1 - Pdfsam - Cuevas Olga - El Equilibrio A Traves de La Alimentacion
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ALIMENTACIÓN
Sentido común, ciencia y filosofía oriental
OLGA CUEVAS FERNÁNDEZ
EL EQUILIBRIO A TRAVÉS DE LA
ALIMENTACIÓN
Sentido común, ciencia y filosofía oriental
9a Edición: Enero 2010
Impreso en España
I.S.B.N.: 84-605-8864-5
Dep. Leg.: LE-814-1999
Impresión: SORLES, S.L.
A mi madre siempre incondicional y
a Marta y Lucía, mi laboratorio viviente
ÍNDICE
Página
PRÓLOGO ........................................................................................................ 15
INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 19
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Prólogo
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mucho más lógico consumir arroz o pan integrales, que tienen incorpora-
dos todos los minerales y vitaminas necesarios para su metabolismo, que los
refinados arroz blanco, pan blanco (carentes de vitaminas y minerales), junto
con complementos dietéticos mineral-vitamínicos.
El equilibrio a través de la alimentación se consigue siguiendo la lógica del
sentido común: elección de los alimentos más adecuados a la constitución y
a la condición de cada uno, que nos acerquen lo máximo posible al estado de
salud óptimo, evitando los que nos alejen del mismo. Es decir, comiendo ali-
mentos naturales, de nuestro entorno, en proporciones adecuadas, de acuerdo
con el clima y la persona, debidamente cocinados y debidamente masticados.
"El sentido cotnún" no es algo científicamente cuantificable. Por suerte la
filosofia oriental, globalizadora y analógica, nos presta sus herramientas para
despertar esa sabiduría interna que todos tenemos, el mejor camino para con-
ducimos a lo que realmente nos conviene.
Y por si necesitas orientar tu sentido, en este libro encontrarás un análisis
científico de los alimentos más usuales. En él insisto en aspectos poco conoci-
dos de los mismos, para que tengas un criterio propio (que no publicitario) a la
hora de elegir tus alimentos y no te falten ni las proteínas, ni las vitaminas, ni
los minerales, ni los lípidos, ni los carbohidratos.
También te presento otros interesantes alimentos, muy útiles para devolver-
te el equilibrio en este medio tan alterado que te ha tocado vivir. Algunos de
estos alimentos-medicamento los he rescatado de los remedios tradicionales
japoneses, auténticos maestros en la comprensión del equilibrio.
También encontrarás multitud de respuestas a las controvertidas normas die-
téticas actuales. En cuestiones nutricionales parece que nadie se pone de acuer-
do, y es que no se pueden poner; todos tienen una parcela de razón dependien-
do de la cara que estén tnirando. Dice la filosofia oriental que todo lo que tiene
cara tiene dorso, y que cuanto más grande es la cara más grande es el dorso, y
esto es así para todo, incluso para los alimentos.
No puedo dar normas, sólo orientaciones e ideas; el equilibrio es algo muy
particular, cada uno tiene que encontrarlo. Muchas veces es tan sencillo como
evitar lo que perjudica. Lo importante es llegar a la comprensión de lo que nece-
sitamos. Imponer cambios no es recomendable, ¿por qué no dar una oportuni-
dad al sentido común? No se trata de creerse nada, lo más importante es expe-
rimentar. En este libro encontrarás las claves para hacerlo. Espero que te resul-
te de utilidad.
León, primavera 1999
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INTRODUCCIÓN
19
Introducción
DIETA Y SALUD
Varios estudios americanos realizados entre 1910 y 1979, 1nuestran una dismi-
nución del consumo de granos y verduras frescas (en un 58% el trigo, un 85% el
maíz, un 94% las legumbres, un 23% las verduras frescas ... ) y un considerable
aumento de carnes, lácteos y azúcar (del 72% la carne, 322% el queso, 1650% las
verduras en conserva, 2638% las bebidas azucaradas, 300°/o los yogures).
Paralelamente se constata un aumento en las llamadas enfermedades de
nuestra civilización: enfermedades cardiovasculares, cáncer, hipertensión, aler-
gias, diabetes, enfermedades del aparato locomotor, SIDA ... Así por ejemplo, en
1900 uno de cada 30 americanos fallecía por cáncer, en 1920 uno de cada 1
en 1950 uno de cada 6, en 1960 uno de cada 5 y en 1984 uno de cada 4.
Actualmente las administraciones de muchos países han tornado cartas sobre
el asunto proponiendo a sus ciudadanos unas metas dietéticas que han llevado
a que las enfermedades cardiacas hayan descendido considerablemente.
