T
GASTON BAQUERO
La visibilidad de lo oculto
Selección y edición
Humberto López Cruz
ehc
editorial hispano cubana
,,
Indice
Introducción
Humberto López Cruz ....................................................................... 13
Gastón Baquero: memoria de un editor, de un lector
Pío E. Serrano ................................................................................... 17
Gastón Baquero como coeditor de Clal'ileño
durante el proceso de formación del Grupo Orígenes
Jesús J. Barquet ................................................................................. 28
Aperturas de la imagen en dos poemas de Gastón Baquero:
Durero, Rilke y el silencio de Dios
María Lucía Puppo ............................................................................ 58
El yo lírico en la poesía de Gastón Baquero
Carlos Cuadra .................................................................................... 78
Formas del suefio y el ensueño en la poesía
de Gastón Baquero (Silente navío desterrado)
Manuel Fuentes Vázquez ................................................................ 107
Gastón Baquero: el silente navío desterrado
Ricardo Baíxeras Borrell... .............................................................. 125
Identidad y escritura de Gastón Baquero: horizontes
de sentido en "Palabras escritas en la arena por un inocente'"
ErastoAntonio Espino Barahona .................................................... 142
Miradas utópicas hacía el caldero de América
María del Carmen Caña Jiméncz .................................................... 160
Indios, blancos y negros en el caldero de América:
La otra Hispanidad de Gastón Baquero
Santiago Juan-Navarro .................................................................... 178
Bibliograffa sobre Gastón Baquero
Humberto López Cruz ..................................................................... 223
Galerada digital.
Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
Indios, blancos y negros
en el caldero de América:
La otra Hispanidad
de Gastón Baquero
Santiago Juau-Navano
Florida Internafional University
Más que al Descubrimieuto pretérito ha de acudirse al
Desenc11brimie11to de la realidad. del ser auténtico de ese
Mundo por todas sus gentes: los indios, los blaucos
y los negros, viajeros todos en el nlls1no navío. cocidos
y recocidos todos en el mismo caldero.
GASTÓN BAQUERO (JBNCA 18)
Además de la obra poética por la que es principalmente conocido, Gastón Baquero cultivó el ensayo y el periodismo a lo
largo de toda su vida. Especialmente intensa füe su actividad
en estos campos a partir de su exilio español, en marzo de
1959. Colaboró en varios diaJios y revistas y fue miembro
activo del hlstituto de Cultura Hispánica. Desde entonces
hasta poco antes de su rnue1te, el 15 de mayo de 1997, esc1ibió numerosos ¡¡¡tículos y conferencias en los que disertó
sobre las relaciones culturales entre España e Hispanoamérica. El resultado de esa intensa labor intelectual fue una
voluminosa producción, pa1te de la cual apareció recopilada
en su última colección de ensayos: Indios, blancos y negros
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navano
179
en el caldero de América (1991). 1 Los trabajos allí reunidos
paiten de los mitos del Descubrimiento y la Conquista para
explorar el impacto que ambos tuvieron en la configuración
de la identidad iberoamelicana. En estos ensayos, Gastón
Baquero revisa docmnentos, mitifica y desmitifica biografias
célebres y recusa frecuentemente la historia oficial. Por sus
páginas desfilan desde Colón a Maití, pasando por C011és,
Las Casas, Vasco de Quiroga, Pedro Claver, Cervantes,
Bolívar, Alfonso Reyes, Borges y Unamuno. El estilo de
Baquero, cuando se aproxima al pasad'> 1r: Iberoamérica,
no es, desde luego, el que cabe espern• de un histoliador o
tlll antropólogo, sino el de un P"t.'ta セッョ@
mia vasta cultura
hmnarústica y trn mai·cad'> i::ter.is por la polémica.
En el presente trabaj<' es1;:diaré la evolución de la controve1tida visión de la Hispanidad en la obra ensayística de
Gastón Baquu;; publicada en España, prestando especial
。エ・ョ」ゥ←セQ@
alwmtexto en que fue escrita: desde los primeros
intentos de ape11ma del franquismo en los años 60 hasta
el moderado revisionismo que caracterizó las vísperas de
las celebraciones del Quinto Centenario (momento en el
que aparece IBNCA). Mi lectura no pretende, sin embargo,
ver en la obra del escritor cubano un reflejo mecárúco de
las transfonnaciones en las políticas institucionales de las
administraciones españolas. Uno de los aspectos más ゥョエ・セ@
resantes del pensamiento de Baquero es precisan1ente su
vocación de independencia, algo que lo mantuvo alejado de
los dogmatismos de todo signo, incluso en un contexto tan
enrarecido como el de la Espal1a que lo acogió (pero también
1
En lo sucesivo me referiré al libro de Gastón Baquero con las siglas
IBNCA.
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
180
Gastón Baquero: la visibilidad de lo ocu/ro
ningm1eó) dm·ru1te su exilio. Pru·a ello tuvo que rec1mir a toda
suerte de subterfügios y caer en no pocas contradicciones.
Así, en sus ensayos sobre la Hispruúdad se dan cita desde las
ideas conservadoras más trasnochadas hasta una novedosa
visión de la Otredad poscolonial que abre nuevos caminos
en la exploración de fenómenos como el mestizaje y el
racismo en las sociedades modemas; una visión, que sobre
todo al final de sus días, aparece marcada por la tolerfillcia
y el nmlticulturalismo, y que en muchos sentidos se revela
precursora de los debates intelectuales ,ii; イᄋQセウエッ@
tiempo.
EL MITO DE LA HISPANIDAD
EN EL PENSAMIENTO REACCi0KA1UO ESPAÑOL
Para poder entePdeí cabahnente las ideas de Gastón Baquero sobre hs ,daciones eíllTe España e Hispanoamérica,
así 」ッョセB@
50hre el papel del mestizaje y la Hispanidad en
la construcción de la identidad iberoamericana, resulta
imprescindible hacer llll breve repaso al contexto cultural,
histó1ico y político en el que se inscriben. Cuando el esc1itor
cubano llega a España, en 1959, la Hispanidad y el Nacionalcatolicismo se habían apm1talado como las ideologías
legitimadoras de un régimen que intentaba desesperadamente dar m1a imagen cada vez menos beligerante en el
exte1ior. A la autarquía filofascista resultante de la Guena
Civil, sucedió, en los años siguientes al fin de la Segllllda
Gue1rn Mm1dial, llll Estado cmporativista ideológicamente
dominado por los sectores más conservadores de la Iglesia
católica, que vio en el mito de la Hispanidad una pieza de
recrunbio ideológico a la medida del panorama intemacional
marcado por la Guena Fría. Pero se trata de un mito que
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Jnan-Navan·o
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fue gestándose a lo largo de muchas décadas y cuyo origen
cabría situarlo en la descomposición del imperio español.
Desde entonces sufrió tma larga evolución en función de los
vaivenes políticos de cada momento.
La construcción de esta doctrina está íntimamente asociada
al surgimiento de un nacionalismo centralista y reaccionario
a finales del siglo XIX y al fracaso en la constrncción del
Estado liberal (Sepúlveda 53; Romero Salvadó 130). Aunque
sí hubo mi nacionalismo de signo progresista rprotagonizado
por krausistas, republicanos y ウッ」ゥ。ャエセL@
←ウセ@
nunca llegó a
1
tener la fuerza y el auaígo del nacií•:ia ioino conse1vador. El
liberalismo y la izquierda españ011. t..staban más preocupados
por la dificil consolidacióh celas :nstituciones democráticas
y la modernización 、セャ@ ーNセゥウ@
que por la creación de mitos
legitimadores dt:: s•1 ¡llopia ideología. En su seno, además,
no hubo consP.[l;,,' algtmo sobre tm proyecto de construcción
naciom:.1 ddinido. Republicanos como Manuel Azaña se
declaraban abie1tamente antinacionalistas ("yo no soy patriota" llegó a afinnar). Otros, como Alejandro Leuoux, se
limitaban a identificar republicano con patriota y República
con "auténtica nación española". Tanto desde las filas del
radicalismo republicano, como del socialismo oficialista, se
condenaban a menudo los nacionalismos periféricos, pero
sin llegar a contraponer m1 claro nacionalismo españolista.
El tradicionalismo, en cambio, hizo del nacionalismo, encamado en la idea de la Hispanídad, tma bandera que sería
posteriormente clave en los procesos de legitimación simbólica del franquismo y en su política exterior. Sobre la base
ultranacionalista y esencialista de la historia de Marcelino
Menéndez Pelayo, clérigos como Zacarías de Vízcana, Manuel García Morente, Zacarías García Villada y el cardenal
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Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to
Isidro Gomá perfilaron una visión de la nación española
como comunidad, cuya identidad no se explicaba por razones étnicas o geográficas, sino espirituales (Sepúlveda 53).
Aunque a comienzos del siglo XX, el vocablo "Hispanidad"
(de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia) era
sinónimo de "hispanismo," Vizcana le dio en 1926 una
nueva acepción: el conjunto de cualidades espirituales que
distinguen a los pueblos de habla hispana.
Así el mito de la Hispanidad fue configmándose como
uno de los sopo1tes ideológicos básir0;' dd pensamiento
reaccionario español. Surgido como 1'1.,.ohazo radical de la
modernidad y la tradición libeNi t. ilustrada, este mito actuó como catalizador de l'!l!I iuk1pretación tradicionalista
del devenir español CIJtllv "teología mágica de la historia"
(Morodo 148). La h:storia así contemplada se erige como
diseño ーイッカゥ\ャセヲZ。@
en el que España está llamada a desempefü,•· 1:r. rape! primordial: reafinnar su condición corno
reserva espiritual de Occidente y proyectar los valores de la
cristiandad en el exte1ior. De acuerdo con esta visión, España
alcanzó su apogeo durante los siglos imperiales eu los que
se prod1rjo el fenómeno de la Conquista, la cristianización
de todo un continente y la lucha contra el protestantismo,
la herejía y el materialismo de la cultura anglosajona. La
decadencia fue el resultado de la intrusión de ideas extranjerizantes capitaneadas por la masonería y la Ilustración que
empezaron a penetrar en el siglo XVIII y contra las que el
tradicionalismo reaccionó mediante sucesivas "crnzadas" de
reconquista (Cámara Villar 321-32, García Morente 18-19,
Girnénez Caballero 180-81, Pemán 383-84).
