Tomás, Meditaciones (Ed. Original Emecé)
Tomás, Meditaciones (Ed. Original Emecé)
Tomás, Meditaciones (Ed. Original Emecé)
..*'
'
BIBLIOTECA
DEL
PEREGRINO
*?
TO TOMAS DE AQUINO
* * & ; .
MEDITACIONES
ENTRESACADAS DE SUS OBRAS
?5- *
v^ E M E C
Ir
E D I T O R E S , S.A.
BUENOS AIRES
.h '.'
"t
PREFACIO
Con las l i c e n c i a s
necesaria^
'
U
d
qUC P r e v i e n e la L e
Co
pt5JhetCbv
% T EDITORES,
? nm.
11.723
Copyright
by 3Zusck
S. A. - Buenos
Aires,
t948
Prefacio
Prefacio
P.
JNOTA.Llegado el tiempo de Septuagsima, deben omi,.. I r s e k s que sobran del mes de febrero, o tal vez tam* n " e enero, para tomar las que dan comienzo en aquel
domingo.
^
as meditaciones omitidas entonces se utilizarn despus
ffe. e
fiesta del Sacratsimo Corazn de Jess hasta el
f g j n e r da de julio.
.,*;
PRIMERA
PARTE
T I E M P O DE A D V I E N T O
27 de noviembre
INMENSIDAD DEL AMOR DIVINO
vi
14
S a n t o T o m s de
Aquino
28 de
noviembre
15
noviembre
CONVENIENCIA DE LA ENCARNACIN
I. Parece ser muy conveniente que los atributos invisibles de Dios sean mostrados por las
cosas visibles; pues para esto se hizo el mundo
entero, como consta por el Apstol: Las cosas de
Dios invisibles se ven, despus de la creacin del
*mundo, considerndolas por las obras criadas.
'.(Rom., I, 20.) Pero, como dice San Juan Damasceno, por el misterio de la Encarnacin se ma%f nifiesta a la vez la bondad, la sabidura, la jusgljticia y el poder de Dios o su virtud. La bondad,
jjjporque no despreci la debilidad de su propia
(criatura; la justicia, porque, vencido el hombre,
'.hizo que nadie ms que el hombre venciese al
[tirano, y libert al hombre de la muerte por la
violencia; la sabidura, porque encontr el mejor
'modo de pagar el ms costoso precio; el poder
o virtud infinita, porque nada hay ms grande
que haberse hecho Dios hombre. Luego fu conveniente que Dios se encarnase.
II. Conviene a cada cosa aquello que le comjpete segn su propia naturaleza, como al hombre
'e conviene razonar, porque ese acto le corresponde en cuanto es racional segn su propia na'jh- ra ^ eza ' Siendo, pues, la naturaleza misma de
.; 1Qs la esencia de la bondad, todo lo que es esena
'.
l bien conviene a Dios. Y como es de la
*.. enca del bien el comunicarse a otros, por lo
,;. n t o e s esencialmente propio del sumo bien
comunicarse a la criatura de un modo soberano.
0 CUa
I se verifica principalmente al unirse a una
;., uraleza creada, de modo que se haga una sola
16
S a n t o T o m s de
Aquino
29 d e
noviembre
17
i
.]
j
I
M:
f8
Santo Toms
de
30 d e n o v i e m b r e
Aquino
noviembre
NECESIDAD DE LA ENCARNACIN .
o solamente fu necesario que Dios se encarnara para la promocin del hombre al bien,
sino tambin para la remocin del mal.
I o ) El hombre se instruye por esto para que
no prefiera al diablo a s mismo, no venere al
que es el autor del pecado. A este propsito dice
San Agustn 7; "Puesto que Dios pudo unirse a
la naturaleza humana de tal modo que se hizo
una sola persona, no se atrevan, por eso, aquellos espritus soberbios y malignos a anteponerse
al.hombre, porque no tienen carne."
2 o ) Por esto se nos ensea cunta es la dignidad de la naturaleza humana, para que no la
mancillemos con el pecado. Por lo cual asegura
San Agustn 8: "Dios nos ha demostrado cuan
excelso lugar ocupa la naturaleza humana entre
las criaturas, apareciendo entre los hombres como
6
19
10
'
20
Santo
Toms
de
Aqino
1? d e d i c i e m b r e
21
22'
Santo
Toms
de
Aquino
Este misterio fu muy convenientemente ordenado para la salvacin del hombre, porque aun
cuando Dios poda hacerlo de otro modo, ninguno fu tan adecuado, pues convena al mismo
Reparador, a aquel a quien deba ofrecerse la reparacin y a la reparacin misma.
I o ) Al Reparador, a quien era oportuno mostrar su sabidura, poder y bondad. Qu cosa
ms poderosa que unir extremos sumamente distantes? Grande fu el poder para unir elementos
dispares; mayor, para unirlos a u n espritu creado; mximo, para su unin al espritu increado,
donde la disparidad es extrema. Qu cosa ms
sabia para el colmo de perfeccin de todo el
universo que se verificase la unin del primero
y del ltimo, esto es, del Verbo de Dios, que es
el principio de todas las cosas, y de la naturaleza
humana, que en las obras de los seis das fu la
ltima de las criaturas? Qu cosa ms llena de
bondad que haber querido el Creador de todos
los seres comunicarse a las cosas creadas? Esa benignidad fu grande al unirse con todas las cosas
por unin de presencia; mayor, al comunicarse a
los buenos por medio de la gracia; y mxima, al
unirse a Cristo hombre, y, por consiguiente, a los
gneros de cada uno en la unidad de persona.
2 de
diciembre
23
24
Santo
Toms
de
Aquino
3 de diciembre
CONVENIENCIA DE LA REPARACIN
DE LA NATURALEZA HUMANA POR EL VERBO
3 de
diciembre
25
26
Santo Toms
de
Aquino
4 de diciembre
MODO DE REPARAR LA NATURALEZA HUMANA
4 de d i c i e m b r e
27
28
Santo Toms
de
Aquino
5 de
diciembre
29
30
Santo' Toms
de
Aquino
San Agustn 12 dice s o bre aquello de San Lucas: El Hijo del hombre vino a buscar y salvar
lo que haba perecido. (XIX, 10.) Luego si el
hombre no hubiese pecado, el Hijo del hombre
12
De verbis
Domini.
6 de
diciembre
31
32
S a n t o T o m s de
7'de
Aquino
7 de diciembre
LA ENCARNACIN NO HUBIERA SIDO CONVENIENTE
AL PRINCIPIO DEL MUNDO
diciembre
33
34
S a n t o T o m s de A q u i n o
lo que es espiritual, sino lo que es animal; despus lo que es espiritual. El primer hombre de
la tierra, terreno; el segundo hombre del cielo,
celestial. (I Cor., XV, 46, 47.)
3o) Por la dignidad del Verbo encarnado, pues
dice la Glosa sobre ello: Mas cuando vino el cumplimiento del tiempo- (Gal, IV, 4): Cuanto mayor fuera el Juez que vena, tanto ms larga
serie de pregones deba precederle.
4o) Para que no se enfriase el fervor de la
fe con la dilacin, puesto que hasta el fin del
mundo se enfriar la caridad de muchos. Por
esta razn se-dice: Mas cuando' viniere el Hijo
del hombre, pensis que hallar fe en la tierra?),
(Luc, XVIII, 8.)
La caridad tarda en socorrer al amigo, salvadas,
empero la oportunidad de los negocios y la con-',
dicin de las personas; porque si un mdico diera,
al enfermo la medicina apenas principia la enfermedad, aprovechara menos y le perjud icaria,,
ms que le favorecera. Y por esto el Seor no ;
ofreci desde el principio al gnero humano el;
remedio de la Encarnacin, para que no lo des-;;
preciase por soberbia, si antes no conoca su enfermedad.
(3*. q. I, a. V.)
8 de diciembre
EN LA FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIN
8 de d i c i e m b r e
35
cree razonablemente que la que engendr al Unignito del Padre, lleno de gracia y de verdad,
recibira mayores privilegios de gracia que todos
los otros. Por lo cual, como se lee en Lucas (I.
28): El ngel le dijo-. Dios te salve, llena de
gracia. Sabemos, no obstante, que a algunos otros
fu concedido el privilegio de ser santificados en
el seno materno, como a Jeremas, al cual se
dijo: Antes que salieras de la matriz, te saniifiqu
(Jer., I, 5); y tambin a Juan Bautista, del cual
se ha dicho: Y ser lleno de Espritu Santo, aun
desde el vientre de su madre. (Luc, I, 15.)
Luego, para que recibiese ms, Mara debi
no slo ser santificada en el seno materno, Ano
tambin preservada de la culpa original.
Esta infusin de la gracia santificante no se
verific antes de la animacin, sino en el primer
instante de la animacin. Los hechos que tuvieron lugar en el Antiguo Testamento sen figura del Nuevo, coaorme a aquello: Todas ejtas
cosas les acontecan a ellos en figura. (I Cor.,
X, II). Mas por la santificacin del tabernculo,
de la cual se dice: Santific su tabernculo- el
Altsimo (Psal., XLV, 5), parece significarse la
santificacin de la Madre de Dios, llamada tabernculo de Dios conforme a aquello del Salmo
(XVIII, 6): En el sol puso su tabernculo. Del
tabernculo se dice en el xodo: Despus que
fueron cumplidas todas estas cosas, cubri una
nube el tabernculo del testimonio, y llenle la
gloria del Seor (x. XL, 31 y 32). Luego asimismo la Bienaventurada Virgen no recibi la
gracia sino cuando fueron cumplidas todas sus
cosas, a saber: cuerpo y alma (es decir, en el mismo .instante).
2?) Durante toJu su vida. Dios prepara y dis-
36
Santo Toms
de
9 de
Aquino
diciembre
37
9 de diciembre
ALEJAMIENTO DE LA NOCHE
38
Santo Toms
de
9 de d i c i e m b r e
Aquino
El Seor est cerca. (Philip., IV, 5.) Puede asimismo aplicarse esto a los que comienzan a salir
de los pecados, y a los que se les acerca el da
de la gracia.
II. La honestidad de la vida es necesaria.
I o ) Para quitar los vicios.: Desechemos las obras
de las tinieblas. Al alejarse la noche, deben cesar
las obras de la noche. Llmame los pecados obras
de las tinieblas, porque estn faltos de la Ivfz
de la razn, que debe alumbrar las acciones humanas; porque se ejecutan en tinieblas, y porque
por ellos el hombre es conducido a las tinieblas,
como dice San Mateo: Arrojadle en las tinieblas exteriores. (XXII, 13.)
2o) Para adquirir las virtudes. Como si dijese:
Puesto que ha llegado el da, tomemos lo que
conviene al da, vistmonos las armas de la luz,
es decir, las virtudes que se llaman armas por
cuanto nos defienden, y se dicen armas de luz,
ya porque son fortificadas y perfeccionadas por
la luz de la razn, ya porque exigen el examen
de la luz, ya porque otros son iluminados por
las obras de las virtudes: De este modo ha de
brillar vuestra luz delante de los hombres.
(Matth., IV, 16.)
3?) Se exhorta a la prctica y aprovechamiento
de las virtudes, cuando dice: Caminemos, como
de da, honestamente. Dos cosas parecen convenir al da. Ante todo la honestidad; pues durante
el da cada uno procura conducirse de tal manera
que aparezca honesto delante de los otros, pero
no as en la noche! En segundo lugar, el hombre
camina durante el da, mas no durante la noche.
Por lo cual dice San Juan: Mas si anduviere de
noche, tropieza. (XI, 10). Por tanto, ya que es
39
40
Santo
Toms
de
Aquino
10 d e ' d i c i e m b r e
l.
;
:!
,
I
41
42
Santo Toms
de
II
Aquino
de d i c i e m b r e
43
44
Santo
Toms
de
13 d e
Aquino
diciembre
45
13 de (iciembre
/ F U CONVENIENTE QUI "EL'~HTJ""5E DIOS ASUMIESE'X
X L A NATURALEZA HUMANA DE LA RAZA DE ADN
I. Como dice San Agustn 16; "Dios poda tomar un hombre fuera de la estirpe de Adn, que
haba encadenado al gnero humano a su pecado;
pero juzg que era mejor tomarlo del mismo
' linaje que haba sido vencido para que llegase a
vencer al enemigo del gnero humano." Y esto
|T:por tres razones:
1?) Porque parece ser propio de la justicia el
dar satisfaccin el mismo que pec; y por eso
convena que de la naturaleza corrompida per el
|( pecado se sacase lo que servira para satisfacer
por toda la naturaleza.
2?-) Porque es nrs digno del hombre que el
vencedor del diablo alga de la raza que hab? sido vencida por el diablo.
3o) Porque ms resplandece el poder de Dios
tomando la naturaleza corrompida y enferma para elevarla a tanta perfeccin y dignidad.
Cristo, en efecto, debi ser segregado de los
pecadores, como dice el Apstol, en cuanto a la
culpa que vena a destruir, no en cuanto a la naturaleza que vena a salvar, segn la cual debi
asimilarse en todo a los hermanos como dice el
mismo Apstol a ?->- Hebreos (II, 17). Y es tT>r<in ms de admirar en esto su inocencia, porque
|a naturaleza tomad a de una raza de pecado guard tan gran pureza.
(3 a , q. IV, a. VI.)
16
46
Santo
Toms
de
14 d e
Aquino
diciembre
47
14 de diciembrey--^
FU MS CONVENIENTE QUE LA PERSONA DEL H I J O
TOMASE LA NATURALEZA HUMANA QUE OTRA
PERSONA DIVINA
48
S a n t o T o m s de
Aquino
14 d e
diciembre
49
I:.
15 de diciembre
50
S a n t o Tonas de
Aqnio
16 d e d i c i e m b r e
51
52
Santo
Toms
de
Aquino
17 d e
diciembre
53
54
Santo
Toms
de
Aquino
18 d e
diciembre
55
56
Santo Toms
de
Aquino
19 d e d i c i e m b r e
57
Quin os ha ajenado a huir de la. ira venidera? Haced, pu.es, ruto digno de penitencia.
(Matth., III, 7, .;>
I. Dos motivi>o Inducen a la penitencia. I reconocimiento del pecado propio y el temor del
juicio de Dios. Por el temor del Seor todos se
desvan del, mal (Prov. XV, 27), y Tened entendido que hay juicio (Job, XIX, 29). San Ambrosio y San Juan Crisuatomo lo entienden dei juicio
futuro. Quin os a. enseado a huir d d mal?,
como si dijese: nai-'C- sino solo Dios. Mustranos,
Seor, tu misenctjuua, y danos tu salud. (sal,
LXXXIV, 8.)
^ a b a n Mam. .-. ...xplica del futuro, tuci-_-iuo:
Es bueno que hap-ais penitencia, pues de i<- ;ontr.ino quin os .. sc,;.ar a huir de la iru-. . ..n
elsalmo CXXX.xxx, 8 se dice: Adonde ,<- escapar de tu Espritu, y adonde huir de tu t>resencia?
58
Santo Toms
de
Aquino
20 d e d i c i e m b r e
59
Yo soy voz de i ">"- clama en el desierto: Enaderezad el camino <?<>l Seor (Juan.. I, 23).
| Juan se llama
/ mismo voz, porque 'a vo7.
ves por su origen pnsierior a la palabra interior,
i pero es anterior en el conocimiento. Porque por
j la voz conocemos el verbo concebido en el alma,
yya que aqulla es signo de ste. Dios envi al
..; precursor Juan parn que anunciase a su Vcibo
j concebido desde" un.U eternidad; y por esc -deI.cadamente dic^- v>~- soy voz. Del que clama,
e
_sto es, de Juan 1 .:lama y predica en :1 -.e clama en l. Y cla^i? >
: sierto, o de Crisv
uatro motivos:
l 9 ) El clamor
- n a manifestacin; y " ^ o
tanto clama paj, ._, jotrar que Cristo
.
Manifiestamente . ; ; , an y en s mismo* n '
ultimo grande do de la fiesta estaba all je.rus.
$ o-ccia en alta v ~ ! alguno tiene sed, v?r:iu a
60
S a n t o T o m s de
Aquino
diciembre
EL ROCO CELESTIAL
22 d e d i c i e m b r e
61
62
Santo T o m s de
Aquino
23 de diciembre
CUATRO UTILIDADES DE LA ENCARNACIN
23 d e d i c i e m b r e
63
64
Santo
Toms
de
Aquino
cielo, algrense los hambrientos." Sobre las palabras del Evangelio: Echado en un pesebre
(Luc, II, 12) dice la Glosa: para saciarnos con
el trigo de su carne.
4?) Acrecentamiento de la bienaventuranza.
Quien por mi entrare, ser salvo; y entrar, y saldr, y hallar pastos {Joan., X, 9). Y San Agustn aade: "Dios se hizo hombre, para hacer bienaventurado al hombre, para que el hombre se
entregase totalmente a l, para que el hombre
le diese todo su amor, y al verle en carne con los
sentidos corporales, los sentidos del alma le vieran por la contemplacin de la divinidad. Y aqu
est todo el bien del hombre, ya entre, ya salga
(que nazca o muera), encontrar pastos en su
Creador; fuera, en la carne del Salvador; dentro,
en la divinidad del Creador."
(De humanit. Christi.)
24 de diciembre
LA ENCARNACIN ES UN AUXILIO PARA EL HOMBRE
QUE TIENDE A LA BIENAVENTURANZA,
24 d e d i c i e m b r e
65
66
Santo Toms
de
Aquino
24 d e d i c i e m b r e
67
infalible, pues sabemos que aun varones santsimos han faltado en algunas cosas.
Luego fu necesario al hombre, para confirmarse en la virtud, que recibiese del Dios humanizado doctrina y ejemplos de virtud.
(Contra Gentiles, lib. 4, cap. 54.)
25
TIEMPO
DE
NAVIDAD
25 de diciembre
BENIGNIDAD Y UTILIDAD DE CRISTO AL NACER
de
diciembre
69
des del nacimiento de Cristo que podemos considerar en las cuatro cualidades de los nios:
pureza, humildad, amabilidad y mansedumbre,
las cuales se dan de modo excelentsimo en Jess
nio.
19) Encontramos en l suma pureza, porque es
candor de la luz eterna y espejo sin mancilla.
(Sap., VII, 26.)
Esa pureza se manifiesta en la concepcin y
en el parto virginal. Pues la incorrupcin no
pudo engendrar a la corrupcin. Por lo cual dice
Alcuino: "El creador de los hombres, para ha7 cerse hombre y nacer del hombre, debi elegir
una madre tal que supiera convenirle y serle
agradable. Quiso, pues, que fuese virgen, para na cer sin mancha de una madre inmaculada y purificar la mancha de todos."
2?) Encontramos tambin en este nio suma
humildad: Se anonad a s misma (Phil., II, 7).
Esta humildad, como dice San Bernardo, aparece en el establo, en los paales que le envuelven
y en el pesebre donde descansa.
39) Hallamos en el nio la soberana amabilidad, porque es ms hermoso que los hijos de
los hombres, y aun que las milicias anglicas.
Esta amabilidad es resultado de la unin de la
divinidad con la humanidad. Por lo cual dice
San Bernardo: "Es un espectculo lleno de suavidad contemplar al hombre creador del hombre."
49) Finalmente vemos en este nio la suprema
Mansedumbre, porque: es benigno y clemente, paciente y de mucha misericordia, y que se deja
doblar sobre el mal (Joel., II, 13). Y San Bernardo dice: "Cristo es prvulo, y puede ser aplau d o suavemente. Quin ignora que el nio per-
70
Santo
Toms
de
Aquino
26
'
de
diciembre
71
para que, padeciendo y muriendo as, satisficiese por nosotros y quitase el pecado.
3o) Porque poseyendo carne pasible y mortal
nos dio ejemplos ms eficaces de virtud, al superar con fortaleza los sufrimientos de la carne
y al usar de ellos virtuosamente.
4o) Porque somos alentados a la esperanza de
la inmortalidad, pues del hecho de haber pasado
del estado de carne pasible y mortal al de la
impasibilidad e inmortalidad de la carne, podemos esperar lo mismo para nosotros, que llevamos carne pasible y mortal. Pues si desde el
principio hubiese tomado carne impasible e inmortal, no tendramos motivo para esperar la
inmortalidad, sintindonos mortales y corruptibles.
Y, adems, el oficio de mediador exiga que
tuviese de comn con nosotros carne pasible y
mortal, y que tuviese de comn con Dios el
poder y la gloria; para que, quitando de nosotros
lo que tena de comn con nosotros, es decir,
los padecimientos y la muerte, nos condujese a
lo que tena de comn con Dios; pues fu mediador para unirnos a Dios.
(Contra Gentiles, lib. 4, cap. 55.)
2/ de diciembre
i'
72
Santo
Toms
de A q u no
27 d e d i c i e m b r e
73
penetr los arcanos de la divinidad ms profundamente que los dems, por lo cual es comparado
al guila. Es acepto al rey un ministro entendido,
se lee en los Proverbios (XIV, 35).
39) Por el fervor ardiente de su amor a Cristo: Yo amo a los que me avian. (Prov., VIII,
17.)
(In Joan., XIII.)
28 de diciembre
CUATRO UTILIDADES DEL NACIMIENTO DE CRISTO
74
Santo Toms
de
Aquino
29 de
diciembre
J
dar
75
,
todo lo
(De Humanitate
que
Christi.)
B p 29 de diciembre
R::
K:
En sentido mstico podemos considerar que
E' el parto de la Bienaventurada Virgen Mara sigKL nifica el parto del alma penitente, como se dice
p e n Isaas: De tu temor, Seor, concebimos y diK mos a luz espritu de salud (de buenas obras).
f (XXVI, 18.) A este parto conviene msticamente
wk el lugar del nacimiento de Cristo, es decir, Bell" ln. Por ello dice San Bernardo: "Si t eres
my tambin Beln por la contricin del corazn, de
M modo que tus lgrimas sean tu pan de da y
m de noche, y esta refeccin te proporciona alegra
H continua (Beln se interpreta casa de pan), y si
m eres Jud por la confesin y ciudad de David
1, P r Jas obras de satisfaccin, nacer Cristo en
fe t\, y llenar de alegra tu corazn por la gracia
I en el presente y por la gloria en el futuro."
|, Pero debe advertirse que, despus del parto de
j la penitencia, el alma penitente debe envolverse
|: con los paales de la caridad contra la torpeza
| e ' pecado, que consiste en el desorden interior
I del alma; debe reclinarse por el amor de la hu|; mildad contra la soberbia, que es una aversin;
i 7 colocarse en el pesebre de la aspereza por una
j a n u e n c i a proporcionada contra el deleite del
\ pecado, que es una orientacin al mal.
-^e lo primero se dice en los Proverbios: La
ear
idad
cubre todas las faltas (X, 12). Pero debei
]24
Santo Toms
de
Aquino
25 de enero
CONVERSIN DEL APSTOL SAN PABLO
2 5 de e n e r o
125
126
Santo Toms
de
Aquino
26 d e
enero
127
I. Cristo es sacerdote.
El oficio propio del sacerdote es ser mediador
entre Dios y el pueblo, por cuanto entrega al pueblo las cosas divinas y por eso se le llama sacerdote, que quiere decir, en cierto modo, que da las
cosas sagradas (sacra dans), segn aquello de Malaquas: La ley buscarn de su boca (II, 7), esto
es, del sacerdote. Adems, en cuanto ofrece a Dios
las plegarias del pueblo y satisface a Dios, en cierta manera, por sus pecados. Por eso dice San
Pablo: Porque todo pontfice tomado de entre los
hombres es puesto a favor de los hombres en
aquellas cosas que tocan a Dios, para que ofrezca
dones y sacrificios por los pecados. (Hebr., V, 1.)
Esto conviene principalmente a Cristo, porque
por l han sido conferidos a los hombres los dones
divinos, como dice el apstol San Pedro: Por el
cual (por Cristo) nos ha dado muy grandes y
preciosas promesas; para que por ellas seis hechos participantes de la naturaleza divina. (II
Petr., I, 4.) Tambin l mismo reconcili con Dios
al gnero humano segn aquello: Porque en l
quiso hacer morar toda plenitud; y reconciliar
por l, asimismo, todas las cosas. (Colos., I, 19,
20.) Luego compete muchsimo a Cristo ser sacerdote.
II. Es al mismo tiempo sacerdote y hostia.
Todo sacrificio visible es sacramento, esto es,
signo sagrado de un sacrificio invisible. El sacrificio invisible es aqul por el cual el hombre ofrece a Dios su espritu, como dice David: Sacrificio
para Dios es el espritu atribulado (Psal., L, 19),
por lo tanto todo lo que se presenta a Dios, para
que el espritu del hombre sea elevado a Dios,
128
Santo Toms
de
Aquino
27 d e e n e r o
129
27 de enero
SNTESIS DE LA PREDICACIN DE CRISTO
130
Santo Toms
de
Aquino
28 d e e n e r o
131
132
Santo
Toms
de
Aquino
29 de enero
DEBERES PARA CON EL VERBO DE DIOS
29 d e
enero
133
I. Si alguno oyere mis palabras y no las guardare, no le juzgo yo. (Joan., XII, 47.)
Debe advertirse que son bienaventurados los
que oyen la palabra de Dios y la guardan, creyndola interiormente en el corazn y practicndola
exteriormente con las obras. Mas los que la oyen
V no procuran practicarla, se hacen por ello ms
culpables: No son justos delante de Dios los que
134
Santo Toms
de
30 d e
Aquino
oyen la ley, mas los hacedores de la sey sern justificados. (Rom., II, 13.) Y Santiago: Sed, pues,
hacedores de la palabra, y no oidores tan solamente. (Jac, I, 22.)
Si alguno oyere mis palabras y no las guardare,
no le juzgo yo. (Joan., XII, 47.) De dos maneras
puede decirse que alguien condena a otro; o como
juez o como causa de condenacin. Pues no solamente condena al homicida el juez que dicta la
sentencia, sino tambin le condena el mismo homicidio perpetrado, que es causa de su condenacin. As, pues, dice (Jess): No' le juzgo yo, es
decir, no soy yo causa de su condenacin, sino l
mismo. Por ello dice Oseas: Tu perdicin, Israel,
de ti; slo en m est tu socorro. (Os., XIII, 9.)
Y esto, precisamente, porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo (Joan.,
XII, 47), esto es, no he sido enviado para condenar, sino para salvar.
II. El que me desprecia, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue. (Joan., XI, 48.) Como
si dijese: Los que no guardan mis palabras, creyendo y practicando, no quedarn impunes, quienesquiera que sean. La razn se funda en que, si
no reciben la palabra de Dios, desprecian lo di- .
cho por Dios, cuyo Verbo es l mismo, como el
que no obedece el mandato de su Seor. Y dice
Job: Huid, pues, de la vista de la espada, porque
espada hay vengadora de iniquidades; y tened
entendido que hay juicio. (Job., XIX, 29.)
III. La palabra que he hablado; ella le juzgar
en el da postrimero. (Joan., XII, 48.) Lo que
equivale a decir, segn San Agustn: Soy Yo el :
que juzgar. Porque Cristo aludi a s mismo en
enero
135
Prefacio de Navidad: Ut, dum visibiliter Deum cogoscimus, per hurte in invisibilium amorem rapiamur.
136
Santo
Toms
de
Aquino
31 d e
enero
137
138
Santo
Toms
de
Aquino
inspiracin, o flagelacin, o predicacin o colacin de beneficios que se dicen voz de Dios, porque por ellas nos llama a s el Seor, y sin embargo son pocos los que escuchan.
Y me abriere la puerta de su corazn, es decir,
la voluntad, por la cual entra Cristo al alma, y
que se dice abrirse a Cristo por el consentimiento
en el bien, y al diablo por el consentimiento en
el mal.
Entrar a l infundindole la gracia, como entra el sol en la casa por la ventana abierta, introduciendo sus rayos, pues el sol no entra de otra
manera si no se abre la puerta, y una vez abierta
sta, entra.
Y cenar con l, esto es, me deleitar en su fe
y obras. Y l conmigo, porque se alegrar de mi
auxilio. O cenar con l y l conmigo, es decir,
me reconciliar con l y l conmigo. Porque la
cena comn es seal de reconciliacin mutua y
de amor recproco.
Tambin cena Dios con el hombre infundindole la gracia, con la cual es confortado el hombre, y el hombre con Dios, correspondiendo a la
gracia; y as el uno cena con el otro poniendo
cada cual su parte.
Pero Dios cena primero con el hombre, porque
obra con anterioridad, infundiendo la gracia o
excitando el libre albedro; y el hombre cena
despus con Dios, cooperando a la gracia o consintiendo a la inspiracin. Por eso se dice en la
epstola a los Hebreos: Atendiendo a que ninguno falte a la gracia de Dios; porque brotando
alguna raz de amargura no os impida. (Hebr.,
XII, 15.)
Asimismo cena Dios con el hombre reconfortndole en sus merecimientos. Y as dice Isaas:
1*? d e
febrero
139
140
Santo Toms
de
3 de f e b r e r o
Aquino
141
3 de febrero
PRESENTACIN DE CRISTO EN EL TEMPLO
6 Lev., XII.
142
Santo Toms
de
Aquino
4 de
febrero
143
4 de febrero
CMO HEMOS DE_ F ^ ^ N T A ^ O S _ A J 0 I O S
Cuatro cosas son necesarias, las cuales estn indicadas msticamente en la oblacin de Cristo, a
saber: pureza de mente, humildad de corazn,
tranquilidad de alma y fecundidad de buenas
obras.
I o ) En primer lugar, por el tiempo de la oblacin, la cual se verific una vez que fueron cumplidos los das de la purificacin, se expresa msticamente que no podemos ofrecernos a Dios si
no nos purificamos primero de toda inmundicia
t del alma y del cuerpo, como se lee en el Eclesistico: Los ojos de Dios son mucho ms claros que
el sol, y no pueden mirar hacia la iniquidad.
(XXIII, 28.) Y en el Evangelio de San Mateo: Si
no os volviereis, e hiciereis como nios (XVIII,
3). A esto dice San Beda: "Si no tuviereis inocencia y pureza de alma como los nios, no entraris
en el reino de los cielos." No entrar en ella cosa
contaminada. (Apoc, XXI, 27.) Dos cosas debemos purificar en nosotros mismos: el entendimiento, para que conozca, y la voluntad para
que quiera.
