Las Piruas Moldeadas Del Inca Por Sergio Barraza Lescano
Las Piruas Moldeadas Del Inca Por Sergio Barraza Lescano
Las Piruas Moldeadas Del Inca Por Sergio Barraza Lescano
Qhapaq an
Ao 4, nmero 4, 2016
1
Ministro de Cultura del Per
Salvador del Solar Labarthe
Editores
Giancarlo Marcone Flores
Sergio Barraza Lescano
Edicin adjunta
Fiorella Rojas Respaldiza
Comit editorial
Elizabeth Arkush / University of Pittsburgh, Estados Unidos
Octavio Fernndez Carrasco / Ministerio de Cultura, Proyecto Qhapaq an Sede Cusco, Per
Peter Kaulicke Roermann / Pontificia Universidad Catlica del Per, Per
John R. Topic / Trent University, Canad
Diseo y diagramacin
Lorena Mujica Rubio
Impresin
Nombre de la imprenta: Burcon Impresores y Derivados S.A.C.
Direccin: Calle Francisco Lazo 1924 - Lince / Telf.: 4700123
Fotografa de cartula
Vista del tambo inca Pariachuco, asociado al Qhapaq an en el distrito de Conchucos, provincia ancashina de Pallasca (foto: Edgardo Solrzano Palacn)
Cuadernos del Qhapaq an Ao 4, N 4, 2016 / issn 2309-804X
Resumen
A partir de un enfoque interdisciplinario, en este artculo se aborda el estudio de una modalidad de almacenamiento
privado inca que ha pasado desapercibida entre los investigadores andinistas. Se espera as generar nuevas discusiones
e interpretaciones de las evidencias arqueolgicas recuperadas en los depsitos de las residencias reales incaicas y de las
elites provinciales integradas al Tawantinsuyu.
Palabras clave
Almacenamiento inca, almacenamiento privado prehispnico, colcas, piruas, taqes
Molded piruas of the Inca: private storage in the Cuscos imperial elite sphere
Abstract
This article presents an interdisciplinary study of a private Inca storage that has been unnoticed by Andeanists. The
author expects to generate new discussions and interpretations about the archaeological evidence recovered in the
storage areas from the royal Inca and the provincial elites residences.
Keywords
Inca storage, Prehispanic private storage, colcas, piruas, taqes
*
Ministerio de Cultura del Per, Qhapaq an - Sede Nacional. E-mail: sbarraza@cultura.gob.pe
94
Barraza Lescano Las piruas moldeadas del Inca, pp. 94-119
1
La ficcin del carcter benefactor del Estado Inca ha sido analizada por Craig Morris (1986: 61, 64).
2
Este uso genrico de la voz colca se remontara, por lo menos, a tiempos coloniales. Al respecto, pese a registrar distintas categoras
de estructuras de almacenamiento indgenas, el jesuita Gonzlez Holgun anota que colca era un nombre comn a todas (Gonzlez
Holgun 1989 [1608]: 54).
3
Un anlisis de estas etnocategoras puede ser revisado en la monografa sobre terminologa agraria inca de Sabine Dedenbach-Sala-
zar (1985: 146-149).
4
En el contexto de los rituales agrarios incaicos (fiesta Aymoray), solan depositarse al interior de las piruas algunas mazorcas enteras
que por alguna caracterstica especial (bicroma, deformidad o disposicin peculiar de sus granos) eran consideradas mamasaras o
madres del maz; se las guardaba envueltas en finas mantas, siendo veneradas como dolos propiciatorios y protectores de las
cosechas (Acosta 2002 [1590]: 361; Arriaga 1999 [1621]: 38; Guaman Poma 2008 [c. 1615], I: 183; Ondegardo 1916 [1585]: 20-21).
ros grandes del usso antiguo, adems de miento, de carcter privado, era realizado en
mazorcas de maz (Duviols 2003: 190). las proximidades de las viviendas.
- Toca (a) La revisin de diversos reportes etnogrficos permite
Conocidos tambin con el nombre aimara de constatar la sorprendente vigencia que en tiempos mo-
piya [ppia], eran silos sin mayor acabado en dernos han mantenido algunas de estas modalidades de
los que se podan guardar distintos tipos de almacenamiento, continuidad tecnolgica perceptible
bienes (Bertonio 2006 [1612]: 76, 719). Se los tanto en el almacenamiento privado (familiar) como
empleaba en el mbito privado. comunal de distintas poblaciones de la sierra centro y
surandina (tabla 1).
