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1 Sf Directorio Dirección Ana Matías Rendón Fotografía Gabriel Chazarreta Haizel de la Cruz Dirección de Fotografía Gabriel Sebastián Chazarreta Diseño Editorial Miguel Ángel Matías Consejo Editorial Pedro Humberto Sánchez Pérez Ana Matías Rendón Gabriel Sebastián Chazarreta Diseño Web Miguel Ángel Matías Textos Adrián Antonio Díaz Helder Ariel Lorena Ahuaxocoteco Pérez Liliana Alarcón Toriz Mayahuel Xuany Víctor Fuentes Ana Matías Rendón Imagen de portada Gabriel Chazarreta Difusión Miguel Ángel Matías Gabriel Chazarreta Ana Matías Rendón Sinfín, no. 38, julio-agosto de 2021, es una publicación bimestral, editada y publicada por Ana Matías Rendón, Perales Mz15 Lt20, Bosques de Morelos, Cuautitlán Izcalli, Estado de México, Tel. (55) 65459818, www.revistasinfin.com. Editor responsable: Ana Matías Rendón. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2015-022013150800-102, ISSN: 2395-9428, ambos otorgados por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Responsable de la última actualización de este Número, Diseño Web y Diseño Editorial, Miguel Ángel Matías Rendón, Perales Mz15 Lt20, Bosques de Morelos, Cuautitlán Izcalli, Estado de México, fecha de la última actualización 01 de julio de 2021. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Cualquier mención o reproducción del material de esta publicación puede ser realizada siempre y cuando se cite la fuente. El número 38 de Sinfín está compuesto por diferentes géneros literarios y lenguas. La poesía se viste de las letras ayuuk o mixes de Adrián Antonio Díaz, quien en sus cuatro poemas nos entrega los misterios de un conocimiento milenario; por su parte, Mayahuel Xuany, poeta náhuatl, nos permite ir por las sendas de Koatlikue y el Naual para encontrarnos con un presente muy vivo. Es difícil en ocasiones hacer diferenciaciones tajantes entre la poesía y la narrativa, más cuando los escritores nos brindan una bella prosa, es el caso de Liliana Alarcón Toriz en donde el microrrelato se funde con los versos. Víctor fuentes, escritor en la lengua zapoteca (Juchitán), en esta ocasión, nos ofrece un relato sobre una tregedia muxe, una historia que nos dejará azorados. En cuanto a Lorena Ahuaxocoteco Pérez nos relata la historia de “La cueva del Diablo” con su traducción al náhuatl. En la parte ensayística, compartimos los textos de Ana Matías Rendón quien hará un símil entre la escritura y la migración, en tanto Helder Ariel, con un breve texto académico, nos hará querer ser espectadores del Óscar Wilde del dramaturgo Carlos Olmos. En las imágenes fotográficas destacan las series de “Alas en el mar” de Haizel de la Cruz, además de “Aire y mar” de Gabriel Chazarreta, quienes como siempre nos ofrecen su modo único de ver el mundo. C Jaulas / Rosario / Esperanza 6 Liliana Alarcón Toriz El Wilde de Olmos 9 Helder Ariel Serie fotográfica: Alas en el mar 14 Haizel de la Cruz 16 Mayahuel Xuany (lengua náhuatl) 20 Adrián Antonio Díaz (lengua mixe) 27 Gabriel Chazarreta 29 Lorena Ahuaxocoteco Pérez (traducción al náhuatl) 33 Víctor Fuentes (lengua zapoteca) 36 Ana Matías Rendón O Koatlikue (Koatlikue) N T Naual (Nahual) Tuktu’jk Ka (Ocho Jaguar) Oktaak piawaanën E (Recomendaciones de la abuela) Atukjpet’ty jawën (Alma prisionero) N I Ipch jia’y tyamok yu’jën (El azadón de Mixistlán) Serie fotográfica: Aire y Mar La cueva del Diablo D O (Ostotl kampa chanti Noxikuani) Ca xla’pa’ Ciru (Las guirnaldas de Ciru) Escritura destierra Jaulas Liliana Alarcón Toriz “Siipche'”. Fotografía de Haizel de la Cruz. No podría jamás volar, tenía miedo. No quería ni asomarse... La inmensidad lo angustiaba. Tanto color allá afuera. Tanto aire. Tanta vida. Era muy pequeño cuando lo pusieron en esa jaula. Ni siquiera abría los ojos. Tenía un nido mullido en el que temblaba al piar; la soledad daba frío. Poco a poco empezó a crecer, y la mano humana que lo alimentaba nunca le acariciaba, así que comenzaba a cantar. Sólo así llamaba un poco la atención, sólo así sentíase alguien cuando diario era nadie. Un día extendió tanto sus alas que resultaron tan inmensas para su dueño que éste abrió los ojos como pelotas. Creyó haberle impresionado al aletear y entonó un canto gustoso. Pero el dueño volvió, lo sujetó fuertemente, acercó unas tijeras y cortó sus plumas... Por mucho que llorase, no sabía cómo decir que nunca pensó en escapar. ¿Cortarle las alas como medida de control a un ser que ama ser un esclavo, un juguete, algo bonito que ver cuando no se tiene nada más que observar? Pero pasó. Pasó. Un jueves abrieron su puerta para darle de comer, pero olvidaron el agua fresca. La puerta quedó abierta pero ya nadie regresó. Vio el futuro ahí, sin rejas. Y supo que lo nuevo por conocer no podría soportarlo, que prefería vivir ahí, con sus alas recortadas y su comida segura, con sus cantos que le daban tanta dicha cuando no eran ignorados. Pajarito: ¡amas tanto ser nada que nunca podrás ser algo! Por sí mismo cerró la puerta y comenzó a trinar fuerte... Ya volverían con el agua. 6 Sf Rosario Liliana Alarcón Toriz Fotografía de Gabriel Chazarreta La vi por primera vez en la esquina del colegio con sus calcetas azules, una más arriba que la otra. Lloraba asustada. Era la hora de la salida y su madre no había ido por ella. Me acerqué y le ofrecí un dulce; sus ojos se abrieron como platos. Se llamaba “Rosario”. Desde ese día me esperó sin falta en cada salida de clases, en la misma esquina, y mientras caminábamos a casa de su boca brotaba un mundo. Me contó de su