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El Ser en El Mundo...

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Algunos dicen a la vida "eres digna de ser conocida" y no "eres digna

de ser vivida". El hombre terico no vive ms que por y para el


conocimiento pero, sin embargo, la cultura no es una coleccin de
ideas abstractas sino una manera de vivir, un sentimiento y un estilo
de vida. A veces, nos olvidamos que, para comprender al hombre, es
necesario compartir su vida hasta las heces. El pensamiento, la
cultura, necesitan un anclaje en lo humano. Lo sistemtico, lo
especulativo, lo terico, an en su autonoma, deben, en forma
mediata o inmediata, ser respuesta que encamine a los hombres. Urge
una gran simpata con la realidad del hombre, de cada hombre.
Este ser que es el hombre vive en un mundo que es el de las cosas
y el de los hombres. Ese mundo es nuestro mundo, aunque a veces
nos resulte inhspito o extrao, ya que nos condiciona. Pero lo que
nos caracteriza en l no es el estar sino la manera de estar. El mundo
es el lugar del encuentro y la responsabilidad, aun cuando ofrece
riesgos. Tiene, por lo mismo, un carcter mediativo, en la posibilidad
de un estar hospitalario, descubierto en la contemplacin de nuestro
ser personal, que siendo corporal se realiza en el espacio y el tiempo,
en la historia.
Ser en el mundo significa vivir la realidad en la historia y descubrir
all lo permanente. Significa no vivir el nivel de lo abstracto, sino la
realidad concreta de los hombres, en ntima simpata con su
esperanza y su dolor y, en medio de ella, descubrir lo trascendente.
Por lo mismo significa, tambin, capacidad para elevarse ms all de
lo inmediato, descubriendo su carcter mediativo, que impide toda
apropiacin absoluta.
Es por eso que, en la historia de cada da, se escribe para cada
hombre, su destino trascendente o su "modo de aburrimiento" en la
rutina de un activismo desesperado por poseer, en la repeticin de los
actos de cada da, todos iguales, da a da, semana a semana, en la
desesperacin de das sin esperanza, todos ellos sin vislumbrar un
sentido ms all de ellos mismos y del consumo de su tiempo.

Desde all es necesario que nos preguntemos qu sentido tiene,


hacia dnde apunta, la vida de los hombres y no slo de aquellos que
parecen poder ser capaces de pregunta, sino la de los miles de seres
hacinados, intentando slo vivir. Y no me pregunto por el trabajador de
una oficina, el obrero que acarrea hora tras hora una carretilla de ripio
con un ritmo siempre igual, la dependiente un negocio o el garzn de
un restaurante. Es necesario mirar ms all y descubrir en su ser al
que vende unos limones sueltos a la entrada de una feria o un paquete
de pastillas en el bus, cuida un auto, acarrea paquetes en el mercado
o espera botes en una caleta para subirlos sacndolos del mar...
Dnde est all el sentido? Dnde la contemplacin y el gozo en el
hambre mil veces acumulada del que espera vivir? El tiempo se aturde
en horas de trabajo sin tiempo, en la esperanza de un imposible fin de
semana aturdido en el juego, el alcohol, la TV, la convivencia
promiscua... Ms all, dormir para poder vivir" otro da ms.
El hambre, la promiscuidad, la desorbitante explosin demogrfica,
que repleta con "remedos" de hombre" (perdn!) hambrientos,
pauprrimos, las rutas de los pueblos pobres, mientras otros son
sometidos a la esclavitud de la migracin, impiden cultivar sus
atributos espirituales, que se esfuman en el urgido trfico y cansancio,
en busca del tantas veces difcil "pan de cada da
La falta de los ms indispensables medios para mantener una
elemental dignidad, de miles de millones de seres sin destino, dificulta
que salgan del subdesarrollo intelectual e impide que logren la mnima
condicin de dignidad espiritual a que todos tienen derecho, en la
esperanza de un maana menos doloroso, que hoy se muestra
incierto y hurfano de amor para nuevas generaciones.
Sin embargo, a ello se suman otras formas de aturdimiento, menos
violentas, pero no por ello menos dolorosas: la del que vive su rutina
sin sentido de todos los das, sin metas y sin anhelos, la del que todo
lo posee y en su afn de posesin no encuentra sentido verdadero y
se sabe infeliz en su necesidad de poseer ms... Si somos capaces de
verdadera contemplacin en nuestro mirar, tambin podemos

descubrir esos rostros del dolor, el hasto o la rutina, por ejemplo, en


muchachos que, un domingo cualquiera, afirmados fuera de sus
casas, al sol, esperan... pues en ellas no tienen interior.
Para qu todo nuestro avance si no logramos descubrir y entregar
sentido? Todo es un juego de nios si no logramos preguntamos y si
no intentamos descubrirlo en nosotros, en nuestro mundo social y,
tambin en el mundo de la naturaleza y de las cosas, que es el que
mediatiza gran parte de nuestra corporalidad.

El ser del hombre, para Heidegger, es el Dasein (literalmente, ser ah),


o sea el yo mismo, para el cual est siempre en juego su propio ser.
Sin embargo, el hombre entregado con los otros a sus quehaceres
cotidianos, se olvida de s mismo, sus actos brotan desde fuera de s.
Este sujeto de la existencia cotidiana se masifica, se vuelve uno
dejando de ser yo.
El trmino Dasein expresa la relacin del ser con el hombre y la
relacin del hombre con el ser. El ser (Sein) entra en la relacin con el
hombre en cuanto, al revelrsele est ah (Da) para el hombre. ste es
el Dasein del ser. El hombre es el Da del Sein, es decir, el mbito en
que el ser se hace patente. Pero, tambin, el Da del Sein es el mbito
en que el hombre es. El Da del Sein es el Da (ah) del hombre. No es
una relacin objetiva, pues el hombre llega a ser hombre dentro de la
relacin. La palabra Dasein seala el punto en que se cruzan el
hombre y el ser.
El ser-en-el-mundo es otro modo de ser del hombre. Mundo equivale
aqu a horizonte. El mundo es apertura del ser, en cuyo horizonte est
la existencia. Este mundo cambia con los cambios en la historia de la
relacin del hombre con el ser. Heidegger ha expresado que "el mundo
no es lo que es y cmo es por el hombre, pero tampoco puede serlo
sin l".
El Dasein se temporaliza, si se entiende bien a Heidegger, en el ir a su
propio encuentro desde el mundo. El mundo es aquello hacia lo cual y

por lo cual el Dasein se temporaliza, es decir, existe. La expresin por


lo cual anticipa, originariamente, la posibilidad que se determina
fcticamente. El proyecto originario de la posibilidad del Dasein es
poner-ante-s-mismo el mundo. Ese acontecer del supraproyecto
proyectante, en el que se temporaliza el ser del Dasein, es el ser-enel-mundo. El Dasein es lo que configura el mundo. El ente no podra
revelarse de ningn modo si no encontrase ocasin de penetrar en su
mundo.

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