Eatip - Efectos Psicologicos de La Represion Politica II
Eatip - Efectos Psicologicos de La Represion Politica II
Eatip - Efectos Psicologicos de La Represion Politica II
EFECTOS PSICOLOGICOS DE LA
REPRESION POLITICA IIEFECTOS
PSICOLOGICOS DE LA REPRESION POLITICA. II
Doctora Diana R Kordon
Doctora Lucila L Edelman
Continuamos en este artculo el anlisis de los efectos, psicolgicos de la
represin. Lo hacemos sobre la base de las experiencias que hemos desarrollado a
lo largo de estos aos en la asistencia a familiares de desaparecidos,
experiencia que nos ha planteado diversos interrogantes y la necesidad de
desarrollar conceptualizaciones que den cuenta de esta situacin.
Uno de los problemas que deja en evidencia esta necesidad de conceptualizacin
es el insatisfactorio desarrollo, desde nuestro campo, de los temas que hacen a
la compleja articulacin entre los fenmenos psquicos y los fenmenos sociales.
Despus de ocho aos de dictadura, aos que conmocionaron profundamente todos
los estamentos de nuestra sociedad, estamos an inmersos en un perodo que no
podemos dar por concluido, ya que los efectos psicosociales de la etapa anterior
siguen presentes y probablemente perduren largo tiempo.
Por haber sido implementada desde el poder del Estado la represin dictatorial
oper produciendo efectos profundos en las personas y en el cuerpo social,
efectos persistentes y duraderos y, cuya naturaleza y consecuencias hoy podemos
empezar a analizar. La dictadura intent asegurar su poder a travs de la
represin directa, y de la intimidacin colectiva permanente y tambin por medio
de una intensa actividad propagandstica destinada a producir profundas
modificaciones en los sistemas de ideas y valores dominantes en la sociedad
Argentina.
La situacin de terror nos afect a todos y condicion nuestra vida concreta,
independientemente de la conciencia que de ello pudiramos haber tenido.
Nadie pudo excluirse, todos fuimos afectados; no hubo sector social o individuo
que quedara ileso, en un pas donde 30.000 personas fueron borradas de su vida
cotidiana, donde el registro de sus destinos se interrumpa a partir del
secuestro sin consideracin de ley alguna que diera cuenta de lo ocurrido; en un
pas donde miles de personas permanecieron por muchos aos detenidas en
condiciones inhumanas y torturadas sistemticamente; en un pas donde miles de
familiares y amigos de las vctimas directas vivieron en angustiosa espera e
interrogacin constante da a da.
El problema no afect solamente a aquellos nios o adultos que fueron vctimas
directas de la represin, o a sus familiares o amigos. Lo que a cada uno de
ellos le ocurri nos involucro a todos.
A cada desaparecido corresponden, muchas otras desapariciones, desapariciones de
distinta naturaleza, desaparicin de, la libertad de pensar, de actuar, de
producir, de crear, de gozar; en todos y en cada uno de los que vivimos esos
tiempos.
El cuerpo social fue herido en sus entraas, simblica y concretamente.
Ser necesario analizar las derivaciones a largo plazo de ello; analizar, por
ejemplo, qu efectos tendr en nuestra sociedad el hecho de que una generacin
se haya formado en los aos de la dictadura, qu efectos tendr el silencio
social impuesto e internalizado, los malentendidos sociales, las culpas por el
sometimiento, etctera.
En el aspecto individual, la situacin traumtica a lo largo del tiempo produjo
perturbaciones en el plano de la identidad personal, de los vnculos familiares,
de las relaciones laborales e interpersonales, de los sentimientos de
pertenencia y ajuste social; en el plano de la. identidad personal las
modificaciones producidas abarcan un amplio espectro, desde fenmenos que
podemos caracterizar como nuevas identificaciones disociaciones, hasta severas
restriccin el en el campo del pensamiento y el aprendizaje.
representar.
