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Osa Ratio Institutionis 1993

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PLAN

DE FORMACIN AGUSTINIANA

Ratio Institutionis

Ordinis Sancti Augustini

Roma 1993
Introduccin
Uno de los objetivos programticos que el Consejo
General se ha fijado como prioritario al comienzo de
su mandato ha sido la elaboracin de una Ratio
Institutionis para la Orden. El Consejo General,
tomando en consideracin la legislacin de la
Iglesia y las decisiones del Captulo General
Ordinario (prop. 23), ha querido unir en un mismo
propsito la disposicin capitulan interpretndola a
la luz del Derecho comn. En consecuencia, enco-
mend la tarea de elaborar una Ratio Institutionis a
una Comisin internacional formada por el P. Pietro
Bellini como coordinador y los siguientes
representantes de las diversas Asistencias: PP.
Emmanuel Borg Bonello (I), Domingo Natal (II),
Tarsicio van Bavel (III), John Huges (IV), Gregorio
Gallardo y Martn Gadea (V), y Theodore Tack (VI).
La Comisin ha elaborado diversas redacciones del
documento, con gran participacin de toda la
Orden. Ha sido objeto especfico de estudio en un
congreso internacional de formadores, celebrado en
Roma en julio de 1992.
Con algunas leves modificaciones, el Consejo
General ha hecho propia la cuarta redaccin del
documento, aprobndolo, con carcter experi-
mental, hasta el prximo Captulo General
Ordinario de 1995.
Por su propia naturaleza, la Ratio Institutionis es
un instrumento para la formacin, que ofrece los
elementos que se juzgan esenciales para una for -
macin agustiniana. Por voluntad de la Comisin

3
y del Consejo se han excl uid o expresame nte de dio en cursos de formacin permanente o en cap-
este documento tanto los aspectos generales de la tulos de renovacin comunitaria puede ayudar en
formac in, como lo s netam ente lo cal es. Los pri- ese til proceso de clarificacin y fomento de la
meros, porque pueden encontrarse en las orienta- propia identidad y misin en la Iglesia.
ciones de la Iglesia y en la amplia bibliografa En el do cu me nto pr im a la in sp ir aci n en San
existente en cualquier lengua sobre las exigencias Agustn sob re la tradicin jur dica e histri ca de
del proceso formativo. Los aspectos particulares, la Or de n, qu e es tam bi n parte im po rtante de
porque un documento de este gnero no puede nuestra identidad. Consideramos legtimo y nece-
sus tituir ni anul ar las pec uli arid ades loc ales , ni sari o este rec urso a San Agustn . La Regla que
las exigencias de inculturacin que deben dio a sus seguidores y la espiritualidad que plas-
acompaar todo pro ces o fo rmativo . Su orientaci n m en sus fundaciones monsticas constituye sin
es pues exclusivamente agustiniana, y pretende du da lo me jo r de un a he re nc ia es pi ri tual qu e
configurar los elem entos de espiritualidad debemos recuperar y fomentar. Dentro de ese rico
agustiniana que deb en caracterizarno s en patr imo nio es igualmente vlido enf atizar
cual quier contexto histrico o social. aque llos valores que presentan hoy particular
significacin para el hombre contempor neo . La
Las diversas circunscripciones de la Orden debern fi del idad a un carisma obliga a leer los signos de
revisar sus planes particulares de formacin antes los tiempos y a encontrar en la propia
del Captulo General prximo, para inspirarlos en los espiritualidad las orientaciones que resultan ms
principios contenidos en este documento. Los PP. vlidas y significativas para el momento presente.
Asistentes Generales tienen el cometido de De ese modo, la interioridad, la comunidad y la
acompaar este proceso de adaptacin y de presen- misin, com o com ponente s ese nciales de
tar sus resultados al Consejo General. nuestra identidad agustiniana, mantienen su
validez permanente po rq ue adquie r en un a
Es te do cu me nt o na ce en el co nt ex to de un a ex pr es i n actual po r medio de la vuelta a San
reflexin de la Orden sobre s misma, que ha ini- Agustn.
ciado con la vuelta a las fuentes propiciada por el El Consejo General, al presentar gozoso este
Concilio Vaticano II, y que se ha plasmado particu- documento, fruto de una ampl sima participacin
larmente en la nueva edicin de la Constituciones. de toda la Orden, confa en que pueda cumplir los
Responde, en consecuencia, al deseo de ofrecer un fines para los que ha sido redactado y aprobado.
camino agustiniano de formacin, con toda su Afectsimo en San Agustn,
riqueza, como herencia y futuro de las generaciones
Prot. 198/93
nuevas. En ese sentido la Ratio Institutionis puede
significar una ayuda para nuestra propia Roma, 28 de Agosto de 1993.
autocom pre nsin y para confi gurar una concie n- Miguel Angel Orcasitas
cia ms clara de nuestra propia identidad. Su estu- Prior General
O.S.A.
4
SIGLAS DE ABREVIATURAS DE LOS DOCUMENTOS

AAS Acta Apostolicae Sedis

CA Centesimus Annus

CIC Cdigo de Derecho Cannico

CL Christifideles laici

Const. Constituciones O.S.A. 1990

LG Lumen Gentium

PC Perfectae Charitatis

PI Potissimun Institutionis. Orientaciones sobre la


Formacin en los Institutos Religiosos, Vaticano,
Edicin Polglota, 1990.

RC Renovationis causam

NB. Las obras cuyos autores no se citan son de San Agustn.


PARTE I

INTRODUCCIN

1. Finalidad de este Plan

1. Con el fin de asegurar una fundamentacin y una identi-


dad agustiniana comunes y facilitar el trabajo del personal
de formacin, el Captulo General Ordinario de 1989 deter-
min que se deba redactar una "Ratio Institutionis" o Plan de
Formacin Agustiniana para toda la Orden.

La necesidad de este Plan est tambin expresada en el Cdigo de


Derecho Cannico (1) y ha sido urgido recientemente por la
Santa Sede a travs de su documento Orientaciones para la
Formacin en los Institutos Religiosos (PI 4).

2. El presente Plan pretende integrar y detallar lo que est ya


contenido en las Constituciones (2), concretar ms claramente
los elementos esenciales de la Formacin Agustiniana, pre-
sentar los principios y las lneas orientadoras de la Formacin
que se basan en la espiritualidad agustiniana y aplicarlas a las
distintas etapas de crecimiento en la vida religiosa agustiniana.
Es de esperar que este Plan contribuya tambin a promover
una mayor unidad de espritu y de ideales dentro de la Orden.
No obstante, es necesario decir aqu que todo este material se
presenta de una forma muy condensada. Para sacarle el
mximo provecho y aplicarlo de modo apropiado a las
diversas circunstancias locales, ser necesario un estudio serio
y una meditacin adecuada del mismo.
2. Nuestra Orden goza de una gran riqueza espiritual, no sola-
mente por su herencia y tradicin agustinianas, sino tambin

(1) CIC 646; 650, 1; y especialmente 659, 2-3.


(2) Especialmente Const. 206-221.

9
por la riqueza de la diversidad cultural de sus miembros. Este conseguir este objetivo comn a todos a travs de la profe-
Plan desea respetar plenamente esa diversidad. De hecho, este sin de los consejos evanglicos. De este modo se esfuer-
Plan es tambin en cierto modo el fruto de esa diversidad, ya zan po r segui r ms de cerca al Seor, que no dud en
que la aportacin y la experiencia de los agustinos de todo el humillarse a s mismo y hacerse pobr e por nosotros y que
mundo han contribuido a su desarrollo. Teniendo en cuenta, no vino a ser servido sino a servir (5). Cuando caminamos
adems, que la Formacin se debe desarrollar en distintas cir- hacia esta meta mediante la vivencia en la fe de nuestra pro-
cunstancias segn las diversas naciones y jurisdicciones de la fesin rel igiosa , "no s con ver timo s en un autntico signo
Orden, las orientaciones generales aqu propuestas tendrn que par a tod o el Pue blo de Dio s y damos testimo nio de una
ser complementadas con un Plan de Formacin propio que ha nueva vida que comienza ciertamente en este mundo... (y)
de redactarse en las distintas jurisdicciones. Este Plan propio somos un ejemp lo vivo y perma nente de la forma de vida
deber tener en cuenta lgicamente tanto las circunstancias que el Hijo de Dios acept al venir a este mundo para hacer
(6)
socioculturales y locales como la vida de la Iglesia local. la voluntad del Padre" y que El mismo propuso a los
(7).
discpulos que lo siguieron
2. A quin va dirigido 6. Este fin primario de toda vida religiosa reviste caracter-
sticas an ms especficas para aquellos que experimentan
4. Es te Plan es t pr in ci pa lm en te pe ns ad o pa ra lo s una llamada a vivir una vida consagrada como agustinos.
Superiores Mayores, para los formadores, equipos de for- La formacin agustiniana no busca solamente llevar a ple-
mac in y sus colabo rado res a todo s los niv eles, y para nitud nuestra consagracin bautismal mediante la profesin
aquellos que se encuentran en perodo de formacin. Pero pblica de los votos (8), sino que se propone hacerlo espec-
como el verdadero crecimiento de nuestros candidatos y de fic ame nte sig uie ndo el ej emp lo y la ens ea nza de san
todos los que se encuentran en las distintas etapas de forma- Agustn y de una sana tradicin agustiniana. Esta se basa
cin "no puede llevarse a cabo sin la cooperacin atenta e tanto en el pensamiento de san Agustn como en la orienta-
incansabl e de tod a la Fami lia Agus tiniana (3), se urge a cin que la Iglesia dio a la Orden cuando nos confiri exis-
todos los hermanos a tomar conocimiento de los contenidos tencia jurdica en los aos de 1244-1256. Esta tradicin
de este Plan. De la misma manera, todos deberan tomar tambin est apoyada en el ejemplo vivo de eminentes agus-
concienci a de cun impor tante es el ejemp lo de cada uno (9)
tinos tanto del pasado como del presente . Al formarnos
par a afirmar a aqu ell os que se hallan for mnd ose en la siguiendo estas lneas , cad a uno de nosotr os, ind ividua l-
vocacin que han abrazado libremente como respuesta a la mente y como miembros integrados en la Orden, consegui-
llamada personal de Dios (4). remos una clara identidad agustiniana.
7. Esta identidad agustiniana ser especialmente evidente si
3. Objetivos generales de la Formacin imitamos a san Agustn en estos aspectos especficos:
5. El fin prima rio de toda formacin cristiana es la unin (5) Cfr. Fil 2,4-9; 2Cor 8-9; Mt 20, 20.
con Cristo, ahora y por siempre. Los religiosos tratan de (6) Cfr. Jn 5,30; Hebr 10,7.
(7) LG 44, Const. 55.
(3) Const. 235. (8) Cfr. Const. 53.
(4) Cfr.Const.201. (9) Cfr. Const. 20-21.

11
a) en su gran preocupacin por la necesidad de una b) Como cristianos: aunque el crecimiento cristiano presu-
bsqueda constante de Dios por medio de una profunda vida pone el crecimiento humano, exige tambin el desarrollo
interior , y un amor prctico al prjimo(11); continuo del lugar que cada uno ocupa en la vida del Cristo
Total. En el pensamiento de Agustn, este Cristo Total es
b) en su amor a la verdad, que requiere una sincera dedica- prime ramente la Iglesia, pero se extie nde tambin a todo s
cin al estudio; los seres humanos a causa del amor de Dios que a todos
abraza ( 14) Una vocacin religiosa nace siempre dentro de la
c) en el impulso que l comunic a sus seguidore s par a Iglesia y se vive necesariamente en la Iglesia por medio de
vivir de todo corazn su "santo propsito" de una vida casta la fe, la oracin, y las buenas obras.
en comunidad, de acuerdo con el modelo de la primera
comunidad de Jerusaln
(12);
c) Como agu stinos : nuestr o cre cimi ento como agustinos
tiene lugar no slo en la realidad histrica de una parte de la
d) y en su pro fund a fe y en su singular amor a la Iglesia Orden, sino tambin en la comunidad de toda la Orden "que
(13)
comomadre . es la expresin ms fuerte de nuestra familia religiosa" (15).
Una autntica identidad agustiniana se podr establecer por
Esta identidad agustiniana se puede resumir en la bsqueda medio de la vivencia de la espiritualidad agustiniana, que
de Dios en una comunidad en la que compartimos nuestra quedar perfilada en las siguientes secciones de este Plan, y
fe y nuestra vida, y de la cual recibe su impulso y su valor sobre todo en la segunda parte.
el servicio que de todo corazn desempeamos en la Iglesia d) Como agentes de apostolado: dado que la Iglesia nos llam
y en el mundo. desde nuestros orgenes, a ser una "fraternidad apostlica" (16),
el apostolado es "una dimensin integral de nuestra vida reli-
8. Todo esto requiere, pues, que la formacin sea integral y
giosa" en la que encontramos "una expresin y un alimento
dure toda la vida. Se ha de prestar por lo tanto la debida (17)
del amor de Cristo . Formarse como agentes de apostolado
atencin en todo momento a las distintas dimensiones de
en la Orden exige comprender que "aunque los trabajos apo-
nuestra vida: como hombres, como cristianos, como agusti-
stlicos estn asignados a personas individuales, se deben rea-
nos y como agentes de apostolado.
lizar como encomendados a la comunidad"(18). Ms an, dado
a) Como hombres: se debe dar un cuidado apropiado a la que el apostolado abarca toda nuestra vida, va mucho ms all
salud corporal, a un adecuado desarrollo moral, intelectual, de la mera actividad e incluye tanto la oracin comunitaria
(19)
emocional y espiritua l; a la necesidad de pode r pros eguir como la personal, as como el estudio . La formacin para
las relaciones personales con familiares y amigos. el apostolado debe tomar adems seriamente en cuenta, y de

(14) Cfr. In ep. Jo. 1, 2: PL 35, 1979; Sermo 341, 1, 1: PL 39, 1493.

(15) Const. 9.
(10) Cfr. Const. 32-35.
(16) Const. 10.
(11) Cfr. Const. 23, 39-41. (17) Const. 41.
(12) Cfr. Hch 4,32-35; Sermo 355, 2: PL 39, 1569-1570; En. in Ps. 99, 11:
(18) Const. 162.
PL 37, 1277; etc.
(19) Const. 157.
(13) Cfr. Const. 54.

12 13
una manera especial, el compromiso evanglico de la Orden comn encue ntro con Dios, un encue ntro que se realizar
(20) ms plenamente si nos esforzamos por vivir en unidad y
con los pobres y su preocupacin por la justicia social .
(22)
armona ;
9. Esta formacin plena de la persona, que hemos expuesto a
grandes rasgos, no debe encerrarnos en nosotros mismos. Ms c) una fuerte vida de ora ci n vivida en comunidad , cen -
bien debe llevar a todos los Agustinos -tanto a los ms jve- trada en la celebracin diaria de la Eucarista cuando sea
nes como a los ms experimentados- a estar siempre abiertos pos ibl e, deb e enriquece rse con el esfuerzo de cad a uno
(2 3)
al crecimiento permanente y a los desafos, con frecuencia por adq uirir una pro fund a vida interi or . Deb er a exis-
dramticos, del mundo en que vivimos. Perfectamente con- ti r ta mb i n un ti empo ampl io de di ca do al es tu di o, al
sciente de estos desafos, la Orden adopt una posicin clara di logo, a compar tir la fe y las exp eri encias de apo sto la-
en el Captulo General de 1989 para ayudarnos a prepararnos do;
para el nuevo milenio que se acerca. Nuestro Santo Padre, el
d) el amor a Dios y a la Iglesia, si bien se expresa en activi-
Papa Juan Pablo II, ha insistido una y otra vez en la necesidad
dades concretas segn las necesidades de la Iglesia local,
que tiene el mundo moderno de aceptar estos desafos a travs
debe comenzar por la comunidad misma, donde este amor
de una "nueva evangelizacin", en la cual la doctrina social de
se manife star sobr e todo en un compr omiso prc tico de
la Iglesia (CA 5,2) as como el principio de solidaridad enten- (24)
amor a los propios hermanos .
dido como el compromiso por el bien comn de: todos (CA
10; CL 42), debe jugar un mayor papel.
5. Fuentes de la Formacin
4. Principios bsicos de una visin agustiniana de la 11 . La s fu en te s de la Fo rmac i n so n ab un da nt es . La
Formacin Sagrada Escritura y las enseanzas de la Iglesia, especial-
mente las contenidas en el Concilio Vaticano II y los
10. Dado que el modo como realizamos las cosas puede ser
documentos postconciliares, ofrecen abundante material
tan importante como el fin que deseamos conseguir, la for- relacionado con la Formacin. Pero entre nosotros debe
macin y el crecimiento de los que hemos hablado ms arri-
prestarse particular atencin a las fuentes agustinianas: los
ba se conseguirn ms fcilmente si no perdernos de vista escritos de san Agustn, sobre todo los que se refieren a la
algunos principios agustinianos fundamentales:
vida religiosa; obras sobre san Agustn que ilustran su
pensamiento y su ejemplo; la Historia de la Orden; las
a) el conjunto de la Formacin debera desarrollarse en una
atmsfera comunitaria que sea a la vez atractiva y exigente; Constituciones de la Orden, y libros y artculos que tratan
de nuestr a esp iri tualid ad y tra dic in. Una selecc in de
b) mientras que el respeto a la persona es ensalzado en la estos esc rit os se rec oge en la Bib lio gra fa con tenida al
Regla, necesita ser equilibrado con el respeto a la comuni- final de este documento. Otros escritos de esta naturaleza
(21)
dad , y esto porque la comunidad es el lugar de nuestro

(22) Cfr. Regula, cap. 1.


