El Dios Vivo y Verdadero - Ladaria
El Dios Vivo y Verdadero - Ladaria
El Dios Vivo y Verdadero - Ladaria
1. Clemente Romano
4 J.P. Martn, El Espritu Santo en los orgenes del cristianismo, Zrich 1971,
ion.
61 Clem. 7,4 (FP 4, 70); Clemente se refiere tambin indirectamente a la
generacin del Hijo con la cita del Sal 2,7, en ib. 36,4 (118). Es difcil preci-'..u el
sentido que pueda tener esta cita, que no va acompaada de comenta-i ni. Jess es
el cetro de la grandeza de Dios, ib. 16,2 (90).
7Cf. ib. 16,2.15(90.92).
8 Adems de 16,2, cf. 8,1; 13,1 (80; 88).
l
'Cf. 47,3 (130); 63,2 (152).
186 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
2. Ignacio de Antioqua
10 2Clem. 20,5 (FP 4,208); tiene la vida celeste relacin con el Espritu
Santo?; cf. 14,5 (200), el Espritu Santo da la vida y la incorruptibilidad; cf.
J.P. Martn, El Espritu Santo..., 161; se habla de Dios nuestro Padre en 14,1
(196)-
1 Cf. 1,1 (174); cf. 1,7; 2,7 (176; 178), de algn modo se anticipa aqu un
"Efes. 9,1 (FP 1,112). Ib. 9,2 (112s): Todos sois portadores de Dios y
portadores de un templo, portadores de Cristo, portadores de lo santo (del
Espritu Santo?).
LOS PADRES APOSTLICOS Y APOLOGETAS 187
14Cf. Magn. inscr.; 3,1; 8,2 (FP 1,128; 132); Filad. 8,1; 9,1 (164; 166); Efes.
Santo...; cf. 17,1 (120). Nos hemos referido a estos textos ya en el cap. ter
cero.
20 Filad. 7,1-2 (164); nueva coincidencia, en el ltimo punto, con Cle
mente Romano.
21 Cf. Ep. de Bernab 5,5; 6,12 (FP 3, 168; 176).
22 Cf. 3,6; 4,8 (160; 164); cf. Ignacio de Antioqua, Esm. inscr. (FP 1,170);
4. Didach
5. El Pastor de Hermas
tor (FP 6), Madrid 1995, 35-41. Cf. tambin M. Simonetti, Ilproblema dell'u-
nita di Dio a Roma da Clemente a Dionigi, en Studi sulla cristologia del II e III
seclo, Roma 1993, 183-215, 187ss.; A. Steward-Sykes, The christology of Her
mas and the interpretation ofthefifth similitude: Aug 37 (1997) 273-285.
190 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
1. Justino mrtir
36Cf. Dial. Tryph. 48,2 (BAC 116,381). En otros lugares se habla del Hijo o
Logos como Dios, en general sin artculo; 1 Apol. 63,15 (Wartelle,186): Dial.
56,1.4 (394); 61,1(409); 63,5 (414); 126,2 (523).
37 Cf. Dial. Tryph. 50,lss; 56,lss (385ss; 394ss); 1 Apol. 63,lss (184ss). Cf.
retoo de Dios. Sobre la Apologa, cf. Ch. Munier, Justin. Apologie, Fri-bourg
1996.
41 Y6Vvvr|K 6wa\iiv n.va l auxo taryKfiv . Cf. A. Orbe, Hacia
42Dial. Tryph. 61,1-3 (409s). Cf. J. Granados, Los misterios... (n. 37), 28-41.
J.J. Ayn Calvo, El Hijo antes de la creacin del mundo en la obra de san Justino,
en S.L. Prez (coord.) Plenitudo Veritatis, Santiago de Compostela 2008,
225-249.
43Dial. Tryph. 62,lss (411s). Cf. tambin sobre el pasaje, Orbe, Procesin,
669ss.
194 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
Henne, Pour Justin, Jsus est-il un autre Dieu?: RSPhTh 81(1997) 57-68. Se
puede observar una distincin, no siempre mantenida, entre a.X'koc,, otro en
trminos absolutos, y eiepc,, que se refiere a la distincin respecto de otro (cf. la
n. 43).
47Cf. lApol. 31,1; 61,13 (136; 184); Dial. 38,2 (364); 113,4 (499), Josu recibe
ya la fuerza del Espritu de Jess; 25,1 (341), el Espritu Santo clama por boca de
Isaas; 34,1 (356), dicta un salmo a David.
LOS PADRES APOSTLICOS Y APOLOGETAS 195
2. Taciano
despus de Jess.
MCf. lApol. 61,3; cf. ib. 11-13 (182-184).
s2lApol. 65,3 (188s); cf. 67,2 (190).
H 1 Apol. 60,5-7 (180); cf. todo el contexto. Sobre estos pasajes cf. J.P. Martn,
este salir, porque puede dar la impresin de que se puede volver atrs; hemos
visto cmo Justino rechaza esta posibilidad. Por ello Taciano aceptara
probablemente las comparaciones de Tertuliano a las que ms adelante nos
referiremos; cf. ib. 584ss.
"Taciano, Ad Graecos 5 (BAC 116, 578s).
LOS PADRES APOSTLICOS Y APOLOGETAS 197
3. Atengoras
4. Tefilo de Antioqua
netti, Studi sulla cristologia (cf. n. 40), 89, seala que cuando el Espritu es in
troducido en la vida de la Trinidad, desaparecen estas funciones csmicas,
que se atribuyen entonces slo al Hijo. As ocurre realmente en los textos
citados. Hay todava ciertas vacilaciones en la teologa del Espritu.
66 Cf. Leg. 7(657).
67 Ad Autolicum 2,15 (805).
68 Aut. 2,10 (796); en este contexto el Lgos es tambin llamado esp
Verbo.
72C.AdAut. 1,6-7 (773-774); 1,11 (778); 2,28 (819).
73 Cf. tambin 2,10 (796), el Logos inmanente en sus entraas.
74 Ad Autol. 2,22 (813). Tefilo parece referir Jn 1,1 al Verbo en Dios; el
Verbo proferido parece verlo indicado en Jn 1,3; ib. (813s). Cf. sobre la teo-
202 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
5. La carta A Diogneto
79 Cf. A. Rudolph, "Denn wir sind jenes Volk...". Die neue Gottesvereh-rung
injustins Dialog mit demjuden Tryphon in historisch-theologische Sicht, Bonn
1999, 180-182.
6
La teologa del final del siglo II
y el siglo III
[RENEO DE LlN
1 Cf. Adv. Haer. 110,1 (SCh 264,154); IV 6,7 (SCh 100, 454): ...in omni-luis
et per omnia unus Deus Pater et unum Verbum [Filius] et unus Spiritus
206 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
et una salus mnibus credentibus in eum; IV 33,7 (SCh 100, 818): ...la fe ntegra
en un nico Dios omnipotente, del cual vienen todas las cosas (1 Cor 8,6); el
asentimiento firme en el Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Seor "por cuyo medio
son todas las cosas" (1 Cor 8,6), y en los caminos por los que se hizo hombre el
Hijo de Dios; asentimiento en virtud del Espritu de Dios, que otorga la agnicin
de la verdad (cf. 1 Tim 2,4), y declar los caminos del Padre y del Hijo por los que
asista al gnero humano, conforme al querer del Padre (trad. de A. Orbe,
Teologa de San Ireneo IV, Madrid-Toledo 1996,460); V 20,1 (SCh 153,254);
Demons. 3; 6;^ 10 (FP 2,56;62-64;75-77). Cf. J. Fantino, La thologie d'Irne.
Lecture des Ecritures en rponse a l'exgse gnostique. Uneapproche trinitaire,
Pars 1994, esp. 283-309. H.J. Jaschke, Der Heilige Geist im Bekenntnis der
Kirche. Eine Studie zur Pneumatologie des Ire-naus von Lyon im Ausgang vom
altchristlichen Glaubensbekenntnis, Mnster 1976, 44-57. En diferentes lugares
Ireneo habla de la "regla de fe" o de la "regla de la verdad" en relacin con la fe
trinitaria; cf. Demons. 6-7 (FP 2,62-69); Adv. Haer. I 22,1 (SCh 264,308); IV 35,4
(SCh 100,874-876).
2 Cf. entre otros lugares 13,6 (SCh 264,62); III 1,2 (SCh 211,24); 4,2 (46s);
16,6 (312); cf. M. Simonetti, Studi sulla cristologia... (cf. n. 41 del cap. ante
rior), 97ss.
3 Cf. tambin Adv. Haer. V 36,3 (cf. A. Orbe, Teologa de San Ireneo III,
lspritu, sus dos manos, Dios no ha necesitado del ministerio de los ngeles para
crear al hombre; lo mismo en 20,1 (626); V 1,3; 6,1; cf. A. Orbe, Teologa le san
Ireneo I, Madrid-Toledo 1985, 112ss; 266ss; Demons. 5 (FP 2,60-62).
7Cf. M. Simonetti, o.c, 100.
8 Generationem eius quis enarrabit?; cf. Adv. Haer. II 28,5 (282); tambin
Demons. 70 (FP 2,187). En el original esta frase no tiene nada que ver con el
problema que tratamos: Quin se preocupa de su causa? es la traduccin de la
Biblia de Jerusaln. Tambin se ha usado este verso en la tradicin para indicar la
incomprensibilidad de la generacin virginal de Jess. (:i. en este sentido Adv.
Haer. III 19,2 (374); IV 33,11 (830). As parece interpretarlo Justino, W. Tryph.
43,3 (BAC 116,372); 63,2 (413); 68,4 (425); 76,2 (437); 89,3 (462); tambin
Tertuliano, Adv. Marc, III 7,6 (CCL 1,517); Adv. hu. 13,22; 14,6 (CCL 2,1389;
1393).
9Cf. Adv. Haer. IV 20,3 (632): tambin la Sabidura estaba con l antes de la
creacin (ib.); cf. tambin II 25,3 (254), Dios no tena necesidad de ser glorificado
por el hombre, porque ya antes estaban el Hijo y el Espritu S.mto; tambin IV
14,1 (538); III 18,1 (342); cf. A. Orbe, Procesin del Verbo, l''/-198; id.,
Introduccin a la teologa de los s. IIy III, Roma 1987, 50ss; id., / sindios sobre la
teologa cristiana primitiva, Madrid-Roma 1994, 5ss. Demons.
208 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
10; 43 (PP 2,78; 148-152), son textos que han creado dificultad; informacin
detallada sobre el status quaestionis en Ireneo de Lin, Demostracin de la
predicacin apostlica, ed. E. Romero Pose (FP 2), Madrid 1992, 75-77; 148-152.
Cf. tambin SCh 406, 96. M. Arztegui Esnaola, La amistad del Verbo con
Abraham segn san Ireneo de Lyon, Roma 2005, 62-63; tambin B. Be-nats, //
ritmo trinitario della verita. La teologa di Ireneo di Lione, Roma 2006, 266-278,
que se inclina por la eternidad en sentido estricto; pero es difcil ir ms all de una
cierta probabilidad.
10 Cf. Demons. 47 (156): El Padre, pues, es Seor y el Hijo es Seor; es
parte. Adv. Haer. IV 6,7 (SCh 100, 452-454: Agnitio enim Patris Filius, ag-
nitio autem Filii in Patre et per Filium revelata. Cf. D. Scordamaglia, //
Padre nella telogia di Sant'Ireneo, Roma 2004, 204-222.
14Adv. Haer. IV 6,6 (448s): Y mediante el mismo Verbo hecho visible y
todos vieron en el Hijo al Padre. Pues lo invisible del Hijo es el Padre, pero lo
visible del Padre es el Hijo {visibile autem Patris Filius).
15Adv. Haer. II 28,8 (SCh 294,288): In mnibus Pater communicans
Filio.
16Adv. Haer. IV 4,2 (420): Et bene qui dixit ipsum immensum Patrem
1987, 121ss. Todas las obras que Dios hace a ttulo de demiurgo, las ama a ttulo
de Padre.
19 Cf. Adv. Haer. IV 20,1.4-5 (625.635-641); Demons. 8 (69-70); cf. Orbe,
Procesin, 129.
20
Adv. Haer. V 12,2: afflatus igitur temporalis, Spiritus autem sempi-
ternus, cf. Orbe, Teologa I, 546s.
210 ELDIOSVIVOYVERDADF.RO
MOS ahora como primicia nos hace ya clamar Abb Padre (cf. (
i.'il 4,6; Rom 8,15), qu no har toda la gracia del Espritu que MI
dada a los hombres de parte de Dios. Nos har semejantes a l (a
Dios), y llevar a cabo el beneplcito del Padre, como i |iiie n
modela al hombre a imagen y semejanza de Dios (cf. Gen 1,26)24.
As tenemos siempre al Espritu asociado a la obra del I lijo, a la
mediacin creadora. Lleva a la perfeccin, a la per-leda semejanza
a Dios, al hombre, creado ya desde el comienzo i imagen del Hijo.
El Verbo otorga el Espritu a todos los seres, i (mforme a la
voluntad del Padre. Por una parte est la obra l i e.idora, pero sobre
todo el don del Espritu filial: Mientras el Padre lleva por s el
peso de la creacin y de su Verbo, el Verbo, sostenido por el Padre,
otorga el Espritu a todos los eres, conforme a la voluntad del
Padre: a unos por creacin..., .i otros por adopcin25.
De esta diferenciacin en la economa salvfica, puede tal vez
llegarse a algo de la Trinidad inmanente. A. Orbe escribe una
pgina interesante sobre el modo de la procesin del Esp-ritu en
Ireneo26. Ve un paralelismo entre la creacin de Eva del i < >stado
de Adn, porque no convena que Adn estuviera solo, ) La Sofa
que viene del Logos, ayuda divina, proporcionada, dla misma
naturaleza, para la perfeccin de la obra del Logos, para dotar al
mundo de armona y vida:
El sueo del Logos, origen de Sofa, sera simplemente el
cambio de direccin en el dinamismo del Hijo: el cual, en vez
de mirar hacia Dios, en comunin de vida con l, hubo de mirar
hacia la Dispensacin futura, para dar origen a la personal y
divina Sabidura del mundo. Entendemos ahora, por analoga
con la procesin de Eva, la ndole de la procesin del Espritu
S.into, a partir del Logos. Procesin no generativa. ntimamente
vinculada al Logos, de cuya substancia directa o indirectamente
procede, bajo el influjo de Dios Padre27.
1Adv. Haer. V 8,1; cf. el comentario de Orbe, Teologa I, 376ss. Adv. Haer. V
18,2; cf. A. Orbe, Teologa II, 212ss; el Verbo que da el I |'i i u u es el
Verbo-hombre, sustentado por el Padre en cuanto creatura. i I i.unbin A. Orbe,
Estudios sobre la teologa cristiana primitiva, Madrid 1994, I16s.
'()f. Estudios sobre la teologa..., 120-122. Ib.
122.
212 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
TERTULIANO
mismo, por medio del cual todo fue hecho y sin el cual nada se
hizo (cf. Jn 1,3-4). [Creemos] que este Hijo fue enviado por el
Padre a la Virgen, y naci de ella, hombre y Dios, Hijo del
hombre e Hijo de Dios, y fue llamado Jesucristo; que l padeci,
muri y fue sepultado segn las escrituras (cf. 1 Cor 15,3.4),
que fue resucitado por el Padre y, llevado de nuevo al cielo, est
sentado a la derecha del Padre y vendr para juzgar a los vivos y
a los muertos. Y que despus envi segn su promesa el
Espritu Santo parclito, santificador de la fe de aquellos que
creen en el Padre, el Hijo y el Espritu Santo32.
Hay que afirmar por tanto la unidad divina, pero sta no implica
que el Padre, el Hijo y el Espritu Santo sean el mismo. I .1 unidad
divina de que aqu se trata se da en el desarrollo de l.i "economa"
(que aqu es, como se observa fcilmente, ante iodo una realidad
intratrinitaria, aunque se contempla en rela-cin con la economa
de la salvacin que de ella deriva, empezando por la creacin).
Dios es uno,
porque todo viene del uno por la unidad de la substancia, y a
la vez se guarda el misterio de la economa que dispone la
unidad en la Trinidad33, en el orden de los tres, el Padre el Hijo y
el Espritu, pero tres no por el estado, sino por el grado, no por
la substancia, sino por la forma, no por la potencia, sino por la
manifestacin, pero los tres de una sola substancia, un solo
estado y una sola potencia34, porque uno solo es Dios del cual
estos grados, formas y manifestaciones se distribuyen en los
nombres del Padre, del Hijo y del Espritu Santo35.
36Prax. 3,1 (146s): ...se espantan porque creen que la economa es una
*hPrax. 8,5-7 (160-162); cf. todo el contexto, sobre todo el precedente. Cf.
tambin 22,6 (206), radius ex sol, rivus ex fonte, frutex ex semine;
solamente se habla del Padre y del Hijo. Igual en Apologeticum 21,10-13 (CCL
l,124s).
47 Prax. 9,1 (162): alium esse Patrem et alium Filium et alium Spiritum.
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO IIY EL SIGLO III 217
50 Cf.
para lo que sigue, Orbe, Introduccin, 96ss.
blPrax.
5,2 (152): Ceterum ne tune quidem solus; habebat enim secum quam
habebat in semetipso, rationem suam scilicet... Qua ratio, sensus ip-sius est.
Desde siempre por consiguiente la ratio tiene una existencia inmanente en Dios.
52 Cf. Prax. 6,lss (154); tambin 7,1 (156); cf. Adv. Herm. 45,1 (CCL 1,434).
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO II Y EL SIGLO III 219
5}Prax. 6,3 (154): Pues, cuando Dios quiso producir aquellas cosas que con
por l para el pensamiento con el nombre de sabidura -Dios me cre como inicio
de sus caminos (Prov 8,22)-, y despus fue engendrada para la creacin
-cuandopreparaba el cielo yo estaba con l (Prov 8,27)-, despus hizo de l su
Padre, procediendo del cual la misma palabra fue hecha el Hijo; Adv. M.irc. II 27
(CCL l,507):...sermonem, quem ex semetipso proferendo film m fecit.
55Prax. 10,2-3 (164): Atquin pater filium fecit et patrem filius... Habeat
iK'cesse est pater filium ut pater sit, et filius patrem ut filius sit; Retengamos i si
as ideas, que ms adelante sern fundamentales para el desarrollo de la doc-i ria
de la relacin, tan central en la teologa trinitaria. Prax. 11,1 (166): ... illum sibi
Filium fecisse sermonem suum. Ha hecho Hijo a su palabra, engendrndola. Cf.
tambin Adv. Herm. III 2-5 (CCL 1,398-399), Dios ha sido siempre Dios, pero no
siempre seor, ni juez, ni Padre. Cf. Orbe, Estudios, Vss. sta explicacin de A.
Orbe ha sido objeto de anlisis crtico por parte Oc G. Urbarri, La emergencia de
la Trinidad inmanente: Hiplito y Tertuliano, Madrid 1999, 81-147; no se podra
encontrar un diferencia ontologica intre el sermo y la sophia.
"'C.Prax. 7,1-2(156).
220 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
62 Prax. 30,5 (236); 9,3 (162): ut tertium gradum ostenderet in Para-i leto...;
tambin 25,1, el Parclito recibir de Jess como ste recibe del Padre;
igualmente en 11,10 (170); 31,1-2 (236s), el Espritu Santo unido al Padre y al
Hijo en la nica divinidad.
"Prax. 4,1 (150).
64Cf. A. Orbe, Estudios... 106ss., tambin para lo que sigue.
65 Ib. 106: El Verbo, en posesin de Espritu propio, derivado del Pneuma
paterno, es capaz de emanar -del propio Espritu- otro, tercero, y Otorgarle ipso
facto subsistencia. Y as como, segn la analoga fons/flu-mvn/riuus se supone, a
modo de sustrato comn, el agua; as en su aplicacin trinitaria, se presupone, a
modo de sustrato comn el pneuma... Como el Pneuma del Hijo procede del
Pneuma del Padre, el del Espritu personal l>i i >cede del Espritu del Hijo. Y as
como el Pneuma del Hijo no proviene '.i igualdad" del Pneuma del Padre, sino
como "portio totius", por partid-
222 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
HIPLITO DE ROMA
lito, Brescia 1984, 62. 76; M. Fdou, La redecouverte des antnicens et ses en-
jeux pour la thologie trinitaire, en E. Durand-V. Holzer, Les sources de la
thologie trinitaire au XX'sicle, Pars 2008, 58-73.
72 Cf. C Noeto 10,2 (170). Cf. G. Urbarri, La emergencia de la Trinidad
inmanente, 60-65.
73 Cf. C. Noeto 10,3-4 (170-172); cf. Zani, o.c, 76s.
224 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
78 Cf. C. Noet. 7,1 (cf. n. 73); tambin 11,1 (172), hay una sola fuerza que
como luz de luz, o agua de una fuente, o rayo del sol. Una sola es la poten
cia que deriva del todo. El todo es el Padre y la potencia que deriva de l es
el Logos. Cf. Zani, o.c, 141ss. Notemos el uso de comparaciones parecidas
a las de Tertuliano, aunque en este ltimo aparecen ms desarrolladas. Aqu
aparece la expresin luz de luz que usar el concilio de Nicea.
80Cf. C. Noeto 7,1 (n. 73); pero 14,2-3 (176): ... dos personas, y como tercera
Dios es uno solo; el Padre que ordena, el Hijo que obedece, el Espritu
Santo que da la comprensin. El Padre est sobre todos, el Hijo por todos,
el Espritu Santo en todos. No podemos pensar en el nico Dios si no cree
mos en el Padre, el Hijo y el Espritu Santo... Por esto el Logos paterno...
[dijo]: "Id y ensead a todas las gentes, bautizndolas en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espritu Santo" (Mt 29,18). El Padre es glorificado por medio
de esta trinidad: el Padre ha querido, el Hijo ha ejecutado, el Espritu Santo
ha revelado.
226 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
ORGENES
"'Orgenes, Injoh. II2,16-18 (SCh 120,216s); cf. ib. 149 (304s). Cf. el comentario
de G. Pelland, A propos d'une page d'Origene. Injoh. 2,16-18, en A. I lupleix
(dir.), Recherches et Tradition. Mlanges patristiques offerts a Henri i rouzel,
Pars 1992, 189-198. Adems de los estudios que iremos citando, se puede ver P.