padre, un hombre enorme y fuerte con el que jugaba al caballito, hasta que un día corrió muy lejos olvidando a su jinete. Jamás lo volvió a ver. Me contó de su madre, una mujer de cabello espeso y ojeras violetas, la cual le daba besos en las mejillas dejándole su amor impregnado en la cara, con perfume de brandy. Me contó de Pirata, su ave mascota, a quien sus padres lo tiraron del nido por ser el pájaro más débil, con tanta violencia que le sacaron un ojo. “¿Crees que nuestra casa pueda no ser nuestra casa, que, aunque ahí vivamos y durmamos, nuestra verdadera casa no la conozcamos y esté escondida en alguna parte?”, me soltó esa pregunta cuando la dejé en la entrada de su zaguán. Rosario me mostró las ventanitas de sus dientes, dejó ir entre ellas un “hasta mañana” y se metió corriendo a casa. Nunca supe por qué ya no regresó a nuestra esquina, por qué olvidó nuestra cita puntualita de las doce. Los niños corrían y entre tanta gente más veía su vacío, su ausencia transparente pero flotante, como vapor. Fui a su casa a tocar el zaguán, pero nadie respondió. Arriba decoraba un moñito negro. Los vecinos ignoraron mis preguntas, que fueron tantas que formaron un nido de estambre en mi garganta. Rendida, me senté en la banqueta y aplasté unas hormigas. Me paré asustada. Las miré. Seguían un caminito. Buscaban su casa: su verdadera y única casa. Como la que nunca conoció Rosario. 7 Sf Liliana Alarcón Toriz Esperanza (A mi abuela) Esperanza tiene el color de la buganvilia, teje infancias de sol con estambre dorado. Esperanza usa unos zapatos pequeños: con ellos pisa el cielo mientras nos toma la mano. Esperanza cocina los recuerdos salados, dulces y picantes. Su amor es café con leche. Esperanza es modista y en su máquina de coser pedalea travesuras de niñitos inconscientes. Esperanza es fuerte aun con su cuerpo menudo: ella escribe futuros con palabras de acero. Esperanza es raíz de las flores y robles: su dulzura es firmeza entonada en boleros. 8 Sf El Wilde de Olmos Helder Ariel Oscar Wilde es uno de los personajes históricos más importantes de la comunidad LGBT mundial. Estudiosos de la cuestión gay, como el filósofo francés Didier Eribon, consideran que los procesos judiciales por sodomía en contra de Wilde —en los que fue sentenciado a realizar trabajos forzados durante dos años en condiciones infrahumanas y desmoralizantes—, marcaron un hito en la historia de la lucha por el reconocimiento de los derechos civiles de la comunidad gay, pues provocaron “una verdadera conmoción en las conciencias, y su nombre [el de Wilde] se convertiría muy rápidamente, para muchos homosexuales, al menos masculinos, en el símbolo tanto de la cultura gay como de la represión que suscita ineluctablemente en cuanto se esfuerza por mostrarse a la luz”. (Eribon, 1999, p. 199) Esta toma de conciencia se desarrolló lentamente durante el siglo XX en los principales países occidentales y encontró su punto más álgido en 1969, con los disturbios del bar Stonewall Inn, en Nueva York. Este incidente que se convirtió en punta de lanza para que grupos de homosexuales en todo el mundo comenzaran a organizarse para exigir derechos y libertades. En México, la lucha por la liberación homosexual se consolidó a finales de los años setenta —la primera marcha de Liberación Homosexual fue en 1979— y principios de los ochenta. Durante esos mismos años, el dramaturgo y guionista Carlos Olmos comenzó a escribir El Dandy del Hotel Savoy, 9 Sf Retrato de Oscar Wilde por Albert Edouard Sterner (1893) muy probablemente influenciado por ese ambiente de apertura y reivindicación homosexual que Alejandro Brito, en su ensayo “Por el derecho a todos los derechos”, describe como una “salida masiva del closet”. (2010, p. 243) El Dandy del Hotel Savoy fue escrito en un contexto histórico que permitió un boom de literatura gay mexicana en el que destacaron autores como Luis Zapata —El vampiro de la colonia Roma (1979) y Melodrama (1983)—, y José Joaquín Blanco —Las púberes canéforas (1983)—. Sin embargo, este boom fue precedido por obras teatrales de temática LGBT que fueron montadas por la dramaturga y directora lesbiana Nancy Cárdenas. En 1973 estrenó, con mucho éxito en el Teatro de los Insurgentes, Los chicos de la banda, obra escrita por Mart Crowley que causó “gran escándalo en los Dibujo de Oscar Wilde por Ralph Hodgson medios de comunicación, sobre todo porque las autoridades pretendieron prohibir su escenificación” (Peralta, 2010, p. 119). Cuatro años más tarde Cárdenas volvió a causar polémica con el estreno de la exitosa Las amargas lágrimas de Petra von Kant, de Reiner Werner Fassbinder, en la que escenificó una historia de amor lésbico. Durante la década de los ochenta, ya dentro de ese boom de liberación homosexual en la literatura y las artes, comenzaron a montarse más obras teatrales de temática gay. Entre ellas destacan Los gallos salvajes (1986) de Hugo Argüelles y El eclipse (1989) de Carlos Olmos. También en esos años surgieron grupos teatrales dedicados a montar obras en el género del cabaret, las cuales se presentaban en teatros pequeños, restaurantes y bares de ambiente gay; destacan los trabajos de Tito Vasconcelos y la Kitsch Company, la cual se presentaba en el mítico bar El Nueve. La obra El Dandy del Hotel Savoy fue estrenada en 1990, cuando la pandemia del sida reanimaba los discursos homofóbicos de un gran sector de la población que veía al sida como un “castigo divino”. Este ambiente adverso para los homosexuales fue también una oportunidad para responder a los