La Amargura
La Amargura
La Amargura
Quítense de vosotros
toda amargura, enojo,
ira, gritería y
maledicencia, y toda
malicia (Efesios 4.31).
Seguid la paz con todos, y
la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor. Mirad
bien, no sea que alguno
deje de alcanzar la gracia
de Dios; que brotando
alguna raíz de amargura,
os estorbe, y por ella
LOS COMPAÑEROS DE LA
AMARGURA SON :
EL RESENTIMIENTO es volver a recordar, y
por lo tanto a revivir lo ocurrido. Una y otra vez
se "re-siente" todo lo que se vivió en aquella
ocasión. Es recordar aún los detalles más
escondidos de la situación, trayéndolos a colación
una y otra vez. Solo está esperando ver al ofensor
"sufriendo" su recompensa.
LOS COMPAÑEROS DE LA
AMARGURA SON :
LA PARANOIA. Este es un estado
afectivo en el cual se comienza a
interpretar la realidad de acuerdo a tu
subjetividad, donde se siente que
todos se han confabulado en contra de
tu persona.
LA AMARGURA no sólo impedirá
alcanzar la gracia de Dios en tu interior,
sino que todos los que estén afuera serán
contaminados, especialmente la familia,
pues de la abundancia del corazón habla la
boca. Cuando hay cambios en el
comportamiento y en la forma de
hablar, significa que la amargura
comenzó a tomar forma en tu interior.
De modo que tus pensamientos
irán trabajando a favor de
sentimientos amargos, y pronto tu
voluntad asumirá una postura frente
a la vida, una actitud de desprecio
por ciertas personas, especialmente
por quien se considera es el causante
de tu dolor.
Posteriormente, tu vida
espiritual comenzará a ser
afectada, ya no podrás orar
tranquilo, ni leer las
Escrituras.
Sentirás enfermedades y dolores
difíciles de diagnosticar, que
acarrearán una calidad de vida cada
vez más pobre y deteriorada.