A diferencia del proyecto de Hispanidad que, como veremos, propone Baquero, la utopía de la Hispanidad que se
sivo del editor.
Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navaffo
183
desprende del pensamiento reaccionario español ha sido
siempre una utopía regresiva. No se proyecta en un futuro
nuevo, sino que se vuelca sobre un pasado al que se quiere
volver, pero que se intuye, al mismo tiempo, ÜTecuperable
(al menos en su aspecto material). No es por ello casual que
el mito de la Hispanidad surja a raíz de la descomposición
final del sistema colonial. Perdidas las últimas colonias,
nace la idea del imperio como mito, como compensación
emocional de políticos e intelectuales que no se resignan
al papel subalterno de España en las イ・ZセMゥ\Gᄋws@
intemacionales.2 El supuesto "mal de España" "el Desastre" lleva a
anhelar la recuperación de la eイャセLゥ@
t!e Oro perdida, pero a
lo que se aspü·a en realid?d .;;: a c'.OITar más de dos siglos de
historia, aquellos en los c1ut 1ímidamente España intentó su
ingreso en la modt'!'tio:),1d. Como señala Raúl Morodo, "en
gran medida, An¡t'.-rica es un pretexto: apoyatura ideológica
para huü· '.!t> fa racionalidad moderna em·opea de los siglos
posterior1;,3" (149).
Los antecedentes más inmediatos de la Hispanidad se
encuentran en la búsqueda de la esencia de lo español y
su identificación con 1m modelo auto1itario que marca el
debate intelectual de la primera mitad del siglo XX a raíz
del 98 y aparece unida a la reafinnación de principios que
se pensaban centrales al éxito del imperio español: jerarquía, autoridad, centralismo, crnzada católica e intolerancia
frente al secesionismo en el pensamiento o en la sociedad.
2 Como
afuma irónicamente Eduardo Subirats: "La idea de la Hispanidad s1U"ge positivamente como compensación en el reino de los cielos
y en el reino de los sueílos de todo aquello que se había perdido en el
reino de las colonias" (41).
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Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
De acuerdo con esta visión retrógrada, la recuperación de
estos valores en la España del siglo XX pennitiría tanto una
regeneración moral del país, como una restauración de su
prestigio internacional. En su Idearium, Ganivet resumía
tal empresa como la necesidad de "reconstmir nuestras
fuerzas materiales para resolver nuestrns asuntos inte1iores,
y nuestra fuerza ideal para influir en Ja esfera de nuestros
legítimos intereses externos, para fortificar nuestro prestigio
en los pueblos de oligen hispánico" (114-15).
El primer movimiento de apropiación idPclo¡;;ca de Ja Hispanidad lo fonnó el gmpo de católico!:),it.:.gristas relacionado
con la revista Acción Espaiiof:, )' ;;uyo representante más
destacado fue Ramiro de !vheztu. En Defensa de la Hispanidad (1934), Maeztu セゥウ[ュ。エコ@
su visión de un nacionalismo mesiánico y Ul o 11dencialista que usaba como núcleo
ideológico el NGヲオセッ@
de la Hispanidad. Tal inte1pretación se
basaba ªU b smtesis entre unidad nacional y unidad católica, de fo1ma que todo cambio en esa relación simbiótica
determinaba el curso de la historia espaüola: "La decadencia
nacional se producía como consecuencia del retraimiento en
su misión providencial, contemplando como única salida
viable a Ja crisis presente el retomo al tradicionalismo imbuido del espiritn religioso" (Delgado Gómez-Escalonilla
28). Maeztn sugería que, mediante el resurgimiento de Ja
espiritualidad, el orden social fracturado de España podría
ser sanado, poniendo al país en condiciones de recuperar su
autoestima y su prestigio internacional. La visión de Maeztn
estableció las bases legitimadoras del discurso ideológico
del franquismo al intlúr además la posibilidad de que la
espiritualidad católica pudiera llegar a inspirar una contran-evolución que, a su vez, introdujera un sistema autoritario.
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Santiago Juan-Navan-o
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Este hispanismo de raigambre católica y reaccionaria era
contemplado como alternativa al marxismo y al capitalismo,
ideologías materialistas enfrentadas al espiritualismo que
Maeztu identificaba con la esencia de España.
Con el fin de la Segunda Guetrn Mundial, el franqiúsmo
quedó aislado del resto de Emopa, pero siguió usando el
discurso de la Hispanidad como ideología unificadora de
sus diferentes "familias" políticas y como instrumento
de ape11ura al exterior. A pesar de la pron1ganda interna
teñida de la retó1ica autárquica, la dipl0nacia franquista
estuvo dirigida a romper el cerco :n:eiilacional resultante
de las sanciones impuestas por ic. ONU contra el gobierno
español. En esta nueva c•.')1.llltma política Alberto Maiiín
Católica y füturo paladín de
Artajo, ex-presidente 」セaゥョ@
la Hispanidad, fue tlllW.brado en 1945 Ministro de Asuntos
Exte1iores y tNZゥ[セ@
ibáñez Martín, otro católico, pasó a diride Educación Nacional, anteriormente en
gir el QAゥョェLZエセッ@
manos de la Falange. Estos dos nombramientos aseguraron
la difüsión del Nacionalcatolicismo tanto en el interior,
mediante el control de la política educativa, como en el
extetior, mediante un ape11urismo en la línea del discurso
neocolonialista de la Hispanidad. Una de las prioridades
de Mai·tín Ariajo füe la apertura de 1111 diálogo con las naciones iberoa!llericanas que pemútiera 1111 reconocinúento
internacional del régimen. Si el hispanismo de la Falange
había tendido a un ambiguo expansionismo, aimque solo
fuera en su retórica virulenta, la Hispanidad propugnada
por los sectores católicos conservadores recuperaba intacta
la visión de Maeztu, subrayando el componente evai1gelizador y contemplándolo como continuación del espíritu de la
Conquista. Por lo que se refiere a los sectores diplomáticos
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Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to
del régimen, la Hispanidad funcionó corno coaitada cultural
y método de acción diplomática destinado a fo1talecer ¡,11
política exterior (Payne 360-62).
El imperialismo que el franquismo reivindicaba en esta
coyuntura era, por tanto, tm imperialismo "ideológico" y
"nostálgico". Ideológico, por cuanto Espafia debía reclamar
su puesto como eje espüitual del mundo de habla hispana
para unificar su cultura, intereses econó1nicos y poder político. Esto le concedetia al país una posición promütente
en Europa, un estatus justificado por sャGセ@ p.bados servicios
y su posición estratégica corno "c('n'.i.;da de Occidente".
Nostálgico, por cuanto irnplicro,· セャ@ reconocinriento de la
propia debilidad presente. ;>zra rewpernr la antigua grandeza
de Espafia, era indispensable restaurar la unidad del orden
político, social e iie'.l:ógico. El núto imperial fue de gran
valor para el tn,.i'.donalismo a la hora de asociar la pérdida
del im¡; no ":lll el estado de decadencia del país y la crisis
derivada del escepticismo religioso, la búsqueda intelectual,
el pluralismo político y la ausencia de jerarquía que se atribuían al gobierno republicano. La derecha autoritaria buscaba legitimarse presentándose como heredera histó1ica de
las glorias de la Espafia imperial. Los proyectos de Estados
autoritarios y corporativos prometían un regreso a un sistema
auténticamente espafiol, santificado por la herencia imperial
y ofrecían resolver todo tm conjunto de problemas molestos
para los sectores más consetvadores de la sociedad espafiola.
0
El periodo del aislarniento se caracterizó por tUI discurso
mar·cadarnente xenófobo. De acuerdo con la teoría conspü·atoria del franquismo, Espafia era víctinra de una confabulación judeornasónica y c01mmista que intentaba est:rangular su
intento de regeneración política y económica tras la Gue1rn
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
187
Civil. La política exterior espafiola durante ese periodo de
transición estuvo marcada, sin embargo, por una paradójica
dualidad. En el interior se fomentaba la xenofobia y el espíritu antidemocrático, pero la diplomacia franquista parecía
buscar desesperadamente el apoyo exterior, en especial el de
aquellas naciones que más atacaba en el ámbito doméstico
a través de los medios de propaganda. Esto se hizo particulannente visible en 1945, uno de los afios decisivos en la
nueva 01ientación ideológica del régimen. En este afio, se
promulgaron el Fuero de los Espafiole> y In セ・ケ@
del Referéndum Nacional, se concedió un in,foltú y se convocaron
elecciones municipales. La man;r,:1r« era clara: se intentaba
ofrecer a los diplomátÍC()S Ce t,1,; potencias democráticas
"una imagen esperanzadl1n. üe homologación" (Tusell 95).
El gran espaldarnzn txterior al franquismo se produjo como
consecuencia r!t. :a Guem1 Ftia. Con el detetioro de las relaciones entrQ El' Uu. y la URSS, el filo fascismo dominante en los
afios de la Segunda Guerra Mtmdial empezó a ser sustituido
por un feroz anticommiismo que aglutinó a las democracias
occidentales y que vio en Franco a un aliado, en lugar de un
eneniigo. En 1953 Espai1a fue adniitida en las Naciones Unidas y se fumaron los acuerdos bilaterales con los EE.UU. y
el Concordato con la Santa Sede. En esta nueva coyuntura el
franqtiismo sigtiió valiéndose del mito de la Hispanidad con
una fuialidad principahnente religiosa y política para consumo
interno, favoreciendo una engafiosa autopercepción de poder
en un momento en el que todavía atravesaba por mia critica
situación econóniica (las caitillas de racionamiento perduraron hasta comienzos de los afios cincuenta).
