Expresionismo E. Fraga Primer Manifiesto
Expresionismo E. Fraga Primer Manifiesto
Expresionismo E. Fraga Primer Manifiesto
ISSN: 1578-8946
Eugenia Fraga
Universidad de Buenos Aires; euge.fraga@hotmail.com
Historia editorial
Resumen
Recibido: 25-03-2013
Este trabajo se propone abordar el corpus textual constituido por el Manifiesto Expresionista del grupo de pintores Die Brcke. En primer lugar, y siguiendo a
Marshall Berman, debemos decir que el expresionismo es un fenmeno moderno, y
ms especficamente, modernista. En este ltimo sentido es que podemos verlo
como formando parte de las vanguardias artsticas del siglo XX. Por otro lado, el
movimiento expresionista, de entre el conjunto de los movimientos de vanguardia,
cont con ciertos rasgos diferenciales, que nos ocuparemos de revisar. Ahora bien,
en tanto nuestro objeto es un texto, resultan indispensables ciertos abordajes de la
historia intelectual y del anlisis del discurso, para lo cual trabajaremos especialmente con los aportes de Michel Foucault y Jonathan Culler. Finalmente, por en contrarnos frente a un gnero particular que es el manifiesto, deberemos hacer uso
tambin de sus herramientas de anlisis especficas, concretamente con las aportadas por Eliseo Vern.
Aceptado: 18-04-2014
Palabras clave
Expresionismo
Anlisis del discurso
Modernismo
Manifiesto
Abstract
Keywords
Expressionism
Discourse analysis
Modernism
Manifesto
Abstract: This work intends to encounter the textual corpus constituted by the Expressionist Manifesto of the Die Brcke group of artists. In the first place, with
Marshall Berman, we must say that expressionism is a modern phenomenon, and,
more specifically, a modernist one. It is in this last sense that we can see it as part
of the artistic avant-gardes of the 20th century. In the second place, the expressionist movement shows certain specific features that distinguish it from the rest of
the avant-gardes, and which we will display along the essay. Since our object of
study is a text, certain intellectual history and discourse analysis tools become necessary, so we will be working with the ones provided by Michel Foucault and Jonathan Culler. Finally, since our object is also a manifesto, that is, a specific discursive genre, we will have to analyze it with the tools provided by Eliseo Vern.
Autores (2014). El futuro ser de los artistas! Un anlisis discursivo del manifiesto expresionista. Athenea Digital,
14(2), 39-69. http://dx.doi.org/10.5565/rev/athenea.1182
Manifiesto de fundacin del movimiento artstico Die Brcke, originalmente publicado en la "Gazeta de
Heidelberg", Alemania, 1906.
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Todo el canon de la historia del arte coincide con la idea citada de que los elementos indispensables que constituyen al expresionismo son el alto grado de valoracin
del subjetivismo, de la imaginacin y del sentimiento individual.
Die Brcke o El Puente fue el colectivo artstico que cre y primero adscribi a
esta mxima. Conformado en 1905 en la ciudad de Dresde, dur hasta el ao 1913. Sus
miembros, ex-arquitectos que decidieron abandonar la profesin y dedicarse a la pintura, eran originariamente cuatro: Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl SchmidtRottluff y Fritz Bleyl. A estos cuatro se sumaron luego Max Pechstein, Otto Mller y
Emil Nolde. Cabe destacar, sin embargo, que Die Brcke no fue la nica comunidad artstica expresionista, pero s la primera. Un segundo y ltimo grupo inserto en la
corriente expresionista original fue Der Blaue Reiter o El Jinete Azul, nacido en Berln
y cuya vida se extendi entre los aos 1911 y 1914. Posteriormente, el expresionismo
se torn ms realista, en trminos pictricos, y surgi entonces, en 1923, el movimien to Neue Sachlichkeit o Nueva Objetividad. Si bien los dos primeros grupos ya se haban disuelto como tales, sus antiguos miembros seguan pintando y grabando en solitario. De hecho, un hito clave en la historia de la vanguardia expresionista fue que, con
el ascenso del nazismo, sus producciones, radicales tanto en el tema como en la forma,
fueron tildadas de "arte degenerado" por parte del oficialismo. De ese modo, los miembros de los distintos grupos muchos de los cuales tambin provenan de familias judas debieron suspender su oficio, y exiliarse en pases extranjeros (Richard, 1979;
Starr y Jelavich, 2011; Wolf, 2004).
La relevancia del expresionismo es mltiple. Independientemente de su valor artstico, esta vanguardia alemana jug un importante rol en la politizacin que se estaba dando por aquella poca en Alemania en particular, y en Europa en general, debido
a la sucesin y simultaneidad de mltiples hechos novedosos como el cambio de siglo,
la constante urbanizacin, industrializacin y consiguiente proletarizacin de las metrpolis, el ascenso de, por un lado, diversos gobiernos autoritarios en todo el continente, y, por otro, la creciente masificacin de los partidos de izquierdas, el cada vez
ms grande movimiento inmigratorio intra e inter continental, la Primera Guerra
Mundial, la Revolucin Rusa, la entrada generalizada de la mujer al mundo del trabajo,
la globalizacin y democratizacin de las diversas producciones culturales, entre otros.
Los expresionistas, efectivamente, formaban parte as del ser moderno, que en palabras
de Marshall Berman implica estar inundado por la "sensacin de estar viviendo una
poca revolucionaria, una poca que genera insurrecciones explosivas en todas las direcciones de la vida personal, social y poltica" (Berman, 1982/1988, p. 3); estar imbuido por la atmsfera moderna, dotada "de agitacin y turbulencia, vrtigo y embriaguez
psquicos, extensin de las posibilidades de la experiencia y la destruccin de las barre-
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ras morales y los vnculos personales, expansin y desarreglo de la personalidad, fantasmas en las calles y en el alma" (1982/1988, p. 4); estar rodeado, finalmente, por el
paisaje moderno, "paisaje de mquinas de vapor, fbricas automticas, vas frreas,
nuevas y vastas zonas industriales; de ciudades rebosantes que han crecido de la noche
a la maana, frecuentemente con consecuencias humanas pavorosas" (1982/1988, p. 5).
