Marcuse y El 68 (París - Berlín - Frankfurt)
Marcuse y El 68 (París - Berlín - Frankfurt)
Marcuse y El 68 (París - Berlín - Frankfurt)
MARCUSE Y EL 68
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MARCUSE Y EL 68
Libro 111
3
Seleccin de textos
Coleccin
SOCIALISMO y LIBERTAD
Libro 1 LA REVOLUCIN ALEMANA
Vctor Serge - Karl Liebknecht - Rosa Luxemburgo
Libro 2 DIALCTICA DE LO CONCRETO
Karel Kosik
Libro 3 LAS IZQUIERDAS EN EL PROCESO POLTICO ARGENTINO
Silvio Frondizi
Libro 4 INTRODUCCIN A LA FILOSOFA DE LA PRAXIS
Antonio Gramsci
Libro 5 MAO Tse-tung
Jos Aric
Libro 6 VENCEREMOS
Ernesto Guevara
Libro 7 DE LO ABSTRACTO A LO CONCRETO - DIALCTICA DE LO IDEAL
Edwald Ilienkov
Libro 8 LA DIALCTICA COMO ARMA, MTODO, CONCEPCIN y ARTE
Iaki Gil de San Vicente
Libro 9 GUEVARISMO: UN MARXISMO BOLIVARIANO
Nstor Kohan
Libro 10 AMRICA NUESTRA. AMRICA MADRE
Julio Antonio Mella
Libro 11 FLN. Dos meses con los patriotas de Vietnam del sur
Madeleine Riffaud
Libro 12 MARX y ENGELS. Nueve conferencias en la Academia Socialista
David Riaznov
Libro 13 ANARQUISMO y COMUNISMO
Evgueni Preobrazhenski
Libro 14 REFORMA o REVOLUCIN - LA CRISIS DE LA
SOCIALDEMOCRACIA
Rosa Luxemburgo
Libro 15 TICA y REVOLUCIN
Herbert Marcuse
Libro 16 EDUCACIN y LUCHA DE CLASES
Anbal Ponce
Libro 17 LA MONTAA ES ALGO MS QUE UNA INMENSA ESTEPA VERDE
Omar Cabezas
Libro 18 LA REVOLUCIN EN FRANCIA. Breve historia del movimiento obrero en Francia
1789-1848. Seleccin de textos de Alberto J. Pl
Libro 19 MARX y ENGELS.
Karl Marx y Fiedrich Engels. Seleccin de textos
Libro 20 CLASES y PUEBLOS. Sobre el sujeto revolucionario
Iaki Gil de San Vicente
Libro 21 LA FILOSOFA BURGUESA POSTCLSICA
Rubn Zardoya
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Seleccin de textos
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Seleccin de textos
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MARCUSE Y EL 68
Nadie les ha enseado a hacer lo que estn haciendo; nadie le ensea al rbol
la forma de dar sus hojas y sus frutos. No se han dejado utilizar, como tantas
veces en otros tiempos, a manera de cabezas de puente o pavos de la boda;
hoy estn solos frente a una realidad resquebrajada, son una inmensa
muchedumbre que no acepta ya reajustarse para ingresar ventajosamente en
ese mundo que se da a llamar moderno, que no acepta que ese mundo los
recupere con la hipcrita reconciliacin paternal frente a los hijos prdigos.
Algo como una fuente de pura vida, algo como un inmenso amor enfurecido se
ha alzado por encima de los inconformismos a medias, a la torre de mando de
las tecnocracias, en la fra soberbia de los planes histricos, de las dialcticas
esclerosadas. No es el momento de explicar o de calificar esta rebelin contra
todos los esquemas prefijados; su sola existencia, aqu y en tantos otros
pases del mundo, la forma incontenible en que se manifiestan, bastan y
sobren como prueba de su validez y su verdad.
Nada piden los estudiantes que no sea de alguna manera una nueva definicin
del hombre y la sociedad; y lo piden en la nica forma en que es posible
pedirlo en este momento, sin reivindicaciones parciales, sin nuevos esquemas
que pretendan sustituir a los vigentes. Lo piden con una entrega total de su
persona, con el gesto elemental e incuestionable de salir a la calle y gritar
contra la maquinaria aplastante de un orden desvitalizado y anacrnico. Los
estudiantes estn haciendo el amor con el nico mundo que aman y que los
ama; su rebelin es el brazo primordial, el encuentro en lo ms alto de las
pulsiones vitales.
En el pabelln de la Argentina, Como no iba a manifestarse ese salto hacia
una realidad autntica cuando bajo su techo se vena reiterando la injusticia, la
discriminacin, la estafa moral que no era ms que el reflejo de lo que sucede
all en la patria, all en los pases de Amrica Latina? Tomar esa residencia ha
significado para los estudiantes entrar escoba en mano en una casa sucia para
limpiarle el polvo de mucha ignominia, de mucha hipocresa. Pero en el fondo
esto es slo un episodio dentro de un contexto infinitamente ms rico, que no
se engaen los que quieran ver en ese gesto una mera oposicin poltica en el
plano nacional.
Detrs de la ocupacin de lo que es propio hay una conciencia que va mucho
ms all de permetro de una residencia universitaria; simblicamente,
poticamente, estos muchachos han tomado a la Argentina entera para
devolverla a su verdad tanto tiempo falseada; y decir eso es decir tambin
Amrica Latina, es sentir a travs de este impulso y esta definicin toda la
angustia de un continente traicionado desde dentro y desde fuera. Cmo no
comprender, entonces, el sentido ms profundo que tiene hoy aqu, entre
nosotros, la evocacin del ejemplo vivo del Che, como no comprender que lo
sintamos tan cerca de los jvenes que se baten en la calles y dialogan en los
anfiteatros.
9
Seleccin de textos
https://elsudamericano.wordpress.com
HIJOS
La red mundial de los hijos de la revolucin social
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MARCUSE Y EL 68
MARCUSE y el 68
Seleccin de Textos
MARCUSE y el 68
Por Guillermina Garmendia de Camusso
FRANKFURT 1968
- INTRODUCCIN
- CRTICA MARXIANA Y EL PROBLEMA DE LA KONSTITUTION
- EXCURSUS: Abstracto-concreto (Abstraktionstheorie: abstrakt-konkret)
- KRITIK Y TRABAJO ABSTRACTO
- MISTERIOS DE LA PRODUCCIN Y TRABAJO ABSTRACTO
MARCUSE y el 68
Por Guillermina Garmendia de Camusso1
1
Coleccin Los Hombres de la Historia, n. 172, CEAL (Centro Editor de Amrica Latina),
Bs. As. 1971
12
MARCUSE Y EL 68
1898
El 19 de junio nace en Berln Herbert Marcuse. Pertenece a una de esas
antiguas familias judas que, estrechamente vinculadas a las tradiciones
alemanas, haban convertido la capital prusiana desde la poca de Federico el
Grande, en otra ciudad Luz 2
1919
Concluida la primera guerra mundial con la derrota de Alemania, el Tratado de
Versalles (28 de junio) que restitua Alsacia y Lorena a Francia, pone fin al
imperio colonial alemn e impone fuertes indemnizaciones de guerra.
La Constitucin de Weimar si bien dejaba subsistir diecisiete Estados
organizaba de hecho la repblica alemana centralizada, cuyo presidente
elegido por sufragio universal el primero fue el socialista Federico Ebert
deba ser capaz de imponer una ley comn a los gobiernes locales. Pero ya
desde 1919 haba guerra civil en Alemania; los particularismos no tardaron en
renacer haciendo fracasar la revolucin alemana, en la que el mismo Lenin
haba credo la revolucin rusa sera la subida de teln de la revolucin
alemana; al mismo tiempo se introduce el asesinato en poltica.
Marcuse, como otros jvenes intelectuales alemanes abandona la breve
militancia, despus del asesinato de Rosa Luxemburgo y Carlos Liebknecht
(16 de enero) realizado por la polica del ministro Noske. Mientras tanto, inicia
sus estudios universitarios en la Universidad de Berln.
1921
Se grada en la Universidad de Friburgo, donde se encuentra con Heidegger
recibiendo el influjo de su pensamiento. Se forma en un clima cultural rico de
orientaciones a veces divergentes (neokantismo de Marburgo, empiriocriticismo,
Max Weber, fenomenologa de Husserl, Dilthey, Simmel, Kierkegaard) que
tienen en comn la oposicin al positivismo. Si bien en un primer momento se
siente atrado por el existencialismo pronto sus intereses se orientan al campo
sociolgico.3
1923
G. Lukcs publica Historia y conciencia de clase, obra que fue un poderoso
estimulante intelectual para los jvenes pensadores que comenzaron a
reflexionar el marxismo despus de la primera guerra: Sartre, Merleau-Ponty,
Adorno, Horkheimer, entre otros. En lo que respecta a Marcuse, tiene la
oportunidad de familiarizarse con la problemtica sociolgica de la obra de
Max Weber; le atrae particularmente la crtica de Weber a la razn formal que
parece estar en la base de una sociologa en vas de burocratizacin 4.
