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Custo-Ciudadania e Intervencion Grupal

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CIUDADADANIA E INTERVENCION GRUPAL: un espacio y un tiempo de significaciones en el campo profesional.

ESTHER CUSTO1

EL ESCENARIO SOCIAL HOY

Neoliberalismo ha producido profundas mutaciones en la estructura social vigente, provocando rupturas de valores,
que sostenían los lazos sociales, la falta de empleo, la desocupación nos hablan de múltiples pobrezas que se instalan en
todos los ordenes de la vida humana (no solo material, sino de la pobreza de participación, de representación, de
conocimientos, produciendo determinadas subjetividades.

Sociedad que prestigia la producción de bienes y la utilidad y el consumo de los mismos. No solo se enfrenta la
miseria económica sino que condena a una perdida creciente de la dignidad humana del trabajo, de la participación, de la
capacidad de decidir en los procesos sociales, aumentando su vulnerabilidad a enfermarse física y psíquicamente.
Precariedad, sentimiento creciente de inseguridad, fragilizacion del vínculo social, profundización de las desigualdades, el
temor de un mañana incierto (Rosanvallon). Se sobrevalora el capital monetario y se desvaloriza el capital humano.
Profunda Mutación de la relación entre lo individual y lo colectivo, cada vez menos ligado a un “destino común”, no hay
lugar allí para la pertenencia para dar sentido a ese lugar. Perdida de identidad, la libertad se transforma en desamparo, se
trasmite un mayor riesgo al fracaso, y al sufrimiento psíquico.

Se destruye la solidaridad de los colectivos, dando paso cultura de la incertidumbre, donde los limites no están
claros, son inciertos, donde se naturaliza la injusticia, una cultura de la inmediatez (se pierde la cultura de la ilusión, sin
ilusión no hay pasión, una cultura de la soledad y del consumismo. Esto genera y condiciona sujetos apáticos, desvalorizados
con poca disposición al compromiso social.

¿QUE HACEN LOS SUJETOS FRENTE A ESTE ESCENARIO?

Quiroga Ana habla de Una conducta de “sobre adaptación” que implica una falsa identidad, ligada a una subjetividad
fragmentada, el sujeto se escinde, se desconoce a si mismo (en sus necesidades, sentimientos y relaciones, con un deterioro
en los procesos de simbolización-no puede pensarse –ni pensar).

Este sujeto está impregnado de incertidumbres y con lazos sociales frágiles, necesita de la contención familiar,
grupal y social; de allí la vulnerabilidad del sujeto cuando las formas de organización y las instituciones en su forma material y
simbólica son puestas en cuestión, es decir dejan de cumplir esa función de apoyo, de sostén y de respuesta a sus
necesidades materiales y simbólicas.

Las instituciones familiares, políticas o sociales se encuentran fragmentadas, con profundas crisis de identidad, o de
valores y con practicas sociales precarias y arbitrarias, interpelando a los sujetos, tal fragmentación produce efectos en la
construcción de la subjetividad y en la ciudadanía en tanto practicas y representaciones, produce sujetos que descreen y
desconfían en las instituciones, priorizando en su discurso determinados valores que no se correlacionan con su practica.

Los históricos días de diciembre de 2001 los barrios y villas se organizaron y se hicieron oír, algunas fabricas fueron
recuperadas por los trabajadores, la sociedad civil dijo basta a los políticos corruptos y a sus dirigencias con acciones
concretas y discursos energéticos.

El espacio público fue ganado por un pueblo que tiene una vital fuerza y en donde se juegan otros poderes,
apostando alternativas para reclamar y peticionar por sus derechos ciudadanos, sus derechos democráticos…apareciendo
nuevamente la política como controversia, combate y debate. Este nuevo panorama constituido por sujetos multitudinarios,
gesta nuevas formas de participación en los distintos espacios sociales, como refundación de la solidaridad y la redefinición
de los derechos implican una mejor articulación de la practica de la democracia, la invención de las reglas de vivir juntos y la
deliberación de la justicia, y la gestión de lo social, en lo sucesivo la profundización de la democracia y el progreso social
deberían ir a la par.

