La Iglesia Medieval
La Iglesia Medieval
La Iglesia Medieval
I. Introduccin
El adjetivo "medieval" se refiere al perodo histrico comnmente conocido como la
Edad Media, ubicado entre los tiempos de la antigedad y los modernos. Los
historiadores consideran generalmente la cada del Imperio Romano de Occidente
(476 d. C.) como el suceso histrico que seala la terminacin de la Edad Antigua, y
el Renacimiento y la Reforma como los movimientos que marcan el comienzo de la
Edad Moderna. Nuestro propsito es proporcionar un marco histrico para el
estudio de aquellas porciones de las diversas cadenas profticas del Apocalipsis que
corresponden con este perodo de la historia. Lo mismo se aplica al captulo
siguiente: "Desde la Reforma en adelante".
Decadencia del Imperio Romano.La decadencia y cada del Imperio Romano abarca un perodo de varios siglos. El
brillante reinado de Augusto, el primer emperador (27 a. C.-14 d. C.), seal la edad
de oro de la historia romana. Con unas pocas excepciones notables, como Trajano
(98-117 d. C.), Adriano (117-138). Marco Aurelio (161- 180), Diocleciano (284-305),
Constantino (306-337) y Teodosio (379-395), los emperadores desde Augusto hasta
Rmulo Augstulo (depuesto en 476) fueron poco ms que mediocres, y la historia
del imperio a travs de casi toda su duracin de unos cinco siglos, especialmente
desde Marco Aurelio en adelante, es el registro de una declinacin gradual. Hacia
fines del siglo III d. C. el proceso de desintegracin se haba acentuado mucho. Es
cierto que las reformas y la reorganizacin del imperio efectuadas por Constantino
sirvieron para detener por un tiempo la tendencia descendente; pero desde all en
adelante el proceso de desintegracin continu con un ritmo de creciente rapidez.
Y con el siglo IV comenz la larga serie de invasiones de los brbaros del norte, que
aceleraron mucho el proceso.
Aunque el ltimo emperador de Occidente fue depuesto en 476, tambin haba
habido emperadores en el Oriente desde el momento cuando Constantino, traslad
la sede del gobierno de Roma a Constantinopla, en el ao 330. El Imperio Romano
de Oriente continu en realidad durante casi mil aos ms, hasta 1453. El ao 476
es la fecha tradicional para la cada de la Roma antigua, con lo que comienza la
Edad Media; pero es evidente que los tiempos medievales tambin podran contarse
a partir de cualquiera de varios acontecimientos significativos, ya sea antes o
despus de ese ao. Por eso algunos han considerado el reinado de Constantino el
Grande, el primero de una larga sucesin de emperadores cristianos nominales,
como un lmite apropiado entre la Edad Antigua y la Edad Media; y en vista de que
cristianos. Sin embargo, Constantino sigui con sus intrigas polticas y asesinatos, y
slo se bautiz como cristiano poco antes de morir en el ao 337 d. C.
Como emperador, Constantino era pontfice mximo del culto pagano del Estado.
Era natural que, al cristianizarse el imperio, pensara que deba ser el dirigente de la
iglesia cristiana. Adems, su gran afn de lograr la unidad en su imperio y sus
dotes administrativas lo inducan a querer dominar tambin este aspecto de la
sociedad. Y los cristianos, cansados por la persecucin de Diocleciano y felices de
recibir los privilegios que les brindaba ahora el Estado, le concedieron a Constantino
ms autoridad en asuntos eclesisticos de la que convena que tuviera un
emperador que no era ni siquiera bautizado.
En esta nueva relacin de la Iglesia con el Estado, los cristianos se estaban
apartando de la tradicional poltica cristiana de no dejarse envolver en asuntos
polticos. Hasta ahora los cristianos no haban ejercido el poder poltico. Con
frecuencia haban sido perseguidos por las autoridades civiles y religiosas. En estos
asuntos se haban guiado por la instruccin de Jess de darle a Csar lo que era de
Csar (Mat. 22:2l), respetando a los magistrados como instituidos por autoridad
divina (Rom. 13:1-4). Y cuando las autoridades les haban exigido transgredir los
mandatos de su religin, haban repetido vez tras vez la admonicin de Pedro: "Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech. 5: 29). Tertuliano (c.
200 d. C.) escribi en su Apologeticus que la libertad religiosa era uno de los
derechos inalienables del hombre. Tambin afirm que los cristianos no tenan por
qu adorar al emperador, pero que hacan algo ms til: oraban por l. Como un
siglo despus, Lactancio, uno de los padres de la iglesia latina y maestro del hijo de
Constantino, subrayaba la providencia divina que haba llevado a Constantino a
ocupar el ms alto puesto del imperio.