argumentos conservadores. Quizás fue esto lo que 10 Sf motivó a Olmos a estrenar esta obra que comenzó a escribir diez años antes, pues, como dice Didier Eribon sobre la importancia de la figura de Wilde y los juicios por sodomía en su contra: “la injuria histórica que ha representado el discurso homofóbico y su inscripción en el orden social, jurídico y cultural han sido los cauces para la creación de un contra-discurso, de una palabra autónoma, que han hecho aflorar y existir a través de los siglos una conciencia de sí y una memoria colectiva”. (1999, p. 199) Sin embargo, para Carlos Olmos el juicio contra Wilde no fue únicamente por su orientación sexual, sino también por el contenido de su obra literaria, la cual desafiaba los discursos moralistas de la época victoriana, principalmente el referente al del “amor que no se atreve a decir su nombre”. Esto lo menciona Olmos en el prólogo de la edición de El Dandy del Hotel Savoy de Plaza y Valdés (1995): Mi idea original consistía en mostrar a Oscar Wilde como un personaje trágico desfigurado por las fuerzas represivas de una sociedad que siempre advirtió el álgido poder de su palabra sin estar dispuesto a tolerarlo. Lo extenso de su obra literaria y mi convicción de que Wilde en realidad fue juzgado por ella, se convertían a cada momento en dificultades estilísticas y técnicas casi insuperables. (pp. 5-6) El Wilde de Carlos Olmos es el hombre derrotado de la cárcel de Reading. Toda Caricatura de Oscar Wilde (1895) la obra sucede en ese ambiente carcelario decadente y desolador en el que Wilde vivió dos de sus últimos años de vida. Inspirándose en la atmósfera que Wilde describe en su poema La balada de la cárcel de Reading, Olmos re- 11 Sf crea los momentos más importantes del juicio contra el escritor irlandés usando recursos escénicos que combinan el escenario de la cárcel con representaciones del juicio en flashbacks escenificados. Así, en una puesta en escena de El Dandy del Hotel Savoy encontraremos a dos Oscar Wilde. Uno es el dandy exitoso que paseaba por las calles de Londres acompañado de jóvenes hermosos y visitaba los lugares más exclusivos, como el sofisticado Hotel Savoy, al que hace referencia el título de la obra. El otro es el prisionero C.3.3., un hombre derrotado y con pocas ganas de vivir que observa cómo maltratan a El idiota, personaje inspirado en Charles Thomas Wooldridge, antiguo soldado de la Guardia Real a Caballo que fue colgado en la cárcel de Reading por “matar lo que ama” y a quien Wilde le dedica el extenso poema antes citado. En ese juego escénico en el que conviven los recuerdos de Wilde con su deprimente realidad, Olmos va recreando las posturas del protagonista ante la vida; como su amor a la cultura y los ideales de belleza de la Grecia Antigua, los cuáles trató de llevar a cabo en Inglaterra —como el amor entre hombres, en especial el de uno mayor hacia uno joven, que es por lo que oficialmente se le enjuicia—. Recrea, por ejemplo, su enfrentamiento con los discursos de poder, como el de la psiquiatría: MÉDICO: No debería quejarse. Ordené que aumentara su ración de pan. C.3.3: Aumentaron también los astringentes para calmar nuestros desórdenes intestinales. MÉDICO: Son imaginarios. Los hombres como usted sólo imitan lo peor de las mujeres; la sensibilidad. C.3.3: Usted jamás podría entender que el mundo está en nuestro cerebro como una perla sagrada. MÉDICO: ¡Me basta verlo para entender la patología de un cerebro enfermo! (p. 61) Sin embargo, las escenas más destacadas de este texto dramático son aquellas en las que el fiscal presenta extractos de los libros de Wilde como prueba de su condición de sodomita y pervertidor de Lord Alfred Douglas. De esa manera Olmos hace un recorrido por la literatura wildeana, destacando textos como Retrato de Mr. W.H., El retrato de Dorian Gray, poemas y cartas que le envió a Douglas y otros jóvenes, y el polémico ensayo El alma del hombre bajo el socialismo. Este último es muy significativo, pues parece afianzar la idea del Olmos de que Wilde fue juzgado por las ideas que plasmaba en sus libros, las cuales desafiaban el orden establecido: WILDE: Sólo aboliendo la propiedad llegaremos al verdadero, bello y saludable individualismo. CONSTANCE: Nadie derrochará su vida acumulando cosas y símbolos de cosas. WILDE: ¡Se vivirá! C.3.3: Y vivir es lo más raro que hay en el mundo. CONSTANCE: Porque la mayoría sólo ‘existe’. WILDE: Se vivirá, sí. ¡Se vivirá! (p. 98) 12 Sf La obra de Olmos finaliza con la salida de C.3.3. de la cárcel de Reading; es decir, quien queda en libertad no es el dandy que desafiaba la moralidad victoriana, sino el hombre en que esa sociedad lo convirtió y que moriría pocos años después en París, solo y derrotado. Sin embargo, aquel dandy continúa vivo en su obra literaria y en sus ideas libertarias que, entre los años setenta y noventa, fueron reivindicados por la comunidad gay internacional. Bibliografía Brito, Alejandro, “Por el derecho a todos los derechos”, en Schuesler, Michael K. y Miguel Capistrán, México se escribe con J, México, temas de hoy, 2010, p. 243. De Villena, Luis Antonio, Oscar Wilde [Biografía], Madrid, Biblioteca Nueva, 1999. Eribon, Didier, Reflexiones sobre la cuestión gay, Barcelona, Anagrama, 1999, p. 199. Olmos, Carlos, El Dandy del Hotel Savoy, México, Plaza y Valdés, 1995, pp. 5-6. Peralta, Braulio, “Soy lesbiana, soy hermosa”, en Schuesler, Michael K. y Miguel Capistrán, México se escribe con J, México, temas de hoy, 2010, p. 119. Wilde, Oscar, La balada de la cárcel de Reading, Madrid, Ediciones Hiperión. Wilde, Oscar, De Profundis, Madrid, Ediciones Siruela, 2000. 