Foro Literario 2. 1977
Foro Literario 2. 1977
Foro Literario 2. 1977
literario
segundo
semestre 1977
f ro
o
1it r r1o
revista de literatura
lenguaje
FORO LITERARIO
AO 1
VOL. 1 N'? 2
Editor y
Redactor Responsable
Julio Ricci, Instituto Nacional de Docencia, Montevideo, Uruguay
Redactores adjuntos
La poltica de Foro Literario ser esencialment~ !lexible, para que tanto los trabajos
academ1cos como las contribuciones de inters general, hallen siempre una palestra .
~re y abierta y puedan ofrecer al lector una
1magen renovada y dinmica del acontecer
general en el campo de la literatura y el
lenguaje en la Amrica hispnica.
Los trabajos presentados debern normalmente estar redactados. en espaol. No obstante, en. casos excepciOnales se aceptarn contnbuc!Ones en otras lenguas importantes.
Tc:da. la corre~pondencia, pedidos de subscnp.clones. y libros para ser reseados deberan env1arse a:
Foro Literario
Casilla 2613
Montevideo
Uruguay.
Corrector
Iris MaJan de Ricci
lmpresln
Julio Ricci
El Viejo Pancho 2585
Montevideo - Uruguay
Queda hecho el depsito que marca la ley.
CONTENIDO
Editorial
5
FICCION
Tiempo
A. Miranda: Walt Whitman
E. Estrzula.s: Elega a Susana Rinaldi
o carta amanllenta hallada en un cajn
L. Tusa: Borrasca
8
14
17
18
PQESIA
22
'23
24
25
26
27
28
30
32
ENSAYOS
S. de Jaureguy:En torno a una metfora
de J. J. Morosoli
. 33
H. E. Lewald: Aspectos ontolgicos en
!a obra de H. A. Murena
40
A. Miranda: Conversacin con
E. Gudio-Kieffer
46
N. Altuchow: Grandes hispanoamericanistas:
Edmundo E. Urbanski
52
TRADUCCIONES
N. Altuchow: Algunos epigramas atribuidos
a Bhartrihari
. 54
LENGUAJE
H. Balsas: L~s _urug~ayismos y el
diCCJonano acadmico
57
G. Zannier: A propsito de "linyera"
64
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
J. M. Fortunato: l. Vilario, "Macbeth" S. P. de Oyenard
"Rosa exigida"; E. Piaggio, "Complementos":
A. U. de Borgoglio, "En el pas de chocolate':
Y "Joaqun de Mirinete el soador"
67
l. fl Boneschi: E. B. de Barreneche, "Los nmenes acerbos"
C. Pellegrino, "Claro"
G. Afamado, "Poesa"
69
S. de ..Jaure&_uy: M. R. de _Cirico y ~ Bordoli,
H: Gu1roga, Antolog1a y Estud1o Crtico"
. lO
M. Gonzalez Man: E. Elissalde: "Ciencipoemas
o la computadora dijo basta"
A. Mndez: B. Verbitsky, "Hermana y sombra"
A. Miranda B.: J. Arbeleche, "Los ngeles oscuros"
J. C. Macedo, "Durar 11"
R. Faget, "El muro de los descansos"
'73
Noticias
76
Obituarias
79
editorial
LA EVALUACION LITERARLf\.
La historia de E. \Vilson y F. Kafka, por slo citar una, muestra que
poco es lo que 'e pued~ decir con ful1(bmenkJ de la calidad literaria
y revela cun grandes pu-eden ser l:JS desaciertos y desconciertos en
el terreno de la cvahncin v la crtioa v cmo factores extra1iterarios
(polticos, culturales, person~1lci', etc.) p~wden influir en !os juicios de
los hombres. Cuando en los aos 20 el gran crtico norteamericano recibi uno de los primeros libros ele Kafka r;ma eva.}uar, lo subestim
sin cortapisas y declar que s-e trataba ele una ob~a sin trascendencia.
En la misma poca recibi un libro de S. Alliluyeva, la hija de Stalin,
y sobreacentu sin inhibiciones su valor literario. El gran crtico norteamericano no tuvo -en esto, como vemos, mucha lucidez ni intuicin.
Ultimamentc, don Jmge Luis Borges. que por su vasta cultura literaria
debera poder juzgar muy bien la obr be)etrstica de cuaLjuier creador, neg de manera absoluta el valor literario de ln obra de nuestro
compatriota Quiroga.
Podramos continuar la investiga:::in v enumeracin de los errores garrafak:os, pero 1-:J que antecede \asta.
Est visto que la determinacin de los valores literarios es una tarea r1o
slo difeii sino tambin ingrata. I\ue:itro medio ha estado plagado de
"crticos", o, ms biE.1.1, de opinadores intransigentes, que sln han cr;ccb
oue sus deteminacicnes eran incontrovertibl-es. I\unca se les ocurri
que la literatura, por su n,uraleza de producto del espritu humano,
es "gustable", y que los gustos dependen siempre de muchas circunstancias: formacin, cultura. tendencias. moda. carcter, etc. Una costumbre corriEnte en nuestr~ medio ha -sido d~nostar obras y esfuerzos
literarios sin ofrecer la menor fund.:1mentacin o con slo servirse de
un adjetivo o d<JS. "Estos poemas no wn buenos porque no tienen nitidez", hemos D:do decir alguncl vez, como si la pa1abra nitidez fuera
el patrn medida cue todo lo determina. O, "este texto est plagado de
palabras plebeyas", como si el lenguaje y la literatura fueran medos
de comunicacin de slo determinados aspectDs de la vida No hay,
en ltesis, una vara nica p1ra medir el fenmeno literario. Ni los
grand-es tericos de hoy, pDr ejemplo, \\'arren y \Vdlek, nos dan un
metro para esto. Tcdava h0y hay que admitir, como en plena poca
del Imperio Romano, que "de gustibus ncn est disputandum".
?e.
7
6
L. S. Garini
Otr~ .~er dbil, su muj~r, su esposa, ya no poda divertirlo. Estaba siemore en-
~i:nada en la casa; ~-mma] ;nf.ermo ~ue viva. t~mando productos para ~us va-
e
'
~LIS mesas pref 'd
d~n 'as. Y. e om bre del serviCIO se Hproxim para recibir 1Ds pedidos Esturana pnn:ero el asu~to ele los vinos: blancos, r-ojos, de acuerdo a la.s diferentes conudas. Para el todo eso era muv fcil Le pareca nu
Los hombre3 hablaban: tendran que CDbrar ms, no podan vender en los
restaurantes, hoteles, o b que fuerc,n; les pedan precios elevados a los clientes, y solamente los herv-an, y eran ellos los que hacan el trabaj duro. El
ms joven deca que no podan continuar as, que aquello no les alcanzaba
ni para comprar unos pantalones de los ms baratos.
La mujer no era hbil para quitarle la caparazn a los animalejos. Algunos
resbalaban junto a la salsa, y oasi salan del plato. El hombre, o "seor", le
deca que lo mirara comer a l, qu,e se mantuviera serena, que tomara el
tenedor de tal manera. v el cuchillo de tal otra. v oue imitara hasta donde le
fuera posible sus mov:i~1ientos. Que si segua ~u~ i;1dicaciones poda llt'gar a
ser una bella "personita".
los anteojos
Una de las hojas verdes, ele un color verde acuoso, qued fuera del plato, y
la mujer utiliz los dedos para colocarla de nuev-o en su sitio.
(El hombre, el patrn. le haba dicho que as no se regaba, que estropeara o
que estaba estropeando las hojas que tenan que ir a uno de los mejores restaurantes, que el agua no deba tocar las hojas, y que l necesitaba pe1~>onas
expertas y que estaba despedido. Y el empleado le hab'oel dicho C]Ue no tena
donde ir, que no haba trabajo en ningn lugar. Y el hombre, el patrn, le
haba respcndido que eso a l no le importaba, que <l l slo !e importabn
que las hojas llegaran a su destino en las m::jo:es condiciones posibles, y que
su prestigio dependa de aque11os vogeta 1es, que eran hasta ese momento, los
mejores que entraban a la ciudad. que nicamente dos restaurantes, o tal v-ez
b'es, podan disl)oner de un producto eh esa calidad. Las hojas, con ese tipo
de riego, ya no seran ele un Y2rde perfecto y etc. etc. Y que poda irse en
seguida, que no quera ver1o ms. Y el empleado, o ya ex-emp~eado, haba
abandonado el trabajo para preparar sus pocas cosas y dejar la ''casa".)
El "seior" volvi a estudiar la lista y le pregunt al hombre que los oltenda,
si el "pastel ele hgado" era de buena calidad. L1 calidad era excelente, como
tcdo lo de la casa. Apareci la pasta de hgado con :Sli aditamento.
(Se encontr clavado en el pisD de la jaula, y desde ese momento ya no estuv-o
lcido. Lo obligaban a beber t:~J lquido que }o mantena mareado, y que
tambin le estrop2aba el hgado, y seguramente se lo inf1amaba o se lo hin
cimba.)
En 1m platos, d ''seor" y la mujer estaban cD:'tando ei hgado enfermo convertido en pasta y ccr;dimentado, en 9edazos pec.!_ueios que metan en la boca.
El tercer plato estaba constituido por filetes de lomo con "salsa ele la casa",
una salsa especial que la casa mantena en secreto.
( Uoos das antes, el animal joven al que pertenecan los trozos ele lomo, haba
sido separado de su madre y de sus congneres. y sus carreras haban quedado
interrumpidas. Y otro animal joven, pero con plumas, fue la parte central del
cuarto plato o servicio. Unas hortalizas estaban colocadas a su alrededor. Despus de un tiempo de infancia ba:itante cmto, habia sido despojado de sus
rganos de reproducciu y encerrado con utros en una jaula estrecha, donde
apenas podan moverse y donde tenan que comer continuamen:e lo ms rpido !_)osible.)
El "seor" le dijo al homb:c que los atenda, qne aquello no estaba como
otras veces, lo encontraba flaco y con los muslos con poca cair!c. ,Er un
animal castrado? El jefe de comedor, o gc:-cnte, fue llamado. y le a:>:egur
que el animal habb siclo desposcuo de sus rganos sexuales, IJcro que se
tratab,1 de un ejemplar muy joven. Tomaran el postre preferido por el "scor". El hombre ya saba cul era. Tena que ser hecho con huevos muy
frescos, a ser posib!e, puestos ese mismo da.
(Cuando tuviera unos cuantos huevos
doce o catorce, no saba contar- se echara sobre ellos ,. enmollara \. tenchi descendientes. P-ero todos
los das sus huevos eran retir~1clos. ~v no te1;fa dnde esconderlos en aquel local
n1per vigilado. Y no saba l<lmp(;~o que sus hu e\ os no eran frtilc;s, y que
aun cm.odo estuviera cchacl.:t .sohrc "llos todo e] tiempu necesario, tampoco
podra empollar.)
e;
(El jovenzuelo tratal:n de mover los utensilios con rapidez. Aque!!o tena que
ser hecho de ese moclo sin utiliz:cr ningn ap~uato m::cnico. Eran rdcGes
del cocinero principal cocinero-jefe, y'hab,l- liUt' cumplirlas. Le doiau los
.brazos y las manos, pero tena que continuar. Lcis clientes eran "distiuguidos"
y haba que servirles lo me_ior posible.
El hombre oue atenda la mesa va lmba hecho tres VlaJCS a las cocinas. Es:pcraba que todo aquello termirm;a y encontrarse en su casa con los pies bien
metidos en un taeho ccu agua tibia.)
Una pasta cremosa de color amarillento, servida en copas de metal, fue colocada en la mesa. Era el postre favorito del "seor". La mujer no 1o haba
comido nunca. El caf y algn lieor, ios tomnran en oho sitio.
La calidad ele la mujer no era indudnblemcnte la misma que !a de la comida. Como pieza "sexual". uo resultaba muv valiosa. Pero. cu-ando caminara
por el r:mqu~, en la oscuridad, algn resto de su empuje Juvenil, apareceda.
Quera caminar por aquel parque, un p::nque pblicv al que haca mucho
tiempo c1ue no iba. Una luna, no muy grande. dab:1 algo de luz, y los rboles
hacan sombra sobre el pcdregullo blancuzco de los senderos. La mujer hubiera deseado ir enseguida a su casa, pero l no quera perder aquel espec-
tcuio que le haca recordar otros tiempos. 'renfa tambin :leses ele recitar
. n pnema. ::\o recordaba nimrn DOema. Todn una \'!Cla en sus negoa 1ero, u
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ci~s; haba descuidado eso de los po.=mas. Hasta se ~Ja a gun s~ ~ o e e ,~a~
jaro. Caminar por ese parr!UC resultaba muy agradable. Le electa ~ la maJ~I
"que aquel silbido pareca n.1 reclamo ele amor, y que el ,robre amn:al ten:a
eme silbar y tal vez no cnc:ontraba a su compacra, y que e! no ncecsltaba silbar para tenerla junto a l".
