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SHANTIDEVA - Bodhicaryavatara (Camino de Vida Del Bodhisattva) PDF

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CAMINO de VIDA

del BODISATVA
El Bodicharyavatara
de Shantideva
Título: “Camino de vida del Bodisatva”
~
Traducción al español Alan Murillo
Corrección de estilo Ana Claudia Zamudio, Daniela Labra,
Claudio Gomez y Viridiana Gamiño.
Cuidado de la edición y diseño de Javier Tinajero
~
Primera edición 2013
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra
sin la autorización por escrito del editor.
~
Este libro es de distribución gratuita, prohibida su venta.
~
Casa Tíbet México
www.casatibet.org.mx
ÍNDICE

Prólogo
MARCO ANTONIO KARAM
9

Introducción
ALAN MURILLO
11

CAPÍTULO I
El beneficio del espíritu del despertar
13

CAPÍTULO II
La confesión de las acciones negativas
16

CAPÍTULO III
El compromiso de adoptar el espíritu del despertar
21

CAPÍTULO IV
Cómo cuidar del espíritu del despertar
24
CAPÍTULO V
Cómo cuidar la introspección
28

CAPÍTULO VI
La perfección de la paciencia
35

CAPÍTULO VII
La perfección del entusiasmo
44

CAPÍTULO VIII
La perfección de la meditación
50

CAPÍTULO IX
La perfección de la sabiduría
62

CAPÍTULO X
Dedicatoria
74
Prólogo
MARCO ANTONIO KARAM
Presidente y fundador de Casa Tíbet México

E
l Camino de vida del bodisatva es una de las obras clásicas de la literatura
budista mahayana, el gran vehículo. Su propósito esencial es el cultivo de
una profunda y poderosa mentalidad conocida en sánscrito como bodi-
chita, la mente, actitud o pensamiento (citta) del despertar (bodhi), la mente que
se orienta hacia la iluminación. El héroe o prototipo humano de esta tradición
es el bodisatva, un ser (sattva) que ha despertado la extraordinaria y poderosa
mentalidad altruista, la determinación de lograr la iluminación en beneficio de
todos los seres.
El método para actualizar esta meta se centra en el desarrollo de seis “per-
fecciones” (paramitas) o actitudes de largo alcance: la generosidad, paciencia,
moralidad, perseverancia, concentración y sabiduría. El Camino de vida del
bodisatva nos provee una detallada y poética guía para el refinamiento de estas
cualidades humanas. Estas enseñanzas son el pináculo de la ciencias mentales
de la tradición budista y han sido veneradas, estudiadas y cultivadas por más de
2000 años por generaciones de practicantes. Hoy en día son más relevantes de lo
que fueron en su era, pues como resultado del egoísmo y la visión de corto plazo
de la raza humana, nuestro mundo sufre de un rápido y alarmante deterioro de
la fibra social, así como del medio ambiente. Es por ello que requerimos con ur-
gencia recuperar el sentido de interdependencia. Es indispensable para nuestra
supervivencia desarrollar las cualidades que exalta este hermoso texto, el cual
nos ofrece un camino claro y replicable para actualizar este objetivo.
La editorial de Casa Tíbet México publica esta traducción del clásico budista
en conmemoración de la cuarta visita del XIV Dalai Lama del Tíbet a nuestro
país, en octubre de 2013, como texto de apoyo para el comentario que Su Santi-
dad hará a esta obra maestra de la literatura espiritual del Asia.

Que este esfuerzo inspire a próximas generaciones de individuos a cultivar


el espíritu del despertar y a descubrir el potencial de excelencia,
que ya es intrínseco a la inteligencia humana.

9
Mientras perdure el espacio y haya seres que
vivan en él, que pueda yo permanecer para
aliviar los sufrimientos del mundo.

SHANTIDEVA

10
Introducción
ALAN MURILLO
Un luminoso recorrido hacia el despertar

E
l Camino de vida del bodisatva o Bodicharyavatara, el texto que tienes en
tus manos, fue compuesto hace más de doce siglos por un hombre que
se afirma vivió en el siglo VIII d. de C. en el oeste de la India, una región
que correspondería actualmente al área de Gujarat. Su vida, como la de todos los
grandes hombres y mujeres que se aventuran en el desarrollo de los más elevados
potenciales del corazón, está envuelta en hitos y hazañas que en ocasiones reba-
san nuestra visión ordinaria de lo que es y no es posible para un ser humano. Al
parecer esa es la marca de los grandes maestros espirituales. Aquí se relatan sólo
algunos elementos de su historia, el trazo primario que nos lleva a encontrarnos
con éste texto, elemento nodal de su legado a la humanidad.
Shantideva o Shantivarman, el nombre que recibió al nacer, llega al mundo
en un entorno noble. La narrativa tradicional nos describe su nacimiento en
la región de Saurastra, hijo del monarca Kalyanavarman. Desde sus primeros
años Shantivarman mostró una afinidad inusual por las enseñanzas budistas. Su
carácter apacible, bondadoso y de mente aguda rápidamente le ganó la admi-
ración de maestros y sirvientes por igual, y muy pronto resultó evidente que el
joven seguiría los dictados de su espíritu y no las exigencias de una vida como
gobernante.
Al morir su padre, la costumbre establecía que Shantivarman, al ser el primo-
génito, habría de tomar las riendas del reino y continuar el camino de su ante-
cesor. Resulta inevitable ver un paralelo entre la historia de Siddharta Gautama
—quien llegaría a ser el llamado Buda histórico en el siglo VI a. de C.— y el
recorrido de vida de Shantideva. El joven príncipe rechazó el trono y, siguiendo
la visión que tuvo en un sueño de Manyushri, el Buda de la sabiduría, ingresa en
la ya entonces afamada universidad budista de Nalanda, en donde es ordenado y
recibe el nombre de Shantideva. De esta manera, siguió la formación que todo
monástico recibía en Nalanda, es decir la triple canasta (tripitaka) de enseñan-
zas budistas que consiste en los sutras (discursos de Buda), el abidarma (temas
especiales de psicología y filosofía budista) y el vinaya o disciplina ética. Estudió

11
y meditó profundamente en su significado, a la vez que realizaba otras elevadas
prácticas en su dormitorio. Sus compañeros, al no ver ninguna señal externa de
que Shantideva siguiera las enseñanzas ni se uniera a las actividades del monas-
terio, acabaron por verlo con desprecio y llamarle busuku, un sobrenombre que
significa “el que come, duerme y va al baño”.
Hartos de tener en Nalanda a una persona así en tan prestigiada institución,
los monjes decidieron poner fin a tal situación y expulsarlo de una vez por todas.
Para ello, planearon una manera de ponerlo en evidencia ante todo el monas-
terio. Cada monje debería exponer un tema ante la asamblea entera; al llegar
el turno de Shantideva quedaría expuesto como un impostor y alguien que no
tenía derecho alguno a ocupar un lugar en Nalanda. Prepararon un elevado tro-
no para que fuera más clara aún su falta de preparación y avergonzarlo ante la
comunidad entera. Cuando llegó el turno de Shantideva subió y preguntó a la
asamblea de monjes si deseaban que les expusiera una enseñanza de algún maes-
tro o bien algo que nunca antes habían escuchado. Todos los presentes quedaron
sorprendidos. “Por favor, enséñanos algo nuevo”, respondieron. Entonces Shan-
tideva comenzó a recitar el Camino de vida del bodisatva ante una audiencia que
quedaba cada vez más estupefacta. Las palabras fluían en elegantes y profundos
versos sintetizando las enseñanzas enteras de Buda y marcando el sendero de
aquellos dispuestos a recorrer una vida de transformación individual y así contar
con las herramientas indispensables para paso a paso brindar una ayuda a todos
los seres que así lo requieran. En los diez capítulos de su obra, Shantideva toca
las llamadas seis perfecciones del camino mahayana, desde el dar y la generosi-
dad, hasta la sabiduría profunda que erradica la manera distorsionada de perci-
bir nuestro ser y mundo. Algunos monásticos, con extraordinaria memoria, más
tarde anotarían sus enseñanzas, preservándolas de esa manera para su estudio.
La tradición nos dice que después de pronunciar aquellas enseñanzas, Shan-
tideva partió del monasterio sin que nadie supiera dónde había ido. Los mon-
jes, avergonzados por su conducta, trataron de encontrarlo por mucho tiempo.
Finalmente lo hallaron al sur de la India. Le pidieron volviera a Nalanda y les
enseñara. Pero él declinó su propuesta, no obstante hizo algunas importantes
aclaraciones sobre su texto y les indicó que encontrarían en su dormitorio otras
dos obras compuestas por él, el Compendio de los entrenamientos (Shikshasamu-
chaya) y el Compendio de los sutras (Sutrasamuchaya).
Shantideva dedicó el resto de su vida a recorrer la India, enseñando, aconse-
jando y ayudando a innumerables seres, de toda condición social, económica
y religiosa. Su vida fue, de hecho, la enseñanza misma de lo que constituye el
camino de un bodisatva, un corazón abierto a todos, brindando a cada uno lo
necesario para que recorra por sí mismo el luminoso sendero al despertar.

12
CAPÍTULO I
El beneficio del espíritu del despertar

Om, homenaje al Buda


1. Reverentemente me postro ante los sugatas, quienes están dotados
del darmakaya, ante sus hijos y ante todos aquellos que son dignos de venera-
ción. Presentaré de manera concisa una guía para la disciplina de los hijos de los
sugatas, acorde a las escrituras.
2. Aquí no hay nada que no se haya dicho antes, y carezco de toda habili-
dad para la composición. Por tanto, no poseo preocupación por el bienestar de
otros y he compuesto este texto tan sólo para estimular mi propia mente.
3. Debido a esto, el poder de mi fe para cultivar la virtud se incrementa.
En añadidura, si otra persona dotada de una disposición similar a la mía examina
estas enseñanzas, puede encontrarlas significativas.
4. Hoy hemos adquirido esta libertad y oportunidad que son tan difíciles
de obtener y que nos permiten traer todo género de bienestar al mundo. Si uno
no aprovecha y considera esta favorable oportunidad, ¿cómo podría ésta volver
a darse en el futuro?
5. Tal y como en un instante el relámpago ilumina la oscuridad de una
noche nublada, de la misma manera, por el poder del Buda, en ocasiones las
mentes de la gente se inclinan momentáneamente hacia el mérito.
6. Así, la virtud es perpetuamente débil, mientras que el poder del vicio
es grande y en extremo terrible. De no existir el espíritu del perfecto despertar,
¿qué otra virtud podría superarlo?
7. Los señores de los sabios, quienes han estado inmersos en la contem-
plación por muchos eones, lo han visto como una bendición a través de la cual
se incrementa fácilmente el gozo y son rescatados multitudes inconmensurables
de seres.
8. Aquellos que anhelan superar las abundantes miserias de la existencia
mundana, aquellos que buscan disipar las adversidades de los seres sensibles, y
aquellos que aspiran a experimentar una miríada de alegrías, no deberán jamás
abandonar el espíritu del despertar.
13
9. Cuando el espíritu del despertar surge, en un instante el miserable que
se encuentra encadenado en la prisión de la existencia cíclica es llamado hijo de
los sugatas, convirtiéndose en alguien digno de reverencia, tanto en los mundos
de los dioses como de los humanos.
10. Así como la sustancia suprema de los alquimistas (el mercurio), es ca-
paz de transmutar nuestra carne impura en el cuerpo de un Buda (yina), una joya
invaluable, tal es el espíritu del despertar, ¡hazte de él con toda firmeza!
11. Los únicos líderes del mundo, cuyas mentes son insondables, han exa-
minado bien su gran valor. Tú, que te inclinas a escapar del estado de la existen-
cia mundana, agarra bien a la joya del espíritu del despertar.
12. Tal y como un árbol de plátano comienza a marchitarse al dar su fruto,
así declina toda virtud. No obstante, el árbol del espíritu del despertar da fruto
de forma perpetua, nunca se marchita y florece eternamente.
13. Como si atravesaran los peligros resguardados por un héroe, así aque-
llos limitados por terribles maldades podrán liberarse en un instante a través
de la posesión del espíritu del despertar. ¿Por qué los seres ignorantes no se
refugian en éste?
14. Tal como el fuego que destruirá al universo, así los grandes vicios son,
de manera segura y al instante, consumidos por el espíritu del despertar. Sus
beneficios son inconmensurables, como el sabio y amoroso señor Maitreya
explicó a Sudana.
15. En resumen, se sabe que este espíritu del despertar posee dos aspec-
tos: el primero, la aspiración, la bodichita de intención; el segundo, la bodichita
activa de emprender el camino al despertar.
16. Tal y como uno percibe la diferencia entre una persona que anhela via-
jar y el viajero, de la misma manera el individuo educado percibe las correspon-
dientes diferencias entre la bodichita de intención y la bodichita activa.
17. De la bodichita de intención surgen grandes resultados para aquellos
todavía atrapados en el giro de la existencia condicionada. No obstante, de ésta,
el mérito no surge en un flujo ilimitado como lo hace con la bodichita activa.
18. Desde el momento en que uno adopta ese espíritu con una actitud e
intensión irreversible para liberar a todos los seres sensibles,
19. desde ese momento en adelante, un torrente ininterrumpido de mérito,
equiparable a la vastedad del cielo, surge constantemente aún durante los perio-
dos del sueño y la distracción.
20. El mismo Tathagata afirmó coherentemente esto en el Subahu-
prccha en beneficio de los seres que manifiestan inclinación hacia el
vehículo fundacional.
21. Una persona bien intencionada que piensa: “Eliminaré los dolores de
cabeza de los seres sensibles”, produce mérito inconmensurable.

14
22. ¿Qué decir entonces de una persona que desea remover el incompara-
ble dolor de cada ser sensible y busca dotarle de ilimitadas cualidades positivas?
23. ¿Quién cuenta con un padre o madre dotado de tal altruismo? ¿Lo ten-
drían los dioses, los sabios o los brahmas?
24. Si en el pasado estos seres, aún dentro de sus sueños, se han visto inca-
paces de generar este deseo para sí mismos, ¿cómo podrían experimentarlo en
pro del bienestar de otros?
25. ¿Cómo surge este noble, distinguido y sin precedente estado mental,
cuyo deseo de trabajar por el beneficio de otros no emerge en los demás siquiera
en pro de su propio beneficio?
26. Este viento que disipa el dolor. Esta causa de gozo para los que deam-
bulan por el mundo. Esta preciada actitud. Esta joya de la mente. ¿Cómo po-
demos calcular su mérito?
27. Si la reverencia para los budas es sobrepasada meramente por una in-
tención altruista, ¿cuánto más puede ser la lucha por la felicidad completa de los
seres sensibles?
28. Aquellos que desean escapar del sufrimiento, corren hacia el sufrimien-
to. Animados por el genuino deseo de ser felices y como resultado de la confu-
sión, destruyen su propio bienestar como si se tratara de un enemigo.
29. Satisface todas las alegrías de los que están hambrientos de felicidad y
elimina el sufrimiento de aquellos afligidos de muchas maneras.
30. Disipa la confusión. ¿Dónde más existe un ser sagrado como tal? ¿Dón-
de encontrar un amigo así? ¿En dónde existe un mérito como ése?
31. Se alaba incluso a alguien que retribuye una acción bondadosa, así ¿qué
decir de un bodisatva a quien no se necesita pedir que realice acciones virtuosas?
32. El mundo honra a la persona virtuosa que regala a unos pocos, incluso
si se trata de un simple alimento y cobijo por medio día con una mente altiva.
33. ¿Qué decir entonces de alguien que confiere a innumerables seres el
cumplimiento de todos sus anhelos, inagotable hasta el fin de los seres tan ilimi-
tados como el espacio mismo?
34. El Plenamente Despierto declaró: “Aquél que alberga un pensamiento
impuro en su corazón en contra de un benefactor, el hijo de un yina, permane-
cerá en el infierno por tantos eones como pensamientos impuros haya tenido”.
35. Pero si nuestra mente se inclina a la bondad generará un fruto aún más
grande. Incluso cuando se comete un crimen violento en contra de los hijos de
los yinas, su virtud surge en forma espontánea.
36. ¡Rindo homenaje a los cuerpos de aquellos en quienes ha surgido esta
preciada joya de la mente! Tomo refugio en aquellos que son minas de alegría,
en aquellos en quienes incluso una ofensa produce felicidad.

15
CAPÍTULO II
La confesión de las acciones negativas

1. Para poder adoptar la joya de la mente, hago ofrendas a los tathagatas,


a la inmaculada joya del darma y a los hijos de los budas, océanos de cualidades
excelsas.
2. Todas las flores, frutos y hierbas medicinales que existan y todas las
joyas que haya en el mundo, así como aguas claras y placenteras,
3. montañas enjoyadas, regiones cubiertas de bosques y otros lugares her-
mosos y solitarios, parras reluciendo con ornamentos de bellas flores y árboles
con ramas dobladas por el peso de frutas deliciosas,
4. fragancias e inciensos, árboles que colman todos los deseos, árboles
enjoyados, lagos adornados con flores de loto, el llamado encantador de gansos
salvajes en los mundos de los dioses y otros seres celestiales,
5. cosechas no cultivadas, cosechas plantadas y otros objetos que ador-
nan a los venerables, todo aquello que no pertenece a nadie y que se extiende
en el espacio,
6. los llevo a mi mente y los ofrendo al más grande entre los sabios y a sus
hijos. Que todos los que son dignos de regalos preciosos, los grandes misericor-
diosos, sintiendo compasión por mí, acepten estas ofrendas.
7. Carente de mérito e indigente, no tengo nada más que ofrecer. Por lo
tanto, que los protectores, que miran por el bienestar de los demás, acepten estas
ofrendas en mi beneficio por su propio poder.
8. Me ofrezco a mí mismo por completo a los yinas y a sus hijos. Oh, seres
supremos, ¡acéptenme! Me ofrezco reverentemente a su servicio.
9. Libre del temor a la existencia mundana gracias a su protección, serviré
a los seres sensibles. Dejaré atrás mis anteriores vicios y de ahora en adelante me
abstendré de ejecutar más acciones negativas.
10. En dulces y fragantes aposentos de baño, cuyos bellos pilares adornados
con joyas irradian luz; parasoles brillantes hechos de perlas y pisos de cristal
centelleante,
11. baño a los tathagatas y a sus hijos con muchas ánforas incrustadas con
16
sublimes joyas, repletas de agradables flores y agua fragante en compañía de can-
tos y música instrumental.
12. Seco sus cuerpos con ropas aromatizadas, exquisitas e inmaculadas.
Más tarde les ofrezco vestimentas bellamente teñidas y dulcemente perfumadas.
13. Adorno a Samantabadra, Ayita, Manjughosha, Lokeshvara y a otros,
con divinos, suaves, delicados y coloridos ropajes así como con las más preciosas
de las joyas.
14. Con aromas que impregnan un millar de millones de mundos, perfu-
mo los cuerpos de los señores de los sabios, los cuales brillan con el lustro del oro
bien refinado, friccionado y pulido.
15. Adoro al más glorioso señor de los sabios con capullos maravillosamen-
te fragantes y agradables, flores de mandarava, lotos azules y con guirnaldas es-
pléndidamente arregladas.
16. Les perfumo con nubes de incienso encantadas, dotadas de un aroma
fuerte y penetrante. Les ofrezco banquetes consistentes de viandas y bebidas.
17. Les ofrezco lámparas enjoyadas, montadas en hileras de lotos dorados y
riego bellos puñados de flores en el suelo consagrado con perfume.
18. A aquellos llenos de amor, también les ofrezco brillantes multitudes de
palacios, encantados con himnos de alabanza, radiantes con guirnaldas de perlas
y joyas, con ornamentos a la entrada de las cuatro direcciones.
19. Rememoro los bellos parasoles de los grandes sabios, exquisitamente
enjoyados, perfectamente elevados con manijas de oro, bellas formas e incrus-
tados de perlas.
20. Más tarde, que se eleven encantadoras nubes de ofrendas, así como nu-
bes de música instrumental que embelesen a los seres sensibles.
21. Que lluvias de flores, joyas y los similares, caigan continuamente sobre
las imágenes, reliquias y las joyas del sublime darma.
22. Tal y como Manyugosha y otros adoran a los yinas, así yo reverencio a
los tathagatas y protectores, y a sus hijos.
23. Con himnos que son océanos de melodías, alabo a los océanos
de virtudes. Que de la misma manera, las nubes de armónicas alabanzas
desciendan a ellos.
24. Con postraciones tan numerosas como los átomos dentro de las tierras
búdicas, me postro ante los budas presentes en los tres tiempos, ante el darma y
ante la suprema asamblea.
25. De la misma forma, les rindo homenaje a todos los templos y a los luga-
res de descanso del bodisatva. Me postro también ante los preceptores así como
ante los adeptos dignos de alabanza.
26. Me refugio en el Buda hasta la quintaesencia de la iluminación, me re-
fugio en el darma y en la comunidad de bodisatvas.