13 Sf Serie fotográfica: Alas en el mar Haizel de la Cruz 14 Sf "Los vuelos, la convivencia, la pesca, la reflexión, el descanso, el recorrido, la observación, el esparcimiento y la exploración forman parte de la creación no humana de la vida marina entre colores y sonidos que replican el origen, nuestro origen". H.C. 15 Sf Lengua Náhuatl Nejua tej popokatsi nichokilia in apismiktle kuan yejko youajle ya xok nimeme pan altepetl Nejua tej xaka nexkake nichichilkuetlaxi xtla nijpia notokayo Koatlikue Mayahuel Xuany Nikchokilia noyolikniuan nikitasnejke oksapa niyolpijpi uan nijtemoa yolilistle Nejua tej nitlauelchoka tlen kijchiua koyoltlakamej niketsomali nokokoj amo nijnejke koalos no yoltsi. Nechilia amo tijmatis nipopokatsi uan amo niuelis nikasis se tlajkuiloli ni onen pan se tlapechtle nimotlajake ika totomoxtle uan totoltemej Nejua tej tokatsitsinti uan niketsomali tlatemik niktlale sansekan no nemilistle Nejua tej yaosiuatl uan nitekite noche tonalmej amo nijnejke nikuelmatis tlen onka fierojtik pan notlal, nitlapaluia, xtla onka kuali uan amokiuali Nejua tej nijpia nemilistle uan mikistle pan no ixtololouan nisiuamijle niasiuatsitsinti Nejua tej Koatlikue, ninejneme iuan sitlalmej uan metstle nijpia noyeluayotsitsiuan pan notlal uan nijsaloa chikauak no maseualtlajtol. 16 Sf Soy la niña que llora la miseria la que desaparece entre el bullicio de la ciudad Soy la voz mutilada la de piel escarlata la sin nombre Koatlikue Mayahuel Xuany Soy la hermana de lágrimas vivas la que anhela el regreso de sus hermanos la luciérnaga que busca la esperanza Soy la hija que vomita rabia las injusticias del coyote blanco la que se muerde el dolor para no enfermar el alma Me llaman ignorante la niña que no puede tomar un lápiz porque nació en cama de carrizo la que viste con totomoxtle y pájaros Soy la araña que borda sueños la que entrelaza la realidad con la utopía Soy la mujer que batalla para mitigar el sin sabor de la existencia la que pinta el color que no distingue diferencias Soy la que resguarda la savia y la muerte en la mirada la mujer de espigas la transparente color agua La serpiente de diez vestidos la que renace con el ciclo de los astros la mujer que se enraíza a la tierra y permanece atada al ombligo de sus abuelos. 17 Sf Lengua Náhuatl Naual Mayahuel Xuany Tlen melauak tejuamej nese pan se youaltetsauitl tochikaualistle neme pan tletsintle kamilak tlatla Ixkuajle tla titlapos ikaxitl Pandora nikan, axan xtla kauitl Motlakichilia on nakayo nitakacheuas kampa nimotlakokouilej niktlapos uan nikitsomas texikole ¿paktis? Nikintlalia noxiuan pan petatl nikmate kej soyatl kiteochiua no ojue nimotlakenkixte uan nikuelpechoa noye kuajle Notson nexkase kineke ninemis pan notlaltsin nomixtololouan tetlalilia in yeuajle najua, niyes, onijcho nonemilis. 18 Sf Nahual Mayahuel Xuany Parte de lo que somos se devela en los sueños el poder que nos habita es fuego fuego que a-brasa Abrir la caja de Pandora es señal de mal agüero aquí, ahora el tiempo se detiene. Raspar la piel quitar las insignias al pasado abrir y suturar la herida ¿sanará? Reposo mis pies en el petate siento como la palma bendice mi camino me quito la ropa y la doblo con sumo cuidado Las hebras de mi cabello me sostienen al margen de esta tierra mis ojos de gata titilan en el vacío soy, seré, cumplí con mi destino. 19 Sf Lengua Mixe Tuktu’jk Ka Kä’nëm y’ty xëëw aja’k tpawopnë jä koots it, ëts nteety ntaak xpawawdë jäp u’y jiukpy, jäts it jä xëëw ëëts npaatët ku ots nkäxjë’ky ya poop naxkë’x. Ots jä it paaten choontaaky ku jä tsap ni aaw kydaay jäts jä eekx tmët ñamiutuu ä’të, mët tuwëëk nastämë jä paaknë jäts mët ap ok ñuukxtaakën ots yëk xëëw tuñ ëts maktaxk iipx ja ma’k tudu’jk po’o. Ku ots it muyo’yën kiukëxë, nits nteety ntaak wiantë: “ku yit xëëw kiukët, jäts kiexmy jä tuktu’jk ka, jä it ma ots mkäxjë’kië, jäts u’y jiëën pyi’chmye, madi ëëts ots npe’ky maktuwëëk xëëw it, itpë yëkjawënmiätst win taxtu’jk po’o, jäts mtuu kuno’kën xpaat punë ma myo’y mnäx”. Ku jä taxtu’k ju’ky kiutsuwë, ots oy ty myajë jia anaxtë, jä ap, ok mët jä tchaan kioj, madi më ayuuk tkëjëm eedyëp, jäts tpukapxtëkëdë ëts nteety ntaak, mët jä paaknë madi të piu’ch tsiiy jiötpy jäts oy yëkxon nyukxtaktë, kyapxtë myatiaktë jäm wyin iaaw tpëmtë tpëktaktë ma Xëëw pytsemy. 20 Sf Adrián Antonio Díaz Ocho Jaguar1 Antes que la luz del día ahuyentara a la oscuridad, mis padres me encaminaron hacia el lugar sagrado, para celebrar el día de mi llegada a esta blanca tierra. Comenzó la ceremonia con la ofrenda del líquido vital del ave de casa acompañada de figuras hechas de maíz, con tres gotas del destilado de panela y con los sagrados rezos ancestrales, se celebró el día de mis noventa y seis lunas. Al finalizar la ceremonia, mis padres dijeron: “cuando el sol llegue a la cumbre, terminará ocho jaguar, el día de tu alumbramiento, y se apagará la fogata sagrada encendida hace trece días, y debe de repetirse cada nueve lunas, para que encuentres luz en tu sendero”. Al atardecer nueve tabaco2, aparecieron de la nada, abuelas, abuelos y familiares, poseedores de la sabiduría ayuuk3, a refrendar la voz de mis procreadores, con bebida fermentada en barro rezaron e hicieron florecer sabias palabras con sus rostros conectados al Oriente. 1 Es uno de los 20 elementos del Calendario mixe, en mixe es Tuktu’jk Ka. Nueve tabaco, forma parte de los 20 elementos del Calendario mixe, Taxtu’jk ju´ky. 3 Ayuuk, palabra o lenguaje de la montaña o de la selva. Aaw-palabra o lenguaje. Yuuk-Montaña o selva. 