2
Serge Mallet en Marcuse polmico, Bs. Aires, Edit. J. lvarez, 1968, p. 10.
3
T. Perlini, Che cosa ha veramente detto Marcuse, Roma, Ubaldine Editore, 1968, pp. 6-7.
4
Perlini. Ob. ext., p. 7
13
Seleccin de textos
1927
Marcuse es designado redactor filosfico de la revista Gesellschaft de la
social-democracia pero contina sin militancia poltica activa a diferencia de
Lukcs y de Korsch. Se publica Ser y tiempo de Heidegger. Marcuse participa
en Friburgo en varios seminarios dirigidos por Heidegger, bajo cuya direccin
comienza su tesis doctoral sobre La ontologa de Hegel y el fundamento de
una teora de la historicidad. No obstante la influencia de Heidegger, que ms
tarde le ser reprochada por Lukcs, Marcuse adopta ya la posicin de un
hegeliano de izquierda.
1928
En el primer nmero de la revista Philosophische Hefte de Marx Beck aparece
el primer trabajo de Marcuse: Aportaciones a la fenomenologa del
materialismo histrico, donde sostiene la tesis de que:
la accin social es hoy posible slo como accin del proletariado, porque
ste es el Dasein cuya existencia se da necesariamente en la accin. 6
5
Constantin Sinelnicoff, Advertencia a Wilhem Reich, Marxismo y psicoanlisis, Buenos
Aires, 1971, pg. 8.
6
Citado por G. E. Rusconi, Teora crtica de la sociedad, Barcelona, Ediciones Martnez Roca,
1969, pg. 253.
14
MARCUSE Y EL 68
1929
Publica su trabajo Filosofa Concreta donde pone de manifiesto el concepto de
historicidad; el filsofo que contina atrayendo su inters es el Heidegger de
Ser y tiempo. Marcuse subraya que el horizonte de la existencia est
delimitado por la historia, considerando que ms importante que el momento
de la gnesis de la verdad es el momento de la adecuacin de la verdad. La
verdad coincide con la crtica de la sociedad: la filosofa es ciencia prctica 7.
Advierte sobre los peligros de la absorcin del individuo en la colectividad
(marxismo dogmtico) y se anticipa a la interpretacin humanista del joven
Marx. Publica, en oportunidad de la publicacin del libro de K. Mannheim.
Ideologa y utopa, un ensayo, El problema de la verdad del mtodo
sociolgico, para examinar la tesis de Mannheim sobre el relacionalismo. Se
propone demostrar que el concepto de relacionalidad es similar al de Marx en
el sentido de:
relativizar a travs de anlisis concretos todas las objetivaciones
independientes y valores universales, refiriendo la verdad a una clase
determinada en una situacin concreta8
Pero poniendo en evidencia que la diferencia entre Marx y Mannheim consiste
en que para el primero el proceso concluye en el proletariado mientras que
para Mannheim no existe un estrato privilegiado portador de la verdad.
Se elabora el Plan Young, por el cual fueron reducidas las deudas de
reparacin de Alemania compromotindose, a su vez, Francia, a desocupar los
territorios alemanes. En octubre muere prematuramente el canciller
Stresemann allanndose, de esta manera el camino al poder del nacional-
socialismo, alentado adems por una coyuntura internacional subyacente: el
decisivo peso de las potencias imperialistas favorables a una solucin
autoritaria que impusiera una barrera al socialismo.
1930
Despus de la muerte del presidente Federico Ebert las elecciones de
setiembre se llevaron a cabo en medio de una gran crisis econmica; el
nmero de diputados nacional-socalistas subi de doce a ciento siete. Fue
elegido presidente todava en oposicin a Hitler el mariscal Pablo von
Hindemburg.
Por su parte, Marcuse, en un artculo sobre Problema de la dialctica,
publicado en Gesellschaft VIII, denuncia el abuso que se hace de la dialctica
en un sistema donde todo est determinado mecnicamente. Considera que
7
Rusconi, ob. cit., pg. 255.
8
Rusconi, ob. cit., pg. 258.
15
Seleccin de textos
1931
Publica Problema de la realidad histrica: W. Dilthey. En este artculo
considera a Dilthey el autntico representante de la filosofa de la vida,
entendiendo por filosofa de la vida nicamente "los anlisis filosficos que
consideran como fundamento de la filosofa el ser de la vida humana". Segn
Marcuse existira una correlacin entre las tesis marxistas acerca de la histora
y la orientacin de Dilthey.
1932
Publica La ontologa de Hegel y la fundamentacin de una teora de la
historicidad. Permanecen todava en Marcuse acentos de su primera formacin
existencialista; orienta la analtica existencial en la direccin de la dialctica y
la historicidad10. Concibe la unidad entre el sujeto y el objeto como un devenir,
reduciendo la ontologa tradicional a una historia del ser. Las distintas
regiones del ser se desarrollan como distintas modalidades del devenir
histrico.
En abril fue reelecto Pablo von Hindemburg con diecinueve millones de votos
contra Hitler, que obtuvo trece millones. En las elecciones para el Reichstag
del mes de julio triunfaron los nacional-socialistas; la desocupacin haba
alcanzado un tope del treinta y cuatro por ciento de la poblacin no agraria.
1933
En enero, Hitler es nombrado canciller; Alemania se retira de la Sociedad de
las Naciones reiniciando su poltica de rearme. Marcuse publica un artculo
sobre Los fundamentos filosficos del concepto cientfico-econmico del
trabajo, donde aborda el concepto de trabajo 11. El trabajo es un concepto
ontolgico que abarca la perspectiva de la existencia total: comprende, el ser
de la existencia en su totalidad. Sintetiza el tema de la existencia del tiempo
con el concepto de alienacin por el trabajo.
Con el advenimiento de Hitler y la persecucin antisemita emigra de Alemania,
radicndose en Ginebra, primero, y luego en Francia; viaja a EE.UU. como
profesor visitante. A partir de este momento los libros de Marcuse se hacen
fundamentalmente crtico-sociales.
9
Rusconi, ob. cit., pg. 267.
10
Perlini, ob. cit., pg. 8.
11
Incluido en H. Marcuse, tica y revolucin, Madrid, Taurus Ediciones, 1969, pgs. 9-55.
16
MARCUSE Y EL 68
1934
La presidencia de Roosevelt y su New Deal contribuyen a su decisin de
trasladarse como refugiado a los EE.UU., radicndose en New York: all se
desempea como miembro del Instituto of Social Research, en la Universidad
de Columbia. Mientras tanto en Alemania Hitler se proclama fhrer con el
cargo de presidente y canciller lo que provoca la dispora definitiva de los
pensadores marxistas alemanes. Marcuse comienza su ensayo La lucha
contra el liberalismo en la concepcin del Estado totalitario 12; analiza lo que el
Estado autoritario entiende por liberalismo para concluir afirmando que la lucha
entre el totalitarismo y el liberalismo es slo un fenmeno perifrico 13 y que la
estructura social y econmica del liberalismo constituye la base del Estado
totalitario. La ltima parte del ensayo est dedicado a una enrgica crtica al
existencialismo; considera que los conceptos tericos del existencialismo son
una ficcin:
el hombre es esencialmente un ser poltico, es decir..., no es algo cuyo
ser est determinado por su participacin en un mundo espiritual
superior..., sino un ser originariamente actuante. 14
El existencialismo habra allanado el camino a las formas del irracionalismo
fascista.
1936
Colabora con los socilogos exiliados en Pars del Institut fr Sozialforschung
de Francfort, que en su camino de salida de Alemania haba estado ya en
Ginebra, siendo luego trasladado a los EE.UU. Se publica bajo la direccin de
M. Horkheimer, juntamente con T. Adorno y otros colaboradores una obra que
ser clsica para trabajos posteriores: Estudios sobre la autoridad y la familia
1937
Publica tambin un estudio sobre El concepto de la esencia; en este ensayo el
tema central es el de la historicidad:
la esencia es la totalidad del proceso histrico tal como se presenta en
una determinada poca histrica.
