César Millán - El Encantador de Perros
César Millán - El Encantador de Perros
César Millán - El Encantador de Perros
encantador
de perros
El .
encantador
de perros
Csar Milln
Con Melissa Jo Peltier
AGUILAR cuatre
Ttulo original: Cesar's Way
De esta edicin:
2007, Santillana Ediciones Generales, S. L.
Torrelaguna, 60. 28043 Madrid
Telfono 9174490 60
Telefax 91 744 90 93
www.aguilar.es
aguilar@santillana.es
ISBN: 978-84-03-09935-7
Depsito legal: M-48.129-2007
Impreso en Espaa por Fernndez Ciudad, S. L. (Madrid)
Printed in Spain
3. Psicologa canina
No hace falta divn : 87
5. Dificultades
Cmo echamos a perder a nuestras perras 139
indice 9
6. Perros en zona roja
Agresividad peligrosa 161
Glosario 245
Bibliografa 249
Csar recomienda 251
10 El encantador de perros
Agradecimientos
Este primer libro significa mucho para m, y es importante que exprese mi reconoci-
miento a todas las personas que, de algn modo, han influido en mi vida, que me ayu-
daron a alcanzar el punto en el que me encuentro, cumpliendo realmente mi sueo
de escribir un libro. Con algunas de esas personas no he hablado nunca, pero todas
ellas contribuyeron a conformar mi modo de pensar y la forma en que abordo este
libro.
La primera de ellas es Jada Pinkett Smith, que ha sido ms que una cliente;
tambin ha sido una mentora, una gua y un modelo que hay que imitar. Gracias,
Jada, por tu hermoso espritu y por mostrarme el significado de la amistad incondi-
cional.
Quiero mostrar mi reconocimiento a Jay Real por tomarme bajo su proteccin
y ensearme las reglas, las fronteras y los lmites del mundo de los negocios. Jay,
eres un hombre de honor. Instintivamente supiste cundo llevarme de la mano y guiar-
me, pero tambin supiste cundo hubo llegado el momento de que abandonara el
nido y volara por mi cuenta. Siempre me sentir agradecido por ello.
Tambin hay dos mujeres a las que tengo que dar las gracias: las que regen-
taban un saln de belleza en San Diego y que me contrataron cuando llegu a Esta-
dos Unidos por primera vez. Perdnenme por no recordar sus nombres. Por aquel en-
tonces no hablaba ingls y los nombres americanos me resultaban muy difciles. Pero
si estn leyendo esto, por favor, han de saber que nunca olvidar lo que hicieron
por m. Pienso en ustedes como mis primeros (pero no los ltimos!) ngeles de la
guarda americanos.
Agradecimientos 11
A menudo se trivializa en los medios de comunicacin sobre los autores y los
expertos en libros de autoayuda, pero he de mostrar mi reconocimiento a varios
de ellos por el xito que hoy tengo. Oprah Winfrey me influy mucho antes de que tu-
viera el honor de conocerla en persona y de trabajar con sus perros. Su programa
How to Say No cambi mi vida al principio de mi carrera, porque en aquella poca yo
deca no a mi familia y s a todos los dems. Gracias, Oprah, por tu sabidura y tu
perspicacia. Para m siempre sers la encarnacin de la energa serena y firme por
el modo en que encaras tu vida y tu trabajo. Realmente eres una lder de lama-
nada estelar para los seres humanos!
Hay otros, a los que quiero mencionar y recomendar, que han influido tanto
en mi vida como en mi manera de trabajar con los perros. Anthony Robbins me en-
se a fijarme una meta, emprender las tareas necesarias para alcanzar dicha me-
ta y conseguirla. El Dr. Wayne Dyer me inculc la fuerza de la voluntad. Deepak Cho-
pra me ayud a esclarecer mis creencias en cuanto al equilibrio entre el cuerpo y el
alma, y nuestras conexiones con los mundos natural y espiritual. El Dr. Phil McGraw
me ense a informar con amabilidad a la gente de cosas que no quieren or y tam-
bin me ayud a aceptar elegantemente el hecho de que mis consejos no son para
todo el mundo. El libro Men Are from Mars, Women Are from Venus (Los hombres son
de Marte, las mujeres son de Venus), del psiclogo John Gray, me ayud a salvar
mi matrimonio.
Hubo un momento en mi vida en el que me encontraba desesperado por saber
si estaba loco, en el que me preguntaba si era la nica persona en el mundo que
crea que la psicologa canina -no el adiestramiento canino- era la clave para ayu-
dar a los perros con problemas. Dog Psychology: The Basics of Dog Training, del de-
saparecido Dr. Leon F. Whitney, y The Dog's Mind, del Dr. Bruce Fogle, fueron los dos
libros que salvaron mi cordura y me ayudaron a ver que iba por buen camino.
Cuando Los Angeles Times public un artculo sobre m en 2002, una banda-
da de productores de Hollywood lleg de golpe a mi Centro de Psicologa Canina, to-
dos ellos prometindome la luna a cambio de cederles mi vida y mis derechos.
Sheila Emery y Kay Summer fueron los nicos que no quisieron sacar provecho de
12 El encantador de perros
m y que no me hicieron promesas salvajes. Les agradezco que me presentaran al
grupo MPH Entertainment: Jim Milio, Melissa Jo Peltier y Mark Hufnail. El equipo
MPH/Emery-Sumner vendi mi programa, Dog Whisperer with Cesar Mi/Janal Natio-
nal Geographic Channel. A diferencia de otros productores que se me haban acerca-
do, los socios de MPH no queran cambiarme. Nunca jams me pidieron que fingiera
ser algo que yo no era. Queran que me presentara exactamente tal cual era: nada
de adornos, nada de espectculo, slo mi esencia. Kay, Sheila y los tres socios de
MPH -yo los llamo mi pandilla de la televisin- me han ayudado a conservar la
sensatez, los pies en el suelo en un negocio que fcilmente puede conseguir que los
recin llegados pierdan el equilibrio.
Quiero agradecer especialmente a mis dos hijos, Andre y Calvin. Tienen un pa-
dre dedicado en extremo a su misin, una misin que a menudo le ha robado un tiem-
po que podra haber pasado con ellos. Quiero que sepan, mientras van creciendo, que
cada segundo que no estoy con ellos ocupan mi pensamiento. Mis extraordinarios ni-
os, sois mi razn para seguir adelante; la huella que deje en este mundo la dejo por
vosotros. Quiero que crezcis en una familia de honor que defiende algo importante.
Andre y Calvin, espero que siempre recordis y apreciis vuestras races.
Por encima de todo est mi fuerza, mi espina dorsal: mi esposa, Ilusin Wil-
son Milln. Creo que no hay hombre ms afortunado que aquel que tiene una mujer
detrs al cien por cien y yo he sido bendecido con eso. Ilusin estaba all conmigo
antes de que yo fuera alguien o tuviera nada. Me mostr la importancia del amor
incondicional y al mismo tiempo realmente me rehabilit. Nac con los pies en el
suelo, pero antes de casarme con mi esposa empezaba a sentirme perdido. Me vol-
v egosta y tena mis prioridades confundidas. Ilusin me devolvi a la realidad. Me
estableci normas, fronteras y lmites. Siempre luch por aquello que consideraba
que era lo mejor para nuestra relacin y nunca dio un paso atrs. Ama a los seres hu-
manos del mismo modo que yo amo a los perros. Al principio de mi carrera me re-
sultaba ms fcil rechazar la parte humana de la relacin ser humano-perro, pero
Ilusin vio enseguida que eran los humanos quienes tenan que conseguirlo para
que los perros fueran felices. Adems es la persona ms generosa y misericordiosa
Agradecimientos 13
que haya conocido jams. Sabe qu es el verdadero perdn: no slo las palabras, si-
no el acto de perdonar; para ella esto significa haber perdonado a los responsables
de algunos hechos muy traumticos que sucedieron en su vida. Eso ya es una inspi-
racin para m. Ilusin, cada da me despierto orgulloso y honrado de tenerte como
esposa.
Por ltimo estn los perros. Si yo fuera un rbol, todas las maravillosas perso-
nas de mi vida seran aquellos que me habran influido a medida que iba creciendo,
pero los perros seguiran siendo mis races. Me mantienen con los pies en el suelo.
En cada perro que veo vive el espritu de mi abuelo, el hombre que ms influy en mi
objetivo vital, que me introdujo en el milagro de los animales y las maravillas de la
Madre Naturaleza. Los perros no leen libros, por lo que este reconocimiento no sig-
nifica nada para ellos. Pero espero, cuando est cerca de ellos, que siempre perci-
ban la energa de mi imperecedera gratitud por todo lo que me han dado.
Melissa Jo Peltier desea dar las gracias a Lauren Ong, John Ford, Colette
Beaudry, Mike Beller y Michael Cascio, del National Geographic Channel, as como
a Russel Howard y Chris Albert, su genial departamento de publicidad; a nuestro equi-
po y personal de Dog Whisperer with Cesar Mi/Jan por su consistente excelencia;
a Scott Miller, de Trident Media Group, por su fe y paciencia, y al incomparable Ro-
nald Kessler por presentarme a Trident; a Kim Meisner y Julia Pastare, de Harmony
Books, por su experiencia; a Heather Mitchell por su investigacin y comprobacin
de hechos; a Kay Sumner y Sheila Emery por traer a Csar a nuestras vidas; a Ilu-
sin Milln por su confianza y amistad; a Jim Milio y Mark Hufnail por diez alucinan-
tes aos y los que vendrn; a Euclid J. Peltier (pap) por la inspiracin; a la adora-
ble Caitlin Gray por ser paciente conmigo durante un verano de escritura, y a John
Gray, el amor de mi vida: lo has cambiado todo.
Y, por supuesto, a Csar. Gracias, Csar, por el honor de permitirme formar par-
te de tu objetivo.
El encantador de perros
Prefacio, por Jada Pinkett Smith
Permtanme que les prepare para la idea de que mediante la psicologa canina de
Csar Milln van a aprender tanto sobre ustedes como sobre su(s) perro(s). Ya ven,
los humanos somos los que hemos perdido el concepto del orden natural en el que
funcionan nuestros perros. Nuestra falta de conocimientos sobre la naturaleza de
nuestras mascotas y sus necesidades priva a nuestros animales de los instintos na-
turales que emplean para sobrevivir. Esto se traduce en una mascota desequilibrada,
infeliz, que se convierte ms en una jaqueca que en una alegra. Csar nos ayuda
a entender las formas naturales en que viven nuestros perros, para que se vuelvan
ms equilibrados y felices. En esas condiciones nuestros perros nos permiten de-
sarrollar una relacin ms saludable con ellos.
Mediante su paciencia y su sabidura Csar ha supuesto una bendicin para
mi familia, para mis perros y para m. As pues, nuevos estudiantes, estad abiertos
a aprender nuevas cosas.
18 El encantador de perros
Introduccin
Su perro lo est volviendo loco? Es agresivo, nervioso, asustadizo o sencilla-
mente demasiado irritable? Tal vez su amigo de cuatro patas est obsesionado con
algo: ya sea saltar sobre el primero que entre por la puerta o chincharlo a usted pa-
ra que juegue a tirarle una y otra vez esa asquerosa pelota verde de tenis.
O tal vez quiz usted crea que tiene la mascota perfecta pero le gustara que
su relacin con ella fuera ms satisfactoria. Realmente le gustara saber qu resor-
tes hacen saltar a su perro. Querra entrar en el cerebro de su perro, forjar una rela-
cin ms ntima.
Si ha contestado afirmativamente a cualquiera de las preguntas anteriores, ha
llegado al lugar adecuado.
Si no me conoce por mi serie de televisin Dog Whisperer, que emite el Natio-
nal Geographic Channel, permtame presentarme. Me llamo Csar Milln y estoy en-
cantado de compartir con usted los conocimientos adquiridos durante toda mi vida
por mi experiencia al vivir y trabajar con perros, incluyendo los millares de causas
perdidas que he rehabilitado a lo largo de los aos.
Si quieren saber algo de m, llegu a Estados Unidos en 1990, procedente de
Mxico, sin dinero en los bolsillos y con el sueo y la ambicin de convertirme en el
mejor adiestrador canino del mundo. Empec como cuidador, pero menos de tres
aos despus ya estaba trabajando con jauras de rottweiler realmente agresivos, in-
cluyendo algunos perros que resultaban ser propiedad de una maravillosa pareja
de la que quiz haya odo hablar: Will Smith y Jada Pinkett Smith. Will y Jada, muy
responsables como dueos de perros, quedaron impresionados por mi talento na-
Introduccin 19
tural con los perros, y con gran generosidad me recomendaron a sus amigos y co-
legas, muchos de ellos famosos. No publicaba anuncios: mi negocio se centraba
estrictamente en el boca a boca.
Enseguida me encontr con un negocio prspero y pude abrir mi primer Cen-
tro de Psicologa Canina al sur de Los ngeles. All conservo una manada de entre
treinta y cuarenta perros que nadie ms quiere acoger. Rescato a la mayora de es-
tos animales de refugios o de organizaciones de rescate porque son considerados
no adoptables o han sido abandonados por sus dueos debido a su comportamien-
to. Desgraciadamente, y dado que no hay suficientes refugios a los que acudir don-
de no los maten, la mayora de los animales abandonados se enfrenta a una inevita-
ble eutanasia. Pero los perros que rescato, una vez rehabilitados, se convierten en
miembros felices y productivos de la manada. Al final muchos de ellos encuentran
una familia adoptiva adorable y responsable. Y durante su estancia en mi manada es-
tos perros que en su da estuvieron condenados a morir suelen actuar como anfitrio-
nes y modelos que se pueden imitar para los perros problemticos de mis clientes.
Hay una necesidad nica en los perros americanos: lo he visto en sus ojos
y lo he sentido en sus energas desde el primer da que cruc la frontera hacia Es-
tados Unidos. Los perros domsticos americanos ansan tener lo que la mayora de
los perros en libertad posee de una forma natural: la capacidad de ser simplemente
perros, vivir en una manada estable y equilibrada. Los perros americanos luchan con-
tra algo desconocido para la mayora de los perros del mundo: la necesidad de de-
saprender los esfuerzos de sus dueos, motivados por el amor pero en definitiva
destructivos, por transformarlos en personas peludas de cuatro patas.
De nio, en Mxico, vea Lassie y Rin Tin Tin y soaba con convertirme en el
adiestrador de perros ms grande del mundo. Ya no llamo adiestrar a lo que ha-
go. Hay muchos grandes adiestradores, gente que puede ensear a su perro a res-
ponder a rdenes como sintate, quieto, ven y sgueme. No es eso lo que
yo hago. Yo me dedico a la rehabilitacin en profundidad. Manejo la psicologa cani-
na; tratar de conectar con el cerebro y los instintos naturales del perro para ayu-
darlo a corregir un comportamiento no deseado. No empleo palabras ni rdenes.
20 El encantador de perros
Empleo la energa y el tacto. Cuando llego a la casa de un cliente, el dueo suele
pensar que el problema radica en el perro. Siempre me ronda la idea de que es ms
probable que sea cosa del dueo. A menudo digo a mis clientes: Rehabilito perros,
pero adiestro personas.
La clave de mi mtodo es lo que yo llamo el poder de la manada. Al haber
crecido en una granja con perros que eran perros de trabajo y no mascotas doms-
ticas, tena aos de experiencia interactuando y observando a los perros en sus so-
ciedades grupales naturales. El concepto de manada est profundamente arrai-
gado en el ADN de su perro. En una manada slo hay dos papeles: el del lder y el
del seguidor. Si no te conviertes en el lder de la manada de tu perro, ste asumir
ese papel y tratar de dominarte. En Amrica la mayora de los dueos de mascotas
miman a sus perros y les ofrecen su constante afecto, pensando que con eso el pe-
rro tendr suficiente y no es as. En el mundo canino, si slo se obtiene afecto, el equi-
librio natural puede verse alterado. Al ensear a mis clientes a hablar el lenguaje
de su perro -el lenguaje de la manada- les abro todo un mundo nuevo. Mi objetivo
al trabajar con los clientes consiste en asegurarme de que tanto el ser humano co-
mo el perro acaban ms sanos y felices.
Hay ms de sesenta y cinco millones de perros mascota en Amrica1 En los
ltimos diez aos la industria de las mascotas ha duplicado su tamao con unos in-
gresos cercanos a los treinta y cuatro mil millones: s, miles de millones! Los dueos
de perros americanos miman a sus mascotas con cosas como bolsitas de viaje de
piel de cocodrilo verde de cinco mil setecientos dlares para minsculos Yorkshire te-
rriers y plizas de seguros por treinta mil dlares2. Como media, el dueo de un pe-
rro puede llegar a gastar once mil dlares o ms en su mascota durante la vida de
su perro: iY es una estimacin muy a la baja!3. Est claro que este pas tiene los pe-
rros ms mimados del mundo. Pero son los ms felices? Desgraciadamente mi res-
puesta es no.
Lo que espero que obtenga despus de haber ledo este libro es algunas tc-
nicas prcticas para ayudar a su perro con sus problemas. Sin embargo, lo ms
importante es que quiero que comprenda con mayor profundidad cmo ve el mun-
Introduccin 21
do su perro y lo que realmente quiere y necesita para llevar una vida pacfica, feliz
y equilibrada. Creo que casi todos los perros nacen con un equilibrio perfecto, en
armona con ellos mismos y con la naturaleza. Slo cuando viven con los seres
humanos desarrollan esos problemas de comportamiento que yo llamo cuestio-
nes. Y hablando de cuestiones, quin de nosotros no tiene unas cuantas? Des-
pus de aplicar mis tcnicas puede que incluso usted empiece a comprenderse me-
jor. Observar su propia conducta con una luz diferente y puede que se encuentre
alterando las formas con las que interacta con sus hijos, su pareja o su jefe. i Des-
pus de todo los seres humanos tambin somos animales grupales! Ms especta-
dores de los que se podra imaginar me han dicho que mis tcnicas han ayudado
a tantos seres humanos como perros. Por ejemplo, tomemos un extracto de esta de-
liciosa carta de un admirador:
Querido Csar:
Muchas gracias por tu programa Dog Whisperer.
Lo curioso es que ha cambiado mi vida y la de mi familia, y ni siquiera
tenemos perro.
Tengo 42 aos y soy madre de dos hijos (un nio de 5 aos y una nia
de 6). Lo estaba pasando terriblemente mal al educarlos con un poco de dis
ciplina (me di cuenta de que no tienen fronteras ni lmites). Mis cros me trata
ban fatal, literalmente, en lugares pblicos y en casa. Entonces vi su programa.
Desde entonces me he adiestrado a m misma para ser una madre ms
firme, siendo ms enrgica, exigiendo mi espacio como figura materna. Tam
bin me he adiestrado para no pedirles ni rogarles que hagan algo, sino para
decirles que lo hagan (cosas como recoger su habitacin, limpiar su zona del
comedor y llevarse la ropa lavada y planchada). Mi vida ha cambiado, y ellos
tambin. Para mi asombro, mis hijos se han vuelto ms disciplinados (y hay me
nos peleas) y he descubierto que realmente les gustan la responsabilidad y las
tareas del hogar. Estn orgullosos cuando terminan una tarea y yo estoy emo
cionada.
22 El encantador de perros
No slo ha enseado a los seres humanos cosas sobre sus perros, tam
bin ha enseado a los seres humanos cosas sobre ellos mismos.
Muchsimas gracias!
Familia Capino
Debo mucho a los perros. Obviamente les debo mi sustento, pero mi gratitud es
mucho ms profunda. Mi equilibrio se lo debo a los perros. Haber experimentado el
amor incondicional se lo debo a los perros, as como, de nio, mi capacidad para su-
perar la soledad. El hecho de entender a la familia se lo debo a los perros, y ellos me
han ayudado a aprender a ser un mejor y ms equilibrado lder de la manada
con mi mujer y con nuestros hijos. Los perros nos dan mucho, pero realmente qu
les damos nosotros a cambio? Un sitio donde dormir, comida, afecto ... pero es su-
ficiente para ellos? Son puros y generosos al compartir su vida con nosotros. No
podramos echar una mirada ms profunda dentro de su cerebro y corazn para des-
cubrir lo que realmente desean?
He llegado a la conclusin de que algunos dueos de perros realmente no quie-
ren hacer cuanto sea necesario para que su perro lleve una vida plena por temor a
que ello altere el equilibrio en la forma en que su perro llena la suya. Pero en una
relacin ideal no deberan ambas partes ver que sus necesidades quedan satisfe-
chas?
Lo que espero lograr con este libro es tratar de ayudar a todos mis lectores a
devolver a sus perros tan slo una parte de los muchos regalos que sus perros les
dan a ellos.
Introduccin 23
Nota sobre el gnero
Crec en Mxico, en una cultura que podra llamar machista. Otros en Amrica po-
dran llamarla sexista. La llame como la llame, es una cultura que no valora a la mu-
jer del modo en que se valora en Estados Unidos. La mujer es respetada como ma-
dre, pero su vala personal no recibe ni de lejos la importancia que debera. No se
anima a la mujer a tener una alta autoestima ni a sentir su importancia en la sociedad.
Desde que llegu a Norteamrica y me cas con una norteamericana, he sido
rehabilitado hasta el punto de creer que una cultura no puede ser realmente sa-
ludable a menos que conceda a la mujer el valor que merece. Cmo enfrentarse al
tema del gnero es muy importante para m. Por tanto, mi coautora y yo hemos afron-
tado la cuestin del gnero de la siguiente manera: en un captulo nos referiremos
a los animales en masculino y a los seres humanos en femenino. En el siguiente
captulo los animales sern nombrados en femenino y los seres humanos en mascu-
lino. Y as sucesivamente iremos alternando los gneros hasta el final del libro.
He de agradecer a mi brillante y preciosa esposa, Ilusin Wilson Milln, que me
abriera los ojos al vital papel que la mujer desempea en nuestra existencia huma-
na. Realmente son el pegamento que mantiene unidos nuestros grupos humanos.
27
te y ni siquiera me llega el olor de la contaminacin de Los ngeles. Es una sen
sacin de total arrebato, vigorizadora. Me siento en armona con el aire libre, el
amanecer y los perros. Pienso en lo privilegiado que soy por pasar as mis
das, por habrseme permitido disfrutar de este da como parte de mi trabajo,
de mi misin en la vida.
28 El encantador de perros
ra en la tierra para descansar en ella. Los pitbull se tumban juntos, siempre en el cen-
tro de la manada, al sol. Y los pastores alemanes van a echarse bajo la sombra de
un rbol. Todos tienen un estilo propio. Entonces, cuando llega el momento de volver
a correr, todos encajan como si no hubiera diferencias entre ellos. El perro y el ani-
mal que hay en ellos son algo mucho ms fuerte que la raza: al menos cuando se tra-
ta de un asunto tan serio como la migracin. Cada da que convivo con los perros
aprendo algo nuevo de ellos. Por todo cuanto hago para ayudarlos ellos me devuel-
ven a cambio mil regalos.
A las once menos cuarto de la maana regresamos al sur de Los ngeles. Des-
pus de cuatro horas de intensivo ejercicio en la montaa los perros quieren agua
y estar en casa. Regresan al Centro y descansan a la sombra de un prtico de dos
pisos, un rbol frondoso o en Tailandia: as llamo yo a la hilera de cinco casetas
privadas para los ms pequeos. A algunos de los ms activos les gusta refrescarse
en una de nuestras piletas antes de caer rendidos. Durante la hora que descansan,
entre las once de la maana y el medioda, paso consulta y recibo a los nuevos pe-
rros en el Centro. El mejor momento para introducir un perro nuevo y desequilibra-
do en una manada estable es cuando estn reventados.
Ahora que ya han hecho ejercicio y descansado los perros se han ganado su
comida ... igual que tendran que hacer en la naturaleza. Me gusta prepararles perso-
nalmente la comida, sacndola de las latas y mezclndola con mis propias manos,
de modo que su comida siempre lleve el olor de su lder de manada. El ritual de la
comida en el Centro de Psicologa Canina dura entre una hora y media y dos horas,
y est diseado para constituir un reto psicolgico para los perros: en trminos hu-
manos, un ejercicio de fuerza de voluntad. Los perros forman una fila delante de
m y esperan. El perro ms maduro, tranquilo y relajado ser el primero en comer. Esto
har que los otros perros comprendan que cuanto ms tranquilos y maduros estn,
ms posibilidades tendrn de conseguir lo que quieren. Los perros tienen que comer
uno al lado del otro, sin pelear ni mostrarse dominantes en cuanto a la comida. Esto
supone un enorme reto mental para el perro, pero al mismo tiempo ayuda a garanti-
zar que la manada funciona tranquilamente.
Prlogo 29
Una vez que los perros han comido y hecho sus necesidades, estn listos pa-
ra ms ejercicio fsico. Como vern, tengo mucha fe tanto en la estructura como en
la actividad fsica intensa para ayudar a los perros a lograr el tipo de equilibrio que
tendran si vivieran en la naturaleza, en un mundo ajeno a la influencia humana.
Nuestra siguiente actividad es la ms rigurosa del da: el patinaje. Lo crean
o no, a la mayora de los perros les encanta correr conmigo mientras patino: les en-
canta el reto de seguir el ritmo de un lder de la manada en patines! Puedo patinar con
un mximo de diez perros cada vez, por lo que son unas tres o cuatro sesiones se-
guidas. A media tarde todos han pasado por ello. Los perros estn exhaustos y yo
tambin. Mientras descansan un par de horas, paso consulta por telfono y me en-
cargo del papeleo en la oficina. A eso de las cinco de la tarde salimos otra vez y ju-
gamos a lanzar la pelota unos veinte minutos. En el Centro de Psicologa Canina en-
tre treinta y cuarenta perros pueden jugar con la misma pelota sin que estalle pelea
alguna. Es lo que yo llamo el poder del grupo para influir en la buena conducta.
A medida que el sol se va ocultando la manada entra en actitud de descanso
hasta el final del da. Es el mejor momento para cualquier sesin cara a cara que ne-
cesite hacer con cualquiera de los perros. Por ejemplo, tomemos a Beauty, una lar-
guirucha pastora alemana con un grave caso de agresividad temerosa. Si alguien se
le acerca, se encoge y sale corriendo o ataca. Para engancharle la correa al collar he
de correr detrs de ella, agotarla y esperar a que se rinda. Tal vez tenga que repetir
este proceso un millar de veces hasta que se d cuenta de que, cuando extiendo
mi mano, la mejor solucin para ella es venir hacia m. Dado que Beauty ha estado
todo el da haciendo ejercicio y participando con los dems, est en la mejor dispo-
sicin mental para que yo trabaje con ella esas cuestiones.
Hoy en da, ms de diez aos despus de que el Centro de Psicologa Canina
abriera sus puertas, mantengo un reducido personal que comprende, adems de a
m mismo, a mi esposa, Ilusin, y otros cuatro leales empleados. Cuidamos de una
media de entre treinta y cuarenta perros a la vez. Muchos de los perros de la mana-
da en el Centro llevan con nosotros desde el principio. A algunos los consideramos
como mascotas de la familia, y vienen a casa con nosotros cada noche. Nos sentimos
30 El encantador de perros
unidos a tantos que hemos de hacer turnos para ver a cules traemos a casa. Otros
perros son visitantes de vuelta, pertenecientes a clientes ya veteranos, a quienes les
gusta el efecto que la manada crea en el equilibrio de sus perros. Estos clientes nos
traen a sus perros siempre que salen de viaje. Para sus perros, que ya estn sanos psi-
colgicamente, venir a estar con los dems es como irse de campamento y reunir-
se con viejos amigos.
