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Historia de La Espiritualidad Siglos XV y Xvi

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Historia de la espiritualidad

El lugar de encuentro de los Catlicos en la red


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16a. sesin: Siglo XV Edad Media: Renacimiento y Conquista de Amrica


Autor: P. Antonio Rivero
SIGLO XV
INTRODUCCIN
Despus del cautiverio de Avin y del cisma de Occidente, la Iglesia sufra en toda Europa una crisis de credibilidad.
Esta crisis se ahond todava ms por las fuertes convulsiones polticas, sociales y econmicas de estos siglos. Ante
el
desprestigio del sacerdocio, la mentalidad religiosa se orient a buscar un contacto ms directo con Dios. Es lo que
hablamos en el siglo anterior sobre la devocin moderna. Aqu est, segn algunos, el preludio de la reforma
protestante de Lutero, pero slo en algunos puntos que a l le convenan.
En general, la formacin del clero era muy deficiente y, en algunos casos, exista una marcada corrupcin. Algunos
obispos actuaban ms como seores feudales que como pastores de la Iglesia. La necesidad de una reforma era
inminente. Se pens que el concilio de Constanza la iniciara, pero apenas hizo algo al respecto.
I. SUCESOS
A ro revuelto, ganancia de pescadores...
En este clima de desconcierto general en la Iglesia, brot la hereja husita, iniciada por Juan Huss, por influjo del
ingls
Wycleff 117, resumida en estos puntos:
Huss critica al Papa y dice que la iglesia verdadera no es la institucin, sino la comunidad de los elegidos. Quiere
reformar la iglesia y hacerla ms pobre. Predic violentamente contra el rico clero y contra el papa Juan XXIII. Acude
a
Constanza. Fue condenada su concepcin de la iglesia. Huss acab en la hoguera 118.
Ataca a la propiedad y a la autoridad, y por tanto, a la autoridad del Papa. l, Juan Huss, se dice sbdito del concilio
y
de Jesucristo.
Niega los sacramentos.
Reclama libertad para predicar y cliz para los seglares, es decir, comunin bajo las dos especies.
Exige que se prohban al clero la posesin de bienes y que todo pecado mortal sea castigado.
Niega el celibato sacerdotal.
Niega el culto a los santos.
Tambin los emperadores y los poderes civiles, aprovechando esta confusin en la Iglesia, queran seguir
interviniendo
en asuntos religiosos. Ejemplo de ello fue la llamada Pragmtica Sancin de Bourges, firmada por el rey Carlos VIII
de
Francia. Deseaba constituir una iglesia nacional. Para ello se concedi ingerencia en las elecciones episcopales y
permiti que los monjes eligieran abad. Prohibi la publicacin de los documentos pontificios que no contaran con su
aprobacin real.
Final del imperio cristiano bizantino y avance turco otomano
Terminado el cisma de Occidente, el papa Martn V y su sucesor Eugenio IV anhelaban poner fin tambin al cisma
oriental, comenzado, como dijimos, en 1054. Lo mismo deseaban en Constantinopla los telogos unionistas.
Por otra parte, la creciente amenaza turca impulsaba a los gobernantes bizantinos a buscar un apoyo en la
Cristiandad
occidental, e inclinaba su nimo hacia la causa de la unin eclesistica.
Oriente y Occidente estaban de acuerdo en que la solucin del cisma habra de conseguirse mediante un Concilio,
donde ambas iglesias, la latina y la griega, estuvieran representadas. Se comenz dicho Concilio en Ferrara el 2 de
enero de 1438, y se prosigui en Florencia, donde hubo de trasladarse a causa de la peste, a partir del 13 de febrero
de
1439. Fueron positivos los resultados y se lleg a la unin y a la aceptacin del Papa como cabeza y vicario de
Cristo,
pastor y maestro de todos los cristianos, que rige y gobierna la Iglesia de Dios, sin perjuicio de los derechos de los
patriarcas de Oriente.
Cuando los obispos griegos volvieron a Oriente encontraron un clima popular resueltamente adverso y antirromano,
lanzado por Marco Eugenio de feso, el tenaz enemigo de la unin de las dos iglesias. El emperador Juan VIII, a la
vista del sesgo que tomaban los acontecimientos, se dej intimidar y no se atrevi a proclamar oficialmente la unin
de

Florencia, aunque tampoco lleg a denunciarla.


Entre tanto, los turcos que por conveniencia poltica haban combatido la unin en las iglesias sujetas a su dominio,
ocupaban la mayor parte de los territorios bizantinos y amenazaban de cerca de Constantinopla. Muerto el
emperador
Juan, su hermano y sucesor Constantino XI decidi promulgar el decreto de unin. La unin, concluida en Florencia,
fue solemnemente proclamada en la catedral de santa Sofa, el 12 de diciembre de 1452, en presencia del
emperador,
del legado papal y del patriarca bizantino.
La reaccin fue un violento tumulto iniciado por el clero y los monjes, que lanzaron el grito de guerra, ardorosamente
coreado por las turbas: Reine sobre Constantinopla el turbante de los turcos, antes que la mitra de los latinos!.
Medio ao ms tarde, ese voto tena cumplimiento: en abril de 1453, la ciudad de Constantinopla es sitiada por los
turcos. Y el 29 de mayo toman por asalto la ciudad. El emperador sucumbe y muere sobre las murallas. El sultn
Mahoma II entra a caballo en Santa Sofa, alfombrada de cadveres. Haba sucumbido la segunda Roma. El Imperio
bizantino pasaba a la historia. Mosc recoga la herencia como tercera Roma (1461). Un concilio ruso proclam en
1448 la autonoma de la iglesia rusa, eligiendo al metropolita de Mosc.
El siglo XVI presenciar horrorizado los siguientes avances turcos, hasta que sern detenidos en la batalla de
Lepanto.
Renacimiento: Una nueva concepcin del mundo.
En el centro, el hombre
Los intelectuales europeos estudiaron la cultura grecolatina. Los adelantos cientficos de la poca promovieron los
cambios culturales. El sistema econmico del feudalismo decay dando paso a un incipiente capitalismo. La imprenta
de Guttemberg revolucion la vida intelectual. El primer libro que sali de sus manos fue la Biblia (1455). Ya la
Sagrada
Escritura no era privilegio de eruditos, sino de todos. Las tcnicas de los viajes martimos fueron usadas y
perfeccionadas por los portugueses, sobre todo.
Qu caractersticas tuvo el Renacimiento?
a) El centro de todo no es Dios, sino el hombre.
b) Vuelta a los clsicos grecolatinos en letras (literatura) y arte (arquitectura, pintura y escultura). As nacieron las
Academias que acogan a los estudiosos reunidos para comentar las obras producidas por la imprenta. El
Renacimiento privilegi a Platn, por encima de Aristteles. La Escolstica recibi burlas despectivas.
c) Los mismos Papas fueron mecenas o protectores de artistas. Por ejemplo, Nicols V patrocin la traduccin de los
autores griegos al latn. Sixto IV mand construir la Capilla Sixtina (1475). Estos mismos papas propiciaron el
nepotismo, los escndalos financieros, acumulacin de beneficios, proliferacin de espectculos escandalosos,
ejercicio de polticas de expansionismo y poca aficin a las virtudes ascticas.
Contra estos vicios alz la voz Jernimo Savonarola, dominico, predicador de fuego. Alejandro VI intent conquistarle
y
ponerle de su parte; pero no lo consigui. Por tanto, prohibi a fray Jernimo que predicara. l desobedeci,
alegando,
como Huss, que obedeca los designios de Dios. El Papa Alejandro VI lo excomulg. Termin tristemente en la
hoguera
en 1498, en Florencia.
Otro dominico, espaol, Vicente Ferrer, mostr tambin, pero con ms respeto, ansia de reformar las costumbres en
la
Iglesia, a la que con todos sus defectos, tuvo una firme adhesin. Son famosos sus sermones y tratados de vida
espiritual. El franciscano san Juan de Capistrano levant el alma de Hungra y a caballo crucifijo en mano- defini la
derrota del Islam, que amenazaba Europa. San Bernardino de Siena franciscano- con su predicacin y vida santa
sostuvo a las comunidades y pueblos italianos en su fe.
Descubrimiento, conquista y evangelizacin de Amrica
1492 fue un ao muy importante para Espaa y Portugal. Fueron expulsados los moros, se casaron los reyes
catlicos
que tanto empujaron la causa catlica, Coln descubri Amrica, naci Ignacio de Loyola, el cardenal Cisneros
reform
la vida espiritual de Espaa y fund la universidad de Alcal de Henares.
Veamos este tema, de tanta importancia en la historia de la humanidad y en la historia de la Iglesia.
a) Los hechos
En 1492 Coln 119 obtiene los ttulos vitalicios y hereditarios de Virrey, Almirante y Gobernador, con poderes
jurisdiccionales sobre las tierras a descubrir; se le adjudica el 10 % de las riquezas halladas. El 3 de agosto salen del
Puerto de Palos, en Huelva, las carabelas Pinta, Nia y Santa Mara, con unos 100 hombres, la mayora andaluces,

algunos vascos y gallegos120 . Era el primer viaje de Coln. El 12 de octubre descubren la isla Guanahan (ms
tarde
llamada San Salvador), Cuba y Santo Domingo. En santo Domingo se funda el fuerte Navidad, primer
establecimiento
europeo en el continente americano. Y es san Domingo donde se plant la primera cruz, se celebr la primera misa,
se
recit la primera avemara y de donde entre diversas vicisitudes, parti la irradiacin de la fe a otras islas y luego a
tierra firme, dando as comienzo a la gesta evangelizadora de Nuevo mundo 121 .
En 1493 Coln regresa a Espaa. Desembarca en Barcelona y se entrevista con los reyes en el mes de abril. El 25
de
septiembre parten de Cdiz 17 nuevas carabelas, las cuales transportan al Nuevo Mundo 1.500 hombres con
instrucciones para la evangelizacin, comercio y colonizacin de estas tierras. Es el segundo viaje de Coln. Se
funda
la primera ciudad, llamada Isabela en honor de la Reina Catlica, entre las ruinas del fuerte Navidad, destruido por
los
indios. Realizan viajes a Cuba que Coln cree ser la India- y a Jamaica; vuelven a Santo Domingo, entonces
llamada
La Espaola, donde el gobierno de Cristbal Coln produce descontento. Se plantea el problema de la esclavitud
indgena.
En 1495, en el mes de octubre, desde la metrpoli se enva a La Espaola un representante real; Coln entrega el
gobierno a su hermano Bartolom y regresa a Espaa para defenderse de las acusaciones que se le hacen en la
Corte
de maltrato de los indios.
En 1498, 30 de mayo, Coln realiza su tercer viaje 122 al Nuevo Mundo. Salen de Sevilla y Sanlcar seis carabelas,
que siguen dos rutas: una va hacia La Espaola y la otra hacia el Sudoeste. Descubrimiento de Trinidad y de la
desembocadura del Orinoco. En el mes de agosto llegan a distintos puntos del continente, que Coln sigue creyendo
ser las Indias orientales.
En 1500 el portugus Pedro lvarez Cabral descubre el Brasil, al tiempo que Vicente Y. Pinzn llega a su costa
nordeste y a las bocas del Amazonas. Juan de la Cosa traza el primer mapa de las tierras exploradas. Tras su
regreso
a La Espaola, Roldn encabeza una sublevacin contra Coln. Bobadilla es enviado a esta isla por los reyes con
plenos poderes, y procesa a Coln, que es enviado a Espaa en calidad de preso. Esto conlleva la supresin de sus
privilegios, salvo los ttulos de Virrey y Almirante.
En 1502 Nicols de Ovando es enviado a La Espaola como gobernador de la isla, con amplios poderes judiciales.
Pacifica la isla. Hernn Corts intenta embarcar en esta expedicin, pero un accidente sufrido en una aventura
galante
se lo impide. El da 11 de mayo, Cristbal Coln sale de Cdiz con cuatro carabelas, inicindose as su cuarto viaje.
Se
le han renovado todos sus privilegios, pero se le prohbe dirigirse a La Espaola. Llegan a la costa centroamericana
(actualmente Honduras y Panam).
1505-1508: en las juntas de Toro y Burgos, en las que participan, entre otros, Amrico Vespucio y los hermanos
Pinzn, se estudia la posibilidad de hallar un paso a travs del continente que conduzca a las Indias orientales.
Igualmente, se crea el puesto de Piloto Mayor, para el que es nombrado el afamado marinero italiano Amrico
Vespucio. Cristbal Coln muere en Valladolid, el 20 de mayo de 1506, pobre y olvidado.
1513: Viajes menores de exploracin y conquista de Amrica. Mediante establecimiento de compaas comerciales y
el
apoyo financiero de la Corona espaola o de algunos banqueros extranjeros, Alonso de Ojeda, Amrico Vespucio, los
hermanos Pinzn, Juan de la Cosa, Alonso Nio y otros marineros recorren las costas americanas, desde el Brasil
hasta las Antillas mayores: Trinidad, Venezuela, Colombia, Panam, las bocas del Amazonas y el Orinoco. Hernn
Corts participa en la expedicin de Diego Velsquez a Cuba, en la que ocupa un cargo militar, limitndose a
desempear funciones burocrticas. En Cuba ejerce actividades muy diversas: es agricultor, ganadero, buscador de
oro, negociante, etc. De los relatos de Amrico Vespucio se desprende que las tierras descubiertas forman un nuevo
continente, al que Martn Waisdseemuller propone que se d el nombre de Amrica, en honor de Amrico Vespucio.
Vasco Nez de Balboa cruz el istmo de Panam y descubre el ocano Pacfico.
1515: Expediciones de Juan Daz Sols por las costas uruguayas el ro de la Plata. Se busca un paso entre los
ocanos
Atlntico y Pacfico. Retroceso de los conquistadores ante los valientes y decididos ataques de los indios.
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1518: Diego Velzquez confa a Hernn Corts el mando de una expedicin cuyo objetivo lejano es la conquista del
Imperio azteca. El conquistador extremeo parte de la ciudad de Santiago en el mes de noviembre, antes de la fecha
prevista, con 11 barcos y 700 hombres.
1519: Primera circunnavegacin de la Tierra. Fernando de Magallanes, portugus al servicio de la Corona de Castilla,
alcanza por Occidente las islas de las Especies. Uno de sus cinco navos, el Victoria, al mando de Juan Sebastin
Elcano, regresar a Sevilla tras una travesa de 1.124 das. Queda probada, as, la esfericidad de la Tierra. La
expedicin de Hernn Corts se dirige a la pennsula de Yucatn, funda Veracruz e inicia la penetracin hacia el
interior
de Mxico. En noviembre, las huestes de Corts llegan a la capital azteca, Tenochtitln, siendo bien recibidas por el
emperador, que se reconoce vasallo del rey de Castilla.
1521: Hernn Corts, nombrado capital general, somete todo el Imperio azteca y realiza expediciones a Yucatn y
Honduras, que son anexionadas a Nueva Espaa: Carlos V implanta una slida organizacin administrativa en estos
territorios.
1525: Francisco Pizarro y Diego de Almagro emprenden dos viajes con un triple objetivo descubridor: extender los
lmites conocidos, buscar la unin de los dos ocanos y enriquecerse con las cabalgadas, acompaadas de saqueros
y
razzias.
1526-1528: Segunda expedicin al Per de Pizarro y Almagro, descubrindose el Incario. Aunque no llegan a
conocer
su organizacin imperial, los conquistadores se enteran de las luchas entre Atahualpa y Huscar. Ante las
posibilidades
de conquista, retornan a Panam en busca de ayuda.
1529: Pizarro se traslada a Espaa, donde es recibido por Carlos V, que le nombra gobernador, capitn general,
adelantado y alguacil mayor, y se le concede la hidalgua. El rey firma la capitulacin de la conquista de Per,
sometida
finalmente.
1537-1538: Las expediciones de Sols por el ro de la Plata atraen el inters hacia aquella regin. As, Pedro de
Mendoza inicia la exploracin del territorio.
1540: Expedicin de Pedro de Valdivia a Chile, entonces llamada Nueva Extremadura. Se funda en este territorio la
ciudad de Santiago, futura capital del pas.
1557: Termina la difcil conquista de Chile: el valor de los araucanos es cantado por Ercilla en La Araucana. El
perodo
de conquista puede considerarse terminado.
b) Elementos de juicio 123
Qu decir, primero, del descubrimiento?
Quiz nunca en la historia se ha dado un encuentro profundo y estable entre pueblos de tan diversos modos de vida
como el ocasionado por el descubrimiento hispnico de Amrica. En el Norte los anglosajones se limitaron a ocupar
las
tierras que haban vaciado previamente por la expulsin o la eliminacin de los indios. Pero en la Amrica hispana se
realiz algo infinitamente ms complejo y difcil: la fusin de dos mundos inmensamente diversos en mentalidad,
costumbres, religiosidad, hbitos familiares y laborales, econmicos y polticos. Ni los europeos ni los indios estaban
preparados para ello, y tampoco tenan modelo alguno de referencia. En este encuentro se inici un inmenso proceso
de mestizaje biolgico y cultural, que dio lugar a un Mundo Nuevo.
El mundo indgena americano, al encontrarse con el mundo cristiano que le viene del otro lado del mar, es, en un
cierto
sentido, un mundo indeciblemente arcaico, cinco mil aos ms viejo que el europeo. Sus cientos de variedades
culturales, todas sumamente primitivas, slo hubieran podido subsistir precariamente en el absoluto aislamiento de
unas reservas. Pero en un encuentro intercultural profundo y estable, como fue el caso de la Amrica hispana, el
proceso era necesario: lo nuevo enriqueci a lo antiguo.
Muchas de las modalidades culturales de las Indias, puestas al contacto con el nuevo mundo europeo y cristiano,
vinieron enriquecidas; por ejemplo, cerbatanas y hondas, arcos, poco a poco, dejan de fabricarse, ante el poder
increble de las armas de fuego que permiten a los hombres lanzar rayos. Las flautas, hechas quiz con huesos de
enemigos difuntos, y los dems instrumentos musicales, quedan olvidados en un rincn ante la selva sonora de un
rgano o ante el clamor restallante de la trompeta. El mismo arte pictrico vino enriquecido al conocer el milagro de
la
escritura, de la imprenta, de los libros. Los vestidos, el cultivo de los campos con los arados y los animales de
traccin,

antes desconocidos. Esto en el campo material. Y en el campo espiritual? Europa ofrece al mundo indgena la
verdad
del matrimonio monogmico y el monotesmo.
Qu queda entonces de las antiguas culturas indgenas? Permanece lo ms importante: sobreviven los valores
espirituales indios ms genuinos, el trabajo y la paciencia, la abnegacin familiar y el amor a los mayores y a los
hijos,
la capacidad de silencio contemplativo, el sentido de la gratuidad y de la fiesta, y tantos otros valores, todos
purificados
y elevados por el cristianismo. Sobrevive todo aquello que, como la artesana, el folklore y el arte, da un color, un
sentimiento, un perfume peculiar, al Mundo Nuevo que se impone y nace.
Por el diario de Coln podemos colegir que el objetivo primero del descubrimiento era hacer cristianos124 , y el
segundo hallar oro: As que deben Vuestras Altezas125 determinarse a los hacer cristianos, que creo que si
comienzan, en poco tiempo acabarn de los haber convertido a nuestra santa fe multidumbre de pueblos, y cobrando
grandes seoros y riquezas, y todos sus pueblos de la Espaa, porque sin duda es en estas tierras grandsima suma
de oro, que no sin causa dicen estos indios que yo traigo, que hay en estas islas lugares adonde cavan el oro y la
traen
al pescuezo, a las orejas y a los brazos.
Evangelio y oro no son en el siglo XVI cosas contrapuestas, o al menos pueden no serlo. Esto, nosotros no
acabamos
de entenderlo. Coln confes de todo corazn: El oro es excelentsimo; del oro, se hace tesoro, y con l, quien lo
tiene,
hace cuanto quiere en el mundo, y llega a que echa las nimas al Paraso (IV Viaje). En esta declaracin, muy
enraizada en el siglo XVI hispano, la pasin por el oro no se orienta ante todo, como hoy suele ser ms frecuente, a
la
vanidad y la seguridad, o al placer y la buena vida, sino que pretende, ms que todo eso, la accin fuerte en el
mundo y
la finalidad religiosa.
Descubridores y conquistadores, segn se ve en las crnicas, son ante todo hombres de accin y de aventura, en
busca de honores propios y de gloria de Dios, de manera que por conseguir estos valores muchas veces arriesgan y
tambin pierden sus riquezas y an sus vidas. Y si consiguen la riqueza, rara vez les vemos asentarse para
disfrutarla y
acrecentarla tranquilamente. Ellos no fueron primariamente hombres de negocios, y pocos de ellos lograron una
prosperidad burguesa.
En Coln, concretamente, la fe y el oro no se contradicen demasiado, si tenemos en cuenta que, como l dice, as
protest a Vuestras Altezas que toda la ganancia de esta mi empresa se gastase en la conquista de Jerusaln, y
Vuestras Altezas se rieron y dijeron que les placa, y que sin esto tenan aquella gana (I Viaje, 26 diciembre).
Qu decir, segundo, de la conquista? 126
Correspondi a Coln y a sus compaeros dar nombre a las tierras que fueron descubriendo, como Adn en el
Paraso, en seal de dominio, de un dominio ejercido desde el principio En el nombre de Cristo y de los catlicos
Reyes. Y pone nombres cristianos: San Salvador, santa Mara de Concepcin, Isla Santa, Isla de Gracia, cabo de
Gracias a Dios, islas de la Concepcin, la Asuncin, Santo Domingo, santa Catalina. El primer asentamiento espaol
fundado en tierra americana fue el llamado fuerte de la Navidad. Y a las aguas de ciertas islas psoles nombre la
mar
de Nuestra Seora. Este bautismo cristiano de las tierras nuevas fue costumbre unnime de los descubridores
espaoles y portugueses. Ellos hicieron con Amrica lo mismo que los padres cristianos, que hacen la seal de la
cruz
sobre su hijo recin nacido, ya antes de que sea bautizado.
Tambin fue Coln quien sola enviar al escribano para que no consintiese hacer a los dems cosas indebidas a los
indios. Al ver a los indios tan francos, no permiti que los espaoles recibieran cosa alguna sin que se devolviera algo
en pago a los indios.
En el codicilo que la reina Isabel otorga el 23 de noviembre de 1504, suplica a su esponso Don Fernando y a su hija
Doa Juana que no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas islas y tierra firma,
ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente
tratados y, si algn agravio han recibido, lo remedien.
Aceptaron los monarcas el compromiso y desde entonces ellos y sus sucesores, por razn del Patronato regio que
haban conseguido de los Papas, se hicieron cargo de los gastos que supuso el envo de misioneros, la creacin de
nuevas dicesis, dotacin de cabildos, construccin de iglesias y catedrales, mantenimiento de parroquias,
seminarios,
escuelas y conventos, y todo lo que supona llevar a cabo la obra misionera.

