Las Efigies de Los Incas en El Ms. 1551 PDF
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DE LA BIBLIOTECA ANGELICA (ROMA) Y LOS “CUADERNOS
DE MANO” DE FRANCISCO FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA
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Poma de Ayala (ca. 1615),4 dos textos muy relacionados entre sí que contienen
abundante información “visual” sobre los incas, como fisonomías y parafer-
nalia regia, por ejemplo, que no aparecen en otras fuentes. En cuanto a las
imágenes, tampoco está claro su origen, aunque guardan relación con las que
ilustran el libro de Guaman Poma y el Códice Galvin de Martín de Murúa
(en el que, por cierto, participó el propio autor indígena como dibujante).5
Este ensayo mostrará que las acuarelas del Ms. 1551 pertenecen a la
misma tradición histórico-mitológica que las crónicas de Salinas y Guaman
Poma, la cual es distinta de la que recogen autores como Juan de Betanzos,
Cristóbal de Molina o Polo de Ondegardo (entre otros), cuyas crónicas, por
su antigüedad y filiación cuzqueña, suelen considerarse más útiles o fiables
para esclarecer el pasado incaico. En las próximas páginas se discute la pro-
cedencia del relato y de los modelos visuales que usó Camillo II Massimo en
su códice y a la vez se reivindica este acervo folklórico por su importancia en
representaciones virreinales de temas prehispánicos, pues los artistas utiliza-
ron fuentes que se adscriben a ella para “retratar” a los incas de la dinastía
aceptada como oficial desde los tiempos del virrey Francisco de Toledo. De
hecho, fueron historias incaicas como las que comentamos en seguida las que
determinaron la imagen popular de los antiguos emperadores en la capital
peruana hasta bien entrado el siglo XVIII, según lo demuestran un número de
cuadros de la época y la presencia de mascaradas de incas en fiestas dedicadas
a la monarquía española.6
4. København, Det Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4º; disponible en línea en www.kb.dk/permalink (en adelante
Nueva corónica).
5. Véase la edición facsímil a cargo de Juan M. Ossio, 2004.
6. Véase Pedro Peralta Barnuevo y Rocha, Júbilos de Lima y fiestas reales, 1723; Gerónimo Fernández de Castro y
Bocángel, Elisio peruano, 1725; Anónimo, El Día de Lima, n.p., 1748 y Lima gozosa, 1760.
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7. Sobre esta composición véase Teresa Gisbert, Iconografía y mitos indígenas en el arte, 2004; 1a. ed. 1980, y Gustavo
Buntinx y Luis Eduardo Wuffarden, “Incas y reyes españoles en la pintura colonial peruana: la estela de
Garcilaso”, Márgenes, IV/8, 1991, pp. 151-210. También se dedica a este tema el capítulo de Alfonso Rodríguez
G. de Ceballos “Las series icónicas pintadas de los emperadores incas en el siglo XVIII y su continuidad en la
monarquía hispánica” en Víctor Mínguez (ed.), Visiones de la monarquía hispánica, 2007, pp. 173 -190, aunque el
texto contiene importantes errores y omisiones debido al desconocimiento de las obras de Gisbert y Buntinx/
Wuffarden por parte del autor.
8. Pierre Duviols, “Guaman Poma, historiador del Perú antiguo: una nueva pista”, Revista Andina, t. 1, núm. 1,
1983, pp. 103 -115 y “En busca de las fuentes de Guaman Poma de Ayala: realidad e invención”, Histórica, vol. XXI,
núm. 1, julio, 1997, pp. 17-52.
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9. John Rowe define tokapu como “bandas de diseños geométricos cuadrados o rectangulares con una secuencia
de repetición”; véase “Standarization in Inka Tapestry Tunics” en Ann P. Rowe, Elizabeth P. Benson and Anne-
Louise Schaffer, eds., The Junius B. Bird Pre-Columbian Textile Conference, 1979. Por cierto, Rowe transcribe el
término como t’oqapu.
10. Awaki: filas diagonales escalonadas de pequeños cuadrados de color que conforman la pechera triangular de
algunas túnicas Inca. Véase Joanne Pillsbury, “Inca Unku: Strategy and Design in Colonial Peru”, Cleveland
Studies in the History of Art, vol. 7, 2002, pp. 68-103.
11. Caxane o kasana: motivo textil que representa un cuadrado subdividido en cuatro cuadrados más pequeños.
R. Tom Zuidema sugiere su asociación con los rituales incaicos de los meses de agosto y septiembre, que sus
cuatro divisiones se pueden relacionar con los cuatro suyus del imperio Inca. Véase “Guaman Poma and the
Art of Empire: Towards an Iconography of Inca Royal Dress” en Kenneth J. Andrien y Rolena Adorno (eds.),
Transatlantic Encounters: Europeans and Andeans in the Sixteenth Century, Berkeley y Los Angeles: University
of California Press, 1991, pp. 151-202.