Con todo, Constantino no hizo del cristianismo la religin del Estado; pero s, en
algunos aspectos, una rama o divisin del Estado. La iglesia acept estos aparentes
beneficios con agradecimiento, y no se dio cuenta de los peligros que acarreaban
consigo hasta que se present el dilema de quin deba dirigir a la iglesia: sus
propios lderes o el Estado que se haba entrometido en los asuntos de la iglesia.
La muerte de Constantino puso de manifiesto lo que fue siempre una debilidad de la
constitucin romana: la falta de una disposicin establecida para la sucesin
imperial. El gobierno del imperio pas a manos de los tres hijos de Constantino:
uno tom la parte occidental; otro, la central; y el tercero, la oriental. El imperio no
fue oficialmente dividido; pero s lo fue su administracin, siguindose el ejemplo de
Diocleciano, predecesor de Constantino, de una distribucin ineficaz. De los tres
hijos de Constantino, uno era arriano; y la iglesia del occidente, muy adversa al
arrianismo, soport slo durante un tiempo el gobierno de un emperador arriano.
Compromiso y apostasa.-
Cesaropapismo griego ortodoxo.A diferencia de la iglesia de Occidente (Roma), la Iglesia Catlica de habla griega,
que ms tarde se llam Iglesia Griega Ortodoxa, se debilit por su lucha contra el
arrianismo y por una cantidad de graves controversias teolgicas que no
perturbaron particularmente al Occidente. Otra dificultad que experiment la
Iglesia Griega surgi de sus relaciones con los emperadores romanos de Oriente,
con sede en Constantinopla. El gobierno imperial del Oriente por lo general domin
a la Iglesia Griega Ortodoxa. Aunque muchos de los emperadores orientales fueron
dbiles, la iglesia nunca pudo desarrollar sus actividades independientemente del
gobierno, sino que existi dentro de una relacin con el Estado que ha sido llamada
cesaropapismo (o cesarismo). Este vocablo describe una ntima unin de la iglesia
y el Estado, en la cual el emperador tiene una gran influencia en los asuntos
eclesisticos. La sucesin de emperadores no fue seriamente interrumpida en el
Oriente como lo fue en el Occidente, y el patriarca de Constantinopla nunca pudo
alcanzar el nivel del poder que logr el papa en el Occidente. Otro elemento
divisivo consisti en que la ortodoxia oriental siempre reconoci a varios patriarcas,
iguales en jerarqua, y as priv al patriarca de Constantinopla de un completo
poder eclesistico.
El poder papal llena el vaco poltico.Fue en el aspecto poltico donde la Iglesia Catlica Romana tuvo dificultades con los
arrianos germanos. El Imperio de occidente sufri una grave crisis econmica en el
perodo de Constantino y de sus mediatos sucesores. Hubo inundaciones, sequas,
guerras locales y problemas de puestos y de escasez de trabajadores, que
resultaron en un quebrantamiento de la economa agrcola, y como resultado miles
de hectreas de tierra quedaron sin cultivar. El comercio del Mediterrneo fue
gravemente estorbado por la guerra, especialmente por la piratera de los vndalos
merodeadores del norte de frica.
El costo de sostener una burocracia incompetente y sobornable haba llegado a ser
tan enorme, que se hizo necesario imponer elevados impuestos a comunidades
enteras. Las autoridades municipales eran las responsables de cobrar esas
gravosas torsiones, y cuando no podan hacerlo eran sometidas a severos castigos;
por lo tanto, frecuentemente huan de las ciudades y se convertan en fugitivos en
remotos distritos rurales, en donde a menudo se sometan a la proteccin de los
ricos propietarios de tierras que an quedaban. Este fue en el aspecto econmico
el comienzo del feudalismo.
Esta situacin permiti que los germanos se infiltraran en masa en el Imperio
Romano Occidental. La poblacin sufra penurias econmicas a manos del
gobierno, por lo cual resisti muy poco la llegada de los germanos; y aun lleg a
abrigar la esperanza de que con el colapso del gobierno central y la formacin de
Alejandra, Egipto, y pronto en otros lugares. Los ermitaos llegaron a ser en poco
tiempo tan numerosos, que se juntaban en comunidades y comenzaron a establecer
reglas de conducta, con horas fijas para la devocin, las comidas, el estudio y el
trabajo. Estos monjes pronto constituyeron un poderoso ejrcito, el cual la iglesia
fue suficientemente sabia como para retener dentro de su esfera de influencia
antes que perderlos calificndolos de cismticos.
