El documento analiza críticamente el concepto de globalización, argumentando que: 1) los procesos que se describen como característicos de la globalización no son novedosos sino tendencias seculares del capitalismo desde el siglo XVI; 2) el énfasis en la globalización oculta la crisis general del capitalismo en las últimas décadas; 3) al cuestionar la inevitabilidad de la globalización, se revelan síntomas de una crisis terminal del capitalismo moderno.
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El documento analiza críticamente el concepto de globalización, argumentando que: 1) los procesos que se describen como característicos de la globalización no son novedosos sino tendencias seculares del capitalismo desde el siglo XVI; 2) el énfasis en la globalización oculta la crisis general del capitalismo en las últimas décadas; 3) al cuestionar la inevitabilidad de la globalización, se revelan síntomas de una crisis terminal del capitalismo moderno.
El documento analiza críticamente el concepto de globalización, argumentando que: 1) los procesos que se describen como característicos de la globalización no son novedosos sino tendencias seculares del capitalismo desde el siglo XVI; 2) el énfasis en la globalización oculta la crisis general del capitalismo en las últimas décadas; 3) al cuestionar la inevitabilidad de la globalización, se revelan síntomas de una crisis terminal del capitalismo moderno.
El documento analiza críticamente el concepto de globalización, argumentando que: 1) los procesos que se describen como característicos de la globalización no son novedosos sino tendencias seculares del capitalismo desde el siglo XVI; 2) el énfasis en la globalización oculta la crisis general del capitalismo en las últimas décadas; 3) al cuestionar la inevitabilidad de la globalización, se revelan síntomas de una crisis terminal del capitalismo moderno.
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Unidad 3. Aguirre Rojas, carlos. Para comprender el mundo actual.
Una perspectiva histrico-critica de la globalizacin y de la mundializacin.
La supuesta globalizacin y sus avatares principales: la globalizacin est hoy a la moda, para aplaudirla o vituperarla los analistas contemporneos y los cientficos sociales han aceptado dicho concepto y la supuesta realidad que el connota. Reforzando esta aparente evidencia, el concepto de la globalizacin se impuso mas a all del mbito del mundo acadmico, es una categora habitual del sentido comn, usada en los medios, en el lenguaje cotidiano. El trmino globalizacin mundializacin en Europa- se convirti en parte de las premisas obligadas para todo anlisis, evaluacin o diagnostico del mundo. Se habla, de la globalizacin econmica, de la fabricacin y manufactura del auto mundial por ejemplo, de un consumidor universal y universalizado, que ordena por computadores bienes de todo el mundo. Se insiste en los efectos de esta globalizacin reciente que debilitaran el papel de los Estados y de las instituciones nacionales en beneficio de organismos multinacionales, internacionales o mundiales-planetarios (BM, FMI, OMC). Se insiste en el frgil papel de las fronteras nacionales y el papel reducido de los estados nacionales frente a las decisiones de los grandes centros de poder globales, con crisis de los smbolos y seas de las identidades nacionales. Otros insisten en las dimensiones ms sociales de esta supuesta globalizacin, subrayando la ubicuidad de la civilizacin de la coca-cola y del mc donals, con la difusin de ciertos mbitos y costumbres, patrones e imagen que estandarizan a las sociedades. Los defensores de esta globalizacin parecen solo poner nfasis en las similitudes de dichas sociedades. Recalcan el carcter instantneo de la informacin y de las noticias, la posible simultaneidad del impacto de todos los acontecimientos, repiten afirmaciones sobre la aldea global de nuestra poca. Se ha reiterado tambin el proceso de sus impactos culturales, que universalizan el uso y el conocimiento del ingles, divulgan modelos de la cultura urbana, moderna, cosmopolita, mvil e innovadora. La mayora de los cientficos sociales ha terminado por aceptar este concepto de globalizacin. Concepto que adems de no tener una definicin nica, rigurosa, parecera obtener su supuesta legitimidad de su evidencia y casi voluntaria ambigedad, de las supuestas evidencias empricas de la realidad que lo respaldan a las que pretende expresar. La filosofa nos ense que los conceptos nunca son copia fiel y transposicin directa de la realidad y que la razn critica es fundamento de toda ciencia, nos exige revisar la fundamentacin rigurosa. Los contenidos viejos y seculares de la globalizacin: basta releer el manifiesto comunista de marx y engels para darse cuenta de que quizs los rasgos y procesos que se describen como caractersticos de dicha globalizacin, no son ni tan novedosos ni tan originales. Cuando volvemos al texto, y en las elecciones generales de obras de marx, el ya haba registrado el doble proceso de creacin econmica del mercado mundial capitalista, como del proceso de universalizacin civilizatoria que lo acompaa. Doble proceso de la vida de la modernidad capitalista, desde el siglo XVI hasta hoy que constituira el nico contenido central de la verdadera globalizacin capitalista. Al ver el conjunto de manifestaciones de esa supuesta nueva globalizacin, estas no son ms que los ltimos avatares de las cadenas que remontan a los orgenes del capitalismo moderno, solo expresan una forma nueva. Tendencias y realidades que no han sido solamente detectadas por marx, tambin por otros autores que intentan explicar la historia del capitalismo moderno como braudel o immanuel wallerstein. Al repasar los discursos sobre la globalizacin econmica, hay que recordar que el comercio transnacional es una realidad que empez desde el siglo XVI, cuando el planeta se redonde y se ha expandido e intensificado por la construccin del mercado mundial capitalista. Mercado mundial capitalista desde el descubrimiento de Amrica, comenz a desarrollar la produccin de bienes con materias de lejanas zonas integradas a la mundializacin o globalizacin, productivas y comerciales y tambin referidas al nivel de patrones de consumo. Es cierto que la