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Obra Temprana de Bioy Casares
Obra Temprana de Bioy Casares
Obra Temprana de Bioy Casares
Vase, e.g., las opiniones negativas acerca de sus primeros esfuerzos literarios, que Bioy expresa en una entrevista con Robert Saladrigas: Monlogo con Adolfo Bioy Casares, Destino,
ao XXXIV, nm. 1-832 (Barcelona, 11 de noviembre de 1972), pp. 48-49. Cf. la entrevista de Danubio Torres Fierro con el autor argentino, titulada Las utopas pesimistas de Adolfo Bioy Casares, Plural [Mxico], 4, nm. 55 (abril 1976), pp. 47-53.
2
Las cuatro colecciones de cuentos son las siguientes: Prlogo (Buenos Aires, Biblos Editorial,
1929); 17 disparos contra lo porvenir (Buenos Aires, Edit. Tor, 1933), publicado bajo el seudnimo,
Martn Sacastr; Caos (Buenos Aires, Viau y Zona Editores, 1934) y Luis Greve, muerto (Buenos
Aires, Editorial Destiempo, 1937). La estatua casera (Buenos Aires, Ediciones Jacaranda, 1936) es
un extrao librito, de unas cincuenta pginas, que incluye poemas, dilogos imaginarios, meditaciones y ensayos de estilo potico, etc. El sexto libro es, que yo sepa, la nica novela (ms bien, novela
corta) publicada por Bioy Casares durante este perodo temprano de su carrera literaria; est titulada
La nueva tormenta o la vida mltiple de Juan Ruteno (Buenos Aires, Francisco A. Colombo, 1935).
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ADOLFO BIOY CASARES, Sobre la tcnica de los cuentos fantsticos, en La estatua casera (Buenos Aires, Ediciones Jacaranda, 1936), pp. 11-14.
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En la tercera seccin de su Prlogo, al describir La antologa que presentamos, Bioy Casares revela que la gnesis del famoso tomo de selecciones de la literatura fantstica universal data de
1937, el mismo ao de la publicacin de Luis Greve, muerto: Una noche de 1937 hablbamos de
literatura fantstica, discutamos los cuentos que nos parecan mejores; uno de nosotros dijo que si
los reuniramos y agregramos los fragmentos del mismo carcter anotados en nuestros cuadernos,
obtendramos un buen libro. Compusimos este libro. Antologa de la literatura fantstica, ed. Jorge
Luis Borges, Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares, 2." ed. (Buenos Aires, Sudamericana, 1965), p. 14.
Es posible que, para aquella fecha (1937), Bioy Casares ya hubiera concebido tambin su futura novela, La invencin de Morel, y que ya estuviera trabajando en ella. El inters del autor en la fotografa, fuertemente vinculada con el tema de la inmortalidad en La invencin..., antecede con mucho
su obra maestra. En efecto, tres de los cuentos de Luis Greve, muerto, incluyen una temtica relacionada con la fotografa. El tema aparece tambin en colecciones de cuentos ms tempranos. Vase,
al respecto, el trabajo Preocupacin metafsica y creacin en La invencin de Morel, por Adolfo
Bioy Casares, incluido en mi libro, Essays on Argentine Narrators (Valencia-Chapel HU, N . C :
Albatros ediciones Hispanfila, 1982), p. 51, nota 8.
5
Vase, e.g., su clasificacin de los cuentos fantsticos segn la explicacin proporcionada por
el narrador. Prlogo de la Antologa de la literatura fantstica, ed. cit., p. 13.
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Bioy Casares, Sobre la tcnica de los cuentos fantsticos, en La estatua casera, p. 12.
