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El Mundial

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INFORME

DE LENGUA:

LA PASION
FUTBOLERA
LATINOAMERICANA
ALUMNAS:
 CLERICI, JULIETA.
 VARELA, PAULA.
CURSO: 6to “D”.
PROFESORA:
 MARIA DEL VALLE MOLINA.
¿Qué es el “Mundial?

La Copa Mundial de la FIFA, también conocida como Copa Mundial de Fútbol, Copa del Mundo o
simplemente Mundial, cuyo nombre original fue el Campeonato Mundial de Fútbol, es el
principal torneo internacional oficial de fútbol masculino a nivel de selecciones nacionales en el
mundo

Este evento deportivo se realiza cada cuatro años desde 1930, con la excepción de los años
de 1942 y 1946, en los que se suspendió debido a la Segunda Guerra Mundial. Cuenta con dos
etapas principales: un proceso clasificatorio en el que participan en la actualidad cerca de 200
selecciones nacionales y una fase final realizada cada cuatro años en una sede definida con
anticipación en la que participan 32 equipos durante un periodo cercano a un mes.

Un fenómeno de masas más global que nunca. Millones de espectadores de todo el planeta contemplarán
durante 31 días y a lo largo de 64 encuentros qué selección se proclama campeona del mundo

Al poner una pelota en las manos de un niño o de una niña el fútbol cobra sentido al ver que lo
primero que hace es tirarla al suelo y darle patadas. Desde ese momento, la mente de muchos
menores y también la de muchos padres se transforma soñando con el futuro vertiginoso que
encierra el deporte profesional. Sin embargo, pocos son los elegidos para representar el papel de
ídolos en el fútbol. En esta edición, la 21 de los campeonatos del mundo, 11 de los equipos
participantes aportan una estrella que no solo es el emblema de su país, sino que está entre los 20
jugadores que más dinero gana y valen en el mundo.

Sin lugar a dudas el fútbol es un fenómeno social que nos atrapa bajo sus propios argumentos,
espontaneidad y conciencia, capaz de someter los usos y costumbres de quien quiera oponerse.

El fútbol es el deporte que conquistó a las sociedades del mundo en base a su contenido, ha logrado
conseguir una conjunción social capaz de traspasar barreras, tanto así que los sociólogos más
reconocidos en el mundo han estudiado lo que Marcel Mans considera como un “hecho social total”.

El fútbol sigue siendo la mayor manifestación del universo, provocada por una pasión, esas
sensaciones casi mágicas tienen su explicación, algunos expertos hablan que el fútbol es la vida
misma interpretada por un hombre futbolista que genera desde su cuerpo polisémico, una fusión
corporal-espiritual, capaz de generar una reacción social, cultural e histórica.

Hay sociedades del mundo que han adoptado al fútbol como un derecho adquirido en su cultura
popular, con un poder absoluto hasta para nombrar a héroes y villanos.

Este fenómeno social llega cada cuatro años para trastornar nuestras agendas y entregarnos
apasionadamente a disfrutarlo, se llama Mundial de fútbol, el que hoy está en marcha; los países
directamente clasificados celebran y sufren sus actuaciones

Aquella sensación que solo el fútbol nos puede dar y que Mario Vargas Llosa certifica cuando
explica: “El fútbol nos permite sacar al aire libre por un rato, al antropoide taparrabos, ávido de placer
y cataclismo que pese a tantos años de esfuerzos por aniquilar sigue habitándonos”.
No existe aún un deporte en el mundo y mucho menos en la región Latinoamericana que despierte
tantas pasiones y genere tantos sentimientos ambivalentes de alegría o tristeza, como el fútbol.
Es normal que al comenzar el Mundial dejemos de lado nuestras diferencias políticas, ideológicas y
religiosas para unirnos en un sentimiento colectivo: el deseo de que nuestro país gane el
Campeonato del mundo o haga un papel decoroso.