Widdicombe, The Fatherhood of God from Origen to Athana-<)xford 1994.
w Como tambin el principio de toda bondad de la que participan el Hijo | el
vador y el Espritu Santo no son parangonables con todos los seres que han sido
hechos, sino que los superan con una trascendencia infinita; pero ellos a su vez
son superados por el Padre en tanto o todava en ms de cuanto el Hijo y el
Espritu Santo superan a los otros seres. Cf. Simonetti, o.c, 118.
88 Cf. Princ. 15,5 (SCh 252,192), entre otros lugares; en las criaturas la san
Hijo, no podra ser omnipotente antes que Padre; cf. I 2,10 (134-135). Nada hay
en Dios que sea anterior a su paternidad.
92Princ. 14,4s (170-172): En la sabidura han sido hechas todas las cosas, y
l i' li umacin estaban en la sabidura las cosas que ms adelante han sido he-i li i.
.usiancialmente. Cf. tambin ib. I 2.2s (112-116). /Y/rac. 12,7(124). '' Princ. I
2,7 (124). Cf. Orbe, Estudios sobre la teologa cristiana primi-
Madrid 1994, 41ss.
1 Kei ordemos el texto: La Sabidura es un hlito del poder de Dios,
manacin pura de la gloria del Omnipotente... Es un reflejo de la luz
II,I, un espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su bon-
11' I l'.l 11 imentario de Orgenes a este pasaje se encuentra en Princ. 12,9-12
l 10). Como fcilmente se puede adivinar, la segunda serie de trminos
lie re para Orgenes al Padre, la primera al Hijo o Sabidura personal
lili isiente; cf. A. Orbe, Estudios, 44-52.
230 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
96 Injob. II 2,12 (SCh 120,215): El Verbo es Dios porque est vuelto hacia al
Padre 0n 1,1).
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO IIY EL SIGLO III 231
()f. Orbe, Procesin, 499. M Cf. frag. en GCS IV,662; Princ. IV 4,1 (SCh
268,400) uelut si uolun-i i procedat a mente. Cf. Orbe, Procesin, 388ss;
Rius Camps, o.a, 205s. '''' Princ. IV 4,1 (268,402): nec absurdum uidebitur, cum
dicatur filius
...... .iiis, si hoc modo etiam uoluntatis putetur. Cf. I 2,6.9 (SCh
''.122.130).
Cf. Orbe, Procesin, 420.
I ' ( I. Injoh XIII 36,228ss (SCh 222, 154ss); Orbe, Procesin, 420.
II < f. H. Crouzel, Thologie de l'image de Dieu chez Origne, Paris 1956,
'' I. < >rbe, Procesin, 427; 429: Orgenes supone que la comunicacin total
232 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
sona del Hijo las perfecciones todas (epinoias) que lo componen; orientadas
todas hacia fuera con el dinamismo llamado a actuarse en la Dispensacin
creada; La persona hecha as consistente, fuera del seno de Dios, no se sepa
ra de l. De lo contrario no sera Dios. Al sentirse personalmente consti
tuida -como quien mira afuera- y saberse llamada a mediar deficamente
entre Dios^ y los nombres, vuelve hacia Dios, en busca de la comunin de
Vida con El. Mira a Dios, y su Vista recibe indivisamente lo divino. Se de
ifica en beneficio de aquellos por quienes fue constituido persona. Sostiene
la mirada de Dios porque solamente de su vista recibe lo divino que luego
comunicar al futuro universo.
105 Ib. 39; cf. Rius Camps, ox., 205s.
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO IIY EL SIGLO III 233
ria...? lllss.
107 Cf. Injoh. II 23,149 (SCh 120,304-306); cf. Orbe, Procesin, 440ss.
108 Cf. Injoh. X 37 246 (SCh 157,530).
109Cf.Simonetti, o.c, 122s; citas de Injoh XIII 36,228 (SCh 222,154); C.
110 Cf. Injoh. E 10,73ss (SCh 120,252ss); Princ. praef.4 (SCh 252,82), muestra
sigue.
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO II Y EL SIGLO III 235
NO V ACIANO122
121 Cf. Simonetti, o.c, 135-138, se refiere entre otros a Hom Jer 8,1; In
Joh. 32, 16,187-189; InMt. 12,20; 12,42, etc. Igualmente trata de textos con
servados en latn, especialmente en el de Principiis, donde no puede excluirse
una base trinitaria en el original, aun admitiendo posibles modificaciones en
la traduccin.
122 Cf. M. Simonetti, L'unita di Dio a Roma: da Clemente a Dionigi, en
sulla cristologia del IIe IIIseclo, Roma 1993, 183-215, 205, la subordi nacin
parece criterio de distincin de las personas. Cf. tambin el contexto, 203-208.
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO IIY EL SIGLO III 239
129 Cf. Tnn. 31,184 (268-270); tambin 31,185 (270), el Hijo es simul...
minor, menor al mismo tiempo. La inferioridad es compatible con la coe-
lernidad. En este contexto se alude a la precedencia del Padre, que hay que
entender ante todo en un sentido ontolgico.
130 Trin. 31,186 (270-272). Todo indica que aqu se alude al doble estadio
Los problemas de la relacin del Hijo con el Padre son los que
ms ocupan a Novaciano a lo largo de su obra. Pero dedica al
Espritu Santo el captulo 29 del de Trinitate. No se dice que el
Espritu sea Dios ni se le llama "persona". Pero por los efectos que
se le atribuyen es claro su carcter divino. Lo ms importante es
cuanto se dice sobre su plena manifestacin y donacin en relacin
con la resurreccin de Jess. Se subraya que el Espritu Santo es el
mismo en el Antiguo y Nuevo Testamento, pero a la donacin
parcial de los tiempos antiguos sucede por obra de Cristo la efusin
plena, hecha posible porque en Jess habita el Espritu en su
totalidad, plenus et totusm. A la promesa hecha a los profetas
corresponde ahora la donacin hecha por Cristo134. El Espritu
Santo es objeto de fe135 y se halla unido al Padre y el Hijo en la
frmula tridica que de algn modo introduce el final de la obra136;
el Espritu aparece en el mismo nivel que el Padre y el Hijo, pero
nada se explica propiamente sobre la Trinidad, ni aparece este
trmino ya usado por Tertuliano.
camente por el cual fue emitida esta potencia de la divinidad, entregada y dirigida
tambin al Hijo, y que mediante la sumisin del Hijo vuelve de nuevo al Padre. El
Hijo ciertamente se revela como Dios ya que se hace ostensible que la divinidad le
ha sido concedida y extendida hasta l, y no obstante se demuestra que el Padre es
el nico Dios , desde el momento que aquella majestad y divinidad, emitida
nuevamente por aquel mismo Hijo, revierte y retorna paulatinamente, en
movimiento de vuelta, al Padre que se la haba dado, de tal modo que Dios Padre
sea Dios de todas las cosas...; cf. Simo-netti, o.c, 207; G. Pelland, Unpassage
diffile de Novatien sur 1 Cor 15:27-28: Gr 66 (1985) 25-52; Orbe, Estudios...,
102s; G. Urbarri, Monarqua y Trinidad, 423ss.
133 Trin. 29,168 (252): ...despus que el Seor fue bautizado, vino sobre
Sancto breviter sint nobis dicta.... En un pasaje difcil, Trin. 16,90 (158-
162), se indica que Cristo no puede ser slo hombre, porque en este caso el
Parclito no podra recibir de l (cf. Jn 16,14). Es un modo indirecto de afir
mar la divinidad del Espritu Santo, compatible tambin sta con la afirma
cin de que el Espritu es menor que Cristo.
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO IIY EL SIGLO III 241
478ss.
LA TEOLOGA DEL FINAL DEL SIGLO IIY EL SIGLO III 245
I \ i ICTRINA DE ARRIO
i arta a Alejandro ya citada, Arrio, Ep.. 1,2 (Opitz, Urkunden, 2). Sobre la
voluntariedad de la generacin del Hijo por el Padre, cf. tambin ib. 4 (3).
4 Son demasiado grandes las diferencias para considerar a Arrio un
5
Cf. Simonetti, o.a, 50. 6
Cf. Ib., 52s.
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 251
arbitrantur, minus noti sunt C. haer. 49 (PL 42,39). La relaciones entre el aspecto
cristolgico y el trinitario son por tanto muy ntimas. Pero hasta avanzado el s. IV
el problema del alma de Cristo no se percibi como tal. Dominaba el llamado
esquema "Logos-sarx", Logos-carne, que dejaba entre parntesis el alma humana
de Jess.
12Ox. 122.
13 Cf. Hanson, o.c, 117-122, y sobre todo Grillmeier, o.c, 374-385.
254 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
o.c, 59.
19 C.Ep. 2,48.52(27-28).
20 C.Ep. 2,53(28).
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 255
EUSEBIO DE CESREA
21 Eusebio de Cesrea, Eccl. Theol. 111 (GCS, Eus W. IV, 69-70), es inte-
22 Cf. entre otros lugares Dem. Ev. IV 6; V 1 (GCS Eus. Werke VI, 158-160;
Eusebio di Cesrea. Eaprima teologa poltica del Cristiansimo, Zrich 1966, 39.
33 Cf. entre otros lugares, Dem. Ev. IV 2.3.6 (152-154;160); V 4.10-15 (225-
MARCELO DE ANCYRA
34 Cf. Eccl. Theol. III1-2 (138-149); tambin Dem. Ev. V 1,6 (211).
35 Cf. Eccl. Theol. 111; II 7 (70; 105).
36cc7. Theol. III6 (164): Solamente el Hijo, honrado con la divinidad pa-
terna... h.i hecho todas las cosas... incluso el mismo Espritu Parclito (cf. Jn 1,3;
Col 1, 16)... El Espritu Parclito, no es dios ni es Hijo... es uno de aquellos que
fueron creados por medio del Hijo; con la diferencia fundamental de la creacin,
Eusebio parece acepar el esquema de Orgenes, segn el cual el Espritu S.mto, en
virtud de la afirmacin general de Jn 1,3, ha venido a la existencia mediante el
Hijo; cf. L.F. Ladaria, El Espritu Santo en san Hilario de Poitiers, Madrid 1977,
322.
37 Cf. Dem. Ev. V 13,3 (236); cf. H. Strutwolf, Die
TrinittstheologiedesEu-sehius von Caesarea, Gttingen 1999, 223.275; otros
pasajes semejantes en ib.
380.c. 300.
258 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
52 Cf. Simonetti, 83; Hanson, 164; J.N.D. Kelly, Credos cristianos primi
di Costantinopoli, Roma 1967. Adems de las obras a que nos venimos refi
riendo, cf. B. Sesbo, Le Dieu du salut, en Histoire des Dogmes I, Paris 1994,
103-120, sobre la estructura de los smbolos; especial referencia a las peculia
ridades del de Nicea en 343ss.
262 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
i, 'i Opitz, Ath. Werke 11/1, 242): no es igual (que el Padre) ni de su misma
instancia.
264 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
58 Cf.Eusebio, Ep. 3,12-13 (45-46); cf. Simonetti, o.c, 89; Hanson, 164ss.
59 Cf.sobre las varias significaciones de los trminos L. Ayres, o.c, 92-98.
60 Cf. en Simonetti, o.c, 89ss, un resumen de la historia de la cuestin:
mente pudo venir de esta lnea la propuesta. Tal vez vino de Occidente, ilonde
haba menos preocupacin por definir la subsistencia personal del I lijo, pero
tampoco este extremo resulta evidente. La posibilidad de interpretarlo en sentido
genrico (Dionisio) habr podido inducir a los origenia-nos a aceptarlo.
266 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
63 Cf. M. Simonetti, o,c, 94, que apunta una posible distincin entre los usos de
64 Se puede ver una larga exposicin de estas vicisitudes sobre todo en Si-
monetti, o.c, 99-434; tambin Hanson, o.a, 181-386; Kelly, o.c, 315-351;
Ayres, o.c, 100-157; en modo ms sinttico, F. Dnzl, Breve storia del dogma
trinitario nella Chiesa antica, Brescia 2007,88-140.
65 Me inspiro sobre todo en el resumen de B. Sesbo, o.c. (cf. n. 53),
ATANASIO DE ALEJANDRA
estos grupos ms moderados para hacer frente comn contra los arranos ms
radicales. Cf. Desyn. 85-89 (PL 19,536-542). Tambin Atanasio hace ver las
semejanzas de estos grupos con quienes confiesan el consustancial niceno: Desyn.
41,3-4 (Opitz, Athan. W. II /1,267).
69 Ms adelante trataremos brevemente de los principales acontecimien
tos de los aos 360-380, es decir, hasta la celebracin del primer concilio de
Constantinopla.
70 Cf. entre otros lugares C. Arian. I 20-21; 24; 27 (PG 26,53-56; 61; 68)
III 3-4 (328-329). Aparte de las obras a que nos venimos refiriendo, se puede
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 273
zf\Q ovoac, CJTO ywrina; cf. I 20; 26 (53;65); III 6 (332s), en el Hijo est la
plenitud de la divinidad del Padre, etc.; cf. Hanson, 438; Simonetti, 270s.
74 C. Ar. III 3-4 (328-329): son uno en la peculiaridad y propiedad de su
por naturaleza, sino tbesei, por libre decisin divina; cf. Simonetti, 271. Lf
verdadera filiacin de Jess es la garanta nica de nuestra salvacin, ya que
sta puede tener lugar slo si la realiza Dios mismo; cf. Or. de Incar. Verhi,
13.54 (PG 25,120; 192).
78 Cf. C. Ar. II 66-67 (285-291); ib II 81 (320), la Sabidura se dice cread.!
Ib. 1170(296).
' . Ir. III 66 (461); cf. los ce. previos, 61ss (452ss); en el Verbo el Padre
q..... i' todas las cosas.
276 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
81 Cf.
Simonetti, o.c, 274.
82 Cf.
Syn. 48,2 (Opitz, 272); cf. Morales, La thologie trinitaire, 342.
831.3 y sobre todo 20 (Opitz, At. W. 11/1,1.3.17), el trmino significa que el
Hijo no es slo semejante al Padre, sino la misma cosa que procede del Padre en la
semejanza.
84 Cf. Syn. 41.48 (Opitz, Ath. W., 11/1, 226-227; 272-273), el Hijo y el Padre
son uno en la ousa. Tambin usa el trmino en Serap. II 5.6 (PC 26,616-617) con
referencia al Padre y al Hijo: el Hijo es consustancial al Padre y de su sustancia
la consustancialidad deriva del hecho de la generacin. No parece que se
profundice ms en el modo de la unidad divina. En Serap. 127 (PG 26,593), se
dice adems que el Espritu Santo es consustancial al Padre y al Hijo.
KSyn. 52,1 (275); 45,4 (270): ... el Hijo no es criatura, sino retoo de l.i
sustancia. La sustancia del Padre es principio, raz, y fuente del Hijo: ste no es,
como nosotros, de otra naturaleza ajena al Padre (cf.Jn 10,30; 14,9); el. Hanson,
441.
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 277
"' Cf, Hanson, ib. 441ss; tambin, H. Pietras, L'unita di Dio in Atanasio di
lessandria. Una descrizione dinmica della Trinita: Rassegna di Teologia 11
(1991) 558-581, esp. 565.567.572.
1,7 As lo ha visto bien W. Pannenberg, Teologa Sistemtica I, Madrid I1''",
357); cf. tambin III 3-5 (328-332) aunque sin mencin del Espritu Santo. De
nuevo sin mencin del Espritu habla de la Trinidad eterna en I i IX (48-49).
278 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
652-653), etc.
92 Cf. Serap. IV 7 (648), adems de los textos citados en la n. 87.
93 Serap.l 20(577): Una es la santificacin que se realiza con el origen del
uiraleza (xE,iv Kal 4)oLv)que el Hijo respecto al Padre; III 1 (525), la pro-
piedad del Hijo respecto al Padre es como la del Espritu respecto del Hijo; d
Espritu Santo es imagen del Hijo, como ste lo es del Padre, cf. 120; I 24; IV 3
(577.588.641). Atanasio prolonga as de modo un tanto personal la enseanza
bblica y tradicional del Hijo imagen del Padre.
95 Cf. Serap. I 2.11.25.32 (533. 557. 589.605), es propio del Logos y de la
divinidad del Padre, si el Hijo es propio del Padre segn la esencia, el Esp
ritu es propio del Hijo segn la esencia; IV 4 (641) propio de la sustancia del
Verbo, y tambin propio de Dios; no es extrao a la sustancia y divinidad
del Hijo; es propio de la divinidad que existe en la Trinidad, I 21 (581). Por
ello el Espritu no puede ser contado entre las criaturas. Cf. L.F. Ladaria,
Spiritus Dei et Christi: Hilario de Poitiers y Atanasio de Alejandra, en E. Es-
lvez-F. Milln (eds.), Soli Deo gloria, Madrid 2006, 261-278,269-277.
96 Cf. Serap. 127 (593).
97 Pero en Serap. I 31 (601), se dice que es reconocido como Dios (8eoA.o
yoiVevov) junto con el Logos; en I 28 (596) se usa el mismo trmino con re-
I ciencia a los tres de la Trinidad.
98
Serap. I 20 (580); cf. I 22 (581).
280 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
HILARIO DE POITIERS
mente en la misma naturaleza... Ni existe como algo distinto de Dios aquel que no
tiene su subsistencia de ninguna parte ms que de Dios... El que ha sido
engendrado subsiste en la misma naturaleza que el que le engendr; VII 11
(270-271):la realidad existe en la palabra.
103 Cf. Trin. IX 37; cf. San Hilario de Poitiers, La Trinidad (ed. L. Lada-
ria), Madrid 1986, 463s, sobre el uso de estas metforas por otros autores.
104 Cf. Trin VI12 (209-210); VII 29 (296-297).
105 Cf. Trin. IV 16-22 (117-125); V 4-10 (154-160).
106 Cf. Trin. IV 18-19 (121-122); V 8-9 (158-159).
107Cf. Trin. II10-11 (47-49); III17 (88-89); cf. tambin VI16 (214-215); IX 26
lwTrin. II 8 (46). Hilario reacciona aqu, como se ve, contra la idea de la portio
de Tertuliano.
lmTrin. VIII 43 (356). Sobre la definicin de Dios como vida y total
au-toposesin, y por tanto donacin plena, cf. tambin Trin. VII 27 (294); Syn 19
(PL 10,495), entre otros lugares; cf. L.F. Ladaria, Dios Padre en Hilario de
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 283
se nos ensea otra cosa respecto de Dios sino que es el Padre del Dios unignito y
creador. La exclusin de la envidia en Dios en la generacin del Hijo tambin en
VI21 (220); cf. tambin Gregorio Nacianceno, Or. 25,16 (SCh 284,194-196);
Ambrosio de Miln, de Spiritu sancto, III 16,113 (CSEL 79,198). Sobre este texto
y otros paralelos, cf. L. F. Ladaria, ...Patrem consummat Filius. Un aspecto
indito de la teologa trinitaria de Hilario de Poitiers: Greg 81 (2000) 775-788.
284 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
que da es mayor, pero ya no es menor aquel al que se concede ser una cosa sola
con l; IX 56 (435-436): El Padre es mayor en cuanto es Padre; pero el Hijo no
es menor en cuanto es Hijo. Veremos esta misma interpretacin en otros autores.
Otra explicacin del difcil texto en la poca fue que el Hijo era menor que el
Padre en cuanto encarnado. Es una interpretacin que ofrece menos inters
teolgico. Cf. M. Simonetti, Giovanni 14,28 nella controversia uriana en
Kyriakon (Festschrift J. Quasten) I, Mnster 1970, 151-161.
115 Trin. IX 54 (433): As pues el Padre es mayor que el Hijo. Y cierta
120 Trin. VII 18 (279). Cf. ib 16-21 (276-284) el conjunto del comentario
a Jn 5,19-23.
121 Cf. Syn. 89 (541): La semejanza verdadera est en la verdad de la na
Romae 1944.
124 Cf. Trin. IV 6 (105).
125 Cf. Trin. IV 17 (119-120); VII 39 (307); VIII 36 (349).
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 287
57 (627). Cf. L.F. Ladaria, Spiritus Dei et Christi..., (cf. n. 95), 265-269.
130 Cf. las repetidas afirmaciones de Trin. XII 54-57 (624-627); cf. L.F. La
negar la unidad de sustancia del Espritu con el Padre y el Hijo; as Syn. 32 (PL 10,
505A); cf. Ladaria, o.c, 312-319.
131 Cf. Tomus ad Antiochenos, 5-6 (PG 26, 800-802).
LA CRISIS ARRIANA Y EL CONCILIO DE NICEA... 289
134 Cf.
Simonetti, o.a, 362ss; Hanson, o.c, 738-748.
135 Cf.
Atanasio, Serap. I 32 (605), que usa el verbo pneumatomaxein;
de los "pneumatmacos" habla Basilio de Cesrea, De Sp.sancto 11,27; 21,52
(SCh 17bis, 340; 432).
8
Los padres capadocios. La formulacin
del dogma trinitario en los Concilios I
y II de Constantinopla
'Eunomio, Apol. 7 (SCh 305, 244s); cf. ib. 8.9 (245s.250). Se puede ver sobre
esta cuestin, B. Sesbo-B. Meunier, Dieu, peut-il avoir un Fils? Le dbat
trinitaire du IVsiecle, Paris 1993, 147ss.
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 293
BASILIO DE CESREA
nomio de Czico, Roma 2003, 50-51; vase tambin E. Cavalcanti, Studi Eu-
nomiani, Roma 1976; R.P. Vaggione, Eunome of Cyzikus and the Nicenc
Revolution, Oxford-New York 2000.
6 Cf. Eunomio Apologa II 0ger,Contra Eunomium libri,ll, 46-47; J.l..
Meunier, o.a, 163ss; sobre la teologa trinitaria de Basilio, V.H. Drecoll, Die
Entwicklung der Trinitdtslebre des Basilius von Casarea, Gttingen 1996; B.
Sesbo, Saint Basile et la Trinit, Paris 1998.
10 C. Eun. I 7 (SCh 299,188-192); cf. tambin De Sp. sane. 8,17 (SCh
uC.C.Eun. 123(254).