10
11
naba bien, y adems estaba rengo, Toc su pie y not que le faltaba un zapato.
El hombre "fuerte" estaba desapareciendo. En muy pco tiempo su estructura
general caa. Un hombre "importante" ccn un solo za::ato y un hueso de la
cara roto, y con las ropas deshechas y suci:ls, va n era un hombre importante.
Arroj tal vez, casi todo lo C!ue ~omiera. Los anteojos no aparecan. Estaran
metid,os en a;:.uella mam? Busco en los alrededores, pero tampococ los encontra. Tenclna que haher llamado a la mujer para que le ayudara, pero la
mujer haba desaparecido. ::\o recordaca el nombre ele la mujer, y no poda
gritar, por ejemplo "mujer" "mujer".
Vea
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a casr no utr1
seguramente aentro ele los
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,.moren en 1as manos L
an ~~!os no a~arecan. ( Estaba:1 sobre el csped del cantew. un trozo . os
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hoJas que fueron verdes, pem que va no lo eoa 1 - 1 -. _a mal re, y unas
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atrapados en una red. v pechzos .1 ., . , .. '_
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Jugos cmpcc .. ,, .. "
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Apoyndose sobre lns cuatro extremidades se mova por entre los restos ele lo
que fuera una comida. Iba de un sitio a otro y tal vez m-olestaba a los animales.)
Los anteojos no aparecan. Pero, buscaba sus anteojos, o trataba de eocontrar su personalidad respetable, o su posicin ele hombre impo1tante, para
introducirlas nuevamente dentro de l?
Tendra que volver a la casa donde estaba metido el pobre ser enfermo, etc.,
etc. Era el nico lugar posib1e para l en esos momeotos.
Muy cerca, en un pequeiio lago o fuente, unos animalejos emitan sonidos no
del todo armonioscs, indudablemente indiferentes a lo que suceda en las proximidades. Se oao tambin los ruidos que hadan los perros para comer, y
y otros producidos por el hombre -quejidos, lamentos, y algunas palabras no
muy claras- que continuaba movindose apoyado en sus cuatro extJemidades.
Lo poco, o muy poco de los restos, los jugos de la ex-comida, serviran, tal
vez, para nutrir las plantas del cantero.
Pudo ]haberse defendido. ::\o haba usado su arma R"in se daba cuent,t el"
que e arma estaba en el bolsillo de ''ltr+
el.., st . LtLl,
'~
.,
1 pan a on.
Ca_d,a v_ez- ve_1 mens y no encontraba ios nntcoios, los
cerc1 } el~ 1
l
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anteojos J)ara ver de
'
'
'v
OJOS Y con os mejores cristles e011 11 " .,
1 ,
.
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cerca ni de leios S_, 11 b
,,
'
J~ --,u e no 1abm vrsto m ele
, .
- ~- ~ .Jan caldo o se los haban oiutado, y no les sc1-,11-1_'arl
pma nac1a a esos mclrvrduos.
y
Su0' cara
l)"-lr'clo
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d elEe1 hinchaba., seguramente
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len. 0 lo
; J~s~r d: sombr_ero:, El ~om~rem no -era t,an importante ~omo
que era lr1.:0 ele Jo~ sombreros mas caros rq_re recr"ba
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y aun uno de los e
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m.undo y l~ faltab_i_aucelusaab.J~n ulr:a~ pocas personas "elegantes" en
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ug.o lVIano,
Poda tener algn hueso de la cara roto. Una de las mandbulas no fundo-
12
'13
Cumplidos
los 60 '1rJos e1e VJe
l a matnmoma
1, 1as e,csaYcncncias
1
_
convugales lle~:lr:~r: a ~-n punto tal qnP, ~.J~'c a la oposicin de la familia, opta~or~ por separarse. ueve n;escs _dcspucs del di.-mcio ( pJr:;ue hasta hubo divorcio ;
tod~~. al cruzar el ex-conyuge masculino la calle, casi fue atropellado por u~
~mn~en.10lquc cargado de madera importada como para para mil fretros.
e~~wc:ad~1.mc~1te, el n:omtnw meduico fren a tiempo y pudo salvar la
P~.tlsa, : 1 ~1 ..~1c~mera el mas Ie:'~ r~1sguo. ).furi poco tiempo despus al pisar
ULa cauCcUcl de b.anana. La l11SD con la muleta d::recha, v al no poderse aguantar apoyad? en la ot: a, ca\~ y se desnuc. Su ex-mujer. aquejada descl~ las
calendas gncgas por una cn!crmc:1ad innomi1ada, lo sigui a la tumbn fra co.si
sobre el pu:::ho.
Al divo~ciarsc hicieron sclx:mci:m ele bienes. El escribano de los inFrascrintos.
for ~lvJdo per.o. n:s seguramente por razones sentimcnta~es, no 1ncluv r~nh~
OS bJCnes a d!vldll eJ vicio nicho (jUe 'Jl11)0S r"'J'c'r1rl,.,rco l))'"'I'o--1 '._'"l). l"1(J r}"'
los ~m'ts precim:o~ eementc:-ios m'tJ~:lp'l]itanos. ;- el vicjrl h~icn p:osi;ui h 1~c
tr_anno por la \'lCJa huella JYOindivisa. lo que motiv nur lo> fbm,mtes divwcdos reanudnran Lls viejas junta~'. bie:1 que de] otro lado. Curiosamente nmhos fueron metidos en cajones adquiridos en dos caion-erG:; rivales u11icadas
no slo en
misma cailc sin:; tambin en la micma cuadra v frente ror frente.
Frente por fr2nte tambin. mejor codo con C(Jdo, qucda:m~ los fr't:os e:~ el
lugar de eterno, municipal descam:o.
.
o
~,_.,
J.
'-
.._t,,J.
.J
-...\..,
C.l
J.'
\..
h:
I\i qu de,cir :~ue c.i nL::ho era un buen nicho. So:eac'!o, co:110 p:obab:emente
no lo habm srdo mnguna ele las mltiples .-iviendas que !a pareja habitara
durante los 60 aos de inconclusa vida matrimoniaL
14
15
un ojo de la c~r:a y_ s~ comen .::t fin de aiio -cu~ndo se comen-, pero recin
en
deci'ln
que a "aque 11os el os " les
se estaba
,
d pnnKt\ e1a.. Las malas lencruas
:::>
<
l1ab ra
entra o plata extra vaya a saber IJOr ou medio~!
"' t.c. 1
cr- d 1
r .
_ ~
~ .. . -'-"n.vaco e 1 neoro e as~~to, ,; 1~0 aJ otro condolido: 'Esto nos pasa por cumplir cor 1 los
muertos, Is1 oro . 'Con los mue1tos, no, Jess I'viara~ Tampoco con los vivos.
Simplemente con los caJones" "0;
d' '
1
" ". H , .
. 1- o me Iras que no eran hermosos. Isido1. ermoslSlmos! j Y eso CIUe hemos visto unos cuantos! E 1 '
Siempre digo, Jess :\lara!" "Qu es lo que decs Isidoro?'~ "Q..~ s ~ue yo
y D10s dispone".
'
r?. -
16'
17
tura activamente y obtuvo diversos premios en certmenes literarios, slo public el cuento La Hija en la revista El Cuento,
~lxico, 1976. El relato que aqu se publica data de 1965.
la ballena varada
J. D. Sans
18
?e
19
Parece ser que la noticia se haba corrido ms all del barrio y, segn me
vino a contar uno de los muchachos, haban tenido que aporrear a un fotgrafo de gran iniciativa. :Me pareci muy amable de parte de dios que lo
llevaran en un taxmetro de vuelta a la redaccin de su diario.
Mi primo y otros tres amigos levantaron la camilla ccn el sarcfago y comenzaron a caminar lentamente hacia la puerta de ca11e. A su paso se renovaban los gritos, llantos y lamentos. P.oco a poco se acercaron al coche fnebre auovaron la camilla v deslizaron cuidadosamente e! sarcfago dn1tro
de l.' Alg~nas viejas mirab;n horrorizadas la parte superior del coche. Haban tenido que destornillar la cruz y fijar un pez de madera pintado de negro que, en la media luz, pasaba inadvertido.
La madre de Jons bien saba que a semejante hora de la noche no bamos
para el cementerio, lo mismo sus hermanas y algunos familiares muy prximos,
pero los dems, que eran cientos, hacan un montn de comentarios disparatados.
Con gran dificultad se fue organizando el cortejo. La madre y sus hijas se
instalaron con una ta en el primer coche; mi primo, dos policas de investigaciones que habamos pedido en la Jefatura y yo, en el segundo. Despus
seguan como diez coches ele don Rogelio y treinta de particulares que, en
su mayora, jams haban odo hablar del pobre J<ms.
-Partimos. La niebla segua siendo espantosa y la luz mortecina de los fH.roles de la calle iluminaba apenas a un par ele metros de distancia. Desde
nuestro auto dejbamos de ver por momentos el pescado de madera que sealaba la posicin del ccche f{nebre. Tardamos como tres cuartGs de hora
en llegar a Simn ~Iartnez e iniciamos el largo camino hacia Santia:ro Vzquez. La calzada estaba mojada como si hubiera llovido. Ahora ban~os ms
rJ?ido pero r;1antenindonos a una razonable distancia del primer coche para
evitar un accrdente. Erau ya ms de las diez de la noche. Ocasionalmente los
faros de un automvil o de un rr.nibus penetraban la niebla y nos hado.n ,:cntre~e~rar los ojos ..:?\o. habh'ibamos. Sabamos (]U tenamos (11i2 hacer y los p-ohoras, aunque mtngados, callaban. Fueron tmnscurriendo los minutos v los
kilmetros hasta que por fin nos acercamos a Santiago Vzquez. Atrvcsamos lentamente el pueblo y nos aproximamos a la margen del ro. ~aclie,
excepto el conductor del coche fnebre, conoca el lugar de destino 11ero no
nos sorprendi v\?r una multitud cerca de la orilla. La neblina era muv densa
y la visibilidad escassima, pero aun en la poca luz se poda ver la causa de
la agitacin.
Descendimos del coche y caminamos hacia el ro. A treinta metros yasa una
enorme ballena rosada. :?\o estaba muerta ya que de vez en cuando se estremeca, emita por su gigantesca boca ruidos extraos y un chorro de agua
pulve1izada se elevaba en el aire hmedo. Ms all se vean ahrunos tiburones que la acechaban desde lejos. De pront-o emergan de la niebla, sus aletas se hacan visibles por unos instantes como lminas de acero y desaparecan
nuevamente tan pronto la ballena daba un coletazo y levantaba olas que
20
.cr ban con fuerza a la margen del ro. Haba tiburones que se acercaban a
11eoa
. b
.
' '1es.
poeos metros y nos mira
an mmovr
Los empleados de la funeraria se dirigieron a la carroza con la camilla de camaa. Ya haban descendido apresurados los ocupantes de los coches del corfejo y se haban desparramado por la costa para obse.rvar a la ballena y los
tiburones. Los vecinos del lugar estaban tan sorprendrdos por la pegada del
coche fnebre y del extenso cortejo como por lo gue pasaba en el no.
De pronto se oy un gritv de.3esperado. Un tibur~n se haba aproxi.mado a la
1 ibera y apresad-o cct.l sus dientes serrados la pierna de una muJer que se
debata. La sangre sala a borbotones de la herida y el tiburn procuraba
zambullirse de nuevo en las aguas arrastrando a la mujer que gritaba cm~;o
enloquecida. Tres o cuarto hombres se abalanzaron, y golpeabar:, a puntapres
a la bestia, pero el tiburn, con unos pocos saltos mas, desaparecw con la mujer en el ro.
Entretanto haban colocado el mrcfago en la camilla y se esperaban nuestras rdenes. Mi primo y yo nos pusimos a ambos lados de la camilla e indicamos a los hombres que caminaran hacia la orilla. La madre y las hermanas del muerto nos seguan. Los vecinos, los acompaantes y los curiosos abrieron paso y con lentih1d seguimos avanzan~o. Yo iba mirando .fijamente a 1~
ballena y cuando esta emiti como un mugrdo sordo nos detuvrmos. Se apoy.o
el sarcJacro en la arena v se retir la camillo.. ~Iir a la anciana y a sus hiLloraban, retorcan s~s manos impotentes pero se iban alejando poquito
a poco de nosotros. En el centro de un amplio semicrculo humano quedamos
mi primo, yo y el sarcfago.