Como explica el crtico de arte German Nedochivine, en consonancia con nuestra tesis
de la politizacin:
Es innegable que el Expresionismo ha jugado un rol esencial en la formacin
del arte de la crtica social a principios de los aos veinte. Ningn otro movi miento se ha mostrado tan delicadamente sensible a las contradicciones y
conflictos de la vida contempornea (Lanza Ordez, 2009, prrafo 16).
Pero adems de la politizacin que implic en la sociedad alemana, el expresionismo fue relevante en trminos estrictamente cuantitativos: "En 1917 haba 10 revistas
expresionistas, 15 en 1918, 35 a principios de 1919 y 44 cuando terminaba este ao.
Luego, en 1920, el nmero cae a 22, y despus a 8, en 1922" (Lanza Ordez, 2009, prrafo 9). Es decir que se trat de un movimiento con una produccin material imposi ble de ignorar, en el marco de la historia intelectual.
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Por su parte, para Jean Baudrillard, el expresionismo, especialmente en su faz abstracta, constituye una historia heroica dentro de la pintura, dado que en ella "el propio
sujeto de la pintura se encamina hacia su desaparicin" (Baudrillard, 1997/2005, p. 29).
Para Lionel Richard, el expresionismo lo constituyeron hombres que:
Experimentaban una especie de 'mal del siglo'. Casi todos eran nativos de las
ciudades y reaccionaron a los daos de la superpoblacin y a los problemas
del proletariado. Hijos de burgueses, casi todos, sintieron asco por el comportamiento de sus padres (Richard, 1979, p. 43).
Finalmente, segn Juan L. Molinuevo, el elemento activo del expresionismo responde a "un mundo histrico que ha saltado hecho pedazos" en el que ya no se da lugar a "un modelo de conocimiento y arte receptivo, impresionista, que recoge y refleja,
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sino a otro activo, expresionista, que expresa los convulsos 'temples de nimo' en los
que da a da se decide la existencia" (Molinuevo, 1998, p. 24).
Algunos pocos autores, en pocas ms recientes, han tratado la cuestin expresionista a partir del anlisis de sus manifiestos. Algunos de ellos estudiaron el Manifiesto
de Die Brcke, pero de una manera muy general, abordndolo desde la perspectiva de
la historia del arte. El primero de estos autores, Norbert Wolf, sostiene que el Manifiesto Expresionista puede entenderse como la bsqueda de la realizacin de "un orden
mundial existencial futuro", posible mediante un llamado a las nuevas generaciones y
una prdica de amor al arte. En sus palabras:
In their manifesto, the Brcke artists appealed to a new generation of both
creators and lovers of art, to anyone who was capable of expressing what
urges them to create, directly and without adulteration, as welcome adepts of
a new and progressive religion of art (Wolf, 2004, p. 18).
El segundo par de autores, Figura Starr y Peter Jelavich, sostienen que el Manifiesto Expresionista expresa la voluntad de "cruzar hacia un nuevo futuro" de all el
nombre del grupo: El Puente, que supusiera una revolucin del arte y de la vida simultneamente. Ms especficamente:
The artists saw themselves as pioneers of a revolution to overthrow the established order in both art and life. In a 1906 manifesto they gave voice to
their faith in the power of youth and their desire to cross into a new future
(hence the name, 'Brcke' or Bridge) (Starr y Jelavich, 2011, p. 50).
Un nico estudio en particular ha utilizado las herramientas para el anlisis de gneros discursivos, pero aplicndolas a los manifiestos de los escritores expresionistas
en su mayora poetas, y no al manifiesto de los pintores del grupo Die Brcke. Para
Carmen Gmez Garca, el expresionismo es una respuesta al enajenamiento humano,
producido en su lucha por "desarrollarse en un mundo ahora extrao". De esta situacin se desprenden los dos conceptos clave para el estudio del fenmeno expresionista:
la ruptura (la creacin de nuevas formas de percepcin de la realidad a partir de la antinomia yo-mundo) y el subjetivismo (el refugio en el yo que permanece luego de la
ruptura) (Gmez Garca, 2012, prrafo 4). En cuanto a la relacin de los manifiestos con
las vanguardias, la autora nos sugiere pensarla como la "fusin entre arte y vida", especialmente en sus implicaciones de "ruptura con la tradicin" y "utopa", dos elementos
que dan unidad a la diversidad de vanguardias (2012, prrafo 18). Otros rasgos de los
manifiestos especficamente artsticos son: la brevedad del escrito; situarse en un "presente inmediato" (2012, prrafo 21); una idea de pathos expresivo; la ambigedad de los
trminos; la idea bblica de "redencin" (2012, prrafo 26); el "regreso del escritor a la
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traducciones diferentes del manifiesto al espaol, aqu haremos uso de una sola de dichas traducciones, dado que es la que aparece en los libros especializados. Por esta razn, y aunque ninguna de las dos versiones en espaol especifican quin tradujo el
texto original, estaremos trabajando sobre la traduccin extrada del libro El arte del siglo XX, publicado en el ao 2001 por la Editorial Taschen, la editorial ms renombrada
en materia de historia del arte en Alemania, y una de las ms renombradas en el mun do. Por otro lado, resaltamos que, en trminos metodolgicos, partimos de la propuesta
fuerte de Bourdieu de que el objeto a estudiar es siempre una construccin que depende del punto de vista adoptado (Bourdieu, Chamboredon y Passeron, 1968/2001, p. 57),
o, ms especficamente, de una determinada problemtica terica (1968/2001, p. 60). Es
con el fin de analizar nuestro documento, entonces, que utilizaremos las diversas herramientas de abordaje metodolgico mencionadas, puesto que todas ellas se insertan
en una perspectiva conceptual particular.
