Chapter Text
Desde que despertó a la media noche no pudo volver a dormir, empezó a dar vueltas y vueltas en la cama, no es la primera vez que le pasa eso aunque no está muy seguro del porque ocurre, solo se mantenía viendo el techo como si fuese algo nuevo para él, a veces se creaba historias tontas o repasaba lo que había estudiado o lo que tenía que hacer en los siguientes días, y ahí perdía su tiempo haciendo nada, también se ponía analizar su habitación, pensando si debería cambiar la fachada ya que llevaba meses en el mismo diseño, le gustaba ser versátil, no le gustaba la monotonía, aunque como todo ésos días atrás ha estado ocupado, no tiene cabeza para ello
Apartó las sábanas mientras se paraba de la cama, solo la luz de la luna era su guía para saber cómo caminar en su habitación, se acercó a la ventana para ver la luna y se dio cuenta que estuvo más de una hora dando vuelta en la cama, suspiró, nuevamente entró en ése insomnio en la que era difícil de salir, decidió salir de su habitación para ir algún lado de la mansión o salir de ella, abrió la puerta con sumo cuidado, está seguro que sus hermanos estaban durmiendo así que debía ser prudente, observó el enorme pasillo que estaba algo oscuro y se aventuró, lo bueno es que el suelo no rechina en ésa parte de la casa así que no debía de llamar la atención de nadie
Los pasillos eran enormes, nunca supo cuántos cuartos tenía ésa mansión a pesar de que nació allí, el único que se aventurado es su hermano menor y le ha dicho que son más de 30 habitaciones, son lujos por ser hijos de uno de las potencias más poderosas del mundo, así que ya era común ver tanto lujos y esplendor, aunque claro, a México (como su padre que en paz descanse siempre lo llamó) no le importaba mucho eso, quizás, como estaba acostumbrado a ver tantos lujos ya le era indiferente
Mientras más avanzaba para poder acercarse a la escalera principal, escuchaba unos ruidos, estaba un poco confundido ya que a esa hora no debería a ver algún tipo de trabajo, aunque claro, desconoce si su padre mandó hacer alguno, no era extraño que mandara a trabajar ciertas cosas o construcciones a los esclavo a altas horas de la noche. Pero mientras más se acercaba, notó que no era ninguna especie de trabajo que se le hacía a la casa, más bien salía de uno de los tantos cuartos, y al estar un par de metros cerca pudo concluir en que los sonidos provenía de la oficina de su padre, además de que también supo de que era los sonidos
México no es estúpido, es un chico ya grande como para desconocer lo que era el sexo y toda esas cosas, además, de que se le educó a ello, aunque claro, de una manera básica. Su padre se encargó que supiera perfectamente sobre el acto sexual ya que no era la primera vez que podía escuchar e incluso encontrar a su padre en aquel acto, su padre era una persona desvergonzada, no le interesaba si alguien lo viera en ello y si causara alguna incomodidad, él solo disfrutaba de su sexualidad
Como lo que estaba pasado en ése momento, la puerta estaba entreabierta y se podía escuchar claramente los gemidos que había dentro; México iba a pasar de largo ya que no quiere ver como su padre se follaba a alguien, además de que sabe como es en la intimidad de tantas veces que ha tenido que ver ésas escenas bochornosas; pero lo que le llamó la atención de aquellos sonidos, era que los conocía muy bien o eso creía, pensó que sería algún esclavo como solía pasar. Cuando su padre se interesaba en alguno (le entraba la calentura) simplemente se los follaba así sin más, como él manda, hay que hacer todo lo que él pida
Pero, para su sorpresa, sabía que no era un esclavo, y como su curiosidad era grande, quería asegurarse bien de que no era aquel invitado prestigioso que llevaba hace unos días en su territorio, se supone que ambos son enemigos, ¿por qué se follarían tan desesperadamente?, eso es lo que está escuchando, está escuchando a la potencia invitada gemir sin parar; dudo, dudo si asomarse ya que quizás se podían dar cuenta, incluso estaba por pasar de largo, pero su ser se lo exigía, quería ver como ambas potencias enemigas se follaban sin pudor
— Ahhhh~ Spain
Se asomó con mucho cuidado entre la puerta, abriendo solo un poco para poder ver con claridad lo que pasaba, tuvo fe en que su padre se estuviera acostando con cualquier Inglés de los que llegaron, pero lastimosamente no era así, era el mismísimo Reino Unido de Gran Bretaña que estaba teniendo sexo con su padre, su garganta se secó, ¿Cómo debería tomar las cosas?, no es como que le interese los amantes de su padre, pero, ¿por qué él?. UK estaba contra el escritorio, mientras que España estaba entre sus piernas penetrándolo, el ingles se encontraba abrazándolo por el cuello mientras mantenía sus ojos cerrados gimiendo, México podía ver perfectamente el rostro, ya que éste tenía su mentón sobre el hombro ajeno
— Ahhh yes~ Spain come on
Tenía un cierto desagrado al ver eso, obvio, cualquiera que viera a su padre teniendo sexo con alguien sería desagradable, pero a México sinceramente le da igual ello, lo que le desagrada es que sea con UK, ése hombre que gozo la muerte de su padre, que disfruta humillarlos a todos, solo porque son "mestizos", incluso, menosprecia a sus propios hijos por lo mismo, ¿Qué es lo que pasa por la mente de su padre al hacer tal abominación?, UK también le decía a España lo basura que era, por algo son enemigos y siempre los fueron, tienen como meta destruirse, pero, ¿valía la pena hacer eso?, ¿tener sexo con ése hombre?, bueno, su padre era alguien indescifrable, pero carajo, era necesario eso. Y a pesar de que era su enemigo, le daba con gusto, como si no le molestara tener sexo con ése hombre, lo disfrutaba demasiado, podía escuchar sus jadeos y gruñidos sin parar, en como se aferraba a la cintura ajena, y ni siquiera le molestaba en como UK lo abrazaba como si fuera una damisela muriendo
— S-spain I-
— Vamos~ quiero que lo hagas —ordenó
México se estremeció, la voz de su padre salió tan jodidamente caliente y deseable que no pudo evitar sentir un ligero cosquilleo en su vientre, de verdad odiaba que su padre disfrutara tanto de ése pirata. México no podía negar que cuando se topaba a su padre teniendo sexo con alguien, solía observar, solo un poco, (aunque solía ser mucho tiempo) viendo en como su padre se desenvolvía con sus amantes, era tan... gratificante, sabe que está mal, que España era su jodido padre ¿Cómo mierda va a sentir excitación viendo a su padre tener sexo? Era algo enfermizo y lo tiene muy en mente, pero, carajo, es imposible no verlo con ésos ojos, desde que entró a su etapa de joven caliente, empezó a ver a todo el mundo de manera sexual, cualquiera que pasara enfrente de él, pensaba en como serían en la cama, teniendo sexo con sus parejas o con él, por ahí escuchó que ésos pensamientos eran normales y puede que si, pero, así mismo pasaba con su padre, quizás, éste tiene la culpa por andar follando en cualquier esquina y demostrarle lo excelente amante que era y por ello estaba todo hormonal y deseoso por su padre
Se iba a ir, no soportaba ver más ésa escena, no había nada que disfrutar allí como los anteriores encuentros, pero, para su sorpresa, cuando decidió en retirarse, el británico abrió los ojos, pensó que iba a detener todo o a removerse o llamar la atención de España por su presencia o algo más "normal", pero no, el mayor al verlo simplemente sonrió, sonrió con gusto, ¿Qué significa eso?, México estaba confundido, no sabía ni como actuar, aunque claro, luego de pensar por unos cortos segundos podía deducir de que simplemente era una especie de provocación o tentación, no sabe exactamente porque, ¿por qué UK intentaba buscar alguna reacción o jugaba con ellas?, acaso él sabía...
