Los Orígenes de Las Revoluciones de Independencia de América Latina en Perspectiva Atlántica PDF
Los Orígenes de Las Revoluciones de Independencia de América Latina en Perspectiva Atlántica PDF
Los Orígenes de Las Revoluciones de Independencia de América Latina en Perspectiva Atlántica PDF
Estudos Ibero-Americanos,
ISSN (Versión impresa): 0101-4064
eia@pucrs.br
Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande
do Sul
Brasil
¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista
www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Los orígenes de las revoluciones de
independencia de América Latina en
perspectiva atlántica
The origins of the Latin American revolutions of
independence in atlantic perspective
Stefan Rinke*
Frederik Schulze**
1 Las biografías más importantes de Miranda de los últimos años son: Zeuske, 1995.
Fernández Nadal, 2001. Racine, 2003. Maher, 2006. Harvey, 2000, p. 19-60. Sobre los
problemas de Miranda sr. véase Quintero, 2007, p. 209-232.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 155
2 Este tema fue recientemente discutido. Véase Delgado Ribas, 2007. Klooster, 2009.
3
Sobre las discusiones de la historia global véase Conrad; Eckert, 2009.
4
El enfoque al Atlántico septentrional también es importante para Hobsbawm (1996),
aunque su análisis sea diferente del de Godechot y Palmer.
5 Sobre este déficit véase Hensel, 1997, p. 13. Una excepción importante fueron los trabajos
atlántica reclamada por Pietschmann y Bailyn. Véase Calderón; Thibaud, 2006. Shields;
Meléndez, 2007. Morrison; Zook, 2004. Langley (1997) intenta una síntesis para los
Estados Unidos, Haití e Hispanoamérica, omitiendo a Brasil. Sobre el término de los reinos
ingleses y españoles véase Elliott, 2007, p. 255-402. Véase también Rodríguez, 2000,
p. 131-152. Stüwe; Rinke, 2008.
156 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 153-178, jul./dez. 2010
Reformas y reacciones
El siglo XVIII fue marcado por un cambio profundo de la política
colonial en América. Bajo el signo del absolutismo ilustrado, la nueva
dinastía borbónica en España lanzó reformas, copiadas del modelo
francés, con el fin de consolidar el poder del Rey tanto en la metrópoli
como en las colonias. El nuevo siglo también trajo consigo cambios para
la América portuguesa y a causa de los descubrimientos de metal precioso
en Minas Gerais se lo denominó como el Siglo de Oro. De esta manera
Brasil se convirtió en la parte más importante del Imperio Portugués.
Los principales objetivos de las reformas fueron la intensificación del
control, la reducción de costes y el aumento de los impuestos en las
colonias por parte de las metrópolis europeas.
A pesar de que las reformas borbónicas y pombalinas constituyeron
un momento decisivo en los 300 años de la política colonial, sus objetivos
7
Sobre Brasil véase Pimenta, 2007, p. 29. Godechot, 1972, p. 27-37.
158 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 153-178, jul./dez. 2010
8 Véase sobre todo Stoetzer, 1979. Éste se excede en su interpretación monocausal. Su libro
sustenta la tesis de que los movimientos revolucionarios no eran revoluciones liberales.
Para la crítica véase Guerra, 1993, p. 15-17.
9
Véase los artículos en Chiaramonte, 1979. Aldridge, 1971. Keeding, 1983. Sobre la
resistencia contra las tendencias ilustradas en el mundo ibérico véase Mücke, 2008.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 159
2007, p. 117-131.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 161
el orden estatuido. Bajo del influjo de nuevas ideas se destacó cada vez
más la libertad del individuo y sus derechos naturales, cuestionando con
ello la legitimidad del poder monárquico.
