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Tan Sola y Tan Lejos de Casa - Paraguay - Gi - Portalguarani

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Tan sola y tan lejos de casa

Abordajes locales para asegurar derechos a nias, nios y adolescentes


criaditas y criaditos en el marco de estrategias nacionales de accin1
Luis Claudio Celma2, Global Infancia3
RESUMEN
El criadazgo es una prctica tradicional por la cual un nio o una nia es entregado por su
familia en relacin de confianza a otra que, a cambio de la realizacin de tareas domsticas, le
ofrece techo, comida y la posibilidad de ir a la escuela. Esta prctica comporta hoy formas de
explotacin que exponen a nios y nias a ms abusos e incluso a la trata. En ms de doce aos
de trabajo, Global Infancia ha articulado sus abordajes de trabajo para que un sistema de
proteccin coordinado pueda brindar respuestas integrales y duraderas a nios, nias y
adolescentes en esta situacin. El abordaje con enfoque de derechos se traduce en una prctica
de intervencin centrada en la persona y abierta a activar las redes sociales e interinstitucionales
en los entornos cercanos al nio y la nia y en una mirada nacional.

ABSTRACT
Criadazgo is a traditional practice in Paraguay, where a poor family gives one of their children
to another family, normally living in cities. Then, the child labor in domestic tasks and the
charged family offer to her or him a place to live, food and access to the school. This practice
today is a way of exploitation and exposes children to abuses and to the traffic. On his 12 years
1

Presentacin en el Encuentro Nacional Erradicacin del Trabajo Infantil. Meta de una Argentina Bicentenaria.
Crdoba, octubre de 2010. Esta participacin no implica necesariamente el acuerdo institucional con todas las
posturas expresadas en el encuentro acerca del trabajo infantil y adolescente y la explotacin econmica y laboral
de nios, nias y adolescentes.

Art[e]ducador e investigador social paraguayo. Asesor pedaggico y enlace de Global Infancia en Crdoba.
Fundador de VinculArte asociacin civil. Ha trabajado en desarrollo organizacional y enfoque de derechos con Save
the Children Suecia, la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA) y el Centro de
Documentacin y Estudios (CDE) en Paraguay. Ha participado de procesos de elaboracin de informes desde la
sociedad civil sobre la situacin de los derechos humanos en Paraguay, particularmente en mecanismos propios y
en mecanismos del sistema de Naciones Unidas. En Argentina, ha trabajado en procesos de sistematizacin y
formacin en materia de enfoque de derechos con la Subsecretara de Proteccin Integral de la Niez y la
Adolescencia (Spina) y los ministerios de Industria, Comercio y Trabajo y de Educacin de la provincia de Crdoba,
con el Servicio Habitacional y de Accin Social (Sehas), de Crdoba y con el Instituto de Formacin para la
Participacin Ciudadana (Infopaci) de Bell Ville. Se desempea como actor de la Compaa de Teatro Espontneo El
Pasaje, de Crdoba. El autor agradece el trabajo con Silvina Francezn y Rosa Mara Ortiz para esta recuperacin y
los aportes de Julio Castro al texto final.

Global Infancia es el rea especializada en derechos de la niez y la adolescencia de la Asociacin Global,


organizacin de la sociedad civil creada en 1995 en Paraguay, que impulsa acciones innovadoras, con personas y
comunidades, para fortalecer una ciudadana informada y crtica,
participativa y protagonista de su desarrollo, viviendo en democracia, con dignidad, en el respeto y el ejercicio de los
derechos humanos.

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of work, Global Infancia has connected his interventions with the public protection system to
strengthen the institutions and give a comprehensive and durable response to children in
criadazgo. The human rights based approach becomes into a people centered intervention wich
is also able to activate social and inter institutional networks close to children and in a national
perspective.

PALABRAS CLAVE
Criadazgo. Trabajo infantil domstico. Enfoque de derechos. Redes sociales. Redes
interinstitucionales.

SUMARIO
HISTORIAS PARA ENTRAMAR

La historia de Ana
La historia de Nico
La historia de Natividad y Casiano
CRIADITAS Y CRIADITOS

La prctica y sus orgenes


La prctica y sus consecuencias
BUSCANDO PROTECCIONES

Marco legal y poltico vigente


Contexto de trabajo
Nuestros itinerarios
El conjunto de acciones y sus estrategias
EL ABORDAJE EN LA ATENCIN DIRECTA

13

El enfoque de derechos en la prctica


El enfoque de redes sociales e interinstitucionales
APRENDIZAJES EN PROCESO

20

Para cambiar una realidad difcil (relevancia)


Para que todos los derechos se cumplan (pertinencia)
Para que las respuestas sean duraderas (sostenibilidad)
PARA TERMINAR

22

BIBLIOGRAFA DE REFERENCIA

22

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HISTORIAS PARA ENTRAMAR4


Quisiera agradecer la invitacin que nos hiciera la Comisin Provincial para la Erradicacin del
Trabajo Infantil (Copreti Crdoba) a nuestra organizacin Global Infancia para compartir en
este encuentro algunas de nuestras experiencias y reflexiones. Lastimosamente, mi compaera
Silvina Francezn, quien actualmente coordina algunos programas a los que me referir, no
puede acompaarnos hoy por motivos familiares y enva su saludo y agradecimiento. Ella es
santafesina y reside en Asuncin desde hace ms de diez aos, en su reemplazo tienen al
paraguayo que reside en Crdoba desde hace seis.
De esta manera, quisiera invitarles a que se pongan de pie quienes, como Silvina y como yo,
hoy vivan en una ciudad distinta a aquella en que nacieron. Esta es una primera constatacin
que me parece importante rescatar y sobre la que volver ms adelante: algunas personas
migramos y otras no. Probablemente quienes estamos en este saln hayamos podido en mayor o
menor medida tomar la decisin de hacerlo o no.
Voy a compartir en primer lugar tres historias en que sus protagonistas tuvieron menos
oportunidades de decidir.

La historia de Ana
Ana Mara naci el 31 de diciembre de 1995, en una localidad del departamento de Cordillera, a
unos 70 km de Asuncin. Vivi con su madre hasta los dos aos, a su padre no lo conoci hasta
ahora. Sus primeros cuatro aos de vida vivi con la abuela materna, porque segn la abuela, su
madre la maltrataba. De all pas a vivir con una ta, de 37 aos de edad, la pareja de ella, de 33,
y la hija de ambos, de 2. Todos juntos viven en una ciudad al lado de Asuncin, cuidan una casa
quinta y viven en un departamento en el mismo predio de la casa. De hecho, la ta de nia haba
sido criadita de la duea, ya fallecida, de esa casa quinta.
Ana Mara asista a una escuela cercana a la casa y entre sus tareas se encontraban: estudiar,
limpiar el departamento en que vivan, colaborar con su ta en la limpieza de la casa quinta.
Algunas veces, tambin deba acompaar a la duea hasta su casa en Asuncin y realizar all
tareas domsticas, sobre todo los domingos.
Desde que Ana Mara se mud a vivir con su ta mantuvo muy poco vnculo con su abuela y su
madre. Sobre todo, porque tanto su ta como la duea de la casa le daban mensajes negativos en
relacin a ellas.

La historia de Nico
Nico naci en 1998 en una compaa del departamento de Guair, en el centro del pas. En
2006, fue llevado por su ta, hermana de su madre, hasta una compaa en la zona de la ruta 1 en
Capiat, a unos 25 km de Asuncin. Ella le haba dicho: And a preparar tu bolsn, porque te
vas a vivir conmigo. Nico ya haba vivido con la abuela materna mientras su madre trabajaba
en Buenos Aires. Al fallecer la abuela, otros parientes lo recibieron en su casa, hasta que lleg
esta ta.
4

La mayor parte de esta presentacin est organizada con informacin disponible en la sistematizacin publicada
como Acompaar(nos) para llegar a tiempo (Celma y Francezn, 2010). Todas las publicaciones citadas de Global
Infancia estn disponibles para ser descargadas en forma gratuita en la Biblioteca Virtual de la pgina web
(www.globalinfancia.org.py).