Puede sorprender a algtmos el hecho de que la dictadura
franqtústa, con toda su retórica imperialista, coincidiera
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Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
con la descomposición definitiva del imperio colonial. De
los años cincuenta a los setenta se produjo un progresivo
abandono de los últimos enclaves coloniales (excepto Ceuta
y Melilla): el "protectorado" de Mairuecos (1956), Guinea
Ecuatorial (1968), Sidi Ifni (1969) y finalmente el Sahara
español (1975). Pero es precisamente ese declive en la
proyección exterior española el que explicaría el auge de
la verbonea imperial, encubierta ahora bajo la retórica de
la Hispanidad. Corno señala Gregorio Cámara Villar: "la
distracción imperial-católica ve1úa a se,•· :'l' custitutivo del
sentimiento del imperio definitivaI11e•1'.e p"rdido, expresión
de un nacionalismo a ultranza an\,' l.; debilidad de la situación española frente a la r;oir.un;<lad internacional" (328).
LA HISPANIDAD カQZLセ@
DESDE HISPANOAMÉRICA
Dada s11 est•-ec;ia asociación con ideas imperiales o neocoloniales, la úoctrina de la Hispanidad ha estado siempre bajo
sospecha en América. Así, el escritor y político argentino
Juan José Hernández Anegui sugería a comienzos de los 60
que en el concepto
se entreverán como sombras chinescas de las ideologías del presente, fantasías religiosas e imperiales
con hedor de sepulcro. En esta última cuestión cabe
decir que el fracaso de la idea sustentada por autores españoles y americanos sobre el anudamiento
económico y cultural de América y España, a fin de
resucitar la antigua conexión histórica, no ha ido más
allá de una infusión de nostalgia monacal y utopismo
reaccionario que aún desvaría con la restauración
del Imperio Católico Hispánico. España nada puede
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navano
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apmtar, por su condición de potencia secundaria (y
ya lo era con relación a la América española en los
preámbulos de la emancipación), a la liberación de
Latinoamérica. (16)
El también argentino Albe1to Buela en "La Hispanidad vista
desde América", se quejaba, a su vez de que hasta ahora
todos los ensayos sobre la Hispanidad hayan planteado el
tema desde España, aclarando que no debe verse en su críque sería
tica "una actitud de menoscabo hacia lo ィゥウセwN」ッ@
tanto como ir contra imo mismo, sino quie :1utotra meditación
de la americanisurge como una necesidad de 。ヲオキ」セゥPョ@
dad en la Hispanidad" (21). Bt:ei1 fonnula tres objeciones
a la definición tradicionai d;:;l concepto. La primera es que
la conve1tibilidad en!!·'! 」Lセエッャゥ、。@
e hispanidad "no es la
adecuada, al me11cs 1iara definir la Hispanidad, puesto que
la catolicidad Itv constituye diferencia especifica de lo hispano, ョセ@ el> ;-vciusivo rasgo de lo español" (22). La segunda
discrepancia radica en que aun cuando América tenía el
estatus de reino y no de colonia, en la práctica hizo las veces
de proveedora de oro, especias y materias primas, de modo
tal que "de facto nada tiene que ver con el régimen de la
monarquía española, pues, jamás participó de llll proyecto
político unitario" (23). Además, la independencia se realizó
bajo sistemas republicanos de fomia que "si pretendiéramos
definir la Hispanidad apelando al régimen de la monarquía
española, este no nos involucra a los americanos" (24). Y
la tercera y última se basa en la falta de rigor que supone
la generalización fundada en la !eolia de los arquetipos
humanos: "sostener que la esencia de la Hispanidad se
simboliza en el caballero cristiano, es mutatis 11111tandis
como sostener que la esencia del inglés es el ge11tle111a11, la
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Gastón Baquero: la visibilidad de la acuita
del francés l 'ho1111ete homme, la del italiano il condottieri,
la del argentino el gaucho o la del chileno el huaso" (25).
Carlos Alberto Montaner recuerda, asimismo, que "la palabra Hispanidad está inevitablemente rodeada de una atmósfera reverencial. Se dice Hispanidad y se piensa en Maeztu,
en Menéndez Pelayo, en Donoso Cortés, en Balmes y en
embajadores elocuentes. Hispanidad es desdichadamente
un ténnino conseivador que huele a impe1io rancio y a los
textos de las derechas españolas" (24). Par?. Montaner, "la
Hispanidad es una preocupación, un te1w1, 」。セゥ@
una maiúa del
pensamiento conse1vador, y 。ー・ョセ@
」LセjNゥ。ュッウ@
con crite1ios
'liberales· sobre la materia" (2t.:1. l¡,'llalmente, se trata de un
concepto que nunca tuvo a, 1111go ea Hispanoantéiica, ya que,
como indica el esc1itor セオl[ョッL@
"la Hispanidad es un negocio
que sólo conciewe a España y las partes de Arnérica en que
triunfó su ave•,tu..:a imperial" (26), subrayando, además, que
"Españ,, c011 ser Madre y Padre de la Hispanidad, es sólo
una pequeña porción del múverso de habla hispana" (44).
Sin embai·go, como sugiere reiteradaJUente Isidro Sepúlveda,
resulta necesario establecer una distinción entre Hispanidad
e Hispanoamericanismo. Incluso dentro de cada uno de
estos conceptos se han desa1mllado propuestas culturales y
políticas de diverso signo. Sepúlveda recuerda como, con
la pérdida de las colonias en 1898, España dejó de ser vista
como un peligro real y la respuesta autocrítica que el 98 tuvo
en la Pemnsula fue a menudo replicada en Hispanoamérica
mediante un debate sobre su propia identidad. En ese debate, Estados Unidos, dejó de ser considerado un modelo
sociopolítico para pasar a convertirse en el principal problema para la independencia efectiva (económica, política
y cultural) de los países hispanoamericanos. En tal contexto
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
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fue emblemático el artículo de Rubén Darío, "El triunfo
de Calibán" publicado en El Tiempo (Buenos Aires, 20 de
mayo de 1898) para reseñar un acto de protesta contra la
intervención estadounidense en el conflicto hispano-cubano.
Darío resumió su cambio de postura, que fue el mismo
experimentado por otros muchos intelectuales hispanoamericanos, con estas elocuentes palabras: "Y yo que he sido
paitidario de Cuba libre, siquiera fuese por acompañar en
su sueño a tanto soñador y en su heroísmo a tanto máJ.tir,
soy aiuigo de España en el instante qt:t" la ,níro agredida
por un enemigo brutal, que lleva con1e enseña la violencia,
la fuerza y la injusticia" (455). i:;,1 ;a exaltado a1tículo no
hay crítica alguna de la políti;:a c,1lonial ejercida por España
hasta entonces, y que el p:·oo10 Darío había denunciado. Por
el contrario, de sus rid;,.bras se desprende una idealización
de la España inte;11poral, llegando a afumar que frente al
ataque de h '\·n01rne Bestia" España solo podía responder
con el vai.:Jr y la generosidad.
El 98 marca asimismo un cambio de actitud en otros intelectuales hispano!llllericanos. Desde Venezuela, Manuel Díaz
Rodríguez, en su novela Sangre Patricia (1902), declaraba
que "la guerra hispano-yanqui fue para nosotros la más
oportnna y saludable adve1tencia" y denunciaba "la hipóc1ita
actitud asumida, ya desde antes de la guena, por el Imperio
del Dólar frente a nuestras pobres y desmembradas repúblicas" (203). Díaz Rodríguez proponía conjurar el peligro
"vo1viendo a las conientes de la raza" (203). También José
Vasconcelos en México y José Emique Rodó en Umguay
subrayaban la trascendencia del 98 para los intelectuales
amelicanos y advertian del peligro de conquista moral por
paite de los Estados Unidos.
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Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculta
Para Sepúlveda, este cambio de simpatías tuvo dos consecuencias muy distintas, pero complementarias:
La primera fue de carácter fmmal, aunque evidencia
un sustantivo trasvase de fidelidades, y se concreta
en la definitiva adopción denominativa por la que la
Amé1ica de tradición hispana fo1maba su identidad
tomando, no sin oposiciones, el apellido de latina.
La segunda tuvo una h·ascendencia ideológica mayor,
pues significó el renacimiento de u!'a coniente de
convergencia política enh·e エッ、セ@
:•o,; ¡iaíses latinoameiicanos, el llllionismo am-:•·h'hi10. (80)
A esta corriente unionista qne a;opiraba a reforzar los lazos
culturales, políticos y ・」ッゥNGI[セウ@
enh·e los países latinoamericanos se adscriti(, tlll gran número de autores de las
más variadas teHt1t.2cias:
d') bechv, el llllionismo cmtó trasversalmente todos
Jos taovimientos intelectuales e ideologías; desde la
exh·ema derecha de Víctor de Valdivia, a la izquierda
revolucionaria de Haya de Ja ToITe, pasando por el
socialismo de Manuel U garte, el nacionalismo de
Manuel Gálvez, el idealismo de Rodó y Vasconcelos,
el revisionismo de Blanco Fombona y Pereyra. Pero
Jo más importante es que conh"ibuyó a ve1tebrar por
segunda vez en el continente un movimiento internacional, alternativo y opuesto al promovido por Estados
Unidos y materializado en Ja Unión Panamericana.
(Sepúlveda 82)
Es dentro de este hispanoamericanismo unionista donde
habría que situar las reflexiones de Gastón Baquero sobre el
tema de la Hispanidad, especialmente en su última colección
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
193
de ensayos, donde la nota dominante apunta hacia una visión
crecientemente apertmista y en línea con los nuevos vientos
que soplaban en Iberoamé1ica a finales del siglo XX.
GASTÓN BAQUERO EN EL lNSTITIITO DE CULTURA
HlSPÁNICA
(ICH)
La situación de Gastón Baquero como exiliado cubano en
la España de Franco y la transición fue bastante delicada.
A pesar del anticomllllismo visceral <lL·! ft'lliquismo, este
mantuvo relaciones no hostiles con セゥ@ •:égirnen de Castro.
