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Hobbes - Behemot

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Thomas Hobbes

Behemoth
Estudio preliminar, traduccin y notas de
MIGUEL NGEL RODILLA

techos

Ttulo original:
Behemoth or The Long Parliament (c. 1668)

Diseo y realizacin de cubierta:


Rafael Celda y Joaqun Gallego
Impresin de cubierta:
Grficas Molina

Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto


en los artculos 534 bis a) y siguientes del Cdigo Penal vigente,
podrn ser castigados con penas de multa y privacin de libertad
quienes sin la preceptiva autorizacin reprodujeren o plagiaren,
en todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica fijada en
cualquier tipo de soporte.

Estudio preliminar y notas, M i g u e l n g e l R o d i l l a , 1992


EDITORIAL TECNOS, S.A., 1992
Telmaco. 43 - 28027 Madrid
ISRV X4-309-2227-X
Depsito Legal: M-31655-1992
Printed in Spain. Impreso en Espaa por Mapesa, C/ Villablino, 38.
Fuenlabrada (Madrid).

ESTUDIO PRELIM INAR...............................................Pg.


IX
Bibliografa ............................................................................ XLVII
, BEHEMOTH O EL PARLAMENTO LARGO
[DEDICATORIA] .......................................................................

BEHEMOTH O EL PARLAMENTO LARGO....................

Dilogo I ..................................................................................
Dilogo II ................................................................................
Dilogo III ..............................................................................
Dilogo IV ...............................................................................

5
79
144
203

[ V llj

ESTUDIO PRELIMINAR 1
por Miguel ngel Rodilla
I
La carrera literaria de Thomas Hobbes, que se ini
ci en 1629 con una notable traduccin de la Historia
de la guerra del Peloponeso, prcticamente se cierra
cuarenta aos ms tarde con otra obra histrica, en
este caso un estudio sobre la guerra civil inglesa, que
nos ha llegado bajo el ttulo de Behemoth. Conocida
su inalterable admiracin por Tucdides, no es insen
sato conjeturar que al emprender su obra sobre la
guerra civil el filsofo abrigara en algn momento la
intencin de emular al historiador griego. Y, a decir
verdad, ecos de aquellas palabras con las que Tucdi1 Las obras de Hobbes se citan por la clsica Edicin Molesworth: Opera Latina mediante la abreviatura OL, English Works
mediante EW. Las citas entre corchetes, tanto en el cuerpo del tex
to como a pie de pgina, proceden del Behemoth y remiten a pgi
nas del presente volumen.
Mi deuda con el profesor Delgado Pinto sigue creciendo. Gra
cias a su ayuda este libro contiene menos errores e imperfecciones.

des, al comienzo de su historia, presentaba al lector la


guerra del Peloponeso como ms famosa que todas
las anteriores [...] el mayor desastre que haya sobre
venido a los griegos y, por as decirlo, a la mayora de
los hombres2, resuenan todava en las primeras fra
ses, no menos hiperblicas, del Behemoth que descri
ben como el ms alto de todos los tiempos el pero
do objeto del relato, esto es, aquel que transcurri
entre la convocatoria del Parlamento Largo y la Res
tauracin.
Pero Hobbes no escribi su historia siguiendo el
modelo de Tucdides. Con una frmula justamente fa
mosa el filsofo caracteriz al historiador griego
como el ms poltico de los historiadores3. Polti
co, segn Hobbes, es el mtodo de exposicin segui
do por Tucdides porque organiza la materia de tal
modo que, como dice Plutarco, convierte a su oyen
te en espectador. Pues coloca a su lector en las asam
bleas del pueblo y en el senado, mientras se produc
an los debates; en las calles, durante sus sediciones; y
en el campo, durante sus batallas4. En ese caso el
relato deba su fuerza aleccionadora a su capacidad
para enriquecer la experiencia del lector trasladndo
le, gracias a la habilidad reconstructiva y narrativa
del historiador, a un plexo de referencias densamente
cargado de sustancia histrica.
El Behemoth no es exactamente una historia pol
tica en este sentido. Para empezar, aunque la obra
proporciona un relato de la guerra civil y del Interreg
no que por lo general refleja fielmente los hechos, el
2 Sigo la traduccin de F. Rodrguez Adrados, Ed. Hernando,
Madrid, 1967.
3 EW, vol. 8, p. viii.
4 Ibd.

inters primario de Hobbes por los hechos no es


(slo) registrarlos, sino ms bien explicarlos: vues
tra intencin dice uno de los personajes con cuyo
dilogo se articula el relato era ponerme al comen
te de la historia, no tanto de las acciones que tuvieron
lugar durante los recientes disturbios, cuanto de sus
causas y de los concilibulos y artimaas mediante
los cuales se hizo que ocurrieran. Varios hombres han
escrito la historia; y de ellos podra haber aprendido
lo que hicieron y tambin algo de sus maquinaciones.
Pero en ellos encuentro bien poco de lo que me gus
tara preguntar [p. 62J. La intencin de conjugar na
rracin y explicacin puede dar razn de ciertos ras
gos formales de la obra. Explica, por ejemplo, que
Hobbes adopte el gnero coloquial, que facilita la
transicin desde la forma narrativa progresiva, carac
terstica del relato, a la forma inquisitiva regresiva,
til para desarrollar una indagacin sobre las causas
de los acontecimientos. Por otra parte, la distancia
generacional que sagazmente establece entre los in
terlocutores un joven que contempl los aconteci
mientos sin suficiente madurez para comprenderlos, y
una persona de edad (en la que es fcil reconocer los
rasgos del autor), que los vivi en aquella parte de
vuestra edad en la que los hombres suelen ver con
mayor penetracin el bien y el mal |p. 6] es un
eficaz recurso formal para potenciar la funcin peda
ggica que Hobbes atribua a la historia. Pero al mis
mo tiempo la forma dialogada, con su sucesin de
preguntas y respuestas, y el modo como la narracin,
a menudo llena de viveza y dramatismo, se interrumpe
con aclaraciones y explicaciones, producen un efecto
de distanciamiento que tiende a provocar en el lector
una actitud objetivadora bien alejada de aqulla de par
ticipacin cuyo logro elogiaba l en Tucdides: provo

ca la actitud del espectador-observador, que quiere es


tablecer el diagnstico y la etiologa de una situacin
crtica, ms que la del espectador-partcipe, que gracias
al arte del narrador (virtualmente) comparte el nexo de
experiencias de los actores del drama histrico.
Por lo dems, el ttulo mismo de la obra, que para
nosotros ha perdido ya el aura enigmtica que en su
momento debi de tener, parece establecer alguna re
lacin con el libro principal de Hobbes, suscitando la
cuestin de si la obra, sin dejar de ser histrica, tiene
alguna significacin terica dentro de su construc
cin filoslico-poltica. Como es notorio, Hobbes,
que como filsofo del barroco gustaba de las alegor
as, personific en Leviatn y Behemoth, los dos
monstruos de la escatologa juda, el conjunto de las
condiciones del orden, por un lado, y la amenaza del
desorden, por otro5. Y as como en el Leviatn llev
a cabo un anlisis de las condiciones de posibilidad
de la paz social y la cooperacin, el Behemoth consti
tuye a su modo un estudio sobre la vulnerabilidad del
orden. Ahora bien, no puede decirse que en las obras
tericas de Hobbes falte precisamente una investiga
cin sobre las causas del desorden: basta mencionar a
este respecto el captulo 22 del De Cive, as como el
captulo 29 y en cierto modo la importante y dema
siado olvidada tercera parte del Leviatn. Sin embar
5 A diferencia de lo que ocurre en el Leviathan, en el Behemoth
no se encuentra ninguna explicacin del ttulo de la obra. En el
Indice temtico de la Ed. Molesworth tampoco existe entrada algu
na dedicada a Behemoth. La nica referencia de que tengo noti
cias procede de un pasaje de las discusiones de Hobbes con el obis
po Bramhall, en el cual, tras sugerir a sus crticos que no pierdan el
tiempo intentando confutar sus doctrinas, aade: si no tienen ms
remedio que hacerlo, puedo darles un ttulo adecuado para su libro:
Behemoth contra Leviatn (EW, vol. 5, p. 27).

go, el tratamiento quiere ser all terico (filosfico),


por ms que en l continuamente se refracte experien
cia histrica. El Behemoth, en cambio, constituye un
tratamiento inmediatamente histrico de las causas
del desorden. Pero precisamente por ello su posicin
dentro de la produccin filosfico-poltica de Hobbes
no es en modo alguno obvia. Sabido es que dentro de
su mapa de los saberes Hobbes, echando mano de la
distincin entre razn y experiencia, traza una fronte
ra ntida entre la filosofa (poltica) y la historia: en
tanto que registro del conocimiento de los hechos6,
la historia, aun siendo tilsima (qu digo, necesa
ria), queda fuera de la esfera de la filosofa porque
su conocimiento es o experiencia o autoridad, pero no
razonamiento7. Ahora bien, creo que es posible atri
buir al Behemoth una significacin dentro de la obra
terica de Hobbes, si, como intentar mostrar, el fe
nmeno de la guerra civil (en general) tiene un lugar
metdico preciso en su filosofa poltica y no mera
mente un lugar en el trasfondo de experiencias pretericas desde las que el filsofo proyecta su teora.
II
Hobbes no slo revolucion la filosofa poltica,
sino que en todo momento tuvo una clara conciencia
de ello. En un conocido pasaje de la Epstola Dedica
toria del De Corpore, el filsofo, con gesto provoca
tivo, no vacila en adjudicarse la paternidad de la filo
sofa poltica: la fsica [...] es cosa reciente, pero la
6 Leviathan, cap. 9; EW, vol. 3, p. 71.
7 De Corpore, 1.8; OL, vol. 1, p. 9. Cfr. Human Nature, 6.1,
EW, vol. 4, p. 27.

filosofa poltica (philosophia civilis) lo es an ms,


ya que no es ms antigua [...] que aquel libro que yo
mismo escrib con el ttulo De Cive 8. Es obvio que
Hobbes, que se preciaba de ser un buen conocedor de
la literatura grecorromana, no ignoraba la tradicin
del pensamiento poltico antiguo. Sus palabras esta
ban llamadas ms bien a certificar un corte con la tra
dicin y de paso a deslizar un juicio derogatorio so
bre la m ism a. En ello haba, desde luego, una
consideracin sobre los efectos perniciosos que l
atribua a la difusin de la literatura moral y poltica
antigua. Pero si se niega terminantemente a conside
rar filosofa a aquel fantasma por lo superficial
de su gravedad (pues interiormente estaba lleno de
fraude e inm undicias)9, no es (slo) por razones
prcticas ms o menos extrnsecas, sino ms bien por
razones tericas; o, tal vez mejor, las razones prcti
cas para rechazar la filosofa poltica antigua estn in
ternamente conectadas con una concepcin de la teo
ra que entiende de forma enteram ente nueva su
relacin con la prctica. Aquella orgullosa conciencia
de s mismo como fundador de la filosofa poltica la
debe Hobbes a una nueva concepcin de la filosofa
que, para empezar, le permite replantear la relacin
de la teora (poltica) con la prctica, y de paso cegar
la brecha que Aristteles abri entre filosofa terica
y filosofa prctica.
Tras haber dejado indicaciones aqu y all en sus
obras filosfico-polticas, Hobbes expuso con algn
detalle su concepcin de la filosofa en la primera
8 OL, vol. 1; la Epstola Dedicatoria no est paginada. Un juicio
parecido puede verse en el prrafo final del A minute o f first
draught of the optics, que se reproduce en EW, vol. 7, p. 471.
9 OL, vol. 1, Epstola Dedicatoria del De Corpore.

parte del De Corpore. En la definicin que all ofrece


de la filosofa como un conocimiento racional de los
fenmenos por sus causas 10 como una ciencia del
dioti, y no como un conocimiento del ti, resultado de
la acumulacin de percepciones sensoriales 11 toda
va podran rastrearse huellas de la vieja concepcin
aristotlica, si no fuera porque acto seguido, destru
yendo la autocomprensin contemplativa de la filoso
fa como theoria, es decir, como un desinteresado sa
ber por mor del saber, Hobbes inserta la nocin de
filosofa en el marco de una prctica de intervencin
tcnica en el mundo. El conocimiento de nexos de
causalidad a que aspira la filosofa est destinado a
introducirse en el marco de la accin mediante la
transformacin de las relaciones causa-efecto en rela
ciones medio-fin 12: el fin u objetivo de la filosofa
es que podamos hacer uso de los efectos previstos
para nuestro provecho, o que, gracias a los efectos
concebidos por la mente, mediante la aplicacin de
los cuerpos a los cuerpos, se produzcan, para uso de
la vida humana y de la industria de los hombres, efec
tos similares hasta donde lo permitan la fuerza huma
na y la materia de las cosas 13. De forma muy carac
tersticamente moderna, para Hobbes esta referencia
del conocimiento a la accin instrumental penetra en
la constitucin misma del saber: la filosofa, que ofre
ce el fundamento para las artes, es en realidad un sa
ber disponible para aplicaciones tcnicas, y se consti
tuye en el m arco de un proyecto de dom inio
10 De Corpore, 1.2, OL, vol. 1, p. 2.
11 De Corpore, 6.1, OL, vol. 1, pp. 58 s.
12 En este sentido, vid. De Corpore, cap. 10.
13 De Corpore, 1.6, OL, vol. 1, p. 6. Cfr. la definicin de filo
sofa inserta al comienzo del cap. 46 del Leviathan, que incorpora
de forma inmediata la dimensin de la aplicacin.

tecnolgico de la naturaleza (incluida, por supuesto,


la humana). As, reiterando una concepcin que en la
generacin anterior haba formulado Francis Bacon,
Hobbes vincula el saber al poder, la ciencia a la capa
cidad de actuacin eficaz: El saber por mor del po
der, y el teorema [...] por mor de los problemas

(scientia propter potentiam, theorema propter problemata), es decir, por mor del arte de construir, pues
toda teora (speculatio) tiene por fin alguna accin o

alguna obra 14.


Una vez adoptada esta concepcin poitica de la fi
losofa, como si se constituyese por referencia al
arte 15, esto es, a la construccin planeada conforme a
reglas, Hobbes termina disolviendo la distincin tra
dicional entre filosofa terica y filosofa prctica.
Tema de filosofa es todo cuerpo del que pueda co
nocerse alguna generacin [...] o aquellos en los que
sea posible la composicin y la resolucin l6; pues lo
14 Ibd.
15 Hasta qu punto es crucial la nocin de arte para la concep
cin hobbesiana de la ciencia se pone de manifiesto de forma sinto
mtica en el famossimo pasaje de la Introduccin del Leviathan en
el que establece la analoga entre el Estado y un ser humano. All
Hobbes seala, ciertamente, que el arte permite imitar la naturaleza
mediante la creacin de un animal artificial; pero al mismo tiem
po, introduciendo la idea de un Dios artfice, tan caracterstica de la
concepcin mecanicista del mundo, lleva a cabo una aplicacin ex
tensiva de la concepcin constructivista, tomada del campo de la
elaboracin artesanal, a la naturaleza misma: la naturaleza [es] el
arte por el que Dios ha hecho y gobierna el mundo. Por eso en el
De Corpore (Ad Lectorem) indica que el filsofo que quiere
comprender el mundo, debe imitar el acto creador: hacer lo que
hacen los escultores que al eliminar la materia sobrante no hacen la
imagen, sino que la encuentran. O bien imitar la creacin.
16 De Corpore, 1.8, OL, vol. 1, p. 9. Al traducir generatio em
pleo generacin y no gnesis, que hoy nos resultara tal vez
ms natural, con el fin de preservar la connotacin constructivista
que el trmino arrastra desde su utilizacin en el marco de la geo
metra.

que caracteriza a la filosofa no es el objeto, sino el


mtodo. La unidad de mtodo permite integrar la
geometra y la fsica, la antropologa y la filosofa
moral y poltica en un solo sistema de ciencia unifica
da l7: en todos los casos el mtodo es aquel resoluti
vo/compositivo, aplicado por la escuela de Padua al
estudio de la mecnica de los cuerpos, que busca dar
cuenta del objeto como un constructo de cuyas leyes
de composicin nos percatamos mediante reconstruc
cin. En esto la filosofa poltica no difiere en ab
soluto de la filosofa natural. Las diferencias entre
una y otra hay que buscarlas ms bien en el objeto, en
)a clase de cuerpos que en cada caso se considera: el
tema de investigacin de la filosofa natural es un
cuerpo, armado por la naturaleza de las cosas; en
cambio, el objeto de la filosofa poltica, el Estado, es
un cuerpo artificial (an artificial body, an artifact)
creado de forma deliberada mediante convenciones (a

volntate humana conventionibus pactionibusque hominum constitutum ) l8.

La consideracin del Estado como una entidad


convencional permite a Hobbes formular una fuerte
(y problemtica) tesis sobre el carcter constructivo
de la filosofa poltica como ciencia y sobre el status
apririco de sus proposiciones. A la condicin de
arte-facto del Estado, y en general a la condicin con
vencional de toda entidad normativa, debe la filosofa
poltica el alto rango que Hobbes le atribuye como
una ciencia (o un arte) susceptible de un rigor demos
trativo slo comparable al de la geometra y, desde
luego, muy superior al de la fsica. De las verdades
17 De Corpore, 6.17.
18 De Corpore, 1.9, OL, vol. 1, p. 10.

de la filosofa poltica, como de las de la geometra,


podemos cerciorarnos simplemente analizando me
diante reconstruccin nuestra propia prctica cons
tructiva; de las verdades de la fsica, en cambio, no
cabe demostracin constructiva concluyente, sino
slo hiptesis empricamente falsables:
De las artes, unas son demostrables, otras indemostra
bles. Demos/rabies son aquellas en las que la construccin
del objeto de las mismas est en poder del artista mismo, el
cual, en su demostracin, no hace sino deducir las conse
cuencias de su propia operacin. La razn de ello es que la
ciencia de cada cosa deriva de un conocimiento previo de
las causas, generacin y construccin de la misma; y en
consecuencia hay lugar para la demostracin all donde se
conocen las causas, pero no donde hay que buscarlas. Por
tanto, la geometra es demostrable, pues las lneas y figuras
a partir de las cuales razonamos las trazamos y describimos
nosotros mismos; y la filosofa poltica es demostrable,
porque somos nosotros mismos quienes hacemos la rep
blica. Pero, dado que no conocemos la construccin de los
cuerpos naturales, no hay demostracin de cules son las
causas que buscamos, sino slo de cules pueden serl9.

Concebida como una ciencia estrictamente demos


trativa, como una suerte de geometra poltica, la phi-

19 Six Lessons to the Profesors of Mathematics..., EW, vol. 7,


pp. 183 s. (las cursivas son mas). Esta vinculacin de la demostra
cin a la constructibilidad, que es una anticipacin sui generis del
viquiano verum et factum convertuntur, haba sido formulada ya en
un interesante pasaje del De Homine (10.5, OL, 2, pp. 93 s.) donde
haba sacado ya la conclusin de la superioridad de la filosofa po
ltica y la geometra frente a la fsica (porque las causas de las co
sas naturales no estn en nuestro poder, sino en la voluntad divi
na). Ms an, apoyndose en el carcter convencional de las
entidades normativas, Hobbes concluye subrayando el carcter
apririco de los enunciados de la filosofa moral y poltica: ... la
poltica y la tica, es decir, la ciencia de lo justo y de lo injusto, de
lo equitativo y de lo inicuo, pueden demostrarse a priori, porque
somos nosotros mismos quienes hacemos los principios por los que

losophia civilis emigra del mbito del saber frontico,

que desde Aristteles haba sido su lugar natural, al


del saber epistmico, si se me permite un uso algo
laxo de la vieja terminologa. La prudencia, que Hobbes concibe como una previsin conjetural del futuro
basada en la experiencia acumulada, no forma parte
de la filosofa 2, que opera mediante puro razona
miento, es decir, mediante un riguroso clculo (reckoning) que obedece a reglas de inferencia estricta. La
experiencia suministra un conocimiento meramente
probable, a menudo errneo, en todo caso inseguro
e incapaz de fundamentar conclusiones de validez
universal21; mientras que la verdadera ciencia, proce
diendo de forma metdicamente segura, es un cono
cimiento infalible 22, porque razonando correcta
mente no se produce sino la verdad general, eterna e
inmutable23.
De forma particularmente clara se advierten las
consecuencias del modo como Hobbes articula la dis
tincin entre experiencia y prudencia, por un lado, y
razn y ciencia, por otro, cuando en el captulo 25 del
Leviatn, dedicado al Consejo, examina las diferen
cias entre buenos y malos consejeros. El lugar es sin
tomtico porque precisamente prudencia, experiencia
y buen juicio son cualidades tradicionalmente asocia
das a la funcin de aconsejar, que tiene que desarro
llarse en un contexto circunstancial que la teora no
se conoce qu es justo y equitativo, y al contrario, injusto e inicuo,
es decir, las causas de la justicia, a saber, las leyes y los pactos.
Pues antes de que estn establecidas leyes y pactos no haba por
naturaleza entre los hombres ms justicia e injusticia, ni bienes ni
males pblicos que entre los animales.
20 Leviathan, cap. 46, EW, vol. 3, p. 644.
21 Human Nature, 4. 10, EW, vol. 4, p. 18.
22 Leviathan, cap. 5, in fine, EW, vol. 3, p. 38.
23 Leviathan, cap. 46, EW, vol. 3, p. 644.

puede suministrar desde s misma. Pues bien, para


empezar, Hobbes reconoce que la capacidad de
aconsejar procede de la experiencia y de un largo es
tudio. Pero a continuacin distingue entre dos tipos
de conocimiento: por un lado, el conocimiento de la
disposicin del gnero humano, de los derechos del
gobierno y de la naturaleza de la equidad, el Derecho,
la justicia y el honor, que es de naturaleza terica y
requiere estudio, y, por otro, el conocimiento de
la fuerza, riquezas, lugares, tanto los del pas propio
como de los de sus vecinos, as como de las inclina
ciones y designios de todas las naciones que de algn
modo pueden molestarles, que es emprico y exige
ms bien experiencia. Pero finalmente asigna a la
experiencia un papel secundario en una correcta con
duccin de la poltica: Cuando existen reglas infali
bles para hacer algo (como las reglas de la geometra
en relacin con las mquinas y los edificios), toda la
experiencia del mundo no puede igualar el consejo de
quien ha aprendido o descubierto la regla24. Plantea
das as las cosas, nada de extrao tiene que, tras haber
expuesto los principios de la filosofa poltica, Hobbes
termine adhirindose a la doctrina platnica del rey fi
lsofo: pues es imposible que los desrdenes del Es
tado y los cambios de gobierno mediante la guerra ci
vil desaparezcan mientras los soberanos no sean
filsofos, no necesariamente versados, como el rey fi
lsofo platnico, en complicados teoremas matemti
cos, pero s en los teoremas de la doctrina moral25.
Pues el hecho de que la filosofa poltica, configu
rada more geomtrico, se site extramuros de la vieja
24 Leviathan, cap. 25, EW, vol. 3, pp. 246 s.
25 EW, 3, pp. 357 s.

philosophia practica no tiene en absoluto por qu ir


en detrimento de su utilidad; al contrario, sa es la
condicin para que pueda realizarla cabalmente. Si la
utilidad de la filosofa natural radica en su capacidad
para suministrar un saber sobre la naturaleza exterior
que nos permita explotarla tcnicamente, la de la filo
sofa moral y poltica reside en su capacidad para
proporcionar reglas seguras que permitan disponer
los materiales de que est hecho el orden social a
saber, las pasiones y capacidades de los hombres, los
resortes bsicos de su conducta de tal modo que se
construya un orden inexpugnable:

Pues si se conociera la razn de las acciones humanas


con la misma certeza con que se conoce la de las magnitu
des de las figuras, quedaran inermes la ambicin y la ava
ricia, cuya fuerza se apoya en opiniones falsas acerca del
derecho y de la injusticia, y el gnero humano gozara de
paz tan constante que se dira que nunca habra ms gue
rras, excepto por el espacio, a causa del aumento de la po
blacin 26.

Conviene, sin embargo, deshacer de antemano un


posible malentendido. La referencia de Hobbes al rey
filsofo platnico, y su concepcin poitica de la filo
sofa poltica, que sugiere una relacin meramente
tcnica con la prctica, podran suscitar la idea de la
filosofa poltica como una suerte de saber esotrico a
disposicin de un dspota benevolente ilustrado en
los arcanos del gobierno. Esta interpetacin pasa por
alto que, dado que los hombres son la materia de que
est hecho el orden, y las acciones de los hombres es
tn determinadas por sus creencias, para tener efica
cia prctica la filosofa poltica tiene que incorporarse
26 De Cive, Epstola Dedicatoria, OL, vol. 2, pp. 137 s.

a la cultura pblica e impregnar las mentes de los ciu


dadanos. Y as. precisamente en aquel pasaje en el
que recupera la idea platnica del rey filsofo, Hob
bes seala que los teoremas de la filosofa moral y
poltica, deducidos de la razn natural, constituyen
un cuerpo de doctrina infalible a disposicin de un
soberano que en el ejercicio de su entera soberana,
protegiendo su enseanza pblica, transforme esta
verdad terica en utilidad prctica 27. Ahora bien,
distancindose una vez ms de la autocomprensin de
la filosofa moral y poltica antigua, Hobbes no atri
buye a la teora una funcin educativa de carcter
moral: la enseanza de la filosofa poltica no est
orientada a modificar las motivaciones ni las actitu
des bsicas de los hombres, ni a formar su carcter,
sino ms bien a hacerles conocer ciertos nexos de
causalidad que escapan a una mirada no disciplinada
tericamente, de modo que puedan organizar su con
ducta correctamente conforme a pautas de racionali
dad prudencial
La utilidad de la filosofa moral y poltica ha de estimar
se no tanto por los beneficios que extraemos de conocerla,
cuanto por las calamidades que se derivan para nosotros de
ignorarla. Ahora bien, todas las calamidades que pueden ser
evitadas mediante la industria humana proceden de la gue
rra, y muy en especial de la guerra civil, pues de ah deri
van las matanzas, la soledad y la penuria de todo. Pero la
causa de todas estas cosas no es que los hombres las quie
ran, pues no hay voluntad sino de lo bueno, al menos de lo
bueno aparente; y los hombres no ignoran que esas cosas
son malas, pues quin hay que no se d cuenta de que la
muerte violenta y la pobreza son cosas malas y penosas?
As pues, la causa de la guerra civil es que se ignoran las

27 Leviathan, cap. 31, m fine, EW, 3, p. 358 (las cursivas son mas).

causas de la guerra y de la paz, y que son poqusimos los


que aprendieron cules son aquellos deberes suyos median
te los que la paz crece y se conserva, es decir, la verdadera
regla de vida. Ahora bien, el conocimiento de esa regla es
la filosofa moral [...] As pues, dado que las guerras civi
les y por consiguiente todas las mayores calamidades pro
ceden de la ignorancia de esos deberes, esto es, de la igno
rancia de la ciencia moral, tenemos razn para atribuir a su
conocimiento los beneficios contrarios28.

En todo caso, la condicin para que la filosofa po


ltica pueda constituirse como un saber capaz de des
plegar semejante virtualidad prctica es precisamente
una fuerte abstraccin de los nexos prcticos de expe
riencia concreta en que los hombres forman sus opi
niones y orientaciones de valor. A decir verdad, la
aplicacin del mtodo resolutivo-compositivo supone
la puesta en marcha de un violento proceso de abs
traccin. Para empezar, el objeto de anlisis no es una
entidad concreta situada en el mundo histrico: as
como la geometra no analiza cuerpos empricos sino
cuerpos construidos conforme a reglas ideales, la fi
losofa poltica tiene como objeto un constructo ideal,
a saber, el Estado en general. Pero, adems, el proce
dimiento analtico, mediante el que el filsofo aspira
a descubrir las leyes de composicin de semejante
cuerpo, requiere descomponerlo en sus partes ele
mentales, que, como es notorio, son los seres huma
nos (porque los principios de la poltica se compo
nen del conocimiento de los movimientos de las
m entes, y el conocim iento de los m ovim ientos
de las mentes se compone de la ciencia de los senti
dos y la imaginacin29) a los que el anlisis mismo
28 De Corpore, 1.7, OL, vol. 1, pp. 7 s. (las cursivas son mas).
29 De Corpore, 6.7, OL, vol. 1, p. 65.

despoja de toda identidad como individuos concretos.


La parte analtica del mtodo tendra que arrojar
como resultado los rasgos invariantes de la especie
humana, las pasiones, disposiciones y capacidadades
que son caractersticas de los seres humanos antes de
estar socialmente ahormadas, e incluso antes de estar
integradas en una individualidad concreta: en suma,
nuda naturaleza humana. El conocimiento de la natu
raleza humana constituye as la premisa fundamental
para el conocimiento del Estado, como se pone de
manifiesto en aquel famoso pasaje del Prefacio al
lector del De Cive en el que Hobbes ofrece proba
blemente por primera vez una indicacin sobre su
mtodo:
Por lo que se refiere al mtodo, [...] estim necesario
empezar por la materia del Estado [...] Pues la mejor for
ma de conocer una cosa es conocer las cosas que la consti
tuyen. Pues as como en un reloj mecnico o en una mqui
na un poco ms compleja no puede saberse qu es, y cul
es la funcin de sus piezas y engranajes, si no se la des
monta y se observa por separado la materia, la figura y el
movimiento de las partes, igualmente, cuando se investiga
el derecho del Estado y los deberes de los ciudadanos, es
preciso, no disolver el Estado, sino considerarlo como si es
tuviera disuelto, es decir, entender rectamente cmo es la
naturaleza humana, en qu cosas es apta o inepta para
componer un Estado30.

La analoga del Estado con un artefacto mecnico


ayuda a percibir cmo el mtodo resolutivo-composi
tivo est llamado a producir rendimientos tanto des
criptivos como explicativos y prescriptivos. As como
slo desmontando un reloj y examinando por separa
30 OL, vol. 2, p. 146 (las cursivas son mas).

do sus piezas y sus leyes de composicin estamos en


condiciones de entender en qu consiste esa mquina,
explicar por qu funciona (o por qu deja de hacerlo)
y extraer recomendaciones tcnicas para construir
mquinas similares y, llegado el caso, repararlas, de
forma anloga slo examinando la naturaleza humana
y considerando en qu cosas es apta o inepta para
componer un Estado podemos no slo entender qu
es un cuerpo poltico, sino adems explicar su estruc
tura interna v. gr., por qu requiere una instancia
ltima que dictamine sobre lo justo y lo injusto, poi
qu sus mandatos tienen que apoyarse en sanciones
coactivas etc. , y, finalmente, fundamentar reco
mendaciones cuasitcnicas encaminadas a asegurar
que el movimiento del artefacto se perpete libre de
distorsiones. Con todo, la analoga presenta al menos
dos importantes fisuras. Por una parte, en la elabora
cin de la filosofa poltica no es posible contar con
la separacin categorial entre artefacto y artfice que
se da en el arte de la relojera: como los hombres son
tanto la materia de que est hecho el Estado como sus
hacedores31, en la filosofa poltica se da una relacin
sujeto-objeto que otorga a la teora un especfico ca
rcter reflexivo. Por otra parte, como el mismo Hob
bes seala, el objeto de la investigacin no est aqu a
disposicin del investigador en la misma medida en
que lo est en el arte de la relojera: a diferencia del
relojero, el filsofo poltico no puede descomponer el
Estado a voluntad, sino a lo sumo considerarlo
como si estuviera disuelto; en otras palabras, el
proceso resolutivo gracias al que llegamos a conocer
31 Vid., v. gr., Leviathan, Introduccin y cap. 29, EW, vol. 3,
pp. x y 308.

las primeras causas del Estado slo podemos reali


zarlo mediante experimento mental.
El hecho de que en la filosofa poltica el investiga
dor est involucrado en el objeto mismo de investiga
cin, unido al de que el objeto investigado no est a
disposicin del investigador para poder llevar a cabo
libremente el experimento crucial, plantea al filsofo
poltico un importante problema de prueba. Pese al
esfuerzo de Hobbes por concebirla como una ciencia
rigurosamente demostrativa a semejanza de la geo
metra, la filosofa poltica no puede organizarse
como una teora que procede a priori. La geometra
es una ciencia a priori porque para establecer la ver
dad de sus teoremas basta recurrir a reglas lgicas,
definiciones estipulativas y reglas de construccin.
Por el contrario, la filosofa poltica, que se ocupa de
un cuerpo artificial, tiene entre sus premisas datos re
lativos a cuerpos naturales precisamente nosotros
mismos , para conocer los cuales se requiere expe
riencia. El resultado del procedimiento resolutivo es,
como sabemos, seres humanos en su nuda naturali
dad. Pero estando armados por la naturaleza de las
cosas, la observacin y la experiencia son im
prescindibles: las causas de sus movimientos slo
pueden formularse como hiptesis empricamente falsables.
Siendo esto as, de qu modo podemos cerciorar
nos de la verdad de las premisas? Por ejemplo, qu
tipo de experiencia podra validar aquella descripcin
de la naturaleza humana que se condensa en la fr
mula homo homini lupus? Como es sabido, justamen
te al comienzo del Leviatn Hobbes indica la intros
peccin como procedimiento de prueba: Quien ha
de gobernar toda una nacin tiene que leer en s mis
mo no a este o a aquel hombre particular, sino al g-

ero humano, cosa que, aunque ardua ms ardua


que aprender un idioma o una ciencia , cuando yo
haya expuesto ordenada y claramente la lectura que
yo mismo hago, el nico esfuerzo que los dems ten
drn que hacer ser considerar si no encuentran lo
mismo en s mismos. Pues este tipo de doctrina no
admite otra demostracin 32. Pero la introspeccin
no est libre de autoengaos. Sin embargo, aunque a
diferencia del filsofo natural, el filsofo poltico no
pueda crear a voluntad las condiciones de experimen
tacin apropiadas para observar la naturaleza humana
en estado puro, las circunstancias histricas pueden
inopinadamente proporcionrselas: Sea como fuere,
puede percibirse qu forma de vida habra all donde
no hubiera un poder comn que temer considerando
la forma de vida en la que, en el seno de una guerra
civil, suelen degenerar hombres que vivan bajo un
gobierno pacfico 33. Aqu el filsofo no tiene que
operar como si el Estado estuviera descompuesto,
porque lo que tiene ante los ojos es justamente el re
sultado de la desintegracin del artefacto poltico.
Segn esto, 110 la convivencia en una sociedad ra
zonablemente bien organizada, sino la guerra civil,
cuando se desatan todos los vnculos normativos,
constituye el ms genuino laboratorio del filsofo po
ltico. Y en este sentido la guerra civil inglesa fue
para Hobbes, sobre todo, campo de experimentacin.
El fragmento de historia comprendido entre 1640 y
1660 es de inters filosfico-poltico por el carcter
ejemplar que tiene la guerra civil para entender en
qu la naturaleza humana es apta e inepta para el or
32 EW, vol. 3, p. xii.
33 Leviathan, cap. 13, EW, vol. 3, pp. 114 s.

den; y si en las primeras frases del Behemoth Hobbes


lo caracteriza como el ms alto de todos los tiem
pos, es porque cree que proporciona una visin
p anorm ica de todos los tipos de in ju sticia y
de todos los tipos de locura que puede ofrecer el
mundo [pp. 5-6].
III
Injusticia y locura. Las palabras han sido ele
gidas con cuidado. Por una parte, la guerra civil es no
slo una catstrofe, sino tambin la suprema injusti
cia, porque supone la quiebra completa de la legali
dad vigente, nica fuente de la justicia. Por otra parte,
es tambin un sntoma inequvoco de locura, de irra
cionalidad colectiva, porque notoriamente es uno de
los males mayores y, sin embargo, los hombres que la
provocan no pueden sino perseguir el bien: pues, re
pitmoslo, la causa de las calamidades de la guerra
civil no es que los hombres las quieran, pues no hay
voluntad sino de lo bueno [...] y los hombres no ig
noran que esas cosas son malas. Folly y artfice
locura, insensatez, estupidez, por un lado;
artificio, artimaa, ardid, por otro son tr
minos tozudamente recurrentes en el Behemoth. Si
quisiramos reducir a una frmula el diagnstico de
Hobbes, podramos decir que la guerra civil inglesa
(y, por extensin, toda guerra civil) fue el resultado
de una fatal combinacin de ambicin y estupidez,
clculo e insensatez, ocasionada por la ignorancia de
los principios de la filosofa poltica.
El tema del Behemoth es la fragilidad del orden y
el proceso de disolucin del poder poltico, que es
condicin de posibilidad del orden. Al comienzo de
la obra el joven que participa en el dilogo plantea

con toda ingenuidad la cuestin crucial: cmo puede


desplomarse el poder de un soberano cuya legitimi
dad est fuera de discusin y que tiene en sus manos
medios de coaccin tan disuasorios como aquellos de
los que dispone el Estado moderno?: Cmo [...]
pudo fracasar [el rey], teniendo en cada condado tan
tos soldados entrenados que, reunidos, habran for
mado un ejrcito de sesenta mil hombres, as como
diversos depsitos de municiones en plazas fortifica
das? La respuesta de su interlocutor es terminante:
el pueblo estaba corrompido, haba sido seduci
do por doctrinas sediciosas [p. 7J. La legitimidad del
poder poltico no es condicin suficiente para la efec
tividad de su ejercicio; el poder se nutre de la obe
diencia y alcanza hasta donde se concede: no es el
derecho del soberano, aun otorgado por el expreso
consentimiento de todos, lo que le puede capacitar
para hacer su oficio; es la obediencia del sbdito la
que tiene que hacerlo [pp. 187 s.J. Y, dado que el
poder poltico no es sino un compositum de decisio
nes individuales, y que las acciones de los hombres
proceden de sus opiniones34, los cimientos sobre los
que se levanta son menos accesibles al control mec
nico que ejrcitos, polvorines y fortalezas. Aunque
para su ejercicio necesita de la coercin, la base del
poder poltico no reside, en ltimo anlisis, en la
fuerza, sino en las concepciones a partir de las cuales
actan los hombres: pues, como dice Hobbes con una
formulacin que slo podra sorprender al despreve
nido, el poder del poderoso no se funda sino en la
opinin y la creencia del pueblo [p. 23]. Ahora bien,
en vsperas de la guerra civil las mentes del pueblo
34 Leviathan, EW, vol. 3, p. 164.

haban sido cautivadas por doctrinas sediciosas de tal


modo que uno de nuestros personajes exclam a:
Cuando el pueblo se encuentra en ese estado, el rey
| . ..] est ya desposedo de su gobierno, de modo que
ninguna necesidad tenan [los sediciosos] de tomar
las armas para ello [p. 10].
En la primera parte de la obra, Hobbes, haciendo
un alarde de capacidad de sntesis, lleva a cabo un
examen fascinante de las doctrinas y falsas concep
ciones que contribuyeron a socavar la autoridad del
rey, as como de los mecanismos mediante los que
se cautiv la voluntad del pueblo y de las secretas
intenciones de los seductores. Justo en las prime
ras pginas el filsofo, echando una mirada sobre el
abigarrado panorama de doctrinas, credos y opinio
nes de la poca, confecciona un apretado catlogo
de lo que l, empleando la terminologa biolgica
tan de su gusto, denomina las enfermedades que
aquejaban al cuerpo poltico. Para empezar, consig
na tres grupos definidos por sus credos religiosos:
los presbiterianos, que, slidamente arraigados en
Escocia, poco a poco haban ido implantndose tam
bin en Inglaterra; los papistas, que a lo largo del
reinado de Carlos I haban cobrado creciente fuerza,
sobre todo gracias al ascendiente del Dr. Lad sobre
el rey; y finalmente un conjunto confuso y colorista
de sectas fruto de la dispersin religiosa producida
por la expansin de la doctrina del libre examen, y
entre las cuales los independientes habran de de
sempear un papel particularmente destacado. En
todos los casos, con distintos objetivos, desde dife
rentes concepciones, y por caminos diversos, presbi
terianos, papistas e independientes, atacando la so
berana del rey en materia religiosa y manipulando
los sentimientos religiosos del pueblo, contribuye

ron de forma decisiva a minar la autoridad del mo


narca. A continuacin, tras consignar la influencia
disolvente de las doctrinas de los filsofos e histo
riadores de la antigedad sobre las capas cultas de la
poblacin, de las que se nutra el Parlamento, Hob
bes incluye entre las causas de la rebelin la hostili
dad de la city de Londres y de los habitantes de las
grandes ciudades de mercado a la poltica fiscal de
Carlos I, arbitraria y crecientemente apoyada en
contribuciones extraparlamentarias. Y tras indicar
de pasada la presencia de aventureros que suspira
ban por una guerra, y esperaban mantenerse luego
gracias a una afortunada toma de partido [p. 9],
Hobbes cierra su lista de los males que perturbaban
la salud del Estado insertando en ella un mal de otro
tipo, ms general y difuso, pero, como veremos,
ms decisivo, a saber, la falta de una verdadera cien
cia poltica incorporada a la cultura pblica:
el pueblo en general ignoraba su deber hasta tal punto que
quiz ni siquiera uno de cada diez mil saba qu derecho te
na alguien para mandarle, o qu necesidad haba de un rey
o de una repblica, en favor de los cuales tuviera que des
prenderse de dinero contra su voluntad, sino que se consi
deraba tan amo de cuanto posea como para que nada pu
diera serle quitado sin su consentimiento, por ms que se
pretextaran razones de seguridad comn l ... 1. No tenan
ms regla de equidad que precedentes y costumbres. Y pen
saban que el ms sabio y ms adecuado para ser elegido
para un Parlamento era aquel que fuera el ms contrario a
otorgar subsidios y dems pagos pblicos [pp. 9 s.].

No me detendr a considerar el examen que realiza


Hobbes de los mecanismos mediante los que seme
jantes enfermedades se extendieron por el cuerpo po
ltico apoderndose de sus centros nerviosos. Sus
anlisis tienden por lo general a sacar a la luz la ma

nipulacin de creencias filosficas, polticas y reli


giosas llevada a cabo por determinados grupos al
servicio de fines inconfesables. Hipocresa es el
trmino favorito de Hobbes para denigrar esta utiliza
cin de doctrinas amaadas para enmascarar la ambi
cin, la bsqueda del medro personal. Ahora bien, la
hipocresa, que supone una importante dosis' de cl
culo, slo puede ser instrumento eficaz de la ambi
cin en la medida en que pasa desapercibida. Por eso
en la descripcin que ofrece Hobbes del desencade
namiento y desarrollo de la guerra civil aparecen de
forma recurrente dos ingredientes. Por un lado, hay
un elemento conspirativo, para referirse al cual Hob
bes utiliza con frecuencia el trmino artfice; un
elemento de maquinacin, que en algunos momentos
l describe con gran expresividad: v. gr., en la met
fora de la caza que urde en el primer dilogo [p. 49].
En este sentido el conflicto fue el resultado planeado
de la ambicin secreta de unos pocos grupos relati
vamente bien definidos. Pero, por otro lado, para que
la ambicin tuviera xito tena que desplegarse sobre
un contexto general de ofuscacin: los seductores
eran por lo general hipcritas ambiciosos, pero slo
pudieron realizar con xito su oficio gracias a la es
tupidez (stupidity, silliness) de la gran mayora del
pueblo. Que cosa tan estpida es la gente corriente,
que se deja engaar de forma tan grosera!, exclama
el joven de nuestro dilogo; a lo que su mentor res
ponde:

A.
Y qu clase de gente no es, en este punto, gente
corriente? [...] Puede que pensis que, para que uno conoz
ca el deber que tiene para con su gobernante y sepa cul es
el derecho que ste tiene para ordenarle, no necesita sino
buen juicio natural; pero no es as. Pues eso constituye una
ciencia, y construida sobre principios claros y seguros, y
que ha de ser aprendida mediante un estudio profundo y

cuidadoso, o de maestros que la hayan estudiado profunda


mente [...].
[...] no es la falla de inteligencia sino la falta de una
ciencia de la justicia lo que les puso en apuros. Persuadid,
si es que podis, a quien se ha hecho su fortuna, o la ha au
mentado, o a un orador elocuente, o a un poeta encantador,
o a un jurista sutil, o siquiera a un buen cazador o a un ju
gador astuto, de que no tiene inteligencia; y, sin embargo,
la gran mayora de todos ellos fueron tan estpidos como
para ser engaados por el Rump, y ello aunque eran miem
bros del mismo Rump. No carecan de inteligencia, sino del
conocimiento de las causas y razones por las que una per
sona tiene derecho a gobernar y el resto obligacin de obe
decer; razones stas que es necesario que se enseen al
pueblo, que sin ellas no puede vivir por mucho tiempo en
paz [pp. 206 ss.].

Como se ve, el filsofo procede con cautela. Es


tupidez no designa aqu ni un defecto congnito ni
falta de juicio. En este punto Hobbes se atiene a su
distincin entre la mera percepcin y la experiencia,
sobre los que se asientan el buen juicio y la pruden
cia, por un lado, y la razn, que es la base de la ciencia,
por otro: la capacidad de juicio es innata y se afina
con la experiencia, mientras que la ciencia requiere
esfuerzo y disciplina 35. Si el pueblo se conduca de
forma estpida no es porque careciera de inteligencia,
sino porque, al no disponer de una apropiada ciencia
de la poltica, ignoraba las conexiones remotas entre
los fenmenos relevantes y, por consiguiente, no po
da calcular apropiadamente los efectos de sus accio
nes. La falta de una ciencia poltica transforma en
empresa irracional la bsqueda del propio provecho.
No es que los individuos no sepan lo que les interesa,
sino ms bien que no conocen a qu condiciones est
35 Vid. Leviathan, cap. 5, EW, vol. 3, pp. 35 s.

sujeta la realizacin de sus intereses. As, quien pone


en cuestin los derechos vinculados a la soberana re
vela que desconoce las reglas en las que se basa la so
lidez de una repblica, y al atacarlos en atencin a
sus intereses demuestra ignorar la forma como el po
der soberano, en tanto que condicin de posibilidad
del orden, est involucrado en sus propios intereses.
As pues, la posesin de la correcta ciencia de la pol
tica forma parte de las exigencias de racionalidad de
la accin de individuos que persiguen intereses egos
tas. Hobbes formula con la claridad deseable esta
idea al hilo de sus crticas a la posicin del Parla
mento en el tema de la concesin de subsidios: obe
decer las leyes es la prudencia del sbdito, pues sin
esa obediencia la repblica (que es la seguridad y
proteccin de todo sbdito) no puede subsistir. Y,
aunque tambin sea prudencia en los hombres priva
dos enriquecerse de forma justa y moderada, sin em
bargo sustraer con astucias al erario pblico o de
fraudarle la parte de su riqueza que viene exigida por
la ley no es un signo de prudencia, sino de falta de
conocimiento de lo que es necesario para su propia
defensa (p. 61]36.
Mucho se ha discutido sobre la caracterizacin
hobbesiana de los hombres como seres egostas. Con
v' Al final del cap. 18 del Leviathan (EW, vol. 3, p. 170) Hob
bes emple una eficaz metfora para describir la singular forma de
miopa que hace que hombres que se muestran perspicaces en el
gobierno de sus asuntos privados se conduzcan de forma insensata
en lo que se refiere a los asuntos pblicos, que requieren una cir
cunspeccin y prospeccin que slo puede proporcionar la ciencia:
Pues todos los hombres estn provistos por la naturaleza de lentes
multiplicadoras, a saber, sus pasiones y el amor de s mismos, a
travs de las cuales cualquier pequea contribucin aparece como
un gran agravio, pero no estn provistos de aquellas lentes pros-

todo, segn Hobbes los peligros para el orden social


no proceden del egosmo de los seres humanos, que a
fin de cuentas no es sino la tendencia natural de cada
cual a perseguir su propio bien, sino de su imperfecta
racionalidad, que hace que sus acciones terminen
yendo contra sus intereses. Hobbes reconstruye teri
camente el Estado como un constructo armado con
forme a reglas racionales, pero la materia de que est
compuesto son seres sujetos a abrigar falsas ilusiones
y creencias errneas. Por eso la nica garanta de una
paz civil duradera radica, en ltimo trmino, en la en
seanza pblica de los principios de la ciencia moral
y poltica. Pero Hobbes, por una parte, concibe la
ciencia poltica como un cuerpo acabado de conoci
mientos y reglas infalibles, invariables y universalmente vlidas; y, por otra, est persuadido de que
sem ejante cuerpo de conocim ientos ha sido ya
suficientemente establecido (precisamente por l
mismo!)37. Por eso no entiende la enseanza pblica
de la ciencia moral y poltica en el contexto de un
proceso general de ilustracin, sino ms bien como
una forma de adoctrinamiento planeado y, si fuera
preciso, impuesto coactivamente de los sbditos en
aquellos deberes que han sido debidamente derivados
de las reglas infalibles del arte de la poltica. En
este sentido el ilustrado Hobbes, que no vio con desa
grado la purga universitaria promovida por Crom
well, se ve arrastrado hacia posiciones de contra-ilus
tracin:
pectivas, a saber, la ciencia moral y poltica, que les permitiran ver
desde lejos las miserias que se ciernen sobre ellos y que no pueden
evitarse sin esas contribuciones.
37 Vid. en este sentido la insinuacin que se hace en Behemoth
[p. 54],

El alma de la rebelin, como habis visto por sta, y le


do de otras rebeliones, son las universidades; a las que. sin
embargo, no hay que suprimir, sino disciplinar mejor: es
decir, hacer que la doctrina poltica que en ellas se ensea
sea (como debe ser la verdadera doctrina poltica) la ade
cuada para hacer saber a los hombres que su deber es obe
decer todas las leyes promulgadas por la autoridad del rey,
hasta que la misma autoridad las revoque; la adecuada para
hacer entender a los hombres que las leyes civiles son leyes
de Dios, porque quienes las hacen han sido sealados por
Dios para hacerlas, y para hacer saber a los hombres que el
pueblo y la Iglesia son una sola cosa y no tienen sino una
sola cabeza, el rey; y que nadie tiene ttulo alguno para go
bernar por debajo de l si no lo ha recibido de l; que el rey
debe su corona slo a Dios y no a ningn hombre, eclesis
tico o no; y que la religin que all ensean sea un pacfico
esperar el regreso de nuestro bendito Salvador, y entretanto
una resolucin de obedecer las leyes del rey, que tambin
son leyes de Dios; no hacer dao a nadie, ser caritativos
con todos, cuidar de los pobres y enfermos, y vivir sobria
mente y libres de escndalo; sin mezclar nuestra religin
con puntos de filosofa natural, como libre arbitrio, sustan
cia incorprea, presentes eternos, ubicuidades, hipstasis,
que el pueblo no entiende y por las que nunca se preocupa
r [p. 77],

IV
En el marco de un brillante estudio sobre el pensa
miento de Hobbes, C. B. Macpherson ha deslizado
una interpretacin del Behemoth que lo aproxima
sensiblemente al enfoque del materialismo histrico.
La explicacin de Hobbes acerca de las causas de la
guerra civil implica [...] cierto reconocimiento por
su parte de que la sociedad mercantil era una intru
sin en una sociedad anterior: la Inglaterra que
Hobbes describe en Behemoth es una sociedad mer
cantil completa y el filsofo atribua la guerra civil

a la nueva fuerza de la moralidad del mercado y de


la riqueza conseguida en el mercado. Trataba la gue
rra como un intento de destruir la vieja constitucin
y sustituirla por otra ms favorable a los nuevos inte
reses mercantiles38. Segn ello, Hobbes habra vis
to en la guerra civil inglesa el resultado de las con
tradicciones entre el caduco rgim en poltico
tradicional y el viejo sistema econmico basado en
las formas de propiedad heredadas del feudalismo,
por un lado, y los intereses de una nueva clase basa
da en la propiedad privada y el trfico mercantil, por
otro. Ahora bien, con independencia de lo ilumina
dora que pueda ser una interpretacin as de la gue
rra civil inglesa, sa no es, creo yo, la interpretacin
de Hobbes.
Hobbes es un filsofo materialista, pero no un ma
terialista histrico prematuro. Para empezar, es un lu
gar comn que l es tal vez el primero en formular un
programa cientfico-social metodolgicamente indivi
dualista; y, aunque est lejos de confundir el valor no
minal de las acciones y manifestaciones de los indi
viduos con su valor real, no dispone de las
herramientas tericas que le habran permitido conce
bir relaciones estructurales entre las acciones indivi
duales, ni sera fcil encontrar en l atisbos de algo
as como nexos de interdependencia funcional. Ade
ms. es cierto que Hobbes se revela extraordinaria
mente sensible a las diversas formas de control de la
conducta mediante la manipulacin doctrinal. La pri
mera parte del Behemoth contiene todo un muestrario
de mecanismos de elaboracin de falsas creencias y
JS La teora poltica del individualismo posesivo. De Hobbes
a Locke, trad. por J. R. Capella, Fontanella, Barcelona, 1970, pp.
64-66.

formas de falsa conciencia39: pinsese, por ejemplo,


en la interpretacin que all se hace de los modos de
expresin de la piedad propios de los presbiterianos
como artificios dramticos para encandilar al pue
blo40; en los dursimos ataques a la manipulacin de
la religin para fines polticos espurios41, que en cier
ta medida anticipan un gnero de crtica que un siglo
ms tarde se extender, en los crculos ilustrados, par
ticularmente en Francia; en la explicacin que all se
ofrece del nacimiento de las universidades como ca
ballos de Troya, introducidos por el Papado para so
cavar la autoridad de los prncipes42 y ms tarde
aprovechados por los presbiterianos y otros dem
cratas para subvertir el orden; o en la crtica que una
vez ms formula contra la chchara filosfica de
Aristteles y otros griegos [...], que slo sirve para
engendrar desafeccin, disensin y finalmente sedi
cin y guerra civil [p. 124]. Pero el carcter delibe
rado que el filsofo atribuye a estas formas de mani
pulacin de las creencias hace que las modalidades
de falsa conciencia que l analiza tiendan a adoptar el
aspecto de formas de impostura y superchera organi
zadas ms que el de formaciones ideolgicas en sen
39 Sobre ello S. Holmes, en su introduccin a la reedicin del
Behemoth de 1990 por la Univ. of Chicago Press, ha llevado a cabo
un anlisis detenido y casi exhaustivo.
40 Vid., v. gr., Behemoth |pp. 33 s.].
41 Particularmente dura es la crtica a la instrumentalizacin del
miedo a la condenacin eterna para socavar la eficacia de la coac
cin legal como motivo de obediencia: en la medida en que el
tormento eterno es ms terrible que la muerte, en esa medida de
ban temer ms al clero que al rey (Behemoth [p. 21]). El escn
dalo de Hobbes ante la utilizacin de un tipo de doctrina que sub
vierte la lgica del inters por la supervivencia sobre la que se
asienta la obediencia al soberano se hace palpable, por ejemplo,
en Behemoth [pp. 13 s.].
42 Behemoth [pp. 55 ss.].

tido propio. Finalmente, y sobre todo, Hobbes, hom


bre del siglo XVII, no dispone de una visin lo bastan
te compleja del tiempo histrico como para poder in
terpretar la guerra civil como un genuino fenmeno de
crisis, como un episodio virulento dentro de un proce
so de transformacin, ms que como una catstrofe.
Apenas ser preciso llamar la atencin sobre la sig
nificacin histrica de los acontecimientos referidos
en el Behemoth. Durante el turbulento perodo cu
bierto por el relato se acelera de forma traumtica un
proceso de transformaciones que se haba incoado
bajo los Tudor y cuyo desenlace real slo tiene lugar
tres dcadas ms tarde con la Glorious Revolution,
que liquida los restos de la vieja sociedad feudal y
deja- atrs definitivamente la aventura absolutista en
sayada por los Estuardos. Pues bien, parece como si
en todo ese complejo proceso, que en cierto sentido
es un proceso de aprendizaje, la mirada del filsofo
agudsima, pero reductiva slo acertara a perci
bir el combate entre Leviatn y Behemoth, la lucha
entre el orden y la anarqua. As, por sealar un ejem
plo significativo, la poltica de abolicin de los tribu
nales de prerrogativa, emprendida por el Parlamento
Largo a poco de iniciar sus sesiones, y que constitua
un importantsimo paso en la liquidacin de los restos
del sistema feudal, no le merece comentario alguno.
Y, sintomticamente, cuando hacia el final de la obra
esboza un resumen del relato, lo que nos ofrece es un
catlogo de los titulares sucesivos del poder sobe
rano43, como si lo que hubiera estado en juego fuera
meramente quin se incauta del poder poltico y no
ms bien cul habra de ser su estructura interna.
43 Behemoth [pp. 257 s.].

Atrapado en la alternativa orden o caos, Hobbes


termina pasando por alto que lo que se est gestando
ante sus ojos es una transformacin de la configura
cin interna del poder poltico: precisamente aquella
transformacin que condujo desde el absolutismo al
Estado constitucional.
La falta de instrumentos tericos adecuados para
percibir el curso de la historia como un complejo pro
ceso de transformacin, innovacin y aprendizaje, en
lugar de como una sucesin de meras variaciones de
los mismos elementos de la siempre igual naturaleza
humana, condiciona la impresin pesimista y melan
clica que, creo yo, termina desprendiendo el Behe
moth. A punto ya de concluir el relato, cuando el na
rrador da cuenta de la constitucin del Convention
Parliament de 1660 y la restauracin de la monar
qua, su joven interlocutor no puede evitar dar rienda
suelta al desaliento: a fin de cuentas, aunque median
te la ley de amnista el monarca haya decretado el ol
vido de los desafueros del pasado, dado que los pres
biterianos siguen profesando las doctrinas que veinte
aos antes les haban empujado a rebelarse, no he
mos hecho sino volver al estado en que estbamos al
empezar la sedicin. El anciano, en un intento de
contener el derrotismo de su joven amigo, seala que
al menos algo se ha ganado con el conflicto, a saber,
la aprobacin por el Parlamento de un acta mediante
la que se reconoce explcitamente el poder del rey so
bre el ejrcito. Pero el intento de escapar al desnimo
resulta ilusorio, pues en realidad el mismo Hobbes ha
dejado ya sentenciado que 110 hay demasiado espacio
para el optimismo... mientras no se lleve a cabo un
proceso de adoctrinamiento general:
A.
[...] para el gobierno de una repblica no bastan ni
ingenio, ni prudencia, ni diligencia, si faltan reglas infali

bles as como la verdadera ciencia de la equidad y la jus


ticia.
B.
Si eso es verdad, entonces es imposible que ningu
na repblica en el mundo [...] contine durante mucho
tiem po libre de cam bios o de sediciones dirigidas al
cambio [...].
A. Es verdad. Y ninguna de las ms grandes repblicas
del mundo se ha visto durante mucho tiempo libre de la se
dicin [...]. Y todo por falta de reglas de justicia conocidas
por el pueblo llano; ya que, si el pueblo las hubiera conoci
do al comienzo de cada una de esas sediciones, los ambi
ciosos nunca habran tenido la esperanza de alterar el go
bierno una vez establecido. Pues poco puede hacer la
ambicin sin manos, y pocas manos tendra si el pueblo lla
no estuviera tan diligentemente instruido en los verdaderos
principios de su deber como estaba aterrado y trastornado
por predicadores con doctrinas estriles y peligrosas sobre
la naturaleza de la voluntad humana y muchos otros puntos
filosficos que en nada contribuyen a la salvacin del alma
en el otro mundo ni a su bienestar en esta vida, sino slo a
desviar hacia el clero ese deber que deben cumplir para con
el rey.
B. Por lo que veo, todos los Estados de la cristiandad
se vern sujetos a estos accesos de rebelin mientras el
mundo perdure.
A. Muy probablemente. Y, sin embargo, la falta, como
os he dicho, puede ser fcilmente enmendada, enmendando
las universidades [pp. 91 s.; las cursivas son mas].

La ltima observacin indica que la mirada pesi


mista del filsofo sobre la experiencia histrica es en
realidad la otra cara de un extremado optimismo so
bre el poder prctico de la razn. Para terminar har
una indicacin sobre este punto.
El Behemoth concluye con lo que para nosotros,
hombres del siglo XX, parece un violento tour de for
c, a saber, con una interpretacin de la revolucin
como un proceso de restauracin: He visto en esta
revolucin un movimiento circular del poder sobera
no desde el difunto rey a su hijo a travs de dos usur
padores, padre e hijo. Pues [...) pas del rey Carlos I

al Parlamento Largo; de ah al Rump, del Rump a Oli


ver Cromwell; y de nuevo de Richard Cromwell al
Rump; de ah al Parlamento Largo; y de ah al rey
Carlos II [p. 2701. Al emplear el trmino revolu
cin en el sentido del desarrollo completo de un ci
clo que se cierra sobre s mismo, Hobbes no hace
sino seguir un uso (al parecer, tomado en prstamo de
la astronoma) bastante extendido en su tiempo. Sin
embargo, no hace mucho tiempo Mark Hartman, en
un interesante anlisis del pasaje 44, ha insistido en
marcar distancias entre la idea hobbesiana de la revo
lucin y el uso apologtico y conservador que algu
nos, ayudndose de concepciones providencialistas
de la historia, hacan de esa idea de revolucin restau
radora45. Y, en efecto, Hobbes no integra la nocin de
revolucin dentro de una concepcin para la que todo
rgimen est inevitablemente sujeto a degenerar y co
rromperse, y para la que la historia humana, abierta a
la intervencin de la providencia divina, escapa al
control racional de los hombres. Para el racionalista
Hobbes, por el contrario, la revolucin no es un pro
44 Hobbes's concept of Revolution, Journal o f the History of
deas, 47 (1986).
45 Es interesante sealar que M. Hartman ve en este pasaje no
simplemente la descripcin de un proceso histrico particular, sino
el esbozo de una teora sobre los movimientos de usurpacin o se
dicin. Para ello ha mostrado el estrecho paralelismo existente en
tre las seis fases que componen el movimiento circular aqu apun
tado con los seis estadios en que Hobbes, en el ltimo captulo del
Leviathan, descompone el proceso de constitucin y de disolucin
del poder poltico del clero en Inglaterra. Y, en efecto, la insisten
cia en establecer en los dos casos una secuencia de seis estadios, en
ambos con sendos movimientos de ida y vuelta perfectamente si
mtricos, y el hecho de que Hobbes en el Leviathan se sirva de tr
minos tan significativos como sntesis o construccin y anlisis
o resolucin para caracterizar respectivamente el proceso de cons
titucin y de disolucin de un poder usurpador, delatan una inten
cin terica, que lamentablemente slo qued en esbozo.

ceso inevitable y natural, sino ms bien el resultado


evitable de una deficiente organizacin del Estado
debida a la falta de implantacin de la teora poltica
correcta. La idea est expresada de forma enftica en
el primer prrafo del captulo 29 del Leviatn, desti
nado a examinar las enfermedades que pueden cau
sar la muerte del cuerpo poltico:
Aunque nada de lo que hacen los mortales puede ser in
mortal, si los hombres hicieran el uso de la razn que pre
tenden tener, sus repblicas podran estar a salvo, por lo
menos de perecer por enfermedades internas. Pues por la
naturaleza de su institucin las repblicas estn destinadas
a vivir tanto como el gnero humano, o como las leyes de
la naturaleza o la justicia misma, que les da la vida. Por
consiguiente, cuando se disuelven no por violencia externa,
. sino por desorden interno, la culpa no est en los hombres
en tanto que materia, sino en tanto que hacedores y organi
zadores de las mismas. Pues | ...] cuando falta el arte de ha
cer leyes adecuadas por las que puedan ajustar sus acciones
[...], sin la ayuda de un arquitecto muy capaz, no pueden
reunirse ms que en un edificio desvencijado, que, si dif
cilmente aguanta mientras ellos viven, con seguridad tiene
que derrum barse sobre las cabezas de los que les su
cedan 46.

Pero desde la altura que proporciona el conoci


miento de las reglas seguras del arte de construir
Estados, el filsofo tiende a contemplar la historia
como una sucesin de mentiras y errores, con sus fa
tales efectos, en una secuencia cclica fatigosamente
predecible. En posesin de verdades infalibles, la
historia se rebaja a escenario de las variaciones de la
naturaleza humana. La intencin de identificar y cla
sificar las diversas variedades de la insensatez ahoga
46 EW, vol. 3, p. 308.

en el filsofo el inters histrico genuino por com


prender el alcance de los cambios y transformaciones
que tiene ante s y el sentido de unas formaciones de
pensamiento que a sus ojos quedan reducidas a mera
superchera. En un agudo ensayo sobre la temprana
visin moderna de la ideologa y la historia, que real
mente gira en torno a Hobbes, Max Horkheimer ca
racteriz esta actitud como aquella que consiste en
que, al juzgar los fenmenos culturales del pasado,
uno se da por satisfecho con un mero s o no, y en lu
gar de comprender se conforma con comparar: dado
que considera su concepcin de la naturaleza y la
sociedad como definitivas [...] pinta tambin la histo
ria enteramente en blanco y negro47.
V
La peripecia editorial del Behemoth es relativa
mente bien conocida48. Aunque la fecha exacta es in
cierta, todo indica que la obra debi de componerse a
finales de la dcada de los sesenta; pero tardara toda
va otra dcada en ser conocida del pblico. El mis
mo autor, que en uno de sus escritos autobiogrficos
consigna que la compuso cuando contaba alrededor
de ochenta aos (es decir, hacia 1668), se apresura a
sealar, de forma harto lacnica, que los tiempos no
consentan su publicacin49. En realidad, Hobbes,
47 Anfange der brgerlichen GeschichtsphUosophie, 2.a ed., Fisher, 1971, p. 53 (hay trad. castellana de M. R. Zurro, Historia, me
tafsica y escepticismo, Alianza, Madrid, 1982).
48 Sobre ello es muy instructiva la introduccin de Luc Borot a
la muy notable traduccin al francs realizada por l mismo dentro
del ambicioso proyecto de edicin de las obras de Hobbes dirigido
por Yves Charles Zarka para Ed. Vrin.
49 T. Hobbes Malmesburiensis Vita, OL, vol. 1, p. xx.

que desde la publicacin del Leviatn en 1651 no ha


ba dado al pblico nada significativo en materia de
filosofa poltica, haba dejado el escrito listo para la
imprenta; pero, como l mismo refiere a su editor Wi
lliam Crooke50, antes de entregarlo al pblico some
ti el manuscrito a la consideracin del rey, quien,
aunque [le] escuch graciosamente, se neg termi
nantemente a que se publicara. Desconocemos las
razones alegadas por Carlos II, pero no es difcil for
mular algunas conjeturas. Por un lado, nada de extra
o tiene que, apenas trascurridos seis aos desde la
restauracin, el rey estimara imprudente hacer pbli
ca una obra que con su estilo didctico y analtico re
mova las turbias aguas del conflicto. Por otro, aun
que el relato de la guerra civil est escrito desde una
posicin inequvocamente realista, la obra se encuentra
lejos de constituir el panegrico de Carlos I que tal vez
su hijo deseara leer; antes bien, el filsofo no deja de
indicar aqu y all, con tanta discrecin como insisten
cia, no slo los errores del rey en la conduccin de la
guerra misma, sino tambin la parte que le correspon
di en la gestacin del conflicto51. Finalmente, tampo
50 En carta fechada en junio de 1679 y recogida en EW, vol. 4,
pp. 411 s.
51 Hobbes critica especialmente la poltica religiosa emprendida
por el rey bajo la influencia de Lad, que involucraba a la corona en
una lucha de facciones. Pero, adems de desaprobar algunos aspec
tos de la poltica anterior al desencadenamiento de las hostilidades,
critica tambin algunos aspectos de la conduccin de la guerra mis
ma. En este orden de cosas me gustara sealar un pumo muy carac
terstico: en varias ocasiones el filsofo censura que el rey se dejara
enredar en una trama de comunicados, intentos de negociaciones y
promesas dirigidas a los rebeldes. Esta poltica de mano tendida para
detener el conflicto, inevitablemente haba de interpretarse como sig
no de debilidad y capitulacin, y contribuir a desmoralizar a sus pro
pios seguidores, que vean en peligro la posibilidad de sacar prove
cho de la victoria. Es como si en la direccin de la guerra el rey
hubiera seguido reglas que slo es racional seguir en tiempos de paz.

co el autor deba de parecer al rey la persona ms reco


mendable para establecer pblicamente, y con su res
paldo, la etiologa de un episodio cuyas heridas estaban
lejos de cicatrizar: a decir verdad, Hobbes, que haba
llegado a jactarse de haber proporcionado con el Leviatn una justificacin a la obediencia al rgimen repu
blicano52, no slo era un filsofo poco recomendable,
sino tambin un sbdito bajo sospecha, y el proceso
que en 1666 le haba sido incoado en el Parlamento era
un sntoma de la virulencia de los sentimientos que se
haban venido incubando contra su persona y sus doc
trinas, y que pocos aos despus de su muerte culmina
ran con la condena de sus ideas por la Universidad de
Oxford y la quema pblica de sus libros.
Sea de ello lo que fuere, Hobbes acat la prohibicin
del rey: porque seala en la carta a Crooke antes
mencionada el Rey sabe mejor que yo, y est ms
interesado que yo en la publicacin de libros. No obs
tante, algunas copias del manuscrito debieron de circu
lar entre los amigos del filsofo, hasta que, escapando
a su control, en 1679, alguien, sin la autorizacin del
autor, dio a la prensa la obra a partir de un manuscrito
imperfecto. El libro debi de gozar de cierto xito,
porque entre 1679 y 1680 se conocen al menos cinco
ediciones, todas ellas espurias y, segn parece, plaga
das de errores. En 1682, tres aos despus de la muerte
del filsofo, W. Crooke, a partir de un manuscrito que
haba llegado a su poder de manos del autor, public
una versin bastante aceptable. Esta versin, que que
dara incorporada a la clsica edicin de las obras com
pletas de Hobbes realizada por William Molesworth,
habra de constituir durante dos siglos el texto de refe
52 Vid. Six Lessons to the Professors o f Mathematics..., EW,
vol. 7, p. 336.

rencia, hasta que en 1889 F. Tonnies, partiendo de un


manuscrito descubierto por l en la biblioteca del Saint
Johns College de Oxford, caligrafiado por el ama
nuense de Hobbes y con correcciones en las que, al pa
recer, se reconoce la escritura del autor, estableci la
que hasta el momento es la versin ms fiable.
Como base para mi traduccin he adoptado el texto
establecido por F. Tonnies, sirvindome de la edicin
facsmil que recientemente ha publicado The University of Chicago Press (Chicago/London, 1990) con
una interesante Introduccin de Stephen Holmes53.
Con todo, dada la autoridad que sigue teniendo la
edicin Molesworth, he llevado a cabo un cotejo con
la versin ofrecida por ella, anotando a pie de pgina
las variantes, una buena porcin de las cuales ya ha
ba sido sealada en su momento por Tonnies54.

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A sh c ra ft,

53 A diferencia de F. Tonnies, indico a pie de pgina todas las


variantes, as como los pasajes tachados en el manuscrito, que F.
Tonnies recoge en el cuerpo del texto entre asteriscos y corchetes;
mantengo, en cambio, en el cuerpo del texto con la oportuna in
dicacin los pasajes que, aun habiendo sido tachados en el ma
nuscrito, fueron conservados en la Ed. Molesworth.
54 Por la razn que fuere, F. Tonnies no anot todas las varian
tes; por lo general, tampoco indic las ediciones de referencia de
las variantes. Como he comprobado que todas las sealadas por l
se encontraban en la Ed. Molesworth, cuando anoto las variantes
que he detectado las refiero siempre a esa edicin, sin indicar por
lo general cundo haban sido ya sealadas por Tonnies.
En las notas, Ed. M. remite al texto de la Ed. Molesworth, mien
tras que la abreviatura F. T. remite a la versin de F. Tonnies.

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drid, 1986).
S k in n er,

BEHEMOTH

AL MUY HONORABLE
SIR HENRY BENNET, BARN
DE ARLINGTON 1
Seor:
Ofrezco a vuestra Seora cuatro breves dilogos
sobre la memorable guerra civil que tuvo lugar en los
dominios de su Majestad desde 1640 hasta 1660. El
primero contiene el germen de la misma, ciertas opi
niones en materia de teologa y poltica. En el segun
do se encuentra el desarrollo de ella en declaraciones,
protestas y otros escritos publicados entre el rey y el
Parlamento. Los dos ltimos son un brevsimo epto
1 Henry Bennet, conde de Arlington (1618-1685), particip en
la guerra civil en las filas realistas y sigui a Carlos II en el exilio.
Tras la restauracin fue secretario de Estado de 1662 a 1674, sien
do miembro prominente del ministerio denominado Cabal. Dirigi
la poltica exterior inglesa, hasta que el desarrollo de la guerra con
las Provincias Unidas forz su retirada en 1674. Contribuy de for
ma importante a la formacin de lo que habra de denominarse el
partido de la corte.

me de la guerra misma, extrado de la crnica del se


or Heath2. Nada puede haber ms instructivo en fa
vor de la lealtad y la justicia que la memoria de esa
guerra, mientras esa memoria perdure. Vuestra Seo
ra puede hacer con ello lo que le plazca. No pido que
se publique. Pero ruego a vuestra Seora que no deje
de serme favorable, como lo ha sido, a m, que soy,
Seor,
el ms humilde y agradecido servidor de vuestra
Seora,
T homas Ho bb es3

2 James Heath (1629-1664), A Brief Chronicle o f the Late Intestine Warr (London, 1662).
1 Esta epstola dedicatoria no figura en Ed. M.