La conquista se realiz con una gran rapidez, en unos veinticinco aos (1518-1555)127 . No fue tanto una conquista
de
armas, sino una conquista de seduccin. Seduccin de lo nuevo y superior.
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Cmo se explica, si no, que unos miles de hombres gobernaran a decenas de millones de indios, repartidos en
territorios inmensos, sin la presencia continua de algo que pudiera llamarse ejrcito de ocupacin?
Dijimos que la conquista no fue por las armas, sino ms bien, por la fascinacin y, al mismo tiempo, por el
desfallecimiento de los indios ante la irrupcin brusca, y a veces brutal, de un mundo nuevo y superior 128. El chileno
Enrique Zorrilla, en una pginas admirables, describe este trauma psicolgico, que apenas tiene parangn en la
historia: El efecto paralizador producido por la aparicin de un puado de hombres superiores que se enseoreaba
del
mundo americano, no sera menos que el que producira hoy la visita sorpresiva a nuestro globo terrqueo de alguna
expedicin interplanetaria (Gestacin 78).
Hay ms. Conviene tener en cuenta que, como seala Cspedes del Castillo, el ms importante y decisivo
instrumento de la conquista fueron los mismos aborgenes. Los castellanos reclutaron con facilidad entre ellos a
guas,
intrpretes, informantes, espas, auxiliares para el transporte y el trabajo, leales consejeros y hasta muy eficaces
aliados. Esto fue, por ejemplo, el caso de los indios de Tlaxcala y de otras ciudades mexicanas, hartos hasta la
saciedad de la brutal opresin de los aztecas.
Prohibida la esclavitud por la Corona, se fue imponiendo desde el principio el sistema de la encomienda, que ya tena
antecedentes en el Derecho Romano, en las leyes castellanas y en algunas costumbres indgenas.
Qu es la encomienda? Un derecho concedido por merced real a los benemritos de las Indias para recibir y cobrar
para s los tributos de los indios que se le encomendaren por su vida y la de un heredero, con cargo de cuidar de los
indios en lo espiritual y defender las provincias donde fueren encomendados.
El encomendero tena la obligacin de dirigir el trabajo de los indios, de cuidarles, y de procurarles instruccin
religiosa,
al mismo tiempo que tena el derecho de percibir de los indios un tributo. Aun conscientes de los muchos peligros de
abusos que tal sistema entraaba, Corts, los gobernantes de la Corona y en general los franciscanos, aceptaron la
encomienda, y se preocuparon de su moderacin y humanizacin. A la vista de las circunstancias reales, estimaron
que
sin la encomienda apenas era posible la presencia de los espaoles en la India, y que sin tal presencia corra muy
grave peligro no slo la civilizacin y humanizacin del continente, sino la misma evangelizacin. Por eso, cuando las
Leyes Nuevas de 1542, bajo el influjo de Las Casas, quisieron terminar con ellas, los superiores de las tres rdenes
misioneras principales, franciscanos, dominicos y agustinos, intercedieron ante el rey Carlos I para que no se
aplicase
tal norma.
Ni todos los indios eran malos ni todos los conquistadores tampoco. Conquistadores y misioneros vieron desde el
primer momento que ni todos los indios cometan las perversidades que algunos hacan, ni tampoco eran
completamente responsables de aquellos crmenes129 , pues muchos ignoraban el mal que cometan. Los mismos
misioneros sentan una profunda piedad, como lo demuestran las pginas de Bernardino de Sahagn.
El mismo Coln, cuando lleg a La Espaola, escribi : Crean Vuestras Altezas que en el mundo no puede haber
mejor gente ni ms mansa. Deben tomar Vuestras Altezas grande alegra porque luego los harn cristianos y los
habrn enseado en buenas costumbres de sus reinos, que ms mejor gente ni tierra puede ser. Al da siguiente
encall en un arrecife y los indios con su rey fueron a ayudarle: El, con todo el pueblo, lloraba; son gente de amor y
sin
codicia y convenibles para toda cosa, que certifico a Vuestras Altezas que en el mundo creo que no hay mejor gente
ni
mejor tierra; ellos aman a sus prjimos como a s mismos y tienen una habla la ms dulce del mundo, y mansa, y
siempre con risa. Ellos andan desnudos, hombres y mujeres, como sus madres los parieron, mas crean Vuestras
Altezas que entre s tienen costumbres muy buenas, y el rey muy maravilloso estado, de una cierta manera tan
continente que es placer de verlo todo, y la memoria que tienen, y todo quieren ver, y preguntan qu es y para qu.
Hoy se echa en cara injustamente a los conquistadores el terrible acabamiento de los indios. S, hubo abusos, sin
duda, por parte de algunos espaoles. Pero hubo tambin otra causa principal del pavoroso declive demogrfico: las
pestes. Los indios eran vulnerables ante agentes patgenos all desconocidos. En lo referente, concretamente a La
Espaola, donde la despoblacin fue casi total, estudios recientes del doctor Francisco Guerra han mostrado que la
gran mortalidad de los indios, y previamente de los espaoles, se debe a una epidemia de influenza suina o gripe de
cerdo.

Otras causas de la mortandad fueron: el trabajo duro y rgidamente organizado impuesto por los espaoles, al que
los
indios apenas se podan adaptar; la malnutricin sufrida con frecuencia por la poblacin indgena a consecuencia de
las
requisas, de los tributos y de un sistema de cultivos y alimentacin muy diversos a los tradicionales; los
desplazamientos forzosos para acarreos, expediciones y labores; el trabajo en las minas; las incursiones blicas de
conquista y los malos tratos, as como las guerras que la presencia del nuevo poder hispano ocasion entre las
mismas
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etnias indgenas.
Quiero traer aqu el juicio del historiador belga Van der Essen: Se puede afirmar, hablando generalmente, que los
espaoles y portugueses cumplieron en gran parte el deber que les impuso el Romano Pontfice. En las leyes,
decretos
e instrucciones referentes al Nuevo Mundo ponen en primer trmino los intereses de la conversin...Los
conquistadores
iban decididos a combatir con el hierro y el fuego a los que no aceptaban la fe que les predicaban, ante todo, los
misioneros. Tal vez nos parezca brbaro hoy el mtodo, pero es necesario situarlo en el ambiente del siglo XVI, si no
queremos condenarnos a no entender nada de los acontecimientos...Es justo, pues, constatar que espaoles y
portugueses, en virtud de sus leyes de Patronato, promovieron sin descanso la conversin e instruccin de los indios,
establecieron una jerarqua eclesistica, crearon parroquias, protegieron a los misioneros...Y fueron ellos los que
levantaban la voz para defender la vida o los derechos de las poblaciones indgenas.
Qu decir, tercero, de la evangelizacin?
Los misioneros 130 intentaban la evangelizacin con una esperanza muy cierta, tan cierta que puede hoy causar
sorpresa. Nunca se dijeron los misioneros no hay nada que hacer, al ver los males de aquel mundo 131. Nunca se
les
ve espantados del mal, sino compadecidos. Y desde el primer momento predicaron el Evangelio, absolutamente
convencidos de que la gracia de Cristo iba a hacer el milagro.
Dicha evangelizacin fue rpida. Por traer algunos datos:
En el imperio azteca:
1520: en Tlaxcala, en una hermosa pila bautismal, fueron bautizados los cuatro seores tlaxcaltecas, que haban de
facilitar a Hernn Corts la entrada de los espaoles en Mxico. El fin y objeto de Hernn Corts es la gloria de Dios
y
propagacin de la fe catlica. Vencida la resistencia de los aztecas, comienza la evangelizacin organizada132 .
1521: cada de Tenochtitln, donde en 1487 de realizaban decenas de miles de sacrificios humanos, seguidos de
banquetes rituales antropofgicos.
1527: Martirio de los tres nios tlaxcaltecas, descrito en 1539 por Motolina, es decir, fray Toribio de Benavente, y que
fueron beatificados por Juan Pablo II en 1990.
1531: el indio Cuauhtlathuac, nacido en 1474, es bautizado en 1524 con el nombre de Juan Diego. A los cincuenta
aos de edad, en 1531, tiene las apariciones de la Virgen de Guadalupe, que en 1540-1545 son narradas en lengua
nhuatl, en el Nican Mopohua. Fue beatificado en 1990 y canonizado en julio del ao 2002.
1536: ms de cuatro millones de nimas se han bautizado, dice Motolina en su Historia II, 2, 208.
En el imperio inca:
1535: en el antiguo imperio de los incas, Pizarro funda la ciudad de Lima, capital del virreinato del Per, una ciudad,
a
pesar de sus revueltas, netamente cristiana.
1600: cuando Diego de Ocaa la visita afirma impresionado: Es mucho de ver donde ahora sesenta aos no se
conoca el verdadero Dios y que estn las cosas de la fe catlica tan adelante (A travs, cap. 18). Son aos en que
en
la ciudad de Lima conviven cinco grandes santos: el arzobispo santo Toribio de Mogrovejo, el franciscano san
Francisco Solano, la terciaria dominica santa Rosa de Lima, el hermano dominico san Martn de Porres y el hermano
dominico san Juan Macas. Todo, pues, parece indicar, como dice el franciscano Mendieta, que los indios estaban
dispuestos a recibir la fe catlica, sobre todo porque no tenan fundamento para defender sus idolatras, y
fcilmente
las fueron poco a poco dejando (Historia eclesistica indiana, cap. 45).
Ante las crticas lanzadas contra los descubridores, conquistadores y evangelizadores, quiero poner aqu unas
palabras
del venezolano Arturo Uslar Pietri en un artculo titulado El nosotros hispanoamericano:

Los descubridores y colonizadores fueron precisamente nuestros ms influyentes antepasados culturales y no


podemos, sin grave dao a la verdad, considerarlos como gente extraa a nuestro ser actual. Los conquistados y
colonizados tambin forman parte de nosotros y su influencia cultural sigue presente y activa en infinitas formas en
nuestra persona. La verdad es que todo ese pasado nos pertenece, de todo l, sin exclusin posible, venimos, y que
tan slo por una especie de mutilacin ontolgica podemos hablar como de cosa ajena de los espaoles, los indios y
los africanos que formaron la cultura a la pertenecemos (23-diciembre de 1991).
O este otro texto de Carlos Fuentes novelista mexicano, premio Cervantes- a propsito de la obra de Espaa en
Amrica y del Quinto Centenario del descubrimiento:
La conmemoracin del Quinto Centenario representa una gran oportunidad y un gran peligro. La oportunidad es no
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olvidar la historia, no sufrir un ataque de amnesia. Hubo violencia, hubo crueldad, hubo explotacin. Hubo conquista.
Pero hubo tambin una contra-conquista. La contra-conquista significa la creacin de una nueva cultura de la cual
fueron protagonistas indios, mestizos y negros. Ellos construyeron nuestras iglesias, escribieron nuestros poemas,
compusieron nuestra msica, realizaron nuestros muebles, hicieron nuestras ciudades, cultivaron nuestros campos.
Se
cre una nueva cultura, que es lo que tenemos que celebrar. Una cultura nica, insustituible. Y reconocerla nos
permite, no slo celebrar el mil novecientos noventa y dos, sino algo ms importante: proyectarnos al ao dos mil y
saber en qu postura vamos a estar ante el mundo todos los que hablamos espaol...En Mxico hay una estatua del
ltimo emperador azteca, en el paseo de la Reforma, pero no hay ninguna de Hernn Cortes. Creo que Mxico ser
un
pas maduro el da que admita la importancia de Hernn Corts en su historia, como cofundador de su nacionalidad
(Peridico A.B.C. 21/XI/1989).
Nos sirve tambin este otro texto del poeta, tambin mexicano, Octavio Paz Nobel de literatura- sobre la
evangelizacin de Mxico:
La gran revolucin que se ha hecho en Mxico, la ms profunda y radical, fue la de los misioneros espaoles. En el
ser del mexicano est el pasado pre-hispnico indgena, pero sobre todo est el gran logro de los evangelizadores:
hicieron que un pueblo cambiara de religin. En esto ha fracasado el liberalismo y ha fracasado la modernidad. Esto
yo
no lo saba, pero lo adivin cuando escrib El laberinto de la soledad. Esta obra ma es un intento de dilogo con mi
ser de mexicano y en el centro de ese dilogo est la religin, como lo est en mi ensayo sobre la poesa, El arco y
la
lira. No soy creyente pero dialogo con esa parte de m mismo que es ms que el hombre que soy, porque est
abierta
al infinito. En fin, en Mxico se logr la gran revolucin cristiana. Ah estn los templos, ah est la Virgen de
Guadalupe
y ah est mi emocin en la catedral de Goa. El dilogo de un no creyente mexicano con usted, es el dilogo con una
parte de nosotros mismos (Revista Proyeccin mundial de 30 das, 15 de octubre 15 de noviembre de 1990, pag.
67, ao V, n. 10.
Para conocer, pues, una historia es necesario, pero no suficiente, conocer los hechos. Es preciso tambin conocer el
espritu, o si se quiere la intencin que anim esos hechos, dndoles su significacin ms profunda. El que
desconozca
el espritu medieval hispano de conquista y evangelizacin que actu en las Indias, y trate de explicar aquella magna
empresa en trminos mercantilistas y liberales, propios del espritu burgus moderno cree el ladrn que todos son
de
su condicin-, apenas podr entender nada de lo que all se hizo, aunque conozca bien los hechos y est en
situacin
de esgrimirlos. Quienes proyectan sobre la obra de Espaa en las Indias el espritu del colonialismo burgus, liberal y
mercantilista, se darn el gusto de confirmar sus propias tesis con innumerables hechos, pero se vern condenados
a
no entender casi nada de aquella grande historia.
Dice el padre italiano Giacomo Martina sobre la conquista y la colonizacin:
Los espaoles en Amrica Latina desarrollaron sistemticamente una penetracin costera, y desarrollaron una
autntica obra educadora, que no se redujo a la simple exportacin de instituciones y costumbres europeos al nuevo
continente, sino que llev a la creacin de una nueva civilizacin, la civilizacin latinoamericana. La tarea, de alcance
mundial, se llev a cabo de manera sustancialmente positiva, si bien no faltaron culpas gravsimas cometidas a la
sombra de la cruz. En todo caso, las condiciones de los indgenas bajo Espaa fueron mejores que las de los pieles

rojas en contacto con los anglosajones. Faltaba de hecho en los colonizadores espaoles aquel racismo tan
frecuente
en los ingleses.
Por otra parte, stos haban emigrado con toda su familia, mientras que los espaoles se encontraban sin mujeres de
su raza; hecho que, si fuera causa de un peligroso descenso del nivel moral, facilit, en una perspectiva ms amplia,
la
fusin de razas. No conviene tampoco olvidar que a los colonizadores espaoles les movan dos motivos bien
diversos,
aunque yuxtapuestos: la esperanza de una ganancia fcil y rpida, y el celo sincero, aunque no siempre iluminado,
por
la salvacin de los indgenas. En la evangelizacin de los habitantes, se us inicialmente la fuerza, y la conversin se
confunda frecuentemente con la sumisin al nuevo rgimen poltico; sin embargo, pasado el primer momento, se
desarrollar una larga y frecuentemente eficaz obra de catequesis, de modo que las nuevas generaciones, crecidas
en
el nuevo clima, eran realmente, aunque tal vez superficialmente, creyentes...
Vale la pena notar que dondequiera que lleg Espaa, surgieron naciones catlicas...Como los espaoles, tambin
los
ingleses desarrollaron una efectiva penetracin en el continente y no se limitaron a una reda de estaciones
comerciales.
Pero, a diferencia de aquellos, no establecieron ninguna relacin de amistad con los indgenas, a los que rechazaron
lenta, pero inflexiblemente hacia el interior, para exterminarlos despus de modo incruento, pero eficaz (alcohol y
otros
medios). En la Amrica septentrional no naci una nueva civilizacin con caractersticas propias, sino que importaron
usos y tradiciones europeos133 .
Termino estos elementos de juicio diciendo que Coln entendi que cuanto iba haciendo fue gracias a Dios, como l
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siempre deca (III Viaje). Nunca ve el Nuevo Mundo como una adquisicin de su ingenio y valor, y siempre lo mira
como
un don de Dios. Es consciente de que hizo con sus compaeros aquellos descubrimientos fabulosos por virtud
divinal.
Coln, empapado del espritu espaol pues l era de Gnova-, empapado del espritu castellano, hizo posible esta
gesta sin precedentes134 .
Que despus los siguientes conquistadores de Amrica se desmidieron, fue debido al misterio de iniquidad, que es el
pecado, siempre presente en todos los avatares de la historia. Toda hazaa, aunque comience con intenciones
santas,
puede desviarse por las ambiciones humanas. Es el misterio de la Luz y las tinieblas. El descubrimiento de Amrica
tuvo sus luces y sombras, como dijo el papa Juan Pablo II. La luz es para que siga iluminando. Y las tinieblas hay
que
lograr hacerlas desaparecer, con la ayuda de Dios que es Luz. Y esto es obra de todos.
Pero que quede claro, ante abusos de algunos conquistadores, los misioneros levantaron su voz en defensa del
hombre americano. En palabras del papa Juan Pablo II: La Iglesia en esta isla (santo Domingo) fue la primera en
reivindicar la justicia y en promover la defensa de los derechos humanos de las tierras que se abran a la
evangelizacin. Son lecciones de humanismo, de espiritualidad y de afn por dignificar al hombre, lo que nos
ensean
Antonio Montesinos, Crdoba, Bartolom de las Casas, a quienes harn eco Jos de Anchieta, Toribio de Mogrovejo,
Nbrega y otros como Juan de Zumrraga, Motolina, Vasco de Quiroga. En ellos late la preocupacin por el
indgena.
Luego nacer el primer Derecho internacional, con Francisco de Vitoria (Viaje apostlico a la Repblica Dominicana,
25 de enero de 1979).
II. RESPUESTA DE LA IGLESIA 135
La tesis conciliarista, un gran peligro
La Cristiandad empez el siglo herida de la manera que hemos visto descrita: con tres papas, despus del famoso
snodo de Pisa en 1409: Gregorio XII, Benedicto XIII y Alejandro V, ste ltimo elegido en el snodo. Muerto Alejandro
V, le sucedi Juan XXIII. Este inaugur el concilio de Constanza en 1415, pero fue apresado y obligado a renunciar.
Gregorio XII hizo lo mismo. Benedicto XIII se neg a imitarlos pero fue cesado por el concilio. Este concilio reuni a
cien
mil espectadores, vidos de presenciar el fin del cisma de occidente. Conden, adems, a los husitas y afirm la

legitimidad de la comunin bajo la sola especie de pan. Termin el concilio eligiendo a Martn V, legtimo sucesor de
Pedro y nuevo nico papa. Con ello termin la ms aguda crisis que haba sufrido la iglesia. Sobrevivi el papado.
Pero este concilio de Constanza defendi la corriente conciliarista, que converta a la Iglesia en una monarqua
constitucional parlamentaria, que defenda la superioridad del concilio sobre el Papa, el cual poda ser corregible,
subordinado y depuesto.
Voto por la unin de Oriente y Occidente!
Martn V convoc un concilio, iniciado en Basilea (1431), continuado en Ferrara (1438), luego Florencia (1439) y
finalizado en Roma (1445). El papa muri antes de su apertura, y la asamblea de cardenales reafirm la tesis
conciliarista del concilio de Constanza, que deca que el concilio est por encima del Papa, e incluso puede deponer
al
Papa.
Algo positivo de este concilio fue la unin entre las dos iglesias, latina y griega. Al menos en un principio, pero con la
cada de Constantinopla en mano de los turcos, se recrudeci la enemistad, una vez ms. El empecinado fanatismo
antilatino de las masas griegas parece haber sido el principal responsable del fracaso de la unin cristiana en este
siglo
XV. En Roma, Isidoro de Kiev, huido a Rusia, y Bessarion de Nicea, convertido los dos en cardenales de la Iglesia,
fueron durante aos como un recuerdo viviente de algo que pudo haber sido y que no fue, porque los hombres no
quisieron.
Qu hacer ante la peste y dems calamidades?
La muerte omnipresente invitaba a todos al examen de conciencia: hay que expiar los propios pecados y salvar el
alma.
Aqu est el origen de esas procesiones de flagelantes que recorren las ciudades azotndose hasta derramar sangre.
No por eso se detienen las epidemias. Hay que buscar responsables. El gran causante de las desdichas, se deca,
eran
los judos, y mataron a muchos por esto. Pero en realidad, terminaban diciendo que es obra de Satans.
Junto a este examen de conciencia, florece tambin ms que nunca el culto a los santos y a las reliquias. La piedad
se
hace cuantitativa, es decir, se suman las misas, los sacerdotes altaristas se pasan el da entero diciendo misas para
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ganarse la vida y pedir por las intenciones de los fieles. Sin embargo, los prncipes, alternaban su piedad con el
desenfreno. Surgen aqu las terceras rdenes, es decir, asociacin de laicos vinculada a una orden: dominicos,
carmelitas, franciscanos. Insisten en el modo de progresar en la virtud, siguiendo la vida ordinaria de laicos.
Pero tambin este horror engendr miedos y supersticiones. El demonio y la brujera se hacen presentes en los bajos
fondos del devocionismo exagerado y de la superchera. Slo en un ao fueron quemadas unas doscientas brujas en
el
cantn suizo de Valaise. Los inquisidores dominicos alemanes Enrique Kramer y Jacobo Sprengen consiguen de
Inocencio VIII una bula especial contra las brujas (1484), y la represin de stas, lo mismo que de la magia, se
considera como parte integrante de la lucha contra la maldad hertica. Tres aos despus, los dos inquisidores
publican el Malleus maleficarum, un tratado sistemtico sobre lo que habra de hacerse contra las brujas, que es
aprobado por la facultad teolgica de Lovaina y que en dos siglos conoce treinta ediciones.
Es un estado de nimo turbio y exaltado, que engendra angustia y desesperacin. No se sabe dnde mirar, ni
tampoco
en la Iglesia se acaba de encontrar remedio. El alto clero lleva una vida mundanizada, tratando de acumular en sus
manos varios beneficios, diciendo misa raramente, pasando el tiempo entre la caza y la diversin. Aumenta tambin
el
proletariado clerical. Pobres, poco instruidos, no observaban algunos el celibato. Lo mismo pasaba en aquellas
rdenes religiosas que no haban abrazado an la reforma. Sobre todo, en los conventos femeninos, donde las
familias
nobles metan a sus hijas a la fuerza.
Mientras en Roma, qu pasaba? De tantos males existentes, es siempre la Iglesia la que sale perjudicada, pues a
ella
dirigen, principalmente, sus crticas y acusaciones. Se pide a gritos reforma y crece la reaccin antirromana y
anticurialista. El 9 de noviembre de 1520 escriba Erasmo: La aversin contra el nombre romano ha penetrado en el
nimo de la gente, por lo que se cuenta de las costumbres de aquel pueblo.
Veamos ms detenidamente lo que pasaba en Roma.
La Iglesia y el Renacimiento

Ante el Renacimiento, la Iglesia no fue ajena. Ella apoy a los artistas y literatos, pero por momentos algunos Papas
se
contaminaron con los aires liberales y parecan ms artistas y polticos que pastores136 , contemporizaron con las
ideas y algunas prcticas demasiado naturalistas. Como ya dijimos antes, se alzaron algunas voces contra los
escndalos papales. Realmente, la poca del Renacimiento, en su primera etapa del siglo XV, es una de las ms
discutidas y en ocasiones condenadas- de toda la historia del pontificado, pues al esplendor culturas y de relaciones
externas se contrapone la falta de un autntico espritu religioso en el vrtice de la jerarqua eclesistica.
El Renacimiento puede decirse que entra de modo decisivo en la historia de la Iglesia con el Papa Nicols V, que
haba
sucedido en 1447 a Eugenio IV, despus de los difciles das del concilio de Florencia. El Papa Nicols V funda la
Biblioteca vaticana, hace copiar numerosos manuscritos y confa a grandes arquitectos la renovacin artstica de
Roma.
sta haba de ser la digna sede del Vicario de Cristo, la capital esplendorosa del mundo cristiano, en cuyo centro
haba
de surgir la nueva baslica de san Pedro, que l mismo decidiera construir. Se ha acusado a este Papa de no haber
acudido en socorro de Constantinopla, asediada por los turcos, y que cay en manos de Mahomet II. Con esta cada
se
desvanecieron las ltimas esperanzas de unin de los cristianos.
A Nicols V, le sigui un Papa espaol, Calixto III, nepotista, cuyo sobrino fue Alejandro VI a quien elev al
cardenalato;
lanz la cruzada contra los turcos. Le sucede el mejor de los Papas del Renacimiento, el humanista Eneas Silvio
Piccolomini, brillante orador y escritor, que tom el nombre de Po II. Antes de ser Papa tuvo sus deslices graves y
fue
corrigindose gradualmente 137. Se preocup de la cruzada, pero muri en Ancona cuando l mismo se preparaba
para embarcarse.
A Po II le sucede Paulo II, poco afecto a los humanistas, por el aspecto pagano con el que, segn l, se
presentaban.
Los que le siguen, desde Sixto IV a Len X, representan desde el punto de vista religioso-eclesistico la poca
menos
feliz del pontificado, despus de la poca oscura de la Edad de Hierro. Si merecieron como mecenas del arte
renacentista, dejaron que desear por lo que se refiere a su propia conducta138 , al desinters que mostraron en
promover enrgicamente la reforma de la Iglesia, por sus aspiraciones mundanas y polticas que les hacan parecer
como uno de tantos prncipes seculares de Italia, y por lo que favorecieron a sus familiares, aumentando y dando
carta
de naturaleza a la lacra del nepotismo.
El nepotismo no slo envileci el prestigio religioso del pontificado, sino que tambin da polticamente su
autoridad,
al conceder oficios de gran importancia a hombres ineficaces y unir el inters del estado a los intereses familiares.
Esto
aumentaba, adems, el lujo y la ostentacin de la Curia: cada cardenal tena una corte suntuosa, con palacios y villas
dentro y fuera de Roma, y ello supona cuantiosos dispendios. Para sufragarlos se aprovechan de la acumulacin de
beneficios (regan en ocasiones varias dicesis que nunca visitaban), de la venta de oficios, del aumento de tasas y
la
concesin de indulgencias por el solo lucro.
No hay duda que uno de los Papas ms discutidos de esta poca es el espaol Alejandro VI, de la familia de los
Borja,
de Valencia. Mientras unos tratan de defenderlo atenuando en lo posible sus excesos y veleidades, otros siguen
lanzando contra l graves acusaciones. Su trayectoria no se diferencia, sin embargo, de la que siguieron otros Papas
de su tiempo. Su antecesor Inocencio VIII no fue que digamos un modelo de moralidad, tampoco lo sera quien iba a
seguirle en el pontificado, Julio II. A uno y a otro les supera Alejandro VI en la atencin que puso en los problemas de
la
Iglesia y en el inters misionero que demostr, apenas descubiertas las primeras tierras de Amrica, con la bula
Inter
caetera (1493). Antes de ser Papa, como sacerdote, tuvo varios hijos 139. Llev una vida fastuosa y dio pie para que
se celebrasen en el Vaticano fiestas que degeneraban en verdaderos escndalos. Tambin se dio al nepotismo, a
favor
de sus propios hijos. Favoreci a las rdenes monsticas, foment el culto a la Virgen, impulsando el rosario y el
ngelus, el cuidado de la liturgia, la asistencia a pobres y necesitados. En 1500 celebr con gran solemnidad y
devocin el jubileo, inaugurando el nuevo rito de la apertura de la puerta santa. Protegi las artes y las letras y