12. Unku: prenda masculina sin mangas que llegaba hasta la rodilla y se portaba sobre una wara o prenda interior. J.
H. Rowe, “Standarization”, p. 241.
13. P. Duviols, “Guaman Poma”, p. 108.
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Con respecto a la composición Efigies de los Incas o reyes del Perú con
su origen y serie de Alonso de la Cueva (que subsiste en múltiples copias en
lienzo, aunque también se editó en grabado),14 la información sobre los sobe-
ranos prehispánicos en las cartelas presenta mucha afinidad tanto con el apar-
tado sobre los incas de Salinas como con el de Guaman. La imagen de Cueva
y sus reproducciones, como se apreciará, citan las cuatro eras preinca pero al
estilo del historiador franciscano, no del cronista indígena, mencionando las
esposas no sólo de dos, sino de los cuatro valerosos capitanes Huari Viracocha
Runa, Huari Runa, Purun Runa y Auca Runa, que eran Mama Huarmi,
Mama Pucullo, Mama Sisac y Mama Panchiri Sisac, respectivamente. Sin
embargo, Efigies nombra luego las edades de los incas y a las coyas tal como lo
hace Guaman Poma, y además cita el detalle de que Jesucristo nació durante
el reinado de Sinchi Roca, un dato que sólo aparece en la Nueva corónica. De
este modo, la composición de Cueva añade más información acerca de lo que
contendría la matriz de este grupo de fuentes.
Como se señaló al principio, Buenaventura de Salinas cita como su
fuente principal en lo que a “antigüedades” de los incas se refiere los “cua-
dernos” de Córdova, quien era pariente y contemporáneo suyo, algo que ya
demostró Guillermo Lohman Villena.15 Salinas alaba la valía del escrito del
licenciado, reconoce que se ha servido de él para lo que va a escribir a conti-
nuación, e inmediatamente aborda las edades preinca y las biografías de los
antiguos monarcas, dando a entender que ha tomado sus datos de Córdova.
Aunque no se puede afirmar con certeza que el Ms. 1551 y las Efigies de Cueva
también se hayan inspirado en los propios “cuadernos”, esto no es del todo
improbable, ya que Francisco Fernández se relacionaba mucho con los his-
toriadores de su época y les proporcionaba traslados de documentos de la
audiencia de Lima, donde se desempeñaba como abogado. Por ejemplo, a
Antonio de la Calancha le entregó una provisión de encomienda dada por
Francisco Pizarro en 1541 para que la incluyera en el Capítulo V del Libro
Segundo de su Crónica moralizada de la Orden de San Agustín en el Perú,
titulado “De los rastros de Fe que en este Perú quedaron, i del modo con que
14. Véase T. Gisbert, Iconografía, p. 128 y ss., y G, Buntinx y L. E. Wuffarden, “Incas y reyes”, pp. 189-191.
15. Guillermo Lohmann Villena, “El Licenciado Francisco Fernández de Córdoba (1580 -1639). Un poeta, historia-
dor y apologista de los criollos en el Perú virreinal”, Revista de Indias, vol. XLVIII, núm. 182-183, 1988, pp. 285 -325,
y Los Fernández de Córdoba, 1988.
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se començó a predicar la Fe, quién dava las dotrinas, i las formas, que esto
fue mudando”, algo que agradece el propio Calancha en su obra.16 También
era amigo de Alonso Ramos Gavilán, su antiguo maestro de la universidad,
cuya Historia del Santuario de Nuestra Señora de Copacabana prologó con una
epístola.17 Es posible que copias de su obra circularan en ambientes educados
limeños. En el caso de Guaman Poma, su información acerca de los incas
estaría íntimamente relacionada con la que ofrecía Córdova en su manus-
crito, pero, por razones que se expondrán más abajo, pensamos (al contrario
de Duviols) que el cronista indígena no consultó los “cuadernos”, sino una
fuente muy afín y quizás un poco anterior, menos hispanizada y más sólida
en parafernalia andina.18 Los epígrafes que vienen a continuación presentan
las ilustraciones del Ms. 1551 y su relación con los modelos pictóricos más
antiguos sobre los incas, creados en el entorno del virrey Toledo.
16. Antonio de la Calancha, Corónica moralizada de la Orden de San Agustín en el Perú, 1639, p. 345.
17. “Epístola del Licenciado Francisco Fernández de Córdova, Abogado de la Real Audiencia de los Reyes, Corregidor
de Guamanga, al Padre Fray Alonso Ramos Gavilán, su Maestro de Retórica, por su libro de Nuestra Señora de
Copacabana” en Alonso Ramos Gavilán, Historia del célebre santuario de Nuestra Señora de Copacabana, 1621.
18. Véase nota 6.
19. Sobre Massimo y su actividad coleccionista, véase Lisa Beaven, An Ardent Patron, 2010.
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20. Esta obra es una reedición de las Imagini de Cartari con ilustraciones y anotaciones añadidas, estas últimas por
Lorenzo Pignoria: Le vere e nove Imagini de gli dei delli antichi di Vicenzo Cartari Reggiano, 1615.
21. Véase Juan Carlos Estenssoro Fuchs, “Los Incas del Cardenal: las acuarelas de la colección Massimo”, Revista
Andina, año 12, núm. 2, diciembre, 1994, pp. 403 -414.
22. Véase Enrique Marco Dorta, “Las pinturas que envió y trajo a España Don Francisco de Toledo”, Historia y cul-
tura, 9, 1977, pp. 67-78 y Fernando Iwasaki Cauti, “Las panacas del Cuzco y la pintura incaica”, Revista de Indias,
vol. XLVI, núm. 177, 1986, pp. 59-74.
