[2]
Segregación socioespacial y fragmentación urbana en
Monterrey, Nuevo León.
La Colonia Independencia como espacio en disputa
Elided Hernández Acosta
[4]
A los vecinos de la Colonia Independencia…
Si no llego a Monterrey
siempre te voy a extrañar
mi Colonia Independencia.
Muchas alegrías pasé
no importa que hambre tuviera
la pobreza no es vergüenza.
Quien no conoce el lugar
donde el hombre sufrirá,
pero siempre anda de fiesta.
Desde el río hasta la loma
las casitas se amontonan
como espuma en mi cerveza.
La Tropa Colombiana
Mi Colonia Independencia
[5]
[6]
AGRADECIMIENTOS
Gracias a la UNAM por abrirme sus puertas. Al CONACYT por apoyarme económicamente para
continuar mis estudios y poder realizar esta investigación. Al campo de conocimiento de Arquitectura,
Ciudad y Territorio en especial al Mtro. Alejandro Suárez Pareyón por su apoyo y gran labor.
A mi madre y a mi padre por ser quienes siempre me sostienen y me impulsan para lograr todo lo que
me propongo. A mi hermana y a mi hermano, que a pesar de la distancia siempre están ahí para mí. A
Elías por su apoyo y paciencia en los buenos y malos momentos, gracias por ser una gran compañía
durante este proceso.
A Erika, Rafa, Panin, Rodo, Esteban quienes me acompañaron en este proceso, por sus experiencias,
saberes, disposición y paciencia, gracias por abrirme las puertas de la Indepe. A la Dr. Lylia Palacios y
al Arq. Juan Casas por aceptar sentarse conmigo a platicar y compartirme sus conocimientos e ideas.
A mi tutor, Mtro. Eduardo Torres Veytia, por su orientación y amistad, por compartirme sus
conocimientos y animarme a tomar otros caminos, además de sus consejos en los momentos que
encontré obstáculos en este trabajo. A los integrantes del Comité tutor y sinodales, Dr. Luis Salinas, Dr.
Sergio Miranda, Mtra. Montserrat Rivera, por su tiempo y comentarios que contribuyeron a mejorar
este trabajo. Al Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile y amigxs chilenxs por acogerme para
realizar mi estancia de investigación y en especial al Mtro. Jorge Larenas quien me dio su apoyo como
tutor durante ese tiempo, debo decir que después de esa experiencia mi vida no volvió a ser la misma.
A mis profesores, gracias por sus enseñanzas que se ven reflejadas en esta investigación, por invitarme
a cuestionar y ayudarme a construir nuevas ideas.
A mis amigxs Ale, Dani, Fernan y Balam por las pláticas, risas y apoyo, por hacerme sentir en casa en
esta ciudad.
De corazón, mi más profundo agradecimiento a quienes con su apoyo ayudaron al desarrollo de esta
investigación, sin ustedes esto no hubiera sido posible.
[7]
[8]
RESUMEN
Esta investigación se centró en la Colonia Independencia localizada en Monterrey, Nuevo León que,
desde su origen, sus límites quedaron definidos por el río Santa Catarina y el cerro de la Loma Larga,
en ella se asentó mucha de la población obrera que llegaba a laborar a la ciudad. Se buscó indagar sobre
los efectos que han tenido o pueden tener los fenómenos de segregación socioespacial y fragmentación
urbana en la colonia que, la convierten en un espacio en disputa y cómo esto se refleja en el territorio
tanto por las acciones del gobierno como por las prácticas socioespaciales y de resistencia por parte de
la población. La metodología se basó en un enfoque mixto, utilizando técnicas cuantitativas y
cualitativas; las primeras se apoyan con información estadística de la población, sus características y
las actividades económicas, así como en indicadores para analizar la segregación; para las segundas se
recurre al método etnográfico con apoyo de herramientas como las entrevistas, historias de vida,
observación y archivo fotográfico. Los resultados muestran que en la Colonia Independencia existe un
gran número de habitantes que presentan dificultades económicas, educativas, de salud y vivienda,
observándose una gran diferencia entre la población que habita al norte y sur de la colonia, aunado a
las problemáticas de violencia y estigmatización. Estás características convierten a la Colonia
Independencia en un foco clave para la intervención del gobierno y de actores privados que permiten y
respaldan proyectos de renovación urbana que buscan cambiar la imagen de deterioro e inseguridad
que se tiene de la colonia, siendo resultado de los procesos de segregación socioespacial y dando paso
a la privatización y mercantilización del espacio urbano y a la expulsión de sus habitantes.
PALABRAS CLAVE
Colonia Independencia; segregación socioespacial; fragmentación urbana; espacio urbano;
desigualdad social; renovación urbana.
ABSTRACT
This research focused on the Colonia Independencia, located in the city of Monterrey, Nuevo León,
which, from its origin, its limits were determined by the Santa Catarina river and the hill of Loma Larga,
which many of the working population that came to work in the city settled. The aim was to investigate
the effects of the phenomena of socio-spatial segregation and urban fragmentation have had or may
have in the Colonia Independencia, that makes it a space in dispute and how this is reflected in the
territory through the government’s actions as well as the socio-spatial practices and resistance by the
population. The methodology was based on a mixed approach, using quantitative and qualitative
techniques; the first one are supported by statistical information of the population, its characteristics
and economic activities, as well as indicators to analyze segregation; for the second one, the
ethnographic method is used with the support of tools such as interviews, life stories, observation and
a photographic archive. The results show that in the Colonia Independencia, there are a large number
of inhabitants who present economic, educational, health and housing difficulties, that can be observed
between the difference of the population living in the north and south of the neighborhood, coupled
with the problems of violence and stigmatization. These characteristics make the Colonia
Independencia a key focus for government intervention and private actors that allow and support
urban renewal projects that seek to change the image of deterioration and insecurity that one has of
them, as a result of the processes of socio-spatial segregation, leading to the privatization and
commercialization of urban space and the expulsion of its inhabitants.
KEYWORDS
Colonia Independencia; socio-spatial segregation; urban fragmentation; urban space; social inequality;
urban renewal.
[9]
[10]
ÍNDICE
Dedicatoria ……………………………………………………………………………………………………………………… 5
Agradecimientos …………………………………………………………………………………………………………..…. 7
Resumen …………………………………….…………………………………………………………………………..……… 9
Índice ………………………………………………………………………………………………………………………….... 11
Introducción ……………….……...…….…………………………………………………………..……………………... 13
Objetivo General ……….…………………….……………………………………………………………………….….... 16
Objetivos Específicos …………………….……….……………………………………………………………….…….. 16
Preguntas de investigación ………………………….………………………………………….………….………….. 17
1.
Segregación, fragmentación y espacio urbano: marco teórico-conceptual
1.1
1.2
1.3
2.
Proceso del trabajo metodológico: método y categorías de análisis
2.1
2.2
3.
Definición del Problema …………………………….…………………………………….……….. 21
Antecedentes de la Investigación ..……..………….….……………..…………………..……. 23
Elementos para situar el análisis ..…….…………………………………………………..…… 25
Segregación socioespacial .………………............…………………………..……………….... 25
Fragmentación urbana ……...….……….…………..………………….……………………….… 28
El espacio urbano: control, poder y disputa ……………………………………….…...….. 29
El método …………..…………………..……………………………….……………………..…..…… 35
Método cuantitativo …..………..…………………..……………..…………………………..…… 36
Método cualitativo y el trabajo de campo ..…...……………..………………………...…… 37
Categorías de análisis …………………..……………………………….……………………..…… 42
Análisis de características sociodemográficas y económicas ..………………………. 42
Elementos para medir la segregación socioespacial ……………..…...……………...... 43
Elementos para medir la fragmentación urbana …..…..…………...…………………... 44
Espacio en disputa ……………………………………………………………………………………. 45
Los altares religiosos como elementos de protección ..……..……….....………......... 45
Identidad urbana y resistencia comunitaria ..……………………………………………… 46
Orden y progreso: el proceso de metropolización de la ciudad de Monterrey
3.1
3.2
3.3
3.4
3.5
El proceso de industrialización ……………....…………………………..…………….………. 51
Conformación del Área Metropolitana de Monterrey ..…..………….……....….….... 54
La ciudad y el orden ………………………...…...…………………………………………...…..… 56
La lucha popular por la tierra ………………………….…………..……….……..……..……... 59
El barrio San Luisito ……………………………..……………….……………...…………..…….. 61
[11]
4.
Los fenómenos socioespaciales en la ciudad de Monterrey: globalización,
estigmatización, violencia
4.1
4.2
5.
Reestructuración económica y la distribución socioespacial ……………..……..….. 69
Reestructuración económica: Globalización, Estado e Iniciativa privada ……... 69
La división social del espacio en el Área Metropolitana de Monterrey ……..…... 72
Dimensiones de la segregación y fragmentación ……………………………….……….. 76
Estigmatización territorial ………………………………………………………...……………… 76
Violencia, miedo e inseguridad ………………………………………………………..………... 78
Proyectos de renovación urbana ……………………………………………………………..… 80
La Colonia Independencia: efectos de la segregación socioespacial y la fragmentación
urbana
5.1
5.2
Descripción del caso de estudio ………………………………………………….................... 85
Aspectos demográficos ………………………………………..……………………….….……….. 89
Equipamientos y actividad económica ………..……………………...……………..…….... 91
Categorías de análisis para el estudio de la segregación socioespacial …….....… 96
Indicadores estadísticos de análisis …….……………………………………….……...……. 97
Espacio en disputa: proyectos urbanos actuales …………………………………….…. 104
Percepción de seguridad y mecanismos de protección …………………..………..… 111
Bordes y fronteras ……………………………………………………………………….…………. 119
Identidad urbana y resistencia comunitaria ……………………………….………..…… 123
Conclusiones ………………………………………………………………………………..…………..……………...… 129
Bibliografía ………………………………………………………………………………………………………….……… 137
Anexos ……………………………………………………………………………………………………………………….. 143
[12]
INTRODUCCIÓN
Los cambios estructurales que se vienen dando en las ciudades desde los años setenta del siglo XX han
influido drásticamente en cómo las ciudades son percibidas y apropiadas por los distintos actores
sociales que la conforman, influyendo también en sus relaciones sociales y su relación con el espacio
urbano. Estas transformaciones pueden observarse en la morfología y expansión de las ciudades, en
procesos de gentrificación, segregación socioespacial, fragmentación urbana, inseguridad y
estigmatización, así como en la implementación de proyectos de renovación urbana en distintos puntos
de la ciudad. El espacio urbano es un elemento clave para la producción y reproducción de capital,
teniendo como consecuencia grandes desigualdades que se manifiestan física y simbólicamente.
De esta manera, la segregación urbana como expresión de estas desigualdades, se entiende como la
separación de distintos grupos sociales en el territorio, que deriva también de las relaciones de poder
entre grupos dominantes y dominados, permitiendo o restringiendo el acceso al suelo urbano. En el
contexto neoliberal, el Estado deja la producción de vivienda en manos del mercado inmobiliario
quienes hacen más notorias las divisiones sociales del espacio, produciendo viviendas y espacios de
consumo de acuerdo con el nivel socioeconómico de la población, las características del territorio y la
calidad de los servicios e infraestructura. De manera que, por un lado, se crean espacios privilegiados,
mientras que otros quedan fuera de los beneficios que ofrece la ciudad, además que dentro del discurso
político y mediático se estigmatiza a la población que habita en estos lugares catalogados como
peligrosos.
Así aparece la fragmentación urbana como expresión de estas desigualdades socioespaciales que se
hace visible por las distintas dinámicas de separación con elementos físicos como muros, rejas, cámaras
de vigilancia que buscan alejar a esos “otros” o por aspectos subjetivos donde también influye la
apariencia física de las personas. Cabe señalar que, aunque existen estas fronteras, se encuentran en
constante transformación al poder ser transgredidas debido a las relaciones sociales que se tienen entre
los diferentes fragmentos que conforman la ciudad. Otra manera de percibir estas rupturas en el
territorio es por medio de las intervenciones urbanas o megaproyectos que al implantarse afectan las
relaciones sociales, la identidad de los habitantes con el espacio, además de provocar su expulsión
intensificando las desigualdades sociales.
En la ciudad de Monterrey, la conformación del Área Metropolitana se desarrolló, al igual que en otras
grandes ciudades, en espacios con fuertes desigualdades, segregación social y fragmentación, donde se
hacen muy notorios los contrastes entre áreas residenciales y barrios populares. La Colonia
[13]
Independencia fue la primera urbanización fuera del centro fundacional, quedando separada del resto
por el río Santa Catarina y se ubicó en las faldas del cerro de la Loma Larga. Se formó a partir de la
llegada de migrantes de varios estados de la república que por diversas situaciones se asentaron en el
margen sur del río, muchos de estos nuevos habitantes llegaron a laborar como obreros, se dedicaban
al comercio o ejercían diversos oficios como artesanos, carpinteros, pintores, zapateros, herreros, entre
otros y llegaron en busca de mejores condiciones de vida, atraídos por el auge industrial.
La Colonia Independencia ha sufrido a lo largo de los años estigmatización y violencia. Los habitantes
de la colonia han luchado históricamente a partir de movimientos vecinales para evitar la
fragmentación de sus barrios, haciendo visible que no existen planes de mejoramiento reales que
busquen acabar con las problemáticas internas, sino que es el mismo Estado quien deja de atender
estas situaciones para en un futuro las malas condiciones en las que se encuentra la colonia justifiquen
las intervenciones.
El propósito de esta investigación es el indagar sobre los efectos que tienen los fenómenos de
segregación socioespacial y fragmentación urbana en el espacio urbano y cómo se vinculan con otros
procesos como la inseguridad, el estigma, los proyectos de renovación urbana y la identidad con el
barrio. Bajo este contexto se toma como caso de estudio a la Colonia Independencia, localizada en el
municipio de Monterrey, Nuevo León, para analizar los aspectos de estos fenómenos que la convierten
en un espacio en disputa y, cómo esto se refleja en el territorio tanto por las acciones de actores públicos
y privados como por las prácticas socioespaciales y de resistencia por parte de la población.
Considero que es importante hablar de los procesos urbanos que ocurren en la ciudad de Monterrey
que se vinculan con las grandes diferencias sociales, espaciales y económicas, además de los discursos
mediáticos y los proyectos urbanos como instrumento de expulsión, privatización y acumulación de
capital. Históricamente se ha impulsado la idea de ciudad de progreso, innovación y desarrollo por
parte de instituciones públicas y privadas que han buscado cambiar la imagen urbana como solución a
las problemáticas de la ciudad.
La presente investigación está estructurada en cinco capítulos; el primer capítulo aborda la revisión
teórica de la segregación socioespacial y la fragmentación urbana, donde se plasman las discusiones
que existen sobre estos conceptos y así poder establecer bajo qué definiciones se analizará el caso de
estudio. Así mismo, se hace una revisión del concepto de espacio urbano que se considera fundamental,
ya que es el escenario principal de los procesos urbanos y sociales. Además, en este mismo capítulo se
plantea la problemática sobre los procesos de segregación y fragmentación en la ciudad de Monterrey,
[14]
por último, los antecedentes de investigación, donde se muestran las investigaciones sobre la
segregación y fragmentación que apoyaron la realización de este estudio, tanto en otros contextos como
en el contexto de la ciudad de Monterrey.
En el segundo capítulo, se plantea la forma en que se llevó a cabo esta investigación. La metodología se
basó un enfoque mixto, utilizando técnicas cuantitativas y cualitativas; se hace una descripción de los
métodos utilizados y de las implicaciones del trabajo de campo, además se presentan las categorías de
análisis que ayudaron a llevar a cabo la investigación. El análisis cuantitativo se basó en la recopilación
de datos estadísticos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Consejo Nacional de
Población (CONAPO) y el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE),
información obtenida por estos medios se representó utilizando un Sistema de Información Geográfica
(SIG). El análisis cualitativo se realizó a partir del método etnográfico utilizando herramientas como la
entrevista, las charlas informales, la observación no participante, archivo fotográfico; toda la
información se recopiló durante el trabajo de campo que tuvo lugar durante varios momentos del año
iniciando en 2019.
Para el tercer capítulo se hace una revisión histórica de la ciudad de Monterrey y de la Colonia
Independencia, donde se abordan temas que detallan los procesos que ha tenido la ciudad con el fin de
entender sus transformaciones y su estado actual. El desarrollo del capítulo abarca el proceso de
industrialización de la ciudad, la conformación del Área Metropolitana de Monterrey, la etapa de
modernización a través de los distintos proyectos urbanos que se realizaron durante ese período, así
como las luchas por el acceso al suelo derivadas de estos procesos y, por último, la formación y
evolución del Barrio San Luisito, hoy Colonia Independencia.
Como parte del cuarto capítulo se abordan aspectos que se pueden observar como causa y consecuencia
de los fenómenos socioespaciales, por un lado, se describe cómo se dio el proceso de cambio estructural
que termina con el modelo de Estado Benefactor para dar paso al modelo neoliberal, además se habla
de las dinámicas de división del espacio en el Área Metropolitana de Monterrey. Por otro lado, se
explican las dimensiones de la segregación y la fragmentación donde se involucran aspectos físicos y
simbólicos que permitan entender las implicaciones de estos fenómenos, no se pretender generalizar
estos aspectos en otros contextos, ya que se pueden presentar de distintas formas y añadirse otras
posibles dimensiones dependiendo de la escala o caso de estudio.
Por último, en el quinto capítulo se aborda el caso específico de la Colonia Independencia en el cual se
presenta la descripción del caso de estudio, crecimiento histórico poblacional de la colonia desde 1990
[15]
hasta 2010, la población total y se realiza un análisis de los tipos de actividades económicas, así como
los equipamientos que se encuentran dentro del polígono de la colonia. Por otra parte, se muestran los
resultados de los análisis cuantitativos y cualitativos. En este capítulo se relacionan las dimensiones de
los fenómenos de segregación socioespacial y fragmentación urbana, con las vivencias cotidianas de
los habitantes, su percepción e identificación con el lugar.
Para concluir la investigación se muestra las reflexiones finales sobre los fenómenos de segregación y
fragmentación en la Colonia Independencia desde una postura crítica, así como los aciertos y
desaciertos que se tuvieron al analizar estos fenómenos, y cómo estos se reflejan en la vida cotidiana de
los habitantes, llevando a una reflexión sobre los procesos de división social del espacio y los diferentes
actores que están involucrados en su reproducción en las ciudades.
OBJETIVO GENERAL
Identificar los efectos que tiene la segregación socioespacial y la fragmentación urbana en el territorio
de la Colonia Independencia, Monterrey, Nuevo León y como se relacionan con otros fenómenos
sociales; a partir de entender los cambios políticos, económicos y urbanos que ha tenido la ciudad.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
•
Definir los conceptos de segregación socioespacial y fragmentación urbana mediante la revisión
de distintas perspectivas teóricas que permitan entender mejor estos fenómenos.
•
Analizar los cambios políticos, económicos y urbanos que ha tenido la ciudad de Monterrey en
su proceso de metropolización y cómo influyeron en la actual distribución del espacio urbano.
•
Identificar los efectos que ha tenido la reestructuración económica neoliberal en las
transformaciones urbanas de la ciudad de Monterrey.
•
Determinar si existe relación entre los fenómenos de segregación socioespacial, fragmentación
urbana, las disputas por el espacio urbano y las relaciones socioespaciales de la población en la
Colonia Independencia.
[16]
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
¿Qué aspectos de la segregación socioespacial y la fragmentación urbana pueden percibirse en la
Colonia Independencia?
¿Cuáles son las discusiones teóricas sobre los conceptos de segregación socioespacial y fragmentación
urbana?
¿Cuáles han sido las transformaciones políticas, económicas y urbanas que han dado paso a la actual
distribución del espacio urbano en el Área Metropolitana de Monterrey?
¿Cuáles son las causas o determinantes que influyen en la división social del espacio en la ciudad de
Monterrey?
¿Qué aspectos de la segregación socioespacial y la fragmentación urbana pueden percibirse en la
Colonia Independencia?
¿Qué factores convierten a la Colonia Independencia en un espacio en disputa?
¿Cómo han influido los fenómenos de segregación socioespacial y fragmentación urbana en las
relaciones socioespaciales de la población?
[17]
[18]
1
SEGREGACIÓN, FRAGMENTACIÓN Y ESPACIO URBANO:
MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL
El presente capítulo se compone de tres subcapítulos, en los cuales se abordan los
aspectos conceptuales, teóricos y metodológicos que regirán esta investigación. El
primer subcapítulo, presenta la problemática de investigación; el segundo
subcapítulo plantea la discusión de otros investigadores sobre el tema y, por último,
en el tercer subcapítulo se describen los conceptos que guían el estudio y se realiza
una discusión en torno a la segregación, fragmentación y espacio urbano, así mismo
se presenta el enfoque que seguirá la investigación
[19]
[20]
1.1
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
Las ciudades desde la revolución industrial sufrieron grandes migraciones campo-ciudad que trajo
como consecuencia una expansión urbana acelerada y desordenada debido a la falta de planeación y
políticas públicas; esto llevó a ciertos sectores de la población a establecerse de manera informal en el
territorio, en condiciones precarias, sin acceso a servicios básicos y en las periferias de las ciudades,
haciendo un tanto difícil la realización de actividades cotidianas de los nuevos residentes. Esto reveló
las grandes diferencias y dificultades que experimenta cierto sector de la población, en especial los más
pobres, que marcados por la desigualdad y la precariedad no tienen las oportunidades de acceder a
créditos de vivienda o trabajos formales que les permitan adaptarse a las lógicas de las grandes
ciudades.
Uno de los principales problemas que puede ser observado en la mayor parte de las ciudades de
América Latina según estudios realizados en el campo de las desigualdades urbanas (Di Virgilio &
Perelman, 2014; Duhau & Giglia, 2008; Janoschka, 2002; Schteingart, 2001,2015; Veiga, 2007), es la
división social del espacio, esto se ve reflejado en fenómenos de segregación socioespacial y
fragmentación urbana debido al aumento de población en condiciones de pobreza, trabajos informales
o presas de la violencia, inseguridad o narcotráfico. Estos fenómenos tienen graves consecuencias en
las relaciones sociales de los distintos habitantes de una ciudad, afectando sus dinámicas, la manera en
la que conviven con otros y su desarrollo a futuro.
En los estudios de ciudades latinoamericanas estas condiciones socioespaciales como la segregación y
la fragmentación son comunes y tienen que ver con aspectos derivados de la expansión urbana
periférica de las ciudades principalmente en las metrópolis donde predominan los grupos de escasos
recursos en condiciones precarias, la dificultad de integración a la ciudad y con otros grupos sociales
debido a la disminución de lugares de encuentro, al crecimiento de barrios cerrados y desarrollos
inmobiliarios para la población de más altos recursos, todo esto remarcando estos fenómenos de
exclusión y desigualdad (Schteingart, 2015).
El Área Metropolitana de Monterrey (AMM) es la tercera conurbación más poblada de México, en el
2015 según datos del INEGI contaba con 4,437,643 habitantes y refleja también estos fenómenos de
segregación y fragmentación, así como fuertes desigualdades tanto económicas como sociales que en
conjunto tienen consecuencias negativas tanto en el hogar como en diferentes ámbitos de la vida
cotidiana (González de la Rocha, 1995; Solís & Puga , 2011). El AMM se ha caracterizado por su
actividad industrial y de servicios así como su elevado nivel socioeconómico que ha traído consigo la
[21]
expansión urbana, atrayendo a población de otros estados captados por esta imagen de progreso y
beneficios (trabajo, educación, servicios) dejando de lado las condiciones de pobreza, desigualdad y
exclusión en las que puedan llegar a establecerse los nuevos habitantes debido a la dificultad de acceder
al suelo urbano o a la dificultad de encontrar trabajos regulados.
En este contexto, Monterrey debido a su crecimiento económico y urbano es una ciudad de fuertes
desigualdades sociales, segregación y fragmentación urbana caracterizada por una distribución
territorial de grupos sociales y de ingresos bastante desigual. Esta investigación abordó el caso
específico de una de las primeras colonias en constituirse en la ciudad, la Colonia Independencia,
privilegiada por encontrarse en el centro de la ciudad y desafortunada por ser percibida como una de
las más inseguras y conflictivas dentro del discurso público. Históricamente la Colonia Independencia
alojó a mucha de la población migrante de estados como San Luis Potosí, Coahuila, Tamaulipas y
Zacatecas que llegaron en el contexto de las grandes olas migratorias del campo a la ciudad que se
vivían en el país durante el auge industrial y que contribuyeron a la metropolización de la ciudad
(Sandoval & Escamilla, 2010).
En la actualidad, la Colonia Independencia es de gran importancia para la ciudad de Monterrey y para
sus propios habitantes, sin embargo, su población presenta dificultades de desempleo, carencia de
servicios, asentamientos informales y violencia, mismas que han sido permitidas ante los ojos del
Estado. Los aspectos anteriores convierten a la Colonia Independencia en un foco clave para la
intervención del gobierno, para permitir y respaldar proyectos de renovación urbana que buscan
cambiar la imagen de deterioro e inseguridad que se tiene de la colonia y que además se refuerza a
través de los discursos mediáticos y políticos, catalogando al lugar como refugio de delincuentes,
asentamientos irregulares, balaceras y asaltos. Por lo tanto, el Estado –como históricamente ha hecho
en otras áreas de la ciudad con proyectos como la Macroplaza, Paseo Santa Lucia, Distrito Tec–
pretende a través de proyectos de renovación resolver las problemáticas que se presentan en la Colonia
Independencia dando paso a la privatización, mercantilización y desplazamiento de los habitantes de
este lugar, dejando de lado las consecuencias que estas acciones puedan tener en la reproducción de los
fenómenos de división del espacio y de las desigualdades sociales.
La Colonia Independencia al ser la frontera que separa al centro de la ciudad de Monterrey y al
municipio de San Pedro Garza García –denominado como una de los más ricos del país– se convierte
en un lugar codiciado por los intereses estatales y privados. Los intentos de acción dentro de la colonia
han sido detenidos por parte de los habitantes que han logrado posicionarse frente a estos proyectos
para defender su barrio. Esta investigación busca indagar sobre los efectos de los fenómenos de
[22]
segregación socioespacial y fragmentación urbana que convierten a la Colonia Independencia en un
espacio en disputa y, cómo esto se refleja en el territorio tanto por las acciones del gobierno como por
las prácticas cotidianas y de resistencia por parte de la población.
1.2
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
Al hablar de segregación y fragmentación, es necesario analizar la relación que tienen estos fenómenos
con las interacciones sociales que se dan en los espacios de la ciudad, los lugares de encuentro entre
población de diferentes grupos sociales y la dificultad de acceder a estos espacios, las consecuencias en
la calidad de vida y los sentimientos de exclusión, injusticia o miedo que pueden generar en la
población. De esta manera, se tiene claro que estos fenómenos pueden ser producidos y reproducidos
de manera consciente o inconsciente, ya que no es una condición especialmente de la población de
estratos bajos, sino que también se presentan en la población de mayores recursos. Mientras a unos
favorece el consumo, la calidad de vida y el acceso a todos los servicios, por el contrario, para otros se
acentúa la desigualdad, violencia, inseguridad y los servicios de mala calidad, tanto así que estos
fenómenos pasan a formar parte de la cotidianidad de la población.
Existen estudios realizados por diversos autores como Sabatini, Cáceres y Cerda (2001), Schteingart
(2001), Saraví (2008), Veiga (2007), Janoschka (2002), Duhau y Giglia (2008) entre otros en el
contexto Latinoamericano que se han enfocado en la división espacial principalmente de los habitantes
vulnerables de las ciudades en los cuales se discuten las tendencias de la segregación, las políticas que
podrían controlarla y las características positivas o negativas, así como las políticas sociales y la
estigmatización de los barrios. También estos autores analizan las consecuencias que los fenómenos de
división del espacio tienen en la vida de las familias y en los jóvenes, observando los modos en los que
ciertos grupos sociales acceden o buscan acceder a los bienes y servicios que ofrecen las ciudades,
enfocándose en la manera en la que las personas habitan, transitan y circulan en la ciudad.
Además, existe una gran cantidad de investigaciones enfocadas en el estudio de los barrios cerrados
tanto en países como Chile, Brasil, Perú, Ecuador como en México, así mismo, se analiza la relación
que tienen los fenómenos de división del espacio con el papel de la inseguridad y el miedo que
intensifica los estigmas, los discursos políticos y de medios de comunicación así como las desigualdades
que son el elemento principal de estos fenómenos, siendo un ejemplo de esto la obra “Ciudad de Muros”
de Teresa Caldeira (2007) en el contexto brasileño o Wacquant (2007) en “Los condenados de la
ciudad” que trata el problema de la marginalidad urbana en barrios estigmatizados en Chicago y París.
[23]
Estos procesos de división social del espacio no son nuevos en las ciudades mexicanas, se pueden
observar en las trazas coloniales que separaban a los indígenas de los españoles; la ciudad central,
donde vivían los conquistadores y los barrios periféricos, donde habitaban los indígenas (Garza, 2000).
Esto es una muestra de la segregación urbana que se presentaba en la configuración de la ciudad
colonial. Dentro de las investigaciones que se pueden encontrar en México aunadas a las que se
mencionaron anteriormente están las tesis de maestría de Diana Sheinbaum (2004) y Anet Carmona
(2017) que se enfocan en el estudio de la segregación residencial en la Ciudad de México aportando
antecedentes históricos y metodológicos para el análisis de este fenómeno.
En el contexto de la ciudad de Monterrey también se percibe esta estructura espacial entre los
colonizadores y un grupo de familias que se localizaron al margen norte del río Santa Catarina y los
migrantes a quienes se les ubicó al margen sur del río, sirviendo este como la primera división entre
indígenas y colonos en la ciudad (Aparicio, Ortega, & Sandoval, 2011). Los estudios sobre segregación
y fragmentación son pocos en el estado de Nuevo León, destacan las investigaciones enfocadas en la
desigualdad, segregación, marginación y pobreza en la entidad, así como los estudios comparativos de
las metrópolis de Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla por parte de Rubalcava y
Schteingart (2012). En el caso particular del estado de Nuevo León, Efrén Sandoval (2008) ha
estudiado la desigualdad vinculada con las estructuras económicas y políticas, haciendo énfasis en la
distribución de los ingresos y la marginalidad en la ciudad que muestran niveles muy disparejos en la
distribución de los recursos. Otros de los trabajos relacionados con la segregación socioespacial en
Monterrey es el aporte de los investigadores Carlos Aparicio, María Ortega y Sandoval (2011) en el que
analizan las características de la segregación y su expresión en el territorio. Roxana Alcalá (2015) en
su tesis de maestría, analiza las diferentes formas de segregación en el Área Metropolitana de
Monterrey, tomando como caso de estudio cuatro colonias, entre ellas, la Colonia Independencia.
Por otra parte, se han realizado en la ciudad de Monterrey algunas investigaciones referentes a los
antecedentes y los mecanismos de desalojo consecuencia de los proyectos urbanos que han tenido lugar
en la ciudad. El análisis de José Manuel Prieto (2011) destaca la relación que tienen los proyectos
urbanos en el discurso mediático y político con las problemáticas que tiene la ciudad como inseguridad,
deterioro, congestión vial entre otros y que buscaron ser subsanados con la implementación de estos
proyectos y así abrir a la ciudad al comercio y turismo nacional e internacional. Otras investigaciones
con un enfoque parecido al análisis de los proyectos urbanos y la relación con los despojos de población
es la tesis de Rodrigo Escamilla (2014) y el libro de Jaime Sánchez (2019) que analizan el camino de
la ciudad de Monterrey hacia las lógicas de modernización con los proyectos de la “Gran Plaza”, el
Parque Fundidora y el Paseo Santa Lucía que transformaron el orden urbano y han significado pérdidas
[24]
del patrimonio y expulsión de habitantes, así como el vínculo del gobierno con la iniciativa privada en
la realización de estos proyectos.
