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BIBLIOLOGIA
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INTRODUCCIN
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CAPITULO 1. LA BIBLIA
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B. DIVISIONES DE LA BIBLIA
La Biblia est dividida en dos partes de extensin bastante desigual, llamadas Antiguo
y Nuevo Testamento (Escrituras Hebreas y Escrituras Griegas). A primera vista, la
palabra testamento se presta a un equvoco, porque no se ve muy bien en qu
sentido puede aplicarse a la Biblia. Sin embargo, la dificultad se aclara si se tiene en
cuenta la vinculacin de la palabra latina testamentum con el hebreo berit, pacto o
alianza.
Berit es uno de los trminos fundamentales de la teologa bblica. Con l se designa
el lazo de unin que (YHWH) Dios estableci con su pueblo en el monte Sina. El
trmino hebreo berit se tradujo al griego con la palabra diatheke, que significa
disposicin, arreglo, y de ah ltima disposicin o ltima voluntad, es decir,
testamento. De este modo, la Septuaginta (LXX), quiso poner de relieve que el pacto
o alianza era un don y una gracia de Dios, y no el fruto o el resultado de una decisin
humana.
CLASIFICACIN
Nuestras Biblias actuales podemos clasificarlas de la siguiente forma:
LIBROS A.T.:
LIBROS N.T.:
En el judasmo, a las Escrituras se las designa con la palabra TANAK, que en realidad es
una sigla formada con las iniciales de Torah, Nebihim y Ketubim.
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La ley (TORAH)
Gnesis, xodo, Levtico, Nmeros, Deuteronomio
Los profetas (NEBIHIM)
Los profetas anteriores: Josu, Jueces, Samuel, y Reyes
Los ltimos profetas: Isaas, Jeremas, Ezequiel, y Los Doce (menores
profetas)
Las Escrituras (KETUBIM O HAGIORAFA)
Libros poticos: Salmos, Proverbios, y Job
Los cinco rollos (Megilloth): Cantar de los Cantares, Rut,
Lamentaciones, Eclesiasts y Ester
Los libros histricos: Daniel, Esdras, Nehemas, Crnicas
Nuestras Biblias actuales estn fragmentadas en captulos y versculos. Las primeras
divisiones (154) se le hicieron al Pentateuco (586 a. C.). Cincuenta aos ms tarde se la
seccion en 54 para facilitar la lectura. Los griegos hicieron divisiones alrededor del
ao 250 d. C. El ms antiguo sistema de divisin en captulos data del ao 350 d.C. y
aparece en los mrgenes del cdice Vaticano. En el ao 1227, el arzobispo de
Canterbury dividi la Biblia en captulos tal como la conocemos actualmente. Las
divisiones en versculos aparecieron alrededor del ao 900 d. C. La Vulgata fue la
primera Biblia que incorpor la divisin tanto en captulos como en versculos.
C. EL ORDEN DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA
El fundamento del orden actual parece haber sido el siguiente: los evangelios vienen
primero porque son biografas de Jess, el fundador de la religin cristiana, quien es la
razn de que haya Nuevo Testamento, para empezar. El orden de Mateo, Marcos,
Lucas y Juan probablemente corresponda al orden en que varios Padres de la Iglesia
creyeron que haban sido escritos, aunque a Mateo regularmente se le atribua la
autora de un escrito en algn dialecto hebreo, probablemente menos desarrollado
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que un evangelio completo. Incluso si Marcos hubiera sido escrito primero, como la
mayor parte de los eruditos modernos creen basados en buenas razones, Mateo bien
podra haber sido colocado al principio por ser el ms judo de los cuatro evangelios y
tener el mayor nmero de vnculos con el Antiguo Testamento. Hechos viene despus
porque trata sobre la generacin de los seguidores de Jess inmediatamente despus
de su muerte y resurreccin. Luego vienen todas las epstolas agrupadas, empezando
por las cartas de Pablo, el ms influyente de todos los cristianos de la primera
generacin. Excepto cuando dos epstolas son adyacentes por ir dirigidas a las mismas
personas, las cartas de Pablo estn acomodadas en orden descendente en cuanto a
su longitud. (Glatas tambin trastorna el patrn, al ser slo un poco ms corta que
Efesios). Primero vienen las cartas a las iglesias y luego las cartas a los individuos, cada
una acomodada de acuerdo a este patrn. La autora de Hebreos ha sido incierta
desde su publicacin. Debido a que algunos crean que era paulina y muchos otros que
no, se coloc inmediatamente despus de las cartas paulinas, y no se insert donde
debera haber ido, segn su longitud, dentro de dicha coleccin. Las as llamadas
Epstolas Generales aparentemente se colocaron en el orden de importancia que sus
autores tenan en las primeras dcadas del movimiento de Jess. Aunque Pedro
habra de eclipsar a Jacobo, a ojos de los cristianos Jacobo era el anciano gua de la
joven madre iglesia en Jerusaln. Pedro lo segua muy de cerca en un segundo lugar;
tras l iban Juan (compaero de Pedro en varios contextos de Hechos) y, finalmente,
Judas, el menos destacado de los cuatro. Probablemente el Apocalipsis se puso al final
de la coleccin porque fue el ltimo libro en escribirse, adems de que habla de las
ltimas cosas de la historia humana.
D. TEMA DE LA BIBLIA
Este libro (la Biblia) revela la mente de Dios, el estado moral y espiritual
del hombre, el camino de salvacin, el castigo del pecador no redimido y
la bienaventuranza del creyente. Sus doctrinas son santas, sus preceptos
obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones inmutables. Lelo
para ser sabio, crelo para estar seguro, practcalo para ser santo. Es luz
que dirige, pan que sostiene y consuelo que alegra. Es mapa del viajero,
bculo del peregrino, brjula del navegante, espada del soldado y la
carta magna del cristiano.En la Biblia est el paraso restaurado, el cielo
abierto y las puertas del infierno descubiertas. Cristo es su gran tema,
nuestra salvacin su buen propsito y la gloria de Dios su meta. Debe
ocupar la mente, gobernar el corazn y guiar los pies. Lelo con
lentitud, con frecuencia y con oracin.Es mina de prosperidad, un
paraso de gloria y un ro de placer. Nos es dado en esta vida, ser
abierto en el juicio y ser recordado eternamente. Trata del deber ms
grande, recompensar la labor ms excelente y condenar a todo aqul
que juega con su sagrado contenido (autor no conocido)
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Y comenzando desde Moiss, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en
todas las Escrituras lo que de l decan.
Lucas 24:27
No nos adentramos en ningn texto sin encontrar algo referido a Cristo, una profeca,
una promesa, una oracin, un tipo u otra cosa. El hilo de oro de la gracia del evangelio
recorre toda la trama del Antiguo Testamento. Cristo es el mejor expositor de la
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E. PROPOSITO DE LA BIBLIA
1 Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000,
c1998.
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Cuando el famosos escritor Sir Walter Scott estaba para morir, pidi "El
Libro". Uno de los miembros de la familia, pensando que el moribundo
se refera a alguno de los muchos volmenes que haba escrito y que
guardaba en su biblioteca, pregunt: --Cul libro? Entonces Sir Walter
Scott dijo: No hay sino un Libro para un momento como este: Ese libro
es la BIBLIA
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CAPITULO 2. LA REVELACIN
A. CONCEPTO DE REVELACIN
Revelacin es uno de los conceptos fundamentales de la teologa cristiana, expresando
que el cristianismo no es una creacin humana sino divina. El vocablo revelar se usa
normalmente para traducir el hebreo galah y el griego apokalypto (sustantivo,
apokalypsis), que corresponde a galah en la Septuaginta y en el Nuevo Testamento
galah y apokalypto expresan todos la misma idea: la de dar a conocer algo oculto, a
fin de que pueda verse y conocerse por lo que es. Es importante sealar que La
revelacin llega al hombre, no como informacin sin obligacin, sino como regla
obligatoria de fe y conducta. La vida del hombre debe gobernarse, no por antojos y
fantasas personales, ni tratando de adivinar cosas divinas no reveladas, sino por una
reverente aceptacin de lo que Dios le haya dado a conocer, lo cual debe llevar a un
cumplimiento cabal de todos los imperativos que evidencie contener la revelacin (Dt.
29.29). Comentando el texto anterior, M. Henry dice lo siguiente:
Moiss termina su profeca del rechazo de los judos, de la manera que San Pablo
termina su sermn sobre el tema, cuando empieza a cumplirse, Romanos 11:33. Se nos
prohbe inquirir por curiosidad en los consejos secretos de Dios y decidir al respecto.
Pero se nos dirige y estimula a que escudriemos diligentemente en aquello que Dios
ha dado a conocer. l no ha retenido nada que sea provechoso para nosotros, sino slo
lo que es bueno que ignoremos. El fin de toda revelacin divina no es darnos temas
curiosos de especulacin y discusin, sino que podamos hacer todas las palabras de
esta ley y ser bendecidos en nuestro obrar. La Biblia revela claramente esto; ms all
de esto no pueden ir provechosamente los hombres. Por esta luz uno puede vivir y
morir cmodamente y ser feliz para siempre
Otra de las palabras relacionadas con la revelacin es la palabra MISTERIO. Misterio
() en la Biblia denota no lo que es misterioso, como sucede con el trmino
castellano, sino aquello que, estando ms all de la posibilidad de ser conocido por
medios naturales, solo puede llegarse a saber por revelacin divina, y se hace saber
de una manera y en un tiempo sealados por Dios, y slo para aquellos que estn
iluminados por su Espritu.
I. En el Antiguo Testamento
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cudruple.
El misterio lo constituyen las buenas nuevas que forman el contenido de la
revelacin de Dios (comprese Ef. 6.19);
es el misterio de Dios mismo, el centro del cual est en Cristo (Col. 2.2,
comprese 1 Co. 2.1).
est contenido dentro de los eternos consejos de Dios y escondido en l (Ef.
3.9), decretado antes de los siglos (1 Co. 2.7)
Es declarado sofia (sabidura) de Dios, y velado a la comprensin humana, pero
a la espera de su aclaracin, a travs de las edades (1 Co. 2.8; Ro. 16.25, donde
el participio adjetivado es sesigemenon).
es tambin el misterio de Cristo, anunciado histricamente y definitivamente
por Dios en Cristo mismo (Ef. 1.9; 3.3s, donde el mysterion se describe como
revelado a Pablo kata apokalypsin; (comprese Col. 4.3). Misterio, centrado y
declarado en la persona del Seor Jesucristo, por medio de cuya muerte Dios
nos reconcilia consigo mismo (2 Co. 5.18s; comprese 1 Co. 2.2), que Pablo fue
comisionado para proclamar (Ef. 3.8s; comprese 1 Co. 4.1).
Pablo considera al misterio de Cristo (el centro del cual lo constituyen
particularmente los gentiles [que] son coherederos) como algo que ha sido
revelado a los apstoles y profetas por el espritu (en pneumati, Ef. 3.5;
comprese tambin 1 Co. 13.2; 14.2). Tambin el matrimonio cristiano (Ef.
5.32), y el misterio de iniquidad (o pecado) (2 Ts. 2.7).
El misterio que se ha revelado en el tiempo todava espera su consumacin y
cumplimiento divino en la eternidad. Este es el sentido en que debe entenderse
el trmino en Ap. 10.7: el misterio de Dios ya anunciado se cumplir
corporativamente sin demora, en los das de la voz del sptimo ngel, cuando
l comience a tocar la trompeta. Y esto es igualmente cierto en funcin de la
salvacin personal: el misterio de ser transformados cuando suene la
trompeta, cuando la mortalidad sea finalmente remplazada por la inmortalidad
(1 Co. 15.51ss).
La revelacin gira en torno a dos puntos centrales: (1) los propsitos de Dios; (2) la
persona de Dios.
1. Por un lado, Dios informa al hombre acerca de s mismo: quin es, lo que ha hecho,
est haciendo, y va a hacer. As, tom a No, Abraham, y Moiss y les brind
confianza, contndoles lo que haba pensado hacer, y cul iba a ser el lugar de ellos en
lo que haba planeado (Gn. 6.1321; 12.1ss; 15.1321; 17.1521; 18.17ss; Ex. 3.722).
Adems, dio a conocer a Israel las leyes y promesas de su pacto (Ex. 2033, etc.; Dt.
4.13s; 28, etc.; Sal. 78.5ss; 147.19). Revel sus intenciones a los profetas (Am. 3.7).
Cristo habl a sus discpulos acerca de todas las cosas que o de mi Padre (Jn. 15.15),
y les prometi el Espritu Santo para que completara la obra de instruirlos (Jn. 16.12ss).
Dios revel a Pablo el misterio de su propsito eterno en Cristo (Ef. 1.9ss; 3.311).
Cristo le revel a Juan las cosas que deben suceder pronto (Ap. 1.1). Desde este
punto de vista, como revelacin precisa emanada de Dios mismo, relativa a sus
propsitos y su obra salvfica, Pablo llama al evangelio la verdad, en contraste con el
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error y la falsedad (2 Ts. 2.1113; 2 Ti. 2.18; etc.). De all el uso de la frase verdad
revelada en la teologa cristiana para denotar lo que Dios ha dado a conocer a los
hombres acerca de s mismo.
2. Por otro lado, cuando Dios manda su palabra a los hombres, al mismo tiempo los
enfrenta con su propia Persona. La Biblia no concibe la revelacin como mera
difusin de informacin, divinamente garantizada, sino como un acercamiento
personal de Dios a los individuos, destinado a hacerse conocer por ellos (comprese
Gn. 35.7; Ex. 6.3; Nm. 12.68; G. 1.15s). Cuando el hombre se encuentra con la
palabra de Dios, por casual y accidental que pueda parecer ese encuentro, Dios se
encuentra con ese hombre, le dirige la palabra a l personalmente, y le exige una
respuesta personal como Autor de ella (comprese Ex. 3.2ss; 19.1120; Ez. 1; etc.)