medida cuantitativa de estos procesos es mayor hoy en da, es verdad que no parece haber diferencias cualitativas entre las formas mundializadas de la produccin, el intercambio, el comercio y el consumo. Ej de la Gnova del s XVI con las que hoy hay en Japn, nueva york, Tokio. Lo mismo pasa al reflexionar sobre las tesis de los efectos polticos y geopolticos de la globalizacin. Frente a dichas tesis, es interesante preguntarse qu tan reales han sido la autonoma y la fuerza, el papel efectivo de los estados nacionales, las fronteras nacionales. Si es verdad que el capital nunca ha tenido patria y que la invencin del estado-nacion solo tenia un fin, acotar espacios para la constitucin de mercados nacionales y crear las formas polticas para delimitar zonas de control de cada burguesa, hay que interrogarse sobre la supuesta novedad de la debilidad de los espacios y fronteras nacionales, frente a las instituciones y a los centros de poder y decisin globales. Podemos cuestionarnos, Cundo es que ha habido estados fuertes, autnomos y soberanos en espacio de los pases menos desarrollados, la periferia capitalista o el tercer mundo? Un trmino que fue acuado y popularizado pretende tener una legitimidad cientfica, convertirse en el marco de referencia obligado de nuestras reflexiones y anlisis, lleva a investigar no tanto lo que intenta connotar y revelar, sino lo que con su intento de imposicin, trata de ocultar o evadir. Las zonas oscuras del concepto de la globalizacin: quizs el mayor problema de pensar el capitalismo actual sea que se piensa a la etapa que estamos viviendo en trminos positivos. Poniendo nfasis en el carcter progresivo de ese capitalismo. Concebir a la globalizacin como la ms nueva o reciente etapa de la vida del capitalismo, es presuponer que dicho capitalismo continua nuevas formas, etapas, periodos. Al tiempo que se saludan los avances tecnolgicos, informticos y econmicos, se reclama que las sociedades y las poblaciones se adapten a sus consecuencias polticas, sociales y culturales. E incluso entre analistas que son crticos de esta supuesta globalizacin y de sus efectos negativos, es comn la idea de que dicho proceso es inevitable, de que la disyuntiva no est entre aceptarlo o no, sino en cmo confrontarlo o adaptarse crticamente a l o denunciarlo, partiendo de su carcter de realidad ineludible y obligada. Pero si esa globalizacin no hace ms que prolongar tendencias seculares del propio capitalimso, creando nuevas formas de expresin, su supuesta inevitabilidad no es tan real, y su imposicin y despliegue son dependientes de las luchas y de los movimientos de resistencia que generan. El poner el acento en este carcter nuevo de este capitalismo ahora globalizado, lo que oculta es el proceso de crisis general que ha vivido la civilizacin capitalista mundial durante los ltimos treinta aos. La mayora de los tericos, analistas, no aluden nunca a esta crisis multiple y civilizatoria de las sociedades contempornea, que se expresa en el nivel tecnolgico y econmico, en las dimensiones sociales, polticas y culturales. Crisis general o civilizatoria del capitalismo comenzando con la revolucin cultural de 1968 y con la crisis econmica de 1972-73, desplegndose en las tres ltimas dcadas, que coinciden con el periodo de globalizacin. Eliminando la visin tersa y sin conflictos que propone el concepto, la mirada crtica presta atencin a las mutaciones civilizatorias de los ltimos tres lustros que lejos de aparecer como una nueva etapa promisoria del capitalismo, anuncia una crisis terminal definitiva y su entrada en la situacin de transicin histrica global. Si nos distanciamos de los conceptos de mundializacin-globalizacin y cuestionando la inexorabilidad, pasamos a revisar los procesos y fenmenos esenciales del capitalismo mundial en los ltimos 30 aos, podremos percibir sntomas de la crisis general o civilizatoria que vive la modernidad capitalista. Podremos comenzar a analizar la posible catstrofe ecolgica, poniendo en evidencia el carcter depredador y destructivo del uso capitalista de la tecnologa. Mas all de discutir el fin de los mercados nacionales y de la integracin econmica planetaria, recordaremos que el mundo es cada vez mas polarizado, donde los beneficios de la mundializacin estn limitados a pequeas minoras, a ciertas clases y pases ricos. Volvemos a descubrir que hoy, igual que desde hace 5 siglos, la subsuncin global y planetaria del mundo capitalista, avanza irregular y accidentadamente, con contradicciones, lejos de una lnea ascendente y progresiva, con limites, fracasos y espacios inalcanzables. Al incorporar las zonas ocultas de las que no habla el concepto de globalizacin, las mismas realidades adquieren una nueva significacin. En vez de hablar del fin de las fronteras nacionales, debemos empezar a teorizar sobre el fin o la crisis definitiva global del hecho nacional y de su funcin histrica particulares, la muerte histrica de dicho hecho nacional. Ha sido la modernidad capitalista la que cre el ente nacin y lo que giran entorno. Si es la modernidad la que crea la nacin, es lgico que con la crisis global de esta modernidad, entren en crisis sus creaciones y el ncleo de esta construccin de lo nacional. As acontece en el estado nacin, quizs la perdida de vigor de estos estados apunta a un proceso ms profundo, que alude a la crisis de lo estatal y hasta de lo poltico. Una crisis de estructuras de larga duracin, expresado en la caducidad definitiva y absoluta de la poltica como actividad humana y social, muerte de la poltica que marx haba anunciado como tendencia del capitalismo. Crisis de la estatalidad y del mundo de los poltico, que se manifiesta en la incapacidad de los estados para cumplir con sus tradicionales funciones sociales-seguridad, salud, educacin- y el descredito de los partidos, los polticos, los estados. Ms que hablar de las dificultades de sobrevivencia de las cultural y de las identidades locales y de su integracin y subordinacin dentro de una nica cultura global, podramos revisar los significados de la revolucin cultural de 1968 que han puesto en cuestin los fundamentos de la cultura burguesa moderna, desmontando los sus trazos como cultura euro-cntrica y pro-occidental y sus sesgos