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Indios, blancos y negros en el caldero de América: La otra Hispanidad de Gastón Baquero

Además de la obra poética por la que es principalmente conocido, Gastón Baquero cultivó el género del ensayo a lo largo de toda su vida. Tras su exilio en España, en marzo de 1959, el autor pasó a colaborar en el diario ABC de Madrid y fue miembro activo del Instituto de Cultura Hispánica. Desde entonces hasta poco antes de su muerte, el 15 de mayo de 1997, escribió numerosos artículos periodísticos, ensayos y conferencias en los que disertó sobre el tema de las relaciones culturales entre España e Hispanoamérica. El resultado de esta intensa labor intelectual fue una voluminosa producción que apareció recopilada en su última colección de ensayos: Indios, blancos y negros en el caldero de América (Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1991). Los trabajos allí reunidos parten de los mitos del Descubrimiento y la Conquista para explorar el impacto que ambos tuvieron en la configuración de la identidad iberoamericana. En estos ensayos, Gastón Baquero revisa documentos, mitifica y desmitifica biografías célebres y recusa frecuentemente la historia oficial. Por sus páginas desfilan desde Colón a Martí, pasando por Cortés, Las Casas, Vasco de Quiroga, Pedro Claver, Cervantes, Bolívar, Alfonso Reyes, Borges y Unamuno. El estilo de Gastón Baquero, cuando se aproxima al pasado de Iberoamérica, no es, desde luego, el que cabe esperar de un historiador o un antropólogo, sino el de un poeta con una vasta cultura humanística y un marcado interés por la polémica. En mi artículo estudio la evolución de la conflictiva (y a menudo contradictoria) visión de la Hispanidad en la obra ensayística de Gastón Baquero, prestando especial atención al contexto en que fue escrita: desde los primeros intentos de apertura del franquismo en los años 60 hasta el revisionismo que caracterizó las vísperas de las celebraciones del Quinto Centenario (momento en el que aparece publicado Indios, blancos y negros en el caldero de América). Mi lectura no pretende, sin embargo, ver en la obra del escritor cubano un reflejo mecánico de la evolución de la política institucional del régimen. Uno de los aspectos más interesantes del pensamiento de Gastón Baquero es precisamente su vocación de independencia, algo que le mantuvo alejado de los dogmatismos de todo signo, incluso en un contexto tan enrarecido como el de la España que lo acogió (pero también ninguneó) durante su exilio. Para ello tuvo que recurrir a toda suerte de subterfugios. Así, en sus ensayos sobre la Hispanidad se dan cita desde el pensamiento reaccionario más rancio, con que se caracterizaron las relaciones culturales y políticas del franquismo con Hispanoamérica, hasta una novedosa visión de la Otredad poscolonial que abre nuevos caminos en la exploración de fenómenos como el mestizaje y el racismo en las sociedades modernas; una visión marcada por la tolerancia y el multiculturalismo, precursora de los debates intelectuales de nuestro tiempo.

T GASTON BAQUERO La visibilidad de lo oculto Selección y edición Humberto López Cruz ehc editorial hispano cubana ,, Indice Introducción Humberto López Cruz ....................................................................... 13 Gastón Baquero: memoria de un editor, de un lector Pío E. Serrano ................................................................................... 17 Gastón Baquero como coeditor de Clal'ileño durante el proceso de formación del Grupo Orígenes Jesús J. Barquet ................................................................................. 28 Aperturas de la imagen en dos poemas de Gastón Baquero: Durero, Rilke y el silencio de Dios María Lucía Puppo ............................................................................ 58 El yo lírico en la poesía de Gastón Baquero Carlos Cuadra .................................................................................... 78 Formas del suefio y el ensueño en la poesía de Gastón Baquero (Silente navío desterrado) Manuel Fuentes Vázquez ................................................................ 107 Gastón Baquero: el silente navío desterrado Ricardo Baíxeras Borrell... .............................................................. 125 Identidad y escritura de Gastón Baquero: horizontes de sentido en "Palabras escritas en la arena por un inocente'" ErastoAntonio Espino Barahona .................................................... 142 Miradas utópicas hacía el caldero de América María del Carmen Caña Jiméncz .................................................... 160 Indios, blancos y negros en el caldero de América: La otra Hispanidad de Gastón Baquero Santiago Juan-Navarro .................................................................... 178 Bibliograffa sobre Gastón Baquero Humberto López Cruz ..................................................................... 223 Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. Indios, blancos y negros en el caldero de América: La otra Hispanidad de Gastón Baquero Santiago Juau-Navano Florida Internafional University Más que al Descubrimieuto pretérito ha de acudirse al Desenc11brimie11to de la realidad. del ser auténtico de ese Mundo por todas sus gentes: los indios, los blaucos y los negros, viajeros todos en el nlls1no navío. cocidos y recocidos todos en el mismo caldero. GASTÓN BAQUERO (JBNCA 18) Además de la obra poética por la que es principalmente conocido, Gastón Baquero cultivó el ensayo y el periodismo a lo largo de toda su vida. Especialmente intensa füe su actividad en estos campos a partir de su exilio español, en marzo de 1959. Colaboró en varios diaJios y revistas y fue miembro activo del hlstituto de Cultura Hispánica. Desde entonces hasta poco antes de su rnue1te, el 15 de mayo de 1997, esc1ibió numerosos ¡¡¡tículos y conferencias en los que disertó sobre las relaciones culturales entre España e Hispanoamérica. El resultado de esa intensa labor intelectual fue una voluminosa producción, pa1te de la cual apareció recopilada en su última colección de ensayos: Indios, blancos y negros sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navano 179 en el caldero de América (1991). 1 Los trabajos allí reunidos paiten de los mitos del Descubrimiento y la Conquista para explorar el impacto que ambos tuvieron en la configuración de la identidad iberoamelicana. En estos ensayos, Gastón Baquero revisa docmnentos, mitifica y desmitifica biografias célebres y recusa frecuentemente la historia oficial. Por sus páginas desfilan desde Colón a Maití, pasando por C011és, Las Casas, Vasco de Quiroga, Pedro Claver, Cervantes, Bolívar, Alfonso Reyes, Borges y Unamuno. El estilo de Baquero, cuando se aproxima al pasad'> 1r: Iberoamérica, no es, desde luego, el que cabe espern• de un histoliador o tlll antropólogo, sino el de un P"t.'ta セッョ@ mia vasta cultura hmnarústica y trn mai·cad'> i::ter.is por la polémica. En el presente trabaj<' es1;:diaré la evolución de la controve1tida visión de la Hispanidad en la obra ensayística de Gastón Baquu;; publicada en España, prestando especial 。エ・ョ」ゥ←セQ@ alwmtexto en que fue escrita: desde los primeros intentos de ape11ma del franquismo en los años 60 hasta el moderado revisionismo que caracterizó las vísperas de las celebraciones del Quinto Centenario (momento en el que aparece IBNCA). Mi lectura no pretende, sin embargo, ver en la obra del escritor cubano un reflejo mecárúco de las transfonnaciones en las políticas institucionales de las administraciones españolas. Uno de los aspectos más ゥョエ・セ@ resantes del pensamiento de Baquero es precisan1ente su vocación de independencia, algo que lo mantuvo alejado de los dogmatismos de todo signo, incluso en un contexto tan enrarecido como el de la Espal1a que lo acogió (pero también 1 En lo sucesivo me referiré al libro de Gastón Baquero con las siglas IBNCA. Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 180 Gastón Baquero: la visibilidad de lo ocu/ro ningm1eó) dm·ru1te su exilio. Pru·a ello tuvo que rec1mir a toda suerte de subterfügios y caer en no pocas contradicciones. Así, en sus ensayos sobre la Hispruúdad se dan cita desde las ideas conservadoras más trasnochadas hasta una novedosa visión de la Otredad poscolonial que abre nuevos caminos en la exploración de fenómenos como el mestizaje y el racismo en las sociedades modemas; una visión, que sobre todo al final de sus días, aparece marcada por la tolerfillcia y el nmlticulturalismo, y que en muchos sentidos se revela precursora de los debates intelectuales ,ii; イᄋQセウエッ@ tiempo. EL MITO DE LA HISPANIDAD EN EL PENSAMIENTO REACCi0KA1UO ESPAÑOL Para poder entePdeí cabahnente las ideas de Gastón Baquero sobre hs ,daciones eíllTe España e Hispanoamérica, así 」ッョセB@ 50hre el papel del mestizaje y la Hispanidad en la construcción de la identidad iberoamericana, resulta imprescindible hacer llll breve repaso al contexto cultural, histó1ico y político en el que se inscriben. Cuando el esc1itor cubano llega a España, en 1959, la Hispanidad y el Nacionalcatolicismo se habían apm1talado como las ideologías legitimadoras de un régimen que intentaba desesperadamente dar m1a imagen cada vez menos beligerante en el exte1ior. A la autarquía filofascista resultante de la Guena Civil, sucedió, en los años siguientes al fin de la Segllllda Gue1rn Mm1dial, llll Estado cmporativista ideológicamente dominado por los sectores más conservadores de la Iglesia católica, que vio en el mito de la Hispanidad una pieza de recrunbio ideológico a la medida del panorama intemacional marcado por la Guena Fría. Pero se trata de un mito que sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Jnan-Navan·o 181 fue gestándose a lo largo de muchas décadas y cuyo origen cabría situarlo en la descomposición del imperio español. Desde entonces sufrió tma larga evolución en función de los vaivenes políticos de cada momento. La construcción de esta doctrina está íntimamente asociada al surgimiento de un nacionalismo centralista y reaccionario a finales del siglo XIX y al fracaso en la constrncción del Estado liberal (Sepúlveda 53; Romero Salvadó 130). Aunque sí hubo mi nacionalismo de signo progresista rprotagonizado por krausistas, republicanos y ウッ」ゥ。