Es tan grande la pasión por el fútbol que todas las emociones – angustia, alegría, enojo- están a flor
de piel. Incluso, en aquellas personas a las que no les entusiasma mucho este deporte, pero cuando
juega el equipo nacional dejan fluir lo que sienten gritando los goles y entristeciéndose cuando
pierde.
FANATISMO EN LATINOAMERICA
El fútbol ha llegado a influir en el estado de ánimo de los Latinoamericanos toda una vida
Ocho de cada 10 hombres latinoamericanos son aficionados al fútbol, siendo los brasileños,
argentinos y colombianos los más apasionados por este deporte, según una encuesta divulgada este
sábado. El estudio, elaborado por el Instituto Ipsos para la firma Procter & Gamble (P&G) tuvo como
finalidad entender los hábitos y comportamientos de los hinchas de fútbol de Latinoamérica.
Argentina tiene a los hinchas más fanáticos y con más cábalas del continente

Según otro estudio realizado a nivel continental Argentina y Brasil se erigieron como los países con
mayor cantidad de hinchas fanáticos, pero los hinchas de la albiceleste son los que tienen la mayor
cantidad de rituales antes de los partidos.

El estudio determinó que tanto Argentina como Brasil son los países donde se concentran la mayor
cantidad de hinchas que se autodenominan "fanáticos" del fútbol, aunque los hinchas albicelestes
encabezaron la encuesta a la hora de realizar rituales previos al partido.

El objetivo de la encuesta fue conocer a fondo los comportamientos de los hinchas que apoyan a sus
equipos, así como cada detalle de la preparación y de los rituales de esta pasión latina que es el
fútbol.

La pasión por el fútbol en esta parte del mundo es innegable, sobre todo en Argentina donde se vive
como un fenómeno social. Esto lo confirma el rutilante 96% de personas que aseguraron estar
interesados en el fútbol y donde 3 de cada 10 encuestados se considera un "fanático".

Esto se traduce directamente en cómo viven los hinchas los partidos, el estudio arrojó que el 84% de
los hinchas prefiere mirar los partidos de la Selección con su familia (y la mayoría en su propia casa).

Incluso el 35% aseguró que suele mirar los partidos en el mismo lugar, con la misma gente y
vistiendo la misma ropa. Incluso los argentinos con 4 de cada 10 son los hinchas que más utilizan la
bandera a la hora de mirar el partido.

Con respecto a las promesas los argentinos también se mostraron comprometidos a cumplirlas. El
43% de los argentinos aseguró que se afeitaría su barba de años, si la Selección sale campeón,
mientras que compartió el primer lugar junto a Chile con 27% a la hora de prometer realizarse un
corte de pelo radical.

Los Mundiales son algo especial para los argentinos ya que el 50% aseguró que vivió momentos
importantes de su vida durante el transcurso de la competencia, por ejemplo el 23% conoció a su
pareja durante el torneo.

Y ante la posibilidad de viajar a una Copa del Mundo el 46% los argentinos encuestados aseguró
que trabajaría muchas horas extras para ahorrar el dinero suficiente para viajar y presenciar en vivo
los partidos de su equipo durante el Mundial.
Las mujeres no se quedaron afuera de la encuesta y también demostraron que las argentinas están
interesadas en el fútbol y un 34% aseguró que les gusta mucho el fútbol. Más del 60% de las
encuestadas aseguró ser hinchas de un equipo de fútbol y, aunque no van a la cancha, siguen sus
partidos.

Mientras que el 23% de las argentinas dijo que, si bien no son simpatizantes de ningún equipo de
fútbol, les gusta seguir a su equipo nacional.

EL FANATICO ARGENTINO
El fanático por la Selección Argentina es una persona que manifiesta la pasión y las emociones de
euforia, tristeza e ira de manera desmedida y exacerbada. Grita, insulta y golpea frente a la
frustración, cuando el equipo no gana, no juega bien o frente a los errores del árbitro. Todas estas
situaciones son el móvil para que el sujeto de rienda suelta a sentimientos profundos de malestar
que están reprimidos -problemas de pareja, laborales, entre otros - y los manifieste mientras mira el
partido.