Es importante reafirmar el carácter espacial y social de esta investigación, ya que algunos trabajos antes
mencionados se han enfocado en uno solo de estos aspectos, generando que la amplitud de los
fenómenos de segregación y fragmentación urbana no sean entendidos en su totalidad, además algunas
de las investigaciones caen en un determinismo espacial, atribuyendo al lugar y a los habitantes la
proliferación de los problemas sociales en la ciudad. Dicho esto, es importante añadir al estudio de los
fenómenos socioespaciales los procesos de estigmatización que marcan a grupos sociales y a sus
espacios aunado a los discursos mediáticos y políticos que van a permitir justificar los distintos
proyectos o intervenciones urbanas, así como medidas especiales sobre el lugar.
El aporte de esta investigación se centra en el análisis los aspectos de segregación y fragmentación
urbana y su relación con otros procesos como la estigmatización, las intervenciones de renovación
urbana, además de hacer un cuestionamiento a las lógicas del sistema económico y político neoliberal
que han intensificado las desigualdades sociales y que tiene su expresión en el espacio urbano por
medio de estos fenómenos socioespaciales. Dentro de los estudios de estos fenómenos en la ciudad de
Monterrey, es necesario involucrar otras disciplinas para que los huecos que existen en las
investigaciones logren cerrarse y puedan presentar una idea más clara de los procesos que ocurren en
la ciudad y cómo se relacionan con otros fenómenos.
Estas dinámicas urbanas y los procesos de despojo que presentan las investigaciones antes descritas
permiten entender cómo las luchas por el territorio no solo pueden interpretarse en un lugar como la
Colonia Independencia, sino que ocurren y podrían llevarse a otros contextos latinoamericanos cada
uno con sus especificidades, además de presentar distintos aspectos metodológicos que dan una pauta
para abordar los fenómenos de división social del espacio y así tratar de cubrir la variedad de
dimensiones que tienen estos fenómenos de segregación y fragmentación desde distintas perspectivas.
1.3
ELEMENTOS PARA SITUAR EL ANÁLISIS
Segregación socioespacial
El concepto de segregación urbana surgió a mediados del siglo XX por teóricos pertenecientes a la
Escuela de Chicago donde destacan Robert E. Park, Ernest Burgess y R. D. McKenzie, quienes
consideraban que las características espaciales determinaban las dinámicas sociales de la población y
[25]
que eran resultado de una dinámica natural de los individuos, además, influían los aspectos
económicos, raciales, de sexo y edad en la distribución del espacio (Rodríguez, 2014). Del mismo modo,
Ernest Burgess diseña a partir de eso un esquema basado en círculos concéntricos para explicar cómo
se distribuyen los grupos sociales en el espacio urbano, donde los grupos más desfavorecidos se ubican
en las áreas centrales mientras que los de mayor estatus se localizan en áreas periféricas de la ciudad
(Schteingart, 2001; Rodríguez Merkel, 2014), además con este modelo basado en la ciudad de Chicago
se intentaron explicar estos fenómenos de distribución urbana en otras ciudades, dejando de lado el
contexto histórico de las mismas (Sheinbaum, 2004), esto derivó a fuertes críticas por parte de diversos
teóricos marxistas que argumentaban que la división social del espacio estaba vinculada a la estructura
de clases y regulada por una lógica capitalista de distribución del espacio urbano (Schteingart, 2001).
Diversos autores (Duhau & Giglia, 2008; Sabatini, Cáceres, & Cerda, 2001; Saraví, 2008; Schteingart,
2001), coinciden en que la segregación socioespacial se refiere al distanciamiento entre diferentes
grupos sociales en el territorio, esta diferenciación puede ser percibida como positiva o negativa, ya que
implica un proceso de unión-separación de grupos en lugares específicos que se distinguen a partir de
ciertas características o preferencias. Cuando se habla de segregación socioespacial, se entiende un
proceso bidimensional social y espacial que hace referencia a la distribución de los grupos sociales en
el espacio urbano, el primero se refiere a la ausencia de interacción social entre estos grupos y el
segundo a la desigualdad en la distribución de los grupos sociales en el espacio físico (Carmona, 2017;
Rodríguez Vignoli, 2001).
Otra manera de referirse a la segregación socioespacial es bajo el concepto de segregación residencial;
Sabatini, Cáceres y Cerda la definen como “el grado de proximidad espacial o de aglomeración
territorial de las familias pertenecientes a un mismo grupo social, sea que éste se defina en términos
étnicos, etarios, de preferencias religiosas o socioeconómicas” (2001: 27). Dentro de la definición de
segregación se encuentran implícitos aspectos ligados a la desigualdad y exclusión, ya que como
menciona Saraví (2008), se trata de una relación entre grupos socialmente diferenciados, entre “otros”
diferentes con más o menos oportunidades, excluidos o integrados.
El miedo al “otro”, la inseguridad, la pertenencia a un grupo socioeconómico se convierten en aspectos
fundamentales para justificar la distancia entre los grupos sociales. Rodríguez Merkel define este
fenómeno a través de las relaciones de poder, manifestando que la segregación es:
El proceso mediante el cual los grupos sociales de mayor poder restringen, condicionan o limitan
las oportunidades de acceso al suelo urbano a los grupos de menor poder, resultando en su
[26]
distribución desigual u otras formas de separación en el espacio físico de la ciudad. (Rodríguez,
2014: 6)
Con respecto a esto, se puede decir que existen grupos que segregan y otros que son segregados, esto
puede ser consciente o inconscientemente y, donde el Estado y los grupos de poder desempeñan un
papel importante, ya que determinan los obstáculos o facilidades de acceso al suelo, espacios de
consumo, dinámicas inmobiliarias, que lleva a ciertos grupos a establecerse en determinados lugares
no voluntariamente sino debido a las dificultades estructurales a las que se enfrentan.
Relacionado con lo anterior, Duhau y Giglia (2008), mencionan que la división social del espacio
residencial está determinada por el mercado inmobiliario, el tipo de vivienda y las áreas en las que se
localizará de acuerdo con el nivel socioeconómico; actores públicos y privados son los encargados de
producir y transformar las ciudades, basándose en la calidad de los servicios e infraestructura y las
características de las viviendas según los perfiles socioeconómicos de la población, resultando en
viviendas de alto o bajo costo. Estas dinámicas de vivienda pueden llevar a ciertos grupos sociales a
establecerse en lugares diferenciados no por gusto sino porque sus alcances económicos no les
permiten acceder a áreas de la ciudad mejor equipadas y localizadas.
Existen diversas manifestaciones de la segregación que se pueden observar en las separaciones físicas
por medio de elementos que restringen el paso y por aspectos subjetivos que están relacionados con las
percepciones, las imágenes y las representaciones de los habitantes de la ciudad (Sheinbaum, 2004).
Schteingart (2001), aclara que la segregación existe también para los sectores más pudientes de las
ciudades, conocido como “autosegregación” o “barrios cerrados” que como el nombre lo dice se refiere
a espacios protegidos mediante el cierre de calles, muros, vigilancia privada, sin embargo, esta nueva
modalidad de barrios no son exclusivos de los estratos altos sino que se puede observar en estratos
sociales medios y bajos. Estas formas de segregación responden a problemáticas urbanas que afectan
a la población, principalmente, la inseguridad, con el fin de protegerse y diferenciarse de esos “otros”
que se perciben como peligrosos. En el caso de los “barrios cerrados”, la ubicación no es la que los
segrega sino la intención de los habitantes de separarse del resto (Giglia, 2001; citado en Sheinbaum,
2004:35).
Retomando a Rodríguez (2014), en esta investigación la segregación socioespacial se entiende como
una relación de poder ligada con las oportunidades de acceso al suelo que lleva a ciertos grupos a
establecerse en lugares donde se localiza población con características similares, ya sea en términos
étnicos, religiosos o socioeconómicos, dando paso a una distribución desigual de los grupos sociales,
[27]
donde los de mayor poder adquisitivo se localizan en las mejores zonas, mientras que, los de menor
nivel socioeconómico ven limitadas sus opciones de localización.
Fragmentación urbana
Una de las expresiones de la segregación socioespacial es la fragmentación urbana, según González y
Capron (2006), gran parte de la noción de fragmentación se apoya en el hecho de que la ciudad ya no
conforma una unidad, sino que está siendo dividida en fragmentos sin vínculos entre ellos, es decir, se
tiene la noción de una ciudad compuesta por distintas partes y donde se limita la interacción o relación
de estas.
En los estudios urbanos, el concepto de fragmentación surge a raíz de los cambios
estructurales que sufrieron las ciudades en las últimas décadas, el cambio a reformas políticoeconómicas del modelo neoliberal y se manifiesta en la estructura social, en la gobernanza de las
ciudades y en el espacio construido (Escolano, López, & Pueyo, 2018), se asocia también a los procesos
de metropolización y globalización con el surgimiento de lógicas de separación y nuevas fronteras
urbanas (Smith y Williams, 1986; citado en Prévôt, 2001). Esto implicó el fin de la ciudad orgánica o
integradora que contemplaba la idea clásica de lo urbano que se pensaba como lugar de integración
entre individuos, apropiación del espacio común y un soporte de las relaciones para dar paso a un
nuevo modelo de ciudad que se encuentra ahora dispersa o en fragmentos no integrados (Sheinbaum,
2004).
Al igual que la segregación, la fragmentación urbana se asocia a una ruptura, separación o
distanciamiento social en la ciudad (Jirón & Mansilla, 2014), donde se involucran aspectos espaciales,
sociales y políticos relacionados con discontinuidades físicas y morfológicas, lógicas excluyentes y
dispositivos de gestión y regulación urbana (Prévôt, 2001). Emilio Duhau y Angela Giglia (2008),
consideran que la fragmentación de los espacios se puede entender en dos términos, el primero como
la ausencia de unidad entre diferentes elementos que componen dichos espacios, sin integrarlos, y en
términos socioespaciales como las distintas áreas o configuraciones espaciales en las que se distribuyen
las poblaciones.
Con respecto a lo anterior, Jirón y Mansilla, mencionan que estamos presenciando un urbanismo
fragmentador que “es un proceso, una serie de acciones, prácticas e intervenciones sistemáticas sobre
las condiciones físico-espaciales de la ciudad, pero sobre todo en la relación de las personas con el
espacio urbano” (2014: 7), esto mismo afecta las interacciones, los flujos y trayectorias de los
habitantes. Al integrar la movilidad y la interacción de las personas con el espacio se entiende que la
fragmentación existe donde se encuentran transiciones difíciles de traspasar, estas pueden ser por
[28]
medio de barreras, muros y otros dispositivos de seguridad que algunos sectores han adoptado debido
al aumento de la violencia y al miedo a la inseguridad que contribuyen a la separación de espacios entre
sí (Prévôt, 2001), pero a pesar de estos elementos que separan o restringen la entrada son las prácticas
cotidianas de la población las que generan una relación entre los fragmentos que componen el territorio
(González Arellano & Capron, 2006).
Jirón y Mansilla (2014), distinguen tres formas en las que se fragmenta el espacio a partir de
intervenciones urbanas, la primera como resultado de la expansión inmobiliaria y las mega
infraestructuras que provoca la expansión urbana; la segunda la priorización del uso del automóvil
promocionado por las políticas de desarrollo urbano y la tercera relacionada con la mala calidad de las
intervenciones urbanas que varían entre las distintas zonas de la ciudad y crean obstáculos en los
trayectos cotidianos de los habitantes. De acuerdo con lo anterior, esta visión de desarrollo urbano
genera no sólo una ruptura entre los diferentes espacios de la ciudad, además, contribuye a la
fragmentación de las dinámicas socioespaciales de la población.
De esta manera, se propone percibir a la fragmentación como producto de la segregación urbana, como
fenómenos que se encuentran ligados entre sí, para fines de esta investigación y retomando a Jirón y
Mansilla (2014), Prévôt (2001), González y Capron (2006), la fragmentación se entiende como la
ruptura de las partes de la ciudad a partir de dispositivos espaciales, sociales y políticos que marcan
una diferencia o imponen barreras entre las mismas partes que la conforman, influyendo en cómo las
personas se relacionan con el espacio urbano, teniendo en cuenta que no se habla de fragmentos
aislados sino que a pesar de estas medidas existe una conexión entre ellos gracias a las dinámicas
urbanas que tiene la población como consecuencia de las múltiples interacciones con el lugar de
residencia, el trabajo, la educación, recreación, comercio y las redes sociales.
El espacio urbano: control, poder y disputa
El espacio urbano y el capitalismo tienen una estrecha relación que ha sido estudiada desde diferentes
perspectivas, ya que es ahí donde se dan las distintas relaciones productivas y sociales que han surgido
históricamente, configurando la relación que tienen en la actualidad la ciudad y el modelo económico
global.La ciudad era percibida como un simple contenedor de relaciones sociales reflejo del contexto
histórico de un lugar, sin embargo, las transformaciones de la ciudad no eran un producto pasivo de
estas relaciones, sino que dependían de los vínculos entre personas o grupos reguladas por
instituciones como la Iglesia, el Estado y las ideologías dominantes (Lefebvre, 1968). El espacio urbano
se convierte en un elemento clave para la producción y reproducción del capital, para Lefebvre (2013),
[29]
el espacio es un producto social reflejo de las relaciones de producción, el contexto histórico y las
prácticas e imaginarios de los individuos en un espacio físico determinado. De esta manera Lefebvre
(2013), propone una tríada conceptual para entender el espacio urbano: práctica espacial,
representación del espacio y espacio de representación.
La práctica espacial hace referencia al espacio percibido, mismo que se experimenta por los individuos
a través de las relaciones sociales de reproducción y de producción en las que se liga la organización
familiar, los lugares de trabajo, de vida privada, rutas, trayectos y lugares de encuentro (Lefebvre,
2013). El segundo concepto, la representación del espacio es el espacio concebido que se representa
mediante mapas, planos, discursos elaborados por planificadores, arquitectos, científicos (Baringo,
2013) en el que se vinculan las relaciones de producción de una sociedad y el orden al que se imponen
(Lefebvre, 2013). Por último, los espacios de representación son los espacios vividos a través de la
experiencia de sus habitantes, los sentimientos, las imágenes, simbolismo de la vida social de cada uno
de los individuos (Lefebvre, 2013).
Desde la perspectiva anterior, el espacio urbano así concebido, es un medio de producción, de control
que resulta en dominación y poder (Lefebvre, 2013), convirtiéndose en un espacio en disputa entre
fuerzas sociales, políticas y económicas. Así el espacio urbano se convierte en valor de cambio, y en un
recurso importante para la implementación de políticas neoliberales mediante planes de desarrollo
urbano, estrategias de control social, vigilancia y acciones policiales, enfocado en el crecimiento
económico y fomentando prácticas de consumo de la población de mayores recursos y asegurando el
orden y control sobre la población excluida (Brenner, Peck, & Theodore, 2015), el control del espacio
se convierte en una forma de poder social, que puede ser expansivo o coercitivo, es decir, tiene la
autoridad de producir así como de destruir o prohibir, proceso que Harvey (2012) llamó destrucción
creativa del territorio1.
A partir de la introducción del neoliberalismo, el Estado renuncia a su función como interventor en
ayuda social, regulación de la industria, economía y demás políticas del Estado de bienestar keynesiano
para dar paso a una economía de libre mercado, privatización de servicios públicos, desmantelamiento
de programas sociales (Brenner, Peck, & Theodore, 2015). Este nuevo modelo cambió drásticamente
la forma en que las ciudades son imaginadas, percibidas y apropiadas material y simbólicamente por
los actores sociales, políticos y económicos (Hidalgo & Janoschka, 2014), esto se puede percibir en la
El concepto de “destrucción creativa” fue difundido por el economista Joseph Schumpeter en el libro “Capitalismo,
Socialismo y Democracia, (1942)” como característica de los mercados y la economía; posteriormente David Harvey lo
desarrolla en relación con la producción del espacio urbano.
1
[30]
morfología de las ciudades, en procesos del mercado inmobiliario, en procesos de gentrificación,
segregación, fragmentación e inseguridad en gran parte de las ciudades latinoamericanas.
Con esto se abre paso a la apropiación y explotación del espacio urbano por parte del capitalismo, como
mencionan Brenner, Peck, y Theodore, “el neoliberalismo se basa y se materializa a través del desarrollo
desigual” (2015: 216). De esta manera, los individuos que no se adaptan a esta nueva forma de
organización quedan fuera, como residuos del sistema de producción económico (Adler de Lomnitz,
1975; Duhau & Giglia, 2008). En cambio, los lugares cuando dejan de servir a los intereses del capital,
son destruidos para dar paso a un nuevo lugar que permita continuar con el flujo de capital (Harvey,
2012), la reforma de espacios urbanos es un elemento clave para la economía global (Smith, 2009),
dando como resultado diferentes contextos socioespaciales marcados por fuertes desigualdades.
En este sentido, se hacen evidentes los mecanismos políticos y económicos para promover proyectos
de urbanismo neoliberal en las ciudades, a través de mecanismos de despojo, exclusión, control y
estigmatización, un ejemplo de esto es la destrucción de barrios tradicionales para dar paso a procesos
especulativos, proponiendo megaproyectos para atraer inversión con la creación de espacios de ocio y
de consumo; estos procesos de desposesión se convierten en “máquinas de aniquilar, material y
simbólicamente modos de vida” (Rolnik, 2017: 200), ya que el espacio vivido a través de sus usos y
significados por parte de los habitantes queda desplazado para apropiación de las clases de mayores
ingresos.
La implementación de este modelo de desposesión neoliberal en el espacio urbano va ligada con
distintos conflictos y resistencias políticas y sociales, por un lado, los promotores capitalistas recurren
a estrategias legales y al despojo por medio de la fuerza bruta para liberar terrenos para su beneficio,
mientras que los grupos sociales luchan por la permanencia en su territorio y resisten ante el
extractivismo y los grandes proyectos urbanos (Harvey, 2012; Rolnik, 2017), convirtiéndose en una
disputa constante por la pertenencia y el control del espacio. El espacio urbano se constituye por la
acción de diferentes actores sociales y sus relaciones de producción y reproducción que se ven reflejados
físicamente o simbólicamente a través de las formas de pensar y actuar en el espacio urbano, dentro
del modelo neoliberal estos procesos se convierten en luchas de clase por la dominación y control del
territorio, convirtiéndose en el escenario ideal para las lógicas capitalistas por medio del mercado
inmobiliario, zonas de comercio e infraestructura recreativa o turística, creando espacios ganadores y
otros perdedores que se refleja en la estructura urbana de la ciudad a través de los barrios obreros e
informales y los enclaves privados para los estratos más altos, así como las zonas de consumo con
grandes infraestructuras.
[31]
[32]
2
PROCESO DEL TRABAJO METODOLÓGICO:
MÉTODO Y CATEGORÍAS DE ANÁLISIS
En este capítulo se aborda el proceso metodológico que se refiere al diseño de
técnicas con las que se aproxima al objeto de estudio, se busca que estas ayuden a
resolver los objetivos de la investigación. Para el análisis de la segregación
socioespacial y la fragmentación urbana, así como de otros fenómenos que ocurren
en el territorio se requiere entender el contexto urbano y social de la Colonia
Independencia, por esta razón la metodología se diseñó a partir de dos tipos de
análisis: cuantitativo y cualitativo. Estos dos enfoques se complementan uno con
otro, ya que permiten el análisis de datos estadísticos con el análisis de información
obtenida directamente de los individuos que desarrollan su vida cotidiana en este
lugar.
[33]
[34]
2.1
EL MÉTODO
La segregación socioespacial y la fragmentación urbana son fenómenos complejos que se relacionan
con distintas problemáticas y que se han abordado desde distintas disciplinas, la metodología de esta
investigación se fue creando a partir del conocimiento teórico obtenido, las experiencias de otras
investigaciones y las perspectivas desde otros campos de estudio como la geografía y el urbanismo. Se
optó por implementar una metodología que abarcara lo cuantitativo y cualitativo, ya que el interés
principal era abordar el tema desde un enfoque social y espacial.
La elección del caso de estudio fue resultado de un interés personal al ser oriunda de la ciudad de
Monterrey, además de observar las dinámicas recientes de proyectos urbanos e inmobiliarios que han
ido incrementando en la ciudad, los antecedentes de movimientos sociales y la estigmatización
constante hacia las colonias populares me llevó a elegir a la Colonia Independencia como caso de
estudio para esta investigación, ya que desde hace algunos años se buscan implementar distintos
proyectos urbanos, además de presentar históricamente aspectos de segregación que con el pasar de
los años han sumado otros problemas como violencia, estigma. En primer lugar, se realizó un análisis
histórico de la ciudad de Monterrey desde el proceso de industrialización hasta la conformación del
área metropolitana, además de los conflictos que se dieron durante este periodo como las luchas
populares por el acceso a suelo urbano, así como los proyectos urbanos que se iniciaron en el proceso
de modernización de la ciudad. De igual manera se realizó el análisis histórico de la Colonia
Independencia, desde sus orígenes hasta su proceso de urbanización, en ambos casos se recurrió a
fuentes bibliográficas, planos y fotografías.
Como resultado de este análisis y de los estudios teóricos de la segregación y fragmentación se pudieron
detectar aspectos que han jugado un papel importante dentro del dinámicas cotidianas de los
habitantes de la ciudad, como mencionan Duhau y Giglia (2008) se debe vincular la organización del
espacio metropolitano con las características socioespaciales del entorno local y los aspectos
socioculturales de los habitantes, por esta razón se hace una construcción de categorías de análisis que
permitan ligar los problemas que sufre actualmente la Colonia Independencia con los fenómenos de
segregación y fragmentación. Las categorías van desde lo cuantitativo con el análisis estadístico de la
población y sus características, reportes delictivos y equipamientos hasta el análisis cualitativo para
analizar la fragmentación, la identidad urbana y la reacción ante los episodios de violencia e
inseguridad. En los siguientes apartados se explica detalladamente cómo se realizó y las categorías
empleadas para el análisis cuantitativo y cualitativo, así como el trabajo de campo realizado en la
Colonia Independencia.
[35]
Método cuantitativo
En el análisis cuantitativo la relación del investigador con el sujeto de estudio es mínima, el método se
basa en la recolección de datos a través de fuentes oficiales o de la creación de indicadores propios que
permitan realizar un trabajo estadístico sobre algún fenómeno o problemática. La investigación
cuantitativa se desarrolla bajo un enfoque positivista, ya que se obtiene de hechos reales y
comprobables, el trabajo del investigador debe ser objetivo y orientado a los resultados (Monje, 2011).
En este tipo de análisis la estadística se vuelve una herramienta fundamental porque permite
cuantificar elementos que componen un todo (Orozco, 1997; citado en Monje, 2011).
Para esta investigación se utilizaron tres categorías cuantitativas que hacen referencia a la población
total y las actividades económicas, a la segregación, y a los delitos. Para el estudio de la segregación
socioespacial se requiere conocer el grado de homogeneidad/heterogeneidad que presenta el caso de
estudio. Para ello, es necesario el uso de elementos que permitan, como lo refiere el término de
cuantitativo, medir o contar ciertos datos; en esta investigación se utilizaron indicadores obtenidos del
Censo de Población y Vivienda 2010 que permitió analizar aspectos relacionados con las características
educativas, económicas, de servicios de salud y de habitantes por vivienda en la Colonia Independencia.
Además, se empleó información del Consejo Nacional de Población (CONAPO) sobre índices y grados
de marginación urbana, así como información obtenida del Directorio Nacional de Unidades
Económicas (DENUE) y el Inventario Nacional de Vivienda (INV) sobre equipamientos y actividades
económicas.
Con relación a los datos obtenidos del Censo de Población y Vivienda 2010 cabe mencionar que al estar
trabajando en un lugar que ha sufrido a causa de la guerra contra el narcotráfico, muertes,
desplazamientos, migraciones, los datos obtenidos en el censo podrían verse alterados en la actualidad,
debido a que este periodo violento que abarcó desde antes del 2010 pudo tener incidencia de manera
considerable en el tamaño y la composición de la población (Rojido & Cano, 2018). Con respecto a la
recolección de datos sobre la incidencia delictiva en el lugar, se tomaron notas periodísticas a través de
portales de internet de dos noticieros locales, Telediario e Info7, que documentaron delitos dentro de
la colonia; los delitos encontrados se clasificaron para el análisis de información como homicidio,
secuestro, narcomenudeo, robo a negocio, casa o vehículo, lesiones y balaceras del año 2013 al 2019,
con el fin de localizar los puntos donde se reportan la mayor cantidad de delitos.
Es necesario mencionar la importancia que tuvo el uso de un Sistema de Información Geográfica (SIG)
para este análisis, realizado por medio del programa ArcGis, a partir del cual los datos obtenidos en
[36]
esta etapa se procesaron para representarse de manera espacial mediante mapas cartográficos. El nivel
de desagregación para el análisis, obtenido del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
fue por Área de Geoestadística Básica (AGEB)2 y manzanas. Esta herramienta permite relacionar los
datos obtenidos estadísticamente con otros indicadores, así mismo hacer un cruce de la información
obtenida por medio de datos duros y del levantamiento en campo (Tabla 1).
Categoría
•
Características
sociodemográficas y
económicas
•
•
•
•
•
•
Segregación
socioespacial
•
•
Delitos
Fuentes de información
Tipo de procesamiento y
herramientas
Aspectos históricos
demográficos, población
total
Grado de marginación
urbana
Concentración de
unidades económicas
Tipos de actividad
económica
Tipos de equipamiento
Instituto Nacional de
Estadística y Geografía
(INEGI); Consejo Nacional de
Población (CONAPO);
Directorio Estadístico Nacional
de Unidades Económicas
(DENUE)
Procesamiento de
información y análisis de
resultados mediante el
programa ArcGis; análisis
de resultados mediante
gráficas y tablas.
Homogeneización
Características
económicas y educativas
Acceso a servicios de salud
/ derechohabiencia
Viviendas en
hacinamiento
Instituto Nacional de
Estadística y Geografía
(INEGI)
Procesamiento de
información y análisis de
resultados mediante el
programa ArcGis.
Incidencia delictiva
Notas periodísticas de
noticieros Telediario e INFO7;
Secretaría de Seguridad Pública
del Estado
Procesamiento de
información y análisis de
resultados mediante el
programa ArcGis.
Datos
•
Tabla 1. Categorías, datos y fuentes de información cuantitativas. Elaboración propia.
Método cualitativo y el trabajo de campo
El análisis cualitativo a diferencia del cuantitativo, parte de la idea de que los actores sociales no son
simplemente objetos de estudio, sino que también significan, hablan, son reflexivos. Este análisis se
enfoca en las vivencias cotidianas de los individuos y de los significados que estos les dan a las cosas y
El INEGI define AGEB como: un área geográfica ocupada por un conjunto de manzanas que generalmente va de 1 a 50,
perfectamente delimitadas por calles, avenidas, andadores o cualquier otro rasgo de fácil identificación en el terreno y
cuyo uso de suelo sea principalmente habitacional, industrial, de servicios, comercial, etc.
[37]
a sus acciones (Monje, 2011). La investigación cualitativa está interesada en comprender la realidad
social a través de los ojos de las personas que están siendo estudiadas (Bonilla y Rodríguez, 1997;
citado en Monje, 2011). La función del investigador es acercarse a personas reales que estén inmersas
en el lugar que se quiere estudiar, con el fin de que puedan proporcionar información útil para el
entendimiento de ciertos fenómenos o problemáticas a partir de sus experiencias, ideas o
pensamientos. Por ello, se toma a la etnografía como enfoque principal para el análisis que, en palabras
de Guber, “busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus miembros” (2001:
16), lo anterior se apoya en herramientas como las entrevistas, las historias de vida y la observación.
La observación se entiende como la participación de forma directa con el grupo social al que se estudia,
adentrándose directamente al ámbito social donde se desarrollan y estableciendo una interacción con
ellos, observando desde dentro las prácticas cotidianas con las que se relacionan los sujetos (Gordo &
Serrano, 2008). El investigador hace un análisis y una interpretación de lo que percibe, busca captar
los discursos, los sentidos y las prácticas del fenómeno que estudia para conocer más sobre este. Para
esta investigación se recurrió a la observación no-participante por la dificultad de acercarse a los
hechos.
Guber (2004) define el trabajo de campo como la presencia directa, individual y prolongada del
investigador en la unidad sociocultural que se desea estudiar, el campo no es un espacio geográfico sino
una decisión del investigador que abarca ámbitos y actores, se compone de fenómenos observables y
del sentido que estos le dan a su entorno a través de prácticas, conductas y representaciones. Durante
el período de trabajo de campo se buscó establecer relaciones que me permitieran como investigadora,
construir lazos de confianza para conocer los pensamientos, emociones y sensaciones de los habitantes
de la colonia. A partir de esto, se realizaron entrevistas y charlas informales en relación con la
percepción de seguridad, organización vecinal, proyectos urbanos e identidad con el barrio, con el fin
de recabar las opiniones que existen sobre estos temas. La entrevista se organizó en cinco apartados,
donde se recabó información básica de los entrevistados como integrantes de la familia, ocupación,
edad, lugar de nacimiento, género y escolaridad, por otro lado, los siguientes apartados hacen referencia
al barrio, a la sociabilidad entre vecinos, percepción de seguridad, acción del gobierno y proyectos
urbanos (Anexo 1), además se realizaron preguntas más específicas relacionadas a las amenazas en el
barrio, identidad y resistencia comunitaria que estuvieron dirigidas a personas que estaban
involucradas en algún grupo de vecinos, religioso o de resistencia (Anexo 2).
Actualmente los habitantes de la colonia se encuentran en lucha y resistencia debido a los proyectos
que se quieren implementar en el barrio, por esta razón y por seguridad de las personas que colaboraron
[38]
en esta investigación, todos los nombres de las personas entrevistadas han sido omitidos (Tabla 2). La
investigación analiza el discurso de los sujetos, para entender cómo a partir de esto significan y viven
la Colonia Independencia cmo escenario de procesos de renovación urbana.
Posición en la
Años viviendo en
colonia
la colonia
Vecino
25 años
Nombre
Sexo
Edad
Ocupación
Entrevistado 1
Hombre
25 años
Terapeuta
Entrevistado 2
Hombre
45 años
Diseñador gráfico
Entrevistada 3
Mujer
40 años
Comerciante
Entrevistada 4
Mujer
64 años
Ama de casa
Entrevistada 5
Mujer
44 años
Ama de casa
Entrevistada 6
Mujer
21 años
Estudiante
Entrevistada 7
Mujer
39 años
Empleada
Entrevistado 8
Hombre
43 años
Cocinero
Entrevistada 9
Mujer
56 años
Empleada
Entrevistada 10
Mujer
54 años
Ama de casa
Vecina
----
Entrevistada 11
Mujer
58 años
Ama de casa
Vecina
30 años
Entrevistado 12
Hombre
50 años
Taxista
Vecino
50 años
Entrevistado 13
Hombre
33 años
Diseñador
Entrevistado 14
Hombre
35 años
Sacerdote
Entrevistada 15
Mujer
61 años
Académica
Integrante de la
junta de vecinos
Integrante de la
junta de vecinos
Comunidad de la
iglesia
Comunidad de la
iglesia
Vecina
Comunidad de la
iglesia
Vecino
Comunidad de la
iglesia
Integrante de la
junta de vecinos
Comunidad de la
iglesia
Ex-residente
26 años
30 años
40 años
29 años
21 años
39 años
43 años
29 años
33 años
-------
Tabla 2.Características de las personas entrevistadas. Elaboración propia.