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Vase The Motifs of the Homunculus and the Shrinking Man in Two Versions of a Short
Story by Adolfo Bioy Casares, incluido en mi Essays on Argentine Narrators (cit. en nota 4,),
pp. 105-158. La versin revisada de Cmo perd la vista apareci con el ttulo La sierva ajena en
Historia prodigiosa (Mxico: Grfica Panamericana, S. de R. L., 1956), pp. 101-147. En la 2.' ed. de
Historia prodigiosa (Buenos Aires, Emec, 1961), el autor aadi un sexto cuento (De los dos lados) a los cinco originales.
8
Los milagros no se recuperan es el sexto de los diez relatos incluidos en El gran serafn (Buenos Aires, Emec, 1967), pp. 121-136. Norman Thomas di Giovanni ha traducido al ingls este cuento, con el ttulo Miracles Cannot Be Recovered. Vase BARBARA HOWES (ed.), The Eye ofthe Heart.
Short Stories from Latin America (Indianapolis/New York, The Bobbs-Merrill Co., Inc., 1973),
pp. 278-88.
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el tema y la estructura narrativa de los dos textos, pero se comentar, tambin brevemente, algn rasgo estilstico.
En Luis Greve, muerto, un 'yo' annimo recuerda con nostalgia su
adolescencia en el Colegio Nacional de Buenos Aires, a sus buenos amigos de aquella poca, Luis Greve y una pareja llamada Francisco y Adela
(hermanos o, posiblemente, novios), y evoca el espritu de camaradera
que los haba unido. Luis Greve, el ms viejo de la clase, docto en la resistencia al colegio, en el bowling y las narraciones de ms all de la cortina rosada9,, era siempre el lder en hacer novillos, en fumar, en andar
de parranda, en tocar guitarras y cantar, y en todas las otras aventuras de
la juventud. Ahora han pasado varios aos, y los amigos casi nunca se
ven; en el intervalo, la muerte se ha llevado a Luis Greve, admirado y querido condiscpulo intensamente echado de menos por el narrador. Como
dice siempre ste: Al pensar en Luis Greve no puedo creer que se haya
muerto (p. 11). El 'yo' sabe que Francisco y Adela, residentes ahora de
Mar del Plata, lo consideran ingrato por sus reiteradas postergaciones de
visitas prometidas. Rodo de remordimiento, el narrador acepta una invitacin de la pareja y acude una noche a Constitucin (estacin de ferrocarriles) a tomar el tren de las diez y quince. Aunque faltan cuarenta minutos para la salida del convoy, le pone nervioso el servicio lento del restaurante. Observa al mozo muy ocupado con un banquete de polticos,
porque son das siguientes a elecciones (p. 11), y muchos fiscales y delegados ya parten de la capital. De repente se fija en un individuo que
est de espaldas, de pie, rodeado de polticos y hablando con stos. Lo
raro es un gesto del hombre: haca girar la cadena del llavero alrededor
del ndice, en una postura que [yo] le conoca a Greve (p. 13). Ya se acercan las diez y cuarto, el mozo no le trae la cuenta, y el narrador hace intiles esfuerzos por ver la cara del desconocido. Luego ocurre el suceso fantstico: El hombre que jugaba con la cadena del llavero se dio vuelta.
Era Luis Greve. Hice el ademn de levantarme para ir a abrazarlo. Me
mir y movi negativamente la cabeza. Comprend que no quera hablarme delante de esas personas, tal vez por temor de que yo les descubriera
lo sucedido (p. 13). Atolondrado, el 'yo' se distrae unos momentos con
los ltimos trmites de su viaje y pierde de vista a Greve en la muchedumbre. Se deshace por hallarlo de nuevo y llamarle la atencin, pero pasan inexorablemente los pocos minutos que quedan. En medio de la creciente urgencia, el narrador se debate entre el temor de perder el tren (de-
9
Luis Greve, muerto (Buenos Aires, Editorial Destiempo, 1937), p. 9. Cito siempre por esta (primera y nica) edicin; las dems referencias a pginas van entre parntesis en el texto del trabajo.