¿Cómo es la personalidad del fanático?

Algunas características que presentan estos individuos son:

-Pensamientos absolutistas.

-Creencias irracionales.

-Emociones exacerbadas.

-Baja tolerancia a la frustración.

-Falta de control de impulsos.

El temor a que el equipo pierda genera pensamientos y emociones negativos y provoca un estado de
tensión y alerta que activa el Sistema Autónomo Simpático. Surgen así síntomas físicos como
taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho y sudoración, entre otros, desencadenando un
cuadro de estrés y ansiedad que afecta la salud y calidad de vida de la persona.
EL FÚTBOL Y LAS CÁBALAS

En el ámbito del fútbol argentino, las cábalas se utilizan para ahuyentar la mala suerte y hacer que el
equipo gane. Las mismas consisten en atribuir un poder mágico a determinados objetos o acciones
para que influyan de manera positiva en los resultados. Los rituales son compartidos por jugadores,
técnicos e hinchas.

Se convierten, de este modo, en un trastorno obsesivo cuando el sujeto por alguna razón se ve
impedido de realizar el acto de superstición y experimenta desesperación y angustia porque siente
que algo malo va a suceder -como, por ejemplo, perder el partido- por no haber podido realizar la
cábala.

El fanatismo argentino por el fútbol tiene "un componente autodestructivo" que funciona como "una
especie de masoquismo.
Se Ve y observa que (en Argentina) hay un sentimiento muy fuerte, un apasionamiento casi único en
el mundo. Pero a la vez eso tiene como un componente autodestructivo o una zona un poco más
oscura.
"Ese fanatismo extremo en un punto casi llega hasta una especie de masoquismo.
El fútbol es una cuestión universal. Las pasiones se despiertan en todos lados. Nosotros, los
argentinos, la tenemos muy presente, pero es un tema universal.
Cuando aparece la violencia y las piñas me parece que ahí si habla de un disturbio mental colectivo
que se expresa a través del fútbol, como se puede expresar también a través de las guerras. En la
película se muestra lo bueno del fútbol y también las carencias que lo rodean", explicó.

En tanto a la historia, la alegría del gobierno militar de turno cuando la selección argentina levantó la
Copa Mundial de 1978 y, por un momento, pudo aplacar la grave crisis política y económica que
vivían como nación. Me imagino esa situación y puedo pensar en militares y civiles, hombres de
derecha o izquierda, fundidos en un abrazo fraterno por la albiceleste.
FANATISMO BRASILERO
Basta con recordar la tragedia que se desató cuando Brasil perdió la final del Mundial de 1950 contra
Uruguay. Incluso, llegaron a existir suicidios y la derrota impactó con más dolor en el pueblo brasilero
que una eventual guerra.

 La historia de Clovis Fernandes, el hincha más triste de Brasil. Su rostro al borde de las
lágrimas en la transmisión del Brasil-Alemania conmovió al mundo

La goleada estaba consumada y la televisión enfocaba los rostros de


consternación de los brasileños por el 7-1 que estaban recibiendo en
casa ante Alemania. Pero uno llamó la atención. Era un hombre mayor
abrazado a su Copa del Mundo. Su cara de desolación fue un éxito en
las redes y se convirtió en uno de los memes más divertidos de la red.

 El hincha brasileño con la bicicleta más grande y la más pequeña del mundo

El brasileño Elías de Souza Aguiar es un aficionado al


fútbol que ha asistido con la que él llama "la bicicleta
más grande del mundo" a todos las Copas del Mundo
desde 1986, con la excepción del torneo disputado en
2002.
"A los 18 años inventé esta bicicleta de tres metros de alto y me fui pedaleando desde Brasil hasta el
Mundial de México 86", comentó hoy a Efe Souza.

Ese recorrido de más de dos mil kilómetros sólo fue el comienzo de una aventura que se ha repetido
desde entonces cada cuatro años (Italia 1990, EEUU 94, Francia 98, Alemania 2006, Sudáfrica
2010, Brasil 2014 y Rusia 2018).