Entre los sectores más conserva<!0vs de la derecha española
la revolución se vio inicü;lmt:nte <:omo una revancha frente
a la hlllllillación sufrirla L'n el 98. Entre los más progresistas, significaba la .,:¡,tuialización de una utopía que ilia
、・ウ」ッューョゥ←ャGNエᅪBsセ@
con el paso del tiempo, pero que aún
hoy dfa. ウゥ[セᄋNQ・@
t.:!uiendo anaigo en gran paite de la izquierda
española. i.,as prin1eras oleadas del exilio cubano fueron, por
tanto, acogidas con tibieza o desconfianza por 1mos y otros
(Rosenvinge 85). A esto habría que añadir la condición de
mulato y homosexual de Baquero, que no pudo ser bien vista
por un régimen mai·cado por la xenofobia (el antisemitismo
de Franco fue obsesivo) y que criminalizó sistemáticamente
la homosexualidad, primero modificando en 1954 la "Ley de
vagos y maleantes" (1933), para incluir a los homosexuales,
y más tarde (en 1970), creando una "Ley de peligrosidad
social" muy similar a la que se implementaría en la Cuba
de Castro. Si bien la llegada de Baquero a Madrid coincidió
con los primeros signos de apertmismo a finales de Jos 50,
se vio obligado a mantener un perfil discreto y a medir sus
palabras como cualq1úer otro intelectual de la época.
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
194
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
Lo cierto es que el escritor cubano ya era conocido en las
instituciones y la prensa espaüolas antes de su llegada a
Madrid en 1959. Había llegado a presidir el !CH de Cuba
y durante un tiempo llevó la sección hispánica ecuat01iana
(Lorenzo 29). Por lo que se refiere a la prensa, Nazario G.
Seco publicó un elogioso attículo sobre él en el diario Faro
de Vigo (20 de septiembre de 1950) y dos aüos antes (1 de
febrero de 1948) Ja revista Mundo Hispánico hacía referencia
a su primer viaje a España, como ponente en un congreso
ᅪGセ@ publicaría un
cetvantino. En 1954, esta misma イ・カゥセエZN[@
artículo ("Diario de Ja Marina") y ur poellla ("Nacimiento
de Cristo") en un número especiJ.>_1 ,1etiicado a Cuba. Gracias
a Ja relación que había es•ab:ect<1o con figuras importantes
de la vida política e intehc:ual española como director del
Diario de la Marine, rn.1siguió trabajo en el ICH y, más tarde, en Ja Escuefa ci • ?e1iodismo y Radio Exterior de España.
Las 」ッセijNMZQPョ・ウ@
del escritor con la prensa española se
harían más frecuentes una vez instalado ya en Madrid. Entre
1964 y 1966 publica varios a1tículos en Arriba (portavoz
pe1iodístico oficial de Falange Española). El diario Ya (de
orientación iguahnente conse1vadora) aceptó también sus
colaboraciones entre 1960 y 1968, gracias a Ja mediación
de su jefe de redacción Manuel Calvo Remando. Luego
pasaría a ser El Alcázar, el antiguo órgano de Jos requetés,
el diario donde publicó con más frecuencia entre 1969 y
1971. Curiosamente sus colaboraciones en El Alcá;ar comenzaron cuando, después de un breve periodo de apertura
( 1966-1968), el diaiio había sido incautado por la Prensa del
Movimiento y, bajo Ja dirección de Lucio del Álamo, volvía
a acercarse a Ja línea dura del régimen. Recordemos que a
partir de 1969 figuraban como propietarios del diario nada
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navano
195
menos que José Antonio Girón de Velasco (antiguo Ministro de Trabajo, falangista recalcitrante y futuro abanderado
del búnker, que agrupó a los sectores más inmovilistas del
régimen) y el General Jaime Milans del Bosch (quien protagonizarla, jtmto al teniente coronel Tejero, el intento de
golpe de estado del 23F en 1981).
Otros diaiios que contaron con las colaboraciones de Baquero, en los que debió sentirse seguramente más "cómodo",
fueron Informaciones (entre 1961y1967, c•iando ocupaba
su dirección Miguel Ángel Gonzalo); OMGオLセAッ@
que en septiembre de 1963 le publicó ocho aitk ·1!:;s sobre el tema del
racismo; y La Vanguardia Espafiu.'r., ctonde en mayo de 1960
y con el pseudónimo de J. ki<les Va llano dio a conocer una
serie de a1tículos de PIjゥiN^セョ@
sobre la situación política en
Cuba: "El caso de ia Qセカッャオ」ゥョ@
cubana: una lección y una
advertencia". pセ|[@
fue ABC (conse1vador y monárquico)
el diai·i'l Gt:e lliás frecuentó a lo largo de su exilio español.
Allí publ!l;ai·on también varias notas elogiosas sobre él iI1telectuales de renombre como Gerardo Diego, José García
Nieto, José María Pemán y Guillermo Díaz-Plaja.
Ya en los tiempos en que era redactor jefe del Diario de la
Marina, los trabajos de Baquero sobre temas iberoameticanos, mai·cados por una ferviente hispanofilia, debieron llamar
la atención de personalidades próximas al ICH. Creado en
julio de 1946 como alternativa al aislamiento político del
régiinen franquista, el Instituto encontró en las colaboraciones del cubano tma fonna de legitiinar una política cultural
muy desprestigiada en el extetior, vista con especial recelo
en Hispanoamérica. Segím cuenta Alberto Díaz-Díaz (Luces
86), su entrada al hlstituto, en 1961, se produjo por mediación de José Rurneu de Armas y le pennitió contar con un
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
196
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
modesto salario que se sumó a las pequeñas cantidades que
recibía por la publicación de sus aJiículos en la prensa. Hay
poca información sobre la etapa inicial de Baquero en el
ICH, pero sin duda debió de ser muy intensa y productiva,
ya que poco después de su llegada recibió el Premio Fraternidad Hispánica, el más importante que se concedía en
aquella época a personalidades destacadas por su contribución al estrechamiento de los lazos culturales entre España e
HispanoaJnérica y que desencadenó una serie de merecidos
homenajes. El 14 de maJzo de 1962, el 'bfic ABC, con su
habitual sole1mlidad, recogía así la n0'ic1a:
Las deliberaciones que h:111 ¡,recedido a la concesión
a don Gastón Baqu•.'tn rlel Premio "Fraternidad Hispánica 1960" ィ_Nセエ@
si.:!o laboriosas. El Jurado se atuvo
a 」ャ£オウ。セ@
r,ul, tanto por el valor espiritual (o dicho
más m0J.:ofamente, histórico) del Premio, cuanto por
ウセᄋ@ ・Lクセイ_Nッ、ゥョ。@
cuantía, impresionan a los hombres
que, a solas, meditaron, y luego, conjuntamente, en
dos largas sesiones, arguyeron, y, con pleno sentido
de la justicia finalmente decidieron [... ]. Lo proclamamos como homenaje al mmúfico compatriota que,
a través de las columnas de ABC, desde su lejano y
oscuro aislamiento, aspira a perpetuar la grandeza de
esta sencillísima constante histórica: la he1mandad del
mm1do hispánico [.. .]. Gastón Baquero, en los diarios
Ya, La Vanguardia Española y ABC, donde regulaJ·mente colabora, ha consolidado en el año 1960 el claro
renombre que tenía de antiguo en toda la Amé1ica de
01igen español. Como escritor y como hispanista. Es
un gran escritor de América que siente y que ha sentido
siempre los viejos latidos de la raza, perpetuamente
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan-o
197
remozados, pe1petuamente rejuvenecidos, pe1petuamente vinculados con nosotros. (Díaz-Díaz,Luces 63)
A la noticia del premio, se añadía el Acta del Jurado, una
reseña biográfica y una entrevista. La revista Blanco y negro, tma de las más populares en aquel tiempo, se sumaba
también al homenaje y en el níllllero 2.602 del 17 de marzo
de 1962 publicaba 1l1l extenso rep01taje, con entrevista incluida, que fumaba Pedro de Lorenzo y que resrnnía así el
dictamen del Jmado (integrado, entre otror, por Torcuato
Luca de Tena y Luis Calvo):
Ha tenido en cuenta que t· iC.:" la obra pe1iodística
realizada por el escrit<>r ct•bano don Gastón Baquero
-quince años redacit.r jefe del "Diario de la Marina"
de La Habm;a- e>:tuvo presidida siempre por "un elevado espÍIÍt'l de dignidad profesional, independencia
de 」イゥエセッ@
y espíritu de fraternidad hispánica entre los
pu-:••los de España y de América; y todo ello servido
por rn1 depurado estilo litermio y tma profunda cultura
hispánica". (28)
Poco después (el 4 de abril de 1962), era el propio ICH el
que rendía homenaje al escritor cubano con la pmticipación
de ilustres personalidades en un acto que, a su vez, fue
ampliamente recogido por la prensa. ABC publicaba al día
siguiente varias collUII11as que inchúan una nota general
sobre los asistentes, el discurso del entonces director del
ICH (Gregorio Marañón Moya), tm resumen del discurso
prommciado por el propio Baquero y un a1tículo de Alfonso
de la Serna titulado "Las manos de Gastón Baquero". El acto
coincidía con rn1 momento de paiticular esplendor para el
Instituto que bajo la dirección del hijo del famoso histo1iador
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
198
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
Gregorio Marañón creó su Consejo Editorial, el Consejo
Cristóbal Colón, la Oficina Internacional de Infonnación y
Obse1vación del Español y el Centro de Estudios Jt!l'ídicos
Hispanoamericanos.
