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Sexualidad y Envejecimiento.

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Sexualidad

ENVEJECIMIENTO
Eusebio Rubio-Aurioles

Contra lo que se cree, es un hecho que el inters ertico contina en la


mayora de los individuos de la tercera edad. Existen estudios que revelan que aunque la proporcin de adultos mayores con actividad sexual
disminuye con la edad, un buen nmero de ellos la sigue teniendo.

a vida sexual no termina al alcanzar alguna edad en particular. Sin embargo, la visin comn consiste en suponer que la actividad sexual y la edad
avanzada son en s mismas incompatibles. Muchos estereotipos sociales
han surgido para caricaturizar el inters ertico de las personas mayores; y
sin embargo, lejos de ser una rareza, la mayora de las personas de la tercera edad
conservan inters en la actividad sexual, a la que consideran algo importante y
bueno, y muchas veces siguen teniendo actividad sexual comparable en frecuencia a la de la poblacin ms joven.
El origen de la discrepancia entre el estereotipo cultural y la realidad que viven las personas aosas al respecto de la sexualidad tiene varias explicaciones. Por
un lado, es cierto que con la edad aparecen condiciones que pueden interferir
con la vida ertica, como las enfermedades o la prdida de la pareja sexual. Por el
otro, la falta de informacin, aunada a los prejuicios culturales que vinculan la
sexualidad a la juventud, genera una serie de problemas para que la salud sexual del
anciano se siga conservando en niveles ptimos, y que van desde el desinters de la
sociedad, la desatencin de los profesionales de la salud, la limitacin en las condiciones de espacio y tiempo para que el anciano tenga la posibilidad de intimidad
suficiente como para que su vida sexual contine, hasta la propia desatencin del
mismo anciano ante sus deseos. Muchas personas de la tercera edad, aunque tienen claramente problemas sexuales que pudieran ser tratados mdicamente, no
piden ayuda a los profesionales por considerar inadecuada tal solicitud.

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Sexualidad y envejecimiento

Sexualidad: una visin integral


Una consideracin de la sexualidad en la tercera edad requiere desde luego una breve reflexin previa sobre la conceptualizacin de la sexualidad.
Para muchos, sexualidad es equivalente a la actividad sexual
de tipo coital, o cuando menos conducente a la excitacin y el
orgasmo. De hecho, muchas de las preconcepciones errneas
socialmente aceptadas respecto a la vida sexual de los y las ancianas se refieren a esta dimensin de la sexualidad. Sin embargo, el concepto de sexualidad es bastante ms amplio. Citando
la definicin de trabajo publicada por la Organizacin Mundial
de la Salud:
La sexualidad es un aspecto fundamental de la condicin humana, presente a lo largo de la vida, y abarca el sexo, las identidades y los papeles
de gnero, la orientacin sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y
la reproduccin. La sexualidad se vivencia y se expresa por medio de
pensamientos, fantasas, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prcticas, papeles y relaciones. Si bien la sexualidad puede
incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se vivencian o expresan
siempre. La sexualidad recibe la influencia de la interaccin de factores
biolgicos, psicolgicos, sociales, econmicos, polticos, culturales, ticos, legales, histricos, as como religiosos y espirituales. (World Health
Organization, 2006).

La sexualidad tiene entonces varios componentes; una manera de visualizarlos es la llamada visin sistmica de la sexualidad
(vase Figura 1). Los subsistemas sexuales que se consideran en
la definicin de trabajo de la Organizacin Mundial de la Salud
son la reproductividad, el gnero, el erotismo y el vnculo afectivo, que se organizan para producir la orientacin sexual y la
identidad sexual (Rubio-Aurioles, 1994).

Impacto de la edad
en la reproductividad
El cese de las funciones reproductivas como
consecuencia de la menopausia es bien conocido. Las mujeres, comparadas con hembras de otras especies, dejan de ser capaces de
embarazarse a una edad relativamente menor.
Thomas Kirkwood, del Departamento de Gerontologa del Instituto de Envejecimiento y
Salud de la Universidad de Newcastle, en el
Reino Unido, propone una interesante hiptesis: la evolucin del ser humano se ha enfrentado a circunstancias peculiares que incluyen
la presin para desarrollar tiempos de vida ms
largos producto del aumento del tamao del
cerebro (este aumento se ha traducido en mayor inteligencia, el uso de herramientas y la vida social, que han producido una reduccin de
la mortalidad). Sin embargo, tener bebs con
mayor tamao cerebral increment el riesgo de
vida al parirlos. El resultado parece ser un arreglo en el que, en comparacin con otros mamferos, los seres humanos nacen con un considerable nivel de dependencia materna. La
menopausia, desde esta perspectiva, protegera
a la mujer mayor de los riesgos del embarazo y
parto, y favorecera la supervivencia de la
madre para poder cuidar a sus hijos hasta que
desarrollen independencia (Kirkwood, 2002).