(20) Cfr. Captulos Generales de 1980, 1983 y 1989 en ACTA O.S.A. (23) Cfr. Const. 35, 95-107.
(21) Cfr. Regula 5,2. (24) Regula, passim.

14 15
disponibles en distintas naciones deberan ser indicados en PARTE II
los Pla nes de Forma ci n pro pio s de los que se ha hab lad o
antes (25). ELEMENTOS BSICOS DE
LA FORMACION AGUSTINIANA

12. Cuando hablamos de "Formacin Agustiniana", entendemos


una Formacin impartida teniendo en cuenta los acentos especfi-
cos que Agustn dio al mensaje de Cristo y que nos revelan su
ideal. De ninguna manera Agustn pretende ser el centro de nues-
tras vidas. Tal centro no es otro que Cristo y su Evangelio. No
obstante, la fe en Cristo no se vive de una forma abstracta, sino
siempre de un modo personal, como vemos por las diferencias
entre Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Pablo. Diferentes espirituali-
dades o mismas actan en estos autores, pues cada uno de ellos
insiste en aspectos diferentes del mismo mensaje.

Este fenmeno se repite a travs de toda la historia del


Cristianismo. Incluso hoy encontramos nuevas formas de espi-
ritualidad, esto es, nuevos nfasis en este o aquel valor evang-
lico. Pero estos nfasis personales son siempre limitados. No
abarcan la totalidad de la vida cristiana, y cuando no son ya
adecuados para nuestro tiempo tenemos que buscar otros.

13. En primer lugar, la Formacin Agustiniana debera fomen-


tar en los hermanos el amor y el arraigo en la Sagrada Escritura.
Las Escrituras jugaron un papel muy importante en la vida de
Agustn despus de su conversin, conforme las fue estudiando
y progresando en su comprensin. En ellas busc el fundamen-
to y la inspiracin de su estilo de vida, de su espiritualidad, de
su contemplacin y de su teologa, como lo expresa en sus
Confesiones: "Que tus Escrituras sean mi delicia... Tu voz, mi
(26)
felicidad" . "Deberamos hacer un nido en nuestros corazones
(27)
para la Palabra de Dios" . Agustn puso toda su educacin

(26) Confessiones 11, 2, 3: PL 32, 810.


(25) Cfr. supra, n.3. (27) Sermo 343, 1: PL 39, 1505.

16 17
clsica y retrica al servicio de la Palabra de Dios. La Biblia, y 15. El planteamiento que Agustn hace del ascetismo es marca-
especialmente los Salmos y el Padrenuestro, fueron la fuente de damente diferente del de sus predecesores. Para l, cada aspecto
su oracin personal. Familiarizar a sus fieles y a sus monjes con de la vida comn es en s mismo un ejercicio de ascesis.
la Biblia fue considerado por l como la mejor contribucin que Consider la vida religiosa como un modelo alternativo de
poda hacer a su formacin. El ejemplo de Agustn en el amor y relaciones sociales que difiere profundamente del que se da
el uso de las Escrituras nos ofrece una valiosa orientacin para en la sociedad. Un monasterio tiene una funcin social de
nuestras propias vidas. amor y pretende renovar las autnticas relaciones humanas
inspiradas en la humildad y no en el poder. En este sentido,
la vida comunitaria agustiniana es tambin proftica, esto es,
14. Es alentador para nosotros que el mismo Agustn haya una proclamacin de, nuestra fe en el poder transformador de
indicado muy claramente el objetivo de sus comunidades reli- Dios y de su Reino.
giosas. Su modelo fue la primera comunidad cristiana de
Jerusaln tal y como es descrita en Hch 4,32: "tener una sola En los prrafos que siguen, la comunidad de alma y corazn
alma y un solo corazn" en nuestra comn bsqueda de Dios. centrada en Dios ser considerada como el eje de la espiri-
"Cmo queremos ordenar nuestra vida y cmo, con la ayuda tualidad agustiniana. Esto mostrar cmo la comunidad se
de Dios, la estamos viviendo nosotros, es bien conocido a encuentra en el corazn de todo el Programa de Formacin,
muchos de vosotros por la Sagrada Escritura. No obstante, en tanto en cuanto requiere compartir la vida, compartir
para refrescar vuestra memoria, debemos leer el importante nuestra bsqueda de Dios y compartir el apostolado.
(28)
pasaje de los Hechos de los Apstoles" . Agustn consider
importante revivir este ideal en su propio tiempo, y vio en ello
una contribucin decisiva a la instauracin del Reino de Dios
1. COMPARTIR LA VIDA EN COMUNIDAD
entre los hombres. Basta con mirar al mundo que hoy nos
rodea para darse cuenta que este ideal no ha perdido en abso-
1.1. Formacin para una vida de relaciones humanas
luto nada de su actualidad. Es caracterstico de Agustn aadir
a la idea de "una sola alma y un solo corazn", tomada de los 16. Dentro de nuestra tradicin, la vida de comunidad es nor-
Hechos de los Apstoles, las palabras "hacia Dios". La unani- mativa. Es precisamente aqu donde Agustn pone un nfasis
midad como tal no hace sin ms de un grupo una comunidad especial en el seguimiento de Cristo. La construccin de una
religiosa. Sin embargo, la unanimidad es necesaria para la for- buena comunidad no es otra cosa que poner en prctica el
macin de todos y cada uno de los grupos, cualquiera que sea mandamiento del amor a Dios y al prjimo. La vida de
su carcter. Al aadir "hacia Dios", se nos da una buena comunidad consiste en el cultivo de relaciones interpersonales.
descripcin de lo que es una comunidad religiosa segn Esta vida engloba el conjunto de toda existencia humana
Agustn. Se trata de un grupo de cristianos que han decidido concreta: poner en comn la fe, la esperanza, los afectos, los
libremente reunirse, unidos por un solo corazn y una sola ideales, los sentimientos, los pensamientos, las actividades, las
alma, en el camino hacia Dios. Por esta razn, y slo por ella, responsabilidades, las limitaciones, los fallos, los pecados, etc.
es por lo que en primer lugar se renen.

17. Esta puesta en comn supone apertura a los dems,


(28) Sermo 356, 1: PL 39, 1574-1575. sentido de pertenencia, aceptacin, confianza y apoyo, as
18 19
como sensibilidad y preocupacin por los dems. Aunque 1.2. Formacin para una vida de amor, humildad, ami-
stad, comunicacin y armona
algun os puedan ser ms sociables que otro s, un cierto
grado de pr eocup acin corp or al y espiritua l ha de ser
inc ulc ado. Pa ra el ind ivi duo, la comun idad local es el Vida de amor
medio en el cual se realizan las aspiraciones ms funda-
mentales. La comunidad debera ser tal que atraiga al can- 19. "Cuando comienzas a amar, Dios comienza a habitar
didato de modo que no viva agobiado cuando recibe su en ti" (29). Mientras otros escritores cristianos insisten -y no
formacin inicial en la vida comunitaria. Pero es tambin sin acierto- en ciertos valores bblicos como la oracin, la
importante que los formandos puedan aprender a construir obediencia, la simplicidad, la pobreza, Agustn enfatiza de
la comunidad entre ellos mismos, trabajando y dialogando una forma muy suya el amor por el hermano que est a mi
juntos. Vivir juntos significa, de modo muy especial, con- lado. As escribe: "mi esperanza en el nombre de Cristo no
versar juntos, pues el lenguaje es nuestro medio de comu- es estril, porque no slo creo, Dios mo, que de estos dos
nicacin fundamental. Sin dilogo, la vida de comunidad mandamientos (amor a Dios y amor al prjimo) dependen
simplemente desaparece, siempre y en todas partes, tal y toda la Ley y los Profetas (Mt 22, 37- 40), sino que he
como ocurre en todas las relaciones humanas cuando el experimentado tambin, y lo experimento cada da, que ni
dilogo falla. un solo misterio o palabra oscura de la Sagrada Escritura
lle ga a ser cla ro par a m a meno s que me encuentre con
estos dos mandamientos: "pues el fin de los mandamientos
18. El candidato debera ser consciente de que, incluso en es el amor de un corazn puro, con una buena conciencia y
la misma perspectiva agustinian a, hay diferentes tipo s de una fe sincera" (1Tim 1, 5), y "el amor es la plenitud de la
vida comunitaria. Por ejemplo, hay cierta diferencia entre ley" (Rom 13,10)" (30).
una comunidad agustiniana centrada en torno a una obra de
apostolado y otra centr ada en un pr oye cto de estud io.
Tambin hay diferencias debidas a divergencias culturales y
20. Este texto muestra claramente cmo Agustn lee toda la
nacionales. En algunos casos, estas relaciones sern ms pro-
Biblia a la luz del amor. El doble mandamiento del amor en
fundas que en otros; unas veces habr ms confianza y otras
Mateo (22, 37-40) es el fundamento teolgico sobre el que
menos. Hay tanto s tipos de relaciones como de personas.
Agustn asienta una buena vida de comunidad como un valor
Sin embarg o, una comunidad agustiniana deb e cump lir
en s misma, porque tiene que ver directamente con el amor
ciertos requisitos caractersticos para ser realmente agusti-
al prjimo y la corresponsabilidad. Es una conviccin propia
niana.
de Agustn que el amor a Dios es lo primero como manda-
miento, pero que el amor al prjimo es lo primero a nivel
De acuerdo con Agustn, la vida de comunidad tiene senti- prctico: "sobre estos mandamientos se debe siempre medi-
do por s misma. No puede ser considerada como un mero tar, se deben ponderar, a ellos debe adherirse uno y cumplir-
medio para otro fin; por ejemplo, su utilidad para tal o cual los.El amor a Dios es lo primero en el orden del mandamien-
trabajo. Un concepto utilitario de la vida comunitaria es
contrario a la mentalidad de Agustn.
(29)In epist. Joh. tr. 8, 12: PL 35, 2043.
(30)Epist. 55, 21, 38: PL 33, 222-223.
20 21
to, pero el amor al prjimo es lo primero en el orden de la Humildad
accin... Amando al prjimo y comprometindote con l, vas
(31)
avanzando Hacia dnde vas, sino al Seor Dios?" . 22. Una disposicin fundamental para vivir juntos en amor es
la humildad, como Agustn advierte en el primer captulo de
21. El amor a Dios Padre, a Cristo el Hijo de Dios y a sus la Regla. No hay amor si no es a travs de una paciencia
miembros, nuestros prjimos, estn tan ntimamente unidos humilde: "donde reina la humildad, all hay amor" (35). La
(32)
que se incluyen mutuamente y no se pueden separar . Es humildad es el terreno frtil del amor. El amor supone siempre
ms, Agustn insiste en el amor al prjimo como la norma la propia capacidad para superar el egosmo y abrirse a los
concreta de nuestro amor a Dios, ya que por su realidad dems. Pero esto no se puede hacer sin la humildad, que derri-
pr cti ca excluye cua lquier dec epc in (33). Est e punto de ba los muros que aprisionan al yo en s mismo. La humildad
vista, que el amor al prj imo es el medio ms apro piad o no consiste en un servilismo esclavizante, sino en tener un sen-
par a exp res ar con cre tame nte nuestr o amor a Dio s, tido justo de la realidad: "No se te pide que seas menos de lo
par ece ser muy vidente, pero la experiencia ensea que no que eres, sino que te des cuenta de lo que eres. Date cuenta de
es tan fcil de conseguir. Esto se entiende fijndose en las que eres dbil, que eres un ser humano, que eres pecador" (36).
dos conclusiones e Agustn extrae de este principio: Descubrimos el puesto importante que la humildad ocupa en la
espiritualidad de Agustn a travs de sus propias palabras:
a) Los miembros de una comunidad deben preocuparse en "deseara que os pusieseis con todo vuestro amor bajo la gua
primer lugar por tener unas buenas relaciones interpersonales de Cristo y que no siguieseis otro camino para conseguir y
en la vida diaria, pues ste es el primer camino hacia Dios; alcanzar la verdad sino aquel que ha sido ya marcado por El,
quien, como Dios, conoce la fragilidad de nuestros pasos. Este
b) La fecundidad de nuestra oracin, de nuestra liturgia y de camino es, en primer lugar, la humildad; en segundo lugar, la
nuestra vida sacramental, e incluso de la Eucarista, habr de humildad; en tercer lugar, la humildad... Y cuantas veces me
estar en relacin con nuestro amor a los dems. Esto no signifi- preguntes acerca de las normas de conducta de la religin cri-
ca que Agustn subestime la oracin y los sacramentos, sino stiana, prefiero no darte otra respuesta sino la humildad"(37). La
que el objetivo de estos es crecer en el amor, la fe y la esperan- fecundidad de la vida religiosa depende siempre de los grandes
za: "Puede que todos estn hacindose la seal de la Cruz de valores cristianos del amor y la humildad.
Cristo, que todos contesten 'amn', que todos canten el Aleluya,
que todos estn bautizados, que todos vengan a la Iglesia y lle-
nen los muros de las baslicas. Pero nada distingue a los hijos
de Dios de los hijos del diablo, sino el amor generoso...; si no Amistad en Dios
tienes esto, de nada te vale lo dems. Si te falta todo lo dems,
(34)
toma esto y habrs llevado la Leya su plenitud" . 23. La amistad en Dios es una de las caractersticas de la
amistad de Agustn. No slo le atribuye un lugar en la vida
(31) In Jo. ev.. tr. 17, 8-9: PL 35, 1531-1532.

(32) In epist. Jo. tr.10, 3: PL 35, 2055-2056.


(35) In epist. Jo. tr: Prlogo: PL 35, 1977-1978.
(33) Exp. epist. ad Galatas 45: PL 35, 2137-2138; In epist. Jo. tr. 8,4: PL
(36) Sermo 137, 4, 4: PL 38, 756.
[35] 2037-2038; De Trin. VIII, 8, 12: PL 42, 958.
(34) In epist. Jo. tr. 5,7: PL 35, 2016. (37) Epist. 118, 3, 22: PL 33, 442.

22 23
religiosa, sino que la considera como de gran ayuda y con- sa relacin personal que Agustn tanto celebr. En tiempos
suelo en nuestra atribulada existencia: "reconozco que me recientes, la amistad en la vida religiosa lleg a ser conside-
abandono totalmente y de modo total al amor de mis ms rada incluso como opuesta al amor a Dios, porque se pens
ntimo s amigos, especialmente cuand o estoy preo cupado que reflejaba tendencias homosexuales. Esto no es lo que
por los escndalos del mundo, y encuentro descanso en ese pensaba Agustn, y a nosotros toca defender este patrimonio
amor, libre de preo cupaciones. Esto es as porq ue sient o de genuina amistad que de l hemos recibido. Quiso adems
que Dios est ah presente y en El me dejo caer sin temor evitar otro peligro de la amistad, a saber, que uno se haga a
alguno, y en El encuentro mi descanso seguro. Con esa mi s mismo esclavo y completamente dependiente de otra per-
seguridad, no tengo ya miedo de la incertidumbre del maa- sona, incluso hasta llegar a la destruccin de su propia perso-
na, que es tan propio de la fragilidad humana... Las ideas y nalidad. La amistad se entiende aqu como una expresin
pensamientos que confo a un ser humano que est lleno de concreta de esa caridad que busca servir a Dios en el otro,
la car ida d de Cristo y se ha con ver tid o en un amig o de ms que buscar en esa relacin con el prjimo la gratificacin
plena confianza para m, no las confo ya a un ser humano de deseoso necesidades que son en s mismos inconsistentes
sino a Dios, en quien esta persona vive y por quien se ha con los valores de la vida religiosa.
co nv er tid o en un ami go d e p lena co nf ianz a" (38).
25. La composicin de las comunidades de Agustn sufri
Cierta ment e, la nica amis tad ver dad era es aqu ll a que
un ca mb io cu an do hi zo su s fu nd ac io ne s en Hi po na .
Dio s mismo cre a entre las per sonas que estn unidas a
Personas a las cuales l no haba conocido previamente se
El por vnculo del amor que ha sido derramado en nuestros
convirtieron en miembros de la comunidad. Se hizo imposi-
corazones por el Espritu Santo que se nos ha dado (39).
ble realizar con cada una de ellas los altos niveles de ami -
24. Aunque Agustn conoci el modelo del "abba" del stad que el mismo Agustn describi en una conversacin
monacato egipcio, en el cual un monje ms anciano era el tenida con sus jvenes monjes: "podemos considerar a una
maes tr o es pi ri tu al de lo s ms j ve ne s, no lo es co gi . persona como amigo cuando nos atrevemos a confiarle ple-
Comenz a vivir su vida monstica en la casa de sus padres (40)
name nte tod as nuestr as ide as" . "Idea s" significa aqu
en Tagaste, con un grupo de amigos y parientes. El modelo todo lo que est pasando por nuestro corazn.
del "abba" era menos deseable en una situacin como sta.
26. La amistad se fundamenta en el amor y la confianza
Agustn necesitaba de un estilo ms "democrtico" y frater-
nal para su vida de comunidad, como aparece claramente en mutuos. El crecimiento en una amistad as es un proceso,
como subraya Agus tn: "nu nca deb emos rec hazar la ami-
la Regla. Aunque la palabra "amistad" no se menciona en la
Regla, sabemos por otros textos el gran valor que Agustn le stad de quien desee ser nuestro amigo. Ciertamente no esta-
mos obligados a aceptar sin ms a cualquiera como amigo,
conceda. Sus ideas sobre la amistad ejercieron gran influen-
cia sobre la vida religiosa de la Edad Media, pero fueron per- pero debe ra ser deseo nuestro aceptar a todo s como ami-
gos. Nuestra actitud hacia los dems debera ser tal que
diendo importancia en el curso de la historia. Los legislado-
res mon sticos comen zaro n a sospechar de los efe ctos quedase siempre abierta la posibilidad de aceptarlos como
amigos" (41).
divisores de la amistad y esto desfavoreci el modo de inten-

(38) Epist. 73, 3, 10: PL 33, 250. (40) De div. quaest. 83, q.71, 6: PL 40, 82-83.