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En el verano de 2008, Nico estaba trabajando en la gomera del esposo de su ta. Se levantaba a
las cuatro de la maana e iba hasta la gomera en el centro de Asuncin (a unos 45 a 60 minutos
en colectivo). l era el responsable de abrir el local a las seis y quedaba all hasta las diecisiete,
dependiendo del trabajo que hubiera.
Nico no vea a su madre desde que haba ido a trabajar a Buenos Aires en el 2005. Solan
conversar o comunicarse a travs de mensajes de texto, porque Nico tiene un celular. La mam
enviaba un poco de dinero a su hermana para cubrir algunos gastos, pero eso no dur mucho
tiempo, ya que pas varias temporadas sin trabajar en Buenos Aires.

La historia de Natividad y Casiano


Me voy un poco ms atrs en el tiempo, a fines de la Guerra contra la Triple Alianza. El modelo
de la produccin en el pas se concentraba de por s en la explotacin laboral. Rafael Barrett, el
anarquista espaol que se instalara en el Ro de la Plata y en Asuncin, denunci la vigencia de
modos legalizados de esclavitud en su publicacin El dolor paraguayo (1909) y Lo que son
los yerbales paraguayos (1910) refirindose a las penurias de los menses (peones yerbateros)
en el Alto Paran. El poder de las empresas yerbateras hace que no se le permita seguir
escribiendo en los peridicos de la poca. Augusto Roa Bastos, el escritor paraguayo que apod
acertadamente al dictador Alfredo Stroessner como el Tiranosaurio, se basa en este estudio y
coloca al padre y la madre del protagonista de Hijo de Hombre, una de sus novelas principales,
en estos yerbales y describe cmo no era posible huir de ese lugar:
5

Ningn juido ha conseguido escapar con vida de los yerbales de Takur-Puk.


Esta certeza, esta leyenda, fermentada en la sangre, en la imaginacin de los menses
como las miasmas paldicas de un estero, se levantaba ante los que soaban con escapar y
ponan hueras sus esperanzas. De modo que pocos soaban con eso. Pero si alguien se
animaba a cumplir el sueo, el desertor quedaba a medio camino. Y la leyenda engordaba
6
con ese nuevo juido, pescado por los colmillos de los perros y los wnchesteres de los
capangas.
Nadie haba conseguido escapar.
A veces alguno volva medio muerto delante de los caballos y las trallas, como
escarmiento, para acabar en el estaqueo, ante el terror impotente de los dems.
Ni los nios se salvaban de las balas, del cuchillo o del lazo.
Takur-Puk era, pues, la ciudadela de un pas imaginario, amurallado por las grandes
selvas del Alto Paran, por el cinturn de esteros, que forman las crecientes, infestados de
vboras y fieras, por las altas barrancas de aspern, por el ro ancho y enturbionado, por los
repentinos diluvios que inundan en un momento el bosque y los baados con torrenteras
rojas como sangre. Pero, sobre todo, por la voluntad e impunidad de los habilitados.
Estaban all para eso. Tenan carta blanca para velar por los intereses de las empresas,
aplicando la ley promulgada por el presidente Rivarola, un poco despus de la Guerra
Grande, por la prosperidad y progreso de los beneficiadores de yerba y otros ramos de la
industria nacional. Actuaban, pues, legalmente, sin una malignidad mayor que la de la
propia ley. El artculo 32 deca textualmente: El pen que abandone su trabajo sin el

El que se fue o intent huir (onomatopeya por una pronunciacin popular de fuido o huido).

Winchester es la marca de un fusil de repeticin de uso muy extendido.

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consentimiento expreso de una constancia firmada por el patrn o capataces del


establecimiento, ser conducido preso al establecimiento, si as lo pidieren stos,
cargndose en cuenta al pen por gastos de remisin y dems que por tal estado origine.
De modo que muy pocos eran los que se arriesgaban a correr el albur de que estos gastos de
remisin se le cargaran en la cuenta.
Lo que ms haba conseguido escapar de Takur-Puk eran los versos de un compuesto,
que a lomo de las guitarras campesinas hablaban de las penurias del mens, enterrado vivo
en las catacumbas de los yerbales. El cantar bilinge y annimo hablaba de esos hombres
que trabajaban bajo el ltigo todos los das del ao y descansaban no ms que el Viernes
Santo, como descolgados tambin ellos un solo da de su cruz, pero sin resurreccin de
gloria como el otro, porque esos cristos descalzos y oscuros moran de verdad irredentos,
olvidados. No slo en los yerbales de la Industrial Paraguaya, sino tambin en los dems
feudos. Enquistados como un cncer en el rin forestal de la repblica, a tres siglos de
distancia prolongaban, hacindolas aorar como idlicas y patriarcales, las delicias del
imperio jesutico.
La voz del mens se quejaba: Aniv angana, che compaero, ore koraz reikyty asy [no
ms, no ms, compaero, rompas cruelemente nuestro corazn].
Ni los perros ni los capangas, ni los montes ni los esteros haban conseguido atajar el Canto
del Mens.
Era el nico juido del yerbal.
Augusto Roa Bastos. Hijo de hombre. Captulo IV xodo, seccin 2.

Las similitudes de ser explotados en los yerbales como menses y ser explotados en las familias
como criaditos y criaditas se asocian a las distancias que se establecen entre el lugar de origen y
el lugar de residencia y el estricto control ejercido para evitar la fuga (en el caso de los
yerbales con perros y capataces feroces, en el caso de las criaditas con el recorte de todo vnculo
con sus orgenes y su instalacin en un entorno desconocido).
La principal diferencia entre lo que vivan Natividad y Casiano (los personajes de Roa Bastos
que representaban a las familias sometidas en los yerbales) y lo que vivieron Ana Mara y Nico
y tantas otras nias, nios y adolescentes radica en la diferencia generacional entre unos y otros,
pues nias y nios tienen en general menos condiciones que las personas adultas para hacer
frente a la adversidad en solitario. Adems, como el encierro de los yerbales entre el ro y la
selva, las criaditas y los criaditos estn atrapados tambin por la idea culturalmente instalada de
que se les est haciendo un favor, de que es bueno para ellos y ellas estar con una familia para
poder asistir a la escuela y para ser cuidados. Por otro lado, en ambos casos las leyes permiten
que se produzcan estos abusos.

CRIADITAS Y CRIADITOS
Ustedes me dirn, qu son las criaditas y los criaditos? Lo que delata que no estoy ante un
pblico paraguayo, puesto que este es un hecho tan conocido, extendido y naturalizado que
hasta tiene un nombre que toda paraguaya y todo paraguayo puede referir directamente a ese
hecho. Les cuento: una criadita es una nia entregada por un vnculo de confianza por su
familia, generalmente de clase socio econmica humilde y de zonas rurales, a otra familia, por
lo general mejor posicionada econmicamente y en zonas urbanas, para que, a cambio de asistir
a la escuela y recibir techo y comida realice tareas domsticas en el hogar de la familia

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encargada (Heisecke et alii, 1995, Leyra Fatou et alii, 2001). El criadito es un nio en las
mismas condiciones. Ana y Nico son criaditos. Resulta que en otros pases tambin nias y
nios viven esta realidad, pero no tienen un nombre para ello, ms que en Hait y en los pases
de frica Occidental, que se llaman las restavek (criollo haitiano para decir se queda con) y
petites bonnes (francs para buenitas). En mis consultas todava coloquiales en Argentina, las
familias encargadas se refieren como la nia que se queda conmigo o la chica que vive
conmigo.
En general, las criaditas y los criaditos provenan de comunidades rurales donde la escuela
primaria no alcanzaba al sexto grado (ltimo ao de educacin obligatoria hasta 1991) o donde
la educacin pblica resultaba de muy baja calidad y brindaba pocas oportunidades para salir de
la pobreza (Heisecke et alii, 1995; Leyra Fatou et alii, 2001).
La economa paraguay fue tradicionalmente rural y la insercin laboral de las personas se
produce en el mbito informal y en gran mayora en el sector servicios. Con los avances de la
frontera de agro negocios de cultivo intensivo (sobre todo de la soja) en el territorio paraguayo
se ha producido un desmantelamiento de la economa rural familiar y comunitaria de
proporciones significativas que ha llevado a modificar la configuracin del hbitat y ha
expulsado a las familias de sus comunidades, forzndolas a la migracin y el hacinamiento en
los centros urbanos (Ortiz Sandoval, 2007 y Palau et alii, 2007). Estas transformaciones, sin
embargo, no impactaron en la prctica del criadazgo, al punto que en investigaciones ms
recientes encontramos que nios y nias pueden tener sus familias de origen en una localidad
urbana y sucesivas familias encargadas en otras localidades urbanas, incluso prximas entre s
(Celma y Francezn, 2009).