Sexualidad

Aunque la fertilidad de los varones no se detiene en forma tan puntual, su eficiencia reproductiva tambin disminuye con la edad.
En todo caso, aun cuando exista un declive
en la funcin reproductiva con la edad, la supuesta equivalencia entre reproduccin y conducta sexual cada da debe ponerse ms en duda.

Impacto de la edad
en la vinculacin afectiva
La edad no parece afectar la capacidad de
amar o de enamorarse. Sin embargo, a diferencia de otras dimensiones de la sexualidad que han sido investigadas con mayor detalle, existe una carencia importante de datos
generados en estudios bien controlados respecto a los cambios de la capacidad amatoria de
las personas de edad. La literatura psicoanaltica ha aportado descripciones convincentes de
la presencia de la capacidad de enamorarse y
de amar en las personas de edad (Settlage,
1996). Otros estudios han mostrado que, de
hecho, la presencia de ligas afectivas importantes puede ser un factor que protege del

deterioro cognitivo que sufren muchos adultos mayores (Seeman y colaboradores, 2001).
Muchos adultos mayores se enfrentan a la prdida de sus
compaeros de vida. La soledad y la expectativa social equivocada de que la vida sexual es algo que debera haber acabado, suele impedir que estos adultos busquen relacionarse nuevamente. No hay razn para esto, cuando observamos cmo la
capacidad de establecer relaciones afectivas intensas permanece inalterada en la mayora de los adultos mayores.

Impacto de la edad en la vida ertica


La respuesta sexual, base fsica de la vida ertica, tiene cambios importantes determinados por la edad. Si bien la capacidad de significacin ertica y de gozo ante los eventos
erticos permanece muchas veces sin ser afectada, las respuestas
fsicas corporales se modifican casi siempre; y no pocas veces,
sobre todo cuando se asocian enfermedades, los cambios llegan
a constituir patrones de disfuncionalidad sexual.
Sin embargo, es un error considerar que la vida ertica termina con la edad. En vez de ello, debemos asumir la realidad
de que con el avance de la edad ocurren cambios importantes
en la vida ertica prcticamente en todas las personas.
El inters ertico contina en la mayora de los individuos
viejos. La representacin en la imaginera popular del anciano
interesado en la vida ertica como individuo
extrao y hasta peligroso (el famoso viejo rabo
Integracin de los componentes de la sexualidad
verde) resulta un grave error de apreciacin de
El gnero
La reproductividad
la realidad humana. En contraste, a la fecha se
han publicado ya muchos trabajos cientficos
I
que muestran que la visin tradicional no
d
e
corresponde a la realidad. Por ejemplo, en el
n
Estudio Global de Actitudes y Comportat
mientos Sexuales de la empresa Pfizer (Pfizer,
i
d
2002), que incluy a ms de 26 mil hombres y
a
mujeres de entre 40 y 80 aos de edad, entred
vistados en 29 pases de todas las regiones del
mundo, seala que 83 por ciento de los homs
e
bres y 63 por ciento de las mujeres respondi
Orientacin
x
que la vida sexual le era importante, muy imsexual
u
portante o extremadamente importante. Por
a
l
otro lado, en este mismo estudio, cuando se
calcularon los porcentajes de participantes por
El erotismo
El vnculo afectivo
pas que respondieron a la misma pregunta
Figura 1. Representacin de los componentes de la sexualidad.
diciendo que su vida sexual era importante,