racistas, patriarcales y represores de la sexualidad, de la locura, del sueo. En vez de contar las glorias de esa imposible cultura nica y global, se puede registrar la crisis de las instituciones y aparatos culturales, de la familia y la escuela, los medios de comunicacin, que se expresa en crisis del sistema de saberes humanos. Incorporando estas dimensiones de la crisis civilizatoria del capitalismo en los ltimos 30 aos, es posible redefinir la agenda de los temas que deben abarcar toda investigacin crtica de nuestro ms actual presente. La agenda pendiente de la globalizacin: pensar el mundo actual implica ms que aceptar o rechazar un concepto. Mas all de lo que revela y oculta u omite el termino globalizacin, estn los problemas de caracterizar al capitalismo. Entre ellos, los que ya apuntamos y otros. Como el del momento econmico que vivimos, caracterizados desde el punto de vista de los ciclos econmicos ms cortos- ciclo kondratiev- tambin de las tendencias econmicas pluriseculares o ciclos econmicos de larga duracin. Porque si la economa capitalista se ha afirmado a travs de mecanismos de evidentes alzas y bajas recurrentes, es pertinente preguntarse en qu momento de dichos ciclos se encuentra hoy la economa mundial, qu perspectivas parecen avizorarse. Reflexionar los efectos que tendr la entrada a la rama expansiva de un ciclo kondratiev, que deber cubrir desde 2000 hasta 2025, sobre el teln de fondo de una rama descendente de la tendencia secular, cuya lnea declinante se est plegando entre 1973 y 2050. Si la historia del mundo en los prximos cincuenta aos ser similar a por ejemplo el deprimido siglo XVII, toda consideracin o diagnostico sobre la economa mundial, debe partir de este marco que la ubica como una economa que crecer entente, polarizandose, con tendencia secular depresiva, efectos econmicos negativos, incremento del desempleo, descenso de los niveles de vida, crecientes dificultades para la venta y produccin, junto a un crecimiento demogrfico indetenible, reparto asimtrico del costo de la crisis hacia los pases ms pobres. En el plano de los movimientos sociales antisistemicos y anticapitalistas, hay que replantearse las lecciones de ms de 150 aos de lucha y resistencia. Porque si la tendencia econmica del medio siglo por venir ser depresiva, habr que incrementarse las acciones de resistencia, movimientos de oposicin a estos estragos. Aflorarn las preguntas sobre qu tipo de movimientos sociales nuevos es necesario construir, con qu objetivos, estrategias y con qu polticas y posiciones. Ya que si el socialismo real ha entrado en una crisis sin retorno, eso no implica que el objeto de acabar con el sistema capitalista, sustituyndolo por una sociedad diferente haya naufragado. Para mantener el objetivo no basta con hacer de lado el socialismo real, es necesario explicar las razones y circunstancias que le dieron vida, las enseanzas y lecciones, en negativo y positivo, las experiencias concretas. Desde este balance crtico y detenido de esas complejas experiencias de los socialismos del s XX, habr que redefinir la naturaleza, las formas de organizacin y lucha de los nuevos movimientos, como el neomovimiento zapatista mexicano, el movimiento de los sin tierra de Brasil. Vinculado a este nuevo rol de los movimientos sociales antisistemicos, se impone la teorizacin sobre las formas y desarrollos previsibles de la crisis terminal de los estados. Porque cuando los estados comienzan a privatizar la educacin, suprimir jubilaciones, pensiones, seguros de desempleo, recortar servicios de salud, a demostrar su incapacidad para dar un mnimo de control sobre la violencia, proveer seguridad, est desestructurndose de modo definitivo el estado moderno. Este, que se erigi como detentor del monopolio de la violencia legtima y responsable de la gestin y administracin de los servicios, ahora est en etapa terminal, a air abandonando esas funciones de gestin y de monopoliza de la violencia, conforme avanza su colapso y crisis. Si esta muerte de lo poltico se despliega es imperativo preguntarse cmo es que lo social habr de reabsorber esas funciones que ha dejado de cumplir lo poltico. Comenzar a pensar que pasar con los partidos, las organizaciones polticas y la actividad poltica. Ya que si este movimiento de desintegracin est en curso es menos clara la forma en que habremos de sustituirlo. Se impone la reflexin sobre como habremos de construir las verdaderas condiciones del dialogo multicultural e intercivilizatorio. Es cierto que Europa ha rehecho el mundo desde hace 5 siglos, difundiendo e intentando imponer su cultura, religin y cosmovisiones, es cierto que en este plano cultural los esfuerzos han sido ms fallidos, incompletos y limitados. Ha permitido sobrevivir a las mltiples visiones del mundo, religiones y culturas, un mosaico diverso y rico de modos de concebir a la naturaleza y al mundo, mosaico cuya diversidad cultural enorme conforma la obligada plataforma de edificacin de la fututa y plural cultura universal. Si las descolonizciones del s XX y la evidencia de los lmites del proyecto de la civilizacin capitalista europea han tenido algn resultado cultural importante, ha sido el hecho de poner en cuestin a todos los fundamentos de la razn europea moderna, generando la revolucin cultural mundial de 1968, y abriendo el espacio para la confrontacin, comparacin y dialogo entre las identidades culturales. A la vez que pensamos esas condiciones del nuevo dialogo transcultural planetario, debemos reorganizar nuestro sistema de los saberes y de los conocimientos humanos, colapsado despus de 1968 con el advenimiento de las teoras del caos. Una reorganizacin total de la episteme del saber humano social. Lejos de seguir repitiendo esos trminos, globalizacin y mundializacin, podramos comenzar a trabajar todo este universo de complejos problemas. Despus de 5 siglos de existencia, la modernidad capitalista parece por fin estar llegando al final de su ciclo de vida hisotirca. Un ciclo que se acerca mas bien a su terminacin, con la crisis y desestructuracin globales que apreciamos. Trabajemos para que el resultado de esa crisis actual sea no la mundializacin del injusto capitalismo globalizado, sino su definitiva superacin real.
