Estudios Sobre Las Minas de Oro y Plata PDF
Estudios Sobre Las Minas de Oro y Plata PDF
Estudios Sobre Las Minas de Oro y Plata PDF
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SOBRE
SOBRE
POR
VICENTE RESTREPO
SEGUNDA EDICIÓN
BOGOTA—1S8S
IMPRENTA DE SILVESTRE Y COMPAÑÍA
DIRKCrOB, ANTONIO MARÍA SILVESTRE
Usía obra es propiedad dd Autor : rige, por tari'o, respecto de ella, lo disjiiiufo «H el articulo V2 df
" Nadie x>odrá reproducir en todo ni en parte una obra sinjicrmiso del a'i'oi-.'"
I .
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DOCTOR D. RAFAEL NÜÑEZ.
TRO LOGO
no. JsJn Honda, aohíe la ribera izíiuierda del río Mii gdalena,
me sirvió de aliciente. ¡
Es tan grato dejar la ancha ruta que
todos recorren, para penetrar por entre el enmarañado bosque,
siguiendo la senda que conduce á lo desconocido !
¡
Qué frui-
ciones íntimas produce el descubrimiento de una faent(; crista-
lina ; de un arbusto raro ; de una humilde florecilla, que os
atrae con sus colores y su perfume; de un hacinamiento de
rocas, dispuestas caprichosamente y con el arte que emplea la
naturaleza ; de una gruta donde nadie ha penetrado ! Esos go-
ces ijiofundos del alma, que alientan al hombre pensador en su
tarea, los he sentido cien veces. Ya era un error histórico que
veía disiparse ante mis ojos ;
ya un hecho nuevo, interesante,
que se me aparecía en toda su realidad ; ya un personaje ol-
vidado, con quien me ponían en relación los papeles que yacen
IX
)
XIV
las minas de Colombia más de 600,000 dollars en oro americano, fuera del ma-
terial de explotación para las minas.'"
XV
(letalento y de patruítisiuo eoino eneiena nuestra patria. Kl
malestar picsente, hijo de la inaeeión, <le la diseordia y de las
liulias de partid»), no |)uede jnolongarse más largo tiempo sin
pelign) de una e.itástrote ; el eonociniiento de nuestros males,
primera eoiidieióu de tnejoiamieiito, se va liaeiendo cada día
más general, más popular, y eieitas vislumlu'es, (pie ya van
presentándose en el horizonte, parecen augurar mejores tiem-
pos. Dios ha hrcho á las nacio)H's sanahlrs, diee la i)alal)ra
revelada, y no debemos desesperar euando tenemos anchas
bases sobre las que podemos levantar el progreso de Colombia,
y euando vemos á nuestras hermanas de América tomar la
delantera y darnos el ejemplo." (Lij/cro estadio sohrc las vñuas
de México // Colombia).
Las vislumbres que divisaba el doctt)r Aguilar fueron i)ron-
to apagadas por el fuego de los combates, pero se convirtieron
en esplendorosa claridad luego (pie pasó la guerra civil de 188").
¡
Que este modesto libro que he escrito, movido por un senti-
miento de amor patrio, contribuya á hacer conocer las riquezas
de Colombia, ensanchando los horizontes de su porvenir Esta !
yiCENTE pESTREPO.
xVDVERTENCIxV.
Siempre que en este libro se liable de pesos, debe entendjerse que se trata del
peso español de ocho reales, equivalente á nuestro peso fuerte, si nos ref':'rimos
á los tiempos antiguos; ó del peso legal (peso fuerte), tratándose de época más
reciente.
Respecto de pesas, hemos adoptado para nnestros <latos numéricos, ora el
kilogramo, ora la libra española con sus di>visiones. Bien sabido es que ésta
consta de 460 gramos, y que se divide en dos majrcof!, ó diez y seis onzas, ó cieu
castellanos.
El marco tiene 230 gramos.
La onza 28 id. Tí».
VA castellano 4 id. fto.
ESTXJID lO
SOBRE LAS MINAS DE ORO Y PLATA DE COLOMBIA.
PARTE rilIMEKA.
neros que se han explotado está, respecto del oro, apenas en la pro-
han lien-lu» las ciniiiíañías inirlesas, <|iu' por este motivo «-s ])n>ltal)l<í ([110
los necesite para salir de las vetas que los guardan. Coníiauíos en que
el mercurio, tan útil para el beneficio de los metales preciosos, y cuyo
mineral, el cinabrio, se encuentra en muchos puntos del país, se halle
en suficiente cantidad para (jue sea provechoso su laboreo, en las mi-
nas del Bermellón, cerca de Ibagué, que se exploran activamente.
Tenemos poderosos depósitos de sal gema, manantiales de agua sa-
lada y de aguas minerales, fuentes de petróleo, azufre, etc., etc.
En las arenas del río Platayaco, en el Caquetá, se encuentran en
abundancia rubíes orientales y zafiros rodados, que se pueden pulir
y bellas amatistas en el distrito de la Plata. ,
(2) Las noticias q^e hemos podido allegar referentes á esta mina son las si-
guientes :
tró nuestro K. P. Máximo Rivero, en la exploración que hizo por las pe-
ñas blancas de Tena para la apertura de un camino entre esa nuestra hacienda
y nuestros Apartaderos de Viotá, un criadero de diamantes de las mismas ca-
lidades, brillo y fineza de los que se encuentran en el Brasil El P. Rivero
recogió veintidós piedras, que pulidas y pesadas han dado l,ó32 quilates, lla-
mando la atención uno negro, de brillo y cambiantes magníficos, que es el que
enviamos á V. P. para la Iglesia de nuestra Compañía en esa santa ciudad.
Mayo de 1709."
— ;
—4—
En todos tiempos ha habido personas inteligentes que han inten-
tado apartar á los colombianos del trabajo de las minas de metales pre-
ciosos, desconociendo así la principal fuente de riqueza con que nos
" Los trabajos de las minas descubiertas por el P. Rivero han continuado
sin interrupción. Nuestra magnífica custodia del templo de la Compañía tiene
ciento dos diamantes, pulimentados por el maestro Ignacio Quintero, y á Tun-
ja y Popayán se han hecho regalos por más de doscientas piezas de magnífico
tamaño. El E. P. Santiago ha dirigido los trabajos del puente de fierro, 3' se
está haciendo una nueva exploración por los contornos de los Apartaderos.
7 de Junio de 1715 ó 1725."
2.0 Un expediente que existía en el Archivo nacional, marcado con el nú-
mero 363, que dice: "Temporalidades. Ocultación de los trabajos y criaderos
de una mina de diamantes en tierras de Tena, de la extinguida Compañía.
Ciudad de Tocaima, 1769."
3.0 Varias declaraciones, tomadas por orden de la Real Audiencia; poste-
riormente á la expulsión de los Padres Jesuítas, á personas que habían tenido á
su servicio en sus haciendas de San-Antonio y Ciénaga. Todos los testigos de-
claran que saben que los RR. Padres Jesuítas descubrieron y elaboraron unas
minas de diamantes en las peñas blancas de Ciénaga pero que no conocieron
;
las minas porque el laboreo lo hacían los Padres por mano de los hermanos del
noviciado.
Consta que el herrero Pedro Ortiz, que fué el que construyó el aparato de
hierro para la extracción de las madrea de diamantes, murió antes de dar su
declaración y de asistir á una vista ocular para la cual se le había citado.
» — — .J
caloides se hace cada día más difícil y costosa, por haberse casi agotado
los árboles (jiie producen esta corteza cerca de los lugares habitados y
de los ríos navegables. Su precio, por otra parte, ha bajado conside-
rablemente en el extranjero. Lo misino ha sucedido con el café. El
caucho no se encuentra ya sino en regiones despobladas y lejanas. Es-
caseando los productos de exportación con que hemos pagado los gé-
neros que consumimos, no nos queda más recurso que beneficiar las ri-
quezas inagotables en metales preciosos que nos brinda nuestro suelo.
Tenemos abundantes minas de aluvión y de filón en los Departamen-
tos de Antioquia, Cauca, Panamá, Tolima, Bolívar y Santander, y
les, y hoy vale mucho más. Con motivo del alza en el precio de las
letras de cambio, los mineros venden el oro y la plata á los comercian-
tes ganando hasta un noventa por
ciento, y algunas veces más, sobre
el que tienen estos metales en Europa ¿ Qué mejor prima
precio !
opulento sus minas de plata ; del Brasil del Perú y de Chile, á cuyo;
II. —ANTIOQUIA.
El suelo de Antioquia, el más quebrado de todo el territorio de
Colombia, es rico en minerales de oro en toda su extensión. 8us mon-
tañas están cruzadas por un sinnúmero de filones y las hoyas de sus
ríos forman una serie no interrumpida de aluviones auríferos. Apenas
hay arroyo, riachuelo ó río donde no se encuentre el precioso metal,
y así puede decirse con razón de este Departamento, que todo él es
como ima inmensa red, que guarda entre sus mallas inagotables vene-
región bañada por los ríos Porce y Nechí, " cuyas arenas son verda-
deramente de oro" (J. M. Kestrepo), y por sus afluentes, es incontes-
tablemente la más rica. Santa-Kosa, situada en un terreno cortado
por enormes barrancos formados al explotar sus minas, ocupa un cerro
aluvial de finísimo oro. (2) Por las calles de Remedios asoman las
crestas de anchos filones de cuarzo. Zaragoza, Zea, Cruces, Anorí,
Campamento, Yarumal, Angostura y Amalfi están circunvalados de
riquísimos placeres que se benefician continuamente. De esta opulen-
ta región del Xorte se extrae más de la mitad del oro que produce el'
Departamento.
Los aborígenes de Antioquia explotaron las más de las minas de
oro conocidas hoy, aunque no disponían para el trabajo sino de imper-
fectos instrumentos de piedra y de madera. Para sacar el oro de las
vetas abi'ían un hoyo ó pozo vertical, de forma circular, hasta cortar
(Castellanos, Elegías.)
soldado llamado Toribio, halló en un río una piedra tan grande como
la cabeza de un hombre, toda ¡lena de vetas de oro, que penetraban la
piedra de una parte á otra y como la vido, se la cargó en sus hombros
:
para traerla al Eeal de minas y viniendo por una sierra arriba en-
;
que al oro, por la hambre que tenía, que fué causa que la piedra se
quedase en el río." fLa Crónica del Peni, 1554^.
De Arma dice que sus habitantes " eran y son riquísimos de oro á
maravilla. Cuando los descubrimos me acuerdo se vieron indios arma-
dos de oro de los pies á la cabeza. Las minas son ricas en el liío-
grande (el Cauca), que está una legua desta villa, más que en otras
partes, porque si echan negros, no habrá día que no den cada uno,
davía este cúmulo de minas que hoy se beneñcian no fué quien dio la
opulencia pasada de esta Provincia; hallé papeles bien antiguos, y en
ellos que todo su aumento le vino de las vetas de la cordillera de Bu-
riticá, cuyo beneficio imposibilitó la persecución de los indios levan-
tados del pasado siglo, y por eso las tuvieron como olvidadas. Visité
la cordilleray hallé que toda ella es una continuada veta de oro, pero el
modo de beneficiar el mineral me causó nueva admiración, que es
entre dos piedras" (moliendo íi mano). "Proseguí mis experiencias
que vinieron á parar en que el metal está existente." Agrega el escri-
cincuenta negros sacando oro." (Relación del Presidente Guil lén, 158^)-
Según los datos suministrados por Fray Pedro Simón, puede estimarse
en 1.800,000 pesos el valor del oro extraído de sus minas, de 1580 á
IGIS. Grande fué la cantidad de este metal que sacaron del río Cauca
en los primeros años que siguieron á la conquista los habitantes de
Cáceres, Antioquia, Arma, Marmato, Cartago, Buga y Cali. Una
antigua Relación de minas dice, hablando de este río, que " es famo-
sísimo y muy rico, y de él se ha sacado mucho oro."
Andaba Gaspar de Rodas recorriendo el territorio de su mando para
fundar nuevas poblaciones cuando se halló entre los indios Yame-
síes, que tenían su asiento á orillas del Porce. Eran éstos los más ricos
(Castellanos, ElegtasJ.
)
-11-
los primeros pasos «le sti fuiuliición", dice Fray Pctlrn Simón, "se fueron
deseubrieiulo jíratidísimas grosedades de oro, mavores (jue las que aun en
sus principios tuvo Veragua" (en el Departamento.de Panamá), "pues
llevados de esta fama y mayor codicia muclios de los de Verajíuu tras-
ladaron a(iuí sus cuadrillas de negros, como fueron los capitanes .luán
Manuel, Alonso Huiz, Diego Suárez Manuel, Juan Rubio, Fabián
Ortiz. Luis Prieto, Alonso Pérez Ortiz, Francisco (róniez y otros, (jue
no les salió en vano la mudanza, como lo certificaron los acrecimientos
Martín Dávila, comenzó con los indios á catear algunas minas anti-
guas, labradas antes por los indígenas en un gran cerro, á media legua
del río Xechí, que dicen los mineros ser botadero ó embestidcro del
río. Luego (jue lo fué descubriendo y gozando, á cuya satisfacción y—
seguro le fiaban negros esclavos, —
con (jue fué creciendo tanto su
caudal, que le dio ánimo para sacar ciertas aguas que viniesen sobre
el cerro para labrar mayores minas. Le costó el sacarlas en canoas por
(1) Pedro Jaramillo fui'- el primer español que, bajando el Magdalena, dio
noticias de las riquezas de Zaragoza. Con él vinieron muchos vecinos de Tene-
rife con esclavos para el beneficio de las minas. (Acosta).
— 12 —
pesos de oro de 22 quilates. Aunque estas aguas no le alcanzaron á la
cumbre, desde el paraje adonde llegaron vino á sacar tanto oro, que
llegó su caudal en pocos días á más de 100,000 pesos, de los quilates
que hemos dicho." Termina con una juiciosa observación, expresada
en una dicción bien original por cierto " Fué el Pedro Martín, y
:
estaba con larguísima mano (pues una de las excelencias del oro es
hacer manirroto á quien lo tiene) en especial con gente vagabunda y
lisonjera ;
porque el oro es piedra imán de gente de toda broza, y más
"
de la de este pelaje, polilla de ajenas bolsas
La riqueza de las arenas del Nechí había llamado la atención del
Gobierno español, porque generalmente se creía que contenían una
cantidad maravillosa de oro. D. Alonso Turrillo de Yebra fué nom-
brado en 1034 Gobernador de Antioquia, con la expresa comisión de
desaguar esa corriente, lo que no pudo conseguir al siguiente de 103o ;
lo reemplazó el marqués Quintana de las Torres, i^ío fué éste más afor-
empleaban en sacar oro; con (jue fué tanta la suma que en pocos días
fueron descubriendo y habiendo á las manos, ([ue no se las dabau á
cogerlo. Fueron luego comprando negros esclavos, que enviaban en
cuadrillas los mercaderes de Cartagena, y ocupando los indios sólo en
labranzas y cosechas de nuiíz. Llegó esto á tanto, que en dos años vino
á ser el pueblo más rico de su tamaño que había en estas Indias, pues
en veinte españoles (jue constituían la nata del pueblo, tenían ya más
de 2,000 negros esclavos menos que cada uno daba de jornal cada
: lo
día, y algunos 30 y 40 y 100, y tal día hubo que un solo esclavo sacó
500. Muchas semanas tuvo de saca el capitán Diego de Ospina L*,500
pesos, de donde me vino él mismo á decir en los días pasados, que
había dado él solo de quintos al Rey de lo que había sacado en
este puesto, á razón del quinzavo, que es 'la merced que le tiene
hecha á este pueblo, más de 00,000 pesos." (Luego había sacado más
de 900,000 pesos).
'•
Hallaban este oro los esclavos y algunos indios que lo extraían de
dos maneras : á los principios era oro que llamaban corrido ó bosado
de las vetas, que fué muestra de que las había con que se ofrecieron ;
parecía había hecho testamento la tierra, como ellos decían, y había re-
partido con todos ellos sus grandes riquezas. Pero al fin como riquezas
de ella, que por muchas que se tienen pocas quedan, y siempre la ma-
no corta y tasada se le echó de ver á pocos años, que agotándose ésta
con la prisa que le dieron, y saliendo de ella misma algunas enferme-
dades, con que vino aciuel gran número de esclavos á quedar en menos
de 500. Habiendo sido los gastos de sus amos excesivos y sin consi-
deración, ha llegado todo en estos tiempos á ser de harto, poco, por la
gran baja que en todo ha habido, y no ha sido menor en los indios; ([ue
fama de la saca del oro, se lia dado de quintos á las cajas reales, des-
pués que se comenzó á sacar esta última vez (como de 1594 á 1620),
más de 400,000 pesos, todos á razón del quinzavo." (Luego el producto
de las minas había sido de más de 6.000,000 de pesos en oro).
Los- habitantes de San-Juan de Rodas, hostigados por la continua
guerra en (jue vivían con los naturales, se pasaron en lo81 á poblar á
más
otra parte cerca del río Cauca, y fundaron una villa que llamaron
San-Jerónimo Monte, " dos días de camino del Cauca, á la parte
del
que gozaban sus indios.
del Oeste, tierra de valientes minerales de oro .
(1) Yamesí se llamaba la tierra que ocupaban los indios yamesíes, donde se
fundó Zaragoza
— i:. —
principio (jue sirvió de base ú la le^'islación española de minas, <|ue
atribuía á la real Corona las riquezas del subsuelo, para darlas al des-
cubridor y explotador de los metales preciosos. A esta sabia disjjosición,
<[ue siempre lia estado vij^ente en Antioquia, se debe en gran parte la
l)rosperidad de que ha gozado este Departamento esencialmente minero.
Él mismo las comi>lementó en loO.S.
En los primeros tiempos de la colonia sacaron copiosísimo fruto los
felices explotadores de las minas. Hallaron placeres tan ricos en oro,
que bastaba inclinarse á recoger la tierra y lavarla en la batea para
saciar su codicia con el brillo del precioso metal. Parecía, como decían
los moradores de Remedios, que había hecho testamento y les
la tierra
había repartido sus riquezas. Hablando de las nobles familias á quienes
sirvieron de tronco los conquistadores de Antioquia, dice el Obispo
Fiedrahíta :
" Si se requieren letras, podrán testificar las Escuelas del
Xuevo-Keino y Quito, que los criollos de Antioquia, Cáceres y Zara-
goza acreditan siempre haber sido criados en minerales de oro ; y si
este metal es el que realza prendas tan relevantes, ú muy pocos ha
desamparado la fortuna en esta partey (1)
El progresó de la minería fué bien lento en todo el curso del siglo
XVII. Ei número de los nuevos pobladores era muy reducido y el
clima malsano de algunos de los centros mineros los diezmaba. En
Zaragoza era tan común ver morir prontamente á los españoles que
venían en busca de fortuna, que cuando llegaba un chapetón, iban otros
á preguntar al Cura cuánto pedía por el vestido del pobre aventurero,
pues éste no traía otra prenda con qué pagar su entierro. La población
indígena disminuyó tan rápidamente, que pronto faltaron brazos para
el trabajo de las minas; y además los negros esclavos costaban muy
caro y pocos podían comprarlos.
Siguieron explotándose con provecho las ¡¡layas del Cauca, del
Porce, del Nechí y de varios afluentes de estos dos últimos ríos. Las
vetas continuaron por mucho tiempo sepultadas en las entrañas de la
(Castellanos, Elegías).
y rica que tiene nuestro Soberano, por los muchos riquísimos minerales
de oro que desde sus centros se derraman hasta sus extremos, ya en los
ríos y quebradas, que son los (¡ue se trabajan sacando oros que llaman
corridos, y ya en las muchas minas de oro de veta que están vírgenes y
abandonadas absolutamente, aunque en las piedras que se hallan sobre
la haz de la tierra están manifestando el oro, de modo que lo palpan
los ojos; porque ni tienen conocimiento de su beneficio, ni de los
ingenios para moler metales, y lo que es más que todo, ni alientos ni
brazos para dedicarse á una empresa que necesita éstos y caudales,
porque no hay abundancia de peones, bastimentos y herramientas, y
la
y cuyo jornal ordinario se regula por dos tomines ó cuatro reales, que
en algunos parajes es más. Pero toda esta riqueza, que parece ponde-
» — 1!» —
rada, y ({uc cxaiiiinada como lo lio dicho, deja con la realidad acreditado
'•<iu ventaja el aserto, se halla como arrinconada y dada al desprecio. . .
'*
Como las minas de oro corrido son que por tantos años y más
las
nidas en este importante tratado llevan la mira de unir las utilidades de los
particulares con las del Estado, y es de esperar que de su observancia resul.
taran las ventajas que se desean del fomento de las provincias de Antioquia y
el Chocó y la prosperidad de su comercio y población."
En 1770 se computaban en Antioquia 1,4G2 negros; en 1778, según
el padrón general, 4,8Í)(>, y diez años después bajaron á 4,296, según el
padrón ])articular.
En 1781 se principió el laboreo (le las minas de aluvión del lio-
(1) En una seca considerable del Cauca, que tuvo lugar hace pocos años,
ducir cada batea seis, siete castellanos, y algunas han producido hasta
diez, la mayor ó menor cantidad de arena (lue sacan y el
conforme á
lugar donde caen. El referido estanque no se puede desaguar, y
ji
como los que sacan allí el oro no tienen ni han discurrido otro modo de
extraerlo, y aun de este modo son pocos los que lo saben sacar, y se
queda en lo principal del fondo, su riqueza se considera con funda-
mento será muy grande, porque á poca distancia más arriba de él,
entran en Nechí varias quebradas que bajan de los más ricos minerales
de los valles de Osos, Si se discurriese algún modo, como lo hacen en
Euroi)a, ¡¡ara limpiar los canales, ríos navegables y puertos marítimos,
y se lograse sacar toda la tierra y arena que tiene, hasta encontrar la
peña, me parece que se sacaría mffcliísimo oro.
" Todo de Espíritu-Santo, tributario del Cauca, es un rico
el río
"En todas las playas del río Cañas-Gordas, tributario del Atrato, se
encuentra oro, y lo mismo en los ríos y quebradas que le entran. Los
ríos son los siguientes Uramita, Uraraa-grande, la Herradura y
:
(1) Estos ríos son afluentes de Eío-Sucio, del que se hacía anteriormente
uno aolo con el nombre de Cañas-Gordas, que es su tributario. ^
yendo dos días por él arriba estaba un cacique que se dice Dabaibe:
es muy gran señor y de muy gran tierra y muy poblada de gente,
tiene oro en mucha cantidad en su casa, y tanto, que para quien no
sabe las cosas de esta tierra, será bien dudoso de creer; esto sé de
nueva cierta ; de casa de este cacique Dabaibe viene todo el oro que
sale por este golfo (3), y todo lo que tienen estos caciques de estas
comarcas; es fama que tienen muchas piezas de oro de extraña manera,
y muy grandes; dícenme muchos indios que lo han visto, que tiene
este cacique Dabaibe ciertas cestas de oro, que cada una del las tiene
un hombre ([ue llevar á cuestas; este cacique coge este oro porque está
apartado de la sierra, y la manera como
lo há es, que dos jornadas de
cada uno vive sobre sí son señores de las minas ; son estas minas,
;
según yo tengo la nueva, las más ricas del mundo; estas minas son en
do Tralla de este golfo, algo la tierra dentro, que jjodrá ser de la mar
veinte leguas; va su vía de esta sierra nietiéudose á la parte de medio-
día; es tierra llana do comienza; desde el nacimiento de ella va creciendo
en nuicha caiitiilad ; es tan alta (jue se culue cou las nubes ; dos años
bá que estamos de que nunca se lia visto lo alto della sino dos veces,
porque á la desde que llega en la
coDtina está cubierta con los cielos ;
de esta tierra volviendo haciala parte del nacimiento del sol; el sol las
estas ricas minas (1). La manera como se coge es sin ningún trabajo,
de dos maneras: la una es que esperan que crezcan los ríos de las que-
bradas, y desque pasan las crecientes quedan secos, y queda el oro des-
cubierto de lo que roba de las barrancas y trae de la sierra en muy
gordos granos señalan los indios que son del tamaño de naranjas y
:
dales mucho pescado y ropa de algodón y sal, dales piezas de oro la-
bradas como ellos las quieren; con sólo con este cacique Dabaibe
tienen este rescate aquellos indios, porque por otra parte no hay lugar.
Este cacique Dabaibe tiene gran fundición de oro en su casa; tiene
cien hombres á la contina que labran oro; esto sé todo por nueva
cierta, porque nunca otra cosa procuro por do quiera ando ; he procu-
rado saberlo de muchos caciíjues é indios, y ansí de sus vecinos de
este cacique Dabaibe como de los de otras partes, hallo ser verdad
todo, porque lo he sabido en muchas maneras y formas, dando á unos
tormento, y á otros por amor, y dando á otros cosas de Castilla."
Tal es el relato maravilloso, llámesele leyenda si se quiere, que dio
origen á la ficción del Dorado de Dabaibe, en solicitud del cual sacri-
(1) Parécenos que con todas estas señales se designa claramente la comarca
que bañan el Cañas-gordas, el alto Murrí, y los ricos afluentes de éste y los
de la parte alta del Río-Sucio.
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ficaron tantas vidas los conquistadores. Pero si se despoja ese relato
de las ponderaciones en que la ignorancia, el deseo de agradar á los
españoles y el temor de los tormentos hacían incurrir á los pobres
indios, queda siempre un gran fondo de verdad, que no deja duda
sobre la riqueza efectiva de la región úo. J)abaibe, de ((ue da clara idea
la relación del señor Lorenzana.
Kefiere Fray Pedro Simón que habiendo tenido Pedro Fernííndez
conocimiento, por el cacique de Urabaibe, de las riquísimas tierras de
Funucuná y Dabaibe, y de que allí faltaban niujeros á causa de las
guerras con una tribu confinante, entró algunas veces á vender esclavas,
en cuyo rescate sacaba gran suma de oro, y las noticias que se tienen de
aquellas tierras y de las de Oromira (Murrí f), donde también iba.
El General D. Marceliano Vélez ha comprendido bien la irapor.
tancia de este territorio, cuyas "selvas seculares," dice él mismo, "inex-
ploradas absolutamente, depositarias de inauditas riquezas en los tres
reinos, han vegetado en el aislamiento y en la soledad, secuestradas del
mundo como las regiones del África central." Propúsose abrir nuevos
horizontes á los emprendedores habitantes del Departamento, con cuyo
fin el camino de Occidente hasta un río nave-
dispuso se prolongase
gable, por el cual seponga en rápida comunicación con el Atlántico.
En los últimos años del siglo XVIII descubrió D. Antonio Salazar
la mina de veta de la Quiuná. " Ha cundido la fama de las copiosas
sacas que se hacen en ella," dice un informe de D. Andrés Pardo (1)
(1798) " su piedra tiene por lo menos mía tercera parte de oro finí-
5
-Vdemás, los amos los trataban bien en general, y los negros tenían
hábitos tan arraigados de trabajo, que cuando se vieron libres, lejos de
entregarse á la holgazanería, continuaron labrando las minas á jornal.
informe del Director de las cajas reales de Mompox (1818)
En un
leemos " El oro que se manifestaba en estas cajas, de Zaragoza,
:
formarse de ellas una idea tan positiva de su riqueza como en las de Supía,
que son muy extensas. Sin embargo, tengo una buena opinión de los
minerales de Antioquia, y estoy convencido de que el terreno de esta
Provincia es idéntico á los de México y Hungría En ninguna
parte de la Kepública lo he pasado tan bien como en la Provincia, y
le aseguro á usted que si París no existiera me decidiría á vivir en
Medellín, pues además del temperamento delicioso, me gusta muchí-
simo el trato de sus habitantes."
Por los años de 26 á 27 de este siglo se estableció la Sociedad de
minas de Antioquia, de la que fueron miembros los señores D. Juan
de Dios Aranzazu, D. Juan Santamaría, D. Juan Antonio y D. Fran-
cisco Montoya y D. Juan C. Campuzano. En un memorial dirigido al
Libertador-Presidente por el señor Aranzazu, en Diciembre de 1828,
dice lo que sigue " El método usado antiguamente para la elabora-
:
ción de las vetas era dispendioso, á tal grado, que sin embargo de que
se opina por muchos inteligentes que es en ellas donde se encuentra la
mayor y más permanente riqueza, las de Antioquia, con muy pocas
excepciones, han permanecido hasta ahora en un completo abandono.
Nosotros hemos establecido los primeros el uso de las máquinas, que
simplifica el trabajo con una considerable economía." En dicho año
tenía esta Sociedad minera completamente montadas en Santa-Rosa
lasminas de las Cruces, San-Francisco y Luis-Brand. En la última
de ellas dirigió Mr. Tyrell Moore la construcción del primer molino de
pisones que hubo en la Provincia y que sirvió de modelo para otros
muchos. Estas máquinas, cuyo precio es hoy muy reducido, costaban
entonces de ocho á diez rail pesos.
(1) Los quintos del oro de Antioquia se pagaban en las cajas reales de
Antioquia, Remedios y Mompox. En 1794 ingresaron á las de esta última ciudad
$ 10,558 por tales derechos, cobrados á razón del tres por ciento, y $ 15,705 á
las de Antioquia, en 1791, pagados así por los mineros $ ma-
: 13,944 y por los
zamorreros ¡ft 1,761.
»
— -. —
Kl Mnorc (•(•iitrilmvó clicazincnte al i)ro«j;res(» (h; la uiincría.
sí'ñ(»r
(1) La mina del Frontino, establecida en 1833, estuvo produciendo por bas-
tante tiempo cosa de 'i-t libras de oro por mes, con un molino de pocos pisones
(2) Residuos piritosos, más ó menos ricos en oro, que quedan después de
sacar eloro par medio del lavado de los cuarzos sulfurosos pulverizados.
\ — L'!> —
hijos <li' AntiiM|iii;i, (|U(' iio lialiíati tenido más csciu'la de niincría ([iic
la rutina. Aun así, en aIi,'unos traltajos lian dado muestras de rara lia-
'' Hoy todavía," diee ^I. Salíray f Voiiaíft' a Id Xourclle (ircnndr, ISfiD),
"cuando un eurojx'o emprende la explotación de nna mina, en lugar de
exponerse á los errores de una nivelación geométrica, hace llamar un
acequiador, \v n^iestra el nivel más bajo donde puede utilizar el agua,
y le indica el arroyo que debe desviar."
El minero antioíiueño aprende prontamente y ejecuta todos los
trabajos que se le enseíian varias veces hemos oído á entendidos ex-
;
unas cíiitas del señor 1). Sinforoso García al doctor José Manuel Res-
trepo, (|ue la familia de éste lia tenido la fineza de comunicamos, co-
])iainos los extractos siguientes :
([uien los lia dado al coniún con éstos por nn miserable arrendamiento
•lue ni aun de las miujuinas alcanza. De un día á otro
jiara los rei)aros
(1) Esta mina, que es una de las más ricas de Antioquia, fué abandonada
por un capricho. Hace uno.s cuarenta años, ó poco más, que estaba en explo-
tación formal, produciendo á razón de una libra de oro por día. Uno de los
socios más considerables era un célebre médico inglés, el doctor G***. Este
tenía una idea bien original por cierto; cada mes recibía el oro que le corres-
pondía por sus acciones, pero se denegó los últimos meses á dar el contingente
para los gastos. El accionista principal de la empresa se disgustó con semejan-
te proceder y dio orden al director de abandonarla. La mina fe puso de nuevo
en laboreo cosa de veinte años despué.-<.
(2) Los dueños de esta misma mina sacaron en el reranco de 1887 114 libras
de oro, que les dieron j§ 32,000 de utilidad.
