Orígenes Del Reino de Asturias
Orígenes Del Reino de Asturias
Orígenes Del Reino de Asturias
(Síntesis)
La controvertida Reconquista
La revuelta pelagiana, en todo caso, no fue la única contra las tropas musulmanas en la
y pudo obedecer a un conflicto local, pero de ningún modo se emprendió para
desagraviar y reparar una supuesta «pérdida de España» como sostiene el relato
tradicional nacional-católico, a manos de las tropas que derrotaron a los visigodos de
Don Rodrigo en Guadalete. Porque España, la Hispania de entonces, entendida como
nación, no surge hasta bien entrada la Edad Moderna. Incluso hay quien sitúa ese
origen nacional en las Cortes de Cádiz de 1810. En los siglos posteriores a Pelayo sí irá
fraguando un sentimiento colectivo dc pertenencia común entre los reinos y condados
que van a configurarse en la Península Ibérica, desde Portugal a los condados
catalanes, y que incluso hallará eco en Al-Andalus. Pero de ahí a plantear que Pelayo
concibiese la idea de restaurar algo que aún no había existido, tiñendo además su
carácter con mitología propia de un Rey Arturo, media un abismo.
Otra cosa es que la coyuntura favorable y la habilidad política y militar de los sucesores
de Pelayo facilitaran el afianzamiento de un reino independiente, con sus atribuciones
políticas, económicas y militares más o menos clarificadas: la Monarquía asturiana de
los siglos VIII y IX, que nos legó un singular arte propio, el prerrománico. Ahora bien,
considerando el contexto histórico, este proceso tuvo que depender de muchos
factores desde su mismo origen y no puede reducirse a una sola causa. Y menos aún a
conjeturas como las que achacan el origen de la revuelta al supuesto (o real)
matrimonio de una hermana de Pelayo con Munuza, por entonces gobernador
musulmán de Gijón, o a un dudoso parentesco que Io vincule al séquito del rey
visigodo, justificando así que aquel líder de unas tribus locales albergase veleidades de
convertirse en nuevo rey de Toledo. A este fin, es llamativo que las crónicas omitan
muchos detalles de la rebelión, y más aún que silencien todo lo ocurrido en Asturias en
los quince años que van desde la escaramuza de Covadonga hasta la muerte de Pelayo,
ocurrida en Cangas de Onís en el año 737.
Esa revisión pendiente resultaría muy esclarecedora respecto al debate que mantiene
la sociedad española sobre la controvertida cuestión nacional, tras el pulso separatista
catalán. En Los heterodoxos asturianos, un libro de Juan Cueto Alas que no ha perdido
vigencia desde que se publicó precisamente en 1977, aparece Covadonga vinculada a
esa palabra tan usada Pelayo y Covadonga apenas tienen hoy presencia en la
enseñanza asturiana y no hay grandes diferencias entre lo que se cuenta ahora a los
escolares de aquel episodio, en relación a lo que pasaba en las aulas de los años 40 al
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Hay quien va incluso más allá. En una conocida academia ovetense, que prepara
oposiciones para profesores de Secundaria, se facilita sin sonrojo a los alumnos unos
apuntes en los que se da por cierta la leyenda de que «los reyes asturianos del siglo IX
seguían rindiendo su tributo anual de cien doncellas vírgenes al califa de Córdoba».