— Spain~ give me more —pidió UK
México apretó sus puños, claro que lo estaba jodiendo, simplemente Reino Unido quería ver que tanto le molestaba o le excitaba ver las escenas, quería ver las reacciones del joven por los actos; México pensó que no había nadie más enfermo que él, pero se equivocó, su hermano tenía razón, UK era alguien demasiado chalado; sentía tan sensaciones juntas que no sabía como controlarlas, debe irse de ahí, debe dejar de estar viendo esa escenas bizarra, pero su padre estaba tan tenso y sudado, su pelo estaba despelucado, estaba pronto por tener su orgasmo, y que gracias a eso se entretuvo, solo para ver más de ello. Aunque lastimosamente no pudo ya que UK deshizo el abrazo que tenía sobre España para tomar las mejillas y besarlo con mucho fervor, México abrió los ojos en sorpresa, era un movimiento muy raro y más viniendo de alguien tan frío como lo era ése señor, pero para su sorpresa su padre no lo alejó, es más, lo siguió, México no pudo soportar más, y se largó rápidamente; estaba tenso, decepcionado de su padre (más de lo normal) en que aceptó el beso del imperio así nada más
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— ¡Joven Nueva España!
México se encontraba en el patio de su casa, estaba dibujando, tenía un montón de chécheres a su alrededor, es más, sería un trabajo difícil para los esclavos intentar limpiar todo el desastre y las pinturas que estaba dispersas por todas partes; México se desestresaba haciendo dibujos o manualidades, le daba tanta paz y regocijo, recordando su niñez cuando solía estar con su padre fallecido haciendo lo mismo, aprendiendo el arte de su cultura; como extrañaba a su padre, cada momento lo hacía, le dio tantas gracias en que le enseñara todo sobre su cultura, y en parte España apoyó, cosa que fue bueno
— ¿Qué ocurre? —México se volteó para ver a unas de sus mucamas llegar
— Su padre ha llegado —avisó
— ¿Me necesita?
— No señor, pero debe prepararse para la cena
— Sí... supongo que ya es hora —soltó un leve suspiro—. ¿Mi hermano llegó?
— Vino con su padre, señor
— Me imagino su cara de cabreado que debe tener ¿eh? —sonrió y la mujer solo bajó su cabeza, México supo que lo confirmaba—. Bien, gracias, te puedes retirar —la muchacha asintió y se regresó
México volvió su vista a su pintura que ya estaba por finalizar, tuvo toda la tarde en ello, después de salir de sus estudios y cacería, hizo una pintura abstracta, solamente se dejó llevar por sus manos que por su mente, y fue perfecto el resultado, estaba pensando en más adelante en hacer algo de artesanía, tenía tantas ideas que quería emplear
— Bueno, gracias a Dios por la comida que se ve demasiado deliciosa, además de que mis hijos lo buscaron con mucha deducción —halago España, luego todos empezaron a comer
— No está mal —susurró UK al probar la carne
— No puedes ser más demostrativo ¿verdad?, te pesa —negó España
— Bueno, no es como si fuera algo del otro mundo —dijo despectivo recibiendo una mirada de molestia por los hermanos de México
— Nueva España cazó ése animal —notificó España
— UK metió la cucharada en su boca— Mhjm, se nota, no dudo que fue cazado por tu hijo
Las palabras fueron soeces, todo el mundo lo notó, menos el dueño de la caza que estaba más en otro mundo que en el actual, sus hermanos sí fueron obvio con su molestia, más el del sur, pero UK siguió hablando con España sobre los tratados que estaban intentando formar, ignorando las miradas de odio que le daban, México ignoraba la conversación que había en la mesa, simplemente no tenía ánimos, además, ¿para qué? Para escuchar alguna palabra de desprecio o discriminación por parte del británico, prefiere mantenerse en su laguna, México en los últimos días se sentía tan lejos de él... tan a la deriva
— A decir verdad las cosas han estado mejorando aquí —dijo UK
— Mis métodos siempre son los mejores —dijo España
— Claro, mezclándote con los indios, ¿Cómo no?
—España sonrió y tomó un bocado— Es gracioso que lo digas tú
— Solo fue un error
— ¿Uno? Supongo que es sarcasmo ¿no? —España lo veía con burla
—Reino Unido probó nuevamente de su comida— A decir verdad, ahora que has implementado más las costumbres europeas, las cosas se ven mejores —cambió de tema—, digo, ésas cosas de estar desnudo por ahí por la vida es demasiada indigno
Nuevamente las malas miradas
— Es gracioso que lo digas, cuando jamás vi que te molestara las vestimentas, más bien, te molestaba las cosas de los indios, sus costumbres
— Si me molestaban —aseguró—, todo me molestaba, creo que luego de que Azteca partió, todo se volvió sano y normal
Y nuevamente la tensión creció en la mesa, cosa que poco le importaba al que lo provocaba, se escuchó una cuchara sonar gracias al enojo, y luego un golpe al plato, era el hijo más temperamental de España, y el padre no tenía que siquiera mirar para saber quién era y también saber que en cualquier momento abriría la boca para reprender al anglosajón
— UK, espero que mañana aún estés con energía para seguir caminando las calles de los mugrientos indios que tanto detestas —dijo España tomando de su bebida
— Bueno, no tengo problemas, entre más rápido haga las cosas mejor, así me apresuro en salir de éstos salvajes
"Ése hombre de verdad que le gusta ajear" pensó el hijo consentido de España, según los otros hermanos.
Nuevamente esa indiferencia en el británico y otra vez ése odio en los hijos de España, los jóvenes
miraron a México porque, casual, la tierra era del joven pero éste al parecer ni siquiera había escuchado, más bien parecía que estuviera en drogas, solo jugaba con el plato y pensaba muy lejos, no saben si es bueno, ya que, si México hubiera escuchado las palabras tan mierdas del británico, éste no hubiera demorado en responder y hubiera pasado algún conflicto, era tranquilizante que el mayor no lo hubiera escuchado, o, deberían pensar que era malo ya que México no se veía muy bien
— ¿Puedo retirarme de la mesa?
Todos dejaron de comer al ver a México que habló luego de unos cinco minutos de total silencio
— ¿Por qué? —preguntó España, había estado observando a su hijo desde hace rato, claro, luego de las palabras fastidiosas que soltaba el anglosajón, quería ver las reacciones para que no ocurriera nada fuera de la línea, pero al parecer su hijo amaneció educado
— Debo estudiar y quisiera acabar hoy —expuso. México esperó por unos segundos la respuesta de su padre, pensando en que quizás no le daría el permiso, además de que sus hermanos estaban preocupados de la petición del mayor, ya que saben que España detesta que se retiren de la mesa cuando hay invitados, es una muy mala educación
— Está bien —dijo España
México lo miró e hizo una corta inclinación como agradecimiento y se paró despidiéndose cortésmente dejando a todos curioso. España no dijo algún comentario, y mucho menos de que su hijo no se había comido toda la comida dejando la mitad, luego dejaría eso al pendiente, no era tan importante saber lo que tenía el americano, porque total, a veces sabe que su hijo le da sus estados de "psicosis" como él lo suele llamar
México estaba en su habitación escribiendo una novela, solía hacerlo en las noches cuando quería dormir o cuando quería ocupar sus pensamientos en otras cosas, ya tenía más de media hora escribiendo y para su mala suerte no ha avanzado mucho, soltó un suspiro, estaba ya harto de ése malestar que tenía, no sabía que era, pero se sentía cada vez más lejos del mundo, sentía su alma abandonar su cuerpo, y no tenía su cabeza puesta. México se echó hacía atrás apoyándose en la silla, dejándola un poco inclinada para tener un sinsuan, mientras llevaba su lápiz a su boca para morder y entretenerse
"Debo ir al norte, para aclarar mi mente, estoy cada vez más pendejo y no es algo nuevo pero, si sigo aquí quedaré como un zombie" pensaba México. Su problema no era su padre, aunque no negará que influye algo en su situación, su problema es más por todo lo de su territorio y las presiones que conlleva, su padre estaba dándole poco a poco las responsabilidades así que solía ser algo difícil de sobrepasar y peor aún cuando tenía bastante límites, porque a pesar de que su padre le está dando su territorio aún debe seguir órdenes de él
— México
El nombrado tembló del susto y volvió la silla a la posición original y miró a la puerta viendo a su hermano
— Que susto me diste Perú ¿no te enseñaron a tocar? —México bufo
— Andas muy delicadito ¿eh?