, _ :í:\ _
prtKliijt» vn una barredura que se liizi» cu dos meses, 142 libras de oro,
ron pisto de l,(i(MI pesos, dejando una utilidad neta d(í ."{OjOOO jiesos.
líueno será apuntar a(|uí algunos datcts solu*e la ri([ueza d(! los ríos
(1) Los que se usan en Antioquia sólo tienen unas cinco arrobas de peso, y
se calcula que apenas alcanzan ¿ moler ele tres cuartos ¡í Tina tonelada de mi-
neral íKjr día. 3
— ;m - ,
En los últimos años se han cinplcado con buen suceso las má-
quinas hidráulicas de California (monitores) para el laboreo de los
aluviones altos, llanuidos de aventadero. Las ])rimeras fueron llevadas
California. (1)
6 á 10 pies dearenas auríferas sobre la peña (que contengan cerca de tres pesos
de oro por yarda cúbica), y con agua suficiente para que floten el barco y su
maquinaria pero en ríos llenos de capas aluviales liasta una profundidad de
;
veinte ó más pies, el fracaso será seguro, por razones demasiado ciaras para
enumerarlas "
— 36— ^
(2) Hace excepción á esta regla la mina de Quiuná, que tiene por ganga el
carbonato de cal.
» — ;{7 —
uno ó á varios do los sulfuros metálicos, entre los cuales figuní la i)ir¡-
II
III
IV
(1) Estas minas son como botaderos ó emhestiileros de los ríos, para servir-
nos de las expresiones originales con que las designa Fray Pedro Simón.
— ;{!) —
primero compuesto de octítedros que tienen en cada arista una doble fa-
VI
"ADRO PK LAS ALEACIONES NAll HALES UEL OBO Y fíK LA PLATA EN EL DEPARTA-
MEXrO DE AXTIOQLIA. (KEBAJAXÜO DE 1,000 CXI DA DES LA LEY DE CADA OKO, SE
OBTIEXE LA PBOPORClÓs DE PLATA).
neral del oro que se e.xtrae de sus veneros, que contiene de 0.2 á 65.7 por ciento
de plata.
ORO DE ALUVIONES. ORO DE FILONES.
MilésiiHos Milésimos
de. nrn. de oro.
Nombres de las minas. Nombres Ja las yino.s.
,
_ t.i -
V (If la plata cii «ndcii iuvtT.so y cu un líiiiit*' ctuiiprciMlido »'iitr<' uno y
(licz.inilt'siiiKts. I'^stc líiuitt' es en alj;unos tilones de l'O, .{(J, 40 y aun
uuis mili'siuios. Hl oro de las vetas pertenecientfs á un mismo griipo o
tbrinación niinna |ircscuta analogías marcadas d<* aspecto y de compo-
sición.
Eu las minas Ae aluvión la ley del oro es muy constante, mas los
VII
valor de los metales ]»reciosos (¡ne lia producido Antioíjuia, tarea difícil
252, minas de veta 104. En estas últimas había 820 pisones ocupados
en pulverizar el mineral, y 64 arrastres en amalgamar el oro que queda
en las arenas.
En 1886 se pagó el impuesto por 1,009 minas de filón y 971 de
aluvión.
En el Departamento se contaban en 14,942 mineros (10,652 hom-
bres y 4,290 mujeres), siendo su población de 366,000 habitantes (1871).
El censo de 1884 la hace ascender á 463,667 habitantes. Entre éstos
secuentan 13,924 mineros 1,018 menos que en 1871. Xo debe tomar-
;
VIII
IV. — CAUCA.
Si se nos preguntase cuál es el Departamento más rico de Colom-
bia en metales preciosos, nos sería muy difícil dar una respuesta cate-
górica, pues si las minas de Antioquia son hoy más conocidas, mejor
explotadas y mucho más productivas que las del Cauca, este Depar-
tamento encierra en su vasto territorio tres regiones de una gran
ri(|ueza Chocó, Barbacoas y Supía. Por otra parte, si debemos
: el
camos también que á principios del siglo XIX ellas producían más de
la mitad del oro que se sacaba del Nuevo lleino de Granada. Esos
de este río (el Cauca), y tanta riqueza así de minas de oro, como lo
que los indios tienen .... y es tan grande la contratación del oro, que
no se puede encarecer, según es mucho. Nacen de una montaña que
está jior lo alto de Anserma muclios ríos pequeños, de los cuales se ha
. :
> — 47 —
sac.tdd V saca iimclio «ro, y muy riro, ('(tu los mismos indios y con ne-
gros. Másadclantí! de este* puclilo está l<i |)iovincÍH de Zopía (¡áupía). l'or
medio de estos un río rico de minas de oro (Kío-Sucio)...
|)ucblos corro
De la sierra (|ue está próxima á ('arta<ro nacen muchos ríos. Son todos
muy ricos de oro. Estando yo en esta ciudad «d año de 1047 se sacaron
en tres meses más d(í quince mil pesos, y el (pie más cuadrilla tenía,
era de tres ó cuatro negros y aljiunos indios."
I'^l autor desconocido del Espejo de variedades, ([ue fué á l'opayán
hacia ir)47, y pasó catorce años al servicio del Obispo de aquella ciu-
dad, dice " Este país es muy montañoso, cortado por muchos ríos y
:
pañoles que querían dirigir las labores : á éstas que dedicaban sus hijos.
En Relación del Nuero Reino de Granada, del año 1559, leemos
la
(2) Fray Pedro Simón dice " La Provincia de los Quimbayas, en medio de
:
cuencia se perdía. Un
mercader de dicha ciudad, llamado Pedro de la
Concha, había perdido hacía poco tiempo 20,000 pesos en oro la muía :
de
em|>n'ndi<'> nuevo su jornada por el mismo camino. Lle;;ó con al-
gunos de sus compañeros á Anserma " c(»n más apariencia de espectros
que de liombres, y halló que, si él había p(!rdiilo el tiempo y la salud,
sus esclavos trabajando las minas le tenían acopiailos CO,0()O pesos de
oro." (Acosta).
De una relación escrita en J5S.'5 por I>. Francisco (Juillén Cha-
parro, tomamos lo sifíuiente :
'' Anserma tiene un cerro siete leguas
de donde el i)ueblo ; está poblado hasta el ctirro, (jue llaman de Quie-
bralomo, de donde se ha sacado grandísima cantidad de oro de treinta
años ú esta parte, y se saca mucho oro : (1) son vetas y ramos que
atraviesan todo el cerro. Hay criaderos y cepas donde está el oro, y
suele de ordinario sacarse por hoyos y socavones que tienen veinte,
veinticinco y treinta estados de hondura, y siempre se saca el oro ha-
ciendo grandes edificios de palizadas. un cuarto de legua de este A
cerro hay otro, que se llama el cerro y minas de Supía, donde se ha
sacado y saca buen oro, que tiene de ley veinte quilates es un cerro :
r»egro y las minas son también vetas y ramos. El temple de estos ce-
rros es muy sano y no frío ni caliente tiene muy buenas aguas. Ha- ;
en el que se saca oro ])or socavones, qu<! así los tenían hechos los natu-
(1) Kn 1")59 se escribía esto " Hay minas de oro en toda la tierra de An-
:
rales cuando los españoles entraron 5 tiene de ley catorce y diez y seis
(|uilates. Asimismo liay otro cerro á tres leguas de las minas de Quie-
hralomo, que llaman Picará ; sácase en él oro de diez y siete y diezy
ocho (juilates. A dos leguas de este propio cerro hay otras minas que
llaman de Mápura; sácase muy buen oro de diez y ocho quilates, en
pequeña cantidad porque allí no llueve. A una legua de estas dichas
minas hay otras de que se ha sacado y saca muy buen oro, que se
llanum de Guacaica; el oro es granado y tiene de ley veintidós quilates
y medio. Hay también en el cerro de Quiebralomo minas de azogue."
FA Obisjto J*iedrahíta dice que " los mejores minerales de oro de
Aiiserina son : el de Tarria, de donde también se sacan amatistas, y
los de Mápura, Supla y Moraga, (jue está en una ladera avolcanada
Pedro Simón, " en las ricas venas, más de oro que doradas, yendo á
disolverlas (ron mayor libertad y gusto que hasta allí, pues siempre
había sido á hurtadillas y con miedos, que casi sólo habían servido de
descubrir a(|uellas grandes riquezas. Para lo cual liizo luego asiento
en lo más granado y fértil de las minas, comenzando á tomar de pro-
])ósito la saca del oro, con indios y negros que las labraban, de donde
fueron sacando desde luego grosedades tan caudalosas que compensaban
y aun sobrepujaban los trabajos que habían padecido hasta allí, para
dar asiento á lo (jue tenían fundado, que á durarles más de los dog
meses que se ocuparon en esto, fuera notable el caudal de todos los que
habían entrado." (1) Desgraciadamente se dejaron sorprender por los
(1) Fray Pedro Simón repitió en prosa lo que había escrito en verso D.
Juan (le (Jaste! Ian(j9 :
Y ansí ranchería
se hizo luego
Donde se recogiesen españoles
Y los indios y negros que labraban
Las vetas y veneros caudalosos,
<Juya prosperidad, si les durara.
Fuera más que bastante recompensa
A riesgos y trabajos padecidos.
üpoga<ló.
cierta (|ue yendo este río de Sati-Jiiaii arriba cincuenta Iej,aias, que liay
muy ricas wiinas de la una parte del río y de la otra." La región á que
se refiereBalboa en esta ])arte es la (pie ocupa Quibdó, que está rodea-
da de placeres auríferos, á uno y otro lado del Atrato.
" Son muy riquísimos los indios del río San-Juan'', dice Cieza de
León, "y los ríos llevan abundancia de este metal."
Las tribus que poblaban la extensa y ardiente región del Chocó eran
tan indómitas y feroces, que por muchos años fueron el terror de las
poblaciones situadas al norte de la l'rovincia de Popayán. Los españo-
les no habían podido someterlas. Los Jesuítas resolvieron convertirlas al
Cristianismo; ellos entraron al Chocó en 1054 y establecieron allí mu-
para cuyo fin se encontraban balanzas de pesar en todas las casas. Pero
la expedición les salió fallida, pues no alcanzaron á robar sino muy
poco oro.
Desde mediados del siglo XVII, y en el curso del XVIII, se explo-
taban minas de aluvión en toda la extensión del Cauca. D. Jorge Juan
y D. vVntonio de ülloa, que hicieron un largo viaje á la América me-
ridional en los años 1735 y siguientes, dicen " Todo lo que comprende
:
Ecliandía.
En IJi^T s(! oryaiiizó cu ropaváii una Compañía para explotar las
minas oro y plata <le Almauucr y (^aloto. (1) Ocurrió al Virrey Ez-
<lo
"son (tu extremo ricas." D. Ángel Díaz, metalurgista español, fué en-
viado por el Virrey como Juez comisionado para el arreglo de las minas
de Supía, pasó allí algunos años, fué director de la de Sachafruto y
tUA-o parte eu la de Echandía; habla de ellas con encomio: " Aíiuel
(1) El señor doctor Manuel María Quijauo dice lo siguiente respecto de una
mina de plata que explotó su padi'e cerca del viejo Caloto " A veinticinco :
San Fi'ancisco de Bogotá un religioso que dice haber oído á VrAx Tomás Carre-
jo, misionero que fué de Popayán, que estando ejerciendo su ministerio entre
tt'rritiiriu, tlicf, i-s capjiz (U* liaoi-r tV-liz ;i todo el Vinciiiato, jx-ro oi <'l
Un marrano 10 id.
Al curandero de picaduras de
víbora, por cada operación O id.
" Estamos ciertos y sabemos que el real derecho y ramo de quintos y cobos
en el tres por ciento que recibió Su Majestad lia producido en el G^obierno de
Popayán 3' sus- reales cajas 18,070 castellanos y ocho granos en los tres años
pasados de 1778 á 1780.
177y
I
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Raposo 376 9 „... 125-30
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«^'b^coas ) ^ •
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Iscuandé
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I I , 7(,-
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Iscuandé -^
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» » >
Samas '
18,07U „ U „ 8 „ ... tl,o2.'!-:!(
Tomando por base para nuesti-os cálenlos el resultado del último año,
(1) La columna de productos de que provienen
los los quinto.s no se halla en el documento
itado; la agrci^amoH para mejor inteligencia.
— ..,^ — ,
en 181l>, hallamos alijunos datos sobre los jmeblos mineros, (|ue vamos
á reproducir
" líarbacoases una ciudad muy rica i)or el irrau número de minas
d(; oru (|ue se encuentran en sus contornos. ¡Se hace allí nn comercio
considerable, y el oro atrae un concurso continuo de mercaderes. La
grande abundancia de éste hac(í á sus habitantes muy altaneros para
con los de las otras Provincias. Son muy entregados al juego, el que es
tan fuerte y tan común entre ellos, (jue á falta de moneda llevan saqui-
tos llenos de oro en polvo que apuestan sobre un naipe, por onza y aun
j)or libra. l*esan éste cuando un jugador ha ganado ó perdido, y sobre
todo cuando (juiere retirarse con alguna reserva.
" Micay es también miiy abundante en minas d<! oro. La atracción
de este metal reúne allí continuamente mercaderes de todas partes, de
antes de haber sido saqueada varias veces desde J810 por los realistas
y los independientes. Sin embargo, como no han podido quitar las minas
de oro que posee, el comercio es siempre activo.
" Es ciertamente muy sensible que Popayán liayu sufrido taiito,
porque sería una de las ciudades más opulentas de la América meridio-
nal, tanto por su comercio como por la riqueza de sus minas, y sus ha-
bitantes, que son en número de 21,000, vivirían en el seno de la abim-
•
dancia.
" Anchicayá es una villa que suple á sus necesidades con sus minas
de oro ; los extranjeros vienen á surtirla de todo lo que puede desear.
Las mujeres se presentan los días de fiestas brillantes de riíjuezas; sus
collares, sus pulseras, sus zarcillos, sus rosarios y sus joyas son de toda
magnificencia y de gran valor. Se visten con bastante elegancia y el
arroyo, por pequeño (|ue sea, donde no se halle una multitud de hombres
oíMipados constantemente en extraerlo; éstos se llaman mazanuirreros.
Pagan anualmente cuatro ])esos por derecho de maza morrear.
" Habiéndose trabajado hasta íu\\\í las minas por medio de los
negros esclavos, (jue es gente robusta y apta para esta ocupación, pa-
rece que no debía separárseles de ella. Han sido aplicados al servicio
de las armas, y las cuadrillas por medio del (juinto que se hizo, se dis-
minuyeron considerablemente, de donde ha resultado (jue la explota-
ción se halla actualmente reducida á la nulidad."
El Capitán Carlos Stuart Cochrane. de la marina real inglesa,
visitó el Chor-.ó en 1X24. De su Diario de riajeH y rexiiUnicia en Co-
lombia, traducimos lo siguiente " El sefun- Hurtado me infonnú (¡ue
:
todas las minas del Chocó no p>'oduc(;n más de diez y ocho á veinte
quintales de oro, (1) y c(!rca d(í diez quintales de i)latino i)or año.
Anteriormente jtroducían nu'is, pero la guerra (de la Independencia)
ha hecho salir todos los mejores negros . . El oro se vende allí á dos-
.
se pierde mucho metal. . . . Todo el distrito del valle del Cauca es rico
en producciones minerales, pero hasta ahora no ha sido explorado sino
superficialmente;
quédales mucho por examinar y ganar á los hombres
entendidos y emprendedores."
Todavía se pasaron cuarenta años después del viaje del Capitán
Cochrane antes de que se comenzasen á explotar formalmente las ricas
minas de plata de Supía, descubiertas desde el siglo pasado. liste ejem-
plo bastará para probar la indiferencia con que hemos mirado en Co-
lombia nuestras riquezas minerales.
La casa de Goldschmidt y Compañía tomó al Gobierno en arrenda-
miento, en 1825, varias minas de oro de filón y de aluvión, y de plata
en venas, situadas en Marmato y Supía, que sus dueños habían aban-
donado hacía largo tiempo. El mismo año llegó á la Vega de Supía M.
Juan B. Boussingault, encargado de la dirección de varias minas que
acababa de comprar otra compañía inglesa. El ha descrito los imper-
fectos métodos de explotación que estaban allí en uso " Los trabajos :
yor razón si se hace estéril, rara vez se continúan las galerías por más
de cuatro ó cinco pies, porque el minero trabaja diariamente para ali-
y aguardiente ....
" Este estado de cosas debe tener un ñn. Minas como las del -Me-
dio " (situadas abajo de la confluencia de los ríos Santa-Bárbara y 8a-
baletas)"que producían de 20 á 30,000 pesos mensuales, exptotadas
según los imperfectos métodos españoles, invitan á una nueva empresa
dirigida con inteligencia. Los mineros modernos ven que las ricas mi-
nas aluviales no pueden ser las únicas que existen, y que debe haber
filones de un valor considerable, atravesando las cordilleras de donde
se originan los inmensos yacimientos de oro que se encuentran en las
tierras bajas y en los valles."
» — (í.{ —
Kstii obsi'ivacii'm de Mr. Wliitc es iiuiv (.-XHcta; él mismo reconoció
<u el Chocó al;(uiios filones «le cuarzo aurífero. Hace poco tiempo que
unos antioqneños «lescubrieron un rico filón en las cabeceras del río
San-Juan ; llevaron allí aljrnnas iiiolenilcras de piedra \ en i»oros días
extrajeron nueve liiiras de oro.
Mr. Wliite pondera lariqueza del río Santa-IJárbara :
••
lvst<- rio es
de corriente nniy fuerte \ llenan su lecho enormes piedras. En los pun
ios donde se ha podido llejxar al fondo, sosteniendo las piedras y soca-
vándolas, se han hallado cantidades de oro por valor de 000, 1,500 \
" No tienen ni una simple bomba para sacar el agua de ios hoyos que
hacen, y para remover una piedra grande, necesitan algunas veces em-
plear la fuerza de muchos negros durante semanas enteras. Si co-
Atrato.
— (54 — <
mente pan, los ríos pescado y las selvas tatabros y saínos Es más
común ver á las mujeres en las i)layas de los ríos lavando oro, que á los
hombres ;
lo cual se explica por(|ue á éstas les gusta tener collares,
zarcillos y algunas varas de zaraza con (pié presentarse engalanadas los
días de fiesta en sus pueblos." (Felipe Pérez).
Mr. Roberto White dice: " Aparece por datos en los cuales puede con-
(I)
— (;.") _
De una carta dr fcclia reciciitt', (liri;ri(la ]k)V cI señor l'úi Ortiz de
líarliat-oas, al señor 1). Serj:io Arlmleila. extractamos lo si^Miieiitc:
" L»ts iie;;ros traliajan en c.iiiiiañía ¡lor mitad con los dueños de
las
minas, v se ocupan sólo tres días de la semana en esta labor; los tres
restantes los emplean -en lavar arenas por su propia cuenta. Cuando
faltan las lluvias el trabajo es más lento, y entoi^ces se ocupan en re-
mover y amontonarla hasta que lia\a agua para correrla á los
la tierra
dieron oro
Ensolvíulo, Saii-.IüiKiuín y otras, que cuando luibía iísclavos
para oiiri(|uec('r á sus explotadores." (José Fernández Gue-
suiicientcí
rra, Docit mentó iiiqjortantej. Varias de esas minas eran de filón y al-
de oro.
Los pobladores de San-Miguel de Sucumbios tuvieron ricos la-
vaderos de este metal á mediados del siglo
XVI, en los ríos Uchua-
etc. La ciudad de Ecija ó San-
rina Bermejo, Anzuela, Amoguajes,
fundada en 1558. " Se establecieron y traba-
Mif^uelde Sucumbios fué
" sus muchas y ricas minas
jaron en esta Provincia," dice el P. Velasco,
de oro, fáciles de labrarse por el terreno dulce y la gran copia de aguas,
las cuales casidespoblaron la ciudad de Mocoa atrayendo la gente con
la <n-an fama de su riíjueza." Los indios bárbaros de este vasto Distrito
se sublevaron y obligaron á los
habitantes de Ecija y de ]Mocoa á
•í. —
cscaimniii di- su Itárliara licrc/a : v vo di^^o «inc de su (lfS|>it|U('. La
notiria (¡uc liay ahora de dicha (|Ut'l»rada es (pU' desde entonces se
conservan en elhi una ú dos familias para estar al reparo y (hir aviso
al cuerpo principal de los indios para estorbar qucí los españoles ú otros
t'Xtranjen»s lo henelicieu. (1)
'• KI len^ruaraz Juan Rafael Simancas, (jue ha vivido entre los
indios, me
dio noticias y las señas de un mineral de plata <|ue se corta
á cincel en la ([uebrada de Xamaquilla, cuyas cabeceras se diri<,'en
hacia Caimán y su desagüe es en Turbo, dentro del golfo del norte.
" EJ motivo n ocasión de haberse descubierto este hallazgo dice que
ha sido el haberse derrumbado un pedazo de barranco de dicha (|ue-
brada, dejando en su superficie unas piezas como mami)ostería que á los
indios á primera vista parecía plomo; acudieron allí con sus hachas
y
machetes para sacar lo necesario para los usos de su montería, pero
dicho nu'tal no quiso ceder á la herramienta cortante, manifestándose
en consecuencia no ser plomo sino plata.
" Es de notar que la noticia de haber por allí dicho mineral se
adquirió en mi presencia año de <)7, comunicándola al Brigadier
el
(1) Los indios cunas, que habitan actualmente algunos caseríos en la región
que baña la quebrada de Cuque, son mansos y de buena índole. El señor D.
Francisco B. Rojas nos escribe lo que sigue: "Cuando era muy joven y me
dedicaba á la extracción del caucho, tuve ocasión de visitar los caseríos de
Cuque, Unguía, Arquía, Canela y Cutí. Recuerdo que en una de las monterías
en que acompañé al capitán Jacinto, Cacique del río Cuque, me refirió que en
un brazuelo de este río existe un peñón ó cerro que contiene oro; que esto lo
sabía porque en tiempo lejano un indio recogía oro en ese lugar y lo vendía á
un americano que iba á hacer el tráfico entre ellos."
— G.S —
" Las del corro df Loaiza y Clialjurquía, ó la mina de I']chaudía,
como la llaman f^encralmcntc. Pertenece á los señores B. Chaves y
hermanas. (1)
"Las de Pantano, San-Antonio, Aguas-claras y Candelaria; las
que tienen menos de 0,15 por ciento no se pueden explotar con pro-
vecho. Excepcionalmente se benefician minas que contienen basta uno
por ciento de plata.
" Los minerales de esta región son en mi concepto mucho más ade-
cuados para la amalgamación que para la fundición porque por el ;
— iiU —
VA Dcpartaiiicnto del Cauca, tan ricaiiioiite dotado por la iiaturaloza,
está llamado á un venturoso porvenir el día que sus hijos sv. entreguen
con afán á la lucrativa tarea de remover sus aluviones y de explotar
sus filones de oro y ¡data.
cultura. En aquel país, que esel más rico en oro, es en donde continua-
mente se están padeciendo hambres. Los placeres del norte y los del
. .
Xueva Granada, recorrió la mayor parte del país y dejó trabajos im-
portantes, que utilizó el señor Felipe Pérez en su Geof/rafía física y
política (le los Estados Unidos de Colombia, limitándose, como él
» — 71 —
tainbi('-n mezclados con platino. .Mas no stílo se ciiciifiitra tan pr('cio.s(»
nu'tal en los cani-i-s de los ríos y (inclnadas, sino (|iu' tanil)it''n s«! <'X-
creto de libertad, los aluviones más ricos se habían agotado, y los otros
yacimientos conocidos no eran bastante productivos para roportar los
gastos de un trabajo pagado. El oro del Chocó se encuentra general-
mente en polvo, ó en planchitas ó como linas lentejuelas; sin embargo,
se han hallado algunas grandes pepitas."
M. E. Andró recorrió nuestro país de norte á sur en 1875 y 1870 ;
" Todo minero ó toda persona que conozca un poco las minas me
comprenderá fiícilmente, si le digo <iue los mineros del (Jliocó han con-
siderado siempre las capas de arcilla, de arena y conglomerados como
yacimientos queforman 2}e ña. Toda capa de cascajo que se hallaba sobre
uno de esos yacimientos era considerada como el depósito mismo que
se debía explotar.Bien que sea bastante claro que la arena, el cascajo,
la arcilla y los conglomerados alternan, encontrándose en repetidas
ocasiones en la masa del depósito, cuyo espesor varía de lüO á 200
pies, jamás, no obstante, se habían beneficiado en una misma mina dos
capas consecutivas de cascajo productivo, cuando estaban separadas por
arena y arcilla estériles. ... (1)
" Una gran parte de la materia aurífera deberá, pues, hallarse sin
explotar en los aluviones. Xunca se han examinado ni los lechos de lo^
antiguos ríos, ni los canales en el terreno cubierto de rocas para hallar
el verdadero yacimiento sobre la peña, ó el fondo del depósito aurífero.
La cantidad de oro en estos últimos debe ser enorme, si se juzga por la
riqueza del cascajo de las capas naturales han
superiores. Jamás los
indicios (jue indican las direcciones originales que siguieron las grandes
corrientes de agua que formaron estos depósitos. Hallamos aquí las más
bellas minas de California representadas en mayor escala, y no puede
quedar duda de que se han dejado del)ajo de las antiguas excavaciones
hechas superficialmente las nueve décimas partes del oro. . .
" Séame permitido decir que conozco bien esos grandes depósitos
de aluvión en toda la extensión del Chocó, desde el distrito de Barba-
coas, en el sur, hasta Quibdó, sobre el Atrato, en el norte, y que no hay
por qué temer algún error en la apreciación de su valor. Estamos aquí
sobre las costas del Pacífico, y los mismos agentes (^ue formaron las '
(1) En
algunos placeres que explotaron los antiguos en el Tolima sucedió lo
mismo que en el Chocó. En la mina de Mal-paso, por ejemplo, no se explotó an-
teriormente sino la cinta aurífera que se encontró sobre la primera capa de
conglomerado. Los actuales dueños de la mina la benefician derruj^endo por
medio de las máquinas hidráulicas las distintas capas de aluvión que descansan
sobre la peña, encima de la cual se halla una rica cinta de oro.
» — 7;{ —
método (Miipicculo t'iK' t'l (le las. esclusas (écluses dt* chassc). ICstc (lescii-
les con nna profusión ciuizá sin igual en ninguna otra parte del mundo.
Al fin del j)eríodo cretáceo tuvo lugar im gran levantamiento del terre-
no, i)roducido por las fuerzas volcánicas, cuya erupción está marcada
}>or la gran cadena central de los Andes, iso hay duda de que hubo
depósitos submarinos que se levantaron auna altura de ocho y diez mil
l)ie8 sobre el nivel del mar. Tan enormes perturbaciones tuvieron que
ser acompañadas por la acción del agua en grande escala. Las aguas,
retirándose de la región solevantada y los océanos contrapuestos cho-
cando contra el creciente continente, asolaron las fracturadas rocas, y
arrastraron sus detritus á la margen de la tierra y á las aguas tran-
quilas.
" Así se íormaron los aluviones terciarios de la costa del Pacífico, y
cuando consideramos que cubren nna área de muchos miles de millas
cuadradas, y que tienen un espesor de 300 á 700 pies, podemos formar-
nos alguna idea de la magnitud de las operaciones arriba bosquejadas.
'•
La formación de los valles del Atrato, del San-Juan y otros ríos
de la Costa del Pacífico, tuvo lugar en un período posterior, cuando
otros y más graduales levantamientos dieron á la tierra ciertos contor-
nos y determinaron el curso de las aguas como se halla hoy. Cuando
esto se verificaba, los arroyos y los ríos abrieron su cauce por entre las
capas de arcillas, arenas, cascajo y conglomerados (jue cubrían sin in-
terrupción toda la superficie, y arrastraron al mar los menudos detritus,
en tanto que el oro contenido en las arenas se quedaba naturalmente
atrás.
" Así, podemos concluir a prior i qiLe ríos tales como el Atrato, el
VI. — KL PLATINO.
Chocó y Barbacoas, pero lo botaban como inútil. Va\ Poj)ayán era co-
nocido el empleo del azogue para separarlo del oro desde 172Ü.
En un diario francés, Journal de Physique ct (PHistoire naturelle
(Noviembre de 1785) se lee lo siguiente " El platino separado del oro
:
orden siguiente :
1* Arena gruesa
y quebradiza con poca consistencia.
2* Tierra arcillosa lilanca y pegajosa.
.3" Cascajo grueso de la clase de los guijarros.
y sobre la más ó menos cantidad de ])latina en los oros hay que hacer
las Hiflexiones siguientes, y no son despreciables por las luces (lue pue-
den suministrar á V. E.
El río de Andágueda (el más caudaloso de esta l*rovincia después
del Atrato) tiene su nacimiento al E. S. E. y se une al Atrato en el
mismo pueblo de Lloró. Su rapidez, angostura y peñascos lo hacen
intransitable, y no con poco peligro se navega hasta un punto llamado
Churina, en donde el minero Antonio Reyes se estableció aliora cinco
años, cuyas labores acaba de abandonar, ya porque no son de mayor
utilidad, ó ya retraído por lo fragoso del río que dificulta la conducción
de los víveres para los esclavos. El oro de esta mina es grueso, terreo,
rado son del tamaño mayor que se han visto, á excepción de una punta
que tuvo D. Mariano Montenegro, ex-Corregidor del Xoanama, en la
Provincia de Nóvita (cuya punta he tenido ocasión de ver muchas veces)
y ([ue en su género carece de ejemplar. (1)
(1) El pedazo más grande de platino que se conoce fué dado por el señor
Ignacio Hui-tado al Genei-al español Morillo en 1815. Tenía la forma de una
» — 7!» —
ICiitrciuos ahora, auin|ue de paso, á n-lluxioiiar lo (Hit* itpoituna-
iiit'Utt' no so tuvo presente, y (jue no «lebo ocultar á V. E., i-uya supe-
rior penetración conocerá fácilmente lo t"un<la<lo de la oltjeción ([ue
poiiiTo si)lire el iiHulo adoptadit jiara aseiruiar al lú-v la ])osesión exclu-
siva de este metal.
En 177.S se mandó consignar cu las Cajas reales toda la i)latina
(lUe se sacase de las minas, j)eru sin retribución alguna á los (jue la
á proporción ? si lo segundo, ¿
por qué se prohibe su comercio con tantas
penas? ¿ por ijué lo estanca el }{e\ ? Este argumento no jjuede ser más
claro y la solución es itien terminante. Y así soy de sentir (salvo el mejor
parecer de V. E.) (|ue para (¡ue S. ]\L logre exclusivamente la pose-
sión <le este metal, deiie darle otro i>recio (jne el (jue tiene en el día
para los minents y entonces yo aseguro á V. E.
;
el a(;opio de ¡¡latina
que sería consiguiente á ello.
Los extranjeros que <'arecen del referido ujetal y (]ue lo necesitan,
saben facilitárselo; el cómo yo lo diré : las relaciones mercantiles do
Morillo lo envió al Rey de España. (J. P. Hamilton. Travels thromjh the interior —
Provinces n/ Columhia. 1823). Este grano de platino fué extraído por un esclavo
de la f|uelivada de Condoto y pesaba una libra, nueve onzas y una octava.
— 80 — '
esta Provincia cuii Cartiigenu son frecuentes: nada hay más fácil (jue
hiera (juedado mejor, á haber aquí un platero (jue piuliese llamarse tal,
pues i)ara juilirla en el estado en (¡ue se ve me costó inmenso trabajo,
porque no se hallaron limas aparentes.
Como no tenjro uuiteriales ni hornillas á propósito, no he repetido
otros experimentos (|ue acaso darían más ideas sobre las bellas propie-
dades de este uu-tal. I'ero V. E., á quien le acompañan superiores
luces y medio de ponerlas en activida<l, podrá por sí mismo verificarlos,
y sacará un merecido fruto de sus tareas. Y espero que sus resultas
serán un testimonio nada equívoco para probar á los extranjeros que
también hay en España quien sepa, no solamente escudriñar, sino
descubrir los secretos de la naturaleza, y que el modo de fundir y ma-
nejar la platina ya no es un misterio impenetrable, sino una operación
familiar para V. E.
bajó el cáliz que nuestro augusto monarca Carlos IIT, de feliz memoria,
regaló al Santo Padre Pío Vi, que desde luego fué la primera obra
(1) Parece que en Bogotá fué donde primtro se consiguió darle maleabilidad
al platino en el Kesutnen del extracto del Expediente de la platina, remitido de Se-
:
y otro dero1<í aquel metal pásase á la Junta e.xpontj ésta en su vista varias
: ;
<
sea la
].oque yo digo á V. E. es que no se sabe aún qué cosa
])latina, á pesar de cuanto se baya dicbo y escrito de ella. Esta propo-
hay mina de dicho metal, y que éste sólo se halla con el oro en más ó
menos cantidad. cuyo A
indicio añado el haberme dicho un minero y
otra persona dignos de fe que habían tenido ,en su poder cada una
un grano de platina que por una parte la manifestaba, y por la otra era
un oro muy tino. Y hallándose uno de los individuos con urgencia,
adhería, y con su pro-
oro de la ])latiua con (juien
trató de separar el
advierto que en esta Provincia hay una mina, ó algunos cortes, que
platina dulce, pues la he encontrado en los oros que vienen de
sale
allí." me lo repite en otra de 11 de Febrero del mismo año, diciendo
Y :
" En esa Provincia hay platina dulce que se deja trabajar como cual-
quier metal."