El resto de los perros del Centro son visitantes temporales, perros que traigo
para ayudarlos en su rehabilitacin. La relacin entre regulares y temporales de
la manada es de un 50 por ciento. Algunos de estos temporales son perros res-
catados de refugios: perros a los que se les podra aplicar la eutanasia si no fueran
capaces de convertirse en animales sociales rpidamente. Los dems son perros que
pertenecen a clientes privados. Me gusta decir que los perros de los clientes son los
que mantienen el negocio en funcionamiento, y los de las organizaciones de resca-
te son los que mantienen mi karma en funcionamiento. A la mayora de mis clientes
no les hace falta enviar a sus perros al Centro para que estn bien, igual que no to-
dos los seres humanos necesitan ir a terapia de grupo para tratar sus cuestiones psi-
colgicas. La mayora de los casos que trato tienen que ver con perros que para ser
mejores simplemente necesitan un liderazgo ms fuerte por parte de sus dueos,
adems de reglas, fronteras, lmites y consistencia en sus propios hogares. Pero exis-
ten otros casos en los que la mejor solucin consiste en traer los perros para que ten-
gan el respaldo y la influencia de sus iguales para que puedan aprender de nuevo a
ser perros.
Dado que muchos de nuestros perros proceden de organizaciones de rescate,
muchos de ellos tienen historias sobrecogedoras, algunas de ellas con la participacin
de la increble crueldad que algunos seres humanos infligen a los animales. La de
Rosemary era una de esas historias. Una pitbull mestiza haba sido entrenada para lu-
char contra otros perros en peleas ilegales. Despus de perder una pelea importante
sus dueos la rociaron con gasolina y le prendieron fuego. Una organizacin de resca-
te le salv la vida y se recuper de sus quemaduras, pero estaba claro que su horri-
ble experiencia la haba convertido en un perro peligrosamente agresivo para los hu-
Prlogo 31
manos. Empez a morder a la gente. O hablar de Rosemary despus de que atacara
a dos ancianos e inmediatamente me ofrec a acogerla y tratar de rehabilitarla.
Me presentaron a Rosemary como un perro peligroso, mortal. Cuando la traje
al Centro, sin embargo, su transformacin result ser pan comido. Slo necesitaba
un lugar seguro y un liderazgo slido para recuperar su confianza en las personas.
Antes se haba sentido intimidada por la gente, por lo que daba el primer paso. Era
entonces cuando atacaba porque, por su propia experiencia, si no atacaba a una per-
sona, esa persona le hara dao. Me bastaron dos das para ganarme su confianza.
Despus era el perro ms dulce y obediente que puedan imaginar. No naci para ser
una asesina, fueron los seres humanos los que la transformaron. En cuanto se en-
contr viviendo en el Centro, rodeada por la energa de perros estables y equilibra-
dos, result ser un caso muy suave.
Rosemary vive ahora con una familia adoptiva que la adora y que no puede
creer que haya sido agresiva con los seres humanos. Result ser uno de los mejores
embajadores del Centro de Psicologa Canina que jams hubiera podido imaginar.
Al igual que Rosemary, a Popeye lo encontr vagando por las calles una orga-
nizacin de rescate y acab aqu porque sus trabajadores no podan controlarlo. Po-
peye es un pitbull de pura raza que perdi un ojo en una pelea ilegal. Al ser una mer-
canca daada, sus dueos ya no lo encontraban til y lo abandonaron. Mientras se
adaptaba a la situacin de tener un solo ojo, Popeye se volvi muy suspicaz ante otros
perros porque su visin del mundo se haba estrechado y se senta vulnerable. Res-
ponda acercndose a otros perros de forma muy agresiva, para intimidarlos, lo
cual sola desembocar casi siempre en una pelea. Entonces empez a atacar a las
personas. Cuando me lleg, era muy agresivo, dominante y nervioso. Era un caso
mucho ms difcil porque su energa era muy fuerte, as que yo siempre tena que es-
tar ms que alerta y atento cuando estaba con l. Hoy en da es un miembro de la
manada, tranquilo y digno de confianza. Y aqu nadie se mete con l por el hecho
de tener un solo ojo.
Tenemos muchos pitbull en la manada, no porque sean ms peligrosos que
otros perros sino porque estn entre las razas ms poderosas, y a menudo son los
32 El encantador de perros
que ms difciles resultan de controlar para las organizaciones de rescate cuando los
perros presentan cuestiones, especialmente la agresividad. Desgraciadamente para
los pitbull, mucha gente los cra para peleas ilegales o para que la proteja, por lo que
estn condicionados a sacar el lado ms agresivo de su naturaleza.
Preston tambin es un pitbull y es enorme. Viva con un hombre de 80 aos y
se pasaba la vida encerrado con l en un apartamento. Dado que Preston estuvo na-
turalmente expuesto a la tranquilidad, nunca se volvi destructivo mientras su dueo
estaba vivo. Preston estaba all cuando su dueo falleci y fue el que busc al ca-
sero, que llam a la Amanda Foundation. Cuando fueron a recogerlo, era muy tmi-
do. A menudo un perro tmido es candidato a manifestar agresividad temerosa. Cuando
metieron a Preston en una perrera y luego trataron de sacarlo, empez a arremeter
contra todo el mundo. Al ser un ejemplar tan grande, sus rescatadores empezaron
a tenerle miedo. Sin embargo, cuando lo traje aqu, vi de inmediato que en realidad
era alguien asustado, inseguro. Fue uno de los pocos perros a los que met dentro
de la manada desde el primer da. Al ser alguien naturalmente tranquilo, Preston cap-
t la energa relajada y estable de los otros miembros y casi al instante se transfor-
m nuevamente en uno ms de ellos. Se tranquiliz de manera inmediata y, aunque
an tiene un aspecto que asusta a la mayora de los visitantes, yo s su secreto: en
realidad es un gigante amable.
Aunque no tengo favoritos en el Centro, me siento muy unido a Scarlett, una
pequea bulldog francesa blanca y negra. A menudo viene a casa conmigo, y para
mis hijos es una mascota de la familia. Scarlett fue el ltimo perro en llegar a un ho-
gar lleno de perros y otras mascotas. Sus dueos tenan un conejo que sali de su
jaula y Scarlett lo atac y le sac un ojo. Fui a casa de sus dueos y trabaj con Scar-
lett; ni siquiera era un caso que me pareciera que necesitara ir al Centro. El proble-
ma no era Scarlett: eran sus dueos. No haba disciplina en la casa -ni reglas ni fron-
teras ni lmites- y los dueos casi nunca estaban en casa para supervisar a los
distintos animales que tenan sueltos por la propiedad. Asign a los dueos un mon-
tn de deberes, pero no cambiaron nada. Pocas semanas despus Scarlett le arran-
c la pata a un chihuahua que viva con ellos. Como Scarlett era el perro ms agre-
Prlogo 33
sivo y el ltimo en llegar a la manada, una vez ms los dueos la culparon a ella.
Me pareca que no haba esperanza para ella en esa casa, as que me ofrec a adop-
tarla. Ahora es tan dulce y tranquila que puede ir a cualquier sitio conmigo. Para m
es como un amuleto de la buena suerte. Siempre que necesito una racha extra de
buena suerte acaricio su barriga como si fuera la de un buda. An no me ha fallado
ni una sola vez.
Oliver y Dakota son dos perros de aguas blancos y marrones. Como resultado
de la excesiva endogamia, los dos presentan cuestiones fsicas tales como infec-
ciones peridicas en ojos y odos. Dakota es el que peor est. Creo que cada perro
entra en nuestra vida para ensearnos algo. Dakota es el perro que me ense qu
es el dao neurolgico: un problema que no puedo solucionar. La energa de Dako-
ta est apagada. Todo en l est muy desequilibrado: desde su ladrido hasta el mo-
do en que persigue las sombras. Dado que en la manada no se permite -nunca-
la agresividad, los otros perros no le hacen dao y puede vivir pacficamente. En la
naturaleza habra sido sealado y atacado por su debilidad, y probablemente no
sobrevivira.
Ojal pudiera presentarles a todos los perros de la manada, porque todos ellos
tienen ancdotas y una historia igualmente fascinantes. Sin embargo, todos ellos com-
parten una cosa. Para ellos estar con los suyos tiene un profundo significado. Proba-
blemente, formar parte de una familia de personas no tendra ese mismo significa-
do. Tendran comodidad y tal vez estaran mimados. Pero a su vida le faltara este
significado primario. As que cuando estos perros consiguen ser uno ms entre los
suyos -independientemente de su raza- se sienten completos.
Ojal todos los perros de Amrica -y del mundo- pudieran estar tan equili-
brados y satisfechos como los perros de mi manada. Mi objetivo en la vida es ayudar
a rehabilitar tantos perros problemticos como me sea posible.
A medida que se va la tarde se va acercando la hora de que vuelva a casa
con mi grupo humano: mi esposa, Ilusin, y nuestros dos hijos, Andre y Calvin. Geo-
vani se quedar a pasar la noche, atendiendo las necesidades de los perros y me-
tindolos en sus perreras cuando llegue la hora de dormir. Despus de unas siete
El encantador de perros
u ocho horas de ejercicio estn a punto de caer reventados. Maana se repetir nue-
vamente el ciclo conmigo o con alguno de mis colegas del centro. sta es mi vida
-una vida de perros-y no hay mayor bendicin para m que poder vivirla.
Mediante este libro los invito a experimentarla conmigo.
NOTAS
Prlogo 35
1
Una infanciaentre perras
Una visin desde el otro lado de la frontera
t La granja
Nac y pas la mayora de mis primeros aos en Culiacn, una de las ciudades
ms antiguas de Mxico, a unos mil kilmetros de la Ciudad de Mxico. Mis ms v-
38 El encantador de perros
vidos recuerdos infantiles, sin embargo, son los de pasar todas las vacaciones y fi-
nes de semana en la granja de mi abuelo en lxpalino, a una hora de distancia. En la
regin de Sinaloa, en Mxico, las granjas como la de mi abuelo funcionaban con una
especie de sistema feudal. La granja, o rancho, perteneca a los patrones, las fami-
lias ms ricas de Mxico. Mi abuelo era uno de los muchos trabajadores y familias de
los ranchos, conocidos como campesinos, que alquilaban los ejidos, parcelas de tie-
rra, y se ganaban sus escasos ingresos trabajndolos. Esas familias de las granjas
formaban una comunidad: la tierra que cultivaban era lo que tenan en comn. Se po-
dra comparar a la situacin de los aparceros en el sur de Norteamrica. La principal
tarea de mi abuelo consista en cuidar de las vacas -docenas de ellas- y llevarlas
sanas y salvas desde los pastos hasta la corriente y de vuelta todos los das.
Tambin cribamos gallinas y otros animales, sobre todo como comida para no-
sotros. La casa era incmoda: de planta larga y estrecha, y hecha sobre todo de la-
drillo y barro. Slo tena cuatro habitaciones, que se empezaron a llenar de gente
en cuanto nacieron mis hermanas y mi hermano, y siempre que nos visitaban nues-
tros numerosos primos. Yo ya tena 14 o 15 aos cuando nos lleg el agua corrien-
te. A pesar de ello no recuerdo haberme sentido pobre jams. En esa parte de M-
xico la clase trabajadora era la mayora. Y para m la granja era el paraso. Prefera
estar all que en la Montaa Mgica sin dudarlo. La granja siempre fue el lugar en el
que senta que poda ser yo de verdad, la persona que tena que ser. Era el lugar que
me haca sentir realmente en conexin con la naturaleza.
Y all siempre, de fondo, estaban las perras, normalmente viviendo en mana-
das ms o menos formadas por entre cinco y siete animales. No eran salvajes, pero
tampoco eran perras de interior. Vivan fuera, en el patio, e iban y venan a su an-
tojo. La mayora era una mezcla de razas, muchas de ellas con un aspecto que recor-
daba a algo entre un pequeo pastor alemn, un labrador y un basenji. Las perras
siempre se sintieron parte de nuestra familia, pero no tenan nada que ver con una mas-
cota en el sentido moderno norteamericano de la palabra. Esas perras de granja
trabajaban para poder vivir. Ayudaban a mantener en fila a los animales: corriendo al
lado o detrs de mi abuelo mientras l pastoreaba a las vacas, o trabajando para que
Haba algo ms que observ siendo muy joven: un conjunto de conductas que
parecan diferenciar a las perras de la granja de mi abuelo de las perras de otras gran-
jas familiares. Algunos de los otros granjeros parecan tener perras con estructuras
de grupo bastante firmes, en las que una perra lideraba la manada y las dems eran
sus seguidoras. A aquellas familias les gustaba mirar cuando sus perras entabla-
ban batallas de dominacin: cuando una perra venca a otra. Para ellas era una di-
versin. Yo vea que aquellos despliegues de dominacin eran una conducta natural
para las perras; tambin lo vi en las manadas de perras salvajes que corran por los
prados cerca de nuestra casa. Pero esa clase de comportamiento no era aceptable
para mi abuelo. Entre las perras de nuestra granja no pareca que hubiera una lder
perceptible. Ahora comprendo que eso era as porque mi abuelo jams dej que nin-
guna perra le arrebatara el papel de lder ni a l ni, ya que estamos en ello, a ningu-
no de los dems seres humanos. Comprenda instintivamente que para que las pe-
rras vivieran en armona con nosotros -para que trabajaran de buena gana con
nosotros en la granja y que jams mostraran agresividad o dominacin hacia nosotros-
todas tenan que entender que los seres humanos ramos sus lderes de grupo. Se po-
.2 El encantador de perros
da ver en su actitud a nuestro alrededor. Su lenguaje corporal comunicaba una cla-
ra y clsica sumisin tranquila o sumisin activa: cualidades de la energa que
ms adelante describir con ms detalle. Las perras siempre iban con la cabeza
gacha, y siempre mantenan cierta posicin respecto a nosotros cuando viajbamos:
trotando detrs o a nuestro lado, y jams corriendo delante de nosotros.
Ahora bien, mi abuelo jams tuvo manuales de adiestramiento o libros de au-
toayuda o tcnicas cientficas en las que apoyarse, aunque siempre consigui esa
respuesta perfectamente tranquila, sumisa y cooperadora de sus perras. Nunca vi
que mi abuelo empleara un castigo violento, y tampoco sobornaba a las perras con
regalos. Lo que haca era proyectar esa especie de energa coherente, de tranquila
firmeza, que sencillamente exclama lder en cualquier idioma, para cualquier es-
pecie. Mi abuelo fue una de las personas ms seguras de s misma y equilibradas
que he conocido en mi vida: y, sin duda, la persona ms en armona con la natura-
leza. Creo que se daba cuenta de que, de todos sus nietos, yo era el nico que ha-
ba nacido con ese mismo don especial. Lo ms sabio que jams me dijo fue: Nun-
ca trabajes contra la Madre Naturaleza. Slo triunfas cuando trabajas con ella. Hasta
el da de hoy me lo repito a m mismo -y a mis clientes- siempre que trabajo con
perras. Y a veces, cuando me siento estresado, lo aplico a otras parcelas de mi vi-
da. Aunque mi abuelo falleci con 105 aos, todos los das le agradezco en silencio
esa intemporal sabidura.
Al vivir con perras que tenan esa mentalidad amable y obediente, ninguno de
los nios tenamos miedo de que alguna de las perras nos hiciera dao. Siempre con-
fibamos en ellas y, por lo tanto, tambin nosotros nos convertimos en sus lderes.
Nunca jams vi a una perra ensear los dientes, gruir o actuar agresivamente con-
tra mi abuelo, y ninguno de los nios de la familia fue atacado o mordido por una
perra. Mi experiencia, al aprender de mi sabio abuelo en la granja, me ha convenci-
do de que cuando las perras y los seres humanos conviven, la mejor mentalidad que
.puede tener una perra es la mentalidad de sumisin tranquila. Mi familia y yo creci-
mos entre perras con esa mentalidad, y nuestra relacin con aquellas perras era de
pura y relajada armona. Y tambin las perras parecan siempre felices, relajadas, se-
El encantador de perros
Para m lo peor de vivir en la ciudad era que ya no poda estar rodeado de
perras. La primera vez que llevamos perras al apartamento las dejamos vivir en el
vestbulo. Pero olan mal y no ramos muy disciplinados en cuando a limpiar lo que
ensuciaban. (Tambin tratamos de criar gallinas en el vestbulo, pero olan an
peor!) No podamos dejar que las perras salieran a la calle porque podran ser atro-
pelladas por los coches que iban ms rpido an que en Culiacn. Estbamos acos-
tumbrados a que las perras corrieran en libertad por la granja y que bsicamente
cuidaran de ellas mismas; no sabamos nada de caminar con ellas o de cuidarlas ade-
cuadamente en un entorno urbano. Siendo sinceros, ramos un poco vagos para eso.
Y los nios de ciudad de nuestro barrio no jugaban con las perras. La mayora de las
perras con que nos topbamos corran sin correa, rebuscando entre la basura. Me fi-
j en que esas perras de ciudad no estaban tan flacas como las perras del rancho;
tenan mucha ms comida a su disposicin, un montn de basura para comer. Pero
estaba claro que eran ms asustadizas, nerviosas e inseguras. Y por primera vez vi
gente maltratar realmente a una perra. En el campo la gente slo gritaba a las pe-
rras o las ahuyentaba si estaban atacando a sus gallinas o robando la comida de la
familia. En la mayora de los casos se trataba de perras salvajes o de coyotes. Las
perras que vivan con nosotros nunca haran algo as. Pero en la ciudad vi gente que
tiraba piedras a las perras y las maldeca aunque las perras slo estuvieran pasan-
do junto a su coche o corriendo delante de su tienda o puesto de frutas. Me destro-
zaba ver aquello. Sencillamente no me pareca algo natural. Fue la nica vez en
mi vida en que realmente me desvincul de las perras. Creo que, en cierto sentido,
fue entonces cuando me empec a desvincular de m mismo.
Como an era muy joven, la ciudad ya estaba dominando mi salvajismo na-
tural, del mismo modo que impeda que las perras desarrollaran su verdadera natu-
raleza. En la granja poda estar fuera durante horas y ms horas, paseando por la
tierra, siguiendo a los chicos -mi padre o mi abuelo o los dems trabajadores del
rancho- y siempre seguidos por las perras. No haba ningn sitio al que no pudie-
ra ir a pie. Ahora mi madre se pona nerviosa slo con dejarnos ir a la esquina y vol-
ver. Por supuesto le asustaban los secuestradores, los corruptores de menores: los
es El encantador de perros
de vida. Desde el primer da me qued claro que su forma de entender la vida no
tena nada que ver con la ma. Yo no emit juicio alguno, para bien o para mal; senci-
llamente notaba que realmente no haba mucho que tuviramos en comn. Sin em-
bargo, como buen animal de grupo, comprend que si quera triunfar en la ciudad, al-
guien tendra que cambiar su comportamiento, y estaba claro que no iban a ser los
otros nios. Ellos eran el grupo, as que trat de adaptarme y encajar. He de ad-
mitir que se me dio bastante bien. Sala con ellos e bamos juntos a la playa, a jugar
al bisbol y al ftbol, pero en el fondo yo saba que estaba fingiendo. Nunca fue co-
mo en la granja, donde perseguamos a alguna rana, atrapbamos lucirnagas en
tarros y luego las soltbamos, o simplemente nos sentbamos bajo las estrellas y es-
cuchbamos el canto de los grillos. La naturaleza siempre me ofreca algo nuevo que
aprender, algo sobre lo que pensar. Los deportes tan slo eran una forma de quemar
energa y de tratar de encajar.
La verdad es que aquellos aos en la granja estaban grabados en mi cora-
zn. El nico lugar en el que era realmente feliz era al aire libre, en la naturaleza,
sin muros de cemento ni calles ni edificios que me acorralaran. Me estaba tragando
el alma para que me aceptaran y todo ese exceso de energa y frustracin tenan que
salir por algn lado. No tard mucho en convertirse en agresividad: pero casi siem-
pre mi rabia pareca estallar en casa. Empec a pelearme con mis hermanas y a dis-
cutir con mi madre. Mis padres eran inteligentes: me apuntaron a yudo. Era el modo
perfecto de purgar mi rabia y canalizarla en algo constructivo y saludable, algo que
me enseara lecciones a las que atribuyo mi xito actual.
Con 6 aos entr por primera vez en un gimnasio de yudo. A los 14 aos ya ha-
ba ganado seis campeonatos seguidos. De algn modo haba que redirigir mi agre-
sividad, y encontr el mentor perfecto en mi maestro de yudo, Joaquim. Me dijo que
crea que yo posea una cualidad especial; l lo llamaba un fuego interior. Me to-
m bajo su proteccin y me contaba historias sobre Japn y sobre cmo la gente all
tambin estaba en armona con la Madre Naturaleza. Me ense tcnicas japonesas
de meditacin: sobre respiracin, concentracin y sobre cmo emplear el poder de
la mente para alcanzar cualquier objetivo. La experiencia me recordaba a mi abuelo
El perrero
Cuando yo tena unos 14 aos, mi padre empez a trabajar como fotgrafo pa-
ra el gobierno. Ahorr suficiente dinero para comprar una casa muy bonita en una zo-
na mucho ms adinerada de la ciudad. Tenamos un jardn y estbamos slo a una
manzana de la playa. No fue hasta entonces que empec a sentirme cmodo nueva-
mente en mi piel, y comenc a ver que mi misin en la vida iba tomando forma. To-
dos mis amigos hablaban de lo que queran ser de mayores. Yo no senta deseo al-
guno de ser bombero o mdico o abogado o algo as. No saba exactamente qu iba
a hacer, pero saba que si exista una profesin relacionada con las perras, quera
formar parte de ella. Entonces record cuando tuvimos nuestra primera televisin.
Siendo muy pequeo haba quedado hipnotizado por las reposiciones de Lassie y
Rin Tin Tin, siempre en blanco y negro y dobladas al espaol. Como haba crecido
entre perras en un entorno muy natural, saba que por supuesto Lassie no entenda
realmente las palabras que Timmy deca. Tambin entenda que las perras normales
no hacan automticamente las heroicidades que Lassie y Rin Tin Tin hacan cada
semana. En cuanto supe que los adiestradores permanecan fuera de cmara, con-
El encantador de perros
trolando la conducta de las perras, empec a fantasear sobre ellos. Menudo logro,
convertir a esas perras corrientes en estrellas de la interpretacin! Con mi entendi-
miento natural de los canes de la granja supe instintivamente que poda adiestrar sin
problemas a las perras para hacer esos mismos e impresionantes trucos que los en-
cargados de Lassie y Rin Tin Tin les haban enseado a hacer. Aquellas dos series
de televisin inspiraron mi primer gran sueo: trasladarme a Hollywood y convertir-
me en el mejor adiestrador de perras del mundo. Termin siendo algo muy distinto:
pero eso llegar ms adelante en el relato.
Mientras me repeta esa meta, me pareca algo totalmente adecuado. Decirme
a m mismo voy a trabajar con perras y ser el mejor entrenador del mundo me pa-
reca como recibir un vaso de agua despus de haber estado a punto de morir de sed.
Me pareca algo natural, sencillo, y pareca realmente bueno. De repente, ya no es-
taba peleando conmigo mismo. Saba qu sendero tomar para llegar a mi futuro.
El primer paso hacia mi meta consista en conseguir un trabajo en la consulta
de un veterinario de la zona. No tena nada que ver con las lujosas y estriles con-
sultas de veterinario que hay aqu en Estados Unidos; era una especie de mezcla en-
tre veterinaria/perrera/saln de belleza. Yo slo tena 15 aos, pero los empleados vie-
ron inmediatamente que no me daban miedo las perras; poda agarrar a perras a las
que ni siquiera se acercara el veterinario. Empec como ayudante, barriendo suelos
y limpiando lo que los animales ensuciaban. Luego me convert en cuidador y rpi-
damente progres hasta ser tcnico veterinario. Como tcnico tena que sujetar y man-
tener tranquilo a una perra mientras el veterinario le pona una inyeccin. Mi papel con-
sista en esquilar a la perra antes de la operacin, baarla, vendarla y bsicamente
servir de refuerzo al veterinario en cualquier cosa que hubiera que hacer.
Fue en esa poca -durante mis aos de instituto- cuando los dems chicos
empezaron a llamarme el perrero, el nio de las perras. Recordemos que en la ciu-
dad de Mazatln eso no era exactamente un cumplido. Por supuesto en Norteam-
rica y en gran parte de la Europa occidental a la gente que tiene una relacin espe-
cial con los animales se la pone en un pedestal. Pensemos en figuras tan memorables
como el Dr. Dolittle, el hombre que susurraba a los caballos, Siegfried y Roy... in-
t Cruzar la frontera
:
50 El encantador de perros
.
1:
solo. Mi familia no conoca a nadie en California. Algunos de mis tos se haban mu-
dado a Yuma, en Arizona, pero se no era mi destino. Mi objetivo era Hollywood.
Y saba que la nica forma de llegar all era a travs de Tijuana. Mi madre discuti
conmigo, me suplic. Pero no puedo explicarlo: la necesidad de ir a Estados Unidos
en ese momento me arrollaba por completo. Saba que tena que hacer algo.
Ya se ha publicado en otro sitio y no me avergenza decirlo: vine a Estados
Unidos de forma ilegal. Ahora tengo mi tarjeta de residencia, he pagado una cuantio-
sa multa por entrar ilegalmente y estoy solicitando el estatus de plena ciudadana. No
hay otro pas en el que me gustara vivir al margen de Estados Unidos. Realmente
creo que es el pas ms grande del mundo. Me siento un privilegiado por vivir y criar
aqu a mis hijos. Sin embargo, para los pobres y los trabajadores de Mxico no exis-
te otra forma de venir a Norteamrica salvo ilegalmente. Es imposible. El Gobierno
mexicano funciona segn a quin conozcas y cunto dinero tengas. Hay que pagar
enormes cantidades a los agentes para conseguir un visado legal. Mi familia no te-
na forma de conseguir todo ese dinero. As pues, con slo cien dlares en el bolsi-
llo me encamin a Tijuana para averiguar cmo cruzar la frontera.
Nunca antes haba estado en Tijuana. Es un lugar duro. Hay bares y cantinas
llenas de borrachos, traficantes de droga y criminales: gente que hace dao y que
siempre est a la espera de aprovecharse de los que tratan de cruzar la frontera. All
vi cosas horribles. Por suerte, tena un amigo que trabajaba en Seor Frog, un bar
muy famoso en Tijuana. Me dej dormir en la trastienda dos semanas, mientras yo
averiguaba cmo iba a cruzar al otro lado.
Recuerdo que llova casi todos los das, pero todos los das yo sala y estudia-
ba la situacin en la frontera. Quera ahorrar mis cien dlares, por lo que trat de cru-
zarla por mi cuenta: lo intent tres veces y fracas.
Al cabo de unas dos semanas ya estaba listo para intentarlo una vez ms. Eran
las once de la noche: llova, haca fro y viento. Delante de un caf, donde todo el
mundo se arremolinaba tratando de entrar en calor, un tipo muy delgado -lo que lla-
mamos un coyote- se me acerc y dijo: Eh, alguien me ha dicho que quier
cruzar. Le dije que s. Dijo: Bien. Te cobrar cien dlares. Me recorri un e /bfrrif',~
.
Q "<
~ ...;)
~ ~ ,,,
....
Una infancia entre perras ~-to~""'"
No era alucinante que quisiera exactamente la cantidad de dinero que yo llevaba
encima? Lo nico que dijo fue: Sgueme. Te llevar a San Ysidro. As que lo segu
hacia el este.
Corrimos un trecho del camino, corrimos hasta caer exhaustos. Mi coyote se-
al unas luces rojas a lo lejos, que indicaban las posiciones de los Migras (los agen-
tes de la patrulla fronteriza). Me dijo: Nos quedaremos aqu hasta que se muevan.
Estbamos en un charco. Esper toda la noche con el agua que me llegaba hasta
el pecho. Estaba congelado, temblando, pero no me preocupaba. Por fin, mi coyote
dijo: Bien. Hora de irse. As que corrimos hacia el norte: por el barro, a travs de
un vertedero de chatarra, cruzando una autopista y por un tnel. Al otro extremo del
tnel haba una gasolinera. Mi gua dijo: Te voy a pedir un taxi y l te llevar alcen-
tro de San Diego. Ni siquiera haba odo hablar de San Diego. Los nicos sitios
que conoca eran San Ysidro y Los ngeles. El coyote le dio al taxista veinte dla-
res de los cien que yo le haba entregado, me dese suerte y desapareci. Por suer-
te el taxista hablaba espaol, porque yo no saba una palabra de ingls. Me llev a
San Diego y me dej all: empapado, sucio, sediento, hambriento, con las botas cu-
biertas de barro.