La prctica y sus orgenes


La explotacin de las personas por las personas, sobre todo de quienes se erigen como ms
fuertes y dominantes sobre las otras (como tradicionalmente los hombres sobre las mujeres; el
europeo blanco sobre los originarios de otras regiones y con otro color de piel; las personas
adultas sobre las nias, nios y adolescentes; entre otros) y la valoracin del lucro por encima
de la vida, la integridad y la dignidad de los seres humanos pareciera formar parte solamente de
las nuevas formas del capitalismo neoliberal. Sin embargo, y sin eximirlo de responsabilidades,
forma parte de la historia de la humanidad, lo que se evidencia en distintos mecanismos de
sometimiento y opresin que tienen su expresin ms nefasta en la esclavitud.
Durante la conquista, muchos territorios no contaban con recursos minerales (oro, plata y otras
piedras preciosas) que les permitieran generar recursos para las coronas europeas que ya haban
llegado a los lugares en una actitud de dominacin y sometimiento. En estos casos, incluido el
actual territorio paraguayo, los espaoles se aduearon de las tierras, de los pueblos indgenas,
de sus mujeres, de sus nios y de sus productos. De este modo se inicia el antecedente ms
prximo del servicio domstico en la modalidad de criadas y criados.
En su informe a la Corte en 1541, Domingo Martnez de Irala se refera al primer servicio
personal:
[] son gente sin seor y principal a quien dar rescates ni tributos a los conquistadores,
sino solamente el servicio de su personas [] En esta tierra se tom guarda y estn todos
los indios adeudados con todos los conquistadores y pobladores por va de haberles dado
sus hijos e hijas, hermanos y mujeres y parientas que les sirvan.

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Requerimiento que hiciera el factor Pedro de Orantes

Despus de 1650, en el Paraguay, la poblacin indgena haba sido prcticamente diezmada y


arrinconada en zonas alejadas de los pocos centros urbanos, se haban conformado numerosas
familias mestizas que se configuraron como el campesinado, donde nios y nias formaban
parte de las actividades familiares del cuidado de la casa y de la produccin agrcola. Entre
tanto, los espaoles introducan de contrabando esclavos provenientes del frica, pero en todos
los casos se correspondan con otros objetos del patrimonio, no eran considerados personas.
Por otro lado, las licencias en la moral pblica que se tenan en el pas en comparacin con los
grandes centros coloniales de Lima y Mxico, llevaban a que fuera muy extendida la prctica de
albergar en las familias a los entenados, hijos o hijas de un enlace anterior de uno de los
cnyuges o hijos nacidos en uniones consensuales anteriores al matrimonio legal, para luego
incluir a sobrinos y parientes hurfanos, quienes reciban hospedaje a cambio de un servicio. El
gobernador Hernandarias haba realizado un Padrn de las familias espaolas y sus criados en
1615, en el cual se puede ver que sus entenados y criadas tenan entre siete y veinte aos de
edad.
Con la independencia y tras la Guerra contra la Triple Alianza se registr un aumento
considerable en el nmero de criaditas entregadas por las familias campesinas a familias de los
centros urbanos unidas por algn parentesco (consanguneo, ritual o meramente tradicional). La
produccin en el pas haba vuelto a concentrarse en la industria casera, por lo que se requera
de fuerza de trabajo que resultara barata y las criaditas y criaditos lo eran.
Sin embargo, no es solo la encomienda el origen del criadazgo, en las prcticas tradicionales de
crianza en las comunidades indgenas es la misma comunidad quien asume la responsabilidad
del cuidado y la crianza, circulando los nios y las nias entre quienes tienen alguna forma de
relacin de parentesco, esta modalidad es luego transmitida por las mujeres madres a las
comunidades mestizas y se mantiene esta responsabilidad compartida en la comunidad por los
hijos y las hijas de sus diferentes integrantes.

La prctica y sus consecuencias


En nuestros primeros anlisis sobre la prctica del criadazgo (Alvarenga, 2000; Celma, 2001a;
Leyra Fatou et alii, 2001) distinguimos entre los elementos confluyentes en la prctica del
criadazgo: las desigualdades de gnero, las diferenciaciones entre lo pblico y lo privado, el
adultocentrismo, las desigualdades entre lo rural y lo urbano, la valoracin del castellano por
encima del guaran, la explotacin en el trabajo domstico, la migracin forzada y la distancia
del grupo familiar y comunitario de referencia. En nuestra perspectiva:
De entre todas las situaciones que se generan en torno al criadazgo, la situacin central se
refiere a la afectividad que se ve bloqueada en su expresin y su desarrollo cuando el nio y
la nia abandonan la familia de origen, y con ella su comunidad y su cultura para insertarse
en una familia encargada, y en una comunidad y una cultura diferentes a la suya, sin ms
herramientas que su propia valenta. Estas situaciones tienden a generar una persona con
escasa seguridad en su actuar, porque a menudo la tratan de intil, cuando en realidad los
trabajos que le exigen exceden sus capacidades, una persona que oculta sus sentimientos y
emociones porque en el ambiente en que se encuentra no es correcto expresarlos o se burlan
7

Tal como est citado en Leyra Fatou et alii (2001, 12-13).

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de ellos; una persona que pierde progresivamente la esperanza porque no encuentra una
salida ni se cree capaz de lograrla (Celma, 2001a: 37).

Ms adelante, nuevas investigaciones llevaron a ver que el criadazgo pona a nias, nios y
adolescentes en vulnerabilidad ante la explotacin sexual y la trata de personas (Grupo Luna
Nueva, 2005) y que la misma prctica del criadazgo poda configurarse como una situacin de
trata de personas con fines de explotacin laboral, en los trminos del Protocolo de Palermo
(Celma y Francezn, 2009).
En las ms recientes investigaciones sobre la continuidad de la prctica del criadazgo y las
respuestas institucionales que se estaban dando (Celma y Francezn, 2009), encontramos que:
-

La movilidad en la prctica del criadazgo no sigue solamente la linealidad rural/urbano


ni ms pobre/menos pobre, sino que se configura incluso entre zonas urbanas,
probablemente por el aumento en la proporcin de la poblacin urbana en el pas en los
ltimos aos y tambin entre hogares pobres, pero con mejores condiciones de cuidado.

Nios, nias y adolescentes criaditos significan su actividad cotidiana como nada, a


pesar de que al profundizar ese nada representa un conjunto de tareas domsticas bajo
su responsabilidad, que generalmente superan sus capacidades.

Para ellas y ellos, sus referentes son vecinos y vecinas del barrio de la familia encargada
y docentes y directivos de las escuelas adonde asisten, por lo que estos potenciales
vnculos se constituyen a la vez en espacios de contencin y potenciales vas de
mejoramiento de sus condiciones de vida.

Las articulaciones que se mantienen activas entre las instituciones pblicas


generalmente se deben a experiencias positivas anteriores en esta modalidad de trabajo
conjunto.

Todas las instituciones declararon la necesidad de contar con recursos suficientes para
cumplir sus tareas, lo que incluye personal idneo, comprometido y capacitado,
insumos y tiles de trabajo, los gastos de traslado y el funcionamiento coordinado.

Las principales dificultades al momento de la atencin directa son la perspectiva de


integralidad (es decir, que todos los derechos sean contemplados en el anlisis) y el
seguimiento de las medidas asignadas para asegurar que las mejoras alcanzadas en cada
situacin se mantengan y no se retroceda.

El criadazgo contina siendo considerado como una prctica de beneficencia en el


imaginario colectivo.

BUSCANDO PROTECCIONES
Entonces, cmo podemos proteger a nias y nios que viven estas situaciones? Evidentemente
la legislacin es un elemento clave de trabajo y la poltica pblica es el otro.

