Enfermedad de Alzheimer
Enfermedad de Alzheimer
Enfermedad de Alzheimer
Fase I: Fase II
Prediagnóstico • Problemas para encontrar palabras
• Olvido de nombres, hechos, números de • Vuelta al lenguaje infantil
teléfonos • Dificultad para seguir una historia
• Se siente pérdida en el entorno familiar • Pérdida del pensamiento abstracto
• Dificultad para decir la hora • Olvido de tareas rutinarias, como la higiene o la
• Dificultad para tomar decisiones alimentación
• Pérdida de espontaneidad • Pérdida de atención
• Fácilmente irritable • Rechazo de ayuda para las actividades de la vida
diaria
• Torpeza en tareas manipulativas
• Nerviosismo
• Puede retener habilidades sociales
Fase III Fase IV
• Marcha a pequeños pasos • Vagabundeo • Crisis comiciales • Automaticismo
• Aumento de la rigidez • Desinhibición sexual • Mioclonías • Indiferencia ante la comida
• Intolerancia al frío • Paranoia • Importante pérdida de peso • Pequeña
• Incontinencia vesical e intestinal • Agitación respuesta a estímulos
• Disgrafía • Alucinaciones y delirios • Movimientos lentos • Agitación
• Afasia, apraxia y agnosia • Conducta agresiva
Hay que ser conscientes que en el trascurso de la demencia pueden aparecer trastornos de conducta que
en ocasiones dificultan las relaciones. Conviene saber que:
Las técnicas de modificación o manejo de estos trastornos han de ser aplicadas de forma sistemática y de
igual manera para todas las personas.
Pautas a seguir:
Agresividad
La persona enferma con demencia puede volverse agresiva con las personas más cercanas sin motivo
aparente.
Dirigir la atención de la persona enferma hacia otras cosas. Hablarle de cualquier cosa de forma tranquila
con el fin de distraerla.
Vagabundeos
En ocasiones la persona con alzheimer permanece andando durante todo el tiempo, sin rumbo fijo y sin
motivo aparente. No es capaz de permanecer sentada.
Proteger el lugar con cerraduras y sistemas de seguridad para que no consiga salir, puede perderse.
Son actos involuntarios sin motivación aparente, consecuencia de un estado de intranquilidad o excitación
(repiten preguntas, se frotan las manos, abren los grifos, hacen ruidos sin finalidad aparente…)
Si el gesto que se repite es con las manos, aprovecharemos para que realice algún tipo de acción manual,
doblar la ropa, contar pinzas, etc.
Alucinaciones
Las personas enfermas con alucinaciones, ven, oyen y sienten cosas que no existen, y con frecuencia estas
son de tipo visual.
Tranquilícela, hablándola en tono suave, diciéndola en todo momento quien somos, para que se sienta
confiada y segura.
Delirios
Consisten en falsas ideas que no tienen evidencia en la realidad. Son frecuentes los delirios de perjuicio,
la persona enferma cree que la roban o la quieren infringir algún daño.
No discutir con ella. Ni darla la razón, ni llevarla la contraria. Diremos que la vamos a ayudar.
Si tiene delirios de robo, prestar atención a los lugares donde suele esconder las cosas.
Inactividad. Apatía
Las personas enfermas con apatía presentan falta de interés por las actividades diarias, por el cuidado
personal, disminuyen la respuesta emocional y no tienen iniciativa.
Es importante diferenciar la persona apática de la persona deprimida, pues las pautas a seguir son
distintas.
Si la persona no desea participar es preferible no insistir. Distraerla y más tarde volverlo a intentar.
Fomentar que realice algún ejercicio físico y que se relacione con otras personas.
En algún caso será conveniente recurrir a la medicación para solventar esta actitud.
3. Dar tiempo para la respuesta, sus funciones cognitivas (atención, memoria,…) están deterioradas. Son
más lentos en el procesamiento de la información, si pasa largo tiempo sin respuesta volveremos a
plantear la pregunta.
5. Comunicación no verbal (mirada, sonrisa, contacto físico…), es muy importante, refuerza al lenguaje
verbal.
6. Captar su atención, mirándolas a los ojos y que nos miren, sentarnos junto a ellas, hablarlas despacio,
sonreírlas y tomarlas del brazo.
8. Intentar mantener la calma, desviar la atención hacia algo que les guste, cuando hagan algo mal o estén
agresivos. Es bueno evitar movimientos bruscos y no expresar agobio e inquietud. Desviar también la
atención ante las alucinaciones o evitar las cosas que se las producen. Intentar mantener la tranquilidad,
la sonrisa y utilizar el sentido del humor.
9. No corregirlas de manera sistemática, cuando la persona enferma inventa palabras o sustituye una por
otra, lo que hay que hacer es comprobar que está comprendiendo lo que se quiere decir.
11. No aplicar la lógica ni el razonamiento, van perdiendo esta capacidad, siguen su propia lógica de difícil
comprensión para las personas sanas.
12. Frases cortas, directas, breves y sencillas, palabras que sean familiares, simplificar el mensaje. Las
explicaciones largas suelen confundirlas. Una información sencilla y breve las ayudará a que se sientan
orientadas y seguras.
13. Escucharlas pacientemente aunque en ocasiones, no la pueda entender pese al empeño que pone,
otras veces podrá entenderla.
14. Utilizar un lenguaje con frases en positivo, decirlas lo que tienen que hacer, no lo que no tienen que
hacer. Se entiende mejor, “tira el papel a la papelera” en lugar de “no tires el papel ahí”.
15. Preguntas cerradas, mejor que abiertas y en etapas avanzadas mejor evitar las preguntas en general.
16. No utilizar frases disyuntivas, pedirles concretamente lo que deseamos e indicar las cosas de una en
una.
18. No hacer preguntas sobre cosas que sabemos, mejor recordárselas afirmándolas. Decir, “hoy hemos
comido lentejas”, en lugar de preguntar ¿qué hemos comido hoy?
20. Si la persona enferma no recuerda la palabra que quiere utilizar, es mejor señalarla con el dedo y no
jugar a las adivinanzas.
21. Ante frases incompletas o largas exposiciones resulta útil utilizar la reformulación (devolverle alguna
palabra, sentimiento o significado de lo que han trasmitido). Esto les ayuda a continuar hablando.
22. No utilizar la expresión ¿no te acuerdas?, porque su deterioro la dificulta acordarse de
acontecimientos recientes, pudiendo producir en la persona enferma frustración al ser consciente de que
no se acuerda.
23. Recordarlas e informarlas de sus acciones presentes, pasadas y futuras, hablarlas de lo que están
haciendo, así como informarlas de todo lo que van hacer, para reducir la ansiedad.
24. Ayudarla a comunicarse a través de la lectura. Una de las actividades de más interés y que más amena
pueden resultarla es la lectura. Leerla durante un rato un pequeño texto es también una forma de
comunicación.
Estrategias de comunicación
Establecer unas rutinas diarias como por ejemplo el horario de comida, la hora de acostarse, etc.
Analizar el tono de voz de la persona usuaria ya que nos indica sus emociones.
Expresarle de manera frecuente quienes somos, donde se encuentra, el día que es, etc.
Emplear el tacto.