El documento analiza a Jesús como un judío habitual del primer siglo desde su nombre, familia, rasgos religiosos y morales. Muestra que Jesús profesó ser un judío devoto y fiel a sus creencias, siempre ligado al templo, la sinagoga y actuando de acuerdo a la ley judía, incluso en su muerte.
El documento analiza a Jesús como un judío habitual del primer siglo desde su nombre, familia, rasgos religiosos y morales. Muestra que Jesús profesó ser un judío devoto y fiel a sus creencias, siempre ligado al templo, la sinagoga y actuando de acuerdo a la ley judía, incluso en su muerte.
Descripción original:
Resumen texto 10 palabras claves sobre Jesús editado por Tamayo
El documento analiza a Jesús como un judío habitual del primer siglo desde su nombre, familia, rasgos religiosos y morales. Muestra que Jesús profesó ser un judío devoto y fiel a sus creencias, siempre ligado al templo, la sinagoga y actuando de acuerdo a la ley judía, incluso en su muerte.
El documento analiza a Jesús como un judío habitual del primer siglo desde su nombre, familia, rasgos religiosos y morales. Muestra que Jesús profesó ser un judío devoto y fiel a sus creencias, siempre ligado al templo, la sinagoga y actuando de acuerdo a la ley judía, incluso en su muerte.
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Referencia
10 Palabras Clave Sobre Jesús de Nazaret,
Informe de Lectura Juan José Tamayo, Verbo Divino, 1999. Cap.: El Judío Jesús; Benito Garzón NOMBRE: __Cristian Quilodrán Alfaro______________
El Rabino Benito Garzón, realiza un análisis dedicado, de la vida Jesús como un
religioso judío habitual del primer siglo. Analizando desde su nombre, su familia, sus rasgos religiosos judaicos, legales y morales. Demostrando que Jesús como hombre profeso ser un judío devoto y fiel a sus creencias. Primeramente el autor detalla las raíces veterotestamentarias del nombre de Jesús y de los nombres de quienes le rodeaban, citando al historiador y profesor David Flusser; que Jesús viene del nombre Yeshua que en español es Josué, el ayudante y sucesor de Moisés. Un nombre bastante común para la época, ya que Flavio Josefo menciona a veinte personas distintas que llevaban el mismo nombre terrenal de Cristo, muy probablemente al sentido de esperanza que muchos tenían ante la liberación de la opresión romana, ya que Yeshua significa “Dios salva”. Así de la misma manera los padres de Jesús, llevaban nombres de personajes importantes de la historia hebrea, como el hijo amado del patriarca Jacob, José (Yosef) y su madrea María que viene de Miryám, la hermana de Moisés (Moshé); aún más sus hermanos tenían nombres típicos judíos; Yaacob, Yoséf, Yehudá y Shimón. Además de la importancia de los nombres, habitual en la cultura oriental; Garzón analiza la ascendencia judía de Jesús, un poco cuestionándola, ya que como el Evangelio de Mateo y Lucas mencionan que José el esposo de María venia del linaje davídico, siendo que él no participo en la concepción, además de aquello expresa una aparente contradicción en torno a las circunstancias del nacimiento de Jesús. Otro punto cuestionado en relación a la filiación judía, es su procedencia de Nazaret, donde se confunde el ser nazareo o nazareno, probablemente dice el autor por un error de traducción. Es innegable que Jesús venia de una familia judía, como tal fue circuncidado al octavo día, (aunque se cuestiona su correlación con algunas fechas y celebraciones católicas), también luego de cumplido el tiempo de purificación de María, Jesús es llevado a Jerusalén para su dedicación como lo señala la ley, en su calidad de primogénito. A los doce años es llevado al Templo, como se acostumbra en la tradición educacional judía. Es de esta manera que vemos a Jesús siempre ligado al templo y a las sinagogas judías y como cualquier practicante de la religión judía, Jesús usaba la vestimenta habitual, con sus filacterias, pago su contribución al templo como todo judío mayor a veinte años, aunque después se observa su separación de dichas instituciones judaicas. Jesús siempre estuvo ligado al judaísmo y se declara como tal; sus discípulos son todos judíos, e incluso expresa que su mensaje está dirigido solo a los judíos, a las ovejas perdidas de Israel. Todo gira en torno a su religiosidad judía y por esto trata de cumplir la ley (y la cumple), sana a un leproso, para luego ordenarle que vaya al sacerdote y se purifique como lo señalan las normas establecidas en Levítico; cumple el ritual del bautismo como purificación y celebra la pascua judía. Jesús de esta forma, siempre trato de actuar acorde con la ley judía, y en este sentido el autor cita a Geza Vernes, quien indica que Jesús actúa en conformidad con las enseñanzas tradicionales del judaísmo, aunque es cuestionado por los religioso cuando sana en día sábado, sin embargo el solo lo realiza mediante su palabra, por tanto no estaría invalidando el día de reposo. Lo mismo cuando se le acusa de que sacaron espigas y comieron en un día sábado, aunque el texto expresa que fueron los discípulos y no Jesús. Es así que incluso en la hora de su muerte, Jesús actúa como cualquier judío en sus últimos momentos de vida, citando el Salmo 31:6, encomendando el espíritu al Padre y luego citando las primeras palabras del Salmo 31, “Dios mío, Dios mío, porque me has desamparado”. Él siempre es consecuente con su fe en el Dios de Israel, y en los preceptos de la Torá. Jesús fue un hombre que vivió su fe judía y religiosa, apegada a la Ley. Y no solo su vida religiosa, sino también su moral es acorde al judaísmo tradicional. Los Evangelios muestran a Jesús apegado a las normas éticas y morales de la Ley de Moisés, su conducta y enseñanzas se apegan a lo que enseña el decálogo y el shema judío; instando a amar a Dios y al prójimo. Por lo mismo es correcto el afirmar que Jesús vivió y murió como un judío habitual de su época.
COMENTARIO DEL TEXTO:
Hay que señalar, que el autor desarrolla la temática de Jesús como judío de manera brillante, ante su calidad de Rabino judío y su conocimiento de causa de la fe judía. Explica en detalle los alcances de la vida de Jesús, su entorno, sus hechos y sus palabras como un judío religioso tradicional de la época en que vivió. Hace bien, y da una perspectiva distinta, considerar la cristología desde una mirada judía, ya que se pueden observar algunos detalles ocultos para una cultura tan diferente y en épocas tan distintas como la nuestra. Donde muchas veces se pasan por alto los aspectos de la religión judía, pensando que Jesús fue un cristiano, pero no lo fue; fue un judío practicante, fiel a sus creencias. Sin embargo, hay que señalar que el autor por su condición de rabino, tiene una postura prejuiciosa de Jesús y el relato de los evangelios, cuestionando muchas veces lo expresado en el Nuevo Testamento, y sus aparentes contradicciones, realizando una interpretación diferente a la que haría un cristiano de algunos pasajes mencionados en el capítulo leído. Con esto no se quiere anular la importancia y la relevancia de dicha posición, ya que arroja bastante luz de la condición vital del Jesús histórico, que vivió y murió como un judío profesante, fiel a la Tora y al Dios de Israel.