La enorme ballena se agit. Con gran esfuerzo se arrastr por el J.echo del
ro hasta que la gigantesca cabeza estuvo a una veinten:1 de metros de nosotros.
El menstruo podra medir -cincuenta, sesenta metros de lar~o. Abri? su boca
v de ella salieron cuatro formas que se aproximar-on. Po.reCJeron rmrarnos en
~ilencio durante unos lar[!os instantes. Luego recogieron cuidadosamente el
a~ la ballena. .\' uevamente se abri ln gran boca Y
sarcfacro
o
,.v recrresaron
o
desaparecieron en ella.
A nuestro alrededor haba un silencio de muerte.
La ballcrn se agit 'Otra vez. Arrastr su enorme cuerpo por la orilla. A medida eme se alejaba su figura se desdibujaba en la niebla y se iba hundiendo
gradu;lmente en lns aguas. Cuando s.;:; esfum tambin se desvanecieron los
tiburones.
Lentamente volvimos a los coches y regresamos a f..Iontevideo.
21
Proyecto de vaco
La tarde
22
23
U nica respuesta
Cuando
el "espritu crtico"
no acepta
la verdadera
fiesta de los locos:
Abstinencia verbal,
ayuno de colores,
razones o juicios
inmutables, desprecio
de la m,ica:
Agonas,
venenos y visiones
(trama de tu poesa)
restablecen la muda
msica del poema.
E. Fierro
24
25
Marina III
Aves
encendidas en la tarde
en el centro luminoso del verano
aves obran todava
por la hora
labran luz;
osario gigantesco
el mar
garganta furia rota
majestad estrellada
en los muelles del da
restallante
en roca viva;
minuto de lumbre
minuto de sombra
el da
lluvia de soles detenidos
reclinados sobre el mar
sobre su cauce antiguo
verde fauce.
Tiempo
Hubo muchachas fluviales,
quebradas
de silencio bajo el ala
del semen derramado;
hubo lampos slo a veces
de sol multiplicado, encendido
a los prticos del da;
hubo almenado medioda
donde clavar la palabra como esquirla
de fuego,
como furia de luz incandescente;
hubo al sur ultramarinas
estaciones, desnudos territorios
talados por la lluvia;
hubo una tarde de ngeles cados
torrencial, irrenunciable
tarde en estuarios detenida;
hubo un da, extenso
breve da, antesala .
tallado en lumbre, antesala
inexorable de la muerte.
J. M. Fortunato
26
27
A. Miranda
Walt Whitman
This is no book
\Vho touches this touches a man.
w.w.
29
III
Muchas veces tumbado me acurruqu a esperarte
te busqu con las sombras del Teatro Barrau1t
cruc hasta Buenos Aires en crujientes vapores
y aqu, en Yiontcvideo, ya perdido de m
tu pirueta inasible me descorri la vida
tu voz me dio en el pecho como un tajo de Dios.
Acodado te he visto bailar en la madera
y te heb en los vasos suburbanos, te vi
crepuscular insomne delirando en los fleCDs
rojos de un barriotero candombe
siempre as
tan ita
estn aJando cada mirada al sitio
donde se nos parecen los modos de mirar.
Cn
me
me
me
con
IV
As and.amos, tanita
pisando bandoneones
descolando guitarras
escribiendo ele pie
rebotizanclo trechDs amad:J.o de la vida
por no llorar. por eso
por ir tirando
en fin
esta noche me alegro de que ests en mi mano
como la bailarina del organito, as
me C!ueclar c-ontigo hasta la madrugada
hada ele carro viejo
estatua de foncln
mascarn ele trasnoche llamndome en la arena
amanecida hoguera
gracias por existir.
31
LIBRERIA
NACIONAL
fundada en 1871
Leonardo Tusa naci en :>.Ionteddeo a principios :Ie este si~lo,
Diri<ri la revista Atlntida en Buenos Aires hace cmcuenta ?nos.
Su libro de poemas ... Y es:os cersos y su libro de _n~r:a~wne~
El -~mor en los cuentos fueron laureados por el :-IImsc~no e~
Educ,1c:n. Actualmente tiene a su cargo el curso de PsJCol.o~?a
ele ]a adolescencia en el I.E.S. de :>.lontevicleo Y el ele Anahsls
Periodstico en el Crculo de la Prensa.
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BARREIRO Y RAMOS S. A.
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--EL EVANGELIO SEGUN SAN JUAN -Juan C. Mondragn
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25 DE MAYO 537
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ARTICULO$ DE OFICIN
APUNTES PARA MAGISTERI
COPIAS
A
MIMEOGRAF
Yl
1525
Teff. 98 48 1
Pero adems, la Barra::::1 :\brosoli tena un.a "rueda de mate": Esas reuniones
se hacc.n al fondo de la Bar:aeo. en un r:1cn. All se haba colocadJ sobre
rolos bajos, una loza ;rancie ~'1~ serv!a de mesa; encima un primus. una
calde:a tiznada, un tarro de yerba y un cajoncito con tres mates con bombilla. . . P.Jr la calidad de les hom bres eme la frecuentaren y los temas que
anduvieren siemp:e en jue:w, tuvo aquella rueda, por momentos, altura de
Ateneo criJEo". (Eugenio :\Iartn::z: El rincn de mate y mentiras. La Unin.
18-XII-1973).
All Morosoli conoci mucha gente, gente de campo rudimentaria y sencilla.
33
Esa "gente de .afuera" usa un lenguaje muy particular, de enorme riqueza expresiva. Puesto que carece de vocabulario extenso y quiere expresa:se, usa
en forma constante cormnracioncs \. metforas. Si el h.abl:::nte es ocurrente,
sus giros idiomticos pu~den llegar' a ser muy humorsticos y expresivo<:, a
la vez que fruto de aguda observacin. \Vshington Escobar se ha ocupado
en reunir algunas de esas expresiones ( Almana~lUC del Banco de Seguros del
Estado 1975-76).
Juan Jos ~lorosoli tambin Ios recoga. Abierto a la riqueza del habla, consciente de las posibilidade' ve;balcs que algunas frases o comparaciones encerraban, al orlas las escriba en cualquier pape1 para no olvidar}as y comel1zaba su trabajo interior.
Ese trabajo es el verc~Hdero n;oces-:l creativo. es el largo camino de neosamicnto que se plasmar en u";1 cuento. Prim;ro usaba ~l mismo ese "~1icho"
al vuelo de una conversacin. nara ob~ervar el efecto nue las palabras produm. luego iba armando el ct~ento v Jo sJltaba en um; meda, generalnwnte
atribu~ndlo a alguien esuecifico m{ra despertar ms atencin.~ En un pueblo p~queo todos ~aben lo~ eme ocu;rc a tod~s sus habitantes, por eso el inicio
de un dilogo con: '',.:Saben lo nuc le ])::ts a ... " (v all un nomh:e cJnoc:ic1o),
resultaba c;:eador ele. expcctati;as. I-Ifwia el finai del cuento, lo inverosmil
del asunto o su im<Dlicabilidad a dicha )):?tsona descub:-a la mentira v todo
acababa en risas. ~
~
.
Cuando ese nroceso creador c:-taha terminado. ~:nunciaba ,1 :u familia: "Anoche me andt~vo dando vueltas en el mate (la cabez,1) un asunto; lo vov a
escribir". Y de una sola tirada, r~n:= difci 1 mente correga, e~criba su cuento.
_Cuntas nersonas recordarn an historias de ese tipo contadas por Pt:pe?
.Cuntos ~uentos se fuer-on formancb de ese modo? Esa etapa cbl pmc:=so creador. vin::ub al cucntist:1 en la verdadera tradicin
del cuento eme se 'niei para h ]itecc.tma en forma o .. al. ~Ioroso 1 i era un notable narrad~r, igual que- su abuelo materno, qu~ fuera tan amigo suyo y ele
cuyos labios escuchara tantas historias.
Ese org<:n es tambin determinante de ah!unas de cus ca:actersticas. en especial ~1 hecho de r~ue su lenguaje es casi sicmp!e co;oquiaL no slo cuando
pone lHs palabras en bo~a de e11 gersonaje -~o que resultara justificadosino an cuando ''" trata ele la pura narr<Ccin. As: dice en ).lontaraz: "Cazador de oficio en la poca c'ia perdiz. cazal~a tambin "de montaraz'' haciendo zafra de cueros :'ilvestres" fragmento del narrador, que sin embargo
emplea el lenguaje de su persDnaje.
Esto ha sido sea 1ado ro: Beber Haviolo en su prlogo a la edicin de "Los
alcailes de los Tapes" de Banda Oriental: "Consecuencia de ese colo:uialismo.
de ese estilo de raz orai, e> una c:-:pecie de desbordamicntD de giros v expresiones populares que, sobrepasando los dilogos, se instaltan en todo el
relato ... "
34
Sin embargo, ese decir sencillo es una fonm1 expresiva complemmtaria del
pcns<:mient:J moro.:oliano. En sus textos donde la meta es el sondeo del alma
humana, ia bsquula de una profunda :.::::mprensin del i!cclividuo -siendo
ese hombre al nue Tuan Tos :\Iorosoli S' enfrenta un hombre sinmle- toda
palabra ms culta s.onar,; como un -e u: emismo fuera de lugar.
E:c proceso de elabo~acin alrededor de> una rica mctforo., puede <er observado en el cuento "La rezadora", inclu'do en "Los albailes de los Tapes" de 19:36.
En 1923. "'"n el pe;iclico "Humbos" de la ciudad de ~Iinas- en el que
escriba :t-.,iduamente- a~xtrece el da 1 de mayo nn artculo Jlamado
tambin "L;-t rezadora".
J. J. ;,r.
El pequeo artculo peri-odstico fcrma p:ute ele la c'eric que Pepe escribiera
a Dartir de 1923 en el diario "El Puehlo" de ).I'nas v !uego en "Rumbos". Esas
crnicas son brcws cnfo~1ue co.:tumbrists tomados' de la realidad pu~b1erina
minuana. Son un primer enfoc~uc narrativo que luego se transmut en un
cuento.
La rezadora de 1926 dice as:
":\o. :\adie la h2 visto en los libros. :\o la ct:contr Azorn en ti-erras de
Castilla. . . .De dnde nos 11eg:t, entonces? 0En qu tierras ycm1as. con sol,
con polvo, con genteo de ignorancia y supersticiones heredadas, con tristezas
viejas, cc:on catedrales Yencrablcs de tiempo y de arte, la vieren primero?
de una Es1pa con Infanzonas y guerras con moros, y procesiones nocturnas, donc~c la raz:1 tiene su historia teiida con corridas de toros, ele ajusticiado:;, de l)ecadc, y arrcp'atimientm, dende hay hroes y ::m1tos, msticos
y bandicbs?
ElJa tiene sobrc los hombr:Js enjutos el manto de estamei'ia color marrn
o eh mc'ino Yerdin:J.~o; 1a cara c<Jmo -escandich en la sombra; la cara sin luz
-sin la lum'nos:1 cxp:csin de los que se est'11 en la naturaleza- los ojos sin
bri1lo. inca paces de odio. dc alegria o de Jgrw.1s; las manos incl.ecisas, cap:>.ces slo de m:::\imientos lent:Js ...
35
Luego de la serie de interrogantes retrims que sugieren la pro:::edencia espaola y medieval de ese tipo humano, el crcnista pasa a definir el personaje, al que plantea visual y extemamente, sin indagar en su psicologa.
Es::t imagen visual se ec:1centra en una comparac10n: "como una gran maripo::a. negra cuya> aias se proyectan en la pared."
En el cuento "La re;mdora" de 1936, J. :\I. :\1. re:::oge el mismo personaje y
tambin la misma c-omp::tn:cin, aunque ambos mucho ms desar:-ollados.
Esta narracin pertenec u un grupo que podramos llamar cuentos de personaje; en ellos :\Iorosoii no narra un hecho, un suceso, como ocurre normalmente en un cuento, sino que su objetivo es plantear a un individuo; as
ocurre en la pec.!.uea obra maestra que es "Andrada" (Hombres).
Mario Lancelotti sostiene que: "El verdadero personaje del cuento es el ae:ontecimiento, lo acontecido"; nero contrariamc:1.1te. en estos cuentos el minnano
entrega al lector un person.;je al que no le ocu'rrir nada especficamente notable . donde no lny suceso. Al autor le interesa mostrar un ser humano. hacer que nos asomemos a su alma. Su psicologa, o su odcio o sus costumbres
tieuen una peculiaridad que los hace distintos y merec-edores de ingresar en
una narracin.