El movimiento monstico se extendi rpidamente en el cristianismo, apartando a
muchos hombres de la vida econmica, social y familiar. Se extendi en el
Occidente latino, y en el siglo VI Benito (Benedicto) de Nursia redact un
reglamento monstico prctico, adaptado a las condiciones occidentales. Andando
el tiempo se fundaron a lo largo y ancho de Europa occidental numerosos
monasterios que seguan el reglamento de Benito (benedictino); sin embargo, este
reglamento era virtualmente el nico vnculo entre ellos, pues cada monasterio era
autnomo. Los votos de pobreza, obediencia y celibato deban, presumiblemente,
ser mantenidos por todas las rdenes.
Su influencia se hizo sentir ms all de los claustros, no slo en la enseanza
religiosa, sino tambin en los crculos administrativos, econmicos y polticos.
Puede decirse en trminos generales que fue casi nicamente en los monasterios y
bajo el cuidado de los monjes, en donde se conserv la luz del conocimiento y se
protegi la literatura antigua por el trabajo de los monjes copistas. Pero el aumento
de la influencia, la riqueza y el poder produjo abusos y corrupcin entre los monjes
y los clrigos, lo cual hizo necesarias las reformas introducidas por la orden
cluniacense (Cluny) y otras ms.
Surgimiento del islamismo.Casi un siglo despus de la muerte del emperador Justiniano, el Imperio Romano de
Oriente tuvo que enfrentarse a un peligroso enemigo: el Islam. Mahoma era un
comerciante rabe casi desconocido y poco educado. En sus continuos viajes se
relacionaba con judos y cristianos, y por lo menos ley un poco las Escrituras
hebreas (AT) y quiz el NT. Mahoma lleg a la conclusin de que el animismo
supersticioso de los rabes era un error, y que slo haba un Dios a quien
exclusivamente le corresponda ser adorado. Entonces comenz a creer que l era
el profeta de Dios, perteneciente a un largo linaje en el que estaban incluidos los
profetas hebreos y Jess de Nazaret, de los cuales l (Mahoma) era el mayor y el
maestro ms claro de la verdad.
El Islam declar la soberana plena de su Dios, Al, pero no reconoca ninguna
expiacin por el pecado ni tena sacerdocio. No haba salvador. La voluntad de Al
era suprema, y los que vivan una vida de obediencia a esa voluntad podran
anticipar el gozo de las bellezas y los placeres del paraso celestial.
Mahoma tuvo que enfrentarse a una intensa oposicin cuando comenz a predicar;
pero gan algunos adeptos. El nacimiento histrico del mahometismo data de la
Francia, campeona de la causa del papado.Carlos Martel fund lo que fue virtualmente una nueva dinasta en Francia. Los
francos se haban establecido en la Galia romana ms de dos siglos antes,
presididos por su caudillo tribal Clodoveo, que los hizo aceptar el catolicismo
romano. Cuando Clodoveo muri el pas ya haba sido dividido entre sus hijos, y
ms tarde entre los sucesores de stos, quienes gobernaron sus pequeos reinos en
medio de continuas y pequeas guerras civiles y de sangrienta violencia. El linaje
de los merovingios, descendientes de Clodoveo, se debilit. Carlos Martel era el
principal dignatario o "alcalde" del palacio. El haba dirigido las fuerzas de los
francos en conquistas que no slo haban consolidado su reino, sino que les haban
permitido aduearse de una gran parte del este y del sur de Alemania. Con la
derrota de los musulmanes Carlos Martel consolid la seguridad del sur de Francia.
Carlos Martel no tuvo en cuenta los derechos de los ltimos miembros de la casa de
los merovingios, y dispuso que sus propios hijos fueran los gobernantes del imperio
franco. Pipino, su hijo, que lleg a ser el nico gobernante del reino franco, se dio el
ttulo de rey en 752 y lo llev hasta su muerte en 768. Uno de los actos de su
reinado fue una reforma del clero franco, la cual fue posible por medio de Bonifacio,
monje de Inglaterra que lleg a ser arzobispo de la iglesia franca y misionero entre
los germanos que seguan siendo paganos.
Un hecho importante del reinado de Pipino fue su invasin a Italia y derrota de los
lombardos. Cuando Pipino manifest su intencin de penetrar en Italia, el papa
Esteban II, como reconocimiento de su evidente propsito de liberar al papado de la
presin de los lombardos, legitim sus pretensiones a la realeza coronndolo como
rey de los francos. Pipino derrot a los lombardos, le devolvi a Esteban su lugar
en la ciudad de Roma, dio al papa las propiedades que reclamaba, y despus le
concedi todos los territorios que los lombardos le haban quitado al exarca de
Ravena, que haba estado gobernando a Italia como representante del emperador
de Constantinopla. Esta Donacin de Pipino -como se la llama- seala el comienzo
de los Estados de la Iglesia en la Edad Media.