Era el hombre ms feliz del mundo. Estaba en Estados Unidos .
San Diego
En primer lugar estaban las correas: correas por todas partes! Haba visto
cadenas en la ciudad cuando viva en Mxico, pero nada como las correas de cue-
ro y de nylon y flexibles que usaban los norteamericanos. Miraba por toda la ciudad
y me preguntaba: Dnde estn todos las perras que vagabundean por las calles?.
La verdad es que tard un tiempo en acostumbrar a mi cerebro al concepto de ley
de la correa. En la granja de mi abuelo lo ms parecido que jams tuvimos a una
correa eran las sogas que a lo mejor atbamos al cuello de algn animal especial-
mente difcil, al estilo de una exposicin canina, hasta que hubiramos establec-
L
52 El encantador de perros
do nuestra posicin como lderes. Y luego vuelta a la naturaleza: no haca falta correa
alguna. Las correas eran para las mulas, ya que las perras ms educadas del rancho
siempre hacan lo que les pedamos. Pero las correas y los collares de lujo slo fue-
ron el comienzo de mi choque cultural. Como inmigrante recin llegado a este gran
pas, me esperaban unos cuantos bombazos ms.
t En el saln de belleza
As pues, ah estaba yo, con 21 aos, sin hablar apenas ingls y trabajando
en un saln de belleza para perras. Un saln de belleza para perras! Slo el con-
cepto en s habra hecho que mi abuelo se partiera de risa! Las perras de la granja
se limpiaban unas a otras y slo se baaban en el riachuelo si tenan demasiado ca-
lor! Su idea de un bao consista en rodar por el lodo! A mi abuelo slo se le ocurra
lavar a manguerazos a una perra cuando sta tena garrapatas, pulgas u otros par-
sitos, o si se le haba enredado o enmaraado el pelo. Lo crean o no, en Mxico al-
gunos propietarios llegaban realmente a sacrificar a sus perras si stas tenan dema-
siadas garrapatas. No mostraban piedad alguna: se limitaban a deshacerse de la
perra y se hacan con otra que no fuera defectuosa. Incluso las labores de limpie-
za que hice en el veterinario en Mazatln eran simplemente parte del tratamiento m-
dico. Me pareci revelador el hecho de que el dueo de una perra se gastara un buen
dineral -en mi opinin, una enorme cantidad de dinero!- en lavarla, arreglarla y
acicalarla de forma cotidiana. Fue mi primer asomo a la actitud norteamericana ha-
cia las mascotas. Cuando estaba en Mxico ya haba odo hablar de que los nortea-
mericanos trataban a sus mascotas como si fueran seres humanos, pero ahora lo es-
taba viendo en persona, y al principio realmente me dej anonadado. Al parecer, en
Norteamrica nada era demasiado bueno para una perra.
Por extrao que me resultara el concepto de saln de belleza, cuando em-
pec a trabajar all me encant. Las mujeres eran de lo ms amables conmigo, y r-
pidamente me labr una reputacin como el nico que poda tranquilizar a las perras
ms difciles: las razas ms fuertes o las que conseguan que todos los dems arra-
El encantador de perros
jaran la toalla. Los clientes fijos empezaron a preguntar por m cuando vean cmo
me relacionaba con sus mascotas, pero yo an no entenda por qu sus perras se
portaban mucho mejor conmigo que con los dems cuidadores, o incluso que con
sus dueos. Creo que estaba empezando a entender la diferencia, pero an no po-
da expresarla.
El saln de belleza de San Diego contaba con muchos ms recursos de los que
yo estaba acostumbrado a tener en Mxico. Haba maquinillas para el pelo, champs
aromticos y unos delicados secadores especiales de pelo, diseados especialmen-
te para perras. Alucinante! Al haber aprendido con el veterinario de Mazatln, nun-
ca haba usado una maquinilla, pero era todo un experto con las tijeras. Las dueas
del saln de belleza de San Diego se estremecieron al ver lo rpido y preciso que era
con un par de tijeras. Por eso me dieron todas las cocker spaniels, caniches, te-
rriers y las perras que ms costaba arreglar: resulta que eran las perras por cuya lim-
pieza la gente pagaba ms dinero. La tienda cobraba 120 dlares por un caniche
de tamao medio: eso significaba 60 dlares para m! Era man cado del cielo.
Slo me gastaba unos pocos dlares al da: desayunaba y cenaba un par de perritos
calientes de 99 centavos del colmado, sa era toda mi subsistencia. Todo lo dems
lo guardaba. Para fin de ao planeaba tener suficiente dinero para mudarme a Holly-
wood: un paso ms cerca de mi sueo.
t Cuestiones de comportamiento
El hecho de encontrarme con perras con correas y collares lujosos y caros pei-
nados me dej pasmado cuando llegu a Norteamrica, pero en cierto modo ya me
haba preparado para algo as la propaganda hollywoodiense con la que haba
crecido viendo pelculas y la tele. Era como ir al circo por primera vez despus de
toda una vida habiendo odo hablar de l. Sin embargo, haba algo en mi nueva si-
tuacin que me dej totalmente anonadado. Eran los peculiares problemas de com-
portamiento que mostraban la mayora de esas perras. Aunque haba crecido ro-
56 El encantador de perros
tural entre ellas y con los humanos. Qu pasaba entonces con esas preciosas pe-
rras norteamericanas de pster?
El hecho de que tantas perras norteamericanas presentaran cuestiones me
choc an ms en cuanto me traslad a Los ngeles y empec a trabajar como en-
cargado de las jaulas en un establecimiento de adiestramiento de perras. Quera
aprender a ser adiestrador de perras y haba odo que aquel lugar era el mejor. Sa-
ba que los ricos pagaban un dineral por dejar sus perras en esas instalaciones tan
respetadas. Dejaban sus perras durante dos semanas para que los animales pudie-
ran aprender a obedecer rdenes como sit, quieta, ven y sgueme.
Cuando empec a trabajar en esas instalaciones me sorprendieron las condi-
ciones en que llegaban algunas de aquellas perras. Por supuesto, fsicamente to-
das eran espectaculares. Estaban bien alimentadas, perfectamente arregladas y su
pelaje reluca con su buena salud. Pero emocionalmente muchas de ellas estaban
destrozadas. Algunas eran asustadizas y huidizas; las haba irritables o de una agre-
sividad descontrolada. Irnicamente, los dueos solan traer a las perras para que las
adiestrramos con la esperanza de que se desharan de esas conductas neurticas.
Crean que en cuanto la perra aprendiera a obedecer rdenes, su miedo, ansiedad
y dems problemas de comportamiento desapareceran milagrosamente. Es un ma-
lentendido tan comn como peligroso. Es absolutamente cierto que si, de entrada, una
perra tiene una naturaleza apacible y despreocupada, el adiestramiento tradicional
de perras puede ayudar a calmarla y a hacer que la vida sea ms fcil para todos.
Pero para una perra que sea nerviosa, tensa, irritable, asustadiza, agresiva, domi-
nante, llena de pnico o tenga cualquier otro desequilibrio, el adiestramiento tradicio-
nal a veces puede hacer ms dao que otra cosa. Ese hecho me qued claro desde
mi primer da en las instalaciones de entrenamiento.
Mi trabajo en esas instalaciones consista en encerrar a las perras en jaulas se-
paradas hasta el comienzo de sus clases diarias, y luego llevrselas a sus adies-
tradores. El aislamiento que aquellas perras problemticas experimentaban en sus
jaulas entre sesin y sesin a menudo aumentaban la tensin que haban trado con
ellas. Desgraciadamente, como el establecimiento no cobraba a menos que la pe-
Ha nacido 'Cesar'sWay'
58 El encantador de perros
te los casos realmente problemticos. En lugar de gritar a una perra agresiva o in-
segura, como hacan otros encargados de las jaulas, me acercaba a ella en silencio.
Sin hablar, sin tocarla, sin mirarla a los ojos. De hecho, cuando vea una perra as, abra
la puerta y le daba la espalda como si estuviera a punto de irme en otra direccin.
Al final, y dado que las perras son curiosas por naturaleza, vena hacia m. Slo des-
pus de que se me hubiera acercado le pona la correa. Llegado ese momento era
sencillo, porque yo ya haba establecido mi dominio firme y tranquilo sobre ella; igual
que otra perra hara en un entorno natural. Inconscientemente empezaba a aplicar la
psicologa canina que haba aprendido de aquellos aos en los que observaba
a las perras en la granja de mi abuelo. Me relacionaba con las perras igual que stas
se relacionaban entre ellas. Aqul fue el nacimiento de los mtodos de rehabilitacin
que an empleo hoy en da, aunque no habra podido expresar con palabras lo que
estaba haciendo en esos momentos: ni en ingls ni en espaol. Todo cuanto hice sur-
gi por instinto.
Otro accidente crucial que sucedi en aquellas instalaciones fue que empe-
c a ver el poder del grupo para rehabilitar a una perra desequilibrada. Un da sal
al patio sujetando, a la vez, a dos rottweiler, una pastor alemn y una pitbull. Era el ni-
co de los que trabajaban all que jams hubiera intentado algo as. Casi todos los
dems empleados pensaron que estaba loco. De hecho, en un momento dado, me or-
denaron expresamente que no trabajara con las perras en manada; pona nervioso
a los jefes. Pero desde el momento en que descubr este mtodo vi lo eficaz que se-
ra una manada de perras como instrumento para ayudar a una perra con problemas.
Lo que descubr fue que cuando se introduca a una perra nueva e inestable en una
que ya hubiera creado una unin saludable, sta influira realmente en la recin llega-
da para que sta lograra esa mentalidad equilibrada. Mi trabajo consista en garantizar
que la relacin entre la recin llegada y las componentes no fuera demasiado inten-
sa. Mientras supervisara y atajara cualquier comportamiento agresivo, excluyente o
defensivo, por las dos partes del encuentro, al final la nueva perra adaptara su con-
ducta para encajar con las dems. Ya se trate de los humanos o de las perras
-de hecho es algo que se da en todas las especies orientadas al grupo- gen-
t El boca a boca
Mi nuevo jefe era un capataz duro pero imparcial. Me ense cmo funcionaba
el negocio y cmo lavar sus limusinas: y era muy manitico en cuanto a mantenerlas
impolutas. Poda ser una tarea fsica y ardua, pero no me preocupaba en absoluto
porque yo mismo era -y an lo soy- un perfeccionista. Si iba a ser limpiador de co-
60 El encantador de perros
ches, sera el mejor del mundo. He de agradecer a aquel hombre que me enseara
tanto sobre cmo manejar un negocio slido y rentable.
El da que recog el coche que me prest es un da que jams olvidar. S, s-
lo era un coche -digamos un Chevrolet Astrovan blanco, del 88, y no, no tena la ca-
pota rosa- pero para m simbolizaba la primera vez en que realmente pens que
haba triunfado en Norteamrica. Aqul fue tambin el da en que puse en marcha
mi propia empresa de adiestramiento para perras, la Pacific Point Canine Academy.
Todo cuanto tena era un logotipo, una cazadora y algunas tarjetas de visita impre-
sas a toda prisa, pero lo ms importante es que tena una visin ntida de lo que que-
ra ser. Mi sueo ya no consista en ser el mejor adiestrador de perras del mundo del
cine. Ahora quera ayudar a ms perras, como los cientos de animales problemticos
que haba visto desde mi llegada a Norteamrica. Pensaba que mi inslita educacin
e innatos conocimientos de psicologa canina proporcionaran a las perras y a sus
dueos una oportunidad para mejorar su relacin y nuevas esperanzas para su futu-
ro. Me afliga enormemente el que muchas de esas perras malas que haban fra-
casado en los establecimientos corrientes de adiestramiento estuvieran condenadas
a la eutanasia si sus dueos decidan que ya no podan ms con ellas. En el fon-
do saba que esas perras merecan vivir tanto como yo. Mi optimismo sobre el futu-
ro surga de una creencia muy arraigada de que haba muchas perras en Norteam-
rica que realmente necesitaban mi ayuda. Gracias nuevamente a la generosidad de
mi nuevo jefe mi visin empez a tomar forma ms rpidamente de lo que jams ha-
bra podido imaginar.
El boca a boca es algo alucinante. Incluso en una ciudad tan grande y variada
como Los ngeles, el ltimo cotilleo o consejo puede extenderse como la plvora.
Afortunadamente para m, mi nuevo jefe conoca a mucha gente y nunca se cort
a la hora de alabar mi destreza. Llamaba a sus amigos y les deca: Conozco a un
mexicano genial que es alucinante con las perras. Traedlas. Sus amigos empezaron
a traer a sus perras con problemas. Solan quedar encantados con los resultados.
Entonces se lo contaban a sus amigos. Al final, mi Pacific Point Canine Academy
tena siete doberman y dos rottweiler con las que corra arriba y abajo por las ca-
62 El encantador de perros
La mujer me pregunt si podra adiestrar a su perra, y tres semanas despus
acud a su casa. Y me abri la puerta nada menos que el actor Will Smith. Casi me
qued sin palabras. Ahora recordaba dnde haba visto antes a aquella mujer: en la
pelcula Low Down, Dirty Shame. Mi clienta era Jada Pinkett Smith!
Vale, aclaremos esto: llevo en Norteamrica slo tres o cuatro aos, tengo mi pro-
pio negocio rentable, y hoy estoy trabajando con la perra de Jada Pinkett y Will Smith?
Jada y Will me explicaron que Jay Leno acababa de regalarles dos rottweiler
y que las perras necesitaban algo de trabajo, igual que Saki. Aquello era quedarse
corto: las perras eran un descontrol. Por suerte Jada fue una de las pocas y muy
especiales personas que pillaron mis tcnicas y filosofa enseguida. Es la duea
ideal de perras: todo cuanto quiere es lo mejor para sus animales, y har lo que sea
para asegurarse de que estn felices y satisfechas.
Aquel da fue el comienzo de una amistad que sigue hoy en da, once aos des-
pus. Jada y Will me recomendaron a sus amigos de la lite de Hollywood, entre
ellos Ridley Scott, Michael Bay, Barry Josephson y Vin Diesel. Pero estos no son,
de lejos, los mejores regalos que me ha hecho Jada. Me tom bajo su proteccin.
Contrat a un profesor para m, durante todo un ao, para que trabajara intensiva-
mente en mi ingls. Por encima de todo crey en m. Ser famoso por lo que hago
siempre fue mi sueo, pero todo gran regalo viene con un precio. Mi vida se ha vuel-
to mucho ms complicada ahora, con nuevos dilemas tales como en quin confiar o
a quin vigilar; qu contratos son buenos y cules deberan ir a la trituradora: cosas
que no se aprenden en la granja de lxpalino, Mxico. Cuando algn asunto me des-
concierta, s que puedo contar con Jada. No slo es una de las personas ms gene-
rosas que he conocido, tambin es una de las ms inteligentes. Le pregunto: Ja-
da, qu est pasando? Ahora qu haqo?. Y ella se limita a protestar un poco
y empieza a tranquilizarme: Vale, Csar, es as. .. . Siempre pienso que tengo a al-
guien que sabe mucho ms que yo acerca de jugar en primera divisin, y que siem-
pre ha estado dispuesta a sacar un momento de su ajetreada vida para echarme una
mano. Jada ha sido ms que mi cliente. Ha sido mi mentora, mi hermana y otra de
mis preciosas ngeles de la guarda.
6 El encantador de perros
bilito a una perra desequilibrada. Me hizo ver qu gran regalo es contar con un com-
paero y una familia fuertes, y que cada miembro de la familia tiene que arrimar el
hombro. Hoy considero que Ilusin, Andre y Calvin son mis mayores bendiciones
en la Tierra.
Mientras peleaba por convertirme en un mejor compaero en mi matrimonio,
tena ms trabajo del que poda afrontar, gracias a gente como mi jefe en el alquiler
de limusinas y a clientes como Jada. Las organizaciones de salvamento haban em-
pezado a llamarme para que las ayudara a salvar a sus casos perdidos de una
muerte segura, y sbitamente me encontr con una manada de perras recin reha-
bilitadas pero hurfanas. Necesitaba ms espacio, as que alquil un almacn des-
tartalado en un polgono industrial al sur de Los ngeles. Ilusin y yo lo reformamos
y lo convertimos en el Centro de Psicologa Canina, una especie de punto interme-
dio permanente o centro de terapia de grupo para perras. Durante todo el proceso
segu trabajando para encontrar formas de explicar mis mtodos y filosofa al propie-
tario medio de una perra.
Cuando de nio vea en Mxico las series de Lassie y Rin Tin Tin, siempre me
diverta con las aventuras de aquellos perros superestrellas, pero pensaba que,
por supuesto, todo el mundo que los viera tambin comprendera que esas series no
eran sino fantasas de Hollywood! Cuando Lassie ladraba cuatro veces y Timmy de-
ca: Qu pasa, Lassie? Fuego? La casa ... no, el granero est en llamas? Gra-
cias, chica, varnos!, saba-y supona que todos los dems tambin-que una pe-
rra de verdad no acta as. Cuando llegu a Norteamrica me sorprendi descubrir
que muchos propietarios de perras crean, de forma inconsciente, que Lassie real-
mente entenda lo que Timmy le estaba diciendo! Aprend que aqu la percepcin ge-
neralizada que se tena de las perras era que todas eran como Lassie: bsicamente,
seres humanos disfrazados de perras. Tard un tiempo en procesar aquello, pero
66 El encantador de perros
maria con un exceso de cario y obtener a cambio tan slo ese maravilloso e in-
condicional amor de perra. Puede que se considere el propietario de perra ms afor-
tunado del mundo, con la perra ms perfecta del mundo. Gracias a su perra usted es
feliz y su vida est plena. Y me alegro por usted. Pero, por favor, abra su mente a la
posibilidad de que su perra se est perdiendo cosas que podra necesitar en su vi-
da para sentirse feliz y satisfecha como perra. En el peor de los casos espero que
este libro lo ayude a ser ms consciente de las necesidades realmente especficas
de su perra y le inspire a encontrar formas creativas que lo ayuden a satisfacerlas.
Lo que estoy a punto de compartir es la verdad de mis experiencias vitales. s-
tas son las cosas que he aprendido, experimentado y observado personalmente, tra-
bajando con miles de perras durante veinte largos aos. Creo desde lo ms profundo
de mi corazn que mi misin consiste en ayudar a las perras y a pasarme la vida
aprendiendo todo cuanto ellas tengan que ensearme. Veo mi carrera entre perras
como una educacin eterna. Yo soy el estudiante y ellas mis profesoras. Que le en-
seen tambin a usted lo que me ensearon a m. Me han ayudado a comprender
que lo que las perras necesitan no siempre es lo que nosotros queremos darles.
NOTAS
1 Saponsky, R.M., Social Status and Health in Humans and Other Animals, en Annual Review of Anthro
po/ogy 33 (2004): 393-414.
70 El encantador de perros
neta? No existe lenguaje alguno, que podamos aprender, en el que algo signifique
lo mismo para toda criatura?
Buenas noticias! Me alegra informarles de que el lenguaje universal del
Dr. Dolittle ya existe. Y no lo invent el ser humano. Es un lenguaje que todos los ani-
males hablan sin tan siquiera saberlo, incluyendo el animal humano. Es ms, todos
los animales nacen sabiendo este lenguaje de forma instintiva. Incluso los seres
humanos nacemos hablando fluidamente esta lengua universal, pero tendemos a ol-
vidarlo porque desde nias se nos adiestra para creer que /as palabras constituyen
la nica forma de comunicacin. Lo irnico es que, aunque creemos que ya no sabe-
mos hablar ese idioma, la verdad es que lo hablamos todo el tiempo. Sin saberlo, es-
tamos radiando en esta lengua las veinticuatro horas del da, los siete das de la
semana! Otras especies animales an pueden entendernos, aunque quiz no tenga-
mos ni idea de cmo entenderlas a ellas. Nos interpretan ntidamente, aunque no
seamos conscientes de que nos estamos comunicando!
Este lenguaje autnticamente universal, que llega a todas las especies, sella-
ma energa.
t Energa en la naturaleza
72 El encantador de perros
sobrevivir. Hasta su ardilla del jardn captar esa sutil diferencia. Pero los humanos
tendemos a estar ciegos ante lo que, en el reino animal, es un autntico semforo
en rojo.
He aqu un ejemplo de energa animal con el que probablemente se sientan
identificados los habitantes del sur de Norteamrica. En un soleado da en Florida,
Louisiana o cualquiera de las dos Carolinas ver caimanes gigantes baando al sol
sus correosos cuerpos en la orilla de algn pantano: en campos de golf tan caros
como exclusivos! Mientras tanto, las golfistas golpean la bola a unos cuantos pasos.
Garzas, grullas y tortugas toman felices el sol al lado de esos terribles reptiles. An-
cianas rechonchas pasean a sus perritos, del tamao de una taza de t, por sende-
ros a centmetros de distancia del pantano de los caimanes. Qu est pasando? Es
muy sencillo. Los otros animales -desde las tortugas a los diminutos chihuahuas-
son conscientes, instintivamente, de que esos temibles depredadores no estn en
ese momento en una actitud cazadora. Hay algo de lo que podemos estar seguras:
en cuanto a esa enorme criatura empiecen a sonarle las tripas, y su energa cam-
bie a una actitud cazadora, los dems animales habrn desaparecido en un abrir y
cerrar de ojos. Menos, tal vez, las golfistas. Pero stas constituyen una de las espe-
cies ms extraas de la naturaleza, y ni siquiera la ciencia moderna ha conseguido
descifrarlos todava.
El encantador de perros
animales (incluidos los seres humanos). El sentido del olfato de un perro est conec-
tado al sistema lmbico, la parte del cerebro responsable de las emociones. En su
libro The Dog's Mind, el Dr. Bruce Fogle cita estudios de la dcada de 1970 que mos-
traban que un perro puede detectar el cido butrico -uno de los componentes del
sudor humano- en una concentracin hasta un milln de veces menor de lo que no-
sotros podemos1. Pensemos en los sensores de un detector de mentiras que pueden
captar insignificantes cambios en la sudoracin de las manos de una persona cuan-
do miente. En esencia, su perro es un detector de mentiras andante!
Puede un perro realmente oler el miedo fsicamente en nosotros? Eviden-
temente pueden percibirlo al instante. Numerosas corredoras y carteras pueden con-
tarnos esta angustiosa experiencia: pasar corriendo o caminando por delante de una
casa y hacer que el perro empiece a ladrar, gruir o incluso lanzarse contra la valla
o la puerta. Ahora bien podra tratarse de un perro que haya adoptado el papel de
protector de la casa y se lo haya tomado muy en serio: y son demasiadas las carte-
ras y corredoras cuyas cicatrices demuestran cmo puede descontrolarse un perro
poderoso y agresivo -lo que yo llamo un perro en zona roja. (Un perro en zona ro-
ja es un asunto muy serio, y lo tratar a fondo en un captulo posterior).
Con el fin de comprender cmo un perro percibe un estado emocional imagne-
se esto mientras pasa por delante de una casa en la que hay un perro en zona roja:
Tal vez ese perro ladrador tiene un secreto. Puede que est ms asustado de usted
que usted de l! Sin embargo, en cuanto usted se paraliza aterrorizado el equilibrio de
poder cambia instantneamente. Acaso el perro percibe el cambio de su energa con
su sexto sentido? O acaso huele algn cambio en la qumica de su cuerpo o de su
cerebro? La ciencia an no lo ha explicado en trminos profanos, pero en mi opi-
nin es una mezcla de las dos. Puedo garantizar esto despus de dcadas de aten-
ta observacin: no se puede ir de farol con un perro igual que se va de farol con una
compaera de pquer borracha. En cuanto cambiamos a la emocin del miedo, el
perro instantneamente sabe que est en ventaja sobre nosotros. Estamos proyec-
tando una energa dbil. Y si el perro sale, es ms probable que nos persiga o muerda
que si hubiramos desconectado de su ladrido y seguido con nuestras cosas. En el
t Energa y emocin
76 El encantador de perros
puesto un chip electrnico, y que jams haban salido de su territorio de Sarasota, de
repente se dirigieron hacia aguas ms profundas. Y pensemos en el terrible tsuna-
mi que azot el sudeste asitico ese mismo ao3. Segn testigos oculares, una ho-
ra antes de que la ola alcanzara la costa en Indonesia, unos cuantos elefantes cau-
tivos, de los paseos en elefante para turistas, empezaron a gemir e incluso rompieron
sus cadenas para huir a tierras ms altas. Por toda la regin los animales de los
zoos se escondieron en sus refugios y se negaron a salir, los perros no salan a la
calle y cientos de animales salvajes en el Parque Nacional de Yala, en Sri Lanka
-leopardos, tigres, elefantes, jabales, bfalos de agua y monos- tambin esca-
paron a zonas ms seguras4. stos son algunos de los milagros de la Madre Na-
turaleza que siguen sorprendindome: son una brillante ilustracin del poderoso
lenguaje de la energa en funcionamiento.
Una de las cosas ms importantes que hay que recordar es que todos los ani-
males que la rodean -especialmente las mascotas con las que comparte su vi-
da- estn interpretando su energa en todo momento del da. Claro, puede decir lo
primero que se le ocurra, pero su energa no puede mentir, y no lo hace. Puede gri-
tarle a su perro que no se acerque al sof hasta que se le ponga la cara azul, pero si
no est proyectando la energa de un lder -si en el fondo sabe que va a dejarle
subirse al sof si se lo pide lo suficiente- l sabr realmente hasta dnde puede lle-
gar. Ese perro se sentar en el sof mientras le apetezca. Ya sabe que usted no va
a ir ms all de sus gritos. Dado que un perro a menudo percibe los chillidos de un
humano en un estado de excitacin emocional como una seal de inestabilidad, o
bien su arrebato no le afectar o bien se confundir y asustar. i Lo que est claro es
que no lo relacionar con sus reglas en cuanto al sof!
78 El encantador de perros
rros Oprah tena algunas dificultades para compartir con Sophie su clebre firme-
za y tranquilidad. En los aos que llevo ayudando a la gente y sus perros he obser-
vado que muchos de los poderosos del tipo A -directores, ejecutivos de los estu-
dios, estrellas de cine, mdicos, abogados, arquitectos- no tienen problema alguno
para mostrarse dominantes y controladores en sus trabajos, pero en cuanto lle-
gan a casa dejan que sus perros los avasallen. A menudo esta gente considera
su vida con su mascota como la nica rea en la que pueden dejar que aflore su
lado ms suave. Esto es increblemente teraputico para el humano, pero puede
ser psicolgicamente daino para el animal. Su perro necesita un lder de la manada
ms de lo que necesita a un colega. Pero, si lo que busca es un modelo que pue-
de imitar en cuanto a energa firme y tranquila, encienda el canal del The Oprah
Winfrey Show y obsrvela relacionarse con sus invitados y su pblico. sa es la
clase de energa que debera buscar cuando se relaciona con su perro, su gato, su
jefa o con sus hijos!
80 El encantador de perros
te de un estado emocional a otro. Ped a Sharon que recurriera a la misma caja de
herramientas que empleaba cuando actuaba en el teatro o en una pelcula y se con-
centrara en un sencillo ejercicio de interpretacin: que pensara en un personaje al
que identificara como firme y tranquilo. Dada su preparacin, Sharon entendi inme-
diatamente lo que le estaba pidiendo. Sin dudar, contest: Cleopatra, Entonces le
suger que se convirtiera en Cleopatra cada vez que sacara a Julius a pasear.
i Fue emocionante observarla la primera vez que prob a hacer ese ejercicio de
interpretacin! Mientras paseaba a Julius, Sharon empez a imaginarse que realmen-
te era Cleopatra. Delante de mis ojos enderez su cuerpo y levant el pecho. Alz
la cabeza y mir a su alrededor con arrogancia, como si fuera la reina de todo cuan-
to contemplaba. Gracias a esa misma capacidad dramtica que haba estado perfec-
cionando durante toda su vida de repente era consciente de su poder y belleza,
iY naturalmente esperaba que todo el mundo -sobre todo su perro- obedeciera
todos sus deseos! Por supuesto Julius jams haba ido a clases de teatro, pero al per-
cibir ese cambio de energa no le quedaba otra opcin que convertirse en el parte-
naire de Sharon en su fantasa sobre Cleopatra. El cambio en aquel asustadizo
pitbull/dlmata fue inmediato. En cuanto comprendi que estaba paseando con una
reina, al instante se volvi ms relajado y menos asustadizo. Despus de todo qu
perro tendr miedo si es la todopoderosa Cleopatra quien sujeta su correa?