FANATISMO CHILENO
Es un hombre grande. Cuando menos 40 ó 45 años. Y, sin embargo, sentado en la banca de una
plaza de San Juan, llora. Llora como un niño. No ha fallecido su padre ni ha sorprendido a su mujer
en los brazos de otro. Tampoco le han quebrado una pierna ni se ha quemado la cara. Sin pudor
alguno, confiesa que le han robado la camiseta que Jean Beausejour, el seleccionado nacional, le
regaló. Por eso llora.

Vista la escena y empujado a hacer un análisis casi instantáneo, uno podría convenir dos cosas: o
que el hincha patrio es un sentimental o, como diría mi abuela (una machista furibunda), es niñita.

Quizá lo más juicioso sería decir que ni lo uno ni lo otro y que, como ocurre en esos casos de
personalidad compleja, detrás de ese hombre que llora la pérdida de la camiseta de su ídolo, detrás
del hincha chileno, en definitiva, hay una historia larga que incluye fracasos estrepitosos, traiciones,
engaños y desengaños, al margen de una que otra felicidad esporádica.
Si lo que dice el escritor español Javier Marías es cierto, eso de que el fútbol es la recuperación
semanal de la infancia, podemos plantear que el fanático, el hombre corazón de pelota, es un niño
que cada siete días se saca el disfraz de adulto para volver a ser el que siempre ha sido. Y en ese
plan habría que apuntar que hay niños más felices que otros y, también, niños con más traumas que
otros.

1. Es un todoterreno: da igual adonde haya que ir. ¿Francia?, ¿Sudáfrica?, ¿Argentina? Puede
dormir en un hotel, en un camping, en la playa o en la calle. En el peor de los casos, puede hasta no
dormir. Digamos que el hincha patrio es una especie que encarna, mejor que nadie, los principios de
Darwin: adaptabilidad y sobrevivencia. Un Mundial en la Antártica, ¿cuál es el problema?

2. La tarjeta nuestra de cada día: su amor por la Roja se sostiene en un arsenal de tarjetas. No
importa si son doradas o plateadas, lo sustantivo es el número. La redcompra, la de crédito, las de
las multitiendas, las de los supermercados. El fanático moderno tiene un máster en gimnasia
bancaria. Y a pesar de que tenga reventadas las líneas de sobregiro, siempre se las arreglará para
seguir a la Selección hasta Tombuctú, si fuera preciso, comprando el billete aéreo a 192 cuotas en la
casa comercial de turno.

3. El síndrome del pasto seco: entendiendo que el chileno atraviesa por “Se trata de países que
nunca han tenido protagonismo internacional y quizá por ello han buscado el placer compensatorio
de llenar estadios”. El chileno obraría a través de una idea parecida: son tan pocos los títulos que ha
podido celebrar que, para no resignarse a que la fiesta sea siempre ajena, festeja lo que venga. ¿Un
córner para Chile? Métale bocinazo.

4. ¿Quién soy, dónde estoy apenas hay un torneo en el horizonte, el hincha local pierde la noción de
la realidad. Y poco le importa sacar una alita del crédito hipotecario para iniciar la aventura de seguir
a la Roja. O dejar el trabajo. O postergar el matrimonio con su novia de toda la vida, porque ese día,
ese día juega Chile. Todo se relativiza y él vuelve a ser el salvaje que corre libre por la selva, sin otra
obligación que la celebración del gol
Sin embargo, esta suerte de radiografía no podría estar completa si se omitiera el rasgo más
importante del hincha local: su bipolaridad.

Hubo un tiempo, no muy lejano, en que el hincha nacional pasó del amor al odio con una facilidad
exagerada. Un día despertaba sintiendo que su equipo podía convertirse en el campeón del mundo
y, esa misma noche, se dormía pateando la perra, convencido de que el chileno, por genética, era
malo para la pelota. La fase depresiva del hincha nacional es horrorosa. Y no sólo el pan con palta
sabe mal cuando la Selección suma una derrota tras otra.