2 21 Sf Lengua Mixe Oktaak piawaanën Adrián Antonio Díaz Ku it kyootsëñë, koots tanë’k y’ty ië anaxtëp, na yëkjawë ti jiawë timtyunwaanëp; jä të’ts xoj ja’x ots yëk ta’jënkonë jä tsixk ku ots jä ja’x jënpa’kë, ni’ts chontaaky na’xën jäp tsixk tikpy. Tsixk tikpñë jäp wiänë, ku ots oktaak uts tsooy ta tsox jä xuuch, jats na ots tyiniñke’eky naxkën jot a’në anääwën, yam tsjä tnaskapxë oktaak piawaanën: “amadow mäkxtu’kën yë oktatsk mëdë mko’pëdë ku të yat xëëw It-Naxwiin xmutuntakoy ku yë piä’n xyëkwintakooyë yë amätsk mukxkuuk, të mits ka oy tiuu xpanikx ya ayuuk ja’y it jo’ty, tukë’yë tanë’k, yë kepy yë xoj, yë aay yë u’ts, yë jakiäpë të tnipëmë tnipëktaakë.” Na y’ty yä’ñë jä ioktaak, yam yëk xë’y tiukp jën apo’j mëët jä xooky ia’ks yëk taniwöpy wynpi’ty atë’y nykëxm kyuwakm jä tu’uk Ap Teety kiutu’jk. 22 Sf Recomendaciones de la abuela A.M.R Los grillos entretenían el anochecer, emergiendo un ambiente misterioso; con madera de encino maduro fue encendida la casa de vapor y la leña se transformó en brasas, así comenzó el desfile hacia el interior. Estando dentro de la casa sagrada, la abuela derramó agua medicinal sobre las piedras candentes, que gritaron como trueno enfurecido, mientras ella pronunciaba recomendaciones: “implora perdón a la tatarabuela y a tus formadores porque hoy ofendiste a la Tierra al destruir el nido de una pareja de tórtolas; pisaste el camino prohibido en la vida mixe, porque todo animal, árbol o planta, existen con el permiso de los creadores”. Eso decía su abuelita, mientras el sofocante vapor y las cáscaras mojadas de la mazorca, curtían sobre su joven cuerpo y mente, uno de los mandamientos del Ap teety1. 1 Para Mixistlán, es el Gran abuelo, lo que otras culturas le llaman “Serpiente emplumada”, Kukulkán y otros. 23 Sf Lengua Mixe Ku ëts taxtu’ujk njumë’t tpa’ty, ots iamutsk’ëëñë nmëjaw; nwiin n’aaw wyntakoy iaxa’në jats keechnyëjën ots jiäxjë’kyë. Ots nmëk a’tën iawinaknë jä xëëw jäts ots xnaspatëñë jä nuukxën; jä kääky jä tokx madi ntaak yëk oy ieepy, kä oy iuk xuuknë ka xuuk iuk jawëñë. Ku ots ntaak naj ixpaaty, witsukën, xajkxuumy jiotpy ots t’akonë: jä meknëë xüüty jiotpy mët jä tuwëëk apit’ty ju’ky, mët jä tsap ni aaw, jäts ots xpake’x jä xuupë wo’pjëkpë tiëkwintum, jäts yës këxm maaxën këxm may ia’t n’amado’jët jäts ëts njawën xyëk tsookët. Ku ots xuupë wo’pjëkpë, xwin ixpety, nit ots yä’ñë: “yë tsë’ëkë të mnaspaat ä’ty jäts të atukpet’ty mjawën tiannë, kadi sti xjot mayë, ixamy jäts ya it, jä tun jä kopk ñiwintsën n’amadoja’yën jäts tnaskoñënët jä mjawën jäts jia’nët mnikëxm mkuwakm”. Jäm ju’ky jiok jotm, ots xüükpë wo’pjëkpë jawnaknë xtawinkuxu’jë, ku ots xüükpë wo’pjëkpë nyukxtak kex nit ots jotku’k a’tën xnija anäx, jäts ots tiëk tu’uk mü’ky jä ëts njawën mët jä nikë’x. 24 Sf Atukjpet’ty jawën Adrián Antonio Díaz Alma prisionero Al llegar mis nueve soles, mis fuerzas reblandecieron; el vértigo desvaneció mi rostro y lo pintó color aguamiel. La fecha consumió mis energías y el cansancio se apoderó de mí; la comida exquisita de mi madre, perdió su buen olor y sabor. Al darse cuenta mi progenitora, con la velocidad de un relámpago, echó en un morral de ixtle: un bule de agua fuerte y tres rollos de tabaco, acompañado de un ave del firmamento, me envió a casa del invocador de almas, a pedirle en nombre de las deidades la salud de mi espíritu. El implorador de almas, con su sola mirada, dijo: “el susto te ha alcanzado y tu alma quedó prisionero, pero no te angusties, desde este momento y lugar, solicitaremos al dueño de la montaña su libertad para que regrese a tu cuerpo”. Entre el humo del tabaco fresco, sentí rocío en mi semblante con aroma de agua tobalá, el sanador concluyó sus rogativas y un aire reconfortante comenzó a invadirme, hasta que se armonizó la energía entre mi cuerpo y mi alma. 25 Sf Lengua Mixe Adrián Antonio Díaz Ipch jia’y tyamok yu’jën El azadón de Mixistlán Ipch jia’y tyamok yu’jën yëkxon kydaamiñ kydaaxepy El azadón de Mixistlán tambaleaba de un lado a otro, entre mis brazos inexpertos, como venado recién nacido, no lograba domar el equilibrio. jäm ëts nkamëdakp këjë’m naxkëm uts jachu’ madi käxjëkpnëm ku kä’nëm kyë’ë tyekyë myëdaaky. Ku ots nteety ntaak, naj x’axtüktë, ots xta awa’ntë jä mokyu’jën, ma jä mook madi kam aniwitity. Ku mutu’k jä xi’kën kapxën y’ty choontakp axa’y, yëknijaw eepy jä niipën jä konmu’kën mët jä putë’k ëëñ ñijaw a’tën madi puntiixëp tsoontakp. Ku jä awats ëë’ñ kia i’ty, kä ty i’ty unank a’tën, jä mëja’y jä una’nk jiuk ia’t nyäx, jäts këjä’ tunk yëktuñ yam x’ix y’tyën xjakie’pyën mëja’ytyë’k. Mis progenitores, al cautivarles mi inquietud, guiaron mi azadón a las filas de las milpas, que bordeaba el sembradío. Desde que las primeras palabras comenzaban a tejerse, auguraban el inicio de la siembra y cosecha bajo el abrigo de los saberes milenarios. Ante la ausencia del tiempo, no hay lugar para la adolescencia, sólo se vive como niños y adultos, con responsabilidades definidas bajo la protección de los abuelos. A.M.R 26 Sf Serie fotográfica: Aire y Mar Gabriel Chazarreta 27 Sf 28 Sf La cueva del Diablo Lorena Ahuaxocoteco Pérez En un pequeño y hermoso poblado vivía un viejito llamado Cirilo, él y su familia se dedicaban a trabajar en el campo, pero lo que producían como campesinos no les alcanzaba, por ello cuando se les acababa el maíz don Cirilo iba a comprarlo en otro pueblo. Un día don Cirilo salió de casa en la madrugada como de costumbre, se montó en uno de los dos jumentos y emprendió un