IV. La alta Edad Media (800-1216 d. C.)
Carlomagno.Un hijo de Pipino, Carlos, conocido en la historia como Carlomagno, fue quien
complet la expansin del imperio franco y consolid la Europa medieval.
Carlomagno mantuvo bajo su dominio a los alamanes y a las regiones de Turingia y
Baviera. Termin de vencer a los lombardos de Italia, de cuya corona de hierro se
apoder, y venci a los sajones germanos. Tambin desaloj a los musulmanes de
la regin de los Pirineos. Carlomagno hizo que la organizacin poltica interna de su
imperio alcanzara un alto grado de eficiencia; para lograrlo nombr condes en cada
zona y organiz delegaciones o misiones anuales, cada una constituida por un
conde y un obispo que iban de un lugar a otro en gira de inspeccin para poner en
orden las cosas en nombre de Carlomagno. Este procedimiento dio como resultado
una nueva reforma en la iglesia de los francos. Carlomagno tambin prest
atencin a la educacin, cuya condicin era deplorable.
Carlomagno fue a Italia a fines del ao 800, pues el papa Len III se encontraba en
serias dificultades con algunos de sus enemigos personales. Carlomagno investig
el caso y puso de nuevo a Len en su trono papal de la ciudad de Roma. El rey y su
squito, junto con el papa y su comitiva, asistieron el da de Navidad a un servicio
religioso en la antigua iglesia que ocupaba el terreno donde est ahora la catedral
de San Pedro. Cuando termin el servicio religioso el papa se acerc a Carlomagno,
que estaba arrodillado, le coloc una diadema en la cabeza y lo declar Carlos
Augusto, emperador de los romanos.
Se duda de que Carlomagno hubiera hecho planes para que eso sucediera; pero s
es muy probable que estuviera pensando en el momento de tomar dicho ttulo.
Haban transcurrido 324 aos desde que el ltimo rey occidental haba lucido el
ttulo de emperador de los romanos. Desde el ao 800 hubo casi sin interrupcin un
emperador romano, por lo menos nominalmente, hasta que Napolen depuso el
ltimo en 1806. Sin embargo, existan en realidad dos imperios, el oriental y el
occidental, y no dos partes de un imperio como haba sido anteriormente.
La controversia de los iconoclastas.Las controversias religiosas tambin contribuyeron a este proceso de separacin
entre el Oriente y el Occidente. La discusin quiz ms prolongada e intensa fue la
que gir en torno de la naturaleza de Jesucristo. El cristianismo del Occidente no
fue dividido por ninguna divergencia importante de origen teolgico. Roma pudo
avanzar por el sendero de una enseanza doctrinal definida durante esos siglos, y
condujo por la senda de la ortodoxia romana a las iglesias que haba ayudado a
fundar en la Europa occidental. El hecho de que el Oriente estuviera dividido por
disputas y que stas se resolvieran en los trminos establecidos por los griegos,
sirvi para aumentar ms la separacin entre el Oriente y el Occidente.
La divisin se acentu con el estallido de la controversia con los iconoclastas o
"destructores de imgenes". Como ya se dijo, durante los siglos VIII y IX la mitad
oriental del Imperio Romano estuvo envuelta en una terrible lucha contra la
propagacin del Islam. Los musulmanes eran decididamente monotestas, e
insistan fanticamente en que no hay sino un Dios, Al. Esto produca, por
supuesto, un rotundo rechazo de cualquier clase de estatua, imagen o cuadro que
se empleara en el culto religioso. El Islam concordaba en esto con el judasmo, que
interpretaba el segundo mandamiento del Declogo mosaico como una prohibicin
de cualquier representacin grfica o material de la Deidad.
Las controversias acerca de la naturaleza de Cristo como el unignito Hijo de Dios,
que haban dividido al cristianismo oriental, presentaban un inquietante contraste
con el sencillo monotesmo del Islam; y ms an: desde el siglo III en adelante se
haba intensificado el uso de cuadros e imgenes de Jess en las iglesias. Esas
representaciones grficas al principio se usaron para fomentar la devocin de los
cristianos sencillos que no podan leer por s mismos las Escrituras; pero
La polmica de las investiduras.La lucha entre la iglesia y el Estado en cuanto a las lneas de conducta presentadas
por los monjes de Cluny, se conoce como "la polmica de las investiduras". Enrique
III (1039-1056), emperador del Santo Imperio Romano Germnico, procur con afn
que se elevara el nivel de la vida de la iglesia. Logr llegar a un acuerdo con los
poderosos nobles germanos, o a dominarlos, y al mismo tiempo mantuvo la paz en
Italia. Dio pasos decisivos para reformar a la iglesia y puso como papas a algunos
clrigos alemanes. No se opuso a la reforma de Cluny, quiz porque no se dio
cuenta de su desafo al poder real y ducal.
