Reseña Aquella Fénix Mas Rara de Alejandro Soriano Valles Por Angeles Lara
Reseña Aquella Fénix Mas Rara de Alejandro Soriano Valles Por Angeles Lara
Reseña Aquella Fénix Mas Rara de Alejandro Soriano Valles Por Angeles Lara
1872
Reseñas
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La leyenda de esta mujer asombrosa se por la viuda del impresor Francisco Rodrí-
gestó también en los elogios de los prolo- guez Lupercio en 1684, en el que refirién-
guistas de la Inundación y del “Segundo vo- dose al Neptuno alegórico (1680) consigna el
lumen”, el padre Luis Tineo de Morales y el hexámetro RARA AVIS INTErra niveo ECCE
franciscano Juan Navarro Vélez, cabezas SimilliMA cyGNo, que aun cuando su senti-
importantes de una constelación de nom- do recto diga “Ave rara y peregrina, seme-
bres que manifestaron su entusiasmo en las jante al cisne de la nieve”, el juego tipográfi-
páginas liminares de las obras de sor Juana. co hecho con las mayúsculas indica MATER
Las resonancias debieron ser enormes en JOANNA AGNES A CRUCE.
todo el mundo hispánico desde el momento Ahí pues, en La fama, con la biografía
en que se convirtió en un best-seller pues sus de Calleja, surgieron una serie de coinciden-
libros se editaron y se vendieron más que los cias que aún perduran en el gusto de los
de Lope, Quevedo, Calderón y Góngora biógrafos, como aquella de haber nacido sor
juntos; además conocemos las reacciones de Juana en la vecindad de los montes de cuali-
personajes tan extraños como el neogranadi- dades contrarias, “siempre cubierto de suce-
no Francisco Álvarez de Velasco y Zorrilla, sivas nieves el uno y manar el otro perenne
llamado por Francisco de la Maza “el ena- fuego” (Iztaccíhuatl y Popocatépetl), lo que
morado de sor Juana”, un auténtico loco da pábulo para aplicar subrepticiamente en
que se trastornó por la monja mexicana la personalidad de la monja dos característi-
como el labriego Bartolo con los romances cas contrapuestas por antonomasia: la
o don Quijote con las novelas de caballería. inteligencia y la pasión. Un contraste que
Sólo en este contexto de desmesura se encajaba perfectamente con el gusto barro-
puede apreciar el cifrado elogio que urdiera co. O aquella otra leyenda de la precocidad
el famosísimo hacedor de anagramas José en el aprendizaje que desembocó en la
López de Avilés2 en 1684 para el homenaje actualización del mito evangélico de Jesús y
de fray Payo Enríquez de Ribera editado los doctores, donde sor Juana contestaría las
preguntas de los sabios “a la manera [en]
2. José López de Avilés, Pbro., Br. Natural de la que un galeón real se defendería de unas
Nueva España. Capellán y escribiente de fray pocas chalupas que le embistieran”. Tam-
Payo Enríquez de Ribera. Maestro en latinidad bién se gestó en este autor, pero en la “elegía
de sus eclesiásticos pajes. Fue premiado en el anónima” que desde el libro de Amado
Triunfo parténico por unos sáficos “duros” (dice Nervo (Madrid, 1910) suponemos es del
Méndez Plancarte), unas quintillas y unos epigra- padre Calleja, el mito de su belleza:
mas y Sigüenza lo llamó “el sin segundo anagra-
matario”. Lo alabó Florencia y también sor Vi una vez su retrato y con tan rara
Juana: “Bien de la Fama parlera / Avilés tu docta proporción en semblante y apostura
pluma / que de todas es la suma / ser digno asun- que si mi fantasía dibujara.
to pudiera...” Participó en certámenes como el de
San Francisco de Borja en 1672 y el de las
Capuchinas en 1673. Tiene un Poeticum Virida-
agradecimiento al grande Arzobispo Virrey (Méxi-
rium, 1669; una Laudatoria a la Calzada de N.
co, Vda. de Rodríguez Lupercio, 1684). Salió del
Sra. de Guadalupe, 1676; y el Debido recuerdo de
palacio para convertirse en monje agustino.
