Terremotos:
prácticas radicales de incidencia
Mesas de indagación-acción:
Segunda edición, diciembre 2023
Andrés Quezada
Alex Castillo
Ana Eugenia Paredes
Carlos Cano
INSTITUTO 25A
10 avenida 2-18 zona 4, Ciudad de Guatemala
GUATEMALA
hola@i25a.gt
Equipo a cargo de la guía:
Luisa González-Reiche - Texto y diseño metodológico
Balam Say - Texto, vinculación con organizaciones y colaboradores y revisión
José Alberto Castillo Estrada - Sistematización e investigación
Sara Martínez - Monitoreo y evaluación
Conceptualización gráfica, diseño y diagramación:
Jimena Pons Ganddini
Esta guía está disponible en la página web:
https://www.i25a.gt/
Diana Méndez
Estefania Dahinten
Gabriela Carrera
José Manuel Martínez
Laura Aguiar
Lidia Tux
María Dolores Marroquín
Maritza Velásquez
Silvia Trujillo
Textos adicionales:
Alex Castillo
Andrés Quezada
Carlos Cano
Con el apoyo de
SEATTLE INTERNATIONAL FOUNDATION
María Jacinta Xón
Silvia Trujillo
Obras artísticas:
Angélica Serech
Edgar Calel
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial
4.0 Internacional. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/
licenses/by-nc/4.0/ o envíe una carta a Creative Commons, PO Box 1866, Mountain View,
CA 94042, USA.
Nora Pérez
Regina José Galindo
Rosa Chávez
21
EPICENTRO:
47
FALLAS:
77
ONDAS SÍSMICAS:
109
FRACTURAS:
Desde una práctica política localizada
Organizaciones críticas y creativas
Ejercicios radicales de incidencia
08
PRESENTACIÓN
11
INTRODUCCIÓN
135
RÉPLICAS:
14
LAS ORGANIZACIONES
COMO COMUNIDADES
DE INDAGACIÓN - ACCIÓN
138
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Transformaciones políticas y otras formas
de relación con el mundo
Reflexiones y difracciones
INTRODUCCIÓN
Los terremotos han jugado un papel central en los territorios que conforman la región en la que hoy se encuentra Guatemala, con efectos materiales y políticos, como dinámicas naturoculturales1, como procesos que
moldean de manera permanente el contexto pero que, con mayor intensidad, también son capaces de interrumpir ritmos establecidos. Los terremotos han puesto en evidencia, en diferentes momentos, las deficiencias del modelo Estado como única forma de organización y a la vez han
posibilitado otras formas de relación, desde la solidaridad, dando paso a
transformaciones. En su iteración y en sus diferentes intensidades, las
fuerzas disruptivas de los terremotos constituyen aprendizajes para la fabulación crítica y la activación de prácticas políticas, críticas y radicales:
movimientos que pueden fracturar ejercicios de poder desde la cotidianidad, generando grietas donde otras formas de relación sean posibles. Los
terremotos también nos dan qué pensar en estos tiempos, invitándonos a
cultivar la vida sobre las ruinas del capitalismo.
la mayoría de medios resaltan y reproducen. El abstencionismo cada vez
mayor y la ausencia de compromiso político –en muchos sectores de la
sociedad– se convierten así en el escenario idóneo para el extractivismo,
la corrupción, la cooptación del Estado y el regreso de los autoritarismos.
La manera como todo esto nos afecta –combinada con el deseo de entenderlo mejor y de encontrar modos para interactuar de otra forma con
ello– nos llevó a desarrollar un sinnúmero de exploraciones, conversaciones y lecturas (de textos pero también de otras formas de inscripción).
Un punto clave en aquel momento fue la caravana de niñas que tomó la
sexta avenida de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, y luego la Plaza de
las Niñas2, exigiendo justicia por la muerte de Sharon Figueroa, quien fue
secuestrada unos días antes, en el departamento de Petén, mientras montaba bicicleta en el patio de su casa. Estas niñas demostraron, en un gesto
de política afirmativa, que no se dejarían de este sistema: se enfrentaron
al dolor armadas de sus bicicletas, tomando las calles que generalmente
las amenazan, interrumpiendo en el proceso las meras lógicas del statu
quo. Una acción que trastocó la sensibilidad de muchos capitalinos, generalmente anestesiada, y a algunes nos conmovió ampliando nuestras
conexiones afectivas.
La primera versión de esta guía la escribimos en colaboración con las pantallas y todos los enredos sociotécnicos que forman parte de estas, con las
respectivas interferencias que provoca la deficiencia de conectividad, en
medio de una pandemia, acompañades por los cacareos de gallos, el ronroneo de un gato y el eventual vuelo de un pájaro, el sonido de la lluvia y balazos, el tránsito de vehículos y aviones. La escribimos a través de múltiples
diálogos, en un ritmo de ir hacia adelante y hacia atrás (tratando de jugarle la vuelta al tiempo); junto a presencias y ausencias que, en polifonía,
fueron planteando cuestionamientos en forma de llamados que requerían
de atención. Llamados a los que se fueron sumando muchos otros, a partir
de los diversos encuentros que la misma guía generó en espacios virtuales
y físicos a lo largo de año y medio, intercambios que se recogen en esta
nueva versión, registros de terremotos que ya se encuentran activos y cuyos movimientos se materializan en espacios heterogéneos.
Quienes formamos parte de este proyecto nos reconocimos atravesades
por las violencias cotidianas del área urbana –en cuya representación se
desplazan otras violencias– entre las que sobresalen cifras de abuso doméstico, violaciones y acoso en contra de mujeres y de niñas. Todo ello
entrelazado con las relaciones de poder y la falta de voluntad política que
derivan en arreglos institucionales y privilegios establecidos a partir del
género, la racialización y la idea de que solo algunos cuerpos tienen agencia y por ende importan. Esta guía se plantea de manera colectiva en una
época en la que los avances tecnológicos se evidencian en el desgaste de los
ecosistemas y fines de mundos –que se suman a tantos otros mundos que
se han acabado o venido acabando desde la imposición de la dominación
colonial–. Una época compleja y cambiante donde la institucionalidad del
Estado se refuerza en la región, criminalizando a las personas y organizaciones que se conciben como oposición y, a la vez, aprovechándose de la
negatividad, el agotamiento y el sentimiento compartido de derrota que
Los movimientos telúricos que aquí se presentan se conciben, así, como
estrategias para interrumpir dichas tendencias; partiendo de que la lucha
política es posible y necesaria en otros términos, con otros lenguajes y
desde otras prácticas colaborativas, motivadas por una fuerza afirmativa
que se niega a ser bloqueada por el dolor. Para ello se proponen diversas
oportunidades para relacionarnos de maneras distintas, para activar y aumentar nuestras capacidades sensibles –escuchando atentamente a otres
(humanos y más que humanos), sus luchas y las prácticas desde las cuales
se cultiva la vida–, para alcanzar una comprensión adecuada del presente y sus complejidades y para regenerar e imaginar otras formas de hacer
mundos.
1 El concepto naturocultura
se plantea desde una ontología relacional, donde los
límites entre sujetos y objetos,
cultura y naturaleza no son
condiciones dadas sino producto de procesos complejos
de arreglos históricamente
situados. Este planteamiento se desarrolla de manera
similar en el concepto del
Buen Vivir, que entiende la
comunidad no solo como una
estructura social y política
sino como una estructura de
vida, conformada por lo que
posibilita la existencia en
todas sus formas.
08
2 El 7 y 8 de marzo de 2017, en
el Hogar Seguro Virgen de la
Asunción –institución a cargo
del entonces ministerio de
Bienestar Social, del Estado
de Guatemala–, 41 niñas y
adolescentes fueron asesinadas y 15 resultaron gravemente heridas a causa de un incendio. Desde ese año, familiares
y distintas organizaciones que
exigen justicia, han instalado
un altar de memoria en la
plaza central renombrando
este espacio público.
09
TERREMOTOS:
prácticas radicales de incidencia
Esta nueva versión de la guía Terremotos: prácticas radicales de incidencia busca responsabilizarse (como capacidad de responder) de lo que fue surgiendo a lo largo de tres años (de 2021 a
2023) de puesta en práctica de la propuesta y los efectos y afectos que se fueron activando entre y con
organizaciones de incidencia política, activismo y comunicación como Movimiento Landivarianxs,
Sector Interreligioso Centinelas, El Colectivo, Justicia Ya, Colectivo Chiviricuarta, Sentidotorio de
Derechos Culturales (SEDE/CULT), Asociación Comunitaria para el Desarrollo (SERJUS), Cibaque,
Visibles, Niñas Furia, RISE y Agencia Ocote. Y a partir de los aportes iniciales de Diana Méndez (abogada en Derechos Humanos), Andrés Quezada (activista), la Asociación de Estudiantes Universitarios “Oliverio Castañeda de León” (AEU), Festivales Solidarios, Movimiento Ecológico Estudiantil
(MEE), Articulación Nacional de Mujeres Tejiendo Fuerzas para el Buen Vivir (Asomtevi), La Cuerda, Asociación de Trabajadoras del Hogar (Atrahdom), Colectivo Trans-Transformación y el Instituto de Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT). En el tercer año de esta iniciativa,
las ideas surgidas de la versión previa de esta guía dieron paso al programa de talleres Grietas, dirigido
a cultivar una política-afirmativa a través de prácticas críticas y creativas transdisciplinariedad, procesos de indagación-acción colaborativa, performatividad y generación de extrañeza (desfamiliarización) dirigido a juventudes de identificaciones y localizaciones socio-históricas heterogéneas aún
no organizadas políticamente de la ciudad de Guatemala. Este programa integró alrededor de 70 personas a lo largo de 5 espacios acompañados de les talleristas: Marco Chivalán Carrillo, Numa Dávila,
Rosa Chávez, Cecilia Porras Sáenz y Wilfredo Orellana-Pineda.
Desde la incidencia política, lo anterior plantea un primer desafío: la incidencia ha sido tradicionalmente concebida como la capacidad de influencia en autoridades estatales e instituciones de poder
para la implementación de políticas y programas públicos dentro de un marco ya establecido. El ganar acceso sobre quienes están en una posición de toma de decisión tiene valor en dicha práctica pero
no parece ser suficiente para desestabilizar el poder hegemónico, sus instituciones y jerarquías o propiciar una transformación social palpable. Por otro lado, en territorios y contextos plurales, como el
nuestro, este ejercicio representacional tiende a replicar en muchos casos opresiones y exclusiones
(basta notar qué cuerpos son los que generalmente se piensa que requieren de representación y que
históricamente han sido alejados de la discusión política, e incluso, representados desde ahí como
necesariamente ausentes). Estas son las razones por las que este documento parte de problematizar
el concepto de incidencia a partir de una variedad de sentires y pensares –reconociendo a la vez las
limitaciones de nuestra localización–, tomando como cautela no ignorar las diferencias entre luchas
y localizaciones y preguntándonos, con Gladys Tzul Tzul, “¿De qué manera hacemos justicia a las historias, los horizontes y los límites de las luchas comunales?”.
De lo anterior se deriva la necesidad de partir de la transversalidad como método y estrategia en contra de las lógicas hegemónicas y sus formas dualistas de pensar que justifican las exclusiones de cuerpos racializados, sexualizados y naturalizados. Prácticas antropocéntricas herederas del humanismo
occidental que dio paso al Estado Moderno. Como escribe Aura Cumes (2017), “la heterogeneidad es
la condición para la no repetición de ejercicios colonizadores sobre nosotrxs mismxs”. Dicha transversalidad, como forma relacional de pensar-hacer que integra diferentes localizaciones, luchas,
áreas de indagación y sensibilidades, parte de la resonancia entre posiciones y formas diversas de
producir conocimientos y, al mismo tiempo, del reconocimiento de la multiplicidad de diferencias
y de la interdependencia que nos constituye a humanos y no humanos. Esto da paso a puntos de encuentro y estructuras comunes para el análisis de fenómenos entrelazados como el capitalismo, el colonialismo, el patriarcado, el antropocentrismo y la tecnociencia. La incidencia política se convierte
así en múltiples prácticas que entendemos aquí como radicales por su capacidad crítica y disruptiva.
Esta diversidad es como las placas que conforman la corteza de la Tierra, cada una de las cuales posee características físicas y químicas diferentes. A lo largo de grandes períodos de tiempo, las placas
tectónicas se van re-acomodando y sus movimientos constantes son los responsables de moldear la
superficie del planeta, la cual nunca es fija o permanente. Los mismos relieves geográficos están siempre en proceso de conformarse. Estos movimientos son lentos y prácticamente imperceptibles, hasta
que algunas placas chocan entre sí.
Los movimientos telúricos que componen esta guía surgieron de varios intercambios entre personas
que pertenecen a organizaciones y colectivos sociales –con intereses y luchas diversas– en un proceso de indagación-acción colectiva que se comprometió con el análisis de discursos y la manera como
se materializan en la realidad política, social y ambiental. Este proceso llevó a la puesta en duda de
categorías que suelen darse por sentadas en la cotidianidad de las organizaciones y los procesos de
incidencia tales como la subjetividad y la noción de sujeto político; las relaciones y los procedimientos; la noción de tiempo, presente, memoria y futuro; y el poder, entre otras. Lo anterior constituyó
un ejercicio crítico que consideramos fundamental para ampliar las posibilidades de transformación,
y que, como notamos, demanda también de procesos imaginativos y creativos para la formulación de
nuevas maneras de nombrar y entender lo que nos atraviesa. Es por esta razón que la presente guía,
más que un manual de pasos rígidos y establecidos, integra un conjunto de invitaciones y provocaciones para seguir desarrollando estas conversaciones y ponerlas en acción desde diferentes espacios y
con herramientas distintas. La invitación es la de seguirnos encontrando y ampliando nuestras capacidades relacionales y sensibles como una puesta en práctica de la justicia en el día a día, dando paso a
la conformación de nuevas formas de organizarnos, no como un propósito puntual a priori sino como
efecto de los encuentros, desde una apertura a dejarnos afectar y afectar a otres. Esto es lo que entendemos aquí como la agencia, no algo que se tiene sino algo que se produce.
La guía está conformada por cuatro secciones. La primera sección (Epicentro: desde una práctica política localizada), problematiza la noción de sujeto tradicionalmente entendida para abrirnos a nuevas posibilidades de pensar la práctica política y la agencia. La segunda sección (Fallas: organizaciones
críticas y creativas) plantea una serie de estrategias para desarrollar un proceso de indagación-acción
acerca de los procesos organizacionales y de la conformación de colectivas y ofrece herramientas para
interrumpir, desde la cotidianidad, los ejercicios de poder mientras se cultivan otros modos de relación humanos y más que humanos. En la tercera sección (Ondas sísmicas: ejercicios radicales de incidencia) se propone un análisis de las narrativas hegemónicas, cómo están construidas, cómo circulan
en los medios y la manera como se materializan. A partir de ello, se abordan la representación y los
conceptos tradicionales del tiempo y progreso para ampliar posibilidades de incidencia responsables
que escapen de esas lógicas. Por último, en la cuarta sección (Fracturas: transformaciones políticas y
otras prácticas de relación con el mundo) se integra una serie de provocaciones para transformar de
manera radical las maneras como nos relacionamos con otres (seres humanos y más que humanos) e
incentivar una política afirmativa, es decir, generadora de potencias, agencias y capacidades de obrar.
Cada sección incluye un glosario en el que resaltamos conceptos que pueden ser entendidos como
herramientas para pensar y estrategias para un hacer con potencial transformador.
Concebimos este documento como una constelación de ideas y sentires, en forma de imágenes y textos, donde diversas historias y experiencias de resistencia y de lucha son un punto de partida para
construir un nosotrxs sin homogeneizar búsquedas, procesos o propuestas de alternativas a la dominación. La invitación es a mantener en movimiento la práctica de sembrar colectivamente las condiciones que permitan el cambio como gesto colectivo afirmativo.
010
011
¿En qué consiste nuestra radicalidad?
Más que sujetos individuales: multiplicidades, relaciones e interdependencias
Partimos de la premisa de que siempre estamos siendo afectades por y afectamos a otres. Nada
existe de manera previa a sus relaciones.
Más que visiones de futuro y progreso: transformar el presente
Consiste en interrumpir las lógicas del tiempo lineal y progresivo desde un enfoque en la micropolítica, una práctica cotidiana de interrupción de relaciones y discursos de poder y de cultivo de otras alternativas.
Más que representación: implicación
Se refiere a generar relaciones desde una ética de la implicación desde la no-representación.
No hablar por otres sino siempre con elles y saber cuándo callar para que otras voces puedan
ser escuchadas.
LAS ORGAN
IZ
AC
El poder como potencia y afirmación: hacia una política más que humana
Este es el motor político que nos mueve y nos motiva a comprometernos con diversas luchas
que posibilitan una política capaz de responder a una existencia interconectada, no solamente humana.
ION
DE IN
DA
Págs. 43, 71, 72, 105, 106, 130 y 131.
012
013
IDADES
SISMOS PARA
AGRIETAR EL SISTEMA
UN
PROVOCAR TERREMOTOS INTERNOS
Págs. 14-18, 22, 29-35, 38-41, 48, 5458, 61-63, 66-69, 78, 84-93, 9699, 102, 110, 113, 114, 118-121,
126-128.
OM
ACUMULAR FUERZA POLÍTICA
Págs. 23-28, 36, 49-53, 64, 65, 79-83,
94, 95, 100, 101, 111, 112, 116, 117,
119 -123, 136 y 137.
C
Cada búsqueda y cada necesidad es diversa, así como también los tiempos que cada una requiere y
habita. Por eso, esta guía puede ser abordada de manera lineal, completa, o siguiendo los siguientes
extravíos: acumular fuerza política (explorar planteamientos teóricos-críticos y conceptos como herramientas para pensar la praxis); provocar terremotos internos (sumergirse en una serie de procesos
de indagación-acción que cuestionen y amplíen las propias formas de pensar, sentir y hacer relacionadas a la politización y la incidencia); o generar sismos para agrietar el sistema (descubrir estrategias
concretas para llevar a cabo acciones anti-hegemónicas).
ES COMO
C
A
G
RUTAS ALTERNAS
C
A
CIÓN
N
Ó
I
LOS COLECTIVOS Y ORGANIZACIONES
COMO COMUNIDADES DE
INDAGACIÓN-ACCIÓN
de incidencia política, o incidencias, como formas de indagar de manera contestataria, llevar a cabo
lecturas difractivas o a contrapelo, poner en práctica ejercicios de crítica creativa y creatividad crítica, de escucha atenta y de involucramiento o implicación con otres, no solamente humanos. Esto
requiere “‘conocer como el colonizador conoce y al mismo tiempo la recuperación de saberes ancestrales, el análisis del colonialismo y una lucha por la autodeterminación’” (Tuhiwai Smith, 2016,
p. 28).
La indagación-acción colectiva, como propuesta metodológica de esta guía, parte de diversos planteamientos que van desde las pedagogías críticas o radicales a las reflexiones desarrolladas por la
teoría crítica, los estudios subalternos, el pensamiento decolonial, el neomaterialismo feminista y
diversas prácticas de feminismos comunitarios. Sin embargo, las reflexiones (y difracciones) que
dan paso de manera concreta a la mayor parte de estrategias e ideas aquí incluidas son el resultado
de una serie de diálogos desarrollados entre una diversidad de personas y organizaciones comprometidas con la incidencia política y social.
“TODOS LOS SERES CONSTRUYEN COLECTIVAMENTE A PARTIR DE SENTIRES,
SABERES, PENSAMIENTOS, EMOCIONES, SUEÑOS Y RAZÓN.”
CONFLUENCIA NUEVO B’AQTUN
Activaciones para repensar la incidencia política
El desarrollo de una guía para la incidencia política3 plantea un gran reto.
No solo por las complicaciones de generar propuestas concretas que puedan llevarse a la práctica y que garanticen de alguna manera el cambio
social sino, sobre todo, por lo que tal pretensión implica. Como estructura, toda metodología constituye siempre un ejercicio de poder: cualquier
planteamiento de rutas o soluciones específicas sugiere una hegemonía.
La transformación social –la superación de las relaciones de dominación–
exige la ruptura de relaciones verticales, así como propiciar formas plurales de ser en el mundo, cultivando la transversalidad, sin caer en la producción de nuevas categorías identitarias y totalizantes.
La indagación-acción como práctica de responsabilidad
El valor de las preguntas, como aperturas para la indagación, es que pueden generar una serie de
movimientos que no buscan transmitir saberes de manera lineal o unilateral sino que invitan a las
personas y organizaciones a construir colectivamente sin imponer una propuesta. Los conceptos
que se plantean y la teoría que respalda las diferentes invitaciones a pensar y sentir con otres, parten de experiencias de lucha de diferentes contextos y momentos históricos y al mismo tiempo
brindan herramientas para informar nuevas acciones.
En este caso, resulta más productivo enfocarse no en una estructura sino
en aperturas para la indagación que brindan oportunidades para comprometernos –de manera situada y como multiplicidades que somos– con el
cuestionamiento, el planteamiento de ideas, encuentros afectivos y difracciones4, así como para la desfamiliarización con los hábitos de pensar
ligados al poder hegemónico. Todo ello, no desde un abordaje puramente
teórico sino desde y con el propio cuerpo en relación, a través acciones y
movimientos.
Los movimientos que se propician forman parte de un proceso más amplio de indagación-acción acerca de la incidencia política, sus prácticas y
el contexto, y cómo ello se relaciona con la subjetividad, las narrativas hegemónicas, la historia y la memoria, con los territorios e, incluso, con otras
formas de vida no solo humanas.
El concepto de indagación-acción se construye a partir de la investigación, pero busca superarlo. La investigación, que en las ciencias políticas
y sociales se centra en la teoría, es limitada pues se asume como representación. Es decir, se conforma con resultados teóricos y no se compromete
necesariamente con la estructura de la realidad. Y si bien puede generar
aportes en algunos contextos, cuando nos notamos sumergides en realidades complejas y cambiantes, es necesario contar con herramientas capaces de implicarse y dar cuenta de ello. Como escribe Linda Tuhiwai Smith
(2016): “Creer en el ideal de que beneficiar a la humanidad es efectivamente el resultado principal de una investigación científica es tanto un reflejo
ideológico como de entrenamiento académico” (p. 21). Al mismo tiempo,
“desarmar las historias, revelar los textos subyacentes y darles una voz a
las cosas sobre las cuales a menudo se sabe de manera intuitiva, no ayudan
a un pueblo a mejorar sus condiciones actuales” (p. 22). Además, la investigación heredera de la ciencia moderna entiende a los humanos como los
únicos poseedores de agencia. Esto exige pasar de lo representacional a
lo performativo, lo cual busca dar cuenta de cómo la agencia surge de los
encuentros y afectaciones entre humanos y más que humanos (otras expresiones de la materia o formas de existencia).
Así, esta guía está conformada por movimientos que abren rutas e invitan
a tomar extravíos donde la teoría y la experiencia se vinculan y reconfiguran constantemente. Los movimientos telúricos que aquí se proponen
intentan acompañar y apoyar en la construcción de alternativas radicales
La teoría y la práctica no pueden separarse. Y en un nivel micropolítico queda claro que no es sostenible adoptar un discurso sin transformar también las propias actitudes y formas de relacionarse
con otras personas y con el mundo. La propuesta de concebir a los colectivos y a las organizaciones
de incidencia política como comunidades de indagación-acción se plantea así, como oportunidad
para repensar la incidencia antes que proponer estrategias únicas para hacer planes de incidencia.
Esto también tiene el potencial de dinamizar y pluralizar nuestros esfuerzos.
3 En un inicio, esta iniciativa
se planteó de este modo y, si
bien la propuesta misma se
fue cuestionando a lo largo
del proceso, no deja de ser una
guía dirigida a organizaciones
que hacen incidencia. Partir
de esta propuesta también
nos ha brindado oportunidades para proponer diversas
formas de cuestionar aspectos
de la teoría y la práctica relacionadas.
4A diferencia de la reflexión,
que se refiere a reflejar o
acceder a la esencia de algo, la
difracción, como fenómeno
físico produce efectos de
diferenciación que imposibilitan la noción de esencia fija
o identidad (Brad, 2007). Como
práctica crítica feminista, la
difracción se plantea como
forma de atender los efectos
que cada encuentro produce,
incluyendo el de lectores
con lecturas o personas y
cosas. “La difracción es una
cartografía de la interferencia,
no de la réplica, el reflejo o
la reproducción. Un modelo
difractario no indica dónde
aparecen las diferencias, sino
dónde aparecen los efectos
de las diferencias” (Haraway,
1999, p. 126).
014
Las estrategias para la conformación de comunidades de indagación-acción que se presentan en
esta guía invitan a las personas y a las organizaciones a ampliar y transformar, desde sus propia localización, saberes, sentires, experiencias y actitudes que den paso a acciones de incidencia capaces
de agrietar o seguir agrietando profundamente los sistemas de dominación.
La indagación-acción en la práctica
Entendemos la indagación-acción como el proceso en el que se busca comprender y transformar
algún aspecto de la realidad haciendo preguntas, observando con detenimiento, escuchando de manera activa, pensando y difractando, poniendo en práctica pequeñas acciones y desarrollando ideas
y respuestas, todo ello como un proceso colectivo que reconoce todas las relaciones implicadas.
5 Esta palabra es una castellanización del inglés enactment,
que significa “evidenciar algo
existente o determinante para
el presente”.
015
Al mismo tiempo, esta es una activación o enacción5 transversal, ya que diluye los límites entre disciplinas y esferas de la realidad tradicionalmente entendidas. Esto permite reconocer el papel de
la materia o los objetos tanto como el de las palabras, recordando que las cosas no son elementos
simbólicos ni meras herramientas a ser explotadas al servicio de la representación sino presencias
dinámicas. Lo mismo aplica para el papel del espacio y el tiempo: materializaciones que afectan
nuestras capacidades de percepción y relacionamiento, ampliándolas o disminuyéndolas. Como
escribe Karen Barad, “la espacialidad no es definida sólo en términos de límites sino también en
términos de exclusiones” (2007, p. 181). Es por ello que resaltamos que la performatividad implica
entrelazamientos entre múltiples formas de existencia. Asimismo, el análisis se extiende a otros
tipos de texto, escritura e inscripción, permitiendo abordar también lo hablado y otras formas de lo
dicho, así como textos silenciosos (presentes en su ausencia). Otro aspecto fundamental es el de la
fabulación o la producción de mundos. La indagación-acción que aquí se plantea abre alternativas
para generar historias e imaginar realidades alternativas, hace uso de la ficción como herramienta
y que ningún proceso que despierte la conciencia deja de ser doloroso (lo que no es lo mismo que
causar sufrimiento). Para ello es importante compartir de manera horizontal con todo el grupo
la responsabilidad de observar y atender instancias de desconfianza o actitudes antagónicas y, de
igual modo, señalar con actitud positiva los momentos en que se van abriendo, esto siempre de manera no intrusiva e idealmente utilizando el humor y la risa como vía para restablecer las relaciones
comunitarias. Algo que puede quedar claro, desde el inicio para poder habitar el proceso con confianza, es que la interrupción de los ejercicios de poder o el desprendimiento de estos y, en suma, la
transformación social, no es algo que se pueda enseñar o aprender sino que es algo que se pone en
práctica. El desprendimiento no se enseña, se encarna.
de navegación y análisis, como medio para la construcción de conocimientos. La transversalidad
nos recuerda la importancia de continuar problematizando el nosotres a partir de una noción de
responsabilidad continua hacia aquello y aquellos que escapan de los regímenes simbólicos y políticos, incluyendo ausencias y espectralidades (quienes nos muestran quiénes tienen la suerte o el
derecho a estar vivos6).
Lo anterior requiere de una metodología que no opere como estructura sino como estrategia para
interrumpir los ejercicios de poder, desde la manera cómo nos relacionamos con otres y cómo
construimos conocimientos y propiciamos acciones a partir de ellos. Al evitar los dualismos (como
teoría / práctica, sujeto / objeto o naturaleza / cultura) y las jerarquías podemos generar rupturas
cada vez mayores de manera participativa por medio de la discusión crítica aplicada a las acciones.
Lo anterior tiene que ver con la necesidad de problematizar aquello con lo que estamos familiarizados, es decir, las expectativas de lo que usualmente se hace en el contexto político y de incidencia. El
proceso de desfamiliarización de nuestros hábitos de pensamiento tiene que ver con un desaprendizaje de nuestros privilegios (Spivak, 1990), de modo que podamos considerar de manera crítica
nuestras carencias, relaciones (con otros seres humanos y más que humanos) y heridas propias,
heredadas y causadas. Esta visión se contrapone a la tendencia del poder hegemónico de imponer
un solo significado o una sola forma de entender la realidad, pretendiendo brindar respuestas fáciles desde una tecnificación y automatización de las acciones que a su vez reproducen relaciones y
ejercicios de poder y se vuelven hegemonía.
Curiosidad comprometida, atención cuidadosa,
difracción y responsabilización
La curiosidad comprometida tiene que ver con el cuestionamiento y la exploración de diversas
rutas y extravíos. Parte de la apertura o disposición a cuestionar y comprometerse con procesos de
exploración y aprendizaje.
Esta es una indagación-acción motivada por una crítica creativa, la cual se aplica, para empezar,
sobre las propias prácticas y herramientas. La crítica creativa puede pensarse también como una
ética, pues parte del cuestionamiento de las implicaciones de las acciones e ideas asumiendo una
responsabilización. El proceso hace posibles aprendizajes a nivel particular y colectivo, pero estos
serán más valorados si los colectivos y las organizaciones se conciben como comunidades de aprendizaje (un aprendizaje que no se da de vez en cuando o como resultado de procesos de formación
profesional o capacitación eventual, sino que surge del trabajo que se realiza dentro y fuera de las
organizaciones en el día a día). En otras palabras, la indagación-acción y sus efectos pueden ser en
sí mismos experiencias de transformación cotidiana. Es a esto a lo que nos referimos cuando hablamos de habitar el proceso.
Por otro lado, una atención cuidadosa tiene que ver con leer los detalles más finos para notar
con cuidado lo que está allí y lo que no (lo que está siendo dicho y lo que no). Significa también ser
afectados y afectar, cultivando la sensibilidad de todas nuestras facultades encarnadas, habitando y
deviniendo en los procesos y al mismo tiempo reconociendo la complejidad de la historia de nuestros ensamblajes. Atender con detenimiento un tema o proceso particular, el contexto o una problemática tiene que ver con ir más allá de la percepción generalizada de lo que los medios muestran
(y de su agenda coyuntural) y de la respuesta a partir de primeras impresiones (algo especialmente
retador en las redes sociales, caracterizadas por el pensamiento automatizado y la inmediatez).
Esto permite atender, en el sentido de detenerse y tomarse el tiempo para observar y/o escuchar
cuidadosamente diversas perspectivas, necesidades y planteamientos, informando con ello los siguientes pasos en la indagación-acción, proyectos o iniciativas de incidencia. La atentividad es “la
práctica continua se estar abiertos y vivos ante cada encuentro, cada intra-acción, para que podamos hacer uso de nuestra habilidad de responder, nuestra responsabilidad para ayudar a despertar,
a respirar la vida en cada vez nuevas posibilidades para vivir justamente” (Barad, 2007, p. X).
La indagación-acción colectiva implica, por otro lado, la negociación de condiciones que nos permitan entrar en conversación, de modo que no se impongan espacios, lentes o condiciones que no
consideren a todas las personas involucradas y posibiliten la articulación sin homogeneización.
Dicha negociación requiere, a su vez, de apertura y confianza así como de lo que podemos llamar
una actitud de indagación-acción, caracterizada por la curiosidad comprometida, la atención
cuidadosa, un pensamiento capaz de ir más allá de la propia perspectiva e ideas planteadas, es decir, que se difracta, y por la responsabilización, es decir, la inclinación y capacidad de responder
a las necesidades evidenciadas o desveladas por la indagación.
ACTITUD DE INDAGACIÓN
CURIOSIDAD
COMPROMETIDA
ATENCIÓN
CUIDADOSA
PENSAR
DIFRACTIVO
RESPONSABILIZACIÓN
Además, es necesario construir y mantener espacios seguros, de modo que las personas puedan
ir desmantelando las nociones y prácticas tradicionales de este tipo de encuentros. Lo anterior
implica el reto de evitar la resistencia o saber manejarla cuando pueda surgir de manera natural,
teniendo claro que el encuentro con sentires y pensares diversos siempre puede generar conflicto
Al mismo tiempo, requiere y posibilita la documentación y su recopilación (desarrollo de cartografías) para poder ser analizada de manera estratégica, de modo que brinde comprensiones acerca
del contexto, la política y los propios procesos de incidencia. La documentación permite cultivar la
práctica de mirar siempre hacia atrás y hacia delante, haciendo visibles los aprendizajes y estableciendo diálogos críticos con las ideas y procesos.
6 El Buen Vivir de los Pueblos
de Guatemala plantea de
manera similar que: “Los
seres cosmogónicos sienten,
piensan y actúan; consideramos como hermanos mayores
a todos los demás seres
aunque parezcan pequeños o
grandes, ellos son los generadores de vida, los generadores
de la cosmoconvivencia, los
que procuran el equilibrio, la
armonía, la vida plena; a ellos
les debemos la vida, a ellos
les debemos el buen vivir que
nos toca reconstruir, que nos
toca reconstituir para todas
y todos los seres, se abre
entonces el tiempo de la re:
revalorar la vida, recuperar el
sistema propio de los Pueblos,
reconstruir el cosmocimiento,
retornar nuestras raíces vivas
y activas” (2014, p. 18).
016
La difracción, más que solo la reflexión, permite acceder a las ideas y acciones de manera crítica
y amplia. Más allá de la producción de reflejos de lo mismo, la búsqueda de esencias o el fortalecimiento de la mismidad, se plantea la difracción como una lectura que considera y posibilita la
diferencia y la heterogeneidad. Esta propuesta interrumpe el pensamiento binario o la tendencia
a entender la realidad en términos de dualismo. La difracción se activa no solo a partir de las ideas
aquí planteadas sino sobre las propias prácticas, las relaciones que esas prácticas producen, la información compartida en diversos medios, los discursos de poder, etcétera, para generar “modelos
de interferencia, no imágenes reflejas” (Haraway, 1995, p. 125).
017
Desarrollar lecturas difractivas requiere prestar atención a la manera cómo aquello que leemos
produce determinados efectos, activa eventos, haceres y relaciones, más que lo que significa. Implica tomar en cuenta las maneras en que lo discursivo y lo material intra-actúan y pueden abrir
encuentros con lo que antes no se pensaba o estaba ausente. Es recordar que discurso y materia se
constituyen mutuamente en la producción de saberes. Esto produce un encuentro diferente con
los datos, a la vez que resalta el propio posicionamiento y las intra-acciones que generamos como
investigadores, activistas o comunicadores. En otras palabras, el proceso difractivo es la puesta en
práctica de descentrar (apartar del centro) al sujeto de la producción de conocimientos y generar
prácticas de pensar-con y hacer-con como alternativa a la representación (hablar-por, hacer-por).
Nos permite acercarnos al lenguaje no como algo que comunica o media la realidad sino como algo
INVITACIONES PARA GENERAR RUPTURAS
que produce efectos concretos, activa eventos o abre relaciones, el lenguaje como un hacer, como
resonancias afectivas y como ensamblaje material-discursivo cargado de historias.
La responsabilidad (respons-(h)abilidad) es entendida aquí como la capacidad de responder. Se
sigue de la atención cuidadosa y nos permite responder la pregunta: una vez que la debida atención
ha sido prestada, ¿qué debe hacerse, qué compromisos estamos dispuestos y dispuestas a asumir?
La responsabilidad nunca está terminada ni dada y nunca está situada solamente en relaciones
duales o solo entre humanos. Aquello con lo que nos comprometemos es multidireccional pues
siempre está en conversación con otras ideas y experiencias (ideas y experiencias que puede que
aún no existan, pero cuya existencia puede darse en otro presente). El proceso contínuo de indagación-acción requiere de múltiples respuestas que van ampliando las oportunidades para seguir
indagando; la respuesta nunca es una respuesta definitiva y muchas veces puede consistir en atender algo de manera más cuidadosa o en plantear nuevas preguntas. Esta forma de pensar la responsabilidad nos compromete de manera particular, a la vez que nos recuerda que estamos enredadas y
enredados con otras vidas (no solamente humanas) y por ende nuestras acciones y relaciones siempre tienen efectos (afectamos y somos afectadas y afectados).7 Ser responsable, en este sentido, es
cultivar el conocimiento colectivo, deseando, siendo y haciendo-con de modo que nos hagamos capaces unos a otros. Capacidad que también tiene que ver con poder estar para algunos mundos y no
para otros. Podemos decir que esta es ya en sí misma una práctica política pero no una que surge
sólo de la oposición a los sistemas actuales sino de la atención a otras maneras de ser ya existentes
que involucran otros tipos de seres vivos.
Por otro lado, la responsabilidad también puede ser entendida como imputabilidad o rendición de
cuentas. Tiene que ver con aquello a lo que se le da importancia y se materializa y con lo que es
excluido en los ámbitos en los que nos movemos y las ideas con las que trabajamos (lo que allí no
importa y no puede materializarse). Ser imputables tiene que ver con reconocer nuestro papel en
la conformación de relaciones o cortes que aumentan o disminuyen las capacidades de obrar nuestras y de otres, humanos y más que humanos, es decir, su agencia.
Estas actitudes pueden ampliar nuestras posibilidades para participar activamente, cuestionar y
transformar prácticas y visiones de manera constante desde colectivos y organizaciones. De esta
práctica pueden generarse provocaciones inventivas (fabulaciones especulativas), es decir, compromisos éticos respetuosos y con atención al detalle. Tiene que ver con pasar de la crítica entendida tradicionalmente a prácticas generosas de mundanización (conformación de mundos).
¿De qué manera asumirnos como seres constituides por nuestras relaciones –donde afectamos y somos afectades continuamente– y situades de un contexto sociohistórico particular amplía nuestras nociones de sujetos políticos?
EPICENTRO:
DESDE UNA
PRÁCTICA
LOCALIZADA
¿Por qué entender nuestros colectivos y organizaciones como
espacios que propician prácticas transversales de construcción de conocimientos y cultivo de una fuerza crítica creativa
puede ampliar nuestras posibilidades de incidencia?
FALLAS:
ORGANIZACIONES
CRÍTICAS
Y CREATIVAS
¿Cómo el interrumpir prácticas de representación en la comunicación y la política puede abrir oportunidades cotidianas
para imaginar, recuperar y generar mundos más justos?
ONDAS SÍSMICAS:
EJERCICIOS
RADICALES
DE INCIDENCIA
¿De qué manera una política afirmativa no exclusivamente
humana puede cultivar presentes y futuros regenerativos en
los que proliferen formas plurales de existencia?
FRACTURAS:
TRANSFORMACIONES
POLÍTICAS Y OTRAS
PRÁCTICAS DE RELACIÓN
CON EL MUNDO
Los movimientos telúricos y documentar los procesos de la indagación-acción requieren:
7 El Buen Vivir de los Pueblos
de Guatemala, entiende esta
noción desde el concepto
de cosmoconvivencia, que
define de la siguiente manera:
“Todo está inter-relacionado
entre sí, existe una relación
estrecha entre todos los seres,
fenómenos, ámbitos, aspectos,
niveles y formas en que la vida
se expresa. Todo lo que sucede
tiene un impacto y se retroalimenta o transforma por la
influencia de otros fenómenos
o seres que habitamos en el
cosmos.” (Confluencia Nuevo
B’aqtun, 2014, p. 20.)
018
Cartulinas, pliegos de papel reciclado o blocks de papel bond de tamaño doble oficio, marcadores
de colores, lápices o lapiceros.
Opcional: Notas adhesivas, celular con grabadora de audio y cámara para documentar los procesos e intercambios.
019
020
021
APERT
N
¿De qué manera
nuestras nociones de
subjetividad pueden
ampliarse a partir
de prestar atención
a la complejidad de
nuestras relaciones, su
constante reconfiguración y las maneras
en que nos afectamos
con otras formas de
existencia?
ACIÓ
“SOMOS UN MUNDO FUNDADO EN LO PLURAL.”
AURA CUMES
Comenzar un proceso de indagación acerca de nuestra realidad política, y plantear maneras para
transformarla, requiere partir de la propia localización, es decir, de la realidad sociohistórica que nos
atraviesa y constituye. Situarnos, como punto de partida, nos permite no solo identificar el lugar de
enunciación –desde dónde hablamos y dónde nos colocamos políticamente– sino también abrirnos
a un ejercicio crítico acerca de nuestras nociones de identidad y formas de concebir las relaciones. Al
reconocernos encarnades e integrades materialmente dejamos de lado las nociones universalistas y
trascendentales propias del pensamiento occidental moderno y las lógicas coloniales. Esto nos permite, a su vez, abrirnos a las diferencias sin reproducir nociones binarias y oposiciones, y comprender
mejor nuestra naturaleza relacional y afectiva, es decir, nuestra capacidad de afectar y ser afectades.