Garca delgado Daniel.
La revalorizacin de lo local. En los ltimos aos aparece una nueva escena local, asociada al proceso de reforma del estado, vinculados con mayor inters del ciudadano por aspectos de su ciudad, programas de participacin de gobiernos con organizaciones para ejecucin de obras, asociaciones. Una novedosa articulacin pblico-privado, mayor asociatividad de los municipios entre s, nuevos roles concomios y sociales. Esta emergencia sugiere una re-evaluacin de las polticas locales, donde hay seales de innovacin por el aumento de las actividades municipales, tambin declinacin de comunas, diferenciacin entre regiones, huelgas, cortes de rutas. Hay una suerte de revitalizacin de la esfera local y el municipio como punto de condensacin de la fragmentacin social, crisis de mediaciones y falta de recursos. La aparicin de estos escenarios genera preguntas sobre sus causas y sentido. Hay dos factores impulsores de los nuevos escenarios: la reforma del Estado y la globalizacin. El proceso de reforma estructural: en los 90 sobre el estado, impact sobre lo local. La estabilizacin econmica con el plan de convertibilidad, posibilit la mejora de la eficacia y eficiencia de la gestin. Las polticas de descentralizacin significan la cesin de competencias a provincias y municipios en areas de la poltica social. La desestructuracin ha estado vinculada a la crisis fiscal del estado, a la distribucin del costo del ajuste y a la atencin de la nueva cuestin social desde realidades ms cercanas. Supone mayores competencias de hecho o derecho, mayor presin para las comunas. El estado central tira la crisis para abajo, hacia las provincias primero y a las comunas, los municipios se hacen cargo de problemas que parecan impensados, deben dar respuestas ms amplias muchas veces sin recursos. A la gestin de los servicios urbanos se les une los de salud, educacin y asistencia a grupos en riesgo, necesitan mayor capacidad de gestin. Parte de esta reformulacin se instal como hechos consumados y los actores locales debieron amoldarse. La transferencia de las cargas de la crisis les asigna a los municipios la gestin de las consecuencias sociales de las decisiones econmicas del gobierno central y se transforma en receptor directo de la posible protesta. Los gobiernos provinciales ejecutan medidas preestablecidas, y las consecuencias deben ser afrontadas no por el mbito generador sino por ellos. Se descentraliza el conflicto pero se sobrecarga de tensiones y el estallido puede impactar en la escena nacional por los medios de comunicacin. La reforma instituciones del proceso de consolidacin democrtica favorece estas tendencias de reforzamiento de lo local. En la constitucin del 94 se menciona la autonoma municipal, y se incluye nuevas formas de participacin democrtica semidirecta y mecanismos de control que se implementan en lo local (consulta popular, audiencias pblicas). El impacto de la globalizacin: los estados nacionales pierden capacidad de regulacin y soberana, pasan a competir entre si por obtener inversiones externas, igual que las provincias y municipios.