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De rara calidad fue su hermosura. son felices del día” una música muy curiosa.
[...] Un terceto en la elegía atribuida a Calleja dice:
De esto una vez, ni leve ni grosero, Nuevos metros halló, nuevos asuntos,
la escribí, y respondió, como al fin ella, nueva resolución a los problemas
ni vana ni asustada, a lo que infiero. y a la música nuevos contrapuntos.
No vana, que preciarse de muy bella,
fuera un mentís de espíritu tan sabio, No es el único de los contemporáneos de
ni susto temo, que la diese el vella, sor Juana que creyó suya esta invención.3 El
adicionador del “Rengifo” (o Arte poética
pues saliera su espejo al desagravio; española, con una fertilissima sylva de Conso-
y esto se quedó aquí, que en tal asunto, nantes Comunes, Proprios, Esdrúxulos y Re-
ciencia del pecho es, que ignore el labio. flexos, y un divino Estímulo del Amor de
Dios... escrita por Diego Díaz Rengifo y
Donde por cierto se reitera el mito —ya publicada en Madrid, 1592, con el nombre
mencionado— de los volcanes cuyos carac- de su hermano Juan), el jesuita catalán
teres son tan contrarios: Joseph Texidó, en su edición —corregida y
aumentada— de 1703, también supuso que
Le nació en Juana Inés otro tesoro, estos versos eran invento de la monja jeróni-
que ganaba al del sol otra cuantía, ma. Dado el enorme influjo de este manual,
y entre dos montes fue su primer lloro. los siguieron creyendo todos los literatos,
incluido el sapientísimo don Marcelino
Éstos de nieve y lumbre, noche y día, Menéndez y Pelayo, quien, con su acostum-
volcanes son, que al fin la primavera brado juicio autoritario, expresó la conocida
vive de frío y fuego en cercanía frase: “En cuanto a metros nuevos, paréce-
me que Sor Juana inventó uno solo, más
Muchos de estos relatos cuya orientación curioso que recomendable...”
estaba marcada por la hagiografía más que Fue hasta la edición del segundo volu-
por objetividad biográfica, más por los men de los Poetas novohispanos, en 1942,
tópicos literarios que por los géneros cuando Alfonso Méndez Plancarte dio
históricos, pervivieron de manera acrítica ejemplos de Lope y Góngora que, sin
hasta el siglo xx. Sólo hay que recordar un menoscabo de la monja mexicana, desmien-
par de asuntos, el concerniente a la edad, ten esta creencia. Algunos autores moder-
que repitieron equivocadamente en sus nos, como Antonio Alatorre y Georgina
cuadros los pintores Miranda y Cabrera (así Sabat de Rivers, siguen pensando que el
como los que siguieron empeñados en creer inventor de este verso fue Agustín de Salazar
ciegamente los datos de Calleja) y el de los y Torres quizá porque no aceptan como
“romances decasílabos” hechos con base en válidos los ejemplos anteriores que da Mén-
el verso que arranca en una unidad trisilábi- dez Plancarte.
ca esdrújula y cuyos acentos en primera y
sexta sílabas les confieren a los poemas
“Lámina sirva el cielo al retrato” y “Vísperas 3. Véase la nota de Alfonso Méndez Plancarte a
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Toda esta mitografía quedó fijada para que ha vuelto a Sor Juana un monstruo de
siempre en las conclusiones que aparecieron laberinto. Por ello Alejandro Soriano se
en la revisión de la cultura virreinal que tiene que atener, con mucho sigilo, a dos
hiciera el autor de la nota incluida en el puntos fundamentales: la ortodoxia cris-
México a través de los siglos. Acaso haya sido tiana de la monja y el único documento
el propio general Riva Palacio o Pimentel, fiable, La respuesta a sor Filotea de la Cruz,
quien, con mucha sagacidad, siguiendo a aunque su lectura implique un juego de
Calleja y suponiendo una serie de intrigas deducciones que lo hagan caer en la misma
entre Aguiar y Seixas, Núñez de Miranda y trampa que sus predecesores.