(39) Cfr. Confess. 4, 4, 7. (41) Ibid.

24 25
27. Siendo realistas, debemos considerar la amistad como un comunicac in y comunin supone n rie sgo y con fianza.
ideal. Pero no deberamos olvidar que la amistad es tan slo Riesgo porque al abrimos a los dems nos hacemos vulne-
una forma de amor y que muchas de nuestras relaciones ocur- rables; confianza porque necesitamos saber que los otros no
ren a un nivel ms bajo, aunque cada una tenga valor en s van a hacemos dao sino que nos sentiremos aceptados y
misma. Sera ya un gran logro si cada comunidad agustiniana amados por ellos. Solamente en una comunidad que ha con-
poseyese una atmsfera de amabilidad y afabilidad, y pusiese seguido un nivel profundo de relacin pueden comenzar sus
en prctica lo que Agustn considera como el corazn de todo miembros a pensar en trminos de "nosotros".
amor: desear el bien para el otro (amor benevolentiae). Este
amor de los unos por los otros puede adquirir distintas formas:
"hablar y rer juntos, intercambiar pequeos gestos de amabi- Armona
lidad, gozar juntos del placer que la lectura puede dar, ponerse
serios y rer juntos, disentir sin amargura, como uno puede 29. Las anteriores consideraciones no quieren decir que la vida
disentir consigo mismo, y con ese disentimiento condimentar de comunidad haya de ser considerada una forma de dulce
la armona de siempre; aprender de los otros y ensearles tam- aislamiento, un lugar de refugio para el individuo, que fomenta
bin algo, recordar con tristeza al ausente y recibir con alboro- una vida sin preocupaciones. La vida de comunidad no es un
(42)
zo a los que vuelven a casa" . sueo romntico, sino una escuela de realismo. Agustn la com-
para con un horno: "muchos han prometido vivir plenamente
esta vida santa en la que todo es comn y nadie llama a nada
Comunicacin propio. Esta es la vida de los que tienen un alma sola y un solo
corazn mientras peregrinan hacia Dios. Pero, sometidos a la
(45)
prueba del fuego, sucumben por completo" .
28. Posidio nos dice que compa rtir ideas y experiencias
jug un papel eminente en la vida de Agustn: "en la mesa,
prefera la lectura y el dilogo a la comida y la bebida" .
(43) Agustn nos dice que nunca encontr gente mejor que aquella
En las cartas de Agust n leemo s pasajes como ste: "todo que cre ci en el mona sterio , per o que tamp oco encontr
gente peor que aquella que ha perd ido su ideal: "Aunq ue
esto lo sabes ya, pero como t eres para m otro yo, de qu
vo y a pr ef er ir ha bl ar te si no de lo qu e me di go a m reine el buen orden en mi casa, soy hombre y entre hombres
(44) vivo. Yo no me atrevera a decir que mi casa es mejor que el
mismo?" . La comunicacin se halla en el corazn de la
red de relaciones existentes entre los miembros de una Arca de No de la que una de las ocho personas fue expulsa-
comunidad religiosa. Ninguna comunidad puede crecer ni da... ni mejor que la comunidad de Cristo el Seor, en la que
(46)
cumplir su misin de testimonio a menos que sus miembros once almas fieles crecieron junto al infiel ladrn Judas" .
estn en comunicacin y en comunin unos con otros. Pero
30. En cualquier lugar donde la gente intenta construir una
comunidad, sea en movimientos juveniles, grupos de amigos,
(42) Confessiones 4, 8, 13: PL 32, 699.....

(43) Vita Augustini 22: PL 32, 52. (45) En. in ps. 99, 11: PL 37, 1277.

(44) Epist. 38, 1: PL 33, 152-153. (46) Epist. 78, 8-9: PL 33, 272.

26 27
grupos de apoyo, en familias o en la vida religiosa, se enfren- Seguir a Cristo implica siempre fidelidad personal. Cuando
tar siempre con tensiones y conflictos. Porque es un hecho es cuestin de una opcin de vida como respuesta a una parti-
que todos tenemos diferentes personalidades, diferentes sen- cular llamada de Dios, se requiere an ms fidelidad. La vida
sibilidades, diferentes formas de ver las cosas, distintas religiosa es una forma radical de vivir el Evangelio.
expectativas, ideas, proyectos, necesidades y valores. La ten- 32. La identidad de la vida religiosa y lo que la distingue de
sin entre uno mismo y el otro (o el grupo) puede manifestarse otras formas de vida cristiana consiste principalmente en dos
bajo forma de ego sm o, or gul lo, exp lotacin o crtica aspectos:
destructiva. Tales tensiones y conflictos no deberan ser con- a) Para seguir a Cristo, los religiosos convierten un
siderados anormales: forman parte de la interaccin humana, determinado valor evanglico -esto es, la inspiracin original
tanto a nivel individual como de grupo. Pero no deberan del fundador-en el centro de su vida comunitaria. Desean
quedarse en meras experiencias frustrantes. Deberan ser ms vivir el carisma del fundador en y para el prop io tiempo y
bien experiencias provechosas en tanto en cuanto llevan a un circunstancias que les toca vivir. Cada familia religiosa ha
crecimiento personal y favorecen un mayor placer en la parti- recibido el mandato de modelar una forma especial de vida
cipacin en el grupo. En otros tiempos, la formacin para la cristiana y de comunidad dentro de la Iglesia. Una de las
vida religiosa enseaba a las personas a rezar, a vivir los razones por las que nos hacemos agustinos es porque
votos, a ser un buen apstol, pero no necesariamente a vivir encontramos que la espiritualidad agustiniana es
en comunidad. Una autntica formacin para la vida religiosa significativa para el mundo actual, y queremos vivirla con
agustiniana debe ante todo preparar para la vida comunitaria. otros.
b) Desde el comienzo mismo de la vida religiosa, los
miembros de las comunidades han deseado realizar su
1.3 . For mac in par a la vida de comuni dad a la luz de inspiracin original a travs de un compromiso evanglico.
los tres votos La Regla de Agustn puede ser caracterizada como una
expresin del desafo cristiano de integrar a todo el mundo
31. La vida religiosa es solamente una de las formas de vivir en una total comunidad. La Regla suena a protesta contra la
el evangelio de Jess. La llamada de Jess a seguirlo se diri- desigualdad en una sociedad marcada por el egosmo y el
ge a todos los que aceptan su mensaje, sin distincin alguna. individualismo, por el afn de poseer, por el orgullo y el
Todos los que han expresado la voluntad de seguirlo partici- poder, por una distorsionada concepcin de la libertad y la
pan por el bautismo en la misin de construir el reino de sexualidad. Ciertamente, todos los cristianos estn llamados
Dios. En otras palabras, todo creyente tiene la tarea de con- a vivir la dimensin escatolgica y asctica del mensaje de
struir el Reino de Dios en este mundo haciendo su voluntad, Jess: porque Dios es la meta final del ser humano, ste no
que consiste esencialmente en crear justicia, paz y amor entre debera apegarse a los bienes materiales, a una plena
todos los hombres. Esto se aplica no solamente a opciones autonoma o a una sexualidad desenfrenada. No debe
vitales como son el matrimonio o la vida religiosa, sino tam- considerar todas estas cosas como la meta final de su vida.
bin a las diferentes profesiones de los bautizados. Un agri- Los religiosos hacen de este aspecto escatolgico una forma
cultor, un abogado, un mdico, un empleado, todos deben concreta de su estilo de vida por medio de los tres votos. Se
practicar su profesin como cristianos a la luz del Reino de apartan de los deberes derivados del matrimonio, de un
Dios. Esto no niega el carcter peculiar de la vida religiosa. trabajo remunerado y de vivir juntos como personas
vinculadas entre s por lazos de sangre.
28
29
33. Como es lgico, el nfasis que Agustn pone en el amor y miento preferido sobre este voto se basa en Hch 4, 32.35:
en la vida comunitaria se refleja en su interpretacin de los "Todo lo que tenan lo ponan en comn y se daba a cada uno
votos. Familiarizarse con esta interpretacin es una tarea segn su necesidad". Por lo tanto, el trmino "comunidad de
importante de la formacin. Aunque la vida religiosa es una bienes" o "compartir los bienes" se ajusta mejor a su espiri-
llamada particular dentro de la Iglesia, no garantiza de por s tualidad, y est ms de acuerdo con el estilo de vida en que la
que los religiosos lleven una vida cristiana mejor que la de mayora de nosotros vive actualmente. La comunidad de bie-
otros cristianos, o que sean ms perfectos, pues la perfeccin nes se aplica no solamente a la puesta en comn de los bienes
es una realidad interior y no exterior. Todo depende del grado materiales, sino tambin de los bienes espirituales. Este com-
de nuestro amor, incluso el amor a la paz y la justicia. Como partir, acompaado de un estilo de vida frugal y asctico, nos
Agustn escribe a propsito de la virginidad: "Acaso no hay abre a una profunda libertad interior.
algo que una virgen consagrada a Dios deba considerar abier-
tamente si no es que no se considere mejor que otra mujer cri-
36. Lo que se busca compartiendo los bienes materiales es, en
stiana, sea viuda o casada?... Pensad que puede haber otras
primer lugar, crear nuevas relaciones de igualdad y unidad
personas mejores que vosotras por sus dones ocultos, aunque
entre los que viven en el monasterio. La distancia entre ricos y
en apariencia vosotras seis mejores. Cuando, en vuestra bon-
pobres, poderosos y desposedos, debe ser abolida, ya que los
dad, dais crdito a las buenas cualidades de los otros -que tal
bienes materiales son, por naturaleza, fuente de divisin: "esto
vez desconocis-, vuestras propias cualidades -que s conocis-
es mo y esto es tuyo". De ellos mana la fuente del individualis-
no quedan rebajadas por esta comparacin sino reforzadas por
mo, el egosmo, la envidia, la competitividad, la avaricia, los
e amor"(47). Debemos examinar honradamente cmo llevamos
conflictos y las peleas (48). Este voto significa algo ms que reci-
a la prctica nuestro ideal o cmo podemos renovarlo con
bir bienes de la comunidad. Supone una actitud creativa hacia
valor. Una renovada preocupacin por la dimensin interior de
los bienes materiales y su uso: cuidado por los bienes de la
nuestra vocacin ha de ser nuestra tarea ms urgente.
comunidad, una justa distribucin de los mismos, preocupa-
cin y responsabilidad de los bienes confiados a los individuos.

El voto de pobreza o la comunidad de bienes 37. Compartir los bienes materiales es para Agustn la primera
condicin para formar una autntica comunidad de hermanos
34. Pobreza, en el sentido estricto de la palabra, significa la que vivan juntos en armona en la misma casa. Pero compartir
carencia de los bienes ms elementales y vitales que necesita- los bienes materiales no se ha de limitar a la construccin de
mos para mantenernos en vida, como son el alimento, el agua una comunidad slo entre nosotros. Debera extenderse a la
y un techo donde cobijarse. La pobreza entendida en este realizacin de una sociedad mejor y ms justa. Por lgica, esto
sentido nunca fue considerada por Agustn como un valor en supone una cierta simplicidad personal en el estilo de vida: no
s mismo, sino ms bien como un mal que ha de ser combati- se espera de nosotros que tengamos al alcance de la mano
do en este mundo con todas nuestras fuerzas. Su plantea- todos los lujos que deseamos. La Regla afirma: "Cranse ms

(47) De s. virg. 44, 45; 52, 53: PL 40, 422, 427. (48) En. in Ps. 131, 5: PL 37, 1718.

30 31
El voto de obediencia o la responsabilidad compartida en
ricos los que son ms fuertes en soportar las privaciones, por- comunidad
(49)
que ms vale necesitar poco que tener mucho . Un estilo de
vida asctico no es negar la bondad de la creacin, sino poner 38. La obediencia como virtud evanglica consiste en
los bienes materiales al servicio de los otros. Como dice "atender a" (ob-audire) y hacer la voluntad de Dios imitando
Agustn: "Piensa sobre todo en los pobres, de modo que aquello al Seor Jess: "Mira a tu Seor, mira a tu cabeza, mira al
de lo que te privas para poder vivir con lo justo puedas con- modelo de tu vida; contempla a tu Redentor: 'Padre, si es
vertirlo en tesoros del cielo. Deja que Cristo pobre reciba posible pase de m este cliz'. De este modo manifiesta su
aquello de lo que se priva el cristiano que ayuna. Deja que la voluntad humana, pero depone inmediatamente su resisten-
austeridad de una alma llena de amor sea el sustento del nece- cia a la obed iencia: 'Pero no se haga mi voluntad, sino la
sitado. Deja que la voluntaria necesidad de quien posee en tuya'. As deberas t obedecer la voluntad de Dios" (51).
abundancia se convierta en la abundancia necesaria del que
(50)
pasa necesidad" . De acuerdo con estos principios, debera-
En el modelo agustiniano de comunidad, en el cual somos
mos evaluar peridicamente nuestra situacin No son los
todo s consiervos del nico Seor, tanto el prio r como los
ricos y pobres que conviven en la misma casa una contradic-
que no lo son estn suj etos a la ob edienci a, aun que de
cin de nuestra espiritualidad? Es ms, podemos favorecer la
distintos modos. Es la obediencia a la voluntad de Dios que
bsqueda de la justicia y la paz en el mundo si stas no reinan
se co nc re ti za en el pr oy ec to co m n -el pro posi tu m
en nuestras casas?
sanctum- y en las leyes que lo regulan.

37. Lo mismo debe decirse del compartir nuestros bienes


espirituales: nuestra fe y nuestro ingenio, nuestros ideales y 39. "Autoridad", que deriva del trmino latino augere (=
exp ect ati vas, nuestr os con oci mien tos e ide as, nuestr os promocionar, favorecer), se debe distinguir de "poder", deri-
talentos y sentimientos. Es evidente que deberan estar a vado del latn possum (= puedo, soy capaz de hacer algo). Un
disposicin de unos y otros, pues son una condicin esen- tema recurrente en las obras de Agustn es que la autoridad
cia1 para la vida en comn. No obstante, compartir nuestros significa entre los cristianos servicio. Tener un cargo es servir a
bienes espirituales puede que no se reduzca slo a esto. La los dems. La autoridad, en sentido religioso, es lo ms
unin de almas y corazones nos capacitar para comunicar opuesto al dominio de los otros. La persona elegida para diri-
nuestros valores interiores al mundo por medio de nuestro gir un grupo es la que lleva la pesada carga de ser responsa-
apostolado. La gente necesita ver grupos de personas moti- ble no slo de todos los individuos del grupo, sino tambin
vadas por el evangelio y su amor a Dios y de los unos por de la buena marcha y del bienestar de la comunidad como un
los otros, que vivan de tal modo que la soledad y la aliena- todo. Debe preocuparse por la vivencia comn del carisma;
cin queden desterradas. De este modo, la vida de comuni- debe actuar en caso de que este carisma no sea respetado; ha
dad adquiere tambin un sentido apostlico. de ser l mismo un ejemplo de fidelidad al carisma del funda-
dor; debe servir a los dems con amor, as como animar,
apoyar y ser paciente con todos y cada uno.
(49) Regula 3, 5; cfr. De op. monach. 25, 32-33: PL 40, 571-573; Sermo
Denis 17, 2-4: MA I, 82-85. (51) Sermo 296, 8: MA I, 406.
(50) Sermo 210, 10, 12: PL 38, 1053.
32 33
Tanto la obediencia como la autoridad son enormemente necesidades y peticiones de su prior y de sus hermanos, est
importantes para asegurar la unidad y la armona en la actuando injustamente y abusando de la buena voluntad de los
comunidad , promo ver la bsqueda de Dios y mantener el dems. Tal actitud es, simplemente, un rechazo de la vida
bien comn por encima de los intereses personales. comunitaria.

42. En contraste con una tradicin de siglos que interpretaba


la obediencia como un acto de fe, Agustn pone ms el acen- El voto de virginidad o celibato
to en el amor: "obedeciendo con prontitud no slo mostris
compasin con vosotros mismos sino tambin con vuestro 40. El matrimonio y el celibato son formas diferentes de
(52)
superior" . Puesto que mostrar compasin es un acto de entrar en relacin con otras personas. La renuncia al matrimo-
amor, esto significa que por la obediencia no slo nos ama- nio no significa renunciar a las relaciones personales y a la
mos a nosotros mismos al hacer una obra buena y correcta, afectividad. Hay muchas formas de "ser para los dems". Por
sino que tambin amamos a nuestro prior aligerando la carga el celibato elegido libremente, el religioso renuncia a la unin
de su responsabilidad ante todo el grupo. Esta actitud amisto- matrimonial, pero no a las relaciones con los dems. Como
sa puede ser llamada "responsabilidad compartida". De todo clibe desea ofrecer amor, amistad, felicidad, apoyo, ayuda y
esto se sigue que la obediencia es, desde el punto de vista de nimo a otros. Espera recibir tambin eso mismo como inter-
Agustn, algo ms que una relacin vertical entre el prior y cambio de los dems. Desea ser el compaero de la gente
un miembro del grupo. Es tambin una relacin horizontal desgraciada o necesitada, el compaero de los que se encuen-
entre todos los miembros de la comunidad, como aparece tran solos y de quienes buscan desesperadamente el sentido de
claramente en el cuarto captulo de la Regla, dedicado a la la vida. Desea hacerse presente a ellos por y con toda su fe en
correccin fraterna, y en el que se subraya la mutua responsa- Dios, con toda su esperanza en El, y con su amor a El. Es as
bilidad que debemos tener los unos para con los otros. como se encuentra un sentido apostlico a este voto.