Marco legal y poltico vigente


A inicios del siglo diecinueve en Paraguay se aboli el sistema de las encomiendas en que los
indgenas eran asignados a un espaol, en 1870 se aboli la esclavitud, en 1948 se aprobaron la
Declaracin Americana sobre Deberes y Derechos del Hombre y la Declaracin Universal de

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Derechos Humanos, iniciando un proceso de nuevos tratados internacionales que obligan a los
Estados a proteger estos derechos para toda la poblacin, entre ellos la Convencin sobre los
Derechos del Nio, de 1989.
Los principios y el espritu de todos ellos son recogidos en la Constitucin de 1992, el nuevo
proyecto de pas construido tras la cada del dictador Alfredo Stroessner. As, se prohben la
esclavitud, la servidumbre y la trata (art. 10), se reconocen los derechos de las nias, los nios y
adolescentes como prevalecientes (art. 54), se consagran los derechos fundamentales del
trabajador y la trabajadora (art. 86 a 99) y se protege el trabajo adolescente (art. 90).
Con el Cdigo de la Niez y la Adolescencia (CNA, ley 1680/01) se cierra un ciclo de
adecuacin legislativa nacional a la Convencin sobre los Derechos del Nio y se crea un
Sistema nacional de proteccin y promocin integral de los derechos de la niez y la
adolescencia (SNPPI), coordinado por una Secretara Nacional de Niez y Adolescencia
(SNNA) con rango ministerial y con presencia local asegurada al haber recogido la experiencia
de las Consejeras Municipales por los Derechos de la Niez y la Adolescencia (Codeni).
La SNNA coordina entonces la elaboracin participativa de la Poltica Nacional de Niez y
Adolescencia (Polna 2003-2013) y el Plan Nacional de Niez y Adolescencia (PNAI 20032008), articulando los esfuerzos de los diferentes ministerios ejecutivos y de las dependencias
judiciales. Adems, se emprenden acciones en la definicin del Plan nacional de erradicacin
del trabajo infantil y de proteccin del trabajo adolescente (Plan TITA 2003) y su Estrategia
nacional (2010) y del Plan nacional de erradicacin de la explotacin sexual comercial de nias,
nios y adolescentes (Plan ESCI 2003-2008). Para enfrentar la prctica del criadazgo y
reconducirla, es necesario tener presentes tambin el Programa nacional de Trabajo Decente
(2009), coordinado por el Ministerio de Justicia y Trabajo; la Poltica nacional de combate a la
Trata de Personas (en proceso de aprobacin), el Plan nacional de salud integral de la niez y la
adolescencia 2008-2012 y el Plan Nacional de Educacin Paraguay 2024, todos ellos articulados
con la Poltica Pblica para el Desarrollo Social Paraguay 2020. En 2005, se contaba ya con el
decreto 4951 que estableca las peores formas de trabajo infantil en el pas, entre las que se
incluy el criadazgo.
Sin embargo, como hemos visto, todava esta prctica no est pudiendo ser eliminada como una
forma en que bajo el supuesto de una beneficencia para un nio o una nia, se acaba por
explotar su fuerza de trabajo y muchas veces cercenar su desarrollo integral. De hecho han sido
muchos de los avances en materia legal para la proteccin de los derechos de los trabajadores y
las trabajadoras, pero el trabajo domstico se ha constituido en el nico legalmente
discriminado. Por ley, en nuestro pas, una trabajadora domstica recibe menor salario que el
trabajador de otros sectores, y el pago puede realizarse mayormente en especies; adems est
obligada a trabajar ms de ocho horas diarias y puede trabajar en das feriados de comn
acuerdo con su empleador. Obviamente hay otros trabajos que tambin tienen condiciones
precarias, pero estas no estn establecidas en la ley! (Bareiro y Gonzlez, 2009; Pereira y
Valiente, 2007; Ocampos, 2009).
Debido al hecho de que el trabajo de las criadas y los criados se ubica en el mbito
domstico, de por s invisible, los alcances de esta problemtica son poco conocidos,
confusos y cargados de prejuicios. En el pasado, pudo haber sido una respuesta para
resolver carencias sociales y familiares, pues se basaba (como en el caso del padrinazgo) en
relaciones cercanas y de confianza de los padres con las familias encargadas [aquellas que

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tienen a su cargo un nio o una nia de otra familia], donde no se perda el vnculo familiar,
pero en la actualidad reviste caractersticas tales de vulnerabilidad que se aleja de ser una
respuesta vlida ante situaciones de carencia o necesidad (Leyra Fatou y otras, 2001: 22).

El Comit de Derechos del Nio en sus ltimas observaciones al pas realizadas a principio de
este ao, recomendaba expresamente la realizacin de un estudio sobre el impacto del criadazgo
en la vida de nias, nios y adolescentes; la tipificacin del criadazgo como delito en la ley y la
elaboracin de polticas y programas de sensibilizacin y atencin integral (Comit de Derechos
del Nio, 2010: prr. 66-67).

Contexto de trabajo
Me quisiera detener un momento en poder compartir el contexto de trabajo de estos aos en
Paraguay, sobre todo conociendo el contexto argentino y pudiendo establecer las diferencias y
particularidades que nos ayuden a comprender mejor los itinerarios transitados y los abordajes
propuestos. Quisiera concentrarme sucintamente en cinco aspectos concretos: la configuracin
del Estado paraguayo, la cultura democrtica de la sociedad, la deuda social histrica en el pas,
la conformacin demogrfica y las condiciones del trabajo.
-

La configuracin del Estado paraguayo estuvo signada por las guerras que marcaron su
conformacin y articulacin la Guerra contra la Triple Alianza entre 1865 y 1870, la
Guerra del Chaco entre 1932 y 1935 y la Guerra Civil de 1947 pero tambin por
prcticas autoritarias y dictatoriales prolongadas la ltima, de Alfredo Stroessner entre
1954 y 1989 y por una configuracin de la cultura poltica prebendaria y clientelar
en los ltimos 62 aos ha gobernado solo el Partido Colorado, en dictadura y en
transicin democrtica, desde 1989 hasta la eleccin de 2008 (Benegas Vidallet, 2008;
Vial Saavedra, 2008). Esto significa bsicamente, que no se ha instalado un Estado de
bienestar, por lo que tampoco se ha retirado como sucedi en el desmantelamiento
iniciado en Argentina durante la dictadura militar y continuado en los perodos
menemistas.

La prctica democrtica en el pas es incipiente, este perodo tiene veintin aos,


probablemente sea el ms extenso que se haya tenido en la historia del pas, de hecho,
con el traspaso de mando al actual presidente se ha producido por primera vez en 197
aos de vida independiente un traspaso pacfico resultado de elecciones (Bareiro, 2008).
Probablemente, podamos afirmar que, a diferencia de Argentina que sostiene un retorno
a la democracia en 1983, que Paraguay ha iniciado su vida democrtica en 1989, e
incluso para algunos especialistas en 2008 se cerr el perodo de transicin democrtica.

Paraguay tiene una deuda social histrica de grandes proporciones con amplios sectores
de su poblacin, dadas las condiciones de pobreza y exclusin a que se encuentran
sometidas por un sistema econmico de concentracin de la riqueza e indiferencia y
descuido de los derechos econmicos, sociales y culturales. Particularmente, el
campesinado, los pueblos indgenas, las personas migrantes y las personas con
discapacidad se encuentran en estas condiciones, afectando ms sensiblemente en estos
grupos a las mujeres de todas las edades y a los nios y adolescentes. As, por ejemplo,
los servicios de educacin y de salud pblicas distan mucho de garantizar la cobertura y
la calidad de las prestaciones y recin desde agosto de 2008 se realizan acciones
concretas para asegurar su gratuidad (Montrfano, 2009; Corvaln, 2009).

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La poblacin paraguaya es eminentemente joven, aunque hay rasgos de una tendencia


progresiva de envejecimiento poblacional. El ao pasado, la Direccin General de
Estadstica, Encuestas y Censos (DGEEC) calculaba en sus proyecciones que el 44,59%
de la poblacin total del pas tena hasta 19 aos de edad (DGEEC, 2009b: 44).

Las condiciones de trabajo y empleo en el pas estn caracterizadas por la baja


formalidad y la precariedad en la seguridad social y la salud laboral y, en muchos casos,
en las condiciones mismas del empleo. En 2009, aunque el desempleo abierto es solo
del 6,4%; el 35% de la poblacin ocupada es trabajadora por cuenta propia, el 53%
trabaja en el sector terciario de la economa y el 41,7% trabaja en empresas con hasta
dos personas empleadas (DGEEC, 2009a).

Frente a ello, nuestro posicionamiento como organizacin no gubernamental es el compromiso


en la incidencia desde 1995 y el aprendizaje actual sobre exigibilidad de derechos.