hasta Fernández de Santa Cruz para con- De estas premisas que guían todo el
seguir esa patética conversión final de la ensayo se desprenden dos reproches que
monja, dejó los apuntes de que se han vali- podrían hacérsele al autor. El primero es su
do los biógrafos modernos sin el cuidado deliberada marginación de dos esfuerzos
necesario. De ahí que Octavio Paz se man- biográficos importantes, aunque no ayuden
tenga en esta línea liberal que, si no tu- mucho en el intento de esbozar la biografía
viéramos una conciencia tan clara del equí- de sor Juana: el de Ludwig Pfandl y el de
voco, podríamos calificar de “callista” por Margo Glantz. El primero, bastante desvia-
su humor anticlerical. do por sus radicalismos psicoanalíticos, pero
La relación de todos estos datos con importante por el revuelo que causó
Aquella Fénix más rara, de Alejandro Soria- durante muchas décadas; y el segundo lleno
no, es muy simple. El trabajo es una bio- de ideas sugerentes en torno a las dificul-
grafía que se propone desenredar los tades para separar la biografía de la
numerosos mitos que por exceso de lite- hagiografía de la monja. Su ausencia en el
ratura y carencias históricas se han genera- ensayo de Alejandro no va en demérito de
do en torno a la monja. En principio, Aquella Fénix más rara, pero habría enrique-
Soriano se propuso desandar todos los cido la sucinta revisión que emprende antes
embrollos urdidos por tantos siglos de li- de comenzar su propio estudio de la vida de
teratura y empezar, desde las raíces mis- “Julia”.
mas, con una biografía que fuese lo más El segundo reproche se refiere a un
objetiva posible. En su trabajo demuestra punto trivial, una cuestión de gustos per-
una enorme voluntad por desvanecer cuan- sonales: la excesiva seriedad que usó para
to dicho se haya desprendido sin el funda- abordar los asuntos de la monja jerónima.
mento histórico e historiográfico corres- Esto no es un defecto del ensayo, sino un
pondiente, cuanta afirmación se haya desideratum de lector hedonista. Como en la
alejado del sentido común y de la verosi- biografía de otros clásicos aurisecurales, se
militud más elemental. Desbrozar entre los podría agregar más sal al libro. Una vincu-
tópicos literarios y el folclore toda la paja lación mayor con la poesía de su tiempo,
con los tópicos literarios en boga, con los
guiños verbales que refieren al canon, con
los “Romances endecasílabos” en el tomo I de las las formas métricas, con los autores y los
Obras completas, México, Fondo de Cultura textos que traman la urdimbre de la obra
Económica, 1951, pp. 456-459. sorjuaniana. Es decir, sería deseable que
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Alejandro Soriano fuera más literato que
historiador.
Pero ¿acaso se le puede pedir literatura a El Primero sueño
alguien que desde las primeras frases del de sor Juana Inés de la Cruz.
libro está buscando desprenderse de la lite- Bases tomistas
ratura que empaña la biografía de sor Juana; de Alejandro Soriano Vallès
a alguien que se está esforzando por ser, si
no científico, por lo menos objetivo? So- UNAM-Instituto de Investigaciones Estéticas,
riano se esforzó por escribir la biografía de México, 2000
sor Juana, no por complacer los caprichos
de los lectores incapaces de hacer un esfuer-
zo racional para develar los misterios que por
mantiene la personalidad de nuestra heroína MARTHA FERNÁNDEZ
mexicana. Sin duda, éste será un factor que
deberá vencer la fortuna crítica de Aquella
Fénix más rara. Es un libro científico, de análisis cuidadoso
Vale desde luego mucho más el esfuerzo y exhaustivo de uno de los más importantes
de Alejandro Soriano que las miserables dis- poemas, obviamente de sor Juana, pero
putas sobre la Segunda Celestina, o más aún, también de la cultura novohispana.
