Isabel II de España

Documentos de archivo, noticias en prensa y retratos pictó-ricos y fotográficos permiten reconstruir el origen y el singular devenir histórico del aderezo de diamantes y esmeraldas fabricado en 1862 por Félix Samper para la reina Isabel II, cuya magnificencia fue elogiada y premiada en la época.

Queen Elizabeth II of Bourbon received health care from the Spanish Royal Household pharmaceutical medical service from her birth until her exile in 1868. After the proclamation of her son Alfonso XII as King of Spain, on December 29, 1874 there was the official return of the royal family to Spain. Isabel returned to Paris. Only sporadically and in very important acts will the queen come to Spain.
From September 1876 to 1892, the medicines that the Royal Botica supplied to her continued to be noted in her private cookbook. Isabel II requested, from her residence, that they be sent through the General Inspection of the Royal Palaces which, once supplied by the Royal Botica, would send them to their addressee, either through a private individual who served as the of intermediary mail, either by depositing the corresponding package at the railway station so that it would be delivered to the Zumárraga station chief, where an employee of the queen's house would come to collect it.
Elizabeth II continued with her private medicine cabinet, the one she formed during her reign. She always identified herself as an enthusiast of the homeopathic movement and maintained a close relationship with her founder in Spain, José Núñez. After her exile in France, her contacts continued by correspondence, receiving the attention of homeopath Léon Simon (fils), a friend of both.

Isabel II y la monarquía
En la historiografía sobre el liberalismo isabelino, el libro de Isabel Burdiel sobre Isabel II 1 aporta una absoluta novedad que lo pone en contacto con las nuevas tendencias en el estudio de las instituciones liberales, incluida la monárquica, y la propia vida política -nueva tendencia que se basa en la necesidad de un hondo conocimiento del proceso constitucional, de sus estructuras y exigencias en el ámbito occidental en el que se desarrolla, para enmarcar el análisis político y que tiene su mejor antecedente para esta época en el libro de Marcuello sobre la práctica parlamentaria- 2. Y es que la autora, sin basarse específicamente en ese estudio constitucional, parece tenerlo en cuenta al invertir la posición tradicional de partida en sus hipótesis. Tradicionalmente se partía de la hipótesis, lógica en el proceso de revolución liberal, de que los partidos políticos, los gobiernos o las Cortes se sintieran imposibilitados de independizarse de la Corona, en una perenne continuación de la lucha revolucionaria frente al poder absoluto de la monarquía. Esto parecía dejar ya con­cluida la explicación del proceso; sin embargo, permanecían las pre­guntas fundamentales: ¿cuál fue realmente la ideología y prácticas de los partidos políticos?, ¿qué hicieron para fortalecerse frente a