Esto se pone de manifiesto en el contexto americano (Bender,
2006, p. 72-73). La guerra colonial americana (French and Indian
War, 1754-1763), que resultó en la Guerra de los Siete Años europea,
causó cambios económicos sin los cuales sería difícil comprender la
política reformista. El contacto entre las Américas se vio intensificado
por la divulgación de textos ilustrados que fueron leídos tanto por las
elites criollas en Angloamérica como en Latinoamérica.19 Los criollos
del sur mostraron interés por la retórica revolucionaria durante la fase
preliminar de la independencia angloamericana entre 1763 y 1776. Los
documentos de la inquisición en el México de los años setenta del
siglo XVIII revelan la creciente influencia de ideas provenientes de
América del Norte. Del mismo modo las publicaciones de los Congresos
Continentales norteamericanos de Filadelfia de 1774/75 fueron leídas
con gran interés y desde 1776, la guerra en las colonias inglesas atrajo
fuertemente la atención. Las nociones de soberanía del pueblo y de los
derechos humanos fueron las más discutidas, no obstante fue sintomático
que los contactos entre América del Norte y América del Sur se hubieran
establecido via Europa.
Las conexiones entre las dos Américas se intensificaron sólo a
fines del siglo XVIII, especialmente entre los masones y en los asuntos
comerciales (Rinke, 2001, p. 105).20 Existió una gran admiración por el
éxito y por las instituciones de los angloamericanos, por lo que Miranda
no fue el único rebelde criollo que buscó y halló contactos y apoyo
en los Estados Unidos. Los Estados Unidos fueron respetados como
precursores políticos y económicos en la lucha contra el colonialismo en
el “Nuevo Mundo” que, cada vez más, fue considerado como una esfera
política independiente (Urueña, 2007, p. 19-84). Aunque las nuevas
identidades criollas tenían un elemento común: la emancipación de la
metrópoli europea (Rama, 1975, p. 12-19), se llegó a la conclusión de
que, a pesar de todas las experiencias históricas colectivas, Anglo- y
Latinoamérica funcionaron como dos entidades distintas.
19 En las bibliotecas de los revolucionarios de las dos Américas son encontradas sobre todo
obras franceses. Véase Rinke, 2005, p. 210-211.
20
Miranda fundó en 1797 la “Gran Logia Americana” en Londres que llegó a ser el punto
de referencia para otras logias masónicas latinoamericanas, todas con el fin de luchar por
la Independencia. Las fundaciones de la llamada “Logia Lautaro” (según el Toqui chileno
del mismo nombre) comenzaron en 1810. Véase Maguire, 2000.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 163
21
Un ejemplo es Antonio Nariño, pensador criollo rico de Bogotá, que tradujo la declaración
de los derechos humanos y que fue enviado al exilio por eso. En Europa conoció a Miranda.
Urueña, 2007, p. 199-246. Véase Alberro; Hernández Chávez; Trabulse, 1992.
22
Frente a eso, Palmer (1969, tomo 1, p. 398 y tomo 2, p. 512) y Godechot (1965, p. 140-141,
235) afirmaron que las revoluciones hispanoamericanas sólo se habían originado a partir
de las guerras napoleónicas y se habían referido a las ideas francesas y norteamericanas
de soberanía del pueblo y derechos humanos.
164 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 153-178, jul./dez. 2010
23 Una sinopsis en Laviana Cuetos, 1986. Sobre la gran rebelión de Tzeltal de 1712 véase
Wasserstrom, 1980.
24
Sobre los acontecimientos véase López, 1976.
25 Sobre los acontecimientos véase sobre todo Phelan, 1978. Sobre la participación indígena
para los rebeldes, por un lado, y por el otro, como un escarmiento para
la oligarquía criolla.
La rebelión estallada en Venezuela dos años después, bajo la
dirección de los criollos Manuel Gual y José María España junto a la
participación de varias personas de las clases no privilegiadas, estuvo
condenada al fracaso por las mismas razones. Los rebeldes se remitieron
al ejemplo norteamericano y exigieron la liberación de los esclavos
(Smith, 1978, p. 427). Con su programa social-revolucionario que,
comprendía un más justo reparto de tierras y la igualdad de derechos
para todos los grupos sociales y étnicos, encontraron el rechazo de
la elite criolla, la cual junto a las tropas españolas lograron acallar
rápidamente a los líderes del movimiento.