Cada uno de los momentos aislados es inesencial, su esencia consiste en la
relacin con la totalidad.15
12
Incluido en Marcuse, Cultura y sociedad, Bs. Aires, Sur, 1968, pgs. 15-45. (En el prlogo
de esta obra Marcuse seala que rene los trabajos publicados entre 1934 y 38, resultado de
sus investigaciones en el Instituto de Investigaciones Sociales de N. York y discutido por el
entonces director mi amigo Horkheimer. Exponemos una sntesis de estos trabajos por
considerarlos bsicos en la formacin de su pensamiento.
13
Ibd., pg. 15.
14
Ibd., pg. 37.
15
Incluido en Cultura y sociedad, pgs. 45-79.
17
Seleccin de textos
1937
Publica su ensayo El carcter afirmativo de la cultura; detrs del concepto
formal y sociolgico de la cultura con sus valores universales se justifica el
orden social existente: los valores culturales se mantienen alejados de la
realidad existente de cada da. La cultura afirmativa puede presentar la
soledad de hecho como soledad metafsica y la pobreza material como riqueza
interior.16
En este mismo ao publica Filosofa y teora crtica;17 esta es:
la teorizacin ms explcita de la teora crtica de la sociedad: hay dos
momentos que se vinculan al materialismo con la teora correcta de la
sociedad: la preocupacin por la felicidad del hombre y el convencimiento
de que esta felicidad es slo alcanzable mediante una modificacin de las
relaciones materiales de la existencia.18
Las modificaciones estn determinadas fundamentalmente y, por el anlisis de
las relaciones econmicas y polticas, versan sobre la felicidad, la libertad y el
derecho de los individuos.
Sin la libertad y la felicidad en las relaciones sociales incluso el ms
grandioso rendimiento de la produccin y la abolicin de la propiedad
privada siguen ligadas a la antigua injusticia
La alusin al marxismo sovitico es evidente. La temtica de la felicidad se
ahonda en las obras posteriores de Marcuse.
1938
Publica A propsito de la crtica del hedonismo 19 donde sostiene que la tesis de
la satisfaccin de la libido es el objetivo de la teora y praxis crtica; este tema
ser despus objeto de fundamentacin en Eros y civilizacin en el anlisis de
la teora freudiana de la represin. Mientras tanto en Europa Hitler, despus de
la anexin de Austria, exige a Checoslovaquia la cesin de los territorios del
sudeste; la conferencia de Munich salva la paz: el precio es Checoslovaquia
librada a Alemania, con la abstencin de la URSS.
La Repblica espaola, escenario de la ltima gran solidaridad internacional,
expresada en las brigadas, para Marcuse, es derrotada.
1941
Publica Razn y revolucin, Hegel y el surgimiento de la teora social. En esta
obra se hace patente la polmica anticientifista de Marcuse; su franca
oposicin a la concepcin positivista de la realidad. Reconoce en la filosofa de
Hegel el poder de lo negativo, lo que significa la posibilidad de superar los
datos de la ciencia y del sentido comn.
16
Rusconi, op. cit.. p. 301.
17
Incluido en Cultura y sociedad, pp. 79-96.
18
Ibd., p. 79.
19
Incluido en Cultura y sociedad, pp. 97-126.
18
MARCUSE Y EL 68
1942
Trabaja en el Office of Strategic Services, hasta 1950.
Una vez concluida la guerra mientras Horkheimer y Adorno regresan a
Europa Marcuse opta por permanecer en EE.UU.; esta circunstancia tiene
gran importancia en la perspectiva de la propia obra y en su diferenciacin con
los dems integrantes del llamado marxismo alemn. Se inclina claramente
por los EE.UU, ante la opcin de la Alemania de Adenauer: considerar el
mayor margen americano de libertad y el que los EE.UU. por su creciente
influencia en los pases de Europa Occidental le brinda un modelo crtico
ejemplar.
1951-52
Colabora como investigador cientfico y docente en el Russian Institute de la
Universidad de Columbia.
1953
Investigador cientfico en el Russian Research Center de la Universidad de
Harvard.
En Rusia muere Stalin; en los EE.UU. se ejecuta a los Rosemberg.
1954
Es nombrado profesor de ciencias polticas en la Brandis University. Francia
pierde la guerra de Indochina y el acuerdo de Ginebra divide a Vietnam en dos;
EE.UU. participa en estos acuerdos preparando el canino para reemplazar al
colonialismo francs en esta estratgica zona de Oriente.
19
Seleccin de textos
1955
Con Eros y civilizacin publicado en Boston Marcuse se convierte en uno de
los crticos ms agudos de la sociedad norteamericana en particular, y de la
sociedad industrial avanzada.
Marcuse parte de la obra de Freud, Malestar de la cultura, para desentraar, a
travs del examen de la teora freudiana, el aspecto social de su pensamiento.
Indagar el origen social del carcter neurtico, la sustraccin de la energa
sexual en beneficio de la civilizacin y la desvirtuacin de la felicidad, fin de la
vida humana, en un fenmeno episdico, es lo que Marcuse como veremos
ms adelante se propone.
1958
Publica El marxismo sovitico, corolario de sus investigaciones en los institutos
universitarios. Segn Marcuse el marxismo sovitico consecuencia de
contradicciones internas de su propio desarrollo y de la situacin internacional
contina aferrado a un marxismo esquemtico: las condiciones objetivas del
pasaje del capitalismo al socialismo segn esta interpretacin estaran
dadas por las oposiciones de clases (no obstante, dice, los cambios
estructurales introducidos en los pases capitalistas por el desarrollo
tecnolgico), reivindicando, en este planteo, la funcin histrica del
proletariado. Marcuse no niega este papel protagnico a los trabajadores;
seala, sin embargo, que en los pases capitalistas avanzados ha dejado de
ser clara la negacin determinada del sistema. En la URSS la ideologa
cierta en el anlisis de Marx porque aparece referida a una sociedad real con
el objeto de negarla se esclerotiza en el Estado. Este esquema ser luego
transferido al anlisis del proceso de cambio en las sociedades capitalistas
donde las condiciones subjetivas sern asumidas por una vanguardia
igualmente ideolgica que se configura en los propios partidos comunistas.
Pero resulta que los hechos histricos indican que las revoluciones socialistas
se han ido dando la URSS incluida no ya en los pases desarrollados del
capitalismo (como prevea la teora marxista) sino en pases subdesarrollados
como Corea, Vietnam, China, etctera.
Para Marcuse la desviacin del marxismo en la URSS que la homologa, en
cierta medida, a los pases capitalistas ha sido el corolario de una
interpretacin errnea del concepto de trabajo: el solo hecho de la
nacionalizacin no lo preserva de sus consecuencias alienantes, cuando
segn Marcuse, Marx exalt el tiempo libre como nica alternativa liberadora.
Marcuse sostiene la validez total del joven Marx en esta afirmacin puesto que
el objeto final del hombre es la felicidad, trasfondo tico-utpico de Marx.
Sera a partir de estos anlisis del pensamiento y la poltica soviticos
inmovilizados a la muerte de Lenin, por la burocracia stalinista, que Marcuse
seala las contradicciones fundamentales que condicionarn un Estado
totalitario, que no slo niega la libertad del pensamiento, sino que afirma la
funcin subversiva del arte mismo, cristalizado en el realismo socialista,
conforme al esquema de realidad del Estado, convirtindose as, en el
elemento bsico de la tendencia conservadora y, a la postre, contrarrevolu-
20
MARCUSE Y EL 68
1964
Publica El hombre unidimensional un libro que pretende sintetizar los
interrogantes fundamentales del mundo actual; es el eplogo no slo de Eros
y civilizacin, sino que una resultante de las meditaciones y fervorosas
expectativas de cambio largo tiempo pensadas y sostenidas por Marcuse. El
texto analiza la ideologa tecnolgica que configura la estructura social de los
pases avanzados actuales, del capitalismo principalmente pero sin excluir el
correlativo anlisis a los pases socialistas.
Una de las cuestiones fundamentales se refiere a lo que Marcuse llama un
cambio realmente cualitativo en los pases industrialmente desarrollados,
dominados por una ciencia instrumental. Sin incorporarlas orgnicamente a la
crtica de la sociedad que le es propia, Marcuse desliza dos hiptesis en este
libro ensombrecido muchas veces por el pesimismo: la liberacin del
hombre podr tal vez darse por la revolucin de la automacin (que es la gran
alternativa frente al sistema), mientras que en el otro extremo se erige el
desarrollo nuevo exento de una tradicin tecnolgica que prometen los
pases subdesarrollados del tercer mundo.
1965
Publica Cultura y sociedad, I, recopilacin de los trabajos publicados entre
1934 y 1938 a los que ya aludimos, y tica y revolucin (Kultur und
Gessellschaft, II ) que incluye entre otros Industrialismo y capitalismo en la
obra de Max Weber y Comentarios acerca de una nueva definicin de la
cultura).