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Vase OLGA SCHERER-VlRSKI, The Modern Polish Short Story (The Hague, Mouton, 1955),
p. 34. La primera parte de este libro, titulada A General Theory of the Short Story es una fina introduccin general al cuento como gnero literario autnomo. Consiste en dos breves captulos: I)
Description of the Genre (pp. 3-26); II) Types of Short Stories (pp. 27-39). Lo dems del libro
est dedicado a un estudio del cuento en Polonia.
11
SCHERER-VIRSKI, pp. 5 y 22-23. The sharpest kind of dnouement is the so-called pointe. It
is contained within a brief (the briefest possible) segment of the short story near the end: either narration, description, or (quite frequently) dialogue. Very often it consists of only one sentence which
unravels the plot and throws its color shades on everything that has built it up.
12
SCHERER-VlRSKI, p. 36. Respecto a la nocin de la subordinacin de los otros elementos ficticios a la intriga en los cuentos de accin, ser iluminador recordar aqu la preocupacin de Borges
y Bioy Casares por el descuido en la construccin de los argumentos que perciban en la narrativa
(especialmente la psicolgica) de las dcadas de entre las dos guerras mundiales. En su Postdata a
la segunda edicin de la Antologa de la literatura fantstica, al referirse a aquellos aos, escribi
Bioy Casares: Los compiladores de esta antologa creamos entonces que la novela, en nuestro pas
y en nuestra poca, adoleca de una grave debilidad en la trama, porque los autores haban olvidado
lo que podramos llamar el propsito primordial de la profesin: contar cuentos. De este olvido surgan monstruos, novelas cuyo plan secreto consista en un prolijo registro de tipos, leyendas, objetos,
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Greve, muerto rene cuatro atributos fundamentales en la mejor literatura fantstica: 1) la elaboracin de un contexto realista y verosmil; 2) la
irrupcin en ste de un solo acontecimiento irreal; 3) la duda y la vacilacin frente al suceso fantstico por parte del narrador-protagonista y, por
ende, por parte del lector tambin; 4) la falta de explicacin del evento
sobrenatural13.
Por tanto, como muestra del gnero cuentstico y como obra fantstica, Luis Greve, muerto encerraba grandes potenciales. Con todos los
representativos de cualquier folklore, o simplemente en el saqueo del diccionario de sinnimos, cuando no del Rebusco de voces castizas del P. Mir. Porque requeramos contrincantes menos ridculos,
acometimos contra las novelas psicolgicas, a las que imputbamos deficiencia de rigor en la construccin: en ellas, alegbamos, el argumento se limita a una suma de episodios, equiparables a adjetivos o lminas, que sirven para definir a los personajes; la invencin de tales episodios no reconoce
otra norma que el antojo del novelista, ya que psicolgicamente todo es posible y aun verosmil. Vase Yet each man kills the tbing he loves, porque te quiero te aporreo, etc. Como panacea recomendbamos el cuento fantstico. Antologa de la literatura fantstica, ed. cit., p. 16. No debe sorprendernos, por lo visto, la preferencia de Bioy Casares por los Cuentos de accin (o de trama), y
dentro de stos, los de asunto fantstico.
13
La mayora de los tericos de lo fantstico subrayan la creacin de una realidad verosmil y
cotidiana que luego es invadida y minada por el elemento sobrenatural. Por ejemplo, escribe Roger
Caillois: The fantastic... manifests a scandal, a rent, an extraordinary, almost unbearable irruption
in the world of reality... The fantastic supposes the solidity of the real world, the better to ravage
it... The essential step in the fantastic is the Apparition: what cannot happen but does happen, at a
given moment and point in the heart of a perfectly ordered universe, from which one believed mystery
to have been forever banished... The manifestations of the fantastic all derive from the same principie. They are all the more terrible in that their setting is familiar... Vase Roger Caillois, The Fantastic, trad. Will McLendon, Forum [Houston, Texas], 2, no. 2 (May 1958), 51-2. Con este procedimiento narrativo de lo fantstico est de acuerdo otro terico francs: La narracin fantstica...