En el caso de las piruas, continan siendo utilizadas si-
Cubiertas de almacenamiento temporal
guiendo diversas modalidades regionales. Weston La
- Phina (a) Barre report su empleo para guardar chuo entre los
Correspondan a coberturas de paja o ichu grupos aimaras de los alrededores del lago Titicaca a me-
(Stipa ichu) con las que se protegan apila- diados del siglo pasado (Barre 1948: 96); estos depsitos
mientos de papas conformados inmedia- solan ser colocados en una de las esquinas interiores de
tamente despus de las cosechas (Bertonio las viviendas indgenas, adoptando la forma de peque-
2006 [1612]: 648). Este tipo de almacena- os contenedores cuadrados confeccionados de paja.
papas y semillas de
Phina ichu Huanta (Ayacucho) INIEA 2006
tubrculos
Phina [pitra] ichu y tierra semillas de papa Sicaya (Junn) Werge 1980
Phina paja oca, olluco, mashua Colomi (Cochabamba) Gonzles et al. 2003
Yauli y Pucar
Taqes paja tubrculos Roel y Martnez 2013
(Huancavelica)
arbustos y bras maz, ollucos y papas Calcas, canchis y INIEA 2006; Llacsa et al.
Taqes
vegetales semillas paucartambo (Cusco) 2007; Zimmerer 1996
Taqes carrizo y cortadera chuo, khaya y moraya Sierra sur peruana Zvietcovich et al. 1985
a b
c d
Foto1. Piruas de almacenamiento empleadas en la actualidad: a) Construida con ramas entrecruzadas para guardar oca, zona pro-
ductiva de Colomi, Cochabamba (Gonzles et al. 2003: figura 14); b) Elaborada con piedras y enlucido de barro para almacenar tubr-
culos (papa y chuo) y gramneas (caihua y quinua), ayllu Majasaya Mujlli de la provincia de Tapacar (Tapia 2005: foto 6); c) Con-
feccionadas con ramas para guardar papas, man, trigo o cebada (cuadrangular) y maz (cilndrica), provincia de Mizque (Kent 1998:
figura 4), y d) Construida con ramas y enlucido de barro para el almacenamiento de maz, provincia de Mizque (Gyarmati 1998: figura 4)
5
Segn ha sido precisado por Robert B. Kent (1998: 144), el repertorio de especies empleadas incluye la nakna (Escallonia millegrana), el du-
raznillo (Prunus capollin y Ocotea sp.), melindre (Gochnatia palosanto), kachakacha o quebracho blanco (Aspidosperma sp.) y soto (Schinopsis haenkeana).
El almacenamiento en taqes o sekhes es otra de las tcni- adoptan la forma de barriles o canastones confecciona-
cas an practicada en diversas regiones del Per. En las dos de carrizo (Chusquea sp.), cortadera (Cortaderia quila),
provincias cusqueas de Calca (distrito de Pisac), Can- ichu (Stipa ichu), kiswar (Buddleja incana), paja de cebada,
chis (distrito de Pitumarca), Paucartambo y Quispican- ramas de chilca (Baccharis sp.) y totora (foto 2b), en ellos
chi (distrito de Urcos), se trata de cestas cilndricas sin se almacenan maz, trigo y semillas de tubrculos (Garca
fondo de aproximadamente 1 metro de alto y 1.5 metros 1950-1951, I: 880, 968; II: 60, 81-82, 85, 88; Instituto Na-
de dimetro elaboradas con arbustos, fibras vegetales lo- cional de Investigacin y Extensin Agraria 2006: 34, 72).