1967
Publica El fin de la utopa, recopilacin de una serie de intervenciones de
Marcuse con dirigentes estudiantiles (entre ellos R. Dutschke) y algunos
colegas, sostenidas en una visita que hiciera en el mes de julio y durante
cuatro jornadas de trabajo a la Universidad Libre de Berln (Alemania
Occidental). Marcuse enunciar aqu lo que l entiende por el final de la
utopa, al ser hoy posible su realizacin real; en esto, dice, hasta quienes se
oponen a sus propuestas admiten que los recursos hoy disponibles por el
20
Herbert Marcuse, Marxismo sovitico, Madrid, Edit. Alianza, pg. 89.
21
Ibd., pg. 113.
22
Marxismo sovitico, ob. cit., pg. 183.
21
Seleccin de textos
1968
Publica Psicoanlisis y poltica que incluye dos conferencias pronunciadas en
un ciclo en las Universidades de Francfort y Heidelberg, en el centenario del
nacimiento de S. Freud: Teora de los instintos y libertad, la primera; la
segunda: La idea de progreso a la luz del psicoanlisis; contiene, adems, una
conferencia sobre El problema de la violencia en ta oposicin, dictada en la
Universidad de Berln en julio de 1967. Concluye con dos prlogos a Eros y
civilizacin.
Se producen los conocidos hechos de mayo en Pars que habran de dar
conocimiento pblico al nombre de Marcuse, hasta entonces circunscripto al
mbito menor del medio universitario y algunos reducidos crculos del
movimiento estudiantil europeo alemn, sobre todo y de los Estados Unidos
en la Nueva Izquierda.
1969
Publica Un ensayo sobre la liberacin. Marcuse propondr, en forma frontal, la
especulacin utpica que antes haba, con una cierta prudencia, evitado,
impulsado por la evidencia de su posibilidad concreta a partir tanto del
desarrollo tcnico como del de la misma sociedad. El estado de bienestar no
podr nacer de ninguna burocracia conocida, puesto que hasta las
necesidades mismas del hombre no se pueden predeterminar: las conocidas
conservan la marca de la represin en la que. el hombre ha vivido hasta el
presente. El reino de la libertad implica, inexorablemente, una ruptura del
continuo progreso: Qu va a hacer la gente en una sociedad libre? La
respuesta, finaliza Marcuse, fue enunciada por una muchacha negra; ella dijo:
Por primera vez en nuestra vida seremos libres para pensar en lo que
vamos a hacer.
Contina como profesor de filosofa en la Universidad de California. Entre sus
discpulos se encuentra ngela Davis.
22
MARCUSE Y EL 68
23
D. Cohn-Bendit, Jean Paul Sartre, Herbert Marcuse. La imaginacin al poder, Pars, mayo
1968, La revolucin estudiantil, Buenos Aires, Edic. Insurrexit, 1969, pg. 59
24
Marcuse polmico, pgs. 141, 142.
25
Herbert Marcuse, La sociedad industrial y el marxismo, Bs. As., Ed. Quintana, 1969, p. 76.
23
Seleccin de textos
26
Herbert Marcuse, Marx y el trabajo alienado, Bs. As., Carlos Prez Editor, 1969, p. 27.
27
Marcuse polmico, pg. 136.
28
D. Cohn-Bendit, Jean Paul Sartre, Herbert Marcuse. La imaginacin al poder, Pars, mayo
1968, La revolucin estudiantil, p. 59.
29
La imaginacin al poder, p. 47.
24
MARCUSE Y EL 68
25
Seleccin de textos
30
La imaginacin al poder, pp. 12, 13.
31
Marcuse polmico, p. 158.
32
Marcuse polmico, p. 159.
33
Jrgen Habermas, Respuestas a Marcuse, Barcelona, Ed. Anagrama, 1969, p. 131.
26
MARCUSE Y EL 68
34
La imaginacin al poder, pp. 60, 61.
27
Seleccin de textos
28
MARCUSE Y EL 68
35
La imaginacin al poder, p. 57.
36
Jean Michel Palmier, Sur Marcuse, Pars, Union Genrale dEditions, 1968, pg. 178.
29
Seleccin de textos
37
Sartre, Malraux, Aron, Marcuse, Fuentes, Kastler, Garaudy, Dutschke, Cohn-Bendit,
Sauvageot. Los estudiantes, Bs. As., Cuadernos de Amrica Latina, noviembre 1968, p. 76.
38
Los estudiantes, p. 82.
30
MARCUSE Y EL 68
Rudi Dutschke
42
Marcuse polmico, pg. 152.
43
Herbert Marcuse, El hombre unidimensional, Barcelona, Editorial Seix Banal, 1968
44
Los estudiantes, p. 111.
32
MARCUSE Y EL 68
45
La imaginacin al poder, p. 87.
46
La imaginacin al poder, p. 57.
33
Seleccin de textos
51
Los intelectuales y la poltica, p. 75.
52
Herbert Marcuse, Un ensayo sobre la liberacin, Mxico, 1969, p. 9.
35
Seleccin de textos
Ser en EE.UU., segn parece, donde Marcuse tiene una mayor popularidad,
en la llamada Nueva Izquierda New Left; contradictoriamente tambin all
como en Francia, sobre todo, a partir de los hechos de mayo del 68 gracias a
los grandes medios de comunicacin de masas, frecuentemente
anatematizados por Marcuse, puesto que el impacto de Marcuse sobre la
izquierda norteamericana no es ni uniforme ni muy preciso.54
La resonancia mayor de los escritos de Marcuse estaran referido a la SDS
-Students for a Democratic Society (Estudiantes para una Sociedad
Democrtica) y a los grupos menos politizados donde ante la ansiedad
provocada por los grandes problemas derechos civiles, guerra de Vietnam,
desocupacin de los marginados, etctera la oposicin total de Marcuse
pareciera ofrecer el marco moral a las acciones de protesta contra el sistema,
contra la totalitaria sociedad de la opulencia. La New Left comenz en el
verano de 1967 a diferenciarse de los movimientos anteriores, limitados
fundamental- mente a manifestaciones pblicas y desobediencia civil pasiva. A
partir de agosto de 1967 procur ampliar su simple solidaridad con las
rebeliones negras y con el Frente de Liberacin del Vietnam intentando impedir
por las vas del hecho la directa colaboracin universitaria a la guerra
(investigaciones cientficas y tcnicas), el enrolamiento militar para una guerra
no declarada, resistencia a arrestos, etc., en lucha abierta con las fuerzas del
orden. Johnson y muchos profesores universitarios se oponen a estas
acciones por su carcter violento: el slogan de los SDS movimiento central de
la New Left es De la protesta a la resistencia.
Si este pas ha de ser el polica del mundo, tendr que empezar por
meter en la crcel a su juventud claman frecuentemente los jvenes.
Desde ya se trata de un movimiento minoritario puesto que la gran mayora
queda abarcada gracias a la falta confortable de libertad mediante no slo
las gratificaciones materiales conocidas de un alto standard de vida, sino que
por el control mismo del pensamiento de la mass media. Marcuse mismo,
53
Ibd., pg. 72.
54
Bernd Oelgart, Idelogos e ideologas de la nueva izquierda, Barcelona, Edit. Anagrama,
1970, p. 167.
36
MARCUSE Y EL 68
55
Paul Breines, en Jrgen Habermas, Respuestas a Marcuse, p. 134.
56
Paul Breines, ob. cit., p. 138.
37
Seleccin de textos
57
Herbert Marcuse, El final de la utopa, Barcelona, Edic. Ariel, 1968, p. 54.
38
MARCUSE Y EL 68
58
Ibd., p. 55.
59
Ibd., p. 57.
60
Ibd., p. 30.
61
Ibd., p. 60.
62
Ibd., p. 59.
39
Seleccin de textos
66
Ibd., p. 30.
67
Marcuse, Eros y civilizacin, p. 45.
68
Ibd., p. 26.
69
Ibd., p. 26.
70
Ibd., p. 27.
41
Seleccin de textos
71
Marcuse, Eros y civilizacin, p. 29.
72
Ibd., p. 46.
73
Ibd., p. 47.
74
Ibd., p. 47.
42
MARCUSE Y EL 68
75
Ibd., p. 50.
76
Ibd., p. 53.
77
Ibd., p. 50.
78
Ibd., p. 100.
43
Seleccin de textos
79
Ibd., p. 94.
80
Ibd., p. 97.
81
Ibd., p. 98.
82
Rusconi, ob. cit., p. 334.
44
MARCUSE Y EL 68
MARCUSE Y LA TECNOLOGA
Marcuse sostiene que el imperio de la conciencia feliz en la sociedad
industrial avanzada, refleja un nuevo conformismo que se traduce en conducta
social, siendo consecuencia de los logros materiales que procura la tecnologa.