17
27. Uno mis manos y hago plegarias a los despiertos en todas las direccio-
nes, así como a los bodisatvas profundamente compasivos.
28. Todas las acciones destructivas que yo haya cometido o haya hecho
que otros cometieran en esta vida y en otras a lo largo del ciclo de la existencia
sin principio,
29. y las terribles acciones negativas de las que me haya alegrado por mi ig-
norancia, dañándome por lo tanto a mí mismo, las confieso con remordimiento.
30. Cualquier ofensa que haya cometido, debido a mi falta de respeto, con
mi cuerpo, palabra y mente contra la Triple Joya, contra mis madres y padres,
contra mis mentores espirituales y otros,
31. y todos los terribles vicios en los que yo haya incurrido engañado por
numerosas fallas, oh, guías, los confieso.
32. ¿Cómo podré escapar? ¡Rescátenme pronto! No sea que la muerte cai-
ga pronto sobre mí antes de que yo acabe con mis vicios.
33. La muerte no hace distinciones entre las tareas acabadas y las no aca-
badas. Los sanos o enfermos no deben confiar en la traidora, ya que es como un
gran relámpago inesperado.
34. Cometí numerosas maldades por amigos y enemigos, pero no lo he re-
conocido: “Dejando a todos atrás deberé partir”.
35. Mis enemigos no permanecerán, ni mis amigos permanecerán. Yo no
permaneceré. Nada permanecerá.
36. Todo lo que se experimenta se convierte en recuerdo. Al igual que un
suceso en un sueño, todo lo que ya pasó no se volverá a ver.
37. Incluso en esta vida, mientras yo observaba, muchos amigos y enemigos
perecieron, pero los terribles actos que cometí por su causa aún me esperan.
38. Por lo tanto, nunca he considerado que soy efímero. Como consecuen-
cia de la confusión, el aferramiento y el odio he cometido numerosos y terribles
actos negativos.
39. Día y noche mi vida disminuye incesantemente y no es posible prolon-
garla. ¿Acaso no moriré yo también?
40. Aunque yazgo aquí en un lecho rodeado por los míos, sólo yo sentiré
cómo me separo de mi vitalidad.
41. Para una persona atenazada por los mensajeros de la muerte, ¿de qué
provecho es un pariente y para qué le sirve un amigo? En ese momento sólo el
mérito es una protección y yo no me he dedicado a cultivarlo.
42. ¡Oh, protectores! Yo, descuidado e inconsciente de este peligro, he co-
metido numerosos vicios por mi aferramiento a esta vida fugaz.
43. Uno languidece mientras lo conducen hoy a que le amputen un
miembro del cuerpo. Muriendo de sed y con ojos lastimosos, se ve el mundo
de forma distinta.

18
44. ¿Cuánto más uno queda abrumado por las horribles apariciones de los
mensajeros de la muerte a medida que uno se consume por la fiebre del terror y
se ensucia en una masa de excrementos?
45. Con miradas angustiosas busco protección en las cuatro direcciones.
¿Qué buena persona será mi protección de este gran temor?
46. Mirando en las cuatro direcciones sin un refugio, retorno a mi confu-
sión. ¿Qué haré en ese estado de gran temor?
47. Ahora mismo me refugio en los protectores del mundo cuyo poder
es grande, en los yinas, quienes se esfuerzan en proteger al mundo y eliminan
todo temor.
48. De la misma manera, fervientemente tomo refugio en el darma que
ellos han perfeccionado y que aniquila el temor al ciclo de la existencia, así como
en la asamblea de bodisatvas.
49. Temblando de miedo me ofrezco a Samantabadra y por mi propia vo-
luntad me ofrezco a Mañyugosha.
50. Aterrorizado, lanzo un grito apesadumbrado al Protector Avalokita,
cuya conducta desborda compasión, para que me proteja a mí, un transgresor.
51. En busca de protección, con gran fervor invoco a los nobles Akashagar-
ba, Kshitigarba y a todos los compasivos.
52. Me postro ante Vajri, en cuya presencia los mensajeros de la muerte y
otros seres malevolentes huyen con espanto en las cuatro direcciones.
53. Tras ignorar sus consejos, lleno de temor tomo refugio ahora que me
enfrento a este miedo. ¡Eliminen pronto mi temor!
54. Incluso alguien asustado por una enfermedad pasajera no ignoraría los
consejos de su médico, cuánto más alguien afligido por las cuatrocientos cua-
renta enfermedades,
55. de las que una sola puede aniquilar a todas las personas que viven en
Jambudvipa y para la que no se encuentra medicina alguna en ninguna parte.
56. Si ignoro el consejo del Médico Omnisciente que elimina todo dolor,
¡qué vergüenza para mí, yo que estoy tan profundamente confundido!
57. Si permanezco con tanto cuidado al borde de un acantilado no pro-
fundo, ¿entonces cuánto más lo debería hacer junto a un continuo abismo de
mil leguas?
58. No es adecuado que esté tranquilo pensando: “La muerte no me llegará
hoy”. El tiempo en el que dejaré de existir es inevitable.
59. ¿Quién puede aliviar mi temor? ¿Cómo podré escapar? Ciertamente
dejaré de existir. ¿Por qué mi mente está tranquila?
60. ¿Qué cosa de valor me queda de mis anteriores experiencias que ya des-
aparecieron mientras yo sigo absorto en ellas e ignoro el consejo de mis mento-
res espirituales?

19
61. Abandonaré a mis parientes y amigos y este mundo de los vivos, me iré
solo a otra parte. ¿De qué me sirven todos mis amigos y enemigos?
62. En ese caso, sólo este pensamiento me puede servir día y noche:
“¿Cómo puedo escapar en forma certera del sufrimiento que viene de esos actos
no virtuosos?”
63. Todos los vicios, todas las maldades naturales y todas las maldades por
transgredir las prohibiciones, yo, un necio ignorante, he acumulado,
64. y aterrorizado por el sufrimiento, todo esto confieso con mis manos
unidas en presencia de los protectores y hago reverencias una y otra vez.
65. Que los guías sepan de mis transgresiones y de mi iniquidad. Oh,
protectores, ¡que yo no vuelva a cometer jamás estas acciones terriblemente
dañinas!

20
CAPITULO III
El compromiso de adoptar el espíritu del despertar

1. Me regocijo en la virtud de todos los seres sensibles que alivia el su-


frimiento de los estados miserables de la existencia. Que aquellos que sufren
puedan descansar en la felicidad.
2. Me regocijo en la liberación de los seres sensibles del sufrimiento de
la existencia cíclica, y me regocijo en las cualidades de los bodisatvas y budas
protectores.
3. Me regocijo en las expresiones vastas como el océano del espíritu del
despertar de los maestros que deleitan y benefician a todos los seres sensibles.
4. Con mis manos unidas ruego a los plenamente despiertos en todas las
direcciones que enciendan la luz del darma para los que han caído en el sufri-
miento a causa de su confusión.
5. Con mis manos unidas suplico a los yinas que desean partir hacia el
nirvana que permanezcan por incontables eones, y que este mundo no quede
sumido en la oscuridad.
6. Que la virtud que yo haya acumulado al realizar todo esto alivie cada
sufrimiento de los seres sensibles.
7. Que pueda ser la medicina y el médico para los enfermos. Que pueda
cuidar de ellos hasta que estén completamente sanos de su enfermedad.
8. Con una lluvia de alimento y bebida, que pueda yo aliviar las afliccio-
nes del hambre y la enfermedad. Que pueda ser alimento y bebida en tiempos
de hambruna.
9. Que pueda ser un tesoro inagotable para los desposeídos. Que pueda
permanecer entre ellos ayudándolos de diferentes maneras.
10. Para poder lograr el bienestar de todos los seres sensibles, libremente
doy mi cuerpo, mis gozos y todas mis virtudes de los tres tiempos.
11. Darlo todo es el nirvana y mi mente busca el nirvana. Si debo entregar
todo, es mejor que lo ofrezca a los seres sensibles.
21
12. En beneficio de todos los seres he decidido que este cuerpo no expe-
rimente placeres. Que lo golpeen, lo denigren y lo embarren con inmundicias
sin cesar.
13. Déjenlos que se diviertan con mi cuerpo. Que se rían y lo ridiculicen.
¿Qué me importa? Ya les he entregado mi cuerpo.
14. Que yo pueda realizar acciones que los conduzcan a su felicidad. Sin
importar quién recurra a mí, que nunca sea en vano.
15. Para aquellos que han recurrido a mí y que albergan pensamientos de
enojo o de crueldad, que incluso eso sea causa para que logren todas sus metas.
16. Que todos aquellos que me acusan falsamente, me dañan y me ridiculi-
zan se alimenten del despertar
17. Que pueda ser un protector para los que no tienen protectores, un
guía para los viajeros, y un bote, un puente y una embarcación para los que
desean cruzar.
18. Que pueda ser una lámpara para los que buscan la luz, un lecho para
los que quieren descansar y que pueda ser un sirviente para los que desean uno.
19. Que pueda ser una joya que concede los deseos de todos los seres sensi-
bles, un jarrón de buena fortuna, un mantra eficaz, una gran medicina, un árbol
que concede los deseos, una vaca que concede los deseos.
20. Al igual que la tierra y otros elementos son de utilidad de diferentes
formas para innumerables seres sensibles que habitan en el espacio infinito,
21. que pueda yo de diferentes maneras ser una fuente de vida para los seres
sensibles a través del espacio hasta que todos se liberen.
22. Al igual que los sugatas del pasado adoptaron el espíritu del despertar y
siguieron adecuadamente la práctica de los bodisatvas,
23. que pueda yo generar el espíritu del despertar en beneficio del mundo y
que pueda seguir adecuadamente dichas prácticas.
24. Tras adoptar con alegría el espíritu del despertar, una persona inteligen-
te debería nutrir el espíritu para colmar su deseo.
25. Mi vida es ahora fructífera. He obtenido una existencia humana. Hoy
nací en la familia de los budas. Ahora soy un hijo del Buda.
26. Por ello, todo lo que haga deberá ser de acuerdo con la familia [de los
bodisatvas] y no deberá ser como una mancha para esta familia pura.
27. Al igual que un ciego que ha encontrado una joya en medio de mon-
tones de basura, este espíritu del despertar de alguna manera ha nacido en mí.
28. Es el elixir de la vida que se produce para vencer a la muerte en el mun-
do. Es un tesoro inagotable que elimina la pobreza del mundo.
29. Es la medicina suprema que alivia la enfermedad del mundo. Es el
árbol bajo el cual descansan los seres agotados de errar por los senderos de la
existencia mundana.

22
30. Es el puente universal para todos los viajeros que cruzan dejando atrás
los estados miserables de la existencia.
31. Es el gran sol que disipa la oscuridad de la ignorancia del mundo. Es la
mantequilla fresca que se forma tras batir la leche del darma.
32. Para la caravana de los seres que viajan por el camino de la existencia
mundana, hambrientos del alimento de la felicidad, es el festín de dicha que
satisface a todos los seres sensibles que han llegado como invitados.
33. Este día invito al mundo a la budeidad y a la felicidad temporal.
¡Que los dioses, asuras y otros seres se regocijen en la presencia de todos los
protectores!

23
CAPITULO IV
Cómo cuidar del espíritu del despertar

1. Por lo tanto, cuando se ha adoptado con firmeza el espíritu del desper-


tar, un hijo de los yinas debe esforzarse siempre con diligencia en no descuidar
su entrenamiento.
2. Aun cuando se adopte un compromiso, resulta adecuado [reconside-
rar] si debe hacerse o no lo que se ha emprendido precipitadamente y que no se
ha pensado bien.
3. Pero ¿acaso debo desechar lo que ha sido examinado por los saga-
ces budas y sus hijos, así como por mí mismo, de acuerdo con mis mejores
capacidades?
4. Si una vez hecha una promesa no la llevo a cabo, entonces, si he engaña-
do a todos los seres sensibles ¿qué destino me espera?
5. Se dice que una persona que pensaba dar incluso un objeto insignifi-
cante pero que se arrepiente se convierte en un preta.
6. ¿Qué decir entonces de mí que he engañado al mundo entero tras in-
vitarlo con voz fuerte y sincera a la felicidad incomparable? ¿Qué tipo de exis-
tencia tendré?
7. Sólo el Omnisciente sabe del curso inconcebible de acción de los seres
a los que libera, incluso de aquellos que han olvidado el espíritu del despertar.
8. Por lo tanto, esta es la transgresión más grave en la que puede incurrir
un bodisatva, ya que al cometerla perjudica el bienestar de todos los seres.
9. Si alguien obstaculiza su virtud, incluso por un momento, no habrá fin
a los estados miserables de la existencia por los que errará dicha persona, ya que
ha afectado el bienestar de los seres
10. Si una persona acaba con el bienestar de un solo ser sensible esto sig-
nifica la destrucción de esa persona. ¿Qué decir entonces de todos los seres que
habitan a través del espacio?
11. Por ello, debido al poder de las transgresiones y al poder del espíritu del
despertar, aquél que vaga una y otra vez en la existencia cíclica avanza lentamen-

24
te hacia las tierras de los bodisatvas.
12. Por lo tanto, debo actuar respetuosamente de acuerdo con mi compro-
miso. Si ahora no hago ese esfuerzo iré descendiendo más y más hacia los estados
infortunados de la existencia.
13. Innumerables budas han pasado procurando a cada ser sensible, pero
como resultado de mis propias faltas no he llegado a los dominios de su activi-
dad curativa.
14. Si sigo como hasta ahora, caeré una y otra vez en los estados miserables
de la existencia, la enfermedad, la muerte, la amputación, la destrucción y demás.
15. ¿Cuándo volveré a encontrarme con la extremadamente rara oportu-
nidad de que haya aparecido un tathagata, de contar con fe, con una existencia
humana y la capacidad de practicar la virtud,
16. con salud, medios para subsistir día a día y la ausencia de adversi-
dad? La vida es momentánea y engañosa, y mi cuerpo existe como si estuviera
en préstamo.
17. Con esta manera de comportarme, ciertamente no obtendré un estado
humano de nuevo, y al no obtenerlo sólo hay vicio. ¿Cómo podrían entonces
existir las bendiciones?
18. Si no practico la virtud ahora que puedo, ¿qué haré cuando me encuen-
tre ofuscado por los sufrimientos de los estados miserables de la existencia?
19. Para aquél que no practique la virtud sino que acumule terribles accio-
nes destructivas incluso la expresión “estado favorable de existencia” se perderá
por mil millones de eones.
20. Por lo tanto, el Bendito declaró que la existencia humana es extrema-
damente difícil de obtener, al igual que la cabeza de una tortuga que saliera a la
superficie y pasara por el anillo de un yugo que flota en el vasto océano.
21. Como consecuencia de una acción negativa cometida en un solo mo-
mento uno permanece en el infierno de Avichi durante un eón. ¿Qué decir en-
tonces de un estado favorable de existencia si sabemos que hemos acumulado
acciones destructivas desde el tiempo sin principio?
22. Y el solo hecho de experimentarlo no nos libera y es por ello que inclu-
so mientras lo experimentamos producimos más vicios.
23. Una vez obtenida esta oportunidad, si no practico la virtud, entonces
no puede haber un mayor engaño, una mayor decepción.
24. Si lo comprendo y me dejo vencer por la pereza, entonces cuando los
mensajeros de Yama me convoquen, la angustia me atormentará por mucho
tiempo.
25. El insoportable fuego del infierno abrasará mi cuerpo por muchas eras
y luego el fuego de mi remordimiento atormentará mi mente indisciplinada por
largo tiempo.

25
26. De alguna manera he obtenido las ventajas de un estado tan difícil de
lograr, y a pesar de estar consciente de ello, soy llevado una vez más a esos mis-
mos infiernos.
27. No poseo ninguna voluntad en este asunto, como si estuviera embru-
jado por encantamientos. No sé quién me hechizó ni quién vive dentro de mí.
28. Los enemigos como la avidez y el odio carecen de brazos, piernas y de-
más. No son valientes ni sabios. ¿Cómo es que me han reducido entonces a la
esclavitud?
29. Asentados en mi mente, me arruinan, mientras ellos mismos están a
sus anchas. Y sin embargo, no me molesta mi complacencia ante esta situación
vergonzosa e impropia.
30. Si todos los dioses y humanos fueran mis enemigos, incluso ellos serían
incapaces de llevarme a los fuegos del infierno de Avichi,
31. capaces de consumir incluso las cenizas del monte Meru. Mis afliccio-
nes mentales, los poderosos enemigos, me arrojan de inmediato a él.
32. Porque la longevidad de todos los otros enemigos no se compara a la de
los míos,  las aflicciones mentales, sin principio ni final.
33. Todos adoptan una buena disposición hacia aquellos que los tratan con
respeto, pero cuando se honra a estas aflicciones mentales sólo traen consigo
más sufrimiento.
34. ¿Cómo puedo deleitarme en el ciclo de la existencia, si viven en mi co-
razón, sin miedo alguno, viejos enemigos que son la única causa de las corrientes
y remolinos de las adversidades?
35. ¿Cómo puedo ser feliz si los guardias de la prisión del ciclo de la exis-
tencia, estos asesinos y verdugos en los infiernos y otros lugares, permanecen en
la jaula de la avaricia dentro de mi corazón?
36. Por lo tanto, mientras no destruya a estos enemigos ante mis propios
ojos no olvidaré mi tarea. Aquellos llenos de orgullo y arrogancia que se enfure-
cen ante el menor insulto de una persona, no descansan hasta que han acabado
con ella.
37. En el fragor de la batalla, listos para aniquilar a quienes se encuentran
en la oscuridad y que por naturaleza están sujetos al sufrimiento de la muerte,
aquellos que han sido heridos por incontables lanzas y flechas no se arredran sin
lograr antes su objetivo.
38. ¿Qué decir entonces cuando deseo destruir a mis enemigos naturales
que son la causa perpetua de todas mis miserias? Hoy mismo, rodeado por cien
adversidades, ¿por qué habría de estar cansado y sentir que flaquean mis fuerzas?
39. Si ellos llevan las heridas causadas por sus enemigos sin ninguna razón
como si fueran trofeos, ¿entonces por qué me siento atormentado por sufri-
mientos cuando me apresto a lograr este gran objetivo?

26
40. Si los pescadores, los proscritos, los granjeros y demás, cuyas mentes se
preocupan únicamente por su propia subsistencia, resisten a la adversidad del
frío y el calor, ¿entonces por qué no puedo resistir yo [la adversidad] por el bien-
estar del mundo?
41. Aunque prometí liberar a los seres de sus aflicciones mentales a través
del espacio entero en las diez direcciones, ni siquiera he podido liberarme yo
mismo de las aflicciones mentales.
42. Sin saber mis propias limitaciones, en aquella ocasión hablé como si
estuviera perturbado mentalmente. Por lo tanto, nunca daré la espalda a vencer
las aflicciones mentales.
43. Seré tenaz y sin olvidar mi deseo de venganza, les haré la guerra, excep-
to en contra de las aflicciones mentales que se relacionan con la eliminación de
las aflicciones mentales.
44. No importa que se desparramen mis entrañas y ruede mi cabeza, no he
de inclinarme nunca ante mis enemigos, las aflicciones mentales.
45. Incluso en el exilio un enemigo puede asentarse en algún lugar y tener
seguidores en otra región desde la que retorna con toda su fuerza. Pero no existe
tal posibilidad para el enemigo, las aflicciones mentales.
46. Una vez que la aflicción que yace en mi mente ha sido expulsada, ¿dón-
de puede ir y en dónde podrá descansar e intentar destruirme? Débil de espíritu,
no tengo la perseverancia necesaria. Las aflicciones mentales son frágiles y pue-
den conquistarse con el ojo de la sabiduría.
47. Las aflicciones mentales no existen en los objetos de los sentidos, ni en
las facultades sensoriales, ni en el espacio entre ellos, ni en ninguna otra parte.
Entonces, ¿dónde existen y agitan al mundo entero? Sólo es una ilusión. Libera
a tu corazón temeroso y cultiva la perseverancia en aras de la sabiduría. ¿Por qué
habrías de torturarte sin razón en los infiernos?
48. Tras reflexionar de esta manera, me esforzaré en aplicar las enseñanzas
como se me han explicado. ¿Cómo puede alguien curarse con una medicina si
ignora el consejo del médico?

27
CAPITULO V
Cómo cuidar la introspección

1. Aquellos que desean proteger su práctica deben cuidar con celo su


mente. No es posible proteger la práctica sin cuidar a la mente inestable.
2. Los elefantes furiosos no causan tanto daño en este mundo como el
desatado elefante de la mente en el infierno de Avichi y otros infiernos.
3. Pero si la cuerda de la plena atención frena por completo al elefante de
la mente, entonces se desvanecen todos los peligros y se obtiene el pleno bien-
estar.
4. (y 5) Los tigres, leones, elefantes, osos, serpientes y todos los enemigos,
todos los guardias de los infiernos, las dakinis y los demonios sólo pueden con-
trolarse si se controla la mente. Al apaciguar la mente todos ellos se apaciguan.
5. El Expositor de la Verdad afirmó que todos los miedos y los sufrimien-
tos indecibles surgen sólo de la mente.
6. ¿Quién construyó diligentemente las armas del infierno? ¿Quién pensó
en el piso de hierro candente? ¿Y de dónde surgieron esas mujeres?
7. El Sabio declaró que todo ello ha surgido de la mente destructiva, así
que no hay nada en los tres mundos más formidable que la mente.
8. Si la perfección de la generosidad libera al mundo de la pobreza, ¿cómo
es posible que los protectores del pasado la hayan desarrollado y el mundo siga
hoy sumido en la pobreza?
9. La perfección de la generosidad se interpreta simplemente como un es-
tado de la mente que resulta de la intención de dar todo, junto con sus frutos, a
todas las personas.
10. ¿A dónde podríamos llevar a los peces y a otros seres para yo no ma-
tarlos? Cuando se ha obtenido la mente de la renuncia, a eso se le considera la
perfección de la disciplina ética.
11. ¿A cuántas personas malintencionadas, [interminables] como el espa-
cio, puedo matar? Cuando se acaba con el estado mental del enojo, entonces se
acaba con todos los enemigos.