1
En libro “Ensayos sobre Ciudadanía - reflexiones desde el Trabajo Social”. Editorial Espacio. Año 2003.-
1
CAMPO PROFESIONAL: UN COMPROMISO Y UN DESAFIO

Este escenario social constituye un campo problemático y de reflexión para los trabajadores sociales. Son temas
significantes, fundantes, interrelacionados con nuestro campo profesional que nos lleva a pensar y poner en cuestión la
intervención profesional…la de construir ciudadanía…romper con la identidad del beneficiario y a pasar a la de ciudadanos,
sujetos de derechos, sujeto histórico, sujeto constructor de lo colectivo, sujeto de libertad, sujeto a la dignidad.

Para ello es necesaria una intervención fundada, reconociendo a los sujetos sociales como sujetos de derechos y
obligaciones, cimentando una ciudadanía participativa, comprometida, generadora de espacios colectivos, donde se puedan
expresar las coincidencias y las diferencias.

LOS GRUPOS Y EL CAMPO GRUPAL

Las prácticas grupales han tenido sus momentos de auge en los años ’50 y su desarrollo posterior en las décadas
siguientes, cuando el grupalismo mantenía su presencia efectiva en la escena social. Después del golpe miliar del ’76 con la
dura represión hacia el pueblo, cuando el estar en grupo constituía un riesgo para la vida-a su vez iba creciendo el sistema de
vida neoliberal, primando los intereses particulares sobre los colectivos.

Los grupos como espacios para construir colectivamente muestran diversas modalidades de relación. El grupo como
devenir, como constructor de proyectos, hace necesario recuperar el pensamiento de Pichón Riviere, su teoría, su ideología y
su ética. Creyó en la ciencia al servicio del hombre, sus expresiones nunca fueron expuestas en forma lineal y absolutas.
Consideraba que los modelos teóricos son necesarios siempre que recordemos que toda la realidad admite más de un
sistema explicativo. Su concepción pluralista y su ética caracterizaban su ideología. Fue el porta voz del momento social, por
lo tanto continuar con su pensamiento significa ir construyendo estrategias teóricas, metodológicas e instrumentales
adecuadas a las necesidades de los tiempos.

He aquí nuestro desafío y nuestro compromiso con las ciencias y el pueblo, he aquí la posibilidad de recuperar
nuestras experiencias, nuestras certezas y errores y de resiginificarlos con los sujetos en los espacios singulares y colectivos.
Ello nos brinda libertad.

LOS VAIVENES DE LOS PROCESOS GRUPALES

La escena social muestra una multiplicación de formas grupales con diversas modalidades de relación. Así tenemos
grupos de autoayuda, grupos que se organizan sobre determinadas actividades, grupos que se constituyen en organizaciones
comunitarias, grupos de distintos colectivos o individuos que se cran para pensar alternativas y que tienen incidencia en la
sociedad civil y en los espacios públicos.

Hay que revisar y experimentar la vivencia del sentimiento de los sujetos en los grupos y en este caso compartir con
Ana P. de Quiroga que “uno de los cambios mas significativos en la organización de la producción es la instrumentación del
grupo como unidad productiva. Este grupo de “calidad total” es responsable no solo de la excelencia del producto sino
también de la satisfacción y permanencia del cliente. La pertenencia se incentiva desde la necesitad que tiende a lograr
competitividad en el mercado. La competitividad como excelencia excluyente va adquiriendo las características del valor
fundamental. Estas modalidades de relación se instalan en los grupos, visualizándose una tendencia negativa y de exclusión
surgiendo como fuente de peligros, de desconfianza, de envidia y a veces como rival, el otro.

Apelando a la noción de subjetividad colectiva, Fernando Fabris plantea que estas características de la subjetividad
de las personas se ponen en juego en las estructuras grupales y se manifiestan como incremento a la intolerancia frente a la
diferencia. Esta intolerancia esta en la base del ocultamiento de las diferencias y el silenciamiento de las polémicas que suele
predominar en la si situaciones grupales.