Comprometerse con un proceso de indagación-acción sobre lo anterior puede generar oportunidades para considerar otras formas de subjetividad, otro tipo de relaciones e incluso sociedades distintas y realidades posibles. Esto, además, ligado a una crítica de la sociedad patriarcal y heteronormada
actual y sus consecuencias en el orden social, económico y político, nos brinda aperturas para concebir acciones concretas de transformación.
RA LA IN
A
P
D
AS
AG
UR
Esta sección nos invita a considerar estrategias para comprometernos con
una práctica política encarnada y situada, pero también en movimiento
como forma de desestabilizar el sistema. Este planteamiento también está
motivado por el deseo de comprender la manera como nuestras identidades son producidas, pensar cómo la vida social está sumergida en una serie
de sistemas (creencias, salud, educación, transporte, sistemas de opresión,
justicia e injusticia) y relaciones complejas entre humanos y más que humanos y cómo todo esto moldean nuestra experiencia y la de otres. Los movimientos propuestos al final de esta sección también buscan llevarnos a
prestar atención a las múltiples formas de existencia que se ha pretendido
borrar y a concebir modos alternativos de existencia.
SITUARSE
Invitación: Ampliar
nuestras nociones
de subjetividad
prestando atención
a la complejidad de
nuestras relaciones,
su constante
reconfiguración y
las maneras en que
nos afectamos con
otras formas de
existencia.
¿Por qué la elaboración de
cartografías de nuestras
historias (como enredos naturoculturales) nos pueden
servir para notar diferencias
y puntos en común y aumentar las oportunidades para
encontrarnos y seguir cultivando conexiones lejos de las
lógicas de dominación?
Invitación: Elaborar
cartografías de
nuestras historias,
entendidas
como enredos
naturoculturales,
y notar diferencias
y puntos en común
para aumentar las
oportunidades de
encontrarnos y
seguir cultivando
conexiones lejos
de las lógicas de
dominación.
¿Cómo podemos
activar y mantener
prácticas encarnadas
y situadas capaces de
constituir ensamblajes
heterogéneos de humanos y no humanos
como co-productores
de conocimientos?
Invitación: Activar y
mantener prácticas
encarnadas y
situadas que
sean capaces
de constituir
ensamblajes
heterogéneos de
humanos y nohumanos como
co-productores de
conocimientos.
022
Todo tipo de conocimiento se produce en situaciones históricas y sociales particulares y, por ende,
está moldeado y condicionado (si bien no determinado) por éstas. Esto quiere decir que la localización –su realidad o contexto– de todas las personas involucradas en cualquier forma de producción
de conocimiento influye de manera directa sobre ese conocimiento. La propuesta de conocimiento
situado (o de epistemología de la localización) cuestiona la noción del saber construida desde la visión racional moderna europea, impuesta como forma única del saber y cuyas consecuencias fueron
el rechazo y la invisibilización de otras formas de construir conocimientos, junto con la idea de verdades universales. De dicha noción también se derivó la idea de que conocer algo significa dominarlo. Con el paso del tiempo, y de la mano de los procesos de colonización y la expansión imperialista
del siglo XIX, justificados en una buena medida por el pensamiento científico moderno, así como
con el desarrollo del capitalismo, el conocimiento se fue asociando cada vez más con acciones orientadas a fines concretos, cuyos criterios buscan garantizar la precisión, el éxito, el control y la eficacia
(Lukacs, 2008).
De manera específica, la crítica suscitada por el conocimiento situado (que se deriva de la teoría
feminista del punto de vista) se enfoca en los métodos con tendencia universalista. Dichos métodos
aspiran a un alejamiento de quien construye conocimiento de lo que quiere conocer, a partir de la
idea de que es posible colocarse en una posición neutral, lo que comúnmente se ha llamado objetividad. No obstante, la crítica feminista ha señalado que esta posición no es más que el punto de vista
masculino occidental del mundo, uno que se guía por una lógica dicotómica donde los fenómenos
se representan como mutuamente excluyentes y que fundamenta formas de constituir relaciones
sociales que facilitan la dominación. En las ciencias sociales, este planteamiento señala de manera
directa la tendencia a abstraer a las diferentes formas de existencia de su contexto y relacionalidad
y a representarlas, reduciéndolas a meros datos, sin agencia y, en el caso de las personas, sin capacidad de analizar su propia situación y resolverla. En ese sentido, los conocimientos situados no son
solamente una propuesta epistemológica (ligada a la construcción de saberes) sino también ética.
023
Saberes parciales y plurales
permanente de estar siendo8. Este planteamiento nos brinda alternativas a las políticas identitarias y otras formas de captura o producción de subjetividades únicas, algo especialmente valioso
si consideramos que la ideología hegemónica se refuerza en la tríada individuo-mercado-Estado,
como categorías determinadas. Lo anterior nos permite abrirnos a una subjetividad política también distinta. Una “subjetividad (...) materialista y vitalista, encarnada e integrada, firmemente
ubicada en lugares precisos” (Braidotti, 2015. p. 67), lo que implica un aumento de las capacidades
para ser imputables éticamente y dar con vías alternativas de producción de conocimiento. Esta
perspectiva situada nos hace más responsables y nos abre a prácticas colaborativas que parten de
la generosidad y la reciprocidad.
De lo anterior se deriva la necesidad de reconocer la condición parcial del conocimiento, lo que
le devuelve su valor a los saberes producidos por poblaciones históricamente excluidas, invisibilizadas o subalternizadas. Los conocimientos situados dan cuenta de la ventaja que las personas y
grupos poseen cuando se trata de sus propias realidades, es decir, que no son saberes construidos
desde fuera de la realidad que se describe sino desde la experiencia de esa realidad. Esto no significa
que no podamos estudiar, aportar conocimientos o hablar de realidades o problemáticas que no
nos afectan directamente, sino que nos plantea la cautela de hablar con esas otras personas y realidades en lugar de hablar por ellas. Además recuerda la relevancia de atender el lugar desde donde
tomamos la palabra.
Los conocimientos situados incluyen objetos y cuerpos, orgánicos e inorgánicos, humanos y más
que humanos, como elementos activos en el proceso de construcción de saberes. Esto quiere decir
tomar en cuenta desde una conciencia ética las implicaciones, no solamente con y entre seres humanos. Podemos pensar, por ejemplo, en la práctica de la geología y su relación con los territorios y
la materia mineral, la biología y su relación con los ecosistemas y especies, la medicina y su relación
con los cuerpos y organismos así como con los elementos químicos y los aparatos. Esto también
nos recuerda que el lugar donde nos ubicamos, y desde el cual percibimos el mundo (nuestra sensibilidad), así como nuestras relaciones, están siempre implicadas en nuestros saberes y acciones.
Podemos pensar en cómo los pueblos originarios –que comparten un entendimiento no dualista de
los seres no humanos y del territorio– no han desarrollado formas extractivistas de relación ni de
construcción de saberes y cómo esa visión fundamenta sus luchas. Como lo resalta Juan Blanco, en
su amplio estudio sobre epistemologías mayas, es por medio de la producción de un mundo plural de
diferencias en relación interactiva que “los mayas (…) realizan la (re)afirmación de un modo de ser
otro al de la sub-alteridad impuesta” (2019, p. 355).
Cautela: Es i
ción) se conv
Política encarnada y situada
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Como nuestras relaciones son cambiantes también nosotres lo somos. Enunciarse desde una localización particular no significa que esta sea fija. No somos, sino que nos encontramos en un proceso
etad
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de
8 De manera similar, John
Holloway ha reflexionado
acerca del problema de
lo hecho primado por el
capitalismo sobre el hacer.
Lo hecho, como fetichismo
de la mercancía, es el
‘modo de existencia’ de las
relaciones sociales en el
capitalismo. De ahí que para
el autor “la identidad es la
forma más concentrada de
fetichismo en tanto consagra
la subordinación del hacer
respecto a lo hecho y ‘aplasta
la contradicción’”(Tischler
Visquerra y García Vela, 2017,
p. 194).
desig
nali
ate
que
ya
Por último, situarnos en la relación espacio-temporal nos permite identificar nuestro lugar de
enunciación y al mismo tiempo abrir la noción de sujeto, abordando el problema del humano como
categoría unitaria. Esta problematización es capaz de abrirnos a nuevas formas de pensar la práctica política y la agencia. No solo no existen saberes universales o nociones únicas de subjetividad
sino que no existe tal cosa como una existencia individual o un sujeto unitario: todas las formas
de existencia estamos constituidas por nuestras relaciones humanas y más que humanas y todas
somos diferentes expresiones de la misma materia. Es una subjetividad encarnada (material), distribuida y entrelazada, parte de la interdependencia mutua entre especies. Esto significa que la
materialidad también es colaboradora activa en la producción de conocimientos y de las prácticas
políticas. Lo plantea así el Buen Vivir: “Cada ser es único y contiene todos los elementos del cosmos. La colectividad interactúa, no hay uno, ni dos que predominan, todos trabajan de la mano para
la colectividad y los ciclos de la vida” (Buen Vivir, p. 29).
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lis
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tant
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Reconocer la naturaleza situada de los conocimientos es un compromiso político fundamental para
recuperar la confianza en que los conocimientos (producidos por distintos procesos y en espacios
diversos) tienen un potencial transformador. La crítica se hace tan importante como la verificación
para evitar anulaciones y represiones (Haraway, 1995). Estas ideas han influido en el pensamiento
social latinoamericano, especialmente en la propuesta del giro decolonial, ya que este también parte de una crítica a las pretensiones de saber universalistas y omnicomprensivas. El pensamiento
decolonial ha señalado que podemos encontrar las bases de la racialización y la visión patriarcal en
el discurso racionalista moderno. La teoría postcolonial y los planteamientos anticoloniales también se basan en las perspectivas situadas.
mpor
cómo nos afecta el sistema hegemónico y al mismo tiempo de las líneas de fuga
que podemos ir trazando.
Difracción: Para Donna Haraway (1999), la difracción es un método de lectura que no
cae en la crítica negativa ni en la reflexión (entendida como una manera
de producir identidades fijas o limitar el pensamiento generativo o
Atendisruptivo). Muchas veces hacemos una crítica de un planteader: Entendemos
miento o propuesta a partir de aspectos que en un primer
atender como un elemenacercamiento nos hacen ruido desde nuestras posturas y
to ético que forma parte de imnos enfocamos en ese problema o en la persona que lo ha
plicarse en situaciones particulares y
propuesto. Sin embargo, esto no cambia la propuesta
que tiene que ver con el reconocimiento
ni le aporta a las luchas o posicionamientos alternainicial de que existe una necesidad (Tronto,
tivos con los que nos identificamos. Para Haraway,
1993). Se refiere al acto de detenernos y observar
esto tiene que ver con los límites de la reflexión,
o escuchar cuidadosamente algo y estar abiertas y
que solo “produce un desplazamiento de ‘lo misabiertos a ser afectados por aquello cuya necesidad
mo”’ (1999, p.126) y por ende no es lo suficientese nos presenta, poniendo en pausa nuestras propias
mente crítico. Tanto el análisis crítico negativo
preocupaciones. Karen Barad (2007) define la atención
como la reflexión tienen a repetir con detalle lo
como la práctica continua de estar alertas y tener apertura
que ha sido negado o está siendo anulado, reen cada encuentro, de modo que podamos poner en práctica
flejando lo que el texto o artefacto cultural le
nuestra habilidad de responder y ayudar a despertar e inspihace a cuerpos subalternizados o marginados.
rar vitalidad, asumiendo cada encuentro como una nueva
posibilidad para vivir justamente. Para la filósofa y La condición de esos cuerpos, no obstante,
bióloga feminista Haraway (2008) la atención permanece intacta. Las lecturas difractivas,
significa tener en cuenta, responder, voltear a en cambio, aspiran a generar una transforver de manera recíproca, notar, tener respeto mación. Como lo propone Haraway, lo que
y cortesía y estimar, todo lo cual está ligado a se busca es producir “efectos de conexión, de
un reconocimiento amable, a la constitución encarnación y de responsabilidad con algún
de la polis, a donde y cuando las especies se otro lugar imaginado que ya podemos aprender a ver y a construir” (1999, p.122), en lugar
encuentran entre sí.
de efectos de distanciamiento. En ese sentiCartografía: La cartografía consiste en do, la difracción es una estrategia epistémica
el trazado del mapa del rizoma (Deleuze y crítica de la academia y sus limitaciones.“ La
Guattari, 2015), una forma de saber no lineal difracción es una cartografía de la interferenni diferenciado que no permite réplicas o tra- cia, no de la réplica, el reflejo o la reproducducciones unilaterales. Es un proceso intuiti- ción. Un modelo difractario no indica dónde
aparecen las diferencias, sino dónde aparecen
vo, orientado por una multiplicidad conectiva, es
los efectos de la diferencia”, escribe Haraway
cambiante y no representacional. Es un mapa que
(1999, p.126). La difracción sucede cuando un
construye el territorio en el mero proceso de ser trazado, no lo
texto, una propuesta, una obra de arte, una
preexiste ni se extiende más allá del dibujo cartográfico. Esto
acción,
etc. nos interpela o nos afecta antes de
nos permite trazar una ruta flexible para entender la realicorroborar su coincidencia o no con nuestros
dad con la que lidiamos, sus complejidades, y así notar o
preceptos teóricos (según nuestros posicionaproducir maneras de relacionarnos con esta. Al documientos o las luchas con que nos identificamos)
mentar o registrar nuestros procesos organizacionales,
o
analizar lo que hay detrás de ese material. En
acciones de incidencia o activismo, y volver contiotras palabras, el evento de la afectación es la dinuamente sobre ello –para actualizarlo o problefracción y es allí donde se encuentra la revelación o
matizarlo, notando lo que se activa emocional y
el alcance clave para la producción de conocimiento
afectivamente en cada encuentro– estamos
(Van
Der Tuin en Braidotti y Hlavajova, 2018). Para
elaborando cartografías. Como instruKaren Barad (2007), por otro lado, la difracción permimento de análisis, la cartografía
te abandonar la tendencia representacionalista tanto de
nos permite ir desarrollando
la producción de conocimientos como del ejercicio político.
una comprensión más
Como
fenómeno físico, la difracción muestra la manera como la
adecuada de
materialidad se afecta mutuamente produciendo siempre efectos de
interferencia (nada mantiene sus cualidades previas ni tiene límites claros).
Este es un juego de indeterminación y producción permanente de multiplicidades que
desestabiliza toda lógica binaria. En ese sentido, toda relación (la relación entre diferentes teorías, acciones o propuestas, por ejemplo) es un hacer, nunca algo estático. Los
026
027
(2018): “En el sentido maya de la vida o cosmovisión, no existe la palabra ‘naturaleza’(...) Desde la cosmovisión maya todo lo que occidente llamaría ‘naturaleza‘:
tierra, piedras, valles, montañas, bosques, barrancos, ríos, lagos, mares, aire, sol, luna,
estrellas, todo, tiene vida propia (...) Las personas somos solamente un hilo más en el tejido del rachulew (faz de la tierra), o lo que otros llamarían ‘universo’” (p. 10).
límites entre cuerEntrelazamiento / ensamblaje: La figura del entrelazapos y teorías (posturas o
miento o ensamblaje (a lo que también nos hemos referido
áreas) no están dados sino que
en esta guía como maraña) diluye las distinciones entre
se producen en las exclusiones y en
el yo y el otro y se enfoca en la conectividad que existe
las maneras en que nos hacemos imputaentre todas las formas de existencia, que incluyen
bles (Barad, 2003).
lo humano, animal y máquina. La reconfiguración
permanente, o nomadismo, es uno de los aspectos
Las lecturas difractivas ponen en duda la división
de esos ensamblajes (Deleuze y Guattari, 2015).
entre entre las diferentes áreas de estudio o discipliLa noción de entrelazamiento (a partir del fenónas, las dimensiones natural y cultural y la mera natumeno de entrelazamiento cuántico de la física)
raleza de la diferencia. Cuando realizamos una lectura
nos recuerda que nada es individual y que nada
difractiva no nos enfocamos en el significado original del
pre-existe a sus relaciones. En este sentido,
texto o artefacto sino en cómo los textos, los artefactos y
podemos decir que somos ya siempre entrelalos humanos se interpelan o afectan y cómo se informan muzamientos en proceso de reconfiguración, no
tuamente como resultado de su entrelazamiento. Barad
individuos con identidades fijas.
(2007) escribe que “una metodología difractiva es
una práctica crítica de generar diferencia en el Enunciación: En la narración de la historia
mundo. Es un compromiso con comprender hay algo más que el registro de la realidad:
qué diferencias importan/se materializan, el discurso emerge de espacios particulares
cómo importan/se materializan y para quién. o un lugar de enunciación. Para Walter MigEs una práctica crítica de responsabilidad, nolo el conocimiento es producido dentro de
no una práctica de aprendizaje-distante de distintos espacios epistemológicos de enunreflexionar desde lejos (…) No desvelamos ciación, es decir, la localización desde la cual
hechos preexistentes acerca de cosas inde- una persona se expresa y construye sus sabependientes preexistentes como si existieran res. Más puntualmente, la enunciación parte
congeladas en el tiempo (…) Más bien, apren- de la localización y tiene que ver con un prodemos acerca de fenómenos –acerca de con- nunciamiento o toma de conciencia a partir
figuraciones materiales específicas del devenir de ello. Nos enunciamos a partir de nuestra
del mundo” (p. 90 - 91). Pensar en la difracción localización como perspectiva parcial, es
como práctica metodológica, de acuerdo con Ba- decir, establecemos desde dónde hablamos
rad, es leer “perspectivas a través de otras”. La difrac(por ejemplo, las mujeres) acerca de nuestras
ción nos aleja de las lecturas normativas habituales y atiende
experiencias en nuestros propios términos
aspectos que las lecturas discursivas no toman en cuenta,
dando paso a una definición política. Pero la
pues no dan cuenta de las intra-acciones materiales.
enunciación también es anunciación, nunca
es un punto fijo. Para algunas autoras feminisCosmoconvivencia: Este concepto propone que “todo
tas, la política de la localización (derivada de la
está inter-relacionado entre sí” y que “existe una reenunciación) establece una práctica feminista
lación estrecha entre todos los seres, fenómenos,
responsable (Hinton, 2014).
ámbitos, aspectos, niveles y formas en que la vida
se expresa. Todo lo que sucede tiene un impacExcepcionalismo humano: Es la idea de que los
to y se retroalimenta o transforma por la
seres humanos tenemos un estatus especial en relainfluencia de otros fenómenos o seres
ción a animales no humanos y todo aquello consideque habitamos en el cosmos” (Conrado como mundo natural. Esta creencia todavía funfluencia Nuevo B’aqtun, 2014,
damenta varios conceptos naturalistas de los derechos
p. 20). Como escribe
humanos. En los procesos de lucha por la protección de teAura Cumes
rritorios ríos, lagos o cerros, por ejemplo, aún se discute la necesidad de un reconocimiento de persona jurídica en aquello que se
busca defender. Si bien estos alcances tienen mucho valor, también ponen
en evidencia la jerarquización entre formas de existencia persistente en el imaginario
occidental y occidentalizado. El excepcionalismo humano se propone tanto desde visiones religiosas (como se plantea en el Génesis de la Biblia) como seculares (cuyo
028
respaldo parte de la ciencia, especialmente el en(ídem). En ese sentido, la hegemonía se refiere
foque de que la evolución del cerebro humano dio
también a la ostentación del poder.
paso a “capacidades excepcionales”). Esta es, en
gran parte, la base del especismo y la justificación
Interseccionalidad: La interseccionalidad
de la explotación y el extractivismo que caracterise refiere a las maneras sociales, económicas
za al capitalismo. Las cosmovisiones y saberes no
y políticas en que sistemas de opresión y prioccidentales no comparten esta visión, pues no
vilegio basados en la identidad se conectan,
hacen una división jerárquica entre lo humano y
traslapan e influencian entre sí. El término
lo no-humano.
fue propuesto por primera vez en 1989 por
la profesora de leyes Kimberlé Crenshaw, en
Fabulación especulativa: Mientras que fabular el contexto del sistema de justicia. La autoes inventar, ficcionar o posibilitar, la raíz de espe- ra propuso la interseccionalidad como “un
culación tiene que ver con observar cuidadosa- marco de referencia (...) para trazar el impacmente. La fabulación especulativa nos permite, to del racismo, el sexismo y otras formas de
así, prestar atención cuando aquello que se nos discriminación, cuando estas se dan juntas
presenta como una necesidad va más allá de y crean circunstancias únicas, obstáculos,
nuestro entendimiento o de lo que nuestras for- barreras para personas que están sujetas
mas usuales de relación son capaces de atender a todas esas cuestiones”. Se considera que
imaginando alternativas. Para Donna Haraway este es el abordaje más apto para el estudio
(2019), la fabulación especulativa y el hecho de la estratificación social pues no reduce la
científico se necesitan mutuamente, así como complejidad de las construcciones de poder
también del feminismo. Tiene que ver con gene- a una sola división social, incluyendo la clarar alternativas para interrumpir las prácticas se. Esta perspectiva, al igual que la de los coy narrativas hegemónicas, lo que requiere de nocimientos situados, se deriva de la teoría
nuevas figuras, en una forma de transdiscipli- feminista del punto de vista.
nariedad (método de indagación que trasciende
las disciplinas y entra en diálogo con otras for- Naturocultura: Es una noción que resalmas de construir saberes). De manera similar, ta la naturaleza relacional de la realidad y
la historiadora afroamericana Saidiya Hartman que se ha desarrollado por los estudios eco(2019) acuña el término fabulación crítica para feministas y antiracistas, así como en los
reescribir la historia de las personas raciali- abordajes actuales de tecnociencia. Desde
zadas haciendo una exploración archivística este concepto, se da prioridad al estudio de
que parte del “qué hubiera pasado sí…”, lo que cómo, dónde y para quién se trazan los límipermite imaginar narrativas y desarrollar con- tes y cómo se producen las diferencias más
tra-historias para responder de manera más que asumir que dichas diferencias existen
justa a las experiencias de otrxs. La narración de antemano. Los límites entre sujetos y
especulativa es una herramienta para abordar objetos, cultura y naturaleza, más bien, son
las omisiones de la historia, como las vidas de resultado de relaciones complejas. La mapersonas esclavizadas o víctimas de genocidio y yoría de las veces estas relaciones emergen
así recuperar la “historia imposible”.
de manera jerárquica. En El manifiesto de las
especies de compañía (2017, p. 2), Haraway
Hegemonía: Planteado por Antonio Gramsci escribe: “Entre estratos de historia, estratos
por primera vez en sus Cuadernos de la cárcel, de biología y estratos de naturoculturas, la
el concepto de hegemonía se refiere a una pre- complejidad es el quid de la cuestión. Somos
eminencia o supremacía de determinadas ló- hambre de libertad producto de la conquista
gicas y prácticas que organizan a la sociedad de y también resultado de asentamientos de coformas particulares. Para Gramsci la hegemonía lonos blancos, saltando obstáculos y atravees una dirección y un dominio, lo que caracteriza sando túneles en el campo de juego”.
a una clase que es a la vez dominante y dirigente (Cospito en Liguori, Modonesi y Voza, 2022). Pensamiento fronterizo: Para Walter MigLa sociedad civil es el terreno en el que se desa- nolo, Europa se produjo históricamente por
rrolla la “lucha por la hegemonía” (Cuadernos, 4,
medio de la construcción de una exterioridad,
§46,185), ligada a relaciones entre estructuras y es decir, una periferia que refuerza la existensuperestructuras. De este modo, un grupo previa- cia de un centro. Esa periferia tendría como
mente subalternizado puede “elevarse a la fase de
paradigma seguir ese centro e incluso valiénhegemonía político-intelectual en la sociedad cidose de sus herramientas, lo que configura un
vil y llegar a ser dominante en la sociedad política”
colonialismo cognitivo que opera de manera
029
e indagando sobre las dimensiones políticas de las relaciones de poder dentro de
las cuales se desenvuelven las personas y colectivos y que determinan su día a día.
Sujeto: Desde el paradigma eurocéntrico, que construye una dialéctica entre el ego y el
otro, y con ello una lógica binaria de la identidad y la alteridad, el sujeto es
i n el poseedor de conciencia, racionalidad universal y comportamienteriorizada
y
to ético autodisciplinante (Braidotti, 2015). Desde una postura
sistemática y que se nacrítica se ha señalado que el sujeto es uno de los problemas
turaliza dentro de una pretencentrales al plantear cambios sociales, proponiendo una
dida universalidad. El pensamiento
teoría crítica del sujeto enfocada en una subjetividad
fronterizo establece que se necesita reidestotalizante. Esto significa evitar caer en la consvindicar una epistemología desobediente
trucción de una teoría positiva del sujeto y analizar
que promueva el desprendimiento de procesos
las constelaciones históricas que lo han posibilitadestinados a conformar esas periferias. Para poder
do, incluido el problema de la dialéctica sujeto-obpensar decolonialmente se necesita habitar y penjeto de la lógica eurocéntrica. En este sentido, lo
sar desde la frontera, promoviendo nuevos horizontes
que se plantea es una teoría negativa del sujeto
ya no centrados en el ideal instaurado por el centro, sino el
que reconoce que la crítica al sistema debe parpromovido por ella misma (Ruiz-Estramil, 2015). La autora
tir necesariamente de una autocrítica y evitar
chicana Gloria Anzaldúa se refiere a la frontera o borderland
la idea de un sujeto puro. En la cosmogonía
como un espacio de mestizaje sociocultural del que surgen almaya este concepto se entiende de manera
ternativas que escapan a las lógicas nacionalistas, identitadistinta. La palabra winaq se refiere a la persorias y patriarcales de ambos lados de la frontera. “La
na en un sentido más amplio, se concibe como
frontera entre Estados Unidos y México”, escribe, un ser completo e íntegro. Como explica Aura
“es una herida abierta donde el Tercer Mundo Cumes (2018), es “una noción contraria a la
se araña contra el primero y sangra. Y antes de de ‘hombre’ que es la medida de ‘lo humano’
que se forme costra, vuelve la hemorragia, la en occidente” (p. 5) y “está asentada en una
savia vital de dos mundos que se funde para idea mucho más plural de la existencia (p. 6).
formar un tercer país, una cultura de frontera” (1999, p. 42).
Subjetividad: Las teorías posestructuralistas de la subjetividad plantean la noción del
Política situada/ de la localización: Parte yo como lugar de desunión y conflicto que
de la propuesta feminista propone una críti- está siempre en proceso y que ha sido proca a la epistemología occidental y el método ducido dentro de relaciones de poder. En ese
científico sesgado por la visión patriarcal. La sentido, la subjetividad no es estable sino que
política de la localización puede ser entendida es construida en relación con otros y en práccomo un instrumento que, como requisito epis- ticas cotidianas. Mientras que algunes pentemológico y metodológico, permite una práctica
sadores occidentales o de influencia posesfeminista que hace énfasis en la especificdad del sujeto hablantructuralista han planteado la necesidad de
te para respaldar su capacidad para hablar y dar cuenta de la
deshacerse conceptualmente del sujeto, otres,
manera como el conocimiento se mantiene situado y es concomo feministas (como el xenofeminismo),
tingente. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, esta visión
materialistas y postcoloniales encuentran nehace énfasis en el lugar de enunciación, abriendo espacio
cesaria una forma distinta de subjetividad que
para que éstas hablen de sus experiencias en sus prosea capaz de dar cuenta de las subjetividades que
pios términos, asegurando una base para una defihan sido y están siendo prohibidas, pospuestas,
nición y auto-definición política (Mohanty, citada
permitidas, o mejoradas en los modos de producpor Hinton, 2014).
ción de conocimientos del capitalismo avanzado.
Los pensamientos indígenas y decoloniales se refiePolitización: Proceso por el cual se busren también a la necesidad de visiones alternativas de
ca la mejora de las condiciones de
ser sujeto (por ejemplo, subjetividades con modos altervida a partir de la transformanativos de producción de conocimientos). Desde los mación del sentido común,
terialismos y pensamientos de base ontológica relacional es
reconociendo
posible pensar en subjetividades como entrelazamientos situados, encarnados y distribuidos sujetos a la materialidad y los efectos
de otras formas de existencia a la que también afectamos, asumirnos como
cuerpos de tierra, de agua, de códigos y algoritmos que viven y mueren juntos con una
multitud de otres más humanos. Esta subjetividad constituye, al mismo tiempo, la posibilidad de imputabilidad; es decir, de responsabilización y rendición de cuentas.
030
CARTOGRAFÍAS
SITUADAS
VIBRACIONES
NUEVAS
FISURAS
Fabulación
crítica
RELACIONES,
AFECTOS,
POSIBILIDADES
Y RETOS
SISMOS:
ACCIONES PARA
PROVOCAR
GRIETAS
031
Acción de
visibilización
Aparición
forzada
“NADIE VIVE EN TODAS PARTES, TODO EL MUNDO VIVE EN ALGÚN LUGAR. NADA ESTÁ CONECTADO A TODO,
TODO ESTÁ CONECTADO A ALGO”. DONNA J. HARAWAY
1. CARTOGRAFÍAS SITUADAS
b) Una vez realizada la lluvia de ideas, identifica conexiones entre lo que escribiste. Esto se puede hacer marcando lo que se relaciona entre sí con un color distinto o trazando líneas conectoras entre palabras. Es importante pensar dichas conexiones en términos de encuentros inesperados para evitar
categorizaciones obvias. Guía la indagación de tu listado por una curiosidad comprometida, abierta a
la sorpresa, buscando transitar fuera de las rutas usuales. (Un ejemplo de los encuentros inesperados
puede ser el que se da entre emociones que forman parte de un recuerdo particular e ideas leídas
recientemente, o con algún olor, sabor o textura). Piensa por un momento en esas conexiones como
diversos entrelazamientos o marañas en los que ya te implicas.
La elaboración de una cartografía nos puede ayudar a notar cómo diferentes sistemas (político, económico o social, y sus formas de materializarse)
impactan nuestras vidas, así como aquello que nosotres afectamos. El desarrollo de cartografías críticas, como herramientas compuestas colectivamente por voces históricamente silenciadas, nos permite hablar acerca
del poder y documentar lo que sabemos desde nuestra experiencia. Así, podemos pensar en este ejercicio como la puesta en práctica de una política
situada y encarnada que nos permite responsabilizarnos (seguir ampliando nuestra capacidad de responder) a partir de la complejidad y la heterogeneidad que nos caracteriza. Esta es una forma de comenzar a negociar
una comprensión adecuada de las condiciones negativas del presente de
manera crítica y creativa, dar cuenta de múltiples localizaciones y extraer
conocimientos de las diferentes experiencias de exclusión y de dolor para
cultivar relaciones afirmativas. Esta es una invitación a explorar y a relacionarse, identificando alternativas para el presente, ampliando conexiones,
fuerzas y afectos.
Esta es también una estrategia de interrupción
de las tendencias del pensamiento hegemónico. Es decir, la simplificación del mundo y de les
otres en categorías únicas, lo que hace que perdamos de vista las particularidades, la heterogeneidad y las relaciones.
c) A continuación, nombra las marañas resultantes. Nombrar permite atender de manera más cuidadosa lo que ha surgido, pues nos hace detenernos y ponernos a la disposición. (Por ejemplo, una maraña puede estar constituída por aspectos ligados al propio cuerpo y otra a ausencias que nos afectan;
a la primera maraña podríamos llamarle “los cuerpos que estoy siendo” y a la segunda “los fantasmas
que me hablan”). Presta atención y permite que las marañas te sugieran cómo ser nombradas, escucha qué necesitan.
a) Comienza generando una lluvia de ideas de todo lo que consideras que
te atraviesa, te constituye o afecta: aspectos relacionados a tu localización,
bagaje, convicciones, experiencias, deseos, intereses, preocupaciones, búsquedas, inquietudes, sensibilidades, lazos y relaciones…
uestra
d) Revisa los nombres que has colocado y desarrolla una oración o un breve párrafo a partir de cada
uno. No se trata de describir la maraña sino de dejarse llevar e incluso seguir los efectos de interferencia que puedan activarse ahora. Toma en cuenta cómo los elementos no humanos involucrados en el
proceso pueden producir intervenciones, hibridaciones y diferencias.
e) Para finalizar, se recomienda ordenar las oraciones o breves párrafos y poderlos leer como un todo.
Comparte lo que has escrito con los demás integrantes del grupo a modo de presentación personal,
idealmente comenzando por “Me sitúo en/ con…” (Lee los comentarios de las personas que han realizado este movimiento previamente si necesitas darte una idea de cómo hacerlo).
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Nota los efectos del proceso: ¿Cómo te has sentido al presentarte ante otras personas de
esta manera?, ¿qué pasa cuando no nos asumimos como identidades fijas, con características
deseables o usualmente premiadas por nuestra comunidad, sino que nos mostramos desde
nuestra localización, complejidad, sensibilidad y multiplicidad? ¿Qué nos dice eso acerca de
nuestros espacios de enunciación y posicionamientos?
Presta atención al presente: En el proceso de escribir es importante prestarle atención a lo que se va activando o revelando
y dejar que las ideas fluyan. Más que representar o buscar significados en experiencias previas, nota lo que se está produciendo
en este proceso, no como algo anclado al pasado sino ligado a la
experiencia del presente. Considera que en este proceso se está
activando un evento, se están produciendo relaciones, así como
una práctica en marcha que genera resonancias afectivas.
El enfoque de este ejercicio está en la experiencia actual, como
práctica, y cómo ella nos informa de manera novedosa sobre todo
aquello que nos afecta y afectamos continuamente. Fíjate en las
palabras que van surgiendo como aperturas para escuchar al
mundo y atenderlo.
Este movimiento nos invita a conectarnos con
el hecho que no somos seres individuales sino
que siempre estamos conectados a otres, humanos y más que humanos; que estamos localizades en contextos (en constante reconfiguración) que nos afectan y a los que afectamos y
que es desde ahí que hablamos, hacemos y entendemos el mundo. El valor de presentarnos
ante otres no desde las lógicas económicas sino
desde lo que realmente nos atraviesa (incluyendo lo emocional), y posicionarnos a partir
de ello, nos lleva a notarnos en un espacio más
amplio de enunciación.
032
033
IXOQI’, 2010
“Ver esta maraña es como alimentar el alma, como cuando observo la naturaleza en todas
sus manifestaciones. Está hecha de manos, porque sé qué puedo hacer, quitar y poner con
lo que cuento. De raíces, porque es parte de mi vida y de lo que no se debe olvidar. Es alegría, lo que me motiva e impulsa a ser mejor cada día. Es una oportunidad, todo lo relacionado a mi trabajo. Voy en busca de espacios, de cambios, de ideas, de apoyo para los jóvenes,
las mujeres y las niñas, en la lucha y defensa de los derechos. Es el hogar, el calor que es mi
familia, donde puedo estar, disfrutar del amor, la motivación, donde podemos bailar, gozar,
cocinar, oír música y convivir con mi madre, mis hijos, mi esposo y hermanos. También es
frío, por todo lo que nos sucede, por lo puede sucedernos ante tantas situaciones.”
–Lidia Tux, Asomtevi
Angélica Serech
“Me pareció muy interesante; el aprendizaje me movió hilos internos, sentimientos que
he dejado por un lado, recordar mi vida de joven, y la muerte de mi papá por la guerra, y mi
militancia en el movimiento sindical. Pero veo en el recorrido los avances, cambios de mi
vida; veo cinco, diez, quince o veinte años atrás, dónde estaba y cómo estoy ahora. Tantos
embates y logros, satisfacciones y frustraciones.”
–Maritza Velásquez, ATRAHDOM
“La abstracción es un elemento necesario a desarrollar en las organizaciones, el ejercicio
creativo de aquello que no se había expresado o ejercitado antes remueve al equipo. En
general el gesto de asombro, la curiosidad, de qué va este ejercicio, hacia dónde va. Consideramos oportuno mencionar que era un ejercicio para cada quien, es decir, esta cartografía
aporta, en principio, a la persona que la realiza, y la discusión a la colectividad. Esta aclaración permitió, aparentemente, un fluir más versátil, honesto, distanciarse de la práctica
de pegar las tripas en una pizarra y que el equipo pase a verlas, respetar ese espacio de
intimidad fue esencial en el ejercicio. La ruptura de las prácticas cotidianas ante un ejercicio de exploración colectiva también es un gran aporte, saber que además del trabajo que
hacemos podemos pensarnos y sentirnos en equipo nos hizo recordar lo esencial de estos
espacios.”
–Agencia Ocote
034
035
Partiendo del color natural del algodón sin tratar, en esta pieza tejo y transmito una experiencia estética y de texturas para tener un diálogo preciso con el color natural de las hojas de la mazorca o maíz.
Materializando así la importancia que estos granos tienen en nuestra vida y cultura. Recrear y reinventar técnicas propias dentro del textil y la relación de este en la vida diaria de las mujeres indígenas,
partiendo de la sencillez y complejidad de ambas.
2. VIBRACIONES
ANGÉLICA SERECH
La cartografía anteriormente realizada puede ser entendida como un vehículo para revelar la complejidad y multiplicidad de quiénes somos. A la vez, puede ayudarnos a notar matices o detalles que
tienden a ser ignorados, borrados o estereotipados en el proceso de crear representaciones desde las
narrativas dominantes. Como hemos visto, los entrelazamientos que nos constituyen, como cuerpos
en relación (con lo humano y lo más que humano), ponen en duda la noción de individualismo y los
dualismos que oponen al sujeto y objeto.
Artista textil originaria de San Juan Comalapa, Guatemala. Desde
niña inició con su aprendizaje en distintas técnicas de telar de cintura
con su maestra Alma Gómez, así como también en el telar de pie y posteriormente en telar vertical con Lidia Serech.
El proceso de indagación-acción en marcha es ya un ejercicio político pues nos involucra de manera
activa con nuestras relaciones y la complejidad de los sistemas de los que formamos parte, a los que
afectamos y nos afectan. Además, este movimiento nos permite hacer propuestas alternativas para
ampliar perspectivas relacionadas a la identidad, la subjetividad y la agencia (especialmente la agencia política), y de interrumpir nociones de desigualdad ligadas a estas.
Considerando lo anterior, y tomando en cuenta diferentes dimensiones, pregúntate:
a. Sobre la subjetividad
“La noción de winaq [en el Popol Wuj] significa persona o gente, y es contraria a la noción
de ‘hombre’ que es la medida de ‘lo humano’ en occidente. En ciertos idiomas mayas, la noción de winaq o persona no tiene género; es decir, hace referencia a la existencia de mujeres
y hombres, de niñas y niños, de ancianas y ancianos. Es también una noción que no deja por
fuera la diversidad sexual o la anulación de los cuerpos sexuados. Quien no se define como
mujer y hombre, sigue siendo winaq. Por lo tanto parece ser una representación del ser
persona asentada en una idea mucho más plural de la existencia”.
–Aura Cumes
¿De qué manera lo que surgió en la cartografía puede ampliar nuestras nociones de subjetividad
y de sujetos políticos (tradicionalmente entendidos como seres individuales que poseen capacidades inherentes)?
b. Con las relaciones:
¿Cómo la cartografía situada nos puede llevar a pensar y sentir de manera distinta acerca de
nuestras relaciones dentro y fuera de nuestros espacios de incidencia y, en general, acerca de
nuestra relación con el mundo?
c. Notando ampliaciones:
¿Qué otras maneras de pensar, sentir, percibir y conectar han surgido? ¿Qué nociones se han ampliado?
d. Reconociendo borraduras:
¿Qué no nos muestra este proceso o que no aparece aún en la cartografía resultante? ¿Qué falta?
Considerando las cartografías de todas las personas que integran la organización, y lo que se ha
compartido hasta ahora, ¿qué voces están incluidas y cuáles no?, ¿qué cuerpos están implicados
y cuáles no?, ¿de qué maneras se podrían incluir?
e. Pensando el poder:
¿Qué nos dice este proceso acerca de las relaciones de poder? ¿De qué manera dichas relaciones nos
influyen o incluso moldean en lo particular? ¿Cómo colaboramos a construirlas o mantenerlas?
¿Qué nuevas oportunidades podrían surgir de una política situada para repensar el poder?
