BRUMAL
Revista de Investigación sobre lo Fantástico
Research Journal on the Fantastic
Vol. I, n.º 2 (otoño / autumn 2013), pp. 397-401, ISSN: 2014-7910
Matteo de Beni, Lo fantástico en escena. Formas de lo imposible en el
teatro español contemporáneo, Academia del Hispanismo, Pontevedra, 2012. ISBN: 978-84-15175-17-9
¿Existe lo fantástico en la dramaturgia española? Son realmente escasos
los estudios críticos serios y extensos en
torno a este tema, y por ello se hacía tan
necesario un ensayo de estas características en el que se intentara dar respuesta
a tal pregunta. Es bien sabido que lo fantástico ha encontrado su lugar natural entre la narrativa, y sobre todo en el relato
breve, aunque tal y como deja entrever Lo
fantástico en escena. Formas de lo imposible
en el teatro español contemporáneo, se pueden rastrear motivos, rasgos, personajes
y obras fantásticas en el panorama teatral
español, desde Ramón de Valle-Inclán
hasta nuestros días. Matteo de Beni nos
presenta un amplio abanico de obras dramáticas que se aproximan al género, y que
dan fe de la existencia de una tradición
entre el teatro y lo fantástico que abarcaría desde las comedias de magia, el drama
gótico, el teatro de ensueño simbolista, el
Grand Guignol y el teatro de terror, hasta
lo fantástico moderno.
En pleno siglo XXI podemos afirmar que la literatura y la cinematografía
no miméticas han logrado introducirse en
el ámbito académico español, siendo objeto de diversos estudios teóricos e historiográficos. Son conocidos los trabajos en
torno a este tema de Antonio Risco, Da-
vid Roas, Jaume Pont, Leonardo Romero
Robar, Montserrat Trancón Lagunas, Mariano Baquero Goyanes, Ana Casas, Carla
Perugini y Clark Gallaher, entre otros. El
ensayo que nos ocupa tiene una clara y organizada estructura en la que primero se
nos presenta el marco teórico e histórico
del objeto de estudio sobre el concepto de
lo fantástico, y en segundo lugar se establecen sus relaciones con el teatro a través de las aportaciones de Cesare Segre.
El tercer capítulo se dedica al análisis de
lo fantástico en varias obras teatrales contemporáneas (seleccionadas por el autor),
en las que aparecen los tradicionales topoi
del género, como son los fantasmas, el
sueño y la vigilia, el motivo del doble, los
vampiros y los licántropos. La propuesta
se cierra con unas sucintas conclusiones y
una extensa, detallada, práctica y erudita
bibliografía sobre obras fantásticas y estudios sobre el género, que puede ser de
gran utilidad para futuras investigaciones
sobre el tema.
Una de las propuestas más interesantes del ensayo es la de no presentar lo
fantástico como un género, sino como una
modalidad literaria. Muestra un detallado
conocimiento teórico e histórico sobre el
concepto de lo fantástico, realizando un
recorrido desde Le diable amoureux (1772)
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Reseñas
de Jacques Cazotte, hasta llegar a las traducciones españolas de Hoffman y Poe en
siglo XIX. Para aclararle al lector el campo
semántico en el que se desarrolla el estudio, esquematiza las características que
comprende esta modalidad de lo fantástico moderno (que dista de lo maravilloso y
la ciencia ficción). Matteo de Beni sintetiza
las teorías contemporáneas más destacadas en torno a la literatura no mimética
en los siguientes puntos: 1) se trata de textos cuyo entorno es similar al del lector/
espectador, y 2) en ese entorno cotidiano
y aparentemente mimético, de pronto se
producen uno o varios fenómenos que
quiebran la lógica aceptada por el personaje y el lector/espectador. Partiendo de
esta idea de lo fantástico moderno analiza
los textos seleccionados y deja fuera otros
tantos. Y, ¿cómo funciona esto en el teatro? De Beni realiza un amplio estudio de
campo para mostrarnos que ha existido
cierta tradición en el estudio de las relaciones entre lo fantástico y el teatro. Desde Du fantastique en littérature (1830) de
Charles Nodier (en el que se insiste en la
obra de Shakespeare), el Esssai sur le drame fantastique (1839) de George Sand, las
consideraciones al respecto de Roger Callois y Louis Vax con un apartado «Sur le
fantastique au théâtre» en La séduction de
l’étrange. Étude sur la littérature fantastique
(1965) o los trabajos de David Roas en los
que se recopilan las críticas teatrales sobre
las adaptaciones de textos fantásticos en
España.