Julius y sus dueos han trabajado duramente y han progresado mucho. Hicie-
ron falta muchos meses de esforzada prctica diaria, pero un ao despus Julius
muestra una total seguridad en sus paseos y ahora incluso da la bienvenida a los
desconocidos que llegan a casa: todo gracias al poder del liderazgo firme y tranqui-
lo, y con una ayudita de Cleopatra.
t Lenguaje corporal
.
82 El encantador de perros
mo otro medio de comunicarse entre ellos, pero es importante recordar que su len-
guaje corporal est en funcin tambin de la energa que proyectan. Recuerda el
ejemplo de Sharon y Julius, en el que simplemente pensar que ella era Cleopatra ins-
pir a Sharon a caminar ms erguida y orgullosa? La energa alimentaba al lenguaje
corporal y, a su vez, el lenguaje corporal reforzaba la energa. Los dos siempre es-
tn conectados entre s.
Usted puede aprender a interpretar el lenguaje corporal de su perro por las pis-
tas visuales que le proporciona, pero es importante recordar que una energa dife-
rente puede determinar el contexto de una postura. Es como esas fastidiosas palabras
llamadas homnimas en ingls: palabras que suenan exactamente igual pero signi-
fican cosas distintas. Como read (ledo) y red (rojo), o flee (huir) y flea (pulga). Las
personas que no son angloparlantes de nacimiento necesitan tiempo para aprender
a distinguir entre estas palabras. Por supuesto, todo radica en el contexto. Cmo se
emplea una palabra es lo que determina su significado. Es lo mismo con los perros
y el lenguaje corporal. Un perro con las orejas gachas puede estar indicando sumisin
tranquila, que es la energa apropiada para un seguidor dentro de un grupo. O pue-
de estar indicando que tiene miedo. Un perro que monta a otro puede indicar domi-
nacin, o simplemente puede ser un comportamiento juguetn. La energa siempre
crea el contexto.
t Puedo olisquearte?
El encantador de perros
sona cruza la puerta de mi centro y camina entre la manada de perros, los perros ha-
rn lo mismo con ella. A mucha gente le intimida -o sencillamente le aterra- que
cuarenta perros de aspecto terrorfico se le acerquen y empiecen a olisquearlos. Una
persona no debera mirar ni tocar a los perros durante este proceso, pero se debera
permitir a los perros rodear y oler a esa persona. Es la nica forma de que puedan
sentirse cmodos con un animal nuevo de cualquier especie: aprendiendo a distin-
guirlo por su olor. Yo no soy Csar para mis perros. Soy el lder de su grupo, que
es el olor y la energa de Csar.
Mientras que para un perro su forma de reconocerla es olerla, para convertirse
en el lder de la manada de su perro usted tendr que proyectar la energa correcta.
Ms tarde profundizaremos en el concepto de lder de la manada: es la piedra angu-
lar de su saludable relacin con su perro. Pero antes es importante recordar que su
perro no ve el mundo del mismo modo que usted. En cuanto aprenda a considerar a
su perro primero como un animal, y no como un humano de cuatro patas, le resulta-
r ms fcil entender su lenguaje de energa: y or realmente lo que le est di-
ciendo.
NOTAS
1
Fogle, B., The Dog's Mind: Understanding Your Dog's Behavior, Nueva York, Macmillan, 1990.
2 Montagner, H., L.:Attachement: Les Debuts de la Tenderse, Pars, ditions Odile Jacob, 1988.
3
Oldenburg, D., A Sense of Doom: Animal lnstinct for Disaster, en The Washington Post, 8 de enero
de 2005.
4Mott, M., Did Animals Sense Tsunami Was Cominq?, en National Geographic News, 4 de enero de 2005,
http://news.nationalgeographic.com/news/2005/01/O 1 04_tsunami_animals.htm1.
5 Whitney, L. F., Dog Psychology: The Basics of Dog Training, Nueva York, Macmillan, 1971.
6 Willis, C. M., y otros, Oltactory Detection of Human Bladder Cancer by Dogs: Proof of Principal Study, en
BMJ329 (2004): 712.
Una relacin, para alcanzar realmente la armona, tiene que ser bilateral. Hay
que satisfacer las necesidades de ambas partes. Piense en las relaciones hombre-
mujer. Nada ms casarme tard mucho tiempo en comprender que el modo en que
vea el mundo como hombre era muy distinto del modo en que mi esposa vea el mun-
do como mujer. Las cosas que me causaban alegra y felicidad en la relacin no siem-
pre eran las mismas cosas que le causaban alegra y felicidad a ella: y mientras yo
satisficiera slo mis propias necesidades, tendramos autnticos problemas. Era a mi
manera o la carretera, en parte porque yo era egosta, pero sobre todo porque no sa-
ba que exista otra manera.
Psicologa canina 87
Si no entiendo la psicologa de la mujer ms importante de mi vida, entonces
cmo vamos a poder comunicarnos de verdad? Nunca podremos conectar entre
nosotros, y una relacin sin conexin es vulnerable ante el divorcio. Tuve que leer
un montn de libros sobre la psicologa de las relaciones para aprender a ver el mun-
do a travs de los ojos de Ilusin, y crame, hacerlo supuso una enorme diferencia
en nuestro matrimonio.
Mi meta aqu consiste en ayudarlo a llevar a cabo el mismo tipo de cambios po-
sitivos en su matrimonio con su perra, basados en un nuevo entendimiento de la
autntica naturaleza de su perra. Slo mediante este conocimiento podr conseguir
el tipo de conexin entre las especies -la autntica conexin entre el hombre y el
animal- que desea de corazn.
El primer error que muchos de mis clientes cometen en su relacin con sus pe-
rras es similar al que muchos hombres cometen en relacin con las mujeres: dan por
sentado que ambos cerebros funcionan exactamente del mismo modo. La mayora
de los amantes de los animales insisten en tratar de relacionarse con sus perras
utilizando la psicologa humana. Da igual la raza -pastor alemn, dlmata, cocker
spaniel, perdiguero- realmente ven a todas las perras como personas peludas de
cuatro patas. Supongo que es natural humanizar a un animal, porque la psicologa
humana es nuestro primer marco de referencia. Hemos sido educados para creer que
el mundo nos pertenece y que debera funcionar tal como queremos. Sin embargo,
por inteligentes que seamos los humanos, no somos lo suficientemente inteligentes
como para anular por completo a la Madre Naturaleza. La humanizacin de una pe-
rra, fuente de muchos de los problemas de comportamiento que me encargan corre-
gir, crea desequilibrio, y una perra que est desequilibrada es una perra insatisfecha
y, las ms de las veces, problemtica. Una y otra vez me llaman para trabajar con una
perra que esencialmente est gobernando la vida de su dueo, exhibiendo un com-
portamiento dominante, agresivo u obsesivo, y creando un hogar trastornado. A veces
estas dificultades se han dado durante aos. A menudo un dueo desconcertado
dir: El problema es que se cree que es una persona. No, ella no. Se lo prometo,
su perra sabe muy bien que es una perra. El problema es que usted no lo sabe.
88 El encantador de perros
- Diferentes pasados, diferentespresentes
Psicologia canina 89
Cuando humanizamos a una perra, le creamos una desconexin. Al humani-
zarla, podremos quererla del modo que querramos a un humano, pero nunca lo-
graremos una profunda comunin con ella. Jams aprenderemos realmente a amarla
por quien y por lo que realmente es.
Puede que le parezca, al leer este libro o ver mi programa de televisin o asis-
tir a alguno de mis seminarios, que una y otra vez toco los mismos puntos: Una
perra no piensa como un humano. La psicologa canina no es la psicologa hu-
mana. Si ya ha odo suficiente y est preparado para empezar a relacionarse con
su perra como una perra, felicidades y que tenga xito! Pero le alucinara la cantidad
de clientes que tengo, y los cientos de personas con las que hablo o que me escri-
ben, que se muestran reacios y a veces directamente contrarios a la idea de olvi-
darse de la imagen que tienen en su cabeza de sus perras como personitas adora-
bles. Sus perras son sus bebs y, al pensar de otro modo, los dueos temen perder
en cierto modo la conexin con ellos, en lugar de fortalecerla. Durante un periodo de
dudas y preguntas al final de uno de mis seminarios una mujer claramente desani-
mada se levant y dijo: Se da cuenta de que todo lo que nos est contando va
totalmente en contra de todo cuanto hemos pensado siempre sobre nuestras pe-
rras?. Tuve que decir al pblico: Lo siento, humanos. Algunos de mis clientes que-
dan destrozados y rompen a llorar cuando les digo que, para solucionar los proble-
mas de su perra, han de empezar a percibir y tratar a sus acompaantes caninas de
un modo totalmente distinto al que las han percibido, a veces durante aos. A menu-
do, cuando acabo una consulta, temo que la perra a la que acabo de conocer ja-
ms tendr ocasin de llevar una vida pacfica y equilibrada porque parece poco pro-
bable que su dueo est por la labor de cambiar. Si usted est leyendo esto y teme
ser una de esas personas, por favor, anmese. Piense que llegar a conocer a su
perra tal y como realmente es, es una aventura emocionante! Considere el enorme
privilegio que le ha sido concedido: poder vivir codo con codo y aprender a ver el mun-
do a travs de los ojos de un miembro muy especial de una especie completamente
diferente! Recuerde que al comprometerse a cambiar, se est comprometiendo con
su perra. Le est dando a su perra una oportunidad de alcanzar su potencial natural.
90 El encantador de perros
h,
Le est ofreciendo a otra criatura viva la forma ms elevada de respeto, permitien-
do que dicha criatura sea lo que se supone que tiene que ser. Est sentando las
bases de una nueva conexin que lo acercar an ms a su perra.
As pues, exactamente en qu se diferencia tanto la psicologa canina? Para
empezar a entenderlo hemos de observar nuevamente cmo viven los canes en la
naturaleza, cuando no hay ni rastro de los humanos. Una perra comienza su vida
de una forma muy distinta de la de los humanos. Incluso nuestros sentidos ms b-
sicos son diferentes.
Cuando una perra da a luz, sus cachorros nacen con la nariz abierta pero con
los ojos y odos cerrados. Lo ms vital y temprano en la vida de una perra -su ma-
dre- le llega primero como un olor. La madre es, fundamentalmente, olor y energa.
Un beb humano tambin puede distinguir entre el olor de su madre y el de otros hu-
manos, por lo que el olfato tambin es importante para nosotros2 Pero no es nuestro
sentido ms importante. Si le dicen que un tipo llamado Csar Milln puede contro-
lar una manada de cuarenta perras sin una correa, no se lo va a creer hasta que
me vea hacerlo. Bueno, para una perra oler es creer. Si no lo huele, no puede desci-
frarlo. Y qu le parece esta comparacin: mientras que los humanos slo tenemos
unos cinco millones de receptores olfativos en nuestra nariz, una perra adulta tiene
unos 220 millones. De hecho, como le dira un adiestrador de perras especializadas
en buscar cadveres, una perra puede olisquear olores que nosotros ni siquiera po-
demos registrar utilizando sofisticados equipos cientficos3. En pocas palabras un ca-
chorro crece viendo el mundo, usando su nariz como rgano sensorial principal.
Junto con el olfato y la energa una cachorra experimentar el tacto al cule-
brear junto a su madre para mamar de sta, mucho antes de que sepa qu aspecto
tiene. Slo cuando hayan pasado quince das desde su nacimiento abrir los ojos
y empezar a percibir el mundo por la vista. Y cuando hayan transcurrido unos veinte
Psicologa canina 91
das desde su nacimiento, sus odos empezarn a funcionar4. Pero cmo tratamos
de comunicarnos con nuestras perras la mayora de las veces? Hablndoles como
si nos entendieran, o gritndoles las rdenes!
Nariz, ojos, odos. Mis clientes acaban cansados de que se lo repita, pero lo di-
r otra vez. Nariz, ojos, odos. Aprndanselo de memoria. Es el orden natural en los
sentidos de las perras. Lo que quiero decir es que desde el principio -desde el de-
sarrollo de sus primeras herramientas bsicas de supervivencia- las perras expe-
rimentan el mundo de una forma totalmente diferente de la nuestra. En esencia, ex-
perimentan un mundo diferente.
Incluso la experiencia del nacimiento para una cachorra no tiene nada que ver
con la de un beb humano. Para una perra la energa firme y tranquila de la madre
lo empapa todo. Piense en una escena tpica de nacimiento para un humano. Ima-
gine el papel del estereotipo masculino en la sala de partos: i Respira, cario, res-
piral Piense en su telecomedia favorita, con el marido yendo de un lado para otro
en la sala de espera o desmayndose ante la visin de la sangre durante el parto.
Recuerda aquel famoso episodio de la serie I Lave Lucyen el que Ricky y los Mertz
lo ensayan todo para el viaje de Lucy al hospital pero, cuando por fin llega el momento,
se desmoronan?
Para unos padres primerizos un parto es normalmente estresante y frentico.
En el mundo animal es una historia diferente. En su entorno natural una perra no
tendr miedo de dar a luz, ni necesitar mdicos, enfermeras, matronas ni instruc-
tores de Lamaze que la animen. Construye su nido, lo hace todo sola y en muchos
casos se vuelve muy territorial en cuanto a esa experiencia. Ha visto alguna vez a
una perra llevar a sus recin nacidas a un armario o debajo de una cama, donde
las limpia de los restos de placenta y empieza a amamantarlas? Para ella es algo n-
timo. Eso ya supone, inmediatamente, otra diferencia entre los humanos y las perras.
Nosotros traemos a toda la familia a la sala de partos: la abuela, el abuelo, los pri-
mos, adems de las cmaras de vdeo, puros, flores, globos. Hacemos una fiesta
del hecho de tener un beb! Es un maravilloso ritual para nosotros, pero, una vez
ms, otra distincin entre los humanos y las perras es el mismo modo en que la vi-
92 El encantador de perros
da comienza para nosotros. Ser una perra no es ni ms ni menos que ser un huma-
no. Pero la vida para una perra es fundamentalmente una experiencia muy diferente
desde el primer da.
Pensemos en el temprano desarrollo de las perras como si fuera una venta-
na a su cerebro. Mientras las cachorras son diminutas, su madre se presenta en la
guarida y las cachorras han de encontrarla, han de ir hacia ella. Ella no va hacia
ellas. A medida que van creciendo, a veces se aleja de ellas -incluso las aparta-
cuando se acercan a ella para mamar. En la naturaleza empiezan la disciplina y la
seleccin natural. Las cachorras dbiles sern las que ms problemas tengan pa-
ra encontrarla y no podrn competir a la hora de comer. Si una perra percibe debi-
lidad en una de sus cachorras, no ir a buscarla. Puede que incluso muera. Podemos
ver ya en ese momento la enorme diferencia entre los humanos y las perras. So-
mos la nica especie del reino animal que cuida especialmente de un beb dbil.
No hay unidad de cuidados intensivos de natalidad en una manada de perras. No
es que la madre no se preocupe de sus retoas, es slo que, en el mundo natural
de las perras, cuidar de significa asegurarse de la supervivencia del grupo, y de
futuras generaciones. Una cachorra dbil que se quede rezagada pone en peligro
no slo a toda la manada al obligarla a ir ms despacio, sino que, en trminos ge-
nerales, es probable que tambin crezca dbil y d a luz cachorras ms dbiles.
A nosotros nos parece cruel, pero en el mundo natural las dbiles siempre son
eliminadas pronto.
Para una cachorra su madre empieza siendo un olor y una energa: la misma
energa firme y tranquila sobre la que tanto leer usted en este libro. La hormona
progesterona, que sigue siendo fuerte en la madre por el embarazo, ayuda a inten-
sificar esta energa tranquila, inhibiendo su respuesta de pelea o huida para que
pueda concentrarse en criar a sus cachorras5. La energa firme y tranquila es la
primera energa que experimentan las cachorras y ser dicha energa la que aso-
ciarn al equilibrio y la armona durante el resto de su vida. Desde el comienzo mis-
mo de su vida aprenden a seguir a un lder firme y tranquilo. Tambin aprenden la
sumisin tranquila, el papel natural de los seguidores en el reino animal y espe-
Psicologia canina 93
cialmente en el mundo de las perras. Aprenden paciencia. La comida de las perras
no llega en un camin de Federal Express; tiene que esperar a que la madre re-
grese a la guarida para alimentarse. Aprenden que sobrevivir significa competir con
sus compaeras de camada por la comida y cooperar con su madre: por defecto, su
primer lder de la manada.
ste no es un libro sobre biologa canina, pero existe una razn por la que es
importante saber cmo se relacionan el cuerpo y el cerebro de su perra, y cmo s-
ta se ha desarrollado a partir de la cachorra que en su da fue. Su madre es la pri-
mera presentacin que una cachorra tendr en el mundo. Es el primer otro ser
que conocer una cachorra. Ahora bien comparemos el olor firme y tranquilo que
emite una perra madre con la forma en que normalmente nos presentamos a una
perra. Qu es lo que hacemos habitualmente cuando vemos una preciosa cacho-
rrita? Oooh!, exclamamos en voz alta, normalmente con esa voz aguda que reser-
vamos para los bebs. Ven aqu, cosita quapa!. Al hacerlo, nos estamos presen-
tando a la perra usando en primer lugar el sonido: y no slo un sonido, sino normalmente
un sonido muy nervioso, cargado de emocin. Lo que estamos haciendo es proyec-
tar una energa nerviosa, emocional, la ms alejada de la energa firme y tranquila.
Para una perra, la energa emocional es una energa dbil y a menudo negativa. As
pues, desde el primer momento estamos diciendo a la perra que no estamos muy
equilibrados.
Y qu sucede a continuacin? Nos acercamos a la perra, y no al revs. Corre-
mos hacia ella, nos inclinamos hasta ponernos a su altura y le damos afecto -nor-
malmente una caricia en la cabeza- antes siquiera de que ella sepa quines somos.
Llegado ese momento, la perra ya ha descubierto que realmente no entendemos nada
sobre ella. Tambin est recibiendo el mensaje muy claro de que estamos yendo ha
cia ella: y desde ese momento, estamos firmando un contrato que estipula que no-
El encantador de perros
sotros somos los seguidores y ella es el lder. Va a echarle la culpa a ella, des-
pus de haber creado una primera impresin tan inestable?
Volvamos a ver la escena de ese primer encuentro recurriendo a la psicolo-
ga canina en lugar de la psicologa humana. La forma adecuada de acercarse
a una perra nueva es no acercase a ella en absoluto. Una perra jams se acerca
a otra mirndola a la cara, salvo que la est desafiando. Y los lderes del grupo ja-
ms se acercan a los seguidores del grupo; los seguidores siempre se acercan a
l. En el mundo canino existe la etiqueta, y una Emile Post canina exigira que al
presentarnos a una perra no se debe establecer contacto visual, hay que mantener
una energa firme y tranquila y permitir que la perra se acerque a nosotros. Cmo
nos examinar esa perra? Olisquendonos, por supuesto. Y no debemos alarmarnos
si nos olisquea la entrepierna. Evidentemente entre humanos sera una verdade-
ra ofensa olisquear los genitales de alguien nada ms conocerlo, pero as es cmo
siempre se saludan las perras. Normalmente no tiene implicaciones sexuales; es
sencillamente una forma de obtener importante informacin: gnero, edad, qu
ha comido la otra perra. Una perra que lo olisquea est obteniendo una informacin
similar sobre usted. Al olisquearlo, la perra est interpretando no slo su olor sino
tambin esa energa tan importante que usted est proyectando. Ahora bien, po-
dra ser al final que esa perra no sintiera por usted el menor inters y se alejara
en busca de otros olores ms fascinantes. O podra quedarse cerca de usted pa-
ra seguir estudindolo. Slo cuando una perra ha decidido iniciar el contacto con
usted, acaricindolo con el hocico o restregndose contra usted podr usted ofre-
cerle su afecto. Y ahrrese el contacto visual para el momento en que los dos se
conozcan mejor: ms o menos, el equivalente a no ir demasiado lejos en la prime-
ra cita.
A veces, despus de examinar a una persona nueva, una perra perder el in-
ters y se dispondr a irse. Naturalmente el amante de las perras extender una ma-
no y tratar de mostrarle su afecto para que vuelva. Para algunas perras esto sera
como propasarse, y podran lanzar un mordisco. Incluso en el caso de una perra amis-
tosa, normalmente le sugiero a la gente que no le ofrezca su afecto enseguida.
Psicologa canina 95
Deje que la perra lo conozca, se sienta cmoda con usted y haga algo para ganarse
antes su afecto.
Normalmente este consejo no cae muy bien, porque los humanos tenemos la
sensacin de obtener una gran satisfaccin al compartir nuestro afecto con una perra.
Lo que la mayora de los amantes de los animales no entiende es que, al compartir
primero nuestro afecto, no le estamos haciendo ningn favor a la perra. Puede ser
que estemos satisfaciendo nuestras propias necesidades: despus de todo, las pe-
rras son tan dulces, llamativas, suaves y parecen de peluche! Y resulta que son im-
portantes para nuestra salud fsica y mental como seres humanos. Como seala la
conductista animal Patricia B. McConnell en su libro The Other End of the Leash: Why
We Do What We Do Around Dogs6, acariciar a un animal realmente puede producir
beneficios fsicos a una persona. Segn McConnell hay estudios que demuestran
que acariciar a una perra reduce el ritmo cardaco y la presin sangunea en los hu-
manos -al igual que en las perras!- y libera sustancias qumicas en nuestro cere-
bro que ayudan a suavizar y contrarrestar los efectos del estrs. Pero cuando nos
acercamos a una perra a la que apenas conocemos y le ofrecemos inmediatamen-
te nuestro afecto incondicional, quiz estemos creando un grave desequilibrio en
nuestra relacin con dicha perra. Especialmente si vamos a ser los dueos de di-
cha perra, a menudo es en un simple primer encuentro como ste donde surgen
los problemas de comportamiento. Al igual que en el mundo humano, para una perra
la primera impresin cuenta mucho.
Aqu es donde muchos amantes de las perras se ponen furiosos conmigo,
y permtanme que deje claro que entiendo que las personas tienen las mejores in-
tenciones en mente al dar afecto a una perra en primer lugar. Extender una mano
afectuosa es un impulso natural para la mayora de nosotros, y es una parte de lo
ms maravillosa de ser humano. Pero hemos de tratar de recordar que, al hacerlo,
estamos satisfaciendo nuestra propia necesidad de afecto, no la de la perra. Al igual
que la mayora de los mamferos, las perras necesitan y ansan el afecto fsico en
su vida. Pero no es lo ms importante que necesitan de usted. Si lo primero que ob-
tienen es afecto, esto inclina la balanza de su relacin: en la direccin equivocada.
96 El encantador de perros
t Ver las cosas al revs
Ahora ya entiende cmo, en lo que atae a las perras, normalmente les co-
municamos todo al revs: empleando el sonido, luego la vista e ignorando, por lo
general, el olfato. Las perras perciben el mundo por el olfato, la vista y luego el odo:
en ese orden. Es vital recordarlo si queremos comunicarnos correctamente con ellas.
No olvide mi frmula: nariz, ojos, odos. Reptasela del mismo modo que se la repito
a mis clientes hasta que le salga de forma natural.
Hay otra cosa crtica que hacemos al revs cuando nos relacionamos con una
perra, aunque este concepto es un poco ms difcil de comprender. Nos relaciona-
mos con las perras igual que hacemos con los humanos: en primer lugar, como un
nombre o personalidad especficos. Cuando me relaciono con alguien, espero que
me vea en primer lugar como Csar Milln, luego como un hombre hispano, y por l-
timo como un ser humano (Horno sapiens). Cuando nos relacionamos entre noso-
tros, casi nunca pensamos en la especie a la que pertenecemos, y casi nunca recor-
damos que todos pertenecemos al reino animal. Esa informacin no entra en nuestro
cerebro cuando quedamos con nuestros amigos para tomar un caf en el Starbucks.
Un amigo es un nombre y una personalidad, y punto.
Naturalmente pensamos en nuestras perras y nuestras mascotas del mismo
modo: nombre y personalidad en primer lugar, luego raza, y luego ... humanas! To-
memos una perra famosa: digamos, Tinkerbell, la chihuahua de Paris Hilton. Auto-
mticamente pensamos en la perra primero como un nombre: Tinkerbell. Al mismo
tiempo podramos pensar en algn rasgo de la personalidad de Tinkerbell: por ejem-
plo, que est mimada. O que lleva trajes monos. Luego pensamos en ella y en su
raza: chihuahua. Por ltimo, recordamos que es una perra, aunque la forma en que
siempre la llevan de un lado a otro, en bolsos de diseo y limusinas, sera fcil con-
fundirla con una mueca o un beb. Como Tinkerbell est tan metida en el mundo
humano, casi nunca se nos pasa por la cabeza pensar en ella como un animal: o re-
lacionarnos con ella de este modo. Pero es un animal. ste es otro punto en el que
nos equivocamos tremendamente en el modo de comunicarnos con nuestros canes.
Esto no significa que Paris no pueda querer a Tinkerbell por ser Tinkerbell. Lo
que significa es que Paris tiene que reconocer primero al animal y la especie en
Tinkerbell, para que Tinkerbell lleve una vida normal. Ni todos los bolsos de diseo ni
todas las limusinas del mundo la convertiran en una perra feliz y equilibrada.
98 El encantador de perros
Naturaleza le dio originalmente. Y si decidimos que vivan con nosotros, tenemos la
responsabilidad de satisfacer esas necesidades animales si queremos que sean fe-
lices y equilibrados.
Los animales son de una hermosa simplicidad. Para ellos la vida tambin es
muy simple. Somos nosotros quienes se la complicamos al no permitirles ser quie-
nes son, al no comprender su lenguaje, ni siquiera tratar de hablarlo, y al olvidarnos
de darles lo que la naturaleza tena pensado para ellos.
Lo ms importante que hay que saber de los animales es que todos ellos viven
en el presente. Todo el tiempo. No es que no tengan recuerdos: los tienen. Es slo
que no se obsesionan con el pasado o el futuro. Cuando alguien me trae una pe-
rra que ha atacado a alguien el da anterior, la miro como a una perra que probable-
mente est desequilibrada y necesita ayuda hoy, pero no pienso: Oh, es la perra que
atac a un hombre ayer. Esa perra no est pensando en lo que hizo ayer ni est
pensando en la estrategia para su prximo mordisco. Tampoco premedit el primer
mordisco: slo reaccion. Est en este momento y necesita ayuda en este momen-
to. sa es tal vez la revelacin ms maravillosa que he tenido tras una vida traba-
jando con perras. Cada da, cuando voy al trabajo, las perras me recuerdan que vi-
va el presente. Tal vez ayer tuve un choque con el coche, o estoy preocupado por una
factura que he de pagar maana, pero al estar entre animales siempre tengo presen-
te que el nico momento verdadero en la vida es ahora.
Aunque los humanos tambin somos animales, somos la nica especie que ha-
ce hincapi en el pasado y se preocupa por el futuro. Probablemente no somos la ni-
ca especie que es consciente de su propia muerte, pero est claro que somos los
nicos animales que la temen activamente.
Vivir el momento -algo que los animales hacen naturalmente- se ha con-
vertido en el Santo Grial para muchos seres humanos. Hay personas que se pasan
aos aprendiendo a meditar o salmodiar y se gastan miles de dlares recluyndose
en retiros o monasterios en la cima de un monte tratando de aprender a vivir el mo-
mento, aunque sea durante poco tiempo. Pero la mayora de los humanos no puede
evitar perder el sueo por el pasado o el futuro durante un tiempo, a menos que su-
Psicologa canina 99
ceda algo dramtico en nuestra vida. Por ejemplo, tomemos una persona que ha
estado a punto de morir. i Desde ese momento de repente el cielo es bello, los rbo-
les son bellos, su esposa es bella! Todo es bello. Al final entiende el concepto de vi-
vir el momento. Los animales no necesitan aprender esta leccin, porque nacen
con esa intuicin.