la inútil polémica erudita de minucias como Bien editado, pero sobre todo, bien
aquella de si fue don José Bonet Capo de escrito, este libro explica la razón de ser y el
Orbe quien llamó “Julia” a sor Juana por significado profundo del Primero sueño. A
primera vez o si fue José Pérez de Montoro. través de este poema el autor penetra en la
Toda esta crítica “ratera” nos entrega mu- vasta cultura de la monja, sus intereses, sus
cho menos a los lectores, que la genial sor apoyos filosóficos. Todo lo coteja y lo com-
Juana de carne y hueso que a pesar de tanto para con la cultura de sus contemporáneos
velo sigue seduciéndonos con su poesía y los y, en este recorrido, Alejandro Soriano nos
enigmas de su personalidad. introduce al ambiente cultural que se desa-
rrollaba en la Nueva España durante la
segunda mitad del siglo xvii.
De las muchas materias que aborda el
autor en este libro, me interesa poner énfa-
sis en dos: el desarrollo cultural de la Nueva
España durante el siglo xvii y la dicotomía
entre tradición y modernidad en la obra de
sor Juana.El primero es importante a partir
de dos mitos historiográficos: uno de ellos
se refiere al siglo xvii como la etapa del
oscurantismo virreinal y el otro al desarrollo
anacrónico de la cultura novohispana.
La idea del siglo xvii oscurantista se
desarrolló a partir del reconocimiento del
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siglo xvi como el gran siglo de la Conquista Desde mi punto de vista, es muy válido
y del siglo xviii como el de la Ilustración. En suponer que la monja no adoptaría la mo-
medio, aparecían como dos únicas figuras dernidad cartesiana en sus bases filosóficas por
Carlos de Sigüenza y Góngora y sor Juana haber sido monja en ese momento histórico.
Inés de la Cruz. Ciertamente, a partir del his- Sin embargo, también creo que es necesario
toricismo, esta idea por lo menos logró mati- rescatar —como lo hace Alejandro Soriano—
zarse, pues ya nadie podía entender la presen- precisamente su capacidad de elección.
cia de figuras de esa importancia en medio de La cultura novohispana del siglo xvii no
un desierto cultural. No obstante, de todos era tan limitada como se ha supuesto, ni la
modos la idea de una cultura siempre rezaga- sociedad y sus artistas e intelectuales se
da con respecto a Europa ha afectado la encontraban tan marginados del desarrollo
visión que se ha tenido de la cultura novohis- de la cultura occidental. Recientemente he
pana del siglo xvii. tenido ocasión de demostrar que algunas
Esto es obvio especialmente en lo que se formas artísticas, basadas precisamente en
refiere al estudio de las artes plásticas. Quizá principios cartesianos, fueron aplicadas en la
se aceptara que sor Juana y Sigüenza cono- Nueva España antes que en España. Me
cieran las teorías filosóficas de Descartes, refiero al “orden salomónico entero” creado
pero los artistas plásticos no pasaban de ser por fray Juan Ricci, al que se vino a agregar
copistas de ideas antiguas. El arte, en esa el conocimiento del tratado de arquitectura
visión, caminó a la zaga del europeo, se limi- de Guarino Guarini, cuya aplicación reque-
tó a copiarlo y a reproducir formas superadas ría, sin duda, del conocimiento de la geo-
hacía mucho tiempo en el viejo continente. metría analítica cartesiana, así como de la
Tal vez ésa sea la idea que inspiró a los perspectiva y la estereotomía modernas.
estudiosos modernos para urgir a sor Juana Pero, al mismo tiempo, tan importantes
a mostrarse como una filósofa moderna. En novedades se aplicaron siempre a esquemas
este sentido resulta muy interesante y alta- muy tradicionales, como las portadas y re-
mente revelador el análisis de Alejandro tablos de composición ortogonal y a las igle-
Soriano. Él muestra que la monja se mantu- sias de planta de cruz griega o latina.
vo apegada a la tradición aristotélica. No A partir de esta convivencia se llegó a
duda de que sor Juana haya conocido las conformar lo que ahora podríamos calificar
ideas modernas de Descartes, pero concede como “tradición local”. Parto, desde luego,
a la jerónima la capacidad de rechazarlas y del concepto de criollismo, esto es, del
mantenerse dentro de un mundo de ideas concepto del “ser” novohispano, que es lo
quizá más acordes con su propia tradición que determina el desarrollo cultural e
religiosa. En algún momento Alejandro incluso filosófico del México de entonces.