En cuanto a la problemtica especfica de la interpretacin de un texto, nos apoyamos, por un lado, en la idea de la existencia de una tica y de una poltica en todo texto
esttico, sostenida por Eduardo Grner.
Los textos artsticos nunca son del todo fenmenos puramente estticos; o
mejor: su esttica es inseparable de su tica y de su poltica, en el sentido
preciso de un 'ethos' cultural que se inscribe [...] en la obra, y de la cual forman parte las interpretaciones de la obra, y de una politicidad por la cual la
interpretacin afecta a la concepcin de s misma que tiene una sociedad
(Grner, en Foucault, 1995, p. 11).
Siguiendo esta propuesta, podemos ver que, efectivamente, en el Manifiesto Expresionista, adems de su impulso esttico y estetizante, se nos ofrecen una tica o
'ethos' cultural, y una poltica o politicidad determinadas. Si por un lado, todo su discurso se apoya en la idea de un ser un presente avejentado y represor y de un deber ser un futuro joven y liberador, y en la normatividad de un llamamiento a tras ladar el estado de cosas del uno al otro, por otro lado, y como ya vimos, su discurso
tambin genera una potencialidad de conflicto, ya puesta en acto a nivel textual, entre
esos mismos polos contrapuestos.
Grner nos aporta mltiples definiciones para el concepto de interpretacin, que
puede ser entendido como campo de batalla o como intervencin (Grner, en Foucault,
1995, p. 12). En una primera versin, propone que "la interpretacin no es un mero intento de 'domesticacin de los textos', sino toda una estrategia de produccin de nuevas simbolicidades, de creacin de nuevos imaginarios que construyen sentidos determinados para las prcticas sociales" (1995, p. 11, cursivas propias). Si nosotros queremos interpretar el Manifiesto Expresionista, debemos tener en cuenta que al hacerlo
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Interpretar el Manifiesto Expresionista implica aqu no solamente hipotetizar sobre lo que dicho corpus 'quiere decir' en el sentido de la intentio operis o 'intencin'
de las marcas textuales, de Umberto Eco (1992/2002), sino tambin decir algo nuevo a
partir y por intermedio de ese discurso primero. Pero adems, interpretar el Manifiesto
no es atravesarlo para llegar a algn punto de claridad conceptual absoluta, sino por el
contrario, irlo construyendo a partir de la puesta sobre el papel de sus contradicciones
y polaridades, de sus tensiones y conflictos, tanto internos como con su exterioridad.
Una tercera definicin aportada por Grner explica que:
Lo que Ricoeur ha llamado el 'conflicto de las interpretaciones' es un componente constitutivo del combate ideolgico desarrollado alrededor de lo que
Gramsci denomina el 'sentido comn' de una formacin social. [...Es] una lucha por el sentido, que busca violentar los imaginarios colectivos para redefinir el proceso de produccin simblica mediante el cual una sociedad y una
poca se explican a s mismas el funcionamiento del poder (Grner, en Foucault, 1995, p. 14, cursivas propias).
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Vale decir, no se trata de una cuestin cronolgica en la cual primero hay un discurso que luego es interpretado, sino que todo discurso 'original' y pasible de ser interpretado es ya, l mismo, una interpretacin de discursos y signos anteriores o simultneos. Nuestro anlisis del Manifiesto Expresionista parte de esta postura terica y
epistemolgica.
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Es por esto que el Manifiesto llama a toda la juventud a la unidad, hacindole ver
que es la poseedora del futuro, de un futuro a construir. Y es por ello tambin que una
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nocin central del ser moderno es la de cambio, aledaa a las de progreso, crecimiento,
vivacidad, salud, actividad, movilidad, renovacin y desarrollo. Como explica el autor:
En este mundo, la estabilidad slo puede significar entropa, muerte lenta, en
tanto que nuestro sentido del progreso y el crecimiento es nuestro nico medio de saber con seguridad que estamos vivos. Decir que nuestra sociedad se
est desintegrando slo quiere decir que est viva y goza de buena salud
(Berman, 1982/1988, p. 90).
Lo que el autor muestra es que estas polaridades parecen inherentes al gnero discursivo manifiesto, pues ste siempre promueve la crtica de algo existente a la vez que
la propuesta de algo diferente. En concreto, el Manifiesto Expresionista critica y busca
erradicar a lo que denomina la rgida y vieja generacin, a la vez que propone una sociedad nueva impulsada por los jvenes, por los artistas, y basada en una idea de libertad. La polaridad central parece ser siempre, por esto mismo, aquella entre pasado y
futuro, o ms especficamente, entre un 'mundo falso' que "aparece como un pasado
histrico, un mundo que hemos perdido (o que estamos perdiendo)" frente a el mundo
verdadero, que "es el mundo fsico y social que existe para nosotros aqu y ahora (o
que est naciendo)" (Berman, 1982/1988, p. 103). Una vez ms vemos emerger aqu los
elementos principales enunciados en el Manifiesto, la falsedad de lo ido que hay que
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ayudar a hacer desaparecer del todo y la autenticidad del porvenir cuyo germen ya
se encuentra presente en el hoy.
Vemos aqu una tensin relevante de subrayar. Si bien por un lado la mxima expresionista era justamente expresar la propia interioridad, al hacerlo y que sta quede
plasmada en un corpus objetivado, la interioridad se des-subjetiva, se vuelve un artefacto exterior a los autores y su intencionalidad. La escritura como exterioridad es lo
que permite que los hombres concretos puedan hablar en nombre de la juventud, del
arte, incluso de la historia, entidades claramente abstractas.