B. NECESIDAD DE LA REVELACIN
Ernesto Trenchard3 comenta: Zofar indic la dificultad de que el hombre llegase a
conocer a Dios en su pregunta a Job: Descubrirs t los secretos de Dios? Llegars
t a la perfeccin del Todopoderoso? (Job 11:7). La mente carnal es incapaz de
comprender a Dios. Las investigaciones cientficas se limitan forzosamente a lo
material, y los sabios carecen de datos para poder penetrar en el secreto de la realidad
espiritual, que se esconde detrs de la apariencia de lo que se percibe por los sentidos. Ha de ser Dios mismo, pues, por su propia iniciativa, quien levante el velo. En
esencia:
1. ES IMPOSIBLE CONOCER LOS ATRIBUTOS DE DIOS SIN UNA REVELACION.
Hagamos diferencia en primer lugar entre la existencia de Dios y el carcter de Dios. El
mar, los rboles, los ros nos hablan de la existencia de un Dios - creador, pero nada
nos dicen de su carcter, es decir si odia el pecado, si es amor, si es perdonador. La
razn, esa luz o conocimiento natural que todo hombre tiene, se limita a las cosas del
tiempo; necesitad de la revelacin divina para llegar a conocer todo lo que no
pertenece al reino de su naturaleza; la bondad, la omnipresencia y todos los atributos
de Dios, no se pueden conocer sin una revelacin de El Mismo.
2. ES IMPOSIBLE CONOCER O CONCEBIR LA IDEA DE LA TRINIDAD SIN UNA
REVELACION.
El hombre ha podido pensar en un Dios o en muchos dioses, pero el hecho de que
exista un slo Dios en tres personas es imposible conocer, ni por la luz de la razn ni
por la naturaleza, sino solamente mediante una revelacin especial de ese mismo
Dios-Trino.
3. ES IMPOSIBLE CONOCER LA GRACIA DE DIOS SIN UNA REVELACION.
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Rom 1:20
C. META DE LA REVELACIN GENERAL
En Hechos 17, Pablo apela a lo que ya les ha sido revelado por medio de la revelacin
general: que Dios es Creador y soberano sobre su creacin. l es autosuficiente, es la
fuente de la vida y de todo lo dems que necesita la humanidad, y se halla cercano y
activo en los asuntos humanos.
La meta positiva de la revelacin general es: QUE BUSQUEN A DIOS (Hechos
17:27)
b. REVELACIN ESPECIAL
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1. Por los profetas, hombres en cuyos labios Dios pona sus propias palabras (Dt.
18.18; comprese Jer. 1.9; 5.14; Ez. 2.73.11; Nm. 22.35, 38; 23.5), para darle a su
pueblo la direccin peridica que pudiera necesitar (Dt. 18.15ss). Los profetas de Israel
cumplieron un ministerio vital. Los grandes profetas, por mandato del Seor, hablaban
las palabras de Dios e interpretaban su pensamiento para los reyes y la nacin;
exponan y aplicaban su ley, urgiendo arrepentimiento y amenazando juicio en su
nombre, y declaraban lo que l hara. Los profetas tambin pueden haber cumplido
funciones clticas como videntes, como hombres que podan contestar de parte de
Dios a las personas que hacan preguntas individuales sobre cmo deban proceder,
como tambin acerca del futuro (comprese 1 S. 9.6ss; 28.620; 1 R. 22.5ss).
2. Por medio de milagros: Un milagro es Una obra singular de Dios, que se halla ms
all del orden las criaturas y por encima del poder de ellas, para confirmar la verdad
divina. Los milagros son eventos portentosos que sirven tambin como medio de
revelacin. Por ejemplo, el paso del Mar Rojo fue para Israel una demostracin de la
fidelidad y el poder de Dios. Cristo, en sus milagros, tambin revelaba la gloria de Dios
(Jn. 2:11)
3. Por medio de teofanas: Una teofana es una manifestacin visible de Dios. Una
manifestacin de Dios en forma visible y corporal antes de la encarnacin. En relacin
a este tema es de gran importancia el estudio tocante al ngel de Jehov, a quien se le
identifica con Dios (Gen. 16:9-13; 22:10-12; Ex. 3:2-6, 14, 18; Je. 6:11-16).
4. Por medio de sueos: En el Antiguo Testamento se habla de sueos con frecuencia,
tanto de hombres de Dios como de quienes no pertenecen a su pueblo. Por ejemplo, el
Faran y Nabucodonosor tuvieron sueos reveladores. (Gen. 20:6; 41; 2 Re 3:5, 11-15;
Dan 2:3-45; 4:5-19). Se habla tambin de sueos que Dios no aprueba (Dt. 13;
Jer.23:25). En el Nuevo Testamento los sueos reveladores no parecen ocurrir con
tanta frecuencia como en el AT, Mt. 1:20; 2:12, 13, 19, 22; 27:19). La revelacin
normativa para la Iglesia se halla en la revelacin escrita con Dios.
5. Por medio de visiones: De manera ms especfica, visin se define como una
representacin sobrenatural de cierta escena o circunstancias a la mente de una
persona mientras sta se halla despierta, Nm 12:6-8; 24:16. Los falsos profetas tenan
sus propias visiones, es decir no provenan de Yahweh (Ex. 13.2-17; Jer. 23:6-26;
14:14). La visin aparentemente, puede ser interna o externa. Lo especial es que el
recipiente ve lo que Dios le revela. Es un vidente de la Palabra de Dios (Ex. 1:1-28; por
ejemplo)
6. Por medio de las Escrituras
Pero cuando venga el Espritu de verdad
El me glorificar; porque tomar de lo mo, y os lo har saber.
(Juan 16:13)
La Palabra escrita de Dios es capaz, sin embargo, de revelar a Dios en trminos
incluso ms explcitos de los que puedan ser observados en la persona y obra de
Cristo. La Biblia nos presenta a Jesucristo tanto como el objeto de las profecas, como
en su cumplimiento. Con todo, la Biblia va an ms all; dando detalles respecto a
Cristo, muestra el programa de Dios para la iglesia, y trata de muchos otros temas de
la historia del gnero humano y del universo. La Biblia no slo presenta a Dios como
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su tema fundamental, sino que tambin nos muestra sus propsitos. La revelacin
escrita lo incluye todo en s misma. Expone de la forma ms clara y convincente todos
los hechos que conciernen a Dios y que estn revelados en la Naturaleza, y
proporciona el nico registro que atae a la manifestacin de Dios en Cristo. Tambin
se extiende la divina revelacin en grandes detalles que se relacionan con Dios Padre,
Hijo y Espritu Santo, los ngeles, los demonios, el hombre, el pecado, la salvacin, la
gracia y la gloria. La Biblia, pues, puede ser considerada como el complemento
perfecto de la divina revelacin de Dios, parcialmente revelada en la Naturaleza, y
ms plenamente revelada en Cristo, y revelada completamente en la Palabra escrita.
D. CARACTERSTICAS DE LA REVELACIN
Cuatro son las caractersticas principales de la revelacin divina:
A) Es sobrenatural:
De esto tenemos evidencias internas al texto y externas al mismo. Las afirmaciones de
la misma Biblia tocante a su origen y carcter divinos (Ex. 24:3; Dt. 31:7-11; Jos. 1: 7-8;
Is. 1:20; 34:16-17; Jer 46:1; 30:1). Los escritores del NT tambin afirman que estn
escribiendo las palabras del Seor (1Tes. 2:13; 1 Ccor. 2:7; 10; 1 Jn 1:1-5; 1 Cor. 14:37;
2 Tes. 2:15; 2 Ccor. 13:3. Cristo apela constantemente a las escrituras para basar y
respaldar sus enseanzas. El anticipa la inspiracin del Nuevo Testamento (Jn. 14:26;
15:26; 16:12-15).
B) Es progresiva:
Dios no dio de una vez toda su revelacin escrita.
C) Es completa:
Tenemos en la Biblia todo lo que Dios quiso revelar y consignar para su pueblo. Por lo
tanto, es una revelacin final. No necesitamos esperar en esta era nuevas revelaciones
normativas para nuestra fe y conducta.
D) Es selectiva:
Dios no nos revela en las pginas bblicas todo lo que nosotros quisiramos ver
revelado, ni mucho menos todo lo que l pudiera haber revelado (Dt. 29:29; Jn.
21:25; 1 Cor. 13:12-13). La revelacin bblica es selectiva. Por ejemplo, los 400
aos de silencio entre la vida los dos testamentos, la vida de Jess; la infancia y
juventud de Pablo.
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E. CONTENIDO DE LA REVELACIN
a. Antiguo Testamento
Los aspectos ms destacados de la revelacin divina veterotestamentaria se refieren a:
(a) la unicidad de Dios, como Hacedor y Gobernador de todas las cosas; (b) su
santidad, es decir, la conjuncin de sobrecogedoras caractersticas que lo colocan
aparte de los hombres: majestad, grandeza, y fortaleza, por un lado, y pureza, amor a
la justicia, y odio al mal obrar, por otro; (c) su fidelidad al pacto, su paciencia y
misericordia, y la lealtad a sus propios propsitos de gracia para con el pueblo del
pacto.
b. Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento Cristo y los apstoles son rganos de la nueva revelacin. El
Dios nico del Antiguo Testamento se revela como trino, por la venida de Cristo
primero y del Espritu luego, y por la revelacin del propsito redentor divino como
algo para lo cual las tres personas de la deidad obran en conjunto (comprese Ef.
1.314; Ro. 8). Dos acontecimientos que harn que el plan divino relacionado con la
historia humana llegue a su culminacin se mencionan como actos de revelacin que
todava tienen que producirse (la aparicin del anticristo, 2 Ts. 2.3, 6, 8, y de Cristo, 1
Co. 1.7; 2 Ts. 1.710; 1 P. 1.7, 13). El Nuevo Testamento afirma que la revelacin del
Antiguo Testamento se ha visto aumentada en dos sentidos principales.
(i)
La revelacin de Dios en Cristo. El Nuevo Testamento proclama que Dios en
estos postreros das nos ha hablado por el Hijo (He. 1.1s). Esta es la revelacin
culminante y final de Dios, su ltima palabra al hombre. Por medio de sus palabras y
sus obras, y por medio del carcter total de su vida y ministerio, Jesucristo revel
perfectamente a Dios (Jn. 1.18; 14.711). Su vida personal fue una revelacin perfecta
del carcter de Dios; porque el Hijo es la imagen de Dios (2 Co. 4.4; Col. 1.15; He. 1.3),
su logos (palabra, considerada como expresin de su pensamiento, Jn. 1.1ss), en el
cual, como encarnado, habit toda la plenitud de la divinidad (Col. 1.19; 2.9).
Igualmente, su obra mesinica revel perfectamente los propsitos salvficos de Dios;
porque Cristo es sabidura de Dios (1 Co. 1.24), por el cual, como Mediador (1 Ti. 2.5),
se llevan a cabo todos los propsitos salvficos de Dios y se puede encontrar toda la
sabidura que el hombre necesita para su salvacin (Col. 2.3; 1 Co. 1.30; 2.6s). La
revelacin del Padre por el Hijo, a quien los judos condenaron como impostor y
blasfemo por declararse Hijo de Dios, es uno de los temas principales del Evangelio de
Juan.
(ii)
La revelacin del plan de Dios mediante Cristo. Pablo declara que el misterio
(secreto) de la buena voluntad de Dios para la salvacin de la iglesia y la restauracin
del cosmos por medio de Cristo ha sido revelada ahora, luego de haber sido mantenida
oculta hasta el momento de la encarnacin (Ro. 16.25s; 1 Co. 2.710; Ef. 1.9ss; 3.311;
Col. 1.19ss). Pablo muestra que esta revelacin elimina la antigua pared divisoria entre
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judo y gentil (Ro. 3.29ss; 911; G. 2.153.29; Ef. 2.113.6); en forma semejante, el
escritor de la carta a los Hebreos muestra la forma en que anula el antiguo culto
judaico sacerdotal y de sacrificios (He. 710).
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Escritura en papiro
A. INFALIBILIDAD Y AUTORIDAD DE LA BIBLIA
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Porque nunca la profeca fue trada por voluntad humana sino, siendo llevados por el
Espritu Santo, personas santas hablaban de parte de Dios (2 P 1.21, original griego).
El adjetivo llevados (fermenoi) viene del verbo griego fero (llevar, traer), que por
lo general se aplicaba a los impulsos o influjos del Espritu Santo o de otros espritus (1
Co 12.2). En Hch 2.2 este mismo participio griego describe el recio viento
arrastrador de Pentecosts, haciendo eco de una expresin en que la LXX alude a un
torbellino o remolino violento de agua (x 14.21; Job 17.1; Is 17.13, LXX). Igualmente,
el viento huracanado de Hch 27.1417 arrebata y arrastraba (fero) la nave en que
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El concepto metafrico de soplo divino tiene en las Escrituras una amplia aplicacin. Dios sopl la
vida en las narices de Adn (Gn 2.7) y por su soplo tambin cre los cielos (Sal 33.6). La inspiracin del
omnipotente da entendimiento a la persona (Job 32.8 Vul.; cf. Sabidura 15.11). Una suave brisa o un
huracn puede llamarse el viento de Jehov (Is 40.7) o el soplo del aliento de su nariz (x 15.8, 10;
2 S 22.16; Sal 18.15). El nuevo nacimiento viene por el soplo del Espritu (Jn 3.38; cf. Ez 37.510), as
tambin los dones (Hch 2.2; cf. Jn 20.22) y toda la vida de la Iglesia como cuerpo de Cristo (Ez 11.19;
36.26s; 37.14; cf. Jer 31.33ss; Jn 6.45; 2 Co 3.3). En resumen, el soplar de Dios se refiere en las
Escrituras a su actividad directa y especial, al dar vida y manifestar su poder divino en la naturaleza,
en los hombres y en la historia.
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viajaba Pablo. En todos estos pasajes resulta claro el sentido del lenguaje figurado en 2
P 1.21: el adjetivo llevados seala claramente la poderosa iniciativa y direccin del
Espritu Santo en la labor de los profetas. En el Antiguo Testamento solo el falso
profeta hablaba por su propia voluntad (Jer 28.15; 29.9). Al verdadero profeta, Dios
siempre lo impulsaba.
El versculo de 2 de Pedro comienza negando que la profeca haya venido por voluntad
humana, pero termina subrayando la plena e integral humanidad de los autores en el
proceso inspirador: hablaban, llevados por el Espritu Santo, de parte de Dios,
hombres (orden del griego)
fotzo; emitir rayos, i.e. brillar o (trans.) iluminar (lit. o fig.):-iluminar, sacar a luz, aclarar,
alumbrar, resplandor. (STRONG)
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Escritura en pergamino
1. Inspiracin natural .
Segn este concepto, la Biblia fue inspirada en el sentido de haber sido escrita por los
hombres que eran grandes genios. Es decir, se trata de una inspiracin como la de
otras obras de la literatura universal. La Biblia no es, por lo tanto, una revelacin
sobrenatural. Es producto de la inspiracin humana y queda en el mismo plano de
obras religiosa como el Corn o los libros Vedas.