Las tensiones y oposiciones habran sido eliminadas por el sistema en su
incesante absorcin de los contrarios gracias a una creciente produccin de
bienes y servicios. Sin embargo dice Marcuse su forma de racionalidad no
es ms que aparente: la opulencia recurre necesariamente al despilfarro en
procura, incluso, de un mecanismo de compensacin mientras las
necesidades elementales del hombre, por ejemplo, no se satisfacen o por lo
menos no lo hacen en orden de prioridades, proyectndose adems tanto en
lo interno como hacia el exterior con una agresividad creciente; en un
momento en que los medios disponibles podran liberar al hombre de la
competencia brutal, implican, contradictoriamente, miseria y destruccin.
Para Marcuse el origen de esta irracionalidad que configura realmente el
sistema est en el carcter represivo de las relaciones que establece entre los
individuos a partir de la organizacin del trabajo mismo. Marcuse no establece
en este orden diferencias cualitativas entre las potencias, capitalista y
socialista, puesto que en su conduccin actual, dice, la coexistencia pacfica
se reduce a la competencia pacfica y donde, por su rotunda eficacia privan los
modelos y valores de los Estados Unidos.
Este proyecto de desarrollo histrico, que Marcuse caracteriza como
tpicamente occidental, est basado en la doctrina poltica de la dominacin y
del progreso, consecuencia directa de la ideologa generada y relativamente
autnoma a partir del desarrollo de la tecnologa; tecnologa surgida de una
ciencia instrumental resultante, desde su mismo origen, de una clara lgica de
dominacin, de una lgica formalizada, instrumento de determinados
intereses polticos.
La conciencia feliz, en consecuencia y a partir del volumen creciente de
bienes materiales distribuidos a masas cada vez mayores, impregna y
configura los mass-media, los medios de comunicacin masiva, en particular,
el arte, la literatura, la cultura en fin, haciendo cada vez ms difusa, en ltimo
anlisis, la oposicin real y hasta su misma necesidad, por donde la libertad,
por ejemplo, es una simulacin, simulacin que confirma al sistema. Otra de
las consecuencias en una sociedad as constituida donde la necesidad del
cambio resulta imperiosa por las desastrosas consecuencias humanas, que
llevan al hombre al borde mismo de la desesperacin es la dificultad en la
determinacin del sujeto histrico del cambio que habr de asumir la negacin
determinada al sistema; en una palabra, habra para Marcuse un desacuerdo,
en Ta sociedad industrial avanzada, entre las condiciones objetivas del cambio
y las subjetivas, sumidas en la difusin e imprecisin deliberadas del medio.
Uno de los aspectos ms evidentes de este comportamiento social que el
sistema procura contener y conducir se manifiesta en lo que Marcuse, a partir
de la sociedad cerrada, designa como la clausura del universo del discurso.
El lenguaje se constituye en elemento mediatizador, siendo su carcter
esencial su instrumentalidad y el autoritarismo consecuente por la
identificacin de la reflexin con el hecho y la definitiva sustitucin del
45
Seleccin de textos
83
H. Marcuse, El hombre unidimensional, p. 125.
84
Ibd., p. 127
85
Rusconi, op. cit., p. 337.
46
MARCUSE Y EL 68
tener que pasarse la vida trabajando para poder subsistir le impedir vivir en y
con la verdad. Esta situacin se justifica por el hecho, segn Marcuse, de que
entonces la esclavitud era resultante del trabajo socialmente necesario, aun
cuando toda existencia que se agota buscando los prerrequisitos de la
existencia es falsa y sin libertad. Dado que, no obstante los cambios en la
relacin de la estructura social (esclavo, siervo, asalariado), el trabajo se ha
ido organizando en contradiccin con el desarrollo de los medios de
produccin, la libertad no caracterizara la diferencia esencial entre el mundo
pretecnolgico y el tecnolgico.
Para Marcuse tal diferencia provendra, en todo caso, del desarrollo de la
razn y del consiguiente proceso de formalizacin a que la somete el proyecto
histrico occidental, excluyente de toda posibilidad dialctica del pensamiento.
Scrates, por su parte, en el mundo griego ejemplifica una forma de
pensamiento crtico negativo y el desprecio por las tentaciones de lo positivo;
el pensamiento socrtico es crtico frente a la sistematizacin a pesar de la
dialctica de las ideas de Platn y la formalizacin de la lgica-silogstica de
Aristteles. De ah el carcter poltico del discurso socrtico y, al precisar los
valores de justicia, virtud, conocimiento, etc. (en una tensin crtica entre es y
debe), subversivo: el anlisis socrtico supone una nueva polis.
Marcuse reconocer en la filosofa una condicin teraputica que es
fundamentalmente poltica aun cuando no necesariamente formulada como
tai en la medida en que los conceptos de la filosofa entienden comprender la
realidad sin mutilarla, circunscriptos para Marcuse en el marco ideolgico,
que es su destino mismo, un destino que ningn cientificismo o positivismo
pueden superar. Su esfuerzo crtico puede, sin embargo:
mostrar la realidad como aquello que realmente es y mostrar aquello que
la realidad evita que sea.86
Marcuse contina sealando que la lgica formal es el primer paso en el largo
camino hacia el pensamiento cientfico y que aun siendo muy diferentes los
procedimientos de la lgica antigua de la moderna la construccin de un
orden universalmente vlido de pensamiento neutral con respecto al contenido
material est ms all de toda diferencia.87
Pero sucede que, ante la evidencia de su eficacia en la dominacin del
mtodo de cuantificacin matemtica, la ciencia moderna lo hizo extensivo a
todos los rdenes de la realidad, el social en primer lugar: el pensamiento se
limitar, en sucesivas reducciones, a servir y contener el orden establecido de
los hechos.
El a priori tecnolgico es un a priori poltico en la medida en que la
transformacin de la naturaleza, implica la del hombre y que las
creaciones del hombre salen de y vuelven a entrar en un conjunto social;
() cuando la tcnica llega a ser la forma universal de la produccin
material, circunscribe toda una cultura, proyecta una totalidad histrica: un
mundo. 88
86
El hombre unidimensional, pp. 226, 227.
87
Ibd., p. 166.
88
Ibd., p. 181
47
Seleccin de textos
93
Karl Miller, en Marcuse polmico, op. cit., pp. 93 a 110.
94
Marcuse, en Marcuse polmico, ob. cit., p. 115.
50
MARCUSE Y EL 68
95
W. F. Haugen, Jrgen Habermas, Respuestas a Marcuse, ob. cit., pp. 50 a 58.
51
Seleccin de textos
96
Miguel C. Lombardi, Herbert Marcuse o la filosofa de la negacin total, Buenos Aires, Edic.
Slaba, 1970, p. 142.
97
Theodor Adorno, Intervenciones, nueve modelos de crtica, Caracas, Monte vila Edit.,
1969, p. 77.
98
Francois Perroux, Perroux interroga a Marcuse, Barcelona, Nova Terra, 1969, p. 131.
52
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BIBLIOGRAFA
53
Seleccin de textos
54
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FRANKFURT 1968
55
Seleccin de textos
56
MARCUSE Y EL 68
INTRODUCCIN
Estoy totalmente seguro que habra sido un hombre notable escriba al
enterarse de su muerte el alma mater de la Escuela de Frankfurt, Max
Horkheimer. En la noche del 14 de febrero de 1970 un automvil derrapa sobre
la fina capa de hielo que recubre la Ruta federal 252 en la localidad de
Wrexen, al norte de Hesse. El vehculo, que estaba girando en una curva,
queda sin control y choca frontalmente con un camin que se diriga en sentido
inverso. El estudiante Hans-Jrgen Krahl de 27 aos, que ocupaba el lugar del
acompaante, muere en el acto; el conductor Franz-Josef Bevermeier de 25
aos, fallece poco despus ya en el hospital; los otros pasajeros, Claudia y
Jakob Moneta, se encuentran gravemente heridos. En las columnas del diario
Frankfurter Rundschau, el periodista Wolfgang Schtte compara a Krahl con
Robespierre, sus enormes facultades como agitador, la terrible consecuencia
de sus visiones tericas as como su papel destacado y dominante junto a
Rudi Dutschke en la nueva izquierda alemana. Despus de su entierro en el
cementerio de Rickling, una centena de militantes de la combativa SDS
(Sozialistische Deutsche Studentenbund),100 provenientes de toda Alemania
99
[Primera, Segunda y Tercera parte] Leer y descargar en pdf Hans-Jrgen Krahl, terico de
la Praxis emancipadora I,II,III
100
Fundada en Hamburgo el 2 de septiembre de 1946, originalmente como rama estudiantil
del Partido Socialdemcrata Alemn (SPD), lentamente fue alejndose de la ideologa
socialdemcrata hasta que en 1961 sus militantes fueron expulsados del SPD. A finales de los
aos 1960s el movimiento estudiantil tuvo una gran actividad en las movilizaciones de
protesta poltica y constituy uno de los principales apoyos de la uerparlamentarische
Opposition (PO), en especial contra las polticas del gobierno conservador de Kurt Georg
Kiesinger. El SDS buscaba forzar una reforma del sistema universitario alemn y una mayor
57
Seleccin de textos
democratizacin del mismo, aunque sus protestas se extendan a otros mbitos como eran
las manifestaciones contra la Guerra de Vietnam. Despus de alcanzar en 1968 su momento
de mayor apogeo, el 21 de marzo de 1970 el SDS fue disuelto en Frncfort por una asamblea
estudiantil, coincidiendo en el tiempo con la llegada a la cancillera federal del
socialdemcrata Willy Brandt y las reformas que se emprendieron en el sistema universitario.