43. El acto de obediencia lleva siempre consigo dos movimien-


41. La interpretacin que Agustn hace de este voto est ms
tos: o de escucha y atencin hacia las llamadas o necesidades
basada en la tradicin que la que hace de los otros dos.
de otra persona y, en segundo lugar, otro de respuesta concreta
Comienza sus reflexiones con una distincin, muy significativa,
esas necesidades por medio de hechos reales. Esto no se
entre la virginidad fsica y la virginidad del corazn. Del
refiere a la as llamada "obediencia ciega", pues esto contradira
mismo modo que en el Antiguo Test amento el pueblo de
el gran valor que Agustn concede al dilogo y al respeto de la
Isr ael es ll amad o "vi rge n, as Pab lo ve a la Iglesia como
personalidad de cada uno. Para l, tambin la obediencia es un
una "virgen casta" (2Cor 11, 2). Ciertamente, no todos los
acto de relacin interpersonal y de comunicacin. Por otra
miembros de la Iglesia son fsicamente vrgenes, pero todo
parte, sera muy egosta y falto de amor pensar que uno es libre
creye nte debe ra poseer, por el don de s mismo a Crist o,
de hacer lo que quiera, porque entonces la persona no est ya
una virginidad espiritual. Esta consiste en la integridad de
al servicio de la comunidad. La persona que se convierte en
la fe, de la esperanza y del amor de cada uno, y tal clase de
intocable siguiendo slo su propio camino y desoyendo las
virginidad debe ser atribuida a todos los cristianos. Pero la
virginidad fsica consagrada a Dios es, segn Agustn no
(52) Regula 7, 4.
35
34
slo una expresin y realizacin concretas de la virginidad Este acusativo latino exige una atencin especial. Indica un
de la Iglesia. Es tambin un testimonio y una contribucin a movimiento dinmico: como grupo, nos esforzamos por llegar
ella (Ecclesia Virgo). Es ms, insiste en que la virginidad a Dios. Somos como peregrinos en camino hacia El. El cam-
consagrada debe ser espiritualmente fecunda, pues debera bio es una constante en el proceso de la vida, pues somos
contribuir a engendrar la vida de Cristo, nuestro siempre llamados por el Seor a diferentes y nuevos modos
Salva dor, en ot ra s ge nt es (E cc le si a Ma te r) .En es ta s en la plenitud de la vida de Dios en nosotros. Sin embargo, la
do s vi si on es se des cub ren algunos asp ect os valios os resistencia al cambio y a la conversin parecen ser uno de los
par a la comunidad y que no han perd ido su inter s. Se mayores problemas en la vida de la comunidad. Con todo,
trata de una parte de la vida de la Iglesia y ha de ser para conseguir una convivencia pacfica se necesita una con-
fecunda para los dems. versin permanente, en el sentido de que dejemos atrs nues-
tros fallos y nos esforcemos siempre por lo que es mejor.
Como dice Agustn: "Yo todava avanzo, todava progreso,
44. "La virgi nidad es honrada no por ser virgi nidad, sino
todava voy hacia adelante, estoy todava en camino, todava
por estar consagrada a Dios"(53). Esto indica que nuestro
estoy en tensin pues todava no he llegado. Por lo tanto, si
esfuerzo se concentra en un solo objetivo: servir al Reino de
tambin t caminas, si ests en tensin y prestas atencin a lo
Dios porque "Donde est tu tesoro all est tu corazn" (Mt
que est por venir, olvida entonces lo que queda atrs. No
6,21). Esto nos recuerda el ideal de Agustn tal como lo
mires hacia atrs, para no anclarte en el lugar donde has puesto
expresa al principio de la Regla: una vida en comn hecha
tus ojos. Acurdate de la mujer de Lot... Nosotros somos, al
de confianza mutua e interdependencia que expresa la uni-
mismo tiempo, perfectos e imperfectos. Perfectos en nuestra
dad del alma y del corazn centrada en Dios. Esta concen-
condicin de caminantes, imperfectos porque an no hemos
tracin en Dios es la razn por la que Agustn urge con tanta
llegado a la meta... Ves que somos caminantes. Con todo,
insistencia en su Regla a la corresponsabilidad, la preocupa-
preguntas: "Qu significa caminar?" En pocas palabras,
cin fra terna, y -en caso de algui en que daase la vid a
significa avanzar. Pero puede que, aun entendiendo esto,
comn- la correccin, siempre acompaada del amor a la
eches a andar ms despacio. Avanzad, hermanos mos;
persona. Esto se aplica no solamente en las faltas a la casti-
examinaos honestamente una y otra vez. Poneos a prueba. No
dad sino tambin a las dems faltas graves. Cuando la uni-
estis contentos con lo que sois si queris llegar a lo que an
dad del esfuerzo en la bsqueda de Dios es rota por el fallo
no sois. Porque donde te has agraciado a ti mismo, all quedars
de un hermano, el grupo entero sufre. El cuidado mutuo es
parado. Si dices, "basta", entonces ests acabado. As, pues,
la encarnacin del amor de Dios por cada uno de nosotros. (54)
aade siempre algo ms, avanza sinparar, progresa siempre" .
2. COMPARTIR LA BUSQUEDA DE DIOS EN COMUNIDAD
2.2. Formacin para el encuentro con Dios
2.1.Un camino de fe 45. Encontrarse con Dios es un proceso permanente. Cada
uno de nosotros experimentar dificultades, adversidades,
Las palabras con que se abre la Regla dan un mandato:
desnimo y sufrimiento durante su vida. Debemos integrar
(53) De s. virg. 8, 8: PL 40, 400.
(54) Sermo 169, 15, 18: PL 38, 926.
36 37
todo esto en nuestra vida, y vrnoslas con ello de una forma
armnica, confiando en la gracia de Dios. En los momentos 2.3. Formacin en la oracin
de dificultad es bueno buscar la ayuda del hermano, pero
incluso cuando nadie puede ayudamos sabemos que, como 48. La ora ci n es, por supuesto, un medio indisp ensabl e
dice Agust n, Dios est junto a nosotros: "Cuando sufre s, para el encuentro con Dios.- Aunque no es posible dar aqu
no temas que Dios no est contigo. Ten fe, y Dios estar un tratado completo de la doctrina de Agustn acerca de la
(55).
contigo en tu tribulacin" oracin, la ley fundamental de toda oracin est expresad a
en la Regl a (2,3 ): "C uan do alabis a Dios con salmo s e
himnos, sienta el corazn lo que dice la boca". El sentido
47. Nos encontramos con Dios en las personas. Al final del
fundamental de este texto es que nuestras palabras debe n
primer captulo de la Regla, leemos: "Y honrad los unos en
estar en armona con nuestros hechos, o incluso mejor: no
los otros a Dios, de quien habis sido hechos templos".
tiene sentido orar con los labios si no ponemos en prctica
Agustn tena la firme conviccin de que Dios acta a travs
lo que decimos en nuestras oraciones. "Alabad al Seor con
de los seres humano s. En sus Confesiones nos dice: "Viva
todo lo que sois, pues no solamente vuestra lengua y
por aquellas fechas un personaje inteligente, competentsi-
vuestra voz deben alabar a Dios, sino tambin vuestra
mo en medicina y por eso muy famoso... Pero t slo eres
conciencia, vuestra vida y vuestros hechos... Si nunca
el mdico de la enfermedad que me afliga, t que resistes (58).
dejamos de vivir bien, alabamos a Dios incesantemente"
al soberbio pero das la gracia al humilde. Y sin embargo
tambin por medio de este anciano no dejaste de ayudarme
49. Una idea importante de la Regla es lo que Agustn dice
o de ofrecerme la oportunidad de traer la salud a mi alma"
)56 ) Este mismo pensamiento se repite cuando Agustn habla sobre la oracin del corazn. Segn un estilo que le es propio
define esta oracin como "desiderium", esto es, un corazn
de Ponticiano. Este connacional cont a Agustn la historia
de An to ni o, en Eg ip to , at ra jo su at en ci n ha ci a el lleno de deseo, anhelo y ansia de Dios. Como seres humanos
dbiles que somos, no podemos orar siempre con palabras,
monaste de Miln y le refiri la conversin de dos oficia-
pero podemos hacerlo con un corazn lleno de deseo. "El
le s er ia le s, en Tr v er is . En ot ra s oc as io ne s, Agus t n deseo es siempre una oracin incluso cuando la lengua calla.
hace notar cmo Dio s act u a tra vs de su muy que rid o Si deseas sin interrupcin, entonces ests siempre orando.
amigo Alipio y de su madre Mnica. Las palabras "Yo era Cundo duerme nuestra oracin? Slo cuando nuestro deseo
(59)
muy inferior a ellos en grandeza de alma" (57) indican que se enfra" . No obstante, Agustn siempre subraya la nece-
Agustn acept su ayuda de todo corazn. Del mismo modo sidad de un tiempo especial para orar con palabras.
que encontr a Dios en aquellos que le rode aban, as tam-
bin est en plena sintona con nuestra tradicin agustiniana 50. Mir ando bie n las cos as, la ora ci n que no lleva a la
buscar a Dios y encontrarlo los unos en los otros, por medio ac ci n es un a ment ir a. De be mo s or ar ta mb i n co n lo s
de la amistad y la comunidad. hechos. Agustn expresa esta idea con los smbolos del tm-
pano y el salterio. Como estos instrumentos se tocan con las

(55) En. in Ps. 90, s.2, 11: PL 37, 1169.


(58) En. in Ps. 148, 2: PL 37, 1938.
(56) Confesiones 4, 3, 5: PL 32, 695.
(59) Serm. 80, 7: PL 38, 498.
(57) Ibid 6, 12, 21: PL 32, 730.

38 39
manos, representan la accin. "Por qu dice el salmista: "La gente sale a admirar las alturas de las montaas, la
tomad en la mano el tmpano y el salterio? La razn es que grand eza de las olas del mar, las anchurosas corr iente s de
no slo la lengua debe alabar, sino tambin las obras... Lo los ros, las vastas extensiones del ocano y los movimien-
mismo vale para vosotros. Cuando cantis 'Aleluya', debis tos de las estrellas. Pero pasan junto a s mismos" (62).
dar pan al hambriento, vestir al desnudo, dar posada al
extranjero. Al hacer esto no solamente canta vuestra voz,
sino tambin vuestras manos estarn en armona con vues- 53. En la Regla, se pasa de lo "exterior" a lo "interior" no
tra voz, en la medida en que vuestras obras estn de
(60) menos de siete veces: de la oracin vocal a la del corazn, del
acuerdo con vuestras palabras" . hambre fsica al hambre de la palabra de Dios, de no querer
agradar con los vestidos a agradar con nuestra vida interior, de
51. La oracin personal y comunitaria son compl ementa- la vista al deseo, de una herida fsica a una herida del corazn,
rias. Sera errneo concluir de las anteriores consideraciones de las apariencias al vestido interior del corazn, de pedir
que Agustn subestima la oracin vocal en comn; pues de perdn de palabra al verdadero perdn de corazn. La interio-
hecho, en su Regla, la menciona incluso antes que la oracin ridad, no obstante, no significa una introspeccin superficial
personal. Apreciaba tener horas y tiempos fijos para la ora- por la que nuestro propio yo se convierte en el nico objeto de
cin comunitaria en una vida monstica bien organizada(61). nuestras preocupaciones; esto sera una mera forma de narci-
Al rezar con palabras, hacemos que nuestro deseo no vaya a sismo. Cmo podra sernos esto de provecho? Nos quedara-
menos, a causa de otros cuidados y actividades. La bsque- mos simplemente encerrados en nuestro pequeo crculo. De
da de Dios debe tener lugar tanto a un nivel personal como acuerdo con Agustn, la interioridad nos abre a los fundamen-
comunitario. Esto tambin vale para la oracin. Debido a tos de la moralidad, al desenmascaramiento de soluciones
nuestra tradicin, que toma su modelo de la primera comuni- engaosas, y al honrado reconocimiento de nuestra ignorancia
dad de Jerusaln como hizo Agustn, nosotros los agustinos ante el umbral de lo desconocido. El conocimiento de uno
debemos acentuar fuertemente la oracin en comn. Pero es mismo significa escuchar lo que Dios ha de decir sobre m:
tambin importante sealar que una oracin en comn repo- "Dios, habla verdaderamente en mi corazn, pues eres el
(63)
sa en personas que han aprendido a orar con todo el corazn. nico que habla as!" . La meta de la interioridad no es
solamente conseguir el descubrimiento del Otro, es decir,
Dios, y de los otros en El. El verdadero Dios no encoge nue-
stro corazn sino que engrandece y ensancha. Estar vueltos
2.4. Formacin en la interioridad hacia Dios nunca significa dar la espalda a los seres humanos o
(64)
a los problemas del mundo . La interioridad requiere tran-
52. Uno de los temas ms conocidos de la espiritualidad de quilidad, silencio y paz. Sin embargo, cuando miramos a
Agustn es su sentido de la interioridad, es decir, la bsque- nuestro alrededor, vemos que mucha gente no aprecia este
da del propio corazn, de la propia vida interior, de la propia silencio, quizs porque no quieren enfrentarse consigo mismos.
conciencia. Un conocido texto es el de las Confesiones:
(63) Confesiones 10, 8, 15: PL 32, 785.
(60) En. in Ps. 149, 8: PL 37, 1953. (64) Ibid. 12, 16, 23: PL 32, 834.
(61) Cfr. De op. monach. 29, 37: PL 40, 576; Epist. 130, 9, 18: PL 33, 501. (65) Cfr. Sereno 255, 6, 6: PL 38, 1189.

40 41
54. Si bien cada miembro del grupo debe cultivar la vida templacin de Dios. La contemplacin consiste e n investi-
interior, debe tambin desear compartir con los otros en la gar y descubrir la verdad, pero llevado a cabo todo ello de
comunidad su bsqueda de Dios. Aunque una comunidad tal manera que no se oculte a los hermanos lo que se ha
religiosa se basa por su misma naturaleza en la fe, parece contemplado. Nuestro deber en la accin es contribuir al
que compartir la fe no es algo tan frecuente entre nosotros bie nestar de los dems. Es la fuerza del amor la que nos
como cabra esperar. Compartir la fe es algo ms que ir jun- ayuda a comprometernos con una buena accin"(65).
tos, al mismo tiempo, a la misma capilla para recitar las
mismas palabras en nuestras oraciones de comunidad. Para 57. Del texto anterior se sigue que todo miembro de una
que no nos engaemos, la orac in en comn y la celebra - comunidad agustiniana hace apos tolado, pues el grupo en
cin comunitaria de la Eucarista son formas de compartir su conjunto lo hace. Toda comunidad agustiniana debera
la fe. Son medio s impor tante s para afirmar nuestra fe y la tener un especial influjo y ser un signo de esperanza y un
de nuestros hermanos. Pero es tambin necesario ser capa- testigo en la sociedad. Es ms, debemos darnos cuenta que
ces de compartir personalmente, unos con otros, la respuesta la sociedad moderna es una sociedad de productividad, de
a preguntas como "Quin es mi Dios?" y "Cmo lo utilidad y actividad. La gente en nuestra sociedad ya no pre-
encuentro yo en mi vida?". gunta: "quin eres?", sino "qu haces?". La productividad
amenaza con convertirse en el valor supremo, incluso supe-
rior a la persona humana. Las personas no productivas pare-
55. Para favorecer la puesta en comn como comunidad de
cen carecer de valor y ser un estorbo para la vida social. La
fe, tambin se deberan propiciar las oportunidades para
excesiva dependencia del trabajo es un problema moderno,
dialogar juntos sobre la fe. Esto se puede hacer a partir de
y tambin los religiosos han de ponerse en guardia para no
una lectura bblica, o de los escritos de Agustn, o de otro
convertirse en esclavos de sus actividades.
autor importante. Ahora bien, debemos evitar que este di-
logo degenere en una multitud de monlogos o de discusio-
nes acaloradas. Ms an, compartir la fe en comunidad no
58. El origen de la vida religiosa hay que buscarlo en los
es suficiente, no deberamos dudar en formar grupos de ora-
movimientos ascticos de la antigua Iglesia. Este fue tambin
cin con otros, bien sean agustinos de otras comunidades o
el caso de la primera comunidad de Agustn en Tagaste.
laicos, de modo que tanto nosotros como ellos podamos
Agustn organiz all una comunidad monstica con sus ami-
fortalecer debidamente nuestra fe.
gos laicos y estaba decidido a no tomar las rdenes sagradas.
Pero, unos aos despus, de una forma reluctante y ms o
menos forzada, fue ordenado sacerdote. Pero an despus de
3. COMPARTIR EL APOSTOLADO EN COMUNIDAD su ordenacin no abandon su propsito de ser monje y vivi
en una comunidad religiosa. El obispo Valerio honr ese
56. Agustn distingue entre tres formas de vida: la vida deseo de Agustn de vivir en un monasterio con sus hermanos
conte mpl ativa , la vid a activa y una tercera, mez cla de dndole un pedazo de tierra en el jardn de la iglesia. Mientras
ambas. Prefiere claramente esta ltima forma mixta. Nadie Agustn vivi all no hubo otros clrigos en el monasterio.
debera ser tan exclusivamente contemplativo que no piense
en el bien de su prjimo, ni tan activo que descuide la con- (65) De civitate Dei 19, 1-2. 19: PL 41, 621 -624; 647-648.