ャエセL@ ←ウセ@ nunca llegó a 1 tener la fuerza y el auaígo del nacií•:ia ioino conse1vador. El liberalismo y la izquierda españ011. t..staban más preocupados por la dificil consolidacióh celas :nstituciones democráticas y la modernización 、セャ@ ーNセゥウ@ que por la creación de mitos legitimadores dt:: s•1 ¡llopia ideología. En su seno, además, no hubo consP.[l;,,' algtmo sobre tm proyecto de construcción naciom:.1 ddinido. Republicanos como Manuel Azaña se declaraban abie1tamente antinacionalistas ("yo no soy patriota" llegó a afinnar). Otros, como Alejandro Leuoux, se limitaban a identificar republicano con patriota y República con "auténtica nación española". Tanto desde las filas del radicalismo republicano, como del socialismo oficialista, se condenaban a menudo los nacionalismos periféricos, pero sin llegar a contraponer m1 claro nacionalismo españolista. El tradicionalismo, en cambio, hizo del nacionalismo, encamado en la idea de la Hispanídad, tma bandera que sería posteriormente clave en los procesos de legitimación simbólica del franquismo y en su política exterior. Sobre la base ultranacionalista y esencialista de la historia de Marcelino Menéndez Pelayo, clérigos como Zacarías de Vízcana, Manuel García Morente, Zacarías García Villada y el cardenal Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 182 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to Isidro Gomá perfilaron una visión de la nación española como comunidad, cuya identidad no se explicaba por razones étnicas o geográficas, sino espirituales (Sepúlveda 53). Aunque a comienzos del siglo XX, el vocablo "Hispanidad" (de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia) era sinónimo de "hispanismo," Vizcana le dio en 1926 una nueva acepción: el conjunto de cualidades espirituales que distinguen a los pueblos de habla hispana. Así el mito de la Hispanidad fue configmándose como uno de los sopo1tes ideológicos básir0;' dd pensamiento reaccionario español. Surgido como 1'1.,.ohazo radical de la modernidad y la tradición libeNi t. ilustrada, este mito actuó como catalizador de l'!l!I iuk1pretación tradicionalista del devenir español CIJtllv "teología mágica de la historia" (Morodo 148). La h:storia así contemplada se erige como diseño ーイッカゥ\ャセヲZ。@ en el que España está llamada a desempefü,•· 1:r. rape! primordial: reafinnar su condición corno reserva espiritual de Occidente y proyectar los valores de la cristiandad en el exte1ior. De acuerdo con esta visión, España alcanzó su apogeo durante los siglos imperiales eu los que se prod1rjo el fenómeno de la Conquista, la cristianización de todo un continente y la lucha contra el protestantismo, la herejía y el materialismo de la cultura anglosajona. La decadencia fue el resultado de la intrusión de ideas extranjerizantes capitaneadas por la masonería y la Ilustración que empezaron a penetrar en el siglo XVIII y contra las que el tradicionalismo reaccionó mediante sucesivas "crnzadas" de reconquista (Cámara Villar 321-32, García Morente 18-19, Girnénez Caballero 180-81, Pemán 383-84). A diferencia del proyecto de Hispanidad que, como veremos, propone Baquero, la utopía de la Hispanidad que se sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navaffo 183 desprende del pensamiento reaccionario español ha sido siempre una utopía regresiva. No se proyecta en un futuro nuevo, sino que se vuelca sobre un pasado al que se quiere volver, pero que se intuye, al mismo tiempo, ÜTecuperable (al menos en su aspecto material). No es por ello casual que el mito de la Hispanidad surja a raíz de la descomposición final del sistema colonial. Perdidas las últimas colonias, nace la idea del imperio como mito, como compensación emocional de políticos e intelectuales que no se resignan al papel subalterno de España en las イ・ZセMゥ\Gᄋws@ intemacionales.2 El supuesto "mal de España" "el Desastre" lleva a anhelar la recuperación de la eイャセLゥ@ t!e Oro perdida, pero a lo que se aspü·a en realid?d .;;: a c'.OITar más de dos siglos de historia, aquellos en los c1ut 1ímidamente España intentó su ingreso en la modt'!'tio:),1d. Como señala Raúl Morodo, "en gran medida, An¡t'.-rica es un pretexto: apoyatura ideológica para huü· '.!t> fa racionalidad moderna em·opea de los siglos posterior1;,3" (149). Los antecedentes más inmediatos de la Hispanidad se encuentran en la búsqueda de la esencia de lo español y su identificación con 1m modelo auto1itario que marca el debate intelectual de la primera mitad del siglo XX a raíz del 98 y aparece unida a la reafinnación de principios que se pensaban centrales al éxito del imperio español: jerarquía, autoridad, centralismo, crnzada católica e intolerancia frente al secesionismo en el pensamiento o en la sociedad. 2 Como afuma irónicamente Eduardo Subirats: "La idea de la Hispanidad s1U"ge positivamente como compensación en el reino de los cielos y en el reino de los sueílos de todo aquello que se había perdido en el reino de las colonias" (41). Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 184 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto De acuerdo con esta visión retrógrada, la recuperación de estos valores en la España del siglo XX pennitiría tanto una regeneración moral del país, como una restauración de su prestigio internacional. En su Idearium, Ganivet resumía tal empresa como la necesidad de "reconstmir nuestras fuerzas materiales para resolver nuestrns asuntos inte1iores, y nuestra fuerza ideal para influir en Ja esfera de nuestros legítimos intereses externos, para fortificar nuestro prestigio en los pueblos de oligen hispánico" (114-15). El primer movimiento de apropiación idPclo¡;;ca de Ja Hispanidad lo fonnó el gmpo de católico!:),it.:.gristas relacionado con la revista Acción Espaiiof:, )' ;;uyo representante más destacado fue Ramiro de !vheztu. En Defensa de la Hispanidad (1934), Maeztu セゥウ[ュ。エコ￳@ su visión de un nacionalismo mesiánico y Ul o 11dencialista que usaba como núcleo ideológico el NGヲオセッ@ de la Hispanidad. Tal inte1pretación se basaba ªU b smtesis entre unidad nacional y unidad católica, de fo1ma que todo cambio en esa relación simbiótica determinaba el curso de la historia espaüola: "La decadencia nacional se producía como consecuencia del retraimiento en su misión providencial, contemplando como única salida viable a Ja crisis presente el retomo al tradicionalismo imbuido del espiritn religioso" (Delgado Gómez-Escalonilla 28). Maeztn sugería que, mediante el resurgimiento de Ja espiritualidad, el orden social fracturado de España podría ser sanado, poniendo al país en condiciones de recuperar su autoestima y su prestigio internacional. La visión de Maeztn estableció las bases legitimadoras del discurso ideológico del franquismo al intlúr además la posibilidad de que la espiritualidad católica pudiera llegar a inspirar una contran-evolución que, a su vez, introdujera un sistema autoritario. sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan-o 185 Este hispanismo de raigambre católica y reaccionaria era contemplado como alternativa al marxismo y al capitalismo, ideologías materialistas enfrentadas al espiritualismo que Maeztu identificaba con la esencia de España. Con el fin de la Segunda Guetrn Mundial, el franqiúsmo quedó aislado del resto de Emopa, pero siguió usando el discurso de la Hispanidad como ideología unificadora de sus diferentes "familias" políticas y como instrumento de ape11ura al exterior. A pesar de la pron1ganda interna teñida de la retó1ica autárquica, la dipl0nacia franquista estuvo dirigida a romper el cerco :n:eiilacional resultante de las sanciones impuestas por ic. ONU contra el gobierno español. En esta nueva c•.')1.llltma política Alberto Maiiín Católica y füturo paladín de Artajo, ex-presidente 」セaゥ￳ョ@ la Hispanidad, fue tlllW.brado en 1945 Ministro de Asuntos Exte1iores y tNZゥ[セ@ ibáñez Martín, otro católico, pasó a diride Educación Nacional, anteriormente en gir el QAゥョェLZエセッ@ manos de la Falange. Estos dos nombramientos aseguraron la difüsión del Nacionalcatolicismo tanto en el interior, mediante el control de la política educativa, como en el extetior, mediante un ape11urismo en la línea del discurso neocolonialista de la Hispanidad. Una de las prioridades de Mai·tín Ariajo füe la apertura de 1111 diálogo con las naciones iberoa!llericanas que pemútiera 1111 reconocinúento internacional del régimen. Si el hispanismo de la Falange había tendido a un ambiguo expansionismo, aimque solo fuera en su retórica virulenta, la Hispanidad propugnada por los sectores católicos conservadores recuperaba intacta la visión de Maeztu, subrayando el componente evai1gelizador y contemplándolo como continuación del espíritu de la Conquista. Por lo que se refiere a los sectores diplomáticos Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 186 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to del régimen, la Hispanidad funcionó corno coaitada cultural y método de acción diplomática destinado a fo1talecer ¡,11 política exterior (Payne 360-62). El imperialismo que el franquismo reivindicaba en esta coyuntura era, por tanto, tm imperialismo "ideológico" y "nostálgico". Ideológico, por cuanto Espafia debía reclamar su puesto como eje espüitual del mundo de habla hispana para unificar su cultura, intereses econó1nicos y poder político. Esto le concedetia al país una posición promütente en Europa, un estatus justificado por sャGセ@ p.bados servicios y su posición estratégica corno "c('n'.i.;da de Occidente". Nostálgico, por cuanto irnplicro,· セャ@ reconocinriento de la propia debilidad presente. ;>zra rewpernr la antigua grandeza de Espafia, era indispensable restaurar la unidad del orden político, social e iie'.l:ógico. El núto imperial fue de gran valor para el tn,.i'.donalismo a la hora de asociar la pérdida del im¡; no ":lll el estado de decadencia del país y la crisis derivada del escepticismo religioso, la búsqueda intelectual, el pluralismo político y la ausencia de jerarquía que se atribuían al gobierno republicano. La derecha autoritaria buscaba legitimarse presentándose como heredera histó1ica de las glorias de la Espafia imperial. Los proyectos de Estados autoritarios y corporativos prometían un regreso a un sistema auténticamente espafiol, santificado por la herencia imperial y ofrecían resolver todo tm conjunto de problemas molestos para los sectores más consetvadores de la sociedad espafiola. 