BEHEMOTH
O EL PARLAMENTO LARGO 1
DILOGO I

A. Si en el tiempo hubiera, como en el espacio,


grados de altura, creo realmente que el ms alto de
todos los tiempos sera el que transcurri entre 1640
y 1660. Pues quien desde all, como desde la Monta
a del Diablo2, hubiera contemplado el mundo y ob
servado las acciones de los hombres, especialmente
en Inglaterra, podra haber tenido una visin panor
mica de todos los tipos de injusticia y de todos los ti
1 En Ed. M. existen dos ttulos. En la portada se lee: Behemoth:
The history of the civil wars o f England and o f the counsels and
artfices by which they were carried on from the year 1640 to the
year 660; el texto, en cambio, est encabezado con un ttulo ms
breve: Behemoth or the epitome o f the civil wars o f England. Por
lo dems, en Ed. M. el texto est distribuido no en dilogos, sino
en partes.
2 Con esta expresin el autor seguramente se refiere a la monta
a de la tentacin de Cristo, desde donde se contemplaban todos
los reinos del mundo y la gloria de ellos (vid. Mat., 4, 8-10, y
Luc., 4, 5-8).

pos de locura que puede ofrecer el mundo, y de cmo


fueron engendrados por sus madres3, la hipocresa y
la vanidad, de las cuales la una es doble iniquidad y
la otra doble locura.
B. Me gustara contemplar ese panorama. Os rue
go, a vos, que habis vivido en esa poca y en aquella
parte de vuestra edad en la que los hombres suelen
ver con mayor penetracin el bien y el mal, que me
pongis a m, que no estaba en condiciones de ver tan
bien, en lo alto de esa montaa, refirindome las ac
ciones que en aquel tiempo visteis, y sus causas, pre
tensiones, justicia, orden, artimaas y desenlace.
A. En el ao 1640 el gobierno de Inglaterra era
monrquico, y reinaba Carlos, primero de tal nombre,
quien posea la soberana por derecho de descenden
cia continua a lo largo de ms de seiscientos aos; era
rey de Escocia por descendencia mucho ms larga
an, y de Irlanda desde los tiempos de su antepasado
Enrique II; un hombre adornado de todas las virtudes,
de cuerpo y de espritu, y que volcaba todo su esfuer
zo en cumplir con su deber para con Dios en el buen
gobierno de sus sbditos.
B. Cmo entonces pudo fracasar, teniendo en
cada condado tantos soldados entrenados4 que, reuni
dos, habran formado un ejrcito de sesenta mil hom
bres, as como diversos depsitos de municiones en
plazas fortificadas?
A.
Si esos soldados hubieran estado a las rdenes
de su Majestad, como ellos y los dems sbditos de
ban, la paz y la felicidad de los tres reinos habran
3 Madres falta en Ed. M.
4 Los soldados entrenados (trained soldiers. trained bands) o
milicia (militia) constituan grupos organizados de ciudadanos
preparados, tras un somero entrenamiento militar, para la defensa
local en situaciones de emergencia. Al comienzo de la guerra civil
el Parlamento tuvo bajo su control la milicia de algunos de los ms
importantes distritos, en particular la de Londres y las de los con
dados del este y del sudeste.

seguido tal como las dej el rey Jacobo. Pero el pue


blo estaba en general corrompido, y a los desobedien
tes se les tena por los mejores patriotas.
B. Pero seguramente haba hombres bastantes,
fuera de los desafectos, para haber formado un ejrci
to suficiente para impedir que el pueblo se uniera en
un cuerpo capaz de oponerse al rey.
A. En verdad, creo que, si el rey hubiera tenido
dinero, podra haber dispuesto de soldados suficientes
en Inglaterra. Pues entre el pueblo llano haba muy
pocos a los que importara gran cosa una causa u otra,
sino que por sueldo o por botn habran tomado cual
quier partido. Pero el tesoro del rey estaba muy bajo,
y sus enemigos, que pretendan que se aliviara al pue
blo de impuestos, y otras cosas especiosas, tenan el
control de las bolsas de la ciudad de Londres as
como de la mayor parte de las ciudades y munici
pios 5 de Inglaterra, amn de las de muchas personas
particulares.
B. Pero cmo lleg el pueblo a estar tan corrom
pido? Y qu tipo de gente fue la que pudo seducirlo
as? 6.
A. Los seductores eran de diversas clases. Unos
eran ministros; ministros de Cristo, como se llamaban
a s mismos, y a veces, en sus sermones al pueblo,
embajadores de Dios, de quien pretendan haber reci
bido el derecho a gobernar cada uno de ellos su pa
rroquia y la asamblea de todos ellos la nacin entera.
En segundo lugar, haba un nmero muy grande,
5 Municipios traduce corporate towns, ciudades con carta re
gia y regidas por una corporacin de muncipes electos. En la tra
duccin de los trminos relativos a centros de poblacin se ha tra
tado de mantener la variedad de la terminologa empleada por
Hobbes. Y as, villa traduce town, burgo brough, y ciudad
city. Town oftrade y market town se han traducido corno villa de
comercio y villa de mercado.
6 En Ed. M., lo sedujo as.

aunque no comparable al primero, de personas que,


pese a haber sido abolido por acta del Parlamento7 el
poder del Papa en Inglaterra, tanto temporal como
eclesistico, todava mantenan la creencia de que de
bamos ser gobernados por el Papa, el cual pretendan
que era el vicario de Cristo y, en virtud del derecho
de Cristo, gobernador de todo el pueblo cristiano. Y
stos eran conocidos por el nombre de papistas,
igual que los ministros que antes mencion eran co
mnmente llamados presbiterianos.
En tercer lugar, haba no pocos que no se descu
brieron al empezar los disturbios pero que poco des
pus se declararon en favor de la libertad en materia
de religin, manteniendo opiniones diferentes unos
de otros. A algunos de ellos se los llam indepen
dientes, porque queran mantener a todas las congre
gaciones libres e independientes entre s. Otros, que
sostenan que careca de eficacia el bautismo de los
nios y de las personas incapaces de entender en qu
se les bautizaba, fueron por ello llamados anabaptis
tas. A otros, que sostenan que el reino de Cristo ha
ba de empezar sobre la tierra ya en estos tiempos, se
los llam quintamonrquicos; amn de otras diver
sas sectas, como los cuqueros, los adamitas, etc., cu
yos nombres y peculiares doctrinas no recuerdo bien.
Y stos eran los enemigos que surgieron contra su
Majestad de la interpretacin privada de la Escritura,
expuesta al examen de todos en su lengua materna.
7 Como hicimos al traducir el Dilogo entre un filsofo y un ju
rista (Tecnos, Madrid, 1992) law, statute y act (of Parliament),
que en otros contextos habran podido traducirse indistintamente
por ley, han sido vertidos por ley, estatuto y acta (del Par
lamento) respectivamente, con el fin de preservar los matices de
la diversidad lingstica inglesa. Por lo dems, law se ha traducido
por Derecho cuando designa no una norma, sino un sector nor
mativo (como en las expresiones Derecho comn, Derecho es
tatutario, Derecho ingls) o simplemente el conjunto de las nor
mas jurdicas (el Derecho),

En cuarto lugar, haba un nmero enormemente


grande de hombres de la mejor condicin, que haban
sido educados de tal modo que, habiendo ledo en su
juventud los libros escritos por hombres famosos de
las antiguas repblicas de Grecia y Roma relativos a
su rgimen poltico y hazaas, libros en los que se en
salzaba el gobierno popular con el glorioso nombre
de libertad y se denigraba la monarqua con el de tira
na, dieron en enamorarse de sus formas de gobierno.
Y es de entre ellos de donde sali elegida la mayor
parte de la Cmara de los Comunes; o, si no consti
tuan la mayor parte, gracias a su elocuencia siempre
fueron capaces de arrastrar al resto.
En quinto lugar, la ciudad de Londres y otras gran
des villas de comercio, admirando la prosperidad de
los Pases Bajos tras rebelarse contra su monarca, el
rey d Espaa, se inclinaban a pensar que un cambio
de gobierno similar les producira aqu igual prospe
ridad.
En sexto lugar, haba un nmero muy grande de
personas que o haban derrochado sus fortunas o pen
saban que eran demasiado menguadas para las buenas
prendas que crean tener; y haba an ms que pose
an cuerpos robustos pero no vean cmo ganarse el
pan honradamente. Estos suspiraban por una guerra,
y esperaban mantenerse luego gracias a una afortuna
da toma de partido, y en consecuencia la mayor parte
de ellos sirvi bajo aquellos que tenan ms dinero.
Finalmente, el pueblo en general ignoraba su deber
hasta tal punto que quiz ni siquiera uno de cada diez
mil saba qu derecho tena alguien para mandarle, o
qu necesidad haba de un rey o de una repblica, en
favor de los cuales tuviera que desprenderse de dine
ro contra su voluntad, sino que se consideraba tan
amo de cuanto posea como para que nada pudiera
serle quitado sin su consentimiento, por ms que se
pretextaran razones de seguridad comn. Rey, pensa
ban ellos, no es sino un ttulo del ms alto honor;
gentilhombre, caballero, barn, conde, duque, escalo

nes para ascender a l con ayuda de las riquezas. No


tenan ms regla de equidad que precedentes y cos
tumbres. Y pensaban que el ms sabio y ms adecua
do para ser elegido para un Parlamento era aquel que
fuera el ms contrario a otorgar subsidios y dems
pagos pblicos.
B.
Cuando el pueblo se encuentra en ese estado,
el rey, creo yo. est ya desposedo de su gobierno, de
modo que ninguna necesidad tenan de tomar las ar
mas para ello. Pues no puedo imaginarme de qu for
ma poda el rey llegar a oponerles resistencia.
A. Claro que haba grandsima dificultad en la
empresa. Mas sobre este punto seris mejor informa
do a lo largo de esta narracin.
B. Pero deseo conocer ante todo los diversos fun
damentos de las pretensiones tanto del Papa como de
los presbiterianos por las que reclaman el derecho a
gobernarnos, segn ellos dicen, como jefes; y, luego,
desde dnde y cundo se insinuaron las pretensiones
democrticas de ese Parlamento Largo.
A.
Por lo que se refiere a los papistas, reivindican
ese derecho tomando pie en un texto de Deut. XVII,
12, y otros semejantes, del siguiente tenor segn la
vieja traduccin latina: Y quien por orgullo se niegue

a obedecer el mandato del sacerdote que a la sazn


sea ministro del Seor tu Dios, se ser llevado a la
muerte por sentencia del juez. Y como ahora tambin

la cristiandad es el pueblo de Dios, igual que enton


ces lo eran los judos, de ello infieren que el Papa,
que ellos pretenden que es el sumo sacerdote de todo
el pueblo cristiano, debe ser tambin, so pena de
muerte, obedecido por todos los cristianos en todo lo
que decrete. Adems, puesto que en el Nuevo Testa
mento (Mateo XXVIII, 18-20) Cristo dijo: Me ha

sido dado todo el poder en los cielos y en la tierra;


id, pues, y ensead a todas las naciones, y bautizad
las en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu
Santo, y enseadlas a observar todo lo que os he
mandado, de ah infiere que haba que obedecer a los

apstoles y que en consecuencia, las naciones estaban


obligadas a ser gobernadas por ellos, y especialmente
por el prncipe de los apstoles, San Pedro, y por sus
sucesores, los papas de Roma.
B.
En cuanto al texto del Antiguo Testamento, no
veo cmo el mandato de Dios a los judos de obede
cer a sus sacerdotes puede interpretarse como si tu
viera la misma fuerza en el caso de otras naciones
cristianas, ms que sobre naciones no cristianas (pues
todo el mundo es pueblo de Dios), a menos que admi
tamos tambin que un rey no puede convertirse de in
fiel en cristiano sin quedar sujeto a las leyes del aps
tol, sacerdote o ministro que le convirti. Los judos
eran un pueblo de Dios peculiar, un reino sacerdotal,
no ligado a otra ley que a aqulla que primero Moiss
y luego todo sumo sacerdote recibieron directamente
de labios de Dios en el monte Sina, en el tabernculo
del arca y en el sanctum sanctorum del templo. Y, por
lo que se refiere al texto de San Mateo, bien s que
las palabras del Evangelio no son id a ensear, sino
id y haced discpulos, y que hay una gran diferencia
entre un sbdito y un discpulo, y entre ensear y
mandar. Y, si textos como stos han de interpretarse
as, por qu los reyes cristianos no deponen sus ttu
los de majestad y soberana y no se llaman a s mis
mos lugartenientes del Papa? Sin embargo, los docto
res de la Iglesia romana parecen rehusar ese ttulo de
poder absoluto al distinguir entre poder espiritual y
temporal: pero no entiendo muy bien esa distincin.
A.
Por poder espiritual entienden el poder de
decidir cuestiones de fe, y de ser jueces de los debe
res morales en el tribunal interior de la conciencia, y
el poder de castigar con la censura eclesistica, esto
es, con la excomunin, a quienes no obedecen sus
preceptos. Y ese poder, dicen ellos, lo recibi el Papa
directamente de Cristo, sin depender de ningn rey o
asamblea soberana cuyos sbditos estn excomulga
dos. Pero en cuanto al poder temporal, que consiste
en juzgar y castigar las acciones contrarias a las leyes

civiles, ellos dicen no pretenderlo directamente, sino


slo indirectamente, es decir, en la medida en que ta
les acciones tiendan a estorbar o favorecer la religin
y las buenas costumbres, lo que ellos entienden cuan
do dicen in ordine ad spiritualia.
B.
Qu poder queda entonces para los reyes y
dems soberanos civiles que el Papa no pueda preten
der que le pertenece in ordine ad spiritualia ?
A. Ninguno, o muy pequeo. [Y ese poder no
slo lo pretende el Papa en toda la cristiandad, sino
tambin los ms de los obispos en sus respectivas
dicesis, jure divino, esto es, como recibido directa
mente de Cristo, sin derivarlo del Papa8].
B. Pero y si un hombre niega obediencia a ese
pretendido poder del Papa y de sus obispos? Qu
dao puede hacerle la excomunin, especialmente si
es sbdito de otro soberano?
A. Un dao grandsimo. Pues, si el Papa o el
obispo la notifican al poder civil, recibir suficiente
castigo.
B. En mala situacin estara, pues, quien se aven
turara a escribir o hablar en defensa del poder civil;
ya que habra de ser castigado por aquel cuyos dere
chos defenda, como U zz9, que fue muerto porque
no pudo evitar alargar la mano sin permiso para im
pedir que cayera el arca. Pero, si toda una nacin a la
vez se rebelara contra el Papa, qu efecto podra te
ner la excomunin sobre ella?
A.
Cmo! No se diran en ella ms misas, al me
nos por ninguno de los sacerdotes del Papa. Adems,
el Papa no tendra nada ms que ver con ellos, salvo
abandonarlos, con lo que se encontraran en la misma
situacin que si una nacin fuera abandonada por su
8 Segn indica F. T., la frase entre corchetes est tachada del
manuscrito. En Ed. M., en lugar de los ms de los obispos se lee
algunos de sus obispos.
9 Vid. II San., 6-7, y I Paralip., 13,7-11.

rey y librada al gobierno de ellos mismos o de quien


ellos quisieren.
B.
Esto no se considerara tanto un castigo para
el pueblo como para el rey. Y, por tanto, cuando un
Papa excomulga a toda una nacin, ms se excomul
ga, pienso yo, a s mismo que a ella. Pero decidme,
por favor, cules eran los derechos que pretenda el
Papa en los reinos de otros prncipes?
A. En primer lugar, que en las causas criminales
todos los sacerdotes, frailes y monjes, se vieran exen
tos del conocimiento de los jueces civiles. En segun
do lugar, colacin de beneficios en quien l quisiera,
ya fuera nacional o extranjero, y exaccin de diez
mos, primicias y otros pagos. En tercer lugar, apela
cin a Roma en todas las causas que la Iglesia pudie
ra pretender que le concernan. En cuarto lugar, ser el
juez supremo en relacin con la legitimidad del ma
trimonio, esto es, en relacin con la sucesin heredi
taria de los reyes, y conocer de todas las causas to
cantes a adulterio y fornicacin.
B. Muy bonito! Un monopolio de las mujeres.
A. En quinto lugar, el poder de absolver a los
sbditos de sus deberes, y de sus juramentos de fide
lidad a sus legtimos soberanos, cuando el Papa lo
considerara conveniente para extirpar la hereja.
B. Ese poder de absolver a los sbditos de su de
ber de obediencia, as como el de ser juez de costum
bres y doctrina, es una soberana todo lo absoluta que
es posible; y, en consecuencia, tiene que haber dos
reinos en una sola nacin, y nadie capaz de saber a
cul de sus amos tiene que obedecer.
A. Por mi parte preferira obedecer al amo que
tuviera el derecho a hacer leyes e infligir castigos,
ms que a quien slo pretendiera el derecho a hacer
cnones, es decir, reglas, y ningn derecho de coac
cin, o de castigar en general ms que con la exco
munin.
B. Pero el Papa tambin pretende que sus cno
nes son leyes; y en cuanto al castigo, puede haberlo

mayor que la excomunin, suponiendo que sea ver


dad, como dice el Papa, que quien muere excomulga
do se condena? Suposicin sta en la que, al parecer,
vos no creis, ya que de otro modo habrais preferido
optar por obedecer al Papa, que podra arrojar vuestro
cuerpo y vuestra alma al infierno, antes que al rey,
que slo puede matar el cuerpo.
A. Decs bien. Pues muy poco caritativo sera por
mi parte creer que, excepto unos pocos papistas, va
yan a condenarse todos los ingleses, que han nacido y
han sido llamados herejes desde la reforma de la reli
gin en Inglaterra.
B. Pero, en cuanto a los que en la Iglesia de In
glaterra mueren hoy da excomulgados, no creis
que tambin estn condenados?
A. Es indudable que quien muere en pecado sin
arrepentirse est condenado, y que el que est exco
mulgado por desobedecer las leyes del rey, sean es
pirituales o temporales, est excomulgado por pecar.
Y, por tanto, si muere excomulgado y sin deseo de
reconciliacin, muere impenitente. Vos mismo veis
lo que de ello se sigue. Pero morir habiendo desobe
decido los preceptos y doctrinas de hombres que no
tienen autoridad o jurisdiccin alguna sobre nosotros
es cosa muy distinta, y no comporta semejante pe
ligro.
B. Pero qu es esa hereja que la Iglesia persi
gue tan cruelmente como para deponer a los reyes
que no expulsan de sus dominios a todos los herejes
cuando se les ordena?
A.
Hereja es una palabra que, empleada sin pa
sin, significa opinin privada. As, las diferentes
sectas de los filsofos antiguos, acadmicos, peripa
tticos, epicreos, estoicos, etc., fueron llamadas he
rejas. Pero, en la Iglesia cristiana, en el significado
de esa palabra iba comprendida una oposicin peca
minosa a quien era el juez supremo de las doctrinas
relativas a la salvacin de las almas, y en consecuen
cia puede decirse que la hereja guarda con el poder

espiritual la misma relacin que la rebelin con el


temporal, y que es conveniente que la persiga quien
quiere preservar el poder espiritual y el dominio so
bre las conciencias de los hombres.
B.
Bueno sera (puesto que a todos nosotros se
nos permite leer las Sagradas Escrituras y se nos obli
ga a tomarlas como regla de nuestras acciones tanto
pblicas como privadas) que la hereja estuviera defi
nida por alguna ley, y que se expusieran las opiniones
particulares por las que un hombre pudiera ser conde
nado y castigado como hereje; pues de otro modo 110
slo hombres de pocas luces, sino incluso los ms sa
bios y devotos cristianos pueden caer en la hereja sin
albergar voluntad alguna de oponerse a la Iglesia,
pues las Escrituras son difciles y las interpretaciones
difieren de unos a otros hombres.
A. El significado de la palabra hereja fue esta
blecido legalmente en un acta del Parlamento del pri
mer ao del reinado de la reina Isabel. En ella se or
dena que las personas que ostentan por las
cartas-patente de la reina la autoridad espiritual, es
decir, la Alta Comisin, no tendrn autoridad para

declarar hertica ninguna materia o causa, excepto


aqullas que hasta entonces han sido juzgadas her
ticas por la autoridad de las Escrituras cannicas, o
por los cuatro primeros concilios generales, o por
cualquier otro concilio general donde se la declarara
hertica por las palabras expresas y claras de dichas
Escrituras cannicas, o las que a partir de entonces
se juzguen herticas por el alto tribunal del Parla
mento de este reino, con el asentimiento del clero
reunido en asamblea.
B. Parece, pues, que, si surge algn nuevo error
que hasta ahora no ha sido declarado hereja (y mu
chos pueden surgir), no puede ser juzgado hertico sin
un Parlamento. Pues, por muy torpe que sea el error,
no puede haber sido declarado hertico ni en las Escri
turas ni en los concilios, pues nunca antes se oy ha
blar de l. Y, en consecuencia, no puede haber error en

virtud del cual pueda uno ser castigado en equidad,


salvo que caiga dentro del campo de la blasfemia con
tra Dios o de la traicin contra el rey. Adems, quin
puede decir qu es lo que declara la Escritura, que
todo el mundo puede leer e interpretar por s mismo?
Ms an, qu protestante, clrigo o laico, no est ya
condenado, si cualquier concilio general puede ser
juez competente en materia de hereja? Pues varios
concilios han declarado hertico un gran nmero de
nuestras doctrinas, y eso, segn pretenden, apoyndo
se en la autoridad de las Escrituras.
A. Cules son los puntos que han sido declara
dos herticos por los cuatro primeros concilios gene
rales?
B. El primer concilio general, celebrado en Nicea, declar hertico todo lo contrario al Credo de Nicea, con ocasin de la hereja de Arrio, que consista
en negar la divinidad de Cristo. El segundo concilio
general, celebrado en Constantinopla, declar herti
ca la doctrina de Macedonio de que el Espritu Santo
fue creado. El tercer concilio, reunido en feso, con
den la doctrina de Nestorio de que en Cristo haba
dos personas. El cuarto, celebrado en Calcedonia,
conden el error de Eutiques de que slo haba una
naturaleza en Cristo. No s de ningn otro punto con
denado en esos cuatro concilios, salvo los que con
ciernen al gobierno de la Iglesia, o las mismas doctri
nas enseadas por otros hombres con otras palabras.
Y esos concilios fueron convocados por los empera
dores. quienes confirmaron sus decretos a peticin de
los concilios mismos.
A.
De ah infiero que tanto la convocatoria del
concilio como la confirmacin de su doctrina y del
gobierno de la Iglesia slo tienen fuerza obligatoria
por la autoridad del emperador. Cmo, entonces, es
que se arrogan ahora el poder legislativo y dicen que
sus cnones son leyes? Ese texto, me ha sido dado
todo el poder en la tierra y en el cielo, tena la misma
fuerza entonces que ahora, y confera a los concilios

un poder legislativo no slo sobre los cristianos sino


tambin 10 sobre todas las naciones del mundo.
B.
Ellos dicen que no; pues el poder que ellos
pretenden deriva de que cuando un rey se converta
del paganismo al cristianismo, al someterse al obispo
que le converta, se someta al gobierno del obispo y
pasaba a ser una de sus ovejas; derecho que, por tan
to, no poda tener sobre ninguna nacin que no fuera
cristiana.
A. Acaso Silvestre (que era papa de Roma en
tiempos de Constantino el Grande y que le convirti)
previno al Emperador, su nuevo discpulo, de que, si
se haca cristiano, tena que ser sbdito del Papa?
B. No lo creo. Pues es bastante probable que si se
lo hubiera dicho de forma tan clara, o simplemente le
hubiera hecho sospecharlo, no se habra hecho cris
tiano o'lo habra sido fingido.
A.
Pero si no se lo deca, y claramente, era juego
sucio, no slo para un sacerdote, sino para cualquier
cristiano. Y, en cuanto a que su derecho derive del
consentimiento del Emperador, ello procede slo de
que no se atreven a reivindicar ningn poder legislati
vo, ni a denominar leyes a sus cnones en ningn rei
no de la cristiandad, a menos que as lo hagan los re
yes. Pero en Per, siendo rey Atahualpa n, el fraile le
dijo que Cristo, rey de todo el mundo, haba concedi
do al Papa el disponer de todos los reinos del mundo,
y que el Papa haba dado el Per al emperador roma
no Carlos V, y exigi a Atahualpa renunciar, y por
10 Tambin falta en Ed. M.
" Hobbes escribe Atabalipa. El acontecimiento tuvo lugar en
noviembre de 1532, cuando fray Vicente de Valverde, que acom
paaba a las tropas de Pizarro, inst a Atahualpa a aceptar la fe
cristiana y la soberana de Carlos V. Habindose negado a ello,
Atahualpa fue puesto en prisin. Condenado a muerte, un ao ms
tarde (agosto de 1533) abraz la fe cristiana, bajo las presiones de
fray Vicente, que lo impuso como condicin para cambiar la muer
te en la hoguera por el garrote.

negarse fue prendido por el ejrcito espaol all pre


sente, y asesinado. Esto os har ver hasta dnde lle
gan sus pretensiones cuando tienen poder para hacer
las valer.
B.
Cundo empezaron los papas a arrogarse esa
autoridad?
A. Despus de que la inundacin de los pueblos
del Norte desbordara las regiones occidentales del
Imperio y se apoderara de Italia, el pueblo de la ciu
dad de Roma se someti, tanto en lo temporal como
en lo espiritual, a su obispo; y fue entonces cuando
por primera vez el Papa fue prncipe temporal, y ya
no tema tanto a los emperadores, que vivan lejos, en
Constantinopla. Fue por entonces cuando el Papa, so
pretexto de su poder espiritual, empez a usurpar los
derechos temporales de todos los dems prncipes de
Occidente; y continu ganndoles terreno hasta que
su poder se encontr en su punto ms alto en los tres
cientos aos aproximadamente que van desde el siglo
VIH al siglo XI, esto es, entre el Papa Len III y el
Papa Inocente III. Pues en esa poca el Papa Zacaras
1 depuso a Childerico 12, rey de Francia, y entreg el
reino a uno de sus sbditos, Pipino 13; quien a sy vez
arrebat a los lombardos una gran parte de su territo
rio y lo entreg a la Iglesia. Poco despus, habiendo
recuperado los lombardos sus posesiones, Carlomagno volvi a arrebatrselas y darlas de nuevo a la Igle
sia; y el Papa Len III hizo emperador a Carlos l4.
B. Pero qu derecho alegaba el Papa para nom
brar un emperador?
A.
Alegaba el derecho de ser vicario de Cristo; y
que lo que Cristo poda dar, tambin poda darlo su
vicario; y ya sabis que Cristo era rey del mundo
entero.
12 En el original: Chilperic. En realidad se trata de Childerico
III, y el acontecimiento tuvo lugar hacia el ao 752.
13 Se trata de Pipino el Breve (715-768).
14 En la Navidad del ao 800.

B.
S, en tanto que Dios; y es de ese modo como
da todos los reinos del mundo, los cuales, sin embar
go, proceden del consentimiento del pueblo, otorgado
bien por miedo bien por esperanza.
A. Pero ese don de imperio era de una forma ms
especial, de la forma como el gobierno de Israel le
fue dado a Moiss; o ms bien como le fue dado a
Josu para entrar y salir a la cabeza del pueblo bajo la
direccin del sumo sacerdote 15. Y as fue como se en
tendi que se le daba el imperio, a condicin de ser
dirigido por el Papa. Pues cuando el Papa le revisti
con los ornamentos regios todo el pueblo grit Deus
dat, es decir, es Dios quien lo da; y el emperador se
di por satisfecho al tomarlo as. Y, desde entonces,
todos o la mayor parte de los reyes cristianos ponen
en sus ttulos las palabras Del gratia, es decir, por
don de Dios; y sus sucesores acostumbran todava a
recibir de un obispo la corona y el cetro.
B. Ciertamente constituye una costumbre muy
buena que se recuerde a los reyes por don de quin
reinan. Pero de esa costumbre no puede inferirse que
reciben el reino por mediacin del Papa o de cual
quier otro clrigo, pues los mismos papas recibieron
el papado del Emperador. El primero en ser elegido
obispo de Roma despus de que los emperadores fue
ran cristianos y, sin el consentimiento del emperador,
se excus por escrito ante el Emperador alegando que
el pueblo y el clero de Roma le haban forzado a asu
mir el cargo, y rog al Emperador que le confirmara,
lo que el emperador hizo, no sin reprender ese modo
de proceder y prohibirlo para el futuro. El Emperador
era Lotario y el Papa Calixto 116.
A. Ya vis que el Emperador nunca reconoci
15 Vid. Nm. 27, 18-21.
16 Hobbes incurre en un error ya que Calixto 1 vivi en el siglo
iii. En realidad se trata de Pascual 1, que en el ao 823 coron a Lo
tario I.

que ese don de Dios fuera don del Papa, sino que
mantena que el papado era don del emperador. Pero
andando el tiempo, por negligencia de los Empera
dores (pues la grandeza de los reyes hace que no les
sea fcil descender a las minas oscuras y estrechas
de un clero ambicioso), encontraron el modo de ha
cer creer al pueblo que el Papa y el clero tenan un
poder al que deban someterse antes que a los man
datos de sus propios reyes en caso de controversia.
Y con esa finalidad inventaron y decretaron una
multitud de nuevos artculos de fe, para menoscabar
la autoridad de los reyes y desligarlos de sus sbdi
tos, as como para conseguir una ms estrecha adhe
sin de sus sbditos a la Iglesia de Roma; artculos
sos que o no se encuentran en absoluto en las Es
crituras o no estn bien fundados en ellas. En primer
lugar, el de que no es lcito que un sacerdote se

case.
B. Y qu influencia poda tener eso sobre el po
der de los reyes?
A. No veis que de este modo el rey tiene necesa

riamente que pasarse sin el sacerdocio, y con ello ver


se privado de una gran parte de la reverencia que se
le debe por el sector ms religioso de sus sbditos, o
bien carecer de herederos legtimos que le sucedan?
por lo cual, al no considerrsele como cabeza de la
Iglesia, poda estar seguro de que en cualquier con
troversia que surgiera entre l y el Papa tendra a sus
sbditos en contra.
B. Acaso un rey cristiano no es ahora tan obispo
como lo eran los reyes paganos entre los antiguos?
Pues entre ellos episcopus era un nombre comn a to
dos los reyes. No es ahora obispo aqul a quien Dios
ha encomendado todas las almas de sus sbditos, tan
to laicos como clrigos? Y aunque en relacin con
nuestro Salvador, que es el primer pastor, l no sea
sino una oveja, comparado con sus propios sbditos,
todos ellos, tanto laicos como clrigos, son ovejas y
l el nico pastor. Y, dado que un obispo cristiano no

es sino un cristiano investido del poder de gobernar al


clero, de ello se sigue que todo rey cristiano no slo
es obispo sino arzobispo, y todo su dominio su dice
sis. Y aun concediendo que fuera necesaria la imposi
cin de manos por un sacerdote, como los reyes tie
nen el gobierno de los clrigos, que son sbditos
suyos aun antes del bautismo, bastante imposicin de
manos es el bautismo mismo, por el que se recibe a
un rey como cristiano, de modo que, mientras que an
tes era un obispo, ahora es un obispo cristiano.
A. Por mi parte estoy de acuerdo con vos: esa
prohibicin del matrimonio de los sacerdotes se pro
dujo en los tiempos del papa Gregorio VII y de Gui
llermo I, rey de Inglaterra 17; y por ese medio el Papa
tuvo a su servicio en Inglaterra, entre clero regular
y secular, un nmero muy elevado de solteros vi
gorosos. En segundo lugar, que la confesin auricular a un
sacerdote era necesaria para la salvacin. Es verdad
que ya antes era corriente confesarse a un sacerdote,
lo cual en la mayor parte de los casos se realizaba por
escrito. Pero ese uso se suprimi en los tiempos del
rey Eduardo III, y se orden a los sacerdotes tomar
confesin de boca del confidente. Y por regla general
los hombres creyeron que no podan salvarse si no
confesaban y reciban la absolucin antes de abando
nar este mundo; y que no podan condenarse si recib
an la absolucin de un sacerdote. Ya podis compren
der cunto ms temor reverencial tendra todo el
mundo del Papa y el clero que del rey, y cun incon
veniente es para un Estado que sus sbditos confiesen
a espas sus pensamientos secretos.
B. S; en la medida en que el tormento eterno es
ms terrible que la muerte, en esa medida deban te
mer ms al clero que al rey.
17 Guillermo I rein entre 1066 y 1087; el papado de Gregorio
VII discurri entre 1073 y 1085.

A. Y aunque tal vez el clero romano no sostenga


que un sacerdote tiene el poder de perdonar los peca
dos de forma absoluta, sino slo a condicin de que
uno se arrepienta, nunca instruyeron as a las gentes
del pueblo, sino que les dejaron creer que, siempre
que recibieran la absolucin, sus anteriores pecados
les eran remitidos cuando cumplan la penitencia, a la
que ellos tomaban por arrepentimiento. En esa misma
poca hizo su aparicin el artculo de la transubstanciacin. Pues desde mucho tiempo antes se haba dis
cutido en qu forma coma uno el cuerpo de nuestro
Salvador Jesucristo, siendo ste un punto que difcil
mente puede uno concebir e imaginar con claridad.
Pero ahora se hizo muy claro que el pan se transubstanciaba en el cuerpo de Cristo de modo que ya no
era pan, sino carne.
B. Parece entonces que Cristo tena muchos cuer
pos, y que estaba al mismo tiempo en tantos lugares
como comulgantes hubiere. Creo que los sacerdotes
eran entonces tan caprichosos como para tomar por
estpidos no slo al pueblo llano, sino tambin a los
reyes y a sus consejeros.
A. Ahora estoy en un relato, no en una disputa; y
por ello en este momento os dira que no considera
rais sino el efecto que esa doctrina poda tener sobre
los reyes y sus sbditos en relacin con el clero, ni
co capaz de convertir un trozo de pan en el cuerpo de
nuestro Salvador, y con ello de salvar nuestras almas
en la hora de la muerte.
B. Por mi parte, tendra sobre m el efecto de ha
cerme pensar que eran dioses, y tenerles temor reve
rencial, como a Dios mismo si estuviera presente de
forma visible.
A.
Adems de estos y otros artculos tendentes a
apoyar la autoridad del Papa, tambin tenan en su
poltica eclesistica otros sutiles puntos conducentes
al mismo fin; de los cuales voy a mencionar slo los
que fueron establecidos en esa misma poca. Pues fue
por entonces cuando apareci la orden de los frailes

predicadores 18 que iban de ac para all con facultad


de predicar en cualquier feligresa que les pluguiese,
y que a buen seguro no iban a instilar en el pueblo
nada que pudiera menoscabar la obediencia a la Igle
sia de Roma, sino, al contrario, cualquier cosa que
pudiera beneficiarla contra el poder civil. Adems, se
insinuaban privadamente entre mujeres y hombres de
juicio dbil, confirmando la adhesin de stos al Papa
y apremindoles, en sus momentos de enfermedad, a
ser benficos con la Iglesia 19 contribuyendo con di
nero, o construyendo casas religiosas u obras piado
sas, necesarias para la remisin de sus pecados.
B.
No recuerdo haber ledo de ningn reino o Es
tado en todo el mundo, excepto en la cristiandad, en
el que se concediera a ningn hombre privado la fa
cultad de convocar al pueblo y dirigirle discursos,
frecuentemente o no, sin antes poner al corriente de
ello al Estado. Creo que los reyes paganos previeron
que unos pocos de tales oradores seran capaces de
producir una gran sedicin. Es verdad que Moiss or
den leer las Escrituras y exponerlas todos los sba
dos en las sinagogas. Pero las Escrituras no eran en
tonces sino las leyes de la nacin, que les haban sido
entregadas por el mismo Moiss. Y creo que ningn
mal hara que las leyes de Inglaterra se leyeran y ex
pusieran con frecuencia en las distintas feligresas de
los ingleses, en momentos sealados, para que sepan
qu hacer, pues ya saben qu creer.
A. Creo que ni la predicacin de los frailes y
monjes, ni la de los prrocos tendan a ensear a los
hombres qu creer, sino a quin creer. Pues el poder
del poderoso no se funda sino en la opinin y la
creencia del pueblo. Y el fin que persegua el Papa
18 La orden de los predicadores fue fundada por Santo Domingo
de Guzmn a comienzos del siglo xm.
19 En Ed. M., benficos con l; segn indica F. T., en el ma
nuscrito est corregido por el mismo Hobbes.

multiplicando los sermones no era otro que apuntalar


y ampliar su propia autoridad sobre todos los reyes y
Estados cristianos.
En aquella misma poca, esto es, entre los tiempos
del emperador Carlomagno y los del rey Eduardo III
de Inglaterra20, empez su segunda poltica, que con
sista en convertir la religin en un arte, y as sostener
todos los decretos de la Iglesia romana mediante con
troversia, apoyndose no slo en las Escrituras, sino
tambin en la filosofa de Aristteles, tanto la moral
como la natural. Y a tal fin el Papa exhort por escri
to al mencionado Emperador a levantar escuelas de
todos los tipos de literatura; y de ah surgi la institu
cin de las universidades, pues no mucho ms tarde
nacieron las universidades de Pars y Oxford. Es ver
dad que ya antes haba en diversos lugares de Ingla
terra escuelas para la instruccin de los nios en la
lengua latina, es decir, en la lengua de la Iglesia.
Pero, en cuanto a universidad de estudio, ninguna se
levant hasta ese momento, aunque no es improbable
que hubiera algunos que ensearan filosofa, lgica y
otras artes, en diversos monasterios, ya que los mon
jes apenas tenan otra cosa que hacer sino estudiar.
Una vez que se construyeron algunos colegios con
ese propsito, no tardaron en agregarse muchos ms
gracias al celo de prncipes, obispos y otros hombres
ricos. Y su disciplina fue confirmada por los papas de
entonces. Y una multitud de estudiantes fueron envia
dos por sus amigos a estudiar all, como lugares des
de donde estaba expedito el camino para medrar en la
Iglesia y en la Repblica. El provecho que la Iglesia
de Roma esperaba de ellos, y que de hecho recibi,
era el mantenimiento de la doctrina del Papa y de su
autoridad sobre los reyes y sus sbditos por los telo
gos, los cuales, esforzndose por justificar muchos
puntos de fe incomprensibles, y llamando en su ayu
20 Es decir, entre los siglos ix y xiv.

da a la filosofa de Aristteles, escribieron grandes li


bros de teologa, que nadie, ni siquiera ellos mismos,
era capaz de entender, como puede percibir cualquie
ra que considere los escritos de Pedro Lombardo, o
de Escoto, que escribi comentarios sobre l 21, o de
Surez, o de cualquier otro telogo posterior. Y, sin
embargo, ese tipo de estudio ha sido muy admirado
por dos tipos de hombres, por lo dems bastante pru
dentes. Uno lo integraban los que ya eran fieles y
realmente afectos a la Iglesia romana; pues sos ya
antes crean en la doctrina, pero admiraban esas argu
mentaciones porque no las entendan y, sin embargo,
encontraban que las conclusiones casaban con su for
ma de pensar. El otro era el de los hombres negligen
tes que preferan admirar a otros antes que tomarse el
trabajo de examinar. De modo que personas de todo
tipo decidieron sin contemplaciones que la doctrina
era verdadera y que la autoridad del Papa no era sino
la que le era debida.
B.
Ya veo que all donde la Iglesia de Roma ten
ga semejante autoridad difcilmente podr un rey o
un Estado cristiano, por muy provisto que est de di
nero y armas, competir con ella, por falta de hom
bres. Pues difcil ser hacer que sus sbditos se lan
cen a combatir con arrojo en contra de su conciencia.
A. Es verdad que grandes rebeliones fueron sus
citadas por hombres de la Iglesia con ocasin de la
querella del Papa contra los reyes, como en Inglaterra
contra el rey Juan y en Francia contra Enrique IV 22.
21 En Ed. M. se lee o de quien escribi comentarios sobre l,
lo cual es con toda probabilidad una lectura errnea: una de las
obras ms importantes de Duns Escoto es un comentario a las Sen
tencias de Pedro Lombardo conocido como Qucestiones in Libros
iv Sententiarum o simplemente Opus Oxoniense.
22 Hobbes se refiere aqu a los conflictos de Juan Sin Tierra con
Inocencio III a comienzos del siglo xm, y a la llamada querella de
las investiduras entre Enrique IV y Gregorio VII en el ltimo
cuarto del siglo xi.

En las cuales los reyes tenan de su lado una parte


ms considerable que el Papa; y la tendrn siempre
que tengan dinero. Pues pocos hay que tengan una
conciencia tan delicada como para rechazar dinero
cuando lo necesitan. Pero la mayor fechora cometida
contra los reyes so pretexto de la religin se da cuan
do el Papa autoriza a un rey a invadir a otro.
B.
Me pregunto cmo pudo entonces Enrique
VIII acabar tan completamente con la autoridad del
Papa en Inglaterra, y eso sin ninguna rebelin interna
ni ninguna invasin desde el exterior.
A.
En primer lugar, los sacerdotes, monjes y frai
les, estando en la cumbre de su poder, se haban vuel
to ahora en su mayor parte insolentes y licenciosos, y
as sus argumentos quedaban desprovistos de fuerza
por el escndalo de sus vidas, que la gentry 23 y los
hombres de buena educacin perciban con facilidad.
Y, estando el Parlamento integrado por ese tipo de
personas, estaba dispuesto a quitarles su poder; cosa
que por lo general no disgustaba al pueblo llano, que
por inveterada costumbre amaba a los Parlamentos.
En segundo lugar, la doctrina de Lutero, que haba
aparecido poco antes, era ahora tan bien recibida por
un gran nmero de personas del mayor juicio que no
haba esperanza alguna de restaurar al Papa en su po
der mediante rebelin. En tercer lugar, que las rentas
de las abadas y de todas las dems casas religiosas
cayeran en manos del rey, y que l dispusiera de ellas
entre los gentileshombres ms eminentes de cada
condado, no poda hacer sino que stos se esforzaran
todo lo posible por confirmarse en la posesin de las
mismas. En cuarto lugar, el rey Enrique era por natu
raleza rpido y severo en castigar al primero que se
opusiera a sus designios. Finalmente, en cuanto a una
invasin desde fuera en caso de que el Papa hubiera
23 Como es sabido, gentry designa a la clase de los grandes ha
cendados y la pequea nobleza rural.

dado el reino a otro prncipe, ello habra sido en


vano, pues Inglaterra es un reino de distinto tipo que
Navarra. Adems, en esa poca las fuerzas francesas
y espaolas se estaban empleando la una contra la
otra; y, aunque hubieran estado ociosas, tal vez no ha
bran tenido ms xito que el que ms tarde tuvieron
los espaoles en 158824. Sin embargo, pese a la inso
lencia, avaricia e hipocresa del clero de entonces, y
pese a la doctrina de Lutero, si el Papa 110 hubiera
provocado al rey intentando contrariar su casamiento
con su segunda esposa, puede que su autoridad se hu
biera mantenido en Inglaterra hasta surgir alguna otra
querella.
R. Pero los obispos de entonces, que haban pres
tado un juramento en el que entre otras cosas se deca
que defenderan y mantendran los derechos regios25
de San Pedro (las palabras son Regala Sancti Petri,
aunque algunos han dicho que eran regulas Sancti
Petri, es decir, las reglas o doctrina de San Pedro, y
que ms tarde, estando tal vez escrito en abreviatura,
el clero, por error favorable al Papa, ley regala) los
obispos, digo, no se opusieron a esa acta del Parla
mento que iba contra el Papa, as como al juramento
de supremaca?
A. No. No veo que hubiera muchos obispos que
se opusieran al rey; pues, al carecer de poder sin l,
habra sido una gran imprudencia provocar su clera.
Adems por aquel entonces haba una controversia
entre el Papa y los obispos, quienes en su mayor parte
mantenan que ejercan su jurisdiccin episcopal por
derecho divino, tan directamente como el mismo
Papa la ejerca sobre toda la Iglesia. Y como vean
que mediante esa acta del rey en el Parlamento ya no
deberan su poder al Papa, y no se les ocurri pensar
24 Ao del desastre de la Armada Invencible enviada por Felipe
II contra las costas inglesas.
25 Regal rights. En Ed. M. se lee, en cambio, legal rights.

que lo deban al rey, tal vez prefirieron dejar que esa


acta del Parlamento fuera aprobada. En el reinado de
Eduardo VI la doctrina de Lutero arraig de tal mane
ra en Inglaterra que rechazaron tambin muchos de
los nuevos artculos de fe del Papa, que su sucesora,
la reina Mara, restaur junto con todo lo que haba
abolido Enrique VIII, excepto lo que no poda ser
restaurado: las casas religiosas. Y los obispos y el
clero del rey Eduardo en parte fueron quemados por
herejes, en parte huyeron y en parte se retractaron. Y
los que huyeron se dirigieron a aquellos lugares de
ultramar donde la religin reformada o era protegida
o no era perseguida; y a la muerte de la reina Mara
volvieron a obtener favor y medro bajo la reina Isa
bel, que restaur la religin de su hermano el rey
Eduardo. Y as ha continuado hasta el da de hoy, si
se excepta la interrupcin que ha tenido lugar en
esta reciente rebelin de los presbiterianos y otros de
mcratas. Pero, aunque la religin romana estaba
ahora proscrita por ley, haba sin embargo muchas
personas, muchas de ellas pertenecientes a la nobleza,
que seguan manteniendo la religin de sus antepasa
dos, y que, al no sentirse muy importunadas en pun
tos de conciencia, no eran, por propia inclinacin,
muy molestas para el gobierno civil. Pero la prctica
secreta de los jesuitas y otros emisarios de la Iglesia
de Roma, hizo que fueran menos pacficas de lo que
deban; y llev a algunas de esas personas a aventu
rarse en el acto ms horrible de que nunca antes se
haba tenido noticia, me refiero a la Traicin de la
Plvora26. Y a cuenta de ello se ha considerado a los
26 El autor se refiere aqu a la llamada Conspiracin de la Pl
vora, un complot, atribuido a los jesuitas, para volar el 5 de no
viembre de 1605 el Parlamento, cuando se encontraba reunido con
Jacobo I, la reina y el heredero. Pocos meses ms tarde el Parla
mento estableci esa fecha como da de accin de gracias. Desde
entonces, con la denominacin de noche de Guy Fawkes (el

papistas de Inglaterra como hombres que no tendran


empacho alguno en provocar aqu cualquier desorden
que hiciera posible la restauracin de la autoridad del
Papa. Por eso los he incluido entre las enfermedades
que aquejaban al Estado de Inglaterra en los tiempos
de nuestro difunto rey Carlos.
B. Veo que Monsieur Mornay du Plessis y el Dr.
Morton, obispo de Durham, tenan razn cuando al es
cribir sobre el avance del poder del Papa titularon sus
libros, el uno Ei Misterio de la Iniquidad11, y el otro
La Gran Impostura 28. Pues creo que nunca hubo en el
mundo mayor fraude; y me pregunto si los reyes y Es
tados de la cristiandad nunca se dieron cuenta de ello.
A. Es evidente que se dieron cuenta. Cmo, si
no, osaron hacer la guerra al Papa, como realmente
hicieron 29, e incluso alguno de ellos le expuls de
Roma -y le hizo prisionero? Pero, si hubieran querido
liberarse de su tirana, tendran que haberse puesto de
acuerdo y, como Enrique VIII, haberse hecho cada
uno de ellos cabeza de la Iglesia en sus respectivos
dominios. Pero, al no ponerse de acuerdo, dejaron
que continuara el poder del papa, esperando cada cual
hacer uso del mismo contra su vecino, cuando se pre
sentara la ocasin.
nombre del ms sealado de los conspiradores), el acontecimiento
se sigue conmemorando en Inglaterra.
27 Philippe de Mornay, seor du Plessis-Marly conocido tambin
como Duplessys-Momay (1549-1623), activo apologista en Fran
cia de la causa protestante durante las guerras de religin, estuvo a
punto de sucumbir en la noche de San Bartolom. Conocido
como el papa hugonote, public numerosos escritos polmicos.
Se le atribuye la autora de Vindicia- contra tyrannos. La obra a la
que se refiere Hobbes fue traducida al ingls en 1612 con el ttulo
The Mysterie of inic/uitie, that is to say the Historie ofPapacy.
28 Thomas Morton (1564-1659), arzobispo anglicano, amigo de
John Donne, en asociacin con el cual escribi panfletos polmicos
contra los catlicos, en particular en defensa del voto de lealtad
exigido por Jacobo I como cabeza de la Iglesia de Inglaterra. The
Great Impostare of the Now Church o f Rome es de 1626.
29 El inciso como realmente hicieron falta en Ed. M.

B.
Ahora, por lo que se refiere a esa otra enfer
medad producida por ios presbiterianos, cmo lleg
a ser tan grande su poder, no siendo ellos en su mayor
parte ms que pobres hombres de letras?30
A. La consecuencia de la controversia entre la
Iglesia papista y las reformadas no poda ser otra que
la de hacer que cada cual examinara lo mejor que pu
diera quin tena razn con arreglo a las Escrituras. Y
con ese fin se las tradujo a las lenguas vulgares;
mientras que antes no se permita traducirlas, ni que
las leyera nadie que no estuviera expresamente auto
rizado. Pues el Papa hizo respecto de las Escrituras lo
mismo que Moiss respecto del Monte Sina: Moiss
no toleraba que nadie subiera al monte a or hablar a
Dios o a contemplarle, salvo aquel a quien l llevara
consigo31; y el Papa no toleraba que hablara con Dios
en las Escrituras nadie que no tuviera en s mismo
algo del espritu del Papa, gracias a lo cual pudiera
confiarse en l.
B. Desde luego Moiss obr en esto muy cuerda
mente, y en consonancia con el mandato divino.
A.
Sin duda; y los resultados lo han hecho paten
te. Pues, una vez que la Biblia se tradujo al ingls,
cualquier hombre, qu digo, cualquier mozo o moza
que supiera leer en ingls, crea hablar con Dios todo
poderoso y entender lo que deca cuando, a razn de
cierto nmero de captulos por da, se haba ledo una
o dos veces las Escrituras. Y, as32, se abandon la re
verencia y la obediencia debidas aqu a la Iglesia re
formada y a sus obispos y pastores, y todo el mundo
se convirti en juez en materia de religin y en su
propio intrprete de las Escrituras.
30 Aqu y en adelante traduzco scholar por hombre de letras,
aunque tambin podra servir estudioso, erudito, e incluso, tal
vez, intelectual .v~
31 Vid. xodo, 19, 12 y 23-24.
32 Y as falta en Ed. M.

B. Y acaso no era eso lo que pretenda la Iglesia


de Inglaterra? Con qu otro fin me recomendaron la
Biblia si no pretendan que la convirtiera en la regla
de mis acciones? Si no, podan haberla mantenido,
aunque abierta para ellos mismos, precintada para m
en hebreo, griego y latn, y haberme alimentado con
ella en la medida en que ello fuera necesario para la
salvacin de mi alma y la paz de la Iglesia.
A. Admito que esa licencia de interpretar la Es
critura fue la causa de tan diversas sectas como las
que estuvieron ocultas hasta el comienzo del reinado
del difunto rey, y que entonces aparecieron para per
turbacin de la repblica. Pero volvamos a nuestra
historia. Aquellos que huyeron por causa de la reli
gin en tiempos de la reina Mara, residieron en su
mayor parte en lugares donde la religin reformada
era profesada y gobernada por una asamblea de mi
nistros, de los que adems, a falta de mejores estadis
tas, se haca no poco uso en asuntos de gobierno ci
vil. Lo cual agrad tanto a los protestantes ingleses y
escoceses que vivan entre ellos, que a la vuelta dese
aron que en sus propios pases se rindiera el mismo
honor y reverencia al ministerio eclesistico. Y en
Escocia (siendo a la sazn el rey Jacobo todava jo
ven) pronto lo consiguieron, con ayuda de algunos
miembros de la poderosa nobleza. Tambin los que
volvieron a Inglaterra a comienzos del reinado de la
reina Isabel intentaron hacer aqu lo mismo, pero
nunca pudieron llevarlo a efecto hasta la ltima rebe
lin, y no sin la ayuda de los escoceses. Y, no bien se
llev a efecto, volvieron a ser derrotados por las otras
sectas, que gracias a las prdicas de los presbiterianos
y a la interpretacin privada de la Escritura florecie
ron en gran nmero.
B. Ya s que al comienzo de la ltima guerra el
poder de los presbiterianos era tan grande que goza
ban de la devocin no slo de casi todos los ciudada
nos de Londres, sino tambin de la inmensa mayora
de los de las otras ciudades y villas de mercado. Pero

todava no me habis dicho con qu arte y a travs de


qu etapas llegaron a ser tan fuertes.
A.
No fueron sus solas artes las que lo hicieron
sino que contaron con el concurso de un gran nmero
de gentileshombres que deseaban un gobierno popu
lar en el Estado civil no menos que esos ministros lo
deseaban en la Iglesia. E, igual que stos en el plpito
atraan al pueblo a sus opiniones y le llevaban a de
testar el gobierno de la Iglesia, los cnones y el Libro
de la Plegaria Comn-33, as los otros le hacan amar
la democracia con sus arengas en el Parlamento y con
sus discursos y conversaciones con el pueblo en el
pas, ensalzando continuamente la libertad y vitupe
rando la tirana, y dejando que el pueblo coligiera que
esa tirana era el actual gobierno del Estado. E, igual
que los presbiterianos llevaron consigo su teologa
desde las universidades a las iglesias, as muchos de
los gentileshombres llevaron sus teoras polticas des
de las universidades al Parlamento. Pero en los tiem
pos de la reina Isabel ninguno de ellos lo hizo muy
descaradamente. Y aunque no es muy probable que
todos ellos obraran con malicia, sino muchos de ellos
por error, lo cierto es que los principales cabecillas
eran ministros ambiciosos y ambiciosos gentileshom
bres: los ministros envidiando la autoridad de los
obispos, a los que tenan por menos doctos, y los gen
tileshombres envidiando el Consejo Privado y a los
principales cortesanos34, a los que tenan por menos
33 El Common-Prayer-Book (o Book ofCommon Prayer) fue in
troducido en 1549 por Eduardo VI como libro litrgico oficial de
la iglesia de Inglaterra. Cromwell expres su oposicin al mismo
ya en el Parlamento de 1628-1629, y de hecho dej de estar en vi
gor en el perodo de la Commonwealth y el Protectorado. Tras la
Restauracin, en 1662, volvi a ponerse en vigor, y con alteracio
nes de diversa importancia ha subsistido hasta nuestros das. El
empeo de Lad de imponer su observancia en Escocia contribuy
grandemente a deteriorar las difciles relaciones de Carlos I con los
escoceses.
34 En Ed. M. falta y a los principales cortesanos.

sabios que ellos mismos. Pues es difcil que quienes


tienen un alto concepto de sus propios talentos, y ms
cuando han adquirido instruccin universitaria, se
persuadan de que carecen de alguna de las capacida
des requeridas para el gobierno de una repblica, es
pecialmente si han ledo las gloriosas historias y las
sentenciosas teoras polticas de los antiguos gobier
nos populares de los griegos y los romanos, entre los
cuales los reyes eran odiados y motejados con el
nombre de tiranos, mientras que al gobierno popu
lar se le dispensaba el nombre de libertad, pese a
que ningn tirano fue nunca tan cruel como una
asamblea popular. Los ministros presbiterianos, al co
mienzo del reinado de la reina Isabel, no predicaron
pblica y abiertamente35 contra la disciplina de la
Iglesia, porque no se atrevieron. Pero no mucho des
pus, tal vez gracias al favor de algn cortesano im
portante, se lanzaron a predicar en la mayor parte de
las villas de mercado de Inglaterra en las maanas de
los das laborables, como antes hacan los frailes pre
dicadores. Y en esos sermones ellos y otros que ten
an a su cargo la cura de almas y que compartan esos
mismos principios se aplicaron enteramente, tanto
por la forma como por la materia de sus prdicas, a
ganarse la simpata del pueblo hacia sus doctrinas y
la buena opinin hacia sus personas.
Y en primer lugar, por lo que se refiere a la forma
de predicar, arreglaban su porte y su gesto al subir al
plpito, y su pronunciacin en la plegaria y el ser
mn, y empleaban la palabra de la Escritura (tanto si
el pueblo la entenda como si no) de tal modo que
ningn trgico en todo el mundo poda haber repre
sentado mejor el papel de hombre enteramente piado
so; tanto ms cuanto que quien no estuviera familiari
zado con ese arte nunca poda sospechar que se
trajeran entre manos una conspiracin para suscitar la
35 En Ed. M. falta y abiertamente.

sedicin contra el Estado, tal como haban planeado,


ni que la vehemencia de su voz (pues las mismas pa
labras, dichas con la pronunciacin habitual, habran
tenido poca fuerza) y lo forzado de su gesto y trazas
pudieran proceder de otra cosa que del celo en el ser
vicio de Dios. Y con ese arte obtuvieron tal crdito
que multitud de hombres tomaron la costumbre de sa
lir de sus parroquias y ciudades los das de trabajo,
dejando su profesin, y los domingos dejando sus
propias Iglesias, para orles predicar en otros lugares,
y la de despreciar a sus propios predicadores y a to
dos los dems predicadores que no actuaban tan bien
como ellos. Y en cuanto a los ministros que no solan
predicar, sino que en lugar de sermones lean al pue
blo las homilas sealadas por la Iglesia, los tenan
por perros mudos36, y as los llamaban.
En segundo lugar, en cuanto a la materia de sus
sermones, como la clera del pueblo por la reciente
usurpacin romana estaba todava fresca, vean que
no podan congraciarse mejor con l que predicando
contra aquellos otros puntos de la religin romana
que los obispos no haban condenado an; y que ale
jndose as del papismo ms que los obispos, podan
con gloria para ellos mismos dejar caer sobre los
obispos la sospecha de que todava no estaban bien
purgados de idolatra.
En tercer lugar, antes de sus sermones, su plegaria
era o pareca ser ex tempore: pretendan que les era
dictada por el espritu de Dios que habitaba en ellos;
y muchos del pueblo lo crean o parecan creerlo.
Pues cualquiera que tuviera juicio poda ver que pre
viamente no se preocupaban de lo que deban decir
36 En el original, dumb dogs. La expresin debi de alcanzar
cierta popularidad durante el siglo xvri. Segn el Oxford Engl.
Dict., Wycliff debi de emplearla remitindose a Isaas, 56, 10:
Los guardianes estn ciegos y no se dan cuenta de nada, son pe
rros mudos incapaces de ladrar.

en sus plegarias. Y de ah provino la aversin por el


Libro de la Plegaria Comn, que es un formulario
fijo y premeditado para que los hombres puedan ver a
qu han de decir amn.
En cuarto lugar, en sus sermones nunca condena
ban, o slo muy levemente, los vicios lucrativos de
los hombres dedicados al comercio o la artesana, ta
les como el fingimiento, la mentira, la trapacera, la
hipocresa y otras faltas de caridad, excepto la falta
de caridad para con sus pastores y los fieles, lo cual
era muy cmodo para la generalidad de los ciudada
nos 37 y habitantes de las villas de mercado, y de no
poco provecho para s mismos.
En quinto lugar, predicando la opinin de que los
hombres podan estar seguros de su salvacin por el
testimonio de su propio espritu privado, queriendo
decir con'ello el Espritu Santo que habitaba en ellos.
Y, a partir de esta opinin, aqullos que encontraban
en s mismos suficiente odio hacia los papistas, y que
al volver a casa se sentan capaces de repetir los ser
mones de esos hombres, no albergaban duda alguna
de que tenan todo lo necesario, por ms fraudulenta
y malvolamente que se condujeran con aquellos de
sus prjimos que no se contaban entre los santos38, y
a veces incluso con stos.
En sexto lugar, a menudo atacaban realmente con
gran seriedad y severidad dos pecados, los deseos
carnales y el jurar en vano, lo que sin duda estaba
bien. Pero con ello el pueblo llano se inclin a creer
que nada era pecado excepto lo prohibido por el ter
37 Ha de tenerse en cuenta que por regla general en Hobbes C iti
zen designa al habitante de una city (y en el Behemoth como se
ver, en muchas ocasiones simplemente al habitante de la city de
Londres) y no al miembro de un Estado. Para referirse a este lti
mo, nuestro autor suele emplear ms bien el trmino subject (sb
dito).
38 En el siglo x v ii sola llamarse santos a los miembros de las
congregaciones puritanas.

cero y el sexto mandamiento (pues pocos hombres


entienden bajo el nombre de deseo39 otra concupis
cencia que la prohibida por el sexto mandamiento,
pues no es corriente decir que los hombres tienen de
seo por el ganado u otros bienes o posesiones de
otro). Y, por tanto, nunca tuvieron muchos escrpulos
con los actos de fraude y malevolencia, sino que pro
curaban estar libres slo de impureza, o al menos de
escndalo por causa de ella. Y al sostener e inculcar
en sus sermones y escritos que eran pecado ya los
primersimos movimientos de la mente, es decir, el
deleite que los hombres y las mujeres experimenta
ban a la vista de la forma del otro, incluso si se refre
naba su avance de modo que no llegara a convertirse
en intencin, llevaban a los jvenes a la desespera
cin y a creerse condenados, porque no podan (como
ningn hombre puede, y es contrario a la constitucin
de la naturaleza) contemplar un objeto deleitoso sin
sentir deleite. Y de ese modo se convirtieron en con
fesores de quienes as se vean con problemas de con
ciencia, y que les obedecan como a doctores espiri
tuales suyos en todos los casos de conciencia.
B.
Pero varios de ellos predicaron con frecuencia
contra la opresin.
A.
Es verdad; lo haba olvidado. Pero lo hacan
ante quienes estaban bastante libres de ella; quiero
decir, ante el pueblo llano, que fcilmente se creera
oprimido y nunca opresor. Y por eso podis contarlo
entre las artimaas de que se sirvieron para hacer cre
er al pueblo que estaba oprimido por el rey, o tal vez
por los obispos, o por ambos, y poner a los ms hu
mildes de su parte ms tarde, cuando llegara la oca
sin. Pero esto se hizo en medida muy escasa en
tiempos de la reina Isabel, cuyo recelo y suspicacia
teman. Y todava no tenan gran poder en el Parla
39 Deseo traduce aqu lust, que tambin podra verterse por
lujuria o lascivia.

ment para poner en cuestin su prerrogativa median


te peticiones de derecho y otros expedientes, como
hicieron ms tarde, cuando los gentileshombres de
mcratas los recibieron en sus consejos con el desig
nio de cambiar el gobierno monrquico en popular, al
que denominaban libertad.
B.
Quin habra de pensar que designios tan ho
rribles pudieran permanecer con tanta facilidad y por
tanto tiempo ocultos tras el manto de la piedad? Pues
con la guerra, a la que estos modos de proceder abo
caron, y con los impos actos que se cometieron en
esa guerra se puso sobradamente de manifiesto que
eran los ms impos hipcritas. Pero cundo apare
ci por primera vez en el Parlamento la intentona de
un gobierno popular, y por quin?
A.
En cuanto al momento en que se intent cam
biar el gobierno monrquico en democrtico, tenemos
que distinguir. No pusieron en cuestin la soberana
de forma clara, y con ese nombre, hasta que mataron
al rey; ni pusieron en tela de juicio los derechos parti
culares que la integran hasta que los tumultos suscita
dos en Londres contra el rey le alejaron de esa ciudad
e hicieron que por razones de seguridad personal
se retirara a York40, donde no pasaron muchos das
antes de que se le enviaran las diecinueve propo
siciones41, una docena de las cuales eran demandas
de diversos poderes que formaban parte esencial del
poder soberano. Pero con anterioridad haban exigido
algunos de ellos en una peticin que denominaron
Peticin de Derecho42, a la que, sin embargo, el rey
40 En marzo de 1642.
41 De 1 de junio de 1642.
42 La Petition ofRight de 7 de junio de 1628. Presionado por la
necesidad de obtener subsidios para la guerra con Francia y Espa
a, Carlos I termin prestando su asentimiento a la Petition, en
buena medida obra de sir Edward Coke, en la que se le exiga no
imponer exacciones sin consentimiento del Parlamento, no encar
celar a ningn sbdito sin el debido proceso, no alojar a los sida-

haba accedido en un Parlamento anterior aunque con


ello se privaba a s mismo no slo del poder de recau
dar dinero sin su consentimiento, sino tambin de la
renta ordinaria que perciba por los derechos arance
larios de tonnage and poundage 43, y de la facultad de
detener a quienes creyera capaces de perturbar la paz
y suscitar la sedicin en el reino. En cuanto a quines
lo hicieron, baste decir que eran miembros del ltimo
Parlamento y de algunos otros Parlamentos de co
mienzos del reinado del rey Carlos y finales del del
rey Jacobo; pero no es necesario nombrarlos a todos
ellos a menos que el relato lo exija. La mayor parte
de ellos eran miembros de la Cmara de los Comu
nes; tambin unos pocos de la de los Lores; pero to
dos tenan una gran opinin de su suficiencia en pol
tica, y crean que el rey no la tena suficientemente en
cuenta.
B.
Cmo fue capaz el Parlamento de empezar la
guerra, teniendo el rey en su poder una gran flota,
gran nmero de soldados entrenados y todos los de
psitos de municiones?
A. Es cierto que el rey tena esas cosas por dere
cho; pero eso poco significa cuando quienes tenan la
custodia de la flota y de los polvorines, y con ellos a
todos los soldados entrenados, y en cierto modo a to
dos sus sbditos, se haban convertido en sus enemi
gos gracias a las prdicas de los ministros presbiteria
nos y a los chismes sediciosos de polticos falsos e
ignorantes; y cuando el rey no poda tener ms dinero
dos en casas particulares y no aplicar la ley marcial en tiempos de
paz. (El texto se recoge como documento nm. 10 en The Constitutional Documents of the Puritan Revolution. 1625-1660, editados
por S. R. Gardiner, 3.a ed., Clarendon, Oxford, 1906. En adelante
remitimos a esta obra con la referencia Documents.)
43 Se trata de derechos arancelarios sobre el volumen y el valor
de las importaciones. Contrariando la costumbre de concederlos vi
taliciamente a cada nuevo rey, el primer Parlamento de Carlos 1
(1625) slo los acord por un ao. En respuesta el rey disolvi el
Parlamento.

que el que le concediera el Parlamento, y que podis


estar seguro de que no sera suficiente para mantener
su poder regio, que ellos intentaban arrebatarle. Y. sin
embargo, creo que nunca se habran aventurado a sa
lir al campo de batalla si no hubiera sido por ese des
dichado asunto de imponer a los escoceses, que eran
todos presbiterianos, nuestro Libro de la Plegaria
Comn. Pues creo que los ingleses nunca habran vis
to bien que el Parlamento hiciera la guerra al rey, con
una provocacin cualquiera, a menos que fuera en de
fensa propia si el rey les hubiera hecho antes la gue
rra a ellos. Y por eso les correspondi a ellos provo
car al rey para que hiciera algo que pudiera tener
visos de hostilidad44.
En el ao 1637 ocurri que el rey, dicen que por
consejo del arzobispo de Canterbury45, hizo llegar a
Escocia un Libro de la Plegaria Comn , que en sus
tancia no difera del nuestro, ni siquiera en las pala
bras, excepto que pona presbtero en lugar de mi
nistro, ordenando que, para conformidad con este
reino, fuera empleado por los ministros escoceses,
como forma ordinaria del servicio divino. Cuando se
ley esto en la iglesia de Edimburgo, caus tal tumul
to que el que lo ley a duras penas logr escapar con
vida. Y eso dio ocasin a que la mayor parte de la no
bleza y otros hicieran entre ellos, por propia autori
44 En Ed. M. no hay punto y aparte.
45 El Dr. Lad (1573-1645), arzobispo de Canterbury desde
1633, desde su posicin de consejero religioso del rey y con el
apoyo de sir Thomas Wentworth (luego conde de Strafford), ejer
ci un considerable influjo sobre Carlos I. Desde los tribunales es
peciales de la Cmara Estrellada y la Alta Comisin combati du
ramente a los puritanos. Por otra parte, su pretensin de imponer la
estricta observancia de las formas litrgicas inglesas agudiz las
tensiones con Escocia. Como se ver ms adelante, en 1640 fue
acusado de alta traicin y hecho prisionero en la Torre. El juicio,
impulsado entre otros por Prynne, el activista puritano que haba
sido objeto de su persecucin, concluy con la condena a la pena
capital. En 1645 muri decapitado.

dad, una alianza, que con impudicia denominaron


consultar con el rey. Cosa que al poco hicieron, ani
mados a ello por su propia confianza o porque algu
nos de los demcratas ingleses que en anteriores Par
lamentos haban sido quienes ms se haban opuesto
a los intereses del rey les aseguraron que el rey no se
ra capaz de reclutar un ejrcito para castigarles sin
convocar un Parlamento, el cual con toda seguridad
estara a favor de ellos. Pues lo que esos demcratas
pretendan sobre todo era forzar al rey a convocar un
Parlamento, cosa que no haba hecho desde haca
diez aos47, al no encontrar en los Parlamentos ante
riormente convocados ninguna ayuda, sino ms bien
obstculos, para sus proyectos. Pese a todo, contraria
mente a las expectativas de ellos, el rey, con ayuda de
aquellos de sus sbditos de la nobleza y de la gentry
que le eran ms afectos, se las ingeni para reclutar
un ejrcito que habra sido suficiente para reducir a
los escoceses a su anterior obediencia, si se hubiera
procedido a luchar. Y con ese ejrcito l mismo mar
ch a Escocia, donde tambin el ejrcito escocs fue
llevado al campo de batalla como si pretendiera pele
ar. Pero entonces los escoceses se dirigieron al rey pi
dindole licencia para que negociaran comisionados
de ambas partes. Y el rey, queriendo evitar la destruc
cin de sus propios sbditos, condescendi. El resul
tado fue la paz 4i; y acto seguido el rey march a

Alianza con D ios46, para deponer al episcopado sin

46 Covenant with God. La expresin tiene inequvocas resonan


cias bblicas. (Hacia el comienzo del cap. XVIII del Leviatn Hob
bes, en una inequvoca referencia al covenant escocs, refuta las
pretensiones de establecer una alianza con Dios sin la mediacin
de un soberano.) El National Covenant escocs lleva fecha de 27
de febrero de 1638, y con el n. 23 se encuentra recogido entre los
Documents de Gardiner.
47 En realidad fueron once aos: de 1629 a 1640.
48 La paz de Berwick de 15 de junio de 1639, que termin con la
llamada primera guerra de los obispos.