Todos convienen en (\ue la dificultad para fundir la platina pro-
Se dieron 10,220 reales por el trabajo del cáliz con su patena y cucharita y
le
una caja para guardar estas piezas. Al mismo platero se le pagaron 15,000
reales por labi-ar otro cáliz, también con patena y cucharita.
— .s;i —
pam separarlas vo mismo he hecho la exi)erieucia repetidas ocasiones
;
VII. — TOLIMA.
El Departamento del Tolima se halla encerrado entre las cordille-
ras central y oriental y el río Magdalena. Toda la extensión de su
_ SI —
territorio es rica t'U aluviones de oro: (L) los tiloues de este metal,
auiuiue imnierosos, no han dudo productos de consideración.
la falda A
oriental de la cordillera central se encuentran, en una misma
línea, las
habían llevado á
que de la ciudad de Santa- Águeda, hoy olvidada, se
al Guniilla-. "Siempre hemos juzgado que toda la tierra que hay, siendo
Padre
tanta, desde Tocaima hasta la Plata, toda pinta en oi'o."
(iáiitluk' t\u"^o sin lucUes y (-(Hi leña y sin tarbón, \nn- su buena liabili-
«líitl hizo correr aciuel metal y saeó una plancha de plata »le insís de
<uatro marcos, y quedaron en la cendrada, por tener mal aparejo, más
de otros dos ó tres marcos de plata, porque se veía bien en ella (|ue se
quebró la cendrada j)or ser delgada y no hallarse la ceniza «jue para
ella era necesaria."
(1) £n fcl Elogio del doctor Antonio Gonsáíec, relata en verso D. Juan de Cas-
tellanos lo que este varón ilustre hizo en favor de la minería :
•'
Y vayan en aumento
ansí para que
y de los quelabran los caudales,
las
puso caja real en el asiento,
fundición y fieles oficiales,
azogue y el demás aviamiento
que puede de los indios naturales,
hasta que de la gente de Etiopia
tengan en su labor bastante copia.
> _ h< _
por mil partes, ([lU! parecí' (jue iiti lo pueda ya sufrir ey sus eiitraíias,
las vetas faiula(la:> de estos dos ri(|uísiiuos mótales, (lue cada uiio eu
su especie es de lus más subidos quilates ; y así nmchos llaman ú esta
tierra i>asta mezclada de oro y plata, ijonjue lo están en las minas ....
Cercanía dos cordilleras de serranía, una <|ue corre del este al oeste, y
la otra de norte á sur, en cuyo ángulo recto está ¡¡lantada la ciudad en
lo llano. La parte (^ue corre al levante es toda cerros y minas de liní-
cuya irra vedad y fineza e.Kcede con ventaja á la <|ue so lia hallado eu
esta Provincia de las Indias, y rindiera mucho más de lo que rinde si
I
'
_ SI» _
I )icz aíms tlfspMis. (Ifcia I >. Lucas l>ai|iM'iu, Alcalde de .Marii|iiiUt,
«•11 un informe tliriirido al líev :
" Las minas de plata lian jM'oduciilo
pon-iones de dinero tan considerables ([ue las armadas y ministros de
\'. y\. lo ])odrán vocear Vdemás de esto, señor, es tan alnmdante
lie oro el contorno de esta ciudad, (|U0 lamenta la tierra (d (|ue no lo
tremos sus senos. Y aunque ella es la rica, somos nosotros los i)obres,
por no poder trabajar los neg'ros las minas <|ue liay, sintiendo i)or la
beneficio de los minerales por )nedio del azogue, los (|ue no daban
abasto. Existe en (d archivo de la Cohmia el libro de cuentas de nn
ingenif» que perteneció á 1). Francisco Félix Beltrán de (Jaicedo. En
él consta que en dicho establecimiento se beneficiaron -J,11<S (juintales
de mineral, (fue dieron 2,475 marcos de plata, con gasto de .'il quinta-
les, tres arrobas de azogue, en tres años, seis y medio meses (de Marzo
de lOSi* á Septiembre de Los 2,475 marcos de plata valen
108.")).
to de un año 02,255 pesos. (Jifra bien l)aja por cierto, pero juzgamos
<iue en ese tiempo daban las minas escasos rendimientos, por el pasaje
siguiente de las Memorkm para la Historia de la Nueva Granada^
por D. José A. de Plaza :
" La Corte en 1039 dispuso (jue se trabaja-
reo de ellas, lo que se practicó con escasos recursos y con gran muy
falta de conocimientos, no prometiendo resultados halagüeños."
La época en que minas de plata de Mariquita dieron mayores
las
como lo abonan los autores que hemos citado, á cuyo t(!Stimonio agre-
garemos el de I). Ignacio José de Arce y Zabala "Esta Provincia :
la irrandeza del metal. Mucho se puede sacar por estar tan á la vista/'
nnna que ésta y la de Chiquinquirá. Que vio por sus ojos que Juan de
la Cruz de Amaral, minero, sacó una piedra del brocal de un pozo, en
(lue hay en el j)lan del pozo de la mina del Cristo bastaría i)ara enri-
quecer medio Keino." Hoque de Vargas, de más de setenta años de
edad, dijo: (pie "siendo mozo trabajó con sui)adre en la veta, y que era
el mineral tan rico, que de cada quintal vio por sus ojos sacar seis
marcos de jdata." (3 por 100). (1)
A quince leguas de ^Mariquita fundó el Capitán Asencio de Salinas
la ciudad de Victoria, en lOoS. " Tenía su asiento entre dos quebradas,
(jue ambas parecía ([ue vertían oro." (Rodríguez Fresle). "La labor de
las minas se había conservado allí algunos años con vecindad muy
ilustre, y se despobló como otras, paraque de sus pobladores se acre-
centase la de Mari(|uita." (2) (Piedrahita). Fray Pedro Simón hablado
(1) En
informe de D. José Celestino Mutis (documento L), y en lus Extrac-
el
tos de la correspondencia de D. Juan José D'Elhúyar (documento M), se hallará
el complemento de las noticias relativas á las minas de Mariquita.
(2) Fray Pedro Simón dice en alguna parte de su obra, que la ciudad de Vic.
— 'JL' —
las '•
iíraudes sacas de oro '"
(jue liuho en su sitio, y dice, además, que
'•
era tierra lastrada de oro y (|ue liervía de gente ;
])ero liabiéndose
acabado ésta, que fué en pocos años, faltó la saca del oro, y no pudién-
dose j)or esta falta sustentar en el sitio, determinaron mudarse á otro,
y después á la boca del río Guarinó, donde estuvieron poco tiempo por-
([ue las. incomodidades los forzaron á reducirse á Mari(|uita.'" De una
breve Relación de. las minan del Xnevo Reino, escrita en 1572 por
Iñigo de Aranza, copiamos lo que sigue :
'• En la ciudad de Victoria y
en la de l?emedios han tenido muestra de oro en veta y lian sacado
Próximos á esta ciudad estaban los Palenques con sus ricas minas-
En mismo año, 1551, se fundaron
el las tres ciudades <iue podemos
considerar como los asientos principales ó reales de minas del Tolima :
(1) Matorrales.
— !>.; —
IN'dro Simón, ••sijíiiieron Ijis iiiiuasdc plata (|Uf llaman tlcl í"!'!'!!» il»-
superficie de la tierra, (jue entre las raíces de los árboles y de las yerbas
cogían el oro, como dicen, á puños, pues la tierra (lue sacudían y salía
asida cuando arrancaban éstas, era más oro que tierra. Con que no
tenían ])or grandes jornales, cuando no sacaban cada diez i)iezas de
más de mil pesos por semana; pues había muchos días
esclavos ó indios
que sacaba cada pieza cien pesos, y día hubo que un sólo negro sacó
500, á que llaman venturones. Pero al fin en los ordinarios jornales
fueron muy más aventajados que en las minas de las ciudades de Zara-
goza y Remedios. Despobláronse las tierras para poblar estas minas
mientras duró su grosedad, hasta que fueron minorando, y persiguien-
do los indios pijaos las «'uadrillas (jue sacaban el oro, (jue fué ocasión
para que cesara esta labor, y las pasaron hacia un río que llaman el
Venadillo, de donde también se sacó gran riqueza de oro fino, como
hoy lo sacara en todas j)artes con abundancia quien entrara allí con
esclavos.
"En el río Saldaña y valle de Neiva también se han hallado gran-
des minas de oro, de donde se saca hoy."
Fray Alonzo de Zamora refiere (pie del oro que sacaba en los palios
de su casa uno de los vecinos de Ibagué, dio una corona de este metal
para la imagen de ísuestra Señora del Kosario y otra para el Niño,
con nmy finas esmeraldas, perlas y amatistas. P(tr los marcos que pe-
saba y por la fineza del oro, se la apreciaba en cuatro mil pesos.
Tal es el cuadro que presentaba el fértil suelo del Tollina poco des-
pués de la coníiuista parecía derramar p(tr todas partes
: el oro y la
(1) Esta lámpara l'uc vendida cuando se trató de construir la iglesia que hoy
existe.
(2) El Padre Siiwotí escribió sus yoticias historiales en 16'2Ó.
— 94 —
Los ricos depósitos de aluvión que daban el oro á puñados se ago-
taron pronto. Xo olistante, en los siglos XVII y XVIII el gremio de
los niazamorreros fué numeroso en el Tolima, en especial en Ibagué,
el (iuamo, C'Iiaparral, Coyaima y Xeiva (1), y se extrajeron cantidades
de oro de consideración del do los ríos y de sus orillas. El Obispo
leclio
Piedraliita dice : "Ala verdad, si dijeran que los ríos y los arroyos
que riegan Provincia de Xeiva son caídos de mineros de oro, y que
la
sus arenas sobran para haber hecho á muclios hombres ricos, y sirven
de depósito, en que consiste el caudal de los belicosos coyaimas, que lo
documentos y del mapa de 1608, donde se marca el lugar de las minas de San-
Sebastián de la Plata.
— O") —
limante el gobierno del Virrey INIessía de la Zerda algunos par-
ticulares eonienzanm á trabajar en las minas de las Lajas, sin sacar
provecho.
. Kn 17S."), siendo \'irrey el señor Arzobispo Góngora, s»; pusieron
en explotación, \)oy cuenta del Gobierno, las cuatro minas de plata de
Santa-Ana, la Manta, el Cristo y San-Juan, bajo la dirección del
sabio metalurgista 1). fluan José D'Klliúyar. Se emprendieron en gran-
de los trabajos, construyendo oficinas y montando un taller de amalga-
marcos de plata, que valieron 27,247 pesos. Las minas del Cristo y de
San- Juan habían sido abandonadas ya por poco productivas, y D'Elhúyar
informó al Virrey Ezpeleta que para conseguir un resultado fiívorable
en las otras dos, era preciso aumentar los gastos. Este se aterró con la
cifra considerable de los costos, y no comprendió que en mucha parte
se debían al establecimiento de la empresa, (pie se había hecho en
grande escala. Informó á la Corte, proponiendo se suspendiese la ex-
plotación y (¡ue la empresa se vendiese á censo con todos sus valores.
Así lo resolvió el liey en 1795, mal aconsejado y cediendo al temor
de una pérdida mayor. Las minas quedaron definitivamente abando-
nadas, pues ningún particular ni compañía quiso hacerse cargo de ellas,
ni aun con la condición projjuesta al fin por el Virrey de no pagar más
(jue el \i\hn- de los esclavos, á largos instalamentos.
En 1.S24 arrendó el Gol)ierno de la República las minas de Santa-
Ana y la Manta á la casa de Herring, Graham y Povvles, de Londres,
contrato que fué prorrogado en 185.3 y JS71 en favor de otras sociedades.
La Compañía dio ¡¡rincijtio á sus trabajos inmediatamente, enviando
de Londres un director, ingeniero, mineros y un tren de empleados tan
numeroso, que en 1827 ascendió á 115 extranjeros, siendo el gasto
mensual ordinario de 10,000 pesos. Se logró poner el establecimiento
en el mejor pie posible, trayendo úti!(!S y máíjuinas de Inglaterra y
trabajándosíí (;on el mayor empeño las minas de Santa-Ana y la ]\Ianta
hasta el año 182Í), en el cual fué casi abandonada esta última por razón
de su excesiva jjobreza. La Compañía tuvo el triste desengaño de no
poder fundir los minerales con ])lomo y se vio obligada á reparar la
rico, suceden otras de mineral jtobre, que á su vez mejoran para volver
fue comi)Ieto.
Fuera do las (;xi)lotaciones (|ue menciona el señor (xonzález, en el
nstít del Tolima los dos únicos puntos donde benefician hoy algunos
placeres d(! oro son Chaparral y (Joyaima.
Ew Órganos existen numerosos filones úv, oro y de plata ; el único
(|Me se explota es el de Constancia. Su mineral es rico pero estíaso. Los
afauiados aluviones del distrito de MiraHonís, así como los d(! los ríos
(jK'lli». Sabandija, \'enadillo, etc. yacen bajo la tierra, por falta de
capitales y de mineros, l'^l Saldaña y sus afluí'Utes tienen fama muy
merecida ile ri(|ueza. En el sigh» ])asado una cuadrilla de dos-
Imito
cientos esclavos (|ue explotaron I(»s alu\ iones de las márgenes de los
rí(»s Ircoy Tuluní. Las minas de (jopete-negro y Ajtone, traliajadas en
estí" siglo, lian dado product(»s considerables, y era frecuente en ellas
sacar hasta media libra de oro en una bateada. 1 curco ó (iuamalito, el
<ló (en I.mI) en el valle (le Caiubis, donde estaba el mineral de i|ii(
— 102 —
Plata, donde recogió la tradición de sus ricas minas, ([ue reprodujo con
los vivos colores y con las natnrales exajeraciones de la imaginación
popular en el lapso de dos siglos. Hecha esta salvedad necesaria cite-
mos lo (|ue conciernií á nuestro asunto :
" El grande tesoro ([ue se comenzó á sacar, lliimó (;n poco tiempo
tanta gente y comercio, que fué la ciudad más floreciente do todas,
porque se cortaba la plata con cinceles en veiías vivas, sin apreciar ni
beneficiar los minerales pétreos de ella. Hallándose con este ascendien-
te le sobrevino en loG4, toda de golpe, su más lastimosa y total ruina
por una sublevación de los bárbaros, poco distantes de ella. . .
" Tlniérouse en poco tiempo cosa de 20, 000 bárbaros, según es fama
constante. Sitiaron á media noche el asiento de las minas, y pasaron á
cuchillo á todqs los hombres, mujeres y niños, sin que se salvase ni una
sola persona de más de 900 que allí vivían.
" Cerca del amanecer llegó la noticia á la ciudad. Consternada ésta
con el aviso que llevaron unos indianos fieles, dio la señal para hacer
gente é ir á castigar á los agresores antes que huyesen. Las armas de
fuego, que eran muy pocas, se hallaban arrinconadas, tomadas de orín
y sin prevención alguna : los caballos, (lue eran ya nuichos, se mante-
nían fuera de la ciudad en las campañas ; y cuando comenzaron á pre-
venirse al rayar del día, todos sobrecogidos de temor y embarazados con
los lamentos de las mujeres y niños, tuvieron sobre sí al ejército triun-
fante. Corrían mezclados los hombres con las mujeres, sin saber á dón-
de, é il)an cayendo por todas partes á lanzadas. Pocos hombres con
espada en mano intentaron hacer frente á la confusa multitud ; mas en
vano, porque fueron oprimidos de ella de tal modo, que no se salvaron
sino aquellos pocos que con tiempo acertaron á huir. . .
''
La ciudad de Sau-Sebastián de la Plata fué rusi enteramente
destruida por los indios muy feroces que habitan sus contornos y que
no han depuesto armas desde hace cuarenta años. Comen carne* hu-
las
que fueron fruto del saqueo, junto con los ornamentos y los vasos sagra-
dos. Dicen que al Cura lo asesinaron cuando estaba diciendo la misa, pre-
pararon su cuerpo para que pudiera conservarse y lo llevaron á la cueva
con sus vestiduras sagradas. El secreto de ésta sólo se conserva entre
los caciques. Guainaz contó al señor Ortiz (|ue su padre, ya muy ancia-
no y achacoso, lo llevó por unos riscos de difícil íicceso ; que ya rendido
de cansancio se detuvo en un lugar donde se halla una gran piedra
cuadrada con labores, y de allí le dio las señas de la cueva. Guainaz
murió durante la guerra civil de ISGO i)asando un puente sobre el río:
ahora."
llelatemos los hechos que constan en estas declaraciones :
las ¡ahrahan de atrás parece lo hacían con afina, lo que era contra
toda razón .... El cerro ha apuntado en muchas partes en metal, aun-
(lueno se ha visto hasta ahora cosa lija, lo uno por no haber labrado
las minas por hondo y socavón, como se requiere, lo otro por la falta
de los naturales que hay en esta tierra, que son muy pocos. Por las
vetas que hay, .[ue van derechas y bien puestas, si se labraran por
hondo se vería la grandeza y fijeza que hay en dichas minas, y se daría
en mucha riqueza, lo cual se verá mediante Dios en breve tiempo, por-
que al presente se van haciendo labores en las dichas minas que por
ellas se verá la claridad de todo ello."
por el IMtal con mineros antioqueños halló en la parte del ramal orien-
tal de la cordillera (jue (jueda opueata á la Plata vieja, el terreno muy
removido y señales evidentes de bocas de socavón, todas hundidas.
Comenzó por hacer destapar uno de éstos y lo halló con el ai)a]ancado
podrido, y lleno de tierra hasta nmy adentro. Vw derrumbe que sobre-
vino le impidió continuar los trabajos. Luego hizo destapar otro, y en-
contró en él algunos huesos humanos, y un tra])o de paño burdo. Aban-
donado este socavón por la misma razón que el anterior, se pasó el
trabajo á un tercero, de donde se sacó una hebilla grande de cobre. En
este estado se suspendió la exploración ])or falta de f.mdos.
La situación de estos socavones, como á tres leguas de las ruinas
— loo —
Así s(! lii/u, y el resultado de las investigaciones fué bastante feliz,
IMOUMK l)K I>. .HAN l»r, ()TÁI.(»1!A, ( OXTADOlt OIC I,A AUDIENCÍA DE
SANTA-FK.
" Acabados los negocios de (Jartago, pasé, por mandado del Pre-
sidente y Oidores de esta Audiencia, á la ciudad de San-Sebastián de
laIMata á ver en qué estado estaban las minas de plata y la labor dellas,
y anduve y vi por A'ista de ojos. Ellas están en un cerro grande,
las
dada, nu'is de una veta de metal de plata, no derecha sino echada norte-
sur,y así se lavan con agua y han derrocado con ella un gran cerro,
pero hasta ahora no han hallado caja, sino una pared de peña viva, y
todo cerro parece que es piedra y tierra movediza, y el metal de la
el
I)lata que hasta ahora han sacado, la mayor parte ha sido casi á raíz de
tierra, un estado, dos ó tres, (1) poco más ó menos, y en bolsas, que no
" Muchos días liá ([ue se ha dado noticia de ciertas minas de plata,
que es en esta (rolieniación, de las cuales se ha sacado y saca mucho
Venhid es (pie es menester plomo, pero éste se habrá con poca costa y
trabajo.... t)s cosa maravillosa los metales (fue en esta Gobernación
se descubren cada día .... He mandado tomar minas para V. M. en
lo (pie se tiene por mejor y ando dando orden para que so hagan algu-
nos ensayes y trabajaré (pie no s(! alce la mano hasta saber lo (pie es. . .
.
l'.ÚjliAro' KINAI, |iK VNA KKLACKÍN UVA. TU I'.SI I) KNTK Ww.V. VKNKlíO
DK I.KIVA.
minas fueron invadidas ])or los trabajadores. Cuando las fuerzas de los
minería, que llegaron á su apogeo, hacia el año 1570, había dos mil ocu-
pados en labores de minas.
" Tenemos un boscjuejo del trabiijo de las minas en un informe de
los gastos en relación con unas quince que se beneficiaban j)or cuenta
del Rey. Además d(íl Intendente, del herrero y su ayudante, trabajaban
en ellas unos cien negros setenta habían sido recientemente impor-
:
tados de África y una. tercera parte del número eran mujeres. El gasto
total por año era poco ii^ferior á $ 1¿0,000.
" El rendimiento general si fue rico no fue de larga duración y el
número de los mineros disminuyó. En 1580 sólo había cuatro caseríos
de minas en toda la Provincia. La Concepción, Trinidad, Santafé y
San-Carlos, que contenían un todo unos 170 vecinos, ocupados todos
en labores de minas."
Poco después de la fundación de Zaragoza muchos de los capitanes
de minas de Veragua (Fray Pedro Simón cita los nombres de ocho de
entre ellos) se trasladaron con sus cuadrillas de negros á aquella po-
fama de la riqueza del río Porce.
blación, llevados por la
Hacia 1667 dos piratas, Moisés Vauclein y Pedro el Picardo, to-
maron y saquearon la villa de Veragua. "Los habitantes de la villa son
pobres, dice Ex(|U('melíu, no teniendo algún comercio sino sólo trabajar
en las minas, donde hay algunos de ellos; pero otra persona no busca
el oro que los solos esclavos, á los cuales fuerzan á minar, (|ue mueran
ó vivan, y lavar la tierra que sacan en los ríos cercanos, en los cuales
se suelen hallar algunos pedazos de oro grandescomo garbanzos. Los
piratas no hallaron en tal robo más (jue siete ú ocho libras de oro."
La riíjueza de las minas de Veragua se fue agotando con el tiemj>o;
D.Jorge Juan y 1). Antonio de ITlIoa dicen: "No es mayor el fo-
mento (jue experimentan las minas de Veraguas y Panamá, y esto
])rocede de dos causas la una es que los metales son poco abundantes
:
en ellas y el oro (|ue dan no de tanta ley como el de las del Darién y ;
mares el rico producto de las perlas con que cuentan aíiuellas gentes
más seguras las ganancias, se aplican á él, prefiriéndolo al oro de las
minas, más costoso de adquirir pero no j)or esto dejan de trabajarse
;
rísinias sierras, pues t^mto importa una arroba de earutí como su con
dncciiMí, por(|ne ésta se liace en liomliros ile los indios,"' Sjcmiire ha
haltido no obstante alíennos lavaderos de oro. Los nn'is i>roductivos se
hallan en los ríos 8antiajío, Conrepción, Barrera y Zapaterito. ''Todo
hace creer," dice Mr. Lt»ck, "(|ue en los saltos l)ajos del Santiairo exist»-
(1) A tales Mabajíjs se ifHeie, á no dudarlü, Cie/.a de Ijeóii, cuandi) dice, ha-
blandu de Panamá " Los ríos llevan inuoiio oro, y así, hu'go que se tiind») esta
:
(2) En esta comarca hubo un pueblo y asiento di; minas llamad.» Pasijra,
que los indios del Dai'íén destruyeron en 1775.
:
— 1 1
1' —
Seuiu'tt la\»'» en mi día cinco onzas de oro. l'jl Mayor Doss descubrió
la antifi'iia ininii de Susú, celebrada por su riíjueza. Se asegura que
cuando se excavaba después d<; 1.S21, se derrumbó dejando sepultada
una ^M-an cantidad de oro qu(í estaba á i)unto de ser extraída.*'
l'^l Coronel W. I). Farrand se luí ocupado en los últimos años en
ilesarrollar hi explota<;ión de los poderosos filones de cuarzo aurífero
(|ue existen en la l'rovincia de A^eragua, á pocas leguas de distancia
del golfo de Parita. El luí intervenido en la organizacióu de dos com-
pañías nnneras americanas han emprendido la construcción de
(jue
¡)ueblo de Soná, ({'le está en sus riberas, hay minas abundantes de oro
que los vecinos trabajan, á lo que se llama ffurgiisco. (1) S(í extien-
contrarse blandura hay (pie ademar la dicha entrada y cañón (3), que
sigue continuándose hasta encontrar el metal, sucediendo varias veces
el hallar abortos de oro de la mayor ri(|ueza, pues hace dos años que
sólo la cantidad de tierra que se puso á lavar en una artesa dio media
arroba de oro.
(1) Las voces tjurgusero, burbusero, gurguseo y burbuseo, que eran muy
usadas en el Istmo, son equivalentes de mazamorrero y mazamorreo.
— 114 —
" El trabajo de las hucicas se inutiliza ponjue sueUí atravesarse
en el cañón un banco tle la piedra dura llamada tosca, (jue se vence á
tuerza de penalidades y arbitrios bastante costosos, particularmente lo
(jue se conoce con el nombre de taladros con el fin de sacar las aguas
los cuales suelen errarse en su dirección, porque hasta ahora no se ha-
bía hecho uso de la brújula para guiar su rumbo. Tampoco es fácil dar
ventilación á las minas por lo que cuestan las comunicaciones de nue-
vos cañones.
" Los antiguos trabajaron estas hucicas, pues se han hallado en
ellas muchas herramientas y otros objetos que lo demuestran, pero no
sabían vencer como ahora ninguna dificultad de agua ó banco de pie-
dra. Hay machos cerros de esta especie, y su trabajo y riqueza se des-
cubrió por la constancia del minero Hilario liodríguez, quien hace
veintiséis años empezó á dedicarse ii él, venciendo las dificultades de
la piedra dura que se le interpuso, socavando por debajo de ella, cuan-
do no pudo romperla por medio del fuego y agua con (jue procuró des-
quebrajarla.Desde entonces se hallan estos trabajos en buen estado y
se cree aumenten y se perfeccionen.
" El trabajo en los minerales de oro corrido ó veneros también se
hace en las montañas de Veraguas, en los ríos y quebradas, vegas y
llanos, desde Coclé y Palmillas hasta los ríos (jue habitan los indios
bárbaros guaimíes : se han hallado abortos de oro muy extraordinarios.
'' En el río de San-Bartolomé se da el oro en puntas hasta del
peso de una libra, pero se halla t<in metido entre ])iedras duras y cues-
ta tanto trabajo sacarlo, que se ha abandonado su "labor porque la
dureza de la i)iedra no cedcí al fuego. Mucha es la ignorancia de estos
mineros, (jue no <.'onocen el uso de los barrenos.
" En el río San-Antonio
es constante el gurguseo, pues todos los
años conducen aguas cautidad considerable de este metal.
las
" Finalmente, aseguro que es tan grande la extensión de este
terreno en (lue se halla el oro, ([ue pudieran trabajar en toda la mon-
taña y provincia .")(),()()() hombres, con proporción de terrenos para toda
especie de semillas.
" Cuando el mineral estaba eu actividad j)roducía de ocho á diez
quintales de oro al año. Estos últimos cuatro años han sido escasos,
pues no se han beneficiado más tpie siete ú ocho arrobas en cada año.''
II
dice: "En esta Provincia liay dí'scnbicrtas muchas y muy ricas minas,
hay oro en mucha cantidad : están descubiertos treinta ríos que tienen
oro ; salen de una sierra (|ue está hasta dos le¿ruas de esta vilhi."' (San-
ta-María la Antigua).
El Dariéu se pobló tard»' y sus minas no fueron explotadas hasta la
segunda mitad del siglo XVII. Hacia 1(505 se construyó la casa fuer-
te ilel Keal de Santa- .María, á la orilla del río Pirre, para atender á la
referido."
(>ousta que en ITOS los (|uintüs del Key, de las minas de Cana, al-
canzaron á 82,ÍK)0 <;astellanos (377 kilog.), (¡ue valen L*.'i2,S8() pesos.
Entonces se cobraba el y medio i)or ciento de (juintos y cobos,
seis
El pueblo de Tucuti estaba situado á orillas del río Balsas, cerca de las
1 1;
minas de Troncoso. Un francés <jue vivió allí hace pocos años se ocupaba en
lavar oro de las arenas; refieren que el que sacaba en la semana, en bastante
abundancia, lo exponía los domingos al sol en un cuero y hnígo lo ocultaba
Después de su muerte no pudo saberse dónde lo tenía enterrado.
— IIG —
taremos más extensamente en la noticia que consagramos á la mina de
Espíritu-Santo, A ella nos referimos igualmente en lo tocante al pro-
ducto de las minas del Darién y á otras particularidades interesantes^
El conocimiento que tenemos de la riqueza .de aquella comarca lo
debemos al Teniente-coronel 1). Andrés de Ariza, que fué su Gober-
" Todas las montañas de esta Provincia, y por consiguiente las ca-
beceras de los ríos de donde se originan, son reconocidas por riquísimos
y abundantes minerales de oro Xo hay duda ninguna, según lo que
refieren los indios parciales de estos pueblos reducidos á campana, que
apenas hay palmo de tierra en esta Provincia que no sea de mineral de
oro; esto es, cada uno de dichos indios afirma que en tal ó cual río ó
quebrada en que lia nacido había visto oro cuando iba á montear con
sus mayores, pero que éstos siempre le^ encargaban la precaución de
no cogerlo. Sus mentidos ritos se lo estorban con la superstición de que
si lo sacan de donde lo depositó la naturaleza se mueren al instante,
" Conocen á Titanape y sus riquezas de oro los más de estos indios,
especialmente el lenguaraz Juan Rafivel Simancas y el Teniente D.
Ignacio, que nació en aquel paraje y se crio hasta la edad de adulto
que salió de la gentilidad. Simancas, que nació en Cartagena, se crió
desde muy niño entre y concurrió con ellos por más de vein-
los indios
afirma que las pepitas de oro se sacan allí á poca costa escarbando so-
lamente las arenas en algunos remansos que hace el agua.
" Afirma Simancas (jue cerca de la sierra de Malí, á la parte del
sur de ella, en un arroyo que desagua en el río Pucro, hay también á
la vista rauclia piedra mineral, de donde cierta cuadrilla de negros, que
se había huido del Chocó, sacó mucho de este rico metal pero antes ;
muertes repentinas."
M. Luciano de Puydt asegura (|ue casi todos los ríos del Darién,
en particular los (|ue derraman en el Pacífico, arrastran arenas au-
ríferas.
que esas minas son muy ricas, probablemente más (jue cuahiuiera de
las que se han hallado en California; el Capitán Fitz-lioy, que pasa-
ba por Panamá más oro de las minas de Cana en un año que de todas
las del resto de América juntas. Finalmente, para no prolongar estas
citas, D. Felipe Pérez dice " Llamáronse esas minas en otro tiempt)
:
del Potosí, por la abundancia y el buen quilate del oro que se encon-
traba en ellas."
Dampier es el primer escritor «jue designa con bastante claridad la
famosa mina de veta de Espíritu-Santo, la más rica entre todas, de
que vamos á hablar.
liefiere en su Xueco Viaje al rededor del Añtndo, que
el Capitán
llarris, que tomó en las minas ciento veinte libras de oro, me dijo que
sacaban trozos aun más grandes, pero se veían obligados ú partirlos en
fragmentos. Esos trozos de oro no son sólidos, tienen grietas y poros
llenos de tierra y polvo."
p]n 1702, cuatro'Capitanes de piratas ingleses, á la cabeza de 272
hombres, tomaron la ciudad de Santa-Cruz de Cana y se apoderaron
de la Mina, ((ue así llaman á la famosa de í]spíritu-Santo.
Xataniel Davis dice en su relación de \», Expedición á laa minas
de oro. escrita en inglés :
— " La mina está situada en la pendiente de
una gran colina, á unas treinta yardas de profundidad, y muchas gale-
rías penetran en la colina más lejos de lo que uno quisiera aventurarse.
— 120— ^
este efecto, (1) con una guardia para evitar que los derechos del Key,"
(los derechos de quinto) " sean defraudados. Lávanlo por la segunda
vez después do haberlo dejado algún tiempo en esas casas, y lo separan
de la tierra y de la ganga con que está mezclado hasta que queda puro.