Con todo, lo que mueve al hincha chileno es una utopía. El sueño de un niño. El mismo por el que se
desvivieron en un momento los argentinos, los brasileños y los uruguayos. Ganar algún día un título.
Un pedazo de metal que les permita decir a todos: yo soy el mejor. Cuando llegue ese día, todos
querrán estar ahí. Quién sabe si el próximo 24 de julio, el hincha chileno consigue graduarse de
campeón.
FANATISMO ALEMAN

Se trata de un hombre de aproximadamente 70 años que viaja a bordo de una casa rodante en
forma de barril cervecero remolcada por un viejo tractor, según información del sitio de noticias RT
en Español. Varias personas han sido testigos del paso de este original vehículo que cuenta con
energía eléctrica gracias a un panel solar instalado en la parte superior y que no rebasa los 30
kilómetros por hora.

FANATISMO RUSO

La aterradora advertencia de los hinchas rusos para el Mundial de Fútbol 2018

A los fanáticos ultras no les interesa el deporte, lo que quieren es convertir los estadios y
alrededores en campos de batalla.
Los líderes de los grupos ultras de Rusia dijeron al medio británico que su interés está lejos del
fútbol. La respuesta es cruda y debería ser considerada por los organizadores para tomar
precauciones.
“Para algunos será un festival de fútbol, para otros será un festival de violencia. Alguien
intentará hacer algo, eso está cien por ciento garantizado”, dijo uno de los entrevistados, que
como la mayoría cubría su rostro con una capucha.
Pero no se detuvieron ahí y fueron más lejos en sus advertencias: “Tener a la familia o a los niños
cerca de ti te puede evitar los golpes, pero si estás con un amigo, hazte a la idea de que te
pueden patear el cul*”, fue otra de las amenazas que lanzaron
La FIFA ha insistido en que una de sus mayores preocupaciones es garantizar la seguridad de los
asistentes a la cita planetaria, pero los ultras rusos están tan decididos que los esfuerzos deberían
redoblarse, por si las dudas.

La sangre Latinoamérica tiene un tinte especial, es la pasión, la emoción, que mueve a las masas
y hacen que un partido, no sea solo un partido más, sino más que eso.

Comparación entre un hincha argentino y holandés.


1. Para el hincha argentino es un honor y un orgullo que lo más conocido de su país en el mundo
sea Diego Armando Maradona.
El hincha holandés se moriría de vergüenza si Holanda fuera reconocida solo por Johan Cruyff.

2. Cuando el hincha argentino está en un estadio, mira el partido de pie y se cuelga del alambrado si
su equipo hace un gol.
Los estadios holandeses no tienen alambrados y el hincha holandés mira el partido sentado en una
cómoda butaca.
3. El hincha argentino está convencido de que la Reina Máxima -nacida en la Argentina-, se pone la
“celeste y blanca” a escondidas durante los partidos de la selección.
Un hincha holandés está convencido de que Máxima durante los mundiales se pone la “orange”.

4. Un hincha argentino le pone a su hijo el nombre completo de su ídolo futbolístico.


Un hincha holandés le pone a su hijo el nombre de su abuelo.

5. Un hincha argentino llora inconsolablemente si su equipo perdió una final y se deprime por días si
perdió un clásico. Ni hablar si su club descendió de categoría.
Un hincha holandés, en cambio, sale del estadio después de una derrota y se va a un pub a tomar
una cerveza y a divertirse con sus amigos.

6. Para los hinchas argentinos, un partido importante siempre es una buena excusa para juntarse
con amigos, hacer un asadito y sufrir mientras lo miran por TV.
Para los hinchas holandeses, un partido importante es una buena excusa para sentarse frente a la
TV, relajarse y tomarse una cerveza mientras el resto de su familia sigue ocupada en sus cosas.

7. Un hincha argentino está pensando siempre en qué humoradas puede hacerles a los hinchas de
otros equipos.
Un hincha holandés no tiene ni idea de qué club son simpatizantes los demás.