Lo fantástico contemporáneo en
el teatro español se sirve de la tradición
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europea, incluyendo un toque de ironía
y parodia a textos cuya influencia cinematográfica es evidente en algunos casos.
Matteo de Beni dedica un apartado a las
relaciones e influencia de los textos narrativos en el teatro (apartado sobre la diégesis fantástica y el teatro) y viceversa. Autores como Bram Stoker, Mary Shelley, Poe,
Maupassant, Stevenson, Wells o Nerval
han sido llevados al teatro, o han utilizado
elementos teatrales en sus obras, y propone establecer una doble relación: «por un
lado, entre el drama fantástico decimonónico y las narraciones fantásticas de la
etapa gótica y romántica; por el otro, entre
los relatos fantásticos del siglo XX (o hasta
los “neofantásticos”, según la definición
de Jaime Alazraki a la que se ha aludido)
y el teatro de la misma modalidad y de la
misma época» (p. 112).
En sus orígenes, el teatro estaba relacionado con el rito y la magia, de modo
que lo sobrenatural formaba parte de la
dramaturgia primitiva, y son esos elementos los que intentan recuperar varios
autores contemporáneos como Artaud,
Francisco Nieva o Fernando Arrabal.
Desde los célebres fantasmas de Esquilo,
pasando por el teatro nô, los espectros de
Shakespeare, las comedias de magia o el
Grand Gignol, se han utilizado diversas
estrategias dramáticas y escenográficas
para mostrar elementos extraordinarios
en escena. Pero ¿cómo se muestra lo insólito? Al contrario que el cine, el teatro
no goza de los mismos mecanismos para
dejar ver lo imposible, y a pesar de esto,
tuvieron tanto éxito (en su día) las adap-
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Reviews
taciones teatrales de Drácula, como posteriormente sus versiones cinematográficas.
Para crear la sensación de ilusión, además
del uso de luces y sombras, se servían de
fantasmagorías y todo tipo de instrumentos y trucos en espectáculos como los de
Étienne-Gaspard Robertson o el teatro
óptico de Pepper. Todos estos espectáculos gozaban de rasgos y características,
personajes o tramas, que se aproximaban
a la modalidad fantástica, pero que en la
mayoría de las ocasiones no lo eran.
Matteo de Beni realiza una pormenorizada investigación desde mediados
del siglo XIX, mostrando al lector que
existía una cantidad ingente de subgéneros que incluían el vocablo fantástico
como subtítulo de sus obras, convirtiendo
el término en «sinónimo de raro, extraño
o exótico» (p. 98), con obras en las que los
personajes interactuaban con seres sobrenaturales, pero que no pasaban de ser
divertimentos sorprendentes y fastuosos,
como en Lo mejor del tesoro, zarzuela fantástica (1879) de Juan Valera o la zarzuela
y comedia de magia El talismán prodigioso (1908) de Sinesio Delgado. Incluso las
obras de Shakespeare se traducían con
la coletilla de ‘fantástico’ en el subtítulo,
como sucede con El príncipe Hamlet. Drama trágico-fantástico en tres actos y en verso,
o Pieza fantástica en cinco actos para Sueño
de una noche de verano (véase pp. 104-106).
Y sucede lo mismo con el Teatro fantástico
(1892) de Jacinto Benavente, considerado
el «texto fundacional del teatro modernista (simbolista) en España» (p. 107), donde
a pesar de la influencia de Maeterlinck,
Poe, Hoffmann o Maupassant «no encaja
con nuestra idea de lo fantástico moderno» (p. 107). Muchas de estas propuestas
forman parte de lo que Matteo de Beni denomina incursiones del término fantástico en
el ámbito teatral español, sobre todo hasta
mediados del siglo XX, donde prolifera su
aparición en títulos y subtítulos de obras
que se acercan menos a lo estrictamente
fantástico que a la «dimensión de los libros de caballería, a los cuentos de hadas
o incluso a lo paradójico» (p. 111), como
en Una bomba llamada Abelardo. Farsa burlesca, menos fantástica de lo que parece, en dos
actos (1953) de Ramiro García Rodríguez.