"Se extrae una gran cantidad de oro en cada día que se trabaja.
Todo cuesta allí un precio excesivo por ejemplo, una libra de azúcar
:
II
(1) Esta operación tenía sin duda por objeto descomponer las piritas que
acompañaban el oro.
— IL'l —
'' La diolm mina do Kspíritii-Santo se benefició liasta el año de
17l*7. Ella era de imiclia formalidad: la veta real de oro que tenía era
muy copiosa y de tan noble metal (|ue sus quilates ])asaban de li2.
(iuiaba su dirección muy inclinada ó casi perpendicular, la (pie iban
siguiendo con grandes utilidades en medio de los costos (pie causaba
tenía para (pie bajaran los ojierarios cinco escaleras de 12 ó 15 gradas
cada una. iJabía cuatro norias que de unas en otras subían el agua
filtrada de la tierra, hasta arrojarla en paraje que podía correr para
el río.
*• Trabajaban en ella algo más de L'OO hombres, (jue alternaban
noche y día en distintas faenas; éstos, siguiendo la dirección de la veta
real y de algunas ramas que á trechos se liallaban muy poderosas, sa-
caban fuera de la mina la tierra y pedazos de lajas en que iba el oro
del cerro, por cuyo paraje habían proporcionado el río para lavarla.
'' Cuatro altos tenía la expresada mina, pero el más inferior era
espacioso y muy ancho. En
andaban las gentes en crecido número,
v\
era estéril, en lugar de seis platos daba siete, los cuales después de
lavados no bajaba su producto de IG á 20 castellanos, si acaso no pa-
saba de 40 ó 50.
" No era esto lo (pie solamente enriquecía á estas miserables gentes ;
lits hacía más poderosas lo (iiie iol)aban, \nw.s cada vez (|iie salían de la
mina (si acaso y
los dejaban salir) si no cuando les llevaban á ella la
comida, se aprovechaban del paraje ])rincipal de la veta, y de ésta ó de
la rama hurtaban lo más llorido ; (jue para todos daba la abundancia,
pues en aquel tiempo se vendía el oro por frascos.
Kr maestro Pedro Oramunio, que se halló debajo de la mina
''
riquísima producción.
" Se dice comunmente que la mina de Espíritu-Santo estaba sos-
tenida con pilares de oro : esta vulgaridad tiene su origen de aquellos
pilaros xlel mismo terreno que iban dejando para sostener el cerro á fin
de que no se cayera. Como cualquiera paraje de él es fértilísimo de
oro,y dichos pilares estaban á mano de los que llegaban adentro, ro-
baba cada uno un poco de tierra, llenándose á lo menos las faltrique-
ras, de modo (jue iban los pilares disminuyendo, por lo que se vieron
obligados á forrarlos en tablones para que no se hundiera la mina. (2)
ra comprarlo.''
Sorprenderá, sin duda, el (lue una mina tan rica haya ])odido que-'
dar en completo abandono durante siglo y medio. La razón es, sin
embargo, bien sencilla. Después de las agresiones frecuentes de los
piratas, (lue se ;u)oderaron de Cana en 1(»84, 1701', 17l!¿ y 1724, sobre-
vino la sublevación general de los indios, instigados por el mestizo
audaz Luis (Jarcia. Esta rebelión, que coincidió con el derrumbe de la
mina de Espíritu-Santo, fue tan terrible, que todas las familias aco-
modadas abandonaron el Darién y huyeron á Panamá. Cartagena y
'• por no vivir, dice Ariza, con el continuo sobresalto
otras Provincias,
de acostarse buenos y acaso amanecer víctimas de la crueldad de los
bárbaros." No (juedaron en el país sino las gentes más miserables. (1)
El señor D. José M. Quijano Otero tuvo la fineza de comunicarnos
dos manuscritos im))ortantes que hacen parte de su precioso archivo.
Es el primero una Relación >/ (letal de la Provincia de Santa-María
res delDarién la riqueza de sus minas: "Entre los habitantes de Cana que
viven aún, citaré al viejo Jacinto Mulato, casi centenario, á quien su madrina,
que murió de 104 años de edad, liabía comunicado curiosas noticias. Refería
que habiendo ido un día á la mina acompañada por uno de los directores de los
trabajos, había visto con sus propios ojos dos filones de oro muy gruesos,
uno
del lado del Chocó y otro del de Tucutí, que se les cortaba con
cinceles y for-
maban bancos de oro al caer." (Rapport sur les mines da platean' de Cana, 18.'>3).
(1) D. Jorge Juan y D. Antonio de
Ulloa, que esiuvieron en Panamá pocos
años después de estos sucesos, dicen lo siguiente: "Los minerales más abun-
dantes de metales en el reino de Tierra-Firme y los que daban oro de mejor
calidad son los que están en la provincia del Darién, por cuya razón han sido
siempre éstos los que se llevartm la atención de los mineros; mas, después que
los indios se sublevaron y se hicieron dueños cuasi de toda la
Provincia, fué
preciso abandonar las minas y quedó la mayor parte de ellas perdida, y redu-
cidas las que pudieron conservarse á sólo aquéllas ([ue se hallaban en las
: .
— 124 —
la Antigua del Darién, (I) firmadií ¡lor ]). Andrós de Aiiza el 12 de
Se])tienil)re de 177S. En ella dice" La nombrada mina de Espíritu-
:
tu-Santo decían que producía la mina más oro que tierra, y que el
:
donde corren los abundantes ríos que allí se unen á formar el grande
de Tuira.
" El terreno del valle es el más fértil de toda la Provincia no sólo ;
sepuede coger en él cacao, café y añil, sino también algunos frutos del
temperamento frío.
"Además de la admirable abundancia de oro que tienen los mine-
rales de Cana, lo hace más admirable la maravilla que para su benefi-
ran ser mayores si el temor que infunden los indios con su acostumbrada in-
constancia, y Ja falta de seguridad que debe haber en su amistad, no diese mo-
tivo á que, cautelándose los dueños de minas de los contratiempos que
pueden
sobrevenirles, dejen de empeñarse enel aumento de las tareas con la eficacia
que se, necesita para su mayor fomento." La paz no se restableció'por completo
hasta 1777 pero el ; Darién era entonces casi un desierto, pues su población,
que constaba en 1727 de 20,000 habitantes, se hallaba reducida, según Ariza, á
poco más de mil almas !
(1) Esta relación iba dirigida, junto con un mapa, al Excelentísimo señor
D. José de Gálvez, del Consejo de Estado, y Secretario del Eeal
y supremo de
Indias.
\
— ILM —
'•
Ks constante á todos (juc en iWcho Caua uo sólo en la iniíia de
Kspíritti-Santo, tan celebrada en el ninndo por su peregrina riqueza,
sino en todos los eerros (jue de aquel j)roceden, en continuada y casi
interminable serie, hay copiosa cantidad de oro en veta, hilos etc.
" En menos de quince años logró verse Cana por su mucho oro, de
un monte yermo, en una i)oblación numerosa y circunspecta, la más
grande que se vio en esta Provincia. Aun se ven en aquel cadavérico
pueblo, además de las acequias, puentes y otros grandes fragmentos de
obras ñibricadas para el beneficio de los metales, varios hornos, calles,
etc., (|ue acreditan lo numerosa que fué su pol)lación. . . .
ÍU
— 12(; —
lÓl organizü una coiiii)añía francesa, partió i>ara I*ananiá y pasó algún
tiempo en el Darién. En l-So-'i hizo al)rir un camino que le condujo ala
mineral. A
su vuelta por Y^avisa, cabecera del Darién, denunció por
cuenta de la Compañía del Canal los filones de Espíritu-Santo y de
asnnto.
I
diversos cultivos con buen «'xito; to<lo parece, j)ues, anunciar que si
•• Lste remoto Edén, cuyas entrañas son jnás ricas ([ue su superhcie,
está destinado á ser de nuevo dentro de poco el teatro de un movi-
miento minero por lo menos tan fecundo como el de (pie gozó como
distrito aurífero liace dos siglos."
IV
>L Airiau: •• Era tanto el oro (|ue se recogía en las afanuidas minas de
(Jana ó del Espíritu-Santo, (]U(í con sólo los (juintos reales se mantenía
la situación de I'anamá, ¡Mies llegaba, según relaciones contem})orá-
neas, á cien mil (;astellanos al aíio." (1.4LM),()()(> francos).
;
— 128 —
Como el derecho que se cobralta entonces era el seis y medio por
las minas ascendía á ITij-'W.") libras de oro, que valen 4.:J(íí),()()0 francos.
\'eanios cuál podía ser el producto de la mina de Espíritu-Santo,
•• la más rica, á'wv. el doctor (jullen, entre todas las (jue explotaron los
españoles," y de la (lue se cuentan tantas maravillas.
1). Andrés Ariza dice que los obreros de la mina ganal)an de jornal
seis j)latoncitos de tierra por semana, cuyo producto no bajaba de IG
á 20 castellanos de oro, si acasQ no pasaba de 40 á 50. Tomemos el
número más luego se daban á cada obrero 04 castellanos de
bajo, 10:
oro por mes, que representan un valor de 1<S1 pesos 7ó centavos. Lo
que da para los 200 trabajadores 128 libras españolas.
El señor Ariza habla igualmente de 'Oos muchos y exorbitantes
robos que hacían los esclavos de los dueños " de la mina supongamos ;
que el producto de esos robos qo pasara de cien libras de oro por mes
salían, pues, de la mina en valores perdidos para sus dueños 228
libras de oro.
Ahora, admitamos que' no se extrajese directamente de la mina
sino doble de esta cantidad, sean 450 libras por mes
el se tendría por :
desprenden de este último cotejo, así como d«' los demás datos sumi-
nistrados en esta noticia.
En lS()i) publicó el señor .losé Manuel (Iroot, en el tomo i)rimero
de su Historia eclcsiáfitica y civil fie Sueva (iranuda, un resumen
del importante informe ue D. Andrés de Ariza dirigió al Virrey
<
aun nos cansa sorpresa, admiración pero al día siguiente todo se La;
olvidado. (1)
Vinieron los extranjeros al Darién en busca de este tesoro (jue nos-
otros despreciábamos, y estuvieron andando sobre él ;
pero como la
tierra no brotaba oro, ni las vetas de cuarzo se veían cuajadas de este
metal, no se tomaron si([uiera el trabajo de abrir un pozo ó una galería
para hallarlo.
En 1S8.3 fue denunciada la mina de Espíritu-Sunto por la Compa-
ñía minera del Darién, radicada en Bogotá. Esta cedió sus derechos
áVa Darien (jold mining Company, (jue se organizó en Londres en —
1887, —
en cambio de cierto número de acciones. En los momentos en
que entra en prensa este capítulo, han debido llegar á la hermosa me-
seta de Cana dos ingenieros expertos y algunos mineros ([ue empezarán
l)rontamente los trabajos de explotación. Ninguna mjna tiene en Co-
lombia los brillantes precedentes históricos que ostenta la de Espíritu-
Santo; ninguna ha dado, ni con mucho, i)roductos tan cuantiosos como
ella, ni ha exhibido un mineral (jue iguale en riqueza su cuarzo hen-
chido de oro. Si se descubre de nuevo su peregrino filón, ella volverá
á ser la primera entre las minas de este rico país.
XI. — BOLÍVAR.
Cuando I). I'edro de Heredia salió de Cartagena en busca del
Dorado, en I.">."34, sacaron los españoles una cantidad considerable de
(1) En lii segunda parte de este volumen publicamos un bosquejo biográfico
de D. Andrés de Ariza, el activo y diligente Gobernador del Darién que con-
servó viva y palpitante la historia de las ricas minas de esa comarca.
9
— i:íí) —
joyas y tunjoff de oro del pueblo del Zcnú, que era una gran necrópolis.
El botín ([ue s(í repartieron los expedicionarios, dcíspués de separar el
quinto del Rey, pasó de 4(M),000 ¡¡esos. El oro no provenía del terri-
torio formado por boyas del Sinú y del San-Jorfíe, cuyas arenas,
las
tiene que de este cerro fué la mayor parttí de la riqueza que se halló en
parte del Cauca, que es la del oriente, hoya que hacen entre él y el
Magdalena, harto experimentadas tiene el mundo sus inmensas riquezas
de oro y plata con <iue está entretejida y aun cuajada; porque comen-
zando de los cerros de Simití, las han tenido y tienen de muy gran
riqueza de finísimo oro. Y corriendo desde ellas al sur están las del
Guamocó, donde están fundados reales de minas y un pueblo que se
llama la ciudad de San-Francisco."
El (yiipitán ,Fuan l*érez Garavito, comisioi'ado por el Gobernador
de Zaragoza, fué quien con(|UÍstó la Provincia de Guamocó en IGll :
" Llegó al centro de la J*rovincia," dice Fr.ay Pedro Simón, "y entrando
en muchas jiartes y descubriendo en todas ri([uísimos minerales de fino
oro, en la que más aconu)dada le pareció y el paraje de más ricas
minas fundó la ciudad, sobre las barrancas del río d(! Atara (Tuira),
de saludables aguas i>or ser de oro.
"' Los fundadores de estas tierras las hallaron tan grandes y de oro
tan subido, (jue no pretendieron vivir de otra cosa (jue de la labor de
minas. Luego de la ciudad de Zaragoza-, cuando dieron tan grande
estampido sus riijuezas ))or todo el Keino, atropellando las dificultades
de los caminos, no sólo les metían allí todo
necesario de comidas y
lo
gios que indican que en todas partes hubo en un tiempo trabajos for-
(Castellanos. Elegías).
(I) El Atrato.
\
— 1;« —
el río Maplalena : pero abundan las minas en (|uebra(las y ríos cu una
Provincia (|uc está de la otra parte del Ma<;dalena y vecina de Mari-
quita, á la sierra. Hay < 535 indios dedicados á sacar oro." (líelación
del Nuevo Jíeino de (irannda, 1559).
''
Aun(|ue toda la tierra de los pauches (1) se halla con ¡)ocas minas,"-
dice Fray l*edro Simón, '•
los sacaban de ellas á trabajar en otras ([uo se
liallanuí con mucha grosedad, como fueron las de las Sabandijas y Ve-
nadillo, (L') de donde se sacó gran suma de oro."
En una Reluvión del siglo XVI leemos :
"•
Los indios de Tocaima
lianse consumido por ser muy trabajados de las minas y hay pocos, que
habrá en los L'4 repartimientos 1,500, y aunque está prohibido que se
echen indios á lasminas, con fraudes y cautelas los hacen sacar oro á
vuelta de los negros (jue hay en cuadrillas en ellas. Los españoles viven
de las minas y de las labranzas (|ue los indios hacen de maíz.
Es conocida la historia de la mina de Juan Díaz; citamos al
Obispo IMedrahíta :
'' En Tocaima hubo muchos vecinos poderosos y
ricos, de los cuales fué el uno Juan Díaz Jaramillo, que habiendo en-
«ontrado una mina de oro por modo extraño, sacó de ella tanta canti-
dad, que lo medía por fanegas y deseando eternizarse en la posteridad,
:
Las minas que descubrió este Capitán no fueron vetas hé aquí lo que
(1) ;
refiere el V. Sin\ón " Habiendo Avellaneda dado muchas catas en muchas par-
:
(2) Los filones de Fosca y Quetame son de galena cúbica muy pobre en pla-
ta.La galena de Fosca contiene once onzas de plata por tonelada y la de Que-
tame tres onzas.
— la.-) —
II
(1) En una Relación escrita por Diego de Poveda, uno de los conquistadores,
hallamos la noticia siguiente " El primer oro que se descubrió en la Provincia
:
Ill
tenía hijos y mujer muy pobres, y que había venido á América á buscar
oro. Queriendo divertirse á su costa dijo uno de los presentes " Vaya :
jas. Acercóseles luego con su carga y dióles las gracias por el oro que
le habían permitido recoger. Pasmados quedaron los burladores, levan-
táronse en el acto, y luego que se persuadieron que lo que llevaba el
buen hombre era oro, corrieron á la meseta, y cada cual sacó lo que
pudo para dar vuelta á la ciudad con tan fausta noticia.
"• Toda la colina,"
dice Piedrahíta, " hasta un palmo de profundi-
dad, tenía derramadas las puntas de oro que formaban aquel prodigioso
tesoro, sin que más abajo se hallase alguna, y aunque la labor por esta
causa y por la prisa que se dieron los mineros con innumerable canti-
dad de indios, duró solamente por tiempo de un año, fue tan grande la
suma de oro que se sacó, que por la riqueza que adquirieron los vecinos
de Pamplona en aquel corto tiempo, y los crecidos gastos y vanidades
— ]:'ü —
cu ([uc l:i «-oiistiiiiirroii «mi los aíios si}íuii*nt»*s. ([iiodó la ciudad (-((ur/
nombre ilc l'aiiiploiiilla la lo<'a, Y para ipu! el surest) tciij^a toda la cre-
dulidad (lUf merece, <"itaré á la letra las palabras de (¿uesada ; dice así:
•
Sucedií» que en lanueva ciudad de Pamplona se descnibrieron las más
soberbias minas de oro que jamás en est»í Keino se lian visto descu- :
sus niineralí^s, con (|ue se fue cada día facilitando más el beneficio de
sacarla. . . . La tierra de Suratá es tan rica (|ue toda ella es nna pasta
de oro y plata y otros metales (1). (Jasi diez años detuvo la grose-
. . .
(los mil indios." I), finan José D'lOlliúyar dice: "Los minerales de
plata de laMontnosa baja y Vetas de Pamplona. fueron muy cele- . . .
(1) En una caria que el señor General D. Leonarnu Canal tuvo la fineza de
dirigirnos en Abril de 1886, 3- que corre impresa en el número 60 de La Nación,
te tradición entre todos sus vecinos, respecto de los cuantiosos capitales que se
sacaron de las minas de Páramo-Eico, Eaja y Vetas, Fueron exclusivamente
esas minas las que dieron á la ciudad el esplendor y fama de que gozó algunos
años después de su fundación, y que la colocaron en poco tiempo en el primer
rango de las poblaciones del Nuevo Reino de Granada. La valiosa corona de
que usted habla, construida por artífices de la misma ciudad, con las limosnas
que vino á recoger desde Cataluña Fray Benito de Peñalosa los suntuosos ban- ;
de la ciudad del templo edificado exclusivamente para dar gracias á Dios por
los interesados, en los días en que recibían los cargamentos de los jireciosos
metales; la campana mayor de la primitiva iglesia, que existe todavía y que
llama la atención de todos los forasteros por su tañido singular, debido á la
fuerte liga de oro y plata que por una piadosa ostentación se le dio al cobre de
que fué construida la valiosa lámpara de plata de la misma iglesia, robada
;
herrar los caballos, en vez de los de fierro, y de los cuales se han enconti-ado
recientemente algunas muestras; los tesoros escondidos subterráneamente, que
de cuando en cuando se encuentran en las casas y solares de la población, y
uno de los cuales descubrí yo mismo, pequeño, es verdad, pues sólo alcanzó á
tres mil patacones de antiguo cuño, pero que sirvió de guía para que otras per-
sonas descubrieran en la niisma casa otros depósitos más ricos, compuestos de
— i;;í) —
íiii (iutiiTrc/ (le los IJíos, (liriL'idos al X'irrcy on ITlL'v 17 l.l, toniaiiio.s
lo sifíiiiciitc; :
muiiedss de ur» y vajillas de pliit;t todos estoB lieclios, y otroa muchos que
;
confinnu la tradirióii, vienen en alwno de los datos históricos que usted ha to-
mado de l'iedraliita, el Viney-Aizobispo, (íutiérrez de lo» Kíos, Francisco de
Karaya, Ignacio üallaido, Jacobo Wiesner, Fray Pedro Simón, el distinguido é
infortunado D. José D'Elhúyar, y de tantos y tantos otros, cuyas obras históri-
if», uiemoriRí», relaciones
y escritos de todo género ha consultado usted con
paciente y muy
recomendable curiosidad.
" Entrehechos de otro orden que atestiguan la gran riqueza que se ex-
los
trajo por los antiguos habitantes de Pamplona de las citadas minas, llama la
atención el de haberse extendido túnto la población, que, 'apretada ya en el
valle', —
comolodiceun antiguo expediente, relativo al espantoso terremoto que
destruyó la ciudad en el siglo XVII, —
viéronse los moradores en la necesidad de
'
buscar holgura, levantando nuevas casas en las faldas de los cerros que i-odean
dicho valle;' ven realidad, si una ciudad que no tenía más industria que la
minera, creció tanto en tan pocos años, y llegó á merecer el calificativo de loca,
por la prodigalidad con que sus habitantes invertían cuantiosas riquezas en
superfinas vanidades, como la tradición y el mismo Piedrahíta lo aseguran,
debió ser exuberante la cantidad de oro y plata que se sacó de sus minas.
" ¿ Por qué desapareció esa riqueza
y por qué dejaron de trabajarse esas mi-
nas, no habiendo estado expuestas, como las de la ciudad de la Plata y del
Espíritu-Santo, en el Darién, y otras, á los ata([ues y robos de los indios salva-
jes ? La misma tradición responde ú esta pregunta, de un modo que satisface
completamente á los que creemos en el ine-\orable cumplimiento de las leyes
morales que rigen el mundo. La respuesta es ésta 'El oro nativo de la mina :
de Pie-de-Gallo .se sacaba á cincel, y uno solo de los granos que llegai'on á
extraerse, pe.saba 140 libras pero la pi-esencia en Pamplona de esa inmensa ri-
;
(le tamañas faltas fuera completo, sól)revino después el espantoso terremoto del
1*1 de Enero de 1644, (pie no ha tenido igual entre no.sotros, sino el que destru-
yó las poblaciones del Valle de Cúcuta el 18 de Mayo de 1875 y como resultado ;
de todo, los hombres quedaron aturdidos y áe tal m(jdo vendados, que no han
podido volver ú hallar las ocultas riquezas, ni con la ayuda de extranjeros en-
tendidos en la minería, ni de grandes capitales invertidos en la empresa.'
" Tal es la vulgar tradición, de la cual se han hurlado y que han explicado
(1) De una líaso'n y caria cuenía del oro manifestado ante el señor A. Gutié-
rrez, Alcalde mayor de las vetas de Pamplona y Juez de quintos y cobos, resul-
\
— Ul —
101 \'irn-\ .Mi-.s.«síii (le la Zerda |ir(»iin»\ ió df nuevo hi «'xplotación de
las tuinas de I'aiii|tlnii;(. ci^pindo aun de su peculio, con el laudable
ohjetu de estimular á los particulares. En su tieuij)o algunos sujetos,
iitre ellos 1). .Vntonio Quevedo, 1). Diej^o Calderón y 1). (laspar Al
..irez, |>usieroii traliajos de explotación en varias minas (|iie desculuie
ron en el sitio «le líarrientits, al rededor de la de 8an-Cristólial. El
mismo Virrev piste'» aliruna suma de dineio en la mina de San-Anto-
nio, Celestino Mutis y D. l'edro l'garte. En el
en asoci»> con 1). .José
lejos para llevar á ellos el agua, se reconoce que el trabajo fué grande.
Sólo he podido hallar lo siguiente : en el año 1500 ya se habían comen-
zado á trabajar <'stas minas ; en 1584 se hicieron ordenanzas para ellas ;
ríos, los (|ue según me he informado apenas sacan el jornal del día;
tampoco he hallado razón de lo que producían ])or reales quintos, cuya
arca donde se guardaban aun existe en este Cabildo.'"
En el caitítulo III de la j)arte segunda de este libro damos las razó-
la que de dichas vetas y ríos de Suratá y de los ríos del Oro y Cañaverales se ex-
trajeron en cuatro años y ocho niesea (de 1740 á 1745) 239 libras de oro, por las
cuales se pagaron 1,194 castellanos de derechos de quintos y 3:)8 castellanos de
cobos.
(1) Hemos tenido á la vista el expediente de la visita que hizo á las minas
— 14;; —
•* Ik*
L:i (»tr:i rurta ticiu' tVclia L'.'> <lc l)ici(.'iiil»rv. Hii «-Ha le ili<«- :
lian trabajado en los líltinuts tiempoH, y (jue, según los ensayes, pro-
ducen oidio ó míís onzas jior (luintal."
nes movidos ]>(u- una famosa ru»Mla bidráulica de bierro : otro de nueve,
(pie con los anteriores. tral»ajaban f\ cuarzo aurífero. Pna batería de
1) Pul- l:i Ijf-y lo ik' 182ÍI se dispuso tjue el l'oiler Ejecutivo {-udierii
1
permitir
expoitaciún de minerales de «Vo ó plata, siempre ([ue no fuera posible benefi-
l;i
— 141 —
niiovc pis(»iu's secos cstiibji ocupada cu portirizar el mineral de plata.
I'n lionio (le rcverliero, otro para destilar el mercurio, seis toneles de
amalgamación, mátiuina de aserrar y otras varias con)i)letaban el tren.
Tendieron rieles de madera en la galería de extracción de Santa-Cata-
escasez de fondos, las otras i)or haber confiado la dirección de las labo-
res á personas poco entendidas.
Fáltanos decir algo sobre la formación geológica de los filones.
" La ganga que acompaña á estos minerales es el cuarzo, negro
azuloso en el interior y en la i)arte baja de los filones, y blanco hacia
la cumbre de las serranías.
" La roca esencialmente feldespática en (|ue están encajonados los
filones, alterna con la diorita (llamada sabanera p(u- los obreros comar-
canos), en caprichosa irregularidad, y sólo los que están situados en la
cumbre de la cordillera, como los de la Virgen, Ilueda y Páramo-Ei-
co, están encerrados en granito perfecto, salpicado de gruesos gra-
nates.
\
— 14.") —
'• VA í'spt'sor tl<* los filones es de uno si cuatro centímetros en gene-
ral : pocos he observado (|ue lleiruen á diez ó ijuince. Estas escasas
dimensiones en espesor obran en <'Ilos favorablemente, habiéndose
observado en California (jue los filones auríferos son tanto más ricos,
manto menos espesa es la ca])a de mineral.
" Las «jeodas ó bolsadas (|ue se encuentran en las venas y que
realmente encierran á veces una jrran no son escasas en las
riíjueza,
que podrían ser mucho mayores con sólo aumentar las corrientes de
agua para los lavaderos, hoy mezquinos por extremo, llevando acequias
de cual(|uiera de los ríos vecinos, cuyos orígenes dominan completa-
mente el valle. La sabana propiamente aurífera mide cerca de tres
leguas cuadradas.". . .
*' Dfispués (le una experiencia <jue me lia puesto en el caso de ex-
cúbico.
El sabit» lioussingault dice: ''VA oro st; extrae en (íirón lavan-
do un terreno de acarreo compuest»» dí^ frag\nentos de rocas pizarrosas,
terreno que se halla al ]n(í de una cinta de gneis tirando á pizarra
micácea..-- El oro (im- se saca es tan tenue que los lavadores no
pueden acabar la operación en la batea, y luego que llegan á la areni-
lla (fierro titanado) en (|ue él se halla diseminado, tienen que usar de
siglos,
l\
— ir,() —
[)re teuerstí proseute ([110 los ríos son ineiios auríferos eu proporción de
lo nieuos rápidíi (jiic se liace su ciiítlíi (Mi la símúo ilo los sijílos. Un
aduar de salvajes que so establece; eu un valle donde no ha penetrado
jamás hombre alguno, encuentra en él granos de oro acumulados en
millr.res de años al paso que en muchos días los lavaderíts más trabaja-
;
metal que tenían sus tribus estaba todo convertido en objetos de adorno
á negar la veracidad de los conquistadores ; á presentar una confusa
teoría geológica que loshechos no couñrman, y á hacer viajar á esos
pobres indios hasta la Sonora (en México) en busca de algunos puñados
de oro. Aun suponiendo (jue este metal no hubiera existido en su terri-
Chocó, con cuyos habitantes tenían relaciones, por la vía corta y nave-
gable del A trato.
En otro error grave incurre el Uarón de Humboldt al hacer la repar-
tición del producto de las minas al principio de este siglo ; dice así
" Dividiendo los terrenos auríferos en tres regiones, se deben contar
como sacados del Chocó más de 10,800 marcos de oro" (1.574,040 pesos),
" ó más de la mitad del producto total del Virreinato 4,000 " (070,080 ;
<iue revela la simple lectura de su obra. J)ice, entre otras cosas, que el
Chocó fue poblado en I."»,"/.), cuando es bien sabido ijue no pudo po-
blarse sino más de un siglo después, posteriormente al año 1054, luego
que los Jesuítas establecieron misiones allí y lograron pacificar á los
feroces indios de esa región.
M. Clievalier dice en su libro sobre las minas de ovo y plata del
Nuevo ^lundo "'La Nueva Cranada producíju desde el siglo XVII
:
primeros años del siglo XIX fueron hechos partiendo de una base
errónea; dice así: " Según informes tomados en fuentes oficiales, que
debo al señor Coronel Acosta, la amonedación media de los años 1806
y 1807 en las dos Casas de Moneda reunidas de Bogotá y Popayán
fue de l¿2,3Go marcos de oro, ó de $ .3.041,502." El doctor José Ma-
nuel líestrepo, que es autoridiid irrecusable en esta materia, distribuye
así la amonedación en las dos Casas citadas :
— 152 —
El profesor alemán Soetbeer reparte así la producción de oro en
Colombia, en un libro reciente (Edelmetall-ProduMion) :
Total .$ 847.113,750
Período.
— 153 —
seguir en proj^resión rápida hasta el fin del siglo XVI, y sin embargo
Soetbcer la hace igual para los (í4 últinius años de éste. Luego la hace
subir gradualmente en el siglo XVII, hasta llegar en la ]»riniera mitad
del siglo XVIII á la enorme suma de $ 3.487,500, sin tener en
cuent^i (jue el número de los pobladores era entonces reducido, que el
mudo, que sus alzas y sus bajas no tienen razón de ser, y que la única
lecha que se lee en él es la de la proclamación de nuestra indepen-
dencia.
!^o obstante (|ue las cifras (jue nos han servido de base para calcu-
lar la producción de oro en el ])resente siglo son bien distintas de las
(jue adoptó el profesor Soetbeer, hemos llegado, como se i)uede notar,
á un resultado general muy semejante.
]'íl único colombiano que se había ocupado antes en estos estudios
cs'el doctor .José Manuel Kestrepo, quien sólo calculó nuestra produc-
ción de oro en el período comprendido entre 1753 y 1859. Por no haber
tenido en cuenta, — sin duda por falta de conocimiento (Je ellas, — las
nedaba cfl .si todo el oro <iue producían la ff minas, porque ae respeta-
ban las prohibiciones de exportarlo. Sólo una pequeña, parte era
conducido á Espafia en barras, pagando los denichos establecidos."
La prohibición de exportar oro de contrabando subsistía siemjire, pero
la de exportar el que se fundía en las casas reales de fundición había
cesado hacía ya mucho tiem])o.. ]']s cierto que las barras de este metal
que se fundían en Mompox había que llevarlas á la Casa de IVIoneda
de Bogotá ; i>ero esta obligación cesó desde 1720, año en que se publicó
— ir)4 —
uuii real cédula que ])(;nnitió (íiubarcarlas «'U Cartajíena para Es-
paña.
(lesi)ejar el campo de los nú-
Estas pocas observaciones bastan para
meros, en que vamos á entrar, y para responder á la objeción que se
el
las razones que hemos tenido para no aceptarlos sino á beneficio de in-
ventario.
Hé aquí el resumen del oro amonedado en las dos Casas de Moneda
de Bogotá y Popayán de 1753 á 1800 :
l.V. _
fKKIOl)...
.
— 156 —
El Barón de Ilumboldt dice por su parte : " En la Nueva Granada
la exportación fraudulenta del oro del Chocó se ha aumentado mucho
desde que se declaró libre la navegación del Atrato. En vez de llevar
el oro en polvo, y aun en barras, por Cali ó Mompox, á Casas de las
Según las noticias que he podida recoger de las personas que hacen el
comercio del oro en polvo, — á, quienes llaman rescatadores, — en Car
tagena, Mompox, Buga y Popayán, en parece que puede valuarse
2,500 marcos " (8 363,000) " la cantidad de oro que sale de contra-
bando del Chocó, Barbacoas, Antioquia y Popayán."