Perú se dirigió a la cama para tomar asiento y observar a su hermano
— Entonces —inició Perú
— Entonces ¿qué? —dijo confundido
— Que fue lo de allí abajo
— ¿De qué hablas?
— No te hagas, te fuiste del comedor así nada más, además de que estabas lejos del planeta tierra —cruzó sus brazos—, ve soltándolo México
— ¿Quieres verme el pipí?
— ¡México!
— Bien bien —suspiró riendo y volvió su vista al frente como estaba la silla dándole la espalda a Perú—. Lo que yo dije allí abajo es cierto, tenía que estudiar no era ninguna broma
— México, no pongas esa escusa porque sabes que España detesta que se vayan así de la mesa
— Pero si él me permitió irme ¿acaso hice algo malo? —encogió los hombros—, de todas maneras es su culpa
— Papá te tendrá en la mira, bueno, si es que no te mata por maleducado
— Perú —México volteo para mirarlo—, ¿Cuándo será el día en que dejaras de ser tan lame culo con España?
— Púdrete imbécil —dijo en molestia
—México sonrió— Si tu querido padre escuchara la boca sucia de su hijo... uff
— Ya me tienes harto —gruño Perú, parándose para ir a golpear a su hermano y éste se escudó
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Otra noche sin poder dormir completamente, perder el tiempo viendo el techo como si fuera lo mejor del mundo, estaba poco a poco cansándose de ésa situación, no entendía como es que su mente lo obligaba a despertar a más de la media noche y no tuviera sueño así tan repentino, a veces piensa que puede que tenga alguna enfermedad, pero, él no siente ningún dolor o malestar en su cuerpo, además, rinde en todas sus obligaciones sin problema alguno, así que deducía en que era más bien mental que físico. Nuevamente quedó en la cama más de una hora pensando y haciendo nada, estaba dudoso si salir para recibir aire fresco, ya que lo necesitaba urgente, pero no quería ver otra vez aquella escena bochornosa que paso hace pocos días, sinceramente si lo vuelve a ver está vez vomitara, estuvo o está lo suficientemente traumado como para volver a verlo, después de tantas dudas decidió salir, total, si escucha algo raro ni siquiera pondrá atención.
Todo el pasillo estuvo tranquilo, la oficina y el cuarto de su padre se encontraban cerrados, así que supone que debe de estar descansando, bajó las escaleras sin problemas, la mansión tenía muchas ventanas enormes, así que era fácil que la luz de afuera entrara
— ¿Qué haces despierto?
Cuando estuvo apunto de tomar la perilla para abrir, escuchó una voz detrás de él que conocía perfectamente, al voltear, lo observó, éste mantenía una expresión de curiosidad y sus brazos cruzados, México lo analizó un poco, tenía una camisa blanca un poco desabrochada que mostraba su pecho peludo, un pantalón corto y esponjoso, no sabe si viene de algún lado o irá a dormir, puede que sea lo último ya que su padre se colocaba esas ropas para andar en casa, y en si, dormía desnudo, ¿Cómo lo sabe? Bueno, son cositas que se escapan
— Y-yo... yo solo iba a tomar aire —explicó. España mantenía su expresión de curiosidad, México no sabía que decir—, n-no podía dormir —siguió, la expresión de España cambió a algo neutral pero aún así no dijo ninguna palabra, México simplemente soltó un suspiro rendido, sabiendo lo que su padre deseaba, lo conocía bien—. Está bien... iré a la cama —dijo galante, empezando a caminar
— Nueva España... —susurró en llamado deteniendo al chico—... ¿Qué fue lo que te ocurrió ayer?
— ¿Sobre qué? —lo miró
— Tu actitud en la mesa —aclaró
—México miró el interior de la casa para evitar el contacto visual— Tu me diste el permiso —recordó
— No me gusta que se vayan cuando hay invitados y creo que estás muy grandecito como para que te lo este recordando ¿no?
—México bufo— Si tanto te molesto ¿entonces porque me dejaste ir? —dijo con un leve tono de descontento mirándolo
—España se mantuvo con su misma expresión— ¿Te molesto el comentario de UK?
—México enmarcó una ceja— ¿Comentario?
— Sobre tu padre —indicó
—México arrugó un poco su ceño— Sinceramente no preste atención a lo que decía —dijo en desdén
— De eso estoy hablando, estás extraño, ¿acaso es mucho trabajo el que tienes?
—rodó los ojos— No soy un niño papá
—sonrió— ¿De verdad? Bueno, entonces, explícame lo que tienes
— Te aseguró que estoy bien, no te preocupes, aunque sé que más te preocupa los trabajos que yo
—soltó una pequeña risa— Hijo mío —dijo en un tono un poco benevolente—, lastimosamente soy tu padre, así que para tu mala suerte debo estar al pendiente de todo lo que le ocurre a mi hijo mayor —puntualizó
—México se rió amargamente— Vaya cruz que se carga señor España, pero se lo hago saber, ya soy un adulto
— ¿Seguro?, se supone que una persona adulta es cuando tiene una familia por quien velar ¿Dónde está la tuya?
—frunció el ceño— ¿Qué tratas de decir?
— Nueva España~
— México —corrigió rápidamente
—España simplemente se echó a reír— Si no fuera tu padre ¿Qué te gustaría que fuera de ti?
México se incomodó con la pregunta, aunque supo perfectamente esconderlo, ¿Qué clase de pregunta era ésa?, bueno, él sabe que su padre esperaba que dijera algo como su enemigo de por vida o esclavo, pero México no se le ocurrió nada de eso, es más, su mente fue tan atroz que pensó, ¿por qué no un concubino? ¿Por qué no su esclavo pero que le sirviera en todas sus fantasía? O mejor aún ¿por qué no como su amante?
— Nada —soltó—, simplemente, no quisieras que fueras nada mío —dijo en desdén
—España asintió y volteó— Bien, quiero que vayas a descansar ya que debes de enseñarle a UK toda la ciudad o por lo menos lo más importante para terminar el tratado
—México pestañeo en sorpresa— ¿Qué? ¿Quieres que sea la mucama de UK? —dijo un poco molesto
— No serás la mucama de UK, nueva España, solamente quiero que le expliques todo
— Pero ¿por qué yo? ¿Por qué no lo haces tú?
— ¿Quién es el encargado de éste territorio?
— Pues no estoy encargado de todo, así que no hay escusa, además, tu conoces la ciudad
— Estaré allí, todos los británicos estarán, pero tu debes de guiarnos
— Papá-
— Nueva España —interrumpió—, deja de comportarte como un niño, ¿le tienes miedo a UK?, si es así, debes de quitarte eso
— No le tengo miedo —bufo
— ¿Odio?, bien, aquí todos tenemos odio de él y no me ves huyendo, tienes que madurar, porque da la casualidad que cuando te deje en el mando de tu territorio tienes que tratar con todos los imperios de éste mundo quieras o no —México soltó un suspiro en molestia—. Además, no te estoy preguntando, te estoy avisando, así que espero que estés antes de las nueve preparado
— Papá-
— Hora de dormir Nueva España —dijo sin más, empezando a caminar alejándose de su hijo
México gruñó, realmente no soportaba a España, lo odiaba tanto, ¿Cómo se le ocurrió ponerlo hacer guía turística de ésos estúpidos británicos?, su padre no se harta de joder su existencia, es como si disfrutara verlo enfadarse sin parar, México se preguntaba del porque era tan estúpido, ¿Qué ser vivo del planeta tierra odia tanto a una persona que quiere follar con ésa persona ?, México, esa es la única respuesta, el único que quiere follar con su padre que odia tanto, es un demente, quizás España tenga razón, heredó el nulo razonamiento de su padre, no hay más explicación, México físicamente era casi a Azteca, no le extraña que también sacó su personalidad o sacó las demencia mentales del ex imperio también
— ¿Están todos aquí?