29) Lo segundo, a saber, la humildad de corazn, est sealado por el hecho de que quiso ofrecerse conforme a la ley, l, que no estaba sujeto
a esa ley, puesto que el Verbo de Dios se hizo
carne por obra del Espritu Santo. Y quiso ofrecerse de eso modo en seal de humildad, para
ensearnos a hacernos dignos de las miradas de
Dios por los mritos de la humildad. Todo lo
precioso vio su ojo (Job., XXVIII, 10), es decir,
144
Santo Toms
de
Aquino
5 de f e b r e r o
145
5 de febrero
EL TEMPLO DE DIOS
146
Santo Toms
de
Aquino
V. Consagrado por la intervencin de la Santsima Trinidad. Santific su tabernculo el Altsimo. (Psal., XLV, 5.) El Espritu Santo vendr
sobre ti. (Luc, I, 35.)
VI. Porque a causa de su gran dignidad goza
del privilegio de que se salven todos los reos y
malhechores que se refugien en l, y de que sean
escuchadas todas las oraciones que se derramen
en l.
VII. Porque fu edificado para que en l se
hiciese hombre el Hijo de Dios.
Acudamos, pues, con confianza al templo de la
gracia, para que encontremos misericordia en
tiempo oportuno.
(Serm., XXIII.)
6 de febrero
DEBEMOS SEGUIR AL SEOR
6 de f e b r e r o
147
148
S a n t o T o m s d e A q u i n o
7 de
febrero
149
150
Santo T o m s de
Aquino
8 de febrero
IMITACIN DE CRISTO
8 de f e b r e r o
151
152
Santo Toms
de
Aquino
9 de febrero
LA VID Y LOS S A R M I E N T O S
9 de f e b r e r o
153
154
Santo
Toms
de
Aquino
10 de febrero
ESTUDIO DE LA SABIDURA, PRINCIPALMENTE
DE LA SABIDURA ENCARNADA
lOdefebrero
155
156
Santo
Toms
de
Aquino
11 d e f e b r e r o
157
158
Santo
Toms
de
12 d e
Aquino
12 de febrero
ESTADO DE LOS PECADORES
febrero
159
II. Ay de vosotros, escribas y fariseos hipcritas!, que limpiis lo de fuera del vaso y del
plato. (Matth., XXIII, 25.) San Jernimo ve en
esto una manera de hablar, y lo aplica a toda
limpieza que se muestra por fuera. En el plato se
sirve la comida; en el vaso, la bebida. Mas el
hombre se llama plato. La comida, en la cual
Dios se deleita, son las obras buenas que hace.
Mi comida es que haga la voluntad del Padre
que me envi. (Joan., IV, 34.) Consta que el uso
del vaso y del plato no est en la superficie externa, sino en la interior. Limpia el vaso exteriormente el que exteriormente dispone su cuerpo.
Pero vosotros sois de esta manera: Por dentro* estis llenos de rapia y de inmundicia.
(Matth.,
XXIII, 25.)
Limpia primero lo interior del vaso* y del plato.
(Matth., XXIII, 26.) Pues toda la pureza exterior depende de la pureza interior, como se lee
en San Mateo: Si tu ojo fuere sencillo; todo tu
cuerpo ser luminoso (VI, 22). Por eso ensea que
es preciso limpiar el corazn; y as todo estar
limpio. Por eso dice: limpia primera lo interior;
porque todo lo que se haga exteriormente ser
bueno, si procede de buena voluntad. Guarda tu
corazn con toda diligencia. (Prov., IV, 23.)
(In Matth., XXIII.)
13 de febrero
NO DEBE DIFERIRSE LA CONVERSIN
160
Santo
Toms
de
Aquino
13 d e
(Matth.,
febrero
161
(Joan.,
162
Sanio
Toms
de
Aquino
14 d e
serm., 54.
163
)
i
i-
febrero
15 de febrero
:
l
I
|
I
I
I
|
I
|;
39 Df Trinitate,
7.
164
Santo Toms
de
15 d e
Aquino
febrero
165
ella permanezca. (I. Cor., VII, 20.) Quien permanece en caridad, en Dios permanece, y Dios en l.
(I Joan., IV, 16.)
(In Joan., XV.)
16 de febrero
PERMANENCIA EN CRISTO
166
Santo
Toms
de
17 d e
Aquino
febrero
167
17 de febrero
LA VIDA EN CRISTO
]68
Santo
Toms
de
Aquino
17 d e
febrero
169
170
Santo
Toms
de
Aquino
18 d e
febrero
171
13.)
172
Santo Toms
de
Aquino
19 d e
febrero
173
se estrecha, pues su salida va a parar a la perdicin, ya que los gajes del pecado son muerte.
(Rom., VI, 23.) Y muchos son los que entran por
l. (Matth., VII, 13.) Aqu seala el nmero, pues
literalmente el nmero de los necios es infinito.
(Recles., I, 15.)
III. Qu angosta es la puerta, y qu estrecho
el camino que lleva a la vida! sta es contraria
a la anterior, y es estrecha porque est estrechada
segn la regla de la ley y es camino contra camino. Parecera que el camino de la caridad fuese
ancho: Te guiar por las sendas de la equidad;
en las cuales, despus que hubieres entrado, no se
estrecharn tus pasos (Prov., IV, 11); mas el camino de los pecadores es, por el contrario, estrecho. Por eso se dice en el libro de la Sabidura:
Hemos andado por caminos speros. (Sap., V, 7.)
Pero debemos saber que existe el camino de la
carne y el camino de la razn. El camino de la
caridad es camino estrecho en la senda.de la
carne, pero en el camino de la razn es lo contrario.
Y pocos son los que atinan con l. Difcil y
raro es encontrarlo en el camino del espritu,
pero en el camino de la carne, no. La razn se
infiere de que el camino de la carne es el placer
y ste est a la mano; pero el camino del espritu
est oculto. Cuan grande es, Seor, la abundancia de tu dulzura, que tienes escondida para los
que te temen! (Psal., XXX, 20.) Porque est oculto, por eso lo encuentran pocos. Pero algunos lo
encuentran y retroceden, de los cuales se dice:
Ninguno que pone su mano en el arado y mira
atrs es apto para el reino de Dios. (Luc, IX, 62.)
(In Matth., VIL)
174
Santo Toms
de
Aquino
20 de febrero
RENUNCIA DE LAS COSAS TEMPORALES
20 d e
febrero
175
consejos evanglicos. En estos tres se funda, asimismo, toda religin que profesa el estado de perfeccin; porque las riquezas se abdican por la
pobreza; los deleites carnales, por la castidad perpetua; la soberbia de la vida, por la servidumbre
de la obediencia.
II. La observancia en absoluto de stas (tres
virtudes) pertenece en general a los consejos propuestos; pero la observancia de cada uno de ellos
pertenece al consejo circunstancialmente, es decir,
en aquel caso; por ejemplo, cuando el hombre da
alguna limosna a un pobre, sin estar obligado, sigue el consejo en ese caso particular; y del mismo modo cuando uno se abstiene de los deleites
carnales por algn tiempo determinado, para dedicarse a la oracin, sigue el consejo por aquel
tiempo; igualmente cuando alguno no sigue su
voluntad en algn acto que lcitamente pueda
ejecutar, sigue el consejo en tal caso; como tambin si hace bien a sus enemigos, cuando no est
obligado, o si perdona una ofensa, de la que justamente podra exigir venganza. Y as todos los
consejos particulares se reducen tambin a aquellos tres generales y perfectos.
(1* 2ae q. 108, a. 4.)
Domingo
de S e p t u a g s i m a
177
los impos; como esforzadsimo luchador que vence a sus rebeldes; y como juez, que castiga a los
malhechores segn sus crmenes.
TIEMPO DE SEPTUAGSIMA
Domingo de Septuagsima
ES PRECISO TRABAJAR EN LA VIA DEL SEOR
)
(
Lunes
.178
Santo
Toms
de
de
Septuagsima
179
Aquino
"Gran indicio de la bondad divina es que cualquier criatura se ve obligada a darse a s misma."
3o) Porque todas las cosas apetecen naturalmente el bien, y tienden hacia el bien, pues el
bien es lo que todos desean.
II. Aconseja el Apstol que no desfallezcamos
en la prctica del bien. Tres cosas contribuyen
principalmente a que el hombre persevere en el
bien:
I o ) La oracin devota y asidua, por la cual el
hombre implora el auxilio de Dios para no su/ cumbir en la tentacin, como dice el Seor: Velad, y orad para que no entris en tentacin.
(Matth., XXVI, 41.) 2?) El temor constante, pues
en cuanto el hombre se cree seguro, deja de hacer el bien. Si no te mantuvieres firmemente en
el temor de Dios, ser presto arruinada tu casa.
(Eccli., XVII, 4.) El temor del Seor es guardin
de la vida; de lo contrario, muy pronto, esto es,
de improviso, vendr abajo tu casa, tu morada
terrena. 3o) La huida de los pecados veniales, los
cuales son ocasin de los mortales, y frecuentemente causan la ruina del edificio de las obras
buenas. Por eso dice San Agustn: "Evitaste los
grandes peligros, procura no ser sepultado por la
arena." Y el Eclesistico (XIX, 1): El que desprecia las cosas pequeas, poco a poco caer.
III. San Pablo establece un premio conveniente, abundante y eterno. Porque a su tiempo segaremos, si no desfallecemos. (Gal., VI, 9.) Conveniente, a su tiempo, esto es, en tiempo oportun
o ; o conveniente, es decir, en el da del juicio,
ei
* el cual recibir cada uno segn sus obras; del
mismo modo que el labrador no recoge al ins-
180
Santo Toms
de A q u i n o
Martes
de S e p t u a g s i m a
181
182
.Santo
Toms
de
Aq u i n o
I.
Mircoles
de
Septuagsima
183
I. Las acciones con las cuales el*hombre estriba en las cosas espirituales y divinas, se comparan al oro, a la plata y a la piedra preciosa, que
son slidos, brillantes y preciosos; as, por el oro
se simboliza aquello por lo cual el hombre tiende
al mismo Dios por la contemplacin y el amor:
Yo te aconsejo que compres de m oro afinado en
fuego (Apoc, III, 18), esto es, la sabidura con
la caridad. Por la plata se significan los actos por
los que el hombre se adhiere, creyendo, amando
y contemplando las cosas espirituales. Por lo cual,
segn la Glosa, la plata simboliza el amor del
prjimo. Las piedras preciosas designan las acciones de las diversas virtudes con que es adornada el alma humana.
Pero las acciones humanas con que el hombre
procura conseguir las cosas corporales se comparan a la paja, porque son viles, pues brillan y
se queman fcilmente. Difieren, sin embargo, entre s en que unas son ms firmes, y otras se consumen ms fcilmente. Los mismos hombres, entre las criaturas carnales, son ms dignos y se conservan por sucesin; por eso se comparan a la
madera. La carne del hombre, sin embargo, se
corrompe ms fcilmente por la enfermedad y la
muerte; de ah que se compare al heno. Las cosas
que corresponden a la gloria, pasan muy fcilmente, por lo cual se comparan a la paja.
As, pues, edificar con oro, plata y piedras preciosas es edificar, sobre el fundamento de la fe,
lo que pertenece a la contemplacin de : la sabidura de lo divino, al amor de Dios, a la devocin de los santos, al socorro del prjimo, al
e
jercicio de las virtudes. Edificar con madera,
heno y paja es construir las cosas que correspon-
184
Santo
Toms
de
Aqiiino
Mas cada uno recibir su propio galardn segn su trabajo. (I Cor., III, 8.)
I. Este galardn es comn a todos y propio de
cada uno.
Jueves
de S e p t u a g s i m a
185
186
Santo Toms
de
Aquino
Viernes
de S e p t u a g s i m a
187
Viernes de Septuagsima
NECESIDAD DE CAUTELA
Sbado
188
Santo Toms
de S e p t u a g s i m a
189
de A q u no
Sbado de Septuagsima
REFORMA INTERIOR
190
Santo Toms
de
Aquino
S b a d o de S e p t u a g s i m a
191
8.) Agradable, por cuanto al que est bien dispuesto es deleitable querer lo que Dios quiere.
Y no solamente es til para conseguir el fin,
sino tambin perfecta, por cuanto nos une al
fin.
As, pues, experimentan la voluntad de Dios
los que no se complacen con este siglo, antes
bien, se reforman en la novedad de su espritu.
Mas los que permanecen en la vejez, conformes
con las cosas del mundo, juzgan que la voluntad de Dios no es buena, sino pesada e intil.
(In Rom.,
XII.)
Domingo de Sexagsima
LA SEMILLA
192
.Santo T o m s
de
Aquino
Domingo
de S e x a g s i m a
193
194
Santo Toms
de
Lunes
Aquino
de S e x a g s i m a
195
Considerad, pues, atentamente a aqul que sufri tal contradiccin de los pecadores contra su
persona; para que no os fatiguis, desfalleciendo
en vuestros nimos. (Hebr., XII, 3.)
I. El Apstol nos invita a meditar con diligencia. Considerad atentamente a aqul, esto es, pensad dos veces: En todos tus caminos pon tu pensamiento en l. (Prov., III, 6.) La razn es que,
en cualquier tribulacin, el remedio se encuentra
e.n la Cruz.
Pues all se encuentra la obediencia a Dios,
como dice el Apstol: Se humill a s mismo,
hecho obediente (Phil., II, 8.) All, la piedad filial para con los padres. Por eso all se preocup
de su madre. Tambin all se encuentra la caridad para con el prjimo, por lo cual or por
sus perseguidores: Padre, perdnalos; porque no
saben lo que hacen. (Luc, XXIII, 34.) Hubo
all
paciencia en la adversidad: Enmudec, y me
humill, y call razones buenas; y mi dolor se
renov. (Psal, XXXIII, 3.) All la perseverancia final en todo, por lo cual persever hasta la
196
Santo Toms
de
AquinO
M a r t e s de S e x a g s i m a
197
198
Santo Toms
de
A-quino
*l Ad Hesychium
(epist. 80).
J u e v e s de S e x a g s i m a
199
Jueves de Sexagsima
HAY QUE VELAR SIEMPRE
200
Santo
Toms
de
Aquino
ramos cundo vendr el Seor a juicio. Pero podemos referirlo al da de la muerte. Porque cuando digan paz y seguridad, entonces les sobrecoger una muerte repentina. (I Thess., V, 3.) As,
pues, estad apercibidos tambin vosotros, porque
a la hora que menos pensis, ha de venir el Hijo
del hombre. (Matth., XXIV, 44.) Dice San Juan
Crisstomo 42 que los hombres solcitos de las cosas temporales velan de noche. Y si velan por las
cosas temporales, cunto ms ha de velarse por
las espirituales.
Fijmonos en la comparacin de San Agustn.
Supongamos tres siervos que aman la venida del
Seor. Uno dice: "Mi Seor vendr pronto, y
por eso velar." Otro dice: "El Seor tardar,
pero quiero velar." Un tercero dice: "No s cundo vendr, y por eso quiero velar." Cul de los
tres habla mejor? Responde San Agustn que el
primero se engaa malamente, pues si cree que
vendr pronto y despus tarda, est en peligro
de dormirse de tedio. El segundo puede ser engaado, pero no est en peligro. Pero el tercero
obra bien, porque, en la duda, espera siempre.
Por lo tanto, malo es sealarse algn tiempo.
(In Matth., XXIV.)
Viernes de Sexagsima
EL SERVICIO DE DIOS
78.
Viernes
de Sexagsima
201
202
Santo Toms
de
Aquino
Sbado
de S e x a g s i m a
203
Sbado de Sexagsima
CMO HA DE SERVIRSE A DIOS
D o m i n g o de Q u i n c u a g s i m a
204
Santo Toms
de
205
Aquino
santo de dos maneras, a saber: porque est limpio y porque ha sido consagrado a Dios. Vamos
a hablar de qu obras debemos ocuparnos en ese
da y de cules debemos abstenernos.
I. Debemos ofrecer sacrificios (Num., XXVIII,
3). Se dice que Dios orden que cada da se le
ofreciese un cordero por la maana y otro por
la tarde, pero que en el sbado estos sacrificios
deban duplicarse; esto significa que en el
sbado debemos ofrecer a Dios sacrificio y de todo lo que poseemos.
I o ) Debemos, adems, ofrecer nuestra alma, dolindonos de nuestros pecados y orando por los
beneficios recibidos. Suba derecha mi oracin
como un perfume en tu presencia. (Psal., CXL,
2.) Fu por lo tanto hecho el da festivo para
procurarnos la alegra espiritual, que da la oracin. Por ello deben multiplicarse las plegarias
en tales das.
2o) Debemos ofrecer nuestro cuerpo. Y asi os
ruego, hermanos, por la misericordia de Dios, que
ofrezcis vuestros cuerpos a Dios en hostia viva,
santa...
(Rom., XII, 1.) Alabando. Sacrificio de
alabanza me honrar. (Psal, XLIX, 23.) Por este
motivo se multiplican los cantos en tales das.
3o) Debemos ofrecer nuestros bienes dando limosnas, y esto doble que en los dems das, porque entonces es comn la alegra.
II. Es preciso estudiar la palabra de Dios, como hacan los judos: Las voces de los profetas,
que cada sbado se leen. (Act., XIII, 27.) De ah
que tambin los cristianos, cuya justicia debe <;er
ms perfecta, deban reunirse el domingo para
asistir a la predicacin y los oficios de la Iglesia.
206
Santo Toms
de
Domingo
Aquino
207
de Q u i n c u a g s i m a
Lunes de
I
Quincuagsima
LA SANTIDAD
208
Santo Toms
de
Aquino
Martes
de Q u i n c u a g s i m a
209
Mircoles
TIEMPO
DE
CUARESMA
Mircoles de Ceniza
LA MUERTE
de C e n i z a
211
212
Santo Toms
de
Aquino
Jueves
despus
de Ceniza
213
determinacin del tiempo y modo de ayunar segn la conveniencia y utilidad del pueblo cristiano cae bajo precepto del derecho positivo, el cual
ha sido instituido por los prelados de la Iglesia:
ste es el ayuno de la Iglesia; mas el otro es el
ayuno natural.
III. Convenientemente se determinan los tiempos del ayuno de la Iglesia. El ayuno se ordena a
dos cosas: a borrar el pecado y a elevar el espritu a las cosas sobrenaturales. Por eso debieron
prescribirse los ayunos, especialmente en aquellos
tiempos en que convena que los hombres se purificaran del pecado y se elevase la mente de los
fieles a Dios, por la devocin.
Ambas cosas urgen principalmente antes de la
solemnidad pascual, en la que se perdonan las
culpas por el bautismo, que se celebra solemnemente en la vigilia de Pascua, cuando se recuerda
la sepultura del Seor, pues por el bautismo somos sepultados con Cristo en muerte (como dice
el Apstol, Rom., VI, 4). Tambin en la fiesta de
Pascua conviene especialmente elevar el espritu
por la devocin a la gloria de la eternidad, que
Cristo inaugur resucitando. Por eso estableci la
Iglesia que deba ayunarse inmediatamente antes
de la solemnidad pascual, y por la misma razn
en las vigilias de las fiestas principales, en las
que conviene que nos preparemos a celebrar devotamente las fiestas futuras.
(2* 2 ae , q. CXLVII, a. I, 3 y 5.)
214
Santo Toms
de
Aquino
Viernes
despus
de C e n i z a
215
216
Santo
Toms
de
Aquino
Sbado
despus
de C e n i z a
217
218
Santo Toms
de
Aquino
Primer
de
Cuaresma
219
domingo
I. Cristo se manifest voluntariamente al diablo, para ser tentado, como tambin por propia
voluntad se ofreci a sus miembros para ser matado; de otro modo no se hubiese atrevido el
diablo a acercarse a l. Mas el diablo tienta ms
a uno cuando est solo, como dice la Escritura:
Si alguno prevaleciere contra el uno, los dos le
resisten. (Eccles., IV, 12.) De ah que Cristo se
fuese al desierto, como a un campo de lucha,
para ser tentado all por el diablo. Por eso dice
San Ambrosio que "Cristo se iba al desierto para
provocar al diablo. Porque si ste, el diablo, no
le hubiese combatido, aqul, es decir, Cristo, no
hubiese venido para m"48.
Aade an otras razones, diciendo que Cristo
obr as por misterio, para librar del destierro a
Adn, que haba sido arrojado del paraso al desierto; y como ejemplo, para mostrarnos que el
diablo mira con malos ojos a los que tienden
a lo ms perfecto.
4,8
220
Santo Toms
de
Aquino
II. Cristo se expuso, efectivamente, a la tentacin, porque, al decir de San Juan Crisstomo,
el diablo se apresura ms a tentar cuando nos
ve solitarios; por lo que tent primero a la mujer
cuando se encontraba sin el varn. Sin embargo,
no se sigue de aqu que el hombre deba ponerse
en peligro de tentacin.
Hay dos ocasiones de tentacin. Una por parte del hombre, por ejemplo, cuando alguno se
expone prximamente al pecado, no evitando las
ocasiones de pecar, y tal ocasin de tentacin
debe ser evitada, segn se dijo a Lot: No te pares
en toda esta comarca alrededor de Sodoma. (Gen.,
XIX, 17.)
Otra ocasin de tentacin existe por parte del
diablo que "siempre mira con malos ojos a los
que tienden a cosas mejores", como dice San
Ambrosio, y tal ocasin de tentacin no debe ser
evitada. Por lo cual dice San Juan Crisstomo
que no solamente Cristo fu llevado al desierto
por el Espritu, sino tambin todos los hijos de
Dios que poseen al Espritu Santo; pues no se
contentan con permanecer ociosos; sino que el
Espritu Santo los insta a emprender algo grande,
cual es estar en el desierto con relacin al diablo,
porque no hay all injusticia, en la que el diablo
se deleita. Tambin toda obra buena es desierta
con respecto a la carne y al mundo, porque no
es conforme a la voluntad de la carne ni a la
del mundo.
Pero no es peligroso dar al diablo tal ocasin'
de tentacin, pues es ms bien un consejo del
Espritu Santo, que es el autor de la obra perfecta, que una impugnacin del diablo envidioso-;!
(3?, q. XLI, a. 2.)'j
Martes
primero
de C u a r e s m a
221
222
Santo Toms
de
Aquino
M i r c o l e s p r i m e r o de C u a r e s m a
223
224
Santo Toms
de A q u i n o
J u e v e s p r i m e r o de C u a r e s m a
225
226
Santo
Toms
de
Aquino
63 Can. 33 in
Matth.
54 Super Marc, cap. 24.
55 Super Joan., hom. L X X X I V .
Viernes
primero
de C u a r e s m a
227
S b a d o p r i m e r o de C u a r e s m a
228
Santo Toms
de
229
Aquino
res de Jerusaln para lavar las manchas del pecador y de la mujer menstruosa, (Zach., XIII, 1.)
Por lo tanto, estas dos cosas pertenecen espe-,
cialmente a dos sacramentos: el agua, al sacramento del Bautismo; la sangre, a la Eucarista,
o bien, ambas cosas pertenecen a la Eucarista
porque en el Sacramento de la Eucarista se mezcla agua con vino; aunque el agua no sea de la
substancia del sacramento.
Hay tambin en esto una figura, porque as
como del costado de Cristo dormido en la Cruz
brot sangre y agua, con las cuales se consagra
la Iglesia, del mismo modo del costado de Adn
dormido fu formada la mujer, que prefiguraba
a la Iglesia.
(In Joan., XIX".)
Sbado de la primera semana de Cuaresma
CARIDAD DE DIOS EN LA PASIN DE CRISTO
230
Santo
Toms
de
Aquino
Segundo
domingo
de
Cuaresma
231
232
Santo
Toms
de
Aquino
Lo entregarn a los gentiles para que le escarnezcan, y azoten y crucifiquen. (Matth., XX, 19.)
En el modo mismo de la Pasin de Cristo se
prefigur su efecto; porque primeramente la Pasin de Cristo produjo el efecto de la salud en
los judos, muchos de los cuales se bautizaron ien
la muerte de Cristo. En segundo lugar, el efecto ;
de la Pasin de Cristo pas a los gentiles con la !h'
predicacin de los judos. Por lo tanto, fu con- \
veniente que Cristo comenzase a padecer por parte de los judos, y que despus, entregndole los
judos, acabase su pasin a manos de los gentiles.
Cristo, para manifestar la abundancia de .su,
caidad, por la que padeca, puesto en la Cruz,
pidi perdn por sus perseguidores; y por esto, .;
para que el fruto de esta peticin llegase a los. ?
judos y a los gentiles, quiso Cristo padecer por
parte de los unos y de los otros.
Ciertamente ofrecan los judos, no los genti-,;
les, los sacrificios figurativos de la ley antigua.
Pero la Pasin de Cristo fu la oblacin de su i
sacrificio, en cuanto Cristo sufri la muerte por:
caridad con voluntad propia; mas en cuanto pa- *
deci de parte de los perseguidores, no fu sa-;
;
crificio, sino pecado gravsimo.
i
Como los judos dijeron: No nos es lcito a
Lunes
segundo
de
Cuaresma
233
nosotros matar a alguno (Joan., XVIII, 31), entendieron que no les era lcito matar a nadie, a
causa de la santidad del da de fiesta que ya haban comenzado a celebrar. O decan esto, como
asegura San Juan Crisstomo, porque queran
matarlo, no como transgresor de la ley, sino
como enemigo pblico, por haberse hecho rey,
de lo cual no les corresponda a ellos juzgarle,
o porque no les era lcito crucificar, lo cual deseaban, sino apedrear, lo que hicieron con San Esteban. Mejor dicho: que los romanos quitaron
el poder de matar a los que les estaban sometidos.
(3*, q. XLVII, a. 4.)
Martes de la segunda semana de Cuaresma
LA PASIN DE CRISTO CAUS NUESTRA SALVACIN
POR MODO DE MERECIMIENTO
234
Santo Toms
de
Aquino
Martes segundo
de C u a r e s m a
235
cada especialmente a cada uno, para que participe del efecto de la causa universal.
As, pues, el efecto del pecado del primer hombre llega a cada uno por la generacin de la carne; mas el efecto de la muerte de Cristo pertenece
a cada uno por la regeneracin espiritual, mediante la cual el hombre se une e incorpora, en
cierto modo, a Cristo. Y por lo tanto, es necesario
que cada cual sea regenerado por Cristo, y reciba
todo aquello por lo cual obra la virtud de la
muerte de Cristo.
(Contra Gentiles, lib. 4, cap. 55.)
Mircoles de la segunda semana de Cuaresma
LA PASIN DE CRISTO CAUS NUESTRA SALVACIN POR
MODO DE SATISFACCIN
236
Santo Toms
de
Aquino
M i r c o l e s s e g u n d o de C u a r e s m a
23?
II. Aun cuando Cristo ha satisfecho suficientemente con su muerte por el pecado original,
no es, sin embargo, inconveniente que las penalidades consiguientes al pecado original perduren
todava en todos los que se hacen participantes
de la redencin de Cristo. Pues esto se hizo adecuada y tilmente para que perdurase la pena,
aun quitada la culpa.
I o ) Para que existiese conformidad entre los
fieles y Cristo, como entre los miembros y la ca- :'
beza. Por lo cual, as como Cristo sufri primero
muchos padecimientos y lleg de este modo a la
gloria de la inmortalidad, as tambin es conve- ;
niente que sus fieles s sometan primero a los .
padecimientos, y lleguen de este modo a la in--;
mortalidad, llevando, por decirlo as, en s mis- ]
mos las insignias de la Pasin de Cristo, a fin
de alcanzar la semejanza de su gloria.
29) Porque, si los hombres, que se acercan a
Cristo, alcanzaran inmediatamente la inmortali-
dad y la impasibilidad, muchos hombres se acer4
carian a Cristo por estos beneficios corporales;
ms bien que a causa de los bienes espirituales;
lo cual es contra la intencin de Cristo, que vino
al mundo para trasladar a los hombres del amot
de las cosas corporales a las espirituales.
Santo Toms
238
de
Jueves
Aquino
de
Cuaresma
239
ofrece, quin lo ofrece, qu se ofrece, y por quines se ofrece, el uno, mismo y verdadero mediador, reconcilindonos con Dios por el sacrificio
de paz, permaneciese siendo uno con aqul a
quien ofreca, se hiciese uno en s con aqullos
por quienes se ofreca, y fuese uno mismo el que
ofreca y lo que ofreca."
ment.
segundo
240
Santo Toms
de A q u i n o
Sbado
segundo
de C u a r e s m a
241
242
Santo Toms
de
Aquino
ercer
domingo
d e Cu a r e s
243
244
Santo Toms
de
Aquino
Lunes
tercero
de C u a r e s m a
245
246
Santo Toms
de
Aquino
Martes
tercero
de C u a r e s m a
247
248
S a n t o T o m s de
Aquino
a aquella venta por la cual habamos sido vendidos al diablo al consentir en el pecado, y de
la cual se origina esta segunda compra.
(3, dist. 19, q. I, a. 4.)
Mircoles de la tercera semana de Cuaresma
PRECIO DE NUESTRO RESCATE
M i r c o l e s t e r c e r o de C u a r e s m a
249
250
Santo Toms
de
Aquino
Jueves
Por lo tanto, el gnero humano no fu redimido por otra pasin sin la muerte de Cristo.
Mas en realidad, Cristo, no solamente dando su
vida, sino tambin padeciendo cualquier sufrimiento, habra pagado un precio suficiente por la
redencin del gnero humano, si el menor padecimiento hubiese sido divinamente destinado para ello, y esto, a causa de la dignidad infinita de
la persona de Cristo.
(Quodl., II, q. I, a. 2.)
DE LA SAMARITANA
de C u a r e s m a
251
siglo, por la que los hombres sacan las voluptuosidades de lo profundo de las tinieblas, de lo
cual es imagen el pozo, esto es, de la vida terrena. Por eso, los que abandonan, por amor de
Dios, las concupiscencias del siglo, abandonan el
cntaro.
En segundo lugar, su afecto se manifiesta por
la multitud de aquellos a quienes anuncia, porque no a uno solamente, o a dos o tres, sino a
toda la ciudad. Por eso se dice y se fu a la ciudad.
tercero
II. El modo de su predicacin. Y dijo a aquellos hombres: Venid y ved a un hombre. (Joan.,
IV, 28, 29.)
I o ) Invita a ver a Cristo: Venid y ved a un
hombre. No dijo al instante que fuesen a ver a
Cristo, para no darles ocasin de blasfemar, sino
que primero dijo de Cristo cosas que eran crebles
y a simple vista, a saber: que era hombre. Ni
dijo "creed", sino venid y ved, pues saba que, si
gustaban de aquella fuente, vindolo, experimentaran las mismas cosas que ella; y ella imita el
ejemplo del verdadero predicador, que llama a
los hombres, no para s, sino para Cristo.