se deleita en presentarnos a hombres como nosotros, situados sbitamente en presencia de lo inexplicable, pero dentro de nuestro mundo real... El arte fantstico debe introducir terrores imaginarios
en el seno del mundo real. Louis Vax, Arte y literatura fantsticas, trad. Juan Merino (Buenos Aires, EUDEBA, 1965), p. 6. Con relacin a un solo acontecimiento irreal, recordamos las palabras de
Andrs Maurois, autor de la novela fantstica, La machine a lire les penses (1937), citadas por Frderic Lefvre: II consiste reunir autour d'une hypothse irrele assez de details vrais pour creer la
crdibilit. Vase Frderic Lefvre, Propos sur le cont philosophique, Les Nouvelles Littraires,
nm. 787 (13 Nov. 1937), 2. (El subrayado es mo.) Tambin conviene recordar aqu que, en sus comentarios sobre la tcnica del relato fantstico en su Prlogo a la Antologa de la literatura fantstica, Bioy Casares mismo revela una clara comprensin terica de tales procedimientos narrativos:
Despus algunos autores descubrieron la conveniencia de hacer que en un mundo plenamente creble sucediera un solo hecho increble; que en vidas consuetudinarias y domsticas, como las del lector,
sucediera el fantasma. Por contraste, el efecto resultaba ms fuerte. Surge entonces lo que podramos
llamar la tendencia realista en la literatura fantstica (ejemplo: Wells). Vase Antologa de la literatura fantstica, ed. cit., pp. 8-9. (El subrayado es mo.) El relato fantstico ideal, segn Tzvetan Todorov, no ofrecer ninguna explicacin de la situacin ni del acontecimiento sobrenaturales presentados; al contrario, debe dejar tanto al personaje como al lector en un estado de duda completa, de
vacilacin y perplejidad. En efecto, toda la teora sobre lo fantstico de Todorov est basada en el
concepto de la vacilacin. En cuanto personaje y lector dejan de vacilar y dudar entre la realidad y
la irrealidad del evento fantstico percibido, o sea, en cuanto ste se explica segn normas lgicas y
racionales, deja de existir lo fantstico. Vase Tzvetan Todorov, The Fantastic: A Structural Approach
to a Literary Genre, trad. Richard Howard (Ithaca, N.Y., Cornell University Press, 1975), pp. 23-33.
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buenos materiales sealados entre manos, Bioy Casares tuvo una esplndida oportunidad de crear una situacin ficticia bien tensa, una trama cargada de suspenso y un cuento fantstico de extraordinario valor artstico.
Sin embargo, y desgraciadamente, la malogr. Las razones son sencillas.
La claridad de la lnea narrativa se esfuma en nubes de reflexiones subjetivas y enrevesadas del narrador. El autor no ubica el desenlace donde hubiera sido su sitio lgico (el momento en que el protagonista ve al muerto
y decide, ilgicamente, seguir viaje). Al contrario, el personaje contina
explorando sus propias reacciones interiores ante la experiencia sobrenatural, y el impacto de la pointe pierde en fuerza e intensidad. La tensin
y el suspenso son asimismo disminuidos por el afn del autor de emplear
un lenguaje que a cada paso llama la atencin sobre s mismo y que resulta ser, a veces, casi incomprensible. El estilo, en fin, es el peor aspecto
de Luis Greve, muerto. Bastar un ejemplo de esta expresin turbia para
darla a conocer. El narrador describe as su falta de voluntad y su dilema:
dirigirse al muerto y satisfacer su curiosidad o cumplir con su compromiso y no volver a parecerles ingrato a Franciso y Adela: No quera irme
sin hablar con Greve, pero el tiempo exiguo y cargado de multitud [de]
trenes y empujones y consecuencias iba arrinconndome en una debilidad
de ir contrayndome por escalones de quebraduras de la espina dorsal y
la base del crneo, al comparecer por ingratitud ante los viejos amigos
(14-15). Al volver nuestra atencin a la segunda versin del cuento, recordemos, de paso, ciertos motivos de la primera que ahora reaparecern
semejantes pero transformados: el restaurante de Constitucin (escenario); un personaje que espera la salida de un tren; la aparicin de un muerto que, con un gesto de negacin, rechaza la comunicacin con el amigo
vivo; vacilacin seguida de continuacin de su itinerario por parte de ste.