cales y tallos de cebada (foto 2a). En estos contenedores,
Del mismo modo, en los distritos huancavelicanos de
usualmente colocados al interior de las viviendas, suele
Yauli y Paucar (poblados de la comunidad Chopcca)
guardarse maz desgranado, trigo, cebada y tubrculos
y en el puneo de Pomata (centros poblados de Lam-
(ollucos y papa), adems de las semillas de estos cultivos
pa Grande y Huancani), los taqes son elaborados de
(Instituto Nacional de Investigacin y Extensin Agra-
totora o paja y son empleados para almacenar tubr-
ria 2006: 69, 72; Len 1994: 116; Llacsa et al. 2007: 35,
culos (Instituto Nacional de Investigacin y Extensin
75; Morote 1951: 165; Zimmerer 1996: 112).6
Agraria 2006: 72, 79; Roel y Martnez 2013: 257, nota
En las comunidades ayacuchanas de Qasacruz y Qasan- 60). En otras poblaciones de la sierra sur peruana estos
cay, localizadas en el distrito huamanguino de Vinchos, contenedores alcanzan grandes dimensiones (foto 2c) y
y en los distritos de Chumpi, Lampa, Pacapauza, Pauza, son empleados para el acopiamiento de chuo, moraya
Pullo y Oyolo de la provincia de Parinacochas, los taqes (chuo blanco) y oca deshidratada o khaya (Zvietcovich
(algunas veces imprecisamente denominados pirhuas) et al. 1985: 22-23).
b c
Foto 2. Taqes reportados etnogrficamente: a) En forma de cesta sin fondo, empleada para el almacenamiento de papas en el
distrito de Pitumarca, provincia cusquea de Canchis (Llacsa et al. 2007: 35); b) En forma de barril, utilizado para guardar semi-
llas de tubrculos en la comunidad de Qasacruz, distrito de Vinchos, provincia ayacuchana de Huamanga (Instituto Nacional de
Investigacin y Extensin Agraria 2006: figura 18); c) En forma de gran barril empleado para almacenar chuo, moraya y khaya,
en la sierra sur peruana (Zvietcovich et al. 1985: figura 11)
6
En la comunidad de Sallaq del distrito de Urcos, en la provincia cusquea de Quispicanchi, se utiliza tambin una variante de taqe
elaborada con varillas o caas (chaclla). Estos contenedores, ms prximos formalmente a las piruas, son empleados en el mbito
privado (al interior de cada vivienda) para almacenar maz sin desgranar, papas y chuo (Morote 1951: 165).
a b
c d
Foto 3. Phinas de almacenamiento etnogrficas: a-b) Preparacin de phina en el ayllu Aransaya de la provincia cochabambina
de Tapacar (Urea 2013: figuras 4.4 y 4.5); c) Almacenamiento de papas en la zona productiva de Colomi, Cochabamba (Gonz-
les et al. 2003: figura 13); d) Almacenamiento del mismo cultivo en la comunidad ayacuchana de Huayllay (INIEA 2006: figura 17)
El almacenamiento privado entre los incas pertenencia o exclusin (Kosiba y Bauer 2013: 126; Nair
2015: 6); fomentando prcticas culturales que reforza-
A lo largo del proceso de formacin y consolidacin del
ran estas diferencias y evidenciaran el refinado estilo de
Estado Inca, las elites gobernantes cusqueas parecen
vida de las elites imperiales, tal fue el caso de su haute
haber estado particularmente interesadas en el estable- cuisine asociada a la produccin de alfarera fina (Bray
cimiento de un orden social que sustentara su poder 2002: 95); restringiendo el acceso a ciertos bienes de
basndose en la distincin de clases. La materializacin prestigio de estilo Inca (especialmente metales y textiles)
de estas distinciones poda lograrse de diversas formas: que, en la realidad o en la ficcin, deban ser redistri-
mediante la construccin de un paisaje real reserva- buidos por el propio Inca desde el Cusco (Costin 1996:
do para ciertos grupos privilegiados, con espacios que 213; Earle y DAltroy 1995: 201-202; Morris 1967: 173;
creaban lmites materiales y sociales, y percepciones de 1986: 64), etctera.