2o) Da una prueba de la divinidad de Cristo,
cuando dice: Que me ha dicho todas cuantas cosas
he hecho (Joan., IV, 29), es decir, que haba tenido muchos maridos. No se avergonz de referir las cosas que eran para su confusin, porque
habiendo sido inflamada su alma en el fuego
divino, no atiende a ninguna de las cosas que son
de la tierra, ni a la gloria, ni a la vergenza, sino,
nicamente a aquella llama que la retiene.
3o) Sac por consecuencia la majestad de Cristo, diciendo: Si quiz es ste el Cristo? (Ibid.,
29.) No se atrevi a decir que era el Cristo, para
252
Santo Toms
de A q u i n o
Viernes
tercero
de
Cuaresma
253
y los sacramentos de la fe. Por lo tanto, los condenados en el infierno, que no se unen a la Pasin de Cristo del modo indicado, no pueden
percibir su efecto.
Y aun cuando hayamos sido librados del reato
de pena, sin embargo a nosotros, penitentes, se
impone pena satisfactoria;' porque, para que consigamos el efecto de la Pasin de Cristo, es preciso configurarnos a l. Pero nos configuramos a
l en el bautismo sacramentalmente, segn aquello: Porque somos sepultados en l, en muerte,
por el bautismo. (Rom., VI, 4.) De ah que a los
bautizados no se impone ninguna pena satisfactoria, pues estn totalmente librados por la satisfaccin de Cristo. Mas puesto que Cristo una
vez solamente muri por nuestros pecados, como
se dice (I Petr., III, 18), por eso no puede el
hombre configurarse segunda vez a la muerte de
Cristo por el sacramento del bautismo. Por lo
cual es necesario que los que pecan despus del
bautismo, se configuren a Cristo que padece por
medio de alguna penalidad o sufrimiento que soporten en s mismos.
Mas si la muerte, que es pena del pecado, subsiste todava, esto es porque la satisfaccin de
Cristo tiene efecto en nosotros, en cuanto nos
incorporamos a l, como los miembros a su cabeza; pero es necesario que los miembros se adapten a la cabeza. Y por consiguiente, as como
Cristo tuvo primeramente la gracia en el alma,
acompaada de la pasibilidad corporal, y por
medio de la Pasin lleg a la gloria de la inmortalidad, as tambin nosotros, que somos sus
miembros, somos librados por su Pasin del
reato de cualquier pena; de tal modo, sin embargo, que primeramente recibimos en el alma el
254
Santo Toms
de
Aquino
Sbado tercero
de C u a r e s m a
255
256
Santo Toms
de
Aquino
C u a r t o d o m i n g o de C u a r e s m a
257
258
S a n t o T o m s de
Aquino
Lunes
cuarto
de C u a r e s m a
259
4o) En cuanto fu entregado a la potestad humana, .como l mismo dijo a Pilatos: Na tendras
poder alguno sobre m si no te hubiera sido dado
de arriba. (Joan., XIX, 11.)
Por eso mereci por su Pasin ser ensalzado en
cuatro cosas:
1?) En la resurreccin gloriosa; y as se dice en
el salmo (CXXXVIII, 1): T conociste mi sentarme, esto es, la humildad de mi Pasin, y
mi levantarme.
29) En la ascensin a los cielos. Por eso dice
el Apstol: Y que subi qu es, sino porque antes haba descendido a los lugares ms bajos de
la tierra? El que descendi, ese mismo es el que
subi sobre todos los cielos. (Eph., IV, 9, 10.)
39) En que est sentado a la diestra del Padre y
ha manifestado su divinidad, segn aquello de
Isaas: Ensalzada y elevado ser, y sublimada en
gran manera. Cama muchos se pasmaron sobre ti,
as ser sin gloria su aspecto entre varones (LII,
13, 14). Y el Apstol dice a los Filipenses (II, 8, 9,
10): Se humill a s mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios
tambin lo ensalz, y le dio un nombre, que es
sobre todo nombre, es decir: para que sea llamado
Dios por todos y todos le tributen reverencia
como a Dios. Y esto es lo que se aade: Para que
al nombre de Jess se doble toda rodilla de los
que estn en los cielos, en la tierra y en los infiernos.
40) En la potestad judicial, porque se dice en
Job: Tu causa ha sido juzgada como la de un
impo, ganars la causa y sentencia.
(Job.,
XXXVI, 17.)
(3 a , q. XLIX, a. 6.)'
260
Santo Toms
de
Aquino
Martes
cuarto
de C u a r e s m a
261
262
Mircoles
S a n t o T o ms de A q u i n o
cuarto
de C u a r e s m a
263
Tract., 49.
(Joan.,
264
Santo
Toms
de
Aquino
Jueves
cuarto
de C u a r e s m a
265
266
Santo
Toms
de
Aquino
V^eines
cuarto
de
Cuaresma
267
268
Santo
Toms
de
Aquino
TIEMPO
DE
PASIN
Domingo de Pasin
LA PASIN DE CRISTO
Como Moiss levant la serpiente en el desierto; as tambin es necesario que sea levantado el
Hijo del hombre; para que todo aqul que crea
en l, no perezca, sino que tenga vida eterna.
(Joan., III, 14, 15.)
Tres cosas se han de considerar aqu:
I o ) La figura de la Pasin: Como Moiss levant la serpiente en el desierto. Al decir el pueblo judo: Nuestra alma ya padece bascas por
este manjar de poqusima substancia
(Num.,
XXI, 5), el Seor envi serpientes para vengarse;
despus orden que se hiciese para remedio una
serpiente de bronce, que fu remedio contra las.
serpientes y figura de la Pasin. Propio de la
serpiente es tener veneno, ms la serpiente de
bronce no tuvo veneno, sino que fu figura de la
serpiente venenosa. As, Cristo no tuvo pecado,
que es veneno, sino que tuvo semejanza de pecado, como dice el Apstol: Enviando Dios a Su
Hijo en semejanza de carne de pecado. (Rom.,
VIII, 3.) Por lo tanto, tuvo Cristo el efecto de la
serpiente contra el movimiento de las concupiscencias encendidas.
29) Modo de la Pasin: As es tambin necesario que sea levantado el Hijo del hombre, lo
270
Santo Toms
de A q u i n o
L u n e s d e la s e m a n a d e P a s i n
271
272
Santo Toms
de
Aquino
273
274
Santo Toms
de
Aquino
M a r t e s de la s e m a n a de P a s i n
275
SEPULTURA ESPIRITUAL
276
Sa n t o T o m s de
Aquino
El alma santa que quiere ser sepultada en la contemplacin divina, debe, por lo tanto, primeramente ser ungida por el ejercicio de la virtud.
Por eso se dice en Job (V, 26): Entrars con abundancia en el sepulcro, esto es, de la contemplacin divina, segn dice la Glosa: Corno se encierra el montn de trigo a su tiempo. A lo que
aade la Glosa: "porque el tiempo de la accin
es premio de la contemplacin eterna; y es necesario que el perfecto ejercite primero su alma en
las virtudes, y la esconda despus en el granero
del reposo".
La segunda se halla expresada en San Marcos
(XV, 46). All se lee que Jos compr una sbana, porque la sbana es un pao de lino, blanqueado con mucho trabajo. Por eso significa el '
candor interior del alma, a cuya perfeccin se \
llega con gran trabajo. El que es justo, sea aun *
justificado. (Apoc, XXII, 11.) Tambin nosotros .
andemos en novedad de vida {Rom., VI, 4), avan- .i
zando de lo bueno a lo mejor, y por la justicia de >
la fe, a la esperanza de la gloria. As, pues, deben'.'*
los hombres esconderse en el sepulcro de la con^;:
templacin divina con candor de limpieza inte-;
rior. Por lo cual, sobre aquello de Mateo: Bien-:
aventurados los de limpio corazn, porque ellos]
vern a Dios (V, 8), dice San Jernimo: El Seor
puro, es mirado por el corazn puro.
La tercera est expresada por las palabras d:,'
San Juan: Y Nicodemo... vino tambin trayendo
una confeccin, como de cien libras, de mirra ?
de loe (Joan., XIX, 39), porque mediante la
cien libras de mirra y de loe, con las cuales ss
conserva incorrupta la carne, se designa la pe^
fecta mortificacin de los sentidos exteriores; po
la cual la mente se conserva muerta al mund
M i r c o l e s d e la s e m a n a de P a s i n
277
278
Santo Toms
de
Aquino
V i e r n e s de la s e m a n a de P a s i n
279
280
Santo Toms
de
Aquino
S b a d o d e la s e m a n a de P a s i n
281
Tract. 58.
282
Santo Toms
de
Aquino
Domingo
de R a m o s
283
284
Santo Toms
de
Aquino
Lunes
de la S e m a n a
Santa
285
286
Santo Toms
de
Aquino
Martes
de la S e m a n a
Santa
287
288
Santo Toms
de
Aquino
por s mismo, cumplindose aquello del Eclesistico: Cuanto mayor eres, humllate en todas las
cosas. (III, 20.)
(In Joan., XIII.)
Mircoles de la Semana Santa
TRES CONSIDERACIONES MSTICAS EN TORNO
AL LAVATORIO DE LOS PIES
Mircoles
de la S e m a n a
Santa
289
Quin puede decir: Limpio est mi corazn, puro soy de pecado? (XX, 9.) Pero estas manchas
las tienen en los pies solamente. Otros, al contrario, no slo estn manchados en los pies, sino
totalmente. Pues se manchan totalmente con las
impurezas terrenas los que yacen sobre ellas; de
ah que quienes totalmente, en cuanto al afecto y
en cuanto a los sentidos, estn apegados al amor
de lo terreno, sean enteramente inmundos.
Pero los que estn de pie, esto es, los que con
el espritu y el deseo tienden a las cosas celestiales, slo contraen manchas en los pies. Pues
as como el hombre que est de pie se ve obligado a tocar la tierra, al menos con los pies,
del mismo modo, mientras vivimos en esta vida
mortal, que necesita de las cosas terrenas para
sustentacin del cuerpo, contraemos algunas impurezas, al menos, por la sensualidad. Por eso el
Seor mand a los discpulos que sacudiesen el
polvo de sus pies (Luc, IX, 5.) Pero se dijo: comenz a lavar, porque la ablucin de los afectos
terrenos comienza aqu y termina en el futuro.
As, pues, la efusin de su sangre est simbolizada por la accin de poner agua en el lebrillo;
y la ablucin de nuestros pecados, por la accin
de haber comenzado a lavar los pies de los discpulos.
3o) Aparece tambin la aceptacin de nuestras
penas sobre s mismo. Pues no slo lav nuestras manchas, sino que tom sobre s las penas
debidas por aqullas. Porque nuestras penas y
penitencias no seran suficientes, si no estuvieran
cimentadas en los merecimientos y en la virtud
de la Pasin de Cristo. Lo cual se simboliza por
aquello de haber limpiado los pies de los disc-
290
Santo
Toms
de
Aquino
Jueves
de la S e m a n a
Santa
291
292
Santo Toms
de
Aquino
pecto se llama asimismo Eucarista, esto es, buena gracia, pues la gracia de Dios es vida perdurable (Rom., VI, 23), o porque contiene realmente a Cristo, que est lleno de gracia. Tambin se
llama en griego metalipsis, es decir, asuncin,,
porque por l tomamos la divinidad del Hijo
de Dios.
(De Humanitate Christi.)
Viernes de la Semana Santa
MUERTE DE CRISTO
Viernes
de la S e m a n a
Santa
293
294
Santo
Toms
de
Sbado
Aquino
Sbado Santo
UTILIDAD DEL DESCENDIMIENTO DE CRISTO A LOS
INFIERNOS
1
Santo
295
296
Santo
Toms
de
Aquino
demasiado duro el que no socorriese a una persona querida que estuviese en la crcel, pero mucho ms duro es el que no socorre al amigo que
est en el purgatorio, ya que no existe comparacin alguna entre las penas del mundo y aquellas otras. Apiadaos de mi. (Job., XIX, 21.)
De tres maneras se las puede socorrer: por
medio de misas, oraciones y limosnas. Esto no
es extrao, porque tambin en este mundo puede
un amigo satisfacer por su amigo.
(Ln Symb.)
TIEMPO
PASCUAL
Fiesta de Pascua
NECESIDAD DE LA RESURRECCIN DE CRISTO
Era necesario que el Cristo padeciese y resucitase al tercer da de entre los muertos. (Luc,
XXIV, 46.)
Fu necesario que Cristo resucitase por cinco
motivos:
I o ) Para recomendacin de la justicia divina,
a la cual pertenece exaltar a los que se humillan
por Dios, segn aquello: Destron a los poderosos, y ensalz a los humildes. (Luc, I, 52.) Luego, si Cristo se humill hasta la muerte de cruz
por amor y obediencia a Dios, era necesario que
fuese ensalzado por Dios hasta la resurreccin
gloriosa; por lo cual se dice de su persona: T
conociste, esto es, aprobaste, mi sentarme, es decir, mi humildad y pasin, y mi levantarme, a
saber, mi glorificacin en la resurreccin. (Psal.,
CXXXVIII, 2.)
2o) Para instruccin de nuestra fe; porque por
su resurreccin fu confirmada nuestra fe en la
divinidad de Cristo, como dice el Apstol: Si
Cristo no resucit, luego vana es nuestra predicacin, y tambin es vana 'nuestra fe. (I Cor., XV,
H.) Y en el Salmo XXIX, 10: Qu provecho hay
e
n mi sangre, esto es, en el derramamiento de mi
sangre, si desciendo, como por ciertos escalones
298
Santo Toms
de
Aquino
Fiesta
de P a s c u a
299
Del misterio de la Resurreccin del Seor podemos sacar cuatro enseanzas para nuestra instruccin.
1) Debemos procurar resucitar espiritualmente de la muerte del alma, en la que incurrimos
por el pecado, a la vida de justicia que se logra
por la penitencia. Despierta t que duermes y levntate de entre los muertos, y te alumbrar Cristo. (Eph. V, 14.) Y sta es la resurreccin primera. Bienaventurado y santo el que tiene parte
en la primera resurreccin 68. (Apoc, XX, 6.)
2o) No debemos diferir el resucitar hasta la
hora de la muerte, sino pronto; pues Cristo resucit al tercer da: No tardes en convertirte al
Seor, y no lo dilates de da en da (Eccli., V, 8),
porque, vejado por la enfermedad, no podrs
pensar en las cosas que pertenecen a la salvacin;
y porque pierdes adems la participacin en
:.todos los bienes que se hacen en la Iglesia, e
incurres en muchos males perseverando en el pecado. Por otra parte, cuanto ms tiempo posee
e
l diablo, tanto ms difcilmente abandona, co'^O dice San Beda.
I 3) Debemos resucitar a una vida incorruptible, de suerte que no muramos otra vez, es decir,
Que muere en estado de gracia.
300
Santo
Toms
de
Aquino
que no pequemos ms. Habiendo Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere; la
muerte no se enseorear ms de l. (Rom., VI,
9.) Y ms adelante: Asi tambin vosotros consideraos que estis de cierto muertos al pecado,
pero vivos para Dios, en nuestro Seor Jesucristo. Por tanto no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcis a sus concupiscencias. Ni ofrezcis vuestros miembros al
pecado por instrumentos de iniquidad, mas ofreceos a Dios, como resucitados de los muertos.
(Ibid., 11-13.)
4o) Debemos resucitar a una vida nueva y gloriosa, esto es, que evitemos todas aquellas-cosas,
que antes fueron ocasiones y causa de muerte y,'
de pecado. Como Crito resucit de muerte a vidapor la gloria del Padre, as tambin nosotros an-,
demos en novedad de vida. (Rom., VI, 4.) Y esta
nueva vida es la vida de la justicia que renuev
al alma y la conduce a la vida de la gloria.
(In Symb.)
Martes de la infraoctava de Pascua
LAS LLAGAS DE CRISTO RESUCITADO
Martes
de
Pascua
301
302
Santo Toms
de
Aquino
Ad Consentium,
epist. 205.
Mircoles
de P a s c u a
303
304
Santo Toms
de
Aquino
Jueves
de P a s c u a
305
306
Santo Toms
S b a d o de P a s c u a
de Aqu i n o
307
ESPIRITUAL
308
Santo Toms
de
Aquino
SbadodePascua
309
310
Santo
Toms
de
de
pass.
D o m i n g o en la O c t a v a d e P a s c u a
Aquino
311
312
Santo Toms
de
Aquino
313
314
Santo Toms
de
Aquino
315
816
Santo Toms
de
Aquino
317
318
Santo Toms
de
Aquino
319
320
Santo Toms
de
Aquino
321
322
Santo Toms
de
Aquino
7
Santo Toms dice: Sedienta est mi alma de Dios,;,
fuente viva.
Segundo
domingo
de P a s c u a
323
324
Santo T o m s de
Aquino
L u n e s d e s p . d e l 2<? d o m . d e P a s c u a
325
326
S a n t o T o m s de A q u i n o
L u n e s d e s p . d e l 2? d o m . de P a s c u a
327
328
Santo Toms
de
Aquino
M a r t e s d e s p . d e l 2,** d o m , de P a s c u a
329
330
Santo Toms
de
Aquino
332
Santo Toms
de
Aquino
rado a la Pasin y Muerte.de Cristo, segn .aquello: Si somos muertos con Cristo, creemos que
juntamente viviremos tambin con Cristo. (Rom.,
VI, 8.) De donde resulta que a todo bautizado se
le comunica para su remedio la Pasin de Cristo,
como si l mismo hubiese padecido y muerto.
Pero la Pasin de Cristo es suficiente satisfaccin
por todos los pecados de todos los hombres, y por
eso el que es bautizado se libra del reato de toda
la pena debida por los pecados, como si l mismo hubiese satisfecho suficientemente por todos
sus pecados.
3o) El bautismo confiere la gracia y las virtudes. El Apstol dice: Nos hizo salvos por -el bautismo de regeneracin, esto es, por el bautismo, y .
renovacin del Espritu Santo, el cual difundi
sobre nosotros abundantemente, es decir, para
perdn de los pecados y abundancia de las virtudes. (Tit., III, 5, 6.) As, pues, en el bautismo se
dan la gracia del Espritu Santo y abundancia de
las virtudes. Por otra parte, el bautismo tiene po- j
der para que los bautizados se incorporen a Cristo
como miembros suyos. De la cabeza, Cristo, deri-/
va la plenitud de la gracia y de la virtud a todos >
los miembros, segn aquello de San Juan: De:
su plenitud recibimos nosotros todos (1,16).
.
4o) El bautismo confiere la fecundidad de las
buenas obras.
"
En efecto, por el bautismo somos regenerador
a la vida espiritual que se obtiene por la fe de
Cristo: Mas la vida slo pertenece a los membro$
unidos a la cabeza, de la cual reciben la sensibi*
dad y el movimiento. Por consiguiente es necesai
rio que por el bautismo uno se incorpore a Crs;
to como uno de sus miembros. Y as, como d
la cabeza natural deriva a los miembros el senti
J u e v e s d e s p . d e l 2<> d o m . de P a s c u a
333
El bautismo tiene la virtud de quitar las penalidades de la vida presente; pero no las quita durante la presente vida, sino que por su virtud
sern quitadas a los justos en la resurreccin:
cuando esto, que es mortal, fuere revestido de
inmortalidad. (I Cor., XV, 54.) Y esto con razn:
I o ) Porque por el bautismo se incorpora el
hombre a Cristo, y se hace miembro suyo. As,
es conveniente que se verifique en el miembro
incorporado lo que se verific en la cabeza. Mas
Cristo desde el principio de su' concepcin estuvo
lleno de gracia y de verdad; y, no obstante, tuvo
un cuerpo pasible, que resucit a la vida gloriosa
despus de su Pasin y Muerte. Por consiguiente,
tambin el cristiano consigue en el bautismo la
gracia en cuanto al alma; tiene, empero, un cuer-
334
SantoToms
de
Aquino
V i e r n e s d e s p . d e l 2 9 d o m . d e Pascua
335
nal, de modo que no la experimentaran los bautizados y los verdaderamente arrepentidos; pero
la temporal no la quit todava por completo,
pues subsisten an el hambre, la sed, la muerte,
y otras semejantes; aunque destruy su reinado y
su dominio, para que el hombre no las tema; y
las exterminar totalmente al fin en el ltimo
da:
(3 a part. q. LXIX, a. 3.)
Sbado despus del segundo Domingo de Pascua
EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIN
336
S a n t o T o m s de
Aquino
S b a d o d e s p . d e l 2$ d o m . d e P a s c u a
337
En este sacramento recibe el hombre al Espritu Santo para fortificarse en la lucha espiritual,
a fin de confesar varonilmente la fe de Cristo
entre los adversarios de dicha fe. Y as, es signado convenientemente con el crisma en la frente
y la seal de la cruz, por dos razones:
I a ) Porque el crisma se administra, ciertamente, con la seal de la Cruz, por la cual triunf
nuestro rey, como el soldado es sealado con la
insignia de su capitn, la cual debe ser evidente y
manifiesta. Entre todas las partes del cuerpo humano, la frente es la ms visible, y generalmente, no se cubre nunca; por esto el confirmado
es ungido en la frente con el crisma, para que
manifieste con claridad que es cristiano, como
tambin los Apstoles, despus de recibido el
Espritu Santo, salieron del cenculo donde estaban ocultos y se manifestaron a todo el mundo.
2*) Porque alguno es impedido de confesar libremente el nombre de Cristo por temor y por
338
Santo Toms
de
Aquino
vergenza. Las seales de estos dos signos se manifiestan sobre todo en la frente por dos causas:
por la proximidad de la imaginacin, y porque
el movimiento de los afectos sube directamente
del corazn a la frente; por eso los que se avergenzan enrojecen y los que temen palidecen.
Por lo tanto se unge al cristiano con el crisma
en la frente para que ni por temor ni por vergenza deje de confesar el nombre de Cristo.
El principio de la fortaleza est en el corazn,
pero la seal aparece en la frente, por lo cual se
dice: He aqu que yo he hecho.. . tu frente ms
dura que la frente de ellos. (Ezech., III, 8.) Por
eso el sacramento de la Eucarista, por el cual
el hombre es confirmado en s mismo, pertenece ;
al corazn, segn aquello: Con el pan corroboresu corazn (Psal., CIII, 15); pero el sacramentode la confirmacin se requiere como seal de for-:'
taleza, respecto a otros, y por lo tanto, se da en]
la frente.
(3 a , q. LXXII, a. 9.)
Lunes despus del tercer Domingo de Pascua
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTA
339
M a r t e s d e s p . del 3 . e r d o m . de Pascua
340
Santo
Toms
de
Aquino
341
342
Santo Toms
de
Aquino
M i r c o l e s d e s p . del 3 . e r d o m . d e P a s c u a
343
344
Santo Toms
de
Aquino
M i r c o l e s d e s p . d e l 3 . 6 r d o m . de P a s c u a
345
346
Santo Toms
de
Aquino
347
348
Santo Toms
de
Aquino
349
I
Sbado despus del tercer Domingo de Pascua
NMERO DE LAS BIENAVENTURANZAS
Algunos establecieron una triple bienaventuranza; porque unos la cifraron en la vida voluptuosa, otros en la vida activa, y otros en la vida
contemplativa. Por eso el Seor seal algunas
350
Santo
T o m s de
Aquino
S b a d o d e s p . del 3 . e r d o m . de P a s c u a
351
352
Santo Toms
de
Aquino
Cuarto
1?) Los premios de las tres primeras bienaventuranzas se toman segn aquellas cosas que algunos buscan en la dicha terrena; pues los hombres
buscan en la cosas exteriores, como en las riquezas y en los honores, cierta excelencia y abundancia, cosas ambas incluidas en el reino de los
cielos, por el cual consigue el hombre la excelencia y abundancia de bienes en Dios. Por eso el
Seor prometi a los pobres de espritu el reino
de los cielos.
Los hombres feroces y crueles pretenden por
medio de litigios y guerras adquirir para s seguridad, destruyendo a sus enemigos; por eso el
Seor prometi a los mansos posesin segura y
tranquila de la tierra de los vivientes, por la cual
se significa la estabilidad de los bienes eternos.
. Buscan los hombres en las concupiscencias y
deleites del mundo tener consuelo contra los trabajos de la vida presente; y por eso el Seor prometi la consolacin de la vida a los que lloran..
domingo
de P a s c u a
353
354
Santo Toms
de
Aquino
L u n e s d e s p . d e l 4*? d o m . de P a s c u a
355
356
Santo Toms
de
Aquino
M a r t e s d e s p . d e l 4"? d o m . de P a s c u a
357
o
I ) En" cuanto a la quietud respecto de las con- *
turbaciones exteriores, pues no puede gozar perfectamente del bien amado el que en su fruicin
es perturbado por otras cosas; y adems quien tiene el corazn perfectamente pacfico en un objeto,
no puede ser molestado por ningn otro, porque
reputa lo dems como nada. Por lo cual se dice:
Mucha paz para los que aman tu ley; y no hay
para ellos tropiezo (Psal, CXVIII, 165), porque
no son perturbados por cosas exteriores que les
impidan gozar de Dios.
358
Santo Toms
de
Aqulno
M a r t e s d e s p . d e l 4'' d o m . de P a s c u a
359
360
Santo
Toms
de
Aquino
J u e v e s d e s p . del 4"? d o m . de P a s c u a
361
362
Santo
Toms
de
Aquino
inEvahgel.
V i e r n e s d e s p . d e l 41? d o m . d e P a s c u a
363
364
Santo Toms
de
Aquino
dificultad actual en lo que tiene de pena es, adems, satisfactoria por el pecado.
(1* part. q. XCV, a. 4.)
Sbado despus del cuarto Domingo de Pascua
EL HOMBRE PUEDE MERECER AUMENTO DE GRACIA
S b a d o d e s p . del 41? d o m . de P a s c u a
365
366
Santo
Toms
de
Aquino
Quinto
domingo
de
Pascua
367
368
Santo Toms
de
Aquino
Lunes
d e R o g a t i va s
369
Martes de Rogativas
LA ORACIN DOMINICAL
l
i
|
|
i
;
|
370
Santo Toms
de
Aquino
compuesta por nuestro abogado, que es demandante sapientsimo, en el cual estn escondidos
todos los tesoros de la sabidura y de la ciencia..
(Colos. II, 3.) Por eso dice San Cipriano: "Teniendo a Cristo por abogado de nuestros pecados
ante el Padre, empleemos las palabras de nuestro
abogado, cuando pedimos por nuestros delitos" 8.
Ms segura aparece, porque quien nos ense
a orar, escucha la oracin con el Padre, segn
aquello del Profeta: Clamar a m, y yo le oir.
(Psal. XC, 15.) Por eso dijo San Cipriano: "Es
una oracin amiga, familiar y devota la del que
ruega al Seor con su oracin. Por lo cual nunca
nos retiramos sin fruto de esta oracin, pues por
ella se perdonan las faltas veniales" si.
Nuestra oracin debe ser recta, es decir, que el
que ora debe pedir a Dios lo que le conviene.
Muchas veces no es escuchada la oracin, porque
se piden cosas inconvenientes. Es muy. difcil saber lo que s menester pedir, como es muy difcil
..
saber lo que se ha de desear, como dice el Aps^J^'-tol: No-sabemos lo que hemos, de pedir como
"*'f conviene; mas el mismo Espritu pide*por nosotros. [Rom., VIII, 26.) Pues si Cristo es quien
da el Espritu Santo, a l le corresponde ensearf
lo que nos conviene pedir. Luego se piden rec-f
tsimamente las cosas que l mismo nos ense
a pedir.
;
La oracin debe ser ordenada como el deseo
pues la oracin es intrprete del deseo. El orden
debido es que en los deseos y oraciones prefira,
mos lo espiritual a lo carnal, lo celestial a 1
terreno. Esto mismo nos ense el Seor en esK
80 pe Orat. Dom.
81 De Orat. Dom.
M a r t e s de R o g a t i v a s
371
372
S a n t o T o ms de
Aquino
Mircoles de Rogativas
POR QU LAS ORACIONES NO SON ESCUCHADAS
ALGUNAS VECES
M i r c o l e s de R o g a t i v a s
373
374
Santo
Toms
de
Aquino
Fiesta de la Ascensin
ASCENSIN DE CRISTO
Fiesta
de la A s c e n s i n
375
376
Santo
Toms
de
V i e r n e s d e s p u s de la A s c e n s i n
Aquino
84
377
378
Santo To'ms de
Aquino
S b a d o d e s p u s d e la A s c e n s i n
379
380
Santo Toms
de A q u i n o
que, sin embargo, no deroga, si por alguna disposicin desciende Cristo alguna vez corporalmente
a la tierra, ya para manifestarse a todos, como en
el juicio, ya para manifestarse especialmente a
alguno, como a San Pablo.
(3*, q. LVII, a. 6.)
Domingo de la infraoctava de la Ascensin
LA VIDA EN EL CIELO
D o m i n g o d e s p u s de la A s c e n s i n
381
santidad de vida y de piedad, esperando y apresurndoos para la venida del da del Seor, en
el cual los cielos, ardiendo, sern deshechos, y
los elementos se fundirn con el ardor del fuego?
Pero esperamos, segn sus promesas, cielos nuevos
y tierra nueva, en los que mora la justicia. (II
Petr.,111, 10-13.)
II. Los santos viven en el cielo de tres modos:
I o ) Por el pensamiento continuo en los bienes
del cielo.
2o) Por un deseo ininterrumpido. En la liturf gia se dice de estas dos cosas: Este santo, digno
de vivir en el recuerdo de los hombres, ha pasado al goce de los ngeles; porque, mientras
vivi corporalmente en esta peregrinacin de
aqu abajo, mor en aquella patria celestial con
el pensamiento y el deseo.
3o) Viviendo conforme a las costumbres del
cielo. La vida de los santos es semejante a la vida
de los ngeles en tres cosas: en la pureza, en
la sencillez sin dolo, en la caridad. Estas tres
cosas se dan sobre todo en los ngeles: la simplicidad en su esencia, la pureza en su naturaleza, la caridad n la gracia. Tambin en estas
tres cosas consiste la vida de los santos.
(Serm. CXXXVI.)