Un análisis comparativo muestra que las distintas rebeliones de la
época no fueron precursoras directas de la Independencia.27 Por lo general,
los rebeldes no pusieron en duda el sistema colonial y cuestionaron la
monarquía en pocas ocasiones, a pesar de que tuvieran ideas reformistas
y existieran demandas de autonomía. Todas las rebeliones fueron
impulsadas por el cambio socioeconómico provocado por las reformas
absolutistas. Las más de las veces se trató de alianzas policlasistas y
entre diferentes grupos étnicos como por ejemplo criollos, indígenas,
mestizos y, en casos excepcionales, también esclavos de descendencia
africana. Los jefes de estas alianzas fueron dignatarios locales que
aseguraron su posición por medio del patronaje y el clientelismo. Si
bien en su mayoría fueron criollos, en el caso peruano existieron líderes
indígenas.
Ante la cantidad de rebeliones en su país de origen durante la
última década del siglo XVIII, es comprensible que el venezolano
Miranda escogiera a Coro como cabeza de puente para su intento
independentista de 1806. El fracaso de la operación muestra que
Miranda y sus compañeros funcionaron como una vanguardia que no
contaba con un amplio apoyo de los criollos. Sin embargo, sus demandas
obtuvieron cada vez más eco. En Hispanoamérica, la cuestión acerca
de la legitimidad del poder colonial fue la más discutida y, a pesar de
ello, la metrópoli solo respondió con su silencio. Una vez de regreso en
Europa Alexander von Humboldt describió las tensiones entre criollos y
españoles haciendo referencia al “odio” “que por naturaleza sentían las
castas y las autoridades constituidas, unos contra otros” y sostuvo que:
“Porque los descendientes de los europeos llegaron a ser más numerosos
27
Según Pérez, 1979.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 167
que los que fueron enviados por la metrópoli, la raza blanca se separó en
dos partidos cuyos sentimientos dolorosos no pudieron ser reprimidos
por los vínculos de la consanguinidad.”28
Las tensiones también fueron resultado de la ocupación criolla
de un espacio marcado, desde 1776, por los enlaces transatlánticos
y globales. En el imaginario criollo, América fue un espacio que se
distinguió fundamentalmente de Europa y que sirvió como punto de
referencia para las identidades colectivas.
El fracaso de la expedición de Miranda en 1806 fue una expresión
de los obstáculos que existían en el camino hacia la independencia.
Por un lado, las colonias funcionaron como sociedades tradicionales
que se opusieron al cambio, muestra de aquello son las rebeliones
más conservadores. Por otro, la mayoría de los criollos reaccionó
cuidadosamente y hasta defensivamente, de manera tal que las clases
no privilegiadas y los grupos étnicos excluidos supieron reclamar por la
igualdad de sus derechos. En este caso los enlaces atlánticos pueden verse
con claridad; la Revolución Francesa, con su terreur, había asustado
al mismo Miranda. Sin embargo, el acontecimiento más decisivo de
la época para comprender la vacilación criolla fue la revolución de
esclavos en Haití que comenzara en 1789.
30
Sobre el significado de este acto de violencia véase también Dubois, 2009, p. 111–124.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 169
31
Una introducción al tema en Baur, 1970, p. 394–418. Gaspar, 1997. Geggus, 2001.
170 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 153-178, jul./dez. 2010
Conclusiones
A pesar de que las causas de los movimientos de independencia
latinoamericanos fueran internas, los acontecimientos en vísperas de
la independencia sólo pueden ser explicados desde una perspectiva
atlántica. Distintos enlaces transatlánticos fueron de gran importancia
especialmente en lo que refiere a la circulación del conocimiento,
cuyo ejemplo los constituye Francisco de Miranda. En el marco de la
Ilustración, libros y panfletos europeos y estadounidenses llegaron a
América Latina animando a la elite criolla y también a las clases no
privilegiadas, como ser los esclavos, a cuestionar el orden estatuido.