Soriano afirma: “Sor Juana era —con todo En la definición de su propio “ser”, el
lo intelectual que se suponga— una monja novohispano fue adoptando modelos,
del siglo xvii mexicano, y como tal, su cul- adaptando otros y creando otros más, que
tura define la de este último.” fueron conformando su propia tradición,
Es en este punto donde se manifiesta la su tradición específica. En este proceso de
dicotomía entre la tradición y la modernidad en selección, recreación y creación, hubo
medio de esa cultura del siglo xvii mexicano. necesariamente que rechazar aquello que
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no se correspondía con sus ideas o ideales. que mejor se adaptaran a sus propios intere-
En el caso del Primero sueño de sor ses y apoyarlos en las ideas filosóficas y cien-
Juana, tal como lo presenta y lo analiza tíficas que más les convenían. El oscuran-
Alejandro Soriano, resulta muy enriquece- tismo seiscentista no existió; la dicotomía
dor darse cuenta de que el método que entre tradición y modernidad no fue tal,
elige la monja como el más adecuado para sino que había una convivencia entre
llegar al conocimiento de las cosas en el ambas, y los anacronismos conceptuales y
sentido que ella deseaba hacerlo no era el formales eran perfectamente válidos en la
cartesiano, sino el artistotélico. Sor Juana construcción del “ser” novohispano al que
buscaba la esencia cualitativa de las cosas, aspiraban, y en la consolidación de su
no sus características geométricas o mate- propia cultura y su propia tradición.
máticas. Deseaba comprender a Dios a En este contexto, el apego de sor Juana
partir de su creación, pero no en relación a una determinada tradición filosófica y
de pesos y medidas, sino de su constitu- científica no muestra a una monja tradicio-
ción más profunda, de la “esencia” de lo nalista sino a una intelectual cristiana, pero,
creado. Concebía ese conocimiento “por sobre todo, a una intelectual criolla.
grados”, como en una escala ascendente. Por todo ello, creo que quizá una de las
Como afirma Alejandro Soriano, tales cualidades más importantes del libro que
ideas se apegan al método tradicional aris- Alejandro Soriano dedicó al Primero sueño
totélico, pero también debemos recordar de sor Juana es la de presentarnos nuevas
que no existe nada más cercano a la idea posibilidades de análisis del poema. Su
judeocristiana de la manera en que se visión renovada seguramente contribuirá a
puede acceder al conocimiento de Dios, la mejor comprensión no sólo de este
como la que se manifiesta en la concepción “papelillo”, sino de la obra toda de la monja
arquitectónica del edificio del templo. jerónima y, desde luego, del contexto cul-
En la tradición judía, heredada por el tural en que fue creada.
cristianismo, la planta del templo, por lo
general longitudinal, manifiesta la idea de
una ascensión hacia Dios. Entre los israeli-
tas, esta ascensión comenzaba en el ulam o
vestíbulo, continuaba en un segundo paso
en el hekal o nave y culminaba en el debir,
donde se encontraba el “arca de la alianza”.
En los templos cristianos, la ascensión es la
misma y culmina en el presbiterio, frente a
la imagen de Jesús.
A partir de lo dicho, podemos concluir
que el análisis que realiza Alejandro Soriano
del Primero sueño de sor Juana revela que la
riqueza cultural de la Nueva España en el
siglo xvii permitió a los artistas e intelec-
tuales de aquella época escoger los caminos
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la perspectiva oficial de la historia, sólo discurso político en discurso artístico y la
hemos pasado por dos dictaduras declaradas fortuna crítica de las obras que llevan este
—Santa Anna y don Porfirio—, es muy sin- tema. Creo que este asunto de españoles
tomática la atracción que ejercen estos pro- empeñados en reflexionar sobre el franquis-
totipos de dictador en los lectores mexi- mo y mexicanos porfiados en la novela
canos: aquellos fantasmas de Valle-Inclán, abstracta de la dictadura no fue el criterio
García Márquez y Jorge Ibargüengoitia nos para agrupar los ensayos; al menos en este
parecen tan reales y familiares como si caso no se trató de un propósito consciente
hubiéramos tenido varios en las últimas de los compiladores o los editores.