— Falta el joven Nueva España
Todos los británicos junto con los imperios estaban fuera de la mansión, ya estaba el transporte esperando para llevarlos a la ciudad, iban un tanto tarde pero era lo de menos, esa era exactamente la gracia. España suspiró, ¿será que Nueva España no vendrá? Lo matará si pasa eso
— Tu hijo es tan responsable —UK cantó sarcásticamente
— Debe venir por allí, además, no llevamos mucho aquí afuera reunidos —aseguró España
Paso unos cuantos minutos y ya empezaron a subirse a sus transportes listos para retirarse
— ¡¡¡Espérenme!!!
Todos voltearon a ver y era el hijo mayor del imperio hispano corriendo como loco, España soltó un suspiro en alivio, para luego reprenderlo por lo irresponsable que era, no era la primera vez que le hacía algo así, dejándolo en mal
— Señor España
El nombrado volteo al llamado viendo como se acercaba un transporte con la bandera británica, suponiendo que era aquella visita que esperaba UK que regresará, ambas potencias junto con el mayor se dirigieron a los nuevos visitantes
— Pensé que sería rápido —se justificó México gracias a su tardía
— Decirle ése cuento a tu pareja, Nueva España —dijo España un poco molesto
México carraspeo gracias al comentario, entendiendo el doble sentido y no hablo más
— Buenos días, no sabemos si llegamos tarde
Decía el líder mientras los demás bajaba del transporte saludando a ambos imperios de manera cortés
— Tranquilo, a decir verdad, pensé que llegarían más tarde, es excelente tenerlos temprano —dijo UK. Colocó su mano en el hombro del hombre que llegó—. Spain, él es Ferguson uno de mis generales más valiosos dentro de mi militar —presentó
— Mucho gusto general Ferguson —halago España extendiendo la mano
— Con su acento se escucha mucho mejor mi apellido —expuso feliz, sacándole una sonrisa al hispano
México rodó los ojos, no tenía que ser inteligente para saber dónde iban ésas palabras, además, desde que el famoso general se mostró, vio el interés que tuvo su padre al verlo, sabe que aquella mirada y ése tono suave que utiliza, es porque se formó un ligero crusheo hacía el británico; era una mierda; y lo peor es que aquel británico tampoco es ajeno a eso y también siguió el tonto juego, ¿acaso todos los británicos son homosexuales?, México hizo una mueca de enojo
La mañana pasó y parte de la tarde, fue un paseo un tanto relajado, por lo menos México no se sintió tan presionado, los británicos se comportaban normales e incluso mantenían sus curiosidades en lo que él contaba, eran personas un tanto cultas, aunque bueno, ni opinemos de Reino Unido ya que éste se mantenía totalmente indiferente a las enseñanzas del bajo y no es como que México le molestara, es más, agradecía un montón que ignorara todo para que no haga algún comentario estúpido o pidiera alguna explicación. El anglosajón sólo se la pasaba hablando con el imperio hispano de los tratos y puntos de su futura disque unión, a México no le parece nada agradable aquel nuevo tratado que querían hacer
— Ya que terminamos de conocer las partes importantes ¿por qué no comemos? —sugirió México
— ¿Comer?, espero que sea comida europea —UK insinuó
— Señor Reino Unido, para que esto sea una buena experiencia en la ciudad, debe comer los platos típicos de aquí —aclaró México con un tono suave
— ¿Comida de calle? ¿Comida llena de suciedad? Me parece algo sórdido —dijo en repulsión
— Señor UK, por si no recuerda está en mi territorio, no en España, así que lo que comerá en mi territorio debe ser comida de aquí —dijo despectivo—, además, estoy seguro que los demás quieren ¿cierto? —algunos de los británicos asintieron y otros se mantuvieron indiferentes—, y, no es la primera vez que come algo de aquí ¿verdad?
UK no sabe como tomar ésas palabras, claramente no le afectó, es más, fue tan insignificante, pero sabe que el americano simplemente quiere incitarlo hacer algún comentario, España se mantenía en desasosiego por todo lo que ocurría
— Espero que sea algo decente —dijo UK sin más
México no dijo algún comentario y escondió una sonrisa de malicia, claramente será decente para el británico, lo asegurará. Estaban cerca de un restaurante, tomaron sus asientos y México fue el encargado de pedir las comidas, todos comían tranquilos, disfrutando de la comida, halagando, algunos comentarios, chistes, anécdotas, en fin, era un pequeño compartir
— ¡Traigan el plato de oro! —avisó México luego de que todos terminaran y reposaban de los platos anteriores
España lo miró con curiosidad pero no opinó nada, México se levantó a los segundos cuando traían el plato, los trabajadores apartaron los platos para dar espacio al valioso, se colocó en frente de Reino Unido ya que era el invitado principal
— Éste plato es lo más especial de mi cultura, es con mucho amor —sonrió México
Dio la orden para que quitaran la tapa; para sorpresa de todos y sobre todo el imperio angloparlante, era algo demasiado desagradable que hubo demasiado gestos de malestar y murmullos. Era un corazón. Se podía ver que fue recientemente arrancando de... algún ser, no estaba del todo cocinado, pero ése era la gracia, estaba lleno de sangre, más bien, la sangre era el líquido especial de aquella carne, Reino Unido podía jurar que ése corazón latía y también podía jurar que ése corazón era humano, y no lo dudaba, conocía muy bien los corazones del hombre
— ¿Qué significa... —Reino Unido miró a España y éste se mantenía con una expresión neutra, aunque podía notar un ligero asombro
— Oh vamos señor UK —sonrió en grande México—, en su cultura también le sirve los corazones a su gente ¿no?
— ¿Estás loco? ¡Jamás haría algo así! —dijo horrorizado
— Bueno, aquí si hacemos eso, lo hago con mucho respeto señor UK —México tomó un cuchillo de la mesa y se acercó al anglosajón. Todos prestaban atención al americano—, y no está mal, está delicioso, se lo aseguro
—UK se colocó tenso cuando México se puso a su lado— Eres igual de enfermo que tu padre —esputó incómodo, claro, sin demostrar su incomodidad
— ¿Qué mi padre?, pero si estoy siendo educado —dijo con un sarcasmo de dolor
— Ustedes los indios son demasiado vulgares y sin educación ¿para ustedes esto es normal?
México se echó a reír, y llevó el cuchillo al corazón para cortar en el medio, y para susto de la gente, salió disparado una línea de sangre que no logró ensuciar a nadie, ya que no era para tanto la sangre que había, pero Reino Unido vio como cayó enfrente de él a unos centímetros, y su expresión de desagrado se marcó más.
— ¡Ups! Eso fue sin querer —dijo México con diversión
España sintió vergüenza gracias a todo el show que formaba su hijo, él sabe que no era algo común todo eso, la manera en que presentó el corazón crudo así nada más para el anglosajón, era una especie de maldad y desagrado, México demostraba lo tanto que detesta a Reino Unido mediante el dessert, España se conocía perfectamente todo ésas acciones, aprendió perfectamente de Azteca, ¿Cómo no iba a conocer sus alimañas si siempre se lo mostraba? Y claro, no era sorpresa que el hijo de aquel imperio viniera con ésas alimañas, son tal para cual, a veces España pensaba en porque permitió que Azteca le enseñara ésa cultura a su hijo, sabiendo que también ésas cosas desagradables venían dentro de la cultura
— Que tu ¡¡¡¡¿qué?!!!!