La estructura clel cuento de personaje en
J .J. :\1.
es siempre la misma:
La mavora de dichos cuentos tienen por nombre "el del propio personaje, o
el de ~u oficio, marcando a> lo que su autor considera tema v meta de la
narracin. Siempre el ttulo resulta sicnificativo de su contenido, aunque en
una relacin sencilla, evidente. resulta un aspecto interpretativo por parte
del propio autor. As, en "El campo". es pre::isamentc e1 motivo de vivi.:: de
su pr-otagonista lo c:ue ha sido tomado como nombre de b narracin.
Tras una rpida refe;encia a la historia del desgradaclo 1m:.trimonio ele- :\'atividad. :\Iorosoli contina desarrollando a su personaje con la inclusin de
dilogos caracterizadores.
1)
2)
3)
36
p:1r ]a presenda ele la vida que el da trae, por contraposicin a la muerte ele
la que el cuento viene y hacia la que va.
La r-eferencia a la vejez de la rezadora se realiza mediante otrrr utili2<'1.Cin
de la metfora mencinada, cJ_ue por su frecuen::::.a se ccnvierte en leit-motiv:
"se le iban agrandando las alas negras". Ya no Ee hace necesilrio nomhrar
la capita negra, su imagen visual se ha transformado pot su forma y color,
en una mariposa negra.
En la siguiente oracin, :\Iorosoli regresa a esa misma metfora: "Era entre
las cuaho velas una n:o.rip:x:a que no poda volar". A lo iargo del cu::nto se
ha hecho refer-encia varias veces a las alas, pero sta es la nica vez que se
mencionar la mariposa. -Queda entonces en claro de qu clase de alas se tmta.
Moroso1i no em un hombre religioso; por ello las dos "r~zador,as" carecen :Je
connotacicnes de esa ndole. En -esa mujer el autor ha vrsto solo a una cnatura entregada a determinada actividad. El planteo que hac_e del personaje
es en realidad -extei"llo, le impresiona de ese ser una imagen vrsual que vuelca
a travs de la metf.CJra de 1a maripo.:; y rescata de ella la destreza para
aliviar el sufrimiento de sus semejant-es, de los "dolientes" que amaban al
muerto que los dejaba para siempre.
enorme capacidad de amor que J .J. :\I. posea por el h_on:b.re -lo qt~C
se palpa clara:l1fllt2" en su obr,1- se refleja en la ternura de "\atrvJclad, 2SpeJO
del corazn de su propio creador.
EE
38
39
40
H. A. Murena, fallecido en 1975, fue uno ele estos escritores para quienes la
moclerna sociedad-masa constitua un fondo sobre el cual se deba trazar las
mquietudes de los que buscaban lo que Andr :\Iairaux llam "esencia cultural"; es decir, una tentativa de trascender la condicin humana y de clramo.tizar sus limitacines: tanto como su capacidad de espiritualizarse.
Es notable que a los veintitrs aos de eda::l hnya podido :\Iuremc estruc:tuar
los cimientos de lo que ms ade~r.mte constituira la expresin y tnica dominante de su \V eltanschauung. Ya se entreYca la conciencia de un mundo insondable, misteri0:5lO y sacro, vislumbrad-o a travs ele lecturas el:: la herencia
total del Occidente y de su contraparte teosfica oriental, lecturas que se ahondan con el paso de los aos. Ya en aquella poca comprendi que }a relacin
entre el poder divino y el esfuerzo fustico -tema que desarro:la en obras
posteriores- se r2:solvera para l en fvor de un fervor metafsico que le hara
jugar el m] del Gottessucher, del que busca a Dios, que slo llega a constc.tar
las nr'1ltipbs caras ele una deidad ambiYnlentc. Escribe er~tonces .en Prim.'Jr Testamento ( 1946) " [el hombre J comprende que lo divino, a la larga, ha sicb
mtnico v destructor en este mundo". visin cue anticipa la disolucin no slo
ele sister{1as teolgicos sino tambin~ de estr~Icturas s~cialcs edificadas sobre
la certeza de una justicia s-ocial que reconoce la divisin entre lo bueno y lo
malo.~
41
42
posibilidades de la va ertica, resucitada por Sade y Freu{~. La c~ndicin humana vista a tnns el-:: la iiberacin de lo inst:ntivo alcanz.ana un mvel de autoexnrcsin c:ue ha sido vedado h~nto por lo3 dictmenes del cristianismo institu~ional co;110 tambin po; las impo:;iciones de la cultuu.:1 de masas, produciendo
''una annima lonc[y CFOWd C'l1 Ja (~11C caJa H10 ha perdido lo mejor de S
mismo para componer algo inL,;im .1 tcdos'. 7
En "La leccin de los desposedos", que forma parte de El x:c::zdo original ele
Amrica ( 1965), .\Iurma levanta una formidable harrera entre ei pensamiento
v la tradicin erroneDs no; 1..:1.1 lado v el origen v des,u-migo americano por el
~tro. Sintindose <JLI discpulo de .\l.~ntncz Estr,{da, sigui el impu1Eo de agrandar y precis,u- el pecado capital de ia Amrica, ese Edn contaminado, violado y
finalmente perdido . .\bumlan los comentarios negativos: "incxistE:'nci espiritual", "parias del mundo", ''desposcidos porque lo hei1lOS dejado todo cuand-o
nos vinimm ele Eur-om1 o de Asia ,. lo dejamos tecla porque dejamos la historia". ~ Pero la culm{ de un :'\ uevc; Edn, . tal \ez irremediablemente perdido.
es ms bien una ct~cstin constatada retrospectiyamente: y (:'ll realidad, ,qnin
peda de buena fe exigir m2didas he:oicas de espirituaiicbd a los que llegaban
al ::\uevo ._\fundo con los necadm de dos mil aos ele histoTia a cuestas? ~.Is
que eso, el princi~Jio de las ~ocicdadcs criollas no poda ser fundado sobre la base
de un espritu nacionaL Este vendra mu:::ho ms tarde cuando el cordn umbilical del lc.z<do europeo se aiarg hasta llegn: al debilitamiento. Al condenar
lo que se po~lra 11ann~- eclecticismo americ,tno y tildarlo ele "desposesin" .\Iurena une su YOZ a 1a ele .\artnez Estrnda en bsqueda del camino hacia una
culhua nacional que a su Yez dara luz al arte na:::ional aunque no nncionalista.
::\ecesario cor110 elemento de cohesin societal, el espritu nacionalista es moneda corriente nara el ejercicio del poder estatal. Al mismo tiempo es un arma
de doble filo q~1e como todos le"' isnzos se presta a la manipulaciln ele ideolo.zas socio-nolcas de distintos signos ideolgicos. T:1mbi1J le tcc a la Argentina un~ polarizacin de base ~acionalista c:ue tuvo como consecuencia un
rec'amo categrico sobre las letras: la subordinacin del escritor y de :'!ll arte
al servicio
causas totalitarias. As lo comprendi .\Iurena cuamlo escribi en
lSGl eme la ''la cultura latinoamericana ha sido sustituida no ya slo por consisidera~iones j)olticas sino ms bien JXlr el crudo pant1eto cuyo fin e' inducir
a la accin". 9 .\Iurena. el 1nrricida ~le la dcada de1 cincuenta, segn el crtico Emir Rodrguez ..\fonegaL se dio cuenta perfectamente bien ele la caducidad de la literatura burgucsa en su l~as. p:~ro tambin compn:odi que
Bor.zes era un claro exnuncrt' dd arte na:ido ele 1a inspiracin netamente nacim;al sin por eso cae1:' en la t;:1mp:1 de ],_, expresin nacionalista. El nacionalismo tiene- la funcin de il!ualar clascs y subculturas dentro de la cshuc!:ura
cst>a:al. El hecho ele Clue esl~ m!c:ionalism::> igualador de masas :10 eonsiga i\2;ualar al ncmador oriq~1~1L al inncr-clircctrd -man. nos lleva al problema de la
Jibertacl interirw del escritor. dc,]iQad,; de ndole didctio::t y predispuesto a
destilar e:encias de su ambiente 1 o-caL Las asewraciOJws de un Plekln.no-v o
Lukacs sobre la 1.1lienaci6n del escritor -:; artista que ~e af.erw ,11 terreno del
arte por el arte han sido usados como instrumento divisorio por los que por
de
43
princ1p10 ven la necesidad impero!':a de indoctrinar ideolgicamente a su sociedad. Si la evolucin histrica arg{l1tna preci::a encontrar cauces que la aparten de las corrientes <?uroneas v si ai mismo tenmo trata ele llenar las necesidades de una sociedad "ciesarrl1<1d;l" en el sentid""O de la expectativa de participar cn Jos beneficios tecnn;:cos del presente, llegamos u una obvia encrucijada: la de un pluralismc poltico, social y eccnmico. Una vez aceptadas las
bases de la tecnologa av~nz:da su est:u::tura ec:mmica correspondiente,
estas ba,es dictarn modos de vida. Po; un lado. lo mtico, lo heroico y lo
tradicional de un pueblo tendr C!ue .<:::Jmeterse al mismo perspectivismo que
demandaron los regionalistas c~ando quisieron liberarse de la red del universalismo. Por el otro lado, el stmuesto antimaterialista mfrir una derrota similar frente a las exigencias de
cultura ele masas alimentada de avisos publicitarios. Que :\Iun:na se haya negado a someterse a 1m rugidos de los oue insisten -en hacer historia instantnea Y que se h:wa apartado de la multitud para
afianzarse en el reino interior ele 1; c~-ue para ~1 e1:a sagrado. fue ms C!U~ un
gesto de integridad: fue ia rebelin del "despo.~eclo" e u e entr nl combate irguiendo las armas ele una razn vital sui ger,r:ris. Vemos entonces eme en El
nombre <;ecreto ( H169) ),Iurena rechaz la utopb renacentista que slo terminara en lo eme l llama cidtas Teclwici o cicites Satanr,s. nrocluctor del derotismo engendrando un ejrcito de robots y el holocausto fir..al de la era atmica. 10
1;
de f.:tlsa inocencia y de risa grotesca en b CJmplicich!cl de la absurcb. pareja ceotral en Cana muerte ( lS71) nos encontmmos p}em!mente en la fase desintegradora del mito invernal: catstrofe, t-ortura y degn;dacin final en una alegora escabrosa de perros ob:cencs y ratas descomunales. Aqu se cierm el
crcuJ.o al volver sobre la huella de Hoberto Arlt, 11recursor e inspirador de Murena segn sus pr-opias pa1abra.o cuyos personajes son una invencin y ccnfirmacin. ele la realidad dionisaca. "El poeta impianta privadamente un rgimen perverso en ei alma", ccusuraba Platn; y ),Iurma lo cita en La metfora 1f lo sagrado ( 197:3) para justificar a su modo el reino hermtico dr la
sinrazn donde Dichtung y \' 7 ahrheit se complementan en el mejo: sentido de
la intencin goetheana.
En su conocido esh1dio i,witomu of Criticism. ::\orthrop FryP declara Que mienhas que los arquetipos existen slo a travs de la analo:da Y en un nivel universal. eme nara Carl Tu m! era ~:] sul~cm1ciente colectivo, los mitos v rituales se asocian ~extricable'l1ente a funrim,es \' 11ecesidades sociales esp~e:fi
cas v (!Ue uor lo tanto sera:1 inconmrensiHes sin referencias a un contexto social
dado. 11 Este contexto social eo el remltado ele mFichos histric:Js, tnicos,
eccnmicos o ecolgicos y por consiguiente, relativo.
Enfrentndose con su contexto sociaL :\Iurena ~inti la necesidad de introdL!Cir
el cimento dionisaco y el gesto nihilista de ::\ietzsche en su forma narrativa.