Fruto de su historia y práctica debe reconocerse la presencia grupal como forma social de resolución de las
necesidades materiales y simbólicas como condición de lo humano. Por lo tanto la diversidad de sus significaciones sociales y
subjetivas se constituye en un campo problemático y complejo, que es necesario abordar desde diferentes disciplinas.

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En todo grupo están presentes las inscripciones económicas, históricas, políticas, sociales y culturales, lo que remite
a que son fundantes de la vida cotidiana del grupo. El mismo se organiza a partir de sus proyectos, sus objetivos, sus
relaciones y adquiere así cierta permanencia que le permite la realización de sus proyectos.

Coexiste en el grupo un espacio para el desbordamiento de los “procesos disipativos” dando lugar a nuevas formas
produciendo significaciones y rupturas de sentido, facilitando cimentar nuevas subjetividades y procurando elaborar y
construir ciudanía. Entonces el grupo se convierte en unidad de análisis en el modo posible de intervención de otros
colectivos.

UN ESPACIO Y UN TIEMPO DE SIGNIFICACIONES DE LA INTERVENCION GRUPAL EN EL CAMPO PROFESIONAL.

¿Es posible construir ciudadanía desde la intervención grupal en al campo del Trabajo Social?

Significa construir nuevas formas o nuevos sentidos de intervención que resignifiquen este escenario particular,
desde el campo de lo grupal, apostando a la construcción de una ciudanía plena en el marco de los espacios colectivos de
respeto a las diferencias.

Es importante advertir, incluir, proponer y protagonizar procesos de construcción de ciudadanía apostando a


categorías que constituyan un reto constante de construcción y creatividad para el ejercicio de la profesión.

Hoy es un desafío sostener el trabajo grupal, sostener la tensión que genera entre lo singular y lo colectivo,
problematizar los dilemas, trabajar las ideologías y cultura impuestas por el modelo neoliberal.

En estos últimos tiempos la categoría ciudadanía ha impactado con fuerza en los distintos campos profesionales y
en especial en Trabajo Social, una alerta para construir alternativas para la recuperación de sus derechos civiles, políticos y
sociales en los diferentes espacios públicos y societales.

Es necesario ubicar la discusión en relación a la ciudadanía tomando en cuenta realidades vividas, la cultura, las
estructuras políticas y de la sociedad civil que promueva, limita o distorsiona llevar a la práctica una ciudanía plena.

Esta ciudanía hace referencia a la pertenecía, participación, derechos, virtudes, responsabilidades de índole civil,
política y social, que regulan la pertenencia y la convivencia de los individuos dentro del Estado y que constituyen una vía
para dirimir los conflictos políticos-sociales.

La ciudadanía es un proceso contradictorio, por lo tanto su análisis no soporta perspectivas lineales o evolucionistas,
ni puede incluirse en procesos jurídicos ya que el proceso de constitución de ciudadanía es básicamente social.

Miramos la ciudadanía como un proceso instituido y que se pone en práctica a través de las actividades
históricamente situadas. De ahí la importancia que la ciudanía se crea por las actividades de genes en situaciones
particulares. Por tanto las consideraciones en torno a la ciudanía no deben centrarse solo en Estados y economías, sino que
deberían incluir familia, comunidad y vida asociativa, esto es, sociedad civil y esferas públicas y políticas. La noción de
ciudadanía alude a una doble pertenencia, al ámbito estatal y societal.

La ciudadanía como categoría puede ser considerada en torno a tres dimensiones:


1-la ciudadanía se identifica con los derechos civiles, políticos y sociales.

2-la ciudadanía es pertenecía a la comunidad política, la cual se ha vinculado en general a la nacionalidad y a la oportunidad
de contribuir a la vida publica de la comunidad.

3-la ciudanía es participación, en la que los derechos significan su ejercicio, y en la que la pertenencia, es asimismo
participación en la construcción de una identidad y de un orden político democrático.