Aunque no se conocen muchos detalles sobre las actividades
de Baquero en la institución (al margen de sus habituales
conferencias y artículos de prensa), de los testimonios
recogidos por Albe1to Díaz-Díaz en su biografía (Luces y
tinieblas) se deduce que el escritor cubano セゥァオ@
gozando
de gran prestigio cuando, en 1973, la ri;eüdencia del Instituto pasó a manos de Alfonso de 8l't0ón y Dampiene. A
diferencia del anterior director, セᄀ@ claque de Cádiz desconocía por completo la realio>1C:' lJispanoame1icana y pronto se
Díaz-Díaz describe de esta
convittió en su asesor ゥGイᅪィセエー。ャN@
forma ーゥョエッイ・ウ」セ@
h }.'tculiar relación que tuvo con el nieto
de Alfonso xuセ@
'' primo de Juan Carlos I:
Ell ::-\ 111stituto de Cultura Hispánica, Baquero desairnlló 1ma imp01tantísima labor. Allí tuvo oportunidad de
desplegar todo su talento y conocimientos -miseiia de
salario apaite. Todos los asm1tos de Hispanoamética
los ventilaba él. Cuando asmnió la dirección el duque
de Cádiz, Baquero se convirtió en un factótum. Desde
indicarle a Su Alteza -así se ditigía a Alfonso de Borbón-donde quedaba el Paraguay, hasta dai"le su opinión
pai·a la votación en los premios Ceivantes. Opmión que
de nada servía, puesto que el Duque de Cádiz siempre
se dejaba mtimidar por los capos del jm·ado. (89)
A esta época pe1tenece el cuadro de José Maití que colgaba
en su salón jm1to a la bandera de Cuba y el reh·ato de su
madre. La forma en que fue a parar allí, refleja la falta de
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
199
sensibilidad y la ignorancia con la que pacientemente tuvo
que lidiar en su trato diario con los füncionarios del aparato
cultural del franquísrno: "No olvidemos que el cuadro de
José Martí que colgaba en la estancia de trabajo de Gastón
Baquero había sido rescatado por éste del contenedor de la
basura del Instituto de Cultura Hispánica, donde füe anojado por orden expresa del duque de Cádiz, que justificaba
su acción alegando que 'por culpa del Maitín ese perdimos
Cuba"' (Díaz-Díaz, Peifil 92).
HISPANIDAD Y MESTIZAJE EN GASTÓ!.
!:: Gセuero@
En IBNCA (1991) es dor.de d vieta cubano ofrece su reflexión más profunda sobrp セゥウー。ョッュ←Q」@
y sobre la identidad hispánica. Pu•;;:c.1<lo en vísperas del Quinto Centenario
y con el patror;jnit del Instituto de Cooperación Iberoamericana (org.ui,il.rno que en 1979 reemplazó al antiguo ICH),
el libro presenta una visión revisionista de una gran paite de
los mitos de la Hispanidad. Si bien se trata de una selección
de textos que abarcan tres décadas, el tono dominante que se
desprende del volumen es el que caracterizó la época en que
vio la luz. No hay apenas rastro aquí (am1que algo queda) de
las nostalgias imperiales tradicionalmente asociadas al mito
de la Hispanidad en sus orígenes y, menos aún, de cie1tos
tintes xenófobos con que se caracterizaron algmias de sus
manifestaciones originaiias. Todo lo contrario. Como se
desprende del propio título, la intención de Gastón Baquero
es la de ofrecer una visión alternativa de la Hispanidad como
crisol de razas y culturas, reivindicando la Otredad americaiia corno el origen de un proyecto colectivo que todavía
no ha sido debidamente mate1ializado.
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
200
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
El vohm1en se abre con tma introducción que marca.el tono
dominante en la mayoría de los ensayos y que apunta a tma
reivindicación tanto de las tendencias unionistas dentro
del hispanoamericanismo como de la realidad mestiza del
continente: "Este libro es una recopilación, seleccionada,
de trabajos hechos a Jo largo de tma vida por alguien que
se considera a sí mismo como hispanoamericano integral:
un mestizo en todos Jos sentidos y en todos sus sentidos.
Mestizo por fuera y por dentro" (15). Más que los detalles
del fenómeno del descubrimiento y la .-c,rn:ista, Baquero
se muestra interesado en sus resulta<!o> y en las posibilidades derivadas de este encuentro ><1,1hietnico y phu-icultmal:
"Entiende el autor que Ja rab'Jra .•11esti=aje es una de las más
bellas del idioma y es la rent:sentación semántica y sonora
del hecho producid0 ,,n el Nuevo Mundo a partir del 12 de
octubre de 1492" (1 .J). El propio título del libro, afinna el autor, contienl' "t0da una doctrina. Porque 1ma Sociedad puede
ser compi.:·ada con un horno, con un gran caldero donde se
cuecen mezclados los individuos y los grnpos lnnnanos que
nacieron allí y se fmmaron física, moral e intelectualmente
allí, con [ ... ] características propias, las idiosincrasias nacidas de Ja síntesis: la mezcla y el mestizaje" (15).
La noción del mestizaje que comtmican Jos 49 aitículos y
ensayos (50 si incluimos Ja introducción) rennidos en el
volumen va más allá de Ja simple mezcla de razas; abai·ca también diversas manifestaciones del sincretismo y la
transcultmación:
Hay que apresmai·se a decir que la noción de mestizaje no define únicainente la mezcla de dos razas de
caracteres externos diferentes. El mestizaje a que me
refiero al hablar del hombre americano es, ante todo,
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
201
el mestizaje cultural, lingüístico, filosófico. El nacido
de la fusión o concmTencia pennanente de opuestas
concepciones de la vida y de la sociedad, ap01iadas por
las corrientes humana -los materiales- que entraron
en la fusión, conociéranlo o no los portadores, los
agentes y paiiícipes del mestizaje. (15)
De manera didáctica, hace un repaso al 01igen e histo1ia de la
difícil relación entre los tres grupos humanos fundacionales:
Indios, europeos y africanos, se víe;·<,11 obligados a
volvelia a ser lo
convivir. Ningimo de los tres ァᄀQゥッセ@
que era, el que puramente ::ra, u indio, o europeo, o
africano puro. Inseusihle1aente, todos pasai·on a ser
otra cosa, otro tipo: !I r\.uevo hombre de allí, el mestizo.
Mezcláranse o ac las sangres, se entremezclaban las
almas, ャ。セ@ p:l;:!bras, las creencias y supersticiones, las
」ッウエオゥ[セlイ・L@
los sentimientos, de pena o de aleglia. ( 15)
La americanidad (la identidad americana) es, por tanto,
concebida como el resultado de la mezcla cultural y espiritual de estos grnpos, lo que dio lugar, asimismo, a im
idioma que reflejaba ese mismo sincretismo: "lentamente se
fueron imponiendo las palabras propias, el idioma común
que ya nacía mestizado, mezclado al fuego del gran caldero
de Amé1ica" (16). El balance último que Baquero hace de
la historia de las relaciones en el mundo hispánico es, sin
embai·go, ainbivalente. Refleja un éxito espiritual (seda más
apropiado llamaifo "cultural"), pero un fracaso material:
Pero esa síntesis, hija de la convivencia, se mantuvo
-y se mantiene, que esto es lo grave-- únicamente en el
te1Teno metafísico, en el del espüitu. [... )]La concepción religiosa de los que llegaron era --es- excluyente
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
202
Gastón Baquero: la •·isibilidad de lo oculto
e intolerante para cualquiera otra creencia religiosa.
Tanto los que estaban como los que füeron llevados,
debieron someterse a la autoridad religiosa y a Ja autoridad política de Jos que llegaron. [... ]y quienes no
accedían a prestar obediencia a Ja Corona, que españoles y portugueses identificaban con Ja fe religiosa,
eran implacablemente banidos, eliminados. (J 6)
Es esta ambivalencia, estos reparos frente a los aspectos
materiales de la empresa del Descubrimientél y Ja conquista
uno de los rasgos que distancian al esr1 •tL•1 cubano de las
tendencias más reaccionarias de la ffo,pu1lidad. No podernos
olvidar que muchas de las refl.t:<;ones recogidas en este
libro aparecieron dentro •.le un rnarco institucional que se
resistía a cualquier obj'!ct.;a en tomo a la labor civilizadora
de España. En ・ウセ@
セッNj[・クエL@
las palabras de Baquero füeron
un conectivo d! ,¡ue no estaban acostmnbrados los lectores
de la prnmn e,spañola de la época:
Los que llegaron, vivían convencidos de que representaban la Verdad, la Salvación de las almas y la
Luz del Conocinliento. Tan convencidos estaban, que
imnediatamente reprodujeron allí su sistema social
(las jerarquías y las castas), su sistema econónlico (la
propiedad privada romanista) y su sistema jurídicomilitar-político (Audiencias, Ayuntamientos, Cuarteles y Guarniciones). (16)
Los resultados del trasvase de este régimen de castas a la
realidad del Nuevo Mundo f01man, segím Baquero, las bases
de Ja desigualdad social que no supieron resolver las repúblicas independientes y que todavía hoy sufren las naciones
hispanoamericanas.
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navaffo
203
EL AUfODESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
La primera parte del libro ("El autodescubrirniento de
América") agrupa un total de 13 ensayos centrados en el
significado y relevancia que 1492 tuvo en la configuración
de la identidad iberoamericana. Esc1itos entre 1962 y 1990,
muestran la evolución en el estilo del autor a la hora de
tratar estos temas. Sin embargo, las diferencias son generalmente "de tono" más que de contenido propiamente dicho.
De hecho, el a1tículo que abre la sección, "1'n un lugar de
América: el 11 de octubre de 1492" (l <,·1", i9-25), esctito
al poco de ingresar en el ICH, イ・ウQNZエセ@
un tanto audaz para
la época por su síntesis entre 'a visión (y la retórica) del
discurso providencialista セQ@ tom;i al Descubrimiento y tm
revisionismo que adelan:;; el espíritu del Quinto Centenario y que pocos eL ¡)iena dictadura franquista se habían
atrevido a ª"tc;.'.11rar. Si la doctrina reaccionaria de la
Hispai;AaC: <uorayaba el aspecto mesiánico de Ja empresa
evangelizadora, el aitículo de Baquero Jo hace ai'm más si
cabe, pero centrándose en Ja perspectiva indígena. Es ahí
donde podemos apreciar, de nuevo, su innovadora visión.