2. Inspiracin mstica .
De acuerdo a esta teora, los escritores de la Biblia estaban llenos del Espritu Santo as
como pueden estarlo los creyentes en la actualidad. La inspiracin es, entonces, uno
de los frutos ordinarios del espritu. Por lo tanto, todo miembro de la iglesia puede
tener esta inspiracin.
Implicaciones:
Contradicen las afirmaciones de la Biblia misma, en las que sugiere una obra especial
del Espritu Santo limitada a los escritores bblicos. Le roban a las Escrituras su carcter
nico, especial.
Abre la puerta para el subjetivismo entre los cristianos, puesto que todo creyente
puede pretender que el espritu le ha hablado dndole una nueva revelacin para
extender el Canon Bblico.
3. Inspiracin mecnica.
Esta teora dice que los escritores bblicos fueron solamente instrumentos pasivos en
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1 Curso
manos del Espritu Santo, como mquinas de escribir o secretarios. Creen que la Biblia
fue dictada sin tomar en cuenta la personalidad y el estilo de cada uno de los autores.
Hay que reconocer que algunas partes de la Biblia s parecen haber sido dictadas por
Dios mismo (los diez mandamientos).
Implicaciones:
La teora de la inspiracin mecnica anula la personalidad de los escritores bblicos;
hace caso omiso del fondo cultural que ellos reflejaron en sus escritos. Pasa por alto las
obvias diferencias en el estilo de escritura de los autores bblicos.
4. Inspiracin parcial.
Esta teora indica que fueron inspirados solamente aquellas partes bblicas que revelan
lo que no era posible conocer de otro modo. Por ejemplo, la Creacin, los
pensamientos de los personajes, etc. Pero no era necesaria la inspiracin cuando se
habla sobre la historia o los datos conocidos.
Implicaciones:
Esta idea abre la puerta para pensar que la Biblia puede tener errores de tipo histrico:
prejuicios ideolgicos, sexistas, raciales o religiosos.
5. Inspiracin conceptual.
Esta teora dice que fueron inspirados solamente los conceptos, las ideas, pero no las
palabras.
Implicaciones:
Todos los conceptos, para ser entendidos deben expresarse por medio de palabras.
6. Inspiracin plenaria y verbal.
Este es el concepto evanglico conservador. Es aquella cualidad que poseen los libros
cannicos de la Biblia como resultado de la obra por la cual el Espritu Santo dirigi y
gobern a los escritores humanos, sin anular la personalidad de ellos para que
consignaran sin error la revelacin en las palabras de los manuscritos originales.
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1 Curso
Esto significa:
1. que todos los libros de la Escritura estn igualmente inspirados.
2. que la inspiracin se extiende a todo el contenido de los libros. No se limita
a las verdades morales y religiosas, sino que se extiende a las declaraciones
factuales, sean de carcter cientfico, histrico o geogrfico.
Esto se demuestra,
(1) Como necesaria consecuencia de la proposicin de que los escritores
sagrados eran instrumentos de Dios. (2.) Porque nuestro Seor declara de
manera expresa: La Escritura no puede ser quebrantada (Jn 10:35), esto
es: no puede errar. (3.) Porque Cristo y sus Apstoles se refieren a todas las
partes de la Escritura, o a todo el volumen, como la Palabra de Dios. No
hacen distincin entre la autoridad de la Ley, de los Profetas o de los
Hagigrafos. Citan del Pentateuco, de los libros histricos, de los Salmos y
de los Profetas, como igualmente la Palabra de Dios. (4.) Porque Cristo y los
escritores del Nuevo Testamento se refieren a todas las clases de hechos
registrados en el Antiguo Testamento como infaliblemente ciertos. Y no slo
a hechos doctrinales, como los de la creacin y prueba del hombre; su
apostasa; el pacto con Abraham; la promulgacin de la ley en el Monte
Sina; no slo a grandes hitos histricos, como el diluvio, la liberacin del
pueblo esclavizado en Egipto, el paso del Mar Rojo, sino que tambin se
refieren a circunstancias semejantes pero incidentales, o a hechos de una
importancia aparentemente menor, como que Satans tent a nuestros
primeros padres habiendo tomado forma de serpiente; que Elas san a
Naamn el sirio, y que fue enviado a la viuda de Sarepta; que David comi el
pan de la proposicin en el tabernculo; e incluso aquella gran piedra de
tropiezo, que Jons estuvo tres das en el vientre de la ballena. Todas estas
cosas son mencionadas por nuestro Seor y sus Apstoles con la sublime
simplicidad y confianza con que son recibidas por los nios pequeos. (5.)
Subyace en la misma idea de la Biblia que Dios escogi a unos hombres para
que escribieran historia, a otros para que compusieran salmos; a otros para
que desvelaran el futuro; a otros para que ensearan doctrinas. Todos
fueron igualmente sus rganos, y cada uno fue infalible en su propia esfera.
As como el principio de la vida vegetal impregna a toda la planta, raz, tallo
y flor, y as como la vida del cuerpo pertenece tanto a los pies como a la
cabeza, as el Espritu de Dios impregna toda la Escritura, y no ms en una
parte que en otra. Algunos miembros del cuerpo son ms importantes que
otros, y algunos libros de la Biblia deberan tener precedencia en ser
preservados. Puede que haya tanta diferencia entre el Evangelio de San Juan
y el Libro de las Crnicas como entre el cerebro de un hombre y su cabello;
sin embargo, la vida del cuerpo est tan verdaderamente en el cabello como
en el cerebro.
La inspiracin de las Escrituras es VERBAL
1. Esto una vez ms est incluido en la infalibilidad que nuestro Seor adscribe a
las Escrituras. Un mero informe o registro humano de una revelacin divina tendra
que ser necesariamente no slo falible, sino ms o menos errnea.
2. Los pensamientos estn en las palabras. Las dos cosas son inseparables. Si las
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1 Curso
H. DEMOSTRACIN DE LA DOCTRINA
De acuerdo con Hodge, la doctrina escritural de la inspiracin es que hombres
inspirados fueron los instrumentos de Dios en el sentido de que sus palabras
deben ser recibidas no como palabras de hombres, sino como lo son en verdad
como las palabras de Dios (1 Ts 2:13), queda demostrado:
1. Por el significado y uso de la palabra inspiracin (theopneustos). Segn
toda la antigedad, un hombre inspirado era uno que era el instrumento
de Dios en lo que deca, de manera que sus palabras eran las palabras del
dios de quien l era el instrumento. Cuando, por tanto, los escritores
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1 Curso
sagrados usan las mismas palabras y formas de expresin que usaban los
antiguos para comunicar esta idea, se tiene que suponer, con toda
honradez, que significaban el mismo concepto. l tom tal posesin de
personas determinadas que hizo de ellas instrumentos de sus
comunicaciones. A estas personas los griegos las llamaban theophoroi (los
que llevaban un Dios dentro de ellos); o, enthios (aquellos en los que
moraba un Dios). En la Septuaginta se emplea la palabra pneumatophoros
en el mismo sentido. En Josefo,5 la idea es expresada mediante la frase td
theii pneumati kekinmenos; con las que se corresponden de manera
exacta las palabras de Pedro (2 Pedro 1:21): hupo pneumatos pheromenoi;
y lo que es escrito por los hombres bajo la influencia del Espritu es
llamado graph theopneustos (2 Ti 3:16). ...
2. Por el significado y uso de la palabra profeta. Los escritores sagrados
dividen las Escrituras en la ley y los profetas. Como la ley fue escrita por
Moiss, y Moiss era el ms grande de los profetas, sigue de ello que todo
el Antiguo Testamento fue escrito por profetas. Un profeta, en el sentido
escritural del trmino, es un portavoz, uno que habla por otro, en su
nombre y con su autoridad; de modo que no es el portavoz sino aquella
persona en cuyo nombre acta, la que es responsable de la veracidad de lo
dicho. ... Esto determina de una manera decisiva lo que es un profeta. Es la
boca de Dios; uno por medio del que Dios habla al pueblo, de modo que lo
que dice el profeta lo dice Dios. As, cuando un profeta era consagrado, se
deca: He aqu he puesto mis palabras en tu boca (Jer 1:9; Is 51:16). ...
Era un mensajero de Dios; hablaba en nombre de Dios; las palabras As dice
Jehov estaban constantemente en su boca. Se dice de este y aquel profeta
que la palabra de Jehov vino sobre l. Esto es precisamente lo que
ensea el Apstol Pedro cuando dice (2 Pedro 1:20, 21): Ninguna profeca
de la Escritura procede de interpretacin privada, porque nunca la profeca
fue trada por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados (pheromenoi, impulsados como una nave por
el viento) por el Espritu Santo. La profeca, esto es, lo dicho por un profeta,
no era humana, sino divina. No era la propia interpretacin del profeta de la
mente y voluntad de Dios. Hablaba como rgano del Espritu Santo.
3. Porque lo que dijeron los profetas lo dijo Dios. Cristo mismo dijo que fue
por el Espritu que David llam Seor al Mesias (Mt 22:43). En el Salmo 95:7
(RVR) David dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcis vuestro corazn;
pero el Apstol dice (en He 3:7) que stas fueron palabras del Espritu
Santo. ... En Hechos 28:25, Pablo les dijo a los judos: Bien habl el Espritu
Santo por medio del profeta Isaas a vuestros padres. Y es de esta manera
que Cristo y sus Apstoles se refieren constantemente a las Escrituras,
mostrando ms all de toda duda que crean y enseaban que lo que los
sagrados escritores haban dicho lo haba dicho el Espritu Santo.
4. Por el testimonio que Dios dio de la infalibilidad de los Apstoles. Los
corintios objetaban a la predicacin de Pablo que l no intentaba dar
ninguna prueba racional o filosfica de las doctrinas que propona; que su
lenguaje y manera de discurrir no se ajustaba a las normas de la retrica. l
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En resumen, Dios puede permitir error, pero l no puede producir error. Puesto que
Dios inspir la Biblia, sta no puede contener error.
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PARTE II
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LENGUAS BBLICAS
La Biblia est escrita en tres idiomas: griego, hebreo y arameo. El AT se escribi
originalmente en hebreo y arameo.
Maranatha es la transcripcin griega de dos trminos arameos, que anteriormente algunos suponan
ser una expresin imprecatoria o una maldicin reforzada por una oracin, idea que contradicen las
indicaciones expresadas por su utilizacin en los documentos cristianos antiguos, como, p.ej. La
doctrina apostlica, o didaque, documento procedente del principio del siglo II, y las Constituciones
Apostlicas (vii. 26), donde se usa de la siguiente manera: Renenos en tu Reino que t has
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1 Curso
(maranatha)
(1 Co. 16:22)
Hay dos cuestiones importantes para plantearnos: una en relacin a la transmisin del
texto: Son los manuscritos de la Biblia que estn disponibles reproducciones fieles de
los manuscritos originales de cada libro de la Biblia?, y otra en relacin con la
traduccin del texto: Las traducciones disponibles son reproducciones fieles de la
Biblia en los idiomas originales? Con respecto a la primera pregunta, hemos de decir
que no existen manuscritos originales de ningn texto bblico; se conservan
solamente copias. La palabra "manuscrito" se utiliza para denotar cualquier cosa
escrita a mano, a diferencia de las copias producidas por una prensa. Contamos con
ms de 2.500 manuscritos referentes al Nuevo Testamento. Los ms importantes son
los 266 cdices maysculos o unciales, y los 84 papiros. Algunos de ellos datan del siglo
II, es decir, de una poca muy inmediata al periodo en que el Nuevo Testamento se
compuso. Existen casi cuatro mil manuscritos griegos del Nuevo Testamento.
El material de escribir ms comn del primer siglo era el papiro, del cual derivamos la
palabra "papel." Se haca del tallo del papiro, cortando su mdula en tiras delgadas.
Pegaban dos capas de estas tiras al travs, y las dejaban secarse. Naturalmente el
material que result era bastante frgil. Se piensa que todo el Nuevo Testamento fue
escrito en papiro con la posible excepcin de los Cuatro Evangelios y los Hechos, y que
esa es la razn bsica por la cual no ha sobrevivido ninguna de las copias originales.
preparado. Maranata, Hosanna al Hijo de David; bendito el que viene en nombre del Seor, etc.. La
primera parte, que finaliza en n, significa Seor; en cuanto a la segunda parte, los Padres la
consideraban como un tiempo pretrito, ha venido. Los modernos expositores la toman como
equivalente a un presente, viene, o futuro, vendr. Ciertos eruditos en arameo consideran que la
ltima parte consiste en tha, e interpretan la frase como una exclamacin, Ven, nuestro Seor, o
Oh, ven Seor. Sin embargo, el carcter del contexto indica que el apstol est haciendo una
declaracin en lugar de expresar un deseo o de pronunciar una oracin. En cuanto a la razn de por qu
se usaba esta expresin, lo ms probable es que fuera una expresin corriente entre los cristianos
primitivos, que inclua la consumacin de sus deseos. Al principio el ttulo Marana o Maran, utilizado al
dirigirse a Cristo y al referirse a l, no era otra cosa que la respetuosa designacin del Maestro por parte
de los discpulos. Despus de su resurreccin utilizaron el ttulo para dirigirse o referirse a l como
aplicado a Dios, pero se tiene que recordar aqu que los judos de habla aramea no designaban a Dios
como Seor excepto de manera excepcional; de forma que en la seccin hebrea de los cristianos
judos la expresin nuestro Seor (Marana) se usaba solo con referencia a Cristo
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1 Curso
Planta de Papiro
Pergamino
Los primeros manuscritos del Nuevo Testamento estn escritos en papiros, bien en
forma de rollo (por una cara), bien en formato de cdice (por las dos caras). Slo siglos
despus (en el siglo IV) comenzar a utilizarse el pergamino, formado por piel de
animales, las cuales, convenientemente tratadas, se reducan a hojas finas y lisas,
finalmente, el papel.