Edimburgo, donde aprob un acta del Parlamento a


satisfaccin de ellos.
B.
Y no confirm entonces el gobierno epis
copal?
A. No, sino que accedi a abolido. Pero de ese
modo los ingleses se vieron contrariados en su espe
ranza de un Parlamento. Mas los mencionados dem
cratas, antes opuestos a los intereses del rey, no deja
ron de seguir intentando llevar las dos naciones a la
guerra; y al final el rey no pudo comprar la ayuda del
Parlamento a menor precio que el de la soberana
misma.
B. Pero por qu la gentry y la nobleza de Esco
cia sentan tanta antipata hacia el episcopado? Pues
me cuesta creer que su conciencia fuera ms escru
pulosa de lo ordinario, ni que fueran tan grandes te
logos como para saber cul era la verdadera discipli
na eclesistica establecida por nuestro Salvador y sus
apstoles, ni que amaran tanto a sus ministros como
para ser regidos por ellos en el gobierno eclesistico
o civil. Pues en sus vidas perseguan, igual que los
dems, sus propios intereses y medros, en lo cual no
encontraban tanta oposicin en los obispos como en
sus ministros presbiterianos.
A.
En verdad no lo s. No puedo entrar en los
pensamientos de otros hombres ms all de donde me
lleva la consideracin de la naturaleza humana en ge
neral. Pero basndome en esa consideracin veo, en
primer lugar, que los hombres de rancia riqueza y no
bleza no son capaces de aguantar que pobres hombres
de letras sean sus iguales (como han de serlo cuando
se les hace obispos). En segundo lugar, que por emu
lacin de la gloria entre las naciones puede que dese
aran ver a su nacin afligida por una guerra civil, y
que, ayudando a los rebeldes aqu, esperaran adquirir
algn poder sobre los ingleses, al menos hasta el pun
to de establecer aqu la disciplina presbiteriana, que
fue tambin uno de los puntos que despus reclama
ron abiertamente. Finalmente, puede que esperaran

obtener en la guerra alguna gran suma de dinero


como recompensa por su ayuda, amn del gran botn
que ms tarde obtuvieron. Pero cualquiera que fuere
la causa de su odio hacia los obispos, derribarlos no
era su nico objetivo. Si lo hubiera sido, una vez que
el rgimen episcopal fue abolido por acta del Parla
mento, se habran quedado satisfechos, cosa que no
ocurri. Pues, tras el regreso del rey a Londres, los
presbitrianos y demcratas ingleses, con cuyo apoyo
ellos depusieron a los obispos de Escocia, creyeron
razonable obtener la ayuda de los escoceses para de
poner a los de Inglaterra. Y puede que con ese fin en
traran secretamente en tratos con los escoceses para
que no se dieran por satisfechos con esa pacificacin
con la que antes estaban contentos. Sea como fuere,
no mucho despus de que el rey volviera a Londres,
enviaron a alguno de sus amigos de la corte un docu
mento que, segn pretendan, contena las clusulas
de la mencionada pacificacin; un documento falso y
escandaloso que, segn he odo, fue quemado pbli
camente por orden del rey. Y de este modo ambas
partes volvieron a la misma situacin en la que se en
contraban cuando el rey cay encima con su ejrcito.
B.
Y de ese modo se tir un montn de dinero
para nada. Pero no me habis dicho quin era el gene
ral de ese ejrcito.
A. Ya os he dicho que estaba el rey en persona.
Quien mandaba por debajo de l era el conde de
Arundel, un hombre que no careca de valor ni de
buen juicio. Pero entrar en batalla o negociar tratados
eran cosas que no estaban en su poder, sino en el
del rey.
B. Era un hombre de la ms noble y leal familia,
cuyos antepasados ya haban infligido una gran de
rrota a los escoceses en su propio pas. Y con toda
probabilidad tambin l podra habrsela infligido
ahora si hubieran entrado en batalla.
A.
Ciertamente. Pero haberle hecho general por
esa razn fue una especie de supersticin, aunque

muchos generales antes han sido elegidos por la bue


na suerte que haban tenido sus antepasados en situa
ciones similares. En la larga guerra entre Atenas y
Esparta un general ateniense obtuvo muchas victorias
navales contra los espartanos, por lo que a su muerte
los atenienses eligieron a su hijo como general, pero
con malos resultados. Los romanos, que conquistaron
Cartago gracias al valor y direccin de Escipin,
cuando hubieron de volver a hacer la guerra en Africa
contra Csar eligieron a otro Escipin como general;
un hombre bastante valiente y sabio, pero que pereci
en la empresa. Y, para volver a nuestra propia nacin,
el conde de Essex hizo una afortunada expedicin a
Cdiz49; pero su hijo50, enviado ms tarde al mismo
lugar, nada pudo hacer. No es sino una supersticin
insensata esperar que Dios haya vinculado a un nom
bre o ua familia el xito en la guerra.
B.
Rota la pacificacin, qu sucedi a conti
nuacin?
A. El rey envi a Escocia al duque de Hamilton51
49 Robert Devereux, segundo conde de Essex (1567-1601), el
famoso cortesano favorito de Isabel I, fue, en efecto, quien dirigi
la espectacular expedicin sobre Cdiz de junio de 1596, que le
proporcion una extraordinaria popularidad.
50 Robert Devereux, tercer conde de Essex (1591-1646). La in
tervencin de Jacobo I en la anulacin de su matrimonio con Fran
cs Howard agri sus relaciones con el rey; y, como el mismo
Hobbes refiere ms adelante, sus desastres matrimoniales le aleja
ron de la vida de la corte. Particip activamente en la guerra de los
Treinta Aos, y fue vicealmirante en la fallida expedicin contra
Cdiz de 1625. En julio de 1642 fue nombrado comandante del
ejrcito parlamentario. Pese a la victoria de Edgehill, su trabajo mi
litar durante la guerra civil no fue muy feliz; y tras el fracaso de
Comualles (agosto de 1644) abandon el ejrcito reintegrndose a
su escao en el Parlamento.
51 James Hamilton, conde de Cambridge y duque de Hamilton
(1606-1649), realista escocs, durante un tiempo favorito de
Carlos 1. Este le encomend la tarea de negociar con los covenanters escoceses, tarea que concluy sin xito. Mantuvo una poltica
vacilante con Escocia, que le hizo sospechoso de aspirar a la coro
na escocesa: se ali con el conde de Argyll, uno de los cabecillas

con el encargo e instrucciones de convocar all un


Parlamento y hacer uso de todos los dems medios a
su alcance. Pero todo fue en vano. Pues los escoceses
estaban ahora resueltos a reclutar un ejrcito y entrar
en Inglaterra para entregar, as pretendan ellos, sus
quejas a su Majestad en una peticin; pues estando el
rey, decan, en manos de malos consejeros, no tenan
otro modo de hacer valer su derecho. Pero la verdad
es que a ello Ies animaron los ingleses demcratas y
presbiterianos con la promesa de una recompensa y la
esperanza de un botn. Algunos han dicho que tam
bin el duque de Hamilton hizo ms por animarles a
la expedicin que por disuadirles, como si esperara
que gracias al desorden de los dos reinos se aceptara
aquello de cuyo intento antes haba sido acusado, a
saber: hacerse rey de Escocia. Pero considero que
constituy una censura muy poco caritativa juzgar
con tan poca base tan duramente a un hombre que
ms tarde perdi la vida intentando conseguir la li
bertad del rey su seor. Habindose conocido esta re
solucin de los escoceses de entrar en Inglaterra, el
rey, necesitando dinero para reclutar un ejrcito con
tra ellos, se vea ahora, tal como deseaban aqu sus
enemigos, forzado a convocar un Parlamento52 que
habra de reunirse en Westminster el 13 de abril de
1640.
B.
Me parece que, si haba una ocasin en la que
un Parlamento de Inglaterra deba proporcionar dine
ro al rey, sa se presentaba ahora que ste se encon
traba en guerra con los escoceses, dado su inveterado
descontento para con esa nacin, que desde antiguo
siempre ha tomado el partido de sus enemigos los
de los covenanters, e intent mantener Escocia fuera de la guerra
civil. Perdida la confianza del rey, fue encarcelado por ste en
1644. Liberado por los parlamentarios, sigui fiel al rey, en favor
del cual reclut un ejrcito que fue derrotado en 1648 por Crom
well. Hecho prisionero por ste, fue ejecutado en marzo de 1649.
52 El llamado Parlamento Corto.

franceses, y que siempre ha considerado la gloria de


Inglaterra como un merma de la suya.
A. Es verdad que por lo general se ve que las na
ciones vecinas envidian cada una el honor de la otra,
y que la menos potente muestra la mayor malevolen
cia; pero eso no les impide ponerse de acuerdo en las
cosas a las que les lleva su comn ambicin. Y por
ello el rey no encontr ms sino menos ayuda en su
Parlamento, la mayora de cuyos miembros en sus
discursos ordinarios pareca preguntarse por qu el
rey haba de hacer la guerra a los escoceses, a quienes
en ese Parlamento a veces llamaban sus hermanos los
escoceses. Pero en lugar de entrar a considerar el
asunto planteado por el rey, que era recaudar dinero,
volcaron su atencin sobre la reparacin de agravios,
y especialmente sobre aquellas formas de recaudar
dinero que el rey se haba visto forzado a emplear du
rante el anterior intervalo entre parlamentos, tales
como el ship-money 53, el impuesto sobre la caballera
y otras parecidas prebendas54 (como podemos llamar
las) del cargo regio, que los juristas han considerado
justificables por los antiguos registros del reino. Ade
ms, se volcaron sobre las acciones de diversos mi
nistros de Estado, aunque se hubieran ejecutado por
53 Unas pginas ms abajo el mismo Hobbes explica el signifi
cado de este impuesto. Se trata de un impuesto de origen medieval,
y no parlamentario, que en principio gravaba las ciudades costeras y
estaba destinado a allegar fondos para la defensa naval en tiempo
de guerra. Carlos I, que, al haber suspendido durante once aos los
Parlamentos, careca de fuentes de ingresos parlamentarios, no slo
recurri a este gravamen, sino que procedi a una extensin de su
alcance: interpret que la mera posibilidad de guerra (y no slo una
situacin de inminente emergencia) autorizaba la exaccin, aumen
t la carga tributaria, extendi la aplicacin del impuesto a todas
las ciudades, y finalmente hizo saber su intencin de convertirlo en
impuesto general y permanente. En 1641 el Parlamento Largo lo
declar ilegal.
54 Vails. Prebendas ha de tomarse aqu en un sentido extensi
vo y no tcnico. El trmino vails en este pasaje designa beneficios
ms o menos ocasionales vinculados a un cargo o posicin.

orden y con autorizacin del rey. Hasta el punto de


que el dinero necesario para esa guerra (si es que hu
bieran concedido alguno, cosa que nunca pretendie
ron hacer) habra llegado demasiado tarde, antes de
que hubieran entrado en los asuntos para los que ha
ban sido convocados. Es verdad que se mencion
una suma de dinero que habra de ser dada al rey, por
va de negociacin, para que renunciara a su derecho
al ship-money y a alguna otra de sus prerrogativas,
pero si se mencion t'ue sin determinar una suma, y
tan raramente que era intil que el rey esperara tener
xito alguno. Y por consiguiente el 5 del siguiente
mes de mayo lo disolvi.
f. De dnde entonces sac el rey dinero para re
clutar su ejrcito y pagarle?
A. Por segunda vez se vio forzado a acudir a la no
bleza y a la gentry, que contribuyeron, unos ms otros
menos, segn el tamao de sus haciendas; pero entre
todos ellos reunieron un ejrcito realmente suficiente.
B. Parece, pues, que los mismos que estorbaron
sus intereses en el Parlamento, ahora fuera del Parla
mento los promovieron todo lo que pudieron. Por
qu razn?
A. La gran mayora de los lores del Parlamento y
de la gentry de toda Inglaterra era ms afecta a la mo
narqua que a un gobierno popular, pero no hasta el
punto de tolerar or hablar del poder absoluto del rey.
Esto hizo que durante el Parlamento les fuera fcil con
descender a recortrselo y a llevar al gobierno a una
monarqua mixta, como ellos la llamaban, en la que la
soberana absoluta estuviera repartida entre el rey, la
Cmara de los Lores y la Cmara de los Comunes.
B. Pero cmo, si no pueden ponerse de acuerdo?
A. Creo que nunca pensaron en ello. Pero estoy
seguro de que nunca pretendieron que la soberana
estuviera enteramente en una de las Cmaras o en las
dos. Adems se sentan remisos a abandonar al rey
cuando se vea invadido por extranjeros; pues consi
deraban a los escoceses nacin extranjera.

B.
Me resulta extrao que no siendo Inglaterra y
Escocia sino una sola isla, y siendo su lengua casi la
misma, y estando gobernadas por un mismo rey se
hayan de considerar extranjeras entre s. Los romanos
fueron los amos de muchas naciones; y, para obligar
las tanto ms a obedecer los edictos y las leyes que se
les dirigan desde la ciudad de Roma, consideraron
apropiado hacerlas a todas romanas, y promocional',
incluso como senadores de Roma, a personas proce
dentes de diversas naciones, como Espaa, Alemania,
Italia y Francia, a las que consideraban merecedoras
de ello, y otorgar a todo el pueblo llano los privile
gios de la ciudad de Roma, con lo que se protegieron
de las contumelias de las otras naciones en las que re
sidan. Por qu los escoceses y los ingleses no se
unificaron de la misma forma en un solo pueblo?
A. Al'acceder a la Corona de Inglaterra, el rey Jacobo lo intent, pero sin xito. Pese a todo, creo que
los escoceses tienen ahora tantos privilegios en Ingla
terra como los que tuvo en Roma cualquiera de esas
naciones que, como decs, fueron hechas romanas.
Pues todos ellos se han naturalizado y tienen derecho
a comprar tierras en Inglaterra para s y para sus here
deros.
B. Eso es verdad en relacin con quienes nacie
ron en Escocia despus de que el rey Jacobo entrara
en posesin del reino de Inglaterra.
A. Quedan ya muy pocos que hubieran nacido
antes. Pero por qu tienen un mejor derecho los que
nacieron despus que los que nacieron antes?
B. Porque nacieron como sbditos del rey de In
glaterra, y los otros no.
A. Acaso los otros no nacieron como sbditos
del rey Jacobo? Y acaso l no era rey de Inglaterra?
B. S, pero no por entonces 55.
55 Jacobo fue rey de Escocia (como Jacobo VI) desde 1567, y de
Inglaterra (como Jacobo I) desde 1603.

A. No entiendo la sutileza de esa distincin. Pero


en qu ley se fundamenta esa distincin? Existe al
gn estatuto a tal efecto?
B. No puedo decirlo. Creo que no; sino que se
basa en la equidad.
A. Poca equidad veo yo en que naciones que es
tn obligadas a igual obediencia al mismo rey no ha
yan de tener iguale^ privilegios. Y, puesto que quedan
tan pocos que hubieran nacido antes de la llegada del
rey Jacobo, qu ms privilegios que los escoceses
tenan los romanos injertados al naturalizarse en el
Estado de Roma, o los ingleses mismos en el Estado
de Inglaterra?
B. Esos romanos cuando estaban en Roma tenan
voz a la hora de hacer las leyes.
A.
Y los escoceses tienen sus Parlamentos, en los
que se requiere su asentimiento a las leyes que all se
elaboran, lo cual viene a ser lo mismo. Acaso no tie
nen muchas de las provincias de Francia sus respecti
vos Parlamentos y constituciones? Y, sin embargo, to
das ellas son igualmente sbditas naturales del rey de
Francia. Por ello creo, por mi parte, que tanto los in
gleses como los escoceses se equivocaban al llamarse
unos a otros extranjeros. Sea lo que fuere, el rey tuvo
un ejrcito muy suficiente, con el cual march hacia
Escocia. Y, ms o menos cuando llegaba a York, el
ejrcito escocs formaba en las fronteras listo para
entrar en Inglaterra; cosa que luego tambin hicieron,
proclamando a lo largo del camino que su marcha no
perjudicara al pas y que su misin era slo entregar
al rey una peticin para que se reparasen muchas pre
suntas injurias recibidas de aquellos cortesanos cuyo
consejo ms haba seguido el rey. As atravesaron
Northumberland tranquilamente, hasta que llegaron a
un vado del ro Tyne, un poco por encima de New
castle, donde encontraron una pequea oposicin de
una parte del ejrcito del rey enviada all a detenerlos
y a la que los escoceses vencieron con facilidad. Y,
una vez que pasaron, se apoderaron de Newcastle y,

un poco ms adelante, de la ciudad de Durham. Y


transmitieron al rey su deseo de negociar, cosa que
les fue concedida; y los comisionados de ambas par
tes se encontraron en Ripon. La conclusin fue que
todo sera remitido al Parlamento56 que el rey convo
cara para reunirse en Westminster el 3 de noviembre
siguiente del mismo ao de 1640; y, hecho esto, el
rey volvi a Londres.
B. Y con ello se licenciaron las tropas?
A. No. El ejrcito escocs haba de ser costeado
por los condados de Northumberland y Durham,
mientras que el rey haba de pagar al suyo hasta que
el Parlamento acordara la disolucin de ambos.
B. De ese modo en realidad los dos ejrcitos se
mantenan a costa del rey, y toda la disputa haba de
decidirse por un Parlamento casi enteramente presbi
teriano y tan parcial en favor de los escoceses como
stos pudieran haber deseado.
A.
Y pese a todo no se atrevieron a hacer la gue
rra al rey. En el corazn del pueblo anidaba an tanta
reverencia hacia l como para haber resultado odio
sos si hubieran proclamado sus intenciones. Necesita
ban un pretexto u otro para hacerles creer que el rey
era el primero en hacer la guerra al Parlamento. Y
adems no le haban desacreditado lo bastante, a l y
sus acciones 57, en sermones y panfletos, ni haban
alejado de l a quienes ellos crean que mejor podan
aconsejarle. Por consiguiente, resolvieron proceder
con l como cazadores expertos: primero, aislarle me
diante hombres dispuestos por todas partes para lle
varle con su alboroto ''8 a campo abierto, y a continua
cin, en caso de que pareciera que se revolva, llamar
a eso una declaracin de guerra contra el Parlamento.
Y en primer lugar pusieron en cuestin lo que se
56 El llamado Parlamento Largo.
57 En Ed. M. falta y sus acciones.
58 En Ed. M. falta con su alboroto.

haba predicado o escrito en defensa de cualesquiera


de aquellos derechos que, perteneciendo a la Corona,
ellos pretendan usurpar y arrebatar al rey; tras lo cual
unos pocos predicadores y escritores fueron hechos
presos o se vieron forzados a huir59. Como el rey no
les protegi, procedieron a poner en cuestin algunas
de las acciones del mismo rey a travs de sus minis
tros, a algunos de los cuales apresaron, mientras que
otros huyeron cruzando el mar. Y dado que algunas
personas que haban intentado mediante libros y ser
mones provocar la sedicin, y que haban cometido
otros grandes crynenes, haban sido reprobadas por el
consejo real en la Cmara Estrellada y encarceladas,
el Parlamento, por su propia autoridad, orden, al pa
recer con el fin de poner a prueba cmo lo tomaran
el rey y el pueblo (pues las personas implicadas eran
insignificantes), ponerlas en libertad, cosa que se hizo
con gran aplauso del pueblo, que en Londres se agol
p en tropel en torno a ellas como en triunfo60. Ha
bindose hecho esto sin resistencia, pusieron en cues
tin61 el derecho del rey al ship-money...
B. El ship-money! Y eso qu es?
A. Para la defensa del mar los reyes de Inglaterra
tenan derecho a imponer un gravamen a todos los
condados de Inglaterra, fueren o no martimos, para
la construccin y equipamiento de los barcos. En los
ltimos tiempos el rey tuvo motivos para imponer ese
gravamen, y el Parlamento clam contra ello como
una opresin. Y como uno de sus miembros 62, que
haba sido gravado tan slo con veinte chelines (fi
59 F. T. seala que o se vieron forzados a huir, que figura en
Ed. M., fue borrado del manuscrito por el amanuense.
60 Sobre la puesta en libertad de los puritanos Henry Burton,
William Prynne y John Bastwick, vctimas de la poltica religiosa
de Lad, vuelve Hobbes en el segundo dilogo.
61 Pusieron en cuestin falta de Ed. M.
62 Se trata de John Hampden, quien, como ms adelante se ver,
en enero de 1642 fue acusado (junto con otros cuatro miembros de

jaos qu seal de opresin: un parlamentario con qui


nientas libras anuales, soportando un gravamen de 20
chelines sobre la tierra!), se neg a pagar, se vieron
en la necesidad de procesarle, y fue condenado. Aho
ra bien, cuando se recab la opinin de todos los jue
ces de Westminster sobre la legalidad del impuesto,
diez de doce lo juzgaron legal; por lo cual el Parla
mento, aunque no les castig, les amedrent.
B.
Qu quera decir el Parlamento cuando cla
maban contra ello como ilegal? Quera decir que iba
contra el Derecho estatutario, o contra los juicios
emitidos previamente por los juristas, a los que co
rrientemente se llaman autos judiciales? O quera
decir que era contrario a la equidad, a la que conside
ro idntica a la ley natural?
A.
Es difcil, o ms bien imposible, saber qu
quieren decir otras personas, especialmente si son as
tutas. Pero estoy seguro de que no era la equidad el
fundamento de esa pretensin de estar exentos de la
obligacin de contribuir al rey salvo como les plugiera. Pues cuando ellos han puesto sobre una persona,
cualquiera que fuere, la carga de defender a todo el
reino y de gobernarlo, poca equidad hay en que esa
persona deba depender de otros para disponer de los
medios necesarios para llevarlo a cabo: y si as es, en
tonces ellos son su soberano, y no l el de ellos. Y, en
cuanto al Derecho comn contenido en los autos judi
ciales, stos no tienen otra fuerza que la que les otor
ga el rey. Adems sera irrazonable que la sentencia
injusta de un juez corrompido o necio gozara por un
tiempo, todo lo largo que fuere, de la autoridad y
fuerza de una ley. Pero entre las leyes estatutarias hay
una, denominada Magna Charla, o Carta Magna de
la Cmara de los Comunes y uno de la de los Lores) de alta trai
cin por el rey. Su negativa al pago del ship money (en 1635) fue
llevada al tribunal del Exchequer, donde siete jueces (no diez,
como seala Hobbes) de doce dictaminaron en favor de la posicin
del rey.

las Libertades de los Ingleses, que contiene un ar

tculo63 en el que el rey concedi que en adelante na


die sera embargado, esto es, que nadie vera que sus
bienes le son arrebatados sino por la ley del pas.
B.
Y no es esto suficiente fundamento para su
propsito?
A. No. Esto nos deja en la misma duda que vos
creis que aclara. Pues dnde estaba entonces esa
ley del pas? Pensaban en otra Magna Charta hecha
por algn otro rey ms antiguo? No. Ese estatuto no
se hizo para eximir a nadie de pagar al erario pblico,
sino para asegurar a todos frente a quienes abusaran
del poder del rey obteniendo de forma subrepticia
mandamientos del rey para oprimir a aquellos contra
los que tuvieran algn pleito. Pero convena a los fi
nes de algunos espritus rebeldes de ese Parlamento
interpretarlo de forma errnea; y casaba bastante con
el entendimiento del resto, o de la mayor parte de
ellos, dejarlo pasar.
B. Presentis a los miembros de ese Parlamento
como hombres muy simples. Y, sin embargo, el pue
blo los eligi como los ms sabios del pas.
A. Si la astucia es sabidura, entonces eran bas
tante sabios. Pero sabio, tal como yo lo defino, es el
que sabe cmo hacer que su asunto salga adelante,
sin servirse de bellaqueras ni maas innobles, por la
sola fuerza de su ingenio. Con la ventaja de dados
falsos y cartas amaadas un idiota puede ganar a al
guien que sea mejor jugador que l.
B. Con arreglo a vuestra definicin pocos hom
bres sabios hay en estos das. Ese tipo de sabidura es
una especie de gallarda en la que pocos han sido
educados y que la mayora tiene por locura. Ropas fi
nas, grandes plumas, amabilidad para con aquellos
que no tolerarn injurias, e injurias para con aquellos
63 El artculo 8 de la Carta Magna otorgada por Juan Sin Tierra
el 11 de febrero de 1225.

que s, en eso consiste la actual gallarda. Pero cuan


do ms tarde el Parlamento, habindose hecho con el
poder, impuso exacciones para su propio uso, qu
dijo a eso el pueblo?
A. Qu otra cosa sino que eran legales, y que
deban pagarse puesto que haban sido impuestas por
acuerdo del Parlamento?
B. A menudo he odo que el pueblo debe pagar lo
que por acuerdo del Parlamento se impone para el
uso del rey, pero nunca haba odo que para el propio
uso del Parlamento. Lo que me hace pensar que es
ms fcil estafar a una multitud que a cualquiera de
los que la integran. Pues qu hombre cuyo juicio na
tural no est deteriorado por accidente podra ser tan
fcilmente engaado en un asunto que afecta a su
bolsa, si los dems no le hubieran exaltado apasiona
damente con la idea de cambiar de gobierno, o ms
bien con la de que cada cual tiene derecho a gober
narse a s mismo?
A. Juzgad entonces a qu tipo de hombres habra
de elegir esa multitud de ignorantes como represen
tantes de las ciudades y caballeros de condado64.
B. El nico juicio que puedo emitir es que quie
nes fueron elegidos eran como los que resultaron ele
gidos para Parlamentos anteriores, y como probable
mente lo sern para los futuros Parlamentos. Pues el
64 Representantes de las ciudades y caballeros de condado tra
duce burgesses and knights o f shires. Los primeros representa
ban a los boroughs, municipios con privilegios conferidos por carta
real y con derecho a enviar representantes al Parlamento; los se
gundos, a los shires o counties. Para comprender algunos de los
extremos del relato de Hobbes, hay que recordar que en el siglo
x v ii se encontraba ya enteramente desarrollado el Parlamento
Modelo implantado por Eduardo I (1295) segn el diseo de Si
mn de Monfort. Con arreglo al modelo, la Cmara de los Lores
estaba integrada por los lores espirituales (obispos y abades) y
los lores temporales (condes y barones), mientras que la Cmara
de los Comunes estaba integrada por representantes de los conda
dos (knights) y de las ciudades y burgos (citizens y burgesses).

pueblo llano ha sido, y siempre ser, ignorante de su


deber para con lo pblico, pensando slo en su inte
rs particular; y siguiendo en otros asuntos a sus ca
becillas inmediatos, que son los predicadores o los
ms poderosos de los gentileshombres que viven en
tre ellos, igual que los soldados corrientes siguen en
su inmensa mayora a sus capitanes inmediatos, si les
tienen aprecio. Si creis que las recientes miserias les
han hecho ms sabios, eso pronto se olvidar y enton
ces no seremos ms sabios que antes.
A. Por qu no se ensea a los hombres su deber,
esto es, la ciencia de lo justo y de lo injusto, igual que
se han enseado otras diversas ciencias, a partir de
principios verdaderos y demostracin evidente, y mu
cho ms fcilmente de lo que ninguno de esos predi
cadores y gentileshombres demcratas podan ense
ar la rebelin y la traicin?
B. Pero quin puede ensear lo que nadie ha
aprendido? O. si ha habido alguien tan raro como para
haber estudiado la ciencia de la justicia y la equidad,
cmo puede ensearla sin peligro, cuando va contra
los intereses de los que poseen poder para perjudicarle?
.4. No faltaban reglas de lo justo y de lo injusto
suficientemente demostradas y a partir de principios
evidentes para la capacidad ms humilde; y, pese a la
oscuridad de su autor65, han brillado para hombres de
buena educacin no slo en este pas, sino tambin en
otros. Pero stos son pocos en comparacin con el
resto de los hombres, muchos de los cuales no saben
leer, otros muchos, aun sabiendo, no tienen tiempo li
bre, y de los que lo tienen la gran mayora tienen su
65 Con toda probabilidad Hobbes se est refiriendo a s mismo y
a su propia obra. En efecto, de los Elements o f Law, Natural and
Poli tic, escritos en 1640, debieron de circular copias en los tiempos
del Parlamento Corto. Por lo dems, ya en plena guerra civil (en
1642) se public el De Cive, que rpidamente alcanz una gran di
fusin.

mente enteramente empleada y ocupada en sus asun


tos o placeres privados. De modo que es imposible
que la multitud aprenda nunca su deber, salvo desde
el pulpito y en los das festivos; pero precisamente ha
sido entonces y desde all desde donde han aprendido
a desobedecer. Y por ello la luz de esa doctrina se ha
visto hasta ahora cubierta y oprimida aqu bajo una
nube de adversarios que la reputacin de ningn
hombre privado puede atravesar sin la autoridad de
las universidades. Pero es de las universidades de
donde procedan todos los predicadores que ensea
ban lo contrario. Las universidades han sido para esta
nacin como el caballo de madera para los troyanos.
| B. Podis decirme por qu y cundo aparecie
ron las universidades aqu y en otros lugares?
A. En cuanto a la poca, parece que surgieron en el
reinado del Emperador Caiiomagno. Sin duda ya antes
existan muchas escuelas de gramtica para ensear el
latn, que era la lengua natural de la Iglesia de Roma;
pero en cuanto a las universidades, es decir, escuelas
para las ciencias en general, y especialmente para la te
ologa, es patente que la institucin de las mismas fue
recomendada por carta del Papa al Emperador Carlomagno, y ms tarde tambin por un concilio que, segn
creo, se celebr por esa poca en Chalons-sur-Sane. Y
no mucho despus se erigi una universidad en Pars
as como el colegio denominado Colegio Universitario
de Oxford. Y de ese modo, gradualmente, con la contri
bucin de algunos obispos, nobles y hombres ricos, as
como de algunos reyes y reinas, las universidades con
siguieron por fin su actual esplendor66.]
B. Pero qu se propona el Papa con ello?67
66 Segn F. T. los dos prrafos entre corchetes, que en Ed. M. fi
guran sin ninguna indicacin especial, fueron borrados del manus
crito por el amanuense, porque repetan un pasaje anterior.
67 En F. T., donde se han relegado los dos prrafos anteriores a
nota a pie de pgina, este prrafo reza: Qu se propona el Papa
al fundar las universidades?.

A.

Qu otra cosa haba de ser sino la que ya ha


bis odo de acrecentar su propia autoridad en los pa
ses donde se erigieron las universidades? All apren
dan a disputar en favor de l, y a cegar los ojos de
los hombres con distinciones ininteligibles, al tiempo
que invadan los derechos de los reyes. Y un argu
mento evidente de que era esto lo que se propona fue
el hecho de que se pusieran tan rpidamente manos a
la obra. Pues el primer rector de la universidad de Pa
rs, segn he ledo en algn sitio, fue Pedro Lombar
do, que fue el primero en introducir en ella el estudio
de la llamada teologa escolstica, siendo secundado
por Juan Duns Escoto, que vivi por la misma poca
o muy prxima68; a los cuales cualquier lector de in
genio que no supiera a qu designio obedecan, ha
bra juzgado como dos de los ms egregios zopencos
del mundo, tan oscuros y sin sentido eran sus escri
tos. Y los escolsticos que les siguieron aprendieron
el truco de imponer a sus lectores lo que les vena en
gana, y a doblegar la fuerza de la verdadera razn
mediante horcas verbales69; quiero decir, mediante
distinciones que no significan nada, sino que slo sir
68 Hobbes es inexacto. Pedro Lombardo fue obispo de Pars,
pero no rector de la universidad, aunque s profesor de la escuela
de Notre Dame. Por lo dems, entre Pedro Lombardo (1100-1160)
y Juan Duns Escoto (1266-1308) media ms de un siglo.
69 Verbal forks es una expresin metafrica de la que se sirve
Hobbes para referirse a la panoplia de distinciones, dilemas, dico
tomas caracterstica de la lgica y la retrica clsicas. (Dicho sea
de paso: este pasaje del Behemoth constituye la nica remisin que
en este sentido ofrece el Oxford Engl. Dict.) Tal vez la mejor for
ma de captar la intencin de Hobbes sea recordar un detalle del co
nocido grabado que acompa la edicin del Leviathan, y que de
bi de confeccionarse siguiendo instrucciones del autor. En uno de
los recuadros de la parte inferior derecha, donde, frente a las armas
temporales, se representan simblicamente las armas espirituales,
puede verse, junto a la mitra, el templo, el rayo divino y el snodo,
un conjunto de horcas, cuernos y tridentes sobre los que pueden le
erse las inscripciones: silogismo, dilema, directo/indirecto,
espiritual/temporal, real/intencional.

ven para pasmar a la multitud de los ignorantes. En


cuanto a los lectores capaces de entender, eran tan
pocos que a esos nuevos doctores sublimes les tena
sin cuidado lo que pensaban. Esos escolsticos ha
ban de defender todos los artculos de fe que de
cuando en cuando los papas mandaran creer; entre los
cuales haba muchos incompatibles con los derechos
de los reyes y dems soberanos civiles, por cuanto
que atribuan al Papa toda la autoridad en cualquier
cosa que declararan necesaria in ordine ad spiritua
lia , es decir, en orden a la religin.
Tambin era de las universidades de donde proce
dan todos los predicadores que se desparramaron por
ciudades y campos para llevar al pueblo, mediante el
terror, a una obediencia absoluta a los cnones y
mandatos del Papa, a los que por temor a debilitar de
masiado a los reyes y prncipes, no se atrevieron a de
nominar leyes.
Gracias a las universidades la filosofa de Aristte
les se convirti en un ingrediente de la religin, para
servir de blsamo para un gran nmero de artculos
absurdos sobre la naturaleza del cuerpo de Cristo y la
condicin de los ngeles y los santos en el cielo; art
culos sos en los que pensaban que era conveniente
que se creyera, porque algunos de ellos reportan be
neficio y otros reverencia hacia el clero, incluso hacia
los ms humildes de ellos. Pues, cuando hayan hecho
creer al pueblo que el ms humilde de ellos puede ha
cer el cuerpo de Cristo, quin no va a reverenciarles
y ser generoso para con ellos o con la Iglesia, espe
cialmente en caso de enfermedad, cuando creen que
ellos hacen y les llevan al Salvador?
B. Pero qu ventaja poda reportarles la doctrina
de Aristteles en esas imposturas?
A. Ellos hicieron uso de su oscuridad ms que de
su doctrina. Pues ninguno de los escritos de los fil
sofos antiguos es comparable a los de Aristteles en
su capacidad de confundir y enredar a los hombres
con palabras y de alimentar disputas que al fin tienen

que zanjarse con una resolucin de la Iglesia de


Roma. Y, sin embargo, hicieron uso de muchos pun
tos de la doctrina de Aristteles; como, en primer lu
gar, de la doctrina de las esencias independientes.
B. Qu son esencias independientes?
A. Seres independientes.
B. Independientes de qu?
A. De todo lo que es.
B. No puedo entender el ser de algo que entiendo
que no es. Pero qu pueden sacar de eso?
A. Muchas cosas en cuestiones relativas a la na
turaleza de Dios, y relativas a la condicin del alma
humana tras la muerte, en el cielo, el infierno y el
purgatorio. Vos, como cualquiera, sabis cunta obe
diencia y dinero consiguen del pueblo llano gracias a
ello. Puesto que Aristteles sostiene que el alma hu
mana es el primer motor del cuerpo y, consiguiente
mente de s misma, ellos hacen uso de esto en la doc
trina del libre arbitrio. No dir qu ganan con ello ni
cmo. Tambin sostiene Aristteles que hay muchas
cosas en este mundo que ocurren sin necesidad de
causas, sino por mera contingencia, casualidad y for

tuna.
B. Creo que en esto se representan a Dios ocioso

y como un mero espectador de los juegos de la fortu


na, pues aquello de lo que Dios es la causa tiene que
ocurrir por necesidad y, en mi opinin, nada ms.
Pero, como tiene que haber alguna razn para la justi
cia del tormento eterno de los condenados, tal vez
ella sea la de que las voluntades y propensiones de
los hombres no estn en manos de Dios, sino en las
de ellos mismos. Y tambin en esto veo algo que fa
vorece a la autoridad de la Iglesia.
A. Eso no es mucho; y tampoco Aristteles les
mereca tanto crdito, sino que cuando su opinin era
contraria a las suyas podan desentenderse de l.
Cualquier cosa que Aristteles dice que es imposible
en la naturaleza, ellos pueden demostrar bastante bien
que es posible por la omnipotencia de Dios, quien

puede hacer que muchos cuerpos estn en uno y el


mismsimo lugar, y que un cuerpo est en muchos lu
gares al mismo tiempo, si la doctrina de la transubstanciacin lo requiere, pese a que Aristteles lo nie
ga. No me gusta la idea de hacer de la religin un
arte, cuando debe ser una ley; y aunque no la misma
en todos los pases, indisputable sin embargo en cada
pas. Tampoco me gusta que no la enseen, como de
ben ensearse todas las artes, mostrando primero el
significado de sus trminos y luego derivando de
ellos la verdad que querran hacernos creer; ni que la
mayora de sus trminos sean ininteligibles, aunque,
para hacer que parezca que ello se debe ms a falta de
estudio del lector que a la falta de un limpio proceder
por parte de ellos mismos, en su mayor parte son pa
labras griegas y latinas un poco tergiversadas para
adaptarlas convenientemente a la lengua materna de
los diversos pases donde se emplean. Pero lo ms in
tolerable es que todos los clrigos, si pretenden me
drar en la Iglesia, cuyas llaves estn en manos del
Papa, se ven forzados a hacer como si los creyeran; y
a los hombres del pueblo llano, cualquiera que fuere
lo que creyeran de esas sutiles doctrinas, nunca se les
considera mejores hijos de la Iglesia por su instruc
cin. All slo hay un camino para la salvacin, a sa
ber, una devocin y generosidad extraordinarias para
con la Iglesia, y estar dispuestos a luchar, si fuera
preciso, por la Iglesia contra sus soberanos naturales
y legtimos.
B. Ya veo qu uso hacen de la lgica, la fsica y
la metafsica de Aristteles. Pero no veo cmo su po
ltica puede servir al juego de ellos.
A. Tampoco yo. Creo que no les ha hecho ningn
bien, aunque accidentalmente nos ha hecho mucho
dao a nosotros aqu. Pues los hombres, cansados al
fin de la insolencia de los sacerdotes, y examinando
la verdad de las doctrinas que se les presentaban, em
pezaron a buscar el sentido de las Escrituras, tal
como se encuentran en las lenguas cultas; y, por con

siguiente, estudiando griego y latn, llegaron a fami


liarizarse con los principios democrticos de Arist
teles y Cicern, y, enamorados de su elocuencia, die
ron en amar sus teoras polticas, y eso ms y ms,
hasta que se lleg a la rebelin de la que hablamos,
sin ms ventaja para la Iglesia de Roma que la de de
bilitarnos a nosotros, a quienes, desde que escapamos
de su red en los tiempos de Enrique VIII, continua
mente han intentado recuperar.
B.
Y qu han sacado de ensear la tica de Aris
tteles?
A.
En algo les aprovecha el hecho de que ni la
moral de Aristteles ni la de ningn otro les haya he
cho a ellos dao alguno ni a nosotros ningn bien.
Sus doctrinas han causado un gran cmulo de dispu
tas sobre la virtud y el vicio, pero ningn conoci
miento acerca de en qu consisten ni ningn mtodo
para conseguir la virtud y evitar el vicio. La meta de
la filosofa moral es ensear a los hombres sus debe
res de todo tipo, tanto para con lo pblico cuanto para
con los dems. Ellos consideran virtud en parte una
mediocridad de las pasiones humanas 70 y en parte
aquello que se les elogia. Mientras que no es lo mu
cho o lo poco lo que hace virtuosa a una accin, sino
su causa; ni es lo mucho o lo poco lo que hace vicio
sa a una accin, sino que no sea conforme con las le
yes, tratndose de personas sujetas a la ley, o no sea
conforme con la equidad o la caridad, tratndose de
cualquier persona 71.
70 Hobbes est aludiendo aqu a la conocida doctrina del meslea expuesta en el Libro II de la tica a Nicmaco (espec. a partir
de 1106 a).
71 En Ed. M., en lugar de la ltima frase se lee: Mientras que
no es el mucho o poco elogio, lo que hace virtuosa a una accin,
sino su causa; ni es la censura lo que hace viciosa a una accin, si
no que no sea conforme con las leyes, tratndose de personas suje
tas a la ley, o no sea conforme con la equidad o la caridad, tratn
dose de cualquier persona.

B.
Parece que distingus entre la tica de los sb
ditos y la tica de los soberanos.
A.
En efecto. La virtud de un sbdito est com
prendida enteramente en la obediencia a las leyes de
la repblica. Obedecer las leyes es justicia y equidad,
que es la ley de la naturaleza, y por consiguiente es
ley civil en todas las naciones del mundo; y nada es
injusticia o iniquidad salvo lo que va contra la ley.
Asimismo, obedecer las leyes es la prudencia del sb
dito, pues sin esa obediencia la repblica (que es la
seguridad y proteccin de todo sbdito) no puede
subsistir. Y, aunque tambin sea prudencia en los
hombres privados enriquecerse de forma justa y mo
derada, sin embargo sustraer con astucias al erario
pblico o defraudarle la parte de su riqueza que viene
exigida por la ley no es un signo de prudencia sino,
de falta de conocimiento de lo que es necesario para
su propia defensa.
Las virtudes de los soberanos son aquellas que
tienden al mantenimiento de la paz interna y a la re
sistencia frente a los enemigos extranjeros. La forta
leza es una virtud regia; y, aunque sea necesaria en
aquellos hombres privados que van a ser soldados,
para los dems cuanto menos se arriesguen tanto me
jor para la repblica y para ellos mismos. La tem
planza (aunque tal vez os parezca raro) es tambin
una virtud regia, pues aumenta el fondo pblico, que
nunca ser demasiado grande para el uso pblico,
igual que nunca un hombre ser demasiado frugal en
relacin con lo que se le ha confiado para el bien de
otros. La liberalidad es tambin una virtud regia, pues
la repblica no puede ser bien servida sin una extra
ordinaria diligencia y entrega de los ministros y una
gran fidelidad a su soberano, para lo cual se les debe
estimular, especialmente a aquellos que le sirven en
las guerras. En suma, todas las acciones y hbitos han
de ser estimados buenos o malos por sus causas y uti
lidad en relacin con la repblica, y no por su medio
cridad ni por ser elogiados. Pues distintos hombres

elogian distintas costumbres, y lo que para uno es vir


tud, es censurado por otros; y, a la inversa, lo que uno
denomina vicio, otro lo denomina virtud, segn les
inducen sus afectos del momento.
B.
Creo que deberais haber colocado entre las
virtudes la que, en mi opinin, es la ms grande de
todas las virtudes, la religin.
A. As lo hice, aunque me parece que no os ha
bis dado cuenta. Pero a dnde nos dirigimos al
apartarnos del camino en el que estbamos?
B. No creo que os hayis apartado en absoluto;
pues supongo que vuestra intencin era ponerme al
corriente de la historia, no tanto de las acciones que
tuvieron lugar durante los recientes disturbios cuanto
de sus causas y de los concilibulos y artimaas me
diante los cuales se hizo que ocurrieran. Varios hom
bres han escrito la historia; y de ellos podra haber
aprendido lo que hicieron y tambin algo de sus ma
quinaciones. Pero en ellos encuentro bien poco de lo
que me gustara preguntar. Por eso, ya que habis te
nido la gentileza de entrar en este discurso a instan
cias mas, tenedla tambin para informarme segn mi
propio mtodo. Y, en cuanto al peligro de confusin
que pudiera surgir de ello, ya me preocupar yo de
volver a llevaros al lugar de donde os saqu; pues re
cuerdo muy bien dnde estaba.
A. Pues bien, en cuanto a vuestra pregunta sobre
la religin, dado que ya os he dicho que toda virtud
est comprendida en la obediencia a las leyes de la
repblica, una de las cuales es la religin, he situado
la religin entre las virtudes.
B. La religin es entonces ley de una repblica?
A. No hay en el mundo ninguna nacin cuya reli
gin no est establecida ni reciba su autoridad de las
leyes de la nacin. Es verdad que la ley de Dios no
recibe evidencia alguna de las leyes de los hombres.
Pero como los hombres nunca pueden mediante su
propia sabidura llegar al conocimiento de lo que
Dios ha dicho y ordenado que se observe, ni sentirse

BEHEMOTH
\

compelios a obedecer leyes cuyo autor no conocen,


han de someterse a una u otra autoridad humana. As
que la cuestin ser si en materia de religin, es decir,
cuando se trata de su deber para con Dios y el rey,
debe uno fiarse de la predicacin de sus consiibditos72, o de un extranjero, o de la voz de la ley.
B.
No hay gran dificultad en ese punto. Pues ni
aqu ni en ninguna otra parte hay nadie que predique,
o al menos deba predicar, excepto quienes para ello
han recibido autoridad de aquel o aquellos que tienen
el poder soberano. De modo que, si el rey nos da per
miso, vos y yo podemos predicar tan legtimamente
como cualquiera de ellos. Y creo que desempeara
mos ese oficio mucho mejor que quienes nos han pre
dicado la rebelin.
A. Las doctrinas morales de la Iglesia son, en
muchos puntos, muy diferentes de las que he consig
nado aqu en cuanto a la doctrina de la virtud y el vi
cio; y adems sin ninguna conformidad con la de
Aristteles. Pues en la Iglesia de Roma las principa
les virtudes son: obedecer su doctrina, aunque ello
sea traicin, y eso es ser religioso; ser benfico con el
clero, sa es su piedad y su liberalidad; y creer por su
palabra lo que uno en su conciencia sabe que es falso,
sa es la fe que ellos exigen. Podra mencionar una
multitud de otros puntos ms de su moral, pero s que
vos ya los conocis, tan versado como estis en los
casos de conciencia escritos por sus escolsticos, que
miden la bondad y maldad de todas las acciones por
su congruencia con la doctrina del clero romano.
B. Pero cul es la filosofa moral del clero pro
testante de Inglaterra?
A.
En la medida en que la ponen de manifiesto en
su vida y conversacin, es en su mayor parte muy
72 Hobbes emplea aqu el vocablo fellow-subject, que por analo
ga con fellow-counliyman y fellow-citizen (compatriota, conciuda
dano) hemos traducido por consbdito.

buena, y de muy buen ejemplo; mucho mejor que sus


escritos.
B.
Muchas veces ocurre que por temor viven ho
nestamente hombres que, si tuvieran poder, viviran
con arreglo a sus propias opiniones; es decir, que no
viviran rectamente si sus opiniones no fueran rectas.
A. Pretende acaso el clero de Inglaterra, como el
Papa o los presbiterianos, tener un derecho, derivado
inmediatamente de Dios, a gobernar al rey y a sus
sbditos en todos los puntos concernientes a la reli
gin y las costumbres? Si as es, no os quepa duda de
que si tuvieran suficiente nmero y fuerza, cosa que
no es probable que nunca lleguen a tener, intentaran
obtener ese poder, igual que han hecho los otros.
B. Me encantara ver un sistema de doctrina mo
ral actual, escrito por algn telogo de buena reputa
cin e instruido, y que fuera partidario del difun
to rey.
A. Creo poder recomendaros el mejor que existe,
y que (salvo unos pocos pasajes que no me gustan)
bien vale la pena que leis. Su ttulo es Todo el deber
del hombre, expuesto de un modo llano y familiar 73.
Y, sin embargo, me atrevo a decir que si ios ministros
presbiterianos, incluso aquellos que fueron los ms
diligentes predicadores de la pasada sedicin, hubie
ran de ser juzgados con arreglo a l, poco faltara
para que fueran declarados no culpables. El autor ha
dividido el deber del hombre en tres grandes ramas, a
saber; su deber para con Dios, para consigo mismo y
para con su prjimo. En su deber para con Dios pone
el de reconocerle en su esencia y sus atributos y cre
yendo en su palabra. Sus atributos son la omnipoten
cia, la omnisciencia, la infinitud, la justicia, la ver
73 The whole duty o f man laid down n a plain and familiar way
(1658), de Richard Allestree o Allestry (1619-1681), que, en efec
to, fue partidario de Carlos I y en la Restauracin goz del favor de
su hijo Carlos II.

dad, la misericordia y todos los dems que se encuen


tran en la Escritura. Cul de esas cosas no recono
can esos predicadores sediciosos como el mejor de
los cristianos? La palabra de Dios son los libros de la
Sagrada Escritura, admitidos como cannicos en In
glaterra.
B. Ellos admiten la palabra de Dios, pero con
arreglo a su propia interpretacin.
A. Con arreglo a la interpretacin de quin sino
la suya la admitieron los obispos y el resto del partido
leal? Tambin pone el autor entre los deberes el de
obediencia y sumisin a la voluntad de Dios. Pero es
que alguno de ellos hace, qu digo, es que hay algn
hombre que haga en algn momento algo contra la
voluntad de Dios?
B. Supongo que por voluntad de Dios l entiende
su voluntad revelada, es decir, sus mandamientos,
que, estoy seguro, quebrantaron de la forma ms ho
rrible en su predicacin y de otras maneras.
A. En cuanto a sus propias acciones no hay duda
de que todos los hombres, si Dios los trata con severi
dad, son lo bastante culpables como para ser conde
nados. Y, en cuanto a su predicacin, ellos dirn que
crean que era acorde con la voluntad de Dios revela
da en las Escrituras. Y, si as pensaban, ello no era de
sobediencia, sino error. Y cmo puede alguien pro
bar que pensaban de otro modo?
B. Frente a otros pecados la hipocresa tiene real
mente 74 la prerrogativa de no poder ser delatada.
A. Otro de los deberes que el autor establece es el
de honrar a Dios en su casa (es decir, en la Iglesia),
en sus posesiones, en su da, en su palabra y en sus
sacramentos.
B. Ellos cumplen con ese deber tan bien, creo yo,
como cualesquiera otros ministros, quiero decir, tan
bien como el partido leal. Y los presbiterianos siem
74 Realmente falta en Ed. M.

pre han tenido un igual cuidado en que la casa de


Dios no sea profanada, se paguen debidamente los
diezmos y se acepten las ofrendas; en que se santifi
que el da del Seor75, se predique la palabra y se ad
ministren debidamente la cena del Seor y el bautis
mo. Pero no es uno de los deberes tocantes al honor
de Dios guardar las fiestas y los ayunos? Si lo es, los
presbiterianos faltan en ello.
A. Por qu? Ellos guardaban algunas fiestas y
tenan ayunos entre ellos, aunque no en los mismos
das ordenados por la Iglesia, sino cuando a ellos les
pareca bien; como, por ejemplo, cuando Dios tena a
bien conceder al rey alguna victoria memorable. Y en
este punto se gobernaban por la Sagrada Escritura,
como pretenden creer. Y quin puede probar que no
lo creen as?
B. Pasemos por alto todos los dems deberes, va
yamos al deber que tenemos para con el rey, y consi
deremos si la doctrina que enseaban los telogos
que prestaban adhesin al rey puede en este punto
justificar a los presbiterianos que incitaban al pueblo
a la rebelin. Pues es esto lo que ponis en duda.
A.
En relacin con nuestro deber para con nues
tros gobernantes, tiene las siguientes palabras: De

bemos prestar obediencia, ya activa, ya pasiva; la


activa, en el caso de todos los mandatos legtimos,
esto es, siempre que el magistrado mande algo que
no es contrario a ningn mandato de Dios, estamos
obligados a actuar en consonancia con ese mandato
deI magistrado, a hacer las cosas requeridas. Pero
cuando ordena algo contrario a lo mandado por Dios
no hemos de prestar esa obediencia activa; podemos,
mejor an, tenemos que negarnos a actuar (aunque
aqu tenemos que asegurarnos muy bien de que la
cosa es verdaderamente contraria, y no aparentar
75 En el original, the sabbath day.

conciencia so capa de terquedad); en ese caso hemos


de obedecer a Dios antes que a los hombres. Pero in
cluso esto representa una oportunidad para la obe
diencia pasiva; tenemos que sufrir con paciencia lo
que el magistrado nos inflige por esa negativa, y no
levantarnos contra l para protegernos a nosotros
mismos.
B. Qu hay ah que sirva de pretexto para la pa
sada rebelin?
A. Ellos dirn que obraron obedeciendo a Dios,
en la medida en que crean que ello era acorde con la
Escritura; de la que extraern ejemplos, tal vez de
David y sus partidarios, que resistieron al rey Sal, y
ms tarde de los profetas, que de vez en cuando pre
dicaban vehementemente contra los reyes idlatras de
Israel y de Jud. Sal era su rey legtimo y, sin em
bargo, no 'le prestaron obediencia activa ni pasiva,
pues se colocaron en posicin de defensa frente a l,
aunque David respet su persona76. E igualmente los
presbiterianos en los despachos que entregaban a su
general ponan que se respetara la persona del rey.
Adems no os quepa duda de que ellos, que en el pul
pito animaron al pueblo a levantarse en armas en de
fensa del Parlamento de entonces, alegaron en favor
de ello la Escritura, es decir, la palabra de Dios. Si es
lcito que los sbditos resistan al rey cuando ordena
algo contrario a la Escritura, esto es, contrario al
mandato de Dios, y es lcito que sean jueces del sig
nificado de la Escritura, entonces es imposible que la
vida de ningn rey, o la paz de ningn reino cristiano,
pueda estar segura por mucho tiempo. Es esta doctri
na la que divide internamente a un reino, sean leales
o rebeldes quienes la escriben o predican pblica
mente. Y de este modo veis que, si se juzga a esos
ministros sediciosos con arreglo a esta doctrina, sal
drn bastante bien parados.
76 Vid. I Samuel, 24 y 26.

B.

Ya lo veo. Y me maravilla que gentes que


nunca han hablado con Dios todopoderoso, y que tan
to ignoran unos como otros lo que l ha dicho, cuan
do hay desacuerdo entre las leyes y los predicadores
sigan con tanto entusiasmo al ministro (que por lo
general es un hombre de letras ignorante, aunque
locuaz) m s que a las leyes hechas por el rey
con el consentimiento de los pares y los comunes
del pas.
A. Examinemos sus palabras un poco ms de cer
ca. En primer lugar, en lo tocante a la obediencia pa
siva. Cuando un ladrn ha quebrantado las leyes y es
por ello ejecutado con arreglo a las leyes, puede al
guien entender que ese sufrimiento suyo es en obe
diencia a la ley? Toda ley es un mandato de hacer o
de omitir; y ninguna de estas cosas se realiza sufrien
do. Para que un sufrimiento pueda ser denominado
obediencia, tiene que ser voluntario; pues ninguna ac
cin involuntaria puede tomarse por sumisin a la
ley. Quien piense que su sufrimiento ha de conside
rarse obediencia, no slo tiene que no resistirse, sino
que adems tiene que no huir ni esconderse para evi
tar el castigo. Y quin hay entre los que hablan de la
obediencia pasiva que, estando su vida en peligro ex
tremo, se presente voluntariamente a los agentes de la
justicia? Acaso no vemos que todos, cuando son lle
vados a la ejecucin, van atados y custtdiados, y que
si pudieran se soltaran y escaparan? Esa es su obe
diencia pasiva. Cristo dice {Mateo, XXIII, 2, 3): Los

escribas y los fariseos estn sentados en la ctedra


de Moiss; observad, pues, y practicad todo lo que
ellos os digan que observis, lo cual es llevar a cabo
una obediencia activa. Y, sin embargo, los escribas y

los fariseos no aparecen en la Escritura como hom


bres tan piadosos como para no haber mandado nun
ca nada contrario a la voluntad revelada de Dios.
B. Tambin hay que obedecer de forma activa a
los tiranos en todo? O es que en nada puede ser de
sobedecido un mandato legtimo del rey? Y si me

manda que con mis propias manos ejecute a mi pa


dre, si hubiera sido condenado a muerte por la ley?
A. se es un caso que no hay por qu plantearse.
Nunca hemos ledo ni odo hablar de un tirano tan in
humano como para ordenar tal cosa. Si alguno lo
hizo, hemos de preguntarnos si ese mandato era una
de sus leyes. Pues por desobedecer a los reyes enten
demos desobedecer sus leyes, aquellas leyes suyas
que fueron hechas antes de ser aplicadas a ninguna
persona particular; pues el rey, aunque como padre de
hijos y amo de criados manda muchas cosas que obli
gan a esos hijos y criados 77, nunca manda al pueblo
en general salvo mediante una ley anterior, y lo hace
como persona poltica, no como persona natural. Y, si
un mandato como el que decs estuviera urdido en
una ley general (cosa que nunca ha ocurrido ni ocu
rrir), estarais obligado a obedecerlo, a menos que
abandonis el reino tras la publicacin de la ley y an
tes de que vuestro padre sea condenado.
B. Vuestro autor dice tambin que, al rehusar la
obediencia activa al rey que manda algo contrario a la
ley de Dios, hemos de asegurarnos bien de que la
cosa es realmente contraria. Me gustara saber
cmo es posible estar bien78 seguro de eso?
A. Supongo que no creis que ninguno de los que
rehus recibi directamente de la propia boca de Dios
ningn mandato contrario al del rey, que es el lugarte
niente de Dios, ni de ninguna otra forma que vos y
que yo, es decir, por las Escrituras. Y, como la inmen
sa mayora de los hombres prefieren llevar la Escritu
ra al sentido de ellos antes que seguir el verdadero
sentido de la Escritura, no hay otro modo de saber
con certeza y en todos los casos qu es lo que Dios
nos manda o prohbe que mediante el dictamen de
77 Manda muchas cosas que obligan a esos hijos y criados fal
ta en Ed. M.
78 Bien falta en Ed. M.

aquel o aquellos que han sido instituidos por el rey


para determinar el sentido de la Escritura tras or el
particular caso de conciencia que est en cuestin. Y
los as instituidos son fcilmente conocidos en todas
las repblicas cristianas, sean obispos, ministros o
asambleas los que gobiernan la Iglesia bajo aquel o
aquellos que tienen el poder soberano.
B.
Lo que acabis de decir puede suscitar algunas
dudas. Pues si los hombres han de conocer su deber a
partir del dictamen que otros hombres den sobre el
significado de las Escrituras, y no a partir de su propia
interpretacin, no entiendo con qu fin se tradujeron
al ingls ni tampoco por qu no slo se permiti sino
que se exhort a todos a leerlas. Pues qu otra cosa
poda producir esto sino diversidad de opiniones y, en
consecuencia, tal como es la naturaleza humana, dis
putas, falta de caridad, desobediencia y finalmente re
belin? Adems, puesto que se permita que la Escri
tura fuera leda en ingls, por qu no se hicieron las
traducciones de tal modo que todo lo que se leyera pu
diera ser entendido incluso por personas poco capa
ces? Acaso los judos que saban leer no entendan su
ley en la lengua juda igual que nosotros entendemos
nuestras leyes estatutarias en ingls? Y, en cuanto a
aquellos pasajes de la Escritura que en nada participan
de la naturaleza de una ley, en nada afectaban al deber
de los judos, los entendieran o no, ya que nada es pu
nible excepto la transgresin de una ley. La misma
cuestin la puedo plantear en relacin con el Nuevo
Testamento. Pues creo que aquellos para los que era
natural la lengua en la que originalmente estaba escri
to entendan suficientemente qu mandatos y consejos
les daban nuestro Salvador y sus apstoles, as como
sus discpulos directos. Adems, cmo responderis
a la pregunta planteada por San Pedro y San Juan {He
chos, 4, 19) cuando el sumo sacerdote Ans, y otros
miembros del Consejo de Jerusaln les prohibieron se
guir enseando en nombre de Jess: Es justo a los

ojos de Dios obedeceros a vosotros antes que a Dios?

A. No es el mismo caso. Pedro y Juan vieron y


conversaron a diario con nuestro Salvador; y por los
milagros que realiz saban que era Dios y, por consi
guiente, saban con certeza que era justo desobedecer
ese mandato del sumo sacerdote. Pero puede hoy al
gn ministro decir que ha recibido directamente de la
boca misma de Dios un mandato de desobedecer al
rey? O de qu otro modo que mediante la Escritura
puede l saber que un determinado mandato del rey
que posee la forma y naturaleza de una ley es contra
rio a la ley de Dios, quien en distintos lugares mand,
de forma directa y evidente, obedecerle en todo? El
texto que citis no nos dice que es la autoridad de un
ministro, ms que la de un rey cristiano, la que debe
decidir las cuestiones que surjan de las diferentes in
terpretaciones de la Escritura. Y, por consiguiente,
all donde el rey es cabeza de la Iglesia y, por tanto
(dejando al margen que la Escritura misma no fue ad
mitida sino por la autoridad de los reyes y Estados),
juez supremo de la rectitud de todas las interpretacio
nes de la Escritura, obedecer las leyes y los edictos
pblicos del rey no es desobedecer a Dios, sino obe
decerle. Un ministro no debe pensar que su pericia en
latn, griego o hebreo, si la tiene, le otorga un privile
gio para imponer a todos sus consbditos su propio
sentido (o lo que l pretende que es su sentido) de to
dos los pasajes oscuros de la Escritura. Ni, cada vez
que piense que79 ha encontrado alguna interpretacin
sutil en la que nadie antes haba pensado, debe pensar
que la ha tenido por inspiracin, pues no puede estar
seguro de ello, ni de que su interpretacin, por muy
sutil que crea que es, no es falsa. Y entonces toda su
terquedad y contumacia para con el rey y sus leyes no
son sino orgullo del corazn y ambicin, si es que no
impostura. Y mientras vos pensis que es innecesario.
79 Piense que falta en Ed. M.

o tal vez perjudicial, tener las Escrituras en ingls, yo


pienso de otro modo. Hay tantos pasajes de la Escri
tura fciles de entender, que ensean tanto la verda
dera fe como la buena moral (y ello todo lo plena
mente que es necesario para la salvacin), y de los
que ningn seductor es capaz de desposeer a la mente
de un lector ordinario, que su lectura es tan provecho
sa como para que no sea prohibida sin gran dao para
ellos y para la repblica.
B.
Admito que todo lo necesario para la salva
cin del hombre, en materia tanto de fe como de cos
tumbres, est consignado en la Escritura todo lo lla
namente que es posible. Hijos, obedeced a vuestros

padres en todo. Siervos, obedeced a vuestros amos.


Que todos estn sujetos a los poderes superiores, sea
el rey o sus enviados. Amad a Dios con toda vuestra
alma y a vuestro prjimo como a vosotros mismos 80,

son palabras de la Escritura, que se entienden bastan


te bien. Pero ni los hijos ni la mayora de los hombres
entienden por qu tienen el deber de obrar de ese
modo. No ven que la seguridad de la repblica, y por
consiguiente la suya propia, depende de que lo hagan.
Sin disciplina, todo hombre por naturaleza considera
en todas sus acciones el beneficio que le reportar su
obediencia, en la medida en que puede verlo. Lee que
la codicia es la raz de todos los males; pero piensa, y
a veces descubre, que es la raz de su hacienda. Y as
en otros casos la Escritura dice una cosa y ellos pien
san otra, sopesando slo las comodidades o incomo
didades de su vida presente, sin poner nunca en la ba
lanza el bien y el mal de la vida venidera, que no ven.
A.
Todo eso no es ms de lo que ocurre cuando la
Escritura est precintada en griego y latn, y el pueblo
aprende esas mismas cosas desde esas lenguas a tra
vs de sus predicadores. Pero sin duda los que son de
condicin y edad adecuadas para examinar el sentido
80 Vid. Ef. 6, 1-9; Rom. 13, 1.

de lo que leen, y gustan de investigar los fundamen


tos de su deber, no pueden extraer de la lectura de las
Escrituras otro sentido que el de que su deber no con
siste slo en obedecer ellos mismos las leyes, sino
tambin en inducir a otros a hacerlo. Pues es corrien
te que los hombres de edad y calidad sean seguidos
por sus vecinos inferiores, que atienden ms al ejem
plo de aquellos a quienes reverencian y a quienes no
quieren disgustar, que a preceptos y leyes.
B. Esos hombres de la condicin y edad de que
hablis son, en mi opinin, los menos idneos para
que se les confe la lectura de las Escrituras. Ya s
que estis pensando en los que han estudiado griego o
latn, o ambas lenguas, y que adems aman el conoci
miento y, por tanto, gustan de averiguar el significado
de los textos ms difciles, o de pensar que lo han en
contrado, en caso de que sea nuevo y no haya sido
descubierto por otros. Son stos, pues, quienes, pa
sando por alto los pasajes fciles que les ensean cul
es su deber, dan en escudriar slo los misterios de la
religin. Tales como: Cmo puede entenderse jui
ciosamente que hay tres que gobiernan en el cielo, y

que esos tres no son sino uno? Cmo pudo la Divi


nidad hacerse carne? Cmo puede esa carne estar
realmente presente en muchos lugares al mismo tiem
po? Dnde se encuentra el infierno y cules son sus
tormentos? Y otras doctrinas metafsicas: Si la volun
tad del hombre es libre o est gobernada por la vo
luntad de Dios; si la santidad viene por inspiracin o
por educacin Por quin nos habla Cristo ahora:
por medio del rey, del clero o de la Biblia a todo el
que la lee y la interpreta para s, o por medio de un
espritu privado a todo hombre privado? Estos y
otros puntos similares son el objeto de estudio de los
curiosos, y la causa de todos nuestros recientes ma
les; y la causa de que los hombres ms sencillos, a
quienes la Escritura ha enseado a creer en Cristo, a
amar a Dios y a obedecer al rey, as como sobriedad
de conducta, lo olviden todo y pongan su religin en

las discutibles doctrinas de esos hombres sabios de


que hablis.
A. Yo no creo que esos hombres sean los apropia
dos para interpretar la Escritura a los dems, ni digo
que los dems deban tomar su interpretacin por la
palabra de Dios. Lo que necesitan saber es tan senci
llo que no requiere interpretacin; y todo lo dems no
les hace ningn bien. Pero, en caso de que alguna de
esas innecesarias doctrinas sea autorizada por las le
yes del rey o de otro Estado, digo que es deber de
todo sbdito no hablar contra ellas; ya que es deber
de todo hombre obedecer a quien o quienes tienen el
poder soberano, y es sabidura de todos esos poderes
castigar a quienes publican o ensean sus interpreta
ciones privadas, cuando son contrarias a la ley y sus
ceptibles de inclinar a los hombres a la sedicin o a
disputar contra la ley.
B. Entonces tienen que castigar a la mayora de
los que se han educado en las universidades. Pues
esas curiosas cuestiones teolgicas surgieron primero
en las universidades, igual que todas esas cuestiones
polticas relativas a los derechos del gobierno civil y
eclesistico; y es all donde se han surtido de argu
mentos en favor de la libertad extrados de las obras
de Aristteles, Platn, Cicern, Sneca y de las histo
rias de Roma y Grecia, para sus disputas contra el ne
cesario poder de sus soberanos. Por tanto, desespero
de que pueda existir paz duradera entre nosotros
mientras las universidades no se sometan y dirijan
sus estudios a asentar eso, es decir, a ensear la obe
diencia absoluta a las leyes del rey y a los edictos p
blicos dados por l bajo el Gran Sello de Inglaterra.
Pues no me cabe duda de que la slida razn, respal
dada por la autoridad de tantos hombres doctos, val
dr ms para el mantenimiento de la paz entre noso
tros que ninguna victoria sobre los rebeldes. Pero me
temo que es imposible llevar a las universidades a esa
conformidad con las acciones del Estado, tal como lo
requiere la empresa.

A. Dado que hasta ahora las universidades, en


contra de todas las leyes, divina, civil y natural, han
sostenido de cuando en cuando la autoridad del Papa
contra el derecho de nuestros reyes, por qu cuando
tienen de su parte todo tipo de leyes y la equidad no
pueden tambin mantener los derechos de quien al
mismo tiempo es soberano del reino y cabeza de la
Iglesia?
B. Y por qu no estuvieron en todos los puntos
en favor del poder del rey desde el momento en que
Enrique VIH fue declarado en el Parlamento cabeza
de la Iglesia, igual que antes estaban en favor de la
autoridad del Papa?
A. Porque el clero de las universidades, en las
que lo gobiernan todo, as como el clero de fuera de
las universidades, tanto obispos como clrigos infe
riores, pensaban que derribar al Papa era elevarlos a
ellos en su lugar, en cuanto a Inglaterra; y la gran ma
yora de ellos no dudaba de que su poder espiritual no
dependa de la autoridad del rey, sino del mismo Cris
to, derivada hasta ellos por una sucesiva imposicin
de manos de un obispo a otro, pese a que saban que
esa derivacin pasaba a travs de las manos de papas
y obispos de cuya autoridad ellos se haban despren
dido. Pues aunque estaban contentos con que se nega
ra al Papa el derecho divino que reclamaba en Ingla
terra, no les pareca tan conveniente que se privara
del mismo a la Iglesia de Inglaterra a la que suponan
que ellos mismos representaban ahora. Parece que no
crean razonable que una mujer, o un nio o un hom
bre incapaz de interpretar la Biblia hebrea, griega o
latina, y que tal vez tampoco conoca las declinacio
nes y conjugaciones de los nombres y verbos griegos
o latinos, se atreviera a gobernar a doctores tan versa
dos en materias de religin; entendiendo por ellas
cuestiones de teologa, pues la religin ha sido con
fundida durante mucho tiempo, y todava lo es para la
mayora de la gente, con la teologa, para gran prove
cho del clero.

B.
Y especialmente ahora entre los presbiteria
nos. Pues veo que hay pocas personas a las que ellos
consideren muy buenos cristianos fuera de aquellas
que son capaces de repetir sus sermones, y de dispu
tar en favor de ellos en tomo a la interpretacin de la
Escritura, y de pelear por ellos incluso con sus cuer
pos y bolsas cuando se les exige. Nada les importa
que se crea en Cristo, a menos que creis tal como
ellos os mandan. Nada les importa la caridad, a me
nos que sea caridad y liberalidad para con ellos, y to
mar partido haciendo faccin con ellos. Cmo pode
mos tener paz mientras sa sea nuestra religin, no
puedo decirlo. Hceret lateri lethalis arundo 81. La se
diciosa doctrina de los presbiterianos ha prendido
tanto en las cabezas y las memorias del pueblo (no
puedo decir que en sus corazones, pues no entienden
nada de ella, salvo que pueden rebelarse legtima
mente) que temo que la repblica nunca sane.
A. Cuando las dos grandes virtudes que tenan
por separado Enrique VII y Enrique VIII estn juntas
en un solo rey, la sanarn fcilmente. La de Enrique
VII era llenar sus cofres sin despertar mucho clamor
popular; la de Enrique VIII era una pronta severidad;
pero esta ltima no puede ejercerse sin la primera.
B. Lo que decs tiene toda la apariencia, creo yo,
de un consejo dirigido al rey de dejarlos tranquilos
hasta haber obtenido suficiente dinero al contado para
reclutar y mantener un ejrcito suficiente, y entonces
caer sobre ellos y destruirlos.
A.
Quiera Dios que un designio tan horrible,
poco cristiano e inhumano no entre nunca en el cora
zn del rey. Yo deseara que tuviera al contado dinero
bastante para reclutar un ejrcito capaz de suprimir
cualquier rebelin y privar a sus enemigos de toda es
peranza de xito, de modo que no se atrevieran a en

81 La flecha mortal est clavada en el costado (Virgilio, Enei


da, IV, 73).

torpecerle en la reforma de las universidades; pero no


para llevar a la muerte a nadie que no haya cometido
realmente los delitos que las leyes han declarado ca
pitales. El alma de la rebelin, como habis visto por
sta, y ledo de otras rebeliones, son las universida
des; a las que, sin embargo, no hay que suprimir, sino
disciplinar mejor: es decir, hacer que la doctrina pol
tica que en ellas se ensea sea (como debe ser la ver
dadera doctrina poltica) la adecuada para hacer saber
a los hombres que su deber es obedecer todas las le
yes promulgadas por la autoridad del rey, hasta que la
misma autoridad las revoque; la adecuada para hacer
entender a los hombres que las leyes civiles son leyes
de Dios, porque quienes las hacen han sido sealados
por Dios para hacerlas; y para hacer saber a los hom
bres que el pueblo y la Iglesia son una sola cosa y no
tienen sino una sola cabeza, el rey; y que nadie tiene
ttulo alguno para gobernar por debajo de l si no lo
ha recibido de l; que el rey debe su corona slo a
Dios y no a ningn hombre, eclesistico o no; y que
la religin que all ensean sea un pacfico esperar el
regreso de nuestro bendito Salvador, y entretanto una
resolucin de obedecer las leyes del rey, que tambin
son leyes de Dios; no hacer dao a nadie, ser caritati
vos con todos, cuidar de los pobres y enfermos, y vi
vir sobriamente y libres de escndalo; sin mezclar
nuestra religin con puntos de filosofa natural,
como libre arbitrio, sustancia incorprea, presentes
eternos, ubicuidades, hipstasis, que el pueblo no en
tiende y por las que nunca se preocupar. Cuando las
universidades estn disciplinadas de ese modo, poco
a poco saldrn predicadores con buenos principios, y
poco a poco se desmoronarn los que ahora los tie
nen malos.
B. Me parece que se es un camino muy bueno, y
tal vez el nico que puede hacer que la paz sea cons
tante entre nosotros. Pues, si los hombres no saben
cul es su deber, qu les puede forzar a obedecer las
leyes? Un ejrcito, diris. Pero qu forzar al ejrci-

to? Acaso 110 eran un ejrcito las bandas entrenadas?


No lo eran los jenzaros que no hace m ucho82 asesi
naron a Osmn en su propio palacio de Constantinopla? Por ello comparto vuestra opinin de que los
hombres pueden ser inducidos a amar la obediencia
por predicadores y gestileshombres que en su juven
tud se hayan empapado de buenos principios en las
universidades, as como de que nunca habr una paz
duradera mientras las universidades no sean reforma
das del modo que habis dicho; y los ministros no se
pan que no tienen ms autoridad que la que les otorga
el poder civil supremo; y la nobleza y la gentiy no se
pan que la libertad de un Estado no consiste en dis
frutar de una exencin de las leyes de su propio pas,
ya sean hechas por una asamblea o por un monarca,
sino en verse exentos de la fuerza y la insolencia de
sus vecinos.
Y, ahora que estoy satisfecho en este punto, os lle
var de nuevo al lugar de donde mi curiosidad os
apart a esta larga digresin. Estbamos en el punto
del ship-money, uno de aquellos agravios contra los
que el Parlamento clamaba como tirana y gobierno
arbitrario83, con el fin de aislar (como vos decais) al
rey de sus sbditos y formar un partido contra l
cuando tuvieran necesidad de ello. Y ahora podis
pasar, si gustis, a las otras artimaas que emplearon
con el mismo propsito.
A. Creo que sera mejor dejar aqu nuestro dis
curso sobre este asunto y aplazarlo para algn otro
da que os parezca oportuno.
B. De acuerdo. Creo que ese da no est lejano.