Nuestros itinerarios
Me voy a concentrar entonces en nuestros itinerarios desde hace ms de doce aos en el tema de
las criaditas y los criaditos, entramados con otros aportes y construcciones y con los contextos
sucesivos de aprendizaje institucional y organizacional. Una de nuestras modalidades de trabajo
es tomar conciencia sobre aquello de lo que nadie ms se est haciendo cargo en este momento,
encontrar las situaciones que afectan a los derechos de nias, nios y adolescentes que no estn
siendo todava atendidas y empezar a comprenderlas en forma respetuosa para proponer un
abordaje integral.
En 1998, la organizacin haba visto que las preocupaciones por el trabajo infantil y adolescente
estaban concentradas en aqul que resultaba ms visible: el que se realiza en las calles y otros
espacios pblicos como terminales de mnibus y mercados. Sin embargo, otras formas en que
nias, nios y adolescentes realizaban tareas y actividades de orden econmico no estaban
siendo tenidas en cuenta, entre ellas, la vida de las criaditas y los criaditos, que adems estaban
naturalizadas como prcticas de beneficencia.
En el perodo anterior, dos organizaciones amigas haban investigado sobre las historias de las
criaditas de Asuncin (Heisecke et alii, 1995), pero no se tenan otros estudios de aproximacin
ni se contaban con acciones de respuesta. Entonces, Global Infancia realiz entrevistas a
mujeres adultas que haban sido criadas en su niez y adolescencia y con sus historias invit a
escritoras y escritores de reconocida trayectoria a que escribieran cuentos, publicados en un solo
volumen Mombyry che tapigui, que puede traducirse del guaran como muy lejos de mi
casa/chacra y con el subttulo Criadas, hasta cundo? (Alvarenga, 2000).
En ese tiempo, iniciamos un proceso de trabajo para posicionar la temtica con las Consejera
Municipales por los Derechos de Nias, Nios y Adolescentes (Codeni), con docentes en
instituciones educativas y con asociaciones comunitarias y comisiones vecinales. Para ello,
configuramos la historia de Vicenta, una propuesta didctica en modalidad de cuento en que las
lectoras y los lectores, participantes en talleres con esos grupos, deban elegir la continuacin de
la historia e incluso tomar posicionamiento sobre la incidencia de los elementos confluyentes en
la vida de la protagonista y las obligaciones en juego del Estado, la familia y la sociedad en su
conjunto (Celma, 2001a, 2001b y 2001c). Esta experiencia se conect con un investigacin

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exploratoria en tres municipios del Gran Asuncin que nos permiti comprender mejor las
formas en que se produca el criadazgo (Leyra Fatou et alii, 2001).
En 2001, la Organizacin Internacional del Trabajo instala en Paraguay el Programa
Internacional de Erradicacin del Trabajo Infantil (OIT/IPEC) con un conjunto de recursos
financieros que permiten realizar nuevas investigaciones en diferentes temas, entre ellos el
trabajo infantil domstico, una de las dimensiones del criadazgo (Soto et alii, 2002; Barboza,
Francezn y Callizo, 2003; Gimnez, 2004, Gonzlez Rahi y Obando, 2004; Soto, 2005).
Los abordajes iniciales para responder en forma integral y con enfoque de derechos a esta
realidad los encaminamos desde Global Infancia principalmente con las Codeni, las escuelas y
las organizaciones comunitarias en los entornos cercanos de nias, nios y adolescentes y se va
ampliando progresivamente a trabajar ms de cerca en el fortalecimiento de las familias de
origen y la perspectiva desde los ministerios nacionales de educacin y salud. Experiencias que
dan pie a reflexiones publicadas como Creando vnculos en la comunidad (Ginzo, 2004) y
Antiguas costumbres, nuevas prcticas (Alvarenga et alii, 2005).
En estas experiencias, una de las cuestiones claves resultaron los encuentros entre adolescentes
trabajadores domsticos y trabajadoras domsticas en espacios de talleres de formacin y
recreacin, que culminaron con la conformacin del Grupo de Adolescentes Unidos por un
Mismo Fin (Gaumif), cuya intencin era apoyarse mutuamente y apoyar a otros y otras en
situaciones similares. Este grupo fue consultado por nuestra organizacin en los diseos de
nuevos proyectos para poder ajustarlos mejor a las nias, nios y adolescentes que vivan en
condiciones de criadazgo. Posteriormente, como parte del proceso propio de los grupos
adolescentes cuyos miembros van creciendo y que no tuvo una renovacin constante, este grupo
dej de juntarse como tal (Otero, 2007).
Entre 2003 y 2005, la organizacin amiga Luna Nueva en trabajo conjunto con la Organizacin
Internacional para las Migraciones y con el Ministerio de Relaciones Exteriores realiz la
primera investigacin cualitativa en Paraguay sobre la trata internacional de personas con fines
de explotacin sexual, lo que arroj, entre otros, la informacin ya compartida de que el
criadazgo expone a las nias y las adolescentes a la explotacin sexual y a la trata (Grupo Luna
Nueva, 2005).
En 2007, la realidad de la migracin forzada por motivos econmicos de madres y padres,
principalmente a Argentina y Espaa, haba llevado ya a la conformacin de familias
transnacionales y se constitua en una preocupacin cada vez ms creciente desde las escuelas
sobre el modo de brindar contencin afectiva a nias, nios y adolescentes. Una propuesta de
abordar el rol de la escuela en la prevencin de la trata y conectar con la salud sexual y
reproductiva nos llev a encontrar en este tema una cuerda sensible en las realidades de nios,
nias y adolescentes. Una de las adolescentes que participaba en organizaciones locales haba
planteado en el Congreso Nacional el pedido a los parlamentarios y las parlamentarias: Hacer
que nuestros paps tengan oportunidades de trabajo en donde vivimos para que no tenga que ir a
trabajar a otro pas8. El trabajo con las y los docentes para abordar la temtica en las escuelas
de siete municipios sensibles a la migracin econmica, con grupos organizados de nios, nias
y adolescentes para difundirla entre las comunidades y la conformacin de grupos de teatro para
8

Registro de la organizacin en el Congreso Nacional de Nias, Nios y Adolescentes, Asuncin, 16 de agosto de


2005.

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presentaciones de debate nos llevaron a encontrar nuevas vas de expresin y mecanismos de


prevencin, como las seales de alerta (Celma, Cuevas y Francezn, 2008; Sandoval y Ludea,
2008).
En funcin de ello, trabajamos con tres municipios en el Gran Asuncin de forma tal que nos
permitiera articular en la escala nacional con las estrategias, planes y mecanismos de las
instituciones responsables de brindar las respuestas necesarias para nias, nios y adolescentes
que se encontraran en condiciones de trata y de explotacin laboral, particularmente en el
trabajo domstico, lo que incluye nuevamente el criadazgo (Celma y Francezn, 2009 y 2010).

EL ABORDAJE EN LA ATENCIN DIRECTA


Todas estas propuestas de trabajo se realizan a travs de proyectos que tienen diferentes fuentes
de financiacin9, pero que a la vez responden a una lnea de trabajo concentrada en la incidencia
poltica, el protagonismo de la ciudadana sobre todo en la concertacin poltica y en la
exigibilidad- y el desarrollo de capacidades de abordaje con enfoque de derechos en las
instituciones pblicas y organizaciones sociales.
En este ltimo tiempo distinguimos tres grandes estrategias de abordaje: la sensibilizacin e
incidencia, la formacin y actualizacin de profesionales y la atencin directa e integral de
nios, nias y adolescentes y de sus familias y comunidades. Muchas veces una misma accin
puede ser til para responder a ms de una estrategia y no siempre pueden realizarse todas las
acciones en una misma iniciativa, pero s entendemos que es preciso que haya al menos una
accin por cada estrategia.
Nuestro posicionamiento como organizacin de la sociedad civil es propiciar que las
instituciones pblicas titulares de obligaciones puedan asumir sus roles y que las organizaciones
comunitarias y la ciudadana en su conjunto puedan exigir y monitorear el cumplimiento de este
rol.