Su hijo, quien ms tarde fue Enrique IV, tena slo cinco aos cuando Enrique III
muri en 1056. El gobierno imperial pas a manos de regentes, la reina y algunos
de los nobles alemanes. Enrique IV estuvo durante un tiempo bajo la tutela de su
madre; pero ms tarde sus tutores fueron dos arzobispos alemanes polticamente
poderosos. Probablemente por eso saba ms de intrigas polticas que de las cosas
nobles de la vida cuando fue coronado como monarca de Alemania a los 15 aos de
edad. Esto sucedi en 1066, el mismo ao en que Guillermo el Conquistador,
animado por el papado, cruzaba el canal de la Mancha y derrotaba al ltimo de los
reyes sajones de Inglaterra. Los poderosos nobles alemanes se sentan inquietos
por estar bajo un monarca tan joven, y desde el mismo comienzo de su activo
gobierno el problema de Enrique fue mantener a esos indciles nobles del imperio
bajo cierta sujecin. Naturalmente procuraba colocar a sus amigos en cargos de
poder y tambin deseaba que los que lo apoyaban ocuparan altos cargos
eclesisticos. Por eso cuando se le presentaba la oportunidad nombraba tanto
laicos como eclesisticos para fortalecerse polticamente. Esto concordaba
plenamente con lo que se haba hecho por dcadas, hasta por siglos; pero era
contrario al programa de los reformadores de Cluny, quienes adquiran ms poder.
El movimiento de reforma alcanz mayor significado cuando algunos funcionarios
papales participaron en l. Entre ellos se destac Hildebrando, un dicono de la
ciudad de Roma; era un lombardo de amplia visin, de voluntad persistente y
notable dedicacin a lo que vislumbraba que fortaleca los intereses de la iglesia.
Apoyaba de todo corazn la reforma de Cluny, y hasta puede ser que pasara un
corto lapso en ese monasterio. Como era dicono, colaboraba con los papas
reinantes para fortalecer la iglesia en todas las formas, y sin duda fue un agente
activo en las manipulaciones papales durante varios aos antes de que fuera
nombrado papa. Durante su diaconado se instituy el sistema de que el papa fuera
elegido por el colegio de cardenales, y que se discontinuara el desordenado mtodo
de nombrarlo por aclamacin del pueblo, como se haba hecho hasta entonces.
Hildebrando fue elegido papa en 1073, y tom el nombre de Gregorio VII. Enrique
IV era entonces un joven de 22 aos que trabajaba activamente para consolidar su
dominio sobre el imperio. El nuevo papa se dirigi bondadosamente al joven
monarca con la evidente esperanza de que lo considerara como a un padre y
consejero; pero esa amistosa relacin se deterior poco a poco. Enrique no estaba
dispuesto a que el papa determinara quin deba ocupar los obispados alemanes, y
finalmente desafi al papa. Entonces, Gregorio Vll excomulg a Enrique IV. La
aplicacin del entredicho sobre Enrique IV significaba que todos los nobles y obispos
alemanes que se oponan al programa del joven monarca aprovecharan la
excomunin como una excusa para repudiarlo como emperador y colocar a otro en
su lugar.
Esta combinacin de circunstancias propici el famoso episodio de Canossa, que
hasta el da de hoy es difcil de analizar y evaluar. La excomunin fue decretada en
1076. Enrique comprendi la amenaza que ese entredicho representaba para su
futura carrera y acompaado por dos obispos alemanes cruz los Alpes en lo ms
crudo del invierno con la esperanza de llegar a algn arreglo con Gregorio. Pero
Gregorio haba partido para Alemania, pues los nobles le haban pedido que fuera
para que se preparara la eleccin de un nuevo emperador. Gregorio haba viajado
hasta el castillo toscano de Canossa, y all lleg Enrique para pedirle una audiencia.
El papa no estaba seguro de lo que deba hacer o decir. Saba que Enrique era
incapaz como gobernante y que ahora tena la oportunidad de desplazarlo; pero,
por otro lado, si Enrique estaba sinceramente arrepentido, su deber como papa era
absolverlo. Esta vacilacin hizo que Gregorio mantuviera a Enrique esperando tres
das fuera de los portones del castillo en el fro de enero, el mes ms crudo del
invierno europeo. Finalmente le concedi audiencia al arrepentido Enrique, y
cuando el monarca se arrodill delante de l, lo absolvi.
Gregorio regres a Roma porque comprendi que era intil continuar su viaje a
Alemania en ese momento debido al giro que haban tomado los acontecimientos.