largo camino, porque el lugar donde iba a comprar maíz quedaba a muchos kilómetros de distancia. Al llegar a su destino realizó sus compras, posteriormente vio que el sol aún le faltaba mucho tiempo para perderse en el horizonte y por lo tanto le daría tiempo para regresar a casa, entonces decidió no quedarse a dormir allí como acostumbraba a hacerlo. Les cargó a los mulos los costales de maíz junto con otras compras e iniciaron a caminar. Llegó el atardecer y aún les faltaba mucho tiempo para llegar a casa, siguieron avanzando sin perder el ritmo del paso, pero les cayó el anochecer al llegar por el Tepepetlaxco, de pronto presintió que alguien los iba siguiendo pero no le prestó atención y siguió caminado, aunque la luna llena brillaba con todo su esplendor, no se veía con claridad el camino por los altos y frondosos árboles que había a orillas del sendero, don Cirilo iba cuidando de no tropezarse con las piedras sin voltear a ver quién era el individuo que los seguía, más adelante escuchó los pasos de aquel desconocido más de cerca, pensó que se trataba de algún paisano quien se le hizo de noche también, pero no volteaba a ver hacia atrás, hasta que lo alcanzó y lo saludo aquel hombre. —Buenas noches, amigo, ¿de dónde vienes? —preguntó el hombre. —Fui a comprar a tal lugar y se me hizo noche —contestó don Cirilo. —Qué bueno amigo, ¿traerás un cigarro que me puedas regalar? —dijo aquel desconocido. —sí claro, aquí traigo —contestó Don Cirilo y sacó de su tanate la caja de cigarros junto con los cerillos. Pero aquel hombre le pidió de favor de prenderle su cigarro, don Cirilo se detuvo para prenderle el cigarro, al prender el cerillo observó que ese hombre tenía la dentadura de un perro y sus pies parecían como la de un gallo, enseguida se dio cuenta de quien era 29 Sf A.M.R esa persona —el Diablo—, trató de disimular el miedo que sentía y nuevamente empezó a caminar. Aquel hombre le iba platicando a don Cirilo, pero él respondía de manera cortante, conforme iban avanzando el miedo se iba apoderando de él, sentía el cabello erizado y que ya no podía hablar ni caminar. Al llegar a una bifurcación el Diablo se despidió, le dijo que él iba a otro lugar y esperaba coincidir nuevamente en otra ocasión, pero don Cirilo a duras penas y le contestó porque ya no podía hablar, la pesadez había invadido todo su cuerpo, sus mulos ya lo habían dejado y él parecía borracho, iba cayéndose a cada rato, los mulos llegaron a casa y su esposa les bajó la carga que llevaban, pasó un buen rato y él no llegaba, su esposa estaba angustiada y preocupada, al poco tiempo llegó don Cirilo casi muerto, ya no podía hablar y estaba bien frío. Pero la señora ya sabía que se debe de hacer en esos casos y empezó a darle de tomar unos huevos de rancho, lo acostaron en su cama para que descansara y quedó profundamente dormido. Al día siguiente le contó a su familia lo sucedido en el camino. Se cuenta que en el cerro de Tepepetlaxco se encuentra la cueva del Diablo y que él a veces sale a pasear. Lo han encontrado incluso durante el día, las personas que tienen suerte lo llegan a ver. 30 Sf Traducción al Náhuatl Ostotl kampa chanti Noxikuani Ipan sen pitentsin man kualtsin kalpan chantía sen ueuentsin itoka Cirilo, yejua manyichanekauan tekitiya ipan tepetl, uantlinkitokaya xkimaxiliaya kuajkitlamiyaya yintleyoltsin kuakon tata Cirilo konkouaya ipan sekan kalpan. Se tonajli tata Cirilo okisyichan uelipan kentla nochipa kichiua, otlekok ipan yipoloco man okipeualtilij ojtli, kampa konkouaya tleyojli kamelaj uejkatinenemis. Kuaj oasik kampayaya onotlakouijli, eikaokitak kapoliuiya uejka kampa kalakis tonaltsintli ikuakon kaxilis nokuepas yichan, eika okixtlajlo kaxkochis ompa kentla kichiuanij. Kintlatlamamaltilij yipolokouan man okipeualtilij nejnenke. Kuaj okalak tonaltsintli yejuamej uekakimpolouaya asiskeyinchan, kimailikej nejnentiui, kimekojli tlapoyauilistli kuajyekoke Tepepetlaxco, tata Cirilo okimat tlayaka kinkuitlapanuiya eroxokitasnek akinon kimaijli nenejmi, maske toniliamestli kamelaj kenkuautik pepetlaka xpantlanesiya ojtli kitsakuiliaya uan ueueyimej man chimaltikej kojtin uanmajni yitempan ojtli, tata Cirilo kimaluichiaya makanotechakuanis kantemej, xontlachiaya yikuitlapan akinon kinkuitlapanuiya, achitlayekapan okikak kasanisiuj nejnentiu kinemijli tlayichanekau notlapoyauijli, eroxontlachiaya yikuitlapan, kuaokasito ontlakatl okitlajpalo. —Tlapoyauijli amigo, kanon ochiaka? —tetlatolti ontlakatl. —Nontlakouato sekan manitlapoyauijli —okinankijli tata Cirilo. —Yempa amigo, ¿tlatikuajkui sentlachinojli uelistinechtleyokuilis? —okito onakinonon. —Tata Cirilo okinankijli —man nikan nikuajkui, okixti itikyitanatsin iuan tlisakatl. Yejontlakatl kitlatlautijli makitlikuiltijli yitlachijnol, tata Cirilo onotelti mankitlikuiltijli yitlachijnol, kuakijtlikuilti tlisakatl okitak kaontlakatl kipiyayaj yitlauan kentlachijchi manyikxiuan tlachiaya kentla kaxtilyikxiuan, niman okinemijli akinojnon (noxikuani), kiyeko kinopupulolti nemotijli mansepa kipeualti nenejmi, yejontlakatl kinonoxchiaya tata Cirilo, yejua sanxkinankilisnejki, kuajyeuejka nejnenchiaya okimat kayokenti nemotijli, okimat kayokuasoneu manxokueliya tlatlatos man nenejmis. Kuaj asikej kampa noxeloua ojtin noxikuani okinauati, okijli kayekua sekanyau oksetonajli nonamijki, tata Cirilo sakentsin okinankijli xokueliya tlatoua, yitlakayo nochiyoyetiyak, 31 Sf yokatejke yipolokouan manyejua tikitos tlayotlauan, kannej on´uetsi, yipolokouan asikeyinchan mankijtlatemoltilijke, yilamatsin xpaktika