Por supuesto el ser humano tambin es el nico animal que utiliza el lengua-
je. Aunque los cientficos han descubierto recientemente que muchos animales -en-
tre ellos los primates, los cetceos (las ballenas y los delfines), los pjaros e inclu-
so las abejas, por citar unos cuantos- tienen sistemas de comunicacin ms
intrincados y complejos de lo que jams hayamos imaginado, los humanos seguimos
siendo los nicos animales que pueden unir palabras, ideas y conceptos complejos
para crear un discurso. El discurso es nuestra principal forma de comunicacin, y al
depender tanto de ella nos olvidamos de utilizar nuestros otros cuatro sentidos,
o el sexto sentido que describa en el captulo 2: el sentido universal de la energa.
Lo repetir: todos los animales se comunican constantemente utilizando la energa. La
energa es el ser. La energa es quienes somos y lo que hacemos en cualquier mo-
mento dado. As es como los animales nos ven. As es como nos ve nuestra perra.
Nuestra energa en ese momento del presente nos define.
t Especie: perra
Como todos los animales, las perras tienen nacen con la necesidad de comer
y beber, dormir, tener relaciones sexuales y protegerse de los elementos. La perra
desciende del lobo; de hecho, el ADN de las perras y el de los lobos son prcticamen-
te indistinguibles7. Aunque existen muchas diferencias entre las perras domsticas
y los lobos, podemos aprender mucho de la naturaleza innata de nuestra perra si ob-
servamos a una manada de lobos en la naturaleza.
Muchos lobos norteamericanos pasan la primavera y el verano a la caza de ani-
males pequeos y pescado, y el invierno en una cacera ms organizada, persiguien-
Cuando voy a ver a un cliente por primera vez, a veces no s con qu problema
tendr que enfrentarme. A menudo ni siquiera s de qu raza es la perra. Me gusta
llegar sin ideas preconcebidas y fiarme de mi instinto y observacin, porque lo que
el dueo me cuenta suele distar mucho del origen del autntico problema. Lo pri-
mero que hago es sentarme con el dueo y escuchar su versin de la historia. No re-
cuerdo la cantidad de veces que alguien que ha ledo demasiados libros sobre razas
caninas me dice: Bueno, como es dlmata, es nerviosa por naturaleza, o Es una
mezcla de collie y pitbull, y el problema radica en su parte de pitbull, O Las tejone-
ras siempre son una raza problemtica.
He de explicar a esos clientes que estn cometiendo un error fundamental al
culpar a la raza por los problemas de comportamiento de su perra. Pasa lo mismo
cuando la gente generaliza sobre las razas y etnias humanas: que todos los latinos
son perezosos, que todos los irlandeses son borrachines o que todos los italianos son
mafiosos. A la hora de tratar de comprender y corregir la conducta de una perra, la
raza siempre es el tercer elemento en importancia, por detrs de animal y perra. En
len
mi opinin no existe una raza problemtica. Sin embargo, abundan los dueos
problemticos.
La raza es algo creado por los humanos. Los genetistas y los bilogos creen
que los primeros humanos que convivan con las perras seleccionaron lobos con el
cuerpo y dientes ms pequeos: quiz porque esos animales nos haran menos
dao y sera ms fcil controlarlos9. Entonces, hace cientos, tal vez miles de aos
empezamos a emparejar perras para crear descendientes que sobresalieran en de-
terminadas tareas. Criamos sabuesos para intensificar sus capacidades olfativas.
Criamos pitbull para luchar contra los toros. Criamos perras pastoras no slo para
cuidar de las ovejas sino tambin para que se parecieran a ellas. De este modo,
hoy en da tenemos pastoras alemanas, tenemos bxer, tenemos chihuahuas, tene-
mos lhasa, tenemos doberman. Tenemos para elegir entre cientos y cientos de dis-
tintas razas": Si va a seleccionar una perra, est claro que es importante tener en
cuenta la raza, y ms adelante profundizaremos en este tema. Pero es vital recor-
dar que cada raza sigue siendo en primer lugar un animal/una perra. La raza no es
ms que la indumentaria que viste ese can en particular, y a veces un conjunto de
necesidades especiales que pudiera tener. No podremos comprender o controlar el
comportamiento de nuestra perra si la consideramos simplemente como una vcti-
ma de una raza.
Todas las perras comparten las mismas capacidades innatas, pero determi-
nadas razas fueron seleccionadas para acentuar dichas caractersticas. Tenemos
tendencia a confundir esas habilidades condicionadas con la personalidad de la pe-
rra. Una habilidad condicionada es la capacidad de seguir unas huellas. Por cmo
han sido criadas, naturalmente a los sabuesos se les dar mejor. Podrn mantener-
se en el terreno durante periodos de tiempo ms largos. No les preocupa si puede
tomarse un descanso para comer o no, mientras persiguen ese olor! Acaso todas
las perras pueden seguir unas huellas, pueden todas las perras encontrar cosas con
su nariz? Absolutamente. Todas reconocen el mundo por los olores y todas usan su
nariz igual que nosotros usamos los ojos, pero a algunas de ellas se les da mejor que
a otras olisquear un objetivo.
Ahora nos queda el tema favorito de todo el mundo: los nombres. ste es Billy,
ste es Max, ste es Rex, sta es Lisa. El nombre es algo que nosotros -los seres
humanos- creamos. Somos la nica especie que pone nombres a sus miembros.
Una perra no mira una revista y reconoce a Will Smith, Halle Berry, Robert De Niro,
toda esa gente maravillosa. No ve a los humanos de ese modo. Pero nosotros tende-
mos a ver a las perras as.
El nombre va ligado a la personalidad. Tambin somos la nica especie que
identifica a sus miembros por su personalidad. Se puede ser un encantador presen-
tador de las noticias o un taimado poltico. Se puede ser el profesor que es paciente
y dulce o el profesor que es severo y estricto. Son personalidades. Aunque las perras
no se reconocen entre ellas de este modo, tendemos a proyectar en ellas nuestro
concepto humano de personalidad.
Usted me preguntar: Qu? Mi perra, Skipper, tiene una personalidad muy
definida!. En este campo tengo muchas discusiones, y advierto cierto resentimiento
por su parte, con dueos de perras que creen que la suya es la mejor de todas, la ms
singular y original que haya habido jams. Estoy de acuerdo en que cada animal, al
igual que cada copo de nieve, es nico. Pero le desafo a que acepte una nueva far-
t No analice esto
....__
de sus padres ante sus bua bua. Por eso tratamos de tranquilizar a nuestros hijos
sin hacer una montaa de sus contratiempos. Pero, a diferencia de los nios huma-
nos, las perras no suean ni se obsesionan con experiencias pasadas como noso-
tros. Viven el momento. Kane no se pasaba el da preocupado por suelos brillantes y
reaccion de forma natural cuando sucedi el accidente original, tratando de prote-
gerse. Pero, al intensificar la traumtica experiencia con su energa abiertamente ner-
viosa y emocional, su duea aliment ese miedo dndole afecto cada vez que se
acercaba a un suelo brillante. De hecho para Kane ahora los suelos brillantes eran
todo un problema. Cuando impedimos a un animal superar su miedo, ese miedo pue-
de convertirse en una fobia. Lo que Kane necesitaba era un lder de la manada firme
y tranquilo que lo condicionara de nuevo y le mostrara que un suelo brillante no era
nada de qu preocuparse. Fue entonces cuando aparec yo.
En primer lugar me llev a Kane a dar un largo paseo para estrechar lazos
con l y reforzar mi papel dominante. En cuanto estuve seguro de que me vea como
su lder ya estaba preparado para manejar su fobia. Como Kane es un perro tan gran-
de -pesa ms que yo!- tuve que hacer un amago de echar a correr con l para
que llegara al vestbulo donde haba ocurrido el accidente original. Me hicieron falta
dos intentos, pero en el segundo ech a correr a mi lado y lleg al suelo sin enterar-
se de lo que estaba pasando ni de cmo haba llegado all. Una vez en el suelo reac-
cion como si lo hubieran condicionado: le entr el pnico. Se revolvi, babe: se po-
da ver el terror en sus ojos. Esta vez era yo quien marcaba la diferencia. No hice ms
que sujetarlo firmemente. Me mostr tranquilo, fuerte, sin que su reaccin me afec-
tara. No lo tranquilic ni habl con dulzura, como siempre haba hecho Marina: ese
comportamiento slo haba reforzado sus respuestas negativas. Por el contrario,
me sent con l mientras reviva todas esas antiguas emociones: y observ cmo
el miedo desapareca literalmente. En menos de diez minutos estaba lo suficiente-
mente relajado para que yo empezara a hablar con l: en el mismo suelo brillante. Se
tambaleaba junto a m, al principio tembloroso e inseguro, pero despus de unas
cuantas pasadas empez a recuperar su confianza. Una vez ms me mostr tran-
quilo y firme. No lo trat como a un beb. Le ofrec la orientacin de un lder de gru-
.
sentido son criaturas de causa y efecto. Una vez que han sido condicionadas a reac-
cionar de una forma nueva, no slo estn dispuestas a cambiar, sino que adems
pueden hacerlo. Mientras les mostremos un liderazgo fuerte y coherente podrn avan-
zar y superar prcticamente toda fobia que hayan adquirido.
NOTAS
1
Hauser, M. D., Wild Minds: What Animals Real/y Think, Nueva York, Henry Holt and Co., 2002.
2 Varendi, H.; Porter, R. H., y Winberg, J., Does the Newborn Baby Find the Nipple by Srnell?, en The Lan
cet 8, n 344 (8298) (octubre de 1994): 989-90.
3 Varendi, H.; Porter, R. H., y Winberg, J., Attractiveness of Amniotic Fluid Odor: Evidence of Prenatal Olfac-
tory l.earninq, en Acta Paediatrica 85, n 10 (1996): 1223-27.
4
Scott, J. P., y Fuller, J. L., Genetics and the Social Behavior of the Dog, Chicago, University of Chicago
Press, 1965.
5 Fogle, B., The Dog's Mind: Understanding YourDog's Behavior, Nueva York, Macmillan, 1990.
6
McConnell, P. 8., The Other End of the Leash: Why We Do What We Do Around Dogs, Nueva York, Ballanti-
ne Books, 2002.
7
Morell, V., The Origin of Dogs: Running with the Wolves, en Science 276, 5319 (13 de junio de 1997):
1647-1648.
8
Mech, D. L., The Wolf: The Ecology and Behavior of an Endangered Species, Nueva York, Natural History
Press, 1970.
9Scott, J. P., y Fuller, J. L., Genetics and the Social Behavior of the Dog, Chicago, University of Chicago
Press, 1965.
10
Mott, M., Breed-specic Bans Spark Constitutional Dogfight, en National Geographic News, 17 de junio
de 2004, http://news.nationalgeographic.com/news/2004/06/0617_040617_dogbans.html.
Pslcologla canina
4
El poder de la manada
Hay un aspecto de la psicologa de su perro que slo he tocado por encima en el
ltimo captulo, pero es un concepto muy importante a la hora de entender la relacin
entre usted y sus perros. Es el concepto de grupo. La mentalidad de grupo de su pe-
rro es una de las mayores fuerzas naturales que intervienen en la formacin de su
comportamiento.
La manada es la fuerza vital para un perro. El instinto grupal es su instinto pri-
mario. Su estatus en el grupo es su yo, su identidad. El grupo es tan importante pa-
ra un perro porque si algo amenaza la armona del grupo, tambin amenaza la armo-
na de cada perro como individuo. Si algo amenaza la supervivencia del grupo, tambin
amenaza la propia supervivencia de cada uno de sus perros. La necesidad de man-
tener al grupo estable y en buen funcionamiento es una poderosa fuerza de motiva-
cin para cada perro: incluso para ese caniche mimado que nunca ha conocido a otro
perro o salido de los confines de su jardn trasero. Por qu? Est profundamente arrai-
gada en su cerebro. La evolucin y la Madre Naturaleza se encargaron de ello.
Es vital que entienda que su perro ve todas estas relaciones con otros perros,
con usted, incluso con otros animales en su hogar en un contexto de grupo. Aun-
que me he pasado el captulo anterior subrayando las cuantiosas diferencias que
existen en el modo en que los perros y los humanos ven el mundo, los humanos -en
realidad, todos los primates- tambin son animales de grupo. De hecho una ma-
nada de perros en realidad no es tan diferente del equivalente humano de un grupo.
A nuestros grupos los llamamos familias. Clubes. Equipos de ftbol. Iglesias. Corpora-
ciones. Gobiernos. Claro, pensamos que nuestros grupos sociales son infinitamente ms
t El grupo natural
.
gen de San Francisco de Ass y sus pjaros los animales no siguen a un lder espi-
ritual. No siguen a un lder amable. Ni seguirn a una energa demasiado nerviosa.
Somos una especie orientada al grupo, pero, como deca, tambin somos la nica
especie del planeta que seguira a un lder inestable. Los animales -ya sean caba-
llos, perros, gatos u ovejas- slo seguirn a un lder estable. El equilibrio de dicho
lder queda reflejado en la coherencia de su energa firme y tranquila. Por ello, cuan-
do proyectamos una energa nerviosa, amable, emocional o incluso demasiado agre-
siva sobre los animales de nuestro entorno -especialmente si es la nica energa
que estamos proyectando-- es muy probable que nos vean como seguidores, no co-
mo lderes.
t Dirigiro seguir?
Para los perros slo hay dos posturas en una relacin: lder y seguidor. Domi-
nante y sumiso. Es blanco o negro. No hay medias tintas en su mundo. Cuando un
perro vive con un humano, para que el humano pueda controlar el comportamiento
del perro, aqul ha de comprometerse a adoptar el papel de lder de la manada, el
ciento por cien del tiempo. Es as de simple.
Sin embargo, no parece tan simple para muchos de mis clientes. Cientos de
ellos no dejan de llamarme: estn desesperados porque el comportamiento proble-
mtico de sus perros controla totalmente sus vidas. Tal vez a algunos de ellos les
cueste mucho asimilar el paradigma dominante-sumiso porque, en el mundo huma-
no, esas palabras a veces conllevan un trasfondo. Cuando omos el trmino domi
nante, quiz pensemos en alguien que maltrata a su esposa, en un borracho en
una pelea de bar, un matn de patio de colegio extorsionando al enclenque de su cla-
se para que le d el dinero del almuerzo, o incluso en un hombre o una mujer enmas-
carados en un club sadomasoquista vestidos de cuero y con ltigos. La palabra
evoca en nuestro cerebro imgenes de crueldad. Es importante recordar que, en el
reino animal, no existe la palabra crueldad. Y la dominacin no es un juicio moral
El poder de la manada
o una experiencia emocional. Simplemente es un estado del ser, un comportamien-
to que es tan natural en la naturaleza como emparejarse, comer o jugar.
Sumiso, en el sentido en el que nos referimos aqu, tampoco es un juicio ti-
co. No designa a un animal o humano que sea endeble o abiertamente manejable.
Sumiso no significa vulnerable o intil. Es sencillamente la energa y la mentalidad
del seguidor. Entre todas las especies grupales tiene que haber cierto grado de do-
minacin y sumisin para que funcione cualquier jerarqua. Piense en una oficina lle-
na de trabajadoras. Qu pasara si todas entraran y salieran cuando les apetecie-
ra, se tomaran cuatro horas para comer y discutieran todo el da entre ellas y con la
jefa? Sera un caos, verdad? Pero usted no considera dbil a una empleada
que llega a tiempo a trabajar, se lleva bien con sus compaeras y completa sus ta-
reas sin crear conflictos, verdad? No. Considera que es alguien que coopera, una
buena jugadora de equipo. Pero, para que llegue a haber un equipo, esa emplea-
da ha de aceptar un grado de sumisin en su mente. Ha de entender implcitamen-
te que la jefa toma las decisiones, y su trabajo consiste en seguirlas.
A riesgo de que me consideren polticamente incorrecto yo an utilizo los trmi-
nos dominante y sumiso. Para m describen acertadamente la estructura social natu-
ral de los perros. Para un perro no hay juicios implcitos en la cuestin de quin es do-
minante o sumiso en un grupo, ya sea una manada de perros o un grupo consistente
en un perro y un humano. Un perro no se toma como algo personal que usted le
quite el puesto de lder. Segn mi experiencia la mayora de los perros se sienten
aliviados al saber que sus dueas son quienes estn al mando. Ahora que los hemos
integrado en nuestro mundo humano hay que tomar montones de complicadas de-
cisiones diarias, y la naturaleza no ha equipado a los perros para tomarlas. Un perro
no puede parar un taxi, o empujar un carrito de la compra, o sacar dinero de un ca-
jero automtico: por lo menos no sin un entrenamiento muy especializado! Un pe-
rro puede percibir esto y he visto a miles de perros relajarse visiblemente por prime-
ra vez en su vida en cuanto sus dueas adoptan por fin una posicin de autntico
liderazgo. Pero grbese mis palabras: cuando un perro percibe que su duea no es-
t preparado para el reto del liderazgo de grupo, se lanzar a tratar de llenar ese
1
vaco. Est en su naturaleza el hacerlo, tratar de mantener funcional el grupo. Tal co-
mo lo ve su perro, alguien tiene que dirigir el espectculo. Y cuando un perro asume
ese papel, a menudo tiene resultados desastrosos tanto para el perro como para el
humano.
Como deca antes, muchos de mis clientes son gente superpoderosa que es-
t acostumbrada a mover los hilos en todos los dems campos de su vida. Para los
humanos que estn a su lado, proyectan una energa tan fuerte que puede resultar
casi aterradora! He visto a algunos de ellos dar y gritar rdenes a su equipo, y he ob-
servado cmo esos trabajadores se encogan por el sonido de la voz de su jefe. Eso
s que es proyectar energa sumisa! Entonces el personal saldr corriendo, pisn-
dose unos a otros para satisfacer las exigencias de su jefe: y no hay duda sobre quin
est al mando. Pero aqu surge una de las ironas de mi trabajo, a la que llamo la pa-
radoja de la agente poderosa. En cuanto estas personas influyentes llegan a casa,
desde el momento en que abren la puerta de la calle, la nica energa que proyectan
sobre su perro es la energa emocional. Oh! Hola, Pookey, cosita ma! Dale un
besito a mam! Mrate, perro malo: es el segundo sof que te comes este mes.
No quiero rerme de estos clientes porque siento verdadera empata por ellos.
Tratar de ser toda una triunfadora en el mundo humano es una experiencia increble-
mente estresante. S que es muy agradable volver a casa, donde nos espera un ado-
rable animal, y soltarnos el pelo, estar con una criatura que no parece juzgarnos y
ante el cual no tenemos que demostrar a cada minuto lo geniales que somos. Para
esos clientes es una terapia deliciosa abrazar a su suave y peludo perro. Es como un
largo, caliente y relajante bao. Y, en cierto sentido, es cierto: su perro no los est juz-
gando, al menos no segn los criterios por los que se suele juzgar a estas personas.
A un perro no le preocupa si su duea tiene cien millones de dlares o una casa en
la playa o un Ferrari. No le preocupa si el ltimo disco de su duea fue disco de pla-
41 Oprah y Sophie
El encantador de perros
en caso de que existan. Al igual que los nios, los perros necesitan reglas, fronteras y
lmites para llegar a ser socializados adecuadamente. Por ejemplo, en el hogar de Oprah
Sophie no tena muchas reglas, y las que existan no siempre eran acatadas. A ve-
ces, por ejemplo, cuando Sophie gimoteaba despus de que Oprah la dejara sola, Oprah
se ablandaba, volva y se llevaba consigo a Sophie. Otras veces volva y le deca a So-
phie que parara: pero, normalmente, el comportamiento ya haba sobrepasado el ni-
vel de lo correcto. Tanto los psiclogos humanos como los de animales llaman a esto
refuerzo intermitente, y si usted tiene hijos, probablemente sabr que este tipo de
disciplina jams funciona. Si un da permite que su hijo coja una galleta del tarro y lo
castiga por ello al da siguiente, el cro siempre volver a intentarlo, por si acaso con-
sigue salirse con la suya. Ocurre lo mismo con un perro. El refuerzo intermitente de re-
glas es una forma infalible de criar un perro desequilibrado e inestable.
A pesar del hecho de que Sophie llevaba diez aos viviendo en un estado de
desequilibrio, sin reglas, fronteras o lmites marcados, insist a Oprah que casi nun-
ca es demasiado tarde para rehabilitar a un perro. Incluso un humano puede darle la
vuelta a su vida a los 50, 60 o 70 aos, iY nosotros tenemos muchas ms dificulta-
des que los perros! Oprah estaba deseosa de ponerse a trabajar en el problema, pe-
ro qued anonadada cuando llegu a su casa con otros cinco perros: Coco, nuestro
chihuahua; Lida y Rex, nuestra pareja de galgos italianos; un Lhasa llamado Luigi,
que pertenece a Will Smith y Jada Pinkett Smith; y el perro que ms nerviosa pona
a Oprah: Daddy, el corpulento pitbull de aspecto aterrador que pasa algn tiempo en
mi manada cuando su dueo, el artista de hip-hop Redman, est de gira. La verdad
es que Daddy tiene la mejor energa de todos los perros. La primera vez que lo vi
tena cuatro meses, cuando Redman lo trajo a mi recin inaugurado centro. Entre los
artistas de rap se ha puesto de moda tener perros grandes, de aspecto duro, como
seal de estatus social. Redman era diferente: era un dueo de perro responsable.
Dijo: Quiero un perro que pueda llevar conmigo a cualquier lugar del mundo. No quie-
ro una demanda judicial. Ese da empec a trabajar con Daddy, y no ha pasado
un solo da en que no se haya sentido pleno como perro. Todo el mundo que lo co-
noce se enamora de l aunque su apariencia sea imponente. Daddy ha ayudado
L
128 El encantador de perros
y lmites slidos, y acta responsablemente en la causa de la supervivencia del grupo.
Esto no significa que no podamos seguir siendo nicamente lderes de grupo huma
nos. Igual que para vivir con nosotros un perro no debera tener que abandonar aque-
llo que lo hace nico, nosotros no deberamos tener que abandonar aquello que hace
tan especial al ser humano. Por ejemplo, somos los nicos lderes de grupo que
van a querer a los perros segn la definicin que hacemos los humanos del amor. Su
lder de grupo canino no les va a comprar juguetes chillones ni les organizar una
fiesta de cumpleaos. Su lder de grupo canino no les premiar directamente su buen
comportamiento. No se volver para decirle: Eh, chicos, gracias por seguirme du-
rante quince kilmetros. Se espera que hagan eso! Una madre no le dir a su ca-
chorro: Sabis, cachorros? Hoy os habis portado tan bien, que nos vamos a la
playa!. En su mundo natural, la recompensa est en el proceso. (ste es un concep-
to que a los humanos les vendra muy bien recordar a veces). Para un perro ya hay
recompensa simplemente al encajar en la manada y ayudar a asegurar su supervi-
vencia. Automticamente la cooperacin da como resultado las recompensas prima-
rias de la comida, el agua, el juego y el sueo. Recompensar a nuestros perros con
chucheras y las cosas que aman es una forma de estrechar nuestros lazos con ellos
y reforzar su buen comportamiento. Pero si no proyectamos una fuerte energa de
liderazgo antes de dar las recompensas, jams tendremos un grupo autnticamen-
te funcional.
Si bien el nexo entre humano y perro es algo nico en ambas partes de la ecua-
cin, no podemos limitarnos a desempear el papel de mejor amiga o de amante
de los perros. Lo sepamos o no, cuando desempeamos ese papel automticamen-
te estamos satisfaciendo en primer lugar nuestras propias necesidades, no las de
nuestro perro. Somos nosotros los que necesitamos constante afecto y aceptacin
incondicional.
El poder de la manada
Qu perros cree usted que se encuentran entre los ms felices y emocional-
mente estables de Norteamrica? Es una observacin ma y puede que le resulte
bastante difcil de creer, pero creo que los perros que viven con la gente sin hogar a
menudo tienen las vidas ms plenas y equilibradas. Vaya algn da al centro de Los
ngeles, o al parque que domina el embarcadero de Santa Mnica, y fjese en las
personas sin hogar que tienen perros. Estos perros no tienen exactamente el mis-
mo aspecto que los campeones del American Kennel Club, pero casi siempre se por-
tan bien y no son agresivos. Observe cmo una persona sin hogar camina con su pe-
rro y ver un buen ejemplo de lenguaje corporal entre lder de grupo y seguidor de
grupo. Normalmente, la persona sin hogar carece de correa, pero el perro camina
al lado del humano o justo detrs de l. El perro realiza la migracin con su lder de
grupo, del modo en que la naturaleza le ha enseado.
Usted se preguntar: Gente sin hogar? Cmo es posible que sus perros
sean ms felices? No pueden permitirse alimentarlos con la carsima comida org-
nica para perros! No pueden llevarlos al saln de belleza dos veces al mes, ni siquie-
ra al veterinarlo!. Muy cierto, pero recuerde que un perro no ve diferencia alguna
entre comida para perros orgnica o normal; no piensa en salones de belleza; y en
la naturaleza no hay veterinarios. Muchas veces la gente sin hogar ni siquiera tiene
un objetivo en su vida: al menos, no del mismo modo que algunas triunfadoras de
la clase A. Parece que algunas se contentan con ir de un sitio a otro, recogiendo la-
tas y buscando una comida y un lugar clido donde dormir. Este estilo de vida podra
parecer inaceptable para muchos humanos. Pero para un perro sta es la rutina na-
tural ideal creada por la naturaleza para l. Tiene la cantidad adecuada de ejercicio
primario que necesita. Y es libre para viajar. En la naturaleza todo animal tiene
territorios -algunos extensos, otros reducidos- que le encanta atravesar una
y otra vez. La exploracin es un rasgo animal natural, y genticamente equivale a la
supervivencia5 porque cuanto ms explore un animal ms probabilidades tendr de
encontrar comida y agua y ms informacin tendr del mundo6. En Los ngeles he
observado que los perros que viven con personas sin hogar realmente llegan a co-
nocer su ciudad mucho mejor que un perro que viva en Bel Air. El perro que vive en
NOTAS
1
Wolves in Denali Park and Reserve Denali National Park Service/Dept. of the Interior, http://www.nps.
gov/akso/ParkWise/Students/Referencelibrary/DENA/WolvesinDenali.htm.
2 Fogle, B., The Dog's Mind: Understanding YourDog's Behavior, Nueva York, Macmillan, 1990.
3 Pennisi, E., How Did Cooperative Behavior Evolve?, en Science 309, 5731 (1 de julio de 2005): 93.
4MacDonald, E., y Schoenberger, C. R., Special Report: The World's Most Powerful Women, en Forbes,
28 de julio de 2005.
5Butler, R., y Harlow, F., Persistence of Visual Exploration in Monkeys, en Journal of Comparative and
Psychoogical Psychology 46 (1954): 258.
6 Shillito, E. E., Exploratory Behavior in the Short-tailed Vale Microtus erestis, en Behavior21 (1963): 145-54.
7
Fuente: American Humane Association.
Dificultades 139
t Agresividad
Las agresiones son la razn ms habitual por la que acuden a m para que in-
tervenga en un caso. A veces me consideran la ltima oportunidad de una perra
antes de que la regalen e incluso la sacrifiquen. Pero las agresiones no son la dificul-
tad, sino la consecuencia de una dificultad.
La agresin no es normal en una perra. Ni siquiera los lobos que viven en estado
salvaje suelen ser agresivos hacia los de su misma especie, o hacia los humanos1,
a menos que haya una razn clara, como, por ejemplo, una amenaza o hambre prolon-
gada. La agresin llega a producirse cuando las dificultades no son tratadas, cuando
la frustracin no encuentra va de escape. Desgraciadamente, la agresividad siem-
pre se acenta si no se ataja. La triste verdad es que, cuando me llaman para tratar
a una perra agresiva, suelo encontrarme con un animal al que habra sido fcil evi-
tarle ese problema. Podra haberse detenido esa escalada antes de que llegara a la
situacin problemtica. Los propietarios de perras suelen buscar ayuda slo cuan-
do su perra muerde a alguien y de pronto se encuentran con una denuncia en las ma-
nos, a lo cual suelen decir cosas como en casa es un encanto con los nios, o s-
lo se pone as cuando oye el timbre. Sera deseable que cualquier persona propietaria
de una perra se tomara ms en serio los sntomas tempranos de un comportamiento
agresivo, y que buscara ayuda profesional antes de que sus vecinos acabaran llevn-
dolo ante los tribunales ... o an peor: antes de que alguien pudiese resultar herido.