Lunes de la infraoctava de la Ascensin
EL PADRE CELESTIAL
382
Santo Toms
de
Aquino
L u n e s d e s p u s de la A s c e n s i n
383
384
Santo Toms
de
Aquino
M a r t e s d e s p u s d e la A s c e n s i n
385
Bendito sea Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, el Padre de las misericordias, y Dios de
toda consolacin. (II. Cor., I, 3.)
I. Nosotros bendecimos a Dios, y Dios nos
bendice a nosotros, pero de distinta manera. Para
Dios, decir es hacer, como dice la Escritura: l
dijo, y fueron hechas las cosas. (Psal., XXXII, 9.)
Para Dios, bendecir es hacer el bien y derramar
386
Santo Toms
de
Aquino
M i r c o l e s d e s p u s de la A s c e n s i n
387
388
Santo Toms
de
Aquino
J u e v e s , o c t a v a de la A s c e n s i n
389
390
S a n t o T o m s de
Aquino
lugar, porque el hombre no se aplica a conocerlos; en segundo lugar, porque uno es incapaz de
ese conocimiento. Los mundanos no poseen ninguna de estas dos cosas.
Primero, porque no tienen voluntad para desearlos. Y en cuanto a esto, dice: Porque no lo
ve, es decir, no dirige su intencin a conocerlo.
Resolvieron fijar en tierra sus ojos. (Psal., XVI,
11.)
Segundo, tampoco pueden conocerlos. Por eso
agrega: Ni lo conoce. Pues, como dice San Agustn, el amor mundano no posee ojos invisibles,
por los cuales el Espritu Santo no puede ser visto
sino invisiblemente. El hombre animal no-'percibe aquellas cosas que son del Espritu de Dios.
(I Cor., II, 14.) As como la lengua infectada no
siente el buen sabor a causa de la corrupcin del
humor, del mismo modo el alma infectada por la
corrupcin del mundo, no gusta la dulzura de las
cosas celestiales.
III. Mas vosotros lo conoceris, porque morar en vosotros, y estar en vosotros. {Joan., XIV,
17.) Aqu ensea a quines se da el Espritu Santo, es decir, a los fieles. De ah estas palabras:
Mas vosotros, que sois movidos por el Espritu
Santo, lo conoceris. El Apstol dice a los Corintios: Nosotros no hemos recibido el espritu de
este mundo, sino el Espritu que es de Dios. (I \
Cor., II, 12.) Y esto, porque despreciis al mundo: i
No atendiendo nosotros a las cosas que se ven,'
sino a las que no se ven. (II Cor., IV, 18.)
La razn es: porque permanecer en vosotros.}.
Donde advierte primero la familiaridad del Es-r
pritu Santo para con los apstoles, porque permanecer en vosotros, esto es, para vuestra utilir.
391
392
Santo Toms
de
Aquino
vimiento produce un efecto conforme a su principio, como la calefaccin da calor, se deduce que
el Espritu Santo hace semejantes a aqul de
quien es Espritu, a aqullos a quienes es enviado, y por lo tanto, siendo Espritu de la Verdad,
ensea toda verdad. Y como es el Espritu del
Hijo, hace hijos.
Es Santo, porque nos consagra a Dios; todas
las cosas consagradas se llaman santas.
II. Se describe su misin: Que enviar el Padre en mi nombre. Se dice que el Espritu Santo
es enviado, no porque cambie de lugar, puesto
que l llena todo el orbe, sino en el sentido de
que comienza a habitar por la gracia de un modo
nuevo en aqullos a los que hace templo de
Dios. Enviar el Padre en mi nombre, porque el
Espritu Santo es enviado por el Padre y el Hijo,
como se expresa en el Apocalipsis: Me mostr un
ro de agua de vida (Apoc, XXII, 1), esto es,
al Espritu Santo, que sala del trono de Dios y
del Cordero. Por eso, al hablar de la misin del
Espritu Santo, se hace mencin del Padre y del
Hijo, por los que es enviado con igual e idntico
,c poder.
III. Se describe su efecto: l os ensear todas
las cosas. Porque as como el efecto de la misin
del Hijo fu llevarnos al Padre, as el efecto de la ;
misin del Espritu Santo es conducir a los fieles )
hacia el Hijo. Siendo el Hijo la Sabidura engen-;,
drada, es la misma Verdad. Por eso el efecto de
tal misin es hacer a los hombres participantes j
de la divina sabidura y conocedores de la ver-^
dad. El Hijo nos entrega la doctrina, puesto que?
es el Verbo; mas el Espritu Santo nos hace capa-1
Sbado, vspera de P e n t e c o s t s
393
Fiesta
TIEMPO DE PENTECOSTS
Fiesta de Pentecosts
EL DON DE DIOS ALTSIMO
de P e n t e c o s t s
395
396
Santo Toms
de
Aquino
Lunes
por el cual habita en nosotros l lo obra en nosotros juntamente con el Padre y el Hijo.
(Contra Gent., IV, XXIII.)
III. El nombre propio del Espritu Santo es
don. Entindese por don aquello que se da para
no ser devuelto, es decir, lo que no se da con'
idea de retribucin. De aqu que envuelve la
idea de donacin gratuita, cuya razn de ser es
el amor. Pues cuando damos algo gratuitamente
a otro es porque le deseamos algn bien. Luego,
lo primero que le damos es el amor con que le
deseamos algn bien. De donde se sigue que el
amor tiene carcter de primer don, por el- cual
son dados todos los dones gratuitos. Si, pues, el
Espritu Santo procede como amor, sigese que
procede como primer don. Por consiguiente, por
este don que es el Espritu Santo los miembros
de Cristo reciben muchos otros dones.
(1* q. XXXVIII, c. II.)
'" *
'
de
Pentecosts
397
398
Santo Toms
de
M a r t e s de P e n t e c o s t s
Aquino
399'
3o) Su origen, que es oculto: No sabes de dnde viene, aun cuando oyes su voz, y esto, porque
viene del Padre y del Hijo. Mas el Padre y el
Hijo habitan en una luz inaccesible que ningn
hombre ha visto ni puede ver.
4o) Su fin, que es oculto: Ni adonde va. Conduce a un fin oculto, es decir, a la bienaventuranza eterna. Por eso se le llama prenda de herencia. Ojo no vio, ni oreja oy, etc. (I Cor.,
II, 9.)
O no sabes de dnde viene, esto es, de qu
modo entra en el hombre; ni adonde va, es decir,
'' a qu perfeccin le conduce.
II. As es todo aqul que es nacido de Espritu, que equivale a decir: es como el Espritu
Santo. No debe extraarnos esto, porque en el
varn espiritual'-se dan las propiedades del Espritu Santo, del mismo modo que en el carbn
encendido se dan las propiedades del fuego. Existen efectivamente en l las cuatro mencionadas
propiedades del Espritu.
I o ) La libertad, como dice el Apstol: En donde est el Espritu del Seor, all hay libertad (II
Cor., III, 17), porque el Espritu del Seor conduce a lo que es recto, y libra de la servidumbre del
pecado, y de la ley.
2o) Toma su manifestacin o seal por la voz
de sus palabras; desde que se le oye, se conoce
su espiritualidad. De la abundancia del corazn
habla la boca. (Matth., XII, 34.)
3o) Tiene un origen oculto y tambin sus fines, porque ninguno puede juzgar al espiritual.
O no sabes de dnde viene, el principio de su
nacimiento espiritual, que es la gracia bautismal;
o adonde va, es decir, de qu se hace digno, esto
Mircoles
400
Santo Toms
de
de P e n t e c o s t s
401
Aquino
Son muchos los frutos que nos vienen del Espritu Santo.
I o ) Purifica de los pecados. La razn de ello es
que corresponde sanar a quien toca constituir.
El alma es creada por el Espritu Santo, porque Dios lo hace todo por l; pues Dios cre
todas las cosas por amor a su propia bondad.
Amas todas las cosas que son, y ninguna aborre. ees de aquellas que hiciste. (Sap., XI, 25.) San
- B'iariisio dice: "l amor divino no permiti que
l estuviese sin germen." Luego es necesario que
sean restaurados por el Espritu Santo los corazones de los hombres destruidos por el pecado.
Enviars tu espritu, y sern criados; y renovars
el semblante de la tierra. (Psal., CIII, 30.) No es
de admirar que purifique el Espritu Santo, porque todos los pecados son perdonados por amor.
Perdonados le son sus muchos pecados, porque
am mucho. (Luc, VII, 47.) La caridad cubre
todas las faltas. (Prov., X, 12.)
2o) Ilumina la inteligencia, porque todo lo
que sabemos lo conocemos por el Espritu Santo,
como dice el Evangelista: El Consolador, el Espritu Santo, que enviar el Padre en mi nombre,
l os ensear todas Zas cosas, y os recordar todo
aquello que yo os hubiera dicho. (Joan., XIV,
26.) Y en otro lugar: Su uncin os ensea en todas las casas. (Joan., II, 27.)
3o) Ayuda y en cierto modo obliga a guardar
los mandamientos. Porque nadie puede observar
los mandamientos de Dios sin amar a Dios. Si
alguno me ama, guardar mi palabra. (Joan.,
XIV, 23.) Luego el Espritu Santo nos hace amar
a Dios. Os dar un corazn nuevo, y pondr un
espritu nuevo en medio de vosotros; y quitar el
corazn de piedra de vuestra carne, y os dar corazn de carne. Y pondr mi espritu en medio
de vosotros; y har que andis en mis preceptos,
i y que guardis, y hagis mis juicios. (Ezech.
XXXVI, 26, 27.)
4o) Confirma la esperanza de la vida eterna,
porque l es como la prenda de esta herencia,
segn el Apstol: Fuisteis sellados con el Espritu
Santo, que era prometido, el cual es la prenda
de nuestra herencia. (Eph., I, 13.) Pues l es
como las arras de la vida eterna. La razn es que
la vida eterna se debe al hombre, en cuanto es
hijo de Dios; y llega a serlo hacindose semejante
a Cristo; mas uno se asemeja a Cristo en cuanto
tiene el Espritu de Cristo, que es el Espritu Santo. No habis recibido el espritu de servidumbre
para estar otra vez con temor, sino que habis
recibido el espritu de adopcin de hijos, por el
cual clamamos: Abba (Padre). Porque el mismo
Espritu da testimonio a nuestro espritu de que
somos hijos de Dios. (Rom., VIII, 15, 16.) Y en
otro lugar dice el mismo Apstol: Y por cuanto
vosotros sois hijos, ha enviado Dios a vuestros corazones el Espritu de su Hijo, que clama: Abba,
Padre. (Gal, IV, 6.)
5o) Ensea cul es la voluntad de Dios: El que
tiene oreja, oiga lo que el Espritu dice a las Igle-
402
Santo
Toms
de
Aquino
sias. (Apoc, II, 7.) Parra que le oiga como a maestro. (Is., L, 4.)
(In Symbol.)
Jueves de la infraoctava de Pentecosts
APARICIN DEL ESPRITU SANTO EN FIGURA
DE PALOMA
Jueves
de P e n t e c o s t s
403
404
San to T o m s
de
Aquino
Viernes
de P e n t e c o s t s
405
I. El Espritu Santo es quien revela los misterios secretos. En efecto, es propio de la amistad
revelar sus secretos al amigo. La amistad es una
fusin de sentimientos; ella hace, por decirlo as,
un solo corazn de dos corazones, y parece que
no sacramos del corazn lo que revelamos al
amigo. Por eso dice el Seor a los discpulos:
No os llamar ya siervos, porque el siervo no sabe
lo que hace su seor; mas a vosotros os he llamado amigos, porque os he hecho conocer todas las
cosas que he oda de mi Padre. (Joan., XV, 15.)
Si, pues, por el Espritu Santo somos constitudos amigos de Dios, convenientemente se dice
que los misterios divinos son revelados a los hombres por el Espritu Santo. Por eso dice el Aps-
406
Santo T o m s de
Aquino
Sbado
de P e n t e c o s t s
407
Trinidad
IN-
408
Santo Toms
de
Aquinc
F i e s t a d e la S a n t s i m a T r i n i d a d
409
410
Santo
Toms
de
Aquino
L u n e s d e s p u s de la T r i n i d a d
411
412
Santo Toms
de A q u i n o .
M a r t e s d e s p u s d e la T r i n i d a d
413
I. Pecar contra el Padre es pecado de debilidad. Pecar contra, el Hijo es pecado de ignorancia. Pecar contra el Espritu Santo es pecado de
malicia. En otros trminos, se peca contra el Padre no tributndole lo que le es debido por razn de su poder; contra el Hijo, cuando se desprecia su sabiduraf ; que es su atributo; contra el
Espritu Santo cuando se ofende su bondad, que
es su atributo.
El pecado se comete de tres modos: por ignorancia, por pasin y por libre decisin. Por ignorancia, cuando se desconoce aquello cuyo conocimiento hubiese impedido el pecado, por lo cual
la ignorancia es la causa en este caso. Es el pecado
contra el Hijo. Por pasin, cuando sta obscu-
414
Santo
Toms
de
Aquino
M i r c o l e s d e s p u s de 1* T r i n i d a d
415
416
Santo Toms
de A q u i n o
Fiesta
del Corpus
Christi
417
San Agustn: "Nuestro Seor ha puesto su cuerpo y sangre en estas cosas que, de mltiples que
ellas son, se reducen a una sola: porque la una,
es decir, el pan, resulta como sntesis de muchos
granos; la otra, es decir, el vino, se produce de
muchas uvas, que forman un solo licor" 89. Por
lo cual exclama: "Oh sacramento de piedad, oh
signo de unidad, oh vnculo de caridad!" 90. Y
puesto que Cristo y su Pasin son causa de la gracia y refeccin espiritual, y la caridad no puede
existir sin la gracia, dedcese de todo lo dicho
que este sacramento confiere la gracia.
(3 a , q. LXXIX, a. 1.)
Viernes de la infraoctava del Corpus
QU GRACIA CONFIERE LA EUCARISTA
418
Santo Toms
de
Viernes despus
Aquino
del
Corpus
419
93
420
SantoJToms
de
Agurt^o
Sbado
despus
del
Corpus
421
422
Santo Toms
de A q u i n o
Lunes
despus
del Corpus
423
424
S a n t o T o ms de A q u i n o
Es cierto que muchos que se acercan dignamente a este sacramento, caen despus en el pecado, y la razn es que l hombre en estado de
viador se halla en una condicin tal, que, por su
libre albedro puede doblegarse al bien o al mal.
Por lo cual, aunque este sacramento en s mismo
tenga una virtud preservativa del pecado, no
quita, sin embargo, al hombre la posibilidad de
pecar.
Y lo mismo hay que decir de la caridad. Pues
la caridad en s misma preserva al hombre del
pecado; pero por la mutabilidad del libre albedro ocurre que alguno, despus de poseda la
caridad, peca como despus de haber recibido
este sacramento.
Aunque este sacramento no se ordene directamente a disminuir el fomes de la concupiscencia,
sin embargo lo disminuye por cierta consecuencia, en cuanto acrecienta la caridad, pues, como
dice San Agustn, "el aumento de la caridad es
la disminucin de la concupiscencia". Afirma directamente el corazn del hombre en el bien, por
lo que tambin es preservado del pecado.
(3*, q. LXXIX, a. 6.)
Martes de la infraoctava del Corpus
POR LA EUCARISTA SE PERDONA LA PENA
DEL PECADO
Martes despus
del Corpus
425
426
Santo
Toms
de
Aquino
En este sacramento pueden considerarse dos cosas: el sacramento mismo y la cosa del sacramento. Y de una y otra resulta que este sacramento
tiene virtud para perdonar los pecados veniales.
Porque este sacramento se toma bajo la especie
de manjar nutritivo; y la nutricin del manjar
es necesaria al cuerpo para reparar lo que diariamente pierde por la accin del calor natural.
Bajo el concepto espiritual hay en nosotros" una
prdida diaria, que resulta del calor de la concupiscencia por medio de los pecados veniales,
que disminuyen el fervor de la caridad. Y as,
compete a este sacramento perdonar los pecados
veniales; por lo cual dice San Ambrosio que
"este pan cotidiano se toma para remedio de la
. debilidad cotidiana"97.
La cosa, empero, de este sacramento es la caridad (no slo en cuanto al hbito, sino tambin
en cuanto al acto), que es excitada en este sacramento, por el cual son borrados los pecados
veniales. Luego es evidente que por virtud de
este sacramento se perdonan los pecados veniales.
Aun cuando los pecados veniales no sean contrarios a la caridad, considerada en cuanto al
hbito, la contraran, sin embargo, en cuanto al
fervor del acto, que es excitado por este sacramento, en razn del cual son borrados los pecados veniales.
(8*, q. LXXIX, a. 4.j
07 De Sacramentis,
lib. V, cap. 4.
Mircoles
despus
del
Corpus
427
428
S a n t o T o m s de A q u i n o
Jueyes
429
Mi corazn se ha hecho como cera que se derrite en medio de mi vientre. (Psal., XXI, 15.)
El derretimiento pertenece al amor. Mi alma se
derriti. (Cant. V, .6.) Antes que-un cuerpo se
derrita, es duro y compacto en s mismo; al derretirse, se esparce y de s tiende a otra cosa. Tambin a veces se endurece el temor, cuando no es
grande, y as ocurre con el amor; pues cuando sobreviene el amor el hombre tiende a otra cosa
que antes estaba en l. Este derretimiento puede
entenderse de Cristo en cuanto es cabeza de la
Iglesia; porque este derretirse procede del Espritu Santo, y est en el fondo de las entraas, es
decir, del corazn.
Por el corazn de Cristo puede entenderse tambin la sagrada Escritura, la cual nos revela el
Corazn de Cristo.
Todo esto estaba cerrado antes de la Pasin,
porque era obscuro, pero lleg a ser claro por la
S a n t o T o m s de A q u i n o
430
II. Qu cosa es el hombre para que lo engrandezcas o por qu pones sobre l tu corazn? (Job,
VII, 17.)
Qu es el hombre? Esto es: qu pequeo y
dbil de cuerpo! Lo engrandeces con gran honor
entre las dems criaturas. Pones sobre l tu corazn, es decir, guardndolo y protegindolo con especial cuidado.
Aunque todas las cosas estn sometidas" a la
divina Providencia, sin embargo, de distinta manera, estn dispuestas por Dios en relacin con
los dems seres del universo. Los seres que tienen
- cierta perpetuidad, concurren especialmente a la
perfeccin del' universo y son administrados por
" s mgnos por Dios; los que carecen de perpetuidad, pertenecen accidentalmente a la perfeccin
del universo, y no soii gobernados por s mismos,
sino por la conservacin *de la especie. Pero el
hombre es perpetuo como especie y como individuo, y por eso Dios pone sobre l su corazn y
provee a su bien.
Cmo pone Dios sobre l su corazn? Mustralo cuando aade: Le visitas de' madrugada,
(Job, VII, 18), esto es, desde su nacimiento, procurndole con su Providencia las cosas necesarias
a la vida y a su engrandecimiento tanto corporal
como espiritual; y de repente le pruebas, es decir,
por las adversidades, en las cuales aparece cmo
hace pruebas de su virtud. El. horno prueba las
vasijas de barro; y la tentacin de la tribulacin,
a los hombres justos. Se dice que Dios prueba al
431
432
Santo Toms
de
Aquino
433
I. La Bienaventurada Virgen Mara fu'pursima. Pues era necesario que la Madre de Dios,
brillase, por una mxima pureza. Ninguna cosa
es receptculo-de Dios, si no est limpia, segn
aquello 'de David: A t casa conviene santiaad,
Seor. (Psal., XCII, 5.)
(1?- 2ae-, q. LXXXI, a. 5, ad 3um.)
La Bienaventurada Virgen no mereci la encarnacin sino suponiendo que ella deba realizarse. Y as mereci que se verificase por ella, no
ciertamente de condigno, sino por conveniencia;
en cuanto que era conveniente que la Madre de
Dios resplandeciese con tal pureza que no pudie-
434
Santo Toms
de
Aquino
S b a d o d e s p . de la o c t a v a del C o r p u s
435
436
Santo
Toms
de
Aquino
MEDITACIONES
PARA ALGUNAS FIESTAS
30 de noviembre
SAN ANDRS
438
Santo
Toms
de
Aquino
III. Selase luego el fruto que consigui, porque lo llev a Jess, esto es, llev a Pedro hacia
Jess. En lo cual se recomienda la obediencia de.
Pedro; porque al instante acudi sin tardanza.
Considera la devocin de Andrs, pues lo condujo a Jess, no a s mismo, porque se reconoca
dbil. Por consiguiente, lo conduce a Cristo para
que ste lo instruya; enseando al mismo tiempo
con esto que el predicador no debe atribuirse a
s mismo los frutos de la predicacin, ni hacerlos
servir para su propia honra y provecho, sino llevar las almas a Cristo, para honra y gloria suya,
como dice el Apstol: Porque no nos predicamos
a nosotros mismos, sino a Jesucristo. (II Cor.,
IV, 5.)
(In Joan., I.)
"- 25 de marzo
.,-':..-
Virginitate,
cap. 3.
25
de
marzo
439
440
Santo Toms
de
Aquino
24 d e m a y o
.441
442
Santo Toms
de
Aquino
24 de junio
SAN JUAN BAUTISTA
2 4 de j u n i o
443
444
S a n t o T o m s de
Aquino
SEGUNDA
PARTE
DIOS
i ? de julio
EXCELENCIA DE LA NATURALEZA DIVINA
'
'
'
'
* 448
S a n t o T o m s de A q u i n o
o
2 de j u l i o
449
toda alma piadosa despus de concebir espiritualmente al Verbo de Dios: subi a la montaa, salud a Isabel y glorific magnficamente al Seor.
Por lo primero se significa la perfeccin de las
virtudes; por lo segundo, el amor fraterno; por lo
tercero, la alabanza y la alegra.
I o ) Levantndose Mara, fu con prisa a la
montaa. (Luc, I, 39.) Dice la Glosa: "Recibido
el consentimiento de la Virgen, se va a los cielos
el ngel, a quien imita la Virgen al marchar a la
montaa. Del mismo modo el alma, que concibi
(espiritualmente) al Verbo de Dios, sube a las
cumbres de las virtudes progresando en el amor,
para penetrar en la ciudad de Jud, esto es, en
ia fortaleza de la confesin y de la alabanza, y
morar en ella unos tres meses hasta la perfeccin
de la fe, de la esperanza y de la caridad." En esta
subida hay tres cosas.: el valle del temor y de la
Humildad, la subida del trabajo y* de la dificultad, la cima del amor o caridad. Por eso dice San
Bernardo: "La virtud quiere ser enseada con
humildad, ser adquirida con trabajo, ser poseda
con amor." Y como estas tres cosas le pertenecen
de derecho, no puede ser enseada, adquirida o
poseda de otra manera.
2o) Y entr en la casa de Zacaras, y salud a
Isabel. (Luc, I, 40.) El saludo es deseo de salud;
desear salud al prjimo corresponde al amor fraterno; pues sta es la forma verdadera de amar
al prjimo, expresada en San Mateo: Amars a
tu prjimo como a ti mismo (XXII, 39). El alma
santa, despus de haber concebido espiritualmente al Verbo de Dios, debe insistir en ese amor,
-, pues se dice en San Juan: Si nos amremos los
unos a los otros, Dios est en nosotros, y su caridad es perfecta en nosotros. (I Joan., IV, 12.) Y
450
Santo T o m s de
Aquino
2 de
julio
451
ninguna adversidad, sino que nicamente le deleita el recuerdo de su Criador, del cual espera
la salvacin eterna."
(De Humanitate Christi.)
3 de julio
FRUTO DEL CONOCIMIENTO DE DIOS
452
Santo
Toms
de A q u no
4 de
julio
453
454
S a n t o T o m s de
Aquino
'-
INMUTABILIDADDE DIOS
>
I. Existe en* Dios una manera* de ser o. perfec. ciri/.sqgn la-cual es inmutable en su naturaleza*,
c o m o atestigua l mismo por el profeta Malaquas: Yo soy el Seor, y no me mudo (III, 6). :j
Todo lo que se mueve adquiere con su movimiento alguna cosa y llega a aquello a lo que
antes no llegaba. Pero siendo Dios infinito, y comprendiendo en s mismo toda la plenitud de perfeccin" 'de todo ser, nada puede adquirir, ni extenderse a nada donde antes no tocara. Por '.';
consiguiente, de ninguna manera es compatible
con l el movimiento.
Es verdad que se dice en el libro de la Sabi-
5 de
julio
455
456
Santo
Toms
6 de
de A q u i n o
'.
.
'
<
'
"
'
julio
457
,'458
S a n t o T o m s de A q u i n o
7 de j u l i o
459
7 de julio
DIOS, GOBERNADOR DE TODAS LAS COSAS
Creo en Dios.
I. Este nombre "Dios" no significa otra cosa
que gobernador y provisor de todas las cosas.
As, pues, cree en la existencia de Dios el que
cree que l gobierna todas las cosas de este mundo y es su providencia. Pero el que cree que
todas las cosas provienen de la casualidad, ese tal
no cree que existe Dios. Nadie hay tan necio que
no crea que todas las cosas naturales son gobernadas, provistas y ordenadas, ya que todas proceden con cierto orden y en determinados tiempos. Porque observamos que el sol, la luna, las
estrellas y todas las otras cosas naturales guardan
un curso determinado, lo cual no ocurrira si
procediesen de la casualidad.
II. Hay, sin embargo, algunos que, aun admitiendo que Dios gobierna y ordena las cosas naturales, no creen, sin embargo, que Dios tenga
providencia de los actos humante, y creen, por
tanto, que los actos humanos no son ordenados
por Dios. sos razonan as porque observan que
en este mundo son afligidos los buenos, y prosperan los malos; lo cual parece una negacin de la
providencia divina con respecto a los hombres.
Pero esto es una necedad. Les ocurre a esos individuos lo mismo que al que, desconociendo la
medicina y viendo a un mdico propinar agua a
un enfermo y vino a otro, creyese que eso es
debido a la casualidad, e ignorara que el arte.
460
Santo Toms
8 de j u l i o
de A q u i n o
461
8 de julio
DIOS PADRE NUESTRO
462-
Santo T o m s de
Aquino
'
*" ***
..
9 de julio
9 de j u l i o
463
ser y de bien cuanto Dios ha querido que hubiera. Por consiguiente, Dios quiere algn bien
para toda cosa que existe, y como amar no es
otra cosa que querer el bien para alguno, es evidente que Dios ama todo cuanto existe.
Pero no de la manera que amamos nosotros.
Porque nuestra voluntad no es causa de la bondad de las cosas, sino que es movida por ella
como por su objeto; el amor nuestro por el que
queremos el bien para alguno no es causa de la
bondad de ste, sino que, por el contrario, su
bondad real o supuesta incita ese amor con que queremos conservarle el bien que tiene y aadirle el que no tiene, y para este fin obramos.
Pero el amor de Dios infunde y crea la bondad en los seres.
De este modo el amante sale fuera de s trans portado al amado', en cuanto quiere para ste el
bin'ypor su providencia se lo groporciona, como
lo hace para s. Por eso dice' San Dionisio: "Se
ha de tener valor y decir con verdad que tambin
l; causa de todas las cosas, sale de s mismo,
en la abundancia de su bondad amativa, proveedora de todo lo existente" i.
AMOR DE DIOS
464
Santo Toms
de
10 d e j u l i o
Aquino
465-
10 de julio
LA CENA DEL SEOR
466
Santo T o m s de
Aquino
LA V I D A
PURGATIVA
11 de julio
VOCACIN DE LOS HOMBRES
468
Santo Toms
de
11 d e j u l i o
Aquino
469
la volunque sepa
santificaDominic.)
12 de julio
TINIEBLAS Y SOMBRA DE MUERTE
470
Santo
Toms
de
12 d e
Aquino
julio
471
por eso tienen una semejanza de condenacin futura, al contrario de lo que ocurre a los justos,
quienes poseen una semejanza de la futura bienaventuranza.
(In Matth., V.)
13 de julio
El sentido y el pensamiento del corazn humano son propensos al mal desde su juventud.
(Gen., VIII, 21.)
Por la justicia original la razn contena perfectamente a las fuerzas inferiores del alma, y la
misma razn era perfeccionada por Dios, estando a l sujeta. Pero sta justicia original se
perdi por el pecado del primer padre; y en
consecuencia todas las fuerzas del alma quedan
en cierto modo destituidas del propio orden con
que naturalmente se ordenan a la virtud; y la misma destitucin se llama lesin de la naturaleza.
Empero, hay cuatro potencias del alma que
pueden ser sujetos de las virtudes: la razn, en
la cual est la prudencia; la voluntad, asiento
de la justicia; la potencia irascible, en la que se
halla la fortaleza; y la concupiscible, sujeto de la
templaza. As, pues, en cuanto la razn es destituida de su orden a lo verdadero, hay lesin de
ignorancia; en cuanto la voluntad es destituida
de su propio orden al bien, hay llaga de malicia;
en cuanto la potencia irascible es despojada de su
orden a lo arduo, hay lesin de debilidad; y en
cuanto la concupiscencia es destituida de su pro-
472
Santo Toms
de Aqu ino
__
14 d e
julio
473
II. En cuanto al nmero, puesto que son muchos. Por eso dice: Grande muchedumbre. Y en
el Eclesiasts se leen estas palabras: Los perversos, con dificultad se corrigen, y el nmero de los
necios es infinito (I, 15). Y San Mateo agrega:
Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdicin, y muchos son los que entran
por l. (Matth., VII, 13.)
III. En cuanto a la disposicin o hbito de
los enfermos; y aqu se ponen cuatro cosas en
las que incurre el nombre por el pecado:
I o ) Por el hecho de someterse el hombre a las
pasiones de los pecados dominantes se torna
enfermo, y en cuanto a esto dice: de enfermos.
Por lo cual Cicern llama enfermedades del alma
las pasiones de la misma, como la ira, la concupiscencia, etc. Por eso deca el Profeta: Apidate de mi, Seor, porque estoy enfermo. (Psal.,
VI, 3.)
,
:
2o) Por el dominio de las pasiones y su victoria
sobre el hombre se ciega la razn por el consentimiento, y en este sentido debe tomarse la expresin: de ciegos, es decir, por los pecados, segn
aquello del libro de la Sabidura: Los ceg su
malicia (Sap., II, 21), y del Salmo (LVII, 9):
Cay fuego 'de arriba, y no vieron el sol..
3o) El hombre enfermo y ciego se hace incons-'
tante en sus obras y est casi cojo. Por eso se
expresa en los Proverbios: El impo hace obra,
que no subsiste (XI, 18). Y se les llama cojos
segn se lee en el libro III de los Reyes: Hasta
cundo cojeis por ambos lados? (XVIII, 21.)