Los procesos referidos en el itinerario contaron la financiacin parcial del Fondo para la Igualdad de Gneros de la
Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (FIG/ACDI), de Save the Children Reino Unido, de OIT/IPEC,
del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Organizacin Internacional para las Migraciones, de Save the Children
Espaa y de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha. Adems, el trabajo de atencin directa cont con
aportes directos del Fondo Fiduciario de Contribuciones Voluntarias para Luchar contra las Formas Contemporneas
de Esclavitud, en tanto, gran parte del trabajo de incidencia y promocin de la participacin infantil desde donde se
promovieron las actividades locales fue financiado por Save the Children Suecia.

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GRFICO. Acciones por estrategias

Atencin directa
Acercamientos
Acompaamiento integral
Actividades con nios, nias y
adolescentes
Mantenimiento del vnculo
Ingresos en la familia de origen
Apoyo a la
atencin directa
y la articulacin

Sensibilizacin con
actores comunitarios
Difusin en
las comunidades

Diagnstico
Contacto con
referentes

Ateneos

Seguimiento
con autoridades

Evaluaciones
Sistematizacin
Formacin de
formadoras
Formacin entre
pares

Dilogos locales
Consejos municipales

Mesas interinstitucionales y
comisiones nacionales
Legislacin

Sensibilizacin e
incidencia
Formacin

Quiero invitar a que nos concentremos en las acciones de atencin directa, si bien vamos a
relatar algunas que tambin se conectan con la formacin, la sensibilizacin y la incidencia.
Para comprender mejor cada una de estas acciones remito a nuestra publicacin
Acompaar(nos) para llegar a tiempo (Celma y Francezn, 2009), donde la mayor parte de
ellas estn relatadas. Las claves de la atencin directa tienen que ver con el enfoque de derechos
y la articulacin a modo de red.

El enfoque de derechos en la prctica


Entendemos que el enfoque de derecho es un ordenador de las acciones y las estrategias, puede
puede ser entendido como una mirada que busca garantizar un entorno en que se proteja a cada
ser humano de las principales privaciones y se garanticen sus libertades fundamentales.
Mediante el enfoque de derechos humanos se propende a fortalecer las capacidades de las
personas y de las comunidades para ejercer sus derechos y reivindicarlos, as como consolidar
las capacidades del Estado para el cumplimiento de sus responsabilidades en materia de
derechos.
El denominado enfoque de derechos en las polticas y estrategias de desarrollo considera
el derecho internacional sobre los derechos humanos como un marco conceptual aceptado
por la comunidad internacional, capaz de orientar el proceso de formulacin,
implementacin y evaluacin de polticas en el campo del desarrollo, y como una gua para
la cooperacin y la asistencia internacionales respecto a las obligaciones de los gobiernos

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donantes y receptores, el alcance de la participacin social y los mecanismos de control y


responsabilidad que se necesitan a nivel local e internacional (Abramovich, 2006: 35).

Al focalizar en la prevencin primaria, la deteccin de situaciones de vulneracin y su atencin


directa, este enfoque exige centrarse en los sujetos titulares de derechos, en sus entornos
cercanos y en las instituciones pblicas responsables de su garanta y defensa. Este enfoque
cuenta con principios que permiten articular el abordaje, as:
-

Conforme al principio de universalidad, los derechos corresponden a todas las personas


sin discriminacin alguna. El nfasis en nuestra propuesta de abordaje est puesta en
prestar especial atencin a las diferencias entre las mujeres y los varones que fueran
vctimas de explotacin laboral, criadazgo o trata y a cuidar en todo momento que
nios, nias y adolescentes no estuvieran siendo excluidos de la atencin y el cuidado
por otras caractersticas, condiciones o elecciones que hubieran tenido en sus vidas
(como su apariencia fsica, la localidad de origen, su historia personal, sus creencias, el
color de su piel, su orientacin sexual, su rendimiento acadmico, su desempeo en el
deporte, las opiniones o creencias de sus familiares, entre otros).
Este principio pone en cuestionamiento los aspectos culturales, pues muchas veces
existen prcticas tradicionales perniciosas para la vida, la integridad fsica, la salud y el
desarrollo de las personas, como sucede con el criadazgo en su expresin actual. Por
tanto, otro nfasis de trabajo es desmitificar esta prctica como buena para el nio y
nia y confrontar los mitos que la configuran y las realidades de inequidad y opresin
que la sostienen: la pobreza, la postergacin del desarrollo rural, las desigualaciones de
gnero, el adultocentrismo o concepcin del mundo a partir del ser y el rol adulto, la
subvaloracin del trabajo domstico, entre otros.

Segn el principio de integralidad, todos los derechos estn interrelacionados, son


interdependientes e indivisibles, por lo que para asegurar uno de ellos, los otros no
pueden ser cercenados. El criadazgo se funda en el supuesto de que un nio o una nia
de familias rurales o de sectores populares para poder acceder al cumplimiento de su
derecho a la educacin escolar debe renunciar a convivir con su familia y someterse a
realizar tareas domsticas muchas veces superiores a sus capacidades y a quedar
expuesta a condiciones de vulnerabilidad, por lo que el nfasis est puesto en mantener
una vigilancia por la consideracin del conjunto de los derechos de cada nia, nio y
adolescente involucrado en las situaciones abordadas.

El principio de la participacin comprende que los sujetos titulares de derechos son


quienes deben formar parte de los procesos de debate y toma de decisin acerca de
todas las situaciones que afectan o puedan afectar sus vidas. Como la decisin mudarse
a vivir con una familia u otra es tomada por un adulto sin consultar con el nio, nia o
adolescente, en las familias encargadas no suele mantener una actitud de acogida que
tuviera en consideracin lo que ellas y ellos pudieran estar sintiendo o quisieran
expresar acerca de sus vidas y las instituciones y organizaciones comunitarias no
cuentan con prcticas para generar espacios de escucha a nias y nios, se puede

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afirmar que la voz de nios, nias y adolescentes en condiciones de criadazgo no suele


ser escuchada ni suficientemente tenida en cuenta.
El nfasis del abordaje entonces es brindar oportunidades para que nias, nios y
adolescentes se contactaran con sus vivencias, ideas y creencias y las pudieran expresar
con seguridad; favorecer la actitud de escucha entre las personas adultas de su entorno y
generar espacios en donde sus opiniones pudieran ser escuchadas por las familias de
origen, las familias encargadas y los y las agentes de las instituciones y organizaciones
involucradas. El esfuerzo se orienta entonces a que toda decisin relativa a su vida de
tuviera suficientemente en consideracin la opinin y la perspectiva de cada nia y nio.
-

Por el principio del inters superior de la nia y el nio, en la toma de decisiones que
puedan afectar sus vidas debe optarse por la alternativa que redunde en mayor beneficio
para ellos y ellas. El contenido de qu es lo mejor para el nio y la nia ha formado
parte de una amplia discusin, pues la consideracin de lo ms beneficioso vara segn
una perspectiva cultural, conforme al desarrollo histrico de una comunidad, en funcin
del momento en que se encuentre, de las condiciones del contexto en general y de los
recursos de que dispongan los y las agentes que realizan el abordaje. De hecho, el
criadazgo es defendido como lo mejor para un nio o una nia de una familia rural
pobre, aunque esta nocin considera como natural e inmutable la diferencia en la
distribucin de la riqueza, la opresin de la ciudad sobre el campo, la postergacin de
las garantas de los derechos para la poblacin campesina y el sometimiento de los
nios y las nias a la voluntad de las personas adultas.
En el mejor de los casos, criaditas y criaditos ven afectados sus derechos a la identidad
y a vivir con su familia, pues son separadas de sus comunidades de origen a una edad
muy temprana y colocadas en entornos nuevos y desconocidos (pasan del mundo rural
al mundo urbano) y se encuentran distanciadas geogrfica, fsica y hasta
emocionalmente de sus referentes primarios de contencin y afecto.
Entonces, una forma de identificar el inters superior de la nia y el nio es considerar
los otros principios: cul es la alternativa que ms derechos va a garantizar
(integralidad)? cul es la alternativa que va a permitir que los derechos continen
garantizados en forma duradera (integralidad)? cul es la opinin del nio, nia o
adolescente afectado por la situacin (participacin)? El nfasis en el abordaje se
plantea mantener estas preguntas como orientadoras para contribuir a establecer las
opciones que tengan en cuenta el inters superior de nias y nios.

