El documento narra la historia de Alicia, una enfermera que comienza su jornada laboral en el hospital. En el ascensor del hospital, habla con su compañera Marieta sobre los rumores del personal. Más tarde, Alicia atiende a una paciente llamada Patricia que está a punto de dar a luz. El marido y el cuñado de Patricia resultan ser hijos del jefe de Alicia.
100%(3)100% encontró este documento útil (3 votos)
5K vistas8 páginas
El documento narra la historia de Alicia, una enfermera que comienza su jornada laboral en el hospital. En el ascensor del hospital, habla con su compañera Marieta sobre los rumores del personal. Más tarde, Alicia atiende a una paciente llamada Patricia que está a punto de dar a luz. El marido y el cuñado de Patricia resultan ser hijos del jefe de Alicia.
El documento narra la historia de Alicia, una enfermera que comienza su jornada laboral en el hospital. En el ascensor del hospital, habla con su compañera Marieta sobre los rumores del personal. Más tarde, Alicia atiende a una paciente llamada Patricia que está a punto de dar a luz. El marido y el cuñado de Patricia resultan ser hijos del jefe de Alicia.
El documento narra la historia de Alicia, una enfermera que comienza su jornada laboral en el hospital. En el ascensor del hospital, habla con su compañera Marieta sobre los rumores del personal. Más tarde, Alicia atiende a una paciente llamada Patricia que está a punto de dar a luz. El marido y el cuñado de Patricia resultan ser hijos del jefe de Alicia.
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8
PRIMER CAPTULO
Suena el despertador y maldigo a quien invent madrugar.
Pero vamos a ver, con lo agustito que se est en la cama a qu
iluminado se le ocurri jorobar este gran momento de placer?
Cansada de escuchar el "Piticln piticln" extiendo la mano y
apago el despertador. Es mi segunda alarma y dndome la vuelta, vuelvo a hacerme un ovillito y espero a que suene la tercera.
Vale. Lo s esto que hago es masoquismo, pero es mi
masoquismo y me gusta.
Como es de esperar cinco minutos despus suena la alarma y
tras acordarme de ya imaginas, la apago y con rapidez me levanto.
Cuando salgo al pasillo me encuentro con Tina, una de mis
compaeras de piso. Hace guardia en la puerta del bao en pijama y mirndome dice.
- Siento decirte que se nos ha adelantado Doa puntos negros.
Escuchar eso me hace resoplar.
Begoa es un terror ante el espejo del bao y acercndome a la
puerta golpeo.
- Bego, tienes cinco minutos o tiro la puerta abajo.
- Ya termino! Joder! se escucha de fondo
Tina y yo sonremos, cuando de pronto se abre la puerta,
Begoa aparece y mirndonos dice.
- Ya haba terminado pesaditas!
Tina rpidamente entra, Bego se va y yo con paciencia guardo mi turno.
Media hora despus las tres estamos en la cocina, aseadas,
vestidas y desayunando. Como cada maana me meto entre pecho y espalda una gran tostada de pan con mantequilla y mermelada y un tazn de leche con Cola-Cao.
S que la mantequilla engorda. S que ms tarde me
arrepentir. Pero tambin s que si no me lo tomo, en un par de horas estar que me caigo por las esquinas y por mi trabajo no me lo puedo permitir.
Begoa, que es la loca de la tecnologa y trabaja de
programadora en una empresa de informtica, mirando su Ipad dice:
- Abrigaos. Entre hoy y maana llega una ola de fro polar.
Tina que trabaja en un sper de cajera, sonre y mirndome
dice.
- Por suerte tenemos una enfermera en casa para que nos
cuide.
Eso me hace gracia y terminando mi tazn de leche, lo meto en
el fregaplatos y respondo.
- Abrgate y olvdate de m. Ya bastantes pacientes cuido en el
hospital.
Una vez salimos de casa, Tina se va para el autobs y Bego y
yo para el metro.
Como cada maana nos dejamos espachurrar por la gente hasta
que llego a mi parada, le guio el ojo y me voy.
Con paso seguro camino hacia el hospital, cuando oigo a mi
lado. - Buenos das Duendecilla!
Sin mirar, s que es mi compaera Marieta. Solo ella me llama
as.
A Marieta en el hospital se la conoce como Radio Macuto. No
hay dato, cotilleo o problema que a ella se le escape y mirndome dice.
- He recibido un whatsapp de Carmela la de Rayos.
- Y?
Marieta se acerca a m, me coge por el brazo y cuchichea.
- Por lo visto, Amina, la de Urgencias sabes quin es?
'La Extensiones'?
- Exacto! Pues al parecer anoche estuvo tirndole la caa al
doctor Villaln y han quedado para cenar esta noche y ya sabes lo que viene tras una cenita qu te parece?
Escuchar aquello me hace rer. Si alguien disfruta de su cuerpo y
sexualidad en libertad, es 'La Extensiones' y encogindome de hombros respondo:
- Pues a m me parece bien. Viva el sexo!
Marieta me mira, resopla y murmura. Es una mujer bastante
chapada a la antigua.
Una vez llegamos al hospital, esperamos el ascensor, y cuando
este se abre aparece nuestro jefe rodeado por varios hombres. Marieta y yo nos miramos. Sobran las palabras.
Una vez aquellos salen, nos metemos en el ascensor abarrotado
y esta cuchichea.
- Has visto lo que yo Duendecilla?
- S.
Doy a la planta tres y Marieta insiste.
- Esto cada da se parece ms a un parque jursico.
Asiento y sonriendo respondo.
- El tiranosaurio Rex cada da tiene peor gusto para contratar.