28
12. ¿En dónde podría existir piel suficiente para cubrir al mundo entero?
Puedo cubrir toda la tierra simplemente con la piel de mis sandalias.
13. De la misma manera, no puedo contener todos los fenómenos exter-
nos, pero puedo contener a mi propia mente. ¿Qué necesidad hay de contener
algo más?
14. Incluso si está acompañada de las acciones físicas y del habla, la activi-
dad mental débil no tiene resultados como alcanzar el estado de Brahma, que
sólo posee la mente cuando goza de claridad.
15. El Omnisciente declaró que todas las recitaciones y austeridades, aun-
que se practiquen por largo tiempo, son inútiles si la mente se encuentra en otra
parte o ha caído en el sopor.
16. Aquellos que no cultivan su mente, la cual es el misterio y la esencia
misma del darma, vagan por el espacio tratando inútilmente de eliminar el sufri-
miento y encontrar la felicidad.
17. Por lo tanto, controlaré y vigilaré bien mi mente. Una vez olvidado el
voto de vigilar mi mente, ¿de qué me sirven ahora tantos votos?
18. Al igual que los que se encuentren en medio de personas bulliciosas
protegen con gran cuidado sus heridas, aquellos que estén entre personas noci-
vas deberían siempre cuidar las heridas de su mente.
19. Temeroso del más leve dolor que me causa una herida, la protejo con
gran cuidado. ¿Por qué, temeroso de ser aplastado por las montañas del infierno
de Samgata, no protejo la herida de mi mente?
20. Si se vive con esta actitud, incluso entre malas personas y doncellas, un
sabio perseverante, con esfuerzo resuelto, no será derrotado.
21. Que se desvanezcan todas mis posesiones, que pueda dejar atrás mi ho-
nor, mi cuerpo, mi forma de vida y todo lo demás, pero que nunca pierda mi
mente virtuosa.
22. Ruego a los que desean vigilar su mente: protejan siempre con celo su
plena atención e introspección.
23. Al igual que una persona abrumada por una enfermedad es incapaz de
realizar ningún trabajo, de igual forma la mente que carece de estas dos cualida-
des no puede llevar a cabo ninguna tarea.
24. Lo que ha sido escuchado, ponderado y cultivado, como el agua de un
jarrón con grietas, no permanece en la memoria de la mente que carece de in-
trospección.
25. Incluso a muchas personas educadas, con fe y una extraordinaria perse-
verancia, las atacan los vicios al no contar con introspección.
26. Aun después de acumular virtudes, aquellos que han sido robados por
el ladrón de la no introspección, que sigue tras perder la plena atención, caen en
estados miserables de existencia.

29
27. Esta banda de ladrones, las aflicciones mentales, busca una entrada.
Una vez que la encuentra, saquea y destruye la vida en los reinos afortunados de
la existencia.
28. Por lo tanto, nunca quitemos la plena atención de la puerta de la mente.
Si ya no se encuentra ahí, es necesario colocarla de nuevo en su lugar al tiempo
que recordamos la angustia del infierno.
29. La plena atención surge fácilmente en los afortunados, debido a su rela-
ción con un mentor espiritual, así como en aquellos que sienten reverencia por
las instrucciones de un preceptor, y por el temor que sienten.
30. La visión de los budas y bodisatvas no se obstruye en ninguna de las
direcciones. Todo está en su presencia y yo estoy frente a ellos.
31. Si medito de esta manera, me llenaré de un sentido de propiedad, respe-
to y temor; pensemos una y otra vez en los budas de esta forma.
32. Cuando la recolección vigila la puerta de la mente, la introspección lle-
ga, y una vez que está ahí, ya no parte.
33. Así estableceré mi mente de esa forma y permaneceré en todo momento
quieto, como si careciera de facultades sensoriales, como un pedazo de madera.
34. Evitemos mirar alrededor sin ningún propósito. Dirige la vista siempre
hacia abajo, como si estuviéramos meditando.
35. Sin embargo, ocasionalmente es necesario mirar alrededor para relajar
la vista, y si percibimos aunque sea el reflejo de alguien, miremos hacia arriba
para saludarlo.
36. Para darnos cuenta del peligro en el camino y otros lugares, conviene
mirar en las cuatro direcciones por un momento. Deteniéndonos, es necesario
mirar a la distancia, y ver hacia atrás sólo después de girarnos.
37. Después de mirar hacia adelante o atrás, avanza o retrocede. De la mis-
ma manera, en todas las situaciones es necesario proceder cuando nos damos
cuenta de lo que debe hacerse.
38. Piensa: “El cuerpo debe permanecer de esta manera”, actúa y observa de
nuevo periódicamente, para ver cómo está colocado el cuerpo.
39. De esta manera, es necesario observar con diligencia al elefante enlo-
quecido de la mente, para que no se suelte mientras se encuentra atado al gran
pilar del pensamiento del darma.
40. Debe examinarse la mente de esta manera: “¿En qué está ocupada la
mía?” para que no se aleje, ni por un instante, del poste de la concentración.
41. Si no eres capaz de ello en caso de peligro o en una ocasión festiva, en-
tonces permanece tranquilo. Se afirma que al momento de dar, es posible dejar
de observar la disciplina ética.
42. Tras reconocer lo que debe llevarse a cabo, con una mente enfocada en
ello, no te desvíes en absoluto hasta haberlo logrado.

30
43. De esta manera todo se realiza bien. De lo contrario, no se logra nada y
aumentará además la aflicción mental de la falta de introspección.
44. Elimina el anhelo que surge de las conversaciones ociosas, que a menu-
do ocurren, así como cualquier otro tipo de distracciones.
45. Si uno nota que aplasta la tierra sin razón, arranca el césped o traza
dibujos en el suelo, entonces, recuerda con temor las enseñanzas del Tathagata;
es necesario detenerse de inmediato.
46. Cuando se tiene la intención de moverse o de hablar, primero hay que
examinar la mente, y luego actúa apropiadamente con serenidad.
47. Cuando note que mi mente se apega o siente repulsión por algo, no
debo actuar ni hablar, sino permanecer quieto como un trozo de madera.
48. Cuando mi mente esté altiva, sarcástica, llena de vanidad y arrogancia,
evasiva, lista para ridiculizar, evasiva y mentirosa,
49. cuando se incline a jactarse o cuando desprecie o maltrate a otros y se
encuentre irritable, debo permanecer quieto, como un trozo de madera.
50. Cuando mi mente busque la ganancia material, el honor y la fama, o
cuando desee tener sirvientes y que le atiendan, permaneceré entonces quieto,
como un trozo de madera.
51. Cuando mi mente sea adversa a los intereses de los demás y sólo busque
mi propio interés, o cuando desee hablar sólo por el deseo de que me escuchen,
permaneceré quieto, como un trozo de madera.
52. Cuando esté impaciente, indolente, temerosa, falta de vergüenza, lo-
cuaz o inclinada a mi favor, permaneceré quieto, como un trozo de madera.
53. Así, al percibir que la mente se encuentra afligida o involucrada en acti-
vidades inútiles, el héroe la controla siempre con firmeza mediante un antídoto.
54. Resuelto, sintiendo confianza, firme, respetuoso y cortés, modesto, hu-
milde, tranquilo, dedicado a complacer a los demás,
55. sin dejarme afectar por los deseos mutuamente incompatibles de los
necios, lleno de compasión, sabiendo que son así por el surgimiento de sus aflic-
ciones mentales,
56. recurriré en todo momento a actividades irreprochables por mi bien y
el de los demás, mantendré mi mente libre de orgullo, como una aparición.
57. Recordaré una y otra vez que tras mucho tiempo he logrado obtener el
mejor de los momentos de oportunidad, y mantendré mi mente inconmovible,
como el monte Sumeru.
58. No me importaría que mi cadáver fuera arrastrado de aquí para allá por
los buitres que ansían su carne, así que, ¿por qué habría de importarme ahora?
59. Mente, ¿por qué proteges este cuerpo, apropiándotelo como si fuera
tuyo? Si realmente está separado de ti, ¿de qué te sirve?

31
60. ¡Oh, tonto! Si no consideras tuya una estatua de madera pura, ¿por qué
proteges esta sucia máquina compuesta de impurezas?
61. Primero, separa mentalmente esta capa de piel, y con el cuchillo de la
sabiduría, desprende la carne del esqueleto.
62. Rompe los huesos, mira dentro de la médula y observa por ti mismo:
“¿Dónde está su esencia?”
63. Si tras investigar de esta manera con cuidado no logras ver una esencia
ahí, entonces dime ¿por qué sigues protegiendo hoy tu cuerpo?
64. Si eres incapaz de comerlo, impuro como es, de beber su sangre ni de-
vorar sus entrañas, entonces ¿qué vas a hacer con tu cuerpo?
65. Sin embargo, es adecuado cuidarlo para alimentar a los buitres y chaca-
les. Este miserable cuerpo humano es un instrumento para actuar.
66. Pero aunque lo proteja de esa manera, la despiadada muerte se llevará el
cuerpo y lo dará a los buitres. ¿Qué harás entonces?
67. No le darías ropa y otras cosas a un sirviente si piensas que no va a que-
darse. El cuerpo se alimentará y morirá. Así que, ¿para qué desperdiciar tu vida?
68. Por lo tanto, mente, una vez que hayas dado al cuerpo su salario, cuida
de tus propias necesidades, ya que no debe darse a un jornalero todo la ganancia.
69. Considera al cuerpo como una embarcación, ya que es la base de nues-
tro ir y venir. Pon el cuerpo en movimiento a voluntad para lograr el bienestar
de los seres vivos.
70. Alguien que se controla a sí mismo debería tener siempre un rostro son-
riente. Debemos dejar de fruncir nuestro ceño y hacer muecas, ser los primeros
en saludar y ser amigos del mundo.
71. Evitemos lanzar de manera desconsiderada y ruidosa sillas y otros obje-
tos. Evita azotar la puerta, deleitémonos siempre en el silencio.
72. La grulla, el gato o el ladrón, moviéndose sigilosos y encubiertos, alcan-
zan su objetivo. Un sabio ha de moverse siempre de esa manera.
73. Acepta con respeto el consejo de quienes tienen la habilidad de dirigir
a los demás y brindar ayuda sin que se los pidan. Debemos ser siempre los discí-
pulos de todos.
74. Expresa aprecio por todas las buenas obras. Cuando veas a alguien rea-
lizar una acción virtuosa, alábalo.
75. Hablemos de las buenas cualidades de los demás en su ausencia y reláta-
las con satisfacción; y cuando se hable de nuestra propia virtud, considerémosla
como una forma de apreciar las cualidades positivas.
76. Todos nuestros esfuerzos son para obtener satisfacción, que es difícil de
obtener, incluso mediante la riqueza. Así que gozaré del placer de la satisfacción
en las buenas cualidades que los demás cultivan con diligencia.

32
77. No habrá ninguna pérdida para mí en esta vida y gozaré de una gran
felicidad en mis siguientes vidas. Pero como resultado de la animosidad, existe el
sufrimiento de la aversión y la terrible miseria en las siguientes vidas.
78. Con voz suave y gentil pronunciaré palabras sinceras y coherentes, con
un sentido claro, y agradables al oído, enraizadas en la compasión.
79. Miremos siempre de frente a los seres vivos, como si los bebiéramos con
los ojos, pensando: “Alcanzaré la budeidad solamente gracias a ellos”.
80. Grandes bendiciones surgen de anhelar constantemente los campos de
la virtud y de la bondad, así como de un antídoto para los que sufren.
81. Hábil y vigoroso, uno debe realizar el trabajo por sí mismo. Con res-
pecto a todo lo que se hace, no dejemos la oportunidad a nadie más.
82. Las perfecciones de la generosidad y demás son cada vez más elevadas.
No debemos abandonar una perfección que sea mayor por otra que sea menor,
a menos que vaya de acuerdo con el puente del camino de vida del bodisatva.
83. Dándonos cuenta de ello, debemos siempre esforzarnos por el benefi-
cio de los demás. Incluso lo que está prohibido se permite al ser compasivo que
encuentra en ello un beneficio.
84. Comparte con los que han caído en estados miserables de existencia,
con los que carecen de un protector y con los mendigos, come con moderación
porciones pequeñas. Excepto por los tres hábitos, es necesario que demos todo.
85. Evita dañar el cuerpo de quien practica el sublime darma por lograr
un beneficio insignificante, ya que sólo si se practica de esa manera podremos
colmar rápidamente las esperanzas de los seres vivos.
86. Por lo tanto, cuando el pensamiento de la compasión sea impuro, no
debe sacrificarse la propia vida, sino sacrificarla cuando nuestro pensamiento
carezca de prejuicios. Por ello, no debe desperdiciarse la vida.
87. No enseñes el darma vasto y profundo a los irrespetuosos, a las personas
sanas que llevan una tela alrededor de su cabeza, a los que portan paraguas, varas
o armas, o a aquellos con la cabeza cubierta,
88. a las personas que no son adecuadas, ni a las mujeres en ausencia de un
hombre. Presta igual respeto tanto al darma inferior como al superior.
89. No expongas el recipiente del Darma vasto a un Darma inferior. De-
jando el camino de vida del bodisatva, no debe atraérseles con sutras y mantras.
90. Resulta indeseable tirar un palillo de dientes o escupir; orinar y demás
en el agua o en la tierra que puede utilizarse es algo despreciable.
91. Evita comer con la boca llena, en forma ruidosa o con la boca abierta,
sentarte con las piernas estiradas, o frotarte las manos.
92. No te sientes, permanezcas o viajes junto al cónyuge de otra persona.
Tras observar y preguntar, debe abandonarse todo lo que no es agradable para
las personas.

33
93. Evita señalar con el dedo, muestra el camino en forma respetuosa con
toda la mano derecha.
94. No llames a voces a alguien, ni agites los brazos sin necesidad de hacer-
lo; en lugar de ello, truena los dedos o gestos similares. De lo contrario, se pierde
la compostura.
95. Conviene yacer en la dirección preferida en la postura del león del nir-
vana del Sabio. Debemos levantarnos rápido con vigilancia y determinación.
96. La conducta de los bodisatvas se describe como inconmensurable. Es
necesario primero seguir las prácticas que purifiquen la mente.
97. Tres veces en el día y tres por la noche debe recitarse el Triskandha. De
esa manera se enmiendan las transgresiones restantes al confiar en los conquista-
dores y en el espíritu del despertar.
98. Es necesario practicar con diligencia los entrenamientos que corres-
pondan a las situaciones en las que uno se encuentre, ya sea por voluntad propia
o bajo la influencia de otros.
99. No hay nada que los hijos de los conquistadores no deban aprender.
Para la persona virtuosa que se comporta de esa manera, no hay nada que no sea
virtuoso.
100. No debe hacerse nada más que beneficiar a los seres sensibles, ya sea
directa o indirectamente; y sólo en beneficio de los seres sensibles es necesario
subordinar todo el despertar.
101. Jamás debemos, ni siquiera si ello nos cuesta la vida, abandonar a un
amigo espiritual que observa los votos de un bodisatva y que conoce profunda-
mente los asuntos del mahayana.
102. Es necesario aprender del Shrisambhavavimokshala conducta respe-
tuosa hacia los mentores espirituales. Éste y otros consejos del Buda deben co-
nocerse recitando los sutras.
103. Las prácticas se encuentran en los sutras; por lo tanto, recitemos y estu-
diemos las transgresiones principales en el Akashagarbasūtra.
104. Estudia decididamente el Shikshasamuchaya una y otra vez, ya que ahí
se explica con detalle la conducta adecuada.
105. En forma alterna lee primero dicho texto brevemente, y luego estudia
con cuidado el Sutrasamuchaya compuesto por Arya Nagaryuna.
106. Examina lo que está prohibido y lo que se prescribe, pongamos en prác-
tica dichas enseñanzas a fin de proteger la mente de las personas.
107. En pocas palabras, esta es la definición de la introspección: el examen
constante del estado de nuestro cuerpo y mente.
108. Lo practicaré con mi cuerpo. ¿Qué sentido tiene sólo leer las palabras?
¿Acaso un enfermo se puede beneficiar simplemente por leer tratados médicos?

34
CAPÍTULO VI
La perfección de la paciencia

1. El enojo destruye la buena conducta que se ha logrado cultivar a lo lar-


go de miles de años, como la generosidad y la devoción a los sugatas.
2. No hay ningún vicio como el odio, y no existe austeridad semejante a
la paciencia. Por lo tanto, es necesario cultivar la paciencia de todo corazón y de
diferentes maneras.
3. La mente no encuentra paz, ni disfruta del placer y la alegría, ni en-
cuentra reposo ni fortaleza cuando la espina del odio yace en el corazón.
4. Aun los subordinados a quienes se les otorgan riquezas y honores abri-
gan el deseo de dañar al amo que es aborrecible por su enojo.
5. Incluso sus amigos le temen. Da pero nadie le atiende. En pocas pala-
bras, no hay nada que pueda alegrar a una persona enojada.
6. Quien reconoce al odio como su enemigo, sabe que el odio crea todos
estos sufrimientos, y si lo supera continuamente, logrará ser feliz en este mundo
y en el otro.
7. Encuentra su combustible en el descontento que surge de encontrarse
con un suceso que no desea y del impedimento de tener lo deseado; arde la ira
y me destruye.
8. Por lo tanto, eliminaré el combustible de ese enemigo, porque no tiene
otra función más que dañarme.
9. Incluso si caigo en la extrema adversidad, no dejaré que mi felicidad
se perturbe. Cuando se siente frustración, nada nos agrada y abandonamos la
virtud.
10. Si hay un remedio, entonces ¿de qué sirve la frustración? Y si no lo hay,
entonces ¿de qué sirve la frustración?
11. No deseamos el sufrimiento, el desprecio, los insultos, ni la desgracia
para nuestros seres queridos ni para nosotros mismo, pero todo lo contrario para
los enemigos.
12. Resulta muy difícil obtener la felicidad, mientras que el sufrimiento

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llega fácilmente. Sólo a través del sufrimiento es posible liberarse del ciclo de la
existencia. Por lo tanto, mente ¡sé fuerte!
13. Los devotos de Durga y el pueblo de Karnata padecen sin necesidad
el dolor de quemaduras, cortes y otros sufrimientos. ¿Por qué flaqueo entonces
cuando mi meta es la liberación?
14. No hay nada que siga siendo difícil conforme uno se acostumbra a ello.
Por lo tanto, al habituarnos a los pequeños dolores, incluso los sufrimientos más
grandes se vuelven soportables.
15. ¿No consideras el dolor de los insectos, los tábanos y mosquitos; de la
sed y el hambre y la irritación de un sarpullido grave y demás como algo insig-
nificante?
16. El frío, el calor, la lluvia, el viento, viajar, la enfermedad, el cautiverio
y los golpes no deben ser la causa de un sentido de fragilidad. De lo contrario,
nuestra aflicción aumenta.
17. Algunos, al ver su propia sangre muestran un valor extraordinario,
mientras que otros se desmayan incluso al ver la sangre de los demás.
18. Esto proviene de la fortaleza o de la cobardía mental. Por lo tanto, uno
debe volverse invencible y conquistar el dolor.
19. Ni siquiera en el sufrimiento debe una persona sabia perturbar su sere-
nidad mental, ya que la batalla es contra las aflicciones mentales; y es fácil que se
padezca dolor en el fragor de una batalla.
20. Aquellos que conquistan al enemigo mientras éste lanza golpes contra
su pecho, son los héroes victoriosos. El resto sólo mata a los muertos.
21. El sufrimiento posee otra cualidad ya que la arrogancia disminuye de-
bido al desaliento, y se siente compasión por los seres en el ciclo de la existencia,
temor a cometer acciones destructivas y un anhelo por los yinas.
22. No me enfado con la bilis y demás, aunque me causen un gran sufri-
miento. ¿Por qué entonces enojarme con los seres conscientes que también son
llevados al enojo por las condiciones?
23. Al igual que surge un dolor agudo aunque uno no lo desee, el enojo
emerge con fuerza aunque uno no lo desee.
24. Una persona no se enfada intencionalmente mientras piensa: “Voy a
enojarme”, ni tampoco surge el enojo diciéndose: “Voy a surgir”.
25. Todas las ofensas y vicios de diferentes tipos surgen bajo la influencia de
condiciones, y no nacen en forma independiente.
26. Un conjunto de condiciones no tiene la intención: “Voy a producir”, ni
aquello que producen tiene la intención: “Voy a ser producido”.
27. Aquello que se considera como la sustancia primordial y lo que se inter-
preta como el yo no se originan si se piensa: “Empezaré a existir”.
28. Ya que no ha surgido, ¿cómo podría desear empezar a existir? En virtud

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de que se relaciona con objetos, no puede intentar dejar de existir tampoco.
29. Si el Yo no cambiante no es consciente, obviamente es inerte, como el
espacio. Incluso cuando se une a condiciones, ¿qué actividad realiza lo inmuta-
ble?
30. ¿De qué sirve la acción para el yo que al momento de la acción es igual
que antes? Si la relación consiste en que tiene acción, entonces ¿cuál de las dos
es la causa de la otra?
31. Por lo tanto, todo depende de algo más, e incluso aquello de lo que
depende algo no es autónomo. Entonces, ¿por qué nos enojamos con cosas que
no son activas, al igual que las apariciones?
32. [Objeción:] Evitar el enojo es inadecuado, porque ¿quién evita qué?
[Respuesta:] Es adecuado, porque es un estado de origen dependiente y se con-
sidera como la cesación del sufrimiento.
33. Por lo tanto, al ver a un amigo o a un enemigo que comete una acción
incorrecta, reflexiona: “Esas son sus condiciones”, y permanece tranquilo.
34. Si todos los seres pudieran encontrar la satisfacción de todos sus deseos,
entonces nadie sufriría, ya que nadie desea sufrir.
35. Las personas se lastiman a sí mismas con espinas y demás debido a su
negligencia, con ayunos y de otras maneras debido a su ira, y al desear obtener
mujeres inaccesibles, etcétera.
36. Algunos se suicidan ahorcándose, se lanzan a un acantilado, ingieren
veneno o sustancias nocivas, así como por su conducta no virtuosa.
37. Si al estar bajo el influjo de las aflicciones mentales acaban con su pro-
pia y amada vida de esta manera, entonces ¿cómo podrían contenerse de lasti-
mar el cuerpo de otros?
38. Si ni siquiera sientes compasión por los que aturdidos por sus afliccio-
nes mentales se suicidan, entonces ¿por qué surge el enojo?
39. Si es naturaleza de los necios causar daño a otros, entonces mi enojo
hacia ellos resulta inadecuado, como lo sería sentir enojo hacia el fuego, el cual
tiene la naturaleza de quemar.
40. Si las cualidades negativas son pasajeras y los seres vivos son buenos por
naturaleza, entonces el enojo hacia ellos es inadecuado, como lo sería hacia el
humo irritante en el cielo.
41. Si me enfado con la persona que impulsa un palo o un objeto similar,
pasaré por alto la causa principal, entonces sería mejor odiar al odio, ya que esa
persona también es impulsada por la inquina.
42. En el pasado yo mismo he causado ese dolor a los seres; por lo tanto, yo,
quien he provocado daño a los seres, obtengo la misma consecuencia.
43. Tanto mi cuerpo como su arma causan sufrimiento. Si él ha conseguido
un arma y yo un cuerpo, ¿con cuál de ellos debería enojarme?