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23. El parentesco de las ilustraciones de la Nueva corónica y de los códices de Murúa con los paños de Toledo lo han tra-
tado (entre otros) Catherine J. Julien en “History and Art in Translation: The Paños and Other Objects Collected
by Francisco de Toledo,” Colonial Latin American Review, vol. 8, núm. 1, pp. 61-89; Thomas B. F. Cummins, “The
Images in Murúa’s Historia General del Pirú: An Art Historical Study” en Thomas B. F. Cummins y Barbara
Anderson (eds.), The Getty Murúa, 2008, pp. 167-68.
24. J. C. Estenssoro Fuchs, “Los Incas del Cardenal”, p. 409.
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inspirado las descripciones de los incas de Massimo y las del libro de Guaman
Poma; o quizá que el nuncio vio las crónicas de Guaman y Murúa y sintetizó
sus contenidos en su propia serie. Estenssoro también sugiere la posibilidad
de que las leyendas las hubieran añadido el propio Massimo o su artista para
ayudarse en su trabajo, ya sea porque las ilustraciones se hicieron por etapas,
o debido a que temían no poder terminarlas delante del modelo.25
Por otro lado, M. Barnes, insatisfecha con la propuesta de Estenssoro
de que la falta de tiempo obligó al copista a apuntar los colores que utilizó
más tarde, sugiere que “las pinturas originales de Toledo podrían haber sido
de grisalla, y quizá se parecían a los famosos murales casi monocromáticos de
San Agustín, Acolman, México”.26 En ese caso, señala Barnes, los retratos del
virrey contendrían indicaciones respecto a los colores, y una versión de éstas
pasó tanto a la Nueva corónica de Guaman Poma como a las leyendas de los
“retratos” de Massimo.
Las hipótesis que ofrecen ambos autores sobre la mención de colores
en las cartelas del Ms. 1551 me parecen equivocadas a la luz de la similitud
de éstas con las descripciones de los incas por Buenaventura de Salinas en
su Memorial: parecido que ni Estenssoro ni Barnes advierten y que abre la
posibilidad de que Massimo o su artista no copiaran el texto de los paños
de Toledo ni el de la Nueva corónica, sino una narración inédita que pudiera
fungir como complemento y descripción de las efigies incaicas que estaban
realizando. Independientemente de que las acuarelas romanas se efectua-
ran delante de los famosos cuadros enviados por el virrey, sus leyendas y
sus ilustraciones podrían tener procedencias distintas; además, los retratos
de Massimo no tenían por qué ser una copia exacta de los que figuraban en
los paños, incluso si el nuncio los vio y estudió su iconografía. Muchos fac-
tores pueden haber interferido en el aspecto final de las efigies del Ms. 1551
para distanciarlo del de su fuente visual: intereses e inquietudes del comi-
tente; tiempo y comodidad de ejecución; disponibilidad del modelo; e incluso
licencia artística. A continuación desarrollo mi propia hipótesis en cuanto al
origen de las inscripciones del manuscrito romano y después ofreceré algunas
sugerencias sobre las procedencia de sus imágenes.
25. J. C. Estenssoro Fuchs, “Los Incas del Cardenal”, nota 8, pp. 411-412.
26. Monica Barnes, “A Lost Inca History”, Latin American Indian Literatures Journal, vol. 12 , núm. 2 , Fall 1996,
pp. 117-131.
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Es improbable que las cartelas de los perdidos lienzos del virrey coincidieran
con las leyendas del Ms. 1551. Éstas se centran sobre todo en los atuendos de
coronación de los incas, en sus supuestas personalidades y en la edad a la que
murieron. Sin embargo, la crónica de Sarmiento de Gamboa (que, como se
ha explicado, complementaba el mensaje de los paños y los acompañó como
parte del mismo envío al rey de España) ofrece una cronología diferente para
los monarcas peruanos y no se interesa por los detalles de su coronación (salvo
en el caso de la osada autocoronación de Pachacuti), sino por su progresiva
tiranización del territorio peruano. Además, es muy posible que las pinturas
de Toledo no pretendieran ser simples “retratos”, al contrario de las acuarelas
romanas. Como explica Catherine Julien, la referencia a rosas de los vientos
añadidas por el propio Sarmiento en la escritura de certificación sugiere que
los tres lienzos de la dinastía incaica mostraban más cosas que las efigies de
los incas y las coyas: “Pueblos, o quizá provincias, estaban pintados de alguna
manera, incluso si estas representaciones quedaban claramente subordinadas
a los retratos mencionados.”27 Las inscripciones que los acompañaban pro-
bablemente describían los pasos de Manco y sus acompañantes hasta con-
quistar el valle del Cuzco, sus guerras con otros pobladores de la zona, como
los Alcabisas, sus masacres de los Huallas y Sauaseras, batallas, alzamien-
tos, y castigos a las tribus rebeldes. Los incas que la Historia presenta como
no guerreros (por ejemplo, Sinchi Roca o Lloque Yupanqui) podrían haber
aparecido en comunicación o negociación con los caudillos de otras provin-
cias, tal como los describe Sarmiento. Luego, según la Historia índica, Capac
Yupanqui (Inca número cinco) fue el primero que realizó conquistas fuera
del valle de Cuzco, aunque ningún inca conquistó extensivamente hasta
Viracocha, ni ninguno sujetó con éxito sus dominios hasta Topa Yupanqui.