ocho décadas. Y es que no es sólo la dic- Se puede objetar —y con razón— que
tadura de partido lo que subyace en esta la figura del dictador no es sólo una
familiaridad, sino el abierto corporativismo obsesión de los mexicanos que sufren una
y la enorme cantidad de caciques que tiranía apenas velada y de los españoles que
seguimos padeciendo en todos los ámbitos padecieron a Franco durante casi cuatro
de la vida cotidiana y que se desprenden de décadas, sino la fascinación por un perso-
la dictadura institucional. Nuestro aparente naje que encarna un deseo universal. Y que
regodeo con las protodictaduras descritas en es, en este sentido, que las obras obseden a
estas novelas es como una cuenta pendiente los autores de La palabra del poder y el poder
de saldar con nuestra propia realidad sos- de la palabra, y no en el limitado interés
layada; estamos obsesionados con las nove- local que estamos señalando. Es verdad que
las que hablan de regímenes dictatoriales en el tópico renacentista de la triplex vita se
inubicables porque esta abstracción es lo expresa claramente la universalidad del
más parecido a la dictadura encubierta de deseo de poder y cuando Paris se decide por
nuestra historia reciente. No es fortuito, la más hermosa de las tres diosas (Hera,
pues, que en los estudios de este libro domi- Atenea y Afrodita) o cuando Escipión sueña
nen las novelas mencionadas. Ese punto de que se le acercan tres bellas mujeres, con un
vista explica también —digámoslo de paso y presente cada una, en las opciones de Paris
entre paréntesis— el extendido gusto en o en los tres regalos de Escipión se concre-
México por novelas donde el dictador es tan los tres impulsos básicos del alma hu-
como una sombra a partir de la cual brotan mana. Haya habido o no sobornos de por
los hilos que mueven a las marionetas de la medio (como juzga la tradición tardía), ele-
política: desde la novela de Martín Luis gir a Hera habría sido acogerse a la vocación
Guzmán, La sombra del caudillo (1929), de poder y decidirse por Atenea representa-
hasta Conversación en la catedral (1969), de ba seguir el camino de la sabiduría; en cam-
Mario Vargas Llosa. bio, la decisión por Afrodita fue escoger el
Y no es que estén fuera de lugar los dos amor y la belleza, la parte placentera de la
capítulos que se salen de estas obsesiones de vida. En el sueño de Escipión, la primera
españoles y mexicanos que dominan La pa- mujer le da una espada; la segunda, un
labra del poder y el poder de la palabra. Lo libro, y la tercera una flor. Cada uno de los
que importa, al cabo, es hablar de las facetas objetos simbolizan el poder, la sabiduría y el
que adquieren las dictaduras en el discurso amor o, de otro modo, el valor, la mente y
narrativo, las formas en que se rezuma el el deseo. En todos los hombres existen estos
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impulsos, pero sólo uno de ellos es domi- mito estudiado por Frazer. Desde luego que
nante en su conducta. Paris sucumbió al esta perspectiva psicoanalítica también con-
deseo, Hércules, al valor, Arquímedes, al duce hasta la crítica arquetípica. El precio
saber, y ninguno acabó bien su vida. Por de la distinción obtenida por la violencia es
eso, para los pedagogos del Renacimiento la vigilia perpetua, algo parecido al insom-
fue muy importante buscar el equilibrio de nio permanente que aqueja al personaje de
los tres impulsos. De ahí que reivindicaran Tirano Banderas. Si el sacerdote se duerme,