Considera, junto con integrantes de tu
organización o colectivo:
¿Qué ha surgido hasta el momento en este
proceso?, ¿qué han provocado las ideas
planteadas?
036
037
¿Qué implicaciones tienen a nivel personal
y colectivo? ¿Qué aspectos de su práctica de
incidencia hacen vibrar?
Cuando naces hombre pero te asignan “FEMENINO”
Alex Castillo
ALEX CASTILLO
Pues así de simple, eres un hombre trans. Sin embargo, si naces en Guatemala no es así de sencillo.
Las personas trans en este país tenemos que afrontar muchos retos, desafíos y exclusiones en los
diferentes ámbitos de la vida. Esto adquiere mayor relevancia ante la desprotección del Estado hacia las personas trans, ya que no nos brinda ley o garantía alguna.
Hombre transexual, nacido en la Ciudad de Guatemala hace 50 años.
Esposo, padre y abuelo. Administrador de empresas de profesión y defensor de derechos humanos de la población LGTBIQ+ por vocación.
Fundador de Trans-Formación (2013), el primer colectivo de hombres trans en Centroamérica. Desde el 2014, es presidente de la Red
Latinoamericana de Hombres Trans y Personas Disidentes del Género Asignado al Nacer Femenino. Miembro del panel de concesiones y
comité directivos del Fondo Internacional de personas trans desde el
2016. Impulsó la primera clínica de atención en salud integral y diferenciada para hombres trans. También es coautor de la primera investigación sobre salud integral de hombres trans en América Latina.
Mi transición como hombre trans la hice como adulto. Y me cambió la vida. Si bien es cierto que el
género femenino no la tiene fácil —la vida no es sencilla en este país—, tenía una identidad, un nombre, una historia ya construida y gozaba de algunos derechos. Derechos que me fueron arrebatados
uno a uno por el simple hecho de haber iniciado mi transición corporal dentro de una sociedad que
te etiqueta y lee a partir de una identidad única.
Los primeros rechazos vinieron de mi grupo de apoyo: mi familia y mis amigos. Al expresarles mi
verdadera identidad de género me llegaron a catalogar de loco; padecí burlas y chistes. Se fueron
alejando de mí. Esto, aunque fue muy frustrante, no me desmotivó a buscar más información sobre
el tema y descubrí que en este país no había profesionales de salud que pudieran orientarme en el
tema de las personas trans. Aun así, logré conseguir, a través de algunos amigos, información para
iniciar mi transición física, ya que la mental la tenía más que clara.
Los cambios no se hicieron esperar. Mi expresión corporal empezó a cambiar tal y como deseaba.
Por fin, mi mente y mi cuerpo comenzaban a estar tranquilos, en paz, alineados. Los cambios eran
cada vez más evidentes y esto me puso en la encrucijada más grande de mi vida: me di cuenta que
llamarme o que me llamaran desde un nombre femenino no era cómodo para mí. Además, en muchas ocasiones creían que tenía un documento que no me pertenecía y que estaba bromeando con
las personas; incluso, en ocasiones fui criminalizado por actos tan sencillos como querer cambiar
un cheque o utilizar mi tarjeta de crédito.
En Guatemala no está permitido cambiar legalmente el género con el que fuiste asignado al nacer.
Únicamente se puede realizar un cambio de nombre. Logré hacer este cambio en mis documentos,
iniciando con mi DPI y el resto de documentos que acompañan a cualquier ciudadano adulto. En
los espacios a los que iba me topé con situaciones muy fuertes: en cada uno debía explicar el por
qué del cambio, llegando a ser muy desgastante. Si bien encontré a personas empáticas, también me
di cuenta del tremendo odio y rechazo que hay hacia la población trans. Muchos de estos trámites
legales me fueron rechazados una y otra vez, sin ninguna explicación, únicamente por el prejuicio
de la persona que me atendía. En uno que otro lugar encontré una cara amable que, aunque quisiera
entenderme o apoyarme, detenía su buen actuar por la presión de otros.
Así inicia el largo camino que afrontas en tu diario vivir como persona trans: el desconocimiento
del tema, los prejuicios y no digamos las costumbres o imposiciones religiosas de personas, empresas y el propio Estado de Guatemala provocan que nos sigan negando cualquier tipo de derecho.
El derecho a una familia, a salud, a trabajo, educación, acceso al sistema de justicia e incluso a una
identidad.
Hoy puedo decir que soy un hombre transexual pleno y feliz. Aprendí que la transición es un proceso de todos los días, de todos los espacios y que me acompañará hasta el momento de mi muerte.
Que la lucha por los derechos humanos de las personas trans es una batalla que continuaré dando
ya que creo firmemente que todos los seres humanos merecemos vivir plenos y felices desde nuestras propias construcciones y no desde construcciones sociales y religiosas impuestas.
038
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3. NUEVAS FISURAS
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Cautela:
Al mismo tiempo, esas relaciones que en gran parte nos constituyen –la diversidad en otros y en nosotres9– incluyen también nuestras relaciones con lo que consideramos ausente (aquellas voces o
inscripciones que han tendido a ser borradas, acalladas o no escuchadas en nuestro contexto10). La
manera como nos relacionamos con esos fantasmas produce también efectos determinados.
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Es probable que lo anterior haya puesto en evidencia tanto la complejidad de definir quiénes somos
en términos de identidad como el hecho de que lo que somos (como proceso) no es algo fijo, con límites claros. Haraway (1995) se pregunta: “¿Por qué nuestros cuerpos deberían terminarse en la piel o
incluir como mucho otros seres encapsulados por ésta?” (p. 305). En otras palabras, podemos reconocernos como seres plurales siempre en relación, afectando y siendo afectados. Al ampliar nuestras
posibilidades relacionales la multiplicidad se amplía y con ello la capacidad de afectar.
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En este momento del proceso de indagación-acción puede ser de gran valor atender aquello que se ha
invisibilizado o lo que parece estar ausente.
Fabulación crítica para la
atención y la responsabilidad:
En este momento del proceso de indagaciónacción puede ser de gran valor atender aquello
que se ha invisibilizado o lo que parece estar
ausente.
“Si me dispongo a hablar extensamente de fantasmas, de herencia y de generaciones,
de generaciones de fantasmas, es decir, de ciertos otros que no están presentes, ni
presentemente vivos, ni entre nosotros ni en nosotros ni fuera de nosotros, es en
nombre de la justicia... Hay que hablar del fantasma, incluso al fantasma y con él,
desde el momento en que ninguna ética, ninguna política, revolucionaria o no, parece
posible, ni pensable, ni justa, si no reconoce como su principio el respeto por esos otros
que no son ya o por esos otros que no están todavía ahí, presentemente vivos, tanto si
han muerto ya, como si todavía no han nacido”.
–Jacques Derrida
La fabulación crítica11 surge de la indagación acerca de lo que podría haber pasado distinto en determinada situación o momento histórico para activar una práctica narrativa que se responsabilice por
las ausencias. La fabulación tiene que ver con re-visualizar y re-imaginar la realidad como la conocemos para considerar alternativas más amplias.
9 La teórica feminista y física
Karen Barad (2014) plantea
que la diferencia o la alteridad
no son aspectos que se dan de
manera eventual o extraña
sino que son condiciones de
todo lo que nos rodea, características de los fenómenos materiales que incluyen nuestros
cuerpos humanos. Esta idea
contradice la noción de identidad pues esta supone que
pueda trazarse un límite o una
línea divisoria entre un “yo”
y un “no-yo” (un otro o una
alteridad). Notar que estamos
constituides por alteridades
establece una disrupción del
binarismo que caracteriza a
la razón colonial/patriarcal.
De manera similar, la activista
y feminista chicana Gloria
Anzaldúa (2015) muestra a
lo largo de su trabajo cómo
las fronteras entre un “yo”
y algo más no existen en las
cosmovisiones de los pueblos
originarios.
10 Podemos pensar, por
ejemplo, en cómo la noción de
normalidad está íntimamente
enredada con la de anormalidad o la de capacitismo con la
de incapacidad. Lo mismo sucede con las nociones de vida
y muerte. Lo ausente está, por
ello, siempre presente.
040
La fabulación crítica nos permite prestar atención cuando aquello que se nos presenta como necesidad, y queremos atender, va más allá de lo que nuestro entendimiento y de lo que nuestras formas
usuales de relación son capaces de abordar. Por su aspecto imaginativo y narrativo, esta práctica tiene
un elemento de juego y esto nos brinda la oportunidad de pensar en la atención como una práctica de
jugar-con, como expresión del interés, pero también del malentendido y desde la complejidad de las
relaciones. Fabular, en este sentido, nos permite estar presentes de maneras no limitadas por la espacialidad y la temporalidad (como al encontrarnos con las ausencias o los eventos del pasado).
11 Tomamos este concepto de
la historiadora afroamericana
Saidiya Hartman (2019),
quien lo plantea como método
para una investigación de
archivo que haga justicia
a las experiencias que las
narrativas dominantes de la
historia tienden a invisibilizar
o ignorar. Al imaginar
alternativas, el proceso
de investigación se abre a
atender los aspectos menos
evidentes en la evidencia
histórica para construir
una contra-historia que
vaya más allá de los hechos
formalmente documentados
y cuyo propósito no sea
recuperar ni redimir a
aquelles acerca de quién
se está investigando sino
construir una imagen más
amplia de sus vidas.
041
“Todo historiador de la multitud, los desposeídos, los subalternos y los esclavizados se
ve obligado a lidiar con el poder y la autoridad del archivo y los límites que establece
sobre lo que se puede conocer, la perspectiva de quién importa y quién está dotado del
peso y la autoridad de ser un actor histórico”.
–Saidiya Hartman
El reto radica en generar oportunidades para poner en práctica la atención cuidadosa en diversos
contextos y momentos, especialmente con aspectos ligados a historias complejas y relacionadas con
la justicia. Esto significa hacer posibles prácticas de aprendizaje y pensamiento colectivo —donde la
práctica misma es ya una manera de hacer justicia por su disposición a atender y responder— con el
propósito de hacer surgir algo distinto.
Con lo anterior en mente, piensa en una historia o situación que te afecte de alguna manera (por cercanía o localización) y que implique la invisibilización de determinadas formas de existencia o experiencias (una población, un fenómeno, un ecosistema, conocimientos, emociones…): los que faltan.
a) A continuación, invita a las demás personas de tu colectivo u organización a reunirse en pequeños
grupos o tríos y compartir, cada quien y por turnos, la historia o situación que ha traído a su mente.
Conforme van escuchando a cada persona, las demás van atendiendo a través de anotaciones de aspectos que consideran centrales, especialmente sensibles o puntos a partir de los cuales es posible
plantear alternativas. (Cada quien hace esto en silencio a la vez que escucha, sin interrumpir.)
“La vida siempre tiene un contenedor, es como parte del diseño, de lo atómico al
cosmos hay fuerzas que contienen, porque a su manera la vida es contener. Digo esto
porque la burbuja es una de las unidades esenciales del contener, la piel, el planeta
mismo. Y sin embargo, hay un fenómeno profundo y casi exclusivamente humano que
es una expansión mágica: la voz. La voz viene de dentro, no tiene un órgano, es aire
que pasa, que sale, es un respirar sonoro que sí tienen todos los animales, pero un
respirar sonoro con poesía, con sentido aunque sea un sinsentido. La voz es una forma
de fluir hacia afuera sin dejar de ser contenido, y eso es decir, eso es hablar, eso es
narrar, cantar, decirnos lo que nos decimos. Y ahí, en ese pequeño respirar con sentido
puede que haya una respuesta a todas esas burbujas y silencios que no contienen sino
aprisionan, la voz es una llave que libera, hablar, decir, pensar dejarlas sobre el pasto y
que se hagan semilla o tierra, ambas sirven.”
–De Julio a Magui (Agencia Ocote), sobre el silencio y una vida asfixiante de burbujas.
Esta narración puede tratar temas sensibles, lo que requiere de un espacio seguro que a su vez pueda
profundizar los lazos de confianza entre quienes la comparten. En algunos casos esto puede requerir
de una negociación de reglas de compromiso para establecer la confianza.
Considera este momento como una oportunidad para poner en práctica la atención cuidadosa.
Esto implica enfocarse enteramente en lo que
la otra persona está diciendo mientras narra su
historia, sin pensar en qué vas a decir después o
dejar que la mente divague en otras cosas. Deja
que tu cuerpo se oriente hacia ella y asiente para
conectar. También es clave no interrumpir, sino
esperar a que la otra persona termine para hacer
preguntas o pedir aclaraciones breves.
b) Luego de escuchar cada narración, cada persona revisa lo que ha recogido en sus anotaciones y
desarrolla una historia alternativa que responda a ello a partir de la pregunta ¿cómo habría sido si…?
4. RELACIONES, AFECTOS, POSIBILIDADES
Y RETOS
La selección de elementos de las historias escuchadas también pueden guiarse por la noción de atender llamados, esto quiere decir enfocarse en los aspectos que más nos afectaron, tocaron o capturaron
y que de alguna manera constituyen un llamado.
Al completar los movimientos de indagación-acción propuestos, considera, junto las demás personas
de tu colectivo u organización:
Tomar en cuenta aquello que nos llama la atención (que de alguna manera exige ser atendido)
como un llamado, nos coloca en una posición de
responsabilidad ética. Puede ser muy enriquecedor preguntarse: ¿Por qué me llama?, ¿qué necesidades existen allí?, ¿cómo puedo, desde mi
localización y capacidades, responder a ello?
¿Qué eventos,
relaciones, haceres y
resonancias afectivas
(o afectos) se han
activado en este
proceso?
c) Tómate diez minutos para escribir la historia alternativa. Es aquí donde la imaginación, la especulación y el juego son clave pues es ahí donde se producen formas de responder capaces de dar cuenta
de lo sucedido en otros espacio-tiempos. Desarrollar narraciones especulativas nos permite abordar
lo que la historia oficial ha omitido, particularmente las vidas de cuerpos sexualizados, racializados
y naturalizados. Es aquí donde puedes invitar a los fantasmas (esos otros que no son ya o que no están
todavía) a la conversación.
Recuerda que esta es ya una práctica de pensar-con y hacer-con pues estamos entrelazades con esas
historias y todo lo que forma parte de ellas (humanos y más que humanos).
¿Qué posibilidades
se abren para sus
proyectos?
d) Las historias resultantes pueden ser compartidas directamente, en voz alta, a todas las personas
del colectivo u organización, pueden ser montadas en un blog o compartidas digitalmente en una carpeta en línea.
La clave es escuchar o leer las nuevas historias considerando cómo estas pueden ampliar perspectivas e incluso cuestionar paradigmas a partir de la co-creación que se dio en el proceso. Nos invita a
tomar en cuenta, también, la manera como un cambio en la relación con esas narraciones puede abrir
posibilidades para generar otras historias: historias de resistencia o historias afirmativas de vida que
dejen que aquello que antes no se había tomado en cuenta se manifieste.
¿Qué retos
identifican?
Presta atención al valor que tiene contar historias desde la localización, imaginando realidades
o formas de existencia alternativas; además, considera cómo esta práctica puede constituir una
herramienta para la navegación, la indagación o
análisis de nuestro contexto, de lo que nos atraviesa y de lo que deseamos construir.
042
043
ATENCIÓN AFIRMATIVA
Pensando en las diferentes formas de existencia que son invisibilizadas de manera sistemática por
los medios e instituciones públicas, que han sido negadas o anuladas por el sistema o que siguen luchando por su reconocimiento, plantea y ejecuta con tu organización o colectivo una acción
afirmativa para la atención.
La propuesta afirmativa sirve aquí como guía para evitar la visibilización como representación y la
re-vicitimización a la que generalmente tiende, sobre todo cuando se quiere exigir justicia resaltando
experiencias dolorosas y violentas.
Puedes incluir una o varias de las ideas propuestas a continuación:
1. Estrategias para llamar la atención hacia vidas particulares ahora ausentes o en proceso de desaparecer, posibilidades alternativas de existencia u otras formas de vida. Hacer notar, por ejemplo, la
manera como los monocultivos han afectado ecosistemas, ríos que se han secado, saberes que se han
perdido o poblaciones o sectores de la población que están siendo afectadas por la violencia del Estado. Recuerda que implicarse de alguna manera con aquello que se quiere resaltar es fundamental;
motivar, como proceso, prácticas de hacer-con y no de hacer-por. A partir de ello, se pueden generar
registros que se impriman en carteles o pancartas para luego empapelar espacios públicos, colgarlas en pasos a desnivel o áreas bastante transitadas, intervenir mupis o lugares de relevancia para el
poder hegemónico con empapelados.
2. Generar una serie de imágenes que documenten las acciones y publicarlas con un hashtag en
redes sociales. Asegurarse de hacer una documentación minuciosa, idealmente profesional, sin revelar los rostros de los involucrados en la acción. Se puede invitar a otras personas a visitar los
lugares donde se encuentran los carteles o empapelados y hacer sus propias documentaciones para
compartir con el hashtag elegido, de modo que la atención se vaya ampliando.
APARICIÓN FORZADA
ACCIONES PARA
PROVOCAR GRIETAS
En un país marcado por la desaparición, la persecución política y el genocidio, así como por heridas
heredadas por una historia de despojo y anulación (ahora reproducidas por el extractivismo neoliberal) esta acción se plantea como una forma de revertir las anulaciones por medio del activismo y el
uso del arte. Podemos pensar en las heridas como las marcas que hacen que el pasado esté ya siempre
presente, así como la potencia que hoy nos hace movilizarnos. Con tu organización o colectivo puedes
generar diversas acciones para mostrar que nada ha desaparecido realmente y plantear maneras de
relacionarnos de manera productiva con las ausencias. Puedes incluir alguna de las que se proponen
a continuación:
1. Hacer murales, arte matérico en espacios públicos, intervenciones de arte-acción, grafiti,
etc. integrando a esas ausencias de manera afirmativa: frases que hayan dicho, elementos de su vida,
rostros, recordatorios de sus luchas, aspectos que muestren la fuerza vital que tuvieron y aún tienen,
como efecto, en el presente.
2. Construir una especie de Wikipedia o sitio web de personajes, recabando las historias de vida
–sus búsquedas, sus deseos, sus convicciones– de personas desaparecidas (personas comunes cuyas
acciones siguen moldeando nuestro contexto) y compartirlas en redes.
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“NUESTROS CICLOS VITALES NO SON LINEALES, NUESTRO FUTURO EXISTE SIN TIEMPO.
ES UN SUEÑO SIN COLONIZAR.”
REPENSANDO EL APOCALIPSIS: MANIFIESTO INDÍGENA ANTIFUTURISTA
Esta sección nos insta a considerar estrategias y acciones que, desde nuestra cotidianidad, interrumpan las lógicas y los ejercicios de poder hegemónicos y la manera como se materializan. Esto significa prestar atención cuidadosa a cómo las maneras como nos organizamos y relacionamos podrían
estar insertas dentro de dichas lógicas. La propuesta de indagación-acción
nos permite adentrarnos en el ejercicio continuo de generar rutas alternativas o senderos inesperados para nuestros proyectos, a la vez que vamos
cultivando otras formas de relacionarnos (no solo entre seres humanos) y
produciendo espacio-tiempos (otros ritmos para nuestros procesos y otras
maneras de estar en ellos). El propósito es el de seguir construyendo y ampliando oportunidades para hacer/pensar colectivamente entre heterogeneidades y fomentar una crítica creativa.
APERTURAS PA R A
LA
Cuando nos notamos en mutua interdependencia entre humanos y más que humanos, también se
amplía nuestra conciencia acerca de cómo estamos siempre afectando y siendo afectades en esas relaciones (que conforman el continuo naturocultural). Esto nos puede llevar a considerar la manera
cómo se organizan las relaciones y cómo ello puede estar ampliando o reduciendo las posibilidades
de afectación entre distintas formas de existencia. Este tipo de consideraciones activan ya una conciencia política.
El capitalismo, como forma de organización social12, ha moldeado las relaciones de una manera particular, con resultados hoy evidenciados en la crisis climática y el aumento de las desigualdades. Podemos pensar en las formas de operar de este sistema como en una serie de arreglos irresponsables
(incapaces de responder) con la complejidad y heterogeneidad del mundo o como la producción de
límites que condicionan nuestras relaciones con otros seres humanos y más que humanos. Como
ensamblaje de historias violentas de colonialismo (la racialización, el sexismo y la explotación de
cuerpos naturalizados), el capitalismo tardío produce cortes problemáticos entre diversas formas de
existencia a la vez que las diluye, homogeneizándolas para sacar provecho de ellas13.
INDAGACIÓN
¿De qué manera notar que nuestras acciones cotidianas producen formas particulares de relación, significados y configuraciones de mundos nos puede guiar hacia prácticas responsables de interrupción de los ejercicios de poder hegemónicos?
Invitación: Aumentar nuestra conciencia acerca de cómo
nuestras acciones cotidianas producen formas particulares
de relación, significados y configuraciones de mundos para
guiar nuestras prácticas hacia procesos responsables de interrupción de los ejercicios de poder hegemónicos
¿Cómo podemos comprometernos con procesos continuos de
producción de conocimientos (y sus materializaciones) desde
nuestros colectivos y/u organizaciones?
Invitación: Comprometernos con procesos continuos de
producción de conocimientos (que siempre se materializan)
desde nuestros colectivos y/u organizaciones
¿Por qué la documentación, entendida como proceso cartográfico, de nuestros procesos colectivos y organizacionales nos
puede brindar oportunidades para ampliar nuestras capacidades sensibles, perceptivas y de acción guiadas por una crítica
creativa?
Invitación: Entender el valor de la documentación (desarrollo de cartografías) de nuestros procesos colectivos y
organizacionales como oportunidades para ampliar nuestras
capacidades sensibles, perceptivas y de acción guiadas por
una crítica creativa.
050
12 Diversos autores y autoras
han analizado el capitalismo
en estos términos más que
como sistema económico pues
es una manera de organizar la
vida y las relaciones más que
solo la economía.
13 Podemos pensar en cómo
el sistema nos produce como
sujetos y al mismo tiempo
diluye nuestra subjetividad
convirtiéndonos en datos
disponibles para el mercado
en redes sociales.
14 La física y filósofa feminista
Karen Barad propone un
abordaje de las disyunciones
espacio-temporales causadas
por el colonialismo (y eventos
como las bombas atómicas)
como forma activar otras
prácticas de justicia. Ver
Barad, K. (2018). Troubling
Time/s and Ecologies of
Nothingness: Re-turning,
Re-membering, and Facing
the Incalculable [Tiempo/s
problemáticos y ecologías
de la nada: Re-tornando,
re-membrando y enfrentando
lo incalculable]. new formations: a journal of culture/
theory/politics 92, 56-86.
Disponible en: https://www.
muse.jhu.edu/article/689858.
15 Walter Benjamin (2008)
nos recuerda que aquellos
que hablan de progreso
justifican sus costos humanos
y sociales; que quienes hablan
de desarrollo están dispuestos
a aceptar su precio y a olvidar
a las víctimas del desarrollo.
En su ensayo sobre el tiempo
y la emancipación en la selva
lacandona, Sergio Tischler
Visquera (2008) plantea que
“la temporalidad abstracta
del capital es un tipo de
muerte social e implica una
subjetividad que niega la vida
en función de la abstracción y
racionalidad social del beneficio” (p. 49).
051
Como este sistema de dominación opera también constituyéndonos como sujetos, diversas personas,
desde distintas localizaciones, han propuesto poner en práctica una crítica de los fundamentos teóricos y prácticos que generan y sostienen al sistema a partir del cuestionamiento del sujeto y, con éste,
también del sujeto de transformación social, como hemos visto en el capítulo anterior. La construcción del sujeto, y de la identidad, también determina quiénes tienen el derecho a ser considerados
como seres humanos y quiénes no. Aura Cumes (2012) describe, por ejemplo, cómo el capitalismo,
desde la época colonial, se fue desarrollando a partir de la servidumbre de los cuerpos racializados.
Esta misma lógica no solo sigue encontrando, entre sus formas de expresión, al racismo y al sexismo
sino también a la destrucción del medio ambiente, la corrupción, el narcotráfico, el militarismo y el
regreso del fascismo.
“Asumiendo la constitutiva simultaneidad de modernidad y colonialidad –que pone
entredicho toda comprensión auto-referencial y autosuficiente de la modernidad– es
posible desmitificar la modernidad y develar su retórica y lógica colonizadoras. ”
–Juan Blanco
POSICIONARSE EN CONTRA DEL TIEMPO
El aparato moderno colonial y capitalista también tiene una concepción particular del tiempo, entendido como universal y lineal, encaminado a la superación de lo anterior, en la que todes estamos sumergides, algunos con ventajas sobre otres en ese recorrido. Esta es la noción de progreso
impulsada sobre todo a partir de la Ilustración que se sostiene aún sobre criterios cuantitativos y
una lógica de acumulación. El capitalismo tardío o avanzado se caracteriza por el aceleracionismo:
la producción cada vez más rápida de datos (su principal mercancía). No obstante, otras sociedades han concebido la temporalidad de otras maneras y no como algo separado del espacio. La física
cuántica nos brinda hoy también, desde la noción de espaciotemporalidad14, la suficiente evidencia
para poner en duda la manera occidental tradicional de pensar el tiempo.
Aunque no parece una práctica sencilla, la propuesta de interrumpir el tiempo lineal y comprometerse con la producción de otras espaciotemporalidades (entendidas como la manera en que nuestras acciones se materializan y constituyen mundos), puede considerarse partiendo de notar cómo
nuestras acciones colectivas, formas de organización social o movimientos y luchas reproducen una
visión de tiempo lineal. Por ejemplo, prestando atención a cuándo los ejercicios encaminados a la incidencia política se convierten en una serie de acciones técnicas enfocadas en resultados concretos y
visibles, reproduciendo las formas capitalistas de la productividad y el progreso15. La visión desarrollista de organizaciones no gubernamentales, que en muchos casos financian dichos esfuerzos, han
propiciado estructuras enfocadas en reglas, técnicas o fórmulas de base instrumental que se rigen
por el mismo modelo capitalista. Esto puede convertir el quehacer de la incidencia en ejercicios que
reproducen los mismos ejercicios de poder contra los que se busca luchar, encauzando los procesos
en una misma ruta, apelando a la homogeneización de puntos de vista y generando órdenes jerár-
quicos que excluyen voces diversas, a veces fundamentales para entender y responder a ciertas problemáticas16. Esto impide la construcción de un mundo donde quepan muchos mundos (EZLN, 1996),
como dicen las y los zapatistas, o el reconocimiento de que ya existen muchos mundos que pueden
seguir proliferando.
Lo anterior no implica ignorar los logros significativos que las luchas organizadas han tenido en
nuestra sociedad. Cabe recordar que no solo somos producto del sistema globalizado que organiza
nuestras relaciones, sino que también somos parte de ese sistema y que generalmente es por medio
de nuestros gestos cotidianos que reforzamos sus lógicas. La clave está, entonces, en profundizar
esta conciencia para propiciar, desde la práctica cotidiana formas de interrumpir ese sistema y sus
dinámicas, lo que aquí llamamos posicionarse contra el tiempo.
“Una revolución comienza así, con una sacudida del tiempo que hace que la repetición
obstinada de la opresión se pare para que pueda empezar un nuevo ahora. Todo tiene que
cambiar”.
–Paul Preciado
PRODUCCIÓN AFIRMATIVA
DE ESPACIO-TEMPORALIDADES
Un primer paso puede ser notar cómo dichas tensiones y contradicciones, y el sentimiento colectivo
de agotamiento que producen, más bien limita nuestra agencia política. Son abundantes los casos en
los que quienes integran colectivos y organizaciones sociales abandonan sus procesos o atraviesan
momentos de mucha frustración a partir del cansancio causado por las exigencias impuestas tanto
por los proyectos como por la coyuntura. En cambio, podemos plantearnos maneras de producir espacio-temporalidades donde la productividad no tenga que ver con la cantidad de alcances sino con
la generación de oportunidades para el encuentro con formas heterogéneas de existencia y espacios
motivados por la disposición a afectar y ser afectades por dichos encuentros. En otras palabras, hacer de nuestras prácticas, guiadas por la indagación-acción, una fuerza afirmativa.
Entendemos que ese proceso continuo y cotidiano de interrupción de los ejercicios de poder, requiere de una desfamiliarización con hábitos de pensamiento –una herramienta de la pedagogía radical– que nos permita identificar nuestras limitaciones relacionales. La propuesta es que el quehacer
cotidiano sea ya un ejercicio de “desaprender a pensar desde el universo de la totalidad y aprender a
pensar y actuar en sus afueras, fisuras y grietas, donde moran, brotan y crecen los modos-otros, las
esperanzas pequeñas” (Walsh, 2017, p. 31).
La indagación-acción, la crítica, las emociones y la creatividad van de la mano en este proceso. La
noción de fabulación crítica o fabulación especulativa, introducidas previamente, pueden pensarse
aquí como parte de la práctica del día a día de los colectivos y las organizaciones. Esta práctica se
caracteriza también por no ser lineal ni estar encaminada a fines específicos y cerrados. Es un movimiento hacia adelante y hacia atrás que permite, por medio de la documentación o registro cartográfico de las propias acciones y de las del colectivo, generar espacios para revisitar lo previo. Esta
es una manera de cultivar la memoria en el sentido de re-membrar, es decir la actividad encarnada
de generar encuentros que producen marcas una y otra vez17. Interrumpir la lógica del tiempo del
progreso nos permite ampliar nuestra perspectiva de lo que ha sucedido no como “pasado codificado
y congelado, sino presente en lucha contra el olvido implícito en la cotidianidad” (Tischler, 2008, p.
54). Responder de manera cada vez más atenta a nuestros procesos de indagación-acción tiene que
ver con encontrarse en el presente, producir rupturas y transformaciones en el aquí-ahora. Interrumpir la manera como el capitalismo (como forma hegemónica) organiza nuestra vida cotidiana,
requiere producir otra espacio-temporalidad desde la cotidianidad misma.
“Tomar conciencia es hacerse cargo de que nuestro propio cuerpo vivo y deseante es la única
tecnología social que puede llevar a cabo el cambio. Nosotros somos las grietas de los polos,
el Amazonas deforestado. Somos el fuego que crece en los campos de California o de Galicia.
Somos el desierto que avanza en Madagascar. Somos el agujero de la capa de ozono”.
–Paul Preciado
16 En las mesas de trabajo
organizadas para la
realización de esta guía,
muchas de las generalidades
del quehacer diario de las
organizaciones estaban
caracterizadas por los
aspectos antes mencionados.
17 Lo plantea así Karen
Barad (2018).aspectos antes
mencionados.
052
053
desarticular:
Unir, enlazar, como las articulaciones del cuerpo. En su forma como verbo significa unir cosas sin anular su capacidad de movimiento.
En este sentido, la articulación, como suma
de perspectivas o posibilidades (donde ninguna subsume a la otra ni busca comprenderla o
traducirla) se vuelve condición de posibilidad
para generar mundos. Al mismo tiempo, la articulación requiere se desarticulación. Cuando
comprendemos que ya siempre nos encontramos entrelazades en relaciones de poder nos
vemos en el desafío de comprometernos activamente con las complejidades y potenciales
que surgen en todo proceso de co-constitución
relacional, aprovechando las oportunidades
de desarticulación o desestabilización de los
poderes opresores o que disminuyen nuestras
capacidades de acción política.
(2018) proponen no desligar la crítica de la creatividad pues ello implica el esfuerzo no sólo de
comprender nuestro presente y aquello en lo
que estamos en proceso de convertirnos, en los
ensamblajes (por ejemplo a partir de la relación
de la tecnología como es actualmente diseñada) de los que formamos parte sino también a
concebir formas alternativas de cultivar mundos; en las palabras de Donna Haraway, (2019)
cómo estar con el problema y pensar en formas
de vivir y de morir en un planeta herido. Esto requiere tomar en cuenta que la creatividad no es
una práctica exclusivamente humana sino que
resulta de “jugar figuras de cuerdas con especies
compañeras” (Haraway, 2019, P. 31).
Así como la agencia no es algo que los sujetos poseen (ver Activismo), el poder no es una
cualidad que alguien o algo posee o algo que se
ejerce, desde afuera, sobre otros, el poder tiene que ver con las relaciones y la capacidad de
afectar y ser afectades. Según Deleuze (a partir de Spinoza), cuando los cuerpos entran en
relaciones que aumentan su poder de obrar ,
también lo hace su potencial de experimentar
una mayor libertad, donde la existencia se afirma a sí misma y a otres. Se deriva de ello una
noción afirmativa del poder que tiene como
condición una política colaborativa (ya que
solo es por medio de las relaciones y las afectaciones que las capacidades de actuar o la
agencia aumentan). Cuando comprendemos la
existencia en términos de relaciones y de propósito social, el compromiso político se transforma en una práctica colaborativa y asociativa
cautelosa guiada por una ética afirmativa y una
interacción alegre (Bignall en Braidotti et al.,
2022) encaminada a la emergencia de nuevas
configuraciones de vida colectiva.
liarización:
Desfami
Articular /
o
política:
Dentro de las sociedades de control moldeadas
por el neoliberalismo, la colaboración es una
empresa especialmente compleja. Los procesos de individualización y de dividualización
(cuando los sujetos son trasformados en datos
disponibles para el mercado dispersados a lo
largo de amplias redes de información) característicos de este sistema complican la viabilidad de programas de resistencia ya que el mismo sistema de control incorpora dentro de su
propia lógica la crítica y la oposición (Bignall
en Braidotti et al., 2022). Más que una oposición directa, se propone que las formaciones
políticas actuales hagan un uso estratégico de
la fuerza, lo que requiere de prácticas creativas capaces de generar alternativas sociales y
políticas. Esto resulta especialmente relevante
si consideramos que el modo de operar del sistema hegemónico consiste en la conformación
de rivalidades (conflicto, competencia, tecnologías coloniales y capitalistas de alienación,
deshumanización racista, dislocación, división) (Bignall en Braidotti et al., 2022). Pensar
alternativas para la colaboración o la formación de alianzas requiere, entonces, partir de
una lógica alternativa.
054
CríticaLa tradición crítica, desarrollada en el siglo XX
por pensadores post-marxistas, se ha caracterizado por señalar las fallas, las limitaciones, los
abusos, las injusticias y las desigualdades en
diferentes contextos. El ejercicio crítico parte
del descontento con el estado de las cosas y se
considera como necesario para señalar la necesidad de diversas transformaciones. Por otro
lado, el pensamiento crítico se ha desarrollado
en contextos académicos y occidentales, como
una guía de criterios de pensamiento racional
de calidad en pro de la construcción objetiva
de conocimientos y la comunicación confiable
y efectiva entre diferentes actores. No obstante, la crítica también ha dado paso a una cultura de negatividad que repercute en la agencia
política pues en muchos casos esta no ha estado acompañada de propuestas concretas de
transformación, transmitiendo una sensación
de desesperanza generalizada (aprovechada
por los medios de comunicación para aumentar
audiencias o por películas taquilleras que han
encontrado un amplio mercado en las historias
apocalípticas o distópicas). A partir de propuestas más radicales, autoras como Rosi Braidotti
055
creativa:
El activismo está ligado al sentido de agencia
política (que tiene que ver con la práctica ciudadana en general) pero impulsa transformaciones de manera más directa o activa. Así, este
es una respuesta al descontento derivado de
las desigualdades sociales, el abuso de poder, la
mala gestión gubernamental, la crisis climática
con sus causas y efectos y, en general, de la necesidad de luchar por una mayor justicia.
Comúnmente se ha pensado en la agencia
como algo asociado a la intencionalidad, la racionalidad y la voz (es decir, sólo dentro de
los límites de la subjetividad y el poder) y por
ende como algo exclusivamente humano. No
obstante, sabemos que las cosas hacen cosas y
que es posible concebir la materia como actantes (Latour, 2008) con los que compartimos y
constituimos el mundo. Desde perspectivas no
occidentales, no antropocéntricas y no individualistas, las personas devenimos siempre con
múltiples flujos materiales, en otras palabras,
nada preexiste a sus relaciones. Esto implica reconocer la pluralidad de agencias no humanas
con las que estamos en constante intra-acción
(Barad, 2007) y que también juegan un papel
central en la manera como la realidad política
está organizada y puede repensarse.
De ese modo, las acciones colectivas que se
generan desde diferentes activismos son ya intra-acciones (más que interacciones que presumen el encuentro entre individualidades) en
las que actores humanos y más que humanos
se afectan entre sí y que lo que se consigue por
medio de dichas acciones es lo que esas mutuas
afectaciones producen. Como las intra-acciones
son un principio agencial que sucede en todos
los niveles y en todo tipo de cooperación entre
corporalidades humanas y más que humanas
o naturoculturales, la idea de que la agencia es
algo que los sujetos poseen se traslada al hecho
que la agencia es el efecto de intra-acciones,
donde nosotros nunca damos el primer paso.
En otras palabras, es por medio de las relaciones que nos hacemos unes a otres capaces o que
aumentamos nuestras posibilidades de actuar
en el mundo (tener agencia). La responsabilización (como capacidad de responder) ante una
situación de injusticia consiste, así, en la multiplicidad de efectos generados por colaboraciones y solidaridades entre heterogeneidades o
diversas formas de existencia.
Colaboración
Activism
Gayatri C. Spivak (2003) se refiere a la desfamiliarización como herramienta pedagógica
central para el desaprendizaje de los propios
privilegios que incluyen hábitos humanistas
eurocéntricos y antropocéntricos de pensamiento y los modos de representación que
mantienen. En ese sentido, la desfamiliarización no se aprende, se experimenta: se hace.
Otra forma de pensar la desfamiliarización es
como generar extrañeza, lo que requiere de un
cambio de percepción. Este es un gesto emancipatorio en dos sentidos: en relación a cómo
algo ha sido visto históricamente, lo que nos
haría relacionarnos con las cosas ordinarias
como si las percibiéramos por primera vez; o
como aquello que se apodera de un estado de
extrañamiento forzado o no invitado y lo afirma (Palmer, H., 2022). Las prácticas artísticas
o prácticas de sensibilidad tienen mucho valor
en este aspecto pues pueden llevarnos a transformar nuestras percepciones: hacernos pasar
de una forma ya automatizada de ver las cosas
a notarlas de forma novedosa, despertando y
reorientando nuestros sentidos. Una práctica sensible o una estética crítica /decolonial
tendría el potencial de interrumpir la anestetización producida por el régimen estético occidental. Para alcanzar dicha transformación,
la desfamiliarización requiere tanto distancia
como proximidad de aquello con lo que usualmente nos relacionamos y lo que no. Como lo
planteaban artistas rusos del avant-garde, se
trata de “hacerlo mal, a propósito” (Palmer,
está entrelazado). En un proceso de indagación
postdisciplinar no son los saberes o métodos especializados de un área (o varias) lo que se coloca al centro sino la situación que se quiere comprender. Pero más que un momento particular
restringido a la producción de saberes, se trata
de propiciar oportunidades para la crítica creativa, la especulación y la imaginación radical en
ensamblajes de, por ejemplo, escritorxs, poetas,
artistas, músicxs, activistas y ecologistas. Esta
visión se relaciona también con lo que se ha llamado desobediencia epistémica, aunque busca
también integrar la visión intercultural con la
atención a otras formas de existencia no humanas (territorios, geologías, ecologías y tecnologías, entre otros) como lo plantea el Buen Vivir.
H., 2022), para romper con referentes preconcebidos y ampliar el potencial de múltiples
reorientaciones (al pensar en sujetos, objetos,
estructuras, etc.). En el clima actual, es necesaria la desfamiliarización entendida como gesto emancipatorio que aprovecha un momento
de extrañamiento no deseado y lo afirma. Esta
es una estrategia crítica-creativa para alejarse
de la subjetividad hegemónica, lo que requiere de una ampliación y renovación sensorial
que necesita de aprender de otras formas de
percepción encarnada y facultades racionales
(sin separadas), incluyendo las de otras especies por medio de prácticas cooperativas o, en
las palabras de Donna Haraway, en procesos
simbióticos o de simpoiesis (Haraway, 2019).
El concepto queerness también ha sido pensado en un sentido similar con respecto a los
cuerpos, deseos y orientaciones.
la temporalidad del capitalismo, la ficción en la
que existe una sola temporalidad en la que todos en el mundo nos encontramos: “La ficción
de lo contemporáneo es necesariamente una
ficción geopolítica” (Pág. 33), escribe.