Por el contrario, las cartelas de las acuarelas romanas adjudican a los incas
extensas conquistas a partir de Mayta Capac, el cuarto soberano.
Como se ha explicado, las leyendas de las acuarelas romanas están
más en la línea de los “cuadernos de mano” de Francisco Fernández de
Córdova, recogidos por Salinas, y fuentes relacionadas. Con el fin de probarlo,
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Ilustración 1. Mayta Capac, fol. 74r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión del
Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
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Las efigies de los incas
El Mayta Capac del Ms. 1551 lleva casco de guerra: un elemento que
no se menciona en la leyenda, la cual se centra en su atuendo de corona-
ción, pero que aparece en la ilustración correspondiente de Guaman Poma.
Además, el inca también lleva flecos o “ataderos” en las piernas, como en el
dibujo de Guaman, otro detalle que no se encuentra en la inscripción que
acompaña a su efigie. El hecho de que en las acuarelas de Massimo el dibujo
no siga el texto al pie de la letra señala que no existe una relación de total
dependencia entre ambos; que aunque estén obviamente relacionados, aquél
no ilustra necesariamente todo lo que se dice en éste, o plasma más detalles
de los que en realidad se mencionan. Esto demuestra que no es improbable
que imágenes y cartelas tengan procedencias distintas, algo que se señaló más
arriba y sobre lo que se volverá en el próximo epígrafe, “Origen de las ilustra-
ciones”. Pero dejemos las efigies por ahora y pasemos a comparar el texto de
las tres fuentes en busca de semejanzas de contenido:
• Fol. 74r del Ms. 1551: “El quarto Rey fue Mayta Capac, que vivió
ciento y beinte años, éste se coronó con borla azul Manta encar-
nada, y Camiseta blanca y verde, y salpicada con mariposas
carmesíes. Llamáronle el Malencónico, aunque fue muy bravo
para la Guerra, pues conquistó la provincia de los hearcos [por
Charcas] a llegar al zerro de Potosí. Dejó grandes riquezas, tubo
quarenta y dos hijos con diferentes Mujeres.”
• Memorial (p. 16 de la edición de L. Valcárcel, 1957): “El quarto Rey
fue Mayta Capac. Coronóse con borla azul, manta encarnada,
camiseta blanca, y verde, salpicada de mariposas carmesíes.
Llamáronle el melancólico; pero muy valiente en las guerras.
Conquistó las Provincias de los Charcas, hasta el famoso cerro
de Potosí. Dexó grandes riquezas a sus Ídolos, y al Templo del Sol.
Tuvo cincuenta hijos de diferentes mujeres, criados todos con gran
majestad, acompañándole continuamente en las guerras.”
• Nueva corónica (p. 99): “EL QVARTO INGA, Mayta Capac: Tenía sus
armas y zelada uma chuco de azul escuro yanas pacra y su masca
paycha y conga cuchuna, ualcanca y su manta de encarnado y de
su camexeta de hazia arriua azul y del medio tres betas de tocapo y
de auajo caxane con blanco y uerde y colorado y quatro ataderos
de los pies. Y fue muy feo hombre de cara y pies y manos y cuerpo,
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Ilustración 2. Topa Yupanqui, fol. 75r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión
del Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
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Chimbo Urma
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Ilustración 3. Manco Capac, fol. 77r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión del
Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
nuncio, un poco menos fiel a los prototipos andinos, sustituye los tokapus
por simples cuadros en un diseño ajedrezado. Estas semejanzas apuntan cla-
ramente a un modelo visual compartido, y además el texto de las tres obras
también muestra un claro parentesco:
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• Fol. 77r del Ms. 1551: “Manco Capac primer ynga que tubo el Perú,
coronóse con borla verde, que en lugar de coronas las usaban estos
Reyes en las frentes, orejeras de oro, manta encarnada, y camiseta
azul, éste fue el que edificó el primer Altar al Sol, y a la Luna.
Jamás tubo guerras, fue muy gentilhombre, vivió ciento y seten-
tas [sic] años.”
• Memorial (p. 15 de la edición de L. Valcárcel, 1957): “… orejeras de
oro, manta encarnada, y camiseta azul; y por corona una borla
verde de algodón, que le cercava las sienes, con otros dijes de oro
y plata (…). Este fue el principio, y fundamento de aquella tirana
Monarquía de los Reyes Ingas del Pirú, con que Mango Capac
comenzó a Imperar, y sujetó a su borla, y Cetro Real la ciudad del
Cuzco, y su comarca: y començando a edificar un Templo al sol
a los catorze años de su edad se casó con su propia madre Mama
Huaco.”
• Nueva corónica (p. 87): “Mango Capac Ynga, el primer padre de los
dichos Yngas, tenía su llauto verde y su pluma de quitasol y su orexa
de oro fino, masca paycha, uayoc tica y en la mano derecha su conga
cuchona y en la ysquierda un quitasol y su manta de encarnado y
su camegeta arriba colorado y en medio tres betas de tocapo y lo de
avajo azul claro y dos ataderos en los pies. Y este Ynga ydeficó Curi
Cancha, templo del sol. Comensó a adorar el sol y luna y dixo que
era su padre. Y tenía suxeto todo el Cuzco cin lo de fuera y no tubo
guerra ni batalla, cino ganó con engaño y encantamiento, ydúlatras.