— Jajaja, eso sinceramente hubiera sido genial verlo
Los hijos de España se encontraban en la sala conviviendo, aunque más bien, chismeando, ya que, cuando llegaron los inquilinos, los hermanos pudieron ver la cara de desagrado y horror que cargaban, sobre todo Reino Unido que estaba demasiado molesto mientras España intentaba tranquilizarlo, México mantenía en todo momento un gesto de indiferencia
— ¿Verdad que sí? —sonrió México complacido. Se encontraba acostado en el sillón
— Es una estupidez, ¿sabes que tendrás un enorme problema con España? —dijo Perú, México rodó los ojos
— Oh vamos, no seas tan aburrido, valió la pena eso —dijo divertido
— Creo que el único normal aquí, es Río de Plata —sonrió México, extendiendo su puño a su hermano menor y éste lo chocó
— Ustedes están locos, ¿creen que es normal darles corazones así de la nada a las personas? —bufo Perú
— Ay Perú~~ no hagas drama, fue algo de buena fe —dijo México
— ¿Ése corazón era humano? —al fin habló Nueva Granada y todos miraron a México curioso
— Claro que no —México rodó los ojos
Todos soltaron un alivio, bueno, por lo menos la mayoría, mientras seguían halagando o regañando al mexicano, éste se mantenía indiferente por los comentarios de reclamos que le hacían, luego debía aguantar al jefe de la casa, así que debía de mantener su mente relajada
— Pasa —ordenó España cuando tocaron la puerta de su oficina
No demoró mucho en pedir llamar a México, y éste soltó un suspiro mentalizándose de las palabras que pueden llegar como reprensión o los golpes que le puede dar su querido padre
México abrió la puerta viéndolo en su escritorio escribiendo, su expresión se mantenía serena, aunque podía notar una ligera molestia, entró y cerró la puerta, camino hasta estar a unos metros lejos de su padre; se mantuvo en silencio esperando alguna palabra
— Quieres que me siente o- —México no siguió hablando, cuando vio a su padre alzar su vista mandándole una mirada en represión, así que se mantuvo en silencio mirando cualquiera esquina de la oficina, España volvió la vista a los documentos y la habitación se mantuvo sin algún sonido. México no negara que se siente un poco nervioso de que le hará su padre, ya que no le interesa mucho los insultos, si no, los actos, odia que lo golpeé, aunque dejo de hacerlo hace mucho, no se sabe si puede volver hacerlo, pero, prefiere eso a que el imperio intente hacer algo en su territorio o con algún grupo
— Hoy hiciste unos numeritos que...
España empezó hablar y guardo los documentos en el cartapacio, dirigiendo su mirada donde su hijo, aunque éste mantenía su mirada en las paredes de la oficina; México no dijo alguna palabra, sabiendo que su padre no le agradaba que le contestarán fuera del tiempo
— ¿Qué significó eso? —preguntó España
— ¿Qué cosa? —preguntó México
— ¿Quieres hacerte el gilipollas? Porque si es así, dime de una jodida vez y te largas de aquí y hago lo que tengo que hacer —esputó enojado
—México soltó un leve suspiro, dejando su indiferencia a un lado— Yo lo hice con respeto —expuso
— ¿Con respeto? ¿De verdad crees que eso fue con respeto?
— Papá, te aseguro que-
— No soy gilipollas Nueva España —interrumpió—, ¿crees que no me conozco ésos actos?, dándole un corazón crudo y en plato a Reino Unido ¿no es un acto de desprecio y amenaza?
México se mantuvo neutral, no le extrañó que su padre supiera el significado de aquellos actos
— Fue un regalo
— Fue una amenaza —corrigió y se paró—. Cuando es un regalo no se da de esa forma, lo sé muy bien Nueva España —hizo la silla aún lado para empezar a caminar—. Reino Unido a pesar de que desconoce de todo eso, sabe que lo hiciste con algún fin —España caminaba hacía México—. ¿Por qué lo hiciste?
— Solo lo hice, porque si —dijo en desdén
— No me jodas Nueva España, ¿Qué mierda crees que haces? —quedó a unos centímetros lejos de su hijo, éste lo miró—. ¿Dónde sacaste ése corazón?
— De algún animal —dijo despreocupado
— ¿Animal? ¿Crees que eso era de algún animal? Es mejor que hables de una buena vez —ordenó
—México suspiró y colocó una expresión de frialdad— Los mande a cazar en mis fronteras; unos animales asquerosos e irritantes que intentaban tomar mis tierras; me pareció seres insignificantes que no servían en vida
España veía cada gesto que hacía su hijo mientras hablaba, era algo gracioso para él ya que, dicen que él es el demente de todo el continente, cuando hay otra personita que está más psicótico que él
— Estás... ¿estás diciendo que eran británicos? —preguntó España solo para asegurarse
—México asintió— Animales insignificantes
España acarició su cien intentando no pensar en los detalles, siquiera intentando saber que fue lo que había comido en ése restaurante, ya que podía estar seguro que las carnes ésas no eran del todo animales
— ¿Era necesario hacer eso? —preguntó España
— Para mi lo era
— ¿Crees que con esto no habrá alguna represalia?
— No debería, ya que él mismo se lo buscó —dijo apático
Pasó su mano bruscamente en su rostro intentando no descontrolarse y mantenerse cuerdo
— Debería de golpearte —refunfuñó enojado acariciando su frente
— ¿Por qué?, no hice nada malo, y estoy seguro que no te molesta en lo absoluto
—España apartó su mano de la cara— ¿Qué no me molesta? ¿Piensas que convertirte en un caníbal es algo normal?, ¿piensas que Reino Unido no hará nada en contra?
— Si lo hace, estaré esperando —aseguró
—España tomó la camisa ajena desde el cuello, apretando— ¡Esto no es un maldito juego Nueva España!, todo lo que puedes provocar solo por tu infantilismo ¿sabes porque el imperio de tu padre cayó como catapulta? —dijo en enojo
— No soy mi padre —corrigió—, además, no pasará ningún problema, Reino Unido siempre juega sucio, no me quedaré como tú viendo como intenta tomarse las cosas que no le pertenece —bufo
—España observó por un momento a su hijo— ¿Te he criado así?
— No te preocupes papá, cuando se hable de mi, será por mi propia cultura que de por ti —dijo en desdén
España soltó a México y volteó, se detuvo a pensar un momento las acciones de su hijo y lo que puede causar, empezó a caminar para acercarse al escritorio, México lo vio curioso, claramente era extraño ver al hombre tan callado y pasivo cuando debería de estar gritando como un demonio
— Creo que... voy a tener que cambiar mi decisión —soltó España luego de un tiempo
—México frunció el ceño— ¿De qué hablas? —dijo confundido
— Tus actitudes serán perjudiciales para tu propio territorio, 'para mi imperio' —enfatizó lo último—, así que no te dejaré en el mando del virreinato
—México abrió los ojos en sorpresa y quedó por un segundo congelado— N-n-no... no puedes... no puedes-
— Hasta que saques ésas ideas —interrumpió España, llegando a su escritorio tomando una pluma—, ésas ideas que heredaste de tu padre, ése salvajismo, no podrás tomar riendas de éste territorio
— ¡No me puedes hacer esto! ¡¡Tu has hecho cosas peores!! —expuso enojado
— Puede que si, pero, se cuando hacerlo, y no lo hago por un simple capricho, porque si sigues así, tu solo derrumbarás a tu gente
— ¡Tengo derecho a protegerlos!
— No de la manera que lo haces, no haciéndolo sin fundamentos y a imperios demasiado poderosos
— ¡¡¡¿Qué?!! ¡Pero si él quiere invadir mis tierras! ¡Quiere arrebatarlo! —dijo alterado
— ¿Tienes pruebas?, ¿tienes pruebas de que él es el que mandaba a las personas hacerlo? —España volteó a ver a México viendo la expresión de enojo y sorpresa por sus palabras—. Nueva España, entiendo tu frustración, entiendo que eran ingleses lo que pasaban, pero, Reino Unido está haciendo un tratado conmigo sobre los límites y demás, además, no puedes atacar sin pruebas, cualquiera puede mandar soldados a cruzar frontera, solo para un complot
— Con Reino Unido eso no funciona —aseguró
—España empezó a caminar hacia su hijo— Te entiendo, pero, Reino Unido tiene imperios detrás de él, igual de poderoso, ¿crees que es fácil hacerle frente?
— Tu puedes hacerlo —aclaró México
—España se echó a reír— No, no puedo, el hecho de que sea más "alto" que Reino Unido —refiriéndose a los territorios en masa que tiene en América—, aún así no sirve de nada, ése hombre es alguien que, ha destruido imperios poderosos, ¿no te pedí que estudiaras historia? —México asintió. España estaba frente a su hijo—, a mi me iba a destruir, bueno, a decir verdad aún lo intenta, si no fuera por América... ¿debo recordártelo todo?
— Yo...