Según Karen Barad (2007), la temporalidad
linealmente entendida, junto con la noción de
espacialidad como contenedor, son herederas
de la física clásica o física newtoniana, heredera de una visión humanista responsable de
exclusiones y violencias ligadas al individualismo metafísico, el excepcionalismo humano
(antropocentrismo) y la representación. Barad
encuentra en la física cuántica una herramienta poderosa para cuestionar y desestabilizar
dichas nociones, dando cuenta de que en realidad somos parte de múltiples fenómenos que
producen espaciotemporalizaciones que se materializan. Son los fenómenos los que constituyen la realidad (más que elementos singulares,
independientes o fijos), es decir intra-acciones. “El mundo es un proceso dinámico de intra-actividad y materialización en la enacción
[activación] de estructuras causales determinadas con límites determinados, propiedades,
significados y marcas en los cuerpos. Este flujo
continuo de agencia, por medio del cual una
parte del mundo se hace diferencialmente inteligible para otra parte del mundo y a través
del cual las estructuras son estabilizadas y desestabilizadas, no tiene lugar en el espacio y el
tiempo sino que sucede en la conformación
del espaciotiempo mismo […] El mundo es un
proceso abierto de materialización por medio
del cual la materialización misma adquiere
significado y forma a través de la realización
de diferentes posibilidades agenciales. La temporalidad y la espacialidad emergen en esta
historicidad procesal. Las relaciones de exterioridad, conectividad y exclusión se reconfiguran” (Barad, 2007, p. 140 . 141). Lo anterior
tiene implicaciones en la manera como nos relacionamos con el mundo ya que requiere desarrollar otras formas de concebir el pasado y
el futuro y la “ausencia” (lo que ya no está y lo
que aún está por venir). El filósofo argelino Jacques Derrida (2012) planteó el concepto de la
espectrología, los fantasmas como disyunción
temporal, para pensar en prácticas de justicia
que no se centraran solo en el presente (ahora)
y por ende solo en lo que se considera presente
(aquí).
Al abrirnos a un entendimiento no antropocéntrico no sólo la idea lineal y progresiva
del tiempo se desestabiliza sino que también
la idea de una sola temporalidad. El ahora es
compartido con otras temporalidades y dife-
Múltiple
consenso:
Desde el planteamiento del Buen Vivir, el múltiple consenso es “la construcción de pactos,
producto de la consulta entre seres humanos y
con el resto de seres vivientes. Se consulta para
buscar el parecer de los seres y elementos de
la madre naturaleza: calor, frío, aire, rayo, lluvia, tierra, fuego y seres humanos, entre otros”
(Confluencia Nuevo B’aqtun, p. 29). Lo anterior implica que el consenso no es algo que se
negocia y/o alcanza solo entre seres humanos
sino que nuestras acciones deben considerar las
consecuencias que pueden tener sobre o para
otras formas de existencia. También podemos
pensar aquí en la importancia de los intercambios transversales, no solo en el sentido de considerar múltiples puntos de vista sino de traer
a las conversaciones y procesos formas distintas producir saberes, diferentes sensibilidades
y maneras de pensar y abordar la realidad. En
algunos ámbitos se habla, en este sentido, de
transdisciplina o postdisciplina. Estos planteamientos buscan superar los límites disciplinares, como han sido construidos en contextos
académicos, para que, por ejemplo, los saberes
científicos y sociales entren en un diálogo transversal con cosmogonías y epistemologías no occidentales, construyendo maneras de abordar la
realidad (que no se organiza en compartimentos separados sino donde lo social y lo natural
Temporalidad/ espaciotempo
ralidad y trans-temporalidad:
La noción de tiempo compartida por y en ámbitos occidentales y occidentalizados no es la
única que existe. De hecho, se ha propuesto
desde distintos planteamientos científicos y
filosóficos que la manera en que entendemos
la temporalidad es producto de una construcción sociohistóricamente situada abierta a la
crítica.
Por ejemplo, el concepto de lo contemporáneo es un concepto problemático pues implica
una concepción progresiva del tiempo donde
existe un presente triunfante sobre el pasado
y el futuro. Según Tom Holert (en Braidotti y
Hlavajova, 2018), la versión más avanzada de
la narrativa del progreso y la emancipación
prima, con la globalización y la digitalización,
las cuestiones espaciales sobre las temporales
dando paso a relaciones de exclusión, respaldadas por una comprensión particular de la contemporaneidad (convertida en una especie de
norma). Esta colonización del presente, como
lo expresa Holert, como la única zona temporal
relevante para el capitalismo y la geopolítica
ha dado paso a un monopolio del ahora. Esto
tiene que ver con una neutralización o museificación del pasado (la economía cultural de
la memoria que captura el pasado como mero
vestigio de algo que ya no es) y la vigilancia del
mañana. Por su parte, Peter Osborne (2013)
subraya, a partir del análisis del arte contemporáneo, que lo contemporáneo no es más que
056
057
rentes registros de la existencia temporal (la
memoria cósmica de las piedras, por ejemplo),
tiempos a distintos ritmos y en diferentes direcciones que además activan potencialidades
trans-temporales o nuevas espaciotempomaterializaciones (al decir de Barad). La no literalidad, así como la interrupción de dicotomías
como entre lo histórico (humano) y lo atemporal (la naturaleza), permite notarnos ya en
múltiples ensamblajes de espaciotemporalidades, materialidades y otras formas de existencia. Como lo plantea el Manifiesto Indígena
Antifuturista (2020), las historias ancestrales
están entrelazadas en telares de nacimientos
y muertes de múltiples mundos en tiempos
cíclicos. Es por ello que es posible pensar un
futuro sin tiempo, como sueño sin colonizar,
es decir, una noción no capturada de espacio-tiempo. “Existimos al mismo tiempo con
nuestros abuelos y en las generaciones por venir. El futuro está en nuestras manos… Está en
las arrugas de nuestra memoria, amorosamente plegada por las abuelas y abuelos. Es nuestra
cosmovisión y está siendo Ahora. Entonces.
Mañana, Ayer… Nuestros ciclos vitales no son
lineales, nuestro futuro existe sin tiempo. Es
un sueño sin colonizar” (p. 18 y 19), apuntan.
Cautela: Antes de realizar los siguie
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ACTIVACIÓN
DE IDEAS
EXPLORACIÓN
EN
MOVIMIENTO
1. ACTIVACIÓN DE IDEAS INICIALES
PRÁCTICAS
COLABORATIVAS
PARA ACUMULAR
POTENCIAS
Anota:
3 características que puedas
identificar fácilmente de la incidencia
política o el activismo en tu contexto u organización o colectiva.
2 ideas u opiniones que tengas sobre la incidencia política o el
activismo en tu contexto u organización o colectiva.
CAMINAR HACIA
ADELANTE
MIRANDO HACIA
ATRÁS
1 pregunta que te surja.
*Si estás comenzando a organizarte con otres para conformar una
colectiva, enfócate en la manera como tú y las demás personas
piensan en la incidencia política en general (cómo es/ cuáles son
sus características, qué piensan de eso, qué se preguntan).
PLAN DE
ACCIÓN
CRÍTICO-CREATIVO
2. EXPLORACIÓN EN MOVIMIENTO
058
059
Cuando realizamos un recorrido de cualquier tipo, no sólo vamos siendo afectades por lo que vamos encontrando conforme avanzamos sino también lo vamos afectando de vuelta. Nuestros pasos van dejando huellas (aún cuando nos parecen imperceptibles), nuestra presencia (en nuestra
temperatura, ritmo, sonidos, o intervenciones directas) es notada y registrada por las entidades
que conforman o habitan un lugar determinado (sea una calle, un sendero o un pasillo). Pero más
que el encuentro entre entidades individuales, lo que se nos revela es la complejidad del lugar, sus
entrelazamientos y la manera como nuestros entrelazamientos se enredan también ahí.
a) Permite que sea la mano (el movimiento físico) la que marque el paso. Queremos evitar hacer interpretaciones de lo sucedido o perdernos en descripciones de sensaciones que tuvimos en el pasado
intentando trasladarlas al presente tal como sucedieron. En ese sentido, este también es un ejercicio
de desfamiliarización18. Comienza a mover el lápiz trazando el camino que de alguna manera te trajo
hasta donde hoy te encuentras, respecto a tu convicción política y/o de lucha (tu posicionamiento
actual).
Realizar recorridos que toman en cuenta lo anterior significa moverse atendiendo. Comenzamos por
atender todos los elementos no-humanos y su complejidad y luego notamos el impacto de lo humano
en ello. Así, aprendemos a situarnos activamente en las microprácticas de la vida cotidiana y a entonar con lo que está implicado en ellas para comenzar a informar prácticas más responsables.
A continuación realizaremos dos recorridos atentos:
b) Permite que los recuerdos que se van activando queden registrados en el recorrido del lápiz (en la
forma de un garabato distinto, un cambio en el grosor de la línea, etc.). Ese recorrido puede ser más o
menos lineal o puede ir en múltiples direcciones. También nota los encuentros que forman parte de
diferentes momentos, como la participación de entidades no humanas (animales, cerros, ríos, pavimento, mantas, automóviles…) y permite que queden registrados de alguna manera (sin dibujarlos o
representarlos del algún modo).
A) Encuentros, prácticas
y procesos de politización
c) Considera e intenta notar los puntos álgidos, etapas de estancamiento, etapas de intensidad, compromiso o motivación (¿tiene baches, túmulos, abismos, subidas repentinas?) a lo largo de todo el
recorrido. Recuerda que no se trata de detenerte en las experiencias o emociones del pasado sino en
atender lo que activan en el recorrido que estás realizando ahora. Estos puntos clave pueden indicarte donde reducir la velocidad y prestar una mayor atención a lo que está pasando en este momento.
Nuestro primer recorrido consiste en una reactivación del proceso que nos ha llevado hasta aquí,
hoy, en términos de nuestras convicciones políticas y deseos de participación o lucha. No se trata
de un viaje imaginario (asumiendo que nuestra memoria consiste en representaciones capaces de
traer algo que ya fue y quedó en el pasado) sino de relacionarnos física y activamente con fenómenos (afectos, respuestas emocionales, materialidades, espacio-temporalidades) ligados a nuestra
experiencia de recordar. Intenta tener en mente que recordar tiene que ver con la idea de retorno,
que quiere decir dar vueltas. Adéntrate en un recorrido no lineal y ve ampliando tu conciencia de
aquello que te afecta y a lo que afectas en el camino.
d) Nota tu propio papel en el recorrido, cómo estás afectando lo que se ha ido presentando o cómo
estás respondiendo a ello.
Como buscamos entrar en una relación material (aunque aún, cuando estamos imaginando esto
ya sucede), vamos a permitir que sea nuestra mano, sosteniendo un lápiz, la que guíe el recorrido.
Utiliza una hoja de papel, sea un folio mediano o una cartulina reciclada.
Atiende la emoción: ¿En tus experiencias de incidencia previas identificaste heridas o ausencias clave? Toma en cuenta la relación que tienen con la ruta (como un todo, en lugar de
enfocarte en ellas por sí solas). Considera cómo están ensambladas dentro de ese todo y qué
producen hoy (en términos de productividad como generación de algo nuevo).
Hacer un recorrido por los propios procesos de
politización, nuestras experiencias relacionadas
al compromiso con la incidencia y cómo éstas
nos puede revelar detalles valiosos para comenzar una indagación acerca de las regularidades
de la incidencia en general, y de las cosas que
damos por sentado en nuestras organizaciones.
Al mismo tiempo, este proceso puede encaminarnos al desarrollo de planes de acción para la
transformación radical de la incidencia desde la
cotidianidad.
e) Cuando hayas completado tu ruta, toma distancia y échale un vistazo a todo el dibujo o garabato resultante. Ahora puedes agregar palabras que señalen encuentros entre entrelazamientos que
consideres clave (por reveladores, por complejos o como oportunidades interesantes —quizás sean
senderos que todavía se pueden seguir explorando—). Lo ideal es que no describas lo que hay allí sino
que nombres cosas que quizás no habían sido nombradas y/o notadas previamente. Recuerda solo
colocar una palabra en cada punto que consideres.
f ) Luego de re-memorar (re-materializar) tu recorrido y nombrar algunas de sus partes, comparte
con compañeres y/o colegas (si el grupo es reducido pueden hacerlo entre todes o, si no, colocarse
en parejas o tríos para compartir). Muestra tu dibujo y lee tus palabras en voz alta, no es necesario
explicarlo. En este punto es importante que, mientras una persona presenta, las demás pongan en
práctica la escucha atenta y atiendan a los llamados que puedan aparecer. Estos llamados pueden ser
palabras, líneas, formas o figuras que son parte de la ruta de alguien más, pero que le brindan al propio
recorrido algo significativo: una respuesta, un encuentro enriquecedor, una posibilidad de fuga, una
solución o un nuevo sendero que amplía las posibilidades de la propia ruta. Cuando esto sucede, quienes escuchan pueden irlas agregando a sus dibujos, esta es la manera en que se atienden los llamados.
Lo ideal es colocar las palabras de otres en el propio dibujo con otro color para que cuando compartan
el suyo lean solo las que se encontraban originalmente allí. Luego de presentar y atender llamados,
pueden compartir brevemente por qué tomaron las palabras que tomaron y cómo estas le afectaron.
Hacer un recorrido por los propios procesos de politización, nuestras experiencias relacionadas al
compromiso con la incidencia y cómo éstas nos puede revelar detalles valiosos para comenzar una
indagación acerca de las regularidades de la incidencia en general, y de las cosas que damos por sentado en nuestras organizaciones. Al mismo tiempo, este proceso puede encaminarnos al desarrollo
de planes de acción para la transformación radical de la incidencia desde la cotidianidad.
“Garabatear: un capricho de la atención, el despliegue de lo irregular, (im)pura voluntad
de margen: quizás una de las más prolíferas y fugitivas artes del merodeo. Garabatear,
como un modo de escribir y de borronear a la vez, como una manera de entrenar el gusto
obsceno por todo lo que está fuera de las escena. Garabatear como un intento de cobrar
formas poco comprensibles, de fantasear lenguajes ilegibles y de ensayar visiones inacabadas. Garabatear en las servilletas, en los cuadernos, en los formularios, en las paredes
de los baños, y en cada uno de los des/bordes del mundo. Garabatear con lápiz y papel en
mano, derramando glitter en el torso de les amigues, con las puntas de los dedos en las
pieles de las amantes, o con un latigazo en algún paredón yermo de nuestra a veces tan
estrecha imaginación. Garabatear los papeles, los cuerpos, los afectos, los pensamientos,
las imágenes y las palabras. Garabatearlo todo, para dejar que el trazo precario y la imagen inquieta des-armen nuestros sentidos de lo común”.
–Virginia Cano
18 Puedes consultar el glosario
de esta sección para ampliar
sobre esta propuesta.
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061
OPORTUNIDADES
e) Fabula. Utiliza la documentación que has realizado para escribir una narración que plantee maneras alternativas de estar en relación con lo que has encontrado y compártela con otras personas que
hayan realizado el ejercicio o personas del área que has recorrido.
f ) Luego de re-memorar (re-materializar) tu recorrido y nombrar algunas de sus partes, comparte
con compañeres y/o colegas (si el grupo es reducido pueden hacerlo entre todes o, si no, colocarse
en parejas o tríos para compartir). Muestra tu dibujo y lee tus palabras en voz alta, no es necesario
explicarlo. En este punto es importante que, mientras una persona presenta, las demás pongan en
práctica la escucha atenta y atiendan a los llamados que puedan aparecer. Estos llamados pueden ser
palabras, líneas, formas o figuras que son parte de la ruta de alguien más, pero que le brindan al propio
recorrido algo significativo: una respuesta, un encuentro enriquecedor, una posibilidad de fuga, una
solución o un nuevo sendero que amplía las posibilidades de la propia ruta. Cuando esto sucede, quienes escuchan pueden irlas agregando a sus dibujos, esta es la manera en que se atienden los llamados.
Lo ideal es colocar las palabras de otres en el propio dibujo con otro color para que cuando compartan
el suyo lean solo las que se encontraban originalmente allí. Luego de presentar y atender llamados,
pueden compartir brevemente por qué tomaron las palabras que tomaron y cómo estas le afectaron.
Realizar la ruta de la incidencia nos permite
descubrir senderos que posibiliten nuevas perspectivas acerca de la incidencia, encarnándola
(cargándola de nuestras vivencias y emotividad)
y pensándola desde la propia localización desde
el presente.
“Lo que les llevó a politizarse fue la exclusión por ser parte del área rural del país, generalmente en la mayoría de movimientos se piensa que no existe una organización en las
áreas rurales, pero si las hay y no son tomadas en cuenta simplemente se concentran dentro del área urbana, esto mismo tambien llevo a gran parte del colectivo a politizarse”.
–Colectivo Chiviricuarta
“Debemos entregarnos a la evidencia: estos pretendidos acúfenos son una fuerte señal
que nos envían las arañas. Debemos escucharla. No, debemos vibrar con ella y reverberarla. Nuestras investigaciones deben estar en el eco… Quizás descubrirán, si perseveramos en esta vía, que ellas nos volvieron capaces de expandir nuestras aptitudes sensibles… que podríamos devenir, con ellas, tremopoetas tranquilos, músicos de acordes
sinestésicos, inventores de historias verdaderas por venir, de las cuales no seremos los
únicos autores. Recuerden que no solo lo viviente tiene historias para contar”.
–Vinciane Despret
“Se mencionó la frase: ‘mi sensibilidad me hace fuerte’. Ya que el ser sensible se asocia
con ser débil, sin embargo el hecho de ser sensibles a lo que nos atraviesa y darnos el
derecho a sentir, ha causado que seamos personas conscientes y no conformistas ante el
sistema, también es gracias a la sensibilidad que encontramos colectividad en la lucha, y
aumentamos nuestra fuerza para generar proyectos, acciones sociales, etc”.
–Visibles
3. PRÁCTICAS COLABORATIVAS
PARA ACUMULAR POTENCIAS
B) Documentación de una
exploración situada
Así como los espacios públicos (como los que recorrimos anteriormente) están conformados por
dinámicas complejas entre ensamblajes naturoculturales y agencias no-humanas, así lo están los
espacios donde trabajamos o donde desarrollamos nuestros proyectos de organización política y
donde realizamos nuestras demandas a través de distintas formas de activismo. No obstante, muchas veces no tomamos en cuenta la manera como elementos no-humanos influyen o incluso moldean el ritmo de trabajo, el enfoque de los procesos, las prioridades y las relaciones entre personas,
incluyendo la manera en que nos cuidamos como colectivas atendiendo las necesidades de cada
integrante. Las formas de relación (con la materia, el tiempo, los espacios –sus materializaciones–)
regidas por la lógica hegemónica tienden a priorizar el rendimiento para alcanzar resultados medibles cuantitativamente lo que tiene implicaciones delicadas en nuestra salud y nuestros proyectos.
El siguiente recorrido consiste en la exploración de agencias distribuidas entre entrelazamientos
humanos y no humanos19 con el propósito de entonar con éstos a través de una caminata situada.
Entonar tiene que ver con afectarse, colocarse en una relación horizontal y encontrar posibilidades
de intercambio que disuelvan las formas antropocéntricas (como hacer uso de la representación o
asumiendo que la materia u otras especies requieren que les demos una voz para hacerse inteligibles). Esto requiere tanto de una práctica de desfamiliarización como de fabulación especulativa.
Toma en cuenta también la idea de moverse atendiendo, propuesta en el ejercicio anterior.
a) Prepárate para realizar una pequeña caminata en el espacio público (puede ser la calle de enfrente,
una plaza, un mercado o una colina cercana).
Esto evita que podamos comprometernos de manera consciente con procesos de indagación-acción, sanación colectiva, oportunidades de colaborar con otres (humanos y más que humanos) y
con relaciones que aumenten (en lugar que disminuyan) nuestras capacidades de actuar. Cuando
nuestra prioridad deja de estar en los resultados a corto plazo, podemos sumergirnos en prácticas
crítico-creativas enfocadas en acumular potencias. Son esas capacidades de actuar y la potencia
(el poder en su forma afirmativa) lo que nos permite colaborar en la transformación de la realidad.
b) Prepara tus herramientas para la documentación (pueden ser todas o alguna de las siguientes: grabadora de sonido, libreta de notas, lápiz, cámara fotográfica).
c) Comienza a moverte atendiendo. Presta atención a lo que hay a tu alrededor procurando notar lo
que comúnmente no notas. Acércate a observar detalles en el suelo, en las paredes, en algún árbol…
(texturas, superficies, flora y fauna, sonidos, olores, etc.)
d) Documenta. Dibuja, graba, toma fotografías y/o escribe con lo que vas encontrando. Considera
cómo todo lo que estás atendiendo se relaciona entre sí y contigo: cómo te afecta y cómo lo afectas.
Toma en cuenta entrelazamientos sociotécnicos problemáticos o irresponsables y nota cómo se enredan con otras formas de existencia.
Este siguiente movimiento nos invita a revisar nuestras prácticas (las regularidades de nuestros espacios de trabajo o acción) para identificar oportunidades de cultivar colaboraciones productivas
donde la crítica-creativa sea posible y donde se generen planes de acción afirmativos.
19 La definición de
Colaboración política
en el glosario de esta
sección se refiere a las
agencias no-humanas y a
la problematización de la
agencia como algo que los
humanos poseemos.
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Este movimiento también puede realizarse en
mesas de encuentro con otras organizaciones o
con otras personas en proceso de conformar una
colectiva.
Piensa por un momento en espacios ligados a la colaboración u organización política, proyectos
colectivos o al activismo en los que has participado. Identifica uno donde notes que las dinámicas
tendían a ser especialmente caóticas o con un efecto negativo en las personas, los procesos y/o los
proyectos. (Por ejemplo, se puede partir de una experiencia en la que un proyecto interesante se
haya quedado en idea y no haya podido llegar a la acción debido a aspectos organizacionales).
Intenta notar cómo era ese lugar: la manera como se desarrollaban las relaciones entre las personas, las voces más recias y las más bajas en aquel lugar (escucha con atención para notar también la
manera como el rumor o el ruido cotidiano en ese espacio pueden informarte acerca de las relaciones en general), el uso de materiales y recursos, el papel de las emociones… Puedes ir elaborando
una lista de aspectos que vas identificando.
A continuación, comparte en parejas o tríos (si quienes participan son más de 6 personas) qué fue
lo que identificaste. Mientras que una persona comparte, las demás solo escuchan de manera atenta. Una vez que las tres personas, en el caso de un trío, han compartido brevemente, pueden tener
un breve intercambio en el que todas identifiquen y anoten elementos comunes a las tres situaciones y otros que consideren que jugaron un papel central (en su presencia o ausencia) en el hecho
que la experiencia fuera negativa.
La misma ronda se repite ahora trayendo a la mente experiencias que consideren afirmativas, enriquecedoras o responsables. Es clave notar las relaciones no sólo humanas sino también con la
materialidad, la producción espacio-temporal y cómo ello está entrelazado con otros ensamblajes
(por ejemplo, el medio ambiente).
Una vez completadas las dos rondas, todo el grupo conversa sobre lo que notaron, lo que más les
llamó la atención y lo que identifican que podrían tomar en cuenta para transformar sus organizaciones o conformar nuevas.
“Una barrera para la articulación [entre organizaciones] es la validación que esperamos
de los demás sobre nuestras acciones. ¿Cómo sabemos quién valida nuestras acciones?”
–Laura Aguiar, AEU
“Un hallazgo importante que se dio a partir del concepto de temporalidad unificado a
la organización y movimientos que se hicieron y se están haciendo contra la #5272 y el
decreto 18-2022, es cómo las luchas se mantienen vivas en el presente y el accionar desde
ese ahora es afirmativo, y cómo tenemos el poder de desafiar la temporalidad y potenciar
algo. De igual forma, otro hallazgo valioso es la manera como organización hemos transformado pasiones conflictivas y retadoras en potencias, y también cómo nos acompañamos en esos procesos”.
–Red interuniversitaria seguras y educadas, RISE.
“Todo se conecta entre sí en la formación misma, pasando por aprendizajes, miedos y
alegrías; las oportunidades, la fuerza de cuidar el hogar; conectar con mis raíces. Conocer
y aprovechar mi cuerpo, mi yo. Para hacer más de lo que pueda imaginarme”.
–Lidia Tux, Asomtevi
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Waral xkamik ri suk’il – Aquí murió la justicia, 2020
Rosa Chávez
4. CAMINAR HACIA ADELANTE
MIRANDO HACIA ATRÁS
“Tiempo de pandemia, día oxib’ E, en este cementerio dibujo un pequeño rito que denuncia, que satura, que invoca”.
La crisis sanitaria que nos tocó enfrentar develó más crudamente la crisis sistémica, aumentando las
injusticias y los impactos de los despojos históricos y la inequidad.
En este espacio gris, mi cuerpo de mujer indígena irrumpe, se posiciona. y entro en diálogo ritual con
el espacio de la Corte Suprema de Justicia (palacio de justicia, torre de tribunales) que representa
una de las estructuras de poder estatal de sometimiento y represión de los cuerpos, territorios y la
tierra que habitamos.
La documentación continua de los propios procesos puede ser parte de una práctica cotidiana de
interrupción de gestos y narrativas de poder. Más que generar documentos que representan experiencias para luego clasificarlas en informes de actividades, resaltando los logros, la documentación puede abordarse como una forma de honrar las relaciones entre multiplicidades que se van
activando y atender sus efectos.
Una acción sanadora que confronta, con elementos y acciones simbólicas, cosmogónicas, energéticas, en un día de celebración de los muertos donde los rituales colectivos también fueron confinados
por la pandemia. No podía acudir al cementerio, pero acudí a este espacio para liberar la impotencia
y la rabia. Una denuncia, una demanda ante la justicia injusta, una ofrenda al cuerpo invisible de la
memoria y a la vez una invocación a la energía de la justicia digna y liberadora de las mujeres, de las
comunidades marginadas, de los pueblos.
La práctica de la documentación de procesos consiste, en este caso, en la elaboración consciente
de cartografías que recogen la complejidad de nuestras experiencias, encuentros y afectaciones a
la vez que plantean acciones. En ese sentido, no se conforman con dar cuenta de las indignidades e
injusticias del presente (necesarias para la crítica) sino que también documentan las transformaciones que se están propiciando (alternativas afirmativas). Estas documentaciones pueden realizarse de múltiples maneras o integrar diversas formas de registro: textos, grabaciones de audio,
fotografías, dibujos o esquemas, mantas o carteles utilizados en acciones, etc.
Además, lo que se documenta es entendido como algo ya sumergido en el evento más amplio y continuo, siempre en proceso, de la lucha política y social (en toda su diversidad) y nos permite notar
cómo se abren posibilidades y crean fracturas. También podemos pensar en la manera como nuestros procesos se integran en una memoria transgeneracional, a la vez que colaboran con la producción de futuros re/generativos. De ahí que sea una manera de caminar hacia delante, mirando
también hacia atrás (hacia y con distintos tiempos).
ROSA CHÁVEZ
Desde una perspectiva más práctica, la documentación nos permite re/activar relacionamientos
previos para seguir construyendo sobre ellos, ampliándolos y haciéndoles justicia. Las acciones
previas no se quedan registradas como alcances ya dados sino que siguen informando lo que se
hace continuamente a la vez que se va complejizando. Las acciones presentes están siempre siendo
afectadas por las anteriores (intra-actúan).
Nació en San Andrés Itzapa, Chimaltenango, en 1980. Poeta, artista,
educadora popular y artivista, maya k’iche-kaqchikel, con estudios en
ciencias sociales, gestión cultural comunitaria, cine y realización audiovisual. Ha publicado cinco libros de poesía y su obra ha sido traducida a distintos idiomas.
Se recomienda desarrollar el hábito de documentar y revisitar –un mirar hacia adelante y hacia atrás– todo lo que sea posible en los procesos
de desarrollo o implementación de iniciativas de
incidencia, así como aspectos del trabajo diario
que se realiza dentro de la organización.
Los movimientos realizados hasta ahora conforman ya una cartografía que se sigue nutriendo y ampliando. Además de habernos ayudado a ordenar nuestras ideas, nuestras anotaciones son elementos
materiales donde nuestras relaciones han dejado marcas. Al revisitarlas siempre se activa algo nuevo
que sigue nutriendo esas relaciones y ampliando las oportunidades para imaginar realidades alternativas.
Asegúrate de tener a la mano todos los documentos que has generado en este proceso hasta ahora
(los registros de tus exploraciones, las maneras cómo respondiste a ellas, las notas sobre las conversaciones que has ido sosteniendo con otres, tus propias indagaciones, etc.). A continuación, extiende
todo el material frente a tí (idealmente en una mesa amplia o en el suelo) y avanza –hacia adelante y
hacia atrás– con los siguientes pasos:
a) Observa cuidadosamente todo el proceso. Hazte una idea general del entrelazamiento como un
todo y considera qué es lo que lo caracteriza.
b) Nota de qué está hecho ese entrelazamiento, cuáles son las multiplicidades que lo componen y
cuáles no. Qué está presente y qué está ausente.
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Considera:
¿Qué nuevos aprendizajes o comprensiones surgen de este proceso?, ¿qué implicaciones tienen a nivel personal y colectivo?
c) Identifica patrones recurrentes (ideas o situaciones puntuales que persisten a lo largo de varios
ejercicios), aperturas y nuevas grietas (transformaciones en proceso en las formas de pensar y hacer las cosas o aprendizajes). Puedes señalar esos patrones con un color o una figura para “sacarlos
a flote” o notar emergencias. Los patrones recurrentes pueden indicar algo pendiente de atender o
algo importante a seguir explorando. Además, puedes trazar líneas de diferentes colores entre efectos
surgidos en determinados momentos para rastrear sus relaciones y necesidades posteriores.
Mirar hacia adelante y hacia atrás implica pensar
la organización como un espacio vivo que, más
allá de las personas, pueda sostenerse mediante
procedimientos y a través de la persistencia en
los objetivos que se quieren alcanzar sin perder
de vista las implicaciones de cada pequeña acción y las relaciones que se van activando. A este
respecto, Maritza Velásquez de ATRAHDOM,
mencionó en una mesa de indagación-acción
que “debe haber relevos y/o acompañamientos
que permitan trasladar conocimientos y responsabilidades” para que las personas más jóvenes
se involucren en los distintos procesos de las organizaciones.
La recurrencia de determinadas ideas, emociones, perspectivas o preguntas pueden ser
llamados que necesitan ser atendidos y que requieren de alguna forma de responsabilización
(respuesta).
d) Comparte con las demás personas de tu grupo, colectiva u organización lo que has descubierto en
tu proceso siguiendo los siguientes pasos:
-Describe lo que hay: ¿Cómo es, a grandes rasgos, el proceso?, ¿qué forma tiene, cómo
se ve, qué emociones acarrea?, ¿cómo te afecta o qué activa ahora que lo revisitas?
¿Cómo las diferentes ideas y emociones registradas se afectan entre sí?
-Resalta las ausencias: ¿Qué no aparece?, ¿qué falta?, ¿qué aspectos parecen difusos,
confusos o todavía deben ser explorados más profundamente?
-Resalta la diversidad: ¿Qué puntos de vista o perspectivas están integrados?, ¿qué
papel juegan diferentes voces y diferentes formas de existencia, de registro, de interferencia?
-Nota las producciones: ¿Qué se está produciendo como resultado de la relación entre
ideas, experiencias, cuerpos y materialidades?, ¿qué efectos de interferencia se generan?, ¿cómo esas interferencias podrían estar anunciando una oportunidad para pensar
o hacer algo nuevo o distinto?
e) Conversa con las demás personas e identifiquen en conjunto una posible ruta para la indagación-acción: ¿Cuál es la idea, el impulso o el alcance central que surge de todo esto?, ¿cómo esto anuncia una nueva ruta para la indagación-acción colectiva?
Sinteticen dicha idea (insight) en un enunciado que pueda colocarse a la vista para los siguientes movimientos.
Si bien este movimiento está planteado sobre el
proceso propuesto por la guía, puede realizarse
de la misma manera a partir de la documentación de un proyecto de la organización o colectiva. En dicho caso, todos los pasos se realizan en
grupo sobre el mismo material. El último paso
puede pensarse como una manera de llegar a un
múltiple consenso.
Este proceso requiere de la apertura a lo indeterminado, a la contradicción e incluso al conflicto
entre ideas, así como a la propia vulnerabilidad.
En una situación de indagación-acción colectiva,
esta también puede ser una buena oportunidad
para seguir cultivando la confianza y la complicidad entre integrantes o con personas de otras
organizaciones (por ejemplo, en la realización de
mesas de trabajo).
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El modelo ideal de una utopía
María Jacinta Xón Riquiac
MARÍA JACINTA XÓN RIQUIAC
Guatemala, se llama la redelimitación geográfica republicana que celebra a la “patria del criollo”. Una
delimitación histórica que estableció las jerarquías raciales desde los siglos XVI y XVII. Jerarquías
raciales sobre las que se fundamentan la degradación de la ciudadanía y sus relaciones sociales cotidianas, políticas y económicas aún en la actualidad. Una república que determinó a los territorios, los
recursos naturales y al trabajo de sus habitantes como monetizables en pro del “desarrollo nacional”.
Un Estado que encumbra su funcionamiento en un marco jurídico ordinario para la garantía de los
derechos ciudadanos, pero aplica todo ese mismo entramado jurídico para reprimir y criminalizar la
rebeldía y la resistencia de sus “ciudadanos” ante la expropiación, el despojo y la corrupción.
Tiene una maestría en Historia de las Ciencias por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, es Licenciada en Antropología por la
Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Directora del Proyecto Tux: Cocina Gourmet de Origen en Chichicastenango, que estudia los sistemas alimenticios prehispánicos y preindustriales en Mesoamérica. En el año 2022 publicó el libro Entre la
Exotización y el Mayámetro. Dinámicas contemporáneas de colonialismo (Catafixia Editorial).
Cabe aquí preguntarse: ¿quiénes podrían comunicarse dialógicamente en Guatemala? La perspectiva
dialógica de comunicación es un modelo ideal para la recíproca comprensión de razones desde diversos lugares situados. Desde esta composición enunciativa: comunicación, reciprocidad, comprensión,
razón, diversidad y lugares situados, es que se conflictúa la definición del concepto dialógico. Entonces, ¿es posible la recíproca comprensión de razones desde diversos lugares situados? ¿Quién define,
quién convoca a cuáles y cuántas diversidades? ¿Cuáles deberían ser las condiciones de la comunicación dialógica? ¿La comunicación dialógica posibilitaría un cambio estructural? Si la respuesta es
no, entonces deberíamos repensar si la respetuosa conversación no quedaría solo en lo políticamente
correcto, tan de moda en las estrategias del statu quo contemporáneo.
Imaginemos un modelo ideal. Por ejemplo, la comunicación entre y con uno de los entramados de
diversidad en la patria del criollo. En Guatemala se hablan veintitrés idiomas. El español ha sido impuesto estratégicamente como la lengua franca que al mismo tiempo se impone como única herramienta de comunicación con el Estado, útil como mecanismo civilizatorio que procura el desahucio
de los idiomas indígenas. El xinca tiene muy pocos hablantes, y los veintiún idiomas mayas tienen
una representación de hablantes considerable. El monolingüismo es una realidad en este país: los
que hablan solo español y los que hablan su idioma indígena. El bilingüismo, el trilingüismo, etc., no
es algo que el Estado y sus políticas de dominación consideren viable. El bilingüismo y el trilingüismo
fue estratégicamente improbable en la Colonia, por ejemplo: se consideró que si hubiera existido una
lengua franca, esto hubiera posibilitado la organización anti-colonial. Estratégicamente, el monolingüismo funcionó como “juntos pero incomunicados”. En la república, el español funcionó como el
definidor del poder sobre y hacia los pueblos indígenas.
Difracción: A partir del texto El modelo ideal de una utopía, ¿cómo la propuesta de voz dialógica afecta o interpela la manera como se toman las decisiones dentro de tu organización o
colectiva?, ¿de qué manera podría comenzarse a cultivar o ampliarse la voz dialógica considerando las diferentes agencias que conforman tu organización o tus prácticas de activismo?
Volviendo a nuestro modelo ideal, si la intención de una comunicación dialógica es la escucha y comprensión de argumentos con “significado y sentido” desde los lugares situados, la primera condición
sería la creación de los canales de diálogo, ¿cuál entonces debería ser el idioma de comunicación en
este modelo dialógico? ¿No nos encontraríamos en este ejercicio con más limitaciones que posibilidades dialógicas?
Las instituciones del Estado y la sociedad civil y sus representaciones, otro ejemplo. El primer momento debería ser la comunicación dialógica entre los representantes de la sociedad civil y los ciudadanos. De nueva cuenta, nos encontramos con la diversidad de intereses, demandas y necesidades
situadas. ¿Cómo establecer honestas conversaciones entre los ciudadanos y su cotidianidad con los
que dicen representarlos? Irónicamente, ¿no es ahí donde se establecen los primeros rangos de jerarquía? Muchos sectores organizados parten a priori con actuaciones civilizatorias como: “las bases
no saben, hay que enseñarles” Así fue como los especialistas mayanistas (indígenas y no indígenas,
monolingües unos del español o bilingües español/inglés, español/francés, etc.) enseñaron a los
ajq’ijab’/guías espirituales indígenas sobre “cosmovisión maya”, el “ajaw”, etc., más allá de aprender
de lo que ellos y ellas sabían por generaciones en la mera resistencia de la cotidianidad. Entonces,
¿cómo, quiénes, cuándo y dónde sería la comunicación dialógica con el Estado? ¿Al Estado le interesa
una reforma de su estructura?
La comunicación dialógica se inmortaliza como modelo ideal, cuando la estructura del sistema que
mantiene la explotación, la expropiación, la desigualdad social, el racismo, la corrupción no tambalean. Si la estructura no se modifica, los intereses económicos prevalecerán por encima de cualquier
ejercicio de comunicación honesta e igualitaria. Mientras tanto, puede ser un ejercicio que pueda tener por objetivo un reconocimiento entre y de la diversidad.
070
071
“NO NECESITAMOS AMARNOS PARA COMPROMETERNOS EN UNA SOLIDARIDAD SIGNIFICATIVA”.
JUDITH BUTLER
5. PLAN DE ACCIÓN
CRÍTICO-CREATIVO
El Plan de acción que se propone aquí también requiere caminar hacia adelante mirando hacia atrás20,
resistir el cierre de una indagación práctica y de crítica-creativa; implica abordar la complejidad de
desarrollar estrategias participativas para pensar y construir espacios donde podamos dialogar cultivando una conciencia de las implicaciones éticas de cada momento del proceso. Es aquí donde se
integran la curiosidad comprometida, la atención cuidadosa, la difracción y la responsabilización.
Tomando en cuenta los efectos de la indagación realizada en el movimiento anterior, imagina una
realidad alternativa para tu organización, colectiva o activismos y anótala. Puedes hacer uso de la especulación crítica para empujar aún más la indagación e identificar posibilidades creativas.
a) Desarrolla tu idea en un breve párrafo y anótala en una nota adhesiva o una ficha que puedas luego
compartir.
A partir del movimiento anterior –que sintetiza y reúne aspectos clave
del proceso de indagación-acción que lleva la guía hasta ahora–, es posible considerar un Plan de acción para la interrupción de ejercicios de poder
desde la propia organización.
b) Cada integrante coloca su nota en un lugar visible, al lado de las de las demás personas del grupo.
c) Todo el grupo se toma unos minutos para leer atentamente todas las ideas presentadas, identificando conexiones entre ideas. Las mueven de lugar, colocando juntas las que se relacionan, complementan o parecen pertenecer a una misma dimensión o categoría (por ejemplo, se puede crear un
grupo de ideas que tienen que ver con acciones, otro que tiene que ver con estrategias de comunicación y otro de procesos de indagación interna).
La ruta para la indagación planteada grupalmente puede convertirse, a
través de este movimiento, en un plan de acción concreto. Este plan de
acción puede ser concebido como un acto de responsabilización ya que
responde a una necesidad identificada (puede ser una necesidad concreta ligada a la justicia, la necesidad de cultivar colaboraciones o complicidades políticas o la necesidad de transformar aspectos de las prácticas o
procesos internos de la organización o colectiva).
Este movimiento puede realizarse en modalidad
virtual utilizando, en lugar notas adhesivas o fichas, un documento digital o aplicación compartida para el trabajo en colectivo.
Responsabilizarse tiene que ver con reconocerse como cuerpo enredado
con otros cuerpos (humanos y no humanos) y como parte del mundo. Es
por ello que responsabilizarse no tiene que ver con la representación de
otres sino con una práctica colaborativa, es decir, una manera de implicarse con lo que forma parte de la situación que se quiere abordar. En el
mismo sentido, el Buen Vivir propone que “la consulta, pacto y consenso
implica la interconexión, la complementariedad y la integralidad de todos los seres vivos en los diferentes ciclos de la vida” (Confluencia Nuevo
B‘aqtun, p. 30).