Formato cdice
Aunque los manuscritos originales estn perdidos, los que an existen permiten tener
un alto grado de confianza en el texto de la Biblia. Tanto el Antiguo como el Nuevo
Testamento estn confirmados por un gran nmero de manuscritos de varias formas y
edades que cubren muchos siglos. Los principales testimonios del AT provienen de los
textos masorticos. El texto bblico se mantuvo nicamente con caracteres
consonnticos, sin vocales, hasta los comienzos de la Edad Media. Alrededor del
principio del siglo sexto los masoretas se hicieron cargo del trabajo de los escribas de
copiar los manuscritos del Antiguo Testamento; se dedicaron a tal labor entre los aos
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1 Curso
500 y 1000 d.C. Ellos trabajaron con un cuidado escrupuloso. Tanto era as que para
cada libro del Antiguo Testamento contaron el nmero de versculos, de palabras y an
de letras. Llegaron al extremo de identificar la letra situada en el centro de cada libro!
Al contar todas las letras podan asegurarse que ni una letra haba sido agregada o
quitada. Esto quiere decir que el texto fue copiado con un grado de exactitud como
nunca antes. Pero la contribucin que hicieron los masoretas y que les dio mayor fama
fue la adicin de las vocales, pues el alfabeto hebreo tiene solamente consonantes. La
palabra "masoreta" deriva del verbo hebreo "masar", que significa "transmitir". Los
masoretas tenan una preocupacin por garantizar la lectura y la transmisin exacta
del texto. As, anotaron cuidadosamente la pronunciacin de cada palabra
incorporando signos voclicos, junto con otras anotaciones marginales, que
constituyen la "masora". Desde entonces el texto se copi con el mayor cuidado,
reducindose casi a la nada las variantes entre un cdice y otro.
Masoreta
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Qumran
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1 Curso
contiene todas las cartas de Pablo, excepto las pastorales) datan muy probablemente
de no ms de 30 aos posteriores a los escritos originales. El primer descubrimiento de
importancia de papiros griegos se hizo en 1897 cerca de la aldea de Oxyrhynchus,
como a 190 kilmetros al sur de Cairo.
Papiro Oxirrinco
Cdice sinatico
Cdice Vaticano
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LA SEPTUAGINTA (LXX)
La ms importante y la ms vieja de las versiones antiguas del AT es la Septuaginta (se
abrevia LXX). Con excepcin de los Rollos* del Mar Muerto, que marcaron poca, los
ms antiguos manuscritos del AT son copias de esta traduccin al griego. Por tanto, la
LXX tiene gran importancia tanto desde el punto de vista del texto como de la historia.
La apcrifa Carta de Aristeas presenta un informe de la traduccin del Pentateuco que
en la actualidad est muy desacreditado. Segn este escrito, la versin habra sido
hecha por 70 (o ms exactamente 72) eruditos judos en Alejandra, bajo la direccin
del bibliotecario Demetrio Falereo; de all el nombre de "Versin de los Setenta" o
Septuaginta. En realidad, fue obra de muchas personas -lo que resulta evidente por la
diversidad de estilos y mtodos que se ven en ella- y no se termin hasta c 150 a.C.
De acuerdo con la Carta de Aristeas, la traduccin se hizo porque se consideraba que la
Escritura era digna de ocupar un lugar en la biblioteca real. Los eruditos modernos
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1 Curso
creen que este inters cultural es una razn insuficiente para la produccin de esta
versin, y que el verdadero motivo era satisfacer las necesidades religiosas de los
judos de lengua griega que vivan en Alejandra. Tal vez un incentivo adicional para su
produccin haya sido el deseo de esos judos de demostrar la superioridad de su
religin, y un modo de acercarse al mundo helnico.
Esta versin es de alto valor, tanto desde el punto de vista textual como del histrico.
Puesto que se la produjo antes de la Era Cristiana, es de gran ayuda para la
recuperacin del texto hebreo anterior a los masoretas. La LXX prepar el camino
para la obra misionera de los cristianos, y fue su primera Biblia. Era el AT de Pablo y
de la iglesia primitiva, y muchas de las citas del AT que aparecen en el NT provienen de
ella. Le dio forma al vocabulario religioso del NT y fue la base de otras importantes
traducciones. Los eruditos expertos en lenguas semticas han descubierto en ella una
herramienta til para el estudio de la morfologa y la gramtica hebreas.
Los 2 manuscritos ms conocidos de la LXX son Biblias griegas que provienen de la
mitad del s IV d.C.: el Cdice Vaticano (B) y el Cdice Sinatico (N).
Fragmento de la Septuaginta
1 Curso
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Trgumes arameos.
En el judasmo posterior al exilio, el arameo reemplaz al hebreo como lengua
verncula, y surgi entonces la necesidad de acompaar la lectura del texto hebreo
con su correspondiente traduccin al arameo. Esas traducciones, que al principio eran
slo orales, recibieron el nombre de "trgumes", y al traductor se lo llam turgueman
o meturgueman. Los trgumes eran una combinacin de traducciones propiamente
dichas con parfrasis y material explicativo. Con el correr del tiempo ms o menos se
normalizaron y ya se encontraban algunos de ellos por escrito antes de la Era Cristiana,
como lo manifiestan algunas copias que se hallaron entre los Rollos del Mar Muerto.
Se conocen 3 trgumes del Pentateuco: 1. Trgum de Onkelos o Babilnico, que en su
mayor parte es estrictamente literal y se reduce a una traduccin lisa y llana. 2.
Trgum de Jerusaln I (o del Pseudo Jonatn), que se caracteriza por contener muchas
parfrasis y frases midrsicas (propias de los midrashim). 3. Antiguo Trgum de
Palestina, que tambin se conoce como Trgum Fragmentario o de Jerusaln II. El valor
de los trgumes es ampliamente reconocida, pues se califica su importancia con
respecto a la cantidad de explicaciones y alteraciones que le aade; adems, contienen
un rico tesoro en pensamiento religioso y exgesis judos. Sin embargo, cuando se la
usa desde el punto de vista de la crtica textual del AT-NT, su testimonio es de mucho
valor. El Trgum de Palestina, en especial, est considerado como fuente para la
recuperacin de la lengua aramea que hablaba Jess.
Versiones siracas.
El sirio, llamado a menudo arameo oriental, era el idioma de los cristianos de Siria y
Mesopotamia. Existen varias traducciones del NT en sirio, pero slo 2 del AT.
Peshitta
1 Curso
puede significar tambin parte, seccin; en ese caso, se referira a las secciones de la
Biblia siraca ledas durante las celebraciones litrgicas. Se sigue discutiendo sobre el
origen de la Peshitta. Efectivamente, aunque su redaccin final se remonta a mediados
del siglo V d.C., es posible reconocer en ella varias capas que pueden remontarse
incluso hasta el siglo II d.C. Es fundamental la aportacin de la Peshitta a la crtica
textual de la Biblia: se trata de una de las versiones ms antiguas de la Escritura. Esta
versin comprende, para el Antiguo Testamento, tambin los libros apcrifos, es decir,
Eclesistico, Baruc, Tobas, Juait, 1-2 Macabeos y Sabidura, que se derivaran de una
recensin de los Setenta. De todas formas, la versin del Eclesistico parece referirse a
una traduccin directa del hebreo.
Respecto a la crtica textual, la Peshitta sigue fielmente el texto masortico. Por lo que
se refiere al Nuevo Testamento, la Peshitta, de la que nos han llegado unos 350
manuscritos, no recoge la 2 Pe, las 2-3 Jn, Jas ni el Apocalipsis, que no eran
considerados como cannicos en la comunidad de referencia. Debido al contexto
litrgico y a la finalidad popular, la Peshitta s presenta con un lenguaje sencillo,
aunque el estilo es elegante y claro.
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1 Curso
Versiones latinas.
1. Vetus Latina (Latina Antigua). La traduccin de la Biblia al latn quiz se produjo en
el norte de Africa c 150 d.C.; incluso, es posible que los cristianos de esa regin
adoptaran una traduccin del AT al latn, producida por judos que hablaban ese
idioma. Tertuliano (c 160-c 230 d.C.) conoci esta Biblia, a lo menos en parte, y
Cipriano (c 200-258), obispo de Cartago, cit con frecuencia diversos pasajes de los 2
testamentos provenientes de esta Biblia. Slo nos han llegado algunos fragmentos de
esta versin latina del AT. Unos cuantos libros apcrifos provenientes de esta versin
fueron incorporados despus en la Vulgata, sin revisin alguna. La versin Latina
Antigua se hizo sobre la base del griego de la LXX, y su principal valor en la actualidad
consiste en que sirve de ayuda para la recuperacin del texto de la LXX tal como era
antes que Orgenes lo revisara.
Edicin de la Vulgata
2. Vulgata. Esta versin latina la produjo Jernimo (c 347-420 d.C.) como respuesta a
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1 Curso
la solicitud del papa Dmaso (382 d.C.) para que revisara la Latina Antigua. Hizo 3
revisiones de los salmos. La de ellas, basada en la LXX, se conoce como Salterio
Romano (384 d.C.), porque Dmaso la adopt oficialmente para que se la usara en las
iglesias de Roma e Italia. Sigue en uso oficial en la baslica de San Pedro (en Roma) y
en Miln. Le sigui una 2 revisin, ms minuciosa (c 387), que se bas en la Hexapla.
Esta, que fue adoptada Francia, se conoci como Salterio Galicano y todava forma
parte de la Vulgata. La 3 versin, que se conoce como Salterio Hebreo, porque fue
una nueva traduccin hecha a partir del hebreo original, nunca se us ni populariz,
aunque se encuentra en algunos manuscritos de la Vulgata, mayormente en columnas
paralelas con la Galicana. Jernimo dedic despus varios aos a producir una nueva
traduccin del resto de los libros del AT directamente del hebreo. Esta versin,
conocida como la Vulgata, o versin "vulgar, comn", lleg a ser la Biblia de la
cristiandad europea de Occidente por espacio de 1.000 aos, sigue siendo la oficial
de la Iglesia Catlica Romana (reconocida as por el Concilio de Trento, celebrado en el
1546 d.C.) y constituy la base de las primeras traducciones de las Escrituras al
espaol. Hoy existen en Europa unos 8.000 manuscritos de la Vulgata.
Texto de la Vulgata
EL TEXTUS RECEPTUS
El nombre "textus receptus" (texto recibido, llamado tambin "texto mayoritario" por
sus seguidores) proviene de la introduccin a la segunda edicin de 1633 de la edicin
de Erasmo, donde dice "TEXTUM ergo habes nunc ab omnibus RECEPTUM..." ("El texto
que tenemos ahora que es recibido por todos...")
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1 Curso
Erasmo de Rotterdam
El texto preparado por Erasmo fue tomado (pese a sus inexactitudes) como el texto del
Nuevo Testamento aceptado por todos, por lo que se denomin "textus receptus". De
hecho, las primeras traducciones del Nuevo Testamento a las lenguas modernas se
realizaron utilizando este "textus receptus". Tras los descubrimientos de nuevos
cdices y de papiros en los siglos XIX y XX, se ha abandonado ya el llamado "textus
receptus". Que el textus receptus no es la mejor opcin disponible es un hecho. Por
ejemplo, Erasmo debi traducir desde la Vulgata para llenar unas pocas lagunas, como
los ltimos seis versos del Apocalipsis.
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1 Curso
En 1882, con la edicin del Nuevo Testamento Griego de B.F. Westcott y F.J.A. Hort, se
abandon el textus receptus como fuente principal. La Biblia Reina Valera, en cambio,
se bas hasta su edicin de 1960 en el textus receptus, pero eso cambi con su ltima
edicin de 1995. Al basarse en el textus receptus, la RV60 traduce as 1 Juan 5:7 :
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espritu
Santo; y estos tres son uno. Sin embargo, las nuevas versiones el versculo en cuestin
solo dice: Porque tres son los que dan testimonio
VERSIONES IMPORTANTES EN CASTELLANO
BIBLIA DEL OSO
La Biblia de Casiodoro de Reina; conocida como la Biblia del Oso fue publicada en
Basilea, Suiza el 28 de Septiembre de 1569. Esta obra tiene la figura de un oso en la
portada que est parado junto a un rbol tratando de comer la miel de un panal que
se hallaba en la parte superior 1199 del rbol; se supone que as se quera ilustrar la
dulzura del mensaje de la Palabra de Dios. Tiene el mrito de ser la 1 traduccin
ntegra de la Biblia al espaol que se haya impreso y haya circulado. Esta Biblia est
vertida directamente de los textos originales hebreo y Griego.
Ha sido tan aceptada por el pueblo cristiano de habla castellana que hasta hoy sigue
siendo la favorita dentro del pueblo de Dios por casi cuatro siglos. Y esta Biblia es la
que Dios mismo ha utilizado para ganar ms almas que cualquier otra versin. Cada
ao se distribuyen en Amrica Latina ms de 20 millones de Biblias basadas en esta
maravillosa traduccin.
Casiodoro de Reina naci en Sevilla Espaa en 1519 0 1520. Estudi para sacerdote y
posteriormente se convirti en un predicador del evangelio.
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J. Wycliffe
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William Tyndale
Biblia de Tyndale
No nos sorprende que Tyndale haya muerto la muerte de los mrtires. Un supuesto
amigo de l, a quien precisamente le haba prestado algn dinero lo traicion, y lo hizo
caer en una trampa. Despus de sufrir en la prisin cerca de un ao y medio, Tyndale
fue estrangulado y quemado en 1536. Sus ultimas palabras fueron "Seor, abre los
ojos del rey de Inglaterra".
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1 Curso
PARTE III
HISTORIA DEL CANON BIBLICO
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1 Curso
Y a todos los que anden conforme a esta regla ()8, paz y misericordia sea a ellos,
y al Israel de Dios.
Glatas 6:16
kann; de kne (caa derecha, i.e., vara); regla (canon), i.e. (fig.) norma (de fe y
prctica); por impl. lmite, frontera, i.e. (fig.) esfera (de actividad):-regla. (STRONG)
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accin.
La palabra canon, aplicada a la Sagrada Escritura, empieza a usarse en el siglo III. El
primero que la emplea tal vez sea Orgenes, el cual afirma que la Asuncin de Moiss
in canone non habetur (no est en el canon). El Prlogo monarquiano, que unos
atribuyen al siglo III y otros al siglo IV, afirma que el canon empieza con el Gnesis y
termina con el Apocalipsis. El primero que con seguridad aplica el trmino canon a la
Sagrada Escritura es San Atanasio (hacia el ao 350), el cual observa que el Pastor de
Hermas no forma parte del canon. Despus de San Atanasio, el trmino se hace comn
entre los escritores griegos y latinos.