—España tomó el mentón del mexicano alzándole la cabeza, México se estremeció— Reino Unido no es alguien que se puede tumbar así nada más, está bien que ataques, siempre es bueno la guerra si se requiere, pero, no lo hagas por odio, no caigas en el error de tu padre —México desvió la mirada a otra parte, la mirada de su padre lo achicaba—, si sigues actuando de manera impulsiva, vas hacer sufrir a tu gente y serán los únicos perjudicados —México apretó sus labios, España sonrió—. No me creo que... hayas echó eso solo porque estaban invadiendo las fronteras
—México frunció el ceño mirándolo— ¿De que hablas?
— Siempre los ingleses han intentado invadir nuestros territorios, allá Río de plata siempre debe pelear con ésos piratas, ¿Cuál sería la diferencia en esta?
— No entiendo lo que quieres decir —intentó decir de manera indiferente
España se acercó al rostro ajeno analizándolo, como si las palabras estuvieran pegado en el rostro de su hijo; México se tensó, su padre era alguien que no se podía engañar tan fácil, además del agarre y la mirada, no lo dejaba mantenerse en paz, su vientre dolía por la incomodidad, quizás era notable para el mayor
— Iré al norte —soltó México, su cuerpo estaba entumecido y si se mantenía en ésa posición podía desmayarse en cualquier momento, hubiera preferido que su padre le diera un par de golpes o estuviera enfadado con él
— ¿Qué? —enmarcó una ceja de confusión y soltó a México
—México sintió el aire volver a su cuerpo cuando su padre se alejó— Sí... quiero... ver como está todo por allá
— ¿Así de repente?
— Tengo tiempo que no voy... además, las personas están muy abandonadas
— Claramente no irás solo por eso, ¿oh sí?
México sabía que su padre no le gustaba que fuera allá, ya que éste tiene una "mala imagen" del vecino o por lo menos México lo resume así, España sabe que México cruza la frontera para visitar al hijo del anglosajón, así que su padre siempre tenía un conflicto con él de que no le gustaba que tratara con el hijo del británico, aunque a México le causa mucha risa ya que, él se acuesta con el británico ¿Cuál es su problema con el hijo?, por eso solía ir cuando el mayor estaba en su continente para que no lo jodiera; pero él necesitaba irse de ahí lo más rápido que pudiera, se sentía sofocado, bueno, a decir verdad, no quería saber nada UK, ése hombre lo estaba enfermando de alguna manera que él no quería aceptar, ya que sabía porque tanto odio al hombre
— Iré solo por eso papá
— Yo espero que no me entere de otras cosas que estés haciendo por allá
— ¿Qué otras cosas?
— Ya sabes, estar con ése muchachito —dijo despectivo
—México miró al techo cansado— No papá, no veré a Trece Colonias —dijo aburrido
— Eso espero —volteó para ir a su escritorio—. También, ya que irás al norte, deberías de buscar parejas
— ¡¿Qué?! —hizo una mueca
—España tomó asiento en su silla— Oh sí —empezó a tomar sus documentos—, no te he molestado con eso ya que tu educación es primero, pero, ya es hora que lo hagas
— Papá, estoy muy joven para eso
— ¿No me dijiste ayer que eras un adulto? —enmarcó una ceja en diversión y México bufo—, es más, estás demasiado viejo para que no tengas una pareja —guio su mirada a los papeles
— Papá~~ no tengo tiempo para eso —dijo cansado
— ¿Ah no? Entonces ¿no me darás nietos? —lo miro y enmarcó una ceja
—México chasqueo su lengua— No lo sé, no quiero tener hijos
— Entonces menos puedes tomar el control de tu territorio —México lo miró con una expresión de molestia—, para ser un buen líder, hay que ser un buen padre y esposo, así que debes responsabilizarte en eso. Como dije, no te molesté con eso ya que quiero que seas un hombre culto, tener hijos tan rápido es demasiado tedioso, y te lo digo por experiencia, por eso, quería ser más relajado contigo. ¿No tienes a nadie interesado?
— Yo... —suspiró—… no, no tengo a nadie que me interese —expuso
— Bien, entonces, trabaja en eso —dijo España sin más tomando su lápiz para retomar su trabajo. México arrugó la boca en fastidio, sabía que debía buscar alguna pareja o alguien decente, pero no tenía ganas, ni siquiera tenía su mente en eso, luego de todos los problemas y ahora que su padre le quitará influencia en su propio territorio, menos tiene gana de pensar en tonterías de parejas e idioteces y menos cuando tiene en la mente a su estúpido padre de mierda
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— ¿Qué es lo que ves?
— Veo un enorme chocolate
— ¿Por qué piensas en comida siempre?
— No he comido, idiot
— ¿De verdad? ¿Quieres que te de algo de comer?
Había pasado días en la que México se había ido al norte, dejando por fin la mansión que lo estaba succionando, aunque más bien era por la presencia del británico. Veía como todo se manejaba y como le estaba yendo a las personas, luego de un trabajo arduo de unos días, decidió mandarle un mensaje a su vecino para que se cuadraran y poder verse de nuevo.
Se encontraban en el territorio del anglosajón a unos kilómetros de la frontera del hispano, donde siempre se reunían hablar y tirar chismes cuando se podía; estaban acostados en el campo viendo las formas de las nubes
— Me refiero a que quiero algo dulce —Explicó Trece Colonias
— ¿Sabes que es malo comer golosinas?, te puedes morir —dijo México
— Puff~ ¿acaso mi padre estando en tu territorio te pegó lo idiot? No vengas con ése tipo de psicología —dijo en fastidio
—México rió— Pero es verdad —justificó y recibió una mala mirada del bajo—. ¿Cómo te ha ido con tus territorios?
— Nada, todo normal, ya sabes que no puedo siquiera dar un opinión —bufó—; tu tienes suerte
— Ni tanto, España dice que ya no me dejará en el mando, ya que soy muy psicópata para él —chasqueo su lengua en molestia
— ¿Cómo no? Si le diste carne y corazones humanos a UK, ¿Qué esperabas? —rió
— No me puedes juzgar, tu también lo harías
— Claro que no, no entró en eso —hizo una mala cara
—México rió— Si claro, pero estoy seguro que le hicieras unas hermosas chaquetas o camisas con pieles humanas ¿verdad?
— Obvio, eso tiene más glamour —dijo indiferente confirmando. México se echó a reír negando—. Me hubiera gustado ver la cara de mi papá cuando veía ése corazón —dijo en burla
— Fue-lo-mejor —dijo con un tono exuberante—. Fue lo mejor de la vida, si existiera alguna manera de captar esa imagen, lo pondría en la pared como premio —sonrió en grande
—Trece Colonias negó— ¿Por qué lo hiciste?
— Tu papá me cae mal
— Tenemos tanto en común Nueva España~ pero no me has dicho nada, ¿Qué fue lo que te hizo?
—México rodó los ojos— Su presencia me enferma, además, siempre venía con los comentarios racista
— México, eso es tan común~
— Sí, pero el hecho de que tu aguantes como un idiota, no quiere decir que yo lo deba hacer, siempre hablaba mierdas de mi padre, ¿contigo no lo hace?
— UK prefiere no tocar algún tema que sea de mi padre —encogió los hombros—, literalmente, está vetado de mi casa
— Ohhh... eso no lo sabía, pensé que era alguien desgraciado con eso
—colocó sus manos debajo de su cabeza— Mi papá le encantaría desaparecer ésa mitad sangre india que tengo —suspiró—, aún, sigo sin entender, como es que... ya sabes, como paso ésa mezcla —rió
— Bueno, tu papá es alguien extraño, así que no me extrañaría que le excito ver a tu padre
—Trece Colonias soltó unas risas— Pues mira que es cierto, es más, salí guapo, eso quiere decir que se esforzaron bastante —sonrió en grande
—México sonrió— Así es, aunque ni tanto, le faltó más trabajo —dijo molestando
—Trece Colonias bufo— Que envidia, hasta que se siente, ¿será porque tienes cara de indio y yo soy blanco?