El trabajo de campo se desarrolló en la Colonia Independencia en Monterrey, Nuevo León; las
temporadas de realización del trabajo se dividieron en varios momentos, iniciando en enero 2019
cuando establecí el primer contacto con personas que pudieran ser mi acceso directo a la colonia y a
[39]
sus habitantes, ya que es bien sabido que al ser una comunidad en estado de alerta no cualquiera puede
pasar desapercibido. Durante ese primer periodo me reuní con miembros de la Junta de vecinos, el
sacerdote de una iglesia y un taxista local a los que les expliqué en que consiste la investigación y
solicitarles su apoyo, de este modo ellos me contactaron con una socióloga, un arquitecto y un
estudiante de maestría que estudian o han estudiado temas relacionados con la colonia para así poder
platicar con mayor profundidad sobre el contexto histórico y actual del lugar.
Al establecer relaciones con estos actores que fueron fundamentales para esta investigación, la
posibilidad de acercarme a más habitantes fue mayor. Participé en algunas actividades organizadas por
la iglesia que permitieron borrar el estatus de persona ajena y convertirme en un actor permitido en el
lugar. El objetivo era entender cómo se organizaban los distintos grupos religiosos tanto locales como
externos debido a que uno de los proyectos urbanos en la colonia está siendo promovido por la
Arquidiócesis de Monterrey. En Semana Santa de ese mismo año realicé la siguiente visita a la colonia,
en específico a la iglesia, en donde se realizaron distintas actividades por motivos de esta celebración
como misa para los enfermos y el viacrucis, en este último se realizó un recorrido desde la iglesia hasta
lo alto del cerro. En esta ocasión hubo mayor facilidad para tomar fotografías y observar las dinámicas
sociales en temporadas festivas. Una de las dificultades fue que al existir presión por grupos religiosos
externos que realizan en la colonia actividades de trabajo social con respecto al proyecto promovido
por la Arquidiócesis, no era factible mencionar que estaba realizando una investigación que involucra
conocer las opiniones que tienen los habitantes sobre este proyecto, las charlas informales fueron
esenciales en este contexto.
Por otro lado, el acceso a lo alto del cerro no lo podía realizar de manera individual debido a los riesgos
que presentaba como persona ajena al lugar, para esto fue de gran importancia la ayuda que recibí por
parte del sacerdote de la iglesia y de habitantes de la colonia. Gracias a estos recorridos que sirvieron
como reconocimiento del lugar se pudieron identificar colindancias, bordes, fronteras, formas de
apropiación; toda esta información fue recolectada a través de fotografías, grabadora de voz y apuntes
personales. El siguiente periodo de trabajo de campo se realizó en julio 2019, durante este tiempo se
realizaron las primeras entrevistas que contemplaban preguntas sobre la estructura familiar, la
experiencia en el barrio, la sociabilidad urbana, organización vecinal, la percepción de seguridad y la
acción del gobierno, con el propósito de entender cómo se lleva a cabo la vida cotidiana y las
negociaciones con las que los habitantes tienen que lidiar con vecinos e instituciones de servicio público.
Cabe mencionar que los temas referentes a la seguridad y a los proyectos de gobierno eran asuntos que
debían tratarse con precaución, por un lado los actos violentos en la colonia tocan fibras sensibles de
los habitantes y por otro, el tema de los proyectos refleja desconfianza, incertidumbre y oposición.
[40]
Durante los recorridos se encontró con una gran presencia de altares religiosos dedicados a San Judas
Tadeo y a la Virgen de Guadalupe, así como algunos dedicados a personas fallecidas que habitaban en
la colonia. Se hizo un registro fotográfico y espacial de los altares con ayuda de una habitante de la
colonia y los resultados se plasmaron en un mapa a través de un Sistema de Información Geográfica
(SIG), este método se basó en el trabajo realizado por Julie-Anne Boudreau (2018) sobre la búsqueda
de protección por medio de canales no-estatales en lugares marcados por la violencia. Por último, el
trabajo de campo realizado en enero 2020, se enfocó en entrevistar a personas involucradas en los
movimientos vecinales, aquí el enfoque era conocer si identifican amenazas dentro del barrio, así como
la organización y las estrategias que tienen ante estas, también se buscó conocer y relacionar el discurso
en la construcción de identidad como habitantes de la Independencia a través de la defensa del barrio,
por lo tanto se propone analizar estos aspectos desde el espacio en disputa, los mecanismos de
protección, bordes y fronteras e identidad urbana y resistencia comunitaria (Tabla 3).
Categoría
•
Espacio en disputa
•
•
Mecanismos de
protección /
Inseguridad
•
•
•
Fragmentación /
Bordes o Fronteras
Identidad urbana y
resistencia
comunitaria
Fuentes de información
Tipo de procesamiento y
herramientas
Proyectos urbanos
actuales
Opinión sobre los
proyectos
Estigmatización
Encuesta, testimonios, trabajo
de campo y sitios oficiales de los
proyectos urbanos
Análisis de información.
Imágenes o altares
religiosos
Reacciones de vecinos
ante inseguridad
Encuesta, testimonios y trabajo
de campo
Análisis de resultados
mediante el programa
ArcGis.
Elementos que dividen o
rompen con la
morfología.
Calles transitadas por los
habitantes
Encuesta, testimonios y trabajo
de campo. Inventario Nacional
de Viviendas 2016
Archivo fotográfico y
análisis de información.
Significado de la colonia
para los habitantes
Tipo de relaciones y
organización vecinal
Encuesta, testimonios y trabajo
de campo
Archivo fotográfico y
análisis de información.
Datos
•
•
•
Tabla 3. Categorías, datos y fuentes de información cualitativos. Elaboración propia.
Para el procesamiento de la información se transcribieron las charlas informales, identificando los
comentarios más significativos para el análisis. Los resultados de las entrevistas se vaciaron en una
base de datos para analizar de manera más sencilla los resultados, así como para elaborar gráficas en
[41]
los casos que fueran pertinentes. Para el caso del material fotográfico, se hizo una selección de las
imágenes en las que se pudieran apreciar mejor los elementos que se querían explicar.
2.2 CATEGORÍAS DE ANÁLISIS
Análisis de características sociodemográficas y económicas
Como primera etapa e introducción al contexto social de la colonia se buscó por medio del Consejo
Nacional de Población (CONAPO) los índices de marginación en los que se encuentra la Colonia
Independencia, esto para entender por medio de datos como se clasifica la colonia a nivel nacional y
detectar las diferencias o similitudes con las colonia aledañas. Por otra parte, se involucra el crecimiento
poblacional histórico de la ciudad de Monterrey y de la Colonia Independencia desde el año de 1990
hasta el año 2010 con datos obtenidos de los Censos históricos de Población y Vivienda que
proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los cuales se obtuvieron
mediante la solicitud al Laboratorio de microdatos, ya que no se encuentran disponibles para descarga
libre, esto con el fin de entender la dinámica poblacional durante ese periodo.
Se toma como referencia el último Censo de Población y Vivienda que corresponde al año 2010 para
plasmar por género y edad, el total de la población que reside en la colonia, sin embargo, como se ha
mencionado antes, la información obtenida en este censo puede variar drásticamente con la realidad.
Por un lado, por el tiempo transcurrido entre el 2010 al 2019 y, por otro lado, debido a la época de
violencia que se vivió en la colonia. Tanto el índice de marginación urbana como la población total de
la colonia se representaron mediante mapas cartográficos utilizando un sistema de información
geográfica, mientras que la evolución histórica de la población se presenta mediante gráficas.
Por otra parte, el análisis de equipamientos urbanos y de actividades económicas sirvieron para evaluar
la facilidad de acceso que tiene la población a escuelas, atención médica, recreación, empleo,
abastecimiento y transporte, determinando la integración que tiene la colonia con los servicios que
ofrece la ciudad y la distancia a la que se encuentran. La recolección de estos datos se realizó por medio
del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) que ofrece datos de
identificación, ubicación y tipo de actividad, así como del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) para información sobre equipamientos y servicios.
[42]
Elementos para medir la segregación socioespacial
Este aspecto se basa en el análisis cuantitativo de la población de estudio, lo primordial es conocer
cuánta población vive en la colonia y cuales son sus características. Cuando se estudian temas de
división social del espacio se busca entender cuán dividido o segregado socialmente está el espacio
urbano, cómo se expresa espacialmente esta división, cómo se explica la dinámica y que efecto tiene en
relación con otros fenómenos sociales: interacción entre grupos sociales, niveles de conflicto o tensión,
acceso a bienes urbanos, etc. (Duhau & Giglia, 2008).
La información para el análisis de la segregación se obtuvo por medio del banco de datos del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se seleccionaron indicadores que permitieran conocer el
grado de homogeneidad/heterogeneidad del lugar; estos indicadores se relacionaron con las
características educativas, características económicas, servicios de salud y vivienda. A partir del uso de
estos indicadores y de la ayuda de un sistema de información geográfica se pudo expresar
espacialmente la distribución de la población en términos estadísticos y así vislumbrar diferencias o
similitudes entre las zonas que conforman la colonia.
En cuanto a las características educativas, se seleccionó el indicador de “Porcentaje de población de 15
años y más con educación básica incompleta”. Este indicador se relaciona con las posibilidades de las
personas de acceder a trabajos bien remunerados que les permitan desarrollarse en diversos aspectos
de la vida. Se buscó determinar el grado de estudios que tiene la población en la colonia. Esto tiene
relación con las características económicas del lugar, en el que se seleccionó el “Porcentaje de población
ocupada por manzana”, este indicador no hace diferencia entre trabajo formal o informal, sino que
proporciona una idea de la capacidad de la población de adentrarse al mercado laboral o ubicarse en
un estado de marginación laboral en donde se encuentran ocupaciones manuales no cualificadas y
devaluadas por el mercado laboral urbano como carpinteros, herreros, albañiles, entre otros (Adler de
Lomnitz, 1975).
Como consecuencia de los trabajos no cualificados la población queda exenta de atenciones médicas
por instituciones públicas o privadas, por esta razón se selecciona el indicador sobre servicios de salud,
“Porcentaje de población sin derechohabiencia a servicios de salud” para relacionar estos datos con los
obtenidos en las características económicas y determinar cuánta población podría estar trabajando en
ocupaciones “marginales” y que no les permite el acceso a la salud. El siguiente indicador es el
relacionado con la vivienda que indica el “Porcentaje de viviendas habitadas con más de 2.5 ocupantes
por dormitorio” con el que se puede definir cuántas de estas viviendas se encuentran en situación de
[43]
hacinamiento, es decir, la relación que existe entre el número de personas en una vivienda y el número
de cuartos disponibles; en el ámbito urbano esto tiene relación con la calidad de la vivienda y los efectos
que tiene esta condición en la vida de los ocupantes. Por último, englobando estos cuatro indicadores
se presenta un mapa de segregación que abarca una vista más amplia de la Colonia Independencia y
alrededores con el que se pudo tener una visión en conjunto de las condiciones en las que se encuentran
los habitantes de la ciudad y cómo se distribuyen en el espacio.
Con el análisis de estos indicadores y con la ayuda de métodos cualitativos se pueden observar los
efectos que tiene la segregación sobre los grupos sociales más vulnerables y relacionarlo con los
problemas urbanos que puedan presentar asociados a las desigualdades sociales y urbanas como:
desempleo, inacción juvenil, delincuencia, desintegración familiar, deserción escolar, accesibilidad a
equipamientos y servicios, así como la relación con el espacio urbano y los demás habitantes.
Elementos para medir la fragmentación urbana
Para el análisis de la fragmentación se utilizó el concepto de borde o frontera para entender las
divisiones que tiene el espacio más allá de elementos que se pueden percibir físicamente. Las fronteras
son elementos físicos y simbólicos que dialogan entre el adentro y el afuera, así mismo tienen influencia
en las relaciones que existen entre unos y otros. Estos elementos sirvieron para identificar no sólo las
rupturas en el territorio sino como estos bordes también pueden servir como unión entre un lugar y
otro o entre personas socialmente diferenciadas. En los estudios urbanos sobre el espacio, se entiende
que la conformación de este está basada en prácticas, discursos y emociones, entendiéndolo como el
producto de interrelaciones y trayectorias que se encuentran siempre en construcción (Massey, 2005;
citado en Jirón, 2019). Por ello, los bordes o fronteras se encuentran siempre en un proceso dinámico
de cambios que son establecidos por la sociedad.
Para esta investigación el análisis de bordes y fronteras se llevó a cabo por medio del trabajo de campo,
se tomaron en cuenta elementos físicos como las escalinatas y la morfología; elementos naturales como
cerros, ríos, vegetación; elementos simbólicos que para su identificación fueron fundamentales los
testimonios de los habitantes para registrar sentimientos o ideas del porqué de sus trayectos; por
último, elementos sociales, como clase, educación, relaciones laborales, migración, ingresos, que
también actúan como barreras que limitan el acceso a las distintas dinámicas urbanas; con el fin de
reflexionar lo que implican las fronteras como articuladores, conectores o separadores en la estructura
de una ciudad.
[44]
Espacio en disputa
Los proyectos urbanos como instrumentos por parte del Estado y la iniciativa privada para la
acumulación de capital promueven las desigualdades sociales y espaciales, la expulsión de los
habitantes y la privatización del espacio, además, tienen una gran influencia en los procesos de
segregación y fragmentación urbana. Como parte de los procesos de intervención está la creación de
lugares estigmatizados dentro del discurso público para justificar los proyectos urbanos como
soluciones a las problemáticas que presentan estos lugares.
La recolección de datos se llevó a cabo por medio de las encuestas (Anexo 1 y 2), en las cuales se busca
saber la opinión de los habitantes con respecto a estos proyectos, si los conocen y si están de acuerdo
con ellos. Por otro lado, las charlas informales fueron de gran ayuda, ya que se creaba un ambiente de
confianza que permitía que las personas se expresaran con mayor libertad en cuestión de estigmas
sociales y sentimientos de injusticia o rechazo. Por último, se recurrió a los portales de internet del
proyecto “Memorial de la Misericordia”3 y el portal del Fideicomiso de Proyectos Estratégicos
(FIDEPROES) a cargo de la “Interconexión vial Monterrey-Valle Oriente”4 como fuentes de
información al no tener respuesta por parte de las autoridades para acceder a una entrevista, de igual
manera, se consultaron las redes sociales de la Junta de Vecinos de la Colonia Independencia y el sitio
web de un grupo de académicos denominados “Académicxs de Monterrey 43”5 donde se publicó
información sobre el posicionamiento de este colectivo ante los proyectos de renovación urbana.
Los altares religiosos como elementos de protección
Los altares religiosos son elementos que en contextos de violencia son usados por la población para
encontrar protección en medio de todas estas problemáticas. La presencia de cámaras de seguridad,
policías reflejan los esfuerzos por parte del Estado de brindar protección a sus habitantes, pero en
lugares donde la violencia ha afectado la vida cotidiana de las personas y que evidentemente el Estado
no cumple su función de resguardar la seguridad, los ciudadanos han tenido que buscar sus propias
fuentes de protección, elementos como santuarios, altares religiosos, murales, se han convertido en
objetos que proporcionan alivio, protección y esperanza (Boudreau & Olvera, 2018).
Véase: http://www.memorialdelamisericordia.org/
Véase: https://www.fideproesnl.gob.mx/
5
Véase: https://academicxsmty43.blog/
3
4
[45]
Para el análisis de la percepción de seguridad y los mecanismos de protección se utiliza el método
etnográfico, ya que la recolección de datos se realizó a través de trabajo de campo y del registro tanto
fotográfico como espacial de los distintos elementos religiosos que se encontraron en los recorridos por
la colonia6, así como testimonios de otras medidas de protección organizadas por los vecinos como
grupos de Facebook, WhatsApp o incluso la justicia por mano propia. Cabe mencionar que la colonia,
sufrió un periodo de extrema violencia y que desde años atrás se ha convertido en un lugar que quedó
fuera de las funciones y prioridades del Estado.
Materializar por medio de estatuas, murales y altares la falta de protección, los abusos de poder, la
violencia constante, hacen visible que no existe la presencia de sistemas estatales o legítimos de
protección, también, a través de estos elementos los habitantes buscan protección contra la precariedad
y la falta de reconocimiento (Boudreau, 2018). De esta manera, la negociación cotidiana entre
habitantes-autoridad se manifiesta en el espacio público de las ciudades, tanto por los elementos físicos
como en el establecimiento de reglas no explícitas a partir de la apropiación del territorio que determina
usos, funciones y significados (Duhau & Giglia, 2008). El procesamiento de la información obtenida
en campo sobre estos mecanismos de protección se realizó a través de mapas cartográficos que
permitieran localizar espacialmente estos elementos y así analizar e interpretar con ayuda de la teoría
y del trabajo de campo la relación entre estos objetos, la vida cotidiana de los habitantes y el Estado en
temas de seguridad, violencia y protección.
Identidad urbana y resistencia comunitaria
Se integra la categoría de identidad urbana y resistencia comunitaria, ya que es necesario dentro de los
estudios de segregación y fragmentación urbana analizar cómo la construcción de identidad se
relaciona con los conflictos sociales, políticos y económicos, expresándose física o simbólicamente en
el espacio urbano, afectando la estructura social y la relación entre los habitantes y otros actores sociales
como los habitantes del resto de la ciudad, el gobierno, la comunidad religiosa y empresarios, mismos
que influyen en los discursos y en la imagen de la ciudad. Así mismo, la resistencia comunitaria se
convierte en reflejo de la identidad colectiva, al unir a un grupo de personas que comparten
características y modos de vida similares dentro de un espacio delimitado. Gilberto Giménez (2004),
menciona que las identidades urbanas implican un lazo simbólico entre las personas y el territorio, por
6
En el capítulo 5 se profundizará acerca de los altares religiosos y su relación con la violencia en la colonia
Independencia.
[46]
un lado, al sentirse que pertenecen a un lugar y por otro, al saber que ese lugar les pertenece;
estableciendo una relación significativa con la ciudad o el barrio en el que viven7.
Para este análisis se buscó conocer la relación de los habitantes con la Colonia Independencia y lo que
representa para ellos vivir en la colonia a partir de encuestas (Anexo 1 y 2) y charlas informales, además
se indagó sobre el tipo de relaciones y formas de organización vecinal. El acercamiento con miembros
de la junta de vecinos y los recorridos al lugar fueron fundamentales para este apartado. Por otro lado,
se hizo uso de la plataforma Facebook para tener un acercamiento a las publicaciones, fotografías y
comunicados que emitía la organización. Se realizó la transcripción de las entrevistas para proceder a
la interpretación y selección de información que fuera relevante para la investigación, además las
aportaciones teóricas de diversos autores (Giménez, 2004; Pensado, 2004; Sabatini, Salcedo, Gómez ,
Silva, & Trebilcock, 2013; Vergara, 2015) apoyaron el análisis e interpretación del discurso de los
habitantes.
7
En el capítulo 5 se abordan más a detalle los aspectos de identidad urbana y resistencia comunitaria como respuesta de
la población de la colonia Independencia.
[47]
[48]
3
ORDEN Y PROGRESO:
EL PROCESO DE METROPOLIZACIÓN DE LA CIUDAD DE MONTERREY
En el presente capítulo se desarrollan los antecedentes históricos tanto de la ciudad
de Monterrey como de la Colonia Independencia. La colonia queda absorbida por la
mancha urbana durante el proceso de expansión y metropolización de la ciudad, por
esta razón es importante entender los factores externos e internos que propiciaron
el crecimiento de la ciudad, las transformaciones morfológicas, económicas y
políticas que llevaron a la ciudad de Monterrey a pasar de un auge industrial a un
crecimiento enfocado en los servicios, así como los conflictos obreros y de vivienda
que se dieron durante el proceso, además de los proyectos de renovación urbana que
dan lugar a la imagen actual de la ciudad de Monterrey y su área metropolitana.
[49]
[50]
3.1
EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN
Al noreste del país se encuentra la ciudad de Monterrey, lugar que tuvo una gran importancia industrial
y que en la actualidad se sigue considerando como una de las principales ciudades industriales del país.
Su conformación como una metrópoli se debió a factores tanto internos como externos, debido a su
localización y a las vías de comunicación que conectan la ciudad con el centro y sur de país, así como
con los Estados Unidos; la inversión de capital foráneo en industrias y las facilidades que brindó el
gobierno para que esto se llevara a cabo, aunado a la disponibilidad de mano de obra, dichas
circunstancias impulsaron la imagen industrial y el crecimiento demográfico y urbano de la ciudad.
Durante la época porfiriana la ciudad de Monterrey inicia su proceso de industrialización,
específicamente en el año de 1890 mientras era gobernador el General Bernardo Reyes. En este año se
solicitaron concesiones para establecer 11 industrias de diversa índole, tales como la Cervecería
Cuauhtémoc, la Ladrillera de Monterrey, la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, la
Vidriera de Monterrey, la fábrica de Jabón “La Reinera”, entre otras, emblemáticas en su época, algunas
desaparecidas y otras que perduran en la actualidad (Vizcaya, 2017). Estas primeras empresas
contaron con todo el apoyo del gobierno, quien los exentó del pago de impuestos por ciertos años
dependiendo del monto de la inversión.
La primera fase industrial de la ciudad, como se mencionó anteriormente, inicia en 1890 y se extiende
hasta 1910, donde numerosos apellidos de empresarios ya figuraban en el mundo regional de los
negocios, de los cuales se pueden mencionar los Zambrano, Garza, Calderón, Madero, Sada, Muguerza,
Maiz (Cerutti, Palacios, & Ortega, 1999). A partir de esta época se consolidaron las grandes industrias
y el desarrollo de la ciudad se elevó exponencialmente, situación que puso a la ciudad de Monterrey en
el centro del desarrollo industrial y comercial. Anterior a este proceso los principales aportes
económicos venían de la producción rural
ganadería, agricultura
que se vio sobrepasada por los
ingresos generados por las industrias y talleres (Cerutti, 2006).
Existieron ciertas circunstancias que propiciaron el auge industrial y el incremento de inversiones en
la ciudad, los factores fueron tanto internos como externos, uno de ellos se caracteriza por su
accesibilidad, el ferrocarril convirtió a Monterrey en una de las zonas mejor comunicadas hacia el
poniente y sur del país, donde se localizaban las principales regiones mineras, así como con los Estados
Unidos que facilitaba las exportaciones de metales y otros materiales (Vizcaya, 2017). Otro de los
factores fue el gran flujo de capital extranjero que buscaba establecer sus propias industrias. En el
[51]
contexto nacional, el régimen porfiriano que logró una gran estabilidad política propició un entorno
favorable para el desarrollo económico, así lo fue también el mandato del gobernador Bernardo Reyes
en la región (Cerutti, 2006; Vizcaya, 2017).
Por último, las leyes promulgadas entre los años 1888 y 1889, promovieron y facilitaron las
inversiones, ya que eliminaban las contribuciones fiscales por 7 hasta 20 años, también estas leyes
propiciaron un auge en la construcción (Vizcaya, 2017) así, los nuevos inversionistas podrían contar
con todas las facilidades para establecerse en la ciudad. Además de estos beneficios el Estado facilitó a
los inversionistas con tierras para establecer sus plantas industriales. Los promotores de este proceso
de bonanza para la industria se lograron debido a las acciones de los gobernadores Lázaro Garza Ayala
y Bernardo Reyes en el estado (Escamilla, 2014).
A partir de que se fue consolidando la industria en la ciudad, la imagen que se tenía de ella en el resto
del país era de un lugar de gran desarrollo económico y prosperidad, esto atrajo a población que llegó
de distintos puntos de la república a laborar en estas nuevas empresas, provocando un aumento
considerable de la población, además de subsanar el problema que existía sobre la falta de mano de
obra (Cerutti, 2006). Para el año 1903, las inversiones industriales habían aumentado
exponencialmente, el capital extranjero fue rebasado por el capital nacional y las inversiones provenían
ahora de empresarios que se encontraban dentro del territorio mexicano con miras a establecer sus
industrias en el estado. En el municipio de Monterrey, ya había más de treinta industrias y el capital
invertido era de $21,000,000 con más de cuatro mil obreros laborando (Vizcaya, 2017).
Dentro de las empresas más importantes durante este periodo, destacaron las plantas metalúrgicas
como Compañía Fundidora y Afinadora Monterrey, la Cervecería Cuauhtémoc, la Fundidora de Fierro
y Acero, la industria Vidriera, Cementos Hidalgo (ahora Cemex), la Compañía Embotelladora de Topo
Chico, la Ladrillera Monterrey, la industria textil, entre otras industrias que se dedicaban a la
elaboración de jabón, cerillos, cigarros, muebles (Escamilla, 2014). Toda esta expansión industrial
requería que la ciudad contara con otros servicios que hicieran más sencillas las relaciones de negocios,
así que también en este periodo se abrieron las primeras instituciones bancarias, hoteles, así como
boticas, restaurantes que complementaron el ambiente comercial que se vivía en la ciudad (Vizcaya,
2017).
En el contexto de la revolución mexicana, la ciudad de Monterrey no se vio tan afectada, las actividades
económicas y la vida industrial seguían como en épocas anteriores hasta 1913, año en que los conflictos
entre huertistas y carrancistas se manifestaron en territorio neoleonés, estos conflictos tuvieron
[52]
implicaciones en el transporte de pasajeros y en el abastecimiento de productos esenciales a la ciudad
(Vizcaya, 2017). Durante este periodo, el estado entró en un desequilibrio político, que tuvo
repercusiones en la economía y en el estancamiento del desarrollo; otra de las problemáticas que se
pudieron apreciar ya transcurrido el año de 1918 fueron los importantes conflictos obreros que
afectaron a las industrias ya establecidas en la ciudad, así mismo, se vivió un decrecimiento de
población que emigró hacia los Estados Unidos (Vizcaya, 2017).
La segunda etapa industrial de la ciudad se dio del año 1940 hasta 1982, que coinciden con la etapa
conocida en la historia del país como el periodo del “milagro mexicano” (Ortega, 2007) que se basó en
la intervención estatal en la economía, estabilidad de los precios y un gran impulso a la industria del
país. El desarrollo económico de Nuevo León se vio apoyado del desarrollo cultural y del
fortalecimiento de las instituciones educativas, así mismo, en los años setenta, surgen distintos
conflictos sociales y económicos como las luchas por el suelo urbano con el movimiento “Tierra y
Libertad”, la demanda por la autonomía universitaria y la guerrilla urbana (Ortega, 2007). El
crecimiento de la ciudad se hacía presente y esto trajo consigo conflictos resultado del crecimiento de
la mancha urbana y de la población, así como problemáticas con respecto a la escasez de agua,
contaminación e infraestructura urbana.
Durante la época del Estado Benefactor, Nuevo León volvió a tener un gran crecimiento industrial
después de los estragos causados por la revolución y la intervención norteamericana. Las inversiones
aumentaron y las industrias se diversificaron, las ramas que obtuvieron mejores rendimientos fueron
las que se dedicaban a la fabricación de maquinaria, artículos electrónicos, autopartes y metálica básica
(Cerutti, Palacios, & Ortega, 1999). Con la crisis de 1982 y la caída del modelo económico
proteccionista, la industria en Nuevo León se vio fuertemente afectada y las nuevas medidas
económicas fueron enfocadas en atenuar la deuda, facilitar la entrada de capital internacional,
condonar intereses moratorios, disminuir la presión fiscal, entre otras estrategias que fueron
ampliamente utilizadas por los empresarios de Monterrey (Cerutti, Palacios, & Ortega, 1999).
A partir de esto, Monterrey comienza un proceso de diversificación económica, no deja su esencia
industrial, pero su economía tiende más fuerte hacia el sector terciario, convirtiéndose en un centro de
negocios y corporativos (Garza, 1998; Escamilla, 2014). Estos nuevos corporativos traen consigo
necesidades de personal capacitado en sectores de ingeniería, finanzas, administración de empresas,
negocios internacionales, recursos humanos, mismas que fueron apoyadas por las universidades del
estado (Escamilla, 2014).
[53]
3.2
CONFORMACIÓN DEL ÁREA METROPOLITANA DE MONTERREY
El proceso industrial que se estaba llevando a cabo en la ciudad de Monterrey fue la principal causa de
su expansión tanto demográfica como territorial, favorecida por otras circunstancias como la cercanía
con los Estados Unidos, las vías de comunicación con otros estados de la República Mexicana y el
extranjero, así como las facilidades políticas y fiscales que ofrecía el gobierno para nuevas inversiones.
La ciudad de Monterrey como otras ciudades del país inicia su crecimiento alrededor de la Plaza de
Armas, siguiendo una traza reticular heredada de la colonia, las elites se localizan alrededor de la plaza
mientras que el resto de los pobladores se instalan en la periferia y del lado sur del río Santa Catarina,
a partir del año 1930 se empieza a notar un crecimiento más acelerado (García, 2007) y es en el año
1940 la ciudad de Monterrey inicia su proceso de metropolización y de conformación de su Área
Metropolitana, la industrialización tuvo un papel importante en las oleadas de migración campociudad y la atracción de población de otros estados que hicieron necesaria la dotación cada vez mayor
de infraestructura, servicios, vivienda y vialidades (Garza, 1998).
La superficie urbana en el año 1943 tenía una extensión de 3 022 hectáreas aumentando para el año
1963 a 7 630 hectáreas y para finales de los ochentas pasa a ser de 36 097 hectáreas, esto debido a la
creación de fraccionamientos para clases media y alta y por las ocupaciones de tierra por parte de los
sectores populares (Garza, 1998). Esta expansión urbana acelerada provocó que se fueran añadiendo
otros municipios a la capital y dieran paso a la conformación de un área metropolitana que alcanzó
junto con Monterrey a otros ocho municipios: San Nicolás de los Garza, Guadalupe, San Pedro Garza
García, Santa Catarina, Escobedo, Apodaca, García y Juárez (Garza, 1998).
Durante la primera fase de metropolización que contempla el periodo que va de 1940 a 1950, las clases
altas que inicialmente se ubicaban las áreas centrales las abandonan para reubicarse en las zonas
periféricas de la ciudad, dando paso a la degradación de estos lugares y pasan a ser ocupados por las
clases media y baja (García, 2007). El modelo urbano que sigue la ciudad tiende a convertirse en un
patrón de urbanización parecido al norteamericano, donde la población de mayores ingresos favorecida
por contar con vehículos propios se instala en zonas residenciales en la periferia y los sectores urbanos
de ingresos medios aunado a los barrios proletarios se ubican mayoritariamente en las áreas centrales
(García, 2007).
En el contexto de la creciente industria, la llegada de población de otras regiones del estado y del país a
la ciudad de Monterrey, que arribaron a laborar en estas industrias dio paso a la creación de barrios
[54]
obreros en las cercanías de las fábricas por parte de las empresas. A finales de los años cincuenta
aparecen diversos barrios obreros planificados como Asarco, construido por Asarco Mexicana; Buenos
Aires por Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey; Unidad Modelo por Hojalata y Lámina; la colonia
Cuauhtémoc por la Cervecería Cuauhtémoc; Industrias del Vidrio por Vidriera Monterrey por
mencionar algunos, así mismo, en el municipio de San Pedro Garza García se empiezan a consolidar
las zonas residenciales exclusivas para la población de altos ingresos con la creación de colonias como
del Valle, Miravalle y Fuentes del Valle (García, 2007).
La segunda fase de metropolización inicia por el año 1960, cuando se acelera la expansión urbana y
continúa hasta 1980, en esta fase se empieza a consolidar la construcción de más barrios obreros, la
expansión territorial es mayormente popular y las diferencias socioespaciales comienzan a ser más
notorias, la ciudad se divide en áreas periféricas bien comunicadas y equipadas para las clases altas,
mientras que existen zonas periféricas con carencia de servicios y mal comunicadas para las clases
bajas, además de distintos problemas urbanos de vialidad, contaminación e infraestructura en toda la
ciudad (García, 2007; Garza, 1998). Así mismo, la inacción del gobierno a la creciente demanda de las
clases populares de poder acceder al sistema productivo urbano llevó a la organización de movimientos
populares que a partir de la invasión de tierras crearon barrios de “posesionarios” (García, 2007), que
desencadenó toda una lucha popular por la tierra que será explicada más adelante.