el cuerpo humano, tan detractado por el puede ser muerto por alguien que desee su
cristianismo medieval: pondrían al hombre lugar. La violencia que él utilizó para susti-
en el centro del cosmos. De esta manera, el tuir a su antecesor deberá ser utilizada para
dictador se convierte en la concreción de que lo sustituyan a él. Es un ciclo que pa-
uno de los impulsos universales del alma. Su rece no tener fin. La importancia de estos
monstruosidad nace del desequilibrio: el sustratos psicológicos inherentes a la per-
poder desmesurado le permite adueñarse de sonalidad del dictador no permite ignorar-
los otros dos impulsos anímicos, arrebata la los, pero son tan vitales que se asumen de
sabiduría, toma por la fuerza el amor, pero manera tácita a la hora de considerar su par-
he aquí que no son objetos de botín sino ticipación. Cuando decimos que la sabi-
dones y si no le han sido dados por las Gra- duría, el poder y el amor son los impulsos
cias, son inaccesibles de cualquier otra básicos del alma, damos por sentado que las
forma. Esta carencia entraña una gran funciones básicas como respirar, tomar agua
soledad. Por eso, la desgracia cósmica del y comer, ya no están en la cuenta. Su “sine-
dictador se parece tanto a la de Fausto, cuanonidad” las descarta, las manda a la ba-
Dorian Grey, Rafael de Valentín en La piel se, a la esfera del inconsciente. De ahí que,
de zapa (Balzac), los vampiros que cargan su asumidas estas referencias del dictador a las
inmortalidad y tantos otros que obtienen cualidades primordiales del alma humana,
los dones a través de estratagemas reprensi- nos quedemos sólo con los posibles motivos
bles. La suerte de estos personajes atrae a los de una fascinación más modesta, más local:
ambiciosos —a quienes momentáneamente el franquismo y la dictadura priista.
nos dejamos llevar por uno solo de los Fuera de esta perspectiva de las obse-
impulsos del alma—, pero la prudencia nos siones de españoles y mexicanos, el estudio
aleja de esta seducción inicial. De estos del maestro Raymundo Ramos sobre Már-
materiales se compone el patetismo de un mol es, en más de un sentido, la introduc-
dictador y la tristeza de todo cuanto lo ción perfecta para el tema de la dictadura.
rodea. Resulta significativo que el “dictador Már-
Claro que para el pscoanálisis también mol” —aquí hay un guiño biográfico-lite-
hay mucha tela de donde cortar en la figura rario de los muchos que acostumbra la
de un dictador. Un sujeto que por asalto se prosa inteligente de Ramos— sea quien
convirtió en padre de una patria y que sufre inaugure el subgénero en nuestra lengua.
la nostalgia de volver al regazo materno, que Pero también es significativa la advertencia
padece los embates de una responsabilidad que, bien desdoblada, puede ir como
cada día más pesada, es muy parecido al sa- colofón no solamente de su trabajo sino de
cerdote que custodia la “rama dorada”, el todo el libro. A propósito de la incompeten-
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cia histórica de Mármol para tratar los acon- algunos aspectos de la vida social. La empre-
tecimientos y de su maniqueísmo al rodar sa parece obvia puesto que la lengua es con-
los personajes en situaciones melodramáti- sustancial al hombre, pero si no aquilatamos
cas, es importante recordar que el valor de correctamente la importancia del esfuerzo
Amalia (y el principal motivo de su éxito) teórico, tenderemos a menospreciar los tra-
está en su naturaleza verbal. Dice Ramos: bajos.