15 Cf.
C. Eun. 124-25 (256-262): si no fueran iguales por la sustancia, la ac-
tividad del Hijo, que es igual a la del Padre, sera desproporcionada a su na-
turaleza. A la vez tambin lo sera la actividad del Padre que dara lugar a un ser
inferior. Sobre el Padre causa y principio del Hijo cf. tambin ib. I 20 (246); II 17
(66-68).
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 297
16 Cf. C. Eun. II 9-10 (SCh 305, 36-40); cf. Simonetti, o.c, 464.
17 C. Eun. II 12.14-15 (44s.50-60); Hilario haba usado ya el mismo argu
mento: Trin. II 13 (CCL 62,50-51). Cf. L.F. Ladaria, IIprologo di Giovanni
neiprimi libri del de Trinitate di Ilario di Poitiers, en L. Padovese, (a cura di)
Aiti del III convegno di Efeso, Roma 1994, 157-174,166. Cf. tambin Ambro
sio de Miln, DeFide I 8,56 (Opera 15,80-81).
18 C. Eun. II 17 (66). En el mismo lugar se indica tambin que el Hijo es
justicia de Dios (cf. 1 Cor 1 24.30). No se puede decir que la gloria de Dios exista
sin resplandor o que la sabidura de Dios no estaba siempre en Dios. Ya Atanasio
haba usado argumentos similares.
"C.C.Eun. 1127(112-116).
20Cf. ib. 1131(128-132).
21 Cf. C. Eun. III (SCh 305,144-174). Volveremos enseguida sobre el tema
se habla del Padre como raz, fuente, etc.; cf. Hanson, 693.
24De Sp. sane. 18,45(406).
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 299
25 C. Eun. II28 (118-120); cf. tambin entre otros lugares, Ep. 38,3 (I 82s);
Eu-nomio, que [el Espritu Santo] es contado como el tercero a partir del Padre y
el Hijo. En efecto, el mismo Seor, en la tradicin del bautismo de la salva-
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 301
cin nos ha transmitido este orden, al decir: Id y bautizad en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espritu Santo (Mt 28,19). Pero no hemos aprendido en ninguna
parte que haya sido arrojado lejos del Padre y del Hijo en una tercera naturaleza
cualquiera... Es contado en la divina y bienaventurada Trinidad.
33 Cf. de Sp. sane. 1-2 (250-262). Cf. sobre este tratado, H. Drries, De Spi
ritu sancto. Der Beitrag des Basilius zum Abschluss des trinitarischen Dogmas,
Gttingen 1956; E. Cavalcanti, L'esperienza di Dio nei Padri greci. II trattato
Sullo Spirito Santo di Basilio di Cesrea, Roma 1984; P. Luislampe, Spiritus
vivificans. Grundzge einer Theologie des Hl. Geistes nach Basilius von Caesa-
rea, Mnster 1981; J.-R. Pouchet, Le traite de S. Basile sur le Saint Esprit. Mi-
lieu originel: RSR 84 (1996) 325-350; id., Le traite de Basile sur le Saint Esprit.
Structure et portee: ib. 85 (1997) 11-40; Basilius von Casarea. ber den Hl.
Geist, bersetzt und eingeleitet von HJ. Sieben (Fontes Christiani 12), Frei-
burg-Basel-Wien, 1993.
34 Cf. entre otros lugares de Sp. sane. 4-5; 7-8 (268-284; 298-320).
35 Cf. deSp. sane. 10,24.26 (332.336); 12,28 (344s); 27,67 (488).
%de Sp. sane, llfiii (440s), KOIVQVV koii TWV vepyeLCJv; el Espritu es
tambin difcil de conocer, como lo son el Padre y el Hijo (cf. Jn 14,17, el mundo
no lo puede recibir porque no lo conoce).
37 de Sp. sane. 16,38 (376-384); Basilio se basa sobre todo en Sal 32,6.
38Cf. deSp. sane. 16,37 (376); 19,49 (418-422).
302 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
KOlVQVa.
42Ib. 24,55 (450); KOIVWVV en las actividades, 22,53 (440) ya citado, 27,68
(488).
43 de Sp. sane. 18,45 (408). Basilio relaciona el Espritu Santo al Hijo, aunque
vagamente, tambin en cuanto al origen; toda la potencia del I li|< > se mueve
para la hipstasis del Espritu Santo, como la del Padre para la gen eracin del
Hijo; C Eun. II 32 (134); cf. tambin II 34 (142). Cf. Simonetti, o.c, 497s. La
capacidad santificadora y la dignidad real van del Padre med ante el Hijo al
Espritu: de Sp. sane. 18,47 (412); como consolador lleva el carcter de la bondad
del consolador de quien viene, ib. 18,46 (410).
**deSp. sane. 23,54 (444): 8d.ov TTJ (jaoeL. Es probablemente la afirmacin
que ms se acerca a la confesin directa de la divinidad del Espritu. Cf. i.nn bien
Ep. 159 (II 86s). Tambin C Eun. III 4 (60), x Oelov TJC, ((jaecdc,.
LOS PADRES CAPADOCIOS. I.A FORMULACIN DEL DOGMA.. 303
GREGORIO NACIANCENO
cianceno (GCS 53, 52-54); sobre las razones de esta reserva, cf. H.J. Sieben,
Basilius von Caesarea, ber den Hl. Geist., (cf. n. 27) 42ss; la explicacin tra-
dicional era la tctica: Basilio no quera exasperar a los adversarios. Sieben piensa
ms bien que Basilio no considera todava la divinidad del Espritu como parte del
kerigma vinculante de la Iglesia. Bastara con afirmar su no creaturalidad.
48De Fide, 4 (PG 31,688), y tambin del Hijo consustancial al Padre y al
Santo.
50 Cf. Or. 30,19 (SCh 250,266). Cf. tambin esta triple caracterizacin en
por ser el Hijo del tal Padre56. Ms an, el Padre sera principio de
una manera pequea e indigna si no fuera el principio de la
divinidad y de la bondad que se contempla en el Hijo y en el
Espritu Santo57. Tambin Gregorio Nacianceno conoce, como
Hilario, el principio de la falta de envidia en Dios. El Padre
comunica al Hijo la divinidad enteramente, sin reservas: no
caigamos en un solo principio a la manera juda, estrecho,
envidioso e impotente58. La generacin del Hijo, sin la cual el
Padre no se puede entender, no es por ello forzada o hecha sin
libertad59.
Gregorio, como Basilio, acude a la categora de la schesis, de la
relacin, para hacer ver la unidad de naturaleza, en la distincin
personal, del Padre y del Hijo: estos dos trminos no definen la
esencia, tampoco una accin (vpyeLa), sino precisamente la
relacin que hay entre ambos. Los nombres de Padre e Hijo
indican la |jocbi>a, la igual naturaleza de los dos60.
El Hijo es el unignito, no slo porque de hecho es nico, sino
tambin porque es nica la generacin, ya que en Dios nada se
repite. El Hijo es la demostracin breve y fcil de la naturaleza del
Padre, ya que todo lo que ha sido engendrado es una definicin
muda del que lo ha engendrado61. Diversas son las
denominaciones del Hijo: sabidura, potencia, verdad, sello del
Padre, imagen, luz, vida, etc. Todas ellas se fundan en la
con-sustancialidad con el Padre62. Por otra parte tambin el
Espritu es Dios y es homoousios (con el Padre y el Hijo)63.
Gregorio no vacila, a diferencia de Basilio, en aplicarle este
trmino.
ofensa a Dios pensar que tuviera que engendrar al Hijo para poder llevar a cabo la
creacin: Or. 23,6 (SCh 270,294); cf. tambin 23,7 (294-296).
56 Or. 29,3.5.6.10-12 (SCh 250,182.184.196-200). Tambin 30,20 (266-268).
57Or. 2,38 (SCh 247,140).
58Or. 25,16 (SCh 284, 194).
59 Cf. Or. 29,6 (SCh 250,186-188).
60 Or. 29,16 (210).
61 Or. 30,20 (268). Ib. (266): [El Hijo] es lo mismo que el Padre segn la esen
cia; es el nico que viene de l de una forma nica y no como los cuerpos.
62Cf.Ib.
63 Or 31,10 (292); cf. tambin Or. 12,6 (SCh 405,360); 25,15 (SCh 284,194).
Gregorio parece hacer suyas las crticas a Basilio (cf. n. 47) por no haber llegado o
no haberse atrevido a una formulacin ms clara; cf. C. Mo-reschini, Dios Padre
en la especulacin de Gregorio Nacianceno, en Dios es
306 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
Padre, Salamanca 1991, 179-202, 192. Cf. tambin Ddimo el Ciego, De Sp. sane.
17,81; 29,130s; 32,145; 53,231 (SCh 386,218; 266; 280; 352), el Espritu es Dios
y consustancial al Padre y al Hijo (hay que tener presente que no poseemos el
texto original de esta obra de Ddimo).
64 Or. 31,9 (290-292); Or. 39,12 (SCh 358,174): El Padre no dej de ser
'ii los cuales la divinidad reside, o, para hablar en modo ms preciso, que son l.i
divinidad. Cf. sobre esta acentuacin Hanson, o.c. 699s; Simonetti, o.c, J21.
Pero tambin se dice que el Padre es el nico principio, y que en virtud de este
principio nico hay un solo Dios, cf. Or. 20,7 (SCh 270,72); tambin 5,15-16
(SCh 284,194-196); 29,2 (SCh 250,180); 42,15 (SCh 384,82). M Or. 31,14
(302-304); ib. (302): La divinidad es sin divisin en los que ion distintos;
tambin 29,2 (178): Nosotros adoramos la monarqua, no una monarqua
delimitada por una sola persona... sino una monarqua con-
i ituida por la misma dignidad de naturaleza, acuerdo de pensamiento, iden-i id.id
de movimiento y retorno a la unidad de los que vienen de ella.... La mi marqua
del Padre, por consiguiente, no es tal sin el Hijo y el Espritu
........ Cf. tambin Or. 25,15 (SCh 284,194), al Hijo, que es Dios, se le llama
Si ni n cuando es nombrado con el Padre (cf. 1 Cor 8,6), a causa de la unidad
di i ...... cipio, de la "monarqua". Esta es compatible con la divinidad plena
del I lijo y del Espritu, ms an, solamente as tiene todo su sentido. < :i. Or.
31,28.
308 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
dades de la sustancia. Por otra parte estas metforas podran dar pie
a una concepcin subordinacionista68.
Gregorio ha sintetizado en un texto magistral muchas de las
actividades y operaciones del Espritu Santo segn la Sagrada
Escritura como prueba de su carcter divino:
Por otra parte yo me asusto al considerar la riqueza de los
ttulos y de todos los nombres ultrajados por quienes atacan al
Espritu! Es llamado Espritu de Dios (1 Cor 2,11), Espritu de
Cristo (Rom 8,9), mente de Cristo (1 Cor 2,16), Espritu del
Seor (Sab 1,7; 2 Cor 3,17), Seor mismo (2 Cor 3,17), Espritu
de adopcin (Rom 8,15), de verdad Qn 14,17; 15,26), de libertad
(2 Cor 3,17), Espritu de sabidura, de inteligencia, de consejo,
de fuerza, de ciencia, de piedad, de temor de Dios (Is 11,2),
porque l ha creado todas estas cosas; l llena todas las cosas
con su sustancia, el contiene todas las cosas, llena el mundo (Sab
1,7) con su sustancia, pero no es contenible por el mundo en
cuanto a su potencia; es bueno (Sal 142,10), recto (Sal 50,12), gua
(Sal 50,14); santifica (1 Cor 6,11) por naturaleza, no por dispo-
sicin de otro, y no es santificado; mide y no es medido Qn
3,34); se participa de l (Rom 8,15), pero l no participa; llena
(Sab 1,7), no es llenado; contiene (ib.), no es contenido; es reci-
bido en herencia (Ef 1,13-14), es glorificado (1 Cor 6,19-20); es
contado con [el Padre y el Hijo] (Mt 28,29); da lugar a una
amenaza (Me 3,29); es el dedo de Dios (Le 11,20); es un fuego
(Hch 2,3), como Dios (Dt 4,24), para mostrar -pienso yo- que le
es consubstancial.
Es el Espritu que crea (Sal 103,30), que recrea por medio
del bautismo Qn 3,5; cf. 1 Cor 12,13), y por medio de la resu-
rreccin (Ez 37,5-6,9-10.14). Es el Espritu que conoce todas las
cosas (1 Cor 2,10), que ensea (fn 14,26), que sopla donde quiere
y como quiere 0n 3,8), que gua (Sal 142,10), que habla (Hch
13,2), que enva (Hch 13,4), que pone aparte (Hch 13,2), que se
irrita (Job 4,9), que es tentado (Hch 5,9), que revela 0n 16,13),
ilumina Qn 14,26), que vivifica Qn 6,63; 1 Cor 3,6) -o mejor,
que es la misma luz y la misma vida- que hace de nosotros
templos (1 Cor 3,16; 6,19), que nos diviniza (ib.), que nos hace
perfectos Qn 16,13), de modo que precede al bautismo (Hch
10,47) y es buscado despus del bautismo. Obra cuanto obra
68
Cf. O. 31,31-32(338-340).
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 309
GREGORIO DE NISA
no con tanta fuerza, Or. 31,15.16 (SCh 250,304-306); cf. tambin Basilio
[Gregorio de Nisa?], Ep. 38,4 (I 84ss).
75 Quod non sunt tres dei (Jaeger 111,1, 54); cf. ib. (40).
76 Ib. (39).
77Ad Graecos (Jaeger III 1,22).
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 3 11
78 Cf. Ref. Conf. Eun. 6.12.13 0aeger II, 314-315; 317-318); cf. Hanson
O.C., 725s. El Dios uno parece ser la Trinidad, segn Quod non sunt... (42).
Sobre las nociones de ousa e hipstasis, cf. Pottier, o.c, 95ss.
79 Cf. Quod non sunt... (42-48): Toda accin... viene del Padre, se realiza
81C. Eun. 1197-204; 690-691 (1310-312; 464); cf. Hanson, o.c, 729ss.;
hecho de que con el Espritu Santo ha sido ungido Cristo, ib. (14-16); De
Fide (65-67); Adv. Mac. de Sp. sane. (100); ib. (112) la misma idea de la uncin;
cf. Hanson, 784ss.
83 Adv. Mac. de Sp. sane. (90.92.94.101); est unido en todo al Padre y al
Hijo (100). Tiene koinona de naturaleza y honor con el Padre y el Hijo (90).
El Espritu est unido al Padre y al Hijo en la accin creadora y salvadora;
son formulaciones semejantes a las de Basilio (cf. tambin 100.106.109).
MAdv. Mac... (97); es del Padre y de Cristo, ib. (89-90). Cf. B. Pottier, o.c,
357ss.
85 Cf. C. Eun. I 378-379 (1138; 180); Ref. Conf. Eun 190-192 (II 392-393),
los homoiousianos.
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 315
91 Cf. de Sp. sane. 5; 10; 25; 27; 29 (272-284; 332-338; 456-464; 478-490;
500-518), etc.
92 Otros credos hacen referencia al descenso del Espritu en el Jordn y a
99 Cf.
tambin DH 176-177.
100Cf.
B. Sesbo, o.c, 417-428; A. Grillmeier, Jess der Christus im
Glau-benderKuchell/2, Freiburg-Basel-Wien, 1989, 459-484.
LOS PADRES CAPADOCIOS. LA FORMULACIN DEL DOGMA.. 321
101 Tambin Cirilo de Alejandra hace uso abundante de estas preposi-i K mes
aplicadas al Padre, al Hijo y al Espritu; cf. Injoh. Ev. I 9(PG 73,148); IV 1(PG
73,545), etc.
322 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
(habitudo) del enviado respecto del que enva; y por otra parte muestra la ha-
332 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
bitudo respecto del trmino al que uno es enviado. As, por lo que respe I I a este
segundo aspecto, se dice que el Hijo fue enviado al mundo porque fui enviado
visiblemente; es claro que antes ya estaba en el mundo.
6Cf. Agustn, Trin. IV 20,29; 21,30 (201-202).
7Ib. IV 20,28 (198-199). Cf. la n. 16 del c. 2. Cf. Buenaventura, Brevilo quium
15,5 (cf. todo el contexto). Cf. B. Studer, Augustins De Trinitate. Eint Einfhrung,
Paderborn 2005, 161-162.
8 Toms de Aquino, STh I 43,2; cf. ya Agustn, Trin. II 4,7ss (169ss).
9 Cf. ya las distinciones de Agustn, Depraesentia Dei lber (Ep. 187, id
Dardanum) (CSEL 57, 81-119); cf. G.J. Jurez, Cum Deus ubique sit TotMt
Doctrina de la epstola 187 de San Agustn a Dardano sobre la ubicuidad y l.i
inhabitacin: EstTrin 38 (2004) 453-483. cf. tambin W. Kasper, Der Goti
Jesu Christi, 338.
10 STh I 43,1. La misin en Dios interesa la procesin de origen. Por filo el
Padre no puede ser enviado. Incluso en la hiptesis, cuya posibilidad teo rica
Toms no excluye, de la encarnacin del Padre, ste no sera envi.i* li cf. ib. I
43,4 (cf. n. 7).
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 333
ll
Cf.S7M27,l.
12 Ya Santo Toms habl de la perfecta fecundidad divina, a causa de la
limplicidad caracterstica de Dios; cf. STh I 27,5 ad 3.
334 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
vit cor meum verbum bonum. Cf. entre otros Tertuliano, Prax. 7,1; II,'
(Scarpat, 156; 166); Orgenes, Injoh. I 24,158; 38,280 (SCh 120, 136; 200);
Novaciano, Trin. 15,83 (FP 8,152); Dionisio Alejandrino, en Atanasio, Dt
sent. Dyon. 23 (Opitz II/2, 63); cf. Tefilo de Antioqua, AdAut. II 22 (BA<
116,813).
14 Con frecuencia se dice lo que esta procesin no es: ni creacin ni gene
y su palabra, y el amor, y estos tres son una sola cosa y una sola sustancia.
18 Cf. ib. X 11,18 (330); cf. tambin Conf. XIII 11,12 (CCL 27,247), la
s misma.
24Ib. XV 15-16 (497-501).
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 337
a
5Tb 127,1.
'' S'l'h I 27,2: La concepcin del intelecto es la semejanza de la cosa in-i 11:-,
u la; y existe en la misma naturaleza, porque en Dios es lo mismo enten-dei v ser.
"S'l'h I 27,4. Cf. sobre este pasaje y otros paralelos, G. Emery, La tho-n
imtaire (cf. n. 1), 84-87. Ya Agustn, Trin. IX 11,18 (309).
" I rcneo, Adv. Haer. V 12,2: Dios sac de s el Espritu; cf. A. Orbe,
Teo-v,i ilcsan heneo I, Madrid 1985, 547.
338 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
29 Trin. IX 12,17 (308): sicut dei verbum filium esse nullus christianus
dubitat, ita caritas esse spiritus sanctus; tambin VI 5,7 (235s), el amor y la
unidad del Padre y del Hijo.
30 Cf. ib. IX 2,2 (294s), aunque Agustn aclara en este lugar que todava
rio teolgico. El Dios cristiano, 15-25 (con ulterior bibliografa); J.M. Roviri
Belloso, La fe se hace teologa refleja (S. Agustn): EstTrin 29 (1995) 419-441.
32S7M27,3.
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 339
ello no puede haber una procesin del Verbo ex Verbo ni del amor
ex amorei6.
Como ya hemos indicado, caben valoraciones diversas de esta
especulacin de san Agustn y santo Toms sobre las procesiones
divinas. No se trata evidentemente de una doctrina vinculante, y no
se puede decir que sea hoy muy seguida por la teologa catlica.
Pero es necesario su conocimiento en primer lugar por su valor
interno y a la vez para la comprensin de muchos aspectos de la
tradicin teolgica occidental, que, aunque no dependan en s
mismos de esta doctrina, han sido con mucha frecuencia
iluminados a partir de ella.
Et illic igitur tria sunt. Cf. tambin los pasajes citados en la n. 30. /// /*)/'
XIV 9; XXXIX 5 (CCL 36, 148; 348). No olvidemos por otra parir qui
Agustn se ha opuesto a que se considere imagen de la Trinidad la trada foi
mada por el varn, la mujer y la prole: Trin. XII 5,5ss (359ss).
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 341
* Ricardo de San Vctor, De Trinitate prol; 1,4 (SCh 63,52s; 70). Sobre la i (i
iluda trinitaria de Ricardo, cf. X. Pikaza, Notas sobre la Trinidad en Ri-Urdo de
San Vctor. EstTrin 6 (1972) 63-101; M. Schniertshauer, Consum-matw Caritatis.
Eine Untersuchung zu Richard von St. Victors De Trinitate, M.im/. 1996; P.
Cacciapuoti, Deus existentia amoris.Teologa della carita e teo-della Trinita
negli scritti di Riccardo di San Vittore (+1173), Turnhout 1998; M .D. Melone,
Lo Spirito Santo nel de Trinitate di Riccardo di San Vit-Utri. Roma 2001; P.
Hoffmann, Die Trinitdtslehre ais tragende Struktur der I un,!, micntaltheologie:
ZKTh 123 (2001)211-236; D.M. Coulter, Pervisibilia ,ul invisibilia. Theological
Method in Richard ofSt. Vctor, Turnhout 2006. itlirc las razones necesarias cf.
Schniertshauer, 88-91; stas son tales porque
11 lull.ni en Dios mismo.
< I. Ricardo, Trin.ll 18(142). " II). 111,2 (168): Nihil caritate melius, nihil
caritate perfectius... Ut ergo I'lu iln.is personarum deest, caritas omnino esse non
potest. 1 I I'. Cacciapuoti, o.c, 229-231. "Ricardo, Trin. III 3 (172).
342 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
44 Ib.
1114-7(174-182).
45 Ib.
III 11 (190-194); cf. Schniertshauer, o.c, 129ss.
46 Cf. Ricardo, Trin. III11 (190-194).
47Ib. III 13-14 (196-200). Buenaventura, Breviloquium I 2,3: Y por eso, para
sentir de manera muy elevada y piadosa, dice que Dios se comunii .i di manera
suma, teniendo eternamente un dilecto y un condilecto y por ello Dios es uno y
trino.