La globalizacin genera cambios en los patrones de localizacin de las empresas,
privilegiando territorios, generando nuevos espacios industriales. La revolucin tecnolgica posibilita mayor comunicacin local-global, favoreciendo esquemas multicentricos y reticulares de intercambios. Genera una nueva estructura de oportunidades, pero promueve una mayor desigualdad de la distribucin del ingreso y de la riqueza. En lo cultural, generar perdida de la identidad nacional, uniforma los estilos de vida, estandariza los consumos y generaliza modas y practicas (norteamiricanizacion de la cultura). La contrapartida es la bsqueda de identidad, que privilegia lo local, lo territorial, lo autctono, y tiende a la heterogeneidad y a revalorizar las diferencias locales- La descentralizacin y la globalizacin estn generando mas tareas a resolver por los gobiernos locales y nuevos desafos, los municipios deben replantear su organizacin, misiones y funciones. Desplazar el modelo tradicional autrquico y clientelar por uno de carcter gubernativo. Un cambios en tres areas de innovacin: la poltico-institucional, la econmica y la social. Del modelo administrativo al gubernativo: el municipio es un espacio de reconstitucin de la poltica, porque entra en crisis la lgica organizacional burocrtica al igual que la forma de acumulacin poltica estado-cntrica, vinculada al modelo de partidos de masas. *del modelo burocrtico al gerencial: lo que antes era signo de racionalidad moderna-la burocracia- la sujecin de la administracin a reglas, empieza a tener deficiencias: no est preparada para casos especiales, nuevos, su tiempo de elaboracin es ms lento que el sector privado. Si bien las competencias fijas en la distribucin de funciones alivian la jefatura de servicio, hacen ms transparente la divisin del trabajo y evitan conflictos sobre las posibilidades, fomentan una mentalidad de reduccin del sentimiento de responsabilidad al mbito del trabajo especfico y no al ms integrado. El principio jerrquico conduce a eludir las responsabilidades, enviando las decisiones hacia arriba, sobrecargando al mximo nivel. ste no est dispuesto en delegar responsabilidad en instancias menores. Combinacin de rigidez, falta de involucramiento y de misin, una insuficiente capacidad de adaptacin e innovacin de la organizacin burocrtica frente a la sociedad ms compleja y dinmica. El pasaje del modelo de gestin burocrtica de actuacin autorreferenciada al gerencial parte de la bsqueda de una mayor eficacia-eficiencia de las organizaciones, racionalizar el gasto y para reducir la velocidad entre la gestin poltica y la ejecucin administrativa. Pasar a gobiernos abiertos e innovadores, donde las estructuras organizativas atiendan a no ser piramidales sino de interdependencia jerrquica y de autonoma funcional, favorecienco el trabajo en equipos. Apuntan a que haya mayor compromiso del personal, incentivos, descentralizacin, e incorporacin de roles de auditoras y fiscalizacin. Aparece un cuestionamiento a la funcionalidad de los jerrquico, vertical y piramidal de las organizaciones, junto a promocin de lo flexible, horizontal y de la coordinacin en red. El modelo anterior se convierte en barrera a la innovacin y a la generacin de compromiso y motivacin del personal. Tiende a fomentar el buen manejo de los fondos pblicos, la planificacin y presupuestacion en tiempo y forma, impulsando la realizacin de presupuestos en programa. La eficacia-performance estn vinculadas a la calidad de los servicios, a un ciudadano referido como cliente, consumidor o usuario, supone una lgica de gestin basada en la demanda mas que en la oferta. Dice brunner, frente a la crisis actual, lo que se requiere es un nuevo contrato social entre las instituciones, la sociedad y el gobierno, que se funde en 2 ejes, la rendicin de cuentas (acontability) y la evaluacin de los institucional y la diversificacin de presupuesto pblico. *del modelo partidario al de coordinacin en redes y comunicativo. en algunos municipios aun est presente el modelo tradicional de gestin dependiente del gobernados, con centralizacin en las decisiones, este empieza a mostrar indicios de agotamiento. Las mayores competencias con menores recursos obligan a tener que hacer mas eficiente la gestin, lo que revela las limitaciones del modelo. La clase poltica, a partir de la prdida de credibilidad, comienza a revisar las formas de acumulacin vinculadas a lo partidario, ideolgico y clientelar que empiezan a mostrarse limitadas. El surgimiento de otra forma de acumulacin basada en la articulacin con organizaciones de la sociedad civil y una bsqueda del consenso, dialgica, basada en la eficacia, el control, a partir de perspectivas compartidas sobre la sociedad local deseada. Se retoma una visin de la poltica de concepcin comunicativa y comunitaria. Esto promueve un nuevo tipo de liderazgo comunal. Una conduccin ms abierta hacia afuera del municipio con un dialogo transversal con distintas fracciones de los partidos e interjurisdiccional y un creciente rol de la mujer, donde los inversores operan en escalas globales y requieren mayor conocimiento tcnico y posibilitar la innovacin. Se revela la voluntad de la sociedad de participar a travs de canales no partidarios o gremiales, cuestionando el usual funcionamiento de los partidos y del los consejos deliberantes, que no cumplen con la elaboracin de polticas pblicas municipales, por causa del principio de gobernabilidad, los concejales se limitan a aprobar las iniciativas del ejecutivo. Esta deficiencia se produce en parte por el voto sbana, que impide seleccionar a los candidatos de real vala por los que el ciudadano desea votar; por la imposibilidad d de control de la gestin del consejo sobre el ejecutivo o por no poder participar ms de ste; persistencia de una cultura clientelar donde los aparatos partidarios y las listas sabanas dificultan la seleccin de las elites preparadas y con capacidad de trabajo en equipo. El cambio del modelo de gestin se enfrenta a problemas de tipo administrativo y de acumulacin poltica. Los recursos humanos en los municipios plantean la paradoja de tener exceso de personal y falta de personal especializado. Las tradiciones clientelares de reclutamiento y enfoques burocrticos basados ms en la antigedad que en lo meritocrtico, falta de tcnicos preparados. La reformulacin de sector pblico y la bsqueda de eficacia conviven con reformas