Xo damos el resumen del oro amonedado de 1800 á 1859, por no
estar completo : falta el dato del quesjb acuñó en Popayán de 1800 á
1822. El señor Restrepo nos sirve de guía segura hasta 1851. De esa
fecha para adelante nos hemos dirigido por noticias tomadas de escri-
tores bien informados, y por las que debemos á amigos particulares.
Respecto de Antioquia tenemos datos seguros, muchos de ellos de ca-
rácter oficial, que comprenden los iiltimos treinta años.
Estas explicaciones, que hemos procurado sean tan sucintas cuanto
lo permite el asunto, eran necesarias para dar idea de cómo hemos pro-
cedido para formar los cuadros que á continuación publicamos. En
todos ellos hemos estimado el oro y la plata por su valor real, sin tener
en cuenta el premio de cambio.
La producción total de Colombia desde la Conquista puede estimarse
en 072.000,000 de pesos, de los cuales 039.000,000 son de oro (1) y
33.000,000 de plata.
Considerando á Colombia dividida en dos grandes zonas cortadas
])or el río 3Iagdalena, corresponden aproximadamente -á la banda occi-
dental 8 052.000,000 y .s l'0.000,0()0 á la oriental.
El producto total puede dividirse de la manera siguiente :
Antioquia $ 250.000,000
Cauca 249.000,000
Panamá 94.000,000
Toliuui 54.000,000
Santander 15.000,000
Bolívar : . 7.000,000
Cundinanuirca 1.800,000
Magdalena
'.
.*
1.000,000
Boyacá 200,000 .
Total $ G39.000,00(T
pkrÍopo.
— ins-
iga i)r<)<lii(xión (le itlata si; repartí; (•(tino si^iif:
Total * ;í;í.ooo,ooo
Durante el primer cuarto del presente siglo no liubo una sola mina
de plata en explotación en la República. J)e J87.i para adelante la
])roducción d(! est(í metal lia venido aumentando rápidanKínte. En 1883
ascendió ésta á « 1.000,000 y en 1884 á 8 1.250,000.
liemos hecho algunas correcciones en los cuadros de la edición ante-,
Chile 175.839,750
México 153.507,900
Perú 100.717,500 .
(Jomo se ve, (Jolombia ocupa el primer puesto entre todas las anti-
guas colonias españolas y el segundo en América. Mas, si se compara
su extensión con la del inmenso Imperio del Brasil, puede decirse que
(Jolombia supera proporcionalmente á ésta en su producción aurífera.
\
< 'ada país reirihió en dote del Creador señaladas i)roduccioues natu-
rales para atender á su subsistencia. Al cultivo y elaboración de «días
debe sujetarse hombre, por necesidad y conveniencia, sin perder el
el
(1) El Atrato.
11
— 102 —
Cieza están lastradas de este metal. Este otro ramo de la misma cordi-
llera que se acerca al río Cauca y (jue comienza desde las cabanas de
Yapel y corre hasta Popayán, bien saben que es toda una pasta de oro
los moradores de los pueblos que se lian fundado en ella y permanecen
hoy de españoles, que son la ciudad de Antioquia, tían-Jerónimo del
Monte, Anserma, Toro, Cali y otras (lue se han despoblado.
" Esta otra parte del Cauca, (jue es la del oriente, hoya ([ue hacen
entre é! y el Magdalena, harto experimentadas tiene el mundo sus
inmensas riquezas de oro y plata, con la que está entretejido y aun
cuajado, mezcladas las minas del uno y de la otra por(|ue comenzando
;
de las sierras de Simití, las han tenido y tienen de muy gran riíjueza
de finísimo oro. Y corriendo desde ellas al sur están las de (luamocó.
donde están fundados reales de minas, y algunas leguas más adelante
la ciudad de Zaragoza, en la que también se comprendieron las tierras
de la ciudad de Santafé de xVntioquia. Bien sabe el mundo las infinitas
riquezas de oro que se han sacado y se sacan hoy, lo mismo qu(! de las
ciudades de Cáceres, Arma, Cartago y Buga.
" Cayendo más á la parte del río de la ^Magdalena, no han llevado
más corto paso las grandes sacas de oro que ha habido en la <'judad de
los Kemedios, y lo mismo corre en los sitios donde estuvo fundada la
primera vez la ciudad de Victoria, ya cerca del río Guarinó. Si quere-
mos tratar de la riqueza de las minas de oro y plata, entretejidas unas
con otras en la ciudad de Mariquita, que está más adelante, mejor lo
dirán ellas y <iuien las goza, pues son tan abundantes y de tan subida
plata,que espantan, juntamente con su mucho oro de 22 (iuilates,desus
minas de Hervé, Santa-Águeda y otras partes que se hallan en más
de 10 á 14 leguas que se extienden los minerales por su serranía al
poniente.
" Lo mismo decimos de las minas de oro y plata situadas en una
misma cordillera y que se dan las manos en la ciudad de Ibagué. Las
grandes minas de San-Sebastián de la Plata, en la tierra de los indios
rica ([ue toda ella es una pasta de oro, plata y otros metales, en espe-
cial en una parte que llaman la Montuosa.*'. ...
En el curso del siglo XVII completaron los españoles la explora-
— H\:\ —
cióu (le las regiones auríferas (|ue se conocen en Colombia, y cuipnii
dieron trabajos de explotación de minas en todas ellas. Desde itrinci-
Lo.s más ricos no se hallarán sino poco á poco. Ellos serán el premio
que espera á los hombres perseverantes que con tino y constancia in-
sistan en buscarlos.
La prohibición de las mitas no produjo ningún mal resultado eu
Autioquia, el Chocó y el resto del país, porque fuera de Mariquita y
Pamplona, en los demás distritos mineros el trabajo de las minas se
Virreinato.''
En una representación dirigida al Rey en 1783 por elProcurador
de Popayáu, D. Vicente Hurtado, leemos lo que sigue :
" El remedio
general y casi único para la subsistencia de este vasto Reino y su co-
mercio con España, quien lo vivifica y alienta, es el oro que se saca de
las muchas minas que de este precioso metal se trabajan en los gobier-
Paiiailuí $ 28,508 :
447;
Eemedios 2,546
Antioquia 8,98o
Zitará 5,575
Xóvita 5,400
Cartago 7,320 i 2,455
oro que saca de sus minas, sin giro, expendio, ni salida de sus
frutos y algunas manufacturas. Su provisión de mercaderías y géneros
de Castilla depende de uno \i otro registro, remitido por el comercio
de Cádiz á la plaza de Cartagena, de donde se trasladan estos efectos
á lo interior del Peino, causando costos en derechos y conducción, con
tanta decadencia, que son muy raros los que disfrutan alguna utilidad,
y menos los que medran en la carrera. Xo hay arbitrio para conservar
dentro del Reino la moneda, por ser la especie necesaria para la com-
pra y no lograrse proporciones para el canje de los géneros que entran.
— 1G7 —
I*or lo qut' |)ro(luc(' el país, únicamente se labran en Tnnja, Socorro,
Vélez v contornos hasta los Llanos algunos lienzos ile algodón, cami-
setas, frazadas, mantas y semejantes, (pie contribuyen á un muy lento
comercio en el interior de unas Provincias con otras, donde se con-
sumen."
En los últimos veinte afios del siglo XVIII se dio principio á la
poco cuenta nuestra impaciente raza latina. Este fué un golpe decisivo
para las minas del Chocó y Uarbacoas, que se explotaban con cuadri-
llas de esclavos. La producción anual de oro del' Chocó, que era al
hacerse sentir la crisis monetaria que tan hondamente afecta hoy á nues-
tro comercio y nuestra industria. La competencia hecha á nuestros
frutos en los mercados europeos por los de la India, Ceilán, los Estados
Unidos, el Brasil y la América Central, los ha hecho bajar rápida-
mente á un precio ínfimo. De todos nuestros productos principales de
— lÜlí —
t'XpürtHcióu, el oro <'s el único t|ut' uo lia sido depreciíKh». lOii esa la
fhii industrial, cu la que no se i)elea sino ron las armas |)o(lerosas de
i|ue disponen la civilización y la ciencia, (lue no son otras (|ue las luá
quinas, teníamos que sucumbir nuestras tierras más fértiles y sanas
;
gaima, cuyos indios pagan en oro sus tributos sin más afán que el de
irpor él cuando es llegado el caso del entero; y en otras partes muchas,
donde cada día se encuentran ricas minas. ... Le hay declaradamente
en las vetas de Pamplona, en la Provincia de San-Juan de Girón,
que llaman por autonomasia Río del Oro, y si he de decir verdad, sería
prolijidad el expresar todas las partes donde se ha descubierto ha-
berle. . . . Ya se sabe que le hay en abundancia en toda la Provincia
de Antioquia, donde hay nn cerro ([ue se denomina Buriticá, que ha
hecho realidad lo que pasó por ente de razón, porque es un monte de
oro, aunque no le logran sus vecinos porque casi está intacto.
'']\[ucho es tanto oro, pero es más los subidos quilates ([ue alguno
— 171 —
lieiic, porqiif el de Cañaverales ((iirón) tieue de ley, según lue dice el
ensayador de la Casa de Moneda, 2."» quilates y un grano el de Qui-
;
naniayó 2l' <|uilates y ilos granos; el de Murrí, L'L' quilates y tres gra-
nos, y en Mariquita hay minas (pie le dan de lili rjuilates y medio la :
Acaso se dirá (jue si nuestro país es tan rico, ¿ por qué es tan pe-
queño relativamente el producto de sus minas, que apenas pasa de
4.000,000 de i)esos anuales? La respuesta es bien sencilla. La minería
se ha desarridlado en Colombia con los escasos recursos de sus habi-
tantes; le han faltado hasta hoy, en general, para su fomento y su
progreso definitivo, los capitales extranjeros y los métodos de la grande
explotación. Le ha faltado otra cosa, además, y es que las circunstan-
cias no la han favorecido aún, como á otras naciones, haciendo que se
descubra alguna mina ó distrito minero de riqueza excepcional, para
que se imponga la fama que tiene ya adquirida y sirva esto de in-
centivo á los capitales que buscan con afán por el mundo empresas
productivas. Es bueno que se tenga presente que las minas de plata
que han hecho opulento á Chile se descubrieron entre los años de
182.1 y 1848; los aluviones auríferos de California, en 1848; los
(I) " Un
númei-ü bastante grande de minas han sido abandonadas," dice
M. Moulle, " sin
motivos serios, ú por consecuencia de accidentes de explotación
que no presentarían ninguna importancia bajo el punto de vista europeo."
placeres de 8an- Vicente de Páez, ciiando los páeces los obligaron á
abandonarlos. Aunque dichos placeros eran muy ricos no se han busca-
do después.
Los conquistadores dieron tan mal tratamiento á los indios, obli.-
tuvo esta ciudad nueve mil indios de repartimiento, los cuales se mata-
ron todos por no trabajar, ahorcándose y tomando yerbas ponzoñosas,
con lo cual se vino á despoblar." En Anserma, Cali, Popayán, Mari-
([uita, Remedios, y en general en los distritos mineros, disminuyeron
muy pronto los indios después de la Conquista. Quien lea con atención
las relaciones escritas en el curso del siglo XA"I hallará quejas frecuen-
tes de que escaseaban éstos cada día más en las minas. Los de Pam-
plona eran, según una antigua relación, gente pobrísima y de muy pe-
queña estatura, miserables, que en sacándolos un paso de su naturaleza
se morían." (1)
Desde 1548 se adoptó la violenta medida de echar indios á las mi-
nas. Para relevar á los naturales de un trabajo tan penoso, se permitió
la introducción de negros para la extracción del oro y de la plata. Si-
(1) Pocos años después de la Conquista, al terminar el siglo XVI, hacía esta
pintura D. Juan de Castellanos :
"
Porque donde ellos faltan, falta renta,
Y donde falta renta, falta todo :
I
Caudales menguan, las miseri»s crecen,
Haj- aquí queja, donde quiera luto,
Y en hecho de verdad, en los extremos
tbtá toda la tierra según vemos.
•'
í'A oro falta y la ])lata niancii,
Los naturales menos cada día,
Kn í^ran aumento va la gente fnnicn
O que de sello (1) tiene fantasía :
(1) Hé aquí lo (jue en ese ai"io escribía el Presidente D. Antonio Manso sobre
la suerte de los pobres indios que obligaban á trabajar en las minas "Hecha :
la conducción, lo que sucede es que salen los indios de unos temples frigidísi-
mos á las minas de Mariquita, que son calidísimas trabajají dentro del agua ;
con el peso de una barra, á que no están acostumbrados, con que dentro de
lK)Coenferman si no mueren muchos á pocos días que experimentan el trabajo,
se huyen y se aplican á bogar en las canoas del trajín que hay en el vio de la
Magdalena, ó se alejan más distantes, con que es raro el que vuelvan á su pue-
blo. Lo peor es que en seguimiento del marido se suelen ir la mujer ó hijos j)e-
queüos con él á las minas, y perdido él ninguno de los ([ue salieron vuelve, y si
alguno vuelve es inútil ya para todo, porque ü viene azogado o medio tullido y
perdida la salud para siempre, bucede también que siendo obligados los Capita-
nes á pagar la demora de los ausentes, tienen que salir de su pueblo á i)uscarlos,
en que consumen meses enteros; y si no los hallan acontece también el no vol-
ver, con que se destruyen en cada conducción entt<ramente los pueblos, nüno-
y va faltando <;adH día este renglón á la real Hacienda.
rándo.se los tributi>s,
Falta quien cultive los campos y quien acarree los mantenimientos, con que
dentro de poco faltará todo. Kste horrible inconvenientíí aun es mayor de lo
que se pueda jK)nderar."
(1) Serlo.
12
— 178 —
otras castas, y nada o jtoco ejercitadas en la labor de minas, los dueños
de ellas (k-bieron hallarse de la noche á la mañana sin manos para tra-
bajarlas." (D'Elhúyar).
La observación del señor I)'p]Ihíiyar es muy exacta y la confirma
el I*. (Jumilla, qxw estuvo en Pamplona algunos años después de la
preferencia.
En el archivo de la Colonia hemos examinado un interesante docu-
mento un interrogatorio hecho por orden del Virrey D. Sebastián
: es
(1) También sucedía á veces que los indios ciue liabían terminado su año de
servicióse iban antes de que llegasen los que debían reemplazarlos, catisando
con esto grave perjuicio á los dueños de las minas.
(4) Tan cierto es que se perdía mucha plata en el beneficio por medio del
azogue, que el señor Mutis refiere qué á fines del siglo pasado " sacaban anual-
mente Ij.jOO onzas de plata, con indecible rrabajo, algunas pocas familias del
Tiro: Pozo general y seguido que sirve para extraer por artes ó máqui-
(.'>)
pusieron en labor."
En esta opulenta región de Mariquita ''se puede seguir con toda
seguridad una cañada,'' — nos escribe el señor Pantaleón González, — ".y
á poco andar se encuentra algún filón argentífero ;
" no obstante esta
abundancia de vetas, hace siglo y medio ({Wv fueron abandonadas sus
minas, mucbas de ellas quedando derruidas, y en el curso de este siglo
sólo cuatro se han vuelto á explotar : Santa- Ana. la Manta, Frías y
el Cristo.
En dos cartas escritas por el señor D'Elhúyar al Virrey en ITS;"),
" En general todas las vetas que trabajaron los antiguos están cua-
si vírgenes ; saco este juicio de la disposición del terreno (en Mariquita)
que no les permitió internarse mucho en ellas, ignorando los medios de
l)recaverse de las aguas y, sobre todo, de jirocurar la \ entilación.
" En la mina Manta se ha descubierto el socavón del desagüe con
otros muchos que trabajaron los antiguos, ])ero con tan mal orden que
es difícil imaginarse cosa j)eor arreglada. Los socavones se parecen á
las calles que se hallan en las ciudades morunas antiguas de nuestra
Península, por lo estrecho (apenas cabe un hombre agachado) y revuel-
to de ellos. Acostuml)rado á ver minas, apenas me he podido formar
una idea completa de la posición de las diferentes partes descubiertas.''
las noticias siguientes sobre loscambios que se efectiían en las minas de plata
<le Marmato " En las formaciones de la,s minas de plata de Marmato he ob-
:
servado que la parte de los filones que queda muy cerca de la superficie es
generalmente pobre ose hallan éstos muj^ estrechos y desprovistos de mine-
;
escasas de plata, pero con algo de oro. Á poca profundidad empiezan los filones
á enriquecerse y se encuentra la plata nativa y las combinaciones de este
metal con el azufre, el antimonio )' el ai'sénico, sirviéndoles de ganga el car-
bonato de cal cuando se llega á las formaciones de cal y plata roja hay tam-
;
(
1 ) iJalidie, ciiav/.o dcBconipucfito de .iparienciri caliza.
.
— 182 —
'' donde lian dado las entrañas de la tierra
D. Juan (le Castellauos :
gran cantidad do oro sobre plata," y Fray Pedro Simón " la tierra :
de Suratá es tan rica que toda ella es una pasta de oro y plata y otros
metales." Mientras éstos predominaron su extracción fue muy fácil y
(2) Cartas de 1). Gaspar Alvarez .al Virrey (Marzo de 17ti2) y á D. Lucas
Ugarte (Noviembre de 1763).
\
— 183 —
se ejercitara únicaiuonte en sacar el metal, (lueiiiarlo y tirarlo al río,
sólo por aprovecharse de atiuella corta porción «le oro «jiie le dejaría
cada carga, y me lian infonnado que este sujeto desperdiciaría más de
mil cargas de metal en la fitrma dicha. Así han desaprovechado tantos
millares de cargas, labrando por una peciueña cantidad de cobre ó de
*)ro el que tan manifiestamente daba á conocer su rica ley de oro y
plata !" (Carta al ^'irrey, Marzo 1.'3 de 17G2).
En la segunda mitad del siglo pasado se pusieron de nuevo en
laboreo algunas de las más afamadas minas de a([uella comarca, en las
— 1S4 —
Jiesumiendo las impresiones (|ue dejii la lectura de este capítulo
sobre el modo como se explotaban las minas de íilón en el tiempo de
la ('olonia, llegamos á las siguientes conclusiones'
Como no se hacía uso de las bombas, los trabajos no podían jtasar
de cierta ])roftindidad, y los mineros se veían pn^cisados á construir
extensas y costosas galerías de desagüe.
El trasport<! de las menas era lento y caro, pues se hacía íx espaldas
de hombres, pasando ])or socavones estrechos, bajos, tortuosos y pen-
«Mentes.
Las comunicaciones se establecían sin orden y venían á ser peli-
grosas no se sabía procurar la ventilación y '• las minas se asemeja-
;
ban,-' —
como dice M. Chevaüer de las de México, '' á un edificio cons- —
truido por un arquitecto sin inteligencia, donde, para pasar de una
pieza á otra contigua, hubiera <iue dar la vuelta á toda la casa."
En tales condiciones las cantidades de menas extraídas de los íi-
'• 8e atribuye el
que no se ha logrado la riqueza de las minas á
diferentes causas, pero más notoi'ias son la poca inteMgencia con que
se ha emprendido el trabajo, el ningún método observado, el defecto
de conocimientos de los metales y modo de beneficiarlos, y de las má-
quinas ó instrumentos para ello. Viéndose no pocas veces algunos
— isr> —
ciupei'iiidos «-n taliiioaH ile liornus, molinos v uteusilio.s, iiu lian tiiidudo
so. \ así tallan del toílo. Siendo eonuiues los derrumbes y semejantes
«•ontratiempos. dehierají cautelarse con anticipación, con 1(» ((ue no se
verían tantos arruinados y arrepentidos, ni su desgracia culpable re
traería á otros <le imitar, no su modo sino su ejercicio."
Pocos años después, en 1 7S!>, decía el A'irrey ilóngora :
•" No teniendo más atención ni industria (jue las minas, parece «lue
debían haber apurado ya todo lo (jue el arte da dey aprendido á
sí,
Lo dicho hasta aquí basta [»ara i)robar (|ue no tan sólo se ])uede
abrir vastísimo camjx) á la minería desculiriendo nuevos veneros de oro
:
— 18Ü —
y plata, sino que además se pueden explotar nuevamente con provecho
muchísimas minas que han sido abandonadas, ora por la impericia de
sus dueños, ora por causas independientes de su voluntad.
plotación que se han usado en el país. Para ser consecuentes con nues-
tro propósito, deja)nos la palabra á los autores que los han descrito.
La transición de un estilo á otro hará así menos uniforme y más
interesante y variado el asunto.
D. Jorge Juan y D. Antonio de Ulloa, que hicieron un viaje á la
América del Sur en los años de 1735 y siguientes, describen así el
método de explotación usado en los placeres auríferos de la Provincia
de Popayán :
" El modo que tienen para extraer el oro consiste en cavar la tie-
caer con la otra la pirita, que aparece extendida en el ]dano ([ue forma
la batea por Su posición. Comienzan de nuevo la operación hasta (jue
dos ó tres veces más, dando siempre oro, y, cuando ya no se extrae nada,
se saca de la alberca, se amontona y se abandona al aire por ocho ó diez
meses. A! cabo de este tiempo se muele de nuevo y se sujeta á las mis-
mas operaciones, pr(»duciendo entonces una cantidad de oro casi igual
á la primera. Lo ([ue (|ueda se vuelve á anu)ntonar, se muele y se lava
hasta fine desaparece completamente. El agua que corre hacia el ('auca
en estas operacioiu'S arrastra una pirit;; muy tf'uue de la cual todavía
extraen oro los negros mazanu)rreros."
El Capitán inglés de marina, Mr. (.'arios S, Cociiraue. \isir(')en
descubren por la naturaleza del suelo que puede haber oro, empiezan
á escarbar la tierra desde lo alto de la eminencia con un instrumento
á propósito, liajan la colina gradualmente arrastrando !a tierra; en
tanto (|ue el agua, pasando por encima del dique, 11-eva consigo la parte
inútil y ligera de «'ísta. Entonces se sirven de las bateas y lavan cui-
dadosamente y con mucha destreza la tierra aurífera re(;ogida en el
dique, la ((ue es de un color rojo oscuro y está mezclada de piedrecillas
redondas y ovaladas.
•• En .Vpone,
donde no se puí^de llevar agua á las minas, éstas se
Itenetician de distinta manera. Se practican excavaciones en las fal-
*• En el
Cauca existen depósitos de oro en el fondo del río, y allí
muchos individuos se aplican á extraer el metal bajando á una gran
profundidad con una batea que llenan de arena, recogiéndola con las
manas, y eso en el corto tiempo ([nn pueden pasar sin respirar. Estos
buzos apeuas pueden sacar una pequeña cantidad en un día, y sufren
mucho, porque la suspensión de !a respiración les hace echar sangre
por la boca : antes de poder recoger la arena, ellos tienen que apartar
las i)iedras. Todo una corriente muy fuerte
eso lo hacen sumergidos- en
(|ue trata de arrastrarlos como es uu trabíijo muy productivo,
;
pero
afrontan tantos inconvenientes. Ninguno de esos trabajadores ha pen-
sado nunca en perfeccionar uu método tan bárbaro. La rutina es lo
que se sigue. El hombre está acostumbrado á hacerlo todo con sus ma-
".itts, y en lo (jue menos piensa es en el uso de los instrumentos.
•ada uno de ellos tiene su dueño. Y bien, un hecho tan palpable nun
ca ha inspirado la idea de njultipli(tar esos hoyos, ó la de labrar gran-
des piedras planas con iíruales cavidades, que se pudieran depositar en
el fondf» del río."
VA número de instrumentos <le que se sirve el minero antioqueño
para beneficiar los placeres es reducido, y todos ellos son de consiruc
ción bien sencilla, éstos son : las bateas tradicionales, legado de los
aborígenes: cachos,— tablitas dobles de madera, como de pie y me-
los
dio de largo y medio pie de ancho, interiormente cóncavas, que sirven
para recoger y arrojar la tierra y el cascajo ;— el almocafre la barra ;
;
'•
MINAS Di: VERANO.
es casi circular y con una asa, como de media vara, á manera de cana-
lete. De esta asa se la toma y dirigiendo al fondo del río el extremo
Coco.
(1) —
Instrumento fabricado con el fruto que lleva este nombre ó con
el deltotumo, que los zambullidores llevan colgado á la cintura, y en el que
depositan el oro cargado de jaguas que sacan en la zambullida.
clavan lii liatca ai|uí, niañiiiiii allá: liov se cstalilcct'ii en ui.'a playa,
uiaíiana ya lian variado de lesideiu-ia. Sólo ciiaiido la arena es muy
rica, se detienen en un jjunto dado hasta (jue comience ú íMniiobiecer-
se notablemente. Verdaderos pescadores de uro, tienden sus redes arri-
ba, abajo, y en todos los ríos, sin (|ue sepan jamás dónde liabrán de
hallar la pesca, ni cuánto habrá de rendirles. l*asan en «d agua todas
lashoras del día, y luego que la tarde viene, se retiran á un pequeño
rancho cubierto de hojas de palmera, que improvisan sobre cuatro esta-
cas á la orilla del río. El domingo, día en iiue generalmente tienen
lugar los mercados de víveres en los pueblos pe(|ueños, rancherías y
h(Klf(/as, llevan un poco de oro que cambian para comprar jjrovisiones,
que hacen, y á cuya parte superior está unido un largo tubo, impermea-
ble también. (|ue les proporciona aire de fuera arrojado por una bomba
«|ue s<; monta allí al efecto. l*oneu en su cuerpo enormes pesos de plomo
que les permiten obrar con suma faciñdad y luieden permanecer dentro
del agua hasta tanto (|ue el frío los obliga á salir. Entonces se coloca
el casco en cabeza de otro, y
la el itrinien» da á la bomba un rato para
l»rocurar aire al buzo y también parji dar calor al cuerpo. (1)
agua dé
ferior al del río, el éste S(í filtra por la arena y ca(í á la labor
en cantidades más ó menos fuertes. F.s preciso, jtues, mantener el hoyo
exhausto, y esto se consigue extrayendo el agna <*oii las bateas, ó po-
niendo en (d trabajo bombas d(í mano ó de rueda.
'• A la clase de minas de verano podemos igualmente n'ferir las
<:Iert;i cantuliul de oío : pero este nuevo modo de facilitar el trabajo de los
zambullidores que despertcí »1 principo entusjasmo entre los mineroí», fue
pronto abandonado.
— 1!»;; —
i-urtaulas. no it(iii|iif s« iicresitr jiara cxphtlar una plava dejada eii secu,
de qiu- pase la estación lluviosa, sino poniue en éstas como en a([uéllas,
lo primero y j'i únieo que liav que liaeer es luehar contra el
veees lo
una fuerte curva, unir con una recta sus dos extremos para echar por
ella el río y dejar el antiíruo cauce en seco.
(1) Mina de saca. Aquella en que la cinta se lialla colocada inferior al nivel
de las aguas, y en la que para mantener la sequedad precisa acostumbran los
mineros bombas de rueda, de mano 6 bateas.
(2) Totiija. La diferencia de nivel que permite á las aguas correr con libertad
para que la mina no se ahogue, y (|ue por tanto facilita ó hace posible la cons-
trucción del canalón y socavones.
(4) Chooar. La operación de batir la cinta por medio del agua con barras ú
otros insti'umentos, a fin de conducir los materiales así separados al capalóc.
grandes que elagua no jtuede remov«ír. los peones las arrojan á los
lados con las manos ó con los cachos es bajo est^i cajia de piedra donde
;
Una vez cernida la cinta, sólo se ve una grande excavación que forma
el tajo,cuyo fondo está compuesto de la peña en que la cinta reposa
lapeña (jueda en unos puntos descubierta y cubierta en otros por la
arena ijue rpiedó con el oro al tiempo de cerner.
— r.x; —
'•Sigue, pues,lii operación de barrer la |»eña, cuya importancia es
(le primer orden, puesto que es sobre ésta donde (lueda la principal
en las bateas.
" El oro tal como se obtiene en este primer lavaje está siempre
mezclado con grande cantidad de jagua, cuya separación fuera muy
difícil por el mismo medio, atendida la pequenez y poco peso de
cada
partícula mezclada. Para obtener, pues, la separación se valen los mi-
elfondo de la batea.
" Cuando la barredura está concluida, se echa otra hacia arriba,
procediendo exactamente del mismo modo, y prolongando por tanto el
canalón hacia la parte superior cuanto se calcula necesario.
" Sólo nos resta para terminar lo que tenemos que decir sobre esta
1=' Que cuando en
clase de minas, hacer dos advertencias esenciales:
el canalón, hay mucha tonga, la corriente de las aguas por él es
dema-
siado fuerte y podría perjudicar un tanto para remediar este incon-
;
— 198 —
" Es arraigada é inquebrantable entre la clase baja, la tie que
itlea
notar que se conoce con tal denominación la que no contiene sino uten-
silios V muebles de uso común, v jamás tiene oro ó tumbaga.
" En la octava clase están los osarios, pues parece que los indios
tenían la costumbre de depositar en algunos lugares los restos de sus
antepasados en cántaros y ollas, como hemos tenido ocasión de obser-
varlo en un punto llamado los Bermejales, frente á la parro(iuia de
Hato-viejo, en donde hemos visto, excavando un sepulcro, centenares
de dientes molares, fuera de otros huesos contenidos en varias vasijas.
" Llámanse guacas de pabellón, las que principiando ])or uua aber-
tura muy estrecha y concluyendo en un fondo muy ancho, imitan las
camas de este nombre.
Pasaremos á otras consideraciones relativas á los sepulcros, y
'•'
trataremos con especialidad del modo como son explotados por los bus-
cadores de oro.
" En d Estado de Antioquia los habitantes de Manizales, Xeira,
Salamina, Aranzazu, Filadelfia, riberas del Cauca, Yarumal, Angos-
tura, Anorí, Kemedios y Andes, son los que con más frecuencia se
entregan al ejercicio de este arte. Los lugares donde ellos viven son los
regatón, unos cachos, una pala, un azadón y á lo más una polea para
las guacas muy profundas, constituyen todo su tren. Provistos de estos
utensilios, alegres y charladores, trabajan con descanso, ríen mucho y
refieren anécdotas.
•' El trabajador ([ue es diestro eu su oficio reconoce el campo de
sus operaciones, sospecha la certidumbre de la existencia de uno ó más
sepulcros, toma su regatón, da golpes en el suelo y mira con atención
la tierra ([ue mueve y saca, reconoce algunas de las señales que inves-
tiga,continúa su trabajo, y de ahí en adelante dice con bastante segu-
ridad esta sepultura es de cajón, de escala, de cancel, de triángulo,
:
'*
Varios individuos de Xeira explotaban en comunidad un pueblo
entero de poderosa riqueza. Al ^ado de un trabajador i|ue iba muy
adelante en su excavación, pasa un negro, observa con atención el
'
El indio que hizo esta guaca se arrepintió de enterrar en ella después
<iue la hubo concluido usted no encontrará ni trastos, ni cadáver,
:
nada; absolutamente nada contiene.' Todos los que oyeron este atre-
conocí muy bien (pie después de hecha la fosa, había sido llenada con
precipitación y desorden, sin que las señales constantes de encerrar
alguna cosa existieran, y por tanto concluí que estaba vacía."
—
— 202 —
" La precaución (jiie tomaban los indios de colocar la tierra sin
su cuerpo. (1)
" Cuando el guaquero ha llegado en su maniobra hasta encontrar
los restos del muerto, lo que con más a^linco y rapidez ejecuta es exa-
minar lugar en que debieron quedar las orejas y la nariz, porque allí
el
nuía razón en los sitios poldailos para evitar accidentes funestos, conio
la caída en ellos de personas ó de animales. Si el resultado de la ope-
ración ha sido favoralde al trabajador, su aluindosa charla se ejercita
frecuentemente en conceptos lisonjeros para la memoria del indio que
allí se enterró con sus ri(|uezas: nías, si ])or desgracia el sepulcro
resulta vacío, la burla y los malos propósitos ultrajan sin ¡¡iedad
los manes del pobre muerto. En todo caso, los huesos suelen quedar
al airo libre hasta su completa destrucción.