La urbanización de la ciudad fue un fenómeno orientado en cumplir con las necesidades básicas de la
industria, no existía legislación que se enfocara en el desarrollo urbano, la planeación de la ciudad se
dejó en manos de los empresarios mientras que el gobierno facilitaba la dotación de servicios,
infraestructura y vialidades (García, 2007). Lo anterior trajo como consecuencia una ciudad de grandes
contrastes económicos y socioespaciales que derivaron en fenómenos de segregación y desigualdad.
Fue hasta el año 1980 que se consolidó la Ley de Desarrollo Urbano de Nuevo León, a partir de esta
ley se crea el decreto del 9 de enero de 1984 por el cual nace la figura de “Área Metropolitana de
Monterrey” (García, 1989).
Debido a la mala imagen que generaba el centro de la ciudad y con el fin de darle solución a las
problemáticas de congestionamiento vial se dieron paso a proyectos de regeneración urbana que
proyectaran esa “imagen de progreso” que tanto se mencionaba en el discurso, se realizan proyectos
como el de “La Gran Plaza”, la primera etapa del plan hidráulico para mejorar el abastecimiento de
agua al Área Metropolitana, las mejoras al transporte público y la creación de METRORREY para la
administración del transporte colectivo metro y la creación del Parque Fundidora en los antiguos
terrenos de Fundidora Monterrey (Escamilla, 2014; García, 2007).
[55]
En la actualidad, se ha dado un gran paso a la planificación urbana, se cuenta con una institución
encargada de la creación de los diversos planes de desarrollo y de su cumplimiento llamada Secretaría
de Desarrollo Urbano y Ecología con el Plan de Desarrollo Urbano para el municipio de Monterrey
2013-2025 que rige en la actualidad. Si bien el gobierno y la iniciativa privada han marcado la pauta
del desarrollo urbano de la ciudad y su área metropolitana, siguen existiendo problemáticas urbanas y
sociales con respecto al acceso al suelo, desigualdades, segregación, movilidad, infraestructura y
servicios para la población de menores ingresos y para las áreas periféricas del Área Metropolitana.
3.3
LA CIUDAD Y EL ORDEN
La llegada del gobernador Jesús Alfonso Martínez Domínguez en el año de 1979 y los años posteriores
son de especial importancia en el contexto de modernización de la ciudad de Monterrey, la entrada a
un nuevo modelo económico y cambio de imagen de ciudad industrial a una más atractiva para la época
que la llevara a posicionarse en el mercado global de ciudades. Esto da paso a la implementación de
proyectos de renovación urbana que buscaban darle a Monterrey esta nueva imagen de progreso.
La ciudad de Monterrey en los años anteriores a 1979 había dejado una imagen negativa debido al
crecimiento descontrolado de la ciudad, los conflictos populares por la tierra, movimientos
estudiantiles y luchas obreras; Martínez Domínguez llega al poder con el discurso de poner orden
donde predominaba el caos, la política urbana se enfocó en el centro de Monterrey con el proyecto
conocido como “Gran Plaza” y hoy en día popularmente como “Macroplaza” (Prieto, 2011; Sánchez
Macedo, 2019). El objetivo principal de este proyecto era atraer nuevos flujos económicos y detonar el
turismo en el centro de la ciudad, así como la solución para los problemas de escasez de áreas verdes,
estacionamientos, congestión vial y cambio de imagen (Escamilla, 2014; Sánchez Macedo, 2019). El
25 de noviembre de 1981, se aprueba el proyecto que implicó la destrucción de 31 manzanas que
correspondían a 40 hectáreas incluidos edificios de carácter histórico-artístico y la traza original del
primer cuadro de la ciudad (Prieto, 2011), con la intención de conectar mediante este corredor al
Palacio de Gobierno y al Palacio Municipal, quedando inaugurada en 1984 (Imagen 1).
[56]
Imagen 1. Proyecto urbano “Gran Plaza”. Fuente: Fermín Téllez obtenido de http://fermintellez.blogspot.com/2007/06/macroplaza-monterreymain-square-25.html
Dentro y en los alrededores de la plaza se hicieron obras de arquitectos reconocidos como “El faro del
comercio” por Luis Barragán y el Museo de Arte Contemporáneo MARCO diseñado por Ricardo
Legorreta, que ahora son hitos urbanos importantes en la ciudad de Monterrey (Sánchez Macedo,
2019). Otro de los grandes proyectos que hay en la ciudad es el Parque Fundidora, establecido en los
terrenos de la antigua Compañía de Fierro y Acero de Monterrey, colocándose como la primer
siderúrgica en América Latina desde 1900, tuvo un gran impacto en el proceso de urbanización de la
ciudad al impulsar vivienda para sus trabajadores en los alrededores de la fábrica (Sánchez Macedo,
2019). La empresa se declaró en bancarrota en el año de 1986 tras varios conflictos relacionados con
adeudos, crisis derivada de la Segunda Guerra Mundial y la competencia de otras empresas, lo que
desencadenó grandes conflictos con los trabajadores que llevaron a muchos meses de huelgas
(Escamilla, 2014; Sánchez Macedo, 2019).
Tras el cierre en 1988 se firma un acuerdo que daba poder al gobierno del Estado para convertir el
terreno en un gran parque que contaría con un museo, centro de exhibiciones, hotel y una arena de
eventos masivos, así es como se da paso al ahora conocido Parque Fundidora (Imagen 2) mediante la
creación de un fideicomiso formado en su mayoría por representantes de la iniciativa privada y
concebido dentro del discurso político como “espacio público”, pero que desde hace algunos años se
caracteriza por su fuerte privatización, concesionándose para eventos masivos de distintos tipos
(Sánchez Macedo, 2019).
[57]
Imagen 2. Evento masivo “Soles de Nuevo León” en el Parque Fundidora, 27 de abril 2003. Fuente: D.R. © 65193 Fototeca Nuevo León –
CONARTE, Fondo: Fundidora.
Por último, el proyecto del Paseo Santa Lucia (Imagen 3) que actualmente conecta la Macroplaza con
el Parque Fundidora por medio de un corredor peatonal y un lago artificial de 2.5 km de largo. El
proyecto era un plan de renovación urbana que buscaba, como el proyecto de la Gran Plaza, cambiar
la imagen del centro de la ciudad y convertirla en una marca que pudiera ser reconocida nacional e
internacionalmente, además, al igual que en el proyecto de la Macroplaza se desalojó a una gran
cantidad de habitantes que impedían la realización del paseo.
Imagen 3. Paseo Santa Lucia frente al Museo de Historia Mexicana, 31 de enero de 1995. Fuente: D.R. © 10230 Fototeca Nuevo León –
CONARTE, Fondo: Alberto Flores Varela.
[58]
El proyecto constó de dos etapas, la primera de 1992 a 1994 y la segunda de 2005 a 2007 y consistió
en la creación del Museo de Historia Mexicana, la plaza “Monterrey 400 años”, cuatro puentes
vehiculares y tres plazas conmemorativas a lo largo del paseo, así como comercios y restaurantes en
las orillas del río, el modelo que se siguió fue el del River Walk en la ciudad de San Antonio Texas,
aspecto importante que se tomó dentro del discurso del proyecto, convirtiéndolo en un atractivo
turístico en la actualidad (Escamilla, 2014).
Además de los proyectos mencionados, existen varias intervenciones en otras áreas del centro de la
ciudad y alrededores que siguen las lógicas del cambio de imagen y han buscado crear iconos
arquitectónicos y urbanos como las remodelaciones al Barrio Antiguo, otros proyectos como “Cruz y
Luz”, el Estadio Internacional de Monterrey, Parque Río en el cauce del río Santa Catarina, que
esconden ciertos intereses a favor del mercado, el control de la clase hegemónica e inversiones de
capital.
3.4
LA LUCHA POPULAR POR LA TIERRA
En el contexto del auge industrial en la ciudad de Monterrey, el crecimiento de la población y las oleadas
migratorias de otras regiones del país, llevaron a estos nuevos habitantes a encontrarse con carencias
en el ámbito de la vivienda lo que ocasionó luchas sociales por el acceso a suelo urbano. El periodo de
los años cincuenta y sesenta del siglo XX fue el más representativo en materia de movimientos sociales
de ocupación de tierra, sin embargo, se tiene registro de ocupación de tierra desde 1928, con la invasión
de un terreno propiedad de Cervecería Cuauhtémoc conocida como colonia El Pozo (Sánchez, 2007).
Es en los años cincuenta cuando se da el auge de los movimientos de trabajadores en los que se vieron
involucrados también partidos políticos y sindicatos que transcurrió hasta la década de los sesenta
cuando los movimientos liderados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Confederación
Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM)
junto con grupos de estudiantes y líderes de izquierda crearon formas de organización para la
apropiación de terrenos (Sandoval, 2008; Sánchez, 2007), todo esto ante los ojos del Estado y su
imposibilidad de responder ante la crisis de vivienda (Aranda, 2018), el proceso más efectivo para
impulsar la apropiación y después la regularización de estos asentamientos fue el intercambio clientelar
con los partidos políticos (Valles & Infante, 2015).
Durante el periodo de 1961 y 1976 en Nuevo León se registraron “44 asentamientos de ‘posesionarios’,
los cuales ocuparon 575.2 hectáreas, cuya mayoría se encontraba en Monterrey” (Villarreal, 1992;
[59]
citado en García, 2001: 125). Colonias conocidas como Garza Nieto, 13 de Mayo, Francisco Zarco, Las
Canteras, San Bernabé, Topo Chico, Moctezuma, Mártires de San Cosme y las ubicadas en el cerro de
la Loma Larga entre otras como Tierra y Libertad fueron resultado de este movimiento social (Sánchez,
2007). Esta última dando como resultado un movimiento urbano popular que se consolidó en 1976
conocido como Frente Popular Tierra y Libertad, movimiento que unió “31 colonias con 50,000
posesionarios, 16 asociaciones de colonos, 3 ejidos y 3 sindicatos de trabajadores” (Vellinga, 1988:
119), dieron apoyo a otras organizaciones y continuaban con las invasiones de tierra, acciones que se
llevaron a cabo en un contexto de represión, encarcelamientos, desalojos y persecuciones por parte del
Estado (Sánchez, 2007).
En el año 1973, el gobierno debido a la creciente apropiación de tierras por parte de este movimiento
responde con la creación de una dependencia para proveer a esta población de lotes y vivienda conocido
como Fomento Metropolitano de Monterrey (Fomerrey), con el objetivo inicial de acabar con la
invasión de terrenos y ofrecer alternativas a la población de menores recursos (García, 2001) y en 1979
mediante la creación del programa “Tierra Propia” se comprometían a entregar tierra, ofrecer
materiales a bajo costo y servicios urbanos, además buscaban fomentar las actividades culturales y
deportivas, la capacitación de mano de obra y la formación de una bolsa de trabajo para la población
que estuviera en esta situación (Castañeda , 1985). Estos programas se promovieron con la ayuda del
PRI y demás grupos sindicales, quienes jugaron un papel muy importante en las negociaciones con los
habitantes que se encontraban en una situación de propiedad ilegal para el traslado hacia
fraccionamientos creados por el fideicomiso, prometiendo vivienda propia y regularización de tierra en
otras situaciones, pero con un compromiso clientelar hacia el partido (Castañeda , 1985).
Más adelante con la creación de estos programas, el gobierno repartió a través de Fomerrey 30 mil 308
lotes, el programa “Tierra Propia” regularizó 65 mil 657 lotes e Infonavit construyó 16 mil 365
viviendas y otorgó 309 créditos todo esto durante el periodo de 1979 a 1983 (García, 2007) con la
llegada al poder del gobernador Martínez Domínguez, quien a su vez frustró una gran cantidad de
invasiones a terrenos urbanos (Vellinga, 1988).
El problema de acceso al suelo no termina en ese periodo ni con esos programas estatales, en la
actualidad siguen existiendo habitantes en el AMM y fuera de ella que se encuentran en situación de
“irregularidad”, además, algunas de las colonias fundadas por FOMERREY y las que lograron
consolidarse por medio de la lucha social presentan condiciones de deterioro, escasos servicios,
hacinamiento, violencia y mala calidad en los servicios de transporte público (Sandoval, 2008).
[60]
3.5
EL BARRIO SAN LUISITO
La Colonia Independencia antes conocida como Barrio San Luisito forma parte importante de la
historia de la ciudad de Monterrey. Se conoce como el primer poblamiento fuera del centro fundacional
de la ciudad que se formó al margen sur del río Santa Catarina (Alcalá, 2015), hasta hoy se desconoce
desde cuando este lado del río fue poblado o el motivo por el cual se asentaron en este lugar.
Existen varios mitos sobre cómo se fueron dando los primeros asentamientos en esta zona; se
menciona que Diego de Montemayor, fundador de la ciudad, arribó con 12 familias y un grupo de
indígenas tlaxcaltecas quienes los acompañaban para construir la nueva ciudad (Aparicio, 2012). El
mito más repetido cuando se hace referencia a este lugar dice que se formó a partir de la llegada de
migrantes que provenían del estado de San Luis Potosí que llegaron a la ciudad a trabajar en el ramo
de la construcción, específicamente en el Palacio de Gobierno de Nuevo León (1895-1908), sin
embargo, existen documentos que prueban que la colonia data de tiempos anteriores (Casas, 2010).
Es en el plano de 1854 (Plano 1) donde se puede observar por primera vez plasmado el barrio San
Luisito. El plano se realizó con el fin de mostrar las obras necesarias para la defensa de la ciudad, aquí
se puede observar que están representadas pequeñas construcciones y tierras de cultivo del lado sur
del río Santa Catarina. La diferencia entre asentamientos de un lado y del otro del río es muy notable,
en el lado norte se puede apreciar una ciudad con traza urbana estructurada conformada por distintas
construcciones como la Plaza de Armas, la Catedral, el Palacio Municipal, el Convento San Francisco,
también se pueden ver representados los fortines, en el lado sur se observan una serie de caseríos y
algunas tierras de cultivo sin un trazo completamente definido.
Otro documento que derriba el mito anterior es el Acta de Cabildo de Monterrey de 1842, en el que ya
se menciona este barrio con el nombre de Barrio de San Luis y posteriormente, por la década de 1850
como Nuevo Repueble de San Luis; repueble era como se le denominaba a zonas semi pobladas que se
encontraban cerca de una ciudad consolidada y eran las áreas contempladas para la expansión de la
ciudad (Casas, 2010).
[61]
Plano 1. Plano de la ciudad de Monterrey 1854. Se puede observar la traza urbana hasta ese año del lado norte del río, mientras que del lado
sur se encuentran algunos caseríos y tierras de cultivo en lo que hoy es la Colonia Independencia, anotaciones propias. Fuente: Mapoteca Orozco
y Berra No. 904-OYB-7212-A.
Una de las teorías más convincentes con respecto a la formación del barrio es la que hace mención de
la llegada de pobladores de otras partes del país y muy probablemente de San Luis Potosí, que se fueron
quedando en la ciudad consecuencia de prácticas militares que se dieron en el siglo XIX debido a las
guerras civiles que tenían lugar en esa época, una de ellas fue la llamada “leva” que se refiere al
reclutamiento de hombres por parte del ejército para que se unieran a las fuerzas militares, estos
hombres eran acompañados por su familia y, en el paso por Monterrey se fueron quedando y asentando
tanto en la ciudad como en el barrio San Luisito, mientras que con el transcurso del tiempo se fue
poblando por más migrantes (Casas, 2010).
Para el año 1910, en el marco de las celebraciones por el centenario de la Independencia de México, el
entonces representante de la Junta de Mejoras del Barrio San Luisito presentó una solicitud a nombre
de los vecinos para renombrarlo como barrio de la Independencia. La Colonia Independencia tiene una
extensión urbana de más de 235 hectáreas (Casas, 2010) aspecto que la hace un caso particular, ya que
la mayor parte de las colonias populares en la ciudad de Monterrey no cuentan con una extensión
territorial tan grande. En el plano elaborado por Isidoro Epstein en 1865 (Plano 2) se observa el centro
de la ciudad poblado en su mayoría hasta ese momento y aparecen tres repuebles, el del norte, el del
[62]
sur y el de Verea, para ese entonces ya se apreciaba una traza ortogonal y estaban establecidos los
límites para la expansión de la ciudad.
Plano 2. Plano de la ciudad de Monterrey 1865. Elaborado por Isidoro Epstein. Fuente: Mapoteca Orozco y Berra No. 901-OYB-7212-A.
La colonia nace en conjunto con lo que ahora es la colonia Nuevo Repueblo, si bien, debido a la extensa
superficie donde se encontraba el Repueble del Sur, surgieron otros barrios que predominaron desde
el siglo XIX hasta 1920, se conocían como Barrio del Repueble de Verea, Barrio de la Garita del Sur,
Barrio de Cuesta Blanca y Barrio San Luisito (Casas, 2010).
Los trabajos de urbanización de la ciudad siguieron avanzando y, para finales de los ochenta la ciudad
ya cuenta con una traza urbana consolidada, zonas en vías de desarrollo y comunicación. En los planos
a partir de esta época, el Barrio San Luisito ya se muestra con nombres en las calles que la constituían,
la nomenclatura de las calles inicia al poniente con el nombre de Calle Occidente, le sigue Morelia,
Campeche, Tabasco, Colima, Tlaxcala, Oaxaca, Veracruz, Yucatán, Querétaro, Zacatecas, Guanajuato,
[63]
Jalisco, San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Baja California, Chihuahua, Durango,
Michoacán, Aguascalientes, Sinaloa, Sonora, Chiapas y Tepic. De norte a sur las calles eran, San Luisito,
Independencia, Constitución, República, estas desaparecieron en la inundación de 1909 que arrasó con
18 manzanas, hoy en día la colonia inicia a partir de la calle 16 de septiembre, seguida de 5 de febrero,
2 de abril, Libertad y Tepeyac (Plano 3).
Plano 3. Detalle del plano de la ciudad de Monterrey 1901. La Colonia Independencia y Nuevo Repueblo con nombre de calles, donde se
marcan las manzanas ya consolidadas en color más oscuro y las que se encontraban en construcción en color claro. Fuente: Mapoteca Orozco y
Berra No. 2752-OYB-7212-A.
A partir de 1940, aparece la calle Nueva Independencia al sur de lo que originalmente estaba planteado
en la urbanización de 1901, esta expansión se debió al proceso de metropolización que estaba viviendo
la ciudad, en el contexto de la industria y las migraciones campo-ciudad. Surgieron movimientos como
el Comité 2 de Abril, el Comité de Posesionarios Faja de Oro, entre otros que buscaban tener acceso al
suelo urbano.
Para el año 1950 (Imagen 4), la urbanización en la colonia había avanzado un poco más, se construyó
la Escuela Secundaria No. 2 “Jesús M. Montemayor” (turno matutino) y No. 13 “Profa. Concepción T.
Montemayor” (turno vespertino) en el mismo año, inaugurada por el presidente Adolfo López Mateos,
una de las más antiguas de la ciudad, en la calle Lago de Pátzcuaro y 16 de septiembre, marcaba el
límite del crecimiento hasta ese entonces. En el año de 1966 (Plano 4), se observa un gran avance en
la urbanización tanto de la Colonia Independencia como de la ciudad de Monterrey y municipios
aledaños, el proceso de metropolización se encontraba en la segunda fase, y los movimientos populares
por acceso al suelo, así como las invasiones de terrenos se encontraban en su apogeo.
[64]
Es a finales de los años 60 cuando la expansión acelerada de la colonia continúa, los partidos políticos
y los sindicatos ofrecen a los pobladores tierras con la promesa de regularizar sus predios y dotar de
servicios a cambio de votos para sus partidos. Estos nuevos pobladores se fueron estableciendo en lo
alto del cerro de la Loma Larga, desconociéndose hasta la fecha la cifra exacta de predios que se
encuentran de manera “irregular”, hoy en día, se puede observar el gran crecimiento que ha tenido la
urbanización en lo alto del cerro.
Imagen 4. Colonia Independencia en 1950. Del lado izquierdo se aprecia la Escuela Secundaria que marcaba el límite de la urbanización de la
colonia. Fuente: D.R. © 12847 Fototeca Nuevo León – CONARTE, Fondo: Alberto Flores Varela.
La traza proyectada desde finales de la década de los ochenta se rompe para dar paso a una traza
irregular debido a la accidentada topografía del lugar, esta situación trajo consigo consecuencias tanto
territoriales como sociales, ya que al no ser predios regulados legalmente la dotación de servicios ha
sido complicada, así mismo, las diferencias sociales entre los de arriba y los de abajo han sido marcadas
por la situación en la tenencia de la tierra, el estigma y la violencia. Los habitantes que se localizan en
lo más alto del cerro acceden a través de calles angostas que se han ido abriendo para el acceso de
vehículos y escalinatas, se hace uso de mulas o burros para llevar materiales de construcción o ayudar
a las personas de la tercera edad con sus compras. La morfología del barrio ha sido un proceso
primeramente planificado y después popular.
[65]
Plano 4. Plano de la ciudad de Monterrey 1966. Durante la primera fase del proceso de metropolización de la ciudad, se observa la expansión
de la mancha urbana, alcanza a municipios aledaños, debido al surgimiento de fraccionamientos residenciales, barrios obreros y de
posesionarios. Colonia Independencia en rectángulo azul, anotaciones propias. Fuente: Mapoteca Orozco y Berra No. 21821-CGE-7212-A.
Como se puede observar a lo largo del capítulo, el cambio hacia un modelo económico neoliberal
implicó procesos de crecimiento urbano y poblacional, aunado al auge industrial que tuvo la ciudad de
Monterrey, mismo que ocasionó diversos conflictos de acceso al suelo urbano, laborales y todo lo que
implicó la distribución del espacio en el crecimiento de la ciudad. La creación de barrios obreros,
conjuntos residenciales, el surgimiento de colonias populares por apropiación de tierra presentan la
situación socioespacial del Área Metropolitana de Monterrey, además los esfuerzos por parte del
gobierno e iniciativa privada a través de fideicomisos e inversiones en proyectos urbanos, han sido los
instrumentos más utilizados para posicionar a la ciudad de Monterrey como una ciudad de progreso e
innovación, mismos que en lugar de crear mejores condiciones para los habitantes de la ciudad,
incrementan las desigualdades socioespaciales.
[66]
4
LOS FENÓMENOS SOCIOESPACIALES EN LA CIUDAD DE MONTERREY:
GLOBALIZACIÓN, ESTIGMATIZACIÓN, VIOLENCIA
En este capítulo, se plantean los factores económicos, urbanos y sociales que
influyen en que la segregación y la fragmentación sean una práctica normalizada en
las ciudades debido a los cambios estructurales de la economía y al paso a una ciudad
globalizada; esto ha influido en la manera en que se organizan las ciudades, creando
espacios donde coexisten barrios de clases medias y altas contiguos a barrios de
clases bajas. Esto se ve reflejado de manera objetiva y subjetiva en el espacio, a partir
de datos que clasifican las diferentes zonas, así como de elementos tanto físicos como
simbólicos implementados por la población, las instituciones gubernamentales, el
mercado y los medios de comunicación que polarizan las relaciones con “los otros”
en las ciudades.
[67]
[68]
4.1
REESTRUCTURACIÓN ECONÓMICA Y LA DISTRIBUCIÓN SOCIOESPACIAL
Reestructuración económica: Globalización, Estado e Iniciativa privada
Los cambios del sistema económico que se han presentado a lo largo del siglo XX han tenido
repercusiones que se manifiestan en la producción del espacio urbano. Estos procesos socioeconómicos
y socioespaciales se han ido consolidando desde el modelo de desarrollo basado en la industrialización
por sustitución de importaciones (ISI) y el modo de producción fordista a partir de los años cuarenta;
continuando con el cambio a un modelo económico basado en el libre comercio, la apertura de
mercados de inversión, de bienes y financiero, la desregulación de las relaciones laborales y
desprotección de la fuerza de trabajo (Duhau & Giglia, 2008).
En el año de 1940 en el contexto latinoamericano, surge la idea del Estado como “idea-fuerza” del
desarrollo, en México es conocida como la época del “milagro mexicano” (1940-1970) que se apoyó en
el proteccionismo y en la intervención estatal en la economía. Esto provocó cambios económicos,
demográficos, sociales y espaciales (Duhau & Giglia, 2008), ya que las principales ciudades industriales
atrajeron grandes oleadas de migración campo-ciudad y la atracción de población de otros estados
debido a la creciente industria, esto hizo necesaria la dotación de infraestructura, servicios, vivienda y
vialidades, que se adaptaran a las exigencias de producción, consumo e intercambios mercantiles
(Ascher, 2011). El desarrollo de vías de comunicación en el norte del país influyó durante este periodo
en la expansión de la ciudad. Monterrey contaba con líneas ferroviarias que la conectaban hacia el sur
con la Ciudad de México y hacia el poniente hasta Torreón, además de las líneas hacia Laredo y
Tampico que permitían recibir productos de Estados Unidos y Europa; la cercanía con los Estados
Unidos fue otra de las ventajas para el desarrollo industrial de la ciudad que dio la facilidad para trabajar
y estudiar a muchos habitantes.
Esta bonanza de las ciudades industriales, el acelerado crecimiento poblacional y la demanda de fuerza
de trabajo por las industrias dan origen a una clase trabajadora informal que no puede acceder al
mercado laboral por no contar con la cualificación y conocimientos que exige la industria, llegando a
ocupar empleos de categoría baja como en la construcción, limpieza, vigilancia, servicio doméstico, etc.
(Adler de Lomnitz, 1975), aunado a la incapacidad del Estado de generar oferta de vivienda de acuerdo
con los salarios de los trabajadores formales e informales, provocando que las clases trabajadoras
desarrollaran sus propias alternativas habitacionales basadas en la autoconstrucción en asentamientos
precarios o irregulares carentes de infraestructura y servicios (Duhau & Giglia, 2008), marcando aún
más las diferencias sociales entre clases altas, medias y las clases trabajadoras.
[69]
La urbanización de la ciudad en esta época fue un fenómeno orientado a cumplir con las necesidades
básicas de la industria, no existía legislación que se enfocara en el desarrollo urbano; la planeación de
la ciudad se dejó en manos de los empresarios mientras que el gobierno facilitaba la dotación de
servicios, infraestructura y vialidades. A finales de los años cincuenta aparecen diversos barrios obreros
planificados para trabajadores de las industrias de fundición de metal, vidrio, cemento, cerveza, entre
otras, además de las tomas de tierras a partir de intercambios clientelares que la población realizaba
con partidos políticos. Lo anterior trajo como consecuencia mala calidad del aire, largos
desplazamientos centro-periferia y la acentuación de las desigualdades sociales en las ciudades
latinoamericanas.
En la ciudad de Monterrey, la urbanización sigue el modelo común de expansión de las grandes
ciudades latinoamericanas, las clases altas que inicialmente se ubicaban las áreas centrales, las
abandonan para reubicarse en las zonas periféricas de la ciudad, dando paso a la degradación de estos
lugares que pasan a ser ocupados por las clases medias y bajas. La población de mayores ingresos
favorecida por contar con vehículos propios se instala en zonas residenciales en la periferia y los
sectores urbanos de ingresos medios junto con los barrios proletarios se ubican mayoritariamente en
las áreas centrales (García, 2007). Colonias obreras como la Terminal, la Obrera, la Moderna y Acero
se ubicaron en la zona central, así como el proyecto de los Condominios Constitución que buscaban
dotar de vivienda accesibles y densificar la zona, mientras que la aparición de suburbios de clase alta
como la Del Valle en San Pedro Garza García, la colonia Anáhuac en San Nicolás y la colonia Roma al
sur de Monterrey, se apartaban del área central.
La ciudad de Monterrey termina este periodo siendo uno de los principales hitos industriales que
aportaba un gran porcentaje del PIB industrial del país, mientras que para algunos este modelo
económico impulsó su bienestar social y económico para otros más la lucha por la integración al
mercado laboral y de vivienda continuó. Los efectos del modelo de industrialización por sustitución de
importaciones (ISI) dieron cabida a la absorción de nuevos pobladores y con ello al aumento de las
demandas sociales (Bazant, 2010), viéndose reflejados en el caos urbano, precariedad y desigualdad.
En el contexto internacional se buscaba regresar a una economía orientada a la poca intervención del
Estado en el mercado, adentrándose a una economía global y poco a poco se fueron dejando de lado
las ideas que constituyeron al Estado Benefactor. En México una serie de acontecimientos fueron los
que marcaron el inicio de la crisis y la transición hacia un nuevo régimen de acumulación o cambio
estructural, inicia con la caída del precio del petróleo, devaluación y la incapacidad del pago de la deuda
[70]
externa en 1982. Es así, como los países fueron llevados a aceptar políticas económicas planteadas por
el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (Gutiérrez & González , 2010).
En cuanto a lo urbano, desde finales del periodo anterior las ciudades venían convirtiéndose en lugares
caracterizados por una hiperurbanización capitalista y proliferación de asentamientos en la periferia;
la ciudad pasa ahora a entenderse no como un tejido sino como un conjunto de relaciones
desarticuladas entre objetos y personas (Gúzman, 2006). Los más afectados en esta nueva
configuración de ciudad son la población de menores ingresos, quienes no tienen posibilidades para
acceder al mercado laboral formal y al de vivienda. Appadurai Arjun (2015), menciona que el
suministro de vivienda especialmente para los pobres urbanos está ligado a procesos de crédito,
endeudamiento, sistemas de tributación que benefician al sector rico de la población y dejan de lado a
los de menores ingresos, convirtiendo a la vivienda en un valor de cambio, que puede comprarse,
venderse o intercambiarse.
Las reformas económicas de los años ochenta provocaron grandes cambios en las formas de
producción y gestión del espacio urbano, esto fue abandonado por parte del Estado y se dejó en manos
de actores privados, cambios que se traducen como mencionan Duhau y Giglia (2008), en la
proliferación de grandes proyectos inmobiliarios, producción de espacios públicos cerrados y
privadamente controlados, estratificación de acuerdo con sectores sociales, renovación de espacios
urbanos en decadencia o en desuso destinados a convertirse en atractivo turístico o simbólico. Todos
estos efectos producto de la reestructuración económica y de globalización se han visto reflejados en la
configuración del espacio urbano y han dado paso a fenómenos como la segregación o fragmentación
de la población y el territorio, recurriendo a elementos como barreras, muros que permiten
diferenciarse unos de otros.
En Monterrey, la conformación del Área Metropolitana se va desarrollando en espacios con fuertes
desigualdades, segregación social, así como fragmentación territorial, haciéndose muy notorios los
contrastes residenciales entre áreas contiguas de la ciudad. Surgen fraccionamientos residenciales
privados, desarrollos inmobiliarios en áreas periféricas y centrales de altos costos, mientras que los
barrios populares quedan absorbidos por la mancha urbana y terminan estando en la mira de
inversiones y proyectos de renovación urbana impulsados por el gobierno y la iniciativa privada que
buscan cambiar la imagen que se tiene de los barrios populares como lugares contenedores de los males
sociales que atañen a la ciudad (Monreal, 2016). La producción de vivienda en manos de empresas
desarrolladoras crearon conjuntos habitacionales en las áreas periféricas de la ciudad para la población
de menores ingresos, apoyados de créditos de financiamiento públicos y privados, municipios como
[71]
Juárez, García, Ciénega de Flores, Cadereyta, Santa Catarina, donde se alojan la mayor cantidad de
fraccionamientos de interés social, grupos como Casas Javer, Marfil, Garza Ponce Vivienda,
Inmobiliaria Esjar son algunos que dominan la producción de vivienda en Nuevo León.