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44. Cegado por la avidez he obtenido este forúnculo que parece un cuerpo
humano y no soporta que lo toquen siquiera. Cuando se experimenta dolor,
¿con quién debería enojarme?
45. No deseo sufrir pero necio, anhelo las causas del sufrimiento. Cuando
el dolor surge por mi propia causa, ¿por qué me irrito con alguien más?
46. Al igual que el bosque de las hojas afiladas y las aves del infierno existen
como consecuencia de mis acciones, así surge el sufrimiento, ¿con quién debería
enojarme?
47. Los que me lastiman son impulsados por las causas y consecuencias de
mis acciones; como resultado, ellos caerán a los reinos infernales. Ciertamente,
soy causa de su desventura.
48. Gracias a los que me lastiman tengo la oportunidad de practicar la en-
tereza, así muchos de mis vicios disminuyen. Y por mí causa ellos llegan a los
reinos infernales y sufren largas agonías.
49. Ellos son mis benefactores y soy yo quien los daña. Mente siniestra ¿por
qué malinterpretas esto y te irritas?
50. Si hay virtud en mis intenciones, no entraré a los reinos infernales. Si
me protejo a mí mismo, ¿qué les sucederá a ellos aquí?
51. Si respondo a la agresión de los que me lastiman, no los protejo y mi
conducta se ve afectada. Por ello, los que se sintieran atormentados estarían per-
didos.
52. Como resultado de su naturaleza inmaterial, la mente no puede ser
nunca dañada por nadie. Sin embargo, a causa de su apego al cuerpo, la mente se
ve atormentada por el sufrimiento.
53. Ni el desprecio, las palabras hirientes o la deshonra lastiman al cuerpo.
Entonces, ¿por qué te enfadas, mente?
54. ¿Acaso la falta de bondad de los demás hacia mí me devora en esta vida
u otra, y por eso siento tanta aversión hacia ella?
55. Si siento aversión porque impide mis ganancias materiales, desapare-
cerán mis posesiones de esta vida, pero mis acciones negativas permanecerán.
56. Es mejor morir hoy que tener una vida larga y corrupta. Porque incluso
si vivo muchos años me enfrentaré al sufrimiento de la muerte.
57. Una persona despierta tras disfrutar cien años de placeres en su sueño y
otra lo hace después de ser feliz por un instante.
58. ¿Acaso la felicidad regresa a alguno de ellos tras haber despertado? En
el momento de morir es lo mismo para quien vive mucho tiempo que para quien
vive poco.
59. Aunque he adquirido muchas posesiones y gozado de placeres por lar-
go tiempo, partiré con las manos vacías y desnudo, como si alguien me hubiera
hurtado.

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60. ¿Y si acabo con mis acciones dañinas y realizo actos virtuosos mientras
vivo de mis posesiones? ¿Acaso no surgen cualidades negativas y se destruye la
virtud en aquellos que se enfurecen como resultado de sus ganancias materiales?
61. Si se desvanece el sentido de mi vida, entonces ¿qué caso tiene una vida
que sólo produce lo contrario a la virtud?
62. Si crees que tu odio hacia los que te desprecian se debe a que atemoriza
a los seres vivos, ¿por qué no surge también tu ira cuando se difama a otros de la
misma manera?
63. Eres tolerante hacia los que no son amables porque su conducta descor-
tés se dirige hacia alguien más, pero no eres paciente hacia quien te menosprecia
cuando esa persona está sujeta al surgimiento de las aflicciones mentales.
64. Cultivar odio hacia quienes injurian y violan imágenes, stupas y el sa-
grado darma es erróneo, ya que los budas y demás seres nobles están libres de
toda aflicción.
65. Como en el caso anterior, debemos mantener a raya la ira hacia los que
lastiman a los mentores espirituales, a nuestros parientes y amigos, al ver que
esto surge como resultado de condiciones.
66. Ciertamente se causa daño a los seres, ya sea por parte de otros seres
vivos o por objetos inanimados. Esa aflicción la experimenta un ser vivo, así que
soporta ese dolor.
67. Algunos cometen actos dañinos por su confusión, mientras que otros,
estando confundidos, se enojan. Entre ellos, ¿a quién llamamos inocente y a
quién culpable?
68. ¿De qué manera me comporté en el pasado que ahora los demás me
dañan? Todos son sujetos de sus acciones. ¿Quién soy yo para cambiarlo?
69. Dándome cuenta de esto, me esforzaré en lo virtuoso, de tal manera
que todos alberguen pensamientos bondadosos hacia los demás.
70. Cuando el fuego de una casa en llamas podría propagarse a otra, es ne-
cesario reunir toda la paja y cualquier material similar, sacarlo y deshacerse de él.
71. De la misma manera, cuando la mente arde con el fuego del odio como
resultado del apego, debemos hacerlo a un lado de inmediato, temiendo que
arda el cuerpo del mérito.
72. Cuando a un individuo a punto de ser ejecutado se le corta una mano y
se le deja libre, ¿es esto algo desafortunado? Si una persona se ve libre del infier-
no al experimentar un sufrimiento humano, ¿es esto algo desafortunado?
73. Si somos incapaces de soportar siquiera un ligero sufrimiento ahora,
entonces ¿por qué permitimos que surja la ira si es la causa del dolor en el in-
fierno?
74. Así, es sólo como resultado del enojo que yo mismo me he conducido
al infierno miles de veces y no he logrado beneficiar a los demás ni a mí mismo.

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75. Sin embargo, este sufrimiento no es de ese tipo y traerá consigo grandes
beneficios. Por ello, sólo es adecuado deleitarse en el sufrimiento que elimina al
sufrimiento del mundo.
76. Si otros encuentran deleite y alegría en elogiar la abundancia de cuali-
dades de una persona, ¿por qué, oh mente, no las elogias y te alegras así también?
77. El gozo resultado de tu regocijo es una fuente inagotable de felicidad.
Es alentado por los virtuosos y se trata de la forma más excelsa de atraer a los
demás.
78. Si no te agrada porque piensas que se trata de una alegría sólo para esa
persona, entonces si dejaras de pagar sueldos y demás, acabarían por destruirse
tus recompensas visibles y no visibles.
79. Si elogian tus cualidades positivas esperas que los demás se alegren.
Cuando alaban las buenas cualidades de alguien más, no deseas la felicidad ni
siguiera para ti mismo.
80. Si has generado el espíritu del despertar tras cultivar el anhelo de que
todos los seres sean felices, ¿por qué te enfadas cuando alguien alcanza la felici-
dad aunque sea por un instante?
81. Si anhelas la budeidad (venerada en los tres mundos) para todos los se-
res, entonces ¿por qué ardes cuando ves que son honrados aunque sea un poco?
82. Alguien que alimenta a una persona a quien tú deberías alimentar te
hace un regalo. Cuando encuentras a alguien que le da sustento a tu familia,
¿acaso no te alegras? ¿O te enfadas?
83. Si ni siquiera anhelas esto para los seres vivos, tú que aspiras al desper-
tar, ¿cómo puedes enfadarte con la prosperidad de los demás si tienes el espíritu
del despertar?
84. Si una persona no recibe ese regalo y permanece en la casa de su bene-
factor, entonces no lo tienes, de todas maneras. Así que, ¿de qué te sirve, ya sea
que lo den o no?
85. ¿Por qué habrías de desear que personas amables carecieran de mérito
e incluso de sus cualidades positivas, o que no acepten lo que alguien les ofrece?
Dime, ¿con qué te sientes irritado?
86. No sólo no te arrepientes de los actos destructivos que has cometido,
sino que además compites con quienes cultivan acciones virtuosas.
87. Si le sucediera un evento desagradable a tu enemigo, ¿tu satisfacción
haría que algo similar le ocurriera de nuevo? No pasaría simplemente porque lo
desearas, sin una causa.
88. Incluso si llegara a suceder como resultado de que así lo quisieras, ¿en-
contrarías felicidad en su sufrimiento? Aun si hubiera alguna ventaja en ello
para ti, ¿qué otra desventaja resultaría?
89. Ya que el horrible anzuelo es lanzado por los pescadores, las aflicciones

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mentales, del que te asirán los guardianes del infierno y te cocinarán en calderos
infernales.
90. Los elogios, la fama y el honor no producen mérito, ni una larga vida,
fuerza, salud o bienestar físico.
91. El sabio que conoce lo que es mejor para sí mismo encontraría un bene-
ficio en ellos. Una persona que deseara la felicidad mental se dedicaría a beber,
apostar y demás.
92. En aras de la fama, algunos sacrifican su riqueza e incluso llegan a ma-
tarse. ¿Es posible comer palabras? Y cuando uno muere, ¿quién siente ese placer?
93. Si pierde los elogios y la fama, mi mente parece la de un niño que llora
sin consuelo cuando ve destruido su castillo de arena.
94. Ya que una palabra no es un ser consciente, no puede alabarme. Pero
saber que le agrado a alguien es la causa de mi gozo.
95. No importa que se dirija a alguien más o a mí, ¿de qué me sirve el afec-
to de otra persona? Esa alegría le pertenece sólo a ella. Ni siquiera una mínima
parte es mía.
96. Si me deleito en el placer de esa persona, entonces debería hacerlo en
cada ocasión. ¿Por qué me siento infeliz cuando otros se deleitan en elogiar a
alguien más?
97. Cuando me alaban surge el placer en mí. Pero debido a tal absurdo, esto
no es más que la conducta de un niño.
98. Los elogios me hacen olvidar mi paz interior y el desencanto con el
ciclo de la existencia. Inflaman los celos hacia las personas talentosas y el enojo
por sus éxitos.
99. Por lo tanto, ¿acaso los que conspiran para destruir mi reputación no
me están protegiendo de que caiga en el infierno?
100. La esclavitud que viene de las posesiones y el honor resulta impropia
para mí que busco la liberación. ¿Cómo odiar a los que me liberan de la escla-
vitud?
101. ¿Cómo puedo odiar a aquellos que, cual bendiciones de Buda, obstru-
yen las puertas cuando trato de entrar al sufrimiento?
102. Es incorrecto sentir enojo hacia alguien porque creo que impide que
yo genere mérito. Ya que no hay otra austeridad igual a la entereza, ¿no debo
mantenerme en ella?
103. Si por mis propias fallas no practico la paciencia, entonces yo mismo
soy quien crea un obstáculo cuando se me presentan las circunstancias para ge-
nerar mérito.
104. Si una cosa no existe sin la otra y existe cuando ambas se encuentran,
entonces esa otra cosa es su causa. ¿Cómo puede llamársele un obstáculo?
105. Un mendigo no es un obstáculo para la generosidad al momento de

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dar limosna; y cuando llega una persona que conferirá una ordenación, no se le
llama una barrera para la ordenación.
106. Es sencillo encontrar pordioseros en el mundo, pero muy difícil toparse
con malhechores, ya que pocos serán los que me dañen si yo no daño a nadie.
107. Ya que un adversario me ayuda en mi forma de vida como bodisatva,
debo anhelar su presencia como un tesoro que he descubierto en casa y he ad-
quirido sin esfuerzo alguno.
108. Tanto él como yo hemos logrado el fruto de la paciencia. Debería ofre-
cérsele primero a él, ya que la paciencia ha sido por su causa.
109. Si un adversario no merece respeto porque no era su intención el que
yo lograra cultivar la paciencia, entonces ¿por qué se honra al sublime darma?
Tampoco tiene la intención de ser la causa de ese logro.
110. Si no respeto a mi adversario porque su intención es provocar daño, en-
tonces ¿por qué otra razón tendría yo paciencia hacia él, si es similar a un médico
que procura mi bienestar?
111. Por ello, la paciencia surge sólo dependiendo de esa intención dañina,
así que únicamente él es una causa de mi paciencia. Debo respetarlo igual que al
sublime darma.
112. El Sabio ha dicho que el campo de los seres vivos es el campo de los
yinas, ya que muchos de ellos han alcanzado los logros más elevados honrando
a los seres.
113. En virtud de que la oportunidad de alcanzar las cualidades de Buda se
debe igualmente a los seres vivos y a los yinas, ¿cómo es que no respeto a los seres
de la misma manera que a los yinas?
114. Su grandeza no radica en su intención, sino en el resultado mismo.
La grandeza de los seres vivos es comparable a dicho resultado, por lo que
son iguales.
115. Una disposición amigable, la cual es honorable, constituye la grandeza
misma de los seres. El mérito debido a la confianza en los budas es la grandeza
misma de éstos.
116. Por lo tanto, los seres vivos son iguales a los yinas en cuanto a que com-
parten la oportunidad de lograr las cualidades de Buda; pero ninguno de ellos es
igual a los budas, océanos de cualidades positivas sin fin.
117. Si incluso una mínima cualidad positiva de quienes son una colección
incomparable de la esencia de las buenas cualidades puede encontrarse en al-
guien, no bastarían los tres mundos para honrarlo.
118. Los seres vivos cuentan con la mejor parte de las cualidades emergentes
de un buda. Uno debería honrarlos de acuerdo con esa parte.
119. Además de respetar a los seres, ¿de qué otra manera podríamos retribuir
a los verdaderos amigos, nuestros benefactores inconmensurables?

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120. Uno debería sólo prestar servicio a aquellos por cuyo bienestar [tales
benefactores] cortan sus cuerpos y van al infierno de Avichi. Por ello, debería-
mos tratar a las personas amablemente, incluso si causan un enorme daño.
121. ¿Por qué surge en mí el orgullo y no actúo como un sirviente hacia los
maestros por quienes mis señores no toman en cuenta su propio bienestar?
122. Al complacer a los seres sensibles, en cuya felicidad se deleitan los seño-
res de los sabios y por cuyo dolor ellos experimentan pesar, también complaz-
co a los señores de los sabios; y al lastimar a los seres sensibles, hiero también
a los sabios.
123. De la misma manera que nuestro cuerpo no experimenta placer mental
en ninguna gratificación sensorial cuando está envuelto en llamas, no hay forma
de que los compasivos sean felices cuando los seres vivos sufren.
124. Por lo tanto, todo el dolor que yo haya causado a los que profesan una
gran compasión por haber lastimado a los seres vivos, lo confieso ahora, confieso
ese terrible acto. ¡Que los sabios perdonen lo que los ha agraviado!
125. Para complacer a los tathagatas, me pongo al servicio del mundo este
día con todo mi ser. Que ríos de personas pisen mi cabeza y me golpeen. ¡Que el
Protector del mundo se sienta complacido!
126. No hay duda alguna de que los seres compasivos ven a todos los seres
como a sí mismos. ¿Acaso no los consideramos como los protectores en forma
de seres vivos? ¿Por qué entonces no los respetamos?
127. Sólo esto complace a los tathagatas. Sólo esto es el logro de nuestra
meta. Únicamente esto elimina el sufrimiento del mundo. Por ello, que sólo ésta
sea mi resolución.
128. Cuando el esbirro de un rey tiraniza a la población, aquellos que son
previsores prefieren no responder,
129. ya que ese hombre no está solo y su poder viene del poder del rey. Así,
no debemos menospreciar a una persona débil que ha cometido un acto nega-
tivo,
130. pues los guardianes del infierno y los compasivos son su poder. Por lo
tanto, uno debería complacer a los seres vivos, al igual que un sirviente con un
rey irascible.
131. ¿Qué podría hacer un rey encolerizado que fuera semejante a la angus-
tia del infierno que se experimenta por causar dolor mental a los seres?
132. ¿Qué podría dar un rey complacido equiparable a la budeidad, resulta-
do de deleitar a los seres?
133. Sin pensar en la budeidad, ¿acaso no ves que en esta vida la fortuna, la
fama y la felicidad provienen de complacer a los seres?
134. Tras su muerte, una persona paciente gozará de belleza salud, carisma,
larga vida y la abundante alegría de un rey universal.

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CAPÍTULO VII
La perfección del entusiasmo

1. Por ello, aquél que tiene paciencia debería cultivar el entusiasmo, ya


que el despertar se alcanza mediante el entusiasmo, y no hay mérito sin éste, de
igual manera que no hay movimiento sin la presencia del viento.
2. ¿Qué es el entusiasmo? El gozo en realizar acciones virtuosas. ¿Qué se
afirma es su contrario? La pereza espiritual, aferrarse a lo reprensible, la apatía y
el desprecio hacia uno mismo.
3. La pereza espiritual nace de la indolencia, de dejarse llevar por los pla-
ceres, dormir y desear holgazanear al sentir apatía hacia los sufrimientos del ci-
clo de la existencia.
4. Una vez que los cazadores, es decir, las aflicciones mentales, han rastrea-
do tu olor, has entrado en la trampa del renacimiento. ¿Cómo es que no te das
cuenta incluso ahora que estás entre las fauces de la muerte?
5. No te das cuenta de que son asesinados poco a poco los de tu propia
especie. Incluso te echas a dormir, como un búfalo, entre los carniceros.
6. Cuando Yama te observa y tu camino se encuentra bloqueado por to-
das partes, ¿cómo puedes disfrutar de comer y cómo puedes dormir y tener re-
laciones sexuales?
7. Ya que la muerte llegará pronto, con todos sus implementos listos, ¿qué
harás entonces, aun si has dejado atrás la pereza espiritual en ese momento in-
adecuado?
8. Pensando: “No lo he logrado y apenas empiezo, pero de todas maneras,
sólo he hecho la mitad. La muerte ha llegado de pronto. ¡Pobre de mí!”
9. Al ver a tus parientes afligidos, con los ojos rojos e hinchados, con lá-
grimas escurriendo por su cara al darse cuenta de su pena y de los rostros de los
mensajeros de Yama,
10. atormentado al recordar tus propios defectos, escuchando los sonidos
del infierno, ensuciándote con tu propio excremento, ¿qué harás cuando expe-
rimentes ese terror?

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11. Al comprender: “Soy como un pez a punto de morir”, es natural tu
miedo. ¿Cuánto más es esto cierto al haber cometido actos dañinos y enfrentar
ahora el intenso sufrimiento del infierno?
12. Eres tan delicado; te quemas incluso cuando te toca el agua caliente.
Pero tú que has llevado a cabo acciones que llevan al infierno, ¿cómo podrás
estar en paz?
13. Esperas resultados sin hacer ningún esfuerzo. Eres tan frágil y sientes
tanto dolor. Estás atenazado por la muerte y actúas como si fueras inmortal. ¡Eh,
desdichado, te estás destruyendo a ti mismo!
14. Tras encontrar la barca del nacimiento humano ahora, cruza el gran río
del sufrimiento. Oh, necio, no hay tiempo para dormir, porque es muy difícil
volver a abordar este bote.
15. Olvidando el supremo gozo del darma, el cual es como una corriente
de alegría, ¿cómo puedes deleitarte en frivolidades y bromas que son dos causas
de tu sufrimiento?
16. La ausencia de apatía, la variedad de habilidades como la prudencia, el
control de uno mismo, la igualdad entre uno mismo y los demás e intercambiar-
se uno por los otros,
17. deben practicarse sin descorazonarnos al pensar: “¿Cómo podría yo
alcanzar el despertar?” Ya que el Tathagata que pronunció la verdad proclamó
lo siguiente:
18. “Incluso los que han sido tábanos, mosquitos, abejas y gusanos alcanza-
ron el supremo despertar, tan difícil de lograr, mediante el poder de su esfuerzo”.
19. Siendo humano por nacimiento y capaz de saber lo que es de beneficio
y lo que no, ¿por qué no habría de alcanzar el despertar mientras no me olvide
de la guía del Omnisciente?
20. Si temo al pensar, “Tendré que sacrificar mis brazos, piernas y demás”,
es posible que confunda lo importante por lo insignificante debido a mi falta de
discernimiento.
21. Por incontables millones de eones me cortarán, traspasarán, quemarán
y abrirán muchas veces, pero no lograré el despertar.
22. Sin embargo, este limitado sufrimiento que experimento, el cual da lu-
gar al perfecto despertar, es como el dolor que siento cuando me extraen una
astilla.
23. Todos los médicos curan mediante tratamientos desagradables. Así,
para acabar con una multitud de dolores, es necesario soportar uno menor.
24. Aunque es normal aplicar ese tratamiento, el Médico Supremo no lo
indica y cura las enfermedades crónicas con un plácido tratamiento.
25. Al principio, el Guía prescribe dar vegetales y demás. Uno avanza gra-
dualmente para más tarde ser capaz de ofrecer incluso el propio cuerpo.