Las prcticas de almacenamiento no fueron ajenas a esta el Tawantinsuyu los bienes producidos en tierras priva-
poltica. Entre los incas, los depsitos constituan sm- das no pasaban a formar parte de los recursos estata-
bolos tangibles de poder, opulencia y, en trminos ge- les, eran guardados en instalaciones de almacenamiento
nerales, de adscripcin social, que deban ser exhibidos personales (Niles 1993: 149; Rostworowski 1993 [1962]:
para validar el estatus de las elites (Covey 2006: 215). 105-106); como consecuencia de ello, las residencias
En el mbito cusqueo, esta costumbre de ostentar la reales incaicas y sus terrazas de cultivo adyacentes se
solvencia personal mediante la exhibicin de bienes al- vean frecuentemente acompaadas por complejos de
macenados podra remontarse al perodo Intermedio almacenamiento (Covey 2003: 156; 2014b: 158; Covey et
Tardo (c. 1000 - 1450 d.C.), as lo sugieren los antro- al. 2016: 174; Nair 2003: 162-163; 2009: 121; Niles 2004:
pnimos Tocay Capac y Pinahua Capac pertenecientes, 56-57; 2015: 235).
respectivamente, a los seores de las etnias Ayarmaca y
Esta situacin es ocasionalmente mencionada en los
Pinahua, registradas por algunos cronistas de los siglos
testimonios indgenas recogidos en el siglo XVI. El no-
XVI y XVII como rivales de los primeros incas asen-
ble cusqueo don Martn Yupanqui, por ejemplo, decla-
tados en la regin (v.g. Guaman Poma 2008 [c. 1615],
r en 1574 que el dicho Guayna Capa tenia sus casas
I: 62, 71; Mura 2004 [1590]: 73v; Pachacuti 1992 [c.
hechas en el dicho valle [Yucay] con todos los oficios de
1613]: 188; Sarmiento 1947 [1572]: 146-150). El anlisis
su servicio y despensas y depositos en que le enerra-
onomstico realizado por el lingista Rodolfo Cerrn-
van los frutos de las chacaras que el dicho Ynga tenia
Palomino (2008: 104-105) le ha llevado a reconocer
(citado en Covey y Amado 2008: 92); otro informante,
que los componentes Tocay y Pinahua presentes en los
refirindose esta vez a Tpac Inca Yupanqui, sealara
nombres genricos de ambos curacas derivan de las vo-
que [] las dems tierras del Inca las sembraban anti-
ces aimaras toca y phina que, como ya lo hemos visto en
guamente los indios de las provincias comarcanas al di-
el acpite anterior, remiten a dos tcnicas de almacena-
cho valle [Yucay] y lo que de ellas se coga la traan a esta
miento. Siguiendo su interpretacin, los trminos tocay
ciudad [Cusco] y ponan en depsitos en Chinchero7 y
(toca-wi) y pinahua (phina-wi) compartiran el significado
en otras partes (citado en Nair 2003: 163, nota 298).
de lugar donde hay trojas que, una vez aplicado a los
personajes mticos, se tornara emblemtico, llegando a Por un testimonio recogido en 1571 sabemos que los
significar eximio almacenador, magnnimo y po- depsitos de maz del Inca Huayna Capac localizados
deroso (Cerrn-Palomino 2008: 106, 109). en Xaxahuana [Jaquijahuana] se encontraban a cargo de
un funcionario especializado (Ruiz de Navamuel 1882
Excavaciones arqueolgicas realizadas en Chokepukio,
[1570-1572]: 216), manejo administrativo que probable-
posible sede gubernativa de la etnia Pinahua localizada
mente se repeta en otras fincas reales incaicas.
en la cuenca del ro Lucre (Cusco), han permitido cons-
tatar el uso de diversos bienes suntuarios entre las eli- Los recursos provenientes de las heredades del Inca,
tes locales (artefactos de Spondylus, turquesas, obsidiana, destinados para el consumo de la familia real, eran solo
oro y plata), evidenciando el estatus de capac realeza parte de las numerosas posesiones que el gobernante
que compartan sus lderes (McEwan et al. 2005: 266, almacenaba; a ellos venan a sumarse otros bienes co-
273-274, figura 9). De otro lado, los trabajos efectuados mestibles enviados por los tributarios provinciales al
en Cheqoq, un asentamiento ayarmaca ubicado en el Cusco, estos incluan las primicias de sus cosechas, sal,
distrito cusqueo de Maras, parecen confirmar el aco- pescados y camarones frescos o salados, insectos acu-
piamiento centralizado de excedentes alimenticios y el ticos denominados chichis (Lachlania sp.) consumidos en
uso de instalaciones de almacenamiento complejas entre salsas, y carne deshidratada (charqui) de perdices, patos
los miembros de esta sociedad (Covey 2014a: 113; Qua- lacustres y venados, adems de cargas de coca (Diez de
ve et al. 2013: 120-121). San Miguel 1964 [1567]: 39, 85; Murra 1991: 77; Ortiz
de Ziga 1967-1972 [1562], I: 25-26).