0 El periodo del aislarniento se caracterizó por tUI discurso mar·cadarnente xenófobo. De acuerdo con la teoría conspü·atoria del franquismo, Espafia era víctinra de una confabulación judeornasónica y c01mmista que intentaba est:rangular su intento de regeneración política y económica tras la Gue1rn sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 187 Civil. La política exterior espafiola durante ese periodo de transición estuvo marcada, sin embargo, por una paradójica dualidad. En el interior se fomentaba la xenofobia y el espíritu antidemocrático, pero la diplomacia franquista parecía buscar desesperadamente el apoyo exterior, en especial el de aquellas naciones que más atacaba en el ámbito doméstico a través de los medios de propaganda. Esto se hizo particulannente visible en 1945, uno de los afios decisivos en la nueva 01ientación ideológica del régimen. En este afio, se promulgaron el Fuero de los Espafiole> y In セ・ケ@ del Referéndum Nacional, se concedió un in,foltú y se convocaron elecciones municipales. La man;r,:1r« era clara: se intentaba ofrecer a los diplomátÍC()S Ce t,1,; potencias democráticas "una imagen esperanzadl1n. üe homologación" (Tusell 95). El gran espaldarnzn txterior al franquismo se produjo como consecuencia r!t. :a Guem1 Ftia. Con el detetioro de las relaciones entrQ El' Uu. y la URSS, el filo fascismo dominante en los afios de la Segunda Guerra Mtmdial empezó a ser sustituido por un feroz anticommiismo que aglutinó a las democracias occidentales y que vio en Franco a un aliado, en lugar de un eneniigo. En 1953 Espai1a fue adniitida en las Naciones Unidas y se fumaron los acuerdos bilaterales con los EE.UU. y el Concordato con la Santa Sede. En esta nueva coyuntura el franqtiismo sigtiió valiéndose del mito de la Hispanidad con una fuialidad principahnente religiosa y política para consumo interno, favoreciendo una engafiosa autopercepción de poder en un momento en el que todavía atravesaba por mia critica situación econóniica (las caitillas de racionamiento perduraron hasta comienzos de los afios cincuenta). Puede sorprender a algtmos el hecho de que la dictadura franqtústa, con toda su retórica imperialista, coincidiera Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 188 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto con la descomposición definitiva del imperio colonial. De los años cincuenta a los setenta se produjo un progresivo abandono de los últimos enclaves coloniales (excepto Ceuta y Melilla): el "protectorado" de Mairuecos (1956), Guinea Ecuatorial (1968), Sidi Ifni (1969) y finalmente el Sahara español (1975). Pero es precisamente ese declive en la proyección exterior española el que explicaría el auge de la verbonea imperial, encubierta ahora bajo la retórica de la Hispanidad. Corno señala Gregorio Cámara Villar: "la distracción imperial-católica ve1úa a se,•· :'l' custitutivo del sentimiento del imperio definitivaI11e•1'.e p"rdido, expresión de un nacionalismo a ultranza an\,' l.; debilidad de la situación española frente a la r;oir.un;<lad internacional" (328). LA HISPANIDAD カQZLセ@ DESDE HISPANOAMÉRICA Dada s11 est•-ec;ia asociación con ideas imperiales o neocoloniales, la úoctrina de la Hispanidad ha estado siempre bajo sospecha en América. Así, el escritor y político argentino Juan José Hernández Anegui sugería a comienzos de los 60 que en el concepto se entreverán como sombras chinescas de las ideologías del presente, fantasías religiosas e imperiales con hedor de sepulcro. En esta última cuestión cabe decir que el fracaso de la idea sustentada por autores españoles y americanos sobre el anudamiento económico y cultural de América y España, a fin de resucitar la antigua conexión histórica, no ha ido más allá de una infusión de nostalgia monacal y utopismo reaccionario que aún desvaría con la restauración del Imperio Católico Hispánico. España nada puede sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navano 189 apmtar, por su condición de potencia secundaria (y ya lo era con relación a la América española en los preámbulos de la emancipación), a la liberación de Latinoamérica. (16) El también argentino Albe1to Buela en "La Hispanidad vista desde América", se quejaba, a su vez de que hasta ahora todos los ensayos sobre la Hispanidad hayan planteado el tema desde España, aclarando que no debe verse en su críque sería tica "una actitud de menoscabo hacia lo ィゥウセwN」ッ@ tanto como ir contra imo mismo, sino quie :1utotra meditación de la americanisurge como una necesidad de 。ヲオキ」セゥPョ@ dad en la Hispanidad" (21). Bt:ei1 fonnula tres objeciones a la definición tradicionai d;:;l concepto. La primera es que la conve1tibilidad en!!·'! 」Lセエッャゥ、。@ e hispanidad "no es la adecuada, al me11cs 1iara definir la Hispanidad, puesto que la catolicidad Itv constituye diferencia especifica de lo hispano, ョセ@ el> ;-vciusivo rasgo de lo español" (22). La segunda discrepancia radica en que aun cuando América tenía el estatus de reino y no de colonia, en la práctica hizo las veces de proveedora de oro, especias y materias primas, de modo tal que "de facto nada tiene que ver con el régimen de la monarquía española, pues, jamás participó de llll proyecto político unitario" (23). Además, la independencia se realizó bajo sistemas republicanos de fomia que "si pretendiéramos definir la Hispanidad apelando al régimen de la monarquía española, este no nos involucra a los americanos" (24). Y la tercera y última se basa en la falta de rigor que supone la generalización fundada en la !eolia de los arquetipos humanos: "sostener que la esencia de la Hispanidad se simboliza en el caballero cristiano, es mutatis 11111tandis como sostener que la esencia del inglés es el ge11tle111a11, la Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 190 Gastón Baquero: la visibilidad de la acuita del francés l 'ho1111ete homme, la del italiano il condottieri, la del argentino el gaucho o la del chileno el huaso" (25). Carlos Alberto Montaner recuerda, asimismo, que "la palabra Hispanidad está inevitablemente rodeada de una atmósfera reverencial. Se dice Hispanidad y se piensa en Maeztu, en Menéndez Pelayo, en Donoso Cortés, en Balmes y en embajadores elocuentes. Hispanidad es desdichadamente un ténnino conseivador que huele a impe1io rancio y a los textos de las derechas españolas" (24). Par?. Montaner, "la Hispanidad es una preocupación, un te1w1, 」。セゥ@ una maiúa del pensamiento conse1vador, y 。ー・ョセ@ 」LセjNゥ。ュッウ@ con crite1ios 'liberales· sobre la materia" (2t.:1. l¡,'llalmente, se trata de un concepto que nunca tuvo a, 1111go ea Hispanoantéiica, ya que, como indica el esc1itor セオl[ョッL@ "la Hispanidad es un negocio que sólo conciewe a España y las partes de Arnérica en que triunfó su ave•,tu..:a imperial" (26), subrayando, además, que "Españ,, c011 ser Madre y Padre de la Hispanidad, es sólo una pequeña porción del múverso de habla hispana" (44). Sin embai·go, como sugiere reiteradaJUente Isidro Sepúlveda, resulta necesario establecer una distinción entre Hispanidad e Hispanoamericanismo. Incluso dentro de cada uno de estos conceptos se han desa1mllado propuestas culturales y políticas de diverso signo. Sepúlveda recuerda como, con la pérdida de las colonias en 1898, España dejó de ser vista como un peligro real y la respuesta autocrítica que el 98 tuvo en la Pemnsula fue a menudo replicada en Hispanoamérica mediante un debate sobre su propia identidad. En ese debate, Estados Unidos, dejó de ser considerado un modelo sociopolítico para pasar a convertirse en el principal problema para la independencia efectiva (económica, política y cultural) de los países hispanoamericanos. En tal contexto sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 191 fue emblemático el artículo de Rubén Darío, "El triunfo de Calibán" publicado en El Tiempo (Buenos Aires, 20 de mayo de 1898) para reseñar un acto de protesta contra la intervención estadounidense en el conflicto hispano-cubano. Darío resumió su cambio de postura, que fue el mismo experimentado por otros muchos intelectuales hispanoamericanos, con estas elocuentes palabras: "Y yo que he sido paitidario de Cuba libre, siquiera fuese por acompañar en su sueño a tanto soñador y en su heroísmo a tanto máJ.tir, soy aiuigo de España en el instante qt:t" la ,níro agredida por un enemigo brutal, que lleva con1e enseña la violencia, la fuerza y la injusticia" (455). i:;,1 ;a exaltado a1tículo no hay crítica alguna de la políti;:a c,1lonial ejercida por España hasta entonces, y que el p:·oo10 Darío había denunciado. Por el contrario, de sus rid;,.bras se desprende una idealización de la España inte;11poral, llegando a afumar que frente al ataque de h '\·n01rne Bestia" España solo podía responder con el vai.:Jr y la generosidad. El 98 marca asimismo un cambio de actitud en otros intelectuales hispano!llllericanos. Desde Venezuela, Manuel Díaz Rodríguez, en su novela Sangre Patricia (1902), declaraba que "la guerra hispano-yanqui fue para nosotros la más oportnna y saludable adve1tencia" y denunciaba "la hipóc1ita actitud asumida, ya desde antes de la guena, por el Imperio del Dólar frente a nuestras pobres y desmembradas repúblicas" (203). Díaz Rodríguez proponía conjurar el peligro "vo1viendo a las conientes de la raza" (203). También José Vasconcelos en México y José Emique Rodó en Umguay subrayaban la trascendencia del 98 para los intelectuales amelicanos y advertian del peligro de conquista moral por paite de los Estados Unidos. Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 192 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculta Para Sepúlveda, este cambio de simpatías tuvo dos consecuencias muy distintas, pero complementarias: La primera fue de carácter fmmal, aunque evidencia un sustantivo trasvase de fidelidades, y se concreta en la definitiva adopción denominativa por la que la Amé1ica de tradición hispana fo1maba su identidad tomando, no sin oposiciones, el apellido de latina. La segunda tuvo una h·ascendencia ideológica mayor, pues significó el renacimiento de u!'a coniente de convergencia política enh·e エッ、セ@ :•o,; ¡iaíses latinoameiicanos, el llllionismo am-:•·h'hi10. (80) A esta corriente unionista qne a;opiraba a reforzar los lazos culturales, políticos y ・」ッゥNGI[セウ@ enh·e los países latinoamericanos se adscriti(, tlll gran número de autores de las más variadas teHt1t.2cias: d') bechv, el llllionismo cmtó trasversalmente todos Jos taovimientos intelectuales e ideologías; desde la exh·ema derecha de Víctor de Valdivia, a la izquierda revolucionaria de Haya de Ja ToITe, pasando por el socialismo de Manuel U garte, el nacionalismo de Manuel Gálvez, el idealismo de Rodó y Vasconcelos, el revisionismo de Blanco Fombona y Pereyra. Pero Jo más importante es que conh"ibuyó a ve1tebrar por segunda vez en el continente un movimiento internacional, alternativo y opuesto al promovido por Estados Unidos y materializado en Ja Unión Panamericana. (Sepúlveda 82) Es dentro de este hispanoamericanismo unionista donde habría que situar las reflexiones de Gastón Baquero sobre el tema de la Hispanidad, especialmente en su última colección sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 193 de ensayos, donde la nota dominante apunta hacia una visión crecientemente apertmista y en línea con los nuevos vientos que soplaban en Iberoamé1ica a finales del siglo XX. GASTÓN BAQUERO EN EL lNSTITIITO DE CULTURA HlSPÁNICA (ICH) La situación de Gastón Baquero como exiliado cubano en la España de Franco y la transición fue bastante delicada. A pesar del anticomllllismo visceral <lL·! ft'lliquismo, este mantuvo relaciones no hostiles con セゥ@ •:égirnen de Castro. Entre los sectores más conserva<!0vs de la derecha española la revolución se vio inicü;lmt:nte <:omo una revancha frente a la hlllllillación sufrirla L'n el 98. Entre los más progresistas, significaba la .,:¡,tuialización de una utopía que ilia 、・ウ」ッューョゥ←ャGNエᅪBsセ@ con el paso del tiempo, pero que aún hoy dfa. ウゥ[セᄋNQ・@ t.:!uiendo anaigo en gran paite de la izquierda española. i.,as prin1eras oleadas del exilio cubano fueron, por tanto, acogidas con tibieza o desconfianza por 1mos y otros (Rosenvinge 85). A esto habría que añadir la condición de mulato y homosexual de Baquero, que no pudo ser bien vista por un régimen mai·cado por la xenofobia (el antisemitismo de Franco fue obsesivo) y que criminalizó sistemáticamente la homosexualidad, primero modificando en 1954 la "Ley de vagos y maleantes" (1933), para incluir a los homosexuales, y más tarde (en 1970), creando una "Ley de peligrosidad social" muy similar a la que se implementaría en la Cuba de Castro. Si bien la llegada de Baquero a Madrid coincidió con los primeros signos de apertmismo a finales de Jos 50, se vio obligado a mantener un perfil discreto y a medir sus palabras como cualq1úer otro intelectual de la época. Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 194 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto Lo cierto es que el escritor cubano ya era conocido en las instituciones y la prensa espaüolas antes de su llegada a Madrid en 1959. Había llegado a presidir el !CH de Cuba y durante un tiempo llevó la sección hispánica ecuat01iana (Lorenzo 29). Por lo que se refiere a la prensa, Nazario G. Seco publicó un elogioso attículo sobre él en el diario Faro de Vigo (20 de septiembre de 1950) y dos aüos antes (1 de febrero de 1948) Ja revista Mundo Hispánico hacía referencia a su primer viaje a España, como ponente en un congreso ᅪGセ@ publicaría un cetvantino. En 1954, esta misma イ・カゥセエZN[@ artículo ("Diario de Ja Marina") y ur poellla ("Nacimiento de Cristo") en un número especiJ.>_1 ,1etiicado a Cuba. Gracias a Ja relación que había es•ab:ect<1o con figuras importantes de la vida política e intehc:ual española como director del Diario de la Marine, rn.1siguió trabajo en el ICH y, más tarde, en Ja Escuefa ci • ?e1iodismo y Radio Exterior de España. Las 」ッセijNMZQPョ・ウ@ del escritor con la prensa española se harían más frecuentes una vez instalado ya en Madrid. Entre 1964 y 1966 publica varios a1tículos en Arriba (portavoz pe1iodístico oficial de Falange Española). El diario Ya (de orientación iguahnente conse1vadora) aceptó también sus colaboraciones entre 1960 y 1968, gracias a Ja mediación de su jefe de redacción Manuel Calvo Remando. Luego pasaría a ser El Alcázar, el antiguo órgano de Jos requetés, el diario donde publicó con más frecuencia entre 1969 y 1971. Curiosamente sus colaboraciones en El Alcá;ar comenzaron cuando, después de un breve periodo de apertura ( 1966-1968), el diaiio había sido incautado por la Prensa del Movimiento y, bajo Ja dirección de Lucio del Álamo, volvía a acercarse a Ja línea dura del régimen. Recordemos que a partir de 1969 figuraban como propietarios del diario nada sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navano 195 menos que José Antonio Girón de Velasco (antiguo Ministro de Trabajo, falangista recalcitrante y futuro abanderado del búnker, que agrupó a los sectores más inmovilistas del régimen) y el General Jaime Milans del Bosch (quien protagonizarla, jtmto al teniente coronel Tejero, el intento de golpe de estado del 23F en 1981). Otros diaiios que contaron con las colaboraciones de Baquero, en los que debió sentirse seguramente más "cómodo", fueron Informaciones (entre 1961y1967, c•iando ocupaba su dirección Miguel Ángel Gonzalo); OMGオLセAッ@ que en septiembre de 1963 le publicó ocho aitk ·1!:;s sobre el tema del racismo; y La Vanguardia Espafiu.'r., ctonde en mayo de 1960 y con el pseudónimo de J. ki<les Va llano dio a conocer una serie de a1tículos de PIjゥiN^セ￳ョ@ sobre la situación política en Cuba: "El caso de ia Qセカッャオ」ゥ￳ョ@ cubana: una lección y una advertencia". pセ|[@ fue ABC (conse1vador y monárquico) el diai·i'l Gt:e lliás frecuentó a lo largo de su exilio español. Allí publ!l;ai·on también varias notas elogiosas sobre él iI1telectuales de renombre como Gerardo Diego, José García Nieto, José María Pemán y Guillermo Díaz-Plaja. Ya en los tiempos en que era redactor jefe del Diario de la Marina, los trabajos de Baquero sobre temas iberoameticanos, mai·cados por una ferviente hispanofilia, debieron llamar la atención de personalidades próximas al ICH. Creado en julio de 1946 como alternativa al aislamiento político del régiinen franquista, el Instituto encontró en las colaboraciones del cubano tma fonna de legitiinar una política cultural muy desprestigiada en el extetior, vista con especial recelo en Hispanoamérica. Segím cuenta Alberto Díaz-Díaz (Luces 86), su entrada al hlstituto, en 1961, se produjo por mediación de José Rurneu de Armas y le pennitió contar con un Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 196 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto modesto salario que se sumó a las pequeñas cantidades que recibía por la publicación de sus aJiículos en la prensa. Hay poca información sobre la etapa inicial de Baquero en el ICH, pero sin duda debió de ser muy intensa y productiva, ya que poco después de su llegada recibió el Premio Fraternidad Hispánica, el más importante que se concedía en aquella época a personalidades destacadas por su contribución al estrechamiento de los lazos culturales entre España e HispanoaJnérica y que desencadenó una serie de merecidos homenajes. El 14 de maJzo de 1962, el 'bfic ABC, con su habitual sole1mlidad, recogía así la n0'ic1a: Las deliberaciones que h:111 ¡,recedido a la concesión a don Gastón Baqu•.'tn rlel Premio "Fraternidad Hispánica 1960" ィ_Nセエ@ si.:!o laboriosas. El Jurado se atuvo a 」ャ£オウ。セ@ r,ul, tanto por el valor espiritual (o dicho más m0J.:ofamente, histórico) del Premio, cuanto por ウセᄋ@ ・Lクセイ_Nッ、ゥョ。@ cuantía, impresionan a los hombres que, a solas, meditaron, y luego, conjuntamente, en dos largas sesiones, arguyeron, y, con pleno sentido de la justicia finalmente decidieron [... ]. Lo proclamamos como homenaje al mmúfico compatriota que, a través de las columnas de ABC, desde su lejano y oscuro aislamiento, aspira a perpetuar la grandeza de esta sencillísima constante histórica: la he1mandad del mm1do hispánico [.. .]