Cautela: Es importante pensar que
g enera
imponer reglas ni respuestas. Come
ner la disposición a hacer paradas o
nzar a
tomar
Este proceso requiere contemplar cu
r rutas
recorr
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sable y reconocer dónde estamos y d
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ónde n
o, desd
e
Esta ruta no es una meta concreta sino una posibilidad para generar más ideas. En este caso
puede ser útil traer el concepto de difracción
(desarrollado en el glosario de la primera parte
de esta guía) sobre el de reflexión. Mientras que
el segundo se refiere al acto de analizar algo con
el deseo de capturar su esencia o significado singular, la difracción –como las reverberaciones
causadas por una nota musical o la luz que descompone el prisma en múltiples rayos– nos permite abrir, multiplicar y generar cosas nuevas y
diversas a partir de la idea inicial. Puede ser muy
enriquecedor notar cómo las ideas, emociones y
experiencias exploradas se han ido difractando y
los efectos (como interferencias y diferenciaciones) que se siguen generando.
indagación significa no
ruta también incluye te-
do sea necesario.
ndicio
tros, co
d) Luego de que todas las personas han movido y propuesto conexiones, pueden llegar a un acuerdo
sobre cómo organizarlas, resaltando las que más les hayan llamado la atención. Las diferentes dimensiones identificadas anuncian ya una nueva ruta de indagación.
nes y herramientas que
mo eje
dónde
rcicio político respon-
hablamos y desde dón-
072
20 En su poema Camino al
revés, Humberto Ak’abal
escribe: “De vez en cuando /
camino al revés: / es mi modo
de recordar. / Si caminara
sólo hacia delante, / te podría
contar / cómo es el olvido”.
073
e) Las dimensiones identificadas pueden ser atendidas ahora como llamados o invitaciones para la
exploración. Considera si es posible abordarlas como aspectos de los que la colectiva u organización
podría responsabilizarse y convérsalo con el grupo (enfóquense en cuestiones que están mayormente
al alcance o bajo la responsabilidad de las personas involucradas y que no dependen de alguien o algo
más a lo externo).
f ) A partir de lo anterior, pueden intentar varias maneras de sintetizar cada dimensión en un enunciado o pregunta, de modo que las alternativas propuestas por todes sean integradas en cada una.
g) Luego considera lo que tendría que colocarse en la sección de necesidades, en el segundo cuadro,
atendiendo a las preguntas. En colaboración, discutan e identifiquen las preguntas que surgen de ello.
Estas son las nuevas preguntas de indagación. Es probable que surjan varias preguntas para cada objetivo pues consideran sus diferentes necesidades.
A partir de este paso, puede ser de mucha utilidad nombrar a una persona que documente todo o que
se vayan rotando para ir anotando todas las ideas a la vista de todes en una pizarra o papelógrafos.
Por ejemplo, si identificaron las dimensiones
acciones, estrategias de comunicación y procesos
internos, cada una de estas tres se desarrolla en
tres enunciados o tres preguntas que integren lo
que se proponía en las notas adhesivas o fichas:
“Generar acciones creativas que enriquezcan
las relaciones con otros movimientos o luchas
para aumentar las potencias políticas / ¿De qué
manera podemos generar acciones creativas que
enriquezcan las relaciones con otros movimientos
y luchas para aumentar potencias políticas?”, “Diseñar estrategias de comunicación que encarnen
formas radicales de interrumpir la manera como
las redes sociales capturan nuestros deseos /
¿Cuál es la importancia de diseñar estrategias
de comunicación que encarnen formas radicales
de interrumpir la manera como las redes sociales
capturan nuestros deseos?”, “Comprometernos
con procesos de indagación-acción más cuidadosos y conscientes del papel que tiene todo lo que
forma parte de ellos, incluyendo la materia / ¿Por
qué podría ser clave comprometernos con procesos
de indagación-acción más cuidadosos y conscientes del papel que tiene todo lo que forma parte de
ellos, incluyendo la materia?”).
Muchas veces nos planteamos metas concretas
para nuestros proyectos o sus diferentes iniciativas y pasamos directamente a las acciones que
intuimos necesarias para alcanzar dichas metas.
Esta es una de las razones por la que es común
que el proceso se complique ya sobre la marcha,
que surjan imprevistos y que mucho del tiempo
del día a día tenga que dedicarse a apagar fuegos. O, en muchas ocasiones, que las ideas nunca
puedan llegar a la acción. Dedicar tiempo a una
indagación sobre las necesidades (las áreas grises o brechas que existen entre las metas y las
acciones) nos ayuda a tomar en cuenta esas posibles complicaciones o necesidades adicionales
y a planear acciones de manera más cuidadosa y
responsable notando sus implicaciones.
El siguiente paso consiste en plantear acciones necesarias para alcanzar los objetivos, pero también
para resolver o explorar las nuevas preguntas de indagación acerca de las necesidades. Podemos pensar en estas acciones como los pasos necesarios para atender las necesidades y responsabilizarnos de
ellas de modo que, en consecuencia, podamos alcanzar los objetivos.
Por ejemplo, una de las preguntas de indagación atada a las necesidades puede ser: ¿De qué
manera podemos convocar y reunir una amplia
diversidad de perspectivas ligadas a movimientos y luchas?, relacionada a la acción Generar acciones creativas que enriquezcan las relaciones
con otros movimientos o luchas para aumentar
las potencias políticas. En este caso, una de las
acciones planteadas debe estar enfocada en esa
pregunta, no respondiéndola directamente sino
planteando algo que deba hacerse para atenderla. Por ejemplo, realizar una encuesta a compartir con organizaciones y colectivas existentes que
recoja información sobre los segmentos, áreas o
enfoques con los que trabajan y otras organizaciones con las que colaboran. Como puede verse,
esta acción sería un primer paso necesario para
poder alcanzar el objetivo planteado.
Observa junto al grupo el siguiente cuadro y ubica los enunciados y/o preguntas desarrollados en la
sección de objetivos. Noten cómo estas ideas ya responden a las preguntas planteadas en el primer
cuadro.
1. Objetivos
¿Qué queremos mejorar o transformar?
¿Con qué nos queremos y podemos comprometer desde
nuestra colectiva u organización?
Toma en cuenta que las acciones planteadas pueden seguirse revisando y aterrizando sobre la marcha, o si surgen nuevas necesidades, pero estas ya sirven como una ruta que organiza el proyecto o
iniciativa de manera bastante más precisa.
2. Necesidades
¿Qué tendríamos que indagar, resolver o comprender mejor
para encaminarnos hacia estos objetivos? ¿Qué aspectos
todavía quedan sueltos o difusos?, ¿qué preguntas tenemos
todavía al respecto?
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h) Mientras se van desarrollando las acciones, o una vez que se tienen planteadas varias de ellas, es
importante identificar las oportunidades. Estas sustituyen las tradicionales “evidencias de logro” o
alcances que se miden al final de un proyecto. Se trata no de esperar al final de todo un proceso para
determinar si sus resultados (generalmente medidos desde la abstracción o los requisitos de socios o
contrapartes) sino de ir notando, sobre la marcha, qué está sucediendo, qué tipos de relacionamientos se están produciendo (y cuáles no) y cómo todos los aspectos involucrados se están afectando mutuamente. En otras palabras, consiste en mantener, al lado de las acciones, una exploración situada
del recorrido, documentando y mirando hacia adelante y hacia atrás. Este proceso va informando a
las acciones, identificando nuevas necesidades y abriendo posibilidades para tomar desvíos de la ruta,
explorar y generar otras alternativas. Podemos decir que estas son oportunidades para poner en práctica la curiosidad comprometida, la atención cuidadosa, la difracción y la responsabilización sobre un
proceso en marcha.
Este es un proceso que puede ser bastante extenso y profundo para el grupo que lo realice y puede
desarrollarse en una o dos sesiones largas (uno o dos días) o bien por medio de sesiones cortas a lo
largo de varios días. El proceso resulta muy enriquecedor cuando se da la oportunidad de sumergirse
de lleno en ello y todas las personas involucradas participan activamente a lo largo de todo el proceso
para ir conectando sus deseos personales con los objetivos y las acciones e integrar procesos de documentación y difracción de aprendizajes y emociones a lo largo de todo el proceso.
La idea es que el plan de acción se convierta en parte del trabajo cotidiano de la organización,
donde las acciones y las oportunidades sean ya ejercicios de interrupción de viejas formas de actuar
o relacionarse y la puesta en práctica de un nuevo hacer crítico, creativo y responsable. Este hacer
cotidiano es un ejercicio micropolítico.
“Todo es política pero toda política es a la vez ‘macropolítica’ y ‘micropolítica’... Se dice
equivocadamente... que una sociedad se define por sus contradicciones. Pero eso sólo es
cierto a gran escala. Desde el punto de vista de la micropolítica, una sociedad se define
por sus líneas de fuga… Habría que saber qué campesinos, y en qué regiones…, han empezado a negar el saludo a los propietarios de su entorno”.
–Guilles Deleuze y Félix Guattari
1. Objetivos
¿Qué queremos mejorar o transformar?
¿Con qué nos queremos y podemos comprometer desde
nuestra colectiva u organización?
2. Necesidades
¿Qué tendríamos que indagar, resolver o comprender mejor
para encaminarnos hacia estos objetivos? ¿Qué aspectos
todavía quedan sueltos o difusos?, ¿qué preguntas tenemos
todavía al respecto?
Este movimiento y el formato para el plan de
acción pueden ser utilizados para plantear cualquier proyecto o iniciativa de incidencia política. Este tipo de plan de acción no termina en un
punto específico sino sigue informando nuevas
acciones o nuevos planes siempre conectados
de manera directa a las personas involucradas,
situadas y abiertas a establecer diálogos y negociaciones con voces diversas (humanas y más que
humanas), movidas por la voz dialógica.
3. Acciones
¿Qué tendríamos que hacer o con qué procesos tendríamos
que comprometernos para alcanzar los objetivos y atender
las necesidades?
¿En qué actividades (tanto orientadas a la misma organización o colectiva como a iniciativas de incidencia) podemos
enfocarnos en el proceso?
Difracción: Considera:
4. Oportunidades
¿Qué tendríamos que notar u observar para saber que estamos atendiendo las necesidades?
¿En qué otros procesos de indagación-acción, documentación, intercambio y retroalimentación tendríamos que
involucrarnos para seguir avanzando hacia los objetivos?
¿Cómo mantenemos una exploración situada, documentamos y miramos constantemente hacia delante y hacia atrás?
3 características que ahora piensas que debe tener una práctica de incidencia (o activismo)
situada en tu contexto u organización o colectiva.
2 ideas que respaldan lo anterior.
1 nueva pregunta que te surge.
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FORMAS ALTERNATIVAS DE FINANCIAMIENTO
Las ONG dan la impresión de que están llenando el vacío creado por un Estado en retirada. Y lo están haciendo, pero de una forma materialmente inconsecuente. Su contribución real es la de desactivar la cólera política y distribuir como ayuda o benevolencia lo
que la gente debería tener por derecho. Alteran la psique pública. Convierten al pueblo en
víctimas dependientes y desafilan el filo de la resistencia política… Se han convertido en
los mediadores, los intérpretes, los facilitadores del discurso. Juegan el papel del “hombre sensato” en una guerra injusta e insensata…
Transforma la confrontación en negociación. Despolitiza la resistencia. Interfiere con
los movimientos populares locales que han sido tradicionalmente autosuficientes… La
auténtica resistencia política no ofrece los mismos atajos. La ONG-ización de la política amenaza con convertir la resistencia en un trabajo cortés, razonable, asalariado, un
trabajo de 9 a 5. Incluso con algunas prebendas. La resistencia real tiene consecuencias
reales. Y no conlleva salario”.
–Arundhati Roy
Una parte importante de lo que podemos llamar una práctica radical de incidencia, como ejercicio
crítico-creativo de los sistemas de poder hegemónico, es el de cuestionar las formas de financiamiento disponibles y las estrategias comúnmente utilizadas por las colectivas u organizaciones.
Siguiendo a Arundhati Roy, la ONG-ización puede tener implicaciones negativas en las luchas y, en
algunos casos, pueden reducir la agencia política de los movimientos. Es clave integrar estrategias
alternativas de financiamiento a los planes de acción cuando determinadas prácticas requieren de
algunos fondos. Algunas opciones pueden ser:
1. Conformación de cooperativas sociales u organizaciones de propiedad colectiva. Una
cooperativa es una sociedad constituida por personas que se asocian, guiados por principios de
libre adhesión y baja voluntaria, para la realización de actividades encaminadas a satisfacer sus
necesidades y aspiraciones económicas y sociales. Estas tienen una estructura y funcionamiento
democráticos. Este tipo de asociación puede dar paso a otras formas de involucramiento de la
sociedad civil que se identifica con causas o luchas particulares a través de donaciones o compra
de productos (playeras, tazas, afiches artísticos, bolsas de tela, productos de consumo, libros, fanzines, etc.).
ACCIONES PARA
PROVOCAR GRIETAS
2. Gestión de espacios para la (con)fabulación. Propiciar colaboraciones con personas o
colectivos que tengan a su cargo la administración de diferentes espacios (cafés, teatros, centros culturales, galerías, huertos urbanos, jardines, etc.) para realizar actividades específicas
o encuentros para la fabulación crítica y especulativa (imaginar otros mundos). Esta clase de
colaboraciones se construyen a partir de intercambios horizontales y acuerdos de cooperación
mutua. Además, pueden complementarse con la participación de productoras y productores
locales a fin de tejer una red en la que se distribuyan y complementen los recursos propios y
colectivos.
3. Financiamiento creativo. A partir de la gestión de espacios se pueden realizar distintas
actividades como talleres, muestras de cine, cine foros, obras de teatro, conciertos, tianguis,
etc. Este tipo de actividades, además de recaudar fondos, nos permite visibilizar luchas, problemáticas y necesidades existentes así como propiciar intercambios informales que informen
metodologías, tácticas o prácticas de incidencia más amplias o complejas.
21 Para esta clase de financiamiento colectivo podemos
usar alguna de las siguientes
plataformas digitales: Patreon
o GoFundMe.
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Asimismo, podemos financiar el activismo por medio de donaciones de la sociedad civil, a través
plataformas de financiamiento colectivo21, coperachas entre las y los miembros de la organización o rifas dentro y fuera de redes sociales (esto puede permitirnos mantener conversaciones
y fortalecer relaciones, impulsando acciones que impacten de manera directa a la comunidad).
Para esta clase de acciones es importante generar un diálogo honesto con las personas que colaboren, a través de canales de comunicación efectivos donde se compartan los valores y visiones
de la organización, rendir cuentas sobre los fondos recaudados y todos los aspectos necesarios
para la transparencia de las acciones.
4. Intercambios entre colectivos a modo de trueques. Cada una de nuestras organizaciones
cuenta con distintas áreas de trabajo, diversificando las experiencias y los conocimientos. Esto
permite que, al momento de realizar una acción o proyecto, podamos vincularnos con otras
colectivas que tengan sueños o artes comunes, pero experiencias y conocimientos distintos y
complementarios. Por ejemplo, si al planificar un ciclo de talleres sobre autogestión comunitaria, nos gustaría incluir talleres sobre huertos urbanos y recetas culinarias a partir de lo cultivado; para ello podemos buscar a otras organizaciones que aborden los temas, proponiendoles
un intercambio de talleres; de esta manera, nuestra organización también facilitaría espacios
formativos en las actividades previstas por las otras organizaciones, y viceversa.
5. Redistribución equitativa de tareas. Gestionar colectivamente nuestras organizaciones
nos permite cultivar, durante las distintas etapas del proceso, relaciones que escapen de la lógica capitalista de relación (guiadas por la productividad y el alcance de logros valorados cuantitativamente). En esta forma de organización, las tareas se reparten de acuerdo a la localización,
posicionamiento y disponibilidad de las y los integrantes. Para ello, debemos tomar en cuenta
que cada persona comparte diferentes aptitudes, conocimientos, responsabilidades y tiempos
(equidad no es sinónimo de igualdad, ya que la igualdad muchas veces niega la diversidad dentro de los colectivos).
Desobediencia creativa
Cuando consideramos el impacto que tienen las narrativas de poder en moldear nuestros propios
comportamientos, o en nuestras maneras de hacer muchas cosas, o, en otras palabras, cuando recordamos que somos parte del sistema que queremos derribar, la necesidad y el valor de transformar nuestros propios hábitos se hacen más relevantes. Para ello, podemos realizar acciones
enfocadas en subvertir convenciones sociales que responden a las lógicas del poder hegemónico.
Acciones que rompen con formas de ser o comportarse, que se consideran incorrectas por mera
herencia de formas de pensar y que responden a visiones de dominio, a estereotipos o mandatos patriarcales. Ver a un grupo numeroso de niñas en bicicleta en la vía pública exigiendo justicia puede
ser un ejemplo de esto (como ocurrió el 13 de febrero de 2021 en la Ciudad de Guatemala). Puedes
incluir alguna(s) de las acciones que te proponemos a continuación:
Crear campañas de visibilización para acuerpar transformaciones que ya están comenzando a
darse en ese sentido (a partir de una colaboración conjunta y horizontal, implicándose con las personas cuyas acciones se quieren hacer visibles), incluyendo la visibilización de colaboraciones más
que humanas y la agencia no humana que también forma parte de las luchas.
Propiciar disrupciones de actitudes o comportamientos socialmente no “permitidos” por prejuicio o tabúes en espacios públicos, documentarlos y mostrarlos en redes sociales.
Montar una puesta en escena en un espacio público, donde se reviertan papeles y se ponga en
evidencia la arbitrariedad de alguna actitud o convención cuando, por ejemplo, lo hace un hombre
en lugar de una mujer o viceversa.
Aspirar a normalizar algo que por convención social heredera del pensamiento hegemónico o
conservador no se considere normal. Crear material visual que muestre formas de ser y hacer las
cosas “fuera de lo común”, haciendo énfasis en lo común que realmente son. Un ejemplo puede ser
mostrar actos de desobediencia cotidianos que se desvían de la norma en relación con la religión, el
género, la identidad, el antropocentrismo, etc.
Generar campañas de solidaridad con las personas que no pueden desobedecer a las convenciones sociales pues podrían arriesgar su trabajo o su vida.
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“SOY UN AVE MIGRATORIA, / VUELO HACIA EL PASADO, / LOS RECUERDOS SON MI FUTURO”.
HUMBERTO AK’ABAL
“Cuando el pueblo indio lucha, lucha contra todas las formas de opresión”.
–Movimiento Indio Tojil
Este capítulo busca ampliar perspectivas acerca de las narrativas y los ejercicios de poder a partir del análisis del presente, sus contradicciones y complejidades, así como establecer puntos de partida para acciones concretas
de incidencia. Se enfoca en la manera como los medios de comunicación y
la tecnología digital pueden limitar o ampliar posibilidades y qué implica
que sus efectos sean unos u otros. Además, brinda estrategias para desarrollar lecturas a contrapelo y poner en marcha la fabulación crítica para
ampliar el lenguaje notando sus efectos materiales, y re/generando oportunidades de relación.
El sistema escolar nos enseñó una historia universal organizada por la idea de progreso. El mito
de que todas las culturas se dirigen en una dirección guiada por la noción de civilización y mejora
tecnológica ha consolidado en muchas personas una visión errónea y simplista de las sociedades
humanas. Esta visión es problemática en varios aspectos: no sólo asume una experiencia humana
homogénea sino que coloca al mundo occidental como modelo de aquello que se debe alcanzar con
dicho progreso. Esta representación de la historia y, por ende, de la humanidad, debe ser atendida
por toda postura crítica como condición para la transformación social. Esta es la razón por la que las
luchas por la justicia –entendidas como luchas por el progreso en su sentido tradicional– corren el
riesgo de replicar ejercicios de poder y exclusión ligados a las lógicas civilizatorias desde las que se
establece un modelo normativo de existencia a alcanzar. Por otro lado, pueden perderse de vista los
procesos históricos y los arreglos sociotécnicos que han influido en la manera como algunos cuerpos
han sido considerados humanos y otros no y por ende merecedores de derechos.
Al mismo tiempo, comprometerse con una lucha política parece ser, en nuestro contexto, una tarea
tan urgente como difícil. Las complejidades del sistema son amplias, sobre todo cuando consideramos las instituciones y sus maneras de operar desde un punto de vista histórico. El sistema hegemónico de economía política, hoy capitalismo avanzado, no solo organiza las relaciones sociales en la
forma de mercancías, como lo proponen algunas críticas al capitalismo, sino produce servidumbre
en los cuerpos racializados, principalmente en las mujeres y disidencias sexuales, a la vez que explota combustibles fósiles y minerales. Este no es, así, solamente un sistema construído sobre la lógica
del trabajo sino el proceso de consolidación de una institución racial, sexista y especista. Por estas
razones, no podemos hacer planes de incidencia sin pensar detenidamente en cómo la noción misma de incidencia política se inscribe dentro de esas dinámicas.
¿Por qué comprometerse de manera productiva y continua con prácticas micropolíticas y colectivas en permanente negociación podría
ser clave para la interrupción de las relaciones de poder?
Invitación: Considerar la manera en que las prácticas micropolíticas y colectivas en negociación permanente pueden interrumpir
las relaciones de poder.
La incidencia ha sido tradicionalmente entendida como cabildeo, por medio del cual se busca influir
sobre las decisiones de actores políticos, con resultados limitados desde el punto de vista del sistema. El cabildeo ha respondido muchas veces al deseo de fortalecimiento de las instituciones estatales y, si bien la búsqueda de justicia por estos medios es válida en determinados casos, muchas veces
ignora que en otras latitudes (afuera del municipio de Guatemala) muchos pueblos viven a pesar
del Estado y por ello sus luchas y procesos se enfocan, más bien, en su autorregulación; a la vez, esto
propicia estrategias para hacerle fisuras a ese sistema. Así, son amplios y diversos los aprendizajes
que la incidencia política ejercida en la ciudad puede obtener de la resistencia y potencia de otros
sentidos de mundo, cultivados por pueblos originarios. Estos aprendizajes pueden propiciar condiciones de posibilidad para un proyecto político desde el que se pueda desajustar la lógica de despojo
y la exclusión de cuerpos no normativos, una que muchas veces reproducimos en nuestras propias
organizaciones y luchas sin darnos cuenta.
¿De qué manera concebir las prácticas de incidencia como cambios
mentales, procesos colectivos permanentes y formas de resistir al
presente puede propiciar alternativas sostenibles y ampliar posibilidades a futuro?
Invitación: Concebir las prácticas de incidencia como cambios
mentales, procesos colectivos permanentes y formas de resistir al
presente notando la manera en que esto puede propiciar alternativas sostenibles y ampliar posibilidades a futuro.
¿Cuál es la importancia de propiciar prácticas de incidencia que
integren múltiples perspectivas y atiendan la necesidad de cultivar
la voz dialógica entre diferentes actores y organizaciones?
Invitación: Propiciar prácticas de incidencia que integren múltiples perspectivas y atiendan la necesidad de cultivar la voz dialógica entre diferentes actores y organizaciones.
¿Cómo gestionar formas de incidencia motivadas por una noción afirmativa del poder (potencia) –capaz de hacer del dolor particular y colectivo
un motor– para generar múltiples impactos en realidades concretas?
Invitación: Gestionar formas de incidencia motivadas por una
noción afirmativa del poder (potencia) –capaz de hacer del dolor
particular y colectivo un motor– para generar múltiples impactos
en realidades concretas.
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Nuestras luchas y la lógica del progreso
La temporalidad lineal también moldea nuestros hábitos de relación. Dentro de las organizaciones
y los procesos de lucha muchas veces enfocamos nuestros esfuerzos, y todo lo que estos implican,
en el alcance de metas y resultados medibles. En la visión política se nos incita a pensar en transformaciones a futuro, en una justicia por venir, perdiendo de vista la manera como nuestras acciones
presentes impactan la realidad. No obstante, la realidad misma –y su cualidad de justa– está siendo
continuamente moldeada por nuestras prácticas y relaciones. Es en lo que hacemos día a día, dentro
y fuera de nuestros colectivos, nuestras luchas y organizaciones, que algunas cosas llegan a importar
y a materializarse, que determinadas opciones son o no potenciadas y pueden llegar a ser. Lo que ha
sido negado, evitado o invisibilizado, escribe Rosi Braidotti, está a la espera, “hasta que sea llamado
de nuevo por un ensamblaje colectivo que demande y desee su actualización” (Braidotti, 2019, p.
470).
Una idea central de la noción de progreso es la de que el tiempo avanza en línea recta, superando
tiempos precedentes y, en consecuencia, produciendo necesariamente una mejora (en la actualidad,
reflejada en datos cuantitativos). El progreso, como elemento central del mito de la modernidad, “devenir diacrónico [que] supone el progresivo movimiento que va de la naturaleza a la cultura y, consecuentemente, de la barbarie (…) a la civilización” (Blanco, 2019, p. 87) hace referencia a un más allá
que se materializa como un “modelo de existencia, poseedor de la verdad y de los medios para <<redimir>> la deficiente existencia del sub-alter que habita el <<acá>>. El <<allá>> se hace presente y busca
instaurarse en el <<acá>> por medio de sus <<mensajeros>> (doctrineros, intelectuales, las ciencias
sociales funcionales, el revolucionario, el militar-misionero, etc.)” (2019, p. 245).
Lo anterior requiere ya no enfocar nuestras expectativas de cambio sólo en un tiempo futuro al que
se accede de manera lineal así como tampoco en una transformación radical de la realidad sino en
nuestra cotidianidad, aquello con lo que nos relacionamos y lo que no y la realidad que estamos colaborando a tejer ahora. Un ahora en el que el pasado y el futuro están ya siempre entrelazados. Se trata, así, de una visión micropolítica que no se opone ni es menos relevante que la macropolítica, que
nos brinda la oportunidad de interrumpir los ejercicios de poder donde mejor opera: en nuestros
cuerpos. Atender la micropolítica también posibilita “líneas de fuga... [en la micropolítica] siempre
fluye o huye algo... escapa a las organizaciones binarias, al aparato de resonancia, a la máquina de
sobrecodificación” (Deleuze y Guattari, 2015, p. 220).
La manera como en gran parte hemos entendido la historia responde a esta misma lógica, ocultando
experiencias que no corresponden con ella por medio de la invisibilización o la representación22.
Esos saberes sometidos, como les llama Michelle Foucault (2006), son saberes/seres/haceres que
han estado “presentes y enmascarados” o que han sido “clasificados como saberes no conceptuales... ‘ingenuos’... descalificados… [como el] saber de la gente” (p. 21), los de otras especies, formas
diversas de existencia y mundos extintos. A partir de este análisis es que el filósofo francés propone
su método genealógico, el cual entiende como una forma de anti-ciencia que posibilita el reconocimiento de los saberes sometidos para poder pensar y trabajar con estos.
De manera similar, el historiador Ranajit Guha (2002) se pregunta: ¿quién define qué es un acontecimiento histórico?, ¿qué se integra y qué se deja comúnmente de lado? Para Guha, no se trata solo
de la posición que tiene quien escribe la historia sino de cómo –aún cuando se ha intentado hacer
lecturas más justas– existe una prosa de contrainsurgencia establecida desde el método historiográfico. Es decir, utilizando técnicas y prácticas aplicadas por los estados para detectar y destruir a los
miembros y bases de apoyo de grupos considerados insurgentes. Esto significa que aún cuando se ha
buscado poner en evidencia problemáticas, desigualdades o luchas realizadas por grupos en desventaja, esto se ha hecho utilizando las herramientas del poder y por ende desde su punto de vista. Para
Guha esto significa que la historia construye materiales para la hegemonía y el principal problema
radica en que una vez se construyen estos discursos o valores éstos se convierten en sentido común.
Podemos pensar en cómo las lógicas del progreso han sido adoptadas y replicadas por luchas sociales o visiones revolucionarias, pensando que la única incidencia válida y efectiva es aquella que se
puede medir a través de resultados considerados como cuantitativos y objetivos, lo que deja fuera
otras formas de relación y transformación. Esto también se evidencia en la manera como los medios
de comunicación y las redes sociales presentan eventos coyunturales y como tienden a ocultar todo
aquello que no se mueve a ese mismo ritmo.
“Partiendo de la noción de que lo personal es lo político, a través de diferentes elaboraciones
de la política de la experiencia, epistemologías de puntos de vista y conocimientos situados, la
teoría feminista ha desarrollado herramientas originales para dar cuenta de las relaciones de
poder donde son más íntimas pero también más públicas: en experiencia vivida”.
–Rosi Braidotti
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LA MICROPOLÍTICA DE LA VIRTUALIDAD
“Hay un componente anticapitalista en las luchas comunales, pues han logrado evitar proyectos que consideran que el bien común está en la propiedad privada y la representación
individual”.
–Gladys Tzul Tzul
Desde su análisis de la historia, Ranajit Guha (2002) propone activar una práctica de lectura a contrapelo, es decir, reconocer las voces y experiencias que no aparecen en la historia oficial (incluyendo las
noticias, los conocimientos científicos y académicos, etc.), evitando seguir la textualidad de la historia
escrita sino voltearla, ir en contra de su lógica. Por ejemplo, podemos pensar en la recuperación de experiencias comunitarias y la manera en que han cultivado formas de relación multiespecie que generalmente no son tomadas en cuenta. Esto nos ayudaría a comprender mejor la relación que existe entre
defensores y defensoras de territorio y otras formas de existencia con las que se relacionan en ese lugar
y con ello el sentido de sus luchas.
Sumergidas en la tecnología, como nos encontramos muchas personas –y sobre todo los detentores del
poder político y económico–, parecemos habitar una dimensión virtual y otra real que a veces se entrecruzan o confunden y se influyen mutuamente de maneras particulares. Las redes sociales son un espacio (que también produce su propio tiempo) que nos brinda herramientas para comunicarnos y a veces
organizarnos, pero a la vez transforma en mercancía la información que le brindamos (nuestros deseos,
emociones, identidades, etc.) y nos captura a nivel cognitivo por medio de estrategias de manipulación
algorítmica al servicio de grandes monopolios extractivistas.
Así, el ciberespacio se convierte también en territorio en disputa. Al mismo tiempo, los aparatos electrónicos constituyen parte de nuestras relaciones y por ello requieren de una ética y son parte de una
política. ¿Cómo propiciamos lecturas a contrapelo de la información que nos llega en el ciberespacio y,
al mismo tiempo, nos hacemos responsables por la manera como esa tecnología está siendo hecha y el
tipo de relaciones que tenemos con ella?
La micropolítica, como ejercicio cotidiano de re/generación de relaciones y de interrupción del poder
y sus lógicas, nos brinda un espacio y abre un proceso en el que distintas formas de existencia (que incluyen a los cuerpos tecnológicos), de manera conjunta, puedan crear los medios para entrar en diálogo
y re-situarse en el tiempo y el espacio, desde donde imaginar y plantear otras realidades. Como lo dice
Silvia Rivera Cusicanqui (2015), se trata de potenciar “gestos micropolíticos de conocimiento corporal e
intersubjetivo” (p. 302). Como lo decía Walter Benjamin, el presente –el tiempo ahora– es una categoría
política.
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Oportunidad favorable para algo (Real Academia Española, s.f., definición 2). Combinación
de factores y circunstancias que se presentan
en un momento determinado (Real Academia
Española, s.f., definición 3). Si la coyuntura es la
coincidencia o articulación de sucesos en un espacio y momento dado, una especie de ordenamiento de fenómenos sociopolíticos concretos
que enfocan nuestra atención de manera concreta, cabe preguntarse, ¿se trata de un ordenamiento en el sentido de la ley que busca siempre
establecer las reglas del juego? ¿No es el ordenamiento ya siempre un ejercicio de poder?
La expresión time is out of joint (literalmente, el tiempo está descoyuntado) expresada en
Hamlet, ha dado qué pensar a diverses pensadores acerca de la potencia que puede surgir de
la desarticulación, entendida como momentos
en los que la linealidad y la lógica de la realidad
parecen interrumpirse o salirse de su eje. Para
Derrida (1998), la desarticulación del tiempo es
necesaria para que la justicia pueda ir más allá
del derecho y atender lo que no está presente
en el doble sentido de aquí y ahora. Paul Preciado (2022) propone la figura out of joint (que
podemos entender como fuera de la coyuntura
o más allá de la coyuntura) como las rupturas
sociales, políticas, somáticas e identitarias que
se han abierto en los últimos años en gran parte
gracias a las luchas de diversos colectivos que se
escapan a las lógicas del sistema hegemónico y
su tendencia a un ordenamiento particular.
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Mientras que fabular se refiere a inventar, ficcionar o posibilitar, la raíz de especulación tiene que ver con observar cuidadosamente. La fabulación especulativa nos permite, así, prestar
atención cuando aquello que se nos presenta
como una necesidad va más allá de nuestro entendimiento o de lo que nuestras formas usuales
de relación son capaces de atender imaginando
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alternativas. Para Donna Haraway (2019), la
fabulación especulativa y el hecho científico se
necesitan mutuamente, así como también del
feminismo. Tiene que ver con generar alternativas para interrumpir las prácticas y narrativas
hegemónicas, lo que requiere de nuevas figuras,
en una forma de transdisciplinariedad (método
de indagación que trasciende las disciplinas y
entra en diálogo con otras formas de construir
saberes). De manera similar, la historiadora
afroamericana Saidiya Hartman (2019) acuña
el término fabulación crítica para reescribir la
historia de las personas racializadas haciendo
una exploración archivística que parte del “qué
hubiera pasado sí…”, lo que permite imaginar
narrativas y desarrollar contra-historias para
responder de manera más justa a las experiencias de otres. La narración especulativa es una
herramienta para abordar las omisiones de la
historia, como las vidas de las personas esclavizadas, y recuperar la “historia imposible”.
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Influencia o repercusión (Real Academia Española, s.f., definición 3). Esfuerzos de la ciudadanía organizada para influir en la formulación e
implementación de las políticas y programas
públicos, a través de la persuasión y la presión
ante autoridades estatales, organismos financieros internacionales y otras instituciones de
poder. Son actividades dirigidas a ganar acceso
e influencia sobre las personas que tienen poder
de decisión en asuntos de importancia para un
grupo en particular o para la sociedad en general (WOLA, 2005).
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Para Foucault, al analizar el poder, es necesario partir de sus mecanismos, implicaciones,
relaciones, y de los dispositivos (prácticas) que
utiliza en los distintos niveles de la sociedad.
Foucault, además de analizar el concepto desde su acepción jurídica o no económica, propuso hacerlo desde la lógica de “los operadores de
dominación”, desde la cual estos últimos han
determinado las relaciones de poder a lo largo
de la historia, y que estaría más relacionada con
su funcionalidad económica. Así pues, el poder
debe ser entendido como una estrategia de dominación que no se posee sino se ejerce y que,
por consiguiente, sus efectos no son atribuibles
a una apropiación sino a ciertos dispositivos que
le permiten funcionar (Ávila-Fuenmayor, 2006).
a
Guattari y Rolnik, en su libro Micropolítica:
cartografías del deseo (2006), establecen que el
concepto de micropolítica está relacionado con
la posibilidad de que los agenciamientos sociales tomen en consideración las producciones de
subjetividad en el capitalismo. Cuando entendemos el poder no como un control macropolítico
ejercido a través de las estructuras del gobierno,
la ley y las políticas como instituciones de soberanía sino como aquello que organiza el campo
social a través de redes dinámicas de relación,
la micropolítica –o lo personal-político, como le
llama también el feminismo– resulta más relevante para brindar respuestas, es decir, responsabilizarse. La micropolítica puede entenderse
también como el ejercicio cotidiano por el cual
se interrumpen las formas que reproducen las
relaciones del poder hegemónico en las esferas
del ser, hacer y pensar, participando de la re-generación de nuevos vínculos, afectos, deseos y
potencias políticas.
Planteado por Antonio Gramsci, el concepto de
hegemonía tiene que ver con la capacidad de
unificar y mantener unido a través de la ideología un bloque social. La hegemonía constituye un bloque histórico, una unidad de fuerzas
sociales y políticas que tiende a mantenerlas
unidas a través de una concepción del mundo
que ella ha trazado y difundido. Para el pensador italiano la subjetividad es hegemonía pues
es precisamente la subjetivación y la manera
como moldea nuestros deseos lo que la hace hegemonía. No hay tal cosa, entonces, como una
dimensión emancipadora de la subjetividad. Lo
señala así Marco Fonseca, quien agrega que no
se trata de una simple relación de dominación
sino del fenómeno por medio del cual la dominación se convierte en algo que las mayorías sociales necesitan, haciendo de esa necesidad “la
expresión concreta y subjetiva de la libertad”
(Entrada de blog, 27 de abril 2020).
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Como indica Braidotti (2018), Michel Foucault
en sus obras problematiza el doble eje del poder,
es decir, su posible declinación tanto en sentido
restrictivo y coercitivo (potestas), como en sentido potenciador y productivo (potencia). A diferencia del primer eje del poder, que se ejerce de
forma violenta, el segundo se enfoca en la agencia política que surge de las relaciones afirmativas entre humanos y más que humanos, los cuales “se fundan en la radicalidad de la autogestión
que exige el tiempo circular de la praxis crítica”
(Braidotti, 2018). Cuando asumimos la noción de
poder como potencia nos alejamos de las lógicas
jerárquicas y de opresión política y enfocamos
nuestra atención en la manera como nuestras
relaciones cotidianas aumentan o disminuyen
nuestras capacidades de obrar y con ello la agencia política colectiva.
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Una de las últimas subdivisiones de la teoría
postcolonial es el Grupo de Estudios Subalternos, parte del Colectivo de Estudios Subalternos que fue creado en la década de los ochenta
por varios académicos en la India. Este grupo
busca ahondar en el análisis de la subalternidad
como un concepto crítico de suma importancia
en la teoría postcolonial. El concepto nace de la
problematización de las clases subalternas propuesto por Antonio Gramsci, quien las definió
como “toda aquella persona o grupo de personas
de bajo rango en una sociedad particular, que sufre bajo la dominación hegemónica de una clase
de élite gobernante que les niega sus principios
básicos de participación en la construcción de
su historia local y su cultura como individuos de
una misma nación (Louai, 2012, p. 5).
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En 1977, Michel Foucault afirmó que necesitamos “una filosofía política que no se erija en torno al problema de la soberanía... Necesitamos
cortarle la cabeza al rey: en teoría política eso
aún está por hacerse” (1980, p. 121). En ese momento, Foucault estaba desarrollando su teorización alternativa del poder. Su distintivo enfoque
genealógico de análisis del poder se ha convertido en un edificio crítico de gran importancia en
las ciencias sociales y el pensamiento filosófico
contemporáneo, apoyando los esfuerzos posteriores para redefinir el enfoque, la naturaleza y el
alcance de la acción política.
Foucault discrepa de la conceptualización moderna de soberanía, teorizada por Bodin
en el siglo XVI y posteriormente reformulada en
términos humanistas por Hobbes y Maquiavelo,
que desde entonces ha estado en el corazón de la
filosofía política occidental y de la teoría y práctica de los derechos humanos. El sistema westfaliano, basado en esta noción de soberanía, sigue
siendo la base normativa para las relaciones internacionales y la elaboración de leyes entre estados. Aquí, la soberanía se refiere a las cualidades
esenciales de un poder legislativo con jurisdic-
ción exclusiva o ‘gobierno efectivo’ (Convención
de Montevideo de 1933, artículo 1(c)) sobre un
territorio definido (Ibíd., artículo 1(b)): El Estado
soberano se concibe como tal cuando es uniforme e indiviso (Charlesworth 1997, 261), y como
poder coherente disfruta del derecho fundamental de no interferencia en sus asuntos internos
(Caso Nicaragua CIJ 1986). Si bien la actividad
de establecer leyes es propia de un poder soberano, en la medida en que la jurisprudencia se basa
en un centro unificado de identidad racional con
agencia moral coherente como base efectiva del
juicio, la capacidad y la integridad, el principio de
identidad soberana también se corresponde con
la personalidad jurídica y la subjetividad política
implícitas en los derechos humanos. La crítica de
Foucault contra el modelo soberano del poder
es doble: en primer lugar, cuestiona la noción de
que el poder está ubicado central y racionalmente “en la cabeza del Rey”, en lugar de extenderse
a través del campo ingobernable de una red social densamente interactiva y ejercido a través
de múltiples prácticas así como en las relaciones
afectivas que constituyen dichas redes. En segundo lugar, rechaza la hipótesis “represiva” de
que el poder es una imposición soberana. Mucho
más que una fuerza restrictiva, para Foucault el
poder es principalmente productivo y generativo
de un orden social.