Vase: Tilman Fichter/ Siegward Lnnendonker: Kleine Geschichte des SDS. Der
Sozialistische Deutsche Studentenbund von Helmut Schmidt bis Rudi Dutschke, Klartext-
Verlag, Essen, 2007.
101
Helmut Reinicke: Fr Krahl; Internationale Marxistische Diskussion. n. 37; Berln,1973, p. 5.
102
Krahl, Hans-Jrgen: Angaben zu Person, en: Konstitution und Klassenkampf. Schriften
und Reden 1966-1970; Verlag Neue Kritik, Frankfurt, 1985, p. 20; vase en el captulo V Die
58
MARCUSE Y EL 68
112
Krahl, Hans-Jrgen: Zur Ideologiekritik des antiautoritren Bewusstseins (1969), en:
Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am
Main, 1985, p. 278-284.
113
Krahl, Hans-Jrgen: Rede auf einem Teach-in zur Wahl des Studiantenparlaments im
Wintersemester 1969/70, en: ibidem, p. 313.
62
MARCUSE Y EL 68
114
En la RFT dominaba el sindicato nico que era por definicin polticamente neutro y
cuyos dirigentes se encuentran obligados a mantener la responsabilidad nacional de la paz
social y la responsabilidad salarial; su competencia objetiva es despolitizar los conflictos y el
sofocamiento de todo elemento espontneo o fuera del control de la organizacin sindical; su
funcin es elementalmente defensiva de las formas de explotacin ms severas. Sobre las
huelgas salvajes alemanas de 1969, que no pueden ser comparables con el Autunno caldo de
Italia, vase: Michael Schumann; Die Septemberstreiks-Ausnahme oder Auftakt?: ein
empirischer Beitrag zur Analyse der Streikbewegung im September 1969; Soziologisches
Forschungsinstitut, Europisches Verlagsanstalt, Frankfurt, 1971; AA. VV.: Spontane
Arbeitsniederlegungen im September 1969, Institut fuer angewandte Sozialwissenschaft, Bad
Godesberg, 1970 y Swenson, Peter: Fair Shares: Unions, Pay, and Politics in Sweden and
West Germany, Cornell University Press, Ithaca, 1989, le dedica parte de un captulo a la ola
huelguista de Septiembre de 1969, p. 72 y ss.
115
Krahl, Hans-Jrgen: Thesen zum allgemeinen Verhltnis von wissenschaftlicher Intelligenz
und proletarischem Klassenbewusstsein (1969), en: Konstitution und Klassenkampf.
Schriften und Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am Main, 1985, p. 330-347.
63
Seleccin de textos
116
Krahl, Hans-Jrgen, ibidem, p. 330.
64
MARCUSE Y EL 68
65
Seleccin de textos
Werke. MEW Band 29, Dietz Verlag, Berlin (DDR), 1983, p. 550; en espaol: Marx, Karl;
Contribucin a la crtica de la economa poltica, Siglo XXI, Mxico, 1980, p. 316.
67
Seleccin de textos
hay que tener siempre en cuenta que el Sujeto (la moderna Sociedad
burguesa) es algo dado tanto en la Realidad como en la Mente, y que las
Categoras [de la Economa Poltica] expresan por lo tanto Formas de
Ser, Determinaciones de Existencia, a menudo simples aspectos de esta
sociedad determinada.120
Estas Kategorien se encuentran exactamente invertidas (umgekehrte) en
relacin con lo que podra ser bien su Orden natural o del que le correpondera
a su Orden sucesorio en el curso del desarrollo histrico. Su Orden de
sucesin (Reihenfolge) dentro del Capitalismo se encuentra determinado por
las relaciones que existen entre ella en la moderna sociedad burguesa, por su
Articulacin interior (Gliederung innerhalb). Las Kategorien fundamentales son
las que constituyen la Articulacin interna de la Sociedad Burguesa en s
misma y sobre ellas reposan las clases fundamentales que son Capital,
Trabajo Asalariado y la Tierra: la Umkehrung de estas Categoras es el trabajo
esencial de la Kritik materialista. Ya en la obra de 1847 Misre de la Philosphie,
la polmica contra el Proudhonnisme en la izquierda europea, Marx sostiene
que en la Economa Poltica se expresan Relaciones de la produccin
burguesa como Kategorien, categoras, fijas, inmutables, eternas. Estas
Categoras son la expresin terica (theoritische Ausdruck) del movimiento
histrico de las Relaciones de Produccin, es decir: no se trata de meras ideas
arbitrarias y pensamientos espontneos, fantasmagricamente independientes
de las relaciones reales, sino que la Materia, la argamasa de las Kategorien es
la Vida activa y dinmica de los Hombres121
Las Kategorien econmicas no son ms que expresiones tericas (die
theoretischen Ausdrcke), abstracciones de las Relaciones de Produccin
sociales, ya que los hombres al establecer las Relaciones sociales con arreglo
al desarrollo de su produccin material crean tambin los Principios, las Ideas
y las Categoras conforme a sus relaciones sociales, por lo que las
Kategorien, como autnticas Daseinsform, son productos histricos y
transitorios. Las Kategorien entonces expresan la relaciones burguesas
incluyendo el Antagonismo (Widerspruch) que constituye la Wesen, la Esencia
(como verdad del Ser) de dichas categoras en apariencia universales y
ahistricas. Ya en Das Kapital Marx definir a las Kategorien burguesas como
Formas (alienadas) de la vida humana (Formen des menschlichen Lebens)
que deben ser sometidas a la Reflexin (Nachdenken), o sea: al Anlisis
cientfico, para llegar a su Verdad, camino y progreso que es inverso,
entgegengesetzten Weg, al que ha seguido el desarrollo real. Las Kategorien
poseen la fijeza propia como si fueran Formas naturales de la vida social
(Naturformen des gesellschaftlichen Lebens), antes de que los Hombres
procuren dilucidar no el Carcter histrico de esas Formas que ya cuenta
para ellos como algo inmutable sino su Contenido. 122 Esas Forma insensata
120
Marx, Karl: Einleitung von 1857, en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 13; Dietz
Verlag, Berlin/DDR; 1971, pp. 615-641; en espaol: Elementos fundamentales para la Crtica
de la Economa Poltica. Grundrisse 1857-68. I; Siglo XXI, Mxico, 1986, p. 21.
121
Marx, Karl: Das Elende der Philosohie. Antwort auf Proudhons Philosophie des Elends,
en: Karl Marx/Friedrich Engels; Werke; Band 4; Dietz Verlag, Berlin/DDR; 1972, pp. 126-127;
en espaol: Miseria de la Filosofa. Respuesta a la Miseria de la filosofa del seor
Proudhon; Siglo XXI, Buenos Aires, 1974, pp. 84-85
122
Marx, Karl; Das Kapital I; Ullstein, Frankfurt am Main, 1983; pp. 54-55; en espaol: El
68
MARCUSE Y EL 68
EXCURSUS:ABSTRACTO-CONCRETO
(Abstraktionstheorie: abstrakt-konkret)
Los dos trminos poseen una Historia conceptual larga y tortuosa hasta ser un
concepto popular en el s. XVIII. De la tradicin aristotlica tarda llega en
Boecio como abstractio como propuesta de traduccin del trmino tcnico
griego (ta eks aphairseos) o directamente de
(aphairesis) que aparece en la obra de Aristteles (De caelo III, 1, 299 a 15;
De anima I, 1, 403 b 14; III, 4, 429 b 18; III, 7, 431 b 12; III, 8, 432 a 4; Met. VII,
4 1029 b 29-33; XI, 3, 1061 a 28; XIII, 2, 1077 a 36-b 14), en su obra significa
literalmente Sustraccin (eliminacin de una parte seleccionada por el
intelecto, de manera activa o pasiva). La tradicin escolstica acept la
concepcin de Boecio e incluso su graduacin en tres grados en la abstractio:
71
Seleccin de textos
72
MARCUSE Y EL 68
Verlag, Berlin/DDR; 1971, pp. 635; en espaol: Elementos fundamentales para la Crtica de la
Economa Poltica. Grndrisse 1857-68. I; Siglo XXI, Mxico, 1986, p. 25.