. Gastón Baquero, en los diarios Ya, La Vanguardia Española y ABC, donde regulaJ·mente colabora, ha consolidado en el año 1960 el claro renombre que tenía de antiguo en toda la Amé1ica de 01igen español. Como escritor y como hispanista. Es un gran escritor de América que siente y que ha sentido siempre los viejos latidos de la raza, perpetuamente sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan-o 197 remozados, pe1petuamente rejuvenecidos, pe1petuamente vinculados con nosotros. (Díaz-Díaz,Luces 63) A la noticia del premio, se añadía el Acta del Jurado, una reseña biográfica y una entrevista. La revista Blanco y negro, tma de las más populares en aquel tiempo, se sumaba también al homenaje y en el níllllero 2.602 del 17 de marzo de 1962 publicaba 1l1l extenso rep01taje, con entrevista incluida, que fumaba Pedro de Lorenzo y que resrnnía así el dictamen del Jmado (integrado, entre otror, por Torcuato Luca de Tena y Luis Calvo): Ha tenido en cuenta que t· iC.:" la obra pe1iodística realizada por el escrit<>r ct•bano don Gastón Baquero -quince años redacit.r jefe del "Diario de la Marina" de La Habm;a- e>:tuvo presidida siempre por "un elevado espÍIÍt'l de dignidad profesional, independencia de 」イゥエセッ@ y espíritu de fraternidad hispánica entre los pu-:••los de España y de América; y todo ello servido por rn1 depurado estilo litermio y tma profunda cultura hispánica". (28) Poco después (el 4 de abril de 1962), era el propio ICH el que rendía homenaje al escritor cubano con la pmticipación de ilustres personalidades en un acto que, a su vez, fue ampliamente recogido por la prensa. ABC publicaba al día siguiente varias collUII11as que inchúan una nota general sobre los asistentes, el discurso del entonces director del ICH (Gregorio Marañón Moya), tm resumen del discurso prommciado por el propio Baquero y un a1tículo de Alfonso de la Serna titulado "Las manos de Gastón Baquero". El acto coincidía con rn1 momento de paiticular esplendor para el Instituto que bajo la dirección del hijo del famoso histo1iador Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 198 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto Gregorio Marañón creó su Consejo Editorial, el Consejo Cristóbal Colón, la Oficina Internacional de Infonnación y Obse1vación del Español y el Centro de Estudios Jt!l'ídicos Hispanoamericanos. Aunque no se conocen muchos detalles sobre las actividades de Baquero en la institución (al margen de sus habituales conferencias y artículos de prensa), de los testimonios recogidos por Albe1to Díaz-Díaz en su biografía (Luces y tinieblas) se deduce que el escritor cubano セゥァオ￳@ gozando de gran prestigio cuando, en 1973, la ri;eüdencia del Instituto pasó a manos de Alfonso de 8l't0ón y Dampiene. A diferencia del anterior director, セᄀ@ claque de Cádiz desconocía por completo la realio>1C:' lJispanoame1icana y pronto se Díaz-Díaz describe de esta convittió en su asesor ゥGイᅪィセエー。ャN@ forma ーゥョエッイ・ウ」セ@ h }.'tculiar relación que tuvo con el nieto de Alfonso xuセ@ '' primo de Juan Carlos I: Ell ::-\ 111stituto de Cultura Hispánica, Baquero desairnlló 1ma imp01tantísima labor. Allí tuvo oportunidad de desplegar todo su talento y conocimientos -miseiia de salario apaite. Todos los asm1tos de Hispanoamética los ventilaba él. Cuando asmnió la dirección el duque de Cádiz, Baquero se convirtió en un factótum. Desde indicarle a Su Alteza -así se ditigía a Alfonso de Borbón-donde quedaba el Paraguay, hasta dai"le su opinión pai·a la votación en los premios Ceivantes. Opmión que de nada servía, puesto que el Duque de Cádiz siempre se dejaba mtimidar por los capos del jm·ado. (89) A esta época pe1tenece el cuadro de José Maití que colgaba en su salón jm1to a la bandera de Cuba y el reh·ato de su madre. La forma en que fue a parar allí, refleja la falta de sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 199 sensibilidad y la ignorancia con la que pacientemente tuvo que lidiar en su trato diario con los füncionarios del aparato cultural del franquísrno: "No olvidemos que el cuadro de José Martí que colgaba en la estancia de trabajo de Gastón Baquero había sido rescatado por éste del contenedor de la basura del Instituto de Cultura Hispánica, donde füe anojado por orden expresa del duque de Cádiz, que justificaba su acción alegando que 'por culpa del Maitín ese perdimos Cuba"' (Díaz-Díaz, Peifil 92). HISPANIDAD Y MESTIZAJE EN GASTÓ!. !:: Gセuero@ En IBNCA (1991) es dor.de d vieta cubano ofrece su reflexión más profunda sobrp セゥウー。ョッュ←Q」@ y sobre la identidad hispánica. Pu•;;:c.1<lo en vísperas del Quinto Centenario y con el patror;jnit del Instituto de Cooperación Iberoamericana (org.ui,il.rno que en 1979 reemplazó al antiguo ICH), el libro presenta una visión revisionista de una gran paite de los mitos de la Hispanidad. Si bien se trata de una selección de textos que abarcan tres décadas, el tono dominante que se desprende del volumen es el que caracterizó la época en que vio la luz. No hay apenas rastro aquí (am1que algo queda) de las nostalgias imperiales tradicionalmente asociadas al mito de la Hispanidad en sus orígenes y, menos aún, de cie1tos tintes xenófobos con que se caracterizaron algmias de sus manifestaciones originaiias. Todo lo contrario. Como se desprende del propio título, la intención de Gastón Baquero es la de ofrecer una visión alternativa de la Hispanidad como crisol de razas y culturas, reivindicando la Otredad americaiia corno el origen de un proyecto colectivo que todavía no ha sido debidamente mate1ializado. Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 200 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto El vohm1en se abre con tma introducción que marca.el tono dominante en la mayoría de los ensayos y que apunta a tma reivindicación tanto de las tendencias unionistas dentro del hispanoamericanismo como de la realidad mestiza del continente: "Este libro es una recopilación, seleccionada, de trabajos hechos a Jo largo de tma vida por alguien que se considera a sí mismo como hispanoamericano integral: un mestizo en todos Jos sentidos y en todos sus sentidos. Mestizo por fuera y por dentro" (15). Más que los detalles del fenómeno del descubrimiento y la .-c,rn:ista, Baquero se muestra interesado en sus resulta<!o> y en las posibilidades derivadas de este encuentro ><1,1hietnico y phu-icultmal: "Entiende el autor que Ja rab'Jra .•11esti=aje es una de las más bellas del idioma y es la rent:sentación semántica y sonora del hecho producid0 ,,n el Nuevo Mundo a partir del 12 de octubre de 1492" (1 .J). El propio título del libro, afinna el autor, contienl' "t0da una doctrina. Porque 1ma Sociedad puede ser compi.:·ada con un horno, con un gran caldero donde se cuecen mezclados los individuos y los grnpos lnnnanos que nacieron allí y se fmmaron física, moral e intelectualmente allí, con [ ... ] características propias, las idiosincrasias nacidas de Ja síntesis: la mezcla y el mestizaje" (15). La noción del mestizaje que comtmican Jos 49 aitículos y ensayos (50 si incluimos Ja introducción) rennidos en el volumen va más allá de Ja simple mezcla de razas; abai·ca también diversas manifestaciones del sincretismo y la transcultmación: Hay que apresmai·se a decir que la noción de mestizaje no define únicainente la mezcla de dos razas de caracteres externos diferentes. El mestizaje a que me refiero al hablar del hombre americano es, ante todo, sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 201 el mestizaje cultural, lingüístico, filosófico. El nacido de la fusión o concmTencia pennanente de opuestas concepciones de la vida y de la sociedad, ap01iadas por las corrientes humana -los materiales- que entraron en la fusión, conociéranlo o no los portadores, los agentes y paiiícipes del mestizaje. (15) De manera didáctica, hace un repaso al 01igen e histo1ia de la difícil relación entre los tres grupos humanos fundacionales: Indios, europeos y africanos, se víe;·<,11 obligados a volvelia a ser lo convivir. Ningimo de los tres ァᄀQゥッセ@ que era, el que puramente ::ra, u indio, o europeo, o africano puro. Inseusihle1aente, todos pasai·on a ser otra cosa, otro tipo: !I r\.uevo hombre de allí, el mestizo. Mezcláranse o ac las sangres, se entremezclaban las almas, ャ。セ@ p:l;:!bras, las creencias y supersticiones, las 」ッウエオゥ[セlイ・L@ los sentimientos, de pena o de aleglia. ( 15) La americanidad (la identidad americana) es, por tanto, concebida como el resultado de la mezcla cultural y espiritual de estos grnpos, lo que dio lugar, asimismo, a im idioma que reflejaba ese mismo sincretismo: "lentamente se fueron imponiendo las palabras propias, el idioma común que ya nacía mestizado, mezclado al fuego del gran caldero de Amé1ica" (16). El balance último que Baquero hace de la historia de las relaciones en el mundo hispánico es, sin embai·go, ainbivalente. Refleja un éxito espiritual (seda más apropiado llamaifo "cultural"), pero un fracaso material: Pero esa síntesis, hija de la convivencia, se mantuvo -y se mantiene, que esto es lo grave-- únicamente en el te1Teno metafísico, en el del espüitu. [... )]La concepción religiosa de los que llegaron era --es- excluyente Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 202 Gastón Baquero: la •·isibilidad de lo oculto e intolerante para cualquiera otra creencia religiosa. Tanto los que estaban como los que füeron llevados, debieron someterse a la autoridad religiosa y a Ja autoridad política de Jos que llegaron. [... ]y quienes no accedían a prestar obediencia a Ja Corona, que españoles y portugueses identificaban con Ja fe religiosa, eran implacablemente banidos, eliminados. (J 6) Es esta ambivalencia, estos reparos frente a los aspectos materiales de la empresa del Descubrimientél y Ja conquista uno de los rasgos que distancian al esr1 •tL•1 cubano de las tendencias más reaccionarias de la ffo,pu1lidad. No podernos olvidar que muchas de las refl.t:<;ones recogidas en este libro aparecieron dentro •.le un rnarco institucional que se resistía a cualquier obj'!ct.;a en tomo a la labor civilizadora de España. En ・ウセ@ セッNj[・クエL@ las palabras de Baquero füeron un conectivo d! ,¡ue no estaban acostmnbrados los lectores de la prnmn e,spañola de la época: Los que llegaron, vivían convencidos de que representaban la Verdad, la Salvación de las almas y la Luz del Conocinliento. Tan convencidos estaban, que imnediatamente reprodujeron allí su sistema social (las jerarquías y las castas), su sistema econónlico (la propiedad privada romanista) y su sistema jurídicomilitar-político (Audiencias, Ayuntamientos, Cuarteles y Guarniciones). (16) Los resultados del trasvase de este régimen de castas a la realidad del Nuevo Mundo f01man, segím Baquero, las bases de Ja desigualdad social que no supieron resolver las repúblicas independientes y que todavía hoy sufren las naciones hispanoamericanas. sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navaffo 203 EL AUfODESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA La primera parte del libro ("El autodescubrirniento de América") agrupa un total de 13 ensayos centrados en el significado y relevancia que 1492 tuvo en la configuración de la identidad iberoamericana. Esc1itos entre 1962 y 1990, muestran la evolución en el estilo del autor a la hora de tratar estos temas. Sin embargo, las diferencias son generalmente "de tono" más que de contenido propiamente dicho. De hecho, el a1tículo que abre la sección, "1'n un lugar de América: el 11 de octubre de 1492" (l <,·1", i9-25), esctito al poco de ingresar en el ICH, イ・ウQNZエセ@ un tanto audaz para la época por su síntesis entre 'a visión (y la retórica) del discurso providencialista セQ@ tom;i al Descubrimiento y tm revisionismo que adelan:;; el espíritu del Quinto Centenario y que pocos eL ¡)iena dictadura franquista se habían atrevido a ª"tc;.'