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Enfermedad de Alzheimer

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Hay situaciones en las cuales se hace muy difícil la comunicación con un tipo concreto de enfermos

residentes en una institución, son los enfermos de Alzheimer. La comunicación se va complicando a


medida que el enfermo va pasando por las distintas etapas de dicha enfermedad, es importante que
tengamos claro qué características la dificultan en dicho proceso. Comentar las características que nos
impedirán la comunicación a lo largo del tiempo con enfermos de Alzheimer y qué estrategias podemos
utilizar en cada momento. Es importante que todas las respuestas estén fundamentadas.

La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia cerebral, es una enfermedad


neurodegenerativa que afecta de manera muy importante a la capacidad de expresión de la persona
enferma. La comunicación con una persona enferma de alzheimer va deteriorándose conforme avanza la
enfermedad. El lenguaje espontáneo disminuye y las conversaciones cada vez se hacen más cortas,
afectando tanto la producción como la comprensión del lenguaje verbal. Según avance la enfermedad,
debemos simplificar las frases, y añadir más gestos y expresiones que ayuden a visualizar lo que queremos
decir. Las personas enfermas de alzheimer comprenden el lenguaje no verbal hasta el último momento,
así como las manifestaciones emocionales, un beso, una caricia, cogerle la mano, etc. En las últimas fases,
una sonrisa o una caricia son el único medio de comunicación con la persona enferma.

FASES DE LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER

Fase I: Fase II
Prediagnóstico • Problemas para encontrar palabras
• Olvido de nombres, hechos, números de • Vuelta al lenguaje infantil
teléfonos • Dificultad para seguir una historia
• Se siente pérdida en el entorno familiar • Pérdida del pensamiento abstracto
• Dificultad para decir la hora • Olvido de tareas rutinarias, como la higiene o la
• Dificultad para tomar decisiones alimentación
• Pérdida de espontaneidad • Pérdida de atención
• Fácilmente irritable • Rechazo de ayuda para las actividades de la vida
diaria
• Torpeza en tareas manipulativas
• Nerviosismo
• Puede retener habilidades sociales
Fase III Fase IV
• Marcha a pequeños pasos • Vagabundeo • Crisis comiciales • Automaticismo
• Aumento de la rigidez • Desinhibición sexual • Mioclonías • Indiferencia ante la comida
• Intolerancia al frío • Paranoia • Importante pérdida de peso • Pequeña
• Incontinencia vesical e intestinal • Agitación respuesta a estímulos
• Disgrafía • Alucinaciones y delirios • Movimientos lentos • Agitación
• Afasia, apraxia y agnosia • Conducta agresiva

Las principales alteraciones en la comunicación:

Tienen dificultad para expresarse y para comprender.

Olvidan rápidamente lo que se les dice.

Repiten lo mismo una y otra vez.

Cuentan historias que no tienen lógica.

Pueden no recordar los nombres de los familiares ni saber quiénes son.

Pueden describir un objeto, pero no saber su nombre.

Dicen que han comprendido lo que les piden, pero no lo hacen.

Se desorientan en el espacio y en el tiempo.


Presentas dificultades en la memoria, en el procesamiento de la información, atención, concentración,
lenguaje y en el control motor que afecta al habla y a la voz.

Todas estas dificultades vienen acompañadas de trastornos de conducta (irritabilidad, hostilidad,


deambulación, agitación, etc.), lo que aumenta todavía más los problemas del lenguaje. La clave está en
centrarse en la persona enferma.

Hay que ser conscientes que en el trascurso de la demencia pueden aparecer trastornos de conducta que
en ocasiones dificultan las relaciones. Conviene saber que:

Estos comportamientos no se realizan de forma intencionada, sino que son consecuencia de la


enfermedad (por cambios cerebrales) y en ocasiones por cambios ambientales (modificaciones de la
rutina habitual).

Las técnicas de modificación o manejo de estos trastornos han de ser aplicadas de forma sistemática y de
igual manera para todas las personas.

Pautas a seguir:

Agresividad

La persona enferma con demencia puede volverse agresiva con las personas más cercanas sin motivo
aparente.

Nunca gritarles o regañarles.

Dirigir la atención de la persona enferma hacia otras cosas. Hablarle de cualquier cosa de forma tranquila
con el fin de distraerla.