4o) Enfermo el hombre de esa manera, ciego de
entendimiento, cojo en las obras, se hace rido en
el afecto, por cuanto se seca en l toda la sua-
474
S a n t o T o m s de A q u i n o
vidad de la devocin que peda el Profeta diciendo: Como de grosura y de gordura sea rellenada mi alma. (Psal., LXII, 6.) A stos se les
llama paralticos. De ellos dice el Salmo (XXI,
16): Secse como un tiesto mi vigor.
Pero hay otros de tal modo afectados por la '
enfermedad del pecado, que no esperan el movimiento del agua, descansando en sus pecados,
segn aquello de la Escritura: Viviendo en grande guerra de ignorancia, llaman paz a tantos y
tan grandes males. (Sap., XIV, 22.) De los tales
se dice: Los que se alegran cuando hacen mal, y
saltan de contento en cosas malsimas. (Prov.,
II, 14.) La razn es que no aborrecen el pecado,
ni pecan por ignorancia, o debilidad, sino por
una malicia evidente.
Mas estos enfermos, como no pecan por malicia, no descansaban en los pecados, antes bien
esperaban con deseo el movimiento del agua. Por
eso agrega: esperando.
(In Joan., V.).
15 de julio
LA MANCHA DEL PECADO
15 de j u l i o
475
476
Santo Toms,de
Aquino
16 d e j u l i o
477
478
Santo Toms
de
17 d e
Aquino
Se dice en la epstola a los Romanos: Tribulacin y angustia ser sobre toda alma de hombre
que obra mal. (II, 9.) Obrar mal es pecar. "Luego
el pecado lleva aneja la pena que se designa con
el nombre de tribulacin y angustia.
De las cosas naturales se deriva a las cosas humanas la ley siguiente: lo que acta contra algo
sufre detrimento de ello. Vemos, en efecto, en
las cosas naturales, que un contrario reacciona
con mayor vehemencia cuando sobreviene otro
contrario; de ah que en los hombres se halle
por inclinacin natural que cada uno abata al
que le contrara. Pero es evidente que cuantas
cosas se contienen dentro de un orden, son en
cierto modo una sola en orden al principio de
orden; as, pues, lo que contrarresta a algn '
orden, es consecuente que sea deprimido por
aquel orden y por el principio del orden.
Por lo tanto, siendo el pecado un acto desordenado, es manifiesto que todo el que peca ,
obra contra algn orden; y por lo tanto es
consecuente que sea abatido por el mismo orden, ^
el cual abatimiento, ciertamente, es una pena. ;
As, pues, segn los tres rdenes a que est so- '
metida la voluntad humana, puede ser castigado
julio
479
480
Santo Toms
de
Aquino
18 d e
julio
481
482
Santo Toms
de
Aquino
19 d e j u l i o
483
484
Santo Toms
de
21 d e j u l i o
Aquino
485
21 de julio
EL QUE PECA POR MALICIA PECA MS GRAVEMENTE
QUE EL QUE PECA POR PASIN
486
Santo
Toms
de A q u i n o
sistencia. Por lo cual el Filsofo 4 compara al intemperante, que peca por malicia, con el enfermo
que sufre continuamente; y al incontinente, que
peca por pasin, con el que padece a intervalos.
3^) Porque quien peca por malicia cierta est
mal dispuesto en cuanto al mismo fin, que es
el principio en lo operable; y as su efecto es ms
peligroso que el de aquel que peca por pasin,
cuyo propsito tiende a un buen fin, aun cuando
este propsito se interrumpa transitoriamente a
causa de la pasin. Pero siempre el defecto de
principio es psimo; y por tanto, es evidente que
es ms grave el pecado que procede de malicia
que el que procede de pasin.
Adems, el impulso que procede de la pasin
es como por defecto exterior de la voluntad; mas
por el hbito la voluntad es inclinada como de
adentro.
El que peca por pasin peca, ciertamente, eligiendo, pero no por eleccin, toda vez que la
eleccin no es en l el primer principio del pecado, sino que es inducido por la pasin a elegir
lo que, libre de pasin, no elegira. Mas el que. j
peca por malicia cierta, elige.de por s el mal,, 'l
p o j b . tanto, la eleccin que hay en l es princi : |
.pi de peco*,...y por sto se dice que peca por1.
eleccin.
'
' ' - . ' :
a
ae
(I 2 , q. LXXVII; a. 4.) ;
* Ethic,
22 de j u1io
487
22 de julio
EL PECADO SE AGRAVA SEGN LA CONDICIN
DE LA PERSONA CONTRA QUIEN SE PECA
En la Sagrada Escritura se vitupera especialmente el pecado que se comete contra los siervos
de Dios; tambin el pecado cometido contra los
parientes; y por ltimo el pecado que se comete
contra las personas constituidas en dignidad.
La persona contra la cual se peca es, en cierto
488
Santo Toms
de
parentesco natural, o por beneficios o por cualquier otra unin, porque parece qu peca ms
contra s mismo, y por tanto peca ms gravemente, segn consta en el Eclesistico: Quien
para s mismo es malo, para qu otro ser bueno? (Eccl, XIV, 5.)
3o) Por parte del prjimo, se peca tanto ms
gravemente cuanto mayor sea el nmero de los
que afecte el pecado, y por tanto el pecado que
se comete contra persona pblica, por ejemplo,
contra el rey o el prncipe, que representan en su
persona a toda la multitud, es ms grave que el
pecado que se comete contra una sola persona
privada. Por lo que se dice especialmente: Ni
maldecirs al prncipe de tu pueblo. (Ex., XXII,
28.) Y del mismo modo la injuria que se hace a
alguna persona insigne, parece ser ms grave
porque redunda en escndalo y perturbacin de
muchos.
(I a 2 ae , q. LXXIII, a. 9.)
'
23 d e j u l i o
Aquino
'
Existen dos clases de pecados. Uno que proviene de la subrepcin, por debilidad de la naturaleza humana; y tal pecado se imputa menos al
que es ms aventajado en virtud, porque descuida
menos el reprimir semejantes pecados, a los que,
sin embargo, la debilidad humana no permite
evitar del todo.
r "
Otros pecados proceden de deliberacin, y se
489
490
Santo
Toms
de
Aquino
24 de julio
LA FELICIDAD NO DEBE BUSCARSE EN ESTA VIDA
2 4 de j u l i o
491
492
Santo Toms
de
Aquino
2 5 de j u l i o
493
494
Santo Toms
de
Aquino
26 d e
495
ciones que como hbitos, y tambin queda el fomes de la concupiscencia despus del Bautismo.
Dice San Agustn: "Nunca san el Seor a
alguno, sin haberlo librado totalmente; y as san
a un hombre por completo en sbado, pues libr
su cuerpo de toda enfermedad y a su alma de
todo contagio" ?. Es cierto que Dios cura perfectamente a todo el hombre; pero unas veces lo
hace sbitamente, como restituy la salud en el
acto a la suegra de San Pedro, de tal modo que
ella se levant luego, y les serva (Luc, IV, 39);
pero otras veces lo hace sucesivamente, segn lo
I dicho del ciego iluminado. Del mismo modo toca
algunas veces espiritualmente el corazn del hombre en tal forma que consiga instantneamente
la salud espiritual perfecta, no solamente por la
remisin de la culpa, sino tambin quitndole
todas las reliquias del pecado, como en el caso
de la Magdalena. Mas a veces perdona primero
la culpa por la gracia operante, y despus, por a
gracia, cooperante^ quita sucesivamente las reliquias derpecado s.
26 de julio
LAS RELIQUIAS DEL PECADO
julio
(3 a , q. LXXXVI, a. 5.)
f.
I
I
I
I
|
|
I
E
E:
I:
H
496
Santo Toms
de
Aquino
2-7 de julio
LA CONTRICIN
2 7 de j u l i o
497
498
S a n t o T o m s de A q u i n o
28 de julio
DURACIN DE LA CONTRICIN
28 d e j u l i o
499
500
Santo
Toms
de
Aquino
29 de julio
ES MENESTER EVITAR LA SOLICITUD EXCESIVA DE LAS
COSAS TEMPORALES Y BUSCAR UNA SOLA COSA
Marta, Marta, muy cuidadosa ests, y en muchas cosas te fatigas. En verdad una sola cosa es
necesaria. (Luc, X, 41, 42.)
I. La solicitud de las cosas temporales puede
ser ilcita de tres maneras:
1?) De parte del objeto de que nos inquietamos, esto es, si buscamos en las cosas temporales
nuestro fin ltimo.
2*) Por el superfluo estudio que se pone para
procurarlas, por el cual el hombre se retrae de
las cosas espirituales, a las que preferentemente
debe dedicarse. Por eso se dice: Los cuidados de
este siglo..:
ahogan ia palabra (de Dios).
(Matt., XIII, 22.)
3^) Por el temor exagerado de que a uno le .
falte lo necesario si hace lo que debe; lo' cual ha ;
sido prohibido por el Seor, por tres motivos:
"primero, por: los "mayores beneficios dados por |
Dios al hombre, sin solicitud de su parte, cuales
son el cuerpo y l alma; en segundo lugar, a ,
causa de la subsistencia que Dios asegura a los"
animales y a las plantas,' segn sus necesidades,
sin intervencin, del hombre; y en tercer lugar, :'
por la divina Providencia, por ignorancia de la,;
cual los gentiles se dedican ms principalmente
a buscar los bienes temporales.
,
Por esto concluye que nuestra solicitud debe,;.
tener principalmente por objeto los bienes espi-'
rituales, esperando que tambin nos darn los!
29 d e
julio
501
502
Santo Toms
de
Aquino
30 d e j u l i o
503
II. Es evidente que ninguna de estas tres prdidas puede ser reparada ms que por Dios.
Porque como la belleza de la gracia proviene
del resplandor de la luz divina, tal hermosura
no puede ser reparada en el alma, si Dios no la
ilustra de nuevo; por lo cual se requiere un
don habitual que es la luz de la gracia.
El orden de naturaleza no puede ser reparado
de modo que la voluntad del hombre est sometida a Dios, si Dios no atrae hacia s la voluntad
humana.
Igualmente el reato de pena eterna no puede
ser perdonado sino por Dios, contra quien se
cometi la ofensa, y que es el juez de los hombres.
Por consiguiente, se requiere el auxilio de la
gracia para que el hombre salga del pecado, ya
en cuanto al don habitual, ya en cuanto a la
mocin interior de Dios.
Cuando se dice: Despierta t que duermes, y
levntate de entre los muertos, y te alumbrar
Cristo (Eph., V, 14), no debe entenderse que el
salir del pecado preceda totalmente a la iluminacin de la gracia; sino que, cuando el hombre
se. esfuerza por salir del pecado, mediante el libre
albedro movido por Dios, recibe la luz de la
gracia santificante.
La razn natural no es principio suficiente de
esta curacin que se realiza en el hombre por. la
gracia santificante, sino que el principio de sta
es la gracia que se quita por el pecado. Y por lo
tanto no puede el hombre redimirse por s mismo, sino que necesita se le infunda de nuevo
la luz de la gracia, como si a un cuerpo muerto
se le infundiera de nuevo el alma para resucitarlo. No puede por s misma restaurarse ni aun
504
Sa n to T o ms
de
Aquino
31 d e j u l i o
505
506
S a n t o T o m s de
Aquino
l1? d e a g o s t o
507
508
Santo
Toms
de
Aquino
2 de a g o s t o
509
510
Santo
Toms
de A q u i n o
3 de agosto
LA NECEDAD
3 de a gos to
511
LA PEREZA
'
I o ) La pereza es pecado.
Porque "es cierta tristeza agravante" io, que de
tal modo deprime el nimo del hombre, que le
~ quita a ste el agrado deshacer cosa alguna. Por
esta razn lleva consigo cierto tedio en e^ obrar,
por lo que sobre aquello del Salmo (CVI, 18):
El alma de ellos abomin toda comida, dice la
Glosa que la pereza es adormecimiento del alma,,
remisa en comenzar el bien.
Semejante tristeza es mala en s, porque se refiere a lo que es mal aparente, pero verdadero
10 San Juan Damasceno: De orth. fid., lib. 2, cap. 14.
512
Santo Toms
4 de
deAquino
agosto
513
514
Santo Toms
de A q u i n o
5 de a g o s t o
515
Habiendo preanunciado su 'Pasin a sus discpulos, el Seor los haba inducido a que le siguieran en el camino del sufrimiento. Para que
uno avance directamente en un camino, es necesario que de alguna manera conozca el fin; <\el
. mismo modo qu el arquero no disparar rectamente la flecha si no mira primero el blanco,
a que la dirige. Por. eso dijo Santo Xoms: Seor,
no sabemos adonde. vas; pues cmo podemos
saber el camino? (Joan., XIV, 5.) Y esto es -necesario principalmente, cuando la senda es difcil
y spera, el camino laborioso, y# el fin agradableMas Cristo por su Pasin lleg a obtener no
slo la gloria del alma, que tuvo desde el principio de su concepcin, sino tambin la del cuerpo, segn aquello de San Lucas: Pues qu, no
fu menester que el Cristo padeciese estas cosas,
J que asi entrase en su gloria? (XXIV, 26). A ella
conduce tambin a los que siguen las huellas de
s
u Pasin, conforme con estas palabras: Por mu-
516
Santo Toms
de
6 de a g o s t o
Aquino
517
Christi.)
7 de agosto
LA PRECIPITACIN
518
Santo Toms
de
Aquino
I o ) La negligencia es pecado.
La negligencia implica falta de la debida solicitud; y todo defecto del acto' debido tiene razn
de pecado; luego, la negligencia tiene razn de
pecado; y como la solicitud es acto de virtud
especial,; necesariamente la negligencia es pecado
especial.
En todo pecado necesariarriente debe haber de1
fecc-"acerca de un acto de la razn, como el
^defecto del consejo y otros semejantes; por lo
cual, as como la precipitacin. es un pecado es- ;
pecial a causa del acto especial de la razn, del que se prescinde, esto es, el consejo, aunque pueda
hallarse en cualquier gnero de pecados, as la
negligencia es pecado especial por el defecto del j
acto especial de la razn, que es la solicitud, aun {
cuando se halle de algn modo en todos los-;
pecados.
''!
Son propiamente materia de la negligencia las
8 de
agosto
519
obras buenas que alguien debe practicar; no porque las mismas sean buenas cuando se hacen negligentemente, sino porque a causa de la negligencia se produce en ellas el defecto de bondad,
ya se omita totalmente el acto debido por falta de
solicitud, ya tambin alguna circunstancia debida
del acto.
2o) La negligencia se opone a la prudencia.
La negligencia se opone directamente a la solicitud, mas la solicitud pertenece a la razn; y
su rectitud, a la prudencia. Luego la negligencia
, pertenece a la imprudencia por oposicin. La
negligencia no es lo mismo que pereza o indolencia, que pertenece a la acidia, pues la negligencia consiste en el defecto del acto interior, al
que tambin pertenece la eleccin; mas la pereza
y el entorpecimiento ms bien corresponden a la
ejecucin, de tal modo, sin embargo, que la pureza implica tardanza en ejecutar, y la indolencia
cierta remisin en la misma ejecucin.
Se dice en el Eclesiasts: El que teme a Dios,
nada desprecia (VII, 19), pues el.temor de Dios
conduce a evitar todo pecado, como se lee en
los Proverbios: Por el temor de Dios todos se
desvian 'del mal. (Prov., XV, 27.) Por esto, el
* "temor hace evitar la negligencia, no porque la
negligencia se oponga directamente al temor, sino
en cuanto el temor excita al hombre a los actos
de la razn. Por lo cual se ha dicho que el temor
incita a tomar consejo.
3o) La negligencia puede ser pecado mortal.
Esto se deduce de estas palabras: Quien menosprecia su camino, incurrir en la muerte. {Prov.,
XIX, 16.)
La negligencia proviene de cierto relajamiento
de la voluntad, por el cual ocurre que la razn
520
SantoTomsde
Aquino
9 de agosta
LA INTEMPERANCIA
9 de
agosto
521
522
Santo Toms
de
Aquino
10 d e a g o s t o
523
524
Santo Toms
de
Aquino
11 d e a g o s t o
525
>
LA SOBERBIA
526
Santo
Toms
de
13 d e
Aquino
f,
agosto
527
528
Santo Toms
de
Aquino
sin a Dios, por lo mismo que no quiere someterse a l ni a su regla. Por eso dice Boecio que
"huyendo todos los vicios de Dios, slo la soberbia se opone a Dios". De ah que se diga especialmente: Dios resiste a los soberbios. (Jac, IV, 6.)
Por lo tanto, apartarse de Dios y de sus preceptos, que es como la consecuencia en los dems
pecados, corresponde de por s a la soberbia, cuyo
acto es el desprecio de Dios. Y puesto que lo
que es de por s siempre lo es en mayor grado
que lo que es por otro, sigese que la soberbia '
es el ms grave de los pecados segn su gnero,
porque excede en la aversin que completa for- ;
malmente el pecado.
Por parte de la aversin es tambin el pecado
mayor, en cuanto comunica a los dems su grave-idad; porque, por esto mismo, el pecado de -infi-f
delidad se hace ms grave si procede del despre-i
ci de la soberbia que si resulta de la ignorancia;
o de la debilidad.
<
ae
(2* 2 , q. CLXII, a. 5, 6,|
14 de agosto
"i
14 d e
agosto
529
tido de que entraa cierta inclinacin a este desprecio, por corrupcin de la naturaleza; y por
eso dicen que es principio de todo pecado. Di->
fiere, empero, de la codicia, porque sta mira
al pecado por parte de la conversin al bien
conmutable, por el que el pecado en cierto modo
se nutre y fomenta, y as la codicia se llama raz;
pero la soberbia mira al pecado por parte de la
aversin de Dios, a cuyos preceptos el hombre
rehusa someterse; y por eso se llama principio,
pues de parte de la aversin comienza la razn
del mal.
Aun cuando estas cosas sean verdaderas, no
estn, sin embargo, conformes con la intencin
del Sabio, quien dice: El principio de todo pecado es la soberbia; porque a las claras habla de
la soberbia como apetito desordenado de la propia excelencia. Por consiguiente la soberbia, aun
considerada como pecado especial, es principio
de todo pecado.
En los actos voluntarios se dan dos rdenes: el
de la intencin y el de la ejecucin. En l primer
orden tienen razn de principio y de fin. Mas
como el in_8tMx adquisicin de todos los bienes
temporales es qu el hombre tenga, por medio d
ellos, cierta perfeccin singular y excelencia, pbr
esta parte la soberbia, que es apetito d la excelencia, se asigna como principio de todo pecado.
Pero por parte de la ejecucin es lo primero
aquello que suministra oportunidad de satisfacer todos los deseos del pecado, lo cual tiene
razn de raz, como las riquezas; y as, bajo este
aspecto, se afirma que la avaricia es raz de todos
ios males.
(1* 2", q. LXXXIV, a. 2.)
530
Santo Toms
de
Aquino
15 d e a g o s t o
531
532
Santo
Toms
de
16 d e a g o s t o
Aquino
saber sino por revelacin de ella, como la aparicin del ngel en la concepcin y otras muchas.
Posey el mrito del mrtir, padeciendo con
su Hijo muerte de cruz. Una espada traspasar
tu alma de ti misma. (Luc, II, 35.)
Tuvo el mrito de los confesores, confesando
devotamente al Seor. Mi alma engrandece al
Seor. (Luc, I, 46.)
Posey el merecimiento de las vrgenes, incoando y conservando la virginidad. Fu enva- do el ngel Gabriel a Mara Virgen. (Luc, I.) :
Y como posey el mrito de todos, asimismo :;
fu conveniente que fuese exaltada sobre todos. '(Serm., LVIII.)
16 de agosto
MODO DE EVITAR LA SOBERBIA
533
534
Santo Toms
de
Aquino
17 d e
agosto
535
17 de agosto
LA VANAGLORIA
536
Santo Toms
de
Aquino
18 d e a g o s t o
537
538
Santo Toms
de A q u i n o
LA V I D A
ILUMINATIVA
19 de agosto
LOS VESTIDOS DE LAS VIRTUDES
540
Santo Toms
de
Aquino
19 d e
agosto
541
vestido, y es visible por su color, as tambin aparecen las obras de Cristo en el que lo imita.
(In Rom., XIII.)
Y as como el que se viste con algn vestido es
protegido y cubierto por l, y aparece bajo el
color del vestido, ocultando su propio color, del
mismo modo el que se reviste de Cristo es protegido y cubierto por l contra los ataques y contra
los calores, y en l no se ven otras cosas sino las
que son de Cristo. Y del mismo modo que el leo
encendido es vestido por el fuego y participa de
su ardor, as tambin el que recibe las virtudes
de Cristo, est revestido de Cristo.
Conviene advertir que algunos se visten exteriormente de Cristo por su buena vida, y tambin interiormente por la renovacin del espritu,
y en ambas cosas por la configuracin con su
santidad.
(In Gal., III.)
20 de agosto
LA VERDADERA Y GRAN VIRTUD
542
Santo Toms
de
Aquino
es decir, con prontitud y agrado, y en tal concepto el acto de virtud no es sin virtud.
As, pues, puede ocurrir que, al dar limosna
materialmente, se haga sin caridad. Por eso deca
el Apstol: Si distribuyere todos mis bienes endar de comer a pobres.. . y no tuviere caridad,
nada me aprovecha. (I Cor., XIII, 3.) Pero dar
limosna formalmente, esto es, por Dios, con agrado y prontamente y en todas las condiciones con
que debe hacerse, no es posible sin caridad.
(2a 2 ae , q. XXXII, a. 1.)
II. La gran virtud.
En los actos de las virtudes hay que distinguir
dos cosas, a saber: lo que se hace y el modo de
hacerlo. Pero ocurre que una misma accin que
se realiza como una virtud perfecta puede ser
ejecutada no slo por el que tiene poca virtud,
sino tambin por el que no posee ninguna. Mas
si atendemos al modo de obrar, el que no tiene
virtud no puede obrar lo mismo que el que la
tiene; ni el que tiene poca virtud, como el que
la tiene grande, el cual obra con facilidad, con
prontitud y con agrado; lo que no hace el que
carece de virtud o la tiene escasa.
As, ofrecerse al martirio, o tambin sufrir el
martirio, no slo puede ser ejecutado por la caridad perfecta, sino tambin la imperfecta, y lo
que es ms, tambin el que carece de caridad,
segn aquello del Apstol: Si entregare mi cuerpo
para ser quemado, y no tuviere caridad, etc. (I >
Cor., XIII, 3.) Pero la caridad perfecta lo hace !
con prontitud y alegra, como se ve en San Lorenzo y San Vicente, quienes mostraron alegra en-
20 d e a g o s t o
543
~~
BIENES Y NECESIDAD DE LA FE
544
Santo
Toms
de
Aquino
2 1 de a gos t o
545
546
Santo Toms
de
Aquino
22 de agosto
EFECTOS DE LA FE
2 2 de a g o s t o
547
548
Santo. T o m s
de A q u i n
2 3 de a g o s t o
549
la caridad, en cuanto alguno, esperando ser recompensado por Dios, es inducido a amarle y
observar sus preceptos. Pero segn el orden de
la perfeccin, la caridad es anterior naturalmente; por lo cual desde el momento en que existe
la caridad, la esperanza se torna ms perfecta,
porque uno espera ms de los amigos. En este
sentido dice San Ambrosio que "la esperanza proviene de la caridad".
IV. La esperanza tiene certeza, porque la esperanza es la expectacin cierta de la bienaventuranza futura, como dice el Maestro 2 i . Lo cual
puede tomarse de aquello que dice el Apstol:
Porque s a quin he credo, y estoy cierto de que
es poderoso para guardar mi depsito (II Tim.,
I, 12).
Ciertamente no podemos saber con certeza, en
esta vida, si poseemos la gracia. Mas la esperanza
no se basa principalmente en la gracia ya recibida, sino en la omnipotencia y misericordia divinas, por las que, aun . aqul que no posee., la
gracia, puede conseguirla %y llegar'as'a J a vida,
eterna. Mas de laomnipotencia jde Dios y de su*
misericordia est cierto todo aquel que posee
la fe. El que algunos, teniendo esperanza, se.vean
faltos de la consecucin de lL bienaventuranza,
sucede por defecto del libre albedro que les pone
el obstculo .del pecado, pero no por defctcc del
poder diviAb o misericordia en que se apoya Ta
esperanza. Por consiguiente, esto no perjudica a la
certeza de la esperanza.
. (2a 2 ae , q. XVII, a. 2, 6, 8; q. XVIII, a. 4.)
550
Santo Toms
de
Aquino
24 de agosto
EXCELENCIA DE LA CARIDAD
24 d e
agosto
551
552
Santo Toms
de
Aquino
25 d e a g o s t o
553
esencia son los primeros principios de la sabidura, que son los artculos de la fe, y por esto
la fe se llama principio de la sabidura.
Pero en cuanto al efecto, el pribcipio de la
sabidura es la operacin por donde ella comienza, y de este modo el temor de Dios es el principio de la sabidura; sin embargo, uno es el temor
servil y otro el filial. Porque el temor servil es
como principio que dispone exteriormente a la
sabidura, en cuanto uno se aparta del pecado
por temor del castigo, y se hace apto, por esto,
para el efecto de la sabidura, segn aquello del
' Eclesistico: El temor de Dios expele el pecado.
(I, 27.)
El temor casto o filial es principio de la sabidura, como primer efecto de ella. Pues perteneciendo a la sabidura el que la vida humana se
regule segn las razones divinas, es necesario tomar por principio que el hombre tema a Dios y
se someta a l. Porque de este modo se regular .
en todo segn Dios.
Respecto a lo que se dice en el libro de Job
(XXVIII, 28): El temor del Seor, sa es la sabidura, debe entenderse en el sentido de que el
temor de Dios se compara a toda la Vida humana
regulada por la sabidura de Dios, como la raz
al rbol. Por eso: La raz de la sabidura es temeri
al Seor; y sus ramas son de larga duracin.
(Eccli., I, 25.) En consecuencia, as como se dice
que la raz es virtualmente todo el rbol, tambin se dice que el temor de Dios es la sabidura.
II. Al temor corresponde propiamente la pobreza de espritu. Pues perteneciendo al temor
filial manifestar respeto a Dios y estarle sometido, aquello que es consecuencia de esta sumisin
554
Santo Toms
de
Aquino
''"'.:'?'.
26 d e
agosto
555
556
Santo Toms
de
Aquino
divina y la imite, virtudes que, ciertamente, decimos son propias de los bienaventurados o de
algunos muy perfectos en esta vida.
(2a 2 ae , q. LXI, a. 4, 5.)
27 de agosto
LA PRUDENCIA
2? d e a g o s t o
55?
558
Santo Toms
de
Aquino
de las presentes y previsin de las futuras 2'2. Porque la prudencia versa acerca de las acciones
particulares, es necesario tomar los principios del
mismo gnero, a fin de que la persona prudente
razone rectamente sobre las cosas que es necesario
obrar, por la experiencia de otros hechos. Por
consiguiente, necesita de la experiencia y del
tiempo, a fin de prever las cosas futuras por )
aqullas que existieron y que retiene en la me- i
mora, y por las cosas que al presente contempla l
la inteligencia; pues por la memoria evoca el j
nimo las cosas que fueron; por la inteligencia [
contempla las que son, y por la previsin se ve
una cosa futura antes de realizarse.
(3, Disl., XXIII, q. III, a. 1.) :
28 de agosto
LA JUSTICIA
28 d e
agosto
559
560
Santo Toms
sino tambin con relacin a otros; y as la justicia es en cierto modo el bien de otro. Por eso
dice el Filsofo: "Es necesario que sean las mayores virtudes las que,son ms tiles a los otros;
porque la virtud es potencia bienhechora; y por
eso se honra ms a los fuertes y a los justos"24.
(2a. 2 ae , q. LVIII, a. 12; I a . 2 ae , q. LXVI, a. 4.)
III. Los preceptos del Declogo son preceptos
de justicia.
Los preceptos del Declogo son los primeros
principios de la ley, y a los cuales asiente desde
luego la razn natural, como a principios evidentsimos. Ahora bien, la razn de dbito, que
se requiere para el precepto, aparece en la justicia que se refiere a otro; porque en las cosas
que ataen a s propio, concese a primera vista
que el hombre es dueo de s mismo, y que le es.
lcito hacer lo que quisiere; pero en las que ataen a otro, es notorio que el hombre est obliga-
do a darle lo que le debe; por eso fu necesario
que los preceptos del Declogo perteneciesen a ;
:1a-Justicia; -As, pues, los tres primeros preceptos |
^^ ; e*fieren a los actos de religin, que es la parte ?
ms -principal de la justicia; el cuarto precepto;,
.tiene por objeto los actos de piedad, que es parte i
secundaria de la justicia; y los otros seis se dan;
acerca de los actos de la justicia tomada en geiS,
neral, que se considera entre los iguales.
(2a 2 ae , q. CXXII, a. l.)
2 9 de
de A q u i n o
agosto
561
29 de agosto
LA FORTALEZA
562
Santo Toms
de
29 de
Aquino
la muerte es principalmente el ms terrible, porque quita todos los bienes corporales. Por consiguiente, la virtud de la fortaleza es acerca de los
peligros de muerte.
As, pues, la fortaleza consiste en que el hombre no retroceda del bien de la virtud ante los
peligros de la muerte que parecen amenazarle
por seguir algn bien, por ejemplo: cuando u n
juez, o tambin una persona privada, no se aparta de un juicio justo por temor de la espada que
le amenaza, o de cualquier otro peligro, aunque
sea mortal; o cuando un hombre, por amor a la
virtud, soporta el peligro de cualquier muerte;
tal es el caso en que uno no se retrae de prestar
sus obsequios al amigo enfermo por temor de un
contagio mortal, o en que no rehusa emprender
un viaje en pro de algn negocio piadoso por
temor de un naufragio o de ladrones. Porque los.
mrtires sufren ataques personales por el sumo
bien, que es Dios, y por eso es recomendada su
fortaleza.
(2a 2ae, q. GXXIII, a. 2 ; 4.y 5.)
Mas aunq.ue la fortaleza se d principaljente
contra las molestias de la muerte, tambin s da,:
no obstante, secundariamente contra todas lasj!
otras molestias, pues el fuerte en todas, las cosas?
se conduce bien.