Fue, sin embargo, en los palacios y fincas rurales de los
incas donde ms claramente se vea expresada esta acu- Recientes investigaciones han evidenciado que, debido
mulacin de riquezas. Es ampliamente conocido que en a la diversidad de los bienes acopiados, las actividades de
7
Con respecto a la finca real de Chinchero, perteneciente a Tpac Inca Yupanqui, si bien no dispona de grandes reas de depsit-
os internas (Alcina 1976: 47-49), se encontraba conectada con algunos complejos de almacenamiento localizados en la margen
izquierda del ro Vilcanota (como Machuqolqa y Waynaqolqa) por la va que ha sido denominada el Camino de Qolqas (Chinche-
ro-Quespiwanka) (Cori 2011: 2, 9).
Figura 1. Marcas o altillos empleados para el almacenamiento de mazorcas de maz en las viviendas cusqueas modernas
(Zvietcovich et al. 1985: figuras 3 y 46)
los mudaban de donde una vez lo ponan. como almacenes que [los antiguos peruanos] tenan
Para vaciar el orn hacan por la delantera de dentro de sus casas para guardar sus tesoros y ropa, sus
l unas ventanillas de un ochavo en cuadro, vajillas y armas (Jesuita Annimo 1992 [1597]: 48), su-
abiertas por su cuenta y medida para saber giriendo un mayor rango de uso, estrechamente vincula-
por ellas las fanegas que se haban sacado y do al capac marca huasi descrito por el mercedario Martn
las que quedaban, sin haberlas medido. De de Mura.
manera que por el tamao de los orones
saban con mucha facilidad el maz que en Esta asociacin de las piruas con el mbito suntuario
cada aposento y en cada psito haba y por trae a colacin las reiteradas referencias anotadas por
las ventanillas saban lo que haban sacado y Garcilaso (2005 [1609], I: 198, 330) sobre la existencia
lo que quedaba en cada orn. de piruas elaboradas de oro y plata en el templo so-
lar Coricancha y en los palacios incas del Cusco, no
(Yo vi algunos orones que quedaron del
para encerrar grano sino para grandeza y majestad de la
tiempo de los Incas. Y eran de los ms
casa y del seor de ella (Ibd.: 328). Las piruas o trojes
aventajados, porque estaban en la casa de
las vrgenes escogidas mujeres del sol- y metlicas incaicas tambin son mencionadas por otros
estaban hechos para el servicio de aquellas cronistas (v.g. Lpez de Gmara 1554: 157v; Zrate
mujeres. Cuando los vi era la casa de los 1995 [1555]: 60) y por uno de los primeros conquis-
hijos de Pedro del Barco, que fueron mis tadores espaoles que ingres al Cusco en noviembre
condiscpulos (Garcilaso de la Vega 2005 de 1533, Miguel de Estete, quien dej escrito: []
[1609], I: 261). tomronse [en el templo del Sol del Cusco] muchas
vasijas de oro y plata y entre ellas ocho trojes de plata
A partir de la detallada descripcin de Garcilaso po-
en que tenan el trigo o maz para el templo; creo que
demos afirmar que estas piruas de arcilla mezclada con
paja eran elaboradas con moldes, posiblemente gaveras pesaron estas trojes, despus de fundidas, veinticinco
que les otorgaban forma cuadrangular. Si bien el cro- mil marcos de plata (Estete 1924 [1535]: 46). Todo
nista no menciona explcitamente en qu condiciones ello no hace ms que confirmar el importante rol que
era depositado el maz, por otra fuente sustentada en estas instalaciones cumplan como marcadores de esta-
documentacin colonial sabemos que se trataba de maz tus de las elites cusqueas.
desgranado (Platt et al. 2006: 424).