::\o es coincidencia que su pro;;ectacla serie de novelas que abarcari.a siete volmenes bajo el ttulD goyesco de El suei'o ele la razn sea la muestra ms acabada ele un espritu que se agudiz hasta el lmite dentro de lo irnico. Es lo
irnico que da lugar a la creacin de la pesadilla o del sudo-ansiedad que segn Frye uacen de un proce:-o cc1ico de inocencia-exp::riencia como adaptacin
al mit-o de la naturaleza. 1 ~ Eros como elemento surgido de la naturaleza se
adapta a la sociedad a travs del proceso de lo cmico. Los personajes de \Iurena en Epitalmica, Po!ispucrcn y Caina muc.rtc se mueven en m1 niv-el satrico; es decir. con una il ona miiita1te v una in'}:Cencia obscena va nue les es
neg2.clo trocar 'su l:Jcencia I_::Jr una e;p;riencia que les fo.cilitar;L d;splazarse
hacia la maduracin. Es aqu donde la razn tanto como la fe son desviadas
hacia tm mun~lo c;lma~~,) zfc ar;omar(l:. lccura_; y hasta crmenes en una apoteosis de lo grotesco, subrayad:::J por la lgica de lo absurcl<J y el asalto al lenguaje. Sin embargo, se perfilan graduaciones dentro ele loa parte del ciclo que
fue C='mp~etaclo. \Iicntra: c~u:; u Epitalmica (1969) todava domina un tono
44
Ambos mo\imientos fueron jmeni1es. Los de Bocelo, gui~1uos por Roberto Payr, buscaron
C.lrac~erstic~1 del lnrr:o obn:ro de Boedo: los ele Floricb. encabezados por Ric:uclo. G'raldes y martinfierrislas como Oliverio G~ondo, reflejaron. el espritu cosmopo'ita de ]a elegante calle Florida.
~(Buenos Aires: Americalee), p. 15.
3 Ver sobre todo "La irrupcin del futuro" en El nombre secreto (Caracas: ?\Ionte A.vila,
1969)' pp. 189-236.
4 On. cit., p. 37.
;; Joknn J. Bachofen fue un abogado suizo que Pn 1861 public Das Mutterreclzt en el
cual trat1 ele establecer la evolucin socio-cultural dei. matriarcado hada el patriarcado,
con la correspondiente p?rd'ch de la ascendencia femenina.
GVer ''L~l muerte de Dios". Homo atomicus (Buenos Aires: Sur, 1961), l'JP 117-136.
7 Homo atomicus, pp. 191-192.
8 (Buenos Aires: Sudamericana), p. 105.
(Buenos Aires: Sur), p. 59.
10 pp. 204-205.
11 (New York: Atheneum, 1969), pp, 105-107.
12 Ver Anatomy of Crticsm, pp. 223-238.
1
45
En julio ele 1977 Foro Literario estum en Buenos Aires para realizar un~1 s~~ri:: ele cntrevistJ~<:i con in1n::Etan~es esc:itore'\ anrenl::inns.
Aclscripto a mn de las promociones ms actua1es, Eduardo Guclirio KieFfer fue uno de nuestros primeros entredstados. Es autor
de: "Para comerte mejor" ( 1968, novela). "Fabulario" ( 1969,
cuentos). 'C,"!rta abierta a Buenos .-\ires violento" ( 1970). "Gua
de pecadores" ( 1972, novela), "Ser por eso que la' quiero
tanto" ( 1976, non~'a) y ''La hon de :\bra y el pjaro de oro",
ohra sobre la cnal se hasa el film homnimo que obtnviera e!
primer premio del Festival de Taormu. Su n;s reciente prodnccin es "1\:oh"!h de lujo", un l'bro-ohjeto, indito en :\!antevideo.
La siguie~<te es 1a part" sus':mcial dP 1.\ crnners'lcin eme Eduarcb
Gndii'o KieffPr >os'uviem con el Pmf. Alvaro :\[iranda quien repre:;enLtra a Foro Lite:-~:rio
C!1
1a capEa1 argentin:t.
46
ten~a
iuflucncias, pues
1_.:abe por cu fa genc
le lec m11cho; .si yo 110
hecho notar u la tengo
pecaclorc~" lzoy inc!uso
-En "Gua de p:'cacbres" s:.: advierte as;mismo un.1 lnea ele continuidad con el ghwro ~}icarcscc cspmi.ol.
de ellas?
-Sf. rr ta,n!Jn "Cierz:n". F>: mt~' dentro ele un cr?rcladero escritor siempre lwr 1111 pootn. Pn +odrr lmcna prrracin dchm existir clencntos
nnti~'os. Si nn lwln rn +ndn caoo un ''r~crilJidc,.'' ~:omn dira Roland
Ra,'i-lco. Pcn~emo~ en lm 7nrfn"nme'iranw: Garc>a i'llrmtez es poeta.
Ru!fCl. "1/(?i'f!as Unsa. Saluzdn, ElizGndo al rw: lamentalJlcment.c conocen tan ]YJCO. e! mismo Amr1do . ..
-Adoro a Felislwrto JTcrwiJ:df'::::. }fe il'FCcc uw1 de las cosas ms comurOl:JCtccloramcntc l1;clicas que he leido en n:i cid-z. Tam!Jin conozco
algunas cosas de Eotr;::;ulas. Estucc. releuenclo !a poesa ele Clara Silw
y tiene cows excelcntss, .slo que como es mujer u es umguaurz no se
47
t...~111~ ~c..4
.J.<.-t..)
~e_.
u._i_~..._J._.._.(.
o'
c.t_.
,ol
\~.,1
-Si. debe ser tal ccz iJ:Zm ocu!ta el m!edo al ridculo que teJY?lilDS los
arg~ntinos. Cuando :ecramos al momento el:: la r:e.rclacl. salimos <cn
e(chiste.
"'
-Si tuviera que elegir una obra. para que lo representara en el futuro
cul sera esa obra?
-Creo aue todo lo que he escrito es en confunto una obra. Las tres
novelas basadas en e! personaje Buenos }.~.ires: por ejemplo. Cada obra
representa al escritor en distintos momentos de su vida y al final se
convierte en su r:ida.
-Ud. mencicnaba a :d:ario \ 7an:-Hs L}osa. El cifra
en su concepto de nov~la unit~in, "novela total",
considerar C!uimricG la p:Jsibilidad de ]D;:;rar ese
gente concepcin ::lel r2flcjJ de la realich1d pero
fundo, cabal, comp:cto ele la realidad. Participa
Ll
Ll
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1\tlontevideo
-SL p:ro cen run lw1 que rl,nfi'' el iueao como cosa se.ria y a! h"''lbrc como c7 lzo:';n lrldr;ns d'? Jh'~in.'2a. P'ewo rrue todo es jue.'!o. inclu:o la guerra. El j<W'20 es una ele las actiuidades esenciales del hombre. Lo nwln es c[rrle d jw:'!.n un enfielo cls cosa intil. gratuita, pero
d hamo luclens es JJCccsa.fo Jl:l"O r.ue exista el hamo sa;iens.
-,.:Cm:; c::nsick'!''l m:e ce: el a:::t1u1 nnm=nto de la literatura c:;n respecto al sistema de int::rrelaciones ~ue la exn~esin literaria mantiene
con las dems arte.;?
-
-Creo mw se dan clifcrenfec sit uaci(JN'S_ on diferentes JV1C0171?S. en diferentes lugares. Hoy, por ejemplo, la literatura francesa est empobrecida con respecto a otras a1tes como el teatro. En Argentina, la li-
48
W. KAISER:
RAMON DE ZUBIRIA:
CHRISTOPH EICH:
J. LUIS MARTIN:
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KIRI< y RAVEN:
11
11
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DE RADIO SARANOI,
~LA GRAN. DIFEREN(Ut
Calidad en todo lo que se hace, para que confe en todo lo que se dice.
Ese es nuestro estilo en informaciones, en ftbol,
en entretenimientos, en msica.
Esa es nuestra gran diferencia. Una diferencia que se siente.
49
50
-S, es un oficio. Primero es una vocacin, un impulso, una necesidad, un acto de espritu, pero tambin es un oficio. Se requiere. conocer la gramtica, manejar el limguaje, tener talento, pulirlo. El escritor no tiene que. conocer la gramtica como un profesor, pero no
se puede permitir escribir mal, tener errores; s puede permitirse hablar mal pues el lenguaje. oral es muy distinto pero siempre es impoltante el dominio del lenguae.
51
des hispanoamericanistas.
edmundo esteban urbanski
N. Altuchow
Acaba de cumplir 35 aos de ininterrumpido trabajo cientfico, el Profeso: Edmundo Esteban Urbanski. Aunque muy conocido en los EE.UU. de Norteamrica y :Mxico, este gran hispanista polaco oorteamericano no lleg a ser
conocido en esta zona perifrica del mundo hispnico que a menudo pierde
contacto con el c;.uehacer de hombres de su jerarqua.
El Dr. Urbanski, iubilado de su cargo de profesor de literatma y civilizacin
11ispanoo.mericanas por la Universidad de Howard de \Vashington, ha sido
invitado este ao por la Universidad de Varsovia, en la cual difunde todos los
aspectos de nuestra cultma.
Urbanski realiz sus estudios secundarios en Polonia. Despus pas a residir en
Suecia v ms tarde en l\Ixico, donde hizo la licenciatma v e1 doctorado en
Cultura' y Lteratma Iberoamericanas. Posteriormente contin~ sus estudios en
varias universidades de los E.U.A., Espaa y Per.
Comenz su carrera como profesor de lengua y cultura polacas en la Universidad de l\Ixico, h:mlando probablemente la primera ctedra de esta especialidad en la Amrica Latina. Posteriormente se radic en los E.U.A.
donde ense, en varias universidades, materias relacionadas con la cultura de
Iberoamrica. En 1940 acompa al arquelogo noruego Apenes en la expedicin Chimalhuacn en \lxico y estudi como becario las culturas de los Mayas, Chibchas e Incas hasb:ct 1959, realizando investigaciones antropolgicas de
las civilizaciones andinas.
El fruto de sus primeros aos en l\Ixico como profesor de cultura polaca fueron dos importantes libros: Polonia, los eslavos y Europa ( 1944) y Breve historia de la lit.?ratura polaca ( 1946). Este ltimo es un trabajo sumamente valioso. En sus 190 pginas contiene no solamente un completo panorama de la
52
53
Fu-eron dscientos epigramas de los trescientos atribuidos 2. Bhartrihari las primeras poesas traducidas del snscrito al holands y de esta lengua al alemn y
al francs que aparecieron en Occidente, en los ltimos aos del siglo XVII.
Decimos atribuidos porque, a pes1.1r de la existencia de miles de manuscritos en
la India, de muchsimas ediciones y traducciones a varios idiomas, a pesar de
figurar en los diccionarios para explicar 1.1lgu1Ja palabra, no sabemos absolutamente nada sobre el autor. ?\o sabemos siquiera si se trata de un personaje o
de una antologa. P.ero Bhartrihari no es el nico caso en aquel pas, donde lo
que vale es la obra y no el autor.
Lo nico cierto es que las cortitas poesas de este autor son verdaderas joyas
de la poesa de la India, tan diferente de la ccidental, y se trata de una p~11te
de la obra de uno de los ms grandes poetas de aquel pas.
Hemos intentando mantener en la traduccin el estilo caractersticos ele las obras
de la India, aun a expenms ele lo que podra resultar ms correcto en espaoL
Mejor vagar con bestias feroces por la selva intransitable qu-e asociarse con
estpidos en el pmasD.
Los Que tienen grandes ccnocimientos son afectados por el orgullo; los que
tienen poder wn desmoralizados por la arwgancia; los dems son vencidos por
la ignorancia.
Como una pelota s-e levanta un noble cuando cae; como una bola de barro
queda cado un hombre vil.
Crea una milO.. de mritcs, un perfecto, la joya entre los l10mbres, el adorno
ele la tierra y en seguida le hace perecer. Ay, la estupidez del clestioo!
Oh amigo!, el maldito destino, habiendo con fuerza nrensaclo como un ollero
exp:crto mi mente eomo arcilla y habindoh puesto sobre una meda de ansias
y calamidades, ]a gira pegand eon un palo ele las sucesivas experiencias.
No sabemos qu es b que se propone.
Con una sonrb.:t y un g-esto ele amor. modestia y miedo, con una sonrisa un pooc
lasciva y errante, con palabras., celos, oposicin y juegDs, la mujer encadena
seguramente.
Una sonrisa seductora, ino:cente e inr~uieta 10.. expres10n ele los Djos, palabras
que vibran, pasos jvenes que expresan una adorable COC!uetera, la multitud
ele los encantos que enmiezan CL brotar.
Qu no atrae en una ~_1{lolescente ele ojos de cervato?
Grandes hombres han llamado a estas mujeres lindas "dbiles", pero hablaron
con flseclad.
,Cmo pueden ser dbiles aquellas por cuyas miradas trmulas cayeron y fueron
subyugados tantos y hasta Indra?
Una lmpara brillando, fuego, estrellas, luna y soL este mundo parece oscuridad
para m sin ella, la de ojos de gacela joven.
Una forma esbelta errab~1 por el bosque y descanEaba a la sombra de los rboles, protegindose de los wyos de la luna con la prenda superior levantada
por la mano.
54
55
Recmdada, provoca calor. Vista hace insano a uno. Tocada causa confusin en
la mente. Cmo puede llamrsela bienamada?