Del sustantivo canon se deriva el adjetivo cannico (kanoniks). El primero que lo
us parece que fue Orgenes, el cual quera designar con dicho adjetivo los libros que
eran los reguladores de la fe, la regla propiamente dicha de la fe, y constituan una
coleccin bien determinada por la autoridad de la Iglesia. El trmino cannico tambin
aparece con certeza en el canon 59 del concilio de Laodicea (hacia el ao 360), en el
cual se establece que, en la Iglesia, no se lean los libros acannicos sino tan slo los
cannicos del N. y del A. T.. A partir de la mitad del siglo IV se hace comn el llamar a
las Sagradas Escrituras cannicas. Y puesto que ya en aquel tiempo existan muchos
libros apcrifos, que constituan un grave peligro para la Iglesia y para los fieles porque
se presentaban como inspirados, fue necesario fijar el catlogo de los Libros Sagrados
con el fin de que los fieles pudieran distinguir los libros inspirados de los que no lo
eran.
El canon, por tanto, se puede definir como la lista de los libros que se consideran
inspirados y son norma de vida para los creyentes que los aceptan como palabra de
Dios.
B. TERMINOLOGA
Las confesiones catlica y protestante usan distinta terminologa para referirse a la
coleccin de libros que conforman la Biblia
Iglesia Catlica:
PROTOCANNICOS: Aquellos libros sobre cuya canonicidad nunca se dud.
DEUTEROCANNICOS: Aquellos libros sobre cuya canonicidad alguna vez hubo dudas,
p ero que al final llegaron a entrar en el canon. Estos libros son:
APCRIFOS: Son los libros sobre cuya canonicidad se dud durante un cierto tiempo,
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1 Curso
CANON CATLICO: Segn la definicin del Concilio de Trento, se aceptan todos los
libros que ellos denominan protocannicos y deuterocannicos, con todas sus
partes.
TRADICIN
CATLICA
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TRADICIN
PROTESTANTE
1 Curso
Cannicos
Apcrifos
Pseudoepigrficos
No sabemos con certeza cundo comenzaron los judos a reunir los Libros Sagrados en
colecciones. Pero s sabemos con plena seguridad que los judos posean libros que
consideraban como sagrados y los rodeaban de gran veneracin. El canon judo de los
Libros Sagrados ignoramos cundo fue definitivamente cerrado. Para unos sera en
tiempo de Esdras y Nehemas (s. V a.C.); para otros, en la poca de los Macabeos (s. II
a.C.). Lo cierto es que los judos tenan en el siglo I de nuestra era una coleccin de
libros Sagrados, que consideraban como inspirados por Dios, y contenan la revelacin
de la voluntad divina hecha a los hombre. En este sentido tenemos testimonios
clarsimos de Flavio Josefo, del cuarto libro de Edras y del Talmud.
Jesucristo, los apstoles y la Iglesia primitiva recibieron de los judos el canon del
Antiguo Testamento. Por consiguiente, parece conveniente estudiar los testimonios
histricos que han llegado hasta nosotros acerca dela formacin del canon del Antiguo
Testamento.
63
1 Curso
Pero es sobre todo en la poca del rey Josas (640-608 a.C.), cuando se comienza a
hacer recurso a la autoridad de un texto escrito, cuyo carcter de cdigo sagrado
parece que haba sido reconocido oficialmente. Antes del reinado de Josas no consta
que la Ley mosaica haya gozado de una autoridad cannica universalmente
reconocida. Segn el testimonio de la Sagrada Escritura, antes de la reforma de Josas
existan muchas prcticas de culto que no eran conformes con las prescripciones del
Levtico (cf. 2 Re 23,4-15). Sin embargo, despus que el sumo sacerdote Helcas
encontr en el templo de Jehov el libro de la Ley (cf. 2 Re 22-23; 2 Crn 34,35), las
cosas cambiaron radicalmente. No se sabe si el libro encontrado ha de ser identificado
con el Pentateuco entero, o ms bien con slo el Deuteronomio. Pero el hecho es que,
a partir de este momento, el libro de la Ley fue considerado como algo muy sagrado
y como la coleccin de las leyes dadas por Dios a Israel. En los libros de los Reyes
encontramos ya las primeras citas explcitas de la Ley de Moiss (cf. 1 Re 2,3 = Deut
29,8; 2 Re 14,6 = Deut 24,26).
Los profetas Isaas (Is 30,8; 34,16) y Jeremas (Jer 36, 2-4.27-32) escribieron sus
profecas. Y la obra del profeta Jeremas est inspirada indudablemente en el espritu
de la reforma de Josas. Este mismo profeta tiene citaciones de profetas anteriores (Jer
26,18s; 49,14-16 = Miq 3,12; Abd 1.4), lo cual parece indicar que ya existan
colecciones de profecas.
Despus del destierro tenemos testimonios escritursticos importantes, de los cuales
podemos deducir que casi todos los libros protocannicos estaban ya reunidos en
colecciones y eran considerados como cannicos. Los textos bblicos de esta poca
nos dan a conocer tres clases de Libros Sagrados: la Ley (Torah), los Profetas
(Nebiim) y los Escritos o Hagigrafa (Ketubim).
El primer testimonio en este sentido es el del libro de Nehemas (c. 8-9). En l se narra
que Esdras, sacerdote y escriba, ley y explic la Ley de Moiss delante del pueblo (444
a.C.). Y, despus de escuchar su lectura, el pueblo prometi con juramento observarla,
lo cual parece indicar que reconocan autoridad cannica al Pentateuco.
El profeta Daniel afirma que en el ao primero de su reinado, yo Daniel mir
atentamente en los libros el nmero de los aos de que habl Jehov al profeta
Jeremas, que haban de cumplirse las desolaciones de Jerusaln en setenta aos
(Dan 9,2; cf. Jer 25,11; 29,10). Esto demuestra con bastante claridad que en aquel
tiempo ya exista una coleccin de Libros Sagrados.
64
1 Curso
El libro del Eclesistico, escrito en hebreo en Palestina hacia el ao 180 a.C. por Jess,
hijo de Sirac, y traducido al griego por su nieto hacia el ao 130 a.C., contiene un
prlogo aadido por el traductor que es de la mxima importancia para la historia del
canon. En l, el nieto de Jess ben Sirac habla de su abuelo, el cual se dio mucho a la
leccin de la Ley, de los Profetas y de los otros libros patrios (Eclo prlogo; el
traductor emplea por tres veces la misma expresin en el prlogo). De aqu podemos
deducir que la Biblia ya estaba dividida por aquel entonces en tres grupos. Dos de los
cuales, la Ley y los Profetas, es muy posible que ya estuvieran definitivamente
completos y cerrados. El tercero, en cambio, designado con un trmino indefinido, los
otros libros, parece como insinuar que an estaba en etapa de formacin y que todava
no haba alcanzado la meta final. Adems, Jess ben Sirac, en el himno de alabanza a
los padres (Eclo c. 44-49), sigue ordinariamente el orden de los escritos bblicos,
probando de esta manera que conoca todos los libros que los hebreos colocaban bajo
el ttulo de profetas anteriores y posteriores. Por otra parte, de las citas que tiene de
otros libros del Antiguo Testamento se puede concluir que conoca casi todos los libros
del canon hebreo. De los nicos que parece no hacer referencia alguna son el Cantar
de los Cantares, Daniel y Ester.
En el libro segundo de los Macabeos, escrito en griego hacia el ao 120 a.C., se
encuentra una carta de los judos de Jerusaln, escrita poco despus del 164 a.C.,
dirigida a Aristbulo y a los judos de Egipto (cf. 2 Mac 1,10-2,19). En ella se habla de
un ejemplar de la Ley, que el profeta Jeremas habra entregado a los deportados (2
Mac 2,1). Tambin se hace referencia a los escritos sagrados que Nehemas haba
reunido en su biblioteca, y a los que Judas Macabeo siguiendo su ejemplo- haba
juntado, despus de haber sido desperdigados por la guerra (2 Mac 2,13-15). Los libros
que reunieron tanto Nehemas como Judas Macabeo se designan bajo los ttulos
generales de libros de los reyes, libros de los profetas, libros de David y las
cartas de los reyes sobre las ofrendas (2 Mac 2,13).
El libro primero de los Macabeos habla de Daniel y de sus tres amigos: Ananas,
Azaras y Misael, que por su inocencia y su gran fe fueron librados de la boca de los
leones y del horno de fuego (1 Mac 2,59s). Esto nos demuestra que el libro de Daniel
ya formaba parte del canon de las Sagradas Escrituras hacia el fin del siglo II (cf. 1 Mac
12,9).
Siglo I de nuestra era.- En este tiempo se nos da ya claramente el nmero de los
Libros sagrados y su triple divisin: Ley, Profetas y Hagigrafos. Sin embargo, en
algunos ambientes judos existan ciertas dudas sobre la canonicidad de Cant, Prov, Ez
y Est. Para unos deban ser excluidos de la coleccin de los Libros Sagrados y de la
leccin pblica de la sinagoga; para otros tenan la misma autoridad que los dems
Libros Santos. Esto supone que ya por aquel entonces haban sido recibidos en el
canon del Antiguo Testamento.
Filn (+38 d.C.), el filsofo judo alejandrino, no trata ex professo del canon del
Antiguo Testamento, pero cita el Pentateuco al que atribuye mayor grado de
inspiracin-, Jos, Jue, Re, Is, Jer, los Profetas Menores, Salmos, Prov, Job, Esd[4].
El Nuevo Testamento contiene innumerables citas del Antiguo Testamento,
65
1 Curso
aunque no nombra explcitamente los libros. Parece que no se alude a los libros de
Rut, Esd-Neh, Est, Ecl, Cant, Abd, Nah y a los apcrifos del Antiguo Testamento. Pero es
indudable que los autores del Nuevo Testamento admitan y usaban los libros
cannicos recibidos por los judos.
Flavio Josefo (a. 38-100 d.C.), en su libro Contra Apin (1,7-8), compuesto hacia el
ao 97-98 d.C., escribe que los judos no tenan millares de libros en desacuerdo y
contradiccin entre s, como suceda entre los griegos, sino slo veintids9, que eran
justamente considerados como divinos y contenan la historia del pasado. Los 22 libros
los distribuye de la siguiente manera: cinco de Moiss, trece de los profetas y otros
cuatro libros que contenan himnos de alabanza a Dios y preceptos de vida para los
hombres. Este texto de Josefo Flavio es de gran importancia, aunque no nos d los
nombre de los libros.
El cuarto libro de Esdras, escrito hacia el final del siglo I d.C., afirma que el nmero
de los libros sagrados es de veinticuatro. El autor de este libro de Esdras nos da una
descripcin de tipo legendario sobre la manera como Edras, escriba y sacerdote, logr
rehacer los libros sagrados destruidos por Nabucodonosor. Movido por el espritu
proftico, estuvo dictando a cuatro escribas, durante cuarenta das consecutivos,
noventa y cuatro libros. De stos, veinticuatro deban ser ledos por los dignos y los
indignos, y los otros setenta haba que entregarlos a los hombres instruidos (4 Esd
14,44s). El nmero de veinticuatro libros corrobora evidentemente la cifra de 22 libros
que nos da Flavio Josefo, y que se consigue juntando Rut con Jueces y las
Lamentaciones con Jeremas. En consecuencia, la pequea diferencia de veinticuatro y
de veintids es slo aparente y depende del clculo que se siga.
Siglo II despus de Cristo.- El Talmud10 babilnico nos da finalmente el canon
completo del Antiguo Testamento. Enumera 24 libros segn el orden y da los nombres
de los autores. El nmero coincide, pues, con el que nos da el 4 Esd y Flavio Josefo. Lo
cual nos indica que en aquel tiempo ya se encontraba cerrado el canon de los judos.
Este hecho parece que tuvo lugar, segn la tradicin rabnica, en el snodo de Jamnia
(hacia el ao 100 d.C.). Despus de la destruccin de Jerusaln, los judos doctos se
consagraron con gran ahnco a conservar lo que an subsista del pasado, en modo
especial las Sagradas Escrituras. A partir del snodo de Jamnia, que fij
definitivamente el canon ya admitido desde haca dos siglos, la gran preocupacin de
los rabinos fue la conservacin del texto sagrado. Los trabajos de los Masoretas no
perseguan ms que este fin.
9
El nmero 22 corresponde a las letras del alefato hebraico. Esta misma cifra de 22 libros es
corroborada por Melitn de Sardes (Eusebio, Histo Eccl 4,26), Orgenes (Expos. in Ps. I), San Atanasio
(Epist. Fest. 39), San Cirilo de Jerusaln (Catech. 4,33,35I, San Gregorio Nacianceno (Carm. 1,12), Rufino
(In symb. 37), San Jernimo (Prol. gal.), San Epifanio (Mens. et pond. 4s.22.)San Isidoro de Sevilla (Etim..
16,10).
10
Talmud significa enseanza, doctrina, porque recoge la enseanza de los rabino. Consta el Talmud
de dos partes: la Mishna y la Guemara. La Mishna fue compilada a finales del siglo II d.C., en Tiberades,
por el rabino Jud han-Nasi, en la que se mencionan cerca de 150 rabinos, que ordinariamente se llaman
Tannatas. La Guemara es como el complemento del Talmud por los rabinos posteriores, llamados
Amoraim, que expusieron la Mishna en Palestina desde el ao 219 al 359, y en Babilonia desde el 219 al
500 d.C. Por eso, la primera es conocida como la revisin palestinense, y la segunda como revisin
babilnica.
66
1 Curso
En este catlogo no se dice nada de los siete libros apcrifos: Tobas, Judit, Baruc,
Eclo, 1 y 2 Macabeos y Sabidura.
De lo dicho podemos concluir que el canon judo fue formado sucesivamente. El
canon, fijado definitivamente en el snodo de Jamnia, deba de estar ya terminado muy
probablemente en el siglo II a.C., como nos lo demuestra la versin del os Setenta,
empezada en el siglo III y terminada a fines del siglo II a.C.
2. FUE ESDRAS EL AUTOR DEL CANON JUDO?.
Son bastantes los autores antiguos que atribuyen el canon de 24 libros del Antiguo
Testamento a Esdras. Por eso se le suele llamar canon esdrino. Esta opinin fue de
nuevo resucitada en el siglo XVI por el judo Elas Levita (+1549), el cual afirm que
Esdras haba sido ayudado en su labor por los miembros de la Gran Sinagoga. A Elas
Levita siguieron muchos protestantes y catlicos, de tal forma que se convirti en la
opinin comn hasta nuestros das. Hoy, sin embargo, ha sido abandonada por todos
los autores. Para los protestantes, Esdras habra cerrado de modo definitivo el canon,
de tal manera que en lo futuro no se permiti aadir ms libros; para los catlicos, en
cambio, la compilacin cannica de Esdras no haba sido definitiva. Por eso, los judos
alejandrinos pudieron aadir ms tarde los libros apcrifos.