Con suertes del demonio comensó a mochar [adorar] uacas ýdulos. Y
se casó, dando dote al sol y a la luna con su muger que era su madre,
la señora Mama Uaco, coya, por mandado de los uacas y demonios.
Y murió de edad de ciento y sesenta años en el Cuzco. Y fue muy
gintil hombre, sauía muchas suertes y mañas y era pobrícimo.”
Como se puede apreciar, una vez más los colores del atuendo incaico
coinciden en la acuarela del Ms. 1551 y en el relato de Buenaventura de Salinas.
La descripción de Guaman Poma también se aproxima mucho, aunque este
autor imagina la parte superior del unku colorada y le añade a la prenda
las “tres betas de tocapo” mencionadas que se representan simplificadas en
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Ilustración 4. Viracocha Inca, fol. 78r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión
del Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
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Ilustración 5. Lloque Yupanqui, fol. 79r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión
del Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
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• Fol. 79r del Ms. 1551: “El terçero Rey del Perú fue lloquiyuxaqui [sic]
que bibió çiento y treinta años. Tubo borla carmesí manta ama-
rilla, y Camiseta morada, fue mal axestado, y de civibil [sic] y
perversa inclinación, no hiço açaña ninguna, por lo que, y por
floco [sic], y Viçioso fue aborreçido de todo su Reyno.
• Memorial (p. 16 de la edición de L. Valcárcel, 1957): “Sucedióle después
[a Sinchi Roca], como tercero Rey su hijo mayor Lloquiyupangui.
Coronose con borla carmesí, manta amarilla, y camiseta morada.
Fue mal agestado, de ánimo civil, y perversa inclinación, lascivo,
y floxo; vivió siempre aborrecido de su Reyno.”
• Nueva corónica (p. 97): “El terzero inga, Lloqui Yupanqui Ynga: Tenía
su guaman chanbi en la mano derecha y su rodela en la ysquierda y
su llauto de colorado y su mascapaycha y su manta de amarillo,
la camegeta de las dos partes de morado, en medio tres betas de
tocapo y dos ataderos en los pies. (…) Y tenía las narices corcovados
y los ojos grandes y labio y boca pequeñas y prieto de cuerpo y feo y
mal inclinado y miserable. Y ací no hizo nada y era para poco y sus
bazallos huyían de velle la cara. Y fue cazado con Mama Cora Ocllo,
coya, y murió en el Cuzco de edad de ciento y treinta años.”
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Ilustración 6. Pachacuti, fol. 80r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión del
Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
• Fol. 80r del Ms. 1551: “El nono Rey fue Pachacuti que vivió ochenta
y ocho años y los más de ellos estuvo su Reyno afligidísimo con
pestes, y calamidades. Coronóse con borla rosada, pluma de oro,
orejeras de plata, manta verde, camiseta naranjada. Fixan con
una onda por piedras pedaços de oro masiço a sol este fue gran
comedor.”
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Ilustración 7. Yngaroca, fol. 81r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión del
Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
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del Galvin) es el niño quien lleva camiseta negra y manta rosada, mientras
que el inca se viste de azul y verde. La razón de esta discrepancia podría
ser que la fuente usada por Massimo o su artista (tan próxima al Memorial
de Salinas, como se viene comentando, y más alejada de prototipos andinos
que la de Guaman) atribuye por error a Inca Roca el atuendo negro que, de
acuerdo con algunos testimonios como el de Juan de Betanzos en Suma y
narración de los incas, los jóvenes se ponían para la ceremonia de la perfora-
ción de orejas.28
En la leyenda de la acuarela que nos ocupa se aprecia que el copista
había escrito originalmente “camiseta rosada” y luego anotó “negra” sobre
la palabra “rosada”: esta equivocación, junto con la presencia de errores de
ortografía en distintas cartelas (por ejemplo, “cibivil” por “civil”, “passiero”
por “justiciero” o “sostitutos” por “estatutos”), por no hablar del mencionado
intercambio de colores en la manta y unku de Topa Yupanqui, señalan, una
vez más, que el texto que acompaña a las efigies de Roma se copió con poca
ayuda visual y de una fuente que quizás era difícil de entender. Pero pasemos
a analizar las similitudes en los textos correspondientes:
• Fol. 81r del Ms. 1551: “El sexto Rey fue Yngaroca que vivió çiento y
çinquenta y quatro años, el día de su coronación se coronó con encar-
nada de plumas de pájaros, manta rosada, y camiseta negra lla-
mávanle sus vasallos el arrogante, y ablador por la aspereça y sonido
de su bos con que hablaba, la misma diçen tenía Alexandro
Magno, fue baliente y animoso y inclinado a varios juegos y a
mujeres, y a desposeer a los vasallos de los que tenían con color
de leies y sostitutos” [sic, por ‘estatutos’].
• Memorial (p. 17 de la edición de L. Valcárcel, 1957): “El sexto Rey,
que le sucedió, fue su hijo mayor Inca Roca. Coronóse con borla
encarnada, y plumas de pájaros; manta rosada, camiseta negra.
Llamáronle el arrogante, y hablador, por el sonido de la voz (la
misma dizen que tuvo Alexandro Magno) fue valiente y ani-
moso, inclinado a varios juegos, y a mujeres; (…) Despojava a
sus vassallos de lo que tenían, con color de leyes, y estatutos que
hazía.”