:Musitan a uno, miran con cc.quetera al otro, piensan con amor en otro ms ...
quin, en realidad, es el f!.Uerido de las mujeres?
Hctor Balsas naci en :\Iontevideo. Es maestro y profesor de
idioma espaol en Enseanza Secundaria. Es autor de Figurillas
y fantoches, obra para tteres, Nueras normas, nuecas palabras,
Monteddeo siempre, antologa anotada, Parbolas y otras obras
para uso escolar y liceal.
Aquella en quien siempre pienso est indiferente; desea a otro hombre. Este
quiere a otra. Y alguna otra est prendada de m. Qu asco, e11a, el otro, el
amor, la otra, y yo mismo!
El dios del amor tiende, como un pescador, en toda la extensin del ocano
mundano su anzuelo, llamado la mujer, que con sus labios hmedos atrae
rpidamente a los mortales para quemarlos en el fuego_ del amor.
En este mundo, aun el conocedor de ciencias y versado en el derecho, muy
raramente sigue el camino de Jos buenos a causa de las cejas encorvadas de
las mujeres que, con sus lindos ojos, abren la puerta de la ciudad del infiemo.
H. Balsas
En la casa donde en otras oportunidades haba muchos, all ahora hay solamente
uno. All donde en principio era uno y despus muchos, al final no hay nadie.
De esta manera el tiempo, perfecto en este juego, pasa da y noche jugando
a los dados con las piezas humanas en el tablero del mundo.
La recorrida por las pginas del diccionario de la Academia puede deparar sor:;>resas maysculas. Entre ellas, hasta no hace mucho tiempo, estaba la de
comprobar la insignificante cautid.ad de uruguayismos que figuraban en sus
N>lumnas. Daba la impresin de que en nuestro pas se hablara una lengua
esuictamente espaola, apegadsima al lxico peninsular, como si no hubiera
habido creacin de trminos o acep:::ic1.1es por estas latitudes o como si no
hubiera objetos autctonos (por ejemplo. de fauna y flora) para designarlos
con nombres especiales, nacidos en la regin por las necesidades del momento
o tom'ldos de las lenguas habladas por los primitivos habitantes. Este hecho,
frente a lo que el diccionario inclua de otros pases de la Amrica espaola,
pona al Uruguay en situacin de inferioridad. La verdad, en cambio, es muy
otra: aqu, como en cualquier parte del ancho mundo hispanohablante, se encuentran cientos y cientos de trminos locales. Los regionalismos abundan y
su emp1e no est limitado a determinadas capas sociales o culturales, pues tanto
la gente o~lta como la no instruida se vale de ellos, por lo que en ellos halla,
consciente o inconscientemente, de til, valioso y dif-erenciador.
Otra vez la misma noche, otra vez el mismo da. An sabiendo esto, la gente
cone en vano, esforzndose, empezando esta o aquella accin sin terminarla.
La misma repeticin montona, de este modo, de aquellos hechos intiles de
la vida mundana. Pero nosotros, ay, no nos avergonzamos de estas ilusiones.
Habiendo sido un instante muchacho, otro instante joven disoluto, un instante
pobre y otro rico, un momento viejo, con los miembros anuiuados y el cuerpo
adornado de arrugas, el hombre, como un bailarn al final de su representacin
entra tras el teln de la sala de la muerte.
(Traduccin directa del snscrito de Nicols Altttchow)
Esta verdad puesta ante los ojos y odos de quien quiera apreciarla, ha ganado
una batalla, ya que la nueva edicin del "Diccionario de la lengua espoala",
publicado pm la Academia en 1970 (y es la decimonovena), rompe el aislamiento en que se nos haba hundido y da cabida a decenas de expresiones tpicamente urugpayas. f>Iuchas de ellas se comparten con reas geogrficas vecinas, pero no d:jan de perteuecernos, pues l.as sentimos como verdaderamente
nuestras. Hay q~e ver en el celo puesto por la Academiu ;..racional de Letras
(organismo filial de la Academia matritense) una causa de este reconocimiento
a lo que nos pertenece dentro del vasto caudal lxico hispanoamericano.
56
57
A
Acoplado. - m. Vehculo destinado a ser remolcado por otro. (Compartida con
Chile y la Argentina) .
Aguacil. - m. Libluia caballito del diablo. (Tambin se acept la forma
"alguacil". Ambas son compartidas con la .-\.rgentina).
Almacn. - m. Tienda de comestibles v objetos de uso domstico. (Con la
Argentina).
11
Qu haa el diccionario de la Academia y qu trae ahora?
Poco traa. Recordamos "chaln', "uruguayo", '"montevidem1o". "charra". Quiz haya algunas r:ulabras ms. Y de las citadas, debemos ha.;e: },Js siguientes
salvedades: ''chaln" es voz rara vez escuchada: las restantes ;e anotan en el
diccionario como pertenecientes al espaol gcr~eral, por lo :, ue no aparecc1.1
con la abreviatura Urug., que llevan las dicciones regionales ~tribuidas a m!eStro pas. Llama la atencin que nunca se haya abogado fi.1 favor de voces
como "celeste", "botija", "corasn", "batllista", "herrerista", "pearolense", "na-
58
e
Cola. Dar cola 1J [u;:;. - fr. fig. Superar, awntnjar a otro.
Colegialista. - adj. Que es particbrb del rgimcu colcC?;i<Klo de gobierno.
U.t.c.s.
CurticmlHc. - f. Tenera, curtidura.
59
CH
LL
Chan. - m. Indio americano que en la poca de las conquistas espaolas habitaba en las cuencas del Paran, hasta el ro Corrientes, y del Uruguay inferior, y en las islas de Entre Ros y Buenos Aires. 2. Lengua de estos indios.
3. adj. Perteneciente o relativo a los indios chanaes o a su lengua.
Chao! - interj. Adis, hasta luego. (Tambin se registra la forma "chau!'.
(Compartidas con la Argentina y Chile).
Churrasquear. - intr. Hacer y comer churrascos. (Con la Argentina y el Paraguay).
Llorona. - f. pl. Nazarenas, espuelas grandes usadas por los gauchos. (Con la
Argentil'la).
D
Dferendo. - m. Diferencia, desacuerdo, discrep:mcia entre personas, grupos
sociales o instituciones. (con la Argentina y Colombia).
E
Egresado,da. - m. y f. PerSDna que sale de un establecimiento docente despus de haber terminado sus estudios. (Con la Argentina, Chile, el Per v Am
rica Cenhal) .
Emplomadura. - f. Empaste de un diente o muela. (Con la Argentina).
F
Felpea da. - f. Reprensin spera. (Con la Argentina).
M
Mate. Barajar el m1te. - fr. fam. Tomar el mate, al pasar, la persona a la que
no le toca el tumo.
Monte. Criado a monte. - fr. fig. Dcese de la persoua grosera, carente de urbanidad.
N
Nazarena. - f. pl. Lloronas, espuelas grandes usadas por los gauchos. (Con
la Argentina).
o
Orillero,ra. - adj. Ana balero. U. t. e. s. (Con la Argentina, Cuba, Venezuela,
Amrica Central) .
p
Perezoso. - m. Tumbona, silla de tijera con asientos de lona.
Poncho. Alzar el poncho. - fr. fig. y fam. Rebelars-e contra la autoridad.
Prosear. - intr. Conversar.
Q
Quinielero. - m. y f. CapitalistG u organizador de quiniela. 2. Persona que
recibe las a puestas de quinie1as. (Con la Argentina).
Gente. Ser como la gente. fr. fam. Ser como se debe ser, recto y de comportamiento irreprochable. (Con la Argentina).
Gu.r, gurisa. - m. y f. Muchacho indio o mestizo. 2. nio, muchacho. (Con
la Argentina) .
Jardn. Jardn ele infantes. - Establecimiento de educacin al que asisten nios de edad preescolar. ( Con la i\.rgentina).
Linyera. (Del ital. lingera). - m. Atado en que se guardan ropa y otros efectos personales. 2. Vagabul1do que anda por campos y caminos y vive ele la
caridad pblica y de rateras. (Con la Argentina).
Tape.
Indio guaran que vivi en el siglo XVI en el territorio brasileo
frontero de la isla de S<.ota Cato11ina. 2. Persona aincliada y de piel oscura.
(Con la Argentina) .
60
61
u
Ur1a. No tener uiias para guitarrero. - Fr. fig. Cuecer una pers,ona ele las
cualidades necesarias para llevar a mbo lo c~ue desea o se propone. (Con
)a Argentina).
y
Yaro. - m. Iodio que habitaba en la cnsta Qrental del Uruguay, al sur del
ro ::\egro.
Yerbateio,ra. - adj. Perteneciente o relativo a ]H verba mate. 2. Persona que
se dedica al cultivo y comerc~o de la yerba mate. (Con la Argentina Y el
Paraguay).
111
Sabemos qne nnestra :\e dcmia ( ia de Lctrns, 11Dr sq:;nesto) est dispuesta a
mantener la lucha en favm del uru::!u~wismo v llevar el habla nuestra a la par
de otras de nases ele Amrica nue. ~-on 'mu::h,{ antcriorichd, vieron en el diccionario gran c"Opa de ::us rcgimnlismos. ::\G se pctende el que se vuelque ir~dis
eriminadamente el contenido de los diccionarios de uruguayismos -que los
h1:1y- en el acadmico, s'uo dejar bien representada la aportacin del Uruguay
al habla d21 espaol en cstc1 z<ma americana. Esta iahor ::ontinuada, que no
puede ni debe encontrar pausa a w desenvolvimiento. se percibe en 1as informaciones auc nos llegan de la PennsEla a travs de los boletines de la Acudema Espa~ia. Peridicamente. se ponen en conocimic11to de los interesados las
enmiendas y adiciones que ak.111Z<E,'tn las pginas del "Diccionario de la lengua espaola" en futuras ediciones: por In tanto. :::tw:do llegue la vigsima
(en 1980, en 1983, en 1987?) habr que efectuar una confrontacin mtre la
achwl y la nueva a fin de que se puedan descubrir y retener las ',Jcorporaciones que nos atai1en.
Desde ahora. podemos adekutar al.[!ums novechdes al respecto. pues en 1971
-a un ao de publicada la edicin decimonovena- se consagraron est1:1s palabras: "coimero" (compartida con la A.rgentina: incomprensiblemente, se da
"coimear" como ele uso nicamente en ese pas\. 'compadrac1n" (con la Argentina; ya estab] re!Sistrada "compadear"). ''cortafierro" (que estZJ.ha sn\:J.mente atribuida a la Ar::!entina \. ''ct~Htrerismo". "desquicio" ( conm:.ntida con la
Argentina y Guatemala). "nm,do" (con 2l sentido de "a:norio"_ cn1 la Argentina), "malevaie", "nnle\o" (ambas con la Argentina). "petiso", petizo"
las dos grafas vlidns; como adjetivo y como sustantivo. cGmpartidas con la
Argentina, Bolivia, Chile v el Para::!u:lv; tambin se d1:1 mtrada a la expresin "petiz-o de los manch{dos").
~
De 1971 a la fecha ccntina el avance, por lo que no parece desacertado predecir una gran avenida de uruguayismos en la prxima edicin del diccionario ele la Academia.
62
63
a propsito de <dinyenl))
G. Zannier
acepc10n rstica de "bracero rural", a-c:ota que "la voz parece ser un trmino
del intrincado dialectal itali::mo" y concluye afirmando que "en italiano ligerfe
(otra palabra por nosotros completamente descon0cida!) significa lencera".
Para ir acercndonos a lo que a nuestro modo ele ver con-Psponcle a la verdad,
van, a continuacin, dos citas ms.
Ltt primera es un ya olvidado artculo titulado Elogio del Cocoliche, publicado en el " Corriere deg;li Italia ni" de Buenos Aires (agosto de 1950) por el
periodista y escritor italiano Ettore Rossi, y resucitado por Gobello en su
simptica y erudita Vieja y Nueua Lunfardia (pgs. 49-.SO).
Afirma Rossi que "la lingera. . . de etimologa exclusivamente piamontesa, t.1ombr primero a un bulto rudimentario y pas a distinguir luego un hombre, una
tcita confraternidad. . . Ntese que en piamcnts lingera es femenino, aun
cuando se refiere al hombre que reviste esa caracterstica".
Nuestra ltima cita se refiere a la obra que publicara por cuenta del ''Consiglio
Nazionale delle Rioerche" de Italia nuestro amigo el Prof. Giovanni Meo Zilio
(junto con Ettore Rossi) bajo el thtlo de El elemtmto italiano en el habla de
Buenos Aires y Monte~;ideo, del ao 1970, el mejor trabajo cientfico escrito
hasta ahora sobre el tema.