Los poderes coloniales ibéricos intentaron, sin éxito, por medio de la
censura impedir este intercambio de información no sólo acerca de la
divulgación de teorías políticas así como la idea sobre los derechos
humanos, sino también acerca de las revoluciones acontecidas en los
Estados Unidos y Francia. Asimismo, las reformas llevadas a cabo en
las metrópolis y, en el caso español, el vacío de poder durante de la
ocupación napoleónica, fueron factores decisivos para los movimientos
de Independencia. Si bien la circulación de saber transatlántico constituye
un factor de gran significación, las rebeliones locales a fines del siglo
XVIII manifiestan la importancia y la influencia del contexto local en
este proceso. Por su lado, la revolución de los esclavos de Haití consolida
el supuesto de que la circulación transatlántica de saber no constituía un
proceso unidireccional, sino más bien como una reserva de saberes y
experiencias que también tuvieron impacto en Europa. Ciertamente, son
múltiples los factores que contribuyeron al proceso de Independencia
de las colonias Ibéricas, iniciado en 1808. Sin embargo, cabe resaltar
34
Zeuske y Munford hablaron correctamente de un “Gran Miedo” (1991, p. 41-60).
172 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 153-178, jul./dez. 2010
Referencias
ALBERRO, Solange, HERNÁNDEZ CHÁVEZ, Alicia, TRABULSE, Elías (Org.). La
revolución francesa en México. México: El Colegio de México, Centro de Estudios
Mexicanos y Centroamericanos, 1992. 287 p.
ALDRIDGE, Alfred Owen (Org.). The Ibero-American Enlightenment. Urbana:
University of Illinois Press, 1971. X, 335 p.
AUGUSTE, Claude Bonaparte, AUGUSTE, Marcel Bonaparte. L’expedition Leclerc
1801–1803. Port-au-Prince: Deschamps, 1985. 345 p.
BAILYN, Bernard. Atlantic History: Concept and Contours. Cambridge: Harvard
University Press, 2005. 149 p.
BARMAN, Roderick. Brazil: the Forging of a Nation, 1798–1852. Stanford: Stanford
University Press, 1988. 334 p.
BATLLORI, Miguel. El abate Viscardo. Madrid: Ed. MAPFRE, 1995. 393 p.
BAUR, John. International Repercussions of the Haitian Revolution. The Americas.
Berkeley: The Academy of American Franciscan History, 26, p. 394-418, 1970.
BAYLY, Christopher. The Birth of the Modern World 1780-1914. Oxford: Blackwell,
2005. XXIV, 540 p.
BELAÚNDE RUIZ DE SOMOCURCIO, Javier de. Juan Pablo Viscardo y Guzmán:
ideólogo y promotor de la independencia hispanoamericana. Lima: Fondo Ed. del
Congreso del Perú, 2002. 223 p.
BENDER, Thomas. A Nation Among Nations: America’s Place in World History. New
York: Hill and Wang, 2006. XII, 368 p.
BERNECKER, Walther. Kleine Geschichte Haitis. Frankfurt am Main: Suhrkamp,
1996. 219 p.
BLACKBURN, Robin. The Overthrow of Colonial Slavery 1776-1848. New York:
Verso, 1988. 560 p.
BLACKBURN, Robin. Haiti, Slavery, and the Age of the Democratic Revolution.
William & Mary Quarterly, Williamsburg: Omohundro Institute of Early American
History and Culture, 63, p. 643-674, 2006.
BLANCPAIN, François. Un siècle de relations financières entre Haïti et la France
(1825–1922). Paris: L’Harmattan, 2001. 212 p.
BLANCPAIN, François. La colonie française de Saint-Domingue: de l’esclavage à
l’indépendance. Paris: Karthala, 2004. 244 p.
BRADING, David, GUTIÉRREZ, Gustavo, MARZAL, Manuel María. Juan Pablo
Viscardo y Guzmán (1748-1798): el hombre y su tiempo: 3 tomos. Lima: Fondo Ed. del
Congreso del Perú, 2000. LXXIX, 385 p. 374 p. 336 p.