48 Cf. Ricardo, Trin. III13 (198).
49Ib. Trin. III19 (208s): Ubi a duobus tertius concorditer diligitur, so< ia liter
wDefide orthodoxa I 8 (PG 94, 822); cf. tambin 12 (793); 17-8 (817-824).
M Enumeramos algunos textos importantes del magisterio sobre las pro-11
junes divinas (algunos han sido ya citados al final del c. anterior, otros lo 'i ni
ms adelante en relacin con la cuestin especfica de la procesin del I spritu
Santo): DS 850; 851, 853 (concilio II de Lin); 1300-1302; 1330-1331 (ii un lio
de Florencia). Como ya hemos insinuado, el magisterio, al tratar dr las
procesiones, no se ha comprometido con ningn modelo especulativo
(explicacin de las mismas.
346 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
69-70.
61 Tal vez la nica excepcin en Trin. V 11 12 (241): ipsa relatio non II
paret in hoc nomine [Spiritus sanctus].... Aunque es verdad que el Es] ..............
aparece con mucha frecuencia como el Espritu de alguien; tomo esta indi cacin
de RJ. Jenson, Systematic Theology, Voll. The Triune God, New i Oxford 1997,
148.
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 347
657>.V5,6(211).
66 Cf. Trin. V 11,12 (219s), tambin para lo que sigue.
67Cf. Hilario de Poitiers, Trin. II 1 (CCL 62,38), cit., aunque con modi
ficaciones, por Agustn, Trin. VI 10,11 (241). En este pasaje concreto no se habla
de donum sino de munus. Los trminos son equivalentes.
68 Trin. V 14,15 (223): ...relative ad Spiritum Sanctum, unum princ i pium.
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 349
69Ib. (220): Exit enim non quomodo natus sed quomodo datus... 70Cf.
Trin. V 15,16 (224).
71 Cf. especialmente los tres primeros libros de Trin., en los que muestra mu
Santo) una serie de pasajes del Nuevo Testamento que claramente se relie ren al
Padre. Pero aun as queda del todo claro que el Padre es el principii i de toda la
divinidad: Trin. IV 20,29 (200): ...totius divinitatis, vel, si melius dicitur,
deitatis, principium pater est. Cf. sobre esta tendencia "unitaria", B Studer, o.a,
186; tambin id. Anstsse zu einer neuen Trinitatslehere bei A% gustinus von
Hippo: Trierer Theologische Zeischrift 108 (1999) 123-138; su preocupacin por
asegurar la unidad de los tres no le habra permitido cap tar todos los matices
neotestamentarios.
72 Trin. VII 3,6 (254): El Padre es luz, el Hijo es luz, el Espritu Sanii 11 luz;
pero al mismo tiempo no son tres luces, sino una sola luz. Y as el P.uli <
es sabidura, el Hijo es sabidura, el Espritu Santo es sabidura y al mis ..............
tiempo no son tres sabiduras. Y porque [en Dios] es lo mismo ser que sel sabio, el
Padre el Hijo y el Espritu Santo son una sola esencia. Y en Dios m i es otra cosa
ser que ser Dios; por ello el Padre, el Hijo y el Espritu Santo SOH un solo Dios.
Cf. tambin VI 7,9 (237s), Dios es trino, pero no triple. Tan] bien De Civ. Dei
XI10 (CCL 48,330), la Trinidad es lo que tiene excepi o efl lo que es relativo entre
las personas. Ecos de estas ideas se encuentran en ai smbolo Quicumque (DH
75): Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenn i el Espritu Santo, eterno el
Padre, eterno el Hijo, eterno el Espritu Santi i Y si embargo no son tres eternos,
sino un solo eterno...; tambin en el con cilio XI de Toledo (DH 528).
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 35 1
73 Trin. VII 6,12 (266); cf. otras citas del texto en V 3,4 (208) 9,10 (217);
VI 2,3 (231).
74 Boecio, Trin. VI (PL 64,1254s): Pero porque ninguna relacin se puede
referir a uno mismo, por esta razn lo que se dice de uno mismo carece de
relacin; por ello el nmero de la Trinidad se produce por el hecho de que
se predica la relacin. Pero se salvaguarda la unidad en lo que se refiere a la
indiferenciacin de la sustancia, de la operacin, o de todo aquello que se
predica segn uno mismo. As pues, la sustancia contiene la unidad, la rela
cin multiplica la Trinidad; y por ello solamente se habla singularmente y
separadamente de lo que se refiere a la relacin.
75 Ib. (1255): Ciertamente se ha de saber que la predicacin relativa no
siempre es tal que se refiera a una cosa diferente, como el siervo respecto del
seor, que son diferentes. Pero todo igual es igual a su igual, y el semejante
es semejante al semejante, y lo que es lo mismo es lo mismo que aquello de
quien es lo mismo. En la Trinidad la relacin es semejante. La del Padre al
I lijo y de los dos al Espritu Santo; de tal manera que es lo mismo que aque
llo respecto al cual es lo mismo.
352 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
cilio XVI de Toledo del ao 693 (DH 570), cuando se dice Hijo se muesl 11
sin duda que tiene un Padre.
77 In I Sent. d. 26,1,1. Ms informacin sobre esta cuestin, central en el
cuando se traslada a Dios tiene un ser sustancial; pues nada hay en Dios c< ........
un accidente en un sujeto, sino que todo lo que hay en Dios es su esencu I I
relacin que realmente existe en Dios es lo mismo que la esencia segn l.i cosa.
No difiere de ella ms que segn la razn de la inteligencia, en cn.i 111 > la
relacin lleva consigo la referencia a su opuesto, lo que no lleva consig el
nombre de la esencia.
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 353
81 Cf.
STh 128,3.
82 Cf.
STh I 28,4; tambin 29,4; 30,2. La doctrina no es peculiar de santo
Toms; cf. Buenaventura, Breviloquium I 3,4.
354 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
I . Der Gottjesu Christi, Mainz 1982, 342. "''Sobre la historia del trmino
"persona", A. Milano, La Trinita dei teo-ilei filosofi. L'intelligenza della
persona in Dio, en A. Pavan-A. Milano ii di), Persona epersonalismi, Napoli
1987,1-286; id. Persona in teologa, >li 1984.
356 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
87 Cf. Trin VII 4,7 (CCL 50,255); tambin V 8,10 (217). Agustn da yt
por supuesto que hay equivalencia entre los trminos griegos (que no citaefl
el original, sino en traduccin latina, essentia, substantia) y los latinos, un
essentia vel substantia, tres personae.
88 Trin. V 9,10 (217); cf. tambin VII 4,7 (255); VII 6,11 (262); cf. L.F. I 1
Los dos. Con esto se muestra que usamos trminos relativos. Pero
cuando decimos la persona del Padre no hablamos de otra persona,
sino del Padre mismo. El uso del genitivo no es el mismo en un
caso y en otro. La consecuencia a que Agustn se ve forzado es que
el concepto de persona no se predica en rela-cin a otro, sino ad
5e89. Agustn se encuentra con una dificul-i .id insuperable. Ha
indicado antes que la pluralidad en Dios vena de la relacin, y que
no caba el plural en todo lo que se dice adse, en los trminos
absolutos aplicados a Dios: el Padre, el Hijo y el Espritu Santo no
son tres dioses, ni tres sabios, ni i res luces... Ahora en cambio nos
encontramos con un plural que se dice ad se: tres personas. Los
tres estn en relacin en riunto Padre, Hijo y Don90, pero no en
cuanto personas. San A gustn no ha podido ir ms all. Ha visto
claramente que el plural en Dios vena de las relaciones, pero el
concepto de per-|i ina es para l un absoluto. De esta apora no ha
podido salir. Al reconocer que, adems de los nombres relativos,
tenemos que admitir este plural en Dios, el obispo de Hipona
advierte de que esto no lleve a pensar entre los tres distancia o
desemejanza; estos tres son una sola cosa91. Agustn no ha tratado
de definir directamente la persona. Pero en este contexto seala
que es algo singular e individual (aliquid singulare atque
indi-.idiium)92. No deja de llamar la atencin que use el neutro
en esta aproximacin a la nocin. Ms adelante se va a distinguir
entre alguien y algo, aliquis y aliquid; en nuestro lenguaje ha-I MI
nal la persona es precisamente "alguien" y no "algo".
'" (If. Trin. VII 6,11 (261-265), texto clave para la nocin agustiniana de si ma; cf.
L.F. Ladaria, Persona y relacin..., 271ss. Parece que Agustn }ili M i 11 nlava
en un ser del Padre de algn modo anterior a su ser Padre, I |i i mi s i n o de las
otras personas; tiende a apoyar la relacin sobre un abso-hltn, un ser de algn
modo previo a ella. Cf. Trin. VII 1,2 (246-247). Cf. Trin. IX 1,1 (293), las tres
personas estn relacionadas ad invicem. ' I sobre todo Trin. VII 6,12 (262);
tambin VIII proem. 1 (268). .1 Trin. VII 6,11 (263).
358 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
'"' Ib. IV 3.4 (232-238); 21 (280). Es posible que Boecio se diera ya cuenta I
csios problemas; en su De Trinitate (PL 64, 1247-1256), no usa apenas el iii mino
persona; habla en cambio abundantemente de la relacin.
'" Ib. IV 7 (242s). Veamos como Agustn hablaba todava del aliquid en i
i'l.irin con la persona (cf. el texto a que se refiere la n. 91).
" Ib. IV 12 (252s).
'" Ib. IV 19 (272). Ib (270): possunt esse plures existentiae, ubi non et ni.i
imitas substantiae.
1 Ib. IV 15 (260).
1 'Cf. ib. V 13 (336).
1 Ib. IV 17-18 (264-268).
lMIb.IV22(280s).
360 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
113 Cf. STh I 29,3 ad 4. Toms, a diferencia de Ricardo, dar ms impoi tancia
115 STh I 29,4, corpus; cf. tambin ib. 34,2; 40,2; 42,4: Eadem essentia
quae in Patre est paternitas, in Filio est filiado. Sobre la nocin de la per-
sima y la teologa trinitaria de Toms, cf. G. Greshake, Der dreieine Gott.
I'irie trinitarische Theologie, Freiburg-Basel-Wien 1997, 111-126.
116
S7M29,4adl.
3 64 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
117 Cf. W. Kasper, Der Gott... 343; A. Malet, Personne et amour dans la tho-
logie trinitaire de saint Thomas d'Aquin, Paris 1956, 84: ...saint Thomas con
cede que, si on considere la relation comme relation elle suit l'hypostase; cf.
ib. 92, con cita de InISent. d. 23, a.3.
118Cf. Malet, o.c., 87; Greshake, o.a, HOs. Cf. entre otros lugares STh I
essentia, dicimus una essentia esse trium personarum, et tres personae unius
essentiae. Se ha de preferir esta frmula a tres personae ex eadem essentia,
366 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
porque con el ex, que significa procedencia, se podra pensar que una cosa es la
persona y otra la esencia de la cual procedera.
125 Cf. STh I 30,2; 40,1: La relacin, en cuanto es una cierta cosa en Dios,
que subsisten ni en ningn otro absoluto, sino slo en cuanto se dicen res
pecto de otro. De donde es suficiente la relacin para la distincin entre
ellas; cf. el resto del art.; tambin I 33,2. Buenaventura ha seguido una lnea
algo distinta, que pone el acento ms en la procesin; cf. p. ej., In Sent. I d.
27,q.2; Breviloquium I 4,6.
127 Cf. F. Bourassa, La Trini, en K.H. Neufeld (ed.), Problemi e orienta-
129 STh 132,2: ...et huiusmodi sunt proprietates vel notiones in abstracto
significatae, ut paternitas et filiatio. Essentia significatur in divinis ut quid,
persona vero ut quis, proprietas autem ut quo.
130 Cf. STh I 41,1; cf. tambin I 41,3. Buenaventura, Breviloquium I 3,1:
131 Cf. STh I 39,7. Sto. Toms nota que a travs de las criaturas se puede
133 Cf. STh I 39,8. Cf. los otros ejemplos que se sealan en el mismo
135 Santo Toms en el lugar citado en la nota 133 considera que el uso di
1397V.II11(CCL62,48)
140Ib. 1114(75).
141 Ib. IV 40 (145); cf. tambin V 37-38 (192-193); VII 31.33 (298.300); Hi
lario ha hecho tambin alguna alusin a la inhabitacin del Espritu Santo
en el Padre, Trin. XII 55 (625): Es tuyo lo que te penetra y no te es ajeno
lo que te penetra...; Basilio de Cesrea, deSp. sancto, 18,45 (SCh 17bis,406);
Agustn, Trin. IX 5,8 (300), sobre la inhabitacin mutua de la mente, la no
ticia y el amor.
142 Cf. p. ej. Defide orthod. I 8(PG 94, 829), entre otros lugares. La divi
nidad es indivisa en los tres, como si hubiera tres soles cada no en los otros
habra una sola luz. Cf. S. del Cura, Perikhresis, en Enciclopedia teolgica. El
Dios Cristiano, 1086-1094. La expresin empez a usarse en cristologa para
hablar de la unidad de Cristo en sus dos naturalezas: cf. Gregorio Nacian-
ceno, Ep. 101 (PG 37,181), aunque emplea la forma verbal. Tambin el Da
masceno usa el trmino en este sentido; cf. III 4.7 (1000.1012). Cf. para todo
el conjunto de la temtica, E. Durand, Laprichorese despersonnes divines. Im-
manence mutuelle. Rciprocit et comunin, Paris 2005; C.L. Rossetti, La pe
richoresi: una chiave della teologa catlica. A proposito della recente riflessionc
trinitaria: Lat 72 (2006) 553-575.
143 Juan Damasceno, Defide ortodoxa I 14 (860); las huellas del lenguaje
147Cf. H.U. von Balthasar, Theologik II. Wahrheit Gottes, Einsiedeln 1985,
137.
148As p. ej, en Juan Damasceno; cf. B. Huculak, Costituzione delle persone
divine secondo S. Giovanni Damasceno: Antonianum 59 (1994) 179-212.
149Guillermo de Saint-Thierry, Aenigma Fidei 69 (Davy, 152): La misma
los que creen en Jess deben ser una sola cosa en el Padre y el
Hijo150. La perichoresis intratrinitaria se muestra tambin, como
todo el misterio del Dios uno y trino, en la economa: la actuacin
del Hijo y del Espritu, en el cumplimiento del designio del Padre,
se realiza en profunda unidad, desde la encarnacin de Cristo por
obra del Espritu Santo, hasta la resurreccin por obra del Padre en
la que no est tampoco ausente la intervencin del Espritu Santo
(cf. Rom 1,4; 8,11). En la actuacin de cada una de las personas
respecto de nosotros no estn ausentes las otras dos151.
Naturalmente esto no nos puede llevar a atribuir
indiferenciadamente a las tres personas toda la actuacin divina ad
extra. En nuestro captulo sobre la unidad de Dios, unitas in
trinitate, volveremos sobre algunos aspectos relacionados con
esta cuestin. Debemos notar para terminar que en la mutua
inhabitacin de las personas est el fundamento y la condicin de
posibilidad de la inhabitacin de Dios en nosotros. La plena
comunin entre las personas divinas posibilita, a otro nivel
evidentemente, nuestra comunin con la Trinidad. Este tema se
desarrolla en la teologa de la gracia.
161
Cf. ib. 374.
162
Ib. 379.
163
Cf. ib. 382.
164
Cf. ib. 384. El lenguaje usado suena a "unipersonal".
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 379
165 Ib. 404; el texto se encuentra en el enunciado de la tesis con que comienza a
Kasper, Der Gott, 350ss., 366. Cf. tambin A. Milano, La Trinita dei teo-logi...,
199: Pero no se puede evitar la pregunta de dnde un telogo tan riguroso y sutil
como Barth saca tanta seguridad al negar a los tres de la Trinidad el ser "yo"... El
mismo A., ib., se pregunta tambin si se trata de la preocupacin idealista de ver
un nico sujeto en Dios; cf. tambin todo el i'ontexto, 183ss.
380 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
171
Ib. 429.
172
cf. ib. 429s.
173
Ib. 431-432. Cf. tambin W. Kasper, Der Gott, 354.
;TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 383
174 Cf. o.c. ib. 412, nota 79: Por eso tampoco se da intratriniariamente un "t"
175 En este sentido interpreta las afirmaciones de Rahner M. Schulz, Sein und
ascendental, que pane del sujeto humano, no ayuda a K. Rahner a abrirse .1 los
tres sujetos en Dios. Los influjos de la doctrina psicolgica de la Trinidad son
claros. Ha contribuido tambin esta teologa a eliminar el noso-i ros de la
teologa trinitaria? Cf. las observaciones de J. Ratzinger sobre A gustn y sobre
todo Toms de Aquino: Zum Personverstandnis in der Theo-logie, en Dogma und
Verkndigung, Mnchen-Freiburg 1973, 205-223,223.
ls4Cf. W. Kasper, Der Gott..., 366; cf. tambin G. Greshake, Derdreieine Iiott,
141-150.
M Cf. Kasper, o.c, 352; Rovira Belloso, Tratado de Dios uno y trino, Salamanca
mDeDeo trino..., 193 (Collected Works. 12, 390. cf. nota 174): Tria su-biecta
sunt invicem conscia per unam conscientiam quae aliter et aliter a tribus habetur;
cf. 186-196. Pero aunque Lonergan habla de tres sujetos, no cree que las tres
personas sean yo o t intratrinitariamente, aunque acepta que estos
pronombres de manera metafrica significan las relaciones interpersonales
perfectsimas; cf. Collected Works, 398; cf. sobre la cuestin, J.M. McDermott,
Person and Nature in Lonergan's De Deo Trino: Ang 71 (1994) 153-185, esp.
182-185.
204 Kasper, o.c, 352: En la Trinidad nos encontramos con tres sujetos que son
205 Ib.353. En este punto parece por tanto que se aparta de B. Lonergan.
206 F. Bourassa o.c, 719; cf. tambin para lo que precede, ib. 717. 720; del
mismo, La Trinita, en K.H. Neufeld (ed.), Problemi e orientamenti di teolo
ga dogmtica, Brescia 1983, 337-372, esp. 352-353: La conciencia de s ejer
citada personalmente por cada una de las personas en Dios es, para cada una,
la conciencia de ser Dios, y esto en comn con las otras Personas, y la con
ciencia de s como distinta de las otras, pero en una relacin de toda la pro
pia existencia al otro... Esto significa una vida divina vivida por cada persona,
divinamente, y por consiguiente nicamente, infinitamente e totalmente
394 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
para el otro. Esta conciencia personal de una existencia vivida para el otro, en
una reciprocidad tan total e infinita, es la culminacin de la unidad.
207 Cf. H. Mhlen, DerHeilige Geist ais Person in der Trinitt in derlnkar-
nation undim Gnadenbund, Mnster 1963, esp. 100-168; cf. del mismo Una
mysticapersona, Mnchen-Paderborn-Wien 31968, 196-200, el Espritu Santo
es una persona en dos personas en el seno de la Trinidad, lo que correspond'
a la frmula eclesilogica que Mhlen propugna: una persona en muchas
personas.
208 Cf. DerHeilige Geist..., 136-137.
TRINITAS IN UNITATE LA VIDA INTERNA DE DIOS... 395
209Cf. p. ej. A. Milano, o.c, 256s; G. Greshake, o.c, 163. 194; A. Gon
zlez, Trinidad y liberacin, 198ss.; B. Sesbo, La personalita dello Spirito
Santo nella testimonianza bblica, nella teologa trinitaria recente e nell'espe-
rienza storica della Chiesa e degli uomini, en S. Tanzarella (a cura di), La per
sonalita dello Spirito Santo, Cinisello Balsamo 1998, 21-58, 46, nota que en el
Nuevo Testamento el Espritu aparece en tercera persona, l, sobre todo en
boca de Jess. Volveremos sobre el Espritu amor del Padre y del Hijo al
tratar de la persona del Espritu Santo.
210Cf. DerHeilige Geist..., 158-159.
211Cf. ib. 107-108.
212
Cf. ib. 163-164, sobre la relacin entre la naturaleza y la perichoresis.
213J. Ratzinger, Zum Personverstndnis in der Theologie, o.c. (cf. n. 183),
210.
396 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
humano, ante todo de este nosotros humano que est formado por el hombre y la
mujer, creados a imagen y semejanza divina. Benedicto XVI en su homila en
Valencia el 9 de julio de 2006, se expres en trminos ms genricos: toda
paternidad y maternidad, toda familia, tiene su principio en Dios que es Padre,
Hijo y Espritu Santo. Cf. sobre la cuestin, AA.VV., Misterio cristiano y
existencia humana, Salamanca 1995.
218 Cf. Theologik II, bbs.
219 El mismo autor seala que ninguno de los modelos puede absoluti-
zarse; cf. Teodramtica 3., Madrid 1993, 482s; id. Theologik II, 35. 39: el mo
delo trinitario interpersonal no llega a alcanzar la unidad sustancial de Dios,
el modelo intrapersonal no expresa el real y permanente estar frente de
las hipstasis en Dios; cf. tambin J. Werbick, o.c, 617s; 639s. Sobre diferen
tes intentos, muy varios en sus resultados, de fundar la unidad divina en la
comunin personal, cf. J. O'Donnell, The Trinity as Divine Community:
Greg 69 (1988) 5-34. Tambin sobre algunos aspectos del problema en la teo
loga actual, B. J. Hilberath, Der dreieinige Gott und die Gemeinschaft der
Menschen, Mainz 1990.
220 Cf. H.U. von Balthasar, Theologik III. Der Geist der Wahrheit, Einsie-
221J. Galot, Dieu en troispersonnes, Saint Maur 1999, 162-163: Afirmar tres
225 Quae non triplex, sed Trinitas et dici et credi debet. Nec recte dici po-
test, ut in uno Deo sit Trinitas, sed unus Deus Trinitas (DH 528); se inspira
en Agustn, Trin VI 7,9-8 (CCL 50,237-238); cf. VII 1,2 (249); el mismo con
cilio afirma: nec minoratur in singulis nec augetur in tribus (DH 529); nec
recedit a numero nec capitur numero... Ergo hoc solum numerum insinuant,
quod ad invicem sunt; et in hoc numero carent quod ad se sunt (DH 530).