.11rar. Si la doctrina reaccionaria de la Hispai;AaC: <uorayaba el aspecto mesiánico de Ja empresa evangelizadora, el aitículo de Baquero Jo hace ai'm más si cabe, pero centrándose en Ja perspectiva indígena. Es ahí donde podemos apreciar, de nuevo, su innovadora visión. Influenciada muy probablemente, o bien por la obra de León Portilla, o por la Historia General de Fray Bemardino de Sahagím (sobre la que el antropólogo mexicano constmyó su "visión de los vencidos"), el ensayo presenta una realidad precolombina en la que "las gentes que vivían al otro lado del mar europeo presentían el gran cambio que se producida en sus vidas" (19). La audacia a la que me refería radica en Ja manera que se introduce la perspectiva del Otro indígena en un discurso tradicionalmente marcado por el eurocentrismo. En este, como en otros ensayos recogidos en el volumen, se obseiva Galerada digitai. Propiedad de ia editorial. Fichero para uso exclu. 204 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto una sutil (pero insistente) protesta frente al desconocimiento de la Amélica aboligen que revela desde su oligen la doctrina de la Hispanidad: "Es reahnente asombroso cómo, por la fascinación ejercida por un hecho tan notable como la conquista y civilización españolas de Amética, no nos hayamos todavía acostumbrado a detenernos un poco más en el conocimiento de los seres y de las colectividades a quienes los españoles transfonnaron" (20). Adoptando un recurso que recuerda al empleado por el Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales, Q QZMセ[N、。@ del mtmdo a continuación se presenta una visión ゥ、セ」N precolombino en el que la conquist? :10 ,e justifica por el salvajismo o idolatría de los indíf!,,,U<:s, sino por "la intensa c1isis espititual" de sociedqde:: qt.-:, en cualquier caso, habían llegado a alcanzar tm alt(' セイョ、ッ@ de desanollo cultural. Por セG・Zᄋウー」エゥカ。@ contemporánea el ensayo supuesto, desde オョセ@ setia muy cuestioi:a0ie para cualquier antropólogo. Baquero habla de '·cnlh•ras superiores" entre los nativos y "de élites ゥョエ・ャ」オ。セウB@ (que eran las que supuestamente más sentían los presagios de la llegada de los españoles), pero es interesante que tales presagios no reciban aquí el epíteto de "funestos", tal y como muestran los relatos "prehispánicos" recogidos por Sahagún (y reciclados por León-Portilla). En la visión de Baquero se trata de "avisos" y "signos" de una nueva realidad presentida y deseada por tma comunidad que, sin embargo, había conseguido producir, por ejemplo, tma poesía exquisita. Para el cubano "es impresionante el 'sabor' de modernidad, de actualidad, que tiene la poesía precolombina" (23) y, así, reproduce tm largo poema de Netzahualcoyotl, al que compara con Rubén Datio, Gabtiela Mistral y T. S. Eliot. Esta reivindicación del componente indígena como parte de la nueva realidad mestiza que abraza Baquero supone tma nueva desviación de la Hispanidad más sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 205 oscmantista, que acostumbraba a relegar el mundo prehispánico al papel de mera tábula rasa sobre la cual España pudo materializar su labor civilizadora: ¿Qué tal si nos preguntáramos, para obse1var aquel escenario bajo una luz distinta, qué era América el 11 de octubre de 1492? Creo que este cambio de perspectiva tiene alguna eficacia, no sólo porque nos pennite an1pliar un tanto nuestro criterio sobre el valor de la obra espa!lola en América al no subesfrnar al indígena tanto corno es habitual hacerlo. (1 '.IJ Los ecos de Comenrarios reales «o;>, de nuevo, evidentes aq1ú. El texto de Baquero rer,ue:·aa la actih1d de Garcilaso, cuando proclamaba la nec,,&;Jad de reconsiderar la importancia de 1ma ーュセN・@ .:ie la realidad prehispánica, mientras condenaba ウオエゥャANセL\@ la ignorancia que en Espa!la se tenía de "esta rerública, antes destruida que conocida" (46). Tanto e1 !'.lea como Baquero son escritores mestizos que escriben desde su exilio español intentando legitimar su doble herencia culhll"al, algo imposible en última instancia ya que no hay síntesis posible entre el discurso imperial y el indigenista. La única posibilidad es crear una nueva ficción en la que el mestizaje se acepte como una realidad incuestionable a partir de la cual poder constmir algo nuevo en el fnhll"o (aunque nunca quede completamente claro en qué consiste esa Hispanidad utópica a la que Baquero se refiere a menudo). Como aquel otro mestizo, el cubano recusa la historia oficial (en este caso el discurso de Maeztu sobre la Hispanidad) y lo hace elaborando un nuevo mito del origen para la Hispanidad. No es otra la razón que le lleva en varios de sus ensayos a reivindicar el papel de Miguel de Unanm110 como supuesto padre del concepto. En "La América de Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 206 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto Unamuno" y "Unamuno en América" propone 1U1a tesis hace tiempo cuestionada por Jos historiadores: Por alimentar ideas como éstas, Unanmno descubrió un día la palabra exacta y precisa para su sentir. Fue él quien dio con el vocablo 'Hispanidad', como antes había dado con 'argentinidad'. No de Unamuno, sino de Monseñor Vizcam1, tomó Ramiro de Maeztu el término, para incluirlo en el libro que dio alas al vocablo, y de ahí que se adjudique Ja ー。エ・ュゥ、セ@ al sacerdote, pero parece indudable que el aport1.C Go monseñor Vizcana consistió en Ja interpret<trn'.,,1 de tipo religioso, ecuménico, que diera al ¡t.¡,y,iJ.10 en momentos en los cuales seguía prevakc.•tmdo la inte1pretaciónramplona y superficial de Bdゥセ@ de Ja Raza". El vocablo en sí, el fonema, alb,)leó en Unamuno. Éste explica: 'Dije Hispan;,i;;J, y no españolidad, para incluir a todos ャ・セ@ \ÍJ.••jes, a todas las razas espirituales, a las que se han hecho del ahna tenena [... ]y a Ja vez celeste de Hispania'. (La peligrosa tontada de 'Día de Ja Raza' fue obra, principahnente, de Hipólito Irigoyen). (207) No vamos a entrar en los detalles de una larga (y en última instancia estéril) polémica sobre quién fue el primero en utilizar el vocablo, ya que se trata de un palabra que, ya puestos a rastrear genealogías, aparecía en textos del siglo XVI, si bien con un significado diferente del que le atiibnían tanto Vizca1rn como Unamuno. Lo que sí es innegable es que la doctrina de Ja Hispanidad dominante en Ja España franquista es heredera directa de Ja que formuló Maeztu sobre la base de Zacarías de Vízcana, de modo que el posicionamiento de Baquero en este sentido se desvía una vez más de las posiciones más intolerantes, ya que convie1te m1 concepto sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navano 207 excluyente y reaccionario en otro abarcador y mucho más en sintonía con la realidad de finales del siglo XX. Pero lo realmente sorprendente es que en textos publicados en los aüos 60 en diarios como ABC, Arriba, o El Alcá=ar se atreva a referirse a la expresión "Día de la Raza" como una "peligrosa tontada'', ya que dicha expresión poco antes había llegado a conve1tirse en uno de los clichés favoritos de la dictadura franquista para referirse oficiahnente a las celebraciones del 12 de octubre. Más problemáticas son sus reclm·entes il<:. セ」。Zュゥッョ・ウ@ a la vida y la obra de fray Ba1tolomé de lセN[@ Casas. El ataque a las Casas, como origen de la fü:fü1da Leyenda Negra sobre la Conquista, fue moneda -:mnún en la Espaüa de Franco y Baquero lo retoma de 1.:'la bnna iguahnente caricaturesca en al menos dos de セャゥウ@ a;tículos ("Fray Toribio, 'Motolinía "' (243-44) v BQGサᄀ[セLゥョ■。Z@ el hombre que dijo no a Las Casas" (245-4(:1). ;::;..._ellos contrasta la figura del franciscano con la del domimco, dando total crédito al primero, en menoscabo del segundo. Para Baquero, "el tema de la extinción de los indios de América por los conquistadores y colonizadores apareció en el mismo siglo XVI, con llll claro designio de daüar la reputación de conquistadores y colonizadores. Hubo intención maligna en la pintura hecha, def01mada adrede, por el padre Las Casas" (65). Su retrato del dominico parece estar tomado literahnente de la carta que Motolinía envió al emperador en 1555 y que Baquero no duda en calificar como "la denuncia más completa de los hechos del gran teó1ico de los derechos humanos" (244): Las Casas es un hombre de acción, un político, un gueJTero polémico y agresivo. 'Motolinía' hace por el amor real y positivo a los indios, con hechos, mu- Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 208 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to cho más que Las Casas, teorizante tonencial sobre los derechos del indio, pero que en la vida práctica y cotidiana trataba a los indios como bestias de carga, y los gobernaba con mano de hie1rn. 'Motolinía' no conocía la iracundia; Las Casas era violento hasta lo convulsivo y epiléptico. El único sacerdote perfecto era él. Insoportable, impe1tinente, lioso hasta la paranoia, por dondequiera que pasa levanta controversias, pleitos y crispaciones inacabables, por su arbitrariedad y su sectarismo. [ ... ] Donde Las c・Zセᄋ[@ ;JOne la mano, siembra un avispero. Litigante ru:to, 110 conoce límites ni prudencia a la hora de !'t.lv.::rizar a llll adversario, que para él es siem;:ir!l !m ,·.nemigo. (243) La descripción de Bat:;'1e1;:; no puede ser más hiperbólica y maniquea: "Clamabi. 