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Volviendo a las contradicciones de la modernidad y sus manifiestos antes marcada, vemos aqu de nuevo que slo la muerte puede llegar a traer la vida futura. En los
trminos del Manifiesto Expresionista, slo la destruccin de los valores antiguos, pero
tambin la desaparicin de los autores del texto, permite la instauracin de unos valores novedosos, sostenidos por un sujeto histrico que se construye en ese mismo acto
de escritura-muerte. Por ltimo, la borradura del autor habilita lo que el autor denomina la pluralidad de ego o posiciones-sujeto.
Todos los discursos provistos de la funcin-autor implican esa pluralidad de
ego [...] no remiten pura y simplemente a un individuo real, pueden dar lugar simultneamente a varios ego, a varias posiciones-sujeto que diferentes
clases de individuos pueden llegar a ocupar (Foucault, 1969/1998, pp. 51-52).
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Por otro lado, nos interesa la idea propuesta por Sazbn de una conciencia moderna del tiempo histrico. Como afirma el autor:
Un rasgo caracterstico de la conciencia moderna del tiempo histrico es
decir, del presente temporalizado como momento de una historia en desarrollo es experimentar la actualidad como transicin y concebir el futuro como
despliegue de potencialidades y conatos ya entrevistos como posibles
(Sazbn, 2002, p. 89).
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es lo que nos permite "desarrollar una comprensin sistemtica de los mecanismos semiticos de la literatura" (1992/2002, p. 23, cursivas propias). Consideramos, con el autor, que resulta indispensable intentar entender de qu modos los textos crean sentidos.
Respecto al debate sobre los lmites a las potenciales interpretaciones sobre un
mismo texto, Culler postula que la interpretacin 'extrema' tambin denominada 'superacin' del texto goza de "una mayor posibilidad de sacar a la luz conexiones o implicaciones no observadas o sobre las que no se ha reflexionado con anterioridad" (Culler en Eco, 1992/2002, p. 128). Es decir, si uno se remite nicamente a analizar el texto
a partir de los temas ms visibles o superficiales que el mismo muestra, se pierde de
captar otros tantos puntos de anlisis, complementarios o incluso ms iluminadores.
Dice el autor: "Lo que Eco llama 'sobreinterpretacin' puede ser en realidad una prctica de hacer precisamente aquellas preguntas que no son necesarias para la comunicacin normal, pero que nos permiten reflexionar sobre su funcionamiento" (1992/2002,
p. 132). Efectivamente, es cierto que, como dira tambin el pragmatismo, no es para
nada indispensable entender los mecanismos semiticos para que la comunicacin
funcione y el significado se produzca, incluso para que se comprenda; sin embargo, a
la hora de generar aquel metadiscurso mencionado en secciones anteriores, con el fin
de comprender cmo se comprende, de interpretar cmo se interpreta, surge la necesidad de preguntarse por dichos mecanismos. La 'superacin' "constituye una tentativa
de relacionar un texto con los mecanismos generales de la narrativa, la figuracin, la
ideologa, etctera" (1992/2002, p. 134-135). De este modo, un texto, para ser analizado
en profundidad, debe ponerse en relacin con la forma en la que se construyen los re latos, con la forma en la que se movilizan imgenes, y con la forma en la que se da
cuenta o no de los mecanismos de produccin de los mismos. Todo esto lo veremos
para el caso del Manifiesto Expresionista a partir de las herramientas proporcionadas
por el anlisis discursivo.
Culler reconoce:
Que el sentido est limitado por el contexto (y, por lo tanto, no es, en un contexto dado, ilimitado), pero que es imposible especificar por adelantado lo
que puede considerarse como contexto provechoso el contexto en s es, en
principio, ilimitado (Culler en Eco, 1992/2002, p. 23, cursivas propias).
Por un lado, es cierto que no slo la cosmovisin plasmada en el texto, sino que
tambin sus diversas lecturas, son las posibilitadas por las condiciones histricas en el
contexto de las cuales son producidos el texto y las lecturas. Pero por otro lado, no es
menos cierto que, en tanto dicho contexto se modifique y que el contexto se modifique es justamente lo que implica que el tiempo sea histrico, se modifican consi-
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guientemente las posibles lecturas del texto tambin. Lo que esto lleva aparejado es la
necesidad de aclarar que, si bien la interpretacin que hacemos en este trabajo del Manifiesto es una interpretacin posible, lo es, en primer lugar, entre mltiples otras, y,
en segundo lugar, lo es dadas las condiciones histricas de interpretacin actuales.
Pero adems, como sostiene el autor, esta
Falta de lmites a la semiosis no significa, como Eco parece temer, que el sig nificado sea una creacin libre del lector. Ms bien, muestra que los mecanismos semiticos descriptibles funcionan de maneras recursivas, cuyos lmites
no pueden fijarse por adelantado (Culler en Eco, 1992/2002, p. 140-141).
Desde el momento mismo que planteamos ciertas pautas de lectura en este trabajo, sabemos que aqu sern aplicadas de un modo que tampoco es el nico incluso al
interior de una misma perspectiva terica y epistemolgica. Simultneamente, y as
como hemos visto que una obra no puede atribuirse a un autor individual ni puede ser
apropiada como creacin individual, tampoco las lecturas del texto pueden ser entendidas como produccin enteramente subjetiva, sino que estn estrechamente vinculadas a los mecanismos semiticos estructurales de los que hemos estado hablando.