Hubo diferentes grados de alienacin. Fueron pocos los casos en que se produjo
una identificacin masiva con los enunciados dictatoriales. En general
predominaron identificaciones parciales y contradictorias. La resistencia a las
inducciones tena reservada desde el Poder otro lugar claro y definido: el de la
locura.
Sistemas sociales de representacin
Las combinaciones del conjunto de enunciados producidos por el Estado, al actuar
sobre la malla social tienden a producir nuevos sistemas sociales de
representacin o a modificar los preexistentes. Resulta pertinente sealar que
el contenido de las producciones ideolgicas de las clases dominantes tiene
siempre un carcter encubridor que tiende a ocultar la opresin y la
explotacin. Sus teorizaciones se apoyan en las percepciones inmediatas que los
sujetos tienen de la estructura social en que viven. As, el sistema social se
presenta fenomnicamente a travs de formas que ocultan las leyes internas de su
funcionamiento. Analicemos por ejemplo cmo la dictadura intentaba crear la
idea de que su poder era omnmodo: una de sus autodefmiciones era: El Proceso
tiene objetivos pero no tiene plazos . No hay temporalidad, el tiempo es
infinito. Al eliminar el factor tiempo este enunciado intenta crear una
determinada representacin social, representacin ilusoria de que el poder de la
dictadura era efectivamente omnmodo. En esta representacin ilusoria puede
quedar capturada una parte de la sociedad, incluida aquella que haya vivido la
cada de su propio proyecto idealizado. Este enunciado forma parte de una serie
de enunciados producidos por la dictadura, como parte de un conjunto ideolgico
en el cual trataba de dar un fundamento sobre su origen y demostrar a la vez la
existencia de un proyecto futuro al cual propona adherir. Productos y
enunciados stos que aparecieron ya en el perodo previo al golpe para tratar de
crear la representacin social de su necesariedad e inevitabilidad.
Este conjunto ideolgico estaba acompaado y sostenido por transformaciones en
la estructura econmica y en el aparato del Estado. As, se modificaron la
estructura productiva, el sistema jurdico legal, las reas sanitaria y
educacional, etctera. Por ejemplo, al da siguiente del golpe de Estado, el
Estatuto del Proceso de Reorganizacin Nacional se coloc por encima de la
Constitucin Nacional y se dict un paquete de normas legales represivas, aunque
despus se actu desconociendo. dichas normas, es decir en forma ilegal con
respecto a su propia pseudolegalidad.
Los sistemas sociales de representacin resultan de la elaboracin colectiva de
las diferentes prcticas sociales. Incluyen diversas modalidades expresivas de
la cultura, como las ideologas de clase en pugna en cada sociedad, los
conocimientos cientficos, las manifestaciones artsticas, los mitos, etctera.
Ren Kaes y otros han estudiado el papel especfico de estas representaciones
sociales como un proceso de organizacin de las relaciones psicosociales,
cumpliendo funciones psquicas y sociales en particular nos interesa sealar
cmo se constituyen en hitos identificatorios para los miembros de un grupo, de
una categora o de una clase social.
Estos sistemas de representacin social tienen articuladores especficos en el
psiquismo individual en relacin con las llamadas formaciones grupales del
psiquismo, tales como el concepto del grupo interno de Enrique Pichon Rivire,
el concepto de familia como sistema de relaciones internalizadas de Laing o los
desarrollos de Ren Kaes en el estudio de las formaciones endopsquicas
grupales.
Inducciones e impunidad
La impunidad necesita de ests inducciones psicolgicas de la dictadura y a su
vez las refuerza. Al cesar la exigencia de silencio y producirse el alivio
inicial, se cre la sensacin ilusoria de que el cambio de situacin social
bastara para que cesaran los efectos de los modelos inducidos. Sin embargo, se
ha hecho evidente que sus efectos son persistentes a largo plazo.