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26. Cuando comprendemos que nuestro cuerpo es como un vegetal, en-
tonces ¿cuál sería la dificultad en ofrecer nuestra carne y huesos?
27. Uno no sufre por dejar de cometer actos dañinos, ni la mente se siente
perturbada por ser sabia, ya que el dolor mental es resultado de conceptos erró-
neos y el dolor corporal se debe a acciones perniciosas.
28. El cuerpo se encuentra bien como resultado del mérito y la mente es go-
zosa como consecuencia de la sabiduría. ¿Qué podría afligir a un ser compasivo
que permanece en el ciclo de la existencia en beneficio de los demás?
29. Si extinguimos las acciones destructivas y acumulamos océanos de mé-
rito, únicamente gracias al poder del espíritu del despertar, avanzaremos más
allá de los shravakas.
30. Una vez en el carruaje del espíritu del despertar, el cual arrastra consigo
todo desaliento y cansancio, ¿qué persona en sus cabales se descorazonaría al ir
así de gozo en gozo?
31. Los poderes de la aspiración, la resolución, la alegría y el desapego tie-
nen el fin de lograr el beneficio de los seres sensibles. Con el temor del sufrimien-
to, uno debería generar esa aspiración al contemplar sus bendiciones.
32. Erradicando a su contrario de tal manera, debería esforzarme por au-
mentar mi entusiasmo con los poderes de la aspiración, la confianza en mí mis-
mo, el gozo, el desapego, la dedicación y la determinación.
33. He de eliminar los innumerables defectos por mí y por los demás. Aun-
que erradicar incluso la más mínima imperfección puede llevarse miríadas de
eones,
34. no veo en mí ni siquiera el menor intento por comenzar a eliminarlas.
¿Cómo es que no estalla mi corazón cuando he de experimentar un sufrimiento
inconmensurable?
35. Debo adquirir muchas cualidades positivas para mí y otros; de lo con-
trario, tal vez cultivar cada una de esas cualidades no ocurra en miríadas de eones.
36. Nunca me he entrenado en desarrollar ni un poco de cualidades cons-
tructivas. Resulta increíble malgastar esta vida que he logrado obtener.
37. No me he regocijado en las grandes festividades y ofrendas al Bienaven-
turado. No he presentado mis respetos a las enseñanzas ni he colmado las espe-
ranzas de los pobres.
38. No he brindado valentía a los temerosos, ni he confortado a los que
sufren. Me convertí en una lanza en el vientre de mi madre y la hice sufrir.
39. Por mi falta de aspiración hacia el darma ha caído sobre mí tal calami-
dad. ¿Quién se olvidaría de cultivar la aspiración por el darma?
40. El Sabio declaró que la aspiración es raíz de todas las virtudes, y la raíz
de ella es meditar incesantemente en los resultados de la maduración del karma.
41. Sufrimientos, depresiones, diversos temores e impedimentos hacia lo

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que anhelan recaen en los que incurren en acciones perniciosas.
42. Donde quiera que vaya el deseo del corazón de los que realizan accio-
nes virtuosas, éste será honrado por sus propios méritos con la ofrenda de sus
resultados.
43. Pero donde vaya el anhelo de felicidad de los que cometen acciones
negativas, dicho anhelo será destruido por las armas del sufrimiento.
44. En virtud de sus acciones constructivas, los hijos del Sugata, quienes
descansan en los corazones de flores de loto amplias, fragantes y frescas, cuyo
esplendor crece al nutrirse de la dulce voz del Conquistador y cuyos cuerpos
hermosos surgen de lotos que florecen por los rayos del Sabio, nacen en presen-
cia del Sugata.
45. Como resultado de acciones dañinas, uno se lamenta atormentado,
toda la piel es arrancada por los servidores de Yama, el cuerpo es sumergido en
cobre fundido, pedazos de nuestra carne son cercenados por cientos de golpes
de ardientes lanzas y espaldas y uno cae sin cesar sobre una plancha de hierro
candente.
46. Por lo tanto, debemos nutrir la aspiración hacia la virtud, cultivándola
con reverencia. Una vez que hemos comenzado, es necesario fortalecer la con-
fianza en uno mismo de acuerdo con el método expuesto en el Vajradhvajasutra.
47. Tras primero examinar nuestras propias fallas, decidimos entonces si
empezar o no. Ciertamente es mejor no comenzar que darnos la vuelta una vez
iniciado el camino.
48. Ese hábito continúa incluso en otra vida, y por esa acción negativa au-
menta el sufrimiento. Se pierde otra oportunidad para actuar y no completamos
nuestras tareas.
49. Uno debe aplicar la confianza en uno mismo a estas tres cosas: las ac-
ciones, las aflicciones mentales secundarias y la habilidad. “Yo mismo lo haré”
expresa la confianza en uno mismo con respecto a la acción.
50. Este mundo, abrumado por las aflicciones mentales, es incapaz de lo-
grar su propio bienestar. Por lo tanto, debo hacerlo por él. No soy tan incapaz
como lo es el mundo.
51. ¿Por qué habría alguien de realizar un trabajo menor mientras yo sim-
plemente lo veo? Si no lo hago por mi orgullo, entonces es mejor destruir mi
orgullo.
52. Incluso un cuervo se comporta como una garuda al atacar a una ser-
piente de agua ya muerta. Si mi mente es débil, aun una pequeña adversidad me
resulta perturbadora.
53. Cuando uno pierde toda su fuerza por el desaliento, es fácil que surjan
las adversidades, pero alguien que tiene aliento y entusiasmo es invencible, in-
cluso de cara a grandes adversidades.

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54. Por ello, con una mente inquebrantable, causaré una calamidad a la
adversidad. Ya que mientras me venzan las tribulaciones, mi deseo de victoria
sobre los tres mundos resulta irrisorio.
55. Venceré todo y nada me vencerá. Debo cultivar esta confianza en mí
mismo, ya que soy un hijo de los leones, los yinas.
56. Los seres conquistados por el orgullo son desdichados y carecen de
confianza en sí mismos; están bajo el dominio del enemigo, el orgullo. Una per-
sona segura de sí misma no sucumbe ante el poder del enemigo.
57. Llevados por el orgullo hacia terribles estados de existencia, se ven des-
pojados de la alegría, aun con una vida humana. Son esclavos que comen las
sobras de otros, estúpidos, desagradables a la vista y débiles.
58. Son despreciados por todos, llenos de su orgullo y desdichados. Si es
que se les incluyera entre los seguros de sí mismos, son dignos de compasión.
Pues, ¿qué clase de confianza tienen?
59. Aquellos que portan su seguridad para conquistar al enemigo, el orgu-
llo, son héroes victoriosos con confianza en sí mismos. Tras abatir a ese enemigo
que crece, el orgullo, demuestran el fruto de su victoria al mundo, complacién-
dose en ello.
60. En medio de una multitud de aflicciones mentales uno debería ser vi-
goroso de mil maneras e invencible por las hordas de dichas aflicciones, al igual
que un león no sería derrotado por una manada de venados.
61. Incluso cuando hay grandes calamidades, las personas protegen sus
ojos. De la misma manera, cuando nos topemos con una dificultad no debemos
dejarnos vencer por las aflicciones mentales.
62. Uno debe aplicarse con diligencia a la tarea que realiza. Intoxicado por
esa actividad, uno debería tener una mente insaciable, como alguien que anhela
el resultado favorable de un juego.
63. Llevamos a cabo una acción para obtener felicidad, pero no hay garan-
tía de que la logremos. Pero, ¿cómo puede alguien que se deleita en la actividad
sentir felicidad al no hacer nada?
64. En el ciclo de la existencia no logramos nunca la satisfacción con los
deseos sensuales que son como miel sobre el filo de un cuchillo. ¿Cómo sentir-
nos satisfechos con el néctar de los méritos, los cuales son dulces al madurar y
brindan paz?
65. Por lo tanto, incluso tras terminar una tarea, debemos sumergirnos de
nuevo en ella, al igual que un elefante, abrasado por el sol de mediodía, busca de
inmediato un lago y se sumerge en él.
66. Y cuando nuestras fuerzas están por menguar, debemos dejar esa tarea,
para reanudarla más tarde. Tras completar bien una actividad es necesario sus-
penderla con el deseo de continuarla más y más.

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67. Uno debe esquivar los embates de las aflicciones mentales y atacarlas
con fuerza, al igual que en un combate con espada ante un enemigo diestro.
68. De la misma manera que uno levantaría rápidamente la espada que ha
dejado caer al suelo, así debería tomar la espada de la recolección plena, tenien-
do en mente el infierno.
69. Al igual que el veneno se esparce por todo el cuerpo una vez ha llegado
a la sangre, así se esparce un defecto por toda la mente una vez ha alcanzado un
punto vulnerable.
70. Un practicante debería ser como una persona que porta un jarrón de
aceite [valioso] bajo la mirada de guardias armados, cuidadosa de no tropezar
por temor a la muerte.
71. Por ello, de la misma manera que saltamos de inmediato cuando cae
una serpiente sobre nuestras piernas, así debemos contrarrestar rápidamente la
llegada del sopor y el hundimiento mental.
72. Con cada falta que cometa, he de sentir un profundo arrepentimiento y
preguntarme: “¿Cómo debo actuar para que esto no vuelva a suceder?”
73. Con ese propósito, debo buscar la compañía [de maestros espirituales]
o una cierta tarea, y pensar: “¿Cómo puedo practicar la recolección plena en
estas circunstancias?”
74. Trayendo a la mente la enseñanza sobre la vigilancia, debemos animar-
nos a nosotros mismos, para estar siempre preparados antes de encontrarnos
con la tarea a realizar.
75. De la misma manera que el algodón se mece en la dirección en que
sopla el viento, hemos de rendirnos a nuestro entusiasmo y, de esa forma, flore-
cerán nuestros poderes sobrenaturales.

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CAPÍTULO VIII
La perfección de la meditación

1. Después de cultivar el entusiasmo de esa manera, uno debería estabili-


zar la mente en la concentración meditativa, ya que la persona con una mente
distraída vive entre las fauces de las aflicciones mentales.
2. Gracias al aislamiento del cuerpo y la mente no surgen las distraccio-
nes. Por lo tanto, tras renunciar al mundo, deberíamos dejar atrás los pensa-
mientos discursivos.
3. Como resultado del apego y el anhelo por las ganancias y demás, no
renunciamos al mundo. Por ello, una vez que el sabio las ha abandonado,debería
contemplarlas de esa manera.
4. Al darnos cuenta de que una persona dotada de comprensión directa y
profunda mediante la quietud (shamata), erradica las aflicciones mentales, de-
bemos primero buscar la quietud, y ésta surge de cultivar el desapego al mundo
y a los placeres.
5. Ninguna persona transitoria, con apego hacia personas transitorias,
verá de nuevo a sus seres queridos durante mil vidas.
6. Si uno no ha de verlos, no es posible encontrar la felicidad ni descansar
en la concentración meditativa. E incluso si los viéramos, no nos sentiríamos
satisfechos, atormentados por un intenso deseo, justo como antes.
7. No podemos percibir la realidad y perdemos nuestra desilusión con el
ciclo de la existencia. Nos consume ese pesar y ese deseo, anhelando la compañía
de los seres amados.
8. Pensando en esa persona, nuestra vida pasa rápidamente en vano. Por
una entidad transitoria se pierde el darma eterno.
9. Quien actúa de la misma manera que los necios sin duda caerá en te-
rribles estados de existencia. Si uno llega a comportarse en forma distinta [a los
sabios], ¿qué sentido tiene entonces asociarse con los insensatos?
10. Un momento son amigos y al siguiente son enemigos. Incluso las cosas
agradables provocan descontento. Es difícil complacer a los seres ordinarios.
11. Si se les dan buenos consejos se enfadan y se alejan de las advertencias
50
prudentes. Si no se les presta atención, se irritan y caen en estados aterradores
de existencia.
12. Sienten envidia hacia los superiores, competencia con los pares, arro-
gancia ante quien consideran inferior, soberbia por las alabanzas recibidas y
enojo por los reproches. ¿Cómo podría derivarse algún beneficio de los necios?
13. Entre una persona sin criterio y otra, es inevitable que surja algo no
virtuoso, como la glorificación del ego, hablar mal de los demás y de los placeres
en el ciclo de la existencia.
14. Por lo tanto, al relacionarnos con alguien más uno se encuentra con
adversidades. Viviré feliz solo, con una mente sin aflicciones mentales.
15. Debo huir de los necios. Pero si llego a encontrarme con alguno, lo
saludaré educadamente, pero sin intimar, actuando con propiedad.
16. Tomando sólo lo que beneficie al darma, como una abeja liba el néctar
de una flor, viviré en todas partes sin conocer a nadie, como si no hubiera exis-
tido antes.
17. Un mortal que piensa: “Soy rico y respetado, y muchos me aman”, sien-
te gran temor ante la muerte que se aproxima.
18. Cuando la mente cegada por los placeres encuentra placer, surgen mil
sufrimientos.
19. Por lo tanto, el sabio no se apega. El miedo surge del apego, pero éste
pasa por sí mismo. Así, genera fortaleza y míralo con indiferencia.
20. Muchos se han enriquecido y muchos se han vuelto famosos, pero na-
die sabe a dónde han ido con su riqueza y fama.
21. Si otros me desprecian, ¿por qué habría de alegrarme cuando me elo-
gian? Si otros me alaban, ¿por qué descorazonarme cuando me injurian?
22. Si los yinas mismos no han podido satisfacer a los seres con diferentes
disposiciones, entonces ¿cómo podría yo lograrlo, si soy una persona ignorante?
Así que, ¿cuál es el sentido de prestar atención al mundo?
23. Agravian a una persona por no contar con posesiones y desprecian a
otra por tenerlas. ¿Cómo puede alguien cuya compañía implica sufrimiento
brindar alegría?
24. Los tathagatas han afirmado que un necio no puede ser amigo de nadie,
porque sus aflicciones sólo surgen cuando siente interés por sí mismo [a expen-
sas de los demás].
25. El amor que nace de interesarnos sólo en nosotros mismos es un amor
que únicamente busca nuestro propio beneficio, al igual que la tristeza que sen-
timos al perder nuestras posesiones es resultado de perder los placeres que les
acompañan.
26. En el bosque, los venados, aves y árboles no pronuncian palabras desa-
gradables. ¿Cuándo podré vivir entre ellos, en cuya compañía encuentro deleite?

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27. ¿Cuándo viviré en una cueva, en un templo vacío o al pie de un árbol
sin mirar atrás y sin apegos?
28. ¿Cuándo habitaré regiones vastas y solitarias, errando a mi placer y sin
morada?
29. ¿Cuándo viviré sin miedo alguno, sin proteger mi cuerpo, con un tazón
de barro como única posesión y ropa inútil incluso para un ladrón?
30. ¿Cuándo iré a los carneros cercanos y compararé mi propio cuerpo, que
tiene la naturaleza del decaimiento, con otros cadáveres?
31. Porque este cuerpo también se volverá algo tan putrefacto que ni si-
quiera los chacales se acercarán por el hedor que despedirá.
32. Si la carne y huesos que han surgido junto con mi cuerpo se deteriora-
rán y dispersarán, ¿cuánto más en el caso de otros seres queridos?
33. Una persona nace sola y muere también sola. Nadie participa en su ago-
nía. ¿Qué sentido tienen los seres queridos quienes crean tantos obstáculos?
34. Así como una persona que ha emprendido un viaje pasa la noche en una
posada, alguien que viaja en el ciclo de la existencia se aloja en un renacimiento.
35. Hasta que cuatro hombres carguen mi cuerpo y el mundo lamente mi
partida, debería retirarme al bosque.
36. Libre de intimidad y de conflicto, descansar en la soledad del cuerpo.
Uno ya ha muerto para el mundo y no se lamenta al morir.
37. No hay nadie que me cause pesar ni daño ya, nadie que me distraiga de
la recolección del Buda y demás.
38. Por ello, debería siempre cultivar la soledad, la cual me deleita, carece
de dificultades, tiene un resultado favorable y apacigua todas las distracciones.
39. Libre de toda preocupación y con una mente enfocada de manera uni-
puntual, me aplicaré en cultivar la concentración meditativa y en subyugar a la
mente.
40. Ya que los deseos crean calamidades en esta vida y la siguiente como
resultado del encarcelamiento, los golpes, el desmembramiento en este mundo,
y el infierno en el siguiente.
41. Ella, por quien has enviado a tantas doncellas y mensajeros con invita-
ciones y por quien no has pensado en el costo que significan las acciones dañinas
o la desgracia,
42. exponiéndote al peligro y a dilapidar tu fortuna, abrazándola con el
mayor de los deleites,
43. no es más que huesos, indiferentes e impersonales. ¿Por qué no recurres
a la emancipación, abrazándola por completo para regocijo de tu corazón?
44. Contemplaste su rostro que bajaba con modestia y luego se elevaba con
esfuerzo o tal vez no lograste verlo, al estar cubierto por un velo.
45. Ahora verás ese rostro revelado por los buitres, como si éstos no pudie-

52
ran tolerar tu ansiedad. ¡Míralo! ¿Por qué huyes ahora?
46. Hombre celoso, ¿cómo es que no proteges lo que estaba oculto a la mi-
rada de los demás, ahora que es devorado?
47. Al ver esta masa de carne engullida por los buitres y otros animales,
¿acaso rendirías culto a su alimento ataviándola con guirnaldas de flores, sánda-
lo y ornamentos?
48. Temes a un esqueleto con este aspecto aunque sea incapaz de moverse.
¿Por qué no sientes miedo cuando se desplaza como movido por un fantasma?
49. Su saliva y excremento salen del mismo alimento. ¿Por qué te disgusta
entonces el excremento y te gusta chupar la saliva?
50. Sin sentir placer en las almohadas de algodón, tan suaves al tacto, los
hombres llenos de lascivia, confundidos respecto a la suciedad, afirman que [el
cuerpo] no expide malos olores.
51. Sentías pasión por ese cuerpo incluso cuando estaba cubierto, así que
¿por qué te desagrada ahora que nada lo cubre? Si no te sirve para nada, ¿por qué
lo acaricias cuando está cubierto?
52. Si no tienes pasión por lo impuro, ¿cómo es que abrazas a alguien más,
un esqueleto de huesos atado con tendones y embarrado con un poco de carne?
53. Tú mismo tienes bastantes inmundicias. Siéntete satisfecho con eso.
¡Voraz por las heces! ¡Olvida tu deseo por otro saco de estiércol!
54. Deseas mirarlo y tocarlo porque te gusta su carne. ¿Cómo puedes de-
sear la carne que por naturaleza carece de conciencia?
55. La mente que deseas no puede verse ni tocarse, y aquello que sí puede,
no es consciente. ¿Para qué lo abrazas en vano?
56. No es de sorprender que no veas el cuerpo de otra persona como he-
cho de inmundicias, pero es asombroso que no percibas tu propio cuerpo como
compuesto por inmundicias.
57. Aparte del loto delicado que surge del fango, abriéndose bajo los rayos
de un sol en un cielo sin nubes, ¿qué deleite puede haber en la jaula de suciedades
para una mente adicta a la inmundicia?
58. Si no quieres tocar el suelo y demás porque está embarrado de excre-
mento, ¿cómo puedes desear tocar el cuerpo del que éste sale?
59. Si no sientes pasión por lo que es impuro, ¿por qué abrazas a alguien
más, una semilla nacida de un campo de suciedad y alimentado por él?
60. No te gusta un gusano que sale de la porquería porque es pequeño, pero
deseas un cuerpo compuesto por cantidad de inmundicias y nacido de ellas.
61. ¡No sólo no aborreces tu propia suciedad, voraz por el excremento, sino
que anhelas los otros sacos de excremento!
62. Incluso el suelo se considera impuro cuando alguien escupe o vomita
alimentos deliciosos, como al alcanfor o el arroz cocido con condimentos.