82 El 20 de mayo de 1622.
83 En Ed. M. se lee gobierno tirnico y arbitrario.

A. Os doy la bienvenida; pero, si hubirais espe


rado un poco ms, me habrais encontrado con la me
moria macho mejor abastecida para vos.
B. No importa. Os ruego que me confiis ahora
lo que tengis con vos. En cuanto al resto, tomaos
todo el tiempo que queris.
A.
Despus de que el Parlamento hubo hecho
creer al pueblo que exigir el pago del ship-money era
ilcito, y de que por ello el pueblo se inclinara a con
siderarlo tirnico, a continuacin para aumentar el
descontento del pueblo para con su Majestad, acusa
ron al rey de intentar introducir y autorizar la religin
romana en este reino; lo cual era lo ms odioso para
el pueblo, y no porque esa religin fuera errnea,
pues carecan de conocimientos y juicio suficientes
para examinarlo, sino porque se les haba acostum
brado a or hablar en contra de ella en los sermones y
discursos de los predicadores en quienes confiaban.
Y sa fue en verdad la calumnia ms efectiva que pu
diera haberse inventado para enajenarle los afectos
del pueblo. El pretexto que tuvieron para esa calum
nia fue, en primer lugar, que a la sazn y poco tiempo
antes estaba junto a la reina un tal Rosetti, enviado
del Papa; y un tal Mr. George Con, secretario del car
denal Francisco Barberini, sobrino del Papa Urbano

VIII, enviado bajo el amparo y proteccin de la reina


(se deca) para atraer el mayor nmero posible de
personas de calidad de la corte llevndolas a reconci
liarse con la Iglesia de Roma; con qu xito, no os lo
puedo decir, pero es probable que se ganara a algunas
personas, especialmente del sexo dbil. Si es que
puedo decir que se las gan, cuando sobre ellas pre
valecieron con toda probabilidad no sus argumentos,
sino ms bien la esperanza de obtener el favor de la
reina.
B.
En una coyuntura como sa tal vez habra sid
mejor no enviarlos.
A. Tambin se desaprob la fundacin de un con
vento de frailes capuchinos en Sommerset-House,
pese a que estaba autorizada por las capitulaciones
matrimoniales. Y se contaba que poco ms tarde tam
bin se permitira a los jesuitas abrir un convento en
Clerkenwell. Y entretanto el secretario principal, sir
Francis Windebank, fue acusado de haber autorizado
la puesta en libertad de algunos jesuitas ingleses que
haban sido hechos prisioneros por volver a Inglaterra
tras haber sido desterrados, contraviniendo el estatuto
que lo declaraba delito capital. La frecuentacin de la
capilla de la reina por catlicos ingleses tambin les
sirvi de pretexto para censurar a la misma reina no
slo eso, sino tambin todos los favores de que haba
dado muestras a los catlicos. Y ello hasta el punto
de que algunos no tenan empacho en decir abierta
mente que ella gobernaba al rey.
B. Qu extraa injusticia! La reina profesaba el
catolicismo y, por tanto, no poda sino intentar hacer
a los catlicos todo el bien que le fuera posible; de
otro modo no habra sido sinceramente lo que profe
saba ser. Pero parece que, siendo ellos hipcritas,
queran forzarla a ella a la hipocresa. Acaso puede
alguien pensar que es un crimen que una dama devo
ta, de la secta que fuere, busque el favor y la bendi
cin de aquella Iglesia de la que es miembro?
A. Para dar al Parlamento otro pretexto para la

acusacin que haban puesto en marcha contra el rey


de introducir el papismo, hubo una gran controversia
entre el clero episcopal y el presbiteriano sobre el li
bre arbitrio. La disputa empez en los Pases Bajos,
entre Gomar y Arminio, en tiempos del rey Jacobo,
quien, previendo que poda perturbar a la Iglesia de
Inglaterra, hizo lo posible por componer la diferencia.
Para lo cual se reuni en Dort una asamblea de telo
gos, a la que el mismo rey Jacobo envi uno o dos te
logos, pero que no lleg a nada. La cuestin qued
sin decidir y se convirti en un tema de disputa en
nuestras universidades '. Todos los presbiterianos
pensaban como Gomar; pero otros muchos no, y a s
tos se les llam aqu arminianos, y, por haber sido de
sacreditada la doctrina del libre arbitrio como doctri
na papista, as como por constitutir los presbiterianos
la inmensa mayora y disfrutar ya del favor del pue
blo, por regla general se les odiaba. Era, pues, fcil al
Parlamento hacer que esa calumnia circulara entre el
pueblo, cuando el arzobispo de Canterbury, el Dr.
Lad, era partidario de Arminio, y poco antes prohi
bi, en virtud de su poder eclesistico, a todos los mi
nistros predicar al pueblo sobre la predestinacin; y
cuando todos los ministros que queran congraciarse
con l y esperaban algn medro eclesistico dieron en
predicar y escribir en favor del libre arbitrio con to1 En efecto, entre noviembre de 1618 y mayo de 1619 tuvo lu
gar en Dort (o Dordrecht, Holanda) un snodo de la Iglesia refor
mada de Holanda, convocado para intentar zanjar las disputas entre
los remonstrants, seguidores de Jacobo Arminio, que, acercndonse a las posiciones de la teologa catlica romana, preconizaban
una suavizacin de la doctrina calvinista de la predestinacin, y los
de Francisco Gomar, que representaba con particular rigidez la or
todoxia calvinista. (Como seala Hobbes, el Dr. Lad, consejero
espiritual de Carlos 1, favoreca las posiciones arminianas.) Pese a
lo que dice Hobbes, el snodo concluy con una condena de las
doctrinas de los arminianos. Desde entonces los cnones del snodo
de Dort constituyen una de las bases teolgicas de las Iglesias re
formadas de Holanda.

das sus fuerzas, como prueba de su capacidad y mri


to. Adems, algunos de ellos dieron a entender que el
arzobispo era en el fondo un papista, y que, en caso
de que pudiera conseguir aqu una tolerancia de la re
ligin romana, recibira una mitra cardenalicia, cosa
que no slo era falsa, sino que ni siquiera haba base
alguna para sospecharla.
B.
Pero es extrao que se permita que los hom
bres de letras, hombres oscuros que slo de la llama
del Estado podran recibir lustre, saquen sus innece
sarias disputas, y con ellas sus pendencias, fuera de
ias universidades a la repblica; y ms extrao toda
va que el Estado se comprometa en sus disputas de
partido en lugar de reducirlos a ambos al silencio.
A. Un Estado puede forzar a la obediencia, pero
no convencer del error, ni alterar la mente de quienes
creen tener ms razn. La supresin de doctrinas no
hace sino unir y exasperar, es decir, aumentar tanto la
malevolencia como el poder de los que ya las crean.
B. Pero cules son los puntos de desacuerdo?
Existe acaso una controversia entre los obispos y los
presbiterianos en relacin con la divinidad o la huma
nidad de Cristo? Alguno de ellos niega la Trinidad o
algn artculo del Credo? Acaso alguna de las dos
partes predica abiertamente, o escribe directamente,
contra la justicia, la caridad, la templanza o contra al
gn otro deber necesario para la salvacin, con la
sola excepcin de nuestro deber para con el rey. y eso
slo cuando piensan en dominar al rey o en destruir
le? Dios se apiade de nosotros! Es que no puede
salvarse nadie que no entienda sus disputas? O se
exige ms fe u honestidad para la salvacin de un
hombre que para la de otro? Qu necesidad hay de
que se nos predique tanto la fe, a nosotros que no so
mos paganos y que creemos ya todo lo que Cristo y
sus apstoles nos han dicho que es necesario para la
salvacin, e incluso ms? Por qu se predica tan
poco sobre la justicia? A decir verdad, a menudo he
odo recomendar al pueblo la rectitud, pero raramente

he odo la palabra justicia en sus sermones; mejor di


cho, aunque en la Biblia griega y latina la palabra jus
ticia aparece con enorme frecuencia, en ingls, pese a
ser una palabra que todo el mundo entiende, ha sido
reemplazada por el vocablo rectitud (aunque pocos
entienden que significa lo mismo, sino que lo toman
ms por correccin de opinin que de accin o inten
cin)2.
A. Confieso que conozco muy pocas controver
sias entre cristianos que tengan que ver con puntos
necesarios para la salvacin. Son las cuestiones rela
tivas a la autoridad y al poder sobre la Iglesia, o las
relativas al lucro o al honor de los eclesisticos, las
que suscitan la mayor parte de las controversias. Pues
quin va a preocuparse y reir con sus vecinos por
la salvacin de mi alma o por la del alma de cualquier
otro? Cuando los ministros presbiterianos y otros pre
dicaban con tanta seriedad la sedicin, y animaban a
los hombres a la rebelin en las pasadas guerras,
quin haba que no tuviera un beneficio o que, te
nindolo, no temiera perder ese beneficio o alguna
otra parte de su sustento por el cambio del gobierno,
y que, voluntariamente y sin pensar en recompensas,
predicara contra la sedicin con tanta seriedad como
la otra parte predicaba en favor de ella? Confieso que,
por lo que he observado en la historia y en otros es
critos de los paganos, griegos y latinos, esos paganos,
no estaban por detrs de nosotros en cuestin de vir
tud y deberes morales, pese a que nosotros hemos re
cibido mucha predicacin y ellos ninguna. Confieso
tambin que, tras considerar cunto dao puede di
manar de la libertad que tienen los hombres para
arengar, todos los domingos e incluso ms a menudo,
a todo el pueblo de una nacin al mismo tiempo,
2 En las ltimas lneas Hobbes juega con los vocablos righteousness y rightness, que he traducido por rectitud y correccin,
respectivamente.

mientras el Estado ignora qu es lo que van a decir, y


tras considerar tambin que fuera de la cristiandad en
ninguna parte del mundo se permite tal cosa, gracias
a lo cual no hay guerras civiles por causa de la reli
gin, he llegado a pensar que el mucho predicar es
una inconveniencia. Sin embargo, no creo que nunca
se predique demasiado al pueblo en qu consiste su
deber, tanto para con Dios como para con el hombre,
con tal que lo hagan hombres graves, discretos y an
cianos, reverenciados por el pueblo, y no hombres j
venes, ligeros y amantes de sofisteras, pues no hay
ninguna feligresa tan simple como para buscar que
esos tales la enseen (siendo tal cosa contraria a la
naturaleza) o como para prestarles reverencia, o a la
que importe lo que dicen, salvo unos pocos a los que
tal vez agrade su cascabeleo. Deseo de todo corazn
que haya un nmero suficiente de esos hombres dis
cretos y ancianos para todas las parroquias de Inglate
rra, y que quieran encargarse de la tarea. Pero esto no
es ms que un deseo; dejo a la sabidura del Estado
hacer lo que le plazca.
B. Qu hicieron a continuacin?
A.
Puesto que el rey haba enviado presos a luga
res alejados de Londres a tres hombres 3 que haban
sido condenados por publicar doctrinas sediciosas,
unos por escrito, otros en sermones pblicos, el Par
lamento (si con el consentimiento de su Majestad o
sin l, lo he olvidado) hizo que fueran liberados y
volvieran a Londres, con la intencin (creo yo) de
comprobar hasta qu punto se alegraba el pueblo con
ello y, en consecuencia, en qu medida haban pros
perado ya sus intentos de privar al rey del afecto del

3 Se trata del telogo Henry Burton, el jurista William Prynne y


el mdico John Bastwick, activistas puritanos. Vctimas de la per
secucin del Dr. Lad a travs del tribunal de la Cmara Estrella
da, en 1637 fueron condenados a la picota y a serles cortadas las
orejas. Su rehabilitacin fue una de las primeras acciones del Par
lamento Largo.

pueblo. Cuando esos tres atravesaron Londres, fue


una especie de triunfo, con el pueblo apindose para
contemplarlos y recibindolos con tales aclamaciones
y casi con tanta adoracin como si hubieran bajado
del cielo; de manera que el Parlamento estaba ya sufi
cientemente seguro de disponer de un partido grande
y tumultuoso siempre que tuviera necesidad de hacer
uso de l. Con esa confianza procedieron a su si
guiente intriga, que consisti en privar al rey de aque
llos ministros que por sabidura, coraje y autoridad
crean ellos que eran ms capaces de impedir sus ul
teriores designios contra el rey o de oponerse a ellos.
Y, en primer lugar, la Cmara de los Comunes deci
di procesar por alta traicin al conde de Strafford,
lord lugarteniente de Irlanda4.
B. Qu era el conde de Strafford antes de ocupar
ese puesto? Y cmo ofendi al Parlamento o le hizo
pensar que sera su enemigo? Pues he odo que en an
teriores Parlamentos fue tan partidario del Parlamen
to como los dems.
A. Se llamaba sir Thomas Wentworth, un gentil
4 Thomas Wentworth, conde de Strafford (1593-1641), es una
figura clave en los tiempos inmediatamente anteriores a la guerra
civil. En los primeros Parlamentos del reinado de Carlos 1 se haba
ganado una popularidad considerable como una de las cabezas vi
sibles de la oposicin: mantuvo una firme defensa de la Petition of
Right, se enfrent a la poltica exterior de Buckingham y fue encar
celado por negarse a colaborar en la concesin de un prstamo de
trescientas mil libras solicitado por la Corona. Pese a ello, muy
pronto empez a adquirir un creciente ascendiente sobre el rey,
convirtindose finalmente en su principal consejero en los aos an
teriores a la guerra civil. En 1628 fue nombrado lord presidente del
Norte, en 1629 miembro del Consejo Privado, y en 1633 lord lu
garteniente de Irlanda. En este ltimo cargo desarroll un trabajo
enrgico intentando la integracin de la nacin irlandesa a las nor
mas y costumbres inglesas. Llamado en 1639 por el rey a resolver
el conflicto con Escocia, su decisin de recurrir a las armas, sin ha
berse asegurado el apoyo financiero del Parlamento, pronto se re
vel desastrosa. Arrestado en 1640, fue procesado por alta traicin,
y un ao ms tarde ejecutado.

hombre muy notable, tanto por nacimiento como por


hacienda, en su propio condado, que era el de Yorkshire; pero ms notable por su buen juicio en los asun
tos pblicos no slo de ese condado, sino del reino en
general; y por ello fue elegido muchas veces para el
Parlamento, bien como representante de algn burgo,
bien como caballero del condado. En cuanto a sus
principios polticos, eran los mismos que aquellos
que por regla general seguan todos los dems hom
bres que se consideraban dignos de ser elegidos para
el Parlamento; principios que comnmente son los
siguientes: tomar como regla de justicia y de gobier
no los juicios y actas de anteriores Parlamentos, co
rrientemente llamados precedentes; esforzarse por
impedir que el pueblo se vea sujeto a tributos extraparlamentarios y demasiado oprimido con tributos
parlamentarios; preservar al pueblo su libertad de
cuerpo frente al poder arbitrario del rey fuera del Par
lamento; intentar la reparacin de los agravios.
B. Qu agravios?
A. Por regla general los agravios eran tales como
los siguientes: el exceso de liberalidad del rey para
con algn favorito; el exceso de poder de algn mi
nistro o de algn oficial de la repblica; los abusos de
los jueces civiles o espirituales; pero especialmente
toda exaccin monetaria impuesta a los sbditos sin
aprobacin parlamentaria. Y por regla general en los
ltimos tiempos hasta que esos agravios no eran repa
rados se negaban a proporcionar al rey el dinero ne
cesario para las circunstancias ms urgentes de la re
pblica, o al menos ponan grandes dificultades para
ello.
B. Pero cmo puede entonces el rey cumplir
como es debido con su deber, o los sbditos saber a
cul de sus amos han de obedecer? Pues es patente
que hay aqu dos poderes y, si por casualidad difie
ren, no pueden ser ambos obedecidos.
A.
Es verdad. Pero no ha sido frecuente que ha
yan diferido tanto como para poner en peligro a la re

pblica, como ocurri en este Parlamento de 1640.


En todos los Parlamentos del difunto rey Carlos antes
de 1640, milord de Strafford se opuso a las demandas
del rey tanto como cualquier otro, y por ello fue muy
estimado y aclamado por el pueblo como buen patrio
ta y como alguien que defenda valientemente sus li
bertades. Por la misma causa fue tanto ms odiado
luego, cuando intent mantener la regia y justa auto
ridad de su Majestad.
B. Cmo dio en cambiar de opinin tanto como
parece que cambi?
A. Tras la disolucin del Parlamento de los aos
1627 y 1628, el rey. al ver que no obtena de los Par
lamentos dinero que no hubiera de comprar con la
sangre de los servidores y ministros a quienes ms
amaba, se abstuvo durante mucho tiempo de convo
car ninguno ms, y se habra abstenido durante ms
tiempo an si la rebelin de los escoceses no le hu
biera forzado a ello. Durante ese Parlamento el rey
hizo barn a sir Thomas Wentworth, que le haba sido
recomendado por su gran capacidad, de la que todo el
mundo tena noticia por el perjuicio que haba ocasio
nado al rey en anteriores Parlamentos, pero que poda
ser til en los tiempos que se avecinaban. Y no mu
cho ms tarde le hizo miembro del Consejo, y des
pus de ello lugarteniente de Irlanda, cargo que de
sempe con gran satisfaccin y provecho de su
Majestad, y en el que continu hasta que muri a cau
sa de la envidia y violencia de los lores y los comu
nes de ese infausto Parlamento de 1640. En ese ao
fue nombrado general de las fuerzas del rey contra
los escoceses que entraron en Inglaterra, y en el ante
rior ao conde de Strafford. Realizada la pacifica
cin, licenciadas las fuerzas de ambos lados, reunido
ahora el Parlamento en Westminster, no tard mucho
en ser acusado de alta traicin por la Cmara de los
Comunes ante la Cmara de los Lores.
B. Poco probable era que hubiera traicionado al
rey, de cuyo favor recibi su grandeza y de cuya pro

teccin esperaba su seguridad. De qu traicin le


acusaron?
A. Muchas acusaciones levantaron contra l, pero
la suma de ellas se contena en estas dos: primera,
que traidoramente haba intentado subvertir las leyes
fundamentales y el gobierno del reino, e introducir en
su lugar un gobierno arbitrario y tirnico contrario a
Derecho; segunda, que haba trabajado para subvertir
los derechos de los Parlamentos y el antiguo curso de
los procedimientos parlamentarios.
B. Y l hizo tal cosa sin conocimiento del rey?
A. No.
B. Por qu entonces, si haba traicin, no le en
caus el mismo rey por medio de su fiscal? Cmo
poda la Cmara de los Comunes, sin su mandato, de
nunciarle ante la Cmara de los Lores? Podan haber
se quejado al rey, si l no lo hubiera sabido antes. No
entiendo esa ley.
A. Tampoco yo.
B. Es que algn estatuto anterior lo haba decla
rado traicin?
A. No, que yo sepa; y tampoco comprendo cmo
puede ser traicin contra el rey algo que el rey, ha
bindolo odo y conocido, no tiene por traicin. Pero
una pieza de la estratagema urdida por los miembros
de ese Parlamento consista en aadir la palabra trai
doramente a cualquier cosa que se alegara contra
cualquiera cuya vida pretendan eliminar.
B. No haba ningn ejemplo concreto de accin
o de palabras a partir del cual arguyeran que intent
subvertir las leyes fundamentales del Parlamento, que
era de lo que le acusaban?
A. S. Dijeron que aconsej al rey reducir al Par
lamento a su deber mediante el ejrcito irlands, al
que no mucho antes el mismo milord de Strafford ha
ba hecho reclutar para el servicio del rey. Pero nunca
se le prob que hubiera aconsejado al rey emplearlo
contra el Parlamento.
B. Cules son esas leyes llamadas fundamenta

les? Pues no entiendo cmo una ley puede ser ms


fundamental que otra, con la sola excepcin de la ley
natural que nos obliga a todos a obedecer a aqul,
quienquiera que fuere, a quien legtimamente y por
nuestra propia seguridad hemos prometido obedecer;
ni ninguna otra ley fundamental para un rey salvo la
salus populi, la seguridad y bienestar de su pueblo.
A. En el uso de las palabras ese Parlamento,
cuando acusaba a alguien, nunca consider el signifi
cado de las mismas, sino el peso que ellas tenan para
agravar su acusacin a los ojos de la multitud igno
rante, que toma por nefandas todas las faltas que se
expresan en trminos nefandos, si odian a la persona
acusada, como ocurra con ese hombre no slo por
ser del partido del rey, sino tambin por desertar,
como un apstata, del partido del Parlamento.
B. Os ruego que me digis tambin qu entend
an por gobierno arbitrario, eso que parecan odiar tan
to. Hay algn gobernante de algn pueblo del mun
do que se vea forzado a gobernarlo o a hacer esta o
aquella ley, tanto si quiere como si no? Creo que no.
O, si hay alguno, aquel que le fuerza es sin duda
quien hace leyes y gobierna arbitrariamente.
A. Es verdad; y lo que verdaderamente entenda
el Parlamento era que no era el rey sino l mismo
quien debera tener el gobierno absoluto5, no slo de
Inglaterra, sino tambin de Irlanda y, como despus
se vio, asimismo de Escocia.
B. Cualquiera puede decir cmo lleg el rey al
gobierno de Escocia e Irlanda por descendencia de sus
antepasados; pero, si ocurriera (Dios no lo permita)
que el rey de Inglaterra y sus herederos faltaran, no
puedo imaginar qu titulo puede adquirir con ello el
Parlamento de Inglaterra sobre de esas dos naciones.
A. S; dirn que fueron antiguamente conquista
das con el dinero de los sbditos ingleses.
5 En Ed. M., en lugar de absoluto se lee arbitrario.

B.
Es bastante probable, y acorde con el resto de
su descaro.
A. En las asambleas democrticas6 el descaro lo

hace casi todo; es el dios de la retrica y lleva la


prueba consigo. Pues qu hombre corriente no con
cluir, ante tamaa audacia en la afirmacin, que lo
afirmado es muy probable? Apoyndose en esa acu
sacin. el conde de Strafford fue llevado a juicio a
Westminster Hall ante la Cmara de los Lores, y de
clarado culpable, y poco despus declarado traidor
mediante un decreto de proscripcin 7, esto es, me
diante un acta del Parlamento.
B. Es raro que los lores fueran inducidos, con ra
zones tan poco slidas, a pronunciar una sentencia o
a prestar su asentimiento a un decreto tan perjudicial
para s mismos y su posteridad.
A. No hicieron bien y, sin embargo, no parece
que obraran con ignorancia; pues hay una clusula en
el decreto segn la cual en adelante 110 deba ser con
siderado como ejemplo, esto es, como un prejuicio,
en casos futuros similares.
B. Eso es peor que el decreto mismo, y es una confe
sin lisa y llana de que su sentencia era injusta. Pues
qu dao hay en los ejemplos de sentencias justas?
Adems, si en el futuro ocurriera un caso similar, esa re
serva no hace en absoluto que la sentencia sea ms dbil.
A. A decir verdad, creo que la mayor parte de los
lores, siguiendo los principios de naturalezas beli
cosas y salvajes, envidiaban su grandeza y, sin em
bargo s no queran condenarle por traicin. Pero lo
6 Tras asambleas democrticas en el manuscrito sigue una pa
labra ilegible y las siguientes palabras: y por regla general en to
das las asambleas, que han sido borradas (N. de F. T.).
7 El bil of attainder implicaba la proscripcin civil, la confisca
cin de los bienes y la llamada corrupcin de la sangre, es decir,
la incapacidad para transmitir o recibir nada por herencia.
8 El pasaje siguiendo los principios... y sin embargo no figura
en Ed. M.

hicieron intimidados por el clamor del pueblo llano,


que lleg a Westminster gritando Justicia, justicia
contra el conde de Strafford!; pueblo al que haban
conseguido congregar all algunos miembros de la
Cmara de los Comunes que, tras la bienvenida triun
fal tributada a Prynne, Burton y Bastwick, estaban se
guros de poder levantar al pueblo en tumulto en cual
quier ocasin que desearan. En parte tambin lo
hicieron intimidados por la misma Cmara de los Co
munes, que, si deseaba anular a un lord, no tena ms
que votar que era un delincuente.
B.
Y qu es un delincuente? Un pecador no?
Pretendan anular a todos los pecadores?
A. Por delincuente entendan slo un hombre
al que queran hacer todo el dao posible. Pero los lo
res no sospechaban todava, creo yo, que se propon
an deponer a toda su Cmara.
B. Cosa extraa es que toda la Cmara de los Lores
no se diera cuenta de que la ruina y debilitamiento del
poder del rey era su propia ruina y debilitamiento. Pues
no podan pensar que fuera verosmil que el pueblo pre
tendiera nunca arrebatar la soberana al rey para drsela
a ellos, que eran pocos en nmero y tenan menos poder
que tantos comunes, ya que el pueblo los amaba menos.
A. A m no me parece tan extrao. Pues, en
cuanto a sus capacidades personales, los lores, si
bien no eran menos, tampoco eran ms hbiles en
los asuntos pblicos que los caballeros [de condado|
y los representantes de las ciudades. Pues no hay ra
zn para pensar que, si a uno que hoy es caballero
de condado en la Cmara Baja se le hace maana
lord y miembro de la Cmara Alta, es por ello ms
sabio que antes. Los miembros de una y otra Cma
ra eran todos hombres prudentes y capaces, como
cualquiera del pas, en los asuntos referentes a sus
haciendas privadas, asuntos que no requieren sino
diligencia e ingenio natural para gobernarlas. Pero
para el gobierno de una repblica no bastan ni inge
nio, ni prudencia, ni diligencia, si faltan reglas infa

libles as como la verdadera ciencia de la equidad y


la justicia.
B.
Si eso es verdad, entonces es imposible que
ninguna repblica en el mundo, ya sea monarqua,
aristocracia o democracia, contine durante mucho
tiempo libre de cambios o de sediciones dirigidas al
cambio, ya sea del gobierno, ya de los gobernantes.
A. Es verdad. Y ninguna de las ms grandes rep
blicas del mundo se ha visto durante mucho tiempo li
bre de la sedicin. Los griegos tuvieron por algn
tiempo sus reyezuelos y luego se convirtieron median
te la sedicin en pequeas repblicas; ms tarde, cre
ciendo hasta convertirse en repblicas mayores, vol
vieron mediante sedicin a convertirse en monarquas.
Y todo por falta de reglas de justicia conocidas por el
pueblo llano; ya que, si el pueblo las hubiera conocido
al comienzo de cada una de esas sediciones, los ambi
ciosos nunca habran tenido la esperanza de alterar el
gobierno una vez establecido. Pues poco puede hacer
la ambicin sin manos, y pocas manos tendra si el
pueblo llano estuviera tan diligentemente instruido en
los verdaderos principios de su deber como estaba ate
rrado y transtornado por predicadores con doctrinas es
triles y peligrosas sobre la naturaleza de la voluntad
humana y muchos otros puntos filosficos que en nada
contribuyen a la salvacin del alma en el otro mundo
ni a su bienestar en esta vida, sino slo a desviar hacia
el clero ese deber que deben cumplir para con el rey.
B. Por lo que veo, todos los Estados de la cris
tiandad se vern sujetos a estos accesos de rebelin
mientras el mundo perdure.
A. Muy probablemente. Y, sin embargo, la falta,
como os he dicho, puede ser fcilmente enmendada,
enmendando las universidades.
B. Desde cundo celebraba ahora sesiones el
Parlamento?9
9 Hobbes se est refiriendo aqu nuevamente al que habra de
conocerse como Parlamento Largo.

A. Empez el 3 de noviembre de 1640. Milord de


Strafford fue procesado por traicin ante los lores el
12 de noviembre; enviado a la Torre el 22 de noviem
bre; su proceso empez el 22 de marzo y termin el
13 de abril. Tras su proceso fue declarado culpable de
alta traicin en la Cmara de los Comunes y luego en
la Cmara de los Lores el 6 de mayo, y el 12 de mayo
fue decapitado.
B. Cunta diligencia. Pero, pese a todo, no po
da el rey haberle salvado mediante un indulto?
A. El rey oy todo lo que pasaba en su proceso y
declar que estaba insatisfecho en lo que concerna a
la justicia de la sentencia que pronunciaron. Y creo
que, pese al peligro que la furia del pueblo poda re
presentar para su propia persona y a que no slo
aquellos en quienes ms confiaba, sino el mismo con
de de Strafford, le aconsejaron dar curso a su ejecu
cin, le habra indultado, si hubiera podido protegerle
del tumulto que se levant, y que el Parlamento mis
mo apoy con el fin de asustar a quienes crean que
podan fav orecerle. Con todo, el m ism o rey
no dej de confesar ms tarde que hizo mal al no sal
varle.
B. Eso fue una prueba de la buena disposicin
del rey. Pero nunca he ledo que Csar Augusto reco
nociera que hizo mal en abandonar a Cicern a la fu
ria de su enemigo Antonio; tal vez porque Cicern,
habiendo sido de la faccin contraria a su padre, no
prest ningn servicio a Augusto por favorecerle,
sino slo por enemistad hacia Antonio y por amor al
Senado, lo que realmente era por amor a s mismo,
que tena influencia en el Senado; de igual modo que
es muy probable que el conde de Strafford, que tanto
haba estado en contra del rey en anteriores Parla
mentos, se cambiara al partido del rey por sus propios
fines.
A. No podemos juzgar con seguridad de las in
tenciones de los hombres. Pero a menudo he observa
do que los que buscan medrar han errado la meta por

! obstinacin; y, por otra parte, que ios prncipes que


se ven forzados a comprar ia obediencia de sus sbdi
tos con medros estn ya, o lo estarn muy pronto, en
una condicin muy dbil. Pues, en un mercado donde
hay que comprar el honor y el poder con obstinacin,
habr para comprarlos muchos hombres tan hbiles
como milord Strafford.
B Habis ledo que cuando Hrcules, luchando
con la hidra cortaba aiguna de sus muchas cabezas,
en su lugar surgan otras dos cabezas; y, sin embargo,
al final las cort todas.
A. Esa historia est mal contada. Pues Hrcules
no empez cortando esas cabezas, sino sobornndo
las; y luego, cuando vio que de nada le serva, las
cort y obtuvo la victoria.
B. Y que hicieron a continuacin?
A. Tras el primer procesamiento del conde de
Strafford, la Cmara de los Comunes el 18 de diciem
bre acus ai arzobispo de Canterbury tambin de alta
traicin, esto es, de proponerse introducir un gobier
no arbitrario, etc., por lo que el 28 de febrero fue en
viado a la Torre. Pero su juicio y ejecucin fueron re
trasados durante mucho tiempo, hasta el 10 de enero
de 1643, para diversin de los escoceses venidos a
Inglaterra a ayudar al Parlamento.
B. Por qu crean los escoceses que el arzobispo
de Canterbury representaba tanto peligro? No era un
hombre de guerra, ni capaz de conducir a un ejrcito
al campo de batalla; pero tal vez fuera un poltico
muy grande.
A.
Eso no se trasluca de ningn resultado nota
ble de sus consejos. Todo lo que he odo es que era
un hombre muy honesto en cuanto a su moral, y un
promotor muy celoso del gobierno episcopal de la
Iglesia, y que deseaba que se ejecutara el servicio di
vino y se adornara la casa de Dios de la forma ms
apropiada al deber que debemos brindar a la Divina
Majestad. Pero trasladar al Estado, como hizo, sus
antiguas controversias, quiero decir, las disputas que

haba tenido en la universidad sobre e! libre arbitrio,


y mantenerse puntilloso en cuestiones relativas al li
bio del servicio y sus rbricas no deca mucho, en mi
opinin, en favor de su suficiencia en asuntos de Es
tado. Por entonces aprobaron un acta 10, a la que el
rey prest su consentimiento, para un Parlamento
trienal, en la que se estableca que tras el actual Parla
mento habra un Parlamento convocado por el rey en
el espacio de tres aos, y as de tres en tres aos, y
que habra de reunirse en Westminster en una cierta
fecha establecida en esa ley.
B.
Pero y si el rey, considerndolo tal vez incon
veniente o perjudicial para la seguridad o la paz de su
pueblo, que Dios ha puesto en sus manos, no lo con
vocaba? Pues no entiendo bien cmo puede un sobe
rano mantener en orden un pueblo cuando tiene las
manos atadas o cuando tiene sobre s alguna otra
obligacin distinta del beneficio de aquellos a quie
nes gobierna; y por entonces, por lo que me habis
dicho, reconocan al rey como su soberano.
A. No lo s; pero tal fue el acta del Parlamento.
Y adems se promulg que, si el rey no lo haca por
su propio mandato, entonces quien a la sazn fuera
lord canciller o lord guardin [del Sello] emitira los
breves de convocatoria "; y si el canciller se negaba,
entonces los sherijfs de los diversos condados proce
deran por s mismos, en sus juzgados de condado en
la siguiente sesin y antes del da establecido para la
reunin del Parlamento, a la eleccin de los miem
bros de dicho Parlamento.
10 La Trien nial Act de 15 de febrero de 1641 (con el nm. 27 se
encuentra recogida en los Documents de Gardiner).
11 Writs o f summons son los breves emitidos en nombre del rey
por la cancillera convocando el Parlamento. Los lores eran convo
cados directamente por el rey, mientras que a los comunes los con
vocaba, por orden del rey, el sheriff, que con una amplia variedad
de funciones administrativas y judiciales era la ms importante
autoridad de la Corona en cada condado.

B. Pero y si los sheriffs se negaban?


A. Creo que haban de jurar hacerlo. Pero para
este y otros pormenores os remito al acta.
B. Pero a quin deban prestar el juramento,
cuando no hay Parlamento?
A. Sin duda alguna al rey, hubiera o no un Parla
mento en sesin.
B. Entonces el rey puede liberarles de su jura

mento. Adems, si el rey, en caso de negativa, se en


colerizara con ellos, quin proteger al canciller o a
los sheriffs en su desobediencia, no estando en sesin
el Parlamento?
A. Os ruego que no me pidis razn de cosas que
no entiendo mejor que vos. Slo os digo que se apro
b una ley con ese propsito, y que fue firmada por el
rey a mediados de febrero, poco antes de ser enviado
el arzobispo a la Torre. Adems de ese proyecto de
ley, las dos Cmaras del Parlamento acordaron otro
en el que se estableca que el actual Parlamento conti
nuara hasta que ambas Cmaras consintieran en di
solverlo; proyecto de ley ste que el rey firm tam
bin el mismo da en que firm la autorizacin para
la ejecucin del conde de Strafford.
B. Qu gran progreso hizo el Parlamento en tan
poco tiempo hacia sus objetivos, o al menos 12 hacia
los objetivos de los miembros ms sediciosos de am
bas Cmaras! Tomaron posesin de sus escaos en
noviembre y ahora era el mes de mayo. En ese espa
cio de tiempo de apenas medio ao arrancaron al rey
la adhesin que le deba su pueblo; alejaron de l a
sus servidores ms fieles; decapitaron al conde de
Strafford; apresaron al arzobispo de Canterbury; ob
tuvieron un Parlamento trienal tras su propia disolu
cin. y la posibilidad de continuar sus propias sesio
nes hasta que quisieran, lo cual equivala a una
extincin total del derecho del rey, si es que semejan
12 En Ed. M. falta hacia sus objetivos, o al menos

te concesin era vlida; pero no creo que lo sea, a


menos que el soberano mismo renuncie claramente,
cosa que 110 ocurri.
A. Adems, obtuvieron del rey la abolicin de los
tribunales de la Cmara Estrellada y de la Alta Comi
sin 13.
B. Pero qu dinero concedieron al rey, a modo
de subsidio o de cualquier otra forma, en recompensa
por todas esas amplias concesiones suyas?
A. Ninguno. Pero con frecuencia le prometan
convertirle en el rey ms glorioso que nunca hubo en
Inglaterra; y sas eran palabras que fcilmente sona
ban ante el pueblo llano como bienintencionadas.
B. Pero el Parlamento se daba ahora por satisfe
cho? Pues no puedo imaginarme que desearan del rey
ms de lo que ahora les ha concedido.
A.
Pues s. Deseaban la soberana entera y abso
luta, y cambiar el gobierno monrquico por uno oli
grquico, es decir, por el momento hacer que el Parla
mento, integrado por unos pocos lores y alrededor de
cuatrocientros comunes, tuviera soberana absoluta, y
poco despus dejar al margen la Cmara de los Lores.
Pues tal era el designio de los ministros presbiteria
nos, que, considerndose por derecho divino los ni
cos gobernantes legtimos de la Iglesia, procuraban
llevar la misma forma de gobierno al Estado civil. Y
del mismo modo que las leyes espirituales haban de
13 La Cmara Estrellada y la Alta Comisin eran dos tribunales
de prerrogativa que fueron ampliamente empleados por los Estuardos como instrumento de su poltica absolutista, en particular en
materia religiosa. Como tribunales de prerrogativa, se atrajeron la
oposicin del Parlamento y de los jueces de Derecho comn y, por
su intervencin en cuestiones de religin (bajo la influencia del Dr.
Lad), el odio de los puritanos. Ambos fueron abolidos por el Par
lamento Largo por ley de 5 de julio de 1641. (Por lo dems, en Ed.
M. este prrafo est desplazado: se encuentra situado unos prrafos
ms arriba, tras B. Entonces el rey puede liberarles de su jura
mento.)

ser hechas por sus snodos, as las leyes civiles de


ban ser hechas por la Cmara de los Comunes; la
cual, pensaban ellos, no estara ms tarde gobernada
por ellos menos de lo que lo haba estado antes; en lo
que se equivocaron, resultando superados por sus
propios discpulos; si no en malicia, s en ingenio.
B. Qu ocurri despus?
-4. En el siguiente mes de agosto, el rey, supo
niendo que ahora haba complacido al Parlamento lo
suficiente como para que no procediera ms contra l,
hizo un viaje a Escocia para contentar all a sus sb
ditos igual que haba hecho aqu; tal vez intentando
ganarse as sus buenas voluntades para que, en caso
de que el Parlamento de aqu reclutara armas contra
l. no recibieran ayuda de los escoceses. En lo cual
tambin se equivoc. Pues aunque parecan satisfe
chos con las cosas que el rey haba hecho, una de las
cuales haba sido permitir la abolicin del episcopa
do, ms tarde formaron una liga con el Parlamento, y
cuando el rey empezaba a ganarle la mano al Parla
mento invadieron Inglaterra, por dinero, en plena
querella del Parlamento. Pero esto fue uno o dos aos
ms tarde.
B.
Antes de que sigis, me gustara saber cul era
el fundamento y origen de ese derecho que, bien la
Cmara de los Lores, bien la de los Comunes, bien
ambas juntas, reclamaban ahora.
A. Se trata de cosas que ocurrieron hace tanto
tiempo que ahora estn olvidadas. Y en nuestras con
jeturas no disponemos sino de los registros de nuestra
propia nacin y de algunos fragmentos pequeos y
oscuros de las historias romanas. Y en cuanto a los
registros, dado que son slo de cosas realizadas unas
veces con justicia, otras injustamente, echando mano
de ellos nunca es posible saber qu derecho tenan
sino slo qu derecho pretendan.
B. Sea como fuere, decidme qu luz nos aportan
en esta materia las historias romanas.
A. Llevara demasiado tiempo y sera una digre

sin intil citar todos los autores antiguos que hablan


de las formas de las repblicas que existieron entre
nuestros primeros antepasados los sajones y otros
pueblos germnicos, y de las de otras naciones de las
que derivamos los ttulos de honor que ahora estn en
uso en Inglaterra. Y tampoco ser posible derivar de
ellos ningn argumento de derecho, sino slo ejem
plos de hecho, que a causa de la ambicin de sbditos
poderosos han sido ms a menudo injustos que otra
cosa. Y en cuanto a esos sajones y anglos que en
tiempos antiguos, con sus respectivas invasiones, se
aduearon de esta nacin, no constituan en s mis
mos el cuerpo de una repblica, sino slo una liga de
diversos pequeos seores y Estados germnicos,
igual que lo fue el ejrcito griego en la guerra de Tro
ya, sin otra obligacin que la que proceda de su pro
pio miedo'y debilidad. Y la mayor parte de esos seo
res ni siquiera eran soberanos dom sticos en su
propio pas, sino elegidos por el pueblo como capita
nes de las fuerzas que llevaban consigo. Y. por tanto,
no careca de equidad el que, cuando conquistaban
una parte del pas y hacan a alguno de ellos rey de la
misma, los dems tuvieran mayores privilegios que el
pueblo llano y que los soldados. Y cualquiera puede
conjeturar que entre esos privilegios uno sera el de
ser puestos al corriente y formar parte del consejo de
quien tena la soberana en asuntos de gobierno, y te
ner los mayores y ms honorables cargos tanto en la
paz como en la guerra. Pero, como 110 puede haber
gobierno all donde hay ms de un soberano, de ello
no puede inferirse que tuvieran derecho a oponerse a
las resoluciones del rey por la fuerza, ni a disfrutar de
esos honores y cargos, sino mientras continuaran
siendo buenos sbditos. Y encontramos que los reyes
de Inglaterra en toda ocasin importante os convoca
ban en calidad de hombres discretos y sabios del rei
no, oan su consejo, y los hacan jueces de todas las
causas que se les presentaban mientras se encontra
ban reunidos. Pero, igual que los convocaba cuando

quera, tambin tena el poder de disolverlos cuando


quera. Asimismo los normandos, que, como noso
tros, descendan de los germanos, tenan las mismas
costumbres en este particular; y de este modo ese pri
vilegio que tenan los lores de constituir el gran con
sejo del rey y, estando reunidos, constituir tambin
los ms altos tribunales de justicia del rey, sigui has
ta el da d hoy tras la conquista. Pero, aunque entre
los lores haba diversos nombres o ttulos de honor,
slo tienen su privilegio bajo el nombre de barn, un
nombre recibido de los antiguos galos, entre los cua
les significaba hombre del rey o, ms bien, uno de
sus grandes hombres. Por ello me parece que, aunque
le prestaban consejo cuando l se lo peda, no tenan
derecho alguno a hacerle la guerra si l no segua su
consejo.
B.
Cundo empez la Cmara de los Comunes a
formar parte del gran consejo del rey?
A.
No me cabe duda de que, antes de la conquista
|normanda], algunos hombres discretos y conocidos
como tales por el rey eran llamados mediante un bre
ve especial a formar parte del mismo consejo, pese a
no ser lores. Pero eso no tena nada que ver con la
Cmara de los Comunes. Que yo sepa, los caballeros
de condado y los representantes de las ciudades nun
ca fueron llamados a Parlamento hasta comienzos del
reinado de Eduardo 1 o finales del de Enrique III, in
mediatamente despus de los desmanes de los baro
nes l4; y, como todo el mundo sabe, fueron convoca
dos con el fin de debilitar ese poder del que los lores
tan recientemente haban abusado. Antes de Enrique
III, los lores descendan en su mayor parte de aque14 En efecto, tal como lo conocemos, el Parlamento ingls (cuya
forma cannica data de 1295, en tiempos de Eduardo I) fragu en
buena medida para afrontar los conflictos entre la corona y los ba
rones que asolaron Inglaterra en el siglo xiii, primero durante el
reinado de Juan Sin tierra (1199-1216), y ms tarde durante el de
Enrique III (1216-1272).

los que en las invasiones y conquistas de los germa


nos eran pares o correyes 15, hasta que uno de ellos
era hecho rey; y sus vasallos 16 eran sbditos suyos,
como ocurre hoy con los seores de Francia. Pero
despus de Enrique 111 los reyes empezaron a nom
brar lores para ocupar el lugar de aquellos a los que
faltaba sucesin, hacindoles slo titulares sin que las
tierras pertenecieran a su ttulo; y de este modo, no
estando ya obligados sus vasallos a servirles en la
guerra, da a da se fueron haciendo menos capaces
de formar un partido contra el rey, aunque siguieran
formando su gran consejo. Y, a medida que su poder
disminua, aumentaba el de la Cmara de los Comu
nes. Pero no me parece que estos ltimos formaran
parte del consejo del rey en absoluto, ni que fueran
jueces de otros hombres; aunque no puede negarse
que el rey puede pedirles su consejo, como el de cual
quier otro. Pero no me parece que la finalidad de con
vocarles fuera la de que le dieran consejo, sino slo la
de tenerlos a mano mientras el rey estaba rodeado de
su gran consejo, si tenan peticiones de reparacin de
agravios. Pero ni ellos ni los lores podan presentar al
rey como agravio el que el rey asumiera hacer las le
yes, elegir sus propios consejeros privados, recaudar
dinero y reclutar soldados, defender la paz y el honor
del reino, nombrar capitanes en su ejrcito, y gober
nadores de sus castillos, a su gusto. Pues eso habra
sido decir al rey que uno de sus agravios era el de
ser rey.
B. Y qu hizo el Parlamento mientras el rey se
encontraba en Escocia?
A. El rey parti en agosto, tras lo cual el Parla
mento, el 8 de septiembre, suspendi sus sesiones
15 Fellow-Kings.
16 Vasallo traduce algo libremente tenant, trmino que dentro
del sistema feudal ingls de propiedad de la tierra designa a quien
tiene tierras a cambio de algn servicio a un seor.

hasta el 20 de octubre: y el rey volvi hacia comien


zos del siguiente mes de diciembre l7. Durante ese
tiempo los ms sediciosos de las dos Cmaras, que se
haban propuesto cambiar el gobierno y acabar con la
monarqua, aunque todava no haban tenido suficien
te talento para levantar otro gobierno en su lugar y, en
consecuencia, haban dejado esto al azar de la guerra,
se organizaron en camarilla y proyectaron cmo, se
cundndose unos a otros, gobernar la Cmara de los
Comunes, e idearon cmo, mediante el poder de esa
Cmara, levantar al reino en rebelin, cosa a la que
luego denominaron actitud de defensa frente a los pe
ligros exteriores que ellos mismos habran de inven
tarse y publicar. Adems, mientras el rey estaba en
Escocia, los papistas de Irlanda se reunieron en un
gran partido con la intencin de masacrar all a los
protestantes, y se formaron un plan para tomar el 23
de octubre el castillo de Dubln, donde residan los
oficiales del gobierno del rey en ese pas; y lo habran
llevado a cabo si no hubiera sido descubierto la noche
antes. No necesito contaros la forma como se descu
bri y los asesinatos que ms tarde cometieron en el
pas, pues toda esa historia ya est puesta por escrito.
B.
Me sorprende que no esperaran y previnieran
una rebelin en Irlanda tan pronto como empez el
enfrentamiento con el rey en Inglaterra. Pues haba
alguien tan ignorante que no supiera que los papistas
irlandeses suspiraban all por un cambio de religin
tanto como los presbiterianos en Inglaterra? O que
en general la nacin irlandesa odiaba la condicin de
sometida a Inglaterra, y slo permanecera tranquila
mientras temiera que un ejrcito ingls viniera a cas
tigarla? Qu mejor momento podan elegir para re
belarse que ste, cuando se vean alentados no slo
por nuestra debilidad, causada por esa divisin que
17 En Ed. M. se lee hacia finales del siguiente mes de no
viembre.

exista entre el rey y su Parlamento, sino tambin por


el ejemplo de los presbiterianos tanto de la nacin es
cocesa como de la inglesa? Pero qu hizo el Parla
mento en esa ocasin, en ausencia del rey?
A. aua salvo considerar qu uso podan hacer
de ello para sus propios fines; en parte achacndolo a
los malos consejeros del rey, en parte tomndolo
como ocasin para exigir del rey ei poder de reclutar
y mandar soldados; poder ste que quienquiera que lo
tenga tiene tambin sin duda toda la soberana.
B. Cundo regres ei rey?
A. Regres el 25 de noviembre; y fue recibido
con las aclamaciones del pueblo llano, corno si hubie
ra sido el ms amado de todos los reyes hasta enton
ces. Pero no encontr en el Parlamento un recibi
miento a tono con ello. Inmediatamente empezaron a
promover nuevas disputas contra l, tomando pie en
cualquier cosa que les dijera. El 2 de diciembre, el
rey convoc a ambas Cmaras del Parlamento en se
sin conjunta y slo les recomend allegar ayudas
para Irlanda.
B. Y qu disputa podan ellos suscitar tomando
pie en esto?
A. Ninguna; pero a tal fin, conforme a sus preten
siones, sometieron a discusin un proyecto de ley que
afirmaba que las dos Cmaras de los Lores y los Co
munes tenan el poder de hacer levas y reclutar solda
dos, lo cual era tanto como arrebatar al rey el poder
de la milicia, que de hecho es todo el poder soberano.
Pues quien tiene el poder de reclutar y mandar a los
soldados, tiene todos los dems derechos de sobera
na que guste reclamar. El rey, enterndose de ello,
volvi a convocar a las Cmaras del Parlamento en
sesin conjunta el 14 de diciembre, y entonces les
apremi con el asunto de Irlanda (cosa necesaria,
pues entretanto los irlandeses estaban asesinando a
ios ingleses en Irlanda, y reforzndose contra las
fuerzas que esperaban que llegaran de Inglaterra).
Adems les dijo que haba tenido noticia del proyecto

de ley en discusin sobre el reclutamiento de solda


dos, y que se daba por satisfecho con que se aprobase
con un salvo jure tanto para l como para ellos, por
que en ese momento no era razonable discutirlo.
B. Qu tena eso de irrazonable?
A. Nada; qu cosa sea irrazonable es una cues
tin, y de qu se quejaron es otra. Se quejaron de lo
siguiente: de que su Majestad tuvo noticia del pro
yecto de ley mientras estaba siendo debatido en la
Cmara de los Lores, antes de que le fuera presentado
en el curso del Parlamento; y tambin que mostr su
disgusto para con quienes haban propuesto dicho
proyecto de ley; dos cosas que ellos declararon con
trarias a los privilegios del Parlamento. Y solicitaron
al rey que les concediera reparacin haciendo que
aquellos por cuyo mal consejo fue inducido a ello re
cibieran un castigo condigno.
B. Un procedimiento cruel. No toman asiento los
reyes de Inglaterra en la Cmara de los Lores cuando
les place? Y no se estaba debatiendo ese proyecto de
ley en la Cmara de los Lores? Es raro que alguien
pueda estar lcitamente en compaa de hombres, don
de 110 tiene ms remedio que or y ver lo que dicen y
hacen, y no pueda, sin embargo, enterarse de ello
igual que esa misma compaa; pues, aunque el rey no
estaba presente en el debate mismo, era lcito que
cualquiera de los lores le pusiera al corriente del mis
mo. Es indudable que cualquiera de los miembros de
la Cmara de los Comunes, aunque no est presente
en una proposicin o en un debate de la Cmara, si se
ha enterado de ello por algunos de sus compaeros de
Cmara, puede no slo tomar nota de ello, sino tam
bin hablar al respecto en la Cmara de los Comunes.
Pero hacer que el rey les entregue a sus amigos y con
sejeros para llevarlos a la muerte, al destierro o a la
prisin por su buena voluntad para con l, era una tira
na ejercida sobre un rey como nunca fue ejercida por
ningn rey sobre ningn sbdito salvo en casos de
traicin o asesinato, e incluso entonces raramente.

A. Al poco tiempo empez una especie de guerra

entre las plumas del Parlamento y las de los secreta


rios y otros hombres capaces que estaban con el rey.
Pues el 15 de diciembre enviaron al rey un documen
to titulado Protesta sobre el Estado del Reino l8, junto
con una peticin; e hicieron publicar ambas. En la
protesta se quejaban de ciertos malos designios de un
partido malvolo que haba madurado por entonces,
antes del comienzo del Parlamento; y exponan los
medios de que se haba servido la sabidura del Parla
mento para impedirlos; los obstculos con que haban
tropezado; el curso que era necesario tomar para res
taurar y establecer el antiguo honor, la grandeza y la
seguridad de la corona y de la nacin.
Y decan que los promotores y actores de esos de
signios eran,
1. Los papistas ajesuitados;
2. Los obispos y aquella parte del clero que ado
raba la formalidad como soporte de su propia tirana
y usurpacin eclesisticas;
3. Consejeros y cortesanos que por fines priva
dos, decan ellos, se haban comprometido a promo
ver los intereses de algunos prncipes extranjeros.
B. Muy bien puede ser que algunos de los obis
pos, como algunos de los cortesanos, persiguiendo su
inters privado, hicieran algo indiscreta y tal vez in
cluso inicuamente. Por eso os ruego que me digis
cules fueron en particular sus crmenes; pues pienso
que el rey no habra consentido nada que fuera contra
su propia autoridad suprema.
18 Se trata de la Granel Remonstrance de 22 de noviembre de
1641, que, aprobada por un escassimo margen (159 frente a 148
votos) y presentada al rey el da I. de diciembre (no el 15, como
afirma Hobbes), introdujo en el Parlamento una fuerte divisin en
tre realistas y parlamentarios. Con el fin de ganar apoyo extraparlamentario, el documento, que contena una larga relacin de quejas,
fue impreso y confiado a la opinin pblica. (El texto de la Grane!
Remostrance se encuentra entre los Documents de Gardiner con el
nm. 43.)

A. El Parlamento no era muy puntilloso con los


que estaban a favor del rey l9. No pusieron en duda
que todo lo que haban hecho lo hicieron por mandato
ciel rey; pero acusaron de ello a los obispos, conseje
ros y cortesanos, porque era un modo ms educado de
acusar al mismo rey y de difamarle frente a sus sbdi
tos. Pues la verdad es que el cargo que presentaron
contra ellos era tan general que no poda llamarse acu
sacin. sino reproche. En primer lugar, decan que ali
mentaban cuestiones de prerrogativa y libertad entre
el rey y su pueblo con el fin de que, pareciendo muy
adictos al servicio de su Majestad, pudieran acceder a
cargos de mxima responsabilidad y poder en el reino.
B. Cmo poda llamarse a esto acusacin, cuan
do los acusadores no disponen de ningn hecho al
que aplicar pruebas o testigos? Pues, suponiendo que
hubieran suscitado esas cuestiones de prerrogativa,
quin puede probar que su fin era ganar para s mis
mos y para sus amigos los cargos de responsabilidad
y poder del reino?
A. La segunda acusacin era la de que intentaban
suprimir la pureza y el poder de la religin.
B. Eso es hipocresa. No est en manos del hom
bre suprimir el poder de la religin.
A. Lo que ellos queran decir es que queran su
primir la doctrina de los presbiterianos, es decir, el
verdadero fundamento de las traidoras pretensiones
del Parlamento entonces existente.
La tercera, que protegan a los arminianos, papistas
y libertinos (con lo que se referan a los protestantes
corrientes, que no se mezclan en disputas) con el fin
de poder componer un cuerpo capaz de actuar de
acuerdo con sus consejos y resoluciones.
La cuarta, que intentaban llevar al rey a servirse de
19 En Ed. M. se lee en contra del rey. F. T. advierte en nota a
pie de pgina que, aunque as figura en el manuscrito, ha sido co
rregido por el mismo Hobbes.

otros mtodos para recaudar dinero distintos de la va


parlamentaria ordinaria.
Juzgad si estas cosas pueden llamarse con propie
dad acusaciones y no ms bien reproches malvolos
al gobierno del rey.
B.
Me parece que esta ltima era una falta muy
grave. Pues qu bien poda haber en llevar al rey a
servirse de un mtodo irregular de obtener dinero,
cuando el Parlamento estaba dispuesto a proporcio
nrselo en la medida en que fuera necesario para la
seguridad del reino o el honor del rey?
A. Pero ya os he dicho que no queran darle nin
gn dinero salvo a condicin de que cortara las cabe
zas de quienes ellos quisieran, por ms fielmente que
le hubieran servido. Y si hubiera sacrificado a todos
sus amigos a la ambicin de los miembros del Parla
mento, ellos habran encontrado otras excusas para
negarle subsidios; pues estaban resueltos a arrebatarle
el poder soberano, cosa que nunca podran hacer si no
se cuidaban mucho de que no tuviera nada de dinero.
En la protesta pusieron a continuacin, como faltas de
aquellos cuyo consejo segua el rey, todas aquellas co
sas que desde el comienzo del reinado del rey les ha
ban disgustado, fueran faltas o no. y de las que no
eran capaces de juzgar por falta de conocimiento de
las causas y motivos que indujeron al rey a hacerlas y
que slo conocan el rey mismo v aquellos miembros
de su consejo privado a quienes l las revel.
B. Pero cules eran en concreto esas pretendidas
faltas?
A.
1. La disolucin de su primer Parlamento, que
celebr sesiones en Oxford. 2. La disolucin de su se
gundo Parlamento, que tuvo lugar en el segundo ao
de su reinado. 3. La disolucin de su Parlamento du
rante el cuarto ao de su reinado20. 4. La infructuosa
El primer Parlamento de Carlos I fue convocado en junio de
1625 y disuelto ante la negativa a conceder de forma vitalicia los
derechos de tonnage and poundage y la exigencia del Parlamento

expedicin contra Calais21. 5. La paz hecha con Es


paa y por la cual la causa del Palatinado fue abando
nada y dejada a tratados costosos y sin sa lid a 22.
6. El envo de comisiones para obtener dinero en for
ma de prstamo. 7. La recaudacin del ship-money.
8. La ampliacin de los bosques, en contra de lo esta
blecido en la Carta Magna23. 9. El propsito de reunir
toda la plvora en una sola mano y almacenarla en la
Torre de Londres. 10. Un proyecto para poner en cir
culacin calderilla. 11. Las multas, encarcelamientos,
estigmatizaciones, mutilaciones, azotes, picotas, mor
dazas, confinamientos y destierros decretados por
sentencia del tribunal de la Cmara Estrellada. 12. La
remocin de jueces. 13. Actos ilegales de la Mesa del
Consejo24. 14. El poder arbitrario e ilegal del Tribu
nal del Conde Mariscal. 15. Los abusos de la C nd
ele intervenir en la designacin de los consejeros y colaboradores
del rey. El segundo fue convocado en febrero de 1626, pero la opo
sicin a la poltica de Buckingham, acentuada por el reciente fraca
so de la expedicin a Cdiz, hizo aconsejable la disolucin del mis
mo, entre otras cosas para detener el procesamiento del favorito.
En marzo de 1628 se convoc el tercer Parlamento, en el que Car
los I se vio forzado a aprobar la Petition o f Right. Todava en enero
de 1629 fue convocado un cuarto Parlamento que pronto hubo de
ser disuelto ante la creciente oposicin del Parlamento y la inmi
nencia de una censura a la poltica del rey.
21 Hay aqu sin duda una errata: en lugar de Calais debe leer
se Cdiz. En efecto, en el artculo 3 de la Granel Remonstrance
se consigna una queja por la desastrosa expedicin de 1621 contra
Cdiz, costosa y sin xito [...] ordenada como si se hubiera pre
tendido cansarnos de la guerra ms que prosperar en ella. Por lo
dems, aunque en los artculos 2 y 4 se recogen otras quejas a pro
psito de torpezas en la poltica militar en relacin con Francia, no
encuentro noticia alguna de que durante el reinado de Carlos I se
llevara a cabo ninguna expedicin importante a Calais.
22 Se trata de la paz firmada con Felipe IV el 15 de noviembre
de 1630, que hizo que Inglaterra saliera del teatro de la guerra de
los Treinta Aos, abandonando la causa de Federico V, principe
palatino y cuado de Carlos I.
23 De nuevo una errata: el artculo 21 de la Grand Remonstrance
remite a la Carta de Foresta.
24 Se sobreentiende: del Consejo Privado.

Hera, la Cmara del Exchequer, y el Tribunal Tute


lar25. 16. La venta de ttulos de honor, de puestos de
juez y de serjeant26, y otros cargos. 17. La insolencia
de los obispos y de otros clrigos en suspensiones,
excomuniones, destituciones y degradaciones de va
rios ministros molestos pero doctos y piadosos.
B.
Pero haban sido degradados, destituidos o
excomulgados ministros de esa clase?
A.
No puedo decirlo. Pero s recuerdo haber odo
amenazas contra varios ministros molestos, pero in
doctos y sediciosos.
18. El exceso de severidad del Tribunal de la Alta
Comisin. 19. Que se predicara ante el rey contra la
propiedad del sbdito y en favor de la prerrogativa
del rey por encima de la ley. Y algunas otras quejas
25 En este punto, y otros anlogos, se expresa el malestar del
Parlamento (y de los juristas) por la creciente preeminencia adqui
rida por los tribunales especiales frente a los tribunales del Dere
cho comn. Frente a los tribunales de Derecho comn, la lligh
Court o f Chancery no era un tribunal de ley, sino de equidad. Te
na a su cargo la funcin de corregir no slo los errores e injusti
cias de los tribunales de Derecho Comn, sino tambin las inefica
cias de un sistema en el que la reivindicacin de los derechos ante
los tribunales slo poda hacerse sobre la base de frmulas procedimentales rgidas y tasadas. La Court of Exchequer Chamber (que
no debe confundirse con la Court o f the Exchequer. la cual se ocu
paba de cuestiones relacionadas con el Tesoro), era un tribunal de
revisin de las sentencias emitidas por el Banco del Rey. La Court
ofW ards fue creada en 1540 (y transformada en la Court ofW ards
and Liveries en 1542) con el fin de ocuparse de las rentas y dere
chos obtenidos por el rey en virtud de su posicin como seor feu
dal, y al mismo tiempo velar por ciertos derechos matrimoniales y
de tutela as como administrar los bienes de los hurfanos de los tenant in chief hasta la mayora de edad. Con el tiempo result ser
una importante fuente de ingresos para la Corona; y ser miembro
de la Court of Wards se convirti en una pieza codiciada por los
cortesanos. Su carcter feudal y los abusos a que daba lugar termi
naron grangendole la impopularidad.
26 Los serjeants at law constituan una categora especial de
abogados de alto rango, nombrados por el rey y con derecho a liti
gar en la Court ofCommon Pleas; de ella se surta la magistratura
del common law. Esta categora fue abolida en 1875.

de poca monta que tenan contra el gobierno, y que.


aunque dirigidas contra esa faccin, ellos bien saban
que a ojos del pueblo, al que todas ellas se comuni
caron mediante la imprenta, caeran sobre el rey
mismo.
Por lo demas, tras la disolucin del Parlamento el 5
de mayo de 1640 encontraron todava otras faltas,
como ia misma disolucin, el encarcelamiento de al
gunos miembros de ambas Cmaras, un emprstito
forzoso intentado en Londres, la continuacin de la
Convocatoria27 una ve/, concluido el Parlamento, y el
favor mostrado a los papistas por el secretario Windebank y otros.
B.
Todas estas cosas el pueblo llano las tendr
por mal gobierno y como si fueran culpa del rey, aun
que algunas de ellas fueran infortunios. Y ambas co
sas, los infortunios y el mal gobierno, eran, si acaso,
culpa del Parlamento, que, ai negarse a dar dinero al
rey. frustr sus intentos en el extranjero y le llev a
acudir a esos mtodos extraordinarios (que ellos lla
man ilegales) de recaudar dinero en casa.
A.
Ya veis qu montn de males levantaron para
hacer al pueblo una demostracin de mal gobierno,
cosa que reforzaron enumerando los muchos servi
cios que ellos mismos haban prestado al rey para su
perar la mayor parte de ellos, aunque no todos, as
como en otras diversas cosas. Y as dicen que, aun
que haban contrado una deuda con los escoceses de
doscientas veinte mil libras, y concedido seis subsi
dios, y una ley estableciendo un impuesto de capita
: Cnnvocation designa el snodo del clero de Inglaterra. Su ori
gen se remonta a finales del siglo vn. Con el tiempo se convirti en
un parlamento eclesistico, en el que entre otras cosas, se determi
naba el monto de la contribucin de la Iglesia al tesoro pblico. A
semejanza del Parlamento, a partir del siglo xv se dividi en dos
cmaras, representantes respectivamente del alto y el bajo clero.
Desde el Acta de Sumisin del Clero de 1523 slo poda reunirse
con autorizacin real.

cin por valor de seis subsidios ms, ahora que Dios


ha bendecido los empeos de este Parlamento, el rei
no saldr ganando con ello. Y a continuacin viene
un catlogo de las cosas buenas que han hecho por el
rey y el reino. Por el reino, dicen, han hecho las si
guientes cosas: han abolido el ship money, que cuesta
al reino doscientas veinte mil libras28; han suprimido
el coat and conduct money29, y otras cargas militares
que, dicen ellos, casi equivalan al ship money; han
suprimido todos los monopolios, con lo que ellos cal
culaban que el sbdito se haba ahorrado por encima
de un milln anual; han sofocado agravios vivos, en
tendiendo por tal cosa malos consejeros y agentes,
mediante la muerte de milord de Strafford. la huida
del canciller Finch y del secretario Windebank, el en
carcelamiento del arzobispo de Canterbury y del juez
Bartlett30-, as como el procesamiento de otros obis
pos y jueces; han aprobado un proyecto de ley esta
bleciendo un Parlamento trienal y otro estableciendo
la continuidad del actual Parlamento hasta que ellos
mismos crean oportuno disolverlo.
B.
Es decir, para siempre, si se les permite. Pero
la suma de todas esas cosas que hicieron por el reino
es que lo dejaron sin gobierno, sin fuerza, sin dinero,
sin ley y sin buen consejo.
A. A ello aadieron la abolicin de la Alta Comi
sin, y la reduccin del poder de la Mesa del Conse
jo, as como de los obispos y sus tribunales; la supre
sin de ceremonias religiosas innecesarias; el separar
de sus beneficios a los ministros que no eran de
28 Que cuesta... anuales no figura en Ed. M.
29 El coat and conduct money era un impuesto para proveer al
equipamiento, avituallamiento y transporte de las tropas.
30 Se trata de sir Robert Berkeley (1584-1656), que tuvo una in
tervencin decisiva en el proceso abierto a Hampden por negarse a
pagar el ship-money. Un amplio extracto de su matizada argumen
tacin, que terminaba favoreciendo las pretensiones del rey, figura
con el nmero 22 entre los Documents de Gardiner.

su faccin, y poner en sus lugares 31 a los que s


lo eran.
B.
Todo eso slo les interesaba a ellos, y no al
reino.
A. El bien que, segn decan, hicieron al rey fue,
en primer lugar, el haberle concedido veinticinco mil
libras al mes para socorrer a los condados del norte.
B. Qu ms necesidad de ayuda tenan los con
dados del norte que el resto de los condados de Ingla
terra?
A. S; en los condados del norte estaba acuartela
do el ejrcito escocs, cuya ayuda haba pedido el
Parlamento para oponerse al rey, y por consiguiente
haba que pagar su acuartelamiento.
B. Es cierto; pero por el Parlamento que fue el
que pidi su ayuda.
A. Pero es que ellos dicen que no; y que conce
dieron ese dinero al rey porque ste tiene la obliga
cin de proteger a sus sbditos.
B. La misma que ellos tienen de proporcionarle
dinero para ello. Vaya un descaro: levantar un ejrcito
contra el rey para oprimir a sus consbditos, y luego
exigir al rey que les socorra, es decir, que se encargue
de pagar al ejrcito que se reclut para luchar contra
l.
A. Y ms todava. Pues cargaron en la cuenta del
rey las trescientas mil libras dadas a los escoceses y
sin las cuales no habran invadido Inglaterra; amn de
otras muchas cosas que ahora no recuerdo.
B. No creo que nunca haya habido mayor desca
ro y villana entre los seres humanos.
A.
Todava no habis observado lo bastante el
mundo como para ver todo el mal que hay. Su protes
ta fue tal como os la he contado. Junto con ella envia
ron una peticin con tres puntos: 1. Que su Majestad
privara a los obispos de sus votos en el Parlamento y
31 Sus lugares falta en Ed. M.

eliminara las opresiones que haba introducido en


materia de religin, gobierno de la Iglesia y discipli
na. 2. Que eliminara de su consejo a todos los que
suscitaran las quejas del pueblo, y que en sus asuntos
importantes y pblicos empleara a personas32 que go
zaran de la confianza del Parlamento. 3. Que no se
desprendiera de las tierras que hubieran de revertir a
la Corona como consecuencia de la rebelin irlan
desa.
B.
Me parece que no era muy sensato plantear en
ese momento ese ltimo punto. Deberan haberlo re
servado para cuando hubieran dominado a los rebel
des contra quienes todava no se haban enviado fuer
zas. Es como vender la piel del len antes de haberlo
matado. Pero qu respuesta se dio a las otras dos
propuestas?
A. Qu otra haba de darse sino una negativa?
Por entonces el mismo rey present cargos contra seis
miembros del Parlamento, cinco de la Cmara de los
Comunes y uno de la de los Lores, acusndoles de
alta traicin33; y el 4 de enero l mismo se dirigi a la
Cmara de los Comunes a reclamar a esos cinco
miembros de la Cmara. Pero, habiendo sido adverti
dos en privado por algn traidor del entorno del rey,
se ausentaron 34; y de este modo frustraron la inten
cin 35 de su Majestad. Y, una vez que el rey se hubo
33 Personas falta en Ed. M.
33 Se trata de lord Kimbolton, Pym, Haselrigg, Hampden, Mollis
y Stroud, sobre los que Hobbes vuelve unas pginas ms adelante.
El incidente, que en cierto modo fue la respuesta del rey a la Granel
Remonstrance, tuvo lugar el 4 de enero de 1642. Un relato del mis
mo se encuentra en la Declaracin de la Cmara de los Comunes
de 17 de enero (nm. 47 de los Documente de Gardiner, donde
tambin se recoge, con el nm. 46, el texto de la acusacin contra
los seis parlamentarios).
34 Segn parece, instado por el rey a revelar su paradero, el
speaker de la Cmara debi responder: no tengo ojos para ver ni
lengua para hablar sino como plazca a la Cmara indicarme.
35 En Ed. M., se frustraron las intenciones.

marchado, la Cmara, tomando el asunto como algo


nefando y como una violacin de sus privilegios, se
traslad a Londres para celebrar all sesin como co
mit general, alegando que no estaban seguros en
Westminster; pues, cuando el rey fue a la Cmara a
reclam ar a esas personas, llev consigo algunos
acompaantes ms que de ordinario (aunque no ms
armados de como solan ir sus servidores). Y, aunque
luego el rey renunci a la persecucin de esas perso
nas, no se apaciguaran a menos que les revelara
quines haban sido los que le haban aconsejado diri
girse de esa forma a la sede del Parlamento36, con el
fin de que recibieran castigo condigno, que era la pa
labra que utilizaban en lugar de crueldad.
B.
Esa era una dura exigencia. No bastaba que
el rey fuera paciente con sus enemigos, sino que ade
ms tena que traicionar a sus amigos? Si de ese
modo tiranizan al rey antes de haberse hecho con el
poder soberano, cmo tiranizarn a sus consbditos
cuando lo hayan obtenido?
A. Como realmente hicieron.
B. Durante cunto tiempo permaneci ese comi
t en Londres?
A.
No ms de dos o tres das. Y a continuacin
fueron llevados en gran triunfo desde Londres a la
sede del Parlamento por el ro, protegidos por un tu
multuoso nmero de hombres armados, para celebrar
sesin all con seguridad a despecho del rey, elaborar
todas las leyes traidoras contra l que se les antojaran,
y, al amparo de esos tumultos, espantar de la Cmara
de los Pares a todos los que no eran de su propia fac
cin. Pues en esos momentos la chusma del pueblo 37
36 Aqu y en adelante traduzco House (of Parliament) por sede
(del Parlamento), en lugar de cmara, cuando la expresin no
se refiere en particular a una de las dos cmaras, sino simplemente
al Parlamento en su conjunto.
37 En Ed. M. falta del pueblo.

era tan insolente que pocos obispos se atrevan a ir a


la Cmara por miedo a que se ejerciera violencia so
bre sus personas. Tanto que doce de ellos excusaron
su asistencia; y por va de peticin al rey protestaron
que no se les permita ir con tranquilidad a cumplir
con ese deber, objetando que seran sin efecto todas
las resoluciones que se aprobaran en la Cmara de los
Lores durante su ausencia forzosa. Cuando la Cmara
de los Comunes tuvo conocimiento de ello, envi a
uno de sus miembros a los Pares para acusarles de
alta traicin. Con lo cual diez de ellos fueron envia
dos a la Torre. Y desde entonces no se volvi a hablar
de su alta traicin, pero aprobaron un proyecto de ley
por el que se les privaba de sus votos en el Parlamen
to, y obtuvieron el asentimiento del rey. Y a comien
zos del siguiente mes de septiembre votaron que los
obispos no tuvieran ya nada que hacer en el gobierno
de la Iglesia; pero en este caso, habiendo empezado
la guerra, no tuvieron el asentimiento del rey.
B.
Qu fue lo que hizo que el Parlamento mos
trara tanta aversin hacia el episcopado, y especial
mente la Cmara de los Lores, de la que os obispos
eran miembros? Pues no veo por qu razn deban
gratificar a una porcin de pobres prrocos, que eran
presbiterianos y que probablemente nunca iban a
prestar servicio alguno a los lores, sino, al contrario,
a hacer lo posible por demoler su poder y someterlos
a sus snodos y clases.
A. En cuanto a los lores, pocos de ellos se perca
taron de las intenciones de los presbiterianos; y ade
ms creo que no se atrevan a oponerse a la Cma
ra Baja.
B. Pero por qu la Cmara Baja los tomaba tan
a pecho?
A. Porque pensaban hacer uso de sus doctrinas, y
con pretendida santidad hacer al rey y su partido
odiosos al pueblo, con cuya ayuda haban de estable
cer la democracia y deponer al rey, o dejarle mante
ner el ttulo slo mientras actuara sirviendo a sus pro

psitos. Pero no slo el Parlamento sino en cierta ma


nera todo el pueblo de Inglaterra era su enemigo a
causa de que su conducta era, segn decan, demasia
do arrogante 38. Eso fue todo lo que especiosamente
pudo imputrseles; la principal causa de que los de
rribaran fue la envidia de los presbiterianos, que en
colerizaron al pueblo contra ellos y contra el mismo
episcopado.
B.
Y cmo queran los presbiterianos que se go
bernara la Iglesia?
A. Mediante snodos nacionales y provinciales.
B. Y no es eso convertir a la asamblea nacional
en arzobispo y a las asambleas provinciales en otros
tantos obispos?
A. S. Pero cada ministro tendr el placer de par
ticipar en el gobierno y, por consiguiente, de ser ca
paz de vengarse de aquellos que no admiran su saber
ni les ayudan a llenarse la bolsa, y de ganar para su
servicio a quienes s lo hacen.
B. Es lamentable que haya dos facciones pertur
bando la repblica sin que ninguna de ellas tenga otro
inters por ella que el que pueda tener cualquier parti
cular; y que sus disputas sean slo sobre opiniones,
es decir, sobre quin tiene ms saber, como si el saber
debiera ser la regla de gobierno en el mundo entero.
Pero qu es eso de lo que saban? Poltica y reglas
de Estado? Ya s, lo llaman teologa; pero apenas he
38 En este lugar F. T. intercala entre corchetes el siguiente pasa
je, advirtiendo que fue borrado del manuscrito: Pues realmente la
mayor parte de ellos se conducan como si debieran su grandeza no
al favor del rey y a sus cartas patente que les otorgan su autoridad,
sino al mrito de su (propia?) concepcin de su (ingenio y?) edu
cacin (y?) no se preocupaban de sus elogios recprocos menos de
lo que se mostraban irritables a la hora de defender la dignidad de
su jurisdiccin y de su cargo, ofendindose siempre grandemente
con quienes disentan de su espritu o ideas; (y consiguientemen
te?) [...] se les tena por un tanto demasiado diligentes en buscar lo
mejor para s mismos.

odo predicar de otra cosa que de filosofa. Pues en s


misma la religin no admite controversia: es una ley
del reino y no debe ser objeto de discusin. No creo
que pretendan hablar con Dios y conocer su voluntad
de ningn otro modo que leyendo las Escrituras, cosa
que tambin nosotros hacemos.
A. S, algunos de ellos lo hacen y se declaran
profetas por inspiracin extraordinaria. Pero el resto,
para ascender en beneficios y cura de almas, slo
alardean de poseer una mayor pericia que otros hom
bres en las Escrituras por haberse educado en las uni
versidades y haber adquirido all conocimientos de
latn, y otros tambin de griego y hebreo, lenguas en
las que se escribi la Escritura, amn de su conoci
miento de filosofa natural, que all se ensea p
blicamente.
B. ' En cuanto al latn, el griego y el hebreo, en
otro tiempo fueron muy provechosos e incluso nece
sarios para descubrir el fraude romano y expulsar el
poder romano. Pero ahora que eso ya se ha hecho y
que tenemos la Escritura en ingls y que se predica
en ingls, no veo que haya gran necesidad del latn, el
griego y el hebreo. Yo me considerara ms cualifica
do por entender bien las lenguas de nuestros vecinos,
el francs, el holands y el espaol39. Creo que antes
de que se instituyera el poder de los papas nunca se
ha visto en el mundo que la filosofa sirviera de mu
cho para obtener el poder de una repblica.
A. Pero en la mayor parte de los reinos antiguos
del mundo, como claramente se ve en la historia de
esos tiempos, la filosofa, junto con la teologa, favo
reci mucho la promocin de quienes profesaban esas
disciplinas a puestos de la mxima autoridad, despus
de la de los mismos reyes.
B. Os ruego que me citis algunos autores y lu
gares.
39 En Ed. M., en lugar de espaol se lee italiano.