28. Cf. Juan de Betanzos, Suma y narración de los Incas, capítulo XIV. He utilizado la edición de Carmen Martín
Rubio (Madrid, Atlas, 1987).
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Las efigies de los incas
• Nueva corónica (p. 103): “EL SESTO INGA, Inga Roca y su hijo: Este
dicho Ynga tenía su llauto encarnado y su pluma de quitasol, masca
paycha. Con la derecha mano tenía su hijo y con la ysquierda tenía
su conga cuchuna y su uallcanca. Y se llamaua el hijo se llamaua [sic]
Guaman Capac Ynga (…), con su manta de rrozado, camegeta de
negro y dos betas de tocapo y su llauto de colorado. Y la manta
del dicho su padre fue uerde claro y lo de auajo azul escuro y tres
betas de tocapo y lo de auajo amarillo y azul y quatro ataderos de los
pies. Fue hombre largo y ancho, fuerte y gran hablón y hablaua con
trueno, gran xugador y putaniero, amigo de quitar hazienda de
los pobres. (…) Y murió en el Cuzco de edad de ciento y cinquenta
y quatro años.”
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Ilustración 8. Yahuar Huacac, fol. 82r del Ms. 1551 de la Biblioteca Angelica (Roma). Concesión
del Ministerio de Artes y Cultura y Turismo.
códice Galvin. Este hecho es otro indicio de que en el Ms. 1551 las efigies de
los incas y las cartelas que las adornan tienen procedencias distintas, aunque
ambas se manipularan para funcionar bien juntas, como ya se señaló.
Ahora pasemos a analizar los textos sobre Yahuar Huacac:
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Las efigies de los incas
• Fol. 82r del Ms. 1551: “El séptimo Rey del Perú fue Yaguar Guacac con
borla blanca, pluma de oro, camiseta negra y colorada, y manta
açul salpicada de lagartijas, fue valiente Rey, savio, y rico, com-
pasivo, y Passiero [sic] tubo particular aborrecimiento a los ricos,
y avarientos, y fue el primero, que introdujo los ayunos, y peni-
tençias en honrra de sus dioses a su modo haçía sus proçesiones.”
• Memorial (p. 17 de la edición de L. Valcárcel, 1957): “El sétimo Rey
tuvo por nombre, Yaguar Huacac. Coronóse con borla blanca, y
pluma de oro, camiseta negra, y colorada, y manta azul, salpi-
cada de lagartijas. Tuvo excelentes propiedades: era valiente, sabio,
justiciero, y compassivo; tuvo particular aborrecimiento a los
ricos, y avarientos. Fue muy dado a los ritos, y adoración de sus
dioses; fue el primero que introduxo entre los suyos penitencias, y
ayunos en honra de sus ídolos. Hazía processiones para ahuyentar
las pestes, y purificar el Reyno de muchas enfermedades.”
• Nueva corónica (p. 105): “EL SÉTIMO INGA, Yauar Uacac Ynga: Tenía
su arma y selada uma chuco de color encarnado anas pacra, masca
paycha, su conga cuchona en la mano derecha y su uallcanca en la
esquierda y su manta de morado yscuro y su camexeta del medio dos
betas de tocapo y hacia ariua todo de tocapo y lo de auajo los lados
de colorado y negro y sus quatro ataderos de los pies. Pequeño de
cuerpo, anchete y rrecio y fuerte y sabio y pacible, algo grande de los
ojos, amigo de los pobres y de múcica y enemigo de los rricos, el que
comensó ayunar y penitencia por las pistelencias que comensó pri-
mero. Y mandó sacrificar haziendo ayunos y uigilias a los ýdolos
y hizo prociciones, (…)”
87
Sara González Castrejón
insistir más, pensamos haber probado que estas tres fuentes sobre la historia
inca proceden de un tronco común.
De todos modos, y antes de pasar al siguiente epígrafe, recordamos
al lector que nos parece improbable que Guaman Poma utilizara los “cuader-
nos de mano” de Francisco Fernández de Córdova, como sugiere Duviols.29
Es cierto que las coincidencias entre lo que se conoce de la perdida obra del
licenciado y los primeros capítulos de la Nueva corónica son muchas y lla-
mativas, sobre todo en lo que se refiere a las cuatro edades preincaicas antes
nombradas, pero pensamos que las diferencias excluyen la posibilidad de una
influencia directa de un autor sobre otro. Para empezar, el concepto de esas
edades es totalmente distinto en las dos crónicas. Como se explicó, Córdova
(en boca de Salinas) identifica los cuatro términos que acompañan a la pala-
bra “runa” con nombres propios de caudillos o sinchis, mientras que Guaman
mantiene la definición de “runa” como “gente” o “generación” y admite una
pluralidad de sinchis y reyes bajo cada uno de esos periodos anteriores a los
incas (incluidos a sus supuestos antepasados, los Yarovilca). Por no hablar
de la insistencia de Córdova-Salinas en que los atuendos incaicos que des-
cribe son de coronación, mientras que Guaman especifica que la vestimenta,
armamento y postura que otorga a cada inca son distintivos de su efigie en
general: en relación con esto, varios de los elementos y de los diseños textiles
que menciona el cronista indígena se asocian a la actividad guerrera, y no hay
rastro de ello en la parte de los “cuadernos” recogida por Salinas. Por estas
razones es más probable que el relato que crean Salinas y Guaman les llegara
a ambos por cauces distintos y en versiones paralelas aunque diferentes. Con
respecto a Massimo, tampoco se puede asegurar que copiara el manuscrito
de Córdova: existe una posibilidad de que lo hiciera, pero su(s) fuente(s) aún
permanecen en el misterio.