Varios eran los argumentos en que se apoyaba esta opinin. En primer lugar, el
celo de Esdras por la Ley. El 2 Mac 2,13 afirma que Nehemas hizo una biblioteca para
recoger los Libros Sagrados. Flavio Josefo atribuye la formacin del canon al tiempo de
Artajerjes I Longmano (a. 465-425 a.C.), es decir, al perodo en que tuvo lugar la
actividad religiosa de Esdras y Nehemas. Y el relato del 4 Esd 14,18-47 demuestra que
era creencia comn entre los judos que el canon haba sido determinado por Esdras.
Los judos palestinenses admitan, en tiempo de Cristo, todos los libros
protocannicos como sagrados. Esto parece estar fuera de toda duda. Existen incluso
algunos indicios que parecen indicar que los mismo judos palestinenses conocan y
usaban algunos de los libros apcrifos. En Qumrn se han encontrado algunos
fragmentos de tres libros apcrifos: del Eclesistico (gruta 2), de Tobas (gruta 4) y de
Baruc (gruta 7).
Los judos alejandrinos, en cambio, consideraban como cannicos no solamente
los libros protocannicos, sino tambin los apcrifos, tal como se encontraban en la
versin de los Setenta. De aqu ha nacido la divisin del canon en palestinense y
alejandrino, como veremos a continuacin.
67
1 Curso
Smbolo Gnstico
A. ORIGEN DE LA PALABRA APCRIFO
Segn una leyenda, de la que se hace eco el IV libro de Esdras, Dios hace a ste una
suprema revelacin; le otorga una inspiracin especial que le permite dictar en 40 das
94 libros, de los cuales deban ser hechos pblicos inmediatamente 24, o sea, los libros
del canon hebreo del A. T., mientras que los 70 restantes deban ser confiados a los
sabios, de los que evidentemente forma parte Esdras. De esos 70, los apocalipsis,
compuestos, segn se pretenda, por Enoc, Moiss y los patriarcas, habran de
permanecer escondidos desde la poca en que haban sido redactados hasta el fin de
los tiempos. De ah el nombre de libros apcrifos (trmino griego, que significa
escondido) (cfr. IV Esdras XVI, 45-48). Los que aprobaron estos libros pretenden que
fueron retirados del uso comn porque contenan sabidura secreta que solamente los
iniciados deban saber. Los que rechazaron estos libritos dijeron que 'fueron
escondidos por ser espreos. Jernimo, (en el siglo IV d.C.) parece haber sido la
primera persona que los llam Apcrifos.
B. CULES SON LOS LIBROS APCRIFOS?
Los reformadores protestantes aplicaban el trmino apcrifo a la pequea coleccin
de libros que se encontraban en la Biblia Vulgata latina y que los catlicos designan
con el nombre de deuterocannicos. Estos libros se han conservado en griego y eran
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1 Curso
Protocannicos
Deuterocannicos
Apcrifos
TRADICIN
PROTESTANTE
Cannicos
Apcrifos
Pseudoepigrficos
En la versin Septuaginta (en griego) y en la Vulgata (en latn) estos libros aparecen
repartidos en varias partes del Antiguo Testamento. En 1534 Lutero termin la
traduccin de la Biblia al alemn de los idiomas originales, hebreo y griego. Ya que no
encontr los Libros Apcrifos en la Biblia Hebrea, los tradujo al final y los coloc entre
el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. M. Corverdale sigui la misma pauta
cuando public, al ao siguiente, la primera Biblia en ingls. Todas las Biblias
protestantes en ingls hicieron lo mismo.
La Biblia conocida como "the Great Bible" (la Biblia Grande de 1539) cita en su prlogo
la declaracin de San jernimo que esos libros eran buenos para edificacin, pero que
no eran autoritativos. La Biblia de Ginebra de 1560 ("Geneva Bible") dio un paso ms
adelante y afirm que tales libros no debieran de emplearse para decidir ningn
asunto doctrinal, sino solamente para conocimiento de la historia e instruccin en la
vida piadosa. Pero la Biblia de los Obispos ("Bishop's Bible" 1568) se public sin
ninguna advertencia parecida. Siendo que la famosa versin que lleva el nombre del
Rey Santiago ("King James" 1611) era una revisin de la Biblia de los Obispos,
solamente puso el encabezamiento de "Libros Apcrifos" sin ninguna nota de
descrdito. Es ms, uno de los hombres responsables por su produccin lleg a ser el
Arzobispo de Canterbury y en virtud de tal puesto decret que cualquiera persona que
publicara una Biblia en ingls sin los Libros Apcrifos sera encarcelada por un ao.
Pero los puritanos "persiguieron a los Libros Apcrifos" para citar la frase de Federico
Kenyon. Desde el ao 1590 aparecieron algunas copias de la "Biblia de Ginebra" que
los puritanos hicieron suya, sin dichos libros. Por el ao 1629 sucedi otro tanto con la
Versin del Rey Santiago bajo la influencia puritana.
La actitud oficial de la Iglesia de Inglaterra se expresa en uno de sus Treinta y Nueve
Artculos de Religin. Despus de referirse a "los libros cannicos" dice lo siguiente: "y
los otros libros (como declara jernimo) la iglesia lee para hallar ejemplo de vida e
instruccin en conducta, pero no los aplica para establecer ninguna doctrina."
69
1 Curso
Judit (a mediados del siglo 2 a.C.) es tambin ficticio y farisaico. La herona de la novela
es Judit, una hermosa viuda juda. Al ser asediada su ciudad, sali ella con su sirvienta y
una provisin de comida ceremonialmente limpia y entr en la tienda del general del
ejrcito enemigo. El se enamor de su hermosura y le dio un lugar en su tienda.
70
1 Curso
1 Curso
72
1 Curso
I Macabeos (primer siglo a.C.) es quizs el libro ms valioso entre los Libros Apcrifos,
porque relata las hazaas de los tres hermanos Macabeos-Judas, Jonatn y Simn.
Juntamente con Josefo, sta es nuestra fuente histrica ms importante para este
perodo crucial y dramtico de la historia juda.
II Macabeos (del mismo tiempo) no es una continuacin de I Macabeos, sino un relato
paralelo, limitndose a las victorias de Judas Macabeo. Se piensa generalmente que
tiene ms elementos legendarios que I Macabeos.
73
1 Curso
Smbolo Gnstico
A. LA NOCIN DE "PSEUDOEPIGRFICO"
Entre los muchos escritos de los cuatro gneros neotestamentarios que se produjeron
en los cinco primeros siglos, se fij el criterio de la apostolicidad para decidir sobre su
fiabilidad. Por eso frecuentemente las obras cristianas se ponan bajo nombres de
Apstoles, para garantizar as su verdad.
A mediados del siglo II, movidos por la hereja gnstica (que pretenda utilizar libros no
fiables en sus reuniones), termin el proceso de establecer un consenso sobre los
libros fiables, aunque hasta el siglo IV no qued fijada definitivamente la lista de los 27
libros cannicos.
Para los gnsticos, los libros "pseudoepgrafos" eran los libros mantenidos en secretos,
y tenan un sumo valor. Para los cristianos estos libros eran falsos, herticos y
reprobables.
A partir de finales del siglo II aparecen:
Otra clasificacin:
1 Curso
Cartas pseudoepigrficas;
Hechos de los apstoles;
Apocalipsis.
C. CLASIFICACIN
Algunos se refieren al Antiguo Testamento y otros al Nuevo Testamento. Estos ltimos
suelen dividirse en: Evangelios, Hechos, Epstolas, Apocalipsis.
Los ms conocidos son los siguientes:
75
1 Curso
1 Curso
Nag Hammadi
EL EVANGELIO DE JUDAS
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1 Curso
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1 Curso
No nacieron en paralelo con los Hechos de los Apstoles de Lucas, sino posteriormente
y ara complementarlos. Datan de los siglos II y III los cinco grandes Hechos: Acta
Andrs, Juan, Pablo, Pedro y Toms.
Hay otros Hechos redactados a partir del siglo IV, pero de menor importancia, y que
dependen de los anteriores.
Tema comn: vida, viajes, doctrina de los Apstoles.
Pretendan servir de entretenimiento, edificacin y adoctrinamiento de los cristianos,
pero no para discutir problemas teolgicos o eclesiales.
Elementos: 1) motivo del viaje, 2) aretolgico (milagros), 3) teralgicos (mundo
encantado), 4) tendencioso (en sus homilas), 5) ertico (motivos amorosos y rasgos
asctico encratitas).
4.3 Cartas. Gnero literario
Las Cartas tienen menos importancia. Son literatura epistolar de ficcin o
pseudoepigrfica.
4.4 Apocalipsis. Gnero literario
El nombre proviene del Apocalipsis de Juan. El gnero proviene del judasmo. El Libro
de Daniel es la Apocalipsis ms sobresaliente del Antiguo Testamento.
Elementos de contenido y estilsticos:
Escritos pseudnimos, de un tiempo pasado, que contienen vaticinios futuros de
hechos histricos para dar confianza al lector y mencionan el final de los tiempos.
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1 Curso
Contenido: Trata de las revelaciones hechas a Hermas en Roma por dos figuras
celestiales. La primera era una mujer de edad, y la segunda, un ngel en forma
de pastor. En su conjunto, la obra viene a ser un sermn sobre la penitencia
Autor: Desconocido pero de origen judo o, por lo menos, que haba recibido
una formacin juda
Gnero: Apocalptico
Caractersticas: (NOTA: Leer este libro y hacer un resumen)
EL PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO
Autor: Siria del este a mediados del siglo II. Escrito en griego.
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1 Curso
LA EPISTULA APOSTOLORUM
EL EVANGELIO DE NICODEMO
Escritos entre 180 y 190, en Asia Menor o Roma. Se conservan dos terceras
partes de la obra.
Primera parte: Jerusaln (12 aos, choque con Simn el Mago).
Segunda parte: Viaje a Roma (lucha con Simn).
Tercera Parte: martirio de Pedro (predica la castidad ocasionando problemas
con Agripa, el prefecto romano; Quo vadis; martirio con la cabeza hacia abajo).
Novela Quo vadis? de Henry Sienkiewicz (premio Nobel de literatura 1905).
Escritos entre 185 y 195 por un presbtero del Asia Menor. Estn incompletos.
Estructura de la obra: Damasco, Jerusaln, Antioqua, Iconio, Antioqua, Myra,
Sidn, Tiro, Esmirna, feso, Fililpos, Coritno, Italia, Roma.
Parte primera: Acta Pauli cum Theclae Pablo (juega un papel secundario).
Correspondencia epistolar de Pablo con los Corintios (versa sobre falsas
doctrinas gnsticas que alguno hombres han propalado en Corinto).
Martirio de Pablo en Roma
La finalidad no es teolgica, sino de entretenimiento y edificacin.
Temas principales: resurreccin y continencia.
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1 Curso
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1 Curso
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1 Curso
laodicenses les manda a su vez que lean la carta enviada a los colosenses11.
En el Nuevo Testamento encontramos ya ciertos indicios que parecen
demostrar que se atribua a los escritos de los apstoles una autoridad divina. En la 1
Tim 5,18 tenemos el primer ejemplo de citacin de las palabras de Jess como Escritura sagrada. La 2 Pe 3, 15-16 atribuye la misma autoridad a las epstolas de San
Pablo que a los escritos profticos.
La literatura cristiana de fines del siglo I y del siglo II atestigua lo mismo. Segn
la Didaj 8,2, es el mismo Seor el que habla y ordena en el Evangelio. San Clemente
Romano afirma que San Pablo, divinamente inspirado, escribi a los Corintios. La
Epstola de Bernab tambin cita Mt 22,14 con la frmula empleada ordinariamente
para citar el Antiguo Testamento: ggraptai = est escrito. Los escritos de los Padres apostlicos San Ignacio Mrtir y San Policarpo estn llenos de citas y de alusiones
tomadas de los evangelios y de las epstolas paulinas, lo cual indica la gran reverencia
que tenan de estos escritos.
c) Si las cartas de San Clemente Romano a los corintios y de San Ignacio Mrtir
a los filipenses eran tenidas en tanta estima por los destinatarios, que hacan copias
para transmitirlas a otras Iglesias, mucho ms estimados an deban de ser los escritos
de los apstoles. As se explica fcilmente que ya desde un principio los escritos
apostlicos fueran coleccionados para leerlos pblicamente en el culto divino. De la 2
Pe 3, 15-16, en que se habla de todas las cartas (en psais epistolis) de San Pablo,
se puede deducir que ya en aquel tiempo deba de existir alguna coleccin de las
epstolas del Apstol. San Ignacio Mrtir, en su epstola a los Efesios tambin parece
suponer la existencia de una coleccin de epstolas paulinas.
El proceso de coleccin y de formacin del canon del Nuevo Testamento debi
de ser bastante breve para la mayora de los libros, por el hecho de que la Tradicin
era clarsima y de todos bien conocida. As sucedi con los cuatro Evangelios y con casi
todas las epstolas de San Pablo (exceptuando la epstola a las Hebreos). Por el
contrario, respecto de otros libros del Nuevo Testamento, el proceso de canonizacin fue ms lento, y se disput durante bastante tiempo sobre su canonicidad,
porque la tradicin apostlica no era igualmente clara y evidente en todas las Iglesias.
Hacia fines del siglo IV se lleg a la unanimidad de la Iglesia en lo referente al canon
del Nuevo Testamento.
d) Tres fueron las causas principales que aceleraron la formacin del canon del
Nuevo Testamento:
1. La hereja de Marcin, que segua un canon propio. Rechazaba todo
el Antiguo Testamento, y del Nuevo slo admita el evangelio de
Lucas y diez epstolas de San Pablo.
11
Hay bastantes autores que sostienen que la epstola a los Laodicenses es la que desde finales del siglo
II ha sido llamada epstola a los Efesios.