Ya antes lafides Pelagii, del ao 557 (DH 441): nihil minus in singulis, nihil
amplius intelligatur in tribus. Tambin es interesante la precisin de Po VI
en la bula Auctorem fidei de 1794: Dios es uno en tres personas distintas,
pero no distinto en tres personas (DH 2697). Numerosas intervenciones
magisteriales han repetido estas ideas: cf. entre otros lugares DH 470; 490;
501; 800; 803s, concilio Laterano IV, a propsito de Joaqun de Fiore; 1880...
Se puede ver material sobre la dificultad que ya desde antiguo ha planteado
el nmero en Dios en H.U. von Balthasar, Theologik III. Der Geist der
Wahrheit, Einsiedeln 1987, llOss. Cf. Ambrosio de Miln, De Spiritu sancto
III 13 (CSEL 79,189). De qu manera la unidad de la divinidad recibe la
pluralidad, cuando la pluralidad es propia del nmero, y la naturaleza divina
no acepta el nmero?; Basilio de Cesrea de Sp. sana. 18,44-46 (SCh 17bis,
402-410), cada hipstasis es nombrada por s misma; Gregorio de Nisa, Or.
Catb. Magna, 3 (PG 45,17): [Dios] se puede numerar y huye del nmero, se
puede contemplar separadamente y hay que abarcarlo en la unidad; se distin
gue en las personas y no se puede separar en la sustancia.
226 O. Gonzlez de Cardedal, Dios, Salamanca 2004, 336: La Trinidad
cf. H.U. von Balthasar, Theologik II. Die Wahrheit Gottes, Einsiedeln l''X5, 137;
K. Rahner, El Dios trino como principio y fundamento trascendente </< a
historia de la salvacin, en MySal II1, Madrid 1969, 359-449, 373s; 433; I I.
Mhlen, Der Heilige Geist ais Person in der Trinitat, in der Inkarnation IDKI im
Gnadenbund, Mnchen 1963, 106s. Las personas tienen en comn la ilivmidad, el
ser personal las distingue.
404 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
5Der Gottjesu Christi, Mainz 1982, 187; cf. ib, 187-197, donde, prctica-
mente, el De Deo uno se considera una enseanza sobre el Padre. Cf. tambin
A. Staglian, // mistero del Dio vvente, Bologna 1996, 590ss.
6Cf. R. Schulte, La preparacin de la revelacin trinitaria, en MySal 2/1,
77-116, 80-87; H.U. von Balthasar, Teodramtica 3. Las personas del drama: el
hombre en Cristo, Madrid 1993, 470. Volveremos en el cap. siguiente sobre esta
cuestin.
7 Sobre el Padre, adems de la bibliografa ya citada y la que seguiremos
utilizando, cf., entre otros, AA.VV. Dios es Padre, Salamanca 1991; L. Bou-yer,
Le Pre invisible, Paris 1976; A. Torres Queiruga, Creo en Dios Padre. El Dios de
Jess como afirmacin plena del hombre, Santander 1978; F.X. Durr-well, Le
Pre. Dieu en son mystre, Paris 1988; J. Galot, Dcouvrir le Pre. Es-
406 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
Trin. III 13 (CCL 62,85); Agustn, Trin. IV 20,29 (CCL 50,200): totius di-
vinitatis vel si melius dicitur deitatis principium pater est.
10 Gregorio Nacianceno, Or. 30,7 (SCh 250,240), el Padre es mayor (cf.
mium I 497 (Jaeger I, 170). Cf. tambin Cirilo de Alejandra, Thesaurus XII
(PG 75,185B), el Hijo al existir en cuanto propiedad misma de la esencia del
Padre, lleva en s al Padre por completo por ser su forma y su imagen; as
muestra del todo al que lo ha engendrado.
13 Toms de Aquino, STh 133,1 ad 2: Porque aunque atribuimos al Padre
una cierta autoridad (aliquid auctoritatis) por razn del principio, no atri
buimos al Hijo y al Espritu Santo ninguna sujecin ni disminucin de cual
quier clase que sea
408 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
habens in se semper ut semper sit. Cf. L.F. Ladaria, Dios Padre en Hilario
de Poitiers: EstTrin 24 (1990), 443-479, 446s. Hemos hablado ya de los Ca-
padocios en nuestro captulo dedicado a la historia.
17Buenaventura, InISent. 27, p. l,a.l,q.2.; ib. 29, dub. 1: Breviloquium I 3,7:
que segn la cosa misma es una posicin perfecta; se llama al Padre innasci-
ble porque no es de otro; y no ser de otro es ser lo primero, y la primaca es
una noble posicin.
20 Cf. STh I 33,4, ad. 1. Cf. una explicacin ms detenida de esta cuestin
cf. ib. 45,7; id. Sent. I prol: Sicut trames a fluvio derivatur, ita proces-sio
creaturarum ab aeterno processu personarum.
410 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
24 STb
I 33,2; a este artculo se refiere ya lo que precede.
25 Ib.,
corpus. Tambin I 42,4, ad 2; 140,4, ad 1: quia Pater est, generat;
la relacin es previa al acto nocional, como la persona precede a la accin.
Cf. sobre estas cuestiones E. Durand, Le Pre en sa relation constitutive au
Fus selon saint Thomas d'Aquin: RevTh 107 (2007) 47-72. Diversa es, como
es sabido, la posicin de Buenaventura, para el que la generacin es la razn
de la paternidad; In I Sent. d. 27,p. 1, q.2: Generado est ratio dicendi pater
nitatem in Deo Patre. Generatio est ratio paternitatis, non e converso.
26
W.Kasper, o.c, 198.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 411
27 Trin. VIII 43 (CCL 62A.356): Talis data est qualis et habetur. Cf. L.F.
engendrado, no hecho (DH 125). Conc. Tolet. XI (DS 526): Nec enim de nihilo,
eque de aliqua alia substantia, sed de Patris tero, id est, de substantia eius idem
Filius genitus vel natus est. Notemos la metfora del tero, que parece
identificarse con la sustancia del Padre. Algunos creen descubrir aqu un nuevo un
rasgo materno del Padre, que toca a la vez un
412 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
cia del Padre30. Pero a la vez hay que tener presente que las
procesiones divinas, en la concepcin tradicional, son actos per-
sonales en cuanto son actos del entendimiento y de la voluntad. Son
actos nocionales, propios de cada una de las personas. Por tanto,
aunque el Padre engendre al Hijo de su sustancia (o, mu-tatis
mutandis espire al Espritu Santo), la generacin (y la espiracin)
son actos del Padre. Debemos recordar a este respecto un texto
fundamental del IV concilio de Letrn:
En Dios existe slo la Trinidad, no una cuaternidad;
porque cualquiera de las tres personas es aquella realidad (res),
es decir, la sustancia, esencia o naturaleza divina: la cual es el
nico principio de todas las cosas, fuera del cual no puede encon-
trarse otro. Pero aquella realidad no engendra, ni es engendrada,
ni procede, sino que es el Padre el que engendra, el Hijo el que es
engendrado y el Espritu Santo el que procede, de tal manera que
haya distinciones en las personas y unidad en la naturaleza (DH
804).
El Padre es por tanto el principio de la Trinidad, no la naturaleza
divina. Es claro que el Padre, como Dios, engendra al Hijo de su
sustancia, pero lo engendra como Padre, no como sustancia o
naturaleza. Cristo da las gracias solamente al Padre, que es Dios,
pero nunca a la divinidad que sera fecunda en el Padre31.
El nombre de Padre hace referencia a la relacin al Hijo. Es la
terminologa que aparece de relieve en el Nuevo Testamento. Pero
el Padre es igualmente relativo al Espritu Santo, aunque esta
relacin no aparezca expresada en su nombre personal. Pero el ser
principio del Espritu Santo (juntamente con el Hijo o mediante l,
pero siempre como nico principio sin principio)
123; cf. J.M Rovira Belloso, Tratado de Dios uno y trino, 593. La naturaleza
divina no es fecunda en cualquiera de las personas, sino solamente en la per
sona del Padre; cf. Buenaventura, ISent. d. 7,q.l, conc.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 413
de la Creacin; 43: ...el Padre Eterno es principio de todo de una doble manera:
absoluta y relativa. Es el principio absoluto en cuanto su persona es la original
identidad con la divina esencia; es el principio relativo, en cuanto libremente se ha
querido comunicar, constituyendo los "Otros" como trmino de relacin; cf.
adems el contexto, esp. 21-31; 37-44. Algunos telogos ortodoxos hablan del
Padre en trminos que, al menos a primera vista, parecen semejantes; cf. Y.
Spiteris, La dottrina trinitaria nella teologa ortodossa. Autori eprospettive, en A.
Amato (a cura di), Trinita in contesto, Roma 1993, 45-69; tambin J. Galot, Dieu
en trois personnes, Saint Maur 1999,31-34.
36 Opcin no exenta de problemas, como ya hemos insinuado. Cf. Pan-
sona absoluta.
38 Cf. ib. 195-196.
416 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
47 Ib. 352-353: ...sin el Hijo, el Padre no posee su Reino: slo por medio del
Hijo y del Espritu tiene su monarqua. Y esto no vale slo respecto del
acontecimiento de la revelacin, sino que, sobre la base de la relacin de Jess con
el Padre, tenemos que afirmarlo tambin de la vida interna del Dios trino... La
monarqua del Padre no es el presupuesto, sino el resultado de la accin conjunta
de las tres personas. Cf. tambin la continuacin del texto.
420 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
48 Ib. 354; cf. tambin 358ss; Pannenberg rechaza la idea del devenir de
nitdt, St. Ottilien 1997,423-505; K. Vechtel, Trinitdt und Zukunft. Das Ver-
hdltnis zwischen Philosophie und Trinitdtstheologie im Denken Wolfhart
Pannenbergs, Frankfurt am Main 2001, especialmente 188-197; O. Riaudel,
Le monde comme histoire de Dieu. Foi et raison dans l'oeuvre de W. Pannen-
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 421
lo propio del Hijo es ser como acogida (Dasein ais Empfang), en el recono
cimiento y la correspondencia del don y en su transmisin ulterior. Si el
Padre es el centro y el que funda y sostiene, el Hijo es el que es sostenido,
palabra y expresin del Padre. Es el revelador del Padre. El Espritu Santo
se caracteriza por una parte como el puro recibir, en cuanto se complace en
el don del Padre y del Hijo, y por otra como la unin del Padre y del Hijo;
l les hace ser uno. De este modo constituye la identidad y la diferencia del
Padre y del Hijo; cf. ib. 208-210. Se descubren sin dificultad ecos de la teo
loga de Ricardo de San Vctor.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 423
del dar y del recibir de cada una de ellas. El Padre, como su nombre
relativo indica, no puede pensarse sin el Hijo (y sin el Espritu
Santo)59.
Estas posiciones de telogos occidentales recientes, que tienden
a reducir o incluso a eliminar el valor de las procesiones
intratrinitarias, y por tanto a relativizar la afirmacin clsica del
Padre como origen y fuente de la divinidad, tienen en cierto ma-
nera un precedente en el telogo ortodoxo ruso S. Bulgakov60. Para
l es un error hablar de las procesiones en trminos de
produccin. No se debe plantear la cuestin del origen, porque
en la Trinidad nadie lo tiene dado que todas las personas son
igualmente eternas; por otra parte hablar de un origen lgico pero
no cronolgico es para Bulgakov una solucin que no convence. El
Padre no es por tanto causa, esta nocin no existe en lo divino.
Cada persona se autodetermina y se produce a s misma61. Los
nombres designan las correlaciones concretas entre las hipstasis;
la paternidad no se limita a la generacin; hay que tener presente
adems que en Dios las relaciones son siempre trinitarias y, por
ello, no basta para definir al Padre la relacin con el Hijo, sino que
tiene que entrar tambin la que le
272ss.
61 Cf. ib. 285s.
424 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
Slo el Padre es fuente, por ms que sea verdad que sin el Hijo y el
Espritu Santo que proceden de esta fuente no puede el Padre
recibir este nombre. Hay que afirmar a la vez las dos cosas: el
Padre es la nica fuente y principio de la divinidad, y a la vez no
existe ni puede existir sin el Hijo y el Espritu, y en este sentido
est referido a ellos como el Hijo y el Espritu estn referidos a l.
El concilio XI de Toledo, del ao 675, seala: Lo que es el Padre,
no lo es respecto a s mismo, sino respecto al Hijo; y lo que el Hijo
es, no lo es respecto de s mismo, sino del Padre; de manera
semejante tambin el Espritu Santo no se refiere a s mismo, sino
relativamente al Padre y al Hijo, al ser llamado Espritu del Padre y
del Hijo69. Pero a la vez indica el mismo concilio: Ni el Padre
existi jams sin el Hijo, ni el Hijo sin el Padre. Y sin embargo, no
como el Hijo del Padre as el Padre del Hijo, porque no recibi la
generacin el Padre del Hijo sino el Hijo del Padre70. La
reciprocidad de las relaciones es compatible con el primado del
Padre y la taxis trinitaria. Es el orden en la Trinidad el que
garantiza la total igualdad de las tres personas.
La primera persona de la Trinidad, siendo la nica fuente y
principio de la divinidad, lo es en cuanto se refiere al Hijo y al
Espritu Santo, en cuanto est con ellos en relacin; es decir, el
Padre es slo en cuanto es donacin original de s mismo. La fuente
primaria de la divinidad es pura donacin completa al Hijo y al
Espritu. Creo que, con todas las dificultades que sin duda se
acumulan para nuestra inteligencia, debemos mantener estos dos
extremos: por una parte el Padre es la fuente nica de la divinidad,
de l viene ltimamente todo cuanto son el Hijo y el Espritu, pero
a la vez el Padre no es ms que en cuanto principio del Hijo y del
Espritu Santo. A partir de la economa salvfica que nos hace
conocer al Padre precisamente en cuanto nos da al Hijo, podemos y
aun debemos intentar, siempre con temor y temblor, una mirada
hacia la Trinidad en s misma. El amor fontal del Padre es el que
entrega todo al Hijo71. Y si en la economa es el amor lo que lo
mueve todo, podemos pensar
69DH528.
70DH526.
71 Cf. Pannenberg, o.c. 339; a pesar de las reservas del autor sobre la idea de la
72 Cf. H.U. von Bakhasar, Theologik II. Wahrkeit Gottes, 128; cf. la con
tinuacin 130, este amor no es ciego, sino el ms sabio que pueda pensarse.
73 Cf. K. Rahner, Grundkurs des Glaubens, 217-219.
74 Comisin Teolgica Internacional, Teologa-Cristologa-Antropologa,
268s.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 429
Jess, el Hijo, es, ante todo, el objeto primero del amor del
Padre. La proclamacin de Jess como Hijo y como amado van
juntas en el Nuevo Testamento en diferentes ocasiones. De par-
ticular importancia es la voz del cielo en el momento del bautismo
de Jess: T eres mi Hijo amado, en ti me complazco (Me 1,11:
cf. Mt 3,17; Le 3,24); y tambin la voz que sale de la nube en la
escena de la transfiguracin: ste es mi Hijo, el amado,
escuchadle (Me 9,7; cf. Mt 17,5; Le 9,35 segn algunas
variantes). En los sinpticos aparece de nuevo la idea en la pa-
rbola de los viadores homicidas: todava le quedaba uno, su hijo
querido... (Me 12,6; cf. Le 20,13). Segn Col 1,13, Jess, que nos
libra del pecado, es el Hijo de su amor. Segn Ef 1,6 Dios nos
agraci en el amado. En el cuarto evangelio aparece con mucha
frecuencia la idea del amor de Dios Padre por el Hijo: cf. Jn 3,35;
5,20; 10,17; 15,9; 17,23-24.26; un amor al cual Jess corresponde,
ya que l a su vez ama al Padre 0n 14,31). No tenemos por qu
pensar que este amor se limite a la economa salvfica. Por lo
menos en la oracin sacerdotal se habla del amor del Padre por el
Hijo antes de la creacin del mundo (Jn 17,24).
El amor del Padre por el Hijo ha sido recogido en la tradicin.
Orgenes ha unido este amor a la procesin eterna del Hijo80. Nos
hemos referido ya al amor como el principio de la generacin del
Hijo en Hilario. Para Agustn el Hijo es el amado, junto al Padre
que es el amante y el Espritu Santo que es el mismo amor81.
Tambin para Ricardo de San Vctor, el
del Hijo se expresa en VI 5,7 (236): unus diligens eum qui de illo est et unus
diligens eum de quo est et ipsa dilectio. Ya antes de san Agustn aparece la
idea del mutuo amor del Padre y del Hijo sin que se relacione todava con
el Espritu Santo; cf. Atanasio de Alejandra, C. rlanos III 66 (PG 26,461-
463), el Padre ama y quiere al Hijo, y el Hijo ama, quiere honra al Padre; Hi-
432 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
lario de Poitiers, Tr. Ps. 91,6 (CCL 61,327) se refiere a la caridad mutua del Padre
y del Hijo; Ambrosio de Miln, DeFidelV 5,62 (Opera, 284-285) habla de la
"caridad incomparable" del Hijo hacia el Padre. Ricardo de San Vctor, Trin. III
7 (SCh 63,180ss).
83 Y llega a dar todo para dar todo con el Hijo (procesin del Espritu
Santo del Padre y del Hijo en la visin occidental); cf. H.U. von Balthasar,
Theologik II. Wahrheit Gottes, 150s.
84 H.U. von Balthasar, ib. 130: De este amor abisal que todo lo funda,
86 Theodramatik IV. Das Endspiel 106s: Se debe decir que esta "knosis de
trever en la misin del Hijo, cuyo cometido es revelar el amor del Padre que
434 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
va hasta el fin... Esta paternidad no puede ser sino la entrega de todo lo que es el
Padre... En cuanto Dios, el Hijo debe ser igual al Padre, a pesar de provenir del
Padre, y puesto que el Padre ha expresado en el Hijo todo su amor sin reservas, es
el Hijo la perfecta imagen del Padre.
90 Cf. sobre este tema en P., L.F. Ladaria, Adn y Cristo en la Teologa Sis
al Padre con un amor que responde, que se somete. Cf. tambin G. Gres-
hake, Der dreieine Gott, 208.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 435
El Hijo, primer objeto del amor del Padre, es, en cuanto tal, el
que lo da a conocer. La tradicin, con clara base en el Nuevo
Testamento, ha hablado del Hijo como Logos (verbo, palabra) e
imagen del Padre. La idea de la revelacin subyace a los dos t-
tulos. Si duda hay entre ellos una ntima relacin. Si el primero
hace referencia primariamente al aspecto de la audicin (cf. ade-
ms Me 9,7 par, la escena de la transfiguracin), es la visin lo que
aparece ms directamente puesto de relieve en el segundo.
La imagen del Logos viene, como es sabido, del prlogo del
evangelio de Juan (cf. Jn 1,1.14; tambin 1 Jn 1,1; Ap 19,13).
Segn Heb 1,1-2, Dios que haba hablado a los hombres de muchos
modos habl en los ltimos tiempos mediante el Hijo. Las
nociones veterotestamentarias de la palabra y de la sabidura de
Dios, que ya nos son conocidas, estn sin duda en la raz del uso de
este concepto en el evangelio, aunque puede haber influido
tambin la filosofa religiosa de Filn, que se ha inspirado a su vez
en las mismas fuentes del Antiguo Testamento101. La nocin de
Logos es tambin conocida en la filosofa helenstica. Pero
naturalmente hay una novedad radical en el concepto jonico: el
Logos es ahora estrictamente personal, no una razn impersonal,
ya que se identifica con el Hijo de Dios encarnado.
102 Cf.
Der Gottjesu Christi, 230ss.
103 Cf.
Agustn, Trin. XV 10-14 (CCL 50,483-497).
104Ib. XV 14,23 (496).
105 Cf. ib. VII 2,3 (250).
106 Cf. STh I 34,1. Segn ib. 34,2 el nombre de "Verbo" indica que el Hijo
1992,278): Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya,
que no tiene otra, todo nos lo habl junto y de una vez en esta sola Palabra, y no
tiene ms que hablar
iuAdv. Haer. IV 6,6 (SCh 100,450): invisibile etenim Filii Pater, visibile
autem Patris Filius; ib. 6,7 (452s): Agnitio enim Patris Filius, agnitio autem
Filii in Patre et per Filium revelata.
440 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
115Pea. I 57,2 (FP 5, 192-193): El rostro de Dios es el Logos, por medio del
cual se hace visible y es conocido; Cf. adems Strom. V 34,1 (SCh 278,80); VII
58,3 (GCS 17,42); Exc. Theod. 10,5; 12,1; 23,5 (SCh 23,80;82;108).
116Cf. Adv. Prax. XIV 10 (Scarpat 182); cf. el conjunto ib. XIV-XV
facies et imago non differunt; Buenaventura, InISent. S. 18, a. u, q.5 a.4, el Hijo
es tal por su naturaleza, es imagen por el modo de expresar y es verbo porque
expresa para los otros.
118 Cf. R. Cantalamessa, Cristo immagine di Dio. Le tradizioni patris-
sin recibe la naturaleza del Padre, como el Hijo, no obstante no es llam.nl' >
nacido, de la misma manera, aunque recibe una forma semejante al Padre, ai i
es llamado imagen. Porque el Hijo procede como Verbo, al que corresponde
la semejanza de la forma respecto a aquel del cual procede.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 441
213-225.
442 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
numrica. Jess es un solo Dios con el Padre, pero no es un solo hombre con
nosotros, por ms que se haya unido ntimamente a cada uno de los hombres
(cf. GS 22).
124 Cf. L.F. Ladaria, Cristo "perfecto hombre"y "hombre perfecto", en E.
Benavent Vidal -1. Morali (eds.), Sentir com Ecclesia. Homenaje al P. Karl
JosefBecker, Valencia-Roma 2003, 171-185.
125 Para completar la informacin aadimos la referencia de algunas de
Es de la naturaleza del Padre, 76, 125, 126, 900, todo lo que tiene lo tiene del
Padre 1331, el Padre le ha dado todo menos el ser Padre, 900,1331, 1986, 3675.
No es parte del Padre, 526, 805, no es extensin del Padre, 160
Es el nico, unignito, 4s, 12-30, 125, 150, 178, 258, 357, 538, 900, 3350,
3352.
No ha sido creado ex nihilo, 75, 125, 126, 150.