''
Xo es, sin embargo, la estadística del producto hallado lo ((ue nos
mueve á recoger los hechos de que tratamos; es más bien la idea de
í|ue seconserve y eliricjuezca la variada colección de objetos y muebles
históricos hallados en las guacas. Los museos de Europa tienen y
los buscan con ahínco, y nosotros, por regla general, los hemos despre-
ciado y destruido sin misericordia.
'' Los objetos sacados por el sepulturero antioqueño pueden redu-
cirse átres géneros distintos los adornos y útiles hechos de oro,
:
V. — VISLUMBRES EN EL POKVENIK.
— 204 —
> los esfuerzos de las generaciones <[ue nos han precedido, con el lin de
(|ue cuando llegue para nuestra patria el brillante porvenir <|ue ya se
divisa se les recuerdí; con gratitud.
JiOS métodos de beneficio de los minerales d«' oro y de i)lata se lian
reducido generalmente hasta hoy á moler y lavar los primeros, pasíindo
sus residuos directamente y sin mezcla de magistral á los arrastres de
amalgamación. A
los de plata se ha aplicado la anuilgamación mexi
cana ó la alemana, sin someterlos antes á experimentos científicos para
conocer su (-omjjosición y modificar en consecuencia el tratamiento
metalúrgico. Esta rutina ha originado la ruina de muchas emi)resas
<iue i)or su riqueza prometían pingües utilidades. J5n Colombia se en-
cuentran minerales muy complejos : presentan combinaciones diversas
(le y antimoniuros que resisten á los métodos de
sulturos. arseniuros
beneficio conocidos. La intervención de los hombres de ciencia es,
pues, indispensable para determinar los medios que se deba\i a])licar
para separar los metales preciosos ([ue los enriquecen.
Ya hemos referido cómo se estableció la Hacienda de Fundición
de Titiribí, en la que se elaboran los minerales del Zancudo. Aunque
este grande establecimiento ha venido prosperando, no satisfechos 'aún
sus dueños enviaron al Director á los Estados Unidos á que procurase
hacer nuevos estudios con la mira de cambiar ó perfeccionar el método
sacamos cii los molinos v cu l(»s hornos de IM á .'U,í)()(> ]iesos, «[uc cíiui
vftitMi á un cuarenta por ciento escaso del oro y de la plata que con-
tienen las menas.
'•
Los * ."»4,()(U> ct|uivalen C(»n el premio de cambio de las letras
sobre el exterior al 5(» por ciento á * .~);>,()00 (1)
••
(íastos mensuales del Establecimiento 4(>,0(M»
*•
Para obtener este resultado se necesita emprender una cam])aña
en toda forma, la qne no dura menos de tres meses ; se emplean en la
••
1,200 quintales de sal S 0,()00
•• .-{,000 libras d(; azogue ,
-*,400
••
Diferencia á favor de la empresa S .^7,000
(1) El proel uciü del /ancudu ha asceudidu en los últimos meses á 70, 90 y
hasta cien mil pesos, aumento que se debe ii que el filón se ha anchado en una
de las galerías hasta veintidós pies, á la vez que se ha enriquecido, y al alza
"^n el premio de cambio de las letras.
.
— 200 —
"O lo que es lo mismo, $ 084,000 <k' aumento sobre el producto
neto íiuual del Zancudo !
en la pérdida metalúrgica.". . .
Pero como se sabe (|U(' el (iobierno hizo explotar varias minas por
8U cuentii, es natural preguntar (jué motivos tuvo para ello. J^a expli-
cación de este hecho la hallamos en un informe del señor ]>'Elhiiyar
"sobre el fomento de las minas de Santa-Ana y otras del Reino;" dice
así: " Auníjue no está ])rohibido que los particulares puedan trabajar
minas en los reales de Santa-Ana, las Ijajas, Frías y Jiocaneme, sin
embargo, he notado una especie de temor y recelo entre las gentes por
maba una fuente valiosa de rentas para el Gobierno español qut empleaba mi-
les de negros y de indios en su extracción."
— l'OS —
sólo el Ih'cIk» (le csriirsc tralwjaiult» <!(• ciuíiita de Su Majestad, lo ^[W'
Zaragoza se les cobraba el quinzavo y el veinteno (once y dos tercios por cien-
to) y á los de Remedios sólo el quinzavo. En diferentes ocasiones se concedió á
los dueños y trabajadores de algunos minerales que en lugar del quinto paga-
sen la décima ó vigésima parte, y con especialidad alas ciudades de Santafc,
Zaragoza, Antioquia y Popayán se les hizo la gracia de que pagasen únicamen-
te el veinteno, algunos años antes de 1678. En dicho año se jn'egonó en las es-
quinas de la Calle Real de Bogotá la real Cédula fechada en Madrid el ">1 de
Marzo de 167Í*. Por ella se hizo e.xtensiva á todo el Nuevo Reino de Granada la
gracia y merced de que en lugar del quinto pagasen el veinteno asi del oro
como de la plata. " Reconociendo," dice la Cédula, '= que está tan arraigado el
delito de no quintar el oro, que conviene aplicar remedio eficaz, que ú vista de
los medios de mayor equidad que exierimentan en mi i"eal benignidad y en el
amor Paternal con q>ie procuro evitar mis vasallos l;is causas y motives de
;í
— LMH» —
lOii lina carta del L'ev ;í 1). Scliastiáii de lOslava. de tVclia '_'(» tic
dosc iMi fila al^iíñii on» del nniclio en (|ii(' aluinda. I'tnidn'ix todo ciii
dudo (II apliairlv los iinxiliits con rcii ¡cutes ¡mni t/ue cuya cu aumento
c^ta importo ufe labor. El minmo cuidado pundrcis en las l'roci netas
del Clioeó. no (d)stantc que en ellas es va crecida la porción de oro (|Uo
80 Imnetícia *'....
En un olicio del Arzobispo N'irrev, techado en 178U y diri;íido al
'' l*or el año de cin-
Excídentúsiuio señor J). José de (lalve/, leemos:
ouen:a (17.")(M se promovió el estaldeciniiento ilc las iKÍnas de Mari-
<|UÍtH en fuerza del'celo \ de las reales instrucciones (jue para ello tenía
el Exceleutísimo señor I). .losé Fizarro. Jamás hubo proporción más
ventajosa por (d fondo efectivo de la jioderosa compañía ([ue formaron
las cuatro casas más acaudaladas del Reino: pero ciertas concesiones
t]\U' parecieron sospechosas al mencionado Virrey, desvanecieron de
j;olpe las fundadas esperanzas (jue concibió todo el Keino.
''Cruiado d(d mismo celo y amor á los intereses del liey, el Exce-
iestísimo señor J>. l^edro de Zerda se empeñó en vencer todos los la
dentes de las inmensas ri«|uezas <lel Nuevo lleiim de (iranada. A' con-
secuencia de sus H'petidos informes contribuyó 8u Majestad con todos
los auxilios ))ara la habilitación de mineros, y la especial gracia de ha-
cer venir del I'erú dos beneficiadores y barreteros, costeados por cuenta
de la Ueal Hacienda ; p( ro con tal desgracia que la reconocida y bien
probada ignorancia de los enviados hizo desmayar á los interesados."
Los dos mineros enviados del Perú fueron 1). .losé Antonio Ville-
gas, <iue pretendió halier descubierro una rica mina d(í cinabrio en el
tres por ciento los dereclios de quinto y cobos, por real Cédula de l.o de Marzo
le 1777.
El derechode amonedación erjiíivaiía ¡í cinco y cuatro quintos ))or ciento di-
U
;
— L'IO —
Continúa diciendo ol Virrey :
(1) Estos (los sujetos eran D. José Celestino Mutis y D. Pedro Ugarte, cu^'a
inirrdtable constancia en establece!" la mina del Sapo elogia el Virrey.
vírgenes y eran ricas, que aun los terreros de las antiguas eran benefi-
ciables, y, finalmente, (¿ue convendría (pie 2^0 r cuenta, del Rey se traba-
jasen algunas, porque, sin que viesen los hechos mismos, nunca se
conseguiría que los particulares se animasen á explotar alguna.
Ya liemos referido el mal resultado final (jue tuvieron los trabajos
emprendidos por cuenta del Gobierno en minas de Mariquita. las
que permitió la (exportación de! oro sin amonedar, y la de 1851 que su-
primió los quintos de oro. Después de esto, es tan poco lo qiw ha he
cho que no sufre comparación con lo (jue hizo el Gobierno (b- ia Co-
lonia.
vil. — LA MIN'KKÍA CIENTÍl-'ICA NO KS MÁS CONTINGENTE t^UE LAS
OTRAS TNDrSTRIAfi.
ción profunda, y la minería, lejos de sustraerse á esta ley, exige del que
á ella se dedica, que no olvide que si ella distribuye con frecuencia sus
favores caprichosamente, premia también con usura á los ([ue prestan
á todas sus operaciones la atención debida. En la Advertencia del Libro
de la Plata, que es la historia de las minas de este metal en Chile,
dice I). Benjamín Vicuña Mackenna que su libro es " una lección viva
de que sólo la inteligencia sobria, la honradez constante y el trabajo
que doma y persevera, lian sido coronados á la larga por éxito durade-
ro, desapareciendo todo lo demás como el humo del desierto al rededor
de los descubridores casuales y de los especuladores de ocasión."
Hay una enfermedad moral, conocida en todos los países donde se
hacen descubrimientos de ricos minerales, que podemos llamar la fiebre
minera, verdadera alucinación que hace ver tesoros por todas partes.
Esta aun á hombres juiciosos, que no pierden por otra par-
fiebre ataca
te ni un momento la calma en sus demás negocios. Ella es mala con-
sejera y conduce á irreparables desastres. Ya se compran acciones de
minas por ])recios exageradísimos, porque se dice que se descubrió un
rico filón, ó se habla de muestras ensayadas que dieron un resultado
sorprendente ya se hacen gastos considerables para fundar empresas,
;
ingenieros y por personas que i»asan i)or serias hemos leído atirmacio-
nes inauditas ; si se descubre una nueva mina, dicen que es la más rica
que se conoce ; si se explora una regi<)n aurífera, (jue dará más oro qne
California. Haremos algunas citas, callando los uomWes de sus autores:
" No
veo otra solución para la miseria que nos amenaza sino las
minas del Tolima, Estado que juzgo hoy más rico y abundante en
minas que Antioquia, donde están ya muy exj)lotadas. ... No veo otra
industria de porvenir y salvadora sino las minas del Tolima.''
" Las riijuezas del Cauca y Antioquia son ya bastante conocidas,
¡)eromi humilde opinión, que sólo el tiempo vendrá á fortalecer, la haré
conocer hoy día al país. La valiosa é inagotable riqueza de Colombia
está en su propio centro, ó sea el Estado del Tolima.''
" Las tres regiones de ¡Santa-Ana, las Lajas y San-Juan de Frías
son inmensamente ricas las considero tres panales de plata aui'ífera
:
— L'IÜ —
motores, conedores y agentes de bolsa ; luego incurren con frecuencia
en el error d(í tío tener en cuenta las circunstancias peculiares del país.
Se empieza \)ov enviar una multitud de empleados y de obreros, invir-
tiendo mucho dinero en los gastos de trasporte, en los sueldos excesivos
y en la subsistencia de ellos. Ihia vez que se establecen en el j)aís se
vuelven, con frecuencia, exigentes, muchos se entregan á la embria-
guez y son un embarazo para las emj)resas. Además, sin considerar
más de nuestros caminos son estrechos, (juebrados, de tránsito
(jue los
Son muchos los millones de pesos que los extranjeros Imn derrocha-
do en empresas mineras que, manejadas con inteligencia y economía,
habrían dado buenos resultados.
No estarán de más algunas advertencias á los que deseen venir á
explotar nuestras minas.
Se encuentran fácilmente en Colombia obreros que no exigen un
salario considerable, dóciles, fuertes é inteligentes. En el Departa-
mento de Antioquia hay muy buenos trabajadores. Basta, pues, hacer
venir directores entendidos que enseñen á los colombianos las opera-
ciones de la minería en que ellos no tengan práctica. Con frecuencia
causará sorpresa el ver la facilidad con que muchos aprenden las apli-
caciones de la ciencia á la industria y se perfeccionan en los oficios
hasta el punto de poder dirigir grandes empresas. El vasto esta-
blecimiento metalúrgico del Zancudo tiene por director á un colombia-
no, ]). Ildefonso Gutiérrez ; otro colombiano, JJ. José M. Barreneche,
fue durante algunos años director de las minas de la Compañía inglesa
del Frontino y Bolivia. Un humilde obrero antio([ueño, el señor Isidro
Cardona, ha dirigido con mucha habilidad los trabajos de la cortada
del río Ñus, ganando el modesto salario de diez francos por día.
Los ingenieros extranjeros, señores Powles, Greitténstein, Gledbill,
— L'IT —
iiirtortlv otros pofos iiiús. que lian tliriirido i-oii tanto Jicierto
iiiuv
Cuando la comarca del Darién sahe la barrera (|ue sus ya largas des-
gracias han opuesto al desarrollo de sus riquezas y se abra para ella el
libro en que se apunten las etapas del progreso, el nombre del insigne
caballero español I). ^Vndrés de Ariza será pronunciado con veneración y
respeto. J)iez y seis años de su vida consagró á su pacificación, al estable-
cimiento en ella de un orden estable y á dar á conocer las excelentes
condiciones de su suelo para empresas mineras y agrícolas. Los infor-
mes que con tal fin dirigió á su Gobierno son hoy día casi los únicos
documentos (|ue conservan la historia de los copiosos productos extraí-
— nis —
(los (lo sus opulentos veneros de oro y (l;in noticia de las localidades
donde abunda el precioso nietal. Ellos serán la guía segura ijue con-
la actual guerra con los ingleses, pasó con trescientos hombres de tropa
que iban á sus órdenes para embarazar á los enemigos el paso ])or la
cordillera úc (Jaledonia, en cuya campaña tuvo tres escaramuzas con
los indios, á los cuales les quitanuí tivs piraguas, nueve hachas y otras
herramientas con (|ue s(í creyó iban á construir nuevas embarcaciones
para hostilizar segunda vez la Provincia, y habiéndolos puesto en fuga
— 220 —
(le Caledonia se luibíaa díiIo varios tiros de cañón, mandó al punto
refuerzo de ochenta hombres, y no liabiendo oficial de jíradnación que
los condujera i)or estar todos enfermos, se puso en marcha y condujo
del tiempo y por la fuerza de sus naturales), y poniendo por obra dicho
importante pensamiento, á costa de la oposición de los principales ([ue
«lo foriiiii (jue no sólo agot»') para const'jruir este mérito todos los recür
Hos de una jtrudíMite economía, sino (|ui' en las referidas obras sirvió
jiratis al \iv\con tres esclavos, cuyos jornales ascendieron á mil cua-
renta \ nueve pesos seis reales, como consta p(M" la orden de gracias
<|ue ú nombre de 8u Majestad le lian dado, no sólo los oficiales reales
lie est4»s Tribunal mayor de cuentas de Santa-Fe. Conti-
cajas, sino el
nuó con fervoroso celo su mérito ]n>v el amor de la patria habiendo
construido cuasi sí sus expensas tres iglesias en obseíjuio de ambas
Majestades : todas de nuimpostería, tabla y teja, atroneradas como las
clisas fuertes, con el fin de fortificar con este arbitrio más y más los
pueblos de su mando, y (|ue nc» les fuese como antes fácil á los enemi-
gos llevarlos á sangre y fuego ; habiéndolas adornado interiormente á
todas ctm inuígenes, altares, confesonarios, pulpitos, y demás necesa-
riosy decente (jue le ha sido posible para ejercitar el divino culto. lia
empleado su actividad y política en adelantar la agricultura, fomen-
tando los cosecheros con dinero propio y haciendo plantar dos ingenios
de miel cuando antes no había ninguno, (jue ha sido bastante
hacer en oposición de los indios cruelmente empeñados en embara/ar
las sementeras, cuyo incremento palmariamente se ha conocido por el
diezmo que aumentó un ciento por ciento en el bienio que está á con-
cluirse, T según postura hecha ascenderá el que va á seguir un seis-
una acti\ idad prodigiosa. Acostumbraba dejar crecer sus cabellos, que
llevaba atados, y penetraba como un indio por entre la^ selvas, con eí
fusil al hombro, sólo ó acompañado por su Teniente Orencio Hurtado,
indígena del sur del Darién que le era muy fiel y fué muerto por los
indios en un combate. Estos temían mucho á su Gobeniador, porque
couocían su arrojo y su valor moral. (1)
P»)cos meses después de haberse encargado del gobierno del Darién,
el señor Ariza dirigió al Virrey su primer informe, acompañado de un
mapa, en .Vbril de 1774. En él hace una relación del estado de la Pro-
vincia, describe extensamente su territorio, habla de los pueblos de
(1) Declaración del negro Santa Ana Ceballos, de 101 años de edad, dada en
Portobelo en 18.j2, citada por el doctor Cullen.
imlius y (le las co.sriinilin'S de r.stos y rtMiiiiiia ron una ¡(iintiial noticia
(lo sus riros y aluuulantes niincralcs. Va\ varias partes de; esta obra
hemos iieelio citas de estos romriitíts, (|ue dan á conocer el estilo no
desprovisto de orijíinalidad del autor y sus juiciosas observaciones.
Principia en estos términos su relato
" Desde ini ingreso al gobierno de esta Provincia de Santa-María
la Antigua del Darién, no lie dejado incesantemente de emplearme eu
la curiosa averiguación de las circunstancias del país, modo de vivir de
sus gentes, la pobreza en que se lialla, el poderoso séquito que al prin-
cipio de este siglo disfrutaba y por qué causa desde entonces vino en
decadencia, cuando su fértilísimo terreno, ricas minas, ríos cómodos y
regular temperamento debían conservarla en un poderoso aumento.
" Después de un examen bastantemente prolijo, haciendo reflexión
por la serie de los tiempos, vine á sacar por consecuencia que su mucha
rique¿a fue la causa de su desolación, por la codicia de los extranjeros
que, celosos de la abundancia de oro que producían los minerales de
Santa-Cruz de Cana y otros muclios que hay á la parte del sur de
dicha Provincia, la saíiuearon tan rigurosamente, que algunos á sangre
y fuego llevaron la población. . . .
hicieron los del Chocó, hasta (jue los hicieron retirar bastantemente á
la parte opu«!sta de su residencia ; á la construcción de la casa fuerte
de Yaviza, situada tan ventajosamente en los pasos precisos que tenían
para bajar á cometer sus crueldades ; y á las continuas salidas del Ca-
cique l<]strada con las ([ue se acabó de limpiar de indios rebeldes todas
esas inmediaciones.". . . .
piedra (pie sirva e.onio de base sobre ([ue hayan de estribar todas las de
lo expuesto,
esta útil ol)ra. En euva inteli^^encia, y consecuente á todo
es muy conducente é indispensable á la mayor honra y gloria de Dios,
que Vuestra Excelencia precise al líeverendo Obispo de Panamá ¡¡ro-
vea en cada pueblo de indios de ella de un Cura, (lue á i»ie iijo se man-
tenga al cuidado de sus feligreses, pues nadie creerá, sin la mayor ad-
miración, que en el domingo de las i»resentes Pascuas de Resurrección,
en ninguno tU* ellos ha habido misa i)or el capricho del Vicario y otro
Párroco.
•^
De la falta de Cura en cada respectivo pueblo, además de ([ue los
ligión '!
¿ y qué consecuencias pueden resultar ?
'•
Por todo lo cual, para asegurar á los indios de esta Provincia á
nuestra religión y perfecta amistad, arraigando á los unos con los bie-
nes raíces que resultan de las sementeras del cacao, á que se les estimu-
la,y á los otros obligándolos i)or mé^lio de los sueldos propuestos, em-
peñándolos á todos á la educación y estudio de los hijos, premiando el
mérito del Cacique Estrada, conu» lo solicita, ])ür sertan útilísimo para
las ideas del (iobierno, se fomentará esta l'rovincia, se atraerán los
indios del Golfo á, unos y otros, ó con éstos so-
nuestra amistad, y con
lamente, se i)uede contribuir infinito á la tacil ocupación de aquella
]»arte de este (Iobierno, como se i)remedita, i>or ser todas empresas (jue
sus servicios. Ese misnm año sufrió una gra\ c contrarieilad viosc ;
los liouíiires) los he redimido del fiieji^o y del ciicliillo, ((iie continua-
mente experimentalian. y si no adelanto más esta coiH|uista ó sujeción
de diclios n'beldes, es por care<-er de los auxilios necesarios para ello,
pero no «le valor y cabal í-onocimiento del país.
'• Me puedo lisonjear, señor Excelentísimo, de que desde que \'asco
Núñez conquistó esta Provinciano lia habido en ella otro que con todas
sus fuerzas traliajase más que yo, ni aprovechase más en beneficio de
habiéndola puesto en un pie de aumento y seguridad tal que
la patria,
fecho por las cajas de Panamá, á cuyo ñn paso copia de esta orden en
su fecha, desde el día del nombramiento, del que me dará Vmd.
noticia para su aprobación.
" Dios guarde á Vmd. muchos años.
" Turbaco, Junio 11 de 17SG.
'f Antonio, Arzobispo-Virrey de Santafé.
Gobernador :
mis justos informes. Y' si las enfermedades (jue han movido á V'md. á
dicha solicitud no cedieren en lo que resta de la presente estación de
invierno, y para el verano no se liallara en estado de asistir personal-
mente á la campaña, podrá avisármelo con anticipación para destinar
el sujeto (|ue sea de la satisfacción de Vrad., el que se encargue del
mando de la expedición bajo sus inmediatas órdenes, jtreviniendo á
Vmd. (\ue en el ínterin haya aprovechado el tiempo en las disposicio-
nes preparatorias que estime precisas, comunicándomelas con oportu-
nidad para dar mis efectivas providencias á fin de que abierta la cam-
paña se reasunuí el emi)eño con esperanzas ciertas de mejor suceso.
"Dios guarde á Ymd. muchos años.
•' Turbaco. Agosto 17 de 17S0.
" Antonio, Arzobispo- Vii-rey de Santafé.
" Señor Gobernador del Darién."
(y quién sabe si paramas) ; los dictaré como podría el más fiel amigo
(le Vmd., ])ues lo es suyo y siempre será su afectísimo.
" El Arzo«isi»o-Virre\.
" Señor D, Andrés de Ariza."
A vista de tan apremiantes razones, expresadas con tanta galan-
tería, vióse obligado á ceder D. Andrés de Ariza y resolvió continuar
en el servicio aunque sacrificase su salud y expusiese su vida.
Xueva aflicción padeció su espíritu en 1787 cayó raortalmenttí
;
enfermo, habiendo padecido tan atroces tormentos que casi seis me-
ses estuvo sufriendo las espantosas operaciones del cuchillo anatómico,
asegurando los profesores que las hicieron (\ue había sido un milagro
hallarse muy
enfermo. Contestóle éste ((ue sin (jue se le comunicara
orden formal no permitiría que saliera del gobierno militar de la Pro-
vincia del Darién. Al recibir tan inhumana re])ulsa no pudo menos
de exhalar su pena escribieudo al Virrey :
titiid que debía, y sirvió al lado de su Jete superior con toda actividad
y celo hasta conseguir la completa; sumisión de los goajiros. El señor
Karváez quiso (¡ue se encargase Ariza del gobierno de la Provincia de
Kioliaclia, enla conlianza de (|ue él mantendría á los indios en paz y
del deber.
Si alguna vez se escribe la historia de nuestro país durante la época
colonial con la extensión (]ue merece, veremos disiparse muchas preo-
cupaciones y recibiremos graves enseñanzas. Hubo virreyes y gober-
nadores de provincia (jue dieron grandes ejemplos de inteligente
actividad, de desinterés, de amor al bien público y de aplicación cons-
tante á sus deberes. Entonces la del Teniente-Coronel D.
memoria
Andrés de Ariza aparecerá con el brillo^ (jue le corresponde. Grandes
ideas bulleron en su mente, las que tuvieron un principio de ejecución,
y si no logró coronarlas, debióse acaso esto á que fueron muy escasos
los medios de que pudo disponer. Alcanzó á pacificar el Darién, cons-
truyendo casas fuertes para contener las irrupciones de los indios bár-
— 230 —
custodia y acopio del oro que se extrajese <le aquellos poderosos mine-
rales, —
porque siempre me pareció que el Gobierno no los dejaría aban-
donados por más tiempo, — que con el objeto de contener á los indios
qn(! tiene inmediatos.''
(1) Los más de losdocumentos que nos han servido pava escribii* esta no-
ticia biográfica nos fueron comunicados por el señor General D. Alejandro
Caicedo D'Elhúyar.
(2) Los dos hermanos U'Eíhúyarj á quienes unieron siempre los estrechos
lazos del afectoy de la ciencia, hicieron conocer su nombre en Europa, antes
de separarse, por un descubrimiento químico. Ellos fueron los primeros que
extrajeron el tungsteno metálico <lel mineral que lo contiene (el wolfram).
— j;;i —
ralúgiras, dodioáiulose particularmente á la metalurgia, ó arte de bene-
liciar metales, cou í-uyo tin pasó al lustituto metalúrgico de Freiberg,
en el lOlectorado d«' Sajoiiia, donde cursó tres años siguiendo al mismo
tiempo prácticauu'Ute todos los trabajos, y con particularidad los de
fundición de i)lata, cobre, plomo, estimo, hierro y otros metales. Pasó
á üobemia, d(»nde reconoció las minas y funderías de los
princi[)ales
citados metales, y lo mismo hizo después en la Hungría alta y baja cou
los trabajos de oro, plata y cobre de aquel país, y en el Ilarz con otros
senu'jantes ; y no contento, empleó otro, viajando i»or Suecia (1)
y Noruega i)ara "examinar, como lo hizo, varias minas y funderías de
oro, plata y cobre, y con particular atención las ferrerías y fábricas de
hierro, y sobre todo las de cañones, sobre cuyo particular llevaba es-
pecial comisión.
"La variedad de minerales (|ue ha reconocido, los trabajos apro
piados que ha visto aplicar á cada uno, haciéndose cargo de los prin-
cipios fundamentales y de la i)ráctica de las operaciones, su mucha
aplicación y talento, y genio inclinado á estos conocimientos, persuaden
([ue este sujeto será muy á propósito para los fines ([ue se desea, pues por
lo expuesto parece que debe tener todas las luces necesarias para poder
desemjíeñar cuahiuier encargo en el ramo de fundiciones, y por consi-
guiente podrá plantificar el beneficio de los metales por fundición en
ese Nuevo líeino de Granada, y enseñar á los naturales el modo con
que deben goljenuirse en <'Stas operaciones."
Terminados sus largos estudios y sus viajes ])or Europa en busca
de D. Juan José D'Elhúyar regresó á su patria. La So-
la ciencia,
del amigo Díaz á ese paraíso, y ((ue le sea á usted agradable la buena
compañía de mi buen amigo el señor Mutis, cuyas apreciabilísiraas
circunstancias verá usted no le exageré, antes me quedé corto en su
justa alabanza." (Carta fechada en Cartagena 26 de Marzo de 1785). el
cuados al intento.
el otro esta determinación, que fue para el señor D'Elhúyar fuente <Ie
(D. Fausto) " en (|ue me dice que el li4 de Febrero salía para la corte
de Viena, comisionado por Su Majestad para imponerse en el nuevo
método de beneficiar minerales de oro y plata por amalgamación^
los
razón honrado (|ue sólo aspira y anhela con sus incesantes tareas á
granjearse la estimación pública, que llegar á tener la confianza de sus
superiores. Ojalá ([\w yo debiese á la misma causa la estimación y
concepto con (jue me honra Vuestra Excelencia, pero conozco que no
lo debo sino á la generosidad y bondad, que siempre han sido la divisa
— L'.JÍJ —
í'sposa íilegi'aba con su presencia la mansión del sabio, en el real de
se disculpa usted con ese su genio encogido para ciertos asuntos que
júden la natural franqueza inspirada por mí, respondo que merecía ser
tratado á la baqueta.''
En una carta sin fecha le dice "Escogeré algunos tubos para mí, y
:
creo que no saldrá usted mal librado con los restantes, que puede
aplicar á sus experiencias, de que me alegromucho para (jue usted
destierro ese diablo de melancolía, (|ue es el más formidable enemigo
de los hombres.''
De Doña Josefa tuvo tres hijos D. José D'Elhúyar
su unión con
Doña que vivió soltera; D, Luciano, (1) el modesto y bizarro
T'rsula,
('oronel de la Independencia, que naufragó en servicio de su patria :
cartas las exii^esiones más tiernas. '• Aipií como allá," le decía, '' soy su
adorador de usted, su verdadero estimador, y con la expresión más
sencilla, su ccmstante amigo." (Carta de í) de Febrero de 1791).
•• Por 1). José Caicedo supe la indisposición de usted, y estuve con
el cuidado (jue puede imaginarse. Ahora salgo de él con la que recibo
" Estoy viendo de arreglar estos laberintos i)ara subir allá la vís-
pera de Pascuas y pasarlas en su amable compañía, con la condición
que disponga usted que se me dé mi alojamiento en la casita junto á
la iglesia donde estuve posado, para mi retiro del rezo y estar próximo
á la iglesia." (9 de Diciembre de ] 790).
" Usted sabe lo que es corte, y ésta (|ue ])iensa serlo tiene por lo
menos todos los humos. Apenas me dejan las visitas, y así he de perder
mucho tiempo en mis tareas, aun'que puede ser que gane algo mi salud
por estas treguas Mi casa es hermosísima y me ofrece mil como-
didades después ([ue la tengo dispuesta á mi modo. A este intento la
tengo toda revuelta con albañilería para arreglar las habitaciones y la
grande oficina de Pintura.
" Todos los amigos comunes me han preguntado por usted ; con
ellos he comenzado á deslizarme sobre la miserable suerte de un em-
pleado de sus circunstancias comíenado á vivir por algún tiempo en
ese retiro.Creo positivamente que en oyendo ya que se saca mucha
plata,y viéndola en casa de moneda, á todos ha de cuadrar el pensa-
miento de. usted sobre la importancia de fijar su residencia en la Capi-
tal. Con que, amigo mío, ya ve usted por cuántos títulos está obligado
á echar los iiltinios esfuerzos para concluir esa admirable obra, á pesar
de los obstáculos (|U(' diariamente se ]iresentan en las grandes empresas.
Considere usted cuál andará mi nombre de loco, ó maniático por lo
menos, en boca de los señores ministros y covachuelistas." (9 de Fe-
brero de 1791).
'' Estoy componiendo mi palacio, ([ue lo es ciertamente, y debe usíed
venirlo á disfrutar en compañía de su amigo (2) luego que saque alguna
porción de plata, trayéndola por indicio de la restante. Ya puede usted
figurarse qué gran día será ése para esta Capital gracias á Dios que
;
— 240 —
"Mucho pieuso mi Quinta; i)eio me consuelo con que no pudo
tocarle suerte mejor. Espero que haga prosperar
usted, sin molestarse,
''
ese ])royecto, no sea que tamltién por acá se íVi^a proyecton fie ^íntis .
''
l)o,v á usted mil jrrafias por su cuidado con la Quinta."
" La cerveza úe (|uina ha parecido tan bien á nuestro Froes y otros
amigos, (jue hace una moción singular en el día '"'....
" ^'uelvo á repetir á usted la uíolestia por la Quinta. M<í importa
mucho que jirospcíren los canelos, jiues he visto el empeño con que se
trata en Quito de llevar ese ramo adelante en virtud de véales órdenes.
8i tuviéramos \a diez mil árboles de nuestra canela le daría salida en
mi ([uina fermentada, \ lo digo lo mismo de la nuez moscada. J*iens<>
por usted t. el estado de las minas, á que satisfice como usted puede
pensar. Supe (jue se liabía desconsolado por la dilación del beneficio,
]»ersuadido ]K»r el ofrecimiento de usted (|ue lo comenzaría al principio
del año. Cargué bien la mano, sobre la inutilidad de los carpinteros. .