Luego de estas aclaraciones, quisiramos comenzar, finalmente, a trabajar sobre el
corpus del Manifiesto Expresionista. Para Culler, lo que debe hacerse es preguntarse:
Sobre lo que el texto hace y cmo lo hace: cmo se relaciona con otros textos
y otras prcticas; qu oculta o reprime, qu avanza o de qu es cmplice. Muchas de las formas ms interesantes de la crtica moderna no preguntan qu
tiene en mente la obra, sino qu olvida, no lo que dice sino lo que da por sentado (Culler en Eco, 1992/2002, p. 133-134, cursivas propias).
El Manifiesto, bsicamente, se trata de un llamamiento poltico a realizar un profundo cambio cultural en la sociedad de su tiempo. La forma en que realiza el llamamiento es a travs del convencimiento retrico, especialmente apelando a frmulas altamente afectivizadas y adjetivadas. El Manifiesto es un texto que se relaciona, en trminos sincrnicos, con todos los otros textos de las vanguardias artsticas de su poca,
dado que todos ellos buscan efectivizar cambios culturales, aunque con orientaciones
diversas. En trminos diacrnicos, es un texto que se relaciona con el gnero discursivo manifiesto, en particular, y de modo ms general con los distintos tipos de discursos
polticos o polmicos (ste ltimo tema ser tratado en mayor detalle ms adelante en
el presente trabajo). Por ltimo, el Manifiesto oculta que su cosmovisin es slo una
entre muchas posibles, pues, como todo texto cuyo fin es convencer al mundo respecto
a su contenido, borra en su escritura las marcas de su produccin: en este sentido es
que ms adelante hablaremos del 'efecto de ideologa'.
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En segundo lugar, nos interesa hacer uso de los conceptos de Eliseo Vern para el
abordaje de nuestro corpus. Tratndose de un texto, nos resulta clave su definicin de
discurso:
La nocin de discurso designa todo fenmeno de manifestacin espacio-temporal de sentido, cualquiera sea el soporte significante: ella no se limita, pues,
a la materia significante del lenguaje propiamente dicho. El sentido se manifiesta siempre como investido en una materia, bajo la forma de un producto.
Como tal, remite siempre a un trabajo social de produccin: la produccin
social del sentido (Vern, 1980, p. 85).
El Manifiesto Expresionista, como texto en una gazeta, pero tambin como obra
de arte (puesto que su primera aparicin pblica fue en forma de grabado), es un dis curso. Esto significa que es un fenmeno de sentido, materializado en un soporte particular en nuestro caso, en una pantalla de computadora que lo actualiza en un espacio y un tiempo determinados y que por ende ser ledo desde dichas coordenadas,
y que ha sido producido en el seno de algn tipo de sociedad en nuestro caso, la Alemania de principios del siglo XX. Ahora bien, de la nocin de discurso se desprende
la de poder del discurso.
La pregunta por el poder del discurso [...] se trata de la cuestin de los efectos discursivos. Desde este punto de vista, la nocin de poder no es una nocin descriptiva referida a los aparatos institucionales del Estado, sino un
concepto que designa una dimensin analtica de todo funcionamiento discursivo: la pregunta sobre el efecto, sobre el poder, puede ser planteada respecto de cualquier discurso (Vern, 1980, p. 86).
Como afirma Vern, los discursos tienen poderes, es decir efectos, que tambin
son de orden discursivo, es decir significante. En este sentido, y dado que todo discur so tiene esta cualidad analtica que le es inherente, no debemos confundir al poder del
discurso, entonces, con el 'discurso del poder', que remite, de modo ms estrecho y meramente descriptivo, al discurso que emana de las fuentes institucionales de poder.
Cules son los efectos discursivos del Manifiesto Expresionista? En primer lugar,
debemos aclarar que existen dos tipos de efectos importantes de los discursos, que son
el efecto de conocimiento y el efecto de ideologa. Vern los define del siguiente modo:
El 'efecto de conocimiento' es aquel que se produce [...] cuando ese discurso,
a la vez que describe su objeto, hace explcito el hecho de que lo que describe
es un punto de vista determinado. Que un discurso haga explcito el hecho de
que su relacin al objeto es determinada, quiere decir, precisamente, que el
discurso se presenta como sometido a condiciones determinadas de produccin. El caso opuesto es el del 'efecto ideolgico': el discurso describe un ob-
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jeto y esa descripcin es presentada como la nica posible. Esto quiere decir
que el discurso que produce el efecto ideolgico es un discurso que se presenta como absoluto (Vern, 1980, p. 92).
Surge entonces aqu una nueva tensin en la aplicacin de las categoras: por un
lado, es cierto que, en la descripcin de su objeto que podramos definir como 'la realidad de su momento', el Manifiesto hace explcito el hecho de que su cosmovisin
la de los jvenes artistas que buscan la libertad es una postura determinada, claramente opuesta a otra la de la vieja y rgida generacin. En principio, parecera entonces que nos encontramos frente a un efecto discursivo de conocimiento, dado que
lo que se plantea en el Manifiesto es justamente una lucha entre ambos puntos de vis ta. Sin embargo, en una segunda mirada, notamos que el Manifiesto se presenta como
portavoz de 'la' juventud, de 'todos' los artistas, es decir, como representante de la nica postura posible para dichos sujetos, como representante de un punto de vista absoluto respecto a la libertad de accin y pensamiento. De este modo, el Manifiesto produce tambin un efecto de ideologa, puesto que no saca a la luz el hecho de que inclu so entre los jvenes y entre los artistas hay multiplicidad de cosmovisiones.
A su vez, en otro texto del mismo autor, se nos proporciona la idea de que las lecturas de un texto se ven condicionadas por las condiciones de lectura, puesto que:
El discurso analizado (o, si se prefiere, el discurso-objeto) es una condicin de
produccin del discurso producido por el analista [...] La lectura del analista
sufre la mediacin de su mtodo y de los instrumentos que aplica a las superficies discursivas (Vern, 2004, p. 55).