Prevenir las situaciones que desencadenan el problema.

Explicarles las actividades que se van a realizar y darlas tiempo.

Consultar con el equipo médico, puede ser conveniente revisar la medicación.

Vagabundeos

En ocasiones la persona con alzheimer permanece andando durante todo el tiempo, sin rumbo fijo y sin
motivo aparente. No es capaz de permanecer sentada.

Facilitarles ejercicio físico regulado.

Acondicionar un entorno seguro para sus paseos.

Utilizar señales de orientación.

Proteger el lugar con cerraduras y sistemas de seguridad para que no consiga salir, puede perderse.

Utilizar pulseras de identificación, por si llegara a perderse.

No prestar atención a las caminatas, reforzar actividades alternativas.

Repetición de palabras y acciones

Son actos involuntarios sin motivación aparente, consecuencia de un estado de intranquilidad o excitación
(repiten preguntas, se frotan las manos, abren los grifos, hacen ruidos sin finalidad aparente…)

Acercarse a la persona enferma con calma y hablarla en tono pausado.

Presionar la parte del cuerpo donde se manifiesta la agitación.


Intentar distraerla, no regañarla. A veces funciona ignorarla.

Si el gesto que se repite es con las manos, aprovecharemos para que realice algún tipo de acción manual,
doblar la ropa, contar pinzas, etc.

Procurar no dejarla sola, se debe supervisar en la distancia.

Es recomendable utilizar música que relaje la situación ambiental.

Alucinaciones

Las personas enfermas con alucinaciones, ven, oyen y sienten cosas que no existen, y con frecuencia estas
son de tipo visual.

Nunca se le debe negar la alucinación, para ella ha sido real.

Tranquilícela, hablándola en tono suave, diciéndola en todo momento quien somos, para que se sienta
confiada y segura.

Intentar distraerla mostrándola algo que la guste.

Si la alucinación no le causa angustia, ni entraña peligro, puede no ser necesario intervenir.

Consultar al equipo médico sobre la revisión de la medicación.

Delirios

Consisten en falsas ideas que no tienen evidencia en la realidad. Son frecuentes los delirios de perjuicio,
la persona enferma cree que la roban o la quieren infringir algún daño.

Situarla en un espacio conocido y familiar.

Escucharla para que se sienta atendida.

No discutir con ella. Ni darla la razón, ni llevarla la contraria. Diremos que la vamos a ayudar.

Si tiene delirios de robo, prestar atención a los lugares donde suele esconder las cosas.

Desviar su atención hacia cosas o actividades más agradables.

Inactividad. Apatía

Las personas enfermas con apatía presentan falta de interés por las actividades diarias, por el cuidado
personal, disminuyen la respuesta emocional y no tienen iniciativa.

Es importante diferenciar la persona apática de la persona deprimida, pues las pautas a seguir son
distintas.

Es importante organizarla actividades que la resulten placenteras, para animarla.

Hacerla sentir útil.

Si la persona no desea participar es preferible no insistir. Distraerla y más tarde volverlo a intentar.

Fomentar que realice algún ejercicio físico y que se relacione con otras personas.

En algún caso será conveniente recurrir a la medicación para solventar esta actitud.

Consultar al equipo médico.

Protocolo de comunicación de la persona con alzheimer:


1. Adecuar nuestra comunicación verbal a su nivel de expresión y comprensión.

2. Hablar despacio, claro y de forma afectuosa, más según avanza la enfermedad.

3. Dar tiempo para la respuesta, sus funciones cognitivas (atención, memoria,…) están deterioradas. Son
más lentos en el procesamiento de la información, si pasa largo tiempo sin respuesta volveremos a
plantear la pregunta.

4. Dirigirnos a ellas por su nombre.

5. Comunicación no verbal (mirada, sonrisa, contacto físico…), es muy importante, refuerza al lenguaje
verbal.

6. Captar su atención, mirándolas a los ojos y que nos miren, sentarnos junto a ellas, hablarlas despacio,
sonreírlas y tomarlas del brazo.

