norte como en el sur de España, salvo el caso de Madrid,
Valladolid y Zaragoza, grandes ciudades situadas en el interior que han crecido por factores
humanos. El litoral español atrae a la población por su benevolencia climática y otras
condiciones físicas favorables, pero también por sus grandes actividades económicas
industriales, agrícolas con regadíos, pesca y turismo.
nulo. La España con mayor crecimiento natural es la España con mayor natalidad, el sur
(Andalucía), el litoral Mediterráneo (en especial Murcia), los archipiélagos (Baleares y
Canarias), Ceuta y Melilla. La España con menor crecimiento vegetativo es la España con
menor natalidad y más envejecida (Castilla León, Asturias, Aragón y algunas provincias como
Lugo). Las ciudades han aportado históricamente una tasa más alta de crecimiento natural que
las zonas rurales, aunque siguen siendo más natalistas, actualmente se tiende a la uniformidad.
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La emigración tradicional del siglo XIX a la primera mitad del XX. El destino estaba
centrado en ultramar, en particular Argentina, Brasil, Cuba, Venezuela y México. La mayor
parte del contingente migratorio procedía de la cornisa cantábrica, en concreto de Galicia,
también de Canarias (hasta la llegada del turismo a esta región en los años 60). Las causas de
esta migración eran: el superávit de mano de obra causado por la revolución demográfica; la
incapacidad de la economía española para absorber este excedente de mano de obra; la
vecindad del océano; cierto espíritu de aventura. La corriente emigratoria se fue intensificando
durante la segunda mitad del XIX, aumentando de manera progresiva a finales del XIX y
principios del XX hasta alcanzar su paroxismo en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
Desde 1919 se reanudó la corriente emigratoria, pero con menos fuerza, consecuencia de la
Gran Depresión y el establecimiento de leyes de cuota en las Repúblicas sudamericanas. A
principios de siglo se incorporaron nuevos destinos como Francia y Argelia. Tras la guerra
civil, el carácter de la emigración española a América es muy distinto: para empezar, los
motivos eran esencialmente políticos y no económicos, sirva de ejemplo los 30.000 emigrantes
de buena cualificación (médicos, profesores, escritores...) a México y Argentina. En 1946 se
restablece la Ley que autoriza la libre salida de España, pero la emigración solo cobrará fuerza
a partir de 1949 con la superación del bloqueo de la ONU. La tradicional emigración a América
era ahora muy difícil, porque en América Latina no se recibía para poblar, sino para
promocionar su economía, y España no estaba en condiciones de suministrar contingentes de
mano de obra cualificada. Los únicos emigrantes a América se fueron a Venezuela para trabajar
en la industria petrolífera, seguido de Argentina y Brasil.
contribuyendo al aumento del PIB— y han aportado una considerable mano de obra barata que
ocupa los peores puestos de trabajo. En el lado negativo hay que destacar que el aumento de la
mano de obra barata ha provocado un estancamiento de los salarios. A nivel sociocultural se
han registrado problemas de xenofobia, aunque menos importantes que en otros países
desarrollados debido a la conexión cultural con Latinoamérica. En la actualidad, ante la escasez
de oferta de empleo en el actual mercado laboral español, existe una emigración de
profesionales cualificados —jóvenes licenciados y graduados universitarios— hacia países de
la UE (Alemania, Reino Unido fundamentalmente) y otros países desarrollados y emergentes
como Brasil.
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CONCLUSIÓN
España está habitada por más de 46 millones de españoles en 2017. Esta población se
encuentra heterogéneamente repartida por el territorio nacional, concentrándose en
determinados núcleos del interior y, en particular, en la periferia. Nuestro modelo de transición
demográfico, por el cual hemos pasado de altas tasas de natalidad y mortalidad, a una tasa baja
de crecimiento vegetativo, recuerda al de Europa Occidental (salvo que con 70 años de retardo).
Actualmente, nuestro país manifiesta un régimen demográfico viejo, con una pirámide de
población en retroceso, y escasos movimientos interiores. En la última década, España ha visto
crecer la cantidad de población inmigrante a un ritmo espectacular, que se ha frenado con la
llegada de la crisis económica. En la actualidad, ante la falta de oportunidades que ofrece el
mercado laboral español, muchas personas preparadas (licenciados, graduados universitarios y
profesionales con dilatada trayectoria profesional en determinados sectores) se han visto
obligados a emigrar hacia países en los que hubiera ofertas de trabajo que se correspondían con
su nivel académico. Sus destinos principales son Europa y Latinoamérica.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
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