La crítica de la soberanía ha sido una
preocupación central para la filosofía política
posterior a Foucault. Esquemáticamente, dos
enfoques contrastantes se ocupan de esta tarea
crítica. El primero está ejemplificado por la filosofía deconstructiva asociada con Jacques Derrida, que también está alineada con una crítica
post-lacaniana del sujeto humanista. Un enfoque
ampliamente “deconstructivo” o “destituyente”
también es evidente, por ejemplo, en el trabajo
de Judith Butler, Giorgio Agamben, Ernesto Laclau y Chantelle Mouffe. La deconstrucción procede cuestionando la autosuficiencia del concepto, demostrando su dependencia constitutiva de
otros. En consecuencia, un concepto identificado
que se presenta como soberano, independiente,
exclusivo, uniforme y unificado, más bien se revela como dependiente de un contexto relacional; esta dependencia fundamental tiende a ser
repudiada si el sujeto ha de presentarse como
esencial en sus propiedades dadas y legítimas.
La cadena relacional de significación a través
de la cual se confiere significado atestigua que
la identidad nunca es de hecho esencial y predeterminada, sino más bien inestable, siempre en
proceso, nunca terminada, fundamentalmente
incompleta o inexistente. Por lo tanto, el yo no
es soberano, sino que está siempre ya deshecho,
esencialmente vacío, luchando por una forma de
plenitud y satisfacción que nunca llega. No hay
soberano; el trono está vacío; y la política no es
más que el esfuerzo de enmascarar esta ausencia
constitutiva a través de técnicas de glorificación
que fabrican la ilusión política de presencia subjetiva y coherencia (ver Agamben 2011).
Sin embargo, si bien es eficaz como estrategia conceptual para “cortarle la cabeza al
Rey”, el método de deconstrucción es problemático desde la perspectiva de grupos cuya existencia política es un lugar de resistencia y de lucha
histórica. Este es el caso de los pueblos indígenas
colonizados, por ejemplo, cuya soberanía e identidad política como pueblos originarios ha sido
negada o erosionada. Las teóricas feministas
también han criticado las consecuencias políticas de un enfoque deconstructivo de la subjetividad política, ya que esto se aplicaría no sólo
al sujeto humanista aparentemente neutral en
cuanto al género (pero normativamente identificado como masculino) de la Ilustración, sino
también a la individualidad política feminista
en la actualidad entendida como una época en la
que la mayoría de las mujeres del mundo aún no
han alcanzado un estatus igualitario con respecto a los hombres. En lugar de la desestabilización
de sus fundamentos políticos, las subjetividades
queer de todas las tendencias pueden caer así en
reclamar, de manera problemática, el firme reconocimiento y afirmación de su igual humanidad
soberana.
Un enfoque alternativo que sea constructivista (en lugar de deconstructivo), o re/
generativo, requiere de una mejor plataforma
para la crítica de la soberanía. Inspirándose en el
linaje filosófico spinozista evidente en la filosofía
afirmativa de Deleuze y Guattari, el poshumanismo feminista constructivista de Rosi Braidotti, Donna Haraway y Karen Barad, entre otras,
brinda una rica revisión de la vida política que involucra procesos íntimos y estratégicos de conjunto. El posthumanismo constructivista acepta
la pérdida de soberanía absoluta y de identidad
fija como consecuencia de la filosofía antiesencialista. Pero no lamenta esta pérdida ni celebra
el consiguiente vacío que surge. Tampoco busca suturar la herida insistiendo en la viabilidad
duradera de las conceptualizaciones humanistas del sujeto soberano. En cambio, se enfatiza
la naturaleza relacional de diversas formas de
existencia (humanas y más que humanas) y las
formas en que el ejercicio afectivo de las relaciones de poder permite una conceptualización
“nómada” de la subjetividad política en proceso,
dando paso a una comprensión de la soberanía
como algo compartido, negociado, múltiple y su-
22 Traducción y adaptación de: Simone Bignall
(2022) Relational Sovereignty en Braidotti, R.,
Jones, E. y Klumbyté, G.
(Eds.) More Posthuman
Glossary, Theory in New
Humanities. London:
Bloomsbury.
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perpuesto. Cuando la subjetividad es un proceso
creativo que depende de la aportación y colaboración entre multiplicidades, entonces el poder
debe re-concebirse como un ejercicio relacional.
A su vez, la libertad se entiende mejor como una
práctica de negociación estratégica o la “gubernamentalidad” de una ética afirmativa que dispone las relaciones hacia resultados beneficiosos
para los sujetos interdependientes en formación.
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Aura Cumes (2017) indica que las relaciones
deben constituirse a partir de una voz dialógica, esto quiere decir diálogos horizontales entre
las personas interlocutoras sin que exista una
superioridad moral que reproduzca actitudes
racistas o patriarcales. Se apuesta por una “producción de saberes… y apuestas políticas con
relación a un diálogo entre la heterogeneidad
de saberes... [como] condición para la no repetición de ejercicios colonizadores” (Cariño, Cumes, Curiel, Garzón, Mendoza, Ochoa, Londono, en Walsh, 2017, p. 510).
CÓMO LOS
SIGNIFICADOS
SE
MATERIALIZAN
Redes
sociales:
grietas
comunicacionales
MUROS Y
GRIETAS
HACIA UN
PROYECTO RADICAL
DE INCIDENCIA
POLÍTICA
Fabulación colectiva para posibilitar rupturas:
un marco para
planes de acción
GRIETAS
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“TENEMOS QUE CONCEDER A LOS DETALLES MÁS PEQUEÑOS, MÁS EFÍMEROS DE NUESTRA VIDA COMÚN,
EL MISMO CUIDADO QUE CONCEDEMOS A LA REVOLUCIÓN. PORQUE LA INSURRECCIÓN ES EL DESPLAZAMIENTO HACIA UN TERRENO OFENSIVO DE ESA ORGANIZACIÓN QUE EN REALIDAD NO LO ES, YA QUE NO
ES SEPARABLE DE LA VIDA ORDINARIA”. COMITÉ INVISIBLE
CARTOGRAFÍA DEL
PRESENTE
1. CARTOGRAFÍA DEL PRESENTE
En una época saturada de discursos acerca del futuro, pensar el presente
resulta clave. Como escribe Donna Haraway (2019), comprometerse con
transformaciones “no puede ser un asunto ‘futurista’, prestando atención
sólo a números abstractos y datos masivos y dejando de lado las vidas y
muertes diferenciadas y estratificadas de personas reales” (p. 27). Comprender el presente –siempre un entrelazamiento entre pasado, presente
y futuro (siempre un proceso dinámico)–, y acercarse a este desde una
posición crítica-creativa es una tarea compleja.
Sin embargo, contamos con múltiples experiencias de resistencia a la violencia y a las contradicciones del presente, desde la re-generación permanente de otros modos de existencia y relación como la que los cuerpos racializados, sexualizados y naturalizados mantienen y refuerzan cada día,
desde su cotidianidad. ¿Qué transforman o desarticulan estos cuerpos?
¿Qué lógicas de poder interrumpen?
Mapear el poder, considerando sus dislocaciones en el presente nos puede
servir para sacar a flote sus dinámicas, qué lo influye y sostiene, qué lógicas
y narrativas son importantes, y por ende llegan a tener significado, y cómo
se materializan. Esto nos puede revelar acciones que podemos activar
desde la cotidianidad para generar grietas o interrupciones como formas
adicionales de resistencia y como ejercicios transformadores. Se trata, en
otras palabras, de dar cuenta del presente para poder criticarlo y resistirlo.
Como escribe Braidotti (2019b): “Foucault… introduce la idea de cartografías, como mapeos teóricamente fundamentados de las producciones
discursivas en curso en un momento histórico dado. El discurso es a la
vez material y semiótico, por lo que debemos dar cuenta tanto de los monumentos como de los documentos del conocimiento, para explicar la
economía política de la producción del conocimiento y las relaciones de
poder que operan en el presente” (p. 465).
“Vivimos en el futuro de un pasado que no es nuestro. Es una
historia de fantasías utópicas y de idealización apocalíptica. Es un
orden social, global e infeccioso de futuros imaginados y construidos sobre genocidio, esclavitud, ecocidio y ruina total”.
–Manifiesto Indígena Anti-Futurista
Considerando que el tiempo presente no es algo fijo ni tampoco consiste
en un contenedor dentro del cual nos ubicamos, trazar una cartografía de
nuestro tiempo requiere de la misma dinámica y flexibilidad que lo caracteriza. Un aspecto relevante puede ser considerar la manera como el presente nos está moldeando y cómo lo estamos moldeando a partir de nuestras relaciones y acciones. En ese proceso estamos ya siempre dejando de
ser algo y convirtiéndonos en algo más: estamos en proceso de devenir.
Este movimiento de indagación-acción colectiva puede realizarse entre
les integrantes de una misma organización o colectivo para profundizar
su entendimiento del poder hegemónico, y abrir nuevas rutas de indagación relacionadas a su propia lucha; o puede llevarse a cabo en mesas de
trabajo con la participación de diversas organizaciones o grupos organizados o en proceso de organización, identificando la intersección entre
sus enfoques y procesos. También se puede pensar en este movimiento
como un mapeo relacional afectivo-cognitivo de lo que estamos en proceso de dejar de ser (las lógicas y prácticas que estamos rompiendo o abandonando) y lo que estamos en proceso de devenir (lo que estamos re-ge-
“Se ha construido una historia ‘humana’ fundamentada en oposiciones binarias: blanco/
cuerpo racializado - adulto/niño - humano/animal - forma/materia - cultura/naturaleza
- riqueza/ pobreza - razón/instinto - bien/mal - norte/sur. La vida ‘natural’ queda fuera,
como historia no contada”.
–Maritza Velásquez, ATRAHDOM
nerando). Lo anterior implica no perder de vista las dos dimensiones: mapear lo negativo y a la vez
detectar las fuerzas generativas de un devenir afirmativo.
a) Para iniciar la indagación, se propone traer a la mente ejemplos de prácticas sociales y relacionales comunes, representaciones (documentos) y elementos (monumentos) que consideramos que
forman parte de las lógicas hegemónicas y que se ejercen como formas de poder opresivo: artefactos,
imágenes, cuerpos, gestos, sonidos o discursos que lo muestran (se pueden buscar en internet o redes
sociales). A partir de esto, se comienza a conformar una colección (mapeo de relaciones de poder).
-La práctica de coleccionar requiere que se desarrolle la capacidad de prestar atención a lo
que nos rodea y, al mismo tiempo, de anotar lo que no se nos muestra a simple vista (los
elementos de la colección nunca vienen solos). Esta colección inicial puede ampliarse más ]
adelante a partir de lo que se va revelando en su análisis y discusión.
2. CÓMO LOS SIGNIFICADOS SE MATERIALIZAN
Las narrativas de poder resultan más evidentes en la comunicación cotidiana, especialmente en
los medios de comunicación pero también en el lenguaje que nosotras y nosotros mismos usamos
e incluso hacemos parte de nuestras organizaciones de incidencia o procesos de organización en
diversos colectivos. No obstante, es clave recordar que aquello a lo que nos referimos como narrativo no pertenece a una dimensión ajena o alejada de algún modo de la de la realidad material
o cotidiana sino que ya siempre se está materializando. Como lo plantea Judith Butler, debemos
“cuestionarnos críticamente la manera como reproducimos en nuestro lenguaje formas de poder
a las que somos contrarios, y debemos también esforzarnos por usar el lenguaje de un modo nuevo
que abra una posibilidad de esperanza al mundo” (2019, p. 38).
b) Una vez que el grupo cuenta con una buena cantidad de elementos (ya sea que los haya buscado y
discutido entre todas y todos, o que cada persona haya traído algunos a la mesa), todas las personas
involucradas observan los elementos y comienzan a identificar cómo se conectan entre sí y cómo
operan juntos.
c) A continuación, se propicia una breve conversación acerca de qué es lo que más disonancia crea
–la clave es abrirse a observar más allá de lo obvio o de lo que usualmente se resalta– entre los elementos y/o sus conexiones. ¿Qué pesa más? ¿Hacia dónde se inclina la colección? ¿Qué se revela con esto?
d) Una vez realizada la conversación, cada persona identifica una experiencia personal relacionada con uno de los aspectos discutidos o revelados en el paso anterior y el papel que juega en sus
propias convicciones y luchas. También se puede realizar una nueva lectura de los demás elementos
coleccionados para identificar nuevas relaciones o conexiones. Estas experiencias pueden ser solamente documentadas por cada persona o pueden ser compartidas con el grupo si así se acuerda.
“El lenguaje está ahí y es una gran maravilla y es lo que hace de nosotros seres humanos, pero ¡cuidado! antes de utilizarlo hay que tener en cuenta la posibilidad de que nos
engañe, es decir, que nosotros estemos convencidos de que estamos pensando por nuestra
cuenta y en realidad el lenguaje esté un poco pensando por nosotros, utilizando estereotipos y fórmulas que vienen del fundo del tiempo y pueden estar completamente podridas”.
–Julio Cortázar
e) Luego, cada persona identifica otras perspectivas afectadas por el aspecto o conexión considerado en el paso anterior, tomando en cuenta las acciones de resistencia impulsadas o mantenidas por
esas mismas perspectivas. ¿Cómo esto también afecta a otras personas, espacios o formas de vida?
¿Les afecta de otro modo? ¿Cómo? ¿Qué otras formas de resistencia o estrategias para su interrupción existen?
En este movimiento, puede ser especialmente revelador enfocar este proceso de indagación-acción
en los medios de comunicación, la información que circula en el ciberespacio, las narrativas (material-semióticas) y el lenguaje asociado a las nociones de progreso y tiempo lineal, a las acciones
que incentivan o refuerzan, y a sus implicaciones. Puede realizarse en grupo o de manera individual
para luego hacer una puesta en común.
f ) Compartir y escuchar: Las y los participantes comparten lo que han identificado para considerar puntos en común entre perspectivas, conexiones y divergencias que amplíen la visión acerca del
problema y la relación que existe entre el poder hegemónico y lo simbólico, lo narrativo, los comportamientos, los espacios, y la realidad en general. La clave está en seguirle la pista a las diferencias,
atendiendo sobre todo, a cómo las vidas o formas de existencia menos visibles pueden ser las más
afectadas y también cómo estas han propiciado formas diversas de resistencia y existencia (las fuerzas generativas de un devenir afirmativo).
g) Para completar la indagación, el grupo puede plantearse la pregunta: ¿De qué manera las ideas y
sentires compartidos a partir de la colección amplían nuestros puntos de vista acerca de algún aspecto del poder, la manera en que se ejerce, así como los espacios y tiempos en que opera más efectivamente? ¿De qué manera se materializa, a partir de esto, el presente? ¿Qué tipo de relaciones y
acciones ya en marcha están desarticulando ese tiempo?
h) Además, pueden tomarse unos minutos adicionales para acordar: ¿En qué otras direcciones podríamos ampliar la indagación para seguir profundizando y comprendiendo otras formas de lucha, de
devenir y de re-generación? ¿Qué nos dice la resistencia acerca del poder y del presente?
“Según la lógica hegemónica, el único futuro posible es el que tenemos ahora: el del poder
que decide por la fuerza, la violencia y el control, donde nuestras vidas y cuerpos no nos
pertenecen a la mayoría, donde éstos, al igual que la naturaleza, son considerados objetos
disponibles. Nuestras identidades son construidas desde las opresiones, no desde nuestros sueños o proyectos; mientras que nuestras relaciones se construyen desde las carencias y en complementariedad con la lógica binaria. El futuro no nos pertenece, son otros
los que tienen el designio “divino” para crearlo. Nuestra subjetividad y sentido de pertenencia se construye generalmente desde la desmemoria en un sistema donde lo que más
se valora es la vergüenza, la culpa, el silencio, la falta de confrontación y el sacrificio”.
–Maria Dolores Marroquín, La Cuerda
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En las siguientes dimensiones es clave mantener en mente la manera como se encuadran los mensajes, las palabras que se utilizan, las imágenes, metáforas (y los cuerpos o realidades que suelen
metaforizarse), asociaciones y emociones actualmente utilizadas en la comunicación, sobre todo
aquella ligada a la coyuntura23.
Para ampliar los hallazgos obtenidos hasta ahora, podemos plantearnos lo siguiente: ¿Cómo otres
experimentan esto? ¿De qué manera la población en general es afectada o influida por esa comunicación? ¿A quiénes no les habla este lenguaje o esta narrativa?
a) ¿Cuál es la historia que se cuenta? Identificar cuál es la gran narrativa y la lógica que la respalda o atraviesa. Puede pensarse en el gran esquema de esta historia que se nos ha enseñado o que
hemos aprendido a identificar como nuestra (del planeta, del universo, de la humanidad, del país).
¿De qué manera los medios de comunicación y el lenguaje cotidiano reproducen esta lógica?
A diferencia del movimiento anterior, este movimiento nos invita a prestarle atención al lenguaje utilizado en el día a día y a identificar cómo la
narrativa y las lógicas hegemónicas permean ese
lenguaje, considerando sus implicaciones en los
medios de comunicación a los que la población
tiene acceso. Más que pensar en grandes narrativas (como las hemos estudiado por medio del trabajo de teóricas y teóricos críticos), la indagación
busca enfocarse en lo que realmente escuchamos
y vemos en el día a día, de manera directa.
b) ¿Cuál es la historia humana que se cuenta? Definir de manera más detallada cómo se ha
construido y cómo se está reforzando continuamente un entendimiento particular de humanidad,
de subjetividad o incluso de identidad. Considerar titulares, enfoque de las noticias, presencia de
estereotipos, construcción de dualismos o antagonismos, etc. ¿De qué manera las agendas de los
medios, que influyen también nuestro entendimiento de las coyunturas políticas, responden a esas
lógicas?
c) ¿Cuál es la nueva historia? Identificar las maneras como la narrativa hegemónica podría estarse apropiando de las luchas sociales (por ejemplo, a través de políticas identitarias), las transformaciones globales o la crisis climática (entre otros sucesos relevantes de la actualidad). Señalar
esa nueva historia o aparentes nuevas explicaciones que siguen reproduciendo o actualizando las
mismas lógicas previamente identificadas. ¿Qué hay de nuevo? ¿De qué manera podría estar afectando nuestro entendimiento de la realidad y la manera como nos implicamos en esta?
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Los hallazgos anteriores pueden ser profundizados por una conversación guiada por algunas de las
siguientes preguntas (revísenlas y elijan las más relevantes según lo que ha salido a flote anteriormente y sus necesidades de indagación):
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a) ¿Cuáles son las historias no contadas? Señalar aquello que no se ve, no se muestra o no se
escucha en los medios y la comunicación cotidiana que nos rodea, lo que la coyuntura deja fuera.
Tomar en cuenta la manera como esas borraduras o invisibilizaciones corresponden con borraduras previas o históricas (nunca meramente simbólicas). ¿Cómo afecta esto nuestros procesos de
transformación o devenir? ¿De qué manera podemos hacer lecturas a contrapelo para identificar
ejercicios de invisibilización (procesos en los que no se le da importancia o significado a algo y por
ello no se materializa)?
¿Cuando se tratan estos temas en
los medios, a qué audiencia están
dirigidos?
¿Quiénes se presentan como protagonistas y antagonistas? ¿Se
suele simplificar en dualismos?
¿Quiénes son los personajes
secundarios? ¿Cuáles son los
componentes narrativos y sus
estructuras de secuencia: cómo
comienzan, se construyen,
desarrollan y terminan?
¿Cuáles son las ausencias,
evitaciones o invisibilizaciones
recurrentes?
23 Este es un buen
momento para revisar la
definición de coyuntura
en el glosario de este
capítulo.
0100
0101
¿Cuáles son las palabras clave
de las que hacen uso? ¿Qué
imágenes, ideas y emociones
invocan y evocan?
¿De qué manera esa narrativa
se conecta con las experiencias,
identidades, creencias y
valores de la audiencia a la que
se dirigen? ¿Cómo se conectan
con nuestras experiencias,
identidades, creencias y valores?
¿Qué más necesitamos para
poder plantear ejercicios c
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comunicación dirigidas a
interrumpir todo esto?
REDES SOCIALES: GRIETAS COMUNICACIONALES
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Nuestra dificultad para abandonar el capitalismo petrosexorracial no deriva de que estemos, como algunos afirman a la ligera, en una relación fascista de privación de libertad
y de terror político cotidiano… Estamos, sin embargo, en una relación de adicción con
el poder y el capital. La deuda transforma al ciudadano en adicto, en el sentido legal del
término romano; al mismo tiempo, la adicción opera dentro de su organismo como una
suerte de deuda metabólica. Somos cuerpos perpetuamente endeudados y adictos a las
formas de consumo y distribución de energía específicas del capitalismo colonial y de la
reproducción heteropatriarcal (petróleo, carbón, gas, glucosa, alcohol, café, fármacos,
tabaco...) y cibernética: códigos semióticos, información, lenguaje e imágenes en movimiento que se difunden y entran en nuestro cuerpo a través de circuitos electroquímicos... Más, más, más. Siempre ya demasiado. Pero nunca suficiente.
–Paul B. Preciado
Invitaciones para una práctica crítica:
COMUNICACIÓN PARA LA INCIDENCIA
“Me pregunté, estando en el acompañamiento a comunidades, por qué ‘necesitaban’ de
personas ajenas -‘los profesionales’- para hacer válido su punto. Ahí se me develó, precisamente, la lógica del capital social y cultural, pero quizás más el clasismo y racismo de
nuestra sociedad”.
–Ana Paredes, Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales
*Consideremos el papel del lenguaje como
algo que se materializa: lo que se nombra y
lo que no se nombra se juegan en una lógica
de significación que determina lo que llega a
materializarse y lo que no.
“¿Hasta dónde es necesario deconstruir nuestras propias realidades y ponernos en los
zapatos de otras personas para activarnos y aportar significativamente a esta lucha por
justicia?”.
–Estefanía Dahinten, MEE
*Recordemos que cuando hablamos de
lenguaje inclusivo no se trata de normas del
lenguaje sino de ética. La ética no entendida
como normas sino como los efectos que
nuestras relaciones tienen.
*Tomemos en cuenta el papel que juegan
las emociones en la recepción de información. Mientras apelar a las emociones puede
utilizarse como estrategia de manipulación,
el ignorarlas por completo puede hacer la
información inaccesible.
“[Gracias a este movimiento] identificamos esos símbolos que utilizamos muy a menudo
dentro del movimiento, uno de ellos es el megáfono, que dentro de nuestro colectivo es
para todxs los que quieran usarlo, pero cuando salimos a las calles, siempre lo usan las
mismas personas. Entonces nos preguntamos ¿estamos generando algún ejercicio de poder que permite que solo las mismas personas lo usen? Y empezamos toda una reflexión
sobre las actitudes de otros espacios en los que participamos, y en los que muchas veces
el micrófono o el megáfono siempre lo usan los hombres heterosexuales, y siempre son
las mismas personas, y es algo que no es normal, porque se supone que tenemos que ir
dando la palabra para quienes quieran hablar, o hacer quien quiera hacer consignas lo
pueda hacer abiertamente, sabiendo que nadie le va a decir nada, porque para eso nos
mantenemos en sintonía acerca de nuestras luchas”.
–Landivarianxs
“En este ejercicio de reflexión sobre las dinámicas de poder que se reproducen buscamos
símbolos, colores y acciones que de alguna manera, fortalecen prácticas hegemónicas de
poder. [Pensamos, por ejemplo en] el verde de WhastApp: esa imposición a la hiperconectividad constante. A responder de inmediato, a quedar en riesgo si no se emite respuesta,
a disculparse por no responder con agilidad. Es un verde que reproduce una esclavitud
hacia el otro, una negación al descanso, a apartarse a simplemente no querer estar, y que
esa falta de respuesta o conexión no equivale a desprecio”.
–Agencia Ocote
*Procuremos notar las implicaciones de
comunicarse con personas mediadas y moldeadas por la tecnología (afectadas por la
programación algorítmica que produce formas particulares de subjetividad y relación).
*Identifiquemos múltiples caminos y dimensiones para comunicar ideas (recordar
que no todas las personas tienen acceso a
redes, internet y dispositivos, y que muchas
veces el acceso es limitado por diversos
factores).
0102
0103
LECTURAS A CONTRAPELO
*Recordemos que la información es material y la materia es siempre informacional,
esto tiene implicaciones concretas en el
mundo (los algoritmos, por ejemplo, tienen
efectos materiales, intervienen en el mundo
y están incrustados en las relaciones de
poder).
*Cuando reconocemos que los algoritmos
y sus procesos de machine learning como
procesamiento de datos están diseñados
para generar formas pragmáticas de conocimiento predictivo a partir de datos sesgados,
aumentamos nuestra capacidad crítica y
nuestra capacidad de cuestionar estos procesos desde su base.
*Partamos del hecho que existe un sesgo algorítmico que presenta información y plantea respuestas como verdades universales,
lo que refuerza la exclusión de experiencias
históricamente negadas. Se trata de sistemas
de desigualdad automatizada.
*No critiquemos solo el contenido que se
nos presenta a través de la tecnología digital
sino también la manera como ésta está
siendo hecha planteando otras alternativas,
imaginando otras formas de generarla (por
ejemplo procesos de machine learning no
basados en la réplica sino en el alejamiento
de las formas hegemónicas de interacción y
*Consideremos que las respuestas o reacciones desde y en redes pueden estar produciendo ilusión de competencia, la ilusión de
que estamos logrando algo concreto.
*Establezcamos relaciones y conexiones con
las personas, tomando en cuenta sus visiones, deseos e imaginarios. La clave está en
situar la información, no sólo pensando en
a quienes está dirigida la información sino
también dejando claro desde dónde se está
hablando (no existe tal cosa como una sola
perspectiva universal).
*Contemos historias desde la localización
imaginando realidades alternativas.
*No hablemos por otras y otros (evitemos
la representación), sino hablemos con ellas
y ellos - involucrar experiencias diversas de
manera recíproca.
*Narremos historias desde otras lógicas
(interrumpir la tendencia a crear narrativas
que giran alrededor del progreso, la racionalidad y la universalidad o que hagan uso
de la representación y la metaforización de
otres): las historias de opresión no pueden
ser sustituidas por otras con la misma estructura o los mismos ejercicios de poder.
*Concibamos las redes sociales como complemento de las luchas y no como la lucha
en sí.
*Pensemos desde el presente la relación con
el pasado y el futuro para interrumpir las
acciones y narrativas enfocadas en nociones
de progreso.
*Seamos conscientes de a quiénes les estamos hablando. No demos por sentado que
saben de dónde venimos y a dónde vamos:
contextualicemos la información y consideremos cómo puede entenderse desde
diferentes perspectivas.
*Habitemos el espacio de las redes como territorio en disputa (no se trata de un espacio
de mera mediación).
*Concibamos otros tiempos y otros mundos.
Hacer proliferar la pluralidad requiere de un
ejercicio permanente de crítica creativa y de
creatividad crítica.
*Asumamos el hecho de que no somos usuarios inocentes de la tecnología y busquemos
maneras de responsabilizarnos.
percepción y la investigación sobre fuentes
de energía que no requieran de la extracción
violenta de minerales, territorios y cuerpos).
*Cuestionemos las agendas coyunturales
impuestas por los medios y la prensa como
parte de sus estrategias de mercadeo para la
mera acumulación de interacciones y ventas.
Propiciemos, en cambio, descoyunturas y
disyunciones para hacerle espacio y tiempo y
la pluralidad de mundos. y experiencias.
*No olvidemos que la historia humana y la
historia del planeta ya no pueden pensarse
de manera separada cuando consideramos
que la tecnología actual, como el teléfono celular, consiste también en un materialismo
mineral; no hay división entre la tecnología
y la geología.
*Dejemos de pensar en la tecnología separada de la ecología. Considerar la Inteligencia
Artificial, por ejemplo, también requiere
tomar en cuenta su relación con una producción particular de inteligencia (aquello
que los cuerpos normativos poseen), la
fabricación de nociones de discapacidad, la
explotación de minerales y territorios (habitados por pueblos originarios) y el daño a
ecosistemas con la extinción de múltiples
especies. Todo está entrelazado.
*Leamos la información a contrapelo: en
contra de su lógica, prestando atención a lo
que oculta desde su forma hasta su contenido, notando lo que parece no estar allí.
Escuchando los silencios.
*Tomemos en cuenta que las tecnologías y
los seres humanos están correlacionados; el
desarrollo de la tecnología parte de cuerpos
y necesidades a la vez que responde a intereses específicos.
*La tecnología puede brindarnos oportunidades para abrirnos y aumentar potencias políticas,
pero esto solo es posible si estamos realmente presentes al usarla, considerando los entrelazamientos de los que ya somos parte a partir de ello (por ejemplo, el hecho de que al usar
nuestros celulares estamos relacionándonos también con los procesos y materiales con los
que están hechos, que incluyen la extracción de minerales y su impacto sobre vidas humanas
y no humanas). De lo contrario, el poder tecnológico nos puede alejar -en nuestra adicción- de
lo que nos rodea limitando nuestras relaciones y nuestras posibilidades de participar de la re/
generación de agencias capaces de transformar el mundo.
*Recordemos que las tecnologías digitales están diseñadas para causar adicción:
mientras los usuarios pasan más tiempo
en la pantalla, más anuncios se venden. La
adicción tiene un efecto en nuestros cuerpos
y nuestras relaciones (con humanos y más
que humanos).
*Notemos cómo el intercambio en redes sociales afecta las relaciones por medio de su
efecto de deshumanización (por la abstracción que genera la ausencia de los cuerpos).
*Las tecnologías no son buenas ni malas, pueden ser potencialidad (poder como afirmación);
podemos replantearnos la forma como están hechas pues es el uso que le damos lo que determina, en gran parte, lo que es.
*Consideremos el hecho que las tecnologías
digitales están codificadas para generar
un hackeo cerebral (lo que Preciado llama
heroína electrónica), que nos engancha
cada vez más a la pantalla y que garantiza el
enriquecimiento de las compañías que las
han creado.
“Las redes sociales nos permiten hacer incidencia política al crear opinión pública. Por
ejemplo, Twitter que tiene medio millón de usuarios en Guatemala -a veces- establece
la agenda pública y los temas de interés de otros medios de comunicación que tienen un
alcance más grande como lo son las radios y programas de televisión. Estos medios de
comunicación con mayor alcance muchas veces basan sus discusiones en los temas de
mayor predominancia en Twitter. Esto nos permite llegar a mucha gente para empezar
a crear narrativas y opinión pública; sin embargo, existen algunas limitaciones. Entre
estas se encuentran que los mensajes se publican y no hay mayor interacción, sino que
se depende de que la gente comparta y comprenda los mensajes. Hay desafíos como la
capacidad de atención de las y los usuarios ante un bombardeo de información. A esto se
le suma que la información que se comparte en redes sociales no tiene una permanencia
en la opinión pública, sino que hay que hacer esfuerzos grandes para construir redes que
repliquen los mensajes y que les permitan tener mayor vigencia.”
–José Manuel, JusticiaYa
*Reconozcamos que las redes sociales también son una herramienta para la persecución a activistas y periodistas. No toda forma
de visibilización es deseable o beneficiosa
para la lucha. Hay formas de resistencia
que dependen del anonimato, el secreto o la
protección de sus saberes.
*Consideremos que las redes sociales
también son un espacio de control social al
servicio de estructuras de poder que operan
desde las mismas para identificar opositores
y amedrentar mediante net centers, y que
responden a lógicas hegemónicas de oposiciones binarias o antagonismos fabricados.
0104
0105
3. MUROS Y GRIETAS
También esto nos ayuda a plantear grietas, es decir, formas para interrumpir o debilitar esos procesos de producción.
“La apertura de las grietas es la apertura de un mundo que se nos presenta como cerrado, es la apertura de categorías que en la superficie niegan el poder del ser humano para
descubrir en su núcleo fundamental el hacer que ellas niegan y encarcelan. El método de
la grieta es el método de la crisis: quisiéramos comprender a la pared, pero no a partir de
su solidez, sino desde sus grietas”.
–John Holloway
Al posibilitar diálogos e intercambios con otras organizaciones, guiadas por la razón dialógica
y el múltiple consenso, se amplían las perspectivas acerca de esos procesos y de los ejercicios
cotidianos de resistencia. Este movimiento propone, así, establecer un intercambio en el que diversas perspectivas puedan tener un intercambio alrededor de la identificación de los muros que
nos niegan y que producen diversas formas y expresiones de violencia y, a la vez, identificar las
grietas que se les pueden ir abriendo. Estas grietas pueden ser entendidas como aperturas dentro de las lógicas existentes (sabiéndonos parte de estas), como líneas de fuga que los ejercicios
micropolíticos generan. Las aperturas –como acciones continuas e iterativas– dejan entrar rayos
de luz que pueden convertirse en fuerzas potenciadoras, es decir, potencia transformadora capaz
de derribar los muros.
En el día a día podemos tener presentes los diferentes obstáculos y dificultades que el sistema nos
impone para poder ser libres y construir una sociedad justa. Consecuentemente, tenemos cierta
claridad de cuáles son las acciones que deberíamos propiciar para enfrentar o debilitar de alguna manera esos obstáculos. Sin embargo, no resulta tan sencillo hacerlo. Las estructuras que nos
rodean, en sus distintos niveles, son complejas en muchos sentidos y la mayoría de las veces confrontarlas no significa mejorarlas o invertirlas. A veces requiere imaginar estructuras radicalmente distintas que posibiliten experiencias y vidas igualmente distintas y diversas. También implica
hacer posible, como hemos visto, otras temporalidades y con ello otras espacialidades en las cuales
fluir y encontrarnos. Al mismo tiempo, tener la cautela de no dar por sentados los conceptos que
utilizamos pues su exploración y problematización nos puede brindar herramientas para plantear
exploraciones más complejas y respuestas mejor informadas. Prestar atención en cómo se producen y qué hacen las estructuras, las instituciones y los ejercicios de poder –más que en cómo son–
puede ser un paso igualmente importante. Paul B. Preciado recuerda que:
“La única manera de pensar en cambiar el mundo radicalmente es como una multiplicidad de movimientos intersticiales, partiendo desde lo particular”.
–John Holloway
Movimiento:
Cada participante debe tener una hoja tamaño carta (idealmente de gramaje alto para que la tinta
no pase al otro lado) y marcadores gruesos para escribir a modo de pancarta. Al realizar este movimiento con integrantes de otras organizaciones o colectivos, este puede mostrar la relevancia
de integrar diversas luchas (sin necesidad de amalgamarlas). Esto puede propiciar una lectura de
cómo estas luchas se intersectan. El reto está en notar, sobre todo, los elementos de la cotidianidad
en los que cada lucha o iniciativa se implican. También puede realizarse dentro de una misma organización o colectivo para ampliar, con la participación de todes les integrantes, el entendimiento
que se tiene a nivel colectivo de las problemáticas en contra de las cuales enfocan sus esfuerzos.
El enfrentamiento de las retóricas de la libertad de la extrema derecha y de
aquellos que luchan por la democracia radical está basado en que, en el primer caso, la libertad se entiende como un privilegio social y político, como un
derecho natural de ciertos cuerpos (ciertas clases sociales, cierto sexo, cierto
género, cierta raza, cierta sexualidad, cierto cuerpo válido), mientras que, en
el segundo, la libertad es el resultado de una práctica política y colectiva de
liberación de distintas formas de opresión. La primera retórica corresponde
a la noción político-legal romana de liberos, aquel que nace libre, de la que se
deriva la noción de pueblo (Leute, término del que surgirá la palabra alemana que se escribe igual): el pueblo, en esta concepción, no equivale a la totalidad de la población, sino que nombra únicamente a aquellos privilegiados
que han nacido libres. Frente a los nacidos libres, se encuentran los libertos,
aquellos que han nacido esclavos y que aspiran a comprar o ganar su libertad.
Se trata, por tanto, de dos formas radicalmente opuestas de libertad: la primera es la del privilegio y el poder, la segunda, la invención de un conjunto de
prácticas que permitan liberarse de las técnicas de sujeción que nos oprimen.
(2022, p. 424)
a) Todas las personas participantes identifican lo que consideran un muro que en el día a día afecte de manera directa sus iniciativas de incidencia política o sus procesos de lucha por la transformación. Nombran en una en una palabra o breve oración dicho muro y lo escriben en una cara de
la hoja.
b) Una vez todas y todos hayan identificado y escrito el muro, señalan posibles grietas para ese
muro específico: debilidades, ejercicios para su desestabilización, fortalezas con las que se cuenta,
resistencias actuales ejercidas desde los márgenes que se contraponen a ese muro. En la otra cara
de la hoja, detrás del muro, escriben una palabra o breve oración que nombre esa grieta.
-Cabe recordar que el ejercicio de agrietamiento no consiste en una gran revolución sino
en acciones, incluso gestos cotidianos, que interrumpen los ejercicios de poder, como
parte de la micropolítica.
c) Todas las personas muestran la cara de hoja donde han escrito los muros (si se está trabajando de manera presencial pueden colocarlas sobre una superficie donde todas y todos puedan
verlo como un gran muro, si se trabaja en una sesión en línea se colocan frente a la cámara para
que se produzca el efecto del muro con la visión de mosaico), de modo que se pueda leer lo que
todas las personas escribieron e identificar la complejidad de los muros que enfrentamos y la
relación entre estos como parte de un sistema más amplio. Cada quien puede leer en voz alta
para facilitar el acceso de todas y todos a las ideas.
0106
0107
d) A continuación, les participantes pueden discutir brevemente acerca de las coincidencias
entre ideas, la manera como se relaciona y los entrelazamientos humanos y más que humanos
que están implicades en esos muros de manera particular y general. También pueden identificar los principales retos o complicaciones.
Un adiós a la incidencia política
e) Luego, se le da vuelta a las cartulinas o fichas para mostrar las grietas. Siguiendo la misma dinámica, todes leen la totalidad de hojas y discuten brevemente acerca de las coincidencias entre las
grietas que juntas generan una grieta o ruptura más grande. ¿Qué entrelazamientos entre humanos y más que humanos están implicados en estas grietas?
Andrés Quezada
f ) Una vez discutidos los muros y las grietas, las y los participantes pueden identificar movimientos
que pueden seguir haciendo para continuar identificando grietas o ampliando las existentes, especialmente propiciando diálogos y acciones colectivas entre diferentes organizaciones y colectivas.
La identificación de elementos no humanos que participan o se ven afectados también es clave para
la conformación de estrategias para la lucha.
“No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero”
–María Zambrano
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Una de las primeras aspiraciones que me enseñaron a desear en el ambiente de la sociedad civil fue la
incidencia política. Una palabra que logramos saborear como activistas cuando el impacto de nuestras acciones de comunicación deviene en contenido viral o reacciones desde la institucionalidad.
Conseguir estas respuestas daba certeza a nuestro actuar y nutría nuestro horizonte de posibilidad y
poder. Madurar políticamente ha implicado cuestionar hasta qué punto esa incidencia era la cosecha
de habilidades particulares o bien el resultado del privilegio de ser ciudadanos ahí donde pocos tienen
acceso a ejercer ciudadanía. ¿Qué es incidencia?
Hacer un examen crítico del concepto me ayudará a plantear la necesidad de superarlo y ampliar así
el horizonte creativo de la acción política. Esta crítica permitirá tener una base para apreciar la belleza y urgencia de, por ejemplo, un club de lectura o una reunión que no llega a “resoluciones”, sin
juzgar estas acciones bajo los criterios de un cálculo que reduce la incidencia a la esfera de la institucionalidad y que anula, por ello, tales actividades por considerarlas improductivas.
Esta crítica no implica renunciar a la utilidad de sistematizar y evaluar información en ciertos contextos de lucha. Lo que argumento es que las emancipaciones no son el resultado mecánico de una
serie de indicadores conseguidos sino la inversión dialéctica de posiciones de poder. La “toma del
poder” –asumiendo esto como el horizonte deseable– antes que una acumulación cuantitativa de acciones es el florecimiento de un relato popular y vivo de sujetos identificados en un sentir y hacer de
liberación. Antes que una matriz de indicadores alcanzados, es una historia de sujetos libres.
No hay forma mecánica de calcular la cercanía o lejanía respecto del momento rupturista de una
emancipación. Pretender que sea así, es aceptar una conceptualización permeada por la alienación
del mundo que implica la aceptación subjetiva del sistema capitalista, en donde toda relación social
es cosificada de tal forma que puede ser gestionada en los términos del mercado. Incidencia vendría
a ser, en el campo de lo político, el homólogo a lo que el éxito es en el campo económico: una quimera
a perseguir a partir de la cual se compara, juzga y evalúa cuantitativamente el sentido (o peor aún: la
productividad) de todo cuanto se hace.