El principio de la responsabilidad compartida diferenciada, por el cual el Estado asume


las obligaciones fundamentales en materia de proteccin, garanta, promocin y defensa
de los derechos humanos mediante su ordenamiento jurdico e institucional y las
personas, comunidades, grupos y organizaciones sociales asumen un rol contralor y a la
vez la responsabilidad por el respeto a los derechos humanos. El nfasis se plantea en el
contacto directo con las instituciones pblicas y el acompaamiento a puedan mejorar el
cumplimiento de las responsabilidades de su competencia en coordinacin mutua.

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Asimismo, se plantea el trabajo con las organizaciones sociales y comunitarias a fin de


que identifiquen las atribuciones de cada institucin, exijan adecuadamente la garanta y
defensa de los derechos y contribuyan en las respuestas coordinadas desde el Estado.
Siendo el criadazgo una de las formas de explotacin laboral, de trata y de servidumbre ms
toleradas en nuestra sociedad, llamar criaditas y criaditos a quienes residen en una casa con una
familia que no es la suya, donde deben realizar tareas domsticas que superan ampliamente sus
capacidades, donde el descanso y el juego estn supeditados al cumplimiento de esas tareas,
donde la asistencia a la escuela tambin depende del desempeo en ellas y los tiempos para las
tareas escolares y los permisos para las actividades extracurriculares no estn, donde el contacto
con sus familiares est restringido y limitado cuando no suspendido es una manera de
encubrir la explotacin y naturalizarla. Con el criadazgo se conectan otras formas violencia
como la exposicin al maltrato fsico y psicolgico, a la negligencia y la omisin del cuidado, a
la explotacin laboral, a abusos sexuales, a la explotacin sexual y hasta a la misma trata de
personas.
Sin embargo, como prctica tradicional sostenida histricamente, no formulan sobre ella
preguntas ni planteamientos que la cuestionen o pongan en duda la intencionalidad de las
familias encargadas o el balance de los efectos que pueda producir en la vida de nias, nios y
adolescentes. En este contexto, la atencin directa debe orientarse como proceso con nias,
nios y adolescentes, sus entornos y las instituciones pblicas responsables para asegurar el
cumplimiento y goce de todos sus derechos.
En nuestra experiencia, planteamos como dimensiones que se precisan tener en cuenta en este
proceso:
-

Restablecer el vnculo con su familia de origen.

Reducir al mximo posible el tiempo que dedican a las tareas domsticas u otras
vinculadas a su presencia en la familia encargada, eliminar las que superen sus
capacidades y equiparar la distribucin del trabajo familiar entre los miembros del
mismo grupo familiar.

Identificar toda forma de maltrato o violencia a que puedan estar expuestas y expuestos
con el fin de generar las condiciones adecuadas de proteccin.

Asegurar su asistencia a la escuela, sus tiempos para la realizacin de las tareas


escolares y la disponibilidad de permisos para actividades extracurriculares.

Aumentar el tiempo de descanso, esparcimiento y juego.

Verificar sus condiciones de salud psico fsica y encaminar cuando fuera necesario
hacia su mejoramiento.

Encontrar situaciones transitorias viables que garanticen el conjunto de sus derechos y


que signifiquen su presencia en un grupo familiar ms permanente, en conformidad con
la ley. En este sentido, el orden de preferencia estara organizado en funcin de la
convivencia, primero, con su familia de origen nuclear, ampliada o ensamblada, con la
cual se realiza un trabajo de apoyo; segundo, con una familia en guarda con
autorizacin y seguimiento judicial que puede ser la misma familia encargada actual,

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mientras cumpla con los requisitos establecidos y cuente con seguimento-; tercero, con
una familia adoptiva (tras el proceso legal establecido), o, cuarto, en una entidad de
abrigo. En el caso de los y las adolescentes es posible una reconduccin hacia el trabajo
domstico protegido tal como est previsto en el Cdigo de la Niez y la Adolescencia.
-

Cuando se hayan detectado formas de maltrato fsico y psicolgico, de explotacin


laboral, de negligencia y omisin en el cuidado, de abuso sexual y de situaciones que
pudieran configurarse como trata de personas, estas se deben encaminar conforme a los
procedimientos legales establecidos.

Resulta significativo tener presente que el abordaje con nias, nios y adolescentes en situacin
de vulnerabilidad reviste caractersticas particulares, diferentes a quienes no se encuentran en
condiciones similares, y que se requiere de un acompaamiento y una atencin directa en que la
sensibilidad, la lucidez y la creatividad de quienes lo realizan entren en juego constantemente.
Este posicionamiento necesario para el rol de acompaar a nios y nias en el trnsito hacia
mejores condiciones de vida, definidas en forma conjunta y alcanzadas en colaboracin con
otros y otras, se apoya en la reflexin constante de las y los profesionales, el reconocimiento de
los tiempos y los procesos de trabajo, la generacin y sostenimiento del vnculo con el nio y la
nia y con su entorno, el reconocimiento y la activacin de sus redes sociales y de las redes
institucionales y el cuidado del equipo de trabajo. Como parte del abordaje desde una
organizacin social, es necesario tener en consideracin el traspaso del cuidado de cada nio y
nia hacia los equipos de las instituciones pblicas.

El enfoque de redes sociales e interinstitucionales


El enfoque de redes sociales e interinstitucionales comprende al conjunto social como un
sistema de conexiones entre las personas y que pueden activarse para resolver problemas y
abordar situaciones complejas (Dabas, 1998; Dabas y Najmanovich, 2004).
En todo caso, el abordaje con nios, nias y adolescentes, como en todo abordaje de una
problemtica social, implica entrar en contacto con sus entornos. As, trabajar con las criaditas y
los criaditos requiere conectarse al menos con sus familias encargadas, sobre todo con las
personas adultas responsables, con sus familias de origen, tanto nucleares como ampliadas, y
todas las otras personas importantes de su entorno como vecinas y vecinos, vendedoras y
vendedores del mercado y de las despensas del barrio, docentes, directoras y directores de las
escuelas adonde asisten, catequistas y otras.
Esta mirada a sus redes sociales en conjunto con el mismo nio o la misma nia permite un
anlisis detallado de las posibilidades ms adecuadas de acompaamiento en un proceso que
signifiquen su bienestar, esto es, el cumplimiento y goce de todos sus derechos.
Por otro lado, resulta importante que puedan acceder a conocer y contar con informacin de
contacto (nombres de las personas responsables, nmeros de telfono, direcciones e
instituciones garantes de sus derechos). Se ha encontrado que esta informacin es ms til
cuando est construida con el mismo nio o la misma nia y cuando est acompaada de una
visita al lugar o de la persona responsable a la escuela. Este contacto puede plantearse en forma
individual o tambin como una actividad propia de la escuela con sus alumnas y alumnos.

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Es importante resaltar que un abordaje integral impulsa acciones de trabajo con el sistema de
proteccin de los derechos, esto es, en las interacciones entre las familias, los y las docentes, el
personal de los servicios de salud, proteccin, seguridad y justicia. Esto implica no solo
relaciones interinstitucionales, sino tambin relaciones humanas entre quienes trabajan en ellas.
En nuestra experiencia de trabajo resulta clave:
-

Identificar el conjunto de derechos en juego en cada historia, a fin de identificar actores


que podran involucrarse segn las responsabilidades y capacidades de cada uno.
En la historia de Ana, que vimos al principio, los principales derechos en juego era el
conjunto de derechos a la proteccin que estaban siendo vulnerados: nunca tuvo
contacto con su pap, no mantena contacto con su mam, no estaba en condiciones
regulares en la familia en que se hallaba, realizaba tareas que requeran capacidades
superiores a sus fuerzas, pero sobre todo no estaba siendo protegida frente al riesgo de
ser sexualmente abusada por el to. Por otro lado, estas situaciones incidan en el
ejercicio y goce de sus derechos a la supervivencia y al desarrollo como la permanencia
en la escuela (adonde asista con ganas, pero tambin con cansancio y no sin esfuerzo),
el tiempo para el juego y el bienestar de su salud. Adems, sus derechos a la
participacin estaban postergados pues no contaba con espacios donde compartir lo que
le suceda y era juzgada en funcin de sus reacciones como haragana.