Aparentemente, el uso de este tipo de contenedores no
Referentes iconogrficos
se vea restringido nicamente a la familia real del Inca
y a las vrgenes escogidas o acllas8; es posible que algu- La detallada descripcin de las piruas moldeadas incaicas
nos gobernantes provinciales hubieran contado con va- consignada por Garcilaso encuentra su correlato visual
riantes de ellos al interior de sus viviendas. Al respecto, en algunas representaciones iconogrficas ejecutadas
en el inventario de bienes incluido en el testamento del sobre cermica Inca Imperial procedente del Cusco (fotos
curaca caari Pedro Milachami, residente en calidad de 4-5). En las escenas se observan alineamientos de piruas
mitimae en el pueblo de Apata (Jauja) por el ao 1662, moldeadas provistas de pequeas ventanas cuadran-
se registran algunos aposentos en los que se guardaban gulares en su nivel superior, empleadas para llenar los
piruas o trojes pequeas que contenan diversos vol- contenedores y controlar su contenido, y una abertura
menes de ajos (1 fanega y 34 mazos atados), maz (2, 3, circular en el sector inferior, que permita extraer los
10 fanegas) y trigo (103 fanegas), sin precisarse las ca- granos almacenados (la presencia de plantas de maz en
ractersticas de los almacenes (Arellano y Meyers 1988: una de las escenas reportadas evidencia el contenido de
119, 122-123). las piruas). Segn puede inferirse a partir de estas im-
Fuera del almacenamiento de bienes comestibles, al- genes, los depsitos presentaban enlucido exterior de
gunas piruas fueron caracterizadas a fines del siglo XVI color blanco o pardo.
8
Entre los distintos grupos de mujeres pertenecientes a la elite inca (coyas, pallas, iacas, etctera), fueron las acllas quienes estuvieron
directamente involucradas en la produccin de chicha consumida en ceremonias estatales, polticas y religiosas (Covey 2003: 208);
por ello, no sorprende que ocasionalmente los autores coloniales las vinculen al almacenamiento en piruas moldeadas (v.g. Garcilaso
de la Vega 2005 [1609], I: 261; Mura 2004 [1590]: 88v).
9
Con referencia a esta forma de clculo, algunos testimonios coloniales hacen referencia a las cuentas indgenas realizadas con pie-
dras, maces y frijoles puestos en el suelo (Ondegardo 1916 [1571]: 164) y a las piedras en el suelo por las cuales fueron haciendo
su cuenta, juntamente con los quipos (testimonio citado en Platt et al. 2006: 419).
10
Discrepando de la interpretacin propuesta por Morris, Protzen identifica las aberturas frontales de estos recintos como ventanas
altas que miran al valle, no como vanos de acceso (Protzen 2005 [1993]: 155).
Nuestros conocimientos sobre estas instalaciones se A partir de la informacin presentada en estos reportes,
han visto incrementados ostensiblemente en las lti- podemos identificar las caractersticas formales bsicas
mas dos dcadas con la publicacin de los resultados de que definen a este tipo de estructuras e inferir algunas
excavaciones arqueolgicas efectuadas en varios sitios interpretaciones sobre su funcionalidad. Antes de abor-
provistos de depsitos del tipo 2 de Protzen11, todos dar estos puntos, sin embargo, es oportuno anotar algu-
ellos localizados en territorio cusqueo: nas precisiones sobre la nomenclatura que en la biblio-
grafa especializada se viene utilizando para referirse a
- Cheqoq (Covey et al. 2016: 178-181; Cuavoy
estas construcciones.
2005: 55; Quave et al. 2013: 121-122);
Recurrentemente, los arquelogos cusqueos han opta-
- Machuqolqa (Covey et al. 2016: 182);
do por denominar colca [qolqa] a los recintos rectangula-
- Muyu Orqo (Pilares 2008; Vargas 2007: 106-107); res que venimos estudiando, haciendo uso genrico de
- Qhataqasapatallaqta (Concha 2011: 2-4); este trmino quechumara (Benavente 2011a: 8; Concha
2011: 3; Cuavoy 2005: 55; Direccin Regional de Cultu-
- Sacsayhuaman, en los sectores Chincana ra - Cusco 2011: 26; Farfn 2011: 1; Guilln 2007b: 62;
Grande - Qocha (Romn 2012: 65-66), In- 2009: 56; Pilares 2008: 115); como ya lo hemos sealado
killtambo o Inca Crcel (Direccin Regional (ver nota 2), esta ha sido una prctica muy usual desde
de Cultura - Cusco 2011: 26; Guilln 2007b: tiempos coloniales.