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1 Curso
1. Formacin del canon del Nuevo Testamento hasta el ao 150.- Los escritos
del Nuevo Testamento, por haber sido en su mayora escritos dirigidos a comunidades
particulares, no fueron conocidos inmediatamente por toda la Iglesia cristiana. Sin
embargo, ya tenemos desde los primeros tiempos de la Iglesia testimonios de gran
valor que demuestran la existencia de estos escritos sagrados. Las citas que nos han
transmitido los Padres apostlicos no suelen estar hechas literalmente, por lo cual
resulta a veces difcil determinar de qu libro del Nuevo Testamento han sido
tomadas. Hacia finales del siglo II encontramos ya testimonios explcitos, e incluso un
catlogo de Libros Sagrados del Nuevo Testamento, como veremos despus.
a) En el mismo Nuevo Testamento encontramos indicios que nos permiten
deducir la existencia de alguna coleccin de San Pablo: 2 Pe 3,15-16. Y como ya
dejamos dicho, la 1 Tim 5, 18 es muy posible que cite el evangelio de San Lucas (10,7),
considerndolo como Escritura sagrada.
b) Los Padres apostlicos no suelen citar los Libros Sagrados del Nuevo
Testamento por los nombres de sus autores. Pero sus escritos estn plagados de citas y
de alusiones al Nuevo Testamento, de tal modo que sus testimonios son considerados
como ciertsimos. En los escritos de dichos Padres se encuentran citas de casi todos los
Libros del N. T., si exceptuamos las epstolas de Filemn y 3 Jn 14.
La Didaj (hacia el ao 90 d.C.) cita frecuentemente a Mt, y parece conocer a Lc, 1 Tes,
1 Pe, Jds, y quiz Jn y Act 15.
San Clemente Romano (hacia 96) emplea Mt, 1-2 Tim, Tit, Hebr, y probablemente Lc,
Hechos, 1 Cor, Rom, 1-2 Pe, Sant.
Epstola de Bernab (hacia 98) cita a Mt, Rom, Col, 2 Tim, Tit, 1 Pe, y probablemente
tambin conoca Jn.
San Ignacio de Antioquia (ao 107) emplea en sus escritos Mt, Lc, Jn, Act, 1 Tes, Gl, 1
Cor, Rom, Col, Ef, Hebr.
85
1 Curso
San Policarpo (hacia el ao 108) alude en su carta a Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 2 Tes, Gl, 1-2
Cor, Rom, Col, Ef, Fil, 1-2 Tim, Hebr, Sant, 1 Pe, 1 Jn.
Papas (hacia 110) es el primero que da los nombres de los autores de Mt, Mc, Jn, y
refiere algo acerca del origen de los evangelios. Tambin conoca 1 Pe, 1 Jn, Apoc .
El Martyrium Polycarpi (hacia 150) se sirve de Mt, Jn, Act, Apoc y quiz Jds.
El Pastor de Hermas (hacia 140- 155) hace uso de Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 1 Tes, 2 Cor, Rom,
Ef, Fil, Hebr, Sant, 1-2 Pe, Apoc.
c) Los apologistas todava nos han transmitido testimonios mucho ms claros
sobre los libros del Nuevo Testamento. Al tener que defender las doctrinas cristianas
contra los ataques de los infieles y de los herejes, recurren con frecuencia a citaciones
de los escritos sagrados.
Arstides Ateniense (hacia 140), en su Apologa c. 15, narra la vida de Jess, y afirma
que la venida de Jesucristo puede ser conocida por los escritos evanglicos. Tambin
cita Mt, Jn, Act, Rom, 1 Tim, Hebr, 1 Pe.
San Justino (ao 150-160) es el primer escritor antiguo que nos habla del uso litrgico
del Nuevo Testamento en las reuniones de los cristianos. Y en el da llamado domingo
-dice l-, todos los que viven en las ciudades o en el campo se renen en un lugar, y
ante ellos se leen las memorias de los apstoles o las escrituras de los profetas
mientras el tiempo lo permite. Las memorias de los apstoles son los Evangelios,
segn los dems escritos de San Justino. Cita con frecuencia los evangelios de Mt y Jn.
Habla tambin explcitamente del Apocalipsis, atribuyndolo a San Juan Apstol.
Conoce igualmente Act y todas las epstolas de San Pablo, Sant, 1-2 Pe, 1 Jn.
2. El canon del Nuevo Testamento desde el siglo II hasta el siglo IV.- Los
testimonios que poseemos de este perodo en favor de los Libros Sagrados del Nuevo
Testamento son clarsimos y de gran importancia.
Taciano Siro (hacia el ao 172), sirvindose de los cuatro evangelios, compuso una
obra llamada Diatessaron. Era una armona de los evangelios que tuvo una gran
divulgacin. Las Iglesias de Siria lo usaron hasta el siglo V. Taciano conoce tambin
Hechos, 1 Cor, Rom, Hebr, Tit, Apoc.
Marcin (ao 140-170) es el testigo principal del siglo II en lo referente a la historia del
canon. En su obra Antitheses rechaza todo el Antiguo Testamento, por provenir del
Dios del temor, distinto del Dios del amor del Nuevo Testamento. De los escritos del
Nuevo Testamento admite el evangelio de San Lucas, pero abreviado. Rechaza los dos
primeros captulos de Lc por tener cierto sabor hebraico. Y tambin reconoce como
cannicas diez epstolas paulinas, exceptuando las pastorales y la de los Hebr. Los
dems libros del Nuevo Testamento no son considerados como cannicos por
Marcin.
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1 Curso
No fue Marcin el primero que form el canon del Nuevo Testamento, como afirman
algunos autores. Antes de l ya existan colecciones de escritos sagrados que eran
considerados por todos como inspirados. Esto se deduce de los testimonios que
poseemos de aquel tiempo. Adems, el canon mutilado del mismo Marcin supone
que ya exista en la Iglesia un canon, del cual se sirve a su manera. Sin embargo, la
Iglesia, con motivo del canon de Marcin y para oponerse a sus doctrinas errneas,
debi de poner ms empeo y diligencia en determinar el verdadero canon.
Epstola de las iglesias Lugdunense y Vienense (hacia 177), que nos demuestra que en
la Galia eran conocidos Lc, Jn, Act, Rom, Ef, Fil, 1 Tim, 1 Pe, 1 Jn, y muy probablemente
Hebr, 2 Pe, 2 Jn. Es citado el Apoc como Escritura.
San Tefilo Antioqueno (hacia el ao 180) considera a los evangelistas como
inspirados, y cita a Mt y Lc. Tambin afirma que Juan, el Pneumatforo, fue el autor
del cuarto Evangelio. Se sirve de casi todas las epstolas de San Pablo, y en algunos
lugares cita la epstola a los Rom y la 1 Tim con la frmula: la palabra divina (gr. ho
theios logos).
San Ireneo (ao 175-195) ensea que los escritos del Nuevo Testamento son de origen
apostlico. Los evangelios fueron escritos por San Mateo en hebreo, por San Marcos,
el intrprete de San Pedro; por San Lucas, el compaero de viajes de San Pablo, y por
San Juan, el discpulo amado del Seor. En sus escritos, San Ireneo cita o alude a todos
los libros del Nuevo Testamento, a excepcin de la epstola a Filemn, la 2 Pe, la 3 Jn y
la de Jds.
Tertuliano (ao 16o-240) combate a Marcin, echndole en cara que, no siendo
cristiano, no tena derecho alguno a hacer uso de las escrituras cristianas. Afirma que
hay cuatro evangelios, a los que llama instrumento evanglico. Dos fueron escritos
pos apstoles, San Mateo y San Juan, y los otros dos por hombres apostlicos, San
Marcos y San Lucas. Tambin cita directamente los Hechos y trece epstolas paulinas.
La epstola a los Hebr la atribuye a Bernab. Aduce, adems, la 1 Pe, la 1 Jn, Jds y el
Apoc. Es dudoso si hace referencia a la epstola de Sant. No alude a la 2 Pe ni a la 2 y 3
Jn.
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1 Curso
Fragmento de Muratori (de fines del s. II). Fue hallado en la Biblioteca Ambrosiana de
Miln por L. A. Muratori (+1750) y editado por el mismo en el ao 1740.
Fragmento de Muratori
Contiene el catlogo ms antiguo, hasta hoy conocido, de los libros del Nuevo
Testamento. Al principio est mutilado, por lo cual se ha perdido la referencia que
haca de los evangelios de Mt y Mc. En la forma actual habla de Lc, Jn, Hechos, 1-2 Cor,
Gl, Rom, Ef, Fil, Col, 1-2 Tes, Flm, Tit, 1-2 Tim, Jds, 1-2 Jn, Apoc, 1 Pe. No son
nombradas las epstolas a los Hebr, Sant y la 2 Pe. Se permite la lectura privada del
Pastor, de Hermas. Hermas, el autor del Pastor, es llamado hermano del obispo de
Roma Po (ao 140-155), y como tambin afirma que el Pastor de Hermas fue escrito
nuperrime temporibus nostris (en nuestros das, hace muy poco), se deduce que
la composicin del fragmento de Muratori hay que colocarla hacia mediados del siglo
II, en Roma o en las cercanas de la Urbe. No se conoce su autor; pero es bastante
probable que haya sido San Hiplito Romano.
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1 Curso
Orgenes (+254) era hombre muy versado en ciencias bblicas y haba recorrido todas
las Iglesias principales de aquella poca: las de Roma, Alejandra, Antioquia, Cesarea,
Asia Menor, Atenas, Arabia. Por todo lo cual constituye un testimonio de mxima
importancia y autoridad. Admite todos los 27 libros del Nuevo Testamento,
considerndolos como cannicos. Aunque conoce las dudas de algunos escritores de
aquella poca acerca de la canonicidad de 2 Pe, de 2-3 Jn y de Jds, sin embargo, no
hace caso de ellas y admite en su canon todas las epstolas. Por el contrario,
conociendo igualmente los apcrifos, no los recibe en el canon de los Libros Sagrados.
San Hiplito Romano (+hacia 258-260). Tiene mucha importancia su testimonio por
ser intrprete excepcional de la Iglesia romana. En sus escritos, San Hiplito cita todos
los libros del Nuevo Testamento, exceptuando las epstolas de Flm, 2 y 3 Jn. El
Fragmento de Muratori, que diversos autores atribuyen a San Hiplito, contiene todos
los libros cannicos del Nuevo Testamento, menos la epstola a los Hebr, Sant y 2 Pe.
Novaciano (hacia el ao 250) fue un presbtero de la Iglesia de Roma que
posteriormente cay en la hereja. En sus escritos se sirve de todos los libros del Nuevo
Testamento, a excepcin de la epstola a los Hebreos.
San Cipriano (+258), obispo de Cartago, cita diez epstolas paulinas, la 1 Pe, la 1 Jn y el
Apocalipsis. No menciona la epstola de Flm y duda del origen de la epstola a los Hebr.
Canon Mommseniano, (de hacia el ao 259) proviene de la Iglesia de frica, y
menciona veinticuatro libros del Nuevo Testamento. Omite las epstolas a los Hebr, la
de Sant y la Jds.
San Dionisio de Alejandra (+264) admite todos los libros del Nuevo Testamento,
aunque no cita la 2 Pe y la de Jds. Y con el fin de oponerse a la enseanza milenarista,
que se apoyaba en Apoc 20, neg que el autor del Apoc fuese el apstol San Juan.
Negaba, por consiguiente, la autenticidad, pero no la canonicidad del Apocalipsis
Por los testimonios que acabamos de citar, no resulta difcil observar que en el
siglo III casi todos los libros del Nuevo Testamento eran recibidos en el canon. En
Occidente se duda de la canonicidad de las epstolas de Sant, 2 Pe y Hebr, y por eso a
veces son omitidas. En Oriente todava hay bastantes escritores que dudan de las cinco
epstolas catlicas menores: Sant, 2 Pe, 2-3 Jn y Jds.
3. El canon del Nuevo Testamento en los siglos IV-VI. En los siglos IV y V se nota entre
los escritores eclesisticos una mayor unanimidad an acerca de los libros cannicos
del Nuevo Testamento. Las dudas son de menor importancia. Contrastando, sin
embargo, con esto, encontramos las vacilaciones que comienzan a surgir en Oriente
sobre la autenticidad y canonicidad del Apocalipsis, iniciadas por San Dionisio Alejandrino. Pero, con todo, la unanimidad llega a ser completa en Occidente a fines del siglo
IV y comienzos el V; y en Oriente se consigue esta unanimidad durante el siglo VI.
a) Los escritores sirios manifiestan dudas acerca de las epstolas catlicas
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1 Curso
menores. La obra llamada Doctrina Addai (s. IV) y Afraates (hacia el ao 340) omiten
todas las epstolas catlicas y el Apocalipsis. San Efrn (+373) cita la 1 Pe y la 1 Jn, y
probablemente la epstola de Sant. No parece haber utilizado la 2 y 3 Jn y la de Jds,
porque estas epstolas todava no haban sido traducidas del griego en su tiempo, y San
Efrn no conoca el griego. Tambin nos es conocido un Catlogo esticomtrico de
hacia el ao 400, que no contiene las epstolas catlicas y el Apocalipsis. La versin
Peshitta, tan difundida entre los sirios, contiene la 1 Pe, 1 Jn y Sant, pero le faltan la 2
Pe, 2-3 Jn, Jds, Apoc. Sin embargo, las versiones posteriores: Filoxeniana (ao 508) y
Harclense (615-616) contienen los veintisiete libros del Nuevo Testamento.
b) Padres griegos: Eusebio (+340) divide los libros del Nuevo Testamento en
tres clases:
1. Reconocidos, o sea los libros que, segn la tradicin eclesistica, son
verdaderos y genuinos y han sido recibidos por todos sin oposicin.
Son los cuatro evangelios, Hechos, epstolas de San Pablo, 1 Jn, 1 Pe y el
Apocalipsis, con la salvaguardia: si es considerado verdadero;
2. Discutidos, cuya genuinidad es discutida por algunos: Sant, 2 Pe, 2-3 Jn,
Jds;
3. Espurios, los Hechos de Pablo, el Pastor, el Apocalipsis de Pedro, la epstola de Bernab, la Didaj, y, si as agrada, el Apocalipsis de Juan.
Eusebio, bajo el influjo de San Dionisio, se muestra indeciso sobre la
colocacin del Apoc. Distingue entre Juan el apstol, al que atribuye el
evangelio y la primera epstola, y Juan el presbtero, que sera el autor
del Apoc y de 2-3 Jn.
XXV 1. Habiendo llegado hasta este punto, ya es hora de dar una lista
de los escritos del Nuevo Testamento mencionados. Primero se ha de
situar la santa ttrada de los Evangelios, seguidos por Los Hechos de los
Apstoles.