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Sexualidad y envejecimiento

stos estuvieron por encima del 50 por ciento en prcticamente todos los pases. (Vase Figura 2).
En aos recientes se public un estudio realizado en una
muestra representativa de adultos mayores de los Estados Unidos. Realizando una seleccin representativa de la poblacin de
entre 57 y 85 aos de edad, Stacy Lindau y colaboradores reunieron una muestra de 3 mil 5 adultos mayores (mil 550 mujeres y mil 455 hombres) e investigaron sobre su vida sexual y
salud (Lindau y colaboradores, 2007). Aunque la proporcin de
adultos mayores con actividad sexual disminuy con la edad,
un nmero muy importante de ellos la segua teniendo (Vase
Figura 3).
La proporcin de adultos mayores con actividad sexual declina con la edad, pero no llega a desaparecer; si la actividad continua,
la frecuencia no cambia. La declinacin de la actividad sexual
depende del estado general de salud de la persona, de su edad
y de la disponibilidad de compaero o compaera sexual. En el
estudio de Lindau y colaboradores (2007), la actividad sexual se
report disminuida con los factores reguladores sealados arriba. Sin embargo, en este mismo estudio, las personas mayores
que continuaban teniendo actividad sexual, reportaban frecuencias de actividad ertica comparables a las de grupos de
edad mucho menores (30 o 40 aos). La Figura 4 muestra estas tendencias con claridad. Un estudio anterior mostr que

84%

89% 90%

85%
76%

72%

85%
78%

73% 71% 71%


69%

70%

los hombres que tenan mayor actividad sexual


cuando eran jvenes tenan un menor declive cuando envejecan que los hombres con
menos actividad sexual.
Cambios en la respuesta sexual con la edad.
Con los aos, algunos cambios fsicos pueden
hacer que la experiencia sexual sea ms difcil. Las descripciones clsicas de Masters y
Johnson son tiles: la mujer puede notar que
la vagina se acorta y se hace ms angosta, sus
paredes se vuelven ms delgadas y un poco
ms rgidas. La mayora de mujeres tienen menos lubricacin, y esto puede afectar su placer
sexual.
En los hombres, la calidad de la ereccin
se modifica. La ereccin se vuelve menos rgida y se obtiene con ms lentitud que en
los aos de juventud. La cantidad de eyaculado disminuye, la prdida de la ereccin despus de la eyaculacin es ms rpida que anteriormente, y el tiempo necesario para tener
otra ereccin aumenta en relacin a tiempos anteriores. Muchos hombres encuentran
que se requiere mucho ms estimulacin f-

69%

83%

79% 77%
76%

78% 79%

78%
73%

72%
66%

55% 53% 57%


38%

o ia ia o a
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Figura 2. Distribucin del porcentaje de participantes en el estudio global de actitudes y comportamientos sexuales por pas que respondieron que su vida sexual es muy importante, importante o moderadamente importante. http://www.pfizerglobalstudy.com/ (informacin revisada el da 24 de mayo de 2007).

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Sexualidad

sica para que la ereccin aparezca, a diferencia del pasado,


cuando poda provocarse con el solo pensamiento.
Muchas veces, lo que sucede cuando la persona envejece es
que aparecen disfunciones sexuales. Los cambios anotados aqu
se consideran parte del envejecimiento normal, pero como se
ver con claridad, el asunto es cuestin de grado. Los mismos
cambios con mayor intensidad constituyen disfunciones sexuales en el adulto mayor. Algunas de ellas son muy frecuentes y se
revisarn a continuacin.

80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%

Disfunciones sexuales en los adultos


mayores
Figura 3. Porcentaje de participantes que seguan tenienCon la edad, muchas disfunciones sexuales se hacen ms
do actividad sexual. Muestra representativa de la poblafrecuentes. Algunos de los cambios de la edad facilitan su
cin estadounidense (N = 3 005; hombres = 1 455; mujeres
aparicin, pero es mucho ms frecuente que al aparecer
= 1 550).
algunas enfermedades, la disfuncionalidad sexual constituya
parte de sus manifestaciones o complicaciones.
En el hombre, la disfuncin erctil se hace mucho ms frecuente que en los individuos jvenes. Habitualmente existe alguna enfermedad que se asocia con la disfuncin erctil, como
diabetes mellitus, hipertensin arterial, exceso de grasas circulando en la sangre (incluyendo el colesterol) o
bien condiciones psiquitricas como la depresin. La ausencia de deseo sexual en el hombre
a veces anuncia la disminucin de los niveles de testosterona circulante. En la mujer,
asociada al envejecimiento se hace frecuente
la falta de deseo sexual, en lo que parece ser un
impacto de los cambios hormonales que acompaan a la menopausia; son frecuentes tambin los problemas de lubricacin, que pueden
Excelente o muy buen estado de salud
causar dolor durante la actividad sexual y di Buen estado de salud
ficultades para alcanzar el orgasmo. Las figuras
Regular o mal estado de salud
5 y 6 muestran los diversos porcentajes para
cada disfuncin sexual en el estudio de Lindau
y colaboradores (2007).
61-65
66-70
71-75
76-80
81-85
51-60
0%