42 43
59. Cuando Agustn estaba viviendo en la residencia epi- asumir las responsabilidades de la vida pastoral solamente
(67)
scopal con hermanos, que eran tambin clrigos, la si eran obligados a ello por fuerza de las circunstancias .
situa cin cambi y comenzaron a surgir tensiones entre el No deban tampoco preferir su propia comodidad a las
68
estilo de vida monacal y el clerical: "Si alguno quiere tener necesidades de la Iglesia ( ). La imprecisin de la expresin
su prop ia prop iedad y vivir de ella y actua r de forma "necesidades de la Iglesia" puede ser tanto una desventaja
contra ria a nuestras rdenes no me basta con decir que no como una ventaja. Como una desventaja porque como agus-
permanecer conmigo, sino incluso que no llegar a ser tinos no podemos basar nuestra identidad en nuestra tarea
clrigo. De hecho he dicho, y s que lo he dicho, que apostlica; como una ventaja porque ello nos permite tomar
si no quieren aceptar nue str a vid a en fra ternidad, yo muchos nuevos caminos en el trabajo apostlico.
no los remov er de su oficio clerical, pero tendrn
que viv ir aparte... Y tambin les he dejado bien claro lo
malo que es apartarse del propsito. Prefiero tener conmigo 3.1. El Apostolado como servicio
hombres enf ermos , que no llor ar po r hombr es mue rtos,
pues el hipcrita es un hombre muerto. As pues, del
62. Hay algunos aspectos de la teologa de Agustn sobre el
mismo modo que removera de la clericatura a quien
quisiese perma ne cer fuera de la comunidad y vivir de lo apostolado eclesial que merecen especial atencin. Dado que
la palabra "apostolado" no significa otra cosa sino "ser envia-
suyo, as tampoco permito -con la ayuda de Dios- a quien ha
vivido en la hip ocr esa, a qui en ha sid o hallad o do con la tarea de proclamar la buena nueva que Jess ha tra-
do", todo el nfasis se debe poner en el servicio y no en el
pro pie tar io de algo, hacer testame nto de esa pro pie dad
honor. La vida apostlica no es cuestin de ser estimado en
sl o por que esta vid a de fraternidad le haya gustado.
mucho, sino de asumir una mayor responsabilidad, y, por lo
Ms bien lo borr ar de la li st a de lo s cl r ig os . Ap el e
co nt ra m a mil co nc il io s; naveg ue contra m adonde tanto, estar "en mayor peligro". El trmino tpico de Agustn
para designar el ministerio eclesistico es "sarcina", es decir
quiera; que viva donde pueda. El Seor me ayudar para
que no sea l clrigo dond e yo soy obispo" (66). la carga que el soldado debe llevar sobre sus propias espaldas.
El no slo se siente responsable de s mismo sino tambin de
otros muchos: "No somos obispos para nuestro propio benefi-
cio, sino para el beneficio de los dems a quienes nosotros
60. Este texto nos hace pen sar sob re la rel aci n entre la administramos la palabra y el Sacramento del Seor"
(69)
.
vida religiosa y el apostolado desde una perspectiva agusti- "Dos cosas hay que tener en cuenta acerca de nosotros los
niana, sobre todo porque la I glesia pidi en el siglo XIII a obispos: una, que somos cristianos; otra, que somos superio-
los agustinos que se dedicaran, como grupo religioso, al res. Por el hecho de ser superiores se nos cuenta entre los
ministerio pastoral. De acuerdo con las prioridades estable- pastores, si somos buenos. Por el hecho de ser cristianos,
cidas por el mismo Agustn, nuestra vocacin religiosa ha somos tambin ovejas con vosotros" (70 ). As, Agustn puede
de po ner se en pr ime r lug ar, y es en este mb ito donde
hemo s de vivir nuestr a voc aci n al apo sto lad o. Agus tn (67) Contra Faustum XXII, 56-58: PL 42, 436-437.

nunca dio un apostolado concreto a sus monjes. Tenan que (68) Ep. 48, 2: PL 33, 188.

(69) Contra Cresconium II, 11, 13: PL 43, 474.


(66) Serm. 356, 14: PL 39, 1580.
(70) Sermo 47, 1, 2: PL 38, 296.

44 45
decir a su pueblo: Yo soy tu compaero de trabajo en la via un contrapeso al mal del individualismo de nuestros das y de
del Seor, tu consiervo, tu condiscpulo en la misma escuela la soledad, y es por ello un servicio a los dems.
de Cristo. El espacio entre el sacerdote y los laicos no es tan
grande. Una afirmacin contundente de uno de sus sermones 63. Las anteriores consideraciones no quieren ignorar las
suena as: "Qu es lo que quiero? Qu es lo que deseo? situaciones concretas. Un agustino, por ejemplo, puede vivir
Qu anhelo? Por qu hablo? Por qu me siento aqu? Por fuera de la comunidad por haber sido enviado por su superior
qu vivo? Solamente con esa intencin: que juntos podamos para asumir una tarea especial durante un tiempo limitado.
vivir con Cristo. Este es mi deseo, mi honor, mi gozo y mi Esto no significa que haya perdido inters por la vida de comu-
salvacin... Pero yo no quiero salvarme sin vosotros" (71). nidad, ni que haya cortado sus relaciones con el grupo. Pero si
empieza a vivir fuera de la comunidad a causa de la falta de
inters y rehsa toda participacin en la vida comunitaria,
3.2. Apostolado y comunidad entonces pueden sobrevenir consecuencias muy destructivas:

6 2. Con frecuencia se experimentan tensiones entre las exi- a) El peligro del individualismo se hace ms presente; cada
gencias de la vida de la comunidad y las exigencias del apo- cual hace su propia vida y tiene su pequeo territo rio en el
stolado. Y esto ocurre concretamente por dos razones: que gobierna como dueo y seor;

a) Aunque el nmero de miembros en muchas de nuestras b) Los captulos locales y las reuniones de comunidad se
casas est disminuyendo, la canti dad de trabajo sigue sien- vuelven imposibles;
do la misma o incluso aumenta;
c) La oracin en comn se vuelve impracticable.
b) En tales circuns tanci as, algun os se pr egu nta n si no Un buen mod o de med ir el xi to de una comun idad es
deberan abandonar la vida de la comunidad en favor de las fijarse en el equilibrio existente en las vidas de sus miembros.
necesidades de la Iglesia, mientras otros tambin se pregun- Son personas que estn entregadas de lleno a sus apostolados
tan si no deberan abandonar ciertas tareas apostlicas en y su sp ir an si n em ba rg o po r te ne r ti em po pa ra or ar
favor de la vida de comunidad. personalmente y en comunidad, as como para reunirse y
dialogar en comunidad?
Cmo-afrontar esa tensin? Efectivamente, debemos estar al
servicio de la Iglesia, como dice Agustn. Pero a cualquier
precio? No, no a costa del carisma agustiniano, a saber, de la 3.3. Preparacin para el apostolado
vida de comunidad. Y en esto tambin Agustn puede servir-
nos de modelo. Tambin nuestra vida comunitaria es una 64. Las cartas 21 y 22 de Agustn nos dan una buena visin
forma de apostolado, si se vive segn nos ensean Agustn y de la preparacin que l mismo hizo para la tarea apostlica.
nuestra sana tradicin. Ms an, esta vida de comunidad es Segn l, el ministerio es algo peligroso, "pues no hay nada -
especialmente en este tiempo-, ms fcil, ms gratificante y
(71) Sermo 17, 2, 2: PL 38, 125. ms agradable a los ojos de la gente que el oficio de obispo,
46 47
sacerdote o dicono si se ejerce con un espritu superficial y de tu frente, padece tortura de modo que por el ejemplo y
(72)
rodeado de adulaciones" . Como el ministerio es un oficio belleza de tu trabajo lleno de amor puedas obte ner lo que
pblico y social, Agustn pide un tiempo de retiro de algu- (74)
has contemplado en las blancas vestiduras del Seor" .
nos meses para poder estudiar la Sagrada Escritura de modo
que pueda aprender normas prcticas para trabajar bien con
su gente, a la vez santa y pecadora. Vemos, aqu que la 3.4. Variedad de actividades apostlicas
Sagrada Escritura es lo primero. A su sed de conocimientos
de la Biblia debe aadirse inmediatamente una sed de estudio
en el sentido amplio de la palabra. En la carta 21 menciona 66. Como hemos visto, Agustn era tambin muy consciente
cmo antes de su ordenacin criticaba duramente al clero de de las dimensiones sociales de la actividad apostlica. Desde
su tiempo, considerndose a s mismo como un hombre el descubrimiento, hace algunos aos, de un buen nmero de
(73)
mejor y ms preparado . Parece que el clero del Norte de cartas suyas, estamos mucho mejor informados acerca de su
frica no lo estaba tanto y se mantuvo en un nivel intelectual opcin por los pobres y su accin en favor de los oprimidos.
bajo. En este sentido, Agustn puede ser considerado un En sus Confesiones haba ya escrito: "En tu casa Seor, no
reformador. No sin razn muchos de sus monjes fueron est permitido preferir el rico al pobre o el noble a aquellos
solicitados por el pueblo para ser obispos. de origen humilde. T has escogido lo dbil del mundo para
confundir a los poderosos, y has escogido lo bajo y despre-
65. La lectura y el estudio eran para Agustn aspectos esen- ciable de este mundo, y lo que no es nada. Lo has escogido
ciales de la contemplacin, tanto en las comunidades de como si fuera algo, para conve rtir en nada al que se cree
(75)
hombres como en las de mujeres. Pero, al mismo tiempo, la algo" . Aunque Agust n tuvo la vida contempla tiva en
lectura, el estudio y la contemplacin son requisitos indi- gran estima y expres varias veces su preferencia por ella, sin
spensables para el apostolado as como para la vida de embargo l se neg a interpretar como un reproche las pala-
comunidad. Si nuestra relacin con Dios no es alimentada, bras de Jess a Marta: "Marta, Marta, te preocupas e inquie-
no podemos esperar que nuestra relacin con la gente sea tas por muchas cosas... Es Mara la que ha elegido la mejor
fructfera. La primera implica vivir en la presencia de Dios; parte". "Cmo podra Jess hacer un reproche a Marta que
la segunda subraya nuestro deber de comunicar a los dems se alegr de recibir a un husped tan sublime? Si eso fuera un
los frutos de nuestra contemplacin y nuestro estudio: "A reproche, ya no habra nadie que se preocupase por los nece-
Pedro le gust la soledad de la montaa y sinti repugnan- sitados. Todo el mundo escogera entonces la mejor parte y
cia de estar entre la multit ud... Pero el Seor le contest: dira: "Vamos a pasar todo nuestro tiempo escuchando la
Baja Pedro! Puede que te guste descansar en la montaa, palabra de Dios... Pero si ocurriera esto, no habra nadie en la
pero baja y predica la Buena Nueva. Te reciban o no, insi- ciudad para cuidar del extranjero, de la persona necesitada de
ste. Refuta la mentira, reprende y corrige, pero hazlo todo pan o de vestido; no habra nadie para visitar al enfermo,
con paciencia y siempre para ensear. Trabaja con el sudor nadie para liberar a los cautivos, nadie para enterrar a los
muertos... Las obras de misericordia con la gente desgraciada

(72) Ep. 21: PL 33, 88; cfr. Epist. 22, 2, 7: PL 33, 92-93. (75) Sermo 78, 3-6: PL 38, 491-492.
(73) Ep. 21, 2: PL 33, 88. (76) Confesiones 4, 9: PL 32, 752- 753.

48 49
son necesarias aqu en la tierra" (76). Pero el apostolado no PARTE III
consiste solamente en dar a los dems. Tambin nosotros
recibimos de ellos, incluso de los desamparados. Agustn LOS AGENTES DE LA FORMACION
afirma: "Nadie puede decir: Yo doy, l recibe... Tal vez tu
carencia sea mayor que la suya. El necesita pan, t necesitas
integridad. El va en busca de techo, t vas en busca del cielo.
1. El Contexto humano, social y cultural
Su carencia es de dinero, la tuya de justicia" (77).
68. La formacin se desarrolla en un contexto sociocultural
concreto que ejerce por s mismo una gran influencia.
67. Ciertamente, hay una gran variedad de apostolados.
Independiente mente de la etapa de la formacin en la que
Difieren de un continente a otro, de un pas a otro. Incluso en
uno se encue ntre, sea inici al o perma nente , somos forma-
una misma casa las personas asumen diversas tareas en distin-
dos en y por nuestro mundo y no al margen de l. Por eso
tas reas. Las necesidades de los dems determinarn las for-
tenemos que aprender a dialogar en una situacin religioso-
mas de nuestro apostolado. Con el fin de hacer una eleccin
cultural plural. Esto exige de nosotros una actitud de apertura
correcta, debemos estudiar la situacin del mundo que nos
y respeto. Requiere tambin por nuestra parte una
rodea, as como la situacin de la Iglesia en las diferentes par-
familiaridad con la siempre cambiante situacin global de
tes del mundo de hoy. Para dar un ejemplo muy general,
la Humanidad en sus dimensiones polticas, sociales y
podemos centrar nuestra atencin en el fenmeno tpicamente
econmicas, de tal manera que podamos analizar crtica-
occidental que se ha calificado como "atesmo barato o pacfi-
mente sus valores dominantes, desde la perspectiva del
co", esto es, la ignorancia y la indiferencia con respecto a la
Evangelio, siempre con la vista puesta en los "signos de los
religin y los valores religiosos. Pero el principal problema en
tiempos".
otras partes del mundo consiste, sobre todo, en el abismo
entre ricos y pobres y en cmo frenar la injusticia social. El
apostolado en estos lugares debe dirigirse, en primer lugar, a
69. Los candidatos y futuros agustinos son tambin herederos
superar toda forma de injusticia. Cualquiera que sea la situa-
del ambiente cultural y acadmico en el cual maduran
cin, el apostolado agustiniano debe realizarse con profesio-
durante su formacin inicial. Por eso deberan ser ayudados
nalidad, con comprensin y respeto por el trabajo de cada uno
para progresar desde la mera recepcin a ser ellos mismos
y con el apoyo y el respeto de toda la comunidad.
capaces de contribuir al enriquecimiento cultural y acad-
mico de la Orden y, en dilogo fraterno con los dems, de
la sociedad en general. En este sentido, los grandes cambios
del mundo actual (CA 22-29) y los problemas de nuestra
civilizac in modern a no pue den ser de ninguna mane ra
meros elementos marginales en la formacin. Alguno s de
esos problemas que deben ser tratados son: Las relaciones
Nor te-Sur, los des afos de la Nueva Evangelizacin (CL
(76) Sermo 104, 1, 2 - 2, 3: PL 38, 616-617. 34), el ecologismo, la opcin por los pobres y por los jve-
(77) Sermo 239, 4, 4: PL 38, 1128. nes, el respeto a las diversas culturas, la dignidad de la
50 51
mujer, as como las Nuevas Fronteras a las que se enfrenta forman un movimiento que comprende toda una vida. Un
(78)
la Iglesia y nuestra Orden . movimiento que implica una peregrinacin en la fe a modo
de como lo hizo Abraham, una formacin en Cristo que se
70. Por otra parte, nuestra forma de vida tiene algo impor- entiende mejor como transformacin. Cualquiera que sea la
tante que decir a la cultura que nos rodea. Tratamos de dar ayuda que la Orden ofrece al candidato, debe ser considerada
testimonio de esa verdad agustiniana segn la cual la persona como una capacitacin para que ste se comprometa de todo
no puede entenderse adecuadamente a s misma si no es en corazn con este dinamismo hasta el momento en que
relacin con Dios. Slo Dios puede saciar el hambre ms necesite apoya rse cada vez menos en otro s agent es huma-
profunda del corazn. En un medio cultural donde el impulso nos. Como dic e Agus tn: "Por eso , sb ete que tanto ms
hacia la auto- realizacin es avasallador, nuestro estilo de cierta, slida y sanamente me gozo de tu fe, esperanza y
vida prop one un siste ma opuesto de valores y prio ridades. caridad, cuant o menos necesites apre nder, no slo de m,
(79)
La vida religiosa, a travs de sus carismas particulares, trata sino tambin de cualquier hombre" .
de proclamar a su modo lo que otras formas de vida cristiana
proclaman de otra manera, a saber: que la vida humana, en
todas sus dimensiones, est fundamentalmente unida al plan
de Dios; somos co-creadores en el establecimiento del Reino 2. Cristo, Maestro interior, y el Espritu Santo
de justicia, de amor y de paz que Jess ha inaugurado. Y es
en la realizacin de este proyecto en nosotros mismos y en
nuestro mundo donde hallamos la ms profunda afirmacin 73. No obstante, el candidato no est solo en este camino
de nuestro valor y dignidad. de tra nsfo rmaci n: Dio s que lo ha lla mado es fiel y da a
cada uno, en lo profundo de su ser, el don de Cristo, maes-
tro y gua. Cristo es el primer maestro en el proceso de for-
71. Cada candidato es el principal agente de su propia for- macin: "T no tienes ms que un Maestro, Cristo. Ten por
macin. Llamado, como ha sido, desde su humanidad y al absolutamente cierto que, incluso si llegas a aprender algo
servicio de la Humanidad, su vocacin debe hacerlo tambin bueno de m, tu verdadero Maestro ser siempre el Maestro
ms profundamente humano. Su bsqueda de Dios, en y por del hombre interior. Es l quien te capacita para entender en
(80)
medio de nuestra forma de vida, est enraizada en el bautis- lo profundo de tu ser la verdad de lo que se te dice" .
mo y es, desde la perspectiva de Agustn, la expresin de la Esta transformacin en Cristo es, pues, obra del Espritu. Su
preocupacin de Dios por l como individuo dotado del don efecto es un progresivo crecimiento en una amorosa fideli-
de la vida y llamado a vivirla en plenitud. En el deseo expre- dad y una gener osa respuesta a aquel Amor que es Dios y
sado por cada candidato de vivir con nosotros, reconocemos que es el primero en mover al candidato a seguir nuestra
el encuentro de dos libertades: la libre iniciativa amorosa de forma de vida.
Dios al llamarlo, y la libre respuesta del candidato a esta lla-
mada. Este "s" inicial y la profundizacin en esta respuesta

(79) Ep. 266, 3-4: PL 33, 1090-1091.