embelleci a Roma.
Qu podemos decir sobre el monje dominico Savonarola y el Papa Alejandro VI? El Papa hizo callar al incmodo
reformador florentino, que haba hecho una alianza con el monarca francs, con quien el Papa tena planes e
intereses
polticos. Le cita primero a Roma y le prohbe despus predicar. Savonarola no obedece y es al fin excomulgado
(1497). Declara injusta e invlida la excomunin y desde el plpito se declara abiertamente contra el Papa, a quien
llama simonaco y hereje; y pide que sea depuesto por un concilio general. Cambia entretanto la situacin en
Florencia y el pueblo se pone en contra del reformador, que ya tena aires mesinicos. La turba llega a asaltar el
convento de san Marcos, donde l viva. Fue llevado ante un tribunal que le conden a muerte. El 23 de mayo de
1498,
con otros dos dominicos, Savonarola fue degradado, ahorcado y quemado por hereje, cismtico y menosprecio de la
Santa Sede.
Nadie duda hoy de la buena voluntad, de la ortodoxia y de los deseos de reforma de Savonarola. Le perdi su
talante,
entre mesinico, religioso y poltico, la intransigencia, la exaltacin y el fanatismo que dio a sus predicaciones e
intervenciones. Injusticias se cometieron contra l en el proceso; pero su excomunin, por desobediencia, sigue
siendo
vlida, y sta fue la nica intervencin directa que tuvo el Papa en el asunto.
A Alejandro VI le sigui el belicoso cardenal Juliano della Rovere, que toma el nombre de Julio II por la admiracin
que
senta por Julio Csar, creador del Imperio Romano. Es considerado como uno de los prncipes italianos. De su
conducta moral al menos durante sus aos de pontificado- nada puede aducirse de censurable, pero tena un
carcter
mundano, violento y dominante, ms de emperador o general que de sumo sacerdote de la Cristiandad. Luch contra
los franceses y contra los prncipes italianos para restaurar y consolidar el Estado Pontificio, en el que vea la base
indispensable para la independencia y actividades del papado. Protegi a los artistas y literatos, a quienes mandaba
y
daba orientaciones; entre ellos, Bramante, Miguel ngel, Rafael. Bajo su pontificado se llega al apogeo del arte
renacentista.
A Julio II le sucede el blando e indulgente Len X, el Papa alegre y confiado. Durante su pontificado se consuma la
ruptura de Lutero y se clausura, sin pena ni gloria, el concilio V de Letrn. Amigo de la paz, evit mortificaciones,
fatigas, peleas e incomodidades. En su pontificado la mundanidad de la Curia alcanza cotas desproporcionadas. El
mismo Papa, prncipe renacentista bajo las vestiduras pontificales, se dedicaba a alegres diversiones, aunque sin
traspasar los lmites de la moralidad; amaba la caza, las fiestas profanas, la msica, el teatro. Amigo de humanistas,
artistas y literatos, a los que colm de favores.
Ante este panorama, se podra uno desanimar. No hubo durante esos aos algn respiro espiritual?
S, tambin surgieron maestros de la vida espiritual que defendan la espiritualidad. Entre ellos, Juan de Gerson, que
promovi la devocin a san Jos y la fe en la Inmaculada Concepcin de Mara. Tambin Toms de Kempis, que
recomienda a sus lectores el desprecio por las cosas mundanas, el aprecio por la vida interior y un profundo amor a
Cristo.
La Iglesia ante el Nuevo Mundo
El descubrimiento de Amrica, propulsado por Espaa y Portugal, los Papas dieron su aprobacin y su apoyo,
mandando sus misioneros.
Tenemos las Bulas Inter Coetera (1493) del Papa Alejandro VI 140 antes del segundo viaje de Coln. Cuando los
Reyes Catlicos piden al Papa Alejandro VI que les conceda las tierras recin descubiertas, le manifiestan que lo que
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pretenden en primer lugar es que se conviertan sus pobladores y sean educados en buenas y sanas costumbres. El
Papa se lo recordar una y otra vez: Os exhortamos insistentemente en el Seor, por el sacro bautismo en que os
obligasteis a los mandatos apostlicos, y os pedimos, por las entraas de misericordia de nuestro Seor Jesucristo,
que, al emprender y proseguir esta expedicin con recta intencin y celo de la fe ortodoxa, tengis la voluntad y el
deber de procurar que los pobladores de tales islas y tierras abracen la religin cristiana...Sabemos que vosotros,
desde hace tiempo, os habais propuesto buscar y descubrir algunas islas y tierras lejanas y desconocidas, no
descubiertas hasta ahora por otros, con el fin de reducir a sus habitantes y moradores al culto de nuestro Redentor y
a
la profesin de la fe catlica; y que hasta ahora, muy ocupados en la reconquista del reino de Granada, no pudisteis
conducir vuestro santo y laudable propsito al fin deseado. Pues bien, con el descubrimiento de las Indias lleg la
hora

sealada por Dios para que decidindoos a proseguir por completo semejante empresa, queris y debis conducir a
los
pueblos que viven en tales islas y tierras a recibir la religin catlica. As pues, por la autoridad de Dios omnipotente
concedida a san Pedro y del Vicariato de Jesucristo que ejercemos en la tierra, con todos los dominios de las
mismas...a tenor de la presente, donamos, concedemos y asignamos todas las islas y tierras firmes descubiertas y
por
descubrir a vos y a vuestros herederos. Y al mismo tiempo en virtud de santa obediencia, el Papa dispone que los
reyes castellanos han de destinar varones probos y temerosos de Dios, doctos, peritos y expertos para instruir a los
residentes y habitantes citados en la fe catlica e inculcarles buenas costumbres (A. Gutirrez, Amrica 122-123).
Roma, pues, enva claramente Espaa a Amrica, y en el nombre de Dios se la da para que la evangelice. En otras
palabras, el nico ttulo legtimo de dominio de Espaa sobre el inmenso continente americano reside en la misin
evangelizadora 141.
El Papa Julio II, en la bula Universalis Ecclesiae, ya en el siglo XVI, concedida a la Corona de Castilla, en la persona
de
Fernando el Catlico, dio forma definitiva al Patronato Real, es decir, el modo en que se articul la misin de Espaa
en
las Indias, con sus derechos y deberes. Este Patronato Real implicaba: percepcin de diezmos, fundacin de
dicesis,
nombramientos de obispos, autorizacin y mantenimiento de los misioneros, construccin de templos, etc.
Dado que al inicio no exista una organizacin legal, ni se conocan las tierras, el personalismo anrquico y la
improvisacin, la codicia y la violencia, amenazaron con pervertir en su misma raz una accin grandiosa y noble.
Coln, fracas en las Indias como Virrey Gobernador. Tampoco el comendador Bobadilla, que le sucedi en 1500, en
santo Domingo, capital de La Espaola, pudo hacer gran cosa con aquellos indios diezmados y desconcertados, y
con
unos cientos de espaoles indisciplinados y divididos entre s. Alarmados los Reyes, enviaron en 1502 al
comendador
fray Nicols de Ovando, con 12 franciscanos y 2.500 hombres de todo oficio y condicin. Bartolom de las Casas
entre
ellos. Entre las indicaciones que les dieron los reyes catlicos fue que trataran bien, como vasallos libres, a los
indios.
Estas son las palabras del testamento de la reina Isabel: De acuerdo a mis constantes deseos...no consientan ni den
lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden que sean bien y justamente
tratados. Y si algn agravio han recibido, lo remedien y provean.
Ante los maltratos que algunos gobernadores hacan a los indios, se alzaron muchas voces de la Iglesia. Teniendo
delante a Amrica y desde su ctedra de Salamanca, el dominico Francisco de Vitoria proclama a todos los vientos el
derecho internacional y los derechos humanos. Su hermano de hbito, Fray Antonio de Montesinos, pronunci un
famoso sermn el primer domingo de adviento de 1511 en santo Domingo contra los abusos de los colonos: Estos
no
son hombres? Con stos no se deben guardar y cumplir los preceptos de caridad y de la justicia? Estos no tenan
sus tierras propias y sus seores y seoros? Estos hannos ofendido en algo? La ley de Cristo, no somos
obligados
a predicrsela, y trabajar con toda diligencia de convertirlos?...Todos estis en pecado mortal, y en l vivs y mors,
por
la crueldad y tirana que usis con estas inocentes gentes...Decid, con qu derecho y con qu justicia tenis en tal
cruel y horrible servidumbre a aquellos indios? Con qu autoridad habis hecho tan detestables guerras a estas
gentes, que estaban en sus tierras mansas y pacficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca
odos,
habis consumido?.
En las Juntas que pronto se tienen en Burgos y Valladolid son los religiosos quienes defienden la libertad de los
indios.
A finales del XV, llegaron a Espaa las acusaciones de los franciscanos belgas Juan de la Deule y Juan Tisin. En
1513,
fray Matas de Paz, catedrtico de Salamanca, escribe Del dominio de los reyes de Espaa sobre los indios
denunciando el impedimento que los abusos ponen a la evangelizacin, y afirmando que jams los indios deben ser
gobernados con dominio desptico. En 1539, el dominico fray Vicente Valverde, escribe al rey acerca de los abusos
sufridos por los indios. En 1541, fray Toribio de Benavente, Motolina142 , escribe en su Historia de los indios de la
Nueva Espaa contra los abusos de algunos espaoles, y tambin los defiende de algunas difamaciones del padre
Las
Casas.

Tambin la Iglesia, con el apoyo de los misioneros, control muy bien las encomiendas, para que no hubiese abusos,
como sucedi en la poca feudal. Impidieron que los encomenderos se convirtiesen en una poderosa casta
hereditaria.
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Buena parte de los debates jurdicos y teolgicos del siglo XVI giraron en torno a la encomienda y el repartimiento,
que
fueron vindose como un mal menor. La encomienda termin en 1718.
A mediados del XVI, con el padre Las Casas 143, fueron el padre Francisco de Vitoria, dominico, y el padre Juan
Gins
de Seplveda las figuras ms importantes en el tema de la justificacin de la presencia y accin de Espaa en las
Indias. Francisco de Vitoria es el fundador del Derecho Internacional.
Don Vasco de Quiroga dedicar buena parte de su vida de seglar, siendo oidor de ls Segunda Audiencia de Mxico y
despus como primer obispo de Michoacn, a defender a los indios, a protegerlos y educarlos en sus Pueblos
Hospitales de Mxico, teniendo siempre en cuenta la dignidad humana de los indios, como escribe en uno de los
informes que manda al Consejo de las Indias.
Del tambin dominico Julin Garcs, primer obispo de Tlaxcala, es otra frase famosa: Saquemos oro de las entraas
de fe de los indios. Por tanto, no se iba a Amrica slo por convertir en doblones el oro azteca e inca, a costa del
trabajo y de la dignidad de aquellos indgenas. La obra que hace all la Iglesia es algo que honradamente no se
puede
ignorar.
De 1504 a 1511 se establece la jerarqua eclesistica en las islas de Santo Domingo y Puerto Rico. En Cuba se
funda
la dicesis de Baracoa en 1515 y la de Santiago en 1522. En los mismos das de la conquista se crean nuevas
dicesis
en Mxico, Per, Colombia, Venezuela, Chile y Argentina; en Mxico se celebra un concilio provincial en 1555, de
gran
resonancia para la primera evangelizacin americana.
Los numerosos misioneros que llegan a Amrica no slo se preocupan de adoctrinar a los indios en la religin
cristiana,
sino que promueven entre ellos el conocimiento de no pocos oficios, artes y las letras. El colegio de Santiago de
Tlatelolco, de los franciscanos, es el primero que se crea en Nueva Espaa; los agustinos levantan otro en Tiripito, y
Vasco de Quiroga uno ms para la formacin de clrigos en Ptzcuaro de Michoacn. De 1551 son las Reales
Cdulas
por las que se fundan las Universidades de Mxico y de Lima, a cargo principalmente de obispos, clrigos y
religiosos.
A propsito de esta ltima, la de san Marcos, escribe Madariaga que en ningn aspecto de su obra en Amrica ha
manifestado Espaa con ms claridad su filosofa poltica y su sentido de la humanidad sin bordes ni barreras que en
el
de la instruccin pblica. Las rdenes religiosas fundaron en numerosas ciudades colegios tanto para los espaoles
(o
sea, los criollos blancos) como para los hijos de las familias indias pudientes, y las Universidades comenzaron a
florecer desde los das primeros de la conquista. La de san Marcos es de 1551, apenas trece aos despus de
terminada la conquista de tan inmenso pas, y sin embargo, ya era la tercer del Nuevo Mundo, por serle anteriores
Mjico y santo Domingo144 .
A la labor evangelizadora de franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas y clrigos regulares, se une la labor
legislativa
que se resume en las Ordenaciones de nuevos descubrimientos y poblaciones, promulgadas por Felipe II en 1573 y
en
la Recopilacin de Leyes de Indias.
El Papa Pablo III en la bula Sublimis Deus (1537) afirma que los indios son hombres libres y que hay que
convertirlos
por medio de la mansedumbre. Lo dice con estas palabras: Los indios son verdaderos hombres dotados de alma:
aptos en consecuencia para disponer de sus bienes y personas. Con este documento se intenta poner fin a una
enconada controversia teolgica ntimamente ligada al problema de los justos ttulos en que pretenda apoyarse la
conquista, puesto que se haba llegado a cuestionar la racionalidad de los indgenas basndose en sus creencias
idoltricas, sacrificios humanos, prcticas de canibalismo, costumbres homosexuales y otras prcticas escandalosas,
llegando a considerarlos poco ms que como animales que posean el don de la palabra.

La Iglesia puso en cada encomienda a un fraile para que llevara a cabo la evangelizacin. Los frailes tuvieron que
afrontar el desafo de la evangelizacin de esa cultura, o llamado tambin, el problema de la inculturacin; cmo
adaptar el mensaje de Cristo a esa cultura. Ms tarde, en 1622, la Santa Sede cre la Congregacin de Propaganda
Fide, hoy llamada Congregacin para la evangelizacin de los pueblos, que puso a disposicin de los misioneros los
medios necesarios para las misiones: imprenta polglota, seminarios, universidades, creacin de vicarios apostlicos
y
obispos misioneros dependientes directamente del Papa.
No podemos acabar estar parte sin dar un juicio sobre la esclavitud: el descubrimiento de Amrica motiv una
enorme
peticin de mano de obra e hizo nacer la trata de negros, que se buscaban en las costas de frica. Esta trata dur
hasta comienzos del siglo XIX. De 14 a 20 millones de negros fueron llevados de frica. Para justificar la esclavitud y
el
mercado de negros, se apel a los argumentos de Aristteles, que habla de categoras de hombres esclavos por
naturaleza; se record la maldicin de los hijos de Cam (Gn 9, 5: los africanos). En ese tiempo la esclavitud era un
mal
necesario para las necesidades de la economa. Por otra parte, la esclavitud permita a los negros acceder a la fe
cristiana. Ciertamente siempre ser reprobable la esclavitud desde todos los puntos de vista, pues el hombre, todo
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hombre, independientemente de su color, raza, sabidura...es hijo de Dios, tiene alma y, por lo mismo, su dignidad es
altsima. El principio moral El fin no justifica los medios, aqu tambin es aplicable: el ofrecerles la fe (fin) no justifica
el
medio de la esclavitud, que es un mal. Los negros tuvieron al jesuita san Pedro Claver, que se esforz en suavizar su
suerte en la Colombia del siglo XVII. Debemos recordar tambin que el tema de la igualdad de todos los hombres ha
empezado a aceptarse a partir de finales del siglo XVIII, con la revolucin francesa. Los derechos humanos y la
igualdad de todos eran verdades cristianas, pero el reivindicarlas cuando los condicionamientos sociales no estaban
maduros hubiera supuesto un mal peor que el existente. A modo de analoga, no olvidemos que ni el mismo san
Pablo
se rebel contra la esclavitud, sino que pidi trato humano para los esclavos. En todo juicio de un comportamiento
histrico hay que censurar el error partiendo, s, de nuestro avance actual en respeto a la persona, pero sin
desprenderse totalmente de la situacin de esa poca, a menos de no querer cometer una injusticia histrica.
CONCLUSIN
A mediados del siglo XV, el papado pareca haber recobrado su esplendor y su prestigio. El ltimo antipapa de la
historia haba abdicado en 1449. Una turba inmensa haba acudido a Roma a celebrar el jubileo del Ao Santo de
1450.
De nuevo, un Papa poda afirmar que los pontfices romanos eran los seores de los hombres y de todo lo que
pertenece al hombre.
Iba a revivir la cristiandad las horas del siglo XIII? Pero, se poda seguir hablando de Cristiandad? Europa haba
pasado a ser una Europa de prncipes. La guerra de los cien aos, acabada en 1453, haba revelado unos
antagonismos nacionales que se iran acentuando ms an con el tiempo. Desanimado el Papa Po II (1458-1464)
confesaba: La Cristiandad ya no tiene una cabeza que respete y a la que quiera obedecer; los ttulos de emperador
y
de sumo pontfice no representan para ella ms que nombres sin realidad, y quienes los llevan slo son a sus ojos
vanas imgenes.
Algunos Papas de finales del siglo XV se portaron ms como prncipes italianos que como pontfices universales.
Eran
Papas que, en calidad de soberanos de los Estados Pontificios, descendan a las arenas movedizas de la poltica
italiana, pactaban ligas y alianzas, hacan la guerra a otros prncipes cristianos. Eran grandes seores del
Renacimiento, amantes de las bellas artes y magnficos mecenas de una plyade de artistas geniales. Pero esa hora
brillante del Pontificado renacentista no era una hora luminosa de la historia cristiana. La Iglesia padeca y la
Cristiandad sufra la orfandad cuando ms falta le haca sentir la mano vigorosa del timonel que gobernase la barca
de
Pedro.
A la hora en que se descorra el teln de la historia y entraba en escena el mundo moderno, la mayora de los Papas
de este siglo no dieron la talla que aquellos tiempos crticos parecan exigir. Que fuera mucho lo que Dios y los
hombres podan pedir en tales momentos a la Iglesia, lo sugiere la simple consideracin de algunos hechos bien
significativos. Tan slo sesenta y cuatro aos separan dos fechas infaustas en la historia del cristianismo: el 29 de

mayo de 1453, la trgica jornada en que cay Constantinopla y se hundi para siempre el Imperio cristiano de
Oriente,
y el 31 de octubre de 1517, el da en que Lutero hizo pblicas sus 95 tesis contra las indulgencias en la ciudad
alemana
de Wittemberg, dando as comienzo a la revuelta protestante, que segregara del cuerpo de la Iglesia catlica a la
mitad
de la Europa cristiana.
La Providencia hizo, con todo, que entre esas dos fechas dolorosas amaneciese un da de octubre de 1492, que
abri a
la Iglesia de Cristo los caminos de un nuevo mundo, Amrica, destinado a ser en un futuro el segundo continente
cristiano.
Haba acabado una poca. Se anunciaban tiempos nuevos. Con el retorno a las fuentes grecolatinas, se iba abriendo
una renovacin cultural. La Iglesia no sera ya la maestra de la vida intelectual, como lo haba sido en Edad Media.
La
imprenta recin inventada iba a revolucionar las relaciones entre los hombres.
Al oeste del continente europeo, el Islam sera arrojado de Espaa (1492). Ya los portugueses haban puesto pie en
Ceuta, en la costa africana (1415). Se esbozaba el descubrimiento de nuevos mundos. Limitada y bloqueada en el
este,
sospechaba la Iglesia que su porvenir no estaba ya en la restauracin de la cristiandad europea, sino en el anuncio
del evangelio al mundo entero?
___________________
APNDICE 1: Esquema de la evangelizacin en tierras americanas
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Antes de poner punto final a este gran siglo XVI, hagamos un esquema de la evangelizacin en las dems tierras
americanas:
Amrica del Norte espaola: los conquistadores y misioneros descubren la actual California en 1532, que es
pennsula,
y fue llamada Baja California, para diferenciarla de la Alta California, actual territorio de los Estados Unidos de
Norteamrica.
Colombia (Nueva Granada): en 1525 Rodrigo de Bastidas y varios misioneros fundaron la Reduccin145 que
llamaron
de Santa Marta, primer centro evangelizacor de las actuales repblicas de Colombia y Venezuela. Ms tarde, toc la
suerte a Cartagena de Indias en 1533; luego, Bogot en 1536, con fray Domingo de Las Casas y Pedro Zambrano.
Venezuela, Caracas en 1578, donde los misioneros introducen instrumentos de labranza, semillas, ganadera y
levantan escuelas y hospitales. Sern los capuchinos los grandes misioneros venezolanos, en el siglo XVII. En el
siglo
XVIII llegaron los jesuitas.
Asuncin del Paraguay en 1537, punto estratgico entre Per y el Ro de la Plata, donde Alvar Nez Cabeza de
Vaca
fij su sede en 1541. Las encomiendas aqu fueron bien regimentadas y con menos abusos que en otras partes. El
primer obispo se llam Fray Juan de Barrios en 1547.
En Bolivia fue dura la evangelizacin, pues los naturales ofrecan mucha resistencia al inicio. Los misioneros jesuitas
se
ganaron el corazn de los indgenas con ddivas. Las reducciones se formaron en 1687, 1689 y 1693.
En Ecuador, llegan los franciscanos y mercedarios en 1535.
En Chile se plant la cruz en 1541. El primer obispo fue Rodrigo Gonzles Marmolejo.
La partida de nacimiento de la actual Repblica Argentina est fechada con la llegada de Juan Daz de Sols al Ro
de
la Plata en 1516. Ser Magallanes quien llev en su nave capitana Trinidad al padre Pedro de Valderrama (15191520).
El primer obispo fue fray Pedro Fernndez de la Torre (1556-1573). Garay funda la ciudad para ensalzamiento de la
santa fe catlica y psole por nombre Santsima Trinidad, en el puerto de Santa Mara de los Buenos Aires el 11 de
junio de 1580.
Los primeros evangelizadores del Brasil son los franciscanos en el siglo XVI. Despus llegan los jesuitas, tambin en
el
mismo siglo, entre ellos el padre Anchieta, el apstol del Brasil, beatificado ya por el papa Juan Pablo II. A l se suma
el

padre Manuel de Nbrega, gran propulsor de las misiones del Paraguay. La primer dicesis fue en San Salvador de
Baha, cuyo primer obispo fue Pedro Fernndez Sardinha. La evangelizacin se llev a cabo en medio de cultos
afro-indgenas.
Uruguay fue evangelizada en el siglo XVII.
Canad fue fundada por Jacques Cartier en 1534, en el lugar llamado Gasp, donde se plant la primera cruz146 .
Fue
en el siglo XVII donde se produjo la epopeya misionera con los agustinos, recoletos, jesuitas, sulpicianos, Ursulinas,
redentoristas. Mrtires del Canda fueron Juan de Brebeuf y compaeros mrtires jesuitas.
APNDICE 2: Para entender un poco ms el descubrimiento y la evangelizacin de Amrica
Qu signific la llegada de los espaoles a las riberas americanas?, un descubrimiento?, un encuentro?, una
lucha desigual?, una destruccin implacable? Qu hicieron los espaoles: destruir, arrasar, inculturar, evangelizar?
Buscaban oro o tierras?, esclavos o almas? Y, sobre todo, qu debe hacer la Iglesia: una ceremonia de accin de
gracias o un acto penitencial de reparacin? Leyenda negra o leyenda rosa sobre el descubrimiento, la conquista y
la
evangelizacin de Amrica?
Lamentablemente, por ahora, una lectura desapasionada de los acontecimientos no es ni fcil ni se ve cercana. Y
esto
por dos razones fundamentales.
En primer lugar, porque el mundo nutre sus ideas y convicciones no slo de la historia, sino de la historia de la
historia.
No es slo el hecho objetivo, que sucedi en una poca y en un lugar, lo que determina las actitudes mentales, sino
la
historia que sobre ese hecho se haya escrito; es decir, no slo la historia sino tambin la historiografa.
Cuando nos acercamos a la obra de Espaa en Amrica forzosamente tenemos que hacerlo a travs de la historia
escrita que se ha ido acumulando a lo largo de estos cinco siglos..., y no es siempre fcil redimensionar puntos de
vista
que durante siglos constituyeron tpicos muy frecuentados. No es este el lugar para hablar sobre la leyenda negra de
la
Espaa catlica de Felipe II, la Espaa de las torturas de la Inquisicin y la destruccin de las Indias..., la Espaa de
los
historiadores franceses e ingleses, la mayor parte de ellos protestantes o al menos rabiosamente anticatlicos.
Voltaire
afirmaba tajantemente que Felipe II mand exterminar a los indios; por esos mismos aos Campe consideraba que
el
destino de Espaa fue destruir; para Draper el descubrimiento y la conquista de Amrica por parte de los espaoles
fue una gran desgracia para la humanidad. Juicios como stos condicionan, al menos en parte, la mentalidad de los
hombres de hoy.
Hay, sin embargo, otro hecho mucho ms significativo que impide una lectura imparcial de la verdad histrica: las
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ideas, los ideales, las convicciones que estuvieron en juego hace cinco siglos siguen hoy presentes en la vida de los
hombres y de las sociedades, y provocan, ayer como hoy, adhesin o rechazo. Hay intereses en torno a la
interpretacin de la historia, porque la fe, que en gran medida inspir la entera evangelizacin, sigue hoy viva en la
gran
mayora del pueblo que surgi de ese encuentro. Nadie se siente vitalmente comprometido al analizar las conquistas
de
Alejandro Magno o los crmenes de Nern; la historia que ellos protagonizaron nos es ajena. No es este el caso de la
conquista y evangelizacin de Amrica y no es por eso extrao que grupos de intereses promuevan, aun falseando la
verdad, su propia lectura de la historia.
En Latinoamrica son tres las fuerzas que se manifiestan acerbamente crticas con respecto a la obra de Espaa en
Amrica: los grupos ms intransigentes de izquierda, que consideran parte esencial de la retrica revolucionaria las
reivindicaciones indigenistas (se incluyen aqu tambin los pensadores de la teologa de liberacin, hoy da ya
decada);
el protestantismo americano, que ve en la obra de Espaa el retraso, la cerrazn mental y la rgida intransigencia de
un
catolicismo incapaz de aceptar su necesidad de reforma; y, por ltimo, la fuerza emergente de las nuevas sectas
religiosas, que ven en la Iglesia y en su obra su enemigo natural. Son fuerzas que luchan por imponer una visin
parcial, por momentos claramente deformada, de la historia.