sanonemilitijka, sanxouekau yekok tata Cirilo sauestekok, xoktlajtoua manyoseseyak. Yilamatsin yekimastika tlinkichiuas kuajkenon opeukintolulchia chanekej totoltemej, okitekajke ipanyitlapech achiuamanoseui ompakuajli okuchia. Kuaj otlanes okimijlij yichanekauan tlinon yipan onochiu ipan´ojtli. Sekimekitoua kanej Tepepetlaxco onka Ostotl kampa chanti onkoxkuajli, yejua kemantika onpaxialoua, sekimej kuajlikita masketlanestok, sansekimej uelikiminotjuichia. "Sequía". Fotografía de Haizel de la Cruz 32 Sf Lengua Zapoteca Ca xla’pa’ Ciru Víctor Fuentes Dxi guná’ Ciru, muxe’ laa. Gudoo birí laade, dxi ziudu luguia naa ne jñiaa biya laa nexhe gaa, rí zizi binni rua le’yoo xti’. Naa jñiaa zulua’ guti Ciru muxe’, guisisi bianadxidu, pa ñacadu nahuati la, casi nuadu ca guisu xpeeñe nisa naga’nda’ chiguto’do’ luguia. Nuxhale ruaadu. Bi’yasidu nexhebe, tihua laa ná ti binni yooxho ra ma yenda ra luguia, nguiube nga bilaa ná’ laabe, pue laabe natende ñeebe ca la nizi biaaba talabe, ruli’be bidxingoola. Xtobi la ná xiñee nga re’be pue, laabe pa qui guebe gasti ca nu, ni tu guidxiña ra lidxi dxu’nibeca. Ciru, biasa ra guluu ná’cabe xi’que’ ná Na Jacinta, laa nga qui ñuya ne laa nga nánna. Ma gudxi jñiaa naa, nacabe ti muxe’ ma bindache chaue’ xinga naca gaca binni namuxe’, ruya nga ridiee xhagabe, rutiebe guidiruabe neca nanda nisa, rutiebe laa naxiñaarini, nirinisi ruaabe ra ma gucaabe ti jejey. Ruya nga laabe zubabe lu banguchucu, renda xco’rebe, ra laaca ma bichenda ñebeque ribigueta ruchenda ñeebe, racaneni laabe ti nabichitani. Racube cadxi bidaani ripi ne ruchendaberua ti neza lari nabixigui huiini, naze guie’ lú, zaqueca ruxhibe ti nda lari iquebe zica ni guxana gasi, lade lari que rugasabe ti neza doo guie’, ne rigube yanibe chupa chonna neza guie’ chaachi. Za que nga ribibe rua neza yoo guca lidxi jñiaabe, guirasi dxi, ra ma gueda tuxa ná guiquiñe lidxibe, ra ma ná chu’ne tuxa gunaa, laabe nizi gunibi ná’be, ra lú zica ra ma cabidxu ti miati, ne gucaabe bicuini ná’be cue’ xagabe, ti guiene miatique canababe laa gucaa ti bixidu’ ra quepe’. Laabe ma cuibe rua yoo maca cundachibe tu ze ne zeda, qui chiguiaba xheela miati biunesaa xtobique. Ngue nga guca xadxi ne xadxipe xhiiñabe, ne dxi biaababe qué la bilaná’ xheela ti xnadxi binni laabe. Dxi bi’yadu laabe nexhegaabe, nizi bigaabe lu dxiiña. 33 Sf Las guirnaldas de Ciru El día que supe que Ciru era muxe’, me dio escalofrío, íbamos al mercado mi madre y yo cuando lo vi tendido. La gente se arremolinó frente a su banqueta. “Al parecer murió Ciru muxe’”. Nos detuvimos tantito, si fuésemos unos tontos, ahí cargaríamos las ollas que llevaban el preparado de horchata que venderíamos en el mercado, abriríamos nuestras bocas. Sólo lo vimos tirado. Al parecer, según decía una vieja al llegar al mercado, su macho es quien lo empujó. Él que era parapléjico, pues se cayó de sopetón, parecía un sapo inflado. La otra decía: “por qué es que toma, pues si él no lo hace no hay negocio, ni quien se acerque a su cantina”. “Ciru sólo pudo levantarse cuando lo tomaron del brazo”, dijo Na Jacinta, ella no vio nada pero bien que daba fe. Luego me dijo mi madre: “dicen que es homosexual”. Me fije bien qué es ser un muxe’, ser una persona muxe’. Veía que se pintaba las mejillas, se pintaba los labios, aunque babeara los pintaba colorado colorado, con los labios rojísimos se carcajeaba. Lo veía sentado en un banco, cruzado de piernas, luego volvía entrecruzar las piernas sobre cruzadas; lo lograba fácilmente por su renquera. Vestía unos huipiles que le llegaban al ombligo, lo rodeaba con una mascada que le hacía sutiles pliegues, llena de flores; rodeaba una tela en su cabeza que la hacían pare- 34 Sf cer una recién parida y, entre la tela, formaba una guirnalda con tulipanes rojos, además, se colgaba unos cuantos collares de guie’ chaachi. Así se pasaba sentado sobre la banqueta de la casa que fuera de su madre, con suma frecuencia; cuando alguien llegaba a solicitársela para un servicio para hacer el amor con alguna, él movía la mano, frente a él, como cuando se le indica a alguien que venga hacia uno, luego ponía su dedo sobre una de sus mejillas, así el cliente sabría que le pedía un beso justo ahí. Es así como permanecía sentado sobre la acera, atento en tanto en tanto a quien va y quien viene, esquivando la presencia de la esposa de quien por el momento estaba ocupada con un cliente. A esto se dedicó, fue su oficio por mucho tiempo, y el día que se cayó, lo empujó alguna de las esposas de las amantes de oficio. Ese día que lo vimos desplomado, solo le cayeron en in fraganti y nada más. 35 Sf Escritura destierra Ana Matías Rendón La escritura crea espacios. Los desplazados los fundan, escriben des-tierras. Espacio y escritura están ligados por el movimiento. Ahí donde la gente encuentra el miedo a lo desconocido, los parias fundan su tierra. Ahí, donde todos están cómodos, atraviesa el trazo de un caminante, el sueño sedicioso de un forastero, el caos de un sin-hogar. * Una persona sin tierra intenta mezclarse en una geografía fragmentada por la velocidad. El ruido de la ciudad es un avispero alentando a su lectura. La figura observa atenta, lista para interpretar los signos de los lenguajes. Extrae de sus ropas un artefacto de escritura-captura. Los caminos han cambiado, en otros senderos quedaron las libretas con los esbozos de los paisajes. El viejo artilugio deviene en máquina de escritura. Aquel forastero ha caminado la tierra, sabe de escrituras. Este es un espacio que contiene tiempos yuxtapuestos y memorias