Engendrado sin comienzo, eternamente, 1331, 357, 470, ab aeterno 75, 126,
150, 50es, 526, 538, 547, 554, etc.
126 Cf. tambin las matizadas observaciones de Toms de Aquino, STh I
16,24 (PG 33,953), no hay que investigar la naturaleza del Espritu Santo, pues no
hay que investigar lo que no est escrito. Otros datos sobre estas dificultades de
los Padres se encontrarn en H.U. von Balthasar, Theologik III. Der Geist der
Wahrheit, 106s.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 445
gar, El Espritu Santo, Barcelona 1983, 188ss; cf. tambin H. Mhlen, Una
Mystica Persona, Mnster 1968, 473ss.; B.J. Hilberath, Pneumatologia, 8ss;
212, seala como las causas de este olvido la dificultad de la Iglesia con los
movimientos espirituales, el poco inters teolgico por la vida y la experien
cia espiritual, la acentuacin unilateral de la unidad de accin de las perso
nas en la actuacin histrico-salvfica, y la separacin de la Trinidad
econmica y la Trinidad inmanente que habra llevado al cristomonismo
en la teologa occidental. Igualmente se habra producido un olvido del Es
pritu en el estudio de la gracia.
132 No es el momento de repetir cuanto ya hemos dicho en los caps, pre
cedentes. Pero recordamos solamente como dato curioso que, segn el con
cilio XI de Toledo (DS 538), Jess no slo fue enviado por el Padre, sino
tambin por el Espritu Santo (cf. Is 48,16). Cf. la n. 59 del cap. 3.
133 Evidentemente no podemos entrar aqu en los terrenos de la eclesio-
134 Cf.H. Mhlen, Der Heilige Geist ais Person, Mnster 1967, 279ss.
135 Cf.Toms de Aquino, STh I 37-38. Nuestra exposicin siguiente nos
dar ocasin de aludir a muchas de las declaraciones magisteriales sobre el Es
pritu. Un resumen sistemtico de las mismas se encontrar en DH pp. 1414-
1416; cf. tambin K. Rahner, El Dios uno y trino... 405s.
136 Se encontrar material sobre la cuestin a lo largo de la historia en E.
Lavatori, Lo Spirito Santo dono del Padre e del Figlio, Bologna 1987.
137 Cf. p. ej. Jn 14,16; Rom 5,5; Le 11,13: ...cunto ms el Padre del cielo
dar el Espritu Santo a los que se lo pidan. El texto paralelo de Mt 7,11 dice
que dar cosas buenas.
138 As Agustn, Injoh. ev. 15,16-17 (CCL 36,156); Trin. XV 19,33 (CCL
142 Agustn, ln Ep. oh. III13 (PL 35,2004); cf. ib. IV 1 (2005); cf. Y. Con-
ergo Dei descendit in eum, eius qui per prophetas promiserat uncturus se eum, ut
de abundantia unctionis eius nos percipientes salvaremur; III 11,9 (170); V 20,1
(cf. Orbe, Teologa de san Ireneo II, Madrid 1987, 304ss). La ntima relacin del
Espritu con Jess ha sido puesta tambin en evidencia por Gregorio de Nisa,
Adversus Macedonianos de Spiritu Sancto 16 (Taeger III 1, 102-103): La nocin
de uncin sugiere... que no hay ninguna distancia entre el Hijo y el Espritu. De
hecho, como entre la superficie del cuerpo y la uncin del aceite, ni la razn ni la
sensacin conocen intermediarios, igualmente es inmediato el contacto del Hijo
con el Espritu; por tanto, el que est a punto de entrar en contacto con el Hijo
mediante la fe, debe necesariamente entrar antes en contacto con el aceite.
Ninguna parte carece del Espritu Santo; Cirilo de Alejandra, Injoh. Ev. X 2 (PG
74,332-333): A los que estn unidos a l como injertados e insertos los compara a
los sarmientos (cf. Jn 15,1-6), que han sido hechos partcipes de su naturaleza (cf.
2 Pe 1,4) con la donacin del Espritu Santo, pues el Espritu Santo de Cristo
salvador nos une con l.
145De Spir. sane. 18,46 (SCh 17bis,410). Sobre el Espritu don cf. tambin ib.
23,57 (452.454), don que viene de Dios; pero en el mismo contexto, comentando
Gal 4,6, la voz del Espritu (Abb, Padre) se convierte en la voz de los que lo
reciben. Los bienes vienen del Padre por el Unignito con la accin del Espritu.
Por otra parte el conocimiento de Dios sigue para Basilio el ritmo ascendente
inverso: De Spir. sane. 18,47 (412); cf. Atanasio de Alejandra, Serap. I 23; III 3
(PG 26, 583; 628); Ambrosio de Miln, De Spir. sane. 2,13 (CSEL 79,137);
Ddimo el Ciego, DeSp. sane. 4,12 (SCh 386,154), el Espritu Santo es la plenitud
de los dones de Dios.
450 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
147 Cf. Y. Congar, La parola e il soffio, Roma 1985, 161; H.U. vonBaltha-
(SCh 17bis,472), el Espritu es lugar de los santos, como stos son el lugar
del Espritu.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 453
153 Trin. V 15,16 (CCL 50,224), desde la eternidad procede para poder ser
dado.
154STh I 38,l,ad 4: ...donum non dicitur ex eo quod actu datur; sed in-quantum
habet aptitudinem ut possit dari. Unde ab aeterno divina persona dicitur donum.
Cf. tambin el mismo art. para lo que sigue.
155 Cf. S7M38.2, ad 3.
156 STh I 38 1: Et sic divinae personae competit dari, et esse donum; cf.
idea bblica del Espritu Santo como don del Padre y del Hijo,
llevado por la legtima preocupacin de insistir en la idea de la
igualdad de las personas. Pero hay que tener presente por otra parte
que tambin en el Nuevo Testamento el Espritu es activo en la
distribucin de los dones que son manifestaciones suyas (cf. 1 Cor
12,7-ll)159. Aade Toms que donum, en cuanto nombre personal,
no indica sumisin, sino slo origen, en comparacin con quien lo
da. Pero en comparacin con aquel a quien es dado, significa libre
uso y fruicin160.
Santo Toms no se contenta con estas observaciones sobre el
carcter personal del nombre de don en Dios. Se pregunta tambin
ms explcitamente por qu el nombre conviene en particular al
Espritu Santo161. Segn Agustn el ser del Espritu Santo como
don est en relacin con su procesin del Padre y del Hijo162.
Toms que ha tratado ya del Espritu Santo como amor del Padre y
del Hijo (en seguida abordaremos nosotros esta cuestin) seala
que el nombre de don viene del hecho que indica la donacin
irreversible y gratuita. Ahora bien, es precisamente el amor lo que
comporta sobre todo donacin gratuita. El amor es lo primero que
nosotros damos a aquellos a quienes amamos y cuyo bien
queremos. El amor es siempre el don primero y original porque
slo mediante l se pueden dar todos los dones gratuitos163. Por
consiguiente el amor es el don por excelencia. Procediendo el
Espritu Santo, segn santo Toms,
159 La idea del Espritu Santo activo en el don est presente en Basilio de
Cesrea, De Sp. sane 16,37 (SCh 17bis,376): cuando recibimos los dones,
pensamos primero en el que los reparte...; cf. Agustn, Trin. XV 19,36 (513).
Tu qui dator es et donum, himno del oficio de lecturas de Pentecosts;
Liturgia borarum. Editio typica vol 2., Typis Polyglottis Vaticanis 1977, 799.
160 S7M 38,1.
161 En STh I 38,2.
162 Cf. Trin. IV 20,29 (CCL 50,200).
163 STh I 38,2: Amor habet rationem primi doni, per quod omnia dona
de que habla s. Juan de la Cruz, Cntico espiritual 5,4 (Obras completas, Sa-
lamanca 1992,599): Y, yndolos mirando,/ con sola su figura,/ vestidos los dej
de hermosura... Es, pues, de saber que con sola esta figura de su Hijo mir Dios
todas las cosas, que fue darles el ser natural, comunicndoles muchas gracias y
dones naturales, hacindolas acabadas y perfectas... El mirarlas mucho buenas era
hacerlas mucho buenas en el Verbo, su Hijo. Y no solamente les comunic el ser y
gracias naturales mirndolas..., mas tambin con sola esta figura de su Hijo las
dej vestidas de hermosura, comunicndoles el ser sobrenatural....
169 Cf. Atanasio de Alejandra, Serap. 128 (PG 26,596); Basilio de Cesrea,
De Sp. sane. 16,38 (376-384); Gregorio de Nisa, Quod non sunt tres dei (fae-
ger III 1,47-48.50) Jaeger); DeSp. sanctoAdv. Mac. (ib. 100). Cf. L.F. Ladaria,
Antropologa teolgica, Roma-Casale Monferrato 1995, 64-69.
170 Cf. Len XIII, Divinum illud munus (DH 3330).
171 Ireneo de Lin, Adv. Haer. III 24,1 (SCh 211,474): Ubi enim Eccle-
sia, ibi et Spiritus Dei, et ubi Spiritus Dei, ibi Ecclesia et omnis gratia. Spi-
ritus autem veritas; Juan Crisostomo, Hom. Pent. I 4 (PG 49,459): Si el
Espritu Santo no estuviera presente no existira la Iglesia; si existe la Iglesia,
esto es un signo abierto de la presencia del Espritu.
458 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
tiers, Trin. II1 (CCL 62,38), usus in muere; cf. tambin ib. II 35 (70-71).
174Toms de Aquino, STh I 39,8, que cita el texto de san Agustn que aca-
bamos de reproducir.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 459
175 El amor del Espritu Santo puede significar el amor que el Espritu pone
en nosotros o el que el mismo Espritu nos tiene; cf. J.A. Fitzmyer, Ro-mans,
New-York - London... 1993, 725.
460 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
178 Cf. p. ej. Tnn. VIII26 (CCL 62A,337-338); cf. L.F. Ladaria, El Espritu
VI 5,7 (236), donde las tres personas son caracterizadas como el que ama al
que es de l, el que ama a aquel del que es, y el amor mismo: unus diligens
eum qui de illo est, et unus diligens eum de quo est, et ipsa dilectio. La
misma idea se encuentra en VIII 10,14 (291); XV 3,5; 6,10 (465;472). A par
tir de Agustn se desarrolla la larga tradicin que ha llegado hasta nuestros
das que ve en el amor el nombre propio del Espritu Santo; as entre otros
ejemplos Gregorio Magno, Hom. in Ev. II30 (PL 76, 1220) Ipse namque Spi-
ritus sanctus amor est; cf. Anselmo, Proslogion XXIII (Schmitt, 1117).
183 Cf. Trin. VIII 10,14 (290-291).
184 Trin. XV 17,27 (513): Este Espritu Santo, segn la Sagrada Escritura,
ni es solamente del Padre ni solamente del Hijo, sino de los dos; y por ello
insina el amor comn con el que se aman mutuamente el Padre y el Hijo.
Cf. B. Studer, Zur Pneumatologie des Augustinus von Hippo (De Trinitate
15,17,27-27,50), en id. Mysterium caritatis. Studien zur Exegese undzur Trini-
tdtslehre in der Alten Kirche, Roma 1999, 311-327.
185 Cf. Injoh. ev. 99,7; cf. tambin ib. 6, Spiritus amborum; 8-9 (CCL
36,587-587); ib. 20,3 (204): El Dios uno, Padre e Hijo unidos en el amor, y
un solo Espritu del amor de ellos, para que se haga la Trinidad, Padre, Hijo
y Espritu Santo.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 463
186 Trin. XV 19,37 (514): Quia enim est communis ambobus, id vocatur
ipse proprie quod ambo communiter; cf. ib. 17,29 (507). Hemos citado el
texto de XV 19,27 ms extensamente en la nota 181.
187 Trin. XV 27,50 (532).
188 Trin. XV 6,10 (473): ... Patrem et Filium, atque inde procedentem ca-
192 Cf. STh I 37, De nomine Spiritus sancti quod est amor; en la q. 38
trata del don; antes, en la 36, ha hablado de la persona del Espritu Santo; se
preocupa sobre todo de su procesin, de la que ms adelante trataremos.
193 Cf. STh I 37,1.
194 STh 137,1: En cuanto usamos estos vocablos (amor, amar) para expre
sar la relacin de lo que procede por el modo del amor a su principio, de tal
manera que se entienda por amor el amor que procede, amor es un nombre
de persona, y amar es un verbo nocional, como decir o como engendrar.
195 Ib.: En el Espritu Santo, en cuanto es amor, se encuentra la relacin
del Padre al Hijo y al revs, como de al amante respecto del amado. Pero por
lo mismo que el Padre y el Hijo se aman entre s, es preciso que el amor
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 465
donde se explica por qu el Espritu Santo procede tambin del Hijo (de lo
contrario no se distinguiran la segunda y la tercera persona), ni en el Comp.
Theol. 50. Cf. ms datos sobre la cuestin en Y. Congar, El Espritu Santo,
116-120.
199 A modo de ejemplo H. Mhien, Der Heilige Geist ais Person, Mnster
1967; Y. Congar, El Espritu Santo, 218ss; H.U. von Balthasar, Theologik III.
Der Geist der Wahrheit, Einsiedeln 1987, 144ss.
466 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
200
Dominum et Vivificantem, 10.
201
Ib. 22.
202
Ib. 23.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 467
203 Cf. W. Kasper, Der Gott... 278: El Espritu Santo expresa la esencia
210 STb I 37,2, cf. 37,1. Idea recogida por Len XIII, Divinum illud (DH
213 As J.M. Garrigues, El Espritu que dice Padre, Salamanca 1985, 63, el
tropos de la tercera persona es el anonimato; S. Bulgakov, // Parclito,
336ss, hablaba del Espritu Santo como la hipstasis desconocida.
214 Cf. Hilario de Poitiers, Trin. II 30 (CCL 62,65); Ddimo el Ciego, De
Sp. sane. 54,237 (SCh 386,356s); Basilio de Cesrea, De Sp. sane. 19,48 (SCh
17bis,416); Ambrosio de Miln, De Sp. sane. I 9,105-106; III 16,109 (CSEL
79,61;196); y sobre todo Agustn, Trin V 11,12 (CCL 50,219); De Cw. Dei
XI 24 (CCL 47,333), el Espritu Santo es la santidad sustancial del Padre y
del Hijo; Toms de Aquino, STh I 36,1, ad 1, entre otros muchos.
215 J. Ratzinger, Der Gottjesu Christi. Betrachtungen ber den Dreieinigen
216 Cf.Agustn, Trin. VI 5,7 (235), que pone en relacin a Dios como amor con
el Espritu amor del Padre y del Hijo; H.U. von Balthasar, Theo-logik III. Der
Geist der Wahrheit, 148: As la "punta ms exterior" de la esencia divina a la vez
idntica con el "centro ms interior", y cuando el Espritu ser regalado como don
a la criatura, en este don est toda la esencia de la divinidad, y con ello la
"divinizacin" de la criatura; tambin ib. 214, el don del Espritu a la criatura no
anula nuestro ser creatural, y por tanto no elimina el dilogo del hombre con Dios.
217Juan Pablo II, en su homila en la baslica de San Pedro en la solemnidad de
clo, Roma 1975, 494-500; L.F. Ladaria, Spiritus Dei et Christi Hilario de
Poitiers y Atanasio de Alejandra, en E. Estvez-F. Milln (eds.), Soli Deo glo
ria, Madrid 2006, 261-278.
223 C Arian. III 24 (PG 26,376).
224 Serap. I 20 (580); cf. III 5 (632), las cosas reciben del Espritu, para tou
pritu en Atanasio han sido recogidos por Congar, El Espritu Santo, 469. Ddimo
el Ciego, De Sp. sane. 34,153 (286): el Espritu Santo es ex Patre et ex me
(Jess), pero no disponemos del original griego. Notemos que este texto es
recogido en Las tradiciones griega y latina..., nota 4, junto con Epi-fanio de
Salamina, Anchoratus VIII (PG 43,29), que tambin usa la misma preposicin K
en referencia al Padre y al Hijo.
474 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
del Hijo.
230 Contra Eunomium, II 32 (SCh 305,134).
231 Or. 31, 8 (SCh 250,290); ib. 31,9 (292), al Espritu Santo no le falta
233 Cf. Ad Graecos ex comn, notionibus (Jaeger III 1,25). Cf. B. Pottier, Les
237 Cf. ln Joh. ev. XI 10 (PG 74,541). Ib., el Espritu procede (irpeoi.)
mediante el Verbo.
mAdv. Nest. IV 1 (PG 76,173); cf. Congar, El Espritu Santo, 479ss., tambin
para lo que sigue; M.O. Boulnois, Du Pre, par le Fils, dans lEsprit: une
approche du paradoxe trinitaire chez Cyrille d'Alexandrie: RCICommunio
(francs) 24,5-6 (1999) 103-118, esp. 111-113; la presencia del Hijo en la pro-
cesin del Espritu es ms clara en Cirilo que en otros griegos.
239 Cf. Thesaurus (PG 75, 585; 608): el Espritu es de la ousa del Hijo, realiza
Hijo, pero es llamado Espritu del Hijo. Una frmula semejante en Dia-logus
contra Manichaeos, 5 (PG 94,1512): procedente del (i;) Padre mediante (Si)
su Logos. Cf. J. Grgoire, La relation ternelle de l'Esprit au Fils d'apres les
crits de Jean de Damas: Revue d'Histoire Ecclsiastique 64 (1969) 713-755.
MDefide orthod.. I 8 (824); cf. Y. Congar, o.c, 484.
478 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
el Hijo hacen salir un bien tan grande de su esencia que no tolera la pluralidad.
480 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
260
Cf. ib. d. 11, q. 2, ad3-4.
261
Cf. S7M 36,1.
482 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
bin del Hijo se afirma implcitamente cuando se dice que procede del Padre,
porque lo que se dice de ste se dice tambin del Hijo a no ser en lo que los
dos se distinguen por la oposicin de relaciones, cf. ib. ad 1.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 483
269 Cf. PL 20, 246. Cf. J.M. Garrigues, El Espritu que dice Padre!, Sala
428; entre otros el concilio Toletano I del ao 400, pero con aadidos a la
frmula del 447, contra los priscilianistas, para salvar la hipstasis diferente
del Espritu Santo: no es ni el Padre ni el Hijo, sed a Patre [Filioque] pro
cedens (DH 188).
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 485
Santo del Padre solo277, formulacin ms radical que las que hasta
entonces se haban dado. Insiste en la monarqua del Padre, la
nica causa de la divinidad, de l vienen tanto el Hijo como el
Espritu Santo, que se distinguen por su modo diverso de proceder
el Padre, por la generacin o por la ekpreusis, que determinan las
propiedades de uno y otro. Con la formulacin radical de Focio se
elimina toda posibilidad de una intervencin del Hijo en la
procesin del Espritu Santo, lo que hasta entonces en este modo
no se haba hecho. La intervencin del Hijo en la misin del
Espritu Santo en la economa de la salvacin resulta as
completamente privada de toda posible correspondencia en la vida
intratrinitaria. Hay que notar de todas maneras que Focio, despus
de ser depuesto y excomulgado, fue repuesto en su sede y muri
con comunin con Roma. La teologa de Gregorio Palamas parece
excluir al Hijo de la procesin hiposttica del Espritu Santo,
pero le concede en cambio un lugar en la manifestacin
energtica, econmica. La gracia es dada por el Hijo, es
increada, pero no es el Espritu Santo mismo, sino energa
increada, don divinizador, inseparable del Espritu Santo278.
Desde el punto de vista de la teologa occidental tenemos que
mencionar la carta de Len IX a Pedro, patriarca de Antio-quia, del
1053, que sigue la formulacin ya clsica en Occidente: el Espritu
Santo procede del Padre y del Hijo (cf. DH 682). Todava ms
importancia reviste el concilio Lateranense IV (1215), que seala
que el Espritu Santo procede de ambos (ab utroque)(DH 805).
Conocemos ya la posicin de santo Toms, que muri pre-
cisamente mientras se diriga a Lin para participar en los trabajos
del segundo concilio de aquella ciudad (ao 1274); el Concilio
haba sido convocado con el objeto de restablecer la unin con los
griegos. La constitucin acerca de la excelsa Trinidad afirma que el
Espritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo, y no
como de dos principios, sino de uno
277 Cf. Gemeinhardt, o.c, 190. Esta obra ofrece un tratamiento muy de
tallado de toda la cuestin, tanto desde el punto de vista histrico como teo
lgico; cf. ib., 165-298; cf ib. 359-398 para el estado de la controversia en el ao
1054 en que se consum la separacin de las iglesias de Oriente y Occidente.
278 Cf. Congar, o.c, 504; Garijo-Guembe, o.c, 549s.
488 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
La cuestin en la actualidad
Aunque el problema no conozca en la actualidad la virulencia
de otros momentos, no podemos considerar que est del todo
resuelto. Hay representantes de la ortodoxia que oponen grandes
dificultades a la aceptacin de la concepcin occidental, pero otros
no consideran el Filioque por s solo como un motivo que justifique
la separacin281. S. Bulkakov pensaba que el Filioque no
significaba una divergencia dogmtica entre las Iglesias de Oriente
y Occidente; si no se observan diferencia notables en la vida de las
respectivas Iglesias, es seal de que no la hay tampoco en la fe282.
Otros telogos ortodoxos insisten en la simultaneidad de la
generacin del Hijo y de la procesin del Espritu y quieren ms
bien ver una mutua relacin entre ambas, sin negar una
intervencin del Hijo eterno en la procesin del Espritu Santo, que
es el Espritu del Padre y del Hijo283.
el Espritu del Padre y el Espritu del Hijo. El Espritu estar no menos ligado
-inefablemente- a la generacin paternal del Hijo, reposando sobre el Hijo que es
pneumatforo desde toda a eternidad. Se puede por tanto concebir que el Espritu
procede del Padre solo, pero recordando que hay que entender "Padre del Hijo";
cf. tambin 300; 304: El Hijo eterno no es extrao a la procesin del Espritu
Santo. Pero la teologa ortodoxa aadir: a) de manera inefable; b) sin hacer
intervenir la nocin de causalidad y c) sin cuestionar el carcter intransmisible de
la propiedad hiposttica del Padre de ser l solo Fuente y Principio de la divinidad
del Hijo y del Espritu; cf. en el contexto los elementos positivos y las lagunas
que encuentra en el fi-lioquismo. Ms informacin sobre la teologa oriental se
encontrar en esa misma obra, pp. 294-305; tambin Garijo-Guembe, o.c,
551-553. Se puede ver tambin sobre este tema el Enchridion Oecumenicum III,
200 lss; 2700ss. Cf. tambin B. Pira, Lo Spirito Santo nella recente letteratura
ortodossa, en G. Colzani (a cura di), Verso una nuova eta dello Spirito.