—México arrugó la boca y lo miró despectivo— Si para ser blanco tengo que tener la cara de buey como tu, prefiero ser indio —encogió los indiferente. Trece Colonias se echó a reír y guio su mano al muslo ajeno—; ¿estás coqueteando conmigo?, ¿ahora me pedirás que mejore tu raza? Lo lamento, cobro muy caro —dijo egocéntrico
— Ay cállate México, quiero saber de verdad porque le diste de regalo un corazón a mi padre, estoy seguro que cuando venga, lo voy a escuchar quejarse sin cansar, quizá comience una guerra —rió
—México suspiró— No lo sé muy bien... a decir verdad ahora que lo pienso, he sido demasiado estúpido en hacerlo —aceptó
—Trece Colonias enmarcó una ceja— Que extraño que te arrepientas de algo, entonces fue más bien por rabia que otra cosa —México asintió—. Entonces querido Nueva España, sería tan amable de explicarme —pidió cortésmente
—México bufo— Podías... tan siquiera dejar de decirme Nueva España
— México, ése es tu nombre —encogió los hombros—, además, yo que sepa estás registrado de ésa manera ¡y! Tu padre te lo puso
— ¿Quieres que me vaya? —amenazó
— Andas muy sensible ¿eh? —rió—, está bien, no diré más, ahora cuéntame
—México se sentó, manteniendo sus piernas extendidas, empezó a acariciarlo por la incomodidad— No creo que debería decírtelo —confesó indeciso
— ¿Es tan malo lo que hiciste?
— Del porque lo hice —corrigió
— Mjhm... bueno... si no tienes la confianza en contármelo, está bien, déjalo así
— No es eso, es solo que... —pasó su mano en el pelo nervioso—... es algo vergonzoso
— Mhjm, que tan malo podría ser... ¿quizás pueda joderte con eso toda la vida? —dijo con diversión
— Sí, si puedes —admitió
—Trece Colonias se sentó con una intriga más grande que antes— Ya me dejaste curioso, ya cuenta, que es —solicitó
— Prométeme que no me juzgarás —pidió
—frunció el ceño— Nada es peor de las pendejadas que haces —sonrió
— Pues está lo es —sonrió suavemente
— Entonces, cuéntame, a huevo eres mi vecino, no te puedo cambiar, aunque quisiera —rió
—México volteó para verlo, manteniéndose en silencio por unos minutos dejando con más curiosidad al anglosajón— ¿Estarías conmigo Trece Colonias?
—Trece Colonias pestañeo— ¿Qué? —dijo fuera de si
—México asiente— Creo que sería lo mejor
—bufo— ¿Me puedes explicar? Por favor
—suspiró y miró el árbol que estaba detrás de Trece Colonias para no verlo directamente— Yo... siento deseos carnales por mi padre —reconoció
—La boca de Trece Colonias se abrió en cámara lenta, colocando a México más apenado de lo que está— ¿Bromeas? —soltó luego de un tiempo
— Como quisiera que de verdad fuera una broma —se sinceró
Un silencio tortuoso cayó para México, arrepintiéndose de confesar su pecado más abominable que tenía, ver la expresión neutra de Trece Colonias le aterraba un montón, ¿Qué se supone que estaba pensando? ¿Acaso empezó a nacerle un terror hacía su persona? Ruega que eso no pase, Trece Colonias tenía el mismo rostro indescifrable que solía tener UK a menudo, y nunca supo de que va esa expresión, maldice el hecho en que Trece Colonias se parezca tanto a su progenitor
— ¿Qué harás? —soltó Trece Colonias después de años que sintió México que pasaron
— No lo sé —susurró
—Trece Colonias soltó un suspiro desganado— ¿Dónde quedó el famoso odio que sentías por tu padre? ¿Ése remordimiento que le tenías por la muerte de tu papá?
— apretó su mandíbula y regresó su mirada al frente— No lo sé —murmuró melancólico—, creo que... no sé, no sé lo que pasa por mi cabeza, no sé si es porque pasó demasiado tiempo con el odioso de mi padre —suspira cansado. Trece Colonias asintió y México volteó para volver a mirarlo—. Por eso te pido que estés conmigo
— Já ¿crees que con eso se te irá tu enfermedad mental? —rodó los ojos
— No, pero pienso que si tengo sexo ya se me irá esas hormonas
— México, tu familia es enferma, así que eso no se te quitará ni con un palo roto en la cabeza
— Pero hay que intentarlo ¿no?
—frunció el ceño— ¿Realmente gustas de tu padre o solo me estás jodiendo para que afloje el culo? —bufo
— Estoy siendo honesto, no bromearía con algo tan asqueroso, además, si te quisiera follar lo hubiera hecho hace mucho —dijo indiferente
— ¿Disculpa? —dijo ofendido
— Obvio, o sea, no necesitaría decir mentiras para tener algo contigo
— Púdrete México, ve y comete a tus indias
— No es lo mismo, ya que nosotros somos Colonias y ellos son ¿humanos? —dijo un tanto confundido con el tema
—Trece Colonias rodó los ojos— México, no haré eso, aún si lo hiciera, ya tienes la enfermedad en tu cabeza y eso no se quita
— Si se puede
— Que no, además, ya viene de familia ésa morbosidad
—bufo— No es cierto... —susurró
— Claro que si, tu papá se acostaba con sus primas o familiares, España es noble, y ésas gentes siempre se casarán con sus hermanos y cochinadas, o es que, ¿se te olvida que la reina tiene de esposo a su primo-hermano?, que puto asco, aunque bueno, no es tan asqueroso si lo ves en cada esquina —encogió los hombros despreocupado. México hizo un ruido con la garganta y volvió su vista al frente—. Quizás tengas razón, quizás es algo hormonal y solo es por falta de sexo, somos jóvenes México, solemos tener fantasías demasiado desagradables
— ¿Cuál es la tuya?
— No lo sé —dijo sincero—. Pienso que... mis fantasías son normales, así que no te podría decir que sería lo bizarro, ya sabes, desconozco de lo bueno y lo malo
— Eso es cierto —aseguró
— Pero bueno, estás por acá en el norte, ¿Por qué no tienes sexo con alguien?
— No me nace así sin más, para ser sincero, no he sentido una conexión sexual con nadie, solamente con mi padre
— ¿Ninguna fantasía?
— Sí, pero es diferente a que quiera ir acostarme con ésa persona, ¿me entiendes? —Trece Colonias asintió—, por eso te lo pedía
— ¿Sientes conexión sexual hacía mí? —frunció el ceño
— No... pero eres mi amigo ¿no? Podemos experimentar entre nosotros
—Se echó a reír— Oh no México, no te he pedido ésa clase de ayuda, deja de pensar en tonterías
—México lo miró— ¿No quieres dejar de ser virgen? —sonrió divertido
— No, quiero ir virgen al matrimonio, así que gracias por la buena fe —bufo negando
—rió— ¿Quieres tener una vida sexual miserable con tu futura pareja?, debes conocer tus placeres
— Lo conoceré con ésa persona, así que gracias
— ¿Y si es aburrido en la cama? ¿y si es alguien tan serio y acatado que no quiere ni mover un dedo?
— Bueno, que se puede hacer —encogió los hombros—, además, el sexo es algo reproductivo, no banal y placentero, así que es lo que menos me importa, no debo disfrutar eso, a Dios no le gusta eso —dijo despreocupado
—México lo miró con lástima— Así habla una persona miserable
— Ay México —lo golpeó riendo—, eres un virgen, ¿Qué vas a saber de eso?
— Lo suficiente como para saber que en el sexo se disfruta —encogió los hombros—, no quiero vivir miserable como tu Trece Colonias —Trece Colonias rió—. Por eso te digo, vamos ayudarnos
— Nueva España —recibió una mala mirada del mexicano—, no pienso tener nada contigo, no quieras utilizarme para curar tu enfermedad, no soy tu juguete, así que es mejor que mires otro sitio, te puedo ofrecer alguno de mis gentes o soldado, pero no me metas en tu lista, crazy
—México tomó las manos del anglosajón y éste lo miró con desagrado— Se supone que somos amigos
— No sé quién te dijo eso, pero yo no soy nada tuyo —dijo con indiferencia
—México mostró un gesto de ofensa— Trece Colonias... porque eres tan cruel... me dueles, pensé que lo tuyo y lo mío era-
— Qué dice tu papá al respecto —interrumpió—, ¿él sabe que estás aquí? —se soltó, cambiando el tema
—bufo— Vaya manera de tratarme —dijo
dolido—. Claramente, él no lo sabe, no me quiere ver ni en pintura por acá
— Vaya posesivo —rió—. Ahora que lo pienso. Canadá tiene a un contrincante —dijo divertido
—se rió— No digas tonterías... además... ¿Qué de él?