Ante esto la propuesta es juzgar un acto político no por su impacto, medido según sistemas parciales
que no consiguen abarcar la totalidad del devenir histórico, sino por la honestidad con que suceden y
el contenido de verdad que afirman al realizarse. Esto suena muy abstracto pero es en realidad muy
concreto; más que indicadores busquemos historias que inauguren nuevos tiempos: gente que rompe
silencios, renuncia colectivamente a privilegios o tiene el atrevimiento de detener a sus opresores.
Aceptar la categoría podría llevarnos a preguntas como ¿cuánta incidencia estamos teniendo? Antes
de responder –entrando en una aritmética imposible (o al menos infecunda) y presa de una subjetividad que pretende disfrazarse de objetividad–, valdría más rechazar la pregunta y cuestionar la necesidad de reducir todo el ámbito de la realidad a aquello que es medible. Una mejor pregunta sería:
¿por qué hacemos lo que hacemos? Este enfoque permite concebir la totalidad del sentido de lo que se
hace, frente a la otra que busca ceñirse a elementos cuantitativos y, por tanto, parciales.
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Esta tendencia a cosificar como incidencia los actos políticos, sospecho, responde a la necesidad de
poder intercambiar la incidencia-mercancía en el mercado de la cooperación internacional, donde
se compran indicadores y se venden subsidios. Tratándose entonces de un concepto inorgánico a la
organización popular y fruto de la imposición del sistema de mercado al ámbito de la lucha social,
sobran motivos para abandonarlo.
Urge entonces huir de los procesos de mecanización, entendiéndolos como una construcción propia
de las clases que tienen el acceso a evaluarla y ejercerla. No es por los frutos sino por la honestidad de
los actos que merecemos juzgar lo político. Eso, de nuevo, no implica que no existan niveles tácticos
de acción en ciertos marcos desde los cuales sea fecundo hacer mediciones que permitan plantear
estrategias ahí donde hubo una ruptura y sucede una emancipación.
4. HACIA UN PROYECTO RADICAL
DE INCIDENCIA POLÍTICA
Ante la incidencia como privilegio, como concepto derivado del éxito, propongo la incalculable audacia colectiva y la creación verdadera, como el atrevimiento con el que Rosa Parks en Estados Unidos
se sentó donde no debía, con el que las jóvenes chilenas comenzaron a saltar los torniquetes del metro
o con el que las comunidades en Guatemala se conectan directamente a la energía eléctrica reclamando su derecho a la desobediencia civil. Que no sea la persecusión de incidencia lo que motive nuestro
actuar sino la incalculable sed de libertad de quienes, emancipándose, hacen historia.
A veces nos sentimos “en un efecto de paradójica dilatación del espacio y tiempo, [donde] todo se
acerca, pero se convierte, al mismo tiempo, en más remoto y ajeno” (Braidotti, 2018, p. 13), sobre
todo cuando parece que el fatalismo, el nihilismo y la desesperanza absorben nuestras fuerzas. Es
desde ahí desde donde podemos propiciar iniciativas de incidencia o luchas capaces de transformar el dolor y las emociones negativas que nos implanta la necropolítica en una política afirmativa.
Ello implica detenerse a observar, afectar y producir nuevas posibilidades a partir de lo cotidiano,
lo que puede posibilitar prácticas a diferentes niveles o en diferentes dimensiones a partir de una
micropolítica: de lo más cercano y factible a lo más complejo. Poner en práctica e ir ampliando y
complejizando acciones sobre los procesos; identificar colaboraciones potenciales y enfocarse en
la conformación de movimientos o proyectos colectivos por medio del contagio de acciones afirmativas y búsquedas esperanzadoras de transformación. ¿Cómo hacerlo?
Propiciar ese efecto de contagio implica acciones intencionadas, informadas, críticas y creativas,
flexibles, generadoras, documentadas, colectivas y responsables (capaces de responder a necesidades puntuales), motivadas por una perspectiva afirmativa del poder; es decir, entenderlo no como
coerción sino como potencia, agencia colectiva y capacidad de hacer. Dichas acciones pueden ser
organizadas a través de un marco flexible de planes de acción.
En el contexto de esta guía un plan de acción es entendido como un proyecto colectivo cuyo proceso implica una indagación-acción constante. Se van tomando acciones y dichas acciones propician momentos para la exploración colectiva, la profundización y la planificación de acciones más
complejas. Se activa así un loop de retroalimentación entre ideas y acciones (las cuales, se entiende
nunca están separadas o pertenecen a dimensiones distintas).
Para ello puede servir contar con marcos o estrategias para organizar ideas, visibilizar las complejidades del entorno político e ir tomando decisiones a la vez que se va conformando y fortaleciendo
una comunidad enfocada en prácticas generadoras y transformadoras.
Elementos clave del plan de acción:
Aprendizaje:
Concebir cada acción como un aprendizaje que permita hacer cuestionamientos, establecer conexiones, explicar problemáticas, considerar diferentes perspectivas, analizar evidencia, desvelar complejidades y sacar conclusiones que permitan tomar nuevas acciones. Los aprendizajes surgen de diferentes dimensiones del proceso en las organizaciones de incidencia o colectivos: en el momento, en
el día a día y a largo plazo.
Planificación como responsabilización:
Llevar a la acción los aprendizajes obtenidos de acciones previas permite tomar mejores decisiones
en situaciones reales que contribuyan a fortalecer relaciones y propiciar cambios. Concebimos la responsabilidad como la capacidad de responder y atender todo aquello que no ha sido atendido, es decir,
como una habilidad de respuesta a momentos, acciones y necesidades específicas.
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Implementación de acciones:
Tomar acciones enfocadas en la búsqueda de soluciones o transformaciones puntuales y que al mismo tiempo atiendan áreas grises o barreras comunes para la implementación (internas o externas
a la organización o el colectivo). Las acciones no consisten solamente en pasos grandes o evidentes
para el alcance de metas puntuales previamente establecidas. Cada encuentro, proceso y generación
de saberes es ya una acción y es importante prestarles atención considerando sus consecuencias o
implicaciones (responsabilizándose).
PLAN DE ACCIÓN PARA GENERAR RUPTURAS
Reflexiones y difracciones:
Detenerse constantemente para comprender lo que se nos revela dentro y fuera del proceso nos permite visualizar las implicaciones que surgen de las decisiones –tomadas explícitamente o surgidas
como efecto de nuestras acciones– y cómo sus efectos van nutriendo y transformando el propio plan
de acción, las relaciones de les integrantes del colectivo, la comunicación, la agencia política, etc.
Cada organización, colectiva o iniciativa cuenta, desde su conformación, con una visión más o menos
clara de lo que quiere lograr, su campo de acción o la problemática que pretende abordar. Esa visión,
al mismo tiempo, responde a un posicionamiento particular con respecto a algo, una convicción ética
y política y, de manera más amplia, a una noción de justicia.
Enfocar y atender:
Determinar en qué aspectos debemos dedicar esfuerzos adicionales. Implica la flexibilidad de tomar
giros, extravíos e incluso planificar nuevas rutas. También puede abrirse a momentos de improvisación entendida como exploración abierta que propicie la desfamiliarización con procesos habituales
para ampliar perspectivas.
En diferentes momentos, sobre todo al planificar un proyecto o un plan de acción específico, puede ser valioso revisitar esa visión en detalle, considerar lo que hay detrás de esta y la manera como
las personas que integran el equipo se identifican con ella. Esto puede sacar a flote aspectos clave
que puedan ayudarnos a trazar rutas así como a considerar las implicaciones que nuestras acciones
a tomar puedan tener. Se trata de alinear nuestras acciones a esa gran visión y ese posicionamiento
crítico.
Mirar hacia adelante y hacia atrás:
Documentar y revisitar constantemente los registros de los procesos que la organización o el colectivo ha llevado a cabo con respecto a lo planificado para relacionarse con procesos previos. La idea
es que se mantenga activo un análisis de los procesos que permita nuevos hallazgos, notar barreras,
profundizar en aspectos implicados en los logros, etc. Atender lo que se va encontrando en el camino
permite habitar el proceso y no enfocarse solo en fines o metas. Lo que buscamos es que lo planificado
no sea algo rígido sino que pueda estar sujeto a cambios y actualizaciones.
PLURALIDAD DE VOCES
JUSTICIA COTIDIANA
Más que individuos: pluralidad, relación
e interdependencia
Más que visiones de futuro y progreso:
acciones cotidianas para transformar el
presente
Al relacionarnos nos afectamos mutuamente, no solo con las personas que integran
nuestras organizaciones, sino también con
todo aquello que posibilita nuestro quehacer cotidiano: recursos, tecnologías, otras
especies, contextos, etc. Atender esos entrelazamientos amplía nuestra capacidad de
responder (responsabilizarnos), y por ende
nuestra agencia política, ya que tenemos
presentes necesidades que van más allá de
las nuestras y de lo inmediato.
Notarse parte de un entramado de relaciones que ya están materializando el mundo
de cierto modo y reconocer el potencial de
interrumpir, por medio de gestos cotidianos,
las lógicas hegemónicas de acción y relación
(que incluyen la manera como el tiempo es
entendido y habitado).
CRÍTICA-CREATIVA PARA LA REGENERACIÓN
IMPLICACIÓN COMO ÉTICA DEL CUIDADO
El poder como potencia y afirmación:
hacia una política más que humana
Más que representación: implicación
Fomentar la crítica, sin perder de vista la
creatividad, orientadas a la regeneración
y rehabilitación de mundos. Posibilitar, a
través de las relaciones, acciones afirmativas. Propiciar aprendizajes y diálogos más
que humanos por medio de la fabulación
especulativa.
Tomar en cuenta múltiples perspectivas,
humanas y más que humanas. Recordar que
nuestras acciones serán más potentes si
integran la mayor cantidad de saberes y experiencias posibles. Asumir una disposición
a implicarse (hablar-con o hacer-con) y no
de representación (hablar-por o hacer-por).
La implicación aumenta nuestras agencias,
la representación niega la agencia de los
cuerpos a los que se pretende representar.
Lo anterior es clave para identificar los propósitos u objetivos de nuestro plan de acción, es decir, lo
que queremos romper, transformar, mejorar o regenerar (por ejemplo, modos de existencia plurales, relaciones más justas, formas menos violentas de habitar la ciudad, debilitar el sistema de poder
hegemónico, etc.). Esos propósitos relevantes y profundos le brindan un amarre a lo que vayamos a
hacer dentro del proyecto.
No obstante, no basta con tener objetivos significativos y claros para que las acciones que tomemos
tengan resultados, ni siquiera para garantizar que podamos tomar acciones específicas. De hecho, es
muy común que en las organizaciones, colectivas e iniciativas de planes de acción, las ideas iniciales
no lleguen a la acción o que las primeras acciones pongan en evidencia sus limitaciones, saquen a flote
otras necesidades mucho más complejas o se vuelvan engorrosas por integrarse a procesos inesperados de resolución de problemas.
Esta es la razón por la que en este plan de acción, además de plantear los grandes objetivos (que acá
llamamos Rupturas), antes de proponer acciones nos detenemos a considerar las necesidades o preguntas que surgen de éstos. Por ejemplo, podemos plantearnos que queremos mostrar las posibilidades de aprendizaje que existen en diferentes ecosistemas y de otras especies por medio de un podcast
pero luego darnos cuenta del riesgo que puede tener comenzar a tomar acciones sin considerar preguntas como ¿De qué manera podemos acercarnos a otras especies sin impactar su ambiente? ¿Qué
prácticas éticas de relaciones multiespecie ya existen? ¿Qué personas, comunidades o colectivos ya
están recogiendo aprendizajes de otras especies y cómo podemos implicarnos con elles? ¿Qué tipo de
equipo necesitamos para documentar paisajes sonoros?, etc. A esas preguntas les llamamos Escalas,
pues nos ayudan a notar los diferentes niveles o grados de atención que cada ruptura requiere y es a
partir de estas que identificamos las acciones.
Las acciones, o Magnitudes, buscan tanto responder a las preguntas surgidas en las Escalas como alcanzar los objetivos planteados en las Rupturas. Son acciones concretas, claras y directas que luego se
organizan en un organigrama o esquema de tareas en el orden que lo requieran para irse potenciando
entre sí. La suma de las magnitudes es la que genera las rupturas.
A lo largo del proceso, las Magnitudes pueden ir mostrando nuevas necesidades o anunciando ajustes
necesarios en las siguientes acciones. Por esta razón es importante no esperar hasta el final de un
ciclo establecido en el proyecto para evaluar su alcance. De hecho, esta propuesta no sólo nos ayuda
a considerar cuidadosamente cada aspecto de nuestras propuestas, teniendo en mente sus implicaciones éticas, sino también nos invita a enfocarnos en el proceso y no sólo en las metas o resultados.
De esta manera, nos sumergimos en un avance no lineal ni progresivo sino en un ritmo de ir hacia
adelante y hacia atrás, tomando pausas y deteniéndonos a notar, cuando sea necesario, lo que está
sucediendo. De ahí que propongamos, más que una evaluación en términos tradicionales, un proceso
continuo de retroalimentación. Este es el Sismógrafo, el cual nos indicará constantemente qué necesitamos atender, mejorar, ampliar o cambiar sobre la marcha, recogiendo los aprendizajes que se
están generando en el día a día del proyecto y de las relaciones que lo conforman.
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Este formato para diseñar planes de acción implica, así, procesos continuos de indagación-acción que
posibilitan la implementación de acciones, su revisión constante, la actualización y el compromiso
con procesos que en sí mismos interrumpan las lógicas de poder y las narrativas hegemónicas. Es un
proceso en el que la imaginación, la creatividad e incluso la fabulación son fundamentales.
1. Rupturas
¿Qué queremos lograr? ¿Cuáles son las
transformaciones y/o rupturas con las que
soñamos?
“Mientras que en lenguas como el español, las metáforas del tiempo privilegian la imagen
de una línea horizontal en donde el futuro está por delante y el pasado quedó atrás, en
lenguas como el aimará, que se habla actualmente en Bolivia, Perú, Argentina y Chile, las
metáforas utilizan la idea de una línea horizontal, pero el futuro queda atrás, a nuestras espaldas porque, al no ser cognoscible, es imposible mirarlo; el pasado se coloca, en
cambio, por delante, porque ya lo experimentamos y, por lo tanto, es conocido y escudriñable a la vista. Otras lenguas, como el mixe… utilizan también una metáfora lineal, solo
que ésta se coloca en posición vertical y el futuro nos va cayendo, atravesando el cuerpo y
bañándonos de tiempo: menp këtäkp. Las meras posibilidades que nos ofrecen la lengua
o lenguas que azarosamente hablamos nos proveen de las metáforas iniciales para hablar
del futuro”.
–Yasnaya Aguilar
2. Escalas
¿Qué preguntas, inquietudes, enigmas o
aspectos de la realidad debemos atender para
que las rupturas sean posibles? ¿Qué deberíamos comprender primero o con qué/quiénes
deberíamos de implicarnos?
¿Qué necesidades, como llamados, identificamos?
¿Qué requieren las rupturas para poder
realizarse?
4. Sismógrafo
¿En qué aspectos del proceso podríamos
enfocarnos para evaluar el progreso?
¿Qué tipos de documentación pueden retroalimentar nuestros procesos de indagación-acción?
3. Magnitudes
¿Qué vamos a hacer para atender las escalas
y lograr las rupturas? ¿De qué maneras
vamos a responsabilizarnos como forma de
responder a las necesidades que identificamos?
¿Qué ciclos de retroalimentación, información y observación miden nuestros avances
en las escalas y hacia las rupturas?
Revisa el formato del plan de acción y avanza parte por parte con tu equipo de trabajo, yendo y volviendo a cada parte para asegurarse que todo esté alineado entre sí. Para la identificación de las rupturas, cada integrante puede escribir en una nota adhesiva o una ficha cada una de las rupturas que
considera centrales al proyecto (una ruptura por nota) y luego colocarlas todas juntas para organizarlas por relación. Si al ordenarlas identifican, por ejemplo, cuatro conjuntos de rupturas que se relacionan entre sí (por enfoque, por el medio del que se sirven, por el tema del que parten, etc.) de esa
integración de ideas pueden surgir cuatro rupturas. Recuerden el movimiento de la cartografía situada (puntos c. y d.) que se realizó al inicio de la guía, el proceso de identificación de rupturas puede ser
muy similar al de la identificación de enunciados en esa primera parte.
A continuación, pueden organizarse para identificar las escalas y definir las magnitudes. Este es un
proceso mucho más rico y con mayor potencial mientras más personas del equipo se integren al mismo. Considerar en el proceso también alianzas y relaciones existentes y posibles (humanas y más que
humanas) puede ser clave para el alcance que pretenden tener las acciones.
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Caminar como resistencia hacia/desde lo que germina
hacia/desde la memoria rebelde
política tenga que subsumirse en una demanda, pluralicemos nuestras reivindicaciones porque se
vale pensar el futuro en clave de respuesta a las mismas.
Volvamos a encender la mecha y que esta alumbre las luchas por venir con la experiencia que nos
legaron aquellas personas a quienes sus rebeliones les aclararon la mente y los sentimientos.
Silvia Trujillo
A esta altura parece una obviedad decir que necesitamos nuevas formas de hacer y nombrar eso
que entendemos por política, (re)crear formas de convivencia que nos conecten con la vida, que
nos saquen de este sopor, de esta tristeza que se nos volvió costumbre cuando apagamos la mecha
y nos olvidamos cómo se ve –y se disfruta– el fuego que nos mueve a los cambios profundos, el de
la esperanza puesta a andar en un proyecto colectivo. ¿Le llamaremos a eso política? O quizás sea
mejor encontrar otras formas: nido, germen, horizonte, por ejemplo.
SILVIA TRUJILLO
Pero, más allá de pensar en la nominación, me pregunto ¿cómo se reencuentra hoy la potencia creadora de la construcción colectiva? ¿cómo se recupera o reinventa la posibilidad de ponerle amor,
música, letra, colores y sabores al proyecto por el cual se lucha? ¿cómo se pasa de un activismo desapasionado, mecánico, impositivo y censurador a una militancia que conmueva? ¡Qué conmueva,
sí! ¿Quién dijo que las emociones, los sentimientos, las creencias no podían ser parte de la política?
Silvia L. Trujillo nació en Uruguay, pero eligió vivir en Guatemala
desde principios de siglo. Se graduó de socióloga en la Universidad de
Buenos Aires y realizó una maestría sobre derechos de las mujeres en
la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es investigadora social y
docente en la Universidad Rafael Landívar.
Y es en ese marco y en esa búsqueda que me pregunto, siguiendo la herencia de los pueblos indígenas de Abya Yala, si será “espiritualizando la política o politizando la espiritualidad” (Oviedo
Freire, 2019) que podremos lograrlo. No se trata de politizar una espiritualidad entendida de forma
naif e individualista, perfumada de incienso y cacao. Tampoco de forma colonizada como religión,
o vaciada de contenido como lo proponen -hasta la saciedad- los fundamentalismos que pululan en
la actualidad, disfrazando de espiritualidad su ideología profundamente conservadora y antiderechos. La espiritualidad sin contenido político es folclore, es apropiación, es violencia epistémica.
La política sin espiritualidad es objetivista, fría, maquiavélica, abúlica y enamorada románticamente del poder para dominar.
Se trata de entenderla más bien como lo ha planteado Guerrero Arias (2011): “la espiritualidad
es una construcción humana, por lo tanto, es también un escenario de lucha de sentidos, y por lo
mismo no puede vérsela alejada de las cuestiones relacionadas con el poder, puesto que la espiritualidad, está también atravesada por relaciones de poder; en consecuencia (…) ha sido y es un
instrumento insurgente para luchar contra la perversidad del poder” (p. 27).
Entonces, la apuesta es hacer de la espiritualidad una “respuesta política insurgente”, superar las
visiones que han entendido el todo fragmentado en compartimentos estancos para retomar enfoques más integradores, como seres en convivencia que somos. Desde esa comprensión, es posible
radicalizar las posiciones en defensa de la vida, del territorio cuerpo-tierra, frenar los despojos de
las empresas extractivas, enfrentarnos enfáticamente al saqueo sistemático de las redes de la vida,
oponerse con ahínco al femicidio y a las múltiples formas de violencia contra las mujeres, la niñez y
las personas que no se ciñen al canon heterosexual. Hacernos responsables, en definitiva, de lo que
nos toca. Recuperar lo que nos conecta con nuestro fuero interno, con nuestro pasado, con lo que
creemos, con nuestros sueños y nuestras ganas de romper el corsé de la posibilidad para comenzar
a construir más allá de lo imaginable.
Escribo estas líneas mientras la regresión autoritaria se consolida en los países de la región. Paradójicamente, en esta etapa no fueron necesarios despliegues militares ni marchas castrenses, todo
se hizo siguiendo la legalidad, “respetando el orden constitucional” y, sobre todo, valiéndose de una
narrativa pseudoespiritual fundamentalista. Por eso, la espiritualidad es un territorio en disputa
y es prioritario manifestarse frente a esas narrativas conservadoras, autoritarias, negadoras de la
energía vital y de la potencia creativa. Manifestarse y proponer otras formas de acción política. La
espiritualidad política se presenta, entonces, como un camino emancipatorio.
Reconozco que esta propuesta para la acción es complemento de otras ya enunciadas por distintos
colectivos; por ahora, para mí, significa una búsqueda, una esperanza. Desde esta y otras miradas
volvamos a encontrarnos, invitemos a pensar, a dialogar, a sublevarse. Recuperemos lo que tenemos en común en nuestras luchas, tendamos puentes, estoy segura de que hay necesidades compartidas en nuestras agendas que nos pueden abrir camino hacia un horizonte posible. “Corazonemos” la política y volvamos a ponerla en función de la vida. No es cierto que toda nuestra energía
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5. GRIETAS
Lee el texto de Silvia Trujillo y toma en cuenta cómo las ideas propuestas en este se relacionan con
lo que has venido pensando y sintiendo en los movimientos anteriores. Sintetiza tus ideas organizándolas de la siguiente manera:
Conexiones:
¿Qué se conecta entre el texto, los movimientos y tus experiencias?
Novedades:
¿Qué nuevas grietas, ideas o herramientas te llevas?
Implicaciones:
¿Qué implicaciones o consecuencias podría tener todo esto para ti,
en lo personal y para tu práctica de incidencia política?
Jun kai oxi qi munib’al Qatit qa Mama’ / Unas dos tres
ofrendas para las abuelas y abuelos. São Paulo, Brasil, 2020
Edgar Calel
Este trabajo trata sobre una de las formas como nosotros —los pueblos indígenas de Guatemala—
realizamos nuestras ofrendas y pagamentos hacia nuestros ancestros, agradecemos para vivir en
armonía, agradecemos por el peso de nuestro cuerpo sobre la tierra y el sustento de nuestra vida
sobre esta dimensión. Por todo esto decimos en el idioma Kaqchikel: “Ni qa K’obomaj Chire ri nimalej uchoq’ab’il roma ri ru sipanik” (agradecemos a la gran energía por todos lo que nos provee) y
colocamos ante el rostro de sus manos y de sus pies estas frutas como agradecimiento.
EDGAR CALEL
Edgar Calel es un artista visual que realizó sus estudios en la Escuela
Nacional de Artes Plásticas Rafael Rodríguez Padilla en Guatemala.
Cuenta con diferentes residencias artísticas en países como Brasil y
Argentina. Sus exposiciones dentro y fuera del país le han otorgado
importantes menciones honoríficas como en la Subasta Valoarte en
San José, Costa Rica (Bienal de Arte Paiz).
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INTERRUMPIR HISTORIAS CON HISTORIAS
Cuando comenzamos a alejarnos de ciertos patrones de pensamiento, hábitos y modos de relación
tradicionales (heredados de nuestra formación occidentalizada y del sistema social del que formamos parte), también podemos abrir espacio para re/generar (generar es siempre regenerar) otras formas de ser y estar en y con el mundo. Lo anterior incluye la manera como hemos aprendido a contar
historias y las posibilidades de contarlas de otros modos. Dichas historias pueden ser integradoras
y potenciantes. Desde nuestras organizaciones y colectivas podemos plantear diferentes acciones
concretas (magnitudes) que tomen en cuenta posibilidades de interrumpir historias con historias, pasando, por ejemplo, de narrativas que siguen las lógicas hegemónicas y generalmente buscan reducir
nuestras capacidades de actuar a través de la tristeza, la rabia o la incertidumbre (historias apocalípticas, violentas o victimizantes) con historias de rehabilitación y potencia afirmativa (como las que
se cuentan en otros territorios y desde otras formas de relación humanas y más que humanas o las
que la fabulación especulativa hace posibles). Esto tiene que ver no sólo con el contenido de aquello
que comunicamos o contamos sino también la manera en que lo hacemos (realmente no existe una
separación entre forma y contenido).
A continuación compartimos algunas ideas:
1. Organicemos encuentros plurales para que puedan ser recogidas diversas experiencias en
relación a una situación puntual, recordando que si bien estamos juntes en circunstancias comunes, no a todes nos afecta de la misma manera (ni tampoco sólo a los humanos). Esto permite
poner en práctica la escucha atenta y cultivar la voz dialógica, evitando el tutelaje o la reproducción de ejercicios de poder (hablando por ellas o representándolas). Estos encuentros pueden
documentarse para hacerlos accesibles a otros y otras por medio de publicaciones escritas, videos
breves o podcasts en redes u otras plataformas como radios autogestionadas.
2. Reunir historias alternativas para seguir imaginando juntes. Se pueden planificar publicaciones en redes sociales o espacios públicos a través de medios artesanales que muestren otras
formas de explicar o contar experiencias incluyendo preguntas generadoras como invitaciones
para seguir compartiendo e imaginando otras historias. Dichas preguntas pueden ser identificadas ayudándose del segundo movimiento del presente capítulo.
3. Compartir historias no contadas o usualmente invisibilizadas e invitar a otras personas a
transformar actitudes y formas de relación a partir de esas historias, teniendo siempre la cautela
de que quienes cuenten o muestren dichas historias sean sus propios protagonistas y considerando el hecho de que no todas las historias requieren ser visibilizadas en todos los espacios (hay
resistencias que dependen del secreto y hay mundos para los que podemos estar y otros para los
que no).
ACCIONES PARA
PROVOCAR GRIETAS
4. Visibilizar luchas o formas de organización que los medios tradicionales no muestran,
ocultan o manipulan. No se trata solo de mostrar problemas, crisis o momentos relevantes para
la coyuntura sino también de acercarse a la vida cotidiana y a los detalles pequeños que hacen que
existan otros modos de hacer comunidad, organizarse o cultivar saberes y haceres que se alejan
del sistema. Asimismo, podemos hacer un mapeo de medios de comunicación alternativos para
difundir las historias que comparten.
Lo anterior requiere, también, procurar que estos ejercicios promuevan la diversidad lingüística de
las personas y poblaciones que protagonizan estas luchas e historias.
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ORGANIZACIÓN EN ESPACIOS COMUNES FUERA DE
LA LÓGICA CAPITALISTA
ACCIONES DIRECTAS PARA CONFRONTAR
EL MIEDO
La ciudad neoliberal supone la desarticulación del tejido social y de las relaciones entre diversos
modos de existencia, incentiva las desigualdades, es inaccesible y sufre de colapsos en movilidad, vivienda y acceso a servicios públicos. Así, estas no dejan lugar a la creación de espacios de encuentro,
articulación y organización comunitaria.
Vivimos en un Estado nación que utiliza el miedo para reducir la agencia política colectiva o, distrayéndonos de ello, nos ofrece soluciones individualistas (ligadas al auto-cuidado o la terapia) a problemas sistémicos. Sin embargo, podemos comprometernos con acciones cotidianas para revertir las lógicas del miedo. A partir de nuestros intercambios con organizaciones y colectivas, hemos recopilado
las siguientes estrategias:
Intervenir la ciudad desarticulada y poco cohesionada implica la reorganización del espacio público
de manera que facilite una mayor interacción entre personas, con otras especies y con la materialidad
del espacio. Esto permite construir lazos de solidaridad, complicidades políticas, amistades, reconocimiento y organización más allá de lo humano. Para transformar nuestros lugares de encuentro y el
modelo de distribución del espacio público, proponemos las siguientes acciones:
1. Conocer y atender aquellas historias, no contadas por la historia oficial, en las cuales es evidente que existen resistencias históricas que han sabido enfrentar y vencer sus miedos o que se
organizan desde la alegría, el deseo o la esperanza.
2. Enfrentarse al miedo de manera colectiva a partir del acuerpamiento colectivo. Por ejemplo:
el acuerpamiento que realizan los feminismos y movimientos antipatriarcales en las acciones de
calle. Estas acciones también pueden visibilizarse en redes sociales y otras plataformas.
1. Promover y construir espacios comunes de encuentro, dentro y entre organizaciones o colectivas, que posibiliten la interacción con otras formas de vida. Por ejemplo, la creación de huertos urbanos permite renovar nuestras relaciones, a partir del cuidado colectivo y la autogestión de
nuestros alimentos. Estas acciones permiten generar intercambios (no capitalistas) entre colectivas o comunidades, como es el caso de los trueques.
3. Promover el involucramiento con otras personas y otras luchas, como una estrategia de
acompañamiento para dar fuerza y sanar las heridas que surgen del devenir político, reconociendo en esas heridas aperturas para cultivar una política afirmativa (no sólo denunciar la violencia
sino también implicarse en encuentros vitalistas).
2. Conocer los espacios públicos y pedir información sobre el Plan de Ordenamiento Territorial
(POT) –donde exista– o los distintos planes y proyectos que las municipalidades pretendan llevar
a cabo. De este modo podemos evaluar de qué manera se está pensando la distribución de los espacios y las actividades para las que están destinadas dichas planificaciones e involucrarnos en la
toma de decisiones.
4. Enfrentar aquello que usualmente no enfrentamos desde una actitud celebratoria de la
vida. Por ejemplo: la manifestación de niñas en bicicleta el 13 de febrero de 2021, en la que exigían
justicia y el cese de los feminicidios en Guatemala o las manifestaciones de 2023 en que el baile se
convirtió en una forma de peaje.
3. Realizar consultas con personas u organizaciones que conozcan sobre el tema para identificar
puntos específicos donde se puedan realizar readecuaciones del espacio.
5. Generar espacios para el duelo colectivo. Visibilizar las ausencias y reivindicar el derecho
al duelo de aquellos cuerpos a los que les ha sido negado (como en el altar de la Plaza de las niñas).
4. Plantear propuestas a las distintas autoridades (alcaldía auxiliar, Cocode) para la intervención del espacio público.
6. Revertir las lógicas del miedo y la negatividad propiciando movimientos que resalten el
gozo, la alegría y la afirmación de la vida digna en todas sus formas.
5. Visibilizar las propuestas por medio de la ocupación del espacio público, realizando distintas
actividades y difundirlas por medio de redes sociales.
Cambiar nuestras tácticas y estrategias implica considerar la imaginación como antídoto contra el
miedo.
La toma de calles y su transformación temporal en espacios de encuentro, resistencia y activación política durante las manifestaciones de octubre y noviembre de 2023 son un ejemplo de cómo, al cambiar nuestras relaciones con el espacio público, nuestras posibilidades y agencias se amplían.
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“¿ES SÓLO SILENCIO O MURMULLO LO QUE HA DE HABER DEBAJO DE LOS ÁRBOLES Y LOS BEJUCOS? ES
MEJOR QUE TENGAN SUS GUARDIANES, DIJERON. FUE ENTONCES CUANDO PENSARON, CUANDO DECIDIERON Y FUERON CREADOS DE UNA VEZ LOS VENADOS Y LOS PÁJAROS, LUEGO LES REPARTIERON SUS
MORADAS A LOS VENADOS Y A LOS PÁJAROS.” POPOL WUJ
Esta sección integra una serie de invitaciones para indagar sobre formas
amplias y diversas de transformar nuestras relaciones con el presente, con
otros seres humanos y con otras formas de existencia. Se plantean problemáticas actuales para considerar sus complejidades e intersecciones y las
posibilidades de lucha. A partir de ello, se plantean estrategias para generar
procesos políticos afirmativos y emancipatorios que integren la crítica y la
creatividad.
Son muchas las historias que nos han narrado, desde que tenemos memoria, que se desarrollan
alrededor de un personaje principal, un héroe, siempre humano (o humanizado) y masculino (o
con cualidades reconocidas como tales). Se trata de un individuo que avanza de manera decidida
a la búsqueda de algo y a través de cuya existencia todo lo demás adquiere sentido. Lo que entra a
formar parte de su misión no es más que un recurso necesario para que aquel haga despliegue de
sus habilidades o una fuerza capaz de hacer relucir, por contraste, su superioridad física o mental.
Conquistadores, revolucionarios, emprendedores, científicos, artistas…, todos estos individuos se
caracterizan por contar con cualidades superiores desde el criterio de lo humano. Y todos aquellos
recorridos comparten también cualidades específicas. Botín, especímenes para el estudio, evidencia de civilizaciones antiguas para colecciones privadas, estampas que capturan otras existencias
en la representación visual o narrativa, todo lo que reúne en sus viajes está entrelazado a una manera particular de organizar la realidad: la manera como el mundo se organiza a su alrededor.
La existencia del héroe (aun cuando se le presenta como heroína) se manifiesta en el universo a
través de la guerra, de historias de exclusión y de dinámicas de vida-muerte que reproducen mundos específicos: ensamblajes de historias de colonialismo y civilización, materializaciones de fines
de mundos o desmembramientos (pretensión de anular la memoria) donde el futuro se plantea
como la promesa de un paraíso (divino o procurado por la revolución tecnológica o la mejora genética). No olvidemos que hablar de colonialismo es hablar también de patriarcado y capitalismo. El
modelo civilizatorio mueve toda la maquinaria y sigue estando al centro de la manera misma como
contamos historias, como se nos ha narrado la historia. La producción de límites se materializa no a
través del distanciamiento sino por medio de violentos enredos. La exclusión clásica de extranjeros,
bárbaros, salvajes, monstruosidades y animalidad está ligada al capacitismo, la criminalización y la
patologización en un proceso enfocado en establecer la diferencia entre lo humano y lo no humano.
Se ha pensado así que lo salvaje se encuentra siempre a la espera de los efectos transformadores de
la cultura. Rudyard Kipling se refirió al peso del hombre blanco, la misión que de manera resignada
los civilizadores habrían de seguir para establecer cierto orden (la posibilidad de un solo mundo),
partiendo de la organización de todas las formas de existencia. Domesticación, purificación, salvación, catalogación, museificación, inmunización y demás tecnologías productoras de significados
y materializaciones. En otras palabras, sexualización, racialización y naturalización de los cuerpos
considerados no humanos o menos-que-humanos.
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La deforestación, la explotación de minerales y datos, la extracción de combustibles fósiles, la
industria cárnica, los granos genéticamente modificados para no regenerarse, la fumigación con
cianuro de hidrógeno, los fertilizantes nitrogenados, el glifosato, el abuso de antibióticos, la revolución tecnológica y digital, la privatización de bienes, todo está ligado al el trazo de un plano en el
que un virus como el COVID-19 se hace letal. Como escribe Preciado, “en términos energéticos,
el modo de producción petrosexorracial depende de la combustión de energías fósiles altamente
contaminantes y generadoras de calentamiento climático. La infraestructura epistémica de esas
tecnologías de gobierno es la clasificación social de los seres vivos de acuerdo con las taxonomías
científicas modernas de especie, raza, sexo y sexualidad. Estas categorías binarias han servido para
legitimar la destrucción del ecosistema y la dominación de unos cuerpos sobre otros” (2021, p. 40).
Cuerpos hechos territorios para la apropiación, el levantamiento de muros perimetrales y sus respectivos sistemas avanzados de vigilancia. Corporalidades capturadas por la instauración de un
régimen de “significantes despóticos de la identidad” (Preciado, 2022, p. 536). Cuarta revolución
industrial, sexta gran extinción, vida precaria (Butler, 2016), tiempos disfóricos (Preciado, 2022).
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La división entre naturaleza y cultura (como expresión por excelencia del humanismo) efectúa
destrucciones de mundos, co-produce dolor, vulnerabilidad, experiencias de inadecuación, cuerpos inapropiados/bles (Haraway, 1999), pero también descontento, cansancio y desobediencia,
des-identificación, interrupción, líneas de fuga.
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Luchas presentes, entrelazamientos
históricos
Estas preguntas no son sólo reflexiones importantes que hay que hacer alrededor de la intersección
entre problemáticas sino también recordatorios de la urgencia de re/generar prácticas de memoria.
Las alternativas que nos quedan son múltiples si sabemos atender los lugares, tiempos y voces indicadas, rehuir de las lógicas hegemónicas y sus formas reduccionistas y, sobre todo, trágicas de presentar la realidad. Ello no implica ignorar nuestras heridas (este sería un movimiento propio de quienes
pretenden superar el pasado en una línea recta y vacía) sino posibilitar nuevas formas de relación a
partir, incluso, del dolor y de la rabia que nos atraviesa, como “dos disposiciones apasionadas, señal
de que seguimos vivos, lo bastante vivos como para percibir el mundo, para sentir pasión por aquellos
a los que amamos, o por aquellos cuya vida es valiosa y debería ser tratada como tal” (Butler, 2019, p.
53). La memoria, la atención cuidadosa y responsable y las lecturas a contrapelo o desde la fabulación
crítica se convierten en herramientas para reconocer que estamos rodeadas y rodeados de múltiples
proyectos de constitución y rehabilitación de mundos, humanos y más que humanos.
El presente está atravesado por lo que a ratos parecen ser problemáticas aisladas. Tenemos la sensación de que un día es una cosa y otro día otra, y nos sentimos frustradas –como personas comprometidas con el cambio– al sentir que no podemos abordarlo todo. No obstante, existe una intersección
entre las problemáticas; por ejemplo, entre la crisis climática, el racismo y los feminicidios. Podemos
pensar en esto en términos de una crisis biosocial cuyas expresiones incluyen las olas de migración,
la violencia de Estado, el masculinismo militarista (que por medio de la lucha contra la droga profundiza la violencia patriarcal), la brutalización sobre los cuerpos feminizados y racializados, la sobrepoblación mundial, la expansión acelerada de tierras para el monocultivo, la sexta extinción masiva, sequías, la destrucción de mantos freáticos, escasez de diversidad de granos para el alimento,
zoonosis, pandemias, etcétera. Este ensamblaje es bastante complejo, pero no es necesario intentar
atender todos los elementos de un gran todo. Más bien, se trata de recordar que aquello que nos afecta
de manera inmediata –igual que aquello con lo que nos relacionamos cotidianamente– está ligado a
aspectos tanto sociales y tecnológicos como naturales. De hecho, la separación de estas dimensiones
resulta ya imposible.
Como se ha mencionado en capítulos anteriores, esto conlleva formas de relación radicalmente distintas; abrazar el hecho de que somos parte de una existencia interconectada. Las cosmovisiones,
cosmogonías y epistemologías de diversos pueblos originarios pueden enseñarle a occidente mucho
al respecto. La Declaración de Iximché, escrita en 1980 tras la masacre de la Embajada de España, lo
planteaba así: “nuestra voz y nuestra lucha sigue avanzando con paso firme hacia nuestra libertad”.
Esta es una práctica siempre colectiva que se nutre de imaginación y se asume desde la afirmación de
la vida digna en todas sus formas: a eso nos referimos con una política afirmativa.
Mientras los medios de comunicación anuncian un futuro incierto, el presente nos sumerge en su
caos. Pero no significa que debamos abordar todo en una sola lucha o por medio de un solo gran movimiento sino, más bien, notar los entrelazamientos implicados en aquello que nos preocupa. Como
lo hemos mencionado en el capítulo anterior, pensar en justicia social dentro de los medios digitales
(como la representación o visibilización de diversidades) requiere también pensar la materialidad de
los dispositivos a través de los cuales accedemos a esos medios. De igual manera, abrirnos a ver esos
ensamblajes nos permite notar la riqueza de movimientos, visiones y estrategias, así como la pluralidad de voces que existen. Esto último es, precisamente, lo que permite hacerle grietas al sistema y a la
manera como opera sobre nosotres en la cotidianidad. Esto nos recuerda que el presente también se
caracteriza por rupturas, movimientos constantes y transformaciones.