(78) Cfr. Captulo General de 1989.
(80) Ibid.

52 53
3. La Iglesia y Mara sentirse atrados por la persona de Cristo y su mensaje. Esta
conciencia debe expresarse en una voluntad de aprender y
73. La Iglesia es obra de la Trinidad y, a su imagen, una comu- crecer como respuesta al amor de Dios. Deben manifestar
(81)
nidad universal de amor . Esta misma Iglesia engendra, nutre tambin atraccin por la vida comunitaria y capacidad para
y cuida con amor profundo la vida religiosa de sus hijos. compa rtir los bienes materiales y espirituales, que son el
Mara, la madre de Jess, es un modelo de este amor pro- sello del carisma agustiniano.
fundo y permanente. Ella fue invitada a seguir una forma de 75. Dado que los candidatos son los responsables ltimos de
discipulado sin precedentes: ser la portadora, educadora y su propia formacin (PI 29), durante el tiempo de la forma-
consejera de Jess. Desde su primer paso en ese camino de cin inicial cada uno de ellos debera crecer hacia un nivel de
discipulado, Mara experiment el vrtigo y el desafo que madurez humana que refleje capacidad para auto-controlarse
es la herencia de todo discpulo (Lc 1,29-30). Ella acept la y para tomar decisiones responsables. Sobre todo, la opcin
maternidad, ofreci su generoso "Fiat" y persever en el por una vida de amoroso celibato, pobreza y obediencia,
seguimiento hasta la cruz e incluso ms all de ella. Ella debera estar suficientemente fundamentada y conformada.
asumi con fortaleza familiarizarse con el desafo del segui- Estas y otras elecciones requieren un grado de libertad interior
miento de Jess, aprender lo que Dios quera de ella, y acos- que no puede darse por supuesto. Se deber proporcionar al
tumbrarse a una vida de riesgos. Se trata de una discpula a candidato ayuda profesional cuando sea necesaria, de modo
la que podemos dirigirnos en busca de gua y consejo. que los valores evanglicos se conviertan en su opcin preva-
Durante siglos, ha sido venerada en nuestra Orden como lente, ms que su status personal o su seguridad. La fe perso-
Nuestra Seora de Gracia, Nuestra Seora del Socorro, nal en Jesucristo y un vivo compromiso con los valores ensal-
Nuestr a Mad re de la Consol acin, y Nuestr a Mad re del zados en los votos son el fundamento de una participacin
Bue n Consej o. En la senda no siempre fcil de la for ma- significativa en la vida comunitaria. Sin esa conviccin y
cin, es justo que recurramos a su maternal sabidura e compromiso personales, se mina la vida comunitaria y corre
intercesin, de modo que por su "fe ntegra, esperanza slida el riesgo de convertirse meramente en un vehculo arbitrario
y caridad since ra" (82), sea nuestro model o en la forma - para satisfacer la necesidad humana de apoyo, comprensin y
cin y a lo largo de nuestra vida. pertenencia. Los candidatos necesitan incentivos y respaldo
en esa peregrinacin en que integran sus necesidades emocio-
nales con los valores de los que presumen para que los valores
4. El candidato
religiosos sean interiorizados y puedan ms fcilmente dar
consistencia al compromiso. Lejos de considerar nuestro
74. Se debera poner sumo cuidado en la seleccin y prepa-
modo de vida como un puerto seguro o una "fuga mundi", el
racin de los candidatos antes de su admisin al Noviciado
(83) candidato debe entenderlo y experimentarlo como un camino
. Estos deben manifestar una progresiva inquietud por
de gracia para comprometerse con la vida en toda su plenitud,
Dios, un deseo de crecer en la oracin y una conciencia de
con sus luces y sombras. De este modo, y junto con los dems
hermanos, debera intentar descubrir en s mismo y en su
(81) PI, 23; In Io. Ev. tr. 105, 3: PL 35, 1904 -1905; In Io. Ev. tr. 9, 8: PL 35, entorno la presencia de Cristo Resucitado, que "no se aferr a
1462; De Trinit. 15, 6, 10: PL 42, 1064. su ser igual a Dios, sino que se anonad a s mismo" (Fil 2,6)
(82) In Ev. Io. tr. 13, 12: PL 35, 1499; Sermo 191, 2, 2: PL 38, 1012-1013.
para que podamos gozar de la plenitud de la vida.
(83) Const. 226; PI 42.
54 55
5. La comunidad de formacin 6. Los formadores
76. Mientras que en casi todas las congregaciones la vida de
comunidad juega un papel privilegiado en todas las etapas 79. En cada Provincia o conjunto de Provincias u otras
(PI 26), para nosotros agustinos se encuentra en el corazn Jurisdicciones donde hay establecidos proyectos comunes,
de nuestra identidad y de nuestro carisma. La vida comunita- el papel decisivo de formar candidatos para nuestra forma
ria es para nosotros no simplemente un medio que conduce a de vida est con fiado a uno o ms her mano s que eje rce n
un fin. Es ms bien significativa en s misma, pues es el pri- este minist erio en nombr e de sus respectivas Provincias y
mer lugar donde el amor a Dios que profesamos se realiza de la Orden. El personal de formacin debera ser cuidado-
(84)
concretamente en el amor al prjimo . La centralidad de la samente seleccionado de entre aquellos que muestr en un
vida comunitaria en nuestra espiritualidad, subraya la impor- amor especial a la Orden y a sus ideales. Las personas ele-
tancia de la comunidad de formacin, su constitucin y las gidas para trabajar en la formacin deberan tener una expe-
estructuras y el espritu que la impregnan. Es primariamente a riencia razo nablemente amplia de la vida de comunidad y
travs de la experiencia que viven de la comunidad como los del apostolado. Deberan tener una adecuada preparacin
candidatos se forman en lo que significa ser agustino. pre via y la per mane ncia en su oficio deb er a ser tal que
77. Las comun idades de forma cin requieren, po r su ase gure una cie rta estabi lid ad en la tar ea for mati va. Es
misma naturaleza, una estructura y un ritmo propio. Todos labor suya ensear, guiar y orientar el crecimiento humano
los ao s de for maci n deb er an pas ars e en comunidad es y espiritual de aquellos que les son confiados en cada etapa
que en tanto en cuanto sea humanamente posible garanticen de la formacin, tratando de discernir la autenticidad de la
y testimonien los valores expuestos en la segunda parte de vocacin a la vida religiosa agustiniana de cada individuo.
este Plan. Todos los hermanos de estas comunidades de Finalmente, es responsabilidad suya examinar cuidadosa-
for maci n que haya n ter mina do ya su for maci n inicia l mente y evaluar el progreso de cada uno y hacer las apro-
deben ser siempre conscientes de la influencia formativa de piadas recomen daciones al respecto al Pr ovinc ial y su
su ejemplo, de su apoyo y de su entusiasmo. Consejo.
78 . Debido a esta influencia, todos los miembros de las
comunidades de formacin deberan esforzarse en profundi-
zar los laz os de unin entre ell os. Esto pue de hacers e a 80. Como generalmente es imposible que los formadores
posean todas las cualidades deseadas y la preparacin posi-
travs del dilogo a distintos niveles, de intercambio de
recursos materiales, espirituales e intelectuales, la prctica ble, es necesario que cuenten con otras personas ms espe-
(85) cializadas que puedan ayudarlos en ciertas reas de la for-
de la tolerancia, y la paciencia de unos, con otros . En la
medida de lo posible, estas comunidades debern intentar ma ci n co mo , po r ej em pl o, la te ol og a ag us ti ni an a,
espiritualidad e historia, ciencias psico-pedaggicas y el
desarrollar algunas estructuras que favorezcan la participa-
cin de los formandos en la discusin de aquellas cuestiones acompaamiento espiritual de los candidatos.
comunitarias que afectan a todos los hermanos, con el debi-
do respeto a las disposiciones de nuestras Constituciones. 81. Donde este ministerio ha sido confiado a un Equipo de
formacin, el Provincial o la autoridad competente debe
(84) Cfr. supra, nn. 15-20; Acta O.S.A. (1971) 91-94. asegurarse de que esas personas estn preparadas para trabajar
en equipo, de acuerdo con el Plan propio de Formacin
(85) Cfr. supra nn. 19-28.

56 57
redactado por sus respectivas Provincias. Este Plan debera P A R T E I V
indicar con claridad la sustancia y el contenido del proceso
formativo, esto es, la organizacin de la vida de comunidad ETAPAS DE LA FORMACION
en sus distintas facetas (vida de oracin, relaciones
interpersonales, trabajo, obligaciones, etc...), formacin en
la espiritualidad agustiniana, entrevistas personales y criterios 85. La formacin para la vida religiosa en la comunidad
de evaluacin. Ms an, ellos deberan complementarse agustiniana es de suma importancia para cada uno de los
mutuamente al servicio de una visin coherente y consistente hermanos y para el bienestar de la Orden. Actualmente, la
de la formacin en la Iglesia local y universal. formacin inicial consta de prenoviciado, noviciado y etapa de
la profesin temporal. La formacin ha de hacerse de un modo
gradual y sistemtico, tratando siempre de mantener un
7. La Orden Agustiniana equilibrio entre los valores humanos y aquellos basados en los
consejos evanglicos. Esta formacin debera desarrollarse
82. Nuestra Orden posee un gran tesoro en la vida y las obras siempre desde la comunidad de vida, la comunidad de fe y de
de Agustn, en la herencia espiritual de sus santos y sabios, de apostolado, que constituyen la quintaesencia de la
sus telogos y pensadores, de sus msticos y mrtires, en sus comunidad agustiniana .
(88)

religiosos ejemplares, en las diversas comunidades religiosas


e iglesias locales tanto del pasado como del presente. La
Orden ofrece con alegra este rico tesoro a sus formandos, de
modo que durante toda su vida puedan encontrar en l una 1. PRE-NOVICIADO
experiencia evanglica siempre antigua y siempre nueva.
Finalidad
83. Por otr a par te, los candid ato s deb en for marse de tal
modo que sean capaces de amar profundamente a sus 86. El periodo de prenoviciado debe durar un tiempo razo-
Provincias, sus prop ias culturas, naciones y pueblos, as nable (89). Ordinariamente deber hacerse residiendo en una
como participar tambin en la conciencia de pertenencia a comunidad. Solamente de un modo excepcional se har por
una Orden que, por encima y ms all de divisiones jurdi- medio de un acompaamiento bajo la responsabilidad de uno
cas, se sabe comprometida con una visin universal (86). de los hermanos. El fin del prenoviciado es familiarizar
gradualmente al prenovicio con la vida de la comunidad
agustiniana y a la comunidad agustiniana con el candidato al
84. Con este objetivo en mente, se encarece a los Asistentes
noviciado. De este modo el candidato debera sentirse capaz
Generales organizar visitas de intercambio, a nivel interre-
de tomar una decisin serena y libremente responsable para
gional e internacional, encuentros y cursos, para aquellos
(87) entrar en el Noviciado con tales disposiciones que
que se encuentran en las primeras etapas de formacin .

(86) "Los agustinos hacia el 2000": 3.2. (88) Cfr. Doc. Dubln, 1974: 34-38.

(87) Ibid., 24. (89) Cfr. Const. 228.

58 59
le permitan sacar el adecuado provecho de toda la experien- 90. Cuando el prenoviciado se haga residiendo en una
cia del Noviciado en sus distintas dimensiones: formacin comunidad, se programarn encuentros y actividades peri-
humana, vida interior, fraternidad y compromiso para con dicas que ayuden al candidato a crecer en su formacin
(90)
Dios y con los dems . humana, cristiana, religiosa y agustiniana. Cuando el candi-
dato no resida en una comunidad, se procurar conseguir
87. El prenoviciado debera ayudar al candidato a: resultados similares en el mejor modo posible, facilitando la
integracin gradual del prenovicio en la vida de la comuni-
a) Adquirir un conocimiento inicial de la vida comunitaria dad, sus celebraciones y trabajos.
agustiniana (91) y hacer una inicial opcin por ella en el con-
texto de su propia cultura y ambiente de amistad. Se animar positivamente al candidato y se le proveer con
el apoyo psicolgico necesario para que pueda liberarse de
(92) toda preocupacin de su vida pasada y llegue as a abrirse a
b) Crecer en el conocimiento de s mismo y de Dios , de
modo que desarrolle su conciencia de ser llamado, todo ello la amistad y al dilogo. De este modo podr desarrollar ms
a travs de una actitud prctica de interioridad, apertura y sus potencialidades y estar mejor preparado para crecer en
dilogo (93). el servicio a los dems.

91. Donde haya seminario menor, se ha de prestar gran


atencin a la formacin humana, religiosa y agustiniana de
Medios
los seminaristas. Se procurar establecer equipos de formacin
bien preparados e integrados como los que existen para las
88. Aunque en la escuela del Seor todos somos condisc- otr as eta pas de la for maci n
(96)
. Estos equ ipo s estar n
pulos, uno de los hermanos ser particularmente responsa- bajo la moderacin del P. Provincial y su Consejo. Cada
ble de ayudar al candidato a abrirse ms a Cristo, compren- seminario tendr su propio programa de Formacin. La ltima
der mejor su motivaciones, conocer ms claramente su eta pa del semi nar io meno r pod r ser con sid era da como
(94)
vocacin y discernir el sentido de sus opciones . tiempo de Prenoviciado.

89. De acuerdo con el Plan de Forma cin, y con el apoyo


del hermano arriba mencionado, la comunidad ofrecer al Criterios de evaluacin
candidato una educacin sistemtica para introducirlo en la
vida de oracin y en la vida sacramental (95). 92. Durante el tiempo de prenoviciado, el crecimiento del
candidato en los diferentes aspectos del proceso formativo se
(90) RC 4; CIC, 597, par.2. valorar por medio de entrevistas personales, acompaamien-
(91) In Ps. 99, 12: PL 39, 1278-1279. to espiritual y reuniones de grupo. En este proceso, hay que
(92) Soliloquia 1, 1, 1: PL 32, 869; Confesiones 10, 1, 1: PL 32, 779. examinar siempre claramente las diferentes facetas de la vida
del candidato, respetando siempre a la persona y su intimidad.
(93) Cfr. supra, nn. 75 y 21-28.
(94) Sermo 292, 1, 1: PL 38, 1320; De op. monach. 22, 25: PL 40, 568.
(95) De Doctrina Christiana 1, 10, 10: PL 34, 23; 1, 34, 38: PL 34, 33; 3, 9, (96) Captulo General Intermedio, Mxico 1980, Mensaje sobre Formacin
13 y passim: PL 34, 70. n 7; Const. 227, 233.
60 61
93. En toda evaluacin se deberan considerar, entre otros, Medios
los siguientes aspectos, que son de gran importancia:
95. El noviciado es un momento muy apropiado para dedi-
a) Evaluar la formacin humana del candidato, y su deseo car tranquilamente tiempo a la vida de oracin, a la convi-
de crecer responsablemente tal y como esto se manifiesta en vencia fraterna y a la prctica de los votos, sin otras tareas
su actitud concreta ante la vida. de por medio. Es un momento de crecimiento en la expe-
riencia personal concreta de la fe por medio de una forma-
b) Observar su capacidad para un crecimiento progresivo en cin en la vida de oracin considerada como un dilogo y
la vida de interioridad y en el conocimiento de Cristo y del una amistad con Dios, como una mediacin de la Palabra y
(99)
Evangelio en el contexto de la vida diaria, as como su un des cub rimi ento del amor de Dio s en la pro pia vida
apertura a la amistad. Este crecimiento en la fe se realiza tambin por medio de la
liturgia y los sacramentos de la Iglesia, especialmente la
c) Determinar su deseable progreso en la vida comunitaria y Reconciliacin y la Eucarista (100), y con frecuentes das de
en su integracin afectiva y personal en ella. retiro en ambientes de amistad y de puesta en comn de la
fe, de modo que el noviciado se convierta en una genuina
d) Observar su capacidad de apertura a los dems, de crtica iniciacin a la vida religiosa agustiniana.
y autocrtica, sin extremismos.