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63. Si no crees que esto es suciedad, aunque resulta obvio, mira también
otros cuerpos, repugnantes y arrojados a un carnero.
64. Si sabes que el miedo surge cuando la piel es arrancada, ¿cómo puedes
sentirte atraído de nuevo por eso mismo?
65. Aunque se aplique al cuerpo, esta fragancia pertenece al sándalo, a nada
más. ¿Por qué sientes atracción hacia alguien por la fragancia que no le perte-
nece?
66. Si la atracción no surge por un mal olor natural, ¿no es eso bueno? ¿Por
qué se deleitan las personas en lo que no tiene valor y lo ungen con perfumes?
67. Si ese dulce olor es sándalo, ¿acaso vino del cuerpo? ¿Por qué nos senti-
mos atraídos hacia una persona por una fragancia que le pertenece a otra cosa?
68. Si la naturaleza del cuerpo, con su largo cabello y uñas, con dientes
apestosos y amarillentos y el hedor de la baba, resulta terrorífico en su desnudez,
69. ¿por qué lo tallo meticulosamente, como un arma para mi propia des-
trucción? Esta Tierra es lanzada a la confusión por idiotas en sus intentos de
engañarse a sí mismos.
70. Al ver unos pocos cadáveres en el carnero sientes repulsión, pero te de-
leitas en una aldea que es un cementerio lleno de cadáveres que se mueven.
71. Aunque este cuerpo no es más que suciedades, no se adquiere sin pagar
un precio. Para obtenerlo nos vemos afligidos por la fatiga y los tormentos en
los infiernos.
72. Un niño es incapaz de ganar dinero. Cuando se es joven ¿con qué nos
sentimos contentos? La plenitud de nuestra vida pasa mientras nos ganamos el
sustento. ¿De qué le sirve la gratificación sensorial a un viejo?
73. Algunos sensualitas inmorales, agotados tras todo un día de trabajo,
llegan a casa por la noche y duermen como cadáveres.
74. Otros se ven acongojados por las tribulaciones de partir a tierras ex-
tranjeras en expediciones militares. Si bien anhelan estar con sus hijos y esposas,
no pueden verlos en mucho tiempo.
75. Engañados por los deseos sensuales, se venden a sí mismos por lo que
nunca compran. En lugar de eso, pasan su vida inútilmente trabajando para
otros.
76. Las esposas de los que se venden a sí mismos y que siempre llevan a cabo
tareas, dan a luz al pie de un árbol en las selvas y en otros lugares inconvenientes.
77. Para ganarse el sustento parten a la guerra arriesgando su vida, y acaban
siendo sirvientes para ganarse el respeto por sí mismos. Son necios ridiculizados
a causa de sus deseos sensuales.
78. Otros sensualistas son mutilados o empalados, quemados vivos o asesi-
nados con dagas.
79. Considera a la riqueza como un infortunio sin fin por los problemas

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que implica adquirirla, protegerla y perderla. Aquellos cuya mente siente afe-
rramiento a la riqueza, por su estado mental distraído, no tienen oportunidad
alguna de liberarse de los sufrimientos de la existencia cíclica.
80. Por eso, los sensualistas sufren de grandes agonías y tienen pocos gozos,
como una bestia que logra morder un poco de pasto mientras tira de una carreta.
81. Por obtener una breve alegría, que incluso un animal logra fácilmente,
una persona infortunada ha destruido esta vida de riquezas y oportunidades, tan
difícil de encontrar.
82. Todo este ajetreo en beneficio del cuerpo, el cual es sin duda alguna
transitorio, insignificante y cae a los infiernos y demás.
83. Con una millonésima parte de ese esfuerzo se lograría la budeidad. Los
sensualistas tienen mayores sufrimientos que las tribulaciones del sendero [espi-
ritual], pero no el despertar.
84. Cuando pensamos en los tormentos del infierno y otros estados infor-
tunados, ni las armas, ni el veneno, el fuego, un precipicio, ni los enemigos, se
comparan con los deseos sensuales.
85. Con el temor hacia los deseos sensoriales debería nacer en nosotros el
deleite de la soledad y de los bosques solitarios, libres de fatiga y molestias.
86. Los afortunados, acariciados por la brisa silenciosa y gentil del bosque,
caminan sobre agradables rocas, amplias como palacios, refrescados por rayos de
luna similares al sándalo, y reflexionan sobre la manera de beneficiar a los demás.
87. Asentándose aquí y allá por tanto tiempo como lo desee, libre del ago-
tamiento de proteger sus posesiones y sin preocupaciones, uno vive como lo
desee: en una morada vacía, al pie de un árbol o en una cueva.
88. Viviendo como a uno le plazca, sin hogar ni atado por nadie, se saborea
la alegría del contentamiento, difícil de hallar incluso para un rey.
89. Después de meditar en las ventajas de la soledad de ésta y otras mane-
ras, con los pensamientos discursivos aquietados, uno debería cultivar el espíritu
del despertar.
90. Sería necesario primero meditar en la igualdad de uno mismo y los de-
más así: “Todos los seres experimentan el dolor y la felicidad y debo protegerlos
como me protejo a mí mismo”.
91. Al igual que el cuerpo que tiene muchas partes, como los brazos y de-
más, debe ser protegido en su conjunto, así también el mundo entero tiene dife-
rencias y, sin embargo, experimenta sufrimiento y felicidad por igual.
92. Si bien mi sufrimiento no le causa dolor a otros cuerpos, aun así, tal su-
frimiento es mío y me resulta difícil de soportar por el aferramiento a mí mismo.
93. De la misma manera, aunque no siento el dolor de otra persona, ese
sufrimiento le pertenece a ella y le resulta difícil de soportar por su aferramiento
a sí misma.

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94. Debo eliminar el sufrimiento de los demás porque es sufrimiento, al
igual que el mío. Debo cuidar a los otros porque son seres sensibles, tal como
yo lo soy.
95. Si la felicidad es anhelada de igual manera por otros y por mí, entonces
¿qué tengo de especial para que vaya tras la felicidad sólo para mí?
96. Si el miedo y el dolor resultan igualmente repulsivos para otros y para
mí, entonces ¿qué tengo de especial para protegerme sólo yo y no a los demás?
97. Si no los protejo porque no siento su sufrimiento, ¿por qué protejo mi
cuerpo de un dolor futuro que no me daña ahora?
98. La idea de que yo lo experimentaré es equivocada, porque quien ya ha
muerto ha nacido en otra parte y es alguien más.
99. Si piensas que el sufrimiento de otra persona debe ser aliviado por ella
misma, entonces ¿por qué la mano protege al pie, si el dolor de éste no pertenece
a la mano?
100. Si argumentara que aunque es inadecuado sucede por el aferramiento
al yo, nuestra respuesta es: Uno debe evitar lo que resulta inadecuado con toda
nuestra fuerza, ya sea que nos pertenezca a nosotros o a los demás.
101. El flujo de la conciencia, como una serie [de momentos], y el agregado
de los elementos constituyentes, como un ejército, son irreales. Ya que no existe
la persona que experimenta el sufrimiento, ¿a quién pertenecerá ese sufrimien-
to?
102. Ningún sufrimiento tiene un dueño, porque no son diferentes. Es ne-
cesario aliviarlo simplemente porque es sufrimiento. ¿Por qué habrían de poner-
se restricciones en este caso?
103. ¿Por qué debe evitarse el sufrimiento? Porque todos están de acuerdo
en ello. Si es necesario aliviarlo, entonces debe aliviarse todo sufrimiento, y de
no ser así, entonces es igual tanto para uno mismo como para todos los demás.
104. [Objeción]: Mucho sufrimiento viene de sentir compasión, así que
¿por qué habríamos de forzar a que surgiera? [Respuesta]: Tras ver el dolor en
el mundo, ¿cómo podríamos considerar grande el sufrimiento que proviene de
sentir compasión?
105. Si el sufrimiento de muchos desaparece por el sufrimiento de uno solo,
entonces una persona compasiva debería suscitar ese sufrimiento tanto en su
propio beneficio como en el de los demás.
106. Por lo tanto, Supuspachandra, sabiendo de la animosidad del rey, no
evitó su propio sufrimiento como un sacrificio en beneficio de muchas personas
afligidas.
107. Así, aquél que cultiva su flujo mental en la meditación y acepta por
igual el sufrimiento de los demás se lanza al infierno de Avichi, como los cisnes
a un estanque de lotos.

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108. Cuando los seres sensibles se liberan, tienen océanos de alegría. ¿Acaso
no es eso suficiente? ¿Qué sentido tiene desear sólo nuestra propia liberación?
109. Por ello, aunque se atiendan las necesidades de los otros, no se experi-
menta arrogancia ni asombro. Al deleitarse únicamente en el bienestar de los
demás, no se tiene esperanza de ver el resultado de la maduración del karma.
110. Así, tal como me protejo a mí mismo del desaliento, generaré un espíri-
tu de protección y de compasión hacia los otros.
111. Por la habituación tenemos un sentido de que “yo” existe en las gotas de
sangre y semen que son de otros, aunque el ser en cuestión no exista.
112. ¿Por qué no considero también el cuerpo de otro como el mío de la
misma manera, ya que la otredad de mi propio cuerpo no es tan difícil de esta-
blecer?
113. Tras reconocernos a nosotros mismos como llenos de defectos y a los
demás como océanos de virtudes, debemos practicar abandonar el aferramiento
a nosotros y aceptar a los demás.
114. De la misma forma en que atesoramos a las manos y otras partes porque
son miembros del cuerpo, ¿por qué no atesoramos igual a los seres encarnados,
al ser miembros del mundo?
115. Al igual que la idea de un yo con respecto a nuestro cuerpo, el cual no
tiene existencia personal, se debe a la familiaridad, ¿acaso la identidad de uno
mismo con otros no surgiría igual por la familiaridad?
116. Aunque se trabaje en beneficio de los demás de esa manera, no hay lu-
gar para la arrogancia ni el desaliento. Cuando uno se alimenta a sí mismo no
surge la expectativa de obtener una recompensa.
117. En consecuencia, de igual forma que deseas protegerte del dolor, el pe-
sar y demás, puedes cultivar un espíritu de protección y de compasión hacia el
mundo.
118. Por ello, debido a su gran compasión, el protector Avalokita bendijo su
propio nombre para desvanecer incluso la ansiedad de estar entre una multitud.
119. No debemos alejarnos de las dificultades, ya que gracias al poder de la
familiaridad tal vez no disfrutemos cuando nos falte algo que antes temíamos al
sólo escuchar su nombre.
120. El que desea protegerse a sí mismo y a los demás debe practicar con
rapidez intercambiarse a sí mismo por los otros, lo cual constituye un gran mis-
terio.
121. Si incluso ante un peligro menor surge el miedo por el gran aferramien-
to hacia uno mismo, ¿cómo no despreciar a ese yo como si fuera un enemigo
temible?
122. Alguien que mata a las aves, peces y venados y tiende una emboscada
con el deseo de apaciguar la enfermedad, la sed y el hambre,

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123. el que asesina a sus padres y roba lo que le pertenece a la Triple Joya
para obtener un beneficio y respeto se convertirá en combustible en el infierno
de Avichi.
124. ¿Qué persona sabia desearía, protegería y veneraría a un yo así? ¿Quién
no lo vería como un enemigo y quién lo respetaría?
125. Si por interés hacia uno mismo piensa: “Si me deshago de esto, ¿qué
voy a disfrutar?”, ése es un estado terrible. Si por interés hacia los demás uno
piensa: “Si lo disfruto, ¿qué podré dar?”, ése es un estado divino.
126. Tras lastimar a otros para nuestro propio beneficio, ardemos en los in-
fiernos y demás; pero si uno pasa tribulaciones en beneficio de otros, uno tiene
éxito en todo lo que emprende.
127. El deseo por engrandecernos a nosotros mismos lleva a una existencia
llena de sufrimiento, a una posición menor y a la estupidez. Al transferir ese
mismo deseo hacia alguien más uno logra un estado afortunado de existencia,
respeto y sabiduría.
128. Si ordenamos a los demás en nuestro propio beneficio experimentamos
la posición de un sirviente y demás, pero si nos ordenamos a nosotros mismos en
beneficio de otros, uno experimenta la posición de un amo y demás.
129. Todos los que son infelices en el mundo lo son como resultado de bus-
car su propia felicidad. Todos los que son felices en el mundo lo son como resul-
tado de buscar la felicidad de los demás.
130. ¡Basta de tantas palabras! Nota la diferencia entre el necio que ve por su
propio beneficio y el sabio que trabaja en beneficio de los demás.
131. Aquel que no cambia su propia felicidad por el sufrimiento de los otros
ciertamente no logra la budeidad. ¿Cómo podría uno encontrar la felicidad in-
cluso en el ciclo de la existencia?
132. Sin hablar de la siguiente vida, incluso en esta misma, no es posible
lograr el objetivo que desea un sirviente que no hace su labor y el de un amo que
no paga los salarios debidos.
133. Olvidando la generación de la felicidad mutua y de la alegría que pro-
viene de la felicidad presente y futura, las personas presas de la confusión se
echan a cuestas un enorme sufrimiento por dañar a los demás.
134. Si toda la gama de adversidades, tormentos y miedos en el mundo surge
por el aferramiento a uno mismo, ¿de qué me sirve ese aferramiento?
135. Si no olvidamos nuestro yo, no podremos evitar el sufrimiento, de la
misma forma que de no evitar el fuego no dejaremos de quemarnos.
136. Por lo tanto, para aliviar mi propio sufrimiento y el de los otros, me doy
a los demás y los acepto como si fueran mi propio yo.
137. Oh, mente, toma esta resolución: “Estoy al servicio de los demás”. De
ahora en adelante sólo debe preocuparte el bienestar de todos los seres sensibles.

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138. No es algo adecuado buscar el propio bienestar con los ojos y otras par-
tes del cuerpo que están destinadas a servir a otros. No es adecuado procurar el
propio beneficio con manos que están destinadas a servir a los demás.
139. Por ello, volverte subordinado a los seres sensibles y quitándote todo lo
que lleves sobre tu cuerpo, utilízalo para el bienestar de los demás.
140. Considerándote a ti mismo como inferior y a los otros como a ti mis-
mo, con una mente libre de pensamientos discursivos, cultiva los celos, la riva-
lidad y el orgullo.
141. Él es respetado, pero yo no. No poseo tanta riqueza como él. Él recibe
elogios, mientras que yo, insultos. Soy infeliz, pero él es feliz.
142. Yo dedico mis días a llevar a cabo pesadas faenas, mientras que él vive
descansando. Al parecer él es grande en este mundo y yo soy un inmoral sin
ninguna virtud.
143. ¿Qué puede hacerse sin cualidades positivas? Toda persona posee vir-
tudes. Con respecto a algunos soy inferior y con respecto a otros soy superior.
144. Por el poder de mis aflicciones mentales, la degeneración de la visión
y de la disciplina ética no se encuentra bajo mi control. Debo ser curado tanto
como sea posible. Estoy dispuesto incluso a soportar el dolor.
145. Si no puede curarme, ¿por qué me desprecia? ¿De qué me sirven sus
buenas cualidades cuando es él quien las posee?
146. No siente compasión por los seres que viven en las fauces de la bestia de
presa que son los estados infortunados de existencia. Por si fuera poco, debido al
orgullo que siente por sus cualidades, anhela sobrepasar a los sabios.
147. Viéndose como igual a los demás y para elevar su propio sentido de
superioridad, él obtendrá riqueza y respeto para sí mismo incluso sembrando la
discordia.
148. Si mis cualidades positivas fueran evidentes para todo el mundo, en-
tonces nadie escucharía de sus buenas cualidades.
149. Si ocultara mis defectos no habría ningún honor ni para mí ni para él.
Hoy he adquirido fácilmente posesiones. Yo soy honrado, pero él no.
150. Veremos encantados cómo recibe por fin maltratos, es ridiculizado y
vilipendiado por todos.
151. Parece que este pobre hombre trata de competir conmigo. ¿De verdad
posee todos esos conocimientos, sabiduría, belleza, nobles ancestros y riqueza?
152. Al escuchar así cómo se elogian mis cualidades positivas en todas par-
tes, emocionado, con los vellos de punta, gozaré el deleite de la felicidad.
153. Aunque posee riqueza, se la quitaremos a la fuerza y sólo le daremos
para su sustento si trabaja para nosotros.
154. Debemos despojarlo siempre de su felicidad y atarlo a nuestra angustia.
Todos hemos sufrido en el ciclo de la existencia cientos de veces por su causa.

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155. Han transcurrido incontables eones buscando tu propio bienestar.
Con todas esas tribulaciones sólo has obtenido sufrimiento.
156. En consecuencia, dedícate definitivamente a los intereses de los demás
y verás las ventajas en ello, ya que las palabras del Sabio son infalibles.
157. Si hubieras hecho esto antes, una situación como ésa, la cual no repre-
senta la excelencia y gozo de un buda, nunca habría ocurrido.
158. Por lo tanto, así como te has identificado con el yo en las gotas de san-
gre y semen de otros, contempla a los demás de la misma manera.
159. Viviendo como alguien que pertenece a otros y arrebatándote todo lo
que veas en tu propio cuerpo, practica lo que resulta benéfico para los demás.
160. Suscita la envidia en ti mismo de la siguiente forma: Yo estoy bien, pero
el otro sufre; el otro tiene una posición inferior y yo soy glorificado; el otro tra-
baja, mientras que yo no.
161. Despójate de tu felicidad y exponte al sufrimiento de los demás. Exami-
na tus intenciones de esta forma: “¿Qué he hecho en qué momento?
162. Toma el error cometido por otro como si fuera tuyo y abre incluso la
menor de tus equivocaciones al Gran Sabio.
163. Deja que tu propia reputación sea opacada por la de los otros y, como si
fueras el más bajo de los sirvientes, dedícate al bienestar de los demás.
164. No debería elogiarse a este ser con tantos defectos por cualidades posi-
tivas que son pasajeras. Actúa de manera tal que nadie sepa de las buenas cuali-
dades de esta persona.
165. En pocas palabras, cualquier ofensa que hayas cometido hacia otros en
tu propio beneficio deja que caiga sobre ti en beneficio de los demás.
166. No debe alentarse que esta persona sea agresiva, sino exhortarla a ser
pacífica, tímida y mesurada, como una joven novia.
167. ¡Actúa de esa manera! ¡Sigue siendo así! ¡No debes hacer eso! Com-
pórtate así, en forma subyugada y sumisa, si llegas a transgredir tu compromiso.
168. Oh, mente, si no haces esto incluso cuando se te ordena, entonces te
subyugaré sólo a ti, ya que todos los defectos radican en ti.
169. ¿Dónde irás? Puedo verte y aniquilaré todas tus vanidades. En otros
tiempos me arruinaste.
170. Ahora, abandona esta esperanza: “Pero, ¡debo preocuparme por mí
misma! Te he vendido a otros, así que ofrece tu fuerza sin titubear.
171. Si no te ofrendas con alegría a los seres sensibles sin duda me entregarás
a los guardianes del infierno.
172. Entregándome así innumerables veces me has atormentado por largo
tiempo. Al recordar ese resentimiento te destruiré, sirviente de tu propio interés.
173. Si estás satisfecha contigo misma, no deberías deleitarte en ti misma. Si
necesitas protección, no es adecuado que te protejas a ti misma.

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174. Mientras más se mima a este cuerpo, más frágil se vuelve y más
se deteriora.
175. Una vez deteriorado así, ni siquiera la tierra puede satisfacer su deseo
por entero. ¿Quién podrá entonces colmar su deseo?
176. Para quien anhela lo imposible, surgen las aflicciones mentales y la de-
cepción, pero quien está libre de expectativas goza de prosperidad intachable.
177. Por ello, no debe darse rienda suelta al incremento de los deseos corpo-
rales. Ciertamente es bueno no tomar algo que se desea.
178. Esta forma horrible e impura llega a su fin como cenizas y quietud, mo-
vida sólo por alguien más. ¿Por qué me aferro a ella como si fuera mía?
179. ¿De qué me sirve esta máquina, viva o muerta? ¿Qué diferencia hay
entre ésta y un puño de tierra? ¡Ay de ti, no estás eliminando tu aferramiento
al “yo”!
180. Si se favorece al cuerpo, se acumula sufrimiento inútilmente. ¿Qué
utilidad puede tener la ira o el amor para alguien que es igual a un pedazo de
madera?
181. Ya sea que yo lo alimente o lo devoren los buitres, no siente ni afecto ni
aversión, así que ¿por qué lo aprecio tanto?
182. Si el cuerpo, que no siente enojo si se le maltrata, ni satisfacción si se le
alaba, es inconsciente, entonces ¿para quién me esfuerzo?
183. Aquellos a quienes les agrada mi cuerpo les considero amigos. A todos
ellos les gusta su cuerpo también, de manera que ¿por qué no me agradan igual-
mente?
184. Por lo tanto, he ofrecido con indiferencia mi cuerpo en beneficio del
mundo. En consecuencia, aunque está lleno de defectos, lo mantengo como un
instrumento para esa tarea.
185. ¡Basta entonces de llevar una conducta mundana! Recordando la ense-
ñanza respecto a la vigilancia y a alejar el sopor y el letargo seguiré a los sabios.
186. Así, retrayendo a la mente de conductas viles, la concentraré siempre en
su objeto meditativo a fin de eliminar los oscurecimientos.