Tiene este trmino, como es sabido, tres ac-epdcnes fundamentales: dos urbanas, que son respectivamente la de "vago si~ domicilio ni ocupacin" y la ele
"lo ele ropas y efectos personales" fl>, y una rurHl, la de ''bracem que trabaja
en la recoleccin de las cosec:has de trigo y otros cereales" <2 l.
Registra Meo Zilio la palabra linyera como " ... vagabundo" "fardo del vacrabundo", "conjunto de efectos personales": ital. jergal leggera '"miseria", cruz~o
con el tipo piamonts linger (diminutivo lingerOt ''hombre pobre")" (pg.
Todos los estudiosos del lunfardo estn de <:.cuerdo en atribuir a esta palabra
origen italiG.o:o.
Jos Gobello, el mayor estudioso del habla popular y lunfarda de Buenos Aires, tanto en su Bre~;e. diccionario !unfardo eme publica junto con Luciano
Payet en 1959, como m su Visia y Nuew Lunfardfa del ao 1963, afirma que
el trmino pro::ecb de1 l?:amon:s lingcra ( "ro9.1 blanca").
Fernando H. Casullo. en su ccno:ido Diccionario de_ wces lunfardas y oulgares
( 19e4), se limita a definir genricamente la palabra como ''voz de origen italiano"; en tanto r:'le Federico C;marota. en sn 1/ocabu!ario familiar 11 del lunfardo ( 1964), explica. con luio ele c~ctaL::s. oue l't:yera "proviene del italiano
linghera. que deno:a lo dicho ('vagabundo') y tambin indica -el atado ele
cosas que ste lleva al hombro".
Confesamos cm~ en nuestro va rns~do medio si<Zlo de inme1~:'in 1imr5tica en
el italiano min~a hemos en;::mt;ado en )a Pen~sula Itlica esta p;labra con
tal pronunciacin y con estos mltiples valores semnticos.
Por su parte, nueo:tro com;_x,ldct'J .f'-r::m C.1r!os Guarnieri en su conocido Diccionario del lenguaje rioplatense ( 1970), al registrar la palabra con la nica
64
112).
65
reseas bibliogrficas
',\IACBETH'', de \V. Shclkespeare.
Traduccin, prlogo y notas ele Idea Vilario.
Ccleccin "C'sicos anotados" - Editorial Tcnica S.R.L.
~lontevideo, 1977 125 p.
Una dob'e perspectiva ha signado la actividad literaria de Idea Vilario: la creacin
potica, dentro de la cual recordamos entre otros sus poemarios "CIELO CIELO'', ''POR
AIRE SUCIO" y '';..'OCTUR?-..'OS'', y los habajos de anlisis literario.
Dentro de la segunda vertiente, que incluye su estudio sobre "LOS SAL~IOS'. (Ediciones
del Partenn, 1974) y ''LA LITERATURA BIBLICA - EL ANTIGUO TESTA~1ENTO"
(Editorial Tcn:ca S.R.L., 1976), se inscribe esta traduccin del "~1:\CBETH" de
Slukespeare.
Antes de ingresar al anlisis del drann ingls en !:'] Renaeimiento, la autora delinea brevemente sus an~ececJc.:1tes meclioen1les -~listerios, ,\lilagros, ~!oralidacles- enraizados en la
tradicin cristiana. Este esbozo se comp'eta con un resumen ele los elementos esenciales de.!
te~tro y la represen~aci(m dramtica en tiempos de Shakespeare.
Previo al estudio de la obra, el alumno dispone ele una sucinta referencia a la biografa y
obra slnkespcariana, as como a los an:ecedentes de '~!ACBETH".
El cuidado ev:dente de la traduccin, unido a las anotaciones que arrojan luz sobre aquel!os pas"jes del texto cuya interpretacin puede resultar dificultosa, hacen indicado el manejo de la obra para el estudiante de h1 Enseanza ,\ledia.
J.M.F.
"ROS:\ EXIGIDA''. de Svlvia Puentes de Oyenard.
(1) J. Gobe1lo - L. Payet: Brece Diccionrrio Lunfardo, Bs. As., 1959 - pg. 48.
(2) J. C. Guarnieri: Diccionario del Lengt~aje Rioplatense. ~Iontevideo, 1970 -pg. 182.
(3) Guido Zannier: Evolucin y estructura de las lenguas indoeuropeas - El Friulano,
Montevideo, 1972 - pg. 5.
66
Tres obras publicachs en Venezue'a (''DE REPENTE ES LA VIDA", ":MOLINO DE SUE1\'0S'' y "EUROPA. A CONTRA.LUZ"), un poemario infantil (''POE.\JAS DE AZUCAR",
Mon:evideo,, 1976) y el actual vohm1en, constih1yen hasta el presente la obra dita de Sylvia
Puentes de Oyenard.
67
Si con ''POK\!AS DE AZUCAR" la autora nos descubra un universo de fantasa, que aunaba magia y enseanza sustentadas en la palabra, "ROSA EXIGIDA" constituye su acceso
a la difcil vertiente ele la poesa ertica. Difcil vertiente, porque el tema reconoce vastos
antecedentes literarios -ya referidos por Rilke a Kappus en la primera de sus medulares
''Cartas a un joven poeta"- que dificultan lo original all donde la tradicin es a'mplia.
No obstante ello, la fuerza e:presiva y muchas veces el empleo de vocablos e imgenes que
no son las habituales en el gnero_. a'signan a la mayora ele los te;o..ios aqu incluidos la
posibilidad ele salvar las dificultades referidas.
Reconociendo una equilibrada alternancia de textos extensos con algunos breves no titulados, "ROSA EXIGIDA'' compendia veintisiete poemas sustentados en un ritmo potico sostenido.
La fuerza expresiva a que antes aludimos se atena por momentos, dando paso a un lirismo ms recatado; la honda invitacin al amor presente en el poenu'l inicial, se trueca
ele esta forma en un::t pa1abra potica de- tono reflexivo. Acallada la voz de la pasin, otras
voces emergen, vibra'n otras cuerdas hasta entonces en silencio.
As, en ms ele una oportunidad el poema trasciende lo estrictamente ertico, accediendo
a 1m nivel donde el verbo potico revela el estremecimiento profundo del espritu.
J.M.F.
"COMPLEMENTOS", de Edda Piaggio.
:\Iontevicleo, 1977, 91 p.
Con su volumen de poemas "LLANURAS RITUALES", Edda Piaggio obtuvo en 1971 el
premio ''Remunera"ciones Literarias", otorgado por el Ministerio de Educacin y Cultura.
En 1976 tradujo del espaol al francs dos obras de Gil Pasteur -"ATALAYA DE PIEDRA'' y ''BODAS DE _-\RENA"-, escribiendo tambin varios cuentos an inditos.
Acerca de "CO:\fPLE:\fENTOS'', su reciente poemario, el profesor pue1ioniqueo Esteban
Tollinchi e;o,.-presa: '' ... sus versos me han recordado el "schiacciato" de Desiderio, donde
el mrmol se ha limado tanto que la~ lneas se disuelven, se desvanecen las junturas Y se
produce una extraa luminosidad ... ".
"CO:\IPLE:\!ENTOS'' incluye treinta y seis poemas, articulndose estructuralmente en dos
ncleos de similar e;o..iensin.
El tiempo, el silencio, y a veces una melancola sustentada en el dolor, marcan la primera
parte del poemario; ta'mbin, por momentos, la intuicin de un tiempo futuro signado
por las sombras. Un destello de luz que atraviesa varios de lo'li textos incluidos en la
segunda parte, constih1ye la diferencia es-encial entre stos y los reunidos en el primer
ncleo.
Voz esencialmente lrica, asume en algunos poemas una dimensin csmica, trascendiendo
de esta forma los lmites de lo estrictamente subjetivo.
En algunos te;o..ios aparece un elemento simblico que, inicialmente enunciado, e-s retomado posteriohmente (citamos al respecto ''Viernes Santo", perteneciente a la primera
pa'rte de la obra). Desde el punto de vista de la sonoridad del poema, esta reiteracin
contribuye a su musicalidad interior, una musicalidad nunca luminosa o restallante, generalmente pausada, queda.
Por momentos la autora utiliza elementos de raigambre religiosa (catedral, altar) y otros
cuyo prestigio procede de su va1or litrgico (incienso, mirra); "Porque tu huella", ''Rumbo'' y el ya citado ''Viemes Santo" permiten ejemplificar al respecto.
El manejo solvente de la J?alabra que evidencia la a'utora es simultneamente sobrio, sin
confianza excesiva, sin desborde; c1.llando muchas veces, para que el silencio aporte una
vibracin ms honda, ms profunda y, paradjicamente, tambin ms elocuente que la
palabra misma.
J.M.F.
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Es
en casos como el anterior que aparece un cierto tono de amargura en sus pems,
amargura generada por la incongruencia del quehacer humano. Es por eso que las
calaveras:
Ren ele las extraas
y absurdas tonteras
con que agobia su vida
la humana fantasa".
y es as, en la culminacin final ele la muerte,. que se pasa ele las pequeas realidades
a la gran realidad.
La autora tiene preparadas para publicar prximamente varias obras en verso y prosa.
L.H.B.
"CLARO" ele Carlos Pel'egrino. Ecl. ele la Banda Oriental. }.!ontevicleo, 1976.
Carlos Pellegrino ha publicado anteriormente dos libros de poemas: ''Te juego un puado de perros" (Colombo, Buenos Aires, 1970) y ''Versatorio" ( Ed. del Espejo, Montevideo, 1973).
En este su tercer libro, se manifiesta una lnea ele poesa dirigida al intelecto. a la razn.
que funciona en forma ele ejercicio intelech!al, de ejercicio liberador.
Su propio autor la ha definido como ''Ejercicio liberador del sufrimiento y la idea fija ...
Ejercicio para el silencio y el rih11o".
Se caracteriza por Pl uso de una simhologa propia, ele un lenguaje semihermtico, que
intenta oscurecer el concepto para lograr e1 efecto ele ejercicio intelectual requerido por
su autor.
El libro lleva el ttulo del primer poenn,. el cual, en cierta medida, prologa la obra:
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ha Blanca y iuego ios aos iniciales en Buenos Aires. Aos duros, todos, aos en los que
ms de una vez el especho del hambre rond implacablemente a la familia. El padre, en
su oficio ele recibidor de cereales manipulando hbilmente el calador, no siempre ganaba
los jorn::lles necesarios para el mantenimiento de la familia, vindose la madre, en tantas
ocasiones, en la obligacin de hacer de tripas corazones para no morirse de hambre. Ese
es el tema: el buceo en los altibajos, fundamentalmente econmicos ele la familia, y su
repercusin en el hijo mayor que es quien narra.
De alguna manen< Verbits1:y ha. tenido presente a Proust y su ''A la Bsqueda del Tiempo
Perdido'', sobre todo en su enfoque del relato. Est visto que el curso de l:i accin no
poda ser lineal y, no lo es (salvo p<ucialmente); sin embargo, la coherencia del libro no
se resiente en momento alguno y, por el contrario, a medida que por l se avanza se hace
ms ceida, ms -compacta. Lo mismo que en Proust, el complejo entramado que va y
que viene, que cruza y se enhecruza, est recorrido ele punta a punta por una unidad
interior, una misma voz asardinada, voz que determina un estilo, un ritmo nunca desmen
ticlo. En Proust, el kilomtrico relato da una impresin de instantaneidad; las 250 pginas
de Verbitsky dan la misma impresin. De alguna manera los dos relatos son dialcticos:
existen y al mismo no existen en el tiempo. Tantos verbos en tiempos tan diversos postulan al fin y a la postre un solo tiempo: el intemporal presente.
Sabido es lo imposible que es lograr la instantaneidad de afuera; no es l1IL"1 tcnica y no
se puede copia.'r; es un modo ele sentir y es intransferib!e. V crbitsky as lo siente y as lo
expresa, as lo ha plasmado plenamente en esta novela.
A. M.
''LOS ANGELES OSCUROS'' ele Jorge Arbeleche. Ediciones de la Balanza. Montevideo,
1976. 36 pgs.
Jorge Arbeleche nace en :-.Iontevideo en 1943. Durante dos aos estudia en Espaa colaborando en publicaciones americanas y espaolas. Profesor egresado del Instituto ele
Profesores "Artigas" en la especialidad ele literatura, publica ''Sangre de la luz'', Ediciones
de la Banda Oriental, 1968; ''Aproximacin a Garca :-.Irquez'', F.C.U., 1969; "Los instantes" Ediciones Cultura Hispnica, Madrid, 1970; "Los caminos de Antonio Machado'',
F.C.U., 1973; ''Las vsperas'', E.B.O., 1974.