1.1.otolinia por la verdad, y el otro por la mentira. N?ttü..;hnente, ha tri1mfado el malo. ¿Cuántos han leído la "art.• de Motolinia al emperador, comparados con los que han leido, más o menos, las acusaciones de Las Casas?" (246). Le parece especialmente inaceptable al cubano el papel de Las Casas en la in1po1tación de esclavos afiicanos al Nuevo Mm1do, para lo que no duda en citar el comienzo de m1 relato Historia universal de la i11fa111ia ("El ah·oz redentor Lazarus Morell"), donde Borges ironizaba sobre "la cmiosa filanh·opía" encenada en la propuesta que Las Casas hizo a Carlos V de reemplazar a los nativos de las colonias por esclavos afiicanos (! 03). Sin embargo, oculta que en la citada carta que Motolima dilige al emperador, el franciscano defendía el sistema de encomiendas y justificaba la esclavitud y el uso de la fuerza para c1istianizar a los indígenas. Pero lo más rnteresaute de su h·atamiento de Las Casas radica en 1ma diI1ámica que reaparece en muchos oh·os de sus sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan-o 209 ensayos y que es la que co1Tesponde al polemista nato que era: Baquero desmonta un mito para constrnir otro que el mismo se encarga, a su vez, de desmontar. En "La extinción (actual) de los indios" (65-67), publicado inicialmente en 1985, cuando ya la democracia había sido consolidada en España, Baquero adopta ahora una perspectiva revisionista en tomo a la polémica entre Motolinía y Las Casas y ya no ve en ella otra cosa que el resultado de los conflictos entre las órdenes religiosas en la España imperial, algo que se ajusta mucho más a la historiografía Zᄋ・セQエ@ sobre este tema. Lo hace, además, recusando ua<li: mtnos que a Ramón Menéndez Pida!, al que siempre セlオ[、・イ￳@ como uno de sus referentes intelectuales:' No creo que ョゥセ@ !foro consiga convencer a la gente de lo que n« l 1uiere ser convencida. Con el respeto debido d ..!oJ.J. Ramón, creo que esta vez ha podido IT"<Ís c•n el el patiiotismo que la ciencia histórica. El padre Las Casas no estaba loco, nunca lo estuvo, sino cuerdo y muy cuerdo, demasiado cuerdo quizá. Es mi criterio que este asunto de la extinción de los indios, ti·atado a partir del testimonio del padre Las Casas, sólo podrá comenzarse a conocerlo cuando se esc1iba una historia objetiva real, sobre las relaciones enti·e las órdenes religiosas en Aruética a paitir del año 1nismo del descubrimiento. (66) Desde luego, nada más lejos de la "historia objetiva real" que el cuadro que a menudo pintó el autor cubano del Descu- ' Baquero se refiere al libro de Ramón Menéndez Pida!, El padre Las Casas: s11 doble personalidad (1963). Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 21 O Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto brimiento y la Conquista, pero aquí, como en otros muchos casos, la sugerencia de Baquero aptmta finalmente en la dirección aceitada: el retrato que Menéndez Pida! presentaba de Las Casas era exagerado hasta rayar en lo extravagante y no contemplaba que la polémica debía más a las tensiones entre dos órdenes religiosas (los franciscanos, a quienes se encomendó inicialmente la empresa evangelizadora, y los dominicos, que aspiraban a consolidar su poder en la Nueva España), que a motivos pmamente altruistas o humanitarios. MESTIZAJE E IDENTIDAD IIlSPÁNICA En "Variaciones sobre el tcliia <!el racismo" y "Desunión de América" (las dos !'ar'ª' centrales de JBNCA), Baquero explora las ウッュA^イョセ@ cZセQ@ Encuentro. Si 1492 supone el comienzo de la p.tn;;>1.1 de imaAmérica mestiza, este encuentr-o multiéMicc エィセ@ también el origen de un sistema de castas que ha pe1petuado la desigualdad social en Hispanoamérica. A la pregunta "¿hay razas o no hay razas?", que da título a uno de sus ensayos, responde: no hay "razas originalmente puras, sino nuevas razas, nacidas de aquel largo proceso" (77). Y en aquellos sitios donde conviven razas distintas smgen necesariamente graves conflictos, surge el racismo. Baquero contr·apone este fenómeno a una condición universal y colectiva, supra1rncial: la condición humana. Los prejuicios raciales se ponen a prueba cuando se convive con otra raza y se agudizan especialmente en momentos de crisis: "Hay racismo porque hay miedo. No sólo miedo sexual, ni sólo miedo al cambio de pigmentación, ni miedo a la pérdida del ancestro familiar, sino fimdamentalmente miedo económico, miedo al hambre" (78). En los países sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navarro 211 donde convivan distintas razas una de ellas siempre verá en la otra un intruso, una amenaza, porque para Baquero "el racismo es hijo de la miseria" (78): "Mientras haya zonas geográficas habitadas por seres que apenas si pueden ganar el sustento diario, será casi imposible vencer al racismo en cualquiera de sus variantes" (80). 4 En "El negro en Cuba" (91-116), incluido a continuación en el libro, Baquero se muestra iguahnente contrario a la negación de los conflictos raciales en Cuba 、セウーオ←@ de la independencia. A pesar de los progresos clt; 1a ¡Nblación negra durante la primera mitad del siglo X.\, Baquero insiste en desmontar el mito (él lo llama "t'Rlía" y "llllo de los tópicos favoritos del exiliado cuba•10'') dt la inexistencia de conflictos raciales durante e! peiiodo republicano. El racismo en aquellos momento' 1.0 se manifestaba en forma de maltrato sino en la imposición de baneras a las o falta de ウゥャNGᄀjセ。L@ 。ウーゥイ」ZLNョ・セ@ de ciertos grupos sociales.Aquí insiste, de nuevo, en el miedo como eje de todo conflicto ("füente de todo odio, guena, recelo") y ve en el "temor al negro" uno de los elementos desencadenantes de los conflictos en la historia nacional: "toda la historia de Cuba, desde el siglo.XVI hasta nuestros días, se explica enfimción del problema negro, en razón de la presencia cuantiosa, predominante en ocasiones, pero intensamente repudiada, del negro en Cuba" (94). Como bien señala Isabel Castellanos en "Gastón Baquero En relación con la teoria de la otredad que se desprende de estos ensayos, Jesse F ernández (25) sugiere la posible influencia de Edward Said, lo que parece poco probable. "¿Hay razas o no hay razas" se publicó originalmente en 1963 y "El negro en Cuba" eu 1972. mientras que la primera edición de Oriellfalism no apareció hasta 1978. 4 Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 212 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto y la identidad nacional cubana'', el polemista cae de nuevo en la hipérbole para subrayar una realidad incuestionable: "¿Toda la histoiia de Cuba? En su justo afán por condenar el a veces sutil racismo cubano Baquero, a mi juicio, exagera tm poco. Pero sí podemos afumar, sin temor a equivocarnos, que por lo menos gran parte de nuestro devenir como pueblo ha estado -y sigue estando- marcado por el signo racial" (176). A lo largo de este extenso ensayo Baquero hace un repaso a la historia de Cuba para mostrar la presencia del miedo al negro en todas sus etapas: ・ゥセ@ AセN@ e:ilonia, en las gnetrns de independencia, en la r・ーGゥセQヲ[。N@ Si bien, elogia el papel de José Mattí y aョエッゥセ@ セᄋヲ。NZ・ッ@ por su defensa de 1ma nación multinacial q11e :Ute;trara a todos los cubanos, sin discriminación de su l'Ogen étnico, no puede olvidar ese otro modelo de •1aci•u .:¡ne proponían representantes de la bmguesía colonia! criolla como Domingo Delmonte y José Antonio Saco, quienes obsesionados por "el peligro negro" abogaban¡:>ormia cuba11idadunifonnemente blanca. Si bien tenninó por imponerse el modelo de Martí y Maceo dentro del movimiento independentista, Baquero socava la idea de que el racismo fuera eliminado en la Cuba anterior a la revolución. Las posiciones de mando económico, social, político, diplomático y judicial siguieron en manos de los blancos y el segregacionismo era común eu muchas escuelas ptivadas y espacios públicos. La situación del negro. por tanto, no mejoró sustancialmente durante el siglo XX, de ahí que la constmcción de una Cuba multirracial siga siendo un proyecto inconcluso: Si los cubanos queremos reconstnúr la nación, y creo que ese es el imperativo de las generaciones en cuyas manos se perdió la República y el de las generaciones sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan·o 213 que ahora surgen en el ho1izonte, tenemos que comenzar por reconstmir interionnente, dentro de cada uno de nosotros, la integridad psicológica, étnica, histó1ica, cultural, compuesta por las razas que enraizaron en la Isla y por las gentes de todo origen que quisieron constmir, a través de los siglos, el hennoso edificio de mia Pahia libre, justa y feliz, lllla Pahia de todos. (116) No queda del todo claro cómo puede a llegar materializarse ese proyecto cuando en este mismo ensay" (al igual que en los oh·os dos incluidos en "Vadaciv1t5 sobre el tema iÍ.>ión profündamente del racismo") Baquero pa1tía de オョセ@ pesimista sobre la condición hi.11ana: "Dondequiera que estén conviviendo dos イ。