Volviendo al fallido de Borges, pensamos que por boca de Borges hablan las
profundas alteraciones en los sistemas sociales de representacin que se
la dictadura. Esta respuesta coincide con lo sostenido por Freud cuando afirma:
Llamamos normal o sana una conducta que no niega la realidad pero se esfuerza
en transformarla. Esta conducta normal y adecuada conduce naturalmente a una
labor manifiesta sobre el mundo exterior .
En este proceso de transformacin activa de la realidad, las Madres se
transformaron a s mismas; George Mead afirma: Los cambios que introducimos en
el orden social en el que nos encontramos involucrados necesariamente, tambin
implican que introduzcamos cambios en nosotros mismos . Los conflictos sociales
entre, los miembros individuales de una determinada sociedad humana organizada,
que para su eliminacin requieren reconstrucciones y modificaciones conscientes
o inteligentes de esa sociedad por dichos individuos, requieren tambin
igualmente tales reconstrucciones o modificaciones por dichos individuos de sus
propias personas o personalidades; as las relaciones entre la reconstruccin
social y la reconstruccin de la persona o personalidad son recprocas e
internas u orgnicas.
La ocupacin de la plaza pblica, las acciones colectivas, la presencia de fotos
y siluetas en la calle, rompieron el silencio y su efecto renegatorio e hicieron
presentes a los ausentes, posibilitando as la inscripcin poltica y social de
los desaparecidos.
Para las Madres es entonces esta respuesta social la que reinstala el principio
de realidad como base para la elaboracin de la situacin traumtica. Es decir,
el consenso social, contrahegemnico sostiene la representacin. Esto determina
que dicha elaboracin no sea privada, sino que sea grupal y social.
Al mismo tiempo fue el mbito grupal que se constituy entre las Madres a partir
de su prctica comn otra condicin imprescindible para el trabajo elaborativo
de esta situacin lmite.
Habamos sealado anteriormente la amenaza por el terror al cuerpo, a la,
familia y a los grupos de pertenencia, apoyaturas normales del psiquismo.
Ante la ambigedad, la indefensin, la incertidumbre el grupo se prest como un
espacio que proporcion el apoyo y modelo necesario para la reconstruccin o
sostn del aparato psquico.
Vale la, pena sealar que los adolescentes y los jvenes eligieron tambin un
mbito grupal, el de los recitales, para poder expresar, aunque fuera
mnimamente su disenso.
Al asumir una posicin activa de bsqueda del hijo desaparecido y al organizarse
grupalmente en funcin de dicho objetivo, las Madres fueron transformndose a s
mismas y pudieron tambin preservar su autoestima producto de una adecuada
relacin entre el Yo y el Ideal del Yo. En este sentido recordemos que
Bettelheim sostenia que el respeto hacia s mismo result lo ms valioso, como
defensa, al analizar su propia situacin de prisionero en un campo de
concentracin. El pasaje del mbito casi exclusivamente ntimo y domstico hacia
el campo poltico, jurdico y social, posibilit la realizacin de procesos de
aprendizaje que ampliaron sus capacidades yoicas. Capacidades tales como la de
discriminacin, de sntesis y anticipacin, todas ellas vinculadas al universo
simblico.
La comprensin intelectual de lo que estaba ocurriendo, producto de esta
prctica social, actu como defensa en sentido amplio, como accin protectora
adecuada del Yo y no como mero mecanismo de defensa.
La defensa intelectual
mediante la comprensin era la seguridad ms eficaz de que no se estaba
indefenso del todo y hasta se poda salvaguardar la personalidad ante una
amenaza crtica
El reconocimiento de los modelos propuestos tuvo en algunos casos una especial
funcin de proteccin personal. Slo a travs de la denuncia se poda, por
ejemplo, salir de la propuesta psicotizante de que fuera el propio familiar el
que diera por muerto a su desaparecido. Esta comprensin permiti dirigir la
agresin, elaborada, hacia el objeto adecuado, evitando que sta se volcara
sobre el sujeto, o se desplazara hacia el interior de la familia o grupo de
pertenencia.