La mayor parte de los problemas de salud actuales son consecuencia de los
nuevos hábitos nutricionales, procedentes principalmente de los países anglosa-
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El a través de la alimentación
jones (comida rápida, alimentos procesados y enlatados ... ), que ha dado como
resultado una dieta con un alto contenido de grasa saturada, pocos productos de
grano, pocas frutas frescas y verduras, mucho azúcar y productos lácteos y muy
pocas vitaminas, antioxidantes y minerales.
La dieta europea tiene demasiados productos refinados y demasiadas prote-
ínas animales, demasiados lácteos y mantequilla o margarinas o grasas fritas.
Todos ellos son alimentos demasiado densos para la vida sedentaria de la
mayoría.
Se le está empezando a coger respeto a las grasas por aquello del colesterol y
del infarto, pero todavía estamos lejos de cogérselo a alimentos aparentemente tan
inofensivos como el azúcar o el pan blanco. Y es que los efectos no son de hoy
para mañana. Un investigador checo, el doctor Bernásek, experimentó con ratas
las consecuencias de una alimentación a base de harina blanca a la que se había
añadido todos los nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, lípidos y proteínas).
Al cabo de un año y en algunas ratas sólo en su descendencia, aparecía, entre otros
problemas una degeneración del esqueleto y de los ligamentos. Y como un año
para una rata supone 30 para el hombre, los problemas por comer productos refi-
nados a lo largo de los años, empezarían a aparecer al cabo de 30 años.
Por algo se dice: "La belleza hasta los 30 es un regalo de la Naturaleza y a
partir de ahí, cada uno tiene la cara que se merece". Pero no hace falta esperar
hasta los 30 para encontrarse con dolor de huesos, úlcera de estómago, barriga,
papada, insomnio ...
Hay otros muchos problemas relacionados con la mala nutrición que se con-
sideran normales en los niños y adolescentes por la simple razón de que los
sufren casi todos: caries, alergias, infecciones múltiples, nerviosismo, etc.
Un estudio sobre niños en edad escolar, revela una correlación significativa
entre el número de caries y el tipo de alimentación: pan blanco, azúcar blanco.
La mejoría procurada por la toma de flúor es poco evidente. Los niños que lo
toman regularmente tienen al final peores dientes que los que lo toman sólo de
vez en cuando.
También nuestro cerebro se resiente con nuestros errores alimenticios. Como
afirma el neurobiólogo francés Jean-Marie Bourre en su libro "La dietética del
cerebro": "comer mal atonta". El abuso de azúcar y productos que la contienen
(bollicaos, donuts, chupa-chups, gominolas y demás chucherías) tan consumi-
dos por nuestros jóvenes, producen entre otros muchos efectos, disminución de
la capacidad de concentración mental. Prueba de ello es que que los adultos,
sobre todo las mujeres solemos tomar dulces de una manera inconsciente cuan-
do queremos olvidar nuestros problemas; los olvidamos al ser incapaces de con-
centramos en ellos. Por la misma razón el hombre se va a la bebida.
24
Introducción
Sin embargo hoy se afirma, sobre todo en los círculos médico-políticos, que
la salud de los pueblos civilizados jamás había sido tan buena como ahora.
Como prueba estadística se aduce el continuo aumento de la esperanza de vida.
No obstante, las cifras estadísticas de muerte no hablan en ningún caso sobre la
frecuencia de la enfermedad, por lo que transmiten la idea errónea de que el
estado de salud general está mejorando. Si las estadísticas se basaran no en las
muertes sino en las enfermedades, llegaríamos a un resultado bien diferente:
cada vez estamos más enfermos aunque tardemos más en morimos.
Es dificil tomar la responsabilidad de nuestra salud en un medio en el que la
Ciencia y el Progreso se encargan de todo. La industria farmacéutica y dietéti-
ca nos ha hecho creer que el cuerpo humano necesita continuamente supervi-
sión médica, fármacos, vitaminas encapsuladas y complementos dietéticos para
permanecer sanos.
En la mentalidad de casi todos está el achacar sus problemas a factores aje-
nos a ellos: el frío, un virus, la mala suerte, la contaminación, ... Es cierto que
estos factores influyen, pero no son determinantes.
Estamos convencidos de que la gripe del invierno pasado se debió al virus
de tumo y en realidad lo que ocurrió fue que el virus, al encontrar un lugar ape-
tecible estuvo muy gustoso de quedarse en él.
Los microorganismos sólo proliferan cuando el medio interno es adecuado
para ellos, y el medio interno se altera fundamentalmente con lo que ingerimos.
Muy pocos se cuestionan que incluso los tan consumidos lácteos puedan
alterar su medio interno y causarles problemas.