En la segunda variante del cuento, Los milagros no se recuperan, se
relata no una sino dos historias. En Constitucin, el primer narrador se
encuentra con Luis Greve, un excondiscpulo del Instituto Libre; por
coincidencia ambos han llegado una hora temprano. Acuden a la confitera donde el narrador comenta que en la vida todo se da en series. Hoy
tendremos una serie de coincidencias intiles (121)14. Pero Luis Greve
no est seguro de que tales casualidades sean intiles ni de que no prueben nada. Para convencer a Greve de que no calificaba de intil su enM
ADOLFO BIOY CASARES, El gran serafn (Buenos Aires, Emec, 1967), p. 121. Cito siempre
por esta edicin, y las dems referencias van entre parntesis en el texto. El autor tambin ha incluido
Los milagros no se recuperan en una recopilacin posterior. Vase Adolfo Bioy Casares, Historias
fantsticas (Buenos Aires, Emec, 197^), pp. 295-309.
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Es posible que Carmen Silveyra est casada, o an que Greve mismo lo est. Sin embargo, el
autor no esclarece este punto, prefiriendo dejarlo ambiguo.
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En Los milagros..., Bioy Casares emplea la tcnica del cuento dentro de un cuento, el procedimiento en que un relato sirve de marco al
otro. Pero aqu la doble intriga va acompaada, estructuralmente, de dos
voces narrativas, de puntos de vista duales, y de dos temas fantsticos. La
eficacia de la pointe (o desenlace fuerte) depender, entonces, del vnculo
establecido entre las dos historias. Estas pueden existir, por ejemplo, en
una relacin implcita de paralelismo, de comparacin o de contraste, pero
su propsito es siempre hacer que el lector perciba la relacin. Una trama
realza y refuerza algn rasgo de la otra, y viceversa18. En su historia de
la duplicacin de Maugham, el viajero martimo desarrolla el tema fants-
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tico tradicional del doble (el Doppelgdnger) y se nota que el punto culminante, la aparicin simultnea de los dos Maugham, se da en las ltimas frases de la narracin, produciendo as una impresin fuerte. Sin embargo, el segundo narrador, Luis Greve, al decir que eso fue una coincidencia completamente intil (126), ofrece la explicacin lgica, racional, socavando, de hecho, lo fantstico y debilitando toda su capacidad
de asombro, de miedo fsico o metafsico, y de duda y vacilacin. En cambio, no hay ninguna posibilidad de tal disipacin en el segundo relato. En
contraste con la aparicin de un doble, que pudo ser coincidencia, la de
un muerto resucitado tiene el efecto de intensificar la posible realidad de
lo fantstico. Cmo se consigue tal impresin? Como hemos visto, Bioy
Casares prepara el terreno para la segunda intrusin de lo fantstico con
una abundancia de detalles realistas: amores ilcitos, viajes, sociedades benficas con presidentas gordas, ademanes absurdos, pero inolvidables, etc.
Adems, Luis Greve no solamente mantuvo una relacin ntima con Carmen, sino que tambin fue quien identific el cadver. Por eso, l puede
recalcar al final que jams podra confundir a su amante con otra mujer.