61-62; Romn 2012: 68, 72-73) y Salonniyoq
(Guilln 2007a: 301-302, 305-306; 2009: 56- Ciertos contenedores cuadrangulares de arcilla locali-
59, 69; Romn 2012: 67, 71); zados sobre las plataformas internas de las estructu-
ras (asociados a ductos de ventilacin inferiores), por
- Wayna Tauqaray (Benavente 2011a: 4, 7-9; su parte, han recibido el nombre de taqe (Benavente
2011b; Romn 2012: 68, 76-77; Vargas 2007: 2011b; Concha 2011: 2; Cuavoy 2005: 55; Guilln
106-107), y 2007a: 302; Pilares 2008: 110; Romn 2012: 65), una
- Wimpillay (Farfn 2011: 2-3; Romn 2012: 73-75). denominacin tomada del registro etnogrfico regio-
11
Una sntesis de estos trabajos puede ser revisada en el estudio sobre la arqueologa y urbanismo del Cusco de Ian Farrington (2013: 285-289).
nal.12 Sin embargo, considerando que en tiempos colo- Las plataformas suelen contar con pequeos ductos de
niales los taqes fueron caracterizados como depsitos ventilacin subterrneos distribuidos cada 1 a 1.10 me-
elaborados con esteras, paja o caas sin embarrar tros en sus caras frontales (foto 8a), estos miden 10 por
(Gonzlez Holgun 1989 [1608]: 287, 686, resaltado 20 centmetros (Pilares 2008: 122); el nmero total de
nuestro), es decir, contenedores sin ningn tipo de en- conductos vara de un sitio a otro.13 Aparentemente se
lucido de barro o arcilla, la aplicacin del trmino re- trataba de un sistema destinado a controlar la tempe-
sulta inapropiada. Como posteriormente veremos, al- ratura en la superficie de las plataformas o al interior
gunos hallazgos efectuados en este tipo de estructuras de los contenedores de arcilla a los que hemos hecho
permiten vincularlas a las piruas moldeadas descritas por referencia (este aspecto an no ha sido esclarecido), ya
Garcilaso. que los ductos se encuentran conectados internamen-
te por un canal horizontal (Cuavoy 2005: 55; Guilln
En lo que respecta a los rasgos formales de estos recintos,
2009: 56).
aquellos excavados en Cusco se caracterizan por presen-
tar planta rectangular, con dimensiones que varan entre Los contenedores de arcilla instalados sobre la pla-
los 15 y los 35 metros de largo por aproximadamente 5 taforma, asociados individualmente a un ducto de
a 5.5 metros de ancho. Usualmente poseen entre 3 y 5 ventilacin, presentan forma cuadrangular y miden
vanos de acceso frontales y una plataforma interna de 80 por 90 centmetros (foto 8b); estas cajuelas se en-
aproximadamente 80 centmetros a 1 metro de ancho y cuentran en ocasiones separadas por listones de ba-
40 centmetros de altura que, adosada al muro posterior, rro (foto 8c) de 10 a 12 centmetros de ancho (Pilares
recorre el recinto de extremo a extremo. 2008: 122).
a b c
Foto 8. a) Plataforma con ductos de ventilacin subterrneos en recinto de almacenamiento del sector Salonniyoq, en Sacsayhuaman
(foto por Jaime Tuero Medina publicada en Romn 2012: foto 19); b) Detalle de contenedores de arcilla en recinto de Cheqoq
(Cuavoy 2005: 55); c) Detalle de listones de barro que separaban los contenedores de almacenamiento de Muyu Orqo (Vargas
2007: grfico 5.4)
12
Este uso arqueolgico del nombre taqe resulta comprensible si tomamos en cuenta que en el mbito cusqueo el trmino parece
haber experimentado un proceso de resemantizacin posterior al siglo XVII, llevando a que en la dcada de 1950 fuera aplicado a
otros sistemas tradicionales de almacenamiento, como las piruas elaboradas con varillas o chaclla (Morote 1951: 165); por consigui-
ente, no sorprende que la misma denominacin haya sido asignada a las bases de piedra de piruas cilndricas incaicas (Galiano 2011:
2). En los ltimos aos, este uso acadmico ha trascendido el mbito regional cusqueo, siendo empleado por algunos investi-
gadores extranjeros (cfr. Farrington 2013: 285; Quave et al. 2013: 122, figura 3).