,4. En primer lugar, qu eran los druidas en los


tiempos antiguos de Bretaa y Francia? Qu autori
dad tenan podis verlo en Csar. Estrabn y otros, y
especialmente en Diodoro Sculo, tal vez el mayor es
tudioso de la antigedad que nunca haya existido,
quien, hablando de los druidas de Francia, a los que
l denomina sarovidas40, dice: Tambin hay entre

ellos ciertos filsofos y telogos extraordinariamente


honrados y a quienes emplean asimismo como profe
tas. Lisos hombres, por su destreza en los augurios y
en la inspeccin de las entraas de las bestias sacri
ficadas, predicen lo que habr de venir, y gozan de la
obediencia de la multitud. Y poco despus: Es una
costumbre entre ellos que nadie puede hacer sacrifi
cios sin la presencia de un filsofo, porque dicen que
los hombres no deben presentar sus gracias a los dio
ses sino por mediacin de aquellos que conocen la
naturaleza divina y que por as decirlo tienen su mis
ma lengua: y que todos los bienes deben ser implora
dos por hombres as41.
t. Me cuesta creer que esos druidas fueran muy
diestros ni en filosofa natural ni en filosofa moral.
A. Tambin a m; pues defendan y enseaban la
transmigracin de las almas de un cuerpo a otro,
como Pitgoras; aunque no puedo decir si fueron
ellos quienes tomaron de l esta opinin, o l de
ellos.
Qu eran los magos de Persia sino filsofos y as
trlogos? Ya sabis cmo llegaron a encontrar a nues
tro Salvador conducidos por una estrella desde Persia
o desde algn pas ms al oriente que Judea. No te

40 Debe de tratarse de una errata del texto manejado por Hob


bes. En las versiones de Diodoro Sculo que he consultado se lee
inequvocamente druidas.
41 Diodoro Sculo, Biblioteca Histrica, V. 31, 2, 3, y 4. En
ste, como en el resto de los pasajes de Diodoro aqu recogidos.
Hobbes extracta el texto con cierta libertad, aunque manteniendo
una fidelidad sustancial a su contenido.

nan gran autoridad en su pas? Y no se piensa en la


mayor parte de la cristiandad que eran reyes?
Muchos han tenido a Egipto por el reino y nacin
ms antiguos del mundo, y sus sacerdotes tenan en
los asuntos civiles el mayor poder que nunca hayan
tenido los sbditos de ninguna nacin. Y qu eran
sino filsofos y telogos? En relacin con ellos el
mismo Diodoro Sculo dice: Estando el pas de

Egipto dividido en tres partes, el cuerpo de los sacer


dotes tiene una de ellas, dado que el pueblo les dis
pensa el mayor crdito tanto por su devocin para
con los dioses como por la inteligencia que han con
seguido mediante educacin', e inmediatamente des
pus: Pues por regla general esos hombres son, en
los asuntos ms importantes, los consejeros del rey,
en parte ejecutando, en parte informando y asesoran
do, tambin predicindole las cosas que han de venir,
gracias a su pericia en astrologa y su arte en inspec
cionar los sacrificios, y leyndole en sus libros sagra
dos aquellas acciones all registradas cuyo conoci
miento le puede ser provechoso. Aqu no ocurre,
como en Grecia, que un solo hombre o una sola mu
jer tenga el sacerdocio, sino que son muchos los que
atienden los honores y sacrificios de los dioses, y de
jan el mismo empleo a su posteridad, y tienen el m
ximo poder y autoridad despus del rey42.
Por lo que se refiere a la judicatura entre los egip
cios, dice as: De las ciudades ms eminentes, Hierpolis, Tebas y Menfis, eligen jueces, que constitu
yen un consejo no inferior al de! Arepago de Atenas
o al del senado de Lacedemonia. Cuando estn reuni
dos, en nmero de treinta, eligen a uno de entre ellos
como juez supremo, y la ciudad de la que procede en
va otro en su lugar. Ese juez supremo llevaba alrede
dor del cuello, colgada le una cadena de oro, una al
haja de piedras preciosas llamada verdad; v, cuando
42 Diodoro Sculo, op. cit., I. 73. 2, 4-5.

se la pona, empezaban los alegatos, etc.; y, cuando


los jueces se ponan de acuerdo en la sentencia, en
tonces el juez supremo pona esa joya de la verdad en
uno de los alegatos 43. Ya veis qu poder se adquiri

en cuestiones civiles gracias a la conjuncin de filo


sofa y teologa44.
Pasemos ahora a la repblica de los judos. No es
taba acaso el sacerdocio en una familia (a saber, la de
los levitas), igual que el sacerdocio de Egipto? No
emita sentencia el sumo sacerdote por el pectoral de
los urim y los tummim?45 Ved el reino de Asiria y los
filsofos llamados caldeos46. No tenan tierras y
ciudades pertenecientes a su familia, aun en los tiem
pos de Abraham, que, como sabis, viva en Ur de los
caldeos? De stos el mismo autor dice as: Los calde

os son una secta poltica, igual que la de los sacerdo


tes egipcios; pues, estando ordenados para el servicio
de los dioses, consumen todo el tiempo de su vida en
la filosofa; gozando de una reputacin extraordina
riamente grande en astrologa y con grandes preten
siones tambin en cuanto a profeca, prediciendo co
sas futuras mediante purificaciones y sacrificios, y
conociendo por ciertos encantamientos el modo de
evitar el mal y hacer que ocurra el bien. Tambin tie
nen pericia en augurios y en la interpretacin de los
sueos y de los prodigios, y no son inexpertos en el
arte de predecir por las entraas de los animales sa
crificados; y no adquieren su saber como los griegos;
pues la filosofa de los caldeos se transmite por tradi
cin familiar, y el hijo la recibe de su padre 47.
41 Diodoro Sculo, op. cit., I. 75. 3-7.
44 B. Era este tipo de gobierno y judicatura los que estaban en
vigor en Egipto en los tiempos en que (los judos) Moiss vivi
all?
A. (S) No lo s. Esta pregunta y respuesta han sido borrados
del manuscrito por el propio Hobbes (N. de F. T.).
45 Vid. Ex. 28, 30.
46 En Ed. M. se lee filsofos y caldeos
47 Diodoro Sculo, op. cit., II. 29. 2-4.

De Asira pasemos a la India, y ved de qu estima


gozaban all los filsofos: Toda la multitud de los in
dios dice Diodoro est dividida en siete par

tes; de las cuales la primera es el cuerpo de los fil


sofos, el ltimo en nmero pero primero en eminen
cia; pues estn libres de tributos, y as como no son
amos de otros tampoco otros son amos suyos. Los
hombres privados les llaman para los sacrificios y
para cuidar del entierro de los muertos, porque se
piensa que son ms amados de los dioses y expertos
en la doctrina relativa al infierno; y por ese empleo
reciben ddivas y honores muy considerables. Tam
bin son de gran utilidad para el pueblo de la India;
pues, siendo conducidos al comienzo del ao a la
gran asamblea, les predicen las grandes sequas, las
grandes lluvias, as como vientos y enfermedades, y
cualquier cosa que les sea provechoso conocer de
antemano 48.
Respecto a las leyes de los etopes, el mismo autor
dice as: Las leyes de los etopes parecen muy dife
rentes de las de otras naciones, y en especial en lo
que se refiere a la eleccin de sus reyes. Pues los sa
cerdotes proponen a alguno de los hombres principa
les de entre ellos, incluidos en una lista, y a quien el
dios (que, con arreglo a una cierta costumbre, llevan
consigo en las fiestas) acepta; la multitud le elige
como rey y acto seguido le adora y le honra como a
un dios puesto en el gobierno por la divina providen
cia. Una vez elegido, el rey tiene su forma de vida li
mitada por las leyes y hace todo con arreglo a la cos
tumbre del pas, sin premiar ni castigar a nadie de
otro modo que como desde el comienzo est estable
cido entre ellos por ley. Y no suelen Ilevar a nadie a
la muerte, aunque haya sido condenado a ella, sino
que le envan a algn oficial con un signo de muerte;
y l, viendo el signo, va a su casa y se mata. Y a
48 Diodoro Sculo, op. cit., II. 40. 1-2.

continuacin49: Pero lo ms extrao de todo es lo

que hacen en relacin con la muerte de sus reyes.


Pues los sacerdotes que viven en Meroe y pasan el
tiempo adorando y honrando a los dioses, y que po
seen la mxima autoridad, cuando se les ocurre env
an un mensajero al rey pidindole que muera, porque
los dioses se Io han ordenado y los mandatos de los
inmortales de ningn modo han de ser desatendidos
por quienes por naturaleza son mortales; dirigindo
les tambin otros discursos que admiten de buena
gana hombres de juicio simple, que, educados en una
costumbre antigua e indeleble, no tienen razn sufi
ciente para discutir esos mandatos innecesarios. Por
ello en los primeros tiempos los reyes obedecan a los
sacerdotes, no dominados por la fuerza y las armas,
sino dominada su razn por la supersticin. Pero en
los tiempos de Ptolorneo I, Ergamenes, rey de los
etopes, que se haba instruido en filosofa a la mane
ra de los griegos y fue el primero que se atrevi a
despreciar el poder de los sacerdotes, cobr el coraje
que corresponda a un rey, y fue con soldados a un
tugar llamado Aba ton 50, donde se encontraba el gran
templo de los etopes, mat a lodos los sacerdotes,
aboli la costumbre y rectific el reino segn su vo
luntad 51.
B.
Aunque los que fueron muertos eran los ms
condenables impostores, el acto fue cruel.
A. Lo fue. Pero acaso no eran crueles los sacer
dotes al hacer que sus reyes, a los que poco antes
adoraban como a dioses, se eliminaran a s mismos?
El rey los mat por seguridad de su persona; ellos a l
por ambicin o por amor al cambio. El acto del rey

45 En Ed. M., a continuacin no est separado del cuerpo de


la cita de Diodoro Sculo.
50 Es una traduccin errnea. Hobbes lee como nombre propio
abaton, que en realidad significa lugar inaccesible, inviolable
o sagrado.
51 Diodoro Sculo, op. cit., III. 5. 1-13 y 6.

puede excusarse pretextando el bien de su pueblo; los


sacerdotes no tenan queja alguna contra sus reyes,
que ciertamente eran muy piadosos o de otro modo
nunca habran obedecido la orden de matarse que los
sacerdotes les enviaban por medio de un mensajero
desarmado. Bien sabis que nuestro difunto rey, tal
vez el mejor rey que nunca haya existido, fue asesi
nado, habiendo sido primero perseguido por la guerra
a incitacin de los ministros presbiterianos; los cuales
son por ello culpables de la muerte de todos los que
cayeron en esa guerra, que fueron, segn creo, cerca
de cien mil personas en Inglaterra, Escocia e Irlanda.
No habra sido mucho mejor haber dado muerte a
esos ministros sediciosos, que quiz no llegaran a
mil, antes de que hubieran empezado a predicar? Ha
bra sido una gran masacre, lo admito; pero matar a
cien-mil lo es an mayor.
B.
Me alegro de que los obispos estuvieran fuera
de ese asunto. En ese asunto no pareci que fueran
tan ambiciosos como algunos dicen que son, ya que
eran enemigos de los que estaban envueltos en l52.
A. Pero con esas citas no pretendo recomendar ni
la teologa ni la filosofa de esos pueblos paganos;
sino slo mostrar cul es el efecto que puede tener
entre el pueblo la reputacin de esas ciencias. Pues su
teologa no era sino idolatra; y su filosofa era muy
escasa (si se excepta el conocimiento que mediante
una larga observacin y estudio adquirieron los sacer
dotes egipcios y, tomndolo de ellos, los caldeos en
astronoma, geometra y aritmtica) y, en gran parte,
malgastada en la astrologa y en decir la buenaventu
ra. Mientras que la teologa del clero de esta nacin,
52 En este lugar F. T. inserta entre corchetes el siguiente pasaje,
borrado del manuscrito: Aunque pretendiesen un derecho divino
(independiente de la licencia del rey) a gobernar la Iglesia, sin em
bargo, siendo escasos en nmero y no gozando de un gran favor
del pueblo, qu otra cosa podan hacer sino estar (del lado
del rey?).

dejando aparte la mezcla (introducida por la Iglesia


de Roma, y que en parte se ha retenido aqu) de la
chachara filosfica de Aristteles y otros griegos, que
no tiene afinidad alguna con la religin y slo sirve
para engendrar desafeccin, disensin y finalmente
sedicin y guerra civil (como recientemente hemos
averiguado por costosa experiencia en las diferencias
entre los presbiterianos y los episcopales), es la reli
gin verdadera. Pero por esas diferencias uno y otro
partido, cuando llegaron al poder, no slo suprimie
ron las doctrinas del otro, sino tambin cualquier doc
trina que viera con malos ojos sus intereses, y en con
secuencia toda verdadera filosofa, especialmente la
civil y la moral, que nunca puede parecer propicia a
la ambicin o a eximirles de la obediencia que deben
al poder soberano53.
Despus de que el rey hubo acusado de alta trai
cin a lord Kimbolton 54, miembro de la Cmara de
53 En este lugar F. T. inserta entre corchetes el siguiente pasaje
borrado del manuscrito: Esa reputacin que tienen en las ciencias
no ha procedido de algo que ellos hayan realizado mediante esas
ciencias, sino de la debilidad del pueblo, que no entiende nada de
ellas y no admira sino lo que no entiende. Recientemente se ha eri
gido una compaa de caballeros para la promocin de la filosofa
natural y las matemticas. Qu producirn, todava no lo s; pero
de lo que estoy seguro es de que la autoridad de otorgar licencia a
los libros que se escriban sobre esa materia no la tienen ellos, sino
algunos telogos que tienen poco conocimiento de fsica y ninguno
de matemticas. (Hay aqu una inequvoca referencia a la Royal
Sociely fundada por Carlos II en 1662; en l se percibe tambin,
creo yo, el resentimiento de Hobbes, que no consigui ser admitido
en ela, y cuyas teoras matemticas y fsicas fueron duramente criti
cadas por miembros prominentes de la misma.)
54 Edward Montagu conde de Manchester, vizconde de Mandeville, barn de Kimbolton of Kimbolton (1602-1671), uno de los l
deres de la faccin contraria al rey en la Cmara de los Lores y ge
neral de las tropas parlam entarias. Se opuso, sin embargo, al
proceso y ejecucin de Carlos I. Ostentaba el mando supremo
cuando la victoria de Marston Moor (1644). A causa de sus desa
venencias con Cromwell, y apremiado por la ordenanza de autoexclusin, en 1645 dimiti de sus cargos. Con la restauracin se
gan el favor de Carlos II.

los Lores, y a Hollis, Haslerigg55, Hampden56, Pym'1


y Stroud58, cinco miembros de la Camra Baja, y una
vez que el Parlamento hubo votado la expulsin de
los obispos de la Cmara de los Pares, en las peticio
nes que dirigieron a su Majestad persiguieron dos co
sas. Una era que el rey declarara quines eran las per
sonas que le aconsejaron ir, como hizo, a la sede del
Parlamento para aprehenderlos, y que las entregara al
Parlamento para que recibieran castigo condigno. Y
esto lo hicieron con el fin de colgar a su Majestad el
sambenito de haber abandonado a sus amigos y ha
berlos vendido a sus enemigos. La otra era que les
concediera una guardia procedente de la ciudad de
55 Arthur Hesilrige, o Haselrigg (1601-1661), miembro del Par
lamento Corlo y del Largo, tuvo una importante participacin en el
procesamiento de Thomas Wentworth, conde de Strafford. En la
poca del Protectorado se declar en la oposicin, aunque sigui
formando parte de varios parlamentos. Tras la Restauracin fue he
cho prisionero y, como tal, muri en la Torre de Londres.
56 John Hampden (1594-1643), experto en Derecho fiscal, estu
vo preso durante un ao en 1627 por negarse a pagar un emprstito
forzoso. Ms adelante fue uno de los enemigos ms pugnaces del
pago del ship-money (como ya hemos visto, en 1635 se neg a pa
gar veinte chelines en concepto de ship-money, originando un inci
dente que levant mucho ruido). Fue uno de los principales colabo
radores de John Pym.
57 John Pym (1583/84-1643), parlamentario desde 1621, fue uno
de los ms hbiles parlamentarios y uno de los ms eficaces orado
res de la poca. Ejerci tal influencia en el Parlamento que se gan
el sobrenombre de rey Pym. Experto en finanzas y en asuntos
coloniales, y enemigo de papistas y arminianos, en el Parlamento
Largo lider el llamado grupo medio del conde de Bedford, que
buscaba un compromiso entre la corona y el Parlamento intentado
forzar al rey a aceptar un gobierno que gozara de la confianza del
Parlamento. En gran medida fue suya la iniciativa del procesa
miento de Strafford por alta traicin y a l se debe la base de la ar
gumentacin para su condena.
58 William Strode, o Stroud (1599-1645), uno de los lderes par
lamentarios de la oposicin puritana. Tras una larga prisin de
once aos (de 1629 a 1640), en el Parlamento Largo se revel
como uno de los ms acrrimos enemigos del rey. Apoy tanto el
procesamiento de Strafford como la Granel Remonstrance.

Londres, para ponerla a las rdenes del conde de Es


sex, pretextando que de lo contrario no podran reu
nirse con seguridad; cosa que no era sino una censura
a su M ajestad por dirigirse al Parlamento mejor
acompaado que de ordinario para apresar a los cinco
miembros sediciosos mencionados.
B.
No veo razn alguna para que, al solicitar una
guardia, la refieran en particular a la ciudad de Lon
dres y al mando del conde de Essex, a menos que
quisieran dar a entender al rey que era una guardia
contra l mismo.
A. Su intencin era que el rey lo entendiera as, y
realmente creo que queran que lo tomara como una
afrenta. Y el mismo rey, entendindolo as, se neg a
concederla, aunque, si no haba otro modo de satisfa
cerlos, se mostr dispuesto a ordenar que se pusiera a
su servicio una guardia, de la que pudiera responder
ante Dios Todopoderoso. Por otra parte, la ciudad de
Londres (empujada, sin duda, por algunos miembros
de la Cmara Baja) pidi al rey que pusiera la Torre
de Londres en manos de personas de confianza, en
tendiendo por tales aquellas que el Parlamento apro
bara, y que sealara una guardia para la seguridad de
su Majestad y del Parlamento. Este mtodo de pre
sentar peticiones de forma tumultuaria, por medio de
grandes multitudes de gentes clamorosas, era corrien
te en la Cmara de los Comunes, cuya ambicin nun
ca podra haberse visto servida por va de splica y
solicitud, sin hacer uso de un extraordinario terror.
Una vez que el rey renunci a la persecucin de los
cinco miembros, pero tambin se neg a dar a cono
cer a quienes le haban aconsejado ir en persona a la
Cmara de los Comunes, interrogaron al Fiscal Gene
ral 59, que por orden del rey haba presentado los car
gos de la acusacin formulada contra ellos, y median
te votacin le declararon infractor del privilegio del
59 El Attorney-General sir Edward Herbert.

Parlamento. Y sin duda le habran hecho sentir


su crueldad si no hubiera abandonado el pas a toda
prisa.
Hacia finales de enero60 elaboraron una orden de
las dos Cmaras del Parlamento para impedir el envo
de comandantes papistas a Irlanda; temiendo no tanto
eso como que con ocasin de ello el mismo rey. al
elegir a sus comandantes para ese servicio, pudiera
obtener de Irlanda ayuda contra el Parlamento. Pero
eso no fue gran cosa comparado con una peticin que
enviaron a su Majestad por la misma poca, es decir,
sobre el 27 o el 28 de enero de 164161, en la que de
hecho reclamaban la soberana absoluta de Inglaterra;
aunque en vida del rey no la exigieron por ese nom
bre. Pues a fin de que pudieran eliminarse los temo
res y peligros de este reino, e impedirse los malvados
designios de los enemigos de su paz, ruegan que su
Majestad tenga a bien poner sin dilacin en manos de
aquellos que les fueran recomendados por las dos C
maras del Parlamento, primero, la Torre de Londres,
segundo, todos los dems fuertes, tercero, toda la mi
licia del reino. Y a esto lo llaman una peticin nece
saria.
60 De 1642.
61 En el margen de la Ed. M. figura la correccin: 2 de febrero
de 1641. A pesar de todo, con arreglo a nuestro actual modo de
fechar se trata de 1642.
Aprovecho la ocasin para aclarar un punto que puede causar
perplejidad al lector desprevenido. En la poca de Hobbes todava
estaba en vigor en Inglaterra el calendario juliano, que slo en 1752
habra de ser sustituido por el gregoriano (el nuevo estilo para
emplear la denominacin corriente). Adems de un desfase de diez
das, desde el siglo xiv el ao, con arreglo al viejo estilo, empe
zaba el 25 de marzo, da de la Anunciacin. Eso explica algunas pe
culiaridades del texto, como, por ejemplo, que Hobbes date a fina
les de un determinado ao un acontecimiento que, con arreglo al
cmputo actual, habra tenido lugar a comienzos del siguente, o que
(como en este caso) lo date con una cifra que, segn el nuevo esti
lo, correspondera al ao anterior. Aadir que, para evitar compli
caciones, en las notas siempre he seguido el actual modo de fechar.

B.

Realmente se albergaban aqu en general


esos temores y peligros? Se presentaban en aquellos
momentos enemigos con designios como los mencio
nados en esa peticin?
A. S. Pero ningn otro temor o peligro que el
que cualquier hombre discreto y honesto pudiera jus
tamente abrigar respecto de los designios del Parla
mento mismo, cuyos miembros eran los mayores ene
migos de la paz del reino que pudiera haber. Tambin
vale la pena observar que esa peticin empezaba con
las palabras Muy gracioso Soberano: tan estpidos
eran como para no saber que quien es seor de la mi
licia lo es tambin del reino y, en consecuencia, est
en posesin de la ms absoluta soberana. El rey esta
ba ahora en Windsor, para evitar los tumultos del
pueblo llano ante las puertas de Whitehall, as como
su gritero y sus afrentas. El 9 de febrero siguiente
lleg a Hampton Court y de all se dirigi con la reina
y su hija la princesa de Orange a Dover. All la reina
y la princesa de Orange embarcaron para Holanda,
mientras el rey regresaba a Greenwich, desde donde
envi a buscar al prncipe de Gales y al duque de
York, y as se dirigi con ellos a York.
B. Se sumaron los lores a los comunes en esa
peticin reclamando la milicia?
A. As parece por el ttulo. Pero creo que no se
atrevieron a negarse. La Cmara de los Comunes los
tena por un cero a la izquiera, slo como hombres de
ttulo pero carentes de poder real. Puede que tambin
la mayor parte de ellos pensara que arrebatar la mili
cia al rey supondra un aumento de su propio poder;
pero estaban muy equivocados, pues la Cmara de los
Comunes nunca tuvo la intencin de compartirlo con
ellos.
B. Qu respuesta dio el rey a esa peticin?

A.
Que cuando conozca el alcance del poder
que se pretende que se otorgue a aquellas personas
que ellos desean que sean los comandantes de la
milicia en los diversos condados, as como a qu

tiempo se limitar el que su Majestad no ejerza por s


solo ningn poder sin el consejo del Parlamento, en
tonces declarar que (para asegurarles de todos los
peligros o envidias 61 bis) su Majestad tendr a bien
colocar en todos los lugares, tanto de los fuertes
como de la milicia de los diversos condados, a aque
llas personas que ambas Cmaras del Parlamento
aprueben o le recomienden; as que declaren antes a
su Majestad los nombres de las personas que ellos
aprueban o recomiendan, a menos que designen a
personas contra las que tenga excepciones justas e
incuestionables 62.
B.
Qu poder en relacin con la milicia, por
cunto tiempo, y a quin lo exiga63 el Parlamento?
A. El mismo poder que antes haba puesto el rey

en sus lugartenientes y en los sublugartenientes de los


diversos condados, y sin otra limitacin de tiempo
que la que gustaran.
B. Quines eran los que haban de tener64 ese
poder?
A.
Hay una lista impresa de ellos. Son muchsi
mos, y en su mayora lores; y no hay necesidad de
nombrarlos, pues nombrarlos es, en mi opinin, mar
carles con el sello de la deslealtad o de la locura.
Cuando hicieron una lista de ellos, la enviaron al rey,
con una nueva peticin sobre la milicia. Al poco
tiempo enviaron tambin un mensaje a su Majestad
rogndole dejar al prncipe [de Gales) en Hampton
61 bis n jyj envidias de nadie.
62 En Ed. M. la respuesta de A empieza con las siguientes pala
bras: La siguiente: Su Majestad, tras haber considerado cuidado
samente esta peticin, y deseando expresar cun dispuesto est a
aplicar un remedio no slo a vuestros peligros, sino tambin a
vuestras dudas y temores, responde, [...]. Por lo dems en la Ed.
M. el rey utiliza la segunda persona para dirigirse a sus interlocuto
res, mientras que F. T. parece transcribir el pasaje del discurso en
estilo indirecto.
63 En Ed. M. se lee conceda.
64 Ed. M., tenan.

Court. Pero el rey no accedi a ninguna de las dos


cosas.
B.
En todo caso, obraban prudentemente65 al ha
cerse, si podan, con rehenes del rey antes de que se
alejara de ellos.
A. Entretanto, con el fin de recaudar dinero para
reducir a Irlanda, el Parlamento invit a la gente a
aportar dinero a modo de inversin con riesgo, de
acuerdo con estas propuestas: 1. Que se asignaran
dos millones quinientos mil acres de tierras de Irlan
da a quienes arriesgaran en la siguiente proporcin:
Por una inversin de 200 libras, 1.000 acres
en el Ulster.
..................................... 300 libras, 1.000 acres
en Connaught.
..................................... 450 libras, 1.000 acres
en Munster.
..................................... 600 libras, 1.000 acres
en Leinster.
Todo segn la medida inglesa, y consistiendo en
prados, tierras de labranza y pastizales aprovecha
bles; adjudicndoles adems los pantanos, bosques y
montaas estriles. 2. Se reservaba a la Corona una
renta de uno a tres peniques por cada acre. 3. Que el
Parlamento enviara comisiones para erigir seoros,
colonizar yermos y ejidos, mantener predicadores,
crear corporaciones y regular plantaciones. El resto
de las proposiciones concierne slo a los plazos y
modo de pago de las sumas suscritas por los inverso
res. Y su Majestad asinti a estas proposiciones; pero
neg su asentimiento a la peticin de la milicia.
B. Me habra parecido asombroso lo contrario.
Qu hizo el Parlamento tras eso?
A. Le enviaron otra peticin, que le fue presenta
65 Ed. M., bien.

da cuando se encontraba en Theobalds, camino de


York, en la que le decan lisa y llanamente que a me

nos que tuviera a bien asegurarles, por medio de los


mensajeros que le enviaban, que aplicara pronta
mente su asentimiento real a la satisfaccin de sus
deseos primeros, se veran forzados, por la seguridad
de su Majestad y de sus reinos, a disponer de la mili
cia por la autoridad de ambas Cmaras, etc. Pedan

adems a su Majestad que permitiera que el prncipe


permaneciera en St. James o en alguna otra de las
mansiones que tena su Majestad cerca de Londres.
Le decan tambin que el poder de reclutar, mandar y
disponer de la milicia no puede ser concedido a nin
guna corporacin sin la autoridad y consentimiento
del Parlamento, y que aquellas partes del reino que se
haban puesto en actitud defensiva, no haban hecho
sino seguir directrices de ambas Cmaras y nada que
no fuera justificable con arreglo a las leyes de este
reino.
B. Y qu respondi el rey?66.
A. Les dio una negativa lisa y llana, no slo en
lo relativo a la milicia, sino tambin en cuanto a la re
sidencia del prncipe en Londres. Tras lo cual se pu
sieron inmediatamente a someter a votacin lo que si
gue: 1, que la respuesta de su Majestad les negaba la
milicia; 2, que los que aconsejaban eso a su Majestad
eran enemigos del Estado; 3, que las partes del reino
que se haban puesto a la defensiva no haban hecho
nada que no fuese justificable.
B. Qu entendan ellos por ponerse a la defen
siva?
A.
Levantarse en armas, y a las rdenes de los
oficiales que el Parlamento aprobara. 4. Votan que se
vuelva a rogar a su Majestad que el prncipe contine
cerca de Londres. Finalmente, votan una declaracin
66 En la Ed. M. faltan los dos prrafos siguientes con las inter
venciones de A y B.

que habra de ser remitida a su Majestad por las dos


Cmaras, en la que le acusan de proyectar alterar la
religin, aunque no directamente a l sino a quienes
le aconsejaban, a los cuales acusaban tambin de ser
los inductores e instigadores de la guerra de Escocia
y los artfices de la rebelin de Irlanda. Y vuelven a
recriminar al rey el haber acusado a lord Kimbolton y
a los cinco miembros [de la Cmara de los Comu
nes], y estar en el secreto del propsito de traer a su
ejrcito, que haba sido reclutado contra los escoce
ses, para emplearlo contra el Parlamento. A lo cual el
rey respondi desde Newmarket. Tras lo cual ambas
Cmaras resolvieron que, en este caso de extremo pe
ligro y de negativa de su Majestad, la ordenanza
acordada por ambas Cmaras en relacin con la mili
cia 67 obliga al pueblo en virtud de las leyes funda
mentales de este reino; y tambin que quien, sin el
consentimiento de ambas Cmaras del Parlamento,
ejerza cualquier poder sobre la milicia, so pretexto de
algn despacho de lugartenencia, ser tenido por alte
rador de la paz del reino. Tras ello su Majestad envi
un mensaje a ambas Cmaras desde Huntingdon, exi
giendo obediencia a las leyes establecidas y prohi
biendo a todos los sbditos hacer, en relacin con la
milicia y so pretexto de esa ordenanza, nada que no
estuviera autorizado por esas leyes. A esto, el Parla
mento vota mantenerse en sus anteriores votaciones;
y que cuando los lores y los comunes en el Parlamen
to, que es el tribunal supremo del reino, declaran cul
es la ley del pas, constituye una alta violacin del
privilegio del Parlamento no slo ponerlo en cues
tin, sino contradecirlo.
B.
Yo crea que es el que hace la ley quien debe
declarar cul es la ley. Pues qu es hacer una ley
sino declarar qu cosa lo es? De modo que arrebata
67 La Militia Ordinance de 5 de marzo de 1642 (nm. 50 de los
Documents de Gardiner).

ron al rey no slo la milicia, sino tambin el poder le


gislativo.
A. As fue. Pero tengo para m que el poder legis
lativo, y realmente todo posible poder, est contenido
en el poder de la milicia. Despus de ello se incauta
ron del dinero que se deba a su Majestad en concep
to de derechos arancelarios de tonnage and poundage, y por la ley de subsidios, con el fin de poder
incapacitarle de todas las formas que les fueran posi
bles. As que hubo llegado a York68, le enviaron tam
bin muchos otros mensajes y peticiones ofensivos,
entre los cuales uno era: Que mientras el Lord Almi
rante no pueda, por indisposicin corporal, mandar la
flota en persona, tuviera a bien conferir autoridad al
conde de Warwick 69 para sustituirle en su cargo;
cuando saban que el rey ya haba colocado en ese
puesto70 a sir John Pennington.
B. Con qu objeto consider el rey tantas peti
ciones, mensajes, declaraciones y protestas, y se dig
n responderlas, cuando era imposible que no viera
con claridad que estaban resueltos a arrebatarle el po
der real y, consiguientemente, la vida? Pues no poda
convenir a la seguridad de ellos dejarle con vida a l
o a su descendencia, tras haberle inferido tamaas in
jurias.
A. Adems, el Parlamento tena por entonces un
comit residiendo en York para espiar lo que su Ma
jestad haca e informar de ello al Parlamento, as
como para impedir que el rey ganara al pueblo de ese
68 Marzo de 1642.
69 Robert Rich, segundo conde de Warwick (1587-1658), con
una importante carrera colonial tras de s, en la que debieron repre
sentar un cierto papel sus simpatas puritanas, fue uno de los prin
cipales lderes puritanos en la Cmara de los Lores. En marzo de
1642 fue nombrado por el Parlamento almirante de la flota, a pesar
de la oposicin del rey. Desde all desempe un importante papel
asegurando la lealtad de la flota al Parlamento.
70 En Ed. M. falta ese puesto.

condado para su partido. De modo que, cuando su


Majestad cortejaba a los caballeros de all, el comit
instigaba contra l a los pequeos terratenientes71. A
lo cual mucho contribuyeron tambin los ministros;
de modo que el rey perdi su oportunidad en York.
B.
Por qu el rey no hizo prender al comit o no
lo expuls fuera de la ciudad?
A.
Lo ignoro; pero creo que saba que el Parla
mento tena ms partidarios que l, no slo en Yorkshire, sino tambin en York. Hacia finales de abril el
rey, ante la peticin del pueblo de Yorkshire de que el
polvorn de Hull siguiera all para mayor seguridad de
las regiones norteas, consider conveniente tomarlo
en sus propias manos. Poco antes haba nombrado go
bernador de esa villa al conde de Newcastle. Pero los
habitantes de la misma, corrompidos ya por el Parla
mento, se negaron a aceptarle, pero no a aceptar a sir
John Hotham72, nombrado gobernador de la fortaleza
por el Parlamento. Por lo cual, cuando el rey se acerc
a la villa, protegido slo por sus propios servidores y
unos cuantos gentileshombres de los alrededores, sir
John Hotham, que estaba sobre la muralla, le neg la
entrada; acto por el que inmediatamente hizo que sir
John Hotham fuera declarado traidor, y envi un men
saje al Parlamento exigiendo que se hiciera justicia
sobre el susodicho Hotham, y que le fueran entrega
dos la villa y el polvorn. A lo que el Parlamento no
respondi, sino que en lugar de ello public otra de
71 The yeomanry.
72 Sir John Hotham, que haba sido diputado por Beverley y go
bernador de Kingstone upon Hull, fue destituido en 1639, lo que le
indujo a abandonar el partido realista. Al comienzo de la guerra ci
vil los parlamentarios le repusieron en su puesto de gobernador de
la ciudad y fortaleza, desde el que poco despus, el 23 de abril de
1642, protagoniz el episodio aqu referido por Hobbes. Con el
tiempo, sin embargo, terminara indisponindose con Fairfax e in
tentando un compromiso con los realistas a travs del conde de
Newcastle. Como consecuencia de ello fue detenido por los parla
mentarios, condenado a muerte y ejecutado.

duracin en la que no omita ninguna de sus anterio


res calumnias contra el gobierno de su Majestad, sino
que inclua ciertas proposiciones declarativas de su
propio pretendido derecho, a saber: 1, que cualquier
cosa que declararan ser ley no deba ser cuestionada
por el rey; 2, que ningn precedente puede limitar sus
actuaciones; 3, que un Parlamento puede, por el bien
pblico, disponer de cualquier cosa sobre la que el rey
o un sbdito tengan un derecho; y que ellos, sin el rey,
constituyen ese Parlamento, y son juez de ese bien p
blico, y que el consentimiento del rey no es necesario;
4, que ningn miembro de ninguna de las Cmaras
debe ser importunado acusndole de traicin, felona
o cualquier otro delito, a menos que antes se lleve la
causa ante el Parlamento para que puedan juzgar del
hecho y dar licencia para proceder, si ven que hay mo
tivo; 5; que el poder soberano reside en las dos Cma
ras, y que el rey no ha de tener derecho de veto; 6, que
reclutar fuerzas contra los mandatos personales del
rey (incluso acompaados de su presencia) no es de
clarar la guerra al rey, mientras que declarar la guerra
contra su persona poltica, es decir, contra sus leyes,
etc., incluso si no estn acompaadas de su persona, s
es declarar la guerra al rey; 7, que no puede cometerse
traicin contra su persona sino en tanto se le ha con
fiado el reino y est cumpliendo ese cometido; y que
ellos tienen poder para juzgar si l ha cumplido o no
ese cometido que se le ha confiado; 8, que pueden de
poner al rey cuando quieran '.
B.
Eso es hablar claro y sin hipocresa. Poda la
ciudad de Londres tragarse eso?
73 En Ed. M. las ltimas frases de este prrafo estn recogidas de
un modo algo diferente: 6, que reclutar fuerzas contra los manda
tos personales del rey (incluso acompaados de su presencia) no es
declarar la guerra al rey, mientras que declarar la guerra contra sus
leyes y autoridad (que ellos tenan el poder de proclamar e inter
pretar), aunque no contra su persona, s es declarar la guerra al rey:
y que no puede cometerse traicin contra su persona sino en tanto

A. S; y ms si fuera necesario. Londres, como


bien sabis, tiene una gran panza, pero no tiene ni pa
ladar ni gusto para distinguir entre lo recto y lo inde
bido. En las minutas del Parlamento74 de Enrique IV,
entre los artculos del juramento del rey con motivo
de su coronacin, hay uno que dice: Concedes justas
leges et consuetudines esse tenendas; et promittis 75

per te eas esse protegendas, et ad honorem Dei corroborandas, quas vulgus elegerit. Artculo este que
el Parlamento alegaba como fundamento de su autori
dad legislativa, interpretando quas vulgus elegerit,
las que el pueblo decida, como si el rey jurara prote

ger y corroborar las leyes antes de ser hechas, fueran


buenas o malas; mientras que esas palabras slo sig
nifican que l proteger y corroborar aquellas leyes
que han decidido, es decir, las actas del Parlamento
entonces en vigor. Y en los registros del Exchequer
esto se recoge as: Aceptaris mantener y observar

las leyes y las legtimas costumbres de la comunidad


de este vuestro reino, y defenderlas y sostenerlas?
etc. Y sa fue la respuesta que el rey dio a ese punto.
B. Y creo que esa respuesta fue muy completa y

clara. Pero si las palabras hubieran de interpretarse en


el otro sentido, no veo por qu razn el rey estara obli
gado a prestarles juramento. Pues Enrique IV lleg a la
corona por los votos de un Parlamento no menos mal
vado que este Parlamento Largo, que depuso y asesin
a su legtimo rey, salvo que no fue el Parlamento mis
mo sino el usurpador quien asesin al rey Ricardo II76.
se le ha confiado el reino y est cumpliendo ese cometido; y que
ellos tienen poder para juzgar si l cumple o no ese cometido que
se le ha confiado; 7, que pueden deponer al rey cuando quieran.
74 Aunque la mejor versin castellana de Parliament-rolls sera
actas del Parlamento, he traducido la expresin por minutas del
Parlamento, para evitar la confusin con acts of Parliament.
73 En Ed. M., promittes.
76 Ricardo II (1367-1400) fue forzado a abdicar en septiembre
de 1399 en favor de Enrique IV, con quien empieza el dominio de
la casa de Lancaster. Preso en el castillo de Pontefract, muri en

A. Alrededor de una semana ms tarde, a co


mienzos de mayo, el Parlamento envi al rey otro do
cumento que ellos denominaron humilde peticin y
consejo de las dos Cmaras, conteniendo diecinueve
proposiciones 77; y, cuando las oigis, podris juzgar
cunto ms poder pensaban dejar al rey que a cual
quiera de sus sbditos. La primera es la siguiente:
1. Que los lores y dems miembros del consejo
privado de su Majestad, y todos los grandes dignata
rios y ministros78 del Estado, tanto en el interior como
en el extranjero, sean destituidos de sus cargos y de su
consejo, excepto aquellos que sean aprobados por las
dos Cmaras del Parlamento; y que no sean reempla
zados por nadie que no cuente con la aprobacin de
dichas Cmaras. Y que todos los consejeros privados
presten juramento para el debido ejercicio de sus car
gos en la forma que acuerden las dos Cmaras.
2. Que los grandes asuntos del reino se debatan,
resuelvan y transijan slo en el Parlamento; y que
aquellos de quienes se presuma que hacen algo en
contrario sean sometidos a la censura del Parlamento;
y que aquellas otras cuestiones del Estado que son
propias del consejo privado de su Majestad sean de
batidas y resueltas por aquellos a los que las dos C
maras del Parlamento elijan de cuando en cuando
para ese puesto; y que ningn acto pblico que con
cierna a los asuntos del reino y sea propio del consejo
privado de su Majestad sea considerado vlido, como
procedente de la autoridad real, a menos que se haga
con el asesoramiento y consentimiento de la mayora
del consejo autenticada con sus firmas; y que el con
1400. Sin embargo, pese a la leyenda, alimentada por el mismo
Shakespeare, no es seguro que fuera mandado asesinar por su su
cesor.
11 De hecho es ms conocido como las Nineteen Propositions de
1 de junio de 1642. (Con el nm. 53 se encuentra recogido entre
los Documents de Gardiner.)
78 En Ed. M. falta y ministros.

sejo no est formado por ms de veinticinco ni menos


de quince personas; y que, cuando el puesto de un
consejero quede vaco en el intervalo de un Parla
mento, no sea provisto sin el asentimiento de la ma
yora del consejo; y que esa eleccin sea nula si el si
guiente Parlamento no la confirma.
3. Que el Lord Gran Senescal de Inglaterra, el
Lord Gran Condestable, el Lord Canciller o el Lord
Guardin del Gran Sello, el Lord Tesorero, el Lord
del Sello Privado, el Conde Mariscal, el Lord Almi
rante. el Guardin de los Cinco Puertos, el Goberna
dor Mayor de Irlanda, el Canciller del Exchequer, el
Presidente del Tribunal Tutelar, los Secretarios de Es
tado. los dos Justicias Mayores y el Barn M ayor79
sean siempre elegidos con aprobacin de ambas C
maras del Parlamento, y en los intervalos del Parla
mento por la mayora del consejo privado.
4. Que los gobernantes de los hijos del rey seanx0
aquellos que las dos Cmaras aprueben, y en los in
tervalos del Parlamento aquellos que el consejo pri
vado apruebe; que sean separados aquellos de sus ac
tuales servidores contra los que las Cmaras tengan
justa objecin.
5. Que no se decida o trate el matrimonio de los
hijos del rey sin consentimiento del Parlamento.
6. Que las leyes en vigor contra los jesuitas, los
sacerdotes y los papistas refractarios81 sean puestas
en ejecucin con todo rigor.
7 Lord High Steward o f England, Lord High Constable, Lord
Chancellor, Lord Keeper o f the Great Seal. Lord Treasurer, Lord
Privy-Seal, Earl Marshall, Lord AdmiraI. Warden o f the Cnque
Ports. C hief Governor o f Ireland, Chancellor o f the Exchequer,
Master o f the Wards. Secretarles o f State, Chief Justices. Chief
liaron.
80 En Ed. M. se lee: Que el gobierno de los hijos del rey sea
encomendado a.
Sl Se llamaba recusants a quienes se negaban a participar en los
servicios de la Iglesia anglicana.

7. Que se supriman los votos de los lores papistas


en la Cmara de los Pares, y que se apruebe un pro
yecto de ley para educar a los papistas en la religin
protestante.
8. Que el rey tenga a bien reformar el gobierno
de la Iglesia y la liturgia en la forma que aconsejen
las dos Cmaras.
9. Que tenga a bien quedar satisfecho con el pro
cedimiento que los lores y los comunes han sealado
para ordenar la milicia, y volverse atrs de las decla
raciones y proclamaciones que haba hecho en contra.
10. Que aquellos miembros que han sido destitui
dos de algn puesto o cargo desde el comienzo de
este Parlamento, sean restituidos a ellos u obtengan
una satisfaccin.
11. Que todos los consejeros privados y jueces
presten u juramento (cuya forma ser acordada y es
tablecida por un acta del Parlamento) de mantener la
Peticin de Derecho y ciertos estatutos hechos por el
Parlamento.
12. Que todos los jueces y oficiales puestos con
aprobacin de ambas Cmaras del Parlamento man
tengan sus puestos quam din bene se gesserinl82.
13. Que la justicia del Parlamento alcance a to
dos los delincuentes, tanto si se encuentran en el rei
no como si han huido, y que todas las personas cita
das por cualquiera de las Cmaras del Parlamento
comparezcan y se sometan a la censura del Parla
mento.
14. Que el indulto general ofrecido por su Majes
tad sea concedido con las excepciones que las dos
Cmaras del Parlamento aconsejen.
82 Mientras se conduzcan bien. Una de las quejas formuladas
contra el rey en la Grand Remonstrance (la queja nm. 38) fue la
de que en las cartas-patente concedidas por el rey a los jueces se
sustituyera la acostumbrada clusula Quamdiu se bene gesserit por
la frmula Durante bene plcito, que acentuaba la dependencia de
la judicatura respecto de la voluntad de! rey.

B.

Qu clusula sta tan malvada! Todas las de


ms procedan de la ambicin, a la que muchas veces
estn sujetos hombres de buen natural; pero sta pro
ceda de una crueldad inhumana y diablica.
A. 15. Que los fuertes y castillos se pongan al
mando de las personas que, con aprobacin del Parla
mento, designe el rey.
16. Que se licencien las guardias extraordinarias
en torno al rey, y que en el futuro no se vuelva a re
clutar ninguna sino con arreglo a la ley, en caso de re
belin efectiva o de invasin.
B. Yo creo que esas proposiciones enviadas al
rey son ya de hecho una rebelin.
A. 17. Que su Majestad tenga a bien establecer83
una alianza ms estrecha con las Provincias Unidas y
con otros prncipes y Estados protestantes vecinos.
18. Que su Majestad tenga a bien absolver, me
diante acta del Parlamento, a lord Kimbolton y a los
cinco miembros de la Cmara de los Comunes de
modo que los futuros Parlamentos puedan estar pro
tegidos frente a las consecuencias de ese mal prece
dente.
19. Que su Majestad tenga a bien aprobar un pro
yecto de ley para impedir que quienes en el futuro
sean hechos pares se sienten y voten en el Parlamento
a menos que sean admitidos con consentimiento de
las dos Cmaras del Parlamento.
Una vez concedidas estas proposiciones, prometan
dedicarse a regular los ingresos de su Majestad de la
forma ms ventajosa y ajustarlos para sostener su real
dignidad con honor y abundancia, y tambin poner la
villa de Hull en manos de quien nombrara su Majes
tad con el consentimiento del Parlamento.
B. No es eso ponerla en manos de quien su Ma
jestad nombre con el consentimiento de los peticiona
rios, lo que equivale a mantenerla en manos de ellos,
83 En Ed. M., establezca.

tal como ya est? Les faltaba sentido comn, o pen


saban que le faltaba al rey, como para no percibir que
esa promesa no vala nada?
A. Tras enviar al rey esas proposiciones, y tras la
negativa del rey a aceptarlas, empezaron por ambos
lados a preparar la guerra. El rey reclut una guardia
para su persona en Yorkshire; y el Parlamento, ha
biendo votado, a la vista de esto, que el rey intentaba
hacer la guerra a su Parlamento, dio rdenes para
convocar y ejercitar al pueblo en las armas, y public
proposiciones invitndoles y animndoles a aportar
dinero en efectivo o plata M, o prometer por escrito
proporcionarles y mantener cierto nmero de caba
llos, jinetes y armas para defender al rey y al Parla
mento (entendiendo por rey, como antes haban de
clarado, no su persona, sino sus leyes); prometiendo
devolverles el dinero con un inters del ocho por
ciento, y el valor de su plata con doce peniques por
onza por el trabajo de las piezas. Por otra parte, el rey
se dirigi a Nothingham donde iz su estandarte real,
y envi comisiones de movilizacin85 para convocar
a quienes con arreglo a las antiguas leyes de Inglate
rra estaban obligados a servirle en la guerra. Con oca
sin de ello se cruzaron entre el rey y el Parlamento
diversas declaraciones relativas a la legalidad de esa
movilizacin, que son demasiado largas para cont
roslas ahora.
B. Tampoco deseo yo escuchar ninguna discusin
sobre esa cuestin. Pues pienso que la ley general de
S4 Aqu y ms adelante plata traduce pate, que en realidad
significa vajilla, normalmente de plata u oro, pero tambin de
otros metales.
85 Comisin de movilizacin traduce commission ofarray, ex
presin cuyo sentido se encarga de explicar Hobbes poco ms ade
lante. En esta expresin commission ha de entenderse en principio
como cometido o encargo; pero eventualmente tambin desig
na a las personas a las que ha sido encomendado. (Cfr. nm. 55 de
los Documents de Gardiner.)

la salus populi, y el derecho a defenderse contra quie


nes le han arrebatado el poder soberano son suficien
tes para hacer legal cualquier cosa que l haga con el
fin de recuperar su reino o castigar a los rebeldes.
A. Entretanto el Parlamento reclut un ejrcito
del cual hizo general al conde de Essex; acto con el
cual pusieron de manifiesto lo que pensaban antes,
cuando pidieron al rey una guardia a las rdenes del
mencionado conde de Essex. Y ahora el rey emite sus
proclamas prohibiendo obedecer las rdenes del Par
lamento relativas a la milicia; y el Parlamento emite
rdenes contra la ejecucin de las comisiones de mo
vilizacin. Hasta ahora, aunque ya antes haba guerra,
no se haba vertido sangre; uno a otro slo se haban
disparado papel.
B. Ahora entiendo cmo destruy el Parlamento
la paz del reino; y con cunta facilidad, con ayuda de
ministros presbiterianos sediciosos y de ambiciosos
oradores ignorantes, redujeron este gobierno a la
anarqua. Pero creo que ser una tarea ms difcil de
volverle la paz, y asentar el gobierno, bien en ellos
mismos, bien en otro gobernante o forma de gobier
no. Pues, suponiendo que obtuvieran la victoria en
esta guerra, tienen que debrsela al valor, buena di
reccin o acierto de aquellos a quienes entregaron el
mando de sus ejrcitos; especialmente al general,
cuyo xito le atraer, sin duda, el amor y la admira
cin de sus soldados; de modo que en su poder estar
ya asumir l mismo el gobierno, ya ponerlo all don
de le parezca bien. Y, en ese caso, si no lo asume l
mismo, ser tenido por tonto, y, si lo hace, puede es
tar seguro de atraerse la envidia de sus comandantes
subordinados, que esperarn 86 una cuota del actual
gobierno o de la sucesin al mismo. Pues dirn:
Acaso ha obtenido su poder por s mismo, sin
nuestro peligro, valor y consejo? Y tenemos que ser
En Ed. M. se lee esperan.

sus esclavos, nosotros, que as le hemos encumbrado?


O no tenemos a la justicia de nuestra parte contra l
tanto como la tena l de su parte contra el rey?
A. Lo harn y lo hicieron; hasta el punto de que
sa fue la razn por la que Cromwell, tras haberse he
cho, bajo el nombre de Protector, con el poder abso
luto de Inglaterra, Escocia e Irlanda, nunca se atrevi
a adoptar el ttulo de rey, ni fue nunca capaz de esta
blecerlo para sus hijos. Sus oficiales, pretendiendo
sucederle a su muerte, no lo habran tolerado: y el
ejrcito no lo habra consentido, porque siempre se
les haba declarado contrario al gobierno de una sola
persona.
B. Pero, volviendo al rey, de qu medios de
pago dispona, qu provisin tena para armar, qu
digo, para reclutar un ejrcito capaz de resistir al del
Parlamento, mantenido por la gran bolsa de la ciudad
de Londres y por contribuciones de casi lodos los
municipios de Inglaterra, y provisto de tantas armas
como pudieran necesitar?
A. Es cierto que el rey tena grandes desventajas;
y, sin embargo, poco a poco consigui un ejrcito
considerable, con el que prosper tanto como para
hacerse ms fuerte cada da, y el Parlamento ms d
bil, hasta que consiguieron que los escoceses vinieran
a Inglaterra en su ayuda con un ejrcito de veintin
mil hombres. Pero no tengo tiempo ahora para entrar
en el relato detallado de lo que se hizo en la guerra.
B. Est bien. De ello hablaremos en nuestro pr
ximo encuentro.

B.
Quedamos en los preparativos de ambas partes
para la guerra; al considerar lo cual, me produjo gran
des quebraderos de cabeza averiguar qu posibilida
des tena el rey de igualar al Parlamento en esa direc
cin, y qu esperanzas tena de obtener dinero,
hombres, armas, plazas fortificadas, buques, consejo y
oficiales militares suficientes para una empresa tal
contra el Parlamento, que tena a su disposicin tantos
hombres y dinero como fueran capaces de proporcio
nar la ciudad de Londres y otros municipios, y que era
ms de lo que necesitaban. Y, en cuanto a los hombres
a los que haban de convertir en soldados, a casi todos
ellos el rencor les inclinaba contra el rey y sus partida
rios, a los que consideraban papistas, o aduladores del
rey, o gentes empeadas en aumentar sus fortunas sa
queando la ciudad de Londres y otros municipios. Y
aunque no creo que fueran ms valientes que otros, ni
que tuvieran tanta experiencia en la guerra como para
considerarlos buenos soldados, s tenan aquello que
en el momento de la batalla conduce a la victoria ms
que el valor y la experiencia juntos: el rencor.
Y en cuanto a las armas, tenan en sus manos los
principales almacenes, la Tone de Londres y la villa
de Kingston-upon-Hull; y adems la mayor parte de
la plvora y municiones dispuestos en varias villas
para el uso de las bandas entrenadas.

Plazas fortificadas no haba entonces muchas en


Inglaterra, y la mayor parte de ellas estaban en manos
del Parlamento.
La flota del rey estaba enteramente a las rdenes
de ellos, al mando del conde de Warwick.
Consejeros, no necesitaban ms que los que haba
entre ellos', de modo que el rey era en todo punto in
ferior a ellos, excepto tal vez en oficiales.
A. No puedo comparar a sus principales oficiales.
Por el Parlamento, el conde de Essex, tras haber vota
do el Parlamento la guerra, fue nombrado general de
todas sus fuerzas, tanto en Inglaterra como en Irlanda,
de quien todos los dems comandantes habran de re
cibir rdenes.
B. Qu les movi a hacer general al conde de
Essex? Y por qu el conde de Essex estaba tan des
contento con el rey como para aceptar ese cargo?
A.
No s con certeza qu responder a esas pre
guntas; pero el conde de Essex haba participado en
las guerras en el extranjero y no careca ni de expe
riencia ni de juicio ni de coraje para cumplir ese co
metido. Y, adems, ya habis odo, creo yo, cun que
rido del pueblo fue su padre antes que l, y cunto
honor recibi por el xito que obtuvo de su expedi
cin contra Calais2 y en algunas otras acciones mili
tares. A lo cual puedo aadir que el pueblo no consi
deraba que el conde mismo fuera un favorito de la
corte tan grande como para que no pudieran confiarle
su ejrcito contra el rey. Y por eso tal vez podis con
jeturar la causa por la que el Parlamento le eligi
como general.
1 En Ed. M., tras ellos hay punto y aparte.
2 De nuevo tengo la impresin de que estamos ante una errata,
ya que no encuentro referencia alguna a ninguna expedicin me
morable de Robert Devereux a Calais, y s, sin embargo, una a C
diz en 1596, que en su momento le proporcion una enorme popu
laridad y prestigio, y a la que el mismo Hobbes se refiere en la
primera parte.

B.
Pero por qu le crean descontento con la
corte?
A. No lo s; ni si realmente lo estaba. Como otros

nobles, iba a la corte, cuando se presentaba la oca


sin, a servir al rey; pero hasta poco antes no tuvo
cargo alguno que le obligara a permanecer all conti
nuamente. Pero realmente creo que lo desafortunado
de sus matrimonios haca de tal forma desaconsejable
su conversacin con las damas que la corte no poda
ser su elemento adecuado, a menos que hubiera teni
do all algn apoyo extraordinario que compensara
esa calamidad. Pero en cuanto a algn descontento
particular respecto del rey, o alguna intencin de ven
garse de alguna supuesta afrenta, no creo que tuviera
nada de ello, ni que fuera en modo alguno adicto a las
doctrinas presbiterianas u otras creencias fanticas en
relacin con la Iglesia o el Estado, excepto que en
cierto modo se vio arrastrado por la corriente de toda
la nacin a pensar que Inglaterra no era una monar
qua absoluta, sino mixta; sin considerar que el poder
supremo, est en el rey o en el Parlamento, siempre
tiene que ser absoluto.
B. Quin era el general del ejrcito del rey?
A.
Nadie sino l mismo. Y realmente todava no
tena un ejrcito. Pero viniendo por entonces a l sus
dos sobrinos, los prncipes Ruperto y Mauricio3, puso
el mando de su caballera en manos del prncipe Ru
3 Hijos de Federico V, rey de Bohemia y elector palatino, y de
Isabel, hermana de Carlos I. Ruperto del Palatinado (1619-1682),
audaz y aventurero, represent un papel destacado en la guerra ci
vil como jefe de los ejrcitos del rey. A los veintitrs aos se le en
comend el mando de la caballera realista, que desempe brillantemente. En 1644, pese a haber sido derrotado por Cromwell en
Marston Moor, fue nombrado comandante en jefe del ejrcito real.
Pero la derrota de Naseby y la rendicin de Bristol en 1645 causa
ron su cese. En la restauracin recibi el nombramiento de miem
bro del Consejo Privado y mando en la flota, lo que le permiti
participar todava en las guerras con Holanda de finales de los se
senta y comienzo de los setenta.

perto, un hombre a quien ningn hombre vivo supera


ba en coraje, ni en energa y diligencia para llevar
adelante sus cometidos, y que, aunque joven a la sa
zn, no careca de experiencia en dirigir soldados,
puesto que haba tomado parte en algunas de las gue
rras de su padre en Alemania.
B. Pero cmo poda el rey encontrar dinero para
pagar un ejrcito como el que necesitaba contra el
Parlamento?
A. Por aquel entonces ni el rey ni el Parlamento
tenan en sus propias manos mucho dinero, sino que
tenan que contar con la benevolencia de sus partida
rios. En lo que he de admitir que el Parlamento lleva
ba grandsima ventaja. Los que ayudaban al rey en
este punto eran sol>> lores y gentileshombres que, de
saprobando el proceder del Parlamento, estaban dis
puestos a arrostrar cada uno de ellos el pago de un
cierto nmero de caballos, lo cual no puede conside
rarse una ayuda muy grande dado el escaso nmero
de personas que pagaron de ese modo. En cuanto a
otros dineros que a la sazn tuviera el rey, slo he
odo hablar de lo que recibi de pignorar joyas en los
Pases Bajos. Mientras tanto el Parlamento obtena
una abundante contribucin, no slo de Londres, sino
en general de su faccin en todos los dems lugares
de Inglaterra, sobre la base de ciertas proposiciones
(publicadas por los lores y los comunes en junio de
1642, momento en el que nuevamente votaron que el
rey se propona hacer la guerra al Parlamento) para
recoger dinero o plata con el fin de mantener la caba
llera y comprar armas para preservar la paz pblica y
defender al rey y ambas Cmaras del Parlamento, ga
rantizando mediante fe pblica que ese dinero y esa
plata les seran reembolsados.
B. Pero qu fe pblica existe cuando no existe
nada pblico? A qu se puede llamar pblico en una
guerra civil, sin el rey?
A. La verdad es que esa garanta no vala nada,
pero serva bastante bien para estafar a aquellos zo

quetes sediciosos, ms aficionados al cambio que a su


paz o provecho.
Habiendo obtenido de este modo contribuciones de
las personas afectas a su causa, hicieron uso de ellas
para forzar contribuciones similares de otras perso
nas. Pues en el siguiente mes de noviembre elabora
ron una ordenanza para gravar tambin a los que no
haban contribuido entonces, o lo haban hecho pero
no proporcionalmente a sus haciendas. Y, sin embar
go, eso era contrario a lo que el Parlamento haba
prometido y declarado en las proposiciones mismas.
Pues en la primera proposicin declararon que no se
mediran los afectos de nadie por la proporcin de su
ofrecimiento, as que expresara su buena voluntad ha
cia el ejrcito en una proporcin cualquiera.
Adems, a comienzos del siguiente mes de marzo,
hicieron una ordenanza para recaudar semanalmente
una gran suma de dinero de cada condado, ciudad, vi
lla, lugar y persona de casi cualquier fortuna de Ingla
terra; suma semanal que, como resulta de la misma or
denanza impresa y publicada en marzo de 1642 por
orden de ambas Cmaras, asciende casi a treinta y tres
mil libras y, por consiguiente, a ms de un milln sete
cientas mil libras anuales. Adems de todo esto, ten
an los beneficios de las tierras y bosques del rey, y
todo lo que quedaba por pagar de cualquier subsidio
que anteriormente le hubiera sido concedido, as como
los derechos de tonnage and poundage habitualmente
recibidos por el rey; amn del beneficio obtenido por
las confiscaciones de grandes personajes a los que les
plugo declarar por votacin delincuentes, y los benefi
cios de las tierras que al ao siguiente, o un poco ms
tarde, arrebataron a los obispos.
B.
Pero si el Parlamento llevaba tanta ventaja so
bre el rey en materia de dinero, armas y cantidad de
hombres, y tena en sus manos la flota real, no puedo
imaginar qu esperanza poda tener el rey de vencer o
de subsistir (salvo que dejara en sus manos la sobera
na). Pues no puedo creer que les aventajara en conse

jeros, ni en mandos, ni en la resolucin de sus sol


dados.
A. Al contrario, creo que tambin en esto estaba
en desventaja; pues, aunque tena oficiales al menos
tan buenos como los que a la sazn servan al Parla
mento, dudo de que dispusiera de un consejo tan til
como el que necesitaba. Y en cuanto a sus soldados,
aunque eran hombres tan valientes como los del Par
lamento, sin embargo, dado que su valor no estaba
tan aguzado por la malevolencia como el de los del
otro lado, no peleaban con tanto ardor como sus ene
migos, entre los cuales haba una gran cantidad de
aprendices de Londres que, por falta de experiencia
en la guerra, habran tenido bastante miedo ante la
muerte y las heridas que se acercan visiblemente en
las brillantes espadas, pero por falta de juicio apenas
pensaban en la muerte que se acerca invisiblemente
en una bala; por lo cual era difcil hacerles abandonar
el campo de batalla.
B. Pero qu defecto veis en los consejeros del
rey, los lores y dems personas de calidad y expe
riencia?
A. Slo aquel defecto que estaba generalizado en
la nacin entera, y que consista en creer que el go
bierno de Inglaterra no era una monarqua absoluta,
sino una monarqua mixta; y que, si el rey sojuzgara
claramente al Parlamento, tendra cuanto poder qui
siera, y ellos tan poco como l quisiera. Cosa que
ellos consideraban tirana. Esa opinin, aunque no
disminua su empeo en ganar para el rey la victoria
en una batalla cuando sta no poda evitarse, debilita
ba sin embargo su empeo en procurarle una victoria
absoluta en la guerra. Y por esta causa, no obstante
ver que el Parlamento estaba firmemente resuelto a
arrebatarle todo el poder regio, siempre aconsejaban
al rey que les ofreciera propuestas de tratado y acuer
do, y que hiciera y publicara declaraciones; cosa que
cualquiera fcilmente poda haber previsto que sera
estril; y no slo eso, sino tambin grandemente des

ventajosa para las acciones mediante las que el rey


poda recuperar su corona y preservar su vida. Pues
ello debilitaba el arrojo de los mejores y ms audaces
de sus soldados, que albergaban la esperanza de obte
ner por su servicio gran beneficio de las haciendas de
los rebeldes en caso de que pudieran someterlos, y
ninguno si el asunto terminaba con un tratado.
B.
Y tenan razn. Pues una guerra civil nunca
acab con un tratado sin el sacrificio de los ms vivos
de ambos lados. De sobra sabis lo que ocurri en
Roma con la reconciliacin de Augusto y Antonio.
Pero yo crea que, una vez que empezaron a reclutar
soldados el uno contra el otro, ninguno de ambos
bandos habra vuelto a hacer declaraciones u otra
guerra de papeles, que si pudieran haber hecho algn
bien lo habran hecho mucho antes.
A. Pero dado que el Parlamento segua sacando
escritos y expona pblicamente al pueblo sus decla
raciones contra la legitimidad de la comisin de mo
vilizacin del rey, y enviaba al rey peticiones ms fe
roces y rebeldes que nunca, pidindole que licenciara
a sus soldados y compareciera ante el Parlamento, y
que dejara a su merced a aquellos a quienes el Parla
mento llamaba delincuentes (y que no eran sino los
mejores sbditos del rey), y que aprobara los proyec
tos de ley que ellos le recomendaran, no haba el rey
de publicar declaraciones y proclamas contra la ilega
lidad de las ordenanzas por las que el Parlamento re
clutaba soldados contra l, y responder a esas inso
lentes peticiones suyas?
B. No; eso no le haba hecho antes ningn bien y,
por tanto, no era probable que se lo hiciera despus.
Pues el pueblo llano, cuyas manos haban de decidir
la controversia, no entenda las razones de una parte
y otra; y, en cuanto a los que por ambicin estaban ya
embarcados en la empresa de cambiar el gobierno,
poco les importaba cul era la razn y la justicia de
esa causa, sino qu fuerza podan procurarse para se
ducir a la multitud mediante protestas desde el Parla

ment o mediante sermones en las Iglesias. Y a sus


peticiones yo no habra dado otra respuesta que sta:
que, si licenciaban su ejrcito y se ponan a su mer
ced, le encontraran ms clemente de lo que espe
raban.
A. Eso habra sido en verdad una respuesta ga
llarda, si la hubiera dado tras obtener una victoria ex
traordinariamente grande en el campo de batalla, o
una extraordinaria seguridad de obtener la victoria fi
nal en la guerra.
B. Por qu? Qu peor cosa poda haberle ocu
rrido que lo que a la larga sufri, pese a sus amables
respuestas y a todas sus razonables declaraciones?
A. Ninguna. Pero quin saba eso?
B. Cualquiera poda ver que era improbable que
nunca se le restaurara en su derecho sin una victoria.
Y esa firmeza suya, conocida por el pueblo, habra
atrado en su ayuda muchsimas ms manos que las
que pudieran reportarle todos los argumentos jurdi
cos o la fuerza de la elocuencia, expresados en decla
raciones y otros escritos. Y me pregunto qu clase de
hombres eran los que impidieron al rey adoptar esa
resolucin.
A. De las declaraciones mismas, que son muy
largas y estn llenas de citas de autos y de casos ante
riormente dictaminados, podis inferir que los redac
tores eran o juristas profesionales o gentileshombres
que ambicionaban ser tenidos por tales. Adems, ya
os he dicho que aquellos a los que era ms probable
que se pidiera consejo en este asunto eran contrarios
a la monarqua absoluta, as como a una democracia
o una aristocracia absoluta gobiernos a todos los
cuales consideraban tirnicos , y que estaban ena
morados de la mixarqua4 a la que solan elogiar con
el nombre de monarqua mixta, aunque en realidad no
era sino pura anarqua. Y aquellos cuyas plumas el
4 En Ed. M. se lee monarqua.

rey ms emple en estas controversias jurdicas y po


lticas formaban parte, si no estoy mal informado, de
aquellos que, como miembros de ese Parlamento, cla
maron contra el ship-money y otros impuestos extraparlamentarios tanto como cualquiera, pero que,
cuando vieron que el Parlamento se creca en sus de
mandas ms de lo que ellos habran deseado, se pasa
ron al partido del rey.
B. Quines fueron?
A. No es necesario nombrar a nadie, ya que me
he propuesto ofrecer slo un breve relato de las locu
ras y dems faltas de los hombres durante este con
flicto. pero no, nombrando a las personas, daros a vos
ni a nadie ocasin de estimarlas menos, ahora que
han sido perdonadas las culpas de todos los
bandos.
B. Ahora que el asunto alcanz su punto ms alto
con la leva de soldados y la incautacin de la armada,
armas y otras provisiones por ambos lados, de modo
que nadie estaba tan ciego como para no ver que se
encontraban en estado de guerra los unos contra los
otros, por qu el rey, mediante una proclama o men
saje y con arreglo a su indudable derecho, no disolvi
el Parlamento, haciendo as que disminuyese en algu
na medida la autoridad de sus levas y de otras de sus
injustas ordenanzas?
A.
Habis olvidado que os he dicho que el mismo
rey, mediante un proyecto de ley que aprob al mis
mo tiempo que el de la ejecucin del conde de Strafford, les autoriz a mantener el Parlamento hasta que
por consentimiento de las dos Cmaras ellos mismos
lo disolvieran. Por consiguiente, si mediante una pro
clama o mensaje dirigido a las Cmaras las hubiera
disuelto, ellos habran aadido a las difamaciones que
antes haban vertido sobre las acciones de su Majes
tad la de que rompa su palabra; y no slo habran
continuado sus sesiones, en desacato de las rdenes
del rey, sino que se habran beneficiado de ello para
aumentar y reforzar su propio partido.

B.

Pero que el rey reclutase un ejrcito contra


ellos no se interpretara como un propsito de disol
verlos por la fuerza? Y dispersarlos por la fuerza no
era un incumplimiento de promesa tan grande como
disolverlos mediante una proclama? Adems, no pue
do concebir que la aprobacin de esa ley se entendie
ra de otro modo que condicionalmente: en tanto ellos
no dispusieran algo contrario al derecho soberano del
rey condicin ya rota por muchas de sus ordenan
zas . Y creo que incluso por la ley de la equidad,
que es la inalterable ley de la naturaleza, un hombre
que tiene el poder soberano no puede, aunque quiera,
desprenderse del derecho a todo lo que le es necesa
rio retener para el buen gobierno de sus sbditos, a
menos que lo haga de forma expresa, diciendo que no
seguir teniendo el poder soberano. Pues desprender
se de aquello que slo como consecuencia arrastra
consigo la soberana no es, creo yo, desprenderse de
la soberana, sino un error que no produce otro efecto
que la invalidez de la concesin misma. Y eso fue la
aprobacin regia de ese proyecto de ley para que el
Parlamento continuara hasta que ambas Cmaras qui
sieran. Pero, ahora que ambas partes se haban resuel
to a entrar en guerra, qu necesidad haba de seguir
disputando por escrito?
A. No s qu necesidad tenan de ello. Pero por
ambas partes creyeron necesario impedirse recproca
mente reclutar soldados en la medida en que pudie
ran; y, por tanto, el rey hizo imprimir declaraciones
con el fin de hacer saber al pueblo que no deban obe
decer a los oficiales de la nueva milicia constituida
mediante ordenanza del Parlamento, y tambin para
hacerles ver la legalidad de sus propias comisiones de
movilizacin. Y otro tanto hizo por su parte el Parla
mento para justificar ante el pueblo la mencionada
ordenanza y hacer que la comisin de movilizacin
pareciera ilegtima.
B. Cuando el Parlamento estaba reclutando sol
dados, no era legtimo que tambin el rey los reclu

tara para defenderse a s mismo y su derecho, aunque


no tuviera otro ttulo que su propia conservacin y
nunca antes se hubiera odo hablar de una comisin
de movilizacin?
A. Por mi parte no creo que pueda haber mejor t
tulo para la guerra que la defensa del derecho de uno.
Pero por entonces el pueblo pensaba que el rey no
poda hacer legtimamente nada para lo que no hubie
ra algn estatuto hecho por el Parlamento. Pues los
juristas, quiero decir, los jueces de los tribunales de
Westminster y unos pocos ms que, aunque slo era
abogados, gozaban de gran reputacin por su pericia
en el Derecho comn y en los estatutos de Inglaterra,
haban contagiado a la mayor parte de la gentry de
Inglaterra con sus mximas y sus casos prejuzgados,
a los que denominan precedentes; y les haban hecho
tener una opinin tan alta de su propio conocimiento
jurdico que estaban encantados de disponer de esta
ocasin para hacer gala del mismo contra el rey y as
ganar ante el Parlamento una reputacin de buenos
patriotas y juiciosos hombres de Estado.
B. Qu era esa comisin de movilizacin?
A. Mediante victoria el rey Guillermo el Con
quistador se hizo con todo el territorio de Inglaterra,
una parte del cual dispuso como bosques y cotos de
caza para su recreo, entregando otra a los lores y ca
balleros que le haban asistido o haban de asistirle en
las guerras. A los cuales les impuso el deber de ser
virle en sus guerras, unos con ms hombres, otros con
menos, con arreglo a las tierras que l les dio. Por
ello, cuando el rey les enviaba hombres con la comi
sin de hacer uso de su servicio, estaban obligados a
presentarse armados y acompaar al rey en las gue
rras por un cierto tiempo y a sus propias expensas; y
tales fueron las comisiones mediante las que el rey
les hizo hacer sus levas.
B. Pero, entonces, por qu esto no era legal?
A.
Sin duda lo era. Pero qu significaba eso para
quienes ya estaban resueltos a no reconocer como ley

nada que contrariara su designio de abolir la monar


qua y poner en la Cmara de los Comunes un poder
arbitrario soberano y absoluto.
B.
Destruir la monarqua y establecer la Cmara
de los Conuines eran dos cosas diferentes.
A. A.m lo descubrieron al final, pero entonces no
lo crean as.
B. Pasemos a la parte militar.
A. Yo me propona hacer slo el relato de la in
justicia, insolencia e hipocresa de ellos; por tanto,
para el desarrollo de la guerra os remito a la historia
de la misma escrita con detalle en ingls. Slo tirar
del hilo necesario para ofrecer un cuadro completo de
la bellaquera, y aun de la locura, que voy a observar
en sus respectivas acciones.
Desde York el rey march a Hu, donde se encon
traba su depsito de armas de las regiones norteas
de Inglaterra, para ver si le dejaban entrar. El Parla
mento haba nombrado gobernador de la villa a sir
John Hotham, quien hizo cerrar las puertas y, presen
tndose sobre las murallas, le neg terminantemente
la entrada5; por lo cual el rey hizo que se le declarara
traidor y envi al Parlamento un mensaje para saber
si aprobaban esa accin; y la aprobaron6.
B. Con qu razones?
A. Pretendan que ni sta ni ninguna otra villa de
Inglaterra era del rey sino slo por habrsela confiado
el pueblo de Inglaterra.
B. Pero qu tena que ver eso con el Parlamen
to? Acaso por ello es suya la ciudad?7.
A. S, decan ellos, pues nosotros somos los re
presentantes del pueblo de Inglaterra.
B. No consigo ver la fuerza de ese argumento:
5 El episodio, referido ya en el segundo dilogo, tuvo lugar el 23
de abril de 1642.
6 En Ed. M. falta la frase y la aprobaron.
7 En Ed. M. falta Acaso por ello es suya la ciudad?.

nosotros representamos al pueblo, ergo todo lo que


tiene el pueblo es nuestro. El alcalde de Hull repre
senta al rey. Y por ello es del alcalde todo lo que el
rey tiene en Hull? El pueblo de Inglaterra puede estar
representado de forma limitada, como, por ejemplo,
para entregar una peticin o algo parecido. Acaso de
ello se sigue que quienes entregan una peticin tienen
derecho a todas las villas de Inglaterra? Cundo em
pez este Parlamento a ser representante de Inglaterra?
No fue el 3 de noviembre de 1640? A quin pertene
ca el da antes, es decir, el 2 de noviembre, el derecho
a prohibir la entrada del rey a Hull y poseer la villa en
representacin de ellos? Pues a la sazn no haba Par
lamento alguno. De quin era Hull a la sazn?
A. Creo que del rey, no slo porque se la llamaba
la villa del rey en Hull, sino porque el mismo rey re
presentaba, entonces y siempre, a la persona del pue
blo de Inglaterra. Y, si no la representaba l, quin
entonces, dado que no exista el Parlamento?
B. Puede que tal vez dijeran que el pueblo care
ca de representante.
A. Entonces no habra una repblica; y por consi
guiente, siendo del pueblo todas las villas de Inglate
rra, vos y yo, y cualquier otro, podramos haber recla
mado nuestra parte. Con esto podis ver cun dbiles
eran quienes fueron arrastrados a la rebelin por un ra
zonamiento como el que emple el Parlamento, y cun
insolentes los que les hacan pensar tales falacias.
B. Ciertamente se les tena por los hombres ms
juiciosos de Inglaterra, y por ello haban sido elegi
dos para formar parte del Parlamento.
A. Y a los que les eligieron tambin se les con
sideraba los hombres ms juiciosos de Inglaterra?
B. No puedo decirlo. Pues bien s que es corrien
te entre los terratenientes libres8 de los condados y
8 Traduzco freeholder por terrateniente libre, aunque tal vez
habra sido ms exacto poseedor de feudo franco. Dentro del sis
tema ingls de propiedad el freehold era la forma ms completa de

los comerciantes de las ciudades y burgos elegir, en la


medida de lo posible, a quienes ms hostiles son a la
concesin de subsidios.
A. A comienzos del mes de agosto el rey, tras ha
ber hecho el requerimiento a Hull y tanteado qu ha
ran por l algunos de los condados de los alrededo
res, estableci su estandarte en Nothingam; pero no
acudieron all hombres bastantes como para formar
un ejrcito suficiente con el que dar la batalla al con
de de Essex. Desde all se dirigi a Shrewsbury, don
de fue rpidamente aprovisionado; y nombrando ge
neral al conde de Lindsey 9, resolvi marchar hacia
Londres. El conde de Essex estaba ahora en Worcester con el ejrcito del Parlamento, sin hacer ningn
amago de cerrarle el paso; pero tan pronto como pas
por all, march tras l, siguindole de cerca.
Por ello el rey, para evitar verse atrapado entre el
ejrcito del conde de Essex y la ciudad de Londres,
volvi sobre l y le present batalla en Edgehill l0:
donde, aunque no obtuvo una victoria completa, s
fue el que sali mejor parado, si es que alguno sali
mejor parado; y ciertamente obtuvo el fruto de una
victoria, que fue seguir el camino que haba previsto
hacia Londres, en el curso del cual a la maana si
guiente tom el castillo de Banbury, desde donde se
dirigi a Oxford, y de all a Brentford, donde infligi
una gran derrota a tres regimientos de las fuerzas del
Parlamento; y as volvi a Oxford.
tenencia de la tierra (tenure). Originariamente era la tenencia de
tierra por personas que gozaban de la plenitud de derechos de un
hombre libre de acuerdo con la Carga Magna (entre ellos los de
elegir representantes en el Parlamento).
9 Robert Bertie conde de Lindsey (1572-1642). Por sus xitos
en la campaa de los Pases Bajos en 1624, fue nombrado almiran
te en 1628. En 1639 recibi el nombramiento de gobernador de
Berwick. Al comienzo de la guerra civil el rey le confi importan
tes mandos, tropezando con la rivalidad del prncipe Ruperto. Mu
ri en la batalla de Edgehill.
10 23 de octubre de 1642.