“no hay que olvidar que se trata de una En lo que respecta al otro estudio que
guerra moral contra la dictadura, cuya cima sale de la perspectiva de estas obsesiones de
retórica se entroniza en la sátira eficaz que mexicanos y españoles que hemos señalado,
circula en la saliva virulenta del lenguaje y, podemos decir que en la lectura del filme
literalmente, pinta las ideas para defender- Madregilda (1993) de Francisco Regueiro,
las”. Eso es La palabra del poder y el poder de cuya historia es una fantástica deformación
la palabra; no queremos decir que el volu- de la realidad, las autoras Nuria Fernández y
men sea una guerra moral y verbal que se Claudia Rusell postulan el término “come-
alimenta de saliva virulenta, sino que —del dia dramática” para acercarse a un punto
mismo modo que la novela— es una donde los dos géneros tradicionales convi-
creación lingüística que está formada por los ven y poder, así, ofrecernos una lectura co-
discursos de varios académicos que reflexio- herente de esta película que parece no tener
nan en torno a otras creaciones verbales (o coherencia. Encuentran un fuerte sabor a
fílmicas) y ya no a una realidad ensombreci- psicoanálisis, donde la mujer (puta, madre,
da por la dictadura, como hizo la obra de virgen) es la figura en que se proyectan
Mármol. Ésta, que parece una perogrullada, todas las carencias del periodo que abarcó la
lo es, y por eso no la entendemos en su dictadura: inmadurez, represión, castración
valor pleno. El único lenguaje que puede patriarcal. El cuerpo reprimido se evade de
reflexionar sobre todos los demás lenguajes la miseria mediante una pretenciosa espiri-
e incluso sobre sí mismo, es la lengua. tualidad. No hay referencias a la realidad
Tomada esta consideración como el cráneo inmediata y ni en las locaciones exteriores ni
que acompaña a los santos en los cuadros en las interiores se puede hallar un espacio
barrocos (como un Memento mori), es una reconocible. Sin embargo, estos espacios se
saludable premisa epistemológica que los concretan cuando se les aprehende en su
lectores de La palabra del poder y el poder de carácter metonímico: son el contexto de
la palabra debemos tomar en cuenta si unos personajes cuya identidad sí está clara.
queremos apreciar con justicia los ensayos. Para quienes no vivieron los sentimientos de
Así como la novela de Mármol es ante todo la transición, es irritante por momentos la
un trabajo verbal cuyos defectos estéticos figura de un Generalísimo infantil, tierno,
son menos importantes que su capacidad tonto y hasta cómico. Claro, éste no es el
para poner en entredicho la palabra del po- verdadero Franco —según la ficción del
der (y consecuentemente manifestar el filme, fue asesinado muchos años antes por
poder de la palabra), así los ensayos articu- su más cercano colaborador—, sino el doble
lan verbalmente un fenómeno de poder que lo suplantó por más de tres décadas.
como la dictadura y configuran sus proyec- Luego de aclarar algunos aspectos ambiguos
ciones sobre las obras artísticas y sobre del relato fílmico y hacer un espléndido
DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.1999.74-75.1872
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análisis de la trama, las autoras proponen de sobremesa. Son abrumadoras las ense-
leer la película como un exorcismo del dic- ñanzas que nos puede dejar el recorrido de
tador y no como una deformación abusiva estas páginas. Pero no es lugar para un exa-
de la historia. Les preocupa, empero, que men más detenido. Baste con agradecer a
los jóvenes hijos de la democracia española los participantes de las dos instituciones su
actual, sin traumas históricos ni revanchas esfuerzo. Ojalá que sirva esta brevísima
pendientes, en pleno camino hacia su for- reflexión para recomendar la lectura de un
mación, obtengan una perspectiva insana libro que reúne las dos características que
de aquel periodo que tanto obsesiona a los exigían los antiguos a las obras literarias: ser
españoles adultos. Porque el filme es —di- “útil y dulce”. La utilidad parece un con-
cen ellas—una “irresponsabilidad política cepto moral; la amenidad está ligada al pla-
para con el público más joven que sin cer. Nuestras sociedades son hedonistas
memoria, sin referentes”, sin nada de donde antes que éticas. Pero recordemos que todo
asirse, construirá su pasado histórico con buen libro, junto al placer y la utilidad, nos
esta visión. Y se agradece, por supuesto, a da también poder. Y contiene, por tanto,
las profesoras españolas que su estudio una valiosa contribución para satisfacer los
explique con tanta competencia una pelícu- tres impulsos del alma. Para dejarnos satisfe-
la a primera vista tan absurda, que la reivin- chos. Dicho de modo cristiano, este libro
dique y que, a la vez, señale los peligros de contiene cientos de indulgencias. Pero si no
la visión incompleta que ofrece. creemos en todas estas patrañas de la cul-
Todos los ensayos están llenos de ideas tura, en este discurso del poder, creamos
antologables. A cada paso, el lector se en- entonces en la recomendación desinteresada
cuentra con frases sugerentes que podrían de un profesor que cree, ciegamente, en el
servir para largos comentarios académicos y poder de la palabra.