Como se señaló más arriba, las efigies de los incas de Guaman Poma en la
Nueva corónica que funcionan como ilustraciones para el capítulo acerca de
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Las efigies de los incas
las biografías de los mismos son destacablemente similares a las que adornan
la versión Galvin de la historia de Perú del mercedario Martín de Murúa,
fechada en 1590 pero concluida hacia 1613 y titulada Historia del origen, y
genealogía Real de los Reyes ingas del Pirú. De sus hechos, costumbres, trajes, y
manera de govierno. Este códice, que, como se mencionó, se encuentra en una
colección privada en Irlanda, posee nueve “retratos”30 de los soberanos pre-
hispánicos de cuerpo entero con atuendos regios y de guerra reproducidos en
color, con gran detallismo, y en algunos casos los elementos de la vestimenta
e insignias de poder llevan su nombre indígena o indicaciones de color escri-
tos al lado. Según M. Ossio, autor de la edición facsímil, el propio Guaman
Poma realizó por lo menos 118 dibujos para esta obra, aunque no pintó nin-
guno de los retratos, sino escenas de la vida en el imperio incaico. Cinco de
sus composiciones fueron con el tiempo a parar al códice Getty, que es una
versión posterior y europeizada de la Historia del origen… creada también
por el padre mercedario. La participación del autor indígena en la empresa
de Murúa y los dibujos de su propia crónica evidencian su familiaridad con
esta modalidad de retrato basada en prototipos europeos: libros de trajes de
las distintas naciones, galerías de monarcas o libros de viajes.
Las ilustraciones de los incas en el códice Galvin casi siempre con-
tienen los mismos motivos textiles y colores que se describen en la Nueva
corónica (los cuales, sobre todo los segundos, coinciden a grandes rasgos con
los que cita Salinas en su Memorial). Sin embargo, el texto que las acompaña
no guarda relación con el libro de Guaman Poma, ni en general con el con-
junto de fuentes aquí discutidas. Según Ossio, Murúa basó su Historia en
los escritos de Polo de Ondegardo, Francisco López de Gómara, Jerónimo
Román y Zamora, Jerónimo de Oré y Diego Fernández el Palentino; además
en la perdida Historia de los Incas de Cristóbal de Molina, algo que ya habían
advertido otros autores.31 Eso hace pensar que el (o los) artista(s) que contrató
el mercedario contaban con un modelo similar al utilizado por Guaman
Poma, por lo menos en lo que se refiere a las características generales de las
efigies (es decir, el hecho de que los monarcas prehispánicos se presenten de
30. Éstos son (respetando la ortografía del códice): Manco Capac, Sinchi Roca, Inga Roca, Viracocha Inga,
Pachacuti Ynga Yupangui, Tupa Ynga Yupangui, Guaina Capac y Tupa Cusi Gualpa –Guascar Ynga–.
31. John H. Rowe, “La mentira literaria en la obra de Martín de Murúa” en Libro de homenaje a Aurelio Miró
Quesada Sosa, vol. 2, 1987, pp. 753 -761.
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33. Véase Henrique Urbano, “Sexo, pinturas de los incas y Taqui Onqoy: escenas de la vida cotidiana en el Cuzco
del siglo XVI”, Revista Andina, 29 (1997), pp. 207-246.
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34. Véase por ejemplo, Henrique Urbano, Wiracocha y Ayar, 1981 y “Thunupa, Taguapaca, Cachi. Introducción a un
espacio simbólico andino”, Revista Andina, año 6, núm. 1, julio, 1988, pp. 201-224. También, y por el mismo autor,
“Introducción a la vida y obra de Cristóbal de Molina” en Cristóbal de Molina, Relación de las fábulas y ritos de
los incas, Julio Calvo Pérez y Henrique Urbano (ed., estudios, notas), 2008, pp. XXXII-LV.
35. Duviols explica más sobre esto en “Guaman Poma”, p. 104 y ss.
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Las efigies de los incas
95
Ilustración 9. Manco Capac Inga, El primer nueva corónica i buen gobierno, p. 86. København,
Det Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°; http://www.kb.dk/permalink/2006/poma/info/en/
frontpage.htm
96
Ilustración 10. Manco Capac, Códice Galvin. Fotografía propia a partir del facsímil: Juan M.
Ossio, Códice Murúa: Historia y genealogía de los Reyes Incas del Perú del Padre mercedario
Fray Martín de Murúa: Códice Galvin, Madrid, Testimonio Compañía Editorial, 2004.
97
Ilustración 11. Lloque Iupanqui, El primer nueva corónica i buen gobierno, p. 96. København, Det
Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°; www.kb.dk/permalink
del unku en la versión del códice de Roma se explican porque la leyenda que
lo acompaña (al igual que el pasaje correspondiente del Memorial de Salinas)
afirma que este inca llevaba camiseta negra y manta rosada: quizás en la
versión que recoge Buevaventura de Salinas siguiendo a Córdova, más euro-
peizada y corrompida que la de Guaman Poma, y además sin el príncipe, los
98
Ilustración 12. Maita Capac, El primer nueva corónica i buen gobierno, p. 98. København, Det
Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°;www.kb.dk/permalink
colores del unku infantil han migrado al atuendo del propio inca. De todos
modos, reconozco que mi hipótesis sobre esta ilustración es muy subjetiva.