コセL@ doJ religiones, dos idiomas, dos culturas, dos nive!es económicos distintos, hay discriminación, hay lucha c;e razas, y una de ellas tiende instintivamente a dufo;r,ar a la oh·a para dejarla al margen de las posibi!;'1ad,,, de bienestar, de acceso al poder, y de aseguramiento del po1venír" (92). Si el impulso de dominación es inherente a la condición humana y si la mera existencia de diversas razas es ya de por sí un detonante de conflictos, difícilmente pueden llegar a resolverse tales conflictos, salvo en el no-lugar de la utopía. Y es que la suya es m1a visión cainita del género humano que parece dejar poco espacio a la esperanza: "Desconocer esto es desconocer la historia pasada y presente de la humanidad. Dicho de una manera simbólica, desconocer la lucha pe1petua de irnos hombres contra otros por apoderarse del mando y de la riqueza, es desconocer la trágica supe1vivencia del episodio de Caín y Abe!" (92). En un lúcido ensayo sobre el tema al que ya me referí, Castellanos apunta este mismo problema al que encuenh·a Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 214 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto finalmente una explicación satisfactoria. Tanto en este como en otros muchos ensayos, Baquero se refirió al racismo como síntoma de animalidad, de inferioridad en la evolución espiritual del ser humano: "El racismo es un capítulo de la zoología, una supervivencia de la infrahmnanización del hombre primitivo" ("El ejemplo" 11). Solo será posible superarlo, pues, mediante un acto de regeneración personal y colectiva. Así cabe explicarse el llamamiento antes citado a "reconshuir interiormente, denhu de cada uno de nosotros" la realidad multinacial del país. No es LIエZセ@ i.: razón que lo lleva a proponer a Mru.tí y Maceo ccu10 tjemplos de superación de los prejuicios que difir1,1ta;1 esa labor: Nuesh·a historia rn ·wsh·a tlos grandes modelos de Q エ・QNセョ@ hombres ・ュゥョZ cultos, desprovistos de lo zoológico hast.1 .;n el fondo de sí mismos: José Martí y aョエッQセP@ セャゥ。」・ッN@ Ni el uno ni el otro se pensó nunca c,1 1110 hlanco o como mulato: ambos eran felices en su conciencia de ser mucho más que concenh·ación más o menos intensa de melanina. Los dos eran, primero, cubanos. Y luego, todo lo demás, lo accesorio. ("El ejemplo" 11) Algo parecido se desprende de sus reflexiones sobre las desigualdades sociales y la desunión de las naciones iberoru.nericanas. El gran drama de la América hispánica, para Baquero, es que la independencia no sólo no acabó con el racismo, tampoco produjo ningún cambio sustancial en las viejas estrncturas sociales y económicas. Por el conh·ario, se incrementaron las desigualdades. En el apa1tado que titula "Desunión de América" Baquero crítica las injusticias sociales, derivadas del colonialismo, pero también de la organización social que surge en las nuevas repúblicas in- sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navaffo 215 dependientes. Especiahnente elocuentes son sus reflexiones sobre la marginación del indio y el negro: El indio y el negro quedaban automáticamente marginados de la vida social, política y militar, por el susodicho Régimen de Castas. A las ya tradicionales de España, sumaron la de diferencia de razas. Desde el siglo XVI mismo, indios y negros quedaron excluidos de detenni.nados rangos de la educación y aun de los oficios. A ellos les dejaron los que ャ・ァセイッョ@ la pequeña agriculhua, la minería, la artesa!';" ¡ roda fonna de servidumbre, y siguen así, sigtt-'u ... (16) Una de las grandes limitaci0ne,; para el desa!l"ollo de Hispanoamérica radica en h '1<¡;anización cuasi-feudal (premodema) que sus オ。セjャGu・ウ@ habían heredado de España: Las ウッ」ゥセエャQA・@ hispanoamericanas, pese al mestizaje p•·oti.mdü, el metafisico, crecieron así apoyadas -atrinche1<1das puede decirse- en la rigurosa separación de las razas y las clases. El indio y el negro se vieron obligados vivir a la manera de aquellos esclavos del Medioevo, que vivían como siervos de la gleba en los alrededores del castillo, donde reinaban los altos y altivos señores. (16) Pero el gran drama de la Hispanoamérica moderna, según lo entiende el autor, consiste en que la independencia no produjo cambio algm10 en las viejas estruchrras, ni en el régimen de propiedad: "Los cliollos de la aristocracia se apoyaron en la masas negras e indias para desalojar del poder a la Corona, pero en cada país ese poder pasó a las contadas manos de la oligarquía" (17). Esta tensión entre la resistencia de los privilegiados y las exigencias de los sectores más desfavore- Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. 216 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto eidos (y en pmticular de las castas subalternas) es una de las razones que explicaiian la inquietud e inestabilidad en que se encuentran casi todas las naciones iberoamericanas (17). Lo anacrónico es que Baquero produjo la mayor pa1te de su obra ensayística en tomo a la Hispanidad dentro de un contexto político que veía en ese mito una perpetuación no solo de los valores "espirituales'', sino también del sistema social y económico que España expmtó a sus colonias con tan nefastas consecuencias. La introduccié!l del libro, escrita desde la perspectiva del final del m.'.le'lio, despoja, sin embargo, al mito de la Hispanida<l N」ゥセ@ <oda carga política, reduciéndolo a su componente .o,11mnente espiritual y metafisico. Si queda algo dt lo po1itico (de Hispanoamérica como proyecto unitario y alternativo), esto es relegado a una abstracta utupia proyectada sobre llll futuro incie1to y dentro de um .;;;1<:era declaración de buenas intenciones: "Indios, b\i.w;us y negros hierven en el mismo caldero. De esa he1vidura ha de salir, tiene que salir lo antes posible, un sistema de sociedad donde queden abolidos los privilegios de raza y de casta. Signo del atraso espectacular y doloroso en que se encuentran aún esas sociedades es la feroz división de clases y de orígenes" (17). CONCLUSIÓN: LA UTOPÍA DE LA HISPANIDAD Consuelo Ttiviño ha subrayado el componente utópico en el pensamiento del esclitor cubano: "Baquero pe1tenece a la 'raza' casi extinta, de los que piensan que el futuro será mejor y que a lo largo de la historia el hombre ha venido asistiendo a im proceso de htllllanización que necesariamente le lleve a la concreción de la utopía. Ese 'hombre posible', sivo del editor. Prohibida la reproducción y difusión por cualquier medio. Santiago Juan-Navan-o 217 al decir de Habe1mas, se encuentra en Latinoamé1ica" ( 146). Esta visión utópica planea a lo largo de su última colección de ensayos, donde coexiste en tensión con otra de signo fatalista. En ocasiones, como en la presentación del volu· men, da muestras de un optimismo matizado: "Obse1vará el lector que el tono y la tendencia de estos trabajos reunidos aq1ú están teñidos del optimismo a largo alcance, que nace precisamente de amar a Hispanoamé1ica y a España más allá de las razas, de las situaciones sociales y de los fatalismos políticos y religiosos" (17). Sin embarg,1., '."Se utopismo que se desprende de muchos de sus エ・クッセ@ HAZウᄀjセ」ゥ。ャュ・ョエ@ de los más recientes) alterna con el d('<alit..ato que, como hemos visto, marca muchas de rns ;·efkxiones sobre el racismo y la desigualdad en l。エゥョッュセ」N@ Es como si el escritor vol· viera 1ma y otra vez <1i t.:ma de la Hispanidad y el mestizaje como una fuente エZセ@ esperanza "espiritual" que le pe1mitiera escapar ai fatñfümo "material" con que caracte1iza la con· dición lm1:iana. La solución (la realización de esa utopía) es posible, sí, pero sólo dentro de un futuro incierto y lejano y como resultado de un largo proceso de evolución cultural y regeneración espüitual. Es esta proyección de futuro, la que distancia la propuesta del cubano de la utopía regresiva de Maeztu que, como tuvünos ocasión de comprobar, veía en la Hispanidad la posibilidad de hacer un salto imposible en el tiempo para restaurar en pleno siglo XX los valores de m1a España que había dejado de existir muchos siglos atrás. En su selección de los textos incluidos en IBNCA, Gastón Baquero privilegia aquellos que están más en sinto1úa con el revisionismo del Quinto Centenario. Sería interesante hacer mia recopilación de todo lo que publicó en la prensa española desde su llegada a Madrid en 1959 hasta el mo· Galerada dígítal. Propíedad de la edítorial. Fichero para uso exclu. 218 Gastón Baquero: la visibilidad de lo oc11/to mento de su muerte, así corno de su recepción por parte de los cfrculos institucionales en los que se movió. Esto aclararía tanto algunos espacios oscuros de su pensamiento como las ambivalencias que se desprenden de su prosa. A diferencia de la Hispanidad que celebra Baquero enlBNCA, los organismos de prensa que publicaron muchos de sus artículos no se caracterizaron ni por su carácter tolerante ni por su defensa de la justicia social o del rnulticulturalismo. De hecho, durante muchos años el escritor cubano fue una ッセャ@ franquisrno de las coartadas que los voceros 」オャエイNZQセ@ utilizaron para dar la impresión de e¡11¡o, ia doctrina de la América, cuando lo Hispanidad era algo compa1tid0 MゥNセウエャ・@ cie1to es que la hispanof\i¡¡ m1;¡tante del cubano fue mia excepción entre la cornm1i1!ad intelechial latinoamericana, que siempre vio 」ュセ@ QNセHL・ャッ@ una doctrina pergeñada de nostalgias imperiales o de un paternalismo ya trasnochado en los albores óe; nuevo milenio. Ahora bien, si sus fuentes declaradas están en el panhispanismo conservador de Marcelino Menéndez Pelayo, sus propuestas se acercan a menudo más a las del hispanoamericanismo progresista, que representó en España la segunda generación del krausismo español, Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza (todos ellos anatemizados precisamente por muchos de los intelechtales franquistas que homenajearon y publicaron a Gastón Baquero). Del krausismo adoptó una visión de la Hispanidad como paite de una tendencia natural a la herniandad universal, que se tradujo en un acercamiento prioritario entre los pueblos de culhua común. Sus reflexiones sobre las relaciones entre España e Hispanoamérica tuvieron la vittud de liberalizar tma doctrina inherentemente reaccionaiia. Su reivindicación Galerada digital. Propiedad de la editorial. Fichero para uso exclu. Gastón Baquero: la visibilidad de lo oculto 220 OBRAS CITADAS: Baquero, Gastón. Indios. blancos y negros en el caldero de América. Madrid: Cultma Hispánica, 1991. _ _. "El ejemplo de 1m Titán: la cuba1úa integral de Maceo". El Nuevo Herald [Miami] 7 Die 1990: llA. Buela. Albe1to. Hispanoamérica contra Occidente. Ensayos iberoameriamos. Madrid: Barban·oja, 1996. Cámara Villa1; Gregodo. Nacionalcatolicismo y escuela: la socialización política delfiw1q11is1110 (1936-1951). Madtid: Hesperia, 1984. Castellanos, Isabel. "Gastón Baquero y Ja ide1"1.la.l liacional cubana". 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