El profesor americano William Ellis se ha ocupado durante años del tema y
ha encontrado una relación directa entre el abundante consumo de lácteos y
diversas alteraciones como alergias, otitis, faringitis, mucosidades, tumores ...
Todas estas investigaciones no habrían hecho falta si nos hubiéramos dado una
vuelta por el campo observando atentamente. N o encontraríamos ningún animal
adulto mamando y mucho menos de hembras de otra especie diferente a la suya.
26
Introducción
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El equilibrio a través de la alimentación consiste en elegir los alimentos (no
los nutrientes) más adecuados a la constitución y a la condición individual, que
nos acerquen lo máximo posible al estado de salud óptimo, evitando los que nos
alejen del mismo.
Los alimentos (el oxígeno incluido), constituyen una poderosa herramienta
para conseguir la calidad de vida que más se adecue a las características cons-
titucionales (físicas, emotivas y mentales) de cada uno.
Elegir los alimentos adecuados en cada momento es tarea fácil de la mano de
la filosofía oriental, eminentemente analógica y globalizadora. La comprensión
de la filosofia oriental nos puede despertar ese dormido hemisferio cerebral
derecho, el del sentido común y la intuición, que los occidentales hemos mini-
mizado a base de desarrollar mucho el izquierdo analizando todo al máximo.
El equilibrio es algo muy particular, cada uno tiene que encontrarlo utilizan-
do los dos hemisferios, y analizando científicamente, pero también globalizan-
do intuitivamente.
Con el sentido común puesto en marcha, sólo comeremos alimentos que
podamos digerir, asimilar perfectamente, eliminar sus residuos, y que sean ade-
cuados a nuestro estado, al clima y a la actividad realizada. Con el tiempo, con-
seguiremos un estado de equilibrio que nos permita funcionar en automático,
deseando y apeteciendo lo que realmente necesitamos.
Los conocimientos científicos, producto de nuestro hemisferio izquierdo,
nos pueden servir para corregir puntualmente desequilibrios bioquímicos.
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PARTEI
29
cuánto debemos comer?
20/32=5/8 granos
La adaptación al medio
El hombre ha sido el único animal que ha colonizado todo el Planeta. Ha
conseguido adaptarse al medio comiendo alimentos del lugar y utilizando el
fuego para su transformación.
Hasta la llegada de la revolución industrial ciertos alimentos se consideraban
naturalmente lujosos, mientras que otros estaban al alcance de todos tanto como
las cosechas lo permitiesen. Este orden económico natural es reflejo directo del
tnedio. Los cereales y las legumbres han sido las formas más económicas de
obtener alimento, se prestan fácilmente a un cultivo estable y se almacenan en
un grado de conservación óptüno. La tierra en la que crecen es de 8 a 30 veces
más eficiente en términos de producción, cuando se utilizan sus productos
directamente para el consumo humano que cuando se destinan a engordar ani-
males que luego nos sirvan de alimento.
A raíz de los cambios habidos en los suministros y en la disponibilidad del
alimento, a la mayoría de nosotros no nos parece que cosas tan corrientes en la
vida diaria como el zumo de naranja, la miel, el tomate ... , sean grandes lujos.
Sin embargo, lo son. Aunque son baratos, en términos de economía natural, que
es a la que nuestro cuerpo se ha adaptado durante miles de años, son verdade-
ros artículos de lujo.
Por otra parte, si tenernos en cuenta nuestro metabolismo, debemos mirar más
allá y considerar cada alimento en términos del lugar que ocupa en la economía
natural. Aunque parezca que podemos permitimos beber cada día leche fresca,
comemos un filete de vaca, o tomamos una naranja, en términos fisiológicos
deberíamos saber que no conviene hacerlo más que una o dos veces al mes.
El orden económico implica también un orden ecológico. Mientras uno sig-
nifica "lo que es fácil de obtener y sencillo de usar", el otro sugiere la idea de
"lo que es más apropiado y tnantiene la salud del entorno" de la mejor manera
posible. Por el contrario, en la medida en que la agricultura intensiva, los culti-
vos tecnológicos en gran escala y los procesos de fabricación destluyen el
medio ambiente, sus productos son menos ecológicos que los más sencillos ali-
mentos completos y no adulterados de la agricultura orgánica.
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cuánto debemos comer?
"Aquello que es más apropiado" sugiere que comamos lo que crece en los
alrededores o lo que está adaptado naturalmente a un clima similar. Estos ali-
mentos son más frescos, precisan menos tecnología en sus procesos de trans-
porte y empacado. Su humedad y equilibrio natural son muy diferentes a los de
los alimentos similares crecidos a muchos kilómetros.