El discurso que estamos produciendo como interpretacin o anlisis del Manifiesto Expresionista, de este modo, se ve condicionado por dos elementos diferentes. Por
un lado, nuestra lectura depende del discurso-objeto que estamos analizando, es decir,
que segn qu texto intentemos interpretar, las lecturas variarn. Pero por otro lado,
nuestra lectura tambin depende del mtodo y de los instrumentos que apliquemos al
discurso-objeto. En otras palabras, dependiendo de qu herramientas de anlisis utili cemos, las lecturas tambin variarn. En este sentido, y como ya lo hemos mencionado
repetidas veces pero no es inoportuno remarcarlo ahora, nuestro discurso-objeto es
un manifiesto tema del que nos ocuparemos ms abajo y nuestras herramientas de
anlisis son la sociologa de la cultura, la historia intelectual y el anlisis discursivo.
Sin embargo, Vern tambin explica que a pesar de los condicionamientos, una multiplicidad de lecturas es posible. "Puesto que todo texto es un objeto heterogneo y constituye el lugar de encuentro de una multiplicidad de sistemas de determinacin diferentes, es posible construir tantas gramticas como maneras haya de abordar el texto"
(Vern, 2004, p. 42). Como vimos ms arriba con otros autores, la interpretacin es un
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trabajo infinito y con una apertura irreductible, es decir, constituye una semiosis que
en principio es ilimitada.
Conviene en este punto detenernos un momento para marcar la diferencia entre
anlisis discursivo y anlisis lingstico. Como explica Vern:
El anlisis de los discursos se interesa principalmente por la ubicacin del
sentido en el espacio y el tiempo. En consecuencia, las operaciones que procura identificar y describir no pueden reducirse a componentes de unidadesproposiciones. Esto establece ya una diferencia importante entre anlisis lingstico y anlisis de los discursos (Vern, 2004, p. 50).
Como vimos recin, la nocin misma de discurso implica que la entidad significativa no puede aprehenderse sino como ubicada espacio-temporalmente. En cambio, el
anlisis lingstico busca justamente deshacerse de las particularidades que la ubicacin le otorga al discurso, y por ello se dedica a trabajar con la 'lengua', en abstracto.
Consecuentemente, mientras que el anlisis lingstico interpreta unidades proposicionales, el anlisis discursivo que es lo que nosotros intentamos llevar a cabo interpreta conjuntos de signos con toda la carga conceptual que la palabra 'signo' arrastra
. Esto, a su vez, est ntimamente relacionado con la nocin de materialidad del discurso.
Esta idea de la ubicacin en el espacio y en el tiempo del discurso remite a
una problemtica [...] la de la materialidad del sentido incorporado. Un discurso no es en definitiva otra cosa que una ubicacin del sentido en el espacio y en el tiempo (Vern, 2004, p. 49).
Como seala repetidamente el autor, discurso, materialidad/soporte, y espaciotiempo son tres dimensiones de lo mismo: del sentido, que desde la perspectiva que
aqu adoptamos es siempre sentido incorporado y ubicado. Es que la nica forma de
que un determinado sentido se incorpore es utilizando como soporte a algn objeto
material existente en un lugar y un momento especficos. Del mismo modo, la nica
forma de que un determinado sentido se actualice en el tiempo y en el espacio es incorporndose en algn soporte material. La consecuencia de esto para nuestro trabajo
es que el Manifiesto Expresionista slo puede ser abordado a partir de su materialidad,
que en nuestro caso es virtual, y teniendo en cuenta que, originalmente, ese discurso
fue incorporado en dos soportes diferentes al nuestro: en una gazeta sobre papel, y
en un grabado sobre madera. No debemos olvidar que la materialidad tambin es
productora de sentido, o mejor dicho, de distintos efectos de sentido.
No podemos dejar de lado, tampoco, la importancia del contexto discursivo a la
hora de hacer la lectura de un texto. Vern postula que "Desde el punto de vista de una
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Lo que Vern nos explica aqu es que el texto, en su materialidad sgnica, constituye una marca dejada por las condiciones de produccin del mismo, y por esto es que
puede ser ledo como un conjunto de huellas, en el sentido de indicios, de la operacin
de produccin social del texto. As, las marcas del Manifiesto Expresionista nos indican
varias cosas sobre las condiciones de su creacin: la cosmovisin de sus autores, el gnero discursivo en boga en aquel momento, el momento histrico ms amplio en el
que fue ideado y escrito. Del primer punto y del ltimo ya nos hemos ocupado; pasaremos ahora a profundizar en la cuestin de los gneros discursivos.
Por insertarnos en la perspectiva de los estudios genricos, una nocin central
para este trabajo es la de gneros discursivos, entendidos stos como el producto de la
tensin entre la creacin individual y la norma social. 'Gnero discursivo' es entonces el
concepto que "permite articular el carcter individual del enunciado con el valor social
que supone toda funcin comunicativa" (Mangone y Warley, 1994, p. 14). Todo discurso toma la forma de un gnero, y por ello un primer paso para analizar cualquier cuerpo discursivo es clasificarlo dentro de alguno de ellos. El Manifiesto Expresionista,
como su ttulo lo indica, pertenece al gnero manifiesto, cuyas caractersticas veremos
en detalle ms abajo. Por el momento, nos interesa destacar las ideas que se despren den de la nocin de gneros discursivos en general. Por empezar, todo gnero supone
la 'orientacin hacia un destinatario', es decir, constituye un tipo de pensamiento inte-
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ractivo. Citando a Mijail Bajtin, Carlos Mangone y Jorge Warley explican que "nuestro
mismo pensamiento [...] se origina y se forma en el proceso de interaccin y lucha con
pensamientos ajenos, lo cual no puede dejar de reflejarse en la forma de la expresin
del nuestro" (Bajtin en Mangone y Warley, 1994, p. 15), es decir, dado que el pensa miento mismo es interactivo, o social, cuando ste se exterioriza como gesto, habla, o
escritura, mantiene su forma de lucha. Y es este rasgo el que hace que todo discurso,
incluso un monlogo, funcione como si estuviera destinado a alguien, independientemente de si ese alguien est presente o no, es conocido de antemano o no, es individual o colectivo, etctera. En el caso del Manifiesto Expresionista, el destinatario al
cual se dirige el texto es a la juventud alemana y del mundo, a la que llaman a modifi car el estado de cosas. Pero tambin, el texto del Manifiesto constituye una especie de
dilogo entre esa juventud y la generacin anterior, que desea mantener el orden establecido.