Trabajar desde las fortalezas permite identificar las condiciones ms favorables con que
cuentan las personas para hacer frente a la adversidad y se funda en la idea de que
puedan ser efectivamente protagonistas del cambio en sus vidas.
Ana tena una capacidad para mantener el dolor en un aparente control: as, en la
escuela a que asista, un centro que viene trabajando desde hace mucho tiempo en
materia de derechos de nias, nios y adolescentes y detectando situaciones de
vulneracin para encaminarlas adecuadamente, no se dieron cuenta de la situacin,
puesto que sus calificaciones no solo no disminuyeron, sino que mejoraron en el ltimo
tiempo; lo nico que escapaba a este control era que en su casa no poda terminar de
concentrarse en las tareas que le demandaban. Esta fortaleza poda ser encaminada para
que ella asumiera etapas de su proceso de cuidado.
El genuino inters de su ta, de la mujer encargada de su cuidado y de su maestra en que
Ana pudiera estar bien protegida se constituy en uno de los puntos ms importantes
con que se trabaj para realizar cambios en su vida.

Identificar los desafos clave del abordaje con enfoque de derechos posibilita mantener
la vigilancia en el proceso de abordaje.
En la historia de Ana, nuestro equipo de trabajo entendi que los desafos estaban en
mantener la escucha en todo momento, asumiendo la veracidad en todos sus relatos sin
poner en duda lo que iba narrando; realizar todas las gestiones para que el Estado
asumiera la investigacin penal de los hechos y para que trabajara en la reparacin del
dao; posibilitar un entorno seguro para Ana, que no poda seguir siendo alguno de
aquellos en que se encontraba; y generar un espacio para la palabra, para que la vivencia

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pudiera ser puesta en palabras y desde all poder modificar las condiciones. Esto implic
trabajar con la escuela y la Codeni, pero tambin con la Fiscala Penal y el hospital
pblico para el seguimiento de la historia.
-

Identificar los cambios producidos, reconociendo que la historia no empieza con el


abordaje ni termina cuando este se da por concluido, por lo que es tan necesario
recuperar las historias y encaminar en el trabajo conjunto con otros y otras.
Al finalizar el proceso de trabajo, Ana viva en un hogar de abrigo y asista a la escuela
con regularidad. Quedaba pendiente en ese momento garantizar la continuidad de los
servicios a que estaba accediendo para transitar ese tiempo (cuidado en el hogar,
psicoterapia en el hospital pblico, permanencia en el sistema escolar); restablecer el
vnculo con su madre y su abuela; propiciar un entorno familiar para ella; y asegurar la
continuidad del proceso penal contra el to abusador.
A su vez, esta historia nos llev a tener que abordar ciertas creencias como que el
rendimiento acadmico est vinculado inexorablemente a la garanta de derechos en una
relacin directa (mejor garantizados los derechos, mayor el rendimiento acadmico); el
trabajo de los hogares de abrigo como entidades transitorias y como posibles lugares
ms permanentes, sobre todo en adolescentes, cuando no cuentan con entornos
familiares que puedan asumir la responsabilidad de su cuidado; y la naturalizacin del
trabajo familiar no remunerado como una tarea que corresponde a las nias cuando son
pobres y criadas por una familia encargada (aunque forme parte de la familia ampliada).

APRENDIZAJES EN PROCESO
Hasta este momento, nuestros aprendizajes en el abordaje del criadazgo y que pueden ser
ampliados a otros contextos de explotacin laboral de las nias, nios y adolescentes nos
llevaron a preguntarnos por los modos de cambiar esta realidad tan adversa en la vida de cada
nia, nio y adolescente como sujeto individual (a lo que llamamos, la relevancia de nuestro
trabajo). Pero tambin nos preguntamos por el modo de asegurar que todos sus derechos se
cumplan, a lo que llamamos, la pertinencia de nuestro abordaje, y por la mejor manera de hacer
que estos cambios duren en el tiempo, es decir, la sostenibilidad.

Para cambiar una realidad difcil (relevancia)


En el proceso de abordaje hemos encontrado que resulta necesario asegurarnos desde los
equipos de trabajo que estamos manteniendo constantemente una concepcin de cada nia, nio
y adolescente con quien entramos en contacto como sujetos de derecho, titulares de derechos,
actores protagonistas de sus vidas y parte integrante de sus redes sociales y del tejido social en
su conjunto. Ms all del lema discursivo que puede representar, estamos hablando de personas
que deben ser consultadas en todo el proceso de toma de decisin y cuyas opiniones deben ser
tenidas en cuenta, pero a la vez como quienes puede ir asumiendo progresivamente la
responsabilidad de ir produciendo algunos cambios, una vez que la situacin de explotacin y
opresin permanente ha sido eliminada.

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Adems, hemos encontrado necesario mirar las realidades adversas que viven con actitudes que
atiendan a los derechos, que respeten sus procesos afectivos, que reconozcan las diversidades de
prcticas, concepciones, imaginarios e ideas y que se comprometan su emancipacin.

Para que todos los derechos se cumplan (pertinencia)


En el caso del criadazgo est tan difundida la nocin del bien que se est haciendo a una nia o
un nio y de lo buena que es la familia encargada al recibirla, que hemos encontrado necesario
poder incluir efectivamente la nocin de integralidad de derechos en los procesos de
sensibilizacin, capacitacin e incidencia, es decir, ningn derecho puede gozarse realmente si
no se goza de todos los derechos. Creemos en el caso de otras prcticas de explotacin laboral
es necesario tener presentes los imaginarios que estn presentes y confrontarlos con el conjunto
de derechos, para que el abordaje resulte pertinente.
Asimismo, hemos visto que se requiere promover la articulacin en escalas, sectores y mbitos
de accin diversos. De este modo, es necesario comprender las dinmicas institucionales, las
polticas y planes vigentes y los mecanismos de accin y gestin asociada en las escalas
nacionales, subnacionales y locales y propiciar el contacto y la participacin de actores de las
instituciones pblicas y las organizaciones sociales con capacidad de toma de decisin en los
espacios de concertacin.
Por ltimo, en lnea con la pertinencia, es necesario trabajar en la vigilancia efectiva de los
derechos y el cumplimiento de las obligaciones del Estado. Para ello, los principales actores en
juego son la Defensora del Pueblo, o la institucin independiente de derechos humanos con que
se cuente; las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las organizaciones propias de nias,
nios y adolescentes en las comunidades; y los espacios de concertacin poltica en las
comunidades y en la escala nacional, en nuestro caso los consejos municipales, departamentales
y nacional de niez y adolescencia.

Para que las respuestas sean duraderas (sostenibilidad)


Al reflexionar sobre la posibilidad de que los cambios se mantengan en el tiempo y que las
respuestas institucionales puedan ser las mismas para casos similares, es necesario trabajar en la
activacin de redes sociales, aquellas afectivamente involucradas, y en las redes
interinstitucionales, aquellas legalmente obligadas a intervenir; mientras que resulta clave
recuperar siempre los modos de trabajo y las historias de respuestas efectivas e inadecuadas
llevadas adelante por los y las agentes de las instituciones pblicas.
Por otro lado, es necesario en este escenario poder conectar el trabajo de atencin directa y
desarrollo de capacidades (formacin) con las acciones de incidencia en la normativa, las
polticas pblicas y la inversin.
As, entre las localidades en que se desarrollaron iniciativas, aquellas donde se hizo ms
presente la voluntad poltica de las autoridades, la idoneidad profesional de los trabajadores y
las trabajadoras y la aplicacin efectiva de una inversin consecuente fue tambin donde el
proceso de trabajo se dio de forma ms fluida que en los dems casos. En el proceso de trabajo
de aproximacin, cabildeo e incidencia con las autoridades locales juega un rol esencial que
puedan apreciar qu ganan con la iniciativa y de qu modo se beneficia su gestin con ella. En
tanto, con las personas responsables de las instituciones pblicas que brindan servicios y

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prestaciones para garantizar los derechos (escuelas y centros de salud, particularmente)


buscamos el modo en que puedan percibir que su tarea no estara siendo cuestionada y a la vez
contara con nuevas herramientas de abordaje.

PARA TERMINAR
Quisiera cerrar con una frase del filsofo y poeta francs Ren Daumal, a la que me acercara
Denise Najmanovich. Daumal sintetiza en ella una conviccin clave que expresa y sostiene
nuestro abordaje:
El hecho de ser dos,
todo lo cambia
No es que la tarea se vuelva
dos veces ms fcil,
no: de imposible
se vuelve posible.
Ren Daumal, La montaa anloga (1952)

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