A veces no es posible ni práctico consumir productos locales, pero sí pode-
mos seleccionar los de la estación y en todo caso los de un clima parecido al
nuestro.
El clima y la estación también se ven reflejados en nuestros sistemas de coc-
ción; tanto es así, que en invierno, apenas se toman alimentos crudos, mien-
tras que en el verano lo normal es tomar una gran cantidad de ensaladas. Si
aprendemos a aplicar el principio del orden ecológico en nuestras comidas, ten-
dremos en nuestras manos la principal herramienta para conservar nuestra
salud.
Incluso los esquimales, tienen una vida equilibrada con su entorno, a pesar
de no comer frutas y verduras que tan imprescindibles nos parecen para estar
sanos. Su dieta a base de animales polares les proporciona todo lo que necesi-
tan para vivir en ese lugar. Los esquimales son capaces de metabolizar grandes
cantidades de vitaminas liposolubles almacenadas en los hígados de dichos ani-
males. Los primeros exploradores de la Antártida tuvieron serias dificultades
para sobrevivir con la dieta de sus habitantes, lo que evidencia las diferencias
metabólicas entra ambas razas. Diferencias que también pueden apreciarse en
otro orden de cosas: los esquimales tienen una esperanza de vida muy por deba-
jo de la de los hombres de las zonas templadas del planeta y nunca han sido con-
quistadores.
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Un poco de filosofia
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miedo es percibida por el tálamo, se envía al neocortex para hacerla conscien-
te, de allí a la amígdala que dirá si es grave o no, cómo actuar y ordenará a las
suprarrenales segregar más o menos cantidad de adrenalina. La secreción de
adrenalina dependerá del estimulo recibido y del estado y funcionalidad de las
suprarrenales; así por ejemplo, cuando las suprarrenales son muy sensibles, al
menor estímulo se disparan y pueden producir una taquicardia por cualquier
insignificancia. A veces, las neuronas del tálamo (que también son nutridas por
la sangre como las demás células) están muy activas y dan una respuesta auto-
mática sin pasar la información por el neocortex; son los secuestros emociona-
les, lo que vulgarmente llamamos arrebatos.
neuronas, pueden captar mensajes químicos que envían las células inmunoló-
gicas.
LA ACTITUD
Proponer dietas, tablas de ejercicios, respiraciones, horarios, etc, no sirve de
nada si no hay comprensión. La comprensión lleva automáticamente a un cam-
bio de actitud y el cambio de actitud nos pone en el camino de encontrar (que
no buscar) lo que necesitamos, lo que nos viene mejor. Entender que somos la
causa primera de nuestras dificultades, es el primer paso para caer en la cuenta
de que tenemos el poder de cambiar nuestra situación a mejor.
La actitud positiva es imprescindible para recuperar la intuición, esa brújula
interna que todos tenemos que nos alerta de hábitos o patrones de comporta-
miento potencialmente amenazadores para la vida y que incluye la voluntad de
vivir y el espíritu de la supervivencia.
La intuición nos lleva a armonizar los tres cuerpos: fisico, emotivo y mental.
Cuando los tres cuerpos se armonizan, ya no tenemos que preocupamos de
nada, se desea lo que se necesita y se tiene intuición e inteligencia para con-
seguirlo.
Realmente, si nuestra intuición está funcionando adecuadamente, seremos
capaces de evitar los extremos que conducen a la enfermedad. Esta capacidad
intuitiva es algo innato en todos, pero suele "embotarse" debido a una alimen-
tación y a un pensamiento conceptual impropios.
La práctica del pensamiento analógico nos puede llevar a desarrollar nuestra
intuición.
EL ANÁLISIS Y LA ANALOGÍA
Para acercamos a ese deseado equilibrio de la persona en su entorno deberí-
amos desarrollar tanto el análisis como la analogía. Pero en occidente hemos
desarrollado sobre todo nuestra parte analítica (hemisferio cerebral izquierdo),
mientras que en oriente ha sido la analógica (hemisferio cerebral derecho). Por
lo tanto sería muy útil conocer las bases de la medicina oriental, fundamental-
mente analógica, e integrar ambas.
MEDICINA OCCIDENTAL
Es analítica, técnica y científica.
Se basa en máquinas y análisis de laboratorio.
Es sintomática: se centra en determinados órganos y síntomas en lugar de
trabajar con toda la persona.
Es concreta, orientada a fármacos y cirugía.
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Los pacientes delegan su salud en el médico que se encargará de que no sufra
recetando todo tipo de calmantes, antidepresivos, antiinflamatorios, etc.
