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Para enderezar una vida

Chapter 130: CXXX

Notes:

Escuché muchísimo una canción particular mientras escribía esto: Make it right, de The Narrative. Está en la playlist de este fic ;_;

Chapter Text

Eleven observa la sombra que se erige frente a ambos como un mal presagio.

   —Henry…, ¿qué es esose las arregla para preguntar, un nudo en su pecho dificultándole las palabras.

   —¿Eso? Oh, ¡si se trata de la llave para reformar el mundo! responde Henry con un fervor inquietante.

   Como un sueño, como una pesadilla, en verdad, las palabras acuden a su mente:

   «Podríamos reformar el mundo, rehacerlo a nuestro criterio».

   Gira la cabeza bruscamente hacia él.

   —Tú me ayudaste a nombrarlo. Pero Henry no la mira a ella, sino al monstruo frente a ambos, el orgullo evidente en su mirada. El Mind Flayer, ¿lo recuerdas?

   Eleven se lleva una mano a la boca, sus piernas temblando.

   —Henry… masculla a través de sus dedos. ¿Qué… es exactamente lo que planeas?

   Él la mira entonces, una expresión entre confundida y curiosa en su rostro, una sonrisa similar a una mueca curvando sus labios y un brillo febril en sus ojos.

   —¿Qué planeo, preguntas? Bien… Qué no planeo, mejor dicho. —Da un paso hacia la criatura y extiende la mano; como una fiera domada, el ser tan solo se inclina hacia abajo doblando sus extremidades, una clara actitud de sumisión—. No hay límites para nuestro poderío con el Mind Flayer de nuestro lado.

   »Pero para responder tu pregunta —añade, su mano rozando las partículas oscuras—, supongo que lo primero será tomar Hawkins.

   Ella traga saliva, forzándose a sí misma a juntar coraje para preguntar:

   —¿Vas a… destruir Hawkins?

   —¿Destruir? —Henry deja caer la mano y la criatura vuelve a erguirse a la par que maniobra su enorme cuerpo hacia atrás. Sus ojos la buscan al agregar—: Prefiero el término «rehacer»: con su ayuda, reharemos Hawkins a nuestro antojo.

   »Lo he visto antes, incluso. En una dimensión similar a esta.

   Eleven frunce el ceño.

   —¿Qué estás…?

   Henry deja escapar un suspiro.

   —A decir verdad, deseaba enseñarte esta nueva dimensión cuando ya fueras mayor de edad. Sin embargo, tanto tu insistencia como acontecimientos… imprevistos… han forzado mi mano.

   —¿Acontecimientos imprevistos? —repite Eleven, incrédula.

   La línea que forman sus labios revela lo reacio que está a revelarle la verdad.

   Aun así, lo hace.


—¿Otro Henry? —El pronunciar las palabras no lo hace más fácil de digerir.

   Todo lo que ha oído es… aterrador. Como único punto positivo, ya libre de estos dos secretos monumentales, Henry parece haberse sosegado nuevamente, al menos por el momento.

   —Correcto —coincide—, si bien veo ciertamente difícil que nos confundas desde un punto de vista meramente físico.

   Eleven toma una profunda bocanada de aire: las partículas la hacen toser.

   —Hm, te tomará algo de tiempo acostumbrarte —señala Henry con expresión pensativa—. Aún estoy investigando la viabilidad de residir aquí por periodos extendidos de tiempo sin la necesidad de recurrir a una simbiosis total como el otro Henry.

   El hecho de que lo esté considerando siquiera la aterra: el paraje es inhóspito, criaturas monstruosas deambulan las planicies y…

   Siento que me observa, piensa, notando cómo la criatura, aunque sin ojos, parece seguirla con su cabeza puntiaguda.

   —¿No podemos simplemente… quedarnos… del otro lado? —No sabe cómo denominarlo, mas, a modo de explicación, lanza una mirada significativa al portal que han dejado atrás.

   —Oh, nosotros nos quedaremos de ese lado. —Eleven no alcanza a exhalar de alivio cuando Henry continúa—: La cuestión es que el Mind Flayer vendrá con nosotros, y solo puede respirar este aire corrupto, por llamarlo de alguna manera. —Su expresión debe delatar su incredulidad, pues Henry añade con un tono impaciente, como si fuese obvio—: Tomaremos Hawkins…, no, tomaremos el mundo, Eleven: lo necesitamos. En especial si consideramos que el otro Henry también ha creado uno.

   Hay muchísimo que abarcar aquí, mas Eleven decide que la mejor estrategia es apegarse a lo importante.

   —Henry…, yo no quiero tomar Hawkins.

   Inmediatamente, la expresión de su rostro se oscurece.

   —Te he dado tu libertad y te he dado tiempo, Eleven, pero este es el culmen de todo lo que preparé para los dos, de lo que siempre quise para nosotros.

   —Pero yo no quiero esto —refuta ella, meneando la cabeza—. Yo… Yo quiero a Max, y a mis demás amigos…

   —Podemos perdonarles la vida —contraargumenta Henry inopinadamente, como si estuviesen discutiendo los planes para una salida cualquiera—. Podemos hacerles un espacio en nuestro nuevo mundo.

   «Perdonarles la vida». La frase, el tono de voz tan libre de malicia, tan casual…

   Como si fuesen simples cucarachas.

   —Sin embargo, lo primero que debemos hacer es ocuparnos del otro Henry —comenta, ensimismado como está en sus planes.

   Ya no puede más: da un paso, da otro, y de repente…

   Sus dedos se hunden en la manga de la camiseta blanca de Henry.

   —Henry…, por favor, no hagas esto.