Enrique regres a Alemania, llev a feliz trmino su conflicto con los nobles y se
restableci como monarca; sin embargo, su gobierno siempre fue perturbado y
nunca logr una verdadera paz con Gregorio. Enrique expuls a Gregorio de Roma
antes de que ste muriera, y en su lugar coloc a un antipapa, el cual, a su vez,
coron a Enrique como emperador. Gregorio muri en el exilio. Se afirma que dijo:
"He amado la justicia y he odiado la iniquidad; por eso muero en el exilio".
Enrique V, hijo de Enrique IV, continu con la disputa sobre las investiduras, pero
finalmente en el ao 1122, se lleg a un arreglo conocido como el concordato de
Worms. Segn los trminos de ese convenio, el papa de Roma, o su representante,
deba nombrar obispos para que ocuparan las vacantes, pero con la aprobacin del
monarca correspondiente. Un legado papal deba investir al obispo con su
autoridad eclesistica y su insignia, y un representante del emperador le conceda
la investidura con sus poderes seculares. Esto fue slo una componenda, ya que
tuvo eficacia como un recurso transitorio que slo logr una paz intranquila, pues,
en realidad, se produjeron graves luchas entre la iglesia y el Estado. La cuestin
significaba ms que determinar si la iglesia deba verse libre de la dominacin del
Estado. Como aqulla representaba el factor espiritual, pretenda tener una
autoridad superior, pues hablaba en nombre de Dios. Deba, pues, decidirse si la
Medio siglo despus los turcos recuperaron algunos de los territorios que haban
perdido ante los cruzados, y se organiz la segunda cruzada debido a la predicacin
ferviente del famoso clrigo Bernardo de Claraval. La segunda cruzada fue una
cruzada de reyes. La presidieron Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania. Esta
cruzada, considerada como un fracaso, comenz en 1147 y termin
desastrosamente en 1148.
Una generacin ms tarde surgi en Egipto un gran caudillo sarraceno, Saladino.
Era ste un gran caballero del Islam, pero se indign porque los francos de Jerusaln
violaron una tregua, y entonces dio comienzo a una jihad o guerra santa contra los
cruzados o reino de Jerusaln. Atac fuertemente a Jerusaln y despus un corto
asedio cay de nuevo en manos de los musulmanes en el ltimo trimestre de 1187.
El resultado inmediato fue la declaracin de la tercera cruzada (1189-1192),
considerada como peculiar, pues fue promovida mediante la aprobacin de un gran
concilio de la iglesia y como resultado del profundo sentimiento reinante en Europa,
de que Dios haba permitido que Jerusaln cayera nuevamente en manos de los
infieles para castigarla por sus pecados. El emperador Federico Barbarroja avanz
hacia el este con una gran fuerza de caballeros alemanes, quienes, a pesar de sus
esfuerzos, perecieron casi todos en las derrotas sufridas despus de que el
emperador se ahog en forma accidental en el este de Asia Menor. Ricardo I de
Inglaterra y Felipe Augusto de Francia comandaron importantes contingentes en
esta cruzada y lograron sitiar diversos lugares en Palestina; pero a pesar del
magnfico liderazgo de la cruzada y de su cuidadosa organizacin, se logr muy
poco. La mayor parte de los tres aos que pasaron dichos reyes en Palestina,
transcurri entre escaramuzas y treguas con Saladino. El resultado fue el
reconocimiento de los derechos mutuos en ciertas ciudades de Palestina y el
privilegio que se conceda a los cristianos para que pudieran hacer sus
peregrinaciones a los lugares santos de Jerusaln; sin embargo, la ciudad qued en
manos de Saladino.
La cuarta cruzada (1202-1204), que sigui poco despus de la tercera, fue de todas,
excepto la primera, la que tuvo ms xito en cuanto al objetivo al cual fue dirigida;
pero tambin fue la que trajo ms funestas consecuencias. Esta cruzada, concebida
y financiada por la poderosa y mercantil repblica de Venecia, se apart de la meta
original en Palestina y atac a otro Estado cristiano: el Imperio Romano de Oriente,
cuya capital era Constantinopla. La cuarta cruzada tuvo lugar durante el
pontificado del papa Inocencio III (1198-1216), uno de los papas ms inteligentes y
destacados. No se puede dudar de que el papa saba que esta cruzada finalmente
atacara a Constantinopla; lo que no se puede saber con certeza es si l dio su
consentimiento. Los ejrcitos occidentales tomaron a Constantinopla en 1204, algo
que los turcos no haban podido hacer, y el Imperio Romano Griego se convirti por
un tiempo en un reino latino. Hubo posteriormente otras cruzadas, todas las cuales
significaron fracasos; pero ninguna fue tan desdeable como sta. No proporcion
ninguna ganancia verdadera al Occidente, y debilit de tal manera al ya
desfalleciente Imperio de Oriente, que en 1453, 250 aos despus, Constantinopla,
el ltimo bastin cristiano en el Oriente, cay en manos de sus enemigos islmicos,
esta vez los turcos otomanos; y Constantinopla se convirti en la capital del
islamismo. En respuesta, 40 aos ms tarde, en 1492, los espaoles expulsaron de
Espaa a los ltimos moros.