B.
Por qu no sigui el rey adelante desde
Brentford?
A. Desde que tuvo noticia de la marcha del rey
de Shrewsbury, el Parlamento hizo salir a todas las
bandas entrenadas y las tropas auxiliares de la ciudad
de Londres (que estaba tan asustada como para cerrar
todos sus negocios); con lo cual haba un ejrcito ms
completo y numeroso a disposicin del conde de Es
sex, quien se introdujo subrepticiamente en Londres
justo a tiempo para ponerse a su cabeza. Y eso fue lo
que hizo que el rey se retirara a Oxford. A comienzos
del siguiente mes de febrero, el prncipe Ruperto
arrebat al Parlamento Cirencester, con muchos pri
sioneros y armas, pues recientemente se haba con
vertido en polvorn. Y as estaban las cosas entre las
principales fuerzas del rey y del Parlamento. Entre
tanto el Parlamento hizo establecer una lnea de co
municacin de una extensin de doce millas alrede
dor de Londres y los suburbios; y constituy un
comit para la asociacin y puesta en posicin de de
fensa de los condados de Essex, Cambridge, Suffolk
y algunos ms; y uno de los comisionados era Oliver
Cromwell, quien desde ese puesto alcanz su poste
rior grandeza.
B. Qu ocurra durante ese tiempo en otras re
giones del pas?
A.
En el oeste, el conde de Stamford tuvo el en
cargo de poner en ejecucin la ordenanza del Parla
mento relativa a la milicia. Y por el rey sir Ralph
Hopton 11 ejecut la comisin de movilizacin. Entre
" Sir Ralph Hopton (1596-1652) desempe un importante pa
pel como lugarteniente general del rey en la regin occidental.
Aunque como puritano estuvo inicialmente del lado de los parla
mentarios, en 1642 se pas al bando realista. Como comandante de
las tropas realistas particip en la batalla de Stratton de mayo de
1643. Tras su rendicin a Fairfax en 1646, se exili, pasando tem
poralmente a formai- parte del crculo de consejeros del prncipe de
Gales. Muri en Brujas, en el exilio.

ambos se libr una batalla en Liskeard de Cornualles,


donde sir Ralph Hopton obtuvo la victoria, tomando
acto seguido una ciudad llamada Saltash, con gran
cantidad de armas, artillera y prisioneros. Entretanto,
sir William Waller12 se apoder de Winchester y Chichester para el Parlamento. En el norte estaban milord de Newcastle 13 por la comisin de movilizacin,
y milord Fairfax 14 por la milicia del Parlamento. Milord de Newcastle arrebat al Parlamento Tadcaster,
donde se encontraba la mayor parte de las fuerzas del
Parlamento destinadas a esa regin, y en cierto modo
se hizo el amo de todo el norte. Ms o menos por en
tonces, es decir, en febrero l5, la reina desembarc en
Burlington, desde donde fue conducida por milord de
Newcastle y el marqus de Montrose 16 a York, y des
12 Sir William Waller (1597-1668) fue uno de los ms importan
tes comandantes de las tropas parlamentarias en el sur. Particip en
la guerra de los Treinta Aos. Fue miembro de la Cmara Baja.
Coronel al estallar la guerra civil, llev a cabo la toma de Porstmouth (septiembre de 1642) y, poco despus, de otras varias ciuda
des, en una rpida y victoriosa campaa que le gan el sobrenom
bre de Guillermo el Conquistador. Fue el primero en sugerir la
creacin de un ejrcito profesional; pero tras la creacin del New
Model Army (1645) dimiti de sus cargos, entregndose a la activi
dad parlamentaria, en la que se distigui como dirigente de los
presbiterianos en sus querellas con los independientes. Durante la
Repblica, su oposicin al rgimen de Cromwell le cost la prisin
en varias ocasiones. Miembro del Convention Parliament de 1660,
apoy la restauracin.
13 William Cavendish, primer duque de Newcastle (1592-1676),
aristcrata realista, intelectual y notable poeta, fue nombrado tutor
del prncipe de Gales, a quien sigui al destierro, primero en Ho
landa, luego en Francia. Gast su inmensa fortuna en financiar par
te del ejrcito realista y, ms tarde, la proteccin del prncipe.
14 Ferdinando Fairfax (1584-1648), militar y poltico del bando
parlamentario; padre de Thomas Fairfax. En 1639 comand en Es
cocia un regimiento de infantera en la primera guerra de los obis
pos. Form parte de varios Parlamentos, entre ellos del Parlamen
to Largo. Como parlamentario particip en el comit que prepar
la Grand Remonstrance.
15 De 1643.
16 James Graham, quinto conde y primer marqus de Montrose
(1612-1650), noble escocs. Aunque en 1638 firm el Covenant,

de a ll17 poco ms tarde hasta el rey. Adems de s


tas, el partido del rey obtuvo algunas ventajas en el
norte frente al Parlamento.
Entre la milicia del Parlamento y la comisin de
movilizacin en Staffordshire, estando al mando milord Brook por parte del Parlamento y milord de
Northampton por la del rey, tuvo lugar una gran con
tienda en la que ambos comandantes murieron. Por lo
que se refiere a milord Brook, muri de un disparo
mientras sitiaba Lichtfield-Close; pese a lo cual no
abandonaron el asedio hasta que se apoderaron del
Cise. Pero, inmediatamente despus, milord de
Northampton lo volvi a sitiar en nombre del rey. Sir
William Berenton y sir John Gell avanzaron hacia
Lichtfield para liberarla, pero en Hopton Heath les
sali al encuentro el conde de Northampton y les de
rrot. El conde mismo fue muerto; pero sus fuerzas
victoriosas volvieron una vez ms al asedio; y poco
despus, secundadas por el prncipe Ruperto, que por
entonces se encontraba en esa regin, tomaron la pla
za. Estas fueron las acciones ms importantes de ese
ao de 1642; en las que el partido del rey no llev la
peor parte.
B.
Pero el Parlamento tena ahora un ejrcito me
jor, hasta el punto de que si el conde de Essex hubiera
seguido inmediatamente al rey a Oxford, que todava
no estaba bien fortificada, con toda probabilidad po
dra haber tomado la ciudad. Pues no careca ni de
hombres ni de municiones, cosas de las que la ciudad
era realista y enemigo declarado del conde de Argyll, lder del par
tido antirrealista escocs. Form parte del ejrcito del Covenant
que invadi el norte de Inglaterra en 1640. Fue hecho prisionero
por los partidarios del conde de Argyll en 1641. En 1644 Carlos 1
le nombr lugarteniente general en Escocia, donde llev a cabo
una campaa brillatsima. Tras la derrota de las tropas reales en
Naseby (1645) los intentos de Montrose en Escocia fracasaron. Ya
proclamada la Repblica, fue hecho prisionero y colgado en la pla
za pblica de Edimburgo en mayo de 1650.
17 En Ed. M. falta desde all.

de Londres, que estaba enteramente entregada al Par


lamento, tena suficiente provisin.
A. No puedo juzgar sobre eso. Pero es manifiesto
que, si se considera la condicin en que se encontraba
el rey en su primera marcha desde York, cuando no
tena ni dinero, ni hombres, ni armas suficientes para
abrigar esperanza alguna de victoria, ese ao, visto en
conjunto, fue muy prspero.
B. Pero qu gran locura o maldad observis vos
en las acciones del Parlamento durante ese primer
ao?
A. Todo lo que contra ellos pueda decirse en este
punto ser excusado con el pretexto de la guerra, y
cae bajo el nombre de rebelin; por ms que cuando
instaban a alguna villa a rendirse, siempre lo hacan
en nombre del rey y el Parlamento, aunque el rey es
tuviera en el ejrcito contrario y muchas veces inclu
so derrotndolos desde el asedio. No veo cmo el de
recho de guerra puede justificar tamaa insolencia.
Pero ellos pretextaban que el rey siempre estaba vir
tualmente en las dos Cmaras del Parlamento, distin
guiendo entre su persona natural y su persona polti
ca; lo cual aumentaba la insolencia, para no hablar de
la insensatez del argumento. Pues esto no era sino
una sofistera universitaria, como las que emplean los
jvenes para mantener en las escuelas doctrinas que
de otro modo no pueden defender.
A finales de ese ao tambin los escoceses solicita
ron entrar en Inglaterra con un ejrcito con el fin de
acabar con el poder del conde de Newcastle en el nor
te; lo cual era confesar lisa y llanamente que las fuer
zas del Parlamento eran, en esos momentos, inferio
res a las del rey. Y la mayor parte de la gente pensaba
que, si el conde de Newcastle hubiera marchado en
tonces hacia el sur y unido sus fuerzas a las del rey, la
gran mayora de los miembros del Parlamento habra
huido de Inglaterra.
A comienzos de 1643 el Parlamento, viendo que el
poder del conde de Newcastle en el norte creca tan

formidable, envi a sobornar a los escoceses para que


invadieran Inglaterra, y (para lisonjearles mientras
tanto) concertaron entre ellos una alianza como la que
los escoceses haban adoptado antes contra el episco
pado, y por toda Inglaterra destruyeron cruces y vi
drieras con imgenes de santos. Asimismo a media
dos de ao hicieron una liga solemne con la nacin, a
la que llamaron Solemne Liga y Alianza 18.
B.
Acaso el nombre de extranjeros no cuadra
con los escoceses tan bien como con los irlandeses?
Pero entonces, puesto que haban perseguido al conde
de Strafford incluso hasta la muerte por haber aconse
jado al rey que hiciera uso de las fuerzas irlandesas
contra el Parlamento, con qu cara podan pedir la
ayuda de un ejrcito escocs contra el rey?
A. El partido del rey poda haber visto claramen
te aqu su intencin de hacerse los amos absolutos del
reino y de destronar al rey. Otra gran insolencia, o
ms bien una bestial grosera de las suyas, fue decla
rar traidora a la reina por ayudar al rey con municio
nes y oficiales19 ingleses procedentes de Holanda.
B. Es posible que todo eso pudiera llevarse a
cabo y que los hombres no vieran que los papeles y
las declaraciones tenan que ser intiles, y que slo
poda satisfacerles el derrocamiento del rey y ocupar
ellos su lugar?
A.
S; muy posible. Pues quin de ellos, aun sa
biendo que el rey tena el poder soberano, conoca los
derechos esenciales de la soberana? Soaban con un
poder mixto, del rey y las dos Cmaras. Pero que se
trataba de un poder dividido en el que no podra ha
ber paz, era algo que estaba por encima de su com
prensin. Por consiguiente, siempre estaban instando
18 The Solemn League and Covenani de 25 de septiembre de
1643. (El texto se recoge con el nm. 58 en los Documents de Gardiner.)
19 En Ed. M., fuerzas.

al rey a hacer declaraciones y tratados, por temor a


someterse ellos mismos al rey en obediencia absolu
ta; lo cual aumentaba la esperanza y el valor de los
rebeldes, pero poco bien haca al rey. Pues el pueblo
o no entiende o no quiere preocuparse de controver
sias por escrito, sino que por la condescendencia y
los mensajes del rey sac ms bien la opinin de que
era probable que el Parlamento obtuviera la victoria
en la guerra. Adems, dado que los redactores y auto
res de esos papeles antes haban sido miembros del
Parlamento, y de otra opinin, y ahora se volvan
contra el Parlamento porque no podan tener el ascen
diente que esperaban en la Cmara, la gente tenda a
pensar que no se crean lo que escriban.
En cuanto a las acciones militares (empezando por
los cuarteles generales), el prncipe Ruperto tom
Birmingham, una guarnicin de los del Parlamento.
En el siguiente mes de julio20, las fuerzas del rey tu
vieron una gran victoria sobre las del Parlamento cer
ca de Devizes en Roundway-Down, donde se hicie
ron con dos mil prisioneros, cuatro piezas de artillera
de bronce, veintiocho banderas y todo su bagaje; y,
poco despus, Bristol se rindi al prncipe Ruperto
para el rey; y el mismo rey, marchando al oeste, arre
bat al Parlamento muchas otras plazas importantes.
Pero esa buena fortuna se vio menguada no poco
por su asedio de Gloucester, que tras ser reducida a su
ltimo aliento, fue liberada por el conde de Essex,
cuyo ejrcito estaba antes grandemente consumido y
al que ahora de pronto se haban alistado las bandas
entrenadas y los aprendices de Londres.
B.
Parece, no slo por esto sino por muchos
ejemplos histricos, que es difcil que surja una rebe
lin peligrosa sin que haya una ciudad desmesurada
con un ejrcito o dos en su vientre para fomentarla.
A. Ms an: esas grandes capitales, cuando la re

belin es so pretexto de agravios, tienen que estar por


necesidad del lado del partido rebelde; porque los
agravios no son sino los impuestos, de los que los
ciudadanos, es decir, los comerciantes, cuya profe
sin es su ganancia privada, son por naturaleza ene
migos mortales, ya que su nica gloria es enriquecer
se excesivamente gracias a saber comprar y vender.
B.
Pero de ellos se ha dicho que de todas las pro
fesiones eran los ms beneficiosos para la repblica,
por dar trabajo a los ms pobres.
A.
Es decir, por hacer que la gente pobre les ven
da su trabajo a sus propios precios; de modo que la
mayor parte de la gente pobre podra ganar ms tra
bajando en Bridewell21 que hilando, tejiendo y ha
ciendo otros trabajos semejantes; salvo que trabajan
do livianamente pueden salir un poco de apuros, para
desgracia de nuestra manufactura. Y as como por re
gla general, jactndose de su fuerza, son los primeros
en alentar la rebelin, tambin son en su gran mayo
ra los primeros en arrepentirse, defraudados por
quienes mandan su fuerza.
Pero volviendo a la guerra, aunque el rey se retir
de Gloucester, no fue para huir del conde de Essex,
sino para combatir con l, cosa que hizo inmediata
mente despus en Newbury, donde la batalla fue san
grienta, y el rey no tuvo la peor parte, a menos que se
ponga en la balanza Cirencester, sorprendida pocos
das antes por el conde de Essex en su camino.
Pero en el norte y el oeste el rey sali mejor parado
que el Parlamento. Pues en el norte, a comienzos del
ao, el 29 de marzo, los condes de Newcastle y Cumberland derrotaron en Bramham Moor a lord Fairfax,
que mandaba las tropas del Parlamento en esas regio
nes; lo que hizo que el Parlamento acelerara la ayuda
de los escoceses.
21 Se trata de un hospicio y correccional londinense destinado a
vagabundos y dementes.

Durante el siguiente mes de junio el conde de


Newcastle derrot a sir Thomas Fairfax 22, hijo de
lord Fairfax, en Adderton Heath, y saliendo en su
persecucin a Brandford captur y mat a dos mil
hombres, y al da siguiente tom la villa e hizo dos
mil prisioneros ms (escapando de milagro el mismo
sir Thomas) con todas sus armas y municiones; y,
adems, hizo a lord Fairfax abandonar Halifax y Beverly. Por ltimo, el prncipe Ruperto liber Newark,
sitiada para el Parlamento por sir John Meldrun con
siete mil hombres, mil de los cuales fueron muertos y
el resto parti, bajo condiciones, dejando tras de s ar
mas y bagajes.
Para equilibrar en parte ese xito, el conde de
Manchester, cuyo teniente general era Oliver Crom
well, obtuvo cerca de Horncastle una victoria sobre
los realistas, de los cuales mat a cuatrocientos, tom
ochocientos prisioneros y mil armas, tomando y sa
queando poco ms tarde la ciudad de Lincoln.
En el oeste, el 16 de mayo sir Ralph Hopton obtu
vo en Stratton, en Devonshire 23, una victoria sobre
los parlamentarios, en la que hizo mil setecientos pri
sioneros, y tom trece piezas de artillera de bronce y
todas sus municiones, que eran setenta barriles de
plvora, as como el almacn de las restantes provi
siones que tenan en la villa.
22 Thomas Fairfax (1612-1671), comandante en jefe del ejrcito
del Parlamento, a quien ste debe en gran medida el xito en la
guerra civil. Con una notable experiencia militar tras de s (haba
participado con xito en las guerras de los obispos de 16391640), en 1645 fue nombrado comandante en jefe del New Model
Army, con el que gan la batalla decisiva de Naseby. Opuesto a la
prisin y procesamiento del rey, intent evitar su ejecucin. Acep
t, sin embargo, formar parte del Consejo de Estado de la Repbli
ca. Durante el Protectorado se situ en la oposicin al rgimen mi
litar de Crom well. Tras la m uerte de ste ayud a Monck a
restaurar el gobierno del Parlamento. Y, al parecer, fue uno de los
que apoy la restauracin.
23 En Ed. M. se lee Cornualles.

Tambin en Landsdown se libr una feroz batalla


entre sir Ralph Hopton y los parlamentarios manda
dos por sir William Waler, en la que la victoria no fue
clara por ninguno de ambos lados; aunque poda pa
recer que los parlamentarios salieron mejor parados,
porque poco despus sir William Waller sigui a sir
Ralph Hopton a Devizes, en Wiltshire, aunque a su
costa, ya que fue derrotado all, como ya os he con
tado.
Despus de eso el rey en persona march al oeste y
tom Exeter, Dorchester, Barnstable y otras diversas
plazas; y muchos crean que poda haber derrotado a
la Cmara de los Comunes, si a su vuelta no hubiera
sitiado Gloucester, dando as tiempo al Parlamento
para hacer nuevas levas. Pero el final de ese ao24 fue
ms favorable al Parlamento. Pues en enero los esco
ceses entraron en Inglaterra, y el primero de marzo
cruzaron el Tyne; y mientras el conde de Newcastle
marchaba hacia ellos, sir Thomas Fairfax reuni una
gran partida de soldados en Yorkshire, y el conde de
Manchester avanz desde Lyn hacia York, de modo
que el conde de Newcastle, teniendo dos ejrcitos de
los rebeldes, uno25 tras de s y otro enfrente, se vio
forzado a retirarse a York, donde (unindose el conde
de Manchester) poco despus los tres ejrcitos le si
tiaron 26. Y stas son todas las acciones militares dig
nas de consideracin del ao 1643.
El mismo ao el Parlamento hizo hacer un nuevo
Gran Sello. El lord guardin [del Sello] se haba lle
vado el anterior sello a Oxford. Inmediatamente el
rey envi un mensajero a los jueces de Westminster
prohibindoles hacer uso de l. Ese mensajero fue de24 Es decir, a comienzos del ao 1644, segn el nuevo estilo.
25 En Ed. M. falta uno.
26 En lugar de las ltimas palabras, en Ed. M. se lee que poco
despus fue sitiado por esos tres ejrcitos juntos. En nota a pie de
pgina F. T. indica que esta frase ha sido corregida en el manuscri
to por el mismo Hobbes en la forma indicada en el texto.

tenido, condenado en un consejo de guerra, y colgado


por espa.
B. Es se el Derecho de la guerra?
A. No lo s; pero parece que, cuando un soldado
llega a los cuarteles enemigos sin un mensaje o aviso
dirigidos al comandante en jefe, se presume que llega
como espa. Ese mismo ao ciertos gentileshombres
de Londres recibieron una comisin de movilizacin
del rey para reclutar en la ciudad hombres a su servi
cio; habiendo sido descubiertos, fueron condenados y
algunos de ellos ejecutados. Este caso no es muy di
ferente del anterior.
B. Pero hacer un nuevo Gran Sello no era prue
ba suficiente de que se haba suscitado la guerra no
para apartar del rey a malos consejeros, sino para
apartar del gobierno al mismo rey? Qu poda, pues,
esperarse de mensajes y tratados?
A. La entrada de los escoceses fue algo inespera
do para el rey, a quien las continuas cartas de su co
misionado en Escocia, el duque Hamilton, haban he
cho creer que los escoceses nunca intentaran una
invasin. Estando por entonces el duque en Oxford,
el rey, seguro ya de que ahora los escoceses haban
entrado, le envi preso al castillo de Pendennis de
Comualles.
A comienzos del ao 1644, estando el conde de
Newcastle, como os he dicho, sitiado en York27 por
las fuerzas unidas de los escoceses, del conde de
Manchester y de sir Thomas Fairfax, el rey envi al
prncipe Ruperto a liberar la ciudad y a librar lo antes
posible batalla al enemigo. El prncipe Ruperto, atra
vesando Lancashire, y habiendo asaltado por el cami
no la sediciosa villa de Bolton, y tambin tomado
Stopford27 bis y Liverpool, lleg a York el primero de
julio y la liber; el enemigo subi de all a un lugar
27 En Ed. M. falta en York.
27bis En Ed. M., Stockford.

llamado Marston Moor, a unas cuatro millas, y all se


libr una desafortunada batalla28 con la que en cierto
modo el rey perdi todo el norte. El prncipe Ruperto
volvi por el mismo camino por el que haba ido, y el
conde de Newcastle volvi a York, y desde all, pa
sando el mar, fue con algunos de sus oficiales a Hamburgo.
El honor de esa victoria se atribuy principalmente
a Oliver Cromwell, teniente general del conde de
Manchester. Los parlamentarios volvieron del campo
de batalla al sitio de York, que no mucho despus ca
pitul bajo condiciones honorables; no por favor29,
sino porque el Parlamento no empleaba mucho tiem
po ni muchos hombres en los asedios.
B.
Eso constituy una grande y sbita mengua de
la prosperidad del rey.
A. Lo fue; pero la corrigi en las cinco o seis se
manas siguientes. Pues sir William Waller, tras perder
su ejrcito en Roundway-Down, dispuso de otro re
clutado para l por la ciudad de Londres, y para pa
garlo impuso a todo ciudadano un tributo semanal
por valor de un plato de carne. Ese ejrcito, con el del
conde de Essex, intent sitiar Oxford. Percatndose
de ello el rey, envi a la reina al oeste y l mismo
march hacia Worcester. Esto les hizo volver a divi
dirse, yendo el conde al oeste y Waller a perseguir al
rey. De ese modo result que ambos ejrcitos fueron
derrotados. Pues el rey volvi sobre Waller, le derrot
en Cropredy-bridge, tom su tren de artillera y a mu
chos de sus oficiales, y a continuacin sigui al con
de de Essex en Cornualles, donde obtuvo una posi
cin tan ventajosa sobre l que el mismo conde se dio
por satisfecho con poder huir en un pequeo barco a
28 2 de julio de 1944.
29 En Ed. M. se lee no poique recibieran trato de favor. Segn
indica F. T., en el manuscrito el pasaje est corregido por el mismo
Hobbes.

Plymouth. Su caballera penetr en los cuarteles del


rey por la noche, pero la infantera se vio forzada a
deponer las armas; y, con la condicin de que nunca
ms se levantaran en armas contra el rey, se les dej
marchar.
En el siguiente mes de octubre se libr una segun
da y dura batalla en Newbury30. Pues esa infantera,
haciendo caso omiso de las condiciones convenidas
con el rey, y habiendo llegado tan cerca de Londres
como Basingstoke, tom de nuevo las armas. Habin
dose unido a ellos algunas de las bandas entrenadas
de Londres31, el conde de Essex dispuso de pronto de
un ejrcito tan grande que volvi a atacar al rey en
Newbury, y ciertamente sali ganando por el da,
pero al separarles la noche, no obtuvo una victoria
completa. Y aqu se observ que ninguna parte del
ejrcito del conde luch tan denodadamente como los
que haban depuesto sus armas en Cornual les.
stos fueron los combates ms importantes del ao
1644, y el rey se encontraba todava (segn pensaban
no slo l sino tambin otros) en una condicin tan
buena como el Parlamento, que desesperaba de ven
cer con los comandantes que estaba utilizando. Por
ello votaron una remodelacin del ejrcito32, sospe
chando, aunque creo que errneamente, que el conde
de Essex era demasiado partidario del rey, por no ha
ber hecho tanto como ellos esperaban en esa segunda
batalla de Newbury. Los condes de Essex y de Man
chester, percatndose de lo que tramaban, resignaron
30 27 de octubre de 1644.
31 En Ed. M. falta de Londres.
32 A new modelling of the army. Hobbes se est refiriendo aqu a
la formacin del Alew Model Army, el primer ejrcito permanente
de Inglaterra. Creado en febrero de 1645, dio al Parlamento la vic
toria final frente al desorganizado ejrcito realista. Con su apoyo
Cromwell se asegur una posicin prominente durante la guerra ci
vil y luego en la Inglaterra republicana. En 1660, inmediatamente
despus de la restauracin, fue licenciado por Carlos II.

voluntariamente sus despachos. Y la Cmara de los


Comunes elabor una ordenanza33 estableciendo que
ningn miembro de una u otra Cmara disfrutara de
ningn cargo o mando militar o civil; y con ese golpe
oblicuo se deshicieron de aquellos que hasta entonces
tan bien les haban servido. Con todo, exceptuaron de
esa ordenanza a Oliver Cromwell, en cuya direccin
y valor tenan grandsima confianza (que no habran
tenido si le hubieran conocido tan bien como le ha
ban de conocer ms tarde), y le nombraron teniente
general de sir Thomas Fairfax, recientemente nom
brado general. En el despacho entregado al conde de
Essex haba una clusula que estableca que se pre
servase la persona de su Majestad, que fue suprimida
en este nuevo despacho, aunque tanto el Parlamento
como el general seguan siendo presbiterianos.
B.
Parece que tambin los presbiterianos habran
asesinado al rey de buena gana con tal de conseguir
sus fines.
A.
Por mi parte no lo pongo en duda. Pues un po
der usurpador nunca puede estar suficientemente se
guro mientras est con vida un rey legtimo.
En ese mismo ao el Parlamento dio muerte a sir
John Hotham y a su hijo por haber entrado en tratos34
con el conde de Newcastle a propsito de la rendicin
de Hull; y a sir Alexander Carew por intentar entre
gar Plymouth donde era gobernador por el Parlamen
to; y al arzobispo de Canterbury, solamente para dar
gusto a los escoceses; pues el cargo general de inten
tar subvertir las leyes fundamentales del pas no era
una acusacin, sino slo palabras viles. Tambin de
33 Se trata de la self-denying ordinance de 3 de abril de 1645,
que declar incompatibles la pertenencia al ejrcito y al Parlamen
to. (El texto se recoge con el nm. 63 entre los Documents de Gardiner.)
34 En Ed. M. se lee por entrar en tratos. F. T. indica que el
texto est corregido por Hobbes en el manuscrito.

rogaron el Libro de la Plegaria Comn y ordenaron


el uso de un Directorio 35 recin compuesto por una
asamblea de ministros presbiterianos. Fue tambin
por entonces cuando, con mucho esfuerzo, se decidie
ron a realizar un tratado con el rey en Uxbridge; don
de no se apearon de ninguna de sus anteriores deman
das. El rey tena tambin por entonces en Oxford un
Parlamento integrado por los miembros descontentos
que haban abandonado las Cmaras de Westminster;
pero pocos de ellos haban cambiado sus viejos prin
cipios, y por consiguiente ese Parlamento de poco va
la. Ms an, como no intentaban hacer otra cosa que
mensajes y tratados, es decir, defraudar la esperanza
de los soldados de beneficiarse de la guerra, muchos
pensaban que hacan ms mal que bien al rey.
El ao 1645 fue muy desafortunado para el rey,
pues, al perder una gran batalla, perdi todo lo gana
do anteriormente, y a la larga tambin la vida. El
ejrcito remodelado, tras consultar si deban poner si
tio a Oxford o marchar hacia el oeste para liberar
Taunton (entonces sitiada por lord Goring36 y defen
dida por Blake37, ms tarde famoso por sus acciones
en el mar), se decidi por Taunton, dejando a Crom35 Se trata del Directory for the Publick Worship of God, acor
dado por la Asamblea de Telogos de Westminster, con asistencia
de comisionados de la Iglesia de Irlanda, en 1644, y ratificado por
el Parlamento y adoptado por la Asamblea General Escocesa en
1645.
36 George Goring, conde de Norwich (1583-1663). Goz de la
confianza de Jacobo I, quien le encomend negociar el matrimonio
de su hijo. Ms tarde, como favorito de Carlos I, amas una consi
derable fortuna. Durante la guerra civil fue enviado sin xito a
negociar con los franceses. En 1648 fue nombrado general de las
tropas de Kent, con las que fue derrotado por Fairfax en Maidstone. Sitiado en Colchester, se vio obligado a rendir la ciudad. Hecho
prisionero, fue juzgado y condenado a muerte, siendo indultado
por intervencin de los embajadores de Espaa y Holanda.
37 Robert Blake (1599-1657), uno de los ms famosos marinos
de la armada inglesa. Fue el principal autor de la destruccin de la
flota de los realistas, durante la guerra civil, as como de las victo-

well para vigilar los movimientos del rey, aunque no


con tantas fuerzas como para estorbarle. Aprovechn
dose de esta ventaja, el rey sac de Oxford sus fuer
zas y su artillera. Eso hizo que el Parlamento hiciera
volver a su general Fairfax, y le ordenara sitiar Ox
ford. Entretanto el rey liber Chester, que estaba si
tiada por sir William Brereton, y volviendo atrs
tom por la fuerza Leicester, una plaza de gran im
portancia y bien provista de artillera y suministros.
Ese xito hizo que en general se pensara que el
partido del rey era el ms fuerte. El mismo rey as lo
crea; y en cierto modo el Parlamento tambin lo ad
miti al ordenar a Fairfax levantar el sitio e intentar
dar batalla al rey. Pues los xitos del rey, y las divi
siones y traiciones que ahora crecan entre ellos mis
mos, les haban llevado a confiar en la suerte de un
solo da; un da en el cual, en Naseby, el ejrcito del
rey fue completamente derrotado, sin dejarle esperan
za alguna de reclutar otro 38. As, tras esa batalla el
rey fue arriba y abajo, haciendo aqu y all algunos
inteligentes lances al Parlamento, pero sin aumentar
nunca mucho su nmero.
Entretanto Fairfax primero recuper Leicester y
luego, marchando al oeste, lo domin todo, con ex
cepcin de unas pocas plazas, forzando con mucho
trabajo a milord Hopton a licenciar su ejrcito bajo
rias frente a la flota holandesa y la espaola durante la Commonwealth. A l se debe tambin la reorganizacin de la flota en el pe
rodo de la Commonwealth. De convicciones puritanas, cuando fue
elegido miembro del Parlamento Corto se uni a la oposicin par
lamentaria. En febrero de 1649 fue nombrado general del mar y
poco despus destruy la flota realista del prncipe Rupert. Como
se ver por el relato que hace Hobbes en la cuarta parte, durante la
guerra con Holanda tom el mando de la flota en el Canal, enfren
tndose con considerable xito a van Tromp. Muri en 1657, cuan
do regresaba a casa tras una victoriosa batalla contra la flota espa
ola.
38 La batalla de Naseby, que supuso un golpe decisivo al ejrci
to del rey, tuvo lugar el 14 de junio de 1645.

condiciones honorables, y a pasar con el prncipe de


Gales a las islas Scilly, desde donde poco despus
marcharon a Pars.
En abril de 1646 el general Fairfax emprendi la
marcha de vuelta a Oxford. Entretanto se rindi Woodstock, sitiada por Rainsborugh i9. Por ello el rey,
que ahora volva tambin a Oxford, de donde Woodstock apenas dista seis millas, no cabindole duda de
que all sera sitiado por Fairfax, y no teniendo ejrci
to que le socorriera, resolvi escapar, disfrazado, al
ejrcito escocs cerca de Newark. Lleg all el 4 de
mayo; y el ejrcito escocs, que se dispona a volver
a casa, se lo llev consigo a Newcastle, a donde lleg
el 13 de mayo.
B.
Por qu se confi el rey a los escoceses?
Ellos fueron los primeros en rebelarse. Eran presbite
rianos, es decir, crueles; adems eran indigentes y,
por tanto, poda sospecharse que por dinero le vende
ran a sus enemigos. Y, finalmente, eran demasiado
dbiles para defenderle o mantenerle en su pas.
A.
Qu mejor cosa poda hacer? Pues en el in
vierno anterior haba pedido al Parlamento un salvo
conducto para el duque de Richmond y otros con el
fin de presentarles propuestas de paz; y se le neg.
Volvi a intentarlo, y se le volvi a negar. Entonces
expres su deseo de presentarse ante ellos en persona,
y tambin se le neg. Lo intent una y otra vez, pero,
en lugar de concedrselo, ordenaron que los coman
dantes de la milicia de Londres, en caso de que el rey
intentara traspasar la lnea de comunicacin, reunie
39 Thomas Rainsborough o Rainborow (7-1648). Soldado
del bando republicano, en 1645 al mando de un regimiento del
New Model Army luch en Naseby y particip en el sitio de Bris
tol. Fue uno de los dirigentes de los oficiales republicanos; y como
tal desempe un importante papel en el Consejo de Soldados, lo
que le llev a serios enfrentamientos con Ireton y Cromwell. Fue
uno de los defensores ms entusiastas del Agreement o f the People.
Muri en el campo de batalla.

ran toda la fuerza que consideraran necesaria para so


focar tumultos, aprehender a quien viniera con l, y
asegurar su persona de todo peligro, esto es, hacerle
prisionero. Si el rey se hubiera aventurado a venir y
hubiera sido hecho prisionero, qu poda haber he
cho el Parlamento con l? Le haban destronado con
sus votos y, por tanto, no podan tener seguridad al
guna mientras estuviera con vida, aunque en prisin.
Puede que no le hubieran dado muerte pblicamente
mediante un alto tribunal de justicia, sino en secreto y
de algn otro modo.
B.
Debera haber intentado marchar allende el
mar.
A. Desde Oxford habra sido muy difcil. Ade
ms, por lo general se crea que el ejrcito escocs le
haba prometido que en su ejrcito estaran a salvo no
slo su Majestad, sino tambin aquellos de sus ami
gos que vinieran con l; y no slo en cuanto a sus
personas, sino tambin en cuanto a su honor y su con
ciencia.
B. Cuando el ejrcito y los soldados particulares
que lo integran son cosas diferentes, es un bonito ar
did hacer que los soldados prometan algo que el ejr
cito no piensa llevar a cabo40.
A.
El 11 de julio el Parlamento envi a Newcastle
sus propuestas al rey41; propuestas que ellos alegaban
ser el nico camino para una paz acordada y bien fun
dada. Fueron llevadas por el conde de Pembroke42, el
conde de Suffolk, sir Walter Earle, sir John Hippisley,
40 En Ed. M. este prrafo no est separado del anterior, de modo
que esta intervencin de B est atribuida a A. Por ello, el prrafo si
guiente empieza directamente: El 11 de julio..., sin la indicacin
inicial de que es A el que nuevamente interviene.
41 En los Documents de Gardiner (nm. 66) las Propositions of
Newcastle llevan fecha de 13 de julio de 1646.
42 Philip Herbert, conde de Montgomery y de Pembroke (15841650). En un tiempo favorito de Jacobo 1 y luego embajador de
Carlos I en Francia, con el tiempo perdi el favor del rey. Al esta
llar la guerra, se situ en el bando parlamentario. Fue nombrado

Mr. Goodwin y Mr. Robinson; a los cuales el rey pre


gunt si tenan poder para tratar. Y, cuando ellos le
dijeron que no, volvi a preguntarles por qu no se
las haban enviado mediante un trompeta. Las pro
puestas eran las mismas propuestas destronadoras
que solan enviar, y por ello el rey no quiso prestarles
su asentimiento. Y tampoco los escoceses se las tra
garon de buenas a primeras, sino que formularon al
gunas salvedades; al parecer, slo para hacer ver al
Parlamento que no queran poner al rey gratis en sus
manos. Y as por fin se hizo el trato entre ellos; y
contra el pago de doscientas mil libras el rey fue
puesto en manos de los comisionados que el Parla
mento haba enviado para recibirlo.
B.
Qu combinacin tan vil la de esta accin,
compuesta de religin fingida y verdadera codicia,
cobarda, perjurio y traicin!
A. Ahora que se ha acabado la guerra, que pare
ca justificar muchas indecencias, casi no vers en
esos rebeldes otra cosa que bajezas y falsas, amn de
su locura.
Por aquel entonces el Parlamento se hizo con el
resto de las guarniciones del rey, la ltima de las cua
les fue Pendennis Castle, a donde el rey haba envia
do como prisionero al duque Hamilton.
B. Qu ocurra mientras tanto en Irlanda y Es
cocia?
A.
En Irlanda, durante un tiempo por orden de su
Majestad se haba hecho un armisticio, que se mantu
vo malamente por las divisiones existentes entre los
irlandeses. El partido papista, estando all a la sazn
el nuncio del Papa, crey que haba llegado la hora de
liberarse de su sujecin a los ingleses. Adems ahora
haba expirado el plazo del armisticio.
gobernador de la isla de Wight por el Comit de Seguridad. Como
canciller de la universidad de Oxford en 1648 llev a cabo una pur
ga de realistas. En 1649 form parte del Consejo de Estado y de la
Cmara de los Comunes.

B.
Cmo es que estaban ellos ms sujetos a los
ingleses que los ingleses a los irlandeses? Ciertamen
te estaban sujetos al rey de Inglaterra; pero tambin
lo estaban los ingleses al rey de Irlanda.
A. Esa distincin es demasiado sutil para inteli
gencias comunes. En Escocia el marqus de Montrose por el rey, con muy pocos hombres y victorias mi
lagrosas, invadi toda Escocia, donde a muchas de
sus fuerzas, por exceso de seguridad, se les permiti
ausentarse por un tiempo; conociendo lo cual, el ene
migo cay sbitamente sobre ellos y les forz a huir
retirndose a los Highlands para obtener refuerzos.
All empez a recuperar fuerza, cuando el rey, que a
la sazn estaba en Newcastle en manos de los escoce
ses, le mand licenciarlas; y as43 se fue de Escocia
por mar.
A finales del mismo ao de 1646, el Parlamento
hizo romper el Gran Sello del rey; el rey fue conduci
do a Holmeby y retenido all por los comisionados
del Parlamento. Y as se puso punto final a esa guerra
en cuanto a Inglaterra y Escocia, pero no en cuanto a
Irlanda. Fue por entonces cuando muri tambin el
conde de Essex, al que antes44 el Parlamento haba
dejado al margen.
B. Ahora que haba paz en Inglaterra y que el rey
estaba en prisin, en quin resida el poder sobe
rano?
A. El derecho ciertamente resida en el rey, pero
el ejercicio del mismo todava en nadie. Pero durante
los aos 1647 y 1648 se lo disputaban, como en un
juego de cartas, sin luchar, el Parlamento y Oliver
Cromwell, teniente general de sir Thomas Fairfax.
B. De qu cartas poda echar mano Cromwell?45.
A. Tenis que saber que, cuando el rey Enrique
43 As falta en Ed. M.
44 En Ed. M. falta antes.
45 En Ed. VI. falta esta intervencin de B.

VIII aboli aqu la autoridad del Papa y asumi la je


fatura de esta Iglesia46, los obispos, no pudiendo
ofrecerle resistencia, tampoco se disgustaron con
ello. Pues mientras que antes el Papa no admita que
los obispos pretendieran tener en sus dicesis juris
diccin jure divino, es decir, por derecho derivado di
rectamente de Dios, sino por gracia y autoridad del
Papa, ahora que se haba desalojado al Papa no les
caba duda de que el derecho divino resida en ellos
mismos. Despus de eso, la ciudad de Ginebra, y
otros diversos lugares al otro lado del mar, habindo
se rebelado contra el papado, establecieron presbite
rios en el gobierno de sus respectivas iglesias. Y va
rios hombres de letras, que haban marchado allende
el mar en tiempos de la reina Mary, se prendaron de
esa forma de gobierno, y cuando regresaron, en los
tiempos de la reina Isabel, y siempre desde entonces,
intentaron, para gran trastorno de la Iglesia y de la
nacin, establecer aqu esa forma de gobierno en la
que ellos podan dominar y aplaudir su propio inge
nio y conocimientos. Y se invistieron no slo de un
derecho divino, sino tambin de una inspiracin divi
na. Y, habiendo encontrado a veces connivencia y to
lerancia a sus frecuentes prdicas, introdujeron mu
chas doctrinas extraas y perniciosas, sobrepujando,
decan ellos, la Reforma tanto de Lutero como de
Calvino; alejndose de la anterior teologa (o filosofa
de la iglesia, pues la religin es otra cosa) tanto como
Lutero y Calvino se haban alejado del Papa; y dis
gregaron a sus oyentes en un gran nmero de sectas,
como brownistas, anabaptistas, independientes, quintamonrquicos, cuqueros y otras varias, todas comn
mente conocidas por el nombre de fanticas; ya que no
haba un enemigo tan peligroso para los presbiterianos
como esta camada incubada por ellos mismos.
sas eran las mejores cartas de Cromwell. de las
46 En Ed. M., la Iglesia.

que tena un grandsimo nmero en el ejrcito, y al


gunas en la Cmara, y a l mismo se le tena por uno
de ellos; aunque l no fuera nada seguro, sino que,
apoyando siempre a la faccin ms fuerte, pareca
uno de los suyos.
Haba en eJ ejrcito muchos, si es que no la gran
mayora, que slo buscaban la rapia y repartirse las
tierras y bienes de sus enemigos; y tambin stos, por
la opinin que tenan del valor y direccin de Crom
well, pensaban que no haba mejor camino para alcan
zar sus metas que el de unirse a l. Finalmente, en el
Parlamento mismo, un nmero considerable, aunque
no la mayora, eran lo bastante fanticos como para
crear dudas y producir dilaciones en las resoluciones
de la Cmara, y a veces tambin aprovecharse de la
escasa asistencia a la Cmara para ganar una votacin
a favor de Cromwell, como hicieron el 26 de julio.
Pues mientras que el 4 de mayo anterior el Parlamento
haba aprobado que la milicia de Londres estuviera en
manos de un comit de ciudadanos, entre los cuales
contara quien a la sazn desempeara el cargo de lord
alcalde, poco despus los independientes, que por ca
sualidad eran mayora, hicieron una ordenanza por la
que fue puesta en manos ms favorables al ejrcito.
Las mejores cartas del Parlamento eran la ciudad
de Londres y la persona del rey. El general, sir Tho
mas Fairfax, era un verdadero presbiteriano, aunque
en manos del ejrcito, y el ejrcito en las de Crom
well. Pero qu partido hubiera de prevalecer dependa
de cmo se desarrollara el juego. Cromwell segua
protestando obediencia y fidelidad al Parlamento;
pero, no creyndoselo lo ms mnimo, reflexion y
resolvi adoptar un modo de excusarse de todo lo que
hara en contrario echando las culpas al ejrcito. As,
l y su yerno, el general comisario Ireton47 (que era
47 Henry Ireton (1611-1651), con una importante carrera militar,
se destac tambin como uno de los pensadores ms importantes
del bando puritano. Al desencadenarse la guerra civil, se uni al

tan bueno como l para las estratagemas, y mejor que


l hablando y escribiendo), idearon cmo amotinar al
ejrcito contra el Parlamento. A tal fin difundieron en
secreto48 entre el ejrcito el rumor de que el Parla
mento, ahora que tena al rey, pretenda licenciarles,
estafarles sus atrasos y enviarles a Irlanda para que
los irlandeses les destruyeran. Enfurecido con esto, el
ejrcito fue aleccionado por Ireton para establecer en
tre ellos un consejo formado por dos soldados de
cada tropa y cada compaa, para deliberar sobre el
bien del ejrcito, asistir al Consejo de Guerra y aseso
rar en cuestiones concernientes a la paz y seguridad
del reino. A estos se les denomin adjutators 49; de
modo que cualquier cosa que Cromwell quera que se
hiciera, no tena ms que ponerla en secreto en la ca
beza de estos adjutators. El efecto de la primera con
sulta fue sacar ai rey de Holmeby y entregarlo al ejr
cito.
En relacin con esto el general, por carta dirigida
al Parlamento, se excusa a s mismo y a Cromwell,
as como al cuerpo del ejrcito, como ignorantes del
ejrcito parlamentario. En 1642 intervino en la batalla de Edgehill,
en 1644 en la de Marston Moor y en 1645 en la de Naseby. En
1646 se cas con Bridget, la hija de Cromwell. En 1647 present
los famosos Heads o f Proposals. cuya aceptacin tal vez habra
sido la nica salida que quedaba al rey. Ante el rechazo del rey, se
volvi contra l, convirtindose en uno de los instigadores de su
proceso y en uno de los que suscribi su condena. Nombrado Lord
Deputy de Irlanda en 1650, muri poco despus. Como signo de
ignominia, al poco tiempo de producirse la restauracin, su cad
ver (como el de Cromwell y Pride) fue exhumado, ahorcado y de
capitado.
48 En Ed. M. falta en secreto.
49 Adjutator, segn el Oxford Erig. Dict., es una deformacin
lingstica producida entre los soldados del ejrcito de Cromwell
por la proximidad fontica entre los trminos agitator, por un lado,
y adjutor y adjutant, por otro. Aunque habra sido correcto tradu
cirla por agitador, he preferido dejar la expresin original. Por lo
dems, agitador en este contexto designa no a alguien que excita
o moviliza los nimos, sino simplemente a un agente o delegado,
alguien que acta en nombre de otro.

hecho; y afirma que el rey fue espontneamente con


los soldados que le condujeron; asegurndoles ade
ms que el ejrcito no buscaba sino la paz, y no se
opona a los presbiterianos, ni tena que ver con los
independientes, ni defenda ninguna libertad licencio
sa en materia de religin.
B.
Es raro que sir Thomas Fairfax pudiera ser en
gaado por Oliver Cromwell hasta el punto de creer
se lo que l mismo escriba ah.
A. No puedo creer que el corneta Joyce pudiera
salir del ejrcito con mil soldados a traer al rey sin
que ni el general ni el teniente general ni el cuerpo
del ejrcito se enteraran50. Y que el rey fuera de buen
grado con ellos 51 resulta patentemente falso por un
mensaje enviado expresamente por su Majestad al
Parlamento.
B. Hay aqu perfidia sobre perfidia: primero la
perfidia del Parlamento contra el rey, y luego la perfi
dia del ejrcito contra el Parlamento.
A.
Ese fue el primer truco que Cromwell les 52
hizo, y del cual l mismo crea haber sacado tan gran
provecho que dijo abiertamente que tena al Parla
mento en el bolsillo, como realmente lo tena, y con
l tambin a la ciudad. Pues, al tener noticias de ello,
uno y otra se sumieron en gran desorden, tanto ms
cuanto que al mismo tiempo lleg el rumor de que el
ejrcito marchaba sobre Londres.
50 Alude Hobbes aqu al episodio en que el corneta Joyce se di
rigi con un destacamento de menos de mil soldados al castillo de
Holmeby, donde estaba retenido el rey. Contando con la complici
dad de buena parte de la guarnicin, tom el castillo y puso al rey
bajo la custodia del ejrcito (noche del 2 al 3 de junio de 1647).
Segn su propia declaracin, Joyce, que se condujo con toda impu
nidad, habra actuado por propia iniciativa, aunque en nombre del
ejrcito; pero siempre se supuso que haba actuado instigado por
Cromwell.
51 En Ed. M. falta con ellos.
52 En Ed. M. falta les.

Entretanto el rey, hasta que se fij su residencia en


Hampton Court, fue llevado de un lugar a otro, no sin
cierta ostentacin; pero con mucha ms libertad y con
mucho ms respeto hacia l que cuando estaba en
manos de los comisionados del Parlamento, pues se
le permiti tener sus propios capellanes y que le vie
ran sus hijos y algunos amigos. Adems, fue mucho
ms cumplimentado por Cromwell, que le prometi,
de un modo serio y aparentemente apasionado, res
taurarle en sus derechos contra el Parlamento.
B. Qu seguridad tena de poder hacerlo?
A. Ninguna; pero estaba resuelto a marchar sobre
la ciudad y el Parlamento para restablecer al rey (y
ser el segundo hombre), a menos que en el intento en
contrara una esperanza, mejor que la que tena hasta
entonces, de convertirse en el primer hombre despo
seyendo al rey.
B. Qu ayuda poda esperar Cromwell del rey
contra el Parlamento y la ciudad?
A. Al declararse directamente en favor del rey,
poda haberse ganado a todo su partido, que era ms
numeroso ahora, despus de su infortunio, de lo que
nunca antes haba sido. Pues en el mismo Parlamento
hubo muchos que descubrieron la hipocresa y am
biciones privadas de sus colegas. Muchos se convir
tieron a su deber por su propia razn natural; y su
compasin por los sufrimientos del rey engendr por
lo general indignacin contra el Parlamento. De
modo que, si la proteccin del actual ejrcito les hu
biera reunido formando un solo cuerpo, Cromwell
podra haber hecho lo que hubiera querido, en primer
lugar por el rey, y en segundo lugar por s mismo.
Pero parece que l pretenda ver qu poda hacer sin
el rey; y, si resultaba que eso era suficiente, desemba
razarse de l.
B. Qu hicieron el Parlamento y la ciudad para
oponerse al ejrcito?
A. En primer lugar, el Parlamento orden al ge
neral volver a entregar al rey a sus comisionados. En

lugar de una respuesta, el ejrcito envi al Parlamen


to propuestas53 y, con ellas, una acusacin contra
once de sus miembros, todos ellos presbiterianos acti
vos. Algunas de estas propuestas son las siguientes:
1, que la Cmara sea depurada de aquellos que, en
virtud de la ordenanza de autoexclusin54, no deben
estar en ella; 2, que a quienes abusaron y pusieron en
peligro al reino se les incapacite para hacerlo en lo
sucesivo; 3, que se fije un da para poner trmino a
este Parlamento; 4, que den cuenta al reino de las
grandes sumas de dinero que haban recibido; 5, que
los once miembros sean inmediatamente suspendidos
de su escao en el Parlamento. Esas fueron las pro
puestas que el ejrcito puso sobre el tapete como sus
triunfos; y no respondieron a ninguna de ellas, salvo
a la de la suspensin de los once miembros, diciendo
que legalmente no podan llevarla a cabo mientras no
se presentaran los pormenores de la acusacin. Pero
inmediatamente les respondieron a esto remitindoles
al procedimiento que ellos mismos haban seguido
contra el arzobispo de Canterbury y el conde de
Strafford.
Estando as algo atemorizado el Parlamento, y ha
biendo hecho que el rey abrigara alguna confianza,
Cromwell55 pasa a ocuparse de la ciudad, exigiendo
al Parlamento que pusiera la milicia de Londres en
otras manos.
B. En qu otras manos? No os entiendo bien.
A. Ya os he dicho que el 4 de mayo la milicia de
Londres fue puesta en manos del lord alcalde y de
otros ciudadanos, y poco despus en las de otros
hombres ms favorables al ejrcito. Y ahora he de de
53 La Humble representation de 14 de junio de 1647.
54 La Self-denying ordi nance de abril de 1647, referida ms
arriba.
55 En Ed. M. falta Cromwell, que, segn indica F. T., es una
correccin introducida por Hobbes en el manuscrito.

ciros que el 26 de julio la violencia de ciertos apren


dices y soldados licenciados forz al Parlamento a
volver a ponerla, como haba estado, en manos de los
ciudadanos; y enseguida los dos speakers 56 y varios
miembros del Parlamento se pasaron al ejrcito, y all
fueron invitados y ellos aceptaron satisfechos a
tener voz y voto en el Consejo de Guerra, a modo de
Parlamento. Y, quitndola de manos de los ciudada
nos, se habran llevado la milicia y habran vuelto a
ponerla en manos de aquellos de quienes se haba to
mado el 26 de julio.
B. Y qu dijo la ciudad a esto?
A. Los londineses guarnecieron sus fortificacio
nes, es decir, la lnea de comuniccin; reclutaron un
ejrcito de hombres valientes dentro de la lnea; eli
gieron buenos oficiales, todos ellos deseosos de salir
a luchar an pronto como la ciudad se lo ordenara; y
en esta actitud estuvieron firmes a la espera del ene
migo.
Entretanto los soldados contrajeron el compromiso
de vivir y morir con sir Thomas Fairfax, el Parlamen
to y el ejrcito.
B. Magnfico. Imitan lo que haba hecho el Parla
mento cuando sus miembros empuaron las armas
contra el rey llamndose a s mismos rey y Parlamen
to, manteniendo que el rey estaba siempre virtual
mente en su Parlamento. Del mismo modo ahora el
ejrcito, haciendo la guerra al Parlamento, se denomi
naba a s mismo Parlamento y ejrcito. Pero ms ra
zn les asista para decir que el Parlamento estaba
virtualmente en el ejrcito, ya que Cromwell lo tena
en el bolsillo.
A. Adems enviaron una declaracin de los moti
vos de su marcha hacia Londres. En ella, dndoles no
el nombre de Parlamento, sino el de gentileshombres
de Westminster, asuman el papel de jueces del Parla
56 El speaker es el presidente de la Cmara.

ment y el de personas a las que deban confiarse los


asuntos del reino. Pues, desde la violencia bajo la que
estuvieron el 26 de julio, el ejrcito neg que consti
tuyeran un Parlamento legtimo. Al mismo tiempo
enviaron una carta al alcalde y concejales de Londres,
echndoles en cara los ltimos tumultos; dicindoles
que eran enemigos de la paz, traidores al Parlamento,
incapaces de defender al Parlamento o a s mismos; y
exigieron que se pusiera la ciudad en sus manos, para
lo cual, decan, estaban ahora dirigindose hacia
ellos. Tambin el general envi a los condados veci
nos mandamientos conminando a sus soldados entre
nados a unrseles.
B.
Acaso los soldados entrenados formaban par
te del ejrcito del general?
A.
No, ni cobraban soldada, ni podan hacerlo sin
una orden del Parlamento. Pero qu no poda hacer
un ejrcito tras haberse adueado de todas las leyes
del pas? Llegando el ejrcito a Hounslow Heath,
apenas a diez millas de Londres, se convoc la Junta
de Concejales57 para considerar qu hacer. Los capi
tanes y soldados de la ciudad estaban deseosos de sa
lir y presentarles batalla, y bien provistos para ello.
Pero un oficial traidor, que estaba al cargo de una for
tificacin por el lado de Southwark, dej entrar den
tro de la lnea un pequeo grupo de enemigos, que
march hasta la misma puerta del puente de Londres;
y entonces la Junta de Concejales, faltando a sus
miembros el valor, se someti bajo estas condiciones:
renunciar a su milicia; abandonar a los once miem
bros; entregar al ejrcito los fuertes y la lnea de co
municacin junto con la Tone de Londres y todos los
polvorines y armas all contenidas; licenciar sus fuer
zas; expulsar a todos los reformados 58, esto es, a
todos los viejos soldados de Essex. Todo lo cual se
57 Court ofAlclermen.

58 Reformadoes.

hizo, y el ejrcito atraves triunfalmente las calles


principales de la ciudad.
B.
Es extrao que, teniendo un ejrcito as, el al
calde y los concejales se rindieran tan rpidamente.
No podan haber resistido a la parte del ejrcito ene
migo que se encontraba en el puente con una parte
del suyo propio, y al resto de los enem igos con
el resto?
A. No puedo juzgar sobre eso; pero para m que
habra sido extrao que obraran de otro modo. Pues a
la mayor parte de los sbditos ricos, que se han hecho
tales mediante la astucia y el comercio, los tengo por
personas que slo miran por su beneficio presente; y
que en cierto modo son ciegos a todo lo que no est
en ese camino, quedando pasmados ante la sola idea
de un saqueo. Si hubieran entendido qu virtud hay
en la obediencia al soberano legtimo para preservar
la riqueza, nunca habran tomado el partido del Parla
mento, y as no habramos tenido necesidad de armar
nos. Por eso me parece que el alcalde y los conceja
les, teniendo la seguridad de que si se sometan
salvaban sus bienes, y no estando seguros de tal cosa
si resistan, tomaron el camino ms sensato. Y el Par
lamento no fue menos manso que la ciudad. Pues
poco despus, el 6 de agosto, el general trajo a la C
mara con una fuerte guardia de soldados a los speakers y miembros fugitivos, y repuso a los speakers en
sus puestos. Y no slo dieron las gracias por esto al
general all en la Cmara, sino que adems sealaron
un da para un acto religioso de accin de gracias; y
no mucho ms tarde le nombraron generalsimo de
todas las fuerzas de Inglaterra y condestable de la To
rre. Pero en realidad todo esto significaba el ascenso
de Cromwell; pues l era el usufructuario, aunque sir
Thomas Fairfax tuviera la propiedad. Pues los inde
pendientes inmediatamente derribaron toda la lnea
de comunicacin; dividieron las milicias de Londres,
Westminster y Southwark, antes unidas; destituyeron
a aquellos gobernadores de villas y fuertes que, aun

habiendo sido puestos all por orden del Parlamento,


no estaban de su lado; y en su lugar pusieron hom
bres de su propio partido. Hicieron tambin que el
Parlamento declarara nulo todo lo aprobado en las
Cmaras desde el 26 de julio al 6 de agosto, y encar
celaron a algunos de los lores, as como a algunos de
los ciudadanos ms eminentes, uno de los cuales fue
el lord alcalde.
B.
Cromwell tena ahora poder suficiente para
restaurar al rey. Por qu no lo hizo?
A.
Su principal objetivo era ponerse l en su lu
gar. La restauracin del rey no era ms que una reser
va contra el Parlamento, y, tenindolo en el bolsillo,
no necesitaba ya del rey, que le era ahora un estorbo.
Mantenerlo en el ejrcito era un problema; dejarlo
caer en manos de los presbiterianos habra sido aca
bar con sus esperanzas; asesinarle privadamente,
amn del horror del acto, ahora que no era todava
ms que teniente general le habra hecho odioso sin
que contribuyera a sus designios. No haba nada me
jor para sus propsitos que dejarle huir de Hampton
Court, donde estaba demasiado cerca del Parlamento,
a donde quisiera allende el mar. Pues, aunque Crom
well tena un gran partido en la Cmara del Parla
mento mientras no se percataran de que ambicionaba
convertirse en su amo, los habra tenido como enemi
gos tan pronto como eso se hubiera hecho patente.
Para hacer que el rey intentara huir, algunos de los
que le custodiaban le dijeron por indicacin de Crom
well que los adjutators queran asesinarle; y adems
hicieron correr por todas partes un rumor en ese sen
tido, con el fin de que de ese modo llegara tambin a
odos del rey, como efectivamente ocurri.
Y, as, el rey, en una noche oscura y lluviosa59, ha
bindose retirado su guardia (luego se pens que a
propsito), abandon Hampton Court y march a la
59 11 de noviembre de 1947.

costa cerca de Southampton, donde se haba apala


brado un barco para transportarle, que, sin embargo,
no se present: de modo que el rey se vio forzado a
confiarse al coronel Hammond, gobernador de la isla
de Wight; acaso esperando de l alguna considera
cin, en atencin al Dr. Hammnond, hermano del co
ronel y muy favorecido capelln de su Majestad. Pero
result de otro modo; pues el coronel se dirigi a sus
amos del Parlamento pidindoles instrucciones en re
lacin con l. No es probable que esta ida del rey a la
isla de Wight entrara en los designios de Cromwell,
que no saba ni adonde ira ni qu camino tomara; ni
supo Hammond ms que otros si el barco lleg al lu
gar indicado a su debido momento.
B.
Si el rey hubiera huido a Francia, no podan
haberle ayudado los franceses con sus fuerzas a recu
perar su reino, y as frustrar los designios tanto de
C rom w ell com o de todos los dem s enem igos
del rey?
A. S, mucho. Igual que ayudaron a su hijo, nues
tro actual graciossimo soberano, que dos aos antes
haba huido all desde Cornualles. '
B. No creo yo que sea una gran poltica de los
prncipes vecinos favorecer con tanta frecuencia a sus
respectivos rebeldes, especialmente cuando se rebe
lan contra la monarqua misma. Ms bien deberan
primero hacer una liga contra la rebelin, y despus,
si no queda ms remedio, luchar uno contra otro.
Pero esto no servir de nada entre los soberanos cris
tianos mientras no se cuide mejor la predicacin, a
travs de la cual la interpretacin de un versculo de
la Biblia hebrea, griega o latina muy a menudo se
convierte en la causa de una guerra civil y de que se
deponga y asesine al ungido de Dios. Y sin embargo,
por ms que hablis con esos disputadores de teolo
ga, difcilmente encontraris uno entre cien lo bas
tante discreto como para ser empleado en algn gran
asunto de la guerra o de la paz. No es el derecho del
soberano, aun otorgado por el expreso consentimien

to de todos, lo que le puede capacitar para hacer su


oficio; es la obediencia del sbdito la que tiene que
hacerlo. Pues de qu sirve prometer lealtad para lue
go gritar A tus tiendas, Israel!, como hicieron algu
nos ministros desde el plpito? 60. El pueblo llano
nada sabe, por su propia meditacin, de lo recto y lo
indebido; hay, pues, que ensearle los fundamentos
de su deber, y las razones de por qu la desobediencia
a sus legtimos soberanos siempre acarrea calamida
des. Pero, por el contrario, a nuestros rebeldes se les
enseaba pblicamente la rebelin en los plpitos, y
que no haba otro pecado que el de hacer aquello que
los predicadores prohiban, u omitir aquello que
aconsejaban. Pero, ahora que el rey era prisionero del
Parlamento, por qu los presbiterianos no promovie
ron su propio inters restaurndole?
A.
El Parlamento, en el que todava haba ms
presbiterianos que independientes, poda haber obte
nido del rey todo lo que hubiera querido durante su
vida, si por una ambicin desmedida y estpida no
hubieran obstruido el camino que conduca a sus me
tas. Le enviaron cuatro propuestas 61 para que las
firm ara y aprobara como actas del Parlam ento,
dicindole que, cuando estuvieran concedidas, le
enviaran comisionados para tratar con l algunos
otros artculos.
Las propuestas eran las siguientes: en primer lugar,
que el Parlamento tuviera durante veinte aos la mili
cia y la facultad de recaudar dinero para mantenerla;
60 A tus tiendas, Israel! fue el grito de secesin con que el
pueblo de Israel respondi a la tirana de Roboam, hijo de Salomn
y rey de Jud (vid. I Reyes, 12, 1-16). Por lo dems, si hemos de
creer el relato de Guizot sobre la guerra civil, un folleto con ese t
tulo debi de ser arrojado dentro del coche de Carlos I el 6 de ene
ro de 1642 en una de sus salidas de Whitehall.
61 El texto de los Four Bills, aprobados el 14 de diciembre de
1647 por la Cmara de los Lores, figura con el nmero 75 en los
Documents de Gardiner.

e incluso despus de ese trmino (a partir del cual el


ejercicio de la misma volvera al rey), si el Parlamen
to crea que la seguridad del reino estaba comprome
tida en ello.
B. El primer artculo arrebata al rey la milicia y
con ello la plena soberana para siempre.
A. La segunda era que el rey justificara las medi
das llevadas a cabo por el Parlamento contra l y de
clarara nulas todas las declaraciones62 hechas por l
contra el Parlamento.
B. Eso era hacerle culpable de la guerra y de toda
la sangre derramada en ella.
A. La tercera era suprimir todos los ttulos de ho
nor conferidos por el rey desde que en mayo de 1642
se le envi el Gran Sello.
La cuarta era que el Parlamento pudiera por s mis
mo suspender sus sesiones y reanudarlas, cuando,
donde y por el tiempo que quisiera.
El rey se neg, con razn, a asentir a esas propues
tas; pero envi otras suyas no mucho menos ventajo
sas para el Parlamento, e inst a hacer un tratado per
sonal con el Parlamento para establecer la paz en el
reino tomndolas como base. Pero el Parlamento, ne
gando que fueran suficientes para ese fin, resolvi no
dirigirle ms mensajes ni recibirlos de l, sino que
ellos pondran en orden el reino sin l. Y en parte vo
taron esto por los discursos y amenazas de la faccin
del ejrcito entonces presente en la Cmara de los
Comunes, uno cuyos miembros recomendaba estos
tres puntos: 1, asegurar al rey en algn castillo del in
terior con guardias; 2, preparar cargos para proce
sarle; 3, dejarle al margen y poner en orden el reino
sin l.
Otro dijo que el hecho de haberse negado el rey a
los cuatro proyectos de ley era negar proteccin a sus
62 En Ed. M. se lee todos los juramentos y declaraciones. Se
gn indica F. T ha sido corregido por Hobbes en el manuscrito.

sbditos; y que, por consiguiente, ellos le podan ne


gar su sumisin; y aadi que, aunque el Parlamento
abandon al ejrcito, el ejrcito nunca abandonara al
Parlamento. Lo cual era una amenaza.
Finalmente el mismo Cromwell les dijo que ahora
se esperaba que el Parlamento gobernara y defende
ra el reino, y que no volvera a dejar que.el pueblo
esperara su seguridad de un hombre cuyo corazn
Dios haba endurecido; ni dejara que aquellos que
tan bien haban defendido al Parlamento fueran aban
donados luego a la ira de un enemigo irreconciliable,
para que buscaran su seguridad por otro lado. Tam
bin esto era una amenaza, como lo era el que mien
tras hablaba empuara la espada.
Y, por consiguiente, el acuerdo de no ms mensajes
se convirti en una ordenanza63, que la Cmara ha
bra revocado ms tarde si Cromwell no la hubiera
forzado a mantener su palabra.
A los escoceses no les gust, en parte porque sus
hermanos los presbiterianos haban perdido muchsi
mo de su poder en Inglaterra, y en parte tambin por
que haban sido ellos quienes por dinero haban pues
to al rey en sus manos.
El rey hizo ahora pblica una apasionada queja a
su pueblo por su duro trato para con l, cosa que les
hizo tenerle lstima, pero todava no sublevarse
por l.
B.
No creis que se era el momento para que
Cromwell tomara posesin?
A.
De ningn modo. Todava haba muchos obs
tculos que eliminar. No era general del ejrcito. El
ejrcito todava quera un Parlamento. La ciudad de
Londres estaba descontenta con su milicia. Los esco
63 La Ordinance o f non addresses de 17 de enero de 1648, que,
como se ver, constituy un factor de friccin entre facciones del
Parlamento. (Recogido como nm. 79 en los Documents de Gardiner.)

ceses esperaban con un ejrcito para rescatar al rey.


Sus adjutators eran niveladores y antimonrquicos, y
pensaban que le haban ayudado a someter al Parla
mento, pero, como perros a los que es fcil ensear a
traer pero no a soltar, no queran hacerle rey. De
modo que Cromwell tena que superar los siguientes
asuntos antes de poder convertirse en prncipe sobe
rano: 1, ser generalsimo; 2, eliminar al rey; 3, supri
mir aqu todas las insurrecciones; 4, hacer frente a los
escoceses; y, finalmente, disolver el Parlamento exis
tente a la sazn. Tareas imponentes que nunca poda
prometerse a s mismo superar. Por consiguiente, no
puedo creer que por entonces pensara ser rey, sino
slo, sirviendo bien al partido ms fuerte (lo que
siempre fue su principal poltica), avanzar todo lo le
jos que eso y la fortuna le condujeran.
B. Ciertamente el Parlamento no fue menos in
sensato que malvado al abandonar as al rey antes de
tener al ejrcito en mejores manos.
A. A comienzos de 1648 el Parlamento encomend
a Felipe conde de Pembroke, a la sazn canciller de
Oxford, junto con algunos doctores de esa universidad,
tan buenos telogos como l, depurar la universidad.
En virtud de lo cual expulsaron a todos los que no eran
de su faccin, as como a los que haban aprobado el
uso del Libro de la Plegaria Comn; y tambin a varios
ministros y hombres de letras escandalosos, es decir,
que habitualmente y sin necesidad se llevaban el nom
bre de Dios a los labios o acostumbraban a hablar licen
ciosamente, o frecuentaban64 la compaa de mujeres
impdicas. Y en esto ltimo no puedo sino elogiarlos.
B. Pues yo no. Pues sa es una muestra de piedad
semejante a la de expulsar de un hospital a alguien
por estar lisiado. Dnde es ms probable que un
hombre pueda aprender piedad y cmo corregir sus
vicios que en las universidades erigidas con ese fin?
64 En Ed. M. se lee hacan uso de.

A. Puede que el Parlamento pensara de otro

modo. Pues a menudo he odo a los padres quejarse


de que all se corrompa a sus hijos inclinndoles a la
embriaguez, el desenfreno, el juego y otros vicios
consiguientes. Y entre tantos jvenes no es de extra
ar que se corrompan entre s pese a sus tutores, que
con frecuencia apenas son mayores que ellos. Y por
eso pienso que el Parlamento no respetaba mucho a la
institucin universitaria como educadora de los jve
nes en la virtud; aunque muchos de ellos aprendieron
all a predicar, y se hicieron as capaces de medrar y
ganarse la vida; y algunos otros fueron enviados all
por sus padres para ahorrarse la preocupacin de go
bernarlos en casa en la edad en la que menos gober
nables son los hijos. Y tampoco creo que el Parla
mento se preocupara por el clero ms que otras
personas. Pero ciertamente una universidad es un ex
celente servidor del clero; y el clero, si no se tiene
cuidado con l, es, gracias a sus disensiones doctrina
les y a las facilidades que tienen para publicarlas, un
excelente medio para dividir un reino en facciones.
B. Pero, dado que en esta parte del mundo no hay
un lugar donde no se valoren altamente la filosofa y
las dems ciencias humanas, dnde pueden apren
derse mejor que en las universidades?
A.
Qu otras ciencias? Acaso no incluyen los
telogos toda la filosofa civil y moral dentro de su
teologa? Y, en cuanto a la filosofa natural, no se ha
desplazado de Oxford y Cambridge al Gresham College de Londres65, y para aprenderla de sus gacetas?
Pero nos hemos alejado de nuestro tema.
65 El Gresham College fue fundado a finales del siglo xvi por sir
Thomas Gresham (1518-1579), un rico comerciante y financiero
(fue tambin el fundador del Royal Exchange, la Bolsa de Lon
dres), como centro de enseanza cientfico-tcnica para los hijos de
la burguesa. El diagnstico de Hobbes es certero. El Gresham Co
llege tena una orientacin cientfica de corte emprico y prctico
que contrastaba con la preponderancia que tenan los estudios filo

B.