7. Utilizar un trato apropiado. Hablarles como a un adulto, no como si se tratara de un niño.

8. Intentar mantener la calma, desviar la atención hacia algo que les guste, cuando hagan algo mal o estén
agresivos. Es bueno evitar movimientos bruscos y no expresar agobio e inquietud. Desviar también la
atención ante las alucinaciones o evitar las cosas que se las producen. Intentar mantener la tranquilidad,
la sonrisa y utilizar el sentido del humor.

9. No corregirlas de manera sistemática, cuando la persona enferma inventa palabras o sustituye una por
otra, lo que hay que hacer es comprobar que está comprendiendo lo que se quiere decir.

10. No discutir ni regañarlas, ellas no tienen la culpa es la enfermedad, recordarán el regaño.

11. No aplicar la lógica ni el razonamiento, van perdiendo esta capacidad, siguen su propia lógica de difícil
comprensión para las personas sanas.

12. Frases cortas, directas, breves y sencillas, palabras que sean familiares, simplificar el mensaje. Las
explicaciones largas suelen confundirlas. Una información sencilla y breve las ayudará a que se sientan
orientadas y seguras.

13. Escucharlas pacientemente aunque en ocasiones, no la pueda entender pese al empeño que pone,
otras veces podrá entenderla.

14. Utilizar un lenguaje con frases en positivo, decirlas lo que tienen que hacer, no lo que no tienen que
hacer. Se entiende mejor, “tira el papel a la papelera” en lugar de “no tires el papel ahí”.

15. Preguntas cerradas, mejor que abiertas y en etapas avanzadas mejor evitar las preguntas en general.

16. No utilizar frases disyuntivas, pedirles concretamente lo que deseamos e indicar las cosas de una en
una.

17. Hablas sobre temas que las gusten y las agraden.

18. No hacer preguntas sobre cosas que sabemos, mejor recordárselas afirmándolas. Decir, “hoy hemos
comido lentejas”, en lugar de preguntar ¿qué hemos comido hoy?

19. Utilizar el humor.

20. Si la persona enferma no recuerda la palabra que quiere utilizar, es mejor señalarla con el dedo y no
jugar a las adivinanzas.

21. Ante frases incompletas o largas exposiciones resulta útil utilizar la reformulación (devolverle alguna
palabra, sentimiento o significado de lo que han trasmitido). Esto les ayuda a continuar hablando.
22. No utilizar la expresión ¿no te acuerdas?, porque su deterioro la dificulta acordarse de
acontecimientos recientes, pudiendo producir en la persona enferma frustración al ser consciente de que
no se acuerda.

23. Recordarlas e informarlas de sus acciones presentes, pasadas y futuras, hablarlas de lo que están
haciendo, así como informarlas de todo lo que van hacer, para reducir la ansiedad.

24. Ayudarla a comunicarse a través de la lectura. Una de las actividades de más interés y que más amena
pueden resultarla es la lectura. Leerla durante un rato un pequeño texto es también una forma de
comunicación.

Estrategias de comunicación

 Tratar a la persona enferma de Alzheimer con respeto y dignidad. No criticarla, ni avergonzarla.

 Comenzar la conversación identificándose y dirigiéndose a la persona usuaria por su nombre. De


esta manera se la orienta y hace que preste más atención.

 Invitarle a participar en alguna actividad en vez de exigírselo.

 Reducir el ruido y distracciones.

 Establecer unas rutinas diarias como por ejemplo el horario de comida, la hora de acostarse, etc.

 Evitar la prisa y alboroto alrededor de la persona.

 Hablar de manera clara y despacio.

 Utilizar un tono de voz bajo y movimientos lentos ya que transmite tranquilidad.

 Analizar el tono de voz de la persona usuaria ya que nos indica sus emociones.

 Utilizar la comunicación no verbal.

 Mirarla directamente a los ojos y mantener la mirada mientras nos comunicamos.

 Expresarle de manera frecuente quienes somos, donde se encuentra, el día que es, etc.

 Utilizar frases cortas, sencillas y directas.

 Realizar preguntas fáciles.

 Repetir los sustantivos en vez de utilizar pronombres.

 Utilizar expresiones agradables y positivas.

 Darle tiempo para responder.

 Emplear el tacto.

 Demostrarle que se le está escuchando.

 Demostrarle interés en lo que nos está diciendo.

 Reformular lo que se observa, por ejemplo, “parece que tiene hambre…”

 Reforzar los comportamientos con sonrisas, tacto suave, etc..

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