Cuando era niño, Murakami se encaprichó de una chica a la que llamaba Kuroneko. Ella insistía en saber de extraterrestres y en haberlos conocido, pero nadie la creía, incluso el joven Muraka... Leer todoCuando era niño, Murakami se encaprichó de una chica a la que llamaba Kuroneko. Ella insistía en saber de extraterrestres y en haberlos conocido, pero nadie la creía, incluso el joven Murakami se mostraba escéptico.Cuando era niño, Murakami se encaprichó de una chica a la que llamaba Kuroneko. Ella insistía en saber de extraterrestres y en haberlos conocido, pero nadie la creía, incluso el joven Murakami se mostraba escéptico.