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CAPÍTULO IX
La perfección de la sabiduría

1. El Sabio enseñó el sistema entero en virtud de la sabiduría. Por lo tanto,


con deseo de aliviar el sufrimiento, uno debe cultivar la sabiduría.
2. Esta verdad se reconoce como de dos tipos: la convencional y la absolu-
ta. La verdad absoluta está más allá de los alcances del intelecto. Al intelecto se
le llama la realidad convencional.
3. Así, se considera que las personas son de dos tipos: el contemplativo y la
persona ordinaria. Las ordinarias son superadas por las contemplativas.
4. En virtud de la diferencia en su inteligencia, incluso los contemplativos
son refutados por personas cada vez más elevadas mediante analogías aceptadas
por ambas partes, independientemente de lo que intenten demostrar.
5. Las personas ordinarias perciben e imaginan las cosas como reales y no
como una ilusión. Es en este aspecto que hay un desacuerdo entre los contem-
plativos y la gente común.
6. Incluso los objetos de percepción directa, como la forma y demás, se
establecen por consenso y no mediante una cognición verificadora. Dicho con-
senso es falso, como lo es el acuerdo general de que los objetos puros son impu-
ros, por ejemplo.
7. El Protector impartió enseñanzas para que la gente comprendiera.
[Objeción]: Si estas cosas no existen en forma absoluta, sino sólo de manera
convencional, momentánea, eso representa una inconsistencia.
8. [Madyamika]: No hay falla alguna en la verdad convencional de los
contemplativos. En contraste con las personas ordinarias, ellos perciben la rea-
lidad. De lo contrario, las personas ordinarias invalidarían la percepción de las
mujeres como impuras.
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9. [Objeción]: ¿Cómo es posible que exista mérito debido al yina, quien
es similar a una ilusión, como es el caso si existiera verdaderamente? Si un ser
sensible es como una ilusión, ¿por qué nace después de morir?
10. [Madyamika]: Incluso una ilusión dura mucho tiempo como el con-
junto de sus condiciones. ¿Por qué habría de existir verdaderamente un ser sen-
sible sólo porque su continuo dura un largo tiempo?
11. [Yogacharin]: Si no existe la conciencia, matar a una persona ilusoria no
constituye un acto negativo. [Madyamika]: Por el contrario, cuando uno posee
la ilusión de la conciencia, surgen las acciones destructivas y el mérito.
12. [Yogacharin]: No es posible que exista una mente ilusoria, ya que ni
los mantras ni prácticas similares la pueden producir. [Madyamika]: Diferentes
ilusiones se originan como resultado de diferentes condiciones. En ningún caso
una sola condición es capaz de producir todo.
13. [Yogacharin]: Si uno pudiera ser liberado de manera absoluta y a la vez
transmigrar convencionalmente, entonces incluso Buda transmigraría. Así, ¿qué
sentido tendría el camino de vida del bodisatva?
14. [Madyamika]: Mientras no se destruyan sus condiciones no termina
tampoco una ilusión. Debido a la discontinuidad de sus condiciones, no se pro-
duce ni siquiera en forma convencional.
15. [Yogacharin]:Si ni siquiera existe una cognición errónea, ¿cómo puede
establecerse una ilusión?
16. [Madyamika]: Si para ti no existe la ilusión misma, ¿qué es lo que se
percibe? Incluso si se trata de un aspecto de la mente misma, en realidad existe
como algo diferente.
17. [Yogacharin]:Si la mente misma es una ilusión, entonces ¿qué es perci-
bido por qué? [Madyamika]: El Protector del Mundo declaró que la mente no
percibe a la mente. De la misma forma que una espada no puede cortarse a sí
misma, así sucede con la mente.
18. [Yogacharin]: Se ilumina a sí misma, como una lámpara. [Madyamika]:
Una lámpara no se ilumina a sí misma, ya que la oscuridad no la oculta.
19. [Yogacharin]: Un objeto azul no necesita de nada más para su cualidad
de ser azul, como sucede con un cristal. Así que algo puede o no ocurrir en de-
pendencia de algo más.
20. [Madyamika]: Como en el caso de lo no azul, el azul no se considera
como su propia causa. ¿Qué azul por sí mismo podría producir azul?
21. [Yogacharin]: Se afirma que una lámpara ilumina una vez que se cono-
ce mediante la conciencia. ¿Se dice que la mente se ilumina una vez se conoce
mediante qué?
22. [Madyamika]: Si nadie percibe si la mente es luminosa o no, entonces
no tiene sentido discutirlo, como la belleza de la hija de una mujer infértil.

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23. [Yogacharin]: Si no existe la conciencia que se conoce a sí misma, ¿cómo
se recuerda la conciencia? [Madyamika]: La recolección proviene de su relación
con algo más que se experimentó, como el veneno inoculado por una rata.
24. [Yogacharin]: Se ilumina a sí misma porque la mente dotada de otras
condiciones percibe. [Madyamika]: Un jarrón que se percibe porque se le ha
aplicado un ungüento mágico no es el ungüento mismo.
25. La manera en la que se ve, oye o conoce algo no es lo que se refuta aquí;
lo que se rechaza es la conceptualización de su existencia verdadera, lo cual es
causa de sufrimiento.
26. Si te imaginas que una ilusión no es ni diferente de la mente ni no di-
ferente, entonces, si es algo que tiene una existencia verdadera, ¿cómo puede no
ser diferente? En consecuencia, si no es diferente, no existe en forma verdadera.
27. De la misma manera que es posible ver una ilusión aunque no exista de
verdad, sucede lo mismo con el observador, la mente. [Yogacharin]: El ciclo de
la existencia tiene su base en la realidad; de lo contrario, sería como el espacio.
28. [Madyamika]: ¿Cómo algo que no existe puede tener eficacia alguna
al compararse con algo real? Consideras a la mente como una unidad aislada.
29. Si la mente estuviera libre de todo objeto percibido, entonces todos los
seres serían tathagatas. Por ello, ¿qué beneficio se obtiene especulando que sólo
la mente existe?
30. [Yogacharin]: Aun si se reconoce la similitud con la ilusión, ¿cómo cesa
una aflicción mental, dado que el deseo por una mujer ilusoria surge incluso en
aquél que la ha creado [con su mente]?
31. [Madyamika]: Ya que las impresiones de aflicciones mentales de su
creador hacia los objetos de conocimiento no han sido eliminadas, al verla, su
impresión mental de la vacuidad [de tal mujer] es débil.
32. Al reforzar las impresiones mentales de la vacuidad disminuyen las im-
presiones de existencia, y, tras familiarizarnos con el hecho de que nada existe en
forma verdadera, incluso disminuyen las primeras.
33. [Yogacharin]: Se concibe que un fenómeno que no existe verdadera-
mente no puede ser percibido. Entonces, ¿cómo es que una no entidad, la cual
carece de base, se presenta a la mente?
34. [Madyamika]: Cuando ni una entidad ni una no entidad permanece
ante la mente, ya que no hay ninguna otra posibilidad, al no tener objetos, la
mente se aquieta.
35. Al igual que una gema que concede todos los deseos o un árbol que
otorga todos los deseos satisface todo anhelo, de la misma forma se percibe la
imagen del yina como resultado de sus votos y de sus discípulos.
36. Cuando un encantador contra venenos muere tras terminar un pilar,
éste sigue neutralizando el efecto de los venenos y otras sustancias dañinas inclu-

64
so mucho tiempo después de que tal encantador haya muerto.
37. De la misma forma, el pilar del yina, terminado de acuerdo con el ca-
mino de vida del bodisatva, completa todas las tareas, incluso si el bodisatva ha
alcanzado el nirvana.
38. [Practicante hinayana]: ¿Cómo puede ser fructífero mostrar devoción
por algo que no tiene conciencia? [Madyamika]: Porque se enseña que es lo
mismo, ya sea que esté presente o haya alcanzado el nirvana.
39. De acuerdo con las enseñanzas, existen los efectos de la devoción, ya sea
en forma convencional o absoluta, de la misma manera en que la devoción hacia
el verdadero Buda se dice que tiene frutos.
40. [Practicante hinayana]: La liberación proviene de comprender las
[Cuatro Nobles] Verdades, así que ¿cuál es el sentido de percibir la vacuidad?
[Madyamika]: Porque una escritura establece que no hay despertar sin este sen-
dero.
41. [Practicante hinayana]: Ciertamente el sendero mahayana no ha sido
verificado como un sendero genuino. [Madyamika]: ¿Cómo verificas la auten-
ticidad de tus escrituras? [Practicante hinayana]: Porque ambos las verificamos
como tal. [Madyamika]: Entonces tampoco ustedes verificaron su autenticidad
en un inicio.
42. Aplica la misma fe y respeto al sendero mahayana que le brindas a tu
sendero. Si algo es cierto porque es aceptado por dos partes diferentes, entonces
los edas y otras enseñanzas similares serían también ciertos.
43. Si objetas que el mahayana es controversial, entonces rechaza tus pro-
pias escrituras, ya que son atacadas por grupos heterodoxos y porque partes de
ellas son puestas en duda por tu propia gente y por otros.
44. La raíz de la enseñanza es la comunidad monástica y ésta no tiene una
base firme. Para las personas con una mente sujeta al aferramiento, el nirvana
tampoco se encuentra sobre una base firme.
45. Si tu objeción es que la liberación se obtiene al eliminar las aflicciones
mentales, entonces debería ocurrir inmediatamente después. Sin embargo, uno
puede ver el poder del karma sobre esas personas, incluso si están libres de aflic-
ciones mentales.
46. Si piensas que mientras no haya avidez no existe el aferramiento a un
renacimiento, ¿cómo podría no existir su avidez como una ilusión, incluso libre
de aflicciones mentales?
47. La avidez tiene como causa la sensación y ellos experimentan sensacio-
nes. La mente que posee objetos mentales debe descansar en una cosa u otra.
48. Sin la vacuidad, la mente se ve limitada y resurge, como en la quietud
meditativa no perceptual. Por lo tanto, uno debe meditar en la vacuidad.
49. Si reconoces las enseñanzas que corresponden a los sutras como pala-

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bras de Buda, ¿por qué no respetas al sendero mahayana, el cual es similar, en su
mayor parte, a tus sutras?
50. Si la totalidad es deficiente porque una de sus partes no resulta acepta-
ble, ¿por qué no consideras al todo como una enseñanza del yina, visto que una
parte es similar a los sutras?
51. ¿Quién no aceptaría las enseñanzas que Mahakasyapa y otros no logra-
ron penetrar, sólo porque ustedes no pudieron comprenderlas?
52. Permanecer en el ciclo de la existencia en beneficio de los que sufren a
causa de la confusión se logra gracias a estar libres del apego y el miedo. Ese es el
fruto de la vacuidad.
53. En consecuencia, no es posible refutar la vacuidad, de manera que es
necesario meditar en ella sin titubear.
54. La vacuidad es al antídoto a los oscurecimientos aflictivos y cognitivos,
¿cómo alguien que desea la omnisciencia no medita de inmediato en ella?
55. Deja que el miedo surja hacia lo que produce sufrimiento. La vacuidad
pacifica al sufrimiento. Así que, ¿por qué surge el temor hacia ella?
56. Si hubiera algo llamado “yo”, el miedo podría llegar de cualquier parte.
Si no existe un “yo”, ¿de quién sería ese temor?
57. Los dientes, el pelo y las uñas no son yo, ni tampoco los huesos, la san-
gre, las mucosidades, la flema, la pus o la linfa.
58. El líquido sinovial no es yo, ni el sudor, la grasa o las entrañas. La cavi-
dad de las entrañas no es yo, ni el excremento o la orina.
59. La carne no es yo, ni tampoco los tendones, el calor o el viento. Las
aperturas del cuerpo no son yo, ni tampoco, claro está, las seis conciencias.
60. Si la conciencia del sonido fuera yo, entonces se percibiría siempre el
sonido. Pero, sin un objeto de conciencia, ¿qué conoce a qué? ¿por qué dices
ahora que hay conciencia?
61. Si lo que no tiene la capacidad de conocer fuera conciencia, un pedazo
de madera sería conciencia.
62. ¿Cómo es que aquello que conoce la forma no la oye también? [Sa-
mkhya]: Debido a la ausencia de sonido, no hay conciencia de él.
63. [Madyamika]: ¿Cómo algo de la naturaleza de la percepción del sonido
puede fungir como percepción de la forma? Puede considerarse que una persona
es un padre y un hijo, pero no en términos de la realidad absoluta,
64. ya que satva, rayas y tamas no son ni padre ni hijo. Lo que es más, no se
considera a su naturaleza como relacionada con la percepción del sonido.
65. Si es lo mismo adoptando una forma diferente, al igual que un actor,
éste tampoco es permanente. Si tiene diferentes naturalezas, entonces nunca se
ha visto antes esa unidad.
66. Si otra forma no es la verdadera, entonces describe su apariencia natu-

66
ral. Si fuera de la naturaleza de la conciencia, entonces se deduciría que todas las
personas serían idénticas.
67. Lo que tiene volición y lo que no la tiene serían idénticos, porque
su existencia sería la misma. Si la diferencia fuera falsa, ¿cuál sería la base de
la similitud?
68. Lo que no está consciente no es “yo”, ya que carece de conciencia, como
un pedazo de tela u otro objeto. Si fuera consciente porque tiene conciencia,
entonces cuando dejara de ser consciente de algo desaparecería.
69. Si el Yo no está sujeto al cambio, ¿qué sentido tiene su conciencia? Por
lo tanto, esto implicaría que el espacio, el cual carece de conciencia, tiene un Yo.
70. [Objeción]: Sin el Yo, no puede darse la relación entre una acción y su
resultado, ya que si el agente de una acción se ha desvanecido, ¿quién experimen-
tará el resultado?
71. [Madyamika]: Ya que ambos estamos de acuerdo en que una acción y
su resultado tienen bases diferentes y que el Yo no tiene influencia alguna en este
asunto, entonces no tienen caso discutir acerca de ello.
72. No es posible considerar a aquél que tiene la causa como poseedor del
resultado. Se afirma que la existencia del agente y el que experimenta las conse-
cuencias depende de la unidad del flujo de la conciencia.
73. La mente pasada o la futura no son “yo”, ya que no existe. Si la mente
presente fuera “yo”, entonces cuando ésta se desvaneciera ya no existiría el “yo”.
74. De la misma manera que el tronco de un platanar se reduce a nada
cuando se le corta en pedazos, de igual modo el “yo” resulta inexistente si se le
busca analíticamente.
75. [Objeción]: Si no existen los seres sensibles, ¿hacia quién se experimen-
ta entonces la compasión? [Madyamika]: Hacia aquél que se imagina mediante
la ilusión y que se acepta en virtud de la tarea a realizar.
76. [Objeción]: Si no hay un ser sensible, ¿quién lleva a cabo esa empresa?
[Madyamika]: Cierto. El esfuerzo se debe también a la ilusión. Sin embargo,
para aliviar el sufrimiento, no se evita la ilusión con respecto a dicha empresa.
77. Sin embargo, el aferramiento a una identidad, lo cual es causa de sufri-
miento, aumenta por la confusión respecto al “yo”. Si esto es la consecuencia in-
evitable de ello, entonces lo mejor es la meditación en la ausencia de identidad.
78. El cuerpo no son los pies, los tobillos ni los muslos. Ni tampoco las
caderas, el abdomen, la espalda, el pecho o los brazos.
79. No es las manos, los costados del torso ni las axilas, ni tampoco se carac-
teriza por los hombros. El cuerpo no es el cuello ni la cabeza. Entonces, ¿dónde
está el cuerpo?
80. Si el cuerpo existe parcialmente en todas esas partes y éstas existen en
sus partes, ¿dónde existe por sí mismo?

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81. Si el cuerpo se localizara por entero en las manos y en otras extremida-
des, habría tantos cuerpos como manos y demás.
82. El cuerpo no se encuentra ni dentro ni fuera. ¿Cómo podría es-
tar el cuerpo en las manos y en otras extremidades? ¿Cómo puede, de hecho,
encontrarse?
83. Por lo tanto, el cuerpo no existe. Sin embargo, como resultado de la
ilusión, existe la impresión de que existe un cuerpo en relación con las manos y
demás, de la misma forma que se confunde a un espantapájaros con una persona.
84. Mientras dure un conjunto de condiciones, el cuerpo aparece como
una persona. De igual modo, mientras dure con respecto a las manos y otras
extremidades, sigue percibiéndose al cuerpo en ellas.
85. De la misma manera, ya que se trata de un conjunto de dedos de los
pies, ¿cuál de ellos es el pie? Lo mismo se aplica a un dedo, al ser un conjunto de
articulaciones, y a una articulación, ya que puede dividirse en sus partes.
86. Incluso es posible dividir a las partes en átomos y un átomo puede di-
vidirse de acuerdo con sus direcciones cardinales. La sección de una dirección
cardinal es espacio, ya que carece de partes. Por lo tanto, no existen los átomos.
87. ¿Qué persona con discernimiento se apegaría a la forma, similar a un
sueño? Ya que no existe el cuerpo, ¿quién es una mujer y quién un hombre?
88. Si existe el sufrimiento en forma verdadera, ¿por qué no oprime a los
que sienten alegría? Si los sabores deliciosos constituyen un placer, ¿por qué no
deleitan a quien sufre de pesar?
89. Si no se experimenta porque se ve rebasado por algo más intenso, ¿cómo
puede decirse que algo es una sensación si no tiene la naturaleza de ser sentido?
90. [Objeción]: Seguramente existe sufrimiento en un estado sutil al elimi-
nar el estado burdo. [Madyamika]: Si es solamente otro placer, entonces dicho
estado sutil es un estado sutil de placer.
91. Si no surge el sufrimiento cuando han emergido las condiciones para lo
opuesto, ¿acaso no se deduce entonces que una “sensación” es una noción falsa
creada por la fabricación conceptual?
92. Por ello, este análisis se crea como un antídoto a esa noción falsa, ya que
la estabilización meditativa que surge del campo de la investigación constituye el
alimento de los contemplativos.
93. Si hay un intervalo entre una facultad sensorial y su objeto, ¿dónde está
el contacto entre los dos? Si no existe ese intervalo, serían idénticos. En dicho
caso, ¿qué estaría en contacto con qué?
94. Un átomo no puede penetrar a otro, ya que no tiene un espacio vacío y
posee las mismas dimensiones que el otro. Si no es posible esa penetración, no
pueden mezclarse. Y si no hay mezcla, no puede haber contacto.
95. De hecho, ¿cómo puede haber contacto con algo que carece de partes?

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Si es posible observar la ausencia de partes al haber contacto, demuéstralo.
96. Es imposible que la conciencia, la cual no tiene forma, tenga contacto,
como no es posible para algo compuesto, al no ser un objeto con existencia ver-
dadera, como se examinó anteriormente.
97. Por lo tanto, si no hay contacto, ¿cómo puede surgir una sensación?
¿Qué sentido tiene entonces nuestro quehacer? ¿Cómo podría alguien verse da-
ñado por algo?
98. Si no hay nadie que experimente las sensaciones y éstas no exis-
ten, entonces, al comprender tal situación, ¿por qué, oh, avidez, no quedas
hecha añicos?
99. La mente que posee una naturaleza semejante a un sueño y a una ilusión
ve y toca. Ya que la sensación surge junto con la mente, no es percibida por ésta.
100. Lo que sucedió antes es recordado, pero no es experimentado por lo
que surge después. No se experimenta a sí mismo ni tampoco es experimentado
por algo más.
101. No hay nadie que experimente la sensación. Por ello, en realidad, no
existe la sensación. Así, en este manojo sin una identidad absoluta, ¿quién po-
dría verse lastimado por ella?
102. La mente no se localiza en las facultades sensoriales, ni en la forma ni en
los objetos de los sentidos, ni entre ellos. La mente tampoco se encuentra dentro,
ni fuera ni en ninguna otra parte.
103. Lo que no está en el cuerpo ni en ninguna otra parte, ni mezclado ni
separado, no es nada. En consecuencia, los seres sensibles se ven liberados por
naturaleza.
104. Si la conciencia precede al objeto percibido, ¿de qué depende para
surgir? Si la conciencia es simultánea al objeto percibido, ¿de qué depende
para surgir?
105. Si surge después del objeto percibido, ¿de qué surge la conciencia? De
esta manera se establece que ningún fenómeno llega a existir.
106. [Objeción]: Si no existe la verdad convencional, ¿cómo pueden haber
dos verdades? Si existe en virtud de otra verdad convencional, ¿cómo puede exis-
tir un ser sensible liberado?
107. [Madyamika]: Uno es la ideación de la mente de alguien más y no exis-
te por la propia verdad convencional. Una vez se ha establecido algo, existe; de
lo contrario, tampoco existe como una realidad convencional.
108. Los dos, el concepto y lo concebido, dependen uno del otro, al igual
que todo análisis se expresa refiriéndose a lo que se conoce comúnmente.
109. [Objeción]: Pero si uno analiza mediante el análisis que es analizado
a su vez, entonces tendríamos una regresión infinita, ya que es posible analizar
también ese análisis.