BRIÈRE, Jean-François. La France et la reconnaissance de l’indépendance haïtienne:
le débat sur l’ordonnance de 1825. French Colonial History, East Lansing: Michigan
State University Press, 5, p. 125-138, 2004.
S. Rinke e F. Schulze – Los orígenes de las revoluciones ... 173
HENSEL, Silke. Die Entstehung des Föderalismus in Mexiko: die politische Elite
Oaxacas zwischen Stadt, Region und Staat, 1786–1835. Stuttgart: Steiner, 1997. 493 p.
HERNÁNDEZ-GUERRERO, Dolores. La revolución haitiana y el fin de un sueño
colonial, 1791-1803. México: UNAM, 1997. 155 p.
HOBSBAWM, Eric. The Age of Revolution 1789-1848. New York: New American
Library, 1996. 416 p.
HUMBOLDT, Alexander von. Reise in die Äquinoktialgegenden des neuen Kontinents.
2 tomos. Frankfurt am Main, 1991. 1648 p.
KEEDING, Ekkehart. Das Zeitalter der Aufklärung in der Provinz Quito. Köln: Böhlau,
1983. XIII, 591 p.
KLOOSTER, Wim. Revolutions in the Atlantic World: a Comparative History. New
York: New York University Press, 2009. 237 p.
KÖNIG, Hans-Joachim. Auf dem Wege zur Nation: Nationalismus im Prozeß der Staats-
und Nationenbildung Neu-Granadas 1750-1856. Stuttgart: Steiner, 1988. 332 p.
KÖNIG, Hans-Joachim. Der Zusammenbruch des Spanischen Weltreichs in Amerika:
Ursachen und Folgen. In: Von Kolumbus bis Castro: Aufsätze zur Geschichte
Lateinamerikas. Stuttgart: Heinz, 2006, p. 211-215.
KOSSOK, Manfred (Org.). Revolution und Nationwerdung in Lateinamerika. Leipzig:
Karl-Marx-Universität, 1986. 78 p.
KOSSOK, Manfred. Alternativen gesellschaftlicher Transformationen in Lateinamerika:
die Unabhängigkeitsrevolutionen von 1790 bis 1830. Jahrbuch für Geschichte
Lateinamerikas, Köln: Böhlau, 28, p. 223-249, 1991.
LANGLEY, Lester. The Americas in the Age of Revolution, 1750-1850. New Haven:
Yale University Press, 1997. XVI, 374 p.
LARA, Jorge Salvador. El Dr. Eugenio Espejo, la Revolución Francesa de 1789 y la
Revolución de Quito de 1809. Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas, Köln: Böhlau,
34, p. 285-306, 1997.
LAVIANA CUETOS, María Luisa. Movimientos subversivos en la América es-
pañola durante el siglo XVIII: clasificación general y bibliografía básica. Revista de
Indias, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 178, p. 471-507,
1986.
LINEBAUGH, Peter, REDIKER, Marcus. The Many-Headed Hydra: Sailors, Slaves,
Commoners, and the Hidden History of the Revolutionary Atlantic. Boston: Beacon
Press, 2000. 433 p.
LISS, Peggy. Atlantic Empires: Networks of Trade and Revolution, 1713-1826.
Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1983. XIII, 348 p.
LÓPEZ, Adalberto. The Revolt of the Comuneros, 1721-1735: a Study in the Colonial
History of Paraguay. Cambridge: Schenkman, 1976. 214 p.
MAGUIRE, Patricio José. La masonería y la emancipación del Río de la Plata. Buenos
Aires: Ed. Santiago Apóstol, 2000. 146 p.
MAHER, John (Org.). Francisco de Miranda: Exile and Enlightenment. London:
Institute for the Study of the Americas, 2006. 124 p.
MAXWELL, Kenneth. Conflicts and Conspiracies: Brazil and Portugal, 1750-1808.
New York: Cambridge University Press, 1973. XIX, 289 p.
176 Estudos Ibero-Americanos, Porto Alegre, v. 36, n. 2, p. 153-178, jul./dez. 2010
Solicitado em 30/09/2009.
Aprovado em 13/10/2010.