Ante esta situacin no se ve conveniente promover una leyenda rosa; sera contrarrestar el influjo de una
manipulacin histrica con otra manipulacin an peor. La falta de rigor y seriedad convertira la polmica en una
discusin de sordos y hara escaso bien a la causa de la verdad. Antes bien, la Iglesia ha optado por celebrar, sin
triunfalismo y distinguiendo cuando es necesario la obra de los evangelizadores de la de los conquistadores, una
obra
que conllev muchas debilidades e injusticias flagrantes, encuadrada en un ambiente histrico condicionante, pero
que
sin embargo es esencialmente testimonio de una fe viva y ardiente, de una grande abnegacin misionera y de un
respeto sincero, aunque germinal, por el indgena.
No sera justo, sin embargo, olvidar las injusticias de aquella poca. No sera justo para con los pueblos indgenas de
Amrica que soportaron invasiones, guerras, enfermedades mortales, conquistadores inescrupulosos que, salidos de
las crceles de Cdiz, se convirtieron por las circunstancias en detentores absolutos de tierras y hombres...Tampoco
sera justo para con la Iglesia, que desde el inicio de la conquista supo constituirse en defensa y promocin del
indgena, que la mayor parte de las veces no tena otra institucin a la cual recurrir.
Pero esto no debe inclinarnos a juicios fciles y a dividir la historia con las categoras unvocas de buenos y malos.
No
puede decirse, sin faltar a la verdad, que los indios, los buenos, fueron maltratados por los espaoles, los malos. Los
indios cometan tambin injusticias y crmenes; prueba de ello es el dominio del terror que los aztecas imponan a los
dems pueblos indgenas antes de la llegada de los espaoles y que permitir a los europeos contar con ejrcitos
enormes para abatir el dominio azteca. Los indios no eran ngeles sino hombres, tanto cuanto los espaoles,
igualmente sometidos por la fuerza del pecado original.
Tampoco puede decirse que los frailes fueran los buenos y los espaoles los malos. No corresponde a la verdad
histrica porque consta que junto al formidable impulso misionero de esa poca se mezclan, en cantidades no poco
considerables, la ambicin, el fanatismo y la incultura. Al mismo tiempo, consta tambin que con los espaoles
llegaron
hombres nobles y profundamente cristianos, comprometidos en la defensa del indio y en la construccin de un orden
cultural nuevo.
Se trata de leer con serenidad este pedazo de historia, sin juicios apresurados, aprendiendo de l cuanto la Iglesia
puede necesitar para el esfuerzo de renovacin apostlica en el que est embarcada.
Para comprender esta situacin es, por tanto, necesario ponerse en el contexto histrico.
El ao 1492 fue para Espaa un punto de llegada y un punto de partida. Era el ao de la anhelada unidad espaola:
la
reconquista, el proceso de reunificacin de la pennsula ibrica, conclua, dejando tras de s una historia heroica en la
que Espaa poda ver reflejado su destino: hombres valerosos luchando y muriendo por el Rey y por Espaa,
conquistando con su sangre, bajo el signo de la cruz, cada palmo de tierra arrancado al dominio rabe. La unidad
espaola era ya un hecho: la expulsin de los judos, ese mismo ao, no vena sino a confirmarla.
Pero Espaa no era slo unidad territorial; era, ante todo, unidad espiritual. Por una parte, sus largos aos de
reconquista han tenido el sabor de una inmensa cruzada victoriosa contra el infiel musulmn, ante el cual se sentir
despus bastin del occidente catlico. Por otra, su lucha contra las tesis que un clrigo de Wittenberg ha clavado en
las puertas de la iglesia del castillo, desafiando los dos grandes polos del poder medieval, el emperador y el papa, no
es slo la defensa de una idea poltica: el imperio cristiano; es principalmente afirmacin vigorosa y defensa de la fe
ortodoxa. Nada tiene de extrao que tambin la conquista de Amrica se le presente a Espaa con un marcado
carcter religioso, como una obra de evangelizacin.
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Es la Espaa que gusta de concebirse a s misma, lo decimos con palabras de Marcelino Menndez Pidal,
evangelizadora de la mitad del orbe, luz de Trento, martillo de herejes, espada de Roma, cuna de san Ignacio. De
hecho, la naciente Espaa ejerce su hegemona europea como se realiza una vocacin, una vocacin histrica,
firmemente arraigada en la fe y en la tradicin, luchando denodadamente por ponerse a la altura de la misin que la
historia le requiere. Todo en Espaa tiene algo de grandioso y de desmesurado en esta poca: en ella se mezclan y
conviven el afn de aventuras y el impulso misionero; la lucha por el poder con la abnegacin y la caridad, el afn
desmedido de riquezas con la santidad y el desprendimiento. Como nunca producir Espaa grandes telogos,
grandes santos y msticos, grandes fanticos, grandes inquisidores y grandes sinvergenzas. El papel de primaca
que
le corresponde aumenta inexorablemente en la perspectiva histrica las virtudes y los vicios de Espaa.
Entre todos los retos que Espaa asume, la misin ms noble, la ms exitosa histricamente, la ms costosa y la que
ms exigir sacrificio ser Amrica. Es all donde Espaa, ms que defender un mundo de antiguos valores, va a ser
creadora de un orden nuevo.

APNDICE 3: Juicio sobre el padre Bartolom de Las Casas


La crtica actual, al margen ya de malentendidos triunfalismos nacionalistas, ha dado su fallo a favor del dominico:
abraz la causa de los colonizados, que eran los ms dbiles y dio ejemplo de cul debe ser la actitud cristiana frente
a
la injusticia.
Gracias a las denuncias de Las Casas al emperador espaol Carlos V, mejor la situacin de los indios, sobre todo
con las Leyes de Burgos y luego con las Leyes Nuevas, no obstante su imperfecta aplicacin.
Con todo, cabe decir que los juicios del padre de las Casas no carecen de pasin y parcialidad, al considerar los
malos
tratos que daban a los indios algunos encomenderos y generalizarlos como si fueran el denominador comn. Ni
siquiera la vida del padre De las Casas parece ser un modelo de caridad hacia los indios.
Toribio Motolina escribe al emperador Carlos V en enero de 1555 una carta para ponerle al tanto de las necesidades
de los indios y tambin para quitar parte de los escrpulos que el de las Casas, obispo de Chiapas, pone a Vuestra
Majestad y a los de vuestros consejos (n. 1). Entresaco algunas ideas y prrafos de la carta:
No tiene razn el de Las Casas de decir lo que dice y escribe y emprime, y adelante, porque ser menester, yo dir
sus celos y sus obras hasta dnde allegan y en qu paran, si ac ayud a los indios o los fatig (n. 4). Yo me
maravillo cmo Vuestra Majestad y los de vuestros Consejos han podido sufrir tanto tiempo a un hombre tan pesado,
inquieto e importuno y bullicioso y pleitista, en hbito de religioso, tan desasosegado, tan mal criado y tan injuriador y
perjudicial y tan sin reposo (n. 7). Vino el de las Casas siendo fraile simple y aport a la ciudad de Trascala, e traa
tras de s cargados, 27 37 indios, que ac se llaman tamemes (n. 8).
Cuenta luego cmo se neg a bautizar a un indio, ante lo que Motolina replic: Yo entonces dije al de las Casas:
cmo, Padre, todos vuestros celos y amor que decs que tenis a los indios, se acaba en traerlos cargados y andar
escribiendo vidas de espaoles y fatigando a los indios, que slo vuestra caridad trais cargados ms indios que
treinta
frailes. Y pues un indio no bautizis ni doctrinis, bien sera que pagsedes a cuantos trais cargados y fatigados (n.
8). Una de las cosas que es de haber compasin en toda esta tierra, es de la ciudad de Chiapa y su subjeto, que
despus que el de las Casas all entr por obispo qued destruida en lo temporal y espiritual, que todo lo encon. Y
plega a Dios no se diga de l que dej las nimas en las manos de los lobos y huy: quia mercenarius est et non
pastor, et non pertinet ad eum de ovibus (n.12). Y no es razn que el de Las Casas diga que el servicio de los
cristianos pesa ms que cien torres y que los espaoles estiman en menos los indios que las bestias y aun que el
estircol de las plazas. Parsceme que es gran cargo de conciencia atreverse a decir tal cosa a Vuestra Majestad
(n.
42).
Y hablando con grandsima temeridad dice que el servicio que los espaoles por fuerza toman a los indios, que, en
ser incomportable y dursimo, excede a todos los tirnos del mundo, sobrepuja e iguala al de los demonios. Aun de los
vivientes sin Dios y sin ley no se debera decir tal cosa. Dios me libre de quien tal cosa decir (n. 43)147 .
J. Hffner concluye el juicio del padre Las Casas con estas palabras:
A las Casas son aplicables las palabras de Schiller: Confusa, por el favor y el odio de las partes, la semblanza de su
carcter se presenta vacilante en la historia. Quienes con mayor entusiasmo le aplaudieron fueron, en el siglo XVI,
los
enemigos de Espaa, que abusaron de la destruccin de las Indias para sus campaas difamatorias contra esta
nacin.
En 1578 se public la primera edicin holandesa; en 1579, la primera francesa, y, en 1583, la primera versin
inglesa, a
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las que siguieron otras muchas 148 ... Lo que menos se le perdon fueron sus repetidas invectivas contra las
encomiendas.
En esta cuestin, movidos por consideraciones de metodologa misional, tambin los franciscanos estuvieron contra
l.
Sin duda, era toda la idiosincrasia de Las Casas lo que crispaba los nervios a muchos. Es cierto que los juicios de
Las
Casas a menudo pecaban de parciales. Vea delante de s una sola meta, por lo que, como frecuentemente se ha
subrayado, destac nicamente los aspectos sombros de la poltica colonial espaola. Tambin las cifras que cita
son,
a menudo, exageradas. Sin embargo, su gran Historia de las Indias muestra al incansable Las Casas, pese a una
muy
personal y apasionada actitud ante los acontecimientos, como historiador fidedigno que una y otra vez recurre a las

fuentes originales. Probablemente fue el emperador Carlos V quien mejor supo comprender a su Micer Bartolom,
como sola llamarle. Pues, de no ser as, nunca se habran dictado las leyes de 1542, promulgadas por un soberano
de
conciencia cristiana, que no se crea ms all del bien y del mal (En su libro, La tica colonial espaola del siglo de
oro, ediciones Cultura Hispnica, Madrid 1955, pgs. 258-261).
Ha sido la obra de Las Casas Brevsima relacin de la destruccin de las Indias, la que contribuy grandemente a
la
leyenda negra sobre la conquista y evangelizacin de las Indias.
Una de las crticas que podramos decir de Las Casas fue el hecho de dedicarse demasiado al trabajo, descuidando
su
ministerio sacerdotal; haber cometido imprudencias graves contra las conciencias de sus sbditos; haber usado el
arma
del miedo a la condenacin para lograr sus fines; caer en errores que l mismo anatematizaba, dando ocasin a
escndalo y a poca fiabilidad a sus denuncias en el plano de la sinceridad como defensor de los indios. Tal vez
infunda
sospechas de haber sido desleal a Espaa cuando la ataca duramente y le propone planes irrealizables o idealistas,
sin
meterse l mismo en la dura tarea de combatir la injusticia con su ministerio sacerdotal, iluminando y haciendo el
bien
espiritual a indios y espaoles, llevando el evangelio a ambos para sanar de raz el mal. Denunciar, es verdad, puede
hacerlo todo sacerdote, pero no es justa la denuncia exagerada. El sacerdote debe denunciar el mal, perdonarlo y
construir la justicia con el Evangelio y desde el Evangelio.
_________________________
Negaba la transubstanciacin eucarstica, el primado del papa.regresar
Estas son las ltimas palabras de Huss en la hoguera de Costanza: Dios es testigo de que jams he enseado ni
predicado lo que se me atribuye por la deposicin de falsos testigos. Mi primera intencin en mi predicacin y todos
mis
actos ha sido la de arrancar a los hombres del pecado. Estoy dispuesto a morir con gozo en la verdad del evangelio,
que he escrito, enseado y predicado segn la tradicin de los santos doctores (6 julio de 1415). regresar
El medio providencial para el encuentro de Coln y la reina Isabel fueron unos humildes y cultos franciscanos de la
Rbida, junto a Palos de la Frontera (Huelva, en Andaluca). El superior del convento era fray Juan Prez, antiguo
confesor de la reina Isabel la Catlica. Fueron los franciscanos quienes facilitaron a Coln el encuentro con la reina, y
quienes le apoyaron despus en las arduas discusiones con los doctores de Salamanca y con los funcionarios del
rey.
Finalmente el 17 de abril de 1492, tras varios aos de tenaces gestiones, se formularon las Capitulaciones de Santa
Fe,
en las que se determinaron las condiciones de la expedicin en la que Coln iba a descubrir un Mundo Nuevo.
regresar
No eran todos angelitos, pero eran sin duda hombres de fe, gente cristiana, pueblo sencillo. As, por ejemplo, solan
rezar o cantar cada da la Salve Regina, con otras coplas y prosas devotas que contenan alabanzas de Dios y de
Nuestra Seora, segn la costumbre de los marineros. As lo cuenta en su diario el mismo Coln. regresar
Juan Pablo II, Viaje apostlico a la Repblica dominicana, 25 de enero de 1979.regresar
Coln se senta elegido para esta misin, aunque se reconoca gran pecador. Al terminar su tercer viaje, comienza su
relacin a los Reyes diciendo: La Santa Trinidad movi a Vuestras Altezas a esta empresa de las Indias y por su
infinita bondad hizo a m mensajero de ellos. No se puede negar que Coln era un cristiano muy sincero,
profundamente religioso. El padre Bartolom de las Casas dice de l que en las cosas de la religin cristiana sin
duda
era catlico y de mucha devocin. regresar
Recojo este juicio, parte del libro Hechos de los apstoles de Amrica, de Jos Mara Iraburu, fundacin Gratis Date,
1999, Pamplona; y parte tambin del libro Historia de la Iglesia de Francisco Martn, ediciones Palabra, volumen II,
2000, Madrid.regresar
En todas las partes, islas y tierras donde entraba dejaba siempre puesta una cruz, y cuando era posible una muy
grande y alta cruz (I Viaje, 16 noviembre). Las colocan con toda conciencia, en seal que Vuestras Altezas tienen la
tierra por suya, y principalmente por seal de Jesucristo Nuestro Seor y honra de la Cristiandad (12 diciembre). Y
as
en todas las tierras adonde los navos de Vuestras Altezas van y en todo cabo, mando plantar una alta cruz, y a toda
la gente que hallo notifico el estado de Vuestras Altezas y cmo tenis asiento en Espaa, y les digo de nuestra
santa

fe todo lo que yo puedo, y de la creencia de la santa madre Iglesia, la cual tiene sus miembros en todo el mundo, y
les
digo la nobleza de todos los cristianos, y la fe que en la santa Trinidad tienen (III Viaje).regresar
Refirindose a los reyes catlicos, Isabel y Fernando.regresar
En las ordenanzas del rey Felipe II y sus sucesores, prefirieron llamarla pacificacin y poblacin y no tanto
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conquista.regresar
Por qu tan rpida? Espaa ya estaba entrenada, despus de la reconquista que dur ocho siglos, contra los
musulmanes. Espaa, pues, estaba ya bien entrenada. En continuidad con lo que hizo Espaa desde el siglo VIII,
tambin en el Nuevo Mundo, comenz a avanzar, predicar, bautizar, alzar cruces, iglesias y nuevos pueblos para
Cristo. Slo as puede entenderse la rpida evangelizacin de Amrica, esa inmensa transfusin de sangre, fe y
cultura, que logr la total conversin de los pueblos misionados, fenmeno nico en la historia de la Iglesia. Por
tanto,
la conquista de las Indias es completamente ininteligible sin la experiencia medieval de la Reconquista de Espaa, en
su lucha contra el Islam. Con la expulsin de los judos y los rabes, Espaa en el siglo XVI es un pueblo homogneo
y
fuerte, que tiene por alma nica la fe cristiana.regresar
Entindase bien la palabra superior. No eran superiores en el sentido de que los indios fueran inferiores en dignidad
humana. Sabemos que el hombre, todo hombre tiene la misma dignidad humana, por muy pobre o enfermo que est.
Decimos superior, en el sentido de ms ilustrado en conocimientos. Recurdese que Espaa estaba viviendo su
Siglo
de Oro en teologa, cultura, arte. regresar
Por ejemplo, los sacrificios humanos.regresar
As dice el papa Juan Pablo II: Si queremos tributar un merecido agradecimiento a quienes sembraron la semilla de
la
fe, hemos de rendir homenaje en primer lugar a las rdenes religiosas que se destacaron aun a costa de ofrendar
sus
mrtires; sobre todo, los religiosos dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios y luego jesuitas (Juan Pablo II,
viaje apostlico a la Repblica Dominicana, 25 de enero de 1979)regresar
Por ejemplo, borracheras, adulterios, fetichismos, idolatra, sacrificios humanos, esclavitud de las mujeres. En una
isla
encontraron a unos indios con el miembro genital cortado, porque son cautivados por los caribes en otras islas, y
despus castrados para que engorden y despus comrselos. regresar
Llegan a Mxico doce frailes franciscanos; roturan la tierra y comienzan la primera provincia franciscana del Nuevo
Mundo. Luego llegaron los dominicos, a quienes pertenece fray Bartolom de las Casas. Posteriormente llegaron
agustinos y jesuitas, que evangelizaran La Florida, en Amrica espaola del norte. regresar
En su libro, Storia della Chiesa, pgs. 323-325. Istituto di Teologia per corrispondenza del Centro Ut unum sint Roma,
1980.regresar
Dice don Claudio Snchez de Albornoz: Slo Castilla hubiese conquistado y colonizado Amrica. Por qu? He aqu
el nudo del problema. La conquista no fue el resultado natural del descubrimiento. Imaginemos que Coln, contra
toda
verosimilitud, hubiese descubierto Amrica al frente de una flotilla de la Seora de Gnova o de naves venecianas;
podemos adivinar lo que hubiese ocurrido. Se habran establecido factoras, se habran buscado especias, se habra
pensado en los negocios posibles...Podemos imaginar lo que hubiese ocurrido, porque tenemos ejemplos histricos
precisos (La Edad Media espaola y la empresa en Amrica, 23). Pero Coln llev consigo a gente de Espaa, a
gente de Castilla, con el espritu de los reyes castellanos, Isabel y Fernando. regresar
Aqu tambin digamos la verdad de algunos hombres de Iglesia, que mancharon el rostro de la Iglesia santa: el papa
Inocencio VIII, elegido por componendas e intrigas, eman un documento por instancia de dos inquisidores
alemanes,
autorizando la caza de brujas. El gran defecto que tenan algunos papas del Renacimiento fue el nepotismo, es decir,
el
ayudar a sus propios familiares con grandes privilegios y concesiones. Otros, como Eneas Silvio Piccolomini, Po II,
se
dej llevar por la vanidad hasta el exceso, dejando obras humansticas y artsticas que le inmortalizaran a l como
persona. Algunos cardenales, por falta de firmeza del papa, se dejaron llevar por el ambiente un tanto chabacano y
mundano de ese tiempo, tan dado a fiestas y francachelas. Aun as, la Iglesia sigui adelante, porque la conduce el
Espritu Santo. Los hombres pasan; Dios no; y la Iglesia, tampoco, porque la conduce Dios. regresar

Es de todos sabida la conducta del Papa Alejandro VI (1492-1503), espaol, que fue odiado por el pueblo y por los
nobles romanos por una serie de motivos, todos reales: nepotismo, corrupcin, lujo, arrogancia, descarada
proteccin
de los espaoles a expensas de los locales. Contra l, sus hijos y la curia predic el fraile dominico Jernimo
Savonarola. Alejandro intent conquistarle y ponerle de su parte, pero no lo consigui. Por lo tanto, le excomulg.
Savonarola fue quemado vivo en Florencia, en 1498.regresar
l mismo dijo de s mismo: Rechacen a Eneas y acepten a Po.regresar
El Papa Julio II no estuvo inmune de graves manchas morales, se dej llevar por intrigas y conjuras. Inocencio VIII
tuvo
hijos antes de ser Papa; uno de ellos, Francisco Cibo, cas con Magdalena, hija de Lorenzo de Mdici, y en
recompensa, el hijo de Lorenzo, Juan, fue creado cardenal a los trece aos; ms tarde llegara a ser Papa con el
nombre de Len X. regresar
Csar Borja, Juan , Jofr y Lucrecia, tan injustamente tratada por la leyenda.regresar
Aunque ya hemos hablado de este Papa, llamado Rodrigo de Borja, nacido en Jtiva, Valencia, y sobrino de Calixto
III
que le orden cardenal a los 25 aos, digamos algunas cosas ms, pues ha corrido mucha tinta y muchas
exageraciones. Se le ha representado como el smbolo de la corrupcin, de la intriga, de la ausencia total de
escrpulos
y de sentido de la moral. En ciertos crculos italianos fue mal vista su eleccin por no ser italiano. Y as comenz a
formarse la bola de nieve que envuelve la figura del Papa Alejandro VI. Se trata de infundios sin prueba alguna. Es
verdad, la vida juvenil de Alejandro VI tuvo errores y defectos muy humanos, sin embargo ni en su poca ni en el
Renacimiento ni en la Restauracin se hizo hincapi en su vida privada. No era un santo. Las francachelas
renacentistas comunes existan antes y despus de l. Slo a l se le cargan las tintas, a partir del drama
antihistrico
compuesto por el escritor francs Vctor Hugo y que lleva por ttulo Lucrecia Borgia (1833). Son ms las cosas
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positivas de este Papa Alejandro VI: aprob la Orden de los Mnimos, fundada por san Francisco de Paula; alent a
franciscanos, agustinos y dominicos; foment el culto a la Virgen Mara por medio del rosario y la oracin del
avemara
al toque de la campana que haba cado en desuso-. As se populariz el ngelus. Fund hospitales y montepos.
Sigui muy de cerca la gesta del Nuevo Mundo. Envi tres bulas a los reyes catlicos de Espaa, Isabel y Fernando,
concedindoles que reinaran en las nuevas islas descubiertas y en la tierras an por descubrir. Pero en cuanto a
derechos tambin los tena, por concesin de Eugenio IV, Juan II de Portugal. La controversia entre los dos reinantes
la
resolvi Alejandro de forma salomnica y muy simple: es famoso el episodio de la lnea que traz en el mapa para
dividir el mundo en dos partes. Una parte la asign a Espaa y la otra a Portugal. De ese gesto deriva la actual
situacin de Amrica Latina. Una antigua tradicin cuenta que los dos reyes, en seal de agradecimiento, enviaron
como regalo para el Papa, el primer oro que haba llegado de Amrica, que l utiliz para decorar el techo de la
baslica
de santa Mara la Mayor. regresar
El profesor L. Surez, medievalista, recuerda aqu que ya el Papa Clemente V, hacia 1350, enseaba que la nica
razn vlida para anexionar un territorio y someter a sus habitantes es proporcionar a stos algo de tanto valor que
supere a cualquier otro. Y es evidente que la fe cristiana constituye este valor.regresar
Motolina significa pobreza.regresar
El padre Las Casas difam grandemente la gesta de Espaa en las Indias. Su labor misionera en las Indias fue
realmente muy escasa. Como seala el franciscano Motolina en su carta de 1555 al Emperador sobre Las Casas:
Ac
todos sus negocios han sido con algunos desasosegados para que le digan cosas que escriba conformes con su
apasionado espritu contra los espaoles...No tuvo sosiego en esta Nueva Espaa, ni aprendi lengua de indios ni se
humill ni aplic a les ensear. regresar
S. de Madariaga, Memorias (1921-1936) Madrid, 1974, p. 485regresar
Digamos algo sobre las Reducciones. Fue un arma de Espaa para obrar la civilizacin y la evangelizacin en el
Nuevo Mundo. Fndense poblaciones donde los indios puedan estar juntos como personas que viven en estos
reinos.
Procrese por medios religiosos y buenas personas reducirlos y convertirlos a nuestra fe catlica voluntariamente
(AGI, Aud. De Buenos Aires, 1, L. 4, f. 59). Como encomiendas y encomenderos no haban dado buenos frutos, los
misioneros comienzan a separar la cruz de la espada, la reduccin de la encomienda. Diez siglos antes, san Benito