A MODO DE CONCLUSION

 En cuanto al proceso de construcción de la estrategia de intervención grupal


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Es posible incorporar a la ciudadanía como categoría de análisis conformando parte del campo de problemas que
tiene como objeto de intervención. La puesta en práctica de la misma supone que se puedan fortalecer los derechos, la
pertenencia y la participación real de los sujetos en la construcción de sus propios proyectos y alternativas.

El reto de los Trabajadores Sociales es conocer los posibles cambios producidos en la subjetividad contemporánea
de los sujetos sociales involucrados en relación con el problema social que se constituye en el objeto de intervención. No es
una tarea fácil, implica resignificar y reactualizar nuestras subjetividades en el marco de los interrogantes que nos imponen
las condiciones objetivas, es decir económicas, políticas y sociales por un lado y por el otro nos involucra reconocer,
comprometer y consolidar un posicionamiento ético-político desde donde direccionar nuestra mirada e intervención en los
actuales escenarios sociales. Sin embargo, nos atrevemos de alguna manera a pensar que la problemática de la subjetividad
contemporánea se constituye en un tema revelador y significativo que debe estar presente en todo proceso de intervención
social, posibilitando la construcción de nuevos sentidos en torno a la práctica profesional.

Por otra parte es necesario contar con un capital teórico, metodológico e instrumental que explique y oriente una
línea de trabajo, de investigación e intervención. Un método que apunte a generar las condiciones en las que surjan las
contradicciones de los sujetos y que pueda permitir y permitirse el desorden, las dudas, para luego encontrar el orden y las
certezas posibilitando el desarrollo de lo diferente que esta en todo proceso de aprendizaje.

Y en ese sentido, la base que funda nuestros análisis es pensar al sujeto como constructor de su propia historia, de
sus hechos y derechos.

 En cuanto al grupo como unidad de análisis de los procesos sociales, se debe tener en cuenta lo siguiente:

Por un lado en relación con la temática hace referencia a discursos acerca de los temas que surgen de las
necesidades materiales y simbólicas de los grupos. Así también de temas propuestos como ciudadanía, participación real,
cooperación, identificación, pertenencia, ejercicio de los derechos sociales, políticos y civiles.

Si la tarea explicita o temática es el aprendizaje de dichos temas, se tendrá en cuenta una tarea implícita par
alcanzar una producción, recuperación de los saberes y construcciones de relaciones colectivas.

Por el otro lado, en el plano de la dinámica, la interacción de los sujetos señalara el sentir que se moviliza en el
grupo. Al mismo tiempo, ejerciendo y aprendiendo en el grupo esas categorías que hacen a la construcción de los espacios
colectivos.

Sin embargo, se requiere tener en cuenta un aspecto central que instituye un vínculo con lo posible de construir lo
colectivo: el reconocimiento del otro, una mirada diferente que se funda en valores compartidos y evidencian un ejercicio
por intereses comunes.

Para llevar adelante estas pistas o líneas de trabajo es conveniente la puesta en escena de dispositivos grupales
adecuados al contexto social grupal. En todo caso, la configuración de los procesos grupales son diferentes si trabajamos con
grupos pequeños o amplios.

 Resulta importante señalar que nuestra profesión tiene la posibilidad de ofrecer y generar un lugar, un espacio,
una pertenecía, una identidad, una actividad deseable donde los sujetos pueden pensar y pensarse, confrontar ideas,
experiencias y propuestas; es decir, donde den cuenta de algún intento colectivo como sujetos de derechos. Y todo intento
es una posibilidad y a su vez un desafío. Un desafío que algunas veces moviliza y desarrolla en distintos sectores a
construcción de proyectos alternativos y lazos solidarios, acciones posibles, transformadoras y creativas, apostando a las
utopías que sirven para caminar en este presente porque, como expresara Castel, ofrece la posición para la acción.

Por cierto que en esta sociedad contingente condicionada pro las crisis y desafíos, allí en el seno de los movimientos,
los sujetos apuntan a no perder el último y más significativo valor: la dignidad humana. Va en ello nuestra propuesta, apuesta
y reflexiones como cierre de este trabajo.

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