Influenciada muy probablemente, o bien por la obra de León
Portilla, o por la Historia General de Fray Bemardino de
Sahagím (sobre la que el antropólogo mexicano constmyó
su "visión de los vencidos"), el ensayo presenta una realidad
precolombina en la que "las gentes que vivían al otro lado
del mar europeo presentían el gran cambio que se producida
en sus vidas" (19).
La audacia a la que me refería radica en Ja manera que se
introduce la perspectiva del Otro indígena en un discurso
tradicionalmente marcado por el eurocentrismo. En este,
como en otros ensayos recogidos en el volumen, se obseiva
Galerada digitai. Propiedad de ia editorial. Fichero para uso exclu.
204
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
una sutil (pero insistente) protesta frente al desconocimiento
de la Amélica aboligen que revela desde su oligen la doctrina
de la Hispanidad: "Es reahnente asombroso cómo, por la fascinación ejercida por un hecho tan notable como la conquista
y civilización españolas de Amética, no nos hayamos todavía
acostumbrado a detenernos un poco más en el conocimiento
de los seres y de las colectividades a quienes los españoles
transfonnaron" (20). Adoptando un recurso que recuerda al
empleado por el Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales,
Q
QZMセ[N、。@
del mtmdo
a continuación se presenta una visión ゥ、セ」N
precolombino en el que la conquist? :10 ,e justifica por el
salvajismo o idolatría de los indíf!,,,U<:s, sino por "la intensa
c1isis espititual" de sociedqde:: qt.-:, en cualquier caso, habían
llegado a alcanzar tm alt(' セイョ、ッ@
de desanollo cultural. Por
セG・Zᄋウー」エゥカ。@
contemporánea el ensayo
supuesto, desde オョセ@
setia muy cuestioi:a0ie para cualquier antropólogo. Baquero
habla de '·cnlh•ras superiores" entre los nativos y "de élites
ゥョエ・ャ」オ。セウB@
(que eran las que supuestamente más sentían
los presagios de la llegada de los españoles), pero es interesante que tales presagios no reciban aquí el epíteto de
"funestos", tal y como muestran los relatos "prehispánicos"
recogidos por Sahagún (y reciclados por León-Portilla). En
la visión de Baquero se trata de "avisos" y "signos" de una
nueva realidad presentida y deseada por tma comunidad
que, sin embargo, había conseguido producir, por ejemplo,
tma poesía exquisita. Para el cubano "es impresionante el
'sabor' de modernidad, de actualidad, que tiene la poesía
precolombina" (23) y, así, reproduce tm largo poema de
Netzahualcoyotl, al que compara con Rubén Datio, Gabtiela
Mistral y T. S. Eliot. Esta reivindicación del componente
indígena como parte de la nueva realidad mestiza que abraza
Baquero supone tma nueva desviación de la Hispanidad más
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
205
oscmantista, que acostumbraba a relegar el mundo prehispánico al papel de mera tábula rasa sobre la cual España pudo
materializar su labor civilizadora:
¿Qué tal si nos preguntáramos, para obse1var aquel
escenario bajo una luz distinta, qué era América el 11
de octubre de 1492? Creo que este cambio de perspectiva tiene alguna eficacia, no sólo porque nos pennite
an1pliar un tanto nuestro criterio sobre el valor de la
obra espa!lola en América al no subesfrnar al indígena
tanto corno es habitual hacerlo. (1 '.IJ
Los ecos de Comenrarios reales «o;>, de nuevo, evidentes
aq1ú. El texto de Baquero rer,ue:·aa la actih1d de Garcilaso,
cuando proclamaba la nec,,&;Jad de reconsiderar la importancia de 1ma ーュセN・@
.:ie la realidad prehispánica, mientras
condenaba ウオエゥャANセL\@
la ignorancia que en Espa!la se tenía
de "esta rerública, antes destruida que conocida" (46).
Tanto e1 !'.lea como Baquero son escritores mestizos que
escriben desde su exilio español intentando legitimar su
doble herencia culhll"al, algo imposible en última instancia
ya que no hay síntesis posible entre el discurso imperial y el
indigenista. La única posibilidad es crear una nueva ficción
en la que el mestizaje se acepte como una realidad incuestionable a partir de la cual poder constmir algo nuevo en el
fnhll"o (aunque nunca quede completamente claro en qué
consiste esa Hispanidad utópica a la que Baquero se refiere
a menudo). Como aquel otro mestizo, el cubano recusa la
historia oficial (en este caso el discurso de Maeztu sobre la
Hispanidad) y lo hace elaborando un nuevo mito del origen
para la Hispanidad. No es otra la razón que le lleva en varios
de sus ensayos a reivindicar el papel de Miguel de Unanm110 como supuesto padre del concepto. En "La América de
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
206
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
Unamuno" y "Unamuno en América" propone 1U1a tesis hace
tiempo cuestionada por Jos historiadores:
Por alimentar ideas como éstas, Unanmno descubrió
un día la palabra exacta y precisa para su sentir. Fue
él quien dio con el vocablo 'Hispanidad', como antes
había dado con 'argentinidad'. No de Unamuno, sino
de Monseñor Vizcam1, tomó Ramiro de Maeztu el término, para incluirlo en el libro que dio alas al vocablo,
y de ahí que se adjudique Ja ー。エ・ュゥ、セ@
al sacerdote,
pero parece indudable que el aport1.C Go monseñor Vizcana consistió en Ja interpret<trn'.,,1 de tipo religioso,
ecuménico, que diera al ¡t.¡,y,iJ.10 en momentos en los
cuales seguía prevakc.•tmdo la inte1pretaciónramplona
y superficial de Bdゥセ@
de Ja Raza". El vocablo en sí,
el fonema, alb,)leó en Unamuno. Éste explica: 'Dije
Hispan;,i;;J, y no españolidad, para incluir a todos
ャ・セ@
\ÍJ.••jes, a todas las razas espirituales, a las que se
han hecho del ahna tenena [... ]y a Ja vez celeste de
Hispania'. (La peligrosa tontada de 'Día de Ja Raza'
fue obra, principahnente, de Hipólito Irigoyen). (207)
No vamos a entrar en los detalles de una larga (y en última
instancia estéril) polémica sobre quién fue el primero en utilizar el vocablo, ya que se trata de un palabra que, ya puestos
a rastrear genealogías, aparecía en textos del siglo XVI, si
bien con un significado diferente del que le atiibnían tanto
Vizca1rn como Unamuno. Lo que sí es innegable es que la
doctrina de Ja Hispanidad dominante en Ja España franquista
es heredera directa de Ja que formuló Maeztu sobre la base
de Zacarías de Vízcana, de modo que el posicionamiento
de Baquero en este sentido se desvía una vez más de las
posiciones más intolerantes, ya que convie1te m1 concepto
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navano
207
excluyente y reaccionario en otro abarcador y mucho más
en sintonía con la realidad de finales del siglo XX. Pero
lo realmente sorprendente es que en textos publicados en
los aüos 60 en diarios como ABC, Arriba, o El Alcá=ar se
atreva a referirse a la expresión "Día de la Raza" como
una "peligrosa tontada'', ya que dicha expresión poco antes
había llegado a conve1tirse en uno de los clichés favoritos
de la dictadura franquista para referirse oficiahnente a las
celebraciones del 12 de octubre.
Más problemáticas son sus reclm·entes il<:. セ」。Zュゥッョ・ウ@
a la
vida y la obra de fray Ba1tolomé de lセN[@
Casas. El ataque a
las Casas, como origen de la fü:fü1da Leyenda Negra sobre
la Conquista, fue moneda -:mnún en la Espaüa de Franco y
Baquero lo retoma de 1.:'la bnna iguahnente caricaturesca en
al menos dos de セャゥウ@
a;tículos ("Fray Toribio, 'Motolinía "'
(243-44) v BQGサᄀ[セLゥョ■。Z@
el hombre que dijo no a Las Casas"
(245-4(:1). ;::;..._ellos contrasta la figura del franciscano con la
del domimco, dando total crédito al primero, en menoscabo
del segundo. Para Baquero, "el tema de la extinción de los
indios de América por los conquistadores y colonizadores
apareció en el mismo siglo XVI, con llll claro designio de
daüar la reputación de conquistadores y colonizadores. Hubo
intención maligna en la pintura hecha, def01mada adrede,
por el padre Las Casas" (65). Su retrato del dominico parece
estar tomado literahnente de la carta que Motolinía envió al
emperador en 1555 y que Baquero no duda en calificar como
"la denuncia más completa de los hechos del gran teó1ico
de los derechos humanos" (244):
Las Casas es un hombre de acción, un político, un
gueJTero polémico y agresivo. 'Motolinía' hace por
el amor real y positivo a los indios, con hechos, mu-
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
208
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to
cho más que Las Casas, teorizante tonencial sobre
los derechos del indio, pero que en la vida práctica y
cotidiana trataba a los indios como bestias de carga,
y los gobernaba con mano de hie1rn. 'Motolinía' no
conocía la iracundia; Las Casas era violento hasta lo
convulsivo y epiléptico. El único sacerdote perfecto
era él. Insoportable, impe1tinente, lioso hasta la paranoia, por dondequiera que pasa levanta controversias,
pleitos y crispaciones inacabables, por su arbitrariedad
y su sectarismo. [ ... ] Donde Las c・Zセᄋ[@
;JOne la mano,
siembra un avispero. Litigante ru:to, 110 conoce límites
ni prudencia a la hora de !'t.lv.::rizar a llll adversario,
que para él es siem;:ir!l !m ,·.nemigo. (243)
La descripción de Bat:;'1e1;:; no puede ser más hiperbólica y
maniquea: "Clamabi. 1.1.otolinia por la verdad, y el otro por
la mentira. N?ttü..;hnente, ha tri1mfado el malo. ¿Cuántos han
leído la "art.• de Motolinia al emperador, comparados con los
que han leido, más o menos, las acusaciones de Las Casas?"