haba evangelizado Europa con ese mtodo: oracin, trabajo y estabilidad en el lugar. Aqu el indgena recibi la fe,
aprendi artes, oficios, labranto y construccin de viviendas, comer en una mesa y dormir en una cama. Los
primeros
en construir reducciones fueron los franciscanos (1503). Durante casi dos siglos, la Iglesia form en las reducciones
el
futuro americano; unos 150.000 indgenas, a quienes se evangeliz y civiliz, vivieron en organizacin casi perfecta,
en
las reducciones. Las reducciones fueron una gesta magnfica que la historia soslaya.regresar
Dice el Papa Juan Pablo II: Salve, cruz de Gasp; aqu Jacques Cartier plant la primera cruz. En presencia de los
primeros habitantes de esta comarca se arrodill con sus primeros hombres para venerar el estandarte de nuestra
salvacin. Aqu Jacques Cartier comenz una nueva pgina en la historia del mundo y de la Iglesia (Mensaje a
Canad, Osservatore romano 9.IX.1984).regresar
Tomado de Historia de los indios de la Nueva Espaa, relacin de los ritos antiguos, idolatras y sacrificios de los
indios de la Nueva Espaa, y de la maravillosa conversin que Dios en ellos ha obrado. Porra, Mxico 1984, pag.
205-221.
regresar
Fue una obra que tuvo una fortuna inesperada y no buscada por el autor, ya que fue publicada ilcitamente en 1552, y
divulgada por toda Europa a lo largo del siglo XVII, en ms de cincuenta ediciones. Fue traducida al latn, al
holands,
francs, ingls, italiano y alemn, sirviendo como eficaz propaganda a favor de los muchos enemigos del imperio
espaol en la lucha por la independencia de Holanda y en la subsiguiente guerra de los Treinta Aos, a veces con
ttulos como Tirana y crueldades de los espaoles o El papismo al desnudo. Ms tarde, desde 1801, se reedit
mucho el texto espaol para animar las guerras de independencia hispanoamericanas (De la introduccin, no
firmada, a
la obra. Edicin Sarpe, Madrid 1985).regresar
_________________________________
TEMA DE DISCUSIN EN EL FORO
1. Cmo podemos enjuiciar el hecho del descubrimiento y la conquista de Amrica?
2. Puntos positivos y negativos de la evangelizacin de Amrica.
3. Qu eran las encomiendas?
4. Cul fue la postura de la Iglesia ante los indios?
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Esperamos tus comentarios a estas preguntas en el foro de la 16a. sesin: Siglo XV Edad Media
Preguntas o comentarios muy personales al autor P. Antonio Rivero LC
No respuestas a las preguntas de la sesin, stas debern contestarse en los Foros
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17a. sesin: Siglo XVI Edad Moderna: Reforma de Lutero y reforma catlica. Trento.
Jesuitas.
Autor: P. Antonio Rivero LC
INTRODUCCIN
Comenzamos la Edad Moderna, que inicia en 1453 con la cada del imperio de oriente a manos de los turcos
otomanos, y termina con la revolucin francesa de 1789 que puso fin al antiguo rgimen.
En este perodo de la Edad Moderna se pueden distinguir fcilmente tres momentos: el Renacimiento del siglo XVI,
que coincide con la hegemona espaola, con la renovacin cultural del humanismo y con la reforma protestante; el
siglo XVII, siglo de las monarquas absolutas y del mercantilismo 149 , siglo del barroco y de la reforma catlica; y el
siglo XVIII que en Francia es el siglo de la luces, y que se caracteriza por la aparicin y difusin del liberalismo
econmico y poltico que acabaron con el antiguo rgimen.
Las caractersticas generales de la Edad Moderna son la consolidacin de las nacionalidades, la formacin de los
grandes imperios coloniales como consecuencia de los descubrimientos geogrficos y de la fuerza poltica del
absolutismo-, la lucha contra toda potencia que quisiera imponer su hegemona hasta llegar al equilibrio europeo del
siglo XVIII-, la aparicin y desarrollo de las ideas liberales.
Y la Iglesia? A partir del siglo XVI la historia de la Iglesia reviste algunas caractersticas nuevas. La Iglesia latina y la
Iglesia de Oriente seguan ya caminos distintos desde haca siglos. Con la reforma protestante, la iglesia latina se
divide a su vez en varias confesiones rivales: luteranismo, calvinismo y anglicanismo. Al mismo tiempo, como
consecuencia de los grandes descubrimientos, el evangelio se anuncia en el mundo entero. En un perodo en que los

estados se afirman y triunfa el absolutismo, la historia de la Iglesia se convierte a menudo, incluso en el catolicismo,
en
la historia de las iglesias nacionales.
Este siglo XVI es muy importante: es el siglo del Renacimiento literario y artstico, el siglo de la reforma protestante,
el
siglo del concilio de Trento, de la Compaa de Jess y la reforma catlica, de los descubrimientos, de la misin en
Asia
y Amrica, de los avances cientficos.
I. SUCESOS
De la Edad Media a la Edad Moderna
Dios era el centro en la Edad Media. Ahora, el centro es el hombre; el hombre que penetra en los secretos de la
naturaleza y por eso se entrega al arte y a los descubrimientos; el hombre que se mete a fondo en el comercio y la
industria, creando ya el rgimen capitalista. El hombre, como en el perodo de los clsicos, vuelve a constituirse en
medida de todas las cosas. Al hombre inculto y aferrado a la tierra, propio de la Edad Media, le suceden el
mercader
y el viajante.
Este hombre moderno es ms independiente, todo lo pasa por el tamiz de su libre examen del subjetivismo y de la
crtica. Este hombre est ms expuesto al indiferentismo religioso y al atesmo materialista. La religin se fue
considerando como algo privado de la conciencia de cada cual, que no cae bajo la jurisdiccin del estado 150 y ni
siquiera de la Iglesia.
La Iglesia tambin sufre el influjo de esta modernidad. Ya se haba debilitado mucho la autoridad papal, por las
causas
que ya hemos visto: la doctrina conciliarista que se iba abriendo campo en el campo teolgico, el papado en Avin y
el
cisma de occidente, que entristecera a la cristiandad en tantos aos. Se inicia la vida mundana de algunos papas,
que
ms parecen prncipes terrenales que pastores de la Iglesia; ms preocupados del arte y de embellecimiento exterior,
que del bien de las almas. Tambin muchos personajes del alto clero frecuentaban ms los salones de fiestas que el
confesonario, dejndose llevar del bienestar y del lujo.
Decae, pues, el prestigio de la Iglesia, a la que ahora se intenta subordinar a los intereses del estado.
Como consecuencia de todo esto, aparecen los primeros librepensadores, se abre el culto a la razn que hace su
entrada en las universidades por medio del averrosmo y de las ideas pantestas; la literatura paganizante de
Boccaccio, del Arcipreste de Hita, y de otros ms atrevidos, sirve de solaz a damas y caballeros. El tema del ridculo,
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aplicado a las cosas y a las personas eclesisticas, se agudiza cada vez ms, dando materia inflamable a los
primeros
reformadores.
La Italia de los Papas...
Los Papas, como soberanos de unos territorios que buscan proteger, se inmiscuyen cada vez ms en los asuntos de
una Italia que se ha convertido en campo de rivalidades entre Francia y los Habsburgo. Algunos Papas enriquecen a
su
familia, a sus sobrinos y a sus hijos naturales151 . Las fiestas de la corte romana son dispendiosas.
El Papa Julio II (1503-1513), armado de casco y coraza, se lanza al asalto de las ciudades enemigas. Por otro lado
estos Papas son artfices del Renacimiento, como mecenas o protectores de artistas y literatos. Esta Iglesia no
responde a las esperanzas de los cristianos. Por eso, ante esta situacin penosa, vino la famosa reforma de Martn
Lutero. El monje agustino Martn Lutero fue el protagonista de un doloroso cisma en la Iglesia de occidente. Cuando
el
papa Julio II comenz la construccin de la nueva baslica de San Pedro en Roma, los fieles de todo el mundo fueron
invitados a contribuir con donaciones. Para animarlos, se concedi indulgencias a quienes, junto con otras obras
buenas, contribuyeran con dinero. Esto dio ocasin a un escandaloso comercio de indulgencias. Contra esos abusos
se
levant Lutero publicando 95 proposiciones acerca de la doctrina de las indulgencias.
Veremos ms adelante todo el drama de Lutero.
Renovacin de las letras, las artes y las ciencias
El Renacimiento vuelve a descubrir la antigedad bajo todas sus formas. Esa literatura antigua duerme en los
monasterios. Algunos prototipos del Renacimiento:
a) Nicols Maquiavelo, historiador, literato y poltico nacido en Florencia, escribi El Prncipe, donde describe cmo

debe ser un gobernante: dspota, refinado, astuto, sin escrpulos, asesino o clemente segn su inters, el cual sera
la
nica norma moral de sus actos. Para l el fin justifica cualquier medio, aunque sea malo. Segn l, el hombre es
esencialmente malo e incapaz de reformarse por s mismo. nicamente las leyes aplicadas de manera desptica
pueden someterlo. Como el que gobierna es quien dicta las leyes, los actos de los gobernantes son buenos. El
prncipe, por tanto, debe gozar de poder ilimitado. La guerra es necesaria para vigorizar la nacin porque la paz
causa
la ociosidad, el desorden y la ruina de los estados. En adelante, se llamar maquiavelismo a la poltica de carcter
doble e inmoral.
b) Nicols Coprnico: cannigo polaco que revolucion los conocimientos cientficos de la poca. Afirm que el
centro
del sistema planetario no era la tierra como se crea-, sino el sol.
c) Rafael Sanzio: es el pintor de los estados suaves del alma. Por orden del papa Julio II trabaj los frescos llamados
La disputa del Santo Sacramento, La Escuela de Atenas, El Parnaso, Atila detenido por el papa Len. Len X
le
encarg que pintara las logias del Vaticano. En 52 frescos represent las grandes pginas de la Biblia. Despus
termin El pasmo de Sicilia y la Transfiguracin.
d) Leonardo da Vinci: artista y cientfico de insaciable ansia de sabidura, destac en pintura, escultura, arquitectura,
msica, ingeniera, fsica, geologa, astronoma, matemticas. Intuy la posibilidad de la aviacin y de la navegacin
submarina. Sus obras pictricas principales son: La Cena, La Virgen con Santa Ana, la Gioconda.
e) Miguel ngel: genial escultor, pintor y arquitecto. Esculpi La Piedad, David, Moiss. En la Capilla Sixtina dej
los frescos que representan La Creacin, El Diluvio, El Juicio Final. Construy la cpula de san Pedro en el
Vaticano.
f) Erasmo de Rotterdam: es el prncipe de los humanistas. Hijo ilegtimo de un sacerdote. Sin vocacin, entra en el
monasterio de cannigos regulares de Steyn, donde profesa en 1488. Ms que a la piedad se dedica al estudio. Se
ordena sacerdote en 1492. Cada vez se le va haciendo ms intolerable la vida monstica. El claustro le parece una
crcel. Apasionado por la literatura antigua, dej su convento y sus hbitos para circular por toda Europa al encuentro
de los humanistas y en busca de manuscritos. Vivi en Francia; en Inglaterra, donde se hace amigo de Tomas Moro;
en
Italia y Alemania. Muri en Basilea. Se alimenta de la devocin moderna, de la que ya hablamos en el siglo XIV,
sobre
todo en estos aspectos: afn de reforma, desprecio de la escolstica y amor a la Escritura; pero aade un espritu
nuevo: la tendencia humanstica y el amor a la antigedad grecorromana. Ya no mira al cristianismo bajo el aspecto
medieval, sino grecorromano. As lo dice l mismo: He enseado a hablar de Cristo a las letras griegas y latinas. Su
obra principal fue El elogio de la locura, donde da la palabra a la locura que dirige el mundo y hace una stira
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mordiente de todas las categoras sociales, incluida la eclesistica. En toda su obra, se propone regenerar al hombre
purificando la religin y bautizando la cultura. Desea restaurar la teologa volviendo a las fuentes, es decir, al texto
original de la Escritura y a los santos padres de la iglesia que permiten una buena interpretacin de la Escritura. Hay
que volver- dice- a una religin interior purificada de sus numerosos aditamentos y que acoja todo lo bueno que hay
en
los autores antiguos.
Pero hay que decir que hay un abismo entre la devocin del Kempis, tambin perteneciente a la devocin moderna,
y
la doctrina soberbia pero elegantsima de Erasmo. En lo espiritual queda el alma fra con la lectura de Erasmo. Es
muy
intelectual, su Cristo es puramente moral, fro y abstracto, personificacin de la virtud en s y smbolo de todas ellas.
En
cambio, el alma se inflama con la lectura del Kempis, pues presenta a un Cristo familiar y amigo de nuestra alma.
Caractersticas de sus escritos son: teologa antiescolstica, libertad de pensamiento, acerada crtica y desenfado,
acusado antijudasmo y antimonaquismo. Quiere un cristianismo ms interior y espiritual, que no consista en
ceremonias exteriores, ni apegado a las prescripciones de la Ley; un cristianismo espiritual y moral que quiere
instaurar
en todo el mundo y mediante l reformar la Iglesia. No lo logr, porque propone una reforma abstracta y erudita,
demasiado crtica y negativa, y por tanto, ineficaz. Tal vez, la reforma la debera haber comenzado en l mismo: era
honrado, s, pero no ferviente; ms bien era tibio; habla de caridad fraterna y no duda en calumniar a los monjes y a
sus

adversarios. Si no tengo caridad, no soy nada (1 Cor 13, 1ss).


Se ha dicho que Erasmo fue precursor de Lutero. Pero realmente Erasmo, aunque fue un descontento dentro de la
Iglesia, nunca fue un rebelde ni atac los dogmas de la Iglesia152 . Era ms bien amigo de la paz, de las medias
tintas,
de la tolerancia, y enemigo de las afirmaciones rotundas, de las precisiones. Hombre ms erudito que genial,
trabajador, talento crtico, custico y con cierta timidez. En el fondo era un hombre bueno, que tuvo ms admiradores
que amigos. Para esto le faltaba afectividad y entusiasmo.
La Reforma protestante de Lutero
La Reforma protestante tuvo lgicamente un caldo de cultivo. Dicha Reforma naci de la piedad de finales de la Edad
Media, sobre todo, de la devocin moderna, donde se favoreca una bsqueda apasionada de Cristo en el
evangelio;
pues las deficiencias y defectos de algunos hombres de la iglesia romana cada da eran ms palmarios y evidentes,
debido al ambiente renacentista en lo que tena de mundano, y del que no se sustrajeron algunos papas, obispos y
monasterios.
Pero tambin naci en el momento en que comenzaba a surgir una nueva civilizacin europea y cristiana. La cultura
medieval se juntaba con el Renacimiento y del consorcio de los dos se poda esperar un mundo nuevo. Todo pareca
confluir a esta visin primaveral: el invento de la imprenta, el descubrimiento del mundo antiguo en las obras de los
clsicos, el del mundo americano por Cristbal Coln y las naves de Espaa, el de oriente por los marinos
portugueses;
florecen ciencias nuevas; la aparicin en la historia de la clase media.
La reforma de la Iglesia ya vena exigindose desde tiempo atrs. Lutero no hizo ms que acercar la llama a la pira
de
leos secos y dispuestos...La hoguera fue colosal.
Cules son las causas ms remotas y generales del protestantismo de Lutero?
La primera causa es sin duda la decadencia de la autoridad pontificia, agudizada durante el perodo de Avin. All
los papas multiplicaron los casos y beneficios reservados a la curia para aumentar las rentas pontificias, lo cual fue
ocasin de innumerables protestas. Disminuye todava ms el prestigio del papado con motivo del cisma de
occidente,
cuando el pueblo no sabe dnde est la verdadera cabeza de la iglesia. Se acostumbran a no obedecer al papa
romano. La doctrina de los telogos y de la universidad sobre la preeminencia del concilio sobre el pontificado
supone
una profunda herida en el prestigio y la autoridad del sucesor de Pedro. A esto se aade que durante el siglo XV y
XVI,
los papas se preocupan ms de lo temporal y poltico que de lo religioso. Se convierten en prncipes seculares e
intentan crear un reino para s y sus familiares, como los dems prncipes de Italia.
Una segunda causa hay que descubrirla en la decadencia de la teologa escolstica, junto con el falso misticismo. De
aqu nacen errores radicales. Los humanistas desprecian a los telogos, y se preocupan ms por la forma externa,
que
por el fondo y contenido. Los protestantes no slo desprecian a los telogos, sino tambin a la misma teologa, pues
la
consideran opuesta al cristianismo. El falso misticismo influye en el fidesmo protestante y se convierte en mdula de
la
piedad calvinista. La teologa ha derivado en dialctica ociosa. Pero la mstica sin el fundamento de la teologa puede
terminar en un misticismo peligroso 153.
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Una tercera causa est en los abusos y corruptelas de los clrigos y en la avidez de recursos de la curia romana.
Esto,
aunque grave, no debera causar un rompimiento, pero s exiga una reforma. Los abusos no son una causa
propiamente dicha, s lo es el ambiente de fastidio que ellos crean, y el odio contra la jerarqua y el clero que
provocan.
Desde el concilio de Vienne (1311-1312) resuena el grito de reforma. Ni los concilios de Constanza (1414-1418) y
Basilea (1431-1447) consiguieron xito alguno en materia de reforma. Y, de quin vendr la reforma? Reina la
mxima confusin. O est cerca ya el fin del mundo piensan algunos-, o es la hora del Anticristo, o Dios prepara un
gran castigo.
Todo esto indica que el campo estaba preparado. Bast que Lutero lanzase su consigna de reforma y de vuelta al
primitivo cristianismo, para que muchos le siguiesen.

Y una cuarta causa: la condicin poltico-social de Europa y especialmente de Alemania, donde se acenta un
acusado
nacionalismo frente a la poltica imperial de Carlos V. Muchos prncipes y nobles alemanes sern de los primeros en
adherirse a la causa revolucionaria de Lutero.
Quin fue el protagonista de esta Reforma?
El monje agustino Martn Lutero fue el protagonista de este doloroso cisma en la Iglesia catlica154 . Qu duda cabe
que en un inicio Lutero se movi por una actitud verdaderamente religiosa, pues quera una iglesia ms pura y
acorde
al evangelio. Pero con el paso del tiempo las pasiones irascibles le hicieron explotar y desobedecer a la autoridad
papal, pues Lutero era violento e intransigente. Se orden de sacerdote, no tanto por vocacin sincera, sino por el
deseo de no condenarse, dado que l senta dentro de s muy fuerte la concupiscencia.
Cul fue la chispa que provoc el incendio?
El prncipe Alberto compr al Papa Len X el arzobispado de Maguncia. Para que Alberto pagara, Len X le concedi
publicar una indulgencia para recabar dinero destinado a la construccin de la catedral de Maguncia y de la baslica
de
san Pedro en Roma155 . Indignado Lutero public 95 proposiciones acerca de la doctrina de las indulgencias,
mezclando reproches contra la autoridad eclesistica, y las clav en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg.
Lutero rechazaba la falsa seguridad que daban las indulgencias, pues el cristiano no puede comprar la gracia de
Dios.
Lutero en estos primeros momentos se mostraba moderado en su ataque al papado y no pensaba en romper con
Roma. Sus tesis tuvieron un enorme xito a travs de Alemania y de toda Europa. Erasmo las aprob con
entusiasmo.
Cmo reaccion la Iglesia con Lutero?
Durante tres aos, los miembros de su orden y algunos enviados de Roma intentaron persuadirle a corregir sus
afirmaciones. Pero la disputa despert el nacionalismo alemn. Lutero se present como el campen de un pueblo
cansado de los procedimientos fiscales de la corte romana y de la acumulacin de los bienes eclesisticos en
Alemania. Lutero, enardecido por esto, apel a la reunin de un concilio y comenz a criticar duramente al papa y la
autoridad eclesistica.
En junio de 1520, la bula pontificia Exsurge, Domine condenaba 41 proposiciones de Lutero. Tena dos meses para
obedecer y enmendarse. Lutero quem solemnemente la bula el 10 de diciembre de 1520. En enero de 1521 fue
excomulgado. Convocado a la dieta de Worms para que explicara su pensamiento, ante la asamblea de los prncipes
del imperio y ante el emperador Carlos V, rey de Espaa y emperador de Alemania, Lutero afirm que se senta
obligado nicamente por la Escritura y por su conciencia, y mantuvo sus posiciones. Fue desterrado del imperio y
tuvo
que ocultarse en mayo de 1521. En su retiro tradujo la Biblia al alemn. En la ciudad de Espira se llev a cabo una
asamblea con el fin de apagar el incendio que ocasion Lutero; pero los luteranos descontentos, protestaron ante la
Dieta de Espira (1529). Desde entonces quedaron con el nombre de protestantes.
Estos son los puntos doctrinales de Lutero que contrastaban con la doctrina de la Iglesia catlica:
a) Slo la Escritura: ni Tradicin ni Magisterio son necesarios. La nica fuente de la verdad revelada es la Escritura, y
cada quien la interpreta a su manera (libre examen).
b) Slo la fe, sin obras: nuestras obras estn corrompidas, porque estamos empecatados desde la punta de la
cabeza
hasta los pies; por tanto, nuestras obras no merecen nada. Slo hay que creer en Cristo que nos tiende su manto de
misericordia. La salvacin, dice, proviene de la fe, no de las obras ni de la recepcin de los sacramentos. Para Lutero
no existe el libre albedro, sino que la concupiscencia es invencible, pues el hombre, despus del pecado original,
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qued incompleto, sin fuerzas ni libertad. Por tanto, si nuestras obras no valen para Lutero, tampoco valen nuestras
oraciones y misas por los difuntos. Nuestros actos sigue diciendo- son pecaminosos. Slo la fe le salva 156. Para
Lutero, Dios lo hace todo, el hombre no hace nada.
c) Slo el bautismo y la eucarista: niega los dems sacramentos. Pero, aunque admita la eucarista y una cierta
presencia de Cristo en ella, negaba su carcter sacrificial y la transubstanciacin. Para l el orden sagrado no era un
sacramento y negaba toda diferencia entre sacerdotes y laicos. Y no admita la confesin hecha a un sacerdote.
Tampoco el matrimonio para l era sacramento y por lo mismo admiti el divorcio. Ms tarde el discpulo de Lutero,
Melanchton, redacta en latn y alemn un documento que ser la cartamagna del luteranismo y toma el nombre de
Confesin de Augsburgo.
d) Slo Cristo: por tanto, rechaz los intermediarios, pues crea que toda mediacin humana era negar la mediacin
nica de Cristo y hacer depender del hombre su propia salvacin. Por lo mismo rechaz el culto a la Virgen y a los