Por fuera he tenido (|ue satisfacer á las gentes <|ue ignoran las causas
legítimas de la dilación. Creo ijue <'u España reina mucha desconfianza
y para ([ue usted lo sepa de una vez, me echan á mí la culpa diciendo
(jue éatos son proijccto-s de Mutis: (íspecie que habrá difundido el ma-
lévolo Casamayor. Tengamos, pues, paciencia hasta (jue Dios quiera que
se desengañen. El fuerte argumento contra mí se reduce á haberme
perdido en las do.s empresas de la Montuosa y Sapo. Ya usted ve que
(luc me toca) ([ue harto hago en sufrir las desconfianzas de estas gentes.
— L'4 1
—
á ijuienes no los convt'iu-crú otra razón (juo la primera remesa de plata.
El flefe orejea todavía á pesar de mis ofrecimientos. Tengamos pa-
ciencia, y crea usted ([ue puesto corriente el beneficio, hablaremos ya
con lenguas de ])lata : las de carne son ineficaces á cuantos están per-
suadidos de (pie omiiis nicndox ; y cuando no de mala intención,
Iioiiio
-Manta pinte mejor que antes. Xo hay (|U(í afiiirirse i)or lo demás. Yo
no veo el día de la remesa de plata, (|U(' será i)ara mí de los más gus-
tosos «le mi vida ])or usted, y i)or la verificación del beneficio de que
dudan algunos." (í) de Noviembre de 171M).
Pocos días después de la fecha de esta carta, el 30 dé Noviembre,
escribió el Director de las minas de Santa-Ana al Virrey avisándole
que había remitido á Honda, para trasportarlos á la casa de moneda
de líogotá, 42C inarcos de plata.
Muy raras prendas personales debió tener el señor D'Elhúyar cuando
logró granjearse la cumplida amistad del sabio jefe de la Expedición
botánica !
nos tratados sobre la geografía física del líeino, que pueden contribuir
mucho para que se utilicen algunos productos, cuyo uso se ignora en
el día."
de Mariquita.
En ]\rarzo de 1793 dirigió D. José D'Elhúyar un largo informe al
Virrey, para indicarle los medios que él juzgaba debían adoptarse para
asegurar la permanencia del establecimiento de Santa-Ana y ponerlo
en estado de dar utilidad. *' Para que el establecimiento i)rospere y sea
constante su rendición, — decía, — es preciso se trabaje con mucha más
fuerza y en mayor número de minas (la dificultad está en efectuar esto
sin gravar el Real Erario con mayores desembolsos). Esto sólo podrá
conseguirse de dos modos: proporcionando un medio de que con la
misma dotación que está destinada se duplique ó triplique el número de
los operarios, sustituyendo negros esclavos á los trabajadores libres
y ;
y medio.
D. José D'Elhúyar no podía avenirse con D. Ángel Díaz, quien
observaba al fin para con él una conducta insultante y ¡)rovocativa.
Por tanto, recibió con júbilo la orden que le dio el Virrey de poner la
dirección del establecimiento de Santa-Ana al cuidado de D. Ángel,
lo que hizo prontamente, entregándole todo por inventario. Siguió para
Guaduas á fines de Agosto, y de allí regresó pronto á Bogotá.
Si el éxito debiera decidir en definitiva de los juicios que formamos
de los hombres, ¡ cuántos hay cuyos nombres venerandos, que pronun-
ciamos con admiración, habría que borrar de la historia !
tes de este vasto Eeino hay minas de veta muy ricas que no esperan
sino el momertto feliz del fomento de la minería para derramar con pro-
digalidad los tesoros que encierran en su seno.'' Sentíase animado del
vivo deseo de contribuir al desarrollo de esa riqueza y no hallaba medio
alguno de hacerlo veía que su labor de once años en Mariquita iba
:
A. — EL PRINCIPIO Y EL FIN.
Todo bien considerado, la situación económica de Colombia está
lejos do ser desesperada. Xo ])uedfc llegar á ese extremo .un país de tan-
tas ri([uezas naturales olvidadas, si así podemos decir, i)orque no las
tenemos á la vista.
pos y los hábitos, que tanta influencia ejercen sobre la, capacidad pro-
ductiva de una comunidad. Todavía se recuerda la época en que la
industria principal era la minería y que con oro pagábamos casi exclu-
sivamente nuestras importaciones. La abundancia del precioso metal
era tanta, que en los cambios menudos tenía que sufrir descuento para
reducirlo á moneda de plata.
Pero el progreso del mundo, las industrias y los nuevos inventos
debían hacer conocer los demás productos naturales en que abunda
nuestro suelo, y el caucho, las quinas, el tabaco, el algodón, las taguas,
atrajeron los brazos y los capitales que antes se aplicaban á las minas,
porque, ciertamente, aquellos productos en las primicias de su expor-
tación á los mercados extranjeros, alcanzaban precios de monopolio y
dejaban mayores ganancias y salarios que el laboreo de los metales
cuya fluctuación de valor es siem])re poco sensible.
Cosa de medio siglo ha durado este tránsito de unas á otras indus-
trias, fundando hábitos y especulaciones en dirección contraria á nues-
— 250 —
en la capitalación que conmigo mandó tomar, me da poder y facultad
para ello, como consta y parece por un capítulo de ella, su tenor del
cual es el que se siguQ
Cüiñiulo real de >S'íí Maje-staá. ítem, " se le concede que pueda
nientos y ochenta y cuatro años, y desde el dicho tiempo acá cada día
se han descubierto muchas y muy buenas minas de oro, y siempre van
á más y así usando de la dicha facultad, y conforme al capítulo de
;
que no las quisiere dar, pueda el que se las pide ponerse fuera del corte
de la mina de quien pide estacas á ]& parte que quisiere y allí se en-
tienda empezar su mina
y si fuere minero el que no. da las estacas», incu-
;
que incurra en (jue vuelva el oro que sacó de la dicha mina al (pie sí la
tuviere registrada..
Capítulo 12. Ítem. Que si alguno estuviere labrando alguna mina
ó dejándola registrada fuere á buscar ó catear, (|ue en el entretanto
no se le ])ueda meter otro en ella.
Capítulo 13. Ítem. Que cualquiera ])ersona, aunque no tenga in-
dios ningunos i)ueda tomar y tener una mina (;n cuahjuiera parte
que sea, ó tenerla registrada, y amparada por tiempo de un año siendo
con(iuistador, y no siéndolo se le guarde por tiempo de seis meses.
Capítulo 11. ítem, (¿ue cualquier persona (jue tuviere cinco pie-
zas, (1) gocen éstas de las preeminencias (|ue gozan y tienen mayores
cuadrillas.
Capítulo 1-3. Ítem. Que cuahiuiera persona que rompiere acequia,
estanque, ó toma de agua maliciosamente", como de ello conste, se
aderece á su costa, y más ])ague los jornales que el otro dejare de sacar
por ello el dicho Alcalde lleve el salario ordinario á costa del caído.
Capítulo íiO. ítem. Que cualquiera ptn'sona que hallare labrando al-
porque podría ser que alguno de malicia rompiese la presa y toma del
tal edificiode la aceíjuia de él, porque vaya suelta la dicha agua por
la madre, por quitar esta malicia, é fraude, ordeno, y mando que el
que (juisiere tomar agua por la quebrada ó río que otro primero tenía
hecho edificio, sea obligado á requerirle (jue quiere entrar á tomar
aquella agua para edificar, para que si el primero que edificó quisiere
y echare algún brazo de él por otro y pareciere que ha hecho esto, ten-
drá más cantidad de varas la dicha madre de las de la Ordenanza, que
avise antes que lo eche alguno ó algunos mineros ó señores de cuadri-
llas cercanos que ayuden y gocen de las sobras y si no lo quisieren
le ;
á mano, por lo que dicho es, haya, y lleve por su trabajo dos pesos de
oro de minas por cada una de las semanas que midiere y cuadrare,
pena de que si el dicho Alcalde estuviere en parte que no pueda venir
y no le llaman, caiga é incurra el que lo contrario hiciere en pena de
diez pesos de buen oro para la santa iglesia de la ciudad de Zaragoza.
Capítulo 3.5. ítem. Si algunas pendencias ó causas criminales hubie-
re en las dichas minas, así como entre españoles, como indios ó esclavos,
el dicho Alcalde en lo tocante á españoles lo remita con la información
hecha al Teniente si lo hubiere en la dicha ciudad, y en defecto de no
lo haber á las justicias ordinarias ; y las que hubiere entre indios ó
esclavos, sin intervenir españoles en ellas, en caso (jne la cansa no sea
ffrave ó á otros con ella, y proceda así á las determinar ó sent<'n(iar
conforme á derecho, otorgando las apelaciones cpie á él se interpusie-
como dicho es; y en las causas civi-
ren para ante las justicias dichas
lesconozca hasta en cantidad de treinta pesos y uo nis'is, porque las de
mayor cantidad vayan á la dicha ciudad.
Capítulo 30. Ítem. Que los dichos pleitosy causas hayan y lleven el
dicho Alcalde y escribano de mina los derechos que le pertenezca, que
son los (lue el dicho Alcalde lleve de cada firma de los autos judiciales,
dos tomines, y de las sentencias definitivas que diere un peso de oro
de minas y el escribano sus derechos ordinarios conforme al arancel
real. Las cuales dichas Ordenanzas, según dicho es, mando á todos los
vecinos, moradores, estantes y habitantes en la dicha ciudad de Zara-
goza y su jurisdicción y á los señores de cuadrillas y mineros ([ue ahora
son y fueren de aquí adelante las guarden y cumplan y á todas las
justicias de la dicha ciudad ó Alcaldes de minas las ejecuten en todo y
por todo como en ellas está ordenado y mandado, y so las penas en
ellas contenidas y más á las justicias ó Alcaldes de minas, si en ellas
fueren reinisos é inobedientes, dé otros doscientos pesos de buen oro
para la Cámara de Su ]\rajestad, en qne doy por condenado á cada
uno (jue lo contrario hiciere, y mando á mi Lugar-teniente y demás
—
Francisco Vehisquez^ escribano. Concuerda con su original, Jwan
Ramírez Coy, escribano.
OrdknAíNZAS añadidas. — Gaspar de líodas Gobrenador y Capi-
tán general de esta Gobernación y Provincia de Antioquia y tierra
entre los dos ríos, por el Rey nuestro señor etc.
— 2of) —
A vos mi Lugar-teniente, Alcaldes ordinarios y de minas y de
rancherías, y otras cualesquiera justicias y Jueces deSu Majestad de
la ciudad de Zaragoza, de la dicha mi (lobernación, y á cada uno y
cualquiera de vos en su jurisdicción por lo que toca y atañe y atañer
pueda en lo de su uso contenido, así de los que ahora son como á los
que de aijuí adelante fueren, sabed que ])0V aviso y relación que tengo
de los vecinos de esa dicha ciudad, por algunos pleitos que ante mí
han venido y se han tratado, me han contado que en las minas y rea-
les de ellas y de suS' tárminos del oro que labran y han labrado los
dueños de las cuadrillas, é otros tienen registradas muchas aguas y
los susodichos, entrándose á labrar los unos en las minas de k»s otros
y las del común vayan en aumento, y cada uno sepa lo que le perte-
nece, y no tengan más minas ni aguas de las que pueden y deben tener,
conforme á las Ordenanzas por mí fechas y establecidas, y que nin-
guno pueda labrar ni se aproveche de más de las minas y aguas que
fueren suyas derechamente, por evitar los grandes daños y pleitos que
hasta aquí ha habido y los que adelante se podrían ofrecer y recrecer,
cuyo remedio me compete como tal Gobernador y Capitán general en
el buen Gobierno de la dicha ciudad y su jurisdicción, porque según
guientes :
edificio, pueda parar, y tomar la ([ue quisiere sin pasar adelante, y con
esto haya cumplido, sin que el Alcalde de minas ni ninguna otra jus-
ticia le puedan compeler á sacar el agua principal de tal registro, sino
siere, y pueda recoger las aguas que así topare ])ara su acequia y edi-
ficio, aunque no llegue el agua ])rincipal ({ue registrare, como se declara
como han gozado siempre y hasta que el dicho edificio esté sacado
lo
aguas (jue sobraren al primero que va sacando, y hasta que éste saque
y acabe no puede haber sobras ningunas, ni en esta sazón sea oído, por-
que para obviar nuilicias y debates se hacen las dichas Ordenanzas con
las declaraciones que en ellas se contienen, conforme á la costumbre
antigua de la Gobernación.
Capítulo 41. ítem. Ordeno y mando, que si algún señor de cua-
drilla viniere sacando algún edificio y fuere el segundo por Tazón de
haber otro rcijistrado antes <iuV él, sea obligado este tal, ([Xiv fuere
seguiulo, (le pasar con su aceíjuia siete varas por bajo del ([ue fue i)ri-
vaya por el aire con su uianipuesto, sin hacer perjuicio al que primero
registró ; y las justicias no le consientan hacer lo contrario i)or nin-
guna vía.
Capítulo 4lí. ítem. Que los pleitos que pasaren y se trataren ante
el Alcalde de minas, no se le quiten de ninguna forma, sin (jue pri-
mero haya sustanciado y determinado definitivamente, ni las
él los
Por todo lo cual como de derecho está ordenado, mando á vos ias
dichas justicias, que sois y adelante fuéredes en la dicha ciudad de
Zaragoza de la dicha mi jurisdicción de Gobernación y á los Alcaldes
de minas y rancherías, y sus términos, que veáis las dichas Ordenanzas,
que de suso van incorporadas, y precisamente y sin embargo de algu-
nas otras en contrario de las fechas, las guardéis y cumpláis, y ejecutéis
y hagáis guardar, cumplir y ejecutar, y en todo siempre llevar, y que
sean llevadas á pura y debida ejecución con efecto, como cosa de buen
gobierno, y que tanto importa y conviene á la buena orden que debe
haber á los negocios tocantes á las dichas minas y aguas y contra su ;
condenado á cada uno de vos (|ue lo contrario hiciere y para ([ue esto ;
— 2C0 —
Pregón. — En la ciudad de Zaragoza, de la Gobernación de Antio-
«luia, ii veinticinco días del mes de Octubre de mil y quinientos noventa
y tres años, por presencia de (laspar Sáncbez Iteinoso, Alcalde ma-
yor de minas y registros en esta Gobernación de Antioquia y sus pro-
vincias, por Gaspar de Rodas, (.robernador y Capitán general de esta
Gobernación por Su Majestad. Yo, Juan Pérez Medrano, escribano
de minas, por mandado del dicho Alcalde mayor hice pregonar las
Ordenanzas contenidas, y se apregonaron en la Plaza pública de esta
ciudad ])or voz de Juan Primero, pregonero, á altas é inteligentes
voces que lo oyeron muchas i)ersonas de esta ciudad, y de ello doy fe,
hice sacar y saqué este traslado de los originales, con quien concuerda,
y van ciertas y verdaderas, corregidas, y concertadas con el original
—
y en fe de ello lo signé y firmé. En testimonio de verdad, Juan Ra-
mírez Coy, escribano de Su Majestad.
Fecho, é sacado, corregido, concertado fue este traslado con el que
ante mí se escribió para el mandado del dicho
dicho efecto, que por
Teniente-general volvió al dicho Capitán Pedro Xúñez de Bohórquez,
que va cierto, y verdadero y de mandamiento de dicho Teniente-
;
El Archivero nacional,
Bernardino Torres Torrente.
16 en trabajo constante.
La primera fundición (roharbeite) se hace después en grandes hor-
nos de reverbero, por el sistema de los del país de Gales, de los cuales
hay siete en ejercicio.
Para la imbibición se dispone de ocho hornos de mcüiffci por el sis-
tema de Freiberg y uno del sistema Pilz, á los cuales les suministran
el viento necesario varios ventiladores de hiadera movidos por ruedas
hidráulicas.
Para la copelación se cuenta con tres hornos de crisol fijo y bóveda
movible, sistemai alemán.
Existen, además, dos pequeños cubilotes para la fundición de la
plata y del oro en barras ; dos hornos de mufla para ensayes y tres más
— 2<¡:¡ —
«le manija sin viento paní ciilciunr cal, cuarzo, piezas «le alfare-
ría, etc.
Sulfuro».
Cuarzo. inutálicos.
Schlamm 0,002
id. id. y 0,057 id. id.
Diferencia 15,000
del oro, y $ 1.039,210 valor de la plata. El producto anual iia ascendido gra-
dualmente de $ 188,224 (en 1876) á $ 411,279 (en 1885).
Todas estas sumas representan los valores efectivos del oro y de la plata, sin
tener en cuenta el premio de cambio.
: ...
..
— 204 —
1). — DATOS TOMADO!^ DEL CUADERNO DE GASTOS LLEVADO POR
EL DIRECTOR DE LAS MINAS DE LA CONCEPCIÓN,
LÁZARO DE MOLINA.
Año de 1751.
Septiembre 15. —Compré en Santa-Fe, de D. Francisco de la Pini-
11a, ocho arrobas de fierro, á razón de $ .5-6 reales $ 40 .
De
Llano-grande á Ibagué nada
Fue preciso detenerse en Ibagué catorce días para aguar-
dar los bueyes se gastó para la manutención y seis frascos de
;
Pasan $ 478-2
1
— 265 —
Vienen ^ 478-2
En C'haiuií nos (inodanios dos días esperando qne se aviasen
los indios y enipai)elasen los tercios, lo (jue se entiende tapar-
los con hojas fueron alquilados diez y
; seis,porqne minoré un
carguero de silla para mí y otro para el minero, lo (jue me salió
mal después, ponjue el minero cayó malo el primer día, y me
j»recisó darle mi carguero, porque uno solo no bastaba. De
Suma 8 761-2
1752
— 266 —
Vienen $ 395-5
Compré del señor Teniente D. Dionisio, Alcalde, 16 cola-
dos de maíz, á 2 pesos 32 .
Pasan $ 510-1
]
— L'OT —
Vienen * .~)1(»-1
Un puerco gordo 12 .
Derechos de visita 2ó .
Vn Hungría es el estar
carácter constante de las rocas porfídicas de
cubiertas por masas traquíticas que están superpuestas á las pizarras
talcosas, como se observa en las cercanías de Schemnitz. El terreno de
México presenta los mismos caracteres que el de Hungría 5 sus ricos
filones auríferos y argentíferos se encuentran generalmente en la siéni-
ta porfídica. Esta roca encierra las ricas minas de Guanajuato, donde
singaulf l]eg(5 á Bogotá sólo tenía 21 años cíe edad, y sin embai'go en una carta
en que el Bar in de Humboldt, dirigiéndose al señor D. José María Lozano, reco-
mienda á él y al señor Rivero, hace grandes elogios de su ciencia " No reco- :
miendo y no ensalzo con ligereza, dice, pero sé que si se aprovecha bien la ins-
trucción que pueden difundir los señores Rivero y Boussingault, las artes
industriales de la patria de usted obtendrán las consecuencias más ventajosas.
Ellos son mucho más instruidos en química de lo que y-> lo era cuando estuve
en Santafé, y aun puedo agregar de lo que lo soy al presente."
M. Boussingault siguió en 182.5 para la Vega de Supía, donde permaneció
cinco ai5o8, encargado de la dirección de varias minas de oro y de plata. Antes
de regresar á su patria ejecutó una ascensión al Chimbovazo, en Diciembre de
1831, cuya relación empieza en los siguientes términos: "Después de diez años
de trabajos asiduos había por fin realizado los pi-oj'ectos de mi juventud que
me condujeron al Nuevo Mundo, había determinado la altura del barómetro
al nivel del mar entre los trópicos, la posición de las principales ciudades de
Venezuela y de la Xueva Granada, y conocido por mucnas nivelaciones la for-
ma de las cordilleras había adquirido los datos más exactos sobre los criade-
;
del gneis, pero solamente al bajar al lecho profundo del río I'erillo se
puede examinar el terreno. De las dos márgenes de este río las masas
de rocas se elevan como dos muros á una altura prodigiosa. íío se ob-
servan estratificaciones distintas, solamente se ilota una estructura
pizarrosa en las rocas de color pardo azuloso, que son un gneis muy
«húndante en feldespato que pasa á horstenp.
—
Grunstcin. Al dejar el río Perillo no se vuelve á tener ocasión
de observar, si no es en el páramo dé Herveo y en su parte más ele\a-
da, el grunstein, en el cual el feldespato y el anfíbol están muy al-
terados.
Luego que se llega al Cauca, se ve aparecer el gneis en el Cedrito,
pero ese gneis, perfectameute caracterizado en ciertos lugares, pasa en
«tros á las pizarras arcillosas. Desde el alto del Tambor se principia á
observar las rocas de una manera regular.
Gneis. — Al llegar al alto se encuentra el gneis perfectamente es-
tratificado ; sus capas muy inclinadas se hunden un poco hacia el
*!B fin, al gU'Cts talcoso sucede la verdadera pizarra talcosa con el color
verde que le es peculiar ; al bajar del alto al río Cauca se observa
siempre la misma pizarra ; i)erodespués de haber andado un buen
trecho del otro lado del río, se encuentra el pórfido cubierto por una
«apa de feldespato granuloso ; los cristales (|ue contiene le dan un as-
pecto araigdaloide.
I^epósiito de aJp'riíhK — Desj)u^s áe lialiersc elevado bien encima
— L'TO —
del río Cauca, se llega ú la hoya del Supía antes de bajar allí, se ;
encuentra una roca arenisca que reposa sobre el pórfido y que ocupa el
fondo del valle y al mismo tieinpü forma el depósito de aluvión sobre
el cual está situado Supía..
Ascendiendo de la hoya de Supía ¡¡ara salir á Río-sucio, es decir,
marchando en una dirección poco más ó menos perpendicular á la que
se ha seguido hasta aquí, se observan las mismas rocas, pero en un
orden inverso. Así, después de haber dejado el terreno de aluvión, se
ve aparecer un poco más allá de Guamal la piedra gris. Río-sucio está
al pie de la bella masa porfídica de Engrumá pero el pórfido comien-
;
salir se salte sobre los pórfidos de Marniato ijiie bajan hasta el Cauca.
En la hacienda de Mora^'a, el ¡tórfido se asemeja más Ji la sieuita por
la presencia de la mica y la abundancia del cuarzo. Un poco más abajo
de Moraga, siguiendo el curso del Cauca, se observa que las sienitas
porfídicas de Marmato reposan sobre una roca anfibólica compuesta
de laminitas de anfíbol de un verde oscuro ; esta roca se une, sin duda
ninguna, á las pizarras antíbólicas que se encuentran tres leguas más
abajo del paso real de Bufú.
Las rocas (jue constituyen el terreno de la Vega, comenzando por
la parte superior, son las siguientes :
pórfido.
Sienitas porfídicas de Tavóu. — Al dejar á (¿uiebralomo y avanzar
hacia la Vega, la sienita ¡(orfídica se aproxima ventajosamente por su
naturaleza á la de Engrumá ; es, sin embargo, menos alterada. Todas
las montañas (pie rodean la hoya del Supía son de sienita porfídica; se
presentan en lá forma de conos ó de cúpulas, tan peculiar á los terre-
nos porfídicos.
La variedad dominante es un hermoso pórfido, cuya masa verdosa
es un feldespato compacto, colorado por pe(|ueños cristales de anfíbol
encierra cristales de feldespato blanco y algunos fragmentos de cuarzo
vidrioso no cristalizado ; hace mucha efervescencia con los ácidos.
La capa feldespáticá por la abundancia de anfíbol- ([ue la impregna
toma color más oscuro, aspecto luminoso, como turbio, y los cristales
feldespáticos (jue contiene son más grandes y más vidriosos. Esta
variedad es menos común que la precedente y es menos efervescente.
Los cristales de anfíbol que coloran la base feldespáticá de los pór-
fidos no están siempre enteran)ente deshechos de manera (|ue sean
invisibles; algunas víu-es contribuyen con el feldespato á dar un aspecto
porfídico á la roca, ('na sienita porfídica de esta naturaleza es bastante
común en la Vega.
falta en absoluto ;
pero t-omo ellas se unen á los pórfidos con anfíb(íl que
constituyen la masa de la montaña de Marmato; ])aj'ece ".nejor no esta-
blecer distinción.
A alguna distancia d(í la (juelírada de la Boca del Monte vuelve
á aparecer el anfíbol en el pórfido; pero con un color y una disposición
singulares. La masa de la roca es un feldespato blanco que contiene cris-
general varía de uno á más pies. Su espesor llega hasta J.j ó 20 pies.
Se nota una gran regularidad en la dirección de estos filones ; los
principales se dirigen casi exactamente del este al oeste ; algunas
veces se desvían al sur ó al norte, pero en los filones menos importan-
tes; de suerte que estos filones no son sino ramificaciones de uno prin-
cipal que se dirige de este á oeste, al cual irían á reunirse.
Tod(»s los filones de ^larmato son, generalmente hablando, verti-
cales, y toman á menudo una ligera inclinación, sea hacia el sur, sea
hacia el norte. Tienen taiiibi(^'n alguna diferencia de inclinación muy
notable; ])or(|ue en los trabajos superiores de un filón se le ve incli-
norte. El muro y el techo de los filones son de una misma roca más ó
menos alterada y contienen mucha pirita cúbica. Las piritas de Mar-
mato resisten á la des(H)mposición sin embargo, sobre algunas mues-
;
— L'7« —
dicha ranchería hay ajíiia y lefia y arcabucos para todas cosechas. Esta
mina, apartada de hi iglesia real de Santa-Ana como tres cuartos de
legua, es mina de mucha importancia y de seguir á costa de mucha
cantidad de pesos las labores (jue hoy tiene Hicimos abrir la
despensa y hallamos en ella como ^OÜ quintales de metal, ([ue parece
de á más de á marco y medio por quintal
Y luego este dicho día, mes y año, visitamos una mina, estacas de
ésta, que saliendo de las Animas, que corre al sur, ((ue es del Capitán
Antonio Mosquera y Juan Vásquez de Albán y Mateo de Acosta,
que hoy tiene un pozo de dos .estados, sin yeta, pero en el rumbo y
derecera donde va el socavón mejor de la dicha mina de las Animas,
que se comunica con él por estar muy junto, por cuya razón será mina
considerable. Tiene once indios de los que se repartieron al Capitán
Antonio Mosquera
Y luego incontinenti llegamos á la mina de San-Francisco del
Desmonte, que es de D. Gaspar de Mena Loyola, y con Blas Bernal
y Francisco de Quevedo, mineros de la dicha mina, entramos en ella
y bajamos 50 varas de profundo por muchas escaleras y hallamos cinco
tiros de agua, los cuatro con tornos y sigitiñnelas, y otro de mano, que
á los dichos negros. Los dos tornos los ocupan los negros y los restan-
tes indios tiene necesidad esta mina para ([ue ande aviada de 150
;
indios. . .
donde sale un gran golpe de agua como para mí'dio corte de mina de
oro. Y tiene 100 (?) varas de largo dado en muy gran dureza. Y baja-
mos á los planes, que tiene ocho estados de hondo el pozo desde el
desagüe para abajo, y de plan lleva siete varas con metal de un palmo
de cuerpo de metal y lo demás metal de segunda suerte y en
rico,
partes de tercia. Y
media vara de ancho será todo este metal, uno en
otro de á marco. Tiene dureza en el descargue y lo mismo en derribar
la veta. Hace mucha agua, y ocupa en sacarla 24 piezas entre día y
noche, y demanda ])ara esta labor otras altas que se han comenzado y
se han dejado por falta de gente, de 80 piezas, y al presente tiene 41
indios y 18 negros. Es mina de mucha consideración y que se le puede
dar un socavón real con que desaguaran muchas minas y es el cerro de
más importancia que tienen estas minas La ranchería de los indios
está en buena parte, dividida de los negros. está apartada de San- . . .
ban sacando tres indios piqueteros, en una veta de una tercia de grueso
en parte y con cuatro dedos de metal, y lo demás pintado con mucha
dureza, si bien el derribarlo se facilita con fuego. Hace poca agua.
Tiene esta dicha mina otra labor en la (/iianJazapa de la mina del
líemedio, que tiene de hondo (JO varas y lleva media vara de veta con
muy buena disposición. Asimismo tiene otras labores donde se han
sacado buenos metales, que hoy no se labran por ser las más bajas.
Tiene esta mina 19 indios y está cuatro cuadras de la igle-
(1) La mina de San-Francisco del Desmonte, que fue de las más ricas del
Eeal de Santa-Ana, se explotaba aún en 1717, como lo decimos en el te.\to.
— 280 —
tramos en ella por un soíiavón y a! fin del, eu la frente de la veta, lleva
de cuerpo una tercia y en ella una de metal y pintado lo demás,
lista
y falta por cortar muy gran i)arte de la veta, y se juzga tener buen
metal, en consideración que esta mina ha hecho árboles de metal muy
rico. Siendo la veta de la Manta inmediata á ella lleva dureza. Ocu-
ltadoce piezas de agua entre noche y día. Tiene otras labores consi-
derables, que no se labran por no haber gente. Tiene el socavón de
l)rofundidad desde la veta cortada hasta salir fuera de ella 120 varas.
Hay en esta mina 20 indios y cuatro negros, por cuya causa no se
puede llevar más de esta labor. Necesita esta dicha mina de 70 piezas
l)ara labrar algunas labores Los indios están poblados en su ran-
i'hería antigua. ... y apartados de la iglesia cuatro cuadras
En el dicho día 31 de Marzo fuimos á la mina de San-^-Francisco
([ue queda seguro. Tiene esta mina cien negros y treinta negras que
le sirven, de los dueños de la dicha mina, que son el Gobernador J).
Gaspar de Mena Loyola, el Capitán Francisco Beltrán de Caicedo y
los menores de Doüa Luisa de León, por terceríis partes. Y asimismo
tiene tres fraguas, de cada uno la suya, con todo su avío de herreros,
sonadores y carboneros y su herramienta cumplida. asimismo hay X
en esta mina veinte indios Y
en la despensa 000 quintales de
metal, que tendrá de ley á seis onzas- poco más ó menos.... Tiene
necesidad la mina de treinta indios para la mazamorra y agua, por
haber negros para lo demás con que se acabó esta visita.
;
([uetemlrán á dos marcos y medio los 000, que deben tener á seis ;
onzas y .'iOO de la mina de las Cruces, y los restantes. Los l.r)00 están
en beneficio, además de ((ue el beneficiador Cortés dice que en la des-
pensa del dicho (lobernador tiene más de 1,500 quintales de metal de
la mina Manta. Tiene una cocha de cal y canto en que se
este ingenio
recogen los relaves.negros y tres negras y v(!Ínte de chusma,
Tiene 4.'i
— 262 —
El del Capitán Pedro de Amézquita, con 17 indios y tres negros.
El delCapitán Ambrosio de ]Morales con ocho indios.
Y el de los hijos del Bachiller de la Fuente, que estaba cerrado
entonces.
esta labor doce varas y de socavón 40. Estáse dando lumbrera sobre
esta labor, que es muy importante, para darle fuego, por la dureza
grande que tiene. Es mina que se ha sacado de ella gran riqueza.
Ocupa doce piezas en el agua, de noche y de día, en dos tornos. Tiene
hoy 37 indios, y ha menester para que ande aviada 50. . .
Tiene poca agua (pie sacan cuatro indios de día y de noche, y ha me-
nester cua'renta. . .
— 284 —
En el dicho día pasamos á la mina de San-Pedro, que es dueño
de ella Juan de Hojas y Francisco Duran. Estaban dando un desagüe,
por cuya razón no se labraba en ella, y estaba llena de agua. Es mina
mucha ley. Tiene veinte indios y
considerable por ser de si tuviera harta
gente estuviera comunicada; habrá menester treinta ; están en buen
puesto y cerca del real ocho cuadras — .
nueve. ...
