La ya crónica avalancha de estrenos de películas de terror en las carteleras de cine o las grillas del streaming, tiende (de tan rutinaria e impersonal) a hacer olvidar que, tradicionalmente, el género ha sido usina de algunos de los grandes talentos del cine. Muchos de ellos están citados en la nueva película de Ti West, uno de los grandes talentos del cine.

Maxxxine cierra la trilogía de West que gira alrededor de la actriz Mia Goth, a quien alguien podría señalar como musa, pero sería un descarado: es una colaboradora con gran responsabilidad en el producto final.

Las tres películas son de terror hechas y derechas y giran alrededor de Maxine Minx que en X, la primera, interpretaba a una actriz porno que iba a filmar una película a una zona rural. Allí los aloja una pareja de ancianos, Howard y Pearl (también interpretada por Goth), que se vuelve cada vez más amenazante. Lo que sigue es una sucesión escabrosamente ingeniosa de muertes, en una tradición de la que West se enorgullece. Maxine, después de aplastarle la cabeza a Pearl, es la única sobreviviente.

La segunda, Pearl, también de 2022, es una precuela: la historia de la anciana anfitriona en sus años mozos, quien supo tener sueños de grandeza vía el cine pornográfico. Su preocupante estado mental y el ambiente opresivo parecen jugarle en contra, pero nada la va a detener.

Las dos películas fueron saludadas por la crítica con el habitual entusiasmo de su afán por encontrar una genialidad donde no debería haberla. Su éxito fue moderado, pero grande para la inversión, y además confirmaron a West como un director para atender.

Maxxxine encuentra a Maxine Minx convertida en una estrella del cine para adultos, aupada por el escándalo de tabloide de la masacre que dejó en X. La trama transcurre durante la era de oro del porno que abarca entre 1975 y 1985 y que sus éxitos tempranos —Garganta profunda o El diablo en la señorita Jones— consiguieron trascender, con sus pretensiones cinematográficas, el nicho de mercado. Paul Thomas Anderson en Boogie Nights reflejó ese tiempo y espacio.

Seis años después de los sucesos de la primera, Maxine sigue persiguiendo sus patológicos sueños de ser una estrella. Ya lo es, de hecho, pero pretende legitimizarse y pasarse al respetable star system de Hollywood, siempre su objetivo final. Consigue un papel de scream queen en una película de terror (Puritana 2), un paso pequeño para la humanidad para inmenso para sus ambiciones.

La película está encabezada por una frase de Bette Davis sobre que una mujer no puede ser una estrella sin que antes te hayan visto como un monstruo. Maxine está dispuesta a cumplir esa máxima al pie de la letra. La banda de sonido incluye, simpáticamente, el oldie “Bette Davis Eyes” de Kim Carnes. Goth es igual de inquietante.

La acción transcurre en 1985, lo que deja en evidencia, la tipografía, cierto exceso de neón y el vestuario hortera. Los Ángeles está acechada por un asesino serial de mujeres, "El cazador nocturno", que ha llevado a las autoridades y a las alarmistas pantallas de televisión a alertar sobre andar solas de noche. La línea laboral de Maxine le impide cumplir con esa ordenanza.

Se necesitan muchas agallas y temperamento para convertirse en una estrella mientras se lidia con un maníaco. Maxine tiene de sobra. También Goth, que es británica, empezó con un papel en la explícita película Ninfomanía de Lars Von Trier y va a ser la novia de Frankestein en la revisión del clásico que prepara el director Guillermo del Toro.

Además hay un acosador vestido de Buster Keaton (y que tiene una de las escenas más masculinamente dolorosas del cine reciente), dos detectives (Bobby Carnevale y Michelle Monahan) que empiezan a sospechar de que todas las amigas de Maxine aparezcan muertas, una directora de cine (Elizabeth Debicki) con botas a lo Fritz Lang, Giancarlo Esposito como el mánager más comprometido del mundo y Kevin Bacon como detective de dientes de oro y venda en la nariz que recuerda al Nicholson de Chinatown. Todos aportan al pastiche.

Las referencias más directas son Brian De Palma y David Lynch, aunque el regodeo gore lo acerca, respetuosamente, a Wes Craven o John Carpenter, maestros del slasher de los 80. West maneja todo ese corpus con gran conocimiento de causa.

De De Palma cita Doble de cuerpo, aquella que transcurría en el ambiente del porno de los 80 y también tenía una canción de Frankie Goes To Hollywood (”Relax”, acá sustituida por el otro éxito de la banda, “Welcome to the Pleasure Dome”). Cierto barroquismo y exceso, encuadres arriesgados, el suspenso y la pantalla dividida son marca de agua del director que West aplica a su universo.

De hecho, al igual que sueña Maxine y va a conseguir el propio West, De Palma hizo el salto de sus primeras clase B con personalidad al mainstream más absoluto de Los intocables o la primera Misión: Imposible.

Foto: Christopher Moss / A24

Maxxxine también está cerca del Lynch de Mullholand Drive que transcurría en Hollywood y lidiaba con la necesidad moderna de ser famosos. De allí, la película de West roba oscuridad y la idea de que la fábrica de sueños del cine es gobernada por gente poderosa que trabaja a las sombras y cuyas capacidades de disuasión exceden lo terrenal. Maxine también puede con ellos.

La nueva de West (toda la trilogía, de hecho a pesar de sus muchos méritos) no va a conseguirle conversos al cine de terror entre el público neófito a su variante de violencia más sangrienta. Pero algún cinéfilo curioso podrá encontrar en la imaginación de algunos de sus planos, la actuación de Goth, la reconstrucción de época, lo inquietante de la premisa y el caracter de extrañeza general, un punto de interés.

Maxxxine [****]
Origen: Estados Unidos, 2024.
Director, guion y edición: Ti West. Fotografía: Eliot Rockett. Música: Tyler Bates. Con: Mia Goth, Elizabeth Debicki, Moses Sumney, Kevin Bacon, Michelle Monaghan, Bobby Cannavale, Halsey, Lily Collins, Giancarlo Esposito, Simon Prast, Zachary Mooren. Duración: 103 minutos. Estreno: 11 de julio, en cines.