Existe una cierta fascinación del gusto iberoamericano por algunos tipos de marginalidad, por ejemplo, la masculinidad delincuente. Como expresiones de este gusto, tenemos dos formas poéticas de raíz iberoamericana, expresamente creadas...
moreExiste una cierta fascinación del gusto iberoamericano por algunos tipos de marginalidad, por ejemplo, la masculinidad delincuente. Como expresiones de este gusto, tenemos dos formas poéticas de raíz iberoamericana, expresamente creadas para ser puestas en música: las jácaras villanciqueras del barroco y el narcocorrido mexicano de nuestro tiempo. Ambas formas poético-musicales se caracterizan, entre otras cosas, por enaltecer, celebrar y divinizar la masculinidad delincuente: la jácara villanciquera convierte a Dios (encarnado en Jesucristo) en rufián y valentón, y el narcocorrido diviniza al narcotraficante y lo erige como una figura mesiánica. De una forma pionera y desde una perspectiva comparatista, este artículo propone activar una lectura alternativa, evidenciando la vinculación y la analogía entre estos dos fenómenos socioculturales, en donde el delincuente es proyectado como modelo de salvación en contextos de marginalidad y pobreza. Así, jácaras villanciqueras y narcocorridos se proyectan como poéticas de tipo mesiánico y devocional, y no sólo como expresiones de lo popular a guisa de apologías del crimen.