administrativas interpretadas como minimizacin del nivel municipal del estado. La situacin de hacerse cargo de las nuevas competencias y exigencias de la descentralizacin, puede realizarse de dos modos: acrticamente, pensando en la inevitabilidad de un proceso que desborda los mrgenes de este escenario o recuperando la idea de creatividad de lo poltico y del lugar que tiene el estado en esa construccin. El proceso reformista puede encararse de una forma abstracta, al no tener en cuenta los problemas que derivan de la significacin alcanzada por el clientelismo poltico. En la dimensin poltica, si bien el nuevo modelo de gestin es bien visto por los funcionarios, se puede dilatar su incorporacin porque no hay recursos para realizarlo, como por no ver con claridad el redito poltico que puede obtenerse encarando este camino o por las resistencias. Hay un conflicto entre el surgimiento de esta nueva esfera publica, basada en modalidades de participacin social desde organizaciones vecinales y ongs, y la poltica tradicional de los partidos. Del rol pasivo al desarrollo local: el rol pasivo en lo econmico tuvo dos motivos, por el carcter autrquico y delegativo del gobierno local, su falta de competencias y de recursos, y por el predominio de las polticas de desarrollo desde los 40 en adelante, un desarrollo desde arriba, donde los enfoques keynesianos y desarrollistas privilegiaron el estado nacional y en los 60 el desarrollo regional e interprovincial. Un nuevo activismo econmico municipal: esta perspectiva pasiva local ahora es cuestionada por el influjo de privatizaciones, la descentralizacin y la desestructuracin del modelo productivo anterior por la economa abierta y competitiva. Debido al ajuste y las demandas sociales, los municipios se orientan hacia un mayor activismo econmico. Las preocupaciones son por la falta de empleo y de la necesidad de capacitacin. Parte del supuesto de que el problema del empleo puede resolverse eficazmente por la tarea de las autoridades locales, la administracin pblica ms prxima al ciudadano, lo que requiere capacitacin tcnica y poltica de los recursos humanos locales, y el mximo aprovechamiento de los recursos. Se intensifica la bsqueda de las potencialidades locales antes que esperar las decisiones centrales; incorpora a productores, empresarios y organizaciones sociales del lugar para encontrar alternativas de organizacin econmica, racionalizar el uso de los recursos financiero e intensificar el uso productivo de los recursos disponibles. Se pueden conformar distritos industriales, entes interjurisdiccionales para promover el desarrollo regional, organizar productores, etc. La importancia de la configuracin de nuevas areas de solidaridad basadas en lo territorial, econmico y cultural, y del reposicionamiento de cada ciudad; una novedosa vinculacin del municipio con las cmaras y diversas organizaciones del conocimiento, y a despertar potencialidades ocultas. La planificacin estratgica en el desarrollo local: presupone incorporar a la gestin pblica al sector privado y social, as como una mayor flexibilidad sobre las fronteras y debilidades de la estructura productiva local. Requiere que los municipios amplen su esfera de actuacin, agregando a sus funciones tradicionales el diseo de estrategias de desarrollo local, de asistencia a la comunidad empresarial local, atraccin de inversores. No significa salir de un rol pasivo en lo econmico para ser interventor, productor o empleador, sino incorporar una perspectiva de estado catalizador, estratgico y no solo como distribuidor de recursos pblicos. El objeto es amplificar la capacidad productiva de una ciudad o microregin a travs de la coordinacin e integracin de esfuerzos focalizados. Las tendencias de la globalizacin aumentan las amenazas de desestructuracin productiva y desempleo, pero abren posibilidades para configurar nuevas empresas, las particularidades territoriales son importantes para desarrollar una capacidad estratgica local. Para esta capacidad estratgica, cada municipio dispone de un conjunto de recursos humanos, naturales y financieros, u patrn histrico y cultural, infraestructura, un saber hacer tecnolgico potencial de desarrollo. Identificar las competencias de base con que se cuenta, aumentar el valor agregado local y generar sinergias, cooperacin entre actores sociales. Las ciudades tienen una importancia especial porque desarrollan ms competencias entre si. Consecuencia de la globalizacin es la reaparicin de la ciudad como protagonista de la escena mundial. Las ciudades van definiendo nuevas polticas metropolitanas que se adoptan con plena autonoma del gobierno nacional. Este proceso tambin profundiza las diferencias sociales y geogrficas, haciendo que el protagonismo nos sea homogneo ni generalizado. Hay diversas situaciones segn el tamao de la ciudad y desarrollo econmico entre grandes ciudades, intermedias y pequeas comunas. Las primeras cuentan con recursos y contactos de nivel internacional, estn integradas al circuito de produccin y al consumo internacional, son espacios privilegiados de articulacin de las realidades nacionales con la global. Tambin concentran cordones de pobreza, afrontan problemas de exclusin, inseguridad. En las intermedias hay un base de recursos materiales, gran dinamismo e innovacin al desarrollo local. Y la mayora de los municipios de tercer rango, algunos dependientes, mientras ms pequeo, est menos capacitado, pero surgen respuestas innovadoras via concertacin intermunicipal por microrregiones productivas. La planificacin estratgica es instrumento clave para asociar a la comunidad y comprometerla con esas metas del desarrollo local, para identificar oportunidades y amenazas, y para generar una nueva institucionalidad. Este enfoque replantea el planeamiento tecnocrtico centralizado, concibindolo como instrumento de una nueva forma de hacer poltica, de carcter concertado e interactivo. El gran desafo del planeamiento estratgico es que la comunidad asuma como propio el proyecto o el lineamiento que surge de esta concertacin. Requiere la intervencin conjunta en aspectos urbansticos, econmicos y culturales. Las oportunidades y amenazas al desarrollo local estn condicionadas por: la histrica debilidad institucional y de recursos propios, la ausencia de tradicin municipal, escasa capacidad institucional debe confrontar con la presencia de un urbanismo de mercado