V. La parte final de la Edad Media (1216-1517 d. C.)
La alta marea del poder papal.-
de la Inquisicin. Este instrumento de tortura y odio persegua a todos los que eran
sospechosos de hereja ante la iglesia, y cuando les probaba su culpabilidad los
entregaba al Estado para ser castigados con prisin o para que murieran en la
hoguera.
El reavivamiento del conocimiento.Este tenebroso perodo de persecucin tambin fue paradjicamente un perodo de
esclarecimiento intelectual. Mucho de esto se debi al Islam, que contribuy
grandemente al renacimiento intelectual de la Europa de Occidente. Con el colapso
del gobierno imperial romano occidental a mediados del siglo V, que coincidi con la
invasin de los inteligentes aunque ignorantes brbaros, la cultura occidental sufri
un eclipse paralelo con el colapso econmico de ese entonces. La cristiandad
occidental haba vivido durante siglos en una profunda y supersticiosa ignorancia
alumbrada muy temporal y superficialmente por una reaparicin del conocimiento
en la era de Carlomagno. Por lo tanto, los siglos que se extienden desde mediados
del siglo V hasta mediados del siglo X a veces son llamados la Edad Oscura
intelectual. Hubo oscuridad espiritual y moral, y tambin cultural. Algunos
prolongan la duracin de la Edad Oscura hasta el tiempo de la Reforma, debido a
que el papado aplast a los disidentes y la libertad religiosa durante ese tiempo.
Espiritualmente fue, sin duda, un perodo tenebroso. Pero si se prolonga la
aplicacin de ese trmino se pasan por alto los grandes reavivamientos la cultura
que aparecieron despus del siglo X.
Hubo varios reavivamientos de la cultura, algunos generales, otros locales. De
todos stos el surgimiento del inters intelectual en el siglo XII fue un notable
anticipo del gran Renacimiento humanstico de los siglos XIV y XV, que prepar el
camino para la Reforma.
Las principales causas del reavivamiento del conocimiento fueron cuatro: (1) la
fertilidad natural de la mente europea occidental; (2) la pequea corriente de
cultura greco-latina que el clero catlico romano haba mantenido fluyendo
silenciosamente, principalmente en los monasterios; (3) una pequea dosis de
conocimiento griego, proporcionado por eruditos que huyeron de la invasin de los
turcos otomanos; (4) y, principalmente, la influencia del Islam. Cuando los rabes
conquistaron la Roma oriental y el norte del frica, estaban hambrientos de
conocimiento, y quedaron admirados ante la riqueza de cultura greco-romana y
persa que cay en sus manos. Se apoderaron de ella, le dieron nueva vida, la
adaptaron a su modo rabe e islmico de pensar, y la hicieron suya. El resultado
fue una brillante civilizacin islmica que irradi especialmente desde Bagdad, junto
al ro Tigris, y desde Crdoba, en Espaa. Tambin contribuyeron los judos, que
tenan mucho en comn con los rabes.
Los pueblos cristianos de la Europa occidental al principio consideraron con
desconfianza esta cultura de los musulmanes, como si hubiera sido una especie de
los necesitados. Invit, entonces, al papa, a los obispos y a los laicos ricos para que
se unieran con l en su abnegacin.
La idea de que la iglesia deba renunciar a todas sus posesiones materiales, como
un remedio para todos sus propios males y como solucin para sus dificultades con
el Estado y con la sociedad feudal, no era nueva. El emperador Enrique V lo haba
propuesto al papado, pero ste haba rechazado la idea, y ahora tambin rechaz lo
que le propona Francisco de Ass. Francisco estuvo a punto de separarse de la
iglesia mundana que se propona corregir, con lo que se atrajo la ira de ella.
Savonarola, de Florencia, fue torturado, ahorcado y quemado ms tarde (1498) por
sus esfuerzos de reforma algo similares. Pero Francisco qued dentro de la iglesia,
y con la aprobacin del papa estableci la orden franciscana para que sirviera fuera
de los lmites del monasterio, aunque bajo reglas monsticas y dedicadas a obras
de bien y de caridad.
Primeros movimientos de reforma.La idea de la pobreza voluntaria por amor a Cristo y los intentos por restaurar el
cristianismo puro y sencillo del NT, haban tenido consecuencias de largo alcance.