41 Agresin dominante
Dificultades 1-'1
presidente o que el ejecutivo jnior aguarda la oportunidad de hacerse cargo de la
empresa). Los perros estn programados instintivamente para aceptar que el animal
ms dominante dirija el grupo. Con que otro ejemplar demuestre ser ms poderoso
que ellos bastar para que lo acepten sin rechistar. Del mismo modo su perra no se
lo tomar como algo personal si usted establece su dominancia. Es ms: si pudiera
hacerlo, incluso so lo agradecera.
Si su perra es un animal dominante, usted ha de establecer su dominancia des-
de el primer momento, reiterarla a menudo y de un modo convincente. lnterprtelo
como si su perra hubiera entrado a formar parte de su vida para hacer de usted una
persona ms fuerte, ms firme, ms asertiva y serena. Quin no podra benefi-
ciarse de una energa serena y firme en su vida: en el trabajo, con la familia, incluso
mientras espera en un atasco? En estos casos es mejor criar a la perra desde ca-
chorro para que nos vea como su lder, pero se puede llegar a ser el lder de lama-
nada ante una perra dominante en cualquier momento de su vida. Todo es cuestin de
la energa que se sea capaz de proyectar. Se puede ser ciego, tener slo una pierna,
o un brazo, estar en silla de ruedas, pero, si su energa es ms potente que la de un
rottweiler de setenta kilos de peso, lo tendr comiendo de su mano. Automticamen-
te. Yo no soy un hombre corpulento, pero en el Centro de Psicologa Canina puedo
manejar entre treinta y cuarenta perros a la vez. En ocasiones basta con una mira-
da para parar un comportamiento prohibido en una perra. No es cuestin de tamao,
sino de intensidad.
Cuando una persona es duea de un animal de raza poderosa o posee una pe-
rra de carcter dominante, si su nivel de energa es menor que el de la perra, tendr
que trabajar consigo mismo desde un punto de vista psicolgico. Pero es lo natural.
Su perra no quiere ser su igual. Su mundo est formado por lderes y seguidores, y
es usted, su dueo, quien debe elegir el papel que va a interpretar. Si no est dis-
puesto a hacerlo o no puede hacerlo, puede que ese animal no sea adecuado para
usted. En un captulo posterior hablar de la agresin en zona roja, que es un asun-
to serio, ya que perros fuertes en zona roja han causado mordeduras graves e in-
cluso la muerte. En la mayora de casos se trata de animales dominantes cuyos
El encantador de perros
propietarios no los han podido manejar. De modo que piense seriamente en la pe-
rra que convive con usted. Si no puede manejarla en toda ocasin y situacin, mal
asunto para usted, para la perra y para la sociedad.
Voy a proponerles el ejemplo de una clienta que permiti que una perra domi-
nante perdiera el control hasta el punto de que su comportamiento agresivo entr en
zona roja. Pongamos que esa clienta se llama Sue. Trabaj con Sue seis meses,
durante los que intent ensearle cmo manejar a Tommy, un cruce de setter irlan-
ds y pastor alemn. Desde el principio Sue lo haba hecho todo mal con Tommy, que
era un perro dominante por naturaleza. Empez dejndole que saltara sobre ella. Lue-
go el animal comenz a intentar montarla y se quedaba inmvil hasta que terminaba
la monta. Tommy empez a estar fuera de control: se mostraba altamente territorial,
sobreprotega a su ama y se comportaba claramente como el animal dominante de
la casa. Era una relacin verdaderamente enfermiza. Haba mordido a varios nios
del vecindario y atac al cuidador de la piscina, hasta que se alert al servicio de con-
trol de animales. Intent ensearle a Sue a dominar el arte del paseo, a proyectar se-
renidad y firmeza, pero fue incapaz de hacerlo. Tena problemas psicolgicos propios
y, por la razn que fuera, era incapaz de seguir normas y de ser disciplinada. Por fin
no me qued otro remedio que decrselo: He hecho todo lo que he podido para ayu-
darte, pero hemos llegado a un punto en el que lo nico que se puede hacer para que
Tommy pueda seguir viviendo con los humanos es buscarle otra casa.
Por supuesto Sue qued destrozada, pero as salv la vida de su perro. Y no
slo eso, sino que ahora Tommy trabaja para el Departamento de Polica de Los n-
geles en la bsqueda de supervivientes y est participando en una pelcula de la
DreamWorks. Por fin ha encontrado canales saludables en los que volcar toda su
intensa energa. Se trataba, simplemente, de que el perro equivocado haba encon-
trado a la persona equivocada, lo cual puede derivar en problemas serios.
Los humanos podemos exacerbar la agresividad de las perras de muchas ma-
neras distintas, la primera de las cuales es dando rienda suelta a su instinto de do-
minacin. Si no es usted el que marca la agenda de las cosas que hace con y para
su perra, el lder de la manada ser ella. Otro modo es jugando con el animal a jue-
Dificultades
gos de dominacin y permitiendo que quien gane sea ella. Aunque sea slo en juegos
de tira y afloja, si el animal se acostumbra a ganar siempre, puede interpretarlo co-
mo un signo de dominacin sobre usted. Pelear con las perras, aunque sean slo ca-
chorros, puede sembrar la semilla de problemas de agresividad en la edad adulta. Si
su perra empieza a comportarse de un modo posesivo o empieza a gruir durante
las peleas, podra estar creando un monstruo.
t Agresividadinspiradapor el miedo
1 : El encantador de perros
11
perra de Oprah, Sophie, es un ejemplo perfecto de ello. Cuando Sophie ataca a otro
perro, Oprah la toma en brazos y la consuela, de modo que lo que en realidad est
haciendo es reforzar ese comportamiento.
En este momento tengo un perro en el centro, una hembra cruce de pitbull lla-
mada Pinky, que es un caso extremo de lo que consideramos agresividad inducida
por el miedo. Cuando un humano se acerca a ella, levanta el labio superior, grue,
mete el rabo entre las patas, se agacha y empieza a temblar. A temblar literalmen-
te. Las patas le tiemblan de tal modo que apenas puede sostenerse en pie. El miedo
la paraliza. El dueo de Pinky senta lstima por ella, hasta tal punto que intentaba
constantemente calmarla, mostrarle su afecto, lo que alimentaba la inestabilidad de
su comportamiento y su mente. Cuando te enfrentas a un caso extremo como el
de Pinky, te das cuenta de lo que puede debilitar a una perra la agresividad produ-
cida por el miedo.
Este momento es tan bueno como cualquier otro para detenerme y recordar-
les, una vez ms, que una de las formas ms habituales de echar a perder a nues-
tras perras y provocarles dificultades es el cario. Les mostramos nuestro afecto, pe-
ro cuando no debemos. Les damos afecto cuando estn en un punto de mxima
inestabilidad. ste suele ser el consejo que ms trabajo les cuesta seguir a mis clien-
tes. Contener el afecto? Pero si eso no es naturall. No me malinterpreten. El amor
es algo hermoso, uno de los mejores regalos que podemos compartir con nuestras
perras. Pero no es lo que ellas necesitan primordialmente, y menos an si tienen di-
ficultades. Si eres una persona inestable, no puedes sentir plenamente el amor. El
amor no ayuda a una perra inestable. Las perras agresivas no se curan gracias al amor
de sus dueos, del mismo modo que un marido que abusa de su esposa no sanar
si su vctima, simplemente, lo quiere ms. Es obvio que los padres que aparecan
en el programa Supernanny queran a sus hijos! Pero el amor era lo nico que esta-
Dificultades 1.-s
ban dando a sus hijos: no ejercicio, ni estmulos psicolgicos, ni reglas. Se sienten
bien esos nios? Pues no. Por eso sus padres llamaban a la niera. Las perras ines-
tables tampoco lo pasan bien, aunque sus amos las colmen de cario. Por eso me
llaman a m.
El amor no mejora la inestabilidad. El amor es una recompensa a la estabilidad,
nos lleva a un nivel superior de comunicacin. Al igual que en el mundo de los hu-
manos, en el mundo de las perras el amor significa algo slo si se merece. Nunca le
dira a alguien que dejase de querer a su perra, o que la quisiera menos, ni tampo-
co que le racionase el amor. D a su perra tanto amor como tenga en su interior, y un
poco ms an, pero, por favor, dselo en el momento adecuado. Ofrzcale amor a su
perra para ayudarla, y no para satisfacer sus propias necesidades. Dar cario en el
momento adecuado y slo en ese momento es el modo de demostrar el amor que
siente por su perra. Los actos son ms valiosos que las palabras.
La agresividad nacida del miedo no aparece de buenas a primeras, sino que se
alimenta como un primoroso jardn por un dueo bienintencionado e inconsciente.
Otro ejemplo de un perro agresivo por miedo es Josh, a quien los guionistas de mi
programa televisivo apodaron El Gremlin porque tiene un pelo tan largo que le tapa
hasta los ojos. Josh era un perro de refugio a quien nadie quera adoptar. Le ense-
aba los dientes a cualquiera que se acercara a su jaula. Todo el mundo senta pe-
na por Josh ... absolutamente todo el mundo. Sentir lstima por un animal que
vemos en un refugio es algo que le pasa casi a cualquiera. La compasin es un ras-
go slo humano. Pero cuando cincuenta personas pasan por un refugio y todos ellos
envan al animal en cuestin esa energa compasiva, ese [oh, pobre perro!, esa
energa termina siendo en esencia ese animal. Termina siendo su definicin.
Ronette, enfermera de profesin, sinti tanta lstima por Josh que lo adopt na-
da ms verlo. Y sigui sintiendo lstima por l todos los das. Cuando gru a su hi-
ja por acercarse a su plato de comida, Ronette lo cogi en brazos y lo consol, como
si su hija fuera la culpable. Cuando atac reiteradamente a los peluqueros hasta tal
punto que le prohibieron volver, se pas horas consolando al viejo grun que no per-
mita que le acercaran las tijeras a los ojos.
El encantador de perros
Lo crean o no, muy pocos han sido los perros que me han mordido a lo largo de
mi carrera. Y Josh fue uno de ellos. Me mordi mientras le estaba cortando el pelo ...
pero yo segu como si no hubiera ocurrido nada. Tuvo que aprender que un humano
no iba a retroceder ante l por muy agresivo que se pusiera. Siendo un perro de ta-
mao pequeo, grua ms que marcaba y marcaba ms que morda. Acab rindin-
dose y hoy Josh puede ir al peluquero sin que corra la sangre.
Suelo poner a Pinky y a Josh como ejemplos porque quiero recalcar que sen-
tir lstima por un perro no es hacerle un favor, sino disminuir sus posibilidades de
transformarse en un animal equilibrado en el futuro. Imagnese que alguien sintiera
lstima constantemente por usted. Qu opinin acabara teniendo de s mismo? Los
perros necesitan antes liderazgo que amor. Que el amor sea la recompensa al equi-
librio. As es como se mantiene la armona.
Cmo enfrentarse a la agresividad provocada por el miedo? No cediendo. Hay
dos opciones: esperar a que sea la perra la que acuda a ti, o entrar en su recinto y
acercarte t. Si decide entrar a por ella, tiene que ir a por todas. No puede permitir
que le gane la partida. Debe mantenerse siempre tranquilo y firme, y no puede en-
fadarse con ella. No olvide que todo ello lo hace por el bien del animal. La paciencia
es la clave. Saber esperar. El hombre es el nico animal que parece no comprender
la paciencia. Los lobos esperan a su presa. Los cocodrilos tambin. Y los tigres. Pe-
ro particularmente en Norteamrica estamos acostumbrados a conducir rpido, a
usar servicios exprs y a navegar a alta velocidad por Internet. Pero con una perra
que padece agresividad por miedo no se puede tener prisa. Puede que tenga que
acercarse a ella cincuenta, cien veces antes de que la nocin le entre en la cabeza.
Tengo un par de perros en el centro a los que s que tendr que reprender una y
otra vez hasta que por fin comprendan que slo la sumisin tranquila les ser re-
compensada.
Pinky, pitbull agresiva y temerosa, slo consigue relajarse cuando le pongo la
correa. Encarna la naturaleza de un seguidor: quiere que le digan lo que ha de ha-
cer. Si camino con ella slo un par de pasos, comienza a mostrar todos los sntomas
fsicos de sumisin. Slo as se relaja. Si espero demasiado a decirle lo que quiero
Dificultades 1fi7
~:
que haga, su lenguaje corporal cambia de nuevo: mete la cola entre las patas y vuel-
ve el temblor. El afecto no puede ayudar a esta perra. Es ms, el afecto contribuy a
agravar el problema. Cundo entonces le doy afecto? En cuanto la veo relajarse
cuando echamos a andar con la correa. Seguir hacindolo as hasta que est reha-
bilitada.
Una perra puede volverse agresiva como resultado del miedo, del afn de domi-
nacin, posesin, territorialidad, y algunas otras razones, y esa agresividad puede
alcanzar distintos grados. En el siguiente captulo hablaremos de lo que yo llamo zo-
na roja. Los casos en zona roja, es decir, casos de agresividad extrema y crnica,
deben ser tratados inmediatamente por un profesional. Nunca intente manejar a una
perra de estas caractersticas usted solo. Pero tambin slo usted puede valorar su
nivel de confianza. Si su perro es slo agresivo, como Josh, pero no se cree capaz
de manejar la situacin, decntese por la seguridad y acuda a un entrenador profe-
sional de perros o a un especialista en comportamiento canino por el bien tanto de
su perro como el de usted.
41 Energa hiperactiva
Salta su perra sobre usted cuando llega a casa? Cree que slo se debe a
que su perra se alegra de verlo y que tiene espritu? Considera el comportamien-
to de su perra como consecuencia de su personalidad? No se trata ni de lo uno
ni de lo otro. La energa hiperactiva o la sobreexcitacin no son naturales en una
perra. No es un comportamiento saludable.
En su estado natural las perras se excitan y juegan unas con otras, pero esa
excitacin tiene un momento y un lugar concretos. Tras una cacera, o despus de
haber comido, comparten una especie de celebracin que nosotros interpretamos
como afecto. Pueden jugar duro las unas con las otras, y mostrarse excitadas-sumi-
sas o excitadas-dominantes. Pero no mantienen ese comportamiento durante mucho
tiempo, y no se ve en ellas esa especie de jadeo hiperactivo que muestra una pe-
Dificultades 1.-s
t Ansiedad/ansiedad por la separacin
t Obsesiones/fijaciones
Dificultades
Q
""
(
,. .
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...
t ~.q- , ':),~l!
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J"i
i
le importa un bledo la perra. (Alguna vez han visto a una ardilla con problemas de
ansiedad?). La nica que se est volviendo loca es la perra. Toda su energa est
concentrada en la ardilla. se es el modo de crearle una fijacin.
Otro modo es dejando que la perra se siente sin ms a contemplar al gato, al
pjaro o a cualquier otro animal que haya en la casa. Como la perra ni muerde, ni
ladra, ni grue, su dueo piensa que todo va bien, pero estar as no es natural en una
perra. Los ojos del animal estn fijos en un punto, las pupilas dilatadas, y a veces
incluso babea. El lenguaje corporal habla de tensin. Si el propietario le da una or-
den estando en esa actitud, la perra no obedecer. Ni siquiera mover las orejas en
seal de reconocimiento de la voz de su amo. Cuando se lleva a una perra al parque
y el animal corre constantemente de aqu para all, persiguiendo a los perros ms
pequeos, no se trata de un juego, sino de una fijacin. Aunque no llegue a morder,
las fijaciones son peligrosas porque pueden terminar en zona roja.
Otra clase de fijacin es cuando una perra se obsesiona, o si queda fija en un
juguete o una actividad. Alguna vez se ha encontrado con una perra que se vuelve
literalmente loca con una pelota de tenis, que no deja de pedirle que se la lance
una y otra vez, hasta que le desespera de tal modo que le dan ganas de arrancarse
los pelos de la cabeza? Muchas veces los dueos de una perra piensan que pueden
sustituir llevar a su perra a dar un largo paseo por salir a jugar con ella a lanzarle co-
sas y que el animal se las traiga. Pues bien: eso no funciona. S, es ejercicio, pero no
la clase de actividad primaria que proporciona estar con el lder de la manada. Me
gusta compararlo con los parques de diversin en los que los nios juegan en piscinas
de bolas, toboganes, camas elsticas, etc. Ese tipo de actividad frente a llevarlos a cla-
ses de piano. Las piscinas de bolas los tendrn subindose por las paredes. Eso es
excitacin. Las lecciones de piano les proporcionarn un desafo psicolgico. Eso es su-
misin serena. Jugar a lanzar cosas a nuestra perra es excitacin; un paseo es sumi-
sin serena. Si el dueo no sale a pasear con su perra y se limita a lanzarle cosas,
el animal tendr que apurar ese rato de juegos porque es su nico modo de desha-
cerse de la energa que le sobra. Har ejercicio, pero su mente permanecer ansiosa
y excitada. Jugar hasta caer rendida, lo que ocurrir mucho despus de que su due-
......______
o se agote y, al mismo tiempo, se acelerar de un modo que nunca le habra ocu-
rrido en estado salvaje. Cuando los lobos o los perros salvajes cazan, estn muy
organizados. Muy serenos. No se obsesionan con lo que estn cazando. Se concen-
tran, eso s, pero no se obsesionan. La concentracin es un estado natural. La obse-
sin, no.
El problema es que a los dueos de las perras esas fijaciones les parecen gra-
ciosas o divertidas. Cmo le gusta jugar al Frisbee!, Le encanta jugar con esa
pelota. Eso no es saludable. Una fijacin canina es igual que una adiccin en un hu-
mano y puede resultar igual de peligrosa. Imagnese a un adicto al juego en Las Ve-
gas: sentado toda la noche ante una mquina metiendo monedas por una ranura y
tirando del brazo mecnico durante horas sin fin. Eso es una fijacin. Fumar, beber,
cualquier cosa que no se pueda controlar y en la que no haya lmites, es una fijacin.
Una situacin en la que usted ya no tiene el control. En el caso que nos ocupa, es
la pelota la que controla a la perra. O el gato. O la ardilla. Algunas perras se fijan de
tal modo con un objeto que mordern o atacarn a otra perra o persona que intente
quitrselo. Es decir: que si no se anda con cuidado, ir de cabeza a la zona roja.
En el Centro de Psicologa Canina, si vamos a jugar con una pelota, me ase-
guro de que antes todo el mundo est tranquilo. Si he de darles la comida, todos han
de estar tranquilos. Si voy a darles afecto, primero, todos deben estar tranquilos. Nun-
ca les doy algo si antes no estn sumisas. As es como consigo que una perra recu-
pere la normalidad, porque sabe que no conseguir nada si no lo est. As es como
consigo que cincuenta perras jueguen con una pelota pequea sin que nadie resul-
te herido. Del mismo modo, nunca jugamos ni comemos sin haber hecho antes algn
ejercicio vigoroso: caminar, correr o patinar. Dar antes rienda suelta a la energa es
vital.
Las perras con fijaciones pueden agotar nuestra paciencia. Mucha gente inten-
ta razonar verbalmente con la perra cuando est obsesionada con su juguete favo-
rito o con una pelota de tenis. Del razonamiento se pasa a las rdenes del tipo No,
djalo. Sultalo. [Sultalo!. Eso slo sirve para crear ms excitacin e inestabilidad
en el animal porque, cuando se llega a ese punto, el humano ya est frustrado y en-
Dificultades 153
fadado porque la perra no ha escuchado ni una palabra de lo que le ha dicho en los
diez minutos precedentes. Entonces el dueo toma la decisin de agarrar a la perra
fsicamente y quitarle el objeto en cuestin, de modo que lo que est haciendo es
proyectar una cantidad tal de energa frustrada e inestable que la fijacin del animal
empeora.
t Desenfadando a Jordan
Dificultades 155
cuando se pretende reemplazar esas cosas con actividades positivas. Rehabilitar
a un perro obsesivo puede parecer muy trabajoso, y verdaderamente puede serlo,
pero debemos hacer el esfuerzo necesario para recuperar el equilibrio. Se lo debe-
mos a nuestros perros.
t Fobias
Se acuerdan de Kane, el gran dans que tena miedo de los suelos brillantes?
Su ejemplo ilustra perfectamente lo que es una fobia. Una perra puede desarrollar
una fobia casi por cualquier cosa, desde un par de botas en particular, pasando por
otro animal, hasta un tipo determinado de persona. Las fobias son, simplemente,
temores que la perra no ha podido superar. Si la mente de una perra no es capaz
de pasar pgina tras haber sufrido un incidente aterrador para ella, ese miedo puede
transformarse en una fobia. En el mundo salvaje un animal aprende del miedo. Un lo-
bo aprende a evitar las trampas. Un gato aprende a no jugar con serpientes. Pero los
animales no conceden gran importancia a las cosas que los asustan. No les hacen
perder el sueo. Experimentan la emocin, aprenden de ella y siguen adelante con
su vida. Los humanos les creamos las fobias con nuestras reacciones ante sus mie-
dos. Los bloqueamos. Marina, la duea de Kane, alborot mucho cuando su perro se
escurri por primera vez en un suelo brillante, y despus cometi el error de confor-
tarlo cada vez que el animal estaba cerca del objeto de su fobia.
Aun en el caso de que desconozcamos la causa de la fobia de una perra, adi-
vina qu puede provocar o intensificar su fobia? Lo ha adivinado: una vez ms, dar-
le afecto en el momento equivocado. Cuando un nio tiene miedo, lo consolamos y le
damos amor y cario. Eso es psicologa humana. Cuando una perra tiene miedo, la
consolamos y le damos amor y cario. Eso es psicologa humana, y no canina. Una pe-
rra no le mostrara cario a otra perra que tiene miedo! La respuesta correcta a la fo-
bia de una perra es mostrarle nuestro liderazgo. En primer lugar hay que vaciar a la
perra de su energa, puesto que una fobia es el trastorno contrario a la obsesin y
t Baja autoestima
Dificultades 157
sin que el animal saliera disparado tras el primer reflejo que se le apareciera. En la
mente de Brooks la luz se convirti en el nico modo de liberar energa. En su inse-
guridad la luz era algo que poda intentar controlar, una obsesin creada directamen-
te por su falta de ejercicio fsico y su baja autoestima.
A diferencia del dominante y energtico Jordan, Brooks era un dbil mental, un
can sumiso, de modo que apartarlo de su obsesin me cost menos de cinco minu-
tos. Slo tuve que tirar de su correa unas cuantas veces para que lo comprendiera.
Por supuesto sus dueos iban a tener que seguir corrigindolo cada vez que empeza-
ra su fijacin, pero no tard mucho en conseguir que su obsesin quedara reducida
a un recuerdo distante.
Hay perras cuya autoestima est literalmente por los suelos, como en el caso de
Pinky. Estn atrapadas por su inseguridad. En lugar de pelear o escapar, se paralizan,
se esconden, tiemblan ... simplemente no son capaces de hacer lo que necesiten
hacer. No mejoran solas. Necesitan nuestra ayuda.
Los canes con baja autoestima necesitan desesperadamente encontrar un l-
der. Quieren que se les diga lo que deben hacer. A veces slo en ese momento con-
siguen relajarse, como en el caso de Pinky. Esa clase de perra responde bien a la im-
posicin de reglas y lmites. El poder de la manada las ayudar a mejorar rpidamente.
Estar con ms perras es una terapia muy efectiva en el caso de animales con baja
autoestima, pero el tiempo que permanezcan en la manada debe ser seguido muy
de cerca al principio por el instinto natural de la perra de atacar a las dbiles. Poco
a poco mejoran, pero necesitan la gua firme de su lder humano de la manada.
Una ltima cuestin sobre la autoestima. La autoestima de una perra domsti-
ca no debe ser tampoco muy alta. En la naturaleza slo el lder de la manada pue-
de pasearse con la cola alta y sacando pecho, proyectando su energa dominante so-
bre los dems. Y si es usted el lder de la manada ante su perra, el nico que tendr
derecho a sacar pecho en la casa ser usted! Cuando llego a una casa en la que los
humanos andan como de puntillas junto a la perra, cuando el animal es un toro y
todo el mundo intenta evitarlo, entonces s que el animal en cuestin debera sentir-
se algo menos orgulloso de s mismo. El lder de la manada debera bajarle un po-
co los humos. Eso no quiere decir en ningn caso que se deba maltratar fsicamen-
te al animal o humillarlo de ningn modo. Y no olvide que a l nunca le importar que
sea usted su lder. Puede que al principio se resista algo, principalmente con el fin de
ver hasta dnde puede llegar, pero no se lo tomar a mal una vez que le haya demos-
trado que su energa es ms fuerte que la de l.
t Prevencin
Todas las dificultades que he presentado aqu pueden evitarse si usted no olvi-
da que su perra es eso, una perra, no un ser humano, y si le concede la importan-
cia debida a trabajar para llenar la vida de su perra como ella llena la suya. En el
captulo 7 describir el sencillo mtodo que sigo yo para crear una perra feliz y equi-
librada, pero antes quiero tratar los casos ms graves en los que se solicita mi ayu-
da: casos de agresividad en zona roja.
NOTAS
1 Sye, K., Wolves: Violent? Yes. Threat? No, en Juneau Empire, 2, noviembre de 2000, http://juneauempire.
com/smart_search/
Dificultades 159
6
Perros en z- na roja
Agresividadpeligrosa
Imagnese lo siguiente: vuelve usted a casa, a su piso, tras haber hecho algo de com-
pra. El ascensor se detiene en su planta y las puertas se abren silenciosas. Lo pri-
mero y lo ltimo que ve son dos presas canarios de casi sesenta kilos que se suel-
tan de la correa de su ama y se abalanzan contra usted.
As termin la vida de Diane Whipple, una joven de 33 aos entrenadora de
lacrosse que viva en San Francisco, en enero de 2001. Los dueos de los perros
han sido condenados por asesinato involuntario y han pasado cuatro aos en la
crcel. Puede que sta sea la muerte ms famosa por ataque de perro en Esta-
dos Unidos, pero no es la nica ni mucho menos. De media, dieciocho personas
mueren al ao por ataques de perros1. Gastamos ms de ciento sesenta y cinco mi-
llones de dlares en tratar al casi milln de mordeduras graves que ocurren cada
ao2 Las mordeduras de perros son responsables del 44 por ciento de los trauma-
tismos faciales que se atienden en los hospitales de Estados Unidos3. Y trgicamen-
te, el 60 por ciento de las vctimas de mordeduras en la cara son nios4. La mayora
de los perros responsables de las mordeduras engrosarn las estadsticas: son
parte de los dos millones setecientos mil animales que son sacrificados en los re-
fugios cada ao5.
No olvide que los animales no premeditan esos ataques. No son asesinos
natos, y tampoco se han transformado de la noche a la maana en asesinos. A di-
ferencia de un asesino humano sentenciado a muerte por sus crmenes, ninguno
de estos animales distingue entre el bien y el mal, y no tienen el concepto de arre-
batar la vida a nadie, ya sea animal o humano. Como he dicho antes, no hay mora-
La primera vez que me encontr con un animal en zona roja fue en Estados Uni-
dos. Antes haba visto perros rabiosos, perros que se peleaban los unos con los otros,
pero, cuando uno de los canes estableca su dominancia consiguiendo que el otro se
tirara al suelo ante l, la contienda casi siempre terminaba ah. En la naturaleza el
comportamiento amenazador suele bastar para evitar la agresin. A menos que un
animal sea dbil y deba ser ejecutado por la manada, mantener las agresiones al m-
nimo es algo que beneficia al grupo en s. Antes de llegar a Estados Unidos nunca
haba visto un perro que no detuviera su comportamiento agresivo, bien fuera tiran-
do al otro perro al suelo, persiguiendo o asustando a una persona, una vez que le hu-
bieran propinado un mordisco de advertencia. Pero la zona roja es una cuestin com-
pletamente distinta. Se trata de matar, ya sea a otro animal o a un ser humano. No
tiene nada que ver con la dominancia ni con la territorialidad. La intencin del perro
es asaltar a su objetivo hasta acabar con l. Hasta arrebatarle la vida.
