La tesis lógico lingüística de Iván Guzmán de Rojas
Vladimir Mendoza Manjón
En este breve ensayo, me permito realizar un enfoque crítico a algunas bases epistémicas
globales de la propuesta del autor Iván Guzmán de Rojas (1934-2022), quien fue un
científico, ingeniero lingüista y matemático boliviano.
En esta ocasión, me voy a concentrar más detenidamente en lo que el mismo autor llama
su tesis lógico lingüística.
Para poder realizar una discusión enfocada, propongo resumir en los siguientes tres
puntos las ideas base de su planteamiento:
1) Toda lengua tiene una lógica propia. Por lógica propia se entiende, en este caso,
que una lengua provee a sus hablantes de esquemas, modelos y procedimientos de
inferencia. Guzmán de Rojas contrapone a los “castellano hablantes/pensantes”
de los “aymara hablantes/pensantes”1 (Guzmán de Rojas, 1982, p. 1, 41, 100)
2) Para el caso de Bolivia, donde conviven “aymara pensantes” y “castellano
pensantes”, hay un choque entre estas dos lógicas, que, además de diferenciarse
abismalmente, generan problemas de comunicación y “desentendimiento” entre
bolivianos (p. 3, 4, 20, 88, 99, 100)
3) En tanto la lógica que constituye los modelos de razonamiento de un “castellano
pensante” es la lógica bivalente, los aymaras piensan, dada la estructura de su
idioma, en lógica trivalente. Para resolver este complejo problema histórico,
social, cultural y político, cuya raíz, según Guzmán de Rojas es lógico/lingüístico,
el autor propone usar el aymara como medio de entendimiento (p. 100-15).
Aunque también reconoce el caso de “castellano-hablantes” que “piensan en aymara”, como pasa con
los aymaras que usan el castellano en la mayoría de sus interacciones comunicativas, debido a haber
migrado a las ciudades, por ejemplo (Guzmán de Rojas, 1982, p. 54).
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1) ¿La lengua modela los procesos de inferencia lógica?
En los años setenta del siglo pasado, a raíz de la producción de un software capaz de
realizar “diálogos” con seres humanos, los cuales basaban sus interacciones en
enunciados simples sobre un contexto común, uno de sus principales investigadores
realizó reflexiones filosóficas y psicolingüísticas más que interesantes sobre la
experiencia (Winograd, 1980). Algunas de esas reflexiones apuntaban a esquematizar un
modelo de comprensión del lenguaje, donde, a partir de un enunciado emitido por el
hablante (“Mira el cubo rojo”), hay una mediación de estructuras de representación en el
remitente que deben comprender, a) el modelo del texto, b), la intención del hablante, c)
un conocimiento común del contexto enunciado. El modelo que utiliza la investigación
referida es más complejo (Winograd, 1980, p. 214), pero lo resumimos así con fines de
analizar la tesis de Guzmán de Rojas.
En la tesis del autor, el proceso de razonamiento está reducido a algo más pequeño que la
lengua del hablante: a la sintaxis. Al analizar algunos elementos de la estructura sintáctica
del aymara, Guzmán de Rojas cree haber encontrado cómo es la lógica en la mente de las
personas que hablan ese idioma. En realidad, en un proceso comunicativo cada individuo
posee un rango amplio de esquemas de enunciados, inferencias, argumentos (Winograd,
1980, p. 228). Como Guzmán de Rojas reduce una lógica de razonamiento a la dimensión
sintáctica de una lengua, descuida tomar en cuenta aspectos como la pragmática 2, hecho
que demostraría fácilmente como un “aymara hablante”, por ejemplo, hace uso en muchas
ocasiones de una lógica bivalente.
2) Dos lógicas distintas, la raíz del problema
Según las palabras de Guzmán de Rojas:
2
Aquel que hace posible al hablante interpretar el sentido de los enunciados lingüísticos en los diversos
contextos de comunicación (Abugattas, A. et. al. 2014, p.100)
Este carácter no-aristotélico de la lógica incorporada en la sintaxis del idioma aymara, da origen
a una serie de problemas de profundo desentendimiento entre el "aymara-pensante" y el
"hispano-pensante", aun cuando a nivel de hablantes, estos se comuniquen utilizando los
mismos vocablos (1982, p. 3).
El determinismo lingüístico, sobreentiende las contradicciones sociales y culturales de la
vida real porque los convierte inherentes a la lengua, que aunque sí se relacionan con ella,
no se agotan en la dimensión lingüística. Del conjunto de contradicciones de clase y
étnicas que en Bolivia tenemos, los problemas de comunicación deben ser tan sólo uno
de sus factores. El problema de "comunicación" o de "desentendimiento" al cual refiere
Guzmán de Rojas se convierte en un problema de la lógica, y en última instancia, de la
técnica (como la creación de softwares informáticos o de estrategias didácticas para la
enseñanza, que el autor plantea) que podría crearse para su resolución.