2. A continuacin hay que disponer las Epstolas de Pablo, despus se ha
de decretar como cierta la I Epstola de Juan, as como la de Pedro.
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1 Curso
San Cirilo de Jerusaln (+386), en su Catechesis 4,33-36, escrita hacia el ao 348, nos
ofrece el canon completo del Nuevo Testamento, con la nica omisin del Apocalipsis
de San Juan.
San Atanasio (ao 367) admite los 27 libros del Nuevo Testamento como sagrados y
cannicos. Y lo mismo hace San Epifanio (+403).
San Basilio (+379) acepta todos los libros del Nuevo Testamento, aunque no cita
explcitamente las epstolas 2-3 Jn y Jds.
San Gregorio Nacianceno (328-389), en su poema titulado De veris libris Scripturae
divinitus inspiratae, da la lista de todos los libros del Nuevo Testamento, menos del
Apocalipsis. El P. Lagrange piensa que el no mencionar el Apoc es debido a que San
Gregorio estaba atado a causa del metro potico. Y por eso, en lugar de mencionarlo,
hace una alusin general a l, diciendo: Juan, el universal y gran heraldo, que recorre
los cielos. Sin embargo, en otros lugares de sus obras cita expresamente el Apoc,
como cuando escribe: Juan en el Apocalipsis me ensea. Adems, lo cita en unin de
varios textos del evangelio de San Juan.
San Gregorio Niseno (335-394), hermano de San Basilio, cita la epstola a los Hebr y el
Apoc. De los dems no nos habla.
San Anfiloquio (340-403) ofrece un canon completo del Nuevo Testamento, aunque a
propsito del Apoc se ve que sufri el influjo de los Padres antioquenos, pues afirma
que muchos lo rechazan. Algunos tambin dudan, segn l, de la 2 Pe, 2-3 Jn y Jds.
A estos testimonios podemos aadir los cdices unciales principales: el Sinatico, de
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1 Curso
principios del siglo IV, que contiene todo el Nuevo Testamento; el Vaticano (B), de
comienzos tambin del siglo IV, que tiene todos los libros del Nuevo Testamento, hasta
la epstola a los Heb; y el Alejandrino, de principios del siglo v, que presenta todos los
libros neotestamentarios.
c) Padres antioquenos.- Entre stos son dignos de mencin San Juan
Crisstomo (+407), que cita con mucha frecuencia la epstola a los Hebr y la de Sant,
pero nunca alega la 2 Pe, la 2-3 Jn y el Apoc, lo cual parece indicar que las exclua del
canon. Otro tanto podemos decir de Teodoreto Cirense (+458), que tampoco cita las
epstolas catlicas menores y el Apoc. Teodoro de Mopsuestia (+428) todava va ms
lejos, pues incluso rechaza las epstolas catlicas mayores: Sant, 1 Pe, 1 Jn.
d) Padres latinos.- Casi todos los escritores eclesisticos latinos de esta poca
admiten el canon ntegro del Nuevo Testamento. La discusin y las dudas se centran
sobre todo en la epstola a los Hebreos, que en el Occidente, hasta la mitad del siglo IV,
es pasada en silencio por muchos autores. En Oriente, en cambio, nunca se dud de su
canonicidad. En el siglo IV se disput mucho en Occidente acerca de su autenticidad.
Posiblemente por este motivo no se encuentra en el canon Claromontano (s. IV), en
donde tambin faltan Fil y 1-2 Tes, probablemente a causa de un descuido del copista.
En los ltimos decenios del siglo IV casi todos los Padres latinos admiten
unnimemente la autenticidad de la epstola a los Hebreos. De este modo se llega a la
unanimidad completa, con la admisin de los 27 libros del Nuevo Testamento. Esto se
ve claramente recorriendo las obras de los principales Padres de este perodo.
San Jernimo (+410), que pas gran parte de su VIda en Oriente, admite todos los
libros del Nuevo Testamento. Por lo que se refiere a los apcrifos del Antiguo
Testamento, fue hostil y no los consider como cannicos; en cambio, respecto de los
apcrifos del Nuevo Testamento, adopta la veterum auctoritas (autoridad de los
padres- antiguos) y los recibe como cannicos, incluso conociendo las dudas que
sobre alguno de ellos existan tanto en Oriente como en Occidente. Refirindose a las
epstolas de Santiago y Judas afirma que han obtenido autoridad cannica paulatim
procedente tempore (poco a poco, con el paso del tiempo). Pero l las coloca sin
vacilacin alguna entre los libros cannicos.
Rufino (+410) tambin admite los 27 libros del Nuevo Testamento como inspirados y
cannicos.
San Agustn (+430), en su libro De doctrina christiana (ao 397), nos ofrece una lista
completa de todos los libros del Nuevo Testamento, idntica a la que ms tarde
aceptar el concilio Tridentino. Fue bajo su influencia que el concilio provincial de
Hipona, o sea, el concilio plenario de toda el frica, celebrado en Hipona el 8 de
octubre de 393, y los concilios III y IV de Cartago, de los aos 397 y 419, recibieron este
mismo canon.
San Ambrosio (+397) hizo uso de todos los libros del Nuevo Testamento. Los nicos
sobre los cuales hay alguna duda son las epstolas 2-3 Jn. La epstola a los Hebreos la
atribuye a San Pablo y el Apocalipsis a San Juan.
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1 Curso
San Hilario De Poitiers (+368) no nos da una lista de los libros del Nuevo Testamento,
pero admiti indudablemente los protocannicos. De los apcrifos del N. T. recibi la
epstola a los Hebreos, que consideraba como de San Pablo, y us la epstola de
Santiago, la 2 Pe y el Apoc. Para San Hilario, el autor del Apoc era San Juan. No tiene
referencias a las epstolas 2-3 Jn y Jds.
Prisciliano (hacia el ao 380), obispo de vila en Espaa, reconoce como inspirados y
cannicos todos los libros del Nuevo Testamento. El nico que no menciona es la
epstola 3 Jn.
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1 Curso
1 Curso
que esta versin represente su autntico pensamiento; tanto ms cuanto que, en las
obras siracas que han llegado hasta nosotros, slo alega la 1 Pe, la 1 Jn y
probablemente tambin Sant. La versin Peshitta slo tiene Sant, 1 Pe y 1 Jn.
Por lo dicho se ve que los Padres antioquenos y los sirios coinciden en no
aceptar como cannicas todas las epstolas catlicas. Generalmente reciben las tres
que contiene la versin Peshitta: Sant, 1 Pe y 1 Jn. Los nestorianos conservaron la
versin Peshitta con su canon limitado de las epstolas catlicas. Sin embargo, al
comienzo del siglo VI, las dudas sobre estas epstolas y el Apocalipsis desaparecen. Por
eso, Filoxeno, en su versin siraca (ao 508), recibe las cuatro epstolas catlicas
menores y el Apocalipsis. Los griegos tambin aceptaron el canon completo del Nuevo
Testamento en el concilio Trulano II (ao 692), que conservan hasta hoy.
En Occidente se manifiesta una mayor fidelidad en conservar los escritos, que
haban sido transmitidos como procedentes de los apstoles. Sin embargo, en el siglo
III eran poco conocidas las epstolas de Sant y 2 Pe, como se puede ver por los escritos
de Tertuliano y de San Cipriano. Un siglo ms tarde son ya conocidas y admitidas por
San Hilario (+367). Se da, pues, una evolucin progresiva en lo referente a la autoridad
de las epstolas catlicas en Occidente. Esto mismo es confirmado por las primeras
decisiones oficiales de las Iglesias de frica en los concilios de Hipona (ao 393) y III y
IV de Cartago (aos 397 y 419); y en Italia, por la carta de San Inocencio I (ao 405) a
Exuperio, obispo de Tolosa.
Hacia principios del siglo V las dudas desaparecen; pero an hay autores que
expresan ciertas vacilaciones a propsito de nuestras epstolas. San Jernimo advierte,
a propsito de la epstola de Sant: Pretenden algunos que esta carta haya sido escrita
por otro bajo su nombre, aunque poco a poco haya ido ganando en autoridad. Y
sobre la 2 Pe comenta: La mayora niega que esta carta sea de l (de Pedro), teniendo
en cuenta la diferencia de su estilo por relacin a la primera. De la 2 y 3 Jn afirma:
Ambas epstolas son atribuidas a Juan el presbtero. Y, finalmente, de Judas dice:
Esta epstola es rechazada por la mayora; sin embargo, ha merecido autoridad a
causa de la antigedad y del uso, y es contada entre las Escrituras Sagradas. Las dudas
a las que alude San Jernimo se refieren a las que haban agitado a los escritores
orientales y occidentales, que en su tiempo se consideraban ya felizmente superadas.
5. El canon del Nuevo Testamento despus del siglo VI.- En el siglo V se llega a un
acuerdo completo entre los escritores latinos y tambin entre los griegos sobre el nmero de los libros cannicos del Nuevo Testamento. Por eso, desde el siglo VI en
adelante todos los autores eclesisticos se mantienen unnimes -salvo rarsimas
excepciones- en admitir la canonicidad de los 27 libros del Nuevo Testamento. Entre
esas raras excepciones hay que contar a Junilio Africano (mediados del s. VI), que
atribua menor autoridad al Apocalipsis y a las epstolas catlicas menores. Cosme
Indicopleustes (hacia 547) no admite ninguna de las epstolas catlicas ni el
Apocalipsis. Nicforo Constantinopolitano (+829) considera como dudoso el Apoc.
San Isidoro de Sevilla (+636) recuerda las dudas que haban surgido a propsito del
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1 Curso
origen apostlico de algunos libros del Nuevo Testamento: Hebr, Sant, 2 Pe, 2-3 Jn.
Pero l personalmente los considera como inspirados y cannicos.
En la Edad Media todava se advierten ciertas discusiones bastante espordicas acerca
de la epstola a los Hebreos. Pero tanto Santo Toms de Aquino (+1274) como Nicols
de Lira (+1340) se declaran en favor de su autenticidad paulina, haciendo desvanecerse
las ltimas vacilaciones. En el siglo XVI, Erasmo (+1536) volvi a recordar las dudas que
muchos Padres antiguos haban expresado a propsito del origen apostlico de Hebr,
Sant, 2 Pe, 2-3 Jn y Apoc. l, sin embargo, nunca puso en duda la canonicidad de dichos
libros.
Los reformadores aceptaron como cannicos los 39 libros del Antiguo Testamento, sin
excepcin y casi sin reservas. En cambio, los apcrifos fueron generalmente
rechazados.
Martn Lutero (+1546) los tradujo al alemn y los public con la observacin, en la
pgina del ttulo, de que son libros no iguales a las Sagradas Escrituras, pero tiles y
buenos para leer. Para Lutero, la autoridad de los Libros Santos se ha de juzgar en
conformidad con su enseanza sobre Cristo y sobre la justificacin por la sola fe. Por
este motivo excluy del canon la epstola a los Hebreos, la de Santiago, la de Judas y el
Apocalipsis. Pero no todos los reformadores le siguieron en esto. Zwinglio no admita
el Apocalipsis. Casiodoro de Reina, mantuvo en principio los apcrifos en su traduccin
de las Escrituras, aunque, posteriormente, Cipriano de Valera elimin los apcrifos en
la versin conocida como Reina-Valera. Segn los 39 Artculos de Religin (1563) de la
Iglesia de Inglaterra, los libros apcrifos pueden ser ledos para "ejemplo de vida e
instruccin de costumbres", pero no deben ser usados para "establecer ninguna
doctrina" (Artculo VI). Consecuentemente, la Biblia, versin "King James" (1611)
contena estos libros entre el N.T. y el A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) critic este
orden alegando que los "malditos apcrifos" pudiesen ser as vistos como un puente
entre el A.T. y el N.T. La Confesin de Westminster (1647) decidi que estos libros, "al
no ser de inspiracin divina, no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no
son de ninguna autoridad de la Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma
aprobados o utilizados mas que otros escritos humanos." La Iglesia Reformada se
ocup de los apcrifos durante su concilio de Dordrecht, en 1618. Gomarus y otros
reformadores exigieron la eliminacin de los apcrifos de las Biblias impresas. Aunque
no prosper esa exigencia, la condenacin de los apcrifos por el concilio fue sin
embargo tan vigorosa, que desde ese tiempo la Iglesia Reformada se opuso
enrgicamente a su uso. La mayor lucha contra los apcrifos se realiz en Inglaterra
durante la primera mitad del siglo XIX. Se edit una gran cantidad de publicaciones, de
1811 a 1852, para investigar los mritos y errores de estos libros extracannicos del
Antiguo Testamento.
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1 Curso
Lutero
En el Concilio de Trento, en el ao 1563, reaccion fuertemente contra las tendencias
de Lutero y de sus discpulos. En su decreto Sacrosancta, del 8 de abril de 1546, defini
solemnemente el canon de las Sagradas Escrituras tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamento. El Antiguo Testamento qued con 46 libros. Ense que los libros
apcrifos deben ser tratados "con igual devocin y reverencia". Esta enseanza del
Concilio de Trento fue una vez mas confirmada por el Concilio Vaticano I y por el
Concilio Vaticano II
B. CRITERIOS DE CANONICIDAD
Los criterios de canonicidad son aquellos que nos hacen reconocer a un libro como
inspirado. El Dr. Thiesen ha dado un buen resumen de los factores involucrados en
determinar si un libro deba ser aceptado o rechazado como santas escrituras. Da una
medida de cuatro pruebas o medidas de canonicidad que son:
1 Curso
base de esta pregunta. Cualquier persona puede hoy leer estos libros cristianos nocannicos y ver por si misma el juicio de la Iglesia Primitiva, guiada por el Espritu
Santo. En la mayora de los casos, el contraste entre los libros cannicos y los apcrifos
es tan notable que no deja lugar alguno para dudas.
C. Universalidad. Fue el libro recibido universalmente en toda la iglesia? Algunos
libros apcrifos que haban sido aceptados en el oriente fueron eliminados por esta
razn, de que haban sido rechazados en el oeste. Libros disputados como la epstola a
los Hebreos fueron canonizados cabalmente porque todas las secciones de la iglesia
los acept al final
D. Inspiracin. Claro que la ltima prueba fue la inspiracin. Solo esos libros que
dieron evidencia adecuada de haber sido inspirados divinamente lograron admisin al
canon. Sin duda alguna el Espritu Santo gui a la Iglesia Primitiva a seleccionar esos
mismos libros que haba inspirado.
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BIBLIOGRAFA
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