encimadas. Este espacio, éste, es el lenguaje más obsesivo de las metáforas. Tecnologías sobreexplotadas se ciernen por todos los rincones. Una escritura-captura, una mano-ojo, son los instrumentos de nuestra época, una cámara y nota online hacen del instante una eternidad. La imaginería virtual se coloca frente a la máquina de captura. El personaje se prepara para escribir sus pesquisas, decenas de cuerpos se deslizan por el entramado del corredor urbano. Sus pasos son balbuceos. El lente se levanta. El ojo-escritura electrónico, extensión de la mirada extraña, está listo para la sobreexposición de la ciudad. * El espacio tecnológico se expande con luces ficticias que rivalizan con el sol, colores que imitan la naturaleza, piedras en formaciones altas, los altavoces de los automóviles y los poemas-anuncios: Estridentópolis posmoderna. Un viajero en el vértice que dejó de ser vanguardista atraviesa el pretérito converso. El futuro es hoy. Un futuro abigarrado con rascacielos económicos, edificaciones con esqueletos de acero y cortinas metálicas, sólo que aquí el metal se incrusta en los palacios coloniales, en las fachadas de piedra, cimentadas en pirámides de fuego y tierra. Las construcciones son reflejo de sus personajes. 36 Sf Cientos de personas cruzan el mismo espacio en una brevedad de tiempo. Miles diariamente. Cuerpos modulándose. Turistas, empleados, vagabundos, citadinos, paisanos, indígenas, extranjeros, empresarios, hambrientos y saciados. Todos atravesados por la velocidad de los tiempos, estancándose en un breve espacio. La ciudad reverbera. * La ciudad: un espacio limitado por proyectos liberales que divide en residentes, turistas e invasores, debilita la zona de encuentro. La lectura del viajero poco a poco se diluye en las diferentes realidades, desliza escritura para provocar los espacios fragmentados que los invasores, los parias de las migraciones, crean a partir de su presencia. Así se fundan espacios. Los lenguajes de la ciudad se dividen en escrituras diferenciadas. Las escrituras responden a procesos específicos: el lenguaje expresado por un indigente difiere del actor de la estatua viviente, en cuyo caso las circunstancias lo colocan bajo una dinámica diferente a los volanteros que insisten en vender unos lentes, o a los empleados franqueados por los escaparates de las grandes tiendas, o al indígena que espera una moneda, o al trabajador que recoge la basura, o al turista admirado por los multicolores, o al empresario que evita los lugares de tránsito, e incluso al ladrón que espera su próxima víctima. Cada uno es un personaje que escribe bajo técnicas diferentes. Al leerlos se puede develar un cúmulo de significaciones. Los personajes se manifiestan en lenguajes con sus propios signos. Varios lenguajes se expresan ligados a las prácticas socio-económicas. Las diferentes intervenciones en espacios esencialmente marcados para fines de consumismo indican la lucha de poderes. No existe una misma experiencia del lenguaje. La gente que transgrede las fronteras escribe movimientos, sacude las normalizaciones. La escritura del paria es un desplazamiento ampliado, pues ha escrito en la tierra-lienzo, por ello, ha sido desterrado de todos lados. Es un provocador. Un excluido de las tierras de los sedentarios es un agente de la disidencia. El miedo a los migrantes lo fundamenta. 37 Sf Las escrituras son lenguajes, por ello, es necesario que el lector también disponga de una gama de signos para interpretar. En el análisis de las escrituras es necesario estar alerta a cada fisura, desplazamiento, aparición, a cada paso dado, a cada topografía. La escritura captura una instantánea, la sobreexposición obtenida que hace ver o no permitir ver, es paradoja que depende del cuerpo que sostiene el artilugio. * Al entramado de la ciudad llegan los extranjeros que miran con extrañeza los tiempos explayados en el espacio de la ciudad. El turismo y el exilio no son lo mismo. Los desplazamientos también están categorizados por los turistas, los exiliados y los eternos migrantes. El exilio y la migración no son lo mismo. Pero, entre los migrantes eternos se esconden los parias sin hogar, los que nunca tuvieron un origen de donde salir. Millones caminamos por el mundo-tierra, disgregadores de orígenes. Escribir siendo forasteros se define por las significaciones producidas por habitar el mundo. Entre la masa que recorre los corredores citadinos, se entretejen culturas, lenguas, forasteros, que escriben por una suerte de colocación fragmentada. Desplazamientos extraños: desarticulados, aislados, desmarcados. Las personas también se cimentan en los obeliscos de roca sin ser deslumbrados por los metales productores de ensoñaciones. La geografía urbana dibuja mapas corporales. El movimiento rápido nos vuelve individuos urbanos. Un paria es un cuerpo marcado. La ciudad nos cambia cuando la intervenimos. Las políticas de los espacios son logísticas de velocidad. Una escritura digital es posibilidad, una percepción sintética, amalgama de mi mano-artilugio. ¿Cómo escapar sin ser víctimas del propio proceso de captura sintética de lo vivido en la ciudad? Escapando de los límites y fronteras, volviéndonos parias sin orígenes: escritura-des-tierra. * Los forasteros fragmentan la ciudad, crean espacios. Esta ciudad se sostiene de los migrantes eternos. Los cuerpos, como la ciudad, están mediados por sus escrituras. El lenguaje más obsesivo de las metáforas es el espacio, el espacio tecnológico, el espacio de las técnicas. 38 Sf www.revistasinfin.com 40 Sf