75
Seleccin de textos
76
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132
Horkheimer, Max: Traditionelle und kritische Theorie (1937), en: Kritische Theorie der
Gesellschaft, Band II; Fischer, Frankfurt, 1968, p. 149; en espaol: Teora tradicional y Teora
crtica; en: Teora crtica; Amorrortu, Buenos Aires, 1974.
77
Seleccin de textos
133
Krahl, Hans-Jrgen: Zur Wesenslogik der marxschen Wareanalyse (1966/1967), en:
Konstitution und Klassenkampf. Schriften und Reden 1966-1970; Neue Kritik, Frankfurt am
Main, 1985, pp. 33-34.
134
Marx, Karl; Das Kapital, Band III, Die trinitarische Formel, en: Karl Marx/ Friedrich Engels.
Werke, Band 25, Dietz Verlag, Berlin (DDR), 1983, pp. 823-824; en espaol: El Capital. Tomo
III. Libro tercero; Siglo XXI, Mxico, 1984, pp. 1038-1039.
78
MARCUSE Y EL 68
138
Marx, Karl; Das Kapital I; Ullstein, Frankfurt am Main, 1983; pp. 20-21; en espaol: El
Capital; Tomo I/ Vol. I; Siglo XXI, Mxico, 1983, pp. 47-48.
80
MARCUSE Y EL 68
Para Ulrike Meinhof, tirar una piedra es una accin punible, tirar mil piedras es
una accin poltica. Incendiar un coche es una accin punible, incendiar cien
coches es una accin poltica. Lo que determina el significado de un acto no
es el acto en s mismo, sino su magnitud y finalidad. Fundadora con Gudrun
Ensslin y Andreas Baader de la Fraccin del Ejrcito Rojo (RAF -Rote Armee
Fraktion-) apareci ahorcada en su celda el nueve de mayo de 1976. Todo
indica que se trat de un crimen de Estado, disfrazado de suicidio,
curiosamente en la fecha que se cumpla el aniversario de la derrota de la
Alemania nazi.
En 1963, cuando an participaba en debates y coloquios en los medios de
comunicacin, se preguntaba:
qu se puede hacer contra las armas atmicas, contra la guerra, contra
un gobierno que no negocia, sino que slo se rearma?.
En 1970, despus de una intensa labor como periodista y agitadora social,
consider agotada la va meramente poltica y ayud a fugarse a Andreas
Baader, organizando una guerrilla urbana basada en la tesis de Ernesto
Guevara: no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones
para la revolucin. A veces, hay que anticiparse y preparar el terreno, aunque
esa iniciativa implique terribles sacrificios personales. Ulrike Meinhof asumi el
coste, logrando establecer una dolorosa coherencia entre su vida y su
compromiso revolucionario.
LA PROTESTA ESTUDIANTIL
Ulrike Meinhof naci en 1934 en Oldenburg. A los dos aos, la familia se
traslad a Jena, cuando su padre, el historiador de arte Werner Meinhof,
acept dirigir el museo local. Su prematura muerte en 1940 a causa de un
cncer, oblig a su madre, Ingeborg Meinhof, a alquilar una habitacin a
Renate Riemeck, estudiante de historia. En 1946, Jena es ocupada por los
soviticos, conforme a lo establecido en los acuerdos de Yalta, y la familia
regresa a Oldenburg, con su husped, que ha establecido una relacin afectiva
con la madre y sus dos hijas. Ingeborg se dedica a la docencia en la
postguerra, pero un cncer precipita su muerte y Renate Riemeck, convertida
en profesora universitaria, se convierte en la tutora de las hurfanas. Ulrike
creci en un ambiente politizado, pues Renate militaba en el SPD hasta que
decidi romper con el partido y fundar con otros disidentes la Unin Alemana
por la Paz (DFU), que se opona al rearme de Alemania y a su ingreso en la
OTAN. Slo despus de su muerte se descubri que haba militado en el
partido nazi en su primera juventud.
Ulrike realiza sus estudios de secundaria en Weilburg y, al finalizarlos con unas
calificaciones extraordinarias, se matricula en la facultad de pedagoga de la
Universidad de Marburg, donde se implica de inmediato en actividades
polticas. En 1957, se traslada a la Universidad de Mnster, donde conoce al
filsofo marxista espaol Manuel Sacristn (ms tarde traductor al espaol de
una seleccin de sus artculos en konkret).
82
MARCUSE Y EL 68
DE LA PROTESTA A LA RESISTENCIA
Entre 1968 y 1970, Ulrike Meinhof establece los primeros contactos con los
futuros miembros de la Fraccin del Ejrcito Rojo. Se ha intentado explicar su
acercamiento a la lucha armada como una consecuencia de su fracaso
matrimonial o incluso como una reaccin patolgica derivada de una
intervencin quirrgica. No hay ningn dato que corrobore unas hiptesis
concebidas para desacreditar y escarnecer su figura. Ulrike Meinhof entiende
que la socialdemocracia ha pactado con el capitalismo y que no hay
alternativas de cambio, sin el recurso de la violencia revolucionaria. En una
conversacin que mantuvieron en 1979 Jordi Guiu y Antoni Munn con Manuel
Sacristn para El Viejo Topo, el filsofo marxista espaol afirm:
83
Seleccin de textos
84
MARCUSE Y EL 68
El polica que cometi el crimen (Karl Heinz Kurras) fue juzgado y absuelto.
Dcadas ms tarde, circul el rumor nunca corroborado de que era un
agente de la Stasi infiltrado para realizar actos de sabotaje y desestabilizacin.
El asesinato de Benno Ohnesorg inspira la creacin del Movimiento 2 de Junio,
un grupo de guerrilla urbana que escoge como modelo de referencia a los
Tupamaros uruguayos y que acabara unindose a la Fraccin del Ejrcito
Rojo, pese a sus planteamientos anarquistas que chocaban con el marxismo
de Ulrike Meinhof y sus compaeros. Su accin ms conocida se produjo el 27
de febrero de 1975, cuando secuestraron a Peter Lorenz, candidato a la
alcalda de Berln por la CDU, para exigir la liberacin de varios militantes de la
Fraccin del Ejrcito Rojo. El gobierno alemn acept el canje y Peter Lorenz
fue liberado.
El periodista y escritor iran Bahman Nirumand conoci en esa poca a Ulrike
Meinhof. Nirumand haba adquirido notoriedad entre el movimiento estudiantil
internacionalista despus de escribir Persia, el modelo de un pas en
desarrollo o la dictadura del Mundo Libre (1967). Invitado a impartir
conferencias en la Repblica Federal, se entrevist con Rudi y Ulrike en Berln.
Los tres coincidieron en la necesidad de una lucha global contra el
imperialismo norteamericano, que implicara una solidaridad activa con los
pases del Tercer Mundo. Haba que propagar la consigna del Che,
multiplicando los focos de rebelin (Dos, tres, muchos Vietnam). Nirumand
mantuvo una ltima conversacin con Ulrike poco antes de que pasara a la
clandestinidad:
Nos conocamos haca mucho tiempo y eso nos permita hablar sin
tapujos. A diferencia de muchos izquierdistas que se haban unido al
movimiento a travs de posiciones tericas y del estudio de las obras de
Marx, Lenin, Stalin o Mao Tse Tung, y de los que simplemente se haban
sumado a la moda, las actividades polticas de Ulrike estaban basadas en
un carcter profundamente humano: en sus palabras podan leerse
claramente su implicacin moral y su justificada indignacin.
Ulrike se present una maana en casa de Nirumand. En ese momento, el
escritor iran se encontraba atareado, pintando de rojo el marco de las
ventanas de la cocina. Ulrike le recrimin su aparente indiferencia.
Cmo puedes pintar tus ventanas cuando hay tanta miseria en el
mundo? Ayer murieron miles de vietnamitas, vctimas de las bombas
estadounidenses, millones de personas mueren de hambre en tu pas y
en otros lugares, decenas de miles estn siendo torturados en prisiones.
Cmo puedes aceptar esos crmenes con tanta despreocupacin?.