As se descarta, eficazmente, toda posibilidad de coincidencia o de equivocacin en fin, de toda explicacin racional. La aparicin de la muerta
al final se da con tanta fuerza de conviccin que, evidentemente, fue calculada por el artista para producir el mximo impacto esttico de un desenlace fantstico de pointe. Tanto personaje como lector se quedan asombrados, congelados en uno de esos momentos o milagros irrecuperables sugeridos por Luis Greye, momentos mgicos que forman parte de
un mundo donde las leyes naturales no llegan. Vacilamos20 y empezamos a cuestionar y dudar de la existencia de nuestro universo supuestamente gobernado por sistemas ordenados de reglas cientficas y principios racionales. Esto es, Bioy Casares logra cumplir con el propsito principal de la narrativa fantstica: librarnos temporalmente de las limitacio-
19
El tema del doble ha sido ampliamente cultivado en la narrativa fantstica, desde E.T.A. Hoffmann, Poe, y Robert L. Stevenson hasta Borges, Bioy Casares, Enrique Anderson Imbert y Julio Cortzar, para mencionar solamente unas pocas figuras argentinas. La bibliografa critica sobre el tema
es tambin voluminosa. Unos pocos estudios tiles son los siguientes: Robert Rogers, A Psychoanalyttc Study oftbe Double in Literature (Detroit, Wayne State University Press, 1970); Cari F . Keppler,
The literature ofthe Second Se//(Tucson, Univ. of Arizona Press, 1972); Ralph Tymms, Doubles in
Literary Psychology (Cambridge, England, At the University Press, 1949).
20
Es interesante observar que Bioy Casares haga decir a su narrador, Tuve una vacilacin.
(Vase la cita del final de Los milagros n o se recuperan, en la p . 284 de este trabajo.) Esto recuerda
la importancia de la vacilacin postulada p o r Todorov como la esencia de lo fantstico. (Vase, hacia
el final, nuestra nota 13.1
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nes de la realidad para luego contemplar, desde otro ngulo de visin, las
preocupaciones constantes de vida humana21.
En conclusin, hemos visto que, en la segunda versin de su relato,
Bioy Casares ha aprovechado algunos elementos usados en la primera.
Pero los reorganiza y los proyecta de manera ms dramtica e impresionante. El tiempo y la prctica habran de llevar al autor a una conciencia
mucho ms profunda del estilo literario, de la estructura narrativa, y, sobre todo, de la tcnica de la literatura fantstica. En Los milagros no se
recuperan, la configuracin ms artstica del argumento y la presentacin ms refinada y sofisticada del tema fantstico y de los otros sucesos
ficticios demuestran que Bioy Casares, entre las fechas de publicacin de
las dos variantes de este cuento, haba encontrado su propia voz e identidad literia.
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Hay acuerdo crtico general en que, aunque puede serlo, la narrativa fantstica no,suele ser
una mera literatura de evasin o escapista (en el sentido derrogatorio de estos trminos). Aunque
la ficcin fantstica incluye acontecimietos misteriosos e irreales, tambin es literatura seria y valiosa,
tambin nos llama la atencin, simultnea y pradjicamente, sobre lo real, sobre the most central
aspects of our existence. EDMUND FULLER, A Note on the Fantastic, en Books tvith Men Behing
Them (N.Y., 1960), pp. 135-36. Cf.: La literatura fantstica moderna no es escapista: es una literatura de retorno. Con ella, uno se libra de los confnes y de las limitaciones de la realidad cotidiana
para despus volver la vista, desde otra perspectiva, sobre las preocupaciones humanas de todos los
tiempos. DONALD A. YATES, Sobre los orgenes de la literatura fantstica argentina, en La Literatura Iberoamericana del Siglo XIX. Memoria del XV Congreso Internacional de Literatura Iberoamericana (Tucson, 1974), p. 220.
AIH. Actas VIII (1983). Dos versiones de un cuento fantstico por Adolfo Bioy Casares. THOMAS C. MEEHAN