Una segunda idea implicada en la nocin de gnero discursivo es la del carcter
valorativo de todo enunciado: los enunciados "estn fuertemente subjetivizados, y es
en esos procedimientos con que se fijan las posiciones subjetivas especificadas (enunciador - enunciatario) donde se evidencia con mayor vigor su carcter valorativo"
(Mangone y Warley, 1994, p. 16). Como explican los autores, todo enunciado es la objetivacin de una posicin subjetiva, y es en ese sentido y a pesar de que el discurso se
presente como neutral, universal o desinteresado que todo enunciado es inevitablemente valorativo. Volviendo a nuestro caso, hemos visto ya que el Manifiesto Expresionista es la exteriorizacin de la interioridad de los miembros de Die Brcke, a pesar
de que presentan su concepcin del mundo como la nica posible para quien sea joven
y tenga sentido artstico. A pesar de que presentan su cosmovisin como siendo comn, al menos, a la totalidad de quienes no pertenezcan a la vieja generacin, muestran justamente por ello que existe al menos una cosmovisin alternativa a la suya. Sin
embargo, no dan cuenta de la gran multiplicidad de concepciones potenciales, sino que
reducen las ideas sobre el mundo a una dualidad polar. Finalmente, una tercera idea,
que en realidad es una propuesta, que se desprende de los estudios genricos, es la necesidad de llevar a cabo un anlisis histrico de los discursos. Como afirman Mangone
y Warley, "El concepto de gnero discursivo permite analizar los problemas de compo sicin, tema, estilo, etc., sin que el carcter histrico de la comunicacin lingstica
deba ser relegado a un oscuro segundo plano de la investigacin" (1994, p. 16). Muchos
trabajos de anlisis lingstico dejan a un costado la cuestin, a nuestro entender, clave, del abordaje histrico de los discursos. Adscribir a la propuesta citada es lo que nos
llev a dedicar un apartado entero a la contextualizacin histrico-cultural del Manifiesto Expresionista.
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Pero adems, dado que nuestro corpus toma la forma de un gnero discursivo particular, tendremos que analizar tambin sus rasgos especficos en tanto manifiesto, o,
en trminos de los autores, de literatura de combate.
El manifiesto es literatura de combate. Emergencia de una vanguardia, poltica, artstica, social. Al tiempo que se da a conocer, enjuicia sin matices un estado de cosas presente; fingiendo describir prescribe, aparentando enunciar
denuncia. En ese movimiento se otorga a s mismo el derecho a la palabra
(porque debo, entonces puedo). Es literatura en tanto presupone la utilizacin de recursos formales ms o menos estabilizados. Es de combate porque
se construye a partir de una necesidad de intervencin pblica (Mangone y
Warley, 1994, p. 9).
Aparecen aqu una variedad de elementos que, en lo que sigue, intentaremos analizar en detalle. En primer lugar, El Manifiesto Expresionista es un texto producido por
una vanguardia, que es artstica puesto que emergi en el campo de la pintura, pero
que tambin es una vanguardia poltica porque politiza su visin del mundo, que adopta la forma del conflicto de intereses o de ideas, y la hace pblica. En segundo lugar, el
Manifiesto Expresionista, a la vez que describe el mundo, prescribe una forma de actuar en l de hecho, es sta concepcin normativa la que orienta la descripcin del
mundo, y no al revs. A la vez que enuncia lo que considera el 'ser' de su entorno,
denuncia todo aquello que no se corresponde con el 'deber ser' que proponen para el
mismo. En tercer lugar, es esta prescripcin / denuncia pblica la que le permite al Manifiesto Expresionista darse a conocer, no slo porque tiene la posibilidad material de
hacerlo, sino porque considera que debe hacerlo: los pintores expresionistas consideran que tienen una misin, una funcin que cumplir en ese mundo que enuncian y
describen. Finalmente, puede decirse que el Manifiesto Expresionista es literatura de
combate porque est constituido por un texto cuyo eje es el planteo de un enfrentamiento: los jvenes versus los viejos, la libertad versus la rigidez.
Emergen entonces como especialmente tiles para nuestro trabajo varios conceptos, que iremos analizando uno a uno. El primero es el concepto de lo pblico, que
Mangone y Warley definen como el lugar "donde se juega el carcter de la circulacin
y recepcin" de un manifiesto (Mangone y Warley, 1994, p. 18). Efectivamente, es slo
a partir de hacerse pblico en la Gazeta de Heidelberg que el Manifiesto Expresionista
logra poner en circulacin sus ideas y su programa, que slo as logran ser recibidas
por un volumen amplio de personas. Un segundo concepto relevante es el de vanguardia. Segn los autores, existen "discursos que son recibidos por una poca determinada
como emergentes simblicos de prcticas sociales, y que en la modernidad toman la
forma del discurso especfico de la vanguardia" (1994, p. 19). A partir de esta idea, po-
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En otras palabras, quien cumple la funcin-autor de un manifiesto lo hace siempre posicionndose respecto de ciertas instituciones o grupos a los que conforma en el
mismo movimiento en que constituye su propio rol. En el caso del Manifiesto Expresionista, los autores del texto son los representantes de un grupo al que denominan 'la
juventud', que a su vez constituye una institucin opuesta a la de otro grupo denominado 'la vieja generacin'.