santos, y neg que la iglesia tuviera poder de alcanzar la remisin de las culpas a base de indulgencias.
e) Slo la Iglesia invisible. l acepta la Iglesia, pero la concibe como la comunidad interior e invisible de los
creyentes;
en consecuencia rechaza su estructura visible y jerrquica, querida por Cristo.
Qu consecuencias trajo la reforma de Lutero?
Alemania se dividi, unos a favor y otros en contra de Lutero. Los nobles se lanzaron al asalto de las tierras
eclesisticas, en nombre de la igualdad de los hombres ante Dios. Los campesinos pobres se sublevaron contra los
seores que los explotaban. Y todo en nombre de la Palabra de Dios. Lutero invit a los seores a matar a los
revoltosos, al no poder aplacar a los campesinos. Fue una guerra atroz!
Despus del cisma de Lutero vinieron muchas otras separaciones en la iglesia. Hagamos un recuento de ellas.
a) Los anabaptistas predicaban la necesidad de un nuevo bautismo, que deban recibirse en edad adulta; por lo
mismo
no admitan el bautismo de los nios. Coincidan con los luteranos en afirmar que slo la fe salva y en decir que la
eucarista slo tiene valor de memorial. Pero se diferenciaban de ellos en que rechazaban toda autoridad, no slo
eclesistica sino tambin civil, pues los vueltos a bautizar formaban una comunidad de iguales. De esta corriente fue
Thomas Mnzer que promovi la guerra de los campesinos, y Jan Bochelson que se proclam rey de Mnster y
permita la poligamia.
b) Calvino 157, laico francs, se adhiri a las nuevas ideas reformistas, pero desarroll una doctrina propia sobre la
predestinacin, segn la cual Dios ya tiene predestinados a unos para el cielo y a otros para el infierno,
independientemente de sus obras.
c) Zwinglio, fascinado por las ideas de Lutero, defendi la Escritura como nica fuente de la verdad en la iglesia,
critic
el culto a las imgenes, el celibato impuesto a los sacerdotes, y lleg hasta a negar el sacramento de la eucarista.
En
Zurich seculariz los conventos y promovi la liturgia en alemn.
d) Juan Knox, sacerdote catlico escocs, se dej seducir por las ideas reformistas y fund la iglesia presbiteriana.
Perseguido en su tierra, se refugi junto a Calvino.
e) Enrique VIII, rey de Inglaterra, al no obtener del papa la anulacin de su matrimonio con Catalina de Aragn, sigui
el
ejemplo de protesta de Lutero proclamando la independencia de la Iglesia anglicana, y constituyndose l mismo en
su
cabeza. Santo Toms Moro, canciller del reino, siguiendo el dictamen de su conciencia prefiri morir antes que
aceptar
las disposiciones separatistas y divorcistas del rey Enrique, que a toda costa quera del papa Clemente VII el divorcio
de Catalina de Aragn para contraer matrimonio con Ana Bolena. As, pues, Enrique VIII se autonombr jefe espiritual
de la iglesia inglesa y amenaz con la pena de muerte a aquellos sbditos que no lo reconociesen como tal. Tambin
fue condenado a muerte el cardenal Juan Fisher y otros. La hija de Enrique VIII y de Catalina de Aragn, Mara
Tudor,
al convertirse en reina, restableci el catolicismo y procedi a ms de 200 ejecuciones de protestantes; hecho ste
que
le vali el nombre de Mara la sanguinaria. La reina Isabel (1558-1603), hija de Enrique y Ana Bolena, volvi a borrar
el
catolicismo del reino ingls reducindolo a las catacumbas y estableci definitivamente el anglicanismo.
Europa, pues, qued dividida religiosamente. Hubo luchas y guerras de religin que llenaron de sangre varias partes
de
Europa158 . Enrique IV de Borbn, convertido al catolicismo public en 1598 el tolerante edicto de Nantes que
reconoci la libertad religiosa; es decir, que cada prncipe escogiera la religin para su territorio: Cuius regio, eius
religio (cada regin tiene su religin). Los sbditos tienen que seguir la opcin de su prncipe o marcharse al
destierro.
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Cmo acab el monje Lutero? Finalmente, en 1525, Lutero se cas con una antigua religiosa, Catalina Bora, para
burlarse del diablo y de sus satlites... y de todos los que son lo bastante locos para prohibir casarse a los clrigos.
Qu juicio podemos dar sobre la doctrina de Lutero y el luteranismo?
a) Aspectos positivos. Lutero, al inicio, slo pretenda volver al primitivo cristianismo del que se haba venido alejando
la
iglesia, y eso era bueno. No pretenda en ese tiempo separarse de la Iglesia Catlica. Tambin era un elemento
positivo el valor que conceda a la Sagrada Escritura y su deseo de ponerla al alcance de todos los cristianos. Ya

hemos dicho que la tradujo al alemn. Tambin era bueno su afn por recalcar el valor salvfico de la fe, que haba
quedado oscurecido por el trfico de indulgencias. Es asimismo de alabar la importancia que concedi al bautismo y
el
haber puesto en evidencia la igual dignidad de todos los bautizados.
b) Aspectos negativos. Pero la doctrina de Lutero puso en discusin y neg muchas verdades fundamentales de la fe
catlica. Poco a poco, lo que comenz siendo una reforma de las costumbres termin en una reforma de la fe
catlica y
de la estructura misma de la Iglesia. Sus buenos deseos terminaron en rebelda y hereja, al negar el origen divino de
la
jerarqua, al entender la justificacin en un sentido que no tena suficiente cuenta de la cooperacin humana, al
rechazar varios de los sacramentos. Eso fue lo triste, pues rompi la tnica inconstil de la Esposa de Cristo159 .
Adems de la escisin que produjo en la Iglesia, su doctrina produjo otros males. El ms vistoso es el subjetivismo
tanto al interpretar la Escritura al defender el libre examen, como en el campo dogmtico por negar el papel
magisterial del Papa y de los obispos. Algunos autores ven en este subjetivismo una de las races del racionalismo
moderno.
Otra consecuencia negativa fue que, al aliarse con los nobles de la nacin alemana, increment la sujecin de las
iglesias al estado. Si miramos este punto con imparcialidad, tendremos que recordar la frase de Pguy: Todo
comienza
en mstica y todo acaba en poltica.
La brutalidad del saqueo de Roma (1527)
La necesidad de reforma era el grito que se escuchaba por todas partes. Y esa reforma tena que comenzar desde la
cabeza, el papa. Uno de los males en que cayeron algunos pontfices de este siglo fue la frivolidad y el espritu
mundano.
Clemente VII fue una muestra. Como arzobispo de Florencia haba sido bueno, pero como papa agrav los males
consintiendo algunos excesos. En poltica su gran yerro fue indisponerse con el emperador Carlos V, baluarte de la
Iglesia, al apoyar a su rival el rey Francisco I de Francia. Este intent hacerse por la fuerza del ducado de Miln, y fue
vencido y capturado en Pava por el emperador (1525). Para recuperar su libertad firm el tratado de Madrid, pero
inmediatamente lo rompi y volvi a levantarse en armas contra el emperador. Es aqu donde interviene Clemente
VII,
pues le ofreci su apoyo para liberarse del influjo que el emperador tena en Italia. Este, tras consultar a sus telogos
y
tranquilizar su conciencia, ataca militarmente con sus Lansquenetes la ciudad de Roma y la captura (1527).
Se hizo el ataque con una fuerza de veinte mil hombres integrados por italianos y espaoles a quienes se agregaron
diez mil jvenes luteranos cuyo jefe deca: Quisiera ahorcar al papa con mis propias manos. El ataque fue brutal. La
soldadesca arras cuanto encontr a su paso. Saqueo de Roma se denomin este hecho. Su brutalidad caus
consternacin en toda Europa, tanto que el franciscano cardenal Quiones reproch duramente al emperador Carlos
V
dicindole que no mereca llamarse emperador sino ms bien general de Lutero. Pero otros predicadores decan:
Roma, haz penitencia, esto es castigo de Dios. Y todos clamaban por la reforma de la Iglesia. Clemente VII estuvo
prisionero de Carlos V hasta fines de 1527.
Se empieza a pensar que ha llegado el momento de la reforma, y lo mismo que cuando la cada del Imperio romano,
muchos se retiran a hacer penitencia.
Una de las ciudades italianas donde ms se conserv el fervor religioso fue Venecia, debido a que no sufri por las
guerras, el hambre o la peste. Preclaros venecianos eran Contarini y san Jernimo Emiliano. All estuvo fuerte el
Oratorio del Divino Amor, cuyo primer intento era renovar la propia alma por medio de la oracin, la predicacin, la
prctica de los sacramentos y la caridad cristiana.
Como siempre, la reforma fue, es y ser obra de santos.
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Contina la gran hazaa evangelizadora de Amrica


Como en el captulo anterior ya hablamos de esto ms extensamente, quiero hacer un brevsimo resumen en este
apartado.
El comn denominador en la gesta civilizadora de Espaa aparece siempre en todos los escritos de ese tiempo: La
conversin de los infieles...que todos conozcan a Dios Nuestro Seor...que se implante la santa fe catlica.
Corts y Pizarro entregaron al imperio espaol los inmensos territorios de los imperios azteca (1521) e inca (1532)
respectivamente. Almagro explora Chile y Pedro de Mendoza funda Buenos Aires (1535); su hermano Pedro se dirige
al Paraguay (1538). Vasco Nez de Balboa descubri el Ocano Pacfico en 1513. Magallanes y Elcano dieron la
vuelta al mundo durante el trienio de 1519 a 1522.

Los Papas Inocencio VIII en 1482, Alejandro VI en 1493 y Julio II en 1508 haban concedido a los reyes espaoles
una
serie de privilegios para el gobierno de la iglesia tanto en Espaa como en Indias 160 : formacin de dicesis y
nombramiento de obispos, recaudacin de los diezmos, aprobacin de documentos pontificios, construccin de
iglesias,
control de religiosos, etc.
Resumamos un poco lo que ya dijimos en el siglo anterior. Desde sus inicios en Amrica, la Iglesia qued
estrechamente sujeta al poder civil. En este descubrimiento, es verdad, hubo abusos y explotacin por parte de
algunos
conquistadores; incluso disminuyeron poblaciones autctonas, debido a los duros trabajos a los que los sometan y a
las enfermedades. Los espaoles se haban distribuido las tierras y las poblaciones (sistema de encomienda), lo cual
llevaba a una esclavitud disimulada de los indios, por parte de algunos espaoles. En 1551, el dominico Montesinos
protesta en un sermn contra la explotacin de los indios ante el furor de los colonos, que llevaron el asunto ante la
corte de Espaa. Las leyes de Burgos (1512) mantuvieron la encomienda, pero exigiendo que los indios fueran
tratados
como hombres libres y que los amos se preocupasen de su vida cristiana. Esta evangelizacin americana es llamada
gesta evangelizadora, epopeya religiosa, empresa singular.
II. RESPUESTA DE LA IGLESIA 161
Todos esperaban la respuesta de la Iglesia en todo este desbarajuste: Reforma!
Sera capaz la Iglesia de poner los cimientos de esta reforma deseada? El Espritu Santo otra vez ms no
abandon
la Iglesia.
Todava pululaban en el aire las ideas conciliaristas del siglo pasado. El quinto concilio de Letrn (1512-1517), bajo el
papado de Len X 162, conden el conciliarismo y la Pragmtica Sancin de Bourges, que quera la independencia
con
respecto a Roma. Este concilio quiso responder al rey francs Luis XII que, al igual que Felipe IV el Hermoso al Papa
Bonifiacio VIII, priv al Papa de subsidios, reuni un concilio nacional en Tours y apoy otro ecumnico en Pisa
(1511), de corte galicano el primero y conciliarista el segundo.
Mucho se habl de la reforma en este concilio V de Letrn, pero sus resultados no tuvieron la importancia
proporcionada a su larga duracin.
La gran Reforma catlica: El Concilio de Trento
Dios hizo surgir la reforma catlica 163, no slo para combatir al protestantismo, sino para lanzar con ms claridad la
doctrina de la Iglesia catlica.
La antigua cristiandad europea explot en mltiples iglesias opuestas a Roma. Seriamente amputada, la Iglesia
romana
reaccion intentando reformarse164 . Incluso algunos prncipes catlicos se lanzaron incluso a una reconquista
armada. A todo esto es a lo que se da a veces el nombre de contrarreforma. No es exacta la expresin
contrarreforma
porque parecera que aprobase la de reforma de Lutero, que en realidad no fue reforma sino un complejo dogmtico,
disciplinar y moral, no siempre bien aclarado. Adems, para reformar la Iglesia no es necesario destruirla ni
separarse
de ella, como hizo Lutero, sino permanecer fiel a ella. Tampoco es exacto ese trmino de contrarreforma porque
dara
la impresin de que la restauracin de la Iglesia catlica sera una mera reaccin contra el protestantismo, siendo as
que la Reforma de la Iglesia catlica es eminentemente constructiva, vital y positiva.
La Iglesia catlica convoc el concilio de Trento 165 (1545-1563), bajo los Papas Paulo III166 , Julio III167 y Po IV.
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El fin y el objeto de Trento fue salvar la ortodoxia de las costumbres, mantener la unidad de la Iglesia, reanimar la
santidad en el clero y el pueblo. El papa se ayud, para la reforma de obispos y dicesis, de los teatinos, fundados
por
san Cayetano Thiene y Pedro Caraffa.
Trento abri una nueva era a la iglesia y sus decretos empezaron a practicarse por toda la cristiandad. El concilio
adems de abocarse a la reforma de las costumbres168 , se centr sobre todo en aclarar la doctrina catlica, negada
por Lutero.
En la primera etapa del concilio (1545-1547), siendo Papa Paulo III, se reconoci el valor de la tradicin apostlica,
igual al de la Escritura como fuente de fe; se defini el canon 169 de los libros inspirados; se declar el significado de
la

Vulgata, no en el sentido filolgico (ausencia de errores de traduccin), sino en el dogmtico 170; se proclam como
norma de interpretacin de la Escritura la opinin comn de los santos padres y el juicio de la Iglesia; se publicaron
los
decretos dogmticos sobre el pecado original y sobre la justificacin,171 ; se llev a examen y se defini la doctrina
sobre los sacramentos en general y del bautismo y de la confirmacin en particular, y se dio una serie de decretos de
reforma respecto a la predicacin, la obligacin de residencia y el cmulo de beneficios.
En la segunda etapa (1551-1552), siendo Papa Julio III, prosiguieron los decretos relativos a la eucarista, a la
penitencia y a la extremauncin, adems de los concernientes al ejercicio de la autoridad episcopal, las costumbres
del
clero y la colacin regular de los beneficios eclesisticos.
En la tercera etapa (1561-1563), siendo Papa Po IV, se promulgaron los decretos sobre la comunin bajo las dos
especies, que declararon no necesaria; sobre el carcter sacrificial de la misa; sobre los sacramentos del orden y del
matrimonio; sobre el purgatorio, la veneracin de los santos, de las imgenes y reliquias. Simultneamente se dieron
cuarenta y dos artculos, que pueden ser considerados como la esencia de la reforma tridentina, concernientes a los
ms importantes sectores de la vida eclesistica: acerca de la residencia de los obispos, las condiciones para la
colacin de las rdenes por parte de los obispos, el uso del latn en la celebracin de la misa y administracin de
sacramentos, sobre la disciplina del clero, la formacin eclesistica, etc.
El 15 de julio de 1563 se aprob el importante decreto sobre la ereccin de los seminarios; solamente por l se
podan
dar por bien empleados todos los trabajos del concilio. Igualmente, se legisl sobre diversos aspectos de la vida en la
Iglesia: el matrimonio que invalidaba los matrimonios clandestinos, las indulgencias, los ayunos, las visitas
pastorales,
la observancia de los das festivos, la acumulacin de beneficios, la reforma de las rdenes religiosas... Y propici,
adems, que ms tarde se publicara el misal y el breviario, el Catecismo Romano y del ndice de libros prohibidos.
En esta ltima etapa asistieron 225 Padres: seis cardenales, tres patriarcas, 193 arzobispos y obispos, siete abades
y
siete superiores generales de rdenes religiosas, 39 procuradores de otros tantos prelados ausentes.
Haban pasado dieciocho aos desde su inauguracin. Po IV confirm los decretos conciliares mediante la bula
Benedictus Deus (1564) e instituy la Congregacin del Concilio para la mejor interpretacin de los mismos y su
ejecucin. Tales decretos fueron aceptados sin reserva por la mayor parte de los soberanos y de los Estados
catlicos.
Slo Francia admiti los dogmticos, pero no los disciplinares.
Aqu estn resumidos los principales puntos doctrinales del concilio de Trento ,172 :
a) Declar que las fuentes de la revelacin son las Escrituras y la tradicin de la Iglesia. De esta manera la Iglesia
contestaba la doctrina de Lutero que todo lo cifraba en la sola Escritura.
b) Fij los libros de la Biblia o canon: son 73 libros; 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Los
protestantes aceptan 39 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento; en total, 66 libros; siete menos
que
los catlicos. Los protestantes no aceptan Tobas, Judit, Sabidura, Eclesiasts, Baruc, 1 y 2 de Macabeos.
c) Explic la doctrina del pecado original, la gracia y los sacramentos, que en pocas palabras se resume as: El
hombre
nace herido con el pecado original, pero no corrompido. Dicho pecado se borra totalmente con el bautismo, aunque
queda la concupiscencia o la tendencia o inclinacin al pecado. El bautismo nos santifica y el hombre con la gracia
del
bautismo y de los sacramentos puede hacer obras buenas y meritorias a los ojos de Dios. As daba contestacin al
protestantismo que deca que el hombre estaba totalmente corrompido y era incapaz de hacer el bien, aunque haya
recibido el bautismo. Para ellos el bautismo hace justo al hombre, pero no porque lo regenere, sino porque Dios ya
no
le imputa el pecado, en virtud de los mritos de Cristo.
d) Reafirm la existencia de los siete sacramentos.
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e) Afirm que slo la fe en Jesucristo salva, pero que las obras buenas son necesarias. Los protestantes decan que
slo la fe salva, pues todas las obras hechas por el hombre son obras empecatadas y no agradables a Dios.
f) Volvi a ensear, conforme a la tradicin, el valor de las indulgencias, el culto a los santos, el celibato, la vida
religiosa, la existencia del purgatorio. Para ganar las indulgencias se necesita, adems de la obra de caridad a la que
est ligada, tener un corazn contrito, que rechaza el pecado. Ese espritu penitencial se debe manifestar
confesndose, recibiendo la comunin y rezando por las intenciones del papa. Si no hay este espritu penitencia, la

indulgencia sera una compraventa, que es lo que Lutero ech en cara a la Iglesia.
g) Public el catecismo romano, destinado a los prrocos, para ayudarles en su predicacin y en la enseanza del
catecismo a los nios.
Los Papas aplicaron el concilio, organizaron la Iglesia, instituyeron seminarios, universidades. Roma se embelleci y
adquiri su fisonoma de capital del mundo catlico. La cpula de la baslica de san Pedro se acab en 1590. Los
aos
santos de 1575 y 1600 tuvieron un gran xito.
La aplicacin del concilio en los pases catlicos dependi en parte de la voluntad de los soberanos. Felipe II de
Espaa recibi muy pronto las decisiones conciliares. En Alemania, a los emperadores les habra gustado obtener el
matrimonio de los sacerdotes. En Francia, por considerar que el concilio atentaba contra el poder real, los reyes
negaron su publicacin.
Grandes hombres de Iglesia dieron un impulso al concilio: Pedro Canisio, jesuita holands, recorri incansablemente
Europa y especialmente los pases germnicos para poner en prctica la reforma catlica. En Miln, Carlos
Borromeo
representa el modelo de obispo segn el concilio de Trento: llev una vida austera, reuni snodos diocesanos, fund
colegios y seminarios.
En consecuencia, el concilio de Trento imprimi un nuevo rumbo a la Iglesia; afirm la ortodoxia y devolvi al pueblo
la
confianza en sus pastores. Desde Trento, el obispo y el prroco debern vivir con el pueblo.
Ante el saqueo de Roma
El Papa Clemente VII debi aceptar rendicin incondicional exigida por el vencedor. El vencedor se incaut como
botn de guerra- de las ciudades papales de Civit Vecchia, Ostia, Civit Castellana, Piacenza, Parma y Mdena, que
integraban el poder temporal del papado.
Para hacer frente a otros gastos, Clemente VII debi recurrir a emprstitos de banqueros genoveses y catalanes,
hipotecando la ciudad de Benevento y las rentas eclesisticas de Npoles. Rendido y humillado, despojado y
enfermo,
regresa a Roma (1528).
Por disposicin de la divina Providencia, es por esta poca lgubre cuando el Papa apoya a un grupo de
franciscanos
que desean vivir vida eremtica y que el pueblo llamar capuchinos. La bula est firmada el 3 de julio de 1528.
Nuevas rdenes e instituciones
El concilio de Trento impuls una serie de rdenes e instituciones para llevar a cabo esa reforma tan anhelada por la
Iglesia. Estas rdenes estn vinculadas al papa Paulo III.
Cules son?
Oratorio del Divino Amor: surgi en Roma en tiempos de Len X. Era una hermandad de clrigos y seglares
fervorosos
cuyo fin principal era difundir la devocin eucarstica y la comunin frecuente, cosa desconocida hasta entonces.
Estos
grupos de oracin se extendieron por Gnova, Vicenza y Venecia. Impulsaron este oratorio los cardenales Pedro
Caraffa, Sadoleto y san Cayetano Thiene. Ms que orden es un movimiento de espiritualidad.
Los teatinos son ya una orden. Sus fundadores fueron el cardenal Pedro Caraffa y san Cayetano Thiene. Se llamaron
teatinos porque as los llamaba el pueblo, dado que Caraffa era obispo de Theate. Esta orden estaba constituida por
clrigos reformados; no adoptaban normas monacales y se consagraban al pastoreo de la grey alejada. Su vida
sacerdotal santa se extendi rpidamente, a tal punto que santa Teresa de Jess dice: Sed amigos de los teatinos.
Barnabitas: su fundador fue san Antonio Mara Zaccaria (1502-1539). Es orden de clrigos regulares. Su finalidad era
la
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instruccin religiosa del pueblo y la educacin juvenil. Fueron aprobados por Clemente VII en 1533. Desarrollaron su
actividad en el norte de Italia, donde en donacin recibieron el antiguo monasterio de san Bernab (Brnabas) de
Miln.
Se acrecent el prestigio de los barnabitas con la figura de san Alejandro Suli, superior general de la congregacin,
obispo de Aleria y consejero de san Carlos Borromeo.
Capuchinos: la orden franciscana vena sufriendo trastornos disciplinarios en el siglo XV. Con la intervencin del
papa
Len X se lleva a cabo la escisin franciscana: unos sern observantes y otros conventuales (1517). Propulsor de la
observancia en Italia haba sido san Bernardino de Siena. En Espaa, san Pedro Regalado y san Pedro de Alcntara.
Fray Mateo de Bascio (Da Bassi) encabeza el grupo de los conventuales para vivir la estricta regla de san Francisco

(1525). Integran el grupo fray Luis y Rafael de Fossombrone, con apoyo de Pedro Caraffa.
Obtiene la aprobacin del Papa Clemente VII en 1526. Se les denomin en un inicio ermitaos franciscanos y ms
tarde capuchinos porque usaban hbitos burdos con capucha grande. Viven en pobreza y en oracin. Esta nueva
rama franciscana sufri mucho de parte de sus mismos hermanos franciscanos; incluso, el primer vicario general,
Mateo, y el segundo, Luis Fossombrone se volvieron a los observantes. El tercer vicario, Bernardino Ochino,
descuid
su vida eremtica y contemplativa por darse a una actividad asombrosa; termin pasndose al protestantismo y
huyendo a Suiza.
Pero estos contratiempos no detienen el crecimiento de los capuchinos que, pese a todo, contaban con el apoyo de
los
cardenales Contarini, Sanseverino y del reformador obispo de Verona, Juan Mateo Giberti. Se extienden rpidamente
por toda Europa en la segunda mitad del siglo XVI y se constituyen desde los albores, en los predicadores y
confesores
de Europa, y en su apostolado entre la gente sencilla y en las misiones. Demstenes del pueblo los llamar
Lacordaire.
Pasadas las tormentas, se consolid la tierna rama y el papa Paulo V les dio plena independencia de los
conventuales
(1619). Forman desde entonces una nueva rama franciscana junto a los observantes y conventuales. Corra un verso
que reza as: Mateo de Bascio les dio el hbito. Luis de Fossambrone la barba. Bernardino de Asti el espritu. El
pueblo
les puso nombre.
Santa ngela de Merici funda las Ursulinas en 1537, dedicadas a obras de educacin. Quera salvar a la sociedad,
formando a las madres de familia y a los educadores.
San Felipe Neri, el oratorio, en 1563. Constaba de laicos y sacerdotes que se dedicaban, sin estructura ni
constituciones, a rezar, cantar, comentar las Escrituras, estudiar la historia de la iglesia y dedicarse al servicio de los
enfermos y peregrinos.
Un ejrcito a las rdenes del Papa: La Compaa de Jess
Mencin aparte merece la Orden de clrigos regulares llamada Compaa de Jess, fundada por san Ignacio de
Loyola,173 y aprobada por el Papa Paulo III en 1540. Colabor enormemente en este esfuerzo de la Iglesia por
preservar y defender la fe catlica, contra el virus protestante. Fue realmente un baluarte firme y seguro del
catolicismo.
Gracias a ella, Trento se llev adelante.
a) Su lema lo deca todo: Ad maiorem Dei Gloriam (para la mayor gloria de Dios).
b) Su fin: ser un ejrcito a las rdenes del Papa para la defensa y la explicacin de la doctrina catlica. Mediante un
cuarto voto de obediencia rigurosa al Papa, adems de los clsicos de pobreza, castidad y obediencia, san Ignacio
puso a su grupo en manos del pontfice. Con este voto los jesuitas significan su voluntad de responder a todas las
necesidades de la Iglesia de su tiempo, a donde les mandara el papa.
c) Los medios para llevar a cabo su apostolado: los ejercicios espirituales destinados a la conversin del hombre; la
enseanza en universidades y colegios, las misiones, la investigacin cultural y la pastoral en general.
d) Caractersticas de la orden: Ignacio agrega un ao de noviciado y aumenta la autoridad del superior general: ser
vitalicia. Suprime la oracin coral, vigente en todas las rdenes, pero hace hincapi en la obediencia absoluta,174 .
Obediencia y disciplina, autocontrol e incansable energa de accin en el servicio de Dios. Las constituciones, que
empez a escribir el mismo san Ignacio entre 1546-1550, fueron confirmadas por la primera congregacin general de
1558 como norma definitiva. La espiritualidad est plasmada en los ejercicios espirituales, que han hecho ms santos
que letras contiene, segn san Francisco de Sales. No crean, sin embargo, una espiritualidad nueva; trazan el
principio
y fundamento del cristiano,175 . La Compaa de Jess quedaba organizada bajo una constitucin rgidamente
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monrquica y centralizada: el general de la orden, elegido de por vida e investido de una autoridad casi ilimitada,
distribuye los oficios y nombra los provinciales y a los rectores de los distintos colegios; todos quedan sometidos a la
entera disponibilidad que determine la obediencia.
No tard en difundirse la nueva Compaa. A la muerte del fundador contaba ya con doce provincias que se
extendan
desde el Brasil al Japn, con ms de cien casas y cerca de mil miembros. La Compaa fue de los primeros adalides
de
la restauracin catlica europea, de las misiones y de la enseanza cristiana en la sociedad. Los jesuitas fundaron
gimnasios, colegios, seminarios y escuelas superiores. Su programacin de estudios la Ratio Studiorum- es un

modelo de la nueva pedagoga que ya entonces se presagiaba.