La tercera parte del ensayo está
dedicada al análisis de dramas españoles
contemporáneos. En los textos seleccionados se percibe un uso de la tradición,
que añade lo paródico y lo irónico a lo
fantástico, ya que «en la época de lo postmoderno, la literatura juega con la cita y
la subversión de sus modelos y sus topoi»
(p. 135), como se aprecia en algunas obras
de Francisco Nieva o Alfonso Sastre. Organiza este apartado en subcategorías que
abarcan temas y personajes típicos de lo
fantástico: 1) Zonas liminares como el sueño y la realidad, donde «el sueño es tema
de lo fantástico solo cuando se pone en
relación dialéctica con la realidad, o sea,
cuando demuestra influir en ella de manera concreta» (p. 140), como sucede con
La llave en el desván y Siete gritos en el mar
de Alejandro Casona. 2) Fantasmas y otras
apariciones, cuya temática es la más tradicional dentro de esta modalidad desde
Dickens hasta el célebre padre de Hamlet,
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con apariciones y revenants como Yo fantasma de Paco Bezerra, Romance de Lobos de
Vallé Inclán, El parecido de Pedro Salinas,
El espectro insaciable de Francisco Nieva o
Los niños perdidos de Laila Ripoll (donde se
sirve de lo fantástico para la denuncia social), además de El cuervo de Alfonso Sastre, El fantasma del Novedades y Los mismos.
Nocturno para chico y fantasmas de Francisco Nieva y Las galas del difunto de ValleInclán. 3) El doble y otros seres siniestros, a
su vez, está subdivido en diversas categorías, como el doble o el simulacro en El otro
de Miguel de Unamuno, mujeres artificiales
en Centón de teatro y La señorita Frankenstein de Francisco Nieva, estatuas como
las de Los santos de Pedro Salinas (para
reflexionar sobre la tragedia de la guerra
civil española), o sombras como las de Pantalla parlante de Juan Gutiérrez Gili, Ombra
della sera de José Ramón Fernández y Es
bueno no tener cabeza de Francisco Nieva.
4) Los personajes vampiros han protagonizado obras dramáticas desde finales del
siglo XIX, gracias al éxito de las numerosas adaptaciones teatrales del Drácula de
Bram Stoker. Tras realizar un breve repaso
sobre la aparición de murciélagos y lamias
en la cultura y literatura españolas (ya sea
de manera explícita o por alusión), Matteo
de Beni se centra en el análisis de Nosferatu
de Francisco Nieva y El vampiro de Uppsala, Las noches lúgubres, Necrópolis y Los amigos de Bram Stoker (1993) de Alfonso Sastre.
5) Los licántropos cierran este apartado, a
través de un repaso desde la tradición grecolatina con el rey de Arcadia Licaón, pasando por el Persiles de Cervantes, hasta
400
llegar a los textos de Te quiero, zorra o No
es verdad de Francisco Nieva (protagonizados por personajes femeninos lobeznos),
El asesinato de la luna llena de Alfonso Sastre y La rabia de González Cruz. Matteo
de Beni muestra un amplio abanico de
dramaturgias de lo fantástico en España,
desde pequeñas incursiones, influencias,
adaptaciones, hasta textos completamente
fantásticos, logrando demostrar que no se
trata de una modalidad aislada en la cultura española, sino que existe cierta tradición en torno al tema. Y a pesar de ello, de
los 28 textos que analiza detalladamente
(aunque los títulos, comentarios y menciones a otras obras son numerosos), la mayoría son de la autoría de Francisco Nieva
y Alfonso Sastre (casi la mitad), además
de las alusiones a Valle-Inclán, dejando
entrever que quizás algunos autores han
encontrado su modo de expresión más natural en lo fantástico y otros tan solo han
coqueteado con esta modalidad como experiencia dramatúrgica.
«Aunque mezclado a veces con
otras modalidades literarias y teatrales,
tales como lo maravilloso y lo grotesco,
lo fantástico surge en dramaturgias de
primera importancia, sobrepasando las
fronteras de las llamadas generaciones
‘realista’ y ‘simbolista’» habitualmente se
ha encasillado a dos de los dramaturgos
más representativos de la segunda mitad
del siglo XX, como son Alfonso Sastre y
Francisco Nieva. Lo fantástico en escena.
Formas de lo imposible en el teatro español
contemporáneo es un documentado trabajo de investigación sobre lo fantástico,
Brumal, vol. I, n.º 2 (otoño/autumn 2013)
Reviews
imprescindible en el ámbito de la crítica
teatral española, y podemos afirmar que
se convertirá, sin lugar a dudas, en una
obra de referencia. No sólo escasean los
trabajos en torno al género en América o
Europa, sino que en España no se había
llevado a cabo un estudio sistemático sobre lo fantástico en el teatro hasta ahora.
Teresa López peLLisa
Universidad Autónoma de Barcelona
Teresa.lopez@uab.cat
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