Es necesario precisar que, en ocasiones, estas plataformas carecen de sistemas de ventilacin, lo que podra estar vinculado al tipo
13
14
Jos Pilares (2008: 120-121) reporta que algunos de estos bloques de arcilla mezclada con paja estuvieron coccionados, sin
especificar si esta termoalteracin fue producida como parte de su proceso de confeccin o de los eventos de quema ocurridos al
interior del recinto de donde proceden; sin embargo, el hecho de que califique a esta coccin como resistente (Ibd.: 123), nos
lleva a sospechar que estaramos frente al primer escenario.
15
En ambos casos, los fragmentos de enlucido presentaron huellas de quema (Morris 1967: 96-97; Topic 2016: 149).
16
Tom Zuidema (1974: 217) y Jessica Joyce Christie (2016: 78) coinciden al sealar que la huaca Amaro Marcahuasi se encontraba
constituida por las estructuras de almacenamiento pertenecientes al noble Amaru Tpac Inca, el inventor de las collcas y segunda
persona del Inca Tpac Yupanqui.
Figura 4. Reconstruccin hipottica de las piruas moldeadas de Cheqoq, Cusco (dibujo por Jos Luis Daz Carranza)
Aunque an no se han reportado hallazgos arqueolgi- cilla hubieran carecido de bases (de forma similar a las
cos similares asignables a las elites provinciales sujetas al grandes cestas o taqes contemporneos) y fueran colo-
Tawantinsuyu, es posible que hubieran existido varian- cados sobre alguna estructura ligera (planchas de quin-
tes locales de estos contenedores que eran empleadas cha) empotrada en la superficie de las plataformas o en
por grupos subalternos; recordemos que, an en el siglo las cajuelas de arcilla, directamente sobre los ductos de
XVII, el mitimae caari don Pedro Milachami posea ventilacin, permitiendo que las bases de las piruas per-
algunas de estas piruas en su casa de Apata. manecieran frescas; un sistema de enchaclado (piso
Es importante resaltar que si bien conocemos ciertas ca- de quincha) de este tipo ha sido reportado por Flor de
ractersticas de esta modalidad de almacenamiento, va- Mara Huaycochea en la denominada Qolqa IV del si-
rios aspectos tecnolgicos vinculados a su elaboracin tio de almacenamiento inca de Pumamarca, en Cusco
y funcionamiento se encuentran an por esclarecer. Por (Huaycochea 2000: 172, 189).
ejemplo, queda por definirse si la confeccin de los con- Finalmente, sobre la base de referencias etnohistricas
tenedores de arcilla y paja implicaba su coccin, como coloniales, hemos propuesto que las piruas moldeadas
lo sugieren los hallazgos en Muyu Orqo (ver nota 14). eran instaladas frecuentemente al interior de recintos
Asimismo, desconocemos cmo funcionaba el sistema provistos de altillos o marca huasis; esta posibilidad, sin
de ventilacin a travs de ductos subterrneos. Las co- embargo, parece contradecirse con el anlisis arquitec-
rrientes de aire que se desplazaban por los conductos tnico de Jean-Pierre Protzen quien, como ya lo hemos
podran haber evitado que la humedad penetrara en el sealado, concluye que los recintos de almacenamiento
piso de las piruas moldeadas colocadas sobre las plata- tipo 2 de Ollantaytambo habran carecido de segun-
formas, ello a pesar de que el contenido de estas ltimas dos pisos. Una alternativa pendiente de verificacin es
se mantuviera completamente aislado de la ventilacin que los altillos no hubieran conllevado la implementa-
(John Topic. Comunicacin personal, 2016). Otra po- cin de un segundo piso sino nicamente la instalacin
sibilidad, ms compleja, es que los contenedores de ar- de sobrados consistentes en tablones colocados enci-
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