No; aunque realmente nos hemos alejado de


los ms importantes asuntos del reino, a los que, si os
place, podemos volver.
A. La primera insurreccin o, ms bien, tumulto
fue el de los aprendices, el 9 de abril66. Pero no fue a
cuenta del rey, sino que surgi de una habitual reu
nin de recreo entre ellos en Moorfields, donde algu
nos celosos oficiales de los soldados entrenados tu
vieron que hacer uso de la fuerza para sacarlos de
all. Pero fueron echados a pedradas; y vieron su en
sea arrebatada por los aprendices que la llevaron por
las calles y atemorizaron al lord alcalde en su casa.
All se apoderaron de un can del tipo llamado dra
gn67; y luego pusieron guardias en algunas de las
puertas y pasaron el resto del da contonendose pue
rilmente arriba y abajo. Pero al da siguiente, entran
do el general mismo en la ciudad, rpidamente los
dispers. Esto fue poca cosa, pero suficiente para ha
cerles ver que el pueblo estaba indispuesto con el
Parlamento.
A continuacin, los galeses se levantaron en armas
contra ellos. Haba tres coroneles en Gales, Langhorne, Poyer y Powel, que antes haban prestado un buen
servicio al Parlamento, pero que ahora, cuando se les
mand licenciar las tropas, se negaron a ello, y para
mejor reforzar su posicin se declararon en favor del
rey. Y eran alrededor de ocho mil.
Por entonces hubo tambin en Gales otra insurrec
cin encabezada por sir Nicholas Keymish, y otra
bajo sir John Owen; de modo que ahora todo Gales
sficos, teolgicos y humansticos en las universidades de Oxford
y Cambridge, ms conservadoras y fuertemente dominadas por el
clero.
66 De 1648.
67 A gun called a drakc. Drake es el nombre de un pequeo ca
n porttil. El vocablo admite varias traducciones, y no estoy se
guro de que el arma se corresponda con nuestro dragn o dra
goncillo.

estaba en rebelin contra el Parlamento. Y, sin embar


go, todos ellos en un mes fueron vencidos por Crom
well y sus oficiales, aunque no sin gran derramamien
to de sangre por ambos lados.
B.
No siento mucha compasin por la prdida de
aquellos hombres que imputan al rey lo que ellos
mismos hacen en sus propias querellas.
A. Inmediatamente despus, algunas gentes de
Surrey enviaron una peticin al Parlamento solicitan
do un tratado personal entre el rey y el Parlamento.
Pero sus mensajeros fueron devueltos a casa por los
soldados acuartelados en los alrededores de West
minster y las Caballerizas. Y entonces los hombres de
Kent, que tenan que entregar una peticin similar,
viendo lo mal que seguramente sera recibida, la des
cartaron y se levantaron en armas. Tenan muchos
oficiales valientes, y al conde de Norwich por gene
ral; y diariamente su nmero se vea aumentado por
aprendices y viejos soldados licenciados. De suerte
que el Parlamento se alegr de restituir a la ciudad su
milicia y mantener guardias a orillas del Tmesis. Y
entonces Fairfax march hacia el enemigo.
B. Y entonces los londinenses, creo yo, podan
haber dominado fcil y rpidamente primero al Parla
mento, a continuacin a Fairfax y sus ocho mil, y fi
nalmente al ejrcito de Cromwell; o al menos haber
dado al ejrcito escocs la oportunidad de marchar
sobre Londres sin que se le presentara batalla.
A.
Es verdad. Pero a la ciudad nunca le gust el
riesgo, ni formaba parte de sus principios ni de los de
los escoceses tener un rey por encima, sino por debajo
de ellos. Fairfax, marchando con sus ocho mil hom
bres contra los realistas, derrot a una parte de ellos
en Maidslone; ms lejos, otros cuantos tomaban algu
nas plazas en Kent; y el conde de Norwich lleg con
el resto a Blackheath, desde donde envi a la ciudad
para que se le permitiera pasar por ella para reunirse
con los que se haban levantado en Essex al mando de
sir Charles Lucas y sir George Lisie. Habindosele de

negado esto, la gran mayora de los hombres de Kent


le abandonaron. Con el resto, no ms de quinientos,
cruzando el Tmesis pas a la isla de los Perros, y a
Bow, y de ah a Colchester. Fairfax, teniendo noticia
de ello, cruz el Tmesis en Gravesend; y, alcanzn
doles, les siti en Colchester. La ciudad no tena otra
defensa que un parapeto y, sin embargo, resisti por
espacio de dos meses, con la esperanza de que el ejr
cito escocs les socorrera. Al conocer la derrota de
los escoceses, se vieron forzados a rendirse. El conde
de Norwich fue enviado a Londres preso. Sir Charles
Lucas y Sir George Lisie, dos personas leales y gallar
das, fueron fusilados. Hubo tambin otra pequea in
surreccin por Kingston, encabezada por el conde de
Holland68; pero fue rpidamente sofocada y el mismo
conde hecho prisionero.
B. Cmo es que los escoceses fueron despacha
dos tan pronto?
A. Como se dijo, simplemente por falta de direc
cin. Su ejrcito lo mandaba el duque de Hamilton,
que haba sido puesto en libertad cuando los parla
mentarios tomaron el castillo de Pendennis, donde es
taba preso. Entr en Inglaterra con quince mil hom
bres de caballera e infantera, a los que se unieron
ms de tres mil realistas ingleses. Contra ellos mar
ch Cromwell desde Gales con once mil hombres de
caballera e infantera, y en menos de dos horas los
derrot cerca de Preston, en Lancashire. Y se ha di
cho que la causa de esto fue que el ejrcito escocs
estaba dispuesto de tal modo que no podan acudir
al combate ni socorrer a sus camaradas. Tras la derro
ta no tenan otro camino de huida que seguir aden
trndose en Inglaterra; de modo que en la persecu
cin casi todos fueron apresados y perdieron todo lo
que un ejrcito puede perder, pues de los pocos que
68 Henry Rich, conde de Holland (1590-1649), hermano de Robert Rich, conde de Warwick.

volvieron a casa no todos llegaron con sus espadas.


El duque de Ramilln fue hecho prisionero, y poco
despus enviado a Londres. Pero Cromwell empren
di la marcha a Edimburgo, y all, con la ayuda de la
faccin contraria a la de Hamilton, se asegur de que
no se vera estorbado en sus designios; el primero de
los cuales era quitar al rey la vida a manos del Parla
mento.
Mientras en el norte pasaban estas cosas, el Parla
mento, en ausencia de Cromwell, volva en s y, des
dicindose de su acuerdo de no ms mensajes, remi
ti al rey nuevas propuestas algo ms moderadas que
las anteriores, aunque no mucho ms. Y a la respues
ta del rey enviaron comisionados para tratar con l en
Newport en la isla de Wight; donde se enredaron du
rante tanto tiempo regateando con l minucias, que
Cromwell lleg a Londres antes que ellos, para ruina
del rey. Pues el ejrcito estaba ahora enteramente en
tregado a Cromwell, quien volvi a poner a los adjutators a trabajar para presentar una protesta a la C
mara de los Comunes en la que exigen: 1, que el rey
sea llevado ante la justicia; 2, que el prncipe y el du
que de York sean emplazados para comparecer un da
fijado y se proceda con ellos segn la satisfaccin
que den; 3, que el Parlamento establezca la paz y el
futuro gobierno, y luego69 fije un perodo razonable
para sus sesiones, y establezca de forma firme los fu
turos parlamentos, anuales o bianuales; 4, que se eje
cute a un nmero adecuado de los principales instru
mentos del rey. Y que esto se haga tanto por la
Cmara de los Comunes como por un acuerdo gene
ral del pueblo atestiguado por sus firmas. Y no espe
raron a tener una respuesta, sino que inmediatamente
pusieron una guardia de soldados a la puerta de la
Cmara del Parlamento y otros soldados en Westminster Hall, no dejando entrar en la Cmara sino a
69 En Ed. M. falta luego.

aquellos que sirvieran a sus propsitos. Todos los de


ms fueron ahuyentados o hechos prisioneros. Y al
gunos fueron suspendidos alegando diversos motivos
de queja; ms de noventa de ellos por negarse a votar
contra los escoceses; y otros porque votaron contra el
acuerdo de no ms mensajes. Y el resto fue una C
mara favorable a Cromwell70. Asimismo los fanti
cos de la ciudad, habiendo recibido apoyo del ejrci
to, apaaron un nuevo concejo71, cuarenta de cuyos
miembros haban de estar por encima del alcalde; y
su primer trabajo fue formular una peticin pidiendo
justicia contra el rey, que Tichborne, el alcalde, impli
cando a la ciudad en el regicidio, entreg al Parla
mento.
Al mismo tiempo, con igual violencia llevaron al
rey desde Newport en la isla de Wight al castillo de
Hurst, hasta que las cosas estuvieran listas para su
juicio. Entretanto, para evitar el perjurio, el Parla
mento mediante una ordenanza declar nulos los ju
ramentos de supremaca y lealtad, y acto seguido hizo
otra para llevar a juicio al rey.
A. sta es una pieza jurdica de la que nunca an
tes haba tenido noticia: que, habiendo prestado jura
mento muchos uno por uno, cuando estn reunidos en
asamblea puedan absolverse a s mismos si les place.
B. Una vez preparada la ordenanza, fue presenta
da a la Cmara, donde despus de tres lecturas se
aprob que los lores y los comunes de Inglaterra,
reunidos en Parlamento, declaran que con arreglo a
las leyes fundamentales del reino es traicin que el
rey haga la guerra al Parlamento. Y este acuerdo fue
70 Este episodio, que tuvo lugar en diciembre de 1648, se cono
ce como la purga de Pride (por el coronel Thomas Pride, un os
curo militar encargado de dirigirla), que transform el Parlamento
en el Rump. La purga elimin a los presbiterianos y puso el Parla
mento en manos de los independientes lo que quiere decir: en
manos de Cromwell .
71 Common-council.

elevado a los lores; y, al negar ellos su consentimien


to, los Comunes encolerizados adoptaron otro acuer
do: Que todos los miembros de los comits proce
dan y acten segn las ordenanzas, concurran o no
los lores; y que, por debajo de Dios, el pueblo es el
origen de todo poder justo; y que la Cmara de los
Comunes tiene el poder supremo de la nacin; y que
cualquier cosa que la Cmara de los Comunes pro
mulgue es Derecho. Todo esto fue aprobado nemine

contradicente.
B.
Esas propuestas van no slo contra el rey de

Inglaterra, sino contra todos los reyes del mundo.


Bueno sera que pensaran en ello. Con todo, creo que
por debajo de Dios el origen de todas las leyes estaba
en el pueblo.
A. Pero hace mucho tiempo que el pueblo, por s
y sus herederos, mediante consentimiento y juramen
tos, ha puesto el poder supremo de la nacin en ma
nos de sus reyes, para ellos y sus herederos; y, en
consecuencia, en manos de este rey, su soberano72
conocido y legtimo.
B. Pero acaso el Parlamento no representa al
pueblo?
A.
S, para algunos cometidos, como elevar peti
ciones al rey, cuando tienen licencia, y son objeto de
agravios; pero no para hacer del poder del rey motivo
de agravio. Adems, el Parlamento nunca representa
al pueblo sino cuando el rey lo convoca; y no es ima
ginable que convoque al Parlamento para deponerle a
l. Suponed que por benevolencia cada condado y
cada burgo hubiera dado a ese parlamento una suma
de dinero; y que cada condado, reunido en el tribunal
del condado o en cualquier otro sitio, eligiera deter
minados73 hombres para llevar sus respectivas sumas
72 En Ed. M. se lee heredero. F. T. indica que est corregido
por Hobbes en el manuscrito.
73 En Ed. M. falta determinados.

al Parlamento. No habran representado esos hom


bres a toda la nacin?
B. Sin duda.
A. Creis que el Parlamento habra considerado
razonable que ese representante le pidiera cuentas?
B. Seguro que no; y, sin embargo, tengo que ad
mitir que el caso es el mismo.
A. Esa ordenanza contena, primero, un sumario
de la acusacin contra el rey, que en sustancia era la
siguiente: que, no contento con las usurpaciones que
sus predecesores haban hecho de la libertad del pue
blo, se haba propuesto establecer un gobierno tirni
co; y que a tal fin haba suscitado y mantenido en el
pas una guerra civil contra el Parlamento, como con
secuencia de la cual el pas haba sido asolado mise
rablemente, el tesoro pblico agotado, miles de per
sonas asesinadas y se haba cometido un nmero
infinito de otros daos. Segundo, se aprob la consti
tucin de un Alto Tribunal de Justicia, esto es, de un
cierto nmero de comisionados74, una veintena de los
cuales tena poder para procesar al rey y proceder a
emitir sentencia con arreglo a las circunstancias de la
causa, as como para verla rpidamente ejecutada.
Los comisionados se reunieron el sbado 20 de
enero75 en Westminster Hall, y el rey fue llevado ante
ellos. All, sentado en una silla, oy leer la acusa
cin 76, pero se neg a declararse culpable o inocente
mientras no supiera por qu autoridad legtima haba
sido llevado all. El presidente le dijo que el Parla
mento ratificaba su propia autoridad: y el rey perse
ver en su negativa a declarar. Aunque l y el presi
74 Se fij un nmero de 150; pero, al tropezar con la resistencia
de la Cmara de los Lores, se redujo a 135. Como presidente actu
John Bradshaw, primo de John Milton.
75 De 1649.
76 El texto de la acusacin se encuentra con el nmero 82 entre
los Documents de Gardiner.

dente se intercambiaron muchas palabras, sa fue la


sustancia de todo ello.
El lunes 22 de enero, volvi a reunirse el tribunal,
y el acusador 11 propuso que, si el rey persista en no
reconocer la autoridad del tribunal, podra tomarse la
acusacin pro confesso. Pero el rey segua negndole
autoridad.
Volvieron a reunirse el 23 de enero, y esta vez el
acusador inst al tribunal a pasar a sentencia; con lo
cual se requiri al rey a dar su respuesta definitiva,
que una vez ms fue una negativa a reconocer su
autoridad.
Finalmente, volvieron a reunirse el 27 de enero, y
entonces el rey expres su deseo de ser odo ante los
lores y los comunes en la Cmara Pintada, prometien
do someterse tras ello al juicio del tribunal. Los co
misionados se retiraron durante media hora para con
siderarlo, y al volver hicieron traer de nuevo al rey al
tribunal, y le dijeron que lo que l propona no era
sino otra negativa a reconocer la jurisdiccin del tri
bunal, y que, si no tena ms que decir, procederan.
Respondiendo entonces el rey que no tena ms que
decir, el presidente empez un largo discurso en justi
ficacin de los procedimientos del Parlamento, adu
ciendo los ejemplos de muchos reyes muertos o de
puestos por Parlam entos m alvados, antiguos y
modernos, en Inglaterra, Escocia y otras partes del
mundo. Todo lo cual intentaba justificarlo desde este
nico principio: que el pueblo tiene el poder supre
mo, y el parlamento es el pueblo. Acabado el discur
so, se ley la sentencia de muerte78, que fue ejecuta
da el martes siguiente, 30 de enero, a la puerta de su
propio palacio de Whitehall. Aquel a quien le guste
leer con cunta villana fue tratado por los soldados
77 Como solicitor actuaba John Cocke.
78 El texto de la sentencia se encuentra con el nmero 84 entre
los Documents de Gardiner.

entre la sentencia y la ejecucin, puede acudir a la


crnica misma, y en ella ver qu coraje, paciencia,
sabidura y bondad tena ese prncipe, a quien en su
acusacin los miembros de ese malvado Parlamento
tildaron de tirano, traidor y asesino.
Muerto el rey, el mismo da hicieron un acta del
Parlamento, segn la cual, aunque pudieran presen
tarse diversas pretensiones a la corona, etc., se esta
blece, por el presente Parlamento y por la autoridad
del mismo, que nadie ose declarar, proclamar, o pu
blicar, o promover de ningn modo a Carlos Estuardo, hijo de Carlos, difunto rey de Inglaterra, comn
mente llamado prncipe de Gales, o a ninguna otra
persona, rey de Inglaterra o Irlanda, etc.
B.
Puesto que el rey estaba muerto y su sucesor
excluido, qu autoridad declarada mantena la paz?
A.
Ya antes, en su clera contra los lores, haban
declarado que el poder supremo de la nacin resida
en la Cmara de los Comunes; y ahora, el 5 de febre
ro, votaron que la Cmara de los Lores era intil y
peligrosa. Y as el reino se convirti en una democra
cia, o ms bien en una oligarqua; pues inmediata
mente promulgaron una ley segn la cual ninguno de
los miembros que fueron apartados por oponerse al
voto de no ms mensajes sera readmitido. Y a sos
comnmente se los llam los miembros apartados 7y;
mientras que al resto algunos los llamaron Parlamen
to, y otros el Rump.
Creo que no necesitis tener ahora un catlogo de
los vicios, crmenes o locuras de la mayor parte de
los que componan el Parlamento Largo; mayores que
los de ellos no puede haberlos en el mundo. Qu
mayores vicios que la irreligin, la hipocresa, la ava
ricia y la crueldad, que de forma tan eminente se pu
sieron de manifiesto en las acciones de los miembros
presbiterianos [del Parlamento] y de los ministros
79 Secludecl members.

presbiterianos? Qu mayores crmenes que blasfe


mar y matar al ungido de Dios, cosa que hicieron los
independientes, aunque gracias a la locura y primera
traicin de los presbiterianos, que le traicionaron y le
vendieron a sus asesinos? Y no fue pequea insensa
tez por parte de los lores no ver que al suprimir el po
der del rey perdan tambin sus propios privilegios; o
creer que por su nmero o discernimiento eran de al
gn modo un importante apoyo para la Cmara de los
Comunes. Y, en cuanto a los que tenan pericia en le
yes, no fue un gran signo de inteligencia no percibir
que las leyes del pas eran hechas por el rey para obli
gar a sus sbditos a la paz y a la justicia y no para
obligarse a s mismo, que las haba hecho. Y final
mente, y de forma general, insensatos son todos los
que derriban algo que les hace bien antes de levantar
en su lugar algo mejor. Quien con un ejrcito quiera
establecer la democracia, debe tener un ejrcito para
mantenerla; pero esos hombres lo hicieron cuando las
armas las tenan quienes estaban resueltos a derribar
la. A esas locuras podra aadir la de aquellos hom
bres selectos que por sus lecturas de Tulio, Sneca u
otros antimonrquicos se creen polticos capaces, y se
muestran descontentos cuando no se les llama para
dirigir el Estado, y se cambian de bando a cualquier
desaire que se figuran que les hacen el rey o sus ene
migos.

A. Ya habis visto al Rump en posesin (eso

crean ellos) del poder supremo sobre las dos nacio


nes de Inglaterra e Irlanda, y al ejrcito como su ser
vidor; aunque Cromwell pensaba de otro modo, sir
vindoles con diligencia para promover sus propios
objetivos. Por tanto, voy a mostraros ahora sus proce
dimientos.
B. Decidme en primer lugar cmo hay que llamar
a ese gobierno que haba bajo el Rump o residuo de
una Cmara de los Comunes
A.
Sin duda es una oligarqua. Pues la autoridad
suprema tiene que estar necesariamente en un hombre
o en varios. Si en uno, es una monarqua; por consi
guiente el Rump no era un monarca2. Si la autoridad
estuviera en ms de uno, podra estar en todos o en
menos que lodos. Si en todos, es una democracia,
pues todos pueden tomar parte en la asamblea que
constituye el Tribunal Soberano; cosa que no podan
hacer aqu. Es evidente, pues, que la autoridad estaba
1 Rump significa anca, grupa, cuartos traseros, rabadi
lla; pero tambin, por derivacin, resto, remanente. En todo
caso, la expresin tiene una connotacin peyorativa.
1 En Ed. M. se lee una monarqua.

en unos pocos y, por consiguiente, que el Estado era


una oligarqua.
B.
No es imposible que est bien gobernado un
pueblo que ha de obedecer a ms de un amo?
A. Tanto el Rump como las dems asambleas so
beranas, aunque sean muchos hombres, si slo tienen
una voz, no son sino una persona. Pues no pueden
darse al mismo tiempo mandatos contrarios en una y
la misma voz, que es la voz de la mayora. Y, por tan
to, podran gobernar bastante bien, si tuvieran sufi
ciente honestidad y buen juicio.
El primer acto del Rump fue la exclusin de aque
llos miembros de la Cmara de los Comunes que an
tes haban sido expulsados violentamente para conse
guir una ordenanza para procesar al rey; pues esos
hombres se haban mostrado contrarios a la ordenan
za de no ms mensajes, y por consiguiente fueron ex
cluidos, pues de lo contrario podran ser un impedi
mento para sus designios futuros.
B. No era ms bien porque pensaban que, te
niendo la autoridad unos pocos, cuantos menos me
jor, en relacin tanto con sus cuotas como con una
mayor proximidad de cada uno de ellos a la dignidad
de rey?
A. S, sa era ciertamente su meta principal.
B. Cuando esos fueron expulsados, por qu los
condados y burgos no eligieron a otros en su lugar?
A. No podan hacerlo sin una orden de la C
mara.
Despus de eso constituyeron un consejo de cua
renta personas al que llamaron Consejo de Estado,
cuya funcin era ejecutar los mandatos del Rump.
B. Si no haba ni rey ni Cmara de los Lores, no
podan llamarse a s mismos Parlamento, pues un
Parlamento es una reunin del rey, los lores y los co
munes, para deliberar juntos sobre los asuntos de la
repblica. Con quin deliberaba el Rump ?
A.
Los hombres pueden dar a su asamblea el
nombre que les plazca, cualquiera que fuere el signi

ficado que ese nombre pudiera haber tenido; y el

Rump adopt el nombre de Parlamento como ms

conveniente para sus propsitos; y durante muchos


siglos ese nombre, gozando de la veneracin del pue
blo, ha hecho tolerables y ha dulcificado subsidios y
otras exacciones que de lo contrario seran muy desa
gradables para el sbdito. Ms tarde adoptaron otro
nombre, que fue el de Custodes Libertatis Anglice, t
tulo que emplearon slo en los breves emitidos por
los tribunales de justicia.
B. No veo cmo un sbdito que est sujeto a las
leyes puede tener ms libertad en una forma de go
bierno que en otra.
A. Sin embargo, para el pueblo, que por libertad
slo entiende dejar hacer a cada uno lo que le plazca,
no era un ttulo desagradable.
Su siguiente trabajo fue hacer una declaracin p
blica de que estaban enteramente resueltos a mante
ner las leyes fundamentales de la nacin, en cuanto a
la preservacin de las vidas, libertades y propiedades
del pueblo.
B. Y qu entendan por leyes fundamentales de
la nacin?
A. No otra cosa sino abusar del pueblo. Pues la
nica ley fundamental de toda repblica es obedecer
en todo momento las leyes que hagan aquellos a quie
nes el pueblo haya otorgado el poder supremo. Y
cmo habra de esperarse que mantuvieran las leyes
fundamentales quienes haban asesinado a quien tan a
menudo haban reconocido como su legtimo sobera
no? Adems, al mismo tiempo que se haca pblica
esa declaracin, estaban erigiendo aquel Alto Tribu
nal de Justicia que dio muerte al duque de Hamilton,
al conde de Holland y a lord Capel \ Cualquiera que
3 Arthur Capel (1610-1649) fue miembro del Parlamento Corto
y del Parlamento Largo, donde inicialmente mantuvo una posicin
de moderada oposicin cerca de las filas de Pym. Ms tarde se de

fuere lo que entendieran por ley fundamental, la


constitucin de ese tribunal era una infraccin de la
misma, dado que 110 estaba autorizada por ninguna
ley o ejemplo anterior en Inglaterra.
Al mismo tiempo recaudaron tributos mediante
soldados, y permitieron cuartel libre a los soldados, e
hicieron otras muchas acciones que, si las hubiera he
cho el rey, habran dicho que atentaban contra la li
bertad y la propiedad del sbdito.
B.
Qu cosa tan estpida es la gente corriente,
que se deja engaar de forma tan grosera!
A.
Y qu clase de gente no es, en este punto,
gente corriente? Los ms astutos bribones de todo el
Rump no eran ms sabios que los dems a los que en
gaaron. Pues la mayor parte de ellos crea que las
mismas cosas que imponan a la generalidad eran jus
tas y razonables; y especialmente los grandes arengadores y los que aparentaban sabidura. Pues quin
que tome sus principios de los enemigos de la monar
qua, como Cicern, Sneca, Catn y otros polticos
de Roma, y de Aristteles de Atenas, que raramente
hablaron de los reyes sino como de lobos y otros ani
males voraces, puede ser buen sbdito de una monar
qua? Puede que pensis que, para que uno conozca
el deber que tiene para con su gobernante y sepa cul
es el derecho que ste tiene para ordenarle, no necesi
ta sino un buen juicio natural; pero no es as. Pues
eso constituye una ciencia, y construida sobre princi
pios claros y seguros, y que ha de ser aprendida me
diante un estudio profundo y cuidadoso, o de maes
tros que la hayan estudiado profundamente. Y quin
cant inequvocamente por el partido realista, por lo que en 1641 le
fue concedido el ttulo de lord Capel de Hadham. Form parte del
Consejo Privado del prncipe de Gales y sirvi en el ejrcito realis
ta. En 1648 contribuy de forma decisiva a que se desencadenara
la segunda guerra civil, atacando Colchester, a la sazn defendi
da por Fairfax. Hecho prisionero, fue condenado a muerte y ejecu
tado.

haba en el Parlamento o en la nacin que pudiera


descubrir esos principios evidentes y derivar de ellos
las reglas necesarias de la justicia y la conexin nece
saria existente entre la justicia y la paz? El pueblo tie
ne un da de ocio a la semana para recibir instruccin,
y hay ministros que han sido nombrados para ense
arles su deber. Pero cmo han desempeado esos
ministros su oficio? Una gran parte de ellos a sa
ber, los ministros presbiterianos a lo largo de toda
la guerra instigaron al pueblo contra el rey; e igual hi
cieron los independientes y otros ministros fanticos.
El resto, contentos con sus beneficios, predicaban en
sus parroquias puntos de controversia, impertinentes
para la religin pero muy efectivos para quebrantar la
caridad entre ellos mismos; o, si no, cosas elegantes4
que el pueblo o no entenda o pensaba que no le con
cerna. Pero los predicadores de este tipo, igual que
hicieron poco bien, tambin hicieron poco mal. El
dao proceda enteramente de los predicadores pres
biterianos que, haciendo uso de una facultad histrinica largamente practicada, predicaban intensamente
la rebelin.
B. Con qu fin?
A.
Con el fin de que, al convertirse el Estado en
popular, tambin la Iglesia pudiera serlo y pudiera ser
gobernada por una asamblea; y por consiguiente,
puesto que la poltica, segn pensaban, est subordi
nada a la religin, ellos podran gobernar, y de ese
modo satisfacer no slo su temperamento codicioso
con la riqueza, sino tambin su malicia con el poder
de anular a todos los que no admiraban su sabidura.
El hecho de que hayis llamado al pueblo cosa est
pida me obliga a mostraros, mediante esta digresin,
que no es la falta de inteligencia sino la falta de una
ciencia de la justicia lo que les puso en apuros. Per
suadid, si es que podis, a quien se ha hecho su fortu

na, o la ha aumentado, o a un orador elocuente, o a un


poeta encantador, o a un jurista sutil, o siquiera a un
buen cazador o a un jugador astuto, de que no tiene
inteligencia; y, sin embargo, la gran mayora de todos
ellos fueron tan estpidos como para ser engaados
por el Rump, y ello aunque eran5 miembros del mis
mo Rump. No carecan de inteligencia, sino del cono
cimiento de las causas y razones por las que una per
sona tiene derecho a gobernar y el resto obligacin de
obedecer; razones stas que es necesario que se ense
en al pueblo, que sin ellas no puede vivir por mucho
tiempo en paz.
B.
Volvamos, si gustis, a las actuaciones del
Rump.
A.
Durante el resto de ese ao aprobaron un nue
vo cuo para la moneda de esta nacin. Deliberaron
tambin sobre los agentes que habra que enviar a los
Estados extranjeros; y, habiendo recibido reciente
mente el aplauso del ejrcito por el trabajo realizado
por el Alto Tribunal de Justicia y aliento para am
pliarlo an ms, crearon otro6 Alto Tribunal de Justi
cia, en el que fueron juzgados el duque de Hamilton,
el conde de Holland, lord Capel, el conde de Norwich
y sir John Owen; los tres primeros de los cuales,
como os he dicho, fueron decapitados. Esto ahuyent
a varios partidarios del rey fuera del pas; pues no
slo ellos sino todos los que haban llevado armas en
favor del rey tenan entonces sus vidas en grandsimo
peligro. Pues el ejrcito plante en un consejo de
guerra si todos ellos deban o no ser masacrados, y
los noes ganaron slo por dos votos. Por ltimo, el 24
de marzo, destituyeron al alcalde de Londres, le im
pusieron una multa de dos mil libras, le privaron de
sus derechos civiles y le condenaron a dos meses de
prisin en la Torre por haberse negado a proclamar el
5 En Ed. M. falta ello aunque eran.

acta de abolicin del poder real. Y as termin el ao


1648, y el ayuno mensual; ya que Dios les haba con
cedido aquello por lo que ayunaban y rezaban7, a sa
ber, la muerte del rey y la posesin de su herencia.
Con estas actuaciones suyas ya han perdido los cora
zones de la generalidad del pueblo y no pueden con
fiar sino en el ejrcito, que no estaba en sus manos,
sino en las de Cromwell, que aprovechaba cualquier
ocasin para atribuirles todas las proezas que pudie
ran hacerles odiosos a los ojos del pueblo, con el fin
de poder disolverlos en el futuro siempre que ello fa
voreciera sus propios fines.
A comienzos de 1649 los escoceses, descontentos
con los procedimientos seguidos por el Rump con el
difunto rey, empezaron a reclutar soldados con vistas
a una nueva invasin de Inglaterra. Los rebeldes ir
landeses, por falta de la oportuna resistencia de Ingla
terra, se volvieron terribles; y en casa los soldados
del ejrcito ingls, infectado por los adjutators, esta
ban pensando cmo repartir la tierra entre los piado
sos, entendiendo por tales ellos mismos y los que
eran de su agrado, y por eso fueron llamados nivela
dores 8. Por otra parte, el Rump no estaba por el mo
mento bien provisto de dinero, y, por tanto, lo prime
ro que hicieron fue establecer un impuesto sobre el
pueblo de noventa mil libras mensuales para el man
tenimiento del ejrcito.
7 En Ed. M. falta y rezaban.
8 Los levellers o levelers constituan un movimiento poltico que
cuaj en plena guerra civil hacia 1645 entre partidarios radicales
del Parlamento. John Lillburne era uno de sus dirigentes ms cono
cidos. Propugnaban la transferencia de la soberana a la Cmara de
los Comunes (sin rey ni lores), un aumento de la representatividad
del Parlamento mediante la extensin del sufragio, completa liber
tad religiosa, y un programa jurdico-econmico de tendencia igua
litaria en favor de los pequeos propietarios. Consiguieron una
fuerte implantacin en el New Model Army (en particular, entre los
adjutators elegidos en 1647, y en el Consejo de Soldados).

B. Pero no era una de sus quejas con el rey la de


que haba recaudado dinero sin el consentimiento del
pueblo en el Parlamento?
A.
Esto os har ver qu razn tena el Rump para
llamarse a s mismo Parlamento. Pues las exacciones
impuestas por el Parlamento siempre se entendi que
lo eran por consentimiento del pueblo y, por consi
guiente, legales. Para apaciguar a los escoceses en
viaron mensajeros con cartas aduladoras para que se
guardaran de comprometerse en favor del actual reyy.
Pero fue en vano, pues stos no queran or hablar de
una Cmara de los Comunes de Westminster, como la
llamaban, sin un rey ni lores. Sino que enviaron co
misionados al rey para hacerle saber lo que estaban
haciendo por l; pues haban resuelto reclutar un ejr
cito de diecisiete mil hombres de infantera y seis mil
de caballera (para ellos mismos).
Con el fin de socorrer a Irlanda, el Rump resolvi
enviar all once regimientos del ejrcito de Inglaterra.
Eso fue bueno para Cromwell. Pues los soldados ni
veladores, que en todos los regimientos eran muchos
y en algunos la mayora, viendo que en lugar de re
partir la tierra dentro del pas haban de arriesgar sus
vidas en Irlanda, se negaron terminantemente a ir; y
un regimiento, habiendo depuesto a su coronel cerca
de Salisbury, march para reunirse con otros tres re
gimientos que tenan el mismo propsito; pero, ca
yendo sobre ellos en Burford el general y Cromwell,
les derrotaron por completo, y poco despus reduje
ron a todo el ejrcito a su obediencia. Y de este modo
pronto fue eliminado otro de los obstculos que se in
terponan en el progreso de Cromwell. Hecho esto,
vinieron a Oxford y de all a Londres. En Oxford tan
to el general como Cromwell fueron hechos doctores
en Derecho civil; y en Londres festejados y obsequia
dos por la ciudad.
9 Carlos II, de quien, como es sabido, Hobbes fue profesor de
matemticas en el exilio.

B.
A.

tores?

No se les hizo primero maestros y luego doc

Ellos mismos se haban hecho ya amos 10 tanto


de las leyes como del Parlamento. Sindoles ahora
obediente el ejrcito, el Rump envi aquellos once re
gimientos a Irlanda, al mando del Dr. Cromwell, in
vestido del ttulo de gobernador de ese reino, mien
tras que lord Fairfax segua siendo general de todas
las fuerzas tanto de aqu como de all.
El marqus, ahora duque, de Ormond 11 era el lu
garteniente del rey en Irlanda; y los rebeldes se ha
ban confederado entre ellos; y esos confederados
haban hecho una especie de liga con el lugarteniente
en la que acordaron, por la libertad que se les haba
dado para el ejercicio de su religin, ser fieles al rey y
asistirle. Y a ellos se unieron adems algunas fuerzas
reclutadas por los condes de Castlehaven y Clanricarde 12 y por milord Inchiquin l3, de modo que cons
10 El autor hace un juego de palabras intraducibie sirvindose de
la equivocidad de master, que significa tanto maestro como
amo.
11 James Butler, duodcimo conde y primer duque de Ormonde
(1610-1688), fue uno de los principales agentes de la corona en Ir
landa desde la guerra civil hasta la Revolucin Gloriosa. En 1641,
con ocasin de la rebelin de los catlicos, fue nombrado lugarte
niente general del ejrcito ingls en Irlanda. Sus intentos de esta
blecer la paz fracasaran ante la oposicin de los catlicos independentistas. Tras abandonar Irlanda en 1647, vuelve al ao siguiente,
consigue establecer la paz con los confederados y una alianza entre
realistas y catlicos para apoyar a Carlos II. Pero en 1649 Crom
well entra en Dubln y desbarata sus planes. Ya en el exilio, se
convierte en uno de los principales consejeros de Carlos II. Restau
rado ste en el trono, recibe en 1662 el nombramiento de lord lu
garteniente de Irlanda.
12 Ulrick John de Brugh, marqus de Clanricarde (1604-1657).
Defendi en Irlanda la causa del rey, incluso despus de la muerte
de Carlos I. En 1652 capitul por consejo de Carlos II y bajo con
diciones honorables.
13 Murrough O Brien, conde de Inchiquin (1614-1674). Tom
parte en la represin de la revolucin irlandesa de 1641. Tras algu
nos xitos militares fue nombrado gobernador de Munster. Al ser

tituan la mayor fuerza unida de la isla. Pero entre


ellos haba muchos otros papistas que de ningn
modo queran someterse a los protestantes. A stos se
los denomin el partido del nuncio, igual que a los
otros se los llam el partido confederado. Al no
ponerse de acuerdo estos partidos y haber roto el par
tido confederado sus pactos, el lord lugarteniente,
vindoles prestos a asediarle en Dubln, y sintindose
incapaz de defenderla, entreg la plaza al Parlamento
de Inglaterra con el fin de preservarla para los protes
tantes; y se pas al rey en los tiempos en que ste era
llevado de plaza en plaza por el ejrcito. Desde Ingla
terra se pas al prncipe, ahora rey, que a la sazn re
sida en Pars.
Pero los confederados, espantados por las noticias
de que el Rump estaba enviando hacia all un ejrci
to, rogaron por cartas al prncipe que hiciera volver a
milord de Ormond, comprometindose ellos a some
terse absolutamente a la autoridad del rey y obedecer
a milord de Ormond como lugarteniente suyo. Y al
punto se le hizo volver. Esto fue alrededor de un ao
antes del vapuleo que les infligi Cromwell.
Por entonces, gracias a las disensiones que existan
en Irlanda entre el partido confederado y el del nun
cio, y gracias a los descontentos en relacin con el
mando, ese poder, por lo dems suficiente, no hizo
nada; y finalmente el 2 de agosto fue derrotado en el
curso de una salida fuera de Dubln, que ellos cerca
ban. A los pocos das lleg Cromwell, quien con ex
traordinaria diligencia y horribles ejecuciones, en me
nos de doce meses sojuzg en cierto modo a toda la
nacin, habiendo matado o exterminado a gran parte
de ellos, y dejando a su yerno Ireton para sojuzgar al
destituido en 1644, abraz la causa del Parlamento, que le reinte
gr a su puesto de gobernador, desde el que lleg a controlar todo
el sur de Irlanda. Por desavenencias con el Parlamento, entr en
iratos con Ormonde y con los confederados catlicos. Derrotado
por Cromwell, se vio obligado a huir a Francia.

resto. Pero Ireton muri all, vctima de la peste, an


tes de concluir la tarea. Esto fue un paso ms hacia la
exaltacin de Cromwell al trono.
B.
A qu condicin tan miserable se vea reduci
da Irlanda por la doctrina del clero romano, como In
glaterra por la del presbiteriano!
A. A finales del ao anterior el rey haba ido de
Pars a La Haya; y poco despus fue all enviado por
el Rump, su agente Dorislaus14, doctor en Derecho ci
vil, de quien haban echado mano para redactar la
acusacin contra el difunto rey. Pero la primera noche
tras su llegada, mientras estaba cenando, una compa
a de caballeros l5, una docena ms o menos, entr
en su habitacin, le mat y se march. No mucho
ms tarde, tambin el agente del Rump en Madrid, un
tal Ascham l6, que haba escrito en defensa de sus
amos, fue muerto de la misma manera. Ms o menos
por entonces salieron a la luz dos libros, uno escrito
por Salmasius, un presbiteriano, contra el asesinato
del rey; y el otro escrito por Milton, un independiente
ingls, como respuestal7.
B. He visto ambos. Ambos estn escritos en muy
14 Isaac Dorislaus (1595-1649), jurista, doctor en Derecho civil
por Leyden, hijo de un pastor holands, en 1648 fue nombrado
juez del Almirantazgo. Prepar el acta de acusacin contra Carlos
I. Fue asesinado en Holanda, donde se encontraba en misin diplo
mtica enviado por el Rump.
15 En la poca de la guerra civil se denominaba cavaliers a los
partidarios del rey.
16 Anthony Ascham (7-1650), escritor de panfletos, defendi el
tiranicido y el deber de obediencia hacia el gobierno republicano.
Enviado por el Rump a Madrid en misin diplomtica, fue all ase
sinado. (A juzgar por una referencia que se encuentra en la Auto
biografa escrita por el autor en versos latinos, los asesinatos de
Dorislaus y Ascham debieron de impresionar fuertemente a Hob
bes, quien, habindose hecho sospechoso de deslealtad a raz de la
publicacin del Leviatn, lleg a temer por su vida.)
17 Claude de Saumaise, conocido como Salmasius (1588-1653),
public en 1649 segn todos los indicios, por encargo de Carlos
II, a la sazn en el exilio un ataque a los independientes y una
defensa del episcopado y de la monarqua absoluta bajo el ttulo

buen latn, y es difcil juzgar cul de los dos es mejor.


Pero ambos razonan muy mal, y es difcil juzgar cul
de los dos es peor. Son como dos alegaciones, pro y
contra, hechas en una escuela de retrica por un solo
hombre y slo para ejercitarse. As de semejantes son
un presbiteriano y un independiente18.
A.
Durante ese ao, el Rump, no hizo mucho en
casa, salvo que a comienzos del mismo hicieron de
Inglaterra un Estado libre mediante un acta que reza:

Se promulga y proclama por este Parlamento, y por


la autoridad del mismo, que el pueblo de Inglaterra y
todos los dominios y territorios que le pertenecen

Defensio regia pro Carolo I. Dos aos ms tarde John Milton


(1608-1674), entonces secretario para lenguas extranjeras del
Consejo de Estado de Cromwell y activo panfletario independien
te, respondi con su escrito Pro populo anglicano defensio.
18 Como se habr percibido, la guerra civil supuso un pulso en
tre los presbiterianos y los independientes. Los presbiterianos se
guan la versin calvinista de la reforma, preconizaban la abolicin
del episcopado, y una organizacin colegiada en lugar de la organi
zacin episcopal de la Iglesia tradicional. Los independientes, por
su parte (tambin llamados congregacionalistas o separatistas)
defendan, frente a la concepcin tradicional anglicana de una Igle
sia nacional, la idea de congregaciones autnomas formadas de
manera espontnea. Partiendo de concepciones diferentes, presbite
rianos e independientes coincidieron en rechazar la poltica religio
sa de Carlos I y el Dr. Lad, cada vez ms cercana a las posiciones
papistas. La concepcin presbiteriana, que bajo la influencia de
John Knox se haba afianzado en Escocia, fue impulsada en Ingla
terra (y fuera de ella en las colonias americanas) por el movimiento
puritano. Durante un cierto tiempo los presbiterianos controlaron el
Parlamento; y la llamada Asamblea de Telogos de Westminster,
nombrada en 1643 para asesorar al Parlamento, goz de un cierto
poder. Sin embargo, en el curso de la guerra sobre todo a raz
del apresamiento del rey los presbiterianos fueron acercndose
progresivamente al bando realista. Pero la purga de Pride, de di
ciembre de 1648, limpi el Parlamento de presbiterianos e hizo
dueos de la situacin a los independientes, ms radicales y menos
contemporizadores, y que gozaban de gran implantacin en el ejr
cito. A la muerte de Cromwell, independiente, el presbiterianismo
fue restablecido por un corto perodo de tiempo. Pero finalmente,
tras la restauracin Carlos II restableci la vieja forma de gobierno
episcopal de la Iglesia anglicana.

son, y sern, y por la presente quedan constituidos,


hechos y proclamados una repblica y un Estado li
bre, etc.
B. Qu queran decir por Estado libre y repbli
ca? Acaso ya no estaba el pueblo sujeto a leyes? No
podan querer decir esto: pues el Parlamento preten
da gobernarlos mediante sus propias leyes, y castigar
a quienes las infringieran. Queran decir que Inglate
rra no estara sujeta a ningn reino o repblica ex
tranjeros? Eso no necesitaban promulgarlo, puesto
que ningn rey ni ningn pueblo pretendan ser sus
amos. Qu queran decir, entonces?
A. Queran decir que ni este rey ni ningn otro
rey, ni ningn individuo, sino slo ellos mismos se
ran los amos del pueblo; y con estas palabras llanas
lo habran consignado, si el pueblo pudiera haber sido
embaucado con palabras inteligibles tan fcilmente
como con palabras ininteligibles.
Tras esto se dieron unos a otros dinero y propieda
des procedentes de las tierras y de los bienes del par
tido leal. Promulgaron tambin que todo el mundo
haba de adoptar un compromiso 19 en los siguientes
trminos: Prometis ser fiel y leal a la repblica de

Inglaterra, tal como ahora est establecida, sin rey ni


Cmara de los Lores.

Tambin desterraron fuera de un radio de veinte


millas de Londres a todo el partido real, prohibindo
les adems alejarse ms de cinco millas de sus domi
cilios.
B. Tal vez queran tenerlos a mano, por si necesi
taban masacrarlos. Pero qu hacan los escoceses
por entonces?
A. Estaban considerando, en relacin con los ofi
ciales del ejrcito que estaban reclutando para el rey,
cmo podran excluir del mando a los que haban ser
vido lealmente a su padre, y a todos los independien
19 El texto del Engagement fue aprobado el 2 de enero de 1650.

tes, y a todos los que tuvieron mando en el ejrcito


del duque de Hamilton. Y stas fueron las cosas ms
importantes que ocurrieron en ese ao.
El marqus de Montrose, que en 1645 con unos
pocos hombres y en poco tiempo hizo en Escocia co
sas casi increbles contra los enemigos del difunto
rey, volvi ahora a desembarcar a comienzos de 1650
en el norte de Escocia, por encargo del actual rey, es
perando prestarle tan buen servicio como antes lo ha
ba prestado a su padre. Pero la situacin haba cam
biado; pues en aquel entonces las fuerzas escocesas
estaban en Inglaterra al servicio del Parlamento,
mientras que ahora estaban en Escocia, y muchas ms
recientemente reclutadas para su proyectada invasin.
Adems, los soldados que llev el marqus eran po
cos y extranjeros; y no se le unieron los hombres de
las tierras altas20, como l esperaba. Y de ese modo
pronto fue derrotado, y poco despus apresado y, su
friendo un trato ms cruel de lo que la venganza exi
ga, fue ejecutado por los miembros de la Alianza21
de Edimburgo el 2 de mayo.
B.
Qu bien poda esperar el rey de unirse a
esos hombres que mientras duraba el tratado revela
ron tanta maldad para con l en la persona de uno de
sus mejores servidores?
A.
Sin duda, dada la prevalencia que entonces te
nan sus eclesisticos, habran hecho a este rey tanto
como el Parlamento ingls hizo a su padre, si con ello
hubieran podido obtener aquello a lo que insensa
tamente aspiraban: el gobierno de la nacin. No
creis 22 que los independientes eran peores que los
presbiterianos: unos y otros estaban resueltos a des
truir cualquier cosa que se interpusiera en el camino
de su ambicin. Pero la necesidad hizo que el rey pa
20 Highlanders.
21 Covenanters.
22 En Ed. M Yo no creo.

sara por alto esta y muchas otras de sus indignidades,


antes que permitir que la persecucin de su derecho
en Inglaterra se enfriara y poco menos que se extin
guiera.
B.
A decir verdad, creo que es difcil recuperar
un reino si se permite que se convierta en deuda anti
gua. Adems, el rey estaba seguro de que por donde
quiera que alumbrara la victoria, en la guerra slo po
da perder enemigos.
A. Por la poca de la muerte de Montrose, que se
produjo en el mes de mayo, Cromwell estaba todava
en Irlanda, y su trabajo no haba concluido. Pero dn
dose cuenta l, o habiendo sido advertido por sus
amigos, de que su presencia en la expedicin que se
estaba preparando ahora contra los escoceses sera
necesaria para su designio, envi recado al Rump
para conocer si le gustara que regresara. Pero, pese a
todo, conoca la respuesta, o crey que no era necesa
rio esperarla, sino que parti y lleg a Londres el 6 de
junio siguiente, siendo bien acogido por el Rump.
Ahora el general Fairfax, que realmente era lo que
aparentaba ser, un presbiteriano, haba sido tan cate
quizado por los ministros presbiterianos de aqu, que
se neg a luchar contra sus hermanos de Escocia. Y
ni el Rump ni Cromwell intentaron rectificar su con
ciencia en ese punto. Y as, dejando Fairfax su cargo,
Cromwell fue ahora hecho general de todas las fuer
zas de Inglaterra e Irlanda; lo cual era otro paso hacia
el poder soberano. Y entonces se puso de manifiesto
que slo le quedaba uno por dar: aduearse de Esco
cia. Y hacia all se encamin el 12 de junio; y lleg a
Berwick23 el 21 de julio con un ejrcito de diecisis
mil hombres de caballera e infantera24.
23 He adoptado la grafa de Ed. M. En F. T. se lee aqu y en
otros lugares (pero no siempre) Barwick.
24 En Ed. M. falta el pasaje Y entonces se puso de manifiesto...
infantera.

B. Dnde estaba el rey?


A. En Escocia, recin llegado. Desembarc en el

norte y fue conducido a Edimburgo con honores, pese


a que las cosas todava no estaban bien acordadas entre
los escoces y l. Pues, aunque l haba cedido a condi
ciones tan duras como aquellas a las que se haba so
metido el diunto rey en la isla de Wight, siempre te
nan algo que aadir, hasta que el rey, no aguantando
ms, les dej, partiendo nuevamente al norte. Pero
ellos enviaron mensajeros tras l para rogarle que re
gresara, y proporcionaron a esos mensajeros fuerza su
ficiente para traerle, si l se hubiera negado. Finalmen
te se pusieron de acuerdo; pero no toleraran que ni el
rey ni ningn realista tuviera mando en el ejrcito.
B. En resumen, que el rey era all un prisionero.
A. Desde Berwick, Cromwell enva a los escoce
ses una declaracin dicindoles que no tena motivo
de queja contra el pueblo de Escocia, sino contra el
partido malvolo que haba hecho entrar al rey para
perturbar la paz de las dos naciones; y que estaba dis
puesto a dar y recibir satisfaccin mediante conversa
ciones, o bien a decidir la justicia de la causa median
te combate. Respondiendo a lo cual los escoceses
declaran que no llevarn adelante los intereses del rey
mientras ste no reconozca los pecados de su casa y
de su conducta anterior, y mientras no d satisfaccin
al pueblo de Dios de ambos reinos. Juzgad por esto si
el actual rey no se encontraba aqu en una condicin
tan mala como su padre en manos de los presbiteria
nos de Inglaterra.
B. Los presbiterianos son iguales en todas partes:
les gustara ser gobernantes absolutos de todos aque
llos con los que tratan; y para ello no tienen otra cosa
que alegar sino que all donde ellos reinan es Dios
el que reina, y en ningn otro sitio. Pero observo una
extraa exigencia: que el rey reconozca los pecados
de su casa; pues yo crea que todos los telogos ha
ban mantenido como cierto que nadie estaba obliga
do a reconocer otros pecados que los suyos.

A.

Habindose sometido el rey a todo lo que exi


ga la Iglesia, los escoceses procedieron a la guerra
que haban proyectado. Cromwell march hacia
Edimburgo provocndoles a la batalla todo lo que
pudo. Pero, negndose ellos y escaseando las provi
siones en el ejrcito ingls, Cromwell se retir a Dunbar, desesperando de tener xito y pensando en volver
por mar o por tierra a Inglaterra. Y tal era la condi
cin a la que ese general (Cromwell), tan magnifica
do por su capacidad de direccin, haba llevado a su
ejrcito, que todas sus glorias habran terminado en
vergenza y castigo, si la fortuna y los errores de sus
enemigos no hubieran acudido en su ayuda. Pues, se
gn se retiraba, los escoceces le seguan de cerca a lo
largo de todo el camino hasta menos de una milla de
Dunbar. Hay una cadena de colinas que desde ms
all de'Edimburgo serpentea hasta el mar y que atra
viesa la carretera que une Dunbar y Berwick en un
pueblo llamado Copperspeith, donde el paso es tan
difcil que, si los escoceses hubieran enviado all a
tiempo un nmero muy pequeo de hombres para de
fenderlo, los ingleses nunca habran podido regresar a
casa. Pues los escoceses ocupaban las colinas, y no
necesitaban haber librado batalla sino con gran venta
ja, y eran casi dos contra uno. El ejrcito de Crom
well estaba al pie de esas colinas, en el lado norte; y
haba una gran zanja o torrentera entre las colinas y
l. De modo que nunca habra podido volver a casa
por tierra, ni intentar embarcar el ejrcito sin arrui
narlo por completo; ni resistir donde estaba, por falta
de provisiones. Ahora bien, sabiendo Cromwell que
el paso estaba libre, y ordenando a una buena partida
de soldados de caballera e infantera apoderarse de
l, los escoceses tuvieron que elegir entre dejar ir a
quienes ellos se jactaban de haber acorralado o pele
ar. Y por eso con lo mejor de su caballera cargaron
contra la infantera inglesa, y al principio la hicieron
retroceder un poco. Pero, avanzando la infantera in
glesa, pusieron en fuga a los escoceses; y la huida de

la caballera dificult el ataque de la infantera, que,


por consiguiente, se dio a la fuga, como el resto de su
caballera. De este modo, la insensatez de los coman
dantes escoceses hizo que toda su superioridad que
dara nivelada entre dos grupos pequeos e iguales. Y
en esas circunstancias la fortuna dio la victoria a los
ingleses, que no aventajaban en nmero a los escoce
ses muertos y hechos prisioneros; y la Iglesia perdi
su artillera, su equipamiento y bagajes, con diez mil
armas y casi todo el ejrcito. El resto fue reunido por
Lesley en Stirling.
B.
Esa victoria benefici al rey25. Pues, si hubie
ran vencido los escoceses, los presbiterianos de aqu
y los de all habran vuelto a dominar, y el rey se ve
ra en la misma situacin en la que estuvo su padre en
Newcastle, en manos del ejrcito escocs. Pues, per
siguiendo su victoria, los ingleses terminaron por in
ducir en los escoceses un hbito bastante bueno de
obediencia al rey, para cuando ste recuperara su
derecho.
A.
Persiguiendo su victoria los ingleses marcha
ron a Edimburgo (abandonada por los escoceses), for
tificaron Leith y tomaron todas las fortalezas y cas
tillos que les pareci oportunos de este lado del
Estuario26, que se haba convertido ahora en el lmite
entre las dos naciones. Y los eclesisticos escoceses
empezaron a conocerse mejor a s mismos; y resol
vieron admitir a algunos de los realistas en posiciones
de mando en el nuevo ejrcito que pretendan reclu
tar. Cromwell march desde Edimburgo hacia Stir
ling con el fin de provocar al enemigo a combate,
pero parecindole peligroso volvi a Edimburgo y
puso sitio al castillo. Mientras tanto envi un pelotn
al oeste de Escocia para suprimir a Stracham y Kerr,
25 La batalla de Dunbar tuvo lugar el 3 de septiembre de 1650.
26 Se trata del estuario (Firth, o Frith, como prefiere escribir
Hobbes) del ro Forth, al norte de Edimburgo.

dos grandes presbiterianos que estaban reclutando


fuerzas para su nuevo ejrcito. Y al mismo tiempo los
escoceses coronaron al rey en Scone27.
El resto de ese ao lo pas Cromwell en Escocia
tomando el castillo de Edimburgo e intentando pasar
el Estuario o buscando otros modos de llegar hasta
las fuerzas escocesas; y los escoceses acelerando sus
levas por el norte.
B. Y qu haca el Rump durante ese tiempo?
A. Votaron la libertad de conciencia para las sec
tas; es decir, arrancaron de un golpe el aguijn del
presbiteriado, que consista en una severa imposicin
de extraas opiniones al pueblo, opiniones imperti
nentes para la religin pero que contribuan a que au
mentara el poder de los ministros presbiterianos.
Tambin reclutaron ms soldados, al mando de los
cuales-pusieron a Harrison 28, un quintamonrquico
hecho ahora general de divisin29. De esos soldados,
dos regimientos de caballera y uno de infantera fue
ron reclutados por los quintamonrquicos y otros sec
tarios, en agradecimiento por haberles liberado de la
tirana presbiteriana. Tambin derribaron la estatua
del rey que haba en el Exchangei0, y en el nicho en
que se encontraba hicieron inscribir estas palabras:

Exit tyrannus, Regum ultimus, etc.


B. De qu les serva eso, y por qu no derriba
ron las estatuas de todos los dems reyes?

27 El 1 de enero de 1951.
28 Thomas Harrison (1606-1660), general del ejrcito parlamen
tario y uno de los dirigentes de los quintamonrquicos. Luch en
las batallas de Edgehill, Marston Moor y Naseby, y ms tarde en la
de Worcester. Como miembro del Parlamento en 1646 fue uno de
los que impuls el procesamiento del rey y su condena. En 1651
fue nombrado miembro del Consejo de Estado. Fue uno de los que
inst a Cromwell a disolver el Rump, y sustituirlo por un Parla
mento de santos. Ms tarde se neg a reconocer el Protectorado.
Recin iniciada la restauracin, fue hecho preso, procesado y eje
cutado.
29 Major-general.
30 Se trata de la Bolsa de Londres.

A.
Qu explicacin puede darse de acciones que
no proceden de la razn sino del rencor y de pasiones
semejantes? Adems de esto, recibieron embajadores
de Portugal y de Espaa, que reconocieron su poder.
Y cuando el ao tocaba a su fin prepararon el envo
de embajadores a Holanda para ofrecerles amistad.
Todo lo que hicieron adems de esto fue perseguir y
ejecutar a los realistas.
A comienzos del ao 1651 el general Dean lleg a
Escocia; y el 11 de abril el Parlamento escocs se
reuni y elabor ciertas actas para lograr una mejor
unin y una mejor obediencia al rey, quien estaba
ahora en Stirling con sus fuerzas escocesas, esperan
do otras ms que ahora estaban reclutndose. Crom
well fue varias veces desde Edimburgo hacia Stirling
con el fin de provocar a los escoceses a entrar en
combate. No haba ningn vado por el que pudiera
pasar a sus hombres. Por fin, habiendo llegado botes
desde Londres y Newcastle, el coronel Overton (aun
que tarde, pues ya era el mes de julio) transport a
mil cuatrocientos infantes suyos, adems de otro regi
miento de infantera y cuatro tropas de caballera, y
se atrincher en Northferry, al otro lado. Y, antes de
que pudiera llegar alguna ayuda de Stirling, tambin
el general de divisin Lambert31 cruz con otros tan
31 John Lambert (1619-1684), general de las tropas parlamenta
rias, fue uno de los personajes ms importantes durante el Protec
torado. Tras intervenir en la primera fase de la guerra, fue promo
vido a major-general. En la segunda fase de la guerra civil derrot
a los escoceses en Preston (1648) y a las rdenes de Cromwell par
ticip en la batalla de Worcester (1651), que puso fin a la guerra
civil. Form parte del Consejo de Estado, y desempe un impor
tantsimo papel en el desarrollo del rgimen de Cromwell: le per
suadi a disolver el Rump en 1653; y, tras haber colaborado con
Ireton en la redaccin de los Heads o f Proposals, fue responsable
de la redaccin del Instrumenl o f Government, sobre el que se
asent el Protectorado. En 1657, sin embargo, perdi la confianza
de Cromwell cuando se opuso a la propuesta de hacerle rey y se
neg a prestar el juramento de fidelidad al Protector. Tras la muer-

tos ms. Por entonces sir John Browne lleg para ha


cerles frente con cuatro mil quinientos hombres, a
quienes los ingleses derrotaron, matando alrededor de
dos mil y haciendo prisioneros a mil seiscientos. He
cho esto, y transportados tantos soldados como esti
m oportuno, Cromwell llega frente a St. Johnstone's
(desde donde el Parlamento escocs, tras tener noticia
de que haba pasado el Estuario, se haba trasladado a
Dundee), y les insta a rendirse. Y el mismo da le lle
garon noticias de que el rey estaba marchando desde
Stirling hacia Inglaterra; cosa que era cierta. Pero,
pese a que el rey le llevaba una ventaja de tres das, l
decidi hacerse con la villa antes de seguirle; y as la
tuvo al siguiente da por rendicin.
B. Qu esperanzas tena el rey entrando en In
glaterra, dado que no tena ante s ni tras de s a na
die, al menos a nadie armado, ms que a sus ene
migos?
A. S; ante s tena la ciudad de Londres, que en
general odiaba al Rump y que fcilmente poda cal
cularse en veinte mil soldados bien armados; y la ma
yora de las personas crean que se pondran de su
parte si llegara a acercarse a la ciudad.
B. Qu probabilidad haba de que ocurriera tal
cosa? Creis que el Rump no estaba seguro de los
servicios del alcalde y de los que tenan el mando de
la milicia de la ciudad? Y, si realmente hubieran sido
amigos del rey, qu necesidad tenan de esperar a
que llegase a Londres? Si hubieran querido, podan
haber prendido al Rump, que no tena ninguna posibi
lidad de defenderse; o al menos podan haberlos ex
pulsado de la Cmara.
A. No lo hicieron; sino que, por el contrario, per
mitieron el reclutamiento del ejrcito de Cromwell, y
te de Cromwell, volvi a la arena poltica: ayud a restaurar el
Rump en 1659, y pocos meses despus fue el autor de su disolu
cin. Tras la restauracin, fue condenado a muerte. Muri en pri
sin, tras haberle sido conmutada la pena.

reunir hombres para impedir que el pyfs se uniera al


rey. El rey empez su marcha desde Stirling el ltimo
da de julio, y el 22 de agosto lleg a Worcester pa
sando por Carlisle con un ejrcito cansado de alrede
dor de trece mil hombres, al que Cromwell sigui y,
unindose a las nuevas levas, rode Worcester con
cuarenta mil hombres. Y el 3 de septiembre32 derrot
por completo al ejrcito del rey. Aqu fue muerto el
duque de Hamilton33, hermano del que haba sido de
capitado.
B. Qu fue del rey?
A. Al llegar la noche, antes de que la ciudad fue
ra completamente tomada, la abandon. Estaba oscu
ro y no haba en la villa ningn hombre de la caballe
ra enem iga que le pudiera seguir, pues los de
infantera, entregados a! pillaje, haban cerrado las
puertas para que los de caballera no pudieran entrar
y hacerse con una parte del botn. Antes de que se hi
ciera de da el rey entr en Warwickshire, a veinte
millas de Worcester, y all permaneci disfrazado du
rante algn tiempo; y ms tarde fue de un lado para
otro, con gran peligro de ser descubierto, hasta que fi
nalmente desde Bright-Hempsted34 en Sussex cruz a
Francia.
B. Qu pas en Escocia cuando Cromwell se fue?
A. El teniente general M onk35, a quien Cromwell
dej all con siete mil hombres, se apoder de Stirling
12 De 1651. Exactamente un ao despus de la batalla de Dunbar.
33 William Hamilton, conde de Lanark y segundo duque de Hamilton (1616-1651). Tras caer en desgracia con Carlos I, por un
tiempo se adhiri a los covenanters escoceses, volviendo pronto a
las filas del rey. Tras la batalla de Preston de agosto de 1648, en la
que su hermano James fue derrotado por Cromwell y hecho preso,
huy a Holanda, siguiendo a Carlos II en el exilio. Muri en la ba
talla de Worcester.
14 En Ed. M. se lee Brighthelmstone.
15 George Monck (o Monk), duque de Albermarde (1608-1670),
con una dilatada carrera militar, fue el principal artfice de la res
tauracin. Tras contribuir a la represin de la rebelin irlandesa en

el 14 de agosto por rendicin, y de Dundee el 3 de


septiembre por asalto, pues le ofreci resistencia. Los
soldados saquearon esta ciudad, y obtuvieron un buen
botn, ya que los escoceses por razones de seguridad
haban enviado all sus bienes ms preciosos desde
Edimburgo y St. Johnstone's. Asimismo tom por
rendicin Aberdeen, y St. Andrews, el lugar donde
los ministros escoceses primero aprendan a hacer el
tonto36. Tambin en los Highlands, el coronel Alured
prendi a un grupo de lores y gentileshombres, a sa
ber, cuatro condes y cuatro lores y ms de veinte ca
balleros y gentileshombres, y los envi presos a In
glaterra. De modo que nada haba que temer ya de
Escocia; y el Rump no tena ms problema que el de
qu resolucin tomar con ella. Finalmente resolvieron
unificarla e incorporarla en una sola repblica con In
glaterra e Irlanda. Y a tal fin enviaron all a St.
John37, Vane38 y otros comisionados, para ofrecerles
1642-1643, entr en Inglaterra para luchar al lado del rey. lo que le
cost dos aos (1644-1645) de prisin en la Torre de Londres. En
1646 fue enviado por los parlamentarios como majar-general para
luchar contra los rebeldes irlandeses, y en 1650 contra los realistas
escoceses. Al lado de Cromwell obtuvo en Escocia la victoria de
Dunbar. Aunque a la muerte de Cromwell apoy a su hijo Richard,
no se opuso a la vuelta del Rump. Cuando Lambert disolvi el
Rump, se neg a aceptar el nuevo rgimen militar y luch contra
las tropas de Lambert. Monck tuvo una intervencin importante en
la redaccin de la llamada Declaracin de Breda, en la que Carlos
II prometa entre otras cosas amnista y libertad de conciencia.
36 Inequvoca alusin a la universidad de St. Andrew's.
37 Oliver Saint-John en F. T. siempre se lee St. Johns
(1598-1673), jurista, independiente, en 1629 fue hecho preso por sos
pecha de sedicin y en 1637 alcanz una cierta notoriedad al dirigir la
defensa de Hampden en el famoso caso del ship-money Desde que en
1638 se cas con una prima de Cromwell, estuvo estrechamente liga
do a l. Miembro muy activo del Parlamento Largo, particip en el
proceso de Strafford. En 1648 fue nombrado Chief Justice del Tribu
nal de Causas Comunes. Como se ver por el relato de Hobbes, en
1651 fue enviado por Cromwell a negociar con los holandeses.
38 Sir Henry Vane, el joven (1613-1662). Aunque su padre fue
uno de los consejeros de Carlos I, sus convicciones puritanas le lie-

esa unin mediante declaracin pblica, y advertirles


que eligieran sus diputados de condado y represen
tantes de las ciudades y los enviaran a Westminster.
B. Eso era un favor muy grande.
A. Lo mismo creo yo; y, sin embargo, muchos de
los escoceses, especialmente los ministros y otros
presbiterianos, lo rechazaron. Los ministros haban
autorizado la recaudacin de dinero para pagar a los
soldados ingleses, pero prohibieron absolutamente
acatar la declaracin de los comisionados ingleses.
B. Yo creo que el hecho de que contribuyeran al
pago de sus conquistadores era una cierta seal de
servidumbre, mientras que entrar en la unin les ha
ca libres y les daba una igualdad de privilegios con
los ingleses.
A. La causa por la que rechazaron la unin, tal
como la presentaron los mismos ministros presbite
rianos39, era la siguiente: que implicaba una subordi
nacin de la Iglesia al Estado civil en las cosas de
Cristo.
B. Eso es declarar directamente a todos los reyes
y repblicas en general que un ministro presbiteriano
no ser un verdadero sbdito de ninguno de ellos en
las cosas de Cristo, y que ellos mismos sern quienes
juzguen cules son esas cosas. Qu hemos ganado al
liberarnos de la tirana del Papa si consiguen ocupar
su lugar esos hombrecillos, que no tienen nada que
pueda ser beneficioso para el pblico sino su silen
cio? En cuanto a su saber, no va ms all de un cono
varon a alinearse dentro de la oposicin parlamentaria. En el Parla
mento Largo apoy el proyecto de ley para la abolicin del episco
pado y el procesamiento de Strafford. Dirigi la negociacin de la
Solemn League and Covenant de 1643 con Escocia. Tras la Purga
de Pride sigui siendo miembro del Parlamento ahora Rump .
Fue tambin miembro del Consejo de Estado de la Repblica y li
der la oposicin a la disolucin del Rump en 1653 por Cromwell.
Apoy la destitucin de Richard Cromwell. Tras la restauracin
fue hecho prisionero y ejecutado.
39 En Ed. M. falta ministros.

cimiento imperfecto del griego y el latn, as como


una facilidad adquirida en relacin con el lenguaje de
la Escritura, con los ademanes y tono apropiados;
pero de la justicia y la caridad, que constituyen el me
ollo de la religin40, no tienen ni conocimiento ni
prctica, como han puesto de manifiesto las historias
que os he contado. Tampoco distinguen entre los pia
dosos y los impos ms que por la conformidad de in
tenciones en los hombres de buen juicio, o por la re
peticin de sus sermones en el pueblo llano.
A. Pero esa acrimonia de nada sirvi. Pues en
Westminster promulgaron un acta estableciendo la
unin de las dos naciones y la abolicin de la monar
qua en Escocia, y ordenaron castigar a quienes la
transgredieran.
B. De qu otros asuntos se ocup el Rump du
rante ese ao?
A.
Enviaron a St. John y Strickland como emba
jadores a La Haya, para proponer una liga con las
Provincias Unidas. Y stos tuvieron una audiencia el
3 de marzo. En un discurso St. John mostr a esos
Estados qu beneficio poda reportar esa liga a su co
mercio y navegacin por el uso de los puertos ingle
ses. Los holandeses, aunque no mostraron gran entu
siasmo por el asunto, designaron comisionados para
tratar con ellos sobre el mismo. Pero el pueblo era
por regla general contrario, llamando a los embajado
res y su squito traidores y asesinos, como efectiva
mente eran; y produjeron tales tumultos en los alrede
dores de su casa que los de su squito no se atrevan a
salir mientras los Estados no les hubieran apacigua
do. Advertido de ello el Rump, los retir al punto.
Vale la pena que oigis el cumplido que St. John hizo
a los comisionados al despedirse. Tenis puestos los
ojos dijo en el desenlace de los asuntos de Esco
411 En Ed. M. se lee las maneras de la religin (manners en lu
gar de marrow).

cia, y por ello rechazis la amistad que os hemos


ofrecido. Pero puedo aseguraros que muchos en el
Parlamento eran de la opinin de que no deberamos
haberos enviado embajadores mientras no hubira
mos separado las cuestiones existentes entre ellos y
ese rey, y entonces esperado los embajadores que vo
sotros nos enviarais. Ahora me doy cuenta de nuestro
error y de que esos gentileshombres tenan razn. En
poco tiempo veris terminado ese asunto; y entonces
vendris a solicitar lo que libremente os hemos ofre
cido, cuando os sintis confusos por haber rechazado
nuestra oferta.
B. St. John no tena seguridad alguna de que la
cuestin escocesa terminara como termin. Pues,
aunque los escoceses fueron derrotados en Dunbar, l
110 poda estar seguro de su incorporacin a Inglate
rra, que ocurri ms tarde.
A. Pero supona bien. Pues, dentro del mes si
guiente a la batalla de Worcester, se aprob un acta
prohibiendo la importacin de mercancas en barcos
que no fueran ingleses. Los ingleses les dificultaron
pescar en nuestra costa. Muchas veces registraron
tambin sus barcos (con ocasin de nuestra guerra
con Francia), e hicieron presa de algunos de ellos. Y
entonces los holandeses enviaron ac a sus embajado
res deseando lo que antes haban rechazado; pero en
parte tambin para informarse de qu fuerzas navales
tenan listas los ingleses y en qu medida el pueblo
estaba aqu contento con el gobierno.
B. Con qu resultado?
A. El Rump mostr ahora tan escaso deseo de
acuerdo como antes los holandeses; exigiendo condi
ciones que no era probable que nunca se aceptaran.
En primer lugar, en lo referente a la pesca en las cos
tas inglesas, la de que no la tendran sin pagar por
ella. En segundo lugar, que los ingleses tendran libre
trfico desde Middleburgh a Amberes, como antes de
la rebelin de los holandeses contra el rey de Espaa.
En tercer lugar, reclamaron reparacin por el viejo,

pero nunca olvidado, asunto de A m boyn a41. De


modo que la guerra era ya segura, aunque la estacin
les hizo abstenerse de actuar hasta la primavera si
guiente. El verdadero motivo del conflicto era, por la
parte inglesa, que haban despreciado la amistad que
les haban ofrecido y haban ofendido a sus embaja
dores; y por la parte holandesa su avidez por absorber
todo el trfico as como una falsa estimacin de nues
tra fuerza y de la de ellos.
Mientras se hacan estas cosas, no se descuidaron
los restos de guerra que quedaban tanto en Irlanda
como en Escocia, aunque estas naciones no estuvie
ron plenamente pacificadas hasta dos aos despus.
Tambin continu la persecucin de los realistas, en
tre los cuales fue decapitado un tal Mr. Love, por
mantener correspondencia con el rey.
B.
Yo haba credo que un ministro presbiteriano,
mientras fuera tal, no poda ser un realista, porque los
presbiterianos creen que su asamblea tiene el poder
supremo en las cosas de Cristo, y en consecuencia, en
Inglaterra son por ley estatutaria traidores.
A. Podis seguir pensando as, pues aunque he
llamado a Mr. Love realista, lo deca slo por el acta
del Parlamento en virtud de la cual fue condenado.
Fue l quien durante el tratado de Uxbridge, predi
cando ante los comisionados, dijo que haba tantas
posibilidades de acuerdo entre el cielo y el infierno
como entre el rey y el Parlamento. Tanto l como el
resto de los presbiterianos son y eran enemigos de los
enemigos del rey, Cromwell y sus fanticos, por su
propia cuenta y no por la del rey. Su lealtad era como
la de sir John Hotham, que impidi que el rey entrara
41 Se trata de la llamada masacre de Amboyna, que se produ
jo en 1623, cuando las autoridades holandesas de esa isla indonesia
dieron muerte a diez ingleses, diez japoneses y un portugus acusa
dos de organizar un complot para asesinar al gobernador local y to
mar la guarnicin. El incidente acab con los intentos de coopera
cin anglo-holandesa en las Molucas.

en Hull, y ms tarde habra entregado la villa al mar


qus de Newcastle. No es correcto, pues, llamar a
esos presbiterianos leales, sino ms bien doblemente
prfidos, a menos que pensis que, igual que dos ne
gaciones hacen una afirmacin, dos traiciones hacen
una lealtad.
Tambin durante ese ao fueron reducidas a la obe
diencia del Rump las islas Scilly y la isla de Man, y
las Barbados y la de San Cristbal. Ocurri algo que
no les gust: que Cromwell les advirti que deban
poner fin a sus sesiones, de acuerdo con la ley sobre
los Parlamentos trienales.
B. Creo que eso fue realmente duro.
A.
En el ao 1652, el 14 de mayo, empez la
guerra con Holanda de la siguiente forma. Habiendo
descubierto un tal capitn Young, que mandaba algu
nas fragatas inglesas, tres buques de guerra holande
ses con varios mercantes procedentes de los estre
chos, el mencionado Young orden a su almirante
arriar la bandera, cosa que habitualmente se haca en
reconocimiento del dominio de los ingleses en los
mares angostos42, y que el almirante hizo. Entonces
apareci el vicealmirante, y al ordenrsele, como al
otro, arriar la bandera, respondi llanamente que no.
Pero, tras intercambiar cuatro o cinco andanadas y
sufrir daos ambas partes, la arri. Pero el capitn
Young pidi tambin que o el vicealmirante mismo o
su barco repararan el dao sufrido, a lo que el viceal
mirante respondi que l haba recogido su bandera
pero que se defendera a s mismo y a su barco. Ante
lo cual el capitn Young, consultando con los capita
nes de sus otros barcos, por miedo a que se le echara
la culpa de iniciar la guerra en ese tiempo de tratado,
y echndose encima la noche, pens que no era con
veniente ir ms lejos.
42 The narrow seas designa los mares que separan Inglaterra del
continente e Irlanda, es decir, el canal de la Mancha y el mar de Ir
landa.