Filosofia-Feologia-Mo-vimenti, Padova 1997, 155-237; Y. Spiteris, La dottrina
trinitaria nella teologa ortodossa. Autori e prospettive (cf. n. 35). Sobre la
situacin ecumnica actual, cf. M.-H. Gamillscheg, Die Kontroverse um das
Filioque. Mglichkei-ten einer Problemlsung aufGrund der Forschungen und
Gesprdche der letzten hundert Jahre, Wrzburg 1996. B. Oberdorfer, Filioque.
Geschichte und Theo-logie..., 419-506, para los autores ortodoxos recientes; ib.
507-553, para los documentos oficiales o coloquios ecumnicos. Sobre el estado
actual de la cuestin cf. tambin J. Blaszczyszyn, Alie soglie del terzo millenio: la
ques-tione del Filioque. L 'insegnamento di Giovanni Paolo II, la teologa e il
dialogo ecumnico, Roma 2007.
284 CEC, 248. Es tambin la posicin que adopta la Declaracin del Pontificio
285 Cf. J.M. Garrigues, El Espritu que dice Padre!, 129; de ah la frmula
que propone: salido (ekporeumenon) del Padre, procede (proion) del Padre
y del Hijo (ib. 98); ib. 113: Al igual que el Espritu Santo existe por natu
raleza segn la esencia del Padre, del mismo modo es por naturaleza del Hijo,
en cuanto que sale esencialmente del Padre en razn del Hijo engendrado.
La frmula latina sera: ex nico Patre unicum Filium generante se expor-
tans (ekporeumenon), ab utroque procedit (prochoron). Cf. del mismo, La
clarification sur la procession du Saint-Esprit et l'enseignement du Concile de
Florence: Irenikon (1995) 501-506; id., A la suite de la clarification romaine sur
le Filioque; NRTh 119 (1997) 321-334, muestra sobre todo cmo la accin del
Hijo y la del Espritu Santo son complementarias en la obra de la salvacin;
P. Knauer, "Dervom Vater und Sohn ausgeht". Zu einer kumenischer Kontro-
verse: TheoPhil 76 (2001) 229-237; A. Cozzi, II Filioque alia luce del principio
di reciprocita: ScCat 129 (2004) 43-72. Desde el punto de vista ortodoxo, M.
Stavrou, Filioque et thologie trinitaire: RCICommunio (francs) 24,5-6 (1999)
151-172. Sobre algunas reacciones ortodoxas a la declaracin, cf. L. Lies, Der-
zeitige kumenische Bemhungen um das Filioque: Zeitschrift fr katholische
Thologie 122 (2000) 317-353; B. Oberdorfer, Filioque... 532-545;
286 Cf. J. Moltmann, Trinitat und Reich Gottes, Mnchen 1980, 203. Cf.
293 El
Espritu Santo, 639; de modo semejante, J.M. Garrigues, El Espritu
que dice Padre!, 133, 149. Cf. tambin la Declaracin de acuerdo de la Con
sulta Teolgica Norteamericana Ortodoxa-Catlica, El Filioque, un tema
que divide a la Iglesia?: Dilogo Ecumnico 38 (2003) 359-388; el documento,
moderado y conciliador, hace como conclusin una serie de recomendacio
nes; una de ellas es la supresin del aadido por parte catlica en las versio
nes litrgicas del Credo (cf. p. 388). En la lnea de Congar se coloca R. Coste,
L'Evangile de l'Esprit (n. 122), 88.
294 Der Gottjesu Christi, 272.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 495
295 Cf. H.U. von Balthasar, Theologik III, 190. Sobre las decisiones de su
la idea del Dios amor y del Espritu como amor de los dos. Por otra parte
seala que Jn 15,26 ha de ser entendido con referencia a la economa, no a
la vida intratrinitaria. Cf. Theologik. III. Der Geist der Wahrheit, 189-200.
Tambin en su momento K. Barth, KirchlicheDogmatik 1/1, Mnchen 1935,
500ss, fue un gran defensor del Filioque; si el Espritu dado por el Hijo no es
en la eternidad el Espritu del Hijo, desaparece el fundamento de nuestra
unin con Dios.
EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPRITU SANTO 497
300 Cf. Y. Congar, El Espritu Santo, 540-544, sobre las consecuencias ecle-
siologicas del Filioque y el problema de si el cristomonismo y el relativo olvido
del Espritu Santo en Occidente han de considerarse consecuencia de esta
doctrina. Hay razones para pensar que se trata de una disputa dudosa; cf.
igualmente ib. La parola e il soffio, Roma 1985, 142ss. S. Bulgakov, II Parclito,
277s, piensa que existe una relacin entre el Filioque y la idea del Papa como
vicario de Cristo; cf. tambin B. Bobrinskoy, o.c, 302-303 que insina mucho ms
suavemente las repercusiones eclesiologicas. Solamente a ttulo de curiosidad
vale la pena sealar que Santo Toms consider que son errores similares negar el
primado del Papa y que el Espritu Santo procede del Hijo: Contra errores
graecorum II 32 (cit. por Y. Congar, El Espritu Santo, 639s). Hay que evitar en
todo caso las conclusiones precipitadas y exageradas. Cf. tambin las
consideraciones de R. Cantalamessa, "Utriusque Spi-ritus"... (cf. n. 282), 470s: si
las deficiencias de la Iglesia occidental se han debido al Filioque tambin tendran
que haberse debido a l las virtudes y aspectos positivos que la caracterizan.
11
Unitas in Trinitate.
Dios Uno en la Trinidad.
Sus propiedades y modos de actuacin
1 En los ltimos aos diversos tratados sobre Dios uno y trino han se
guido este mismo orden. Cf. L.F. Mateo-Seco, Dios uno y trino, Pamplona
22006; R. Ferrara, El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas, Salamanca
tores catlicos en los ltimos tiempos; cf. C. Porro, Dio nostra salvezza. In-
500 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
Trinidad. La plena revelacin del Dios uno, como la del Dios trino,
la encontramos en el Nuevo Testamento. El Dios uno es la santa
Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espritu Santo, como se ha
proclamado repetidas veces. As se descubre el nuevo sentido de la
unidad divina6. No podemos pensar que la revelacin de la
Trinidad se yuxtaponga solamente a la de la unidad divina que el
Antiguo Testamento proclama con tanta claridad. La revelacin de
la esencia divina comn y la revelacin de Dios como Padre, Hijo
y Espritu Santo se implican mutuamente:
Podra decirse que corren paralelas la revelacin de la
plenitud de la esencia comn divina y la revelacin de Dios
como Padre, como Hijo (Palabra) y como Espritu Santo. O
mejor dicho: ambas revelaciones forman una unidad, crecen a la
vez y en una misma comprensin, puesto que constituyen la
nica manifestacin... de Dios uno, Padre, Hijo y Espritu
Santo7.
Tenemos que pensar, por consiguiente, que existe una ma-
nifestacin progresiva del Dios uno y nico en la historia de la
salvacin de la antigua y nueva alianza, y que todo progreso en el
conocimiento de este Dios uno es el mismo tiempo, aunque sea de
una manera implcita, un crecimiento en el conocimiento del Dios
tripersonal; ste, por evidentes razones no poda hacerse explcito
en el Antiguo Testamento, pero esto no quiere decir que la
revelacin veterotestamentaria no tenga nada que ver con l8. Y a
la inversa, en el esclarecimiento de la distin-
6 Tertuliano, Adv. Prax. 31,2 (Scarpat, 236): Sic Deus voluit novare sa-
116, 87. Ib. ...dado que Dios es uno y nico, y dado, por consiguiente, que
la manifestacin progresiva de este Dios uno y nico es tambin una y nica
en la nica historia de salvacin de la antigua y nueva alianza..., todo "pro
greso" del conocimiento de fe sobre Dios "en s" ("esencia") es tambin pro
greso del conocimiento de fe sobre el misterio "especial" de este Dios que se
manifiesta, definitivamente, como tripersonal. Y a la inversa: en todo escla
recimiento de una "diferenciacin personal" en Dios se ampla tambin, al
mismo tiempo, el conocimiento de la esencia divina.
8 Comisin Teolgica Internacional, Teologa-Cristologa-Antropologa I
rio Nacianceno, Or. 29,5 (SCh 250,184): slo el Padre y el Hijo lo son en sen
tido propio, porque es imposible que sean, a diferencia de lo que ocurre con
los hombres, a la vez padre e hijo.
14 H. U. von Balthasar, Theologik III, 199-200.
UMTAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 505
somos amados por Dios. Y de hecho el mismo Pablo habla del Espritu de
amor (Rom 15,30). Dios es llamado amor y Cristo es llamado el Hijo del
amor (Col 1,13). Y si sabemos que el Espritu es amor, el Hijo es amor y
Dios es amor, es obvio que de la fuente de la divinidad paterna conocemos
al Hijo y al Espritu Santo, de cuya abundancia se difunde la abundancia del
amor en el corazn de los santos para hacerlos partcipes de la naturaleza di
vina, como ensea el Apstol Pedro (1 Pe 1,4).
16 Tertuliano, Adv. Prax. 22 (Scarpat, 208), sobre el unum de Jn 10,30:
f| evwcuc.; cf. ib., el Padre est en el Hijo y el Hijo est en el Padre, pues cada
uno es como el otro; en esto consiste el que ambos sean una sola cosa.
18 Agustn, Trin. I 2,4 (CCL 50,31): ...quod Trinitas sit unus et solus et
verus Deus; XV 5,7 (468): ...unum Deum, quod est ipsa Trinitas; sm
bolo Clemens Trinitas (DH 73): Clemens Trinitas est una divinitas; tam
bin la Pides Damasi (DH 71); carta del papa Hormisdas al emperador
Justino, ao 521 (DH 367): Unum est sancta Trinitas, entre otros textos.
506 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
2. El primado de lo personal
Pero confiesa [Joaqun] que esta unidad no es verdadera y propia, sino colectiva
y por semejanza, a la manera como se dice que muchos hombres son un pueblo y
muchos fieles una Iglesia.
UNITAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 507
tn, Trin. VI 2,3 (231): non praecessit genitor illud quod genuit.
23 El discurso acerca de la unidad de la esencia divina y el que tiene por
3. La esencia divina
Dios hay que excluir la existencia de cualquier "algo" que pudiera pensarse
sin la relacin a las otras personas y a partir de lo cual se formara la unidad
desde las relaciones.
26 Cf. concilio Lateranense IV (DH 803-804), textos que ya nos son co
sistir en esta caracterstica fundamental del ser divino. Como dice el CEC
213, solamente l ES. Cf. Toms de Aquino, STh I 13,11, el que es es el
nombre ms propio de Dios. Ib. I 12,4, Dios es el ipsum esse subsistens;
cf. ib. I 2,1.
29 La idea se ha desarrollado desde los primeros siglos cristianos; cf. Ta-
a Dios, STh I 29,3. X. Zubiri, El hombre y Dios, Madrid 1984,168: Dios, rea
lidad absolutamente absoluta, es dinamicidad absoluta, es un "dar de s" ab
soluto. Cf. todo el contexto. Id., Naturaleza, historia, Dios, Madrid 91987,
481: Dios es... un puro amor personal. Como tal exttico y efusivo.
32 L. Sartori, Per una metafsica dell'amore: Studia Patavina 50 (2003) 25-
raleza de arriba es amor, la vida divina se acta mediante el amor; Len Magno,
Sermo 92,3 (PL 54,454): Sic enim caritas ex Deo est, ut Deus ipse sit caritas;
Pedro Lombardo, Sent. I 32,5: Et sicut in Trinitate dilectio est, quae est Pater,
Filius et spiritus sanctus, quae est ipsa essentia deitatis; Juan de la Cruz,
Romances sobre el evangelio In principio erat Verbum, acerca de la Santsima
Trinidad (Obras, Salamanca 1992,42): ...por lo cual era infinito / el amor que las
una, / porque un solo amor tres tienen / que su esencia se deca. Cf. L.F. Ladaria,
La Trinidad, misterio de comunin, 126-130.
41 Bernardo de Claraval, De diligendo Deo 12,35 (SCh 393,150): Qu es
Con lo cual se diferencia de determinadas ideas acerca del Dios uno, localizado en
un abstracto ms all, y acerca de una unidad abstracta que excluye de s toda
pluralidad y que de hecho convierte al Dios uno en un mero correlato del mundo
del ms ac y de la pluralidad de lo finito. Sobre el "monotesmo concreto", cf.
tambin W. Kasper, Der Gottjesu Cbristi, 358-359; S del Cura, El Dios nico
cristiano. Apologa del monotesmo trinitario: Bur-gense 37 (1996) 65-92, esp. p.
88, sobre el origen de la expresin "monotesmo concreto". K. Rahner, Uber
dieEigenart des christlichen Gottesbegriffs, en Schriften zur Theologie 15,
Zrich-Einsiedeln-Kln 1983, 185-194, 190, Dios no es slo el dador sino el don
mismo. Esto es posible slo en una concepcin trinitaria.
44 La teologa ha reflexionado mucho en los ltimos tiempos sobre la re
Dios Hijo que viene a nosotros y se hace uno de nosotros (Dios con
nosotros), del Espritu Santo derramado en nuestros corazones
(Dios en nosotros), sin atentar de ningn modo contra su
trascendencia y contra la incomprensibilidad de su misterio (Dios
Padre, Dios por encima de nosotros, segn Ef 4,6)48. Descubrimos
la presencia del Dios trascendente e inabarcable por una parte en la
historia y por otra en la profundidad de nuestro corazn y en lo ms
profundo de nosotros mismos. Dios habita en una luz inaccesible
(cf. 1 Tim 6,16) y a Dios nadie lo ha visto pero el Hijo unignito
nos lo ha dado a conocer (cf. Jn 1,18), y el Espritu nos hace
penetrar en su profundidad (cf. 1 Cor 2,10-12). A partir de esta
revelacin en Jess, manifestacin mxima del amor divino, nos
vemos confrontados con la luz de su misterio. Un misterio que es
ante todo un misterio de amor. Por ello solamente en el amor
tenemos acceso al conocimiento de Dios: puesto que el amor es de
Dios, el que ama ha nacido de Dios y le conoce, y en cambio el que
no ama no puede conocerlo (cf. 1 Jn 4,7-8)49.
48 Cf. G. Greshake, Der dreieine Gott, 532; ya Ireneo, Adv. Haer. V 18,2
(A. Orbe, Teologa de San Ireneo II, Madrid 1987, 220-225): (cf. Ef 4,6) Por
encima de todos el Padre, y l es cabeza de Cristo (cf. 1 Cor 11,3); a travs
de todos el Verbo, y l es cabeza de la Iglesia (cf. Ef 5,23; Col 1,18), y en
todos nosotros el Espritu, y l es el agua viva que da el Seor a quienes creen
rectamente en l (cf. Jn 7,39); Detnons. 5 (FP 2,61-62): Porque sobre todas
las cosas est el Padre, pero con todo est el Verbo... y en todos nosotros est
el Espritu que grita Abba (Padre) (cf. Gal 4,6). Cf. tambin expresiones
parecidas en Hiplito, C. Noeto 14,5 (Simonetti, 178); Atanasio, Serap. I 28
(PG 26,596). Nos hemos ocupado ya del problema de las partculas especial
mente relacionadas con cada una de las personas; cf. II concilio de Constan-
tinopla, DH 421.
49 Cf. E. Jngel, Gott ais Gebeimnis der Welt, 446ss (Dios como misterio del
mundo, 418ss); Jngel seala que reconocemos al Dios amor cuando enva a
su Hijo al mundo, con lo que se expone a la falta de amor. As Dios se mues
tra no slo como el que ama, sino como el acontecimiento mismo del amor.
Dios no quiere amarse a s mismo sin amar al mundo. En la misin del Hijo
al mundo Dios entra en la carencia de amor, y as hace digno de amor al
hombre odioso. La identificacin de Dios con el amor no permite la reduc
cin de Feuerbach: el amor es slo verdadero cuando viene de Dios. Cf. tam
bin el anlisis del amor, muy rico y sugerente, en ib. 430-466 (trad. esp.
404-417). Cf. tambin M. Cabada Castro, Ser queridos y querer. Prolegmenos
para una futura agapologa, Madrid 2006.
518 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
tionis vero Dei et omnis sapientia eius et virtutis receptaculum homo; a la vez
el hombre viviente es la gloria de Dios: Ib. IV 20,7 (SCh 100,648): Gloria
UNITAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 519
enim dei vivens homo, vita autem hominis visio Dei; cf. A. Orbe, Gloria Dei
vivens homo. Anlisis de heneo Adv. Haer. IV20,1-7: Greg 73 (1992) 205-268.
52 Cf. W. Kasper, o.c, 373.
53 En esto se funda la relacin intrnseca entre la creacin y la Trinidad.
Slo porque en Dios existe la alteridad puede hacer surgir el otro, la cria
tura, sin hacerse dependiente de l. Se ha de afirmar la unidad de la accin
divina en la creacin porque, siendo las tres personas inseparables, Dios es
un solo principio de las criaturas. Agustn lo ha formulado de modo lapida
rio en Trin. I 4,7 (CCL 50,36): ...sicut inseparabiles sunt, ita inseparabiliter
operentur. Pero ya hemos tenido ocasin de indicar (cap.l, apartado sobre
el "olvido" de la Trinidad) que esto no quiere decir que este principio nico
no contenga en s mismo la distincin y que por consiguiente, en la opera
cin inseparable de las tres personas no participe cada una de ellas en el modo
que le es propio.
54 Cf. sobre la "gloria" en este contexto R. Schnackenburg, El evangelio
segn San Juan III, Barcelona 1980, 238ss; podra significar la abundancia de
la vida divina que presenta ya como una realidad lo que slo ser pleno en el
mundo futuro. La unidad que es una caracterstica del ser divino y esta uni
dad es la que se ha de reflejar en la comunidad de creyentes. La gloria y la uni
dad se ven tambin unidas en Rom 15,5-6. Sobre la relacin entre la unidad
del Padre y del Hijo y la de los hombres, expresada en la gloria, D. Marzotto,
520 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
L'unita degli uomini nel vangelo di Giovanni, Brescia 1977, 192: Jess y el
Padre son una cosa sola y expresin de ello es la gloria que el Padre ha dado a
Jess, porque lo ha amado desde siempre, pero Jess ha dado esta gloria a los
discpulos y stos creen en l. La unidad originaria se abre a acoger a otros que se
hacen una cosa sola tambin ellos "en nosotros", "como nosotros", "puesto que
nosotros somos una sola cosa"; cf. tambin ib. 198-199. Y. Simo-ens, La gloire
d'aimer. Structures stylistiques et interprtatives dans le Discours de la Cnefjn
13-17), Roma 1981, 248 : "Uno", en la relacin al Padre y a Jess, reciben como
don la gloria que define la identidad misma de Dios; J. Zums-tein, L'vangile
selon Saint Jean (13-21), Genve 2007, 184: la gloria es la plenitud de la realidad
divina; Vaticano II, GS 24: El Seor Jess, cuando ruega al Padre "para que
todos sean una cosa sola, como t y yo somos una cosa sola" Qn 17,21-22),
abrindonos perspectivas inaccesibles a la razn humana, nos ha sugerido una
cierta semejanza entre la unin de las personas divinas y la unin de los hijos de
Dios en la verdad y en el amor; el texto no se refiere directamente a la
introduccin de los hombres en la unidad divina.
55 Cf. Conc. Vaticano II LG 1. 4, etc., con la famosa cita de san Cipriano
Pre. Dieu en son mystre, Paris 1988,28: El poder, la gloria y el Espritu son
inseparables.
57 Cf. Justino, Dial. Tryph. 49,2-3 (TPS 47,150); cf. J.P. Martn, Zrich
1971, 196-200, sobre la relacin entre estos conceptos y adems khris y dy-
namis; Ireneo de ~Lin,Adv. Haer. IV 14,1-2 (SCh 100, 538-546); tanto la glo-
UNITAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 521
ria como el Espritu obran la comunin con Dios; Hilario de Poitiers, In Mt. 2,6;
12,23 (SCh 254,110; 292); Tr. Ps. 56,6 (CCL 61,163-164); cf. L.F. La-dara, La
uncin de la gloria celeste. Gloria y Espritu Santo en Hilario de Poitiers:
Revista Catalana de Teologia 25 (2000) 131-140; Ambrosiaster, Com. 2 Cor 3,18
(CSEL 81,219-220). Los pasajes ms llamativos son de Gregorio deNisa, Hom. in
Cant. XV (PG 44,1117): El vnculo de esta unidad es la gloria (cf. Jn 17,22). Por
otra parte, si se examinan con atencin las palabras del Seor, se descubrir que el
Espritu Santo es denominado gloria. Dice as en efecto: Les di la gloria que t me
diste 0n 17,22). Efectivamente les haba dado aquella misma gloria, cuando les
dijo: Recibid el Espritu Santo 0n 20,22); id., In illud tune et ipse Filius Jager III
/2, 22): El Espritu es la gloria.
522 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
perdon a su propio Hijo, sino que lo entreg por todos nosotros, cmo es
posible que nos d con l todas las cosas?" (Rom 8,32). Esta experiencia fun
damental de la fe se funda en la muerte y en la resurreccin de Jess. Expe
rimenta que Jess se ha entregado por nosotros, pero que su entrega es la
entrega de Dios, que en ella el sentido del ser, que queda completamente
transformado porque es dado desde su ltimo fundamento, es asumido en el
ritmo de la entrega de s mismo [de Dios]. Ib. 57: El que cree en Cristo...
cree en un amor que est en el comienzo, en el centro y al final.
UNITAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 523
62 Cf. W. Kasper, Der Gott Jesu Christi, 377. Ib.: Es finalmente una in
terpretacin que lleva a la esperanza, una anticipacin de la doxologa esca-
tolgica bajo el velo de la historia.