Los grandes msticos
Este siglo vio tambin nacer a los grandes msticos espaoles, santa Teresa de vila,176 y san Juan de la Cruz,
adems de otras obras de espiritualidad riqusimas de san Juan de vila, san Francisco de Borja, fray Luis de Len,
fray Luis de Granada, san Pedro de Alcntara.
Es curioso este dato: mientras en el resto de Europa se originaban movimientos de rebelda contra la Iglesia, surge
en
Espaa una floracin de autores espirituales, que tiene en los franciscanos su primera representacin. Francisco de
Osuna escribe su Tercer abecedario espiritual, cuyo influjo se har sentir en santa Teresa de vila y en otros msticos
posteriores.
Pero donde la mstica y la asctica espaolas alcanzan su punto culminante es en las obras de los dos grandes
santos
y escritores carmelitas santa Teresa de Jess y san Juan de la Cruz.
Santa Teresa se decide a llevar a cabo la reforma de su orden y, superando grandes dificultades, y despus de
conseguir un Breve favorable de Po IV, en marzo de 1563, establece el convento de san Jos, en la misma vila, el
primero de la reforma. El Papa confirma la nueva fundacin dos aos ms tarde, y el general de los carmelitas, Juan
B.
Rossi (P. Rubeo) le da permiso para fundar nuevas casas y aun de establecer la reforma de los varones, junto con
san
Juan de la Cruz.
En su libro de la Vida, en el Camino de perfeccin, Las Fundaciones, el Castillo interior o Las Moradas, modelos
inigualables de la lengua espaola que pertenecen al tesoro ms apreciado de la mstica del mundo cristiano, santa
Teresa describe los estados msticos a que el alma puede ser elevada, la suerte y las caractersticas de la vida
espiritual. Lo mismo hace san Juan de la Cruz en sus conocidas obras Subida al Monte Carmelo, Noche oscura del
alma, Cntico espiritual, Llama de amor vivo, en las que, a la par de una sana y profunda teologa y con gran belleza
literaria, describe el proceso interior del alma hasta llegar a los grados ms elevados de perfeccin.
Fuera de Espaa, el exponente ms significativo de esta literatura espiritual es san Francisco de Sales, doctor
melifluo
y santo amable a la manera de san Bernardo. Sus tratados de la Introduccin a la vida devota o Filotea, el del Amor
divino o Tetimo y sus Conversaciones espirituales, pasan por modelos de la ciencia del espritu, que llenan de
dulzura
la virtud y la asctica cristianas.
El sueo dorado de muchos misioneros: Oriente
A raz de los nuevos descubrimientos de espaoles y portugueses se abre el perodo de grandes misiones, que se
irn
extendiendo por los inmensos territorios de Amrica, Asia y Oceana. Tanto los reyes de Espaa como los de
Portugal
tomaron muy en serio su deber cristiano de proveer a la propagacin del Evangelio en las tierras recin descubiertas
y
a ello les ayuda el despertar misionero de las rdenes religiosas y de no pocos miembros del clero secular.
Ser, pues, este siglo XVI, el siglo de las misiones en Oriente, con san Francisco Javier, jesuita, a la cabeza, que fue
a
Goa (1542), Malaca (1545), Japn (1549), lleg a la frontera de China (1552) y convirti a numerosos asiticos
mediante su apostolado audaz e incansable. Otros jesuitas llegaron al Congo en 1547, a Marruecos en 1549, y a
Etiopa en 1555. Cien discpulos de Ignacio llegaron a la India. Paralelamente fueron formndose las respectivas
dicesis en territorios asiticos. Japn contaba con 150 mil conversiones cuando Taikosama barri en este mismo
siglo
con aquella comunidad catlica.
Amrica cristiana
Debemos la predicacin del evangelio en el continente americano a los franciscanos, dominicos y agustinos
principalmente. Ms tarde llegaron los jernimos y los mercedarios que cooperaron a la conversin de los naturales.
Los jesuitas predicaron a partir de 1571 en Per y en 1572 en Nueva Espaa.
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Estos jesuitas se establecieron tambin en Brasil y fundaron en Paraguay las llamadas reducciones, territorios en
que
florecieron las nuevas cristiandades a salvo de los posibles desmanes de los conquistadores, y adems eran un
medio

eficaz para la promocin humana y cristiana de los indgenas.


La primera reduccin data de 1610. Lleg a haber hasta treinta, donde se agrupaban unos 150.000 habitantes. Se
organiz una vida totalmente comunitaria sobre bases cristianas. Cada reduccin estaba dirigida por dos o tres
jesuitas.
Todo era comn. Se ha llamado la repblica comunista ,177 cristiana de los guaranes. El tratado de los lmites
(1750)
hizo pasar las reducciones del dominio espaol al portugus. Los guaranes resistieron algn tiempo. La supresin
de
los jesuitas, por presin del gobierno portugus, dio el golpe de gracia a las reducciones (1768).
El clero diocesano, especialmente cuando la Compaa de Jess lo educ en sus aulas, se encarg de proseguir el
asentamiento de la nueva cristiandad.
La organizacin eclesistica americana fue calcada de la espaola y de la Iglesia universal: institucin de cabildos,
seminarios, inquisicin. Durante el siglo XVI quedaron erigidas 38 dicesis a lo largo del continente.
Algunos evangelizadores sobresalientes fueron los siguientes: Fray Julin de Garcs, defensor de la racionalidad de
los
naturales; Bartolom de las Casas,178 , defensor acrrimo de la dignidad de stos, enemigo inquebrantable de la
encomienda y de la conquista; fray Toribio de Benavente o Motolina, muy amado de los naturales; fray Bernardino de
Sahagn, tesonero estudioso de su pasado; el obispo don Vasco, organizador e impulsor de la sociedad tarasca;
Pedro
de Gante, educador.
Varios mrtires regaron con su sangre el territorio americano; entre ellos el obispo fray Antonio de Valdivielso,
dominico, muri a manos de espaoles por defender a los indgenas. Sobresalieron tambin por su labor evanglica:
Francisco Solano, Antonio de Montesinos, Juan de Zumrraga, Juan del Valle, Pedro Delgado, Domingo Navarrete,
Jos de Anchieta, y Manuel de Nbrega.
La Virgen de Guadalupe y san Juan Diego
La Virgen de Guadalupe se apareci en 1531 a Juan Diego en el Tepeyac, para apoyar la evangelizacin. Ella es la
esencia del alma mexicana, el motivo supremo de su alegra. La Seora del Tepeyac, la Madre del amor y de la santa
esperanza, encomend a Juan Diego llevar su maravilloso mensaje al obispo Fray Juan de Zumrraga, cabeza
visible
de la Iglesia en Mxico, cuando le dijo: Es necesario que t, personalmente, vayas, ruegues, que por tu intercesin
se
realice, se lleve a efecto mi querer, mi voluntad,179 .
Juan Diego180, brilla como uno de los protagonistas de esta sntesis admirable: por un lado es indgena con los
suyos,
con una tradicin que vena desde remotos antepasados y cuya permanencia en el tiempo era smbolo de la verdad;
por otro lado, entra en contacto con el mundo de lo nuevo y que, por lo mismo, no tena garanta de veracidad.
No obstante, aprende a dialogar con la fuente de los smbolos espaoles, la Virgen Mara y el fruto bendito de su
vientre, Jess, y lo asimila de manera excepcional en una experiencia religiosa que deja ver la fuerza de la gracia en
el
escogido. La historia de las apariciones es el testimonio vivo de la eficacia de Mara como Maestra de un laico
indgena
evangelizador. El Nican Mopohua(Aqu se narra) del sabio y docto indgena Antonio Valeriano, es una relacin de
alta escuela, donde aparecen ntimamente relacionados los protagonistas: la Madre del Hijo de Dios, Juan Diego
Cuahtlatoatzin, el obispo Fray Juan de Zumrraga y Juan Bernardino.
La Virgen Mara proclama a Juan Diego un mensaje que de por s comporta un nuevo nacimiento: No estoy yo aqu
que soy tu Madre? No ests bajo mi sombra y resguardo? No soy yo la fuente de tu alegra? No ests en el
hueco
de mi manto, en el cruce de mis brazos? Tienes necesidad de alguna cosas?181 .Mara no slo est dicindole a
Juan Diego que ella es su Madrecita, sino que adems ella se siente honrada y agradecida por serlo.
Juan Diego es el macehual, instrumento de la gracia de Dios, a travs de Mara, conocedora de estos menesteres,
pues ella misma se haba confesado como la esclava del Seor(cf. Lc 1, 38). De ella recibe el encargo de subir a
cortar variadas flores182 , de colocarlas en su ayate y de llevarlas a la presencia de la Soberana, quien las tomar en
sus manos y las volver a colocar en la tilma de su embajador. ste no desempea un papel de mero agente, sino
tambin de sujeto libre y responsable en manos de Dios. Y este misionero est llamado a la altsima vocacin de ser
intermediario para que el mundo divino, el de las flores de Dios, llenas de vida, de olor suavsimo, como perlas
preciosas, como llenas de roco nocturno 183 se una al mundo humano del Tepeyac, que de por s era rido y
adems
se encontraba en la poca de invierno.
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Se anunciaba as el comienzo de una nueva etapa en la historia del pueblo indgena, fidelsimo a sus dioses y que
aparentemente haba sido traicionado por ellos; etapa que haba sido ya inaugurada definitivamente por la
Encarnacin
del Hijo de Dios, en el seno de Mara de Nazaret, por obra del Espritu Santo.
El hijito menor de la celestial Seora se encuentra finalmente en el corazn de la encomienda. En frases claras y
sencillas se le indica lo que tiene que decir, a quin se lo va a decir y cmo tiene que hacerlo. Se le recuerda que no
va
en nombre propio y que no va a expresar su voluntad. El embajador emprende el camino. La fe le hace ir adelante,
no
obstante que ya ha tenido la experiencia de no ser credo por el Obispo, de ser investigado, de haberse topado con
un
enfermo terminal. La seguridad le llega porque ha recibido con mente y corazn bien dispuesto el ofrecimiento de la
dulce Seora. Y va con toda la autoridad que ha recibido de ella. Lleva en su regazo las flores con tal cuidado, como
un
ministro lleva la Eucarista. La seal no es slo para Juan Diego, sino que es para la cabeza de la Iglesia, que es
Juan
de Zumrraga.
Las flores, que de por s ya eran la expresin de algo sagrado, se convierten en instrumento para pintar en la tilma
del
embajador indgena la imagen de la Reina del Cielo, de la Madre del Hijo de Dios. Entregadas tilma y flores al obispo,
tenemos la unin de dos autoridades, el macehual o embajador que llevaba la imagen de la Seora y el que es
convertido en custodio de la Imagen.
La experiencia de toda una vida culminada con cantos y flores, encuentro con la Seora del Cielo, enfermedad y
curacin del to Bernardino, entrevistas con el seor obispo, llevaron a Juan Diego a pedir el honor de poder
dedicarse
por completo al servicio de la Morenita, viviendo a un lado del templo. Para ello solicit la autorizacin del obispo
Zumrraga, dada la distancia que haba entre su casa y la ermita de Guadalupe. Obtenido el permiso del obispo, dej
todo y se retir a la ermita para servir a la Virgen, cuidando de su casita.
Esta comunin diaria con los intereses de la Santsima Virgen desemboc en una vida segn el Espritu de
Jesucristo:
A diario se ocupaba en cosas espirituales y barra el templo. Se postraba delante de la Seora del Cielo y la
invocaba
con fervor. Frecuentemente se confesaba y obtuvo la gracia de poder comulgar tres veces por semana, cosa
excepcional para un laico de entonces. Ayunaba, haca penitencia, se disciplinaba, se cea cilicio de malla y
buscaba
la soledad para poder entregarse a solas a la oracin 184 .
De esta forma, el testimonio de una vida ntegra alcanzada por Juan Diego, bajo la accin de la gracia divina,
provoc
una fama de santidad reconocida por quienes entraban en contacto con l. Marcos Pacheco, el primero de los siete
indios ancianos, informantes de Cuauhtitln, que declararon en el proceso de 1666, nos ofrece una sntesis al
respeto:
Era un indio que viva honesta y recogidamente, que era muy buen cristiano y temeroso de Dios y de su conciencia,
y
de muy buenas costumbres y modo de proceder, en tanta manera que, en muchas ocasiones le deca a este testigo
la
dicha de su ta: Dios os haga como Juan Diego y su to; porque lo tena por muy buenos indios y muy buenos
cristianos.
Hoy la Iglesia ya lo venera como santo: san Juan Diego, ruega por nosotros. Fue el papa Juan Pablo II quien lo
proclam santo el 31 de julio de 2002, en su visita a Mxico.
Disputa teolgica entre dominicos y jesuitas
Mientras veamos cmo la gracia de Dios actuaba en este indio Juan Diego y se prestaba libremente a esa accin
divina, en Europa se daba, miren por dnde, una disputa acerca de cmo acta la gracia divina en relacin con la
libertad humana.
Las afirmaciones de Lutero y de Calvino sobre la gracia y la justificacin estimularon a la teologa catlica a dedicar
una
atencin especial a los captulos doctrnales sobre el estado original del hombre en el paraso terrestre, el pecado
original y la relacin entre la gracia y el libre albedro.

La disputa fue entre los dominicos, con una concepcin ms rgida, y los jesuitas, una solucin ms mitigada.
Luis Molina, jesuita, sostena que el hombre realiza libremente sus acciones, pues la gracia inclina a la libertad sin
suprimirla; Dios acta, a su vez, en la realizacin de los actos buenos dado que por su ciencia sabe que el hombre
los
habr de realizar.
Domingo Bez, dominico, le llamaba a Molina pelagiano, porque pareca que todo lo realiza el hombre con su
libertad.
Bez afirmaba que la gracia eficaz de Dios determina fsicamente a la voluntad a obrar. Luis Molina llam a Bez
calvinista, porque pareca que suprima la libertad del hombre.
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Ms tarde Miguel de Bayo llev al extremo la posicin de Bez, diciendo que el libre albedro, desnaturalizado por el
pecado, no poda obrar el bien, y slo la gracia de Cristo, ordenando al hombre a Dios, permita obrar bien y
meritoriamente. Ms tarde, en el siglo XVII la Iglesia dara respuesta a este problema. Mientras tanto, el papa
Clemente
VIII impuso silencio a las dos partes. No se pudo dar solucin definitiva. Y no poda ser de otro modo, ya que el
misterio
de la cooperacin de la gracia divina con el libre albedro del hombre, es, y seguir siendo, un problema-misterio que
trasciende cualquier argumento de razn: Cunto acta la gracia de Dios y cunto acta mi libertad a la hora de
hacer
una accin...es un misterio.
Una pista de este misterio podra ser sta: Dios ilumina mi entendimiento e inclina mi voluntad para que yo
libremente
escoja el bien; pero de ninguna manera mueve mi voluntad fsicamente hasta el punto que me obligue a obrar el
bien,
pues as no sera yo libre. De esta manera se salva, por una parte la soberana y el dominio total de Dios, y, por otra,
mi
libertad que es quien escoge ese bien, sin coaccin ni imposicin.
CONCLUSIN
El concilio de Trento dio a la Iglesia la fisonoma que ha mantenido hasta un perodo reciente. Catlico designa
ahora
a un grupo particular de cristianos frente a los protestantes y los ortodoxos. La iglesia catlica sali del concilio
estabilizada, jerarquizada, centralizada en torno a su cabeza el papa. El concilio integr armoniosamente el pasado
de
la iglesia con su presente, pero guard silencio ante muchos de los nuevos problemas, como las transformaciones
econmicas y sociales. Lo har ms tarde.
_______________________________________
APNDICE: Juan Diego y la Virgen de Guadalupe
Aqu traigo a colacin la homila del Papa al canonizar al beato Juan Diego, y al mismo tiempo el mensaje de los
obispos mexicanos con motivo de la canonizacin. Tambin me ha parecido interesante la entrevista que hicieron al
doctor peruano Jos Aste Tosmann, que lleva 22 aos estudiando las retinas de la Virgen y experto de IBM en
procesamiento digital de imgenes.
HOMILA DEL PAPA EN LA CANONIZACIN DE JUAN DIEGO
***
1. 'Yo te alabo, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente
sencilla! Gracias, Padre, porque as te ha parecido bien!' (Mateo 11, 25).
Queridos hermanos y hermanas: Estas palabras de Jess en el evangelio de hoy son para nosotros una invitacin
especial a alabar y dar gracias a Dios por el don del primer santo indgena del Continente americano. Con gran gozo
he
peregrinado hasta esta Baslica de Guadalupe, corazn mariano de Mxico y de Amrica, para proclamar la santidad
de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el indio sencillo y humilde que contempl el rostro dulce y sereno de la Virgen del
Tepeyac, tan querido por los pueblos de Mxico.
****
3. Cmo era Juan Diego? Por qu Dios se fij en l? El libro del Eclesistico, como hemos escuchado, nos ensea
que slo Dios 'es poderoso y slo los humildes le dan gloria' (3, 20). Tambin las palabras de San Pablo proclamadas
en esta celebracin iluminan este modo divino de actuar la salvacin: 'Dios ha elegido a los insignificantes y
despreciados del mundo; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios'(1 Co 1, 28.29).
Es conmovedor leer los relatos guadalupanos, escritos con delicadeza y empapados de ternura. En ellos la Virgen

Mara, la esclava 'que glorifica al Seor' (Lucas 1, 46), se manifiesta a Juan Diego como la Madre del verdadero Dios.
Ella le regala, como seal, unas rosas preciosas y l, al mostrarlas al Obispo, descubre grabada en su tilma la
bendita
imagen de Nuestra Seora. 'El Acontecimiento Guadalupano-como ha sealado el Episcopado Mexicano-signific el
comienzo de la evangelizacin con una vitalidad que rebas toda expectativa. El mensaje de Cristo a travs de su
Madre tom los elementos centrales de la cultura indgena, los purific y les dio el definitivo sentido de salvacin'
(14.05.2002, n. 8). As pues, Guadalupe y Juan Diego tienen un hondo sentido eclesial y misionero y son un modelo
de
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evangelizacin perfectamente inculturada.


4. 'Desde el cielo el Seor, atentamente, mira a todos los hombres' (Sal 32, 13), hemos recitado con el salmista,
confesando una vez ms nuestra fe en Dios, que no repara en distinciones de raza o de cultura. Juan Diego, al
acoger
el mensaje cristiano sin renunciar a su identidad indgena, descubri la profunda verdad de la nueva humanidad, en
la
que todos estn llamados a ser hijos de Dios en Cristo. As facilit el encuentro fecundo de dos mundos y se convirti
en protagonista de la nueva identidad mexicana, ntimamente unida a la Virgen de Guadalupe, cuyo rostro mestizo
expresa su maternidad espiritual que abraza a todos los mexicanos. Por ello, el testimonio de su vida debe seguir
impulsando la construccin de la nacin mexicana, promover la fraternidad entre todos sus hijos y favorecer cada vez
ms la reconciliacin de Mxico con sus orgenes, sus valores y tradiciones.
Esta noble tarea de edificar un Mxico mejor, ms justo y solidario, requiere la colaboracin de todos. En particular es
necesario apoyar hoy a los indgenas en sus legtimas aspiraciones, respetando y defendiendo los autnticos valores
de cada grupo tnico. Mxico necesita a sus indgenas y los indgenas necesitan a Mxico! Amados hermanos y
hermanas de todas las etnias de Mxico y Amrica, al ensalzar hoy la figura del indio Juan Diego, deseo expresarles
la
cercana de la Iglesia y del Papa hacia todos ustedes, abrazndolos con amor y animndolos a superar con
esperanza
las difciles situaciones que atraviesan.
5. En este momento decisivo de la historia de Mxico, cruzado ya el umbral del nuevo milenio, encomiendo a la
valiosa
intercesin de San Juan Diego los gozos y esperanzas, los temores y angustias del querido pueblo mexicano, que
llevo
tan adentro de mi corazn.
Bendito Juan Diego, indio bueno y cristiano, a quien el pueblo sencillo ha tenido siempre por varn santo! Te
pedimos
que acompaes a la Iglesia que peregrina en Mxico, para que cada da sea ms evangelizadora y misionera. Alienta
a
los Obispos, sostn a los sacerdotes, suscita nuevas y santas vocaciones, ayuda a todos los que entregan su vida a
la
causa de Cristo y a la extensin de su Reino.
Dichoso Juan Diego, hombre fiel y verdadero! Te encomendamos a nuestros hermanos y hermanas laicos, para que,
sintindose llamados a la santidad, impregnen todos los mbitos de la vida social con el espritu evanglico. Bendice
a
las familias, fortalece a los esposos en su matrimonio, apoya los desvelos de los padres por educar cristianamente a
sus hijos. Mira propicio el dolor de los que sufren en su cuerpo o en su espritu, de cuantos padecen pobreza,
soledad,
marginacin o ignorancia. Que todos, gobernantes y sbditos, acten siempre segn las exigencias de la justicia y el
respeto de la dignidad de cada hombre, para que as se consolide la paz. Amado Juan Diego, 'el guila que habla'!
Ensanos el camino que lleva a la Virgen Morena del Tepeyac, para que Ella nos reciba en lo ntimo de su corazn,
pues Ella es la Madre amorosa y compasiva que nos gua hasta el verdadero Dios. Amn.
MENSAJE DE LOS OBISPOS MEXICANOS SOBRE LA CANONIZACIN DE JUAN DIEGO
1. Despus de haber celebrado el misterio de la muerte y resurreccin de Jesucristo en la Pascua, los Pastores del
Pueblo de Dios en Mxico queremos compartir con ustedes, hermanas y hermanos, nuestra alegra por la
canonizacin
del Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin el prximo 31 de julio del presente ao 2002 y la Beatificacin, el 1 de agosto,
de
Juan Bautista y Jacinto de los Angeles, mrtires oaxaqueos en los albores de la evangelizacin de nuestro pas.

Exhortamos a todos a que nos preparemos en la oracin, la reflexin y la celebracin a vivir este tan importante
acontecimiento de nuestra vida eclesial.
QUINTA VISITA DE JUAN PABLO II
2. Juan Pablo II nos visitar por quinta vez. Reiteradamente ha manifestado su amor a Mxico, donde descubri, a
los
pies de Nuestra Seora de Guadalupe, el matiz evangelizador e itinerante que habra de tener su pontificado, para
iluminar a hombres y mujeres con la verdad de Jesucristo. Su ejemplo de entrega infatigable es para todos los
miembros de la Iglesia un estmulo y testimonio vivo de cmo impulsar la Nueva Evangelizacin. Ser una nueva
oportunidad para que correspondamos con afecto y entusiasmo, reiterando nuestra fidelidad a Jesucristo y a su
Iglesia
en comunin con el sucesor de San Pedro en la Ctedra de Roma.
EL CAMINO DE JUAN DIEGO
3. Juan Diego es miembro de una cultura indgena con valores familiares y sociales que sirvieron de base para la
vocacin recibida despus de haber sido bautizado.
4. Esta existencia adquiere un nuevo significado con lo sucedido en el mes de diciembre de 1531, en la colina del
Tepeyac. Este acontecimiento es conocido como el Hecho Guadalupano, teniendo como protagonistas a la Madre del
verdadero Dios por quien se vive, el mismo Juan Diego, el obispo Fray Juan de Zumrraga y Juan Bernardino; desde
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entonces, el laico Juan Diego est indisolublemente unido al Hecho Guadalupano.