B. La guerra ciertamente empez por entonces.


Pero quin la empez?
A. Perteneciendo a los ingleses el dominio de los
mares, no puede caber duda de que la empezaron los
holandeses. Y que dicho dominio perteneca a los in
gleses lo admiti al principio el mismo almirante de
forma pacfica, y al final el vicealmirante al recoger
sus banderas.
Unos quince das despus se produjo otra batalla
en una ocasin similar. Van Trom p43 lleg con cua
renta y dos buques de guerra por detrs de Goodwin
Sands (estando a la sazn el mayor Bourne con unos
pocos barcos del Parlamento en los Downs44, y Blake
con el resto algo ms al oeste), y envi a dos capita
nes suyos a Bourne pidiendo disculpas por haber lle
gado hasta all. Y Bourne respondi que el mensaje
era corts, pero que para que pareciera real deba
marcharse. Conque Van Tromp se march pensando
(ahora que Bourne estaba satisfecho) navegar hacia
Blake, como hizo; pero, temindose lo peor, tambin
lo hizo Bourne. Cuando Van Tromp y Blake estuvie
ron cerca, Blake hizo un disparo sobre el barco de
Van Tromp, como aviso para que arriara la bandera.
Hizo esto tres veces, y entonces Van Tromp le envi
una andanada, y as empez la batalla (al comienzo
de la cual lleg Bourne), que dur desde las dos hasta
43 El almirante Maerten Harperstzoon van Tromp o Trump
(1598-1653) fue uno de los ms importantes marinos holandeses.
Con una brillante carrera, en la que se encuentra la derrota de la ar
mada espaola en los Downs en 1639, fue hecho caballero por Luis
XII en 1640, y en 1642 por Carlos I, quien le encomend la escolta
de la reina y de la princesa Mary a Francia. Pese a algunos xitos
parciales, como se ver por el relato de Hobbes, no consigui la
victoria en la guerra anglo-holandesa de 1652; y su muerte en 1653
en una confrontacin con Monck inclin definitivamente la suerte
del lado de Inglaterra.
44 Los Goodwin Sands forman una peligrosa lnea de bancos de
arena a la entrada del estrecho de Dover. Los Downs constituyen
una regin martima de la costa de Kent.

la noche, saliendo mejor parados los ingleses y sien


do, como antes, la bandera el motivo de discordia.
B.
Estando las dos naciones tan enrgicamente
resueltas a pelear, qu necesidad haba de andarse
con esa fineza de quin habra de empezar? Pues, en
cuanto a ganar por ello amigos y aliados, creo que era
en vano; pues en ocasiones as los prncipes y los Es
tados no se preocupan tanto de la justicia de sus veci
nos como de su propio inters en el caso.
A. Normalmente es as; pero en este caso los ho
landeses, sabiendo que el dominio de los mares an
gostos era un gallardo ttulo, envidiado por todas las
naciones ribereas, y que, por consiguiente, era muy
probable que se opusieran a ello, actuaron muy sensa
tamente al hacer de este punto el objeto de la disputa.
Tras ese combate los embajadores holandeses resi
dentes en Inglaterra enviaron un documento al Con
sejo de Estado en el que tildaban ese ltimo encuen
tro de accin temeraria, y afirmaban que se haba
hecho sin conocimiento y contra la voluntad de sus
seores los Estados Generales, y les deseaban que en
el calor del momento no hicieran al respecto nada que
pudiera ser irreparable. A esto el Parlamento vot: 1.
Que los Estados Generales pagaran los gastos produ
cidos y los daos que haban sufrido en esa ocasin.
2. Que, una vez pagado esto, cesaran todos los actos
de hostilidad y se restituyeran mutuamente todos los
barcos y bienes capturados. 3. Y acordadas ambas co
sas, que se hiciera una liga entre las dos repblicas.
Estos acuerdos se enviaron a los embajadores holan
deses en respuesta al susodicho documento; pero con
un prembulo exponiendo la consideracin que antes
haba tenido Inglaterra para con Holanda, y tomando
nota de su nueva flota de ciento cincuenta buques de
guerra sin otro propsito aparente que la destruccin
de la flota inglesa.
B. Y qu respuesta dieron los holandeses?
A.
Ninguna. Al poco tiempo Van Tromp naveg a
Zelanda, y Blake con setenta buques de guerra a las

islas Oreadas para capturar sus barcos pesqueros y es


perar cinco barcos holandeses de las Indias Orienta
les. Y sir George Askew, recin llegado de las Barba
dos, lleg a los Downs con quince buques de guerra,
donde se le orden permanecer para recibir refuerzos
desde el Tmesis.
Van Tromp, habiendo reclutado ahora ciento veinte
velas, sopes la posibilidad de interponerse entre sir
George Askew y la boca del ro, pero vientos contra
rios se lo impidieron durante tanto tiempo que, recla
mando su escolta los mercantes, no pudo permanecer
all ms tiempo, y as volvi a Holanda, y de all a las
Oreadas, donde se reuni con los cinco barcos de las
Indias Orientales antes mencionados y los envi a
casa. Y entonces intent trabar batalla con Blake,
pero una borrasca repentina le empuj al mar y dis
pers su' flota de tal modo que slo cuarenta y dos
barcos regresaron juntos, volviendo el resto por sepa
rado, cada uno como pudo. Tambin Blake regres,
aunque antes fue a la costa de Holanda con novecien
tos prisioneros y seis barcos de guerra capturados,
que eran parte de los doce que encontr y captur
cuando escoltaban a los pesqueros. Este fue el primer
asalto despus de que se declarara la guerra.
En el siguiente mes de agosto, entre De Ruyter45,
el almirante de Zelanda, con cincuenta barcos de gue
rra, y sir George Askew, cerca de Plymouth, con cua
renta, tuvo lugar una batalla en la que sir George lle
v la mejor parte; y podra haber tenido una victoria
45 Michiel Adriaanszoon de Ruyter (1607-1676) fue uno de los
almirantes ms famosos de la historia de Holanda. Su buen trabajo
en la primera guerra anglo-holandesa (1652-1654). a las rdenes de
Van Tromp, le vali los nombramientos de vicealmirante en 1653
y de lugarteniente almirante en 1665. Tras la guerra colabor estre
chamente con De Witt en la reorganizacin de la armada holande
sa. Obtuvo victorias fulgurantes en la segunda y tercera guerra an
glo-holandesa (1665-1667 y 1672-1674). Muri en Sicilia en
combate con los franceses.

completa si hubiera intervenido toda la flota. Sea


como fuere, a su vuelta el Rump, aunque le recom
pens, no volvi a emplearle en su servicio martimo,
sino que nombr a tres generales para el ao siguien
te, Blake, que ya lo era, Dean y Monk.
Por entonces, asediando Dunquerque el archiduque
Leopoldo46, y enviando los franceses una flota para
liberarla, el general Blake, tropezando con los france
ses en Calais y apresando a siete de sus barcos, hizo
que la ciudad se entregase.
En septiembre volvieron a entablar combate, los
holandeses al mando de De Witt47 y De Ruyter, y los
ingleses al mando de Blake. Y los holandeses fueron
nuevamente derrotados.
Adems, a finales de noviembre, Van Tromp con
ochenta barcos de guerra se present por detrs de
Goodwin Sands; donde Blake, pese a no tener consi
go ms que cuarenta, se aventur a trabar combate
con l, llevando con mucho la peor parte; e, interrum
piendo la noche la refriega, se retir al Tmesis. En
tretanto, Van Tromp, permaneciendo en el mar, apre
46 Se trata de Leopoldo Guillermo, archiduque de Austria (16141662), hijo del emperador Femando II y generalsimo de los ejrci
tos imperiales.
47 Johan de Witt (1625-1672), Gran Pensionario de Holanda, fue
uno de los hombres de Estado ms importantes de Holanda en el
siglo xvii. En buena medida a l debe Holanda la consolidacin de
su podero naval y comercial. Tras el fracaso de la primera guerra
anglo-holandesa llev a cabo una importantsima tarea de reorgani
zacin de la armada, saneamiento de las finanzas pblicas y exten
sin del dominio holands en las indias orientales. Tras estallar la
segunda guerra anglo-holandesa, la amenaza de Francia hizo que
De Witt y Carlos II concluyeran el Tratado de Breda de 1667 y for
maran con Suecia la Triple Alianza en 1668. Cuando en 1670 Gui
llermo III de Orange se hizo con el poder, de Witt, que haba inten
tado excluirle del estatuderato mediante el edicto perpetuo de
1667, tuvo que apartarse de la poltica. En 1672, cuando se diriga
a visitar a su hermano Cornelis, preso bajo la acusacin de conspi
rar contra Guillermo, muri brutalmente asesinado en un tumulto
popular que nunca fue investigado.

s algunos buques ingleses insignificantes, y acto se


guido, segn se dijo, con vanidad pueril colg del
mstil ms alto una escoba significando que pretenda
barrer de los mares todos los barcos ingleses.
Tras esto, en febrero, los holandeses al mando de
Van Tromp tropezaron con los ingleses al mando de
Blake y Dean cerca de Portsmouth, y tuvieron la peor
parte. Y stos fueron todos los encuentros que hubo
entre ellos dentro de ese ao en los mares angostos.
Tambin pelearon una vez en Liorna, donde los ho
landeses llevaron la mejor parte.
B. No veo que ninguno de los dos tuviera todava
gran ventaja. Si hubiera alguna, la tenan los ingleses.
A. Y ninguno de ellos estaba inclinado a la paz.
Pues los holandeses, tras haber enviado embajadores
a Dinamarca, Suecia, Polonia y a las ciudades hanseticas, proveedoras habituales de brea y cordaje, para
comunicarles la declaracin de la guerra y para traer
los de su parte, retiraron a sus embajadores de Ingla
terra. Y sin dilacin el Rump les concedi la audien
cia de despedida sin suprimir una sola slaba de sus
severas propuestas primeras. Y a continuacin, con el
fin de mantener la guerra durante el ao siguiente,
impuso al pueblo un tributo de ciento veinte mil li
bras per mensem.
B. Qu ocurra mientras tanto en Inglaterra?
A. Cromwell estaba ahora peleando con el ltimo
y ms grande obstculo que se interpona en sus de
signios: el Rump. Y a tal fin salan a diario del ejrci
to peticiones, mensajes, protestas, y otros documen
tos por el estilo; algunos de ellos apremiando al
Rump a disolverse y dejar camino libre a otro Parla
mento. Ante lo cual el Rump, no dispuesto a ceder y
no atrevindose a negarse, fij el 5 de noviembre de
1654 como trmino de sus sesiones. Pero Cromwell
no tena intencin de esperar tanto.
Entretanto el ejrcito en Irlanda reciba sumisiones,
conceda deportaciones de irlandeses y condenaba a
quienes quera en el Alto Tribunal de Justicia erigido

a tal fin. Entre los ejecutados, fue ahorcado sir Phelim O Neale, iniciador de la rebelin. En Escocia los
ingleses construyeron algunos alczares para sofrenar
a esa terca nacin. Y as termin el ao 1652.
B. Vayamos al 1653.
A. A Cromwell slo le faltaba ahora un paso para
colmar su ambicin: poner su pie sobre el cuello de
ese Parlamento Largo; cosa que hizo el 23 de abril de
ese ao 1653, en un momento muy razonable. Pues,
aunque los holandeses todava no estaban dominados,
se encontraban muy debilitados. Y, entre las presas
hechas al enemigo y exprimir al partido realista, las
arcas del tesoro estaban bastante llenas, y ahora48 em
pezaba a llegar el impuesto de ciento veinte mil libras
mensuales; todo lo cual era suyo por derecho del ejr
cito.
Por consiguiente, sin ms, acompaado de los ge
nerales de divisin Lambert y Harrison, y de algunos
otros oficiales, as como de todos los soldados que
estim convenientes, se dirigi a la sede del Parla
mento y lo disolvi, expulsando a sus miembros y ce
rrando las puertas con llave49. Y esta accin le atrajo
el aplauso del pueblo ms que cualquiera de sus vic
torias en la guerra, y a los parlamentarios tanto ms
desprecio e irrisin.
B. Ahora que no haba ya Parlamento, quin te
na el poder supremo?
A.
Si por poder entendis el derecho a gobernar
nadie lo tena aqu50. Si por tal entendis la fuerza su
prema, entonces lo tena claramente Cromwell, a
quien obedecan como general todas las fuerzas de
Inglaterra, Escocia e Irlanda.
48 En Ed. M. falta ahora.
49 El golpe de Estado se produjo el 20 de abril de 1653. Vid. la
Declaracin de 22 de abril sobre la disolucin del Parlamento, re
cogida como nmero 95 entre los Documents de Gardiner.
50 En Ed. M. falta aqu.

B. l apoyaba en ese ttulo sus pretensiones?


A. No; sino que inmediatamente despus invent

el siguiente ttulo: que, para defender la causa por la


que en un principio el Parlamento se haba levantado
en armas (es decir, se haba rebelado), l se haba vis
to en la necesidad de recurrir a acciones extraordina
rias. Ya sabis que el pretexto de la rebelin del Par
lamento Largo fue la salus populi, la seguridad de la
nacin contra una peligrosa conspiracin de los pa
pistas y de un malvolo partido en el interior; y que
todo el mundo est obligado, hasta donde alcanza su
poder, a procurar la seguridad de toda la nacin, cosa
que nadie sino el ejrcito era capaz de hacer y que el
Parlamento haba descuidado hasta ahora. No tena,
entonces, el general el deber de hacerlo? No tena,
por tanto, derecho? Pues esa ley de la salus populi va
dirigida slo a quienes tienen poder suficiente para
defender al pueblo; es decir, aquellos que tienen el
poder supremo.
B. S, ciertamente tena un ttulo tan bueno como
el Parlamento Largo. Pero el Parlamento Largo re
presentaba al pueblo; y me parece que el poder sobe
rano va esencialmente anejo al representante del
pueblo.
A. S, si el que hace a los representantes, que en
el caso presente es el rey, los rene para que reciban
el poder soberano y se despoja del mismo; en otro
caso, no. Y la Cmara Baja del Parlamento nunca fue
representante de toda la nacin, sino slo de los co
munes; ni tena esa Cmara el poder de obligar me
diante sus actas u ordenanzas a ningn lord ni a nin
gn sacerdote.
B. Cromwell se impuso con el nico ttulo de la
salus populi?
A. No, pues51 se es un ttulo que muy pocos en
tienden. Su mtodo era conseguir que el poder supre

mo le fuera conferido por el Parlamento. Por ello


convoc un Parlamento y le dio el poder supremo,
con la condicin de que ellos se lo dieran a l52. No
era eso ingenioso? En primer lugar, por tanto, public
una declaracin53 de las causas por las que haba di
suelto el Parlamento, y que se resuman en que, en lu
gar de intentar promover el bien del pueblo de Dios,
haban intentado, mediante un proyecto de ley que es
taba entonces a punto de ser aprobado, renovar la C
mara y perpetuar su propio poder. A continuacin
constituy con paniaguados suyos un Consejo de Es
tado que sera la suprema autoridad de Inglaterra;
pero slo hasta que fuera convocado y reunido el si
guiente Parlamento. En tercer lugar, convoc a ciento
cuarenta y dos personas elegidas por l mismo o por
sus oficiales de confianza; a la mayor parte de las
cuales se las instruy sobre lo que deban hacer; per
sonas oscuras y en su mayor parte fanticas, aunque
Cromwell las tildase de personas de fidelidad y ho
nestidad probada. El Consejo de Estado entreg a
esas personas la autoridad suprema, y no mucho des
pus ellos se la entregaron a Cromwell. El 4 de julio
ese Parlamento se reuni y eligi como speaker a un
tal Mr. Rous, y se denominaron a s mismos en ade
lante el Parlamento de Inglaterra54. Pero Cromwell,
para ms seguridad, constituy tambin un Consejo
de Estado; no con miembros insignificantes como
eran la mayor parte de esos, sino con l mismo y sus
principales oficiales. stos llevaban todos los asun
tos, tanto pblicos como privados, haciendo ordenan
zas y concediendo audiencias a los embajadores ex
tranjeros. Pero ahora tena ms enemigos que antes.
52 En Ed. M. se lee con el fin de que ellos se lo devolvieran
a l.
53 El texto de la declaracin de 22 de abril de 1653 est recogido
como nmero 95 entre los Documents de Gardiner.
54 El little Parliament o Barebone's Parliament.

Harrison, que era la cabeza de los quintamonrquicos, abandonando su cargo, no hizo sino animar a su
partido contra l; por lo cual ms tarde fue hecho pre
so. Ese pequeo Parlamento entretanto hizo actas tan
ridiculas y que tanto desagradaron al pueblo, que se
pens que los haba eligido adrede con el fin de des
prestigiar a todos los gobiernos parlamentarios y res
tablecer el crdito de la monarqua.
B. Cules fueron esas actas?
A. Una de ellas era la de que todos los matrimo
nios habran de celebrarse por un juez de paz, y las
amonestaciones habran de publicarse en tres das di
ferentes en el mercado prximo. A nadie se le prohi
ba ser casado por un ministro, pero sin un juez de
paz el matrimonio sera nulo; de modo que muchas
parejas cautas, para asegurarse uno de otro, aunque
despus se arrepintieran, se casaron de ambos modos.
Tambin abrogaron el Compromiso por el que no se
permita presentar demanda en ningn tribunal a
quien no hubiera adoptado dicho Compromiso, esto
es, a quien no hubiera reconocido al difunto Rump.
B. Ninguna de esas actas perjudicaba a Cromwell.
A. Tambin se traan entre manos un acta para
suprimir todas las actuales leyes y colecciones de le
yes, y hacer un nuevo cdigo ms acorde con el ta
lante de los quintamonrquicos, de los cuales haba
muchos en ese Parlamento. Ellos sostenan que no
deba haber otro soberano que el Rey Jess, ni nadie
que gobernara por debajo de l salvo los santos.
Pero su autoridad termin antes de que esa acta fuera
aprobada.
B. Qu importaba eso a Cromwell?
A. Todava nada. Pero estaban trabajando igual
mente en un acta, ahora casi lista para el debate, que
estableca que en adelante los Parlamentos, sucedindose uno a otro, seran perpetuos.
B. No lo entiendo; a menos que los Parlamentos
puedan engendrarse unos a otros como los animales,
o como el ave fnix.

A. Por qu no como el ave fnix? No puede un

Parlamento el da en que expira emitir breves convo


cando uno nuevo?
B. No creis que ms bien se volveran a convo
car ellos mismos de nuevo? Y que para ahorrarse el
trabajo de volver a Westminster seguiran reunindo
se donde estaban? O, si convocan al pas para hacer
nuevas elecciones y luego se disuelven ellos, en vir
tud de qu autoridad se va a reunir el pueblo en sus
tribunales de condado, no existiendo ninguna autori
dad suprema?
A. Todo lo que hacan era absurdo, aunque no lo
saban; ni siquiera que esto ofendera a Cromwell, cu
yas pretensiones sobre la soberana no percibi (se
gn parece) el que perge esa acta55; pero el partido
de Cromwell en la Cmara lo vio con toda claridad.
Y por tanto, tan pronto como se present, se levant
uno de los miembros y present una mocin en el
sentido de que, dado que la repblica probablemente
iba a sacar poco beneficio de sus sesiones, deban di
solverse. Harrison y los de su secta se molestaron con
esto y pronunciaron discursos en contra. Pero el parti
do de Cromwell. del cual formaba parte el speaker,
abandon la Cmara, y precedidos por la m aza56 fue
ron a Whitehall y entregaron su poder a Cromwell,
que se lo haba dado a ellos. Y de este modo obtuvo
l la soberana mediante un acta del Parlamento; y en
menos de cuatro das, el 16 de diciembre, fue institui
do Protector de las tres naciones y prest su juramen
55 En Ed. M. esta ltima frase est muy corrompida y es de dif
cil lectura. En F. T., que es el texto que seguimos, tiene el siguiente
tenor: no or that this woulcl offend Cromwell, whose desing upon
the sovereignty the contriver o f this act (it seems) perceived not.
En cambio, en Ed. M. se lee: no or this, whose design was upon
the sovereignty, the contriver o f this act, it seems, perceived not.
56 The mace, smbolo de la autoridad del rey delegada en el
speaker. Debe encontrarse sobre la mesa siempre que la Cmara
celebra sesin.

to de observar ciertas reglas de gobierno, escritas en


pergamino y ledas ante l. El escrito fue llamado el

instrumento51.
B. Cules fueron las reglas que jur?
A. Una era la de convocar un Parlamento cada

tres aos, el primero de los cuales haba de empezar


el 3 de septiembre siguiente.
B. Creo que algo de supersticin haba en elegir
el 3 de septiembre porque le fue afortunado en 1650
y 1651, en Dunbar y Worcester. Pero no saba l cun
afortunado sera para toda la nacin en 1658 en Whitehall58.
A. Otra era la de que no se disolvera ningn Par
lamento mientras no hubiera celebrado sesiones du
rante cinco meses; y que aprobara en el plazo de
veinte das los proyectos de ley que le presentaran o,
de lo Contrario, seran aprobados sin l.
Una tercera era la de que tendran un Consejo de
Estado de no ms de veintiuna ni menos de trece per
sonas; y que a la muerte del Protector ese consejo se
reunira, y antes de disolverse elegira un nuevo Pro
tector. Haba otras muchas ms, pero no es necesario
incluirlas.
B. Cmo sigui la guerra contra los holandeses?
A. Por parte inglesa los generales eran Blake,
Dean y Monk; y por la holandesa Van Tromp. Entre
ellos se entabl una batalla el 2 de junio, un mes an
tes del comienzo de ese pequeo Parlamento. En ella
los ingleses obtuvieron la victoria, y empujaron a los
enemigos a los puertos, aunque con la prdida del ge
neral Dean, muerto por un caonazo. Esa victoria fue
57 El Instrument of Government de 16 de diciembre de 1653, re
dactado por John Lamben a partir de los Head of proposals de
1647 confeccionados por Ireton, es en realidad la primera (y nica)
constitucin escrita de Inglaterra. (El texto del Instrument est con
el nmero 97 entre los Documents de Gardiner.)
58 Oliver Cromwell muri el 3 de septiembre de 1658 en Whitehall.

lo bastante grande como para hacer que los holande


ses enviaran embajadores a Inglaterra con vistas a un
tratado; pero entretanto prepararon y echaron a la mar
otra flota que igualmente, a finales de julio, fue de
rrotada por el general Monk, que obtuvo ahora una
victoria mayor que antes. Y esto hizo que los holan
deses se rebajaran hasta el punto de comprar su paz
con el pago de los costes de la guerra, y con el reco
nocimiento, entre otras clusulas, de que los ingleses
tenan el derecho de la bandera.
Esa paz fue concluida en marzo, al final de ese
ao59, pero no fue proclamada hasta abril; y el dine
ro, segn parece, no se pag hasta entonces.
Acabada ahora la guerra con Holanda, el Protector
envi a Irlanda a su hijo menor, Henry 60, a quien
poco despus hizo lugarteniente de la isla; y envi a
Monk como teniente general a Escocia, con el fin de
mantener a esas naciones en la obediencia. Nada ms
se hizo digno de recuerdo durante ese ao en el inte
rior; excepto el descubrimiento de un complot de los
realistas, segn se dijo, contra la vida del Protector,
quien durante todo ese tiempo tuvo conocimiento de
los designios del rey gracias a un traidor que haba en
la corte de ste y que ms tarde fue descubierto y
muerto.
B.
Cmo lleg a gozar de tanta confianza del
rey?
w Recurdese que Hobbes computa los aos segn el viejo es
tilo.
Henry Cromwell (1628-1674), cuarto hijo de Oliver. Durante
la guerra civil sirvi bajo el mando de su padre en Inglaterra e Ir
landa, y en 1654 recibi el nombramiento de major-general. Tras
la marcha del Lord Depuly Fleetwood de Irlanda en 1655, le fue
encomendado el gobierno de Irlanda. Dos aos ms tarde fue nom
brado Lord Depuiy de Irlanda, cargo que desempe con modera
cin. En 1658, con su hermano Richard en el Protectorado, fue
nombrado lugarteniente y gobernador general de Irlanda. Tras la
dimisin de su hermano, fue reclamado a Inglaterra, donde tam
bin l dimiti de todos sus cargos.

A. Era el hijo de un coronel muerto luchando del

lado del difunto rey. Adems, pretext haber sido em


pleado por los leales y amantes sbditos que tena
aqu el rey para hacer llegar a su Majestad el dinero
que de vez en cuando le enviaran; y, para hacerlo
creble, el mismo Cromwell hizo que se le enviase
dinero.
El ao siguiente, 1654, no hubo nada de guerra,
sino que se dedic a ordenanzas civiles, nombrar jue
ces, prevenir complots (pues los usurpadores son re
celosos), y ejecutar a los amigos del rey y vender sus
tierras. El 3 de septiembre, con arreglo al Instrumen
to, se reuni el Parlamento; en el que no haba Cma
ra de los Lores, mientras que la Cmara de los Comu
nes estaba compuesta, como antes, por caballeros |de
condado] y representantes de las ciudades; pero no
como antes por dos representantes por cada burgo y
dos caballeros por cada condado, pues la mayor parte
de los burgos no tenan sino un representante y algu
nos condados seis o siete caballeros. Haba adems
veinte miembros por Escocia y otros tantos por Irlan
da. De modo que ahora Cromwell no tena otra cosa
que hacer sino hacer gala de su arte de gobierno sobre
seis caballos de tiro que recientemente le haban sido
regalados, y que, siendo tan rebeldes como l, le arro
jaron del pescante y casi le mataron.
B. Seguramente ese Parlamento, que haba visto
cmo Cromwell haba manejado a los dos anteriores,
el Largo y el Corto, aprendi cmo conducirse con l
mejor que aquellos otros.
A. S, especialmente ahora que Cromwell en el
discurso que dirigi en la primera sesin les prohibi
expresamente tocar el gobierno de una persona ms
el Parlamento, o la milicia, o la perpetuacin de los
Parlamentos, o suprimir la libertad de conciencia; y
asimismo les dijo que cada miembro de la Cmara,
antes de tomar posesin de su escao, tena que otor
gar reconocimiento de su poder en diversos puntos.
Con lo cual, de ms de cuatrocientos al principio, no

comparecieron ms de doscientos; aunque despus,


cediendo algunos, tomaron posesin alrededor de
trescientos. Adems, justo cuando estaban tomando
posesin de sus escaos, public algunas ordenanzas
hechas por l, datndolas con fecha anterior, para que
vieran que l consideraba sus propias actas tan vli
das como las de ellos. Pero todo eso no pudo hacer
que se conocieran a s mismos. Y procedieron a deba
tir cada uno de los artculos del reconocimiento.
B.
Deban haberlo debatido antes de haberlo
prestado.
A. Pero entonces nunca se les habra permitido
tomar posesin de sus escaos. Siendo informado de
su terco proceder, Cromwell, desesperando de obte
ner subsidios de ellos, los disolvi.
Todo lo dems que pas durante ese ao fue que el
Alto Tribunal de Justicia actu sobre algunos realistas
acusados de complot.
Durante el ao 1655 los ingleses, en nmero de al
rededor de diez mil, desembarcaron en la Espaola
con la esperanza de saquear oro y plata, de los que
crean que haba gran abundancia en la villa de Santo
Domingo; pero fueron bien derrotados por unos po
cos espaoles. Y, habiendo perdido cerca de mil hom
bres, se marcharon a Jamaica y se apoderaron de ella.
Tambin ese ao el partido realista hizo otra inten
tona en el oeste; y all proclam rey a Carlos II; pero,
unindoseles pocos y abandonando algunos, pronto
fueron sofocados y muchas de las personas principa
les ejecutadas.
B. En esas mltiples insurrecciones, los realistas,
aunque bienintencionados, hicieron flaco servicio al
rey con su impaciencia. Qu esperanza tenan de im
ponerse a un ejrcito tan grande como el que el Pro
tector tena listo? Por qu desesperar de ver mejorar
los asuntos del rey gracias a la disensin y ambicin
de los grandes comandantes de ese ejrcito, muchos
de los cuales tenan la ventaja de gozar entre ellos de
tan buena estima como el mismo Cromwell?

A. Eso era un tanto incierto. El Protector, viendo


frustrada su esperanza de obtener dinero en Santo
Domingo, resolvi arrebatar a los realistas la dcima
parte anual de sus haciendas. Y principalmente con
tal fin dividi Inglaterra en once distritos de general
de divisin61, encargando a cada general de divisin
hacer una lista con los nombres de todas las personas
sospechosas del partido del rey y 62 de las haciendas
que tuvieran dentro de su distrito; obtener de ellos ga
ranta de que no actuaran contra el Estado y de que
revelaran todos los complots que llegaran a su cono
cimiento; y hacer que se comprometieran igualmente
por sus servidores. Tenan tambin el encargo de
prohibir carreras de caballos y concentraciones de
personas, y de cobrar y dar cuenta del dinero obteni
do por63 el pago de esos diezmos.
B. De ese modo el usurpador poda informarse
con facilidad del valor de todas las haciendas de In
glaterra, as como de la conducta y afecto de todas las
personas de calidad; cosa que antes se consideraba
grandsima tirana.
A. El ao 1656 era un ao parlamentario segn el
Instrumento. Entre el comienzo de ese ao y el da de
la constitucin del Parlamento, que fue el 17 de sep
tiembre, esos generales de divisin residieron en va
rias provincias conducindose de la forma ms tirni
ca. Entre otras tiranas estaba la de intimidar a la
gente en relacin con las elecciones y hacer que fue
ran elegidos miembros del Parlamento ellos y quienes
ellos queran; cosa que se pens que formaba parte
del propsito que tuvo Cromwell al constituirlos,
pues tena necesidad de un Parlamento generoso, ya
que ltimamente, al haber hecho las paces con ios
franceses, se haba visto embarcado en una guerra
con Espaa.
61 Major-generalships.
62 En este punto Ed. M. inserta recibir la dcima parte.
63 En Ed. M. falta el dinero obtenido por.

Ese ao ocurri que el capitn Stainer atac a la


flota espaola de la plata, que con ocho barcos se en
contraba cerca de Cdiz; hundi dos de ellos y apres
oros dos, en uno de los cuales haba dos millones de
piezas de ocho, lo que asciende a cuatrocientas mil li
bras esterlinas.
Fue tambin en ese ao cuando ocurri que James
Naylor64 apareci en Bristol, queriendo hacerse pasar
por Jesucristo. Llevaba la barba hendida y el cabello
arreglado de forma semejante al del Volto Santo; y
cuando se le preguntaba, a veces responda T lo has
dicho. Tambin tena discpulos capaces de caminar
junto a su caballo con el barro hasta media pierna.
Habiendo sido llamado por el Parlamento, fue senten
ciado a la picota, a que se le taladrara la lengua y se
le marcara la frente con una letra B. significando
blasfemia, y a permanecer en Bridewell. Lambert, un
gran favorito del ejrcito, intent salvarle; en parte
para intentar congraciarse con los sectarios del ejrci
to, pues ahora no gozaba ya del favor del Protector,
sino que meditaba cmo podra sucederle en el poder.
Unos dos aos antes, haba aparecido en CornuaIles una profetisa muy famosa por sus sueos y visio
nes, y escuchada por muchos, entre los que se conta
ban algunos oficiales eminentes. Pero, habiendo sido
hechos presos ella y algunos de sus cmplices, no
volvimos a or hablar de ella.
B. He odo hablar de otro, un tal Lilly65, que pro
64 James Nayler o Naylor (1618-1660), tras servir en el ejr
cito parlamentario a las rdenes de Fairfax, adopt, bajo la influen
cia de George Fox, el credo cuquero y termin convirtindose en
uno de los ms prominentes de los cuqueros ingleses. Pretendien
do ser la reencarnacin de Cristo, recorri el pas con sus seguido
res. En octubre de 1656 entr en Bristol imitando la entrada de
Cristo en Jerusaln; por lo que fue arrestado, juzgado y condenado a
la picota. Tras reconocer su error, en 1659 fue dejado en libertad.
William Lily (1602-1681), autor de almanaques astrolgicos y
libros de adivinacin. Su almanaque Mertinus anglicus, publicado

fetiz durante el tiempo que dur el Parlamento Lar


go. Qu le hicieron?
A. Sus profecas eran de otro tipo. Era un escritor
de almanaques, que pretenda dominar un pretendido
arte de astrologa judicial; un simple embaucador que
buscaba mantenerse gracias a una multitud de igno
rantes; y sin duda habra sido investigado si sus pro
fecas hubieran sido de algn modo perjudiciales para
ese Parlamento.
B. No entiendo cmo los sueos y los pronsti
cos de los locos (pues por tales tengo a los que predi
cen contingencias futuras) pueden causar gran perjui
cio a la repblica.
A. S. Vos sabis que no hay nada66 que haga tan
difciles los consejos humanos como la incertidumbre
del futuro, ni que dirija a los hombres en sus acciones
mejor que la previsin de las consecuencias de sus
acciones, siendo la profeca muchas veces la principal
causa del suceso predicho. Si en virtud de alguna pre
diccin el pueblo hubiera llegado a tener la seguri
dad de que Oliver Cromwell y su ejrcito seran, en
un futuro, enteramente derrotados, no habran inten
tado todos ayudar al partido que haba de derrotarle,
para as merecer de l un buen trato? Ese era el moti
vo por el que con tanta frecuencia los adivinos y as
trlogos eran desterrados de Roma.
La ltima cosa memorable de ese ao fue una mo
cin presentada por un miembro de la Cmara, con
anualmente desde 1644 a 1681, alcanz gran popularidad. Cercano
al pensamiento de los puritanos radicales, en varios de sus escritos
v. gr., Prophecy of the Whiie King, Prophetical Merlin, Supernatural Sights and Apparitions, todos ellos de 1644 se apoy en
argumentos astrolgicos para dirigir al rey admoniciones, predi
ciendo su derrota y muerte. En este sentido sus escritos debieron de
ejercer cierto efecto estimulante sobre el ejrcito del Parlamento.
En 1651 ofreci su versin sobre la poltica del rey y la guerra civil
en Observations on the Ufe and death ofthe King Charles.
66 En F. T. se lee: Yes. You know there is nothing... En cambio,
en Ed. M.: Yes, yes. Know there is nothing...

cejal de Londres, para que la Cmara pidiera y acon


sejara al Protector dejar el ttulo de Protector y asu
mir el de rey.
f. Esa fue realmente una mocin audaz, y que,
si hubiera prosperado, habra puesto fin a la ambi
cin de muchsimos y al libertinaje de todo el ejrci
to. Yo creo que la mocin se present con el fin de
arruinar tanto al Protector como a sus ambiciosos
oficiales.
A. Puede ser. En el ao 1657 la primera cosa que
hizo el Parlamento fue redactar esa peticin al Protec
tor para que asumiera el gobierno de las tres naciones
con el ttulo de rey. Como ocurri con otros Parla
mentos, tambin en ste a la mayor parte de sus
miembros se les mantuvo por la fuerza fuera de la
sede del Parlamento, o ellos mismos se abstuvieron
de tomar posesin de sus escaos para no hacerse
culpables de instaurar a ese rey Oliver. Pero los pocos
que tomaron posesin presentaron su peticin al Pro
tector el 9 de abril en la sala de banquetes de Whitehall, donde sir Thomas Widdrington, el speaker, ex
puso los primeros argumentos y el Protector pidi
tiempo para consultar a Dios, dada la importancia del
asunto. Al da siguiente le enviaron un comit para
recibir su respuesta. Al no obtener una respuesta muy
clara, volvieron a instarle a tomar una decisin, a lo
que l respondi mediante un largo discurso que ter
min con una negativa perentoria. Y de este modo,
manteniendo el ttulo de Protector, asumi el gobier
no con arreglo a ciertos artculos contenidos en la ci
tada peticin.
B. Qu fue lo que le hizo rechazar el ttulo de
rey?
A. Que no se atrevi a adoptarlo en ese momen
to. Siendo el ejrcito adicto a sus grandes oficiales,
muchos de los cuales esperaban sucederle y, habiendo
prometido la sucesin al general de divisin Lambert,
se habran amotinado contra l. Por eso se vio forza
do a esperar una coyuntura ms propicia.

B. Cules eran esos artculos?67.


A. Los ms importantes eran: 1. Que l ejercera

el cargo de primer magistrado de Inglaterra, Escocia


e Irlanda bajo el ttulo de Protector, y gobernara esas
naciones de acuerdo con la citada Peticin y Consejo;
y que nombrara en vida a su sucesor.
B. Creo que los escoceses, cuando se rebelaron,
nunca pensaron en ser gobernados de forma absoluta,
como lo fueron por Oliver Cromwell.
A. 2. Que convocara un Parlamento cada tres
aos como muy tarde. 3. Que las personas legalmente
elegidas como miembros no seran apartadas sin el
consentimiento de la Cmara. Al aceptar esta clusu
la, el Protector no se dio cuenta de que de ese modo
se readmita a los miembros de ese mismo Parlamen
to que haban sido apartados. 4. Se estableci la cualificacin requerida para ser miembro. 5. Se defini
el poder de la Otra Cmara. 6. Que no se hara ley al
guna sino mediante acta del Parlamento. 7. Que se fi
jara un ingreso anual constante de un milln de li
bras para el mantenimiento del ejrcito y la armada; y
trescientas mil libras para el sostenimiento del go
bierno, amn de otras subvenciones temporales que la
Cmara de los Comunes estimara convenientes. 8.
Que todos los funcionarios del Estado seran elegidos
por el Parlamento. 9. Que el Protector alentara el mi
nisterio eclesistico. Finalmente, que hara que se
acordara y publicara una profesin de religin. Hay
otros de menor importancia. Habiendo firmado los
artculos, fue a continuacin reinstalado con gran ce
remonia.
B. Qu necesidad haba de ello, puesto que se
gua siendo Protector?
67 Se trata de la Humble Petition and Advice, que, segn Gardiner (doc. nm. 102), data de 25 de mayo de 1657, y que sera com
plementada, interpretada y reformulada en la Additional Petition
and Advice de 26 de junio (doc. nm. 103).

A.
Pero no todos los artculos de esa peticin
eran iguales a los del primer Instrumento. Pues ahora
iba a haber otra Cmara; y, mientras que antes era su
consejo el que haba de nombrar a su sucesor, ahora
tena poder para hacerlo l mismo; de modo que era
un monarca absoluto, y, si quera, poda dejar su su
cesin a su hijo y as sucesivamente, o transferirla a
quien le pluguiese.
Terminada la ceremonia, el Parlamento suspendi
sus sesiones hasta el 20 de enero siguiente; momento
en que la Otra Cmara empez tambin sus sesiones
y, de acuerdo con un artculo de la Peticin, los
miembros apartados se sentaron con sus colegas68.
Estando ahora la Cmara de los Comunes llena, hi
cieron poco caso de la Otra Cmara, en la que de se
senta personas no haba ni nueve lores; pero dieron
en cuestionar todo lo que sus colegas haban hecho en
el tiempo en que ellos estuvieron apartados; de lo
cual habra resultado la anulacin del poder reciente
mente atribuido al Protector. Por ello, yendo a la C
mara, ste les dirigi un discurso que terminaba con
las siguientes palabras: Por Dios vivo, tengo que di
solveros y os disuelvo.
Ese mismo ao los ingleses asestaron otro gran
golpe a los espaoles en Santa Cruz, no mucho me
nor que el que les haban asestado el ao anterior en
la baha de Cdiz69.
Por el tiempo de la disolucin de ese Parlamento,
los realistas concibieron otro proyecto contra el Pro
tector: provocar una insurreccin en Inglaterra, estan
do a la sazn 70 el rey en Flandes listo para acudir
desde all a secundarles con un ejrcito. Pero tambin
esto fue descubierto por traicin, y no condujo sino a
la ruina de los que estaban comprometidos en ello,
68 En Ed. M. falta y, de acuerdo con... se sentaron.
69 En Ed. M. falta la baha de.
70 En Ed. M. falta a la sazn.

muchos de los cuales a comienzos del siguiente ao


fueron hechos prisioneros por un Alto Tribunal de
Justicia, y algunos de ellos ejecutados.
Tambin ese ao fue excluido de todo empleo el
general de divisin Lamben, un hombre a quien slo
Oliver superaba en el favor del ejrcito. Pero como
esperaba que gracias a ese favor o a una promesa del
Protector sera su sucesor en el poder supremo, habra
sido peligroso dejar que tuviera mando en el ejrcito,
ya que el Protector haba designado sucesor a su hijo
mayor Richard71.
El 3 de septiembre de 1658, el Protector muri en
Whitehall, habindose sentido desde su ltima insta
lacin en el poder continuamente aturdido por el te
mor a ser asesinado en algn atentado desesperado de
los realistas.
Vindose importunado en su enfermedad por su
consejo privado para que nombrara a su sucesor,
nombr a su hijo Richard; el cual, animado a esto no
por su propia ambicin sino por Fleetwood7:. Desbo71 Richard Cromwell (1626-1712). hijo mayor de Oliver (tras la
muerte de los dos mayores) y su sucesor en el protectorado. Sirvi
en el ejrcito del Parlamento, y durante el Protectorado de Oliver
Cromwell fue miembro del Parlamento. En 1657 fue nombrado
canciller de la universidad de Oxford y miembro del Consejo de
Estado. En su lecho de muerte Oliver le design sucesor, y en 1658
fue proclamado lord Protector. Aunque bienintencionado, su paso
por el protectorado revel su ineficacia y debilidad. Al pretender
tomar en sus manos el mando directo del ejrcito, choc con los
mandos superiores. Los conflictos entre el Parlamento y el ejrcito
le llevaron a disolver el Parlamento (abril de 1659). Reinstalado el
Rump, bajo la presin del ejrcito y acosado por las deudas, se vio
obligado a dimitir. Huyendo de los acreedores, en 1660 march al
continente bajo el nombre de John Clarke, regresando a Inglaterra
en 1680.
72 Charles Fleetwood (7-1692), general de las tropas parlamen
tarias. Con el ejrcito parlamentario luch en Naseby (junio de
1645), Dunbar (septiembre de 1650) y Worcester (septiembre de
1651). Desempe un importante papel en la organizacin del ejr
cito parlamentario. En 1651 se cas con Bridget, hija de Oliver
Cromwell. De 1652 a 1655 fue comandante en jefe y Lord Deputy

rough 73, Thurlow 74 y otros de su consejo, gustosa


mente lo asumi; y al poco los ejrcitos de Inglaterra,
Escocia e Irlanda le dirigieron mensajes. Su primer
asunto fue el costoso y esplndido funeral de su
padre.
De este modo Richard Cromwell se sent en el tro
no imperial de Inglaterra, Irlanda y Escocia, como su
cesor de su padre, alzado hasta l por los oficiales del
ejrcito que a la sazn se encontraban en la villa, y
felicitado por todas las partes del ejrcito de punta a
cabo de las tres naciones, sin que apenas hubiera
guarnicin alguna que dejara de dirigirle sus particu
lares mensajes de halago.
B.
Puesto que el ejrcito le aprob, cmo es que
tan pronto le abandon?
A.
El ejrcito era inconstante; y l mismo indeci
so y carente de toda gloria militar. Y aurque los dos
oficiales principales tenan una estrecha relacin con
l, ninguno de ellos era el gran favorito del ejrcito,
sino Lambert; el cual, por cortejar a Fleetwood para
que asumiera el Protectorado e intrigar con los solda
dos, se haba encontrado de nuevo como coronel. l y
el resto de los oficiales celebraron un consejo en Wa
ll ingford House, donde viva Fleetwood, para depo
ner a Richard, aunque todava no haban considerado
cmo seran gobernadas despus las naciones. Pues
desde el comienzo de la rebelin el mtodo de la am
en Irlanda. Tras la muerte de Oliver, fue uno de los dirigentes del
grupo de oficiales que forz a su hijo Richard a dimitir. Intervino
activamente en la restauracin del Rump y en su nueva disolucin.
Monck le volvi colocar al frente del ejrcito, pero con la restau
racin fue separado de todo caigo pblico.
John Desborough (1608-1680), cuado de Oliver Cromwell,
nombrado major-general en 1654.
74 John Thurlow o Thurloe (1616-1668) fue secretario de Oliver
Saint-John, y en 1652 fue nombrado secretario de Consejo de Esta
do. Dirigi un amplio servicio de inteligencia con agentes por toda
Europa. Tras la restauracin, fue arrestado acusado de alta traicin,
pero fue dejado en libertad a cambio de informacin.

bicin era constantemente ste: primero destruir y


luego considerar qu haban de levantar.
B.
No poda el Protector, que mantena su corte
en Whitehall, descubrir lo que se traan entre manos
los oficiales en Wallingford House, que estaba tan
cerca?
A. S, y varios de sus amigos le informaron de
ello; y algunos de ellos le aconsejaron matar al jefe, e
incluso se ofrecieron ellos mismos a hacerlo. Pero l
no tuvo valor suficiente para darles tal encargo. Si
gui, pues, el consejo de algunas personas ms blan
das, que era convocar un Parlamento. Conque inme
diatam ente se enviaron breves a quienes haban
formado parte de la Otra Cmara en el ltimo Parla
mento, y otros breves a los sheriffs para proceder a la
eleccin de caballeros [de condado] y representantes
de las ciudades, con el fin de que se reunieran el 27
de enero siguiente. Las elecciones se hicieron con
arreglo al modo antiguo, y ahora se constituy una
Cmara de los Comunes con el autntico temple in
gls, e integrada por cerca de cuatrocientos miem
bros, incluyendo veinte por Escocia y otros tantos por
Irlanda. Reunidos, se consideraron a s mismos sin
el Protector ni la Otra Cmara Parlamento y en po
sesin del poder supremo de las tres naciones.
Como primera tarea pensaban poner en cuestin 7S
el poder de la Otra Cmara; pero como el Protector
les recomend como primera tarea un acta, que ya es
taba preparada, reconociendo su poder protectoral,
empezaron con ello. Y despus de quince das de de
liberacin votaron que se hiciera un acta de la que
formara parte esa acta de reconocimiento, mientras
que otra parte sera para delimitar el poder del Protec
tor y asegurar los privilegios del Parlamento y las li
bertades del sbdito; y que todo ello se aprobara
conjuntamente.

t. Por qu esos hombres empezaron por obede


cer al Protector reunindose bajo su sola convocato
ria? Acaso 110 era eso un reconocimiento de su poder
todo lo pleno que era necesario? Por qu con ese
ejemplo ensearon al pueblo que haba que obedecer
le, y luego al poner leyes por encima de l le ensea
ron lo contrario? No fue el Protector el que hizo al
Parlamento? Por qu no reconocieron a su autor?
A. Creo que el deseo de la mayora de los hom
bres es mandar; pero pocos de ellos saben qu ms t
tulo tiene uno que otro para ello, fuera del derecho de
la espada.
t. Si reconocan el derecho de la espada, no eran
ni justos ni sensatos al oponerse al gobierno presente,
establecido y aprobado por todas las fuerzas de los
tres reinos. Los principios de esa Cmara de los Co
munes eran, sin duda, exactamente los mismos que
los de los que iniciaron la rebelin. Y si hubieran po
dido reclutar un ejrcito suficiente habran hecho lo
mismo contra el Protector; y el general de su ejrcito
les habra reducido de la misma forma a un Rump.
Pues los que tienen un ejrcito y no pueden dominar
lo tienen que estar sometidos a l tanto como el que
tiene un len en casa. Desde los tiempos de la reina
Isabel todos los Parlamentos han tenido el mismo
temple que ste; y siempre ser as mientras los pres
biterianos y los hombres de principios democrticos
tengan parecida influencia en las elecciones.
A.
Despus de esto76, en relacin con la Otra C
mara resolvieron que durante este Parlamento nego
ciaran con ella, pero sin invadir el derecho de los pa
res a que en todos los Parlamentos futuros se les
enviaran breves. Aprobndose esto, procedieron a
otra votacin en la que asumieron el poder de la mili
cia. Y, para mostrar su poder supremo, tambin libra
ron de la prisin a algunos de los que (segn ellos)

haban sido condenados ilegalmente por el anterior


Protector. Otros puntos relativos a los derechos civi
les y a la religin, muy del agrado del pueblo, tam
bin fueron ahora objeto de su consideracin. De
modo que al final de ese ao el Protector no recelaba
del Parlamento menos que del consejo de oficiales de
Wallingford House.
B.
As ocurre cuando personas ignorantes quie
ren emprender reformas. Hay aqu tres partidos, el
Protector, el Parlamento y el ejrcito: el Protector
contra el Parlamento y el ejrcito, el Parlamento con
tra el ejrcito y el Protector, y el ejrcito contra el
Protector y el Parlamento.
A. A comienzos de 1659 el Parlamento aprob
otras varias actas. Una prohiba a los oficiales del
ejrcito reunirse en consejo sin una orden del Protec
tor y de ambas Cmaras. Otra estableca que no ten
dra mando o puesto77 de confianza en el ejrcito na
die que antes no se hubiera comprometido por escrito
a no obstaculizar nunca a ninguno de los miembros
del Parlamento, sino que podran reunirse y debatir li
bremente en la Cmara. Y para complacer a los sol
dados votaron considerar inmediatamente el medio
de pagarles sus atrasos. Pero, mientras estaban consi
derando esto, el Protector, de acuerdo con la primera
de esas actas, prohibi la reunin de los oficiales en
Wallingford House. Eso hizo que el gobierno, que
gracias al desacuerdo existente entre el Protector y el
ejrcito estaba ya poco cohesionado, se hiciera ai
cos. Pues los oficiales se dirigieron, con bastantes
soldados, desde Wallingford House a Whitehall lle
vando consigo ya redactada una orden en la que se
daba a Desborough poder para disolver el Parlamen
to, para que la firmara el Protector. Y ste, fallndole
el coraje y su partido, la firm. El Parlamento, sin
embargo, sigui reunindose; pero al final de la se

mana la Cmara suspendi la sesin hasta el lunes si


guiente, que era el 25 de abril. Al llegar la maana
del lunes, encontraron cerrada la puerta de la Cmara
y sus accesos ocupados por soldados que les dijeron
lisa y llanamente que no tenan que reunirse ms. Es
tando as agotada la autoridad de Richard y sus tareas
en la ciudad, se retir al campo; donde a los pocos
das, bajo promesa del pago de sus deudas, que gra
cias al funeral de su padre eran cuantiosas, firm la
renuncia de su protectorado.
B. En favor de quin?
A. En favor de nadie. Pero, a los diez das del
cese del poder soberano, algunos de los rumpers que
estaban en la ciudad, junto con el antiguo speaker Mr.
William Lenthal78, resolvieron entre ellos y con Lam
bert. Hazlerig y otros oficiales que tambin eran rum
pers cuarenta y dos en total entrar en la Cmara.
Lo hicieron, y el ejrcito declar que ellos eran el
Parlamento.
Por entonces estaban tambin en Westminster Hall,
por asuntos privados, unos pocos de los que el ejrci
to haba apartado en 1648 79 y a quienes se llamaba
los miembros apartados. Sabiendo stos que haban
sido elegidos por la misma autoridad, y que tenan el
mismo derecho a sentarse en el Parlamento, intenta
ron entrar en la Cmara, pero los soldados se lo impideron. Lo primero que aprob el Rump nuevamente
reunido fue que las personas que, siendo antes miem
n William Lenthal (1591-1662). Elegido speaker del Parlamen
to Largo, el 4 de enero de 1640 protagoniz el famoso incidente
que ya conocemos de negarse a dar a Carlos I noticia del para
dero de cinco miembros de la Cmara de los Comunes que el rey
en persona vena a arrestar. En los conflictos entre presbiterianos e
independientes se situ del lado de estos ltimos. Durante el Pro
tectorado sigui actuando como speaker en 1654, y ms tarde tam
bin en el Parlamento Largo nuevamente restaurado por Monck.
Apoy la restauracin, y termin ganndose el favor de Carlos II y,
con ello, cierta fama de oportunista.
79 Por la purga de Pride.

bros de ese Parlamento, no se haban sentado en l


desde 1648, no tendran escao en esa Cmara hasta
nueva orden del Parlamento. Y de ese modo el Rump

recobr el 7 de mayo de 1659 la autoridad que haba


perdido en abril de 1653.
B.
Puesto que hubo tantos cambios en la autori
dad suprema, os ruego que, para que los lije bien en
la memoria, me los repitis brevemente con sus le
chas y por orden.
A. En primer lugar, desde 1640 a 1648, cuando
fue asesinado el rey, la soberana se la disputaban el
rey Carlos I y el Parlamento presbiteriano. En segun
do lugar, desde 1648 a 1653 el poder estuvo en aque
lla parte del Parlamento que vot el procesamiento
del rey y declar que ellos, sin rey ni Cmara de los
Lores, tenan la autoridad suprema de Inglaterra e Ir
landa. Pues en el Parlamento Largo haba dos faccio
nes, la presbiteriana y la independiente: la primera de
las cuales buscaba slo el sometimiento del rey y no
directamente su destruccin, mientras que la otra bus
caba directamente su destruccin; y es esta parte la
que fue denominada el Rump. En tercer lugar, desde
el 20 de abril al 4 de julio el poder supremo estuvo en
manos de un Consejo de Estado constituido por
Cromwell. En cuarto lugar, desde el 4 de julio hasta
el 12 de diciembre del mismo ao estuvo en manos
de hombres llamados a ello por Cromwell, y a los que
l calific de hombres de fidelidad e integridad y les
constituy en Parlamento; el cual fue denominado,
por desprecio hacia uno de sus miembros, el Parla
mento de Barebone80. En quinto lugar, del 12 de di
80 En efecto, el Barebone's Parliament (llamado tambin little
Parliament o nominated Parliament), que celebr sesiones de julio
a diciembre de 1653, debi su nombre a Praise-God Barbn, un
piadoso mercader de pieles de Londres dado a visiones y profecas.
Dejando al margen la referencia a ese pintoresco personaje, la de
nominacin misma posee resonancias irnicas, ya que barebone
puede interpretarse tambin como esqueltico, en los huesos.

ciembre de 1653 al 3 de septiembre de 1658 estuvo


en manos de Oliver Cromwell, con el ttulo de Pro
tector. En sexto lugar, desde el 3 de septiembre de
1658 al 25 de abril de 1659, lo tuvo Richard Crom
well como sucesor de su padre. En sptimo lugar,
desde el 25 de abril de 1659 hasta el 7 de mayo del
mismo ao, no estuvo en ninguna parte. En octavo lu
gar, desde el 7 de mayo de de 1659, el Rump, que en
1653 haba sido puesto en la calle, lo recuper de
nuevo; y lo volver a perder en favor de un Comit
de Seguridad y a recuperarlo de nuevo, y una vez ms
a perderlo en favor de su legtimo poseedor.
B.
Por quin y con qu arte lleg el Rump a ser
echado por segunda vez?
A.
Uno pensara que estaban bastante seguros.
El ejrcito de Escocia, que cuando estaba en Lon
dres haba ayudado a Cromwell a deponer al Rump,
ahora se someti, pidi perdn y prometi obe
diencia. Los soldados que estaban en la ciudad ha
ban mejorado su paga y en todas partes los co
m an d a n te s a d o p ta ro n el v iejo C o m p ro m iso
mediante el cual haban reconocido anteriomente
su autoridad. En la Cmara misma recibieron tam
bin sus despachos de manos del speaker, que era
generalsim o. Fleetwood fue nombrado teniente
general con tantas y tales limitaciones como consi
der necesarias el Rump, que recordaba cmo ha
ban sido servidos por el general Oliver. Y tambin
Henry Cromwell, lord lugarteniente de Irlanda, que
obedeciendo rdenes haba renunciado a su cargo,
volvi a Inglaterra.
Pero Lambert, a quien, segn se deca, Oliver ha
ba prometido la sucesin, y que igual que el Rump
conoca el camino que haba seguido Oliver para lle
gar al Protectorado, resolvi avanzar por ese camino
a la primera oportunidad, que tard poco en presen
trsele. Adems de algunos complots de los realistas,
a los que volvieron a perseguir al viejo modo, haba
en Cheshire una insurreccin de los presbiterianos

contra ellos, encabezada por sir George Booth81, uno


de los miembros apartados. Los insurrectos eran alre
dedor de tres mil, y lo que pretendan, era un Parla
mento libre. Se habl mucho tambin de otra suble
vacin, o intento de sublevacin, en Devonshire y
Cornualles por la misma poca. Para acabar con sir
George Booth el Rump envi un ejrcito ms que su
ficiente al mando de Lambert. el cual derrot rpida
mente al partido de Cheshire y recuper Chester, Li
verpool y todas las dems plazas sublevadas. Y
durante la batalla y despus de ella fueron hechos pri
sioneros varios de sus comandantes, entre los cuales
se contaba el mismo sir George Booth.
Tras ese xito, Lambert, antes de regresar, halag a
sus soldados con una fiesta en su propia casa de
Yorkshire, y obtuvo su consentimiento para una peti
cin qe se dirigira a la Cmara para que se pusiera
un general en el ejrcito, por no considerar conve
niente que el ejrcito fuera juzgado por un poder ex
trnseco a l.
B. No veo por qu eso es inconveniente.
A. Ni yo. Pero (segn he odo) era uno de los
axiomas de sir Henry Vane. Pero desagrad tanto al
Rump que votaron que era innecesario, gravoso y pe
ligroso para la repblica que hubiera en el ejrcito
ms generales de los ya establecidos.
B. No era se el mtodo de Oliver; pues, aunque esa
victoria de Cheshire hubiese sido tan gloriosa como la
81 George Booth (1622-1684), miembro del Parlamento Largo
en 1645 y de los Parlamentos del Protectorado. Tras la dimisin de
Richard Cromwell fue excluido del Parlamento, y se uni a los rea
listas presbiterianos organizando diversas revueltas. En agosto de
1659 tom Cheshire en un intento de rebelin realista contra el go
bierno de la Repblica. Derrotado por Lambert, huy disfrazado de
mujer. Descubierto al poco tiempo, fue encerrado en la Torre de
Londres. En 1660, tras la derrota de Lamben, fue puesto en liber
tad. Como miembro del Convention Parliament apoy la restaura
cin de la monarqua. En 1661 fue hecho barn Delamare.

de Oliver, en Dunbar, no fue la victoria lo que hizo ge


neral a Oliver, sino la renuncia de Fairfax y el ofreci
miento que el Parlamento hizo a Cromwell de ese cargo.
A.
Pero Lambert tena tan buena opinin de
mismo como para esperarlo. Y por ello, de regreso a
Londres, l y otros oficiales reunidos en Wallingford
House dieron forma a su peticin, a la que llamaron
memorial82. El punto principal de la misma era el
de tener un general, pero se aadieron otros muchos
de menor importancia; y la presentaron a la Cmara
el 4 de octubre por medio del general de divisin
Desborough. Y esto les impuso tanto respeto que les
ense tan buenas maneras como para prometer lle
varla inmediatamente a debate. Cosa que hicieron; y
el 12 de octubre83, habiendo recobrado arrestos, vota
ron que los despachos de Lambert, Desborough y
otros del consejo de Wallingford House seran nulos;
tem, que el gobierno del ejrcito se encomendara a
Fleetwood, Monk, Hazlerig, Walton, Morley y Overton hasta el 12 de febrero siguiente. Y, para garanti
zarlo contra la fuerza que esperaban por parte de
Lambert, ordenaron a Hazlerig y Morley emitir rde
nes a oficiales de su confianza para que a la maana
siguiente llevaran a sus soldados a Westminster. Pero
esto se hizo un tanto demasiado tarde. Pues Lambert
se haba adelantado enviando all a sus soldados; y
rode la Cmara y despidi al speaker que se diriga
a ella. Pero las fuerzas de Hazlerig, marchando alre
dedor de la tapia del parque de St. James, llegaron al
cementerio de St. Margaret. Y as ambos partidos es
tuvieron durante todo el da mirndose uno a otro
como enemigos, pero sin ofrecerse a la lucha. Y con
ello el Rump fue expulsado de la posesin de la C
mara 84; y los oficiales continuaron reunindose como
antes en Wallingford House.
82 A representation.
83 De 1659.
84 El 13 de octubre de 1659.

All eligieron de entre ellos, con unos pocos de la


ciudad, un comit, que denominaron Comit de Se
guridad, cuyos jefes eran Lambert y Vane, quienes,
con el asesoramiento de un consejo general de oficia
les, tenan poder para llamar a juicio a los delincuen
tes, sofocar rebeliones, tratar con Estados extranjeros,
etc. Ah tenis ahora al Rump aislado, y al poder su
premo, al que est encomendada la salus populi,
transferido a un consejo de oficiales. Pero una de sus
limitaciones era la de que antes de seis semanas deb
an presentar al ejrcito un nuevo modelo de gobierno.
Si lo hubieran hecho, creis que hubieran preferido a
Lambert o a cualquier otro como autoridad suprema
antes que a s mismos?
B. No lo creo. Cuando el Rump encomend el
gobierno del ejrcito, es decir, el gobierno de las tres
naciones, entre otros pocos al general Monk, que ya
era comandante en jefe del ejrcito de Escocia y que
haba hecho en esa guerra cosas mucho ms grandes
que Lambert, cmo se atrevieron a dejarle fuera de
ese Comit de Seguridad? O cmo poda creer Lam
bert que el general Monk le perdonara y no intentara
reafirmar al Rumpl
A. No pensaron en l. El haba dado muestras de
su bravura en escenarios remotos, en Irlanda y Esco
cia. Pero su ambicin no se haba manifestado aqu
en las disputas de ellos a propsito del gobierno, sino
que haba prestado obediencia tanto a Richard como
al Rump. Una vez que el general Monk hubo expresa
do por carta su disgusto por las maniobras de Lam
bert y sus camaradas, quedaron harto sorprendidos y
empezaron a prestarle ms consideracin que antes;
pero era demasiado tarde.
B. Por qu? Su ejrcito era demasiado pequeo
para tamaa empresa.
A. El general conoca muy bien sus fuerzas y las
de ellos, cules eran entonces y cmo podan incre
mentarse, y que lo que deseaban tanto la ciudad como
el pas era la restitucin del rey. Para lograr eso basta

ba con que viniera con su ejrcito, aun sin ser muy


grande, a Londres. Y el nico obstculo para ello era
el ejrcito de Lambert. Qu poda hacer en ese caso?
Si se hubiera declarado inmediatamente a favor del
rey o de un Parlamento libre, todos los ejrcitos de
Inglaterra se habran unido contra l y, asumiendo el
ttulo de Parlamento, se habran provisto de dinero.
El general Monk, tras haberse peleado as con el
consejo de oficiales mediante su carta, primero pren
di a aquellos oficiales de su propio ejrcito que eran
anabaptistas y, por consiguiente, no fiables, y coloc
en su lugar a otros; y luego, reuniendo sus fuerzas,
march a Berwick. Una vez all, convoc una con
vencin de escoceses, expresndoles su deseo de que
tomaran medidas para la seguridad de esa nacin en
su ausencia y reunieran medios para proveer a la ma
nutencin del ejrcito en marcha. La convencin pro
meti empear todo su esfuerzo en la seguridad de la
nacin, y le proporcion una suma de dinero, no
grande, pero s suficiente para su propsito, excusn
dose en atencin a sus actuales necesidades. Por otro
lado, el Comit de Seguridad, con la mayor y mejor
parte de su ejrcito, envi a Lambert a oponrsele;
pero al mismo tiempo, mediante diversos mensajes y
mediadores, le instaron a tratar, a lo que consinti en
viando a tres oficiales a Londres para tratar con otros
tantos de ellos. Esos seis, sin que el general les hubie
ra conferido poder, rpidamente pactaron sobre la
base de los siguientes artculos: que el rey quede ex
cluido; que se establezca un Estado libre; que se
aliente el ministerio eclesistico y las universidades;
y otros. Esto no fue del agrado del general, que en
carcel a uno de sus comisionados por excederse en
su cometido. Tras lo cual se convino otro tratado ne
gociado por cinco personas por cada lado. Pero,
mientras se traan entre manos estos tratados, Hazlerig, un miembro del Rump, se apoder de Portsmouth, y los soldados enviados por el Comit de Se
guridad a reducirle, en vez de hacerlo, entraron en la

villa y se unieron a l. En segundo lugar, la ciudad de


Londres reanud sus tumultos en peticin de un Par
lamento libre. En tercer lugar, lord Fairfax, tambin
miembro del Rump, y que gozaba de gran favor en
Yorkshire, estaba reclutando all fuerzas para ir tras
Lambert, quien, estando ahora entre dos ejrcitos sus
enemigos, gustosamente habra luchado con el gene
ral 85. En cuarto lugar, llegaron noticias de que Devonshire y Cornualles estaban alistando soldados. Fi
nalmente, el ejrcito de Lambert, necesitando dinero,
y seguro de que el Consejo de Oficiales, que no tena
autoridad ni fuerza para recaudar dinero, no se lo pro
porcionara, empez a mostrarse descontento, y por
gozar de cuartel libre se hizo odioso a las regiones
del norte.
B.
Me pregunto por qu los escoceses estaban tan
dispuestos a proporcionar dinero al general Monk;
pues no eran amigos del Rump.
A. No lo s. Pero creo que los escoceses se ha
bran desprendido con gusto de una suma mayor con
tal que los ingleses se enzarzaran entre s. Estando
ahora el Consejo de Oficiales rodeado de tantos ene
migos, present rpidamente su modelo de gobierno;
que consista en tener un Parlamento libre que se reu
nira el 15 de diciembre, pero con tales puntualizaciones sobre la ausencia del rey y de la Cmara de los
Lores que irritaron a la ciudad |de Londres] ms que
antes. Por temor a la ciudad no se atrevieron a enviar
soldados al oeste para acabar con los que all se su
blevaban; y tampoco podan reclutar ms por falta de
85 Tanto en F. T. como en Ed. M. el texto reza: ...Lambert, who
being now between two armies, his enemies would gladly have
fought with the general. Luc. Borot afirma que en el manuscrito de
la biblioteca del St Johns College, que l (como F. Tonnies) ha to
mado como base para su traduccin al francs, la segunda coma se
encuentra no tras armies, sino tras enemies. Pero esto, que cambia
sustancialmente el sentido del texto, no despeja todas las perpleji
dades.

dinero. Slo quedaba romper y, abandonando Wa


llingford House, que cada cual se las arreglase por s
mismo. Llegando esto a conocimiento de su ejrcito
del norte, desertaron de Lambert; y el 26 de diciem
bre el Rump volvi a tomar posesin de la Cmara.
B.
Puesto que el Rump volva a ocupar ahora sus
escaos, la tarea que haba pretextado el general
Monk para marchar a Londres estaba concluida.
A. Aunque de nuevo en sus escaos, el Rump no
estaba bien asegurado, sino que en medio de tantos
tumultos en favor de un Parlamento libre necesitaba
ahora tanto como antes la presencia del general. Por
lo cual ste les envi recado de que, creyendo que no
estaban todava suficientemente seguros, se presenta
ra en Londres con su ejrcito. Y ellos no slo lo
aceptaron, sino que le instaron a hacerlo, y votaron
mil libras anuales por sus servicios.
Mientras el general marchaba hacia Londres, por
todas partes el pas le peda un Parlamento libre. Con
el fin de hacer sitio a su ejrcito en Londres, el Rump
desaloj al suyo. Aun as, el general no dijo en todo
ese tiempo una palabra que pudiera tomarse como
una declaracin de su intencin ltima.
B. Cmo se veng el Rump de Lambert?
A.
Nunca le molestaron. Y no s por qu le trata
ron tan amablemente; pero ciertamente Lambert era
el ms capaz de los oficiales que les podan prestar
servicio cuando tuvieran medios y necesidad de em
plearle. Tras la llegada del general a Londres, el
Rump reclam a la ciudad la parte que le correspon
da de un impuesto de cien mil libras mensuales, por
seis meses, de acuerdo con un acta hecha por el Rump
antes de ser depuestos por el Comit de Seguridad.
Pero el Rump no consigui que la ciudad, que le era
adversa y entusiasta de un Parlamento libre, diera su
dinero a sus enemigos y para propsitos que repugna
ban a los suyos propios. Por lo cual el Rump orden
al general echar abajo las puertas de la ciudad y sus
rastrillos y encarcelar a ciertos ciudadanos obstina

dos. l lo llev a cabo, y fue ste el ltimo servicio


que les prest.
Por aquel entonces expir el cometido por el que el
Rump, antes de la usurpacin del Consejo de Oficia
les, puso en manos del general Monk junto con otros
el gobierno del ejrcito. Pero el actual Rump se lo re
nov.
B. De ese modo era l la sexta parte del general
de todas las fuerzas de la repblica. Si yo hubiera
sido el Rump, l habra sido el nico general. En ca
sos como ste no puede haber mayor vicio que el de
la tacaera. La ambicin debe ser generosa.
A. Tras derribar las puertas de la ciudad, el gene
ral remiti una carta al Rump hacindole saber que
ese servicio era muy contrario a su naturaleza y re
cordndoles lo bien que haba servido la ciudad al
Parlamento a lo largo de toda la guerra.
B. S. Pero, si hubiera sido por la ciudad, el Par
lamento nunca habra podido hacer la guerra, ni el
Rump haber asesinado al rey.
A. El Rump no consider ni el mrito de la ciudad
ni la abnegacin del general. Estaban atareados. Esta
ban repartiendo despachos, haciendo actas para abjurar
del rey y de su descendencia y para el viejo Compro
miso, y conferenciando con la ciudad para obtener di
nero. El general expres tambin su deseo de tomar
parte en conversaciones entre algunos de los del Rump
y algunos de los miembros apartados en relacin con
la justicia de su separacin y con el dao que podra
seguirse de su readmisin; cosa que se concedi. Tras
una larga conferencia, el generals6, considerando irra
zonables y ambiciosas las pretensiones del Rump, se
declar l mismo con la ciudad en favor de un Parla
mento libre, y fue a Wcstminster con los miembros
86 En F. T. hay una alteracin de los signos de puntuacin de
forma que se leera: ... cosa que se concedi tras una larga confe
rencia. El general....

apartados (a los que haba citado para reunirse y espe


rarle en Whitehall), y los repuso en la Cmara entre los
Rumpers. De modo que ahora volva a estar all el mis
mo ganado que ocupaba la Cmara de los Comunes en
1640, excepto los que haban fallecido y los que les ha
ban dejado para unirse al difunto rey en Oxford.
B.
Pero esto, creo yo, no era hacer un buen servi
cio al rey, a menos que hubieran aprendido mejores
principios.
A. No haban aprendido nada. La mayora volva
ahora a ser presbiteriana. Verdad es que estaban tan
agradecidos al general Monk como para hacerle ge
neral de todas las fuerzas de las tres naciones. Tam
bin hicieron bien en anular el Compromiso; pero fue
porque esas actas haban sido hechas en perjuicio de
su partido. Pero no abrogaron ninguna de sus propias
ordenanzas rebeldes; ni hicieron nada por el bien del
actual rey, sino que, al contrario, declararon mediante
votacin que el difunto rey empez la guerra contra
sus dos Cmaras.
B. Acaso no eran las dos Cmaras, consideradas
como dos personas, dos de los sbditos del rey? Si un
rey recluta un ejrcito contra un sbdito suyo, es lcito
que ese sbdito se le resista por la fuerza, cuando, como
en este caso, podra haber hecho la paz sometindose?
A. Ellos saban que haban actuado vil y estpi
damente; pero, como siempre haban pretendido tener
una sabidura y piedad mayor de lo ordinario, no es
taban dispuestos a admitirlo. Los presbiterianos vean
ahora que era el momento de hacer una Confesin de
su Fe, y la presentaron a la Cmara de los Comunes;
y los Comunes, para mostrar que no haban cambiado
sus principios, tras seis lecturas en la Cmara, apro
baron que se imprimiera y se leyera en pblico una
vez al ao en todas las iglesias87.
87 En Ed. M. se lee ... y la presentaron a la Cmara de los Comu
nes para mostrar que no haban cambiado sus principios; la cual tras
seis lecturas en la Cmara, fue aprobada par a que se imprimiera....

B. Vuelvo a decir que ese restablecimiento del


Parlamento Largo no fue un buen servicio al rey.
A. Tened un poco de paciencia. Se les restableci
con dos condiciones: una, que pusieran fin a sus se
siones antes de final de marzo88; la otra, que antes de
disolverse emitiesen breves convocando nuevas elec
ciones.
B. Eso cambia algo el asunto.
A. Eso trajo al rey, pues pocos miembros de ese
Parlamento Largo pudieron conseguir ser reelegidos,
dado lo que le haba escocido al pas su anterior ser
vicio. El Nuevo Parlamento 89 empez a reunirse el
25 de abril de 1660. Con qu rapidez llamaron al rey;
con qu alegra y triunfo fue recibido; con qu serie
dad su Majestad apremi al Parlamento a aprobar el
acta de amnista, y cun pocos fueron exceptuados de
ella, son cosas que conocis tan bien como yo.
B. Pero no he observado que los presbiterianos
hayan olvidado sus anteriores principios90. No hemos
hecho pues sino volver al estado en que estbamos al
empezar la sedicin.
A. No. Pues antes los reyes de Inglaterra tenan el
derecho de la milicia en virtud de la soberana; y lo
tenan sin disputa, y sin que ningn acta del Parla
mento en concreto estuviera promulgada directamen
te para ese fin. Pero ahora, tras esa sangrienta disputa,
el siguiente Parlamento, que es el actual, ha declara
do en trminos apropiados y expresos que eso es de8< En efecto, el Parlamento, que tras tantas vicisitudes volva a
ser el viejo Parlamento Largo de 1640, fue disuelto el 16 de marzo
de 1660.
S9 Se trata del Convention Parliament, que invit a regresar a
Carlos II y acept la llamada Declaracin de Breda de 4 de abril
de 1660 (nm. 105 de los Documents de Gardiner).
90 Si se recuerda que amnista traduce obUvion (olvido), se
advertir la intencin precisa de esta frase: mediante la ley de am
nista el monarca ha decretado el olvido de los desafueros cometi
dos durante la guerra civil; en cambio sus autores no han olvidado
las doctrinas en las que se apoyaron para cometerlos.

recho exclusivo del rey sin ninguna de sus Cmaras


del Parlamento; acta sta que es ms instructiva para
el pueblo que ningn argumento extrado del ttulo de
soberano y, en consecuencia, ms apta para desarmar
la ambicin de todos los arengadores ambiciosos que
surjan en el futuro.
B.
Ruego a Dios que as sea. Sin embargo, tengo
que admitir que este Parlamento ha hecho todo lo que
un Parlamento puede hacer para asegurar nuestra paz.
Y yo creo que sera suficiente si los predicadores se
guardaran de instilar malos principios a su auditorio.
He visto en esta revolucin un movimiento circular
del poder soberano desde el difunto rey a su hijo a
travs de dos usurpadores, padre e hijo91. Pues (de
jando fuera el poder del Consejo de Oficiales, que
slo fue temporal, y slo lo posean fiduciariamente)
pas del rey Carlos I al Parlamento Largo; de ah al
Rump; del Rump a Oliver Cromwell; y de nuevo de
Richard Cromwell al Rump; de ah al Parlamento
Largo; y de ah al rey Carlos II, donde ojal perma
nezca muchos aos.
A. Amn. Y ojal tenga l un general semejante
cuantas veces lo necesite.
B. Poco me habis hablado del general, hasta
ahora ya al final. Pero en verdad creo que sacar a
todo su pequeo ejrcito de Escocia y llevarlo a In
glaterra fue la mayor estratagema conocida en la his
toria.

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