Vaya tela. As no hay quien se alegre la vista.
Remos por aquello y cuando llegamos a nuestra planta nos
bajamos.
Diez minutos despus, ya con nuestros uniformes correctamente
puestos, Marieta se marcha a su planta y yo me dirijo a Maternidad.
Al llegar, mis compaeras me saludan y Luisa, con cara de
sueo, me entrega la hoja donde apuntamos las incidencias de la noche y dice.
- Vaya nochecita toledana la de hoy.
- Mucho jaleo? pregunto yo.
Luisa asiente.
- Tres partos y una cesrea.
Observndola estoy cuando suena el telfono. Rpidamente lo
cojo. Es de recepcin para indicarme que suben a una parturienta.
Dos minutos despus aparece, Fernando el celador, con la
parturienta sentada en una silla y mirndome pregunta.
- Te han avisado verdad?
Asiento, sonro a la chica que me mira con cara de susto y digo.
- Llevmosla a la habitacin 323.
Una vez Fernando la deja all y se va, miro a la joven y esta
tremendamente nerviosa susurra.
- Mi mi marido y su hermano estarn subiendo.
Su gesto de pronto se contrae. Pobre, tiene una contraccin e
intentando tranquilizarla murmuro con cario.
- Tranquila tranquila. Y respira. No olvides respirar.
La joven lo hace. Veo que ha ido a las clases de preparacin al
parto y cuando el dolor pasa, intentando que se olvide del tema pregunto.
- Cmo te llamas?
- Patricia.
Con una candorosa sonrisa le hago saber que s lo que hago,
que ha de estar tranquila e indico.
- Yo soy Alicia. Y voy a estar a tu lado para todo lo que t y tu
beb necesitis.
La muchacha sonre, pero la sonrisa se le corta cuando entra
Rosa, la matrona, y mirndonos dice en tono seco.
- Que se cambie de ropa y se tumbe para examinarla.
Con mimo y dedicacin ayudo a Patricia sorprendida por el tono
seco de Rosa y una vez terminamos, Rosa se acerca a la cama y tras examinarla en silencio dice antes de marcharse. - Tienes ocho centmetros de dilatacin. Vas rpida para ser primeriza. En breve te subiremos al paritorio.
Instantes despus la puerta se abre y aparecen dos hombres
que no pueden negar ser gemelos. Por Dios son iguales, a excepcin del peinado y la ropa. Boquiabierta me quedo mirndolos y entonces veo que uno tiene los ojos azules y el otro verdes Vaya pivonazos!
Ambos se acercan a la cama y Patricia soltando mi mano se la
da a ellos y vuelve a tener otra contraccin. Sin dejar de mirarla aquellos dos respiran con ella, la animan, la relajan y cuando todo acaba, el que debe ser el marido, la besa en los labios y dice.
- Cario, lo ests haciendo fenomenal.
Sus palabras me hacen gracia Qu mono! Y tras mirar al otro
que tiene unos ojazos verdes increbles, sonro y salgo de la habitacin.
Veinte minutos despus, Rosa vuelve a examinar a Patricia y
cuando sale de la habitacin, se acerca al control de enfermeras y dice:
- Hay que subir a la paciente de la 323 al quirfano seis.
Con diligencia hago las gestiones y cuando llego con la paciente
y el celador al pasillo de los quirfanos, de pronto me fijo en que el marido y el cuado de aquella estn all vestidos con pijamitas verdes y mirndolos digo con seriedad.
- Lo siento, pero solo puede entrar el marido.
Los dos se miran, sonren y el de los ojazos verdes suelta.
- Sigue tu camino y llvala a quirfano y
- Por favor lo corto molesta por sus palabras. Sera tan
amable de salir de aqu?
Aquellos vuelven a sonrer. Eso me lleva los demonios y
conteniendo mi lengua viperina, llevo a la paciente al quirfano, pero una vez la tengo preparada, salgo al pasillo dispuesta a decirles cuatro cositas a aquellos listillos, cuando se abre una puerta, entra el jursico de mi jefe y acercndose a nosotros pregunta.
- Ya est preparada Patricia?
- S pap suelta el marido.
Pap? Ay Dios Es su padre?
- Bueno hijo tranquilo prosigue aquel. Tengo una reunin
pero mantenedme informado de todo lo que ocurra. Anda, ve con Patricia, seguro que se alegra a verte.
El joven se meti en el quirfano cuando mi jefe me mira y sin
anestesia me suelta.
- Alicia, son mis hijos Armando y Vctor. Armando es el marido
de Patricia, la mujer que esta a punto de darme mi primer nieto incrdula asiento como si fuera tonta. Aprovecho para decirte que Vctor se incorporar en unos das como obstetra en el hospital, y como ha sido l quien ha llevado el embarazo de Patricia, va a llevar el parto. T lo ayudars. Asiento, mi jefe se marcha ante mi cara de asombro cuando escucho.
- En serio a mi padre lo llamas Tiranosaurio Rex? incrdula lo
miro y este sonriendo se agacha y cuchichea bajando la voz. Has de tener cuidado con lo que hablas en pblico. Nunca se sabe quin te puede escuchar en un ascensor.
Madre madre qu bocazas soy y lo que me entra por el
cuerpo!
Y cuando voy a disculparme, comienza a caminar y dice con
seguridad.
- Vamos Duendecilla y mirando hacia atrs el listillo me suelta
. Espero que mi trasero mejore tus vistas.
Avergonzada, horrorizada y abochornada lo sigo sin saber qu
decir, mientras me pregunto por qu siempre me meto en berenjenales?