Otras figuras aledaas a stas, y que tambin nos resultan oportunas para el anlisis de nuestro manifiesto, son las que siguen. En primer lugar, la nocin de instituciones opresoras, que son, segn Mangone y Warley, los grupos valorados negativamente.
Es decir, "Los trminos que se perciben negativamente se convierten, en cierta forma,
en instituciones del mundo cultural; 'fortalezas' que con sus preceptos y falta de pasin
colocan un cors al genio creador" (Mangone y Warley, 1994, p. 23). En el Manifiesto
Expresionista queda claro que aquellos valores que contradigan la libertad y la creacin son negativos, y, consiguientemente, quien sostenga aquellos valores negativos
constituir una institucin opresora de los jvenes y los artistas. En segundo lugar, los
autores afirman que en todo manifiesto aparecen ideas antinmicas o dialcticas: "La
dialctica como movimiento textual atraviesa toda la 'coreografa' del manifiesto e instala para la tradicin del gnero discursivo una marca especfica: su carcter antinmi-
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co" (1994, p. 25). Vale decir que a lo largo de todo el texto del Manifiesto Expresionista
se ponen de relieve las contradicciones que confrontan a los distintos grupos. Si las
nuevas generaciones entran en conflicto con las antiguas es porque por un lado est la
rigidez y por otro la libertad. En tercer lugar, el hecho de que la columna vertebral de
todo manifiesto sea la antinomia es lo que lo convierte en un texto polmico. "Varios de
los elementos presentes en el manifiesto lo acercan a los textos polmicos: la construccin discursiva de un blanco o contradestinatario, la intencin de persuadir a los indiferentes, el objetivo de destruir un sistema de valores vigente" (1994, p. 58). Dado que
en el Manifiesto Expresionista se busca convencer a los sujetos de la contradiccin que
atraviesa el mundo, y dado que la nica forma de resolver la contradiccin es la de eli minar a uno de los dos polos de la misma donde eliminar significa erradicar unas
ideas o unos valores, y no unas personas, su discurso adopta la forma de una polmica entre dichas ideas o valores.
Pero la polmica entre ideas o valores, es decir, la polmica discursiva, suele utilizar ciertos recursos lingsticos, de los cuales la injuria es el que aparece de forma ms
patente en el Manifiesto Expresionista. La injuria, que es "La forma ms antigua de la
polmica y las ms directa" (Mangone y Warley, 1994, p. 61), consiste en el ataque dis cursivo del oponente, o ms sencillamente, en criticarlo con palabras. As, en el Manifiesto, los valores de las generaciones anteriores en el tiempo son implcitamente calificadas de viejas y rgidas. A su vez, la injuria, la confrontacin y la polmica, as como
el hecho ms bsico de su carcter interactivo, insertan al gnero manifiesto dentro del
amplio campo del llamado discurso poltico. Como explican Mangone y Warley:
En el nivel de la enunciacin todo enunciado poltico es una rplica. Metafricamente, podemos decir que todo discurso poltico est habitado por un
otro negativo. Pero como todo discurso, el discurso poltico construye tambin un otro positivo, aquel al que el discurso est dirigido (Mangone y Warley, 1994, p. 62).
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tinatario es aquel cuya relacin con el enunciador es la inversin de la creencia, es decir, aquel grupo que porta los valores opuestos a los del colectivo que integran los autores; pero adems, a veces, aparece tambin un paradestinatario, a quien se dirige
toda la carga persuasiva del manifiesto. En el Manifiesto Expresionista, estos colectivos de identificacin se encarnan del siguiente modo: el prodestinatario es la juventud
portadora de la libertad y la creacin; el contradestinatario est conformado por la vieja y rgida generacin; y el paradestinatario sera todo aquel sujeto no adscripto previamente, no comprometido an con ninguna de las dos posiciones, al que sin embargo el Manifiesto intenta convencer de entrar al bando de quien escribe.
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en trminos de conflicto, y si bien, paradjicamente y de acuerdo al pensamiento antinmico modernista, postula la concrecin futura de un orden donde la libertad sea ab soluta, esto no es sino una utopa.
Finalmente, quisiramos compartir dos propuestas de trabajo futuro, que funcionaran como complemento del presente estudio. Por un lado, dado que hemos trabajado tan slo sobre una de las dos traducciones existentes del Manifiesto Expresionista al
espaol, podra llevarse a cabo un trabajo comparativo con las mismas herramientas
aqu utilizadas, pero aplicadas a ambas traducciones en simultneo. De este modo, podran salir a la luz los diferentes efectos de sentido que producen las alternativas en la
traduccin. De todos modos, un trabajo como ese no podra eludir una reflexin sobre
el problema de la traduccin en s mismo, independientemente del caso particular analizado. Por otro lado, y dado que nuestro trabajo est basado sobre una traduccin y no
sobre un texto en idioma original, podra llevarse a cabo un estudio que comparara los
efectos de sentido producidos por el texto en alemn y por el texto en espaol en simultneo. De este modo, podra darse cuenta de las diferentes formas en que las ideas
expresionistas fueron recibidas en cada regin idiomtica. Pero nuevamente, un trabajo de ese tipo no podra evitar indagar las diversas facilidades y obstculos que las diferentes lenguas suponen. Finalmente, podra trabajarse tambin sobre los diferentes
dispositivos de lectura, es decir, sobre las diversas materialidades en que el Manifiesto
Expresionista, en tanto objeto artstico, se ha dado a leer, o, ya en un estudio ms extenso, podra trabajarse sobre el 'cotexto' del Manifiesto, es decir, sobre aquellos otros
discursos con los que ste, en tanto texto polmico, discute.
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