En este mismo sentido, este nuevo orden económico mundial va dejando fuera a espacios y actores que
no puedan vincularse con este modelo, considerándolos como residuos o víctimas de la globalización;
con respecto a los actores, se consideran como “ciudadanos desnudos”, pobres urbanos que habitan en
asentamientos precarios y que se han convertido en invisibles para la ley, despojados de numerosos
derechos y privilegios (Duhau & Giglia, 2008; Arjun, 2015). La aplicación de este modelo económico y
la proliferación de las políticas neoliberales han influido en la manera en que las ciudades son percibidas
y apropiadas reconfigurando y resignificando el uso y la organización del espacio, además de acentuar
no sólo los fenómenos de segregación y fragmentación del espacio urbano sino de otra serie de
problemas políticos y sociales debido a la falta de infraestructura y servicios que llevan al abandono de
viviendas, la falta de gestión integral entre municipios. Es en este contexto político, social y económico
que experimentaron la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la segregación socioespacial, la
fragmentación urbana y las grandes desigualdades se convirtieron en procesos cada vez más comunes
que han configurado la dinámica territorial de las ciudades como reflejo de estos cambios.
La división social del espacio en el Área Metropolitana de Monterrey
Así como en la mayoría de las metrópolis latinoamericanas, las dinámicas industriales y el paso a una
ciudad globalizada han tenido implicaciones en la reproducción de los fenómenos socioespaciales en
las ciudades. En el caso de la ciudad de Monterrey no fue diferente, influyó el crecimiento de la industria
y la cercanía que tiene con Estados Unidos, esto la convirtió en el principal centro de atracción de
migraciones tanto internas como externas y de grandes inversiones públicas y privadas.
El mercado inmobiliario ha jugado un papel importante en el proceso de reestructuración económica,
ya que tiende a producir y acentuar la división social del espacio urbano creando lugares altamente
jerarquizados. Esta división social se expresa mediante barreras físicas y limitaciones de acceso
(Janoschka, 2002) dando lugar a la creación de barrios privados, así como en cuán dividido o segregado
está el espacio urbano y cómo esto se manifiesta espacial y socialmente (Duhau & Giglia, 2008). Lo
anterior ha conducido a un incremento del aislamiento en los espacios urbanos, provocando que
distintas clases socioeconómicas a pesar de ubicarse en espacios contiguos marquen sus diferencias
por medio de ciertos elementos que dividan, protejan y controlen el territorio, además estas divisiones
del espacio llevan a otros fenómenos como la estigmatización de determinados grupos sociales.
[72]
Janoschka (2002), menciona que hay una tendencia hacia ciudades más segregadas y divididas,
desarrollando una “cuidad de islas”. Esto lleva a un acceso diferenciado a bienes y servicios, a los que
contribuyen tanto el sector privado como el público en la creación de grandes desarrollos a altos costos
y en las políticas públicas de apoyo y financiamiento para la vivienda social, estas acciones han tenido
claras manifestaciones en la actual distribución social del espacio en las ciudades. Janoschka (2002),
propone un nuevo modelo de ciudad latinoamericana en el que desarrolla nuevos elementos
estructurantes al modelo tradicional de las ciudades, los cuales son: islas de riqueza, islas de
producción, islas de consumo e islas de precariedad. Estos elementos pueden ser observados en el caso
del Área Metropolitana de Monterrey y explican la relación que tienen en el espacio los distintos grupos
sociales que la habitan, siendo observables los procesos de segregación y fragmentación urbana.
Por islas de riqueza se entiende que son condominios urbanos y barrios privados para las clases altas
y medias (Janoschka, 2002), se pueden observar en su mayoría en los municipios de Monterrey y San
Pedro Garza García, recientemente se han creado espacios con la idea de un “urbanismo inteligente”
en donde todos los servicios que necesitan los habitantes de estos lugares estén a su alcance dentro o
muy cerca del mismo conjunto, reúnen vivienda, comercio, oficinas, áreas de recreación y vigilancia en
un mismo lugar (Imagen 5). Estos conjuntos se conectan con otros puntos de la ciudad por medio del
uso del automóvil que se ha prestado para “estrategias inmobiliarias de flexibilidad locacional” (Duhau
& Giglia, 2008), ya no dependiendo de ubicarse en un lugar accesible para cubrir las necesidades de la
población sino pensando en al automóvil como apoyo para crear barrios privados periféricos.
Imagen 5. Conjuntos residenciales y barrios privados. Izq. Vía Cordillera. Der. Vivenza Residencial Fuente: ©Rafael Gamo / U-cali Desarrollos.
El Área Metropolitana de Monterrey es conocida como sede de importantes grupos industriales y
financieros que entran en la categoría de islas de producción, siendo estas áreas industriales ya
existentes o nuevas (Janoschka, 2002). Las ya existentes se localizan en partes céntricas de la ciudad,
ya que fueron de posterior creación a la metropolización de la ciudad, mientras que las áreas
[73]
industriales recientes se localizan en su mayoría en zonas periféricas al no poder establecerse por falta
de espacio en las zonas céntricas, ejemplos de esto son: Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Vitro,
British American Tobacco localizadas en el centro de la ciudad y los llamados parques industriales de
empresas energéticas y automotriz como KIA Motors, Schneider Electric, General Electric, Whirlpool,
por mencionar algunos (Imagen 6).
Imagen 6. Zonas industriales centrales y periféricas. Izq. Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma. Der. KIA Motors. Fuente: ®Google.
Las islas de consumo se identifican como los centros urbanos de compras de construcción reciente
(Janoschka, 2002). En el AMM estos recintos han ganado popularidad y los desarrolladores se han
encargado de crear lugares con conceptos innovadores que logren atraer la atención de los habitantes,
convirtiéndose en espacios ideales para el consumo y esparcimiento (Imagen 7), que en la mayoría de
los casos está proyectada para las clases sociales medias y altas, contando con marcas internacionales,
diseños atractivos y gastronomía de alto costo. La oferta más atractiva de estos recintos se localiza en
las zonas de niveles socioeconómicos altos o en espacios donde el acceso queda limitado al automóvil.
Imagen 7. Centros comerciales. Izq. Pueblo Serena. Der. Fashion Drive. Fuente: ®Google.
Debido al auge económico que ha tenido la ciudad y como se ha mencionado anteriormente, muchos
de los habitantes de la ciudad quedaron fuera de las lógicas de producción y de acceso a la vivienda,
estableciéndose en territorios a partir de la toma de tierras o de programas de vivienda social. Esto ha
[74]
dado lugar a islas de precariedad, entendidas como barrios informales o precarios centrales o en el
borde de la ciudad, así como barrios de vivienda social (Janoschka, 2002). En el AMM se puede
observar cómo actualmente muchos de estos barrios han quedado absorbidos por la mancha urbana,
localizándose en áreas centrales y cercanos a barrios de otros estratos económicos lo que provoca una
marcada desigualdad entre un lugar y otro; también se acentúan las diferencias por medio de barreras
físicas, cámaras de seguridad, casetas de vigilancia y con la estigmatización de población y sus lugares
de residencia. En cuanto a los barrios periféricos, al encontrarse segregados de la ciudad central,
carecen de bienes y servicios, así como de medios de transporte; la vida en la periferia influye en la
calidad de vida y en las dinámicas laborales y sociales de los habitantes (Imagen 8).
Imagen 8. Colonias populares céntricas y periféricas. Izq. Colonias del Cerro del Topo Chico. Der. Colonia Colinas del Aeropuerto. Fuente:
Periódico El Norte / ®Google Maps.
La distribución de estas islas en el Área Metropolitana de Monterrey es muy variada, al no existir un
patrón en específico de localización. Se pueden observar tanto en la zona central de la ciudad como en
las zonas periféricas, también ha influido la tendencia horizontal de crecimiento al preferirse las
viviendas unifamiliares de los edificios de departamentos o condominios. Otro aspecto que se puede
destacar de las distintas localizaciones de las islas es la traza urbana, observándose una gran contraste
entre las densidades de áreas residenciales y los barrios populares o periféricos; la ubicación de las áreas
de consumo en las zonas de mayor poder adquisitivo y alrededor de zonas residenciales, por último, la
localización de las zonas de producción, centrales y periféricas, siendo estas últimas las que requieren
el apoyo de transporte público o transporte proporcionado por la empresa para trasladar a sus
empleados (Mapa 1).
[75]
Mapa 1. Localización de “islas” propuestas por Janoschka (2002) en el Área Metropolitana de Monterrey y traza urbana. Fuente: Elaboración
propia con imagen de ®Google Earth.
4.2
DIMENSIONES DE LA SEGREGACIÓN Y FRAGMENTACIÓN
Estigmatización territorial
Un factor importante dentro del estudio de la segregación socioespacial y la fragmentación urbana es
la estigmatización o mala reputación que tienen ciertos barrios y con ello sus habitantes. Esto está
relacionado con las transformaciones económicas y políticas que sucedieron en las ciudades en el siglo
XX que se ha manifestado en una creciente polarización de clases sociales y en una brecha cada vez
más grande entre ricos y pobres. La segregación urbana es una representación espacial que al mismo
tiempo se refleja en las relaciones sociales con “el otro”, este otro con más o menos oportunidades, otros
integrados o excluidos en los que se combinan procesos de desigualdad o diferenciación (Saraví, 2008).
[76]
Por esta misma razón el estudio de la segregación debe contemplar aspectos que vayan más allá del
análisis estadístico, ya que este fenómeno tiene manifestaciones tanto en la configuración del espacio
como en la vida cotidiana de los habitantes y su relación con los demás.
Los estigmas territoriales son producto de esta diferenciación social, que surge de los procesos de
transformación políticos y económicos que han dado paso a la configuración espacial dentro de las
ciudades, que a su vez tiene relación con los procesos de metropolización, la calidad de servicios e
infraestructura, la pobreza, las viviendas precarias, la delincuencia, marcando a grupos sociales de
algún barrio de la ciudad, atacándolos y reconociéndolos a nivel social y espacial como sinónimo de
miseria, delincuencia y degradación moral; aspectos que se recalcan y difunden a través de los discursos
mediáticos, políticos, académicos y conversaciones cotidianas (Wacquant, Slater, & Borges Pereira,
2014; Saraví, 2008; Wacquant, 2007). Dicho lo anterior, retomo la importancia de los discursos en la
construcción de imaginarios sociales, que hacen ver a ciertos espacios y personas como la razón de los
males que atañen a una ciudad (González Luna, 2018).
Los barrios estigmatizados se convierten en objetos de miedo que llevan a sentimientos negativos de
repulsión y rechazo que perpetúan las lógicas estructurales y el ejercicio de poder sobre estos lugares,
normalizando los discursos hegemónicos, las desigualdades, la acumulación de riquezas, así como
procesos represivos de vigilancia, control y criminalización hacia estos sectores de la ciudad. Esto ha
llevado a una estigmatización de individuos y territorios que son considerados como la base de la
generación de conductas delictivas, respecto a esto Wacquant (2007) dice que los efectos de la
estigmatización territorial llegan a incidir a nivel de las políticas públicas, desde que estos lugares son
considerados como “zonas de no derecho” resulta fácil justificar medidas especiales que puedan
desestabilizar, marginar y expulsar a los habitantes.
En los ámbitos sociales y espaciales, la estigmatización tiene efectos en cómo los actores de la sociedad
sienten, piensan y actúan; los residentes de los barrios que son difamados, debilitan sus relaciones
sociales y su capacidad de acción colectiva, se les discrimina por parte de empleadores por su lugar de
residencia, la calidad de los servicios de bienestar, salud y protección policial disminuye y en las
políticas públicas en combinación con el mercado que reproducen la marginalidad (Wacquant, Slater,
& Borges Pereira, 2014). Todos estos aspectos se integran con el imaginario colectivo de todos los
habitantes de la ciudad, es a partir de esto que los fenómenos de segregación y fragmentación se
vuelven cada vez más notorios con la aparición de barrios privados, barreras físicas o incluso barreras
simbólicas que se construyen a partir de los discursos del miedo, limitan la entrada a esos otros a los
que se les considera diferentes o peligrosos. Saraví (2008) da el nombre de “mundos aislados” a la
[77]
coexistencia en un mismo espacio urbano de sectores de la población diferentes y desiguales, menciona
que, aunque las clases privilegiadas vivan rodeadas de sectores pobres no necesariamente habrá un
encuentro entre estas.
En el AMM, así como en muchas ciudades del país, el proceso de estigmatización es un fenómeno que
acompaña a la metropolización de las ciudades, ya que esta genera un impacto socioespacial sobre los
territorios. Se puede observar cómo las desigualdades sociales y la falta de oportunidades lleva a la
estigmatización de grupos sociales, la ciudad de Monterrey al ser una ciudad de gran polarización social
encuentra en los discursos mediáticos y en la criminalización de la pobreza la razón para culpar a los
habitantes de barrios populares, así como a los migrantes pobres de los males sociales como la
drogadicción, narcotráfico, prostitución y delincuencia que afectan a la ciudad, sin indagar más a fondo
los problemas que tiene esta población para acceder al mercado laboral, de vivienda, educación,
servicios de salud, etc. ocasionados y perpetuados claramente por el Estado.
Violencia, miedo e inseguridad
En los últimos años hemos presenciado un aumento en los discursos, medidas y planes acerca de lo
que ha generado la violencia y la inseguridad en el país, los efectos de estos fenómenos han penetrado
todas las esferas de la vida haciendo ver que estamos en una sociedad en constante riesgo. Beck
menciona que “los riesgos son el producto histórico, la imagen refleja de las acciones humanas y de sus
omisiones” (Beck, 2006: 237). Con esto se puede confirmar que el ser humano ha estado construyendo
y usando estos conceptos de distintas maneras a lo largo de la historia, además ha reconocido los
riesgos de vivir en sociedad. Los discursos de violencia e inseguridad han tomado fuerza en México,
este uso cotidiano de las palabras ha creado ciertas generalizaciones en estos conceptos; la violencia al
igual que el miedo son construcciones históricas, las definiciones son múltiples; la violencia no
necesariamente es entendida como una agresión física, sino también como una acción que puede ser
visible o no, es decir, física o psicológica (Zucal & Noel, 2010).
Como se menciona anteriormente, los efectos pueden ser clasificados dentro de lo invisible y lo visible,
que va desde una violencia estructural que es provocada por el sistema económico, los procesos de
producción, el consumo de bienes y pueden ser observables en el racismo, la inequidad de género, los
sistemas de prisioneros y las desigualdades de acceso al mercado global hasta la violencia simbólica
que se manifiesta a partir de los sistemas de dominación que ejerce una clase dominante sobre otra que
considera inferior, consiguiendo de esta manera que los dominados perciban la violencia como
merecida; la violencia normalizada que viene desde los discursos mediáticos y políticos ha convertido
[78]
en cotidiana la muerte y la tortura, justificando ciertas acciones haciéndolas ver como normales; por
último, la violencia íntima que entra en el plano de lo interpersonal (Bourgois, 2009). Estos tipos de
violencia siempre están relacionados unos con otros, ya que en muchas ocasiones lo que provoca que
la violencia sea visible radica en acciones imperceptibles o más difíciles de identificar.
Para comenzar a hablar de inseguridad y miedo, hay que tener presente los tipos de violencia, en
especial la estructural, ya que requiere de una serie de mecanismos que buscan reproducir una lógica
de acumulación sobre la vida social (González Luna, 2018). Estas lógicas producen espacios
marginados que quedan olvidados de las dinámicas del sistema productivo, dando paso a lugares
estigmatizados que son, dentro del discurso público, los generadores de problemas sociales en las
ciudades.
Esta construcción de lo inseguro, el miedo y lo violento recae en la idea de Hobbes en la que plantea
que el miedo debe ser creado, pasando a ser el elemento que establece una base moral negativa para
que los seres humanos logren vivir en paz, este miedo depende del Estado, ya que son ellos los
encargados de construir los objetos del miedo y potenciarlos, convenciendo a la población de temer a
ciertos objetos que dominarán la preocupación pública (Robin, 2009). Así es como los carteles de droga,
los migrantes y población de distintas comunidades estigmatizadas se han convertido en puntos clave
dentro de los discursos de los presidentes del país e incluso en los discursos de odio de líderes
mundiales.
En este sentido, las expulsiones y los desalojos son la cara violenta y más visible de los procesos de
criminalización y fortalecimiento de los estigmas territoriales (Rolnik, 2017). Otras medidas como la
privatización, la vigilancia por medio de cámaras de seguridad, rejas y otros elementos que dividen un
espacio de otro, también refuerzan los discursos estigmatizantes sobre “el otro”, los sistemas de
vigilancia funcionan como sistemas de clasificación social, ya que tipifican a grupos o individuos a los
que se les considera como una amenaza al orden social (Arteaga, 2016).
Durante la llamada “guerra contra el narco8” la ciudad de Monterrey mostró altos índices de violencia,
al ser considerado un lugar con una gran actividad empresarial y por su condición fronteriza por la
cercanía con Estados Unidos, convirtiéndose en el paso de drogas y armas más importante por su
relación con Texas (Bautista, 2016). Todo esto convirtió a la ciudad en un mercado importante para el
8
Lucha contra el narcotráfico como solución a los problemas ocasionados por los cárteles de droga en México, iniciada en
el sexenio del presidente Felipe Calderón 2006-2012.
[79]
consumo de drogas y lavado de dinero, lo que ocasionó la disputa del territorio por parte de los grupos
del crimen organizado. La estrategia de seguridad de llevar a los militares a la calle para hacer frente a
los carteles de droga fue lo que disparó los hechos violentos en la ciudad. Se vivía en Monterrey y en
los alrededores un ambiente muy duro, se realizaron bloqueos de calles, aparecieron narcomantas9,
cadáveres arrojados o colgados en las calles, fosas clandestinas, alcanzando en el 2010 el punto máximo
de la violencia.
De todos estos actos, los carteles de droga usaron a su favor a toda la población que se encontraba en
condiciones de pobreza y marginalidad. Estos grupos vulnerables eran reclutados por el crimen
organizado para las actividades delictivas (Bautista, 2016). Colonias populares enteras se vieron
afectadas por esta situación, ya que en estos lugares se instalaban, allanaron viviendas deshabitadas
para usarlas como casas de seguridad donde cometían todo tipo de delitos, debido a estos niveles de
violencia las divisiones sociales del espacio se acentuaron. Los habitantes optaron por estrategias de
seguridad que fueron propiciando el aislamiento de la población de esos lugares que eran vistos como
peligrosos, usando el miedo a la violencia para justificar acciones de exclusión social, generando nuevas
formas de segregación y discriminación; las estrategias como la construcción de muros u otras barreras
físicas establecen diferencias, imponen divisiones, multiplican reglas de exclusión, restringen
movimientos y jerarquizan los espacios (Caldeira , 2007). Estos miedos y discursos estigmatizantes
llevan a la proliferación de los fenómenos de división social del espacio que buscan distinguir, separar
y proteger a unos de otros, además el Estado a través del urbanismo y las lógicas del mercado han
legitimado y aumentado estos miedos contribuyendo cada vez más a la estratificación socioespacial,
vendiendo seguridad y protección.
Proyectos de renovación urbana
Los proyectos de renovación urbana o embellecimiento han sido utilizados por los gobiernos en
distintos países del mundo para justificar acciones en espacios considerados como marginados. Estos
proyectos urbanos son estrategias para impulsar el crecimiento económico tanto de las ciudades como
de los inversionistas, que llevan a un sector de la población a un proceso de desposesión que además
de despojarlos de sus territorios, acaban con sus modos de vida. Rolnik hace referencia a los mega
eventos deportivos y cómo a partir de los preparativos para estos eventos se realizan expulsiones y
desalojos forzosos en la necesidad de encontrar lugares para construir las sedes de estos eventos:
Mensajes dejados por grupos criminales perteneciente a algún cártel de la droga, acompañados de atentados y/o
ejecuciones en los que tratan de justificar sus crímenes y/o mandar amenazas a grupos rivales, policías, políticos,
empresarios, etc.
9
[80]
El aumento de la demanda por espacio para construir lugares deportivos, alojamientos y vías
públicas se canaliza mediante proyectos de rehabilitación urbana que frecuentemente hacen
necesaria la demolición de viviendas existentes y la apertura de espacios para nuevas obras. […]
la preparación de los juegos supone la eliminación de manifestaciones de pobreza y subdesarrollo.
(Rolnik, 2017: 200)
Los lugares que son considerados como negativos, en este caso las colonias populares son objeto de
diversas intervenciones para su embellecimiento o destrucción. Las consecuencias que tienen estos
proyectos en estos sectores son graves, puesto que dentro del discurso de cambiar la imagen del lugar
y dar paso al turismo y al comercio se encuentran ocultas diversas dinámicas de expulsión de la
población a través de fenómenos como la gentrificación, a partir del impulso inmobiliario de los
predios. En México, una práctica que ha alcanzado gran popularidad es el cambio de imagen de los
barrios populares por medio de programas impulsados por el gobierno, que ofrecen a los habitantes
transformar las fachadas de sus viviendas con colores llamativos que apuesta hacia la cohesión social
y el mejoramiento de los espacios (Imagen 9).
Imagen 9. Colonia Independencia, Monterrey, NL. Cambio de imagen de fachadas mediante el programa “Transformando Monterrey”. Fuente:
©Elided Hernández Acosta 2019-Archivo de trabajo de campo.
Los desplazamientos ocasionados por estas intervenciones tienden a marginalizar aún más a la
población, se considera a estos lugares como espacios que arruinan la imagen urbana de la ciudad; la
precariedad, la alta densidad y la pobreza son usados para fundamentar los desalojos, desplazando a la
población hacia zonas periféricas donde no hay suficientes sistemas de movilidad, oportunidades
laborales y acceso a bienes y servicios (Rolnik, 2017).
Desde principio de la década de los 80, los grandes proyectos urbanos se ven como objetivos deseables
para alcanzar la idea de progreso y desarrollo en muchas ciudades y también en la ciudad de Monterrey.
[81]
En la ciudad estos proyectos iniciaron con la construcción de la Macroplaza, que se realizó bajo la lógica
de higienización y “restauración bulldozer”; se destruyeron gran cantidad de viviendas y la traza
original de una parte del primer cuadro de la ciudad para crear una explanada que conectara el Palacio
de Gobierno y el Palacio Municipal, además de otros proyectos que ya se han mencionado
anteriormente, como el Paseo Santa Lucía, las remodelaciones al Barrio Antiguo, las recientes
regeneraciones en la zona del Tec de Monterrey y el Distrito Purísima-Alameda que siguen las mismas
lógicas de destrucción creativa para dar paso a nuevos lugares que atraigan turismo e inversión.
En la actualidad los proyectos de renovación se han dado especialmente en barrios populares y áreas
centrales que, debido a la buena ubicación los hace objeto de diversas intervenciones que alteran la
condición de sus habitantes privilegiando las inversiones inmobiliarias y los cambios de imagen que
resultan de la acción de diferentes actores económicos, convirtiéndolos en espacios disputados (Duhau
& Giglia, 2008). Valverde (2015) argumenta que aunque el derecho a habitar y al espacio es un derecho
básico, el territorio se vuelve una pieza clave del capitalismo, ya que sirve para perpetuar las lógicas del
sistema económico y el control de la sociedad, así mismo, los poderosos, los dueños del suelo, hacen
todo lo posible para que el uso que se le dé al espacio sea el que les traiga beneficios, convirtiendo a la
ciudad en un parque temático, una marca o un centro comercial para quienes tengan la posibilidad
económica de consumirla.
[82]
5
LA COLONIA INDEPENDENCIA:
SEGREGACIÓN SOCIOESPACIAL Y FRAGMENTACIÓN URBANA
A lo largo del capítulo se desarrollan las características del caso de estudio, los
aspectos demográficos y económicos de la Colonia Independencia. Se exponen los
resultados sobre la segregación socioespacial a partir de la selección de indicadores
estadísticos, se describirán los proyectos de renovación urbana que se buscan
implementar en la colonia y la opinión de sus habitantes, así como los efectos
derivados de estos procesos como la violencia, inseguridad, estigmatización,
elementos que fragmentan el espacio y los aspectos de identidad y resistencia como
reacción por parte de los habitantes. En este apartado se hará uso de las
herramientas metodológicas expuestas en el tercer capítulo, además del uso de
mapas cartográficos, reportes periodísticos, testimonios y fotografías del sitio para
ilustrar los aspectos aquí mencionados.
[83]
[84]
5.1
DESCRIPCIÓN DEL CASO DE ESTUDIO
La Colonia Independencia se localiza al sur del municipio de Monterrey y limita al norte con el río Santa
Catarina, al sur con el cerro de la Loma Larga, borde natural que separa el municipio de Monterrey con
el municipio de San Pedro Garza García, al poniente con la colonia Pio X y al oriente con la colonia
Nuevo Repueblo (Imagen 10). Ocupa una superficie total de 235 hectáreas, lo que representa el 31.7%
de la superficie del primer cuadro de la ciudad (Casas, 2010).
Imagen 10. Localización de la Colonia Independencia, hitos y relación con el resto de la ciudad. Fuente: Elaboración propia con imagen de
®Google Earth.
No existe una clasificación tipológica para describir los tipos de poblamiento que existen en el espacio
urbano de la ciudad de Monterrey, pero se toman como referencia los “tipos de poblamiento”
desarrollados por el Observatorio de la Ciudad de México (OCIM). Estos poblamientos se refieren al
modo de producción del espacio habitable que toma en cuenta aspectos culturales, sociales, económicos
y ambientales que se unen para conformar la ciudad (Suárez, 2017). La ciudad de Monterrey se
caracteriza por marcadas desigualdades socioeconómicas en donde las brechas de distanciamiento son
muy marcadas entre unos y otros. Los tipos de poblamientos que se pueden encontrar en el Área
Metropolitana de Monterrey son muy diversos, se pueden observar colonias populares de distintas
densidades de población y de vivienda, unidades habitacionales, zonas residenciales y
fraccionamientos cerrados de sectores medios y altos, así como fraccionamientos de vivienda social.
[85]
La Colonia Independencia se clasifica dentro de la categoría de colonia popular que se describe como
áreas que presentan rasgos específicos como la irregularidad inicial en la ocupación del suelo,
asentamiento de habitantes en construcciones sin infraestructura y viviendas autoconstruidas (Duhau
& Giglia, 2008). Los datos sobre el índice de marginación muestran que la colonia ronda entre los
rangos bajo, medio y alto según lo describe el Consejo Nacional de Población (CONAPO) dónde el
8.18% de la población se encuentra dentro de niveles de marginación altos y un 53.38% de la población
en nivel medio; este indicador se basa en características económicas, educativas, de servicios de salud,
de vivienda y servicios básicos en los hogares. Los altos niveles de marginación urbana pueden ser
observados en algunas colonias que se encuentran alrededor del cerro de la Loma Larga, en contraste
con colonias pertenecientes al municipio de San Pedro y algunas zonas del centro de Monterrey que
son conocidas como zonas residenciales (Mapa 2), siendo muy notorias, como menciona Rodríguez
(2014), las dinámicas de distribución desigual entre grupos de mayor poder sobre otros de menor
poder, observándose claramente la ubicación de los grupos que segregan y de los que son segregados,
a pesar de encontrarse en áreas contiguas y centrales de la ciudad.
Mapa 2. Índice de marginación urbana. Fuente: CONAPO 2010. Datos por AGEB. Elaboración propia.
[86]
La Colonia Independencia cuenta con una ubicación privilegiada, debido a su cercanía con el centro de
la ciudad, además tiene cercanía a arterias viales importantes, rutas de transporte colectivo y líneas del
metro a una distancia relativamente cercana. Los estigmas sociales que se le han atribuido a la colonia
y a su población han sido por la inseguridad con la que se percibe a la colonia debido a las pandillas y
al narcotráfico, consecuencia de la llamada “guerra contra el narco” que elevó los niveles de violencia,
convirtiendo a la colonia en una de las más violentas de la ciudad de Monterrey según algunos reportes
periodísticos10. En este contexto, el gobierno ha implementado una serie de acciones e intervenciones
sobre las condiciones físicas del lugar.
En el 2001 se inició la construcción del Centro Comunitario Independencia en un terreno abandonado,
con el fin de crear un espacio para la realización de diversas actividades de recreación y enseñanza.
Otro proyecto fue el “Puente Multimodal Zaragoza” en el año 2014, que buscaba conectar a la Colonia
Independencia con el centro de Monterrey, lo que anteriormente era un paso vehicular se convirtió en
un paso peatonal y ciclovía (Imagen 11). Estos proyectos de alguna manera han tratado de buscar la
integración de la colonia con el centro de la ciudad, así como fortalecer la relación de las personas con
los otros y con el espacio urbano; hoy en día el centro comunitario se encuentra dañado y en abandono
por parte del gobierno del Estado11, dejando al descubierto la desigualdad en términos de
infraestructura y asignación de recursos hacia los distintos sectores que conforman la ciudad.
Imagen 11. Izquierda: Centro Comunitario Independencia. Fuente: ©Fermín Téllez. Derecha: Puente Multimodal Zaragoza. Fuente: Milenio
https://www.milenio.com/estados/preparan-apertura-medias-puente-peatonal-zaragoza
Esta concentración de poblamientos de distinto nivel socioeconómico aunado a la violencia que se vive
en la ciudad y al deterioro de ciertos sectores han llevado a la población a crear distintas barreras tanto
físicas como imaginarias que producen territorios fragmentados para separarse de eso o esos que se
Reporte Índigo “Es zona de exclusión la Independencia”: https://www.reporteindigo.com/reporte/es-zona-de-exclusionla-independencia/
11
INFO 7: Dejan en el abandono Centro Comunitario de la Independencia https://www.info7.mx/locales/dejan-en-elabandono-centro-comunitario-de-la-independencia/v-2597142
10
[87]
consideran diferentes. Las fronteras como menciona Abilio Vergara (2015), no sólo representan
obstáculos físicos que impiden o permiten el ingreso a ciertos lugares sino, que afectan desde las
estructuras sociales e imaginarias que separan y alejan aquello que no nos gusta, que desagrada, que
produce repulsión o altera. Estas barreras se convierten en la línea de separación de distintas realidades
e identidades, funcionando como elementos que fragmentan y segregan.
El cerro de la Loma Larga actúa como barrera natural de dos realidades muy distintas, por un lado, se
encuentra la población que reside en el municipio de Monterrey, donde se localiza la Colonia
Independencia, por el otro, se encuentra el municipio de San Pedro Garza García, conocido por ser el
lugar donde habitan las élites de la ciudad (Imagen 12). Esto genera un espacio dicotómico que separa
sectores exitosos y sectores marginados de la ciudad, creando como menciona Janoschka (2002), islas
de riquezas e islas de precariedad. La división social del espacio se funda en la idea de que los sectores
marginados afectan el desarrollo de la metrópoli y causa problemas de inseguridad y devaluación del
suelo. Estos imaginarios permiten que se sigan reproduciendo las desigualdades al momento de
acceder a los bienes y servicios que ofrece la ciudad, convirtiendo a estas colonias en un espacio
disputado. Como se mencionó anteriormente, la Colonia Independencia al tener una buena ubicación
con relación al centro de la ciudad, vialidades de conexión y una diversidad de servicios, la hace objeto
de intervenciones urbanas que privilegian la inversión inmobiliaria, buscando aprovechar la
centralidad del lugar (Duhau & Giglia, 2008), estos procesos de revalorización de áreas metropolitanas
siguen lógicas capitalistas que afectan la estructura y el funcionamiento de la ciudad.
Imagen 12. Izquierda: Vista desde el cerro de la Loma Larga al municipio de Monterrey. Derecha: Vista desde el cerro de la Loma Larga al
municipio de San Pedro Garza García. Fuente: Facebook Junta de Vecinos en Resistencia “Del Mero San Luisito”.
[88]
Aspectos sociodemográficos
La dinámica de población en el municipio de Monterrey desde el año 1990 hasta el 2005 muestra una
tendencia favorable, lo que significó un incremento de 63 mil habitantes en este periodo de tiempo. En
el lapso comprendido del año 2005 al 2010 se puede observar un ligero incremento de población, bajo
a comparación del comportamiento que había tenido los años pasados, aumentando sólo 2,500
habitantes en todo el municipio (Gráfica 1).