100

80

60

40

20

57 a 64 aos

65 a 74 aos

75 a 85 aos

Edad del grupo (aos)


Figura 4. Prevalencia de la actividad sexual con un compaero de acuerdo a la
edad y al estatus auto-reportado de salud. Se muestra el porcentaje de participantes con esposa o con pareja ntima que fueron sexualmente activos en el ao anterior. Los smbolos azules son los hombres; los rojos son las mujeres. Los signos (+)
son los participantes en excelente o muy buen estado de salud; los tringulos son
participantes en buen estado de salud, y los crculos son participantes que respondieron tener salud regular o mala (Lindau y colaboradores, 2007).

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Cuestin de hormonas
y endotelios
Los problemas de funcionamiento sexual
que aquejan a las personas mayores son la
mayor parte de las veces consecuencia de
la disminucin de las cantidades de hormonas

Sexualidad y envejecimiento

sexuales circulantes. Tanto en hombres como en mujeres, la testosterona es fundamental en el mantenimiento del inters y el
deseo sexual. Los estrgenos son necesarios
para que la vagina produzca el lquido de
lubricacin necesario para que la penetracin no sea desagradable. Ambas hormonas
disminuyen sus concentraciones conforme
avanza la edad.
Los estrgenos tambin disminuyen con
la edad, pero de manera ms abrupta cuando se establecen los cambios hormonales de
la menopausia. La falta de estrgenos puede ser la causa de las dificultades de lubricacin que, como anotamos arriba, afecta
del 35 al 50 por ciento de las mujeres mayores de 57 aos.
Respecto a los problemas de ereccin, la
mayora de las veces se deben a que la salud
de los vasos sanguneos se ha visto afectada.
La ereccin es un proceso fisiolgico que
depende de que el endotelio est saludable.
Los endotelios saludables producen xido
ntrico con facilidad, compuesto que manda el mensaje para que la musculatura lisa
del pene se relaje y la ereccin aparezca.
Cuando el endotelio se enferma, produce
con ms dificultad el xido ntrico, y adems produce sustancias (endotelinas, entre
otras) que hacen ms difcil la relajacin
del msculo liso. Cuando el endotelio ha
estado enfermo por algn tiempo, el tejido
que le rodea, es decir, el tejido de los cuerpos cavernosos del pene, sufre cambios que
lo hace menos elstico, haciendo ms difcil la ereccin.

Impacto de la edad
en la identidad de gnero
La edad puede tener impactos importantes en la identidad de gnero, es
decir, en lo que pensamos y sentimos
respecto a nuestro ser hombres o mujeres.
Sin embargo, el tipo de impacto en el caso

57-64 a

65 - 74 a
25.70%

Evitacin por
los problemas sexuales

30.10%
22.10%
29.30%
28.90%

Ansiedad
de desempeo

25.10%
5.10%
7.00%
3.80%

Falta de placer

Dolor

75-85 a

1.00%
3.20%

3.00%
33.20%
22.70%

Anorgasmia

16.20%
21.30%

Eyaculacin
precoz

28.10%
29.50%
43.50%
44.60%

Disfuncin erctil

30.70%
24.20%

Falta de inters /
deseo
0.00%

28.50%
22.20%
10.00%

20.00%

30.00%

40.00%

50.00%

60.00%

Figura 5. Porcentajes de participantes hombres reportando diversas disfunciones sexuales.