Nirumand se qued muy sorprendido. Conoca el compromiso de Ulrike con los
pueblos estragados por la guerra y las desigualdades, pero nunca la haba
visto tan agitada. No dejaba de caminar por la cocina, gesticulando.
He decidido poner fin de una vez a esta hipcrita vida burguesa y aceptar
las consecuencias de incorporarme a la lucha armada. El izquierdismo de
saln slo sirve para incrementar las posibilidades de supervivencia del
capitalismo.
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La guerrilla urbana tiene como fin tocar el aparato del Estado en puntos
muy precisos, ponerlo fuera de servicio, destruir el mito de su
omnipresencia y de su invulnerabilidad. La guerrilla urbana es la lucha
antiimperialista ofensiva. O somos parte del problema o de la solucin,
pero entremedio no hay nada.
La guerrilla urbana excluye el trabajo con las bases, pues la infiltracin de los
servicios de seguridad impide hablar con libertad en reuniones, asambleas y
comits.
No se puede combinar el activismo poltico legal con el activismo poltico
ilegal.
Ser parte de la guerrilla urbana implica no dejarse afectar por los ataques de la
prensa, que hostigar y condenar todas las acciones revolucionarias. No hay
marcha atrs para el que se incorpora a la lucha armada. El comunicado cita
de nuevo a Mao.
Slo el que no tiene miedo de ser ejecutado escribe el lder chino-
puede atreverse a tirar al rey de su caballo.
La guerrilla urbana no se limita a hablar. Su esencia revolucionaria es actuar,
oponer la resistencia ms dura al capital financiero y aceptar el sacrificio
personal. Debe haber un deseo, incluso un phatos, que refleje la consigna de
Blanqui:
El deber de todo revolucionario es luchar, llevar a cabo la lucha, luchar
hasta la muerte.
Sin esta motivacin, jams habran triunfado las revoluciones de la Unin
Sovitica, China o Cuba. Ese pathos est presente en los combatientes
argelinos, palestinos, vietnamitas y es la semilla de la victoria.
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En ese mismo mes, son detenidos Andreas Baader, Gudrun Ensslin, Holger
Meins y Jan-Carl Raspe. Al igual que el resto, Ulrike ser acusada de cuatro
asesinatos consumados, 54 en grado de tentativa y de la creacin de un grupo
armado.
LA TORTURA BLANCA
El rgimen de aislamiento
SEPTIEMBRE NEGRO
El 5 de septiembre de 1972 la organizacin palestina Septiembre Negro
secuestra a once atletas israeles durante los Juegos Olmpicos de Mnich.
Exige la liberacin de 234 presos polticos palestinos en crceles israeles y de
los principales lderes de la Fraccin del Ejrcito Rojo, incluida Ulrike Meinhof.
Israel se niega a negociar y la polica alemana tiende una trampa al comando,
que desemboca en una masacre: mueren los once atletas israeles, cinco
fedayines palestinos y un oficial de la polica alemana. Ulrike Meinhof escribe
un breve ensayo sobre los acontecimientos: La accin de Septiembre Negro
en Mnich. Hacia la estrategia de la lucha antiimperialista, donde expresa una
vez ms su conviccin sobre la necesidad de una lucha armada
internacionalizada, con suficiente fuerza y audacia para destruir el mito de la
invulnerabilidad del Estado.
En diciembre de 1972, Ulrike fue citada para declarar en el juicio contra Horst
Mahler. Durante la vista, se le hicieron varias preguntas sobre sus
manifestaciones de apoyo al comando palestino que haba secuestrado a los
atletas israeles. Ulrike se solidariz con la causa palestina y record que el
antisemitismo haba sido uno de los ejes del Tercer Reich.
Se desvi el odio que experimentaba la clase trabajadora hacia el
capitalismo despus de la crisis del 29, responsabilizando a los judos de
todas las calamidades. Se destruyeron seis millones de vidas para ocultar
las miserias del poder financiero, pero el pueblo palestino no tiene por
qu pagar nuestros pecados. Lucha por sus derechos y el Estado de
Israel se ha convertido en el principal baluarte del imperialismo
norteamericano en Oriente Medio.
Ulrike regresa al rgimen de aislamiento y es acusada de responsabilidad
moral en la masacre de Mnich.
El 1 de febrero de 1973, el psiclogo de la crcel redacta un informe,
sealando que:
la carga psquica impuesta a Ulrike Meinhof sobrepasa las
consecuencias inevitables del riguroso aislamiento. Si la detencin en
riguroso aislamiento, como demuestra la experiencia, slo es soportable
por un tiempo limitado, en el caso de Ulrike Meinhof se han excedido
todas las limitaciones, pues est privada de toda percepcin del entorno.
Ulrike particip en las cuatro huelgas de hambre que protagonizaron los presos
polticos de la RAF para exigir una mejora en sus condiciones carcelarias. El
16 de diciembre de 1974 el Presidente Federal, Gustav Heinemann, escribe a
Ulrike Meinhof, pidindole que cese su huelga de hambre, pero ella responde
que
no acabar con la huelga mientras las reivindicaciones no sean
satisfechas: reagrupamiento de los prisioneros de la RAF o integracin en
condiciones normales de detencin.
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EL JUICIO DE STUTTGART-STAMMHEIM
En 1975, Ulrike Meinhof es trasladada a la prisin de alta seguridad de
Sttugart-Stammheim, con Gudrun Ensslin, Andreas Baader y Jan-Carl Raspe.
El 21 de mayo comienza el juicio contra los cinco principales activistas de la
RAF, despertando una enorme expectacin meditica. Se convocan a ms de
1.000 testigos y peritos y el expediente supera las 100.000 pginas. El
Bundestag modifica aspectos del Cdigo Penal para excluir a los abogados de
confianza de los detenidos. De hecho, los letrados Klaus Croissant y Christian
Strobele son arrestados y acusados de complicidad con la RAF. Se construye
un pequeo edificio para el juicio y se asignan abogados de oficio, que los
acusados rechazan. Ulrike explica ante el juez su concepto de terrorismo:
El terrorismo es la destruccin de los servicios pblicos, tales como
diques, acueductos, hospitales, centrales elctricas. Estados Unidos ha
escogido sistemticamente estos blancos en su guerra imperialista contra
Vietnam del Norte, causando un enorme sufrimiento en la poblacin civil.
Las acciones de la guerrilla urbana nunca son contra las personas. La
guerrilla urbana lucha contra el terrorismo de Estado. Su objetivo es llevar
la violencia hasta su puerta, demostrando su vulnerabilidad. No
atentamos contra civiles inocentes.
Una segunda generacin de activistas, mucho ms radicales, contina
mientras tanto la lucha armada. El Comando Holger Meins asalta la
embajada de Alemania en Estocolmo y exige la liberacin de los activistas de
la RAF. No se aceptan sus condiciones y se opta por una solucin policial, que
provoca cuatro muertos (dos activistas y dos agregados de la Embajada). El 23
de septiembre de 1975, tres peritos mdicos informan que los acusados no
pueden seguir normalmente el proceso, pues han perdido peso, sufren
trastornos del habla y la visin y no son capaces de mantener la
concentracin.
El 28 de octubre Ulrike Meinhof manifiesta que el aislamiento slo ofrece dos
alternativas: el silencio hasta la muerte o la confesin, pero confesar implica
cometer traicin. El aislamiento es un mtodo particularmente cruel de extraer
confesiones y dividir a la guerrilla urbana. Algunos periodistas afirman que las
declaraciones de Ulrike Meinhof expresan un tibio alejamiento de la RAF.
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EL OTOO ALEMN
La segunda generacin de la RAF, liderada por Briggite Mohnhaupt, reaparece
con una campaa de atentados. El 7 de abril de 1977, acaba con la vida de
Siegfried Buback, el fiscal al que se responsabiliza de ordenar la ejecucin de
Ulrike. Un comando ametralla su coche oficial, matando tambin al escolta y el
chfer. El 30 de julio intenta secuestrar a Jnger Ponto, presidente del
Dresdner Bank, pero se resiste y disparan contra l. La RAF se atribuye su
muerte en un comunicado escrito por Susanne Albrecht, donde se afirma:
no entendemos por qu los que empiezan guerras en el Tercer Mundo y
destruyen poblaciones enteras, se queden atnitos cuando la violencia
llega hasta su propia casa.
El 5 de septiembre es secuestrado Hanns Martin Schleye, presidente de la
patronal alemana y antiguo oficial de las SS, que denunci a sus propios
hombres durante la guerra por su escaso fervor nacionalista. Durante el tiroteo,
mueren cuatro policas y el chfer del empresario. La RAF exige la liberacin
de sus activistas o amenaza con ejecutar a Schleye.
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La Revolucin dice:
he sido
soy
y ser.
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