En "Los ngeles oscuros" todo revela al artfice que no puede renegar de su formacin
literaria acadmica. Fundamentalmente, la huella espaola es honda, advirtindose hetero
gnels presencias simultneas, si bien lo importante es la forma como el poeta, sin re
nunciar a su cuna, elabora y crea su propia poesa. Los epgrafes indican, en cierta forma,
los caminos que el poeta recoJTe. No son casuales ni Daro, ni Hernndez, ni acaso sorprendentemente Rilke. Las voces se transforman, se apagan o acrecientan sus matices, sus
sonidos, pero hay un eco ine:~.tinguible en el fondo que alienta el ejercicio de esta poesa.
La cabal conjuncin de seculares cnticos, ele diferentes voces, estilos y artfices; palabras que apresan reminiscencias en las que conviven las conespondencias simbolistas, las
metforas isabelinas, la sinestesia y la prosopopeya hispnicas. El poeta utiliza motivos lricos recunentes que intentan aprehender el espritu ele una lengua, de una raza.
A ese esplendor esencial ele las races lingsticas ele las que el poeta no puede -ni quiere- despojarse, se suma la luminosidad que aflora difana o turbia, el intenso cromatismo
sugerente, la habilidad plstica en el manejo del claroscuro, la utilizacin antittica ele las
in1genes, con pinceladas \ibrantes que destilan luz y movimiento. Hay tinlbin esplendor auditivo, visual, tctil, ele los contrarios manifiestos como ocultas figuras que dihuan en un plano que deS'conocemos la atribulada ceiteza ele lobos y ngeles, de seres
intermedios como el hombre o los pjaros, espectadores ele la intern1inable lucha entre las
tinieblas y la luz.
Los recuerdos de hombres innominados que aparecen entre amaneceres y ocasos deslumbrantes, aoranzas ele tierras y poetas, ausenccs y presencias cautivadas por la magia con
que el artista modela figuras ev<mescentes. Y esa palpitacin aguda de la naturaleza.. de los
signos vitales del sendero oculto por el que solamente se atreve a adentrar la Poesa,
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son todos elementos que enriquecen semanncameme estos poemas y los revehn plenos
de una sugestividad que apunta a lograr diferentes planos de est;atificacin significativa
bajo un aparente aspecto de sencillez fonnal.
A.}>LB.
"DURAR II. REFERK\CIAL E I.:\STRL'~lE:\'TOS' de Juan Carlos ~!acedo. Ediciones de
la Balanza. l\lontevideo, 1976. 53 pgs.
Hay tal vez un excesivo develamiento de lo que debb permanecer sugerido, apenas in
sinuado. El sentimien:o suele se nu~ cr si Ll p.1lahr,1 wza, ,1penas rasga, no ahonda en
bsquedas precisas.
Acaso algun~ influencia ele la poesa norteamericana pauta la voz del poeta. Acaso nos
recuerda algun breve texto ele Borges para subrayar la certeza ele lo inevitable. Pero ello
.~olame~1t_e implica identificacin ele algunos matices en el canto particular ele un poeta
ele clefm:clo y personal acento cuya palabra inquiere, fusti~a al pensamiento. rescata la voz
profunda ele lo potico desde las races mismas de la vid.a.
'
A.M.B.
Juan Carlos l\lacedo nace en el departamento de Rivera en 1943. De 1976 es este libro
que rene veinte poemas de su autora di\iclidos estructuralmente en tres secciones.
Lo que inmediatamente impresiona en :.!acedo es su concepcin de la creacin potica
evidenciad;l en estas pruebas prcticas que son sus poemas: se trata de poesa creada
desde una perspectiva abstraccionista, desde una prica cientificista que aparece manifiesta desde el ttulo del libro y en palabras, frases y ttulos de algunos de sus poemas. Si
bien ello implic;l determinada originalidad de enfoque por parte del autor, signific,t simultne;mlente la carencia o disminucin de uno de los elementos sustanciales de la composicin potica: la sensibilidad (no confundir con sentimentalismo ni sensiblera). Se Yuelve
entonces poesa dirigida al cerebro, a la mente, al pensamie-ato, obligando al leclor a una
interpretacin no siempre accesible, lle\;mdo a descuidar la impresin sensorial, sensible;
por ende. carece del dinamismo inmginista enraizado en la tradicional concepcin de la
Poesa.
Sin embargo, hay aspectos interesantes en sus poemas: la inclinacin manifiesta a la elaboracin de sentencias, ele frases culminantes, en sus poemas, oraciones que resumen y sintetizan la idea del creador; el descuhrin1iento de alguna in1agen lograda en cuan~o sorprendente y precisa, la utilizacin de un1 grafa nada convencional (insertando signos
matemticos en la construcci(m del poema, ror ejemplo). Experimentalismos u parte, aspectos que contribuyen a la creac:n ele una esttica personal y coherente en el alltor.
Hay en :.!acedo una clesintegrac:n del lenguaje, una vidseccin de la mdula potica que
se vale de la p;1labra como instrumento para comprolnr que el pensamiento puede ser
trozado despaciosa, implacablemente, para ser e:puesto en carne viva a la luz ms fuerte
del espritu.
A.:.I.B.
Faget.
Edic'ones de la Balanza.
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:\'OT:\.S, REPORBJES
I-Ieber Rolandi
En el m1o en curso Heher Ro\mcli obtuvo el 1er. Premio ele
Grabado en el ''XL Saln Xacional de Artes Plsticas", importante reconocimiento para un artista que ya ha realizado 35 exposiciones en nuestro pas, Amrica y Europa, Obras suyas figuran
~n museos y colecciones ele Colombia, :.lxico. Puerto Rico, Italia, Espaa, .-\rgentina y Uruguay, habiendo participado en ocho
Bienales in:ermcionales en las que obtuvo mltiples distinciones
Un proceso ele decantacin natural ele su obra. llev a Ro~
hncli a iniciarse en la tcnica del Grabado en 1968, .luego ele una
extensa trayectoria en pintura.
A d;ferencia del grabado tradicional caracterizado por el
:;ran tiraje y el empleo del blanco y negro, Rolandi ha dotado
a los suyos ele color y gran dimensin; esta tcnica, que internacionalmente ha destacado su obra, le ha permitido adems
mo:lific.ctr la concepcin del grabado como arte menor. llevndolo a competir con la pintura.
'
Sus grab:~dos integran determinadas constantes temticas. como h son entre otras los soles y las catedrales, que asumen en
su obra va'or ele verdaderos leit-motiv. Importa destacar especictlmente el empleo del color, propio del pintor colorista que
es esenci;1 hnente Rolancli.
Sin dejar el grab.::do -fue invitado a participar en la Bienal
de Grabado de Chile en octubre de 1977- Rolandi trabaja al mismo tiempo en pintura, preparando para 1978 dos exposiciones
individuales.
"FORO LITERARIO" desea destacar especialmente su valioso aporte, mediante el diseo ele la cartula que caracterizar
c~:cb nmero ele nuestra Revista.
J,:.LF.
La demora en la aparicin de este nmero obedece a causa
de fuerza mayor.
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Noticias
ZEITSCHRIFT FR KULTURAUSTAUSCH
El Instituto de Relaciones Exteriores de Stuttgart, Alemania, public en marzo de 1977 una edicin especial en castellano de la
"Zeitschrift fr Kulturaustausch'', Revista de Intercambio Cultural.
Este nmero en castellano fue dedicado en su totalidad a1 Coloquio Latinoamericano 1976, realizado en Sprendlingen, Alemania,
por el Departamento Latinoamericano de dicho Instituto.
El contenido de la edicin est articulado en 28 trabajos e informes fundamentalmente destinados a tratar los temas del coloquio en el cual participaron escritores, fillogos, traductores,
etc. de todas las partes de ia Amrica Latina y se trataron dos
temas inteligentemente seleccionados por la Direccin: Literatura
v sociedad en Amrica Latina y Relaciones literarias germanoatino-americanas.
La lectura de los principales trabajos muesha que el esfuerzo del
Instituto se vio coronado coa un incuestionable xito, dado que
coadyuv en diversos sentidos a crear un espritu de mayor comprensin, a impulsar el acercamiento y a promover un mejor conocimiento entre Alemania y Latinoamrica.
Si bien las declaraciones de algunos panelistas latinoamericanos,
tanto en las sesiones del Coloquio como en algunos artculos, merecen ciertos reparos o no pueden ser compartidas puesto que
simplifican problemas muy complejos, el nivel general de todos
los trabajos fue sostenidamente excelente.
Es de destacar, por sobre todo, el preciso anlisis que en el ar-
tculo inicial, "La bsqueda del equilibrio literario", hace Giinter W. Lorenz, Jefe de Redaccin del Instituto.
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Sera de desear, que aparte la entrega de una excelente publicacin como la que aqu se comenta, el Instituto estudiara la posibilidad ele producir una revista de este tipo en lengua espaola
que nos hiciera conocer peridicamente los eventos ms importantes en el campo de las relaciones culturales entre Alemania y
L'ltino:J.mrica.
La publicacin que comentamos merece nuestro mayor beneplcito y nuesho ms profundo agradecimiento. Nuestros plcemes al
Instituto de Relaciones Exteriores de Stuttgart.
J. R.
VICENTE ALEIXANDRE. PREMIO NOBEL
DE LITERATURA 1977 .
En el mes de octubre ele 1977, la Academia sueca otorg el Premio
1\'ohel de Literatura al poeta espai'ol Vicente Aleixandre. Nacido
en Sevil'a en 1898, dedicado al ejercicio literario desde la apaJicin de su primer libro de poesa, "Ambito", hasta el presente,
Aleixandre es el sptimo escritor hispanohablante galardonado
con el Premio :\'obel de Literatura. Ya haba logrado el pblico
reconocimiento a sus mritos cuando obtuvo el Premio 1\'acional
de LitETatura por su libro "La deshuccin o el amor''. En esa
poca, hacia 1934, Pech-o Salinas destacaba la significacin capital de es:a ohra en el concierto universal de la moderna poesa.
Su prestigio, acrecentado con el pasaje de los aos y las obras
siguientes, determin su eleccin como miembro de nmero de
la Real Academia Espaola de la Lengua, en el ao 1949.
Perteneciente a la llamada "generacin de 1927'', Aleixandre inscribe la mayor parte de sn obra dentro de una lnea esencialmente neorromntica que parece responder a una decidida, subyacente, actitud espiritual romntica en el poeta. De su pasaje
por el surrealismo permanece la expresill potica superrrealista,
aun cuando no exenta de cierta lgica interna en su poesa que
desmiente en parte su superrealidad, sosteniendo la afirmacin
de Salinas en ese sentido. Obra compleja, sugerente, de ricos
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matices, se destacan en ella como ttulos importantes: "La destruccin o el amor". "Sombra del Paraso'', "Nacimiento ltimo",
"Historia del corazn", "En un vasto dominio".
Su vida. dedicada a la literatura, transcurre- en su ;a_sa m_a~~i
lea, en. compma de su hermana, vi\iendo la transluc1~a. v1gllm
cle la poesa compleja pero sensible, vital, humana, pa]plt_ante en
la memoria de los hombres porque los re\ela y los aproXIma, los
hace agradecer el don del verso que se siente como un sol pequeo Pn el corazn alerta. Para Espa'l v para nosotros, americanos de la Amrica hispnica, la satisfaccin del reconocimiento
universal al poeta que bien puede declarar con h ntima con\iccin de la verdad ganada:
"A mi paso he cantado porque he dominado el horizonte".
A. M. B.
INVIER~O
obituadas
J.R.
E. Otero
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libros recibidos
CARLOS BENVENUTO
Fue Profesor en toda la dimensin de la palabra, con la abnegacin del autntico docente, con la firmeza de quien quiere transmitir al alunmo su misma confianza en el destino del hombre, su encendida devocin.
Su palabra proyectaba la enseanza ms all del aula; enseaba con amor el
pensamiento del amigo entraable, arrancando al ideario vazferreiriano sus ms
ntimas resonancias.
Benvenuto ejerci un profundo apostolado en favor ele la verdad, forjando da
por da nuestro pensamiento en la fragua de su espritu. En el ocaso de su vida,
bien pudo hacer suyas las palabras que, en la clebre pgina rodoniana recoge
Gorgias de labios ,;le Leucipo, brnclando por la luz, "por quien me venza con
honor en vosotros .
Hace ya una dcada le admiramos en el aula; a un ao de su muerte, recordamos con respeto y gratitud su vala intelectaual, su dimensin humana.
J.M.F.
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