57-64 a

Ansiedad
de desempeo

30.50%
34.30%

24.90%
22.00%
24.00%
11.80%

18.60%
17.80%

Anorgasmia

32.80%
34.00%

Dificultad con
la lubricacin

38.20%
43.60%
43.20%

35.90%

Falta de inters /
deseo
0.00%

75-85 a

9.90%
12.50%
10.40%

Falta de placer
Dolor

65 - 74 a

22.70%

Evitacin por los


problemas sexuales

38.40%

10.00%

20.00%

30.00%

49.30%
44.20%

40.00%

50.00%

Figura 6. Porcentajes de participantes mujeres reportando diversas disfunciones sexuales. Aunque, en efecto, las disfunciones sexuales se hacen muy frecuentes en la poblacin de adultos mayores, es importante percatarse de que ninguna
de stas alcanza porcentajes del 100 por ciento. Es decir, la idea de que la vida
ertica es imposible o necesariamente mala en los viejos es errnea, pues un
buen nmero de ellos(as) continan su vida sexual sin problema alguno.

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60.00%

Sexualidad

de la identidad de gnero depende sobre todo


del tipo de masculinidad o feminidad que
existe antes de la llegada de la vejez.
Muchos varones centran su valor como
hombres en los atributos de la juventud y en
su funcionamiento sexual. Para estos varones,
la llegada de la vejez, con sus cambios y problemas, puede representar un impacto muy
grande a su autoestima. Para muchas mujeres,
su feminidad est centrada tambin en atributos de la juventud, y el inevitable arribo de los
cambios de la edad puede afectar la autoestima
y el autoconcepto.
Sin embargo, no todos los adultos mayores
sufren estos impactos. Para muchos, la vida
misma les ha enseado lo suficiente como para
no centrar su autoestima y bienestar en los aspectos ilustrados arriba. Muchas veces, los prejuicios sociales que, como hemos visto, estn
lejos de la realidad, producen impactos en la
autoestima, y en no pocas ocasiones efectos de
tristeza o franca depresin. Todos estos cambios son prevenibles con adecuada informacin y educacin.

Conclusiones
La sexualidad ciertamente se modifica con
los aos. Sin embargo, la expectativa que
vincula la sexualidad a los jvenes o que
ve imposible o ridiculiza el inters y la actividad sexual en el anciano resulta sobre todo de
la ignorancia y de la persistencia de ideas culturales que no corresponden a la realidad.
La sociedad tiene la obligacin de atender
el impacto de la edad en la salud sexual de las
personas. Atender las disfunciones sexuales
del anciano es uno de los grandes pendientes
de nuestros sistemas de salud. El derecho a la
salud incluye la salud sexual, y no existe ninguna justificacin para negar este derecho a
las personas de edad. Se requieren cambios de
tipo educativo y en la visin cultural sobre la
sexualidad en la tercera edad que permitan
que, cuando lleguemos a ella, nuestras posibi-

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lidades de seguir gozando de este aspecto fundamental de la


vida no se vean disminuidas por errores y prejuicios culturales.

Bibliografa
Kirkwood, Thomas (2002), Evolution of ageing, Mechanisms of
ageing and development, 123, 737-745.
Lindau, Stacy T., Philip Schumm, Edward Laumann, Wendy
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States, N. Engl J. Med., 357:762-74.
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Rubio-Aurioles, Eusebio (1994), Introduccin al estudio de la
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ngel Porra.
Seeman, Teresa, Tina Lusignolo, Marilyn Albert y Lisa Berkman
(2001), Social relationships, social support, and patterns of cognitive aging in healthy, high-functioning older adults:
MacArthur studies of successful aging, Health psychology,
20(4):243-255.
Settlage, Calvin F. (1996), Transcending old age: creativity, development and psychoanalysis in the life of a centenarian,
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World Health Organization (2006), Defining sexual health: report of a
technical consultation on sexual health, 2831 January 2002, Geneva, disponible en http://www.who.int/reproductive-health/
gender/sexualhealth.html (consultado el 30 de noviembre de
2008).

Eusebio Rubio-Aurioles es mdico cirujano y doctor en sexualidad


humana. Actualmente es director general de la Asociacin Mexicana para la
Salud Sexual, A. C., y profesor en el Departamento de Psiquiatra y Salud
Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autnoma de
Mxico ( UNAM ). Se especializa en el tratamiento de problemas sexuales, en
particular de las disfunciones sexuales. Ha realizado numerosos proyectos de
investigacin en el desarrollo de frmacos para tratamiento de disfunciones
sexuales, cuyos resultados en muchos casos se han publicado en revistas
internacionales.
eusebio@amssac.org

En las profundidades acuarela Cecilia Crdova

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