5. Juan Diego es el embajador fiel, que, al contacto con la llena de gracia, reconoci al Verdadero Dios por quien se
vive y al Hijo que ella traa consigo; y, movido por la accin del Espritu Santo, se puso al servicio de la obra
anunciada
por la Virgen Mara.
6. En diversas ocasiones y con diversos signos se present ante Fray Juan de Zumrraga, cabeza visible de la
incipiente Iglesia en Mxico, transmitindole a l y nada ms que a l, el deseo de la 'nia celestial', hasta lograr su
encomienda.
7. El vidente y embajador se dej envolver por el Espritu divino y acept convertirse en testigo de todo lo acontecido
a
favor de sus hermanos, cooperando de esta forma en el acercamiento del mundo indgena y el mundo espaol.
8. El Hecho Guadalupano signific el comienzo de la evangelizacin con una vitalidad que rebas toda expectativa.
El
mensaje de Cristo a travs de su Madre tom los elementos centrales de la cultura indgena, los purific y les dio el
definitivo sentido de salvacin; as se convirti en un modelo de evangelizacin inculturada y un reto para todos los
agentes de evangelizacin que trabajan por hacer presentes los valores del Evangelio en las culturas de la sociedad
mexicana.
SIGNIFICADO PARA LA IGLESIA EN MXICO
9. Un santo es patrimonio de la Iglesia universal y modelo de vida para toda persona abierta a la verdad. Juan Diego
es
un santo que se ofrece al indgena, al mestizo y al criollo, al nio, al joven y al adulto. 'Todos los cristianos como nos
lo
recuerda el Papa Juan Pablo II en su Carta Apostlica Novo Millennio Ineunte n. 30- estn llamados a la plenitud de
la
vida cristiana y a la perfeccin del amor'. El profesionista, el ama de casa, y el clrigo pueden encontrar en Juan
Diego
una inspiracin para saber valorar lo que son y lo que estn llamados a realizar en el ambiente en que viven, para
sembrar semillas de justicia, amor y paz y ayudar a que fructifiquen.
10. Canonizar a un bautizado significa que la autoridad competente de la Iglesia declara, pblica y solemnemente,
que
la existencia de dicha persona ha sido una forma autntica de encarnar el Evangelio de Jesucristo. Por ello, el santo
es
digno de veneracin e invocacin, y su forma de vida un ejemplo inspirador para que otros vivan la propia vocacin
en
el seguimiento radical de Cristo hasta llegar al encuentro definitivo con el Padre en el reino de los cielos.
11. La canonizacin del Beato Juan Diego se levanta como nueva voz que llama a la santidad a todos los bautizados.
Queremos presencia de cada uno de ellos en la conformacin de un tejido social ms civilizado y ms inspirado en la
mentalidad de Santa Mara de Guadalupe: mostrar el amor y la ternura de Dios hacia todos los moradores de estas
tierras, especialmente hacia los ms pobres y desamparados. El reconocimiento oficial de la Iglesia de la santidad de

vida de Juan Diego es, por otra parte, una forma de dignificar al indgena, tantas veces marginado y menospreciado
en
nuestra patria.
12. Hace patente adems el amor providencial de la Iglesia y del Papa por los indgenas; y reitera nuevamente el
firme
repudio a las injusticias, violencias y abusos de que han sido objeto a lo largo de la historia. La Iglesia contempla e
invita a contemplar los autnticos valores indgenas con amor y esperanza... El Papa, con la canonizacin, alienta a
los pueblos autctonos de Mxico y Amrica a que conserven con sano orgullo la cultura de sus antepasados y
apoya
a todos los indgenas en sus legtimas aspiraciones y justas reivindicaciones.
13. La vida de Juan Diego ha de ser un renovado estmulo en la construccin de la nacin mexicana en la que haya
una reconciliacin con sus orgenes, con su historia, con sus valores y tradiciones. Nacin en la que su progreso est
fundamentado en el valor de la persona humana con todos sus derechos inalienables. En donde la confluencia de la
diversidad encuentre la comunin en una bsqueda creativa. Donde las leyes que salvaguarden la convivencia
aseguren la justicia y la solidaridad. Donde los ms dbiles encuentren salvaguardada su dignidad y los ms
favorecidos, cauces eficaces para la fraternidad.
CONCLUSIN
14. La canonizacin de Juan Diego es el cumplimiento de la promesa que la Nia del Tepeyac hizo a su querido Juan
Dieguito, se lo asegur y se lo cumple: Ten por seguro que mucho te lo agradecer y te lo pagar, que por ello te
enriquecer, te glorificar, y mucho de
all merecers que yo te retribuya tu cansancio, con el que vas a solicitar el asunto al que te envo' (Nicn Mopohua).
Le
pedimos a esta dulce Madre de la Nacin mexicana, patrona de Amrica y de Filipinas nos ayude a similar su
pedagoga para realizar una evangelizacin inculturada en todos los territorios, ambientes y sectores de Mxico y de
Amrica e interceda para que los hombres aprendamos a amarnos y aceptarnos como hijos de un mismo Padre
Mxico, D. F. a 14 de mayo del 2002
Obispos de Mxico
ENTREVISTA
LAS FIGURAS QUE APARECEN EN LOS OJOS DE LA GUADALUPANA NO ESTN PINTADAS
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P. Esas figuras, no pueden ser obra humana?


R. Jos Aste Tonsmann: No, por tres motivos. En primer lugar, no son visibles al ojo humano, salvo una: la del
espaol,
que es la ms grande. Nadie podra haber pintado unas siluetas tan pequeas. En segundo lugar, los pigmentos de
esas figuras no se sabe qu origen tienen. Ocurre lo mismo con la imagen de la Virgen: no est pintada, y nadie sabe
an cmo se estamp sobre la tilma de Juan Diego.
P. Y el tercero? R. Jos Aste Tonsmann: Las trece figuras se repiten en los dos ojos. Qu artista hara eso?
Adems, su tamao vara de un ojo al otro, dependiendo de lo cerca que estuviera el personaje del ojo izquierdo o
derecho de la Virgen.
P. Qu proceso sigui en su experimento?
R. Jos Aste Tonsmann: Primero se toman unas fotografas de los ojos. Despus se digitalizan. Son ledas por el
ordenador, y se realizan ampliaciones y filtrado de las imgenes.
P. Quines aparecen en los ojos?
R. Jos Aste Tonsmann: Hay un sirviente casi desnudo; un anciano (el obispo Fray Juan de Zumrraga); un joven (el
traductor); un indgena con una tilma (Juan Diego); una mujer negra (una esclava); un espaol con barba; y por
ltimo,
una familia indgena con padre, madre, tres hijos y dos adultos ms, que pueden ser abuelos o tos.
P. Cmo sabe que el resto de figuras corresponde a la esclava, al traductor, etc.?
Jos Aste Tonsmann: Hay constancia histrica. El anciano que aparece en los ojos de la Virgen guarda gran parecido
con los cuadros del obispo Zumrraga que hay de la poca. Sobre la esclava negra, Zumrraga dice en su
testamento
que le da la libertad, e incluso sabemos que se llamaba Mara. En el Archivo de Indias se conserva el acta de
embarque del obispo cuando march al Nuevo Mundo.
_________________________________________
Desde 1650, con el fin del alza de precios y la inflacin comienza la expansin econmica moderna. Es la llamada
economa de aprovechamiento colonial. Donde con ms fuerza se desarrolla el espritu agresivo en el comercio y la
industria es en Holanda. msterdam se convierte en un puerto comercializador de productos indios; barcos de pesca,

Compaa de Indias Occidentales, Banco de msterdam, la bolsa. Es el capitalismo. Inglaterra le sigue, gobernada
por
los Estuardo, con las Actas de Navegacin. A su vez funda sus primeras colonias. A qu llamamos, pues,
mercantilismo? Al conjunto de criterios que rigen este surgir econmico. La riqueza de la nacin se basa en su
posesin de metales preciosos. Para ello se debe comprar poco y vender mucho. Esto conducir lgicamente al
proteccionismo aduanero. Aparecen en toda Europa tericos de la economa y surge un espritu competitivo,
comercial
y antagnico diversas nacionalidades-. Se propugna la autarqua, el proteccionismo estatal; el estado desgrava las
exportaciones, aumenta aranceles, protege la industria, dicta normas sobre produccin y venta, crea compaas de
explotacin comercial, vigila la balanza comercial. Esta idea conecta con el absolutismo de Francia y su primer
ministro
Colbert. regresar
Es en este siglo cuando nacen los estados modernos: un soberano poderoso, unas finanzas, un ejrcito regresar
A esto se llama nepotismo. regresar
En su libro Hypersaspistes contra libellum Lutheri le dice Erasmo a Lutero: Yo no he sido nunca un apstata de la
Iglesia catlica. Yo s que en esa Iglesia, a la que vos llamis Iglesia papista, hay algunos que me desagradan, pero
tambin lo veo en vuestra iglesia. Uno soporta ms fcilmente los males a que est acostumbrado. Por lo tanto, yo
me
conformo con esta Iglesia hasta que vea otra mejor, y ella tambin se ve obligada a soportarme, hasta que yo mismo
sea mejor. regresar
El caso ms sonado fue Eckart, profesor de Pars, Estrasburgo y Colonia, que defendi teoras pantestas, y elabor
doctrinas errneas, por ejemplo: Dios ha creado necesariamente, las cosas no tienen ser propio, el amor humano es
malo, la obediencia es la muerte del propio yo, el hombre se hace Dios y Dios, hombre. regresar
Para la Iglesia catlica a travs de los siglos, al nombre de Martn Lutero est asociada la memoria de un perodo
penoso, pero sobre todo la conciencia del punto de arranque de grandes divisiones eclesisticas. Por esto, el 500
aniversario de Martn Lutero debe ser para nosotros ocasin de reflexin. Esfuerzos de evanglicos y catlicos
coinciden en presentar una imagen ms completa de la personalidad de Lutero, as como los datos histricos de la
sociedad, la poltica y la Iglesia del siglo XVI. Resalta patente la profunda religiosidad de Lutero. La ruptura de la
unidad
eclesial no debe ser achacada nicamente a la incomprensin de los pastores de la Iglesia catlica, ni a una
deficiente
inteligencia del verdadero catolicismo por parte del mismo Lutero, por ms que todo esto haya contribuido a dicha
ruptura (Juan Pablo II, Carta al cardenal Johannes Willebrands, presidente del Secretariado para la unin de los
cristianos, 4. XII. 1983). regresar
Uno de los predicadores incluso se atrevi a decir: Un alma sube al cielo cuando la moneda suena en el fondo del
cepillo. regresar
A esto, Lutero lo llama justificacin por la fe.regresar
Debido a sus estudios de derecho y su conocimiento de Platn, Calvino quiso volver a establecer la cristiandad
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medieval, donde los dos poderes, el civil y eclesistico, estn muy unidos, hasta el punto que el estado interviene en
el
nombramiento de los ministros y el consistorio (compuesto de pastores y de doce ancianos escogidos por las
autoridades) es una emanacin del poder civil. regresar
Es famosa la matanza en Francia de hugonotes o calvinistas en la noche de san Bartolom (1572), despus de la
cual
se aquietaron un poco las aguas. regresar
Se lo deca a s mismo con estas palabras: Ests destruyendo lo que hasta ahora ha admitido la Iglesia como cierto
durante tanto tiempo; con tu doctrina ests minando el orden espiritual y temporal (Conversaciones de sobremesa).
regresar
Con estas palabras, Alejandro VI les dio todas las potestades: Damos a perpetuidad a vosotros, reyes de Castilla y
de
Len, islas y tierras firmes descubiertas, con potestad, autoridad y jurisdiccin plena y omnmoda (Bula Inter caetera,
4
de mayo de 1493).regresar
En este siglo algunos Papas eran ms mecenas, artistas y polticos que pastores y Papas. Cayeron tambin en
nepotismo. Por ejemplo, Julio II fue un hbil estratega y poltico ambicioso, cuyo ideal era el de un estado italiano
unido,

bajo el dominio del Romano Pontfice, a quien le corresponda tambin un papel de gua y de supremaca sobre los
dems estados europeos. Excelente mecenas que aprovech a Miguel ngel para la decoracin de la Capilla Sixtina,
a
Bramante para la reconstruccin de la baslica de san Pedro, y a Rafael para la decoracin pictrica de las Logias y
de
las Estancias para l. Tambin Len X fue esplndido desde el punto de vista artstico y cultural. Su corte acogi a
los
mejores artistas de esa poca: Rafael, Bramante, Miguel ngel, Bembo, Pico della Mirndola. All hallaban
posibilidades ilimitadas de expresin creativa, pero tambin de lujo y diversiones. El mismo Len deca: Dejad que
gocemos del papado, porque Dios nos lo ha conferido. Este mismo Papa fue el que concedi indulgencias para
financiar las obras de la reconstruccin de san Pedro y que tanto critic Lutero; y fue tambin el que favoreci el
nepotismo. Adriano VI, austero y severo, quiso reformar las costumbres de la curia, pero no pudo. Se enemist con
casi
todos, con la curia y con el pueblo romano, pues conden muchas costumbres incluso inocentes. regresar
Este Papa Len X instituy el ndice, es decir, la lista de los libros prohibidos a los catlicos. regresar
En algunos manuales de historia se llama contrarreforma catlica. No es del todo exacto ese trmino. La reforma
catlica no es una simple reaccin contra el protestantismo; la incluye, desde luego, pero abarca mucho ms. Y esto,
positivo, constructivo, haba empezado ya antes de Lutero. Como la Reforma protestante fue mucho ms que un
inventario de repulsas, de negaciones y oposiciones, as la Reforma catlica fue tambin mucho ms vasta, ms rica
y
ms profunda que la accin por que Roma se dedic a combatir al protestantismo. regresar
El Papa Adriano VI, conocedor de Roma y su ambiente, muerto el Papa Len X Papa renacentista-, puso manos a
la
obra en la reforma. Dijo de entrada a los cardenales que ni sus vidas ni sus modales ni sus ropas eran dignos de la
investidura y que los escndalos romanos eran la habladura del pueblo. Luego procedi a desmontar la estructura
financiera creada por Len X a modo de banca. De diez mil solicitudes de nombramientos y prebendas, concedi uno
solo. Aqu todo el mundo tiembla; los cardenales han puesto sus barbas en remojo escribi el embajador de
Venecia.
La reforma deba comenzar por casa y continu con la curia vaticana, donde elimin parsitos y libertinos. Pero
desgraciadamente este papa Adriano VI no fue seguido en sus propuestas, lo fueron arrinconando y llenndole de
calumnias. Fue l tambin el que convoc la Dieta de Nuremberg donde, por boca de un legado suyo, reconoci las
culpas de la Iglesia, pensando de esa forma poder reconquistar esa tierra de Alemania, para el catolicismo; intent
una
reconciliacin entre Francia y Espaa para inducirlas a luchar contra los turcos que volvan a asomarse
amenazadores.
Muri al cabo de un ao. regresar
Trento est en el corazn de los Alpes. Se escogi Trento, porque, aunsiendo italiana, era feudo alemn y podra ser
aceptada por los protestantes. En este concilio asistieron 237 participantes. Estuvo presidido por los legados del
Papa:
los cardenales Del Monte (ms tarde papa Julio III), Cervini (ms tarde papa Marcelo II) y Pole. Lo convoc en 1535
en
Mantua, pero no le permitieron entrar; luego, en Vicenza en 1538, pero no asistieron obispos; finalmente en Trento, a
los diez aos de la convocatoria, en 1545. Asistieron veinticinco obispos, cinco generales de rdenes religiosas, y
telogos de los ms afamados: los jesuitas Lanez y Salmern; los dominicos Melchor Cano, Domingo de Soto,
Ambrosio Catarino; los franciscanos Alfonso de Castro y Andrs Vega; el agustino Seripando. Lutero y los
protestantes
se haban ratificado en su decisin de no tomar parte en la asamblea. regresar
Este Papa reorganiz la inquisicin romana que tom el nombre de Santo Oficio (hoy, Congregacin para la Doctrina
de la fe), a fin de detener la propagacin de la hereja. El programa de este papa se resume en tres puntos: eliminar
el
cisma, reformar la Iglesia y luchar contra los turcos. Adems de Lutero, Zwinglio y Enrique VIII, se embarc en la
corriente cismtica Calvino en Suiza. Paulo III fue un Papa estimado y admirado por muchos cientficos y escritores
de
su poca. Convoc el concilio de Trento, aprob la Compaa de Jess, intent reconciliar a Carlos V y Francisco I,
mand restaurar el Capitolio, el fresco del Juicio Final de la Capilla Sixtina, la Cpula de san Pedro y el palacio
Farnese
en Roma. regresar
Este Papa luch contra los protestantes de Francia llamados hugonotes, aprob el Colegio Romano, enriquecida
ms

tarde por Gregorio XIII (por eso se llama Gregoriana), y trabaj por la paz entre Carlos V y Francisco I. regresar
Oblig a los obispos a residir en sus dicesis y a visitarlas; y a los prrocos en sus parroquias. Prohibi el
acumulamiento de beneficios pecuniarios. Orden la ereccin de seminarios diocesanos en donde estudiaran los
aspirantes al sacerdocio. regresar
El Canon de la Biblia es el catlogo o lista de los libros que la Iglesia considera inspirados por Dios, llamados, por lo
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mismo, libros cannicos. Son 73 libros; 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. regresar
Trento declar la autenticidad de la Vulgata de san Jernimo (332-420), que es la traduccin de la Biblia al latn, por
encargo del papa Dmaso, y la acept como oficial. Y al mismo tiempo, Trento orden la preparacin y publicacin
de
una obra corregida de su texto, que llev a cabo Hentenio de Lovaina (1547). Sin embargo, no existi uniformidad
hasta
que Sixto V prepar personalmente la edicin sixtina (1590). An mand Clemente VIII revisar esta edicin con el
resultado de la de 1598, preparada por Toledo. Las diferencias entre la Vulgata y la Biblia protestante se refiere no
slo
a detalles de la traduccin sino principalmente al orden de los libros, la divisin de los captulos y, en el Antiguo
Testamento, la presencia o ausencia de libros deuterocannicos. Los protestantes no aceptaron los libros
deuterocannicos: Tobas, Judit, Sabidura, Eclesiasts, Baruc, 1 y 2 Macabeos. regresar
Este decreto es una obra maestra, en la que se expresa de la forma ms precisa la concepcin catlica de la
justificacin y de la gracia frente a la teora protestante. regresar
Quiero aqu poner la respuesta que dio el telogo protestante Karl Barth a una pregunta que le hiciera la revista
Realits (febrero 1963). La pregunta es sta: Cul es el ms fuerte obstculo para un acercamiento entre la iglesia
reformada (la de Lutero) y la catlica? Y as contest Barth: El ms grande obstculo? Yo podra decir que todo
est
en esa pequea conjuncin que la Iglesia romana aade despus de cada uno de nuestras proposiciones
protestantes.
Es la conjuncin y (et). Cuando nosotros decimos Jess, los catlicos dicen: Jess y Mara. Nosotros tratamos de
obedecer a nuestro solo Seor Jesucristo, los catlicos obedecen a Cristo y a su vicario en la tierra, o sea, el Papa.
Nosotros creemos que el cristiano se salva por los mritos de Cristo; los catlicos aaden: y por sus propios mritos,
o
sea, por sus obras. Nosotros creemos que la nica fuente de revelacin es la Escritura; ellos aaden: y la Tradicin.
Nosotros, que el conocimiento de Dios se obtiene por la fe en su palabra, tal como se expresa en la Sagrada
Escritura;
ellos: y por la razn. En sustancia, todo lo que gira alrededor del problema fundamental de la relacin entre la gracia
y
la libertad en la salvacin del hombre. regresar
Ignacio era hombre de mundo; herido en el sitio que los franceses pusieron en Pamplona (1521), durante su
convalecencia se convierte a una vida de piedad y se retira a Manresa, donde escribe los Ejercicios Espirituales
(1522-1523). Emprende luego estudios eclesisticos, pues no era hombre de letras, y a los treinta y cuatro aos
asiste
a una escuela al lado de los nios que se burlan de l. De acuerdo a la mentalidad de la poca, con tonalidad de
cruzado, emprende viaje a Tierra Santa, pero los franciscanos custodios oficiales de aquellos lugares- lo despachan
de vuelta. Comprende Ignacio que debe estudiar. Realiza sus estudios de humanidades, filosofa y teologa en Alcal,
Salamanca y Pars. Es aqu donde plasma la formacin de su instituto (1528-1535). Conquista para su idea a dos
compaeros de habitacin: al saboyano Pedro Fabro y al espaol Francisco Javier, a quienes seguirn luego Diego
Lanez y Alfonso Salmern, tambin espaoles. Con estos u otros compaeros de la Sorbona hacen los votos de la
orden (1534). Frustrado un viaje a Tierra Santa, viajan a Roma y se ponen a los pies del papa Paulo III, quien
luchaba
ante el fracaso de convocar el concilio. Es por ese entonces cuando el instituto toma el nombre de Compaa de
Jess,
pues se consideraban soldados disciplinados a las rdenes del papa (1538). regresar
Hasta tal punto es la obediencia que en la regla 13 de los ejercicios espirituales dice: Lo blanco que yo veo debo
creer que es negro, si la Iglesia jerrquica as lo determina. Es la obediencia perinde ad cadver(como la de un
cadver). regresar
Cul es ese principio y fundamento? El hombre ha sido creado para conocer, amar y servir a Dios en la tierra, y de
esta manera salvar su alma. Todas las dems cosas de aqu abajo son creaturas, que debo usar en tanto cuanto me
conduzcan a Dios y las debo rechazar en tanto cuanto me aparten de Dios. regresar

Teresa es la reformadora de las Carmelitas descalzas. Es nica en la historia. Otros organizadores y fundadores de
rdenes religiosas tenan estudios o eran sacerdotes, obispos y cardenales, o tenan apoyos. De todo carece Teresa.
Entra en la orden carmelita (1533). El convento de la Encarnacin dejaba mucho que desear y Teresa se pleg a la
vida mediocre hasta que, inspirada por Dios, reacciona y se propone fundar una casa de estrecha observancia con
aprobacin del provincial de los carmelitas (1562). Iniciada la reforma, el provincial se volvi atrs. Dice la tradicin
que
la santa se lo reproch. Es que ahora soy superior provincial, repuso l, defendindose. Retirse Teresa y en voz
baja
exclam: Dios los llama para santos y en provinciales se quedan. Fue apoyada por el franciscano san Pedro de
Alcntara y el dominico Domingo Bez, quien le consigue autorizacin del papa Po IV. Se establece en el convento
de san Jos de vila (1563). Afronta toda clase de dificultades y persecuciones. Pasa cinco aos de reclusin en
Toledo donde redacta las Fundaciones. Es gran maestra de vida espiritual, sin pretender serlo. Escribe por
obediencia:
Para qu quieren que escriba? Escriban los letrados, que yo soy una tonta y no sabr lo que digo; que me dejen
hilar
mi rueca, que no soy para escribir (Vida, prlogo). El libro que le gan de parte del Papa Pablo VI en 1970 el ser
doctora de la Iglesia fue el libro de las Moradas, donde expone los caminos para la oracin, hasta llegar a la unin
ntima y transformante con Dios. Caracterstica dominante de su existencia fue la adhesin incondicional y el amor a
la
Iglesia. As termina su existencia: Muero hija de la Iglesia. Recomiendo sus obras: Vida, Camino de perfeccin,
Fundaciones, Conceptos del amor de Dios, y sobre todo, Las Moradas. regresar
Qutese a esta palabra la connotacin actual de comunista, que tendra relacin con el comunismo ateo ruso. En ese
siglo significaba que todo era realmente de todos. Todo era comn, como en la primera comunidad cristiana. regresar
Bartolom de las Casas es un personaje complejo. l mismo haba explotado a los indios en un inicio, pero despus
se convirti. Ciertamente puso su empeo para que se tratara bien a los indios e hizo lo imposible para que el rey de
Espaa suprimiera la encomienda. Las encomiendas eran territorios ms o menos extensos dados a un seor. Estas
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encomiendas eran trabajadas por indios que muchas veces vivan una autntica esclavitud. Se intent paliar
trayendo
negros del frica en 1501. Muchos espaoles descubrieron esta situacin llevando a cabo una gran obra a favor de
los
indgenas. Uno de ellos, el padre Las Casas. Francisco de Vitoria, catedrtico de la Universidad de Salamanca, sent
las bases del derecho internacional poniendo en duda el derecho de los espaoles a asentarse en Amrica sin el
consentimiento de los nativos. regresar
Valeriano Antonio, Nican Mopohua, traduccin del nhuatl al castellano del Pbro Mario Rojas Snchez, Ed.
Fundacin
la Peregrinacin, Mxico 1998, vv. 34-35 regresar
Sigo aqu algunas reflexiones de la carta pastoral del arzobispo primado de Mxico, cardenal Norberto Rivera
Carrera
por la canonizacin del Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin, 26 de febrero de 2002 regresar
Valeriano Antonio, o.c., v.119 regresar
En un cerro donde lo nico que haba era mezquites, magueyes, nopales, y que en ese tiempo atravesaba por la
estacin invernal. regresar
Valeriano Antonio, o.c. v. 130 regresar
Ixtlilxochitl Fernando de Alva, Nican Motecpana, en De la Torre Villar Ernesto y Navarro de Anda Ramiro, Testimonios
histricos guadalupanos, Fondo de cultura econmica, Primera edicin, Mxico 1982, p. 305 regresar
________________________
TEMA DE DISCUSIN EN EL FORO
1. Cules eran los puntos doctrinales de Martn Lutero?
2. Qu respondi la Iglesia en el Concilio de Trento a Lutero y a toda la Reforma protestante?
3. Cmo resumiras la aparicin de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego?
Esperamos tus comentarios a estas preguntas en el foro de la 17a. sesin: Siglo XVI Edad Moderna
Preguntas o comentarios muy personales al autor P. Antonio Rivero LC
No respuestas a las preguntas de la sesin, stas debern contestarse en los Foros
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