Por otro lado, cabe recordar que esa crisis que hoy aqueja al mundo, lo que expertos occidentales han
llamado Antropoceno, no es del todo nueva y que existen y han existido múltiples mundos que han
sido amenazados, que han estado en crisis e incluso se han acabado ya (como hoy que presenciamos
el final de determinados ecosistemas y especies). Esto quiere decir que también existen poblaciones
que han sabido luchar y resistir, que han cultivado formas de rehabilitación. Haraway (2019) escribe
que “es importante pensar sobre la rehabilitación (el volver a hacer vivible) y la sostenibilidad, en
medio de los tejidos porosos y los bordes abiertos de mundos dañados, pero aún vivos y en curso”
(p. 64). Por su parte, Naomi Klein escribe que cuando la crisis climática es atribuida a la naturaleza
humana y la miopía que la caracteriza, se está ignorando que esta crisis es consecuencia de “los sistemas que ciertos humanos crearon, y que otros humanos han resistido poderosamente... Capitalismo,
colonialismo, patriarcado –ese tipo de sistemas” (2019, Let Them Drown: The Violence of Othering in
a Warming World).
“¿Qué metodología se necesita para escribir una historia del medio ambiente que incluya
la esclavitud, el colonialismo, el imperialismo y el capitalismo racista, desde el punto de
vista de aquellos que fueron convertidos en objetos “baratos” de comercio, sus cuerpos
como objetos renovables a través de guerras, captura y esclavitud, fabricadas como personas desechables, cuyas vidas no importan?”
–Françoise Vergès, 2017.
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Pregúntate: ¿De qué manera pensar en este texto como una descripción del presente podría ampliar nuestras posibilidades para responder a él (en el sentido de responsabilizarse)?
“Parecían humanos en su hablado
parecían humanos en su conversación;
fue la gente que pobló la Tierra,
se reprodujeron
tuvieron hijas
tuvieron hijos los muñecos
la gente de madera.
Pero no tenían espíritu y
no tenían pensamiento;
no se acordaban de sus Creadores
de sus Formadores(...17)
Residencia:
Pues la tierra es de todos y de nadie
el geranio se propaga por la tierra;
pues la luz es de todos y de nadie
Así, pues, fueron juzgados:
sólo fue un intento
sólo fue una demostración de gente.
Hablaron al principio; pero sus caras eran secas…
el geranio mora en la luz;
pues el agua es de todos y de nadie
el geranio vive en el agua;
Sus mejillas estaban secas
parecían máscaras…
pues el aire es de todos y de nadie
Al principio fue mucha la gente que estuvo sobre la Tierra...
el geranio está en la tierra
Por eso fueron aniquilados
inundados.
Cayó una trementina del Cielo,
vino el Escarbador como se llama al que les escarbó los ojos
vinieron los murciélagos decapitadores que les cortaban sus cabezas,
vino el jaguar masticador que comió sus carnes,
vino el jaguar batidor que revolvió
desparramó sus huesos
sus nervios
y en el aire
el geranio de desplaza por el aire;
y en la luz
y en el agua;
el geranio reside en todas partes
Otto Raúl González
Por ello se obscureció la faz de la Tierra,
comenzó un temporal;
llovía de día,
llovía de noche…
Hablaron todas sus tinajas,
sus comales;
sus platos ;
sus ollas;
su nixtamal,
sus piedras de moler.
Todo lo disponible se hizo presente.
–Nos provocaste mucho daño,
nos mordiste
ahora serán ustedes los mordidos, les dijeron sus perros y
sus chompipes.
Sus piedras de moler dijeron:
–En nuestra cara ustedes molían todos los días
día tras día;
al anochecer
al amanecer…
Luego los perros les dijeron, cuando hablaron:
–¿Por qué no nos daban de comer?
Sólo nos echaban
nos sacaban;
tenían un palo para echarnos cuando comían;
siempre les teníamos miedo
porque no hablábamos.
Por poco moríamos de hambre por su causa…
Desesperados,
corrían apresurados,
querían subir sobre las casas;
pero las casas se desmoronaban y ellos caían;
querían subir sobre los árboles y
los árboles los rechazaban,
querían entrar en las cuevas y
las cuevas se cerraban ante ellos…”
Popol Wuj, traducción de Sam Colop (2019)
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Alteridad: Mientras que diversas propuestas éticas, como la de Emmanuel Levinas y los
planteamientos del giro decolonial parten de
la noción de alteridad como la cualidad de ser
Otro (donde el Otro con mayúscula es una alteridad radical), otras propuestas parten de este
concepto para buscar disolver el binarismo
entre un yo y un otro. Gloria Anzaldúa (2015)
escribe acerca de una conciencia mestiza que
rompe con la dualidad sujeto-objeto que limita las posibilidades de existencia. Karen Barad
(2012, 2014) ofrece desde la teoría cuántica
de campos y los estudios queer un análisis
del que se desprende una noción de alteridad
que disuelve los binarismos a partir de la idea
de que la subjetividad y la objetividad no son
opuestos. La física y feminista escribe además
que todos los cuerpos estamos constituidos
por alteridades a partir de los efectos que las
relaciones producen, “tocar al Otro es tocar a
todos los Otros, incluido el ‘yo’, y tocar al ‘yo’
implica tocar a les extrañes adentro de mí”
(2012, p. 214). La cineasta y escritora feminista vietnamita resalta que la diferencia no tiene que ver con los conflictos sino que está más
allá de estos y que debe ser pensada afuera
de la noción de antagonismo. Para diversos
feminismos, como para el pensamiento no
occidental, la diferencia no se opone a la
mismidad ni es sinónimo de separación.
Mientras que no asumamos la diferenciación como fenómeno de las dinámicas naturoculturales y su pluralidad característica, así como
herramienta creativa para cuestionar formas de represión y
dominio, corremos el riesgo
de mantenerla como herramienta para la segregación y ejercicios de poder
ligados a las nociones
de esencias sexuales
y raciales. Lo anterior implica superar también la
distinción entre
subjetividad y
objetividad.
Más que humano: Esta noción parte del reconocimiento de que los
Política afirmativa: Braidotti (2018) propone, a partir del pensamiento de
Spinoza y Deleuze, una ética afirmativa que nos permita resistir al presente y
“producir horizontes sociales de esperanza, o futuros sostenibles” (p. 136).
Para resistir al presente, la autora plantea que es necesario transformar las
Políticas
de
pasiones negativas en positivas y que es posible moverse más allá del doCuidado: Se refielor. En este caso, no se trata de ignorar o dejar de atender el dolor que
re a la nueva generación
nos atraviesa, sino más bien de convertirlo en una potencia revirtiende políticas de igualdad de
do las lógicas que hay detrás de él. Se trata de activarlo, de trabajar
género dirigidas a la sostenibicon y sobre él sin olvidar que la positividad no debería conducir
lidad de la vida. Los cuidados son
a un fácil optimismo, o a una disminución indiferente del sufritodas aquellas actividades necesarias
miento humano. De manera similar, la lucha zapatista propone
para garantizar el bienestar físico y emola risa como categoría revolucionaria, es una risa horizontal
cional de las personas necesarias para una
que nos devuelve la capacidad de gozo ligada a la lucha por
vida digna. La noción actual de los cuidados es
la vida y que reproduce el cuerpo colectivo como momento
una aportación de los estudios feministas que han
fundante de la transformación o la emancipación. Como
subrayado la necesidad de colocar en el centro la sosteescribe Braidotti (2019b):
nibilidad de la vida y no la acumulación de la riqueza. Estos
cuidados están en el centro del desarrollo social y económico de
Necesitamos tomar prestada la energía del futuro, si
los países, sin embargo, su aportación se ha invisibilizado y se manlas condiciones presentes no nos permiten actuar
tiene como elemento central de la división sexual del trabajo.
afirmativamente. Ese es el afecto que necesitamos
cultivar: es la ética del devenir la que nos dará,
la que nos dará la política. ¿Qué más necesitamos para tener una política? Qué más que
esto: compartir una comprensión adecuada
de nuestros lugares, en un reconocimiento
colectivo que desencadena procesos de devenir. Los patrones de convertirse en ‘de
otro modo otro’ no son idénticos, sino
zigzagueantes, diversos. Confluyen
en afirmar la posibilidad de un aquí
y ahora que sería vivible, que sería
sostenible, y afirmar, eso sí, ese
famoso amor por el mundo que
a uno le da tanta vergüenza incluso afirmar. ¿Desde cuándo
los valores afirmativos son
una vergüenza? ¿Qué nos
está pasando? (p. 479)
seres humanos no estamos desligados de todo lo que nos rodea. La
desvinculación de los humanos con nuestro entorno ha sido causante de la expropiación y el mal uso de otras formas de vida. Más que
decir “no humano” que se constituye como oposición o negación,
dejando al ser humano al centro de la narrativa, “más que humano” plantea el hecho que las diferentes formas de vida que
habitamos y conformamos este planeta no estamos separados, de hecho, ninguna criatura precede a sus relaciones con
otras. Por otro lado, en la actualidad estas relaciones también incluyen a cuerpos y dispositivos electrónicos que
nos complementan o que se convierten en prótesis o ampliaciones de nuestras propias conciencias o cognición,
como el uso de celulares, el desarrollo de inteligencia
artificial y robots.
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DESOBEDECER
CON ALEGRÍA
RECOLECCIÓN
POÉTICA Y
FABULACIÓN PARA
EL FUTURO
ANTES Y AHORA
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“REABORDEMOS LA IGUALDAD Y LA CONVIVENCIA CON UN ENFOQUE NUEVO. PARTAMOS DE LA PREMISA
DE QUE TODAS LAS VIDAS SON IGUALMENTE LLORABLES Y VEAMOS QUÉ IMPORTANCIA TIENE ESTO EN
LA VIDA COMO EN LA MUERTE. PUES LA VIDA POTENCIALMENTE LLORABLE ES UNA VIDA QUE MERECE UN
FUTURO CUYA FORMA NO CONOCEMOS”. JUDITH BUTLER
DEL CUIDADO A
LA IMPLICACIÓN
1. DEL CUIDADO A LA IMPLICACIÓN
¿Qué significa el cuidado en una época como la que nos atraviesa? ¿Con
qué herramientas podemos contar para ampliar nuestras capacidades
sensibles y abrirnos a cultivar prácticas de cuidado que colaboren en la
re/generación y rehabilitación de formas particulates de existencia y de
mundos? ¿Es posible pensar en nociones de cuidado, protección y seguridad sin caer en el trabajo reproductivo, central a la división sexual del
trabajo? ¿Cómo cuidar de alguien o algo sin negarle su agencia, sin caer en
el tutelaje o la ventriloquía? Estas son solo algunas de las preguntas que
pueden generarse al considerar las desigualdades y desventajas en que
muchos seres humanos y más que humanos se encuentran y las maneras
en que podemos garantizar sus cuidados.
En la actualidad, la noción de cuidado y las políticas de cuidado enfrentan nuevas paradojas. Entendemos las políticas de cuidado como aquellas
políticas dirigidas a la sostenibilidad de la vida. La crisis de salud de los
últimos años ha planteado retos significativos para la ética y las prácticas de cuidado. Esta problematización nos invita a explorar alternativas
para abordar preguntas relevantes hoy, como: ¿Quién cuida y quién es
cuidado? ¿Cómo se distribuyen los cuidados en la sociedad? ¿Qué herramientas tenemos para concebir nuevas formas de cuidado considerando
las nuevas necesidades? ¿De qué manera estas experiencias y estas nociones están reconfigurando el lenguaje, el espacio y los medios? ¿Hasta qué punto el cuidado se ha convertido en un concepto de poder? ¿En
qué sentido el término de cuidado está capturado por los gobiernos y los
medios? ¿Qué retos se nos presentan en la práctica? ¿Qué relación existe
en la actualidad entre las prácticas cotidianas o comunes de cuidado y el
papel del sector público?
Estas preocupaciones, en general, y la noción de cuidado en particular,
tienen que ver con las relaciones, como hemos señalado previamente, no
son solamente entre seres humanos. Las relaciones éticas se materializan
constantemente en y a través de múltiples encuentros entre especies y
cuerpos diversos. Si consideramos nuestra interconexión con todo lo que
nos rodea –lo que encontramos y nos encuentra y nuestra codependencia–,
las divisiones y las jerarquías pueden comenzar a difuminarse. La existencia se puede concebir entonces como un proceso dinámico en él que se
van configurando y reconfigurando mundos (distintos espacio-tiempos).
El cuestionamiento del individualismo y del excepcionalismo humano
nos permite apreciar el lazo que nos une a otres de manera más amplia,
un sentido de interconexión que puede incluso llevarnos a considerar
una alternativa distinta a la noción de alteridad (como un otro, separado
que se distingue de un yo). Lo anterior implica que nuestras relaciones
(es decir, la política) sean capaces de ir más allá de las meras nociones de
cuidado, partiendo del hecho que todos los cuerpos importan.
Considera por un momento las relaciones
que a lo largo de esta guía han ido saliendo
a flote
A continuación, plantéate las siguientes preguntas y piensa
en ellas por un momento:
Estas relaciones, como interconexiones, pueden ser pensadas como un árbol. Les integrantes del colectivo pueden dibujar un árbol entre todes e ir identificando y nombrando:
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- Las raíces: Nuestro suelo, lo que nos nutre, lo que damos y recibimos, nuestras relaciones más profundas, las experiencias (siempre participativas y colectivas) que nos han marcado, nuestro posicionamiento…
- El tronco: Lo que nos sostiene, lo que permanece o persiste, lo que se ve, lo que soporta (la base de
nuestra resistencia), nuestra memoria, el registro de nuestra experiencia…
¿Cuando cambiamos, como personas en el transcurso de nuestra
vida, no generamos alteridades o diferencias, en nosotres mismes a
la vez que nuestras capacidades relacionales van cambiando?
En su libro, narrado desde la experiencia de los
árboles, Stefano Marcuso (2023) escribe:
Por eso, desde siempre, cuando muere un camarada, se conserva una pequeña sección de su tronco.
Sirve tanto de recuerdo para quienes lo conocieron
y lo amaron, como de soporte físico donde se hallan
contenidos los datos relativos al medio ambiente
recogidos a lo largo de toda su vida.
¿Y si consid
eramos que
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fenómenos n
apturables
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en una cate
goría o iden
tidad.
Somos nuestras relaciones, son estas las que nos constituyen y
nos mueven. ¿Cuáles podrían ser las implicaciones políticas de
este hecho?
- Las ramas: A lo que servimos, lo que nos habita, lo que sostenemos, lo que nos recorre, lo que acogemos, lo que se expande continuamente…
s sienestamo que
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p
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human afectación– n
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constan tica?
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- Las hojas: Lo que nos protege, la protección que le damos a otres, nuestro brillo, nuestras disposiciones e inclinaciones, lo que cambia constantemente, lo que se renueva, lo que impulsa nuestra
fuerza crítica-creativa…
- La copa: Lo inesperado, lo que siempre llega, lo que nos llama, nuestras relaciones más amplias…
¿De qué manera podemos abrirnos a una posible política afectiva
que re/genere nuevas formas de existencia?
Recuerda que aún cuando los árboles parecen
permanecer en un solo lugar realmente nunca
están fijos, son seres sociales, relacionales, que
se comunican y apoyan entre sí a través de sus
raíces y las distintas redes de micelio en simbiosis con ellas, además de constituir mundos para
múltiples formas de existencia.
Observa el árbol y sus partes y conversa con otres cómo esas partes se relacionan entre sí. ¿Qué nuevas ideas tienen? ¿Cómo sus nociones de relación (y política) se amplían a partir de este ejercicio?
Recuerden documentar sus impresiones.
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Estas preguntas deben ser respondidas una por una en la forma de un cuestionario sino ser compartidas por el grupo como invitaciones a pensar/hacer juntes. ¿Qué surge de aquí? ¿Qué se raja o agrieta?
Considera las siguientes dimensiones de cara a los desafíos actuales y las ideas
anteriormente planteadas:
La relacionalidad, como carácter primordial de la existencia, nos hace pensar en las limitaciones del
cuidado en el sentido que podría en muchos casos seguir estableciendo una diferencia entre un yo
y un otro, pues al cuidar solemos plantear un cuidar-de. Y aún si proponemos un cuidar-con sigue
existiendo la idea errónea de un otro más vulnerable, e incluso incapaz de articular sus necesidades,
débil o sin agencia. Esto no significa no reconocer situaciones de vulnerabilidad (como la enfermedad o las heridas) en las que las prácticas de cuidado (como salud y protección) tienen relevancia. No
obstante, cabe preguntarse: ¿hasta qué punto estamos implantando en el otro una forma de debilidad
al cuidarlo? Pensemos en las prácticas de protección de especies como prácticas de aislamiento de
sus miembros, de sus relacionamientos constitutivos y las implicaciones de la vida en cautiverio, por
ejemplo. Las relaciones con la noción de un otro desde el cuidado se complican aún más cuando es un
otro más que humano, ya que el enfoque del cuidado parece seguir girando alrededor del excepcionalismo humano, el cuidador y garante del bienestar de otras formas de vida por excelencia, según determinados imaginarios a partir de los cuales se ha justificado la explotación de cuerpos y territorios.
Para ampliar nuestras nociones de relación, en lugar de partir de la negación de la agencia de otros
cuerpos, podemos propiciar relaciones afirmativas, actividades compartidas y proyectos generadores
desde la implicación.
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“Me encantó problematizar la justicia, el antropocentrismo, el humanismo, la moral…
Pienso que debemos generar una ética multi-intra-inter-especie. La segunda parte del taller consistió en bordar y contar historias que importan etnoespecíficamente situadas en
una ciudad como Guatemala. Fue hermosos compartir y contar relatos mientras bordábamos [especies de compañía] para (re)pensar el pensamiento y las prácticas feministas
tentaculares. Pensar la parcialidad y la contingencia de la producción de conocimiento.”
-Marco Chivalán Carrillo, taller Justicia multiespecie: Exploraciones y activaciones para (re)
generar mundos, Grietas / Terremotos (impartido en mayo 2023).
Considera con los y las demás integrantes de tu organización:
-Conexiones: ¿Cómo se conectan estas propuestas, y las reflexiones y emociones que generan, con
aprendizajes, preocupaciones o experiencias previas?
-Consecuencias/implicaciones: ¿Cuáles podrían ser las principales implicaciones o consecuencias de estas ideas y conexiones para la práctica de incidencia de la organización y para la política
en general?
-Conceptos: ¿Qué conceptos o ideas pueden ser adaptadas y ampliadas como herramientas útiles
para pensar y poner en práctica de alguna manera?
-Cambios: ¿Qué cambia o se amplía en las perspectivas de cada quien y de la organización en general?
“La colonización trae consigo una forma de patriarcado forjado en las sociedades Europeas a través de una extrema violencia hacia a las mujeres, los campesinos y ‘la naturaleza’ misma. El patriarca colonial es aquí la encarnación de ‘lo humano=hombre’ que se
construye a sí mismo en el despojo y la degradación de los despojados… Para el pensamiento colonial patriarcal, la naturaleza es mujer, es salvaje, es caprichosa, ininteligible,
irracional, rebelde. Necesita de una fuerza superior para ser domada, sometida y puesta
a disposición de quien sabe aprovecharla. Según Fernando Mires, para realizar el proceso
de subordinación de la naturaleza el patriarca se ve obligado a escindirse de ella, lo que
significa desnaturalizarse a sí mismo.”
-Aura Cumes
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La cárcel verde
Carlos Ernesto Cano
CARLOS ERNESTO CANO
En Guatemala el cultivo de palma de aceite representa aproximadamente el 2.2% del área total agrícola cultivable. Hasta finales del 2017, la Gremial de Palmicultores de Guatemala contabilizó 165,510.53
hectáreas de cultivo de palma de aceite en el país.
Foto-documentalista, comunicador en Festivales Solidarios y FGER,
antropólogo en constante deconstrucción y amante de la libertad.
En las distintas páginas informativas que publicitan el cultivo de la palma aceitera, la venden y promocionan como una panacea para que el país salga de la miseria y de la pobreza extrema. La palma
aceitera se ha convertido -junto al cultivo de banano, hule, café y otros monocultivos- en una de las industrias más rezagadas en todo sentido: desde la concepción de la tecnificación e investigación científica, hasta la vulneración de los derechos laborales y, sobre todo, la violencia que los empresarios
de la palma ejercen en contra de trabajadores y defensores del territorio y los derechos humanos[i].
“Entre 2006 y 2017, según imágenes satelitales, se perdieron 164 kilómetros cuadrados de
bosque al noreste de Guatemala, en la frontera con Petén, en uno de los corredores biológicos que conduce hasta la Reserva de la Biósfera Maya”[ii].
Al hablar de prisión, cárcel o penitenciaría entendemos, por lo general, que nos referimos a una “institución” autorizada por el gobierno para encarcelar a las personas consideradas como autores de
un delito determinado por la “ley”. En este caso también se puede incluir a las comunidades enteras que quedan “encerradas” por la expansión del monocultivo. Pero este encierro es provocado y
promovido por las empresas que pretenden abarcar más tierra para el cultivo de la palma aceitera (y
otros monocultivos) al obligar a las comunidades e individuos a vender sus parcelas para la siembra
del monocultivo. Pero el encierro no sólo significa la parte material y de movilidad, también es un
encierro natural: al reducir la biodiversidad a una sola planta, el ecosistema se quiebra y se modela de
tal forma que la siembra de palma se convierte con el paso de los años en un “muro verde” de líneas
rectas, horizontales y verticales.
Por ejemplo, la Franja Transversal del Norte es el área más reciente en perder cobertura boscosa en
Guatemala, producto de los cultivos de palma africana. A partir de un análisis realizado por el Centro
de Estudios Conservacionistas (CECON) de la Universidad de San Carlos y tomando como base varias
imágenes satelitales -una de 2006 y otra de 2017-, se ha podido establecer que de los 1,670 kilómetros
cuadrados de bosques nativos que existían —en parte de Chisec, Raxruhá en Alta Verapaz y Sayaxché,
Petén— ya se han perdido 164 kilómetros cuadrados. Estos fueron reemplazados, casi en su totalidad,
por monocultivos de palma africana. Hablamos de un espacio comparable con 64 campos de fútbol.
Conociendo estos datos no podemos perder de vista que, más allá de las estadísticas, lo que sucede
con la expansión de los muros verdes es la pérdida del equilibrio natural. Un ecosistema se ve afectado al perder su diversidad desde el punto de vista biológico y natural, ya que el encierro verde no sólo
afecta a personas y comunidades, sino de igual forma a la diversidad animal y botánica que radica en
los bosques primarios y selvas que caracterizan a la región.
En los últimos años se ha incrementado el discurso y la praxis sobre la sostenibilidad ecológica a partir del “capitalismo verde”, también llamado “capitalismo ecológico”. Se trata, más bien, de un oxímoron, ya que ningún modelo económico -cuya base filosofía y angular sea la depredación y acumulación
de recursos- puede ser sostenible y mucho menos ecológico. Durante el auge de este nuevo modelo de
expolio en el país y la región, la prisión política (el muro de concreto) ha tomado fuerza afectando no
solo a las comunidades rodeadas del muro verde sino también a líderes, lideresas y personas defensoras del medio ambiente. Ellas son las que sufren este doble encierro de la cárcel verde y el de la cárcel
de concreto, impulsado por las empresas de monocultivos y el mismo Estado.
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REGINA JOSÉ GALINDO
Nació en la Ciudad de Guatemala en 1974. Se ha desarrollado en el performance, siendo una de las mayores exponentes latinoamericanas de
la disciplina en la actualidad. Además es autora de poesía. Su obra se
caracteriza por su explícito contenido político y crítico, empleando su
propio cuerpo como herramienta de confrontación y transformación
social. Recibió el premio León de Oro a la mejor artista joven en la Bienal de Venecia en el año 2005 y el Premio Príncipe Claus en 2011.
Ríos de gente, 2021
Regina José Galindo
Allí donde hubo un río, allí cantemos. Este es un proyecto concebido junto a Abelino Chub Caal, que
rememoró los lugares donde alguna vez pasó un río que fue desviado o contaminado por la industria
extractiva que despoja de sus recursos a los pueblos originarios de Guatemala. El Festival Libertad
para el Agua contó con la participación de más de mil niños, jóvenes, hombres y mujeres de comunidades que se han visto afectadas por empresas transnacionales, mineras, hidroeléctricas y monocultivos. En Ixcán (Quiché), Chisec (Alta Verapaz), El Estor (Izabal), Champerico (Retalhuleu) Monte
Olivo (Cobán), San Juan Chamelco, Santa Rosa, entre otros lugares, la gente gritaba: Libertad para el
agua, Libertad para Bernando (Caal), Luchamos por la vida, Luchamos por el agua, El agua es vida no
mercancía, entre otras consignas y demandas. Fotografías: Juan Esteban Calderón y Lucha Escobar.
Confección de ríos: Yutzil Pablo. Producción: #MaizDeVida #LibertadParaAlAgua
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2. DESOBEDECER CON ALEGRÍA
3. RECOLECCIÓN POÉTICA Y FABULACIÓN PARA
EL FUTURO
Interrumpir los procesos de deshumanización, propios de nuestro tiempo, nos puede abrir oportunidades para generar nuevos vínculos y concebir una nueva comunidad política afectiva. Para ir
abriendo grietas que se conviertan en una ruptura, la crítica y la creatividad (una como condición
de la otra) son herramientas fundamentales, pues nos permiten “renovar en positivo nuestra confrontación con el presente” (Braidotti, 2013, p. 222).
La recolección poética consiste aquí en un poema fabulativo que se crea utilizando palabras, frases
o citas seleccionadas de la documentación de todo el proceso llevado con esta guía. Para recolectar,
y fabular a partir de ello, debemos elegir un lenguaje o conceptos que consideramos significativos o
interesantes y organizar el lenguaje alrededor de un posionamiento o mensaje.
La práctica creativa, como múltiples formas de resistencia y como motor de acción política, nos
permite explorar alternativas inusuales y puede dar paso a proyectos y actividades compartidas y
asentadas en una visión afirmativa y no negativa o reactiva (características propias de la lógica hegemónica). Podemos pensar así en estos ejercicios micropolíticos como prácticas de desobediencia
y como una manera subversiva de comprometerse con el presente.
a) Crear un listado de palabras, frases y citas
Tras haber completado los movimientos de la guía y documentado los procesos de indagación
práctica, cada persona involucrada puede hacer una recopilación y registro de diferentes palabras,
frases o citas que considera particularmente interesantes o significativas. Se recomienda que identifique entre 15 y 20 de modo que se tenga una buena cantidad de ideas a partir de las cuales crear
su poema.
Cuestiónate con tu organización
o colectiva:
b) Identificar un llamado para re/generar un mundo futuro
Cada quien puede identificar o plantear un sentido a partir de lo que ha seleccionado. Un tema puede ser un concepto tan amplio como “cuidado” o “solidaridad”. Un llamado es una idea específica
que se presenta como revelación y anuncia o abre una perspectiva novedosa o renovada que permite imaginar otros futuros posibles.
c) Elegir el lenguaje adicional
Los poemas recolectados están formados por palabras que han sido encontradas en otras fuentes y
en la documentación recopilada de múltiples conversaciones. Luego de seleccionar la idea central,
revisa el material para buscar palabras o ideas adicionales que se relacionen.
¿Qué prácticas propias de la incidencia política podrían concebirse como formas no sólo de crítica sino también de desobediencia a
las lógicas hegemónicas y sus diferentes expresiones?
d) Componer un poema
El siguiente paso consiste en organizar el lenguaje que se ha seleccionado y crear un poema fabulatorio. Se pueden repetir palabras o frases todas las veces que se quiera. No es necesario utilizar
todas las palabras y frases seleccionadas al inicio.
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e) Compartir el poema
Les participantes pueden leer sus poemas o colocarlos de manera que sean visibles para les demás, agregando un comentario breve sobre lo que el poema le ha brindado y la manera en que
éste se implica en la materialización de otros futuros: una nueva perspectiva, la ampliación de
una idea, nuevos retos, etc. y lo que encuentra especialmente valioso del proceso que le ha llevado hasta aquí. También se puede resaltar si ese poema ha aportado a sus formas de pensar y hacer
incidencia política.
¿Qué alternativas a las relaciones hegemónicas (excepcionalistas de lo humano, dualistas, verticales, etc.) se están generando
desde los ejercicios de incidencia que ya están llevando a cabo?
f ) Reflexionar y difractar
Por último, piensa detenidamente qué revelan los demás poemas acerca del material brindado por
esta guía, las diversas prácticas, perspectivas y nociones de incidencia, lucha y transformación social. ¿Qué nuevas grietas se abren? ¿Qué futuros o mundos se plantean como posibles?
“Cuando desobedecemos, desobedecemos las normas del poder establecido. Entonces
pienso en tres cosas: uno, la alegría del encuentro. Luego, cuando se convierte en una
desobediencia colectiva -que resquebraja- pasa a ser una desobediencia que posibilita
una transformación profunda. Y por último, la alegría de la esperanza, saber que otras
realidades son posibles”.
–Gabriela Carrera, I25A
“En un país como Guatemala, donde la justicia parece inalcanzable, me da coraje reclamar
justicia por quienes ya no están, desde mi profesión, y luchar para que no se vuelva a repetir.
Mi sueño es que todas podamos vivir en paz, libres y sin miedo. En donde ninguna haga falta”.
–Diana Méndez, abogada en Derechos Humanos
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4. ANTES Y AHORA
Considera, por un momento, todo el proceso que has llevado con esta guía: las conversaciones que
se han posibilitado, las oportunidades de escuchar a otras y otros, las herramientas teóricas y prácticas que de alguna manera han nutrido, complementado o ampliado tu andar. También nota cómo
tu sensibilidad y tus capacidades relacionales se han ampliado.
Plantea oraciones con esta estructura: “Antes pensaba y sentía…., ahora pienso y siento...” y compártelas con quienes te hayan acompañado en este proceso.
Reconocer que nuestras actitudes, saberes y sentires se transforman al encontrarnos con diversas
voces y cuerpos, humanos y más que humanos, nos recuerda el valor que tiene el estar siempre
abiertas y abiertos a esos encuentros.
Los murciélagos entonan cantos para sus seres queridos, cuya estructura es tan compleja como la de las oraciones humanas. Los loros
pueden hablar a las personas en lenguaje humano sobre problemas
matemáticos. Los perros entienden la gramática de este y se comunican con patrones olfativos, que poseen su propia gramática. Las abejas
comunican simbólicamente las coordenadas espaciales mediante la
danza. Los delfines tienen nombre. Los perros de las praderas describen con detalle a los visitantes. Los perros y sus humanos producen la
hormona de abrazo cuando establecen contacto visual. Al jugar, los lobos transmiten información relativa al juego. Los caballos pueden leer
el lenguaje corporal de los humanos. Los cefalópodos pueden transmitir un amplio repertorio de informaciones a otros con los patrones de
color de su piel. En estas y otras expresiones del lenguaje, los animales
nos proporcionan información y se la transmiten entre ellos acerca de
lo que sienten y lo que desean, amén de describir su entorno. Establecen contacto, hacen preguntas y dan respuestas. El lenguaje humano
es quizá especial en su complejidad y versatilidad, pero también lo son
los lenguajes de otros animales.
ACCIONES PARA
PROVOCAR GRIETAS
Eva Meijer
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JUSTICIA MULTIESPECIE
Para comenzar puedes plantear campañas de visibilización de injusticias multiespecie
como:
-Las implicaciones de los ecocidios a partir de la contaminación tanto para humanos como para flora
y fauna a gran escala.
Usualmente pensamos en la justicia como algo exclusivamente humano. Se busca asegurar que todos
los seres humanos seamos sujetos de justicia. Hasta hace relativamente poco tiempo se ha comenzado a considerar el daño a los animales y al medio ambiente como injusticias; si bien para lentes no
occidentales, se ha pensado más en términos de equilibrio entre todo lo vivo (la red de la vida).
-Las consecuencias de la explotación animal en granjas industriales para diferentes formas de vida y
su relación con la crisis climática.
-Los efectos de los monocultivos para las vidas humanas y más que humanas.
Abrirnos a pensar en la justicia más allá de lo humano no significa dejar de atender las necesidades
urgentes de millones de personas sino abordar intersecciones entre problemáticas actuales como el
cambio climático, los femicidios, el racismo y las migraciones y la producción industrial de animales,
entre otros, entendiendo cómo se relacionan y refuerzan entre sí.
-La relación entre el agua y la vida de las y les defensores del territorio.
-Las intersecciones entre la producción y consumo de determinados alimentos y la explotación de
cuerpos racializados, territorios y ecosistemas.
También podemos pensar en cómo abrirnos a considerar e involucrarnos con otras formas de existencia puede brindarnos alternativas para imaginar y generar mundos más justos.
-La relación entre la tecnología digital (piedra procesada, en las palabras del artista Edgar Calel) y la
materia mineral o la geología.
Además, puedes, junto con tu organización o colectiva, implicarte en iniciativas relacionadas a la
rehabilitación o re/generación de la vida en todas sus formas: producción responsable de alimentos, conocimiento de la flora, fauna y funga de diferentes áreas y la concientización de su papel en el
ecosistema o la recuperación de saberes ancestrales acerca de plantas medicinales, comprensión del
tiempo cíclico y otras formas de relación comunitaria, formas distintas de entender la materialidad
(por ejemplo: la memoria de los objetos y del agua) entre otros.
La justicia multiespecie podría permitirnos
dislocar la lógica de que la naturaleza consta de
recursos ilimitados, disponibles para los seres
humanos, algo que en los últimos años se ha demostrado falso por medio de desastres naturales,
extinciones y pérdida de ecosistemas que a su vez
afectan la vida humana.
Algunas preguntas a plantear pueden ser:
¿Cuáles son los horizontes de la vida orgánica e inorgánica? ¿Cómo podemos escapar de las narrativas occidentales, coloniales y patriarcales que están consumiendo la Tierra? ¿Es posible que las prácticas artísticas (o prácticas de sensibilidad en general) puedan contribuir a la construcción de otros
presentes y futuros, acaso más imaginativos, en esta y otras superficies del cosmos?
Plantéate:
apremiantes de nuestro tiempo es recurrir a narrativas que consideren la reparación planetaria, la
restauración ecológica y la posibilidad de habitar otros mundos. Por ello, este proyecto, busca pensar
en los viajes extraterrestres como un centro de recomposición imaginal, a partir de exploraciones
en torno al Antropoceno, la ciencia ficción, las prácticas decoloniales, las narrativas espaciales y la
fabulación especulativa.
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¿De qué manera podríamos diseñar prácticas, políticas e instituciones capaces de pensar y abordar las demandas éticas complejas de un mundo multiespecie?
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Desde un inicio intuimos que esta guía debía ser de creación colectiva, guiada por una metodología
que no impusiera estructuras rígidas. Muchos procesos de incidencia aún tienden a percibir la teoría
y la praxis como separadas e incluso antagónicas: se demoniza a la primera y se enfoca la energía en
una necesidad insatisfecha de la segunda. Por estas razones, se partió de plantear preguntas para la
indagación-acción, como una forma de posibilitar rutas para la realización de acciones reflexivas y
difractivas. Este enfoque nos permitió notar que la praxis y la teoría tienen puntos de encuentro
en la cotidianidad y se afectan mutuamente e incluso que no es posible ya separarlas pues toda
acción está guiada por una forma particular de entender y explicar la realidad y toda discursividad
tiene ya efectos materiales concretos. La conciencia de que nuestras acciones cotidianas y relaciones
también replican ejercicios de poder y refuerzan lógicas hegemónicas, es decir, reconocer que también somos el sistema, pone en evidencia la necesidad de una práctica micropolítica, en la que
tampoco lo público y lo privado están separados.
A lo largo de los procesos de formación de los que hemos participado, nos hemos dado cuenta, no obstante, que superar el excepcionalismo humano no es tan sencillo, pero que cuando nos quedamos en
lo humano y nos regimos una lógica de dualismos, nuestras posibilidades de transformación de la realidad son limitadas o terminan por replicar formas de dominación. El reto sigue siendo abrirnos a
una visión de política más que humana, exigir una justicia que implique a ecosistemas y especies
que están viendo y han visto su final a causa de una economía que destruye la vida en su conjunto,
negando la regeneración de todas las formas de existencia, y que tome en cuenta de manera amplia
nuestras relaciones con la tecnología.
Ante la búsqueda de otras formas de concebir la política, encontramos que la noción de política afirmativa puede ser una respuesta a la necropolítica actual. La política afirmativa no niega la existencia del dolor ni aspira a una visión positiva en el estilo de las guías de autoayuda, sino que se deriva de la concepción del poder como potencia, la cual es fundamental para generar formas
de resistencia sostenible. Esta visión también problematiza la manera como el miedo y la rabia
pueden volverse identidad y entrampar las luchas, victimizarnos y llevarnos a reproducir discursos
negativos. Nos planteamos la necesidad de transformar las emociones negativas –que tienden a inmovilizarnos– en acciones emancipatorias. Quizás esto nos permita seguir agrietado lo que ya ha sido
agrietado.
Por otro lado, la indagación-acción nos permitió considerar el lugar desde el que nos enunciamos
–y el alcance de nuestras relaciones y capacidades de afectación– para darnos cuenta que somos una maraña compleja en constante transformación. De la maraña que nos constituye se deriva
un sentido de responsabilidad con aquello con lo que estamos siempre en relación (seres humanos y
más que humanos, seres presentes y ausentes). Diluir la noción de individualidad, que muchas veces
sigue guiando nuestras acciones y relaciones, posibilitó plantear nuevas formas de entender la incidencia, incluso nos llevó a pensar en incidencias (en plural). Esta visión se amplía cuando pensamos
en esas incidencias como procesos críticos y creativos.
Heredamos y heredaremos resistencias que cultivan otros mundos. Mundos que han resistido y han
sabido sobrevivir, pese a todo.
En el proceso de indagación-acción propiciamos una serie de movimientos a partir de distintas maneras de entender la realidad, desde la localización de cada participante en un grupo que abarcaba
diferentes generaciones. Se motivó el trueque de experiencias, sentires, pensares y conocimientos.
Esto nos permitió reconocer que las luchas están motivadas por situaciones y vivencias diferentes y, a la vez, pueden abordarse de múltiples formas. En las conversaciones notamos que
a pesar de la diversidad de luchas, y sus distintas maneras de nombrarlas, existen preocupaciones
comunes pero también nos dimos cuenta que no podemos pensar por todas las luchas o pretender
abordarlas, proponiendo respuestas totalizantes. Notamos así que los conceptos críticos propuestos
pueden o no conectarse con las diferentes experiencias organizacionales y que este es un reto constante y presente que no necesitamos superar pues también en la incomprensión se encuentran las
oportunidades para la regeneración y la rehabilitación.
Fue interesante la manera en que las preguntas, como rutas para la indagación, propiciaron intercambios sin aspirar a diluir las diferencias y sin necesidad de un consenso como condición
para poder conversar. Las preguntas nos permitieron, en cambio, mantenernos en movimiento,
considerar cautelas, prestar atención y atender llamados, los cuales se presentan muchas veces de
manera inesperada en lo que ha sido invisibilizado y que la discusión misma no ha considerado. En
conjunto, nos abrimos a nombrar y a reconocer la presencia de espectros, ausencias que siguen exigiendo justicia y nos recuerdan que hay duelos que siguen siendo negados. De esta manera, a lo que
aspiramos no es a brindar respuestas sino a plantear preguntas y aperturas para permitir nuevos movimientos de indagación-acción que nos responsabilicen, desde prácticas en las que nos
hagamos unes a otres capaces. Quizá sea de ahí de donde puedan surgir complicidades políticas y articulaciones que promuevan diálogos con cosmogonías y saberes donde la materia tiene memoria y la
existencia está interconectada.
Es fácil idealizar los encuentros de construcción colectiva de conocimientos, sobre todo cuando ya se
ha cultivado cierta confianza o se han identificado puntos en común. No obstante, la negociación de
las condiciones para poder entrar en diálogo y establecer intercambios es un ejercicio constante, pues no todas las personas nos encontramos en el mismo lugar o contamos con los mismos
privilegios. Además, todas las personas tenemos sesgos y cometemos errores. Somos seres constituidos por relaciones pero esas relaciones no están dadas ni están exentas de dolor, ya que no necesariamente nos enriquecen todo el tiempo.
Como seres relacionales, nuestras decisiones tienen implicaciones y nos afectan de muchas maneras. Pensar y hacer con otras y otros requiere del involucramiento, es decir, asumir un compromiso y
responsabilizarse sin caer en la tutela que niega la agencia de otres y busca su representación, la cual
limita la autonomía y niega la autodeterminación. Las relaciones a las que nos referimos no son
solamente humanas, ya que afectamos y somos afectades por todo aquello que nos rodea,
incluyendo los aparatos electrónicos que median nuestras formas de relacionarnos y, muchas veces,
de hacer incidencia.
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