donde el que planifica es el sector privado, con un fuerte impacto en la trama social y productiva por los shoppings e hipermercados sin ninguna relacin con el lugar. La existencia de zonas inviables, vinculadas al anterior trazado ferroviario, a la estructura del modelo industrial sustitutivo, al impacto de las privatizaciones de empresas publicas. Hay un cuadro de disparidades regionales, donde las inversiones se concentran en pocos centros. La localidad de una inversin responde a criteris de mxima rentabilidad y a las ventajas que ofrece la ciudad, como infraestructura, comunicacin, disponibilidad y calificacin de la oferta laboral, centros de desarrollo tecnolgico y de capacitacin, todo ello define el nivel de competitividad territorial. Es notoria la falta de polticas activas por parte del gobierno nacional, el escaso apoyo a las pymes en el crdito y en la elaboracin de diseos. Lleva a que cada zona deba construir su propio escenario sin mayor ayuda. Los territorios que han alcanzado niveles previos de desarrollo y que cuentan con capacidades estratgicas pueden usar las nuevas oportunidades con ms facilidad. La globalizacin se transforma en una oportunidad favorable para los territorios con niveles medios de desarrollo y dotados de capacidad estratgica. Otros obstculos son las debilidades tecnolgicas y comerciales de las comunidades locales para participar activamente en el mundo global. Frente a la falta de integracin, se trata de aprovechar en beneficio comn las fortalezas parciales, tanto tecnolgicas como comerciales. Otorgando estmulos econmicos a la capacidad local a cargo de empresas lderes, instalar transformadores de materias primar agrcolas o industriales producidas localmente, desarrollas proveedores locales de componentes industriales o de servicios y proteger los micromercados. En un nivel ms amplio, provincial, nacional o regional, hay que fortalecer esta inyeccin de participacin social con incorporacin tecnolgica al mundo de las pymes y lo local. Puede sealarse como obstculo la habitual disociacin entre produccin, competitividad y recursos educativos zonales. Esta brecha es ms evidente con el aporte que tiene el conocimiento para el logro de productos de calidad. El desafo para el sector pblico, de proveer capacitacin y articulacin entre instituciones tecnolgicas, educativas y universitarias locales con las empresas. Del modelo residual a la gerencia social: aspectos sociales. La poltica social fue casi inexistencia en la gestin local tradicional, salvo algunas prcticas asistenciales y de emergencia. En el anterior modelo la poltica social era realizada por el gobierno nacional. En la nueva relacin estado-mercado-sociedad civil que promueven las polticas neoliberales, se produce una desarticulacin de la condicin salarial, informalidad, desempleo estructural y precarizacin. Una redefinicin de la poltica local, en polticas focalizadas de carcter descentralizado y de financiamiento de la demanda. El agravamiento de la situacin social por la desestructuracin de las economas regionales y la expansin del desempleo lleva a que el municipio deba ocuparse de la poltica social, constituyndose en objeto de demandas. El quiebre del contrato laboral previo genera vulnerabilidad y declinacin de clases medias, una ampliacin de la problemtica social, nueva pobreza y perdida de integracin social, inseguridad, droga exclusin. Esto es asumido por el municipio de diversas formas, algunas de forma mas centralizada con poltica asistencial dirigida por la provincia. Otros, con estrategias descentralizadas, con asociaciones vecinales, polticas sociales y en funciones descentralizadas. Tambin otra modalidad es la de gestin asociada, que comparte el diseo e implementacin con las organizacin vecinales. *nueva articulacin del gobierno con la sociedad civil. Fomentar el contacto con el tradicional fomentismo con las organizaciones partidarias de base. Establecer vnculos con sectores de produccin, del conocimiento y del asociacionismo no gubernamental para disear y gestionar conjuntamente polticas sociales. Incorporar la problemtica del desempleo y vivienda, fomentando microemprendimientos y autoconstruccin, experiencias con organizaciones comunitarias. El nuevo rol del municipio se constituye en la descentralizacin, la terciarizacion de servicios pblicos y mejoramiento de la calidad ambiental. Hay una paulatina incorporacin de un nuevo paradigma de poltica social focalizada que desplaza al vinculado a polticas universales, busca promover la organizacin de los sectores populares y su capacidad para elaborar proyectos sociales. Se incorpora la coordinacin en base a redes. El pasaje de una poltica vertical hacia otra modalidad que genera una demanda organizada para obtener los recursos que provee la poltica social. En este esquema el gobierno local requiere una sociedad civil activa para maximizar los escasos recursos disponibles y se vuelve mas diversificada demandando nuevas formas de articulacin para identificar problemas, definir metas y objetivos. Promover una relacin de correponsabilidad entre estado y sociedad para sortear la crisis. Esta apertura a diferentes voces y protagonistas lleva a una redefinicin de lo que entendemos por espacio pblico y espacio privado. Se estn empezando a difundir programas nacionales destinados a la consolidacin de organizaciones comunitarias y a la constitucin de redes horizontales autnomas, es evidente que el acceso a estos programas depende de la capacidad gerencial y del contacto y lobby poltico de que se dispone. Se trata de una nueva institucionalidad conformada por mesas de concertacin, consejos consultivos, espacios de planeamiento estratgico, talleres, consejos sociales, etc. La incorporacin de la poltica social en lo local enfrenta tensiones y obstadlos. Los gobierno locales no tienen poltica social sino reparto por la falta de recursos propios. Tienen capacidad para determinar demandas sociales, pero con una deficiente capacidad de intervencin tcnica y escasez de recursos presupuestarios. La descentralizacin suele chocar con la falta de recursos para llevarla a cabo, porque parte del presupuesto se lo llevan los sueldos del personal. Llevar adelante una poltica de descentralizacin sin asegurar los ingresos de los municipios puede agravar las desigualdades regionales y con ello las desigualdades sociales, con el deterioro del sistema estatal. El