;s
(3, Dist., 33, q. II, a. 3.);
III. El acto principal de la fortaleza no es'
acometer cosas difciles, sino ms bien resistirlas^
esto es, permanecer inmutable en los peligros, sin:
la perturbacin del temor inmoderado, pues es!
ms difcil resistir que acometer: I o , porque el*
resistir supone un ataque de otro ms fuerte qu
agosto
563
564
Santo Toms
de
Aquino
30 d e a g o s t o
por eso el hombre es ms propenso a ser manchado por ellas. En consecuencia, la hermosura
se atribuye principalmente a la templanza, que
destruye principalmente estas torpezas del hombre y rechaza los vicios ms afrentosos.
(2a 2 ae , q. CXLI, a. 2, ad. 3um.)
31 de agosto
LA VIRTUD DE RELIGIN
565
27
566
Santo
Toms
de
31 d e
Aquino
agosto
567
I. La devocin.
La palabra devocin se deriva de devorendo,
votar o consagrar por voto; por lo cual se 11a28 De civit. Dei, lib. X, cap. 5.
568
Santo Toms
de
Aquino
man devotos los que en cierto modo se consagran a Dios, para estarle totalmente sometidos.
Por consiguiente, la devocin no parece ser otra
cosa que cierta voluntad de entregarse prontamente a las cosas que pertenecen al servicio de.
Dios. Por eso se dice en el xodo:. Luego que
sali toda la multitud de los hijos de Israel. . .
ofrecieron al Seor con voluntad muy pronta y
devota las primicias. (XXXV, 20, 21.)
La devocin es un acto de religin. Porque a
la misma virtud pertenece querer hacer algo
y tener la voluntad pronta para hacerlo, pues
ambos actos tienen el mismo objeto. Pero es
evidente que el hacer lo que pertenece al culto
o servicio divino es propio de la virtud de la
religin; luego tambin pertenece a ella la voluntad pronta para ejecutar estas cosas, lo cual
es ser devoto.
La devocin} empero, no es acto de caridad,
porque pertenece inmediatamente a la caridad
que el hombre se entregue por s mismo a Dios
adhirindose a l mediante cierta unin del espritu; mas que el hombre se entregue por s '
mismo a Dios para algunas obras del culto divino pertenece inmediatamente a la religin, y
mediatamente a la caridad, que es el principio
de la religin.
i
Ciertamente parece que la devocin debe pre- -;
ceder a la caridad, porque la caridad en las Es- -.^
crituras es simbolizada por el fuego, mas la de- -i
vocin lo es por la grasa que es incentivo deis
fuego. Sin embargo, no constituye acto de cari':
dad. Porque la grasitud corporal se produce por-f
el calor natural digestivo, y este mismo calor n?
tural la tiene como su nutrimento. Asimismo la/.
caridad causa la devocin, en cuanto por amo;
19 d e s e p t i e m b r e
569
se hace uno pronto para servir al amigo; y tambin se nutre la caridad por la devocin, del
mismo modo que toda amistad se conserva y acrecienta por el ejercicio y meditacin de las obras
amigables.
(2a 2 ae , q. LXXXII, a. 1, 2.)
II. La Oracin.
La oracin es acto de religin. Suba derecha
mi oracin como un perfume, (PsaL, GXL, 2.)
A la religin pertenece propiamente dar culto
y veneracin a Dios; y por consiguiente todas
aquellas cosas por las que se da veneracin a
Dios pertenecen a la religin. Por la oracin,
pues, presta el hombre reverencia a Dios, en
cuanto se somete a l y reconoce, al pedirle, que
necesita de l, como autor de sus bienes. Resulta
evidente, entonces, que la oracin es propiamente, un acto de religin.
Si se. dijere que pertenece a la religin el que
uno d a la naturaleza divina culto y ceremonia,
pero que la oracin no parece que d algo a
Dios, sino que ms bien le pidiera algo para obtenerlo, debe responderse que el hombre, al orar,
entrega su alma a Dios, la que somete a l por
respeto y en cierto modo presenta. Por lo tanto,
as como el alma humana es superior a los miembros exteriores o corporales, y a las cosas exteriores, que se aplican al culto divino, as tambin
la oracin aventaja a los otros actos de religin.
La voluntad mueve las dems potencias del
alma hacia su fin; y por lo tanto la religin, que
reside en la voluntad, ordena los actos de las
otras potencias a la reverencia de Dios. Mas entre
las otras potencias del alma, el entendimiento es
la ms elevada y ms prxima a la voluntad; por
570
Santo. T o m s
de
Aquino
2 de s e p t i e m b r e
571
3 de s e p t i e m b r e
572
Santo Toms
de
se entrega a Dios, y de ella procede per se la delectacin, segn aquello del Salmo (LXXVI, 4):
Me acord de Dios, y me deleit. Pero accidentalmente esta consideracin causa cierta tristeza
en quienes todava no gozan plenamente de Dios,
como dice el Profeta: Sedienta est mi.alma del
Dios fuente viva 31, y despus sigue: Mis lgrimas
fueron para mi panes. (Psal., XLI, 3,4.)
La consideracin de los defectos propios ocasiona secundariamente la devocin; porque esta
consideracin pertenece al trmino, del que el
hombre se separa por el movimiento .de la vo-'
luntad devota para que ya no exista en s mismo, |
sino que se someta a Dios. Esta consideracin esi
de ndole opuesta a la primera; porque le es n-|
tural producir per se la tristeza, al pensar en lpsl
propios defectos, pero accidentalmente causa ale-J
gra, por la esperanza en el auxilio divino.
|
Y de este- modo se evidencia que el deleite!
sigue de por s y "primariamente a la devocin!
pero secundaria y accidentalmente sigue la triij
teza, que es segn.Dios.
1
.
'
-.-*-
573
Aquino
(2a2aV<7- LXXXII, a. 3, 4
3 de septiembre
MODO DE ORAR
574
Santo
Toms
de
4 de s e p t i e m b r e
Aquino
575
4 de septiembre
DEBE ORARSE SIN INTERMISIN
576
Santo
Toms
de
Aquino
4 de s e p t i e m b r e
577
578
Santo Toms
de
Aquino
6 de S e p t i e m b r e
579
6 de septiembre
NECESIDAD DE LA HUMILDAD
580
Santo Toms
de A q u i n o
7 de s e p t i e m b r e
581
582
S a n t o T o m s de
8 de s e p t i e m b r e
Aquino
mo, sino tambin lo que de Dios hay en cualquier otro, pero no en la misma reverencia que
prestamos a Dios. Por consiguiente la humildad
nos manda someternos a todos los prjimos por
Dios, segn aquello: Someteos, pues, a toda humana criatura, y esto por Dios. (I Petr., II, 13.)
Sin embargo, a solo Dios debemos ofrecer el
culto de latra.
La humildad, como las dems virtudes, reside
principalmente en el interior, en el alma. Por
eso puede el hombre con un acto interior del
alma someterse a otro, sin dar ocasin por esto a
alguna cosa que pueda poner en peligro la salvacin de ese otro. Esto es lo que dice Sari Agustn en su Regla: "Con temor ante Dios prostrnese el prelado a vuestros pies" 36. Mas en los
actos exteriores de humildad, as como en los
actos de las dems virtudes, debe guardarse la
debida moderacin para no perjudicar al prjimo. Por eso adverta San Agustn: "No sea que i
al observar con exceso la humildad, se- quebran-;
te la autoridad necesaria para gobernar."
(2* 2 ae , q. CLXI, a. i.f
8 de septiembre-
.-,
583
IV. Por los justos, pues los escuchas en sus plegarias, los libras en las tentaciones, y les acrecientas la gracia por las virtudes.
V. Por las mujeres, porque las libras de sus
enemigos. En efecto, a causa del pecado eran
retenidas por el diablo, y despreciadas por Dios;
mas la : Bienaventurada Virgen las libr de los
enemigos, ya que Cristo, * su hijo, destruy al
d i a b l o .
* *
.i
584
Santo
Toms
de
Aquino
9 de s e p t i e m b r e
585
586
Santo Toms
de
Aquino
I. La paciencia es necesaria.
Las virtudes morales se ordenan al bien, en
cuanto conservan el bien de la razn contra los
10 d e s e p t i e m b r e
587
mpetus de las pasiones; y entre las dems pasiones, la tristeza es eficaz para impedir el bien
de la razn, segn aquello: La tristeza del siglo
engendra muerte. (II Cor., VII, 10.) Y en el
Eclesistico se lee: A muchos mat la tristeza, y
no hay utilidad en ella (XXX, 25). Por consiguiente, es necesario tener alguna virtud, por la
que se conserve el bien de la razn contra la
tristeza, para que la razn no sucumba por la
tristeza; y esto lo hace la paciencia; por eso dice
San Agustn: "La paciencia del hombre es la
i virtud por la cual soportamos los males con ecua' nimidad, es decir, sin la perturbacin de la
tristeza, para que no abandonemos con nimo
desigual los bienes, por los que lleguemos a cosas
mejores."
II. La paciencia no es la principal de las virtudes.
' ' . . Tanto ms principal y poderosa sera una virtud, cunto ms y ms directamente dirige al
hombre hacia el bien. Pero ms directamente dirigen al hombre hacia el bien las virtudes que
son constitutivas del bien, qu las que son impeditivas de cosas que apartan del bien;' y as
como entre las que son constitutivas del bien es
tanto mejor alguna de ellas cuanto mayor es
el bien en que constituye al hombre, como la fe,
la esperanza y la caridad respecto de la prudencia
y la justicia; as tambin, entre las que son impeditivas de las cosas que retraen del bien, tanto
mejor es alguna, cuanto lo que ella impide aparta
ms del bien.
Ms apartan del bien los peligros de la muerte, que son el objeto de la fortaleza, o los deleites
del tacto, que lo son de la templanza, que todas
588
Santo Toms
de
Aquino
11 d e s e p t i e m b r e
589
11 de septiembre
EL BIEN DE LAS TRIBULACIONES
Nos gloriamos tambin en las tribulaciones, sabiendo que la tribulacin obra paciencia; y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la
esperanza <no trae confusin, porque la caridad de
Dios est difundida en nuestros corazones. (Rom.,
V, 3-5.)
Aqu se muestra la vehemencia de la esperanza, con la que confiamos alcanzar la gloria
de los hijos de Dios. Pues quien vehementemente
espera algo, soporta con gusto aun las cosas difciles y amargas, como el enfermo que espera con
vehemencia la salud bebe gustosamente la medicina amarga para sanar con ella. La seal, de
la esperanza inquebrantable que tenemos por
Cristo es que no slo' nos gloriamos por la esperanza de l gloria futura, sino "tambin de los
males que por ella padecemos. Por eso dice: nos
gloriamos en las tribulaciones, por las cuales llegamos a la gloria, como dice la Escritura: Por
muchas tribulaciones nos es necesario entrar en
el reino de Dios. (Act., XIV, 21.) Tened por
sumo gozoif cuando fuereis envueltos en diversas
tribulaciones. (Jac, I, 2.)
La tribulacin obra paciencia, no porque sea
su causa eficiente, sino porque la tribulacin es
materia y ocasin de ejercitar el acto de paciencia.
La paciencia (engendra) prueba. En el fuego es
probado el oro y la plata. (Eccli., II, 5.) Fcilmente soportamos el dao de alguna cosa, por
amor a lo que amamos. Por consiguiente, si al-
590
Santo Toms
deAquino
11 d e s e p t i e m b r e
591
a Dios, tambin es evidente que Dios ha preparado los bienes eternos a los que le aman.
(In Rom., V.)
12 de septiembre
LOS PRECEPTOS DE LA CARIDAD
I. Ha sido conveniente que se diera un precepto sobre el amor de caridad, que es el amor a
t Dios.
El fin de la vida espiritual es que el hombre
se una a Dios, lo cual se verifica por la caridad;
y a esto se ordena como a su fin todo lo que
pertenece ^ a la vida espiritual. Por eso dice el
Apstol: El fin del mandamiento es la caridad
de corazn puro, y de buena conciencia, y, de fe
no fingida (I Tim., I,-5); pues todas las virtudes
de cuyos actos se dan preceptos se enderezan a
purificar el corazn de los torbellinos de las pasiones, como las" virtudes qu a ellas se refieren;
o a tener al menos buena conciencia,. como las
virtudes qu se refieren a las^ acqkies; o a tener
una fe recta, como las que pertenecen ai culto
divino; y estas tres cosae se requieren'para amar
a Dios; porque el corazn impuro se aparta del
amor de Dios> por causa de la pasin que lo- inclina a las cosas terrenas; la mala conciencia produce el horror a la justicia divina por temor de
la pena; la fe fingida arrastra el afecto a lo que
se finge acerca de Dios, separndolo de la verdad
de Dios.
Mas en todo gnero lo que es de por s es
anterior a lo que es por otro; y por lo tanto, el
mayor precepto es sobre la caridad.
592
Santo Toms
de
Aquinp
13 d e s e p t i e m b r e
13 de septiembre
CONVENIENCIA DEL PRECEPTO DEL AMOR
AL P R J I M O
Estos dos preceptos acerca de la caridad son suficientes, pues como dice el Apstol: El que ama
a su prjimo, cumpli la ley (Rom., XIII, 8), y
todos los preceptos de la ley, ordenados principalmente al prjimo, parecen tener por objeto
que los hombres se amen mutuamente.
(1^ 2 ae , q. CV, a. 2, ad 1.)
Por consiguiente, segn el Apstol (I Tim.,
I, 5): El fin del mandamiento es la caridad; porque toda la ley tiende a consolidar la amistad,
de los hombres entre s o del hombre con Dios;
y en este concepto toda la ley se encierra en este
nico mandamiento: Amars al prjimo, como
a ti mismo, como en cierto fin de todos los mandamientos; porque en el amor del prjimo se
incluye tambin el amor de Dios, cuando se ama
al prjimo por Dios. Por'eso el Apstol reduce
a este solo los dos preceptos que tienen por objeto el amor de Dios y del prjimo, de los cuales
dice el Seor: De estos dos mandamientos depende toda la ley, y los profetas. (Matth., XXII, 40.)
(1^ 2ae, q. XCIX, a. 1, ad 2um.)
593
fI
I
I
|
|;
i
\
[
\
I|
ne
a
594
Santo Toms
de
14 d e s e p t i e m b r e
Aquino
595
14 de septiembre
MUERTE DE CRUZ
poder.
'
.,
De dos. maneras convena a la causa de la Pasin: 1?-) Por parte de los hombres, pues mora"
por su salvacin; y en efecto, ellos haban perecido, porque estaban arrojados y sepultados en
las cosas terrenas. Resolvieron fijar en tierra sus
ojos. (Psal., XVI, 11.) Quiso, pues, morir alzado,
para elevar nuestros corazones a las cosas celestiales. Y as, de ese modo, l es nuestra senda para
ir al cielo. 2^) Por parte de los demonios, es decir,
para que l, elevado en el aire, abatiese a los que
ejercan en el aire el principado y la potestad.
596
Santo Toms
de
Aquino
15 d e
septiembre
597
598
Santo
Toms
de
16 d e
Aquino
16 de septiembre
NUEVO MANDATO DEL AMOR
septiembre
599
septiembre
As como el estado de la vida presente no permite que el hombre se refiera siempre en acto
a Dios, as tampoco que se refiera en acto a
todos los prjimos en particular, sino que basta
se refiera comnmente a todos en general, y a
cada uno habitualmente y segn la disposicin
del nimo.
Puede, empero, considerarse por relacin al
amor del prjimo como por relacin al amor d
Dios una doble perfeccin: una, en efecto, sin
la cual no puede existir la caridad, es decir, que
el hombre nada debe tener en su corazn que
sea contrario al amor del prjimo; la otra, sin la
cual no es posible encontrarse caridad, puede
600
Santo
Toms
de
Aquino
considerarse de tres modos: 1"?, segn la extensin del amor, es decir, que uno no solamente
ame a los amigos y conocidos, sino tambin a los
extraos y aun a los enemigos, pues esto, como
dice San Agustn, "es propio de los hijos per-,
fectos de Dios" 37; 2, segn la intensidad, que se
manifiesta por aquellas cosas de que el hombre
se priva por causa del prjimo, hasta el punto de
no tener en nada no slo los bienes exteriores,
sino tambin las aflicciones corporales y aun
la misma muerte, segn aquello: Ninguno tiene mayor amor que ste, que es poner su vida
por sus amigos (Joan., XV, 13); 3 o , en cuanto
al efecto del amor, es decir, que el hombre sacri-.
fique por sus prjimos no slo los beneficios
temporales, sino tambin los espirituales y aun
a s mismo, segn aquello: Yo de buena gana
dar lo mo, y me dar a m mismo por vuestras
almas. (II Cor., XII, 15.)
..
(2* 2 ae , q. CLXXXIV, a. 2, ad 3um.)
18' de septiembre
ATRACCIN ) E LOS ENEMIGOS
cap. 73.
17 d e
septiembre
601
602
Santo
Toms
de
19 d e s e p t i e m b r e
Aquino
'
603
604
Santo Toms
de
Aquino
20 d e
septiembre
605
606
Santo Toms
de A q u i n o
21 d e
septiembre
607
608
Santo
Toms
de
Aquino
22 de septiembre
EL AMOR A DIOS
2 2 de s e p t i e m b r e
609
I. Este precepto se encuentra expresado diversamente en distintos lugares de la Sagrada Escritura. Porque en el Deuteronomio (VI, 5) se ponen tres cosas: con todo tu corazn, y con toda
tu alma, y can toda tu fuerza. En San Mateo
(XXII, 37) se ponen dos de aqullas: de todo
tu corazn, y de toda tu alma, y se omite con
toda tu fuerza; pero en cambio se aade: y de
todo tu entendimiento. Pero en San Marcos se
ponen cuatro: de todo tu corazn, y de toda tu
alma, y de todo tu entendimiento, y de todas tus
fuerzas (XII, 30), que es lo mismo que fortaleza;
/ y estas cuatro se expresan tambin en San Lucas
(X, 27), pero en lugar de fortaleza y virtud, se
pone: con todas tus fuerzas.
II. Es preciso, pues, asignar la razn de estas
cuatro cosas; dado que si en algn lugar se omite
alguna,' es porque la una se "entiende por las
otras. Luego puede considerarse que el amor es
un acto de la voluntad, que aqu se expresa por
el corazn; porque as como el corazn corporal
es el principio de todos los movimientos corpo*
rales, as tambin, la voluntad* y principalmente
respecto a la intencin del fin ltimo que es el
objeto de la caridad, es el principio, de todos los
movimientos espirituales. Y como son tres los
principios de los actos4 que son movidos por la
voluntad, a saber;' el entendimiento significado
por la mente, la' fuerza apetitiva interior, significada por el alma, y la fuerza ejecutiva exterior,
expresada por la fortaleza o virtud o las fuerzas.
Se nos manda, pues, que toda nuestra intencin
se dirija a Dios, lo cual es amarlo con todo el corazn; que nuestro entendimiento se someta a
Dios, lo que es amarlo con toda la mente; que
6 10
Saiuo.Toms
de
A^uino
23
de
septiembre
611
23 de septiembre
CUATRO CONDICIONES NECESARIAS PARA CUMPLIR
EL PRECEPTO DEL AMOR DE DIOS
612
SantoTomsde
Aquino
2 4 de
septiembre
61S
24 de septiembre
DE QU MODO ES POSIBLE TENER CARIDAD PERFECTA
EN ESTA VIDA
I. De dos maneras puede entenderse la perfeccin de la caridad en esta vida: por parte de la
cosa amada, y por parte del que ama.
Por parte de la cosa amada, la caridad es perfecta cuando se ama una cosa en la medida en
, que es amable. Mas Dios es tan digno de amor
cuanto bueno; y, siendo su bondad infinita, es,
por lo mismo, infinitamente digno de ser amado,
y como ninguna criatura puede amarlo infinitamente, puesto que toda virtud creada es finitr
en consecuencia por este modo no puede ser perfecta la caridad de criatura alguna sino nicamente la caridad de Dios, por la que se ama a
s mismo.
II. Por parte del que ama, la caridad es perfecta cuando ama tanto cuanto puede; lo cual
acontece de tres maneras:
1^) Cuando el corazn del hombre, todo entero, est siempre consagrado en acto a Dios; y
sta es la perfeccin de la caridad celestial, que,
no es posible en sta'vida; pues, por la debilidad
de la naturaleza humana, resulta imposible pensar siempre en acto acerca de Dios y ser movido
por amor a l.
2) Cuando el hombre pone todo su empeo
en dedicarse a Dios y a las cosas divinas, omitiendo todas las dems, a no ser aquellas que requiere la necesidad de la vida presente; y sta es la
perfeccin de la caridad que es posible en esta
614
Santo Toms
de
Aquino
25 de-septiembre
615
25 de septiembre
ACRECENTAMIENTO DE LA CARIDAD
616
Santo
Toms
de
25
Aquino
de
septiembre
617
26 de septiembre
TRES GRADOS DE CARIDAD
I Can. Joan.,
tract. 5.
618
Santo
Toms
de
Aquino
27
de
septiembre
619
27 de septiembre
COSAS NECESARIAS PARA ADQUIRIR Y ACRECENTAR
LA CARIDAD
620
S a n t o T o m s de
Aquino
amor". En general, as como los malos pensamientos destruyen la caridad, as los buenos la
adquieren, la nutren y la conservan.
I I . Hay tambin dos condiciones para aumentar la caridad adquirida.
La primera es la separacin de las cosas terrenas. El corazn no puede ser llevado perfectamente a cosas diversas y opuestas; por lo cual
nadie puede amar a Dios y al mundo; y consiguientemente, cuanto ms se aleja nuestra alma
del amor de lo terreno, tanto ms se afirma en el
amor divino. Y as dice San Agustn: "Veneno de f
la caridad es la esperanza de alcanzar o retener
las cosas temporales; su alimento es la disminucin de la codicia, su perfeccin, la negacin de
Ja^cpdicia. Quienquiera, pues, que desee nutrir la
J^cridad, debe esforzarse en disminuir la codicia, i
"lista consiste en un deseo ferviente de alcanzar
u obtener bienes temporales. Comienza a dismi- i
nuir cuando se tiene a Dios, que es el nico que
no puede tenerse sin ser amado. Para ello se han
establecido las rdenes religiosas, en las que se ;
trabaja por desarraigarse de las cosas mundanas y ,1
corruptibles y por elevarse a las divinas. Esto se ;
expresa en estas palabras: Se descubri el sol, que
haba estado antes cubierto de nubes. (II Macab.,
I, 22.).. El sol, es decir, el entendimiento humano,
est cubierto pie nubes cuando se ha dado a las
cosas terrenas^ gro brilla cuando se aleja y a p a r - 1
ta del amor de.'-lo terreno. Porque entonces el
amor resplandece tambin y crece en l."
La segunda condicin, es una paciencia firme,;:
en las adversidades; porque cuando sufrimos cosas pesadas por aqul a quien amamos, el amor
no se destruye, sino que crece. Y por eso los va- ^
27 d e
septiembre
621
622
Santo Toms
de
Aquino
29 d e
septiembre
623
bien increado cuanto ms llena est del bien creado, pues, al conseguirlas y alcanzarlas, goza y se
deleita en ellas. Por consiguiente hemos de abstenernos de stas para tener ansias de aqul. Rehus consolarse mi alma. (Psal., LXXVI, 3.)
San Agustn dice: "Baje la estima de las dems
criaturas para que el Creador endulce el corazn."
(De dilectione Dei. IV.)
29 de septiembre
CAUSAS DEL. AMOR
I. Eres amigo del hombre, porque est presente. Pero Dios tiene mayor ventaja porque est
presente ntimamente, siempre y en todas partes.
El hombre est presente, porque est junto a .
ti; pero Dios est ms presente, porque est dentro de ti, como explica San Agustn: "Est en el:
interior del corazn, pero ste se alej de l."
T
E1 hombre est unas veces prsente y otras ausente por neqesidad, pero Dios nunqjse ausenta de
ti aunque t a veces te ?e|s y te aumentes. San
Agustn agrega: " T estabas dentro y yo fuera;
yo te buscaba afuera, y deforme irrumpa en estas
cosas hermosas que hiciste; conmigo estabas y
yo no estaba contigo."
624
Santo Toms
de
Aquino
2 8 de s e p t i e m b r e
625
Tanto en las cosas naturales como en las morales se distinguen tres condiciones: el fro, lo tibio
y el calor. Lo tibio es un estado medio entre dos
exfremos opuestos. Por lo tibio se pasa del fro
al calor, y as, lo tibio es, a veces, laudable y
bueno como camino y disposicin para producir
el calor,- pero es insuficiente, porque lo fro no
desaparece en l, sino que slo disminuye. Lo
fro es, pues, el estado de pecado sin ningn
rastro de amor; la tibieza es un estado de gracia,
dada gratuitamente; el calor es el estado de gracia santificante, all donde el fro, expulsado con
anterioridad, perece y muere. Tambin por lo
tibio se efecta el paso de lo caliente a lo fro, y
por este lado la tibieza es vituperable, como se
dice en el Apocalipsis: Porque eres tibio...
te
comenzar a vomitar de mi boca. (Apoc, III, 16.)
626
Santo Toms
de
Aquino
En lo caliente existen tres grados: lo simplemente caliente, lo ferviente y lo ardoroso. El calor es el principio, el fervor es el incremento, el
ardor es su complemento.
Existen tres clases de fuego: el carbn en.la
materia terrestre, la llama en la materia area, y
la luz en su materia propia. Por ellas podemos
simbolizar tres ardores diferentes segn tres estados: el de los penitentes, el de los activos y el de
los contemplativos.
I o ) El estado de los penitentes tiene el ardor
del carbn, donde el fuego est en materia te-
rrestre: Cuando limpiare el Seor las manchas :\
de las hijas de Sin, y lavare la sangre de medio ;
Jerusaln con espritu de justicia, y con espritu j'
de ardor. (Is.., IV, 4.) Pero en este estado de peni-;
tencia se encuentran algunos tibios5 pocos con
. calor, muy pocos fervorosos y poqusimos ar-:
-dientes.
*
vi
2^) El estado- de los que progresan en el cami^
n de las buenas obras tiene el ardor de llama,
que tiende ms hacia arriba, -y naciendo delj
carbn, en parte es ms noble en la materia y ms!
brillante en la forma. En este estado encontrar!
que no todos son ardientes, hay tambin alguno'
tibios, pocos fervorosos y rarsimos ardientes. Tie';
nes ejemplo en aqullos que decan: Por veniui
no arda nuestro corazn dentro de nosotros^
cuando en el camino nos hablaba, y nos explicaba:,
las Escrituras? (Luc, XXIV, 32.) Considera qui^1
nes son los caminantes y por qu causas ardan*
Advierte en ellos dos cosas: el movimiento y
accin.
En su movimiento considera cuatro cosas: Ib
dos juntos; sociedad de concordia en el nmero,
son dos discpulos y no maestros; caminaba!
29 de s e p t i e m b r e
627
628
Santo
Toms
7 de
de A q u i n o
A L G U N A S F I E S T A S DE O C T U B R E
7 de octubre
FIESTA DEL SANTSIMO ROSARIO
octubre
629
630
Santo Toms
de
Aquino
naturaleza humana; por lo cual dice San Agustn 41; "La liberacin del hombre debi manifestarse en uno y otro sexo; luego, puesto que con :
vena que Cristo tomase el sexo del hombre, que
es el ms noble, convena que la liberacin del
sexo femenino se manifestase en haber nacido de
una mujer." Mas, para que no pareciese que era
despreciado el sexo femenino, fu conveniente
que tomase carne de la mujer. Por eso aconseja
San Agustn: "Varones, no os despreciis a vosotros mismos; el Hijo de Dios tom forma de
varn. Mujeres, no os despreciis a vosotras
mismas; el Hijo de Dios naci de mujer" 42.
2?) De este modo se completa toda la diversidad de la generacin humana; pues el primer
hombre fu hecho del barro de la tierra, sin varn y sin mujer; Eva fu hecha del varn sin la
mujer, mas los .dems nacen de hombre y de
:."i,'* v^nhijer.' Por consiguiente, quedaba este cuarto
modo propio de Cristo, cual era el nacer de mu- ;
jer, sin varn.
. '
(3*, q. XXXI, a. 4.) .;
II. La Bienaventurada Virgen Mara es Ma- '
dre de Dios.
Concebir y nacer se atribuye a la persona. Luego, como la persona divina en el principio mismo ;
de la concepcin tom naturaleza humana, se;;
sigue que puede decirse verdaderamente que Dios |
fu concebido y naci de la Virgen. Mas una ,
mujer se llama madre de alguno por haberlo con-'..;
cebido y engendrado; por lo cual sigese que la {
41 Lile 83 Quaest., q. 11.
42
De agone christiano, c. 11.
7 de
octubre
631
632
Santo
Toms
de
16 d e
Aqu ino
16 de octubre
i
3 De natur.
et grat., c. 36.
633
octubre
16 d e
634
Santo Toms
de
Aquino
octubre
635
636
Santo Toms
de
1? d e o c t u b r e
Aquino
637
1? de octubre
EFECTOS DEL AMOR
nto Toms
638
de
2 de o c t u b r e
Aquino
2 de octubfe
",
i
639
640
Santo Toms
de
Aquino
abandona al hombre segn el orden de su Providencia, en cuanto permite que ste padezca algn defecto, ya de pena, ya de culpa. Del mismo
modo, pues, debe decirse que el ngel custodio
nunca abandona totalmente al hombre, sino slo
en parte, a veces, no impidindole sufrir alguna
tribulacin o aun caer en pecado, segn el orden
de los juicios divinos.
4o) Los ngeles no se duelen ni de los pecados ni de las penas de los hombres; porque la
tristeza y el dolor no provienen sino de las cosas
que son contrarias a la voluntad; pero nada acaece en el mundo que sea contrario a la voluntad de
los ngeles y dems bienaventurados porcfue la
voluntad de ellos est totalmente identificada
con el orden de la justicia divina; y nada sucede
en el mundo que no sea hecho o permitido por
ella. Por lo tanto, absolutamente hablando, nada
se hace en el mundo ."contra la voluntad de los
bienaventurados. As, pues, los ngeles, universal
y absolutamente hablando, no quieren que los ;
hombres pequen ni sufran; quieren, sin. embar- ;'"
go, que se, guarde en esto el orden de la divina
justicia, segn el cual algunos sufren castigos y :
caen en el pecado.