e) Atender sus actitudes de generosidad para con los herma- 96. En este proceso, el Maestro de novicios acompaar
nos y de compromiso en el apostolado. fraternalmente a cada uno de ellos, y dialogar frecuentemente
con ellos sobr e los diversos aspectos de la Formacin (PI
52).
2. NOVICIADO
97. Un medio importante para apoyar todos los objetivos
Finalidad formativos es facilitar el conocimiento y la experiencia de la
vida religiosa agustiniana por medio de clases o de trabajos
94. El Noviciado es un momento privilegiado en la formacin personales(101).Estas clases y trabajos versarn sobre la
para la vida religiosa agustiniana. Su fin bsico es dar a cono- Palabra de Dios (102), la liturgia, la vida comunitaria y el
cer y vivir las exigencias fundamentales de esta vida a travs apostolado, la consagracin a Dios en la vida religiosa por
de un descubrimiento personal de Cristo, Maestro interior y medio de los votos; la vida y obra de San Agustn, la espiri-
Palabra salvadora (97). Esto debera hacerse de tal modo que, tualidad agustiniana, la historia de la Orden y de las
por medio de una autntica conversin, el seguimiento de Provincias, la conversin y el compromiso apostlico en la
Cristo -sin perder de vista la experiencia de Agustn y nuestra
(98)
tradicin- se constituya de hecho en nuestra vida religiosa . (99) Cfr. supra, nn. 19-20; Const. Ratisbona, cap. 12, 113.
(100) Sermo 227: PL 38, 1099-1101; De civ. Dei X, 6: PL 41, 283-284.
(97) Sermo 134, 1, 1: PL 38, 742-743.
(101) Retract. 1, 26: PL 32, 624; De divers. quaest. 83: PL 34, 11s.
(98) PC 2; CIC, 646; PI 45-47.
(102) Cfr. supra, n. 13.
62 63
vid a agustiniana y su influj o en el mund o act ual. Don de este tiempo, y despus de haber hecho los votos, los herma-
haya un pro gra ma interc ongreg aci ona l de novici ado , se nos participan ms profundamente en una comunidad que
dar aparte una formacin agustiniana especfica. comparte la fe, la vida y el trabajo, y en todo lo que la vida
religiosa agustiniana comporta. Durante este periodo de cre-
98. Aunq ue la asc esis agustiniana ms import ante es la cimiento, el compromiso personal debera conducir a uno al
vida de comunidad cuando es vivida con amor, no conviene compromiso incondicional con Dios en la profesin solemne.
pasar por alto una cierta sencillez de vida, una sana austeri-
(103)
dad , cario por los trabajos comunitarios y todos los
Medios
otro s medio s que Agust n reco mienda, con tanta humani -
dad, en la Regla y en sus otros escritos. 102. El medio principal de la formacin agustiniana es la
vivencia de la vida comunitaria da a da de una manera fra-
(104)
terna, dedicada y alegr e . Esto supone compr ometerse
Criterios deevaluacin
tanto en el trabajo concreto de la comunidad as como en un
continuo compartir la, fe y la vida en comn con los herma-
99. El Maestro de novicios y sus ayudantes harn una eva- (105)
nos, segn se indica en nuestras Constituciones . En esta
luacin peridica de la marcha del Programa del Noviciado,
etapa la oracin debera madurar como una cuestin de
de cada uno de los novicios y de los distintos objetivos y
responsabilidad personal y facilitar una mayor puesta en
metas de la Formacin.
comn de la fe con la comun idad. Este compa rtir la fe
Algunos aspectos a tener en cuenta en esta evaluacin son:
ayuda a superar la superficialidad, el individua lismo y la
- Crecimiento en la vida de oracin, en compartir la fe y en
falta de sentido comunitario, as como a formar una verda-
el deseo de progresar en la propia formacin.
dera comunidad de vida, de fe y de trabajo que no eluda las
- Participacin activa en la vida de la comunidad y en sus (106)
realidades de la vida .
trabajos.
- Madurez apropiada para su edad en la vivencia de los votos. 103. La comunidad agustiniana debera estar tan empapada
- Libertad evanglica ante el consumismo actual y sensibili- de espritu fraterno que pudiesen florecer el dilogo y la
dad ante la injusticia. co rr es po ns ab il id ad en la amis ta d. Es ta se r a la mejo r
garanta para una formacin continua en el amor de Dios y
- Aprecio por el apostolado en la comunidad.
en el autntico crecimiento humano. Por esta razn se debe
(107)
fomentar un continuo dilogo entre todos los hermanos .
3. LA ETAPA DE LA PROFESION TEMPORAL Este clima de amistad agustiniana debera suscitar un inter-
cambio regular de opiniones con los formadores sobre la
Finalidad

100. La etapa de la profesin temporal, que es la tercera de (104) Cfr. supra, nn. 16-18, Doc. de Dubln, 62-67.
la Formacin, comienza con la profesin religiosa. Durante
(105) Nn. 7-15; 112-120.
(106) De op. monach., passim: PL 40.
(103) Cfr. supra, n. 36. (107) Cfr. supra, n. 28.

64 65
vocacin, la consagracin religiosa, la vida comunitaria y el acomo daciones conveniente s de acuerdo con las autorida -
apostolado, el sentido de los votos, dificultades y tensiones, des respectivas. Pero la preparacin en los estudios debe
el futuro de cada uno y la forma concreta en la que cada llevarnos a un autntico conocimiento de Cristo y a vivir lo
religioso puede trabajar en la misin de la Iglesia. que aprendemos en la teologa (111). Para que la preparacin
teo lg ica de los rel igioso s no sea vista como un fracas o,
debe convertirse para ellos en una fuente abundante de cre-
- Conviene celebrar adecuadamente todos los momentos
cimiento en la vida espiritual y humana (PI 58 y 60-62).
impo rta ntes de la comunidad agustiniana, tanto des de el
pu nt o de vi st a li t rg ic o co mo te ni en do en cu en ta la s
costumbres locales. Cuando se estudie la teologa fuera de un centro agustiniano
de estudios, se dar n cur sos sob re San Agus tn que cad a
- Para obtener un posterior crecimiento en los diversos aspec- Plan pro pio de for maci n deb e esp eci ficar en cuanto al
tos de la vida religiosa agustiniana y en su vivencia actual, tiempo y al mtod o. De la misma forma, estos programas
conviene que haya, con cierta frecuencia, encuentros que de for maci n con cre tar n la mane ra de pre sentar cur sos
favorezcan el intercambio de opiniones. En ellas deberan sobr e Justi cia y Pa z en confo rmi dad de los deseos del
(112)
tratarse todos los temas importantes referentes a la formacin Captulo General de 1989 .
como: la espiritualidad y la vida agustiniana hoy, la misin y
(108)
la doctrina social de la Iglesia en el mundo actual , as 104. Los profesos deberan, con el apoyo de los formadores y
como otros temas importantes para la vida religiosa y la for- de especialistas en el tema, ir responsabilizndose gradual-
(113)
macin humana y profesional de los religiosos. mente en alguna tarea pastoral . sta debera tener lugar
tanto en el propio contexto cultural como en otros diferentes,
en situaciones ms fciles y en otras ms difciles, e incluso
103. El estudio y la investigacin forman parte de la tradi- entre marginados. Del mismo modo, es importante conceder
cin ms viva y genuina de la vida religiosa agustiniana. Se especial atencin a la vida litrgica en la vida religiosa, sobre
trata de un don de Dios a la Orden que nos viene de la vida todo en la celebracin de la Eucarista, de modo que esta vida
y escritos de Agustn y nuestros predecesores. Se halla al litrgica pueda ser vivida en toda su profundidad. Para conse-
servicio de nuestra vocacin para seguir a Jess, y debera guir estos objetivos, los hermanos deberan participar en cur-
alimentar nuestra oracin, nuestra vida de comunidad y sos y actividades a fin de completar su formacin. Debemos
nuestras tareas apostlicas. El estudio sistemtico de la teo- tener sumo empeo en integrar teologa y vida pastoral.
loga (109) y de las dems ciencias humanas, debera realizar-
se como un medio fundamental en la preparacin de los
105. Nunca se debe olvidar que el objetivo de la vida reli-
religiosos agustinos, y como un verdadero apostolado que
giosa de los nuevos profesos durante la formacin inicial es
ayud ar la vida de fe y el apo sto lad o de cad a uno, tanto
alcanzar el momento importante de la profesin solemne.
ahora como en el futuro (110). En casos particulares, se harn
Esta profesin solemne es un compromiso incondicional

(108) Cap. Gral. 1989, 25. (111) Ep. 137, 1, 3: PL 33, 516-517.

(109) Cfr. supra, 64-65; Pastores dabo vobis, 51-56: Const. 124-156. (112) Cfr. Programa n 25.

(110) Possidio, Vita Augustini 3: PL 32, 38; De op. monach. 29, 37: (113) Cfr. supra 64-65; PI 62.

66 67
con Dios y con la Iglesia, con la Orden y con los hombres y segn el don de cada uno(115).Un aspecto bsico de la forma-
mujeres de nuestro tiempo. Esta perspectiva, por lo tanto, cin es el discernimiento, en cada una de sus etapas, del modo
debe tenerse siempre presente a travs de toda la formacin concreto en que cada uno es capaz de llevar adelante el mini-
inicia l, de modo que los her mano s alc ancen su dec isin sterio pastoral. Ms an, muchos de nosotros estamos llama-
para la profesin solemne a travs de un verdadero progreso dos a tomar parte en los ministerios ordenados de la Iglesia,
en el crecimiento humano y religioso. especialmente en el diaconado y en el sacerdocio ministerial.
106. Para estimular la participacin de todos los hermanos 110. Nuestra meta es crecer en la integracin prctica de
en la vida comunitaria, las formas y modos concretos para nuestra vida religiosa y de las actividades apostlicas, de
llevar a la prctica esa vida de comunidad deberan ser ela- modo que el ministerio del apostolado se convierta en una
boradas por todos juntos. verdadera fuente de santificacin personal, de crecimiento
de la vida comunitaria y de amor por nuestra misin al ser-
vicio de la Iglesia y de la gente.
Criterios de evaluacin

107. Para que no nos volvamos curiosos de las vidas ajenas


mientras descuidamos las nuestras (114), el Equipo de forma- Medios
cin debe promover la evaluacin personal y comunitaria, con
la frecuencia determinada por el Maestro o el mismo Equipo. 111. Debemos esforzarnos continuamente por hacer signifi-
Esta evaluacin debe hacerse en ambiente de amistad, dilogo cativa nuestra comunidad agustiniana como primera forma
y corresponsabilidad que deben caracterizar toda la formacin de nuestra predicacin, de modo que seamos activos en la
(116).
agustiniana. Para prepararla debern tener en cuenta los dife- contemplacin y contemplativos en la accin Nuestra
rentes aspectos de la vida religiosa, y especialmente la vida de vida de comunidad debera ofrecer al mundo un ejemplo real
comunidad, la oracin, el apostolado, los votos, y el sentido de una fraternidad autnticamente humana y sincera, que
de entrega de cada uno a Dios y a los dems. Este sentido de refleje el amor de Dios a todos los hombres sin distincin(117).
la entrega debe ser vivido por cada hermano no ya de un
modo rutinario o impersonal, sino con autntico convenci- a) Como agustinos, deberamos cultivar siempre un sentido
miento y con un verdadero sentido de la vida comunitaria. comunitario y de trabajo en equipo, en cada uno de nuestros
esfuerzos pastorales. Esto es hoy especialmente necesario
4. EL APOSTOLADO AGUSTINIANO aho ra que necesitamo s ren ova r el tej ido cri stiano de la
sociedad desafiando el individualismo y practicando la
Finalidad creativid ad, tanto personal como comun itaria. De este
modo, unidos por el Espritu Santo que ha sido derramado
108. Todos estamos llamados, como religiosos, a participar
de la misin de Cristo y en la vida apostlica de la Iglesia
(115) LG 41; Const. 157 y ss.

(116) Ep. 48, 1-3: PL 33, 187-189; De civ. Dei 19, 19: PL 41, 647-648.
(114) Confess. 10, 3, 3: PL 32, 780; Sermo 63A (Mai 25), 1: MA 1, 317. (117) Doc. de Dubln 42 y 38.

68 69
por Dios en nuestro corazones, podemos cuidar del Cuerpo - coo per acin en la vida ord inari a de una comunidad , lo
de Cristo y comunicar a otros una experiencia de vida en cual incrementa la espiritualidad de la vida cotidiana por
(118)
comunin . medio de trabajos sencillos;
- inculturacin e insercin en experiencias de otras culturas
b) Movidos por la gratitud y no por la autocomplacencia, y lenguas.
debemos prepararnos constantemente para proclamar de ver-
dad el Reino de Dios expresando nuestra fe personal, y prac- 111. Debemos asumir en profundidad esa nueva evangelizacin
ticando un autntico amor a la Iglesia. En el contexto de la (CL 34 y ss.) que deb e anunciar a Cri sto vivo al mund o
experiencia agustiniana, debemos esforzarnos por compren- actual con un nuevo entusiasmo, una dedicacin renovada y
der los problemas de nuestra poca de un modo realista y con nuevos mtodos. Para llevar esto a cabo deberamos
lleno de esperanza. De esta manera, al tiempo que comparti- comprometernos con los pobres y marginados. Necesitamos
mos los gozos y las esperanzas de los hombres y las mujeres tambin abrirnos ms a colaborar con la iglesia local,
de nuestro tiempo, podemos evitar caer tanto en una parali- considerndonos como socios del laicado en la misin.
zante rigidez como en una actitud favorable al "todo vale". Deberamos ser todos conscientes de los valores positivos
del medio en que vivimos, as como de las ambigedades y
dificultades con las que nos confronta.
c) Debemos aprender a escuchar a los dems, especialmente a
los laicos y expertos, favoreciendo su colaboracin y sus orga-
(119) 112. Es imprescindible que respetemos la diversidad de
nizaciones apostlicas , de modo que podamos trabajar jun- pueblos all donde trabajamos. Esto posibilitar ms que
tos, como amigos y hermanos, por la construccin del Reino
sepamos apreciar su herencia religiosa y cultural y nos pon-
de Dios. Debemos hacer tambin un constante esfuerzo para gamos en dilogo con ellos. Ms an, la gran movilidad de
integrar nuestra vida religiosa y nuestra vida pastoral (120).
nue str o mun do de hoy y el carcter int ernac ional de la
Ms an, en nuestro apostolado debemos encontrar siempre Orden debera animarnos a estudiar otras lenguas, segn la
tiempo para nuestra vida de oracin y para el estudio.
exhortacin del Captulo General de 1989 (n50).

d) Toda esta labor requiere aprovechar muy bien el tiempo 113. Con el fin de que todos puedan aprovechar plenamente
de la formacin inicial y permanente para renovar nuestra
su educacin en el tiempo de formacin y puedan tener la
vida comunitaria y apostlica (121), en lo que se refiere a necesaria cualificacin para unos estudios y una preparacin
la espiritualidad y los ministerios;
ulteriores, y puedan adems tener facilidad para su propia for-
- el mismo apostolado: en la comunidad, en las misiones, en macin permanente en aos posteriores, debera exigirse un
la atencin a los marginados y en la asistencia social; nivel suficiente de educacin general a todos los candidatos,
independientemente de su opcin por la ordenacin o por la
vida religiosa laical. A los hermanos que no estn llamados al
(118) CL 34; Discurso del Papa al Cap. Gral. 1989. ministerio ordenado, se debe ofrecer una formacin teolgica
(119) Cfr. Const. 175.
prctica y pastoral, como preparacin para su actividad apo-
stlica.Del mismo modo, estos hermanos deben ser prepara-
(120) Cfr. supra, 56, 62-63 y Doc. de Dubln 92.
dos minuciosamente para prestar un hbil servicio en la
(121) Cfr. Const. 110.

70 71
Orden. Su preparacin acadmica debe ser continuada de 117. El sacerdote es ministro de la Palabra y del Sacramento (124)
(125)
acuerdo con la habilidad personal de cada uno con vistas a Debe comportarse como "siervo de los siervos de Dios" ,
adquirir unas cualificaciones personales y tcnicas apropiadas. pues es el pastor de todos: "somos siervos de la Iglesia,
especialmente de los miembros ms dbiles" (126) . Este mini-
sterio debe estar siempre integrado en la vida comunitaria (127).
114. Aunque, como es bien sabido, el sacerdocio es un carisma
diferente del de la vida religiosa (122), histricamente la Orden ha El sacerdote debe estar dispuesto a servir al evangelio y al
(123)
servido a la Iglesia con este ministerio . Efectivamente, para pueblo como pastor en el mundo actual, guardando el equi-
los que han sido llamados al sacerdocio, es el modo apropiado librio entre las diversas funciones sacerdotales, al servicio
de servir a Dios y a los hermanos. Por tanto, debemos aceptar de la Iglesia local y universal.
con humilde sencillez la llamada de la Iglesia a este servicio
como una ulterior expresin de nuestro amor a ella y a la
Humanidad. Del mismo modo deberamos aceptar con verda- Criterios de evaluacin
dero sentido religioso los diversos ministerios en el campo de la 11 8. La fec und idad eva ng lica de nue str o apostolado
educacin, as como los nuevos ministerios parroquiales y requiere que adop temos un punto de vista crtico, no slo
misioneros que la Iglesia y los hombres nos solicitan hoy. con el mundo y con los dems, sino tambin con nosotros
mismos. Por eso debemos evaluar:
115. Para recibir el ministerio del Lectorado , uno tiene a) nuestro esfuerzo evanglico al servicio de la Palabra;
que haber conseguido un profundo aprecio por la Palabra de b) nuestro servicio a los hermanos;
Dios y una habilidad adecuada para proclamarla. c) nuestra capacidad para escuchar la opinin de los dems
sobre nuestro trabajo apostlico;
Quien reciba el ministerio del Acolitado debe poseer un d) nuestra capacidad para integrar la vida religiosa y el aposto-
sentido adecuado del ministerio eucarstico y saber cundo lado;
est autorizado a dar la comunin. e) nuestro esfuerzo de renovacin para no quedarnos
retrasados;
Se rec omiend a que quienes asp ire n a estos mini sterio s f) nuestro inters por recibir ayuda, especialmente en los
lleven una vida religiosa equilibrada, sencilla, de cercana primeros aos de apostolado.
con Dios, con los dems y con la experiencia cotidiana de
la vida cristiana. 5. FORMACION PERMANENTE

116. El Diaconado requiere haber conseguido familiaridad Finalidad


con la Palabra de Dios, capacidad para proclamarla y servi-
cialidad hacia el Cuerpo de Cristo, todo lo cual se refleja en 119. La formacin permanente recibe su sentido fundamen-
el claro ej emp lo de la pr op ia vid a y en el compr omi so tal de la necesidad de cultivar y revitalizar continuamente la
social que este ministerio lleva consigo.
(124) Ep. 21, 3: PL 33, 88-89; Ep. 228, 2: PL 33, 1014.
(125) Ep. 217, saludo: PL 33, 978.
(122) Cfr. supra, 56-60. (126) De op. monach. 29, 37: PL 40, 577.
(123) Cfr. Const. 3-4. (127) Cfr. supra, 56-60; Const. 172-173.