(246). Le parece especialmente inaceptable al cubano el
papel de Las Casas en la in1po1tación de esclavos afiicanos
al Nuevo Mm1do, para lo que no duda en citar el comienzo
de m1 relato Historia universal de la i11fa111ia ("El ah·oz redentor Lazarus Morell"), donde Borges ironizaba sobre "la
cmiosa filanh·opía" encenada en la propuesta que Las Casas
hizo a Carlos V de reemplazar a los nativos de las colonias
por esclavos afiicanos (! 03). Sin embargo, oculta que en la
citada carta que Motolima dilige al emperador, el franciscano
defendía el sistema de encomiendas y justificaba la esclavitud
y el uso de la fuerza para c1istianizar a los indígenas.
Pero lo más rnteresaute de su h·atamiento de Las Casas radica en 1ma diI1ámica que reaparece en muchos oh·os de sus
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan-o
209
ensayos y que es la que co1Tesponde al polemista nato que
era: Baquero desmonta un mito para constrnir otro que el
mismo se encarga, a su vez, de desmontar. En "La extinción
(actual) de los indios" (65-67), publicado inicialmente en
1985, cuando ya la democracia había sido consolidada en
España, Baquero adopta ahora una perspectiva revisionista
en tomo a la polémica entre Motolinía y Las Casas y ya no
ve en ella otra cosa que el resultado de los conflictos entre
las órdenes religiosas en la España imperial, algo que se
ajusta mucho más a la historiografía Zᄋ・セQエ@
sobre este
tema. Lo hace, además, recusando ua<li: mtnos que a Ramón
Menéndez Pida!, al que siempre セlオ[、・イ@
como uno de sus
referentes intelectuales:'
No creo que ョゥセ@
!foro consiga convencer a la gente
de lo que n« l 1uiere ser convencida. Con el respeto
debido d ..!oJ.J. Ramón, creo que esta vez ha podido
IT"<Ís c•n el el patiiotismo que la ciencia histórica. El
padre Las Casas no estaba loco, nunca lo estuvo, sino
cuerdo y muy cuerdo, demasiado cuerdo quizá. Es mi
criterio que este asunto de la extinción de los indios,
ti·atado a partir del testimonio del padre Las Casas,
sólo podrá comenzarse a conocerlo cuando se esc1iba
una historia objetiva real, sobre las relaciones enti·e las
órdenes religiosas en Aruética a paitir del año 1nismo
del descubrimiento. (66)
Desde luego, nada más lejos de la "historia objetiva real"
que el cuadro que a menudo pintó el autor cubano del Descu-
' Baquero se refiere al libro de Ramón Menéndez Pida!, El padre Las
Casas: s11 doble personalidad (1963).
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
21 O
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
brimiento y la Conquista, pero aquí, como en otros muchos
casos, la sugerencia de Baquero aptmta finalmente en la
dirección aceitada: el retrato que Menéndez Pida! presentaba
de Las Casas era exagerado hasta rayar en lo extravagante y
no contemplaba que la polémica debía más a las tensiones
entre dos órdenes religiosas (los franciscanos, a quienes se
encomendó inicialmente la empresa evangelizadora, y los
dominicos, que aspiraban a consolidar su poder en la Nueva
España), que a motivos pmamente altruistas o humanitarios.
MESTIZAJE E IDENTIDAD IIlSPÁNICA
En "Variaciones sobre el tcliia <!el racismo" y "Desunión
de América" (las dos !'ar'ª' centrales de JBNCA), Baquero
explora las ウッュA^イョセ@
cZセQ@
Encuentro. Si 1492 supone el comienzo de la p.tn;;>1.1 de imaAmérica mestiza, este encuentr-o
multiéMicc エィセ@
también el origen de un sistema de castas
que ha pe1petuado la desigualdad social en Hispanoamérica.
A la pregunta "¿hay razas o no hay razas?", que da título a
uno de sus ensayos, responde: no hay "razas originalmente
puras, sino nuevas razas, nacidas de aquel largo proceso"
(77). Y en aquellos sitios donde conviven razas distintas
smgen necesariamente graves conflictos, surge el racismo.
Baquero contr·apone este fenómeno a una condición universal y colectiva, supra1rncial: la condición humana. Los
prejuicios raciales se ponen a prueba cuando se convive
con otra raza y se agudizan especialmente en momentos
de crisis: "Hay racismo porque hay miedo. No sólo miedo
sexual, ni sólo miedo al cambio de pigmentación, ni miedo
a la pérdida del ancestro familiar, sino fimdamentalmente
miedo económico, miedo al hambre" (78). En los países
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navarro
211
donde convivan distintas razas una de ellas siempre verá en
la otra un intruso, una amenaza, porque para Baquero "el
racismo es hijo de la miseria" (78): "Mientras haya zonas
geográficas habitadas por seres que apenas si pueden ganar
el sustento diario, será casi imposible vencer al racismo en
cualquiera de sus variantes" (80). 4
En "El negro en Cuba" (91-116), incluido a continuación
en el libro, Baquero se muestra iguahnente contrario a la
negación de los conflictos raciales en Cuba 、セウーオ←@
de la independencia. A pesar de los progresos clt; 1a ¡Nblación negra
durante la primera mitad del siglo X.\, Baquero insiste en
desmontar el mito (él lo llama "t'Rlía" y "llllo de los tópicos
favoritos del exiliado cuba•10'') dt la inexistencia de conflictos raciales durante e! peiiodo republicano. El racismo en
aquellos momento' 1.0 se manifestaba en forma de maltrato
sino en la imposición de baneras a las
o falta de ウゥャNGᄀjセ。L@
。ウーゥイ」ZLNョ・セ@
de ciertos grupos sociales.Aquí insiste, de nuevo, en el miedo como eje de todo conflicto ("füente de todo
odio, guena, recelo") y ve en el "temor al negro" uno de los
elementos desencadenantes de los conflictos en la historia
nacional: "toda la historia de Cuba, desde el siglo.XVI hasta
nuestros días, se explica enfimción del problema negro, en
razón de la presencia cuantiosa, predominante en ocasiones,
pero intensamente repudiada, del negro en Cuba" (94).
Como bien señala Isabel Castellanos en "Gastón Baquero
En relación con la teoria de la otredad que se desprende de estos ensayos, Jesse F ernández (25) sugiere la posible influencia de Edward Said,
lo que parece poco probable. "¿Hay razas o no hay razas" se publicó
originalmente en 1963 y "El negro en Cuba" eu 1972. mientras que la
primera edición de Oriellfalism no apareció hasta 1978.
4
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212
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
y la identidad nacional cubana'', el polemista cae de nuevo
en la hipérbole para subrayar una realidad incuestionable:
"¿Toda la histoiia de Cuba? En su justo afán por condenar el
a veces sutil racismo cubano Baquero, a mi juicio, exagera
tm poco. Pero sí podemos afumar, sin temor a equivocarnos,
que por lo menos gran parte de nuestro devenir como pueblo
ha estado -y sigue estando- marcado por el signo racial"
(176). A lo largo de este extenso ensayo Baquero hace un
repaso a la historia de Cuba para mostrar la presencia del
miedo al negro en todas sus etapas: ・ゥセ@ AセN@ e:ilonia, en las
gnetrns de independencia, en la r・ーGゥセQヲ[。N@
Si bien, elogia
el papel de José Mattí y aョエッゥセ@
セᄋヲ。NZ・ッ@
por su defensa de
1ma nación multinacial q11e :Ute;trara a todos los cubanos,
sin discriminación de su l'Ogen étnico, no puede olvidar ese
otro modelo de •1aci•u .:¡ne proponían representantes de la
bmguesía colonia! criolla como Domingo Delmonte y José
Antonio Saco, quienes obsesionados por "el peligro negro"
abogaban¡:>ormia cuba11idadunifonnemente blanca. Si bien
tenninó por imponerse el modelo de Martí y Maceo dentro
del movimiento independentista, Baquero socava la idea
de que el racismo fuera eliminado en la Cuba anterior a la
revolución. Las posiciones de mando económico, social,
político, diplomático y judicial siguieron en manos de los
blancos y el segregacionismo era común eu muchas escuelas
ptivadas y espacios públicos. La situación del negro. por
tanto, no mejoró sustancialmente durante el siglo XX, de
ahí que la constmcción de una Cuba multirracial siga siendo
un proyecto inconcluso:
Si los cubanos queremos reconstnúr la nación, y creo
que ese es el imperativo de las generaciones en cuyas
manos se perdió la República y el de las generaciones
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan·o
213
que ahora surgen en el ho1izonte, tenemos que comenzar por reconstmir interionnente, dentro de cada uno
de nosotros, la integridad psicológica, étnica, histó1ica,
cultural, compuesta por las razas que enraizaron en
la Isla y por las gentes de todo origen que quisieron
constmir, a través de los siglos, el hennoso edificio de
mia Pahia libre, justa y feliz, lllla Pahia de todos. (116)
No queda del todo claro cómo puede a llegar materializarse
ese proyecto cuando en este mismo ensay" (al igual que
en los oh·os dos incluidos en "Vadaciv1t5 sobre el tema
iÍ.>ión profündamente
del racismo") Baquero pa1tía de オョセ@
pesimista sobre la condición hi.11ana: "Dondequiera que
estén conviviendo dos イ。コセL@
doJ religiones, dos idiomas,
dos culturas, dos nive!es económicos distintos, hay discriminación, hay lucha c;e razas, y una de ellas tiende instintivamente a dufo;r,ar a la oh·a para dejarla al margen de las
posibi!;'1ad,,, de bienestar, de acceso al poder, y de aseguramiento del po1venír" (92). Si el impulso de dominación
es inherente a la condición humana y si la mera existencia
de diversas razas es ya de por sí un detonante de conflictos,
difícilmente pueden llegar a resolverse tales conflictos, salvo
en el no-lugar de la utopía. Y es que la suya es m1a visión
cainita del género humano que parece dejar poco espacio
a la esperanza: "Desconocer esto es desconocer la historia
pasada y presente de la humanidad. Dicho de una manera
simbólica, desconocer la lucha pe1petua de irnos hombres
contra otros por apoderarse del mando y de la riqueza, es
desconocer la trágica supe1vivencia del episodio de Caín y
Abe!" (92).