' i,
. .-
(1*. q. CXIII, a. 4-7.){
3 de octubre
LA SEAL DEL VERDADERO AMOR
I. Quien tiene mis mandamientos, y los guaf-da, aqul es el que me ama. (Joan., XIV, 21.)
El verdadero amor es aquel que se manifiesfc,
y prueba con obras; pues el amor se da a conoce.
3 de
octubre
641
perseve-
642
Santo
Toms
de
Aquino
LA VIDA
UNITIVA
4 de octubre
AMISTAD ENTRE DIOS Y EL HOMBRE POR LA CARIDAD
644
Santo Toms
de
5 de o c t u b r e
Aquino
esta comunicacin es la caridad. Luego es evidente que la caridad es una amistad del hombre con
Dios.
II. Por la caridad convivimos con Dios como,
con un amigo. Pues nada es tan propio de la
amistad como convivir con el amigo. En el hombre hay dos clases de vida; una exterior, segn su
naturaleza sensible y corporal, y por ella tenemos
comunicacin o trato con Dios y los ngeles; otra
es la vida espiritual del hombre segn su alma,
y por ella tenemos comunicacin con Dios y con
los ngeles, imperfectamente en el estado presente, como dice el Apstol: Nuestra morada est en
los cielos (Phil., III, 20); pero esta comunicacin se perfeccionar en la patria, cuando sus
siervos le servirn, y vern su cara. ' (Apoc,
XXII, 3, 4.)
.-..
III. Pero el que se tenga caridad tambin para
con los enemigos; quienes no pagan amor con
amor, conforme a las palabras.del Seor: Amad' a vuestros enemigos (Matth., V, 44), se explica!
porque cundo alguien tiene afftistad hacia a ] |
gn hombre., ama por razn de l a todos- los q
a l pertenecen, sean hijos o siervos, y a todos l o |
que de cualquier- modo le .ataen; y tanto pued^
ser el amor del amigo que por ste se "amen 1"*
que pertenecen al amigo, aunque nos ofendan-^
nos odien. De este modo la amistad de la candase extiende tambin a los enemigos, a quieri,
amamos por el amor a Dios, al cual se refie^
principalmente la amistad d la caridad.
~
ae
(2^ 2 , q. XXIII, a: %
645
5 de octubre
UNIN CON DIOS POR MEDIO DEL AMOR
646
Santo
Toms
de
Aquino
6 de
octubre
647
6 de octubre
ADMIRABLE PRIVILEGIO DEL AMOR
648
Santo
Toms
de
7 de
Aquino
octubre
649
30, In
Evang.
650
Santo
Toms
de
7 de
Aquino
651
ver a Dios: Por tus mandamientos (es decir, observados por m) he tenido inteligencia. (PsaL,
CXVIII, 104.)
II. Tres condiciones obran la manifestacin
de Dios al hombre:
I o ) El amor divino, y en cuanto a esto dice:
Mi Padre le amar. Amar, en futuro, en cuanto
al efecto del amor, aunque este amor sea eterno
en cuanto a la voluntad de hacer el bien.
2o) La visita divina, y en cuanto a esto dice:
y vendremos a l. Pero viene a alguno en cuanto
que est en l de una manera nueva, segn la
cual antes no estaba, a saber, por un efecto de
la gracia, y por este efecto de la gracia hace que
nos acerquemos a l.
Mas de tres modos viene Dios a nosotros, y
de otros tantos vamos nosotros a l. Viene a
nosotros llenndonos con sus efectos, y nosotros
vamos a l tomando esos efectos. Viene ilustran- '..".
donos, y nosotros vamos a l considerando. Viene.. ]
ayudando, y nosotros vamos a l*obedeciendo,-:'"
porque ni siquiera podemos obedecer sin la ayu- *
da de.Cristo.
:$f
39^ P a r a l a manifestacin de Dios es necesaria^
la perseverancia e n esas d o s condiciones, es d e c i r , |
en el a m o r a Dios y en su visita, y e n c u a n t o a |
ello dice: haremos morada en l. E n esas pa-ri
labras seala dos cosas: l a firmeza de l a ad*
hesin a Dios, con l a voz morada; pues Dios vien%|
a algunos p o r la fe, pero n o mora, porque #
tiempo creen, y en el tiempo de la tentacin^
vuelven atrs (Luc, VIII, 13); y a otros viene/
por la compuncin del pecado, pero no se qued
con ellos, porque vuelven a los pecados. En carflf
bio, en sus predestinados permanece siempre. Er|
octubre
8 de octubre
LA SENDA PARA ENCONTRAR A JESS
652
Santo
Toms
de
Aquino
'cx>ra;ii^".
8 de
octubre
653
654
Santo Toms
de
Aquino
9 de o c t u b r e
655
656
Santo Toms
de
Aquino
Gzaos siempre en el Seor; otra vez digo, gzaos. Vuestra modestia sea manifiesta a todos los
hombres. El Seor est cerca. (Phil., IV, 4, 5.)
I. Es necesario a quien desea progresar en la
virtud tener el gozo espiritual: El corazn alegre
hace la edad florida. (Prov., XVII, 22.) El Apstol seala aqu cuatro condiciones del verdadero
gozo:
I o ) Debe ser recto, y posee esta, cualidad cuans
do el motivo del gozo es el bien propio del h o m |
bre, que no es una cosa creada, sino Dios: A n
bueno ~me es apegarme a Dios. (Psal., LXXII
. 28.) Es recto cuando es en el Seor, y por eso dice
en el Seor.
...
^
' 2^) Continuo. Por eso, dice: siempre. Eso tien;'
lugar cuando no es interrumpido por el pecada
pues entonces es continuo. Algunas veces es*irifs
rrumpido por la tristeza temporal, lo cual es s
nal de la imperfeccin del gozo. Pues cuando *'
alegra es perfecta, es sin interrupcin, porque t;
se preocupa de si dura poco. Por eso agrega
siempre.
''>
3o) Mltiple; pues si gozas de Dios, debes al
grarte de su Encarnacin. Por eso dice el Ev,%
gelio: Os anuncio un grande gozo, que ser a to.
10 d e
octubre
657
658
Santo Toms
de
Aquino
11 de octubre
LA PAZ
Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guarde vuestros corazones, y vuestros sentimientos en Jesucristo. (Phil., IV, 7.)
I. La paz, segn San Agustn, es la tranquilidad del orden, y la perturbacin del orden es la
destruccin de la paz. Esa tranquilidad del orden
puede considerarse de tres maneras, y por eso
dice: La paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros
sentimientos.
I o ) En cuanto reside en el principio del orden,!
es decir, en Dios. De esta profundidad en qufirijf
est la paz se deriva sta, primeramente y cori:j|
ms perfeccin, a los bienaventurados, en los que^l
no hay perturbacin alguna, ni de culpa ni deJ
pena, y c'djisiguientemente desciende basta l o | |
varones santos. Y cuanto ms sano es uno, meno|
padece las perturbaciones en el alma: Mucha pai
para los que aman tu ley (PsaL, CXVIII, 165JI
pero es, perfecta en los bienaventurados. Com?
nuestrS, orasn no puede estar al abrigo de 'totp
perturbacin sin la ayuda de Dios, es menst|
que esta paz la haga l; por eso se dice: de Diu
Y porque est' consideracin de la paz en
principio, que es Dios^ sobrepasa todo entcnt
miento creado, se ponen estas palabras: habi
una luz inaccesible. (I Tim., VI,. 16.) La paz d |
cielo sobrepasa al entendimiento de los ngele|
pero la que est en los santos, en esta vida, sobr|
pasa a todo entendimiento humano de los qP|
11 d e
octubre
659
660
Santo
Toms
de
Aquino
el principio y el fin de todos los bienes espirituales, el Apstol incluye, como entre dos extremos,
el deseo de todo bien que pueda sobrevenirles. El
Seor dar la gracia y la gloria. (Psal., LXXXIII,
12.)
(In Gal., I.)
12 de octubre
12 d e
661
octubre
13 d e
Santo Toms
de
octubre
663
Aquino
13 de octubre
EXCELENCIA DE LA VIDA CONTEMPLATIVA
664
S a n t o T o m s de
Aquino
14 d e o c t u b r e
I. Como la bienaventuranza denota cierta ltima perfeccin, es menester considerar la bienaventuranza diversamente, segn los grados diver- >
sos de perfeccin que se alcanza.
Porque en Dios est la bienaventuranza por ;
esencia, como que su mismo ser es su operacin, f
pues no goza de otra cosa que de s mismo
y&
En los ngeles la bienaventuranza es su ltima |
perfeccin, mediante cierta operacin por la que:se unen al bien increado, y esa operacin-es. en '
ellos nica y sempiterna.
Pero en los hombres, segn el estado de la vida fT
presente, es la ltima perfeccin, alcanzada por |
medio de una operacin que los une a Dios; ope- ',^
racin que ni puede ser sempiterna ni continua, :$,
y, por consiguiente, tampoco nica, puesto que ^
se pluraliza por las interrupciones; de aqu qu f
el hombre no pueda obtener la beatitud perfecta .
en el estado de su vida actual. Pero Dios nos pro-'
* 9 De Verbis Domini, loe. cit.
50 Topic, lib. III, cap. 2.
665
mete la bienaventuranza perfecta para cuando estemos como los ngeles en los cielos. (Marc, XII,
25.) Entonces la mente del hombre se unir a
Dios en aquel estado de bienaventuranza con
una sola, continua, y sempiterna operacin. Mas
en la vida presente distamos tanto de la perfecta
bienaventuranza cuanto nos falta para persistir
en la unidad y continuidad de tal operacin. Cabe, no obstante, alguna participacin de esa
bienaventuranza, y habr tanta ms razn de
ella cuanto ms continua y nica sea la operacin.
Por ese motivo, en la vida activa, ocupada en
/ mltiples cosas, se da menos razn de bienaventuranza que en la vida contemplativa, que se concreta a una sola, la contemplacin de la verdad;
pues aun cuando alguna vez el hombre no ejercite actualmente esta operacin, siempre puede-,
no obstante, practicarla, al tenerla constantemente a la vista. Y como hasta, la misma cesacigr
(por causa o razn "del sueft) o de alguna 'operacin natural) la ordena a la antedicha operacin, parece que sta fuera continua.
' , ' .
(I a 2 ae , q. III, a. 2 ad 4um.)
II. La vida con'Dios o contemplacin tiene
delectacin.
* '.*
La contemplacin puede ser deleitable por razn de la misma operacin, puesto que a cada
uno resulta deleitable la operacin que le conviene segn su propia naturaleza. Es tambin
deleitable por razn del objeto, en cunto alguno
contempla la cosa amada; como sucede tambin
en la visin corporal, que se hace agradable, no
slo porque el ver mismo es cosa agradable, sino
tambin porque uno ve a la persona amada.
Consistiendo, pues, la vida contemplativa prin-
666
15 d e
s^^toJT^m^d^^J^
' -]ffl
.i
octubre
667
668
Santo Toms
16 de octubre
OBJETO DE LA CONTEMPLACIN
16 d e o c t u b r e
de Aquino
669
>
'".'
- _ '.._ '..;'.',-,"....:? j
Santo
670
Toms
de
17 d e o c t u b r e
Aquino
*
EL MAN ESCONDIDO i
(Apocy^
" '
*8
671
672
Santo Toms
de
18 d e o c t u b r e
Aquino
Debe recoger cuanto sea suficiente. Algunos recogen poco, porque oran y meditan poco. Otros
recogen demasiado. Por eso se dice en los Proverbios: Hallaste miel, come cuanto te basta.
(Prov., XXV, 16.)
_E1 lugar en que se encuentra el man es la
soledad. La llevar al desierto, y le hablar al
corazn. (Os., II, 14.) Pero no se encuentra en
la ciudad.
Adems, el man se encontraba por la maana;
frecuentemente por la maana se da la devocin
en la oracin. En la maana me pondr en tu
presencia y ver. (Psal., V, 5.) Los que de maana
velaren a m, me hallarn. (Prov., VIII, 17.)
Se da asimismo a los que salieron de Egipto, y
la devocin a los salidos del pecado.
Algunos encuentran dulce al Seor nicamente
en la oracin; otros, slo en la lectura; otros nicamente en la celebracin de la santa Misa. Pero
los perfectos lo encuentran dulce y suave en todo,
en los ayunos y disciplinas, en la enfermedad y
en la pobreza, segn lo que dice el Eclesistico
(XXIV, 11): En todos stos busqu reposo i al>:
modo de la abeja l que extrae miel de casi todas
las flores:. P'or eso dice de stos el Seor: Gerc-3
ronme como abejas, y se enardecieron como- fueg:s
en espinas (Psal., CXVII, 12); porque cuanto-rasjj
gusta el alma de Dios, ms se inflama en su amor $
(In Apoc, II.$
673
18 de octubre
REFECCIN ESPIRITUAL
674
Santo Toms
de
A-quino
19 d e o c t u b r e
675
19 de octubre
SUAVE EXPERIENCIA DE LA BONDAD DIVINA
676
S a n t o T o m s de
20 d e
Aquino
octubre
677
20 de octubre
ADVENIMIENTO DEL CONSUELO DIVINO
678
Santo
Toms
de
21 d e
Aquino
octubre
679
21 de octubre
CUATRO MODOS CON QUE LOS DEMONIOS
IMPIDEN LA CONTEMPLACIN
680
Santo Toms
de
Aquino
2 2 de
octubre
681
682
Santo
2 3 de o c t u b r e
T o m s d ^ A q u i n ^
23 de octubre
MODO DE CONOCER LOS SECRETOS DIVINOS
683
EFECTOS DE LA CONTEMPLACIN
Introdjom
684
Santo
Toms
de
24 de
Aquino
- , ' H
octubre
685
25 de octubre
(In Cant.)
: '
686
Santo Toms
de
25 d e o c t u b r e
Aquino
al alma que, cuando quiere volver a su conciencia, encuentra muchas veces haber perdido aquella dulzura que antes posea. Mas cuando el hombre est distrado en su espritu, y no puede gustar
esa dulzura que primero senta, debe entrar en.
lo ntimo de su corazn y buscar a Cristo. La
esposa busca en su lecho, es decir, en su conciencia, y no lo encuentra: En mi lecho, por las noches, busqu al que ama mi alma; le busqu, y no
le hall. Y cuando esto ocurre debe levantarse y
buscar si ha deseado o ejecutado alguna cosa que
hubiere desagradado a Cristo, por lo cual se
siente distrado en la conciencia.
El modo de buscarlo se indica aqu: Me Vevantar, y dar vueltas a la ciudad; por las calles y
por las plazas buscar. (Ibid., 2.) Es decir, entrando en la conciencia, busqu a Cristo y no lo
encontr. Por lo cual, a fin de encontrarlo, buscar todava, me levantar y dar vueltas a la
ciudad, esto es, por un examen actual indagar
en mi conciencia, y por las calles y por las plazas,
es decir, por todos los dichos, deseos y hechos que
ejecut, dije y dese, y ver si he hecho alguno que
le ha desagradado,, y obrando de esta'manera, buscar al que aqi:mi alma. {Ibid., 2.) Porque r 5J|
alguno, despus^de esto, no puede volver a l a dul-$*
_ zura de la contemplacin-, debe pensar que tal vez ;
ha delinquido.en alguna cosa que le impide sentir
la dulzura acostumbrada. Y en consecuencia debe ;
escudriar totalmente la ciudad, esto es, su con-.;'
ciencia.
687
688
Santo
Toms
de
Aquino
26 de octubre
PERFECCIN DE LA VIDA CRISTIANA
26 de o c t u b r e
689
TI. Pero de un modo relativo puede ser llamado perfecto por razn de aquello que se aade
a la vida espiritual. Esto puede demostrarse
evidentemente por las palabras de la Sagrada Escritura. Porque dice el Apstol (Col., III, 14)
que la perfeccin se atribuye principalmente a la
caridad; ya que despus de enumerar muchas
virtudes, como la misericordia, la benignidad, la
humildad, etc., aade otra vez: Mas sobre todo
esto tened caridad, que es el vnculo de la perfeccin, porque en cierto modo ella une a todas
las virtudes en una unidad perfecta.
Pero tambin algunos se llaman perfectos en
atencin al conocimiento de la inteligencia: Antes sed perfectos en un mismo nimo y en un
mismo parecer (I Cor., I, 10); pero, sin embargo,
es considerado como nada el que tiene una ciencia perfecta sin caridad.
Del mismo modo tambin puede alguno ser
. Mamado perfecto segn la paciencia, que contiene
obra perfecta (Jac, I, 4), y segn cualesquiera
otras virtudes.
(De perfectione vitae spir., c. I.)
' 2 7 de octubre
. '
690
S a n t o T o m s de
Aquino
28 d e
octubre
691
28 de octubre
PERFECCIN DE CONSEJO
I. La perfeccin que cae bajo consejo es aqulla que tiende a la semejanza de la perfeccin de
los bienaventurados. Se dice en el Deuteronomio:
Amars al Seor Dios tuya con todo tu corazn,
. y con toda tu alma, y con toda tu fuerza (VI, 5),
, y San Lucas aade: y de todo tu entendimiento
' (X, 27), as el corazn se dirige a la intencin, la
. mente al pensamiento, el alma al afecto, y la fortaleza a la ejecucin. El todo y lo perfecto es
aquello a lo cual nada falta, por consiguiente se
.ama t a Dios de todo corazn, alma> fortaleza y
- mente, cuando no nos falta nada en todas esas
cosas, sino que todo se endereza actualmente a
Dios; pero este modo de amor perfecto no es pro-
pi de los que viven en este mundo, sino de los
bienaventurados^
En aquella cellfal-bienaventuranza el entendimiento /Via voluntad de }a criatura racional
. tienden siempre y- actualmente a Dios, ya que la
. .bienaventuranza cons^te en el goce de Dios; mas
l bienaventuranza no est en. hbito, sino en
acto. Y puesto que la criatura racional ha de
unirse a Dios, verdad suma, como a fin ltimo;
dado que, por otra parte, todo se ordena por
la intencin a ese ltimo fin y, adems, todas
las cosas se ejecutan de acuerdo con l, se sigue
que en aquella perfecta bienaventuranza la criatura racional amar a Dios de todo corazn, ya
que toda su intencin la llevar a Dios en todo
lo que piensa, ama y ejecuta; con todo el enten-
. 692
Santo
Toms
de
Aquino
dimiento, ya que ste siempre tender actualmente a Dios, en una visin continua, y juzgar
todo conforme con su verdad; con toda el alma,
ya que todo su afecto se dirigir a amar a Dios
continuamente y por l a todas las cosas; con
toda fortaleza y con todas las fuerzas, ya que la
razn de todos los actos exteriores ser el amor
de Dios.
II. Aun cuando esta perfeccin de los bienaventurados no nos es posible en esta vida, debemos, sin embargo, estimularnos para realizar
una semejanza de aquella perfeccin, en cuanto
es posible. Y en esto consiste principalmente l
perfeccin de esta vida, a la que nos invitan los
consejos. Porque es evidente que el corazn hu-
mano es arrastrado tanto ms intensamente a
una sola cosa, cuanto ms se aparta de muchas. '
As, pues, el nimo del hombre tanto ms perfectamente es llevado a amar a Dios, cuanto ms J
% *: .*$fe;^partare del afecto a las cosas temporaleas.-*
. '"'"" Por eso dice San Agustn que el veneno d la'"'
caridad es la esperanza de alcanzar-o retener las
cosas temporales; pero, su crecimiento es la dis-, ;
''' minucin, de4 la ambicin, y ta. perfeccin de" la \
misma es carecer de todo deseo de ellas.
- Por consiguiente, todos los consejos con qu
somos invitados! a la perfeccin se ordenan a-M
apartar el corazn del hombre del afecto a las ?,
cosas temporales, para que pueda as dirigirse
ms libremente a Dios, contemplando, amando
y cumpliendo su voluntad.
(De perfectione vitae spir., c. IV, VI.)
_2 9 d e o c t u b r e
693
29 de octubre
LA PERFECCIN CONSISTE EN LOS PRECEPTOS Y NO
EN LOS CONSEJOS
694
Santo Toms
de
Aquino
II. Secundaria e instrumentalmente la perfeccin consiste en los consejos; los cuales, todos, lo
mismo que los preceptos, se ordenan a la caridad, aunque de manera distinta. En efecto, los
otros preceptos se ordenan, por los preceptos de.
la caridad, a remover lo que es contraro a esta
virtud, es decir, aquello con lo que la caridad
es incompatible; al paso que los consejos se ordenan a remover los obstculos de los actos de
la caridad, que sin embargo no la contraran,
como el matrimonio, la ocupacin de los negocios seculares y otras cosas semejantes.
Por eso en las "Conferencias de los Padres"
dice el abad Moiss: "Los ayunos, las vigilias,
la meditacin de las Escrituras, la desnudez y la
privacin de todos los bienes no son la perfeccin, sino instrumentos de ella, ya que en ellos
no consiste el fin de aquella enseanza, sino que ,
por ellos se llega al fin"; y ms arriba haba dicho
que .procurramos por estos grados ascender a'v
la.perfeccin de la caridad.
j;
Ciertamente es de precepto la perfeccin del|,
anior divino, de suerte que de l no se excluye":?
la perfeccin de~ la .patria-," y slo, se evade de la i;
transgresin del precepto "el que de cualquier'
modo alcanza la perfeccin, del amor divino.
El grado nfimo de ese amor consiste en no<
amar nada ms que a l, ni contra l, ni tanto
como a l, de modo que quien faltare a ese grado ,:
de perfeccin de ninguna manera cumplir el
precepto. Pero hay otro grado.de amor-perfecto
que no puede cumplirse en esta vida; quien faltare a l no ser transgresor del precepto. Y as
tampoco quebranta el precepto el que no llega a
29 d e o c t u b r e
695
696
Santo Toms
de
Aquino
30 d e o c t u b r e
697
yf
698
Santo Toms
de
Aquino
31 d e
(I a 2 ae , q. CIX, a. 101
3o) El don de la perseverancia no es objeto d<|
octubre
699
,.... ..<e
5 Tract. 44 m Joan.
1'
LOS
NOVSIMOS
1$ de noviembre
FELICIDAD DE LOS SANTOS
de
noviembre
701
Santo
702
Toms
de
Aquino
2 de noviembre
EL PURGATORIO
Si alguno sobre este fundamento pone oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja..., cul
sea la obra de cada uno el fuego la probar. (I
Cor., III, 12, 13.)
Por el oro se significa la contemplacin de
Dios, como dice San Agustn 56; por la plata, el
amor al prjimo; por las piedras preciosas, las
obras buenas; mas por la madera, el heno y la
paja se significan los pecados veniales que s'mezclan en las obras de los que procuran las cosas
terrenas; porque as como estas cosas se acopian
en la casa y no pertenecen a la substancia del edificio; mas pueden quemarse y permanecer el edi'
ficio; de mismo modo tambin los pecados venia-.1
les se multiplican en el hombre, y queda el edifi*
ci espiritual; por ellos sufre el fuego o de ,1a
tribulacin temporal en est vida o del purgatorio en la otra, pero puede lograr, no obstante, la
salvacin eterna.
""" .
(I a 2 ae , q. LXXXIX, o. II.)-:
*
'
Los pecados veniales, unidos la'caridad, pueden ser consumidos por otra pena; por eso, es una
metfora apropiada la de designarlos porosas ma- O
terias que el fuego consume, y puesto que cuanto
ms grave es u n pecado tanto ms difcilmente'
es expiado, y entre los pecados veniales hay unos
ms graves que otros; por eso convenientemente
se significa su diferencia por la diversidad de las
(4, Dist. 21, q. I, a. 2.)
66 De fide
et operibus,
c. 15.
2 de
noviembre
703
704
Santo Toms
de
Aquino
3 de n o v i e m b r e
705
706
Santo
Toms
de
Aquino
4 de
noviembre
707
708
Santo
T o m s de
Aquino
6 de n o v i e m b r e
709
6 de noviembre
UTILIDAD DE LA FE EN LA RESURRECCIN
DE LOS MUERTOS
710
Santo Toms
de
Aquino
7 de
noviembre
711
.712
S a n t o T o m s de
Aquino
8 de n o v i e m b r e
713
714
Santo Toms
de_Aq_u_in_o
9 de n o v i e m b r e
715
716
Santo
T o m s de
Aquino
Vendr en las nubes del cielo con grande poder y majestad. (Matth., XXIV, 30.) Sobre estas
palabras dice la Glosa; "Con gran poder y majestad han de ver al que no quisieron escuchar
cuando estaba en la humildad, y tanto ms rigurosamente sentirn entonces su virtud cuanto ms
rehusen ahora inclinar la cerviz del corazn ante
su poder." Vendr efectivamente con grande poder, porque las virtudes de los cielos sern conmovidas. (Matth., XXI, 26.) San Gregorio dice: "A
qu llama virtudes de los cielos sino a los ngeles,
a las dominaciones, a las potestades y a los principados, los cuales en la venida del juez aparecern visiblemente ante los ojos, para que enton-
10 d e n o v i e m b r e
717
718
Santo Toms
de
Aquino
11 d e n o v i e m b r e
\;
719
de ese da, porque nos conviene la incertidumbre acerca de la venida del juez, a fin de vivir
cada da como s al da siguiente hubisemos
de ser juzgados, segn la Glosa. Esto se confirma
con las palabras de San Marcos (XIII, 33): Estad
sobre aviso, velad y orad; porque no sabis cundo ser el tiempo.
En ese pasaje seala notablemente el Seor
tres expresiones: estad sobre aviso, velad y orad.
I o ) Debemos estar fervorosamente sobre aviso,
pensando en el da de la venida del juez. Porque
, siempre debemos poner ante los ojos aquel da,
el da de la ira. Por eso se explican las palabras del Deuteronomio: Oh si tuvieran sabidura e inteligencia, y previesen las postrimeras!
(XXXII, 29.) Y San Jernimo dice: "Ya coma,
ya beba, ya escriba, o haga cualquier otra cosa,
siempre resuena en mis odos aquella voz: le.vantaos, muertos, venid a juicio."
2o) Debemos velar insistentemente, obrando,
para que se nos encuentre dispuestos con obras
buenas. Sobre esto escribe San Gregorio: "Vela
el que tiene abiertos los ojos para mirar la verdadera luz; vela el que observa lo que cree, practicndolo; vela el que rechaza de s las tinieblas
del cuerpo y de la negligencia." As, pues, hay
que velar, porque no sabemos en qu hora.va a
venir nuestro Seor, ya sea para el juicio particular que se verificar en la muerte de cada.uno,
ya para el juicio universal y final. Por ese motivo, sobre aquello de San Marcos (XIII, 37):
Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad,
dice San Agustn: "Vendr para cada uno aquel
da, cuando llegare su da, para que salga de aqu
tal cual h a de ser juzgado en aqul; y por eso
debe vigilar todo cristiano, para que no lo en-
720
Santo Toms
de
12 d e n o v i e m b r e
Aquino
721
12 de noviembre
LA MUERTE ETERNA
J
1
j
J
'J
;
Los malos no tendrn en la muerte eterna menos dolor y pena que alegra y gloria los buenos.
La pena de aqullos se acrecienta:
I o ) Por la separacin de Dios y de todos los
bienes; y sta es la pena de dao que responde
a la aversin. La pena de dao es mayor que la
de sentido: Al siervo intil echadle en las tinieblas exteriores. (Matth., XXV, 30.) Los malos,
durante la vida presente, tienen tinieblas interiores, esto es, las del pecado, mas entonces las
tendrn exteriores.
2o) Por el remordimiento de la conciencia. Te
argir y te pondr delante de tu cara. (Psal.,
XLIX; 21.) Gimiendo con angustia de espritu.
(Sap., V,- 3.) Ysin embargo, esta penitencia y; "'...*
gemidos sern-intiles, porque no son por od-io
al mal, sino por el temor y enormidad' de la pena.
3o) Por la inmensidad de*la pena sensible, es ,
decir, del fuego del infierno, "que atormentar
el alma y ekcuerpo; Esta pena es acerbsima;- a>
mo dicen los santos. Estarn como muriendo
siempre y nunca han de morir; por este motivo
se llama muerte eterna, porque as como el moribundo se encuentra en acerbidad de penas, del
mismo modo los que estn en el infierno: Como
ovejas, son puestos en el infierno; ellos sern
pasto de la muerte. (Psal, XLVIII, 15.) .
4o) Por la desesperacin de salvarse. Pues si
se les diese esperanza de librarse de las penas,
se mitigara su sufrimiento; pero, al substrarseles
toda esperanza, la pena se hace gravsima. El
722
Santo T o m s de
Aquino
13 d e
noviembre
723
724
Santo Toms
de
Aquino
14 d e n o v i e m b r e
mado. Con el fuego del infierno ocurre lo contrario, porque a pesar de ser fuego corpreo y
quemar corporalmente a los reprobos arrojados
en l, ni es encendido con industria humana, ni
es alimentado con madera, sino que, una vez
encendido perdura inextinguible, no necesita incentivo, y su ardor no disminuye." Aquel fuego
no necesita de lefia para ser alimentado porque
o existe en materia especial, o en materia extrafia, no por violencia sino por naturaleza, procedente de un principio intrnseco. Por lo cual no
lo encendi el hombre, sino Dios, que cre aquella naturaleza, y esto es lo que se dice en Isaas
(XXX, 33): El aliento del Seor, como torrente
de azufre, es el que lo enciende.
(4 Dist., 50.)
"41
14 de noviembre
INTELIGENCIA DE LOS CONDENADOS
'1
725
726
Santo Toms
de
15 d e
Aquino
vis
c
w
m
m
w
noviembre
727
728
Santo Toms
de
Aquino
versa, enemiga de la justicia de Dios, en el sentido de que amarn las cosas por las que se les
castiga, querran usar de ellas, si pudiesen, y
odian las penas que se les infligen por tales
pecados.
,
Sin embargo, tambin se duelen de los pecados
que cometieron, no porque los aborrezcan, sino
porque son castigados por ellos.
As, pues, tal detestacin de la justicia divina
es en ellos blasfemia interna del corazn. Es de
creer que, despus de la resurreccin, existir
tambin en ellos la blasfemia verbal, como en los
santos la alabanza vocal de Dios.
Es cierto que los hombres en la vida presente
desisten de la blasfemia por temor de las penas
que creen poder eludir. Pero los condenados en
el infierno no esperan poder evadirse de ellas,
y por consiguiente, como desesperados, se entregan a todo lo que les sugiere su perversa voluntad.
(2a 2ae, q. XIII, a. 4.)