72 73
gracia de la propia vocacin. Como nos recuerda Agustn: las celebrac iones religiosa s, en los trabajos de la comuni -
"Donde dijiste: 'basta', all comenz tu perdicin"(128) . Esta es dad, en sus tiempos de ocio. Esto llevar a cada uno a com-
la razn por la que tenemos que avivar continuamente partir todos los bienes, materiales y espirituales, en autnti-
nuestra vida espiritual, encontrar cada da un renovado senti- ca comunidad de vida, de fe y de trabajo.
do a la vida comn y a la fraternidad, y remozar incansable-
mente nuestra misin de anunciar el Evangelio. La forma- b) Del mismo modo, debemos vivir nuestro compromiso
cin permanente es esencial para que la formacin inicial no apostlico como un medio importante para nuestra santifi-
se estanque o se convierta en un medio intil de seguir a cacin. Esto implica dedicar suficiente tiempo a la prepara-
Cristo y de ser fieles al Espritu de la Orden agustiniana. ci n de nuestr o apo sto lad o, esp eci alme nte en lo que se
refiere al servicio de la Palabra de Dios y a nuestra apertura
120. Cada hermano debe ser totalmente consciente de que hacia la gente y las personas implicadas con nosotros en las
(130)
la renovaci n y la formacin son un desafo para toda la mismas tareas de apostolado .
129
vida ( ). No hay sustituto para esto si la persona ha de per-
manecer fiel al Espritu, a pesar de las vicisitudes de los c) Igualmente importantes son para nosotros el retiro anual
tiempos, los rpidos cambios de nuestro mundo, las nuevas y los retiros peridicos, que se han de tener al menos en los
situaciones y la nueva cultura humana y religiosa, as como tiempos litrgicos especiales.
las nuevas tareas que se pide a sacerdot es y cristia nos (PI
67). De todo esto se deduce claramente que la formacin d) Deberamos participar tambin en los cursillos de forma-
per mane nte deb e incluir tod os los asp ect os impo rta ntes cin perma nente a nivel Provincial o Regio nal, y en aque-
tanto de nuestra vida humana como religiosa. llos organizados para toda la Orden. Estos nos ofrecen la
oportunidad de renovarnos en el plano humano y espiritual,
121. La formacin permanente nos ha de llevar a vivir el en la caridad social y en nuestro carisma.
propio trabajo y darle sentido religioso. De este modo halla-
remos en l una ver dadera dimen si n conte mpl ativa y 123. a) Cada uno de nosotros debe recordar que somos los
sabremos cmo aprovechar todas las posibilidades que se primeros responsables de nuestra propia formacin, madurez
presenten, llenos de un verdadero deseo de renovacin. y crecimiento humano-vocacional. Nadie puede ocupar nues-
tro puesto en esta tarea (PI 29). Por lo tanto, es necesario
dedicar tiempo a "trabajar sobre s mismo" (131), para de este
Medios modo intentar prevenir y afrontar los problemas segn vayan
surgiendo con el paso de los aos. En los primeros tiempos de
122. a) El medio ms impor tante de la formacin perma - vida religiosa y apostlica, lo hacemos mediante la reflexin
nente es una constante y significat iva part icipacin en la personal, las convivencias, el apoyo personal, el acompaa-
vida de la prop ia comunidad y de la circunscr ipcin a la miento espiritual y con otros medios que permitan un adecua-
que cada uno pertenezca. Esto se realiza tomando parte en do desarrollo de nuestra vida interior y de nuestro sentido de

(128) Sermo 169, 15, 18: PL 38, 926. (130) Doc. de Dubln 83-84.

(129) PI 66-71; PC 18; CL 63. (131) Juan Pablo II, AAS., 71 (1979) 413.

74 75
pertenencia religiosa. En nuestros aos de madurez, necesita- religiosa, con el debido respeto por la libertad personal (132).
mos facilitar una renovacin que contrarreste los peligros del La comunidad entera debera atender con suma delicadeza a
individualismo, la indiferencia, la resignacin, los conflictos aquellos hermanos que experimentan distintas dificultades, ya
excesivos, la amargura o el quemarse trabajando, as como en los aos iniciales de su vida en la comunidad, en la edad
otras crisis propias de esta edad. Todo esto requiere apoyo madura o en la vejez. La comunidad debera apoyarlos reco-
espiritual y humano por parte de la comunidad y de los supe- nociendo sus xitos y celebrando los momentos importantes
riores. Del mismo modo, los ancianos necesitan continuar de sus vidas. Del mismo modo, la comunidad ha de proveer al
desarrollando la generosidad e integrar toda su vida de modo hermano con medios especiales e incluso profesionales de
que consigan fcilmente cuidar su salud, as como mantener evaluacin, cuando los necesite o se considere oportuno.
las relaciones fraternales, su amistad con religiosos y sacerdotes,
el amor hacia los dems y el entusiasmo . De este modo
125. Es tambin muy conveniente que las Provincias facili-
podrn afrontar la jubilacin, la vejez y la enfermedad con las
ten lugares de retiro, reposo y rehabilitacin que permitan a
garantas que nacen de la fe, el amor y la esperanza.
los hermanos renovarse verdaderamente en momentos de
crisis, cansancio o grandes dificultades. Son igualmente de
b) En consecuencia, es necesario establecer momentos perso- gran ayu da cuando simpl eme nte sur ge la necesidad de
nales y comunitarios dedicados al tiempo libre que permitan a hacer un alto en el camino y dedicar algn tiempo a la reno-
uno contemplar su vida y recuperar el control sobre ella. vacin espiritual, comunitaria y pastoral.

c) Es importante que los hermanos dediquen peridicamente 126 . Por lo que a los rel igioso s ms jv enes se refier e,
tiempo a la lectura de los clsicos de nuestra espiritualidad tanto ellos mismos como sus Superiores Mayores, deben
agustiniana, comenzando por las obras de San Agustn, la conceder especial atencin a los siguientes aspectos:
Regla y nuestras Constituciones consideradas como un libro
1) la insercin en la comunidad donde son destinados, donde
de espiritualidad. En nuestras lecturas deberamos incluir
habr que hacer que se sientan como en casa y donde sus
tambin los msticos agustinos, varones ejemplares dotados
cualidades pueden ser aprovechadas de forma apropiada;
de especial sabidura en este campo de la historia y espiri-
2) el acompaamiento espiritual;
tualidad de nuestra Orden, as como autores actuales de teo-
3) la organizacin de encuentros apropiados para religiosos
loga, espiritualidad, formacin, pastoral y agustinologa.
de esa edad.

d) Para desarrollar el sentido de pertenencia conviene cele-


brar con autntico cario las fiestas y acontecimientos de la Criterios de evaluacin
Orden, de la Provincia y de la propia Comunidad, todo ello
de un modo humano, litrgico y fraterno. 127. El Captulo local y Provincial y el Prior General eva-
lu ar n to do es te pr oc es o de fo rmac i n pe rman en te y
124. Los superiores mayores y el prior local se preocuparn velarn para que se cumpla de forma adecuada.
por la salud de los hermanos de todas las edades. Su preocu-
pacin debera extenderse tambin a la realizacin personal y
(132) Cfr. supra, 39; Doc. de Dubln 70-75.

76 77
BIBLIOGRAFIA AGUSTINIANA - CAPANAGA, V., Pensamiento de San Agustn. El hombre, Dios y el Dios-Hombre,
B.A.C., Madrid 1977.
I. PRE-NOVICIOS Sentencias de San Agustn sobre el hombre, el misterio de Dios, el cuerpo de Cristo y su
vida. Sigue un elenco de definiciones.
1. Biografas
- RUBIO, P., Recordar (la respuesta agustiniana), Estudio Agustiniano, Valladolid,
1970.
- GUILLOUX, P., El alma de S. Agustn, Trad. de Ignacio Nez, Ed. Luis Gili, Barc. 1947.
Cuatro partes en esta antologa: el hombre, el cristiano, el religioso y el educador.
Libro clsico desde la perspectiva histrico-sociolgica. El autor habla a los dems de
lo que l ha penetrado y comprendido.

- CAPANAGA, V., San Agustn. Ed. Labor, Barcelona 1951.


II. NOVICIOS
Biografa y exposicin sinttica del pensamiento y obras principales de San Agustn.
- GARCA, F., San Agustn, Ed. Religin y Cultura, Madrid 1953. Sntesis de la
1. Biografas
vida de S. Agustn de fcil comprensin y lectura.
- MARROU, H.I. - LA BONNARDIERE, A.M., S. Agustn y el agustinismo . Ed.
- POSIDIO, S., Vida de San Agustn, en Obras de San Agustn. BAC I, Madrid 1969.
Aguilar, Madrid 1960.
Este es un documento de valor incalculable escrito seis o siete aos despus de la muerte de
Presentacin de la vida de S. Agustn e influjo de su pensamiento.
Agustn por alguien que vivi con l y comparti con l una amistad de cuarenta aos. Da
- OROZ RETA, J., San Agustn. Semblanza para jvenes. Ed. Augustinus, Madrid 1966.
maravillosas pistas sobre cmo vivi el monacato, cmo desempe su apostolado y
Vida de S. Agustn escrita expresamente para la juventud agustiniana.
cules eran sus virtudes.
- San Agustn, en Grandes de todos los tiempos. Texto de A. Ghirarli, Prensa Espaola
en coedicin con Mondadori Editore, Madrid 1970. Estampas biogrficas sobre todo a - BROWN, P., Biografa de Agustn de Hipona. Revista de Occidente, Madrid 1969.
La vida de San Agustn en su contexto histrico general.
base de reproducciones en color de numerosas pinturas artsticas, restos

arqueolgicos y otros monumentos. - ALONSO TURIENZO, T., Vida de San Agustn,


- OROZ RETA, J., San Agustn. El hombre, el escritor, el santo. Ed. Augustinus, Madrid
Ed. El Escorial 1980. Presentacin sencilla de la vida y figura de Agustn. 1967.
Exposicin de las lneas fundamentales de la personalidad de Agustn, acentuando los

2. Antologas aspectos histricos, geogrficos y literarios.

- RUBIO, F., Habla Agustn. Mil pensamientos para revivir. Ed. El Buen Consejo. El
Escorial1968. 2. Vida Religiosa y Regla
Seleccin de sentencias y pensamientos sobre 33 temas diversos: amistad, alegra, creacin,
riqueza, etc. - MANRIQUE, A., Teologa agustiniana de la vida religiosa. Ed. La Ciudad de
Dios, El Escorial 1964.

78
79
Exposicin sistemtica de la vida religiosa agustiniana. principios fundamentales de III. PROFESOS
la vida monstica, orientacin agustiniana d a vida religiosa, espritu de la vida
religioso-agustiniana, la "reglas" de vida monstica. Obra muy rica en textos y citas 1. Hombre de Dios y siervo de la Iglesia
de San Agustn.
- VAN DER MEER, F., San Agustn, Pastor de almas. Vida y obra de un
- CILLERUELO, L., El monacato de San Agustn. Archivo Teolgico Agustiniano, Padre de la Iglesia. Ed. Herder, Barcelona 1963.
Valladolid 1966. Traza la trayectoria pastoral de San Agustn, encuadrada en la cultura y
Reflexin original sobre el monacato de S. Agustn, teniendo siempre en cuenta las circunstancias histricas del cristianismo de los primeros siglos. Es una
obras del Santo y el contexto histrico. de las mejores reconstrucciones de la vida diaria de San Agustn y de la
Iglesia del norte de Africa.
-VACA, C., Unidos en Cristo. Ed. Religin y Cultura, Madrid 1968. Amplio comentario
y exposicin de la Regla con riqueza de referencias y citas agustinianas, aprovechando - GRABOWSKI, S.J. , La Igl es ia. Intro ducc in a la teo lo ga de San
Agustn. Ed. Rialp, Madrid-Mxico 1963.
los recursos de la psicologa y sociologa.
Estudio de conjunto bien trabajado, compuesto con rigor cientfico y cer-
- TRAPE', A., La Regla de San Agustn. Ed. Religin y Cultura, Madrid 1978. Exposicin tera interpretacin de los textos agustinianos.

sistemtica de la Regla, precedida de una introduccin general al monacato y la misma


- CAP AN AG A, V., Agu stn de Hipon a, Mae stro de la con ve rs i n
Regla. Reproduce al final la edicin latina, y la italiana en forma masculina y femenina.
cristiana.BAC., Madrid 1974.
-AAVV., Libres bajo la Gracia. Curia general Agustiniana, Roma 1979. Espritu y vida Trata el tema de la conversin en las siguientes dimensiones: agona espi-
de la Orden de San Agustn en los escritos de los Papas y Priores Generales (1953 - ritual de San Agustn; orgenes de la espiritualidad nueva; espiritualidad
1978). de la conversin continua.

- AAVV., La Bsqueda de Dios. Publicaciones Agustinianas. Roma 1981. La dimensin - MANRIQUE, A.,- SALAS, A., Evangelio y Comunidad. Raices bblicas
de la consagracin a Dios en S. Agustn. Biblioteca Escuela Bblica,
contemplativa de la experiencia agustiniana. Este libro reune algunas conferencias
Madrid 1978.
excelentes sobre la experiencia contemplativa agustiniana que se dieron en el Curso El estudio se centra, no slo en las citas de carcter literario, sino tam-
Internacional de Espiritualidad Agustiniana, que tuvo lugar en Roma en Julio de 1979. bin en las ideas bblicas. Se fijan los principios agustinianos de la vida
comn, basados en la "koinonia" apostlica de los Hechos. Se traza el
- BAVEL, Tarsicio van, Agustn de Hipona: Regla para la Comunidad. Con
ideal de vida religiosa dentro de la estructura de la Iglesia y de la teologa
introduccin y comentario. OALA, Iquitos 1986.
agustiniana. Se estudia la doctrina del Cuerpo Mstico en S. Pablo y en S.
Excelente para un estudio bsico de la Regla.
Agustn.

- TACK, T., Si Agustn viviera... El ideal religioso de San Agustn hoy. Paulinas, Madrid
1990.
2. Antologas
Este libro trata de una manera muy prctica de la vida religiosa en Agustn,
segn l la propone y se vive hoy.
TONNA- BARTHET, A., Kempis Agustiniano. Mximas de San Agustn
sobre la vida cristiana. Trad. P.F. Mier 1 ed. Barcelona 1935. 2 ed
bajo el ttulo:
80

81
INDICE
Pag.
Introduccin
San Agustn. Breviario de la vida cristiana. Ed. Litrgica
espaola, Barcelona 1954. I. PARTE
Es un tratado completo de la vida cristiana, compues to no slo INTRODUCCION
segn la doctrina y conceptos, sino con las palabras mismas de
gran Doctor y Padre de la Iglesia, segn afirmacin de Po XL 1. Finalidad del Plan 9
La obra se divide en 7 libros, correspondiendo a los 7 dones delEspritu
Santo 2. A quin va dirigido 10
3. Objetivos generales de la Formacin 10
PRZYWARA, E., El pensamiento de San Agustn. Trad. De V. Daz de
Tuesta. Ed. Lumen, Lima 1946. 4. Principios bsicos de una visin
El pensamiento, teolgico y mstico de San Agustn, expresado en los agustiniana de la formacin 14
pasajes ms importantes de sus obras. El P. Tuesta tradujo los textos 5. Fuentes de la Formacin 15
directamente del latn. El P. Lope Silleruelo hizo otra traduccin
directamente del alemn, bajo el ttulo San Agustn. Ed. Revista de
Occidente. Buenos Aires 1949.
II. PARTE
PELLEGRINO, N., Verus sacerdos. El sacerdocio en la experiencia ELEMENTOS BSICOS DE
y en el pensamiento de S. Agustn. Ed. Paulinas, Madrid 1966. LA FORMACION AGUSTINIANA 17
Expone la espiritualidad sacerdotal, basndola en el 1. Compartir la vida en Comunidad 19
equilibrio entre accin humana y misin divina, entre 1.1. Formacin para una vida de relaciones humanas 19
contemplacin y accin. El .pensamiento se desarrolla con 1.2. Formacin para una vida de amor, humildad,
amistad, comunicacin y armona 21
continuas citas agustinianas.
1.3. Formacin para la vida de comunidad
a la luz de los tres votos 28
El voto de pobreza o la comunidad de bienes 30
El voto de obediencia o la responsabilidad
compartida en comunidad 33
El voto de virginidad o celibato 35
2. Compartir la bsqueda de Dios en comunidad 36
2.1. Un camino de fe 36
2.2. Formacin para el encuentro con Dios 37
2.3. Formacin para la oracin 39
2.4. Formacin en la interioridad 40
3. Compartir el apostolado en comunidad 42
3.1. El apostolado como servicio 45
3.2. Apostolado y comunidad 46
3.3. Preparacin para el apostolado 47
3.4. Variedad de actividades apostlicas 49

82 83
III. PARTE
LOS AGENTES DE LA FORMACIN 51

1. El contexto humano, social y cultural 51


2. Cristo, Maestro Interior, y el Espritu Santo 53
3. La Iglesia y Mara 54
4. El candidato 54
5. La comunidad de Formacin 56
6. Los formadores 57
7. La Orden Agustiniana 58

IV. PARTE
ETAPAS DE LA FORMACIN

1. Pre-noviciado 59
Finalidad 59
Medios 60
Criterios de evaluacin 61
2. Noviciado 62
Finalidad 62
Medios 63
Criterios de evaluacin 64
3. La etapa de la profesin temporal 64
Finalidad 64
Medios 65
Criterios de evaluacin 68
4. El apostolado agustiniano 68
Finalidad 68
Medios 69
Criterios de evaluacin 73
5. Formacin Permanente 73
Finalidad 73
Medios 74
Criterios de evaluacin 77

BIBLIOGRAFA AGUSTINIANA 78

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