Población Monterrey 1990-2010
1,160,000
1,140,000
1,135,550
1,133,070
1,120,000
1,110,909
1,100,000
1,088,023
1,080,000
1,069,238
1,060,000
1,040,000
1,020,000
1990
1995
2000
2005
MONTERREY
2010
Gráfica 1. Población histórica en Monterrey. Fuente: Datos obtenidos de los Censos históricos de Población y Vivienda INEGI 1990-2010.
Elaboración propia.
Para la Colonia Independencia el panorama es distinto, se puede observar que en 1990 contaba con
una población de 49, 974 habitantes y a partir de ese año presentó una tendencia a la baja, decreciendo
la población un 65% (Gráfica 2). Algunos de los aspectos por los cuales la colonia pudo haber
disminuido su población podrían deberse a que sus empleadores les proporcionaban viviendas en los
barrios obreros, mudándose a otras partes de la ciudad cerca de sus trabajos, debido al estigma que
Población Colonia Independencia 1990-2010
60,000
50,000
49,974
44,213
41,169
40,000
38,712
32,762
30,000
20,000
10,000
0
1990
1995
2000
2005
Independencia
2010
Gráfica 2. Población histórica en la Colonia Independencia. Fuente: Datos obtenidos de los Censos históricos de Población y Vivienda INEGI
1990-2010 por AGEB. Elaboración propia
[89]
tenía la colonia, preferían mudarse a zonas diferentes como una señal de progreso o mejoramiento en
la calidad de vida o a causa de migraciones hacia los Estados Unidos.
La población total que vivía en la colonia en el año 2010 según datos del INEGI era de 32, 762
habitantes de los cuales 16, 403 son mujeres y 16, 359 son hombres. La población que ronda entre los
30 a 49 años es la que más predomina en la colonia, seguida de la población de 65 años y más. Se
podría decir que los habitantes de la colonia son en su mayoría adultos. Los jóvenes que se encuentran
entre los 18 a 29 años y los niños entre los 6 a 11 años representan también una población
predominante en la colonia (Gráfica 3). La presencia de hombres y mujeres es similar, no existen
grandes variaciones entre géneros, es decir, se encuentran en equilibrio.
Población por edad. Colonia Independencia 2010
65 y más
60 - 64 años
50 - 59 años
30 - 49 años
25 - 29 años
18 - 24 años
15 - 17 años
12 - 14 años
6 - 11 años
3 - 5 años
0 - 2 años
-5,000 -4,000 -3,000 -2,000 -1,000
Masculina
0
1,000
2,000
3,000
4,000
5,000
Femenina
Gráfica 3. Población femenina y masculina por edad. Datos obtenidos del Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
Debido a los problemas suscitados por la violencia que se vivió desde el año 2008 en la ciudad, los datos
sobre la población que habita en la colonia que arroja el Censo de Población y Vivienda 2010 podrían
verse drásticamente alterados en la actualidad, a causa de la época de violencia que se vivió en los años
posteriores a los que se realizó el censo. En el mapa siguiente se puede observar donde se encuentra la
mayor concentración de población y se destaca, una alta ocupación en la parte central de la colonia,
mientras que la menor concentración se encuentra en la parte nororiente de esta (Mapa 3). En relación
con los resultados obtenidos en el trabajo de campo, se observó que la parte norte de la colonia ha sido
ocupada paulatinamente por diversos negocios y bodegas, por lo tanto, están sin habitar normalmente.
[90]
Mapa 3. Población total por manzana. Fuente: Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
Equipamientos y actividad económica
Se tienen registrados en el 2018 según datos del DENUE, 1,209 establecimientos dentro de la Colonia
Independencia. Las actividades económicas están inclinadas al sector terciario o de servicios, las cuales
representan un 84 % de las actividades totales, mientras que las actividades secundarias abarcan el
16% del total (Gráfica 4).
Entre las actividades económicas que se desarrollan, la que más predomina es el “Comercio al por
menor” que representa un 37.39 % de las actividades e incluye tiendas de abarrotes, minisúper, tiendas
de artículos usados, ferreterías, tiendas de dulces, discos, alfombras, carnes, cerveza y otros. La
siguiente actividad con un porcentaje representativo es el que se clasifica como “otros servicios excepto
actividades gubernamentales” con un 20.84 %, dentro de esta clasificación se pueden observar
establecimientos relacionados con la reparación y mantenimiento mecánico, servicios de pintura
[91]
automotriz, salones de belleza y peluquerías, servicios funerarios, organizaciones religiosas, civiles,
laborales y sindicales.
Otro tipo de actividad económica que se realiza en la colonia está relacionado con la industria
manufacturera con un 11.50 %, destacan los trabajos de herrería, venta de productos de madera,
cartón, papel y metálicos, confección de productos textiles, fabricación de calzado con piel y cuero,
artículos de alfarería, fabricación de muebles y cocinas.
Comercio al por menor
Otros servicios
Industria manufacturera
Servicio de preparación de
alimentos y bebidas
Servicios de salud y asistencia
social
Servicios educativos
Industria alimentaria
Comercio al por mayor
Servicios profesionales
Servicios gubernamentales
Servicios de apoyo y remediación
Servicios financieros y de
seguros
Construcción
Servicios recreativos
Servicios de alquiler
Suministro de agua
Transportes
40.00%
35.00%
30.00%
25.00%
20.00%
15.00%
10.00%
5.00%
0.00%
Información en medios masivos
Tipo de actividad económica
Gráfica 4. Tipo de actividad económica en la Colonia Independencia. Fuente: Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE)
2018. Elaboración propia.
Unidades económicas
Las unidades económicas muestran la concentración de servicios registrados que hay en el territorio,
los datos han sido obtenidos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE).
Dentro del Plan de Desarrollo Urbano del Municipio de Monterrey (PDUMM), la Colonia
Independencia cuenta con diversos corredores urbanos de bajo impacto que permite usos de comercios
y servicios complementarios al uso habitacional, siendo el cruce de las calles 2 de Abril y Querétaro el
núcleo económico principal, así mismo, los usos de suelo están destinados al uso Habitacional Mixto
Ligero y Habitacional Mixto Medio.
[92]
La mayor concentración de unidades económicas se encuentra al norte de la colonia, en especial en las
calles 16 de Septiembre, 2 de Abril, Tlaxcala, Querétaro y Baja California, se puede observar que la
mayor concentración de actividades se encuentra en las primeras calles de la colonia. La densidad de
las Áreas de Geoestadística Básica (AGEB)12 con mayor concentración de comercios va de 8 a 3
unidades económicas/ha, esto quiere decir que la vocación de estas manzanas está más enfocada al uso
comercial que al habitacional (Mapa 4).
Mapa 4. Densidad de unidades económicas, datos por manzana. Fuente: Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas DENUE 2018,
Elaboración propia.
En cambio, cuanto más se aleja de las vías principales, es decir, al sur de la colonia, las unidades
económicas se dispersan, disminuyendo su actividad comercial y enfocándose más al uso habitacional
con una concentración de 1 a 3 unidades económicas/ha. Varios aspectos pueden influir en esta
disminución de actividades, por una parte, cuanto más al sur se encuentre en la colonia, las
El INEGI define AGEB como: un área geográfica ocupada por un conjunto de manzanas que generalmente va de 1 a 50,
perfectamente delimitadas por calles, avenidas, andadores o cualquier otro rasgo de fácil identificación en el terreno y cuyo
uso de suelo sea principalmente habitacional, industrial, de servicios, comercial, etc.
12
[93]
posibilidades de acceso vehicular y de transporte público disminuyen, convirtiéndose en accesos
peatonales por medio de escalinatas. Por otro lado, la parte más alta del cerro de la Loma Larga, es
decir, la colindancia sur con el municipio de San Pedro se encuentra clasificada en el PDUMM como
zona de crecimiento controlado y área no urbanizable por riesgos y pendientes mayores a 45 %, por
esta razón los usos están más enfocados a la vivienda, aunque muchas de estas viviendas se encuentran
en la “irregularidad”, al no permitirse oficialmente actividades comerciales, de servicios ni de vivienda.
Equipamiento urbano
La Colonia Independencia cuenta dentro de sus límites con ciertos equipamientos públicos que
abastecen de servicios a la población que ahí reside. Así mismo, se deja ver la centralidad que tiene la
colonia con respecto al centro de la ciudad donde se encuentran servicios de transporte, escuelas,
instalaciones del poder municipal y estatal, lugares de esparcimiento, religiosos y de salud (Mapa 5).
La comunicación con el centro de la ciudad se realiza por medio del Puente Multimodal Zaragoza y el
conocido Puente del Papa anteriormente llamado Puente San Luisito que fue el primer enlace entre
ambos lados del río.
Como se puede observar el tipo de equipamiento que más predomina es el educativo, con instituciones
que ofrecen nivel preescolar, primaria y secundaria, algunas de las escuelas cuentan con turno
matutino, vespertino y de tiempo completo. La secundaria no. 2 Jesús M. Montemayor es la que
alberga a la mayor cantidad de jóvenes, su población en turno matutino es de 638 estudiantes. Dentro
de los límites de la colonia existen 18 planteles de nivel preescolar, 15 de nivel primaria, 4 de nivel
secundaria y un Centro de Atención Múltiple (CAM) de audición y lenguaje; del total de planteles sólo
9 son privados principalmente de nivel preescolar y uno de estos ofrece los tres niveles educativos, el
resto son de financiamiento público.
La Colonia Independencia es conocida por su vocación religiosa, esto se puede confirmar por la
variedad de creencias y templos que existen dentro de la misma; por parte de la religión católica se
localiza la Basílica de Guadalupe que recibe a personas de todo el estado y que es protagonista de
importantes celebraciones y manifestaciones, la comunidad de la colonia tiene una fuerte devoción a la
Virgen de Guadalupe y a San Judas Tadeo; las danzas de matachines13 son una tradición en la colonia
Las danzas de matachines son manifestaciones rituales que se realizan en celebraciones religiosas dedicadas a las
vírgenes y a los santos patrones, existen muchas variante de este baile en México. En Monterrey a partir de la llegada de
migrantes de San Luis Potosí y Zacatecas; la Colonia Independencia se considera el “pilar de las danzas”. (Casas, 2010).
13
[94]
(Casas, 2010), además de iglesias católicas existen templos cristianos, evangélicos, mormones,
adventistas, espiritualistas y de testigos de Jehová.
Dentro de los límites de la colonia se encuentra el mercado Díaz Ordaz, que actualmente presenta un
grave nivel de deterioro y abandono. Además, existen establecimientos de asistencia médica como
clínicas y laboratorios privados, un centro de investigaciones médicas perteneciente al IMSS, y dos
centros de salud: Centro de Salud Urbano América II y el Centro de Salud Urbano Loma Larga que
ofrecen servicios médicos generales. En un radio más amplio se tiene acceso a los servicios que ofrece
el centro de Monterrey, donde se encuentra el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal, así como
distintos establecimientos públicos, comerciales y culturales como la Macroplaza, la calle comercial
Morelos, el Museo de Arte Contemporáneo MARCO, la Catedral Metropolitana de Monterrey, el Barrio
Antiguo y las estaciones de metro Padre Mier y Zaragoza que pertenecen a la línea 2 del Sistema de
Transporte Colectivo Metrorrey.
Mapa 5. Equipamiento urbano. Fuente: Inventario Nacional de Viviendas 2016, servicios públicos. Elaboración propia.
[95]
5.2
CATEGORÍAS DE ANÁLISIS PARA EL ESTUDIO DE LA SEGREGACIÓN SOCIOESPACIAL
La segregación socioespacial como afirman diversos autores (Duhau & Giglia, 2008; González Arellano
& Capron, 2006; Di Virgilio & Perelman, 2014; Sabatini, Cáceres, & Cerda, 2001; Schteingart, 2001)
parte de la forma en que se distribuyen los grupos sociales en el espacio hasta la atribución de
fenómenos de diferenciación social, económica, política, educativa y delictiva reflejados en el territorio.
Como se ha dicho en los apartados anteriores, la segregación no puede ser entendida sólo en términos
de la ubicación de la población en el territorio, sino que se necesita añadir el ámbito social para entender
cómo se relacionan cara a cara los distintos grupos, por ese motivo se requiere de un análisis de lo
espacial y de lo social, entendiéndose como fenómenos que reflejan la segregación, aunque el grado en
el que se presente uno u otro no siempre es el mismo, la segregación social puede estar muy marcada
mientras que la segregación espacial puede ser menor o viceversa (Sabatini, 2000).
Para poder analizar los aspectos anteriores, se tomaron cuatro indicadores del Censo de Población y
Vivienda 2010 que hacen referencia a la educación, al ingreso económico, al acceso a servicios de salud
y a las condiciones habitacionales, así mismo se realizó un análisis de los tipos de equipamientos y el
radio en el que se encuentran, la percepción de seguridad y cómo se manifiesta en el territorio a través
de mecanismos de protección por parte de los habitantes, los tipos de bordes que fragmentan el espacio
y el grado de pertenencia a la colonia por parte de la población; esto con el fin de determinar el nivel de
homogeneidad/heterogeneidad y los efectos positivos o negativos que pudieran tener estos aspectos en
la vida cotidiana de la población.
Sabatini (2000) menciona que una mayor escala geográfica de segregación provoca que ciertos
problemas urbanos se acentúen y que estos favorezcan procesos de desintegración social como el
desempleo, la deserción escolar y la desintegración familiar, así mismo las zonas que presentan un
grado alto de homogeneidad reafirman sentimientos de exclusión y desarraigo territorial, mientras que
los efectos positivos se podrían reflejar en la preservación de las costumbres y en el fortalecimiento de
la identidad de los grupos minoritarios, ocasionando que esta diversidad enriquezca la
multiculturalidad de las ciudades.
Desde una mirada muy general se podría decir que el grado de segregación espacial de la Colonia
Independencia es bajo, puesto que se localiza en la área central de la ciudad y tiene acceso a diversos
equipamientos tanto al interior como al exterior de la colonia, con la construcción de indicadores
estadísticos se busca entender si existe relación entre características de educación, laborales, de salud
y vivienda con el fenómeno de la segregación, y si esto afecta el acceso efectivo a distintos bienes y
[96]
servicios por parte de la población, del mismo modo, en este apartado se analizan los proyectos urbanos
que buscan implementarse en la colonia, la relación que tienen con los discursos mediáticos, el estigma
y la opinión de los habitantes.
La siguiente categoría de análisis trata sobre cómo los habitantes perciben la seguridad en el territorio,
cuáles son las acciones simbólicas con las que buscan sobrellevar la violencia, materializadas a través
de objetos religiosos y cómo a través de los medios de comunicación se difunden y registran los hechos
violentos que tienen lugar en la colonia. Otra manera de analizar el espacio es mediante la identificación
de bordes o fronteras que hagan una distinción entre unos y otros, es de esa manera que se busca
analizar los efectos que tiene la segregación tanto al interior como al exterior de la colonia. A través de
las historias de vida y entrevistas que se obtuvieron del trabajo de campo (Anexo 1 y 2) se podrán
vislumbrar distintos aspectos que permiten entender los modos de vivir, las formas de apropiación y
resistencia, el arraigo con el barrio, lo que dicen los datos estadísticos y los medios de comunicación,
todo lo anterior plasmado en un análisis que permita entender la configuración socioespacial del
territorio, así como las expresiones y representaciones de sus habitantes en el espacio.
Indicadores estadísticos de análisis
Para el análisis de la segregación socioespacial se tomaron cuatro indicadores del Censo de Población
y Vivienda 2010 del INEGI a nivel de manzana, para poder determinar el grado de
heterogeneidad/homogeneidad y la relación que tiene la segregación con otros fenómenos sociales que
pueden afectar el desarrollo de la vida diaria de las personas que habitan en la Colonia Independencia.
Estos indicadores hacen referencia al nivel de educación, actividad laboral, acceso a servicios de salud
y aspectos de hacinamiento que presentan las familias y sus viviendas, estos aspectos están
relacionados, ya que uno puede desencadenar las demás problemáticas. Esto será representado a partir
de mapas cartográficos donde se muestran los resultados estadísticos.
Características educativas
Para analizar las características educativas de la población se tomó el indicador de “porcentaje de
población de 15 años y más con educación básica incompleta”. Se observa gran diferenciación entre la
parte alta y baja del cerro de la Loma Larga; en la parte alta se concentra el mayor porcentaje de
población que no concluyó la educación básica, los rangos van del 42.7 % al 73.9 % a diferencia de la
parte más baja, donde se puede observar una mezcla más heterogénea, aunque siguen los porcentajes
[97]
altos en algunas manzanas, es mucho menor. Los rangos de la zona baja de la colonia van del 0 % al
42.6 % (Mapa 6).
Mapa 6. Características educativas por manzana. Fuente: Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
El acceso a la educación está directamente relacionado con las posibilidades que tiene la población de
acceder a empleos calificados, además tiene impacto en aspectos relacionados con el acceso a servicios
de salud, la fecundidad, la equidad de género, entre otros que influyen en la igualdad o desigualdad de
oportunidades (El Colegio de México, 2018). Se puede observar también que existe una relación entre
el grado de marginación y las características educativas, ambas presentan los niveles más altos en la
parte sur de la colonia, colocándolos en un contexto de desigualdad en relación con otros sectores de la
ciudad. Las desigualdades educativas son el resultado del origen social de las personas (situación
socioeconómica, género, condición étnica) y del sistema escolar que se basa en los esfuerzos y méritos
individuales (Solís, 2010). Dicho lo anterior, las dificultades en el ámbito escolar que presenta parte de
la población de la colonia hacen que las oportunidades de acceder a niveles más altos de educación sean
más escasas. Hay que mencionar que el 2.79 % de la población es analfabeta, 3.26 % no tienen ningún
[98]
grado de escolaridad y solo el 21.34 % de la población cuenta con estudios como preparatoria, estudios
técnicos o comerciales, normal básica, licenciatura, maestría o doctorado.
Características económicas
La población económicamente activa en la Colonia Independencia según los datos arrojados por el
INEGI, es de 14,066 habitantes, de los cuales el 65.43 % son hombres y el 34.56 % son mujeres, que
realizaron algún tipo de actividad económica o que buscaron trabajo en el tiempo en que se realizó el
censo. Se puede observar que la diferencia entre hombres y mujeres económicamente activos es
considerable; las mujeres ocupan el mayor porcentaje en población económicamente inactiva con un
70.66 %, mientras que los hombres representan el 29.34 %; esto podría deberse a que hay un mayor
porcentaje de mujeres que son estudiantes, dedicadas a los quehaceres del hogar, pensionadas o
jubiladas, de edad avanzada o incapacitadas para trabajar, además, históricamente se ha encasillado a
las mujeres al ámbito doméstico, dedicadas a las actividades de cuidados sin remuneración dentro del
hogar, incidiendo en las oportunidades laborales a las que tienen acceso (Hérnandez, 2013).
El indicador sobre el porcentaje de población ocupada, que INEGI describe como “personas de 12 y
más años que trabajaron o que no trabajaron, pero sí tenían trabajo en la semana de referencia”, es
decir, la población que ofreció algún servicio a cambio de remuneración tenía empleo o estaba a punto
de comenzar un trabajo, también entran en esta categoría las personas que ofrecieron un servicio sin
remuneración, este indicador agrupa las ocupaciones formales e informales (Mapa 7).
Se puede observar que existe un alto porcentaje de población ocupada en la colonia durante el tiempo
que se realizó el censo. La distribución en el territorio de las personas que estaban ocupadas es muy
uniforme, la mayoría de la población se encuentra en un rango de ocupación del 90.4 % a 100 %. Con
esto podríamos decir que los habitantes de la colonia cuentan con oportunidades laborales, que les
permite tener un ingreso, sin embargo, lo que no se puede determinar con este indicador es a qué tipo
de empleos tienen acceso, ya sean formales o informales. Es bien sabido que en la colonia radican
muchas mujeres y hombres que se han dedicado a diversos oficios y profesiones que conforman la
identidad actual de la colonia como sastres, zapateros, carpinteros, joyeros, panaderos, fabricantes de
piñatas, de velas, de ropa y accesorios para matachines, plomeros, electricistas, mecánicos (Palacios &
Martínez, 2014), así como a la construcción y al trabajo doméstico.
[99]
Como menciona Larissa Adler de Lomnitz (1975) la producción industrial moderna requiere de ciertas
calificaciones y conocimientos que hacen que el sector trabajador no pueda ocupar un lugar en ella, así
mismo, los trabajadores se quedan con los empleos asalariados más bajos en ocupaciones manuales
sin calificación, vigilancia, construcción, limpieza y ocupaciones desvalorizadas, generando un proceso
que también limita el desarrollo de vida de la familia, ya sean en cuestión de alimentación, educación y
salud.
Mapa 7. Características económicas por manzana. Fuente: Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
Servicios de salud
Otro de los indicadores para analizar el fenómeno de segregación en la colonia se refiere al acceso a
servicios de salud, y se expresa en el descriptor de base de datos que proporciona el INEGI como
“porcentaje de población sin derechohabiencia a servicios de salud”, esta categoría nos muestra por
manzana a la población que no cuenta con ningún tipo de acceso a servicios médicos en ninguna
institución, ya sea pública o privada. Con este indicador se puede tener una noción sobre las
[100]
condiciones laborales en las que se encuentran los habitantes ya sea formal o informal o si cuentan con
apoyo del gobierno para la asistencia médica.
La población que cuenta con acceso a servicios de salud es del 68.20 %, de las cuales el 11.44 % son
derechohabientes al seguro popular, el resto está afiliada al IMSS, al ISSSTE o a alguna institución
privada. En cambio, la población que no es usuaria de servicios médicos en ninguna institución ya sea
pública o privada es de 8,765, las cuales representan un 26.75 % de la población total de la colonia. Con
lo anterior, se puede deducir que existe un alto porcentaje de población que cuenta con empleos
formales que les permiten tener acceso al sistema de salud, esto en comparación con los niveles
educativos pone en evidencia que muchos de los empleos pueden ser en áreas que no requieren de altas
cualificaciones, además se puede apreciar que otra parte de la población se encuentra laborando en
informalidad, es decir, en trabajos que quedan fuera del mercado laboral, desplazándose hacia estratos
ocupacionales marginados.
Mapa 8. Características de derechohabiencia por manzana. Fuente: Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
[101]
Los sectores más marcados de población sin derechohabiencia se encuentran en algunas partes al sur
de la colonia y en las zonas altas del cerro de la Loma Larga, con el mayor porcentaje de 66.7 % de
personas sin acceso a servicios de salud por manzana (Mapa 8). Existen dentro de la colonia dos
centros de salud que atienden a personas sin derechohabiencia, el Centro de Salud Urbano América II
al oriente y el Centro de Salud Urbano Loma Larga al poniente, según el Sistema Nacional de
Indicadores de Calidad en Salud (INDICAS) el CSU América II cuenta con las valoraciones más bajas
en cuanto a atención médica efectiva y al suministro de medicamentos, en contraste con el CSU Loma
Larga que tiene índices de satisfacción más altos14. Sin embargo, otros factores pueden influir en el
acceso efectivo a estos servicios de salud tanto para personas afiliadas a alguna institución como para
las no afiliadas, que hacen referencia a la existencia de barreras u obstáculos para el acceso a los
servicios que pueden ser de tipo económico, físico y de información (Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social, 2018), es decir, la distancia de los establecimientos de salud, la
capacidad económica para acceder a ellos o a tratamientos y medicamentos, y el acceso a información
sobre enfermedades, derechos referentes al acceso a la salud, unidades de salud y programas.
Hacinamiento
Con el siguiente indicador se puede determinar si la vivienda cumple o no con sus funciones básicas de
habitabilidad, ya que el hacinamiento se refiere a una sobreocupación de personas habitando en un
mismo lugar, esto puede desencadenar problemas como violencia familiar, desintegración familiar,
bajo rendimiento escolar o en las actividades diarias. Estos problemas se vinculan a los indicadores
pasados sobre educación, empleo, salud y están asociados a la segregación socioespacial.
El total de viviendas habitadas en la colonia según datos obtenidos del Censo de Población y Vivienda
2010 es de 8,399 de las cuales el 37.36 % cuenta con un solo cuarto que es usado para dormir.
Utilizando el indicador del “porcentaje de viviendas habitadas con más de 2.5 ocupantes por
dormitorio” se puede conocer cuántas viviendas entran en la categoría de hacinamiento. En el mapa se
observa que la mayor concentración de viviendas con hacinamiento se encuentra al sur de la colonia,
en lo alto del cerro de la Loma Larga, así mismo se pueden apreciar algunos porcentajes altos al
poniente y oriente. Los mayores rangos percibidos van del 35.8 % al 75 %. La parte central de la colonia
es la que presenta valores más bajos de hacinamiento que van desde 0 a 35.7 %. En general el rango
más bajo es del 7 % de viviendas que sufren de hacinamiento en una manzana y el más alto es 75 %
(Mapa 9). Como se menciona anteriormente, el hacinamiento compromete la privacidad de las
14
Sistema INDICAS: https://dgces.salud.gob.mx/INDICASII/consulta.php
[102]
personas que habitan un espacio, creando espacios inapropiados para la libre circulación, el estudio,
esparcimiento e intimidad15, estos aspectos tienen efectos en la salud física y mental de la persona,
afectando su desempeño, comportamiento y la manera de relacionarse con los demás, especialmente
en los niños.
Mapa 9. Ocupantes por dormitorio, datos por manzana. Fuente: Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
Para localizar espacialmente las zonas de la colonia donde se concentran los resultados más altos
correspondientes a los indicadores anteriormente presentados, se presenta un mapa síntesis de
Segregación (Mapa 10), donde se puede observar en una vista más amplia, que existe una relación
diferenciada entre la parte norte y sur de la Colonia Independencia, también se puede observar las
diferencias con otras áreas de la ciudad. La parte sur de la colonia presenta un porcentaje de
segregación hasta del 50 %, mientras que va decreciendo conforme se avanza hacia el norte. Como se
pudo observar en los indicadores de características educativas, salud y hacinamiento existen núcleos
en la colonia donde la población presenta más carencias y menor acceso a estos bienes y servicios.
15
CONAPO, 2004: http://seieg.iplaneg.net/ind35/metadatos/256_metadato_e.pdf
[103]
Además, es notoria la distinción entre el desarrollo planificado y el crecimiento irregular dentro de la
colonia, así como de las áreas consideradas zonas residenciales y las colonias populares, que como
menciona Rodríguez (2014), es resultado de la limitación o restricción de acceso al suelo que recae en
la población de menor poder adquisitivo, llevándolos a ubicarse en lugares que presentan distintas
carencias y que cumplen un doble proceso de producción y reproducción de desigualdades tanto
urbanas como sociales.
Mapa 10. Segregación vista general. Fuente: Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Elaboración propia.
Espacio en disputa: proyectos urbanos actuales
La Colonia Independencia tiene una gran importancia para la ciudad de Monterrey, debido a su historia
y localización, ya que se encuentra muy cerca del centro de la ciudad; dividida por el río Santa Catarina
y asentada en las faldas del cerro de la Loma Larga, tiene límites con el municipio de San Pedro Garza
García -reconocido como la localidad más cara de la República Mexicana16-, por esto es que está en la
16
Véase: https://www.excelsior.com.mx/nacional/san-pedro-garza-garcia-el-municipio-mas-caro-de-mexico/1282698
[104]
mira de inversiones y proyectos de renovación urbana impulsados por el gobierno y la iniciativa
privada que buscan cambiar la imagen histórica que se tiene de la colonia como un lugar contenedor
de males sociales como: drogas, narcotráfico, suciedad y delincuencia (Monreal, 2016). Estas
propuestas de proyectos urbanos no son nuevas, han ido cambiando de nombre y renovándose
conforme avanzan los periodos gubernamentales.
La mercantilización de la vivienda ha generado ciudades desiguales, favoreciendo el acceso al suelo
para quienes tengan los recursos suficientes para pagar los altos precios de la vivienda, ocasionando
que se sigan produciendo barrios precarios para la población más desfavorecida dando paso a una
exclusión territorial permanente, reforzando los estigmas, priorizando los despojos y la destrucción de
la identidad de una comunidad. La creación de lugares estigmatizados, como es el caso de la Colonia
Independencia, tiene efectos en las políticas públicas, ya que resulta más sencillo para las autoridades
actuar mediante medidas especiales para desestabilizar y someter a sus habitantes, hacerlos invisibles
o expulsarlos de un espacio codiciado (Wacquant, 2007). Los proyectos de renovación que se buscan
impulsar en la colonia son dos, en los que están involucrados el gobierno estatal, empresarios y la
iglesia; busca convertir la zona de la Loma Larga en un corredor urbano, turístico y comercial17. El
primero es impulsado por el Estado, los municipios de Monterrey y San Pedro Garza García y el
Fideicomiso de Proyectos Estratégicos (FIDEPROES), llamado “Interconexión vial Monterrey-Valle
Oriente18” busca unir estos dos municipios a través de un viaducto elevado que permitirá pasar sobre
el cerro de la Loma Larga, de cuatro carriles por sentido, uno exclusivo para el transporte público y uno
de acceso peatonal (Imagen 13).
Imagen 13. Proyecto Interconexión vial Monterrey-San Pedro Garza García. Fuente: Fideicomiso de Proyectos Estratégicos (FIDEPROES).
17
Véase: https://vanguardia.com.mx/articulo/con-megaobra-pretenden-cambiar-la-colonia-independencia-de-monterreyvecinos-se-oponen
18
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) negó la autorización en materia de impacto
ambiental para la realización del proyecto “Interconexión vial Monterrey-Valle Oriente”. Oficio No.
SGPA/DGIRA/DG/04855. Proyecto 19NL2018VD117.
[105]
El segundo es un proyecto promovido por empresarios y la Arquidiócesis de Monterrey, llamado
“Memorial de la Misericordia19” consiste en un centro comunitario y una cruz monumental en lo alto
de la loma, con el fin de “transformar una memoria de violencia en un espacio de misericordia” según
lo describe la página oficial del proyecto20 (Imagen 14), cabe mencionar que este es el segundo intento
de realizar un proyecto similar en el mismo sitio, conocido como “Cruz y Luz” encabezado por los
empresarios más importantes de Nuevo León que inició trabajos en el año 2000 y quedó inconcluso,
consistía en el diseño de una cruz robotizada de 140 metros de altura, estación de transporte, centro
comunitario y parque lineal, elaborado por el arquitecto Santiago Calatrava21.
Imagen 14. Memorial de la misericordia. Fuente: http://www.memorialdelamisericordia.org/
Los megaproyectos son los instrumentos más utilizados por las elites de la ciudad en busca de su propio
crecimiento económico (Rolnik, 2017). Estas lógicas de expulsión y despojo cuentan con diversos
mecanismos que han sido utilizados en los grandes proyectos de renovación urbana en la ciudad de
Monterrey, como fueron la construcción de La Gran Plaza, el Paseo Santa Lucía y el más reciente
“Distrito Tec”. Estos mecanismos de despojo consisten en la falta de información sobre los proyectos a
realizar, la violencia ejercida por “grupos de presión” que acuden a las viviendas a amenazar a sus
ocupantes, los derrumbes “accidentales” y el aislamiento de la población afectada que llevó poco a poco
El proyecto “Memorial de la Misericordia” se encuentra en espera de autorización para los permisos de construcción
por parte del municipio de Monterrey.
20
Véase: http://www.memorialdelamisericordia.org/
21
Véase: https://abcnoticias.mx/no-hubo-cruz-ni-luz/9720
19
[106]
a que los habitantes aceptaran negociar por mejores cuotas para sus viviendas (Sánchez Macedo,
2019).