63 Cf. CEC, 233, no en los nombres, porque hay un solo Dios, el Padre,
64 Los recientes tratados y manuales acerca del Dios uno y trino difieren
Gregorio Nacianceno, Or. 30,17 (SCh 250,262). Cirilo de Jerusaln, Cat. 6,2
(PG 33,541): Cuando se trata de Dios es una gran ciencia confesar la igno
rancia. Seala con acierto W. Pannenberg, Teologa sistemtica I, 366, que
los grandes desvarios en el campo del conocimiento de Dios no se producen
cuando los hombres son conscientes de que su entendimiento est siempre
por debajo de la grandeza de ese objeto, sino cuando toman equivocadamente
sus limitadas ideas por la cosa misma.
66 Cf. STh I 2, comienzo. Pero esto no impide que podamos hacer tam
bin proposiciones afirmativas sobre Dios, cf. STh 113,12, cf. Juan Damas-
ceno, Defide orthodox. I 2.4 (PG 94, 793.799).
UNITAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 525
68
Sal 71,5, Tu podero y tu justicia, oh Dios, hasta las nubes; 72,12-13:
Porque l librar al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara; se
apiadar del dbil y del pobre, el alma de los pobres salvar; 146, 6-9: ... el que
hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guarda por siempre
lealtad, hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos,
UNITAS IN TRINITATE. DIOS UNO EN LA TRINIDAD... 527
Yahv suelta a los encadenados. Yahv abre los ojos a los ciegos, Yahv a los
encorvados endereza, Yahv protege al forastero, a la viuda y al hurfano
sostiene cf. tambin Sal 84.
69 Cf. I. M. Sans, Autorretrato de Dios, Bilbao 1997.
528 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
70 Para ms informacin sobre este tema cf. J.M. Rovira Belloso, Tratado de
cosas. La bondad eterna es el punto que resalta la carta A Diogneto 8,7-8 (BAC
65, 854; SCh 33bis,70): El que cre todas las cosas y las distingui segn su
orden, no slo se mostr benigno con el hombre, sino tambin lon-gnime. A la
verdad, l siempre fue tal y lo sigue siendo y lo ser, a saber: clemente y bueno,
manso y veraz; es ms: slo l es bueno.
78 Cf. C. Eunomium I 9 (SCh 299,200).
79 Ib. 110 (206).
80 Cf. DeFide Qaeger III 1,66); tambin Or. Cath. Magna, 24 (PG 45,64).
534 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
81 Conf. I 4 (CCL 27,2-3); cf. tambin ib. 3 (2); Trin. XV 5,7-8 (CCL
tiers, Tr. Ps. 149,3 (CSEL 22,867-868), piensa que la inmutabilidad divina en
cierto modo se "atempera" con la mutabilidad humana, en concreto con la
penitencia y la conversin.
96 As resume el pensamiento de Orgenes, K. Doi, Ist Gott leidenschaft-
contineri autem mnimo, divinum est; cf. H. Rahner, Ignatius von Loyola
ais Mensch und Theologe, Freiburg 1964, 424.
542 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
262-263). Texto latino en Greg 64 (1983) 5-24, esp. 22-24.Se puede ver todo
el contexto, pp. 259-263 (lat. 20-24). La Comisin hace aqu referencia a Juan
Pablo II, Dives in misericordia, 7.
105 Dominum et Vivificantem, 39; ib., antes del pasaje citado en el texto:
106 Cf.
J. Galot, Dieu, souffre-t-l, 214-215.
107Spesalvi 39. Este texto sigue inmediatamente a la cita de san Bernardo a la
que nos hemos referido en la n. 98.
12
El conocimiento natural de Dios
y el lenguaje de la analoga
ber den katholischen Glauben Dei Filius des Ersten Vatikanischen Konzils
und die unverffentlichen theologischen Voten der vorbereitenden Kommission,
Freiburg-Basel-Wien 1968, 100-107. Cf. tambin P. Sequeri, IIDio affidabile.
Saggio di teologa fondamentale, Brescia 1996, 55ss. Hay que evitar la identi-
ficacin de este conocimiento natural de Dios con la nocin de la "naturaleza
pura". Este conocimiento se coloca de hecho en el mbito del orden de la creacin
en Cristo, el nico realmente existente. Comisin Teolgica Internacional,
Teologa- Cristologia-Antropologa, I A) 2 {Documentos 1969-1996, 246): ...la
distincin que existe... entre los dos tiempos de la revelacin que se corresponden
entre s: uno, el de la manifestacin universal que Dios hace de s mismo en la
creacin primordial, y otro, el de la revelacin ms personal que progresa en la
historia de la salvacin desde la vocacin de Abrahn hasta la venida de
Jesucristo, el Hijo de Dios. La distincin entre estos dos "tiempos" se afirma a la
vez que la correspondencia entre ellos.
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 549
2 Cf. para un anlisis detallado del texto, cf. J. Vlchez Lndez, Sabidura,
nes Dios no cuenta, que obran como si no existiese: cf. Sal 10,3s; 14,1.
4 Alusin evidente a Ex 3,14. Es por tanto el verdadero Dios que se ha
2. El Vaticano I y el Vaticano II
del mar... Pregunta a la belleza del cielo... Su belleza es como una confe
sin; Trin. II 1,1 (CCL 50,80): ...no ser perezoso en investigar su sustan
cia, tanto por medio de su Escritura como por medio de la criatura (siveper
Scripturam eius siveper creaturam).
1 Ireneo de Lin, Adv. Haer. IV 6,6 (SCh 100,448): Ya por la misma crea
cin el Verbo revela al Dios creador, y por el mundo al Seor autor del
mundo...; el Verbo mediante el cual todo fue hecho es ya el revelador de
Dios a travs de la creacin; cf. ib. IV 20,7(646), ya desde el principio el Hijo
es el revelador del Padre.
12 Cf. entre otros ejemplos, Buenaventura, Breviloquium, proem.; Colla-
tiones in Hexameron II 20; XII 14; id. Comm in Ecclesiasten I: Verbum di-
vinum est omnis criatura, quia Deum loquitur.
13 Tambin se da la condena de los errores opuestos, que derivan del racio
Dios vivo y verdadero, creador y Seor nuestro, no puede ser conocido con
certeza por la luz natural de la razn humana por medio de las cosas que
han sido hechas, sea anatema.
15 Cf. B. Sesbo-Ch. Theobald, La parole du salut (B. Sesbo, din, His-
36-38, se hace tambin amplio eco de estas afirmaciones del concilio Vaticano I.
18 Cf. Pottmeyer, o.c. (nota 1), 196-200. Sobre la nocin de la naturaleza
ib. 290-292. Cf. sobre la historia de la cuestin L.F. Ladaria, Dios creador del
cielo y de la tierra, en B. Sesbo (dir.), Historia de los Dogmas 2, Salamanca
1996, 29-73.
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 557
26 Cf. H.U. von Balthasar, Karl Barth..., 335; J.M. Rovira Belloso, Tratado
de Dios uno y trino, 293-306.
27 Cf. el texto de la Comisin Teolgica Internacional, Teologa-Cristolo-
que, con todas las dificultades a que hemos visto aluden tanto la
Escritura como el magisterio de la Iglesia, es no obstante posible a
partir de la creacin, primera manifestacin de Dios que, en el
orden concreto en que nos hallamos, tiende ya a la plena revelacin
en Cristo; todo cuanto existe est orientado desde el primer instante
hacia l (cf. Col 1,16.20; Ef 1,9-10). En efecto, no podemos
entender el mensaje que ste nos ofrece si no hay en el hombre una
cierta prenocin y deseo de Dios29. Por otro lado, al defender
este principio la Iglesia lucha contra todo fidesmo; la posibilidad
del conocimiento natural de Dios garantiza la libertad y
responsabilidad del acto de fe30, que si no se puede dar como una
conclusin a partir de puros presupuestos racionales, ha de ser
siempre justificable ante la razn31.
708.
33 X. Zubiri, El hombre y Dios, Madrid 1984, 196: Pero la fundamental-
demos aadir Mximo Confesor, Cap. theol et oec. I XXV 31(PG 90,1093):
Nunca puede el alma extenderse hasta el conocimiento de Dios, si Dios,
usando de su condescendencia, no la toma y la sube hacia s mismo; cit. por
M. Cabada Castro, El Dios que da que pensar, Madrid 1999, 383, quien agrega:
No podra expresarse mejor la fundamental e imprescindible funcin posi
bilitante de la divinidad misma respecto del surgimiento en el hombre del co
nocimiento y la experiencia sobre la divinidad.
36 Cf. M. Schmaus, Dogmatik I, Mnchen 1948, 204; L. Scheffczyk, Der
Gott der Offenbarung, Aachen 1996, 70. En este punto parece existir un no
table consenso en la teologa catlica. Juan Pablo II, Vareare le soglie della spe-
ranza, Milano 1994, 31, seala tambin que la respuesta a la pregunta sobre
la existencia de Dios no es slo cuestin del intelecto, sino tambin de la vo
luntad del hombre, y ms an de su corazn. O. Gonzlez de Cardedal,
Dios, Salamanca 2004,68: El reconocimiento de la existencia de Dios no es
nunca slo un hecho cientfico; es siempre fruto de una decisin moral y de
una puesta en juego personal. De una y otra deriva nuestra certeza de Dios.
Un resumen de las diferentes vas por las que se puede llegar a Dios con la
luz de la razn se encontrar en Juan Pablo II, Creo en Dios Padre. Cateque-
sis sobre el Credo I, Madrid 1996,98-102.
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 561
LA CUESTIN DE LA ANALOGA
dentia esse creati a principio a quo instituitur, et sic est de genere relationis.
39 Esta terminologa empieza a usarse con Cayetano y ms tarde con Su-
rez; no la usa directamente santo Toms, que habla ms bien de que ens est
analogicum, nomina dicuntur de Deo et creatura secundum analogiam, id
est proportionem, ens analogice dicitur; cf. STh I 13,5 Corpus y ad 1; ib.
10, ad 4, entre otros lugares. La expresin ha sido popularizada en el s. XX
en la teologa por la obra de E. Przywara, Analoga Entis, Mnchen 1932; de
nuevo en Analoga entis. Metaphysik. Ur-Struktur und All-Rhytmus, Einsie-
deln 1962; a l se atribuye a veces errneamente la paternidad de la expresin;
cf. J. Tern Dutari, Die Geschichte des Terminus Analoga entis und das
Werk Przywaras. Dem Denker der Analoga entis zum achtzisten Geburts-
tag: PhJ 77 (1970) 163-179.
562 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
41 Cf. W. Kasper, Der Gottjesu Christi, 125; cf. tambin con una referen
cia ms directa a la relacin del hombre con Dios, K. Rahner, Grundkurs
des Glaubens, Freiburg-Basel-Wien 1976, 80.
42 Aristteles, Metafsica (cf. n. 36). Tambin santo Toms se ha servido
44 P.Gilbert, o. c, 94.
45 5577 113,5.
46 Sobre el cielo, 275al4 (Aristotele VI, 58); cf. P. Gilbert, o.c, 98.
47 STb I 13,5, ad 3: Deus non est mensura proportionata mensuratis.
Unde non oportet quod Deus et creatura sub uno genere contineantur.
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 565
Prius de Dios. Cf. ib. 138ss; 210. Los tres pasos clsicos del lenguaje hu-
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 567
mano analgico sobre Dios son la afirmacin en Dios de las perfecciones y bienes
de este mundo; la negacin de las limitaciones de estas perfecciones en Dios; la
eminencia, las perfecciones que observamos en el mundo, libres de sus
limitaciones existen en Dios en un grado eminente, que excede toda comprensin
adecuada de las mismas por nuestra parte; cf. Toms de Aquino, De Potentia,
q.2,a.5. Sobre el uso de estos tipos de analoga por santo Toms, cf. R. F. Luciani
Rivero, El misterio de la diferencia. Un estudio tipolgico de la analoga como
estructura originaria de la realidad en Toms de Aquino, Erich Przywara y Hans
Urs von Baltasar y su uso en la teologa trinitaria, Roma 2002, 45: Por una
parte, la analoga de atribucin intrnseca dice que el segundo analogado siempre
ser imperfecto respecto al primero, que es perfecto, destacando las relaciones de
desemejanza; pero tambin dice de la semejanza, segn la dependencia del efecto
de su Causa. Por otra parte, la analoga de la proporcionalidad dice de las
relaciones proporcionales indeterminadas o de desemejanza solamente. En esto
consiste su complementarie-dad. Ciertamente el momento de desemejanza ser
siempre mayor respecto al de la semejanza.... Cf. ib. 35-50. Tambin sobre la
complementariedad de los dos tipos, J. Gmez Caffarena, El Enigma y el Misterio.
Una filosofa de la religin, Madrid 2007, 410-414.
54 Se trata de una proporcionalidad misteriosa, porque, entre las magnitudes
tudo notari, quin inter eos maior sit dissimilitudo notanda. Notemos que
palabra tanta que aparece en la nueva edicin del Denzinger, (Denzinger-
Hnermann) no apareca en las precedentes (Denzinger-Schnmetzer). Se
encontraba en cambio en las ediciones ms antiguas. Es interesante el con
texto en el que se sita esta frase, en el que se aducen diversos ejemplos evan
glicos: no pueden entenderse de la misma manera la unin de los cristianos
con Cristo y la unin entre el Padre y el Hijo (cf. Jn 17,22), ya que la primera
es una unin de caridad por la gracia y la segunda de identidad en la natura
leza; ni tampoco la perfeccin de Dios y la de los hombres llamados a imi
tar la de aqul (cf. Mt 5,48), puesto que la primera es por naturaleza y la
segunda por gracia; cf. tambin DS 803; 804, Dios es incomprensible e
inefable. Cf. Przywara, o.c, 251-261.
56 Nos es ya conocida la sentencia de Dionisio Areopagita, De Coel. Hier.
II 3 (cf. n. 27 del cap. ant.); Basilio de Cesrea, Hom. de Fide, (PG 31, 464);
cf. tambin C. Eunomium 19-10 (textos a que se refieren las notas 78 y 79 del
cap. precedente); Clemente de Alejandra, Strom. V 11,71,3 (FP 15,442):
Nos acercamos al conocimiento del Todopoderoso captando lo que l no
es, lo que es; Agustn, De Trin. V 1,2 CCL 50,207): pie tamen cavet, quan
tum potest, aliquid de eo sentir quod non sit; ib. VII 4,7 (255): Verius
enim cogitatur Deus quam dicitur et verius est quam cogitatur; Sermo 52,6
(PL 38, 360): Si enim quod vis dicere, si cepisti, non est Deus: si comprehen-
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 569
dere potuisti, cogitatione tua te decepisti. Hoc ergo non est, si comprehen-disti; si
autem hoc est, non comprehendisti; cf. id. In Job. ev. 23,9 (CCL 36,238); En. m
Ps. 85 12 (CCL 39,1186); Toms de Aquino, STh I 1,7; I 2, prol.: primo
considerandum est an Deus sit; secundo quomodo sit, vel po-tius quomodo non
sit; I 13,1: ...non tamen ita quod nomen significans ipsum, exprimat divinam
essentiam secundum quod est; 113,2, etc. Pero no puede haber negacin sin un
cierto conocimiento: cf. Toms de Aquino, Pot. q.7,a.5. Vaticano I, const.
DeiFilius (DH 3016): Y ciertamente, la razn ilustrada por la fe, cuando busca
cuidadosa, pa y sobriamente, alcanza por don de Dios alguna inteligencia de los
misterios muy fructuosa, sea a partir de la analoga con aquello que conoce
naturalmente, sea por la conexin de los misterios mismos entre s y con el fin
ltimo del hombre; nunca, sin embargo se hace idnea para entenderlos
totalmente a la manera de las verdades que constituyen su objeto propio. Juan
Pablo II, Fides et Ratio 84: La fe presupone con claridad que el lenguaje humano
es capaz de expresar de manera universal -aunque en trminos analgicos, pero no
por ello menos significativos- la realidad divina y trascendente. Si no fuera as la
palabra de Dios, que siempre es palabra divina en lenguaje humano, no sera capaz
de expresar nada sobre Dios. Gregorio Nacianceno, Or. 28,9 (SCh 250,118): De
igual modo, el que se esfuerza por investigar la naturaleza de "Aquel que es" (Ex
3,14), no podr decir solamente lo que no es, sino que, despus de haber dicho lo
que no es, tendr que decir tambin lo que es. Cf. Agustn, Conf. I 4,4 (CCL
27,3): Vae tacentibus de te, quoniam locuaces muti sunt; Toms de Aquino,
STh 113,2, los nombres no expresan lo que es Dios, pero lo significan
imperfectamente, como las criaturas lo representan imperfectamente.
57 En efecto, se ha podido reprochar a la doctrina de la analoga y al uso
58 Cf. Die Kirchliche Dogmatik 1/1, Mnchen 1935, VIII-IX: Considero que
la analoga entis es la invencin del Anticristo y pienso que a causa de ella no
puede uno hacerse catlico. Y a la vez me permito considerar que todos los otros
motivos que se pueden tener para no hacerse catlico son de visin estrecha y
poco serios.
59Cf. ib. 40.
60 Ib. 172s.
61 Cf. ib. 252. Barth parece pensar en la analoga de proporcin. No po
demos entrar aqu en los detalles del pensamiento de Barth. Cf. entre otros
estudios, G. Pohlmann, Analoga entis oder Analogafidei. DieFrage nach der
Analogie bei Karl Barth, Gottingen 1965; H. Chavannes, L'analogie entre
Dieu et le monde selon saint Thomas dAquin et selon Karl Barth, Pars 1969;
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 571
65 Cf.
Kirch. Dog. II/l, Zrich 1946, 254s; 264s.
66Ib.258-259. Cf. H.U. von Balthasar, Karl Barth. Darstellung und
Deu-tungseiner Theologie, Koln 1951, 118-119.
67 Cf. los desarrollos de Die Kirchlicbe Dogmatik III/2, Zrich 1948.
68 Kirch. Dog. 111/1, Zrich, 41970, 207: La analoga entre Dios y el hom
y un "t" que estn frente a frente. Esta existencia analgica es ante todo
constitutiva de Dios [alusin a la doctrina trinitaria], y lo es por consiguiente
tambin del hombre creado por Dios. Eliminarla equivale a suprimir tanto lo
divino en Dios como lo humano en el hombre.
69 Cf. E. Przywara, o.c; del mismo, Analoga entis en LThK2, 470-473;
guida nos referiremos, Dios como misterio del mundo, Salamanca 1984, 367:
Si se tratase solamente de respetar a Dios como el-totalmente-otro, nada
sera ms apropiado para conseguir eso con la reflexin que la tan vituperada
analogia entis. Precisamente por ello no puede cuadrarle a una teologa que
responda al evangelio.
72 Cf. esp., Analogia fidei. Die Einheit in der Glaubenswissenschaft: Cath 3
(1934) 113-136; 176-208; Analogia entis oder analogia fidei: WiWe 9 (1942)
91-100; ms recientemente, La sabidura de la teologa por el camino de la cien
cia, en MySal 1/2, 995-1070. esp. 1017ss, donde trata de relacionar la analoga
del ser catlica y la analoga de la creacin protestante en la referencia de
ambas a la analoga de la fe.
n C. Karl Bartb {n. 65).
574 EL DIOS VIVO Y VERDADERO
81 Cf. H.U. von Balthasar, Theologik II. Die Wahrheit Gottes, 284-288, cap.
83 Cf. Theologik II, 288. Von Balthasar seala en este contexto la propor
quantumque creverimus.
86 Cf. sobre la analoga en Jngel, F. Rodrguez Garrapucho, La cruz de
94 Ib.394(372).
95 Ib.395(373).
% Agustn, Confesiones III 6,11 (CCL 27,33); cf. Gott... 402-404 (379-381).
97Ib. 408 (384).
EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS... 581
II/l, 63; id. Theologik II. Wahrheit Gottes, 67: ...se muestra con la mxima
EL CONOCIMIENTO NATURAL,. DE DIOS... 583
gel en este sentido; cf. G. Lafont, Dieu, le temps et l'etre, Paris 1986, 293; A.
Bertuletti, // concetto di persona e il sapere teologicoSein und Trinitt, St.Ot-
tilien 1997,506-580, 577-578: ...segn el concepto de Dios de Jngel la Tri
nidad inmanente "esencial" tiene que perfeccionarse econmicamente.
Eplogo
1 Cf. Ireneo de Lin, Adv. Haer. V praef.; cf. A. Orbe, Teologa de San he
critos de Teologa IV, Madrid 1964, 53-101, 91- 94; tambin id., Reflexiones
fundamentales sobre antropologa y protologa en el marco de la teologa, en
MySal II/l, 454-468, 458. O. Gonzlez de Cardedal, La entraa del cristia
nismo, Salamanca 1977,8: La Trinidad prolonga su propia vida en los hom
bres por la encarnacin y la gracia. Trinidad, encarnacin y gracia
constituyen el meollo del cristianismo, como expresiones del nico Miste
rio, que es Dios existiendo en la inmensidad y encerrndose en la pequenez
del hombre.
EPILOGO 587
3 Adv. Haer. IV 20,5; cf. A. Orbe, Teologa de san Ireneo IV, Madrid 1996,
288-290.
4 Adv. Haer. III 19,3 (SCh 211,382): Multae ein mansiones apud Patrem,
5 Agustn, In 1 ep. Joh. 4,6 (PL 35,2009): Et quod dicimus Deus quid
diximus? Duae ista syllabae sund totum quod exspectamus?. Podemos evi
dentemente eliminar el segundo punto interrogativo que en S. Agustn tiene
una funcin retrica.
6 Cf. Agustn, Conf. III 6,11 (CCL 27,33); Deus... intimior intimo meo
non potes. Et si eum fari non potes, et tacere non debes, quid restat nisi ut
iubiles? Ut gaudeat con sine verbis, et inmensa latitudo gaudiorum metas
non habeat syllabarum. Trin. V 1,1 (CCL 50,206): [Deus] de quo semper
cogitare debemus, de quo digne cogitare non possumus, cui laudando red-
denda est omni tempore benedictio.
EPLOGO 589
Prlogo .................................................................................... 7
Abreviaturas ............................................................................ 13
CUESTIONES PRELIMINARES