La dietética está basada en los nutrientes.
MEDICINA ORIENTAL
Es analógica, intuitiva.
Sus métodos de análisis y sus terapias son globales.
Considera al hombre en su conjunto (fisico, emotivo y mental) dentro de su
entorno.
El enfermo se cura a sí mismo. El médico sólo orienta acerca del estilo de
vida más apropiado.
La relación paciente terapeuta es empática (emotiva), los dos dan y reciben
al mismo tiempo.
La dietética está basada en los alimentos.
esta energía descendente "aprieta" las cosas sobre la Tierra, produciendo efec-
tos contractivos. A su vez la Tierra, que se comporta como un gigantesco imán,
en su movimiento genera un campo electromagnético que impregna todo lo que
sobre ella habita, su fuerza va de dentro hacia afuera, produciendo efectos
expanSIVOS.
Estamos sobre la Tierra y actuamos a modo de antenas para recoger las fuer-
zas electromagnéticas del cielo y la tierra que cargan nuestro cuerpo de energía
vital (el Ki de los japoneses). El Ki circula por nuestro cuerpo por 12 rutas prin-
cipales, son los meridianos. Cada meridiano es como un canal de energía que se
origina en un lugar concreto y sube o baja hacia otro lugar. Los orientales con-
ciben el cuerpo como un circuito continuo por el cual circula la energía vital.
Todos los órganos trabajan en armonía y cada uno depende de los demás para
mantener la salud, y de esta armonía física resulta una mente sana y unos sen-
timientos equilibrados.
En el Nei-Ching, el libro del Emperador amarillo de la antigua China (2697
-2595 a. de C.), se clasifican como yan las funciones en las que predominan las
fuerzas celestes (descendentes o centrípetas), y como yin aquellas en las que
predominan las fuerzas terrestres (ascendentes o centrífugas).
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muy flojos ni muy rígidos, estaremos elásticos y podremos adaptarnos a los
cambios continuos que ocurren en ese fluir de la energía que llamamos VIDA.
Sin embargo, si comemos alimentos de los dos extremos, unos muy contracti-
vos y otros muy expansivos, será muy dificil mantener el equilibrio; lo más pro-
bable es que algunas de nuestras estructuras se rompan y otras se descom-
pongan.
Hay otros muchos aspectos de nuestro mundo que no son materiales, por
ejemplo el frío y el calor o la actividad y la pasividad. Para clasificar estos
aspectos no materiales utilizaremos un criterio cinético, la percepción de más o
menos movimiento. A las funciones que percibimos vibrando con intensidad
acelerada las llamaremos yan y a las ralentizadas yin.
Las funciones desarrolladas durante el día son yan en comparación con las
de la noche. Durante el día la Tierra recibe energía (calor) del Sol, esta energía
produce movimiento y actividad. Durante la noche, la Tierra se enfría al dis-
persar la energía recibida del Sol, todo se ralentiza.
En nuestro organismo, las funciones yan corresponden al sistema nervioso
simpático, esa parte de sistema nervioso autónomo que nos pone en acción,
mientras que las funciones yin corresponden al parasimpático, esa rama del sis-
tema nervioso autónomo que nos permite relajarnos. Ambos se complementan,
de tal manera que cuanto más activo esté el parasimpático, más deprimido esta-
rá el simpático y cuanto más activo esté el simpático, menos activo estará el
parasimpático.
Todos sabemos que el calor dilata a los cuerpos y que el frío los contrae. Es
decir, las funciones yan producen expansión en cualquier estructura y las fun-
ciones yin producen contracción en cualquier estructura.
Por eso, en los climas fríos (función yin) se dan verduras de raíz (estructura
yan) y en los climas cálidos (función yan) se dan verduras de hoja (estructura
yin). También por eso en invierno nos encogemos y en verano nos expandimos.
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Un poco de filosofia
EL EQUILIBRIO
Las personas más equilibradas son aquellas cuya vida se adecua más a sus
características constitucionales (fisicas, emotivas y mentales), son las que dese-
an lo que necesitan.
Si estamos interesados en practicar el arte del equilibrio tenemos que comen-
zar por conocemos a nosotros mismos y a nuestro entorno, para satisfacer en él
nuestras necesidades fisicas, emotivas y mentales. En los dos capítulos siguien-
tes te ofrezco dos herramientas o claves orientales para conseguir el equilibrio
a través de la alimentación: la clave polaridad y la clave de los cinco elemen-
tos; en el resto de los capítulos encontrarás las claves occidentales: las calorías
y los nutrientes que, aunque analíticas por naturaleza, están teñidas con el tinte
de la globalidad y el sentido común.
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