Algunos grupos de "hombres pobres" del siglo XII, como los seguidores de Arnoldo
de Brescia (1100-1155) y Pedro Valdo, de Lyon, Francia (c. 1173), terminaron
desafiando a todo el sistema papal, y en algunos casos llamando a la iglesia
Babilonia y al papa anticristo.
Todos estos movimientos eran, en realidad, parte de un fermento de disensin que
durante siglos haba desafiado la jactanciosa unidad de la iglesia. En el norte de
Italia estaban los patarinos (c. 1056), quienes atacaban la inmoralidad de los
clrigos. Estaban los pasagianos, una extraa secta que andaba por Lombarda
amonestando a todos a que abrazaran el Evangelio puro. Los sabatati tenan una
costumbre muy singular: usaban zapatos de madera (sabots) con el smbolo de una
cruz como seal de su secta. Los ctaros, literalmente "los puros" (relacionados con
los bogomiles, procedentes de Bulgaria), vivan en Lombarda en el siglo XI; pero se
esparcieron por toda Europa occidental, y de ellos sali un grupo llamado los
albigenses, que vivieron en el sur de Francia. Aunque algunos de estos grupos eran
parcialmente herticos en lo que se refiere a doctrinas, la pureza de sus vidas
despertaba la admiracin del pueblo y la ira de los clrigos de vida fcil. Los
albigenses fueron aniquilados por una cruzada lanzada contra ellos en 1208.
Los ms destacados de todos los grupos disidentes, y que an sobreviven en el
norte de Italia, fueron los valdenses. Cuando Pedro Valdo y sus seguidores fueron
expulsados de Lyon, Francia, se establecieron en Lombarda, en el norte de Italia.
All se unieron a otros grupos de disidentes ms antiguos, y nutrieron la ya
sembrada semilla de la disidencia. Estos valdenses francoitalianos se extendieron
por Suiza, Alemania, Austria, Bohemia, Moravia y otras regiones de Europa. Sus
enseanzas, conocidas por los escritos de sus oponentes catlicos, eran
Knowles, David y Dimitri Obolensky. The Middle Ages. The Christian Centuries (t. 2).
New York: Paulist Press, 1978.
Kruger, Gustav. The Papacy, The Idea and Its Exponents. Traducida por E M. S.
Batchelor and C. A. Miles. Londres: T. F. Unwin, 1909.
Lagarde, Andr. Ver Turmel, Joseph.
Lea, Henry Charles. A History of the Inquisition of the Middle Ages (3 t.). New York:
Harper and Brothers, 1888.
Menndez y Pelayo, Marcelino. Historia de los heterodoxos espaoles. Buenos
Aires: Editorial Glem, 1945. Los 4 t. de esta obra del reconocido literato espaol
presentan en forma detallada, desde el punto de vista catlico, la historia de las
herejas en Espaa. El t. 2 abarca desde el siglo IX hasta el XV.
Meyendorff, John. The Orthodox Church: Its Past and its Role in the World Today.
Edicin revisada. New York: St. Vladimir's Seminary Press, 1981. Escrita por un
autor ortodoxo, esta obra narra la historia de la iglesia ortodoxa griega, desde sus
comienzos.
Paetow, Louis John. A Guide to the Study of Medieval Church. Ed. rev. New York: F.
S. Crofts & Co., 193 l.
Schaff, Philip. History of the Christian Church (7 t. en 8). New York: Charles
Scribners Sons, 1892-1910.
Seeberg, Reinhold. Manual de historia de las doctrinas (2 t.). Buenos Aires: Casa
Bautista de Publicaciones, 1967. Traducida del alemn, esta obra es considerada
como uno de los mejores resmenes de la historia de la doctrina cristiana a travs
de los siglos. El segundo tomo abarca desde el siglo VII hasta despus de la
Reforma.
Shotwell, James T., y Loomis, Louis Ropes. The See of Peter. New York: Columbia
University Press, 1927.
Southern, Richard W. Western Society and the Church in the Middle Ages.
Harmondsworth, Inglaterra: Penguin Books, 1970.
Thatcher, Oliver J., y McNeal, Edgar H. A Source Book for Medieval History. New
York: Charles Scribner's Sons, 1905.
Turberville, A. S. Medieval Heresy and the Inquisition. Londres: Hamdem, 1964.
Contiene una presentacin equilibrada de los movimientos, las intrigas, y las
persecuciones de los herejes de la Edad Media.
[Turmet, Joseph.] The Latin Church in the Middle Ages, por Andr Lagarde
[seudnimo]. Traducido por Archibald Alexander. New York: Charles Scribner's
Sons, 1915.