Luego dicho día visitamos otra mina de Juan Gaitán, muy
este
cerca de la mina pasada, que llaman de San-Andrés es mina vieja ;
—
G. PETICIÓN DEL CAPITÁN FRANCISCO FERNÁNDEZ
DE PALENCIA AL GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DEL NUEVO
*
REINO DE GRANADA.
por la aspereza y soledad de los i)uest(ts ])or donde anduve, como por
haber sospechas dé que habíapor aquelbis tierras algunos indios pijaos
rebeldes retirados. Y fué Nuestro Señor servido de que descubriese
vetas de i)lata muy ricas, con cuyoá metales salí á la ciudad de Ibagué,
á donde ensayé y hice ensayar, y se reconoció la riíjueza y sustan-
los
cia de las dichas minas, y luego las registré ante el Alcalde ordinario
de la dicha ciudad de Ibagué, y di estacas y, pedí y se me concedió un
. •
— ií8(; —
añu (le UTiiiiiU) para escoger una iiiiiiu i»riiiei{)al y otra salteada y po-
nerlas en laltor, como consta del registro i|\ie jiresento ante V^.neseñoría
algunas piedras del metal de las dichas minas, (|ue ensayado i)or per-
sonas peritas aun descubrieron mayor ri(|ueza, pues del haz de la tierra
rinden á más de dos marcos de plata por quintal Y porque estoy
resuelto de volver á las dichasminas y pobkrlas, y de6cul)rir otras má«
ricas que tengo por cierto (jue hay en aquel contorno, y de gastar en
esto toda mi hacienda, que es cuantiosa, á Vuestra Señoría pido y su-
]»lico se sirva de confirmarme el dicho registro. y concederme por . . .
menos á seis, que promete ahondadas tendrán mucha más ley que las
de las Lajas, y es mucho mayor riqueza, ponjue esta plata de ellíis
tiene ms'us de cinco (juilates de oro, como se verá por la experiencia
«lue i)o»lrá hacerse por ensay(%
Estas vetas corren de esotra banda de la ciudad de Ibagué y allí
hacen oro donde hay dos ingenios hechos para moler metales, que uno
hice yo y el otro hizo el Capitán Felipe López Barragán. Yo desam-
paré el mío i)or y estando ausente el dicho Capitán
falta de gciute,
(1) José Gutiérrez Mortno, minen) del Sapo, escribía al seüor D'Elluíyar,
en Septienil)re de 1795, lo siguiente :
trito del Chaparral, de donde soy vecino, se halla una mina de plata cuya
situación no se sabe á punto fijo, peto se presume sea á las márgenes del río
Ulanco ó del Amiiliú (Anamichú), jxjr hallarse puntas de este metal en las
corrientes del río Saldaña hasta la embocadura del primero, y de ahí para
arriba no se encuentran."
Justamente, en la región bañaila por los ríos Ulanco y Anamichú, descubrió
Salvador Aguiar, al fin de la guerra de la Independencia, uu filón de plata
nativa. Habiendo cometido este hombre el delito de asesinato en el Chapa,
rral se huj'ó al Cauca, mas, deseoso de regresar á su hogar, volvió de allí
después de algunos años de ausencia, por lainontaña de Barragán, abriendo
camino por entre el monte c.)n su machete. Antes de llegar al río Saldaña vio
á orillas de una quelnada una punta de metal (¡ue salía de la tierra cortó con :
su machete un pedazo como de tres libras de peso, que resultó .ser de plata.
Perseguido (ijr la justicia, Aguiar murió poco tiempo después, antes de tener
ocasión de volver al punto iloude había hallado la plata, que muchos de los
\ecino8del (Jhaparral ttivier(jn en sus manos.
— 1>H8 —
están <l<iscubiertas caudalosísimas vetas de plata, que son de más de
tres Abaras de ancho, y una se derrumbó y echó de sí tanto metal, que
está al pie del cerro, (jue quinientos indios ó que be-
nejaros tuvieran
neficiar muchos años sin sacar piedra de Dichos metales se
las vetas.
«'Hsayaron por el descubridor de »ellas, que fue un Pedro Guerra, y
tuvieron muy buena ley de plata, la cual manifestó ante el señor doc-
tor Francisco Guillen Chaparro, que presidía la real Audiencia, y no
se labraron por estar entonces la tierra de guerra. (1)
En el cerro de San- Antón hay muchas vetas de plata, y aunque son
pobres de ley, son ricas por tener infinitos metales, que tienen á tres y
á cuatro onzas. Es cerro seco y alto y sus metales tocan en cobrizo ;
teníamos poblado dicho cerro y sus minas, y las justicias los mandaron
despoblar, por el riesgo que tenía de los pijaos. También hay en él
muchas minas de cobre que acuden jtor fundición á la mitad de cobre.
La mina de San-Jacinto es notorio es de los más ricos metales que
se han visto en esta tierra y en su comarca, y hay muchas vetas des-
cubiertas. Los señores de la líeal Audiencia enviaron á ellas al señor
D. Lorenzo de Terrones que las viese y ensayase, como lo hizo, y sacó
muy buena ley de plata, en cuya conformidad mandaron que se poblase
el dicho cerro. Libraron su provisión real para que se diese de las La-
jas una cantidad de indios, de los mejores (|ue allí luiT)iese, y enviando
por ellos la ciudad de Ibagué, en aquella ocasión no los Imbo porque
se habían ido los que había. Con »iue cesó la dicha población : están
sacados muchos de etlos de las minas, (|ue por falta de gente no se
benefician.
los obstáculos que diariamente se notan, sin que haya arbitrio para
prevenirlos, especialmente aquí, donde el cerro todo lastimado, la poca
inteligencia de los que trabajan y la continuación de las lluvias, retar-
dan grandemente las esperanzas con que nos lisonjeábamos.
Este conocimiento es el fruto que he sacado en un mes entero, pudien-
do asegurar á Vuestra Excelencia que no se ha pasado día en que no
haya experimentado algún contratiempo capaz de probar mi sufrimiento.
Desde el mes de Agosto comenzaron las aguas y han seguido en
su fuerza por todo Septiembre y Octubre este es un diluvio que
:
nos inunda, y aun vivimos sin la esperanza de ver tan presto el arco
que nos anuncie la dilatada serenidad que necesitamos para taladrar
estos cerros sin tanto sobresalto.
Con todo eso, á fuerza de pensar y discurrir en asunto que tanto
interesa, me veo ya en vísperas de introducir barras en la mina, y con
la esperanza de lograr un desagüe general que ya hubiera conseguido
á no haber sucedido la desgracia que frustró el trabajo de muchos días.
19
— 290 —
El ingenio está igii.almente en vísperas de moler, y si, con las nue-
vas providencias que he tomado, no lo ejecuta, será necesario pensar
desde ahora en ingenio nuevo; pero esto, señor, es un asunto de poca
importancia y que no debe llamarnos la atención, siempre que la mina
no se desgracie. Yo procuro hacer cuanto está en mí, una vez que me
be resuelto á continuar ésta que en realidad es empresa. Los demás
mineros experimentan igualmente varios contratiempos, pero todos
viven con la esperanza de alcanzar el fruto de sus fatigas, que desde
luego fueran menores si lograran por medio de Vuestra Excelencia la
Excelentísimo Señor :
Excelentísimo Señor .-
(1) Chacón era minero peruano; fue sepultado con cinco trabajadores en
en una gaUría de la mina de San-Antonio, que se hundió.
evidentes, siendo las únicas las frecuentes remisiones de plata. Estoy
actualmente beneficiando los metales del barreno de una guía de la
nueva mina.
Contemplo a Vuestra Excelencia con el sumo placer que tan gus-
tosamente le habrá producido universal tranquilidad y quietud de
la
Excelentísimo Señor :
mucho, señor, hacer útil una mina tan destrozada cual lo estaba ésta
de San-Antonio. La celebrada sepultura de Chacón es la única labor
de fundamento y ésta nadie logró verla hasta que yo me resolví á bus-
carla; pero habiéndola hallado toda aguada, se me hizo inútil, y lo
será hasta lograr el desagüe por medio de un nuevo barreno igual-
mente difícil y costoso, que he emprendido. Estas sumas dificultades
me obligaron á buscar nueva mina para desempeñar de pronto la Com-
pañía. Pero los pocos adelantamientos que de presente ofrecía la se-
sus cartas, me
alientan sí éstas y mayores empresas, de que, á s>i tiempo,
daré cuenta á Vuestra Excelencia para satisfacer el encargo que par-
ticularmente hay en esta última, en que se digna Vuestra Excelencia
mandarme (jue le exponga todo
que hallare por conveniente para
lo
AÑOS.
— 295 —
Aduana de Tu maco.
De 1S71 á 1885, en quince años, consta (|iie so lia exportado por
esta Aduana oro en polvo Cuyo valor duclarado fue de $ 405,220, (jue
se rei)arte así
Suma $ 405,220
AÑOS.
:
— 29Ü —
Aduana de Cartagena.
Por esta Aduana no hubo exportación do oro en polvo en los años
1871 á 1874, y 1875 á 1878 ; en los demás años se exportaron los valo-
res siguientes - •
$ 441,097
El valor total del oro exportado por estas tres Aduanas sólo alcanza
en catorce años á $ 1.080,000. Pues bien, esa suma representaría el
las cifras del cuadro, pues es preciso tener en cuenta lo siguiente : por
la Administración de Hacienda de Medellín se remiten al exterior el
oro de Supía y Marmato, la parte de la plata en barras de estas locali-
dades que no se amoneda, y además algún oro del Chocó. Pero tam-
bién se extraen del Departamento])or particulares cantidades de oro
S o
:¿ P
l-<
— 298 —
NOTAS. — 1.* Estos datos son tomados de documentos oficiales del archivo
de la Oficina, publicados unos é inéditos otros. —
2.» No deben considerarse como
del todo completos, porque diversas Aduanas han dejado de enviar algunas de
sus relaciones mensuales y aun anuales; así es que el verdadero total puede
estimarse en un 10 por 100 más, aproximadamente, del que aparece computa-
do. — 3.» Las Aduanas no fijan el valor de cada artículo, sino que lo toman de
los manifiestos que presentan los exportadores, de donde resulta una variedad
inevitable en las apreciaciones mercantiles. — 4.' No están en relación el peso y
el valor de los cómputos de este resumen, porque los elementos particulares que
han servido se encuentran llenos de muclias deficiencias, anuales unas, que se
notan en el cuadro respecto al peso, y mensuales otras, tocante al peso y al
valor, que no pueden notarse, pero que han influido en la formación de resú-
menes que aparecen computados aquí en las casillas anuales coma si estuvieran
completos, irregularidad que no se ha podido evitar por la naturaleza del tra-
bajo. —
5." Tampoco ha sido posible separar en los cómputos que comprenden
muchos artículos, la parte correspondiente á cada uno, porque han venido los
datos en conjunto, lo que ha obligado á respetar los nombres de los distintos
grupos, á pesar de la manifiesta heterogeneidad. — 6.* También se han respeta-
do denominaciones genéricas que merecen alguna aclaración. El artículo lla-
mado aquí MineroJ, se refiere casi exclusivamente á las menas argentíferas,
que son que más se exportan, por ser insignificantes las que se remiten de
las
otras clases y el llamado Metales, comprende casi únicamente en conjunto
;
reducidas que no han merecido ser computadas en el cuadro. 9.» Estos datos —
sólo comprenden un lapso de 15 años, porque los documentos de que ha podido
disponerse datan apenas desde 1869, y los correspondientes al servicio de 1884
á 1885 son tan incompletos, á consecuencia de la última guerra, que su cómpu-
to en vez de útil podría ser quizás perjudicial, por las razones indicadas en las
notas 2.* y 4.*, que tratan de las deficiencias. —
10.' De algunas de las irregula-
ridades anotadas no son responsables las Aduanas, sino las disposiciones vigen-
tes que las permiten como libertades concedidas al comercio. La reorgani-
zación administrativa que empieza á efectuarse mejorará pronto el Eamo de
Estadística, sin perjuicio de la libertad mercantil, para utilidad del servicio
público en general y de los intereses privados, nacionales y extranjeros.
Bogotá, Abril de 1886.
El Jefe de la Sec<;ión de Estadística, Antonio María de Arrázola.
E.rcelentisiins señor :
tisfacción.
Dios guarde á Vuecencia muchos años como deseo, Madrid, á IG
de Julio de 1744.
Excelentísimo Señor.
D. 2{iguel de Villanuecia.
Señor Virrey de Santa-Fe.
que está inmediata á la del Cristo, está más descubierta y lleva más
metal que las dos precedentes, pero el mineral lavado no da más de
cuatro onzas de plata por quintal.
Que las vetas de estos reales son ricas lo demuestran los terreros ó
desechos de los antiguos. Mucha gente de la que' vive en ellos se
mantiene recogiendo el mineral de los terreros y beneficiándolo por
amalgamación. El más pobre del que benefician me ha dado al ensaye
tres marcos de plata por quintal, y también he hallado mineral que
me ha dado ocho y diez marcos.
Las minas de más fama en el Keal de Lajas son Santa-Lucía, :
hay vara de distancia que ha costado dos meses de trabajo con los doce
peones cada día.
En la veta de la mina del Cristo se llevan cuatro cortes : da
algún mineral ; la ley y pinta de éste son muy buenas, pero no quiere
cuajar y engrosar la veta.
Excelentísimo Seiior
ensayos que he hecho en este tiempo. De todos los medios que he ten-
tado, el más ñícil, el más pronto y el que da toda la ley es el siguiente.
Se calcina el mineral en piedra para (luitarle la gran cantidad de
azufre ([ue tiene ; se muele y cierne el mineral muy fino ; se mezcla
después con ocho ó diez por ciento de y cuatro ó seis y hasta ocho
sal,
pa. La fanuí del tesoro hallado no tarda en esparcirse por todas partes,
y la codicia anima aun á los más tímidos á tentar fortuna por este lado.
Aunque los nuevos descubrimientos de vetas no correspondan á la
riqueza de la primera, con la bonanza que se experimenta en ésta,
cobran aliento los demás mineros para seguir sus labores y con la ;
lo sucesivo minerales más pobres, por ser los costos mucho menores,
y
tal mina que hubiera arruinado á su dueño si hubiese emprendido la
labor antes de este tiempo, puede enriquecer á otro que la entable en
estas felices circunstancias. Muchos ejemplos j)udieran citarse de esta
naturaleza, pero baste para comprobar esta verdad lo que ha sucedido
en minas de Potosí. En
las riquísimas los primeros años de su descu-
brimiento daban cien marcos de ])lata ])or quintal de mineral, y en la
actualidad apenas dan muchas de ellas una onza por ([uintal, y sin em-
bargo de ser el trabajo más difícil ])or hallarse la mayor parte de ellas
muy trabajadas ; la jdata mucho de su antiguo
de haber desmerecido
valor, por su abundancia, y por consiguiente haber aumentado en la
misma proporción el valor de todas las cosas, no obstante no dejan de
dar competentes utilidades á sus duefios. Si la casualidad hubiera pre-
sentado á los primeaos descubrimientos un mineral de esta naturaleza,
seguro está que no hubieran emprendido la labor, que sólo puede esta-
blecerse en los parajes en donde la minería está en mucho auge y con
alguna esperanza de mejora.
El otro medio, aunque uiás difícil y más lento, no deja de producir
— 3( -S —
el misino buen efecto, con tul de (lue se proporcionen las indispensables
eircnnstancias que diremos más abajo. Este medio consiste en aprontar
ciertos fondos pura trabajar algunos minerales cuja ricjueza, aunque no
feliz del fomento de la minería para derramar con ])rodigalidad los te-
— 310 —
tante son iniiclios los obstáculos quo tiene que vencer cualquiera que
se determine á este Antes de emprender ninguna labor es
trabajo.
preciso cerciorarse de la naturaleza del mineral, examinar su ley,
juzgar por la inspección de la veta y demás circunstancias locales, si
ésta es constante ó es una vetilla de poco momento. Luego entra la
disposición de los trabajos, de cuya buena ó mala determinación pende
muchas veces la fortuna de su dueño. Para todo esto se requieren co-
nocimientos que no son nada comunes en este lieino.
Pero lo que más embaraza á un minero es el beneficio del mineral
el entable de molinos, oficinas y demás aperos necesarios para las ope-
des empresas pero para formar estas compañías es preciso (jue haya
;
sujetos idóneos que las promuevan, y que éstos, ])or las repetidas
pruebas do su idoneidad, estén en posesión de la confianza pública ;
puesto sobre la plata, cuyo producto sirva para los gastos del cuerpo,
para la enseñanza de la juventud que se destina á esta profesión, y con
el remanente se forme un fondo para avíos y fomento de minas. Para
todo esto se publicaron el año de 1783 nuevas Ordenanzas que deter-
niiiiau t'l nu'tuilc» v onU-ii (jiu' s(.' ha de s(',:,Miir tanto en oatos asuntos
como vi\ los ilcuiás concern ieii tes á la lalior y ri*;;Í8tro (!<• ellas.
Veauíos aluna si la situación .ictual <le la nñnería de este Keino
l'ennite el (|Ue pueda ^ii;r¡rse un cuerpo á iniitación del de México.
Con el lin de determinar este asunto, solicitamos los estados del oro
ijue se liafundido vi\ ttulas las cajas reales del Keino desde el principio
deluño de 1778 hasta unes de 1780, conu) también los estados del oro
(jue se ha acuñado en el ¡¡ropio tiempo en las reales casas de moned;;
:iciales reales en sus estados, como también la ley general de los oros
¡iresentados para la amonedación ; en su defecto tomaremos un medio,
regulando la ley general de los oros fundidos á -O quilates y la merma
en esta operación á ciiíco por ciento ; siguiendo esta regla cada marco
vale lio pesos de plata y el total 10.003,009 i)esos 4.^ reales, que á
cada año corresponden 4 reales.
1.778,1.")8 pesos
de ingenios y demás oficinas para beneficiar los metales que los parti-
culares ó compañías saquen de sus minas, sin detrimento de lo que
éstos ó aquéllas quieran establecer de su cuenta poniendo sujetos inte-
ligentes que dirijan las operaciones ;
porque la falta de éstos y del
dinero necesario para estas empresas han sido causa de que muchos uo
hayan salido con bien de las labores que han emprendido.
Debiéndose hacer antes de entablar estas oficinas el reconocimiento
de los minerales, con facilidad podrá el Tribunal promover compañías
de minas, y animar á los particulares para que las trabajen por la con-
fianza que infundirá ver al mismo Tribunal coadyuvar de su parte á la
labor de ellas, desembolsando los intereses necesarios para las obras
principales y que piden mayores costos. También podrá aviar el mismo
Tribunal con herramientas y demás pertrechos necesarios para la labor,
de que deberá tener un competente repuesto en los parajes principales
del Keino.
El Tribunal general determinará las condiciones bajo las cuales se
han de hacer estos avíos que variarán según las circunstancias, y en
todo caso se podría tomar el partido de arreglarlas al uso y práctica
que tiene establecido el Eeal Tribunal de México, modificándolas á
las circunstancias de este Reino.
Para la ejecución de este plan convendría que la^ Superioridad man-
dase formar en Santafé una Junta compuesta de los diputados de
todas las provincias, electos por gremio de minería de sus respec-
el
íicarse por extenso. Los mineros gozarán en lo sucesivo con más segu-
ridad de los privilegios (jue les conceden las leyes, y no estarán expues-
tos á la codicia é imprudencia de algunos jueces «jue á la menor
demanda y arruinan sus minas con gran detrimento del
los atropellan,
P. —
PARTE FINAL DEL 1>;F0RME DE D. JUAN JOSÉ D'ELHÚYAR
SOBRE LAS MINAS DE SANTA-ANA, DE 1¿4 DE NOVIEMBRE DE 1702.
aquellos con 200 pesos emprende una labor de veta con la misma faci-
lidad ([ue lo hacen aquí los mazamorreros en las minas de oro corrido.
—
Q. DOCUMENTOS RELATIVOS AL ENVÍO Á MADRID DE DOS RE-
TRATOS DEL REY, UNO DE PLATINO Y OTRO DE COBRE Y PLATINO,
HECHOS EN BOGOTÁ EN 1774. (1)
Excelentísimo Señor.
(1) Por habei' recibido mu_v tarde de Sevilla los documentos Q y II, no los
mencionamos en la primera parte de este libro. De una Certificación sobre la pla-
ta que se había sacado de las minas de Mariquita y Santa-A<jueda ó Guali, d(í 1586 á
1588, copiamos la siguiente partida, por referirse á la única mina de esta últi-
ma ciudad cuyo nombre se conserva -.
" Consta
y parece que en 10 de Mayo de 86 manifestó, el Capitán Juan de
Chaves, vecino de esta ciudad de Gualí, 25 marcos de plata sacada en las minas
de Santa-Águeda, que asimismo son término de Mariquita, y que dijo haberse
sacado en el cerro de San-Andrés, en la mina llamada Nuestra Señora Santa
María."
— .'{IT —
Recibidos aquí los dos retratos del Key, el uno de platina mezelada
con cobre, y el otro de sólo aquel metal, de (jue trata Vuestra Excelen-
cia en carta de de 1~> Junio i'iltiuio, ha resuelto Su Majestad, á
consulta d(! la .íunta de Comercio y Moneda de veinte de Diciembre
j)róximo ¡lasado, (pie tome Vuestra Excelencia puntual noticia del mo-
do con que ha verilicado la fundición el tallador de esa casa, 1). Fran-
cisco Benito, se le y se reserve en ese Superior
encargue el secreto,
Gobierno, informando Vuestra Excelencia exactamente de todo á esta
vía reservada.
Que premie Vuestra Excelencia el celo del expresado D. Francis-
co, como le jtarezca corresponde mérito y trabajo que lia hecho en
al
le prevenga otra cosa, dando las más eficaces providencias para que
entre tanto no se arroje como se ha hecho hasta aquí la platina que
produzcan minas de oro corrido del Chocó, Antioquia y otras cua-
las
que con el celo que siempre lia tenido y tiene de acudir al servicio de
Su Majestad y aumento de su líeal Hacienda, pro y utilidad de este
Ileino, vecinos y moradores de él, lia procurado se descubran minas de
plata, como en efecto,las muchas diligencias que ha hecho,
mediante
se han descubierto unas de gran riqíieza en las ciudades de Santa-
Águeda y jMariquita, donde se labran, y de cada día van descu-
briendo y labrando más, y habiendo enviado á hacer descubrimientos á
otras partes de este Reino, es informado que en la ciudad de Pamplo-
na han descubierto minas y metales de plata de mucha ritiueza, y
se
para en el dicho descubrimiento dar el calor necesario y saber si son de
seguir, mandó hacer de ello información, la cual se hizo en la forma
siguiente.
Sancho de Camargo, Escribano.
DECLARACIONES (1).
l»odrá lial»er tres meses, poco inás ó menos, (jue fue público y notorio
en a(iuella ciudad se habían descubierto unas ricas minas de i»lata, y
este testigo lo tuvo y tiene por cierto porque un Guillermo de Vergara,
juntamente con un Lorenzo Esteban, vecino de ella, andaban en de-
manda de las dichas minas, y habiendo cateado en los términos de la
dicha ciudad como siete leguas de ella poco más ('»
menos, t|ue es junto
ú las vetas de oro (|ue los vecinos de aquella ciudad labraban, habían
descubierto y descubrieron unas vetas y minas de ¡¡lata muy ricas y de
mucho aprovechamiento según se decía y trataba entre todos los que
de ello tenían noticia, y de ahí algunos días de como.se liizo el dicho
descubrimiento vid(» este testigo cómo se trajo á la dicha ciudad de
Pamplona cantidad de piedras y metal, y en casa del dicho Lorenzo
Esteban y en la fragua de fulano Arciniegas, herrero, se hizo fundición
y ensaye por plomo y por azogue y este testigo se halló presente á ello,
y otras muchas personas, y vio que en lo que se echó por azogue se
echaría como una libra ello como un
de piedra y n)etal y sacaba de
l)eso de j)lata poco más ó menos, la cual era muy
buena y decíanlina y
algunas personas que lo entendían era grandísima la riqueza que el
diclio metal tenía, y que entendían era tanto y más que las minas de
— :vj{) —
visto ni descubierto, tomo y señaló para sí las mejores (jiie esta-
Señor
Ahora de nuevo han descubierto otras minas de plata entre las
se
Pamplona que están muy
vetas de oro en los términos de la ciudad de
más cerca de Cartagena que las otras de Mariquita, y en tierra abun-
dante de todos mantenimientos, como constará por la información que
va con ésta y testimonio de la plata que se ha marcado en vuestra Caja
de la que se ha sacado en Santa-Águeda y Mariquita, y sólo se aguar-
da el azogue que se desea, en tanto grado que ya no se vive en este
Reino con otra esperanza poniue no se saca oro y las minas que se han
descubierto de azogue no se atreve nadie á labrarlas, y para que haya
mayor cuidado para la labor de todas ellas es cosa conveniente que
(1) De estos últimos sólo citamos les más importantes, ron la mira de que
no caigan en absoluto olvido.
21
Caballero y Góngora (Antonio). Oficio reservado al Excelentísi-
nio Señor 1). José de Gálvez, en el cual pide dos buenos fundidores de
minerales. Hantafé, 1782. 3LS. ^Serilla.
Caballero y Góngora (Antonio). Relación del estado del Nuevo
Reino de Granada. Turbaco, 1781>. Véase García y G.
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Historia del j)rimer establecimien-
to para extracción de oro en 1844:. Cartagena, 1875.
Striffler (Luis). El río San-Jorge. Cartagena, 1886.
Igualmente se excita al Poder Ejecutivo pai-a que por conducto de los Mi-
nistrosy Cónsules en Francia y Alemania haga extractar y traducir el mencio-
nado opúsculo y publicarlo en los idiomas de aquellas naciones.
Publíquese, etc.
que anima al Gobierno por el valioso obsequio que usted ha hecho al país con
tan oportuno y acertado trabajo. '
'Hoy que, frustradas muchas de las empresas que tantas esperanzas habían
hecho concebir á los ciudadanos laboriosos, se ha despertado el interés por la
industria minera, la más positiva y rica del país, la obra de usted viene á dar
luz sobre tan importante objeto y á animar los estímulos de los empresarios.
Muy oportuna ha sido, pues, su publicación, y bien merece usted, que la ha
hecho con recomendable desinterés y abnegación, la gratitud de la Patria.
Pronto será conocida su obra en Europa, yes seguro que ella llamará la
atención del mundo civilizado hacia las riquezas de estas regiones, generalmen-
te desconocidas allí. Tor este Despaclio Se ha comisionado al stfiur tioctor César
Contó para que liaga, en inglc's, un extracto de la obra, y lo inserte en los más
afamados periódicos de Inglaterra y de los Pastados Unidos.
Cordialniente felicito á usted por su patriotismo, pues son pocos los que,
imo usted, dedican sus talentos, su» recursos y su tiempo á obras de la catego-
1 ia y trascendencia de la que tan felizmente ha producido.
Entre lus conceptos euiiti(lo.s ¡¡or hi prensa escogeré los más oxpre-
>ivos, citándolos por el orden de su i)iiblicación.
"EL COMERCIO."
Es el trabajo del señor Eestrepu un estudio tan completo como parece _po-
sible, del estado de la industria minera en Colombia desde la Conquista hasta
nuestros días Entre narraciones curiosas relati%'as á las más importantes
minas, escritas con un sabroso sabor de clásica antigüedad, él estudia esas minas
y su capacidad i^roductiva bajo el punto de vista, mineralógico, enseña conocí-
mientos geológicos importantes relativos á la generalidad de los distritos mi-
neros, trata cuestiones de alta geografía en la división topográñca de nuestro
suelo en relación con sus minas, se engolfa en la cuestión estadís-
y por último
ticapara fijar la producción del oro en cada siglo y el monto total del que Co-
lombia ha dado al mundo; cuestión estadística que lleva á la ciencia universal
datos preciosos. Felicitamos al país y al señor Eestrepo por este trabajo.
viera que sus esfuerzos no eran vanos, acometió de lleno el estudio de esta
cuestión, consagrando muchos meses al examen paciente de nuestros archivos
y á la recolección de todo género de datos sobre minas en otro tiempo explota,
das. Fruto de esta labor, emprendida por puro patriotismo y sin esperanza
alguna de lucro, es la obra que anunciamos. La prensa de todos los partidos la
ha elogiado calurosamente y la Cámara de Representantes votó una pro-
posición muy expresiva de encomio al señor Eestrepo. Unimos nuestra voz á
ese unánime coro de aplausos, y enviamos al señor Eestrepo nuestras felicita-
ciones, estimulándole á que no dé de mano á los trabajos científicos é históri-
cos que están ganando tanto lustre para su nombre, como provecho para la
Patria.
"EL CONSERVADOR,"
Este periódico reprodujo el opúsculo íntegro en sus columnas.
"•EL FINANCIAL NKW S," ilc X llera- Yi>rL.
Debemos congratular coniialmeiite al señor Heslrepo por la (lilip;eiiBÍa con
fiueha trabajado y jwr el patriotismo de que La dado muestra gastando tantu
tiemjx) y i)ensaniient() en servicio de su país, por el camino más verdadero y más
sabio: estimulando Jas artes y las empresas pacíñcas, en cuyo campo las
victorias no serán ganadas sobre sus compatriotas, sino sobre la naturaleza
misma.
ria y la situación actual de esa importante riqueza, con toda la autoridad que
le da la suficiencia científica de usted en ese ramo, y también el ejemplo, ya
necesario, de un nuevo giro á los estudios, que para bien positivo del país se les
debe dar
Mariano Tancü.
me imaginé que hubiera tenido usted tiempo para estudiar tanto, para cónsul-
lar todas las obras que ha examinado, archivos viejos de la Colonia,, informes
manuscritos ignorados, etc., y formar así una historia completa sobre el descu-
brimiento y laboreo en varias épocas de todas las minas de Colombia.
Verdaderamente usted, por los conocimientos que tiene de todas las minas
y de todos los oros de Antioquia y de otros Estados, por su constancia para in-
vestigar y por otras circunstancias especiales, era el llamado á publicar una
obra de esta naturaleza que hiciera conocer en el mundo las grandes riquezas
que poseemos y ha llenado este deber patriótico tan perfectamente, permíta-
;
JoAQvíx Márquez.
FIN.
índice.
I'át;tna*.
Prólogo Vil
PARTE PRIMERA.
I.— Los minerales uciles en Colombia 1
II.— Antioquia 6
HI. — Estudio sobre el oro de Antioquia 36
IV. — Cauca .".
46
V. — Lo que dicen los e.xtranjero9 de la riqueza del Chocó 69
VI. — El platino 7.')
Vil.— Tolima 83
—
VIII. Las minas de San-Sebastián de la Plata 100
IX. — Panamá y Darién 109
X. — La mina de Espíritu-Santo 119
XI.— Bolívar 129
XII. — Departamentos de la banda oriental del Magdalena 132
PARTE SEGUNDA.
I.— Producción total de las minas de Colombia 149
II.—Influencia de la minería en progreso general de Colombia
el 159
III.— Causas del abandono de las minas 174
IV. — Los métodos de explotación 186
V. —Vislumbres en porvenir el 203
VI. — El Gobierno español fomentó la industria minera 207
VIL — La minería científica no es más contingente que las otras
industrias 212
VIH. —Un Gobernador español de provincia en la época colonial 217
IX.— D. Juan José D'Elhúyar '¿3u
APÉNDICE.
A. — El principio y el fin 247
B. — Ordenanzas de minas de D. Gaspar de Rodas 249
C. — Informe sobre la empresa del Zancudo 262
D. — Datos tomados del cuaderno de gastos llevado por el Director de
las minas de la Concepción 264
E. — Descripción geológica del terreno de la Vega de Supía 267
F. — Visita de minas del real de Santa-Ana 277
G. — Petición del Capitán Francisco Fernández de Palencia al Gober-
nador del Nuevo Reino de Granada 28."i ,
H.— Informe de D. Alonso Iluiz de Saajosa soljie las minas de Ibagué, 286
I.— Cartas de 1). José Celestino Mutis al Virrey Messía de la Zerda.. 288
J. — Qué valor tienen los datos oficiales sobre e.xportación de oro
^
y plata? 293
K. — En Nuevo Reino de Granada no se acostumbró asignar minas
el
Virreyes 301
N. — El método de amalgamación del Barón de Born descrito por el
señor E'Elhúyar 305
O. — Plan para el establecimiento del cuerpo de minería en el Nuevo
Keino de Granada, formado por D.Juan J. D'Elhúyar 306
P. — Parte final de un informe del señor D'Elhúyar 315
Q. — Documentos relativos al envío á Madrid de dos retratos del Rey,
uno de platino y otro de. cobre y platino, hechos en Bogotá en
1774 316
R. —Información de las minas de plata nuevas en los términos de
la ciudad de Pamplona 317
Pd^.
X
BJNDIng sec^ 0EC22197ie'
VE
POCKET
ÍRARY
TN Restrepo, Vicente
A14. Estudio sobre las minas
C6R35 de oro y plata de Colombia
1888
Engin
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