— Está en Europa, cuando vuelva se lo voy a decir—suspiró triste—, pobre hermano mío, le quitaron a su amor y claro que no podía con eso, si su contrincante ¡es su propio hijo! —dijo con diversión
— Trece Colonias, no es gracioso, es algo demasiado bizarro, dios... porque me pasó esto —le pegó a su cabeza
— ¿Crees que tu padre no sepa que estás aquí?
— ¿El tuyo lo sabe?
— Lo sabrá —Trece Colonias se volvió a tirar al suelo acostándose, estirando su cuerpo—, estoy seguro que deben de estar viéndonos a los alrededores —apuntó a su alrededor—, pero no me importa, de todas maneras UK siempre viene a reprenderme por alguna razón, so... ahí tiene por donde comenzar
—México se volteó y se recostó sobre su codo para ver a Trece Colonias, le sonrió— ¿Ves que tanto me amas como para recibir las paleras de UK?
—bufo y lo miró — No te sientas la gran cosa México, además, cuando tu padre sepa que estás cruzando a mi territorio, también te dará una paliza —frunció el ceño—. ¿Nunca has pensando que tu padre es demasiado posesivo?, es decir, que te trata como si fueras su esposa o amante
—frunció el ceño— ¿Qué tonterías dices? Él es así, él es así con todos mis hermanos, demasiado posesivo, no quiere que nadie nos trate y no es como que fuéramos sus parejas, simplemente es celos paternal, tiene miedo de que nosotros nos vayamos algún bando o algo así
— No lo sé Rick...
— Ay por favor, ¿acaso tu padre tampoco es posesivo contigo?, claro que lo es y demasiado y eso no quiere decir que te quiera en su cama ¿verdad?
—encogió los hombros— Ahora que me dices que gustas de tu padre... sinceramente ya todo me da pudor y empiezo a desconfiar —chasqueo su lengua
—México se echó a reír— ¿Tu padre te hará suyo?, lo dudo, no le gusta meterse con indios
— Así decía desde que llegó a América y aquí ando —encogió los hombros y México hizo una mueca—, pero, de verdad pienso que tu padre puede tener sus cosas de enfermo igual a ti, así que estoy seguro que si te entregas, él te tomará —rió con diversión
— No es gracioso Trece Colonias... es... bizarro —frunció el ceño casi imaginándoselo—, no creo que él haga eso... o sea me refiero a que... no lo sé, nunca he visto que me ha-nos ha mirado de alguna otra manera —se corrigió a lo último
— Obvio que no es demostrativo México, pero, uno nunca sabe, puede que tengas razón, de todas maneras, él es un hombre perdido y se mete con quien sea, y si fuera así, quizá ya los hubiera tocado —chasqueo su lengua—. Pero te diré una cosa México, si... tan siguiera me hubieras dicho, no sé, que te gusta Perú o alguien así, ya sabes, Perú vale la pena —México rodó los ojos—, pero, ¿España? ¿En serio tenía que ser España?
— Ya pues ¿no? Me dijiste que no me ibas a juzgar
— No te juzgo por incestuoso, te juzgo porque te quieres culear a tu papá y no a Perú —encogió los hombros
— ¿Qué tiene que ver Perú en esto?
— No lo sé, pero si fuera uno de tus hermanos, estaría chilling, ¿no te cosa querer comerte a un hombre que tiene muchos caminos explorado? —hizo una mueca de desagrado
—México rió— ¿Ahora juzgas por eso?
— Obvio, a Dios no le gusta eso —encogió los hombros—, Dios prefiere el incesto consensuado o no consensuado que una persona que disfrute de su sexualidad —encogió los hombros
—México sonrió— ¿Sabes algo Trece Colonias? —el nombrado lo miró curioso, esperando respuesta
México se echó hacía adelante casi colocándose frente al menor, con su mano desocupada tomó la nuca ajena besando de manera sorpresiva al anglosajón, éste abrió sus ojos enorme, casi siente que se le iba a salir cuando sintió los labios ajenos pegarse a los suyos, llevó su mano al hombro ajeno para empujar
— ¿Qué crees que estás haciendo? —susurró luego de alejarlo
— ¿No se nota?
— Eres un idiota, como te atrev-
Fue interrumpido nuevamente por un beso, México lo hizo para evitar escuchar sus reclamos, aunque para su sorpresa solo el joven se tensó y no intentó alejarlo del todo, era su primer beso así que no sabía como desenvolverse, los únicos besos que ha visto es lo de su padre, no hará ésas clases de succiones con el pobre de Trece Colonias que movían sus labios armoniosamente, ése beso siempre le pareció lindo e interesante, intento recrearlo, sintiendo que el bajo se tensó aún más y apretó sus hombros, sabía que también era su primer beso, luego de mover suavemente sus labios, se sentía más impregnado en el beso, así que se empujó aun más al anglosajón, para profundizarse más
— Ej-ejpeja —decía Trece Colonias entre el beso, apartándolo—. Es suficiente, te estás pasando de listo —regañó
— Lo siento, pero no pude evitar seguir —se sinceró
— México, ¿crees que haciendo todo esto dejarás de sentir atracción hacía tu padre?
—México colocó su mano en la cintura ajena, sintiendo como se estremeció el bajo— No, estoy consciente de eso, pero, aún así...
Nuevamente tomó los labios ajenos, Trece Colonias, dirigió sus manos a la nuca ajena, intentando sobrellevar el beso, ya que cuando el alto se apegó a sus labios, de una vez empezó con aquel movimiento en sus labios, que aún no lograba sincronizar
Pasaron los días y los trabajos se mantuvieron pesados, cada tema era un tanto difícil de tratar y peor cuando las cosas en el norte iban mal, ya sea por la sequía, falta de tratos y abandono del lugar, vaya que los trabajos eran imposibles de tratar y sabía que no podía hacer mucho cuando ya siquiera era alguien importante, enterándose de que ahora el comendador era el que ordenaba sobre encima de él, su padre era de lo peor, y se lo iba hacer saber, pero por ahora se mantendría en su esquina
Mientras que las visitas con su vecino seguían siendo de vez en cuanto, gracias a que estaban ocupados, eso sí, eran reuniones sanas ya que el anglosajón le daba golpes si el hispano intentaba pasarse de listo. Lastimosamente su padre se enteró de las visitas que hacía al otro lado de las fronteras, no le extrañó, es obvio que España lo tenía vigilado, tenía todos sus movimientos captados, ya estaba acostumbrado de la persecución que hacía su padre hacía su persona
— Joven México, su padre mandó una carta
Para su mala suerte, su padre mandó un mensaje que quería que volviera inmediatamente, México no se arranca los pelos de los huevos porque sería doloroso, pero de verdad estaba disgustado por las tonterías de su padre, a decir verdad, desde que Trece Colonias le dijo eso, a pensando seriamente de que podía ser verdad, su padre se comportaba tan obsesivamente con él, mando ése mensaje porque se enteró que visitaba al anglosajón, aunque no lo pusiera en la carta, no tenía que ser genio para saber que de eso se trataba y no lo que puso en su carta
"Debes venir a trabajar en la ciudad algo muy importante"
A los días México se encontraba en el centro, buscó a sus hermanos para darles las cosas que había traído, pero se le notificó que cada uno estaba en su territorio, eso quiere decir que México se encuentra solo, cosa que, en parte no le desagrada, pero, estar con su padre solo... bueno, es una mansión de más de mil metros, es estúpido que se sienta tan incómodo, estando a metros prácticamente de su padre, pero bueno, sabe que su trauma a crecido, y debe saber como ser menos enfermo