En los proyectos actuales, la acción del gobierno ha sido fundamental, ya que los permisos y los terrenos
los otorga el Estado. En el caso del proyecto “Memorial de la Misericordia”, en el Periódico Oficial del
Estado de Nuevo León publicado el día 21 de mayo del 2018, decreto n. 383, el gobierno dona un
inmueble estatal ubicado en el cerro de la Loma Larga para ser destinado al proyecto “Cruz de
Monterrey”22, así mismo se realizó una consulta ciudadana por parte de una agencia de investigación
llamada “Berumen y Asociados” en la zona donde se realizará la cruz, se entrevistaron a 500 personas
y el resultado fue 99.2% de aprobación al proyecto23. Una de las personas entrevistadas menciona que
encuentra errores metodológicos porque más de la mitad de los entrevistados desconocían el proyecto,
esto pudo llevar a una manipulación de la información por parte de los encuestadores:
“… el 99.2% estaba de acuerdo, pero resulta que la misma empresa te dice, pero de esos el 52% –
55% ni siquiera sabían del proyecto, entonces claro, metodológicamente tú no puedes levantar una
encuesta preguntando sobre algo que se desconoce y mucho menos explicarles…” 24 (Mujer, 61
años, académica, ex-residente).
Por otro lado, para el proyecto “Interconexión vial Macroplaza-Valle Oriente” se trató de hacer una
consulta pública, pero esta fue declarada como improcedente según el Tribunal Federal Electoral, según
lo que manifestó la organización de vecinos en un comunicado, además señalan que rechazarán
cualquier consulta por parte del gobierno sobre estos proyectos25.
Dentro de las entrevistas que se realizaron durante el trabajo de campo, en el que se buscaba conocer
la opinión acerca de estos proyectos, los vecinos dejan ver la falta de información clara por parte del
gobierno y el desconocimiento de estos, así como la incertidumbre que existe y lo que implicaría para
la comunidad de la Independencia, al no saber si la construcción afectaría sus viviendas. Como se puede
observar el 50% de los entrevistados no tenía conocimiento de los proyectos, el 38% manifestó estar en
contra de la realización de los proyectos y el 12% menciona que está a favor, ya que sería un beneficio
para la colonia (Gráfica 5).
Periódico Oficial, 21 de mayo del 2018:
http://sgi.nl.gob.mx/Transparencia_2015/Archivos/AC_0001_0007_00166549_000001.pdf
23
Véase: http://www.memorialdelamisericordia.org/consulta-a-la-comunidad/
24
Entrevista realizada el 16 de enero del 2019.
25
Comunicado: 3ª. Marcha por la Defensa de Nuestros Barrios, Junta de Vecinos en Resistencia: Independencia,
Tanques y América. 30 de junio 2018.
22
[107]
Proyectos de renovación urbana
12%
A favor
En contra
50%
No sabe
38%
Gráfica 5. Respuesta de los habitantes a la pregunta sobre los proyectos urbanos. Fuente: Trabajo de campo, elaboración propia.
Así es como lo expresan algunos de los vecinos entrevistados:
“No tengo conocimiento de la interconexión, sólo sé que quieren abrir, pero no le he puesto
atención, yo creo que es un tema muy interesante para la colonia, pero nunca me he enfocado en
que es lo que realmente van a hacer, por qué lo van a hacer, para qué, en qué nos va a beneficiar;
veo en periódicos, pero la verdad no, nunca me he enfocado en investigar por falta de tiempo, por
el trabajo […] de la cruz ni siquiera sabía, ¿qué es lo que quieren hacer?...” 26 (Hombre, 43 años,
cocinero, vecino).
“… sí he escuchado (interconexión), pero pues uno ni tiene carro ni sale mucho pa’lla y pa’ca […]
pues está bien (la cruz), pero muchos tienen confusión y hay dudas…”27 (Mujer, 64 años, ama de
casa, comunidad de la iglesia).
“… (la interconexión) es un proyecto invasivo, ecocida y una irrupción en la tranquilidad de la
comunidad, amenaza el patrimonio de todos los vecinos, así como su modo de vida […] (la cruz) es
un proyecto vano y ostentoso de parte de la iglesia que sólo existiría para dar pie al desplazamiento
de la gente que vive en la Loma Larga para iniciar la imposición de desarrollos inmobiliarios y
elitizar la zona por completo…”28 (Hombre, 45 años, diseñador gráfico, integrante de la junta de
vecinos).
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
Entrevista realizada el 9 de julio del 2019.
28
Entrevista realizada el 7 de julio del 2019.
26
27
[108]
“No estoy de acuerdo, ya que la colonia es de las más representativas de Monterrey y no se puede
destruir por el interés de unos cuantos, no se puede quitar esa identidad, ni desalojar a la población
[…] la colonia no necesita una cruz aparte no trae ningún beneficio para la comunidad, las
personas necesitan centros comunitarios, educación, valores, centros recreativos…”29 (Hombre, 25
años, terapeuta, vecino).
Con los testimonios anteriores, se puede observar la falta de información por parte de las autoridades
a cargo de estos proyectos hacia los vecinos, así mismo se podría poner en duda la entrevista realizada
por la empresa “Berumen y Asociados” que muestra un alto porcentaje de aprobación de uno de los
proyectos. Por otro lado, en los relatos se observa que las personas no se sienten identificadas con estos
al no conocer los beneficios que traería para ellos, manifestando que hay otras necesidades en la colonia
que no han sido atendidas, además de identificarlos como una invasión para su comunidad, esto
también tiene relación con una cuestión de apego e identidad con el lugar, que hace que haya una
resistencia por parte de la comunidad a dejar su hogar y el lugar donde han establecido sus relaciones
y desarrollado su vida. Además, como se menciona en el relato siguiente, el precio que les ofrecen para
comprar sus viviendas es muy bajo, cantidad que no les permitiría adquirir una vivienda en una zona
cercana al centro de la ciudad donde están acostumbrados a realizar sus actividades, esto los llevaría a
ubicarse en zonas periféricas de la ciudad en las que existen deficiencias de vivienda, transporte público
y servicios, cambiando completamente su modo de vida:
“… la gente grande se va a resistir, nadie ni los de abajo, dile a tu abuelo que venda su casa, tienen
un cariño inmenso por su propiedad que no va a querer […] aquí el detalle es el abuso que se quiere
cometer con el pago, toda la gente estaría dispuesta a irse cuando le paguen bien, ¿por qué no se
quieren ir? porque dicen ah pos no, no me conviene, mejor aquí me quedo porque qué me compro
con eso, no me compro nada, se van allá hasta Villa Juárez, Ciénega de Flores con lo que dan […]
aquí la excusa principal es el desarrollo urbano, que quieren ayudarte con el tráfico […] ya
hablamos de la cuestión económica ahora vamos a hablar de la cuestión sentimental, la gente no
se quiere ir porque está arraigada aquí, pues no los corras, déjalos aquí…” 30 (Hombre, 50 años,
taxista, vecino).
Emilio Duhau y Angela Giglia (2008) mencionan que los habitantes perciben los cambios que ocurren
en su entorno y que estos son resultado de intervenciones por parte de diversos actores principalmente
económicos que, buscan beneficiarse de la centralidad o la calidad urbana de un lugar,
transformándolos en espacios en disputa. En cuanto a la acción del gobierno, existe gran desconfianza
29
30
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
Entrevista realizada el 24 de enero del 2019.
[109]
por parte de los habitantes, ya que comúnmente no son atendidas sus peticiones con respecto a los
servicios básicos e infraestructura en la colonia como la recolección de basura, alumbrado público,
baches, etc.
Otro aspecto relacionado es la estigmatización de los habitantes por parte de los medios de
comunicación, ellos consideran que se enfatizan mucho los delitos y la violencia que se vive en la zona,
sin embargo, manifiestan que en otras áreas de la ciudad ocurren casos peores, incluso en las colonias
de mayor nivel socioeconómico. Los habitantes manifiestan que se han percatado de acciones por parte
del gobierno y de los medios de comunicación que los hacen intuir una lucha por el territorio y
desprestigio hacia los que ahí habitan.
“… por la ubicación que tenemos, es muy privilegiada en la ciudad, entonces pues sí me queda claro
que la iniciativa privada a través de las constructoras y el desarrollo inmobiliario pues se estén
disputando el territorio […] te das cuenta de que muchas cosas que hacen en la colonia […] ya no
lo ves como una casualidad, como estas campañas de desprestigio constante en medios de
comunicación, pues ya empiezas a notar como que bueno, esto no es así como que una casualidad,
que nos tengan en un abandono permanente tampoco es una casualidad, uno habla a servicios
públicos para que te cambien la luminaria, para que te arreglen un bache, para que recojan la
basura […] particularmente notas que hay sectores que nos tienen aún más abandonados…”31
(Mujer, 40 años, comerciante, integrante de la junta de vecinos).
“… yo tengo una ilustración acerca de esto que es un paisaje, que se ve así como el cerro y se ve
nuestro emblema que es el tanque y al cerro le puse, así como que unos signos de pesos, que es lo
que ve la gente de fuera y para mí, sí es una onda de que se están peleando contra nosotros por
quedarse con ese terreno porque sí es valioso […] estas etiquetas yo siempre supe que eran con una
intención porque igual […] no hay que ser tan inteligente, yo miraba otras colonias y decía pues
está más feo por qué se habla más de nosotros que de otras, por qué la Colonia Independencia si
yo viví ahí y fuera de peleas menores nunca me pasó algo grave […] estas etiquetas eran como
muy forzadas para algo a futuro…”32 (Hombre, 33 años, diseñador, integrante de la junta de
vecinos).
Se puede observar que existe una relación entre el abandono de la colonia y la estigmatización de sus
habitantes con los proyectos de renovación urbana, esto para tener una justificación al momento de
querer intervenir el lugar, dejando ver que estos proyectos son necesarios para terminar con las
31
32
Entrevista realizada el 13 de enero del 2020.
Entrevista realizada el 16 de enero del 2020.
[110]
problemáticas de la colonia como la violencia, drogadicción, deterioro. El discurso de estos proyectos
es que podrán mejorar la vida de los habitantes y que traerán un beneficio económico, social y cultural
al lugar (Mapa 11).
Mapa 11. Localización de proyectos y posibles zonas de impacto. Fuente: Elaboración propia con imagen de ®Google Earth.
Percepción de seguridad y mecanismos de protección
Los temas de seguridad urbana han sido alimentados por la violencia y el miedo que esparcen tanto los
grupos del crimen organizado como los discursos públicos sobre la situación que se vive en la ciudad y
en el país. Esto se ha manifestado en una creciente polarización de clases sociales y en una brecha cada
vez más grande entre ricos y pobres, que ha dado lugar a un aspecto simbólico de esta inseguridad que
está relacionada con los espacios donde hay pobreza, viviendas precarias que se asocian a la
delincuencia, drogadicción, prostitución y una serie de delitos más. Aunado a esto, los discursos por
parte de los medios de comunicación crean imaginarios sociales que estigmatizan a ciertos espacios y
grupos de personas, convirtiéndolos en los objetos del miedo.
[111]
En este imaginario social, la Colonia Independencia es conocida como un lugar inseguro y puede verse
en la manera en cómo los medios de información se refieren a la misma, clasificándola como uno de
“los barrios más peligrosos de Nuevo León” en dónde la colonia aparece en el primer puesto33 o como
una zona “caliente” que necesita ser intervenida34, a raíz de esto, el gobierno ha unido esfuerzos con
empresas y miembros de organizaciones para cambiar la imagen que se tiene de la colonia a través de
la implementación de programas sociales como “UNIDOS Transformando mi comunidad” o el
programa “Transformando Monterrey” que se encargaron de renovar los espacios públicos y de pintar
las fachadas de las casas, respectivamente, con el fin de lograr la prevención del delito y mejorar la
calidad de vida.
A partir de esto se realizó un recuento de las notas periodísticas de noticieros locales (Telediario, INFO
7) del 2013 al 2019, que reportaron delitos como balaceras, robo a mano armada, lesiones, homicidios
y narcomenudeo dentro de la Colonia Independencia, clasificando la incidencia delictiva desde los
niveles altos a bajos. En el mapa de calor (Mapa 12) se puede observar cómo los lugares con incidencia
delictiva más alta se localizan en el límite de la traza regular e irregular, siendo la parte sur poniente de
la colonia donde se han reportado muchos de los delitos por parte de los medios de comunicación, es
en esta zona donde se busca poner en marcha el proyecto llamado “Memorial de la Misericordia”.
Los robos son principalmente a negocios o vehículos y suceden en las primeras cuatro calles de la
colonia, es decir, al norte, en la parte más cercana a la avenida principal Morones Prieto, donde se
localizan los puntos comerciales más fuertes, en este periodo se registraron por parte de los medios 7
casos de robo. Los homicidios no tienen una tendencia en específico, pero la mayor incidencia de este
delito se encuentra en el lado sur poniente de la colonia, en total se reportaron 22 homicidios y 3
intentos de homicidio, al igual que los homicidios la mayor incidencia de balaceras han ocurrido en esa
misma zona, se registraron 12 casos en toda la colonia. Con respecto a las lesiones que en su mayoría
fueron realizadas con arma blanca, se reportaron 9 casos, por último, los reportes sobre narcomenudeo
fueron de 4 casos.
Los 40 barrios más peligrosos de Nuevo León: https://www.publimetro.com.mx/mx/nuevo-leon/2017/02/23/los-40barrios-mas-peligrosos-de-nuevo-leon.html
34
Hay 9 zonas “calientes”… buscan regenerarlas: https://www.info7.mx/locales/hay-9-zonas-calientes-buscanregenerarlas/529683
33
[112]
Mapa 12. Incidencia delictiva. Fuente: Notas periodísticas (Telediario e INFO7) entre 2013 y 2019. Elaboración propia.
Cabe señalar, que estos casos son los reportados por medios de comunicación, ya que el acceso a
carpetas de investigación no se encuentra disponible para acceso público, los datos que se pudieron
obtener por parte de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado fueron los reportes de hechos
delictivos al 911 del año 2010 al 2019 que reportaron un domicilio en la Colonia Independencia, en
donde se muestra un aumento gradual de estos hechos, siendo el año 2016 el que cuenta con más
reportes (Tabla 4).
AÑO
CANTIDAD
2010
6,432
2011
5,374
2012
6,490
2013
7,814
[113]
2014
9,017
2015
10,500
2016
10,820
2017
10,179
2018
10,614
2019
10,299
Tabla 4. Hechos delictivos reportados al 911, del 2010 al 2019 con domicilio en la Colonia Independencia. Fuente: Secretaria de Seguridad
Pública de Nuevo León por medio de la Unidad de Transparencia.
La disminución de los casos en los años siguientes podría deberse a que muchos de estos hechos no
son reportados a las instituciones públicas, sino que a partir de una organización comunitaria
responden ante la falta de acción de los elementos de seguridad pública y la desconfianza hacia las
autoridades, optan por resolver estas problemáticas entre los involucrados sin que tengan que salir a la
luz pública.
A pesar de los datos presentados anteriormente, en las entrevistas que se realizaron a un grupo de
vecinos, manifestaron sentirse seguros de vivir en la colonia, así lo expresan:
“Personalmente, yo me siento muy seguro porque nunca me ha pasado nada […] en la colonia no
es fácil transitar, pero sé que si voy a otro lugar no me daría confianza, aquí conozco, sé qué puedo
hacer, por donde pasar y me da confianza estar aquí. No sé a qué se deba, tal vez pertenencia…”35
(Hombre, 25 años, terapeuta, vecino).
“Inseguridad donde quiera hay, a nosotros no nos ha pasado nada, a veces está tranquilo y a veces
digo yo: anda el diablo suelto […] o quizás ya aprendimos a vivir así, antes no tenía nombre la
situación, pero antes conocíamos a los que estaban, ahora no. Los conocías desde chiquillos,
conocías a su familia, al papá, de quien era nieto, donde vivía […] llegaron los otros, pero estos
como que no se meten con nadie, se meten con los que andan mal, mientras no…”36 (Mujer, 39 años,
empleada, comunidad de la iglesia).
Se puede observar que los vecinos saben que existe un problema de inseguridad en la colonia, aunque
mencionan que pasa en cualquier otra, sin embargo, ellos se sienten seguros de transitar y vivir ahí por
el hecho de que conocen a esos “otros” y que están seguros de que mientras no se metan en problemas
35
36
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
[114]
con ellos no les va a pasar nada. Así mismo, reconocen que existen otras partes o barrios de la colonia
donde la situación puede ser más grave, se menciona que al ser parte de la colonia saben identificar
estos otros lugares:
“es que también hay barrios […] hay barrios que son bien tranquilos […] hay barrios que, sí están
más pesaditos, no, pues uno como habitante de ahí de la indepe pues más o menos vas identificando
que sí hay barrios que dices híjole, aquí la raza […] pues como todos se dedican a lo mismo a robar,
pues ahí sí, ahora sí ni cómo ayudar […] es como en todo, hay barrios más pesados que otros, donde
se dificulta convivir o incluso tener una vida tranquila […] hay de todo, pero pues en general no es
así como que la gran mancha de inseguridad…”37 (Mujer, 40 años, comerciante, integrante de la
junta de vecinos).
Cuando los vecinos hacen mención del “antes” hacen referencia al periodo de tiempo que abarcó del
2009 hasta el 2012 aproximadamente, cuando los problemas de inseguridad en el estado alcanzaron
niveles muy elevados y que principalmente eran ocasionados por los carteles de droga que encontraron
en la Colonia Independencia un lugar para establecerse. Una de las vecinas relata cómo fue la
experiencia en esos años:
“… ya bajó mucho (la inseguridad) porque en el 2009, 2010 estaba súper feo aquí, estaba horrible;
es más aquí los teníamos en la cruz, ellos (carteles de droga) se vinieron a la cruz en el 2010, 2011,
2012, duraron tres años aquí plantados […] nunca nos faltaron al respeto, íbamos y veníamos,
bueno yo. Hubo mucho, mucho desastre, mucho muerto, pero gracias a Dios a nosotros nunca nos
faltaron el respeto ni nada. Nada más una vez hubo un caso muy fuerte aquí en la parroquia, se
metieron a golpear a un chavo y vinieron a amenazarnos aquí, pero no pasó a mayores…” 38
(Mujer, 56 años, empleada, comunidad de la iglesia).
Los carteles de droga fueron los actores principales de los hechos de violencia y se encargaron de
propagar el miedo en la colonia y en el resto de la ciudad. Los jóvenes de estos barrios fueron los más
afectados, ya que estos grupos del crimen los reclutaban por medio de amenazas; fue en el 2010 a partir
de la ruptura entre el Cártel del Golfo y Los Zetas que la situación se intensificó (Durin, 2012; citado en
Bautista, 2016), lo que también ocasionó que muchas personas fueran desplazadas debido a
intimidaciones que recibían por parte de estos grupos:
“… a mi otro hijo lo asustaron, pero él se fue a otra colonia por un tiempo, otro hijo también se peleó
porque no se dejó y también se fue pa’ San Luis, por lo mismo porque lo amenazaron. Ya se fueron
37
38
Entrevista realizada el 13 de enero del 2020.
Entrevista realizada el 15 de abril del 2019.
[115]
estas personas y ya pasó lo que pasó y ya regresaron y ahorita pues estamos todos juntos.” 39
(Mujer, 64 años, ama de casa, comunidad de la iglesia).
“… estaba peor, un hijo mío se me fue pa’ Saltillo porque me lo iban a matar, ya le tenían la pistola
aquí (cabeza), y era un primo de él, fíjese, está preso y a ese primo él (hijo) le hizo muchos favores
en la casa, que lo golpeaban y llegaba todo golpeado, lo escondía y luego después lo quería
matar...”40 (Mujer, 54 años, ama de casa, vecina).
A raíz de esto, ciertas áreas de la ciudad, como lo es la Colonia Independencia, se convirtieron en refugio
de actividades ilegales y de desplazamiento de personas. La presencia de informalidad y violencia en
estas zonas de las grandes ciudades, motivan a los desarrolladores a impulsar proyectos de renovación
urbana (Rodgers, 2004; citado en E. Davis, 2013), por esta razón muchos de los esfuerzos se inclinaron
a mejorar el aspecto y reforzar las actividades en los centros comunitarios dentro de la colonia.
Sin embargo, la población que habita estos lugares estigmatizados ha encontrado la forma de
materializar a través de mecanismos de protección simbólicos, un refugio para la violencia, pobreza e
injusticia que viven a diario debido al abandono de las instancias gubernamentales, quienes han fallado
en su trabajo de garantizar la seguridad en estas zonas. Esta protección simbólica se ha desarrollado
de manera colectiva y a partir de las creencias religiosas de los habitantes. Los altares callejeros brindan
refugio, protección y esperanza en lugares donde la violencia ha alcanzado niveles muy altos; estos
altares no representan la autoridad de la iglesia, sino que proveen un sentido existencial de seguridad
que se hace visible a nivel de calle (Boudreau, 2018). Como Boudreau menciona, “el Estado está
presente no solo en sus instituciones, uniformes y documentos policiacos también en sus efectos en la
calle y en la vida diaria (2018: 7)”41, así mismo, los altares cumplen una función comunitaria, ya que
contribuyen a la identidad urbana y a la organización local. Un vecino menciona que algo característico
de la colonia son:
“… los altares con imágenes, la gente de aquí es muy devota. Ves muy seguido altares con la Virgen
de Guadalupe y San Judas Tadeo y la gente va y les pone flores […] todos tienen altares afuera…” 42
(Hombre, 25 años, terapeuta, vecino).
Entrevista realizada el 9 de julio del 2019.
Entrevista realizada el 9 de julio del 2019.
41
Traducción propia.
42
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
39
40
[116]
Además de su función comunal, los altares cumplen una función espiritual afectiva al proteger a los
habitantes de algún daño físico o sobrenatural y una función de fidelidad pactada, ya que el santo ofrece
protección a cambio de reconocimiento, se materializa como un gesto de gratitud cuando se cumple un
favor (Boudreau, 2018). Estos elementos tienen gran simbolismo para los habitantes, así como se
pueden encontrar en su mayoría altares y murales dedicados a la Virgen de Guadalupe y a San Judas
Tadeo también, hay altares dedicados a habitantes de la colonia que han fallecido por diversas causas,
ya sean por muerte natural o en algún enfrentamiento (Imagen 15). Dentro de los recorridos que se
realizaron en la colonia se mapearon 34 altares religiosos y memoriales, que se podían encontrar dentro
de las casas o en las banquetas, así como 28 imágenes y murales religiosos.
Imagen 15. Altares e imágenes religiosas en la Colonia Independencia. Izq. a Der: altar a habitante de la colonia, figura de San Judas Tadeo y
mural de la Virgen de Guadalupe. Fuente: ©Erika Charles 2019-Archivo de trabajo de campo.
Se puede observar que existe alguna relación entre los casos documentados por los medios de
comunicación sobre delitos y la ubicación de altares o murales, en los lugares donde existe un alto
porcentaje de incidencia delictiva también existen varios elementos religiosos, ubicándose
principalmente en la parte sur poniente de la colonia y del lado oriente (Mapa 13). Por un lado, esto
podría tener relación con los delitos y que a manera de protección las personas reaccionan instalando
elementos religiosos y, por otro lado, como ya se mencionó, la materialización de estos elementos en el
espacio tiene una explicación desde la violencia estructural que vive la población de la colonia y, como
el Estado a partir de esto legitima procesos de control y diferenciación social que se alimentan del miedo
al otro.
[117]
Mapa 13. Mecanismos de protección, altares y murales religiosos. Fuente: Trabajo de campo. Elaboración propia.
Además de los altares como elementos que brindan protección, los vecinos han creado sus propios
mecanismos como grupos de Facebook o grupos de WhatsApp que son de convivencia, pero en
ocasiones se usan para comunicarse aspectos relacionados con la seguridad, así como vecinos
vigilantes que están alerta de situaciones sospechosas o de riesgo. En ocasiones la justicia por mano
propia es una medida que se toma en la comunidad, estas acciones reflejan los conflictos sociales y
políticos del lugar y que al mismo tiempo son el resultado del fracaso del Estado para garantizar
seguridad y justicia en contextos de violencia (Godínez, 2017).
“hace poco también se supo de un chavo que andaba robando, acababa de salir del penal y pues
se le empezó a hacer fácil empezarle a robar al camión de Bimbo […] por ahí lo cacharon, supieron
quien había sido y pues lo castigaron, no […] para que no robara pues […] ósea es una forma en la
que la misma gente hace su propia higiene de la comunidad…” 43 (Mujer, 40 años, comerciante,
integrante de la junta de vecinos).
43
Entrevista realizada el 13 de enero del 2020.
[118]
Como se puede observar en el relato anterior, los mismos pobladores a partir de una organización
colectiva y en un sentido de justicia popular, buscan “castigar” una falta que se ha cometido hacia alguna
persona, casa o negocio dentro de la misma comunidad. Este tipo de linchamientos colectivos deben
situarse en el contexto en el que ocurren, que principalmente son lugares que han sido fuertemente
marcados por situaciones de violación a derechos humanos, narcotráfico, deterioro, asesinatos y algún
tipo de violencia permanente que podría no ser notorio a simple vista.
Bordes y fronteras
Existen elementos que permiten hacer una diferenciación entre unos y otros sectores de la población,
esto está condicionado por el estigma, los medios de comunicación, la violencia y el miedo que
establecen diferencias y límites que posibilitan o contienen movimientos y prácticas sociales en un lugar
(Vergara, 2015; Caldeira , 2007). Estos bordes o fronteras actúan como elementos que separan,
conectan o articulan un espacio, teniendo una amplia relación con fenómenos de segregación
socioespacial y fragmentación urbana.
Al ser producto de las relaciones sociales, los bordes o fronteras se encuentran en disputa y en constante
cambio, estas divisiones surgen a partir de identificar lo que es diferente, así mismo, tienen la facultad
de separar o unir distintas realidades, es decir, además de su cualidad de exclusión, también pueden
volverse ambiguas debido a la posibilidad de ser transgredidas (Jirón, 2019; Vergara, 2015). Para este
análisis se clasificaron los elementos que fragmentan el espacio en naturales, físicos, simbólicos y
sociales.
En cuanto a los elementos naturales, la Colonia Independencia se encuentra delimitada por el cerro de
la Loma Larga que la divide del municipio de San Pedro Garza García, así como el río Santa Catarina
que divide a la colonia del centro de Monterrey. Estos bordes naturales son usados como
diferenciadores sociales, ya que implican una separación entre clases, por un lado, la clase trabajadora
y por otro la clase alta. Constantemente estas fronteras debido a su uso diario parecieran ser invisibles,
al funcionar como una conexión entre la población con sus fuentes de trabajo y facilitar el acceso a estos
lugares, aquí, el cerro de la Loma Larga cumple esta doble función de unir y separar (Imagen 16). La
relación que existe entre los habitantes de la Colonia Independencia con el municipio de San Pedro es
meramente laboral, muchos de los hombres se dedican a la construcción y las mujeres al trabajo en el
hogar, así lo expresa una vecina de la colonia:
[119]
“… para acá es Monterrey y para allá es San Pedro, aquí es la división […] yo soy de Oaxaca y mi
esposo lo conocí aquí en la colonia Del Valle (San Pedro) ahí trabajaba en la obra […] anduve
trabajando en Coatzacoalcos, Veracruz de ahí me trajo mi patrona para acá, trabajaba en una
casa, mi patrona me trajo para acá a asistir a sus hijos…” 44 (Mujer, 58 años, ama de casa, vecina).
Alejandro García menciona que “en la colonia, se baja al trabajo y se sube a la casa, el arriba es descanso,
apoyo, el abajo es discriminación, explotación (2010: 33)”. Estas fronteras que en algún momento
pueden percibirse como invisibles se reafirman por las relaciones de poder que existen entre sujetos
socialmente diferenciados. Abilio Vergara (2015) argumenta que las actividades que se realizan en
ciertos lugares y los relatos sobre ellos son componentes de las fronteras que establecen pautas de
entrada, permanencia y salida.
Imagen 16. Alto del cerro de la Loma Larga, división entre el municipio de Monterrey y el municipio de San Pedro Garza García. Fuente: ©Elided
Hernández Acosta 2019-Archivo de trabajo de campo.
Dentro de la colonia existen elementos que conectan y separan internamente a los habitantes, estos
elementos son las escalinatas que funcionan físicamente como conectores a otras partes de la colonia,
que por su topografía no permite el acceso vehicular, pero también marcan una diferencia entre los de
arriba y los de abajo, entre asentamientos regulares e irregulares que la misma traza urbana refleja. Los
habitantes de la colonia mencionan que no es tan común que las personas que viven “abajo” suban, a
menos que sea para llegar al municipio de San Pedro, ya que cruzarlo a través de la colonia es más
sencillo, mientras que, para los habitantes de la parte de arriba del cerro, es más común dirigirse hacia
la parte baja, debido a que es el trayecto para llegar al centro de la ciudad. Así es como lo expresan los
vecinos:
44
Entrevista realizada el 2 de julio del 2019.
[120]
“Arriba no sé cómo esté, solo los que viven allá arriba saben cómo está la situación. Aunque sea
una misma colonia está todo separado porque los de aquí no subimos pa’ arriba, subimos, pero en
un evento que haiga fuerte subimos, pero pues nomás durante el evento y bajan y ya no volvemos
a subir…”45 (Mujer, 56 años, empleada, comunidad de la iglesia).
En una columna del portal de noticias Reporte Índigo se puede observar cómo los vecinos notan estas
divisiones, se refieren a la calle Lago de Pátzcuaro como “el límite” y se hace ver cómo se crea esta
frontera interna que divide a “los de arriba” y a “los de abajo”, haciendo mención de que “de ahí para
arriba, la realidad es otra”46. A pesar de que los caminos peatonales por escalinatas se empiezan a
percibir desde la calle Tepeyac y continúan por Nueva Independencia, la calle Lago de Pátzcuaro se
observa como el límite más notorio, marcando la frontera interna, ya que se empiezan a percibir más
andadores con escaleras. Otra de las barreras físicas que se observa es el muro que separa a la colonia
cerrada Vista Real del lado del municipio de San Pedro que colinda con la parte alta de la Colonia
Independencia (Mapa 14).
Mapa 14. Restricción del paso a automóviles y división imaginaria de la colonia por sus habitantes. Fuente: Elaboración propia con datos del
Inventario Nacional de Viviendas 2016 e información de entrevistados.
45
46
Entrevista realizada el 15 de abril del 2019.
Reporte Índigo: https://www.reporteindigo.com/reporte/es-zona-de-exclusion-la-independencia/
[121]
Las escalinatas son el principal acceso a las partes más altas de la colonia, esto ha implicado diversas
dificultades para las familias que ahí residen, en especial para los adultos mayores o personas con
discapacidad motriz, por lo que se ofrecen servicios con animales como los burros (Imagen 17), que
brindan ayuda a estas personas para subir sus compras o cualquier material por las escaleras, otro de
los servicios son los conocidos como taxis “piratas”, ya que no son taxis oficiales, pero son los únicos
que ofrecen sus servicios de transporte para llevar a las personas a lo alto del cerro ante la negativa de
los taxis autorizados, al considerar la parte alta como “una zona de riesgo”.
Imagen 17. Los burros ayudan a subir las compras a los habitantes, escalinatas hacia las partes altas del cerro. Fuente: Facebook Del mero San
Luisito / ©Elided Hernández Acosta 2019-Archivo de trabajo de campo.
Por otro lado, también existe una fragmentación imaginaria que gira en torno a los proyectos urbanos
propuestos en la colonia, estos han generado una disconformidad de opiniones, ya que unas personas
argumentan que los proyectos no están relacionados o como no viven de ese lado de la colonia no les
afecta. Esto ha generado grandes dudas y desconfianza entre los vecinos del lado oriente y poniente.