8. Un hincha argentino siente tanto orgullo por su club que no duda en tatuarse el escudo en alguna
parte de su cuerpo. Los menos atrevidos llevan algún pin en la camisa, un colgante o van a trabajar
con la camiseta puesta.
Un hincha holandés -si es muy muy fanático- es capaz de llevar un escudito de su equipo como
llavero.

9. Si un hincha argentino es muy fanático, sus amigos y familiares deben ser muy cuidadosos en las
reuniones porque una discusión sobre fútbol puede volverse tan apasionada que puede terminar en
una pelea irreconciliable.
Un hincha holandés no discute con sus familiares sobre fútbol, pues sobre fútbol no se discute, se
conversa.

10. Un hincha argentino cuando conoce alguien que le gusta, lo primero que le pregunta es de qué
club es hincha.
Un hincha holandés, cuando conoce a alguien que le gusta, lo primero que le pregunta es el nombre.
Pasión, ilusión en la niñez
Como ya se sabe, el futbol no es un tema de grandes; es una construccion desde cuando uno es un
niño, especialmente aquellos que han tenido la oportunidad de vestir la camiseta humilde del barrio o
del equipo del colegio.
"El niño pobre, en general negro o mulato, encuentra en el fútbol la posibilidad de ascenso social,
que no tiene otro juguete que la pelota: la pelota es la única varita mágica en la que puede creer".
Eduardo Galeano

Promesa de éxito
El fútbol en nuestros países es una promesa de éxito, especialmente para los niños y jóvenes pobres
que ponen en la pelota sus sueños. Como bien lo menciona el escritor uruguayo Eduardo Galeano,
el fútbol es un elemento de ascenso social que no tiene barreras de ingreso para ninguna persona:
se puede jugar en un potrero, una favela o en el descampado de un pueblo joven con la compañía
de una pelota. El fútbol es un deporte que no hace distinciones sociales y económicas: es
democrático y popular.
Hoy en día, no son pocos los futbolistas latinoamericanos que, después de una larga carrera en el
extranjero, se han convertido en prósperos empresarios o destacados personajes públicos (incluso
en la política) en su país de origen. Ahora son el modelo a seguir de muchos niños de bajos
recursos, y el espejo en el que desearían verse reflejados teniendo la posibilidad del éxito a través
de lo que más les apasiona: jugar fútbol.
Los héroes modernos son ese Neymar que representa al niño que pudo escapar de un futuro incierto
que le deparaba una favela; o ese Maradona que compró una casa de ensueño para sus padres, a
pesar de que empezó a jugar fútbol en un potrero de la villa Fiorito.
Los héroes modernos son ese Neymar que representa al niño que pudo escapar de un futuro incierto
que le deparaba una favela; o ese Maradona que compró una casa de ensueño para sus padres, a
pesar de que empezó a jugar fútbol en un potrero de la villa Fiorito.

Sin duda, nos encontramos frente a un fenómeno social que tiene un gran impacto económico en la
sociedad latinoamericana, y que también se ha convertido en un elemento de aspiración y ascenso
social entre las clases más pobres de nuestros países. El fútbol no es solo un deporte, sino una de
las más grandes influencias de la sociedad.
Conclusión

El fútbol mueve pasiones en los países de la región y se ha convertido, con el tiempo, en un


fenómeno de masas que tiene un impacto social, que bien canalizado puede ser un elemento de
desarrollo y bienestar social. También puede ser un catalizador de las angustias sociales y generar
sentimientos de orgullo alrededor de un objetivo común como nación que, simbólicamente, es
representado por un logro deportivo como impulso para los logros mayores de una nación.
El futbol es deporte, es amor, pasión, emoción, sentimiento, ilusión, esperanza u fe.
Y es que al final, el fútbol mueve elementos primitivos del hombre, que se encuentra representado
por esos guerreros (futbolistas) que se van a enfrentar. El escritor Uruguayo Eduardo Galeano
grafica muy bien el sentimiento con la siguiente metáfora: "fútbol como un ritual de sublimación de la
guerra donde once hombres de pantalón corto son la espada del barrio, la ciudad o la nación".

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