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El Proposito de La Navidad

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TEMA: EL PROPOSITO DE LA NAVIDAD

TEXTO: Isaías 9: 6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de
Paz.
Juan 3: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
INTRODUCCION: ¿Qué es la navidad?
La palabra navidad proviene del latín Nativitas que significa nacimiento y hace referencia a la
festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo.
El espíritu de la Navidad para muchas personas es únicamente un estado de ánimo que se expresa
a través de sentimientos como el amor, la alegría, el perdón, la generosidad y la reconciliación con
los seres queridos y con su propia conciencia; pero, para otros es el manto protector que envuelve
al mundo durante los días que se recuerda el nacimiento de Jesucristo.
Algo que caracteriza el tiempo de navidad es la generosidad de algunas personas que lo expresan
con la entrega de regalos, si el argumento de la navidad fuera este, entonces Dios es el ejemplo de
generosidad más grande que existe ya que su palabra dice en Romanos 8: 32 El que no escatimó ni
a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas?, pero hay un argumento mayor que la generosidad y es el regalo mismo.
Lucas 2: 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un
pesebre.
Los dos textos que leímos coinciden en decir que Dios Padre nos ha dado a su Hijo Jesucristo, la
pregunta que nos haríamos sería ¿para que el padre nos dio a su hijo?
• Para hacer la voluntad del Padre.
• Para salvar a los pecadores.
• Para traer luz a un mundo oscuro.
• Para testificar de la verdad.
• Para destruir el diablo y sus obras.
• Para dar vida eterna.
• Para traer gran gozo.
• Para demostrar humildad verdadera.
• Para dar Su vida en rescate por muchos.
• Para cumplir la Ley y los Profetas.
• Para revelar el amor de Dios al mundo.
• Para llamar a pecadores al arrepentimiento.
• Para dar su vida en rescate de los perdidos.
• Para buscar y salvar lo que se había perdido
• Para servir y no ser servido.
• Para traer paz.
• Para darnos el Espíritu de adopción.
• Para hacernos partícipes de la naturaleza divina.
• Para ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel.
• Para revelar la gloria de Dios.
La respuesta ha esta pregunta puede ser todas las que leímos, pero hay una en especial que quiero
que estudiemos en esta mañana. Iniciaremos planteando un problema que cobijaba a toda la
humanidad.
PROBLEMA: Pablo en romanos 1:18- 3:20; concluye que todos, gentiles y judíos están bajo
pecado, todo el mundo quedo bajo el juicio de Dios y la paga de la culpa del hombre es la muerte.
Así que, nada de lo que el hombre culpable de desobedecer a Dios haga lo justificaría delante de
Dios.
Romanos 3: 9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya
hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.
10
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a
Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Si es que va a haber alguna esperanza de solución, esta tendrá que provenir del exterior, de Dios
mismo.
SOLUCION: Dios perdona, pero exige una satisfacción proporcionada a la culpa.
Esto solamente podía ser posible siendo una Persona divina la que reparara.
Surge entonces otro problema, como Dios no podía resolver el problema del hombre.
Entonces, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo reunidos, decidieron desde antes de la fundación del
mundo solucionar el problema del pecado en el hombre y la creación.
Así que, diseñaron el plan de redención para la humanidad y la creación.
Hechos 2: 22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios
entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de
él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado
conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;
Dios “inventa” la Encarnación. La Segunda Persona de la Santísima Trinidad se hace hombre para
que así un Hombre Dios, Jesucristo, pueda satisfacer como hombre y a la vez, dar a esa
satisfacción como Dios, el valor infinito que se requería.
Hebreos 10: 5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me
preparaste cuerpo.
1 Corintios 15: 45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el
postrer Adán, espíritu vivificante.
Juan 1: 14 Y el Verbo se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la
Gloria que recibe del Padre; lleno de gracia y de verdad.
El Misterio de la Encarnación de Jesús, es el centro de nuestra fe cristiana.
Ser cristianos significa precisamente, como un primer paso, creer, aceptar, que Jesús, el Hijo de
Dios, se encarnó, se hizo hombre como nosotros, y se vino a vivir a nuestro mundo.
Se encarnó, es decir, se metió en nuestra carne y sangre, en nuestra humanidad, asumiendo todas
las debilidades y limitaciones que le son propias, para vivir con nosotros; para vivir como uno
cualquiera de nosotros.
Filipenses 2: 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz.
La kenosis fue una auto-renuncia, no un vaciarse a Sí mismo de Su deidad, ni un intercambio de la
deidad por humanidad. Jesús no dejó de ser Dios durante Su ministerio terrenal. Pero sí dejó de
lado la gloria celestial de su relación cara a cara con Dios. es Cristo adoptando una naturaleza
humana con todas sus limitaciones, pero sin pecado. Él también dejó de lado Su autoridad
independiente. Durante Su ministerio terrenal, Cristo se sometió totalmente a la voluntad del
Padre.
La unión hipotética describe la unión inseparable de las dos naturalezas de Jesús, la humana y la
divina, dos naturalezas distintas en una Persona. La humanidad y la divinidad de Jesús no están
mezcladas, sino que están unidas sin la pérdida de una identidad separada. Jesús tuvo dos
naturalezas, pero solo una personalidad.
La unión hipostática es el intento de las mentes humanas finitas de comprender la naturaleza
infinita de Jesucristo. En última instancia, sin embargo, no podemos entender completamente
cómo Él puede ser completamente divino y completamente humano al mismo tiempo.
Está más allá de nuestra comprensión.
La historia cultural de la humanidad abre sus puertas de par en par a la idea de la encarnación del
único Dios-hombre. La creencia en el Dios que se humaniza cambiará para siempre las ideas del
ser humano acerca de la divinidad. El hombre deja de ser esclavo de los dioses y ya no tiene que
vivir constantemente aterrado, realizando conjuros mágicos o prácticas esotéricas. Dios no es un
extraño enfadado y celoso, como el de Prometeo (el mítico titán griego que robara el fuego de los
dioses para ofrecérselo a los mortales), sino que se ha acercado por amor a los hombres,
interesándose y haciéndose uno con ellos.
Hebreos 4: 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4: 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
El propósito del cuerpo de Jesús era para ser entregado como un sacrificio y así derramar su
sangre.
Hebreos 9: 22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre
no se hace remisión.
Levítico 17: 11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer
expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.
1 Pedro 1: 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis
de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.

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