cambio de paradigma hacia el modelo gerencial obliga a repensar en qu medida la poltica social focalizada puede cambiar las estructuras que producen la pobreza y no solo paliarla. La poltica social debe vincularse con el desarrollo local y con la articulacin micro y macro. Se producen conflictos entre los tiempos distintos que manejan los tcnicos (mediano plazo) y los polticos (urgencia); entre la orientacin profesionalista y la clientelar; entre la turbulencia de los tiempos electorales de los polticos, el de los tcnicos, el de la burocracia y de la misma gente. Otra problemtica deriva de la debilidad de los actores que tienen que interactuar con el municipio para concertar las polticas sociales. Los conflictos por el escaso reconocimiento de variables socioculturales de los programas, de la poca atencin a su historia y a las verdaderas demandas. La articulacin gobierno-sociedad civil genera conflictos entre las ongs, preocupadas por su autonoma, y una clase poltica con orientacin electoral y clientelar. Los gobiernos locales se encuentran con la desconfianza en las asociaciones intermedias respecto del gobierno comunal por la capacidad para cooptar o partidizar programas. Los municipios no logran establecer interlocutores validos. A veces la poltica social compensatoria tiene como objetivo mantener la gobernabilidad, eliminando o conteniendo los focos de pobreza extrema, pero evitando la negociacin con otros actores sociales (asociaciones, ongs). El desempleo estructural y el dualismo de las polticas macroeconmicas neoliberales hace que municipios atraigan migraciones que complican la situacin, generando nuevas fuetes de dependencia y clientela. Hay ciudades que gastan su presupuesto en tareas de asistencia destinada a periferias. Aparece en el horizonte una ciudad incvica, dual, de guetos. El fenmeno de la inseguridad y migraciones en bsqueda de asistencia. Lleva a una polarizacin, tendencia a una urbanizacin de espacios privados muy protegidos y consolidacin de zonas de supervivencia. Condiciones y desafos a la innovacin: requerimientos para sustentabilidad del proceso de cambio. La revalorizacin de lo local muestra el comienzo de otro modelo de gestin local y de vnculo entre gobierno y sociedad civil. La asuncin de los nuevos roles del municipio no significa la eliminacin de los antiguos, sino su mejor cumplimiento, hay una concepcin de la poltica mas dialgica y negociadora. La emergencia de una concepcin de la poltica local mas como coordinacin y articulacin de energas sociales y espacios descentralizados que como confrontacin ideolgica. Ms basada en la capacidad estratgica y de gestin propia que descansando en la nacional o provincial. Las condiciones para este proceso de innovacin son: el liderazgo: un liderazgo promotor de nuevas ideas de gestin pblica y de proyectos. Con voluntad poltica de innovacin. El nuevo liderazgo ya no es un personalismo inspirado, sino un hbil promotor de equipos que permiten descentralizar las tareas y generar masa crtica. Mas que un lder poltico clsico, es aquel que muestra capacidades de orientacin estratgica de mediano plazo y de generar consensos. Aparece tambin como un empresariado publico que promueve y genera incentivos. Mecanismos de participacin social y coordinacin con redes: centrales para generar sinergias. El involucramiento de la poblacin en las polticas publicas a travs de organizaciones comunitarias, consejos, para generar capacidades de resolucin local, la participacin comunitaria y ciudadana es fundamental para los efectos innovadores. La constitucin de redes interorganizaciones (articulacin vertical y horizontal):es ineludible porque los municipios no son autosuficientes financiera, econmica ni polticamente. Se requiere la conformacin de una coalicin productiva que aumente su capacidad de presin y obtencin de informacin y recursos de agencias provinciales, nacionales e internacionales. El aumento del componente tcnico (el conocimiento): contar con mejores diagnsticos, informacin y capacidades institucionales. Para el buen gobierno es necesario tener escenarios ms precisos sobre la realidad social y econmica circundante y contar con equipos capacitados para gestionar e innovar. Se trata de gestionar con recursos de mejor nivel u elevar el nivel educativo general de la sociedad para la competitividad y empleabilidad local. Esta transferencia de conocimientos desde universidades, politcnicos, centros de investigacin, consultoras o institutos de investigacin y a travs de diferentes modalidades. Sin alguno de estos componentes es difcil pensar en un proceso de reforma de la gestin local que pueda trascender la coyuntura y orientarse a la eficacia y a la equidad, a la eficiencia junto con la participacin. Lmites y posibilidades del fortalecimiento de lo local.: la innovacin en la gestin local no significa recortar el espacio pblico, alentar un nuevo localismo, tampoco es ignorar la responsabilidades del mbito nacional, pero s es afirmar que lo local tiene mrgenes de autonoma y que pueden aprovecharse con mayor capacidad gerencial, estratgica y de articulacin pblico-privado. Evitando un doblo problema: la total identificacin con la microregin y la propia ciudad (sesgo localista) y el de considerar la esfera macro o nacional como la nica relevante (el centralismo). Significa reconocer los niveles en que se juega la problemtica del poder en la etapa de la globalizacin (nacional. Subnacional, regional) y ver la necesidad de su articulacin. Descentralizar puede significar fortalecer lo local en lo institucional y en sus recursos, como mejorar su rol de contencin y descentralizacin de la crisis. Y esta articulacin de distintos niveles no es diferente al sentido que tenga la descentralizacin y la posibilidad de generar poder local. Fortalecer lo locas no solo requiere mejorar la asignacin del gasto, reorganizarlo, hacer mas transparente y eficiente la poltica social, tambin promover una mayor autonoma institucional y econmica, una redistribucin distinta de los recursos. Explorar nuevas posibilidades institucionales. Esta revalorizacin de lo local no supone una revolucin sino una oportunidad, un desafo de cara al final de siglo y del milenio. Una generacin de nuevo modelo de gestin hacia el conjunto de los municipios. Este desafo no solo es para la clase poltica local, tambin para la sociedad civil del sector privado y del tercer sector.