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110. [Madyamika]: Al analizar el objeto de análisis no queda base alguna
por analizar y ya que no hay una base, no surge. A eso se le llama “nirvana”.
111. Una persona que considera a estos dos, el análisis y el objeto analizado,
como existentes de forma verdadera se encuentra en una posición muy endeble.
Si un objeto existe por el poder de la conciencia, ¿cómo sostener la existencia
verdadera de la conciencia?
112. Si la conciencia existe por el poder del objeto percibido, ¿cómo soste-
ner la existencia verdadera del objeto percibido? Si la existencia de uno se debe a
la del otro, no puede existir ninguno de los dos.
113. [Objeción]: Si no hay un padre sin que exista un hijo, ¿cómo puede
existir un hijo? [Madyamika]: Así como a falta de un hijo no hay un padre, tam-
poco existen aquellos dos [el análisis y el objeto analizado].
114. [Objeción]: El brote surge de una semilla. La semilla se establece por
ese brote. ¿Cómo es que la conciencia que surge del objeto percibido no estable-
ce la existencia verdadera de dicho objeto percibido?
115. [Madyamika]:Se establece que una semilla existe como resultado de
una conciencia que no es igual a la del brote. ¿Cómo se conoce la existencia de
una conciencia, ya que el objeto percibido se establece mediante tal conciencia?
116. Las personas observan cada causa por medio de la percepción directa,
ya que las diferentes partes de un loto, como el tallo y demás, son producidas por
una variedad de causas.
117. [Objeción]: ¿Qué da lugar a esa variedad de causas? [Madyamika]: Una
variedad de causas precedentes. [Objeción]: ¿Cómo puede una causa generar un
efecto? [Madyamika]: Por el poder de las causas precedentes.
118. [Nyaya-Vaisheshika]: Ishvara es la causa del mundo.[Madyamika]: En-
tonces explica quién es Ishvara. Si es los elementos, que así sea , pero entonces
¿qué caso tiene esta discusión por un mero nombre?
119. Por otra parte, la tierra y los otros elementos no son uno; son transito-
rios, inactivos y no divinos. Podemos pisarlos y son impuros. Eso no puede ser
un Dios Omnipotente.
120. El espacio no es tal Señor, porque es inactivo. Ni tampoco el Yo, ya que
eso ya ha sido refutado. ¿Cómo describir al creador del Inconcebible?
121. ¿Qué es lo que desea crear? ¿Ha creado al Yo y a todos los elementos?
Pero, ¿acaso no son el yo y los elementos y él mismo eternos? Y sabemos que la
conciencia surge de su objeto.
122. La felicidad y el sufrimiento resultan de la acción. Así, ¿qué es lo que ha
creado? Si la causa no tiene principio, ¿cómo puede tener su efecto un principio?
123. ¿Cómo es que no se crean a cada instante criaturas, ya que Ishvara no
depende de nada más que de sí mismo? Y si no hay nada que él no haya creado,
¿de qué podría depender?

70
124. Si Ishvara depende de una serie de condiciones, entonces en ese caso
tampoco es él la causa. No puede evitar crear cuando hay un conjunto de condi-
ciones, ni tampoco puede crear cuando éstas faltan.
125. Si Ishvara crea sin desear hacerlo, se deduciría que depende de algo ex-
terior a él. Incluso si desea crear, depende de ese deseo. ¿Cómo puede hablarse
entonces de la supremacía del Creador?
126. Ya se ha refutado antes a los que afirman que los átomos no son cam-
biantes. Los samkhyas consideran que una sustancia primordial es la causa per-
manente del mundo.
127. A los constituyentes universales, satva, rayas y tamas, permaneciendo
en equilibrio, se les llama la sustancia primordial. El universo se explica cuando
éstos entran en desequilibrio.
128. Resulta inverosímil que una sola cosa posea tres naturalezas, así que no
puede existir. Del mismo modo, no existen los constituyentes universales, ya que
cada uno de ellos tendría tres constituyentes a su vez.
129. A falta de los tres constituyentes universales, la existencia del sonido y
otros objetos de los sentidos es algo descabellado. Y tampoco hay la posibilidad
de que en una tela u otros objetos sin conciencia se den sensaciones placenteras.
130. Tal vez argumentes que esos objetos poseen la naturaleza de su causa,
pero ¿acaso no hemos examinado ya las cosas de esa manera? Para ti, el placer y
otras sensaciones constituyen la causa, pero una tela y demás objetos no son el
resultado de esa causa.
131. La felicidad y otras emociones pueden deberse a cosas como una tela,
pero en su ausencia no existiría la felicidad y demás. No es posible establecer la
permanencia de la felicidad y otras emociones.
132. Si existe de manera verdadera la manifestación de la felicidad, ¿por qué
no se percibe constantemente la sensación? Si afirmas que se vuelve algo sutil,
¿cómo puede lo burdo llegar a ser sutil?
133. [Objeción]: Es sutil una vez que abandona su estado burdo. Su natura-
leza burda y sutil es cambiante. [Madyamika]: Entonces, ¿por qué no consideras
todo como cambiante?
134. Si su estado burdo no es diferente a la felicidad, entonces la naturaleza
cambiante de ésta resulta obvio. Si piensas que algo no existente no surge por-
que no tiene ninguna existencia, entonces has aceptado, incluso en contra de tu
voluntad, el origen de algo manifiesto que no tenía existencia.
135. Si aceptas que el efecto se encuentra presente en la causa, entonces al-
guien que ingiere un alimento estaría comiendo excremento, y se compraría una
semilla de algodón al precio de una tela y se llevaría como una prenda.
136. Si argumentas que las personas ordinarias no perciben esto como resul-
tado de la confusión, este es el caso incluso para alguien que conoce la realidad.

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137. Aun las personas ordinarias lo saben. ¿Cómo es que no lo ven? Si afir-
mas que la percepción de la gente común es falsa, entonces lo que perciben con
claridad carece de validez.
138. [Samkhya]: Pero si no hay nada verdadero en su cognición, todo lo que
ésta percibe es engañoso por fuerza. En consecuencia, la meditación sobre la
verdad suprema de la vacuidad deja de tener sentido.
139. [Madyamika]: Si no hay un objeto de análisis, no puede percibirse su
no existencia. Por lo tanto, si algo es falso, su inexistencia es claramente falsa.
140. Así, cuando muere un hijo en un sueño, al pensar “Él no existe” evita-
mos que surja el pensamiento de su existencia; y eso también es falso.
141. Por lo tanto, mediante este análisis, nada existe sin una causa, ni nada
existe en sus condiciones causales individuales o conjuntas.
142. Nada proviene de otra cosa, nada permanece y nada deja de ser. ¿Cuál es
la diferencia entre una ilusión y lo que los necios consideran como real?
143. Examina lo siguiente: Con respecto a lo que es producto de una ilusión
y lo que es creado por causas, ¿de dónde vienen y a dónde van?
144. ¿Cómo puede haber existencia verdadera en algo artificial, como en el
caso de un reflejo, que es percibido junto con algo más, pero no en su ausencia?
145. Para algo que ya existe, ¿qué necesidad hay de una causa? Si algo no
existe, ¿qué necesidad hay de una causa?
146. Algo que no existe no estará sujeto al cambio, incluso si existieran mi-
llones de causas. ¿Cómo podría existir algo en dicho estado?, ¿qué más podría
llegar a existir?
147. Si no hay un objeto existente en el momento de la no existencia, ¿cuán-
do empieza a existir un objeto existente? Ya que dicho objeto inexistente no
desaparecerá mientras no se produzca una cosa existente.
148. Si no ha desaparecido una cosa inexistente, no puede darse el objeto
existente. Una cosa existente no se vuelve inexistente, ya que se deduciría que
posee dos naturalezas.
149. Por lo tanto, no hay ni cesación ni existencia en ningún momento. Es
por ello que este mundo entero no surge ni deja de existir.
150. Los estados de existencia son como sueños; tras analizarlos, son simila-
res a un platanar. En realidad, no hay diferencia entre los que han alcanzado el
nirvana y los que no.
151. Ya que todos los fenómenos son vacíos de esa manera, ¿qué puede ga-
narse y qué perderse? ¿Quién será honrado o despreciado por quién?
152. ¿De dónde proviene la felicidad o el sufrimiento? ¿Qué es placentero
y qué desagradable? Al examinar su propia naturaleza, ¿qué siente avidez y qué
es lo que ansía?
153. Tras investigarlo, ¿cuál es el mundo de los seres vivos y quién morirá

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realmente ahí? ¿Quién llegará a existir y quién ha logrado tener una existencia?
¿Quién es un pariente, quién es un amigo de quién?
154. Que aquellos similares a mí perciban todo como si fuera espacio. Se
enfadan y se alegran mediante los conflictos y el regocijo.
155. Buscando su propia felicidad por medio de acciones dañinas, vi-
ven con profundo pesar, problemas, desaliento y cortándose y acuchillándose
unos a otros.
156. Tras lograr estados afortunados de existencia y acostumbrándose al pla-
cer una y otra vez, mueren y se precipitan hacia estados terribles de existencia en
los que se sufre de una larga e intensa angustia.
157. Existen numerosas trampas en la existencia mundana, mas no hay esta
verdad en ella; son mutuamente incompatibles. La realidad no podría ser así.
158. Hay océanos de sufrimientos incomparables, violentos e ilimitados.
Apenas existe el vigor en ellos y las vidas son parpadeantes y breves.
159. En llevar a cabo innumerables actividades en pos de la vida y la salud,
aliviar el hambre y el cansancio, en dormir, accidentes y lesiones y en establecer
amistades estériles con los necios,
160. la vida transcurre velozmente y en vano. Es tan difícil lograr una
verdadera discriminación en esta existencia. ¿Cómo evitar las distracciones
habituales?
161. Mara intenta arrojar [a los seres] hacia estados miserables. Como resul-
tado de numerosos senderos erróneos, es difícil superar la duda aquí,
162. y es arduo encontrar una existencia con oportunidades. Resulta extre-
madamente raro que surja un buda y es difícil impedir la corriente de aflicciones
mentales. Ah, ¡cuántos sufrimientos!
163. ¡Profunda compasión para los que van a la deriva en el río del sufri-
miento, quienes aun estando en dicha condición atroz, no la reconocen!
164. Al igual que una persona que se sumerge en el agua una y otra vez pero
ha de pasar por el fuego vez tras vez, se consideran a sí mismos afortunados,
aunque sufren en extremo.
165. Aquellos que viven fingiendo no estar sujetos al envejecimiento y la
muerte son asesinados primero y luego caen en estados de existencia insoporta-
bles y llenos de dolor.
166. ¿Cuándo podré aliviar el espantoso calor de los fuegos abrasadores del
sufrimiento mediante las lluvias de mi gozo, precipitando torrentes de las nubes
de mi propio mérito?
167. ¿Cuándo enseñaré con profundo respeto la vacuidad y la acumulación
del mérito, en términos de la verdad convencional y sin caer en la reificación, a
aquellos que echan raíces a sus puntos de vista?

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CAPÍTULO X
Dedicatoria

1. Que todos los seres sensibles emprendan la forma de vida del


bodisatva por el mérito que he obtenido tras reflexionar en El camino de
vida del bodisatva.
2. Que a través de mi mérito todos los seres en las diez direcciones
afligidos por los sufrimientos físicos y mentales obtengan océanos de ale-
gría y contentamiento.
3. Mientras permanezcan en el ciclo de la existencia, que nunca
mengüe su felicidad y que prueben el gozo supremo de manera constante
e ininterrumpida.
4. En todas las esferas y rincones del mundo, donde quiera que exis-
tan estados infernales, que los seres encadenados en ellos, atormentados,
prueben el gozo y la paz de Sukavati.
5. Que aquellos atrapados en los gélidos hielos encuentren calor y
que desciendan torrentes de lluvia de las inmensas nubes de plegarias de
los bodisatvas para refrescar a los que arden en los fuegos infernales.
6. Que los bosques con hojas que son espadas se conviertan en se-
renas arboledas y que los árboles de shalmali crezcan como árboles con
joyas que conceden todo deseo.
7. Que los reinos infernales se conviertan en estanques perfumados
con el aroma de flores de loto, hermosos y agradables, con el graznar de
blancos gansos, patos silvestres y cisnes.
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8. Que los carbones ardientes se vuelvan montañas de joyas, el suelo
incandescente se convierta en un piso de cristal y las montañas del “infier-
no aplastante”, moradas celestiales de los budas adornadas con ofrendas.
9. Que la lluvia de carbones ardientes, lava y dagas sea ahora un chu-
basco de flores, y que la feroz lucha con armas se convierta en una festiva
contienda con flores.
10. Que por el poder de mi virtud, aquellos cuya carne se ha des-
prendido por completo, con esqueletos blancos como flores de jazmín
y sumergidos en el río de fuego de Vaitarani, tengan formas celestiales y
residan junto a diosas en el apacible arroyo de Mandakini.
11. Que los espantosos siervos de Yama, cuervos y buitres miren con
temor; que los que ven hacia arriba contemplen al resplandeciente Vajra-
pani y se pregunten: “¿A quién pertenece esta luz brillante que elimina
toda oscuridad alrededor y produce la alegría del contentamiento?” Que
sus acciones viles se apacigüen mediante la alegría y puedan partir con él.
12. Y cuando los seres vean el río de lava incandescente del infierno
apagarse con un torrente de aguas perfumadas, aliviados de inmediato
llenos de gozo, se pregunten: “¿Cómo puede ser esto?” que puedan con-
templar a Padmapani, aquel que sostiene un loto.
13. ¡Amigos, vengan pronto! ¡Olviden todo temor, estamos vivos!
Un resplandeciente conquistador del miedo, un príncipe que viste hábi-
tos, ha llegado a nosotros. Por su poder se elimina toda adversidad, corren
ríos de gozo, nace el espíritu del despertar al igual que la compasión, la
madre que protege a todos los seres.
14. Mira a aquel cuyos pies de loto son adorados con tiaras de cientos
de dioses, cuyos ojos se humedecen por la compasión, sobre cuya cabeza
cae una lluvia de flores diversas, aquél que posee placenteros palacios de
verano celebrados por miles de diosas cantando alabanzas. Que tras con-
templar a Mañyugosha frente a ellos los seres en los infiernos sientan de
inmediato su corazón llenarse de gozo.
15. Y de igual modo, que a través de mis raíces de virtud dichos se-
res vean alegres nubes dejar caer su lluvia perfumada y refrescante. Que
bodisatvas como Samantabadra limpien sus oscurecimientos y que todos
aquellos que languidecen en el infierno logren la felicidad perfecta.
16. Que los intensos dolores y miedos de los seres en los infiernos se
apacigüen. Que los habitantes de todos los estados miserables de existen-
cia se vean liberados de su lastimosa condición.
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17. Que los animales se vean libres de su miedo de ser devorados por
otros. Que los espíritus hambrientos gocen de la misma alegría que los
seres que habitan en Uttarakuru, el continente septentrional,
18. y que ríos de leche que manan de la mano del noble Avalokites-
hvara los llenen y sacien, y bañándose en ellos se sientan refrescados.
19. Que los ciegos recuperen la vista y los sordos comiencen a escu-
char. Que las mujeres preñadas den a luz sin dolor alguno, al igual que
Mayadevi.
20. Que los desnudos encuentren vestido y los hambrientos sa-
tisfagan su hambre. Que los sedientos reciban aguas puras y bebidas
deliciosas.
21. Que los pobres y desposeídos encuentren riqueza y los que sien-
ten pesar descubran la alegría. Que la confianza alivie a los que han caído
en el desaliento y les brinde firmeza y toda excelencia.
22. Que todo ser que sufra de enfermedad se libere de inmediato de
todo padecer. Que nunca surja de nuevo enfermedad alguna en el mundo.
23. Que los que sienten temor no experimenten ya más miedo. Que
los cautivos se vean libres de sus cadenas. Que los débiles reciban fortaleza
y los seres vivos se ayuden entre sí con bondad.
24. Que los viajeros en el camino encuentren felicidad sin importar
dónde vayan, y que alcancen, sin esfuerzo, las metas que han puesto en
su corazón.
25. Que los que se embarquen en lanchas o barcos lleguen a los puer-
tos que anhelan tocar, y que arriben con bien, regocijándose al encontrar-
se de nuevo con sus seres queridos.
26. Que los que se han extraviado en bosques sombríos encuentren
compañeros de viaje y, libres del peligro de ladrones y bestias salvajes, re-
corran los caminos sin fatiga.
27. Que seres celestiales protejan a los niños, los ancianos, a aquellos
que no tienen protectores, así como a los seres cuya mente está ofuscada,
a los dementes, a los que están en peligro de enfermar, de perderse en
tierras salvajes.
28. 28. Que todos alcancen una existencia humana y posean sabidu-
ría, fe y amor. Gozando de una vida y sostén perfectos, que mantengan
una recolección plena en todas sus vidas.
29. Que todos gocen de riquezas sin fin, al igual que el tesoro del
espacio, disfrutándolas según sus deseos, sin rastro de daño o conflicto.
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30. Que los seres desprovistos de esplendor posean magnificencia y
brillo, y aquellos vencidos por las penurias y arduos trabajos adquieran
gran belleza y perfección.
31. Que todas las mujeres en este mundo logren la fuerza de la
masculinidad. Que los humildes obtengan grandeza y los arrogantes
pierdan su soberbia.
32. Y así, gracias a todo el mérito que he logrado, que todos los seres
abandonen su forma de vida dañina abrazando siempre la virtud.
33. Que jamás se separen de la bodichita y lleven a cabo en todo mo-
mento las acciones de un bodisatva. Que sean aceptados como discípulos
por los budas y se alejen de las acciones de los Maras,
34. que todos los seres gocen de longevidad inconmensurable. Vi-
viendo siempre con felicidad que la palabra misma muerte les sea ajena
por completo.
35. Que en las diez direcciones crezcan árboles que conceden todo
deseo resonando con la dulzura de las enseñanzas transmitidas por los
budas y sus hijos, los bodisatvas.
36. Y que la tierra esté libre por doquier de rocas, riscos y abismos,
suave como la palma de la mano, como hecha de lapislázuli.
37. Que las grandes asambleas de bodisatvas tomen asiento por todas
partes; que embellezcan la tierra con su propio resplandor.
38. Que todos los seres escuchen sin cesar el darma en el canto de las
aves, en el susurro de los árboles, de haces de luz y del cielo mismo.
39. Que lleguen a la presencia de los budas y se encuentren con sus
hijos, los bodisatvas. Que se rinda tributo a los maestros del mundo con
incontables nubes de ofrendas.
40. Que espíritus gentiles envíen lluvias a tiempo para que las cose-
chas sean ricas y abundantes. Que los príncipes gobiernen de acuerdo con
la verdad y que el mundo sea bendecido con la prosperidad.
41. Que las medicinas sean poderosas y llenas de virtud, que los can-
tos curativos resuenen con éxito. Que los espíritus del aire que se alimen-
tan de la carne sean gentiles, su corazón lleno de bondad.
42. Que ningún ser sufra jamás de dolor alguno; que nunca padezca
ni se sienta debilitado, ni cometa acto dañino alguno. Que no experimen-
te temor, sufra insultos y que su mente esté siempre libre de todo pesar.
43. Que florezcan los monasterios, llenos de cantos y estudio. Que
haya siempre armonía en la sanga y se cumplan los propósitos de ésta.
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44. Que los monjes que desean practicar encuentren la soledad. Que
puedan meditar con mentes ágiles y libres de distracciones.
45. Que las monjas reciban sus provisiones y estén libres de conflic-
tos y problemas. Que todos los renunciantes posean una disciplina ética
intachable.
46. Que aquellos con una disciplina ética deficiente se sientan has-
tiados y se esfuercen sin cesar en extinguir su conducta destructiva. Que
obtengan un estado afortunado de existencia y que puedan mantener in-
tactos sus compromisos ahí.
47. Que se respete profundamente a los sabios y cultos, que reciban
ofrendas y cuenten con provisiones. Que su continuo mental sea puro y
se proclame su fama en todas las direcciones.
48. Que los seres no experimenten el sufrimiento de los estados in-
fortunados de existencia y que desconozcan todo dolor y tribulación. Go-
zando de una fuerza y belleza superiores a las de los dioses, que puedan
alcanzar rápidamente la budeidad.
49. Que todos los seres sensibles veneren a los budas de muchas ma-
neras. Que gocen de alegría incomparable con el gozo inconcebible de
los budas.
50. Que se cumplan los deseos de los bodisatvas para el bienestar del
mundo y que los seres sensibles reciban ahora, de igual modo, la bondad
que los budas anhelan para ellos.
51. Que los arhats y los pratyekabudas logren su felicidad perfecta,
venerados siempre por los dioses de los reinos superiores, por los ashuras
y los humanos.
52. Que gracias a la bondad de Mañyugosha pueda yo lograr la
ordenación monástica en todas mis vidas hasta que alcance el nivel de
Gozo Perfecto.
53. Que pueda sobrevivir y tener fortaleza incluso con el alimento
más burdo. Que pueda encontrar lugares perfectos de retiro en todas mis
vidas.
54. Cuando deseé contemplarlo o hacerle incluso la pregunta más ni-
mia, que pueda mirar al Protector Mañyunata sin impedimento alguno.
55. Que mi forma de vida sea como la de Manyushri, quien vive para
lograr el beneficio de todos los seres sensibles en las diez direcciones.
56. Mientras perdure el espacio y haya seres que vivan en él, que pue-
da yo permanecer para aliviar los sufrimientos del mundo.
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57. Que todas las aflicciones y quebrantos de los seres errantes se
manifiesten por completo en mí y que el mundo encuentre la felicidad a
través de las innumerables virtudes de los bodisatvas.
58. Que las enseñanzas, la única medicina para los padecimientos del
mundo y la fuente de toda prosperidad y alegría, permanezcan por un
largo tiempo, acompañadas de riquezas y honores.
59. Y ahora me inclino ante Mañyugosha, cuya bondad es el manan-
tial de mis virtudes. Me inclino también ante mis amigos espirituales,
cuya inspiración me ha dado la fortaleza para crecer.

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Casa Tíbet México es una institución cultural educativa y no sectaria,
fundada en Julio 6 de 1989 bajo los auspicios de Su Santidad el XIV Dalai Lama,
el Gobierno Tibetano en Exilio y la Oficina del Tíbet en Nueva York,
como la primera representación cultural oficial del pueblo tibetano para Latinoamérica.
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