Por lo que respecta a la imagen de Viracocha en el Ms. 1551, aunque
corresponde a la descripción de Salinas (y asumo que a la de Fernández de
Córdova), como se demuestra también por la leyenda que la acompaña, no
99
Ilustración 13. Iauar Uacac, El primer nueva corónica i buen gobierno, p. 104. København, Det
Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°; www.kb.dk/permalink
100
Ilustración 14. Inca Roca, Códice Galvin. Fotografía propia a partir del facsímil: Juan M. Ossio,
Códice Murúa: Historia y genealogía de los Reyes Incas del Perú del Padre mercedario Fray
Martín de Murúa: Códice Galvin, Madrid, Testimonio Compañía Editorial, 2004.
no ser que un día aparezcan los tres incas que le faltan en algún archivo o
colección, pero nos preguntamos si la efigie de Sinchi Roca en las pinturas
de Toledo pudo haber influido en la versión que hace el nuncio del octavo
Inca: ésta guarda relación con el Sinchi Roca de Guaman Poma en que en
ambos casos el escudo aparece en la mano izquierda del personaje y la clava
101
Ilustración 15. Inga Roca, El primer nueva corónica i buen gobierno, p. 102. København, Det
Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°; www.kb.dk/permalin
102
Ilustración 16. Viracocha Inga, Códice Galvin. Fotografía propia a partir del facsímil: Juan M.
Ossio, Códice Murúa: Historia y genealogía de los Reyes Incas del Perú del Padre mercedario
Fray Martín de Murúa: Códice Galvin, Madrid, Testimonio Compañía Editorial, 2004.
103
Ilustración 17. Viracocha Inga, El primer nueva corónica i buen gobierno, p. 106. København, Det
Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°; www.kb.dk/permalink
104
Ilustración 18. Efigies de los Ingas o reyes del Perú o reyes del Perú con su origen y serie, Anónimo,
ca. 1725; Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana, Lima. PESSCA 1294B . Project for the Engraved
Sources of Spanish Colonial Art, http://colonialart.org
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romanas revela un boceto previo a lápiz para la mayoría de los retratos de los
incas.
Conclusión
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sólo retienen el relato, y luego las imágenes y la narración que surgió con
ellas llegan unos 80 años más tarde, por cauces distintos y separados, hasta
Massimo, quien las vuelve a unir en el Ms. 1551.
Aparte de las imágenes en los códices citados es muy difícil encon-
trar representaciones de los incas hasta aproximadamente 1725, cuando surge
la composición Efigies de los incas y reyes del Perú con su origen y serie antes
mencionada (ilustración 18).37 A raíz de las grandes rebeliones de la década de
1780, disposiciones gubernamentales llevaron a la destrucción u ocultamiento
de lienzos con temas incaicos. Sin embargo, y hasta esos momentos, los
retratos de los incas tuvieron una evolución excitante en la capital peruana,
donde se siguió cultivando la versión de la historia prehispánica recogida por
Córdova-Salinas y fuentes relacionadas. Como demostraron G. Buntinx y
L. E. Wuffarden, Efigies de los incas es uno de los testimonios visuales más
significativos de la lucha por reconocimiento social y autorrepresentación por
parte de los curacas y otros indígenas nobles asentados en Lima. La compo-
sición conmemora una real cédula de Felipe V, despachada en 1725, por la
que se ordenaba que los indios no fueran excluidos de ningún puesto civil
o eclesiástico: esta orden confirmaba una disposición similar que Carlos II
había dictado en 1697. El diseño de Alonso de la Cueva presenta la monarquía
de Perú como una institución mestiza, fundada por los incas y legítimamente
heredada por los habsburgos y borbones españoles: los incas y los reyes de
España aparecen en una línea dinástica ininterrumpida y Atahualpa parece
rendir su cetro a Carlos V, quien se convierte así en el decimoquinto monarca
de un reino con una historia milenaria. Cristo preside la escena entre los escu-
dos de Castilla y Perú y la pareja fundadora del imperio inca, Manco Capac
y Mama Huaco, con lo cual se legitimaba la autoridad incaica y a la vez se
proclamaban las virtudes cristianas de los indios.
Como en el caso de las acuarelas del Ms. 1551, el texto en las cartelas
de Efigies de los incas se aproxima mucho al apartado sobre “antigüedades
peruanas” del Memorial de Buenaventura de Salinas, pero también incluye
información que sólo se encuentra en la Nueva corónica de Guaman Poma.
Además, en las versiones pintadas más antiguas (según G. Buntinx y L. E.
37. Sobre los antecedentes ideológicos de Efigies de los Incas, véase G. Buntinx y L. E. Wuffarden, “Incas y reyes
españoles”.
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38. F. Guaman Poma de Ayala, El primer nueva corónica i buen govierno, GKS 2232 4º, p. 89.
39. B. de Salinas y Córdova, Memorial de las historias del nuevo mundo Pirú, Luis Valcárcel y Warren L. Cook (eds.),
1957, p. 16.
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