Un can en zona roja no te escucha ni aunque lo sujetes. No importa si ese perro
ha sido tu compaero de toda la vida ni que duerma en tu misma cama. Una vez que se
le enciende esa luz roja en el cerebro es como si t dejaras de existir. El animal force-
jear contigo y preferira morir que cesar en el ataque. Puedes golpearle o gritarle, que
no te oir. Nada le afecta. Su misin es matar y est por encima de cualquier dolor
que puedas infligirle, y de hecho gritar o golpear a un perro en ese estado slo acelera-
r o intensificar su estado letal. Es un perro con una fijacin ... pero una fijacin mortal.
Que un animal alcance esa zona roja no es algo que ocurra de la noche a la
maana. Por eso resulta tan trgico que sea evitable.
t Bombas de relojera
Nunca me hubiera imaginado que fuese capaz de hacer algo as. Cmo an-
ticiparse a semejante cosa, a algo tan grotesco? Cmo puedes anticiparte al hecho
t Creando un monstruo
Antes he dicho que los lderes de la manada nacen, no se hacen. Los perros
en zona roja son el caso opuesto: se hacen, no nacen as. Los humanos transforma-
mos a los perros en monstruos de zona roja. Empezamos ya hace miles de aos con
la cra de razas destinadas a pelear, buscando determinadas caractersticas en ellas
y cruzndolos despus con ejemplares similares. Los pitbull y los bullterrier se cria-
ron en la era victoriana para la prctica inhumana de las peleas de perros y los en-
cierros. Se los elega por su capacidad de morder la pata de un toro con fuerza y
sin que la presin de las mandbulas se rebajase en ningn momento. Los rottwei-
ler son los descendientes de los perros romanos de pastor. Viajaron con el ejrcito
romano cuando ste se extendi por toda Europa, guardando a sus ingentes reba-
os de ganado de los ataques de lobos y otras alimaas7. Durante la invasin de Bre-
taa en el ao 55 a.c. Julio Csar describi cmo los ancestros de los mastines pe-
leaban al lado de sus amos. Aquellos perros mostraban tanto valor que se los llevaron
41 Razas y agresiones
Aunque no existe una raza determinada en los animales en zona roja, es cierto
que, estadsticamente, los pitbull son responsables de la mayora de mordeduras ocu-
rridas en Estados Unidos; en concreto de 41 de las 144 vctimas mortales habidas
desde el ao 2000, segn la National Canine Research Foundation (Fundacin Na-
cional de Investigacin Canina). Los rottweiler ocupan el segundo puesto, con veintitrs
ataques. Estas cifras son el motivo de que se hayan prohibido los pitbull en doscien-
tas ciudades en todo el territorio nacional, incluidas Miami, Cincinnati y Pawtucket,
Rhode lsland1. En algunos estados las propietarias de una vivienda no pueden ase-
gurarla o tienen que pagar grandes primas si son dueas de determinadas razas. Por
ejemplo, la aseguradora Allstate no cubre viviendas en las que haya pitbull, akita,
bxer, chow chow, doberman, rottweiler, presa canario o hbridos de lobo11. Aunque el
hecho de tener que pagar primas ms altas pueda ser un modo de estimular la res-
ponsabilidad de los dueos de un perro, opino que la prohibicin de determinadas ra-
----23
Pitbull I cruce de pitbull
............... 41
Rottweiler / cruce de rottweiler
-7-6
Pastor alemn / cruce de pastor alemn
111 11
1
Chow / cruce de chow chow
!,t,
11
Perro lobo
-6
Labrador / cruce de labrador
enormes palizas y crueldades fsicas, y era obvio que su agresividad haba sido ali-
mentada y alentada. Tambin haba sido entrenada o condicionada para atacar a los
humanos. No intentaba morder las piernas o los brazos, sino el cuello. Sus ataques
pretendan ser mortales. Esto no es natural en un pitbull, una raza que no fue crea-
da para atacar al hombre. A gatos, cabras, otros perros ... s, pero en su naturaleza
est huir de un humano o atacar slo cuando se siente acorralado o el enemigo es
muy numeroso. Resultaba evidente que un humano haba reconducido la agresivi-
dad de Cedar y le haba enseado a atacar a las personas, hasta un punto en el que
Cedar ya no quera saber nada de ningn ser humano. Sus anteriores propietarios la
consideraban un arma, no un ser vivo. Hasta que, por la razn que fuera, decidie-
ron abandonarla.
Un buen hombre de una organizacin de rescate la encontr vagando por las
calles. Cedar se encari con l. Aun los perros agresivos hacia los humanos nece-
sitan formar una manada y crean lazos con una sola persona. Sin embargo, si al-
guien que no sea esa persona se acerca al perro, cuidado. Enseguida qued claro
que Cedar consideraba al resto de humanos el enemigo. Atacaba a cualquiera que
se acercase a ella. El hombre que la rescat pretenda hacerle un bien, pero hizo lo
que todo el mundo hace en ocasiones semejantes: aliment su agresividad con ca-
rio y compasin. Pensaba A m me quiere. A m no me hace nada. Desgraciada-
mente la perra atacaba a todos los dems. El refugio contact conmigo y me pregunt
si podra rehabilitar a Cedar.
En cuanto me acerqu a su cesta de transporte me di cuenta de que miraba
fijamente mi cuello sin dejar de gruir. Consegu ponerle la correa y trabaj con ella
durante horas y a diario, una y otra vez, hasta que los dos quedbamos exhaustos.
Tras poco ms de dos semanas consegu que se mostrara serena y sumisa conmi-
go, pero con nadie ms. Si uno de mis ayudantes se le acercaba, Cedar cambiaba
a la posicin de ataque inmediatamente, lanzndose directamente al cuello. En ese
momento el refugio quiso saber si hacamos progresos y no me qued otro remedio
que decirles que Cedar no podra volver a integrarse en la sociedad con garantas.
Estaba demasiado daada y era un verdadero peligro. Cedar sigue viva, pero est
t Un perro no es un arma
Una responsabilidad
NOTAS
1 Sacks, J. J., et alii, Fatal Dog Attacks, 1989-1994, en Pedatrcs 97, n 6, 1 de junio de 1996: 891-195.
2 Pimental, D.; Lach, L.; Zuniga, R., y Morrison, D., Envronrnental and Economic Costs Associated with
Non-indigenous Species in the United States, Cornell University, College of Agriculture and Lite Sciences,
lthaca, Nueva York, 1999, http://www.news.cornell.edu/releases/Jan99/species_costs.html.
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 183
Por qu es importante el orden? Pues porque es el orden natural de las nece-
sidades innatas del animal. El problema en Norteamrica es que la mayora de las
perras reciben de sus dueos slo una parte de la frmula: afecto, afecto y afecto.
Hay quien lo hace mejor y da a sus perros afecto y ejercicio. Otros practican las tres
partes, pero anteponiendo el afecto. Como he dicho ya muchas veces en este libro,
con esa receta se consigue un perro desequilibrado. S, nuestros perros ansan reci-
bir afecto, pero an ms ejercicio y disciplina. Sobre todo ejercicio, como vern a con-
tinuacin.
t Ejercicio
.... :
. Disciplina ...
. . Entendida como el
.. establecimiento de -,
. normas y lmites entre la \ .
1 perra y su pareja. La disciplina \
j tambin significa consistencia \\
Ejercicio l con el trabajo que se les asigna y \
Esta actividad debe sus actividades. \
" -, =: ///
tambin puede emplearse como /
recompensa por buen _.../
l comportamiento ./
.. [ (preferentemente sin ir ........-
Afecto
Afecto
Afecto
La mitad del
tiempo efectivo
se pasa se pasa
ejercitando
intercambiando
la perra
afecto entre
la perra y su
dueo
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 185
El ejercicio es la primera parte de la frmula de la felicidad para su perra, y es
la nica que no debe faltar nunca. Irnicamente es la primera cosa que la mayora de
propietarios de perras en Estados Unidos no hacen nunca. Quiz sea porque los nor-
teamericanos tienen problemas a la hora de hacer ejercicio incluso ellos mismos y
no se dan cuenta de que todos los animales, incluidos los humanos, tenemos una
necesidad innata de estar activos. Salir y movernos parece haber pasado a un se-
gundo plano en nuestra sociedad actual. Nuestra vida moderna est tan ocupada que
parece verdaderamente imposible tener que aadir adems la tarea de pasear con
nuestras perras, pero, si est usted decidido a asumir la responsabilidad de vivir
con una de ellas, ste ser el contrato que deber firmar: tendr que caminar con su
perra. Todos los das. A ser posible dos veces al da. Y un mnimo de treinta minutos
cada sesin.
Caminar con la perra es una actividad primaria que responde a lo que su ani-
mal lleva grabado genticamente en el cerebro y que es migrar con la manada. Las
perras no slo disfrutan del paseo porque as pueden hacer sus necesidades y to-
mar el aire, aunque sorprendentemente sta es la percepcin de muchos de los due-
os. Para algunos salir a pasear con su perra significa sacarla al jardn trasero, es-
perar a que haga sus necesidades y volver a meterla en casa. Esto es una verdadera
tortura para una perra. Cada clula de su cuerpo le pide a gritos un paseo. En es-
tado salvaje las perras pasan hasta doce horas en movimiento buscando comida.
Los lobos, que son los ancestros vivientes de los perros, recorren distancias de
ms de ciento sesenta kilmetros y cazan durante diez horas en su hbitat natural'.
Obviamente las perras poseen distintos niveles de energa, y algunas necesitan
caminar ms a menudo que otras. Algunas razas tienen genes que las empujan a ca-
minar ms tiempo, o ms rpido, o a llegar ms lejos, pero todas las perras caminan.
Todos los animales viajan. Los peces necesitan nadar, los pjaros, volar ... iY las
perras necesitan andar!
Caminar es la herramienta ms efectiva que puedo ofrecerle para que conec-
te con todos los aspectos de la mente de su perra: animal, perro, raza y nombre.
Y todo al mismo tiempo. Paseando con ella, tendr la capacidad de establecer un ver-
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 187
Cuente en cuntas ocasiones el animal va delante, sujeto por una correa extensible
o larga. Fjese en cuntos hay que arrastran prcticamente a sus dueos. Aada el
nmero de personas que estn de pie, esperando pacientemente a que su perra hue-
la la hierba, los rboles, todo lo que tiene a su alrededor, completamente ajena a la
presencia de su amo. Ninguno de estos amos domina la tcnica del paseo.
Del grupo que ha estado estudiando cuntos llevaban a su perra obediente-
mente al lado, o incluso detrs? No muchos, verdad? Ahora vaymonos al otro la-
do de la ciudad, donde viven los sin techo. Se aprecia alguna diferencia en el len-
guaje corporal de la perra y su amo? Irnicamente los sin techo parecen tener
perfectamente controlada la tcnica de pasear con su perra. No son los canes quie-
nes los arrastran, ni quienes deciden dnde van a ir o qu van a hacer. Por qu? En
primer lugar porque viajan juntos montones de kilmetros al da, todos los das. Y se-
gundo porque las perras ven a sus dueos como el lder de la manada. Los sin te-
cho no miman constantemente a sus perros, dndoles golosinas o acaricindoles
todo el da ... aunque la perra presiente que a su dueo le hace feliz tenerla al lado.
Los amos proporcionan liderazgo, alguien a quien seguir y que las llevar hasta la
comida, el agua y un lugar en el que descansar. Sus vidas son simples pero estn
estructuradas. Un paseo debera ser siempre as: simple pero estructurado.
La correa
En primer lugar yo suelo recomendar correas muy simples y cortas. Las que yo
utilizo no tienen ms de cincuenta centmetros de cuerda de nailon. Claro que, si a
uno le importa la moda, no tiene por qu ir tan a lo bsico, pero le recomiendo, par-
ticularmente para perros con problemas, que abroche el collar por encima de la
parte superior de la cabeza del animal, y no alrededor de su cuello. La mayora de
collares se apoyan en la parte ms fuerte del cuello de un perro, lo que permite al
animal mantener el control sobre la cabeza y a veces, si se trata de una raza fuerte,
el control tambin sobre su dueo. Si quiere ver un ejemplo de cmo queda el tipo de
El encantador de perros
.....
correa que yo uso, eche un vistazo al American Kennel Club Dog Show (Concurso
de Perros de la Organizacin Americana de Criadores). As es como los concursan-
tes llevan a sus perras. Ver al criador y a su perra correr por la zona de exhibicin
juntos, sin que el criador tenga que tirar con fuerza de la correa, slo lo suficiente pa-
ra mantener alta la cabeza del animal. Las perras que participan en esta clase de
concursos se muestran siempre orgullosas, van con la cabeza bien alta, porque se-
guramente es as como se sienten teniendo en cuenta la relacin entre energa y len-
guaje corporal. No es que se sientan orgullosas de su corte de pelo o de los lazos
azules. A ellas no les importan esas cosas. En el mundo canino una cabeza alta es
un lenguaje positivo, un signo de una sana autoestima. Sosteniendo la correa en
esta posicin, se tiene el mximo control sobre el animal, ya que slo podr ir adon-
de quiera usted que vaya.
A mucha gente le gustan las correas extensibles porque creen que la perra ne-
cesita libertad durante el paseo. Habr tiempo de compartir esa libertad ms tarde,
pero ser la clase de libertad que usted pueda siempre controlar. A m no me gustan
esa clase de correas excepto para los perros ms dulces y despreocupados. Aun as,
la eleccin es slo suya. En cualquier caso no permita que la excitacin que a su pe-
rra le produce verle coger la correa eche a perder toda la experiencia. Tuve una clien-
ta de Dog Whsperer, Liz, cuya dlmata de nombre Lola se volva loca, daba saltos y
se suba casi a los hombros de su duea cada vez que la vea descolgar la correa de
la percha. Luego sala como una bala por la puerta y con tanta fuerza tiraba desuco-
rrea flexible que a veces consegua arrebatrsela de la mano a Liz. Ni que decir tie-
ne que ese modo no es el ms conveniente de salir de casa con su perra.
Salir de casa
Lo crea o no, hay un modo correcto y otro incorrecto de salir de casa con su pe-
rra. En primer lugar nunca deje que sea ella quien controle la actividad, como era el
caso de Lola. Su liderazgo debe empezar antes del paseo. No permita que su perra
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 189
lleve la correa puesta hasta que no se muestre sumisa. Una vez que est tranquila
pngale la correa y acrquese a la puerta. No permita que la perra se sobreexcite
otra vez mientras esperan para salir, y si es necesario asegrese de que la perra vuel-
ve a mostrarse sumisa. A continuacin brala. Usted ha de salir el primero. Esto es
importante. Saliendo el primero, est dicindole a su perra yo soy el jefe dentro y
fuera de casa.
Cuando camine con su perra, asegrese de que el animal va a su lado o detrs
de usted. Cuando va por delante o tirando de la correa, es la perra la que pasea al
dueo, ella es la que dirige a la manada. Seguramente est acostumbrado a que su
perra olisquee cada arbusto, cada rbol, planta o hierba que se encuentran. Eso es
normal en una perra, pero, cuando se ha iniciado la migracin, el animal no debe
detenerse hasta que usted se lo diga. Imagnese si una manada de lobos necesita-
se recorrer unos quince kilmetros y cada miembro del grupo anduviera a lo suyo,
olisqueando rboles y hierba en lugar de avanzar ... jams llegaran a la comida. El
paseo es, en primer lugar, el modo de establecer el vnculo entre perra y amo y la
ocasin de demostrarle su liderazgo; en segundo, un rato de ejercicio y, en tercero,
el momento de que su perro pueda explorar. Debe llevar la correa con firmeza pero
al mismo tiempo con el brazo relajado, como si portase un maletn. Y lo ms impor-
tante: no se olvide de su energa serena y firme. Piense en Oprah! Piense en Cleo-
patra! i Piense en John Wayne! Piense en cualquier experiencia en la que se haya
sentido fuerte y dominando la situacin. Yrgase. Saque pecho. Haga lo que sea
para sentir de verdad esa energa de la que hablamos y proyctesela a su perra a
travs de la correa; ella recoger cada seal que le enve. Muchos de mis clientes se
han sorprendido de lo que pueden conseguir mejorando esa energa y proyectn-
dola en un paseo. No es magia, sino la naturaleza puesta a trabajar. Las perras,
instintivamente, quieren seguir a un lder que les inspire serenidad y firmeza. Una vez
que haya asumido usted ese papel lo seguirn sin dificultad.
Cuando haya establecido un ritmo y ya hayan caminado ininterrumpidamente
durante unos minutos es el momento de permitir que su perra vaya delante de us-
ted ... pero slo un poco. Reduzca la tensin de la correa y deje que su perra mic-
Si no puede salir a caminar con su perra tanto como su animal necesita por
su nivel de energa, una opcin viable es el empleo de una cinta para correr. La cin-
ta no debe convertirse en la nica forma en que camine su perra, porque no olvide
que necesita salir con usted, pero es un modo estupendo de liberar el estrs de
una perra que tiene mucha energa que quemar y se convierte en un desafo fsico y
psicolgico para ella. Las perras son como los hombres en el mundo humano: slo
podemos concentrarnos en una cosa al mismo tiempo! Y cuando una perra se sube
a la cinta, va a tener que concentrarse. Tendr que meterse en la zona.
Muchos de mis clientes se muestran escpticos con esta tcnica. Piensan que
la perra puede hacerse dao, sobre todo si est atada. Por supuesto es necesario su-
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 191
1
pervisar la actividad al principio, pero cualquier perra puede aprender. Adems, no
es algo nuevo que yo haya inventado. En el ao 1576 el doctor Johannes Caius de la
Universidad de Cambridge describi una raza de perra mestiza a la que l llamaba
turnspit (mecanismo que da vueltas al asador)2. Estas perras estaban entrenadas
para caminar en una cinta con cuyo movimiento hacan girar mecnicamente el asa-
dor en el que se ensartaba la carne para asarla.
La raza se extingui, sin duda desde que se populariz el uso del horno, pero,
si poda ensearse a una perra a caminar en una cinta manual del siglo xvr, qu ma-
yor dificultad puede entraar caminar sobre las elctricas del siglo xxr?
Uno de mis clientes, conocido directivo de una empresa de facturacin millonaria,
tena un poderoso macho de pastor alemn totalmente fuera de control que ataca-
ba y morda a la gente, pero su dueo se negaba a reconocerlo. Fue su esposa quien
me llam. Trabaj con su marido unas cuantas horas y me di cuenta de que estaba
totalmente a la defensiva: no era culpa suya, sino de su esposa y sus hijos. l era un
tipo muy ocupado y no tena tiempo de sacar a pasear al perro. Entonces yo le dije:
Bien, puesto que dice usted que no tiene tiempo de sacarlo a pasear, podr ha-
cerle trabajar en una cinta de correr?. l me contest: No. De ningn modo. Este
perro jams aprendera a usar una cinta de correr. Yo no dije nada, y cuando ter-
min le pregunt: Quiere verlo?. El tipo empezaba a enfadarse conmigo. Yo le
digo que este perro jams se subir a una cinta de correr. Tard cinco segundos en
colocar al perro y el animal aprendi inmediatamente. Mi cliente se qued mudo de
asombro. No es la clase de persona acostumbrada a que le quiten la razn o a que
alguien le diga que se equivoca. Pero yo estaba all por el bien del perro y no del due-
o. Aun as me temo que no habr seguido mi consejo y que no lo har hasta que se
encuentre con una demanda judicial en las manos. Desgraciadamente eso, la deman-
da, es lo nico que consigue en algunos casos que mis clientes se tomen en serio el
comportamiento de sus animales.
Siempre recomiendo que se contraten los servicios de un profesional para que
le ensee las precauciones imprescindibles que hay que tomar cuando se pone a una
perra a andar sobre una cinta. Para ella las dos primeras semanas que pasa utilizan-
Otra tcnica que empleo para perras de gran energa es colocarles una mo-
chila. Aadir peso a una perra mientras pasea, o incluso mientras se ejercita en la
cinta, endurece su trabajo, adems de ofrecerle algo en lo que concentrarse, un tra-
bajo que debe realizar. A los perros les encanta tener un trabajo y, como ya he men-
cionado anteriormente, no pueden hacer ms de una cosa a la vez. Si estn con-
centrados en caminar y llevar su peso, es mucho menos probable que se acuerden
de perseguir a cada gato que tiene la desgracia de asomar los bigotes a su paso, o de
ladrar a los ciclistas. Alguna vez ha visto a los Soy Scout de marcha por el monte?
1'
r' !
Por hiperactivos que puedan parecer en su campamento, siempre se les ve sumi-
sos y tranquilos cuando van caminando con sus mochilas al hombro! Llevar mochila
casi siempre calma a un perro; es como el Prozac, pero sin efectos secundarios. Las
mochilas se fabrican en distintos tamaos y estilos; bsquelas en Internet bajo el enun-
ciado Dog Backpack. El peso que ponga en ella debe estar entre el 1 O y el 20 por cien-
to del peso corporal del animal, dependiendo de su nivel de energa y necesidades.
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 193
Las mochilas han hecho milagros con muchos de los perros que he rehabilitado.
Coach, un bxer agresivo y ultraprotector, tena un comportamiento tan descontrolado
que sus dueos haban decidido dormirle el mismo da en que yo empec a trabajar con
l. Aunque haba asistido a clases de obediencia, su familia no lo sacaba a pasear.
Con paseos regulares y nuevas reglas y lmites para l y para toda su familia Coach
se comporta ahora de un modo tan exquisito que acompaa al colegio al nio de 8 aos
de la familia y le lleva los libros en su mochila. No hay nada ms teraputico para un pe-
rro que darle un trabajo, y llevar una mochila lo es. Coach es un perro que pas del
corredor de la muerte a ser un magnfico compaero en cuestin de semanas.
Para finalizar, si usted no puede de ninguna manera salir a pasear con su pe-
rra, si padece usted alguna enfermedad o incapacidad, le sugiero que contrate los
servicios de alguien que la lleve a pasear. No es una solucin ideal para reforzar el
papel de lder de la manada, pero ayuda a que el animal se acostumbre a tener un
lder humano. Algunos dueos de perras que conozco, comprometidos con el cui-
dado de su compaera, la sacan a pasear por la maana y por la noche y adems
contratan los servicios de un profesional para asegurarse de que hace el suficiente
ejercicio por la tarde tambin. No todo el mundo puede permitirse ese lujo, pero pa-
ra aquellos que s les aseguro que es mucho menos caro que los costes legales que
puede acarrearle un mal comportamiento de su perro. Por supuesto siempre debe
asegurarse de que la persona que saca a pasear a su perra es un profesional, y as
mismo debe observarlo cuando se lleve al animal. Controla a las perras? Lo arras-
tran tirando de sus correas o le muestran respeto? Siempre debe usted sentirse c-
modo con la persona a la que le deja su mascota. El animal no puede quejarse, de mo-
do que tendr que confiar en su propia valoracin.
Las perras son animales que desde el principio de los tiempos fueron creados
para trabajar. En la naturaleza las manadas funcionan como mquinas de cazar bien
t Disciplina
La frmula satlsfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 195
pero posee tambin un sentido mucho ms profundo respecto a mis perros y ami
propia vida.
La disciplina hace de uno mismo una persona mejor, te pone en forma, te ayu-
da a preservar tu salud y te ayuda a que tus relaciones sean mucho ms sanas por-
que la disciplina te empuja a hacer lo mejor para esa relacin. Por supuesto esto no
quiere decir que yo imponga disciplina a mi esposa dicindole que ha hecho algo
mal; adems, en mi casa suele ocurrir precisamente lo contrario! La disciplina signi-
fica en nuestra relacin que formo parte de una pareja, de una estructura que tiene
sus propios lmites y, como soy una persona disciplinada, quiero vivir de acuerdo con
ese compromiso. Cuando prometo a mi esposa que voy a hacer algo, lo cumplo y ella
hace lo mismo. Siempre. Para m la palabra disciplina me ayuda a estar concentra-
do, a alcanzar mis objetivos y a perseguir mis sueos. Es una palabra que me per-
mite mantener el equilibrio, ser un ser humano respetuoso, honrado, alguien que
quiere lo mejor para s mismo y para todo lo que tiene a su alrededor, desde los r-
boles, pasando por los animales y terminando en los seres humanos. Sin disciplina
no se puede ser un buen modelo que se pueda seguir. Si no eres una persona dis-
ciplinada, toda tu energa se vuelve negativa.
Necesito ser disciplinado para dirigir mi Centro de Psicologa Canina. He de ser-
lo para llevar a cabo las tareas asignadas a cada da. He de hacerlo para respetar
el horario. Tengo que asegurarme cada da de que las perras tienen agua, comi-
da y ejercicio. Tengo que ocuparme de su salud y llevarlas al veterinario si se ponen
enfermas. Tengo que mantener limpias las instalaciones. Si no fuera una persona dis-
ciplinada en todas estas cosas, no slo fracasara mi negocio, sino que mis precio-
sos animales podran ponerse enfermos e incluso morir. Para m la disciplina es algo
- serio.
La Madre Naturaleza responde ante la disciplina. Las reglas y los lmites exis-
ten en todas las especies que viven en el planeta. Las abejas son disciplinadas. Las
hormigas tambin. Los pjaros, los delfines ... Si alguna vez ha visto delfines cazan-
do en un banco de anchoas, habr reparado en lo ordenadamente que trabajan pa-
ra reconducir a sus presas. Los lobos son disciplinados no slo cuando cazan, sino
Correcciones
En la naturaleza los perros se corrigen los unos a los otros constantemente. Las
madres corrigen a los cachorros; los lderes, a sus seguidores. Las manadas estn
11
llenas de reglas y lmites. Hay docenas de normas de etiqueta no escritas en una ma-
nada de lobos, a veces comunicadas por energa, otras a travs del lenguaje corpo-
ral, otras por un contacto fsico o un mordisco. Una correccin -lo que algunas
personas podran llamar un castiqo.s=- es simplemente la consecuencia de la rup-
tura de las normas por parte de un individuo. Sin excepciones. Si los miembros de
una manada pudieran hablar, le diran al transgresor: No ests siendo disciplinado
como nosotros; no formas parte de la manada. Vamos a darte una oportunidad. Si
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 197
lo vuelves a hacer, quedars fuera. Te mataremos o te echaremos a patadas. Las
perras no se ofenden porque otras las corrijan, ni cogen ojeriza a aquel que comete
un error. Simplemente le corrigen y siguen adelante. Es sencillo y natural para ellas.
En la naturaleza poner lmites no es una prctica cruel y para que los lmites
queden establecidos todos los animales necesitan a veces correctivos. Todos cono-
cemos a padres humanos que no ponen lmites a sus hijos y los vemos correr por to-
do el restaurante gritando y tirando la comida, molestando a quienes pretenden dis-
frutar de una cena tranquila. Hay padres que llaman a la supernanny cuando su casa
es un caos.
Reflexionemos un momento sobre cmo aprendemos los humanos. Muchas ve-
ces necesitamos cometer errores y que alguien nos corrija para llegar a conocer las
reglas. Si est usted, por ejemplo, en un pas extranjero cuyas normas de trfico
desconoce y gira a la derecha en prohibido, un polica lo har detenerse para decirle
que en ese pas no se puede girar a la derecha si hay una seal que lo prohba. A par-
tir de ese momento conocer la norma, pero se llevar una multa de todos modos. se
ser su castigo, su correccin. Y seguramente funcionar. Cuando haya tenido que .
rascarse el bolsillo, seguro que no volver a girar a la derecha si est prohibido.