3) La lógica trivalente aymara
Como lo explicita el mismo Guzmán de Rojas, su método consiste en rastrear la
correspondencia entre enunciados del aymara con los enunciados formales de las lógicas
modales y trivalentes (2012, p.21). Para realizar esta operación recurre como fuente a la
obra del sacerdote jesuita Ludovico Bertonio (1557-1625), en cuyos tratados de
lingüística Guzmán de Rojas cree encontrar un aymara antiguo y por ende más puro
“todavía no contaminado de castellanismos que con el tiempo han llegado a afectar la
estructura morfo – sintáctica sobre la que se construyen los enunciados conectivos” (p.
222). Si aceptamos que uno de los principios fundamentales para comprender a cualquier
lengua es que la variación es la norma antes que la excepción (Abugattas, A. et. al. 2014,
p. 85; Evans, N., & Levinson, S., 2009), las ideas de “pureza” o “contaminación”
inherentes a la visión lingüística de Guzmán de Rojas son falsas, pero además,
paradójicamente incongruentes con su concepción, algo todavía más importante, según la
cual el lenguaje modela la lógica, puesto que, si el aymara que actualmente hablan los
miembros de esa comunidad lingüística ha quedado de alguna forma “contaminado” por
el castellano (¿tal vez por el quechua también? ¿el inglés?), la forma en la que realizan
razonamientos los aymaras contemporáneos tuviera que haberse modificado también de
modos tan inextricables que Guzmán de Rojas no podría explicar.
Pero hay otra falencia todavía más de fondo para la tesis del autor. Cuando se refiere, por
ejemplo, a las posibilidades del aymara para plantear enunciados en el que se expresen
diversas maneras de afirmar que posibilitarían la construcción de razonamientos, sucede
que tanto las premisas como las inferencias están marcadas por la incertidumbre,
propiciando un campo propio para el trabajo con las lógicas modal y trivalente.
La falencia aquí podría enunciarse de la siguiente manera: los componentes del léxico y
morfemas de cada lengua tienen un inventario finito, no obstante, su combinación para
construir signos complejos es prácticamente infinita; de ahí que puedan resultar nuevas
expresiones para combinarlas con otras, y así…es la propiedad que los lingüistas llaman
recursividad, la cual confiere al lenguaje una alta productividad: con elementos finitos se
pueden producir combinaciones infinitas (Abugattas, A. et. al. 2014, p. 97). Es la
capacidad recursiva del aymara la que Guzmán de Rojas aprovecha para construir sus
enunciados lógicos trivalentes, algo que, por supuesto, es completamente posible en
cualquier lengua, incluso en el castellano, a la que él, no obstante, le niega esta
posibilidad, pues estaría esculpida, cual monumento de piedra, con una lógica bivalente
intrínseca (Guzmán de Rojas, 1982, p. 2).
Algunas conclusiones
Sin pretender una refutación completa de los aportes de Iván Guzmán de Rojas, me he
enfocado en las principales debilidades de lo que él considera su “método lógico
lingüístico”, la intención de relevar sus falencias es aportar con una delimitación más
solvente para la discusión de problemas trascendentes que Guzmán de Rojas fue
realizando desde hace varias décadas atrás. Estoy plenamente consciente que refutar el
nacionalismo ideológico dentro de un campo científico no implica descartarlo en sí como
ideología (esa discusión es importante para el ámbito de la teoría y práctica políticas) sino
sólo poner en evidencia la debilidad que implica trasladar mecánicamente algunos de sus
supuestos al territorio de otras disciplinas científicas, como la lógica.
Cochabamba, 2022
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Evans, N., & Levinson, S. (2009). The myth of language universals: Language
diversity and its importance for cognitive science. Behavioral and Brain Sciences, 32(5),
429-448. Recuperado de: https://doi.org/10.1017/S0140525X0999094X
Guzmán de Rojas, I. (1982) Problemática lógico-lingüística de la comunicación
social con el pueblo aymara. Canadá: CIID.
Guzmán de Rojas, I. (2012) La obra de Bertonio como fuente para el análisis
lógico – lingüístico del aymara antiguo. En Ciencia y Cultura N°28, Junio, 219-234,
Universidad Católica Boliviana: La Paz.
Winograd, T. (1980) What Does It Mean to Understand Language? Cognitive
Science,
Vol.
4,
N°3,
de: https://doi.org/10.1207/s15516709cog0403_1
209-241.
Recuperado