En un lúcido ensayo sobre el tema al que ya me referí,
Castellanos apunta este mismo problema al que encuenh·a
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214
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
finalmente una explicación satisfactoria. Tanto en este como
en otros muchos ensayos, Baquero se refirió al racismo
como síntoma de animalidad, de inferioridad en la evolución espiritual del ser humano: "El racismo es un capítulo
de la zoología, una supervivencia de la infrahmnanización
del hombre primitivo" ("El ejemplo" 11). Solo será posible
superarlo, pues, mediante un acto de regeneración personal y
colectiva. Así cabe explicarse el llamamiento antes citado a
"reconshuir interiormente, denhu de cada uno de nosotros"
la realidad multinacial del país. No es LIエZセ@
i.: razón que lo
lleva a proponer a Mru.tí y Maceo ccu10 tjemplos de superación de los prejuicios que difir1,1ta;1 esa labor:
Nuesh·a historia rn ·wsh·a tlos grandes modelos de
Q エ・QNセョ@
hombres ・ュゥョZ
cultos, desprovistos de lo
zoológico hast.1 .;n el fondo de sí mismos: José Martí
y aョエッQセP@
セャゥ。」・ッN@
Ni el uno ni el otro se pensó nunca
c,1 1110 hlanco o como mulato: ambos eran felices en su
conciencia de ser mucho más que concenh·ación más
o menos intensa de melanina. Los dos eran, primero,
cubanos. Y luego, todo lo demás, lo accesorio. ("El
ejemplo" 11)
Algo parecido se desprende de sus reflexiones sobre las
desigualdades sociales y la desunión de las naciones iberoru.nericanas. El gran drama de la América hispánica, para
Baquero, es que la independencia no sólo no acabó con el
racismo, tampoco produjo ningún cambio sustancial en las
viejas estrncturas sociales y económicas. Por el conh·ario,
se incrementaron las desigualdades. En el apa1tado que titula "Desunión de América" Baquero crítica las injusticias
sociales, derivadas del colonialismo, pero también de la
organización social que surge en las nuevas repúblicas in-
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navaffo
215
dependientes. Especiahnente elocuentes son sus reflexiones
sobre la marginación del indio y el negro:
El indio y el negro quedaban automáticamente marginados de la vida social, política y militar, por el
susodicho Régimen de Castas. A las ya tradicionales
de España, sumaron la de diferencia de razas. Desde el
siglo XVI mismo, indios y negros quedaron excluidos
de detenni.nados rangos de la educación y aun de los
oficios. A ellos les dejaron los que ャ・ァセイッョ@
la pequeña
agriculhua, la minería, la artesa!';" ¡ roda fonna de
servidumbre, y siguen así, sigtt-'u ... (16)
Una de las grandes limitaci0ne,; para el desa!l"ollo de Hispanoamérica radica en h '1<¡;anización cuasi-feudal (premodema) que sus オ。セjャGu・ウ@
habían heredado de España:
Las ウッ」ゥセエャQA・@
hispanoamericanas, pese al mestizaje
p•·oti.mdü, el metafisico, crecieron así apoyadas -atrinche1<1das puede decirse- en la rigurosa separación de
las razas y las clases. El indio y el negro se vieron
obligados vivir a la manera de aquellos esclavos del
Medioevo, que vivían como siervos de la gleba en
los alrededores del castillo, donde reinaban los altos
y altivos señores. (16)
Pero el gran drama de la Hispanoamérica moderna, según lo
entiende el autor, consiste en que la independencia no produjo cambio algm10 en las viejas estruchrras, ni en el régimen
de propiedad: "Los cliollos de la aristocracia se apoyaron en
la masas negras e indias para desalojar del poder a la Corona,
pero en cada país ese poder pasó a las contadas manos de
la oligarquía" (17). Esta tensión entre la resistencia de los
privilegiados y las exigencias de los sectores más desfavore-
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216
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
eidos (y en pmticular de las castas subalternas) es una de las
razones que explicaiian la inquietud e inestabilidad en que
se encuentran casi todas las naciones iberoamericanas (17).
Lo anacrónico es que Baquero produjo la mayor pa1te de
su obra ensayística en tomo a la Hispanidad dentro de un
contexto político que veía en ese mito una perpetuación no
solo de los valores "espirituales'', sino también del sistema
social y económico que España expmtó a sus colonias con
tan nefastas consecuencias. La introduccié!l del libro, escrita desde la perspectiva del final del m.'.le'lio, despoja, sin
embargo, al mito de la Hispanida<l N」ゥセ@ <oda carga política,
reduciéndolo a su componente .o,11mnente espiritual y metafisico. Si queda algo dt lo po1itico (de Hispanoamérica
como proyecto unitario y alternativo), esto es relegado a
una abstracta utupia proyectada sobre llll futuro incie1to y
dentro de um .;;;1<:era declaración de buenas intenciones:
"Indios, b\i.w;us y negros hierven en el mismo caldero. De
esa he1vidura ha de salir, tiene que salir lo antes posible, un
sistema de sociedad donde queden abolidos los privilegios
de raza y de casta. Signo del atraso espectacular y doloroso
en que se encuentran aún esas sociedades es la feroz división
de clases y de orígenes" (17).
CONCLUSIÓN: LA UTOPÍA DE LA HISPANIDAD
Consuelo Ttiviño ha subrayado el componente utópico en
el pensamiento del esclitor cubano: "Baquero pe1tenece a
la 'raza' casi extinta, de los que piensan que el futuro será
mejor y que a lo largo de la historia el hombre ha venido
asistiendo a im proceso de htllllanización que necesariamente
le lleve a la concreción de la utopía. Ese 'hombre posible',
sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio.
Santiago Juan-Navan-o
217
al decir de Habe1mas, se encuentra en Latinoamé1ica" ( 146).
Esta visión utópica planea a lo largo de su última colección
de ensayos, donde coexiste en tensión con otra de signo
fatalista. En ocasiones, como en la presentación del volu·
men, da muestras de un optimismo matizado: "Obse1vará el
lector que el tono y la tendencia de estos trabajos reunidos
aq1ú están teñidos del optimismo a largo alcance, que nace
precisamente de amar a Hispanoamé1ica y a España más allá
de las razas, de las situaciones sociales y de los fatalismos
políticos y religiosos" (17). Sin embarg,1., '."Se utopismo que
se desprende de muchos de sus エ・クッセ@
HAZウᄀjセ」ゥ。ャュ・ョエ@
de los
más recientes) alterna con el d('<alit..ato que, como hemos
visto, marca muchas de rns ;·efkxiones sobre el racismo y
la desigualdad en l。エゥョッュセ」N@
Es como si el escritor vol·
viera 1ma y otra vez <1i t.:ma de la Hispanidad y el mestizaje
como una fuente エZセ@ esperanza "espiritual" que le pe1mitiera
escapar ai fatñfümo "material" con que caracte1iza la con·
dición lm1:iana. La solución (la realización de esa utopía) es
posible, sí, pero sólo dentro de un futuro incierto y lejano y
como resultado de un largo proceso de evolución cultural y
regeneración espüitual. Es esta proyección de futuro, la que
distancia la propuesta del cubano de la utopía regresiva de
Maeztu que, como tuvünos ocasión de comprobar, veía en
la Hispanidad la posibilidad de hacer un salto imposible en
el tiempo para restaurar en pleno siglo XX los valores de
m1a España que había dejado de existir muchos siglos atrás.
En su selección de los textos incluidos en IBNCA, Gastón
Baquero privilegia aquellos que están más en sinto1úa con
el revisionismo del Quinto Centenario. Sería interesante
hacer mia recopilación de todo lo que publicó en la prensa
española desde su llegada a Madrid en 1959 hasta el mo·
Galerada dígítal. Propíedad de la edítorial. Fichero para uso exclu.
218
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to
mento de su muerte, así corno de su recepción por parte
de los cfrculos institucionales en los que se movió. Esto
aclararía tanto algunos espacios oscuros de su pensamiento
como las ambivalencias que se desprenden de su prosa. A
diferencia de la Hispanidad que celebra Baquero enlBNCA,
los organismos de prensa que publicaron muchos de sus
artículos no se caracterizaron ni por su carácter tolerante ni
por su defensa de la justicia social o del rnulticulturalismo.
De hecho, durante muchos años el escritor cubano fue una
ッセャ@
franquisrno
de las coartadas que los voceros 」オャエイNZQセ@
utilizaron para dar la impresión de e¡11¡o, ia doctrina de la
América, cuando lo
Hispanidad era algo compa1tid0 MゥNセウエャ・@
cie1to es que la hispanof\i¡¡ m1;¡tante del cubano fue mia
excepción entre la cornm1i1!ad intelechial latinoamericana,
que siempre vio 」ュセ@
QNセHL・ャッ@
una doctrina pergeñada de nostalgias imperiales o de un paternalismo ya trasnochado en
los albores óe; nuevo milenio.
Ahora bien, si sus fuentes declaradas están en el panhispanismo conservador de Marcelino Menéndez Pelayo, sus
propuestas se acercan a menudo más a las del hispanoamericanismo progresista, que representó en España la segunda
generación del krausismo español, Giner de los Ríos y la
Institución Libre de Enseñanza (todos ellos anatemizados
precisamente por muchos de los intelechtales franquistas
que homenajearon y publicaron a Gastón Baquero). Del
krausismo adoptó una visión de la Hispanidad como paite
de una tendencia natural a la herniandad universal, que se
tradujo en un acercamiento prioritario entre los pueblos de
culhua común. Sus reflexiones sobre las relaciones entre
España e Hispanoamérica tuvieron la vittud de liberalizar
tma doctrina inherentemente reaccionaiia. Su reivindicación
Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu.
Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto
220
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