“… pues como no me afecta, hemos escuchado muchas cosas de esas, que sí, que no y muchos se
basan en que lo de la cruz no la quieren […] que es lo mismo y son muy diferentes […] digo pues no
tiene nada que ver, la cruz nos va a quedar aquí arriba, la interconexión va a quedar allá de aquel
lado, pero estuvieron diciendo en las noticias que no era apto el cerro, ósea que no iba a poder
soportar todo lo que van a hacer […] daría mucho más de que hablar de la colonia…” 47 (Mujer, 39
años, empleada, comunidad de la iglesia).
“… en el lado de San Rogelio, la iglesia ha estado haciendo, así como trabajo de hormiga […] y pues
la gente se deja convencer, les venden la idea de la cruz […] como no quieren que pensemos que
tanto el memorial como la interconexión son lo mismo […] porque lo que necesitan para detonar el
47
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
[122]
distrito urbano es una obra ancla…”48 (Hombre, 45 años, diseñador gráfico, integrante de la junta
de vecinos).
Todos estos bordes y fronteras reflejan elementos físicos o imaginarios que separan dos realidades
diferentes y, que en muchas ocasiones debido al uso cotidiano pueden quedar invisibilizadas, pero se
refuerzan una vez que estas diferencias son marcadas a través de muros, discursos, relaciones sociales
o incluso el uso de la fuerza pública. Como menciona Jirón (2019), los bordes son dinámicos, la manera
en que estos bordes son impuestos y transgredidos generan diferentes impactos que reflejan las
diferencias, los conflictos y las desigualdades que están estrechamente ligados con las relaciones de
poder.
Identidad urbana y resistencia comunitaria
Hablar de identidad, es referirse también a la cultura, estos dos conceptos son indisociables, lo que lleva
a un grupo a poder identificarse o diferenciarse según aspectos compartidos o no compartidos
(Giménez, 2004). La identidad se construye a partir de los distintos actores sociales que participan en
el territorio, al hablar de identidad urbana, estos actores desempeñan un papel importante, ya que son
los que intervienen en los discursos y en la creación de imágenes de una ciudad. Abilio Vergara (2002)
menciona que dentro de los discursos urbanos participan distintos actores que pueden ser: el gobierno
de la ciudad, los partidos políticos, la comunidad religiosa, la iglesia, los empresarios, los habitantes,
los inmigrantes y grupos de presión como mujeres, homosexuales y lesbianas, así como los medios de
comunicación. Concebirse como un actor social es formar parte de una estructura social, estar en
interacción con otros, estar dotado de poder.
En el caso de la Colonia Independencia, se pueden identificar como actores sociales al gobierno, a la
comunidad religiosa, empresarios y habitantes, todos estos tienen gran incidencia en las decisiones,
discursos y acciones en la colonia. El gobierno a partir de su función como tomador de decisiones y
creador de políticas influye en la imagen de la ciudad, las propuestas de embellecimiento y los proyectos
de desarrollo urbano que hay en la colonia reafirman el poder el Estado y del partido político en turno.
La comunidad religiosa tiene gran influencia dentro de la colonia, existen “misiones” de grupos
religiosos de la ciudad que encuentran en la colonia un lugar para realizar acciones de caridad y
organizar eventos apoyados por la iglesia, que constituye una fuerza política y cultural en el lugar,
además de ser uno de los promotores del proyecto “Memorial de la Misericordia”. De la mano con los
48
Entrevista realizada el 13 de enero del 2019.
[123]
actores sociales pasados, se encuentran los empresarios que participan por medio de la promoción
turística, inmobiliaria y de proyectos urbanos, ya que son ellos los que asumen el financiamiento y
promoción de estos. Por último, los habitantes, quienes son los que se apropian del espacio urbano,
hacen uso de bienes y servicios dentro de la colonia y participan en la gestión de esta.
La creación de una identidad colectiva requiere de compartir modelos culturales semejantes,
involucramiento emocional, la construcción de una historia y una memoria que alimenten esta
identidad y que permitan a los individuos sentirse parte de una unidad (Giménez, 2004). Además, en
las identidades urbanas, la relación con el territorio es fundamental, ya que implica un vínculo entre el
lugar y la persona y como se relacionan entre sí. Giménez (2004) menciona que pertenecer a una ciudad
no es lo mismo que vivir o pasar por ella, requiere una manera más significativa de relacionarse con la
ciudad donde se vive y estar comprometido con la dinámica urbana, sino solo se es un turista o un
residente transitorio que no puede tener identidad urbana. En las entrevistas realizadas a habitantes
de la Colonia Independencia, una de las vecinas ante la pregunta de “si le gusta vivir en la colonia”,
responde: “… pues sí, pues ya tengo las raíces aquí…” con respecto a esto, Pensado Leglise (2004)
menciona que el arraigo es un proceso de identificación social que la persona va estableciendo por
medio de la interacción y los vínculos que crea con las demás personas dentro de un mismo espacio.
“Para mí tal cual, es mi vida entera […] todo lo que soy hoy en día, realmente todo, todo lo que soy,
lo he aprendido en el barrio, la convivencia, hacer amigos […] no caí en las redes de los vicios y las
drogas por una decisión propia, fue de verlo en mi familia, en vecinos […] a mi alrededor, en la
burbuja que yo crecí siempre hubo buenas personas, gente que daba trabajo, gente que siempre
intento hacer algo por el barrio. […] mis historias más bonitas fueron de ahí, también me tocó ver
muchas cosas fuertes, pero siempre intento ver lo bueno de lo malo. […] son mis valores, es mi
familia, es mi lugar, eso es Tanques para mí, el barrio, la Indepe completa.” 49 (Hombre, 33 años,
diseñador, integrante de la junta de vecinos).
En la identificación con el lugar también influyen elementos característicos que los habitantes
relacionan con el barrio y que lo diferencia en relación con otros, los vecinos que fueron entrevistados
mencionaron la música, los bailes, las fiestas, los altares y la gente como los elementos más
representativos, dentro de estos los más mencionados fueron la música y la gente (Gráfica 6).
49
Entrevista realizada el 16 de enero del 2020.
[124]
¿Qué es lo más característico de la colonia?
31%
31%
Música
Fiestas
Altares
Bailes
Gente
15%
15%
8%
Gráfica 6. Respuesta de los habitantes a la pregunta sobre lo más característico de la Colonia Independencia. Fuente: Trabajo de campo,
elaboración propia.
Así lo expresa uno de los vecinos entrevistados:
“Lo que me gusta es la gente de la colonia que es muy bravucona, trabajadora, de que hay mucho
vandalismo, delincuencia pues sí, siempre ha sido así, y la música, se escucha música a cada rato,
mañana, tarde, madrugada […] por cualquier calle que entres ahí tienen la música…” 50 (Hombre,
43 años, cocinero, vecino).
Además, los lugares de la ciudad funcionan como recipientes de historia personal y colectiva de sus
habitantes, convirtiéndose en espacios donde las relaciones sociales se intensifican, nace la memoria
colectiva y a partir de esto se crea una identidad local, compartir espacios y la vida cotidiana es como
se determina la pertenencia a un sector o comunidad (Pensado, 2004). La historia personal y colectiva
de los habitantes se relaciona con los antecedentes personales o el legado familiar que tiene que ver con
las vivencias de sus antepasados en el barrio.
“… es un orgullo ser de la Indepe, porque sabes que estás en un lugar que tiene una historia viva,
estamos viviendo en un lugar donde las mismas calles y banquetas que transitamos todos los días
son las mismas calles y banquetas que transitaron nuestros abuelos, que ellos mismos fundaron,
son las mismas calles y banquetas donde nuestros padres noviaron, donde se conocieron, donde
50
Entrevista realizada el 17 de julio del 2019.
[125]
fundaron la familia de la que somos parte…”51 (Hombre, 45 años, diseñador gráfico, integrante de
la junta de vecinos).
Todos estos aspectos de arraigo y memoria colectiva responden a las amenazas y, es como surgen
expresiones a partir de movimientos sociales como manifestaciones, acciones guerrilleras, huelgas o
movilizaciones. Estas marchas o manifestaciones unen el lugar de residencia con el espacio público y
con las instituciones de poder, ya que se lleva el reclamo a las calles, así es como se hace visible el
movimiento social para sí mismos y para los otros, el lugar donde desarrollan su existencia, sus
relaciones sociales y de poder (Vergara, 2015). Así mismo Sabatini, Salcedo, Gómez, Silva, & Trebilcock
argumentan que “la organización voluntaria ha sido la respuesta histórica de los grupos de bajos
ingresos frente a las agresiones materiales y simbólicas que los sistemas urbanos hacen recaer sobre
los vecinos de los barrios populares” (2013: 52).
En la Colonia Independencia, la construcción de una identidad colectiva se ha reforzado en la
resistencia ciudadana ante los proyectos de renovación urbana, esto ha aumentado el sentido de
pertenencia al lugar, a la apropiación de los espacios y al surgimiento de acciones autogestivas ante el
olvido del Estado en diferentes aspectos tanto de infraestructura como de programas sociales.
Actualmente existe un grupo de vecinos organizados autollamados “Del mero San Luisito” y “Barrio
Tankez en resistencia” que, mediante acciones de difusión a partir de revistas, actividades culturales
con niños, jóvenes y adultos, buscan informar sobre los proyectos de renovación urbana dentro de la
colonia (Imagen 18), así como de organizar acciones de resistencia como manifestaciones a partir de
la realización de marchas y murales en distintas zonas de la colonia:
“La resistencia que traemos nosotros […] una parte de lucha legal, acciones de marchas, notas en
redes sociales y nosotros con esta onda artística, pintando murales y notas en redes sociales, de
manera pacífica, pero no estamos exentos de luchar por nuestro terreno. Esas son las acciones que
hemos tenido en lo artístico, en la lucha, en la resistencia, en informar a la gente y pues utilizar las
redes sociales a nuestro favor.”52 (Hombre, 33 años, diseñador, integrante de la junta de vecinos).
“Como movimiento hemos estado trabajando mucho la idea de la autogestión, diciéndole a las
personas que pues, total ya si el municipio quiere venir o no quiere venir pues uno tiene que hacerlo
porque las cosas ni se van a reparar solas y no van a venir, hay que hacer eso a la idea de que no
van a venir […] y claro tenemos que exigirle de todos modos al Estado, por lo menos que nos respete
51
52
Entrevista realizada el 12 de enero del 2020.
Entrevista realizada el 16 de enero del 2020.
[126]
[…] tiene que respetar mi espacio, en vista de que no lo reparas y luego vienes a pretendérmelo
quitar...”53 (Mujer, 40 años, comerciante, integrante de la junta de vecinos).
Estas acciones han reforzado el sentido de colectividad y la construcción de una identidad colectiva que
los vincula e identifica como parte de la Colonia Independencia, esta identidad que debido al proceso
de crecimiento de las ciudades ha fragmentado la cohesión social y surge la necesidad de volver a crear
lazos identitarios con el lugar habitado (Pensado, 2004).
Imagen 18. Carteles de protesta ante el proyecto “Interconexión vial Macroplaza-Valle Oriente” por vecinos de la Colonia Independencia.
Fuente: ©Elided Hernández Acosta 2019-Archivo de trabajo de campo.
53
Entrevista realizada el 13 de enero del 2020.
[127]
[128]
CONCLUSIONES
Este trabajo ha buscado ofrecer un panorama sobre los fenómenos de segregación socioespacial,
fragmentación urbana en la ciudad de Monterrey y con el caso específico de la Colonia Independencia,
en el transcurso de este documento han surgido distintas preguntas sobre lo que implican estos
fenómenos en las ciudades, además de reconocer que son fenómenos multicausales y las experiencias
de la Colonia Independencia podrían llevarse a otros contextos siempre contemplando las
especificidades de cada lugar, además resalto la necesidad de una postura crítica y una visión amplia
de los mismos. En este sentido, se plantean las conclusiones que resultan de esta investigación.
Partiendo desde el objetivo general de esta investigación que refería a identificar los efectos que tiene la
segregación socioespacial y la fragmentación urbana en el territorio de la Colonia Independencia y
cómo se relaciona con otros fenómenos sociales; se encontraron algunos conflictos tanto teóricos como
metodológicos. En primer lugar, las aportaciones que tuvo el concepto de segregación para esta
investigación permitieron entender las relaciones de poder que este fenómeno implica y que resulta en
una distribución desigual en el espacio urbano, así como la existencia de grupos que segregan y otros
que son segregados, tanto en lo territorial como en el acceso a bienes, servicios y oportunidades.
Además de la estrecha relación que existe entre la fragmentación urbana y la exclusión social, esto
derivado de una propagación del “miedo” por parte de los medios de comunicación, que en el discurso
ciertos grupos son vistos como amenazas para otros y los causantes de los problemas sociales en la
ciudad. Es a partir de esta relación de poder que se marcan las divisiones espaciales influenciadas por
el mercado inmobiliario, así como por otros actores públicos y privados que establecen viviendas,
servicios y otros espacios basados en el nivel socioeconómico de la población.
Por otro lado, una de las limitaciones que se encontraron con el concepto de segregación fue que en
muchas ocasiones hace referencia solo al espacio geográfico donde se ubica un grupo determinado de
la población o como un fenómeno "natural" que permite que los grupos sociales se distribuyan
dependiendo de su condición económica, sin embargo, es fundamental no solo analizar este aspecto
sino contemplar la dimensión social de este fenómeno para no caer en un determinismo espacial, es
decir, al adjudicar a la segregación la acentuación de problemas sociales como delincuencia, deserción
escolar, desempleo, desintegración familiar, se le resta importancia al problema estructural que los
provoca. Esto se ve reflejado en cómo las autoridades gubernamentales plantean soluciones a la
segregación, muchas veces con la idea de “integrar” a los grupos segregados, pero eso no quiere decir
que habrá una mejoría en la calidad de vida de las personas. Siguiendo esta lógica de integración es que
se desarrollan políticas y proyectos urbanos para afrontar estos problemas como políticas estrictas de
[129]
seguridad pública en barrios marcados por la violencia o proyectos de regeneración urbana enfocados
a una mixticidad de clases sociales a través del turismo o el comercio, que no resuelven el problema de
raíz, más bien provocan una ruptura de la identidad, las redes sociales comunitarias y las dinámicas
del lugar, ocasionando una mayor desintegración.
El fenómeno de segregación va de la mano con los cambios estructurales sociales, políticos y
económicos que han tenido las ciudades a lo largo de la historia, el modelo neoliberal sólo llegó a
acentuar estos problemas y es en el espacio urbano donde se materializan las relaciones de poder y
control al implementarse políticas neoliberales que inciden en la estructura urbana, las relaciones
sociales, en la privatización de servicios públicos, focalización de recursos y en los procesos de
fragmentación, segregación y gentrificación. Dicho lo anterior, una de las principales reflexiones de esta
investigación va en no centrar a la segregación como fenómeno aislado que desencadena los problemas
sociales, sino entenderla como consecuencia de estos cambios y políticas neoliberales.
En segundo lugar, la implementación de una metodología cuantitativa y cualitativa permitió no solo
observar lo que pasaba espacialmente en la Colonia Independencia con datos estadísticos y el apoyo de
un Sistema de Información Geográfica (SIG), además aportó al entendimiento de las relaciones
sociales, de producción, percepciones que como menciona Lefebvre (2013) el espacio es producto de
estas acciones. Cabe aclarar que esta investigación no pretende generalizar las opiniones, sentimientos
y percepciones a toda la colonia, ya que como se pudo observar es un territorio muy amplio, diverso y
complejo. Los problemas metodológicos que se enfrentaron en esta investigación están relacionados
con la falta de datos actualizados y la disponibilidad de información para la consulta pública. La
información de los Censos de Población y Vivienda más actuales tienen una antigüedad de 10 años,
aspecto que influye en los datos obtenidos para el análisis cuantitativo. Por otro lado, el uso de SIG fue
de gran utilidad para la investigación, ya que permitió visualizar espacialmente los fenómenos
estudiados, además de permitir algunas correlaciones entre las características sociales, económicas,
altares religiosos y los proyectos urbanos. No obstante, el uso de mapas permite visibilizar algunos
aspectos y del mismo modo invisibilizar otros. Por último, las entrevistas y los testimonios fueron de
gran utilidad para comprender los distintos procesos que se dan en la Colonia Independencia, ya que
permiten obtener información directamente de los habitantes y que no se encuentran en medios
oficiales, ayudando a cumplir con los objetivos particulares de esta investigación que hacen referencia
a las dinámicas socioespaciales de los habitantes de la colonia.
Una de las conclusiones que resultan de esta investigación es que la Colonia Independencia al
concebirse como barrio popular y al localizarse dentro del área central de la ciudad de Monterrey, en
[130]
palabras de Raquel Rolnik pasa “a funcionar como una reserva, posible de ser ocupada en cualquier
momento por fracciones del capital financiero en su avidez incesante de obtener nuevas garantías para
sus activos” (2017: 138), convirtiendo a la colonia claramente en un espacio en disputa. Esto resulta
en un proceso mucho más complejo que solo destacar un problema de segregación y donde están
involucrados distintos actores como el gobierno, empresarios, iglesia y medios de comunicación que a
través de mecanismos legítimos como Planes de Desarrollo Urbano, distintos proyectos de cohesión
social, renovación urbana y discursos, buscan cambiar la imagen urbana de la colonia dando paso a la
destrucción de “lo deteriorado” para crear un nuevo aspecto que atraiga a la inversión, al consumo y al
turismo.
Además, es necesario distinguir que estos son mecanismos comunes que han sido usados a lo largo del
proceso de modernización de la ciudad de Monterrey y su área metropolitana y que siguen vigentes. La
planificación urbana en la ciudad ha jugado un papel muy importante dirigida hacia el beneficio
económico y político de ciertos actores, que ha incrementado las divisiones espaciales de los distintos
grupos que la conforman y con ello la exclusión, la fragmentación, la estigmatización, el acceso
diferenciado a servicios y la precarización de la vida cotidiana. Por esta razón, proyectos como la
Interconexión Vial y el Memorial de la Misericordia contribuyen a reforzar estos fenómenos y están
lejos de ser la solución a los problemas que atañen a la ciudad como el congestionamiento vial,
inseguridad, violencia y desigualdad que buscan ser resueltos a través de estos y más bien se presentan
como una excusa para acabar con la presencia de esos “otros” que se consideran una amenaza para el
orden urbano.
Con respecto a lo anterior, otra de las conclusiones gira entorno a la estigmatización social y territorial
de los barrios populares, siendo muy evidente en el caso de la Colonia Independencia, que el discurso
público y mediático ha influido en la percepción social que se tiene sobre la colonia y que la han
catalogado como una de las más peligrosas. Es así como el discurso juega un papel también importante
en las ciudades, es a través de estos que se construyen los imaginarios sociales, asociando espacios y
personas con delincuencia, narcotráfico, viviendas precarias, pobreza, asumiendo que los lugares
donde se concentra población de estrato social bajo es sinónimo de peligro. A partir de esto, el discurso
mediático ha favorecido las divisiones entre grupos sociales, logrando infundir miedo que se ve
materializado en la estructura urbana mediante muros, rejas, cámaras de seguridad y simbólicamente
con exclusión y rechazo por pertenecer a cierto lugar o verse de cierta manera. Así como los medios de
comunicación, el Estado es un actor importante en los procesos de estigmatización, ya que puede
legitimar sus acciones gracias a estos discursos, convirtiendo en una violencia normalizada el uso de la
fuerza pública, procesos represivos de control y criminalización, además de justificar todo tipo de
[131]
medidas especiales para mantener el control social y desestabilizar, marginar, expulsar a los habitantes
(Wacquant, 2007).
De esta manera es como la población tanto de la Colonia Independencia como de otros sectores
populares son víctimas de una violencia estructural y simbólica; estructural debido a las limitantes que
tienen en el acceso a vivienda, servicios de salud, oportunidades laborales, educativas y demás
desigualdades y jerarquizaciones sociales ocasionadas por el sistema estructural económico y político.
Esto va de la mano de discursos sociales que normalizan estos procesos, llegando a convertirse en una
violencia simbólica que se refleja en la aceptación por parte de los habitantes de las condiciones,
agravios y estigmas que sufren. Estas violencias se reflejan en desarrollo geográfico desigual que tiene
su expresión en fenómenos como la segregación y la fragmentación urbana (González Luna, 2018), es
decir, estos últimos son reflejo de mecanismos estructurales que generan todo tipo de desigualdades y
estratificación social que evidencia el poder de un grupo dominante sobre otro que considera inferior.
En términos particulares, en la Colonia Independencia, las conclusiones sobre el trabajo realizado con
los habitantes mediante sus testimonios y experiencias urbanas, así como con datos estadísticos con
respecto a la segregación socioespacial y fragmentación urbana son las siguientes:
1. Si bien, la Colonia Independencia se localiza en el área central de la ciudad, existen algunos
aspectos que limitan o restringen el acceso efectivo de la población a los bienes y servicios que
esta ofrece. Los servicios educativos dentro de la colonia llegan hasta el nivel secundaria, el
acceso al nivel medio superior queda limitado a las posibilidades socioeconómicas, a pesar de
contar con la universidad pública estatal, esta tiene altos costos de inscripción semestrales
aunado a los costos de transporte, materiales, alimentación favorecen al acceso desigual a la
educación. Los servicios de salud dentro de la colonia se limitan a la atención general de
enfermedades y la calidad de las unidades médicas, así como del servicio que ofrecen no son
los más favorables. Además, la falta de oportunidades laborales y de una remuneración digna
afecta la posibilidad que tienen de acceder y ofrecer a sus familias mejores oportunidades en
cuestión de alimentación, educación, salud y vivienda, debido a que la localización de servicios
en la ciudad está influenciada por aspectos socioeconómicos, ofreciendo mejores servicios a
quien tenga la posibilidad económica de solventarlos. Del mismo modo en cuestión de vivienda,
en la colonia vive población en condiciones de “irregularidad” del suelo, aspectos que no han
sido atendidos por el Estado, al justificar que se encuentran en área no urbanizable, mientras
que, para la construcción de proyectos urbanos, apela al cambio de uso de suelo que le permita
construir en esta zona.
[132]
2. El gobierno estatal, municipal, la iniciativa privada y los medios de comunicación juegan un
papel fundamental en la Colonia Independencia, ya que las situaciones como violencia,
inseguridad, estigmatización, deterioro, falta de atención y servicios son efecto de decisiones
entre estos actores, además de favorecer con terrenos, permisos y publicidad para la aceptación
y la rápida realización de los proyectos. Es evidente que la Colonia Independencia está en la
mira de distintas inversiones, su estado actual no es resultado de acciones inconscientes por
parte del gobierno, más bien es reflejo de un urbanismo neoliberal que sigue lógicas de
privatización, mercantilización y una constante lucha de clases. Por otra parte, la manipulación
ideológica por parte de la comunidad religiosa es otro factor importante que se refleja en una
relación de poder para convencer a los habitantes de la colonia por medio de creencias, la
aceptación de un proyecto como el “Memorial de la Misericordia” y donde están involucrados
grupos de poder tanto religiosos como empresariales de la ciudad, evidenciando la relación
simbólica que existe entre el neoliberalismo y el conservadurismo.
3. La Colonia Independencia cuenta con signos claros que hacen visible física y simbólicamente
la falta de atención por parte del Estado y la violencia constante a la que han sido sometidos
por parte de grupos del crimen organizado, abandono, injusticias y desigualdades. Existe una
fuerte desconfianza hacia las autoridades de seguridad pública y esto se puede observar en la
presencia de altares y murales religiosos, así como en la organización vecinal como mecanismos
comunitarios que buscan hacer frente a la inseguridad, además de encontrar en estos
protección y refugio. Las acciones por parte del gobierno se han enfocado en actividades en el
centro comunitario que ofrece curso y talleres que son beneficiosos para los habitantes y en
programas sociales desde el 2010 que buscan mejorar la calidad de vida de los habitantes y
generar mejores oportunidades educativas, laborales, culturales, de salud e infraestructura, sin
embargo, estos programas están en funcionamiento mientras duran los periodos
gubernamentales, algunos quedan en acciones superficiales como cambios de imagen urbana
o como el centro comunitario, quedan en el abandono.
4. Distintos procesos que están ocurriendo en la ciudad de Monterrey como expansión
inmobiliaria, detonación de distritos urbanos, la priorización del uso del automóvil y los
proyectos urbanos están generando una ruptura tanto de lugares como la Colonia
Independencia como de grupos sociales, al quedar condicionado el acceso a distintos espacios
dependiendo de estatus socioeconómico o disponibilidad de un vehículo, esto no solo crean una
frontera entre distintos espacios de la ciudad sino que afecta las relaciones sociales. En
particular, en la Colonia Independencia las fronteras están marcadas por medios físicos,
[133]
naturales e imaginarios: el cerro de la Loma Larga, el río Santa Catarina, escalinatas, traza
regular e irregular, estigmas y proyectos urbanos que reflejan tanto relaciones de poder y
división de clases con otras zonas de la ciudad como distinción de oportunidades, accesibilidad,
servicios, condición del suelo que marcan una diferencia interna en la colonia.
5. Los habitantes demuestran un fuerte arraigo a la colonia, debido al vínculo que existe entre la
historia del lugar, legado familiar y características compartidas como la música, los bailes, las
fiestas que permiten crear una identidad colectiva. Se identificó que existen tipos de
organizaciones vecinales principalmente para solucionar problemas de abastecimiento de
agua, luz, recolección de basura y seguridad, además de los colectivos de vecinos que se
encargan de difundir información sobre proyectos urbanos, luchas legales, marchas, difusión
en redes, revistas propias y actividades culturales como parte de la resistencia ante las
amenazas constantes de renovación y despojo en la colonia. Tanto el vínculo con el lugar como
las amenazas de intervención han reforzado el sentido de colectividad en defensa de la colonia,
donde los vecinos están optando por mecanismos autogestivos ante el olvido de las
autoridades, así mismo otro de los hallazgos fue que la organización de vecinos es un trabajo
constante que requiere tiempo y disposición de la población para informar a los demás que
desconocen sobre estas acciones, convirtiéndose en un problema la cantidad de población y la
dimensión de la colonia, así como la diferencia de opiniones entre los que sí aprueban y los que
no aprueban los proyectos.
Por último, quisiera reafirmar que la segregación es la cara visible de procesos de desigualdad y
diferenciación social inscritos en el espacio que se han intensificado gracias al modelo neoliberal que
rige las acciones políticas, el desarrollo urbano y el mercado inmobiliario. Además, la transformación
de las ciudades no es un resultado pasivo, sino que es resultado de la interacción de grupos sociales,
sus relaciones y la acción de instituciones como la Iglesia y el Estado (Lefebvre, 1968). Por lo tanto, el
espacio urbano se convierte en escenario de una constante lucha por reafirmar el poder de unos cuantos
sobre otros; bajo este modelo de acumulación voraz de capital, siempre existirá segregación. Las
acciones de gobierno en materia de política pública y programas sociales deben enfocarse en las
problemáticas locales de las comunidades, encaminadas a la igualdad de oportunidades en temas de
educación, salud, empleo, infraestructura y vivienda.
La investigación aporta un enfoque amplio de los fenómenos socioespaciales, además de explorar
mediante el uso de distintas metodologías el abordaje de estos temas, quedan asuntos pendientes, pero
esto no es un punto final más bien me gustaría crear un punto de reflexión que lleve a explorar nuevos
[134]
caminos, a profundizar en los fenómenos que afectan a las ciudades y a sus habitantes, tanto en la
ciudad de Monterrey como en otros contextos. Entender estos fenómenos como un problema sistémico
que está inscrito en las políticas públicas, programas sociales, planes de desarrollo, instituciones
públicas y que se ven reflejados en el espacio urbano, incita a cuestionar las lógicas del sistema
neoliberal y como desde campos como la arquitectura y el urbanismo se reproducen también estos
fenómenos que afectan la vida cotidiana de las personas. Invito al debate crítico para entender la
complejidad de los problemas sociales y urbanos para así construir colectivamente otras dinámicas que
lleven a la participación y lucha por un espacio en la ciudad con mejores oportunidades, infraestructura,
servicios accesibles y de buena calidad para todas y todos.
[135]
[136]
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[142]
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ARQUITECTURA
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA
CAMPO DE CONOCIMIENTO ARQUITECTURA CIUDAD Y TERRITORIO
ANEXO 1
ENTREVISTA. Segregación socio espacial y fragmentación urbana en la Colonia Independencia,
Monterrey, Nuevo León.
OBJETIVO: Entender las relaciones sociales, la percepción de seguridad, los imaginarios y la organización
dentro de la Colonia Independencia.
DATOS GENERALES DEL ENTREVISTADO
EDAD
OCUPACIÓN
ESCOLARIDAD TRUNCA ( ) PRIM ( ) SEC ( ) BACH (
LUGAR NACIM. Monterrey ( ) Otro: ( ) ¿Cuál?
RESIDENCIA Monterrey ( ) Otro: ( ) ¿Cuál?
SEXO
M( ) F( )
) PREPA ( ) PREGR( ) POSGR (
) ANALF ( )
Parte 1. Familiograma
N° de
habitantes
Edad
Posición en la
familia
Escolaridad
Parte 2. El barrio
1. ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en la colonia?
2. ¿Qué le gusta de la colonia?
3. ¿Qué le disgusta de la colonia?
4. ¿Le gusta vivir en la colonia? Sí
No
5. ¿Qué es lo más característico de la colonia Independencia?
[143]
Actividad
principal
Actividad
laboral
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ARQUITECTURA
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA
CAMPO DE CONOCIMIENTO ARQUITECTURA CIUDAD Y TERRITORIO
Parte 3. Sociabilidad urbana
6. Existen fiestas o celebraciones que se realicen en la colonia. Sí
No
¿Cuáles son?
7. ¿Cuáles son las formas de organización que existen entre vecinos?
8. ¿Cómo describiría la relación con sus vecinos?
9. ¿Por cuáles zonas de la colonia transita frecuentemente?
10. ¿Por cuáles zonas de la colonia no transita frecuentemente?
Parte 4. Seguridad
11. ¿Qué tan seguro se siente viviendo en la colonia?
Extremadamente seguro
Muy seguro
Seguro
Poco seguro
Nada seguro
12. ¿Ha sido usted o cualquier miembro de su familia víctima de algún delito en la colonia?
Sí
No
¿Cuál?
Parte 5. Acción del gobierno y proyectos urbanos
13. ¿El gobierno ha atendido las problemáticas que hay en la colonia? Sí
¿Qué ha hecho?
No
14. ¿Conoce el proyecto de “Interconexión vial Monterrey-Valle Oriente” que el gobierno piensa
realizar en la colonia? Sí
No
¿Cuál es su opinión sobre esto?
15. ¿Está enterado del proyecto conocido como “Memorial de la Misericordia” o “Cruz
Monumental” que la arquidiócesis y empresarios están proponiendo realizar en la colonia?
Sí
No
¿Cuál es su opinión sobre esto?
[144]
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ARQUITECTURA
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA
CAMPO DE CONOCIMIENTO ARQUITECTURA CIUDAD Y TERRITORIO
ANEXO 2
ENTREVISTA. Segregación socio espacial y fragmentación urbana en la Colonia Independencia,
Monterrey, Nuevo León.
Actores pertenecientes a grupos vecinales o religiosos
Tema
Espacio en disputa
Preguntas
• ¿Percibes a la colonia Independencia como
un lugar en disputa entre empresas privadas
y gobierno?
• ¿Por qué crees que esté pasando esto en la
colonia?
• ¿Qué la hace ser un espacio codiciado?
Resistencia comunitaria
•
•
¿Cómo es vivir en un espacio en disputa?
¿Qué acciones están tomando como vecinos
ante estas amenazas?
Estigmatización
•
¿Alguna vez te han rechazado/discriminado
por ser de la colonia Independencia?
Identidad
•
¿Qué significa
Independencia?
[145]
vivir
en
la
colonia