16 de noviembre
ETERNIDAD DE LAS PENAS DE LOS CONDENADOS
16 d e
noviembre
729
saber: la intensidad de su acerbidad y la duracin del tiempo; la cantidad de la pena corresponde a la cantidad de la falta por la intensidad
de la afliccin de suerte que, cuanto ms gravemente peque uno, tanto ms grave ser la pena
que se le dar. Por eso dice el Apocalipsis: Cuanto ella se ha glorificado y vivido en deleites,
tanto daris de tormento y pena (XVIII, 7).
Mas la duracin de la pena no responde a la
duracin de la culpa; pues no se castiga con una
pena momentnea el adulterio que se comete
en un instante de tiempo, aun por las leyes humanas; sino que la duracin de la pena est
en relacin con la disposicin del que peca;
y a veces el que peca en una ciudad, por el mismo pecado merece que lo separen por completo
de la vida social, ya con el destierro perpetuo,
ya con la muerte. Er ocasiones, sin embargo,
no merece esta separacin radical; y entonces,
para que pueda ser miembro soportable de la
sociedad se le prolonga o abrevia la pena, segn
conviene a su enmienda, de modo que pueda vivir conveniente y pacficamente en la sociedad.
Esto mismo hace la justicia divina: uno, por su
pecado, merece que se le separe por completo
del consorcio de la ciudad de Dios, y esto se
vefirica por todo pecado que se comete contra la
caridad, vnculo que une la ciudad de los elegidos; y as por el pecado mortal, que es contrario a la caridad, uno es condenado a la pena
eterna, y excluido para siempre de la compaa
de los santos.
Mas para los que pecan de tal modo que no
merecen ser separados por completo del consorcio de la ciudad santa, como los que pecan venialmente, la pena ha de ser ms breve o ms
730
Santo Toms
de
Aquino
16 d e n o v i e m b r e
731
ngeles no podan ser perfectamente bienaventurados en su primer estado antes de su confirmacin o cada, ya que no saban lo que les iba a
suceder.
Porque para la perfecta y verdadera bienaventuranza se requiere que uno est cierto de la
perpetuidad de su bienaventuranza; en caso contrario, la'voluntad no estara tranquila.
Del mismo modo, como la perpetuidad de la
condenacin corresponde a la pena de los condenados, no tendra verdaderamente razn de castigo si no repugnara a la voluntad, lo cual sera
imposible, si ignoraran la perpetuidad de su condenacin. Por consiguiente, corresponde a la
condicin miserable de los condenados que ellos
sepan que de ningn modo pueden evadirse de
la condenacin y llegar a la bienaventuranza. Por
eso se dice en Job: No cree que puede volver de
las tinieblas a la luz (XV, 22).
(2a 2 ae , q. XVIII, a. 3.)
"
'
17 de noviembre
DEBE CREERSE EN LA VIDA ETERNA
I. Convenientemente con el fin de todos nuestros deseos, es decir, la vida eterna, termina el
Smbolo de la fe en estas palabras: creo en la
vida eterna. Amn. Se pone ese artculo contra
los que dicen que el alma perece con el cuerpo.
Porque si esto fuese verdadero, el hombre sera
de la misma condicin que los brutos, y a stos
les conviene lo que dice el Salmo (XLVIII, 21):
El hombre, cuando estuvo en honor, no lo enten-
17 d e
732
Santo Toms
de
noviembre
733
Aquino
noviembre
VISIN INMEDIATA DE DIOS
Ja
a$
734
Santo Toms
de
Aquino
en la Epstola I de San Juan: Cuando l apareciere, seremos semejantes a l, por cuanto nosotros le veremos as como l es (III, 2). Y el Seor dice en el Evangelio de San Lucas: Dispongo
yo del reino para vosotros, como mi Padre dis?
puso de l para m. Para que comis y bebis a
mi mesa en mi reino (XXII, 29, 30). Esto no
puede entenderse de comida y bebida corporal,
sino de lo que se sirve en la mesa de la sabidura,
como agrega la misma divina sabidura: Comed
mi pan, y bebed el vino que os he mezclado.
(Prov., IX, 5.) Por lo tanto, sobre la mesa de
Dios comen y beben los que gozan de la misma
felicidad con que Dios es feliz, vindolo' del
modo como l se ve a s mismo.
{Contra Gentiles, lib. III, cap. 51.)
II. sta es la vida eterna. Llamamos propiamentemente vivientes a los que mueven a s mismos para obrar, y todas las acciones hacia las
cuales se mueve el que obra se llaman obras de
" vida, emo querer, entender, sentir, crecer y moverse5 Entre esas jobeas de vida la tns elevada
es la de' la inteligencia, que es el entender, y
por eso la operacin intelectual es sobre todo
.vida.. Y como la inteligencia es vida, y comprender es vivir, se sigue que entender una cosa eterna es vivir con vida eterna. Pero Dios es un ser
.^terno;;. Ivtgo ..entender y ver a Dios es la vida
eterna. Por so dijo el Seor que en la visin
de Dios consiste la vida eterna, es decir, principalmente y en su sustancia. El amor es el que
mueve esta visin y es, en cierto modo, su complemento, porque en la delectacin que proviene
del goce divino y que produce la caridad, hay un
18 d e
noviembre
735
736
Santo Toms
de
Aquino
19 d e
^
|
|l
*m
^\
#%
j4|j
f
'/
noviembre
737
738
Santo Toms
de
Aquino
20 d e
noviembre
739
bajan en la via, a pesar de que no todos trabajaron igualmente; porque una sola y misma cosa,
Dios, es lo que se da a todos como recompensa:
ver a Dios y disfrutar de l.
(Contra Gentiles, lib. IV cap. 58.)
21 de noviembre
VIDA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARA
'
740
Santo Toms
de
Aquino
2 2 de n o v i e m b r e
741
22 de noviembre
LA BIENAVENTURANZA
. 142
Santo Toms
de
2 2 de
Aquino
ligencia es la verdad universal; esto hace evidente que nada puede aquietar la voluntad del
hombre si no es el bien universal, que no se
encuentra en cosa alguna creada, y s slo en
Dios, porque toda criatura tiene slo una bondad participada.
Segn esto, slo Dios puede llenar la voluntad del hombre, como dice el Salmista: l llena
de bienes tu deseo. (Psal., CU, 5.)
Por consiguiente, la bienaventuranza del hombre consiste slo en Dios, que es fuente del bien
universal, objeto universal de la felicidad de to
dos los bienaventurados, como bien infinito y
perfecto.
(1^ 2 ae , q. II, a. 8.)
Cuanto ms perfectamente se posea este bien
' sumo, tanto ms se ama, y se desprecian las otras
cosas; en razn a que cuanto ms se tiene, ms se
conoce; por eso se dice en el Eclesistico: Los que
me comen, an tendrn hambre (XXIV, 29). Pero lo contrario sucede con el apetito de las riquezas y de los otros bienes temporales, los.cuales, por
lo mismo que ya se tienen se desprecian, y se ape
tecen otros._ Comprndanse as estas palabras del
Seor: Todo jaquel que, beba de esta'agua^ por
' la cual son significadas las cosas temporales, vol\ ver a tener sed (Joan^ IV, 1$);- y eso,.ocurre
porque'"la insuficiencia de stas es ms conocida
cuando se tienen, lo cual revela claramente su
imperfeccin y que no consiste en ellas el sumo bien.
(1* 2 ae , q. II, a. 1.)
III. La divina bienaventuranza encierra toda
otra bienaventuranza. Porque todo lo que en
noviembre
743
23 de noviembre
GRADOS, -DE LA BIENAVENTURANZA
744
S a n t o T o m s de A q u i n o
2 3 de no v i e m b r e
745
24 de noviembre
"INAMISIBILIDAD" DE LA PERFECTA
BIENAVENTURANZA
746
S a n t o T o m s de
Aquino
verdadera, claro est que nunca perder la bienaventuranza; mas si es falsa, esto mismo es ya un
mal, el de tener una opinin falsa; porque el
error es un mal intelectual, como lo verdadero es
un bien del entendimiento. Por consiguiente, ya
no sera verdaderamente feliz suponiendo algn
mal en l.
2o) Lo mismo resulta si se considera la razn
de bienaventuranza en especial. La perfecta
bienaventuranza del hombre consiste en la visin de la esencia divina; y es imposible que
quien ve la esencia divina quiera no verla; porque todo bien posedo, que se rechace, & es
insuficiente y se desea reemplazar por otro ms
suficiente que l; o lleva anejo algn inconveniente, que viene a producir hasto. Mas la visin
de la divina esencia llena al alma de todos los
. .....-.*bienes,unindola a la fuente de toda bondad,
conforme con lo que~se dice: Ser saciado, cuan- *
do apareciere tu gloria (Psal., XVI, 15); y en el
lib^.de la Sabidura: Me vinieron todos los
. *btnes juntamente con ella (VII, 11), esto es,
': cpjt -f" Contemplacin de la sabidura. Por otra
,t parte,' no lleva, adjunto , inconveniente alguno,
pues de la contemplacin,de la sabidura se ha
escrito: -.Ni su conversacin tiene amargura:,. n?
tedio su trato, sino alegra y gozo. (Sap. VIII,
16.) Y as resulta evidente que el bienaventurado ' '
no puede querer abandonar, por su parte, la
bienaventuranza.
3o) No es admisible que pueda perderse la
bienaventuranza porque Dios la retire, pues sera
sta una pena que tan justo juez no podra
aplicar sin mediar culpa alguna, culpa en que
no puede caer quien ve la esencia de Dios, ya
2 4 de n o v i e m b r e
747
. 25 de noviembre
.
748
Santo Toms
de
Aquino
25 d e n o v i e m b r e
749
750
S a n t o T o m s de
Aquino
26 d e n o v i e m b r e
751
III. Este gozo ser colmado: Pedid, y recibiris, para que vuestro gozo sea cumplido. (Joan.,
XVII, 24.) Como el deseo es movimiento hacia
el bien y el gozo es su descanso en ese bien, el
hombre goza cuando descansa en el bien posedo,
hacia el cual se mova el deseo. Pero el gozo es
proporcionado al bien posedo, y del bien creado
no puede tenerse gozo pleno, porque no aquieta
plenamente el deseo y apetito del hombre. As,
pues, nuestro gozo ser pleno cuando poseamos
aquel bien en el cual estn sobreabundantemente
los bienes que podemos desear. Este bien es slo
Dios, que colma de bienes nuestro deseo. Por
eso dice: Pedidlo, para que vuestro gozo sea cumplido, a saber, disfrutar de Dios y de la Trinidad,
despus de lo cual no hay ms. Me llenars de
alegra con tu rostro. (Psal.,JLV, II.)
(In Joan., XVI; 2? 2 ae , q. XXVIII, a. 3.)
27 de noviembre
DILIGENCIA PARA ENTRAR- EN EL REPOSO
- ti
752
Santo Toms
de
Aquino
27 de n ^ v T e m j r e
753
754
Santo Toms
de A q u i no
28 d e
noviembre
755
28 de noviembre
LA GRAN CENA
. *
Meditaciones
MEDITACIONES
PARA EJERCICIOS ESPIRITUALES
para
Ejercicios
757
I o ) Tengo contra ti que has dejado tu primera caridad. (Apoc, II, 4.)
Tu primera caridad, es decir, el estado de tu
primer amor, de cuando eras fervoroso, has abandonado por la tibieza "y te has dejado invadir del
tedio excesivo. As muchos, que deberan progresar de bien a mejor, desfallecen y caen de lo alto
a lo bajo, como la .estatua de Nabucodonosor
(Dan., II, 32), cuya cabeza era de oro, el pecho
de plata, el vientre de cobre, las piernas de hierro, una parte de los pies tambin de hierro y la
otra de barro.
2) Acurdate, pues, de dnde has cado
(Apoc, II, 5), esto es, de qu estado y dignidad,
y cmo has cedido a un ligero empuje del viento,
a una pequea tentacin. Camos todos como
hoja. (Is., LXIV, 6.) Todo el que peca, considere
de dnde ha cado, a dnde y por qu. De
758
Santo Toms
de
Meditaciones
Aquino
Ejercicios
759
para
LA MUERTE SEGUNDA
760
Santo Toms
de
Aquino
Meditaciones
para
Ejercicios
761
se expresan en las palabras: T, Dios, los conducirs al pozo de la perdicin. (Psal., LIV, 24.)
La diversidad se expresa cuando dice: conducirs, esto es, llevars de pena en pena; la perennidad, cuando dice: al pozo, de donde no puede
salir el que una vez cay en l.
III. Por otra parte, la muerte del alma hiere
gravemente, sin misericordia, incurablemente.
Te he herido de herida de enemigo con cruel
castigo. (Jer., XXX, 14.)
Sin embargo, esta herida es curable, mientras
el alma est en el cuerpo; mas despus de salir
del cuerpo se har incurable.
As, pues, quien no desee ser herido por la
segunda muerte, procure ser curado aqu de la
lesin de la primera muerte, y muestre sus heridas
al samarjtano, quien las curar, derramando en
ellas el vino de la compuncin y el aceite del
consuelo. Si alguno sintiere la llaga de su corazn* y extendiere a ti sus manos en esta casa, t
le oirs en el cielo, el lugar de tu morada, y le
perdonars. (III, Reg-. VIH,. 38, 39.) Sobre esto
dice San Agustn: Por ventura no hay entraas
de cristiana compasin en ti, que lloras el cuerpo, del cual sali eLalma, y no lloras al alma
de la cual se retir Dios?
(In Apoc, II.)
ESTADO DE PERFECCIN
762
Santo
Toms
de
Aquino
en conservar la firmeza del alma ante las situaciones ms difciles reivindica p a r a s el nombre
de "fortaleza"; y la virtud q u e atempera los mayores deleites, el de templanza. L a religin es
u n a virtud por la que u n o hace algo en servicio
y culto de Dios; y as se dicen religiosos por antonomasia los que se dedican totalmente al servicio divino, como ofrecindose a Dios en holocausto. Por eso dice San Gregorio: " H a y algunos
que n a d a reservan para s mismos, sino que inmolan al Dios omnipotente sus sentidos, su lengua, su vida y todos los bienes q u e h a n recibid o " 59. La perfeccin del h o m b r e consiste en
unirse totalmente a Dios, y segn esto la religin
designa u n estado de perfeccin. Ofrecer alguna
" cosa al culto de Dios es de necesidad para la
salvacin; pero el que. alguno se dedique totalm e n t e a.s. mismo y sus cosas al culto divino per;.,v tenee-.2 la perfeccin.- -.-
-.
hom.
XX.
Meditaciones
para
Ejercicios
763
dos ejercicios, con los que se destruyen los obstculos a la caridad perfecta. Mas removidos estos
impedimentos, se destruyen mucho mejor las
ocasiones del pecado. Por lo cual, perteneciendo
a la penitencia extirpar las causas de los pecados, se deduce que el estado religioso es un
lugar muy conveniente de penitencia.
II. No se requiere, sin embargo, que el religioso sea, de hecho, perfecto. Porque la religin
da nombre al estado de perfeccin por la intencin del fin. Por lo tanto no es necesario que el
que est en la religin sea ya perfecto, sino que
/tienda a la perfeccin. Pues el que entra en religin no profesa ser perfecto, sino que profesa
trabajar para adquirir la perfeccin; como tambin aquel que entra en las escuelas no declara
ser sabio, sino que promete estudiar para adquirir la'ciencia. Por consiguiente, no es transgresor
de la profesin el religioso si no es. perfecto,
sino nicamente cuando "no 'tiende a la perfecc i n . . . -- ':*< '
'.T*V %..
(2a 2ae, q. CLXXXVI, a. 1, 2, -ad lum.)
. . ^ . J V . .
....
%
'
'
UTILIDAD DE LOS VOTOS
...'5
Meditaciones
764
Santo Toms
de
:
a
ae
(2 2 , q. LXXXVIII, a. 6.) ,
60 De virginitate, cap. 8.
para
Ejercicios
765
Aquino
ft
766
Santo
Toms
de
Aquino
San Bernardo: "As como no pereciera ni un cabello de nuestra cabeza, tampoco perecer un
momento del tiempo."
Como prueba; porque as como despus del .
da, durante el cual trabajan los hombres, viene
la noche en que descansan, as, despus de esta
vida, viene la muerte; por lo cual los que hubieren trabajado por Cristo durante esta vida, descansarn despus con l. Pero el que no trabaja,
el que ms descansa durante el da en su casa,
trabajar durante la noche. Adems, as como
despus del trabajo se da el galardn en la noche, igualmente Cristo pagar a sus operarios su
jornal despus de esta vida.
Por ltimo, como aviso; porque durante el da
nos aconseja temer las tinieblas del infierno, de
las cuales ninguno saldr una vez que estuviere
all. Por otra parte, el cambio del tiempo nos
avisa y muestra que todas las cosas son mudables,
y que no debemos detenernos en ellas.
; III.- Dile tiempo, es decir, partes del tiempo
;o'de"-la edad, niez, adolescencia, juventud, ancianidad, para que durante ellas hiciese penitencia. La penitencia debe comenzarse desde la
primera parte: Por la maana siembra tu simiente, esto es, en la niez, y por la tarde no cese
tu mano (Eccles.,, XI, 6), es decir, en la senec- ;
tud. Pero pocos son los que quieren hacer penitencia en la niez y en la juventud, y en la
senectud no pueden; por lo tanto, se pierde todo
el tiempo. Cuando son jvenes, no quieren; cuando son viejos, no pueden. De ellos dice Isaas:
Llegaron los hijos hasta el parto, y no hay fuerza
para parir (XXXVII, 3). Mas ay de las preadas
Meditaciones
para
Ejercicios
767
768
Santo
Toms
de
Aquino
Epist.
Super
Super
Cap.
ad Paulinum et Therasiam,
Matth., hom. LXIV.
Ezech., hom. X X .
V.
31 al 34.
Meditaciones
para
Ejercicios
769
bies; pero mejor es darlos de una vez con intencin de seguir al Seor; y lo perfecto, vivir sin
cuidado con Cristo" 67.
(2a 2 ae , q. CLXXXVI, a. 3.)
SI LA OBEDIENCIA
PERTENECE
RELIGIOSA
A LA
PERFECCIN
770
Santo
Toms
de
Aquino
9 Collat.
18, cap. 7.
Meditaciones
para
Ejercicios
771
Ezech.,
hom.
XX.
772
Santo
Toms
d e A q u i rt o
127, a 45.
Meditaciones
para
Ejercicios
773
"' _
Dice San- Gregorio: "La obediencia es con razn preferida a las vctimas, porque por medio
de las vctimas se sacrifica la carne ajena, mas
774
Santo
Toms
de
Aquino
Meditaciones
para
Ejercicios
775
776
Santo
Toms
de
Aquino
Meditaciones
para
Ejercicios
777
Si el religioso, no por desprecio, sino por debilidad o ignorancia, comete algn pecado, sin escndalo, que no va en contra del voto de su profesin, por ejemplo, ocultamente, peca ms
levemente en el mismo gnero de pecado que
un seglar, porque, si su pecado es leve, queda
absorbido por las muchas obras buenas que hace; y si es mortal, se levanta de l con mayor
facilidad.
I. En primer lugar, por la intencin recta
que tiene puesta en Dios, la cual, si de momento
se interrumpe, fcilmente vuelve a lo que era
antes. As, sobre aquel pasaje del Salmo (XXXVI,
24). "Cuando cayere, no se lastimar", dice Orgenes: "Si el injusto peca, no se arrepiente ni
sabe enmendarse de su pecado; en tanto que el
justo sabe enmendarse, y corregirse; tal es el caso
de'aqul <jue, al decir: No conozco a este hombre,
despus quefu mirado por el Seor, supo llorar
amargusimame'nte; y del que, viendo desde la;
terraza aquella mujer, que despert su deseo,
supo decir: He pecado, y he hecho el mal delante
de ti (Psal.,~L, 6)" 73.
' 3o) Tambin es ayudado por sus compaeros
a levantarse, conforme con aquello del Eclesiasts (IV, 10): Si uno cayere, le sostendr el otro.
Ay del solo que cuando cae no tiene quien le
levante!
73 Hom.
IV in Psal. XXXVI.
778
Santo Toms
de
Aquino
78, a. 147.
Meditaciones
para
Ejercicios
779
780
Santo Toms
de
Aquino
Meditaciones
para
Ejercicios
781
782
Santo Toms
de
Meditaciones
Aquino
III. El estudio de las letras conviene a la religin en cuanto a lo que es comn a toda religin; puesto que sirve para evitar la lascivia de
la carne; y por este motivo aconseja San Jernimo al monje Rstico: "Ama la ciencia de las Escrituras, y no amars los vicios de la carne" 7 9 .
Porque aparta el nimo de los pensamientos lascivos, y mortifica la carne por el trabajo del
estudio, conforme con lo que dice el Eclesistico
(XXXI, 1): El desvelo por la honestidad har
repodrir las carnes.
Sirve tambin para extirpar la ambicin de
riquezas; y as consta en la Escritura: Juzgu
que las riquezas nada son en comparacin de
ella (de la sabidura). [Sap., VII, 8.]
Nosotros no tenamos necesidad de esto, es decir de los auxilios exteriores, teniendo para nuestro consuelo los santos libros, que estn en nuestras manos. (I Macch., XII, 9.)
Es til tambin como documento de obediencia. A sto se refiere San Agustn: "Qu per', vrsidad es sta, no querer obedecer a la lectura,
cundo quiere dedicarse a ella?" 80
(2a 2 ae , q. CLXXXVIII, a. 5.)
OBRAS DE LOS RELIGIOSOS
para
Ejercicios
783
784
Santo Toms
de
Aquino
Meditacin-es
para
Ejercicios
785
786
Santo Toms
de
Aquino
NDICE
PREFACIO
PRIMERA
PARTE
TIEMPO DE ADVIENTO
788
n d i c e
n d i c e
La penitencia
Frutos dignos de penitencia
La voz que clama en el desierto
El roco celestial
Cuatro utilidades de la Encarnacin
La Encarnacin es un auxilio para el hombre que
tiende a la bienaventuranza
55
57
59
60
62
64
TIEMPO DE NAVIDAD
Benignidad y utilidad de Cristo al nacer
Cristo naci pasible y mortal
San Juan Evangelista
Cuatro utilidades del nacimiento de Cristo
Alumbramiento del alma penitente
Circunstancia del nacimiento de Cristo
La filiacin divina
La circuncisin
Imposicin del Nombre de Jess
Utilidad del Nombre de Jess
Virginidad de Mara
El fruto de la B. Virgen Mara
Epifana de Cristo
Orden de la manifestacin de Cristo
Diligencia de los Magos
Los presentes de los Magos
La bsqueda de Dios
-.
Dnde mora Jess
v
Las* bodas espirituales ; i . v .....;.. .t
Imploracin de Mara a Jess ....
El vino bueno
El Santsimo Nombre de Dios
Tres clases de vino
::
- Vida*e- Cristo entre los hombres . . . .
Cristo eligi la vida activa
'."
Cristo no debi llevar vida austera
Cristo debi llevar vida pobre
Cristo vivi en este mundo de acuerdo a
(mosaica)
Humildad y obediencia de Cristo
Desposorios de la B. Virgen Mara
La gracia infinita de Cristo
Conversin del apstol San Pablo
Sacerdocio de Cristo
Sntesis de la predicacin de Cristo
68
70
71
73
75
u 76
79
81
82
83
86
88
,90
92
93
96
98
100
102
103
104
':
1 6
108
'
1P9
111
112
114
la Ley
116
118
120
122
124
126
129
789
El Pozo deleitoso
130
Deberes para con el Verbo de Dios
132
Observancia de la palabra de Dios
133
Utilidad de meditar los misterios de Cristo
135
Jess llama a la puerta
137
Purificacin de la B. Virgen Mara
139
Presentacin de Cristo en el templo
141
Cmo hemos de presentarnos a Dios
143
El templo de Dios
145
Debemos seguir al Seor
146
- El yugo de ( Cristo
148
Imitacin de' Cristo
150
La vid y los sarmientos
152
Estudio de la sabidura, principalmente de la Sabidura encarnada
154
Aparicin de la B. Virgen Mara
156
Estado de los pecadores
158
No debe diferirse la conversin
159
Adhesin a Cristo
161
Amor de Cristo a los discpulos
163
Permanencia en Cristo
165
. La vida en Cristo
167
La paz y la victoria por Jess
169
La puerta estrecha
171
Renurcia de las cosas temporales
174
TIEMPO DE SEPTUAGSIMA
.'.'VJuEs' precisa trabajar en la via del Seor
obligacin de hacer el bien
Oracin del Seor en el huerto
Las buenas acciones
El galardn
Necesidad de cautela
Reforma interior
La semilla ..
La bondad de Dios
Conmemoracin de la Pasin del Seor
Necesidad de la vigilancia
Hay que velar' siempre
El servicio de Dios
Cmo ha de servirse a Dios
Cmo se ha de servir al Seor en domingo
La Santidad
Flagelacin de Cristo
,
176
178
180
182
184,
187
189
191
193
195
197
199
200
203
204
207
20
790
n d i c e
n d i c e
TIEMPO DE PASIN
TIEMPO DE CUARESMA
La muerte
El ayuno
La corona de espinas
El grano de trigo
Fu conveniente que Cristo fuera tentado
Cristo debi ser tentado en el desierto
Cmo sobrellev Cristo todos los sufrimientos
Intensidad del dolor de Cristo en la Pasin
Fu conveniente que Cristo fuera crucificado entre
dos ladrones
La lanza y los clavos de Nuestro Seor
Caridad de Dios en la Pasin de Cristo
Dios Padre entreg a Cristo a la Pasin
Fu conveniente que Cristo padeciese de parte d
los gentiles
La Pasin de Cristo caus nuestra salvacin por
modo de merecimiento
La Pasin de Cristo caus nuestra salvacin por modo de satisfaccin
La Pasin de. Cristo obr a modo de sacrificio . . . .
. Fiesta de la - Sbana? santa . . . ; ' .
:
, .*.'
La Pasin de Cristo obr nuestra salvacin por nio. . . do de redencin
La Pasin de Cristo nos libr del pecado
La Pasin de Cristo nos libr del poder del diablo
. _ - Cristp, verdadero Redentor . . . . .^.......
' . . "* Prec*io*de nuestro rescate
,...
. ' Predicacin de la Samaritana
..'.' \ , ' , Por la Pasin de Cristo fuimos librados de la pena
.""' ; j del pecado
* JPor la Pasin de Cristo fuimos reconciliados con Dios
Cristo con su Pasin nos abri la puerta del cielo ..
Cristo mereci, por su Pasin, ser ensalzado
Ejemplo de Cristo crucificado
El amigo divino ....
791
210
212
214
216
218
219
221
222
224
227
228
230
232
233
235
237
239
240
242
244
246
248"
250
252
254
256
258
260
261
263*
265
267
La Pasin de Cristo
La Pasin de Cristo es remedio contra los pecados ..
Sepultura de Cristo
Sepultura espiritual
L mayor seal del amor de Cristo
Compasin de la B. Virgen Mara
Cmo debemos lavarnos los pies los unos a los otros
Utilidad ejemplar de la Pasin de Cristo
Necesidad de la perfecta purificacin
Preparacin de Cristo al lavatorio de los pies
Tres consideraciones msticas en torno al lavatorio
de los pies
La Cena del Seor
Muerte de Cristo
Utilidad del descendimiento de Cristo a los infiernos
269
271
273
275
277
279
281
282
284
286
288
290
292
294
TIEMPO PASCUAL
'
La sabidura de l celestial
La gracia o principio de Ta nueva vida
El agua viva
:
Deseo del agua viva
,...'.;.:
La sed del agua viva . . . . :
Adopcin divina . . . ' . . . . . :
.
Morada de las dividas* persopas en el alma
La .perfeccin espiritual. . . . "
El hombre espiritual
Regeneracin espiritual por medio del bautismo .
Penalidades' de la vida presente
El sacramento de la Confirmacin
Por qu se administra en la frente el sacramento
de la Confirmacin
El sacramento de la Eucarista
297
299
- 300
302
,304,
305
307
309
311
313
316
318
319
321
323
324
327
329
331
333
335
337
338
792
n d i c e
n d i c e
"
"
TIEMPO
DE PENTECOSTS
'f
400
402
403
405
407
409
411
413
415
417
420
421
423
424
426
427
429
431
433
fc
San Andrs
".'
Anunciasen de la B.. Virgen Mara
Fiesta de Mara Auxiliadora
San Juan Bautista
SEGUNDA
V .
394
396
398
793
-
\
*.
" * # ' - .
DIOS
437
438.
440
442
"
;
PARTE
,"
.,"
<' "
447
448
451
452
'454
456
459
460
462
46^
794
n d i c e
n d i c e
LA VIDA PURGATIVA
467
469
471
472
474
47
478
479
481
483
485
487
.
488
490
492
494
496
498
500
502
.
504
506
508
510
511
513
-515
517
518
520
522
524
525
526
528
795
530
532
534
536
LA VIDA ILUMINATIVA
539
541
543
546
547
550
552
554
556
558
561
563
565
567
570
572
575
577
579
580
582
584
586
589
591
593
595
596.
598
599
600
602
604
606
608
611
796
n d i c e
n d i c e
797
Efectos de la contemplacin
683
. Modo de recuperar la dulzura divina perdida
685
Perfeccin de la vida cristiana
688
Perfeccin necesaria para salvarse
689
Perfeccin de consejo
691
La perfeccin consiste en los preceptos y no en los
consejos
693
Los consejos evanglicos
695
La perseverancia
697
613
615
617
619
621
623
625
LOS NOVSIMOS
ALGUNAS FIESTAS DE OCTUBRE
643
645
647
648
651
653
656
658
660
662
664
666
668
670
673
675
677
679
680
682
'
756
757
798
n d i c e
La muerte segunda
Estado de perfeccin
Utilidad de los votos
Buen uso del tiempo
Si se requiere la pobreza para la perfeccin religiosa
Si la obediencia pertenece a la perfeccin religiosa
Para la perfeccin religiosa se requiere que la pobreza, la castidad y la obediencia se practiquen
por voto
Se dice, con razn, que la perfeccin religiosa consiste en los tres votos
El voto de obediencia es el ms excelente entre los
tres votos religiosos
Pecado de los religiosos y sacerdotes
Cmo peca ms levemente el religioso y se levanta
ms fcilmente
*....
J
Obras de la vida activa
'
Estudio d' las letras
Obras de los religiosos
La fidelidad '.
.)
759
761
763
765
767
769
761
772
773
775
777
778
780
782
784