Como en el caso de los humanos y todos los dems animales, las perras ne-
cesitan que alguien las corrija cuando transgreden una norma. La razn por la que
prefiero el trmino correccin frente a castigo es que este ltimo posee connotacio-
nes humanas y mucha gente corrige a sus perras del mismo modo que castigara a
un nio; por ejemplo, quitndole un privilegio: No has ordenado tu habitacin, as
que maana no irs al partido, o gritndole y castigndolo a irse a su cuarto. Pero
lo nico que ellos perciben es energa desequilibrada y alterada, lo que slo servir
para asustarlo o confundirlo, o bien decidir ignorarlo. Las perras no tienen el con-
cepto de maana, de modo que no pueden amenazarla con no ir a jugar. Si las en-
va a otro cuarto, o las deja apartados, probablemente no sabrn establecer la rela-
cin entre el mal comportamiento y el exilio. Las perras viven en un mundo de causa
y efecto. No piensan: reaccionan. Por lo tanto, necesitan ser corregidas en el instan-
te mismo que han cometido la infraccin. No se puede esperar ni siquiera cinco mi-
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 199
Dicho esto, cuando pretenda corregir a su perra, lo ms importante es la ener-
ga, el estado de nimo y el momento escogido, siempre y cuando el mtodo que em-
plee no sea abusivo. Jams pegue a una perra. Un contacto rpido y firme puede con-
seguir que una perra cambie de actitud. Yo suelo poner la mano en forma de garra de
modo que, cuando toco el cuello de una perra o la parte de debajo de la barbilla, ella
siente mi mano como si fueran los dientes de otro perro o los de su madre. Las pe-
rras suelen corregirse unas a otras con suaves mordiscos y el contacto es el modo
ms habitual de comunicarse. Un contacto de este tipo es ms efectivo que un gol-
pe. En cualquier caso hay que emplear el mtodo menos rudo posible para apartar
a una perra de un comportamiento no deseado. El objetivo es redirigir la atencin de
la perra y que le preste atencin a usted, que es el lder de la manada. Puede usar-
se casi cualquier cosa para corregirla, desde un sonido, una palabra, un ruido hecho
con las manos ... lo que mejor funcione en su caso y que no represente dao fsico
o mental para la perra. Lo que a m me funciona mejor es hacer lo que ellas se ha-
ran entre s: mirarse a los ojos, mostrar energa, lenguaje corporal adecuado y un
movimiento hacia delante. Recuerde que las perras leen constantemente su nivel de
energa y comprendern lo que quiere decirles cuando su energa les advierta no
est bien lo que ests haciendo. Cuando llevo a una perra de la correa, doy un lige-
ro tirn hacia arriba para apartarla de un comportamiento inadecuado. Se trata de un
tirn breve que apenas dura un momento y que no le hace dao, pero que el momen-
to sea el adecuado es vital. Se utilice el mtodo que se utilice, tiene que hacerse ape-
nas una dcima de segundo despus de que la perra inicia el comportamiento no
deseado. En ese momento interviene el conocimiento que tenga usted de su masco-
ta. Ha de aprender a leer el lenguaje corporal de su perra y su energa casi tan bien
como ella lee el suyo.
Por ejemplo: a todas las perras les encanta revolcarse en los restos de anima-
les muertos. As es como en la vida salvaje camuflan su olor para salir de caza y es
una de las invenciones ms ingeniosas de la Madre Naturaleza, un comportamien-
to que est profundamente grabado en los genes de la perra. Sin embargo, cuando
viven con nosotros, que entren en casa con olor a mofeta o a ardilla muerta no es s-
El ritual de dominacin
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 201
dose o tumbndose sin tener que haberla tocado o, en algunos casos, ni tan siquie-
ra acercarme a ella (vase la secuencia en tres pasos que sigue a continuacin). No
es necesario decir que siempre preferira obtener el comportamiento deseado con una
simple mirada o un sonido que con un contacto. No obstante, con animales extrema-
damente dominantes, con perras que atacan a sus iguales o a personas, o con dos
perras que se estn peleando entre s, a veces tengo que tumbar fsicamente a una
de ellas o a ambas. Un animal dominante luchar contra m (quin no lo hara si
estuviese acostumbrado a ser el jefe?). Es natural. Si durante toda tu vida has mante-
nido un determinado comportamiento, lgicamente te rebelars contra quien te diga
con firmeza: no! En este caso tengo que ser extremadamente firme hasta que la pe-
rra deja por fin de resistirse. Comenc a utilizar esta tcnica con mi primera manada
de rottweiler y sigo utilizndola cuando es necesario. Con ella provoco una respuesta
primaria en la perra que tengo que tratar, y es la de que yo soy el lder de la manada.
Cuando alguien ve a una perra tumbada de lado, las orejas echadas hacia atrs
y la mirada hacia delante, da por sentado que el animal responde as por temor, pe-
ro se equivoca. sa no es una postura de miedo. (Revise la seccin sobre lenguaje
corporal). Es una posicin de sumisin total. En el mundo canino ste es el ltimo
signo de respeto. De rendicin. Sumisin y rendicin no tienen connotaciones ne-
gativas en su mundo. La humillacin no existe porque las perras no viven en el pasa-
do. No sienten rencor. Aunque muchas de las perras de mi manada han tenido que
someterse en algn momento de su vida despus de haberse comportado mal, con-
tinan querindome y siguindome cada da. Con cuarenta perras juntos en el mis-
mo lugar no pasa un solo da sin que alguien se meta en algn lo. Pero una trasta-
da puede convertirse en algo ms peligroso e inquietante y, como hara cualquier
buen lder de una manada, me corresponde la tarea de detenerla antes de que lle-
gue demasiado lejos.
En lo concerniente al ritual de dominacin he de puntualizar algo: aunque yo lo
practico en mi trabajo cuando necesito rehabilitar perras muy desequilibradas o agre-
sivas, advierto a cualquiera que no sea un profesional, o al menos que no sea muy
experimentado en comportamiento canino y agresividad: nunca, jams, tumbe a una
Reglas y lmites
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 203
La mayora de canes saben que no es su papel dirigir la casa. Es ms, no quieren
hacerlo. Pero, si su amo no ocupa el papel, sienten que no tienen ms opcin que
intentar hacerlo ellos.
La necesidad de contar con reglas y una estructura en su vida es instintiva
en una perra. La naturaleza est llena de reglas y rituales de comportamiento. Aho-
ra que las perras domsticas viven con nosotros, depende de los humanos fijar las
reglas. Lo que usted permita o no en su casa depende de usted: que la perra duer-
ma en la cama con usted, que pueda o no subirse a los muebles, hacer agujeros en
el jardn, pedir comida cuando la familia est a la mesa. Pero existen ciertos com-
portamientos que le aconsejo que prohba siempre, porque si los permite, podra es-
tar animando a su animal a mostrarse dominante. No debe permitir que se le suba
cuando llegue a la puerta, ni a usted ni a nadie. Tampoco debe permitirle que llore cuan-
do se separa de usted. Nada de mostrarse posesivo con los juguetes ni de marcar
o morder. Prohbale subirse a la cama para despertarlo y mostrarse agresivo hacia
otras personas, perros o animales que convivan en la casa. Prohbale tambin la-
drar sin cesar.
Algunos de los comportamientos que intentar evitar son instintivos en ella.
Por eso debe ser usted para ella algo ms que su dueo: debe ser el lder de la ma-
nada. Un lder controla tanto los comportamientos instintivos como los genticos. Un
adiestrador slo puede controlar los genticos. Puede enviar a su perra a una es-
cuela de obediencia en donde podrn ensearle a sentarse, a quedarse quieta, a
acercarse a usted o a retroceder. Eso es pura gentica. Pero porque una persona
vaya a Harvard no quiere decir que cuando reciba su licenciatura sea una perso-
na equilibrada, y slo porque una perra sepa obedecer no significa que est equili-
brada. Cuando se entrena a una perra, no se accede a su mente sino a sus con-
dicionantes y eso no significa nada en el mundo canino. A las perras les importa
un comino ganar el Westminster o llevarse el premio al perro que ms Frisbees atra-
pa. Una perra puede ser capaz de seguir rdenes, ir a buscar, perseguir o hacer
un cierto nmero de cosas que su raza, su gentica, le ha programado para reali-
zar. Pero puede jugar feliz con otros perros sin pelearse? Sabe viajar en mana-
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 205
quen en las deyecciones de los dems. He elegido imponer esas reglas porque son
las que mejor me parecen como ser humano, y como lderes de la manada tenemos
el derecho y la responsabilidad de elegir las reglas por las que deben vivir.
No obstante, cada vez que bloqueo un comportamiento instintivo, he de reem-
plazarlo por otra actividad para canalizar la energa. No se puede arrebatar algo a
una perra sin dar nada a cambio. La energa que empuja a una perra a iniciar ese
comportamiento no deseado no desaparece por el mero hecho de habrselo prohi-
bido! Debe reemplazar la actividad no deseada por una que s lo sea. Por eso tengo
en el Centro carreras de obstculos, piscinas, cintas de correr, pelotas de tenis y otras
distracciones para perras. Por eso pasamos de entre cinco a ocho horas al da ha-
ciendo algn ejercicio vigoroso, y por eso procuro hacer de cada actividad, desde ca-
minar hasta baarse pasando por comer, un desafo psicolgico para ellas. Si no pro-
porciona a su perra el modo de canalizar su energa y ejercitar su mente, ser mucho
ms difcil para ella seguir las normas y los lmites que le imponga. Por el contrario,
si es usted un lder bueno y responsable, le proporcionar no slo estructura a su vi-
da, sino muchas vas por las que canalizar su energa natural.
Afecto
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 207
de afecto mientras estn trabajando. La ley prohbe expresamente que se acaricie
a esos animales. El afecto slo crea excitacin y una perra no puede concentrarse
en su trabajo si est excitada. Cundo le demuestra su afecto la persona a la que
ayuda? Cuando el animal ha realizado su tarea, y en casa, al final de un duro da
de trabajo. Las perras de bsqueda y rescate y las que trabajan para la polica no re-
ciben afecto mientras estn trabajando, a menos que sea inmediatamente despus
de haber realizado una tarea importante. Los policas de estupefacientes no se dedican
a jugar con sus perras todo el da para luego pedirles que busquen sin distraerse pa-
quetes de sustancias ilegales. Tener que trabajar para ganarse el afecto es algo muy
natural para una perra. Somos slo los humanos quienes creemos que si no damos
afecto a nuestras perras veinticuatro horas al da, siete das a la semana, les esta-
mos privando de algo.
Satisfaccin
NOTAS
1
Wolves in Denali Park and Reserve, National Park Service/Departamento de Interior, http://www.nps.
gov/akso/ParkWise/Sutedents/Referencelibrary/DENA/WolveslnDenali.htm.
2
Scott, J. P., y Fuller, J. L., Genetics and the Social Behavoir of the Dog, Chicago, University of Chicago
Press, 1965.
La frmula satisfactoria de Csar para conseguir una perra equilibrada y saludable 209
8
No podemos llevarnosbien
sin ms?
Trucos sencillospara vivirfeliz con su perro
Los humanos y los perros llevamos coexistiendo y dependiendo los unos de los otros
miles de aos. En los pases en vas de desarrollo y las sociedades primitivas no
siempre se trata a los perros con el nivel de amor y ternura que empleamos en Nor-
teamrica. Sin embargo, los perros que viven en tales lugares no parecen padecer
tantas dificultades y neurosis como aqu. Cmo podemos compartir el amor que
sentimos por ellos sin provocarles dificultades? Cmo podemos ser lderes fuer-
tes de la manada sin perder la compasin y la humanidad que nos empuj en un prin-
cipio a emparejarnos con ellos?
La respuesta a estas preguntas no es sencilla. No obstante, pretendo ofrecer-
le algunos consejos prcticos obtenidos a partir de mi experiencia con clientes que
espero los ayuden, a usted y a su perro, a vivir sin estrs y a alcanzar un elevado
nivel de conexin entre las dos especies.
t Elegir un perro
J
A lo largo del presente libro hemos visto ejemplos de perros cuya energa desbordaba
a la de sus propietarias. Jordan el bulldog es el primero que me viene a la memoria.
Emily la pitbull es otro ejemplo. Si es usted una persona relajada y sosegada, un chino
crestado enrgico que salta por todas partes slo causara agobio y dolores de cabe-
za tanto al perro como a usted. Si es usted una corredora a la que le gusta salir a correr
con su perro, un bullbog aletargado y de patas cortas no sera su eleccin ideal.
Primero ha de ser honesta con su propio nivel de energa. Y tmese su tiempo
para analizarlo. Si tiene la oportunidad, acrquese a ver al perro en cuestin un se-
gundo da, a una hora distinta, para determinar si hay alguna variacin en su com-
portamiento. Mucha gente no elige razas puras directamente en un criadero, sino que
acude a las organizaciones de rescate o albergues para adoptar un perro perdido
o abandonado. Puesto que la mayora de animales que acuden a mi Centro de Psi-
cologa Canina tienen un historial de este tipo, aplaudo el altruismo de esos gestos,
pero ocurre con demasiada frecuencia que una persona se enamora de un perro,
o siente lstima por l, y decide en ese momento adoptarlo, se lo lleva a casa sin
pensar y termina pasando por el infierno que tantos de mis clientes han tenido que
soportar. Esta situacin es injusta para el perro porque en muchas ocasiones es de-
vuelto al refugio, y los perros que tienen un historial de mltiples devoluciones corren
un riesgo elevado de recibir la eutanasia. Por otro lado, suelen desarrollar mayores
dificultades, cortesa de cada ser humano que los adopta para rechazarlos despus,
de modo que tomarse el tiempo necesario a la hora de elegir un perro es algo muy
serio. Si puede permitrselo, hgase acompaar de un profesional cuando tome la de-
cisin final. Tambin puede pedir a esta persona que la ayude a la hora de introdu-
cir al animal en su hogar.
Las reglas que imponga para los perros de su casa dependen enteramente
de usted, pero hay algunas normas generales que yo recomiendo que se sigan pa-
ra mantener intacto su papel de lder.
- Despirtese cuando usted diga, no cuando diga su perro. l no es su des-
pertador. Si el perro duerme en su misma cama, ensele a bajarse tranquilamente
si se despierta antes que usted y necesita agua o estirar las patas. Luego tendr que
esperar tranquilamente a que usted se levante y comience la rutina diaria.
- Empiece el da con pocos contactos fsicos o charla. El afecto se lo demos-
trar despus del paseo. El paseo es el tiempo de unin entre usted y su perro. Si
caminan, intente hacerlo durante al menos una hora diaria. Si le gusta correr, h-
El tema de perros y nios podra constituir todo un libro en s mismo. Como per-
sona que creci rodeada de animales y que ha criado a sus propios hijos entre una
manada de perros, puedo dar testimonio de que el hecho de vivir con perros puede
ser una de las experiencias ms memorables y gratificantes en la vida de un nio.
Los perros ensean a los nios empata; les ensean responsabilidad y cuidados,
a estar en sintona con la Madre Naturaleza. Les ensean equilibrio y amor incondi-
cional. No puedo imaginarme haber criado a Andre y Calvin sin la alegra que los
perros han puesto en sus vidas. Sin embargo, no debemos olvidar que, cuando tene-
mos un perro, estamos invitando a un depredador carnvoro a nuestra casa. Por
unidos que estemos con los perros somos dos especies distintas, y es nuestra res-
ponsabilidad como padres y dueos de perros proteger a los miembros ms precia-
dos de nuestras familias, a nuestros hijos, y asegurarnos de que tanto ellos como
nuestros perros saben coexistir con seguridad y felicidad.
Ms de la mitad de mordeduras graves y decesos que ocurren en Estados Uni-
dos las sufren nios de entre 5 a 9 aos, pero los bebs son especialmente vulne-
rables. Mientras escribo este libro, el sur de California todava se resiente de la trgi-
ca muerte de un recin nacido de Glendale, que el rottweiler de los abuelos arranc
de los brazos de la madre1 En esos casos, invariablemente, los dueos no pueden
crerselo. Haba sido siempre un perro tan carioso, dicen. Luego suele apare-
cer un vecino que dice haber visto seales de aviso que pasaron inadvertidas o fue-
ron ignoradas.
Un beb puede ser algo confuso para un perro si nunca antes ha visto uno. Los
bebs huelen de modo distinto a los adultos humanos. Su forma es diferente. Emiten
sonidos y se mueven de modo distinto. Para los perros con un fuerte instinto depre-
dador el tamao y la debilidad de un beb pueden desencadenar el ataque. Por
otro lado, es lgico que la familia revolotee en torno al recin nacido y no preste de-
masiada atencin al perro. Si su perro tiene problemas de dominancia o est obse-
sionado con usted, puede tener problemas.
/1
para la llegada del beb y, lo que es an ms importante, para condicionarlo a res-
petar al beb como otro lder de la manada. Hay que empezar pronto. Cualquier
debilidad potencial en su relacin lder-seguidor debe ser corregida inmediatamen-
te. Si su perro es muy dependiente, ansioso o tiene dificultades con la separacin,
puede reaccionar en exceso a cualquier cambio en la estructura de la manada. Por
difcil que pueda parecer puede empezar mostrndose ms fra hacia l mucho an-
tes de que llegue el beb. No permita que la siga como una sombra por toda la
casa. Impida que duerma con usted. Imponga nuevas reglas sobre dnde se pue-
de o no sentar. Hgale saber que queda prohibido entrar en la habitacin del beb.
Salga a pasear con l llevando un carrito y asegrese de que l va siempre detrs,
nunca delante. Anmelo y recompense su comportamiento sereno y sumiso en
estas sesiones.
Una vez que haya nacido el nio, lleve a su casa una prenda de ropa con el
olor del beb y deje que su perro la huela. Es un modo de presentarle al beb
antes de que puedan verse cara a cara. No le ponga la prenda bajo la nariz para
obligarlo a olerla. Primero mustresela desde el otro lado de la habitacin y luego
pdale que se acerque poco a poco, pero no ms cerca de lo que le permitira si
se tratase del beb. Lo que le est pidiendo no es algo irracional: en la naturale-
za la madre mantiene a sus retoos alejados de la manada al principio. El perro
siempre debe mostrarse sumiso y tranquilo cuando detecte el olor del beb. Corri-
ja muestras de ansiedad o fijaciones, y recompense slo un comportamiento tran-
quilo y sumiso.
Cuando el beb llegue a casa, no se lo presente fuera. Entre primero y luego
invite al perro a pasar, dejndole claro que estn en la casa del beb y no del perro.
Presnteselo poco a poco. Empiece dejando que lo vea desde el otro lado de la ha-
bitacin. Luego, poco a poco, deje que se acerque. Su energa firme y serena es vi-
tal en este momento. Cuando Ilusin se hizo a la idea de que llevase a mis hijos
a la manada, entr con ellos mientras proyectaba mi forma ms firme y serena de
energa. Llevaba en brazos a mis hijos con orgullo. Estaba comunicando a la mana-
da que aquellos nios formaban parte de m, de su lder, y que ellos tenan que res-
t Visitas
Cmo tratar a las visitas puede ser algo difcil de comprender para un perro. La
mayora de la gente quiere que sus perros sean, si no sus protectores, al menos su
alarma. Si un extrao se acerca a la casa por la noche, las dueas de los perros quie-
ren que stos las alerten de ello. Pero al mismo tiempo desean que se muestren
dciles y cariosos cuando los amigos o el cartero llegan a su puerta. Es difcil con-
seguir ambas cosas. Cmo va a diferenciar el animal qu clase de persona est al
otro lado de la puerta? Es tarea de la duea ensear modales al perro y reforzarlos
cuando sea necesario.
Los parques caninos, especialmente aquellos en los que el perro puede es-
tar sin correa, son puntos calientes en muchas comunidades norteamericanas. Esta
clase de parques puede utilizarse para incrementar o mantener sus habilidades so-
ciales, y quiz para que se divierta corriendo y jugando con miembros de su propia
especie. Pero eso es todo lo que se debe esperar de un parque canino. No es un lu-
gar en el que pueda esperarse que el perro consuma su exceso de energa. Nada
puede reemplazar a su paseo, porque, cuando renes en un mismo sitio un nme-
ro de perros que no se conocen, se corre el riesgo de que se desate el conflicto. El
poder de la manada es intenso en un perro, pero recuerde que en el Centro de
Psicologa Canina a veces he tardado semanas en introducir con xito a un perro
en la nueva manada, y mi manada est constituida por animales equilibrados y
estables! Puede decirse lo mismo de todos los perros del parque canino? Pue-
de estar absolutamente seguro de que su perro lo es? Un parque canino es un lu-
gar rodeado de muros y cada vez que se encierra a muchos animales en un lugar
aparecen las refriegas.
A ver si le suena lo que voy a contarle: usted est cansada. Ha tenido un da
muy largo y no tiene ganas de salir a pasear con su perro, as que decide montarlo
en el coche. El animal est muy excitado y usted le dice: Tranquilo, Rex, que voy
a llevarte al parque. El perro percibe su energa y sus seales. Reconoce los olores
y las caractersticas del paisaje. Sabe adnde van y empieza a saltar dentro del co-
che. Qu contento se pone porque sabe que vamos al parque!, piensa usted.
Pero no, no es felicidad. Es excitacin. Y usted debe saber a estas alturas del libro
que la excitacin en un perro no es sinnimo de felicidad, sino que en la mayora de
casos expresa energa reprimida y frustrada. Es decir: qu est a punto de ocu-
t Viajar
Tengo muchas clientas que vienen a verme por primera vez despus de haber-
se mudado. Suelen decirme que su perro estaba perfectamente bien antes de que
llegaran a la nueva casa. De lo que no se dan cuenta es de lo mucho que ellas mis-
mas han contribuido a que el animal desarrolle comportamientos no deseados. Com-
portamientos que pueden evitarse.
En la naturaleza los perros se trasladan constantemente. No hay nada que les
guste ms que explorar un nuevo entorno. Pero el modo en que los humanos nos tras-
ladamos no es natural para ellos. Cuando estamos preparndonos para mudarnos,
nuestros perros no tienen ni idea de que nos vamos a ir a un nuevo territorio, pero
presienten que algo dramtico est a punto de ocurrir. En primer lugar ven como todo
lo que hasta aquel momento les es familiar va desapareciendo. Luego sienten toda la
energa conflictiva que emiten los humanos: la excitacin, la tensin, el estrs o la tris-
teza. Cuando la gente se inquieta por tener que abandonar su hogar, el perro lo inter-
preta como energa dbil, negativa. Cuando los humanos nos paseamos por la casa va-
ca lamentndonos de lo mucho que vamos a echar de menos aquel vecindario o
recordando el nacimiento de nuestros hijos en aquel lugar, nuestros perros slo perci-
ben que algo terrible est pasando. Luego los metemos en el coche o en la cesta y los
subimos a un avin. No saben que van a otra ciudad. iY cuando llegamos a la casa nue-
va y vaca, los bajamos y esperamos que se adapten an ms rpido que nosotros! Los
pobres ya estn bastante ansiosos; han presentido nuestras emociones y lo han aso-
ciado con algo muy traumtico. Por eso, cuando llegan a la casa nueva, aparecen com-
portamientos que nunca antes hemos visto en ellos. Un perro no es un mueble! No po-
demos embalarlos, trasladarlos de un sitio a otro y esperar que no les afecte.
Si vive usted en un barrio cercano al lugar al que se va a trasladar, le sugiero
que lleve al perro caminando hasta all un par de ocasiones antes de la mudanza. Los
perros son muy sensibles al entorno y, cuando llegue el da de la mudanza, sabrn
que ya han estado antes all. Si vive lejos, siga el procedimiento que he indicado para
viajar. Luego, cuando lleguen, adivina qu es lo mejor que puede hacer? Aunque es-
A veces me he encontrado con clientas que han intentado solucionar algn pro-
blema de comportamiento, digamos, por ejemplo, la ansiedad por la separacin, lle-
NOTAS
1
Cobarrubius, A., y Lee, N., Pet Rottweilers Kills Toddler in Glendate, en Los Angeles Times, 4 de agosto
de 2005: 81.
2
Brace, J. J., Theories of Aging, VeterinaryClinics of North AmericaSmall Animal Practice 11 (1981): 811-814.
3
Fuente: MRP.
4
Hauser, M. D., Wild Minds: What Animals Real/y Think, Nueva York, Henry Holt and Company, 2000.
La luz dorada del sol de esta hora empieza a decaer en esta desierta playa del
sur de California mientras salto en mitad de una pequea ola y lanzo una pelo
ta de tenis con todas mis fuerzas. Aullando de alegra, todas las perras de la
manada salen disparadas en su persecucin, intentando ser la que consiga
atraparla para devolvrmela, pero sin pelear entre ellas por su posesin. Cual
quiera que conozca a las perras sabr hasta qu punto es esto un milagro, pe
ro yo soy un buen lder de la manada y ellas son unas buenas seguidoras. Las
reglas son las reglas y todo el mundo las conoce. Garlitos, un pitbull de tres
patas, se hace con el trofeo esta vez como prueba de su absoluta determina
cin. Las otras vienen ladrando junto a l mientras l se acerca cojeando para
ponerme en la mano la pelota y mirarme con absoluto arrobo con sus ojos cas-
taos. Le acaricio la cabeza, corro a la orilla y vuelvo a lanzar la pelota. Las pe
rras vuelven a saltar al agua. Por un momento siento lo mismo que ellas: el agua
fra y salada en la piel, miles de aromas marinos, el sonido hipntico y tran
quilizador de las olas. Me llena la felicidad de este momento fugaz y se lo de
bo a ellas. Todo se lo debo a ellas.
El sol se ha vuelto rojo al borde del Pacfico cuando tomamos la vereda
rocosa que nos conduce a la furgoneta. Todos estamos agotados pero felices.
Esta noche los cuarenta y tantos perros del Centro dormirn profundamente.
Yo tambin dormir bien con la conciencia de haber ayudado a llenar sus vi
das ... del mismo modo que ellos han llenado la ma.
Glosario 2.-s
4. Dominar el paseo
El paseo es un ritual extremadamente importante para un perro. Tendr lugar al
menos dos veces al da, con una duracin de treinta a cuarenta minutos en ambas oca-
siones, de modo que tanto la mente como el cuerpo del perro trabajen en firme. Tam-
bin es importante que el dueo acte como lder durante el paseo, lo que significa que
el animal debe caminar junto al dueo o detrs de l, y no tirando de la correa. Si es el
perro el que saca a pasear al humano, el animal se percibe a s mismo como lder de
la manada en ese momento, lo cual supone que el humano no tiene el control.
5. Reglas y lmites
a) Los perros necesitaban saber que su lder es quien establece las normas y
los lmites que rigen su vida tanto dentro como fuera de casa.
b) La ira, la agresividad o los abusos practicados a un perro no le asegurarn
el papel de lder; un lder airado y agresivo no tiene el control. La energa firme y
serena y un liderazgo diario y consistente conseguirn ms fcilmente que se respe-
ten las normas.
6. Dificultades
Si un perro no confa en su dueo como lder fuerte y estable de la manada, ex-
perimenta confusin respecto a su propio papel en ella. Un perro que no sabe con
claridad quin est al mando siente preocupacin por la supervivencia del grupo,
de modo que intenta reemplazar al lder ausente a veces sin saber cmo hacerlo. Es-
to puede causar agresividad, ansiedad, temor, obsesiones y fobias ... lo que yo llamo
dificultades.
7. Equilibrio
Un perro equilibrado posee el estado ideal que la Madre Naturaleza design
para l como seguidor sumiso y sereno del grupo, al estar satisfecho fsicamente gra-
cias al ejercicio. Psicolgicamente ese equilibrio lo conservan las normas y los lmi-
tes y, emocionalmente, el afecto de su dueo.
2 6 El encantador de perros
8. Adiestramiento canino
Condicionar aun perro a responder ante las rdenes de un humano (sintate,
quieto, ven, atrs) no es lo que yo hago.
9. Rehabilitacin de perros
Esto es lo que yo hago: ayudar a un perro con dificultades a recuperar su equi-
librio, su serenidad y su sumisin. A veces puede parecer que soy capaz de arre-
glar instantneamente a un perro, pero, como ya he dicho en otras ocasiones, los
animales no son aparatos que podamos enviar a reparar. La rehabilitacin total de un
can slo puede lograrse con un dueo sereno, firme, estable y consistente.
Glosario 2e1
l
.
Bibliografa
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